Epistemología y Ontología- un debate necesario para la Psicología hoy

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    RedalycSistema de Informacin Cientfica

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Gonzlez Rey, Fernando

    Epistemologa y Ontologa: un debate necesario para la Psicologa hoy

    Diversitas. Perspectivas en psicologia, vol. 5, nm. 2, junio-diciembre, 2009, pp. 205-

    224

    Universidad Santo Toms

    Bogot, Colombia

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    Diversitas. Perspectivas en psicologia

    ISSN (Versin impresa): 1794-9998

    [email protected]

    Universidad Santo Toms

    Colombia

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    Divers.: Perspect. Psicol. / ISSN: 1794-9998 / Vol. 5 / No 2 / 2009 / pp. 205-224

    Epistemologa y Ontologa:

    un debate necesario para la Psicologa hoy

    Epistemology and Ontology:

    a necessary debate for Psychology today

    * Artculo de investigacin documental.** Correspondencia: Fernando Gonzlez Rey, profesor investigador Centro Universitario de Brasilia, Brasil. Correo electrnico: [email protected].

    Fernando Gonzlez Rey

    Centro Universitario de Brasilia,

    Brasil

    Recibido: 22 de noviembre de 2008

    Revisado: 22 de marzo de 2009

    Aceptado: 9 de mayo de 2009

    Resumen

    En este artculo se discute el desarrollo de los aspec-tos ontolgicos y epistemolgicos del psicoanlisis, lapsicologa emprica apoyada en el comportamiento yla psicologa sovitica, que constituyeron tres repre-sentaciones ontolgicas diferentes sobre la psique.

    Cada una de esas representaciones tuvo implica-ciones epistemolgicas y metodolgicas diferentes.Especial atencin se da a la psicologa sovitica, lacual, hasta hoy, contina siendo bastante poco cono-cida en la psicologa occidental. Esa psicologa, tantopor las condiciones histricas en que emergi, comopor las inuencias loscas y culturales que recibi,tuvo importantes diferencias con los enfoques psico-lgicos ms conocidos de aquel tiempo. A partir deese marco, el autor presenta su propuesta de subje-tividad en una perspectiva histrico-cultural, discu-tiendo las exigencias epistemolgicas y metodolgi-

    cas que la redenicin de ese trmino implica desdeesta aproximacin terica.

    Palabras clave: epistemologa, subjetividad, ontolo-ga, teora.

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    206 REVISTA DIVERSITAS - PERSPECTIVAS EN PSICOLOGA - Vol. 5, No2, 2009

    Fernando Gonzlez Rey

    Summary

    In this paper is discussed the development of the ontological and epistemological questions rela-ted to psychoanalysis, the empirical psychology supported on behavior and the soviet psychology.These approaches implied three different ontological representations on psyche. Each of thoseontological representations was involved with different epistemological and methodological con-

    sequences. A special attention is given in the discussion to soviet psychology, an approach that upto now remains little known in the western psychology. Soviet psychology, either by the historicalconditions of its emergence, or by received cultural and philosophical inuences, had importantdifferences with the more known psychological approaches in that time. Started from historicalcultural approach, the author introduces the topic of the subjectivity from a cultural historicalstandpoint, as a new ontological proposal. It is also discussed the epistemological and methodolo-gical demands resulted from the study of the subjectivity in this theoretical approach.

    Key words:epistemology, subjectivity, ontology, theory.

    Introduccin

    La psicologa histricamente se preocup poco dela discusin epistemolgica, as como de la discu-sin de lo que entenda por psique. Un aspecto queinuy en esa tendencia fue la separacin inten-cional que durante mucho tiempo fue asumida porla psicologa en relacin con la losofa y con otrasciencias sociales. La idea de disciplina, apoyada enel concepto de objeto propuesto por Durkheim, fueasumida como un verdadero dogma por las diferen-tes tendencias de la psicologa moderna, la que,

    con pocas excepciones, deni su objeto en pro-cesos del individuo susceptibles de leyes propias,ya sea a nivel intrapsquico o comportamental. Deesas tendencias emergieron dos de las teoras mssignicativas del desarrollo de la psicologa; el be-haviorismo y el psicoanlisis.

    La ausencia de discusin sobre las cuestionesepistemolgicas llev a la psicologa a una deni-cin positivista de ciencia, con sus consecuenciasen trminos de una comprensin del saber objeti-va, instrumental y a-tericamente, lo que se evi-denci en el carcter experimental y cuantitativode su metodologa dominante. De hecho, algunasde las tendencias ms importantes del saber psi-colgico quedaron excluidas de la denicin deciencia, por no adaptarse a los cnones de cienti-cidad denidos por el positivismo.

    La emergencia de la discusin posmoderna en lalosofa y en el resto de las ciencias sociales, acen-to el nfasis de las cuestiones epistemolgicas alinterior de la psicologa. De una forma u otra, losnuevos focos de discusin que se extendieron conuna fuerza y rapidez inditas al campo de las cien-cias sociales en general, produjeron un rechazo alpositivismo: Nadie quera ser positivista!

    Sin embargo, los acuciantes temas que la discu-sin posmoderna trajo al campo de la psicologa,slo fueron abiertamente discutidos en sus impli-

    caciones para esta rea por un nmero reducidode autores, a pesar de lo cual dichas discusionestuvieron un fuerte impacto. Las nuevas tenden-cias tericas que asuman de forma explcita lasposiciones posmodernas, como el construccionis-mo social y las diferentes versiones de constructi-vismo pos piagetano, tuvieron un fuerte impactoen la agenda crtica que aceleradamente invadila psicologa desde nales de la dcada de losaos setenta del siglo XX. Esa agenda crtica seextendi prcticamente a todas las reas de lapsicologa; sin embargo, muchas de las publica-

    ciones ms relevantes de la psicologa y de lasinstituciones de su enseanza, parecen no haber-se enterado de dichos eventos.

    Los nuevos aires en el pensamiento psicolgi-co irrumpieron con tal fuerza el escenario de lapsicologa que, en algunos casos, proclamaron el

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    una evidencia emprica. Esta cuestin tan simplees todava hoy motivo de discusin entre los psi-clogos, pues el concepto de ciencia emprica seacompa de la ilusin al representar en lo emp-rico la expresin directa de la realidad, indepen-diente de las representaciones del investigador.

    Los lmites que ya Kant haba denido a la raznen el conocimiento resultaban totalmente igno-rados. Por detrs de esta ilusin los conceptosno aparecan como construcciones intelectuales,sino como el signicado de los datos. Los concep-tos se naturalizaban como realidades.

    La idea de denicin operacional obligaba a trans-formar lo psquico en dimensiones concretas. Latimidez apareca como conjunto de comporta-mientos universales asociados a esa categora,ante lo cual cabe preguntarse, ser que el tmido

    no puede expresarse a travs de comportamien-tos diferentes?, ser que un atributo psquico sesustancializa en comportamientos concretos? Estadiscusin realmente no se realizaba, pues eraalgo asumido por quienes compartan ese marcoterico; la evidencia comportamental es el nicoelemento objetivo para estudiar la psique.

    Freud, a diferencia de la tendencia instrumental-inductiva de base comportamental, se orientpor otra estrategia metodolgica. Al denir la g-

    nesis universal del inconsciente y la personalidadintrapsquica, Freud entr en contradiccin conlos recursos epistemolgicos de que dispona paragenerar evidencias sobre ese carcter universal.Al hacer eso extrapol el valor heurstico de suteora, intentando explicar todas las dinmicas dela psique a partir de una misma gnesis.

    La interpretacin apareci como necesidad delestudio del inconsciente, pero su forma de uso(ms que una expresin hermenutica), pas aser un camino de descubrimiento de los procesos

    ms profundos de la psique. Para Freud el objetodel psicoanlisis fue el inconsciente, su dinmicay sus procesos, pero nunca deni la naturale-za cualitativa diferenciada de esos procesos. Alasumir que el inconsciente se organizaba sobrela base de tendencias reprimidas cargadas de li-bido -de hecho- Freud lo deni en trminos si-calistas, como energa. Esa representacin estuvo

    estrechamente asociada con la reicacin de lasexualidad como base de toda la motivacin hu-mana; el deseo sexual, en su obra, aparece comodesdoblamiento de una pulsin biolgicamen-te denida. Sobre la base del deseo es que sedenen las fuerzas y conictos sobre las que se

    organiza la personalidad intrapsquica, que Freuddeni como segunda tpica; la energa asociadaa un deseo universal fue la base dinmica del in-consciente.

    En Freud no aparece una denicin ontolgica di-ferenciada del deseo en relacin con la pulsin;aquel es un desdoblamiento de la pulsin. Su re-presentacin de psique se mantuvo apoyada porun referente objetivo; el deseo no cambia su na-turaleza, permanece de forma universal asociadoa la sexualidad. Esa forma de pensar el deseo lo

    dene sobre una base objetiva: lo subjetivo sloaparece en las formas de expresin y satisfaccindel deseo, pero no en el deseo mismo. Es por estarazn que no podemos armar que Freud intro-dujera una nueva denicin ontolgica sobre lapsique: la psique, en su gnesis y desarrollo, con-tina siendo una expresin de un deseo universalde base orgnica.

    La subjetividad es una denicin ontolgica, nouna referencia a una condicin particular de un

    proceso psquico, como pueden ser su carcterintrapsquico, ntimo, inconsciente, etc. Al asumirel inconsciente como su objeto de inters, Freudcre una realidad que se organiza ms all delcomportamiento y que no aparece de forma di-recta en l, siendo sus vas de acceso indirectaspor denicin: sntomas, sueos y actos fallidos.Ante su denicin de inconsciente Freud cre unmtodo de trabajo con principios epistemolgicosimplcitos que representaron una alternativa a laorientacin cuantitativa-experimental.

    Frente a estas consideraciones qu aspectosepistemolgicos diferencian la aproximacin psi-coanaltica y qu consecuencias tuvieron para eldesarrollo de la psicologa? Creo que las implica-ciones epistemolgicas del psicoanlisis pasarondesapercibidas para el propio Freud y para la ma-yora de los psicoanalistas, para quienes, debido,en parte, al propio clima epistemolgico de la

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    poca, el psicoanlisis se fue convirtiendo en ver-dad incuestionable. La idea de inconsciente, enlugar de ser considerada como una herramientade inteligibilidad, se transform en realidad y suconocimiento a, travs del psicoanlisis, en ver-dad. Ms all de la conciencia epistemolgica del

    propio psicoanlisis, su inuencia en la reivindi-cacin de la clnica como espacio de produccinde conocimiento, as como su reivindicacin de laimportancia de la relacin para el conocimientopsicolgico, hizo de la clnica un espacio de saberque, directa o indirectamente, llev a cuestionarmuchos de los principios dominantes del cienti-cismo positivista en la psicologa (Gonzlez Rey,2002).

    Sin embargo, el psicoanlisis se mantuvo muchoms centrado en procesos asociados al ejercicio

    de la clnica que en la investigacin cientca,lo que se hizo evidente de forma explcita en elpropio cuestionamiento de Lacan sobre su statuscientco, cuestionamiento apoyado tambin porFoucault en aquel momento. El rechazo al statusde ciencia del psicoanlisis, defendido por Lacany Foucault, se apoy en el concepto de cienciaemprica, lo que de cierta manera legitimaba queesa fuera la nica forma de hacer ciencia. Eserechazo tuvo implicaciones para el propio desa-rrollo del psicoanlisis, pues no se preocup por

    el desarrollo de una metodologa de investigacinque respondiera a las necesidades derivadas dela especicidad de sus deniciones tericas. Elpsicoanlisis no consigui desarrollar los aspectosmetodolgicos que le permitieran un dilogo conlo emprico.

    A pesar del carcter metafsico y determinista desus construcciones tericas, el psicoanlisis otor-g a la construccin terica y a la interpretacinun valor esencial, lo que le permiti el recono-cimiento de lo singular como fuente esencial de

    produccin de conocimiento. Esos hechos alimen-taron un imaginario epistemolgico diferente,pero que no se defendi explcitamente comoalternativa de una nueva forma de investigacin,lo que impidi una expresin metodolgica quele permitiera mantener viva la tensin entre loterico y lo emprico. El momento emprico, enltima instancia, era signicado desde anticipa-

    ciones tericas formuladas a priori sobre los prin-cipios y categoras ms generales de la teora, seimponan sin especicar su viabilidad real en lainformacin emprica.

    El juego entre lo terico y lo emprico, mediado

    por las limitaciones necesarias que toda construc-cin implica, fue desconsiderado por el psicoan-lisis de forma general, lo que condujo a la reica-cin de la teora. La teora se dogmatiz, perdisu capacidad de crecimiento y termin como unconjunto de signicados de carcter metafsico.La psique se erigi como universal y fundacionalen relacin con la cultura y la historia. Esa ten-dencia se expresa de mltiples formas en dife-rentes autores del psicoanlisis. As, por ejemploJones arm (1920):

    En cuanto a las inuencias culturales ellastambin son el producto de motivos biolgi-cos; as, aquellas nunca estn un paso msall de stas. Vea, por ejemplo, el Complejode Edipo, que consideramos muy fundamen-tal y, hasta posiblemente innato ignoramosexactamente cmo, pero, sea como sea, esuna tendencia fundamental. Muy bien, vea-mos ahora lo que pasa en una determinadasociedad, digamos en la sociedad alemana,donde el padre es mucho ms importante,

    promulga leyes, etc. Es claro que usted es-perara encontrar ah el Complejo de Edipo.Pero, y las otras sociedades donde el padreno tiene tanta importancia Bien, llamarn aeso inuencia ambiental o cultural. Es correc-to, pueden llamar as; pero eso causa natural-mente un cambio en la forma adoptada porlas reacciones biolgicas, es como una presin(p. 149).

    Se percibe en la cita el peso que atribuye el autora lo biolgico, en ese caso, identicndolo con lo

    que pertenece a las tendencias y pulsiones uni-versales de la persona. La cultura aparece redu-cida a una presin, algo externo, algo que cambiaslo la expresin de las tendencias universalesde la persona, que son precisamente aqullas so-bre las que se erige la teora psicoanaltica. Esepensamiento de Jones (1920) permite percibirclaramente una de las limitaciones mayores de

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    la representacin terica propuesta por Freud;el carcter externo de la cultura en relacin conla psique, la que est esencialmente apoyada entendencias biosomticas inherentes a la persona.

    Desde el punto de vista ontolgico, lo anterior

    no permite especicar el carcter particular dela psique; ella es un resultado, no tiene carctergenerador, es un resultado de un conicto univer-sal de fuerzas presentes en la propia estructuraintrapsquica. Esa estructura podr cambiar susdinmicas y formas de expresin, pero nunca suscomponentes y conictos, que estn por encimade la cultura y de la historia. Esa denicin onto-lgica diculta denir al psicoanlisis como her-menutica, en el sentido en que usaron el trmi-no, tanto Heidegger como Gadamer; para ambos,y de forma ms acabada para Gadamer, el saber

    hermenutico no est orientado ni a la verica-cin ni al descubrimiento, mantenindose comoproceso en desarrollo, susceptible de formas nue-vas en contextos diferentes. La hermenutica enla tradicin moderna asociada estrechamente alos autores anteriores, represent una rupturacon la substancializacin de los signicados fueradel contexto terico en que fueron producidos. Eneste sentido, Como nos recuerda Gadamer (2007):

    Si continu hablando de conciencia, eso no

    es ninguna confesin de adhesin ni a Arist-teles, ni a Hegel. Lo que est en cuestin aques saber que la conciencia no es ninguna res(cosa en griego) La meta de la reconstruc-cin es dejar al concepto hablar una vez msen su relacin con la lengua viva. Esa es unatarea hermenutica. Ella no tiene nada en co-mn con un discurso oscuro sobre el origen ylo originario (p. 95).

    La hermenetica va exactamente en el sentidocontrario de la vocacin de Freud por los orge-

    nes y causas ltimas del comportamiento humano.Sin embargo, el psicoanlisis no termina en Freud,a pesar de que su imaginario permanece unido alespritu de su teora en muchos aspectos. En unaarmacin realmente hermenutica, y de profundocarcter antimetafsico, Roudinesco (1995) sostiene:

    Todos los estudios de casos son construidoscomo cciones necesarias (La autora reerea Merleau Ponty (1991) el origen de este trmi-no en nota al pie) a la legitimacin de las hip-tesis del autor. El caso solamente posee valorde verdad porque es escrito como ccin. Ge-

    neralmente es adaptado a la nosografa de lapoca en que fue escrito. En otras palabras,Anna. O, el caso princeps de la histeria vienen-se de nales del siglo XIX, hoy en da no serams considerada una histrica, pues el concep-to de histeria mud mucho desde la emergen-cia del saber psicoanaltico (pp. 98).

    Las categoras concretas nunca pueden tener unvalor universal, como intenta defender Jones en lacita anterior; un concepto es siempre una produc-cin intelectual asociada a cierta inteligibilidad,

    cuyo signicado siempre est contextualizado enla temporalidad de un sistema terico. Ese relati-vismo no es un agnosticismo, es la condicin delsaber humano, su carcter limitado y parcial enrelacin con la realidad que estudia. Sin embargo,yo deendo la legitimidad del saber como formade inteligibilidad; la inteligibilidad es la relacinposible entre realidad y saber, asociada a opcio-nes de modicacin sobre la realidad a partir deese saber. Las demostraciones son momentosde convergencia entre ciertas prcticas humanas

    y la realidad; ellas generan inteligibilidad en esemomento, abren caminos de nuevas acciones ynuevos saberes, pero no son nunca una evidencianal de un estado de la realidad.

    Las demostraciones slo son posibles en losmarcos de una teora, no en el sistema de larealidad. Las teoras son construcciones intelec-tuales capaces de crecer y desarrollar prcticasespeccas sobre formas que toma la realidad entrminos de la teora; las teoras son accesos ala realidad en trminos del saber, pero nunca re-

    presentan un saber sobre el ser fuera de losrecursos de inteligibilidad de la teora.

    Los modelos de pensamiento nunca pueden iden-ticarse como sinnimos de la realidad que apa-rece en ellos. Como crticamente expresa Ponty(2006) en relacin con la dialctica de la natu-raleza propuesta por Engels, la naturaleza no es

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    dialctica, es una forma de signicar aspectos dela realidad. Es precisamente sobre ese aspecto de-nitorio del saber humano que introduje la cate-gora de zona de sentido (Gonzlez Rey, 1996) paradestacar que, lo ms perdurable de un saber sonlos espacios de inteligibilidad que abre sobre un

    problema; la idea de inconsciente se perpetu yes parte de una multiplicidad de representacionessobre la psique humana; sin embargo, mostr quees mucho ms compleja y dismil que las categorasusadas por Freud para dar cuenta de ese fenmeno.Es imposible que los procesos inconscientes, acep-tados hoy por la mayora de las representacionestericas sobre la psique humana, sean atrapadosen su completitud por alguna teora, simplementeporque las categoras son producciones humanasde inteligibilidad y no una expresin concreta delos procesos que ellas signican.

    Me he detenido en dos sistemas generales queasumen dos ontologas diferentes que, a su vez,conducen a representaciones epistemolgicasdistintas; una asociada a una visin universal demetodologa (el behaviorismo) que ha sido cri-ticada por Danziger (1990) como metodolatra ypor Koch (1981) como fetichismo metodolgico;otra, asociada al psicoanlisis que, sin concienciametodolgica, no consigui armarse dentro deuna visin de ciencia, como lo hizo en una visin

    de clnica, convirtindose en el modelo de pensa-miento ms inuyente de las teoras psicolgicasbasadas en la clnica. Esa divisin entre ciencia yclnica ha permitido que la representacin domi-nante sobre la investigacin cientca en psicolo-ga se asocie al carcter inductivo, descriptivo einstrumental de la ciencia emprica, dejando lateora asociada a la metafsica, la especulacin yel hermetismo conceptual.

    Este recorrido onto-epistemolgico, que no esfrecuente en los textos de psicologa, debido, en-

    tre otras cosas, a la naturalizacin de las teorascomo verdades, no pretende explorar todas lastendencias de la psicologa sino aquellas que, enmi opinin, han sido ms inuyentes y abarcado-ras en esta disciplina. En ese sentido, he decididoterminar este tpico con una tendencia que vieneganando espacio creciente en el mundo: me ree-ro a la psicologa histrico-cultural.

    Relevancia de la psicologa

    sovitica en sus avances

    ontolgico epistemolgicos

    La psicologa sovitica represent un movimiento

    sui gneris en la psicologa moderna por diversasrazones:

    Asumi de forma explcita una losofa comola base de sus construcciones, pues esa lo-sofa no haba sido relevante a ninguna de lasteoras psicolgicas del periodo moderno: elmarxismo.

    En la forma en que los pioneros de la psi-cologa sovitica (Lazursky, Kornilov, Basov,Vygotsky, Rubinstein, Ananiev, entre otros)

    asumieron el marxismo, la dialctica (comomodelo de pensamiento) tuvo una particularinuencia, lo que les facilit la representa-cin de la psique como sistema en movimien-to, en desarrollo, estimulando una sensibili-dad de interdisciplinaridad con otras cienciassociales y con la losofa, aspectos ausentesde forma general en la psicologa moderna.

    El vnculo explcito con la losofa facilit eldesarrollo de una slida orientacin terica,apareciendo una preocupacin explcita, tan-to por las cuestiones ontolgicas como me-todolgicas. En realidad, como veremos msadelante, esa preocupacin metodolgica te-na un carcter epistemolgico, solo que laextraeza del trmino entre los psiclogos,tambin impidi que se asumiera de formaexplcita en aquella psicologa.

    Las razones argidas hicieron de la psicologa so-vitica un campo fecundo de aportes que no hansido plenamente asumidos hasta hoy por la psi-cologa occidental. A ese hecho se unen los pre-

    juicios ideolgicos que engendr, y que pasarona ser parte, hasta hoy, de la subjetividad socialoccidental, aparte de las dicultades del propioidioma ruso. La psicologa sovitica ha apareci-do en occidente esencialmente a travs de unade sus guras esenciales, Vygotsky, cuyo pensa-miento, con gran frecuencia, al ser separado deaquel movimiento ms general de la psicologa y

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    descontextualizado del momento histrico en querealiz su obra, ha sido simplicado y banalizado.

    La psicologa sovitica, como toda teora psi-colgica, estuvo sometida no slo a sus contra-dicciones internas derivadas de las diferentes

    tendencias de sus ms inuyentes guras, sinotambin a presiones y contradicciones externas,resultantes de un contexto denido por una delas revoluciones ms impactantes de la historiade la humanidad. Esas presiones, en especial lasque comenzaron a aparecer en el momento insti-tucional conservador de aquella revolucin, im-pactaron directamente en el desarrollo de aque-lla psicologa, en el que la vocacin dialctica dealgunos de sus fundadores se vio limitada por lascircunstancias, y no slo por el desarrollo de supropio pensamiento. Quizs el principal impacto

    de aquel momento lo represent el proceso deideologizacin y dogmatizacin creciente de eseperodo histrico, lo que determin presiones po-lticas, sociales e institucionales fuertes para losfundadores de la psicologa sovitica.

    Particularmente fueron Vygotsky y Rubinsteinlos autores que ms se interesaron por las cues-tiones tericas y metodolgicas generales de lapsicologa. Entre ellos existieron puntos de vistadiferentes; sin embargo, por lo que parece, en

    las referencias que he encontrado de Rubinsteinsobre Vygotsky, existi una relacin de respeto.Por el contrario, las relaciones de Rubinstein yLeontiev fueron mucho ms tensas y contradicto-rias, representando quizs el conicto ms fuertede la historia de la psicologa sovitica, despusde los conictos iniciales entre Kornilov y Chel-panov, que marcaron el inicio de la orientacinmarxista de aquella psicologa. Los objetivos delpresente artculo no me permiten extendermeen los aspectos histricos de aquella psicologa,sino ceirme a una pequea ubicacin de aquel

    contexto para los lectores no familiarizados conl1, dado que fue este movimiento el que generun enfoque histrico-cultural en la psicologa. Apesar de las diferencias entre Vygotsky y Rubins-tein, ambos tenan muchos aspectos en comn

    1 Para mayor informacin sobre la psicologa sovitica ver GonzlezRey El Pensamiento de Vygotsky: desdoblamientos, contradiccionesy desarrollos (en proceso de edicin. Editorial Trillas, 2008).

    en su representacin general sobre la psicologa.Para ambos la psique era inseparable de la accin,aspectos que se mantuvieron separados en lasprincipales tendencias modernas de la psicologa.Los dos se preocuparon por una representacin depsique como sistema, en el que los aspectos cog-

    nitivos y afectivos aparecen integrados y en desa-rrollo. En el plano metodolgico, tanto uno comootro, explicitaron las necesidades derivadas de susdeniciones tericas por lo cual surge el siguienteinterrogante Cules fueron las principales contri-buciones de esa psicologa en los trminos onto-epistemolgicos que estamos analizando?

    En primer lugar su preocupacin por el reco-nocimiento de la especicidad ontolgica dela psique. Para ambos la psique humana eracualitativamente diferente de la animal, y se

    especicaba en relacin con los procesos queparticipaban de su gnesis. En este sentidoRubinstein escribi (1964):

    A un mismo signicado siolgico de le-yes variables, que guran en las frmulassiolgicas, corresponde siempre una ver-dadera escala de signicados psicolgicosdistintos. Los fenmenos psquicos, porende, sin dejar de formar parte insepara-ble de los fenmenos siolgicos se dife-

    rencian de ellos (p.40).

    En segundo lugar, para ambos las funcionespsquicas expresan momentos del funciona-miento psquico en general. Es imposible aislarla accin o los procesos psquicos, de la psi-que como sistema. La idea de sistema, tantoVygotsky como Rubinstein, se la representaronora en la personalidad, ora en la conciencia, oen la espiritualidad. Sin embargo, ninguno deellos lleg a denirla en trminos de su natura-

    leza subjetiva, aunque ambos se aproximarona esa idea en algunos momentos de su obra,mientras en otros se alejaron de ella.

    El camino de deniciones ontolgicas de la psico-loga pas, tanto en Vygotsky como en Rubisntein,por un conjunto de problemas y contradiccionesque, en alguna medida, expresaron la presin de

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    Epistemologa y Ontologa

    tipo objetivo que la denicin leninista de ree-jo implic para la comprensin de la psique. Laidea de reejo impeda el desarrollo del temade la subjetividad, pues implicaba comprenderla psique como reproduccin de la realidad: eseprincipio gener en el imaginario de la psicologa

    histrico-cultural, de forma general, la idea de undeterminismo externo o sociologista, para el cualla psique aparece como efecto, como consecuen-cia, y no como produccin.

    De cualquier forma, la tendencia a representarsela psique como sistema que est ms all de lasevidencias comportamentales, implic un conjun-to de consecuencias metodolgicas que, comocomentamos antes al analizar el psicoanlisis deFreud, tuvieron importantes consecuencias epis-temolgicas implcitas. A diferencia del psicoan-

    lisis, los autores de la psicologa sovitica aborda-ron esa discusin con conciencia metodolgica.

    Por primera vez aparece en la psicologa unaorientacin interpretativa inseparable de lo em-prico. Vygotsky primero, y despus Rubinstein,asumen una posicin interpretativa ante el saber.Rubinstein escribe (1964):

    Los testimonios de la conciencia y los datos

    inmediatos de la vivencia, para su conoci-miento autntico, han de someterse a una in-terpretacin como si se tratara del texto deun discurso2. Para comprender un discurso nocomo objeto de ejercicios gramaticales, sinocomo un hecho vital en su autntico signica-do, para comprender al hablante y no solo eltexto formal de su discurso, es necesario des-cifrar, tras el texto, su subtexto, poniendode relieve no slo lo que el hombre ha dichoformalmente, sino, adems, lo que deseaba otena la intencin de decir, o sea, el motivo y

    el n de su discurso, determinantes del senti-do interior del mismo (p. 229).

    2 Discurso est usado en el sentido tradicional de texto organizado enla expresin formal escrita o verbal y no en la forma que tomarms tarde a partir de la obra de Foucault, quien lo consider comoprctica, inuyendo decisivamente el uso del trmino en la posmod-ernidad.

    Se observa la preocupacin del autor por la mo-tivacin de la expresin, por el sentido interiorde las expresiones articuladas de la persona, as-pectos accesibles al conocimiento slo a travsde la interpretacin. La idea de subtexto fue ex-presada por primera vez en la psicologa sovitica

    por Vygotsky. Esa idea dene la imposibilidad deestudiar los fenmenos psquicos ms complejos atravs de las expresiones directas de la persona.

    La psicologa sovitica, sin embargo, no espe-cic ninguna opcin ontolgica clara sobre losdiferentes niveles de la psique, ni consigui espe-cicar la subjetividad como ontologa especcade la psique humana en el contexto de la cultura.Vygotsky, tanto en su obra Psicologa del Arte,como en sus trabajos de la ltima parte de suobra, denida por m entre 1932 y 1934 (Gonzlez

    Rey, 2008), enfatiz el carcter generador de lapsique a partir del reconocimiento del impactode las emociones y de sus consecuencias sobre lavida psquica, sin ninguna relacin inmediata y li-near con referentes externos. Sin embargo, nuncapudo especicar cmo la multiplicidad de fen-menos y procesos de la vida social se expresabanen la psique.

    Parece ser que el uso de la categora de senti-do en su obra estuviese dirigido a cubrir la au-

    sencia de una unidad psicolgica, capaz de darcuenta de una nueva denicin ontolgica de losprocesos psquicos desarrollados culturalmente(Leontiev, 1992, 2001; Gonzlez Rey, 2002; 2004;2008); sin embargo, como deendo en trabajoms reciente (Gonzlez Rey, 2008), creo hoy queeso represent ms una hiptesis de trabajo apo-yada en el curso de su obra, que una intencinreal de Vygotsky.

    Vygotsky atribuy un valor a las emociones en eldesarrollo de la vida psquica, que ningn otro

    psiclogo, sovitico, ni extranjero, consigui de-sarrollar. As, en su trabajo Sobre el problema dela psicologa del actor creativo(1984), uno de lostrabajos de ese ltimo momento de su obra, lescribe: Las emociones entran en nuevas rela-ciones con otros elementos de la vida psquica,nuevos sistemas surgen, nuevos conjuntos defun-ciones psicolgicas; unidades de nivel superior

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    Fernando Gonzlez Rey

    emergen, gobernadas por leyes especiales, de-pendencias mutuas y formas especiales de co-nexin y movimiento (p. 328).

    En la cita se deja abierta la posibilidad de pen-sar en un nuevo sistema psquico que se con-

    gura en el proceso de vida del sujeto a partirde las nuevas relaciones de las emociones conotros elementos de la vida psquica. Vygotsky nose limita a armar el carcter generador de loemocional, lo que ya haba hecho en Psicologadel Arte, sino que arma la expresin de todo unsistema en movimiento en que irn apareciendounidades psquicas de nivel superior. Entre todaslas categoras desarrolladas por l, la que ms seaproxima a ese tipo de unidades fue el sentido;sin embargo, el sentido permaneci asociado a lapalabra en su denicin, lo cual limita la posibili-

    dad de considerarlo como una nueva unidad de lavida psquica. De cualquier forma, la categora desentido abre una posibilidad para pensar la psiqueen constante desarrollo en las actividades huma-nas, pues integra la palabra al sistema ms gene-ral de la psique, la cual est en proceso constantea travs del lenguaje.

    Sin embargo, Vygotsky no avanz tericamentepara hacer del sentido un nuevo momento cua-litativo de su obra. La consideracin del sentido

    como una nueva unidad de la vida psquica nopoda ser slo una nueva denicin terica, puesimplicaba el cambio de un conjunto de principiosms generales sobre los que se organizaba, tantosu obra, como la psicologa sovitica en aquel mo-mento. El reconocimiento por Vygotsky de la es-pecicidad de las emociones y de su papel activoy generador en la vida psquica, cre condicionestotalmente nuevas para el desarrollo del temade la subjetividad en una perspectiva histrico-cultural; sin embargo, la emergencia de ese temaen las condiciones poltico-ideolgicas de aquel

    tiempo era completamente imposible.

    El propio Vygotsky, en lo que he denido recien-temente como segundo momento de su obra(Gonzlez Rey, 2008) dio un giro objetivistaal armar la interiorizacin como la gnesis delas funciones psquicas superiores. Ese periodoobjetivista fue cercano a los principios sobre los

    que Leontiev desarroll la teora de la actividad,y que fue criticado por Rubinstein (1964) en lossiguientes trminos:

    Toda actividad material externa del hombrecontiene ya en su interior componentes ps-

    quicos (fenmenos, procesos) por medio delos cuales se regula. No es lcito, reduciendola accin del hombre a su mera parte ejecu-tiva externa, eliminar totalmente de su ac-cin los componentes psquicos, situando losprocesos psquicos internos fuera de la ac-tividad externa del hombre, como se haceconsciente o inconscientemente, explcita oimplcitamente, cuando se arma que la acti-vidad psquica surge como resultado de inte-riorizar la actividad externa (p. 340).

    La crtica de Rubinstein destaca el carcter ps-quico de la actividad, el que se pierde en la consi-deracin operacional-objetal que dene Leontiev.Sin embargo, el trmino psquico va resultandodemasiado impreciso y genrico para indicar losprocesos especcos que forman parte de la ac-cin humana. Creo que el nfasis en la accin hu-mana al analizar la psique, no se puede reducir alos aspectos sensoriales y cognitivos, que tambinson psquicos, sino que tiene que considerar elsentido que toma la accin en su ejecucin, lo

    que especica una cualidad particular de la psi-que humana: la subjetividad. Pero la denicinde sentido aportada por Vygotsky resulta insu-ciente para signicar este proceso.

    Rubinstein va a usar el concepto de vivencia comoesa unidad esencial para explicar el carcter sub-jetivo de la experiencia social de la persona, tr-mino que, al igual que el de sentido, Vygotskytambin usa en la ltima parte de su obra, en unesfuerzo fallido por representar la unidad de locognitivo y lo afectivo en el desarrollo humano. Es

    interesante que al igual que Vygotsky, Rubinsteinenfatice los aspectos emocionales que formanparte de la vivencia. Para ambos las emocionesson esenciales para comprender la especicidadde las formas ms avanzadas del psiquismo hu-mano; sin embargo, ante la presin de la idea dereejo y de la correspondencia de la psique conla realidad, su representacin sobre la psique no

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    consigue ser coherente en sus trabajos, identi-cndose en momentos diferentes con lo terico,lo cognitivo o lo operacional. La idea de la sub-jetividad, como nivel ms complejo de la psiquehumana desarrollada en las condiciones de la cul-tura no fue desarrollada tericamente por ningu-

    no de ellos.

    En su momento ms audaz, en el libro por el cualfue acusado de idealista, Principios de Psicolo-ga General, Rubinstein nos presenta a travs delconcepto de vivencia, la psique como produccinsubjetiva, algo semejante a lo que hace Vygotskyen Psicologa del Artey luego en la ltima partede sus trabajos. Rubinstein arma (1967):

    La vivencia de la accin que el sujeto lleva acabo se hace consciente porque ella se remi-te a las situaciones objetivas por las cualesviene determinada. Sin embargo es bien ma-niesto que el nmero de estas relaciones es,en principio, innito. Por ello tampoco exis-te un consciente ilimitado que todo lo abar-que. Ninguna vivencia particular se encuentradesligada de una relacin; ninguna vivenciase hace consciente denitivamente en todassus relaciones objetivas, en su relacin contodos los aspectos de la existencia, con los

    cuales est objetivamente unida. Por ello, laconciencia, la conciencia real del individuoconcreto, no es jams conciencia pura Essiempre la unidad de lo que deviene conscien-te y lo que resta inconsciente, el conjunto delo consciente y lo inconsciente, de las transi-ciones mutuas entrelazadas y muchas vecesunidas (p. 24).

    En esa cita Rubinstein reconoce lo inconsciente,como tambin lo haba hecho Vygotsky en Psico-loga del Arte, pero lo reconoce como una activi-

    dad inconsciente inseparable del sistema psquicoen su conjunto. La vivencia no es un reejo, puesno existe en forma de imagen ni de cognicin, noes objetal, como muy bien expresa el autor, seremite a un nmero de relaciones objetivas porlas cuales viene determinada; sin embargo, nolas puede integrar todas, no es reproductiva, sinouna expresin generadora del psiquismo humano.

    Sin embargo, el autor tampoco resuelve conse-cuentemente el problema, pues reconociendo esecarcter complejo y no reproductivo de la viven-cia, no deende su especicidad ontolgica. As,en El Desarrollo de la Psicologa: principios y m-todos, que fue una de sus ltimas publicaciones,

    escribe (1964): Es cierto, como se ha dicho msarriba, que la actividad material, prctica, es laprimaria; y que la actividad terica, mental, cuyaexpresin se da nicamente en el plano interno,solo posteriormente se desprende de la prime-ra (p. 339). Rubinstein identica aqu lo mentalcon lo terico, al igual que en el momento de sugiro objetivista Vygotsky va a identicar lo men-tal con lo interno, con operaciones externas e in-ternas que primero aparecen en el plano externo.Ambos tienen momentos en que pareciera que seretractan de la osada de avanzar en la compren-

    sin de la psique como subjetividad al reconocersu no identidad con ningn aspecto objetivo y sucarcter generador como sistema.

    Ante la imposibilidad de una redenicin de lapsique en trminos diferentes, a partir de la com-prensin de su gnesis histrica, social y cultural(principio defendido por ambos autores), el desa-rrollo de sus visiones epistemolgicas de carc-ter interpretativo no tuvo un desarrollo empricoconsecuente, ni en la obra de ellos, ni en la de

    sus discpulos. Por largo tiempo la hegemona dela teora de la actividad en la psicologa soviticase acompa esencialmente de estudios experi-mentales de los procesos cognitivos, cuyas basesepistemolgicas mantenan un carcter esencial-mente positivista.

    Debido al carcter ideolgico atribuido al mate-rialismo en la psicologa sovitica, esa psicologase orient en el plano terico por la subordinacinal principio del reejo, y que en el plano episte-molgico destac el descubrimiento de leyes, tr-

    mino de franca connotacin positivista, orientadoa destacar el carcter regular y completamentecognoscible de la realidad.

    La psicologa sovitica no pudo desarrollar de for-ma explcita una alternativa epistemolgica pos-terior a la muerte de sus pioneros, prevaleciendola lnea experimental asociada a la teora de la

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    actividad. Sin embargo, algunos grupos particula-res, dirigidos por investigadores que fueron tam-bin muy relevantes en aquella psicologa, comoBozhovich (1981), Menchinskaya (1959) y Pushkin(1962), entre otros, desarrollaron formas cualita-tivas de investigacin en los campos del apren-

    dizaje, la personalidad y la motivacin. En esasinvestigaciones los procedimientos cualitativos sedesarrollaron sin una conciencia epistemolgicaexplcita.

    El desarrollo de una denicin diferente de lapsique humana en las condiciones de la cultura,no fue posible para aquella psicologa, a pesar dehaber asumido la gnesis cultural de la psique.Terminaron siendo preponderantes las posicio-nes que identicaban la psique con operaciones,actividad, cognicin y procesos intelectuales.

    Los procesos simblicos y emocionales no fueroncomprendidos en su articulacin compleja en elcurso de la actividad humana, ni fue comprendidala forma en que lo social se organizaba a nivelpsicolgico. La idea de reejo no permiti com-prender la subjetividad como denicin ontolgi-ca especca, que no se interioriza, sino que ex-presa una produccin simblico emocional sobrela experiencia vivida, estrechamente asociada alas emociones que aparecen en la red de expe-riencias vividas, las que no existen como hechos

    palpables sino como sistemas de consecuenciasinteligibles, slo a partir de la conguracin sub-jetiva de quienes las viven.

    La psicologa sovitica no organiz tericamenteuna representacin ontolgica diferenciada sobrela psique, lo que implic que, a pesar de sus indis-cutibles avances, no pudiera superar la taxono-ma tradicional, en que la psique aparece denidapor diferentes tipos de procesos relacionados en-tre s, sin un modelo terico que permita avanzaren la construccin del sistema que articula esos

    procesos por su sentido psicolgico. La psicologasovitica, a pesar de su vocacin terica y al pa-pel diferente que consigui atribuir a la teora,no pudo trascender la limitacin de la psicologaemprica de orientarse a la bsqueda de las leyesde su objeto, el cual se constituy como externoal proceso de produccin del conocimiento. Eneste sentido, las intuiciones epistemolgicas de

    sus pioneros nunca se concretaron en una alter-nativa epistemolgica consistente.

    Me gustara extender este anlisis histrico aotras direcciones de la psicologa que consideromuy importantes y que tienen especial relevan-

    cia en el momento actual, como el pospsicoanli-sis, la teora de las representaciones sociales, elconstructivismo (en sus posiciones posracionalis-tas), y el construccionismo social, a las cuales leshe dedicado bastante atencin en algunas de misltimas publicaciones (Gonzlez Rey 1996, 2002,2004, 2007, 2008), sin embargo, dejo este prop-sito para otro artculo.

    La subjetividad en una perspec-

    tiva histrico cultural, yendo ms

    all de la psicologa sovitica: unanlisis ontolgico-epistemolgico

    En mi trabajo decid desarrollar uno de los posi-bles legados de la psicologa sovitica, que per-maneci ignorado en la psicologa occidental, eincluso en la propia psicologa rusa possovitica;me reero al tema de la subjetividad en la pers-pectiva histrico-cultural.

    Como he expresado en trabajos anteriores (2004,

    2007, 2008), la subjetividad no fue un tema pro-pio de la modernidad, a pesar de lo armado pormuchos autores. La modernidad se caracterizpor el cgitoy la conciencia y, por alguna razn,como arma Jameson (2004), esos conceptos sefueron diluyendo en los contornos ms generalese inespeccos de una mencin a la subjetividadque nunca encontr una denicin especca. Lamodernidad fue el primado de la racionalidad, lasrepresentaciones y las formulaciones operaciona-les, mientras la subjetividad se orienta a un tipode produccin humana que est ms all de la

    razn, que es imposible reducir al orden de larepresentacin y que no se puede formalizar enrecursos metodolgicos precisos, lo que hizo quemuchos autores modernos la representaran comoelementos de distorsin, como impedimento de laobjetividad. En la propia psicologa moderna nofue posible especicar lo subjetivo, ni en su gne-sis, ni en su naturaleza, siendo reducido siempre

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    Epistemologa y Ontologa

    a algo diferente de la propia subjetividad: lapulsin, los procesos neurodinmicos, las necesi-dades, etc.

    La subjetividad como produccin humana expresaalternativas a las limitaciones objetivas que im-

    ponen la realidad y la propia condicin humana,como magistralmente expresa Vygotsky (1984),aunque sin mencionar el trmino, cuando expresa:

    Ellos no comprendieron (se reere a los psic-logos que trabajaban con la defectologa en lapoca) que el handicap no representa sloel empobrecimiento de un estado psicolgico,sino una fuente de bienestar, no slo una de-bilidad, sino una fortaleza La psicologa dela ceguera es esencialmente la psicologa dela victoria sobre la ceguera (p. 57).

    La subjetividad es un tema congruente en la pers-pectiva histrio-cultural, pues representa un ni-vel diferenciado de la psique en las condicionesde la cultura, condicin necesaria para el propiodesarrollo de la cultura. A pesar de los fenmenosdiversos que participan en su gnesis, sociales,biolgicos, histricos, etc., la subjetividad no esla expresin inmediata de ninguno de ellos, sinouna produccin a partir de formas y procesossimblicos de naturaleza cultural que son insepa-

    rables de las emociones. Las relaciones de unamadre con su hijo se vinculan con su tempera-mento, con la fuerza y urgencia de sus necesida-des, con la regularidad o no de sus hbitos, concomportamientos de carcter congnito e innato;sin embargo, ante todo, constituyen un espaciosimblico-emocional de carcter subjetivo y cul-tural, que ser el escenario de la conguracinsubjetiva de la maternidad para esa madre.

    Al partir del concepto de sentido de Vygotsky, yasumiendo las importantes ideas de Rubinstein

    sobre la vivencia y su carcter siempre incomple-to en relacin con los mltiples aspectos de larealidad que afectan al hombre, introduje el con-cepto de sentido subjetivo (Gonzlez Rey, 1999),en cuya denicin he venido avanzando, aunquedesde el primer momento den su especialidaden la unidad de lo simblico y lo emocional quefundamenta el carcter subjetivo de la experien-

    cia. En esa unidad lo simblico evoca lo emocio-nal y viceversa, en un proceso de naturaleza re-cursiva donde uno evoca la emergencia del otro,sin convertirse nunca en su causa (Gonzlez Rey,2002). La categora en sentido subjetivo expresael carcter generador de las emociones humanas,

    presente tanto en Vygotsky como en Rubinstein,tema profundamente ignorado por la psicologadesde sus posiciones racionalistas dominantes.

    La negacin del carcter generador inconscientede las emociones, como destacan tanto Vygots-ky como Rubinstein, expres una visin determi-nista que no permita comprender la gnesis delas emociones en los efectos colaterales de lasrelaciones y eventos vividos. Las emociones sonuna consecuencia subjetiva de esos eventos, y nocomo su reproduccin. Las emociones tienen en

    su base la conguracin subjetiva actual de quienlas expresa. Las experiencias, aisladas de la or-ganizacin subjetiva de quien las vive, no tienenninguna signicacin. Los efectos colaterales delo vivido se expresan sobre todo en la imagina-cin y la fantasa, ambas de una naturaleza emo-cional irreducible a cualquier evento objetivo.

    Es precisamente esa expresin generadora de lapsique humana la que se representa en los senti-dos subjetivos. Los sentidos subjetivos denen el

    aspecto subjetivo de la experiencia vivida y exis-ten no como contenidos puntuales, susceptiblesde expresin concreta por el sujeto, sino comoconjunto de emociones y procesos simblicos quese articulan alrededor de deniciones culturalessobre las que se desarrolla la existencia humana,tales como madre, padre, hermano, sexo, inteli-gencia, moral, patriotismo, religin. Todas esasdimensiones simblicas de las prcticas humanasaparecen como sentidos subjetivos y congura-ciones subjetivas que se nter penetran entre sen el curso de la experiencia generando continua-

    mente nuevos procesos subjetivos que escapan alcontrol racional, y a la intencionalidad del sujeto.La sociedad se organiza en representaciones so-ciales que naturalizan y objetivan sus propias pro-ducciones subjetivas, aquellas que permiten susprcticas compartidas, y le hacen sentir a los par-ticipantes que su accin se apoya en una verdadde carcter objetivo. Sobre esa base se orientan

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    todas las formas de fanatismo, as como algunasde las creencias ms consolidadas de la llamadasociedad democrtica, como por ejemplo, laverdad desmoronada, ante la incredulidad demuchos, de que el mercado se autorregula, ol-vidando que el mercado est formado por rela-

    ciones entre personas y que su dimensin subje-tiva est ms all de todos los saberes y recursostcnicos humanos. A nombre de esas verdadescomo patria, religin, ideologa, etc., se han co-metido las mayores barbaries de la humanidad.

    La subjetividad es una dimensin que incomoda,pues elimina las ideas de control, de racionalidad,de futuro, de certeza, de objetividad y de norma-lidad, en la forma en que ellas aparecieron en elpensamiento moderno. La subjetividad destituyelos absolutos a los que se han querido subordinar

    histricamente las prcticas humanas, incluyen-do la reduccin de todo fenmeno humano a lacondicin de prctica discursiva. La reicacinde lo discursivo es una forma de recreacin delo racional, pues al suponer la subordinacin dela persona al orden discursivo, se ignora la multi-tud de efectos diferentes que la realidad generasobre los sujetos y los escenarios de las prcticasdiscursivas, las que no representan un ujo sim-blico abstracto.

    Al presentar la subjetividad como opcin de inte-ligibilidad de los fenmenos humanos, no la rei-co, no intento un reduccionismo subjetivo de esosfenmenos, sino que aspiro solamente a conver-tirla en una dimensin necesaria para el estudiode las diversas prcticas y procesos humanos deinstitucionalizacin, pues histricamente la sub-jetividad ha quedado fuera de los anlisis de lasciencias sociales, entre las cuales, la que ms hatrabajado esa dimensin ha sido la sociologa (Fe-rraroti, 2003 y Touraine, 1998, entre otros).

    Al defender la subjetividad como denicin onto-lgica intento separarme de su substancializacinen ciertos tipos de cuestiones y contenidos. No laveo ni como individual, ni como intrapsquica, nicomo lo ntimo sino como una denicin presen-te en todos los procesos y niveles de las produc-ciones humanas, desde las individuales hasta lasinstitucionales, expresndose en cualquier tipo

    de produccin social. A partir de esto deendola existencia inseparable de la subjetividad sociale individual, estando cada una de ellas presenteen la otra, pero no como algo externo a ella, sinocomo momento de sentido subjetivo de esa otraproduccin (Gonzlez Rey, 1991).

    La motivacin humana es central en la idea desubjetividad. Los sentidos subjetivos son unidadesmotivacionales, estn en la base de las emocionesque alimentan toda prctica y proceso humano.La motivacin es una compleja red de elementos,irreducible a un contenido concreto; sin embargo,el concepto de motivacin fue vctima, as comoel de cognicin y de otros procesos psquicos, delreduccionismo elementalista sufrido por la psico-loga; la motivacin no es, ni puede ser, un ele-mento o una tendencia concreta, la motivacin

    es la expresin de un sistema, la subjetividad, enla conguracin subjetiva de todo acto humano.Todo acto evoca y produce una conguracin desentidos subjetivos que es su base dinmica y quese expresa de diferentes formas en la propia pro-cesualidad del acto.

    La subjetividad en esta propuesta integra la pro-cesualidad de la accin, es inseparable de ella.Las conguraciones subjetivas no representanun a priori que determina la accin; ellas son

    parte del sentido subjetivo que una accin tie-ne desde su propio comienzo; sin embargo, ellasno dirigen los sentidos subjetivos que se vandesarrollando en la accin: ellas son un momen-to inseparable en la produccin de esos sentidossubjetivos.

    Como muy bien ha destacado Mitjans (2007), aquien debo esa precisin, los sentidos subjetivosexisten en la procesualidad de las acciones y re-laciones. En ocasiones, en la propia evolucin deestos conceptos, las deniciones de sentido sub-

    jetivo y conguracin subjetiva se han confundi-do, mezclado; una conguracin subjetiva es unaorganizacin relativamente estable de sentidossubjetivos relacionados con un evento, actividado produccin social determinados. Ella es parteinseparable de los sentidos subjetivos que apa-recen en el proceso de accin y de las relacionesque ocurren en cualquier espacio de la vida, y po-

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    demos acceder a esas conguraciones subjetivasslo a travs de los sentidos subjetivos diferen-ciados que se generan en la accin, los que estnsiempre referidos a las conguraciones subjetivasimplicadas en la accin y que especican al suje-to de esa accin.

    Los sentidos subjetivos, a diferencia de las catego-ras asociadas a los referentes estticos universalesque por mucho tiempo fueron hegemnicas en lapsicologa, tienen las siguientes caractersticas:

    No son operacionalizables, no pueden ser tra-ducidos en elementos concretos estandariza-dos, pues ellos son de naturaleza simblico-emocional y estn en proceso permanente;ellos toman formas diferentes en el compor-tamiento y slo pueden ser construidos por

    las interpretaciones del investigador. Los sen-tidos subjetivos no se pueden denir a priori,para desde esa denicin orientar un anlisissobre un material; ellos nacen en el propioproceso de anlisis y construccin de un ma-terial emprico. Esto ha estado en la base denuestro nfasis en el carcter constructivo-interpretativo del conocimiento.

    No existen conjuntos de sentidos subjetivoslistos para ser conocidos. Sentido subjetivode realizacin, de prestigio social no existen,

    reconocerlos de esa forma sera importar lalgica extensiva, esttica, y fragmentada dela psicologa, a esta nueva denicin; autoes-tima, realizacin, inters, etc., son manifes-taciones simblico-emocionales particulares,que se expresan en una multiplicidad de sen-tidos subjetivos diferentes. Un sentido subje-tivo siempre integra diversas fuentes emocio-nales y sus desdoblamientos simblicos.

    En las diferentes actividades humanas coexis-ten sentidos subjetivos que expresan emo-ciones y procesos simblicos contradictorios.

    Los sentidos subjetivos no se regulan ni porla intencin, ni por la razn, son verdaderasproducciones, subjetivas. Ellos se conguranen el curso de la vida de la persona.

    La categora de sentido subjetivo rompe conla visin determinista de la psique, pues lossentidos subjetivos son producciones genera-das a partir de las conguraciones subjetivas

    implicadas en la accin, ellos no aparecen deforma directa por el carcter de una expe-riencia vivida. Las conguraciones subjeti-vas no excluyen al hombre como sujeto de laaccin, pero son parte de las vivencias queaparecen en esa accin, lo que, de hecho, las

    coloca ms all de cualquier control intencio-nal del sujeto.

    La relacin de los sentidos subjetivos con larealidad en que la persona vive no es lineal,ni inmediata. Los sentidos subjetivos son elresultado de efectos colaterales de la vida so-cial, en cuya emergencia las conguracionessubjetivas actuales del sujeto y de sus dife-rentes espacios sociales de accin, represen-tan el escenario de organizacin subjetiva deesos efectos. Los efectos colaterales son ar-tefactos de relacin, no inuencias externas

    concretas. De esta forma, los sentidos subje-tivos y sus conguraciones nos informan demanera indirecta y poco ordenada sobre losdiferentes mbitos sociales de la persona.

    Implicaciones epistemolgicas del

    reconocimiento ontolgico de los

    sentidos subjetivos y sus congu-

    raciones para la psicologa

    El estudio de los sentidos subjetivos y sus con-guraciones se inscribe en una idea de cienciaorientada a la produccin de modelos tericos,la que tiene diferencias esenciales con una cien-cia inductivo-deductiva de carcter emprico. Laciencia que se apoya en modelos tericos no aspi-ra a demostraciones empricas sino a la creacinde opciones de inteligibilidad sobre el problemaque estudia. Lo emprico no representa la va porla cual se llega a un postulado conceptual; el mo-delo es la va que permite el acceso a lo emprico.La mecnica cuntica inaugur una ciencia apo-

    yada en modelos tericos y, aunque no explotese concepto tericamente, represent la prime-ra ciencia en ponerlo en prctica. As: la idea demodelo aparece de forma ntida en la siguientearmacin de Heisenberg (1995):

    objeto de conocimiento cientco jamses conocido directamente de la observacin,

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    Fernando Gonzlez Rey

    esto es, de la experimentacin, pero s porla construccin terica (o postulado axiomti-co), especulativamente propuesta, y evaluadaindirecta y experimentalmente por las conse-cuencias que son deducidas de aquella cons-truccin (pp. 12).

    Ese nfasis en que el conocimiento no es una ex-presin directa de la realidad, paradjicamente, noentr en el imaginario de las ciencias sociales hastamuy tarde. Bourdieu, Chamboredon & Passeron seaproximan a la idea de modelo cuando escriben:

    un sistema de hiptesis contiene su valorepistemolgico en la coherencia que consti-tuye su plena vulnerabilidad; por una parteun solo hecho puede cuestionarlo integral-mente, y, por la otra, construido a costa de

    una ruptura con las apariencias fenomenales,no puede recibir la conrmacin inmediata yfcil que proporcionaran los hechos, tomadosen su valor supercial o los documentos enforma literal (1975, p. 92).

    En nuestra denicin sobre la Epistemologa Cua-litativa (Gonzlez Rey, 1996), ya haba armadoel carcter constructivo de la produccin del co-nocimiento. Introduje ese trmino para explici-tar las caractersticas del tipo de investigacin

    cualitativa que me propona desarrollar, la queera esencialmente diferente de los abordajes queenfatizaban el carcter descriptivo e inductivo deese tipo de investigacin (Glasser & Strauss, 1967;Bogdan & Taylor, 1975, Lincoln & Guba, 1985, en-tre otros).

    La Epistemologa cualitativa que se apoya en ladenicin del carcter constructivo-interpreta-tivo del conocimiento, deende entre otros desus principios epistemolgicos esenciales la sig-nicacin de lo singular en la produccin del co-

    nocimiento cientco y el carcter dialgico de lainvestigacin psicolgica. El valor del uso del casosingular est estrechamente asociado a la idea demodelo, a pesar de que al denir la EpistemologaCualitativa, todava no haba desarrollado esa idea.

    El valor de lo singular est dado por la informacinrelevante que su estudio aporta al modelo en de-

    sarrollo en el proceso de investigacin; slo dentrode ese modelo las informaciones singulares van aadquirir un sentido. Un modelo est representandopor un conjunto de ideas e hiptesis relacionadasentre s, que apoyadas en un marco terico, repre-sentan una fuente de inteligibilidad en que conver-

    gen las informaciones resultantes de los diferentesinstrumentos y situaciones de la investigacin conlas ideas del investigador, que avanzan como hip-tesis en proceso en ese modelo.

    El modelo terico es una herramienta de accesoa sistemas complejos y diferentes de informacinque, gracias al modelo, permiten el desarrollo denuevos indicadores sobre la informacin empricaque adquieren signicado slo dentro del modeloen cuestin. El modelo representa una construc-cin terica con capacidad de desarrollo en el

    momento emprico y que se expresa en el desa-rrollo progresivo de hiptesis y construcciones delinvestigador.

    As, por ejemplo, en el estudio de una personaque siente depresin, y que se atribuye por ellaal exceso de carga de trabajo, un investigadororientado por nuestro marco terico sobre lasubjetividad, de entrada, desecha que esa sea larazn de la depresin, simplemente porque todoestado psicolgico o comportamiento, desde esta

    perspectiva, tiene en su base una conguracinde sentidos subjetivos, irreducible a un elementonico. Cuando el estudio de caso sobre esa per-sona avanza, comienzan a aparecer indicadoresque apuntan a posibles sentidos subjetivos quepodran estar implicados en esa depresin.

    As, en este ejemplo, la persona estudiada expre-sa lo siguiente en el completamiento de frases:

    -Mi esposo es muy inmaduro y gasta dinero

    sin control.-Con mi experiencia actual creo que nuncame habra casado.-Mis momentos ms felices: cuando conversocon mi hijo y puedo compartir mi tiempo deforma descontraida con l.-Me preocupa la seguridad econmica de lafamilia en el futuro.

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    -Quisiera que mi esposo volviera a encontrartrabajo.

    Las informaciones anteriores obtenidas del com-pletamiento de frases, permiten abrir una hipte-sis importante sobre la cual la persona no habl,

    y sobre la cual comenzara el desarrollo de unmodelo terico orientado al conocimiento de laconguracin subjetiva que aparece en esa de-presin. Ese modelo no agota la conguracinsubjetiva de la depresin, pero abre un caminode investigacin que ser legtima en tanto per-mita inteligibilidad sobre nuevas informacionesprovenientes del sujeto. Es sobre la base de esainteligibilidad que se mantendr la viabilidad delmodelo en el curso de la investigacin.

    Las frases anteriores permiten abrir la hiptesis

    de que sus relaciones con el marido representanun conicto, cuyas expresiones y efectos indirec-tos podran estar asociados al referido estado de-presivo. Esa hiptesis se apoya en los siguientesaspectos del completamiento de frases:

    Al marido lo identica como inmaduro y gastadorlo que, unido a la preocupacin por la situacineconmica futura de la familia, representa unacombinacin que permite suponer, de forma in-directa, rechazo por su marido, idea que gana

    fuerza cuando, de forma explcita, arma que,con su experiencia actual no se hubiera casadonunca. Por otra parte, el hecho de mencionar susalegras y momentos positivos slo en relacin asu hijo, representa otro indicador que rearmael valor heurstico de la hiptesis formulada so-bre el conicto o rechazo al marido. El desarro-llo de esa hiptesis, y su integracin con otrasideas y reexiones producidas en el anlisis delmaterial representan el curso del modelo tericoque, en este caso, est orientado a la denicinde la conguracin subjetiva de la depresin. Sea

    este estudio un momento de una investigacin,o un caso de diagnstico, el modelo creado paraacompaarlo podra conducir al desarrollo de otromodelo ms complejo, iniciando el camino msambicioso de estudiar el desarrollo de las con-guraciones subjetivas de la depresin, lo que re-presentara una lnea de investigacin.

    Esta perspectiva de investigacin cualitativa, ilus-trada en mltiples de mis investigaciones, y deotras desarrolladas por colegas de nuestro grupode trabajo, implica la participacin activa y per-manente del investigador en el desarrollo de unmodelo terico que va a crecer slo a partir de

    sus construcciones tericas sobre los indicadoresque fundamentan la viabilidad de aquellas en elmomento emprico. Debo recordar que viabilidadno es demostracin, sino el desarrollo de nuevasconstrucciones que rearman las anteriores o lascontradicen, pero conservando el mismo corpusterico en desarrollo. El proceso de investigacindesde esta perspectiva constructivo-interpreta-tiva, se apoya en el desarrollo hipottico de unmodelo terico que no se alimenta de armacio-nes absolutas apoyadas en los resultados, sino enla convergencia de mltiples resultados empricos

    con los ncleos de signicacin desarrollados enel curso del modelo.

    Desde esta perspectiva el dato no existe fuerade un sistema de ideas o de una representacinterica; ningn elemento emprico representa unsignicado fuera de un sistema de signicados,por lo cual, los aspectos cuantitativos asociadosa mediciones o correlaciones estadsticas no re-presentan recursos conclusivos, sino momentosde un proceso de signicacin. El nmero deja

    de representar un resultado, siendo slo un nuevomomento de signicacin dentro de un procesoque slo se dene como sistema, y no por resulta-dos aislados tomados en relacin.

    Esta forma de trabajar la construccin de la in-formacin permite visualizar conceptos tericosque, como los sentidos subjetivos, no tiene unaexpresin ja, ni pueden ser captados directa-mente de las manifestaciones concretas de laspersonas. Uno de los mayores desafos del estu-dio de la subjetividad en esta perspectiva, es que

    entre las representaciones conscientes suscepti-bles de expresin verbal intencional por la per-sona y las conguraciones subjetivas que estnen la base de los estados y conictos referidos enesas representaciones, no existe ninguna relacindirecta, por lo que las hiptesis sobre esas con-guraciones slo pueden ser desarrolladas por va

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    indirecta a partir de hiptesis sobre sistemas deinformacin abiertos asociados a las ms diver-sas expresiones de las personas. Es a partir deaqu que den el instrumento de pesquisa comotodo aquel recurso o actividad desplegada por elinvestigador que facilita la expresin emocional-

    mente comprometida de la persona (GonzlezRey, 1996).

    Esta forma de investigacin representa unaaproximacin metodolgica nueva, apoyada enprincipios epistemolgicos diferentes a los quetradicionalmente han hegemonizado las formastradicionales de investigacin cualitativa.

    La psicologa est hoy en un momento importantede redeniciones y de desarrollo de nuevas al-ternativas terico-epistemolgicas, que tendrn

    importantes repercusiones para el desarrollo dela metodologa de investigacin. Sin embargo,es importante enfatizar que las metodologas noson procedimientos en abstracto, sino procesosque guardan una estrecha relacin con aquellasdeniciones tericas que las sustentan, repre-sentando las vas de produccin y signicacinde informacin emprica susceptible de apoyar yextender el curso de esas deniciones tericas enel campo de la investigacin psicolgica. De ahel nfasis que en este artculo he puesto frente a

    los aspectos ontolgicos y epistemolgicos en lainvestigacin psicolgica.

    Algunas reexiones nales

    El desarrollo de la psicologa se ha visto afectado,quizs como el de ninguna otra ciencia social, porla base epistemolgica emprica de sus investiga-ciones que, durante gran parte del siglo pasado,hegemoniz la idea de investigacin cientca.Muchos problemas importantes para el desarrollode la psicologa fueron ignorados por ese tipo de

    investigacin dominante. Ese cuadro, muy bienanalizado en la obra de autores como Koch. S.(1981) y Danziger, K. (1990) en la psicologa, lleva un culto al mtodo cientco que inuy muchoen la ausencia de discusin sobre las cuestionesontolgicas y epistemolgicas de la psicologa. Elpurismo cienticista de la psicologa tambin in-

    uy en su separacin de la losofa y de otrasciencias sociales.

    El psicoanlisis, a pesar de representar una al-ternativa epistemolgica diferente, no consiguiexplicitar de forma terica consistente los princi-

    pios nuevos que apoyaron su produccin de cono-cimiento en la prctica clnica, lo que le impididefender esa prctica en lo que ella representabacomo opcin epistemolgica diferente. Como hedefendido en el presente artculo, la ausencia deconciencia epistemolgica en el psicoanlisis nole permiti el perfeccionamiento de los recursospara producir conocimiento a partir de lo empri-co y legitimarlo en una perspectiva interpretativade carcter hermenutico.

    La ausencia de un referente terico en la psicolo-

    ga acadmica, capaz de expresar las complejida-des del hombre en las condiciones de su existen-cia social y de abordar los aspectos subjetivos delas acciones humanas en diferentes campos, llevsobre todo a la sociologa y a la antropologa, atomar al psicoanlisis como referencia para lascuestiones subjetivas.

    La subjetividad slo puede ser comprendida poruna teora que considere su gnesis social y cul-tural; esa relacin aparece por primera vez con

    la psicologa sovitica, que crea las condicionespara el desarrollo del tema desde una perspectivacompletamente diferente. A pesar de los avancesque autores como Vygotsky y Rubinstein conquis-taron en esa direccin, en general, ni ellos, ni lasorientaciones principales de aquella psicologa,consiguieron defender el tema de la subjetividaden su especicidad ontolgica y epistemolgica.

    Este trabajo cierra con la posicin que he venidodefendiendo sobre la subjetividad en una pers-pectiva histrico-cultural, la cual, debido a su

    carcter complejo y a su desconocimiento en lahistoria de la psicologa, genera un conjunto dedemandas epistemolgicas y metodolgicas queme llevaron a poner un nfasis en el carcterconstructivo-interpretativo de la ciencia, repre-sentado por la idea de modelo terico y por laatribucin de un nuevo lugar para la teora en lainvestigacin psicolgica.

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    Epistemologa y Ontologa

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