2
EL LEÓN Y LAS HORMIGAS. Un día el león hizo que se reunieran todos los animales de la sabana, del bosque y de la montaña. Cuando todos llegaron ante él, el pregonero se subió a un árbol y gritó la proclama: - “Orden del Rey León. Todos los animales, de todo género, especie y tamaño, deben reconocer al león como rey, rindiéndole obediencia. Quien se niegue será castigado”. Se escuchó un gran murmullo en la asamblea de los animales; después una vocecita se alzó protestando. Era el portavoz de las hormigas guerreras: - “Nosotras no aceptamos. En nuestra tribu, nuestros antepasados nos dieron una reina y nosotros sólo obedecemos sus órdenes”. El león, con un rugido desafiante, respondió: - “Tendréis vuestro castigo”. Todos se dispersaron, los hijos del león salieron de caza, cogieron un jabalí, lo escondieron tras unas ramas y fueron a llamar al rey. Las hormigas se reunieron desde los cuatro puntos cardinales y en un momento cubrieron la sabana. Se preparaban para la gran batalla. En un momento se comieron el jabalí, dejándole sólo los huesos. Mientras tanto el sol había desaparecido tras el horizonte. Llegó el león, majestuoso, con su familia. Entonces el ejército de hormigas entró en acción. De la hierba y de las hojas llovieron sobre los leones, treparon por sus patas mordiendo con fuerza. Los leones rugían de dolor, se

El León y Las Hormigas

  • Upload
    eunice

  • View
    18

  • Download
    6

Embed Size (px)

DESCRIPTION

fabula

Citation preview

EL LEN Y LAS HORMIGAS.Un da el len hizo que se reunieran todos los animales de la sabana, del bosque y de la montaa. Cuando todos llegaron ante l, el pregonero se subi a un rbol y grit la proclama:

- Orden del Rey Len. Todos los animales, de todo gnero, especie y tamao, deben reconocer al len como rey, rindindole obediencia. Quien se niegue ser castigado.

Se escuch un gran murmullo en la asamblea de los animales; despus una vocecita se alz protestando. Era el portavoz de las hormigas guerreras:

- Nosotras no aceptamos. En nuestra tribu, nuestros antepasados nos dieron una reina y nosotros slo obedecemos sus rdenes.

El len, con un rugido desafiante, respondi:

- Tendris vuestro castigo.

Todos se dispersaron, los hijos del len salieron de caza, cogieron un jabal, lo escondieron tras unas ramas y fueron a llamar al rey. Las hormigas se reunieron desde los cuatro puntos cardinales y en un momento cubrieron la sabana. Se preparaban para la gran batalla.

En un momento se comieron el jabal, dejndole slo los huesos. Mientras tanto el sol haba desaparecido tras el horizonte. Lleg el len, majestuoso, con su familia. Entonces el ejrcito de hormigas entr en accin.

De la hierba y de las hojas llovieron sobre los leones, treparon por sus patas mordiendo con fuerza. Los leones rugan de dolor, se tiraban sobre la hierba para frotarse, intentaron escapar, pero no podan luchar en la oscuridad contra el enemigo omnipresente.

A la maana siguiente un buitre, pasando en vuelo rasante, vio esparcidos los esqueletos desnudos de la familia de aquel que haba querido imponerse como rey absoluto de los animales. Y continuando su camino solitario pens que los poderosos no deberan nunca despreciar la fuerza de los pequeos cuando se unen.

Fbula del pueblo bant