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EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS

El Period is Mode Entre Rios

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  • EL PERIODISMO DE ENTRE ROS

  • Andreetto, Miguel ngel El periodismo de Entre Ros, 1a. ed. - Buenos Aires, Academia Nacional de Periodismo, 2009. 168p.; 23x16 cm.

    ISBN 978-987-1107-16-2 1. Historia del periodismo. 1.Ttulo CDD 070.098 221

    HISTORIA DEL PERIODISMO ARGENTINODirector: Armando Alonso Pieiro

    Volumen I: Fernando Snchez Zinny, El periodismo en el Virreinato del Ro de la Plata.

    Volumen II: Armando Alonso Pieiro, El periodismo porteo en la poca de la Independencia.

    Volumen III: Enriqueta Muiz, La prensa argentina en tiempos de guerra. 1827-1852.

    Volumen IV: Miguel ngel Andreetto, El periodismo de Entre Ros.

    Hecho el depsito que prev la ley 11.723Impreso en la Argentina2009 Miguel ngel Andreettoemail: [email protected]

    ISBN 978-987-1107-16-2

  • Academia Nacional de Periodismo

    Armando Alonso Pieiro Lauro F. LaoGregorio Badeni Jos Ignacio LpezNora Br Enrique J. MaceiraRafael Braun Enrique M. MayochiNelson Castro Vctor Hugo MoralesJuan Carlos Colombres Joaqun Morales SolJorge Cruz Alberto J. MuninHctor DAmico Enriqueta MuizDaniel Alberto Dessein Enrique OlivaToms Eloy Martnez Leandro Pita RomeroJos Claudio Escribano Antonio RequeniHugo Gambini Magdalena Ruiz GuiazRoberto A. Garca Fernando Snchez ZinnyOsvaldo Granados Hermenegildo SbatMariano Grondona Daniel SantoroRoberto Pablo Guareschi Ernesto SchoJorge Halpern Ral UrtizbereaRicardo Kirschbaum Bartolom de VediaBernardo Ezequiel Koremblit

    Miembros de nmero

  • Miembros emritos

    Cora Can -Jos Mara Castieira de Dios

    Miembros correspondientes en la ArgentinaEfran U. Bischoff - Carlos Hugo Jornet (Crdoba)

    Carlos Liebermann (Entre Ros)Jorge Enrique Oviedo (Mendoza)

    Carlos Pez de la Torre (Tucumn)Hctor Prez Morando (Neuqun)

    Julio Rajneri (Ro Negro)Gustavo Jos Vittori (Santa Fe)

    Miembros correspondientes en el extranjeroMario Diament (Estados Unidos)

    Elisabetta piqu (Italia)Armando Rubn Puente (Espaa)

    Andrs Oppenheimer (Estados Unidos)

    Mesa DirectivaPresidente: Lauro Fernn LaoVicepresidente 1: Hermenegildo SbatVicepresidente 2: Roberto GuareschiSecretario: Jos Ignacio LpezProsecretario: Fernando Snchez ZinnyTesorero: Osvaldo GranadosProtesorero: Hugo Gambini

    Comisin de Fiscalizacin

    Miembros titulares: Alberto Jorge MuninRafael BraunNora Br

    Miembros suplentes Bernardo Ezequiel KoremblitEnriqueta Muiz

  • ComisionesAdmisin: Enrique J. Maceira (Coordinador), Jos Claudio Escribano, Ricardo Kirschbaum, Enriqueta Muiz, Ernesto Scho.Publicaciones y Prensa: Antonio Requeni (Coordinador), Fernando Snchez Zinny, Nora Br, Jorge Halpern y Daniel Santoro.Biblioteca, Hemeroteca y Archivo: Enrique Mario Mayochi (Coordinador), Bernardo Ezequiel Koremblit.Concursos, Seminarios y Premios: Jorge Cruz (Coordinador), Enriqueta Muiz, Enrique Oliva y Ernesto Scho.Libertad de Expresin: Bartolom de vedia (Coordinador), Enrique Maceira, Alberto Munin, Enrique Oliva, Nelson Castro, Jos Claudio Escribano.tica: Roberto Guareschi (Coordinador), Rafael Braun, Magdalena Ruiz Guiaz y Daniel Santoro.Comisin para la Redaccin de la Historia Integral del Periodismo Argentino: Armando Alonso Pieiro (Coordinador), Enriqueta Muiz y Fernando Snchez Zinny.

    Acadmicos fallecidos

    Emilio Abras..........................06/10/98Flix Lao.............................07/01/99Jorge Rmulo Beovide.........26/02/99Roberto Tlice......................20/05/99Alfonso Nez Malnero.....12/05/00Germn Sopea.....................08/04/01Jorge Roque Cermesoni.......07/12/01Luis Alberto Murray............31/07/02

    Luis Mario Lozzia.............31/07/03Francisco A. Rizzuto........12/06/04Ral Horacio Burzaco.....09/02/04Fermn Fvre......................06/06/05Martn Allica....................09/11/05Ulises Barrera...................11/12/05Roberto Maidana..............11/08/07Napolen Cabrera............15/08/09Flix Luna..........................05/11/09

    Edicin y coordinacin administrativa: Natasha Thais Lefer

  • Prlogo

    Con la entrega de las siguientes pginas al mundo de los lectores, creemos ofrecer el resultado de una propuesta probablemente demasiado ambiciosa de responder a la demanda propia de un emprendimiento de singular jerarqua, como el que supone la publicacin de una historia integral del periodismo argentino. Fijado, as, en consecuencia, el objetivo concebido al afrontar la tarea impuesta sobre esa actividad en Entre Ros, procuramos aprovechar al mximo la totalidad de los elementos convergentes en la preparacin de un trabajo acorde con semejante exigencia.

    Con dicha mira, pues, al margen de la bibliografa general ineludiblemente bsica, como entre otros importantes ttulos la Efemeridografa argirepar-quitica o sea de las provincias argentinas de Antonio Zinny, los Ensayos histricos sobre periodismo de Gualeguaych del P. Juan Carlos Borques y Peridicos y periodistas de Entre Ros de Anbal S. Vsquez, consultamos trabajos referidos a temas especficos, parciales, por su prctica utilidad.

    ste, nuestro quehacer, no se circunscribi a lo simplemente fctico, a la pura enunciacin cronolgica de los acontecimientos producidos desde 1819 ao de la introduccin de la imprenta en la provincia en la gnesis y desa-rrollo de la actividad. Por el contrario, se enmarc en un criterio que intent ajustarse a dos etapas: la inicial, consistente en la mera informacin lisa, llana; la posterior, de la formulacin de observaciones a notas y datos ilustrativos, que sirvieran a nuestros fines. Tal fue la metodologa con la que intentamos imprimir sello de dinamismo a la bsqueda y el anlisis de antecedentes vli-dos para la oportunidad.

    Consignemos, finalmente, nuestro ms amplio reconocimiento a la contri-bucin de las seoras Elsa Courtet de Barcia, Clotilde Gianello de Surez y Fabiana Quiroga y los seores Mario Alarcn Muiz, Francisco Javier Alfaro, Ricardo Csar Brumatti, Adolfo Argentino Golz, Luis Csar Minaglia, Gus-tavo Rivas, Amrico y Pablo Schwartzman y Jorge Villenova, quienes con ilimitada gentileza y a travs de diversos medios aportaron referencias de notable importancia para el cumplimiento de esta tarea.

    El autor

  • La imprenta en Entre Ros

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    Su introduccin. La etapa en Paran y traslado a Corrientes. Primeros impresos. La actividad grfica a fines del siglo XIX: datos censales. rea cubierta en la pro-vincia por la Direccin General de Informacin Pblica de Entre Ros.

    Los orgenes del periodismo, en la por entonces naciente Entre Ros, deben ubicarse cronolgicamente en la propia poca del Supremo Entrerriano gene-ral Francisco Ramrez (1786-1821), cuando segn concordante testimonio de los investigadores lleg a su territorio una imprenta adquirida en los Es-tados Unidos por el general y patriota chileno Jos Miguel Carrera1. No fue, en realidad, sencillo el trmite de la introduccin del referido bagaje grfico en estas tierras, pues antes debi su portador vencer inconvenientes de varia-da naturaleza para trasladarlo desde Montevideo, a la sazn ocupada por los portugueses.

    Sobre el particular, consigna el historiador entrerriano Csar Blas Prez Colman2 que Carrera pudo al final de todas cuentas concretar su propsito desde un puerto interior del Uruguay, muy posiblemente Higueritas o Nueva Palmira; y, desde all, al Arroyo de la China, nombre con que se conoca an-teriormente a Concepcin del Uruguay. La operacin result posible en razn de que Carrera dispona de un salvoconducto extendido en la oportunidad por la Comandancia de San Jos (R.O.U.).

    Llegada a tierra entrerriana, la imprenta tuvo, todava, que atravesar una nueva etapa, finalizada en Paran, mediante el aporte de los elementos nece-sarios provistos por orden de Ramrez. El ajetreado y casi novelesco itinerario de las cajas de tipos no habra de concluir all, puesto que parte de ellas qued en destino y constituy la base de la Imprenta Federal establecida segn la tradicin oral de fines del siglo XIX en un rancho o galpn levantado en la actual peatonal San Martn, entre las calles Urquiza y Andrs Pazos3. Preci-samente, de sus prensas sali la Gaceta Federal, peridico cuyos redactores principales fueron el referido Carrera y don Cipriano Urquiza (1789-1847), ministro de Ramrez, hoja de la cual se poseen muy vagas noticias. En cuanto al resto, se lo emple como imprenta ambulante, encargada de publicar los partes de las batallas libradas por las fuerzas federales contra las directoriales, en Las Guachas y Las Tunas, en los das 14 y 24 de julio de 1820.

    Ms adelante, la imprenta se traslada a Corrientes, ciudad donde vieron la

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    luz los reglamentos y los sellos de la Repblica de Entre Ros, aparte de otra documentacin oficial. En el pie de los trabajos realizados en esa poca, apa-reci una novedad en su denominacin: Corrientes Imprenta Federal de la Repblica de Entre Ros. Tras esa estada fuera de la provincia, el 27 de abril de 1821 se formaliza, nuevamente, su instalacin en Paran; queda a disposi-cin del Supremo Entrerriano Interino, general Ricardo Lpez Jordn. A partir de entonces, se erige en el verdadero canal informativo, pues por esa va se tuvieron noticias de los que seran los ltimos das de Ramrez y su visionario proyecto institucional: los triunfos logrados en la otra margen del Paran, pri-mero; la tragedia en los yermos campos de Ro Seco, producida el 10 de julio de 1821, y el ocaso de la Repblica de Entre Ros, despus.

    Avanzada la centuria, el mayor desarrollo alcanzado por ciudades costeras sobre el Uruguay, contribuy a la instalacin de otras imprentas en Guale-guaych, Concepcin del Uruguay y Concordia, a las cuales nos referimos especficamente ms adelante.

    En el ltimo quinquenio del siglo XIX, con varios aos de plenitud de la tan anhelada organizacin institucional, circula ya en gran parte del territorio de la provincia cierto nmero de publicaciones, que puede estimarse pondera-ble. sta, nuestra presuncin, se fundamenta en el conocimiento de los datos surgentes del Censo Nacional de 1895, que reflejan una realidad imposible de poner en duda. Para una mejor informacin, reproducimos la nmina de diarios y revistas que aparecan en la poca, con expresa indicacin de lugar y antigedad en aos.

    Paran: La Libertad, 1; La Provincia, 1; Boletn de Educacin, 1; El Co-rreo Amoroso, semanal, 2; Revista Sarmiento, 1, bisemanal; aparecen El Entre Ros y El Pique, semanal de caricatura. Coln: El Entre Ros, trimestral, 13; El Municipio, bimensual, 4; El Industrial, semanal, 15. Concordia: El Diario del Pueblo, 1; El Amigo del Pueblo, 9. Gualeguay: El Deber, 2; El Tribuno de Entre Ros, bimensual, 14. Gualeguaych: El Heraldo, bisemanal, 1; El Centinela, bisemanal, 7; Los Principios, bisemanal, 7; Tijereta, semanal, 1; El Eco Social, semanal,1; El Noticiero, trisemanal,1. La Paz: El Departamento, bisemanal, 10. Nogoy: El Progresista, bimensual, 6; El Combate, bimensual,

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    1. Concepcin del Uruguay: El Radical, trisemanal, 4; El Independiente, tri-semanal, 1; La Verdad, bimensual, 1. Victoria: La Voz de Victoria, bimensual, 4; El Orden, bimensual, 2; La Patria, bimensual, 2. Villaguay: El Progreso, semanal, 16.

    Por su parte, la Direccin General de Informacin Pblica de Entre Ros, destaca en un informe de enero de 2008 que el organismo suministra ma-terial periodstico oficial, a las siguientes publicaciones de Entre Ros, con indicacin de lugar. Paran: El Diario, revista SIDECREER, Uno y Anlisis, semanario. Crespo: El Observador del Litoral y Paralelo 32. Coln: El Entre Ros y El Observador Regional. Villa Elisa: La Nota, semanario. Concordia: El Heraldo y El Sol. Federal: El Federal y Retrica. Diamante: El Supremo. Federacin: El Federaense. Chajar: Chajar al Da. Gualeguay: El Debate-Pregn y Gualeguay al Da. Gualeguaych: El Argentino y El Da. Larroque: KM 23 y El Larroquense. Nogoy: La Accin y Nogoy Hoy; Concepcin del Uruguay: La Voz, La Calle y El Ur. Rosario del Tala: El Tribuno y poca. Villaguay: El Pueblo. San Salvador: La Semana, semanario. Victoria: La Ma-ana, La Tarde y Paralelo 32.

    Notas1. El militar y poltico, general Jos Miguel Carrera (1785-1821), naci en Santiago de Chile. Formado pro-fesionalmente en Espaa, retorn a su tierra natal, en donde particip con suerte esquiva en los aconteci-mientos de la poca. Vinculado luego en Montevideo, transport desde el Uruguay a Paran, una imprenta adquirida en los Estados Unidos, que se destin a publicar proclamas y libelos contra el Directorio. Su in-variable posicin lo llev a no cejar en la lucha, y tras apresrselo en la Argentina, fue fusilado en Mendoza.2. Prez Colman, Csar Blas, La prensa en su primera centuria en Zanini, Alfeo, Pginas de oro de la ciudad de Paran en su primer centenario, pg. 197.3. Prez Colman, op. cit., dem.

  • paran

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    Los primeros peridicos

    El gobierno del coronel Lucio Norberto Mansilla: El Correo Ministerial del Pa-ran. La poca del coronel mayor Juan Len Sola: El Grito Entre-Riano. Me-diados del siglo XIX: El Sentimiento Entre-Riano y El Correo. El Federal Entre-Riano y El Iris Argentino.

    El Correo Ministerial del Paran

    Desaparecido Ramrez del escenario, el coronel Lucio Norberto Mansilla (1792-1871) enterado, como estaba, de la significacin de la disponibilidad de toda informacin escrita puso de inmediato manos a la obra, para contar con una hoja periodstica. El 21 de diciembre de 1821, comenz a publicarse El Correo Ministerial del Paran. Fueron sus principales redactores el doctor Pedro Jos Agrelo (1776-1846), precedido de antecedentes de comprobada dedicacin e idoneidad en su paso por La Gazeta de Buenos Ayres en ms de una oportunidad reemplaz a don Mariano Moreno (1777-1811), y don Do-mingo de Oro (1800-1879), procedente de San Juan y de vasta actuacin en la poltica. Entre algunos historiadores del periodismo argentino, se recuerda el malentendido provocado al anunciarse, en el nmero 10 de la publicacin, la renuncia de Agrelo a sus tareas de redactor.

    Fue as que El Argos de Buenos Aires interpret ese alejamiento como pre-cursor de desaparicin del diario: Este papel (El Correo Ministerial del Pa-ran) era nuestro canal para recibir las noticias de aquel territorio y el mejor instrumento para generalizar las ideas e libertad, de orden y de beneficencia que all se despliegan. En rigor de verdad, el diario continu apareciendo con Oro, esta vez en calidad de redactor nico. De entre el material digno de men-cionar que se inclua en El Correo Ministerial del Paran, recordamos aparte de la informacin administrativa la eleccin de Mansilla como gobernador, la renuncia de Agrelo a la Secretara del Congreso Entrerriano y su reemplazo por don Juan Garrig, la crnica de la ejecucin, en la horca, del comandante del ejrcito entrerriano don Gregorio Piris (?-1822) y la celebracin del 25 de Mayo, en 1822, la primera de la que existe constancia cierta en Paran.

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    El Grito Entre-Riano

    Despus de consumada la desaparicin de El Correo Ministerial del Para-n, durante la gestin gubernativa del coronel mayor Juan Len Sola (1787-1841) quien sucedi en el mando a Mansilla no se public enseguida nin-gn peridico en la capital. Ese prolongado intervalo quizs pueda atribuirse a que parte de los equipos grficos introducidos por Carrera habra sido remitida a Santa Fe, por solicitud de su gobierno, versin en la que no coinciden los historiadores. En definitiva, la sealada inactividad finaliz con la aparicin de El Grito Entre-Riano, producida en 1827, que defenda los principios fe-deralistas, sostenidos en Buenos Aires por el coronel Manuel Dorrego (1787-1829) y que haban encontrado favorable acogida en Entre Ros.

    El bibligrafo Antonio Zinny seala acerca de esa hoja que slo vio la luz el prospecto, redactado por don Jos Mara Mrquez 1. En cambio, Prez Colman menciona el nombre de algunos de sus colaboradores, de conocida participacin en la vida de la provincia. Figuran, precisamente, en su nmi-na: Fray Jos Manuel Funes, Manuel Leiva (1797-1879), Jos H. Echanda, Pedro Pablo Vidal, Francisco Dionisio lvarez, Toribio Ortiz (1865-1918) y Enrique Nez 2. Con todo, la vida de El Grito Entre-Riano fue efmera, y, en la actualidad, resulta muy difcil de ubicar aun hasta en las hemerotecas ms completas.

    El Sentimiento Entre-Riano

    En tanto, la imprenta haba quedado, si no desmantelada, por lo menos diezmada, debido, por los inconvenientes que es dable imaginar, a los largos aos de continuo trabajo, y constante traslado a diversos lugares. Esa situacin gener la imperiosa necesidad de adquirir otra. As lo interpret la Cmara de Representantes, que, el 18 de enero de 1836, se dirigi al gobernador gene-ral y doctor Pascual Echage (1777-1867), en favor de aquella medida. Poco despus, en efecto, la ciudad contaba con un nuevo taller, cuya presencia se manifest no slo en la artesana, con la formacin de tipgrafos, sino tambin en la de futuros periodistas de imborrable recuerdo en la tradicin oral del viejo Paran 3.

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    De esa imprenta, sala El Sentimiento Entre-Riano, cuyo primer nmero est fechado el 11 de noviembre de 1840. Su presencia se proyect nicamen-te hasta el 7 de diciembre de ese mismo ao. Esa publicacin tiene, sin embar-go, el significado de ser el punto de partida de la reanudacin de la actividad periodstica en el medio. La lectura de su breve coleccin permite enterarnos de algunos sucesos e informaciones no exentas de particular curiosidad: las comunicaciones de Rosas a Echage y Juan Pablo Lpez (1792-1886) en ra-zn de la Convencin de Paz firmada con Jos Gaspar Rodrguez de Francia, la nmina de casas saqueadas en Santa Fe por las fuerzas del general Juan Lavalle (1797-1841), distinciones conferidas por el Restaurador a Echage, etctera.

    Formaron parte de la redaccin de El Sentimiento Entre-Riano los perio-distas Jos

    Ruperto Prez (1817-1862), Jos Francisco Bentez (1797-1882) y Fran-cisco Dionisio lvarez (?-1848). El contenido del peridico revela que, mien-tras que se entonan loas a Rosas, se propinan golpes despiadados de catapulta a sus enemigos, segn Vsquez 4.

    El Correo

    A poco ms de un mes del cierre de El Sentimiento Entre-Riano, el 21 de enero de 1841, ve la luz en Paran una nueva hoja: El Correo, que sala de la misma imprenta que el anterior. Zinny (1821-1890) afirma que slo se conoci hasta la edicin del 16 de junio de dicho ao. Sin embargo, Benig-no Teijeiro Martnez (1846-1925) transcribe una crnica fechada en enero de 1842, aparecida en sus pginas 5. No existen dudas, eso s, de que El Correo interrumpi el dilogo con sus lectores, cuando a modo de corolario de la derrota infligida en Caa Guaz a los entrerrianos el general Jos Mara Paz (1791-1854) invadi a Entre Ros, y fue designado gobernador el 12 de marzo de 1842.

    Dicha hoja apareca una vez por semana. La consulta de su coleccin per-mite comprobar que, en sus pginas, tuvo cabida la crnica de la batalla de Sauce Grande, librada el 16 de julio de 1840, entre los ejrcitos de los ge-

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    nerales Pascual Echage y Juan Lavalle. Tambin, aparecieron apuntes geo-grficos y noticias relacionadas con la fundacin de ciudades entrerrianas, y la crnica de la primera eleccin de Urquiza como gobernador. En cuanto al nombre de su redactor, se trata de Un militar argentino, como consta en su editorial de presentacin.

    El Federal Entre-Riano

    La situacin de Paz se haba tornado francamente insostenible en Entre Ros. El panorama era significativo. En su entorno nos referimos a los com-paeros de ruta en la invasin a la provincia se haba operado un verdadero disenso en la concepcin de la estrategia para el futuro. El ambiente se encon-traba en estado de ebullicin, por lo que consciente de la gravedad que en-traaban los acontecimientos resolvi alejarse de Paran, ante su incmoda presencia, y dirigirse hacia Gualeguay. Era se, para l, el nico recurso que le permitira desentenderse de la tensin popular.

    En esos das de mayo de 1842, lleg a nuestra capital el militar uruguayo general Manuel Oribe, al frente de efectivos adictos a Juan Manuel de Rosas (1793-1877) que, muy pronto, habran de dejar triste huella entre nuestros an-cestros. Basta recordar que, segn inform El Nacional de Montevideo del 12 de ese mes y ao, al percibirse la cercana de fuerzas enemigas, se reembarc y antes de verificarlo, degoll 16 personas, entre ellas al ex gobernador Segu, a Soler, etc. con penas muy grandes a los que quedaron para que no diesen sepultura a aquellos salvajes 6.

    En probable coincidencia cronolgica, apareci El Federal Entre-Riano cuyo nmero inicial est fechado el 2 de junio de 1842. Ostenta, para la his-toriografa, el mrito de ser el de ms prolongada existencia en la prensa de la poca, en razn de que se public hasta 1852. Era peridico oficial, entre los redactores de la primera hora, figuraron los asiduos como Jos Ruperto P-rez, Severo Gonzlez (1809-1887) y Marcos Sastre (1809-1887); los circuns-tanciales como Nicanor Molinas (1823-1892), Jos Francisco Segu (1822-1863), ngel M. Donado y Manuel Leiva. La informacin de sus pginas era variada, y adems ofreca, en lo que corra del siglo, notas que no dejaban de

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    ser curiosas. Entre otras noticias y comentarios, podemos citar la invasin de Paz, la batalla de Arroyo Grande, librada entre efectivos de Oribe y Rivera y una operacin censal cumplida en 1849, que daba cuenta de que la poblacin de Entre Ros alcanzaba a 47.668 habitantes, de los cuales 5.000 corresponden a Paran y 2.578 a Concepcin del Uruguay.

    El Federal Entre-Riano recogi un hecho ocurrido en Diamante, titulado Fenmeno. Leamos: Juan Bautista Olivera, hijo de don Dionisio, natural de Entre Ros y vecino del Diamante, no haba conocido la sed en dos aos, lejos de eso haba manifestado una antipata tan poderosa al agua, que el padre no pudo conseguir hacerle tragar una gota 7. El peridico, que apareca los jueves, inclua en sus ediciones los cielitos, composiciones poticas cargadas de intencionalidad poltica, que llegaron a convertirse en habituales, actitud que desde cierta perspectiva resultaba explicable, por los sucesos propios de la poca. Generalmente rubricados por Un Soldado del Ejrcito Entrerria-no, no faltaron autores que se lo endilgaran a Prez, quien haba estampado su firma en varios publicados en La Gaceta Mercantil de Buenos Aires.

    Distinta relevancia caracteriz, por su parte, a una breve crnica deno-minada Necrologa Universal, publicada en el nmero del 16 de enero de 1851. En ella late todo un trasunto de la admiracin de Urquiza por el Liber-tador general Jos de San Martn (1778-1850). He aqu su texto ntegro que reproducimos en razn del incuestionable contenido de sentido homenaje al hroe: La Confederacin Argentina, la Gran Familia Sud Americana, perdi la preciosa existencia del venerando Padre de la Patria, del eminente guerrero, del virtuoso e ilustre hroe el General Jos de San Martn, cuya vida toda fue un sublime sacrificio oblado a la santa causa de la Libertad Independencia Americana. Esta gran columna de Amrica desapareci en Bolonia sobre el Mar Departamento del Paso de Cals el 17 de Agosto a las tres de la tarde.

    Al El Federal Entre-Riano habra de sucederle El Iris Argentino, que tam-bin apareca los jueves, por simple reemplazo emanado de Gonzlez. As lo interpreta Zinny 8, pero adems Prez Colman destaca que esa nueva hoja se ajustaba ms al cambio de la relacin poltica entre Urquiza y Rosas, despus del Pronunciamiento del 1 de Mayo de 1851, en Concepcin del Uruguay.

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    Agrega seguidamente, en apoyo de su opinin, que corresponda a El Iris Argentino propagar el verbo de la confraternidad poltica que en cercano da unira a los sentimientos e ideales del pueblo de la Nacin, para sepultar definitivamente el luctuoso pasado de la arbitrariedad, e iniciar la era de la democracia 9.

    Este peridico, que haba comenzado a circular al mes del Pronunciamien-to, public el 26 de febrero de 1852 el parte oficial de la batalla de Caseros. Dej de aparecer en cumplimiento de una orden impartida el 4 de septiembre, al gobernador delegado don Antonio Crespo (1784-1879).

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    Hacia la Organizacin Nacional

    La Voz del Pueblo

    Nuevos vientos haban comenzado a soplar en la atmsfera poltica, en todo el territorio de la Nacin, despus de la victoria en Caseros. Por eso, no se encontraba lejana la posibilidad de apertura de otra poca. En el fondo era ya inocultable el imperioso clamor por lograr la definitiva organizacin de las instituciones bsicas de la vida republicana. El orden, la paz, el espritu de convivencia, exigan ahora su espacio, superado el aquietamiento de las pa-siones, con todo un mundo de anhelos y de justificada trascendencia integral.

    En pleno desenvolvimiento de aqulla, ve la luz el 12 de agosto de 1852, en Paran, el peridico La Voz del Pueblo, que tendra muy breve existencia. Ello se debi a un motivo de simple explicacin en la actualidad. Al enterarse Urquiza del material contenido en una de sus ediciones, le aplic una dura observacin, que tambin alcanz a El Iris Argentino que haba reempla-zado, recordamos, a El Federal Entre-Riano por haber destinado espacio, a comentarios adversos a la clase militar. El resultado se prevea, y La Voz del Pueblo dej de aparecer.

    El Nacional Argentino

    Con la instalacin de las autoridades provisionales de la Confederacin Argentina en Paran, se puso otra vez de manifiesto la necesidad de contar con la publicacin de un peridico que fuera el vocero de sus principios, de sus propuestas, en el marco del tan ansiado encauzamiento de la nacin que surga en los senderos de normalidad. El Nacional Argentino, que inici su trayectoria el 3 de octubre de 1852, asumi con notoria eficacia el papel que se esperaba de su prdica. Fue precisamente as como lleg a convertirse en insoslayable fuente informativa para aquellos aos, y de slido elemento de consulta para los historigrafos.

    Su exposicin de propsitos era neta, definida: El Nacional Argentino no

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    se propone aleccionar a los pueblos, porque ellos lo estn ya en la fructuosa escuela de la experiencia. No necesitar tampoco esforzarse por robustecer el sentimiento de unin entre los argentinos, por cuanto este sentimiento de salvacin y de vida ha resucitado para no perecer jams, con la voz victoriosa de la justicia triunfante sobre la tirana.

    Cubra las tareas de redactor por entonces no se acostumbraba decir di-rector Juan Mara Gutirrez (1808-1878), a quien algunos autores atribu-yen la condicin de fundador. En los primeros aos, apareca los jueves y los domingos; pero ms tarde lo hizo los martes, jueves y sbados hasta el 23 de marzo de 1858, cuando se transform en diario. A Gutirrez, sucedieron Euse-bio Ocampo, el coronel belga Alfredo Marbais du Graty, Lucio V. Mansilla (1831-1913), Francisco Bilbao (1823-1865) y Juan Francisco Segu. Entre los aos 1852 a 1854, el peridico era poco menos que un registro oficial, dado que publicaba en trminos generales decretos, resoluciones de los diversos ministerios y todo otro tipo de informacin relacionada con la administracin pblica.

    Luego esa modalidad variara, con la ampliacin de los tpicos de su con-tenido, y la insercin de colaboraciones de firmas de sostenido prestigio.

    Entregado por completo el Organizador a la integracin del elenco minis-terial que deba acompaarlo, supo resolver, con la natural perspicacia que le era reconocida, esa necesidad hacia la eleccin de colaboradores de claridad de principios, idoneidad y patriotismo. Entre ellos, se encontraba Gutirrez, a quien encomend el Ministerio de Relaciones Exteriores, cuyas absorbentes funciones le exigan dedicacin absoluta, mxime si se repara en que por aquellos tiempos la Nacin estaba, todava, por hacerse en casi su totalidad.

    Dicha situacin determin, por consiguiente, su alejamiento de la redac-cin de El Nacional Argentino y, paralelamente, origin el planteo de un pro-blema de suyo complejo: la bsqueda de alguien que lo sustituyera. Fue de-signado Eusebio Ocampo, que se desempeaba en calidad de oficial mayor del Ministerio del Interior. Se dio la rara singularidad de la dependencia directa del peridico, en cuyas pginas se brindaba informacin oficial del poder pol-tico. Fue evidente la incompatibilidad de orden moral, al punto de que, en ms

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    de una oportunidad, debi dar explicaciones que, no siempre satisficieron. A raz de ello, se automargin del diario.

    Fue reemplazado por Marbais du Graty, espiritualmente aclimatado a nuestra tierra y su modalidad, tambin funcionario poltico. Firmaba habitual-mente sus notas con las iniciales, A. G.; pero otras se publicaban sin ellas. Su paso por El Nacional Argentino dej impronta indeleble, por lo equilibrado de su juicio, por el anlisis minucioso y profundo, por su adecuado manejo del castellano y por encima de toda otra condicin sirvi con lealtad a su pas de adopcin. Cultor de la observacin directa, escribi dos libros, que dicen de su interesante formacin humana: La Confdration Argentine y La Repblica del Paraguay, editados ambos en Francia.

    Ferviente partidario de la unin nacional lo cual se colige de numerosos artculos suyos, algunos fcilmente identificables, otros no tanto el nuevo redactor se propuso consolidarla a travs de la prdica cotidiana. Para ello, se-al la necesidad de estimular una campaa de suscriptores, recurso que es-timaba le permitira captar adherentes, y garantizar el futuro econmico del diario. El medio adecuado era la libertad de expresin de la que nunca abdic, y apost con sinceridad a su ejercicio. Auza afirma, al respecto, que Du Graty insisti en ella como un principio inconmovible, en la edicin del 26 de abril de 1856, y transcribe un fragmento de lo publicado: ...El Nacional Argentino es el peridico oficial, la parte editorial no tiene carcter oficial alguno y no representa sino las ideas y opiniones de su nico redactor, que siempre acept la responsabilidad de lo que escribe 10.

    A modo de la casi esperada conclusin, el 7 de mayo comenz a aparecer, debajo del encabezamiento de la primera pgina, la frmula que lo defina La redaccin de El Nacional Argentino no es oficial. Redactor: Alfredo M. Du Graty 11. Coincidi sa, su abierta franqueza, con el tratamiento del an-teproyecto de los llamados derechos diferenciales a la exportacin en el Congreso. El asunto divida a la opinin ciudadana, situacin que se reflej en la existencia de dos posturas antagnicas: quienes adheran y quienes no. El periodismo no permaneci ajeno a la referida circunstancia, y tom partido por la oposicin, en razn segn su punto de vista de que los derechos dife-renciales atentaban contra los intereses de la Confederacin.

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    Ante semejante actitud, el ministro del Interior, doctor Santiago Derqui (1810-1867) alma del proyecto en cuestin dispuso sin ms ni ms, la ce-santa de Du Graty, quien en nombre y uso de su libertad de expresin se opona a una iniciativa gestada en el propio seno del gobierno. El funcionario comunic por una esquela la medida adoptada contra el periodista, que tras ocho meses de labor dej la redaccin, desde donde haba aportado su dedi-cacin y patriotismo a la casi nunca reconocida misin del hombre de prensa. La sancin fue confirmada por un decreto que procuraba imprimir nueva t-nica al diario, al convertrselo en Boletn Oficial, bajo la gida del Ministerio del Interior.

    Con Du Graty, comparta tareas Lucio V. Mansilla por esos das radicado en Paran. Formado en moldes de la cultura de la Francia del siglo XIX, po-dra concepturselo como un complemento de las facetas caractersticas de aqul. Su pluma, no siempre castiza porque era dable encontrar en ella gali-cismos de forma y construccin sola, empero, transmitir irona y fino senti-do del humor, no frecuentemente hallados en otros. Su estada en la poca de la Confederacin no se extendi por mucho tiempo, y retorn a Buenos Aires, en donde produjo obras de distintos gneros literarios.

    Lleg en 1859 el periodista chileno Francisco Bilbao. En los brtulos, traa los pergaminos de su paso por la actividad, al haber fundado la Revista del Nuevo Mundo y El Orden. Su aporte no result significativo, dado que no per-maneci por mucho tiempo en Paran, en donde sin embargo dej amigos. Al dar cuenta de su fallecimiento en la gran ciudad, la Revista de Buenos Aires lo calific de mrtir del pensamiento.

    El ltimo redactor oficial con que cont El Nacional Argentino fue Juan Francisco Segu a quien algunos historiadores atribuyen la redaccin del Pronunciamiento del 1 de Mayo de 1851 de privilegiado talento y facundia, cualidades que lo exaltaron muy pronto a la debida consideracin pblica de la poca. Espritu fogoso, se haba revelado en su juventud como paladn del federalismo y acrrimo opositor a la poltica de Buenos Aires. Esa militancia habra de distanciarlo despus de Derqui, quien haba mostrado ya acerca-miento y tolerancia para con los porteos. El permanente estado de beligeran-

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    cia entre ambos provoc conjetrase por all el alejamiento de aqul. El 14 de septiembre de 1860 se produce la incorporacin de Jos Hernn-

    dez (1834-1886) a ese perodo del diarismo entrerriano. Fue, sin duda, opor-tuna su llegada a El Nacional Argentino, al que aport notas de estilo incon-fundible, firmadas con el seudnimo de Vincha o las iniciales de su nombre y apellido. Percibase en l identidad con la lnea urquicista, aunque se entrevea que su pluma serva a los intereses de Derqui.

    No obstante las anteriores consideraciones, y a pesar del contacto con la masa de sus lectores, la existencia de El Nacional Argentino no se prolong por mucho tiempo, y el 25 de octubre de ese ao daba cuenta, en anuncio la-cnico, su reemplazo por un Boletn Oficial, que vio la luz dos das ms tarde.

    Entre los redactores y colaboradores ms asiduos del diario, aparece como natural, lgica referencia, una nmina que, entre otros, podran integrar Vi-cente G. Quesada (1830-1913), Benjamn Victorica, Salvador Mara del Carril (1798-1883), Juan Mara Gutirrez, Juan del Campillo (1812-1866), gene-ral Toms Guido (1818-1890), coronel Jernimo Espejo (1801-1889), Carlos Guido Spano (1877-1918), Manuel Martnez de Fontes (1829-1889), Lucio Victorio Mansilla, Francisco Bilbao, Martn de Moussy, coronel Alfredo Mar-bais du Graty, Juan Francisco Segu, Manuel Leiva, Nicols Calvo (1817-1893), Severo Gonzlez, Juan Pujol (1817-1861), Jos Benjamn Gorostiaga (1822-1891), Facundo de Zuvira (1793-1861), ngel Elas (1804-1877), Luis J. de la Pea (1795-1871), Mariano Fragueiro (1795-1872) y Juan Jos lva-rez.

    El Boletn Oficial

    Con la desaparicin de El Nacional Argentino, sobrevino en breve lapso, la publicacin del Boletn Oficial, anunciada en la ltima edicin de aqul. La especificidad de su contenido todas las disposiciones oficiales del Exmo. Gobierno Nacional y las sesiones de ambas Cmaras indica el simple ca-rcter de gaceta de actos administrativos, y lo excluye, por s, del diarismo propiamente dicho, a pesar de su lectura cotidiana. Circul, con preferencia, entre gobernantes, funcionarios y lectores, por tal o cual motivo interesados,

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    desde el 27 de octubre de 1860 al 3 de diciembre de 1861. No ha llegado hasta nosotros el nombre de quien lo dirigi en su muy breve

    paso en el Paran de entonces. El Boletn Oficial se imprima en las prensas anteriormente pertenecientes a El Nacional Argentino, y su edicin corri por cuenta de Carlos Casavalle (1826-1905), que, en Buenos Aires, haba ganado merecido crdito por su interesante contribucin a la industria grfica. En apo-yo de ste, nuestro aserto, recordamos que de su imprenta salieron revistas de singular predicamento, y obras de autores argentinos de slido renombre, por lo que la calidad del Boletn Oficial se encontraba, en el mencionado aspecto, seriamente garantizada. Entr en el ocaso, al desaparecer por gravitacin de los acontecimientos contemporneos las autoridades de la Confederacin Argentina.

    El Paran

    En aquellos das, cuando circulaba an el Boletn Oficial, se sum a la prdica habitual El Paran, Peridico poltico, literario y comercial, a cuyo frente estaba Olegario Vctor Andrade (1839-1887). Su primer nmero lleva fecha 15 de mayo de 1861; lo imprima Casavalle, entusiasta tributario de la cultura argentina, a la que dedic sostenidas iniciativas y visin de futuro. El peridico, que se lea los mircoles y los sbados, recibira alguna clase de ayuda, en razn de la poca cantidad de avisos incluidos en la pgina destinada a tal fin y de la proliferacin de peridicos en la ciudad.

    Participaron tambin, aunque en forma transitoria, de la redaccin de El Paran Andrs Gonzlez del Solar (1839-1893) y Juan C. Garzn, a quienes cupo la cobertura de la ausencia pasajera de Andrade. La situacin se cre por-que acompa a Derqui quien por tales das parti a Crdoba, para movili-zar a los efectivos nacionales. Pero, el primero de aqullos debi, por integrar la misin de Bartolom Garca al Paraguay, irse de la ciudad. Con respecto a Garzn, se alej del quehacer periodstico, por motivos de salud, segn argu-ment en nota dirigida a Andrade.

    Producido el regreso de ste, El Paran no subsisti por mucho tiempo. Su contenido no era, realmente, variado. La consulta de la coleccin no ofrece

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    panorama atrayente, a excepcin de unas pocas notas e informaciones sobre la ciudad, cuya vida conservaba, todava, rasgos pueblerinos. No existe certeza, por otra parte, acerca de la fecha de su desaparicin.

    La Revista del Paran

    El 28 de febrero de 1861 se incorpora una publicacin de otro gnero. Nos referimos a la Revista del Paran, de frecuencia mensual, editada e impresa por Carlos Casavalle y dirigida por Vicente G. Quesada. Por la equilibrada factura de su contenido, constituy un modelo para otras similares, que apa-receran aos ms tarde, como la Revista de Buenos Aires y la Revista del Ro de la Plata, ejemplos de la proyeccin cultural de la Argentina hacia otros medios de la poca.

    Sus ncleos temticos comprendan, entre otras, reas como las de His-toria: transcripcin literal de documentos sobre la fundacin de Corrientes y de pueblos de Entre Ros, Cuyo, Jujuy y Salta, anlisis acerca del origen de Amrica y su descubrimiento, etc. Literatura, que era la seccin ms rica, con poesas, novelas, cuentos y ensayos, entre los que destaca Gemes, recuerdos de la infancia de Juana Manuela Gorriti (1818-1892), inspirada en el perodo salteo de la lucha por la independencia. Filologa, que con Netzahualco-yotl, en nahuatl, revela la importancia de las lenguas americanas durante el proceso de independencia, cuya proclama se efectuara en espaol, quichua, aymar y guaran. Fueron as protagonistas de ese formidable emprendimien-to, que significaba la bsqueda de la confraternidad entre las naciones hispa-noamericanas.

    No fue se un mvil circunstancial, de ocasin, porque haba sido ya ex-puesto en el editorial del primer nmero por Quesada. Conceptos ntidos, transparentes, los suyos. Consignaba buscar la comunidad de propsitos como un medio que nos recuerde la fraternidad y nos haga olvidar las pasiones rencorosas de la poltica. La aparicin de la Revista del Paran era aguarda-da siempre con evidente inters, dado el valor que atesoraban las colaboracio-nes procedentes de diversas ciudades del pas y del extranjero. Por ese motivo, lleg a captar alto nmero de suscriptores, entre los cuales se contaban los go-

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    biernos de las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ros y Santa Fe. Fueron numerosos los habituales colaboradores y los corresponsales desta-

    cados en los ms distantes lugares, como consecuencia del prestigio adquirido desde el primer momento. No obstante el riesgo que entraa la formulacin de una nmina, por las posibles omisiones, traemos algunos nombres para sim-ple informacin del lector: en Buenos Aires, Damin Hudson (1808-1873), Jos Toms Guido, Francisco Bilbao y Miguel Navarro Viola (1830-1890); en Catamarca, Benedicto Ruzo (1879-1946) y Fray Mamerto Esqui (1826-1883); en Corrientes, Juan Pujol y Jos Mara Roln (1826-1952); en Santa Fe, Evaristo Carriego (1828-1908); en Chile, Benjamn Vicua Mackenna (1831-1886); en Paraguay, Alfredo Marbais du Graty; en Per Juana Manuela Gorriti; en Francia Juan Bautista Alberdi (1810-1884).

    Su tiraje alcanz, en determinadas oportunidades, los mil ejemplares, lo cual se explica por la jerarqua de su presencia en el ambiente. Semejante xito editorial, no slo en materia de circulacin, adquiere mayores dimen-siones, dada la tecnologa grfica del siglo XIX. Ha podido, as, establecerse que hubo una nueva edicin del primer nmero, de 360 pginas, que contiene colaboraciones de Juan Bautista Alberdi, Damin Hudson, Benjamn Vicua Mackenna y otras firmas de no menor renombre. Dej de publicarse el 30 de septiembre de 1861. En ese mismo ao, en que se consum la desfederaliza-cin de la ciudad, aparecieron La Luz, que defenda la causa de las autoridades nacionales, y La Patria Argentina dirigida por Evaristo Carriego, que el go-bierno clausur tras la publicacin de su segundo nmero.

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    Despus de la Confederacin

    Al perder Paran su carcter de capital de la Confederacin, advino el casi natural xodo de pobladores, entre ellos algunos ex funcionarios y periodistas. Otros, por el contrario, continuaron en su habitual batallar por la defensa de sus ideales y lo hicieron por escrito. En 1862, circularon El Litoral del citado Carriego y El Soldado Entre-Riano de Francisco F. Fernndez (1841-1922); en 1863 El Argentino dirigido por Jos Hernndez; en 1864 El Paran, bajo la responsabilidad de Eusebio Ocampo, y en 1866 El Eco de Entre Ros cuyo director era Floriano Zapata (1843-1903).

    En 1867, aparecen El Paraguay, de redaccin annima, en plena guerra con esa nacin; El Zngano, de estilo zumbn y satrico, de Andrs Gonzlez del Solar (1838-1893); y El Comercio de Jorge Alzugaray. Durante 1870 llegan al pblico El Obrero Nacional de Francisco F. Fernndez, curiosamente fechado en Nogoy, y El Hijo del Pueblo de Pedro J. Dachary. En 1871 vieron la luz El Obrero del propio Dachary, Luis Roucau y Ciriaco Pereyra; El Pueblo y El Liberal, en el segundo de los cuales escriba Mariano Can (1842-1896); en 1874 La Nueva poca de Jorge Alzugaray. En 1875 le sigue La Opinin de Entre Ros de Emilio J. y Rafael F. Anza, y El Paranaense Industrial.

    Hacia 1876 se lee Labor del Porvenir de Francisco F. Fernndez, celoso defensor de jordanismo; en 1878, El Demcrata, inicialmente dirigido por Luis Leguizamn (1852-1911) y luego por Enrique Berduc (1855-1928); en 1881, El Constitucional sostiene los ideales del general Eduardo Racedo (1843-1918), en 1882, El Criollo de Prudencio Palavecino; en 1883, L Avenir journal agricole, industriel et commercial; en 1885, La Opinin de Luis Bonaparte (1853-1935), quien haba compartido tareas con Benigno Teijeiro Martnez en Concepcin del Uruguay. Por 1886, circulaba Periodismo, La Lealtad, La Variedad y El Municipio. En 1888, aparece El Asmodeo y, en 1890, El Eco de Italia de Manuel Olleros.

    En 1891 asoman en el horizonte de la actividad Actualidad de Pedro E. Alier, La Crnica, El Cencerro, de vena jocosa, y El Debate; en 1892 El Ltigo de Mariano Olleros; en 1893 El Ciudadano de Luis Bonaparte y El

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    Pueblo Cvico de Santiago Arteaga. En 1894, aparece La Provincia dirigido por Francisco Ferreyra, rgano al que le empastelaron la imprenta; en 1895, El Entre Ros de Evaristo Carriego, sostenedor de los principios del Partido Autonomista Nacional, y La Libertad de Santiago Arteaga. En 1896 se lea La Razn de Benito E. Prez (1848-1916) y La Guirnalda de Jos Sors Cirera (1868-1936); en 1898 aparecen La Semana de Pedro E. Alier y La Lucha; en 1899, El Rayo, tambin de Alier.

    En 1900, sale a la palestra El Obrero redactado por Ramn Leguizamn. En 1901, El Ltigo, El Liberal y la Revista del Paran, sta dirigida por An-tonio de Monteavaro (1876-1914), La Libertad en donde colaboran Luis L. Etchevehere (1875-1935), Leopoldo (1863-1937), Francisco, Avelino (1867-1949) y Martn Herrera (1870-1949), la revista La Actividad Humana de Jos Sors Cirera y La Verdad de Juan Jos Nissen. En 1902, circulan El Argentino de Miguel M. Laurencena (1851-1926) y El Litoral de Toms Dutary Rodr-guez; en 1904, se suma El Tribuno en donde colaboraba Ramn Leguizamn; en 1905, la revista ilustrada Fray Mocho bajo la direccin de Juan Jos M-guez y Toribio Ortiz; en 1906, La Lucha de Eduardo Laurencena (1889-1959).

    En 1907, se lee un semanario gil, ameno, La Linterna, redactado por el periodista uruguayo Alejandro Warnes; en 1908 los lectores acceden a Casos y Cosas, revista grfica de los hermanos Aquiles y Alfredo Sartori, de extraor-dinario parecido con Caras y Caretas de Buenos Aires, y el semanario juvenil La Democracia de Anbal S. Vsquez (1882-1961). En 1909, aparece El Dia-rio encabezado por Luis L. Etchevehere y otros colaboradores, en favor de la candidatura de Prcoro Crespo; y en 1911, se incorpora a la masa de lectores La Revista con caricaturas de Juan Jos Castro, quien sera ms tarde director de El Diario.

    En 1912, surge La Accin, diario catlico, dirigido por Juan Ramn lva-rez Prado y en cuya redaccin se alinean Anbal S. Vsquez, Sebastin Marc y Aniano Villaluenga, y La Juventud con la direccin de Enrique Prez Col-man (1886-1957). En 1913, lo hace La Provincia con Damin P. Garat, (1869-1921) en apoyo del conservadorismo. Hacia 1914 se agrega El Diario, con Luis L. Etchevehere, y los redactores Antonio Sagarna (1874-1949), Eduardo

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    Laurencena y otros. Clausurado por breve tiempo, en la dcada del 40, emple eventualmente los nombres alternativos de El Diario de Paran y El Diario del Pueblo. Tambin circul en la poca El Ciudadano de ngel Gmez del Ro, en apoyo de Alejandro Carb.

    En 1915 la ciudad acoge a Bartolito, hoja de homenaje al recordado hijo del general Bartolom Mitre (1821-1906), en 1916 hace lo propio con La Ac-tualidad de Jos A. Olgun, y Fgaro, revista de Anbal S. Vsquez y Horacio Arigs de Ela. En 1917, se recibe El Intransigente y La Verdad, de orien-tacin liberal, primero, radical, despus. En 1919 circula El Da de Arturo Sanguinetti, redactado por Arturo Lerena (1896-1990); y tras corto interregno en la actividad, en 1922 aparece La Maana dirigida por Francisco V. Mar-tnez (1874-1934). En 1923, sale El Departamento de Vicente Silva Gatica (?-1940), posteriormente convertido en El Pueblo.

    En 1924 nace Tribuna, cuyo director era Juan Ramn Csar. En 1926, lo hace La Campaa de N. Carlos lvarez; en 1927, se publica Crnica de Anbal S. Vsquez, luego director de El Diario y corresponsal de La Capital de Rosario. Por 1929, comienza a circular El Tiempo, dirigido por Enrique Fermn Mihura (1895-1951), de orientacin yrigoyenista, y en 1930 Libertad de Silvano Santander, La Provincia y Entre Ros de Ernesto Sanmartino. En 1931, salen la revista israelita Principios de Benjamn Millicousky y Demo-cracia de Silvano Santander, que en la prctica sustituye a Libertad, a la sazn clausurado.

    En 1932, se publican El Paran de Enrique Badesich, Nueva poca, Aler-ta, El Demcrata Nacional de N. Carlos lvarez y Manuel G. Ruiz, El Tiempo de Silvano Santander; en 1935; La Hora de Miguel F. Rubinstein; en 1936, Unin Vecinal de N. Carlos lvarez, el semanario La Nota de Jos A. Mur-ga, La Voz de Entre Ros, dirigido por Alfredo Antelo, que responde a los postulados del Partido Demcrata Nacional, y Unin de Silvano Santander. En 1937, se incorpora a la opinin pblica Arriba de Leandro Ruiz Moreno (1900-1967) y en 1938, Comarca de Amaro Villanueva (1900-1969) y Libre Palabra de Marcelino M. Romn. En 1939, aparece El Yaguaret de Anbal A. Vsquez, Orientacin de Leandro Ruiz Moreno, y las revistas Ideal y Crculo.

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    En 1942, se publica Gaceta Escolar de Arnaldo H. Cruz; en 1943, La Ma-ana dirigido por Ricardo lvarez, Jornada por Jos A. Murga y Noticioso, a cuyo frente estaba Antonio Luis de Casas. En 1944, circula por cinco das La Opinin de Miguel F. Rubinstein; en 1946, La Provincia, con la direccin de Carlos Mara Quinodoz y la revista Orqudea con la de Mara Isabel Guzmn. En 1947, nace La Causa, que diriga Alfredo Lujn (1903-1950); en 1948, El Peronista encabezado por Enrique Johnson Ortiz y Jos A. Murga y las publicaciones de cultura Tellus y Fibra. En 1949, se lee Enfoques de Adolfo A. Golz.

    En 1950, se editan Tierra de Urquiza de Leandro Ruiz Moreno, El Liber-tador, de orientacin peronista; en 1952, La Maana de Entre Ros, con la direccin de Jos Bardaj; en 1953, la revista Francisco Ramrez de Antonio R. Gamboa Igarzbal (1910-2006). En 1954, circula As dirigida por Carlos Mara Quinodoz, Marcha Agraria por Alejandro Clement y Comarca por Ro-dolfo Enrique Coll (1917-1997). En 1956, aparecen Tribuna Libre, Guin sta dirigida por Elio C. Leyes y Libertad por Adolfo Perotti. En 1957, nace Li-toral Deportivo de Orlando Correa; en 1959, se vocea El Pas, que sostena el programa de la Unin Cvica Radical Intransigente, dirigido por Juan del Azar.

    En 1960, se leen El Alberdino, del centro que agrupa a los egresados de la Escuela Normal Rural Juan B. Alberdi; y La Semana, cuyo director era Abra-ham Guestrin, 1963, la revista Presencia del Instituto Nacional del Profeso-rado Secundario de Paran. En 1964 comienza a publicarse Litoral Argentino de Segundo Luis Gianello; en 1967, El Juglar dirigido por Ricardo Dalesio Crespo; en 1968, Expansin de Adolfo A. Golz, vislumbre de la vida regional con la habilitacin del tnel Paran-Santa Fe; en 1974 se vocea El Da, a cuyo frente se desempeaba Ral A. Rossi; en 1978, se distribuye Recado de la seccin Entre Ros de la SADE, con la direccin de Elio C. Leyes.

    Notas1. Zinny, Antonio, Efemeridografa Argireparquitica o sea de las provincias argentinas, pg. 6. 2. Prez Colman, op. cit., pg. 199.

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    3. dem. 4. Vsquez, Anbal S., Peridicos y periodistas de Entre Ros, pg. 50. 5. Teijeiro Martnez, Benigno, Historia de Entre Ros, T. II, pg. 479. Citado por Vsquez, op. cit., pg. 51. 6. Citado por Vsquez, op. cit., pg. 52.7. Citado por Vsquez, dem, pg. 53. 8. Zinny, op. cit., pg. 68. 9. Prez Colman, op. cit., pg. 200. 10. Reproducido por El periodismo de la Confederacin de Nstor Toms Auza, pg. 70. 11. dem.

  • Gualeguaych

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    La prensa en el ideario poltico-militar de Urquiza

    La victoria lograda en 1847 por Urquiza en los campos de Vences, tuvo desde cierta perspectiva particular trascendencia en los acontecimientos que sobrevendran hasta culminar en Caseros. Aqulla, en efecto, le brind elo-cuentes pautas que lo indujeron a adoptar una decidida actitud ante el gobier-no de Buenos Aires. Era, no obstante el panorama que se avistaba, consciente de que los preparativos no deban circunscribirse puramente a la accin blica, sino que, adems, tena que disponer de otros elementos eficientes como la prensa, para difundir su ideario de la tan postergada organizacin nacional.

    Contaba, recordemos, con el aporte que ya resultaba insuficiente de El Federal Entre-Riano, el peridico que apareca una vez por semana en Pa-ran, lo que de por s puso de manifiesto la necesidad de disponer de nuevas hojas en la provincia. Comision, para ello, a don Antonio Cuys y Sampere, quien adquiri dos imprentas en Montevideo, una de las cuales fue destinada a Gualeguaych y la otra a Concepcin del Uruguay. En una casa ubicada en la esquina de Ituzaing y Rosario, se instal la primera, con el concurso del periodista uruguayo Isidoro De Mara (1815-1906), de acreditados anteceden-tes profesionales en su pas.

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    El Progreso de Entre Ros

    Fue as como, el 5 de marzo de 1849, aparece El Progreso de Entre Ros, bisemanario que luca el lema federal contemporneo: Viva la Confedera-cin Argentina! Mueran los salvajes unitarios!. Pero, a partir del Pronuncia-miento del 10 de Mayo de 1851, vari la segunda parte del lema: Mueran los enemigos de la Organizacin Nacional. La nueva hoja constitua, podramos decir, un simple heraldo de paz, para no despertar el consiguiente recelo del Restaurador, impresin generada por el material contenido en sus pginas y relativo a los adelantos producidos en Entre Ros, como se colige de la deno-minacin periodstica.

    Poco a poco, se iban cumpliendo los proyectos del futuro Organizador, en la convincente campaa que se traduca en la cada da ms amplia vas-tedad de sus proyecciones. Esa situacin incidi para que su prdica en El Progreso de Entre Ros exigiera algunas innovaciones grficas; entre ellas, el aumento del formato, el perfeccionamiento de sus caracteres tipogrficos y la incorporacin de otro tipo de material. En esa postura, el peridico adhiri al Pronunciamiento, con una edicin especial, slo dedicada al referido suceso, en cuya pgina inicial aparece el escudo de Entre Ros, al que segua el texto ntegro del documento.

    Era, en esencia, un valioso preludio de cuanto acontecera enfrentamiento mediante el 3 de febrero de 1852 en Caseros. Los acontecimientos, con su ineludible contundencia, diran lo suyo. Trminos ms, trminos menos, ca-bra la reminiscencia de aquel lugar de Julio Csar: Alea iacta est. En julio de 1851, por orden de Urquiza, el peridico cambi su nombre por el de El Federal Entre-Riano, que redujo la expresin de su lema al de Viva la Con-federacin Argentina! y mantuvo las caractersticas grficas del anterior. Esta nueva etapa concluy en octubre de 1852.

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    Otras hojas hasta fines del siglo

    En los mismos talleres, se imprimi Eco del Litoral, aparecido el 20 de noviembre de 1852. Era bisemanario, y su frecuencia aument a tres das, antes de ser diario; pero luego redujo la salida a diez veces por mes. Su tri-buna defenda la poltica de Organizacin Nacional, segn la ptica de las provincias. Entre los colaboradores, figuran ngel Elas, Ramn B. Goyri y Juan Francisco Segu.

    En 1856, sale El Mercantil, ideolgicamente emparentado con el anterior, del que se autodeclar heredero universal. Public all notas Olegario Vc-tor Andrade, autor de de Las dos polticas. En 1858, empieza a circular La poca, de igual orientacin; una de sus crnicas relevantes es la de la revista militar del 26 de mayo cumplida en Paran. En esa poca se leyeron, tambin, El Duende, hoja satrica y jocosa, sin da fijo de publicacin, y La Esperanza de Entre Ros, rgano de los intereses comerciales de la Provincia, de mili-tancia opositora, redactado por Luis Grimaux.

    En 1859, aparece LItalia, con la redaccin de Jos Ballesteros y Pedro Laura, de efmera existencia y muy ledo en el seno de la comunidad; el Bo-letn Comercial, de cuatro meses de trayectoria. El 15 de enero de 1860 llega El Eco de Entre Ros, y deja de aparecer despus de la batalla de Pavn. Entre algunas informaciones destacables, hallamos la de las elecciones de presiden-te y vice del doctor Santiago Derqui y el general Juan Pedernera (1796-1886). Alcanza frecuencia casi inusitada el elogio a Urquiza, a quien denomina liber-tador, organizador del pas, el hombre elegido por la Providencia, etctera.

    En 1861, se presenta El Pueblo, cuyo prospecto abunda en conceptos rec-tores de una prdica franca, abierta, partidaria de Urquiza. No hay en l omi-sin alguna de los captulos fundamentales de la vida de una nacin. Releamos fragmentos: La nica poltica que nos conviene es la del trabajo pacfico, de los adelantos que producen y en vez de entonar himnos a las hazaas del hom-bre contra el hombre, en vez de tejer coronas al que se alza ms alto, matando mayor nmero de hermanos, al que grita ms fuerte y atropella con ms auda-cia los lindes de la ley, levantemos el hosanna del agradecimiento pblico... al que maneje con ms destreza el hacha y el arado. 1

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    El 30 de enero de 1862 surge El Pueblo Entre-Riano, en cierto modo con-tinuacin de El Pueblo, y cuya existencia transcurri hasta el 10 de febre-ro de 1867, cuando su voz debi callar por orden del poder omnmodo. En sus columnas escribieron Olegario Vctor Andrade, Francisco F. Fernndez y Marcos Luis Funes. A pesar del referido desenlace, su valenta no declin ante el avasallamiento de la libertad de expresin. Fiel intrprete de los principios que sustentaba, los expuso y defendi en una hoja suelta que remataba en los siguientes conceptos: Hoy callamos por orden del poder! Maana hablare-mos por orden del pueblo!.

    El 10 de enero de 1863 sale a la palestra La Democracia, peridico polti-co, comercial y literario que estaba tres veces por semana con sus lectores. A su frente, se hallaba Eulogio Enciso, de mentalidad portea, que lo enfrent a El Pueblo Entre-Riano en spera polmica. En el fragor de ese clima, lo consider albaal de inmundicias corriente de aguas inmundas, trminos dedicados a Andrade y Fernndez. Sus ediciones incluan una seccin de es-critores espaoles y americanos de jerarqua, que lo diferenciaban de otros. Circul hasta el 3 de marzo de 1867, puesto que tres das despus un incendio concluy con su local y sus equipos grficos.

    El 21 de marzo de 1864, la revista literaria El Alba imprimi un sello de novedad en el panorama. Apareca los domingos por los talleres de La Demo-cracia, y su existencia se debi a don Eulogio Enciso. Entre sus ms asiduos colaboradores, se incluye a Emilio Onrubia, Alcides De Mara (1859-1908), Gervasio Mndez (1842-1897) y Pastor S. Obligado. La ltima entrega est fechada el 4 de septiembre de ese ao, y su desaparicin constituy una sen-sible baja para las letras.

    El 7 de agosto de 1864 llegan El Porvenir, contemporneo de El Pueblo Entre-Riano y La Democracia. Apareca tres das por semana, y se imprima en equipos grficos adquiridos en Buenos Aires. En su redaccin, particip muy activamente Olegario Vctor Andrade, a quien acompaaban estimamos que en menor grado firmas como Cndido Irazusta, Belisario Ruiz y Ernesto Richelieu. Su oposicin sistemtica a la poltica nacional y al Tratado de la Triple Alianza, determin que desapareciera el 3 de febrero de 1867.

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    Con las astillas de El Porvenir afirma Borques, en acertada glosa del conocido lugar de Jos Manuel Estrada (1842-1894) Andrade levant de nuevo otra ctedra o tribuna, a la cual llam La Regeneracin, que comenz a publicarse el 21 de febrero de 1867. Su actitud fue la misma que la de El Porvenir, y apoy la candidatura del general Justo Jos de Urquiza, consagra-do gobernador en 1868. Asesinado ste el 11 de abril de 1870, el presidente Domingo Faustino Sarmiento dispuso la intervencin a Entre Ros, tarea que acometi el general Emilio Mitre. Ese clima poltico desemboc, el 22 de abril de 1870, en el cierre del peridico.

    La poblacin recibe el 14 de marzo de 1867 una nueva hoja: El Pas, en cuya redaccin revistaron Eugenio Gmez, Marcos E. Funes, Luis E. Faldella y Nicanor Gonzlez del Solar. Fue tambin, opositor a la poltica nacional, y manifest disenso con la Guerra del Paraguay, al igual que sus antecesores. Foment y estimul las ms dismiles expresiones del quehacer de Guale-guaych, por lo que su decidido aporte al progreso integral de la ciudad no puede discutirse. Baste agregar, en favor de este aserto, que en sus pginas al-canzaran justificada cabida iniciativas que propendieran al bien comn. Ante mandato de la intervencin, El Pas no apareci ms.

    Muy posiblemente el 24 de marzo de 1867 aparece El Cndor, semanario de literatura, que excluy de su contenido la temtica poltica. En sus nme-ros, resulta dable hallar composiciones de lectura amena y de verdadero solaz para el espritu, pertenecientes a periodistas y escritores de jerarqua: Marcos Emilio Funes (1848-1878), Gervasio Mndez, Gervasio Doello, ngel Elas, etc. Adems, sus crnicas sociales permiten reconstruir aspectos de la vida mundana de la ciudad.

    Nacido el 22 de abril de 1870, El Entre-Riano circul por diez das. Eran tiempos difciles, como lo reconoce en nota titulada A nuestros lectores, de la que espigamos parte: El Entre-Riano aparece en el campo de la prensa argentina en un momento grave para la Provincia, preado de temores para la Nacin y de incertidumbre para todos. La situacin no puede ser ms alarman-te. Tres hechos capitales la caracterizan: 1) El asesinato cobarde y alevoso del General Urquiza; 2) La declaracin del asesino, de asumir la responsabilidad

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    del odioso crimen; 3) La declaracin de Lpez Jordn, ultraje a la moral ar-gentina. Para ocuparse de estas cuestiones aparece El Entre-Riano 3.

    La Libertad se lanza a la polmica el 28 de abril de 1870, e hizo pblica adhesin a las autoridades nacionales, conden la muerte de Urquiza y consi-der el movimiento de Lpez Jordn como una conjuracin de asesinos. Era trisemanario poltico, comercial y literario y acoga grandes avisos; dej de aparecer a comienzos de julio de aquel ao. El 27 de agosto comenz a leerse El Avisador, que defenda la posicin jordanista, como se infiere de su nmero 9 uno de los pocos conservados en donde refuta conceptos vertidos en El Nacional de Buenos Aires.

    En 1871, ve la luz El Guardia Nacional, al que siguieron, en 1872, El Re-publicano y El Orden; en 1874, El Chimborazo de Delfn Camejo; en 1875, El Telgrafo Mercantil; en 1877, La Fraternidad; en 1878, El Noticiero y, en 1879, La Situacin. En 1881 llegan La Reforma, El Independiente y La Opinin de Entre Ros; en 1883, El Entre Ros y El Mosquito; en 1884, el Boletn del Centro Comercial, en 1885, Voto Libre; en 1887, El Imparcial y, en 1888, Los Principios, dirigido por Pedro Mura, de notorio predicamento en la opinin pblica.

    En 1890, se produce la salida de La Idea con la direccin de Cndido Ira-zusta y de La Reforma, tribuna de la candidatura del general Eduardo Racedo. En 1891 se ley El Centinela de Alberto Levis; en 1893, la poblacin contaba con los peridicos El Debate, El Independiente y El Pasatiempo.

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    Hacia el presente

    En 1900, ve la luz El Censor de Ramn Jurado con el editorial Izamos nuestra bandera; al concluir su camino, en 1945, lo hizo con otro titulado Arriamos nuestra bandera. En 1904; circularon la revista La Educacin, los diarios La Libertad y El Boletn y el semanario Lirio; en 1905, el semanario Eureka y los peridicos El Orden y El Nacional.

    Hacia 1911, tiene presencia El Argentino, luego convertido en diario, de Nicols Montana; en 1912, aparecieron El Alba y Nuevos Rumbos, revistas sociales y literarias; en 1914, el peridico estudiantil El Crisol, El Cndor y los semanarios El Manuscrito y El Ciudadano, en 1915, Helios, El Afilador y A B C; en 1916, El Parque, el semanario Crnica Sportiva, las revistas Vida Nueva y Crisol y el peridico La Voz del Pueblo; en 1917, los semanarios El Dulce de Leche y Meterete y los peridicos El Pueblo y La Paloma; en 1918, Tribuna y El Novio y en 1919, El Eco Social y los peridicos El Heraldo, La Patria, El Rebenquito, El Obrero y La Chicharra.

    En 1920, circulan el semanario El Zorzal, la revista Mireya y el peridi-co La Defensa; en 1921, los semanarios La Sirena y El Correo de las Nias y los peridicos El Trabajo, La Juventud, Bandera Radical, El Estudiante, El Tbano y Paja Brava; en 1922, los semanarios Artigas, La Linterna, Mi Carta, El Duende y El Combate; en 1923, La Noche y La Razn; en 1924, la revista El Cndor de Julio T. Villagra y los peridicos La Lira, La Mentira y Ensueos; en 1925, El Estudiante Normalista, Semanario Sportivo, Crtica y El Combate; en 1927; Renovacin, Albores y La Tierra; en 1928, El Nocturno, El Radical, El Ltigo, Boletn Musical y El Verbo Cvico.

    En 1929, el diario Actualidad y los peridicos El Canchero, Gua Comer-cial, Vida Social, Amanecer y el Chispero Radical; en 1930, los peridicos Reaccin y Nuevos Caminos; en 1931, los peridicos Antorcha, La Verdad y El Radical; en 1932, Despus de Todo, Eco Deportivo, Nueva poca, El Nacional y La Defensa; en 1934 Accin, La Palabra Socialista y la revista Inquietud; en 1935, Neptunia, Sagitario y Antorcha; en 1936, La Cartilla y Mensajero de Entre Ros; 1939, El Diario de Arturo Nicolini y Argentinidad;

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    en 1940, Nueva poca; en 1941, Proa y La Bomba; 1943, Crnica de Enrique Gutirrez, Democracia y la revista Entre Nosotros.

    En la dcada de 1950, nacen El Diario, de orientacin peronista, dirigido por Arturo Nicolini y la revista Eco Social; en 1952, circulan ENOVA, de los estudiantes de la Escuela Normal Olegario Vctor Andrade, y Gualeguaych Social y Cultural; en 1953, Enfoques Deportivos; en 1954, Hoy, de lnea radi-cal, bajo la direccin de Samuel Villanueva, en 1959, El Da; identificado con el marxismo, de Artigas Cabrera, y la revista La Calle de Carlos A. Cepeda; en 1970, Noticias en sistema offset; en 1973, las revistas literarias Taller de ngel Vicente Aroz y Bohemia de Pedro Tuotti; en 1974, la revista Imagen de Guillermo Anumada y Sicoro de Ronaldo A. Siquier.

    En 1980, sale a la luz Gualeguaych: Presencia y Actualidad; en 1981, Palo a Pique de la Sociedad Rural, dirigida par Walter H. Feldkamp y La De-portiva de Pedro A. Casanave y Jos M. Brtora; en 1982, El Da dirigido por Oscar Jos Dionisio Lapalma; en 1983, Entre mate y mate de Mario Vilaboa y Elba Shaaf, y luego Avanti Gualeguaych; en 1990, surgen Propuesta Surea de Jos M. Almeyra y Julio Majul y Propuestas de Jorge Martnez Garbino; en 1992, Gente de Letras dirigida por Hctor Luis Castillo; en 1993, lo hacen las revistas Imgenes de Guillermo Ahumada y Revista de Gualeguaych de Rubn A. Cherry.

    Notas 1. Borques, Juan Carlos, Ensayos histricos sobre el periodismo de Gualeguaych, pg. 88. 2. Borques, op. cit., pg.164. 3. Reproducido por Borques, op. cit., pg.199.

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    Los trabajos y los das en las vsperas de Caseros

    El Porvenir de Entre Ros

    La aparicin de esta hoja marca, el 10 de enero de 1850, el hito inicial del periodismo de Concepcin del Uruguay. Considerbase peridico univer-sal y, en su encabezamiento, consta la habitual inscripcin de aquellos aos Viva la Confederacin Argentina! Mueran los salvajes unitarios! Sala de la Imprenta del Uruguay introducida por el librero Jaime Hernndez y, en sus propias pginas, enuncia la razn que haba motivado su nombre, en el contexto de una encendida loa a la figura de Urquiza, siempre sostenida por sus redactores.

    Veamos: El progreso de todos los ramos se ve elevarse como por encanto, edificios pblicos de todas clases, casas para las administraciones civiles y militares, hospitales, templos, escuelas.... A rengln seguido, remataba con la interrogacin retrica: Quin abri esta nueva era de prosperidad?. Todo ello sublimado en el panegrico que, reiteramos, era cuotidiano, infaltable, pues Urquiza monopolizaba la admiracin del periodista, quien lo llama un guerrero ilustre, un magistrado, un hombre pensador, que aunque gloriosa-mente engrandecido por la victoria no dej de aprovechar los pocos mo-mentos de paz de que goza el pas.... El paroxismo de la actitud de El Porve-nir de Entre Ros llega, por instantes, a niveles muy particulares: All iremos donde nos guen los nobles mandatos de nuestro amado gobernador D. Justo Jos de Urquiza, pues no dudamos que el porvenir del pas y su felicidad est en sus manos....

    En el saludo a sus colegas de Paran y Gualeguaych, fija el concepto de lo que debe ser el periodismo: un sacerdocio a carta cabal, para que constituya un factor realmente positivo desde su doble misin de informar y formar en la vida de los pueblos. Concretamente sugiere: ...surquemos juntos con nues-tros poderosos arados, las prensas, el vasto y dilatado campo de la ilustracin, despertando la inteligencia de nuestra generosa poblacin. En cuanto al ma-terial, El Porvenir de Entre Ros inclua informaciones locales, documentos

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    relacionados con las operaciones militares de Urquiza en la Banda Oriental y otras notas de inters. Dej de aparecer el 24 de noviembre de 1850.

    La Regeneracin

    Tres das ms tarde, lo reemplaza La Regeneracin, impreso en los talleres del Colegio del Uruguay, que se publicaba los jueves y domingos. Se autode-nomina peridico literario, agrcola, mercantil e industrial; lo diriga Carlos de Terrade, quien contaba con la importante colaboracin de Marcos Sastre, el siempre recordado autor de El Tempe Argentino. Constituy, el canal de que se vali Urquiza para sembrar sus ideas de la necesidad, a esas horas ya casi inmediata, de proceder a la organizacin nacional. Fue as como, el 5 de enero de 1851, public un editorial titulado El Ao 1851, atribuido a Juan Fran-cisco Segu, que en su esencia es un vaticinio de la cada de Juan Manuel de Rosas.

    Dice: Apenas hace cinco das que naci y ya todos le conocen y le llaman por su nom-

    bre, ni ms ni menos, que si habiendo corrido todo un curso, se encontrase viejo y en su duodcimo mes.

    Este ao 1851, se llamar en esta parte de Amrica, La Organizacin. Obra de una admirable combinacin de ciencia, patriotismo y firmeza, habr paz

    en general y gloria en la Repblica y con la Repblica. El buen derecho y el valor son bases incontrastables que Dios protege. El gran principio del sistema federal, consagrado por la victoria, quedar conso-

    lidado en una Asamblea de Delegados de los pueblos. De su seno saldr un mandato de fraternidad, y abrazndose todos los hermanos, vitorearn reconocidos un nombre glorioso que designa a un hombre grande, que simboliza:

    La firmeza en el designio, La constancia en el orden El coraje en la lucha, La grandeza en los medios, El herosmo en los hechos, El patriotismo y la civilizacin en los fines.

    Para nosotros, la nica faz del ao 51 es la Organizacin.

  • EL PERIODISMO DE ENTRE ROS 53

    Advirtese, no nos cabe la ms mnima duda, nada menos que todo un preaviso de cuanto sucedera despus: la franca ruptura de hostilidades contra el gobierno de Buenos Aires. A poco, en efecto, sobrevendran los sueltos de tenor premonitorio, difundidos a travs de lo distintos peridicos adictos a la posicin asumida por Urquiza. Entre ellos, otro aparecido en La Regeneracin del 25 de mayo de ese ao alcanza connotaciones significativas; por lo tanto, resulta imposible soslayar u omitir su referencia, por tratarse de una circular dirigida a los gobiernos federales de la Confederacin.

    Entre otros conceptos, puntualiza que las lanzas del ejrcito entrerriano y las de sus amigos y aliados bastan por s solas para derribar ese poder ficticio de Buenos Aires.... No quedaba, en rigor a la verdad, nada ms por decir. Restaba slo especificar la fecha que, como es de conocimiento general, resul-t la del 3 de febrero de 1852, en Caseros. Formaban, tambin, habitualmente, parte de sus ediciones, material de variada naturaleza, como poesas de Hilario Ascasubi (1807-1875), transcripciones de notas de Domingo Faustino Sar-miento aparecidas en Sud Amrica, documentos reproducidos en el registro nacional, etc. Su ltimo nmero conocido es el 104.

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    La palabra escrita en la segunda mitad del siglo XIX

    Ms adelante aparecen nuevos peridicos. En 1855 Benjamn Victorica (1833-1913) funda El Uruguay, con imprenta propia y cuya circulacin habr de extenderse hasta la guerra civil de 1870. Constituida en la nica hoja de la ciudad, acoge en sus pginas completa informacin del histrico Colegio: programas completos de estudios, integracin de comisiones examinadoras y resultados de su labor, discursos de apertura y final de clases, trabajos de sus alumnos, etc., seleccionados para su publicacin. La tctica de Urquiza se complement con el prestigio ganado por El Uruguay, entre cuyos colabo-radores son habituales los nombres de Francisco Bilbao, Jos Mrmol (1817-1871), Alejo Peyret (1826-1902) y Alberto Larroque (1819-1881).

    La fluida comunicacin del peridico trasunta en la primera mitad de 1858 la estrategia poltico-militar de Urquiza. Por otra parte, la consolida-cin del renombre de El Uruguay constituye natural consecuencia de las ope-raciones de prensa maquinadas ese ao en Paran; y no es aventurado decir que se lo ubica a la par de El Nacional Argentino, en la hora de las decisio-nes fundamentales. Desaparecido ste, ocupa El Uruguay la primaca en la provincia, impresin que se afirma y acrecienta tras la desfederalizacin y la subsiguiente capitalidad de Concepcin del Uruguay.

    En 1860 lo hace La Prensa Entrerriana; en 1868, El Independiente jorda-nista; en 1870; La Democracia dirigido por Jos R, Baltor (1832-1891); en 1871, El Eco de Entre Ros y La Aurora; en 1872, El Rayo, tambin jordanista, y El Ro de la Plata, en 1873, La Voz del Pueblo, en cuyas columnas se publi-c el fallo que dispona la libertad de Jos Mara Mosqueira, presuntamente involucrado en la partida que diera muerte a Urquiza; en 1870, El Porvenir, en 1875, La Esperanza; en 1876, El Guardia Nacional, La Opinin Pblica y nuevamente La Aurora; en 1877, La Luz, el Boletn Municipal y El Fnix.

    En 1878, nacen La Actualidad dirigido por Pedro L. J. Prez Colman, El Liberal, La Unin Entrerriana y La Aspiracin; en 1879, El Eco del Munici-pio, El Crepsculo y El Garrote, cuyos directores eran andubay, Algarrobo y Tala, y el semanario de literatura La Tromba, escrito por Luis Bonaparte. En

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    1880, el Boletn de la Exposicin Continental, el semanario El Hogar Entre-rriano dirigido por el historiador Benigno Teijeiro Martnez; en 1881, El Pue-blo de Mayo, El Nuevo Da y El Selenita, bisemanario de msica vocal, escrito por cuerdos que parecen locos, y la Revista de los Tribunales fundada por Juan D. Fernndez y Antonio Luna.

    En 1882, ven la luz La Lucha y el trisemanario El Avisador, literario, noti-cioso y comercial, El Centinela y La Alborada; en 1883, reaparece El Consti-tucional, al que siguen la incorporacin de El Torbellino, peridico poltico y noticioso que sala los domingos, El Uruguay administrado por D. Fernndez Espiro (1862-1912), La Capital por M. Ugarte (1878-1951), El Tribuno con Lenidas del Valle como director y administrador, El Autonomista, The High Life, El Reporter, La Aurora (en segunda poca), El Pueblo, La Propaganda y El Eco. En 1885, allegan su aporte El Republicano, La Voz del Uruguay, Don Patricio y el Boletn de la Sociedad Rural.

    En 1886, aparecen El Cosmopolita, La Idea y La Unin dirigido por Agus-tn H. Ali; en 1887, El Telfono y El Investigador, importante reflejo de dis-tintos aspectos de la cultura, conducido por Benigno Teijeiro Martnez; en 1888, Fiat Lux, El Litoral, El Republicano con la direccin de Benito E. Prez y El Nuevo Da; en 1890 resurge El Uruguay (en tercera poca), y se agregan La Nueva Era y 10 de Mayo; en 1891, nace El Radical, dirigido por Agustn Carossini, Entre Ros por Ramn E. Cornell y Fiat Lux (en segunda poca); en 1893, La Lectura del Hogar, en 1894, Estudio y Recreo y El Independiente fundado por Wenceslao S. Gadea (1864-?) .

    En 1895, surge La Mariposa y vuelve a circular El Uruguay, redactados por Antonio R. Ciaspucio (1877-1913), de Villaguay, y se presenta La Semana Jurdica dirigida por Eusebio Iguez; en 1896, se leen el Boletn Dominical y El Publcola; en 1899, nace La Juventud de los hermanos Lorenzo y Toms Sartorio.

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    La actividad posterior

    En 1902 se edita La Verdad por Estanislao Mouli; en 1903, nacen El Si-glo y El Eco Social (?) de Remigio Marques; en 1906, Cupido, el semanario Actualidad de Dardo Corvaln Mendilaharzu (1888-1959) y Evolucin de Ci-priano de Urquiza; en 1907, circula La Verdad de Raimundo Montiel, el sema-nario Ecos Sociales; en 1908, Alborada dirigida por Pascual Troise.

    En 1909 se imprime la revista literaria Fulguraciones y Eclipses de Alfre-do Justo Parodi Mantero; en 1910 el tercer diario La Verdad, esta vez dirigido por Jos Olgun, y Luz y Vida de Enrique Mouli; en 1911, ven la luz El Lu-chador y El Heraldo, ste dirigido por Enrique Arturo Mouli (1890-1968), La Gaceta de Uruguay orientada por Luis Esteva Berga y El Fgaro, en 1914, circulan La Actualidad, El Mondonguero, La Lucha, El Radical de Alberto Hanza; en 1915, lo hacen Fray Mocho de Rodolfo Solanas Pacheco, El 42, los semanarios Trabajo y El Porvenir y el bisemanario La Democracia; en 1916, El Hurn y Dominguito.

    En 1917, se publican Vida Nueva de Ral Uncal Lpez y El Progreso de Jos Mara Texier; en 1918, circulan El Radical, el trisemanario Alem, Con-centracin Popular de Wenceslao Gadea, El Intransigente de Cecilio M. de Len y El Cvico; en 1919, aparecen el peridico estudiantil Veintiuno de Sep-tiembre de Dolveo E. del Busto y La Gaceta de Antonio Muzzio; en 1920, se difunden La Sombra, Principios, El Sol y la revista Horizontes; en 1921, La Voz del Litoral de Carlos J. Gatti, Mundo Estudiantil, Semanario Sportivo y Mundo Social; en 1922, Prometeo, Porteo (?), semanarios Idealidad, La Semana y El Pibe.

    En 1923, se leen Los Principios de Nicols San Martn, Don Severo y Ate-nas; en 1925 aparecen Ecos de las Aulas, Tribuna dirigido por Isidoro Aurelio Neyra, Crnica, Pjaro Azul, peridico literario y social, y Paja Brava; en 1926, Zona Libre, la revista Urquiza, y La Opinin guiado por Juan E. Lacava y El Loro; en 1928, lectura moderna (as, con minscula), peridico literario de Ernesto Bourband T., Nmesis de Alberto Pascal, El Pueblo y despus Cr-nica de Manrique Balboa Santa Mara, en Basavilbaso; en 1931, Pronuncia-

  • MIGUEL NGEL ANDREETTO58

    miento de Alejandro C. Bruzera y El Telgrafo, semanario luego convertido en diario, y Concepcin.

    En 1934, aparece la revista Itap de Elvio Modesto Surez; en 1935, Uru-guay de Pedro I. Ms y La Repblica codirigido por Francisco Abescat y Al-berto Pascal; en 1938 Adelante de Manuel Adolfo Escobar; en 1939, la revista estudiantil Alberdi conducida por Miguel ngel Gonella; en 1940, Nuestra Vida; en 1941, El Deporte y Palenque, rgano del Hogar Rural, de Dolveo E. del Busto y El Da, resultante de la fusin de los anteriores, La Repblica, La Gaceta y El Telgrafo; en 1944, ndice y La Calle dirigido por Alfredo Mar-tnez Howard (1910-1968); en 1945, Sarmiento; en 1947 Hroes Ignorados y, en 1949, El Alba de Ernesto Bourband T.

    En 1951, circula Substancia de la Comisin Municipal de Cultura; en 1957, Provincia con la gestin de Juan E. Lacava: en 1958, Alborada de Ral E. Escobar; en 1966, Revista Zonal codirigido por Eduardo Almaral, Osvaldo Cornejo e Ignacio Galarraga; en 1970 Evocaciones e Informacin Agraria, ste de Rafael Almeyra, en 1974 Suceso en 1977, Coronacin 77, revista de automovilismo; en 1980, El Monitor Cultural de Enriqueta Morera; en 1985, el semanario Hoy en 1987, Ecos de Entre Ros de Carlos Balachur; en 1988, Horizontes de Jos Fuster Retali y Puertos la nica salida; en 1990, el se-manario La Tribuna Independiente.

    En 1992, llegan a los lectores Confidencias Ciudadanas y Juntos; en 1993, Alfa y Omega; en 1994, el diario Hoy, en 1995, Intercambio Cultural; en 1996, La Voz de la Histrica y El Ur, en 1997, La Nueva Regin; en 1998, Borrn y Cuenta Nueva; en 2000, El Mircoles de Amrico Schvartman y Perspectiva de Marcelo Costa; en 2001, El Garfio; en 2004, Panza Verde, La 92 al frente, A Tiempo, Aportar Comunitario, revista para discapacitados; en 2005, Con-cepcin Empresaria, vocero del Centro Comercial, El Tren, hoja estudiantil y Crculo del Crculo Catlico de Obreros.

  • Datos para un mapeo integral

  • EL PERIODISMO DE ENTRE ROS 61

    Concordia

    El primer aporte periodstico data de 1858 con El Progresista, dirigido por Luis Revuelta, introductor de la imprenta en la ciudad. Aparecen, en 1859, El Comercio de Concordia fundado por Salvador Mara del Carril y Santia-go Derqui; en 1864, El Republicano, diario poltico de Eduardo G. Gordon, empastelado, en 1865; en 1870, La Libertad, dirigido por Olegario Vctor An-drade; en 1873, La Guardia Nacional de Lucio V. Lpez; en 1875, El Ferro-Carril con la conduccin de ste en 1876, El Orden, entre cuyos redactores figura Wenceslao Andrade, hermano del poeta; en 1877, La Voz del Pueblo; en 1878, La Concordia.

    En 1879 se publica La Provincia de Pablo Daz, y que al clausurrse-lo dio origen a El Uruguay, sostenedor de la candidatura presidencial del general Julio A. Roca (1843-1914), dirigido por Antonio de Luque. En 1880 El Progreso; en 1881, El Republicano, vocero del gobernador Jos F. Antelo, y Semanario Comercial; en 1883, La Concordia de Fernando G. Mndez y Horacio Mitre, clausurado por el tono violento de sus campaas; en 1884, La Luz, dirigido por el primero, Boletn Oficial de la Municipalidad, El Sufragio Libre que apoyaba la candidatura de Miguel M. Laurencena, El Amigo del Pueblo de Fernando G. Mndez, uno de cuyos redactores fue Damin P. Garat.

    Tambin en 1886, circularon El Municipio, conducido por Raimundo Na-viera, y El Imparcial, de Florindo Vzquez; en 1887, el bisemanario La Pro-vincia fundado por Juan C. Paiz, defensor de los intereses comunes de Con-cordia y Federacin; en 1890, El Pueblo Entrerriano, de redaccin annima y uno de los sostenedores de la candidatura de Sab Z. Hernndez (1856-1932) a la gobernacin, El Heraldo de Jos A. Siburu; en 1891, El Hurn satrico y literario de Pedro Ruiz Moreno y Damin P. Garat, El Tribuno Cvico, bi-semanario radical y La Libertad de Juan Jos Lpez; en 1892, el semanario Concordia Libre de Lisandro Sierra y El Obrero del Pueblo de Florindo H. Vzquez.

    En 1893 se incorpora Diario de Concordia, en cuya redaccin figura Da-min P. Garat, el peridico literario Domingo del Pueblo, La Ilustracin Po-pular, de brevsima trayectoria y Vox Populi, en donde otra vez aparece Da-

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    min P. Garat; en 1897, El Mosquito de Agripinio y Armando Duval Mndez, La Verdad de Estanislao Mouli y El Porvenir de Ricardo Iturriaga; en 1898, el semanario social El Pensamiento de Julio A. Vila, Los Principios y La Opi-nin, en distinta poca, dirigidos por Lisandro Sierra; en 1899, La Reaccin de Estanislao Mouli y El Heraldo de Florindo H. Vzquez.

    En 1900, nacen El Cascabel, semanario de redaccin annima, y Punta y Filo; en 1901, El Litoral de Francisco Blanes; en 1908, Diario de Concordia, fundado por Damin P. Garat y El Independiente de Lisandro Sierra; en 1914, El Orden de Estanislao Mouli; en 1915, El Heraldo orientado por Jacobo Liebermann; en 1920, El Debate redactado por Juvenal Fernndez de la Puen-te y Napolen Pousa; en 1921, Boletn Comercial, La Justicia, La Tribuna, El Peludo y El Bien, todos de breve vida, La Cotorrita y La Democracia; en 1922, Crtica, La Provincia, el peridico semanal El Cabur, Pica Pica, El Eco Parroquial, La Nueva Italia, La Voz Radical y El Eco Popular.

    En 1923, se publican La Voz Pblica, las revistas Oden e Ideales; en 1924, El Diario de Hctor T. Olivera; en 1925, La Maana de Enrique Arturo Mouli; en 1926, las revistas Vida y Accin y El Correo Semanal; en 1927, Democracia codirigido por Albrico Seghesso, Carlos Prez, Lzaro Leibo-vich y Luis Valdi; en 1928, el semanario Juventud de Victorino A. Simn y el quincenal La Voz de Concordia; en 1930, Benteveo de fundador desconocido; en 1931, los semanarios El Nacional y El Cabur, La Voz del Pueblo de Agri-pino Mndez, en vez de El Amigo del Pueblo clausurado por el gobierno; en 1933, Noticias, El Diario del Pueblo e Idea Nacional por la clausura de otros.

    En 1934, se insertan en la vida periodstica La Nota de Enrique Mouli y La poca de Armando Duval Mndez, despus dirigido por su hermano Agripino; en 1936, los semanarios Crnica de Humberto Bellino y Justicia; en 1937, el Informativo Rural, El Mensajero y los semanarios Combate y Baluarte; en 1940, Tribuna de Eros Natalio Galvn y Humberto Bellino; en 1941, los peridicos quincenales Rumbos y El Nacional; en 1943, La Semana de Dlfor Fernndez, en 1944, reaparece El Amigo del Pueblo, en vez de La Nota de Enrique Mouli, se edita La Voz del Norte de ste y resurge La poca de Armando Duval Mndez; en 1964, aparece El Sol de Omar Bordoy y, en 1980, Concordia, dirigido por Ivn J. Etchevehere.

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    Federacin

    Los estudiosos del pretrito del departamento coinciden en sealar que el primer peridico fue el denominado El Coln, que surge, en 1890, en Villa Libertad actualmente Chajar con la direccin de Floriano H. Vzquez. En 1897, lo hace La Ley de Gerardo Comas Centurin, hoja que se transforma en cotidiano; en 1900, El Eco del Magisterio y La Voz del Magisterio Entrerria-no, voceros de los intereses docentes; en 1903, La Golondrina; en 1904, La Justicia de Raymundo Maciel y El Progreso de Cayetano Reviglia; en 1917, El Pobrecito Hablador, en 1918, Noticias de Roger Prez y, en 1920, el ves-pertino independiente La Opinin.

    Ven, por su parte, la luz, en 1921 Correo de las Nias y La Prensita pe-ridico jocoserio dirigido por Jos Ester Montiel; en 1924, El Suplemento dedicado a la juventud; en 1926, La Diamela de direccin y administracin annimas; en 1930, La Fusta; en 1934, Tribuna Infantil y Lealtad Radical; en 1936, Antorcha; en 1943, Orientacin, y en 1945, Nueva Era. En la propia ciudad de Federacin, aparecen, en 1902, La Capital; en 1904, El Pueblo; en 1933, La Voz del Pueblo; en 1936, El Defensor y, en 1944, Noreste.

    Diamante

    La primera noticia relativa a la difusin de la actividad grfica en Diamante se encuentra estrechamente vinculada con el clima propio de los preparativos de la campaa, que culminara el 3 de febrero de 1852 en Caseros. As, el 11 de septiembre de 1851 aparece el Boletn del Ejrcito Aliado de Operaciones contra Rosas que consigna el siguiente pie: Paran Imprenta del Estado. Tiem-po ms tarde, la publicacin se da por equipos grficos instalados en el vapor Ro Uruguay y, ms adelante, en las ciudades de Rosario y San Lorenzo.

    Es redactor del mencionado Boletn don Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), quien ha legado a la posteridad, en su gil crnica, muestras de la fina captacin de la majestuosa belleza del Paran en ese tramo de Entre Ros. He aqu slo un trozo que desde nuestra perspectiva consideramos significativo ejemplo de lo que decimos:

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    El sol de ayer ha iluminado uno de los espectculos ms grandiosos que la naturaleza y los hombres pueden ofrecer: el pasaje de un gran ro por un gran ejrcito. Las alturas de Punta Gorda ocupan un lugar prominente en la historia de los pueblos argentinos (...). La Villa de Diamante ocupa uno de los sitios ms bellos del mundo. Desde sus alturas escalonadas en planos ascendentes, la vista domina un vasto panorama: masas ingentes de las plcidas aguas del Paran, planicies inconmensurables en las vecinas islas, y en el lejano hori-zonte brazos del grande ro y la costa firme de Santa Fe, punto de partida de la gran cruzada de los pueblos americanos.

    En 1889, Diamante recibe su primer peridico titulado La Idea que entre otro material publica sesiones, ordenanzas y decretos del mbito municipal; a poco lo hace, tambin El Obrero, bisemanario que responde a la poltica de Miguel Jurez Celman. En 1895, le sucede El Diamantino, hoja que sirve a intereses generales de la ciudad, y del que recordamos su descripcin del puerto; y ms tarde, el Boletn Municipal de pura ndole administrativa. En 1897, se publica El Bien Pblico, que se caracteriza por su fuerte tono polmi-co, dirigido por el maestro Jorge A. Tringis, de ulterior revista en Villaguay y la Paz; en 1901, Correo Diamantino, publicacin que viene a la vida para defender el bien general, con exclusin completa de la poltica. Tambin en este ao circula el semanario dominical La Lealtad, que refleja la actividad del departamento, en tanto que en 1902 lo hace El Pueblo.

    En 1910, aparecen semanalmente El Trabajo y El Diamante del presbtero Pedro Weber; en 1911, La Mentira, el peridico que dice la verdad y La Verdad de Sab Zaragoza. Les suceden El Radical de Candelario Olivera; en 1914, El Orden, tambin de Zaragoza; en 1915, Diamante; en 1916, El Pen-dn, de orientacin conservadora; en 1918, El Pueblo rgano democrtico, que bregar por la Constitucin del Estado progresista, por 105 intereses de-partamentales y por el bien comn de sus habitantes, de Zaragoza; en 1919, circula El Progreso, de efmera existencia; en 1921, La Tribuna, redactado por Galo Zaragoza y El Deber de Miguel Agustn Parente. En 1924, llega a 105 lectores La Opinin dirigido por Miguel y Galo Zaragoza y, en 1927, El Eco Diamantino, hoja parroquial.

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    En 1928, se suma La Voz de Diamante, que propicia la candidatura presi-dencial del doctor Leopoldo Melo, y La Idea, hoja independiente; en 1929, tiene presencia La Palabra; en 1932, se publican la revista quincenal Urquiza y La Opinin y en 1933, circulan el trisemanario Crnica, La Defensa, El Progreso y Entre Ros. En 1934, ven la luz El Demcrata y La Verdad, ste de filiacin yrigoyenista; en 1935, se edita La Brecha; en 1936 Avance, rgano de la Federacin Obrera Comercial Entrerriana, de distribucin gratuita, y El Cvico, sostenedor de 105 principios de la Unin Cvica Radical. En 1937, los diamant