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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMIIA SEDE MAÑIZA LES EL FKOCESO DE TOMA DE CONCIENCIA OSCAR LOPEZ RAMIREZ. TRARAJO PRESENTADO COMO REQUISITO DE PROMOCION A PROFESOR ASISTENTE. Marisoles, Mayo d* 1982

EL FKOCESO DE TOMA DE CONCIENCIA · La utilizadán del fuego, el cultivo de la tierra, la creadán de herramientas, el a- provechamiento de los metales y la crianza de animales, permitieron

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOM IIA

SEDE MAÑIZA LES

EL F K O C E S O DE T OM A DE C O N C I E N C I A

OSCAR LOPEZ RAMIREZ.

TRARAJO PRESENTADO COMO REQUISITO DE PROMOCION

A PROFESOR ASISTENTE.

M arisoles, Mayo d* 1982

I N D I C I

Páginas

INTRODUCO O N :......................................................................1

EL PROBLEMA ............................................................................ 3

EL M ETODO............................ ............................ ......................4

UBI CAO ON HISTORICA:................................... ..................... 5

LAS CIENCIAS HUMANAS:............................... ......................9

LA P3COLOGIA : .....................................................................15

EL PROCESO DE TOMA DE CONCIENCIA: . . . 18

CON CLUSIO N ES:......................................................................27

BIBLIOGRAFIA:...................................................... .................... 29

I N T R O D U C C I O N

S! queremos comprender en sentido estricto el fenómeno humano“, y superar los

enfoques unilaterales sobre el hombre, debemos partir de la singularidad humana

la cual consiste en que el hombre además de ser objeto de Investigación, es a su

vez un suleto que se preocupa por su ser y su destino. La Intelección de esta si­

tuación, es la única que nos permite rebasar las actuales concepciones naturalis­

tas sobre el ser humano que nos han llevado a una imagen determinista de su vida

y de la historia misma.

El influ|o de las ciencias naturales en este sentido ha sido decisivo, y si en ver­

dad con ello se ha logrado un mejor conocimiento de los mecanismos que mueven

al ser humano, han cargado sin embargo con el lastre positivista que ha atomiza­

do al hombre y al universo. El aporte de los estudios históricos, filosóficos y antro

pológicos, - como también las dolorosos experiencias de nuestro tiempo - , han o-

bligado superar ese positivismo nivelador, al señalar cómo el hombre no se reduce

ni a sus mecanismos, ni está determinado por ellos, lo que si ocurre en el mundo

animal.

Este cambio ha implicado pues, la adopción de una actitud muy distinta a la del rf

gido objetivismo del siglo pasado, el cual al reducir al hombre, lo mutila y defor­

ma.

La concepción positivista, en efecto, atada a una causalidad lineal, desconoce la

dialéctica del ser y obrar humanos que consiste en la permanente interacción de lo

objetivo y lo subjetivo, lo cual solo es percibida por una concepción histórica y

global. La objetividad es entonces en las den das humanas interaubietividad. y

desemboca en una "toma de condenda" que obliga al compromiso por parte del

investigador. Predsámente, esta "toma de condenda", es el tema que hemos

querido estudiar en el presente trabajo. Siendo el hombre un ser conformado por

las esferas orgánica, psicosodal y espiritual, la toma de condenda de esta si-

tuadón, le da a la existenda humana el carácter de problemática, muy distin­

ta de la aparente serenidad animal. Y esta "toma de condenda" significa a su

vez, la superadón de nuestra subjetividad inmediata y egocéntrica que a partir

de sucesivos "escentramientosH intelectuales y afectivos nos lleva a una mayor

objetividad y rodonaIIdad.

Siendo la inteligenda como dice Piaget, " la forma superior de equilibrio en

nuestras reladones con el medio", seguiremos a este autor en la descripdón de

sus estapas hasta la adolescenda, cuando el sujeto humano esté en condi dones

de orientarse en el mundo y transformar la realidad.

E L P R O BL E M A

Da todos ios sores dol universo, ol hombro os ol único poro ol cual su propia exis­

ten d a constituye un problema que ¿I mismo debe resolver, y aún queriendo no pue

de evadirlo} no puede retomar al estado prehumano de armonía con la naturaleza,

sino que debe desarrollar su propia humanidad. No existe, ni ha existido un hom­

bre puramente natural, sino que al contrario, es exclusivo del ser humano transfor­

mar la naturaleza, creando para ello un mundo propio, el de la cultura que abarca

el conjunto de todo lo creado por el hombre como ser social.

Y es que el hombre es entre todos los seres, el único que no puede sobrevivir adap­

tándose simplemente al medio, sino que tiene que plegar la naturaleza a sus necesi

dados. El traba|o, actividad a la vez consciente y sodal constituye el medio por el

cual al hombre actúa sobre su entorno. Las demás espedes se adaptan gradas al de

sarrollo de árganas espedatizados. La mano de pulgar libre y el sistema nervioso,

árganos especializados del hombre, no le permiten procurane directamente el ali­

mento, pero sf la utilizadán de instrumentos de trabajo, los que aunados al lengua­

je , le permiten sobrevivir en cualquier medio.

La utilizadán del fuego, el cultivo de la tierra, la creadán de herramientas, el a-

provechamiento de los metales y la crianza de animales, permitieron que el primitivo

subsistiera en medio de una naturaleza hostil y han constituido la base sobre la cual

se ha asentado la humanidad. Y todo feto lo ha logrado el hombre, gradas a que

4

además de poseer conciencia de lo que le rodea, tiene aufrooondenda que lo con­

vierte en su]eto de sui propias vivencias. Solo el hombre tiene pues, el poder de

saberse existente y libre, pues solo él tiene conciencia de sus posibilidades, y esté

obligado a desarrollarlas. Por eso como di ce Jaspers, ” ser hombre es llegar a ser

hombre H, y ésta es una empresa en la que podemos fracasar a nivel colectivo e in

di vidual.

El objetivo del presente trabajo consiste precisamente en la descripción del proceso

de la N toma de conciencia " en el individuo humano desde su infancia hasta la ado

I escenci a .

EL M ET O D O

Se utilizaré el método expositivo, el cual corresponde a la índole de un trabajo

teórico, el cual seré complementado con el método genético que nos ayudaré a

describir el proceso de H toma de condenda 11 desde la infanda hasta la adoles-

aenda.

U B I C A C I O N H IS T O R I C A

Corresponde al siglo XX el mérito de haber llevado las investigaciones sobre el

hombre a un nivel {arnés alcanzado. Nunca antes en verdad, se habTa llegado

a conocer tanto sobre sus mecanismos más fhtimos, lo mismo que de sus fundamen

tos biológicos, psicológicos y sociales. Si desde el Siglo XV comienzo de la mo

dernidad, los estudios sobre la naturaleza tuvieron un auge que aún continúa, fue

a partir del siglo XVIII cuando las investigaciones sobre el mundo humano empeza

ron a desarrollarse en forma sistemática.

En efecto, a partir del siglo XVIII comenzó a sentirse un interés palpitante por to

do lo histórico y sodai. Asi*, Juan Bautista Vico al publicar sus "Prindpios de

G enda Nueva” en 1725, postuló la necesidad de estudiar la historia a partir del

desarrollo de los culturas, concepdón que abriría las puertas al estudio de la his­

toria. Montesquieu en "El Espíritu de las Leyes11, señaló a su vez, el papel de los

deterninismos económicos y geográficos en las sodedades; Buffon, elaboró el pri­

mer libro de antropología al escribir la “Historia Natural del Hombre" en 1749, y

Rousseau con su "Contrato Sodal" escrito en 1762, se convirtió en el precursor de

las teorías román tí cas sobre el ser humano que aún vigen en nuestro siglo. A su vez

Manuel Kant, siguiendo a Rousseau, en su "Metafísica de las costumbres" (1785),

planteó que el hombre es libre a pesar de sus condidonamientos materiales, distin­

guiendo asf una causalidad por libertad, distinta y superior a la natural.

6

En «I siglo X IX , las concepciones naturalistas, dominantes por doquier, comenza­

ron sin embargo a hallar oposición gracias a los estudios de tipo histórico y social.

El escenario principal de ósta lucha fu i el problema de las relaciones alma-cuerpo

que como nunca inquietó a filósofos y científicos. Esto, permitió el surgimiento de

las primeras investigaciones experimentales sobre los procesos mentales. Aparecie­

ron entonces Fechner, fundador de la psico-fTsica, Bínet con sus estudios sobre la

inteligencia y Wundt, el fundador de la ptlcologra experimental, etc.

Por otro lado, aparecieron Charles Darwin quien en 1859 publicó "El Origen de las

Espedes" sentando así las bases de la teorfa de la evolución. Soren Kierkegaard,

por otro lado, postuló el retorno del individuo a la filosofía, al igual que Feuer-

bach aunque en otra perspectiva; Nietzsche, quien con sus agudas intuiciones am

pitó el conocimiento psicológico del hombre, y Dostoievsk?, agudo visionario de los

sub-fondos del ser humano. Marx y Engels, con sus análisbsobre la sociedad burgue

sa, sentaron a su vez, las bases de una nueva visión económica y social del hombre*

Ya en el siglo XX nos hallamos con M La Interpretación de los sueños" de Freud, quien

con su teoria del inconsciente, nos muestra por vez primera los dinamismos que motivan

al ser humano. La fenomenología de Hausserlo y los estudios lingüísticos de Saussure,

abrieron un campo fecundo a las ciencias humanas, y los avances de la antropología,

biología y sociología, nos han permitido conocer aún más, los condicionantes del com

porta miento humano. Con todos estos elementos, las ciencias humanas se han estatuí-

do como dendas estrictas con objeto y método propios.

Siendo la denda "toma de condenda del uní veno por el hombre" como dice

Wallon, en la dendas humanas sin embargo este proceso es distinto al de las

demás dendas, pues mientras en éstas la objetividad se logra gradas al desinte

rés por lo subjetivo, en aquellas, tal distanda no puede existir, pues se esfuma

rfa el objeto de su indagadón.

Comprender ésto ha sido en verdad dlfTdl, pues como nos lo enseña la historia de

las dendas, hemos demorado siglos en liberarnos de las ilusiones creadas por el

punto de vista personal e inmediato. Esta llberadón, que Piaget ha denomina­

do "descentramiento" por el cual adquirimos la objetividad filosófica y dentiTI-

ca, se produce por el choque de los juidos y per cepa ones personales con los de

otras personas y culturas. Un ejemplo lo tenemos en el niño, el cual al sodall-

zoree se ve obligado a rebasar su egocentrismo, el cual surge predsamente por

una falta de diferendadón entre su punto de vista y el de los demás. Además,

a partir de un estado de centramiento en un yo que se desconoce, y en el que es­

tán intimamente mezclados lo objetivo y lo subjetivo, el progresivo "descentra-

miento" del sujeto, conduce a un doble movimiento de exteriorizadón que con­

duce a la objetividad física y a la interiorizadón. (1).

Esta "toma de condenda" es sin embaigo mas compleja en las dendas humanas,

ya que en ellas el sujeto que observa o experimenta, partí dpa del fenómeno que

produce. El ^descentramiento" es aquT más dlfTdl por ser el mundo humano una

realidad compleja, que difícilmente puede ser aislada en factores, lo que si ha­

cen las demás dencías.

Nos corresponde ahora analizar esta "toma de condenda" en las dendas huma­

nas y en la psicología.

LAS C I E N C I A S H U M A N A S

Estos dendas, cuyo objeto es el Hombre en sus diversas actividades, ocupan una

posidón privilegiada dentro del universo dentffico, pues en ellas, el ser humano

a la vez que objeto es sujeto de estudio, de modo que aquT el conodmiento es au

toconodmiento, situación que plantea problemas nuevos al saber, y que no halla

mos en verdad, en las demás dendas. Sin embargo, a pesar de esta pasidón es-

ped al, su investígadón se halla en notorio retraso respecto a las otras dendas,

y ésto no solo por la complejidad del ser humano "eje y flecha de la evoludón"

como dice Chardin, sino también por una serie de obstáculos materiales y soda-

les creadores de toda suerte de ideologías forjadas a lo largo de la historia.

Uno de estos obstáculos, ligado a la historia moderna de ocddente, es el natura­

lismo que consiste en la sujedón de las investiga dones sobre el hombre al esque­

ma de las dendas naturales. El enorme éxito de ésten a partir del Renadmiento,

llevó a filósofos y dentfficos a suponer erróneamente que sus métodos y conclusio

nes se podían trasladar mecánicamente al estudio del ser humano, quedando éste

red u a do a la condi dón de un antropoide superior, ya sea el Itomo eróticus" ,

"económicus" o todológicus", y su actividad un producto de la adaptadón en

la lucha por la existenda, tal como nos lo muestran la mayoría de las escuelas psi

cológicas y sodológicas de hoy.

A despecho de esta interpretadón simplista, el hombre se nos presenta ahora y siem

pre como alguien para el cual su existenda es un problema que él mismo debe resol

ver. El hombre no es un ser meramente natural, sino que como nos lo ensena la an­

tropología, es un movimiento de la naturaleza a la cultura, lleno de equívocos y

contradicdones. Y por ser la cultura, realizadón de valores, el hombre quiéralo o

nó, está siempre movido por ellos, y es «u adecuado cumplimiento el que le da a núes

tra existen da su razón de ser. Es por ésto, que los hechos humanas están dotados de

sentido, y aunque el hombre se propusiera realizar actos sin sentido, ese sln-sentido,

seda ya un sentido, tal como ocurre, p . e |. en el esquizofrénl co.

Además, como bien sabemos, esta captadón de sentido procede del conodmiento y

dedsión humanos, mientras que el animal no entiende ni valora: se orienta, siente

lo benéfico o perjudidal y lo toma o lo elude, y aunque dichos actos poseen un sen­

tido, estén determinados mecánicamente por la naturaleza, como sucede con las fun­

dones instintivas de las cuales hablando estrictamente, no es sufeto.

Según ésto, ya que el hombre no es un ser puramente natural, necesita, como dice

Gadamer. forma a án a caigo de la cultura, la que desarrolla lo propiamente huma­

no en é l, ya sea por medio del arte, lenguaje, denda o religión. Hay pues en él

una ruptura de lo natural, y la creadón de un mundo propio, y ésto lo hace gradas

a su capad dad reflexiva, la que a diferenda del instinto animal es una toma de dis-

tanda frente a la realidad, y por la cual las cosas se transforman en objetos y el hom

bre en sujeto. Sujeto y objeto surgen pues al mismo tiempo y con su aparidón se ins­

ta ira la condenda intendonal, es dedr, referida a objetos. No existe en efecto,

una condenda vacía como presumía el idealismo. Toda condenda es condenda

da alguien y de algo, y por ella, el hombre crea un uní veno, el de la representa­

ción que es como un duplicado del mundo material. Por eso dijo Aristóteles que

"el alma es en cierto modo todas las cosas1*. El mundo es sin embargo algo Inme­

diato, y el hombre por la representación (o convierte en mediato, y solo asi* lo com

Sin una distanda previa no hay pues comprensión del mundo ni de noso

tros mismos, y mucho menos ciencia y filosofía.

Por eso como afirma Gadamer, toda interpretación del mundo, aún la cientffica,

requiere una comprensión previa que de todos modos es predentTFica.

Pero la realidad la captamos a través del lenguaje. El lenguaje, pensamiento exte­

riorizado, nos hace presentes las cosas en su ausencia, es dadr, tas convierte en

símbolos. Además, el acceso a la palabra, poder exclusivo humano, permite el pa

so de lo inmecfiato a lo mediato, o sea. Instaura una distanda entre el sujeto par­

lante y el objeto nombrado, y nos informan acerca de la realidad, de modo que las

palabra» no son caóticas, sino que significan algo para nosotros.

Siendo la axistenda humana una búsqueda permanente de significa dones, nuestro

pensar y actuar son pues teleológicas, es dedr, estén dirigidos por cierto» propósi­

tos y por ello cada humano los hace objeto de sus vi vendas. Y este es el problema

básico de las dendas humanes: " la trasmutadón de las vieendas al nivel de las

significa dones objetivas H (2). El hombre en efecto, además de vivir, sabe que

vive, tiene vivencias, que son el darse cuenta de la existenda propia en una sitúa

dón dada. Asf, cuando cügo *yo", ese yo abarca la totalidad de mis vivendas: mi

pensar, sentir, desear y actuar conscientes e inconscientes y en fin, todas las ex­

periencias que forman parte de mi vida personal, y que tienen importancia paramT.

Mi vida es pues un conjunto de vivencias, siendo la vivencia la unidad básica de

la conciencia y no la sensación como creia el positivismo. La sensación es solo

un elemento de la vi venda, y sin étfa, aquella no tiene ningún sentido. Además,

mi experiencia aunque personal, no está aislada ni es independiente de la de los

demás que me rodean, pues yo, su|eto de mis vi vendas, soy objeto de las vi vendas

ajenas y es en la sodedad y en una época, clase soda! y familia determinado», don

de cada cual establece reladones por las cuales se constituye en sujeto humano.

Siendo la espede humana la de nacimiento mas prematura, ésto lleva al niño a ti­

na marcada dependenda de los adultas. Siendo el deseo el equivalente humano

de la necesidad, el psicoanálisis señalé su dimensión intersubjetiva: todo deseo re­

quere de un ser humano para su satisfacción, y su disponibilidad está condidona­

da por factores individuales y sociales.

Correspondió pues a Freud, el mérito de señalar que la Identificadón es la opera-

dón básica en lea reladones humanas; todo ser humano se reconoce a sf mismo si

previamente ha sido reconoddo por otro, y en primer lugar por la madre. A partir

de la identificadón se constituye pues el sujeto humano, siendo la subjetividad,

intersubjetividad, de modo que el niño aprende a decir tú antes de dedr yo. La

intersubjetividad es pues la objetividad en cien das humanas y como dice Plaget,

"el objeto délas dendas humanas os un suieto fundamentalmente distinto de los

cuerpos y fuerza* degas que constituyen el ob{eto de las á end as fisi eoi e incluso

de los sujeto-objeto que estudian la biologia y la etologia, y se distingue por su

grado de condendo que se acentúa con el empleo de instrumentos semióticas (3).

Además por ser su objeto, de tipo histórico, afirma Gadamer que su objetivo es

comprender cómo este hombre, pueblo o estado, ha llegado a ser lo que es ac­

tualmente, y su esenda no queda correctamente aprehendí dad si se la mide según

el patrón progresivo de leyes, pues los individuos no se limitan a servir de confir-

madÓn a una legalidad. Encontramos aquTel d ifia l problema del estudio de lo

individual, y que se enredó desde el infortunado momento en que Aristóteles teña

16 que "no hay denda de lo individual ", equivoco que retrasó por siglos el estu­

dio del individuo, y que ha atravesado toda la historia de ocadente. Solo a par­

tir del rigió X V III, se buscó superar este error.

En el siglo pasado, Rickert, soñaló que habla dos tipo» de dendas: las nomotéti-

cas o legales, o las cuales pertenecen las dendas naturales, y las i di og réfi cas o

descriptivas, a las cuales pertenecía el estudio del hombre y de la historia. Se re

duda asi* el estudio de lo humano al terreno puramente descriptivo, intuitivo o es­

peculativo, pero sin ninguna valida; objetiva, lo que llevó a aplicar en el estudio

de lo humano, el modelo de las dendas naturales.

Sin embargo, las explica dones causalistas de éstas, reducen la realidad mediante

el análisis a sus elementos abstractos, queriendo explicar lo complejo como un sim

pie producto de la unión mecánica de sus elementos, explicando al hombre por el

antropoide, en el siglo pasado, o la conducta humana por sus mecanismos,en nuestro

siglo. Se toma asi*, un punto falso al apoyarse en las formas, en vez de hacerlo en

los fenómenos que las manifiestan, (4),

Las acciones humanan trabajar, seguir una moda, una costumbre, el lenguaje, son

capacidades que nos permiten adquirir conciencia de nosotros mismos. Son puesfor-

mativos. Formarse significa como lo dijo Hegel, elevarse por encima de sX, de lo

particular e inmediato a lo universal, y nos expresa mejor la esencia del hombre que

las explicaciones de tipo natural, que ven en ellas, mero producto de la adaptación.

Pero aquf no se trata de explioar simplemente, sino también de comprender. El mun­

do hixnano se nos manifiesta en formas determinadas que debemos comprender en su

existencia, antes de buscar sus causas como lo hace el naturalismo.

Las dendas humanas no rienen pues por meta la universalidad de leyes como lo ha­

cen ios J e no cu naturales, pero tampoco se satisfacen con la mera descripdón de he

cha*. Como lo dijo Vico "lo que orienta la voluntad humana no es la generalidad

abstracta de la razón, sino la concreta que representa ia comunidad de un grupo, na

dón o el género humano".

En sfhtesis, las den das humanas, son un tipo de saber, que en vez de alejarnos de

nosotros mismas como ocurren en las dendas naturales, nos permiten un mejor auto-

conodmiento, pues mientras las afirma dones de éstas se nos imponen simplemente,

ios asertas de aquellas, nos comprometen y exigen, y nos ayudan a superar el divor

do entre nuestro pensar y actuar, y entre nosotros y nuestros semejantes, y que ha

ayudado a 1a crisis de nuestro tiempo.

LA P S I C O L O G I A

Aunque denda del hombre, sin embaído, la Psicologra no te confunde con ninguna

de las otras dendas humanas, aunque se halla ligada • ellas, pues posee un objeto

especifico: el psiquísmo individual que se manifiesta en las conductas intelectual,

emodonal y volitiva del ser humano, cuya evoludón se realiza a través de la ma­

dura dón orgánica, la experienda personal y la influenda sed al, en mutua y per­

manente interacdón.

Pero la actividad psíquica requiere un sujeto consdente que trabaja, duerme, anhe­

la , e tc ., es dedr, que actúa en fundón de determinados propósitos y deseos. Esto

explica no solo las diferencias que hallamos entre sus opiniones, proyectos y metas,

sino también con la conducta animal. La conducta humana es en efecto, la respues

ta significativa a las situadones que tienen sentido para el humano, y abaroa toda

su vida psíquica; pasee además un aspecto exterior, (tal como lo anoté el conduc-

tismo), y una slgnifioadón, y se distingue de los procesos fisiológicos en que es al

g# personal, ya que es la respuesta de cada individuo a las situadones en que se ha

lia* La conducta humana no es pues como cree el conducrismo un simple proceso de

adaptadón o reacdón al medio, sino la realizadón de actividades significativas pa

ra el ser humano, pues éste, quiéralo o no, se halla en determinadas situadones de

las cuales es responsable, siendo ellas bs que generan las distintas conductas y a su

vez nos brindan posibilidades y limitaciones.

Pero como lo señala Hubert, el desarrollo humano requiere una unidad que ligue los

factores orgánico, psicosodal y espiritual, y que permita su diferenaadón. Esta

unidad as la candando, por la cual nos constituimos como personas. En verdad,

en todo humano hay una exigenda de ser "¿I mismo ", y es la lucha entre les di

versos factores, lo que le da a la existencia humana el carácter de problemática

frente a la tranquilidad animal. En efecto, la propiedad básica de la persona es

la trascendenda, por la que supera los estrechos limites de su individualidad si

quiere de verdad realizarse. Esto, requiere una *Yoma de condenda", la que o-

curre en dos momentos: toma de condenda de la situadón, y de oada cual como

sujeto de su situadón. El dramatismo de nuestra existenda radica predsamente

en que debemos dea di r entre las diversas posibilidades que cada situadón nos

plantea aqtf y ahora, posibilidad que se convierte en oportunidad de realizadón

o de fracaso. Y éste es en sentido estri cto el objeto de la pslcologia: cómo cada

ser humano a partir de sus oapaddades y limitadones, ha llegado a ser lo que es,

o como expresa Schachtel, la metamorfosis del niño en adulto.

Pero esta transforma dón no ocurre de modo uniforme, sino que pasa por una serle

de etapas y debe superar diversas crisis y obstáculos antes de lograr su plena madu

rez. La "toma de condenda " es asTj un "extrañarse " frente a los puntos de vista

subjetivos e inmediatos, un "descentramiento " intelectual y afectivo que consiste

en mirar la realidad desde distintos puntos de vista, io que se logra por el choque

de nuestros juidas y actitudes con los de otras personas. Para Piaget, la percep~

dón del yo y de la realidad, tal como son captados en su vlvenda Inmediata, son

susceptibles de ser sometidos a "errores sistemáticos " debidos al fenómeno del cen

tramiento en el yo. Reacdones como los celos, la envidia, la vanidad, e tc ., pue

den ser considerado* algunos de dicho» errores en la perspectiva emocional del in­

dividuo. En el desarrollo del pensamiento humano gradas a los progresos filosófi­

cos y dentificos, hemos tardado siglos en liberamos de muchos de esos errores crea

dos por tal punto de vista.

Sin embargo, la comprensión ajena no toma siempre las vTas del Intelecto, sino que

las mas de las veces requiere del camino del afecto, tal como lo señaló Freud, quien

frente a la teoría clásica del yo "autónomo ", postuló lo existenda de un yo en per

manente discordia consigo mismo y con el mundo exterior, y que explioa el carácter

dinámico de los procesos psíquicos debido al conflicto de fuerzas psíquicas opuestas.

El desarrollo psíquico humano consisto pues en sucesivas "tomas de condena a " a ni

ve! Intelectual y afectivo durante todo el transcurso de su existenda. Describire­

mos ahora dicho proceso.

EL PROCESO DE " TOMA DE CONCIENCIA ■

El ser humano se nos aparece desde el punto de vista orgéni co con un cuerpo que nol tV h ' ♦ ; .................................... . . ■ i ' ; i *• ., ‘ •: ¿ * ' » I ‘ 1

¡ t 'i , ,»• j f ! • i ** ' . : *■ / 1 ■ • ’ '} • ? '

es un objeto material como los demás, sino que como dice Merleau Ponty es "una uní

dad interiormente sentida " por un sujeto, en donde sus miembros remiten unos a otros,

de modo que cada miembro "informa " de la posición de los demás, conformando el así

llamado "esquema corporal "que es la representación psíquica que el sufeto tiene de

su cuerpo y de sus procesos psicofisiolÓgioos.i ' - 1-V i: < ¡ ■ i ■ » ; ■ '• ' ■> ■ is ' j ! * * \ '■ * *•'* ‘ •' ‘ • * • * 1 « ' ' • ' ■ * 1 1

El cuerpo es pues "materia encamada ", ya que no lo vemos como simple materia, si­

no que nos remite a un "dentro ", oigo expresivo que lleva a un interior habitado por

alguien ". Este "alguien " es un sistema de significaciones marcado por una historia

personal que nos Invita a su interpretación. Además, ese "alguien " es un Y O con l-

deas, sentimientos y en especial con impulsos. En efecto, tal como lo ensenó Spinoza

"todo ser se esfuerza por permanecer en su ser ". Ese esfuerzo se manifiesta en los vi­

vientes superiores en el anhelo de autoconservadón, el cual se expresa sobre todo en

el hambre, impulso universal por excelencia.

Sin embargo como afirma Bloch, dicho impulso no está aislado en el hombre, sino que

se halla en relación con las demás necesidades humanas y solo tiene sentido en el te­

rreno de su propia ¿poca e historia. (5).

Del impulso de autoconservadón se derivan los demás impulsos: el sexual, de agresión,

e tc ., y no como decía Freud que del sexual se derivaban los otros. Además, todas núes

tras acciones tas realizamos impulsados por propósitos conscientes e inconscientes,

y ya en el recién nacido hallamos desde un principio una tendencia inconsciente a

la satisfacción inmediata de sm necesidades tal como se advierte en sus preferen­

cias y rechazos hada las divenos estímulos que se le presentan, y ésto lo hace en

últimas, en fundón de un interés, o sea de acuerdo a lo que mas directamente le

afecta. Los intereses se convertirán mas tarde en motivos, que son los móviles que

animan a cada ser individual.

Siendo el hombre un ser de apetitos, en é l, el apetecer es lo mas universal e Tnri-

mo, aunque mudables sus modalidades y aquello que los satisface. Además, cuan

do los apetitos se toman consdentes, surgen los afectos o sentimientos, cuya ca­

racterística principal es la Impulsividad.

El conjunto de la vida afectiva, o sea la sensibilidad, es asf, una progresiva dife-

rendadón de la vida impulsiva original o sea, que mucho antes de poder expresar

se , el niño siente, pero con una sensibilidad general e Indiferendada y centrada

durante sus dos primeros años en su propio cuerpo. Es pues, nardsista y pasiva, di

rígida en espedal a los procesos de alimentadón y supervivencia. Sin embargo do

mo di ce Freud, los impulsos no son propiamente hablando, objeto de la condenda,

sino que vienen a serlo las ideas que les representan, viniendo a ser ellos, limftro-

fes entre lo fisiológico y lo psicológico, y aunque tienen su rafz en las tensiones

corporales, encuentran su objeto en el mundo humano.

Es hoy aceptado que la vida psíquica se puede reducir a la actividad y a la sensibi­

lidad, no habiendo en un principio ninguna diferencia entre ellas. Siendo las acti­

vidades sensomotrices y las reladones con la madre, las que permiten su primera di­

ferencia dón en el redón naddo.

El yo del niño es pues en un comienzo un yo corporal, dedicado o coordinar y dirigir

las actividades musculares. Su forma dón a los tres meses, señala el paso sin transi-

dón de lo puramente somático a lo psíquico,tal como lo demostró Spitz. Los nexos

entre los impulsas infantiles y los mecanismos psíquicos son las fantasías, las que ge

neradas por los afectos se refieren - como es obvio - , al propio cuerpo, para luego

desplazarse sobre la madre.

En síntesis, todas nuestras aedones las realizamos sobre un fondo que es el estado de

ánimo, y que permite distinguir los actos personales de les puramente mecánicos o

impersonales. Los afectos cumplen a su vez, dos condi dones que no poseen las de­

más actividades psíquicas; una temperatura Interior, y una inmediatez respecto a

nosotros mismos, cosa que no ocurre con las percepdones y pensamientos que al de

pender sobre todo de los estímulos externos, cumplen la misión de Informamos sobre

el mundo exterior.

Si los afectos son los que propordonan la energía al desarrollo psíquico, la inteligen

da le brinda los instrumentos o medios por los cuales el niño adquiere una progresiva

"toma de condenda" de s í mismo y de la realidad, ambas solidarios y en íntima re-

ladón. Tal como lo señaló Plaget, la inteligenda es la forma superior de equilibrio

en nuestros reladones con el medio, lo cual hace atravesando una serie de etapas,

la primera de las cuales es la sensomotriz, que consiste en la coorcünadón de los

acdones del recién naddo sobre el mundo exterior, creando asi*, un mundo prácti

co que se adecúa a sus necesidades elementales.

La tarea del redón naddo consiste, en efecto, en convertirse en parte activo de

su medio, colocándose como un obfeto entre los ob|etos, y para ello debe superar

el egocentrismo de sus primeros meses. Esto, Implica un doble esfuerzo:

1) La conquista del mundo de los objetos, que lo llevará a la objetividad;

2) Lo "toma de condenda" de sT mismo que lo condudrá a la refleidón y al

pensamiento lógico.

Esta progresiva H Tomo de condenda", se realiza en primer lugar por medio de la

coordinación sensomotriz de las acdones, pasando por los movimientos espontáneos

{nidales, los reflefos, los hábitos y las percepdones, procesos que aunque aislados

en un prindpio, se van integrando con el e jerdd o , formando los llamados "esque­

mas sensomotrices ”. Cuando nuevas conductas son integradas en estos esquemas, se

logra una mayor amplladón del universo del reaén naddo, lo que origina las "reac

dones drculares ", y la inteligenda propiamente dicha. En efecto, cuando el niño

utiliza instrumentos paro agarrar objetos alejadas, a los 18 meses realiza toda una

"revoludón copemicana como lo denomina Piaget, siendo ésto en verdad su primer

acto inteligente. Este suceso, consiste en la adquisidón por parte del niño de las

nodones prácticas de obfeto, espado, causalidad y tiempo, y con las cuales podrá

manejar ya el mundo que se le ofrece, (6).

22.

Tal como nos lo enseña la psicólogo genética, «I mundo del recién nacido es caéfi

co, sin objetas y sin amor, y en el cual la distinción entre yo y no yo, subjetivo y

objetivo no existe aún, la cual se va elaborando poce a poco, gradas a las estimu

las de lo madre, pues si la madre es el primer objeto afectivo del niño, también lo

es a nivel cagnosdtivo, y como dice el psicoanálisis/'el objeto materno es Investí

do afectivamente, antas de ser perdbido intelectualmente". Asf pues, la reladón

madre-hijo se enmarca en el campo mea amplio de la construcción de lo real. Aun

mas, el redén nacido durante sus primeros meses, no perdbe objetos propiamente,

sino cuadros sensoriales que aparecen y desaparecen, y solo a los nueve meses, mués

tro un interés real por los objetos ausentes. Construye pues la nodón de '’objeto per

manante" como p.ej. cuando al tapónele un objeto con un trapo, lo busca afanosa­

mente, cosa que no ocurría antes; o cuando al alejarse una penona, hace un movi­

miento de búsqueda. Estos hechos coindden con lo que Spitz ha denominado " an­

gustia de los ocho meses" y que consiste en que el niño reacdona con lloros si en

vez de la medre esperada surge una penona extraña.

Lo revoludón copernicana es asf pues, un "des centra miento" del yo infantil, en el

que el riño al distinguir objetos se sitúa como uno entre ellos. Al ine coordinando

las di venas sensa dones que en un prindpio estaban aisWdas, se van diferendando,

surgiendo asi* la percepción, que es la captación directa de la realidad, Ya al na­

cer, y aún en el feto, existen respuestas a la estimuladón en torno a la boca infan

Hl.

E$ pues la cavidad bucal, «I área mas desarrollada del ruño, lo que ha llevado a Spitz

a afirmar que ella es la cuna de la percepción. En efecto, esha zona cumple dos rtqul

sitos básicas: la ingestión que permite la supervivencia física, y la percepción, que se

diferenciará en sus modalidades gustativas, olfativa, táctil, visual y auditiva* (7).

Según Schachtel, existen dos tipos de percepción en el hombre* la a uto céntrica y la

alocéntrica. La primera es una percepción por contacto o proximidad tal como ocu­

rre con el tacto, el gusto y el olfato, en los que las cosas se nos dan en forma subjeti

va. Lo alocéntrica es una percepción a distando por la cual captamos Ies obfetos en

forma mas ob|etiva. Incluye la vista y el oído que nos informan sobre el mundo exte­

rior. Sin embargo, es por la percepción visual por la que adquirimos una imagen mas

integral del mundo exterior, siendo también la base de la misma racionalidad.

La percepción, - al contradi o de lo que afirma el empirismo - , no es un compuesto de

sensaciones, sino que es al decir de Piaget, una "composición Inmediata de ellas",

de modo que nuestros conocimientos no provienen de las sensaciones, ni aún de la per

cepdón aislada, sino de la totalidad de la acdón. Nuestra captación de la realidad

cumple las condidones de una G es taita (totalidad estructurada), pues no perdbimos

primero los elementos aislados como creía el empirismo, sino que perdbimos los oble-

tos como una totalidad. Así, al percibir una casa, no vemos primero su color y luego

su tamaño, sino que de entrada perdbimos la casa como una " g es taita", y luego pasa

mos al análisis de sus detalles. Además, el hombre siempre ve mas de lo que perdbe

directamente. La casa la perdbimos siempre y en forma inmediata como algo habita

da o habitable por alguien, y ante ella manifestamos siempre determinada actitud

valorativa como interés, admiración, etc. En mi ver, oir, etc. partidpan todo

mi saber y mi cultura, es decir mi experiencia "arrinconada " en el olvido, y que

aflora en determinadas situaciones. Lo realidad la percibimos pues, como un todo

Indiviso de entidad y significados, y está Implícitamente comprendida en los jui­

cios de existencia y valor. (8).

La percepción sin embargo, por su carácter de "centrada " inmediatamente en el

objetoconcreto, es demasiado subjetiva y está sometida a diversas deformaciones

por parte del sujeto. Se requiere pues un nuevo " descentramiento" que supere su

rigidez e IrreversibUIdad.’ Esta sin-salida a que conduce la inteligencia sensomo-

triz, - y que los animales no pudieron saltar es sin embargo superada por el in­

fante por medio de la "función simbólica * que instaura la inteligencia representa­

tiva, y que se extiende de los 2 a los 11 años, siendo el mas Importante para la ob

servadón del adulto.

Las coordinaciones sensomotrices y perceptivas son, según ésto, inmediatas y prác

tioas, y solo permiten soludones pardales y locales a los problemas que la realidad

le presenta al niño. No es ésta la situadón de los animales, que se adaptan pasiva

mente a su medio sin modificarlo ni un ápice? Por la fundón simbólica, el infante

país pues del plano senso-motor al reflexivo, o sea que realiza una " toma de con

denda" de sus propios pasos, pasando así* de una Inteligenda puramente vivida a

la reflexiva propiamente. En este sentido, la constitudón del lenguaje-fundón

simbólica por excelenda-, cumple un papol dedsivo. En efecto, a la vez que le

permite incorporarse al mundo social del adulto, le abre posibilidades insospecha­

das de crear un mundo propio, el del n si mismo Además, el juego, verdadero

preludio de toda actividad creadora, adecúa el mundo a sus necesidades, y lo libe

ra de su asfixiante presión.

Lfl imitación y la identificación, también fundones simbólicas, completarán estei i j i i, i » »:!;« . i « ! .5 ; ¡ I j . f ' r¡ i'i i. ;■ >' i ;• | : ¡' r ; í í ; i

interesante proceso. A los 4 años, encontramos ya al infante en posesión del pen­

samiento "intuitivo o prelógico ", por el cual está en capacidad de establecer reía

clones lógicas con los obfetos, y entre ellos. Sin embargo, no se halla aún en con

di dones de superar el propio punto de vista, tal como lo observamos en los fuegos

de esta edad, y en la ¡noapaddad de establecer reladones simétricas, p.ef . , la de

ser hermano de su hermano. Este egocentrismo será superado a los siete años por me

dio de las "opera dones", que preparan el camino a la lógica deductiva y por ello

a la d en d a. Las opera dones, en un prindpio concretas, son "acdones interiori­

zadas " y tienen su raiz en las actividades sensomotrices. Se transferirían en lógicas,

al agruparse en sistemas, y ordenarse de acuerdo a derlas leyes, tales como las de

los conjuntos aritméticos.

Las operadones lógicas formarán a su vez las clases de tipo aritmético, geométrico,

físico, etc. , siendo las unidades básicas del pensamiento lógico, las que forman sis

temas operatorios de conjunto, de acuerdo a las leyes psicológicas que forman estruc

turas de conjunto y no meras opera a ones aisladas. Su carácter esencial, - en oposi-

dón a la percepción-, es la reven! bilí dad que define tanto al equilibrio, como

a la inteligencia, según lo dijimos antes. En efecto, en la medida en que la in

teligencia es capaz de desvias, idas y vueltas que van aumentando en el cuno

del desarrollo intelectual, nos muestra su verdadera naturaleza; la de equilibrar

las relaciones del hombre con su medio. La inteligencia al "operar" sobre los

objetas, cumple una fundón "constructiva" sobre lo real, pero para ésto requie

re un proceso evolutivo que compromete toda la vida del individuo hasta su ado

leseando. AI final de esta progresión, hallamos al ¡oven en posesión de una ló

gica de tipo discursiva, es dedr, que puede manipular hipótesis y razonamientos,

y construir ya sistemas filosóficos.

Estos logros le permitirón orientone en el mundo de un modo mas completo que el

recién naddo, el cual sólo estó en concfldones de manejar los objetas de su entor

no. Ha llegado así a estar en condi dones de comprender la aenda y la filosofía,

sistemas explicativos por excelenda, y que lo colocan en la situadón privilegiada

de poder buscar ya por sf mismo.

C O N C L U S I O N E S

La "toma de condena a '* es, de acuerdo a lo anterior, un proceso que abarca toda

vida humana individual y colectiva y en últimas es la que les da su verdadero senti

do* No es acaso ésto, mas que el mero sobrevivir, lo que preocupa a cada cual en

su fondo más íntimo? Claro que la carenaa de los recursos vitales mínimas ha arre

botado a gran parte de la humanidad las posibilidades de una vida mas digna, pero

no por eso ha anulado la inquietud metafísica por su propia existenda tal como lo

han expresado Spinoza y Unamuno, entre otros.

La historia como ya se ha dicho, es el movimiento del hombre en busca de sus pro­

pios fines. Pero el anhelo de ser mas, como lo ha dicho Chardin, solo lo logra el

hombre por un acrecentamiento de condenda que lo compromete en todo su ser ma

ferial y espiritual en su devenir histérico. Y si la historia tiene un sentido, lo es

por ese incesante anhelo de vivir mes y mejor. No es acaso prueba de ésto, - y

que le da un dramatismo al momento presente - , la situación de quienes buscan la

satisfaedón de sus condiciones materiales mínimas, frente a aquellas que a pesar

de poseerlas, no le han dado sin embargo un sentido a sus vidas?.

Ya expresé Ernest Bloch, que en el hombre no actúan los impulsos independiente­

mente del individuo como un todo, de su clase y época determinadas, sino que hay

una dependen da reciproca de las necesidades humanas de modo que si en verdad

"no solo de pan vive el hombre", sin embargo, sin él no es posible ninguna exis­

tenda digna. No se trata pues de enfatizar un¡lateralmente una u otra realidad,

sino de tomar el hombre como un todo. En otras palabras se trata de superar los en­

foques unilaterales que sobre el hombre ha planteado el naturalismo moderno al basar

se en la artificiosa esdslón sujeto-objeto y hombre-mundo, y que han llevado no solo

a la atomización del saber, sino también la alienación del hombre moderoo.

Tal como coda vez se ha ido señalando solo a partir de la intersubfetividad, - verda­

dera ob|etividad en las dendas humanas nos libraremos de las ataduras a que el

método d¿nftTtco-natural nos ha ligado, lo mismo que al subjetivismo cartesiano que

ha impedido reconocer nuestro verdadero carácter intersubjetivo.

Al ser además toda condenti a , Sntendonal, está referida en nuestro caso al mundo

humano, siendo la "toma de condenda” la supera dón de cualquier posldón egocén

trica, y mediante sucesivas "descentramlentas" llegar a una mayor objetividad y ro­

dona l! dad.

Hemos seguido con Piaget y el Psicoanálisis los pasos de esta "toma de condenda",

que desde las movimientos erráticos y caóticos del niño hasta la conquista intelectual

y afectiva de su mundo por el adolescente, muestran su progresivo enriquedmiento,

de modo que se halla ya en condi dones de orientarse por £ mismo en el mundo.

29.

1 Plaget, Jean.

2 .- Granger, G .G .

3 .- Plaget, op. d t .

4 .- Gassirer, E .

5 .- Hoch, E .

6 .- Plaget, Jean.

7 .« Spitz, Rene.

■ I 1 L I O G 1 A F I A

Las tendencias actuales de la Investigación en las

dendas sociales. Alianza Editorial, Madrid, 1970.

Formalismo y dendas humanas. Editorial A riel, Bar­

celona, 1977.

Las dendas de la cultura. México, Fondo de CulturaEconómica, 1965.

El Prindpío Esperanza. Madrid, Editorial Aguilar, 19803 . vol.

Seis estudios de Psicología. Barcelona, Seix Barrai, 1977.

El primer ano de vida del niño. México, Fondo de CulturaEconómica, 1969.

8 .- Kosik, Karel. Dialéctica de lo concreto. México, Editorial Grijalbo,1967.