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La Realidad y sus Mitos El Hubiera Noveno Mito H.C. Elías

El hubiera

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En este artículo se desmitifica la tan arraigada idea de que el hubiera no existe, pues no solo existe, sino que se ha probado experimentalmente que el futuro modifica el pasado.

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La Realidad y sus Mitos

El Hubiera

Noveno Mito

H.C. Elías

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El Hubiera Noveno Mito de la Realidad

Extracto del libro “La Realidad y sus Mitos” ©H.C. Elías

Registro Indautor 03-2015-072909540400-1

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“El Hubiera”

Noveno Mito de la Realidad

Toca el turno de desmitificar una famosa frase que se ha vuelto algo más que eso, en virtud de que se ha insertado como creencia consensuada en el subconsciente colectivo de la humanidad.

“El hubiera NO existe”

Empecemos por dejar claro lo que significa, y de donde proviene la palabra “hubiera”.

Lo primero que debemos considerar es que el llamado modo verbal describe la actitud de quien expresa una acción. Esta acción puede ser algo que se está realizando o se ha realizado (escribo, escribí), también puede referirse a algo virtual, hipotético o posible (hubiese/hubiera escrito), o impositivo (escribe).

La forma hubiera corresponde al pretérito imperfecto del subjuntivo del verbo haber, y representa una acción que no ocurrió, por tanto cae dentro de lo subjetivo, sin embargo, esto no implica necesariamente que sea inexistente.

A este tiempo de conjugación verbal en inglés se le conoce como pasado irreal.

Irreal significa que no fue parte de la percepción consciente, ni en su modalidad sensorial ni extrasensorial, pero no por eso es inexistente. Recordemos que la percepción tiene lugar en la octava dimensión donde co-existen todas las realidades relativas de todos y cada uno de los seres en este universo.

Tanto lo que ocurrió como lo que no ocurrió respecto al observador conforman esa octava dimensión. Si es observada pasa a formar parte de la realidad del observador. Si no es observada por un observador, quizá lo sea por otro, pero como en última instancia siempre es observada por el Observador Final o Conciencia Divina existe per se.

Todo esto nos lleva a proponer una ligera, pero trascendental modificación a la frase anterior.

“El hubiera SI existe”

Pero, y desde luego lo más importante, ¿tendrá esto alguna implicación en la realidad actual resultante de la observación de la conciencia? O en otras palabras, ¿ya que existen otros pasados posibles, podremos acceder a ellos desde el presente? y aún más ¿se podrá cambiar el pasado desde el presente?

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Antes de iniciar el camino que nos llevará a dar respuesta a tan extraña pregunta, consideremos algo que a primera vista pudiera parecer un comentario simple, evidente e incluso insulso, sin embargo más adelante aflorará su gran relevancia.

“Desde el pasado, el presente es considerado futuro”

En la canción Ding-Dong escrita por George Harrison hay una interesante parte de la letra que refleja un sentir respecto al tiempo muy similar a la idea que intento desarrollar en estas páginas.

“Yesterday today was tomorrow, and tomorrow today will be yesterday”. (Para el Ayer hoy era mañana y para el mañana, hoy será ayer).

Lo que me atrae más de esta frase es la manera en la que juega con los tiempos “era” y será”. Al ayer y al hoy lo liga en pasado al mañana, y al mañana lo liga en futuro al hoy y al ayer.

Ayer Hoy Mañana Hoy

era será

Mañana Ayer

Solo como nota curiosa, noten que el primer esquema se comprende más rápidamente, el segundo cuesta un poco más de trabajo, esto es porque, nuestro paradigma nos facilita más la comprensión de la secuencia ayer, hoy, mañana; que la secuencia mañana, hoy, ayer.

Esta aparente incongruencia al asociar un verbo en pasado (era) al futuro (mañana), y un verbo en futuro (será) al pasado (ayer), solo significa una cosa, que ambos son dependientes entre sí y en particular de su estado intermedio o “eslabón”, el presente.

De acuerdo a esto el presente puede influir tanto en el futuro como en el pasado. Así el pasado influye en el futuro en la misma forma en la que el futuro afecta el pasado a través del presente.

Si esta propiedad de simetría temporal puede ser descrita mediante el lenguaje, entonces debe ser parte de la esencia misma del universo.

Vayamos al Génesis Bíblico, en particular a génesis 1:3,

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“Vayomer Elohim Yeji-or, vaYeji-or”

Y dijo Di-s: Sea la luz y fue la luz Versión Reyna Valera

Y dijo Di-s: que haya luz y hubo luz Versión Biblia Hebrea

La palabra or significa luz.

La palabra Yeji que se traduce como sea o haya implica que ya había luz.

La palabra va, corresponde a la letra vav, la cual en hebreo bíblico no solo significa “y”, sino que también tiene la función de invertir el tiempo de un verbo a su opuesto, es decir de pasado a futuro o de futuro a pasado.

De esta forma la frase yeji-or que significa sea la luz o haya luz, es invertida por la vav y en la segunda parte del versículo se lee, fue la luz o hubo luz.

Juntando las anteriores ideas, podría inferirse que la luz ya existía en el futuro y fue traída al pasado para que el universo pudiese existir.

El poder de la vav de invertir el tiempo requiere atraer la luz desde el futuro hacia el pasado, lo cual representa en sí el secreto del tiempo, el futuro transformándose en luz que permea el espacio.

Toda cosa a la que se aplica el término vayeji (y fue), se encuentra en el mundo futuro y en este mundo.

Hagamos un ejercicio mental hipotético. Por un momento imaginemos el punto de octava dimensión con todas las realidades relativas posibles de nuestro universo, y supongamos que solo una lleva a una conclusión exitosa, y que Génesis 1:2 hace referencia a una o varias situaciones catastróficas dentro de todas las realidades relativas posibles que reflejan la realización no exitosa del universo. Si pensamos en esta situación como un laberinto de los que comúnmente vienen en algunas revistas, veríamos de inmediato la analogía, si no sabemos cómo encontrar la salida llegaríamos a caminos bloqueados, pero en cuanto conociéramos la salida, resolverlo sería más fácil asegurando el 100% de éxito si lo hiciéramos desde la salida hacia la entrada, o de futuro-presente a pasado. De esta forma garantizaríamos que el camino escogido entre ambos puntos, inicio y final sea el correcto.

De acuerdo al análisis que realicé en relación al contenido de Génesis 1:3 pareciera ser que en nuestro universo el futuro funciona como un atractor, sin embargo, Génesis 1:2 se nos presenta a manera de advertencia para resaltar que este atractor no ha sido lo suficientemente fuerte como para evitar eventuales desviaciones, que han llevado a historias relacionadas con universos fallidos.

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Si entendemos correctamente Génesis 1:2 y Génesis 1:3, notaremos que el universo exitoso que se constituye como atractor, es solo eso, un atractor y no un sendero excluyente, fijo, invariable y predeterminado. En otras palabras, este futuro nos revela la trayectoria a seguir para llegar a él, pero no desaparece las otras trayectorias por las que no llegaríamos a él.

Para entender mejor esta idea imaginemos un campo lleno de surcos, todos tiene profundidades deferentes, pero hay uno que es más profundo, el cual, aunque en el momento que lo vamos recorriendo no sabemos que es aquel que nos llevará al único sitio donde hay agua, posee una característica distintiva, su profundidad, la cual en cierta forma hace las veces de atractor, aunque en cualquier punto podríamos decidir desviarnos y seguir por un surco menos profundo. A pesar de que su profundidad establece una marcada diferencia y por tanto nos “atrae” a permanecer en él, la profundidad que es su característica distintiva, no impide que en cualquier punto del camino optemos por seguir un surco con menos profundidad, el cual, desde luego no conducirá al único lugar donde hay agua.

El sendero que queda determinado desde el futuro se constituye como guía, pero no como imposición, nada nos obliga a seguirlo, pero si actúa como “atractor” para llegar al mejor resultado dentro de todas las realidades relativas posibles para nuestro universo.

En el misticismo hebreo el secreto de la Teshuvá radica en convertir completamente el pasado en bien. Esto, al igual que se hiciera a nivel cosmológico en génesis 1:3, requiere atraer la luz del futuro al pasado para modificarlo, bajo el mismo principio, pero a diferente escala.

Teshuvá implica arrepentimiento y retorno a Di-s por amor. Aunque esto es muy importante pues se relaciona con lo visto en el artículo anterior referente a reencarnación, será tema de un artículo posterior, por lo que no profundizare demasiado por ahora.

Hasta aquí contamos con un esquema en el que tanto el pasado condiciona el futuro, como el futuro lo hace con el pasado, pero no todo es perfecto, pues existen desviaciones que se deben corregir modificando el pasado, no desde el “fin del laberinto” (futuro exitoso del universo), sino desde puntos intermedios que ponen en riesgo la trayectoria que se debe seguir para llegar al inicio sin correr el peligro de perdernos en el camino y volver a caer en una historia de universo fallido.

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Desde luego el laberinto anterior es una imagen en extremo simple, pero es útil para afianzar la idea que desarrolle en párrafos anteriores. Ya que la octava dimensión es una dimensión cuántica, todas las realidades relativas posibles son conocidas simultáneamente. Todo laberinto se resuelve más fácilmente de fin hacia principio pues la solución es conocida, sin embargo, supongamos que hay puntos donde a pesar de que la trayectoria es conocida, pueden generar confusión o indecisión lo que propicia que no se siga la trayectoria segura, aunque siempre se pueda retomar la que con seguridad nos llevara al inicio correcto que garantiza el haber llegado a la única salida. Este retorno al camino correcto durante el trayecto es lo que he llamado Teshuva o más universalmente “arrepentimiento”.

¿Existe alguna evidencia física de que esto sea posible, de que el futuro pueda modificar el pasado?, increíblemente SÏ.

Como sabemos, en la escala cuántica las partículas pueden existir en más de un lugar en el mismo momento –hasta que son observadas. Esta superposición es uno de los misterios centrales de la física.

La física de Newton se define como determinista dado que se caracteriza por definir claramente el comportamiento de un sistema a cada instante conociendo sus condiciones iniciales y las fuerzas que actúan sobre él. En base a esto puede asegurar que dos objetos iguales se comportarán de la misma forma bajo las mismas condiciones iniciales y fuerzas externas. Sin embargo esto no ocurre en el mundo cuántico. En virtud del principio de incertidumbre de Heisenberg, si se conoce la posición de una partícula, no se puede saber nada sobre su velocidad o momento. El determinismo Newtoniano se transforma en incertidumbre en el dominio cuántico.

La incertidumbre del mundo cuántico puede observarse en el laboratorio, por ejemplo en el decaimiento de los átomos radioactivos. Si se tienen dos átomos radioactivos idénticos, uno puede decaer en un minuto y el segundo puede tardar una hora en decaer. Simplemente no hay forma de explicar los diferentes comportamientos de cada átomo o de predecir cuándo decaerán observando su historia (condiciones iniciales y fuerzas externas) y, en apariencia, no hay causa definitiva que produzca estos efectos. Este indeterminismo hace necesario plantearse la pregunta, ¿dónde está la información que determina lo que le sucede a las partículas? Aharanov cree que no podemos percibir esa información (condiciones iniciales y fuerzas externas) que regula el comportamiento de la materia porque no existe en el pasado, proviene del futuro.

Estas observaciones llevaron a Aharanov a concluir que “La naturaleza nos está tratando de decir que existe una diferencia entre dos partículas aparentemente idénticas con destinos distintos, pero esa diferencia solo puede ser encontrada en el futuro”.

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Aharanov, ha formulado la teoría cuántica de tiempo simétrico, que explica cómo la información del futuro podría llenar el hueco indeterminista del presente.

Desde esta perspectiva estaríamos suponiendo la acción de un “determinismo” bilateral proveniente de la simetría temporal. Así desde nuestra perspectiva en el presente, a la influencia del pasado en el futuro le llamaríamos determinismo y a la influencia del futuro sobre el pasado le llamaríamos incertidumbre o indeterminación.

El mundo sujeto a las leyes de la física clásica y relativista sería un mundo donde los eventos presentes son influidos por los acontecimientos pasados, en tanto en el mundo cuántico, los eventos presentes estarían influidos desde el futuro, forma “extraña” de determinismo que interpretamos como incertidumbre.

Aharanov y el físico de la Universidad de Chapman, Jeff Tollaksen, diseñaron una serie de experimentos en los que el resultado es determinado por los eventos que ocurren después de que el experimento fue realizado. El protocolo incluye una medición de preselección realizada en un grupo de partículas; una medición intermedia; y una post selección en la que los investigadores eligen un subgrupo de las partículas para realizar una tercera medición relacionada.

Para encontrar evidencia de “retro causalidad” (influencia del futuro sobre el pasado) el experimento tendría que demostrar que los efectos medidos en el estado intermedio están ligados a acciones realizadas al subgrupo de partículas en un tiempo posterior.

La idea es que los efectos relacionados a las mediciones realizadas en el futuro regresarían al presente para interactuar con el pasado.

Para uno de los físicos más reconocidos del mundo, Paul Davies, de la Universidad de Arizona State es posible que la retroalimentación del futuro este guiando el desarrollo de la vida en el universo. Los cosmólogos desde hace tiempo se han maravillado por cómo las condiciones de nuestro universo, como el ritmo de su expansión, proveen el caldo de cultivo ideal para las galaxias, estrellas y planetas. La probabilidad de obtener un universo como el nuestro por el mero azar es sumamente remota. Pero si el estado final del universo está definido y se extiende de adelante hacia atrás para influir el universo desde sus inicios, esto amplifica la posibilidad de que surja la vida y la inteligencia en el universo.

Esta aseveración de Davies coincide plenamente con lo que he expuesto en párrafos anteriores en relación a la interpretación que realicé de Génesis 1:3.

Desde ambas posturas se genera la posibilidad de que el universo tenga un destino, una especie de programa que magnetiza los sucesos hacia su estado final. Lo asombroso es que el “destino” del universo podría haber sido establecido tanto en el pasado como en el futuro.

El principio cuántico que haría posible el que el futuro pudiera modificar el pasado se conoce como entrelazamiento cuántico, principio que he descrito ampliamente en

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artículos anteriores. De acuerdo a esto las partículas, sin importar de cuantas estemos hablando, existen en estados interrelacionados o “entrelazados” que permanecen indeterminados hasta que se efectúa una medición en alguna de ellas. Cuando se lleva a cabo una medición sobre una partícula, al instante se fija el estado de la otra u otras partículas. Para que las cosas resulten como se espera se debe considerar que el entrelazamiento ocurre no solo a nivel espacial, sino también temporal. A este enfoque propuesto por Aharanov se le llama formalismo vectorial de dos estados o TSVF. De esta forma se puede considerar una interacción continua que se extiende entre los eventos pasados y futuros.

Aunque esta aproximación es más acertada que simplemente considerar un entrelazamiento espacial, considero que se debe tratar como un fenómeno de octava dimensión y no solo de cuarta dimensión.

Dado que en la cuarta dimensión solo existe una partícula y por tanto ninguna con quien entrelazarse, este fenómeno cuántico solo puede ocurrir en la octava dimensión donde se sobreponen todas las realidades relativas posibles que han sido, son y serán de todos los seres posibles de nuestro universo.

Hablemos acerca del experimento, para eso me voy a apoyar en una representación esquemática,

I II

Víctor Víctor

Fotones Fotones Entrelazados Entrelazados

Alice Bob Alice Bob

Fotones Fotones

Entrelazados T1 T2

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Todo inicia con dos pares de fotones (partículas de luz), cada pareja de fotones

(verde/Alice-azul/Bob), se encontraban entrelazadas entre sí, instantes después un fotón de cada pareja es enviado a un tercer participante hipotético-Víctor. Ahora Víctor tiene un fotón entrelazado con el de Alice y otro entrelazado con el de Bob (figura lado derecho).

Víctor al tener un fotón de cada pareja entrelazada, posee pleno control sobre las partículas de Alice y Bob. ¿Qué sucedería si Víctor decidiese entrelazar sus dos fotones? Al hacerlo los fotones en posesión de Alice y Bob (ya entrelazados cada uno con los que tiene Víctor), se entrelazarían el uno con el otro. Lo interesante de este experimento hipotético es que Víctor puede decidir llevar a cabo la acción de entrelazar sus fotones en cualquier momento, incluso después de que Bob y Alice hubieran medido, modificado o incluso destruido sus propios fotones.

III IV Entrelazamiento T3 T4

Víctor Víctor

Fotones Fotones Entrelazados Entrelazados

Alice Bob

Fotones Entrelazamiento en T3 provocado por Víctor en T4

Como el entrelazamiento es instantáneo, si dos fotones se entrelazan en un lugar, sus parejas se entrelazan de inmediato no importando que se encuentren a miles de kilómetros de distancia de sus “hermanos”, como se trata de un evento descrito por el formalismo vectorial de dos estados, es decir, que también incluye el concepto de entrelazamiento en tiempo, siguiendo un razonamiento análogo al anterior, si se entrelaza

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en un momento en el tiempo, quedará entrelazada en todo momento. Así que no importa

que tanto tiempo haya pasado desde que “Víctor” obtuvo su par de fotones, al entrelazarlos en el “futuro” (presente) quedarán instantáneamente entrelazados en el pasado. (Evento en octava dimensión).

Anton Zellinger coautor de este experimento afirma que “lo realmente fantástico es que la decisión de entrelazar los dos fotones puede ser tomada en un momento muy posterior. Incluso en uno en que los otros fotones (los de Alice y Bob) podrían haber dejado de existir”.

En pocas palabras la parte medular de este experimento consiste en Intercambiar el entrelazamiento entre dos parejas de fotones, siendo la decisión sobre si hacerlo o no posterior a la lectura de los primeros fotones, y aun así, éstos se entrelazan si lo queremos

después, y no lo hacen si en el futuro decidimos que no. Es decir, se está influyendo desde el presente sobre un hecho que ya ha ocurrido.

Para llevar a cabo un experimento en laboratorio, bajo esta misma idea, es necesario introducir el concepto de medición débil.

De acuerdo al principio de incertidumbre de Heisenberg si se conoce la posición de una partícula se ignora todo respecto a su velocidad y momento; y si se conoce su velocidad y momento, se ignora todo sobre su posición.

Cuando se realiza una medición fuerte sobre una partícula o sistema de partículas queda definida su posición o velocidad.

En cambio, en una medición débil, prácticamente el estado de la partícula o del sistema no se altera y por tanto la información que se obtiene es muy escaza, y poco representativa. Sin embargo la solución radica en realizar una gran cantidad de mediciones débiles y luego determinar su comportamiento más probable.

Sistema de partículas con dos Medición fuerte sobre una partícula estados posibles cada una

Tomemos en cuenta que cada dos cubos representan una partícula definida por la súper posición de estados o historias posibles tanto en tiempo como en espacio (en este ejemplo a cada partícula se le han asociado solo 2 estados o historias posibles de su infinito correspondiente).

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Al realizar una medición fuerte sobre una partícula (azul) de inmediato queda

determinado uno de sus dos estados o historias posibles, de hecho la más probable pasando a conformar su realidad relativa, simultáneamente por entrelazamiento cuántico, uno de los dos estados o historias posibles de cada partícula entrelazada también queda determinado, pero no como realidad relativa ya que esta se conforma respecto al observador, sino como estado o historia más probable.

Recordemos que hablamos de estados en el espacio tiempo. Por tanto estamos definiendo la posición de la partícula en un instante determinado al fijar su estado, pero al hacerlo carecemos totalmente de información acerca de su velocidad y momento.

A B A

C

Mismo sistema de partículas sobre el cual se practican una gran cantidad de mediciones débiles

Hacer una medición débil es como si viéramos de reojo y muy rápido un sistema de partículas, si consideramos una en particular como ejemplo (azul), en la primera medición, nos parecería que está en la posición A, pero como fue rápido o de “reojo”, no estamos seguros, así que repetimos la medición débil varias veces, al hacerlo nos parecerá que está en diferentes lugares, aunque en ocasiones se repitan algunos.

Luego mediante métodos estadísticos llegamos a la conclusión de su posición más probable al igual que la posición por entrelazamiento de las demás partículas del sistema.

De acuerdo al esquema anterior, dado que la partícula es débilmente medida en dos ocasiones en la posición A, y en las posiciones B y C sólo una vez, podemos concluir que es más probable que se encuentre en la posición A, pero no es definitivo, pues no hemos hecho ninguna medición fuerte que lo determine así.

El experimento inicia con un sistema de partículas sobre los que se realiza una medición fuerte, quedando determinada su posición o velocidad-momento. Luego se realiza una serie de medidas débiles sobre el mismo sistema de partículas, lo que nos da un estado más probable. Es importante remarcar el hecho de que la información promedio obtenida

a partir de las medidas débiles está influenciada tanto por las mediciones fuertes futuras, como las pasadas. Finalmente se realiza una medida fuerte del mismo sistema y se compara el resultado con lo previsto por el estado más probable del sistema obtenido a través de las múltiples medidas débiles. Y ¡sorpresa!, resulta ser muy diferente, lo que indica que la medición en el presente, cambia el estado inicial del sistema y por tanto su estado final.

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Sistema de Partículas en T1 Sistema de partículas en T2 Sistema de Partículas en T3

Medición inicial fuerte Medición intermedia débil Estado final más probable

Modificación del estado inicial

Sistema de Partículas en T1 Sistema de partículas en T2 Sistema de Partículas en T3

Medición inicial fuerte Medición intermedia débil Medición final fuerte

Alterada desde el “futuro” Modificación del estado Estado final diferente al esperado más probable

En el experimento de Rochester se midió el paso de luz laser a través de un aparato que segmenta los haces de luz. Parte del haz de luz pasaba directamente a través del aparato y parte rebotaba en un espejo que se movía milimétricamente debido a que estaba adherido a un motor. Los investigadores midieron la difracción del laser reflejado y así determinaron cuánto se había movido el espejo motorizado. En el caso en el cual los experimentadores decidieron no realizar una medición de post selección los ángulos de difracción de la fase intermedia resultaron ser mínimos. Pero cuando realizaron una medición de post selección, los resultados fueron completamente distintos. Cuando los científicos escogieron medir la luz laser saliendo de una de las aperturas, entonces solo

esa luz acabó con ángulos de difracción amplificados por un factor de más de 100 en el paso de medición intermedia. De alguna forma la decisión de medir al final afectaba el resultado de la medición intermedia, aunque esta había sido realizada en un tiempo anterior.

En cuanto al experimento los físicos advierten que sus conclusiones son ciertas en tanto la

experiencia se limite al ámbito de la Física Cuántica. Sin embargo, por lo que he expuesto

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en los artículos anteriores en lo referente a la observación y percepción tanto sensorial

como extrasensorial de la realidad, si ocurre a nivel cuántico, necesariamente se refleja a

nivel macro. Además el tiempo lineal al cual le adscribimos las nociones de pasado,

presente y futuro no existe como tal a nivel cuántico, sino que constituye el marco de

nuestra percepción, de esta forma, si a nivel cuántico se produce la causa de su

afectación, los efectos se hacen evidentes para nuestra percepción y por tanto “ocurren”

en la realidad del observador.

Así que en su justa dimensión, este experimento nos confronta con una forma diferente

de concebir el tiempo lineal, donde las decisiones, acciones, pensamientos, sentimientos,

palabras, expresadas en el presente determinarán tanto el futuro como ¡el pasado!

Esto significa que en cada instante durante la observación de la conciencia se determinan

el pasado y el futuro, esto representa un impresionante don y por lo mismo una

apabullante responsabilidad. ¡Nuestra realidad relativa puede ser modificada en su

totalidad a cada instante!

Es muy importante notar que digo “nuestra realidad” y no “la realidad”. Si analizamos el

experimento resultan claro dos cosas, la primera es que el cambio en el pasado originado

en el futuro solo pudo evidenciarse hasta que se realizo una medida fuerte u observación

y que el observador era la persona que estaba realizando el experimento. Así que

mediante la observación trajo a la existencia el grupo de partículas a su realidad. Si otros

científicos también observaron el experimento, el razonamiento sería el mismo.

Ya que se requiere de la observación de la conciencia para que el resultado de la

alteración en el pasado se perciba, esto solo afecta a la realidad del observador.

Así la única realidad que se modifica bajo este comportamiento cuántico es la de cada

observador. Al observar nuestra historia posible más probable, seguramente percibiremos

diferentes fragmentos de realidad correspondientes a otros seres, pero no cambiaremos

su realidad aunque por entrelazamiento si se modificará la probabilidad dentro de sus

historias posibles.

Hace algunos años y con el fin de demostrar que el ADN influido por el sentimiento era

capaz de alterar eventos aleatorios, se realizo un experimento cuyo diseño estaba

influenciado por los resultados atribuidos al Dr. Poponin en este campo.

El experimento consistió en la grabación de una cinta con sonidos de manera aleatoria de

tal forma que prácticamente la mitad se escucharon en el canal izquierdo y la otra mitad

en el derecho, la cinta así grabada se guardó como objeto de posterior comparación.

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El Dr. Poponin logró demostrar que los sentimientos, mediante el ADN pueden modificar

la aleatoriedad de los eventos. Con base a esto, se pidió a una persona que entrara en un

estado alterado de conciencia y se enfocara en un sentimiento en particular para

“sentirlo” intensamente. Y que mediante este sentimiento alterara la aleatoriedad,

logrando así que más sonidos se enfocaran en un canal que en el otro. ¿Cuál fue el

resultado del experimento?, que efectivamente la nueva cinta mostraba más sonidos en

un canal que en el otro. Y para constatar tal resultado se recurrió a la cinta de referencia o

control, la cual había permanecida guardada durante el experimento. Lo que sucedió

cuando escucharon la cinta para compararla con la nueva los dejó sin habla, ¡ambas eran

iguales!, el pasado había sido modificado desde el “futuro” (presente).

Nuevamente no fue el pasado el que se modificó, sino el pasado que formaba parte de la

realidad relativa de cada uno de los observadores involucrados.

Veamos los paralelismo entre ambos experimentos, es decir, el realizado a nivel cuántico y

el que acabo de narrar.

La aleatoriedad de los eventos durante la primera fase del experimento con el sonido

equivale a la definición del estado más probable bajo el principio de incertidumbre del

sistema de partículas determinado a través de una gran cantidad de mediciones débiles.

La medición fuerte final sobre el sistema de partículas equivale a la “observación” de la

segunda cinta, la que ha sufrido por causa del ADN una alteración en la aleatoriedad de

los eventos. Por último la cinta original modificada equivale al estado inicial modificado

desde el futuro del sistema de partículas en el pasado.

La aleatoriedad de los eventos en el marco del espacio tiempo equivale a la

incertidumbre en el mundo cuántico.

En ambos experimentos hay un común denominador, a consecuencia del entrelazamiento

cuántico las partículas se influyen unas a otras de manera instantánea, pero no se

intercambian información.

Otro aspecto fundamental que comparten es que el efecto de la alteración sólo se puede

observar desde el presente y no es medible en el pasado.

Esto significa que solo podemos observar las consecuencias en el presente de los cambios

realizados en el pasado, o dicho de otra forma, aunque nos podemos enviar una carta al

pasado recomendándonos invertir en las acciones que van a ganar más, el sobre no se

podría abrir sino hasta el presente, en donde al abrirlo podríamos constatar que la

información contenida era exacta, pero para entonces totalmente inútil.

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Si todo esto no es para tratar de “engañar” al tiempo, ¿de qué sirve entonces?

Bueno, parece ser que todo gira en torno a la conservación de la continuidad y la

congruencia que el atractor denominado futuro requiere de sus “cómplices”, el presente

y el pasado como integrantes de cada realidad relativa proveniente de cada historia

posible de todo lo que existe en nuestro universo.

Sé que para la mayoría de las personas intentar pensar desde este nuevo paradigma no

será fácil, pues al igual que todo lo demás que ocurre en el mundo cuántico desafía

nuestro concepto de lo que la realidad es o debería ser, sin embargo, el saber que nuestro

ahora determina inefablemente el ayer y el mañana, es un conocimiento que debe

compartirse a los niños desde una edad temprana.

Así como en la escuela nos enseñan lógica, o al menos en la época en la que curse

preparatoria lo hacían, debe enseñarse a los niños desde los primeros niveles escolares

lógica cuántica, estoy seguro que esto cambiaría su manera de concebir lo que llamamos

realidad, haciendo una humanidad más consciente de sus verdaderos alcances.

Ahora al concepto de realidad debemos agregar uno nuevo, conservación de la

continuidad temporal.

De esta forma realidad queda relacionada con los conceptos de conciencia, existencia,

observación, māyā, percepción sensorial, percepción extrasensorial, creencias,

perspectiva, MER-KA-BA, fe, vida, información, tiempo fractal, resonancia mórfica, y

conservación de la continuidad temporal.

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Ingeniero Físico con especialidad en física cuántica por la Universidad

Iberoamericana (UIA). Creador de la Teosofía Cuántica. Ha realizado estudios

de Hebreo Bíblico en la Universidad de Jerusalén (en línea). Ha estudiado

Sagradas Escrituras, Evangelios Apócrifos, Kabbaláh, Geometría Sagrada,

antiguos manuscritos sumerios y egipcios, Decodificación Biológica de las

Enfermedades, entre otros más. En la actualidad cuenta con 64 publicaciones.

[email protected]