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ALIANZA OLA ESCOLAR
Fundación Argos
Fundación Bolívar Davivienda
Fundación Empresarios por la Educación
Fundación Orbis
Fundación Mario Santo Domingo
Fundación Telefónica
EQUIPO OLA ESCOLAR
Fundación Empresarios por la Educación
María Carolina Meza Botero
Directora Ejecutiva
María Clara Ortíz Karam
Subdirectora de Capítulos
Andrea Parra Triana
Gerente Proyecto
Ola escolar
Paula Gutiérrez
Coordinadora Pedagógica
Ola escolar
Carla Parada Vila
Coordinadora técnica y financiera
Ola escolar
Bogotá D.C., Colombia, Julio de 2016.
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Contenido
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 4
2. AMBIENTES DIGNOS PARA EL APRENDIZAJE ............................................................................ 8
4.1 AMBIENTES FÍSICOS ........................................................................................................................ 9
4.2 CONVIVENCIA............................................................................................................................. 12
4.3 PROCESOS PEDAGÓGICOS ......................................................................................................... 15
4.4 PARTICIPACIÓN FAMILIA Y COMUNIDAD ..................................................................................... 16
4.5 ARTICULACIÓN CON OTROS SECTORES Y ACTORES ..................................................................... 19
3. PROPÓSITOS Y ENFOQUES........................................................................................... 21
5.1 PROPÓSITOS ...................................................................................................................... 21
5.2 ENFOQUES ......................................................................................................................... 21
5.2.1 ENFOQUE AMBIENTAL ............................................................................................................... 22
5.2.2 ENFOQUE APRECIATIVO ........................................................................................................... 24
5.2.3 ENFOQUE DE DERECHOS ......................................................................................................... 26
5.2.4 ENFOQUE PARTICIPATIVO......................................................................................................... 27
4. RUTA DE ACOMPAÑAMIENTO O ESTRATEGIA METODOLÓGICA ............................ 30
6.1 ACTORES Y ROLES .............................................................................................................. 30
6.2 OBJETIVOS ........................................................................................................................ 31
6.3 FASES DE ACOMPAÑAMIENTO ............................................................................................ 33 .............................................................................................................................................. 33
FASE I. PREPARANDO EL TERRENO...................................................................................................... 33
FASE II. MI ESPACIO, MI ESPEJO ......................................................................................................... 33
FASE III. TRANSFORMANDO MI ESPACIO ............................................................................................ 34
FASE IV. PENSANDO EN EL FUTURO .................................................................................................... 34
5. MOVILIZACIÓN Y COMUNICACIÓN .................................................................................... 35
6. SISTEMA DE EVALUACIÓN ................................................................................................... 36
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 38
4
1. Introducción
El Proyecto Ola escolar surge en el marco de una alianza entre seis fundaciones
empresariales (Argos, Bolívar Davivienda, Mario Santodomingo, Orbis, Telefónica y
Empresarios por la Educación) creada en enero de 2012, a raíz de la ola invernal
que azotó al país y que tuvo efectos devastadores en la infraestructura
educativa.
A lo largo de estos años de trabajo en 4 departamentos del país (Antioquia,
Atlántico, Chocó y Valle del Cauca), se ha fortalecido la idea que los ambientes
de aprendizaje no son solamente un asunto de mejoramiento de la infraestructura
educativa, sino que también pasan por el tipo de relaciones e interacciones de
convivencia que la escuela teje a su interior y con su contexto, las cuales
posibilitan que la comunidad educativa trabaje a gusto y participe en el logro de
sus objetivos y vincule los aprendizajes con el mundo que la rodea.
El proyecto entiende que la infraestructura educativa está estrechamente ligada
con los ambientes de aprendizaje que se configuran en la escuela. Así, más allá
de las transformaciones necesarias en la infraestructura, el proyecto le apunta al
al fortalecimiento de capacidades de la comunidad educativa alrededor de dos
componentes clave de los ambientes de aprendizaje, que están en constante
interacción, y configuran un clima escolar particular que facilita o no los
aprendizajes que se viven en la escuela: 1) el mejoramiento, buen uso,
apropiación y sostenibilidad de los ambientes físicos; y 2) la convivencia y el
trabajo participativo en la escuela.
5
Siguiendo las conclusiones de estudios (BID, 2012a) (BID, 2012b) que evidencian
que uno de los factores que afectan el rendimiento escolar son los ambientes de
aprendizaje, el proyecto ha trabajado alrededor de la posibilidad de generar
condiciones para que los ambientes físicos inviten al aprendizaje y la convivencia
en diálogo con las comunidades y los contextos.
A partir de esta mirada, se ha construido una ruta de acompañamiento a las
sedes educativas, cuyo objetivo es: contribuir a la construcción de ambientes
dignos para el aprendizaje, fortaleciendo la convivencia escolar y comunitaria
mediante la movilización y participación de la comunidad educativa alrededor
del mejoramiento y sostenibilidad de los ambientes físicos de la escuela.
Para la implementación de esta ruta se presenta este documento base, que
recoge la apuesta conceptual y metodológica del proyecto y que va
acompañado de una guía para los profesionales que realizan el
acompañamiento directamente en las sedes educativas, y una guía para
escuela en la cual se presentan unas orientaciones generales para que todos los
actores de la comunidad educativa contribuyan desde sus saberes a la
construcción de ambientes dignos para el aprendizaje.
1.1 Una mirada de contexto
Cada vez más, la infraestructura se considera en el escenario educativo un
elemento fundamental para garantizar la calidad de los aprendizajes de los
estudiantes.
Investigaciones como la realizada por la UNESCO con los datos de SERCE,
evidencian las grandes brechas en términos de infraestructura educativa y
acceso a servicios básicos entre los países y entre las zonas rurales y urbanas,
ahondando las diferencias en la inversión para el acceso a una educación de
calidad entre las familias de altos y bajos ingresos.
Este mismo estudio demuestra que en la región, entre otras carencias de
infraestructura se destacan:
(…)cerca de 40% de las escuelas de educación básica no tienen
biblioteca; 88% no tienen laboratorios de ciencias; 63% no cuentan con
espacios de reuniones u oficinas para los docentes; 73% no tienen
comedor; 65% no poseen salas de computadores; y 35% no cuentan con
ningún espacio para deportes. De otro lado, 21% de las escuelas no tienen
acceso al agua potable; 40% no tienen desagüe; 53% no tienen línea
telefónica; 32% tienen insuficiencias en el número de baños; y 11% no tiene
acceso alguno a electricidad”. (BID, 2012b)
6
Avanzando en esta idea, se ha demostrado que la infraestructura educativa
determina la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Este aprendizaje no se
desarrolla solo en el aula, sino que es necesario configurar nuevos ambientes
(zonas de esparcimiento, zonas de recreación, entre otras), en los que también
transcurre el aprendizaje.
La construcción de estos espacios se hace muchas veces desde una mirada
externa a la escuela, basada en modelos estándar que no involucran el diálogo
con los conocimientos y necesidades locales. En este horizonte, la UNESCO se ha
venido planteando diversas posibilidades, en las que aparecen según los
contextos, nuevos elementos dentro de los espacios educativos, como es el caso
de la creación de Centros Agrícolas en varios países de la región.
Muchas otras experiencias de orden regional y local han evidenciado la relación
entre calidad educativa y ambientes físicos, y la necesidad de apropiación de
estos espacios por parte de las comunidades que los habita. Una escuela
pensada más allá de las áreas básicas, que amplía las posibilidades de
aprendizaje de los estudiantes a través de la creación de nuevos espacios para el
arte, el esparcimiento y la convivencia, trae consigo un modo distinto de
entender las relaciones y la infraestructura escolar.
A pesar que en la cotidianidad se evidencia que los ambientes físicos influyen en
la calidad de las relaciones que se establecen en la escuela, son pocos los
estudios y/o proyectos que tengan una preocupación por esta relación; por lo
Algodonal, Atlántico. 2014
7
general se ha dado prioridad a la medición de indicadores que muestran la
influencia del espacio físico en resultados de tipo académico. Es precisamente
esa relación entre ambientes físicos y convivencia uno de los focos de Ola
escolar.
De otro lado, la sostenibilidad ambiental toma cada vez más relevancia en el
mundo de hoy y la escuela es un escenario natural para la formación de
ciudadanos éticos y responsables con el medio ambiente.
La organización Escuelas verdes ha marcado un hito a nivel mundial en la
apuesta por generar conciencia ambiental desde los niños y jóvenes que asisten
a las escuelas. Los lineamientos creados desde allí han direccionado experiencias
que involucran a la comunidad educativa a través de acciones concretas en los
distintos espacios de la escuela y/o la apropiación en el currículo. Escuelas verdes
propone que los edificios escolares deben ser vistos como una oportunidad
pedagógica, no solamente por ser edificaciones que sientan un ejemplo en
cuanto a la reducción de emisiones de carbono, si no porque sus espacios
potencian la educación ambiental, el conocimiento y contacto con el entorno
social y natural.
Siguiendo las recomendaciones de la organización, en el trabajo con la
comunidad educativa, Ola escolar involucra proyectos concretos con metas
fáciles de conseguir que aportan a la reducción del impacto ambiental. Esto
incluye la manera en que es pensada y ejecutada la construcción de nueva
infraestructura y también la reflexión y acción de las actividades desarrolladas
con la comunidad en el marco del proceso de acompañamiento.
1.2 Una mirada sobre la escuela
La escuela que soñamos es un espacio de socialización, goce y aprendizaje
intencionado, construido a partir de diversos saberes que pasan tanto por el
conocimiento universal como por el vinculado a los territorios y las culturas. Es un
ambiente en el que se aprende a partir de las interacciones que se tejen en el día
a día, se promueve el gusto por aprender y se eliminan las barreras para el
aprendizaje.
Es un organismo vivo, en constante cambio y relación con su entorno físico,
geográfico, social, económico y cultural. Es el lugar por excelencia para el
ejercicio y aprendizaje de la ciudadanía y la convivencia, punto de encuentro de
una comunidad que participa activamente, gestor de transformaciones hacia
sociedades más justas, equitativas y sostenibles.
La escuela que soñamos es un espacio de puertas abiertas; que invita y acoge a
la comunidad educativa y a su contexto con quienes construye y agencia sus
8
propias transformaciones. El proyecto parte del convencimiento de que estos
sueños ya están siendo construidos en muchas escuelas y del reconocimiento del
potencial transformador que tienen maestros, directivos, estudiantes, familias y
todos los que de una u otra manera habitan la escuela en los territorios.
Ola escolar entiende que la escuela es mucho más allá de lo que ocurre en la
institucionalidad; es también lo que ocurre en la cotidianidad que está
atravesada por deseos, resistencias, imaginarios y saberes propios de las personas
que la habitan. La escuela entonces está hecha también las relaciones que se
tejen en los espacios y tiempos no esperados, entre las personas y entre estas con
su espacio físico y su entorno.
2. Ambientes dignos para el aprendizaje
Para Ola Escolar los ambientes dignos para el aprendizaje son el conjunto de
procesos pedagógicos, ambientes físicos, de convivencia y de articulación con
otros, que la institución configura para ampliar las oportunidades de aprendizaje y
participación de todos los estudiantes y comunidad educativa y transformar el
quehacer de la escuela.
En ese sentido, un ambiente digno para el aprendizaje contribuye a materializar el
derecho a la educación, facilita los procesos de enseñanza y aprendizaje,
fortalece el ejercicio de la ciudadanía y de los derechos humanos.
Algodonal, Atlántico. 2015
9
Desde el proyecto, la consolidación de ambientes dignos para el aprendizaje
contempla cinco componentes que se interrelacionan entre sí: los ambientes
físicos, la convivencia, los procesos pedagógicos, la participación de las familias y
la comunidad y la articulación con otros sectores, tal y como se muestra en la
siguiente gráfica:
4.1 Ambientes físicos
Tal y como lo expone un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, los
ambientes físicos en la escuela habían sido abordados casi exclusivamente como
un asunto de infraestructura para la cobertura, “Sin embargo, recientemente ha
aumentado el número de estudios que han encontrado asociaciones positivas
entre las condiciones físicas de las escuelas y el aprendizaje de los estudiantes”
(BID, 2012a, p. 101).
Estos estudios han demostrado que: “la configuración espacial, los ruidos, el calor,
el frío, la luz y la calidad del aire se relacionan con el desempeño de estudiantes y
profesores” (BID, 2012b, p. 12), y que el mejoramiento y mantenimiento de dichas
condiciones, entre otras, favorecen el rendimiento e, incluso, los resultados de
pruebas estandarizadas.
De la misma manera, los ambientes físicos dignos para el aprendizaje deben ser
coherentes con la apuesta pedagógica y el contexto de la escuela, estimular el
desarrollo cognitivo, invitar a la convivencia en condiciones de equidad e
Ambientes dignos para el
aprendizaje y la convivencia
10
impactar en aspectos de clima escolar, permanencia, concentración y resultados
académicos de los estudiantes. Para ello es necesario que los ambientes físicos
consideren estándares de comodidad, seguridad, accesibilidad y sostenibilidad.
En este sentido los ambientes de aprendizaje se cualifican en la medida que la
infraestructura escolar cuenta con condiciones adecuadas de iluminación,
ventilación natural, acústica, manejo de colores que reduzcan la fatiga visual,
acabados, materiales y mobiliario escolar, así como condiciones de accesibilidad
que permitan el goce y disfrute de todos los ambientes sin distinción.
Los ambientes deben considerar espacios seguros en cuanto a estándares de
sismo resistencia, evacuación y prevención de riesgos por uso de instalaciones
escolares, así como la disponibilidad de servicios como agua, energía,
tecnologías de comunicación e información, que garanticen la continuidad de la
jornada escolar y ambientes complementarios que permitan la extensión de
actividades pedagógicas a espacios deportivos, culturales y sociales (BID, 2012b).
Así, desde la apuesta del proyecto, se espera que los ambientes físicos de la
escuela sean pensados conjuntamente con la comunidad, para el goce y disfrute
de quienes la habitan y desde el reconocimiento de que el aprendizaje no se da
únicamente en las aulas, sino en todos y cada uno de los espacios.
De la misma manera, el proyecto le apuesta a un espacio físico que invite a
pensarse otro tipo de escuela, en diálogo con su contexto y con una apuesta
pedagógica distinta a la convencional. Se entiende entonces que la
configuración del espacio se relaciona entre otras cosas, con las posturas
pedagógicas de una Institución Educativa; esto pasa por ejemplo, por dar una
mirada a la manera en que se organiza el mobiliario en las aulas (jerárquicamente
o no), a lo que se pone en las paredes (qué se permite, qué no, qué voz habla), o
Santa Lucía, Atlántico. 2015
11
a los espacios de expresión no formales adoptados por estudiantes y convertidos
en puntos de fuga (lo que se escribe en los baños, en los pupitres, informalmente
en las paredes, etc). Así, más allá de simples “contenedores”, los espacios físicos
en las escuelas son protagonistas en los procesos de enseñanza y de aprendizaje;
son espacios vivos, que representan la identidad de quienes los habitan.
En el componente de ambientes físicos se incorporan los criterios ambientales de
Escuelas Verdes, que reconocen las condiciones y potencialidades ambientales,
involucrándolas en los proyectos arquitectónicos y reduciendo al máximo el
impacto ambiental y la huella de carbono de las edificaciones. Así, se busca que
la escuela se convierta en un escenario vivo de buenas prácticas ambientales,
investigación y construcción de conocimiento, que complementan las
actividades que se desarrollan al interior de las aulas y orientan las acciones de la
escuela dirigidas a la conservación y/o recuperación del entorno natural,
posibilitando aprender en y con el entorno.
Las intervenciones en infraestructura contemplan prácticas ambientales desde la
misma ejecución de las obras, a través de procesos que mitigan los impactos que
se generan durante la construcción, involucran procesos básicos de reciclaje en
obra y uso razonable de recursos como el agua y la energía. Asimismo,
contemplan el uso de materiales con bajo impacto ambiental, presentes en la
zona y que dialoguen con el contexto. Se espera que estas prácticas ambientales
incluyan el aprovechamiento de recursos reciclados para la construcción
conjunta con la comunidad, de elementos que le sirvan a la escuela.
Zarzal, Valle del Cauca 2013
12
Por otro lado, y de acuerdo con Jakeline Duarte, “el ambiente es concebido
como el conjunto de factores internos –biológicos y químicos– y externos –físicos y
psicosociales– que favorecen o dificultan la interacción social. El ambiente debe
trascender entonces la noción simplista de espacio físico, como contorno natural
y abrirse a las diversas relaciones humanas que aportan sentido a su existencia”
(Duarte, 2003, p. 99). En este orden de ideas, el espacio físico se ubica en un
tiempo y lugar (territorio), con unos actores que se interrelacionan con él.
Así, nuestra concepción de ambiente de aprendizaje pone en relación los
ambientes físicos con la convivencia escolar, pues no se trata únicamente de
contar con unas instalaciones propicias para aprender, sino también de la
manera como culturalmente configuramos y le damos sentido a ese espacio a
partir de las relaciones sociales que ahí vivenciamos, y a partir de la relación que
construimos con el contexto y el territorio.
La creación de un espacio físico con estas características no implica
necesariamente la construcción de nuevas instalaciones para un establecimiento
educativo. El trabajo de la comunidad alrededor del mejoramiento, apropiación
y buen uso de los espacios, trae consigo un cambio en las condiciones de la
infraestructura educativa y en la convivencia en la escuela, en la medida en que
la comunidad encuentra un espacio de participación genuino al interior de la
escuela.
4.2 Convivencia
Ola Escolar reconoce el potencial de la escuela para contribuir a la formación de
ciudadanos y constituirse en un escenario propicio para el ejercicio de la
ciudadanía reflexiva, participativa y democrática. El proyecto parte del
convencimiento de que las relaciones que se dan en la escuela y el ambiente de
aprendizaje que en ella se configura, pueden modelar un sistema social y una
cultura en los que todos accedan al aprendizaje, aprendan a participar en la
toma de decisiones y contribuyan a crear una verdadera cultura democrática y
de convivencia con los otros y con el entorno.
Esto implica, a su vez, asumir uno de los mayores retos del siglo XXI: educar para
una ciudadanía mundial que trasciende el espacio del Estado-nación. Esto es,
ciudadanos que se asumen como parte de un todo, no sólo social sino también
ambiental y entienden el impacto de sus acciones no sólo en el entorno
inmediato sino en el planeta que habitan, tal y como lo ha planteado la UNESCO
(2015, p. 14): “La ciudadanía mundial se refiere a un sentido de pertenencia a
una comunidad más y a una humanidad común. Hace hincapié en la
interdependencia política, económica, social y cultural y en las interconexiones
entre los niveles local, nacional y mundial”.
13
Educar para la convivencia es también educar para el ejercicio de los derechos
humanos, y es una responsabilidad ineludible de la escuela, pues su misión es
formar ciudadanos activos, demócratas, comprometidos con el logro de una
sociedad más justa e igualitaria, que se asuman como seres que merecen vivir en
dignidad, libertad e igualdad, y en esa medida tienen las capacidades
necesarias para ejercer y exigir sus derechos y los de los demás. Asumir esta
posición implica que se reconozca a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes
como sujetos activos de derecho.
De otro lado, implica que familias y comunidad ejerzan su derecho a participar,
no sólo en los procesos de aprendizaje de sus hijos, sino en la promoción de
ambientes dignos en la institución educativa.
Por otro lado, la escuela debe ser inclusiva, lo que significa el fortalecimiento de
culturas democráticas y de convivencia pacífica, en las que todos los estudiantes
aprenden y cada uno de los actores involucrados pueden expresar sus ideas y ser
tomados en serio, a la vez que las disciplinas del saber, las interacciones de la
comunidad educativa y su relación con el ambiente físico y con el entorno de la
escuela comienzan a mirarse como actos de ciudadanía. En este orden de ideas,
una escuela inclusiva promueve oportunidades efectivas para que todos puedan
participar y aprender juntos en ambientes colaborativos, da relevancia a la
Aquitania, Antioquia. 2014
14
relación con el otro y su reconocimiento como ser humano más allá de lo
cognitivo. La participación como base de la propuesta metodológica de Ola
escolar, da un lugar diferente y preponderante a las familias en la escuela; más
allá de su asistencia a los espacios institucionales (comités, entrega de informes
etc), y más allá del aporte que se hace desde casa a los procesos de aprendizaje
de sus hijos.
De esta manera, se reconoce que un ambiente de convivencia pacífica facilita
la consolidación de un establecimiento educativo abierto, participativo e
inclusivo, en la medida en que promueve el aprendizaje mediante el
reconocimiento de las características, los intereses, el potencial, la participación y
el protagonismo de los integrantes de la comunidad educativa y la comunidad
circundante.
De otro lado la convivencia debe estar enmarcada en el respeto por la dignidad
inherente a cada persona, es decir, valorar la multiplicidad de intereses y la
diversidad de los integrantes de la comunidad educativa. Así se fomenta la
democracia, la participación, el diálogo, la concertación y el trabajo
colaborativo en los diferentes ámbitos de la vida escolar, en el marco del respeto
a los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente.
Lograr una convivencia con estas características requiere tener como base el
diálogo igualitario que “ocurre siempre que se tienen en cuenta todas las
contribuciones de las personas que participan en él. Todos han de tener la misma
oportunidad de hablar y de ser escuchados siendo que la fuerza está en la
calidad de los argumentos, en el sentido de lo que se defiende y no en la posición
jerárquica de quien habla” (CREA, 2015). Este diálogo promueve el ejercicio de la
ciudadanía cuando moviliza a la comunidad educativa para la transformación
de sus climas escolares y ambientes físicos, buscando que el trabajo colaborativo
y la participación se conviertan en valores esenciales. Este tipo de participación,
por su parte, promueve un cambio en las dinámicas de poder que se van
configurando en la escuela, encontrando en la acción nuevas “voces
autorizadas” que aportan desde su experiencia y sus saberes propios, a la
construcción de una escuela distinta.
La convivencia no se crea en la Institución Educativa improvisadamente, sino que
deben generarse las condiciones para que esta ocurra de manera armónica y
pacífica. El proyecto considera que estas condiciones están, entre otras cosas,
definidas por los espacios físicos de la escuela y por el uso que se les da a estos
espacios.
15
4.3 Procesos pedagógicos
Ola escolar parte del convencimiento de que el aula no es el lugar exclusivo para
el aprendizaje en la escuela, sino que se aprende en todos los espacios y tiempos.
En este sentido, hablar de procesos pedagógicos trasciende lo ocurrido en el
salón de clase y se proyecta a todos los lugares de la institución y a la relación
que esta establece con su entorno.
Ola escolar entiende los procesos pedagógicos como el conjunto de prácticas y
relaciones que se establecen intencionalmente para generar aprendizajes. En
este sentido, los procesos pedagógicos favorecen el aprendizaje cuando la
construcción de conocimiento está al alcance de todos los niños y niñas, lo cual
implica que se les proveen las mismas oportunidades para desarrollar todas sus
competencias y se tienen altas expectativas sobre su capacidad de aprender.
Esto significa, por un lado, trascender posturas convencionales que asocian el
aprendizaje con la recepción de información y brindar herramientas a los
estudiantes para ser agentes transformadores de su realidad, y por otro lado,
reconocer que todos los niños y niñas tienen las mismas capacidades de
aprender, sin importar su procedencia étnica, social y/o económica.
Asimismo, implica reconocer la interdisciplinariedad como un elemento escencial
del conocimiento, el cual ya no consiste en compartimientos disciplinares
Santa Lucía, Atlántico. 2014
16
específicos, si no que se centra en la creación de marcos explicativos nutridos de
muchas disciplinas y que se complementan entre sí.
Más allá de las áreas del conocimiento, la escuela es el lugar propicio para la
construcción de relaciones horizontales y de ambientes pacíficos y democráticos;
en este sentido, el aprendizaje está atravesado por la calidad de las relaciones
que se establecen en la escuela y los saberes y la cultura de quienes la habitan.
No hay aprendizaje sin el establecimiento previo de una relación con el otro o lo
otro y el aprendizaje está atravesado por la afectividad.
De la misma manera, la Escuela debe fomentar la creación de sentido en el
aprendizaje, tratando de manera igualitaria las diferencias culturales de los
estudiantes y valorando su identidad como parte del proceso pedagógico. Así, se
ofrecen condiciones de aprendizaje que permitan a todos los estudiantes
desenvolverse como ciudadanos activos y reducir el efecto de las disparidades
que limitan la democratización de la sociedad y de la educación.
El aprendizaje es un proceso activo, que se construye en la interacción con las
personas y con el entorno, en el cual el centro no es el conocimiento mismo, si no
la persona que aprende y la posibilidad de darle un sentido y aplicación para su
vida a eso que está aprendiendo.
Los procesos pedagógicos que se proponen en el marco de Ola escolar parten
del reconocimiento previo de las realidades de la escuela y de la planeación y
puesta en marcha de proyectos concretos que integran diferentes áreas del
saber (acciones transformadoras), son formuladas por la comunidad educativa a
partir de la caracterización- reflexión de sus espacios físicos y su convivencia, y
parten del reconocimiento de sus posibilidades de movilizar y transformar su
entorno. Los aprendizajes generados a partir de la realización es estos proyectos
hacen parte de la vivencia cotidiana de los actores de la escuela.
4.4 Participación familia y comunidad
Ola Escolar reconoce que la participación de las familias y la comunidad es
indispensable para el mejoramiento de los ambientes de aprendizaje. Tal y como
lo afirman Fabiana Marini y Roseli Rodrigues (2014, p. 166), una educación de
calidad no pasa solamente por el compromiso de los docentes, sino también por
el compromiso de todos los agentes educativos con los que los niños y niñas
interactúan diariamente.
Convocar a las familias y a la comunidad promueve la corresponsabilidad frente
a la educación y la escuela, la participación igualitaria, la valoración de la
diversidad y el consenso como valores inherentes a las sociedades democráticas.
De la misma manera, contribuye a mejorar la comprensión de los problemas que
enfrenta la escuela y a aumentar la oportunidad de respuesta de toda la
17
comunidad frente a los mismos, de manera pertinente y con sentido de
compromiso. De otro lado, como se mencionó anteriormente, la participación de
la familias en la escuela a través de espacios que no son necesariamente
institucionales, genera una “redistribución en los poderes”, que se van
consolidando al interior de la institución educativa y que muchas veces impiden
que actores como estudiantes, personas de servicios generales o familias sean
escuchadas en igualdad de condiciones.
Esta participación se entiende como un involucramiento que va mucho más allá
de la asistencia a reuniones informativas y parcialmente consultivas, para ser una
participación educativa, en la que padres, madres, abuelos, hermanos y vecinos
hacen parte de los procesos pedagógicos que suceden tanto dentro como fuera
del aula (CREA - Instituto Natura, 2015). Es entonces una participación que va más
allá de la representatividad en los órganos de gobierno de la escuela y que se
ejerce con distinta intensidad y en varios momentos porque nace de la voluntad
de las personas; es una participación que busca distintas motivaciones
dependiendo del contexto, los deseos y las necesidades de quienes habitan la
escuela.
La escuela se plantea así como mediadora de la participación democrática de
la comunidad. En la participación se encuentra el motor para que las
comunidades sean agentes de su propio bien-estar, de acuerdo con sus deseos y
necesidades, y se empoderen como ejes transformadores de su realidad, lo que
en muchos casos permite desarrollar su potencial.
Algodonal, Atlántico. 2015
18
A su vez, la participación ampliada de la comunidad educativa fortalece los
procesos mismos de aprendizaje, en la medida en que el aprendizaje no es un
proceso individual y solitario, sino un acto intersubjetivo: “… autores como Mead
(1973) o Vygotski (1979),… señalan que el desarrollo tiene lugar en primera
instancia a nivel social y, posteriormente, a nivel interno”. Por eso, “uno de los
retos principales a los que se enfrenta nuestro sistema educativo es el de
potenciar el número y la diversidad de interacciones en los chicos y chicas, para
que su desarrollo a nivel intrapersonal sea lo más rico posible” (García Yeste,
Martín Casanova, & Sampé Compte, 2012, p. 199).
El sustento de la ruta de acompañamiento de Ola escolar es la participación de
la familia y la comunidad. Dicha participación, como se mencionó, se da de
manera voluntaria y no necesariamente pasa por las instancias institucionales en
la escuela (consejo directivo, consejo de padres etc), sino que convoca la
participación desde distintos niveles: como mano de obra local para la
construcción y/o mejoramiento de espacios físicos, como parte fundamental del
equipo líder, en la movilización de acciones transformadoras o de acciones
puntuales. Se participa desde la reflexión y desde la práctica, promoviendo
identidad por aquello que se construye conjuntamente. Así, por un lado, la
comunidad gana comprensión sobre la realidad que quiere transformar, y por
otro, ejecuta acciones que conllevan a esta transformación. Se ha evidenciado
que la participación de las familias aumenta si hay un sentido de pertenencia por
aquello en lo que se está participando y si se percibe que el aporte es útil y
Aquitania, Antioquia. 2014
19
contribuye de manera efectiva a la transformación, en este caso, de los espacios
físicos y la convivencia en la escuela.
Invitamos a las familias y la comunidad circundante a que contribuyan en la
construcción de ambientes dignos para el aprendizaje, facilitando su
participación a través de la deliberación y el consenso en la toma de decisiones,
desde la construcción de los diseños, hasta la vinculación activa en la planeación
de actividades de mejoramiento, uso y apropiación de los espacios físicos.
El proyecto reconoce la potencia de la participación colectiva y en la toma de
decisiones conjuntas de las familias en los asuntos de la escuela. Desde Ola
escolar se ha evidenciado que este tipo de participación promueve la
apropiación y el sentido de pertenencia por la escuela, la corresponsabilidad,
mejora la convivencia, redistribuye roles de poder y potencia la relación de la
institución educativa con su entorno, entre otros.
4.5 Articulación con otros sectores y actores
Cada vez hay más actores y sectores implicados en la promoción y el
mejoramiento de la educación. Empresas, organizaciones de la sociedad civil,
gobiernos locales, nacionales y organismos multilaterales han posado su mirada
sobre la educación como motor de transformación social y como lugar por
excelencia para superar las inequidades. Esto se debe “… a las dimensiones
múltiples e indisociables, de índole ética, cultural, económica, social y cívica que
abarca” (UNESCO, 2015, p. 73)
La articulación de estos sectores y actores que trabajan en educación y en pro
del bienestar social, es una condición cada vez más indispensable. Por un lado,
en un mundo de creciente complejidad, requerimos de respuestas y soluciones
integrales, que abarquen los problemas desde diferentes perspectivas y saberes,
haciendo indeludible la cooperación entre diferentes sectores:
“Estas relaciones de colaboración permiten enfrentar y resolver problemas que el
establecimiento educativo no puede solucionar por sí mismo. Además, abren
nuevos espacios para compartir y complementar saberes y experiencias, lo que
contribuye al fortalecimiento institucional y de la legitimidad del proyecto
educativo” (MEN, 2008, p. 18).
Por otro lado, la escuela como lugar exclusivo de producción y transmisión de
conocimientos se ha desdibujado en la sociedad de la información. Existen
muchos otros lugares en los que el conocimiento, académico y popular, se crea,
recrea y transmite, y frente a los cuales la escuela no puede cerrar los ojos. En
ellos se encuentran infinitas oportunidades para potenciar y compartir los
aprendizajes de los estudiantes y la comunidad educativa en general.
20
Asimismo, la escuela hace parte de un contexto social, cultural, económico y
geográfico en el cual está inmersa, por el cual se ve afectada y al cual afecta.
Verla como una isla aparte de este contexto implica que la escuela pierda gran
parte de su sentido, pues es en esa interacción de la escuela con otros actores y
sectores está la clave para que la educación sea pertinente y acorde a las
necesidades y retos propios del contexto.
Siguiendo los postulados de la UNESCO: “La noción de la educación como ‘bien
común’ reafirma su dimensión colectiva como tarea social común
(responsabilidad compartida y compromiso con la solidaridad” (UNESCO, 2015, p.
85). Para darle esta dimensión son necesarias alianzas sólidas y organizadas entre
diferentes sectores y con diferentes actores, que se movilicen en torno a una
mejor educación para todos y todas.
La articulación que se propone desde Ola escolar, parte de las necesidades y
deseos de la escuela y no de las necesidades de organizaciones externas que
llegan a “ejecutar proyectos” sin consulta previa. Dicha articulación no implica
generar cargas adicionales a los maestros, sino fortalecer procesos y aunar
esfuerzos alrededor de lo que la escuela en conjunto ha identificado que
necesita. Así, en marco de la planeación de las acciones transformadoras del
proyecto con la comunidad educativa, se van identificando necesidades de
Bolombolo Antioquia. 2012
21
trabajo conjunto con organizaciones e instituciones que a nivel local, regional o
nacional aportan al mejoramiento de la convivencia y los ambientes físicos de los
establecimientos educativos.
3. Propósitos y enfoques
5.1 Propósitos
Nuestro propósito es contribuir a la construcción de ambientes dignos para el
aprendizaje, fortaleciendo la convivencia escolar y comunitaria mediante la
movilización y participación de la comunidad educativa alrededor del
mejoramiento y sostenibilidad de los ambientes físicos de la escuela.
El proyecto entiende que la infraestructura educativa está estrechamente ligada
a los ambientes de aprendizaje que se configuran en la escuela. Pero, más allá de
las transformaciones necesarias en la infraestructura, el proyecto le apunta al
mejoramiento de ambientes de aprendizaje y al fortalecimiento de capacidades
de la comunidad educativa alrededor de dos componentes: 1) el mejoramiento,
buen uso, apropiación y sostenibilidad de los ambientes físicos; y 2) la convivencia
y el trabajo participativo en la escuela.
Siguiendo la idea de que la escuela es un escenario para el ejercicio de la
ciudadanía activa, el proyecto busca potenciar la participación de los diferentes
actores de la comunidad educativa: familias, docentes, directivos,
administrativos, personal de servicios generales, estudiantes y comunidad
circundante, pues considera que la participación alrededor del mejoramiento de
ambientes físicos es una excusa perfecta para promover la corresponsabilidad
frente al buen uso, cuidado y mantenimiento de los espacios mejorando la
convivencia.
5.2 Enfoques
Se han establecido cuatro enfoques conceptuales que orientan esta ruta. Estos
son: el enfoque ambiental, el enfoque apreciativo, el enfoque de derechos y el
enfoque participativo. A continuación se explica cómo se entiende cada uno de
ellos y cómo estos contribuyen a la implementación de la ruta de
acompañamiento del proyecto.
22
5.2.1 Enfoque ambiental
Para Ola escolar el enfoque ambiental tiene dos connotaciones: el ambiente
como un complejo tejido de relaciones entre los seres humanos y su entorno
natural, social y cultural, y el ambiente como los recursos que se deben
aprovechar con miras a la sostenibilidad.
La primera connotación significa entender que el ambiente es un complejo tejido
de relaciones físicas - espaciales, sociales, económicas, culturales, biológicas,
ecológicas y geográficas que interactúan entre sí. Es decir, reconocemos el
ambiente desde una perspectiva amplia, en la cual se exploran diferentes
dimensiones del ser humano. A su vez, implica asumir la escuela en relación con
su contexto y con las prácticas sociales que en ella construimos.
En este sentido, tal y como lo afirman Humberto Maturana y Ximena Dávila: “No
hay escuela o colegio que se encuentre desconectado de ningún proceso social
y menos aún de otras organizaciones. Considerar a una institución conectada a
una red socializadora nos orienta para construir una escuela, como ya se ha
dicho, como comunidad humana que se relaciona y se vincula con otras”
(Maturana & Dávila, p. 140).
Por otro lado, la segunda connotación que damos a lo ambiental abarca una
serie de acciones deliberadas que, como comunidades humanas, echamos a
andar para cuidar y preservar los recursos y el entorno. En este sentido: “Cuidar el
entorno consiste precisamente en respetarlo, no explotarlo al usarlo como un
ámbito vital, no contaminarlo como si fuese una bolsa para desechos. En nuestro
presente cultural y tecnológico el bosque, el agua limpia, el aire limpio, los
espacios ecológicos satisfactorios para el vivir humano y el de otros seres vivos, ya
no se sostienen por sí mismos, no tienen la autonomía de la biosfera, pues ahora
pertenecen a la antropósfera de transformaciones generadas por nuestras
Ilustración 1 Enfoques conceptuales
23
emociones, según lo que queremos conservar consciente o inconscientemente
en nuestro vivir” (Maturana & Dávila, p. 161).
Lo anterior implica entender la escuela como un espacio saludable, amigable
con el ambiente y pensado en función de quienes la habitan y del fin primero y
último de la misma, que es posibilitar el aprendizaje y la convivencia de la toda la
comunidad educativa y de esta con su entorno. Una escuela pensada desde el
enfoque ambiental es un espacio flexible y que invita al aprendizaje, la
construcción con otros, la creación, la participación y la convivencia consigo,
con los demás y con el entorno.
De manera transversal en su ruta de acompañamiento, Ola escolar articula
acciones que conllevan a que la comunidad educativa pueda reflexionar y
replantearse las relaciones que establece con otros seres humanos y con su
entorno, movilizando la responsabilidad colectiva alrededor de la sostenibilidad
ambiental y cultural como dos aspectos estrechamente interrelacionados. Así, el
trabajo con la comunidad educativa invita a la construcción de lazos de
solidaridad, a la celebración y reconocimiento de la diversidad y la construcción
de una cultura de paz que atraviesa las relaciones con otros y con el entorno.
Medellín, Antioquia. 2015
24
A lo largo del proceso se plantean acciones concretas que proponen la
transformación de prácticas que le apuntan a generar sostenibilidad ambiental
partiendo de los procesos de construcción y/o mejoramiento de espacios físicos y
del uso y apropiación de los mismos.
Se incorporan, por ejemplo, acciones alrededor de la prevención de la
contaminación por actividades de construcción, la reducción del efecto isla de
calor y reflexión solar, la recuperación de la huella verde perdida en espacios
internos, la conservación y creación de zonas de terreno natural al interior de la
escuela, la siembra y retorno de especies nativas o el uso de materiales reciclados
para el embellecimiento de los espacios escolares. Con la comunidad educativa
se promueven acciones que incorporan lineamientos de escuelas verdes, se
trabaja en la optimización y autocontrol del uso de agua y energía, en la
prevención de contaminación visual y auditiva y, en general, en medidas que
promuevan el cuidado y preservación de los recursos para el aprovechamiento
de las otras generaciones.
5.2.2 Enfoque Apreciativo
El enfoque apreciativo se basa en reconocer que todos los seres humanos
tenemos la capacidad de tomar decisiones para transformar y mejorar nuestras
condiciones de vida y las de nuestro entorno. Tal y como lo plantea Amartya Sen
Quibdó, Chocó. 2012
25
(2000), para potenciar las capacidades que tenemos como seres humanos, el
foco debe estar en lo que las personas son capaces de hacer y ser para mejorar
su calidad de vida o para remover obstáculos en sus vidas, que les permita tener
libertad para vivir el tipo de vida que para ellos tiene valor.
Es así como Ola Escolar parte del conocimiento, la experiencia y el potencial de
los miembros de la comunidad educativa, las dinámicas de la vida escolar y la
relación de esta con el contexto, para propiciar condiciones favorables al
ejercicio de la ciudadanía, el mejoramiento, uso, mantenimiento y sostenibilidad
de los ambientes físicos.
Por otro lado, este enfoque rescata al individuo como un sujeto activo para su
propio desarrollo, que tiene la posibilidad de transformar los medios con que
cuenta para alcanzar sus aspiraciones y las de su comunidad.
Partiendo de este reconocimiento de las capacidades propias de la comunidad
educativa, se potencia la capacidad para construir relaciones basadas en el
respeto que mejoran la convivencia escolar, se fortalece la capacidad de
trabajar en equipo, de construir acuerdos para mejorar, de movilizarse en torno a
un objetivo común y de integrarse como comunidad educativa con su contexto
físico, cultural y social.
Montebello, Antioquia. 2014
26
En este orden de ideas, la planeación de los proyectos o acciones
transformadoras que construye la comunidad en el marco de la ruta de
acompañamiento, no parte de las falencias de la escuela, sino de sus sueños y
posibilidades. Este enfoque pasa también por reconocer el potencial, el valor y la
capacidad de los saberes locales para el desarrollo de los proyectos.
5.2.3 Enfoque de Derechos
En primer lugar, se reconoce que la educación es un derecho fundamental y un
bien público que propicia el ejercicio de los demás derechos humanos y de la
ciudadanía. Por tanto, es universal (todas las personas son titulares o sujetos
activos del derecho), interdependiente e indivisible (todos son derechos
interrelacionados e interdependientes), inalienable e intransferible (ni por voluntad
propia ni obligadas, las personas pueden renunciar a los derechos humanos,
como tampoco negociar con ellos).
Medellín, Antioquia. 2015
27
Al entender la educación como un derecho fundamental, los ambientes físicos
cobran un lugar relevante, pues la existencia de espacios adecuados para los
aprendizajes mejora las condiciones de acceso, permanencia y aprendizaje en
condiciones de equidad y, en esta medida, contribuye al cumplimiento del
derecho a la educación de calidad y a la equidad social.
Al mismo tiempo, es importante reconocer que los niños y niñas son sujetos de
derechos: no solo porque tienen igualdad de condiciones ante la ley, sino porque
adicionalmente gozan de consideraciones especiales derivadas de su condición
de edad. El ser sujeto de derechos significa, entre otros aspectos, que la sociedad
reconoce su protagonismo como actor de cambio dentro de los espacios
sociales donde se desarrollan: la familia, la comunidad, la institución educativa y
otros (Save the Children , 2002).
Adicionalmente, tienen derecho a gozar del más alto nivel de salud, tal y como
reza el artículo 24 de la Convención sobre los derechos del niño, del cual se ha
derivado el derecho de todos los niños y niñas a un ambiente sano, es decir, a
vivir, estudiar y jugar en ambientes que los protejan de enfermedades y amenazas
del medio ambiente.
Con Ola Escolar se busca promover una escuela que posibilite que el sueño de los
derechos cobre vida y se haga realidad en el día a día del quehacer escolar,
mediante la promoción de ambientes participativos, de convivencia pacífica y
de valoración de las diferencias, el fortalecimiento del sentido de apropiación de
la institución educativa como bien público y la promoción de la
corresponsabilidad de la comunidad educativa en el respeto y ejercicio de los
derechos.
5.2.4 Enfoque Participativo
La participación está en la base de nuestra ruta, como un atributo básico de la
transformación de la escuela y una forma de promover la corresponsabilidad de
la comunidad en la educación.
Esta participación parte del deseo de la comunidad educativa y no de la
imposición; no se trata de un ejercicio que conlleva cargas adicionales para los
actores de la escuela, sino que invita a sumarse al mejoramiento de lo ya
existente partiendo del sueño de convivencia y espacios físicos que tiene la
institución y en una dinámica en la que todos aprenden y todos enseñan.
Retomando la propuesta de Comunidades de Aprendizaje del Centro de
Investigación en Teorías y Prácticas de Superación de Desigualdades (CREA) de la
Universidad de Barcelona, entendemos la participación desde la mirada del
28
aprendizaje dialógico. Esto significa que en la escuela: “… todos participan e
interactúan de manera igualitaria, respetando la inteligencia cultural de todas las
personas, creando sentido para el aprendizaje y fomentando relaciones más
solidarias”(CREA, 2015, p. 4).
Esto implica, por un lado, reconocer el aprendizaje como una interacción que
sucede no solamente entre el docente y el estudiante, sino también: “… en las
situaciones de interacción entre los propios alumnos, y entre alumnos y profesores,
familiares y otros agentes del contexto educativo” (CREA, 2015, p. 4). Por otro
lado, permite entender que las personas que conforman la comunidad educativa
están inmersas en un contexto social, cultural, económico y ambiental que traen
consigo, ponen en juego a la hora de participar y que está presente en los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
Pradera,, Valle del Cauca. 2013
29
Además, los aprendizajes que suceden en estas interacciones van más allá de los
contenidos que se aprenden en el aula de clases, convirtiendo así todos los
escenarios del establecimiento educativo y el entorno circundante como lugares
propicios para potenciar los aprendizajes y la participación.
En el desarrollo de esta ruta, se potencia la participación convocando a la
comunidad alrededor del mejoramiento de los ambientes físicos como un
proceso ligado a la materialización de sus imaginarios y deseos sobre la escuela.
La comunidad se involucra a través de espacios de participación y reflexión
construidos alrededor de la puesta en marcha de proyectos o acciones
transformadoras que ella misma piensa, ejecuta y evalúa. En este proceso, la
convivencia se fortalece también desde la participación y valoración de ideas,
acciones y saberes de los distintos actores de la comunidad.
La comunidad participa haciendo parte del equipo líder del proyecto, a través
de su vinculación como mano de obra local, a través de sus ideas en los diseños
de las obras, como veedores de obra, pensando y llevando a cabo las acciones
transformadoras, en actividades paralelas de arborización o embellecimiento que
permiten una mayor apropiación y personalización de las obras, entre otras.
(Ver más acerca del enfoque de participación en el apartado de Ambientes
dignos para el aprendizaje).
Santa Lucía, Atlántico. 2015
30
4. Ruta de acompañamiento o estrategia metodológica
La ruta de acompañamiento de Ola Escolar es una propuesta metodológica
para acompañar presencialmente a la comunidad educativa en la
estructuración de actividades que movilicen a todos sus miembros en torno al
mejoramiento de los espacios físicos de la escuela, consolide la participación y
contribuya al mejoramiento del clima escolar y las relaciones de convivencia que
en ella se tejen. La implementación de la ruta tiene una duración de un año.
Para esto, se han definido unos actores con sus roles, unos objetivos, unas fases de
implementación, una estrategia de comunicación y movilización y un enfoque y
herramientas de documentación y evaluación, que orientan la propuesta.
6.1 Actores y roles
Para la implementación de la ruta de acompañamiento, estos son los principales
actores que cooperan en la consolidación de ambientes dignos para el
aprendizaje tanto al interior de los establecimientos educativos, como desde otras
instituciones públicas y privadas:
Equipo líder: es un equipo compuesto por la comunidad educativa, con
representación de todos sus estamentos (estudiantes, docentes, familias,
directivos, administrativos y servicios generales). Según las características de cada
Equipo líder
Equipo Nacional
Profesionales de acompañamiento
Aliados público privados
31
contexto, este equipo se amplía a líderes comunitarios, representantes de
organizaciones de base, privadas o públicas, entre otros. Puede ser un equipo
que ya está constituido en el establecimiento educativo, o constituirse para la
implementación del proyecto. Su responsabilidad es acudir a las sesiones de
trabajo, convocar y movilizar las actividades con la comunidad educativa y la
comunidad circundante. Es clave que este equipo cuente con líderes que
convoquen a la participación de la comunidad educativa.
Profesionales de acompañamiento: son profesionales contratados por Ola Escolar
para realizar el acompañamiento in-situ a los establecimientos educativos. Son los
encargados de facilitar las reflexiones y actividades de la mano del Equipo líder,
elaborar los productos finales, consolidar los aprendizajes de la ruta y apoyar la
gestión de alianzas regionales para la puesta en marcha de las acciones
transformadoras.
Equipo nacional: es el equipo encargado de gestionar y administrar las alianzas y
los recursos para la implementación del proyecto, así como de acompañar y
orientar conceptual y metodológicamente a los asesores de campo. Realizan
periódicamente acompañamiento in situ a las Sedes Educativas.
Aliados público – privados: son las fundaciones empresariales, organismos
internacionales, gobiernos y entidades nacionales y territoriales, que aúnan los
esfuerzos técnicos y financieros que hacen posible que el proyecto llegue a los
establecimientos educativos, y/o que se fortalezca la implementación de las
acciones propuestas por la comunidad educativa.
6.2 Objetivos
Ola Escolar se propone contribuir a la construcción de ambientes dignos para el
aprendizaje, fortaleciendo la convivencia escolar y comunitaria mediante la
movilización y participación de la comunidad educativa alrededor del
mejoramiento y sostenibilidad de los ambientes físicos de la escuela.
32
En este sentido, el proyecto:
Adicionalmente, el acompañamiento propuesto desde Ola escolar mejora los
ambientes para el aprendizaje en la escuela en la medida en que promueve:
33
6.3 Fases de acompañamiento
Fase I. Preparando el terreno
Durante esta fase se realiza la formación conceptual y metodológica a los
profesionales de acompañamiento, se identifican los actores líderes tanto en la
escuela como en el barrio y/o municipio, se realiza un evento de socialización del
proyecto con la comunidad educativa y barrial/municipal, con el fin de construir
acuerdos de trabajo, y se establecen los canales de comunicación para movilizar
la participación de la comunidad educativa.
Fase II. Mi espacio, mi espejo
Es una fase de caracterización en la que la comunidad educativa reflexiona, a
partir de ejercicios etnográficos, sobre los espacios físicos y la convivencia en su
escuela y en torno a la importancia de mejorar los ambientes de aprendizaje, el
uso, apropiación y cuidado para la sostenibilidad que se le da a los ambientes
físicos y las relaciones de convivencia.
En el caso de que se esté haciendo una construcción o mejoramiento físico al
interior de la institución educativa, en esta etapa se ponen en diálogo los diseños
arquitectónicos de la obra con las expectativas y deseos que tiene la comunidad
educativa frente a su espacio.
Fase I
Preparando el terreno
Fase II
Mi espacio, mi espejo
Fase III
Transformando mi espacio
Fase IV
Pensando en el futuro
Intervenciones Ola escolar Valle del Cauca y Antioquia
34
Fase III. Transformando mi espacio
A partir de los resultados de la caracterización sobre los ambientes físicos y la
convivencia en el establecimiento educativo, la comunidad educativa propone,
implementa y evalúa una serie de acciones transformadoras con las siguientes
condiciones: que involucren a la comunidad, que promuevan el uso creativo del
espacio, que tengan un propósito pedagógico y que sean amigables con el
medio ambiente.
En el marco de esta fase, y como parte de las acciones transformadoras, el
equipo líder, con el apoyo del profesional de acompañamiento, convocan a la
comunidad educativa a por lo menos una jornada de embellecimiento y a por lo
menos una jornada de arborización en la institución educativa.
Fase IV. Pensando en el futuro
En esta fase la comunidad educativa construye los acuerdos de ocupación, uso,
cuidado y mantenimiento para la sostenibilidad. Asimismo, buscan los puntos de
Intervenciones Ola escolar Antioquia y Atlántico
Intervenciones Ola escolar Antioquia y Atlántico
35
articulación de las acciones transformadoras con los proyectos e iniciativas en
marcha en el establecimiento educativo, con miras a la sostenibilidad de las
iniciativas, y se identifican potenciales aliados en el municipio y/o barrio.
5. Movilización y comunicación
En Ola escolar se entiende que la comunicación va más allá de la difusión de
información; la comunicación es, ante todo, producción de sentido. En este
marco se formulan las acciones planteadas por el proyecto, tanto en el nivel
central como en las Sedes Educativas.
Las acciones formuladas desde el equipo central están encaminadas a:
Posicionar y enriquecer en el diálogo con otros, la mirada sobre ambientes
de aprendizaje de Ola escolar en la agenda pública educativa.
Fortalecer la participación y el intercambio de saberes de los aliados con
los que cuenta el proyecto y sumar nuevos aliados al esfuerzo por mejorar
los ambientes de aprendizaje de las Instituciones Educativas.
Relatar a través de las voces de los actores centrales del proyecto las
transformaciones generadas y las apuestas de Ola escolar en las
Instituciones Educativas, a través de la creación de contenidos
eduentretenidos que aportan al documental web del proyecto (ver
www.olaescolar.com/web_doc) y son una herramienta para la
implementación de la ruta de acompañamiento.
Socializar los avances y las apuestas el proyecto entre los diferentes actores
del sector educativo.
Al interior de los establecimientos educativos, el proyecto considera acciones en
comunicación encaminadas a:
Intervenciones Ola escolar Antioquia y Atlántico
36
Socializar la propuesta del proyecto e invitar a la participación por parte
de la comunidad educativa y circundante a la escuela.
Comunicar los avances del acompañamiento y de la obra a la comunidad
educativa e invitar a la veeduría.
Convocar a más personas a la transformación de la escuela, a través de la
participación en las acciones transformadoras o en actividades puntuales
de embellecimiento.
Producir contenidos que documenten las experiencias susceptibles a ser
publicados en el documental web del proyecto.
De otro lado, entendiendo que Ola Escolar trabaja con la comunidad
educativa en los escenarios de la escuela que sobrepasan lo que sucede en
el aula, se trata de aprovechar el potencial de los medios audiovisuales para
“retratar” la cotidianidad de las personas de una manera más auténtica,
fluida, y leer desde otro lugar la complejidad de la realidad escolar. Se
propone usar la imagen como recurso descriptivo, para obtener información
cualitativa desde la que se relate lo sucedido en la experiencia.
La imagen aporta a develar la identidad particular que se construye en cada
escuela (y que sobrepasa los documentos oficiales, PEI, PMI, Manual de
convivencia, etc); esta realidad, para el caso del proyecto, está dada por las
relaciones particulares que se construyen con los otros, con los espacios físicos
y con el entorno.
Así, En el marco de la ruta de acompañamiento, se propone el uso de audio-
visuales como herramientas para apoyar la implementación de las acciones
en cada una de las fases, y como herramientas que aportan a la
documentación y evaluación cualitativa del proceso.
Para visitar el documental web de Ola escolar: www.olaescolar.com/web_doc
Documental web Ola escolar
37
6. Sistema de evaluación
El proyecto contempla momentos de evaluación, documentación, monitoreo y
seguimiento.
La evaluación es entendida como un proceso sistemático, planificado y dirigido
que permite obtener información relevante sobre el proyecto y medir el impacto
alcanzado con su intervención. Los resultados de la evaluación se plantean como
insumos para la toma de decisiones o la comprensión de factores asociados al
éxito o al fracaso de los resultados. Se entiende que la evaluación es un sistema
complejo, no neutral, sino que en él intervienen el contexto y los imaginarios
culturales de las personas.
Ola escolar le apuesta a una evaluación que involucra a los participantes del
proyecto y que se va consolidando en la comunidad educativa como una
posibilidad para la toma de decisiones alrededor de la transformación de la
escuela.
Se entiende la documentación como el proceso de recolección, sistematización
y análisis de la información que evidencia el desarrollo del proyecto. Para cada
una de las fases se han sugerido productos clave que aportan a la
documentación de la experiencia (Ver Guía a profesionales de
acompañamiento), privilegiando el uso de audio- visuales y herramientas
etnográficas para la captura de la información. Más allá de la memoria del
proyecto, se busca que la información recogida sirva como insumo para la
reflexión que hace la comunidad alrededor de su escuela en cada fase, y como
contenido susceptible de ser publicado en el documental web de Ola escolar.
La infraestructura es una voz más de la documentación, en tanto refleja las
relaciones sociales que se establecen en la escuela: qué espacios son abiertos y
cuáles están cerrados, los lugares para el silencio, los lugares para la expresión, los
lugares seguros e inseguros, los puntos de fuga de los estudiantes (qué se escribe
en las paredes, en los baños). Así, la infraestructura y el uso que la comunidad
hace de ella, deja ver el tipo de relaciones que se construyen en la escuela y
permite a la comunidad reflexionar de otra manera alrededor de algo que hace
parte de una realidad no institucional. De otro lado, las transformaciones (antes y
después) que sufren los espacios físicos con la intervención del proyecto son
también documentados a través de recursos visuales y herramientas etnográficas.
Asimismo, se establece una herramienta de monitoreo que es aplicada en cada
una de las fases y permite hacer seguimiento al avance de las actividades y los
productos esperados (Ver Guía a profesionales de acompañamiento).
El seguimiento, por su parte, es el acompañamiento continuo que se hace desde
el equipo nacional a los profesionales de campo y el reporte que se hace al
38
comité de gestores de Ola escolar. Se concibe como un proceso continuo que
permite la toma de decisiones inmediatas para la mejora del proyecto.
De otro lado, en los casos en que Ola escolar esté a cargo del mejoramiento de
la infraestructura, se realiza un comité semanal de seguimiento a obra, que
cuenta con la participación del supervisor del obra y el profesional de
acompañamiento.
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