44
EL ATENTADO* JORGE IBARGÜENGOITIA PERSONAJES: BORGES , un presidente electo VIDAL SÁNCHEZ , un presidente saliente EL GENERAL SUÁREZ , Jefe de la Policía su AYUDANTE UN JUEZ EL PADRE RAMÍREZ LA ABADESA JUAN VALDIVIA PEPE CAUTELA , su mujer Tres actores comodines representarán los siguientes personajes: BALGAÑÓN , GAVALDÓN , MALAGÓN , diputados BAZ , PAZ , RAZ , periodistas MACARIO , NAZARIO , ROSARIO , de la Secreta UN ABOGADO DEFENSOR UN ABOGADO ACUSADOR UN MESERO , UN DIPUTADO , UN POLICÍA UN OBISPO UNO DEL JURADO Además aparecen: DOS DE LA MONTADA , UN OFICIAL , UNOS CATÓLICOS , UNA MUJER QUE BAILA ARRIBA DE UNA MESA La acción se desarrolla en la ciudad de México, en 1928. Nota para el director distraído: las proyecciones son fijas y de la época; los títulos que indican el lugar de la acción, o la comentan, se dicen por el magnavoz, se muestran al público como letreros, o se proyectan; el asunto queda a su discreción y bajo su responsabilidad. Esta obra es una farsa documental, mientras más fantasía se le ponga, peor dará. 1

EL ATENTADO

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: EL ATENTADO

E L A T E N T A D O *

J O R G E I B A R G Ü E N G O I T I A

PERSONAJES:

BORGES , un presidente electo VIDAL SÁNCHEZ , un presidente saliente EL GENERAL SUÁREZ , Jefe de la Policía su AYUDANTE

UN JUEZ

EL PADRE RAMÍREZ LA ABADESA JUAN VALDIVIA PEPE

CAUTELA , su mujer

Tres actores comodines representarán los siguientes personajes:

BALGAÑÓN , GAVALDÓN , MALAGÓN , diputadosBAZ , PAZ , RAZ , periodistasMACARIO , NAZARIO , ROSARIO , de la SecretaUN ABOGADO DEFENSOR

UN ABOGADO ACUSADOR

UN MESERO , UN DIPUTADO , UN POLICÍA

UN OBISPO

UNO DEL JURADO

Además aparecen:

DOS DE LA MONTADA , UN OFICIAL , UNOS CATÓLICOS , UNA MUJER QUE BAILA ARRIBA DE UNA MESA

La acc ión se desarro l la en la c iudad de México, en 1928.

Nota para e l d i rector d is t ra ído: las proyecc iones son f i jas y de la época; los t í tu los que ind ican e l lugar de la acc ión, o la comentan, se d icen por e l magnavoz, se muest ran a l públ ico como le t reros, o se proyectan; e l asunto queda a su d iscrec ión y ba jo su responsabi l idad. Esta obra es una farsa docu menta l , mient ras más fantasía se le ponga, peor dará.

Adver tenc ia : s i a lguna semejanza hay ent re esta obra y a lgún hecho de nuest ra h is tor ia , no se t ra ta de un acc idente, s ino de una vergüenza nac ional .

PRIMER ACTO

1

1

Page 2: EL ATENTADO

El general Borges, ex-presidente de la República, regresa a la capital después de dos años de estar dedicado, "como Cinc inato moderno" , a la agr i cu l tura.

Proyecc ión: Un fer rocarr i l ent ra en la estac ión. Una mul t i tud lo rec ibe.

Desaparece la proyecc ión. Ent ra Borges seguido de Baz, Paz y Raz, per iod is tas. Se det iene en e l cent ro .

BAZDíganos, general, ¿cuál es la razón de su venida a la ciudad de México?

BORGESVengo a recibir la Medalla del Mérito Agrícola, que me ha concedido la Cámara de Comercio.

Los per iod is tas apuntan en sus l ibretas.

PAZ

¿Vive usted contento lejos de la política?BORGES

Soy un agricultor nato. Mi intervención en la vida revolucionaria del país fue sólo un paréntesis, mi gestión presidencial, un sacrificio. La revolución ha triunfado, mi labor ha concluido. Ahora soy feliz en el campo.

Los per iod is tas apuntan.

RAZ¿Tiene usted intenciones de regresar a la política, mi general?

BORGESCategóricamente: ningunas.

SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN

Proyecc ión: La cámara de d iputados en ses ión.

Baz, Paz y Raz, se ponen b igotes re torc idos y se convier ten en Balgañón, Malagón y Gavaldón, t res d iputados. Borges ha sa l ido de escena.

BALGAÑÓN

Compañeros diputados, pido la palabra.GAVALDÓN Y MALAGÓN

Usted la tiene, compañero.

Balgañón toma un lugar preponderante.

BALGAÑÓNPropongo una aclaración al artículo 83 de la Constitución, que me parece confuso.

GAVALDÓNDígala, compañero.

MALAGÓNExprésese usted.

2

Page 3: EL ATENTADO

BALGAÑÓNDice así el artículo en cuestión: "…el Presidente entrará a ejercer su cargo el primero de diciembre, durará en él cuatro años y nunca podrá ser reelecto." Propongo que se agregue lo siguiente: "….pero pasado un periodo constitucional, el ciudadano que haya desempeñado el puesto, podrá ser reelecto por una sola vez."

Aplauso est ruendoso, bravos, e tc . Diana por la S in fón ica de México.

Proyecc ión: Un t ren sa le de la estac ión. Proyecc ión: Un t ren ent ra en la estac ión. Proyecc ión: Una mul t i tud. Ent ra Borges. Los d iputados lo escuchan.

BORGESEstaba yo alejado del bullicio de la gran ciudad, dedicado al cultivo de la tierra que tanto quiero y de la que tanto me cuesta separarme, cuando llegó hasta mí una comisión de legisladores para invitarme a regresar a la palestra política. Rechacé su invitación, señores. (Aplauso. ) Más tarde ocurrieron sucesos que me hicieron recapacitar, comprendí que mi lugar sigue estando en la línea de fuego y que no tengo derecho de negarle a la Patria mi cooperación cuando la necesita. (Aplauso entus iasta. ) Soy un esclavo del deber. (Aplauso de l i rante. )

LA LUCHA ELECTORAL

Los d iputados se qu i tan los b igotes y se convier ten en mani festantes. Borges se ha re t i rado. Los mani festantes sacan un car te l que d ice: "V iva Gámez" . Luego ot ro que d ice: "V iva Gómez" . Luego ot ro que d ice: "Muera Borges" .

Proyecc ión: S imul táneamente t res fo tos; Gámez, Borges y Gómez, d ic iendo acalorados d iscursos.

Ruidos. Dos descargas cerradas.Proyecc ión: Las fo tograf ías de Gámez y Gómez son reemplazadas por las de dos

sepel ios. La de Borges cont inúa.

Se descubre a Borges so lo en escena, d ic iendo un d iscurso.

BORGESLa lucha electoral ha terminado, señores. El pueblo soberano ha expresado su voluntad y no me queda más remedio que someterme a ella tomando las riendas del poder durante el próximo cuatrienio. (Aplauso de l i rante. )

Oscuro. Se escucha un ru ido que va en aumen to, hasta terminar en una explos ión.

2

En la inspecc ión de Pol ic ía .Suárez y su Ayudante estud ian unas fo tograf ías.

AYUDANTEEsta foto muestra los daños causados por la explosión; esta otra es la de una bomba que no explotó; éstas son las perforaciones que hay en el techo; éstos son los tres detenidos, que habrá que poner en libertad por falta de méritos.

3

Page 4: EL ATENTADO

SUÁREZ¿Revisó usted el texto de los discursos pronunciados por los diputados en los días anteriores al atentado?

AYUDANTESí, señor.

SUÁREZ¿Hubo ataques al general Borges?

AYUDANTEAlguien dijo que protestaba por alguna cosa, alguien habló de la no reelección, alguien dijo que las elecciones del domingo pasado no habían sido legales…pero nada especial.

SUÁREZBien. Para la policía todos son sospechosos. Primer sospechoso: el señor Presidente de la Re-pública. (Ambos hacen una leve inc l inac ión de cabeza.) Segundo: el Presidente Electo. ( Inc l inac ión de cabeza.) Tercer sospechoso: el Ministro de Gobernación. Cuarto: el Presidente de la Cámara. Quinto: los católicos. Sexto: el Ministro de Guerra. Tampoco hay que descartar la posibilidad de que se trate de una simple rivalidad entre dos partidos que luchan por conseguir el dominio de la Cámara, o bien, de dos individuos que luchan por conseguir el de una misma mujer. Podría ser también cuestión de celos: profesionales, políticos, afectivos. En fin, amigo mío, hay tantas personas y tantas razones para hacer volar la Cámara de Diputados. . . Quizá, inclusive, no hubo ni siquiera una razón, bien puede tratarse de una mera equivocación, o de un capricho, o bien de un ensayo, y el verdadero atentado se producirá en un lugar com-pletamente diferente; en el Toreo, por ejemplo. . .

Entran los d iputados Balgañón, Gavaldón y Malagón, con sombreros té janos y b igotes re torc idos.

BALGAÑÓNGeneral Suárez, en nombre del Congreso de la Unión...

GAVALDÓNDe los compañeros ferrocarrileros...

MALAGÓNY de los electores del distrito de Celaya...

BALGAÑÓNY compenetrados como estamos de nuestros deberes para con la Nación...

GAVALDÓNVenimos a ponernos a las órdenes de la Policía. . .

MALAGÓNA su digno cargo...

BALGAÑÓNY a rendir declaración...

GAVALDÓNCon objeto de dilucidar en lo posible la identidad del culpable del atentado de que fue objeto la Cámara de Diputados.

BALGAÑÓNBalgañón. (Est recha la mano de Suárez. )

GAVALDÓNGavaldón. ( ídem.)

MALAGÓNMalagón. ( ídem.)

SUÁREZ

4

Page 5: EL ATENTADO

Señores, los felicito por el sentido de responsabilidad que los trae aquí y les suplico que empiecen con su declaración. BALGAÑÓN , a Gavaldón: Empiece usted, compañero.GAVALDÓN

De ninguna manera, compañero. Empiece usted. (A Malagón.) O usted.MALAGÓN

Usted primero, compañero. O en todo caso, el compañero Balgañón.BALGAÑÓN

Yo soy de opinión que empiece el compañero Gavaldón. Esto es, si el general Suárez no tiene inconveniente.

GAVALDÓNSin embargo, yo considero que usted es el más indicado, compañero. SUÁREZ , a Balgañón: Empiece usted.

BALGAÑÓN

¿Yo? Bien, puesto que usted me lo pide. (Se ac lara la garganta. ) La tarde en que ocurrió el atentado, la sesión de la Cámara terminó a las seis y treinta y cinco. Antes de salir de la sala estuve hablando dos o tres minutos con el diputado José Juan Sánchez. Luego, tomé el porta-folio que acostumbro llevar a las sesiones y con él bajo el brazo, me dirigí al lugar en donde se encuentran instalados los servicios sanitarios del edificio, pues desde hacía ya rato tenía la in-tención de hacer uso de uno de ellos. Penetré en el recinto donde se encuentran los servicios que mencioné, fui hasta la puerta de uno de los gabinetes y traté de abrirla... todo fue inútil. Estaba cerrada herméticamente. Me alejé unos pasos y noté que por abajo asomaban unos za-patos cafés. Comprendí entonces que había una persona haciendo uso del aparato en cuestión; poco después descubrí que lo mismo ocurría en el de junto, así que llegué al tercer gabinete, que es el que colinda con la pared sureste del edificio de la Cámara, lo abrí, entré en él, dejé el portafolio en el piso, me despojé del saco y de la corbata, prendas que colgué en un perchero, y me instalé. En los momentos que transcurrieron después pude darme cuenta de que había un diálogo entre las personas que ocupaban los otros dos gabinetes. Puse atención y me pareció que lo que se decía era en apariencia inocente y hasta baladí. Cuando terminé de hacer uso del sanitario y después de tomar las medidas higiénicas que consideré necesarias, me puse la corbata, luego el saco, recogí el portafolio y salí a los lavabos en donde me lavé las manos convenientemente. En esos momentos se abrió la puerta del gabinete central y apareció el diputado Gavaldón aquí presente.

GAVALDÓNSí, señor, estoy de acuerdo con la declaración.

BALGAÑÓNMe despedí de él y ya me retiraba por el pasillo, en dirección a la salida, cuando comprendí que había olvidado tirar de la cadena que pone en libertad el agua del depósito del sanitario. Durante unos momentos estuve indeciso entre si regresar y tirar de la cadena, o si bien dejar ese trabajo a la siguiente persona que hiciera uso del sanitario antes mencionado. Tomando una decisión, volví sobre mis pasos, cruzándome en el camino con el diputado Gavaldón que iba hacia la salida; al llegar a los lavabos encontré al diputado Malagón, aquí presente, quien según me confesó después, era la persona cuyos zapatos cafés había yo visto, que había estado ocupando el primer gabinete.

MALAGÓNEstoy de acuerdo.

SUÁREZProsiga usted, diputado.

BALGAÑÓNPues bien: saludé al compañero, caminé unos pasos, entré en el gabinete, tiré de la cadena, y en ese mismo instante se produjo una explosión tremenda, que me hizo perder el sentido. SUÁREZ

5

Page 6: EL ATENTADO

Muchas gracias, diputado Balgañón, lo felicito « por la sinceridad con que se ha expresado y es-pero que los datos que nos aporta sirvan para establecer la identidad del autor o autores del atentado.GAVALDÓN

Mi general, quiero hacer una aclaración.SUÁREZ

Hágala, diputado.GAVALDÓN

Es nada más en el sentido de que yo sí tiré de la cadena a su debido tiempo y que no ocurrió ninguna explosión.

SUÁREZSegún el informe pericial, diputado, en el gabinete central que era el que usted ocupaba, no había instalada ninguna bomba. Sin embargo, le agradezco mucho su aclaración y me parece un dato interesante.

MALAGÓNPido la palabra.

SUÁREZUsted la tiene, diputado Malagón.

MALAGÓNAl responsable del atentado lo conozco yo, señores.

SUÁREZ¡Bravo! Es exactamente lo que necesitamos, diputado, así es que díganos.

MALAGÓNEs un tinterillo que pasea todas las mañanas por las calles de Donceles con un portafolio bajo el brazo. Lo vi salir de los sanitarios cuando yo entraba. ¿Qué hacía en la Cámara, si no es dipu-tado?

SUÁREZMuy bien, diputado. Denos más datos sobre esta persona.

MALAGÓN

Sé su nombre.SUÁREZ

¡Magnífico, diputado! Díganoslo y en media hora lo tendremos preso.

MALAGÓN

No puedo decirlo.SUÁREZ

¿Cómo que no puede decirlo?BALGAÑÓN

¡Compañero, por favor...!GAVALDÓN

¡Me extraña!MALAGÓN

Resulta que este individuo es hermano de una señorita por la que siento un afecto muy especial y a la que me unen lazos muy tiernos. No quiero verla mezclada en este asunto.

GAVALDÓNComprenda, amigo mío, que el atentado no fue contra nosotros tres como individuos, sino contra el Congreso de la Unión, es decir, contra la Ciudadanía misma del país.

MALAGÓNComo caballero que soy, señores, no puedo responder.

BALGAÑÓN¡Compañero Malagón, en nombre del pueblo mexicano, lo conmino a que se exprese!

6

Page 7: EL ATENTADO

SUÁREZHágalo, diputado, hágalo.

MALAGÓNNo puedo, señores, no puedo.

BALGAÑÓN¡Por una señorita...!

GAVALDÓN¡Por favor, compañero! Piense en sus obligaciones.

MALAGÓNAntes están las personas a quienes yo estimo.

BALGAÑÓN¿Antes que la Patria?

GAVALDÓNNo merece usted encontrarse entre nosotros.

BALGAÑÓNEs usted un traidor.

MALAGÓN

No me interesa lo que piensen.SUÁREZ

Le advierto, diputado, que si persiste en su actitud, lo hago cómplice del delito.

MALAGÓN

¿Cómo dice?

SUÁREZ

Que usted se hace responsable.

MALAGÓN

Pero yo nada tengo que ver...SUÁREZ

Ya está advertido. Aténgase a las consecuencias. Para empezar, me veré en la necesidad de aprehenderlo.

MALAGÓN¡Protesto!

GAVALDÓNY nosotros también.

BALGAÑÓNEl fuero del compañero...

SUÁREZ¿Quieren ustedes llamar al Presidente de la República a ver qué opina del asunto? ¿o al general Borges?

Si lenc io .

SUÁREZAsí, diputado, que díganos el nombre.

MALAGÓNJuan Valdivia Ramírez. SUÁREZ , al Ayudante:Orden de aprehensión para Juan Valdivia Ramírez. Que vive en... (Mira a Malagón.)

MALAGÓN

7

Page 8: EL ATENTADO

Chopo número 26. SUÁREZ , al Ayudante:Comuníquele la noticia al señor Presidente, y pídale instrucciones.

El ayudante sa le .

SUÁREZSeñores, quiero felicitarlos por la exactitud de los datos que nos han proporcionado y por la valiosa ayuda prestada por ustedes en el esclarecimiento de este misterio.

GABALDÓN , a Malagón, abr iendo los brazos: Un abrazo, compañero.

Los d iputados se abrazan unos a ot ros, mient ras se produce e l

OSCURO

3

En la casa de Borges.Borges está ante un espejo con unos papeles en la mano, como quien prepara un

d iscurso.

BORGESLa Historia vuelve los ojos horrorizada, como púdica matrona, para no contemplar el espectáculo de una jauría indomable que festina los restos de nuestra Nacionalidad... No. (Se mira en e l espejo un momento. Con voz más dramá t ica)…que festina los restos de nuestra Na-cionalidad. Sí. (Se ac lara la garganta. Consul ta los papeles. ) Me refiero, señores, al clero católico. No, no, no. Me refiero, señores al clero cató... No, no, no. Me refiero, señores al clero. . . Bueno. Me refiero señores, al clero católico. . . (L í r icamente) . Hidra de mil cabezas. Eso es. Hidra de mil cabezas que...

Entra Vida l Sánchez. Borges se in ter rumpe y tarda un momento en reponerse de la incomodidad que le produce la ent rada súbi ta .

VIDAL SÁNCHEZ

¿Preparando otro discurso, Nacho?BORGES

Éste es excelente. Me lo vendió un muchacho muy bien preparado de la Facultad de Leyes. Tiene todo lo que necesita un discurso: resonancia, profundidad, y es tan arrebatado que nadie puede ponerlo en tela de juicio.

VIDAL SÁNCHEZNacho, ¿conoces a un tal Juan Valdivia?

BORGESPara nada.

VIDAL SÁNCHEZSe le acusa de colocar la bomba que explotó en la Cámara de Diputados.

BORGES¿No fuiste tú quien mandó ponerla?

VIDAL SÁNCHEZNo, fuiste tú.

BORGESNo fui yo.

VIDAL SÁNCHEZ

8

Page 9: EL ATENTADO

Yo tampoco.BORGES

¡Ah, no, mentiras no!VIDAL SÁNCHEZ

Nacho, te juro que no fui yo.BORGES

Y yo te juro que yo no fui.VIDAL SÁNCHEZ

Yo quería avisarte, para que le dijeras al muchacho que se escondiera.

BORGESY yo creyendo que tú... (Ríe a carca jadas. )

VIDAL SÁNCHEZY yo, que tú... (Ríe a carca jadas. ) (Dejando de re í r bruscamente. ) Entonces hay que aga-rrar a este Juan Valdivia.

BORGESPero pronto.

Vidal Sánchez toma un te lé fono; marca un nú mero.

VIDAL SÁNCHEZHabla el Presidente de la República. Comuníqueme con el general Suárez. (A Borges. ) Hemos perdido una hora. (Por te lé fono. ) ¿Suárez? No hay obstáculo. Consígneme al tal Valdivia. Tiene usted manos libres. Aprese a quien considere sospechoso, dele el tratamiento que le parezca conveniente, apunte la información y comuníquemela a mi casa, que allí estaré. (A una seña de Borges. ) Ah, comuníquesela también al general Borges. (Pausa.) Hasta luego. (Cuelga. )

BORGESEsto es un ataque a las Instituciones.

VIDAL SÁNCHEZY a la vida política del país.

BORGESSi los representantes del pueblo no están seguros en su propio recinto, ¿dónde van a estarlo?

VIDAL SÁNCHEZ

Hechos de esta naturaleza son los que llevan a la parálisis de toda actividad cívica, que es la muerte de la democracia. ¿No te parece, Nacho?

BORGES¡Claro, Vidal!

VIDAL SÁNCHEZY si la democracia muere, puede decirse que la Revolución ha fracasado. ¿No te parece, Nacho?

BORGES , decrescendo: ¡Claro, Vidal!

VIDAL SÁNCHEZY nuestro trabajo de veinte años se va al diablo, y al diablo también se van todas nuestras esperanzas, nuestras ambiciones, nuestras ilusiones. . . ¿no te parece, Nacho?

BORGESClaro, Vidal.Ambos medi tan re torc iéndose los b igotes. BORGESValdivia... ¿quién puede ser?... ¿Juan Valdivia, dices que se llama?

9

Page 10: EL ATENTADO

OSCURO

4

En e l escondi te de Juan Vald iv ia .Juan Vald iv ia duerme sobre un camastro. Ent ra Pepe con per iód icos y por tav ianda.

L lama a la puer ta con t res go lpes pausados. Juan Vald iv ia se levanta sobresal tado. Se repone. Saca una p is to la de ba jo la a lmohada, y empuñándola, se acerca a la puer ta .

VALDIVIA , con voz temblorosa: ¿Quién es?

PEPEPepe. Traigo la comida.

Juan Vald iv ia , con una mano en e l pecho, abre y Pepe ent ra .

VALDIVIATen más cuidado. Estaba yo durmiendo sin pesadillas por primera vez desde hace días, y me despiertas. Me ha dado taquicardia.

PEPEHabíamos convenido en que tres golpes eran la señal.

VALDIVIA¡Pero yo estaba dormido! ¿Cómo voy a saber que son tres golpes si estoy dormido? Y aunque lo hubiera sabido, si estaba dormido ¿cómo iba a acordarme de que tres golpes eran la señal? Nadie tiene consideración de mí. Todos me han abandonado.

PEPEAl contrario, Juan. Aquí está la comida que hicieron las monjas pensando en ti, dos libros que te manda el padre Ramírez, dos cartas de tu familia, y los periódicos que hablan de ti.

Vald iv ia toma la por tav ianda y se s ienta en la cama.

VALDIVIA

Léeme lo que dicen los periódicos.Pepe lee, mient ras Vald iv ia rev isa la por ta-v ianda.

PEPE"Atentado dinamitero en la Cámara de Diputados. Los legisladores en peligro de muerte."

VALDIVIAMuy bien empieza el artículo. Suena muy impresionante. Eso es lo que yo hubiera querido, Pepe, matarlos a todos, para que sepan de una vez por todas que los católicos no estamos cru-zados de brazos, que no todos somos beatas, que no van a jugar con nosotros, que vamos a luchar por nuestra libertad, que podemos exigirla... desgraciadamente, Pepe, sabíamos la fórmula del explosivo, pero no las cantidades; la bomba resultó demasiado pequeña, lo sé.

PEPE"Una bomba destrozó los excusados."

VALDIVIA¡Qué vergüenza, Dios mío! ¡No me hubiera importado morir con tal de ver la cámara hecha escombros! Pero esta mala suerte que me persigue, Pepe, que convierte mis actos más sublimes en algo prosaico... y hasta sucio. Pepe, ¿qué dice Sarita mi novia de esto?

PEPETe admira.

VALDIVIA

10

Page 11: EL ATENTADO

¡Pobrecita, qué poco sabe de lo que es el heroísmo! (Mirando la por tav ianda.) ¿Qué, estas monjas no saben hacer otra cosa que sopa de fideo?

PEPE , con gran so lemnidad:Juan, es necesario que comprendas tu destino glorioso.

VALDIVIA¿Tú crees, Pepe, que mi destino es glorioso?

PEPEEstás llamado a ser un mártir.

VALDIVIA¿Quieres decir con eso que van a fusilarme?

PEPEToda la policía está tras de ti.

VALDIVIAPero no hay derecho. ¡Hombre, por un desperfecto!

PEPEAquí dice: (Leyendo.) "Toda la policía tras del culpable. Se espera su captura antes de veinti-cuatro horas."

VALDIVIADios mío, ¿qué hacer? ¡ay qué destino tan cruel! Pero, ¿y Sarita? ¿qué será de ella sin mí? íbamos a casarnos.

PEPEEs la voluntad de Dios.

VALDIVIA¿Que me fusilen por haber roto un excusado? No es justo, Pepe, yo tenía un futuro brillante. Dios debe tener en cuenta eso. Además, mis ideas eran elevadas. Yo no pongo una bomba así nomás, por el gusto de ponerla. La pongo por un ideal.

PEPE

Eso es lo peor, a los ojos de la policía.

VALDIVIA¡Ay, cuánta razón tienes, Pepe, estoy perdido! (Se desespera, luego, re f lex iona. ) Pepe... Si me encuentran con una pistola será peor que si me encuentran desarmado, ¿verdad?

PEPE

Yo creo que sí.VALDIVIA

Toma. (Le ent rega la p is to la . ) Yo esperaré aquí mi suerte, desarmado. (Se pone a comer sopa de f ideo. )

Pepe examina la p is to la .

PEPE

¿Cómo se usa esto? VALDIVIA , s in de jar de comer. Señalando bajo la a lmohada: Allí está el parque.

Pepe saca una pequeña ca ja y la guarda en e l bobi l lo .

VALDIVIANo está mal esta sopa, después de todo.

OSCUROJuan Vald iv ia duerme. Pepe se ha ido.

11

Page 12: EL ATENTADO

OSCUROJuan Vald iv ia duerme. A l rededor se han con gregado Nazar io , Rosar io y Macar io , que son de la Pol ic ía Secreta y lo miran en s i lenc io . Vald i v ia despier ta y a l ver los, se mueve apenas percep t ib lemente, luego se queda inmóvi l . S i lenc io .

OSCURO

Proyecc ión: Inst rumentos de tor tura.Al mismo t iempo se escuchan sonidos prop ios de l tormento.

En la inspecc ión de Pol ic ía :

A l rededor de una mesa están e l genera l Suárez, su Ayudante con una máquina de escr ib i r , los t res de la Secreta y en una s i l la , como un fardo, Val d iv ia .

SUÁREZA ver, muchachito, díganos, ¿quién lo mandó? Pausa. Macar io levanta la cara de Vald iv ia .

MACARIOEstá desmayado, mi general. SUÁREZ Amoniaco.

En un orator io :

En ot ra zona del escenar io un grupo de cató l icos reza una le tanía, contestando: " ruega por é l " .

OSCURO

En la inspecc ión de Pol ic ía : Los mismos.

SUÁREZ , f ing iendo enojo, go lpea la mesa: Usted confesó que la Mitra lo mandó.VALDIVIA

No, señor, fui yo quien fabricó las bombas. SUÁREZ¿Y el Obispo?

VALDIVIA¿Cuál Obispo?

SUÁREZComprenda que si no confiesa todo lo que sabe, su familia va a pagarlo muy caro.

VALDIVIAEs todo lo que sé. Yo hice las bombas y yo las coloqué. SUÁREZ , a su Ayudante:

Lea usted la declaración de este hombre.AYUDANTE

"El señor Obispo personalmente me entregó dinero para que comprara yo los ingredientes. Me ordenó que fabricara unas bombas para hacerlas explotar en la Cámara de diputados en sesión plenaria. Cuando las bombas estuvieron construidas un sacerdote las bendijo."

VALDIVIAEs mentira todo eso. No pude haberlo confesado yo.

SUÁREZ

12

Page 13: EL ATENTADO

¿Se niega usted a firmar?

VALDIVIAMe niego.

SUÁREZMuy bien. (A l Ayudante: ) Llame usted por teléfono al señor Presidente y dígale que el pri-sionero se niega a firmar su declaración, que si lo pasamos por las armas.

Todos miran a Vald iv ia esperando que se con mueva. No se conmueve.

SUÁREZ , al Ayudante:Llame usted por teléfono.

AYUDANTE , poniéndose de p ie :Muy bien, mi general. (Sale. )

SUÁREZ , a Vald iv ia :Sea sensato. Firme y se acaban los problemas.

Vald iv ia mueve la cabeza negat ivamente.

OSCURO

JUAN VALDIVIA ES CONDENADO AL DESTIERRO

Proyecc ión: Un hombre v ia ja en la cubier ta de un barco.

Música: Sobre las o las.

OSCURO

En e l rec ib idor de l convento.

Pepe está h incado y e l Padre Ramírez sentado en una s i l la , como en confes ión.

RAMÍREZTen en cuenta hijo, que las mujeres no son iguales a los hombres.

PEPE

Sí, padre.RAMÍREZ

No están sujetas a esos movimientos que llamaba el Santo "concupiscencia de la carne", que consiste en el oscurecimiento de las facultades del alma, y en el despertar de ciertos apetitos, que de ser consentidos llevan al hombre a lo más bajo y lo más ruin. ¿No te sucede a veces que una mujer te parece perita en dulce?

PEPESí, padre.

RAMÍREZ¿Como si te dijera: "cómeme, cómeme"?

PEPESí, padre.

13

Page 14: EL ATENTADO

RAMÍREZPues bien, ella es tan inocente como la perita en dulce. Ciertos vestidos atrevidos, ciertas mi-radas picaras, ciertos movimientos irritantes, no vienen de una intención de provocar, sino de la inocencia que les es innata, y de la ignorancia que tienen respecto a la pasión animal que ese vestido, esa mirada o ese movimiento pueden desencadenar.

PEPEPero, Padre, mi mujer...

RAMÍREZYa sé, ya sé; se ha sometido gustosa al "vínculo".

PEPESí, padre.

RAMÍREZEs señal de que el cariño que te tiene la hace aparentar una alegría que no siente al ver que tú disfrutas con esa actividad.

PEPE

Yo no disfruto.RAMÍREZ

Entonces, lo que sucede es que como todas las personas de su sexo, siente una profunda curio-sidad hacia el misterio indescifrable que es la reproducción.

PEPE¿Y por qué me exige más de lo que yo puedo darle?

RAMÍREZ¿No habrás interpretado mal sus palabras? ¿No te habrá pedido cariño, o atención, en vez de lo que te imaginas?

PEPEMe lo ha pedido muy concretamente y no sólo de palabra.

RAMÍREZNo puede ser. Te has equivocado. Lee los tratadistas. Todos están de acuerdo en afirmar que para la mujer el acto sexual es siempre una molestia. Es insensato pensar que alguien insista en que se le moleste, luego, o no te exige, o te exige otra cosa. Dale más atención, y sé más cuerdo. Y por favor no me hagas esta clase de consultas, que los tiempos no están para eso. Ten en cuenta que vivo en un escondite, en peligro inminente de ser apresado, y tengo que atender las necesidades espirituales de cerca de diez mil católicos. ¿A dónde iríamos a parar si todos vinieran con problemas como el tuyo? Me parece que te falta actividad, muchacho. Haz un examen de conciencia; medita: ¿qué es lo que hago por mi Dios, por mi Patria, por mi Reli-gión? Muy poco. Recuerda que nunca ha estado la Iglesia tan necesitada de Trabajadores como en estos tiempos de persecución. Sé un Soldado de Cristo. Un verdadero soldado. Dis-puesto a dar su vida por su Santa Religión. Verás entonces que estos pequeños problemas domésticos pasan a segundo término como se merecen. Serás más feliz, estarás más satisfecho, y ganarás el cielo. (Consul ta su re lo j . Pone una mano sobre la f rente de Pepe y luego lo san t igua. ) "Ego te absolvo a peccatis tuis. In Nomine Patris, Filius, et Spirito Sancto." Es hora de irme. (Se pone de p ie y guarda la esto la . Pepe se levanta. ) Cuídate y trabaja más. (Le da a besar la mano y sa le . )

Pepe se s ienta a medi tar en la s i l la que ha de jado el Padre Ramírez. Ent ra la Abadesa, leyendo un per iód ico.

ABADESA

¡Pepe, felicítame!

PEPE

¿Por qué, Madre?

14

Page 15: EL ATENTADO

ABADESA¡He mandado cuatro almas al cielo! (Le muest ra e l per iód ico. ) Mira, ayer fusilaron en el Ajusco a estos cuatro muchachos.

Pepe mira e l per iód ico. E l la s igue, fe l iz .

ABADESAYo los convencí de que se unieran a los cristeros. Estaban en la flor de la edad; dejaron novias, familias que los adoraban, estudios brillantes, y fueron a morir por Dios Nuestro Señor. ¡Imagínate la Gloria que les espera! PEPE , re f lex ionando: Son mártires.ABADESA

¡Qué orgullo para nuestra Nación! ¡Otros cuatro santos mexicanos!

PEPE

Madre, yo quisiera hacer algo.ABADESA

Yo también, pero ¿qué puede hacer una pobre mujer como yo? Casi nada, Pepe.PEPE

Usted nos orienta con sus conversaciones, Madre; ha mantenido el culto abierto en esta casa; cada semana visita a los presos católicos en la penitenciaría, ¿y le parece poco? -

ABADESAEs mucho para mi insignificante personilla, pero nada comparado con lo que queda por hacer.

PEPE , leyendo a l azar en e l per iód ico:"Un rayo causó la muerte del aviador Jesús Carranza."

ABADESAEs la voluntad de Dios.

PEPE¿No hubiera sido mejor que ese rayo cayera sobre Borges?

ABADESAHubiera terminado el conflicto religioso.

PEPE¿Usted cree?

ABADESAEstoy segura.

PEPE¿Por qué, entonces, no lo dispuso Dios así?

ABADESAQuerrá que seamos nosotros los que terminemos con el conflicto.Se miran f i jamente ent re s í .

OSCURO

6

En e l pat io de la casa de Pepe

Entra Pepe en mangas de camisa l levando un car tón en donde ha d ibu jado un b lanco y la p is to la . Coloca e l car tón en un ext remo del escena r io , va a l o t ro , apunta y d ispara. (La detonación no debe ser muy fuer te , porque habrá doce du rante e l t ranscurso de la p ieza. ) Se acerca a l b lanco, lo rev isa s in encontrar huel la de l proyect i l , y lue go rev isa e l muro. Ent ra Caute la y lo observa. Pepe se vuelve decepcionado y se encuentra f rente a e l la .

CAUTELA

15

Page 16: EL ATENTADO

¿Y ahora?PEPE

Ahora tiro, mi vida. (Apunta. ) Hay que estar preparado.

Caute la prorrumpe en so l lozos.

PEPE , yendo hasta e l la :¿Qué tienes, chatita? ¿por qué lloras, corazón?

CAUTELATe vas a la guerra.

PEPE¿Cuál guerra? Si no hay guerra. No seas tonta.

CAUTELA

Y me dejas. PEPE , exasperado:¿No estoy aquí, con un demonio? (Apunta y hace fuego. Revisa e l b lanco y e l muro, s in encontrar e l proyect i l . Se vuelve fur ioso a su mu jer que lo observa ent re lágr imas. ) Me has hecho errar el tiro con tus lloriqueos.

CAUTELANo te parece nada de lo que hago.

PEPE¿Cómo va a parecerme si no haces más que tonterías?

CAUTELA

Has cambiado mucho conmigo.PEPE

Tú también.CAUTELA

Ya no me quieres.PEPE

Tampoco tú a mí. (Apunta. Cambia de op in ión y va hasta e l la . ) No, chatita, sí te quiero. Tanto como antes. Más que antes. Sólo que estoy nervioso. (La abraza. ) Estoy cansado. Trabajo mucho y gano poco. Son tiempos difíciles y todo el mundo está de mal humor. (La besa. ) Pero sí te quiero. (E l la responde, pero é l se desprende y se separa de e l la . Apunta y d ispara. Revisa in f ructuosamente e l b lanco y e l muro. )

CAUTELA

¿Te vas a la guerra?PEPE

¿Cuál guerra, carajo? ¡Ay, perdóname, ya te falté al respeto! ¡Mi cielo, mi corazón, perdóname! (Se abrazan.) No voy a ninguna parte. Me prestaron la pistola y tiro al blanco para ver qué se siente, pero no iré a ninguna parte. Aquí estaré contigo.

CAUTELA

¿Me lo prometes?

PEPETe lo prometo.

Se separa de e l la , apunta y d ispara. Caute la re v isa ahora e l b lanco y e l muro.

CAUTELAAquí está.

PEPE¿Ves? ya voy aprendiendo.

16

Page 17: EL ATENTADO

Caute la , contenta de haber encontrado e l im pacto, se co loca junto a é l y lo mira amorosamente mient ras é l apunta y hace fuego por qu in ta vez.

OSCURO

7En un parque.

Borges y un Amigo se pasean abanicándose con sus carretes. Tr inos de pá jaros.

BORGESNo.

AMIGOHazlo por tus hijos.

BORGESNo.

AMIGOPor el país, entonces.

BORGESMenos.

AMIGONacho, acabarán matándote.

BORGESNo es fácil. Hace trece años me tocó una bala de cañón: vi tanta sangre que creí que iba a mo-rir; dije mi frase que tenía preparada para el caso: "muero bendiciendo la Revolución", a los ocho días estaba yo dirigiendo las operaciones otra vez; hace poco dejaron como una criba el tren en que yo viajaba, ¿qué me hicieron? Nada. Luego, me lanzan una bomba que hace explosión abajo de mi automóvil; se hacen pedazos los cristales y me cortan la cara. A los dos días estaba sano, y después de todo esto ¿crees que voy a tener miedo a los católicos? No, de-finitivamente con ellos no voy a parlamentar.

AMIGO¿Por qué no?

BORGESPorque son todo México. El día que busquemos parlamentar sabrán que son los más fuertes y nos ahorcan.

AMIGO

Pero entonces, ¿qué harás con ellos?BORGES

No sé. Si fueran revolucionarios como nosotros sería muy fácil aniquilarlos: los obligaríamos a levantarse en armas; una vez levantados, compraríamos a tres o cuatro de los más importantes, mandaríamos en viaje de estudio a otros tres o cuatro, al resto los derrotaríamos fácilmente y los pasaríamos por las armas. Pero éstos son diferentes. No pasa nada, luego, de buenas a pri-meras una bomba; después... nada otra vez. Hace quince años, cuando tomé esta maldita ciudad, la gente se moría de hambre. Me fui sobre los acaparadores, sobre los ricos, sobre los bancos. Le pedí a la Mitra doscientos mil pesos. No me los dieron. A la cárcel con doscientos sacerdotes. ¿Qué crees que hicieron los que se morían de hambre? ¡Colectas para pagar el rescate de los curas! ¡Sufragio Efectivo! El día que lo tengamos, eligen Presidente de la Repú-blica al señor Obispo. Nada de parlamento. A perseguirlos, aterrarlos, reventarlos para que es-tén en orden.

AMIGO¿Y si te matan?

17

Page 18: EL ATENTADO

BORGES¡Pues me mataron, y se acabó!

TELÓNSEGUNDO ACTO

1La a lcoba de Pepe.

Es de noche, hay só lo una luz pequeña. Caute la duerme. Pepe, cerca de la luz, prepara la p is to la y la guarda en e l c in to . Caute la despier ta sobre sal tada.

CAUTELA

¿Qué es? PEPE , ocul ta la p is to la : Soy yo.CAUTELA

Todavía no amanece.PEPE

Voy de excursión.CAUTELA

¿Por qué no me habías dicho?PEPE

No estaba decidido.CAUTELA

¿Por qué no me llevas?PEPE

Porque no van mujeres.CAUTELA

Antes siempre me llevabas.PEPE

No tenías obligaciones. Ahora tienes que cuidar de los niños.CAUTELA

Podríamos dejarlos con alguien.PEPE

No van mujeres, ya te lo dije.CAUTELA

Has cambiado mucho. (Pepe la besa. ) Te haré algo para que desayunes.PEPE

No. Pienso comulgar. Después desayunaré en algún café.CAUTELA

Te prepararé algo, entonces, para que lleves.PEPE

Tampoco.CAUTELA

¿A dónde vas, Pepe?PEPE

De excursión, ya te dije. (Caute la le toca e l c in to y s iente la p is to la . Lo mira in ter rogante. ) Pienso tirar al blanco.

El la , apoyada en la a lmohada, lo mira preparar una cámara fo tográf ica y co lgárse la a l cuel lo .

18

Page 19: EL ATENTADO

PEPEMe voy.

El la ext iende la mano en s i lenc io , y cuando é l se acerca para est rechar la , e l la lo a t rae hac ia s í y lo besa apasionadamente, tomándole la cara con ambas manos. Luego lo de ja

i r .PEPEAdiós.

El la levanta la mano para despedi r lo . Pepe sa le . Caute la apaga la luz.

OSCURO

En un parque.

En ot ra zona del escenar io está una banca de un parque. En e l la están sentados Pepe y e l Padre Ramírez.

RAMÍREZNo quiero saber nada.

PEPEPero, padre, yo quisiera conocer su opinión.

RAMÍREZNo puedo dártela, porque no estoy enterado de lo que piensas hacer. Haz de cuenta que lo que me has dicho no lo oí.

PEPENecesito un consejo.

RAMÍREZ¿No me entiendes? ¿no ves que como sacerdote tengo la obligación de prohibirte eso?

PEPE¿Es pecado, entonces?

RAMÍREZNo me lo preguntes.

PEPENecesito saber. Dígame.

RAMÍREZNo quiero contestar.

PEPEEntonces va sobre su conciencia. Usted me dijo que en caso de duda había que resolver en mi favor.

RAMÍREZ

Mira, muchacho, es un acto necesario, pero peligroso. Según el derecho canónico es un asesi-nato como cualquier otro.

PEPE

Pero necesario.

RAMÍREZ

Necesario. ,PEPE

19

Page 20: EL ATENTADO

Es decir, que alguien tiene que ejecutarlo. RAMÍREZ , después de dudar : Alguien tiene que ejecutarlo.PEPE

¿Bajo su responsabilidad?RAMÍREZ

Bajo su responsabilidad.PEPE

Yo la cargo. Yo siento el deber de ejecutar ese acto.RAMÍREZ

Pepe, como amigo, no como sacerdote, te felicito, te admiro, estoy hasta dispuesto a ayudarte. (Se est rechan la mano.) Ten en cuenta, Pepe, que no saldrás con vida de ésta.

PEPE

Lo sé, padre.

RAMÍREZNo me digas padre, dime Ramírez.

PEPERamírez.

RAMÍREZInclusive, que probablemente no cuentes con auxilios espirituales. Quiero decir, que las cosas serán tan rápidas, que no podrás ni siquiera confesarte.

PEPEÉsta es una confesión, padre. ¿Me da usted la absolución?

RAMÍREZNo puedo dártela.

PEPE¿Quiere decir eso que me condenaré?

RAMÍREZQuiere decir que no me comprometo. Que Dios sabrá.

PEPEEso me basta.

OSCURO

2

PARA CELEBRAR EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES SE HACEN

BANQUETES EN HONOR DE BORGES

Una bater ía de fo tógrafos, formada por Baz, Paz, Raz y Pepe, usando toda c lase de cámaras, toma a lgo que sucede fuera de escena.

VOZ DEL ORADOR , afuera:Valeroso soldado, general invencible, estadista notable, gobernante probo y honesto, Ignacio Borges, has regresado. El pueblo de México, que te conoce y te quiere, te recibe con los brazos abiertos.

Aclamación de l i rante fuera de escena. Se oscure ce esa zona. Se enc iende ot ra en la que se descubre a Vida l Sánchez contemplando t r is temente la s i l la pres idencia l .

20

Page 21: EL ATENTADO

VIDAL SÁNCHEZMadre generosa, esposa preclara y fidelísima, amante inagotable, te me vas de la vida. ¡Qué seco y duro soy sin ti!

Se oscurece esta zona y se i lumina la o t ra . S igue la ac lamación. Los fo tógrafos toman ot ra fo tograf ía .

VOZ DEL ORADORContigo, México irá a la cabeza de las naciones por el sendero de la justicia social...

La gr i ter ía ahoga la voz de l orador , Baz, Paz y Raz, sa len de escena. Pepe saca la p is to la , ocu l tándola con la cámara, y la prepara.

Entra Borges agradeciendo la ac lamación, est re chamente rodeado por Nazar io , Macar io y Rosar io ( los t res de s iempre) , que son de la Pol ic ía Se creta con b igotazo y p is to lones, Borges agradece a Pepe la ovac ión que no le t r ibuta éste, cruza e l escenar io y sa le con sus acompañantes. Pepe con templa t r is temente su p is to la y lo s igue cabizbajo. Baz, Paz y Raz cruzan e l escenar io corr iendo t ras de l Pres idente Electo.

OSCURO

3Las t res de la tarde.

Proyecc ión: Un estad io l leno de gente ap lau diendo.

Borges gest icu la como quien d ice un d iscurso. Los t res de la Secreta lo rodean. Pepe t ra ta de acercarse, pero no puede hacer lo porque los po l ic ías se lo impiden.

OSCURO

Las ocho de la noche.

Pepe está sentado a una mesa, l leno de cansan cio, mient ras su mujer le s i rve una cena que é l ignora. E l la lo mira en s i lenc io .

OSCURO

En ot ra mesa Borges y los d iputados br indan. Música de la época.

Las c inco de la mañana.

Pepe arreg la una maleta.Una mujer ba i la ar r iba de una mesa. Los d ipu tados y Borges ap lauden.

Las s ie te de la mañana.

Pepe, h incado en un rec l inator io , reza.

Una mujer ba i la ar r iba de una mesa. Borges ap laude.

Las ocho de la mañana.

Pepe lee un per iód ico en la banca de un parque. A lgu ien barre.Un Mozo d ice a l públ ico:

21

Page 22: EL ATENTADO

MOZO

El señor general está descansando.

Las once de la mañana.

Un bolero da grasa a l ca lzado de Pepe. Un Mozo d ice a l públ ico:

MOZOEl señor general está descansando.

La una de la tarde.

Pepe d ibu ja en un b lock. Un Mozo d ice a l públ ico:

MOZOEl señor general está descansando.Borges, en camisón, se est i ra , como sa ludando a l nuevo día.

Las dos de la tarde.

Pepe se levanta mirando fuera de escena, se pone e l b lock ba jo e l brazo.Entran los t res de la Secreta, mirando a todos lados en busca de sospechosos.Entra Borges y sa le seguido de sus ayudantes.

Proyecc ión: Un Cadi l lac de la época.

Pepe, so lo en escena, hace señas desesperadas para detener un automóvi l de a lqu i ler .

Proyecc ión: Un Ford de la época.

EN AUTOMÓVIL A TRAVÉS DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Proyecc ión: Dos automóvi les. Un Cadi l lac y un Ford.

HASTA SAN ÁNGEL

Proyecc ión: La Bombi l la .

Música e jecutada por la orquesta Típ ica de Ler do de Tejada.

Proyecc ión: La Orquesta Típ ica.En una gran mesa, Borges come so lo . La orques ta toca. Pepe, a un lado, hace un

d ibu jo de Borges. (Hay que dar la impres ión de que e l rec in to está l leno de gente. ) Pepe se acerca a Borges y le mues t ra e l d ibu jo que de é l ha hecho. Borges se vuel ve

22

Page 23: EL ATENTADO

cor tésmente para ver lo que le muest ran. Pepe saca la p is to la y a quemarropa d ispara s ie te t i ros. Borges cae.

OSCURO

4Si lenc io .

Proyecc ión: Inst rumentos de tor tura. Oscuro. Ruidos correspondientes. En la inspecc ión de po l ic ía .

Suárez, f rente a l públ ico, recargado en la mesa, con la guerrera desabrochada, fuma.Entran Macar io , Nazar io y Rosar io ar rast rando a Pepe y lo de jan sobre una s i l la ; t iene

e l rost ro desf igurado y está cas i inconsc iente. Ent ra e l Ayu dante con su máquina de escr ib i r y se prepara a tomar la dec larac ión.

Suárez t i ra e l c igarro, se abrocha la chaqueta con so lemnidad; hace una seña a los de la Secreta para que se a le jen de l pr is ionero y camina pausadamen te hasta l legar a é l .

SUÁREZ

¿Sabes quién soy? (Pausa.) Soy el jefe de la Policía. (Pausa. A Nazar io . ) Dele un golpe.

Nazar io le da un go lpe. Pepe despier ta .

SUÁREZ¿Sabes quién soy? (Pepe lo mira hac iendo un esfuerzo. ) Soy Suárez, el jefe de la Policía. (Pepe mueve la cabeza af i rmat ivamente. ) ¿Sabes que vas a morir, muchacho? (Pepe as iente. ) ¿Sabes que yo puedo salvarte? (Pepe a lza los hombros con ind i ferenc ia . ) ¿No quieres salvarte? Puedo dejarte en libertad. ¿No quieres estar libre otra vez? (Pepe mueve la cabeza negat ivamente. ) ¡Llévenselo!

Nazar io , Macar io y Rosar io sacan a Pepe. E l Ayudante toma su máquina de escr ib i r y sa le .

Ent ra V ida l Sánchez, Suárez adopta una act i tud cont r i ta .

SUÁREZMi general, mi más sentido pésame, por la muerte de un colaborador tan...

VIDAL SÁNCHEZNada de pésames, Suárez, felicítame. (Ambos r íen, y se abrazan.) Nadie me había hecho un favor tan grande: veinte años bajo la sombra de Borges, y que venga un tarugo y me lo quite de encima.

SUÁREZGeneral, cuánto me alegro. Ahora sí, la Revolución será la que debe ser...

VIDAL SÁNCHEZMía. (Ambos r íen ) ¿Qué ha dicho este hombre?

SUÁREZNada, mi general.

VIDAL SÁNCHEZ¿No ha tratado de colgarme el muerto?

SUÁREZNo, mi general, ni a usted, ni a nadie.

VIDAL SÁNCHEZMejor. Déjeme platicar con él un poco. A solas.

SUÁREZMuy bien, mi general. (Sale. )

23

Page 24: EL ATENTADO

Entran Macar io , Nazar io y Rosar io con Pepe. Lo de jan sobre una s i l la y sa len. V ida l Sánchez se acerca a Pepe, que a l ver lo , se yergue.

VIDAL SÁNCHEZSí, soy el señor Presidente. (Toma una s i l la y se s ienta en e l la junto a Pepe.) Vengo a pedirte un favor. (Pepe lo mira con ext rañeza. ) Me has puesto en un aprieto, muchacho. ¿Sabes por qué? Porque de todas

las personas que querían matar a Borges, yo era el que más motivos tenía para hacerlo. Claro que todos saben que tú lo mataste, pero todos creen que yo te pagué porque lo hicieras. ¿Me entiendes? Ahora soy el principal sospechoso. En la Cámara me gritaron "asesino". El favor que quiero que me hagas es que declares quiénes fueron tus cómplices, para que se sepa que no fui yo. ¿Quiénes fueron?

PEPE

Yo soy el único.

VIDAL SÁNCHEZMira, aunque eso sea cierto, nadie va a creerlo. Di nombres, cualesquiera: recuerda que has he-cho un acto heroico: has librado al país de un tirano. Un hombre que fue capaz de adulterar la Constitución para reelegirse. Un hombre que violó los comicios, ¡de antemano! eliminando a sus contrincantes políticos. Ese hombre traicionó la Revolución al violar sus dos postulados esen-ciales: Sufragio Efectivo y No Reelección. Los revolucionarios verdaderos te bendecirán por ha-berlo asesinado. Los católicos te bendecirán también, porque con tu acto de heroísmo has ter-minado el conflicto religioso, porque si yo perseguí a la Iglesia fue por órdenes de ese lobo humano llamado ¡Ignacio Borges! (Se levanta y da unos pasos para moderar su e locuencia. Pepe lo mira entendiendo muchas cosas por pr imera vez. ) ¡Confiesa, muchacho! No niegues a los hombres que te han ayudado, la gloria de haber participado en ese tiranicidio heroico. No dejes que yo usurpe el aplauso que merecen otros. Di sus nombres, que ellos te lo agradecerán.

PEPECuente conmigo, señor.

VIDAL SÁNCHEZDame un abrazo. (Ambos hombres se abrazan.) Cuenta con mi ayuda y mi benignidad. Y una cosa sí te pido: que no quede lugar a dudas que entre tú y yo no ha habido ningún trato.

PEPE

Pierda usted cuidado, señor.

VIDAL SÁNCHEZ¡Suárez! (Ent ra Suárez. ) Que le tomen declaración a este hombre. (Ent ran los de la Secreta y sa len con Pepe.) Estamos salvados. No hay peligro de que nos compliquen en este asunto. Le haremos un juicio con todas las de la ley, para apaciguar a los borgistas: jurado borgista, juez borgista, fiscal borgista. Que lo quieren fusilar, que lo fusilen. Para que no quepa duda que nos-otros estamos fuera del lío. (Mut is fa lso. ) Ah, se me olvidaba. Quiero pedirte un favor muy grande.

SUÁREZLo que usted quiera, mi general.

VIDAL SÁNCHEZParece que no les gustas a los borgistas, así que mándame tu renuncia. Provisional, claro está. Hasta luego, Suárez. (Sale. ) Suárez queda un momento en escena perp le jo , antes de que se produzca e l

OSCURO

524

Page 25: EL ATENTADO

LOS FUNERALES DEL GENERAL BORGES

Música: Marcha fúnebre.

Proyecc ión: Personal idades hac iendo guard ia a los lados de un féret ro .Proyecc ión: Cor te jo fúnebre.

Proyecc ión: Una mul t i tud.

Entran t res oradores. Gest icu la e l pr imero a l compás de una t rompeta.

Proyecc ión: Otra mul t i tud.

Gest icu la e l segundo orador a l compás de un c la r inete.

Proyecc ión: Otra mul t i tud.Gest icu la e l tercero a l compás de un saxofón.

OSCURO

LOS FIELES DAN GRACIAS A DIOS

Música (Coros) : A le luya. (Hasta e l oscuro. )

Proyecc ión: F ie les rezando.

Los t res de la Secreta go lpean una puer ta . Se es cuchan gr i tos de angust ia .

Proyecc ión: Pr is ioneros en la ca l le escol tados por dos h i leras de so ldados.

Proyecc iones: Fotos de pr is ioneros con su núme ro sobre e l pecho.

Proyecc ión: Fachada de la de legación de San Ángel .Cuando aún se escuchan los cánt icos cae e l

TELÓN

TERCER ACTO

1

Se descubre la sa la de l juzgado. A l fondo, pres i d iendo la sa la , dos fo tograf ías de tamaño natura l : la de Borges cont r i to , con un moño negro y la de Vida l Sánchez sonr iendo.

Al fondo, mirando a l públ ico, hay t res escr i to r ios: e l de l cent ro está ocupado por e l

Juez Oyau-guren; enc ima hay un le t rero que d ice: JUEZ ; el de la izqu ierda d ice:

DEFENSA ; el de la derecha: ACUSACIÓN . A la derecha, en pr imer término, están los dos acusados: Pepe y la Abadesa con dos de la Po l ic ía Montada. A l levantarse e l te lón uno de los actores comodines ocupa e l lugar de la Defensa y o t ro e l de la Acusación.

25

Page 26: EL ATENTADO

El Acusador se pone de p ie y ocupa e l cent ro de l escenar io .

ACUSADOR , al Juez:

Honorable señor Juez (a l públ ico) señores del Jurado (a l Defensor) , estimable colega, etcétera. . . Nos hemos reunido aquí para tomar conocimiento de las declaraciones, discernir la culpabilidad y castigar debidamente uno de los más horrendos crímenes, etcétera... Tengo el gusto, señoras y señores, de acusar a este homúnculo (señala a Pepe) y a esta harpía (señala a la Abadesa) , de homicidio perpetrado con toda premeditación, alevosía y ventaja en la persona del general Ignacio Borges, etcétera... y para comprobarlo pido que se me permita presentar testigos.

JUEZPrimer testigo de la acusación.

Entra e l tercer actor comodín vest ido de Mese ro: ocupa e l est rado a la izqu ierda.

ACUSADOR Dígame su nombre.

MESERO , acento español :

Quintín Rodríguez.ACUSADOR

¿Su oficio?MESERO

Mesero del restaurante La Bombilla.ACUSADOR

¿Qué hacía usted el 17 de julio a las tres de la tarde?MESERO

Ayudé a servir un banquete ofrecido al general Borges por la Diputación Guanajuatense.DEFENSA

Moción de orden. Pido que se haga constar en el acta que el testigo es español.

JUEZConcedido.

ACUSADOR¿Atendió usted al general Borges?

MESEROSí, señor.

ACUSADOR¿Cuáles son las últimas palabras que le oyó pronunciar a dicho general?

MESERO"Estoy muy lleno. No me traiga cabrito, sino unos frijoles."

ACUSADOR¿Qué hizo usted al escuchar esas palabras?

MESEROFui por unos frijoles.

ACUSADOR¿Qué sucedió después?

MESEROOí unos disparos. Volteé hacia el lugar de donde venía el ruido y vi que seis diputados estaban golpeando a este individuo. (Señala a Pepe.)

26

Page 27: EL ATENTADO

ACUSADOR , al juez: Es todo.

Va a su lugar . E l Defensor se levanta y se acerca a l test igo.

DEFENSORDígame, joven, en aquel momento que nos acaba usted de describir, ¿notó usted el brillo de sinceridad que había en la mirada de este hombre? (Señala a Pepe.)

MESERONo, señor.

DEFENSORGracias, es todo lo que tenía que preguntar.(Regresa a su lugar . )

Sale e l Mesero.

JUEZSegundo testigo de la acusación.

El Acusador se pone de p ie y ocupa e l cent ro de l escenar io . Ent ra e l tercer actor comodín de segundo test igo (es un d iputado) y ocupa e l est rado.

ACUSADORTenga la bondad de indicarnos su nombre.

SEGUNDO TESTIGOEulogio Ramírez y Ramírez.

ACUSADOR¿Cuál es su profesión?

SEGUNDO TESTIGODiputado Federal.

ACUSADOR¿Tendrá usted inconveniente, señor diputado Ramírez y Ramírez, de indicarnos qué era lo que estaba usted haciendo el 17 de julio a las 3 p. M.? SEGUNDO TESTIGO

Ninguno, compañero, estaba yo en un banquete ofrecido por la Diputación Guanajuatense al ciudadano general Borges.

ACUSADOR¿Le sería muy molesto narrarnos los acontecimientos sobresalientes de esa tarde?

SEGUNDO TESTIGOEstaba yo en conversación con el diputado Sánchez y Sánchez, cuando me preguntó él: "¿Quién es ese hombre que anda allí?" Y me señaló a este hombre. (Pepe.) Yo le contesté que no sabía pero que puesto que traía una libreta en la mano habría de ser un dibujante. En esas estábamos, cuando el acusado se acercó a mí y me preguntó qué me parecía el dibujo que había hecho del general Borges, y me lo enseñó. A mí no me gustó, pero...

DEFENSORMoción de orden. No estamos aquí para juzgar las aptitudes artísticas del acusado. Pido a su Señoría que prohíba al testigo opinar sobre la materia.

JUEZEl testigo no opinará sobre la calidad del dibujo.

SEGUNDO TESTIGO

27

Page 28: EL ATENTADO

Yo no dije que fuera malo el dibujo, dije que no me gustaba y lo mismo pasó ese día; a mí no me gustó el dibujo, pero le dije al acusado que se lo enseñara al general Borges, a ver qué le parecía a él.

ACUSADOR¿Será mucho pedirle, señor diputado Ramírez y Ramírez, que nos platique qué fue lo que sucedió entonces?

SEGUNDO TESTIGOQue yo seguí conversando con el diputado Sánchez y Sánchez; entonces oímos la balacera y nos volteamos y alcancé a ver al general Borges que se había enderezado con la cara ensangrentada y me miraba fijamente, como queriendo decirme: "aquí te encargo". Luego se desplomó.

ACUSADOR¿Qué sucedió después?

SEGUNDO TESTIGOSaqué la pistola y me metí abajo de la mesa por si algo se ofrecía. Cuando salí ya se habían llevado a este hombre.

ACUSADORMuchas gracias, diputado, es todo por mi parte. (Regresa a su lugar . )

E l Defensor ocupa e l cent ro de l escenar io .

DEFENSORDígame, señor diputado Ramírez y Ramírez, ¿notó usted un brillo de sinceridad en la mirada del acusado?

SEGUNDO TESTIGOAl contrario. Me pareció que tenía una mirada traicionera. No me extrañó nada lo que sucedió.

DEFENSORGracias, es todo lo que quería preguntarle. (Regresa a su lugar . )

Sale e l segundo test igo.

JUEZTercer testigo de la acusación.

Se levanta e l Acusador y ocupa e l cent ro de l escenar io . Ent ra e l tercer actor comodín de tercer test igo: es un po l ic ía tuer to de la Secreta: ocupa e l est rado.

ACUSADORDíganos su nombre.

TERCER TESTIGOJoaquín Gutiérrez.

ACUSADOR¿Su oficio?

TERCER TESTIGOAgente secreto.

ACUSADOR

Díganos qué hacía usted el día 17 de julio a las 3 de la tarde.

TERCER TESTIGOSe me encargó la comisión de guardar la entrada que comunica la cantina de La Bombilla con el salón principal.

28

Page 29: EL ATENTADO

ACUSADORDíganos qué fue lo que vio allí.

TERCER TESTIGOEntró este individuo (Pepe) , llevando un cuaderno bajo el brazo, se acercó a la barra y pidió una cerveza fría. Se la tomó, fue al baño, en donde permaneció unos cinco minutos; luego se acercó a mí y me preguntó tartamudeando si estaría en el banquete el general Cedillo. Le contesté que no lo sabía. Me dijo entonces que necesitaba darle un recado urgente. Me encontré en un dilema: dejar mi puesto para buscar al general Cedillo; o dejar entrar a este hombre para que lo buscara él mismo; o bien, no dejarlo entrar y correr el riesgo de que se molestara el general Cedillo. Opté por lo segundo, y ahora me acusan de incumplimiento de mi deber. ACUSADORDíganos, amigo mío, qué fue lo que usted vio después.

DEFENSORMoción de orden. Pido que se asiente en el acta que el testigo está parcialmente privado de la vista.

JUEZMoción aceptada, que se asiente lo que se pide. Prosiga la acusación con el interrogatorio. ACUSADOR

No haga caso, prosiga.

TERCER TESTIGOPues vi que los meseros empezaron a llevar el coñac a la mesa. Después, entre dos diputados que no reconocí, sacaron en brazos al diputado Meléndez y lo llevaron al baño. Después vino la balacera, saqué la pistola y entré en el salón principal: la mayoría de los diputados estaban abajo de las mesas, otros atrincherados con las sillas, el general Borges estaba bocabajo en la mesa. Entre varios diputados habían agarrado al acusado y el diputado Magallón gritaba "no lo maten". Entonces, los otros le dieron golpes, y yo, como no había otra cosa qué hacer, también le di; luego lo sacamos y lo llevamos a la Inspección.

ACUSADOREs todo lo que yo necesito preguntar (Va a su lugar . )

E l Defensor ocupa e l cent ro de l escenar io .

DEFENSORUsted estuvo muy cerca del acusado minutos antes de que se cometiera el crimen. ¿No es verdad?

TERCER TESTIGOSí, señor.

DEFENSORDíganos: ¿notó usted un brillo de sinceridad en su mirada?

TERCER TESTIGONo sabría decirle, señor, porque como usted dijo, estoy parcialmente privado de la vista.

DEFENSOREs todo lo que quería preguntar. (Va a su lugar . )

Sale e l tercer test igo.

JUEZQue pase el acusado. Pepe sube a l est rado.El acusador ocupa e l cent ro de l escenar io .

ACUSADOR¿Cuál es su nombre?

29

Page 30: EL ATENTADO

PEPEJosé Pereira.

ACUSADOR¿Su profesión?

PEPEEmpleado.

ACUSADORDíganos qué fue lo que hizo usted el 17 de julio a las tres de la tarde.

PEPEFui al restaurante La Bombilla y maté de siete balazos al general Ignacio Borges.

Se oyen aplausos y rech i f la . E l Juez go lpea con e l mar t i l lo .

Se restab lece e l orden.

ACUSADORDígame: cuando entró usted en la cantina y pidió la cerveza, ¿tenía ya la intención de asesinar al general Borges?

PEPESí, señor.

ACUSADORCuando dijo usted al agente Gutiérrez que tenía un recado urgente para el general Cedillo, ¿dijo usted la verdad?

PEPENo, señor. Era un ardid para poder entrar.

ACUSADOR¿Estaba usted en sus cinco sentidos? ¿Era usted responsable de sus actos?

PEPEEstaba un poco asustado, pero sí era responsable.

ACUSADORCuando disparó usted sobre el general Borges, ¿hubiera él tenido oportunidad de defenderse?

PEPENo, señor.

ACUSADORAcaba usted de confesar que actuó con premeditación, alevosía y ventaja.

PEPEMe doy cuenta de eso, señor.

DEFENSORMoción de orden, mi defendido está obnubilado.

JUEZ¿Está usted obnubilado?

PEPENo lo creo, señor.

JUEZSiga el interrogatorio.

ACUSADORDígame usted qué fines pretendía alcanzar cuando dio muerte de siete balazos al general Borges.

30

Page 31: EL ATENTADO

Pepe queda confundido. Hay una pausa.

PEPEYo quería... No sé, había tanta miseria... Tanta injusticia... Tanta persecución... La vida es tan difícil aquí en México... Yo quería hacer algo... Me decían trabaja, haz algo por Dios... Y yo no sabía qué hacer. Y entonces, vi un periódico... decía que un rayo mató al aviador Jesús Carranza... Se me ocurrió que quizá yo podría hacer algo...

Si lenc io .

ACUSADOR , con voz de t rueno, a l públ ico:Señores hemos oído tres testimonios de personas que vieron a este hombre asesinar al general Borges. Él mismo ha confesado su culpa, con todas las agravantes que previene la ley, y ahora no es capaz de darnos una explicación de cuál fue el motivo que lo impulsó a cometer ese asesinato. ¿Qué quiere decir esto? Que este hombre no es más que un instrumento. ¿De quién? De la Mitra. ¿Cómo llegó este hombre a ser un instrumento de la Mitra? Gracias a la influencia de esa mujer. (Señala enérg ico a la Abadesa.)

OSCURO

Se co locan e l Defensor y e l Acusador , f rente a la Abadesa y Pepe.

ABADESANada tuve que ver en el asunto. Casi no conozco al acusado.

DEFENSOR¿Qué piensa usted de él?

ABADESAEs un hombre insignificante.

ACUSADOR¿Qué piensa usted de la Abadesa?

PEPEMe ayudó mucho, es una mujer admirable.

ACUSADOR¿Lo empujó al asesinato?

PEPENo me empujó al asesinato.

ACUSADOR¿De qué medios se valió usted para insinuar al acusado que cometiera el asesinato?

ABADESANinguno que yo sepa.

ACUSADOR¿Se da cuenta de que tiene un gran poder sobre él?

ABADESATengo poder sobre mucha gente. No es culpa mía.

ACUSADOR¿Cuánto hace que lo conoce?

ABADESACerca de un año.

ACUSADOR¿Tenían relaciones sexuales?

31

Page 32: EL ATENTADO

DEFENSORMoción de orden. Pido que no se hagan insinuaciones que deterioren el buen nombre de mi defendida.

JUEZLa acusación tiene derecho de investigar.

ACUSADOR¿Tenían relaciones sexuales?

ABADESASeñor, soy Abadesa.

ACUSADOR¿Es cierto que la Mitra le dio órdenes de asesinar al general Borges?

DEFENSORMoción de orden; la acusación está haciendo suposiciones gratuitas.

JUEZLa acusación tiene derecho de hacerlas.

ACUSADORConteste mi pregunta.

ABADESALa Mitra no tiene que ver en el asunto, ni yo tampoco.

ACUSADOR¿Es cierto que un sacerdote bendijo la pistola con la que se cometió el asesinato?

DEFENSORPido que la acusación se abstenga de dar rienda suelta a su imaginación.

ACUSADORY yo pido que la defensa se abstenga de interrumpir.

DEFENSOREs usted un arbitrario.

ACUSADORY usted un tarugo.

Se abofetean e l Acusador y e l Defensor . Suenan los go lpes de l mar t i l lo . S i lenc io .

JUEZ

La acusación tiene la palabra.

ACUSADOR¿Está la Abadesa complicada en el asesinato del general Borges, o no?

PEPENo, señor.

ACUSADOR¿Por qué entonces, mencionó usted su nombre durante el interrogatorio?

PEPEPorque quería ofrecerle su coronita.

ACUSADOR¿Cuál coronita?

PEPELa del martirio.

OSCURO

32

Page 33: EL ATENTADO

Música.

LA RECAPITULACIÓN

Luz. Los personajes ocupan los lugares que tenían al principio del cuadro. El Defensor ocupa el centro del escenario.

DEFENSORDesearía yo, señoras y señores, purificar mis labios en estos momentos con los carbones de Isaías, para que no saliera de ellos nada que no sea la verdad. Estamos ante un hecho que no es un crimen vulgar como pretendiera mi ilustre colega de la acusación. Estamos ante una de aquellas tragedias esquilianas que otrora se representaran a la sombra del Partenón, la cono-cida joya del orden jónico: "un hombre sigue a otro como la sombra de su muerte." El hubris y el hibris, la catarsis, el ritmo y la peripecia: todo está allí presente. Cuando lo alcanza, lo sacrifica: el general Borges muere con la sonrisa en los labios. No estamos ante un asesino, señores, sino ante un tiranicida. He dicho.

Rechi f la . E l Defensor regresa a su lugar . E l Acusador ocupa e l cent ro de l escenar io .

ACUSADORYo no puedo, señores jurados, esconder en estos momentos el tumulto que invade mi corazón y mis pensamientos. Mi voz se ahoga en mi pecho como se ahoga la del pueblo en el pecho de todos los buenos mexicanos. Yo no sé verdaderamente cómo la defensa se ha empeñado en presentar este crimen diferente de lo que es: un crimen vulgar, un crimen gracias al cual cayó un hombre... ¿qué digo? no un hombre, sino una montaña de generaciones; de generaciones humildes cuya causa es presidida por Cristo Redentor, no ese Cristo en cuyo nombre se ha perpetrado este crimen. (Aplausos es t ruendosos. ) Yo respeto a la mujer, al sexo débil, a las damas: pero no a las hipócritas, y por eso mis palabras serán gráficas y exactas. La Abadesa aquí presente es un verdadero demonio, pero no aquel demonio de Sócrates, sino un lémur que busca el perjuicio y hace de él precepto. La Abadesa tenía trato con delincuentes, hacía conciliábulos con ellos, se entendían, se completaban, y la verdad, no creo en su santidad ni en sus virtudes. La Abadesa violaba las reglas monásticas en provecho de sus siniestros planes, y no podemos verla blanca como la Beatriz del Dante. Los asesinos del general Borges no son católicos, sino heréticos que pretenden ampararse cínicamente en la religión de Cristo. Nada puede atenuar la monstruosidad de este asesinato nefando. Pido que castiguéis a los culpables.

Aplausos, v ivas.

El tercer comodín como Miembro de l Jurado ocupa e l cent ro de l escenar io .

MIEMBRO DEL JURADOEl jurado decide que los acusados son culpables del homicidio de que se les acusa y merecen la pena de muerte.

Aplausos est ruendosos. Diana por la S in fón ica de México.

OSCURO

2

33

Page 34: EL ATENTADO

Proyecc ión: Pepe y la Abadesa, acompañados por var ios po l ic ías y func ionar ios,

suben en una " ju l ia" . Las dianas y el tumulto regocijado siguen.

Proyección: La "julia" viaja por las calles de México. Una multitud la aclama.

Aclamación fuera de escena. Siguen las dianas. Entran la Abadesa y Pepe agradeciendo la ovación, escoltados por dos de la Policía Montada.

Entra el primer actor comodín de Personaje Enlutado. Silencio.

PERSONAJE ENLUTADO , después de aclararse la garganta:El Señor Presidente de la República, en consideración al sexo de la señorita abadesa, ha de-cidido conmutarle la pena de muerte por veinte años de destierro en las Islas Marías.

Proyección: Una mujer de negro con "cloche" sobre la cubierta de un barco.

Música: Sobre las olas.

Desaparece la proyección. La Abadesa ha salido.

PERSONAJE ENLUTADOEn cambio, el asesino Pereyra será fusilado al amanecer.

Dianas, regocijo, etcétera. Pepe da las gracias.

Sale el Personaje Enlutado. Entra el segundo actor comodín de Obispo.

OBISPOSegún el derecho canónico, este hombre no es un mártir ni mucho menos, sino un asesino con atenuantes.

Dianas.

Entra un Oficial. El Obispo se va a un lado del escenario. Los dos policías se separan de Pepe y se preparan a fusilarlo.

Pepe descubre su pecho.

Los policías se echan los fusiles a la cara. El Oficial levanta la espada. Descarga. Pepe cae. Dianas. Los policías se retiran.

A PESAR DE LAS DECLARACIONESDEL OBISPO, EL PUEBLO HACE RELIQUIAS

DE LAS ROPAS DE PEPE

34

Page 35: EL ATENTADO

Entra el pueblo y hace reliquias de las ropas de Pepe. Sacan el cadáver.

Proyección: Un cortejo fúnebre interminable, y glorioso.Entra Vidal Sánchez por el lado opuesto al ocupado por e l Obispo.

VIDAL SÁNCHEZEl conflicto religioso debe terminar.

OBISPONo hay conflicto religioso que no pueda solucionar la buena voluntad de las partes.

Se abrazan Vida l Sánchez y e l Obispo.

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, DIJO CRISTO.

Dianas. Apoteos is .

TELÓN

*Editor ia l Joaquín Mort iz 1982

35