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Escritos, 1935 - 1936 · 2021. 1. 1. · Escritos Tomo 7 1935 - 1936 volúmen 2 4 Observaciones al pasar1 8 de diciembre de 1935 Estimado amigo W: Con gran alegría recibí sus seæales

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  • Escritos1935 - 1936

    Tomo VIIvolumen 2

    León Trotsky

    8 diciembre 1935 - 13 julio 1936

  • Edición OriginalWritings (1935 - 36)Pathfinder Press, New York, 1977

    Traducción deDaniel Acosta

    CarátulaRodrigo Cortés

    © by Editorial Pluma Ltda.Bogotá, 1978Printed in ColombiaImpreso en Colombia

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    Observaciones al pasar1

    8 de diciembre de 1935

    Estimado amigo W:Con gran alegría recibí sus señales de vida después

    de un silencio tan prolongado. El hecho de que ustedsiga con la frente en alto y dispuesto a luchar despuésde todos los golpes y pruebas difíciles que debió sopor-tar no me sorprende, pero no obstante, me alegramucho saberlo en estos tiempos en que tantos se des-moralizan, se adaptan al reformismo, o se hacen a unlado escudados detrás de toda una gama de críticassuperizquierdistas.

    De los camaradas del PC o de la fracción zinovie-vista que se inclinan hacia nosotros, muchos son indi-viduos con talento político, aunque algunos desgracia-damente no encuentran el camino recto y las palabrasadecuadas con tanta facilidad. Tocamos este tema, almenos en parte, en el artículo Sobre aquellos que nocontrolan sus nervios, publicado en el último númerode Unser Wort. Gracias a la guerra y a la Revolución de

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    5Octubre, la dirección comunista europea (incluidos loszinovievistas) se vio arrojada hacia las masas. Luegose volvieron indolentes y se acostumbraron a dirigira las masas mediante frases cortas y pegadizas. Pensa-ban que su poder residía en sí mismos y en sus frases.En realidad, su poder derivaba de la confianza que lasmasas soliviantadas depositaban en la Revolución deOctubre y en la Comintern, a pesar de sus fórmulasfalsas. De ahí que muchos elementos de este sector separezcan al joven pródigo que, habiendo despilfarradosu herencia, busca la fórmula mágica que le permitavolver a llenar sus bolsillos. El trabajo preparatorio ypedagógico del pionero revolucionario no les atrae. Encambio, pasan sus vidas a la pesca, no sólo de nues-tros errores (que naturalmente son muchos), sino tam-bién de el error en virtud del cual las masas no acudena ellos de conjunto. Por los libros de historia saben queel bolchevismo pasó por períodos de ascenso y tam-bién de reflujo (1906-12, 1914-17), pero jamáscomprendieron el significado político de este hecho.De ahí sus vacilaciones constantes, su propensión aatribuir la misma importancia a las cuestiones secun-darias y a las esenciales de nuestro programa y a pres-tar oídos al chismorreo filisteo del SAP; en verdad, nosólo al chismorreo, sino también a sus críticas verda-deramente oportunistas.

    El ejemplo más reciente: Erde, el supuesto respon-sable de la ayuda internacional a los partidos interna-cionalistas, se distanció del SI con base en considera-ciones secundarias, aunque en la práctica eran impor-tantes. Mi impresión es que el SI no manejó el asuntoen forma correcta. Sin embargo (mejor dicho, por esomismo) consideré que su actitud de romper con el SI

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    6fue completamente errónea y en ese sentido le escribíuna carta. Su respuesta me llegó hace pocos días. Erdeplantea una serie de críticas a los bolcheviques-leninistas, mezclando lo importante con lo secundarioy sin formular una perspectiva general. Por otra parte,en todo el documento campea un tono hostil, no dirigi-do hacia mí, sino hacia nuestra organización interna-cional y algunos camaradas. En la carta encuentro dospasajes reveladores, uno respecto de las sanciones yel otro respecto del SAP.

    Erde dice: Dado que la clase obrera no hace nada,no puede hacer nada, y en su mayor parte no deseahacer nada, las medidas tomadas por la burguesía de-ben servir como base para una campaña. Cualquierposición negativa ayuda al fascismo.

    Con este fundamento Erde rechaza la posición denuestros camaradas italianos respecto de las sancio-nes. ¿Cuál es la posición del camarada Erde hacia losstalinistas y reformistas? Lo que el proletariado debehacer, dada su debilidad actual, es... buscar apoyo enla burguesía. En realidad el proletariado es débil por-que le permite a la burguesía hacer lo que quiere. Siesta pasividad respecto del propio gobierno imperialis-ta se eleva a nivel de principio, no sólo no fortalece alproletariado, sino que compromete el futuro de su van-guardia.

    Más abajo Erde agrega: ¿Cómo es posible que lasección holandesa tomara esa decisión estúpida de rom-per todo vínculo con los exiliados que son miembrosdel SAP? Estos camaradas del SAP son nuestros me-jores amigos.

    En mi opinión, la decisión de los holandeses no esestúpida, sino acertada. También el partido norteame-

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    7ricano resolvió, hace poco, romper todos los vínculosfraternales con el SAP y el IAG. En la actualidad, elSAP no es sino la agencia de los errores y ambigüeda-des de las direcciones y ex direcciones de las viejasorganizaciones para el ataque solapado, calumnioso yfilisteo a la Cuarta Internacional.

    Si Erde mantiene esas posiciones con respecto aambas cuestiones -que, por otra parte, están estre-chamente relacionadas (las sanciones y el SAP, es de-cir, el oportunismo de derecha)-, ¿qué sentido tieneperder el tiempo en discusiones acerca de los erroresprácticos del SI y de los errores reales o imaginariosde Unser Wort? Nos ubicamos en distintos lados de labarricada.

    No conozco la posición del camarada Harte respectode las sanciones y de nuestros mejores amigos, aun-que al principio marchaba con Erde. Difícilmente coin-cida ahora con él. Pero sus cartas me permiten deducirque él también está entre los impacientes, quieneshasta ayer dirigían a las masas y que todavía no sehan librado de este hábito que no tiene cabida en nues-tras filas. No sólo porque no tenemos grandes masaspara dirigir, sino también porque la pequeña masaque agrupamos a nuestro alrededor con éxito crecien-te no desea ser dirigida después de haber pasado porla experiencia de Zinoviev-Stalin. No cabe duda de quenuestros camaradas jóvenes necesitan buenos conse-jos. Por eso siempre he insistido de manera muy espe-cial en la necesidad de ganar a los mejores elementosde la vieja generación. Pero ahora algunos quierenremplazar la educación a largo plazo con el látigo delcapataz. Esto no sirve. Hasta los más jóvenes tienensentido de independencia, adquirido con gran sacrifi-

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    8cio. Esta sensación les permite resistir a las viejas or-ganizaciones con sus frentes únicos, frentes popularesy demás gestos grandilocuentes que tanto impresio-nan a los filisteos.

    Usted dice que un camarada cree que yo ya llegué ala conclusión de que la contrarrevolución ha triunfadopor completo en la Unión Soviética, pero me pareceinoportuno decirlo públicamente. Independientementede las intenciones, no puedo concebir un insulto ma-yor. Decir la verdad siempre ha sido nuestro principiocardinal; insinuar que yo tengo dos opiniones, una paramí (y para mis amigos más íntimos) y otra para elmundo exterior, es propasarse.

    Respecto de la analogía histórica del termidor, hacepoco tiempo hice una autocrítica pública2. No era másque una analogía, que siempre resulta unilateral e in-completa. Realmente no puedo agregar nada a lo quedije anteriormente con respecto a la esencia del pro-blema. En cuanto a la Unión Soviética y la guerra, elcamarada Braun le expresará cual es mi posición redu-cida a su mínima expresión. ¿Podemos colaborar concamaradas que no coinciden con nosotros en este pro-blema esencial? No se puede responder con un simplesí o no. El grupo francés de Treint sostiene que está deacuerdo con nosotros en todo, menos en lo del carác-ter social de la Unión Soviética, razón por la cual nofirmara la Carta Abierta. Sin embargo, si algún indi-viduo o grupo ingresa a la Cuarta Internacional mante-niendo sus diferencias en lo referente a la Unión So-viética, significa que se sienten muy seguros de sí mis-mos, o bien que subestiman la importancia de la cues-tión. En ambos casos sería un error cerrarles las puer-tas a esos camaradas. Debemos aceptarlos para seguir

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    9discutiendo con ellos con base en los acontecimientos.No creo que se pueda responder con mayor precisión.

    En relación con el frente único, creo que es difícilplantear el problema con claridad, debido a la tenden-cia a confundir muchísimo los términos del mismo. Elconcepto de frente único está estrechamente ligadoal conocido dicho: marchad separados, pero golpeadjuntos. El frente único es necesario si hemos de gol-pear juntos. Por consiguiente, no se trata de una insti-tución permanente, sino de un plan de batalla cir-cunstancial. En épocas de quietud, el frente únicosería la excepción. En un período revolucionario, el fren-te único puede extenderse e incluso asumir formasorganizativas (por ejemplo, la forma de soviets revolu-cionarios). Sea como fuere, en todos los casos se tratade estrechar filas para golpear; la premisa para ello esla existencia de organizaciones de masas.

    Tomemos como ejemplo el fenecido frente únicodel ILP y del PC británico. Era una alianza permanenteentre grupos de propaganda. Esto no es un frente úni-co, sino el reconocimiento franco de que uno de losgrupos (o quizás ambos) no tienen derecho a la exis-tencia política independiente. Marchan juntos antes dehaber reunido las fuerzas necesarias para golpear. Quientenga algo que decirle a la clase obrera, debe marcharsolo.

    No sé si estas observaciones hechas al pasar sonpertinentes para la discusión que usted menciona, y sisirven para aclararla. Usted puede juzgarlo mejor queyo. En todo caso, debemos ser pacientes con los gru-pos que se nos acercan, aunque lo hagan con injustifi-cados aires de superioridad. No debemos ceder un ápi-ce respecto de los principios, pero no debemos practi-

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    10car la política de prestigio. No debemos permitir quenos guíen los malos recuerdos, ni perder la cabeza.Creo que ésta debería ser la norma. Con la gente delSAP fuimos sumamente pacientes durante varios años.Si en este caso el reservarnos nuestras opiniones nosirvió más que para escarmiento, es culpa de ellos.Puesto que somos los más fuertes, debemos mostrarbuena voluntad con todos los grupos o individuos. Nosrespalda nuestra tradición y no tenemos dudas acercadel futuro.

    Cuide bien su salud, querido amigo, y no permitaque los infortunios de la vida lo desmoralicen.

    L. Trotsky

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    Acerca de la amalgama de la tarjetapostal3

    15 de diciembre de 1935

    Al Secretariado Internacional de la LCIEstimados camaradas:1. Informes provenientes de fuentes absolutamen-

    te dignas de confianza señalan que la GPU sigue desa-rrollando a nivel internacional la amalgama de la tarje-ta postal de Fred Zeller. Así, el Comité Central del PCnoruego ha recibido órdenes de Moscú de vigilar a T. ya sus amigos, porque están preparando -vean uste-des- un atentado terrorista contra (lógicamente) Stalin.Por otra parte, se responsabilizó de antemano al CC decualquier consecuencia desastrosa que provocara suposible negligencia. El propósito es claro. Moscú quiereque este infeliz CC le proporcione informes que permi-tan a la GPU reunir materiales para la provocación. ElCC quedó absolutamente estupefacto. Podemos supo-ner que la GPU envió instrucciones similares a todoslos CC de la llamada Internacional Comunista.

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    122. En una carta personal, Fred Zeller dio la misma

    explicación de la estúpida tarjeta postal que había dadoyo. Fue simplemente una broma entusiasta. Sólo unimbécil total creería que por medio de una tarjeta pos-tal amistosa y humorística (dentro del espíritu del Ba-rrio Latino), Fred Zeller trató de incitar a un joven sta-linista a penetrar en el Kremlin y asesinar a Stalin.

    Sin embargo, considero que la reacción de nuestroscamaradas y amigos ante los despreciables actos delos lacayos de la GPU (Duclos y compañía) esabsolutamente insuficiente. La evaluación de Zeller (elfracaso total de las calumnias stalinistas) es optimis-ta en exceso. Los recursos materiales de la GPU soninmensos. Y existe estupidez en abundancia. Debemosresponder vigorosa y, sobre todo, sistemáticamente.

    3. Es necesario crear un comité especial (imparcial)utilizando la información proporcionada por los yugos-lavos [Tarov y Ciliga]. ¿No podemos interesar a Souva-rine? Quizás también a Rosmer, e inclusive a Magde-leine Paz;4 (pero no a Raymond Molinier, quien tieneideas propias al respecto, tan confusas y utópicascomo siempre5. (En la práctica ya saboteó varias cam-pañas contra las amalgamas). Zeller podría apelar acada uno de ellos.

    El objeto del comité: desarrollar una campaña inter-nacional en favor de los presos políticos revoluciona-rios, empezando por Zinoviev y Kamenev, los dosyugoslavos, etcétera. Hace poco recibí un proyecto demanifiesto en favor de Zinoviev y Kamenev, pero sinexplicaciones. El texto me pareció inapropiado para susobjetivos (contenía una larga disgresión acerca dePlejanov, etcétera). Pero un llamado no es lo adecua-do. Se necesita un comité que desarrolle una campaña

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    13sistemática.

    4. Hago al comité la siguiente sugerencia: envié aRomain Rolland, por correo certificado, una copia demi respuesta a sus insinuaciones en lHumanité. ¿Larespondió? Por supuesto que no. Eso me permite acu-sarlo de difundir calumnias criminales contra Zinoviev,Kamenev y otros y llevarlo ante una comisión de ética.¿Es posible? Yo creo que sí. Tal vez se podría consultara Marcel Martinet, si no está demasiado enfermo. (Qui-zás también a Louzon)6. En todo caso, acusar pública-mente a Romain Rolland de calumniar a prisionerosindefensos me parece bastante efectivo.

    5. Volviendo al tema de la dichosa tarjeta postal.¿Es cierto que el destinatario era vigilado por la GPU(si es así, ¿por qué?) y que pudieron entrar a robarle lacarta mediante una llave maestra? (esa es la versiónque circula por aquí).

    6. En el artículo de Zeller (Respuesta a los calum-niadores publicado en Revolution, N° 17) aparece lafrase siguiente: Si LAvant-garde [periódico de la ju-ventud stalinista francesa] persiste en su campaña, meveré obligado a explayarme más sobre el problema.Nada debe quedar librado a la especulación. Es nece-sario insistir aunque LAvant-garde no lo haga: F. Zellertiene la obligación de revelar todo.

    7. Por mi parte, podría presentar al comité un do-cumento que resuma brevemente mi artículo referen-te al asunto Kirov (el papel de Stalin y de Iagoda en elasesinato de Kirov), y el desarrollo posterior de las amal-gamas.

    Llamo vuestra atención sobre el hecho de que por lomenos una semana antes de enterarme de esta tarjetapostal humorística escribí, a instancias de Fred Zeller,

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    14un artículo explicando las razones de la victoria deStalin. Publiqué el artículo -según mi costumbre inva-riable- con una fecha (12 de noviembre de 1935), enla última edición del Biulleten ruso, afirmando al finalque el stalinismo como sistema se derrumbará bajo lapresión del movimiento revolucionario internacional:No queremos ni esperamos otra venganza. Creo queRevolution debería publicar el artículo con una intro-ducción de los editores acerca de las circunstancias enque fue escrito7.

    8. Hay camaradas que creen que vale más repetirinterminablemente los mismos argumentos acerca dela milicia obrera, que molestarse por las amalgamasstalinistas. Es un error. No se avanzará hacia las mili-cias sin desacreditar al stalinismo, que hoy es el mejorayudante del fascismo. Los metalúrgicos dicen que elfósforo es la sífilis del hierro. Debemos comprender yproclamar que el stalinismo es la sífilis del movimientoobrero.

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    Solicitud de un mes de licencia8

    27 de diciembre de 1935

    Es absolutamente necesario que se me conceda unalicencia de por lo menos cuatro semanas y no se mehagan llegar las cartas de las secciones... En caso con-trario, me resultará imposible recuperar mi capacidadde trabajo. Estas nimiedades repugnantes no sólo meimpiden dedicarme a asuntos más importantes, sinoque me producen insomnio, fiebre, etcétera... Te pidoque te muestres absolutamente implacable. Quizáspueda estar nuevamente a tu disposición, digamos, parael primero de febrero.

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    Por una explicación lúcida9

    30 de diciembre de 1935

    Camarada Vereecken:Usted no respondió a mi última carta. Sin embargo,

    le formulé una pregunta concreta: ¿A qué grupos noentristas apoya usted? ¿Qué vínculos internacionalesmantiene? Tenemos derecho a preguntárselo: ustedconoce nuestros vínculos internacionales perfectamentebien, pero nosotros no conocemos los suyos. Por otraparte, usted mismo sugiere desarrollar un trabajo encomún.

    Por lo que puedo juzgar desde aquí, el capítulo POBde nuestra sección belga toca a su fin.10 Esperamossinceramente que nuestro grupo salga fortalecido. Des-de el comienzo de las expulsiones -que parecen inmi-nentes debido a la pérfida traición de Godefroid- sedebe plantear el problema del partido nuevo. Debemosprepararlo. Debemos preparar el terreno mediante unaexplicación lúcida. Ese fue el objeto de mi carta ante-rior. Espero su respuesta con el mayor interés11.

    Con mis mejores saludos,

    L. Trotsky

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    Acontecimientos en la URSS12

    31 de diciembre de 1935

    A todas las secciones y organizaciones simpatizan-tes de la LCI:

    Ultimamente los camaradas de distintos países sequejan de la falta de artículos generales acerca de laURSS. Tomaremos medidas enérgicas para remediar elproblema en el próximo período. El camarada Markin[León Sedov] ha recibido la tarea de crear un serviciode prensa especial para tratar estas cuestiones13. Yaha escrito un primer artículo sobre el movimiento sta-janovista. Este artículo se basa en documentos muyimportantes; opino que traza un cuadro absolutamen-te fiel del carácter y del papel de este movimiento, quelos stalinistas glorifican en forma absolutamente des-honesta y sin críticas. Quiero llamar la atención de to-dos los camaradas sobre este artículo14.

    Crux [Trotsky]

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    El carácter de clase del estadosoviético15

    1° de enero de 1936

    Estimados camaradasMe preguntáis si el sistema soviético imperante pue-

    de ceder ante un tercer tipo de sociedad, ni capi-talista ni socialista. Urbahns cree que éste es de hechoel capitalismo de estado, e identifica al sistema so-viético con el capitalismo fascista regimentado.16 Ol-vida una diferencia muy sutil: el fascismo encierra lasfuerzas productivas altamente desarrolladas dentro delos límites del estado nacional y frena su desarrolloposterior. El sistema soviético, incluso en su forma ac-tual, imparte a las fuerzas productivas un ritmo dedesarrollo jamás alcanzado anteriormente. Así, Urbahnsse muestra incapaz de diferenciar lo que es his-tóricamente progresivo de lo archirreaccionario.

    Veo que no compartís la formulación de Urbahns.Pero creéis que la burocracia soviética, al desarrollar-se, podría adaptar las formas de propiedad a sus pro-

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    19pios intereses, hasta el punto de convertirse en unanueva clase dominante. No especificáis cuales son esasnuevas formas de propiedad. Os limitáis a la afirma-ción general de que la evolución es fuente inagotablede formas y formaciones nuevas.

    En esta formulación general, me resulta tan difícil elaceptar o el rechazar la tercera posibilidad, porquese deben abstraer demasiados factores, principalmentelos que condicionan nuestra actividad revolucionaria.

    Ahora bien, las formas de propiedad son formas so-ciales por excelencia. Citáis ejemplos -tomados, porotra parte, de la época precapitalista- donde ciertasformas de propiedad no poseían gran importancia. Es-tos ejemplos sólo demuestran que es necesario di-ferenciar las formas de propiedad reales de las supues-tas, es decir, de las ficciones jurídicas (que tambiéncumplen una función real, pero en un plano más ele-vado). La burguesía ha reducido las formas de propie-dad a su expresión más descarnada. La revolución pro-letaria nacionalizó la propiedad capitalista. Surge lapregunta: ¿puede esta nacionalización degenerarsehasta convertirse en una ficción donde la verdaderapropiedad, bajo tal o cual forma, vuelva a la nuevaclase dominante que surja de la burocracia?

    La propiedad nacionalizada se mantiene o derrum-ba junto con la economía planificada. Por lo tanto, nose trata de una ficción, sino de una poderosa realidad.Sin embargo, la nacionalización significa que las fuer-zas productivas se organizan y dirigen no solamentede acuerdo con un plan, sino también en bien de losintereses generales. La burocracia perjudica al nuevosistema en ambos sentidos. Por un lado, reduce la efi-ciencia de la economía planificada; por el otro, consu-

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    20me una tajada enorme del excedente de producción.

    Si hablamos de un tercer sistema debemos de-terminar si se trata de los nuevos derechos adquiridospor la burocracia sobre una tajada cada vez mayor delingreso nacional -lo que equivale al derecho al parasi-tismo- o si se trata de la liquidación virtual de la eco-nomía planificada. Sólo la segunda hipótesis constitui-ría una nueva base social.

    Debemos comprender claramente que la aboliciónde la economía planificada y, con ello, de la nacionali-zación de las fuerzas productivas, provocará su inexo-rable y automática paralización y desintegración. Enese caso, ya no tendríamos un sistema progresivo, sinoun sistema en descomposición que desembocaría ine-vitablemente en el capitalismo fascista. Posiblementeun proceso tan rico en posibilidades generaría algo ori-ginal. Pero la esencia de la cuestión prácticamente nocambiaría.

    Supongamos que la economía planificada permanecefundamentalmente intacta, que las fuerzas productivassiguen en ascenso; en ese caso, según vuestra hipóte-sis, lo único que sucederá es que la burocracia lograráestabilizar, fortalecer y perpetuar su parasitismo jurí-dica, ideológica y políticamente (también reli-giosamente, ¿por qué no?). Esta perspectiva suponeque la gran masa de la población aceptará pasivamen-te el nuevo yugo, a pesar de la elevación del nivel eco-nómico y cultural, y que soportará todo sin oponer re-sistencia para siempre jamás. Pero eso no es probable,de ninguna manera. En cierta etapa, el progreso econó-mico brinda una gran fuente de poder a la burocracia.Pero el propio progreso actúa en contra de su autocra-cia y parasitismo.

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    21¿Qué perspectivas se nos abren? Probablemente, una

    nueva revolución. No será una revolución social, sinopolítica. La evolución de la burguesía también conocegrandes revoluciones, es decir, revoluciones socia-les, y revoluciones puramente políticas basadas en lapropiedad ya establecida. Sea como fuere, los pronós-ticos teóricos de Marx y Lenin no previeron la posibili-dad de revoluciones políticas sobre la base de la pro-piedad nacionalizada por el proletariado. Pero tampocoprevieron la degeneración bonapartista de la dictaduraproletaria. Ambas cosas pertenecen a esas etapas, for-mas transitorias, etcétera, que la historia produce contanta abundancia. Las leyes generales de la transicióndel capitalismo al socialismo, tal como las estableció elmarxismo, no pierden su fuerza en virtud de estos epi-sodios (episodios tan desagradables).

    Me apresuro a enviarles estas breves consideracionesacerca del interesante problema que me habéis plan-teado.

    Con mis más cálidos saludos,Suyo,

    L. Trotsky

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    Los comunistas extranjeros correnpeligro17

    2 de enero de 1936

    En la resolución del último plenario del Comité Cen-tral del PCUS (23 de diciembre de 1935) acerca de laverificación de los documentos partidarios, credenciales,etcétera, encontramos la extraña indicación de que,debido a la negligencia de los organismos partidariospertinentes, las agencias de espionaje extranjeras pue-dan infiltrar agentes en el Partido Comunista, disfraza-dos de exiliados políticos y comunistas extranjeros.

    Este parágrafo de la resolución nos exige la mayoratención y desconfianza. Desde luego que no se puedeexcluir que algunos espías se coloquen la máscara stali-nista y, dada la total burocratización de la vida partida-ria, lo hagan con todo éxito. Pero nos preguntamos porqué el Comité Central resolvió destacarlo en la resolu-ción. En general, los verdaderos problemas de espionajeno se tratan abiertamente. Bastaría un memorandumsecreto a los organismos partidarios. Pero el hecho de

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    23considerar necesario el anunciar públicamente en for-ma tan espectacular que existe infiltración de espíasextranjeros, demuestra que se trata de una maniobradestinada a resolver un problema completamente dis-tinto y mucho más profundo.

    En los últimos años, cientos de comunistas extran-jeros fueron atraídos a la Unión Soviética medianteengaños, y allí arrestados, confinados en campos deconcentración, o incomunicados, o deportados. Se eje-cutó a decenas de ellos. Se trató de vincular el asesi-nato de un grupo importante de militantes de la Oposi-ción extranjeros al asunto de Kirov. Ahora tratan decrear un pretexto más general y duradero para el exter-minio de extranjeros de espíritu crítico. Es muy proba-ble que los autores de la amalgama (en primer lugar lapareja Stalin-Iagoda) estén muy preocupados por lasrevelaciones del camarada yugoslavo Ciliga despuésde su liberación18. Tienen razón. Por eso tratan de dara los agentes extranjeros de la GPU (incluyendo a losseñores editores stalinistas) una fórmula prefabricadapara engañar a la opinión pública. Dado que no se pue-de involucrar al mundo entero en el asesinato de Kirov,se pueden arrojar sospechas sobre los demás, acusán-dolos de espías.

    No les servirá. Los obreros exigirán la creación de acomisión internacional imparcial para investigar losasesinatos, acusaciones y persecución de los comu-nistas extranjeros. Esta consigna adquiere ahora granimportancia para purificar al movimiento obrero delveneno de la amalgama stalinista.

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    Apuntes de un periodista19

    10 de enero de 1936

    Uruguay y La URSSUruguay acaba de romper relaciones diplomáticas

    con la URSS. Indudablemente, la medida obedece a lapresión de Brasil y de otros países latinoamericanos,posiblemente también de Estados Unidos, y constituyeuna especie de advertencia. En otras palabras, la rup-tura de relaciones diplomáticas es un acto de provoca-ción imperialista. No tiene otro significado. En lo queconcierne a la ayuda financiera de la Internacional Co-munista a los revolucionarios latinoamericanos, no senecesitan organismos diplomáticos: existen decenasde medios y métodos. No mencionaremos aquí que laintervención de la Comintern en los movimientos revo-lucionarios provocaba, y sigue provocando invaria-blemente, el naufragio de éstos; de manera que, enrealidad, los gobiernos burgueses no deberían quejar-se de los dirigentes de esa institución sino, por el contra-rio, imponerles la más alta condecoración: no la orden

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    25de Lenin, desde luego, sino, digamos, la orden deStalin.

    Pero aquí no nos interesa ese aspecto, sino la con-ducta de la prensa soviética. ¡Imposible imaginar unespectáculo más repugnante! En lugar de dirigir losdardos de su justificada indignación contra los anima-dores todopoderosos de la reacción uruguaya, la pren-sa soviética se dedica a hacer chistes insípidos y estúpi-dos a costa del pequeño territorio, la escasa poblacióny la debilidad de Uruguay. En los versos descarados ycien por ciento reaccionarios de Demian Bedni20 en-contramos retratada su incapacidad para encontrar alUruguay en el mapa sin ayuda de anteojos, y su re-cuerdo de las quejas impotentes del cónsul uruguayosobre la confiscación de su automóvil por los bolchevi-ques en la Revolución de Octubre. Nuestro poeta lau-reado adorna el discurso del cónsul con toda clase deacentos nacionales, en el espíritu de las bromas delas Centurias Negras publicadas en órganos oficialesdel zarismo como Novoie Vremia y Kievlianin (dichosea de paso, se rumorea que Demian Bedni inició sucarrera literaria en el Kievlianin).21 Es cierto que en lasjornadas de la Revolución de Octubre los obreros yGuardias Rojos confiscaron los automóviles de sus ex-celencias los diplomáticos; era menester desarmar alenemigo de clase, puesto que los diplomáticos erantodos partidarios de la contrarrevolución. Basta recor-dar que Kerenski huyó de Petrogrado protegido por labandera de Estados Unidos22. Pero después de la victo-ria, cuando se investigaron todas las quejas, los diplo-máticos de los países pequeños y débiles fueron trata-dos por el gobierno soviético con mayor deferencia yamistad que los de los grandes bandidos. En todo caso,

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    26en aquella época, quien se hubiera mofado de algúnacento nacional hubiera sido arrojado al estercoleromás cercano.

    Hoy las cosas han cambiado. Stalin y Litvinov hacencabriolas ante Mussolini y Laval. ¡En qué tono tan ab-yecto habló Moscú con Hitler cuando éste tomó el po-der! A cambio de eso, descargan todo su sublime es-plendor sobre la cabeza del pequeño, insignificante,imposible-de-encontrar-en-el-mapa Uruguay. ¡Cómosi se tratara aquí de la superficie y la población delpaís, y no de su política estatal! En esta clase de ni-miedades el espíritu reaccionario de la burocracia do-minante se expresa con mayor claridad, quizás, que ensu política general.

    Recordemos otro episodio. El día en que el ministroinglés Eden llegó a Moscú, el periódico partidario deMogilev publicó un artículo acerca de la hipocresía dela política inglesa23. Pravda se indignó: ¿Puede conce-birse una muestra mayor de imbecilidad política? Es-cribir sobre la hipocresía de la diplomacia inglesa es...hacer gala de imbecilidad; pero es absolutamente líci-to escribir pornografía oscurantista y chovinista sobreel pueblo uruguayo: sí, el pueblo, porque -sépanlo lossicofantes de Pravda- el lenguaje, el territorio y la po-blación de un país tienen que ver con el pueblo, no conel gobierno.

    Posdata: Como si todo esto fuera poco, en su infor-me al Comité Central Molotov mencionó la vergonzosaobra de Demian Bedni como la posición oficial del go-bierno respecto de la ruptura de relaciones diplomáti-cas con Uruguay. Así se coloca el sello oficial del go-bierno soviético sobre la pornografía chovinista. Caerasí es caer del todo.

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    27Torgler y Maria Reese24

    En diciembre de 1935 la prensa de la Cominternanunció que Torgler había sido expulsado del partido[comunista alemán] por su conducta indigna en el juicio[del incendio del Reichstag]. Es evidente que laComintern, como muchos organismos enfermos, ado-lece de una extrema lentitud de reflejos. Ya han trans-currido dos años desde el juicio Dimitrov-Torgler. Enese lapso la Comintern expulsó a miles de comunistasque cuestionaron las bondades del viraje social-patrio-ta, o las credenciales marxistas del Frente Popular.En el caso de Torgler se tomaron su tiempo: evidente-mente, se abrigaban esperanzas de que este pequeño-burgués cobarde pudiera resultar útil. Transformaron aDimitrov en un semidios y se olvidaron comedidamentede Torgler. Una auténtica organización revolucionariase hubiera referido brevemente a la conducta valientede Dimitrov como algo que se da por sentado y hubieraexpulsado a Torgler inmediatamente. Sin embargo, hacetiempo ya que la Comintern perdió sus reflejos revolu-cionarios normales...

    En realidad no expulsaron a Torgler por su conductaen el juicio, hecho ya casi olvidado, sino porque sepasó en cuerpo y alma al nazismo. Según el despachode Pravda, Torgler no sólo fue liberado del campo deconcentración, sino que está preparando algún librojunto con Maria Reese. Si es así, entonces no queda lamenor duda, porque hace tiempo ya que Maria Reesese vendió al Ministerio de Propaganda nazi.

    El Pravda (27 de diciembre de 1935) de Moscú su-braya que Reese pasó de Trotsky a Hitler. Por una vezen mil años aparece una noticia con una pizca de ver-dad: Maria Reese, quien cumplió una función impor-

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    28tante en el partido stalinista antes de venderse aGoebbels, trató de infiltrarse en la organización de losbolcheviques-leninistas25. Sin embargo, no tardamosen percatamos de que este individuo pertenece al tipo,actualmente dominante en el aparato de la Comintern,de los que consideran al movimiento obrero una fuen-te de prestigio e ingresos. Precisamente por eso nopudo permanecer en nuestras filas; no por años, comoentre los stalinistas, ni siquiera por un par de meses,en realidad sólo un par de semanas.

    ¿Y Torgler? Este no era ningún infiltrado: ¡era el pre-sidente del bloque parlamentario del PC! Y sea comofuere, pasó directamente de Stalin a Hitler, sin tantearantes el ambiente de los bolcheviques-leninistas. Pravdaguarda silencio en torno a esta aventura. Sin embar-go, las filas de la burocracia stalinista de todos los paí-ses están repletas de Torglers y Reeses dispuestos aaceptar cualquier viraje... siempre que se cumplan doscondiciones: primero, que sus pellejos no corran peli-gro; segundo, que se les pague con alguna monedaestable. Es lo único que les importa. No resulta difícilvaticinar que en los aciagos acontecimientos que seavecinan en Europa, el aparato de la Comintern seráun semillero de renegados.

    ¿Cultura socialista?En la conferencia de los stajanovistas en el Kremlin,

    un tal Diakonov, director de la fábrica de automóvilesde Gorki, mencionó cautelosa y discretamente la posi-bilidad de completar el plan quinquenal en cuatro años.Orjonikije lo interrumpía cada vez que intentaba ha-blar, haciéndole no sólo preguntas, sino también chis-tes y bromas de dudoso gusto26. No nos resulta difícil

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    29imaginarnos la posición en que se encontró el modestoorador ante las majestuosas bromas en el lujoso audi-torio del palacio del Kremlin. Diakonov llegó a decir,Camarada Sergo, quiero responder a sus preguntas,pero usted no me da tiempo. Sin embargo, Orjonikijeno se arredró. Según la crónica periodística, interrum-pió el brevísimo informe de Diakonov en no menos decatorce ocasiones; además de eso, al dirigirse al direc-tor de la fábrica, es decir, un subordinado suyo, utilizóconstantemente las fórmulas del tuteo27. ¿Acaso sonviejos compinches? No. Cuando Diakonov se dirige asu superior, emplea siempre un tono respetuoso, no lotrata de tú, sino de usted...

    En la conferencia se habló mucho sobre la actitudcultural hacia los trabajadores y el pueblo. Pero Orjo-nikije -y no sólo él- se comportó a la manera del au-téntico patrón feudal ruso de los buenos tiempos, quese dirige alegremente a sus subordinados en el tonofamiliar de ¡oye, tú! ¡No resulta difícil imaginar cómohubiera reaccionado Lenin ante semejantes modalesde gran señor! El descaro y la vulgaridad le resultabanorgánicamente intolerables, sobre todo en relación conun camarada joven subordinado, que se desconciertafácilmente cuando toma la palabra.

    Digamos de paso que Orjonikije se dignó a mofarsede Diakonov en forma muy benigna; pero por su tonoindicó claramente que nada le hubiera costado compor-tarse de otra manera. No podemos dejar de recordarun incidente de 1923, cuando Orjonikije, en su carác-ter de primer dignatario del distrito de Transcaucasia,abofeteó a un camarada joven que osó contradecirlo.En su lecho de enfermo, Lenin reunió todos los mate-riales relativos a este hecho repugnante, y propuso al

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    30Comité Central que relevara a Orjonikije de todas susresponsabilidades y lo separara del partido durante dosaños. Fue justamente esta propuesta la que selló laalianza de Orjonikije con Stalin. Pero hoy, en la luchapor la cultura socialista, Orjonikije no tiene por quéreprimirse...

    Debe agregarse que Kaganovich hace todo lo posi-ble por no permitir que Orjonikije lo supere en esteterreno. No es por nada que ambos ostentan el títulode... amados comisarios del pueblo. Kaganovich sedirigió a los maquinistas ferroviarios que hablaron enla conferencia en tono familiar, a la manera de un ge-neral de los buenos tiempos dirigiéndose a su ayudan-te de campo. Si hay alguna diferencia entre ambos, esque Kaganovich resulta un poco más repugnante queOrjonikije.

    Y Pravda, el órgano central del Partido Comunista(!?!), reproduce estos ejemplos de vulgaridad señorialpara enseñanza y ejemplo de todos.

    BizantinismoEn la conferencia stajanovista celebrada el 17 de

    noviembre en el Kremlin, Voroshilov se refirió a lospilotos que dominan por completo, en forma auténti-ca, en forma stalinista, la técnica de la aviación (Pravda,20 de noviembre de 1935)28. Así nos enteramos queStalin, el perfecto, domina la técnica de la aviación.

    El mencionado Voroshilov agregó más abajo: Stalin,quien ha estudiado el problema del armamento militaren todos sus alcances... ha dicho más de una vez quelos tanques, aviones, cañones, no son jabón, no sonfósforos, no son tortas, sino medios para la defensa,por eso tened la bondad de realizar vuestro trabajo

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    31como corresponde, Así aprendemos que es lícito reali-zar el trabajo de fabricar fósforos y jabón, no comocorresponde, sino de cualquier manera. ¡Esto es lo quese conoce con el nombre de exceso de celo!

    Comprendemos que Stalin se ocupe en estudiarexhaustivamente el problema del armamento militar.Pero tomemos, por ejemplo, a Mikoian29. Profundizandomás las conclusiones de Voroshilov, en la misma con-ferencia, Mikoian relató la siguiente anécdota revela-dora: las fábricas soviéticas producen golosinas, aguade colonia, salchichones excelentes, etcétera, para laexportación, mientras que los mismos productos parael mercado de consumo interno son de pésima calidad(ya sabemos por boca de Voroshilov que esto es abso-lutamente lícito en relación con los fósforos, el jabón ylas tortas). Diríase que Stalin le dio un consejo aMikoian: engañe a los obreros diciéndoles que los pro-ductos son para la exportación y luego colóquelos en elmercado interno. No sabemos qué es lo que más nosmaravilla en la anécdota del dignatario: el despreciopor el consumidor soviético, la astucia de Stalin, o elexceso de celo de Mikoian.

    Pero el mencionado Mikoian no se detuvo allí. Re-sulta que cuando Mikoian promulgó la orden de pro-ducir jabones de la mejor calidad, Stalin, todavía insa-tisfecho, ordenó a su vez (¡a Mikoian!) que llevasemuestras de jabón de tocador a una sesión del BuróPolítico. Como resultado de ello, cuenta el fiel Mikoian,el Comité Central votó una resolución especial... acer-ca de las variedades y fórmulas de jabón. Con lo cualnos enteramos que Stalin, además de aviador, es unavezado saponificador.

    Este fue el espíritu, con mayor o menor dosis de

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    32mikoianismo, de todos los discursos de la conferencia.Toda la atmósfera está impregnada de un bizantinismointolerable. No, caballeros: ¡el país no puede respiraresa atmósfera, no lo hará por mucho tiempo!...

    Una observación casualEn su informe ante el CEC sobre el movimiento

    stajanovista, Sarkisov, secretario de la cuenca del Don,incluyó dos golpes maestros. Dijo que los propios staja-novistas deben escribir en los periódicos acerca delstajanovismo: resulta más claro y sencillo, y el obreroque lee se entera de que ese hombre realmente exis-te.

    Molotov: Exacto.Estas palabras casuales revelan una verdad aplas-

    tante: no existe un lector que crea en lo que dice laprensa oficial; a los obreros no les cabe la menor dudade que los burócratas fabrican, no sólo las estadísticasmíticas, sino también los individuos. Se necesitan mé-todos especiales para inducir a los obreros a creer queese hombre realmente existe. Agreguemos que esa esla tarea de los solemnes congresos de stajanovistas enel Kremlin, la publicación de fotografías, etcétera.

    El mismo Sarkisov, en relación con el aumento de laproductividad en las minas de carbón, presentó el si-guiente ejemplo: Un solo operario puede cuidar doscaballos. Lo cual, agregó, no sólo permite elevar laproductividad del trabajo, sino, por añadidura, que loscaballos descansen. El operario no tiene por qué des-cansar: el sudoroso caballo lo hace por él.

    ¿Y quiénes son los jueces?Dimitri Sverchkov participó como menchevique en

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    33el Soviet de Petrogrado de 1905. Como mencheviquede derecha, fue correo de Avksentiev, ministro del in-terior bajo Kerenski. Durante la Revolución de Octubrese refugió en Kuban, ocupada por los blancos, y echódenuestos contra los bolcheviques a través de la pren-sa local. Cuando el Ejército Rojo se adueñó del Cáucaso,Sverchkov se unió tranquilamente a los bolcheviques.En 1922 escribió el libro En el alba de la revolución,donde reconstruye el período del soviet de 1905 sobrela base de sus recuerdos personales. Este librito chis-peante fue reeditado en varias ocasiones. Pero, dadoque se trata de una crónica de hechos, no de las ficcio-nes promulgadas últimamente, el libro ya no sirve. ElPravda del 12 de diciembre de 1935 publica una críticadescabellada, donde sostiene que este viejo libro su-puestamente glorifica a Trotsky. Mientras tanto, eltal Dimitri Sverchkov hizo carrera: hoy es miembro dela Corte Suprema de la URSS. El infeliz autor envióinmediatamente una carta a Pravda donde reconoceque la crítica es justa. ¡Naturalmente! En 1922 lamemoria de Sverchkov estaba afectada por sus terri-bles experiencias personales, pero en 1935 recuperótotalmente el uso de sus facultades. ¡En un artículoperiodístico escrito en ocasión del aniversario del pri-mer soviet, Sverchkov publica recuerdos exactamenteopuestos a los que publicó en un libro trece años atrás!

    Este es el material con el que se hacen los exce-lentísimos jueces. Posiblemente algunos apareceránalgún día en el banquillo de los acusados... para res-ponder a la acusación de servilismo, perjurio y otrasmanifestaciones de la bajeza humana...

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    Acerca de la sección soviética de laCuarta Internacional30

    11 de enero de 1936

    Se está arreglando una nueva purga en el autoti-tulado Partido Comunista de la Unión Soviética. Estavez lleva el modesto rótulo de control de credencialespartidarias. La diferencia entre esta purga y las an-teriores es que el propio partido no participa siquieraformalmente: no hay reuniones generales, confesio-nes personales, denuncias publicas, ni testimoniosconfirmatorios. La maquinaria de control funciona enla trastienda, porque, vean ustedes, sólo se trata delas credenciales. En realidad, como resultado de estamodesta investigación técnica, ya se ha expulsadoaproximadamente al diez por ciento del partido. Toda-vía no se ha completado el control de los aspirantes.Pero ya hay mucho más de 200.000 expulsados de lasfilas del partido. Recordemos al pasar que esta cifraera la casi totalidad de los miembros del Partido Bol-chevique en la época en que condujo al proletariado a

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    35la conquista del poder.

    El Pravda del 2 de enero clasifica las cifras de expul-sados según las siguientes categorías principales:

    Desde los trotskistas, zinovievistas, oportunistas,falsarios, elementos extraños, tramposos y aventure-ros, hasta espías de agencias extranjeras. Se obser-vará que la lista repite la fórmula general de las amal-gamas termidorianas. Que nadie sea tan ingenuo comopara indignarse por la mezcolanza de trotskistas contramposos y espías. Todo régimen enfrentado al pue-blo persigue, por un lado a los revolucionarios y por elotro a los criminales. Desde tiempos inmemorialesambas categorías compartieron las cárceles del zar,como hoy comparten las cárceles de la burguesía delmundo entero. En su momento, Kerenski juró una yotra vez que los bolcheviques eran cómplices de lasCenturias Negras y del espionaje alemán. Stalin semantiene fiel a la tradición. En lugar de indignarnosexaminemos la amalgama estadística más de cerca.

    Lo primero que nos llama poderosamente la aten-ción es que entre más de 200.000 expulsados, lostrotskistas ocupen oficialmente el primer lugar. ¿Sig-nifica que constituyen un gran grupo desde el punto devista numérico? ¿O que la burocracia, tras liquidar losrestos y remanentes del trotskismo en no menos dediez ocasiones signe considerándolos su enemigo máspeligroso? La respuesta a ambas preguntas es sí. En-seguida demostraremos, basándonos en las estadísti-cas oficiales, que los bolcheviques-leninistas expulsa-dos en la última purga (últimos meses de 1935), su-man no menos de diez mil, en realidad muchos más.La brutalidad de la represión demuestra con creceshasta qué punto la burocracia teme a esta categoría.

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    36Es común que los informes oficiales agrupen a los trots-kistas y zinovievistas dentro de la misma categoría.Los zinovievistas eran un grupo leningradense; en elresto del país no eran más que unos cuantos indivi-duos aislados y, dejando de lado su inestabilidad gene-ral, jamás tuvieron una existencia política independien-te. De manera que podemos clasificar a los expulsadosen seis categorías: (1) bolcheviques-leninistas; (2)zinovievistas; (3) oportunistas (que aquí aparecenpor razones de simetría y camuflaje: por regla general,los informes individuales no los mencionan); (4) falsa-rios y elementos extraños (ex guardias blancos, etcé-tera); (5) tramposos y aventureros; (6) espías extran-jeros. Estas categorías se repiten, con pequeñas varia-ciones, en los informes distritales, la correspondencia,los editoriales, etcétera.

    Antes de entrar al análisis de la fuerza numérica delos bolcheviques-leninistas, queremos señalar que enninguna de las listas de categorías o en ninguno de loscomentarios que hemos leído se menciona a losmencheviques y social-revolucionarios. Ninguno de losdos partidos existe políticamente. Como señaló muycorrectamente el camarada Tarov, su política reaccio-naria de 1917 les cerró todo acceso a las nuevas genera-ciones de la ciudad y del campo. Y como señaló envarias ocasiones el camarada yugoslavo Ciliga, hastaayer cautivo de Stalin, la única oposición seria en elpaís es la de los bolcheviques-leninistas. En otros tér-minos, la oposición al bonapartismo en la Unión Sovié-tica, no se deriva de los principios de la democraciapequeñoburguesa, sino de las conquistas de la Revolu-ción de Octubre y marcha bajo su bandera. Tengámos-lo muy en cuenta, porque reviste una importancia co-

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    37losal para el futuro.

    Después de tantas purgas y campañas de extermi-nio físico, nos resulta casi increíble que entre las cate-gorías de expulsados -que no suman cientos, ni miles,sino 200.000 como mínimo- los bolcheviques-leninistasencabecen la lista. ¿Cuántos eran? La prensa soviéti-ca, cautelosamente, se abstiene de citar las cifras to-tales. La única mención, directa o indirecta (general-mente indirecta), de la cifra total de trotskistas ex-pulsados, aparece en artículos y observaciones referi-das a las provincias y distritos. Queremos extendernosen el análisis de estos datos.

    Jataevich, secretario de la provincia Dneper-Petrovsk,señala que durante el control de documentos en susatrapía, el partido expulsó a 2.646 personas, el ochopor ciento del total. Durante el control, dice, logramosdescubrir no sólo a individuos aislados, sino a gruposcontrarrevolucionarios trotskistas-zinovievistas ocultosen las filas del partido. Jataevich no nos proporcionala cifra. Pero sí cita otras: 1.500 guardias blancos,kulaks, miembros de las pandillas de Petliura, Majno yotros; 300 falsarios y tramposos que se infiltraron enel partido con documentos falsos (Pravda, 26 de di-ciembre de 1935). Estos dos grupos suman 1.800.Además, hay una referencia oscura a espías extranje-ros que se infiltraron en el partido; pero no puedereferirse más que a una veintena de individuos. Si res-tamos la cifra anterior, quedan no menos de 1.600 trots-kistas, zinovievistas, y oposicionistas de todo tipo. Salvoque Jataevich oculte alguna otra categoría de expulsa-dos. ¿Cuáles? ¿Por qué? Pero si los trotskistas no fue-ran sino la tercera parte de los arriba mencionados,igualmente les corresponde una cifra imponente (500

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    38a 1.000). Esta cifra es, naturalmente, hipotética.

    En un pequeño artículo publicado en la misma edi-ción de Pravda, leemos que en la región de Azov-MarNegro fueron expulsadas 4.324 personas, siete por cien-to del total. En el control se reveló que en distintasorganizaciones urbanas existían grupos contrarre-volucionarios trotskistas-zinovievistas (la fábricaKrasni-Aksai, el departamento agrícola regional, el trustde frutos y uvas). El breve artículo no señala cuántosde los expulsados pertenecían a estos grupos, peroreconoce que siguen apareciendo enemigos ocultos.

    En la región de Siberia Occidental fueron expulsa-dos 3.576 miembros del partido (once por ciento) y1.935 postulantes (12,8 por ciento). El secretario Eijeescribe en Pravda: El mayor número de expulsionescorresponde a los kulaks y guardias blancos de los ejér-citos de Kolchak: casi un tercio. Luego vienen los trots-kistas y zinovievistas... (23 de diciembre de 1935).Según este informe, los bolcheviques-leninistas ocu-pan el segundo lugar desde el punto de vista numéri-co. Todos los expulsados, con excepción de los guar-dias blancos, ocupan no más de cuatro categorías. Sicada una de estas categorías comprendiera igual can-tidad de expulsados, cada una tendría más de 900. Sinembargo, el propio Eije señala que, después de losguardias blancos, los trotskistas y zinovievistas son nu-méricamente los más grandes. Por lo tanto, no puedehaber menos de 1.000 bolcheviques-leninistas expul-sados en Siberia Occidental, es decir, aproximadamen-te un veinte por ciento del total de expulsados. DiceEije: La mitad de los trotskistas y zinovievistas expul-sados del partido trabajaba en las instituciones peda-gógicas... La basura (!) trotskista-zinovievista se es-

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    39forzó por penetrar en el sector ideológico con fines pro-pagandísticos. Aquí se refiere evidentemente a losnuevos miembros del partido, la juventud obrera-estu-diantil. Podemos conceder que Siberia representa unaexcepción en cuanto al elevado porcentaje de bolche-viques-leninistas: evidentemente, la juventud sufre lainfluencia de los exiliados (agreguemos que el mismofenómeno se produjo bajo el zarismo).

    En el distrito de Jarkov, de 50.000 miembros fueronexpulsados más de 4.000. El secretario Zaitsev sóloclasifica los 2.356 casos verificados por los organismosde mayor autoridad. Entre éstos se encuentran: 594degenerados morales y violadores de la disciplina; 907kulaks y guardias blancos; 120 falsarios y tramposos;42 nacionalistas burgueses y, por último, 120 trots-kistas. En este caso tenemos una cifra concreta y, porotra parte, no se menciona a los zinovievistas. Si te-nemos en cuenta que en Jarkov, la satrapía de S. Kosior,Petrovski y Compañía, el exterminio físico de la Oposi-ción comenzó en 1923 y fue tan despiadada y brutalque su fama se extendió por toda la Unión Soviética, lamodesta cifra de 120, que comprende a más del cincopor ciento de los 2.356 expulsados, resulta verdadera-mente asombrosa31.

    Es perfectamente claro que la burocracia no tiene nipuede tener motivos para exagerar la influencia de losbolcheviques-leninistas. Por eso, las cifras que aparecenen la prensa las debemos considerar mínimas. Por otraparte, desde 1924 la camarilla stalinista expulsa a losmilitantes de la Oposición calificándolos de degenera-dos morales y aun de guardias blancos. No cabe dudade que los bolcheviques-leninistas de mayor prestigioy actividad aparecen bajo estos rótulos para facilitar

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    40su ejecución en los campos de concentración o caminoal exilio.

    Tomando el coeficiente de Siberia Occidental, ob-tenemos una cifra de no menos de 40.000 trotskis-tas y zinovievistas expulsados en toda la Unión Sovié-tica. Ya hemos explicado por qué consideramos queesta cifra es excesiva. Pero aunque tomemos el por-centaje mínimo de Jarkov, es decir, del cinco por cien-to, obtenemos más de 10.000. Por último, si calcula-mos el promedio de Jarkov y Siberia Occidental, obte-nemos 25.000. Probablemente, esta última cifra es lamás próxima a la realidad.

    Cualquiera comprende claramente la gran impor-tancia política de estos datos. Queda una pregunta:¿por qué la burocracia no da a conocer las cifras tota-les, pero a la vez publica datos parciales lo suficiente-mente claros como para que uno se pueda orientar? Larespuesta es muy sencilla: la burocracia hace lo impo-sible por no dar publicidad a los bolcheviques-leninistas,pero al mismo tiempo debe lanzar la voz de alarma.¡Cuidado! ¡Ellos son muchos! ¡Ellos crecen!. Seacomo fuere, ya no se habla de restos y puñados adestruir.

    Los bolcheviques-leninistas eran y siguen siendo losenemigos más implacables de la burocracia, la cual tratade perpetuar su posición de casta dominante. No es deextrañar que la camarilla stalinista asigne el primerlugar en sus amalgamas a los trotskistas. Se hanganado con sus luchas este honor. El carácter de laúltima purga constituye la prueba más clara del au-mento de su prestigio. La burocracia ya no puede utili-zar al partido aterrorizado para liquidar sumariamentea sus enemigos; ni siquiera puede hacerlo en forma

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    41pública a los ojos de aquel. Reemplaza la purga públicapor la cámara secreta, es decir, la pone en manos de laGPU. Desde luego, los expulsados van a parar a lasmismas manos... para ser exterminados. El método seadecúa tan bien a los intereses de la burocracia, queStalin ya tiene proyectada una nueva purga: desde ell° de febrero hasta el 1° de mayo del corriente año. Losviejos carnés (se dice que están ajados) serán cam-biados por otros nuevos, y en las instrucciones del CCse incluye la cláusula estricta de que, en el momentode cambiarlos, los secretarios, vale decir la GPU, de-ben controlar nuevamente a cada miembro del partidoy entregar el carné únicamente al que merezca con-fianza. Quizás dentro de seis meses nos dirían cuán-tos bolcheviques-leninistas adicionales fueron ascen-didos del partido al campo de concentración.

    Para muchos, estos datos pueden parecer inespera-dos. Hemos reproducido todos nuestros cálculos anteel lector para aventar toda sospecha de subjetivismo oprejuicio por nuestra parte. La esencia de la cuestiónreside en que bajo la influencia de la prensa stalinistay de sus agentes (como Louis Fischer y otros caballe-ros)32, no sólo nuestros enemigos, sino también mu-chos de nuestros amigos occidentales, se hacen a laidea de que si quedan bolcheviques-leninistas en laURSS, casi todos están en los campos de trabajos for-zados. ¡No! ¡De ninguna manera! Las medidas policia-les no pueden desarraigar el programa marxista, ni lagran tradición revolucionaria. Es cierto que el trabajode los bolcheviques es más difícil en la URSS que encualquier otro país del mundo (en este sentido es muyinteresante el reciente testimonio del camaradayugoslavo Ciliga). No obstante, el intelecto revolucio-

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    42nario no deja de funcionar por un solo día. Si no comodoctrina, entonces como sentimiento, como tradición,como bandera, nuestra tendencia tiene un carácter demasas en la URSS y evidentemente atrae fuerzas nue-vas. Entre los diez a veinte mil trotskistas expulsa-dos en los últimos meses de 1935, los representantesde la vieja generación, los participantes del movimien-to de 1923-28 constituyen decenas, quizás cientos, perono más. La masa fundamental la constituyen las fuer-zas jóvenes. Por otra parte, no debemos olvidar queestos datos pertenecen únicamente al partido. ¡Tam-bién existe la Liga Juvenil Comunista, con sus millonesde jóvenes! Y entre ellos el descontento es mucho másagudo. Para los revolucionarios jóvenes el acceso alleninismo es sumamente difícil en la URSS. Pero sinduda su nivel es incomparablemente más alto que eldel partido stalinista. La gran tradición sigue viva. Enlugares secretos está oculta la vieja literatura de laOposición. Las obras de Marx, Engels y Lenin están enlos anaqueles (todavía no se atreven a prohibirlos).Los periódicos soviéticos se ven obligados a reproducirnoticias sobre acontecimientos mundiales. La literatu-ra internacional bajo la bandera de la Cuarta Interna-cional ya es muy rica. Nuestras ideas y consignas pe-netran en la Unión Soviética a través de mil canales...inclusive a través de nuestro Biulleten ruso. Así se ase-gura el precioso legado del pensamiento revoluciona-rio.

    Bajo el azote de la burocracia, y en parte por pro-vocación directa de los Iagodas, Medveds y otros33, ele-mentos aislados de la juventud toman la senda del te-rrorismo individual, es decir, el camino de la deses-peración y de la impotencia. Los bonapartistas aprove-

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    43chan con avidez los atentados terroristas para justifi-car la sangrienta represión a la Oposición: este méto-do es tan antiguo como la vileza de los antiguos déspo-tas privilegiados. Pero la mayor parte de la juventudrevolucionaria no se separa de su clase para tomar lasenda de las aventuras individualistas. El programa dela Cuarta Internacional no promete milagros instantá-neos, pero sí señala el único camino justo e incondicio-nalmente seguro. El crecimiento de la Cuarta Inter-nacional a nivel mundial fortalece e inspira a nuestrosamigos y seguidores en la URSS. Podemos decir concerteza que a pesar de los trece años de persecución,calumnias y pogromos sin precedentes en la historiapor su vileza y crueldad, a pesar de las capitulacionesy traiciones -más peligrosas que la represión- la sec-ción de la Cuarta Internacional mas fuerte, más nume-rosa y más templada es la de la URSS.

    No, no tenemos razón alguna para caer en la apatía.El avance no es ininterrumpido ni recto. La lucha de losoprimidos exige grandes sacrificios. Pero el futuro nospertenece. La última purga burocrática en la URSS esuna prueba tan clara que hasta un ciego la puede ver:¡el futuro nos pertenece!

    Posdata: La persistente mención sobre espías deagencias extranjeras expulsados del partido en la últi-ma purga merece una atención especial. Por supuestoque puede haber tales casos. Pero por su propia natu-raleza sólo pueden ser excepcionales. Hubiera bastadouna circular secreta común para enviar la información.¿Por qué los periódicos hablan tanto de espías? La pren-sa stalinista jamás lo haría sin instrucciones de arriba.Pero, ¿cual es el objeto de la orden? Podemos suponercual es la respuesta sin temor a equivocarnos.

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    44Desde que los stalinistas ejercen el régimen auto-

    crático en la URSS, no pocos militantes extranjeros dela Oposición Comunista han ido al paredón. Muchosmas se pudren en la incomunicación, en los campos deconcentración y en el exilio. Cada vez llegan más noti-cias sobre estos casos al exterior. Los informes de A.Ciliga, que acaba de escapar de las cadenas stalinis-tas, poseen un valor excepcional. La burocracia debecontrarrestar estas revelaciones de algún modo, ar-mando a sus lacayos extranjeros con algo que se aseme-je a una explicación. No sería extraño que los agentesde la Comintern acusaran a los comunistas extranjerosarrestados y fusilados en la URSS de espías de agen-cias extranjeras. Pero estas canalladas no quedaránimpunes. Las masas trabajadoras conocerán la verdad.Las organizaciones de la Cuarta Internacional estaránen sus puestos.

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    La democracia burguesa y la luchacontra el fascismo34

    13 de enero de 1936

    Querido amigo:La cuestión de nuestra actitud hacia las medidas

    gubernamentales que ostensiblemente atacan al fas-cismo es muy importante.

    Dado que la democracia burguesa se encuentra enbancarrota histórica, ya no puede defenderse en supropio terreno contra sus enemigos de derecha e iz-quierda. Es decir que para mantenerse el régimendemocrático debe autoliquidarse progresivamente me-diante leyes de emergencia y arbitrariedad adminis-trativa. Esta autoliquidación de la democracia en la lu-cha contra la derecha y la izquierda coloca en primerplano al bonapartismo de la degeneración, cuya exis-tencia incierta necesita el peligro de derecha e izquier-da para oponerlos entre sí y elevarse gradualmentepor encima de la sociedad y de su parlamentarismo.Desde hace tiempo pienso que el régimen de Colijn esbonapartista en potencia.

    En este período tan crítico, el principal enemigo del

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    46bonapartismo sigue siendo desde luego, el ala revolu-cionaria del proletariado. Podemos afirmar sin temor aequivocarnos que a medida que la lucha de clases seagrave, todas las leyes de emergencia, poderes ex-traordinarios, etcétera, serán empleados contra el pro-letariado.

    Cuando los stalinistas y socialistas franceses vota-ron por la disolución administrativa de las organiza-ciones paramilitares, el viejo canalla Marcel Cachin es-cribió en lHumanité más o menos lo siguiente: Unagran victoria... Sabemos, naturalmente, que en la so-ciedad capitalista todas las leyes se pueden esgrimircontra el proletariado. Pero bregaremos por impedirlo,etcétera. Aquí la mentira está en la palabra pueden.Lo que debió haber dicho es: Sabemos que a medidaque se profundice la crisis social, todas estas medidasserán esgrimidas contra el proletariado con intensidaddiez veces mayor. La conclusión es sencilla: no pode-mos ayudar a apuntalar el bonapartismo de la degene-ración con nuestras propias manos y entregarle lascadenas que utilizará inevitablemente para apresar ala vanguardia proletaria.

    Con ello no queremos decir que en el futuro inme-diato Colijn no quiera soltar su codo derecho, de laspretensiones excesivas de los fascistas. La revoluciónsocial no parece una amenaza inmediata en Holanda.El gran capital espera paliar los peligros inminentesmediante un estado fuerte y concentrado (vale decir,bonapartista o semibonapartista). Pero Colijn jamás li-quidará, ni siquiera aislará totalmente, al fascismo,porque le sirve para mantener a distancia a su verda-dero enemigo, el proletariado revolucionario. A lo sumobuscará controlarlo. Por eso, la consigna por la disolu-

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    47ción y desarme de las bandas fascistas a través delestado (el voto por esa clase de medidas) esabsolutamente reaccionaria (los socialdemócratas ale-manes claman: ¡El estado debe actuar!). Esto equi-valdría a hacer un látigo con el pellejo del proletariado,que los árbitros bonapartistas tal vez utilizarían paraacariciar suavemente alguno que otro trasero fascista.Pero nuestra responsabilidad y deber insoslayable esproteger el pellejo de la clase obrera, no entregar ellátigo al fascismo.

    La situación tiene otro aspecto que considero másimportante todavía. Por su propia esencia, la democra-cia burguesa es un engaño. Cuanto más florece, me-nos la puede utilizar el proletariado (como lo demues-tra la historia de Inglaterra y de Estados Unidos). Peroen virtud de la dialéctica de la historia la democraciaburguesa puede convertirse en una poderosa realidadpara el proletariado en el momento de su desintegra-ción. El fascismo es el signo externo de esta degenera-ción.

    La lucha contra el fascismo, la defensa de las con-quistas de la clase obrera en el marco de la democraciaen degeneración puede convertirse en una poderosarealidad, dado que le brinda a la clase obrera la posibi-lidad de prepararse para las luchas más grandes y dearmarse parcialmente. Los dos últimos años en Fran-cia, a partir del 6 de febrero de 1934, les han brindadoa las organizaciones obreras una oportunidad excep-cional (que quizás no se repita muy pronto) para movi-lizar al proletariado y a la pequeña burguesía hacia larevolución, crear una milicia obrera, etcétera. Esta opor-tunidad invalorable es producto de la democracia, desu decadencia, de su evidente incapacidad para man-

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    48tener el orden mediante los viejos métodos, y delpeligro igualmente evidente que amenaza a las masastrabajadoras. Quien no aproveche esta situación, quienllame al estado, es decir, al enemigo de clase, a ac-tuar, vende el pellejo del proletariado a la reacciónbonapartista.

    Por consiguiente, debemos votar en contra de todaslas medidas que fortalezcan al estado capitalista-bona-partista, aunque se trate de medidas que puedan cau-sarles molestias temporales a los fascistas. Los social-demócratas y los stalinistas naturalmente dirán quedefendemos a los fascistas contra el Padre Colijn quien,después de todo, es mejor que el villano Mussert35. Sintemor a equivocarnos podemos decir que somos másprevisores que los demás y que los acontecimientosposteriores confirmarán por completo nuestros vatici-nios y consignas.

    Sin embargo, podemos presentar ciertas enmien-das que, al ser rechazadas, le mostrarán claramente atodos los obreros que lo que está en juego no son lostraseros fascistas, sino el pellejo del proletariado. Porejemplo: 1) Esta ley no afectará bajo ninguna circuns-tancia a los piquetes obreros, aun cuando se vean obli-gados a actuar contra los esquiroles, fascistas y otroselementos lúmpenes; 2) los sindicatos y las organiza-ciones políticas de la clase obrera se reservan el dere-cho de construir y armar organizaciones de autodefen-sa ante el peligro fascista. El estado se compromete aayudar a dichas organizaciones entregándoles, a supedido, armas, municiones y apoyo financiero.

    En un parlamento estas mociones suenan un tantoraras, y sus excelencias los estadistas (y los falsariosstalinistas) las considerarán escandalosas. Pero el

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    49común de los obreros, tanto en el NAS como en lossindicatos reformistas, las considerará perfectamentejustificadas36. Por supuesto que sugiero estas enmien-das únicamente como ejemplo. Quizás puedan elabo-rarse fórmulas mejores y más precisas. ¿Se atreveránlos señores socialdemócratas y stalinistas a negar suapoyo, o inclusive a votar en contra? Aunque voten afavor, las mociones serán rechazadas y entonces que-dará absolutamente claro por qué votamos en contrade la moción del gobierno en su conjunto; y tenemosla obligación de votar en contra sin la menor vacila-ción, por las razones expuestas más arriba (aunque elbloque parlamentario de Colijn resuelva que nuestramoción no se puede discutir, argumentando que seaplica únicamente a la técnica propagandística y no ala esencia de la cuestión).

    Debemos tomar medidas enérgicas contra los mé-todos intelectuales antifascistas abstractos que sue-len infiltrarse en nuestras filas. El antifascismo no esnada, es un concepto vacío que emplean los stalinistaspara encubrir sus triquiñuelas. En nombre delantifascismo instituyeron la colaboración de clasescon los radicales. Muchos camaradas nuestros quisie-ron apoyar el Frente Popular, es decir, la colaboraciónde clases, de la misma forma en que apoyamos el fren-te único, es decir, la política de separar al proletariadode las demás clases. En nombre del antifascismo,partiendo de la consigna absolutamente falsa de elFrente Popular al poder, van todavía más lejos y de-claran que están dispuestos a apoyar al bonapartismo-porque el voto en favor del proyecto de leyantifascista de Colijn, no es sino un apoyo directo albonapartismo.

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    Los prisioneros revolucionarios deStalin37

    15 de enero de 1936

    Las cartas y documentos recientemente publicadospor los camaradas Tarov y Ciliga han servido para esti-mular un enorme interés por la represión a los com-batientes revolucionarios a manos de la burocracia so-viética. A dieciocho años de la Revolución de Octubre,en una época en que, según la doctrina oficial, el socia-lismo es una realidad definitiva e irrevocable en laURSS, aquellos revolucionarios enteramente consagra-dos a la causa del comunismo que no reconocen eldogma de la infalibilidad stalinista sufren años de cár-cel, encierro en campos de concentración, trabajos for-zados, tortura física cuando resisten, fusilamiento encasos de intentos de evasión reales o ficticios, o bien,son conducidos deliberadamente al suicidio. Cuandocientos de prisioneros, en protesta contra las condi-ciones intolerables, recurren al terrible método de lahuelga de hambre, la burocracia los somete a alimenta-

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    51ción forzada y luego los coloca en situaciones aún máshorribles. Cuando ante la falta de otros medios de pro-testa, algunos revolucionarios se cortan las venas, losagentes de la GPU, es decir los agentes de Stalin, sal-van sus vidas para demostrarles con renovada bruta-lidad que en verdad no tienen salvación alguna.

    En medio de este panorama horrible, la crónica delcamarada Ciliga introduce un elemento sumamentetrágico. Ciliga era uno de los dirigentes de la secciónyugoslava de la Comintern. En otras circunstancias, alsurgir diferencias entre los dirigentes de un partido sehubiera recurrido a la discusión, al congreso extraordi-nario y en casos extremos, a la ruptura. No sucede asíen la Comintern. La camarilla de Moscú envía sus ins-trucciones al Comité Central de la sección nacional.Este a su vez le solicita a Moscú que lo libere de laOposición. Stalin ordena a los oposicionistas que setrasladen a Moscú y, tras un intento sumario de con-vencerlos, ordena su arresto, incomunicación y exter-minio físico por distintos medios. Entre los cientos defusilados por su participación en el caso Kirov -queen la mayoría de los casos no tuvieron nada que ver-se encuentran varios militantes de la Oposición deBulgaria y otros países. Así, el derecho de asilo paralos refugiados revolucionarios está condicionado por elcompromiso de renunciar al derecho de opinión inde-pendiente. El llamado a Moscú para una conferenciaresulta, una y otra vez, una trampa traicionera. Si elcriminal escapa, encarcelan a su esposa, hija o hijo.En estos casos, los métodos de los agentes stalinistascoinciden con las mejores tradiciones del gangsteris-mo norteamericano.

    Los partidos que se autotitulan Comunistas, no sólo

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    52disimulan estas canalladas sin precedentes de los se-ñores Mariscales y Supermariscales -canalladas en lasque participan directamente los dirigentes de algunassecciones de la Comintern-, sino que, para colmo, laprensa de la Comintern trata de atribuirlas a las pro-pias víctimas. Porque, vean ustedes, no se trata sim-plemente de militantes de oposición, bolcheviques quese rebelan contra las arbitrariedades de Stalin y contrala degeneración patriótica de la Comintern. No; no cabeduda de que son terroristas, participantes en un com-plot contra la sagrada persona del Líder o de uno desus mariscales, en fin, agentes del espionaje extranje-ro, lacayos de Hitler o del Mikado. A Zinoviev y Kamenevlos cogieron en flagrante delito: criticaron (¡en priva-do!) el ritmo aventurerista de la colectivización, quecondujo a la destrucción insensata de millones de per-sonas. Si el caso hubiera estado en manos de un au-téntico tribunal proletario, los aventureros-colectivizadores sin duda hubieran dado con sus hue-sos en la cárcel. Pero el tribunal de Stalin y Iagodacondenó a Zinoviev y Kamenev a diez años de presidiopor... ¡un acto terrorista en el que no participaron, nihubieran podido participar!

    Hasta hace apenas dos años la prensa socialdemó-crata, laborista y sindical difundía ávidamente todaslas noticias, reales y ficticias, de los crímenes de laburocracia soviética, con el fin de desprestigiar a laRevolución de Octubre en su conjunto. En la actuali-dad, se ha producido un viraje de ciento ochenta gra-dos, al menos en Europa. La política del frente únicosocial-patriota se ha trasformado en la conspiración desilencio recíproco. En los países donde no existe frenteúnico debido a la poca importancia de los partidos co-

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    53munistas, las organizaciones reformistas prefieren noreñir con la cúpula del Kremlin, que al inscribir en subandera la defensa de la Liga de las Naciones y de lapatria democrática, se encuentra muchísimo más cer-ca de aquéllos que de los internacionalistas revolucio-narios perseguidos. La defensa de la URSS es la jus-tificación piadosa del silencio con respecto a los críme-nes de la burocracia stalinista.

    Corresponde mencionar aquí la categoría especialde los amigos profesionales del Kremlin: intelectua-les en busca de un ideal dorado, escritores que descu-bren las ventajas de la Editorial del Estado, abogadosávidos de publicidad y, por fin, los meros aficionados,atraídos por los viajes gratuitos y los banquetes deaniversarios Luego, estas personas, que en su mayoríason parásitos, trasmiten hacendosamente por los cua-tro rincones del globo los inventos e insinuaciones quelos agentes de la GPU susurran al oído de los amigosdurante los heroicos banquetes en honor de la Revolu-ción de Octubre. ¡Bástenos mencionar el indigno papelque cumple un escritor tan destacado como RomainRolland!

    Sin embargo, la confraternidad entre la cúpula de ladegenerada Comintern y la cúpula de la Segunda Inter-nacional empieza a provocar una reacción saludable.Un número creciente de obreros de vanguardia empie-za a abrir los ojos. Los ejemplos de moral socialista,tales como arrastrarse en el polvo ante los líderes, laadulación bizantina, la creación de castas de corone-les, generales y mariscales rojos, el culto reacciona-rio a la familia pequeñoburguesa, la resurrección delárbol de Navidad: todo esto obliga a los obreros cons-cientes de todos los países a preguntarse hasta qué

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    54grado habrá llegado la degeneración del estrato domi-nante de la Unión Soviética. Sobre este terreno deldespertar de la conciencia crítica caen hoy los infor-mes sobre los crímenes brutales perpetrados por laburocracia contra los revolucionarios que ponen enpeligro sus sacros privilegios y se obstinan en repudiarel evangelio según Dimitrov, Litvinov y la Liga de lasNaciones.

    Las filas de los criminales engrosan constante-mente. En el curso de la última purga en el partidodominante en la URSS (últimos meses de 1935), a partirde lo que se deduce de los datos oficiales hubo entrediez y veinte mil trotskistas expulsados. Por reglageneral, los expulsados pertenecientes a esta catego-ría son arrestados de inmediato y sometidos a las con-diciones que imperaban en los campos de trabajos for-zados del zar. ¡Es necesario llevar estos hechos a cono-cimiento de la clase obrera del mundo entero!

    Es cierto que aún en el presente encontramos en elmovimiento obrero occidental no pocos activistas quese plantean con honestidad la pregunta: ¿no perjudicaráa la Unión Soviética este tipo de denuncias? ¿No existeel peligro de que, al vaciar la bañera, arrojemos el bebéjunto con el agua? Sin embargo, estos temores no tie-nen base alguna en la realidad.

    La denuncia de las brutalidades que los stalinistasperpetran contra los revolucionarios, ¿puede perjudi-car a la Unión Soviética ante los ojos del mundo bur-gués?

    Todo lo contrario: toda la burguesía, incluidos losguardias blancos en el exilio, ven en la ofensiva stali-nista de exterminio contra los bolcheviques-leninistasy otros revolucionarios la mejor garantía de normali-

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    55zación del régimen soviético. La prensa capitalista seriay responsable del mundo entero aplaude unánimementela lucha contra los trotskistas. ¡Que nadie se extra-ñe! Litvinov, junto con los representantes de la reac-ción mundial, integra la Comisión de Ginebra para lalucha contra el terrorismo38. Aquí no se trata, desdeluego, de combatir el terror gubernamental contra losobreros revolucionarios, sino de combatir al vengadorindividual que dispara contra el tirano con o sin coro-na. Es sabido que los marxistas siempre rechazaron yrechazan implacablemente el método del terror indivi-dual. Pero eso jamás nos impidió solidarizarnos conGuillermo Tell contra el déspota austríaco Gessler. Encambio, la diplomacia soviética discute ahora con losGesslers la mejor manera de exterminar a los Tells. Alparticipar en la persecución internacional a los terro-ristas, Stalin complementa del mejor modo posible supropia persecución a los bolcheviques. Es evidente quenuestras denuncias sólo servirán para aumentar la con-fianza que Stalin les merece a la Liga de las Naciones,al gobierno de Estados Unidos, e inclusive a Hitler.

    Tampoco tenemos por qué temer a la burocraciaobrera reformista de los países burgueses. Los burócra-tas reformistas conocen perfectamente bien los actosde la represión stalinista, pero desde hace dos años lossilencian deliberada y maliciosamente. Sea como fuere,nuestras denuncias no disminuirán la estima que LeónBlum, Otto Bauer, Sir Walter Citrine, Vandervelde ycompañía sienten por la burocracia soviética; se tratade una amistad interesada, dirigida en primer términocontra el ala izquierda, revolucionaria.

    Por último, están las masas trabajadoras. La ma-yoría de los obreros son partidarios sinceros y hones-

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    56tos de la Unión Soviética, aunque no siempre sabenexpresarlo en la acción. Para las masas resulta difícilorientarse en este problema porque los aparatosburocráticos, elevados por encima de ellas, las enga-ñan constante y hábilmente. De manera que el proble-ma se reduce al siguiente interrogante: ¿Tenemos eldeber de decirles la verdad? Para un marxista, plan-tear este interrogante es hallar la respuesta. La revo-lución no necesita amigos ciegos ni aliados con los ojosvendados.

    Los obreros, no son niños. Son capaces de apreciaral mismo tiempo las conquistas colosales de la Revolu-ción de Octubre y la pesada herencia histórica que seha coagulado sobre su cuerpo, bajo la forma de unahorrenda úlcera burocrática. ¡Un revolucionario queteme decirle a las masas lo que sabe, es un inútil!Dejemos la duplicidad para los patriotas del parlamen-to, los idealistas de salón y los curas. ¿Acaso los Ami-gos de la Unión Soviética y otros filisteos no dirán quenos movemos sobre la base de consideraciones ma-liciosas de tipo fraccional, incluso personal? Por su-puesto que sí. Pero, por suerte, todavía no nos hemosdesacostumbrado a considerar a los filisteos y a suopinión pública con absoluto desprecio. No se puedepreparar el futuro embelleciendo el presente. Para serleales a la Revolución de Octubre debemos denunciarsin piedad y, en caso de necesidad, cauterizar sus lla-gas. La mentira es un arma de la clase poseedora. Hoytambién es un arma en manos de la burocracia sovié-tica. Los oprimidos necesitan conocer la verdad. Losobreros deben saber toda la verdad respecto de la UniónSoviética para que los acontecimientos próximos nolos tomen desprevenidos.

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    57Debemos difundir a los cuatro vientos, a través de

    todas las publicaciones honestas, las noticias sobre lasviles represiones que sufren los revolucionarios pro-letarios honestos en la Unión Soviética. Por eso, nues-tra tarea principal e inmediata es: aliviar la suerte delas decenas de miles de víctimas de la saña burocrá-tica. Debemos ayudarlos por todos los medios que sur-jan de la situación y que brinde nuestro deseo ardientede salvar a los heroicos combatientes. Si cumplimosesta tarea, ayudaremos a los trabajadores de la UniónSoviética y del mundo entero a dar un paso más en elcamino de su emancipación.

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    Preguntas a una organización británica39

    15 de enero de 1936

    Estimado camarada:Desde luego que tendría mucho gusto en establecer

    una relación personal con su organización. Para quenuestro vínculo resulte fructífero y eficiente debo re-cibir mayores informes sobre el grupo. Por eso apro-vecho su oferta de enviarme información, etcétera, paraplantear algunas preguntas. Es razonable pensar queusted me responderá en forma muy cautelosa paraevitar que su actividad resulte perjudicada. De aquí enadelante, usted podría firmar sus cartas con el nombreEdgar. Por mi parte, utilizaré su información con lamayor prudencia.

    1. ¿El grupo mantiene disciplina interna?2. ¿Tiene influencia sobre otras secciones y organi-

    zaciones afiliadas como, por ejemplo, los sindicatos,cooperativas, etcétera?

    3. ¿Tiene nuevos miembros? ¿Cuántos hay en elgrupo?

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    594. ¿Ha perdido militantes por su adaptación opor-

    tunista al aparato del partido [Laborista]?5. ¿Recibe New Militant y New International regu-

    larmente? ¿Cuántos ejemplares?6. ¿Mantienen algún contacto personal con la frac-

    ción bolchevique-leninista del ILP? ¿Reciben la revistaControversy del ILP y los boletines de la fracción bol-chevique-leninista?

    7. ¿Qué opina Ud. acerca del trabajo de los bolche-viques-leninistas en el ILP y los resultados obtenidos?¿Cree que existen mejores posibilidades en el PartidoLaborista? Más concretamente: ¿considera usted quesería mejor que se separaran del ILP para ingresar alPartido Laborista?

    8. ¿Publicará el periódico dentro o fuera del PartidoLaborista? ¿Ciertamente, no como periódico fraccional?¿Quizás en nombre de un grupo local del partido ofi-cial?

    9.¿Qué posición tiene el grupo respecto de la CartaAbierta de la Cuarta Internacional?

    L.T. a De.Las respuestas a mis preguntas no tienen que ser

    necesariamente oficiales; es decir, no es necesarioque el grupo en su conjunto las estudie y apruebe.Consideraré esta correspondencia como privada. Qui-zás dos o tres camaradas podrían darme su opiniónacerca de mis preguntas para obtener un panoramacompleto, es decir, multilateral de la situación. Por su-puesto que recibiré con el mayor placer toda clase deinformación, documentos, etcétera, sobre su actividad.

    Fraternalmente,

    L. Trotsky

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    60La décima pregunta: ¿Tienen contacto e influencia

    dentro del movimiento de la juventud?Posdata: ¿Podemos escribir en alemán o francés?

    Nos resulta mucho más fácil. Ustedes pueden seguirescribiendo en inglés, desde luego.

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    Por el entrismo en Estados Unidos40

    Carta a Cannon y Shachtman

    24 de enero de 1936

    Estimados camaradas:Hoy resolví enviarles el siguiente telegrama: Per-

    sonalmente a favor del entrismo. Leo. Anteriormenteno traté la cuestión desde el punto de vista principista.Sin embargo, cuando dos personas dicen lo mismo, noes siempre lo mismo. Cuando una organización proba-da y estable entra en un partido centrista, puede seruna medida táctica acertada o desacertada, es decir,puede traer grandes ganancias o ninguna. (En todocaso, en las circunstancias actuales esto último resultaimprobable.) Pero no es una capitulación. La escisiónen el Partido Socialista reviste la mayor importanciacomo síntoma objetivo de la tendencia del proceso.También coincido con ustedes en que no se le debe dara la dirección centrista el tiempo necesario para consoli-darse; esto significa: actúen rápido.

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    62Naturalmente, ciertos grupos europeos tratarán de

    interpretar el posible entrismo como una ruptura conla Cuarta Internacional. Pero no debemos darles lamenor importancia. No se trata de parecer un pocomás fuerte, sino de volverse mucho más fuerte.

    Espero que harán todo lo posible por consumar estamedida conjuntamente con el grupo Muste-Weber. Deesa manera las actividades en el Partido Socialista ayu-darán mucho más a realizar con éxito la medida con-templada.

    Insisto en que mi telegrama y esta carta reflejan miposición personal. Vosotros estáis discutiendo el pro-blema. El tiempo apremia. Con el telegrama y la cartaquiero participar en la discusión antes de que el SIesté en situación de tomar una decisión colectiva.

    Con saludos fraternales,

    L.T.

    Carta a A.J. Muste

    24 de enero del 1936

    Estimado camarada Muste:Adjunto copia de mi carta a Cannon y Shachtman.

    Por mis declaraciones anteriores usted sabe que heevaluado el problema con gran circunspección. La es-cisión en el Partido Socialista me convence de que nose debe perder más tiempo.

    Es necesario superar valientemente los obstáculossicológicos que nos impiden abandonar nuestra inde-pendencia organizativa. Se debe actuar unificada y re-sueltamente. Tendrá resultados positivos. ¿Cuánto tar-

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    63daremos en obtenerlos y cuál será su magnitud? Meresulta difícil preverlo desde aquí. De cualquier mane-ra, el Partido Obrero ganará madurez política con estaexperiencia. Esta medida importante nos la impone lasituación en su conjunto, y en un par de meses pare-cerá absolutamente natural.

    L.T.

    Carta a Jack Weber

    24 de enero de 1936

    Estimado camarada Weber:Adjunto copias de mis cartas a Cannon, Shachtman

    y a Muste. No tengo nada que agregar a lo que allí sedice.

    Sólo me resta aconsejarles a usted y a sus amigosíntimos que dejen de lado toda consideración de tipopersonal y contemplen el entrismo como una medidanecesaria aunque poco agradable.

    L.T.

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    Cómo funciona la fragua stalinista dementir