Expectativas de Los Padres Durante La Gestacion

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    EMBARAZO DE ALTO RIESGO: EXPECTATIVAS DE LOS PADRES DURANTE LA GESTACIN.

    UN ANLISIS FENOMENOLGICO.

    ANTONIA ANGELA GONALVES DA SILVA HILUEY Psicloga y terapeuta familiar

    (So Paulo Brasil)

    RESUMEN Este trabajo fue elaborado a partir de la recoleccin de datos en entrevistas abiertas con 4 parejas que visitaron un Servicio de Medicina Fetal porque estaban viviendo un embarazo de alto riesgo para el feto. Dos de las parejas tenan un mal pasado obstetricio, adems de edad avanzada. En las otras parejas el feto tena malformacin, comprobada ya, cardaca en uno de los casos, y urinaria en otro. El embarazo de alto riesgo por la confirmacin de problema en el beb, provoca el temor de ruptura del proyecto beb-imaginario-sano. Las parejas se apegan entonces al poder de los mdicos y/o al divino, para mantener la esperanza de ver al beb-imaginario-saludable. Caso contrario, temen desesperarse frente al hundimiento del proyecto del beb-imaginario-saludable. Eso propiciar la aparicin del beb-imaginario-deficiente, asustador. Las parejas presentaron dificultad en pensar en su propia experiencia y tomar decisiones, puesto que estaban ocupadas en defenderse, por estar asustadas, adems de hallarse amenazado el desarrollo del afecto por el beb an no nacido.

    ABSTRACT This work was prepared based on data collected on free-style interviews with 4 couples which looked for a Fetal Medicine Service, because they were withstanding a pregnancy with high risk to the fetus. Two of the couples exhibited a bad obstetrics past, as well as advanced age. The other two had already confirmed fetus mal-formation, in one of them at the heart, and on the other at the urinary system. The phenomenological analysis revealed that the threat presented by the high risk pregnancy and/or by the confirmation of a problem with the baby, provoked FEAR of rupture of the project of the sound-imaginary-baby. The couples, then, stuck to the power of the physicians and/or the divine, to maintain the hope of seeing the sound-imaginary-baby. On the contrary case, they feared to fall in despair on view of the disruption of the project of the sound-imaginary-baby. This yielded the appearance of the deficient-imaginary-baby, frightening. The couples presented difficulty on thinking about their own experience and on taking decisions, once they were occupied defending themselves, because they were frightened, besides being threatened the development of fondness for the baby.

  • Embarazo de alto riesgo: expectativas de los padres durante la gestacin. Un anlisis fenomenolgico. Antonia da Silva Hiluey. Redes n 8, pp. 59-87. Diciembre, 2001

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    INTRODUCCIN

    Mi abuelo Francisco fue un adorable narrador de historias; me acuerdo de su vasto repertorio donde el tema era siempre el mismo: una princesa muy deseada y amada por sus padres encuentra su prncipe, se casan y viven felices para siempre. En los cuentos de hadas siempre es as.

    Esa experiencia de infancia me ense mucho sobre la importancia de la historia y de la forma de narrarla, lo que me ayud a lo largo de esta investigacin, al escuchar tantas historias que no guardaban similitud con cuentos de hadas aunque debiesen ser mantenidos como tal.

    Desde la poca en que yo era profesora de nios y adolescentes, y no saba

    cmo serlo, guardaba yo muchas verdades1 en mi mente, tanto para m como para mis alumnos. Como psicloga escolar, otras verdades fueron emergiendo con el paso del tiempo. Conoc entonces a otras personas (profesores, orientadores, alumnos, directores y padres), que tenan siempre sus propias creencias. Cuando uno guarda una verdad, espera alcanzarla algn da.

    Y as fue como, a lo largo de mi trayectoria profesional, independiente del

    contexto en que yo practicaba mi actividad, una de las primeras cuestiones que percib fue la de las expectativas de la persona que solicitaba mi ayuda. As surgi el inters por investigar dichas expectativas y identificar el papel que ellas representan en los proyectos que las personas se proponen desarrollar en su vida personal y profesional.

    En este trabajo el trmino expectativas ha sido definido segn su sentido etimolgico: se origina del latn espectatu, lo que significa esperado (Aurlio, 1975). Entindase entonces expectativa como lo que es esperado.

    A lo largo de mi experiencia en coordinacin de grupos de madres de nios,

    tanto con como sin anomalas, observ que todas ellas esperaban ver atendidas sus expectativas en relacin a los hijos. Not, tambin, cmo las madres de hijos sin anomala se censuraban por sus quejas en relacin a los hijos, cuando se confrontaban con madres de nios con anomala. Sin embargo, hasta estas madres que se censuraban muchas veces se encontraban en relaciones sin movimiento, sin desarrollo.

    Sin embargo, particularmente en el curso de Posgrado, en estudios referentes a

    la actitud de los padres para con su hijo deficiente, se hizo cada vez ms evidente la importancia de que sus expectativas quedaron claras, para que tratasen ms realsticamente con las posibilidades y lmites del propio hijo.

    Para tornar ms claro el tema de esta investigacin, puesto que la metodologa

    escogida estaba intrnsecamente vinculada al propio tema, decid incluir mi historia relativa a presupuestos tericos.

    Entre esos presupuestos tericos, me encontr con que los autores de terapia

    familiar en el abordaje sistmico, as como el propio Wilfred R. Bion, psicoanalista, tenan 1 La palabra verdades est colocada en el sentido de certezas que advienen de teoras estudiadas, o de prctica

    anterior, por lo tanto de experiencia anterior.

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    en cuenta la influencia del observador (sea investigador o terapeuta), premisa importante en esta investigacin.

    Sin embargo, adems de considerar la interaccin del investigador con lo

    investigado, haba tambin un referente terico subyacente, que nos confronta con un conocimiento ya articulado.

    Leyendo a Giorgi (1978), vislumbr la posibilidad de realizar esta

    investigacin, para que la interferencia de ideas preestablecidas quedara al descubierto usando aquello que la psicologa puede ofrecer. Giorgi contribuy a que yo percibiera que era inseparable de mi tema de investigacin la manera de conocer la experiencia de las parejas; de poder tener acceso a la situacin presente de ellos, y no a la manifestacin de aquello que yo esperaba encontrar. Mi preocupacin era salir de una idea establecida que desfigurase la comprensin de los datos que los padres viniesen a ofrecer.

    Esta pesquisa investig las expectativas de los padres, para que el anlisis de

    esos datos estuviera disponible para los profesionales de distintas reas que prestan atencin a padres e hijos que pasan, o pasarn, por un embarazo de gran riesgo.

    La lectura de Giorgi (1978), fenomenolgica, clare mi recorrido acadmico,

    reiterando el abordaje sistmico y psicoanaltico de Bion, contribuyendo con respuestas a las mismas inquietaciones y fundamentando, tambin, la importancia del conocimiento de la situacin presente y sealando que la existencia de ideas preestablecidas puede interferir, impidindola, la aproximacin del momento actual.

    En funcin de mi inters por encuentros familiares en los cuales veo la

    importancia de la historia, decid concentrarme en el periodo de la concepcin, donde la historia de una persona empieza a ser escrita. En esta investigacin sobre gestacin de gran riesgo, con diagnstico para feto con anomala confirmado o no, busco conocer lo que est viviendo una pareja que pasa por ese tipo de gravidez, para llegar a saber, entonces, lo que esperan del beb. Escog hacer mi investigacin con esas parejas porque la anomala ha sido vista como un perjuicio que hace de quien la posee un pobrecito, sin ninguna oportunidad, y pone los padres de esa criatura en la misma condicin.

    Maretti & Neme (1994) definen gravidez de alto riesgo como la gravidez en

    que la gestante o su embarazo estn sujetos a sucumbir o a ser lesionados durante el ciclo grvido-puerperal. Entre los factores de gran riesgo gravdicos se nombran: los socioeconmicos, los demogrficos y los mdicos. En ese particular, existen tablas conteniendo diversos factores de riesgo y su correspondiente puntuacin. Como en la tabla de Maretti & cols. (1992) cuando la puntuacin no sobrepasa 6, se trata de gestacin de bajo riesgo, al paso que se trata de gestacin de alto riesgo, hasta que se realiza la prueba en contrario, cuando supera 7, y tanto mayor el riesgo cuanto ms elevada es la puntuacin.

    Segn Maretti & Neme (1994), la asistencia prenatal se relacionaba al principio

    solamente con medidas y aconsejamientos dietticos, buscando el bienestar de la grvida. Actualmente, el concepto de prenatal ha sido ampliado incluyendo, tambin, el bienestar del feto.

    Esa asistencia prenatal en los casos de alto riesgo, segn Maretti & Neme

    (1994), incluye un equipo multidisciplinar de salud que abarca: obstetra, enfermera,

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    nutricionista, asistente social, psiclogo y clnicos especializados. En ese equipo ocupan un lugar prominente los mdicos, quienes atienden la medicina fetal diagnstica y teraputica. Adems de los recursos de laboratorio mnimos tiles a la asistencia a las gestaciones de bajo riesgo, otros ms complejos tambin son incluidos.

    Behle & Zielinksy (1998) afirman que hay una tendencia universal de

    postergar la procreacin a aos tardos, lo que exige que el obstetra est preparado para prestar asistencia a mujeres en esas condiciones, minimizando los riesgos previsibles. Los datos de porcentaje que ellos presentan referentes a los factores de riesgo resultan ms elevados desde los 35 aos. La constatacin de esos autores al escribir sobre el cambio respecto a la poca ms comn para procreacin, apunta la posibilidad de que sean los centros de medicina fetal, locales cada vez ms buscados por parte de la poblacin grvida.

    El equipo de Medicina Fetal, cuando se sospecha malformacin, segn Isfer y

    cols. (1996), no tiene solo como objetivo diagnosticar la malformacin en el feto, sino tambin clasificarla, investigar otras anomalas asociadas, obtener el mximo de informaciones a travs de procedimientos fetales (adaptados a cada caso), y as proponer la actitud apropiada, ya delante de un pronstico previsible.

    El avance tecnolgico que permite una imagen perfeccionada posibilita

    alcanzar interrelaciones ntidas entre el diagnstico ultrasonogrfico y el pronstico fetal. Escriben Isfer, Sanchez & Saito (1996), que el operador del ultrasonido debe saber que, dependiendo de la malformacin, sta solamente ser reconocida en determinado periodo gestacional en funcin de cmo se presenta la anatoma y fisiologa del rgano fetal en trminos evolutivos y poca de formacin.

    Cunha (1996) describe tambin otra de las funciones del mdico en Medicina

    Fetal, que es el aconsejamiento gentico. Tambin podrn ser solicitados exmenes invasivos, como por ejemplo una

    cordocentesis ( que proporciona tasa global media de riesgo de prdida fetal alrededor de 1% a 2%), para extraer una muestra de sangre fetal (Isfer, Sanchez & Vergolino, 1996).

    Gollop (1997) enumera la documentacin exigida para solicitar al juez de

    derecho una autorizacin permitiendo el aborto, con tal de que est claro no haber tratamiento intra o extra tero ni sobrevida prolongada.

    Belfort (1997) escribe que el aborto en Brasil solo es legal, conforme el

    Artculo 128 del Cdigo Penal, cuando hay amenaza para la vida de la gestante o cuando el embarazo result de estupro, habiendo an en este ltimo caso todava controversias.

    Esa caracterizacin del Servicio de Medicina Fetal me pareci necesaria para

    retratar la situacin vivencial de las parejas que se encuadran en el embarazo de alto riesgo. Este fue el tipo de Servicio procurado a las parejas entrevistadas en esta

    investigacin. Esa es una descripcin apoyada en el conocimiento que la medicina

    proporciona. Mi inters es conocer cmo las parejas viven esa situacin de embarazo y lo

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    que piensan de su beb, utilizando lo que la psicologa puede ofrecer a la investigacin y al acompaamiento de esas parejas.

    METODOLOGA

    Por tratarse de una investigacin que destaca como punto central la

    disponibilidad del investigador para conocer el fenmeno, me apoy en el abordaje de Giorgi (1978).

    Considero necesario enumerar algunas de las ideas propuestas por Giorgi, para

    fundamentar la eleccin metodolgica de esta investigacin. Giorgi (1978), por una revisin literaria y reflexiva, enfatiza que el abordaje

    apropiado al estudio del hombre debe ser necesariamente distinto al abordaje de las ciencias naturales; stas no dan cuenta de los fenmenos holsticos, totales, para hacer justicia a la persona humana, sino que han tratado de fenmenos mensurables, no de los fenmenos tal como son vividos y experimentados. Un abordaje, por lo tanto, que vea al hombre como una persona, o sea, con una visin integradora, un ser total. Argumenta, entonces, en favor del uso del conocimiento filosfico, en funcin de que se incluye visiones del mundo amplias, no reducidas, y de la importancia de que los fenmenos sean descritos como son experimentados, sin reducirlos para que se ajusten a los mtodos que envuelven mensuracin.

    Cuando se quiere una psicologa a nivel humano, no se podrn ignorar las

    relaciones entre sujetos y experimentador, visto que no ser seguro suponer que se podrn cambiar los investigadores y aun as obtener los mismos resultados, si bien se suponga, segn la Psicologa basada en la ciencia natural, que el observador es independiente y no participa en la situacin investigada.

    Giorgi apunta que por el mtodo de las ciencias naturales, el investigador ser

    objetivo desde que retrate la realidad del mundo como la comunidad cientfica lo conoce y queda entonces ceido a la cosa misma, a lo que existe, independiente de la persona.

    Giorgi sugiere otro sentido para el trmino objetivo. Postula l que una de las

    connotaciones de objetivo puede ser la intersubjetividad, o sea, lo que surge en la interrelacin. Y para que surja esa descripcin de objetividad, un sujeto debe asumir una actitud objetiva. Esa nocin retiene la relacin entrelazada de sujeto y mundo. Al tener esa posicin objetiva, el sujeto se deja conducir por lo que surge o le es dado, y as, cree l, camina en sentido contrario al de la arbitrariedad, del prejuicio, del capricho. Y, escribe, que no existen garantas de que se est teniendo una posicin objetiva, sino protecciones, balanceos y verificaciones dobles.

    Los significados emergentes de la descripcin hecha por un observador que

    aclare su punto de vista, darn los lmites para la comprensin de lo que fue obtenido. As, la Psicologa como ciencia humana empieza con las actividades del

    cientfico, quien conocer al hombre en su mundo-vivido. Definido por Giorgi segn lo conceptu Husserl entendiendo como mundo a ste tal como lo encontramos en la experiencia cotidiana, ese mundo en donde se buscan metas y objetivos, mundo como

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    centro de las actividades humanas, el cual es vivido antes de cualquier reflexin sobre l como tal.

    Giorgi (1978) cita a Merleau-Ponty, quien dice que el mundo es dado a travs

    de su manifestarse fenomnico, porque cualquier transformacin del fenmeno en idea o objeto prohibe su comprensin adecuada, puesto que lo real debe ser descrito, no construido o formado.

    La fenomenologa, dice Giorgi (1978), se preocupa de la constitucin de los

    fenmenos del mundo y se llega entonces al conocimiento que est en la apariencia de ellos, que tanto revelan como ocultan. Afirma que, cuando como actitud natural, uno est absorbido por metas, objetivos y proyectos, uno no est atento a la forma en la cual el mundo se presenta. Dice que es solamente por medio de un cambio de actitud que el mundo ser considerado como fenmeno y, entonces, lo que es vivido ser tematizado y trasformado en tpico de anlisis reflexivo; y todava va ms lejos, reconociendo que, en funcin de nuestro entrenamiento y educacin, ser difcil asumir esa actitud que nos capacite conocer el mundo de una forma ms primordial o fenomnica.

    Dice Giorgi que la fenomenologa est siempre preocupada por describir lo que

    aparece, exacta y precisamente como aparece, y as los fenomenlogos postularon lo ideal como conocimiento sin supuestos. Por ser imposible alcanzar ese ideal en su totalidad, los fenomenlogos afirman que todo conocimiento est en perspectiva. O sea, nunca nos encontramos sin presuposiciones o prejuicios en relacin a los fenmenos; entonces la mejor cosa a hacer es aclarar esos presupuestos, que definen al mismo tiempo la perspectiva en que uno est, lo que abre algunas posibilidades y cierra otras. As que, completa Giorgi (1978), el establecimiento del facto en perspectiva elimina la posibilidad de una posicin absoluta, es decir, que se pueda conocer todo, sino que el hombre vivenca el ipso, del que aprehende solamente aspectos del mundo relativos a un tiempo y espacio.

    En funcin de esa cuestin de la perspectiva, queda claro que un sujeto en un

    experimento tiene su propia perspectiva de las cosas y eventos, muy frecuentemente distinta de la del psiclogo; as que es importante que la experiencia sea entendida desde el punto de vista del sujeto. Siendo as, dice Giorgi, la Psicologa debera ser el estudio de la experiencia y del comportamiento, tal como es vivenciado y comportado, y no estudiado segn una idea de cmo es vivenciado o comportado.

    Y todava, escribe Giorgi (1978), no hay una realidad en si misma, que el

    investigador simplemente registra, sino que l participa activamente en lo que llama lo real.

    Al volverse a los orgenes fenomnicos de cualquier proceso psicolgico, Giorgi (1978) introduce el trmino estructura, tanto para hablar de esos orgenes como para definir el contexto de la relacin, donde se juzgue que se puede establecer la realidad o dato psicolgico relevante en el cierre del proceso psicolgico, resultando el significado psicolgico que designa la mejor manera de interpretar y expresar la realidad psicolgica.

    Adopta el trmino estructura segn el significado que Merleau-Ponty le da,

    definiendo estructura como proceso total donde el significado es invariable y basado en la relacin de sus partes. La idea de Merleau-Ponty de estructura del comportamiento es que sus partes estn internamente relacionadas y la comprensin intrnseca podr ser desvelada en su abordaje descriptivo del comportamiento.

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    Giorgi destaca algunos supuestos clave en las ciencias humanas, a saber: 1)

    estudiar al hombre como persona de modo riguroso y sistemtico, entendindose el trmino persona como el hombre en el mundo-vivido con todas las caractersticas a l atribuidas; 2) entender los fenmenos singularmente humanos de forma psicolgica vlida y rigurosa; 3) dar primaca a las relaciones, primordialmente entre el hombre y el mundo. Eso difiere de la idea que concibe el mundo independiente del hombre o viceversa.

    Giorgi retoma las caractersticas de la actitud de la psicologa cientfico-

    humana, apuntando las que se siguen: 1) actitud abierta, fiel al fenmeno que se presenta en el momento presente, tal como se da, lo que no excluira la realidad de la indeterminacin y de la ambigedad; 2) actitud no exenta, donde el investigador reconoce que est dentro de la situacin investigada. Una vez reconocido eso, el investigador podr precisar su punto de vista, lo que permitir una comprensin ms exacta de los lmites vlidos para los resultados encontrados. El autor escribe que los sujetos de la investigacin tampoco estn exentos, o sea, no son neutrales.

    Formula lo que un investigador conseguira a partir de la Psicologa concebida

    como Ciencia humana: el descubrimiento de lo real (entendido como lo que est presente, pero no necesariamente limitado a los aspectos fsicos), el punto de partida para el desvelamiento de relaciones, contextos y significados. Este es el punto central que me atrajo de este abordaje, puesto que, como escribe Giorgi (1978), desde que el investigador est abierto al surgimiento de lo real y intentando captarlo, tan fielmente como sea posible, se desvela lo que realmente ocurre y as se pueden formular ideas a su respecto.

    Fueron realizadas 14 entrevistas en un Servicio de Medicina Fetal, todas

    transcritas, si bien no todas relatadas en este trabajo. Nueve de esas entrevistas fueron realizadas antes del examen de cualificacin

    para el mster. He podido verificar en ese material mi tendencia en hallar las informaciones que yo juzgaba que debera encontrar. Con posterioridad al examen de cualificacin, vi que el problema fundamental era que la entrevista fuera directiva, lo que chocaba frontalmente contra mi objetivo en esta investigacin, que era conocer lo que surgiese y no determinar previamente lo que haba de ser encontrado.

    Otra de esas entrevistas, realizada a peticin de la pareja, tambin fue

    descartada, por haber sido realizada inmediatamente despus de dicha pareja hubiera recibido la noticia de la muerte del feto.

    Las 4 entrevistas incluidas para su anlisis en esta investigacin fueron

    realizadas despus de la cualificacin y, por lo tanto, no son directivas; son entrevistas con la pareja, aspecto que considero importante para esta investigacin.

    Segn Ldke & Andr (1986), la entrevista libre permite una interaccin

    recproca entre quien pregunta y quien responde y, en el dilogo, el entrevistado discurre libremente sobre el tema que le fue propuesto y le es familiar. Esta ubicacin de los entrevistados y el investigador me pareci el medio ms adecuado para afrontar mi investigacin.

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    Esas mismas autoras apuntan las dos grandes formas de registro de la entrevista, escribiendo sobre sus defectos y virtudes. Se trata de la grabacin directa y la anotacin durante la entrevista.

    Opt por la grabacin directa, usando un grabador modelo TEM 12 Cassete-

    corder de Sony, con cintas cassette Sony de 60 minutos para cada entrevista. El uso del grabador me permiti mantener una atencin fluctuante y aclarar as

    las informaciones a lo largo de la entrevista, pues esto es muy importante para contextualizar y rescatar el sentido en el anlisis.

    Quedar ms libre para participar en el dilogo con los entrevistados era

    fundamental para m, puesto que, al mismo tiempo que no perdera la secuencia de las expresiones orales, llegando as a conocer la prioridad de los temas de los entrevistados, este encadenamiento de temas sera tambin de ayuda para conocer los sentimientos que el dilogo revela y, por lo tanto, ms fidedigno, visto que yo no tendra que contar con el solo apoyo de mi memoria.

    La forma que encontr para suministrar los datos no-verbales revelados por el

    tono y ritmo de voz de los entrevistados, fue registrar comentarios al trmino de cada transcripcin de entrevista, toda vez que, por ms que en el lenguaje escrito haya hecho un gran esfuerzo por registrar la dimensin no-verbal de la entrevista, la escrita no siempre resultaba a lo que el tono o ausencia de las voces transmita.

    Las 4 entrevistas analizadas se definen por el embarazo de alto riesgo por:

    1) malformacin cardaca diagnosticada en ultrasonido de rutina; 2) pasado obsttrico malo (tres abortos consecutivos) y edad materna avanzada. 3) malformacin de tracto urinario diagnosticado en ultrasonido de rutina. 4) pasado obsttrico malo (una muerte neonatal y otro hijo fallecido con Sndrome

    de Down y malformacin cardaca) y edad materna avanzada.

    El mtodo utilizado para anlisis de las entrevistas fue aqul propuesto por Giorgi (1985).

    Las entrevistas fueron, entonces, analizadas de manera que desvelasen los

    significados otorgados por esas parejas, a partir de la recoleccin de datos mediante entrevista libre. Esos significados eran lo que los entrevistados sentan, lo que pensaban y cmo procedan en distintos momentos de este embarazo.

    Hice todo esto atentamente, a travs de un anlisis en 3 etapas, como el modelo

    de trabajo propuesto por Giorgi (1985), con inclusin de 2 etapas intermediarias para garantizar una mayor precisin en la investigacin.

    Estas etapas son:

    1a) Manifestacin de los significados, en la cual el significado era evidenciado partiendo de lo que mostraban los entrevistados, verbal y no-verbalmente. Esta etapa es propuesta por Giorgi (1985).

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    2a) Etapa intermedia: elaboracin de las unidades de significado. Partiendo de lo que fue revelado en el significado, y basndome en lo que haba de comn, hice agrupamientos bajo una denominacin, por ejemplo: emocin. Y, en paralelo, estaban las situaciones donde apareca la emocin.

    3a) Etapa intermediaria: cuadro de las convergencias y divergencias de las unidades de significado de las entrevistas. Fue, entonces, preparado un cuadro de las convergencias y divergencias de las unidades de significado de las entrevistas, donde se sealaba con X (cruz) cuando la unidad estuviese presente para el entrevistado. Y las etapas finales, stas sugeridas por Giorgi (1985):

    4a) Descripcin especfica de la estructura de expectativa situada en cada entrevista, donde se encuentra una sntesis de lo que es ms caracterstico en trminos del significado que se fue mostrando en cada una de las entrevistas.

    5a) Descripcin general de estructura de expectativa situada en cada entrevista, en la cual se hace una articulacin entre los datos que aparecieron, incluyendo la experiencia de la investigadora.

    DATOS DEL ANLISIS

    El anlisis de estas entrevistas mostr que todos los entrevistados deseaban

    mucho a un nio saludable, as como tambin que los exmenes propuestos y realizados en el Servicio de Medicina Fetal permitieron confirmar que ese deseo se realizara, y que la pareja podra entonces experimentar tranquilidad. En el caso de que el Servicio encontrara algn problema en el feto, las parejas invariablemente esperaban que los mdicos les propusiesen un tratamiento para curar al nio.

    Eso viene confirmar lo que la literatura especializada, como Sorrentino (1990) y Sinason (1993), relataron: que los padres esperan un hijo perfecto.

    Los datos tambin permitieron comprobar que las informaciones mdicas eran

    registradas y que algunos entrevistados repetan, con sus propias palabras, las informaciones mismas de los mdicos sin llegar a comprometer su significado.

    Lo que llama la atencin en este anlisis es la constatacin de que los hombres

    entrevistados parecan no tener conciencia del gran riesgo de la gestacin, en funcin de su discurso verbal; sin embargo, posteriormente, el anlisis mismo mostr que eso no era cierto, cuando se incluy el discurso no-verbal. Las mujeres, por su parte, se mostraban asustadas, conscientes del gran riesgo que corran tanto ellas como los bebs. Esta conciencia del gran riesgo era entonces comprendida, cuando lo que informaban las mujeres reiteraba el diagnstico mdico y/o la literatura mdica. Las mujeres se mostraban asustadas, temerosas y se describan verbalmente de este modo, y precisaban textualmente la posibilidad de constatar problema en el beb, para inmediatamente pasar a hacer consideraciones sobre esa situacin, pero resignndose frente a ella. Los hombres parecan no percibir el estado de sus mujeres y siguieron haciendo verbalizaciones que describan una creencia en el poder de los mdicos, y pensando que al ocurrir algn problema, stos prescribiran los adecuados tratamientos, y el nio resultara perfecto. En el caso de Joo, Huguinho y Alfredo haba tambin creencia en el poder divino.

    Como investigadora, y aun durante las entrevistas, me molest bastante esa

    actitud de los hombres. Sin embargo, llamaba mi atencin que sus mujeres no se

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    molestaron. A travs del anlisis de las entrevistas se puede comprobar que la postura de esos hombres corresponda a lo que esperaban sus mujeres. En cada entrevista haba, segn el anlisis, una necesidad especfica, pero, por lo genera, la funcin de este discurso era ayudar a mantener la esperanza de que nada de malo se concretara, el mal desaparecera y el bien permanecera, pues las parejas estaban aterrorizadas ante la posibilidad de que el nio tuviera algn problema, o con el hecho de tenerlo, cuando eso haba ya sido comprobado.

    Esa situacin me haca recordar aquella de cuando los nios chiquitos tienen

    pesadillas y sus madres los consuelan diciendo: mam est aqu. Ya pas, ya pas. Tanto hombres como mujeres necesitan de ese tipo de madre en esa situacin

    de gravidez. No se trata solo de un temor al hijo deficiente y a que los resultados de los exmenes tarden; ellos estn vivenciando el miedo en el presente, estn asustados.

    La investigadora se vio muchas veces como la propia abogada del diablo,

    estando atenta a las preocupaciones de las mujeres y estimulndolas a precisaren sus miedos, frente a hombres que parecan no ver la dificultad de sus mujeres.

    Es comprensible este sentimiento de la investigadora despus del anlisis, pues

    la pareja llegaba estructurada en ese clima de proteccin mutua. Ellos estaban juntos, cuidando de su miedo a no ver su deseo realizado: hasta el punto de negar el presente, a travs de arrepentirse por el embarazo, como Ana y Maria, quienes relataban no querer hijos haca tiempo; o, como los otros entrevistados, creyendo en el poder incuestionable de Dios para solucionar ese problema, como en el ejemplo de Joo, que deca que para l nada es imposible; o en la divina sabidura, al escribir el destino de una persona, aunque le d una cruz para cargar, como dijo Edilene.

    El anlisis desvel el tipo de dinmica de las parejas entrevistadas en un

    embarazo de alto riesgo. Eso me llev a pensar en las consecuencias de ese tipo de dinmica, en la cual

    las personas conocan los riesgos que corran, pero estaban asustadas y buscaban tranquilizarse, creyendo que el problema pasara de manera mgica o por el poder del progreso de la medicina. Es humanamente comprensible y, por lo tanto, hasta normal, que las personas se intenten tranquilizar creyendo que su beb es saludable; sin embargo, hay riesgos en esa manera de afrontar el problema. Eso se pone de manifiesto en las entrevistas, en varios momentos, algunos de los cuales enumero abajo:

    La imposibilidad de darse cuenta, en verdad, del temor que permanece

    molestando a las parejas, pues resulta de la visin de un beb-imaginario-deficiente, asustador.

    Al evitar vincularse afectivamente al beb, por miedo a la prdida fsica del beb o a la deficiencia.

    Imposibilidad de reconocer el conflicto entre querer y no querer este beb con riesgos, o con los problemas ya comprobados.

    La imposibilidad de imaginar el desmoronamiento del proyecto acerca de un hijo saludable.

    La divisin en la comprensin de la situacin de alto riesgo en las parejas entrevistadas.

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    En funcin de que cada uno de los miembros de la pareja presenta verbalmente

    su manera particular de entender su embarazo de alto riesgo, el mdico podr resultar confundido. En el caso especfico de este Servicio, el mdico necesita saber si la pareja entendi los riesgos de los exmenes y sus aclaraciones, que justifican la necesidad de exmenes complementarios; en algunos casos, esos podrn ser dispensables y postergados. El profesional puede quedar perplejo, en cuanto al grado de concienciacin de la pareja, si slo atiende al discurso verbal de sta.

    El anlisis de las entrevistas, incluyendo lo que la pareja manifestaba

    verbalmente y no-verbalmente, puso de manifiesto que esas personas envueltas en el embarazo de alto riesgo se estaban defendiendo de caer en pnico. Obedec, en este anlisis, a un mtodo riguroso para desvelar la verdad de los entrevistados y percib cun difcil es llegar a ella. Cmo quedan los profesionales que atienden a estas parejas para una consulta? No irn a transcribir entrevistas, analizarlas, discutirlas, estudiar, sino que estarn implicados con personas asustadas, y se vern en la necesidad de tomar decisiones rpidamente. Esas personas con miedo podrn dar la colaboracin que los mdicos necesitan ? Los mdicos podrn esperar el tiempo que la pareja necesita? Y a esas parejas, cmo ayudarlas?

    Este anlisis desvel que la dinmica establecida por la pareja mantiene la

    expectativa de hijo perfecto y la aceptacin de su muerte o anomala, en algunas parejas, por sabidura divina. Se puede conocer as no solamente lo que esperan las parejas en gestacin de alto riesgo, sino tambin cmo se mantiene viva la esperanza de la pareja, por la propia dinmica establecida entre ellos como defensa contra el miedo a ver su proyecto perdido, el temor a la desesperacin al visualizar su proyecto acerca de un hijo perfecto desmoronando, y permitiendo que surja el hijo muerto y/o deficiente. Frases de las entrevistadas retratan eso: Edilene se refiere al hijo con problema como una cruz con la que cargar por el resto de la vida; Maria dice que su hija con problema no tiene posibilidad de sobrevivir.

    Para las parejas Joo y Maria, Ana y Rubens, hay una referencia explcita a la

    desesperacin que persiste en esta dinmica. Existe la coincidencia de que estas son las parejas donde la anomala en el feto estaba ya comprobada.

    Esta investigacin se propuso buscar en el mundo-vivido lo que ocurra con

    esas parejas. El anlisis de las entrevistas desvel el miedo que las parejas estaban viviendo. En el captulo destinado a las conclusiones, intentar, apoyada en teoras ya existentes, discutir algunas de las cuestiones que este anlisis proporcion.

    Este es un pequeo paso inicial para que se piense en esta problemtica en la

    cual estn sumergidas familias y mdicos. A continuacin incluyo el cuadro de las convergencias y divergencias de las

    unidades de significado de las entrevistas, como forma de visualizar los datos aqu especificados de modo discursivo.

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    3. Cuadro de las Convergencias y Divergencias de las Unidades de Significado de las Entrevistas

    Entrevistados

    Contradiccin entre el sentimiento y la forma de unicarlo

    Emocin Tensin

    Contencin de la Tensin

    Sentimientos(A a U) *

    Deseo de tener a un beb

    Deseo de tener a un beb saludable

    Dilema del aborto

    Temor de perder al beb

    Temor de la deficiencia

    Creencia en el destino

    Creencia en el poder de los mdicos

    Creencia en el poder divino

    Sobre o sexo del nio

    Maria X X A; B; C; D X X X

    Joo X X E; F; G X X X X X

    Maria y Joo X

    Edilene X H; I X X X X X X X

    Alfredo X E;G;HJ;K;L X X X X X X

    Edilene y E; H; L X X X X X X

    Ana X X B;I;M;N;Q X X X X

    Rubens X L X X X X

    Ana y Rubens __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __

    Mnica X X X L;H;OP;R X X

    Huguinho X

    H;S; T;U X X X X

    Mnica y X X

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    * Sentimientos: A = Cario H = Asustado O = Soledad B = Descreencia I = Tranquilidad P = Necesidad de cuidados C = Arrepentimiento J = Irritacin Q = Sentimiento de culpa D = Horror K = Ansiedad R = Desconfianza E = Esperanza L = Temor S = Sorpresa F = Placer M = Molestia T = Optimismo G = Preocupacin N = Necesidad de hablar U = Alegra CONCLUSIONES

    A partir de esos datos formul la siguiente cuestin: considerando que la mente

    puede producir a un beb-imaginario-deficiente que es temido por sus progenitores, como tambin puede producir un beb-imaginario-saludable, no podra la mente producir un beb con aspectos que, aunque indicasen problemas, no fueran tan atemorizantes para los padres? El beb tendra padres y los padres tendran un beb, pues desde una imagen menos asustadora, los padres llegaran cerca y podran ir tranquilizndose y desarrollando afecto por el beb.

    Sin embargo, la respuesta est en el mundo-vivido de los entrevistados que el

    anlisis desvel: no, no lo podra producir, pues los padres estaban asustados y, en este estado, las imgenes son de temor, y para tranquilizarse se vincularon con la imagen del beb-imaginario-saludable y, si era necesario, con poderes adicionales como el de los mdicos y/o divino para mantenerlo; caso contrario, surgiran todos los miedos que asumen la forma del beb-imaginario-deficiente el cual, como la propia Maria mostr, siempre existi dentro de ella, independiente de que viviera o no un embarazo de alto riesgo.

    El embarazo de alto riesgo ofrece indudablemente el alimento adicional para que

    aparezcan los miedos que forman parte naturalmente del embarazo. La caracterizacin del Servicio de Medicina Fetal en ese trabajo retrata cmo las parejas, muchas veces, necesitan soportar largas esperas para alcanzar la edad gestacional en la que un dato del sistema fetal pueda ser mejor visualizado, y aun as, adems, los mdicos necesitan hacer el acompaamiento para que se certifique la evolucin del caso. O sea, esos padres continuarn asustados durante largo tiempo. El alivio al cual Mnica y Edilene se referan podra venir de forma ms o menos rpida, si es que llegaba, puesto que el alivio consiste en saber que el beb est realmente sano.

    Esos datos nos permiten entender casos como el de Giovanni y Donatella,

    descritos por Sorrentino (1990), donde las expectativas de sus madres fueron rotas. Las madres de esos nios permanecieron, probablemente a lo largo de su vida, enganchadas a un beb-imaginario-saludable, al precio de sus defensas, que las alejaron de la situacin vivida; as, buscando realizar este proyecto a cualquier precio, siguieron muy asustadas, defendindose de la amenaza constante de que el proyecto se desmoronara y surgiera el nio malformado, sin que llegaran a tener a un nio real fruto de esa integracin, con contornos

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    humanos, lo que puede algunas veces incluir graves enfermedades, que harn que sus padres experimenten un gran dolor, pero no el horror que los aleja.

    El proyecto sano no poda morir finalmente, para que algo nuevo surgiera,

    porque de inmediato llegaba entonces el proyecto defectuoso y la muerte del beb-imaginario-saludable, lo que provocaba intenso miedo a enloquecer. Tal vez cada uno de nosotros pueda poner ejemplos de ese tipo en su prctica profesional, ejemplos de personas que no tuvieron a alguien con quien contar, ofrecindole un trabajo donde, como escribe Whitaker y Bumberry (1990) emerja:

    una tolerancia aumentada para el absurdo de la vida, cuando parecen ms capaces de transcender el dolor que consideraban anteriormente insoportable. El facto de que la vida permanece dolorosa no les impide vivir. Una vez que uno afronta realmente el terror, que es real, est ms libre para vivir con l, y no tener que huir perpetuamente de l(Whitaker & Bumberry, 1990, p.68).

    Eso no siempre ocurre sin auxilio especializado. Desde luego, toda vez que resulta necesario evitar tales expectativas desmedidas,

    el querer romperlas de manera definitiva es peligroso, as como lo es el considerarlas como algo meramente comprensible, como muestran los casos de Giovanni y Donatella, cuando los profesionales cooperaban a la realizacin, de manera desmedida, de las expectativas de las madres. En el caso de Giovanni, para que surgiese el Delfn, y en el de Donatella, para que alguien con enanismo ganara 15 o 20 cm al precio de un doloroso tratamiento. Eso requiere, por lo tanto, especial tacto para tratar con parejas en situacin de embarazo de alto riesgo.

    Sin embargo, posiblemente antes de conocer cmo era lo real de las personas

    entrevistadas, el desafo no quedaba tan claro. Como las bases para que padres e hijos se relacionen unos con otros en una relacin plena, viva y satisfactoria, estn desde la concepcin, el embarazo de alto riesgo es un desafo para todos nosotros, profesionales de la salud.

    Dias y Meloni (1996) fueron citadas al afirmar que, una vez percibida la

    importancia de la vida fetal, se debera cuidar de la salud de la gestante, no solo fsica, sino tambin mental. Vale la pena aadir que, despus de que la implicacin emocional de las consecuencias de un embarazo de alto riesgo sea captada, es necesario cuidar de la salud mental de la pareja que la vive. Todo tiene su precio, e implica deberes para los profesionales del rea de salud. Estos datos ofrecen una indicacin segura, en cuanto a la implantacin en los servicios que atienden a ese tipo de clientela, de un equipo multidisciplinario a disposicin de personas enteras y no troceadas segn la especialidad de cada uno. Y si eso no fuera posible, los profesionales implicados necesitaran recurrir a reuniones clnicas donde podrn contar con los especialistas que les hicieran falta en el da a da, aunque los aspectos emocionales de estas parejas sean responsabilidad de todos los miembros del equipo, puesto que estos no existen independientes de las personas o estn restringidos a un diagnstico y trato psicolgico.

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    Los mdicos tenan problemas, no porque las parejas no entendiesen sus

    informaciones, sino porque necesitaban mantener viva la esperanza de tener al beb-imaginario-saludable, lo que les dificultaba pensar sobre las implicaciones de sus informaciones .

    Por otro lado, si se desmoronaba el beb-imaginario-saludable surgira un

    beb-imaginario-muerto o deficiente, igualmente temible. Sin la muerte nada de nuevo surge, pero estos datos muestran que la muerte

    puede traer el miedo otra vez, a travs del beb-imaginario-deficiente, o sea, que parece que estas parejas no tienen salida a su dilema. Ser necesario atravesar el pavor para llegar al dolor.

    Los datos a los cuales esta investigacin tuvo acceso a travs de una entrevista

    no directiva, posteriormente analizados, revelaron que as est constituida la mente de estas parejas entrevistadas.

    Las mujeres entrevistadas llegaban incluso a referirse explcitamente a la

    posibilidad de que el nio muriera o tuviera problemas, dependiendo de la situacin que caracterizaba el embarazo de alto riesgo.

    Los hombres, por turno, si por casualidad mencionaban este hecho, como por

    ejemplo lo hizo Alfredo, quien tema perder a otro beb, lo hacan de modo sutil, pues bsicamente se apegaban a la idea de que todo terminara bien con el beb naciendo saludable.

    Ninguna conclusin sobre lo que caracteriza esta diferencia surgi a partir del

    anlisis, debiendo quedar solamente como observacin y, quin sabe, sugerir una nueva investigacin que se atenga a esa diferencia.

    Brazelton & Cramer (1992) escribieron sobre el deseo de tener un hijo, tanto

    para las mujeres como para los hombres. Rosenbluth y col. (1973) relataban que las nias piensan en sus bebs desde que juegan con sus muecas.

    Brazelton & Cramer (1992) sealan que, en la poca del nacimiento, la madre

    podr haber ya enumerado todos los posibles problemas que su beb podra presentar. Tendra ya vivido en sus sueos y fantasas lo que hara si tuviese un nio con alguna anormalidad. De ese modo, un nio prematuro o deficiente no es tanto una sorpresa para la madre, como una frustracin por todo el esfuerzo que se mantuvo durante el embarazo. Ya habr meditado y hasta movilizado las fuerzas que consider le ayudaran a enfrentar el problema, pero aun as tendr que confrontarse con la contrariedad de perder al beb perfecto que imagin que recibira como recompensa por su trabajo. Una entrevistada, Mara, es un ejemplo claro de estas consideraciones de los referidos autores.

    El trabajo de adaptarse a sus sentimientos ambivalentes y miedos relativos al

    feto apenas est empezando, dicen ellos. La mujer no est todava lista para ver al beb

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    como una realidad. Al observar en la pantalla de ultrasonido los movimientos del feto, muchas madres primerizas expresan emociones conflictivas. Lo ven como algo incompleto, inadecuado, atemorizador. Evitan, escriben estos autores, hasta mirar la pantalla, como si estuvieran delante de algo aterrorizante. Permanece como un bulto virtual, vulnerable y atemorizador hasta alrededor del quinto mes, cuando sus primeros movimientos se hacen sentir. Estos sentimientos son un reflejo de la lucha de la madre contra su propia ambivalencia. Es necesario ms tiempo para que ella pueda aceptar al beb.

    A lo largo de los ltimos meses del embarazo, el feto va apareciendo para los

    padres como un ser cada vez ms separado y real. Es como si la madre necesitara personificar al feto para no encontrarse con

    alguien totalmente extrao en el momento del parto. Los padres van reaccionando a la actividad fetal, atribuyndole un significado, por ejemplo: calmo, agresivo, como una bailarina, como un jugador de ftbol.

    Y as, escriben esos autores, para todo padre o madre: tres bebs distintos se

    renen en el momento del nacimiento; el nio imaginario de sus sueos y fantasas y el feto invisible pero real, cuyos ritmos y personalidad particulares se fueron haciendo cada vez ms evidentes en el curso del embarazo, en ese momento se funden con el recin nacido de facto, que puede ser visto, odo y, por fin, cogido en los brazos. Esa imagen que se basa tanto en necesidades y deseos narcisistas como en la percepcin del desarrollo del feto: movimientos, actividades, estndares de reaccin. As es que, en el momento del nacimiento, la madre ha ya tenido tiempo suficiente de prepararse para:

    1) el choque de la separacin anatmica 2) la adaptacin a un beb en particular 3) una nueva relacin que combinar sus propias necesidades y fantasas con las de

    otro ser.

    El embarazo, concluyen Brazelton & Cramer, no es slo un periodo de ensayos y expectativas; es tambin una fase en que viejas relaciones pueden ser mentalmente retrabajadas, y es un periodo de constante confrontacin entre la satisfaccin de sus deseos y el reconocimiento de la realidad.

    De cualquier forma, normalmente todos los padres atraviesan una fase de

    decepcin ms o menos intensa con su beb, en el proceso de tener hijos. Cuando el beb es prematuro, o presenta un defecto real o una enfermedad

    congnita, las diferencias entre el beb real y el imaginario se vuelven mayores. En estas circunstancias se puede esperar un colapso repentino y traumtico de la autoestima de los padres. El defecto del nio acaba por revelar, segn la percepcin inconsciente de ellos, los defectos ocultos en ellos mismos. El nio es como un espejo de los padres, su defecto revela la deficiencia.

    El nacimiento de un nio defectuoso trae siempre un gran cambio emocional y

    pone a prueba la capacidad de los padres para desarrollar afecto por l. Sin embargo, hay

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    diversos factores capaces de disminuir los efectos de ese golpe sobre la autoestima de los padres, y entre ellos est una comprensin detallada de la naturaleza del defecto. Observaron algunos autores que los miedos y expectativas de los padres son mayores cuando el defecto es detectado durante el embarazo, que los sentimientos que los padres afirman tener cuando ven al nio nacido y perciben realsticamente la extensin de la deficiencia. Estos datos indican que las fantasas referentes al defecto pueden ser ms graves que la percepcin real del mismo. Eso posiblemente ayuda a comprender la intensidad del temor constatado por el anlisis de esta investigacin.

    Concluyen Brazelton & Cramer que desarrollar afecto por un nio

    decepcionante slo es posible si los padres alcanzan a curar la herida inflingida a su autoestima. Lo que, segn ellos, slo ocurre, muchas veces, con auxilio especializado. Nunca se debe olvidar que el beb tiene inicio dentro de la madre y, como tal, representa de modo visible la parte ms interior de su self2.

    Los datos de la investigacin permiten afirmar que los clientes se beneficiaran

    de la sustentacin de su miedo, contando con informaciones precisas y comprensibles de los mdicos y, desde luego, de un servicio de soporte psicolgico, pues las defensas son intensas e impiden la aproximacin de la situacin vivida por esas personas que pasan por diversos exmenes y aguardan sus resultados. Otro servicio especfico sera necesario para aquellas parejas que ya saben que su beb tiene una anomala.

    Ese proyecto de un servicio de salud se constituye en un nuevo desafo que

    podra ser objeto de una nueva investigacin.

    1) En cuanto al aspecto psicolgico:

    a) ofrecer apoyo que proporcione, como afirma Betty Joseph (1988), apoyndose el lo que escribi Bion:

    la experiencia analtica aumente la capacidad del paciente hacia el sufrimiento, aunque paciente y analista puedan esperar disminuir el dolor mismo.

    b) un servicio donde no fuera olvidado, como escribe Box (1994): Nuestro inters sobre las cuestiones conflictivas o dolorosas que necesitan ser evitadas est relacionado con la percepcin de que es a travs de su evitacin y no de su existencia que tales cuestiones tienen mayor probabilidad de impedir o sabotear el crecimiento y la creatividad. (p.19).

    2 Self. Concepto psicanaltico que incluye el yo (ego) y el no-yo. Es la totalidad de la persona. Incluye tambin

    el cuerpo con todas sus partes, la estructura psquica con todas sus partes, el vnculo con los objetos internos y externos y el sujeito como opuesto al mundo de los objetos. Cf. Leon Grinberg y Rebeca Grinberg. (1980) Identidad e Cambio. Buenos Aires: Paids. (N.R.T.) (Winnicott, 1997, p.7).

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    2) En cuanto a la atencin mdica:

    Los mdicos son muchas veces mensajeros de malas noticias. Como seguramente saben que sus clientes estn asustados, querrn tranquilizarlos y temen colaborar en una eventual decepcin si no garantizan el entendimiento de la situacin clnica. Los mdicos saben que el problema es el miedo de sus pacientes. Las defensas movilizadas los alejan de la situacin atemorizadora. Se sugiere un posible cambio en su conducta al dar las informaciones mdicas necesarias y precisas, y observando el efecto de sus intervenciones aclaratorias sobre los clientes. Podrn eventualmente ser partidarios de la postura sealada por Ldke &. Andr (1986), de que el impacto emocional de una pregunta prematura puede dificultar la entrevista, como tambin la falta de un clima de confianza. Pueden, entonces, los profesionales, cuidar la manera de presentar todas las aclaraciones necesarias, sabiendo que el gran problema son las defensas, pues las parejas comprenden las informaciones y temen la desesperacin frente a deficiencia o muerte no voy a enloquecer ni desbarrar, dijo Edilene.

    He trazado hasta aqu un lugar importante en este trabajo para el temor, el

    miedo, el terror de esas parejas que viven un embarazo de alto riesgo, en funcin del anlisis de los datos recolectados, a partir del cual saqu conclusiones y enumer sugerencias.

    Los datos analizados no permitieron escribir sobre sufrimiento, dolor de verdad

    y, por lo tanto, sobre el inicio de un proceso de integracin de los bebs imaginarios y, por consiguiente, ms real, bajo la vigencia de la influencia de las informaciones mdicas, en el proceso de la mente humana.

    Pas horas transcribiendo las cintas grabadas, escuchando tonos de voz elevados

    o arrastrados, como en el caso de Maria y Joo; viendo, durante las entrevistas, gente con fisonoma enojada como Edilene o con postura atiesada y en silencio como Mnica. Todos describiendo la pesadilla que estaban viviendo (esperando diagnsticos, pasando por distintos tipos de exmenes, decidiendo qu hacer). Como en una pesadilla, esas personas mostraban estar afligidas, asustadas, agonizadas, atormentadas, como el anlisis revel; en particular, a travs de lo no-verbal (tono de voz alterado como el de Maria, los discursos confusos de Huguinho, en un tono de voz sin interrupciones). El dolor estaba all, pero no podan sentirlo. Durante la recoleccin de datos, muchas veces escrib sobre mi sentimiento de incomodidad frente a los hombres que no vean el dolor de sus mujeres. Llegu hasta a preguntar a Huguinho cmo perciba a su mujer. l me contest: yo creo que ella est reaccionando bien. Tambin escrib sobre las mujeres que no se incomodaban con esa actitud de ellos.

    Creo necesario precisar porqu es importante la atencin de los profesionales al

    temor de esas parejas. En este sentido, discutir esos datos a la luz de la concepcin psicoanaltica permitir comprender la importancia de que no nos distanciemos, de que quedemos con esa experiencia viva, el MIEDO, para comprender la implicacin del mismo en el desarrollo del beb-imaginrio en el interior de la mente humana.

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    Las parejas de esta investigacin vivieron una experiencia emocional insoportable la posibilidad o la confirmacin de que haba un problema en su beb durante el proceso de gestacin, donde la grvida no slo presta su vientre, sino tambin la mente, para dar la vida.

    Brazelton & Cramer (1992) escribieron que el beb tiene inicio dentro del self

    materno, de ah sus problemas de autoestima cuando el beb tiene problemas. Los datos del anlisis permitieron conocer cmo era el beb imaginario de estas

    parejas entrevistadas, as como cul era su sentimiento caracterstico: el temor. Ya que la madre presta, tambin, su mente para dar vida al beb, se puede

    reconocer la concepcin de Melanie Klein (1982) en los datos del anlisis. Klein, a partir de material obtenido en anlisis de nios y adultos, elabor sus hiptesis sobre el desarrollo psicolgico del ser humano, desde su nacimiento, enfocando en especial las ansiedades que experimenta en la presencia de los sentimientos de amor y odio. Describi dos configuraciones fundamentales en el funcionamiento de la mente, a las cuales denomin posicin esquizoparanoide y posicin depresiva. Cada una de esas configuraciones se caracteriza por un tipo particular de relacin de objeto, de ansiedad y de defensa.

    En la posicin esquizo-paranoide, la relacin de objeto es del tipo objeto parcial,

    prevalece la defensa conocida como escisin (divisin) y la ansiedad es paranoide. El reconocimiento de la madre como una persona total marca el inicio de la posicin depresiva, cuando la relacin es con objetos totales y prevalece la integracin, ambivalencia, ansiedad depresiva y culpa (Segal, 1975).

    La concepcin terica de Melanie Klein puede ser utilizada tanto en los datos del

    anlisis, como para explicar la importancia del temor en la vida de esas parejas entrevistadas mientras gestan un objeto-beb-imaginario.

    El beb-imaginario-saludable puede ser visto como el objeto bueno. O sea, los

    impulsos amorosos del ego3 materno/paterno constituyen ese buen objeto, mientras los destructivos constituyen el objeto malo/el beb-imaginario-deficiente. En el proceso gestante hay una regresin caracterstica en la cual la embarazada revive inconscientemente la relacin con su propia madre, y de ella misma como feto, al tomar el lugar de su beb, como escribi Soifer (1984). De eso resultan las ansiedades especficas de cada periodo gestacional, desde la implantacin del embarazo al parto y al puerperio.

    3 Ego ... Para Klein, el ego ya existe en el nacimiento, tiene una frontera e identifica objetos. Posee ciertas

    funciones de tipo excepcionalmente primitivo, tales como (i) separar el yo del no yo; (ii) discriminar entre lo beuno (sensaciones buenas) y lo malo; (iii) fantasas de incorporar y expelir (introyeccin y proyeccin) y (iv) la fantasa del acasalamiento de las preconcepciones y realizaciones... ... El trmino self, con freqencia utilizado sinnimamente con ego por Klein, parecera sugerir la experiencia del sujeto, sus fantasias a respecto de si mismo. ... La lucha del ego es en el sentido de mantener su propia integridad em frente a sus penosas experiencias de objetos que amenazan con aniquilarlo.... (Hinshelwood, 1992, pp 300-301)

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    Y, entonces, el ego usa sus defensas delante de esas ansiedades, apegndose al objeto bueno idealizado.

    En este contexto viene la noticia del embarazo de alto riesgo, o hasta la

    confirmacin de una anomala en su beb. Beb ste que estaba siendo generado dentro de la mente. Ya haba en la mente

    el beb-imaginario-saludable y el beb-imaginario-deficiente, como informan las entrevistas; algunas ni pensaban en el deficiente, como Ana, otras, como Maria, pensaban mucho en l.

    Brazelton & Cramer (1992) escribieron que toda embarazada suea con la

    posibilidad de tener un hijo con deficiencias. Seran necesarias gratificaciones para ayudar al ego a fortalecerse y seguir

    integrando al beb. Ultrasonido, or el corazonzito (Edilene expona su placer cuando tuvo esas experiencias; Mnica deca: hasta ahora en el ultrasonido est perfecto). Solo que en estas situaciones de alto riesgo lo comn son los retornos constantes para nuevos exmenes, quedando las parejas en vilo, o para nuevas decepciones, como deca Maria: desde los 2 meses, tanto examen para no resolver nada.

    Los entrevistados estaban en distintos periodos de gestacin, pero los datos del

    anlisis no permitieron especificar diferencias relativas a ese aspecto: cmo estaba constituido en la mente el beb. Lo que vivenciaban las parejas era frustracin o elevada ansiedad (deca Edilene nerviosa, preocupada, ni trabajo derecho; Mnica: tengo miedo; Ana: Por qu? Contino sin respuestas. Yo estoy tensa. Un embarazo tenso), y las parejas apegndose al beb-imaginario-saludable..

    El conocimiento de que el embarazo en curso est considerado de alto riesgo

    lleva a una perturbacin en la dinmica beb-imaginario-saludable/ beb-imaginario-deficiente. Esa perturbacin est motivada por sentimientos de pesar y culpa, estimulando la aparicin de frustracin y ansiedad, perjudicando as la integracin entre los bebs-imaginarios.

    Usan los mecanismos de defensa: escisin (el beb-imaginario-saludable

    separado del beb-imaginario-deficiente), negacin de la realidad externa e interna (el beb-imaginario-deficiente no existe); idealizacin (ser saludable gracias al poder de los mdicos y/o divino); represin de las emociones (como revelado por el anlisis en la contradiccin entre el sentimiento y la forma de comunicarlo, en el caso tanto de Rubens como de Alfredo, por ejemplo).

    El sentimiento preponderante es el miedo, motivado por el realce que el beb-

    imaginario-deficiente adquiere a partir de la noticia sobre las dificultades del feto. En la economa mental eso comprobara que el beb-imaginario-saludable fue destruido. Es terror el sentimiento preponderante.

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    El proceso normal de integracin entre el beb-imaginario-saludable y el beb-imaginario-deficiente se estanca, y en el imaginario parental, por negacin, slo existe el beb-imaginario-saludable. Con eso se pierde la oportunidad valiosa para trabajar el dolor y la frustracin resultante de la situacin anmala del beb.

    Brazelton & Cramer (1992) escriben sobre el desgaste de la gestacin. En los

    anlisis de las entrevistas de Maria/Joo, Ana/Rubens, se encontraron ansiedades depresivas ms explcitas, como se poda ver por el sentimiento de culpa de Ana, y en Mara, cuando se refera a su conviccin de la muerte de aqul a quien se refera con cario, el nene. Sin embargo, sus sentimientos de terror, en el caso de Mara, fueron evidenciados por el tono de voz agudo, casi gritando y, en el caso de Ana, por el tono de urgencia, atosigante, al pedir respuestas sobre lo que ocasion el problema en el beb, dando as indicaciones del peligro de empezar el proceso de integracin mental del beb-imaginario. Los maridos de esas mujeres, adems, eran fuertes aliados en la manutencin de la separacin de ambos los proyectos imaginarios, en funcin de la cantidad de ansiedad estimulada, tambin debida al embarazo de alto riesgo con confirmacin de malformacin.

    Ese dolor que no puede ser sentido dificulta la integracin del beb imaginario. Sin duda el avance de la medicina, a travs de los exmenes laboratoriales y por

    imagen, que ofrecen constataciones prematuras sobre el beb a personas incompletas y desgastadas emocionalmente (Brazelton & Cramer 1995), abrevi el tiempo de 9 meses para la gestacin fsica y psicolgica, y eso tiene su precio. Aunque Soifer (1984) haya ya escrito que en su trabajo clnico constat que, inconscientemente, la embarazada sabe de los problemas en su beb, siendo muchas veces ese un factor importante de indicacin para la evaluacin mdica, cuando se discriminaba que no se trataba de una ansiedad normal caracterstica de todo embarazo. Esa abreviacin representa una acumulacin de ansiedad, en un periodo de creacin de vida que es naturalmente tenso y desgastante.

    Como Brazelton & Cramer (1995) escribieron, la naturaleza necesita 9 meses

    para dejar nacer. A partir de los datos del anlisis se puede osar escribir que necesita ese tiempo, tambin, para dejar nacer en la mente, con vida propia y apariencia relativamente humana, su beb.

    El tiempo que no fue dado a estas parejas tuvo sus repercusiones en la

    integracin del beb-imaginrio. Aunque hay un riesgo implcito en cualquier tipo de gestacin, siempre que los 9 meses no son completados o hay aumento de ansiedad, lo que dificulta la creacin mental de aqul que es llamado Mi Hijo.

    Ese Mi Hijo que fue generado en el vientre y en la mente podr tener mejillas

    rosadas, pasar por innmeras cirugas, morir algunos aos despus de nacido (como en el caso de Mnica) o aun no tener anomala, ya que el embarazo de alto riesgo no incluye certidumbre de malformacin.

    Los datos no permiten estimar el tiempo del proceso de integracin del beb-

    imaginario, pero un da ser necesario empezar, y a lo largo del crecimiento de los hijos ya

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    nacidos muchas reacomodaciones debern ser hechas en las imgenes mentales de los padres.

    Soifer (1984) escribe que las situaciones agudas que viven las embarazadas,

    cuando son tratadas en el momento, son de fcil resolucin. Reitera, pues, lo que esta investigacin se propuso, es decir, conocer cmo esas parejas estn en relacin al desarrollo del beb-imaginario, suministrando as elementos para la intervencin.

    Para llegar al otro lado del tnel es necesario atravesarlo. Soifer (1984) tambin escribe, basndose en su experiencia clnica con

    embarazadas, que cuando no se da atencin en el momento oportuno se consolida una situacin crtica, donde pocas veces la paciente tiene esperanza suficiente para tolerar un largo tratamiento.

    Un hijo menos atemorizante, fruto de la integracin de los 2 bebs imaginarios,

    nacera de una mente cuyo ego estara ms fortalecido, pues la experiencia misma de tolerar sentimientos de dolor contribuye a la integracin del ego y implica progresos vitales en la vida emocional (Klein,1982).

    Mnica, durante la entrevista, dio indicaciones de cmo el equipo que atiende a

    personas en ese tipo de situacin necesitara portarse. Deca ella necesitar de alguien que le tome la frente y mostraba su placer de ser acompaada por Huguinho, pues en el momento en que su hijo muri estaba sola.

    Se puede, entonces, suponer que seran necesarias personas que conociesen la

    complejidad del proceso de integracin de los beb-imaginrios y las perturbaciones de ese proceso. As, estaran mejor equipadas para dar cabida al miedo vivido por la pareja un miedo terrorfico, que tiene sus races en fantasas persecutorias vinculadas al beb-imaginario-deficiente. Gente que cuide de esas parejas como las madres suficientemente buenas acogen el llanto y el susto de sus hijos recin nacidos, calmndolos, como escribe Winnicott (1997).

    Ese trabajo, que tuvo por objetivo conocer las expectativas de los padres acerca

    de su beb durante una gestacin de alto riesgo, permiti que se conociera a los bebs-imaginarios que la mente produjo en esta situacin y conocer el serio impedimento al inicio del proceso de integracin de esos bebs imaginarios, cuando el anlisis fenomenolgico revel el temor de esas parejas.

    Parafraseando a Frana (1996), cuando escribi sobre nios en la enfermera de

    enfermedades crnicas: Aterrorizados, estos padres, en dnde encontrarn un objeto comprensible, continente, capaz de acogerlos, ya que dentro de ellos mismos solo encuentran el terror?

    Puede que no sea preciso completar el tiempo de nueve meses que la naturaleza

    indic hace milenios como necesario a los padres para que ellos tengan condiciones de sustituir su proyecto-imaginario de un beb por otro ms realista, favorecido por la

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    experiencia concreta del nacimiento del beb, cuando estos padres tienen mejores condiciones para soportar el proyecto real, a costa del desmoronamiento del proyecto imaginario que los ayud a transcurrir el periodo de gestacin. Desde los recientes avances de la medicina, esperar que el beb nazca no ser ms la nica alternativa de los padres para saber su sexo y cmo l est. La mente humana se ve, prematuramente, frente a una decepcin intensa, como Maria hablaba en la entrevista, la cual dificulta el inicio del proceso de integracin de los bebs imaginarios.

    Brazelton & Cramer hablan en curar la herida en la autoestima. Sin embargo,

    esta investigacin mostr la magnitud de la evitacin de las parejas entrevistadas. Y ah est la implicacin de la misma, pues antes de disminuir la evitacin no se cuidar de herida alguna.

    Aqu queda lanzado el desafo de pensar en la estructuracin de servicios, como

    incubadoras para nios prematuros, solo que para los padres prematuros que no cuentan con vacunas para ayudar a madurar sus pulmones. Mirando ms de cerca las expectativas de los padres, fue posible conocer el poder y la importancia de las defensas y la fuerza del MIEDO.

    Comenc este trabajo escribiendo acerca de cuanto aprend a partir de los

    cuentos infantiles y de la forma de narrarlos. Esta experiencia, con certeza, tambin me ayud a saber escuchar historias a lo largo de esta pesquisa. Voy, entonces, terminar con aquello que escribi Bettelheim (1979) en Psicoanlisis de los cuentos de hadas, que seguramente retrata la preocupacin que me llev a hacer una investigacin con ese tema.

    Y vivieron felices para siempre- no engaa al nio ni por un momento en cuanto a la posibilidad de vida eterna. Pero indica realmente la nica cosa que puede extraer el aguijn de los lmites reducidos de nuestro tiempo en esta tierra: construir un lazo verdaderamente satisfactorio con otra persona.

    (Bettelheim, 1979, p.19).

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