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Año 18 Edición semanal 766 • 24 al 30 de julio 2015 • ISSN: 2422-1953 • $1000 www.periodicoeldiario.com • [email protected] E n plena época de los diálogos de paz en La Habana, existen procesos que muestran que esa tan anhelada paz si es posible. Ejemplo de ello ha sido el trasegar de muchos pobladores del Occidente de Boyacá, una región que hasta hace pocos años tenía la mala fama de ser muy violenta. Es así que varios habitantes de este territorio que algún día fueron participes de la guerra ‘verde’ o de las esmeraldas, que después también ingresaron al mundo del cultivo de la coca y el procesamiento de la pasta de coca, que vino con el auge paramilitar en el país, hoy en día, con el esfuerzo de toda la comunidad para tratar de vivir en paz, han puesto en marcha inicia- tivas productivas incluyentes, que ya dejan ver sus frutos. De la mano del Estado, brindando soporte y acompañamiento, se han creado organizaciones cacaoteras que al ritmo del trabajo lento pero seguro, han sacado al mercado sus propios artículos, tal como el Chocolate Mestiza, demostrando que el emprenderismo sí es posible con la idea de hacer cambios en el entorno para mejorar la calidad de vida de las personas y quitarle combustible a los fenómenos de violencia que afectan aún a muchas poblaciones de nuestro país. Hoy los precios del cacao se han duplicado y la gente comparte en paz y fraternidad. Ver páginas 2 y 3. / Foto: Jaime Romero (OPGB) Pg. 7 Pg. 8 y 9 Pg. 4 y 5 Camper Cross por las vías del Oriente de Boyacá Osman - Cepeda: ¿será la fórmula ganadora? La zona esmeraldífera de Oriente: trabajo, belleza y tesón De la guerra a las oportunidades La bonanza del cacao

EL DIARIO. Ed 766

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Page 1: EL DIARIO. Ed 766

Año 18 Edición semanal 766 • 24 al 30 de julio 2015 • ISSN: 2422-1953 • $1000 www.periodicoeldiario.com • [email protected]

E n plena época de los diálogos de paz en La Habana, existen procesos que muestran que esa tan anhelada paz si es posible. Ejemplo de ello ha sido el trasegar de muchos pobladores del Occidente de Boyacá, una región que hasta hace pocos años tenía la mala fama de ser muy violenta. Es así que varios habitantes de este territorio que algún día fueron participes de la guerra ‘verde’ o de

las esmeraldas, que después también ingresaron al mundo del cultivo de la coca y el procesamiento de la pasta de coca, que vino con el auge paramilitar en el país, hoy en día, con el esfuerzo de toda la comunidad para tratar de vivir en paz, han puesto en marcha inicia-tivas productivas incluyentes, que ya dejan ver sus frutos. De la mano del Estado, brindando soporte y acompañamiento, se han creado organizaciones cacaoteras que al ritmo del trabajo lento pero seguro, han sacado al mercado sus propios artículos, tal como el Chocolate Mestiza, demostrando que el emprenderismo sí es posible con la idea de hacer cambios en el entorno para mejorar la calidad de vida de las personas y quitarle combustible a los fenómenos de violencia que afectan aún a muchas poblaciones de nuestro país. Hoy los precios del cacao se han duplicado y la gente comparte en paz y fraternidad. Ver páginas 2 y 3.

/ Foto: Jaime Romero (OPGB)

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Camper Cross por las vías del Oriente de Boyacá

Osman - Cepeda: ¿será la fórmula ganadora?

La zona esmeraldífera de Oriente: trabajo, belleza y tesón

De la guerra a las oportunidades

La bonanza del cacao

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P 2Edición 766EL DIARIO

El cacao, una nueva cultura de paz y buenos preciosDEPARTAMENTO

A lgún día tocaba; después de un proceso que ya va para una década, al fin a los campesi-

nos del Occidente del departamento les llega un momento distinto: con el cultivo del cacao no solo han transformado su vida y su cultura, sino que ahora están disfrutando de una relativa bonanza de buenos precios con la perspectiva de que puede durar si las condiciones de producción y oferta de calidad se man-tienen y se afianzan con la conquista de los mejores mercados.

Emociona dar buenas noticias y, me-jor todavía, si estas involucran a la gente que necesita que le vaya bien porque casi nunca han tenido una oportunidad; es lo que está pasando con los cacaote-ros del Occidente de Boyacá, quienes al cabo de una década de organización, de trabajo, de tocar muchas puertas, al fin se topan con situaciones propicias para transformar la vida de incertidumbre y violencias que tanto han padecido, en posibilidades reales de bienestar y pro-greso, a partir de afianzar la paz como el mayor logro, y hoy disfrutar de una bonanza en el precio, alrededor de 7 mil pesos el kilo, que puede recompensar en algo los años de trabajo y espera.

El primer gran beneficio: el afianza-miento de la paz y la convivencia de la base social en la región, expresión de lo cual fue el encuentro fraternal de los días 25 y 26 de julio pasados en Pauna con motivo de los primeros Juegos Regiona-les del Cacao que reunieron a 300 depor-tistas de 10 organizaciones de producto-res de ocho municipios de la provincia, en auténtica muestra de confraternidad.

¡Al fin una bonanza!

Hace diez años la desesperanza casi era irremediable: la comunidad del Oc-cidente había pasado de la guerra de las esmeraldas a la condición de cultivadora de coca, ‘raspachines’ y procesadores de pasta de coca; las consecuencias: judiciali-zaciones, campañas de erradicación, con-flicto con las autoridades y nuevas dosis de violencia fáciles de avivar desde los rescoldos de la guerra verde.

Sin embargo, un grupo de líderes re-gionales, encabezados por Juan Urbano, que eran parte de la guerra y de la nueva actividad cocalera, buscaron y aceptaron la alternativa del cacao y junto con el go-bierno nacional, organizaciones privadas y la ayuda de la misma Embajada Ame-ricana, y la vinculación decidida del go-bierno regional, con el mayor apoyo del actual mandato de Juan Carlos Granados, a través de su Secretario de Agricultura, Luis Alejandro Perea, se dieron a la tarea de consolidar el nuevo cultivo que al cabo de estos años ahora puede presentar el nacimiento de una nueva cultura.

La nueva cultura

Es a partir del cacao como se ha podido cambiar la vida de la comunidad, con formas de asociación y trabajo que jamás se habían propiciado, transfor-mando la manera de producir, de querer proteger el medio am-biente, el deseo y la forma de via-jar, de hacer negocios, de abrirse al mundo, de hacer deporte.

Y el primero en reconocerlo, porque es su protagonista, es Juan Urbano, el líder del proceso en el Occidente: “sí, es un caso muy bonito que se ha venido dando alrededor de un grupo de productores, en este caso de ca-cao, en la región. Nos propusimos cambiar una cultura y para cam-biarla, más que sembrar cacao, lo primero que teníamos que hacer era cambiar el pensamiento de las personas; nos propusimos desarmar el corazón y la mente de la gente. En una región que sufría de violencia, nos propusi-mos volverlos más productivos y nos propusimos también muy importante reincorporarlos a la vida legal, a la vida que está es-tructurada dentro de las normas y la legalidad de nuestro país”.

Juan recuerda el proceso: “éramos ilegales, éramos vio-lentos, por eso yo siempre pon-go este proceso como ejemplo, porque en Colombia fácilmente se podría hacer la paz, porque tan solo en 10 años hoy estamos ofreciendo frutos, y el trabajo es integral; aquí trabajan todos, los niños, las mujeres, los adultos”.

El dirigente, con la mejor de sus sonrisas, se refiere al resultado de los prime-ros juegos del cacao: “aquí estamos viendo hombres de más de 55 años com-pitiendo en atletismo; la cultura campesina se mantiene, el tema de la arriería, el tema de las actividades netamente campesinas, las resaltamos mucho para que el campesino retome ese orgullo de ser campesino y lo haga valer y lo haga respetar; el tema empresarial que era del que adolecía el campo lo he-mos venido involucrando muy lentamente y hoy ya tenemos campesinos que hacen cuentas, que miran ‘cuánto gasté, cuanto puedo gastar’; es un tema muy difícil en el que menos hemos avanzado pero que vamos a seguir trabajando”.

Los juegos campesinos del cacao en Pauna, suceden por primera vez; en ninguna región cacaotera en Colombia se habían realizado certámenes. Se ha-bían hecho concursos, reinados, pero nunca unos juegos deportivos; “porque entendemos que el campesino también hace deporte y es importante que lo haga, decidimos organizar este encuentro”, dice Juan.

El análisis del dirigente cacaotero toca la médula: “nos clasificaron en ese concepto de que el campesino trabaja seis días a la semana y el último día se emborracha; sin tener nada contra los que venden la cerveza, pero creemos que esa cultura del campesino que se emborracha, debe transformase en un campesino que encuentra otra forma de distracción y esa es el deporte”. Los juegos presentaron disciplinas como atletismo, basquetbol, microfútbol, tejo, minitejo y rana, además de las actividades campesinas como el concurso de arriería y el desgranado de cacao. Entre los mayores de 25 se presenció una gran participación en el microfútbol; son hombres que lo practican muy bien.

Los primeros juegos del cacao

/ Foto: Jaime Romero (OPGB)

/ Foto: Jaime Romero (OPGB)

Luis Alejandro Perea, Secretario de Agricultura de Boyacá, quien le ha dado un especial apoyo al sector cacotero del departamento.

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P 3 Edición 766 EL DIARIO

El cacao, una nueva cultura de paz y buenos precios

En el proceso de fortalecimiento regional no se ha dejado a nadie por fuera; hoy hay doce organizaciones de productores que reúnen a más de 1.200 familias que, a su vez, estuvieron participando en los juegos con una delegación de 30 participantes. La idea es institucionalizar los juegos para que cada año algún mu-nicipio del Occidente de Boyacá siga celebrando los juegos regionales del cacao.

Las organizaciones que estuvieron: San Pablo de Borbur con Asocacabo; Apro-campa de Pauna; la organización Reverdecer que son los vigías de la Serranía de las Quinchas, que está asociados a la cooperativa Reverdecer de Betania; Muzca-cao, que representa la organización de productores de cacao de Muzo; Asocan, que está en la inspección de Santa Rosa, en Maripí; la Asociación Campesina de Maripí; Aproquípama del municipio de Quípama, que representa a 160 familias de productores de cacao; Asobuencacao de Buenavista, (el municipio de Buena-vista tiene cuatro veredas que producen cacao en su parte baja); El Manantial, de Coper; Asocapaz de Maripí, del sector del Arapay; y, la Nueva Gema, que por pri-mera vez se integran a este proceso, una sociedad agrícola que está trabajando en Muzo también con cacao.

“Tal vez la vida y el esfuerzo, como es el esfuerzo de tanta gente, pues la vida empieza a sonreírnos, no solamente a los líderes, sino a todos los campesinos, que es lo importante; sembramos futuro, dice el eslogan de Asocacabo y eso fue lo que hicimos hace seis, siete, diez años”, así resume Juan Urbano la situación actual, y lo hace con el derecho que da haber liderado el proceso; hoy el Estado reconoce las organizaciones como instancias capaces de generar desarrollo a los campesinos; se aprecia, por fin, el trabajo que hacen.

Por su parte, los productores defienden sus organizaciones, tienen ese senti-miento de gratitud de querer su organización, de sentido de pertenencia hacia lo de ellos. Los cacaoteros de la región no dudan en reconocer la importancia de los recursos del Estado Central, los de la Gobernación de Boyacá, y de la misma empresa privada, en este caso la minera Texas-Colombia que se vinculó a esta primera versión de los juegos regionales del cacao. Lo propio hacen con las al-caldías que también entienden que aquí hay un proceso de desarrollo social y económico que está transformando profundamente la región.

Era la noticia que esperaba Juan y todos los productores, que los pre-cios reaccionaran, que el producto de su trabajo sea remunerado como dios manda, y eso acaba de pasar; los precios internacionales del cacao es-tán al alza y como el peso a su vez se devalúa, entonces ahora reciben un mejor precio por el kilo de producto; de la crisis de hace un año donde el

Se fortalecen las organizaciones

Tiempos buenos

Precios buenos

“Hoy le tengo noticias: la goberna-ción de Boyacá muy amablemente en una convocatoria que se hizo seleccio-nó a la fundación Red Colombia Agro-pecuaria que somos nosotros donde están las organizaciones que le men-cioné para que administren los recursos del incentivo a la asistencia técnica en Boyacá. Eso quiere decir que esta expe-riencia la vamos a compartir con 56 mu-nicipios de Boyacá, ya no vamos a ha-blar solamente de cacao, Boyacá tiene otro gran potencial en otros sectores de la economía y yo siempre digo que más que ir a enseñarles a sembrar cebolla a los de Aquitania, seguramente nos dan cátedra, pero sí les vamos a enseñar que si ellos se organizan pueden mejorar sus condiciones de vida detrás de eso irá un tema técnico, un tema científico; claro que es un tema muy importante, pero lo que tenemos que cambiar es la mentalidad de la gente, la mentalidad de pobreza por una visión mucho más amplia donde el esfuerzo nos lleva al desarrollo; no es que el Estado nos lleve al desarrollo, es el esfuerzo de nosotros que acompañado del Estado y de la empresa privada generan desarrollo y progreso”, agregó Urbano.

Ya no vamos a hablar solamente de cacao, Boyacá

tiene otro gran potencial en otros sectores

de la economía y yo siempre digo que más que ir a enseñarles a sembrar

cebolla a los de Aquitania, seguramente nos dan

cátedra, pero sí les vamos a enseñar que si ellos se

organizan pueden mejorar sus condiciones de vida.

Juan Urbano.

gobierno tuvo que asignar recursos para compensar el kilo vendido, que llegó a estar por debajo de los 4 mil pesos, esta semana, la paga en la re-gión se acerca a los 7 mil pesos. “Hay una dinámica mundial donde aumen-ta el consumo y eso va a generar que los precios se van a mantener y per-manezcan altos”, explica Juan Urbano.

“¿Qué tenemos que hacer? -se pregunta-; seguir profundizando en el mercado, seguir escudriñando en el mercado a ver dónde encontramos cada día clientes mucho más fuertes que nos permitan mantener esa bonita oportunidad que tenemos en los precios, para eso, pues, seguimos buscando cómo salir”.

El dirigente cacaotero cuenta algo que le hace pensar en que los tiempos que vienen son buenos: “tuvimos la oportunidad de ser seleccionados en un grupo de 9 campesinos que fuimos a representar a los pequeños produc-tores de Colombia en la Feria Expo Milán, en Milán (Italia), y ahí estuvo Aprocampa; estuvimos nosotros vi-viendo una experiencia maravillosa y aprendiendo muchísimo del mercado. Decirles a los campesinos que nadie se imagina en Colombia las grandes oportunidades que hay para los pe-queños productores del cacao. Y algo muy importante, que el mundo quiere apoyar a Colombia para que salgamos de los graves problemas que tenemos. Entonces lo que hay es que aprovechar las oportunidades y dejar de pensar que en los TLC todo es malo; lo mejor es que busquemos lo poquito bueno que puedan tener y de esa manera por ahí nos vamos y generamos desarrollo para nuestros pequeños productores”.

Ante este panorama el llamado es a que se fortalezcan los procesos de paz, tanto el de la región como el del país en su conjunto; sobre el tema Juan Urba-no es claro y contundente: “en Colom-bia se va a consolidar la paz, pero hay que sembrarla, esa no nace espontá-neamente, hay que cultivarla, hay que cuidarla, hay que echarle abono todos los días; esa nace del corazón de cada uno de nosotros y aquí lo estamos de-mostrando con el abrazo de más de 300 campesinos, al final de los juegos; abrazo de fraternidad, sin importar quién haya ganado o quien haya perdi-do, es un abrazo de paz, de apoyo unos a otros, eso es lo que buscamos”.

/ Foto: Hisrael Garzonroa - EL DIARIO

Juan Urbano, dirigente cacaotero del Occidente de Boyacá.

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P 4Edición 766EL DIARIO

S e dice que fue Víctor Quintero quien le dio la mano a Víctor Ca-rranza, pero que por aquello de

las malas decisiones, el segundo, luego de ser uno de los líderes entre los esmeralde-ros, se alió con grupos armados ilegales en Occidente, mientras Quintero no quiso aceptar a los paramilitares en su región, eventos que cambiarían la historia deján-dola marcada como la “guerra verde”.

Hace poco más de veinte años se firmó la paz entre el gremio esmeraldero y hoy la realidad es otra. Este es un recorrido por la zona esmeraldera de oriente donde la palabra guerra es remplazada por trabajo y un bello paisaje que acompaña a su gen-te, personas amables y solidarias con los suyos, y cálidas con los visitantes.

Son las tres de la tarde de un viernes en vísperas de San Pedro y junto a varios amigos nos está esperando Wilson, uno de los ocho hijos que tuvo don Víctor Quintero y doña Elvira Ruiz. Wilson llegó hace poco al país luego de cuatro meses de exilio, sabe que la situación no es fá-cil pero regresa con la firme convicción de mostrar la otra cara de las esmeral-das, sabe que borrar una historia marca-da con sangre no es fácil, pero tampoco imposible.

Tan pronto como estamos completos nos subimos a las camionetas destina-das para los reporteros que aceptamos la invitación para conocer una realidad desconocida en un territorio estigmati-zado por los hechos ocurridos hace años de la mano de los llamados ‘zares’ de las esmeraldas.

Aunque mucho había escuchado acer-ca de la región esmeraldera, era el Occi-dente el que se robaba toda mi atención, y no precisamente por la belleza de las pie-dras verdes que emanaban sus tierras, sino por los múltiples conflictos que cobraron las vidas de cientos de personas; pero no, no era esa la región por explorar, era la ol-vidada región del Guavio, en Cundinamar-ca y en límites con el Oriente de Boyacá la que nos esperaba.

Wilson es alto y de tez morena, se deja ver como un amante a los caballos, con gran gusto por la banda, música tradi-cional mexicana; creyente de ‘papádios’, quien asegura lo mantiene con vida; y un gran admirador de sus padres, de quienes heredó el amor por su tierra.

Aunque no ha podido establecerse en la región por las constantes amenazas que su familia ha recibido desde que aún era muy pequeño, se le siente el compro-miso con la gente y así se lo expresan cuando lo ven.

Erika SánchezCrónica

Recorrido por la zona esmeraldífera de Oriente: trabajo, belleza y tesón

El oriente nos espera, primera parada: El Guavio

Alrededor de las 10 de la noche arriba-mos a Profesionales; era en esta zona don-de jefes italianos se hospedaban cuando se realizaba la Represa del Guavio en los años ochenta. Este embalse fue construido en inmediaciones de Gachalá y Ubalá, y de allí se dota de energía buena parte del de-partamento de Cundinamarca, no obstante, esta obra dejó cerca de doscientos trabaja-dores muertos en el año 83; hoy esta zona está muy bien custodiada por el ejército y la construcción de habitaciones en Profe-sionales funciona como hotel.

Las cruces, mina esmeraldera en Gachalá

Muy temprano en la mañana y luego de un delicioso caldo de carne cerca de nuestro hospedaje, nos dirigimos a Palomas, una ve-reda de Gachalá. Allí esta una de las minas de los Quintero conocida como Las Cruces. En el camino la presencia de Wilson alegra los rostros de los propios de la zona, todos lo reconocen y saludan con una sonrisa en el rostro, muchos de ellos crecieron al lado de su padre y compartieron con su familia.

En la llegada a la mina nos reciben varias personas que cuidan, trabajan y viven de Las Cruces; guiados por ellos nos dirigimos al campo de explotación, como norma de seguridad primordial nos pusimos el casco y ya prendido el oxígeno nos sumergimos en la oscuridad del túnel. Aunque los soca-vones para esmeraldas no son peligrosos como los de carbón por la acumulación de gases, si es necesario trabajar con oxígeno por la profundidad a la que cavan.

Esta es una zona húmeda y el piso aden-tro del socavón esta encharcado todo el tiempo, por lo que son indispensables las botas de caucho. El túnel debe tener un

metro de ancho y uno y medio de alto en algunos tramos, por lo que la mayoría de los que ingresamos debemos caminar encogidos.

Los mineros saben bien el terreno que trabajan, conocen como la pal-ma de su mano cada característica de la tierra y saben cuándo puede ‘pintar’ la esmeralda, pero para que eso suceda deben cavar y cavar hasta encontrar, en lo que puede pasar demasiado tiempo sin hallar la piedra.

/ Foto: Archivo particular

/ Foto: Archivo particular

/ Foto: Archivo particular

En Oriente, la época de mitad de año es una de las más frías; permanece una constante neblina sobre sus montañas.

Mina Las Cruces, en la vereda Palomas de Gachalá.

El trabajo en las minas de esmeraldas de la región del Oriente de Boyacá.

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P 5 Edición 766 EL DIARIO

Después de varias horas de recorrido por difíciles caminos de acceso en los que es necesario usar Toyotas y camiones ade-cuados para el terreno, visualizamos Bue-navista, una extensa mina en Ubalá donde laboran alrededor de veinte mineros.

Arribamos al campamento y a la vista hombres regresando de su labor en los so-cavones, mujeres preparando la merienda, y niños correteando por el patio. Toda una familia, esa era la sensación, aunque cada uno tiene su tramo para explorar y nadie toca lo de nadie, a la hora de regreso todos son amigos, comen y charlan de su día en la difícil tarea de buscar una esmeralda.

Uno que otro deja ver alguna de sus ad-quisiciones, y ninguno oculta su gran anhe-lo de ‘enguacarse’, porque sí, esa sería la me-jor recompensa a toda una vida de labores. Y aunque a muchos no les gustaría que a sus hijos les tocara pasar por tanto sacrifi-cio en esa búsqueda infinita, algunos de los jóvenes ya están enamorados de su tierra y ni sus estudios superiores, que no están exactamente relacionados con el oficio de sus padres, les impide volver para quedarse y aprender el quehacer heredado.

Un baño, ropa limpia y camino a las fiestas en Santa Rosa de Ubalá

Ya caída la noche, después de un largo día de excavar, los mineros están listos para bajar al pequeño caserío en el que se reali-zan las fiestas populares. Todos a bordo de los carros y rumbo al pueblo, sin embargo el recorrido no es fácil, el fuerte invierno que

Nuestro último destino antes de volver a casa es Somon-doco, la tierra que vio nacer al llamado patriarca de las esme-raldas, Víctor Quintero. Esta población minera por excelen-cia, está ubicada en una montaña desde donde se visualiza Guateque y Sutatenza, es fascinante el paisaje que permite disfrutar. Wilson destaca que es el único municipio donde el pesebre está exhibido todo el año, y así es, resalta en la parte más alta del pueblo, en una especie de mirador.

Mientras disfrutamos de los tradicionales chicharrones de cuajada somondocanos en el parque principal, los propios, sentados plácidamente en varios grupos de amigos y familia, con bebida en mano comparten una amena charla y tararean la música de ambiente que se complementa con la sobria ar-quitectura de sus casas.

No muy lejos del casco urbano se encuentra una zona de pescaderías, según nos comenta Wilson es muy famosa y apetecida por vecinos del sector quienes llegan cada fin de semana a almorzar en familia. Y verlo es mejor que imagi-narlo; ‘Los Lagos’ recibe a sus comensales con un hermoso paisaje, en los que varios lagos pasan de criaderos de peces a entretención visual de los turistas; según el señor Sánchez, dueño del lugar, fueron alrededor de cuarenta años los que se necesitaron para lograr construirlo.

Si hay algo de lo que logramos convencernos en este viaje es que, como dicen los abuelos, el tigre no es como lo pintan; mucho se dice de la zona y de los estigmatizados esmeralde-ros, pero antes que mineros son personas trabajadoras, em-prendedoras y soñadoras, que a pesar de las dificultades que presentan, a los riesgos a los que se exponen en su oficio y hasta la invisibilidad ante los gobiernos que no les permiten tener al menos vías accesibles, ellos siguen ahí firmes en su labor y siempre con una sonrisa en el rostro.

Recorrido por la zona esmeraldífera de Oriente: trabajo, belleza y tesón

Buenavista, fuente de trabajo en Ubalá

Somondoco, el cierre de un recorrido verde con sabor a chicharrón de cuajada

Narra don Nacho que en el territorio

del Oriente de Boyacá se está creando una

asociación de mineros, donde se logren

generar estrategias para la equidad y desarrollo

de la región, permitiendo que se les reconozca como

trabajadores legales y honrados, y se deje de lado la

estigmatización del oficio.

Luego de un delicioso asado que muy amable-mente nos ofrecieron los habitantes de Palomas, seguimos nuestro recorrido ahora hacia Ubalá, y mientras viajamos por caminos angostos, vegetación espesa y constantes lluvias, Wilson continua narrán-donos como su papá, Víctor Quintero, ha tratado de ayudar a la gente de la región principalmente con la donación de terrenos para la construcción de co-legios o caseríos, como el que pasamos en Palomas, y en donde muchos niños de la vereda han podido acceder a su educación básica y familias han podido construir sus viviendas. También menciona algo acer-ca de una estrategia turística que quiere implementar en la región con el lema “Verde, verde”, refiriéndose al medio ambiente y a que son piedras que no están manchas de sangre, como muchos lo creen.

Pero el tema va más allá como menciona don Nacho, uno de los trabajadores de las minas, pues si bien trabajan y viven en ellas como es natural de su cultura y economía, el buscar esmeralda no es el úni-co oficio al que se dedican estas personas, también se dedican al cultivo de diferentes especias, por lo que se denominan agromineros.

por esta época se vive en la región no solo deja bajas tem-peraturas sino caminos convertidos en trochas que con gran esfuerzo suben las 4x4, algunos de los carros no consiguen ascender y deben devolverse para tomar otro camino más largo. El ambiente está listo para la ocasión así que la música no puede faltar, “El maguey” suena una y otra vez por un des-perfecto en el radio de la Toyota en la que voy, hasta el más pequeño canta a todo pulmón las letras de ‘Chente’.

Varios contratiempos pero ahí estamos, en Santa Rosa de Ubalá, suenan varios grupos musicales creados en la zona y el párroco se acerca al micrófono para presentar a dos reinas que se encargaran de reunir recursos para arreglar los techos de la casa cural, la idea de la actividad es que por medio de una especie de subasta los presentes ofrezcan dinero para poder bailar una pieza con las soberanas.

El público se anima cuando bailan las reinas, y entre cerveza y uno que otro ‘guarito’ la pista de baile en la que se convierte el coliseo ubicado en el centro de la población está lleno de pa-rejas disfrutando al son de la carranga, el merengue y la música popular con la que amanecemos propios y forasteros.

En la mañana del domingo todos vamos de vuelta a la mina; entre una y otra entrevista Wilson escucha a los mineros de Buenavista mientras caminan por el basto terreno cubierto por espesa neblina, y arreglan uno que otro detalle que nece-sitan para explotar en la mina. A los forasteros nos advierten de andar con cuidado en el terreno pues no es de extrañar que aparezca una ‘taya X’, más de un minero se ha encontrado con este peligroso tipo de serpiente, pero para mí fortuna y creo que la de más de uno, no vimos nada al respecto.

/ Foto: Archivo particular

Panorámica desde la iglesia de Somondoco (Boy.), desde donde se pueden observar los municipios de Guateque y Sutatenza.

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P 6Edición 766EL DIARIO

Duitama celebró 196 años y cerró con broche de oro la Semana CulturalCULTURA

C on un acto proto-colario en la Plaza de los Libertadores,

con motivo de las efeméri-des de Duitama y la clausura de la 34° Semana Internacio-nal de la Cultura Bolivariana y de los Países Hermanos, se expuso la riqueza cultural que posee la ciudad.

Desde muy temprano, las instituciones educativas, las secretarias de despacho de la Administración Municipal, la Defensa Civil, la Policía Na-cional, el Ejército, los grupos de artistas de Duitama e in-vitados especiales, iniciaron los preparativos para la cele-bración de los 196 años de la ‘Perla de Boyacá’ y la clausura de la Semana Internacional de la Cultura Bolivariana y de los Países Hermanos.

Dicho evento fue la suma de nueve días de actividad cultural enmarcados en un am-biente histórico por las celebraciones que se realizan durante la programación del festival. Culturama y la Administración Municipal, su-pieron aunar esfuerzos e integrar ideas para

desarrollar acciones que consoliden la dinámica social y cultural por la que han trabajado un importante número de personas que creen que la cultura es, sin lugar a dudas, un aporte importante para el progreso de una ciudad como Duitama.

Las representaciones artísticas, conversatorios, talleres, foros, etc., han permitido que se creen espacios para que los ciudadanos establezcan puntos de encuentro con la posibilidad de tener otras visiones de la vida, por medio del arte y actividades como las que se vivieron en esta semana, brindando la oportunidad de conocer otras culturas con lazos de amistad a partir del conocimiento y las alternativas sociales, que solo se pueden vivir con la mente abierta.

Con este encuentro, la ciudad industrial del Departamento ha aprovecha-do la creatividad, los procesos culturales que se han construido y los que se continuarán construyendo con el Plan Decenal de Cultura, con el propósito de garantizar a las futuras generaciones más y mejores formas de vivir en sociedad, sin perder su identidad pero dispuestos siempre a estar abiertos al conocimiento y a los nuevos retos que marcan los tiempos.

De esta forma, tanto la Administración Municipal, como el organizador Culturama, han hecho posible que por medio del arte se pueda pensar en un mundo mejor, con una sociedad renovada. Así mismo se espera que los esfuerzos de este año sean fundamento para el próximo, para que la sema-na de la cultura sin fronteras siga en la ruta del crecimiento, sirviendo como ejemplo del progreso en Boyacá.

/ Foto:Archivo- EL DIARIO

En el evento de cierre de la Semana Internacional de la Cultura, que coincidió con la celebración de los 196 años de fundación de Duitama, las autoridades locales se hicieron presentes para expresar que por medio del arte sí se puede pensar en un mundo mejor, con una sociedad renovada.

/ Foto:Archivo- EL DIARIO

Representaciones artísticas, conversatorios, talleres y foros hicieron parte de las actividades de la Semana Internacional de la Cultura Bolivariana y de los Países Hermanos, y cuyo preámbulo fue vivido en familia por los duitamenses.

Page 7: EL DIARIO. Ed 766

P 7 Edición 766 EL DIARIO

Camper Cross por las vías del Oriente de BoyacáDEPARTAMENTO

E sto podría significar una actividad recreativa de fin de semana, pero en realidad es el diario vivir para quienes

transitan entre Tibaná, Jenesano y Garagoa.

Un recorrido desde Tunja a Garagoa que bien podría durar máximo 2 horas, se convierte per-fectamente en un viacrucis para quienes deci-den visitar el Oriente de Boyacá. Pasando Tiba-ná, se puede encontrar no solo con trancones de hasta 20 minutos, también puede convertirse en un gran dolor de cabeza si su vehículo no tiene doble tracción o es resistente a la trocha. Así es la vía por la que se transita.

Basado en la experiencia propia del viaje, se puede decir que la realidad no concuerda con el informe entregado por el titular de Infraestruc-tura Pública de la Gobernación, Kelvin Octavio Robles López, ante la Asamblea Departamental, el pasado miércoles 29 de julio.

En realidad, el recorrido de Tibaná a Garagoa, se puede convertir fácilmente en 4 horas, como se pudo constatar. Las lluvias constantes en la región hacen más complicada la vía. No solo los vehículos tienen problemas, algunas personas que recorrían parte de los tramos, se quedaban enterradas en el lodazal y difícilmente podían hacer recorrido con ganado.

Lodo, huecos en donde perfectamente cabe un carro, trozos de vía que desaparecen en los abismos, señalizaciones que no existen en gran parte del recorrido, problemas sociales y econó-micos que se generalizan y van creciendo en la medida que la gente tiene dificultad para viajar o transportarse, son algunas de las sorpresas con las cuales uno se puede encontrar. Por otra parte, podemos declarar a las empresas de transporte como verdaderos héroes, por mantener las rutas constantes en este inhóspito recorrido.

El trabajo que se hace por parte de los contra-tistas que están rehabilitando la esta vía no está nada fácil. Los constantes derrumbes dificultan la ejecución y los presupuestos asignados cada día quedan más cortos.

Pero el problema no se presenta solo en el día; en la noche se agudiza con atracos que se han presentado en este sector y quienes viven en los municipios afectados y sus alrededores, presentan grandes problemas para mejorar su calidad de vida. Finalmente queda la impotencia de la gente para encontrar soluciones.

Esta es la panorámica del estado de la vía que comunica a Tibaná con Garagoa, en donde el lodo, los derrumbes, los megahuecos y la pérdida de la calzada en algunos tramos, son el pan de cada día para los viajeros y conductores, y que hacen del recorrido una verdadera prueba de ‘Camper Cross’./ Foto:Archivo- EL DIARIO

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P 8Edición 766EL DIARIO

Osman Roa, la consolidación de un procesoPOLiTiCA

H echo el camino de pedir a los boyacenses el primer voto de confianza, el cual

se plasmó en las más de 140 mil fir-mas válidas presentadas ante la Re-gistraduría, y de lograr los avales de Cambio Radical y ASI, la candidatura de Osman Roa Sarmiento se conso-lida para encarar la recta final con destino al 25 de octubre, cumpliendo una estrategia que, según la dirección de la campaña, pretende convocar la voluntad de todos los boyacenses, por encima de las divisas partidistas e ideológicas, para hacer realidad el espíritu del eslogan de la campaña: “Boyacá nos une”.

Y es en torno al concepto de uni-dad, dice el candidato, partiendo de lo que significa el departamento como territorio y como protagonis-ta de la historia, que los objetivos se están convirtiendo en realidad con la confluencia de diversos sectores polí-ticos y de opinión que se han venido sumando en las dos últimas semanas, desde todos los puntos cardinales del departamento, lo cual se presenta como la carta de garantía para hacer de la unión la fuerza ganadora en las próximas elecciones.

El mapa político alrededor de Os-man Roa a estas alturas de la campa-ña amplía sus límites a todos los par-tidos y movimientos: desde el Partido Conservador es claro que los sectores cercanos a Humphrey Roa, hermano del candidato, estarán en la campaña, lo cual quedó reforzado con la llegada de Gustavo Puentes, líder del partido en las Provincias de Sugamuxi, Tunda-ma y Valderrama; desde el campo del partido de La U, se asegura la presen-cia de Cristóbal Rodríguez y de Luis Guillermo Barrera que, sumados, son la principal fuerza al interior de ese partido. Así como el ex diputado Joa-quín Prieto, líder de los agricultores en la provincia centro, quien acaba de re-nunciar a la curul de la Asamblea para estar de lleno al lado de este proyecto.

Entre tanto, desde el Partido Libe-ral, lo que se acaba de dar este 29 de julio con la renuncia de Carlos Julio Velandia a la curul de la Asamblea para integrarse a la campaña de Os-man Roa, es una muestra de la uni-dad de la que se predica y de la cual se quiere hacer eco en cada rincón de Boyacá.

Velandia, junto con su hermano, manejan parte del Partido Liberal en Boyacá, toda vez que fueron las prin-cipales votaciones de Cámara y Se-nado de esa colectividad en las elec-ciones de 2014; se dice que también desde las toldas liberales estaría en esta campaña el diputado John Roa, que se suma a los liberales indepen-dientes que, desde antes, ya estaban llegando con, Francisco Junco y Ar-mando Guerrero, entre otros.

Roa Sarmiento hace otra apuesta y es por la familia, para lo cual pone de presente su propio caso donde el principal apoyo para manejar esta campaña lo tiene en su esposa y su hijo Osman, quien ya fue una de las votaciones más importantes a la Asamblea, hace cuatro años; esto demuestra la unidad fami-liar que, afirma, lo extenderá al concepto de que Boyacá es una gran familia.

La familia

Y seguramente, el hecho más importante estaría en la fortaleza que hoy exhibe la lista a la Asamblea por el partido principal que avala la Candidatura de Roa; en esta lista estarían los mejores resultados el 25 de octubre con una vo-tación que se calcula por encima de los 100 mil votos, los cuales, según la campaña, se corres-ponderían al cien por ciento con Roa Sarmiento.

En cuanto a otras fuerzas que acompañan a Roa Sarmiento, vale destacar la vinculación de sec-tores minoritarios que pueden ser decisivos a la hora de inclinar la balanza el día de las elecciones.

Así las cosas, en este momento de arranque de campaña se podría decir que, formalmente, Osman Roa contaría con el mayor número de adhesiones de distintos sectores que, esperan, les permita ganar la contienda electoral por el Palacio de la Torre.

En cuanto a las propuestas principales, Roa Sarmiento dice apostarle a la educación, la salud, la infraestructura, pero sobre todo la unidad en-tre los boyacenses y el trabajo en equipo, por lo cual quiere representar a la mayoría boyacense desde la administración departamental.

En cuanto a la infraestructura, el candidato dice que no se debe mandar maquinaria a las provincias para hacer unos kilómetros de carre-teras, sino combos de maquinaria para que entre todos los municipios dupliquen los resultados esperados, con base en un trabajo visible a par-tir de la unión de las comunidades; este modelo dice que lo extenderá a todas las actividades que requieran la acción conjunta de la comunidad. Otro aspecto importante en cuanto a la infraes-tructura que destaca el candidato es que una vez a cargo, se dedicará a terminar todas las obras inconclusas en el departamento.

Otra de las grandes apuestas del candidato, como ex rector de la UPTC, es el fortalecimien-to de los programas de formación nocturna en la Universidad Pública para que, como le suce-dió a él, miles de jóvenes puedan trabajar y ca-pacitarse; otro objetivo será la recuperación del campo y la agricultura. En cuanto a la Salud, su propuesta es la recuperación de las 42 ESE del departamento.

Explica también el candidato que en cuanto a las empresas del grupo familiar, estas han quedado en manos de sus otros dos hijos: Carolina, una abogada de 24 años, y Oscar Mauricio, también abogado, de 27 años, que tendrán a su cargo el manejo de todas las actividades gerenciales del patrimonio familiar.

Una de las características de la actividad empresarial de Osman Roa es la adquisición de áreas de páramo, tal como sucede en Mamapacha, en jurisdicción de los municipios de Chinavita, su patria chica, y Garagoa, que es considerada una de las áreas de páramo mejor conservadas de Colombia.

Finalmente, Osman Roa dice que: “No tengo ningún problema con los docentes, jamás he tenido sanción alguna, es posible que hayan quejas, lo anormal era que no existieran; he llevado más de 200 mil procesos en mis 35 años de ejercicio, como defensor de los intereses de los docentes. En la Costa me reconocen más que en Boyacá; por ejemplo, en la costa la gente dice que el éxito de los procesos que he llevado se ve en que ellos han logrado las primas que llevaban luchando hace tiempo, las cuales han bautizado como las primas Roa”.

El manejo de sus empresas

/ Foto: Hisrael Garzonroa - EL DIARIO

/ Foto: Hisrael Garzonroa - EL DIARIO

Osman Roa, en el acto de entrega del aval por parte de Cambio Radical y ASI, para aspirar a la Gobernación de Boyacá en las elecciones del próximo 25 de octubre.

Osman Roa, en compañía de quien es el gran jefe de la campaña, su hijo Osman, quien ya fue una de las votaciones más importantes a la Asamblea, hace cuatro años.

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P 9 Edición 766 EL DIARIO

Pablo Cepeda, con el respaldo de 34 mil firmas y dos avalesPOLiTiCA

O ficializada la candidatura bajo los avales de Cambio Radical y Opción Ciudadana, Pablo Cepe-

da emprende la carrera definitiva hacia la alcaldía de Tunja, consolidado como el candidato fuerte de la opinión y de di-versos sectores de la ciudadanía capita-lina, razón por la cual estos dos partidos políticos han otorgado los respectivos respaldos e, igualmente, conforme ha ido avanzando la campaña, otros más han manifestado su intención de apoyo.

Cepeda resalta que es una persona que ha desarrollado su vida en Tunja; la ha vivi-do como ciudadano, estudiante, profesio-nal, docente, esposo y padre de familia, con una trayectoria sin tacha, algo difícil de en-contrar en los políticos de hoy. Esposo des-de hace diez años de Ana Isabel Hernández Arias y padre de Luis Felipe y Pablo José.

Indistintamente de estar vinculado a lo público o a lo privado, siempre ha sos-tenido su interés por lograr una ciudad mejor, preocupado por su desarrollo y el bienestar de sus habitantes. En resumen, una hoja de vida limpia y una intención genuina por generar el bienestar común.

Puntos críticos a atenderMovilidad

Seguridad

Cultura

Educación

Salud

Protección ambiental

Transparencia

Eiminar nudos de tránsito, mejorar las conexiones oriente - occidente; mantenimiento preventivo, estimular el uso del transporte público y transporte alternativo y para ello, la construcción de ciclorrutas.

Estimular el protagonismo de lo ciudadano, para ser más eficientes en las emergencias, presencia de la fuerza pública y coordinación de la red de seguridad disponible.

Mayor número y mejores escenarios y fomentar la formación de microempresas culturales para aprovechar el potencial artístico que tiene nuestra ciudad.

Ya tenemos cobertura, ahora la meta es mejorar nuestro promedio en la calidad.

Énfasis en la prevención y estímulo a los estilos de vida saludables, a la par del mejoramiento, eficacia y ampliación de los servicios de la ESE Santiago de Tunja.

La protección inmediata de la reserva del Malmo, a la par de convertirlo en fuente empleo y punto de referencia turístico ambiental; mayor veeduría sobre el desarrollo de proyectos arquitectónicos en zonas que deben ser protegidas.

Eficiencia y respeto por lo público.

Pablo Emilio Cepeda Novoa, de 53 años, abogado de profesión, tiene como priori-dades la calidad de la educación tunjana, recomponer la descuidada cultura ciuda-dana y la sana convivencia entre los tun-janos; la urgente protección ambiental y del patrimonio a la par de impulsar a la ciudad como generadora de empleo en el área de servicios, a lo que le apunta como eje de desarrollo del corredor empresarial de Boyacá (Tunja-Duitama-Sogamoso), proyectándola como ciudad eje, sin des-cuidar el trabajo social en aspectos como la salud, la movilidad y el deporte.

De igual manera es un convencido de continuar los avances sociales de tipo in-tangible en los que Tunja ha dado pasos agigantados y ha sido ejemplo a nivel nacional, como las políticas de primera infancia, la equidad de género y la comu-nidad LGBTI.

El planteamiento de Cepeda Novoa y su labor misional como alcalde está re-sumido en su eslogan ‘Tunja en equipo’ y parte del fundamento en que a una ciu-dad la gobierna un equipo de personas que, por supuesto, se espera sea el mejor y más competente, para lo cual garantiza la escogencia de hojas de vida de compro-bada capacidad y trayectoria como parte del grupo de gobierno de la ciudad.

“Se ha insistido mucho en que los miembros de este equipo compartan la visión de Tunja como ciudad proyectada en el desarrollo a partir del conocimiento y las competencias, y equiparar el posiciona-miento como ciudad universitaria al terre-no de la gestión empresarial y el desarrollo regional”, expresa Cepeda.

Es justamente esta cifra la que lo consolida en el presente

Invito a todos los tunjanos a

que asuman su responsabilidad, se

sumen con su voto y compartamos el deseo de

sacar adelante a la ciudad, en Equipo”:Pablo Cepeda

Como alcalde, Cepeda dice ser consciente de que asume una realidad financiera deli-cada, por cuanto no tendrá absoluta libertad para proponer sin antes proyectar, basado en cifras reales que además, vayan en concordan-cia con el Plan Nacional de Desarrollo, razón por la cual asume una meta autoimpuesta de gestionar recursos externos para alimentar las finanzas que sustentarán los grandes pro-yectos que se decidan en su administración.

/ Foto: Hisrael Garzonroa - EL DIARIO

/ Foto:Archivo- EL DIARIO

Gobernación y Alcaldía con Osman Roa, Pablo Cepeda y un gran equipo.

Inscripción de la candidatura y obtención del aval, acompañado de su esposa e hijos. Tunja es ahora su gran familia.

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P 11 Edición 766 EL DIARIOOpinión

En sus marcas, listos.... Por: Kevincho

Cartas del Lector¿Puede la mayoría decidir mal?

J osé Ortega y Gasset decía: “... Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser elimi-nado. Todo el mundo era la unidad compleja de masa y minorías especiales. Ahora todo el

mundo es masa...”

Podemos desglosar tan sublime pensamiento…

Si al pueblo se le reúne como sujeto de la democra-cia tal vez la palabra masa sobraría; si al pueblo se le reúne como masa, entonces, podríamos preguntarnos: ¿a qué hace referencia la palabra masa?

Hay personas que pueden ser eliminadas sin ser desaparecidas físicamente, pueden ser excluidas, eli-minadas sin saberlo. Cuando un discurso se dirige del que lo expone hacia el que lo escucha y el que lo escu-cha no sabe o no entiende a qué se refiere el discurso, se podría comenzar a entender la palabra masa.

Cuando en los tiempos (si en realidad existieron esos tiempos), en que se educaba para comprender esos discursos se hablaba de la palabra masa como conjunto capaz de decidir y elegir con autonomía, o sea, plenamente consciente de elegir, y libre, es decir, plenamente consciente de su responsabilidad de deci-dir, los discursos eran bien comprendidos, y la palabra masa se percibía como sociedad, como conjunto pen-sante, consecuente con sus decisiones y elecciones.

En consecuencia, los que escuchaban los discursos y en concreto los “políticos”, en épocas de políticos, sabían a qué hacían referencia esas oratorias y de esa

manera existían buenas formas de representación, donde la voluntad general era representada.

Cuando una persona llamada político se sitúa por encima de sus oyentes, de su pueblo, se convierte en un demagogo y esta es la degradación de la política. La demagogia ha sido unos de los grandes males de esta época, porque convence con argumentos falaces o fal-sos para conseguir un voto, por tanto, trata a su pueblo como masa, pero una masa amorfa que no conoce, ni se sabe a sí misma.

Esto es, un pueblo fácil de manipular y de conven-cer, y es así que llega el momento justo que los candi-datos hacen creer que su masa es importante, es digna; luego, llegan las promesas de cambio sin desconocer que no se puede innovar, se engaña.

Más triste es que la masa no despierte y aun así se continúe el ciclo. A la pregunta: ¿puede la mayoría decidir mal?... Respuesta: El reto es construir el sujeto de la democracia, no como masa no educada para ello, sino como una comunidad conviviente y dialogante.

Para tal fin es necesario tener educación, entendida en el sentido de ser capaz de pensar autónomamente, libre y consciente, pues la democracia se debe cons-truir desde el pueblo como una comunidad pensante.

Señoras (es) candidatos: traten al pueblo como con-junto pensante, no como masa amorfa.

Nilson Vargas. Magister en Filosofía del derecho y teoría jurídica.

Con el lema “Llegó el momento del campo”, este medio día, el dirigente campesino César

Pachón procedió a inscribir su candidatura a la Gobernación de Boyacá por el movimiento Mais,

Movimiento Alternativo Indígena y Social. Esto opinan nuestros #LectoresaDIARIO:

César Pachón en la contienda por la gobernación

#RedesaDIARIO

* EL DIARIO no se hace responsable de los contenidos publi-cados en esta sección. [email protected]

@ginecocafo@ELDIARIOBOYACA @CesarPachonAgro lo veo con todo el voto de opinión a su favor, la pelea va

a ser contra las maquinarias políticas.

Dignidad Uptcista. Preferimos a CÉSAR PACHÓN, que de verdad le ha tocado comer miércoles en el campo que a CARLOS AMAYA que sólo se

pone la ruana como uniforme de campaña.

Erikita Alarcón. A vender el campo, como lo hizo durante el paro agrario del 2013.

Lee Santamaria. Es mejor apoyar a César Pachón. Que apoyar a la rosca de siempre. Corruptos indignos.

Visite www.periodicoeldiario.com y participe en nuestra encuesta semanal. Su opinión nos interesa

EncuestaAclarándose el panorama político, cree Ud. que

la disputa por la Gobernación de Boyacá:

Jossé Mauricio Hernández Arias. Qué lástima que la gente termine por dejar de lado los buenos ideales para cambiarse a algo que sólo podrá traer beneficios personales, una sola golondrina no trae la lluvia....

Jorge Armando. Esto se llama hacer campaña para en tres años aspirar al congreso... Sencillo.

Lady Merchán Cifuentes. Para los que decían que el paro no era para hacer politiquería... Se aprovecho de la mala situación de los campesinos... #estoescolombia

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P 12Edición 766EL DIARIO Opinión

N uestra sociedad ruidosa y multi-tudinaria como es, tendría mu-cho que aprender de los hom-

bres que en la historia supieron acogerse al silencio, para familiarizarse con él: supieron amar el silencio como virtud.

Uno de esos silenciosos fue San Bruno, el fundador de los cartujos. Nuestra época es de mucho ruido, de harta algarabía. Entonces nos conviene vivir de silenciosos.

“El silencio es oro y la palabra plata”, leímos algunas veces en las páginas de un libro. Este adagio, aunque ya muy conocido, expresa y muy bien que el silencio puede llegar a tener su superioridad frente a la palabra. Si…, el si-lencio puede ser palabra de oro y la planta de una palabra puede suceder que nazca del oro del silencio.

Nuestra época se halla muy afectada por el ruido; es época que en cierto modo resulta en-sordecedora, época que carece de armonía, de silencios, de sonidos capaces de exaltar el es-píritu, de llevarlo a un clima de contemplación.

Nuestra época resulta pobre de palabras. ¿Qué importante que sea rica de voces? Se advierte la necesidad de espacios de re-flexión, de meditación, de recogimiento. Vivi-mos dispersos en mil cosas accidentales. Todo día de trabajo nos resulta no más que como una jornada existencializada.

¿Tenemos acaso un solo instante para lo esencial, para situarnos ante sí mismos con ánimo de renovarnos interiormente? No. So-mos seres absorbidos por toda una agenda de compromisos. Estamos perdiendo el senti-do de la existencia esencializada, el gusto por

Editorial El silencio es el padre de la libertad

Una vez más el proceso engañoso de gestión proselitista,Para elegir concejales, alcaldes y también gobernadores,Simula demostrar que el campo es buen protagonista,Y nos ofrecen con descaro, que vendrán tiempos mejores.

Con el abrazo de judas y alzando hasta el niño más pequeño,Llegan a nuestras casas en bandadas, de gran algarabía,Brindando almuerzos y cerveza con fervor y gran empeño,Con la más solapada y clara muestra de vil hipocresía.

Que maldita costumbre de mostrar y vender las ilusiones,Engañando siempre sin piedad al agricultor en su camino,En el que nunca participa al tomar las decisiones.

Porque los políticos disque ya tienen definido su destino;Ojalá que algún día reconozcan con vergüenza las razones,Por las cuales lucha con honor el honesto campesino.

Una vez más el campo es protagonistaDarío Alvarez MorantesDirigente Gremial A veces nos pregun-

tamos cómo pue-den existir tantas

personas capaces de perderse en delibe-raciones acerca de otras personas. Piensan más en los demás que en sí mismas.

¡Pero si pensaran en los demás con áni-mo de servir! Lo malo es que se pierden en una curiosidad sin sentido.

¿Qué no saben de los demás? Averiguan que comen, a donde van, como piensan; sa-ben qué es lo que tienen, de que carecen; saben quién los mira mal, quién los mira bien, quién los trata, quien no los trata.

Preguntan aquí, preguntan allí. Recogen chismes acá y allá. Hablan sin fundamen-tos. Van lanzando conceptos sin analizar-los. Dicen que fulano, si tiene algo, si tiene con que vivir, fue porque tuvo la fortuna de una herencia. Dicen que sutano, si no tiene nada es porque en tal o cual circunstancia despilfarró. Afirman que el vecino se ve amenazado porque la mujer hablas más de lo mandado.

En fin, ¿qué no saben de los demás, qué no se proponen averiguar, de qué no están pendientes cuando se trata de vidas ajenas?

Pobrecitas estas personas. Son dignas de lástima. Dignas de compasión porque

Parásitos de la sociedad los que viven pendientes de vidas ajenas

ReflexionesTeófilo de la RocaEl escribano del desierto

nada saben de sí mismas. Se desconocen como personas. No son capaces de interro-garse, de darse cuenta de sus propios fallos; no llegan a advertir que su actitud de vida revela toda una enfermedad, toda una com-plejidad de males.

Qué mal peor que vivir pendientes no más que del mundo exterior, de los veci-nos, de los conocidos; pendientes de cómo viven, cómo hablan, cómo caminan, cómo visten, cómo los miran, cómo los tratan, de que son dignos y de que son indignos, si son simpáticos o antipáticos, si salen o no salen, si tienen estufa de gas o apenas un fogón rudimentario, si les va bien en los negocios o si no saben hacer un negocio, si la hija se va a casar o si se va quedar soltera o si es una hija que como va quien sabe dónde ter-mine; que si los otros hijos viven sean con frecuencia o no, qué si les traen plata a los papas o si apenas vienen por visitarlos; que si esos hijos están bien o están mal, que si la señora del mayor de ellos vive todavía con él o lo dejó; que si el hijo menor todavía es vago, que si a la empleada del servicio solo le pagan la mitad del mínimo.

Estas personas curiosas, chismosas, todo lo saben, nada lo ignoran. ¿Por qué no se de-dicarán a vivir su vida en vez de estar pen-dientes de otras vidas? Enfermedades de la mente; esa mente que si no la cuidamos nos convierte en seres indeseables.

Cuidémonos porque las curiosidades malsanas, los recelos, las envidias, son enfer-medades; y que desgastan tanto como las enfermedades físicas.

la palabra eficaz, por el silencio regenerador, fructífero.

Solo en ambiente de silencio la naturaleza hace sus grandes revelaciones al hombre. Pense-mos en el silencio de que se ve rodeado el inven-tor o el investigador o el hombre de análisis pro-fundo. Nuestros propósitos resultan más sólidos cuando han partido de un ambiente de silencio, de una actitud de reflexión.

Somos más felices en la vida cuando nos hemos familiarizado con esa soledad que es to-nificante, cuando hemos sabido declararnos en retiro. Cuando hemos huido siquiera momentá-neamente de la feria del mundo.

El silencio es el padre de la libertad; en el si-lencio el hombre se capacita para hacerse due-ño de sí mismo, autónomo. El silencio nos hace hombres fuera de serie.

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P 13 Edición 766 EL DIARIOOpinión

www.periodicoeldiario.com • Transv. 4 Nº 46 - 53, Tunja, Boyacá • Teléfonos: 747 2650 • [email protected] DIARIOFotografíaHisrael [email protected]

Editor Miguel Ángel Montañez [email protected]

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Cofundador - DirectorJulio César Peña SuarezDirector General Pedro Esaú Mendieta [email protected] [email protected]

Director CreativoKevin [email protected]

El IguaqueñoTarcicio Cuervo

E xplotar oro, esmeraldas y coltán en Colombia se hace de forma ilegal, pero las nor-

mas y/o leyes del Estado dicen que se debe tener: “título minero otorgado

por el Estado y una licencia ambiental del Ministerio del Medio Ambiente”.

El cultivo de coca, para nuestros pueblos ancestra-les, era y sigue siendo la planta sagrada; los gringos la satanizaron y la volvieron ilegal.

Los cultivos de cáñamo que estableció el presiden-te Mariano Ospina Pérez –el cual importó las semillas y las plantó en las tierras del Valle del Cauca- donde resultó hacer la “CANNABIS SATIVA” o comúnmente lla-mada marihuana, el gringo también la satanizó y hoy la considera ilegal.

Lo paradójico es que de labios para afuera la conside-ran como barbitúrico, pero de labios para dentro y ya en-tre pecho y espalda es sagrada, haciendo parte de la dieta diaria, siendo los mayores consumidores del mundo.

Pero, volvamos al oro y las esmeraldas; nuestros an-cestros hasta no hace mucho tiempo los explotaban de forma artesanal (pico y pala), pero con eso de la aper-

tura, las maquinas desplazaron al hombre y todo se mecanizó con grandes retro excavadoras y buldóceres; esa explotación está ahora en manos de multinaciona-les, unas en forma legal y otras muchas ilegales.

Lo del coltán: para su explotación en su mayoría se utiliza la pica y la pala, pero también existe la gran ma-quinaria, introducida en la Amazonía. Esta explotación es totalmente ilegal; el difunto Víctor Carranza –¡alma bendita!- fue uno de los pioneros de esta actividad.

De la coca: los gringos la siguen considerando ile-gal, dado que, por razones climáticas no la pueden cul-tivar, ya que es una planta exclusiva del trópico; pero la marihuana ya es legal, toda vez que ellos la adaptaron a sus tierras y la pueden cultivar. ¿Cómo sería eso, si los gringos pudiesen adaptar la coca?

En primera instancia la legalizarían, y en segunda, prohibirían cultivarla en el resto del mundo, incluyen-do Sudamérica, así como lo han hecho con el trigo, la cebada y el maíz, entre otros cultivos, y se convertirían en el mayor productor y exportador de cocaína, apli-cando sus políticas aperturistas o de libre comercio.

¿Cómo explicar que cultivar y exportar cocaína y marihuana sea ilegal, y exportar oro, con explotación ilegal, sea legal? ¡Ha! Y un kilo de oro vale 100 veces más que un kilo de cocaína.

Otra: la plata de la cocaína es reinvertida en Co-lombia, la del oro se la lleva el gringo; al país sólo le quedan los huecos y la contaminación con mercurio de nuestros ríos y nuestros suelos, y la flora y la fauna destruida. Nuestros gobernantes llaman a este proce-so: “confianza inversionista y cohesión social”, o “loco-motora minera”.

El imperio, con eso de la apertura económica, lega-lizó a su antojo cosas absurdas: lo ilegal lo volvieron legal y lo legal ilegal, para poder saquear a su mane-ra toda la riqueza del suelo patrio, con la anuencia de nuestros gobernantes, los cuales, demostrado está, en-tran a ser parte de los grandes ricos del mundo.

¿Y el pueblo?: ya lo diría doña Mercedes allá en Villa-vicencio, ¡que coma m…..!

De lo ilegal a lo legal y de lo legal a lo ilegal

Distribución y VentaFernando Alvarado - 313 336 5977

D e vez en cuando me gusta salir a la calle a deshojar las páginas

reales de nuestra oportuna pre-sencia, no en vano escribir es pensar sobre lo vivido y protes-tar, aunque sea de uno mismo. Además de hacerse valer siem-pre, hemos de pensar para decir

lo que cada cual quiera decir, y decirlo.

La libertad no puede existir únicamente en los sueños, ha de convivir con nosotros. Y por consi-guiente, la regla del que escribe no es otra que con-versar mucho y meditar más. En consecuencia, opté por beber de los abecedarios de ciudadanos hallados en cualquier esquina del camino. Ciertamente me encontré con mucha gente desencantada, con una actitud acomodaticia y pasiva.

Sentí pena al observarlos, pues muchos de ellos eran jóvenes, con cara de aburridos, resignados a los acontecimientos, sin espíritu apenas para buscar nuevos horizontes. Intenté hacerme un hueco entre ellos, para cuando menos soñar en un futuro diferen-te, y la verdad que no sabían cómo cambiar su vida. Realmente no tienen proyectos, viven una vida sin sentido, esclavizados por las tecnologías, pero con el aburrimiento de la soledad impuesta.

También observé gente mayor muy sola, custodia-da por animales de compañía, deseosa de enhebrar palabras y que alguien les escuchase. Es verdad, a ve-ces el atardecer de la vida es un poco molesta por las enfermedades que comporta, pero la sabiduría que

tienen nuestros abuelos es una herencia que no po-demos obviar.

Precisamente, una de esta personas mayores, me comentaba sobre la cantidad de enfermedades raras que estaban surgiendo, incluso un familiar suyo que vivía en el campo, me dijo que había contraído uno de esos malditos padecimientos, que no saben cómo atajarlo, pero él estaba convencido que el origen vie-ne de muchos elementos químicos de fertilización de las tierras, de productos fitosanitarios y plaguicidas en definitiva. Quizás no le faltase un poco de razón, entre la química y la tecnificación, no dejamos que el ecosistema respire, se oxigene por sí mismo, y pueda desarrollarse.

Movido por la pasión de estos abuelos, decidí salir de la ciudad y perderme por las montañas, alejarme y visitar pueblos perdidos, olvidados. Pensaba que sería otra página de un libro más natural, más autén-tico, sin embargo, la desilusión también fue grande, la deforestación y el abandono verdaderamente me dejó sin verbo.

Es una pena que nos descuidemos del medio am-biente y que lo maltratemos con nuestras actitudes. Tanto el mundo rural como el mundo de las ciuda-des, debe cuidar mucho más su propio medio natural. Esta cultura de la dejadez tiende a convertirnos en personas sin alma. La vida humana, el ciudadano ya no siente como un valor primordial que su existencia debe ser respetada y protegida. Debemos reflexionar sobre esto, y ante todo, hemos de pensar que todos somos ciudadanos del mundo, y que este hábitat es común para cualquier ser vivo. Por desdicha, millones

de personas en el mundo aún no son reconocidas como tales, lo que dificulta su acceso a la justicia.

Tras la experiencia vivida, anoté en mi agenda ca-llejear más por la vida, para escribir mejor sobre ella, puesto que son las relaciones entre las personas lo que nos enriquece y da sentido a nuestra propia co-existencia. Naturalmente, aunque a solas sea un don nadie, y en la calle menos aún, pienso que está muy bien lo de leernos unos a otros y, luego, recapacitar sobre lo compartido.

A mi juicio, la actividad especulativa lo domina todo y de qué manera, a su antojo y beneficio. No les importa que la juventud camine sin esperanza algu-na, o que a los mayores nadie les atienda, con tal de acrecentar el beneficio inmediato de los poderosos. Me parece muy importante, pues, que la ética reen-cuentre su espacio en este mundo, sobre todo en las finanzas y los mercados, poniéndose al servicio de los intereses de la ciudadanía y de su bien colectivo. Esta es la clave para esperanzarnos.

Lo mismo sucede con la especulación de los pre-cios alimentarios, otro escándalo más con graves consecuencias para el acceso a la comida de los más pobres. O con la explotación ilícita y de ruptura de la solidaridad en el mundo laboral. Así podríamos se-guir, para desgracia de toda la especie humana, habi-te donde habite, ya que se ha instaurado una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus códigos y sus pautas.

[email protected]

Victor Corcoba Herrero

A solas soy nadie y en la calle menos aúnEscritor español

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P 14Edición 766EL DIARIO Opinión

E l fútbol es una de las industrias del entretenimiento

estúpido y estupefaciente que más dinero produce. Esta gran red de empresas y negocios, el “marketing deportivo”, regida por la

FIFA, funciona y produce tanta riqueza como el fabu-loso negocio de la cocaína. Dicha federación parece una organización criminal, y sus altos dirigentes son multimillonarios y excéntricos.

El escándalo de corrupción de la FIFA que aca-ba de inaugurar la fiscal general de Estados Unidos Loretta Lynch al acusar a más de una docena de di-rigentes ante un tribunal de New York por cohecho, extorsión, fraude, lavado de dinero, organización ma-fiosa y crimen organizado es una evidencia de que el fútbol es un narcótico y sus empresarios y líderes actúan y se enriquecen como los narcotraficantes.

La Interpol anda buscando a varios de los fa-mosos capos del cartel internacional del fútbol. Y en Suiza fueron capturados siete de ellos, que se-rán extraditados a Estados Unidos. Forajidos muy ricos como Charles “Chuck” Blazer y Jack Warner, entre otros, son sindicados de los delitos arriba mencionados y de haberse apropiado de miles de millones de dólares fruto del narcofútbol, a lo lar-go de veinte años.

El fútbol es una droga, otro alucinógeno legaliza-do y utilizado por multitudes de consumidores. Es un opio del pueblo, como definió Marx la religión. A los adictos a este vicio, los llaman hinchas, tal vez por-que se les hincha el vacío de la cabeza, y también les dicen fanáticos, y un fanático es un paranoico muy peligroso. Una dosis personal de ese narcótico pro-duce una enajenación y una estupidez tan eficaces que el adicto ignora que el fútbol es un negocio de inmensos capitales, no entiende que un equipo es una empresa comercial privada; no ve que está sien-

do manipulado y explotado por empresarios que se enriquecen vendiéndole ese vicio.

Los viciosos se meten un pase de gol y creen que el equipo es de ellos, que son ellos los que pierden o ganan los partidos y campeonatos, que su vida per-sonal está íntimamente ligada a la suerte que corra “su” equipo; y se ponen la camiseta para delirar, se disfrazan, gritan, sufren, se emborrachan celebrando las derrotas y victorias como si fueran propias, enlo-quecen, forman rebaños de imbéciles y pelean y se matan entre sí.

Quizás algún día la ciencia logre inventar un re-medio para curar o prevenir la adicción y el trastorno mental de los hinchas del fútbol, que se sienten fe-lices o desdichados por las pérdidas y ganancias de grandes empresas que no tienen nada que ver con sus vidas.

www.guillermovelasquez.comguillevelfor.blogspot.com

El Púlpito del Diablo El narcofútbolGuillermo Velásquez F.

A unque el Estado habla de paz, incluso usa y abusa de su retórica,

sigue prestándole una aten-ción marginal a los asuntos de la paz real. La preocupación del gobierno y los otros poderes es por afianzar resultados electo-rales en su favor, que bien pu-

dieran ser los últimos en el marco del conflicto armado, lo que duplica su importancia primero por la necesidad que tiene el poder tradicional de consolidar sus cuotas en el poder nacional y, segundo, asegurar el control de las entidades locales y regionales con miras a mantener la hegemonía total.

Esto seguramente también es para impedir las radi-cales transformaciones que exige la construcción colec-tiva de la paz como el principal proyecto político social de este siglo, sobre todo con incidencia en los términos de explotación de recursos no renovables, descentraliza-ción política y de enfrentar la desigualdad.

Las estrategias del poder tradicional sostienen sus capacidades sobre dos vertientes: una para ahogar económica y políticamente a minorías o nacientes opositores políticos que luego de abandonar las armas lleguen a multiplicar y reforzar un proyecto político de-mocrático sin guerra, pero abiertamente distinto a lo existente especialmente en la edificación de una reali-dad desde abajo y conectada con la participación po-lítica de comunidades que aspiran tanto a vivir en de-mocracia real como a potenciar la conciencia nacional, hoy sometida al trazado unilateral de los gobernantes.

La otra vertiente se orienta a organizar las ferias de leyes coactivas para contrarrestar cualquier alboroto social que alcance el nivel de protesta o movilización social estructurada sobre reivindicaciones de derechos o contra la corrupción o tergiversación de los acuerdos de paz, o trate de impedir la resistencia social en ejer-cicio de demandas históricas. A la manera de bisagra el complemento estratégico más complejo de estas vertientes es la violencia usada como técnica de salva-guarda del ‘statu quo’, que unas veces aparece conecta-da al poder hegemónico y otras aislada, pero siempre con el común denominador de provocar el exterminio de opositores, críticos y disidentes.

De este factor no se conoce repliegue ni desarme durante el proceso de conversaciones, ni hay pasos ha-cia el desmonte del lavado de activos o blanqueo de dineros funcional a la estabilidad del modelo econó-mico al que ingresan cerca de 15 billones de pesos al año, que entrarían en severas dificultades si el mapa político se transforma en función de la paz.

La firma de un tratado de paz está cada vez más cerca –aunque sin el ELN queda inconcluso-, pero el país go-bernado por las élites –unas que quieren paz y otras que persisten en la guerra, pero sin enfrentamientos antagó-nicos- sigue desecho a los ojos de otros pueblos cuyas cifras y datos de bienestar están basados en realidades que medianamente pueden ser vividas con respeto a los derechos, con humanidad, con convicciones éticas que impiden matar o impedir la realización de otro y regidas por marcos de democracias más auténticos.

Es decir, que aunque la retórica oficial es reiterativa en hablar de paz y secundada con encuestas de felici-dad, pasiones del fútbol, pódiums y medallas, todavía se mantienen intactas algunas estructuras de producción de miedo, terror, amenaza, falsedad, despojo y no se detienen los actos atroces de muerte, dolor y tragedia, que las élites y los medios se encargan de hacer aparecer como daños aislados de un destino trágico inamovible. Y en cambio ofrecen la percepción de que todo está avan-zando hacia mejor, de que toda perdida es ganancia y de que toda ganancia es un triunfo personal y divino, y que a pesar de la adversidad somos los mejores.

Es cierto que hay pasos hacia adelante, no quedan vestigios del colonialismo anterior, ni quien se lleve las vasijas de oro, ni hay rastros de esclavos con cadenas. Slim, Trump, Gold, Pacific, Drumond, Santander, BBVA, son de otra estirpe, llevan cosas con permiso del Estado y pagan exiguas regalías, no por la riqueza, si no por los 9 billones de pesos en exenciones. También tuvimos un nobel que debió vivir y morir en el exilio, la clase media creció y compra cosas, se venden más vehículos, hay más teléfonos móviles que habitantes, más gente empleada en trabajos precarios y el desempleo estruc-tural con informalidad supera el 40% y hay más kiló-metros asfaltados.

Hay avances y retrocesos de humanización, sabe-mos más de derechos, pero las prácticas, cultura autori-

taria y déficit democrático, dificultan su reconocimien-to, respeto y realización. El costo político de la paz para la insurgencia es pasar de los frentes de la guerra a la construcción de la política impidiendo que todo siga igual, y el costo político de la sociedad y el Estado es cambiar valores, conductas, prácticas sociales, modifi-car actitudes, palabras, sentidos y significados.

Los gobernantes tienen que hacer un cese de hos-tilidades políticas, eliminar de su hablar falsedades y mentiras, abandonar autoritarismos e impunidades, abominar las técnicas de crueldad y sus invenciones perversas de falsos positivos judiciales y ejecuciones extrajudiciales. La paz tendrá que venir como riqueza común, promover el deleite por las palabras y por el dialogo, por la ternura y la calidez de actitudes, por la solidaridad. Fomentar una convivencia de afecto exen-ta de odios, envidias, sin machos ni héroes, alejada de temores y humillaciones.

La población tiene que encontrar una política que contribuya a sacarla del tipo de vida de medio y bajo bienestar al que la resignó la guerra, que impuso ca-rencias evitables, falta de agua y alimento, que obligó al dolor de la enfermedad, al destierro, a la injusticia, a la educación que no enseña a pensar, a ser indolen-tes para ayudar a contaminar los ríos ya contaminados con el cianuro de las pujantes empresas nacionales y extranjeras que entregan permiso de ecología. La nueva política tendrá que enfrentarse a las prácticas de la guerra que enseño a mirar de soslayo al otro y a no mirar lo que está debajo, a disimular las cloacas de las ciudades convertidas en inquilinatos de excluidos, a ignorar a los niños usados para delinquir, pedir, matar.

El país fue acostumbrado a vivir en guerra, a ver militares y fusiles en todas partes, a divisar de lejos las casas de cartón y plásticos amontonadas que se derrumban cada invierno; a comprar en mercados de partes robadas incluidos algunos órganos humanos; a pisotear a los más débiles y a criar hijos obedientes para votar por los que toca o pagan el voto y para acep-tar que las élites son más y ellos menos y que sencilla-mente así es la vida y que nada se puede hacer. El costo político de la paz es transformar el todo para que todo sea distinto.

Consecuencias políticas de la PazPor: Manuel H. Restrepo Dir. Maestría y Observatorio de DDHH

Page 15: EL DIARIO. Ed 766

P 15 Edición 766 EL DIARIOOpinión

E l año de 1989 fue grave para Colombia porque se terminó el pacto ca-

fetero. Desapareció el sistema de cuotas, gracias a la cual la producción de café colombiano

estaba asegurada. Desde entonces, la venta de café quedó en el vaivén de la oferta y la demanda. Más si se analiza con ojo fino la cuestión cafetera, se ve que no se ha logrado superar el mundo colonial.

Como se sabe, en tiempos coloniales los produc-tos de exportaciones consistían en oro, plata, ma-deras, esmeraldas y chinchona, y se importaban, a través de la Casa de Contratación de Sevilla, pro-ductos elaborados. Con la fundación de la Repú-blica las cuestiones no variaron, porque si bien se abandona la casa de contratación, eso no significó que hubiese un cambio en la economía.

Las exportaciones continuaron con los meta-les preciosos, la chinchona, el tabaco, vegetales, y hacia 1880, la exportación del café creció de tal modo que, cuando se rompió el pacto cafetero, la producción alcanzaba los 14 millones de sacos de

café, empacado en arpillera, de 60 kilos.

Es evidente que el paso de la colonia a la Re-pública no rompió el problema de la economía centrada en la exportación de materias primas y la importación de productos elaborados. Mientras Andrés Bello veía como horizonte la agricultura en la zona tórrida, el cambio tecnológico del car-bón-hierro-vapor llevaba a cabo una nueva situa-ción, entre el país industrializado y la naciente re-pública, exportadora de materias primas.

Luego, cuando el impacto de la electricidad-con-creto-acero se comenzaba a extender por el plane-ta, hacia 1880, en el país se cimentaba el cultivo del café, que llevaría a cierta estabilidad en la primera década del siglo XX, en el gobierno de Rafael Reyes.

Así, la producción del café seguía en progreso, mientras la tecnología del caucho-motor de com-bustión-petróleo comenzaba a invadir el país. Y cuando una nueva tecnología iniciaba la expan-sión por el globo: chip-usinas, nucleares-uranio, el café seguía en ascenso gracias al pacto cafetero que colapsó en 1989.

Bien puede verse que la cuestión con el café es como ocurre con la mayoría de las exportaciones colombianas. Exportación de productos sin mayor elaboración o con un valor agregado mínimo. Pero lo peor es seguir por el camino de promover la pro-ducción del café, con base en estudios caracteriza-dos por la miopía, dado que no se tiene en consi-deración el aumento de la producción cafetera por parte de Brasil o Vietnam, entre otros.

Y lo peor, que se insista en la producción, así los precios estén por el suelo, hecho que lleva a que no se consiguen recolectores de café porque nadie va a trabajar dada la miseria de salario que se ofrece.

¿Hasta cuándo se va a promover el cuento que se debe producir café de calidad cuando la canti-dad es lo que prima en el mercado mundial? ¿Se seguirá en la exportación del café, sin que se lle-ve a cabo la industrialización, como sucede con la mayoría de los productos de exportación, que no pasan de ser simples materias primas?

[email protected]

CaféSilvio Avendaño

Desde el Pasaje VargasU na ida y dos mandados. Los

Académicos del Pasaje Vargas ce-lebraron con tinto cargado doble

la lectura de la noticia: en Florencia, Caquetá, las autoridades debidamente constituidas, en virtud de la ley y por decisión de la Fiscalía, fueron y le echaron mano a la Sra. Alcaldesa de esa ciudad, a su dignísimo esposo, a dos de sus eficientes y muy competentes Secretarios del Despacho, y a once de los Honorables Concejales de la coalición mayoritaria; todos a la cárcel ¡por bandidos! De esta lectura surgió y se aprobó una metodología especial para establecer comisiones especiali-zadas de nuestros Académicos para abordar las averiguaciones correspondientes, para saber si por estas tierras muiscas podría suceder lo mismo en cualquier momento. Se dice que hay varios casos similares donde se pudiera pagar un solo transporte para ir por la administración muni-cipal en pleno y meterlos a la cárcel a todos por la misma causa que, dicen, sucedió en la capital del Caquetá. Y es que para no ir muy lejos, allí no más en San Gil, que ahora quedará más cerca si al fin terminan la carretera por Duitama a Charalá, por estos días parece que le echan mano al alcal-de Álvaro Josué Agón Martínez, por las mismas, porque el hombre se pasó de vivo y tumbó a la pobre gente con el siempre a la mano “progra-ma de vivienda”. El hermano de este, Javier Agón Martínez, que también fue alcalde del miso San Gil, anda ya hace un tiempo tras las rejas por lo mismo, por pasarse de vivo en el manejo de la administración. Así que nuestros Académicos por estos días están trabajando, casi qué horas extras, a ver si logran detectar situaciones parecidas en alguna de nuestras 123 parroquias. Se avisa que hay que estar pendientes.

O tra vez contra los chapetones. El heredero del poder en la hermana Re-pública Bolivariana de Venezuela, la

emprendió otra vez contra los Chapetones. Por

eso desde esta Academia volvió a convertirse en tema del día y de la semana. Y como siem-pre, nosotros que pensamos, unos, que somos descendientes directos de los reyes de Castilla y León, y otros que están seguros que apenas sí somos distintos de los indios que poblaban estos andurriales antes de que llegaran los chapetones, también nos enfrascamos en la disputa. Resulta que Maduro, el que le dice al amansador Salga-reño que es el promotor de los ‘paracos’ en los territorios del Orinoco y el Apure, también la ha emprendido varias veces contra el grandulón de Rajoy, el presidente del gobierno chapetón. Qué no le ha dicho. La última de Maduro fue decir que Rajoy estaba actuando de sicario de los in-tereses del gran capital frente a Grecia. Entonces la discusión de la semana estuvo con los bandos opuestos; unos que dicen que si es necesario nos volvemos a armar de Tunxa y la vereda de Chu-lavita, y marcharemos sobre Caracas para vengar la afrenta y luego exigir que venga Don Felipe y ponga orden entre estos indios a latigazo limpio. Pero hay otros que aplauden a rabiar; incluso, insi-núan que lo que hay es que completar la emanci-pación y sacar corriendo de aquí a los ladrones del BBVA que todos los días roban a esta indiada en cada transacción de los 20 mil pesitos; y que hay que saber si los chapetones tienen todavía algo de la propiedad de Proactiva, para también sacar-los corriendo, que nosotros somos bonapartistas y preferimos a los franceses. En estas andan en la Academia por estos días… Por eso estamos como estamos, suspiró uno de los que dice que no está de acuerdo ni con los unos ni con los otros, sino todo lo contrario.

O tra vez ‘empelotos’. “Desgracia tan infinita, como decía algún personaje de la TV criolla. Otra vez empobrecidos y

llevados del putas”, según vociferó el primer Aca-démico que llegó el sábado por la mañana, pero casi nadie oyó porque a esa hora nadie se levan-

ta y menos para ir a una sesión tan temprano. El motivo de la angustia de nuestro Académico es porque se había desvelado y en medio de la madrugada se puso a ver la prensa que informa de la desgracia de Puerto Gaitán, el hasta hace pocos meses enriquecido municipio petrolero del Meta. Resulta que ahora allá están todos en la inmunda, que se acabó el trabajo, los buenos sueldos y, por supuesto, los contratos de los al-caldes que tanto se esmeraban por gastar en fe-rias y fiestas. Pero la furia de nuestro Académico también se extendió al nuevo precio de la gaso-lina que a pesar de ser 27 pesitos más, dice que eso va a seguir creciendo porque como ahora el peso se devaluó, el petróleo por el suelo y los ladronzázos de Ecopetrol y los contratistas de la refinería de Cartagena no la terminan, entonces seguimos importando gasolina. Y que a propósi-to de la refinería, ese robo es tan grande como el que dicen que han hecho los brasileños en Petro-bras, pero que como aquí todos están untados, entonces no dicen, esta boca es mía. En todo caso las angustias de nuestro Académico fueron compartidas por el siguiente que llegó que dijo que esto se va a poner peor el año entrante, por-que el presupuesto se redujo, que los alcaldes y los gobernadores de ahora rasparán la olla y para los que lleguen no quedará ni la pega, que eso por ahí a mediados de año no habrá ni con qué pagar los sueldos de la burocracia local, que en-tonces les irá peor porque no habrá promesa de campaña cumplida: ni puestos, ni contratos, ni nada. De este tenor son las discusiones de nues-tros miembros de la Academia, por estos días cuando se calienta la manzanilla y las grandes mayorías no hacen más que hablar de lo mismo, siempre protestando, pero que con seguridad votarán por los mismos… entre otras cosas por-que no hay más, según la conclusión de otro que tampoco estuvo de acuerdo con ninguno.

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P 16Edición 766EL DIARIO

Los 100 años de la Cruz Roja Colombiana

H ace 100 años, la Cruz Roja Colombiana empezó a conso-lidar una institución neutral,

voluntaria y humanitaria dispuesta a en-tregarlo todo para salvar vidas. La idea fue impulsada por Adriano Perdomo e Hipóli-to Machado oficialmente el 30 de julio de 1915 en el Teatro Colón de Bogotá.

Sin embargo, desde mucho antes de su fundación oficial, otros colombianos ya habían traído el espíritu de la institu-ción con el fin de mitigar el sufrimiento y

el dolor de las víctimas de la guerra civil de los Mil Días.

Desde entonces, la Cruz Roja Colom-biana ha estado presente en cada uno de los episodios de la historia de Colombia sin discriminación alguna como el incen-dio de Manizales, el Bogotazo, la difusión del Derecho Internacional Humanitario, la retención en la Embajada de República Dominicana, la Toma del Palacio de Justicia, la avalancha de Armero, la ola invernal, y la reciente emergencia de Salgar, entre otros.

“En estos 100 años de historia hemos sido testigos de muchos acontecimientos dolorosos, pero también hemos ayudado con nuestra acción humanitaria a millones de personas que lo han ne-cesitado: heridos, enfermos, población desplazada, familiares que buscan a sus seres queridos, víctimas del conflicto armado interno, niños, mujeres, ancianos, viudas y huérfanos”, destaca el Fernando José Cárdenas, Presidente de la Cruz Roja Colombiana.

A la fecha, esta entidad continúa prestando sus servicios huma-nitarios en Boyacá y en todos los rincones del país, a través de sus más de 23 mil voluntarios.

/ Foto: cruzrojacolombiana.org

La Cruz Roja Colombiana realiza de manera simultánea acciones humanitarias en los 32 departamentos del país durante 48 horas.