Dossier 04 Bajtin

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  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

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    Criterios

    La

    Habana-México D.F. edición especial de homena¡e a Baitín

    julio 1993, pp. 9-18

    a

    evaluación social,

    su

    papel,

    el

    enunciado

    concreto

    y la

    construcción

    poética

    Pável Medvédev/Mijaíl Bajtín

    a

    evaluación

    soci l

    y

    su papel

    Pero ¿cuál es, en realidad, el elemento que une la presencia material de la

    palabra con su sentido?

    Creemos que ese elemento es la evaluación social.

    Cierto es que la evaluación social no es una pertenencia exclusiva de la

    poesía. Está en cada palabra viva, puesto que la palabra entra en el enun

    ciado singular concreto. El lingüista hace abstracción de la evaluación so

    cial,

    y

    que hace abstracción de las formas concretas del enunciado. Por

    eso en el lenguaje corno sistema lingüístico abstracto no hallaremos la eva

    luación social.

    • «Sotsial naia

    otsen

    ka i eio rol », «Sotsial naia otsenka i konkretnoe vyskazyvanie» y

    «Sotsial naia otsenka i poeticheskaia konstruktsiia», unidades

    del cap.

    II

    de

    la tercera

    parte de:

    Formal nyi metod v literaturovedenii,

    1982 (1928 , NuevaYork, Serebrianyi

    vek, pp.

    162-174.

    N. del E.:

    Dada la incertidumbre

    que

    rodea

    el

    problema

    del

    respec

    tivo modo y grado de participación de P. N. Medvedevy

    M.

    N. Bajtín en la elabora

    ción del libro l

    método

    formal

    en los estudios literarios. introducción crítica a

    una poética sociológica, empleamos aquí

    la

    misma

    solución

    gráfica

    a

    que

    apeló

    Tzvetan

    Todorov

    en su

    obra

    Mikhail Bakhtine, le príncipe dialogique

    (París, Éditions

    du

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      Pável i\Iedvédev Mijaíl Bajtín

    Pero ¿qué es

    Ja

    evaluación social? ¿Cuál es su papel en el lenguaje

    más exactamente: en el enunciado?¿Y cuál es su importancia para la cons

    trucción poética?

    El vínculo entre el sentido y el signo en la palabra tomada por separa

    do independientemente del enunciado concreto por así decir: en la «pala

    bra de diccionario» es completamente casualy

    técnica.

    En

    este caso la

    palabra es simplemente un signo convencional. Entre la realidad singular de

    la palabra y

    su

    significado hay una inconexión sólo superable mediante un

    vínculo mecánico entre ellos mediante una asociación.

    Pero el asunto se presenta de otro modo con el enunciado concreto

    singular aunque consista de una sola palabra. Todo enunciado concreto es

    un acto social. Siendo también un complejo material singular

    -sonoro

    articulatorio

    visual-

    el enunciado

    al

    mismo tiempo es parte de la reali

    dad social. Organiza

    el

    trato

    obshchenie]

    orientado a una reacción de

    respuesta él mismo reacciona a algo; está entretejido inseparablemente en

    el acontecimiento del trato. Su realidad singular

    ya no

    es la realidad del

    cuerpo físico sino la realidad del fenómeno histórico. Histórica y social

    mente significativo es no sólo el sentido del enunciado sino también el

    hecho mismo de su pronunciación en general: de su realización aquí y

    ahora en circunstancias dadas en un momento histórico dado en las con

    diciones de una situación social dada.

    Así pues la propia presencia singular del enunciado es histórica

    y

    so

    cialmente significativa. De categoría de la realidad natural pasa a ser una

    categoría de la realidad histórica.

    l

    enunciado

    ya

    no es un cuerpo físico ni

    un proceso físico sino un acontecimiento de la historia aunque sea infini

    tamente pequeño. Su singularidad es la singularidad de una realización

    histórica en determinada época y en determinadas condiciones sociales. Es

    la singularidad del acto histórico-social fundamentalmente distinta de la

    singularidad de la cosa y del proceso físicos.

    Pero también el sentido mismo de la palabra-enunciado a través del

    acto singular de su realización se incorpora a la historia deviene un fenó

    meno histórico. Pues el hecho de que precisamente el sentido dado devino

    objeto de discusión aquí y ahora de que se habla precisamente de él y se

    habla precisamente así y no de otra manera de que precisamente el sentido

    dado entró en el horizonte concreto de los hablantes todo eso es determi

    nado enteramente po r el conjunto de las condiciones histórico-sociales y

    por la situación concreta del enunciado singular dado.

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    La evaluación social su papel... 3

    Es que de la enorme variedad de objetos y significados accesibles a un

    gmpo social dado, precisamente determinado significado, determinado ob

    jeto, entró en el horizonte de las personas que hablan o que tienen trato

    ideológico en un momento dado y en un lugar dado. Entre

    el

    sentido y el

    acto la enunciación), entre el acto y la situación histórico-social concreta

    se establece un vínculo histórico, orgánico, actual.

    a

    singularidad material

    del signo y la generalidad y amplitud del sentido se funden en la unidad

    concreta del fenómeno histórico del enunciado.

    Cierto es que esta fusión misma es histórica. El vínculo orgánico entre

    el signo y el sentido, logrado en el acto histórico concreto de la enuncia

    ción, existe sólo para el enunciado dado y sólo para las condiciones dadas

    de la realización del mismo.

    Si desvinculamos el enunciado del trato social y lo materializamos,

    entonces perderemos también la unidad orgánica de todos sus aspectos

    lograda por nosotros. La palabra, la fonna gramatical, la oración y en

    general todas las determinaciones lingüísticas tomadas con abstracción del

    enunciado concreto e histórico, se convierten en signos técnicos de un

    sentido meramente posible, todavía no individualizado históricamente. Este

    vínculo orgánico entre el sentido y el signo no puede volverse

    un

    vínculo

    de diccionario, estable gramaticalmente y fijado en formas idénticas que se

    transmiten, o sea, no puede volverse él mismo signo o aspecto constante

    del signo, no puede gramatical zarse. Este vínculo se crea para destruirlo y

    de nuevo crearlo, pero

    ya en nuevas formas, en las condiciones de un

    nuevo enunciado.

    He aquí que a esta actualidad histórica que une la presencia singular

    del enw1ciado con la generalidad y plenitud de su sentido, que individualiza

    y concretiza el sentido y que le da sentido a la presencia sonora de la

    palabra aquí y ahora, la llamamos precisamente evaluación social.

    Es que precisamente la evaluación social hace actual

    l

    enunciado,

    tanto

    por

    la parte de su presencia factual, como por la parte de su significa

    do de sentido. Ella determina la elección del objeto, la palabra, la forma, la

    combinación individual de los mismos dentro de los límites del enunciado

    dado. Determina tanto la elección del contenido, como la elección de la

    forma, y el vínculo entre la forma y el contenido.

    Hay evaluaciones sociales más estables y profundas, determinadas por

    el ser económico de una clase en una época dada de su existencia. Diríase

    que en estas evaluaciones se formulan las grandes tareas históricas de toda

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    4 Pável hfedvédev Mijail Bajtín

    una época en la vida de un grupo social dado. Otras evaluaciones están

    vinculadas a fenómenos de la vida social más cercanos

    y

    breves, y por

    último, a la sensación del día, de la hora, del momento. Todas estas evalua-

    ciones se interpenetran y están vinculadas dialécticamente. La tarea de la

    época se convierte en tarea de cada día

    y

    hasta de cada hora. La evalua-

    ción social une el minuto a la época, la sensación del día con la tarea de la

    historia. Determina la fisonomía histórica de cada acto

    y

    de cada enuncia-

    do, su fisonomía individual, de clase

    y

    epocal.

    No se puede, en efecto, ni siquiera entender el enunciado concreto sin

    haberse incorporado a su atmósfera, sin haber entendido su orientación

    evaluante en el medio ideológico.

    Es que entender el enunciado no significa captar su sentido en general,

    como captamos el sentido de la «palabra de diccionario». Entender el enun-

    ciado significa entenderlo en el contexto de su contemporaneidad

    y

    de

    nuestra contemporaneidad si éstas no coinciden). Es necesario entender el

    sentido en el enunciado, el contenido del acto y la realidad histórica del

    acto y además, en la unidad interna concreta de éstos. Sin tal compren-

    sión, el sentido mismo está muerto, se vuelve un sentido de diccionario, un

    sentido superfluo.

    La evaluación social determina todos los aspectos del enunciado, pe-

    netrándolo de lado a lado, pero halla su expresión más pura y típica en la

    entonación expresiva.

    A diferencia de la entonación sintáctica, que es más estable, la entona-

    ción expresiva, que colorea cada palabra del enunciado, refleja la irrepetibi-

    lidad histórica del mismo.

    La

    expresión no es determinada por el esquema

    lógico del sentido, sino por toda su plenitud e integridad individual y por

    toda la situación histórica concreta dada.

    La

    entonación expresiva colorea

    de igual modo el sentido

    y

    el sonido, acercándolos íntimamente en la uni-

    dad irrepetible del enunciado. Desde luego, la entonación expresiva no es

    en absoluto obligatoria, pero, donde aparece, da de la manera más clara

    W a idea de la evaluación social.

    En el enunciado, cada elemento del lenguaje, como elemento del mate-

    rial, realiza la exigencia de la evaluación social. Y sólo puede entrar en el

    enunciado el elemento que es capaz de satisfacer las exigencias de ésta. La

    palabra sólo deviene material del enunciado como portavoz de la evalua-

    ción social. Por eso la palabra llega al enunciado, no del diccionario, sino

    de la vida, de unos enunciados a otros. e un todo la palabra pasa a otro

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    La evaluación social, su papel...

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    trato, atestada de las tareas concretas de ese trato -históricas e inmedia-

    tas.

    A esa condición se somete todo enunciado; por consiguiente, también

    el literario, o sea, la construcción poética.

    a

    evaluación social

    y el enunciado concreto

    El lenguaje, entendido como conjunto o sistema de posibilidades lingüísti-

    cas -fonéticas gramaticales, lexicales- es lo que menos constituye el

    material de la poesía. El poeta no escoge formas lingüísticas, sino las eva-

    luaciones depositadas en ellas. Todas las caracterizaciones lingüísticas de Ja

    palabra han sido obtenidas únicamente por la vía de la abstracción de esa

    evaluación, y, por sí mismas, en su carácter abstracto, no sólo no pueden

    ser material de la poesía, sino siquiera ejemplo de gramática.

    Aducir un ejemplo significa pronunciar un enunciado convencional;

    pero la forma lingüística pura sólo permite que se la haga objeto de una

    designación simbólica. Como realidad, sólo se realiza en el intervención

    discursiva concreta, en el acto social del enw1ciado.

    Hasta la palabra transmental* se pronuncia con alguna entonación; por

    consiguiente, también en ella

    ya

    se esboza cierta orientación valórica, cier-

    to gesto evaluante.

    Al escoger las palabras, sus combinaciones concretas, sus disposicio-

    nes composicionales,

    el

    poeta escoge, confronta, combina precisamente las

    evaluaciones depositadas en ellas. Y esa resistencia del material que senti-

    mos en cada obra poética, es precisamente la resistencia de las evaluacio-

    nes sociales depositadas en ella y halladas previamente por el poeta. Preci-

    samente éstas son lo que él reevalúa, matiza, renueva. La resistencia lin-

    güística del material es experimentada únicamente por el escolar que está

    haciendo sus ejercicios de latín.

    Es característica la siguiente declaración de Shklovski: «La obra litera-

    ria es forma pura,.. No es una cosa, no es un material, sino una relación

    N. del

    T. En el original: o «::aumnyi iazylo>

    ténnino introducido

    por el futuristaA. Kruchionyj.

    En

    la «Declaración

    del

    l n g ~ j transmental»

    Zaumniki,

    Bakú,

    1922)

    escribió: «El pensamiento

    y

    el hablano logran darle alcance a Ja vivencia del

    inspirado, por eso

    el

    artista es libre de expresarse no sólo mediante el lenguaje general

    del concepto), sino también mediante un lenguaje personal el creador es individual),

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    Pável Medvédev/Mijaíl Bajtín

    entre materiales.»

    1

    Pero el material como sabemos Shklovski lo concibe

    como algo completamente indiferente en

    Jo

    que respecta

    al

    valor .. «Es

    indiferente la escala de la

    obra-dice

    él- el significado aritmético de su

    numerador y su denominador lo importante es la relación entre ellos. Las

    obras chistosas trágicas mundiales de alcoba la contraposición de un

    mundo a un mundo o de una gata a una piedra son iguales entre sí.»

    2

    Esta afirmación no es desde luego una tesis científica sino una para-

    doja del tipo propio de los artículos periodísticos y por ende una pequeña

    construcción artística.

    Todo su efecto se basa precisamente en la igualdad de peso valórico de

    las palabras-gato y mundo piedra y

    mundo-

    o sea precisamente en el

    «significado aritmético» de las mismas. Si hacemos abstracción de esas

    evaluaciones depositadas

    en

    las palabras de la paradoja no quedará abso-

    lutamente nada.

    Para

    el

    poeta como por lo demás para todo hablante el lenguaje es

    un sistema de evaluaciones sociales y cuanto más rico complejo y dife-

    renciado es éste tanto más esenciales e importantes serán sus obras.

    En todo caso en la obra artística sólo pueden entrada palabra

    y

    la

    forma

    en

    las que todavía esté viva todavía se sienta la evaluación social.

    Sólo a través de la evaluación se hacen realidad las posibilidades del

    lenguaje.

    ¿Por qué dos palabras dadas se pusieron una al lado de la otra? La

    lingüística sólo explica el porqué pudieron ponerse una

    al

    lado de la otra.

    Pero el porqué realmente se pusieron una al lado de la otra no se puede

    explicar quedándose dentro de los límites de las posibilidades lingüísticas.

    Debe venir la evaluación social convertir una de las posibilidades grama-

    ticales en un hecho concreto de Ja

    actividad discursiva.

    Supongamos otro caso. Dos grupos sociales enemistados disponen de

    un mismo material lingüístico-deun léxico absolutamente idéntico de las

    mismas posibilidades morfológicas y sintácticas etc.

    En estas condiciones si las diferencias de nuestros dos grupos sociales

    están condicionadas por premisas socioeconómicas esenciales de su exis-

    tencia las mismas palabras serán entonadas de maneras profundamente

    distintas; en las mismas construcciones de gramática general entrarán en-

    tre sí en combinaciones de sentido y estilísticas profundamente diferentes.

    1

    Rozanov p. 4.

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    La evaluación social su papel... 7

    Las mismas palabras ocuparán puestos jerárquicos completamente distin-

    tos en el enunciado entero como acto social concreto.

    La

    combinación de las palabras

    en

    el enunciado concreto o en la inter-

    vención literaria siempre es determinada

    por

    los coeficientes valóricos de

    las mismas y por las condiciones sociales en

    l s·

    que se realiza el enunciado

    dado.

    El caso que hemos aducido desde luego es ficticio. Pues hemos pre-

    supuesto que diversas evaluaciones actúan dentro de los límites de un

    mismo lenguaje terminado de hacer.

    Pero en realidad el lenguaje se crea se forma e ininterrwnpidamente

    se transforma dentro de las fronteras de determinado horizonte valórico.

    Por eso precisamente dos grupos sociales esencialmente diferentes no pue-

    den poseer el mismo arsenal de lenguaje.

    Sólo

    para

    la conciencia individual las evaluaciones se desarrollan en

    el círculo de las posibilidades de lenguaje disponibles y listas. Desde el

    punto de vista sociológico las posibilidades mismas del lenguaje están

    encerradas en

    su

    surgimiento y desarrollo en el círculo de las evaluacio-

    nes que se fornrnn necesariamente en el grupo social dado. Esto es con-

    firmado hasta por la propia teoría de los formalistas sobre el material

    indiferente.

    Esta doctrina surgió como expresión teórica de ese sentimiento prácti-

    co del material del que eran portadores los futuristas.

    En

    su

    creación los futuristas partían de un sistema de evaluaciones

    sociales desorganizado aligerado.

    Las palabras se volvieron ligeras para ellos.

    e ahí su «orientación al

    absurdo» al discurso «simple como un mugido». Las palabras perdieron

    su peso valórico disminuyó la distancia entre ellas se aflojó su jerarquía.

    Era como si se tomaran las palabras del contexto de conversaciones hueras

    de personas que no tienen un papel decisivo en la vida.

    Esto está ligado con el hecho de que los futuristas daban expresión a

    un grupo social mTojado a la periferia de la vida social inactivo y desarrai-

    gado social y políticamente.

    Este sistema de evaluaciones que halló su expresión en la poesía de

    los simbolistas la vida no creaba un suelo para la formación de w nuevo

    sistema de evaluaciones. Allí donde para el simbolista había sentido ac-

    ción acto teúrgico para el futurista quedaba sólo la palabra privada de

    sentido en la que a consecuencia de esto precisamente pasaban a primer

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    8

    Pável }1 edvédev Mijaíl Bajtín

    Así pues, el material de la poesía es el lenguaje como sistema de

    evaluaciones sociales vivas, y no como conjunto de posibilidades lingüís-

    ticas.

    Es del todo evidente que la ciencia de la poesía

    en

    ningún caso puede

    basarse únicamente en la lingüística.

     

    De ésta puede

    y

    debe servirse.

    Es más, la propia ciencia de la poesía, que estudia la vida de las inter-

    venciones discmsivas concretas, puede enseñarle mucho a la lingüística

    formalista actual.

    En general, las ciencias de las ideologías, que estudian la vida del enun-

    ciado concreto y por ende, la actualización del lenguaje corno sistema

    abstracto de posibilidades, deben ser tomadas en cuenta por la lingüística.

    La propia lingüística también en adelante seguirá haciendo abstracción,

    desde luego, de

    la

    evaluación social concreta: eso

    lo

    dictan sus tareas prác-

    ticas

    y

    teóricas. Pero debe tomar en cuenta

    el

    papel de la evaluación social.

    Así pues, la obra poética, al igual que todo enunciado concreto, es una

    unidad realmente indisoluble de sentido

    y

    realidad sobre la base de la uni-

    dad de la evaluación social que la penetra de arriba a abajo.

    Todos

    los

    elementos que pueden ser aislados en el análisis abstracto de

    la obra, completamente legítimo dentro de sus límites, todos ellos Ja

    constitución sonora, la estructura gramatical, la temática, etc están uni-

    dos preCisamente por la evaluación y están al servicio de ésta.

    El factor de la evaluación, por su parte, entrelaza indisolublemente

    la

    obra artística en

    el

    tejido general de

    la

    vida social en una época histórica

    dada y en

    un

    grupo social dado.

    Para el formalismo, que hace caso omiso de la evaluación social, la

    obra artística se desintegra en elementos abstractos que precisamente son

    estudiados por

    él

    en su aislamiento. Y

    el

    vínculo entre éstos es interpretado

    por el formalismo sólo desde

    el

    punto de vista estrechamente técnico.

    En realidad, el procedimiento si adoptamos condicionalmente este tér-

    mino) no se mueve en el elemento lingüístico neutral, sino que se encaja en

    el sistema de las evaluaciones sociales y a través de eso deviene él mismo

    un acto social.

    En

    el

    procedimiento es importante precisamente esa reagrupación, re-

    novación o matización positiva de valores, por

    él

    creada. En eso consiste el

    sentido y el papel del procedimiento artístico.

    3

    Teóricamente

    eso no

    lo niega

    ni

    siquiera

    la

    mayoría de

    los

    formalistas.

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    La evaluación social u papel... 9

    Al

    no

    tomar en cuenta eso,

    el

    formalismo castra el sentido vivo del

    procedimiento y estudia los rasgos secundarios, puramente negativos, de

    éste, diríase, la huella muerta que deja

    el

    trabajo del procedimiento en el

    lenguaje privado de sentido, lingüístico-abstracto.

    Así pues, entre el lenguaje como sistema abstracto de posibilidades y

    la realidad concreta del mismo media la evaluación social. Esta determina

    el fenómeno histórico vivo

    e l

    enunciado tanto

    por

    la parte de las for

    mas de lenguaje escogidas, como por la parte del sentido escogido.

    Este papel mediador de la evaluación social

    no

    lo entienden en absolu

    to los partidarios de la teoría de la «forma

    interna>>.

    Estos tratan de hacer

    de la evaluación social cierto atributo lingüístico de la palabra misma, del

    lenguaje mismo, independientemente del enunciado concreto.

    No

    entien

    den la historicidad de esa evaluación.

    Al fin y

    al

    cabo, la forma interna en la mayoría de sus defensores

    actuales es cierta evaluación naturalizada, principahnente naturalizada psi

    cológicamente. Es excluida del devenir y substancializada.

    De

    ahí las ab

    surdas tentativas de mostrar la forma interna en la palabra misma, en la

    oración, en el período, en general en la construcción de lenguaje tomada

    independientemente del enunciado y de

    su

    situaCión histórica concreta.

    4

    Pero, en realidad, la unidad del sentido, el signo y la realidad es realizada

    por la evaluación social solamente para un enunciado dado, en las condi

    ciones históricas dadas de la realización de éste.

    Al

    tomar el enunciado

    fuera del devenir histórico, en abstracción de éste, hacemos abstracción

    precisamente de lo que estamos buscando.

    A conclusiones no menos falsas conduce también la concepción de la

    evaluación como acto individual, extendida en la «filosofía de la vida»

    actual.

    La

    evaluación es social, ella organiza el trato. Dentro de los límites

    del organismo de la psique individuales, nunca conduciría a la creación

    de un signo, es decir, de un cuerpo ideológico. Hasta el enunciado interno

    el discurso interior) es social; está orientado a a lgún auditorio posible, a

    alguna respuesta posible, y sólo en el proceso de esa orientación puede

    formarse y en alguna medida adquirir una forma acabada.

    4

    Un ejemplo instructivo

    de

    tales tentativas es el libro

    de

    G Shpet, Vnutrennaiaforma

    slova.

    Moscú, 1927. La aspiración a introducir la dialéctica

    y

    la historia no

    le

    impide.

    a pesar de todo, buscar la fomia interna en el lenguaje y substancial izarla en él. Por lo

    demás, en el te 1'eno idealista no puede ser de otro modo.

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    1 O Pável Medvédev/)\;fijaí Bajtín

    a evaluación

    social

    y la construcción poética

    La teoría de la evaluación social de su papel que hemos desarrollado se

    extiende a todo enunciado como intervención discursiva histórica y no

    sólo a la obra poética.

    Entretanto nuestra tarea es explicar la especificidad de la construcción

    artística.

    Es verdad que en nuestro breve análisis todo el tiempo nos referíamos

    precisamente al enunciado poético; sin embargo todavía no hemos dado

    definiciones especificantes.

    La evaluación social establece por todas partes un vínculo orgánico

    entre la presencia singular del enunciado y la generalidad de su sentido.

    Pero no

    en

    todas partes ella penetra en todos los aspectos del material

    haciéndolos a todos ellos igualmente necesarios e insustituibles. La realidad

    histórica del enunciado puede estar subordinada a la realidad del acto u

    objeto y devenir sólo una etapa preparatoria de la acción como quiera que

    ella sea. Ese enunciado no está acabado sí mismo. La evaluación social

    conduce más allá de los límites de éste a otra realidad. La presencia de la

    palabra no es más que un apéndice de otra presencia. n el dominio del

    conocimiento y del etos precisamente la evaluación social no es más que

    esa preparación de la acción. Ella escoge el objeto al que estará dirigido el

    acto o el conocimiento.

    Así cada época tiene su propio círculo de objetos del conocimiento

    su propio círculo de intereses cognoscitivos. El objeto entra en el horizonte

    del conocimiento y concentra sobre sí la energía social de éste sólo en la

    medida en que lo dictan las necesidades actuales de la época dada del

    grupo social dado. La elección del objeto del conocimiento es detenninada

    por la evaluación social del mismo modo que la elección del tema por el

    poeta. Por eso también el enunciado científico es organizado por la evalua-

    ción social en todos los estadios del devenir del trabajo científico. Pero la

    evaluación social organiza el enunciado científico no por el enunciado cien-

    tífico mismo: ella organiza el trabajo mismo del conocimiento del objeto y

    a la palabra sólo como un factor necesario pero no independiente de ese

    trabajo. Aquí la evaluación no se acaba en la palabra.

    Las cosas se presentan distintas con a creación poética.

    Aquí el enunciado está distanciado otresheno] lo mismo del objeto

    como está dado fuera del enunciado que de a acción. Aquí la evaluación

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    11/55

    La evaluación

    social

    su papel...

    social se acaba completamente en el enunciado mismo. Por así decir, se

    expresa enteramente en él.

    La

    realidad del enunciado mismo no sirve aquí

    a ninguna otra realidad.

    La

    evaluación social se vierte y se acaba aquí en la

    expresión pura. Por eso, sin excepción, todos los aspectos del material, del

    sentido y del acto concreto de realización devienen igualmente esenciales e

    igualmente necesarios.

    Más aún, puesto que el enunciado está distanciado del objeto real y de

    la acción, su presencia material aquí y ahora deviene el principio organiza

    dor de toda la construcción. Por más profunda y amplia que sea la pers

    pectiva de sentido de la obra, esta perspectiva no tiene que destruir y

    suprimir

    el

    plano del enunciado, del mismo modo que

    el

    espacio ideal en la

    pintura no aniquila el plano del cuadro.

    5

    Por eso la construcción del enunciado, el desenvolvimiento del mismo

    en el tiempo real de la ejecución

    y

    de

    la

    percepción de la escucha, la

    pronunciación, la lectura), es tanto el punto de partida como el punto final

    de toda organización. Todo en ella está colocado compactamente dentro

    de ese plano real de la expresión. Pero de ello no se sigue, en modo alguno,

    que este plano de la obra devenga «transmental». Dentro de él se puede

    colocar cualquier lejanía de sentido, sin perder el carácter concreto y la

    cercanía de la misma.

    Por eso la fábula

    no

    es, en absoluto, la motivación sustituible

    y

    aniqui

    lable en el arte no motivado) del desenvolvimiento del

    sujet

    retardaciones,

    digresiones, etc.); la fábula se desenvuelve

    junto

    con el

    sujet: el

    aconteci

    miento de la vida que es nan-ado y el acontecimiento real de la propia

    narración se funden en el acontecimiento único de la obra artística. La

    evaluación social organiza tanto la visión y comprensión misma del aconte

    cimiento que se transmite pues vernos y comprendemos sólo lo que de

    una manera o de otra nos afecta, nos interesa- como las formas de

    transmisión del mismo; la disposición del material, las digresiones, las vuel

    tas atrás, la repetición, etc

    . etc., todo eso está penetrado por la lógica

    única de la evaluación social.

    Del mismo modo, también el plano del

    skaz

    encien-a toda la profundi

    dad de lo nan-ado. La «nulidad» de Akaki Akakakievich

    y

    la «humanidad»

    Esto, desde luego, no

    es

    más que una analogía figurada. El espacio ideal en la pintura

    no

    puede

    ser equiparado al sentido en la obra literaria.

    • N. del T. El Diccionario

    poético

    de A Kviatkovskii (Moscú, Sovet

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    12/55

      2 Pável Medvédev/Afijaíl Bajtín

    hacia el hermano menor no son, en absoluto, una mera motivación para la

    transición grotesca de las entonaciones de calambur a las sentimentales-

    melodramáticas, como lo afirma Eijenbaum.

    Un mismo principio organiza la visión y comprensión autorales de la

    vida de un hombre como Akaki Akakievich y de las entonaciones del

    skaz sobre él. El acontecimiento de la vida de Akaki Akakievich inventa-

    do) y el acontecimiento del

    skaz

    real sobre él, se funden en la peculiar

    unidad del acontecimiento histórico de «El capote» gogoliano. Precisa-

    mente así entró «El capote» en la vida histórica de Rusia y resultó un

    factor activo en ella.

    Así pues, la realidad de la representación artística, su desenvolvimien-

    to en el tiempo real del trato social y el significado ideológico del aconteci-

    miento que es representado se interpenetran en la unidad de la construc-

    ción poética.

    Pero no se puede entender plenamente esta construcción haciendo

    abstracción de las condiciones de su realización social. Pues el desenvolvi-

    miento real, por ejemplo, del suj to del skaz está orientado, todo el tiem-

    po, al auditorio y no puede ser entendido fuera de la interrelación del

    hablante con los oyentes o del autor con los lectores .

    Es que hasta esos fenómenos en general superficiales en el desenvolvi-

    miento del sujet que analiza Shklovski l a s digresiones, retardaciones,

    insinuaciones, proposiciones de enigmas y resoluciones de enigmas, etc . -

    son una expresión de la peculiar interacción del autor con

    el

    lector, un

    juego de dos conciencias: uno sabe, el otro no sabe, uno espera, el otro

    rompe esas expectativas, etc.

    También el

    skaz

    está orientado todo el tiempo hacia la correspondiente

    reacción del auditorio, hacia su apoyo a coro o, por el contrario, hacia su

    oposición. Todo

    skaz

    reacciona muy viva y profundamente a la atmósfera

    social de valores.

    La curva del

    skaz

    es la curva de las fluctuaciones de

    a

    atmósfera de

    valores del colectivo social al que está realmente orientado el skaz o al que

    éste estiliza.

    Ese es el papel de la evaluación social en la construcción de la obra

    poética.

    toda la obra artística en el espíritu del lenguaje y el carácter de la persona en cuyo

    nombre se efectúa la narración.» p. 269)

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    13/55

    La evaluación social su papel

    3

    n el

    significado constructivo de

    los

    distintos elementos que entran en

    la obra poética nos detendremos más detalladamente en el siguiente capí-

    tulo.

    Traducción del ruso:

    Desiderio Navarro

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    14/55

    Criterios, La Habana nº 31

    enero-junio

    1994 pp. 109-130

    autor el héroe

    en la actividad

    estética

    Mijaíl M

    ajtín

    Entre los trabajos del destacado filólogo Mijaíl Afijailovich Bajtin

    (

    895-

    1975 publicados póstumamente en su libro Estética de la creación verbal

    Moscú, 1979), le corresponde un lugar central al gran trabqjo «El

    autor y el héroe en la actividad estética». Este trabajo

    fue

    escrito en la

    primera mitad de los años 20 y no fite concluido; se lo imprimió con

    arreglo

    al

    manuscrito que se había conservado lamentablemente, no com

    pleto) en el archivo de M Bajtín. [ . ]En

    el

    texto que de este trabajo se

    publicó en el libro Estética de la creación verbal no entró un .fragmento

    que se había conservado del primer capítulo, el cual encierra unas tesis

    preliminares generales sobre el hombre como condición de la visión esté

    tica en la vida real y en el arte. Hemos incluido aquí este fragmento,

    dándole

    el

    mismo título que lleva todo el trabajo, «El autor y el héroe en

    la actividad estética».

    El

    texto del trabajo impreso en e l libro Estética de

    la creación verbal va inmediatamente después de este fragmento [ .

    }

    Al

    leerlos, es preciso recordar que el propio autor no preparó esos

    manuscritos para imprenta, de ahí la forma de tesis

    y

    de resumen que

    tiene por momentos la exposición de algunas afirmaciones. Los manus-

      «K filosofii postupka>>

    en:

    Filosojiia

    i

    sotsiologuiia nauki

    i

    tejniki. Ezhegodnik

    1984 1985. Moscú Nauka 1986 pp. 138-160.

    N.

    del

    T.: Hay

    edición

    en

    español

    en

    traducción directa

    del ruso

    por Tatiana Búbnova:

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    15/55

      Mijaíl l\I Bqjtín

    critos se han conservado en mal estado, distintas palabras quedaron en

    ellos sin descifi·ar, algunas han sido leídas con

    fa

    ayuda de suposiciones

    lo cual se ha señalado con un signo de interrogación entre corchetes

    después de la palabra dudosa). El dificilísimo trabajo de lectura de los

    manuscritos y preparación de los mismos

    p r

    imprenta

    fue

    realizado

    por

    L V Deriuguina.

    S

    M Alexandrov y G

    S

    Bernstein.

    S

    G ocharóv

    ..

    es

    condicionado por el tiempo de vida del investigador, pero también

    por

    el estado puramente casual de los materiales, y ese factor [moment]

    que introduce cie1ta estabilidad arquitectónica, tiene un carácter puramente

    estético. Así es el mapa histórico-geográfico del mundo de Dante, con sus

    coincidentes centros geográficos, astronómicos e históricos de valores

    acontecimientos: la TieITa, Jerusalén, el acontecimiento de la redención.

    Hablando rigurosamente, la geografia no conoce lejanía cercanía, aquí

    allá, está desprovista de una escala de valores absoluta de medición dentro

    del todo escogido por ella la Tierra), y la historia no conoce pasado,

    presente y futuro, duración y brevedad, lejanía y proximidad temporales

    como factores absolutamente únicos e irreversibles; el tiempo mismo de la

    historia es irreversible, desde luego, pero, dentro, todas las relaciones son

    casuales y relativas y reversibles), porque

    no

    hay un centro de valores

    absoluto. Siempre se produce cierta estetización de la historia

    y

    de la geo

    grafia.

    Desde el punto de vista fisico-matemático, el tiempo y el espacio de la

    vida del hombre

    no

    son más que pedazos insignificantes

    l a

    palabra «in

    significantes» es entonada y tiene ya sentido

    estético-

    de un tiempo y

    espacio únicos infinitos, y desde luego, sólo eso garantiza el carácter unívoco

    y definido de su sentido en el juicio teórico, pero dentro de la vida humana

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    16/55

      lautor el héroe en la actividad estética 3

    se cubren de carne y hueso [ilegible]. El tiempo y el espacio artísticos,

    irreversibles y establemente arquitectónicos, en correlación con el tiempo

    compactado de la vida adquieren una tonalidad emocional-volitiva e inclu

    yen

    [?] como tales tanto la eternidad como la extratemporalidad, tanto

    [ilegible] como la infmitud, tanto el todo como la parte; todas estas palabras

    tienen, para el filósofo, un peso valórico, es decir, están estetizadas. Está

    claro que aquí

    no

    estamos hablando del ordenamiento del contenido del

    todo temporal

    y

    espacial, sino precisamente del ordenamiento formal de

    ese todo,

    no

    sólo del factor fabular, sino también del empírico-formal.

    Tanto el tiempo interior de la fábula como el tiempo exterior de su transmi

    sión, tanto la visión espacial interior como la representación espacial exte

    rior, tienen un peso valórico como entorno y horizonte y como curso de

    la vida del hombre mortal.

    Si

    el hombre no fuera mortal, el tono emocio

    nal-volitivo de ese transcurrir

    d e

    esos antes y después, todavía y ya,

    ahora entonces, siempre y nunca y el peso la importancia del ritmo

    sonante serían anulados. Aniquile el factor de la vida del hombre mortal, y

    se apagará la luz valórica de todos los factores rítmicos y formales. Aquí la

    cuestión, desde luego, no está en la duración matemáticamente definida de

    la vida humana, esa duración podría ser cualquiera; lo único importante es

    que hay términos-límites de Ja vida

    y

    del horizonte e l nacimiento y la

    muerte ; sólo la existencia de esos términos y de todo lo condicionado

    por ellos crea la coloración emocional-volitiva del curso del tiempo de la

    vida limitada y [ilegible] del espacio

    reflejo

    del esfuerzo

    y

    de la tensión

    del hombre mortal ; la eternidad la infinitud mismas sólo adquirirán

    un sentido valórico en correlación con una vida determinada.

    Pasemos ahora al ordenamiento del sentido. La arquitectónica como

    disposición y vínculo visiblemente necesarios, no casuales, de partes y

    factores concretos, únicos, en un todo concluido----- sólo es posible en tomo

    a un detenninado hombre-héroe.* El pensamiento, el problema, el tema, no

    pueden ser la base de la arquitectónica, ellos mismos necesitan de

    un

    todo

    arquitectónico concreto para aunque sea concluirse un poco; en el pensa

    miento está ínsita la energía de la infmitud extraespacial-extratemporal, con

    respecto a la cual todo lo concreto es casual; él puede dar solamente la

    dirección de la visión de lo concreto, pero una dirección infinita, que no

    puede

    concluir

    el todo. Ni siquiera el todo discursivo prosístico del trabajo

    N.

    del T. Aquí y en todo el texto el vocablo español «hombre» es empleado en Ja

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    17/55

      Mijaíl

    Af

    Bajtín

    científico está condicionado por la esencia del pensamiento básico de éste

    sino por factores completamente casuales con respecto a esa esencia y

    sobre todo por el horizonte consciente o inconscientemente limitado del

    autor; hasta el sistema sólo está cerrado y concluido externamente interna

    mente está abierto y es infinito porque la unidad del conocimiento siempre

    está dada como tarea [zadano]. Es interesante

    Ja

    tarea de examinar desde

    este punto de vista la arquitectónica de una obra como la

    Critica de la

    razón pura

    y determinar la procedencia de los factores de la conclusión en

    ella; sin particular esfuerzo podemos convencemos de que tienen un carác

    ter estético y hasta antropomórfico porque Kant creía en la posibilidad de

    w1 sistema cerrado de una tabla cerrada de categorías.

    La

    división y la

    disposición espacio-temporales de las partes de un todo discursivo hasta

    las de uno tan elemental como la conclusión lógica-premisa inferencia

    etc.-

    no

    reflejan el propio factor [?] sino el proceso temporal del curso

    del pensamiento humano --cierto es que no el psicológico-casual sino el

    estetizado el rítmico. La arquitectónica del todo discursivo prosístico es lo

    que más se parece a la arquitectónica musical porque lo poético incluye

    demasiados factores espaciales y visibles. La prosa para concluirse y to

    mar

    la forma de la obra acabada debe utilizar el proceso estetizado del

    individuo creador de su autor- reflejar en sí misma la imagen del

    acontecimiento

    acabado de la creación de éste porque dentro de su senti

    do puro abstraído del autor no puede hallar ningún factor que concluya y

    que ordene arquitectónicamente.

    No

    requiere una explicación aparte el he

    cho de que también ese material sensorial que llena el

    orden espaciotemporal

    el esquema del acontecimiento-fábula interno y de la composición externa

    de la obra --el ritmo interno y el externo la forma interna y la externa-

    se ordena solamente alrededor del centro valórico del hombre lo viste a él

    mismo y a su mundo.

    En

    lo que concierne al sentido ético en líneas generales

    y

    aquí

    no

    podemos concretizar este factor sin anticipar lo que expondremos más

    adelante-

    lo esclareceremos hablando de la diferencia entre el aconteci

    miento ético y el estético: cerrar el acontecimiento ético con

    su

    sentido

    venidero siempre abierto y ordenarlo arquitectónicamente es algo que sólo

    se puede hacer trasladando el centro valórico de lo dado como tarea a la

    realidad dada del hombre participante en él.

    Analizando un ejemplo concreto aclararemos todo lo que hemos di

    cho sobre la fW ción arquitectónica del centro valórico del hombre en el

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    18/55

    El autor el héroe en la actividad estética

    5

    son necesarios

    y

    se abstraerá de todo lo restante, a veces aunque sea

    sumamente esencial para la impresión artística en su totalidad, a fin de no

    adelantamos, en la medida de lo posible, a lo que viene más adelante: ruego

    que se tenga presente este carácter especial de nuestro análisis, que a veces

    ni

    siquiera aproximadamente agota

    el

    todo artístico.

    Me detendré en una obra lírica del Pushkin del año 30, «Separación».

    Helaaquí:

    Por las costas de la patria lejana

    Abandonabas el país ajeno

    ..

    En esta obra lírica hay dos héroes: el «héroe lírico» propiamente dicho,

    en

    este caso el autor objetivado, y «ella», probablemente Riznich, y por con

    siguiente, también dos orientaciones emocional-volitivas objetuales, dos

    contextos valóricos, dos únicos puntos para referir ordenar los factores

    valóricos de la existencia. La unidad del todo lírico es restablecida por el

    hecho de que el contexto valórico de la heroína en su conjunto es abarcado

    y confirmado por

    el

    contexto del héroe, se integra a

    él

    como un factor del

    mismo, y ambos contextos, a su vez, son abarcados por el contexto activo

    valórico-afirmativo formal -propiamente estético--unitario

    del

    autor

    y

    el

    lector. Anticipando un tanto lo que seguirá, diremos: la situación en que se

    halla

    el

    sujeto estético

    e l

    lector

    el

    autor- los creadores de la.forma,

    de la que parte su actividad artística, formadora, puede ser definida como

    exotopía temporal, espacial y de sentido

    respecto a todos los factores, sin

    excepción, del campo arquitectónico interno de la visión artística; precisa

    mente esto es lo que hace posible por vez primera abarcar toda la arquitec

    tónica l a valórica, la temporal, la espacial y la de sentido- con una

    actividad única, igualmente afirmativa. La empatía estética Einfühlung)

    l a

    visión de los objetos y de los héroes desde dentro-- se efectúa activa

    mente desde ese punto exotópico, donde

    el

    material obtenido por la empatía,

    junto con la materia de la visión y la escucha externas, se une y se confor

    ma en un todo arquitectónico concreto único. La exotopía es una condi

    ción necesaria para reducir a un contexto valórico estético-fonnal único los

    diferentes contextos que se forman alrededor de unos cuantos héroes en

    especial, eso ocurre

    en

    el epos).

    En nuestra obra todos

    los

    factores concretos del todo arquitectónico

    convergen hacia dos centros valóricos,

    el

    héroe

    y

    la heroína; además,

    el

    primer círculo abarca al segundo, es más ancho que éste,

    y

    ambos son

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    19/55

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    El autor

    y

    el héroe en la actividad estética 7

    El terrible tormento de la separación

    Mi gemido suplicaba no interrumpieras

    Tú decías: en el día del encuentro

    Bajo el cielo eternamente azul,

    A la sombra de los olivos, en ósculos de amor

    Los labios nuevamente, mi amigo, uniremos.

    Pero allí, ¡ay , donde del cielo las bóvedas

    Resplandecen con un brillo azul,

    Donde bajo las rocas dormitan las aguas,

    Domliste el último sueño.

    Tu belleza, tus sufrimientos,

    Desaparecieron en la urna cineraria:

    Desapareció también el beso del encuentro ..

    Pero lo espero:

    me

    lo debes.

    No

    seguiré deteniendo la atención del lector

    en

    una cosa tan elementalmen

    te comprensible: está claro que todos los factores de ese todo, tanto los

    expresados francamente como los no expresados, se vuelven

    valores

    y se

    ordenan sólo al se r correlacionados con uno de Jos héroes o, en general,

    con el ser humano, como destino de éste. Pasemos a otros factores más

    esenciales de ese todo. De este todo de acontecimientos es partícipe

    prichastna]

    también la naturaleza; ella está animada e incorporada

    al

    mundo

    de la realidad dada humana en dos direcciones: en primer lugar, como

    entorno y fondo del acontecimiento del deseado y prometido encuentro del

    héroe y la heroína (el beso bajo el cielo eternamente azul) y el entorno del

    acontecimiento de la muerte real de ella (donde del cielo las bóvedas res

    plandecen .. dormiste el último sueño); además, en el primer caso este

    fondo refuerza la alegría del encuentro, armoniza con ella, y en el segundo

    contrasta con el dolor por a muerte de ella: es una incorporación puramen

    te fabular

    de la naturaleza; y en segundo lugar, el movimiento de los acon

    tecimientos humanos y la vida están introducidos directamente

    en

    ella: del

    cielo las bóvedas; las metáforas: resplandecen y dormitan las aguas bajo

    las rocas l a s rocas ocultan el sueño de las

    aguas-;

    el cielo eternamente

    azul

    la

    eternidad del cielo se correlaciona valóricamente con la vida de

    terminada del hombre-;

    además unas

    metáforas tienen carácter

    antropomórfico

    -resplandecen

    [sic], dormitan- otras sólo incorporan la

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    21/55

    8 Mijafl M ajtín

    rección de la animación de la naturaleza no depende de la animación fabu

    lar directa.

    Ahora es preciso detenerse en los siguientes factores: en la fonna espa

    cial interna, en el ritmo interior del desenvolvimiento del acontecimiento

    tiempo artístico interior), en el ritmo exterior, en

    la

    estructura entonativa

    y, por último, en

    el

    tema.

    Hallamos en la obra dada tres imágenes escultórico-pictórico-dramáti

    cas: la imagen de la separación las manos que se ponen frías, que tratan de

    retener .. tú decías

    ..

    ), la imagen del encuentro prometido la unión de los

    labios en un beso bajo el cielo azul)

    y,

    por último, la imagen de la muerte

    la naturaleza y la urna cineraria, donde desaparecieron la belleza y los

    sufrimientos de ella) esas tres imágenes tienden a cierto acabamiento

    puramente plástico [izobrazitel

    noi].

    El ritmo interior temporal del acontecimiento es

    el

    siguiente:

    la

    separa

    ción y el encuentro prometido, la muerte y el futuro encuentro real. Entre

    el pasado y el futuro de los héroes a través del presente se establece un

    ininterrumpido vínculo de acontecimientos: la separación es una arsis, el

    encuentro prometido es una tesis; la muerte es una arsis, el hecho de que a

    pesar de todo habrá encuentro, una tesis.

    Pasemos a la estructura entonativa. Cada palabra expresada no sólo

    designa m objeto, no sólo suscita cierta imagen, no sólo suena, sino que

    también expresa cierta reacción emocional-volitiva al objeto que es desig

    nado, la cual, cuando se pronuncia realmente la palabra, se expresa en la

    entonación de la misma. La imagen sonora de la palabra no sólo es porta

    dora del ritmo, sino que también está penetrada de lado a lado por la

    entonación; además, cuando la obra es leída realmente, pueden surgir con

    flictos entre la entonación

    y el

    ritmo. Desde luego, el ritmo

    y

    la entonación

    no son elementos extraños: también el ritmo expresa la coloración emocio

    nal-volitiva del todo, pero es menos objetual; mas lo principal es que repre

    senta casi exclusivamente una reacción formal pura

    del

    autor al aconteci

    miento en

    su

    totalidad mientras que la entonación es principalmente una

    reacción entonacional

    del

    héroe al objeto

    dentro

    del

    todo

    y,

    correspondien

    do a las particularidades de cada objeto, es más diferenciada variada. No

    obstante, la división abstracta de la entonación y

    el

    ritmo no coincide con

    otra división, también abstracta: la de la reacción del héroe y a reacción del

    autor: la entonación puede expresar a la vez tanto la reacción del héroe

    como la del autor,

    y e

    ritmo también puede expresar tanto la una como la

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    22/55

      l autor el héroe en la actividad estética

    expresión en el ritmo, y la del héroe, en la entonación. A la reacción del

    héroe, es decir, a la expresión de la

    valoración

    del objeto en el contexto

    valórico del héroe, la llamaremos reacción realista; a ella corresponderán

    una entonación realista y un ritmo realista. A la reacción del autor l a

    valoración del objeto en el contexto del

    autor

    la llamaremos reacción

    formal, a ella corresponderán una entonación formal y un ritmo formal. La

    entonación formal y el ritmo realista se encuentran más raras veces que la

    entonación realista y el ritmo fom1al Como veremos más adelante, no sólo

    la entonación y el ritmo, sino también todos los factores del todo artístico y

    todos los aspectos de la palabra pueden ser expresión de la reacción emo

    cional-volitiva: tanto las imágenes como los objetos, como los conceptos.

    Aclaremos la distinción que hemos hecho.

    En

    el drama, la entonación

    tiene de costumbre un carácter puramente realista: el diálogo dramático

    como tal representa una lucha entre los contextos valóricos de los persona

    jes, una expresión del choque entre las diferentes posiciones emocional

    volitivas ocupadas por los personajes en un mismo acontecimiento, una

    expresión de la lucha de valoraciones. Cada participante del diálogo en

    discurso directo enuncia directamente con cada palabra el objeto y su reac

    ción activa a él: la entonación es realista conforme a

    la

    vida, el autor no

    está expresado directamente. Pero todas estas expresiones en lucha de la

    reacción de los personajes serán abarcados por un único ritmo en la trage

    dia, por el trímetro yámbico ), que le confiere cierto tono único a todos los

    enunciados, que los reduce a todos ellos como a un solo denominador

    emocional-volitivo; el ritmo expresa una reacción a una reacción, la reac

    ción puramente fonnal-estética única y uniforme del autor a todos las reac

    ciones realistas en lucha de los héroes, a todo el acontecimiento trágico en

    su totalidad; estetizándolo, Jo arranca de la realidad cognoscitivo-ética) y

    lo enmarca artísticamente. Desde luego, el trímetro yámbico no expresa la

    reacción individual del autor al acontecimiento también individual de una

    tragedia dada, pero el propio carácter general de su orientación con respec

    to a lo que ocurre, a saber: el estético toda la tragedia, excepto casi sólo los

    coros, está escrita en trímetros), cumple una función como de rampa tea

    tral: separa de la vida el acontecimiento estético. Como es sabido, dentro

    de la estructura métrica determinada del trímetro yámbico son posibles

    algunas variaciones rítmicas

    desviaciones ; de costun1bre tienen una

    función realista, subrayando

    y

    reforzando las entonaciones de los héroes

    que son propias de la vida, pero a veces también [ilegible] transmitiendo el

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    23/55

    1 O

    lvfijaíl M ajtín

    ción del tempo, etc. Aquí nos abstraemos de otros factores de la tragedia

    que expresan al autor y su reacción formal y a veces también

    no

    formal),

    como son: en parte los coros de la tragedia antigua, la disposición de las

    pa1ies, la selección de las imágenes, la sonografía* y otros factores pura

    mente formales. También hacemos abstracción de que la imagen sonora de

    la palabra puede tener no sólo funciones rítmicas y entonativas, sino tam

    bién representativas la «sono grafía»).

    n el epos, el discurso directo de los héroes se entona,

    al

    igual

    que

    en

    el drama, de manera realista;

    en

    el discurso de los héroes citado indirecta

    mente por el autor

    es

    posible el predominio de la reacción realista, pero es

    posible también el de

    la

    reacción formal del autor; pues las palabras del

    héroe que expresan su posición valórica, el auto r

    puede

    transmitirlas, ex

    presando en el tono de la transmisión su propia actitud hacia ellas, su

    posición con respecto al héroe, por ejemplo, irónicamente, con asombro,

    con entusiasmo, en un tono épico profundamente tranquilo, etc.

    n

    el

    epos,

    la

    descripción de los objetos

    y

    el relato sobre los acontecimientos se

    producen a veces con un predominio del punto

    de

    vista del valor de los

    mismos del

    valor

    del objeto y del acontecimiento) para los héroes, en el

    tono de su posible actitud hacía esos objetos y acontecimientos; a veces,

    en cambio, predo mina absolutamente el contexto valórico del autor, o sea,

    las palabras de la descripción del mundo de los héroes expresan la reacción

    del autor a los héroes y su mundo.

    Pero

    cualquiera que sea la reacción que

    predomine,

    la

    palabra en el epos

    es

    siempre palabra del autor;

    por

    consi

    guiente, siempre expresa también la reacción del autor, aunque tal o cual

    palabra y todo el conjunto de palabras puedan estar entregadas al héroe

    c si a su completa disposición; en este sentido, podemos decir que

    cada

    palabra del epos expresa una reacción a una reacción, una reacción del

    autor a

    una

    reacción del héroe, es decir,

    cada

    concepto, imagen y objeto

    vive en dos planos, es dotado de sentido en dos contextos valóricos: en el

    contexto del héroe y en el contexto del autor.

    Más

    adelante veremos que

    estas reacciones valóricas se hallan en mundos culturales diferentes: pues

    la reacción

    y

    la valoración del héroe,

    su

    orientación emocional-volitiva,

    tiene un carácter cognoscitivo-ético y realista conforme a la vida, el autor

    reacciona a ella y la concluye estéticamente. La vida esencial de la

    obra es

    N del T Zvukopís ténnino de la poética rusa que designa

    un

    tipo de instrumentación

    del verso: una correspondencia de la composición fonética de la frase con el cuadro

    representado o

    un

    sistema de aliteraciones realizado consecuentemente

    que

    subraya

    el

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    24/55

      l autor

    y

    el héroe en la actividad estética

    ese acontecimiento de relación dinámicamente viva entre el héroe y el

    autor.

    En

    la lectura viva de la obra se pueden transmitir con la voz de

    manera bastante clara ambas entonaciones allí donde esto es preciso -

    desde luego no con respecto a cada palabra aislada. En todo caso la

    lectura puramente realista es inadmisible en la voz todo el tiempo debe

    sonar la activa energía estéticamente formadora del autor.

    n la lírica el autor es el más formalista esto es se disuelve en la

    fonna sonora externa y pictórico-escultórica y rítmica interna; por eso pa

    rece que no existe que se funde con el héroe o por el contrario que no

    existe el héroe sino sólo el autor. Pero en realidad también aquí el héroe

    y el autor se oponen uno al otro y en cada palabra suena una reacción a

    una reacción. La peculiaridad de la lírica en este respecto y la objetividad

    de la misma todavía no podemos discutirlas aquí. Ahora regresaremos a la

    estrnctura entonativa de nuestra obra. Aquí en cada palabra suena una

    doble reacción. Hay que tomar en cuenta de una vez para siempre que la

    reacción al objeto su valoración y el objeto mismo de esa valoración no

    están dados como diversos factores de la obra y de la palabra: somos

    nosotros quienes los distinguimos de manera abstracta; en realidad la valo

    ración penetra el objeto es más: la valoración crea una imagen del objeto

    precisamente la reacción estético-fonnal condensa el concepto en una ima

    gen del objeto.

    ¿Acaso nuestra obra se reduce en su primera parte al tono de aflicción

    de separación vivida realistamente? Esos tonos realistamente afligidos es

    tán allí pero son abarcados y cubiertos por tonos nada afligidos que los

    celebran: el ritmo y la entonación » e n la hora inolvidable en la hora

    triste lloraba yo largamente ante

    t i»

    transmiten no sólo el peso de esa

    hora y del llanto sino también la superación de ese peso y llanto la cele

    bración de los mismos; más adelante la imagen pictórico-plástica de la

    dolorosa despedida--

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    25/55

    12 Mijaíl M Bajtín

    todo acabadamente calmados en el presente, el futuro real del héroe se

    vuelve futuro artístico

    para

    el autor-creador de

    la

    forma. Además, como ya

    hemos

    señalado aquí, la propia reacción del héroe

    en

    algunos

    momentos

    abarca la reacción de la heroína, pero

    el

    contexto valórico del héroe, a

    pesar de

    todo,

    no

    alcanza aquí plena independencia.

    Pasemos ahora al

    tema de

    nuestra obra.

    Es

    preciso tener en cuenta todo el

    tiempo

    que las

    entonaciones

    distinguibles por nosotros la ealista y

    la

    fom1al-

    no

    están dadas en

    su

    forma pura

    en ninguna

    parte; hasta en la vida,

    donde

    entonamos cada

    palabra,

    esa

    entonación

    no es

    puramente realista, sino que siempre tiene

    alguna

    mezcla

    de

    la

    estética; pura es

    la

    reacción cognoscitivo-ética real,

    pero su enunciación

    para

    otro acoge inevitablemente dentro de sí un ele

    mento estético;

    toda

    expresión

    como

    tal ya es estética. Sin embargo, el

    factor estético aquí desempeña solamente

    un

    papel ancilar, la orientación

    real de

    la

    reacción

    es

    realista.

    Lo

    dicho se extiende también a

    la

    reacción

    formal.)

    Así

    pues, pasemos al tema. A consecuencia de la particularidad

    ya

    señalada de la lírica pura,

    la

    casi completa coincidencia del aut or y el hé

    roe, es extraordinariamente dificil distinguir y formular l terna corno una

    determinada situación prosísti ca significativa o situación [obstoianie] épi

    ca. El contenido de la lírica habitualmente

    no

    está concretizado al igual

    que el de

    la

    música), es como

    una

    huella de la tensión cognoscitivo-ética,

    una

    expresión total -todavía

    no

    diferenciada-del pensamiento y el acto

    posibles[?].

    Por

    eso, se debe formular el

    tema

    con extraordinaria cautela,

    toda

    formulación será convencional, no expresará adecuadamente el con

    texto prosístico real. Aquí no pensamos establecer ese contexto prosístico

    real; para eso

    habría que tomar en cuenta el acontecimiento biográfico

    ético) del amor odesita de Pushkin y sus repercusiones posteriores; tomar

    en cuenta las correspondientes elegías de los años 23 y 24, otras obras del

    año 30, ante todo «Conjuro»; tomar en cuenta las fuentes literarias de la

    elaboración del t ema-en

    su

    formulación amplia-del

    amor

    y

    la muerte,

    y ante todo a Barry

    Comwall,

    que condicionaron directamente el

    poema

    «Conjuro», afín por el tema, y

    toda una

    serie de otras obras cercanas

    cronológicamente; y, por último, toda la situación biográfica y espiritual del

    año

    30

    el próximo matrimonio, etc.). No cabe duda

    deque

    la idea ética de

    la «fidelidad» en

    relación con

    la

    situación biográfica ocupó

    uno

    de los

    lugares centrales en la vida cognoscitivo-ética del auto r en Bóldino «El

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    26/55

      l autor el héroe en

    l

    actividad estética

    13

    el esclarecimiento del contexto prosístico

    de

    la lírica tienen una importan

    cia esencial las obras

    no

    líricas del autor, en las que la idea prosística

    siempre está expresada claramente. Semejante trabajo no entra

    en

    absolu

    to en el círculo de nuestra tarea;

    lo

    único importante para nosotros

    es

    el

    elemento común de la encarnación del tema lírico

    en

    el todo artístico. Por

    eso nuestra formulación

    no

    puede pretender estar rigurosamente funda

    mentada

    en

    todos

    los

    aspectos.

    Así pues, el tema

    de

    «el amor la muerte» está complicado concre

    tizado por un tema particular [?]: «promesa y cumplimiento»: la promesa

    del encuentro con la amada será cwnplida, aunque

    en

    el camino

    se

    presen

    tó la muerte, en la eternidad. Este tema está encamado [ ] a través de la

    imagen del «beso del encuentro»: el beso prometido del encuentro los

    labios para el ósculo apasionado

    de

    nuevo uniremos), el beso que ha muer

    to desapareció también

    el

    beso del encuentro), el beso resucitado lo espe

    ro, me lo debes), el tema está concretizado sinecdóquicamente.

    Un

    tema

    puramente ético, pero está desprovisto

    de

    su filo ético, está cerrado por

    la

    imagen

    del

    beso - ésta es la imagen temática central. Los elementos pre

    viamente dados[?] del acontecimiento ético del amor y del encuentro de

    ultratumba

    con

    la amada y

    los

    actos éticos ligados a ellos l a fidelidad, la

    purificación,

    etc.-

    que entraron estéticamente transformados en la lírica

    de Dante, el acontecimiento venidero absoluto real en el futuro real, des

    compondrían el carácter concluso imaginal y rítmico del todo.

    La/e

    y la

    esperanza

    reales ellas podrían estar

    en

    el

    alma del autor, de Pushkin, sólo

    que la biografía hace que esa suposición sea dudosa, cf. el mismo tema en

    Zhukovski)

    en

    el venidero encuentro,

    si

    tan sólo estuvieran solas esto es,

    si

    el autor coincidiera con

    su

    héroe), no podrían generar de

    nada conclui

    do e importante por

    mismo, aparte del futuro real apesar del futuro

    de sentido, este factor conclusivo es introducido de otra orientación emo

    cional-volitiva con respecto

    al

    acontecimiento

    en

    su totalidad, orientación

    que remitió ese acontecimiento a sus participantes dados, que hizo centro

    valórico

    no

    al objeto de esa vivencia aspiración el encuentro de ultra

    tumba real), sino a esa vivencia misma y a esa aspiración misma

    al

    objeto,

    desde el punto de vista de su portador valórico de l héroe. No necesita

    mos,

    en

    absoluto, saber

    si

    realmente Pushkin recibió

    el

    beso de ultratum

    ba,

    no

    necesitamos una fundamentación filosófica, religiosa o ética

    de

    la

    posibilidad y la necesidad del encuentro y la resurrección

    de

    ultratumba la

    inmortalidad como postulado

    del

    verdadero amor), el acontecimiento está

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    27/55

    14 lvfijaíl

    M

    ajtín

    prosístico pudiera y debiera profundizar este tema desde el punto de vista

    filosófico y religioso en la dirección correspondiente: es que la postulación

    de la inmortalidad por

    el

    amor, la fuerza ontológica de la memoria eterna

    «quien no olvidó, no devuelve», «el don que Dios quita, no está perdido

    por el corazón tozudo»), es uno de los más profundos temas de la lírica

    erótica de todos los tiempos Dante, Petrarca, Novalis, Zhukovski, Soloviov,

    Ivanov y otros).

    Esta conclusión de un terna filosófico infinito, tenso y siempre abierto

    y del posible acto ético de la vida se realiza a través de la atribución, por el

    autor, del acontecimiento, cuyo sentido previamente dado el tema es, a un

    hombre-héroe dado; además, este héroe-hombre puede coincidir con el

    autor-hombre

    lo que casi siempre tiene lugar, pero el héroe de la obra

    nunca puede coincidir con el autor su creador- de lo contrario no

    obtendremos una obra artística. Si la reacción del autor se funde con la

    reacción del héroe

    -pues

    esto a veces [?] puede ser así [?] desde el punto

    de vista cognoscit ivo-ét ico-, se dirige directamente al objeto y al sentido,

    el autor comienza a conocer y actuar junto con el héroe, pero pierde la

    visión conclusiva artística de éste; veremos que hasta cierto punto eso

    ocurre a menudo. La reacción que se refiere directamente al objeto,

    y

    por consiguiente, también la entonación del enunciado, no pueden ser

    productivas estéticamente, sino sólo cognoscitiva y éticamente; la reac

    ción estética es una reacción a una reacción; no al objeto y el sentido por

    sí mismos, sino al objeto y el sentido para un hombre dado, correlacionados

    con los valores de

    un

    hombre dado. En nuestra obra, a través del héroe

    lírico [ilegible] está encarnado el tema cognoscitivo-ético, la fe y la espe

    ranza [ilegible]. ¿Pero qué clase de héroe es éste y cuál es la actitud del

    autor hacia él? Sobre esto haremos aquí solamente unas cuantas observa

    ciones previas.

    Empezaremos por la actitud, porque precisamente la actitud creadora

    determina el objeto; aquí la actitud del autor hacia el héroe lírico es pura y

    directamente estético-formal: la vivencia cognoscitivo-ética, coloreada

    valóricamente, del héroe

    su

    reacción al

    Qj

    e to

    aquí es directamente el

    objeto de una reacción celebratoria formadora puramente estética del au

    tor; podemos decir que aquí las vivencias del héroe están vertidas directa

    mente en la imagen y el ritmo, precisamente por eso parece que no hay

    autor o no hay héroe: una sola persona vivenciante valóricamente. Entre

    tanto, como veremos en detalle más adelante, en el epos, especialmente en

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    28/55

      l autor

    y

    el héroe en la actividad estética

    15

    su orientación emocional-volitiva objetual en su totalidad, no se vierten en

    una forma puramente ética, sino que reciben previamente del autor una

    definición cognoscitivo-estética, o sea, el autor, antes de reaccionar a ellos

    de manera directamente estético-formal, reacciona cognoscitivo-éticamente,

    y

    ya

    después al héroe cognoscitivo-éticamente definido -moralmente psi

    cológicamente, socialmente, filosóficamente, [ilegible] e tc lo concluye

    de manera puramente aitística, y eso incluso donde el héroe es profunda

    mente autobiográfico; además, esa definición cognoscitivo-ética del héroe

    tiene siempre un carácter profundamente interesado, intimo-personal. Esa

    definición cognoscitivo-ética está ligada de manera tan estrecha y profunda

    con la posterior conformación estética, que hast a para el análisis abstracto

    son casi indistinguibles; aquí se efectúa de manera casi directamente m-

    perceptible par a Ja razón el paso de un punto de vista creador a otro.

    En

    efecto, traten de separar un procedimiento formal artístico-formal de la

    valoración cognoscitiva-moral

    en

    la heroización, el humor, la ironía, la

    sátira, de aislar el procedimiento puramente artístico-formal de la heroización,

    la ironización, la humorización -nunca se logrará hacerlo [ilegible], y no

    es esencial para la tarea del análisis; aquí el carácter inevitablemente formal

    y de contenido de éste se justifica con particular evidencia.

    Por

    otra parte,

    en

    esos fenómenos son particularmente claros el papel del autor y el acon

    tecimiento vivo de su actitud hacia el héroe.

    La

    particularidad de la lírica pura está precisamente en que la reacción

    del héroe al objeto está insuficientemente desarrol lada y

    no

    es de princi

    pios, es como si el autor estuviera de acuerdo con

    el

    aspecto cognoscitivo

    ético de la misma, sin entrar

    en

    su examen, valoración y generalización de

    principios,

    y

    la conclusión formal se efectúa muy fácilmente.

    En

    este res

    pecto la lírica se acerca a la canción directa, en la que es como si la viven

    cia se celebrara a sí misma, el dolor se duele objetualmente éticamente) y

    se celebra a sí mismo al mismo tiempo, llora y celebra su llanto autoconsuelo

    estético); desde luego, aquí hay un desdoblamiento en héroe y autor, al

    igual que en toda expresión; sólo el aullido inmediato inarticulado, el grito

    de dolor, no lo conocen, y para la comprensión de este fenómeno es preci

    so hacer esa diferenciación y tomar plena conciencia de ella, sólo que aquí

    esa actitud tiene un carácter especial: es deseada tranquilamente, el héroe

    no teme y no se avergüenza de ser expresado, al autor no le hace falta

    luchar con él, es como si ellos hubieran nacido en una cuna común. Sin

    embargo, debemos decir que esa inmediatez de la lírica tiene sus límites: el

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    29/55

    16

    Aiijaíl

    M

    Bajtín

    por otra parte, puede volverse falso: la relación no suficientemente re

    flexionada, no profundamente sentida, entre el héroe y el autor, su mutua

    incomprensión, el temor a mirarse cara a cara uno

    al

    otro y poner en claro

    francamente [?] sus relaciones, tienen lugar

    muy

    a menudo

    en

    la lírica,

    provocando tonos disonantes, no disueltos en el todo. También es posible

    una

    lírica sintética[?] que no se encierre

    en

    obras independientes aisladas;

    pueden existir libros líricos Vita Nuova, en parte los sonetos de Petrarca,

    en

    la Edad Moderna se acercan a esto Ivanov y Stundenbuch de Rilke) o

    por lo menos ciclos líricos. Para esta unión de obras líricas en un gran todo

    no es suficiente la unidad del tema, sino que ante todo es necesaria la

    W idad del héroe y de su orientación; en otros casos es posible hasta hablar

    del carácter del héroe lírico. Sobre esto hablaremos más detalladamente

    después.

    En

    todo caso, en general con respecto a la lírica pura sigue siendo

    correcta nuestra tesis sobre la actitud puramente estética directa del autor

    hacia el héroe,

    cuya

    orientación emocional-volitiva y

    su

    orientación

    cognoscitiva-ética no tienen un carácter objetual claro y no son de princi

    pios. Así es el héroe de nuestra obra

    en

    su actitud hacia el autor, aquí

    por

    ahora no podemos detenemos detalladamente en él: su postura no es de

    principios, el autor

    no

    la valora no la generaliza, sino que confirma direc

    tamente la belleza[?] aceptación lírica). Pero este mismo

    tema

    su aspec

    to cognoscitivo-ético) en el epos o incluso en la lírica podría ser encamado

    de otro modo a través de otro héroe, en otra postura de él con respecto al

    autor. Recordemos que semejante tema,

    al

    menos casi en esa misma orien

    tación cognoscitivo-ética general, [ilegible] de una manera completamente

    distinta

    en

    Lenski: «Él cantó la separación y la aflicción, y algo y la

    lejanía nebulosa .. », «El objetivo de nuestra vida para él era un enigma

    seductor; con él se devanaba los sesosy sospechabamilagros».Aquí este

    tema

    está completamente desprovisto de

    su

    autoridad cognoscitivo-ética,

    de modo que s e vuelve nada más que

    W

    factor de la caracterización artís

    tica de un hombre

    dado,

    de Lenski, sostenida en tonos humorístico-paró

    dicos; aquí la reacción del autor condicionó tanto la elección de las pala

    bras como

    las entonaciones de

    toda

    la

    posición

    emocional-volitiva,

    cognoscitiva-ética, objetual, del héroe, que es valorado

    y

    definido

    por

    el

    autor

    no

    sólo de manera artístico-formal, sino ante todo cognoscitivo-ética

    casi es generalizado hasta el tipo), y esto [ilegible], penetra

    en

    la forma

    conclusiva puramente estética. También la forma es inseparable de la valo

    ración en los versos de Lenski, «Adónde, adónde

    te

    alejaste»

    esa

    paro

  • 8/15/2019 Dossier 04 Bajtin

    30/55

    El autor

    y

    el héroe en la actividad estética

    17

    fonnal y de contenido del poema después está sacada y expresada franca

    mente »así escribió oscura y lánguidamente » Aquí la actitud del

    autor hacia el héroe

    no

    es directamente lírica.

    Se debe tener en cuenta todo el tiempo lo siguiente: la reacción emo

    cional-volitiva es inseparable de su objeto y de la imagen del mismo es

    decir siempre es objetual-imaginal

    por

    otra parte tampoco el objeto nun

    ca

    está dado en su pura objetualidad indiferente: pues

    ya por

    el hecho

    mismo de que empecé a hablar sobre el objeto de que le presté atención

    lo destaqué y simplemente lo vivencié

    ya

    tomé con respecto a él una

    posición emocional-volitiva una orientación valórica; en este sentido la

    reacción emocional-volitiva del autor se expresa también en la elección

    misma del héroe y del tema y de la fábula en la elección de las palabras

    para expresarla en la elección y construcción de las imágenes etc. y no

    sólo en el ritmo y en la entonación. Esta última

    no

    es señalada en absoluto

    en la obra se la adivina y cuando se lee mentalmente no se expresa de

    manera sonora -aunque fisiológicamente [ilegible] hay un equivalente:

    en la expresión de los ojos de los labios la mímica del rostro en la respira

    ción etc. pero desde luego no se corresponden plenamente; lo mismo es

    preciso decir sobre la orientación y la reacción emocional-volitiva del hé

    roe ésta halla expresión en todos los factores que constituyen la obra

    artística; pero si aislamos la entonación es sólo porque ella expresa de

    manera especial únicamente la reacción emocional-volitiva la tonalidad del

    objeto no tiene otra función. En general todos estos elementos aislados de

    la palabra

    y

    del todo artístico --objeto imagen ritmo entonación y

    otros

    sólo son aislables de manera abstracta; en realidad están fundidos en una

    unidad concreta integral se interpenetran e intercondicionan uno al otro.

    Por eso precisamente en el diálogo dramático la posición emocional-volitiva

    del héroe es expresada no sólo por la entonación de las palabras de éste

    sino también por la elección de las mismas sus significados objetuales e

    imágenes pero esos factores tienen también otras funciones; después

    no

    sólo el ritmo sino el lugar que ocupa el enunciado dado del héroe en el

    diálogo y la posición de todo el diálogo en el todo

    su

    coloración

    entonacional y a veces su significado objetual e imágenes expresan no sólo

    la reacción del héroe sino a reacción abarcadora del autor su orientación

    con respecto al todo las partes. Cuando hablamos de la definición

    cognoscitivo-ética del héroe que precede y condiciona su definición artísti

    co-fonnal no es preciso imaginársela como discursiva.mente acabada tan

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    Mijaíl M ajtín

    cognoscitivo, sino el ético, el factor filosófico-cognoscitivo domina en rela

    ción con el tema y con distintos factores del héroe, su [ilegible] cosmovisivo.

    El todo del héroe l a expresión total del héroe- tiene un carácter pura

    mente ético en la medida en que, en general, se puede hablar de un todo

    no-estético) de orden no discursivo, sino emocional-volitivo: [ilegible] ver

    güenza, [ilegible] futilidad, santidad, autoridad, rectitud de la persona, amor,

    etc. Repetiremos una vez más que estas definiciones cognoscitivo-éticas

    son casi indistinguibles de las definiciones estéticas-formales [ilegible]; el

    hombre concreto no [ .. ] en absoluto en ninguna parte, excepto el arte;

    además, en la vida, pero ahí también está bastante estetizado. Ese factor

    de que la definición cognoscitivo-ética se refiere

    al

    todo del hombre, de

    que lo abarca todo, es ya un factor estético.

    La

    definición ética define a un

    hombre dado desde el punto de vista de lo dado como tarea

    zadannogo

    ]

    y en esto último está el centro valórico, basta con trasladarlo a lo dado y la

    definición estará

    ya

    completamente estetizada. Podemos decir que antes

    de ocupar una posición puramente estética con respecto al héroe y

    su

    mundo, el autor debe ocupar una posición puramente propia de la vida.

    Todos los elementos del todo artístico de nuestra obra que hemos

    analizado: los factores objetuales la patria, el extranjero, la lejanía, largo

    tiempo), el todo objetual y de sentido la naturaleza), las imágenes pictóri

    co-escultóricas tres de las fundamentales - el espacio interior, el ritmo

    temporal interior, el tiempo interior, la posición emocional-volitiva del hé

    roe y del autor, y las [ilegible] entonacionales correspondientes a ella, el

    ritmo temporal externo, la rima y la composición externa que aquí, desde

    luego, no pudimos someter a un análisis formal especial), y

    por

    último, el

    tema, esto es, todos los elementos únicos concretos de la obra y el ordena

    miento arquitectónico de los mismos en un único acontecimiento artístico,

    se realizan alrededor del centro valórico del hombre-héroe, aquí la existen

    cia se volvió completamente humanizada en un acontecimiento único: todo

    lo que aquí es significativo es tan sólo

    u

    momento de un acontecimiento

    de la vida de un hombre dado, de

    su

    destino. Con eso podemos terminar el

    análisis de la obra.

    En nuestro análisis nos adelantamos: hablamos no sólo del hombre

    el

    centro de la visión estética-, sino también de la definición del héroe, y

    hasta tocamos la actitud del autor hacia él.

    El hombre es una condición de la posibilidad de cualquier visión estéti

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    El autor

    y

    el héroe en la actividad estética 9

    artística acabada o no; sólo en es ta última aparece un determinado héroe,

    al tiempo que algunos factores pueden estar estetizados y no tener una

    relación inmediata con él, sino con

    l

    hombre en general, corno en nuestro

    ejemplo de la animación directa de la naturaleza independientemente de la

    fábula de su incorporación al acontecimiento de la vida de un determinado

    héroe. El héroe

    ya

    no es una condición de l a posibilidad, sino también un

    objeto concreto de la visión estética, cierto es que un objetop r

    excellence

    porque expresa la esencia misma de él, pero es que al hombre es posible

    enfocarlo desde un punto de vista que no sea el del valor de la realidad

    dada humana el

    hamo sapiens

    de la biología,

    l

    hombre del acto ético, el

    hombre de la historia), y a la inversa: desde el punto de vista de la realidad

    dada humana se puede mirar cualquier objeto, y esta mirada será estética,

    pero en ella no habrá héroe propiamente dicho. Así, la contemplación esté

    tica de la naturaleza está hwnanizada, pero no tiene un determinado héroe

    por lo demás, tampoco un determinado autor, aquí hay

    un

    autor coinci

    dente con la contemplación [?] ,pero es extremadamente pasivo y recepti

    vo [?],aunque el grado de pasividad es diferente). Es posible también una

    obra artística sin un héroe expresado de manera definida: la descripción de

    la naturaleza, la lírica filosófica,

    l

    aforismo estetizado, el fragmento en los

    románticos, etc. Particularmente frecuentes son las obras sin héroe en otras

    artes: casi toda la música,

    l

    ornamento, el arabesco, el paisaje, la nature

    marte toda la arquitectura, etc.

    Es verdad que la frontera entre el hombre

    l a

    condición de la vi

    s ión y

    l héroe el

    objeto de la visión a menudo se vuelve movediza:

    el asunto está en que la contemplación estética como tal tiende a aislar a un

    determinado héroe, en este sentido cada visión encierra una tendencia al

    héroe, una potencia de héroe; es como si en cada percepción estética del

    objeto dormitara una determinada imagen humana, corno en el bloque de

    mármol para el escultor. En el enfoque mitológico,

    no

    sólo el factor ético

    histórico, sino también el puramente estético, hicieron prever en la madera

    la dríada, la oréada en la piedra, hicieron levantarse de las aguas a las

    ninfas, ver en los acontecimientos de la naturaleza acontecimientos de la

    vida de determinados participantes. Sólo con respecto a un determinado

    héroe se pueden definir completamente [ilegible] los acontecimientos y la

    orientación emocional-volitiva del autor. Por eso se puede afi rmar que sin

    héroe no hay visión estética ni obra artística, y sólo se debe distinguir al

    héroe real, manifiesto, y el potencial, que, diríase, aspira a abrirse paso a

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    Mijaíl

    M

    ajtín

    dilucidar la posición valórica del autor con respecto al todo estético y a

    cada factor del mismo, será importante, allí donde no hay un héroe deter

    minado, actualizar las visiones de la potencia del héroe ínsitas en el objeto

    hasta que devengan una imagen determinada en cierto grado. Más adelante

    veremos que en

    la

    base de las concepciones semi filosóficas, semiartísticas,

    del mundo

    como

    son la concepción de Nietzsche y, en parte, la de

    Schopenhauer se halla el acontecimiento vivo de la actitud del autor

    hacia el mundo, semejante a la act itud del artista hacia su héroe, y para

    la

    comprensión de tales concepciones es necesmio hast