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Álvaro Carvajal , Etica y política en Leibniz (11 parte) Summary: In the second part of this paper on Leibniz's political ideas two themes, ver)' re- levant for him, are discussed. The first one is Leibni: 's analysis of power; the second is his de- fense of tolerance. Power in itse/f is neither good nor bad according lO Leibniz; it is the use we make of it which is good or bad. Consequently, Leibni: 's concern is for the admnistration of po- wer. Freedom in the realm of poli tic s is not con- sidered a right, but when dealing with the topic of tolerance we find in the background a defense of freedon of thought and of conscience. Resumen: En esta segunda parte del artícu- lo se analizan dos temas muy relevantes en Leib- niz. El primero versa sobre el análisis del poder que lleva a cabo el autor; el otro, acerca de la de- fensa de la tolerancia. El poder no es bueno ni ma- lo en mismo, según Leibniz; sino la administra- ción que se le daipor lo tanto, la preocupación de Leibni: se dirige a cómo se administra el poder. La libertad en el ámbito de la política no es reconoci- da como un derecho; pero, al analizar el tema de la tolerancia, en el trasfondo de ésta resalta la idea de la defensa de la libertad de pensamiento y de conciencia. Introducción 1 En esta segunda parte se estudia como Leib- niz más que imaginarse una sociedad o un Esta- do ideal -para que sirva de guía a las acciones prácticas, de tal manera que las formas de go- bierno se aproximen a esa utopía (Platón)- o más que preocuparse por saber cómo se adquie- re, mantiene y funciona el poder político (Ma- quiavelo), le preocupa cómo se ejerce y adminis- tra el poder." a partir de unos principios éticos, de tal forma que los gobernantes busquen o tiendan al bien común y la felicidad. Desde esta perspec- tiva, la preocupación del filósofo es influir en las estructuras de poder existentes. El gobernante debe actuar éticamente. Este es el enfoque leib- niziano valioso de rescatar. Es atractivo, también, analizar el papel de la libertad en la política. Algunas preguntas que pue- den formularse son: ¿puede considerarse la liber- tad como un derecho?; si es así, ¿cuál sería su sig- nificación dentro del sistema?, ¿se desprenden al- gunos otros derechos de la libertad? Al respecto, en este trabajo el tema queda limitado a la relación entre la libertad y la tolerancia. Se considera ade- más que la libertad no es abordada con la misma rigurosidad que le dio en su metafísica, particular- mente, en su obra La Teodicea. 6. Poder, autoridad y rebelión El análisis que hace Leibniz del poder, la obediencia a la autoridad y la rebelión constituye uno de los aspectos más apasionantes de su pen- samiento político; si bien los escritos teóricos son pocos y aparecen vinculados, generalmente, con los temas de análisis del derecho y la justi- cia. Los textos políticos, en su mayoría, son pan- fletos de estudio o propuestas a situaciones con- cretas. En ellos se resalta la inquietud de Leibniz por ejercer de alguna manera un control sobre el poder absoluto, cuando éste no se orienta por los principios éticos universales. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (92),177-184,1999

Etica y política en Leibniz (11parte) de Filosofía UCR/Vol.XXXVII... · make of it which is good or bad. Consequently, Leibni: 's concern isfor the admnistration of po-wer. Freedom

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Álvaro Carvajal

,Etica y política en Leibniz (11parte)

Summary: In the second part of this paperon Leibniz's political ideas two themes, ver)' re-levant for him, are discussed. The first one isLeibni: 's analysis of power; the second is his de-fense of tolerance. Power in itse/f is neither goodnor bad according lO Leibniz; it is the use wemake of it which is good or bad. Consequently,Leibni: 's concern is for the admnistration of po-wer. Freedom in the realm of poli tics is not con-sidered a right, but when dealing with the topicof tolerance we find in the background a defenseof freedon of thought and of conscience.

Resumen: En esta segunda parte del artícu-lo se analizan dos temas muy relevantes en Leib-niz. El primero versa sobre el análisis del poderque lleva a cabo el autor; el otro, acerca de la de-fensa de la tolerancia. El poder no es bueno ni ma-lo en sí mismo, según Leibniz; sino la administra-ción que se le daipor lo tanto, la preocupación deLeibni: se dirige a cómo se administra el poder. Lalibertad en el ámbito de la política no es reconoci-da como un derecho; pero, al analizar el tema dela tolerancia, en el trasfondo de ésta resalta laidea de la defensa de la libertad de pensamiento yde conciencia.

Introducción 1

En esta segunda parte se estudia como Leib-niz más que imaginarse una sociedad o un Esta-do ideal -para que sirva de guía a las accionesprácticas, de tal manera que las formas de go-bierno se aproximen a esa utopía (Platón)- omás que preocuparse por saber cómo se adquie-

re, mantiene y funciona el poder político (Ma-quiavelo), le preocupa cómo se ejerce y adminis-tra el poder." a partir de unos principios éticos, detal forma que los gobernantes busquen o tiendanal bien común y la felicidad. Desde esta perspec-tiva, la preocupación del filósofo es influir en lasestructuras de poder existentes. El gobernantedebe actuar éticamente. Este es el enfoque leib-niziano valioso de rescatar.

Es atractivo, también, analizar el papel de lalibertad en la política. Algunas preguntas que pue-den formularse son: ¿puede considerarse la liber-tad como un derecho?; si es así, ¿cuál sería su sig-nificación dentro del sistema?, ¿se desprenden al-gunos otros derechos de la libertad? Al respecto,en este trabajo el tema queda limitado a la relaciónentre la libertad y la tolerancia. Se considera ade-más que la libertad no es abordada con la mismarigurosidad que le dio en su metafísica, particular-mente, en su obra La Teodicea.

6. Poder, autoridad y rebelión

El análisis que hace Leibniz del poder, laobediencia a la autoridad y la rebelión constituyeuno de los aspectos más apasionantes de su pen-samiento político; si bien los escritos teóricosson pocos y aparecen vinculados, generalmente,con los temas de análisis del derecho y la justi-cia. Los textos políticos, en su mayoría, son pan-fletos de estudio o propuestas a situaciones con-cretas. En ellos se resalta la inquietud de Leibnizpor ejercer de alguna manera un control sobre elpoder absoluto, cuando éste no se orienta por losprincipios éticos universales.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (92),177-184,1999

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Las circunstancias descritas no mellan laprofundidad del tema. El poder ocupa un lugarmuy relevante en su pensamiento político, ético ydel derecho; atraviesa, por así decirlo, esas tresdisciplinas y les da unidad, entre otros aspectosya indicados; por lo tanto, se relaciona con el co-nocimiento o la inteligencia, la justicia, la obliga-ción moral y la ley.

El poder es la constatación de una realidad, unhecho de contingencia que posibilita o impide larealización de la perfección, la felicidad, la sabidu-ría. el bien común, la justicia, la armonía entre loshombres, los países, las religiones y las culturas.

Por su transcendencia y las implicaciones enla vida de los seres humanos, la sociedad y el Es-tado, se considera que una parte de la ética enLeibniz se dirige a examinar cómo se administra yse emplea el poder. En este sentido se podrían dis-tinguir dos niveles-de análisis del poder: (a) el delas relaciones interpersonales, abordado en el de-recho y la jurisprudencia -tema que no se afron-ta con detalle en este artículo-; (b) en el orden delo público (administrativo, diplomático, judicial).

Este enfoque permite afirmar que la filosofíamoral en Leibniz aborda desde el punto (b) res-ponde a una ética del poder y la función pública.Es aquí donde se encuentra una vi nculación muyestrecha entre la ética y la poi ítica. La primeraproporciona los principios por los cuales se deberegir la acción política y la de los gobernantes; lasegunda constituye un medio para lograr los prin-cipios y fines éticos.

En último término, el poder para Leibniz debeser más de tipo moral, en el sentido del ejercicio deuna autoridad moral, base espiritual del Estado;más que de la fuerza o la violencia; pese a que elEstado o la sociedad no dejan de tener un funda-mento en la coerción para imponer la convivenciapacífica entre los hombres o los ciudadanos. Lasleyes son, consiguientemente, un instrumento ope-rativo muy eficaz para ejercer dicho control;' ideaque se remonta a Maquiavelo. La otra forma, comose mencionó en la primera parte, son los principiosuniversales de la ética y del derecho.

La anterior interpretación no quiere decirque Leibniz no hiciera todos los esfuerzos con-ceptuales para justificar la autoridad de la noble-za y los príncipes. así como de la monarquía. Se

encuentran en él mucha arnbivalencia al respec-to: mientras que defiende la centralización delpoder en uno o unos pocos gobernantes," al mis-mo tiempo, hace fuertes críticas al poder absolu-to, arbitrario y violento. En algunos momentosexpresa un fuerte rechazo a la rebelión.' en otrosla rebcl ión es justificada éticamente, no así legal-rncnte.? Las Académicas requieren el apoyo delpoder estatal, pero a la vez deben ser indepen-dientes de aquél, mientras que la educación ha deestar bajo el control del Estado.

En definitiva, Leibniz no censura el poder ensí mismo, sino el mal uso que hacen de él lospríncipes. No deja. en ciertos pasajes, de ser am-biguo: anota que el príncipe virtuoso no puederesponder de lo que haría su sucesor; por lo tan-to, no debería mantener un derecho susceptiblede corromperse por parte de quien hereda'? Pero,a la vez, apunta que el príncipe está en el deberde educar a sus sucesores.

Es muy categórico cuando enuncia que elpoder arbitrario se opone al imperio de la razón;dicha arbitrariedad se puede rnanife tar tanto enlos reyes, las asambleas, como en los jueces. Enla práctica los límites de dicho poder deben dar-se por medio de las leyes, tanto hacia los reyes,los diputados del pueblo como a los jueccs.f Y,aunque se pronuncia en contra del poder absolu-to, no deja de manifestar que "( ... ) no existe nin-gún príncipe tan malvado que sea peor vivir bajosu orden que en una democracia ...,,9

A la figura del tirano, Lcibniz se opone ro-tundamente; esta forma de poder tiene como basela premisa de que "( ...) mi voluntad ocupa el lu-gar de la razón ...= tO Si se confunde o se identifi-ca la voluntad con el poder se obtiene un Dios queno actúa por justicia sino por pura voluntad; locual implica para Leibniz no distinguir entre Diosy el diablo (a quien se le atribuye poder en cuan-to inteligente, el diablo es como una especie dedios). Un Dios como el descrito, implica que se lerinde culto por la fuerza, por el sometimiento"( ...) gobierna con sumo daño ...''. Desde esta óp-tica, se estima que Dios tiene un poder absoluto,el cual le permite, por ejemplo, condenar a losinocentes, es el caso de los niños muertos sin bau-tizar. Esto tiene repercusiones en la limitación dela bondad y la justicia de Dios. 11

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ÉTICA Y POLíTICA EN LEIBNIZ

Como fue analizado en el punto cuatro de laprimera parte, el argumento para oponerse al po-der arbitrario reside en que la bondad y la justi-cia tienen razones que son independientes de lavoluntad y de la fuerza.12 Por eso, rechaza el con-cepto de poder de Trasímaco, expuesto por Pla-tón en La República. Para este personaje, justo esaquello que conviene o agrada al poderoso, y eneste caso las acciones o las sentencias del gober-nante. el juez o el que tenga el poder, no podríaser juzgado o condenado por sus actos; por con-siguiente, la justicia sería relativa (recuérdeseque la perspectiva ética de Leibniz es el objeti-visrno, con todas las consecuencias de postularun realismo extremo al estilo platónico). MarcaLeibniz una diferencia importante entre ser justoy aparentar ser justo, imagen que también se en-cuentra en Platón, por medio de su personajeGlaucón, en su obra La República. J:l

Esta concepción que presenta Leibniz seopone a la de Hobbcs, la cual equipara a la deTrasímaco, en cuanto que Dios siendo omnipo-tente, tiene el derecho de hacer cualquier cosa.Para Lcibniz, ello significa no reconocer la dis-tinción entre el derecho y el hecho, entre lo quese puede y lo que se debe hacer. 14 Considera. asi-mismo. que la religión en Hobbcs es sustituidapor el Estado, el cual tiene un poder absoluto. Eneste sentido, se le atribuye una voluntad al Esta-do de hacer lo que le plazca, supone una libertadde indiferencia absoluta.!"

La versión de Lcibniz sobre el pensamientode Hobbes lo lleva a declarar que en él la justiciano es "cierta y dcicrminada't.!" no prohíbe (no esun mandato externo) "( ... ) hacer lo que se quierey quiere impunemente"; 17 así, habría una serie deacciones que estarían permitidas: el asesinato, lossuplicios aplicados a personas inocentes, los en-vcnamicntos.!" La justicia, recordando a Maquia-vclo.!? implica que un hombre con éxito puedeser perverso, y no habría posibilidad de un juezque lo casuguc.i''

Por esto se observa la importancia de los va-lores éticos que el gobernante o el político tienenque hacer suyos. para ser justos, lograr la felici-dad humana. y ser el medio por el cual contribu-ye con Dios en la construcción de ~1I Ciudad de'los Espíritus.

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Algo en lo que Leibniz está de acuerdo conHobbes es en que, para impedir la resistencia delos súbditos, el único argumento es que "( ... ) nor-malmente dicho remedio [la rebelión] es peorque la enfermedad. Pero lo que suele ocurrir, noocurre absolutamente siempre. Lo uno es comoius strictum y lo otro como la equidad". No obs-tante, como se desprende de la cita, para Leibnizcabe la posibilidad de la rebelión."

En la misma orientación, la siguiente citadestaca que Leibniz se opone, en principio, a larebelión; sin embargo, estas reglas pueden tenerexcepciones:

"( ...) los pueblos están obligados a obedecer y sufrir. yque no puede haber rebelión sin cri mcn, cosa que apare-ce conforme con el espíritu del cristianismo, y también.con lo que enseña la verdadera política, puesto que. nor-malmente, las revoluciones son más peligrosas que elmal gobierno. Es verdad que la regla general puede tenerexcepciones. Grocio concede que si un tirano actúa de talmodo que se camina manifiestamente hacia la destruc-ción del Estado. sería lícito oponérsele, pero. sin embar-go, sería necesario mantener la moderación ...".""

7. La tolerancia religiosa: una defensade la libertad de pensamiento

y de conciencia

El tema de libertad en el campo de la políti-ca es difícil de dilucidar puesto que no hay un de-sarrollo teórico. por parte de Lcibniz, que lo per-mita. En los escritos políticos y jurídicos apare-cen alusiones al término "libertad" empleado endiferentes contextos, situaciones y aplicacionesprácticas. Esto induce a pensar que en la políticadicho concepto no tiene el mismo riguroso y sis-temático tratamiento que el conferido en obrascomo La Teodicea.

Esta variedad de usos podría deberse al len-guaje diplomático; por ejemplo, en di versos mo-mentos se emplea: de manera retórica, se lo apli-ca a entidades que no son mónadas espirituales (elEstado, un país o un continente), o a realidadesmás abstractas como el orden público. Se tienenexpresiones como.vlibertad germánica",D "liber-tad pública"?" y "libertad curopea=" Además,

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aparece en relación con la sobcranía.i? el poder yel legítimo derecho de sucesión de los prfncipcs.FTodos estos contextos hacen referencia a la polí-tica internacional o "nacional". Este modo deconsiderar la libertad no parece coincidir con laacepción metafísica.

Por otro lado, el vocablo se usa para referir-se a cuestiones más vinculadas con la capacidadde razonamiento de la mónada espiritual, lo cualda la impresión de que Leibniz alude de algunamanera a la libertad como un derecho, en cuantoel hombre es un ser dotado de razón; de ser así,Leibniz se aproximaría al concepto Lockiano delibertad.I" Sin embargo, la libertad nunca recibetrato semejante. Por lo general. se la linda alcampo puramente moral. En este sentido, se hacemás referencia a la libertad como acción; por lotanto, libre de coacción (en algunas ocasionesLeibniz declara que la libertad interior está librede coerción), y a la libertad de voluntad. Su acep-ción metafísica de la libertad se desarrolla condetalle en la obra La Teodicea, la cual no es ob-jeto de análisis del presente estudio.é?

La libertad de acción es restri ngida por elEstado, sobre todo cuando está en peligro el bienpúblico. El ejemplo más claro es su escrito sobrelas medidas preventivas que debe asumir el Esta-do en el caso del peligro inminente de cpide-mia.'o Además, otra situación es la ya citada -en la primera parte- limitación o regulación dela libertad de posesión.

La libertad en Leibniz no aparece citada en-tre las verdades eternas, como el caso de la justi-cia, sino que es contingente, esto da la impresiónde que no es un valor válido para todas las perso-nas y pueblos. La libertad, por tanto, no es un de-recho natural, pero sí una condición del ser hu-mano. Un ejemplo es la justificación que haceLeibniz de la esclavitud como una forma de er-vidumbre,"' aunque defiende que los niños noson propiedad de los padres como lo sería el es-clavo con respecto al amo. Pero este último nopuede simplemente ver al esclavo como objeto;el amo no tiene propiedad sobre el cuerpo y el al-ma del esclavo, lo único que tiene es derecho deusufructo sobre la persona del otro. Este usufruc-to esta constreñido en tanto que no está permiti-do la desgracia del csclavo.F La libertad, por

consiguiente, en el ámbito de la política. no esabsoluta, está limitada por el Estado.')

Al examinar el conjunto de las expresiones-las que están dispersas en los numerosos tex-tos- se observa cómo la mayoría se enlaza conla capacidad de razonamiento de los seres huma-nos, a saber: "1ibcrtud de pcnsarn icruo" ;'4"1 ibcr-tad de concicncia't.Vv'Iibenad de los espíritus",:16"libertad de cxprcsión't.V'{ibcrtad para ha-blar",:18 "li bcrtad para razonar Iihrcrnentcv" y"libertad de juzgar",40 entre otras.

La capacidad de juzgar, de expresar o depensamiento aparecen en Leibniz asociadas a losdebates teológicos y científicos, no así a los te-mas más del orden de la política tradicional. Porlo tanto, libertad y tolerancia van de la mano. Ha-blar o promover la tolerancia podría percibirse,desde el lenguaje diplomático, como una defensade la libertad de pensamiento y de conciencia.

La tolerancia es uno de los aspectos más no-vedas os presentes en el pensamiento político deLeibniz. Tal idea es la que lo vincula más direc-tamente con el pensamiento liberal de su época.como bien lo afirma De Salas.41 Esta defensa dela tolerancia se reduce a las cuestiones religiosasy culturales. Leibniz no admite -al menos no sedesprende de sus escritos- una libre discusiónsobre la mejor forma de Estado o de cómo orga-nizar políticamente la sociedad.

La defensa de la tolerancia en Leibniz tieneun gran contenido político.t? si se la mira desdetres perspectivas: (a) la defensa de la libertad delpensamiento, de conciencia y religiosa; (b) desdelas consecuencias que trae consigo la intolerancia,ya sea religiosa, intelectual o política; y (e) desdeel análisis que hace del poder, en cuanto que elabuso de éste, por parte de la intolerancia religio-sa, conlleva consecuencias como las rebeliones.

En el campo de lo religioso, el argumentomás sobresaliente que justifica a Leibniz para ha-blar de la tolerancia es el de la unidad de la cris-tiandad, la cual tiene como base la idea leibnizia-na de la religión natural. El llamado a la reconci-liación de los cristianos reside en que

"( ...) lo que lleva al hombre a su salvación no es undogma, sino una actitud que se caracteriza por el em-pleo de la razón y, al mismo tiempo, la voluntad de

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ÉTICA Y POLÍTICA EN LEIBNIZ

actuarprácticamente. Es más, el auténtico católico es-taríaobligado a intentar superar la discusión en virtudde la caridad que le mueve".43

La religión natural en Leibniz sustenta laexistencia de verdades racionalmente evidentescomunes a toda religión, a pesar de las diferen-cias que cada secta evidencia. Además, la reli-gión natural impone una práctica moral a todocristiano de ser comprensivo con su prójimo. Sedebe lograr una unidad intelectual, en el sentidode que cada religión debería ser aceptada en loque tiene de verdad para alcanzar la verdad uni-versal'". Además, no se debería perorar de here-jía simplemente porque alguien crítica los dog-mas o el poder de una Iglesia.t''

En forma más práctica, la unidad y reconci-liación de las iglesias cristianas, particularmentealemanas, está ligada con el fortalecimiento delEstado alemán, puesto que el imperio alemán seencontraba muy debilitado frente a las pretensio-nes y amenazas turcas y francesas, lo cual, paraalgunos autores, resulta ser meramente una cues-tión de oportunidad política para Leibniz ..t6 Laidea de la unidad de la cristiandad, aparte de seruna convicción de Leibniz, podría significar unrecurso diplomático que justifica el hablar de latolerancia.

Por esto hay un fuerte rechazo al sectarismoreligioso, es decir, "( ...) la pretensión de que losotros se regulen sobre nuestros principios" 47 Elespíritu de secta consiste en las condenas temera-rias a las opiniones religiosas contrarias, o porcriticar las opiniones de otros grupos religiosos(en este caso se alude a las condenas del Papadohacia los disidentes y los científicos), actitud queconsidera como el origen de uno de los grandesmales del cristianismo.f

Una consecuencia de esa visión es el repudiopor todo tipo de sectarismo. En el ámbito de lopolítico, en un caso hipotético, el sectarismo im-plica la no aceptación de un poder absoluto; porejemplo, cuando se supone que si el poder abso-luto del rey de Francia (Leibniz asume el papelde un alemán defensor de Luis XIV) es la expre-sión del poder de Dios en la Tierra, los gobernan-tes que se opongan a dicho proyecto político se-rían considerados sectarios."?

181

El sectarismo y las rivalidades tienen su ori-gen más que en la cuestión religiosa en el indivi-dualismo. Esto promueve la intolerancia en cuan-to no permite la libre discusión de las ideas, sinola imposición de dogmas. El dogmatismo es, portanto, un obstáculo para el progreso. Un ejemploque ofrece es cuando

"(..) un sabio que tiene algunas ideas que él encuentragrandes y bellas, se querrá constituir en jefe de unasecta: no tardará en trabajar para arruinar la reputaciónde otros; escribirá un libro al que sus discípulos seacostumbrarán hasta el punto de no ser capaces de ra-zonar más allá de sus enseñanzas. Para este sabio seráfácil obnubilarlos y tener así la gloria de ser su únicoconductor. Pero el público pierde con ello los frutosque habrían podido dar esas inteligencias si hubieranconservado una libertad de pensamiento, de la que ca-recen por haberse convenido de que las enseñanzas desu maestro son suficientes..".5o

Más que una libertad absoluta de la discu-sión, Leibniz postula una unión de muchos en co-laboración.A'

En lo cultural, la tolerancia tiene que ver conla libre investigación, cuyo propósito es la am-pliación del conocimiento y el dominio de la na-turaleza. Con la única condición de que todo co-nocimiento ha de ser orientado a la práctica. Otraforma de enfocarIo es la integración de la diver-sas formas de conocimiento y sistemas filosófi-cos en uno solo.

La tolerancia, retomando la materia religio-sa, guarda relación con la posibilidad de que laspersonas tengan libertad de profesar su religión(en este caso la protestante), tanto en el ámbito delo colectivo (las reuniones religiosas) como elpersonal o la enseñanza religiosa, esto a raíz deun edicto de Luis XIV que prohibió esas liberta-des. En este sentido, la tolerancia es una forma deoponerse al poder absoluto. 52

La intolerancia se aprecia también desde lasituación en que una "( ... ) Iglesia particular,por grande y legítima que sea, rompe su unióncon las demás, que protestan contra sus abusos,en lugar de tener en cuenta sus críticas, es ellala responsable del cisma, y la que ofende a lacaridad, en la que consiste el alma de la uni-dad". 53

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derecho de pose ión), aunque, el origen del Es-tado pareciera no ser complemente humano, si-no divino.

El Estado tiene una t'undamentaeión legaly ética; es el marco en que adquieren plenosentido las leyes, pues es el ámbito operativode la justicia y la autoridad que obliga a cum-plir con ésta.

El análisis del poder que efectúa Leibniz esmuy interesante dado que la política no consisteen la toma del poder o en la lucha por el poder;aunque reconoce que esa lucha existe y está es-trechamente ligada con las contiendas religiosas.El enfoque de Leibniz se orienta a cómo admi-nistrar el poder para que éste no sea arbitrario, yse conduzca al bien común. Por esta razón, la po-lítica tiene un contenido ético. De hecho, la polí-tica se fundamenta en la ética y el derecho.

En relación con la rebelión, Leibniz se opo-ne rotundamente, pero no descarta una legitimi-dad ética de esa situación, especialmente si el po-der es arbitrario, violento e intolerable.

En torno a si la política es una ciencia o no,rondan muchas inconsistencias, puesto que afir-ma su carácter científico pero nunca dice de quéíndole. Además, no adquiere las característicasde las ciencias demostrativas. En esta investiga-ción, se procuró evidenciar cómo la política sepuede comparar con un instrumento, es un mediooperativo para lograr alcanzar la realización delos valores eternos de la ética; aspecto que re-monta a una idea aristotélica-escolástica.

Otro tema, poco claro en Leibniz, es el dela libertad en el ámbito de la política; no fue po-sible desarrollarlo en su plenitud para esta in-vestigación. Sin embargo, se sugiere que la li-bertad no es vista como un derecho humano. Lalibertad no se incluye explícitamente entre a lasverdades eternas ni los principios del derechonatural. La libertad como bien lo ha dicho en LaTeodicea, es contingente. Empero, cuando serefiere a la tolerancia, parece remitirse, en elfondo, a una defensa de la libertad de pensa-miento y de conciencia; bajo el supuesto de unanoción de la libertad como la capacidad de ra-zón que posen los seres humanos; noción muycercana a Spinoza y Locke.

IX2 ÁLVARO CARVAJAL

Además de la defensa de una libertad depensamiento científico y religioso, otro gran mo-t ivo político que posee la tolerancia reside en quela rebelión tiene su origen, como uno de sus tan-tos motivos, en lo rcligioso.>' en cuanto que, porejemplo. un grupo religioso está sometido a opre-sión por otro que se encuentra en el poder. Estees el caso de Francia, en 1702, en la región deCevennes. Sin embargo, en ELAD, Leibniz afir-ma más claramente que las rebeliones son el re-sultado de la intolerancia de los gobernantes, so-bre todo cuando estos se vinculan con luchas re-Iigiosas descarnadas por la toma del poder, ya seacontra otros grupos religiosos o civiles.55

8. Conclusiones

Al término de la presente investigación, sedeterminó que el tema político en Leibniz es degran riqueza, no sólo por la variedad de los temasabordados, sino, también, por la profundidad dealgunos de ellos. Asimismo, por los intensos de-bates que sostiene con numerosos pensadores dela época.

El autor en estudio es conservador en mu-chos de sus posturas poi íticas: en otras, suma-mente progresista. Su pensamiento político estácargado de ambigüedades y oscuridades concep-tuales; mucho de esto se debe al carácter diplo-mático de sus escritos políticos. Dicha situaciónno permite una completa y cabal comprensión desus ideas. Esta ambivalencia se presta para múl-tiples interpretaciones.

Algunos comentaristas de Leibniz mani-fiestan que este autor no da importancia a temascomo el contrato social, el estado de naturaleza,la legitimidad ética y legal del Estado. En lapresente investigación, se logró mostrar cómoesos temas son discutidos por Leibniz, y él noescapa de la influencia del pensamiento políticode la época. Es así como, en dicho pensador, elEstado surge por una especie de contrato social,pero no sobre la base de un estado de naturale-za violento, sino pacífico; sin de cartar, del to-do, la condición de un estado de naturaleza endonde prima algún tipo de derecho de guerra (el

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ÉTICA Y POLíTICA E LEIBNIZ

otas

l. Las siglas uti lizadas para designar la obras deLcibniz son: ED (Los elementos del derecho I/(¡{((-

mI). ELAD (Escritos entorno a la libertad, el azar vel destino). EFP.I iEscritos de filoso/la politica v ju-ddim). EP (Escritos politicosv. T (La Teodiccai, M(La Monadologiai. y DM (Discurso de Metafisicar.

2. EFPJ, p. 180. Idea que se comparte con DeSalas (EFPJ. p. 64).

3. Guillén afirma. además. que la jurisprudenciaes la ciencia que analiza la rectitud de la Icy en rela-ción a los principios del derecho (en Los elementos delderecho natural, Editorial Tecnos. traducción de Ra-fael Celda y Joaquín Gallego, Madrid. 1991.).

4. La defensa del poder absoluto o cuasi abso-luto es versión apoyada por De Salas. Rommel y Gruaen EP. p. 14 (Escritos politicos, Centro de EstudiosConstitucionales. traducción y prólogo de Jaime deSalas. Madrid. 1979).

5. EFPJ. p. 180 (Escritos dcfilosojia jurídica ."I)olí/iea. Editora I acionul. edición preparada por Jai-me de Salas. Madrid. 1984.): T. P. 74. Primera parte(L(/ teodicea o tratado sobre 1(/ libertad del hombre ,.el origel/ del 111(/1. Editorial Agui lar. traducción deEduardo Ovejero y Maury. ,.1".).

6. "( ... ) la posibilidad de unu rebelión. por mo-tivos religiosos como a causa de la severidad de un go-bicrno despót ico donde los grandes y la nobleza esoprimida y los demás arruinados" (EP. p. 50).

1. EFPJ, p. 180.8. Veáse las páginas IS4 y 185 en EFPJ.9. EFPJ. p. ISO.10. EFP J. p. SI. Lcibniz puede ser apreciado co-

mo un antecedente del despotismo ilustrado.11. EFJP. p. 82.12. Loc. cit.13. EFPJ. P. ¡e-83.14. Es decir. entre el ser y el deber ser. distinción

que aparece mucho más elaborada en Kanl. y que re-presenta una de las características más relevantes delracionalismo.

15. EFPJ. p. 83.16. EDN. p. 70.17. Loc. cit.IS. EFPJ. p. 83.19. Para él. las acciones o los medios que em-

plea una persona no son condenables siempre quetriunte en la obtención o mantenimiento del poder.

183

20. EFPJ. p. 83.21. EFP1. p. 100.

22. Carta al Landgrave de Hesse-Rheinfels(EFPJ, p. 179).

23. EFPJ. p. 287.24. EFP J. p. 499 Y 502.25. EFPJ. p. 303.26. EFPJ. p. 188.27. Loc. cit.28. T. Discurso. p.31 ..29. Un análisis muy exhaustivo de la libertad en

el sentido metafísico se encuentra en el estudio preli-minar de Concha Roldán Panadero. a la obra Escritosel/ tomo a la libertad, «zar v destino (Editorial Tcc-nos. traducción de Roberto Rodríguez Aramayo yConcha Roldán Panadero, Madrid. 1990).

30. Ibid .. p. 227-231.31. EFPJ, p. 101.32.dr..EFPJ,p.100-103.33. EFPJ. p. 114.34. EFPJ. p. 383.35. EFPJ. p. 509 Y 534.36. EFPJ. p. 38S.37. EFPJ. p. 193.3S. EFP J. p. 200.39. EFPJ. p. 1%: ELAD. p. 113.40. ELAD. p. 109.41. EFPJ. p. 479.42. De Salas afirma que en la época que vivió

Leibniz polúica y religión son inseparables y que la re-ligión natural o la neutralidad religiosa tienen un sen-tido político. Por otra parte, asevera que el respeto a ladiversidad religiosa es un reflejo de su metafísica: lacreencia de que existe una multitud de puntos de vistade una misma verdad (EP. p. 21).

43. EFPJ. p. 479.44. EFPJ. p. 480.45. EFPJ. p. 485-4l\6.46. De Salas. EFJP. p. 478.47. EP. p. 14l\.48. EFPJ. p. 5:18-539.49. EFPJ. p. 261.50. EFPJ. p. 383.SI. EFPJ. p. 352.52. Carta al Landgrave Ernst de Hcsxc-Rhcin-

Icls. en EFP J. p. 455-4"16.53. EFPJ. p. 538.54. EP. p. 50.SS. ELAD. p. 46. Y nota 71.

Page 8: Etica y política en Leibniz (11parte) de Filosofía UCR/Vol.XXXVII... · make of it which is good or bad. Consequently, Leibni: 's concern isfor the admnistration of po-wer. Freedom

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Álvaro Carvajal VillaplanaEscuela de Estudios Generales

Instituto de Investigaciones FilosóficasE-mail: [email protected]