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Gabriela Dalla‐Corte Caballero
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El libro que presentamos a lectores y lectoras describe el archivo documental de la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio (1901‐1938) y de la Casa de América de Barcelona (1909‐1968). Ambos organismos privados impulsaron el americanismo catalán, y gracias a la participación activa de cientos y cientos de empresarios, intelectuales, diplomáticos y artistas que se convirtieron en protagonistas de la modernización de Cataluña desde inicios del siglo XX. La catalogación del archivo documental, conservado hoy día por la Universidad de Barcelona, es parte de la historia centenaria de la Casa de América barcelonesa, que en el año 2006 fue rebautizada con el nombre de Casa Amèrica Catalunya.
Agradezco a:
Antoni Traveria Celda Cristina Borràs Planas Cristina Osorno Mesa
Cristina Rius Sanclimens Dolors Escofet Rovira
Francesc Montserrat Ponsà Josep A. Vilar Espada
Montse Riquelme Guasch Narci Caro Polo
Pedro Strukelj Elgarte Teresa María de Manuel Ochoa
Ariadna Lluis Vidal‐Folch Cielo Zaidenwerg Ibán Mesa Sellés Marina Colom
Lídia Martínez Altarriba
Maria Lourdes Prades Artigas Fuensanta Marmolejo Romero
Olga Giralt Esteve Estrella Figueras Fernando Ferreyra Giovanni Cattini Gustavo Álvarez Marcela Lucci
Marcelo Ulloque María Rosa Serrano
Miguel Ángel de Marco (h) Núria Altarriba Vigatà
Rosana Vaca Werther Günther Deformes
Zeus Moreno Romero Anna Guiteras Mombiola
© Del texto: Gabriela Dalla‐Corte Caballero © De la edición: Fundació Casa Amèrica Catalunya KM13.774. Edicions Casa Amèrica Catalunya 100 Anys. Casa Amèrica Catalunya Barcelona, 2013 Página web: http://www.americat.cat/es Diseño tipográfico: Werther Gunther Deformes – Pedro Strukelj Elgarte – Cristina Borràs Planas DL: B.25.828‐2013 ISBN: 978‐84‐85736‐63‐8
El archivo documental del americanismo catalán
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El archivo documental del americanismo catalán
Una historia centenaria para la Casa de América
(1909‐1968)
ÍNDICE PRÓLOGO de ANTONI TRAVERIA CELDA .......................................................... 5 PRESENTACIÓN: El fondo documental de la Casa de América ........................... 7 1. Periodismo modernista: la Revista Comercial Ibero‐Americana............................ 11 2. Minerva, Mercurio y la publicidad ....................................................................... 15 3. Material decorativo para la ilustración y Tipografía La Académica ................ 19 4. La Sociedad Libre de Estudios Americanistas ..................................................... 23 5. El Club Americano de los indianos ....................................................................... 25 6. Una Casa para América .......................................................................................... 26 7.‐ Los delegados en el extranjero .............................................................................. 29 8. Los títulos nobiliarios y la participación americanista ....................................... 34
8.1. Duque (Ducado) ............................................................................................ 35 8.2. Marqués (Marquesado) ................................................................................ 36 8.3. Conde y Condesa (Condado) ...................................................................... 40 8.4. Vizconde (Vizcondado) ................................................................................ 45 8.5. Barones y Baronesas (Baronía) .................................................................... 45
9. La diplomacia y los cónsules de América en Barcelona ..................................... 46 10. El Archivo General de Economía ........................................................................ 55 11. La creación artística como fundamento económico .......................................... 60 12. La poesía del comercio .......................................................................................... 63 13. Frivolidad ................................................................................................................ 71 14. Las portadas de la Revista Comercial Ibero‐Americana .................................. 78 15. El significado de la Guerra Civil española ......................................................... 84 ÍNDICE ONOMÁSTICO DE AUTORAS Y DE AUTORES ................................... 87 INVENTARIO: Archivo de documentación (1909-1968) ........................................... 121
Gabriela Dalla‐Corte Caballero
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Pere Casas Abarca, “Mercurio y Minerva”
Fuente: Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio, Barcelona
El archivo documental del americanismo catalán
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PRÓLOGO ANTONI TRAVERIA CELDA
Director general de la Casa Amèrica Catalunya
La Fundación Casa Amèrica Catalunya tiene como origen la reconstrucción de la cultura y del comercio catalán a partir de las últimas guerras de independencia llevadas adelante por las colonias insulares hispanas, es decir, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Desde inicios del siglo XX, un importante grupo de comerciantes, políticos, diplomáticos e intelectuales de la sociedad catalana, resolvió darle forma a la modernización periodística y asociativa, y lo hizo a través de la fundación de dos ámbitos de acción: la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio, por un lado, así como la Casa de América de Barcelona, por el otro. A través de los nombres elegidos para la revista y para la asociación barcelonesas, podemos comprender el alcance de las relaciones gestadas entre Cataluña y América. Dichas relaciones se consolidaron a través de una importante correspondencia mantenida con todo el continente americano, y cuyas cartas constituyen hoy día un archivo documental que es descrito en esta obra que prologo. A través del mencionado archivo, los americanistas catalanes se volcaron al fortalecimiento y a la renovación de los vínculos con los nuevos Estados Nacionales latinoamericanos.
Es por ello que, con gusto, introduzco la obra de la Doctora Gabriela Dalla‐Corte Caballero, a través de la cual se nos abre una gran puerta para futuras investigaciones que se basen, precisamente, en la prácticamente desconocida documentación del proyecto americanista de Cataluña. El nombre elegido para esta obra no es otro que El archivo documental del americanismo catalán. Una historia centenaria para la Casa de América.
Gabriela Dalla‐Corte Caballero aborda en estas páginas el papel jugado por la publicidad que durante todos esos años quedó en manos del famoso artista catalán Pere Casas Abarca. También nos muestra el papel de los Consulados americanos registrados en Barcelona, a sabiendas de que el primer Cónsul General que llegó a Barcelona fue el argentino Alberto I. Gache. La autora se centra también en el rol ejercido por los Delegados de la Casa de América, que fueron todos ellos designados desde Barcelona para obtener información confidencial de lo que estaba pasando en los Estados Nacionales. Y se vuelca también a la descripción del contacto directo que los responsables de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio y de la Casa de América de Barcelona mantenían con diversos personajes de España: marqueses, duques, condes y condesas, vizcondes, barones…. En síntesis, el total de responsables de la correspondencia mantenida entre América y Barcelona fueron casi tres mil personas, sin contar las instituciones, asociaciones, empresas y entidades privadas, vinculadas todas ellas al americanismo catalán. Para que podamos identificar el origen personal de las cartas, Dalla‐Corte Caballero también incluye un extensísimo índice onomástico, el cual identifica a los autores y a las autoras de esa correspondencia recibida por la Casa, la cual comienza con R. Abascal y se cierra con José Zurita.
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El estudio se complementa con la reproducción del inventario de los documentos que aparecen en el anexo. Se trata de un primer acercamiento a cientos y cientos de informes oficiales, informes confidenciales, cartas personales, cartas institucionales, datos de empresas…. Dichos documentos históricos permiten recuperar –y analizar‐ todos y cada uno de los temas tratados por los responsables de la recepción de esas cartas. La propia autora nos recuerda que los receptores fueron, nada más y nada menos, que los directivos de esta Casa de América centenaria, entre ellos Federico Rahola Trèmols; el Marqués de Marianao, Salvador Samá Torrens; el Vizconde de Güell, Claudio Güell López; o el Marqués de Comillas, Juan Antonio Güell López. También quiero mencionar la presencia de importantes personajes que se hicieron cargo de esta Casa, aunque a duras penas, durante la dictadura de Francisco Franco que destronó la legitimidad de la II República: me refiero al periodista Francisco de Asís Carbonell Tortós, así como al editor Gustavo Gili Esteve.
En síntesis, los responsables de esta importante asociación internacional barcelonesa unieron el periodismo, la cultura, la publicación, el intelecto y el arte, con la economía y las finanzas, como puede descubrirse a través de la consulta de los documentos elaborados entre 1909 a 1968. La catalogación del mencionado archivo fue desarrollada gracias a la colaboración entre la Universidad de Barcelona y la Fundació Casa Amèrica Catalunya, y por ello es importante dar a conocer su contenido. No hay duda de que el archivo documental organizado por ambas entidades entre los años 1909 y 1968, forma parte de nuestra Fundació Casa Amèrica Catalunya. Por ello, y con gran placer, la Fundació da a conocer este trabajo en el que participó un buen número de personas bajo la coordinación de Gabriela Dalla‐Corte Caballero. Quienes estamos interesados en la realidad del mundo americano, así como en los intereses de los latinoamericanos establecidos en Cataluña, no dejamos de coincidir en la necesidad de conservar el interés personal y la creación científica y divulgativa. Por ello quisiera me permitieran reconocer la colaboración permanente, así como este trabajo dedicado a las casi sesenta cajas de documentación que hablan de nuestra historia, de nuestro pasado, pero también de nuestro futuro. Considero que la consulta de dichos documentos puede ser uno de los caminos elegidos por investigadoras e investigadores volcados a este trozo de la historia de nuestro país, casi oculto, o, de seguro, escasamente investigado y divulgado.
Finalmente, quiero señalar que Gabriela Dalla‐Corte Caballero trabajó con nosotros en calidad de asesora de Historia de América hasta el día en que se le adjudicó el cargo de Profesora Titular en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona. Desde entonces, su colaboración se ha sostenido en el tiempo a través de diversas actividades y trabajos de investigación académicos. En particular quiero mencionar su obra dedicada al origen y a la historia de la Casa de América de Barcelona; su libro sobre la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio; y sus reflexiones en torno al Archivo Documental, las cuales toman forma en esta obra que prologo. Las tres publicaciones han salido a la luz a través de esta Fundació Casa Amèrica Catalunya, que ya ha superado el año del centenario de su nacimiento.
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El archivo documental del americanismo catalán.
Una historia centenaria para la Casa de América
(1909‐1968)
PRESENTACIÓN
El fondo documental de la Casa de América En el año 1924, la Casa de América de Barcelona adoptó el carácter de
“Asociación de Expansión Iberoamericana” gracias al apoyo que le dio un importante número de empresarios, intelectuales y comerciantes catalanes. Tres años después, Francesc Cambó Batlle propuso adherir el nombre de “Instituto de Economía Americana” (IDEA), con la intención de atender a la demanda internacional y de llevar adelante el proyecto de conformar uno de los archivos documentales especializados de América más importantes de España.1 Por su calidad de asociación internacional, la Casa de América, nacida en 1911, se desempeñó activamente hasta la Guerra Civil española, un momento crucial que transformaría el histórico americanismo catalán.2
El patrimonio histórico‐cultural representado por la asociación internacional iberoamericana IDEA‐Casa de América, acompañó su transformación al convertirse en el año 2006 en Fundación Casa América Cataluña. Dicho patrimonio corresponde a la documentación general representada por la correspondencia mantenida entre 1909 y 1968 por aproximadamente 2.645 personas (sin contar las instituciones
1 Yáñez Gallardo, César, El americanismo de la burguesía catalana, 1898-1929: un proyecto imperialista, tesis de licenciatura, UAB, Bellaterra, 1985, mimeo. 2 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, Casa de América de Barcelona (1911-1947), Comillas, Cambó, Gili, Torres y mil empresarios en una agencia de información e influencia internacional, Editorial LID, Madrid, 2005.
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involucradas en la redacción de las cartas), cuyo índice onomástico se encuentra en el anexo de esta obra. La documentación catalogada se incluye en el anexo de esta obra. Se trata de una fuente documental que resulta esencial a la hora de desentrañar las relaciones catalanas y americanas a partir de la pérdida de las últimas colonias, es decir, Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
El patrimonio histórico‐cultural forma parte de la recuperación de la memoria histórica a partir de la identificación de las siguientes entidades americanistas catalanas: en primer lugar, la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, inaugurada en 1901, y dirigida por el empresario José Puigdollers Macià, el abogado Federico Rahola Trèmols, y el artista Pere Casas Abarca. En segundo lugar, la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, presidida entre 1910 y 1911 por Rahola y por su secretario Rafael Vehíls Grau‐Bolívar. En tercer lugar, la propia Casa de América de Barcelona, abierta al público en abril de 1911 gracias a la presencia del uruguayo Jacinto Viñas Muxí, también bautizado con el caliticativo de “indiano”. Y, en cuarto y último lugar, el Consejo Superior del Patronato de Cámaras y Asociaciones Americanas de Comercio del “Instituto de Economía Americana” (IDEA), más conocido hasta la actualidad con el nombre de “IDEA‐Casa de América”. En este último caso, los responsables directos fueron Ramón Méndez de Cardona en calidad de presidente, y Rafael Vehíls Grau‐Bolívar como secretario y director, mientras que Francesc Cambó Batlle se convirtió en el alma mater de la entidad americanista internacional.
La reconstrucción del archivo nos da la posibilidad de comprobar que los receptores de esas cartas mencionadas fueron Claudio Ametlla, Edmundo T. Calcaño, Francisco de Asís Carbonell Tortós, Claudio Güell López (Vizconde de Güell), Juan Antonio Güell López (Conde de Güell, Marqués de Comillas, Conde de San Pedro de Ruiseñada); Gustavo Gili Esteve, precisamente el creador de la Editorial Gustavo Gili que ha subsistido hasta el día de hoy; Trifón Meleán; Ramón Méndez de Cardona; Jorge Porro; Federico Rahola Trèmols; Luis Riera Soler; Salvador Samá Torrens (Marqués de Marianao); Rafael Vehíls Grau‐Bolívar; Mariano Viada Lluch; Mariano Viada Viada; José Viñamata; así como el uruguayo Jacinto Viñas Muxí. Es decir, todos miembros responsables de esta importante asociación internacional barcelonesa.
IDEA‐Casa de América fue una asociación verdaderamente relevante. Hasta el año 1936 representó a España en el seno de la Unión Internacional de Asociaciones, dependiente esta última de la Sociedad de Naciones. Sintetizó también la modernización americanista catalana durante la primera mitad del siglo XX, y gozó de importantes contactos de todo tipo con países claves de la geografía latinoamericana. Durante la segunda mitad del siglo XX no pudo competir en el ámbito cultural y económico con la asociación americanista catapultada en Barcelona en 1948, es decir, un año después del fallecimiento de Francesc Cambó en Buenos Aires. Se trata del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona (IEHB), que fue inaugurado como delegación del Instituto de Cultura Hispánica (ICH) de Madrid, en manos de Manuel Fraga. El IEHB cambió su nombre en 1968, y adoptó el de Instituto
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Catalán de Cultura Hispánica (ICCI). Diez años después se tradujo su nombre al catalán, y se dio a conocer internacionalmente como ICCI, precisamente en el momento en que la entidad incorporó en su seno a la antigua Casa de América de Barcelona, respetando, no obstante, su personalidad jurídica.3
Siguiendo esta evolución histórica, a partir de la década de 1980 el fondo documental de IDEA‐Casa de América quedó en manos de la Fundación Figueras y, posteriormente, del CRAI, Biblioteca Pavelló de la República, Universitat de Barcelona. Fuensanta Marmolejo y Sandra Basuarte se encargaron de clasificar los libros de la biblioteca, mientras Olga Giralt Esteve asumió la responsabilidad de elaborar el índice de su archivo gráfico.4
Fue precisamente el director de la Casa América Cataluña, Antoni Traveria, quien aceptó mi propuesta de catalogar el archivo documental de la Casa de América de Barcelona de los años 1909 a 1968, proyecto al que se sumó Ariadna Lluís Vidal‐Folch. La elaboración del inventario tenía como objetivo la difusión del contenido del fondo documental para recuperar la memoria histórica del americanismo catalán. En la organización de este inventario, coordinado por Gabriela Dalla Corte y Ariadna Lluís, colaboraron Marina Colom, Ibán Mesa Sellés y Cielo Zaidenwerg.
El inventario fue dividido en épocas, en función de los hechos más significativos: Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio (1900‐1910); Casa de América de Barcelona (1911‐1914); Primera Guerra Mundial (1915‐1919); Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE) (1920‐1923); Traslado de la Casa de América a la propiedad de Francesc Cambó Batllé (1924‐1931); República y Guerra Civil (1932‐1939); Franquismo (1940‐1965); Documentación final (1966‐1968).
Gracias a esa organización, el archivo de documentos de IDEA‐Casa de América está conformado por cincuenta y siete cajas que contienen informes, mapas, cartas, fotografías, gacetillas, artículos de prensa enviados desde América, memorándums…. Este reservorio permite abordar la relación entre la actividad mercantil, las redes sociales, las prácticas asociativas, la generación de grupos de poder y de presión, la difusión de las ideas jurídicas y mercantiles, así como la práctica intelectual y artística. En el anexo también incluimos un índice de autoras y autores de la correspondencia enviada y recibida entre 1909 y 1968, con la esperanza de que, en el futuro, el archivo de documentación de la antigua Casa de América de Barcelona sea consultado por historiadores e historiadoras vinculados al mundo americanista, y utilizado para la elaboración de investigaciones centradas en el catalanismo moderno.
3 50 anys d'ICCI (1946-1996): cinquanta anys d'acció americanista a Catalunya, L'Institut, Barcelona, 1999. 4 Basuarte, Sandra y Marmolejo, Fuensanta, Revistes del fons americà de la Biblioteca Josep M. Figueras, Publicacions de l´Abadia de Montserrat, Barcelona, 1994.
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Inventario del Archivo de Documentación de la Casa de América de Barcelona (1909‐1968)
Cajas Tipo de documentación1‐21 Correspondencia de la Casa de América de Barcelona 22‐25 Conferencia de Cámaras y Asociaciones Americanas de Comercio
26 Consejo Superior del Patronato de Cámaras y Asociaciones Americanas de Comercio
27 Feria de Muestras 28 VIII Feria Internacional de Muestras de Barcelona 29 Anales de Economía Americana y IV Centenario Magallanes
30‐31 Museo Comercial 32‐33 Exposición de Barcelona y Exposición de Sevilla, 1929 34 Notas de España (I) 35 Notas de América y de Filipinas
36‐40 Historia de la Casa de América (I‐IV) 41‐43 Prensa (I‐III) 44‐49 Informes (I‐VI) 50 Notas de España (II) y de América 51 Notas de España (III) 52 Informes (VII)
53‐57 Recibos y Facturas (I‐V) El inventario del archivo documental de la Casa de América se reproduce en
esta obra, con la intención de reivindicar el pasado histórico de dicha entidad, que hoy día lleva el nombre de Fundación Casa América Catalunya. La nueva Casa impulsa y colabora en actos, proyectos y programas con la finalidad de difundir el conocimiento de las realidades culturales, económicas e históricas de los diversos Estados de América Latina. Sobre esta base, la Fundación ha estructurado su campo de actuación en las áreas audiovisuales, literarias, exposiciones, espacios de debate y conferencias. Su finalidad ha sido siempre ampliar y fortalecer las relaciones entre la comunidad iberoamericana y Cataluña, y no sólo con la población americana migrante establecida en Barcelona. Ha concentrado en todos estos años los proyectos impulsados por las tres entidades de las cuales desciende: de la propia Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio, publicada desde diciembre de 1901 a mediados de 1938; de la antigua Casa de América de Barcelona, nacida en abril de 1911; y del ICCI, este último gestado en la segunda mitad del siglo XX, y que en 1980 incorporó al IDEA‐Casa de América, como mencionamos más arriba. La antigua Casa de América barcelonesa es parte de la Fundación Casa América Cataluña, que ha superado ya sus cien años de vida.
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Por ello, antes de dar inicio a la descripción del contenido del inventario, es importante señalar que en los siguientes apartados se aborda la publicidad y el periodismo modernista a través de la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio; el significado del material decorativo para la ilustración, tomando como ejemplo el caso de la “Tipografía La Académica”; la creación de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, por un lado, y del Club Americano en manos de indianos radicados en Barcelona, por el otro; el rol documentalista que asumiría la Casa de América, gracias a la presencia de sus delegados en el extranjero; y, en particular, el apoyo incondicional de los cónsules de América registrados en la ciudad condal, los cuales colaboraron estrechamente junto a un importante número de duques, marqueses, condes, vizcondes y barones….
Finalmente, señalamos la unión existente entre el arte, la cultura y el comercio a través de la creación artística identificada en el Real Círculo Artístico barcelonés, así como en el Museu d´Amics de Catalunya, ambas entidades presididas por el director artístico de Mercurio: Pere Casas Abarca. Sus cuadros, sus dibujos utilizados para la publicidad de las empresas involucradas, así como sus diseños para las portadas anuales de la Revista Comercial Ibero‐Americana, nos permiten cerrar esta presentación centrada en la descripción histórica del americanismo catalán durante la primera mitad del siglo XX, y que abre las puertas a la investigación a través del inventario de su archivo documental.
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1. Periodismo modernista: la Revista Comercial Ibero‐Americana El siglo XIX se cerró amargamente para España, luego de décadas de
ininterrumpidas pérdidas de los territorios americanos, y fruto de un proceso de desmembramiento centrífugo que llegó a su cenit durante la Guerra de Independencia de Cuba y, en especial, en el marco de la Guerra hispano‐estadounidense. Había llegado el momento de recuperar los mercados, pero dejando atrás el uso de las armas que había sido hasta entonces el modelo implementado por la monarquía española para conservar su poderío en el continente americano.5 Esta situación forzó al gobierno monárquico a establecer un nuevo vínculo con los Estados americanos, y la mejor manera que encontraron los políticos e intelectuales peninsulares interesados en América fue la reactivación mercantil. De ahí descienden diversas entidades catalanas que se volcaron al reforzamiento diplomático, internacional y cultural, temáticas abordadas en esta obra.
5 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, “Barcelona y América: un mundo cultural y económico para ganar el mundo”, en Rodrigo Alharilla, M. (coord.), Les bases colonials de la Barcelona contemporánea, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Barcelona, 2012, pp. 19-28.
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El americanismo catalán fue parte de este proceso de modernización: el primer instrumento que se desplegó en la ciudad de Barcelona fue la publicación de la Revista Comercial Hispano‐Americana, que fue editada entre diciembre de 1901 y mediados del año 1938. Dicha revista fue dirigida por Federico Rahola Trèmols (1901‐1919), Rafael Vehils Grau‐Bolívar (1919‐1924), y Mariano Viada Lluch (1929‐1938), todos ellos abogados que se habían graduado en Derecho en el seno de la Universidad de Barcelona. El creador de esta publicación fue el importante empresario José Puigdollers Macià,6 quien siempre apareció como director fundador, mientras que la dirección artística de la revista quedó en manos de Pere Casas Abarca.
En el primer número de diciembre de 1901, los responsables afirmaron que su intención era abrir nuevos mercados mediante la consolidación del predominio mercantil.7 Ante ello, y tras una intensa discusión que mantuvieron los directores ante la propuesta de Pere Casas Abarca de adoptar el nombre de la diosa Minerva ‐vinculada al arte y a la cultura‐, la Revista Comercial Hispano‐Americana incorporó la designación de Mercurio (“merx”) en honor al líder de la economía y del comercio. Meses después, la publicación adoptó el término definitivo de “Ibero‐Americana”, con el propósito de incluir al novedoso país soberano que había sido colonizado por Portugal, es decir, los Estados Unidos del Brasil, el nombre con el cual se conoció a este país entre los años 1889 y 1968, y que desde entonces pasó a llamarse República Federativa del Brasil (en portugués, República Federativa do Brasil).
Portada principal de la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio.
Dibujo de Pere Casas Abarca, Barcelona, 1901‐1938.
6 Puigdollers Macià, José, Memoria geográfica-estadística de la República Argentina, Imprenta de la Renaixenca, Barcelona, 1889. 7 “Nuestros propósitos”: Revista Comercial Hispano-Americana, Barcelona, Año l, Núm. l, diciembre de 1901, p. 1.
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Con el tiempo, la revista dejó de ser mensual y pasó a ser quincenal, cuando sus responsables decidieron dividirla entre una “Edición Ilustrada” y una “Edición Comercial y de Transportes”. La siguiente fotografía nos muestra que los responsables de Mercurio se reunían en la redacción de la calle Pelai, precisamente el sitio donde se encontraba la trascendental empresa de compra‐venta de José Puigdollers Macià dedicada a la importación de recursos americanos y a la exportación de productos catalanes.8 Como vemos, los personajes centrales de esta publicación volcada a la recuperación de los vínculos con América fueron, de izquierda a derecha, y de pie: José Permanyer Nogués, Ignacio Puigdollers y Pere Casas Abarca; sentados: Federico Rahola Trèmols, José Zulueta, Juan Ferrer Vidal, el empresario José Puigdollers Macià, el Cónsul General de la República Argentina con residencia en Barcelona, Alberto I. Gache,9 así como G. Sensat. Dicha imagen fotográfica fue reproducida en Mercurio en el año 1933, es decir, en el marco de la celebración de las más de tres décadas de producción cultural, económica, política y artística de la Revista Comercial Ibero‐Americana barcelonesa.
Comida en la Redacción de Mercurio, 1903.
Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio, 1933
8 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, Cultura y negocios: el americanismo catalán de la Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio (Barcelona, 1901-1938), KM 13.774, Ediciones de la Casa Amèrica Catalunya, Barcelona, 2012, prólogo de Antoni Travería. 9 Geler, Lea, “Documentos disponibles en La Casa de América para el estudio poblacional de la ciudad de Buenos Aires y del área del Río de la Plata, siglos XVIII a XX, en Lluís i Vidal-Folch, Ariadna y Dalla-Corte Caballero, Gabriela (editoras), Catalunya-Amèrica, Fonts i Documents de Recerca, Instituto Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI, actualmente Fundació Casa Amèrica Catalunya), Col.lecció Amer&Cat, Barcelona, 2004, pp. 83-91.
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La trayectoria de estos intelectuales, artistas y empresarios que gestaron a la revista Mercurio, forma parte de la construcción histórica que presentamos a lectores y lectoras, ya que sus nombres afloran en innumerables ocasiones en el inventario documental de la Casa de América de Barcelona. Como antesala de este crecimiento asociativo, en el año 1908 Mercurio fue premiada con la medalla de oro durante la Exposición de Industrias de Madrid, por entonces presidida por Alfonso XIII, y con el apoyo directo que otorgaron el patricio Alberto Aguilera, así como el notable periodista Martín Lorenzo Coria, este último secretario general de la mencionada exposición. Los directores de Mercurio reprodujeron el diploma que acompañó a la medalla.
Medalla de oro a la Revista Comercial Ibero‐Americana
Mercurio durante la Exposición de Industrias de
Madrid, 1908.
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Fue entonces cuando el director de Mercurio, Federico Rahola Trèmols, incluyó un interesante mensaje dirigido a su diversificado público, a sabiendas de que la disputa que existía ante la categoría francesa “latinoamericana”, también formaba parte de los proyectos implementados por los americanistas catalanes desde las perspectivas “iberoamericana” –el nombre de la revista‐ e “hispanoamericana”:
“Número tras número vamos realizando la obra que nos habíamos propuesto, con entusiasmo creciente, con perseverancia que recibe de cada día, de cada hora que transcurre, de cada paso que avanza, un nuevo aliento. Nos acompaña el favor del público, nos avalora el concurso de las más eminentes figuras del país en la ciencia, en las letras y en la política, que han honrado con sus palabras y con su firma las páginas de Mercurio. Nos enaltece el genio artístico de los mayores dibujantes españoles, que han puesto a contribución su maestría y su intensidad creadora para hacer de nuestras hojas un espejo del visible florecimiento de las artes gráficas en España….para esta obra requerimos el concurso de españoles e hispanoamericanos”.10
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2. Minerva, Mercurio y la publicidad Mercurio llegó a producir 25.000 ejemplares mensuales y/o quincenales para
satisfacer a lectores y lectoras, y aprovechó el interés de las empresas que se publicitaron a través de los carteles diseñados por Pere Casas Abarca. Este joven artista fue registrado como Pedro Francisco de Asís Mercedario Casas y Abarca, y en su juventud se recibió de abogado por la Universidad de Barcelona (UB). La información ha sido obtenida en el Archivo General e Histórico de la UB, en particular el extracto del expediente académico en el Grado de Bachiller de Pere Casas Abarca en la carrera literaria del Instituto de Reus, y del Instituto de Tarragona, del 29 de octubre de 1886. También consta el expediente de Licenciado en Derecho por la UB (nº 88) nº 77, de los años 1897 y 1898, en donde figuran dos suspensos (de los días 10 de junio de 1898 y 22 de marzo de 1899), hasta que Casas Abarca fue aprobado el 30 de junio de 1899.
Formado por los hermanos Venancio y Agapito Vallmitjana Barbany,11 en diciembre de 1901 se convirtió en director artístico de la Revista Comercial Ibero‐Americana barcelonesa,12 de la mano del empresario José Puigdollers Macià, quien aprovechó su noveda revista mercantil para publicitar su obra titulada Por los 10 Rahola Trèmols, Federico, “Año Nuevo”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año VIII, Núm. 74, Barcelona, 1 de enero de 1908, p. 1. 11 “Actividades de Amics dels Museus de Catalunya (visita al estudio de Pere Casas Abarca)”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XXXV, Núm. 739-741, Barcelona, enero de 1935, p. 11. 12 Maspoch, Mónica, Galeria d'autors: ruta del modernisme, Barcelona, Institut del Paisatge Urbà i la Qualitat de Vida, Barcelona, 2008.
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Pirineos.13 El encargado de los dibujos y de las fotografías que aparecen en ese libro editado en el año 1903 fue el joven Casas Abarca. Su aporte fue reproducido en Mercurio como medio eficaz de propaganda.
13 Puigdoller Macià, José, Por los Pirineos: impresiones de un viaje, Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio Ed., Barcelona, 1903.
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Pere Casas Abarca siempre reprodujo las efigies de Minerva y de Mercurio para integrar así la cultura y el comercio. Aprovechando el apoyo del fundador de la revista, en 1907 fundó la Editorial Mercurio para obras exclusivamente artísticas que introdujeron los elementos necesarios para trabajos sobe papel y hojalata; los carteles en tipografía, litografía y tricomía; los catálogos con fotograbados y dibujos en colores; así como calendarios y almanaques. Casas Abarca presentó su editorial ubicada en el número 7 del Portal del Ángel como parte del impulso del turismo en Cataluña y Baleares, y poco después asumió como director del Real Círculo Artístico barcelonés.14
“Mercurio, Dios de los comerciantes; Minerva, Diosa Industriosa y Prudente”, Pere Casas Abarca, 1909
Editorial Mercurio, de Pere Casas
Abarca, publicidad de empresas, 1907
14 “Publicidad de empresas”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año VIII, Núm. 77, Barcelona, 1 de abril de 1908, pp. XCVI-XCVII. También véase Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año IX, Núm. 90, Barcelona, 1 de mayo de 1909, sin número de páginas.
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Pere Casas Abarca fue retratado por Vicente Borràs Abella en óleo sobre lienzo en el año 1906. Dicho cuadro es conservado hoy día por el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Cuatro años después, el lienzo se presentó públicamente en la Exposición de Retratos y Dibujos antiguos y modernos organizada en la ciudad condal. Por entonces, el director artístico de Mercurio formaba parte de la Asociación Artística y Literaria de Cataluña, en la que también participaban los maestros Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga, así como su hermano Agapito Casas Abarca, Buenaventura Puig y Santiago Rusiñol.15 Para reforzar la presencia artística en la Revista Comercial Ibero‐Americana, incluyó entonces una copia del retrato que le había hecho Borràs, así como uno de sus bocetos que lo representaba como dibujante.
Cuadro de Pere Casas Abarca Pintor Vicente Borràs Abella en “Exposición de Retratos y Dibujos antiguos y modernos
del año 1910”, Mercurio, 1910
Dibujo de Pere Casas Abarca, que acompaña la presentación de artículos en las páginas de la Revista Comercial Ibero‐
Americana Mercurio
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15 Vehils Grau-Bolívar, Rafael, “Asociación Artística y Literaria de Cataluña”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XI, Núm. 105, Barcelona, marzo de 1912, pp. 86-87.
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3. Material decorativo para la ilustración y Tipografía La Académica Pere Casas Abarca fue distinguido con el nombramiento de académico
correspondiente de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, y de Bellas Artes, de Sevilla. En el año 1930 se incorporó como vocal en la Junta de Museos de Barcelona.16 Con el afán de exponer sus obras artísticas, el artista aprovechó unas Navidades para explicar sus dibujos sobre el dios Mercurio. En calidad de presidente del Real Círculo Artístico, adoptó algunos de los retratos y estatuas existentes en los Museos de Nápoles, Nymphemburg, Munich, Pompeya, Sevilla, Florencia, Venecia, Luxemburgo, la Galería de los Uffizzi de Florencia, el Museo del Prado, el British Museum, los tapices de María de Médicis en los cuadros del Museo del Louvre, así como el Museo del Vaticano. Por ello adjuntamos sus contribuciones editadas en las páginas de la revista barcelonesa, no sin antes señalar el sentido que le otorgó a Mercurio y, en especial, a los reconocidos Puigdollers y Rahola, estos últimos considerados también como fundadores del americanismo catalán:
“Grecia con su exaltado espíritu poético y su mitología desbordante de arte, creó la fábula de Hermes; y así vemos representada esta deidad pagana con las pinturas y los vasos rojo‐negros, bárbaro, risueño, protector de la Agricultura y de los grandes rebaños, con dignidad campestre…al fundar hace 25 años la Revista, inspirados por el genio del inolvidable Puigdollers, que soñó la poesía del comercio asociando a un gran economista y delicado poeta que se llamó Federico Rahola…”.17
16 “Distinciones a don Pedro Casas Abarca”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XXX, Núm. 623, Barcelona, 3 de julio de 1930. 17 Casas Abarca, Pere, “Representación artística de Mercurio”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XXIV, Núm. 479, Barcelona, 25 de diciembre de 1924, sin páginas numeradas.
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El director artístico de la Revista Comercial Ibero‐Americana decidió dar a conocer el trabajo de la Tipografía “La Académica”, encargada esta última de diseñar y editar las obras literarias y artísticas, así como las propias páginas de la revista Mercurio. Inaugurada en Barcelona en 1892 por Evaristo Ullastres junto a Marcelino Serra Furnells, una década después quedó en manos de Serra Hermanos y Rusell, importantes estampadores tipográficos que se encargaron de las secciones de obra; de remendería (trabajos sueltos y varios); de la revista barcelonesa Mercurio; y del Anuario. Para llevar adelante la edición de Mercurio, “La Académica” utilizaba el papel de la “Casa Sucesores de Torras Hermanos, Sociedad en Comandita”.
En 1922, Casas Abarca reprodujo las imágenes fotográficas de los nuevos talleres de “La Académica”. Se trataba de la división entre la sección destinada a Mercurio, frente a la sección dedicada a Minerva. Según él, aseguraban precisamente la edición de las páginas de Mercurio y del Centro Artístico barcelonés del cual era director. En la imagen aparecen precisamente las máquinas de componer fundidores y dactilógrafos.18
Fachada y trabajos comerciales de “Tipografía La
Académica”. Secciones de obras y
encuadernación. Secciones de: Anuario, Mercurio y Minerva
Fuente: Revista Comercial Ibero‐
Americana Mercurio, 1922
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18 Casas Abarca, Pere, “Los nuevos talleres de la Tipografía la Académica, 1892-1922”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XXII, Núm. 407, Barcelona, 1922, pp. 76-79.
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4. La Sociedad Libre de Estudios Americanistas Los directores de Mercurio organizaron también la “Sociedad Libre de Estudios
Americanistas”, gracias al apoyo institucional que les otorgaron en el año 1909 la Universidad de Barcelona y el Fomento del Trabajo.19 Entre octubre y noviembre de ese año, el joven Rafael Vehils Grau‐Bolívar publicó en la revista Mercurio dos artículos referidos a la urgencia de crear una “institución libre”, y este fue el punto de partida de los nuevos proyectos americanistas en Cataluña, lo cuales coincidieron con los preparativos de la conmemoración del primer centenario de independencias y de la jura de la Constitución de Cádiz.
El 8 de enero de 1910, la Revista Comercial Ibero‐Americana convocó a representantes de todas las entidades económicas, bancarias, científicas, artísticas y literarias de la ciudad condal, y los reunió en el despacho presidencial del Fomento del Trabajo Nacional, donde se formalizó la creación de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, con la esperanza de dar a luz una Universidad Hispanoamericana que pudiese erigirse en España en clave redentora, salvífica y moderna. Por ello se legitimó su accionar en el contexto de la definición de la “familia ibérica”, aprovechando el principio de reforzamiento del conocimiento mutuo entre España y el continente colombino.
La Sociedad Libre fue reconocida por Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública, entonces a cargo del político, abogado, periodista y empresario Álvaro Figueroa Torres, también nombrado I Conde de Romanones. La normativa fue publicada en la Gaceta en abril de 1910, disponiendo que la entidad fuese apoyada por los diversos distritos universitarios del país. La Cámara de Comercio y Navegación de Barcelona, por su parte, también impulsó este proyecto de creación, y nombró a uno de sus miembros, José Torras, como vocal del Consejo. La divulgación de esta novedosa entidad catalana quedó en manos de E. Herrero Ducloux, por entonces vicedirector del Museo de La Plata, Argentina; Simpronio Magalhaes, director del Servicio de Expansión Económica del Brasil en España; y de los escritores Alfonso Hernández Cata, cubano, y Manuel Ugarte, de nacionalidad argentina. El presidente de esta novedosa entidad americanista catalana fue el también director de Mercurio, Federico Rahola Trèmols, mientras que la vicepresidencia quedó en manos de José Zulueta Gomis ‐quien había acompañado a Rahola en su viaje a la República Argentina entre 1903 y 1904‐,20 así como Enrique Deschamps, nacido en la República Dominicana y colaborador en el Consulado de ese país en Barcelona.
19 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, “Prácticas asociativas y Estado oligárquico. Los proyectos productivos y mercantiles de la Casa de América de Barcelona”, en Gutiérrez Escudero, Antonio y Laviana Cuetos, María Luisa (coord.), Estudios sobre América, siglos XVI-XX, Asociación Española de Americanistas (AEA), Sevilla, 2005, pp. 1.641-1.658. 20 Fernández, Alejandro, “Inmigración y sus redes comerciales: un estudio de caso sobre los catalanes de Buenos Aires a comienzos de siglo”: Estudios Migratorios Latinoamericanos, Núm. 11, 32, abril, 1996, pp. 25-60.
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La Sociedad Libre de Estudios Americanistas impuso el principio de “intimidad” en las relaciones iberoamericanas. Este proyecto coincidió con la pretensión del gobierno español de fomentar el intercambio intelectual a través de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE). Por ello gestaron la creación de un Consejo Consultivo conformado por los cónsules americanos acreditados en Barcelona, así como por los delegados de las principales corporaciones y asociaciones españolas creadas en América y en manos de migrantes. La secretaría general de la Comisión Ejecutiva de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas funcionó en la sede de Mercurio, y a los socios se les exigió el pago de cuotas mensuales para asistir a las sesiones y para adquirir las publicaciones dedicadas a la historia americana.21
En los hechos, esta llamativa Sociedad Libre diseñó la primera Biblioteca Americana de Barcelona, así como un pequeño Museo Cultural y de Productos. Este último fue instalado en la sede de la Revista Comercial Ibero‐Americana, la publicación que se convirtió en el legítimo portavoz del americanismo, cuyo objetivo era hacer converger las miradas de las veinte naciones transoceánicas. La revista Mercurio se encargó de reseñar los libros recibidos desde todos los países americanos y, como veremos, la contribución que hicieron autores y autoras instalados en las antiguas colonias quedó en manos de un novedoso archivo documental americanista.
Del latín archivum, la palabra archivo se ha referido siempre al ordenamiento y conservación de documentos elaborados y recibidos por las personas físicas y por la entidad que se hacen responsable de esta tarea. Hoy día es una palabra polisémica que hace referencia al fondo documental, al lugar donde se custodia dicho fondo, así como a la institución que se muestra responsable de la custodia y tratamiento archivístico, ciencia que se ocupa de las técnicas aplicadas a los archivos. En el caso de la revista Mercurio, la cual hizo posible la fundación de la Casa de América de Barcelona, su archivo documental y bibliográfico se fue completando a lo largo del siglo XX, y forma parte del inventario incluido en el anexo de este libro.
Presentación del “Índice
Bibliográfico”, de Pere Casas
Abarca Fuente: Revista Comercial Ibero‐Americana
Mercurio, 1910
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21 Dalla-Corte Caballero, Gabriela y Espósito, Fabio, “Mercado del libro y empresas editoriales entre el centenario de las independencias y la Guerra Civil española: la editorial Sudamericana”: Revista Complutense de Historia de America, nº 36. Madrid, 2010, pp. 257-289.
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5. El Club Americano de los indianos En el año 1909 tomó forma una asociación de distinta naturaleza a la “Sociedad
Libre de Estudios Americanistas”, que no pretendía concentrarse en la actividad cultural e intelectual sino en el mundo mercantil. En diciembre de 1909, Ramón Méndez de Cardona fue convocado por el Fomento del Trabajo Nacional, entidad por entonces dirigida por Federico Rahola Trèmols, con la finalidad de participar en una reunión que tenía como objetivo dar forma a una asociación americanista barcelonesa que pudiese enfrentar el significado de la firma del Tratado de París del año 1898.22 A esa reunión concurrió un centenar de “americanos”,23 entre ellos Manuel M. Moragas Manzanares y José G. del Valle. Se nombró entonces una Comisión General bajo la dirección de Rahola y la presidencia de José G. del Valle, con la finalidad de dar cuerpo a la nueva entidad, la cual osciló en llamarse “Centro Iberoamericano”, “Centro Latinoamericano” y “Círculo Americano”.
Finalizada la Asamblea Constitutiva celebrada el 26 de diciembre de 1909, la novel sociedad acabó por llamarse “Club Americano”, y sumó a más de doscientos asociados, en su mayoría “indianos”.24 La finalidad de este Club fue congregar a los indianos residentes en la ciudad condal, es decir, españoles migrantes que abandonaron especialmente Cuba y Puerto Rico,25 y que, como fue reconocido en una de las sesiones constitutivas, eran “españoles que se enriquecieron en América”.
El 18 de mayo de 1910 fue convocada una Junta General extraordinaria en el local del Mundial Palace, copropiedad de la “Unión de Productores” de Barcelona, y la sede definitiva del Club Americano fue establecida en el entresuelo y en el principal del número 40 de Paseo de Gracia. Esta ubicación demostró la importancia que le habían otorgado los fabricantes, industriales y comerciantes de Barcelona a los futuros vínculos mercantiles con las antiguas colonias.
Ahora bien: al igual que la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, el Club Americano organizó una biblioteca especializada en temas de gran interés, en especial dedicadas al comercio. Llamativamente, a diferencia del elitista impulso que implementó la Sociedad Libre, el Club contempló la enseñanza gratuita para los asociados y para sus hijos; patrocinó la creación del Montepío; gestionó la realización de conferencias y conciertos; diseñó secciones comerciales para facilitar el intercambio de productos; y arregló salones de lectura para divulgar la información
22 Rodrigo Alharilla, M., “Barcelona y el món americà”, en Rodrigo Alharilla, M. (coord.), Les bases colonials de la Barcelona contemporánea, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Barcelona, 2012, pp. 9-18. 23 Cabré Massot, Tate, “Rutas indianes per la Barcelona actual”, en en Rodrigo Alharilla, M. (coord.), Les bases colonials de la Barcelona contemporánea, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Barcelona, 2012, pp. 105-122. 24 Martín Corrales, Eloy, “La esclavitud en la Cataluña de fines del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX. Los `amados´ sirvientes de indianos y negreros”, en Vilar, Pierre y Martínez Shaw, Carlos, Historia Moderna, historia en construcción, vol. 1, 1999, pp. 133-150. 25 Comas Güell, Montserrat y Llompart Mallorqués, Glòria, Americanos / Indianos: l´altra cara del Garraf, Consell Comarcal del Garraf, 1997.
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periodística latinoamericana. Su presidente fue el exportador uruguayo Jacinto Viñas Muxí, uno de los tantos “indianos” interesados en las antiguas colonias americanas.26 Cabe señalar que también se sumaron los siguientes “indianos”: Juan Favre Rohan, Lucas Rodríguez, R. Rodríguez, F. Jañez, R. Jañez, M. Abril, M. Comamala, C. de Izaguirre, A. Lluch, J. Puiscano, J. Massot, E. Cabot, J. Magri, J. Pederol, A. Noblon, R. Fernández Riera, M. Siegrist, F. Pons, J. B. Pitaluga, E. de Baufford, R. Caquet, A. Bergós, J. Bassadas, Carlos Calleja, J. B. Sardé, B. Sansó, F. Turró, F. Megía, F. Osó, M. García de Ocón, P. Más, J. Alemany, A. Calvó Serdañons, F. Sabat Guardiola, M. Riera, A. Vizcarronda Ylla, L. Santamaria, E. Lacasa, M. de Negrevernis, Carlos Fumaña, J. Caritg, Julio Torrejoncillo, así como José Carrasco.27
En la Junta Directiva se unió el portorriqueño Ramón Méndez de Cardona como primer vicepresidente, y el chileno Alfredo Goycoolea Walton, por entonces Cónsul en Barcelona. Los vocales, por su parte, fueron el portorriqueño José González del Valle; el dominicano Abraham Santamaría; el portorriqueño José G. Hardoy Tizol; así como Macario Ossa Vicuña. La secretaría fue ejecutada por Manuel Miguel Moragas Manzanares, acompañado por Salvador Bavi Bracons. El mexicano Miguel Hernández Gener se hizo cargo de la contaduría; el argentino Juan Favré Rohan se ofreció para dirigir la reciente biblioteca; Ramón Pou Ríos fue el tesorero; mientras que un grupo alternativo quedó conformado por el costarricense Ricardo Villafranca, el cubano Saturnino Lastra, y el colombiano Carlos Tirado Macías. Es posible observar que algunos de estos personajes aparecen en el inventario del archivo documental de la Casa de América barcelonesa que figura en el anexo de esta obra.
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6. Una Casa para América
Muy pronto se decidió la fusión de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas
con el Club Americano. Este último aportó unos doscientos miembros en calidad de socios. Diversas Juntas celebradas en noviembre de 1910 dieron lugar al acuerdo de fusión, admitiendo en cada uno de los comités gestores una representación, y considerando a cada una de las agrupaciones como socios propios a los inscritos en la otra. Tanto el Club como la Sociedad Libre pactaron que un miembro de sus Juntas respectivas actuase en carácter de vocal en la otra entidad en términos de
26 Grandas Sagarra, Carme, Presencia de los indianos en Barcelona, Ámbit, Barcelona, 2012; Grandas Sagarra, Carme, “Els indians i la construcció de la ciutat”, en Rodrigo Alharilla, M. (coord.), Les bases colonials de la Barcelona contemporània, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Barcelona, 2012, pp. 93-104. 27 Fundación Casa América Cataluña (antiguo Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana, ICCI), Libro de Actas del Club Americano, 23 de febrero de 1910 a 26 de marzo de 1911, que incluye: 1. Acta de la Asamblea Constitutiva en el Fomento del Trabajo Nacional, 26 de diciembre de 1909; 2. Acta Núm. 3 como documento suelto, sesión ordinaria de la Junta Directiva del 27 de mayo de 1910.
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reciprocidad: el presidente del Club, Jacinto Viñas y Muxí ‐quien presidía la Asociación de Comerciantes Importadores y Exportadores de Barcelona‐, fue elegido para actuar como vocal en la Sociedad Libre, mientras Rafael Vehíls Grau‐Bolívar hizo lo propio en el Club Americano.28
Con la ayuda de las páginas de Mercurio, los miembros de ambas entidades americanistas se volcaron a la creación de la “Casa de América de Barcelona”,29 la cual tuvo un gran desarrollo hasta la Guerra Civil española (1936‐1939).30
28 Fundación Casa América Cataluña (antiguo Instituto Catalán de Cooperación Iberoamericana, ICCI), Libro de Actas del “Club Americano”, Barcelona, 23 de febrero de 1910 a 26 de marzo de 1911, Acta de la sesión del 10 de noviembre de 1910. Asistentes: Jacinto Viñas Muxí, Hardoy, Santamaría, Del Valle, Fabré, Goycoolea, Hernández, Bavi (secretario). 29 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, Casa de América de Barcelona (1911-1947): Comillas, Cambó, Gili, Torres y mil empresarios en una agencia de información e influencia internacional, LID Empresarial, Madrid, 2005. 30 Risques, Manel, Vilanova, Francesc y Vinyes, Ricard, Les ruptures de l´any 1939, Publicacions de l´Abadia de Montserrat, Barcelona, 2000.
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En marzo de 1911 se declaró la disolución del Club Americano y de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas. Esta última dejó una deuda de 175 pesetas a favor de Mercurio, revista que se convirtió en “socio fundador supernumerario” de la Casa de América. La sede ubicada en la calle Aragón al 300 fue el espacio elegido para la primera sesión organizada en febrero de 1911, así como para la fiesta de constitución del 2 de abril de 1911, aprovechando la posible visita que el Rey Alfonso XIII había prometido a los ejecutores de la Casa, en particular a Federico Rahola Trèmols.
El 2 de abril de 1911 tuvo lugar la constitución oficial de la Casa; dos días después, sus socios se repartieron los cargos en la Primera Junta Directiva cuya presidencia quedó a cargo del uruguayo Jacinto Viñas Muxí, el gestor del Club Americano. El Consejo de Honor incluyó a los cónsules de América Latina establecidos en Barcelona, y fue el momento en que la propia Casa aceptó la representación de los Estados Unidos de América y de la República de Haití (en francés, République d´Haïti; en creole haitiano, Repiblik d´Ayiti).
Desde entonces, la revista Mercurio fue el órgano oficioso de información de la Casa de América barcelonesa, como había hecho antes con la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, también en manos del intelectual Federico Rahola Trèmols. La Casa fomentó entonces las relaciones mercantiles con los países latinoamericanos y con Filipinas, haciendo del territorio catalán la cabecera de la “regeneración” del país, con la finalidad de competir contra Inglaterra y Alemania, y contra los propios Estados Unidos de América a partir del fin de la Primera Guerra Mundial. La Casa se encargó también de organizar un archivo documental de información básica, de una Biblioteca y, en especial, de la Oficina de Relaciones Internacionales. En esta amplia sección tuvo cabida el “Estudio Jurídico Iberoamericano” que atendía todo lo concerniente a leyes, códigos y estatutos de las Repúblicas de América y, en particular, los litigios en los que se viesen involucrados los asociados en las tierras españolas. También pretendió organizar una cátedra volante de geografía económico–social de la Argentina, de gira anual por España, armonizando así los intereses intelectuales con los mercantiles.31
Las dos entidades existentes generaron también dos secciones en el seno de la Casa de América: el Club Americano se concentró en el ámbito comercial, y asumió el nombre de ʺCámara de Relaciones Comercialesʺ, primero “hispanoamericanasʺ y posteriormente “iberoamericanas”. Presidida por el empresario uruguayo Jacinto Viñas Muxí, esta sección se especializó en cuestiones mercantiles y fue gestionada en conexión con el Centro de Información Comercial del Ministerio de Estado, gracias a la colaboración de Luis Riera Soler y de Rafael Vehils. La Sociedad Libre de Estudios Americanistas, por su parte, se transformó en “Instituto de Estudios Americanistas” (IEA), también como sección de la Casa de América, y en más que estrecha unión con la Revista Comercial Ibero‐Americana Mercurio. La tarea de esta novedosa sección fue 31 “La Casa de América”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año X, Núm. 120, Barcelona, 23 de marzo de 1911, pp. 102-103.
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controlar la biblioteca, la oficina de relaciones internacionales, el archivo de información, y lo que es más importante, el “Estudio Jurídico Iberoamericano” dirigido por Narciso Verdaguer Callís, y en el que se formó Francesc Cambó Batlle.32
La revista Mercurio reprodujo siempre las actas de reuniones de las Juntas de Administración de la Casa de América de Barcelona. El año 1922 fue el más productivo para la Casa y para su grupo de gestión: por entonces el presidente de honor era el Rey Alfonso XIII, seguido por Mariano Viada Lluch como presidente; Manuel Menacho como vicepresidente; Rafael Vehils como director; José Viñamata como tesorero; Ernesto B. Calbó como contador, y Alejandro Pérez Martín como conservador. Los vocales fueron Ramón de S. N. Araluce; José Armenteras; Enrique Ferrer Portals; José Freixa; el Conde de Gamazo; Juan Garriga Massó; Marcelino Jorba; Francisco Llonch; Francisco Maristany; Domingo Martí; Ramón Méndez de Cardona; Joaquín María de Nadal; Mauricio Obregón; Arturo Pedrerol; Joaquín Pellicena; José Rosales; Alfonso Sala; Carlos Sanllchy; Francisco P. de Sucre; y Ramón Trabal Palet.33 Incluimos estos nombres y apellidos para ampliar el entorno de recepción y envío de correspondencia que forma parte del anexo de este libro.
En todos esos años, la presidencia de la Casa de América recayó en Salvador Samá Torrens (Marqués de Marianao), Federico Rahola Trèmols, Mariano Viada Lluch, así como Claudio López Bru (Conde de Güell), y en dos americanos: el uruguayo Jacinta Viñas Muxí y el portorriqueño Ramón Méndez de Cardona. Todos ellos, más allá de su nacionalidad, eran empresarios estrechamente vinculados a la burguesía catalana y a la Liga Regionalista, dos espacios de circulación de redes sociales y de circuitos de poder económico que, en los hechos, exigieron la presencia de asociaciones, centros privados corporativos, designación de delegados en el extranjero, así como vinculación diplomática con los cónsules establecidos en Barcelona. Analizamos este último tema más adelante, para centrarnos ahora en la función de los delegados de la Casa de América.
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7.‐ Los delegados en el extranjero
Como sabemos, el delegado es miembro de un grupo que lo define como
representante, y con el derecho de ejercer en su nombre. La Casa de América impuso el sistema de delegados: apenas inaugurada, designó expresamente a un buen número de catalanes establecidos en diversas ciudades americanas, con la tarea de enviar informes, muchas veces confidenciales, así como copias de libros y revistas.
32 Cal, Ucelay Da, El Imperialismo catalán: Prat de la Riba, Cambó, D´Ors y la conquista moral de España, Edhasa, Barcelona, 2003. 33 Viada Lluch, Mariano, “Casa de América en 1922”: Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio, Año XXIII, Núm. 434, Barcelona, 5 de abril de 1923, pp. 95-97.
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Uno de los delegados que compartió la condición de corresponsales de la revista Mercurio fue el catalán Ricardo Monner Sans, nacido en Barcelona y migrado a la República Argentina.34
Conformada la Casa de América de Barcelona desde abril de 1911, sus miembros reconocieron que el trabajo más importante y de mayor valor efectivo era el cumplimiento de sus fines a través del perfeccionamiento de sus fondos y colecciones de documentación, para auxiliar así a toda clase de informes y de investigaciones de carácter teórico‐práctico. Los directores de la institución afirmaron que la organización de cursos y conferencias de corte académico debían acompañar al proceso de adquisición de recursos así como al ordenamiento de esos datos. En particular, la conservación de documentación sobre la economía española y de los países de Ultramar, así como del resto de Europa.35
Su red de delegados iluminó a los miembros de la Casa, en particular en relación a las transformaciones políticas y económicas, y a las posibilidades mercantiles con las diversas regiones del continente. El anexo de esta obra incluye la información de una gran cantidad de cartas e informes, que fueron enviados por los delegados de la Casa de América a la ciudad condal.
Los delegados recibieron y enviaron correspondencia, y por ello ha sido posible reconstruir el número de representantes distribuidos entre los Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y la República Argentina. Llamativamente, como vemos, durante todos esos años la Casa no pudo nombrar a ningún representante en la República de Bolivia, pero sí lo hizo en Filipinas,36 Haití y Puerto Rico.
Los delegados nombrados por los miembros de Mercurio y de la Casa de América de Barcelona fueron, en su mayoría, migrantes catalanes que se fueron estableciendo en los antiguos territorios virreinales de América,37 así como en los espacios que habían quedado en manos británicas (Canadá y Estados Unidos) y francesas (Haití). En el cuadro se detallan los 83 delegados que trabajaron activamente para los miembros de Mercurio y de la Casa de América a durante los años de mayor gestión, es decir, entre 1911 y la Guerra Civil española. Se diferencian los países americanos respecto a Filipinas que corresponde al Continente Asiático. El
34 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, La Crónica Argentina de Ricardo Monner Sans. Periodismo, Política y Cultura en la Revista Mercurio de Barcelona, Reial Acadèmia de Bones Lletres, Barcelona, 2013. 35 Dalla-Corte Caballero, Gabriela y Prado, Gustavo, “Luces y sombras de dos paradigmas del americanismo español en la renovación del diálogo hispanoamericano (1909-1912)”: Anuario de Estudios Americanos, vol. 63, Sevilla, 2006, pp. 195-216. 36 Delgado Ribas, Josep Maria, “Barcelona i les Filipines”, en Rodrigo Alharilla, M. (coord.), Les bases colonials de la Barcelona contemporánea, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Barcelona, 2012, pp. 38-56. 37 Dalla-Corte, Gabriela y Prado, Gustavo, “El movimiento americanista español en la coyuntura del Centenario. Del impulso ovetense a la disputa por la hegemonía entre Madrid y Cataluña”: Estudios Migratorios Latinoamericanos, Revista del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA), nº 56, 2005.
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cuadro elaborado en base a esta distribución nos muestra la ausencia de Bolivia en el marco del proyecto americanista de la Casa barcelonesa.
Países Delegados de la Casa de América de Barcelona 83
Argentina Antonio de P. Aleu, Benito Fernández, Antonio Freixas, Emilio Martín, Ricardo Monner Sans, José Monte, José Oller, José S. Quintana, Salvador del Río, Enrique Ruíz
10
Brasil Francisco Jaime, Nicasio Martínez Hernández, Luís Pérez Vázquez, Miguel Martín Romero, Luís Sans Quintana, Manuel Sobrino
6
Canadá J. Pijoan 1
Colombia Tiburcio Anítua (Tiburzio Anitua), Francisco J. Márquez, Carlos E. Restrepo, José Sacasas Munné, Ramón Viñas
5
Costa Rica Mariano Álvarez Melgar 1
Cuba Manuel Arca Campos, Julián Martínez Castells, Joaquín Mont Fullá, Antonio de la Peña Reyes, Ramón Planiol, Miguel Pont
6
Chile
Bartolomé Balanda, Francisco Cañas L., Miguel Casanovas, Bernardino Corral, F. Daza Naudó, Armando Fernández Velarde, Domingo Figueras, Raimundo García, Francisco Jaime, Manuel Lueje, Manuel J. Masalías, Martín Pinedo G.
12
El Salvador Manuel Castro Ramírez, Pedro S. Fonseca, Abraham Ramírez Peña 3
Estados Unidos
F. Javier Esteve, Luís Llansó, Rafael Marín, Alejandrino Nisbal, Antonio Sánchez de la Sierra, A. Rafael Véjar
6
Ecuador M. P. Janer, Pedro Maspons Camarasa, José María Prats 3 Guatemala Federico J. Matheu 1
Haití León Gouraige 1 Honduras R. F. Radillo 1
México Faustino Díaz Caneja, Cipriano González Bravo, Eduardo de Noriega, Rogelio Suárez
4
Nicaragua Vicente Rodríguez Azpúrua 1 Panamá Juan Ansola Martínez 1 Paraguay Camilo Pérez Pérez 1
Perú José Altimira Mota, Humberto Artadí, J. Alberto Bellido, José Eguren, Luís García Fábrega Amat
5
Puerto Rico Cayetano Coll Cuchí, Segundo Gadierdo, J. M. Lomba 3 República
Dominicana José del C. Ariza, Enrique Esapaillat, Domingo Hernández
3
Venezuela Julio A. Áñez, Alberto C. Fernández, Carlos Villanueva 3 Uruguay J. Calle, Ángel Gelpi, Bartolomé Tomás Moll 3 Filipinas Asia: Lorenzo Bello, Buenaventura Guanis, Luís Llansó 3
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Es importante reconocer la trascendencia de esta entidad catalana que en el año 1913 se afilió a la Unión de Asociaciones Internacionales de Bruselas, convirtiéndose así en la única entidad española con representación internacional durante la primera mitad del siglo XX. La pretensión de esta entidad no fue otra que representar al continente americano en Europa, haciendo de la ciudad de Barcelona el centro de articulación política y de federación asociativa de la época.38
La Casa de América de Barcelona se articuló en torno al concepto de ʺmoderna fraternidadʺ. La modernidad debía sustituir el orden colonial que se había perdido a finales del siglo XIX. En este contexto, se sucedieron diversas fórmulas paralelas y coincidentes, las más importantes quizás representadas por los instrumentos de intervención pública y política implementados por la burguesía. La confianza en el comercio como el camino más poderoso para conseguir la paz social tiene en Federico Rahola, por entonces responsable directo de la edición del Mercurio, su mayor impulsor.
El estudio de los proyectos económicos y culturales durante los años previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, así como el análisis de la trayectoria de las instancias corporativas después de los años en que España mantuvo su neutralidad en el conflicto, permiten comprender las estrategias ideadas por los empresarios para hacer frente tanto al endurecimiento de la conflictividad social como a la pérdida del poder español frente a la competencia exterior. En este sentido, la Casa de América fue establecida el once de abril de 1911 con carácter de asociación internacional de expansión económica en el área iberoamericana; el ideal pragmático era, como puede imaginarse, eslabonar los intereses de España con los de América en un movimiento americanista español, en un ambiente histórico agitado por los festejos de los centenarios de la Independencia.
Pero no pensemos que estos proyectos de recuperación de la vinculación entre España y América tras la pérdida de las últimas colonias eran experiencias totalmente originales, ya que una serie de actividades previas fueron el verdadero precedente de estos organismos. Rahola explicaba a través del Mercurio el sentido conquistador de esta política cultural que debía adoptar ribetes mercantiles, y que oponía tres movimientos culturales que competían por el control de América: el panamericanismo hegemonizado por Estados Unidos; el latinoamericanismo restringido a las antiguas colonias; así como el hispanoamericanismo, este último ligado al paniberismo o iberoamericanismo, conceptos que la revista Mercurio –así como la Casa de América‐ buscó promocionar.
El siguiente ejemplo nos muestra el interés de la Casa de América por captar un buen número de Delegados en América: el 23 de abril de 1914 nombraron a Camilo Pérez Pérez, uno de los empresarios españoles más destacados en la República del
38 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, “Asociaciones y redes sociales entre El Quijote y Hamlet: la Casa de América de Barcelona y la construcción de una “moderna fraternidad” transatlántica”: Boletín Americanista, vol. LV, nº 55, 2003, pp. 55-77.
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Paraguay. Por entonces se desempeñaba como director del Banco de España y Paraguay, entidad que él mismo había fundado para garantizar el intercambio comercial entre ambos países. También era Presidente de la Comisión Directiva de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, y Vice‐Cónsul de España en Paraguay desde el año 1904. Miembro del Directorio de la Oficina de Cambios; del directorio de la Cámara y Bolsa del Comercio; de la empresa “Pérez y Sanjurjo”; de la “Compañía Paraguaya de Frigorífico y Carnes Conservadas”, que era la primera en su género en el país; del directorio de la “Compañía de Seguros La Paraguaya”. En palabras de los responsables de la Casa de América, el comerciante Camilo Pérez Pérez representaba la migración española. De ahí vienen las palabras que incluyeron en su registro: “…salió de España para Asunción a los 17 años, el día 7 de mayo 1895, no contando con más protección que el producto honrado de su fecundo y constante trabajo”.
Camilo Pérez Pérez, Delegado de la Casa de América en Asunción del
Paraguay
Fuente: Archivo documental de la Asociación Internacional
Iberoamericana de Barcelona.
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Gabriela Dalla‐Corte Caballero
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8. Los títulos nobiliarios y la participación americanista La documentación de la Casa de América de Barcelona resalta la presencia de
un importante número de duques, marqueses, condes, vizcondes y barones que participaron activamente en el proyecto americanista catalán durante la primera mitad del siglo XX. También existe el grado de Grande de España que sigue en importancia a los infantes, pero que no constituye un título en sí mismo. En lo que sigue, y gracias a los estudios que se han hecho acerca del elenco de grandezas y de los títulos nobiliarios españoles, identifi