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pág. 24 pág. 22 contenidos que pueden modificar tu visión de la realidad Aviso importante: revista de información cercana actualidad entrevistas reportajes opinión experiencias cultura cómics 11 de octubre de 2013 número 07 Kukutza sigue vacío El dilema del centro comercial Gorbeia Hace dos años que el terro- rismo más sangriento de ETA dejó de actuar. Desde entonces, una sensación de relativa normalidad ha con- quistado las calles. pág. 3 Dos años desde que ETA olvidó las armas La rotativa del Ciudadano Kane El magnate Randolph Hearst cedió una rotativa al PNV para imprimir el diario Euz- kadi. Hoy la maquina, en poder de los nacionalistas, está muy deteriorada. pág.6 La UPV, en la encrucijada

eldiarionorte magacine num.7

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tu visión de larealidad

Aviso importante:

revista de información cercana

actualidad ● entrevistas ● reportajes opinión ● experiencias ● cultura ● cómics 11 de octubre de 2013

número 07

Kukutza sigue vacío El dilema del centro comercial Gorbeia

Hace dos años que el terro-rismo más sangriento deETA dejó de actuar. Desdeentonces, una sensación derelativa normalidad ha con-quistado las calles.pág. 3

Dos años desdeque ETA olvidólas armas

La rotativa delCiudadano KaneEl magnate Randolph Hearstcedió una rotativa al PNVpara imprimir el diario Euz-kadi. Hoy la maquina, enpoder de los nacionalistas,está muy deteriorada.pág.6

La UPV,en la encrucijada

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Sumario

DOS AÑOS DESDE EL OLVIDO DE LAS ARMAS DE ETA

LA ROTATIVA QUE HEARST REGALÓ AL PNV

ONG: MÉDICOS SIN FRONTERAS

LA UPV, EN LA ENCRUCIJADA

ESTUDIANTES CON LA MIRADA EN EL EXTRANJERO

SER MADRE, ALGO NATURAL

EL BLOG DE PGD

LA BICI PÚBLICA PINCHA EN DONOSTIA

EL DILEMA DEL CENTRO COMERCIAL GORBEIA

DOS AÑOS SIN KUKUTZA

REPLIKOMIK

LA IMAGEN

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EDITA: EL DIARIO NORTE SL

Director: Igor Marín. Redacción: Aitor Guenaga, Patricia Burgo, Alberto Uriona, EduardoAzumendi, Natalia González de Uriarte, Gorka Ascorbebeitia,Leyre González Grande.([email protected]). Cómics: Revista Replika Publicidad: [email protected] Maquetación: Nexus Creativos ([email protected])

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“Hay mucha tranquilidad, muchamás de lo que parece”. Para XabierAierdi, director del Departamento de So-ciología de la Universidad del País Vasco(UPV), es el cambio más visible en la so-ciedad vasca en estos dos años. Desde queel 20 de octubre de 2011, ETA anunciara,a través de un video y tres encapuchados,“el cese definitivo de la actividad armada”sin ninguna condición tras 43 años de te-rrorismo y 829 víctimas mortales.

Las encuestas sociológicas apuntan tam-bién esa calma. Cuando en 2004 ETA erala principal preocupación de los vascos(más del 50% la situaban en el primerlugar), ahora queda relegada a los últimoslugares por otras como el paro y la co-rrupción. “Esa tranquilidad se percibe in-cluso a nivel vecinal, en los bares, en loscolegios. Hay mucho menos presión”, ase-

vera el magistrado de la Audiencia de ÁlavaEdmundo Rodríguez. “La preocupación dela gente es por el salario, el trabajo y todolo que tiene que ver con ETA ha pa-sado a un segundo plano”, agrega.

“Ha pasado de ser el tema que más preo-cupaba a ocupar el 25”, afirma un abogadovasco. “La sociedad vasca ha cerradoel problema, aunque no esté todavíaresuelto”, apunta Pedro Ibarra, catedrá-tico jubilado de Ciencia Política de la UPV.

Dos años del olvidode las armas de ETA

PorAlbertoUriona

La tranquilidad en la callees el cambio más visibledesde que el 20 de octu-bre de 2011 ETA anunciarael cese definitivo.

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El anuncio suprimió de golpe la violenciacallejera, que había tomado el relevo a losatentados de ETA (el último mortal se co-metió en 2009, aunque la última víctimafue un gendarme francés en marzo de2010 en un tiroteo) por parte del entornode la organización terrorista. “Para mí,desde que dijeron que lo dejaban,todo ha sido más tranquilo. Antes es-tabas pendiente de que te podían subir encualquier momento y quemártelo”, ase-gura Eduardo, un conductor de autobusespúblicos en Bilbao. Además de los directa-mente amenazados, como políticos, con-cejales o jueces, hubo otros colectivoscomo los chóferes del transporte públicoque respiraron aliviados aquel 20 de octu-bre de 2011. Los ataques a autobuses, tre-nes y cajeros de entidades financieras eranel principal objetivo de la ‘kale borroka’ ysembraban la intranquilidad en las calles deEuskadi. En la década pasada, se registra-ban más de 200 casos de violencia callejeraal año. En estos dos años ha habido episo-dios contados y algunos sin una atribuciónconcreta.

“Para nosotros el cambio ha sido radical”,apunta el juez Rodríguez. “Hemos pasadode 200 jueces con escolta a uno, que es elpresidente del Tribunal Superior. Puedohacer mi vida normal, sin necesidad demirar quien está cuando salgo de casa niagacharte debajo bajo el coche, ni pasearcon dos personas detrás”.

“Esto ya no es una preocupaciónvital sino más del orden político”, se-ñala Pedro Ibarra. “A la mayoría de la genteno le afectaba antes y ahora estamos enlas consecuencias: la persistencia de lasarmas sin entregar, el futuro de los presos,la revisión del pasado. De la resolución detodos estos asuntos, si depende que laconvivencia vaya mejor pero no que vuelvala violencia”, agrega.

La crisis económica impide cuantificar elefecto en el desarrollo de la ausencia dela violencia. “Es muy difícil de deslindar”,afirma Aierdi. Tampoco hay ningún estudiooficial ni cálculo. El clima de tranquilidadbeneficia especialmente a actividadescomo el turismo, que han ido creciendo

en los últimos años y, de hecho, en 2011se alcanzó el récord histórico de visitantescon más de 2,4 millones de viajeros. Perodesde finales de 2012 hay una tendencia ala baja, lo que explicaría que el turismocreció también por otros factores, como

la promoción pública y privada o la dispo-nibilidad económica.

“Cuando toda una generación ha vi-vido el terrorismo, la consecuenciaes que se anestesia y asume comohabituales cosas que no lo son. Ycuando eso acaba, se olvida rápidamente”,afirma un sociólogo, que recuerda quehasta hace poco los empresarios eran ex-torsionados y grupos pacifistas comoGesto por la Paz recibían improperios en

Los chóferes de autobu-ses, diana de la violenciacallejera, admiten el ali-vio con el abandono delos ataques.

Mural realizado por Covite con las fotos de algunas delas cientos de víctimas de ETA.

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sus manifestaciones silenciosas.

Sin violencia, el reto es ahora la convivenciaentre posturas tan divergentes: quienes hanvisto asesinados a sus familiares y quienes hanvisto la actividad de ETA como la lucha por elpueblo vasco. En estos dos años, apenas se haavanzado pese a iniciativas como la de Glen-cree, nombre que viene el lugar de Irlanda en elque el primer grupo —cinco víctimas de ETA yotras tantas de los GAL— impulsó esta iniciativaa finales de 2007 para acercar a las dos partes.“No se puede plantear que en uno o dos añosse vayan a dar besos. Si es posible establecer cri-terios, revisiones, decisiones, que asienten las

condiciones de convivencia pacífica, pero que noes lo mismo que reconciliación. Se trata de crearuna cultura de la tolerancia. Tienes el riesgo deestrellarte, lo que genera frustración”, opinaPedro Ibarra.Aierdi coincide en que la convivencia “va a cos-tar mucho tiempo” porque, añade, “,muchagente de la sociedad está en otra película. No eslo que tiene en su agenda personal. Eso son de-bates que se circunscriben a políticos, las vícti-mas y los grupos que estaban trabajando en laconvivencia. Pocas veces el que ha causado daño

lo reconoce y busca subterfurgios para noreconocerlo”.

El abogado vasco cree que también reque-rirá un largo periodo. “La paz es bienvenidapor todos pero, cuando se recuperen lasenergías del agotamiento social que ha pro-vocado ETA, la convivencia es muy compli-cada. Hay muchas cosas a resolver: quérelato prevalecerá, la compensación a las víc-timas”.

El juez Edmundo Rodríguez considera que síha habido avances en la convivencia. “Otracosa es que haya personas que no quieranolvidar. Pero, no solo en lo social que puedeshablar sin temor a que te insulten o te escu-pan. Se ha avanzado en lo institucional. Noes un problema que una cuarta parte delParlamento sea gente que apoyó la lucha ar-mada y que gobiernen la Diputación de Gi-puzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián”.

Depende con quien se hable, se alaba o nola posición tanto de la izquierda abertzale enestos dos años como la del Gobierno cen-tral. Pero hay una valoración generalizada deque los primeros han frenado cualquier es-cisión que habría puesto en peligro el anun-cio de ETA. “Han hecho un proceso deautocontrol hacia dentro y hacia fuera. Diríaque se tienen que moderar más pero vanbastante rápido”, considera Pedro Ibarra,quien alude a los “sectores internos con po-siciones muy duras” que presionan dentrode la izquierda abertzale.

Xabier Aierdi piensa que tanto en el mundode Bildu como en el Gobierno español “cadapasito que dan lo creen como uno enormeen el caso de la izquierda aberzale y para elGobierno, como cesiones insoportables.Cada uno trata de imponer lo que ha suce-dido, esto va a ralentizar mucho el proceso”.

“ETA ya no es una preocu-pación vital sino más delorden político”, opina elcatedrático jubilado de laUPV Pedro Ibarra.

El magnate californiano de la prensa Ran-dolph Hearst tuvo una vida tan poliédricaque solo alguien como Orson Wellespodía atreverse a inmortalizarlo en un clá-sico del cine como ‘Ciudadano Kane’. Y talvez Welles, un buen conocedor de los vas-cos, a los que retrató en su famoso docu-mental ‘The Land of the Basques’, dehaber sabido que el controvertido editorde periódicos había regalado una rotativaal PNV por su apuesta aliadófila en la Pri-mera Guerra Mundial, habría seguido lapista de una maquina que ha llegado aestar valorada en 100 millones de las an-tiguas pesetas en los años 80. No lo habríatenido fácil.

Hearst llegó a controlar un emporio de28 diarios y 18 revistas cuando se bebíalos vientos, ansiaba ser alcalde de NuevaYork, justo unos pocos años antes de laprimera Gran Guerra, y enamoraba a laactriz Marion Davis. Así que no resulta ex-traño que un excéntrico como él deci-diera premiar a esos vascos irredentosque Welles había definido en su famosodocumental como “los indios Piel Roja enAmérica, aborígenes” con una rotativamodelo Goss de color negro, más desiete metros de largo y 25 toneladasde peso. Preparada para escupir 30.000periódicos diarios (y muchos más) -comohizo en la época en la que sus rodillos de

La máquina, despiezada y deteriorada, lleva desde quefue cedida en 2002 a la Fundación Sabino Arana a la es-pera de engrosar el Museo del Nacionalismo Vasco.

La rotativa que el magnate Hearst regaló al PNV

La rotativa que el magnate Hearst regaló al PNV

PorAitorGuenaga

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latón imprimían el vespertino Hierro,propiedad de la prensa del movimientofranquista- la rotativa ha tenido un pe-riplo digno de una película de ficción.

Llegó a Euskadi vía Marsella y enseguida,en 1918, los peneuvistas la aprove-charon para editar su periódicoEuzkadi, que había llegado a las callesel 1 de febrero de 1913, un mes mástarde de lo previsto. El rotativo se im-primía bajo la cabecera del lema sabi-niano ‘Jaungoikoa eta Legezarrak’ (‘Diosy Leyes viejas’ (fueros).

Reivindicada en su día por la CNT –alparecer en algún momento de la guerracivil española el periódico del sindicatoanarquista fue tirado allí-, expropiadapor el bando fascista tras la caída del Bil-bao en junio de 1937, llegó incluso aser una fantasmal estampa noc-turna para unos okupas que com-partían pabellón con la máquina en lazona vitoriana de Arana, un lugar al quese podía acceder “con un simple empu-jón”. No había alarmas, ni sistema de se-guridad alguno.

Con Juan José Ibarretxe como lehenda-kari, el Ejecutivo cedió en la rota-tiva a la Fundación Sabino Aranapara que formara parte del Museo delNacionalismo Vasco. El documento ofi-cial, firmado en 2002 por el entonces di-rector de Patrimonio y Contratacióndel Departamento de Hacienda, JaimeDomínguez- Macaya y la directora de la

Llegó a Euskadi vía Mar-sella y enseguida, en1918, los peneuvistas laaprovecharon para edi-tar su periódico Euzkadi.

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Fundación peneuvista,Irune Zuluaga, dejaba cla-ras dos cosas: que los gas-tos de mantenimiento yconservación correrían acargo del citado museo. Yque una vez finalizado eseplazo de cesión –si nomediaba prórroga al-guna- la rotativa debíaretornar “en el mismoestado de conserva-ción en que la reci-bió”.

Pero una vez que el PNVlogró que en 2002 el Go-bierno vasco cediera porcinco años “gratuita-mente el uso de la rota-tiva”, como quedareflejado en el acta de en-

trega levantada en Vitoria-Gasteiz el 12 de marzode ese año, comenzó aperder interés por el re-galo de Hearst. De hecho,la rotativa emergió denuevo por pura casua-lidad. En otoño de 2008,el traspaso a manos deOsakidetza de unos te-rrenos del Departamentode Agricultura trajeron elhallazgo de una rotativaque nunca debió de llegarallí.

¿Qué paso entre 2002 y2008? ¿Cómo es posibleque una pieza patrimoniohistórico del naciona-lismo y de “alto valor cul-tural y económico” que

había estado en perfectascondiciones en el Museode la Técnica y cuyo es-tado de conservación eraentonces “bueno”, pasaradel olvido al abandono?

Al calor de ese hallazgo, elEjecutivo, sin salir de suasombro, se puso en mar-cha de nuevo. Existe uninforme firmado por laresponsable del Centrode Patrimonio Culturaldel Ejecutivo vasco, denoviembre de 2008, casisiete años después deque fuera cedida a la Fun-dación del PNV, que des-cribe la rotativa de lasiguiente manera: “Encuanto a la rotativa, queen el momento de su ce-sión estaba en muy buenestado, conservandohasta los bancos de ma-dera, hoy en día, dadala imagen de total de-terioro que presenta,es imposible recono-cerla. Está completa-mente desmontada, esposible que las piezas máspequeñas o aquellas quetenían más valor por sucomponente metálico(latón) han desaparecido”.

¿Que pasó en-tre el 2002 y2008? ¿ Cómoes posible queuna pieza patri-monio históricodel nacionalis-mo pasara delolvido al aban-dono?

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El documento, firmadopor Mari José Arostegi,es demoledor. Tras las in-vestigaciones pertinen-tes, el Ejecutivoconstató que nada sehabía hecho como sedebía. “Se tiene que haceconstar que, ni desde laFundación Sabino Arana,ni desde el Museo, se hanotificado al Gobiernoque la rotativa no se de-positó en los locales deDeia en Bolueta y quefue trasladada a Vitoria.Hasta este instante sesuponía que estaba en elMuseo (…) Se ha de-jado la rotativa, unbien que pertenece aldominio público deEuskadi, abandonadaa su suerte”, se afirma.

Ante este tirón de ore-jas, que incluía una pro-puesta para depurar “lasresponsabilidades co-rrespondientes” porparte de los técnicos gu-bernamentales, la Funda-ción peneuvista volvió ainteresarse por la rota-tiva menos de un mesantes de las eleccionesde 2009, celebradas el 1de marzo, en las que fi-nalmente el PNV seríadesalojado de AjuriaEnea. Su presidente, JuanMaría Atutxa, pidió a tra-vés de una carta el 5 demarzo la cesión “defini-tiva” de la máquina me-diante el sistema dedonación. De manerameteórica, el Gobiernorealizó el expediente –que incluye la memoriajustificativa de la enaje-nación gratuita, el in-

forme jurídico del servi-cio de patrimonio y el dela Oficina de ControlEconómico- y el Consejode Gobierno aprobó laenajenación gratuita el24 de febrero de 2009.Tardó solo 19 días.Con una condición bá-sica: que la Fundación in-cluyera la citada rotativaen los fondos del Museodel Nacionalismo, elmismo destino que ledeparaba a la rotativa

cuando fue cedida porprimera vez en 2002.

La Fundación peneuvistase trasladó a su nuevasede en Bilbao y explicaque el museo, pendientede las obras, todavía noha abierto sus puertas.

Oficialmente, el regalode Hearst duerme, “des-piezado, cubierto poruna lona” en algún lugarde Euskadi.

Oficialmente, el regalo de He-arst duerme, “despiezado, cu-bierto por una lona” en algúnlugar de Euskadi.

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Vendajes, vacunas y sutu-ras contra la adversidad

ONG: Médicos sin fronteras

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A pesar de grandes debates sobre el ordenmundial, la acción humanitaria viene a resu-mirse en una sola cosa: seres humanos ayu-dando a otros seres humanos que viven en lasmás adversas circunstancias”. Así describióJames Orbinski el papel de Médicos Sin Fron-teras (MSF) cuando la organización que presi-día recibió el Premio Nobel de la Paz, en 1999.MSF, la mayor organización humanitaria inde-pendiente de ayuda sanitaria del mundo, hacumplido recientemente los 40 años, perotiene poco que celebrar. Las razones que lle-varon al nacimiento de la organización en1971 siguen vigentes, según señalan sus miem-bros: la comunidad internacional sigue siendoincapaz de dar una respuesta a las crisis quemás sufrimiento provocan, y la ayuda humani-taria independiente es hoy más necesaria quenunca. Por eso, vendaje a vendaje, vacuna a va-cuna y sutura a sutura SMF combate la adver-sidad.

Médicos Sin Fronteras estableció una de susdelegaciones en España en el País Vasco, enjunio de 1993. Las aportaciones de los sociospermiten a la organización trabajar de maneraajena a cualquier interés político, económicoo religioso. Su única motivación son las nece-sidades de las personas más necesitadas.

Teresa Guilarte, delegada de Médicos SinFronteras Euskadi, es su actual responsable.Según Guilarte, la asistencia y la protecciónson los fundamentos de la acción de su ONG,pero sin olvidar el testimonio. Es decir, dar voza quienes no la tienen. “Para MSF, ser neutralesno significa guardar silencio ante violacionesgraves del derecho humanitario y la falta deacceso a la salud o a medicamentos esencialesen los países donde trabajamos”.

En muchas ocasiones, eso significa enfrentarsecon el poder. “Ponemos la acción médica enprimer lugar, pero también asumimos riesgos,confrontamos al poder y utilizamos el testi-monio como medio para provocar cambios enfavor de las poblaciones”, apunta Guilarte.

Independencia

La ayuda humanitaria debe estar libre de pre-siones e intereses políticos, militares, econó-micos o religiosos, ya que “la independencia esclave para prestar asistencia a quien más lo ne-cesita sin ningún tipo de discriminación”. Nopuede supeditarse a otras agendas, “por muylegítimas que éstas sean, como la construcciónde la paz, la justicia internacional o la definiciónde un nuevo modelo de desarrollo”.

Por EduardoAzumendi

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Por AitorGuenaga

La Universidad pública vasca, en la encrucijada

La Universidad pública vasca, en la encrucijada

La Universidad del País Vasco (UPV) haarrancado el nuevo curso con las lucesrojas encendidas. Afronta la etapa con40 millones de euros menos de presu-puesto. Cuando hay un cruce de caminos,lo normal si no se tiene clara la ruta es de-tenerse y hacer un alto. El problema es sial pararse para decidir qué trazado es elóptimo, uno es capaz de alzar la vista paramirar la media o larga distancia que leresta para llegar al destino o simplementeestá capacitado para tomar aire y aguantarporque las urgencias son tales que le nu-blan la vista.

La UPV está un poco en esa disyuntiva.Como muchas otras instituciones, no esajena a la revisión que se está produciendoo se va a abordar en Euskadi en parte de

su arquitectura institucional. Y esa encru-cijada se produce en un momento críticopresupuestariamente. Nunca en su his-toria había conocido una sangría tansostenida y profunda del dinero pú-blico que llega del Gobierno vasco: enlos últimos cuatro años, los recortes hanalcanzado los 90 millones de euros. Hoyen día, la UPV cuenta con 393 millones depresupuesto (9,26 % menos que el año an-terior), un nivel similar a 2007. Los presu-puestos de los Departamentos han bajadoun 40%, según datos oficiales.

El pasado 9 de septiembre, el rector, IñakiGoirizelaia, en su intervención de aperturadel curso universitario 2013-14, habló dela UPV de 2050. Soñó con que para enton-ces algún profesor o profesora de esta

Los recortes presupuestarios, cifrados en 90 millones enlos últimos cuatro años, y el actual sistema de gober-nanza pueden lastrar el futuro de la UPV.

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universidad pudiera “competir por un pre-mio Nobel de investigación” y apeló a lanecesidad imperiosa de sellar un “pactopor la educación de largo recorrido”,para que la institución no sea una plumaal viento de los vaivenes políticos, “depen-diente del color de nuestros gobernan-tes”.

Pese a mirar a 2050 con el rabillo del ojo,Goirizelaia tiene los pies pegados a la tie-rra. Tanto que su equipo rectoral negociaya con el Departamento de Educación lapartida de los próximos presupuestos,todo un baño de realidad para un rectorque parafrasea al Lennon de ‘Imagine’ y suconocida letra “pueden pensar que soy unsoñador, pero no soy el único”. De partidatiene el recorte del último ejercicio: 40,1millones de euros. Y cree necesario ponerpie en pared. “No entra en mi cabeza unrecorte similar. Si hay un recorte deotros 40 millones…. No podemos”,admite desde su despacho en conversa-ción con EDN Magacine.

Pero no es solo una cuestión de dinero.Algunas obras pueden esperar, como la re-organización de las ingenierías, para lasque no hay presupuesto, o la nueva facul-tad de Medicina y Odontología. Lo van ahacer en unos “tres o cuatro años, en elcaso de Medicina”, admite el rector, querecuerda que ya no estamos en 2004.Unos tiempos bien definidos por el enton-ces rector Juan Ignacio Pérez, que hizo sal-tar las alarmas en materia deinfraestructuras con su constatación de“los centros se caen a pedazos”. El ladrillouniversitario no es el problema.

Juan Ignacio Pérez, ‘Iñako’, no sabe lo quees gestionar una universidad con estreche-ces presupuestarias como las actuales.Pero todas las épocas tienen sus luces ysombras. Y sus problemas. Este exrector,doctor en Biología y actual director de laCátedra de Cultura Científica en la UPV,apunta como uno de ellos “el sistema degobernanza interno” de la universidad.Algo que él dibuja como una mezcla deintereses corporativos de los centros

y determinados sectores con muchopoder en la institución, sin olvidar el papelde los sindicatos a la hora de condicionarpolíticas. Un cóctel que “hace muy difícilanimarse a tomar decisiones valientes”,admite.

“No hay una cultura académica comúncompartida”, indica, al tiempo que detectauna “autocomplacencia pavorosa. Mejorpon comodidad. Pensamos que somos losmás competentes y mejores, creemos quela culpa la tiene siempre otra persona oinstitución y consideramos que nos tienenque dar el mejor trato del mundo. Y no meexcluyo del pecado”, asegura el exrector,como queriendo así expiar una culpa co-lectiva de difícil sanación. “La UPV también

No es solo una cuestiónde dinero. “Los centros secaen a pedazos. El ladri-llo universitario no es elproblema”.

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participa de esa gran fosilización que atnaza al sistema universitario español”,

Con esos mimbres, resolver la encrucijadano parece tarea fácil. ¿Es un problema pre-supuestario o de gestión? ¿Se debe abrirel debate sobre las necesidades reales depersonal? ¿Sobra o falta gente en la UPV?¿En qué se traduce realmente estar en elranking de Shanghai entre las 500 mejoresuniversidades del mundo? ¿Hay que abrirla UPV a otros modelos como el de las pe-queñas y elitistas universidades en EE UU?"El modelo de EEUU no es posible po-nerlo aquí porque la ley no lo posibilita",aclara Goirizelaia. “Ni tenemos donantesmultimillonarios para aportar dinero a laUniversidad”, recuerda con acierto JoserraHernández, responsable del sector en elsindicato CC OO. Hay quien defiendeabrazar la “innovación disruptiva” comométodo para pesar más en el conciertomundial universitario.

Fuentes conocedoras de la vida universi-taria y de otros modelos en el mundo, queprefieren preservar el anonimato, tienen

otra visión. Más a largo plazo. “El modelode universidad con más de 40.000 alum-nos como la nuestra, con 8.600 universi-tarios nuevos cada año, con tres campus yabarcando prácticamente todos los cam-pos del saber no es viable a largo plazo,salvo que aspiremos solo a ser un buencentro de nivel FP3”, vaticina.

Es ahí donde surgen proyectos que rom-pen con el modelo actual. Se plantea la po-sibilidad de abrir una universidad de élite,con pocos alumnos y muy bien dotada,con profesores autóctonos pero tambiénde fuera. Todo para lograr colocarla entrelas 100 mejores del mundo.

Desde CC OO, Joserra Hernández creeque ese tipo de modelos casan bien conlos que están recogidos en el informe deexpertos del ministro Wert. “Es el modelouniversitario americano para la gente quetiene dinero”.

Goirizelaia reclama una “mayor capacidadde decisión” para ejercer su papel con au-tonomía y ve con buenos ojos que la uni-versidad consiga fondos privados ypúblicos para proyectos de investigación.De hecho, la UPV capta anualmente 60 mi-llones de euros destinados a investigación.Pero no comparte los saltos en el vacíoque algunos tienen en su cabeza.

“O planteamos ahora este tipo decosas para cuando las expectativaseconómicas sean mejores o estare-mos condenados al fracaso”, señalaotro miembro de la comunidad universi-taria. Tal vez porque esta persona piensaque, como decía Séneca, “cuando un hom-bre no sabe hacia dónde va, ningún vientole es favorable”. Y la UPV está pendienteaun de resolver su particular encrucijada.

“El modelo de EEUU no esposible ponerlo aquí, laley no lo posibilita. No te-nemos donantes millona-rios para la universidad”

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Jon Ander tiene 21 años. Cursa tercercurso de Ingeniería Electrónica en la UPV.Hoy tiene clase de 10 a 12, pero antes hatenido tiempo de volver a conversar consus compañeros sobre el futuro que lesespera. Frente a ellos, se alza el nuevocampo de San Mamés. Saben que no estánen esos grados, normalmente disciplinasde letras, en las que encontrar no ya untrabajo, sino una práctica remune-rada, es prácticamente una quimera.Y que lo suyo “tiene más salida laboral”,admite. Pero hay una incertidumbre quepesa como una losa.

“Pues nos tendremos que marchar fuera,a Francia, Alemania, Gran Bretaña o Italia.

El tema es peliagudo. Ya no basta con ob-tener una buena nota en los cuatro añosde grado. Luego tienes que hacer un más-ter si quieres ser competitivo y por su-puesto los idiomas. Los criterios deselección de las empresas son cadavez más duros. Yo, desde luego, estoypreocupado”.

Jon Ander Ormaetxea es uno de los40.000 alumnos que tiene hoy en día laUniversidad pública vasca. Y, además, estambién el presidente del Consejo de Es-tudiantes, un órgano que pretende defen-der los derechos de las personas queestán matriculadas en la UPV, pero que nodeja de ser un gran desconocido entre el

Estudiantes con la mi-rada en el extranjero

Por AitorGuenaga

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alumnado. De hecho, en las votacionespara la elección de los consejos en las di-ferentes facultades, apenas si participan un7% del alumnado. La gente parece estar depaso.

Acaba de llegar al cargo hace unos pocosmeses, pero Jon Ander lleva involucradocon las reivindicaciones estudiantilesdesde hace años. La lista de agraviosparece interminable: subida de ma-trículas, imposibilidad de flexibilizarlos pagos, recortes en el presupuestouniversitario… El tijeretazo del dineropúblico que llega del Ejecutivo vasco –sinparangón en la historia de la UPV- hapuesto en guardia a todos los estamentosuniversitarios.

“Lo que nos preocupa ya es el recorte delaño que viene. Así no se puede seguir,tienen que garantizar la calidad en ladocencia, la investigación no sepuede resentir”, apunta Ormaetxea. Si aeso unimos que las constantes subidas delas matrículas están ejerciendo de filtropara los sectores más desfavorecidos, lascríticas contra lo que la vicerrectora deEstudiantes, Maite Zelaia, llama “congela-ción técnica” está servida.

Grados como Derecho han pasadoentre 2009 y 2013 a costar de 662,18euros a 841 (27% de subida); Enferme-ría u Odontología, de 875 euros a 1.185(35% más); Telecomunicaciones, de 962euros a 1.140 (20% de incremento) o Ma-gisterio, que ha pasado de 643 euros a 860,cerca de un 35% más, según datos aporta-dos por el Consejo de Estudiantes.Frente a esta visión, el rector de la UPV,Iñaki Goirizelaia, prefiere lanzar un men-saje de optimismo. “No deberían preocu-parse tanto. Cuando yo acabé la carrera

de Ingeniería, en 1981, el País Vasco atra-vesaba una situación tremenda de rece-sión. Y volvió a repetirse en los años 90. Esverdad que la situación ahora es más com-plicada, pero la encuesta que hacemosperiódicamente a los alumnos paraconocer, tres años después de aca-bada la carrera, cuál es su situaciónlaboral nos revela que el 80% en-cuentra trabajo”.Esos son los datos dela última encuesta, realizada en 2011, conla crisis reventando las estadísticas delparo.

Es verdad que el nivel de formación uni-versitario permite acceder al mercado la-boral con un porcentaje mayor de éxito,pero no está tan claro que todos los uni-versitarios que encuentran empleo lohagan en la especialidad que han estudiado,ni vivan ajenos a la precariedad e inseguri-dad galopantes, gracias a las sucesivas re-formas laborales españolas. Lo cierto esque el programa de prácticas quemantiene la universidad hace posibleque anualmente 7.000 estudiantescomplementen su formación en elmercado laboral. Un buen ratio, ya queal año de media unos se incorporan 8.600alumnos nuevos.

El coste de los grados seha disparado en los últi-mos cuatro años hasta un35% en algunas discipli-nas.

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Los partos asistidos en el propio domicilio y los grupos deapoyo a la lactancia devuelven a la maternidad a su esencia.

Ser madre es algo natural

En los últimos años la maternidad, conlos procesos vitales que conlleva: emba-razo, parto, lactancia y crianza del bebé,ha echado la vista atrás para naturali-zar y volver a la esencia fisiológicaque supone dar vida a un nuevo ser hu-mano. Los defensores del parto naturalo la lactancia materna no ven esto comoun atraso sino como una manera deotorgar a la madre la capacidad de deci-dir de qué manera quiere enfrentarse aello.

Cada año cerca de 800 familias decidenacompañar el nacimiento de su hijo conprofesionales sanitarios cualificados enel domicilio particular. Los datos de2011, los últimos que ha ofrecido el Ins-tituto Nacional de Estadística, recogenque de los 463.560 partos que se regis-

traron en España ese año, 1.334 se pro-dujeron en el domicilio. Pero dentro deesas estadísticas no se diferencia entrelos que se produjeron en casa de formaaccidental y aquellos planeados y cuida-dosamente estudiados por la futuramadre y su entorno familiar. Se calculaque uno de cada 600 partos ocurridosen España fueron partos domiciliados,planificados y seguros.

El ‘Mapa del parto en casa’ sitúa a Eus-kadi en una posición media entre elresto de comunidades, donde Cataluñaocupa el primer puesto de este rankingya que uno de cada tres nacimientos pla-nificados en casa ocurre allí. “Aquípoco a poco va creciendo la de-manda” explica Nekane del Olmo, unade las 20 matronas que atiende partos

Por PatriciaBurgo

Ser madre es algo natural

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en casa en Euskadi. No puede ser más pre-cisa porque hasta ahora no se han reco-gido los datos que ofrezcan una cifraexacta, por eso este colectivo de sanitarioshan decidido unirse para poder conseguiruna estadística fiable que les permita inves-tigar, mejorar en la asistencia y volcar losconocimientos de cada uno. Pero tambiénquieren que esta práctica “no parezca algoclandestino” reconoce Del Olmo, “porqueen España todavía culturalmente quedamucho por hacer en este sentido”añade. “La diferencia es que antes no eranpartos planificados y ahora tenemos todobajo control” explica.

Nekane insiste en que las parejas queoptan por tener a su bebé en casa “se in-forman muchísimo” acerca de las ventajas,desventajas o posibles complicaciones quepuedan surgir. “Tienen un nivel culturalmedio-alto y toman la decisión despuésde informarse mucho y totalmente con-vencidos”, explica la matrona. Se tienenque cumplir una serie de condiciones paraque sea posible parir en casa: que no hayacomplicaciones durante el embarazo, quela madre se encuentre entre la semana 37y 42 y que el niño venga de cabeza. Ademástiene que haber un hospital como muchoa 30 minutos.

Normalmente las familias que optan portener al niño en su domicilio buscanmenos intervención a nivel sanitarioy más intimidad. Al contrario de lo quesucede en el hospital “no se mantienenprotocolos rígidos sobre la dilatación o enel expulsivo, y tampoco se emplean mediosartificiales para apresurar el parto” explicaNekane, que deja muy claro que “mientraslos latidos del feto sean normales, se res-petan los tiempos de la mujer” que eligede qué manera quiere parir, en qué pos-tura.

El papel de la pareja es también esencial,“ellos son los protagonistas, las matronasestamos para acompañar emocionalmentey ver que todo va bien, se eliminan las je-rarquías que se imponen en el hospital”,comenta Nekane. La complicidad entre la

pareja y las comadronas se ha venido for-jando desde unos meses antes del mo-mento del parto. “Solemos contactar alfinal del segundo trimestre, nos vamos co-nociendo, tomando confianza”, admite Ne-kane.

Después del parto, la lactanciaCon el niño por fin en brazos llega otro delos momentos temido por las madres, lalactancia: ¿cogerá el pecho?, ¿lo estaré ha-ciendo bien? ¿cada cuánto tengo que darle?.Para responder a estas y otras preguntashan surgido una serie de asociaciones deapoyo a la lactancia materna, que buscannormalizar el hecho de amamantar.

“No amamantamos porque sea mejor,amamantamos porque somos mamíferos”,explica Edurne, presidenta de la asociaciónde Apoyo a la Lactancia y Crianza conApego ‘Besartean’. A través de diferentestalleres y actividades quieren ayudar aotras madres, que muchas veces se enfren-tan a un proceso desconocido con multi-tud de consejos contradictorios que lellegan desde la familia o desde los propiospediatras, y necesitan una atención máspersonalizada y horizontal “de madre amadre”, explica Edurne. “No somos ningu-nas talibanes de la lactancia” advierte, “res-petamos a la madre que decide no dar elpecho, solo pretendemos ayudar a aquellaque sí lo quiere hacer y acabar con prejui-cios como que no puedes dar el pechohasta que tu hijo tenga 3 0 4 años”, co-menta.

“Muchas madres quieren dar el pechopero no reciben la información suficiente”,dice, “porque hemos delegado nuestra ma-ternidad en la matrona o en el pediatrapero poco a poco somos otra vez cons-cientes y dueñas de nuestras decisiones”.

“Muchas madres quierendar el pecho pero no re-ciben la información sufi-ciente para hacerlo”

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Edurne Zenitagoia tuvo a su segundohijo hace pocos meses. No era su primerparto, pero sí era primeriza en dar a luzen casa. Su hija mayor nació hace tresaños en el Hospital de Mondragón. “Mequedo con el parto en casa, es una ex-periencia más personal, menos fría”, re-conoce.

Pregunta: Después de haber tenido yauna niña en el hospital ¿cómo te ani-maste a dar a luz en casa?Respuesta: Con el primer embarazo yalo había pensado, pero tomé la decisióndemasiado tarde. Además conocía aotras madres que habían dado a luz encasa y conocía sus experiencias. Es ver-dad que en el Hospital de Mondragónrespetan bastante el ritmo de la mujer,pero con el segundo me entró otra vezel gusanillo. Nos informamos y nos deci-dimos.

P: ¿Qué diferencias has encontradoentre los dos partos?R: En el hospital es todo más frío, tehacen muchas preguntas cuando estáscon las contracciones, te meneanmucho… En casa es todo más personal,yo estaba con 2 matronas y una doula(una asistente que proporciona apoyoemocional y físico durante el embarazo),

y con mi pareja y mi hija. Estás con quiéntú quieres. Respetaron mi ritmo, contro-laban constantemente las pulsaciones delniño, pero por lo demás me dejaron li-bertad, ni siquiera me dieron puntos.Fueron 25 horas entre el preparto, elparto y el expulsivo. Luego te quedas entu casa, cenas y te vas a tu cama.

P: ¿Y no te asaltó ningún miedo?R: Sí, claro que tenía miedo. Pero mehabía informado mucho y confiaba ple-namente en las matronas, además teníael hospital a 15 minutos. El miedo estásiempre, también en el hospital.

P: ¿Cómo lo llevó la familia?R: Mi pareja y mi hija estuvieron con-migo, la niña no pudo estar en el mo-mento de parto porque fue de noche,pero me acompañó durante la dilatación.Ya la habíamos preparado para ello, lecontábamos cada noche el cuento delparto en casa, y lo vio como algo muynormal.Mi madre y mi suegra sí que tenían másdudas, me peguntaron si no era más se-guro en el hospital, pero respetaronnuestra decisión.

P: ¿Con qué te quedas?R: Con el parto en casa, sin duda

Edurne ZenitagoiaDar a luz en casa

entrevista “Parir en casaes una

experienciamás personal,

menos fría”

Por PatriciaBurgo

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Oír cada mañana en el programa dePepa Bueno en la Cadena Ser el espacio‘El Diario de la Crisis’ es, sin duda, un co-ñazo. No porque no sea real, sino por-que es un ejercicio buscado deautoflagelación combinado con el deseode transmitir que seguimos anclados enla crisis del 98 del siglo XIX. No es unbuen ejercicio de periodismo riguroso.Lo siento pero no lo es.

Pero esta críticano me lleva aaceptar el mensajeque de forma rei-terada nos empie-zan a trasladar lospartidos gober-nantes en el con-junto de España yen algunas comu-nidades autóno-mas como Euskadide que estamossaliendo de la cri-sis.

Es cierto que hayindicadores que sehan calmado. Senos ha pasado lamoda de la primade riesgo y nos quieren hacer creer queha llegado el paraíso. Lo entiendo desdeuna lógica política cortoplacista. Le pasaa cualquier partido de cualquier color,pero no de una perspectiva de gober-nante serio.

El consumo sigue muerto, la financiacióndesaparecida, pero lo que es peor, el des-empleo sigue desbordado. Ya puede cre-cer la economía un 1% -sin duda esmejor a una contracción-, pero no es su-ficiente. La salida real de la crisis no lle-gará hasta que el paro vaya cayendo en

cifras considerables mes a mes, pero esque no veo que vaya a suceder a corto.

Ni se sabe cuándo alcanzaremos los ob-jetivos de déficit y deuda, pero estoy se-guro de que al señor que coge unnúmero en una de las ventanillas de losservicios de empleo de cualquier comu-nidad autónoma no le inquieta esta cues-tión. En su preocupación está saber

cuánto paro lequeda, si tiene dere-cho a otra presta-ción y si va a volvera trabajar.

Les invito a pasar unpar de horas en losservicios de empleomás próximos quetengan. Vayan a pri-meros de mes y ob-serven las caras, lasactitudes, la deses-peración, la hacina-ción y lo que les déla gana. Hay dosmundos en la crisis:el que trabaja y elque visita los servi-cios de empleo. Losque ya no tienen

colchón para aguantar y los que graciasa sus familias aguantan. Pero no piensenque están a salvo. El despido está a lavuelta de la esquina para cualquiera.

Un ejemplo y omito nombres. Una granempresa que se plantea contratar a 40repartidores y pide licenciados. Se pre-sentan 600 personas y entre ellos hay 37que han sido gerentes y tres que hansido miembros de consejos de adminis-tración de empresas. Les aseguro que esun caso real. Puede haber indicadorespositivos, pero seguimos en crisis.

La opinión de PGD

¿Crisis o recuperación? Crisis

Por PedroGómezDambo-renea

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El servicio de alquiler público de bicicletas en la ciu-dad lleva diez meses en ‘stand by’ provocando unabajada del 90% en los abonados al sistema.

PorLeyreGonzálezGrande

En agosto de 2012 se presentaba unproyecto que sobre la mesa, mejoraríade forma notable el servicio de alquilerde bicicletas públicas de la ciudad de SanSebastián. De nueve estaciones, se pasa-ría a al menos 25, distribuidas por cadabarrio (incluyendo Herrera y Añorga) yde 150 bicicletas a 250, todas ellas eléc-tricas con un mínimo de 400 puntos deanclaje. Un proyecto puntero a nivel eu-ropeo, que presentaba ambición e ilu-sión en una ciudad donde la presenciade la bici es, sin duda, de primer nivel.

El Consistorio donostiarra adoptaba asíentonces un claro compromiso por eltransporte sostenible que además nocostaría ni un euro a las arcas públicas.

Hasta la fecha, el servicio contaba conuna subvención anual de 400.000 eurosque aportaba el Gobierno vasco, peroperdida esta financiación, la nueva em-presa adjudicataria, Bonopark, presen-taba un proyecto ambicioso que podríafinanciarse con la aportación de losusuarios y las inversiones publicitariasde los patronos.

La aportación de los usuarios sería ade-más “simbólica” señalaba entonces elconcejal de movilidad, Jon Albizu, “yaque por 20 minutos de uso sólo se co-brará 1 céntimo de euro, 0,1 euros. Estoquiere decir que, por ejemplo, a un uni-versitario que va o viene al Campustodos los días en bicicleta pública, el

La bicicleta de alquilerpincha en San Sebastián

servicio sólo le costará 1 euro por se-mana“.

Hace diez meses se nos presentaba asíuna iniciativa ventajosa que a día de hoy,continúa sin ver la luz tras numerososanuncios fallidos. La financiación del pro-yecto ha sido la lacra del plan, provo-cando un retraso por el que Albizu sedisculpaba el pasado mes de junio, “unretraso ajeno a causas que tengan quever con la gestión del ayuntamiento.Cuando se nos informó de los proble-mas de financiación mantuvimos la dis-creción, porque hacerlo público sóloprovoca que se pueda ahuyentar a posi-bles inversores”.

Después de casi un año de espera y trasun último anuncio fallido el pasado mesde agosto, el 90% de los donostiarrasabonados al servicio de bicicletapública de la ciudad han canceladosu compromiso pasando de 5.000 a400. Los prototipos llegaron a probarseel pasado abril generando un gran inte-

rés general y atrayendo hasta el Boule-vard donostiarra las miradas de cientosde curiosos con la intención de probarla nueva flota eléctrica.

La respuesta ciudadana fue positiva, peroa la vista del alargamiento de la esperapara retomar el servicio, el número deabonados continúa disminuyendo hastalo que en palabras del concejal peneu-vista Martín Ibabe, supone, "un retrocesoen el impulso de la bicicleta pública eneste periodo en blanco".

"El daño causado a la credibilidad y laimagen pública del sistema de bicicletapública en nuestra ciudad por tantoanuncio fallido y tanto compromiso in-cumplido está siendo muy considerable",critica el concejal jeltzale, que añade que"esperemos que después de todos losanuncios fallidos y los compromisos in-cumplidos, el sistema pueda por fin po-nerse en marcha e incluso recuperarfinalmente los niveles de uso que tuvoantes".

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Un modelo comercial en perpetua decadencia

Nos llevan diez años matando, pero se-guimos en pie”. Así resume José LuisCamio, gerente del centro comercialGorbeia, el sentimiento que le embargacuando se le pregunta por el futuro dela gran superficie. El centro Gorbeia, aocho kilómetros de Vitoria, nació hace11 años con la vocación de convertirseen el referente de las grandes superficiescomerciales de Álava, pero ahora luchacada día por reinventarse. Los últimosaños los ha pasado en una perpe-tua decadencia.

La fórmula, sin embargo, no termina dellegar. El complejo Gorbeia sufre unaaguda crisis por la ‘deserción’ de casitodos sus negocios dedicados al textil y

la zapatería, lo que ha dejado a la galeríacomercial huérfana de oferta en estasáreas. El cierre de las cinco tiendasde Inditex hace unos años encen-dió las luces rojas y aún no se hanapagado. La tienda 'outlet' destinada acubrir su hueco con productos a bajoprecio por estar fuera de temporada,pero procedentes de marcas prestigio-sas y de calidad, tampoco funcionó. “Lagalería comercial está sufriendo, perocomo lo está haciendo todo el comercioen general. Sin embargo, nuestros datosde afluencias son estables. Debemos fi-jarnos en países como Francia dondeeste modelo de centros mantiene núme-ros óptimos. Una mejora del ratio gene-ral del consumo, con una adaptación de

Un modelo comercial en perpetua decadencia

El centro comercial Gorbeia, a ocho kilómetros deVitoria, nació como referente de las grandes super-ficies en Álava, pero 11 años después busca cadadía una fórmula para reiventarse.

PorEduardoAzumendi

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la oferta y una gestión comercial conmás ventajas para el consumidor permi-tirán a Gorbeia situarse en un escenariomás optimista”, asegura Camio.

El origen del centro Gorbeia se remontaa 1998, cuando el Ayuntamiento de Vito-ria, entonces presidido por José ÁngelCuerda (PNV) firmó con la empresa Si-denor la compraventa de sus terrenos(132.600 metros cuadrados) en el barriode Zaramaga. Desde el primer mo-mento, Cuerda se opuso a la implanta-ción en ese terreno de un gran centrocomercial, a pesar de las presiones querecibió de los comerciantes locales.Cuerda era de la opinión de que lasgrandes superficies eran “depredadorasde la vida urbana”. Así, el gran com-plejo comercial Gorbeia no tuvomás remedio que instalarse fuerade Vitoria, a ocho kilómetros de la ca-pital.

Pero la situación cambió cuando llegóAlfonso Alonso (PP) a la alcaldía, en1999. Las noticias de que en Nanclares(otra localidad cercana a la capital) se ibaa construir otro macrocentro, espoleó alos pequeños comerciantes, quejunto a Eroski redoblaron sus pre-siones al Ayuntamiento para conseguirel terreno que había adquirido a Sidenory levantar en el mismo el actual centroBoulevard. El argumento del apoyo al pe-queño comercio fue decisivo para quetodos los partidos (excepto EH,) acce-dieran a modificar el convenio originalcon Sidenor y se posibilitará la construc-ción de la gran superficie comercial enel caso urbano.

Dos motoresTodo justo un año después de la inaugu-ración del Gorbeia. El día que nació elBoulevard, muchos vieron la defunciónde aquél. Por eso Camio insiste en que“nos llevan matando diez años,pero seguimos en pie. Realmente,Boulevard reajusto algunas cifras deGorbeia, pero sentimos que podemosconvivir sin dificultades. En cualquier

caso todos sufrimos de forma parecidala caída del consumo”.

El complejo tiene en el hipermercado dealimentación Carrefour y en Decathlon,de ropa deportiva, los principales moto-res. Dos reclamos, especialmente losviernes y sábados, cuando acuden al cen-tro gente procedente de la capitaly de los pueblos limítrofes de Gi-puzkoa, como Mondragón y Aretxaba-leta.

La directora de la tienda Decathlon delGorbeia, Estefanía Rivera, asegura que suempresa sigue apostando por la actualubicación. “Tenemos el espacio necesa-rio para estacionamiento y confort decompra que nuestro establecimiento ne-cesita”. Sin embargo, este periódicopuede confirmar que los responsablesde la empresa han mantenido con-tactos recientemente interesán-dose por otras ubicaciones enVitoria, como el antiguo hiper deEroski, en Asteguieta.

Entre los comerciantes del Gorbeia hayopiniones para todos los gustos sobre laviabilidad y el futuro del complejo. Unadependienta de uno de las tiendas queaguanta en la galería comenta que “haymomentos del día en que no se veabsolutamente a nadie por los pa-sillos del centro. Es una imagen muytriste. No hay tiendas con la variedad su-ficiente como para atraer a la gente deVitoria para comprar ropa. Es un pano-rama preocupante”. Mientras, otrospiensan que la llegada de negocios comouna multinacional del bazar, de muebleso un inmenso vivero (el espacio cubiertomás grande de Euskadi destinado a plan-tas) pueden ejercer de revulsivo. “Hacenfalta cambios y nuevas ideas. Carrefoury Decathlon son los que tiran del carroy eso ayuda a todos los demás”, apuntael dependiente de otro local comercial.“¿El futuro del Gorbeia? Ojalá que sigamuchos años más, pero hoy ya no sepuede pensar más que de un día paraotro”.

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PorGorkaAscorbe-beitia

Kukutza fue un proyecto socio-culturalautogestionado que logró atraer la sim-patía y la participación de miles de per-sonas de todas las generaciones. Elgaztetxe bilbaíno, convertido en un sím-bolo de una forma de generar cultura almargen de los parámetros establecidospor la sociedad, todavía perdura en el re-cuerdo de Rekalde. Dos años despuésde su desalojo y posterior derribo, elsolar que quedó en su lugar es un per-fecto reflejo del vacío que ha dejado enla vida del barrio. De hecho, algunos ve-cinos se sienten “desamparados”por el Ayuntamiento porque suoferta de actividades es “una cen-tésima parte” de lo que ofrecía Ku-kutza. Mientras tanto, el proyecto deurbanización que hace dos años tanta ur-gencia parecía tener hoy se encuentra endique seco y a la espera de unos brotesverdes que cada vez están más lejanos.

“Lo mismo ofrecían juegos para niños dedos años y sus padres, que un taller demanualidades para jubilados o suenorme oferta cultural”, recuerda conañoranza María José Fernández, portavozde la asociación de vecinos Rekalde BerriAuzo Elkartea. Escuela de teatro, mala-bares y títeres, música en directo, aulasde informática, cursos de cocina, clasesde kárate o charlas de todo tipo, el nú-mero de actividades que ofertaba Ku-kutza no tiene fin. Gran parte de sufuerza residía precisamente en eso, cual-quier persona con una inquietud podíaacercarse hasta el gaztetxe y solicitar unespacio en el que llevarla a cabo.

Hasta que llegaron las tanquetas enseptiembre de 2011. En una macroo-peración que se saldó con una treintenade detenidos durante el desalojo, más de70 imputados después de los disturbiosde los días siguientes y quejas del Arar-teko por el uso de la fuerza, la Ertzaintzapuso fin al proyecto Kukutza. El Ayun-tamiento de Bilbao aseguró enaquel momento que las presionesde la empresa propietaria del te-rreno le obligaban a actuar contralos okupas. Poco más tarde, y aludiendouna vez más a la urgencia de la promo-tora por arrancar la urbanización, elConsistorio concedió el derribo de laedificación.

Con ayuda del letrado José Ángel Es-naola, los vecinos de Rekalde se opusie-ron entonces a la demolición y aunqueel juez no concedió que el proyecto separalizase consiguieron que el Ayunta-miento obligara a la empresa a firmar un

El derribo de Kukutzadeja dos años de vacíocultural en Rekalde

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expediente de reparcelación. “Se trata deun documento habitual en los proyectosde reurbanización por el que la promo-tora se compromete a descontaminar elterreno, construir algún equipamientopúblico –por ejemplo una plaza- y des-pués el 10% de los pisos construidos sereportan al municipio”, explica Esnaola.

El problema es que a día de hoy, con laprecaria situación del mercado inmobi-liario de por medio, no parece que laempresa promotora vaya a arrancar lostrabajos por iniciativa propia. De hecho,el permiso de urbanización le fue conce-dido en 1996 y hasta la petición de des-alojo de Kukutza ni siquiera movió ficha,incluso en los años de mayor hinchazónde la burbuja inmobiliaria.

Según apunta el abogado bilbaíno, elAyuntamiento podría forzar el inicio delos trabajos. “Tiene todas las herramien-tas que quiera a su disposición para obli-gar a la empresa a ejecutar lareparcelación, incluso podrían haberlesexpropiado a coste cero ocho años des-pués de haberles concedido el permiso,pero no había interés”, asegura Esnaola.“La connivencia entre el Ayuntamiento yla empresa ha sido total en todo mo-mento”, añade. La buena noticia es quetal y como están las cosas en este mo-mento cualquier ciudadano podríaforzar que el Ayuntamiento empe-zase a actuar en contra de los pro-pietarios del solar. “Pero con lasnuevas costas judiciales es muy difícil quealguien se pueda permitir ese gasto”,contrapone el letrado.

Fuentes del consistorio bilbaíno asegu-raron a EDN que CAVISA, empresa pro-

motora que quiere edificar sobre el te-rreno, todavía está a la espera de recibirel certificado de calidad del suelo porparte del Departamento de Medio Am-biente del Gobierno vasco. Mientrastanto, en agosto de este año la empresapresentó varios documentos a instanciasmunicipales, los proyectos de Urbaniza-ción y Reparcelación del terreno. ElAyuntamiento encontró varias deficien-cias en los mismos y le ha instado a re-solverlos. Fuentes municipalesprefirieron “no adelantar acontecimien-tos” ante la pregunta de si se han valo-rado tomar medidas legales contra lapromotora de seguir postergándose elprocedimiento.

Mientras los cauces urbanísticos se alar-gan de forma indefinida, los vecinos deRekalde siguen preocupados por elvacío que dejó Kukutza y por la es-casa oferta de actividades quetiene a día de hoy el barrio bilbaíno.“El Ayuntamiento ha sacado alguna cosi-lla para las personas mayores, pero a lajuventud no le ofrecen nada”, criticaMaría José Fernández. También le preo-cupa que no haya prácticamente sitiosdonde el tejido asociativo se pueda re-forzar. “Tenemos que hacer las reunionesde nuestra asociación en un bar”, co-menta.

Fernández pide al Consistorio que creeun espacio que pueda sustituir al menosuna parte de lo que ofrecía Kukutza. “Po-drían volver a recalificar los pabellonesde Moncada y cedernos el uso de algunode ellos”, apunta. “Lo importante es quecreen una zona donde los jóvenes pue-dan crear actividad como en Kukutza”.

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Replikomic Autor: Mikel Díaz de Corcuera

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El otoño.LA IMAGEN

Cuesta hacerse a la idea, pero la playa se retira y deja paso al gris del cielo. El año se acerca a su final y con élllega el debate entre la tristeza melancólica o la belleza de los matices que ofrece el otoño. Siempre la belleza.