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EDITORIAL Clin Invest Gin Obst 2002;29(4):121 121 A lo largo del tiempo existen ciertos temas que se mantienen en la bibliografía médica, por cuanto la in- vestigación y, en ocasiones, la aplicabilidad clínica no acaban de ser totalmente consistentes para todos. Por otra parte, en especial cuando se trata de inves- tigación farmacológica y de aplicaciones clínicas que hacen referencia a productos procedentes de la indus- tria farmacéutica, la mediatización de esta última no deja de estar presente en la mente de algunos. Eso es algo que está sucediendo en la actualidad con los folatos, sobre los que se han publicado, du- rante esta última década, centenares de trabajos que hacen referencia no sólo a su farmacología y metabo- lismo, sino también a su aplicabilidad clínica en el ámbito de la prevención en unos casos, del diagnósti- co en otros, e incluso de la terapéutica en otros. En este terreno, la homocisteína constituye un tema de notoria actualidad. La idea de que la hiperhomo- cisteinemia puede ser la causa de episodios de trom- bosis en diferentes órganos de la economía parece avalar la sugerencia de que diversos problemas obsté- tricos y ginecológicos se hallan también asociados a la presencia de hiperhomocisteinemia, por lo cual la presencia de esta última se postularía como un factor de riesgo de esas alteraciones clínicas. La hiperhomocisteinemia parece actuar por diver- sas vías, tales como la polimerización de la elastina, la hiperplasia de las células musculares, la acumula- ción de proteinoglucosaminoglicanos, la activación de ciertos factores de coagulación, la estimulación de la síntesis de tromboxanos B2, la inhibición de la pro- teína C y algunos otros. Dado este cúmulo de acciones demostradas del ex- ceso de homocisteína no es de extrañar que su dosifi- cación se haya convertido en un parámetro de crecien- te empleo en casos de enfermedad vascular diversa. En nuestra especialidad también se ha postulado la interferencia de las alteraciones del complejo meca- nismo de la síntesis de folatos en diversas enfermeda- des. Por ello, también en el campo obstetricogineco- lógico la valoración de las tasas de homocisteína se ha indicado como útil marcador biológico de numero- sas situaciones adversas. Sin embargo, estamos aún lejos del consenso gene- ralizado en todos estos aspectos. Por sólo poner un ejemplo, señalaremos que las concentraciones de ho- mocisteína consideradas normales muestran una gran variabilidad entre diferentes colectivos poblacionales e incluso entre diferentes laboratorios. Incluso utili- zando la denominada prueba de sobrecarga oral de metionina persisten algunos problemas a la hora de definir la normalidad y la enfermedad, aun cuando sí es de utilidad para identificar distintos tipos de hiper- homoscisteinemia. A pesar de los citados problemas y de las grandes lagunas que existen en el perfecto conocimiento de esta temática, no hay duda de que se deberá estar atento al progreso de la investigación para llegar a conclusiones válidas y, en especial, para que el clíni- co pueda adquirir el convencimiento de la utilidad o inutilidad de los numerosos tratamientos que ya se re- alizan basados en estos fragmentarios conocimientos y sin evidencias totales de que sean beneficiosos para las pacientes. 47.217

Editorial

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EDITORIAL

Clin Invest Gin Obst 2002;29(4):121 121

A lo largo del tiempo existen ciertos temas que semantienen en la bibliografía médica, por cuanto la in-vestigación y, en ocasiones, la aplicabilidad clínica noacaban de ser totalmente consistentes para todos.

Por otra parte, en especial cuando se trata de inves-tigación farmacológica y de aplicaciones clínicas quehacen referencia a productos procedentes de la indus-tria farmacéutica, la mediatización de esta última nodeja de estar presente en la mente de algunos.

Eso es algo que está sucediendo en la actualidadcon los folatos, sobre los que se han publicado, du-rante esta última década, centenares de trabajos quehacen referencia no sólo a su farmacología y metabo-lismo, sino también a su aplicabilidad clínica en elámbito de la prevención en unos casos, del diagnósti-co en otros, e incluso de la terapéutica en otros.

En este terreno, la homocisteína constituye un temade notoria actualidad. La idea de que la hiperhomo-cisteinemia puede ser la causa de episodios de trom-bosis en diferentes órganos de la economía pareceavalar la sugerencia de que diversos problemas obsté-tricos y ginecológicos se hallan también asociados ala presencia de hiperhomocisteinemia, por lo cual lapresencia de esta última se postularía como un factorde riesgo de esas alteraciones clínicas.

La hiperhomocisteinemia parece actuar por diver-sas vías, tales como la polimerización de la elastina,la hiperplasia de las células musculares, la acumula-ción de proteinoglucosaminoglicanos, la activaciónde ciertos factores de coagulación, la estimulación dela síntesis de tromboxanos B2, la inhibición de la pro-teína C y algunos otros.

Dado este cúmulo de acciones demostradas del ex-ceso de homocisteína no es de extrañar que su dosifi-cación se haya convertido en un parámetro de crecien-te empleo en casos de enfermedad vascular diversa.

En nuestra especialidad también se ha postulado lainterferencia de las alteraciones del complejo meca-nismo de la síntesis de folatos en diversas enfermeda-des. Por ello, también en el campo obstetricogineco-lógico la valoración de las tasas de homocisteína seha indicado como útil marcador biológico de numero-sas situaciones adversas.

Sin embargo, estamos aún lejos del consenso gene-ralizado en todos estos aspectos. Por sólo poner unejemplo, señalaremos que las concentraciones de ho-mocisteína consideradas normales muestran una granvariabilidad entre diferentes colectivos poblacionalese incluso entre diferentes laboratorios. Incluso utili-zando la denominada prueba de sobrecarga oral demetionina persisten algunos problemas a la hora dedefinir la normalidad y la enfermedad, aun cuando síes de utilidad para identificar distintos tipos de hiper-homoscisteinemia.

A pesar de los citados problemas y de las grandeslagunas que existen en el perfecto conocimiento deesta temática, no hay duda de que se deberá estaratento al progreso de la investigación para llegar aconclusiones válidas y, en especial, para que el clíni-co pueda adquirir el convencimiento de la utilidad oinutilidad de los numerosos tratamientos que ya se re-alizan basados en estos fragmentarios conocimientosy sin evidencias totales de que sean beneficiosos paralas pacientes.

47.217