Domingo 2 de septiembre 2018

tenía que decirle: “Y háblale, diciendo: Así dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR. 13Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios” (Zacarías 6:12-13). Esta coronación era tipo de la futura coronación del Mesías, en quién los dos ministerios de sacerdote y rey se unirían. El verdadero templo de Dios sería edificado y el reino de Dios inaugurado.

3. Los exhorta a permanecer fieles al pacto mientras el Mesías viene

Al pasar dos años de reiniciada la reconstrucción, una comitiva se acerca a los profetas para preguntar si ahora que ya no estaban exiliados, el reino pronto sería inaugurado, ¿debían seguir llorando y ayunando por el templo y el exilio? (Zacarías 7:3).

Dios les responde en Zacarías 7:5-6: Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes, y di: Cuando ayunabais y os lamentabais en el quinto y el séptimo mes durante estos setenta años, ¿ayunabais en verdad por mí? 6 Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos? Dios les habla sobre la falsedad de la religión, porque su lamento era de lástima por todo lo que habían perdido, más no por haber ofendido a Dios. Así, Dios les ordena arrepentirse y vivir santa y justamente (Zacarías 7:9-10). Dios les pide ser fieles al pacto. Él quiere verdad, misericordia, justicia y compasión, y no sacrificios.

DIOS NOS DA ESPERANZA PARA EL MAÑANA(capítulos 9–14)

Dios no solo les dio aliento para el presente, sino esperanza para el futuro. Les dice que él no se ha olvidado de su reino mesiánico que establecería en la tierra; pero les dice que no sería por un mesías político, sino uno diferente: Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna (Zacarías 9:9).

- A través de él vendría la salvación para poner fin al sufrimiento; pero a su vez, dice en el capítulo 11, este Rey Salvador sería rechazado entre los líderes de Israel; sería traicionado por treinta monedas de plata.

RESUMEN DEL LIBRO

En el año 536 a.C., Ciro, rey de Persia, permite a los exiliados regresar a Jerusalén. Un grupo de más o menos cincuenta mil personas regresan y comienzan a reconstruir el templo. Pero las naciones vecinas se opusieron, y esto causo gran desanimo entre el pueblo. Jeremías había profetizado que estarían en el exilio 70 años y luego vendría el reino de Dios, la paz eterna. Pero cuando ellos regresan se dan cuenta de que la tierra no era como antes, que el templo no tendría la gloria de antes, que todavía habían enemigos y amenazas reales. Eso generó en ellos decepción.

Dieciséis años después, Dios envió a Hageo y a Zacarías para profetizar al pueblo en medio de la decepción. Hageo los exhortó a reiniciar las obras de construcción y a arrepentirse por su desobediencia a Dios. Zacarías hizo lo mismo; pero el tono de su mensaje es de ánimo para el tiempo presente (en el que vivían entonces) y también de esperanza para el futuro. Zacarías los exhortó a mantenerse fieles a Dios y su pacto.

Observando la estructura del libro de Zacarías aprenderemos que, aunque pudiéramos sufrir decepciones, Dios nos alienta para el hoy, nos da esperanza para el futuro y nos demanda permanecer fieles cada día.

DIOS NOS ALIENTA PARA EL PRESENTE (capítulos 1–8)

1. Los exhorta a volverse a él en arrepentimiento

El libro comienza exhortándoles (Zacarías 1:4). Sus padres sufrieron por desobediencia, ahora Dios les exhorta, por amor, a que regresen a él. En medio de naciones enemigas, Dios se muestra como el fiel y verdadero, el refugio en medio de la prueba, su Dios y Señor.

2. Los exhorta a alegrarse con las bendiciones que Dios haría en medio de ellos

A través de ocho visiones, Dios anuncia las bendiciones que él traería en medio del pueblo, como la restauración e inauguración de su reino, la venganza a las naciones enemigas, la reconstrucción de la ciudad, su protección y presencia en medio de ellos, la salvación, entre otras.

Después de estas visiones Zacarías escribe un apéndice acerca de la coronación del sumo sacerdote, Josué. Y luego

EL EVANGELIO EN ZACARÍAS

PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ

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EL EVANGELIO EN ZACARÍAS

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Por lo tanto: PERMANEZCA SIENDO FIEL E INTACHABLE ANTE DIOS

- Viva en constante arrepentimiento, eso es santidad. Viva obrando justicia hacia los demás. Viva alegrándose por lo que Dios hará en medio suyo.

- Cuidémonos de la falsa religiosidad. ¿De qué sirve ser expertos en expresiones externas de adoración si, con nuestro trato, dañamos a los demás? Esa religión es falsa. Porque si en verdad la gracia de Dios le ha alcanzado, la evidencia será que alcance a los demás con ella. El portador de la gracia es fuente de gracia para otros. Jesús se refirió a esto cuando hablo de “ríos de agua viva” brotando desde el interior.

- Por eso, no menosprecie a nadie ni nada de lo que Dios le ha dado: familia, hijos, matrimonio, trabajo, vivienda, entre otros, ¿por qué? Porque Dios es el que edifica (Zacarías 4:10).

Así, el libro de Zacarías nos anima a vivir el tiempo presente, nos da esperanza para el futuro regreso de Cristo, y nos exhorta a permanecer fieles a Dios mientras avanzamos hacia los nuevos cielos y nueva tierra.

PASAJES CITADOS EN EL SERMÓNZacarías 1:4; 6:12-13; 7:3, 5-6; 7:9-10; 8:15-17; 9:9; 2 Pedro 3:3-4, 8-10, 11-14; Zacarías 4:10.

- En el capítulo 12 profetiza que Dios mismo sería traspasado para que se abriera una fuente de vida y perdón de pecados. Luego, en el 13, anuncia que este Buen Pastor sería golpeado por sus ovejas. Sin embargo, en el 14 profetiza que la consumación del dolor y sufrimiento del mesías sería la victoria final de Dios y la vindicación de su pueblo, con una nueva Jerusalén de la cual nacería un río de agua viva para las naciones.

IDEA CENTRAL DEL LIBRO

La idea central del libro es el aliento para el presente y esperanza hacia el futuro que Dios otorga a su pueblo por medio del anuncio de la venida del Mesías y la inauguración del reino; y, a su vez, la exhortación al pueblo a permanecer fieles a Dios mientras ese día llega.

EL EVANGELIO EN ZACARÍAS

Hermanos, nosotros hemos sido rescatados de la muerte eterna, perdonados de nuestros pecados por medio de Jesucristo. Entonces, ¿cómo enfrentar las decepciones mientras esperamos su segunda venida? Con santidad: llorando por ofender a Dios con nuestro pecados diarios; y obedeciendo el pacto de gracia al ser misericordiosos con nuestros hermanos (Zacarías 8:15-17).

La santidad, obediencia y amor por nuestros hermanos solo podemos vivirlas en y por Jesucristo.

- La Biblia nos demuestra que Jesús es el nuevo templo (Juan 2:19-21), él es la gloria de Dios en medio de su pueblo (Juan 1:14). Jesucristo es la Raíz de David (Apocalipsis 5:5). Él es el Rey que tuvo su entrada triunfal en Jerusalén en un asno (Mateo 21:4-5, Juan 12:14-15). Jesús es el Buen Pastor (Juan 10:11).

- Jesucristo es aquel cuya venida trae descanso a su pueblo (Mateo 11:28, Hebreos 4:1-11). El que viste a su pueblo con ropas limpias de lino fino (Apocalipsis 19:8); pero que lo hizo a un gran costo personal: fue traicionado por Judas por treinta monedas de plata (Mateo 27:9). Y al ser crucificado fue traspasado su costado (Juan 19:37; Apocalipsis 1:7).

IMPLICACIONES PARA NOSOTROS HOY: DIOS NOS DEMANDA PERMANCER FIELES A ÉL, DÍA A DÍA

Así, igual que los israelitas regresando del exilio se decepcionaron al ver que su realidad no era como creían sería el reino de Dios; a nosotros Jesús nos anunció la inauguración de su reino, el perdón de pecados y la vida eterna, pero al ver la realidad humana nos podemos preguntar si todo eso es cierto (2 Pedro 3:3-4; 8-10). Si Dios entonces sí vendrá, ¿qué tenemos que hacer hoy? ¿En qué enfocarnos? El apóstol Pedro responde esto en 2Pedro 3:11-14, y nos enseña que más que enfocarnos en querer saber cuándo regresará Jesús, mejor enfoquémonos en estar preparados para su venida. Ser los hijos del reino que Dios requiere.