Figari Pedro - Historia Kiria

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    1/106

    Pedro Figari (1861-1938), indiscutible personalidad en la pintura continental "es asombrosamente desconocido en su propio pas como pensador", sealaba Arturo Ardao en 1960 . Sin embargo, Figari -el nico pensador uruguayo que haintentado construir un sistema filosfico completo en su obra Arte, Esttica, Ideal- es tam bin aislado cultor de un gnero expresivo de ideas -lautopa- con el que en esta ingeniosa HISTORIAKIRIA, plena de humor, humanismo e irona sutil, desarrolla un proyecto de sociedad feliz qu esigue puntualmente el esquema de su pensa-miento terico en filosofa.

    Hasta hoy, HISTORIA KIRIA, el ltimo libroque Figari escribiera, segua indito en nuestropas, a pesar de su importancia y personalsimaoriginalidad. Uno de los rasgos del personalaporte de Figari se encuentra en los dibujos conque el autor ilustra su visin utpica. Esos dibu-jos divertirn y harn pensar al lector tanto comoel texto mismo le obligar a aquel "meditar sonriendo" que deseaba Figari mismo.

    Analiza la obra desde y en el contexto generaldel pensamiento figariano un documentado estudio preliminar de Jess Cao-Guiral, cuyo inters por Figari filsofo vien e de antiguo. ProfesorTitular de Historia de la Filosofa en la Facultadde Humanidades, Guiral "encontr" HISTORIAKIRIA cuando comenz a indaga r la relacin utopa e ideologa en el desarrollo del pensamientolatinoamericano. Sobre esa temtica ha publicado

    diversos trabajos y ha dictado varios seminariosdesde su ctedra en la Universidad de la Repblica

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    2/106

    r

    Misiones 1361 E.SMontevideoUruguay

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    3/106

    PEDRO FIGARI

    HISTORIA

    K I R I AEstudio preliminar

    po r Jess Cao-Guiral

    ***

    IIIIIIISTERIO DE EDUCACION Y CUlTURA

    MONTEVIDEO- URUGUAY -1989

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    4/106

    I.S.B.N. 84-89272-07-7

    Estudio Preliminar

    "Historia Kiria, sntesis filosfica de Figari" (:)

    Figari abogado, educador, diputado, atenesta, pintor, poeta, ensayista, narrador presenta una dimensionalidad lo suficientemente variaday compleja como para que el aadido "filsofo" parezca contribuir afacilitar la inteleccin de su unidad.

    Sin embargo, en este caso no se trata de un apndice marginalmente acrecido con los aos junto al prestigio del nombre. Pedro Figari es,antes que nada, un pensador que expresa sus ideas cuando pinta ycuando ofrece planes educativos, cuando versifica y cuando polemiza;pero lo es, sobre todo, cuado hace filosofa. Hasta hoy -debe advertirseel nico en la historia del pensamiento uruguayo que ha intentadoproponer explcitamente un sistema filosfico completo, totalista. Poreso Arturo Ardao escriba hace ms de treinta aos (1) que, aunqueconocido como exponente de la pintura americana contempornea,Figari era todava "asombrosament e desconocido en su propio pascomo pensador". Y cometera una profunda inexactitud hoy quienintentase encerrar el aparente polifacetismo figariano en alguna valora

    cin apresurada que desconociera o excluyera su pensar terico,expresado en obras -bsicas para entender al Figari filsofo- como Arte,Esttica, Ideal (2) y una valiosa coleccin de otros relevantes escritosfigarianos que cubren el perodo 1920-1928; entre ellos, el "Proyectopara la Reorganizacin de la Escuela Nacional de Artes y Oficios" [191 O]el "Plan General de Organizacin de la Enseanza Industrial" [1917],"Educacin Integral", [1918] , "Industrializacin y Autonoma" [1919] , y"Hacia el mejor arte de Amrica" [1925] . (3)

    Historia Kiria, la obra que Editorial AMESUR da a conocer en estevolumen, debera tenerse por indita. Ultimo libro publicado en vida delautor [1930] (4), su reducido tiraje parisino lo ha convertido prcticamente en inasequible para las generaciones siguientes. Y, si se considera que Figari retorna a Montevideo en 1933 para permanecer ya all

    hasta su muerte Uulio 24, 1938), se entender por qu las punzantes,frescas lneas de Historia Kiria esconden, tras su aparente humor, ellegado figariano humano y definitivo: la sntesis profundamente madu'rada de aquellas ideas-eje -como le complaca guionar a Figari- sobrelas que se movi0 la totalidad de ese su quehacer multivlido tansorprendente.

    (:) La base de la presente introduccin la. constituye "Historia Kiria: lasntesis de Pedro Fgar", publicado en Cuadernos Uruguayos deFilosofa, V (Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias, 1968),61-82.

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    5/106

    1- Lo anecdtico en Historia Kiria

    1.1. Estructura lit era ria. HK se compone de una noticia prologal ycuarenta captulos sin aparente ordenacin temtica. En la NoticiaPrologal Figari determina el grado ficcional del libro al detallarle al lectorcmo ha venido a sus manos la historia; un viejo manuscrito en casiilegible caldeo antiguo que consigue en Pars. AH Biaba, expertopolglota, le entera de la importancia del descubrimiento que confi rma laexistencia del pueblo kirio, "el ms original e interesante de la ms

    remota antigedad". Comienza Ala traducir el texto en alta voz y el autorse dedica vidamente a tomar notas fieles.Con este breve relato ambientador se introduce al lector en el bagaje

    cultural y anecdtico de la famosa nacin kiria. Los captulos sedetienen en la reconstruccin de usos, costumbres, artes, ideologas yactividades varias del pueblo kirio; una nacin que ocupaba cierta islaparadisaca del Pacfico y que -como la Atlntida platnica- quedborrada del ocano por un cataclismo sin precedentes en el siglo XIIIantes de nuestra era.

    1.2. Anacronismos, alusiones, nomenclatura. Antes de poner allector frente al texto mismo, vale la pena enumerar ciertos rasgoshumorsticos externos que aaden otros elementos circunstanciales aHK, la obra que el autor dedica "A los que meditan sonriendo". (5)

    (i) Anacronismos. Figari utiliza este artificio con frecuencia. En unanacin que lleg -en sus dos sentidos- a "descubrir la plvora" antes queninguna otra, no pueden llamar la atencin kirios "con gafas". Tampocoque el entretenimiento nacional masculino sean el tabaco y esa pipasque se apreciarn en Jos dibujos. Bastar ver las ilustraciones en loscaptulos dedicados al baile [XXXIV] y otros, en fin, para notar elparentesco entre la vestimenta kiria y la de los gauchos y chinas delcampo uruguayo.

    (11) Alusiones. Las referencias irnicas a instituciones, situaciones

    nacionales, y sucesos de los que Figari ha sido testigo directo o indirectoasegurarian, por si mismas, material para un estudio histrico de HKq ueescapa, desde luego, al marco de esta introduccin. Insino algunas. Elcaptulo de apertura hace referencia a un Instituto Geogrfico nacionalque aborta en Kiria antes de nacer. (6) Al estado paternalista que quiereencontrar empleo para todos y solucionar los problemas presentes sinpreocuparse de la estructura que legue al futuro, Figari contrapone elfrugal estado kirio. Esas promesas oratorias que los polticos hacen ensus campaas electorales y que luego jams cumplen una vez electosno se dan en Kiria: all, por ley, todo orador poltico debe llevar consigouna libreta donde se consignan programas y cmo se han cumplido enperodos legislativos anteriores; cualquier ciudadano tiene derecho ainspeccionar esa libreta en el momento que desee. Las insinuaciones

    respecto a la escuela y la enseanza en Kiria, a la institucin del ''velorio"

    y a otros incontables puntos tales como el que la gente en Kiria sesintiera feliz "porque no existian oficinas y comisiones para todo" seala,aparte de su validez antiburocrtica universal, una cercana que no sele escapar en ningn momento al lector rioplatense.

    (ili) Nomenclatura. Figari ofrece, en primer trmino, nombresclsicos, histricos o conceptuales obviamente relacionados con lo queescribe. Hay una lnea de reyes llamados Amerlcus. En la alusin alinstituto geogrfico el rey es Col onl us. Uno de los primeros reyes kirlos,

    algo desptico el hombre, y que acab destronado, se llam Potestas.Los kirios disfrutaban de sabios con la talla de Jublllus, Sagaclus,Hispanius, Junkarolus. (7) Petardus fue el monarca que reglamentel uso de la plvora. Cuando aparece un poeta complicado -a los kiriosles gustaban las composiciones rimadas muy simples y nada ms- sunombre ser Nefast us. Aparte de esta "latinizacin" jocosa de nombresapropiados al tema o incidente, la obra evidencia en segundo trmino unacervo onomstico de paternidad rioplatense. El rey Petizus, el msicoMacaneo, el sabio Otario, el sabio Vizencio, etctera. Y, en fin, ennombres como Maninius, Piquetus, Zumfelio, Giraldus, Ferreirus,Escoserlus y decenas de otros el lector descubrir apellidos orientalesy rioplatenses con los que, probablemente, el autor dedica un recuerdoafectivo al entorno contemporneo de amigos y conocidos.

    El ttulo mismo (kirla y kirio se conectan con kyrlos =seor) nos dala pauta clara de lo que ser la vida en esta nacin. Repetidamente eltexto afirma que los kirios son autnticos seores de si mismos. Al regirsu vida, sus acciones, su pensamiento autnomamente, los kiriosbrindan la leccin suprema de ser, por antonomasia, los nicos seresque histricamente han sabido y llegado a ser verdaderos dueos yseores de su destino. (8)

    2- Utopas y Esquemas Utpicos

    2.1. El Esquema Utpico. Genricamente, HKpuede catalorgarsecomo una utopa literaria formal. No obstante, ni entre las incontables

    utopas de estructura diversa que he leido en ms de veinte aosinteresado acadmicamente por lo utpico, ni en las reproduccionesantolgicas como TheQuestfor Utopla [1952] (9) ni en The Dlctlonaryof lmaginary Plac as , esa extraordinaria labor que han llevado a caboManguel y Guadalupi [1980] (1 O) se hallarn ms que tres o cuatro obrasque tracen mapas y dibujos del elusivo ub l utpico. Y ninguna que,especficamente, se anime a ilustrarlo con la profusin de dibujos queconcurren a hacer de HK la atractiva utopia que es.

    La utopa literaria presenta siempre un plan de sociedad perfecta.Una comunidad que funciona en un imaginario vacio, sin contradiccionesreales, sin aristas ni conflictos sociales. Se han trazado ya sobre el papeltantos planes de este tipo que el nombre 'utopia' (11) ha devenidogenrico (=gnero utpico, se clasifican ciertas obras) para singularizar

    todo proyecto societario que se trasmita en forma literaria.

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    6/106

    Ms all de las utopas formales se extiende, desde luego, elinabarcable mbito de lo utpico . Una clase ms amplia de objetosdonde se incluye todo proyecto-poltico, re i g i o s ~ ,jurdico, t e c n o ~ i e n t f ~ c o ,metafsico, esttico, tico .. expresado/comumcado en forma hterana ono- que presente (12) un esquema utpico; esto es, u n ~p r o p u e s t ~parala accin que, desde una (o varias) forma(s) de la conciencia soc1al, sedebate entre lo que debe y puede ser y lo qu e es , de hecho,contemporneo del utopista. Un e s q u e m ~~ t p i c ?c?nsiste, e ~ . o t r ~ strminos en una sntesis derivada de la tes1s hberacomsta que ongmanae i d e a l m ~ n t equerra haber defendido el pensador y la antt:sis querepresenta lo circundante como tristemente comprobado por el.La nocin 'esquema utpico' permite vincular as lo utpico ~ o n1 ~real.Las bondades que la utopa formal postula, en efecto, para la 1magmadasociedad perfecta no significan ms que el envs de la sociedad quecircunda al propio utopista en su tiempo. De modo que, puesto que la'realidad' utpica (RU) se opone a la realidad contempornea (RC)experimentada por el utopista

    (RU)>----"-

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    7/106

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    8/106

    a ~ r e ~ ea ~ o d i f i c a rcontinuamente lo ya adquirido, arrastrado por elv e r t 1 ~ om1smo del progreso. Figari -que hoy vera en la polucincreciente y en la acelerada destruccin ambiental que sufrimos lap a t ~ n t ec o ~ f i r m a . c i nde su tesis- sostiene que el hombre del siglo XXJamas cons1gue t1empo para convertir en autnticas convicciones susincontables, desconectadas opiniones. Y, como resultante de esavertiginosa inquietud, las posiciones ideolgicas que asume se resienten~ e indefinicin y vaguedad, carecen de firmeza para construir. Para~ ~ ~ u l s a r(y ? o - c o n ~ t r ~ i r )el proceso evolutivo, el hombre tendrla queu l i h ~ ~ .~ s m1smas t ~ ? t 1 c a sque exhibe todo lo natural: lentitud, seguridad,d e f 1 ~ i t 1 v 1 d a d .Tamb1en reitera HK en este punto, por tanto, esa ideacap1tal que seal antes y que Figari sostuvo en otros escritos anteriores:el hombre se encuentra obligado a coadyuvar activamente con laevolucin de su especie. (18) 1mportante proposicin esta que, como seentend.:r, m ~ d i f i c asus_tancialmente una nocin spenceriana bsica (laevoluc1on pas1va), comun a la mayor parte del biologismo filosfico.

    ?e tiene as delineado y contrapuesto al panorama kirio (RU), lareal1dad del presente (RC). En este ltimo, los problemas se sucedencon ritmo agobiante. En poltica, moral, en el terreno social en general-cree Figari- se vive con la ilusin de hallar una corriente salvadora, enla ~ s p e r a n z ade q.ue ella organice el futuro de la humanidad. Quact1tud debe asum1r el ser humano, en esta coyuntura, "para salir conhonor del enredo social y poltico" en el que se encuentra sumido y darse"a la obra bsica de la organizacin humana integal, tan inconsultamentedescuidada" hasta ahora? -se pregunta Figari al final de HK [XL].

    ( ~ i )Realidad y Unicismo Biolgico. La respuesta prctica dada porl o ~k1rios a ~ a p r e g u n t . ~-que quiz alguna vez, pero en un pasado muyle_ano, se h1c1eran tamb1en sus antepasados- ofrece la solucin adecuada.Los kirios posponen toda especulacin visionaria para otro momento unmomento que jams llega. La sntesis del realismo kirio rezuma lgicaprctica:

    1 - Comparada con la cronologa evolucionista en el universo, la vidahumana supone un corto pasaje por la felicidad de la naturaleza;

    2 - La felicidad natural se encuentra en cumplir con el deber;3 - El deber no consiste sino en vivir segn se debe;4 - Y el primer deber entre todos los posibles para vivir "segn se

    debe" es disfrutar la vida misma.En este crculo feliz los kirios actan "como co-artfices con la

    naturaleza, erguidos, serenos, con la plenitud de dioses" [V y XXX], y secontentan con ese deber cumplido, pues -a diferencia del hombrecontemporneo- sus 'ideales' son siempre 'realizables'.

    Desde luego, este sentido de la realidad-naturaleza ya se adquiere~ n 1 ~infancia a trays.de una adecuada educacin. En la utpica islaf 1 g a : 1 a n ~todo dev1ene escuela. Los hijos no representan una cargasoc1al n1 un estorbo. Se les toma desde el nacimiento co mo unidadessociales tiles. Por simple acto de cordura se opera lentamente unaseleccin cientfica natural. Las madres, por su parte, ayudan la obra

    natural y no escatiman perfeccionarla "con algunos coscorrones" si setercia, ironiza Figari. Tambin educativa, la actitud del kirio respecto a lariqueza: se considera inmoral acumular bienes para la descendencia.cada kirio debe saber valerse por si mismo cuanto antes sin apoyo decapital heredado; el nico legado precioso que se tiene que agradecera los padres es la vida. La manualidad y mentalidad infantiles se ejerci tanen la escuela de tal manera que los nios pasan de la escuela a la vidasin notarla, pues en las aulas se forma en el nio o nia, ante todo, la"conciencia acerca de la dignidad de la especie humana, de la estimabilidadde la vida y de las ventajas que ofrece al hombre la vida en sociedad".

    [VI; XXXIX]. En esta docencia nace el optimismo kirio. El resto loaprenden los isleos en la vida diaria, la gran escuela natural donde noexiste publicidad -como entre nosotros, acota Figari- para los escassimosdelitos pblicos.

    Con tales antecedentes, la moral a toda prueba de los kirios sesustrae a la problematizacin detallista; a la casustica interminable. Alser el buen sentido su principal gua en todo instante, los kirios nodistinguen acadmicamente entre moral, ley, tica, conducta,comportamiento, y dems. Conocedores de su gran dignidad, utilizanesta regla urea ndestructible: "discernir o sensato y lo honesto en cadacaso" particular de todo lo dems. [11] Por consiguiente, los kirios hanalcanzado lo que Figari denomina una concien cia- gula . Una moral casinsita, desarrollada en la especie a travs de sucesivas generaciones,

    que les permite poseer una "tica no slo firme, sino tambin de muynoble cepa". (19)

    Esta gran enseanza del pueblo kirio no puede desperdiciarse. Elproceso organizativo humano tiene que comenzar desde abajo como enaquella malograda nacin. Nosotros -subraya Figari- hemos olvidado enel siglo XX que la especie humana debe proceder como el organismonatural que es; como lo hacen sus clulas componentes. Reconocer ypracticar esta verdad implica volver del revs nuestra mentalidadpresente. Y la nica va que se nos abre para ello est en la escuela.Quizs se objete que la labor aumentar hasta tomar proporcionesinabarcables, o que esa re-educacin propuesta resultar lentsima einsuficiente. Figari no ve otra mejor. Porque no se trata de re-educarnosa todos nosotros ya, sino de salvar, al menos, el futuro de la especie. Connosotros no han tenido xito los mtodos a los que se ha recurrido enpedagoga (idealismos, misticismo, poltica, sociologa, cientificismo).Todo eso no nos ha llevado ms que al pernicioso error de creer quetodos los seres humanos son unidades equiparables entre s. Y, portanto, a confundir individualidad con igualdad. Pero la realidad-naturalezaes orden y seleccin en todo nivel. Imperativo soberano de la vidahumana ste, ante el que cerrar los ojos equivale a un atentado contrala naturaleza; contra nosotros mismos, en definitiva. Porque en elmundo los seres se encuentran organizados de diversa manera segnla constante transformacin de la sustancia-energa indestructible,cuantitativamente inmutable. Y en esa organizacin natural en que lasustancia permanece perennemente, la vida constituye una simple

    11

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    9/106

    modalidad formal, "la estructura de la individualidad", sus diferenciasfenomnicas, "puras modalidades morfogenticas", se haba subrayadoya en Arte, Esttica, Ideal. (20)

    Lo verdaderamente comn y propio, en fin, a todo ser es suindividualidad vital dada por la sustancia-energa. Todo puede definirsecomo individualidad si se desea. Desde el elemento ms primario hastalas modalidades ms complejas. Porque todo elemento, sea cual fuereel grado organizativo dentro del orden seleccionarlo natural en que seencuentre, "cuenta ya con una fraccin de energa"; lo cual, en lagradacin de las innumerables modalidades organizativas que se danen el cosmos -desde las ms sencillas hasta el hombre que parece serla ms compleja e inteligente-, implica una conciencia (en los seres msorganizados, por lo menos) y un principio instintivo en los de msimperfecta constitucin u organizacin. (21)

    Esta integral tesis unificadora que ya haba aparecido en Arte,Esttica, Ideal , se subsume tambin en HK, en funcionamiento. Elhecho de que la individualidad implique conciencia, segn h a sostenidoFigari, contribuye a que el resultado de nues tro alejarnos de la realidad(naturaleza) para perdernos en espejismos idealistas nos haya desnaturalizado hasta el extremo de que la lectu ra de lo que ocurre en Kirianos asombre, cuando lo que correspondera no es el asombro precisamentesino el re-encontrarnos con nuestra identidad en el pas kirio y susvivencias. En el texto de HK el contraejemplo est dado casi siempre porla perplejidad con que el propio autor reacciona supuestamente antealgunas aclaraciones de Al Biaba. El resultado lamentable de nuestraindebida elevacin por encima de nuestro mbito propio de entidadesbiolgicas es que: (0 nos hemos deshumanizado totalmente, destruyendoo desviando nuestro conocimiento (con-ciencia), y (ii) hemos perdidoconocimiento (con-ciencia) de nues tra individualidad misma en su doblesentido: conciencia psquica, conciencia moral (=conciencia-gua) [XL].

    Para entender mejor lo que antecede, aclaro que en la filosofa deFigari no se establecen diferencias apreciables entre conciencia yconocimiento. Las manifestaciones fcticas de ambos se identifican,en su esencia, imposibilitando la distincin real excepto con finesdidcticos; lo que impulsa, en consecuencia, a considerarlos un a mismarealidad. Al hablar de conciencia, sostiene Figari, indicamos (i)autoconocimiento, y (ii) conocimiento de o qu e es ajeno a nuestro'yo' , o sea, a nuestra conciencia (=cono cimiento) de individualidad. Losdos manifiestan actividades, pues, q ue provienen de una sola identidadreal, supuesta ya en la individualidad misma. A su vez, la individualidadest supuesta en la vida. Y la vida, en concreto, es la sustancia-energamanifestada en diversos grados orgnicos.

    Una quntupla igualdad de planos se delinea de esta manera. Figarilos integra en una tQtalidad sistemtica. Con pequeas variantesterminolgicas esos planos se expresan, por lo comn, en binomiosreversibles que yo mismo he empleado en este estudio preliminar, a finde respetar al mximo la terminologa figariana. Los binomios aparecenen los escritos de Figari como inseparables, con excepcin d e aquellos

    momentos en que el autor nece sita clarificar el aspecto o ngulo de cadamiembro. Son ellos, por su orden,

    Realidad-NaturalezaSustancia- EnergaVid a-l ndivid ualidadHombre-OrganismoConciencia-Conocimiento.

    Tomar conciencia de (o 'conocer') por separado los miembros de unbinomio lleva indefectiblemente a todos los correlacionados y, en loshechos, a la totalidad del conjunto. A partir de cada miembro/binomio,Figari estructura tcitamente una verdadera antropologa, una psicologa,una tica, una gnoseologa, una transfisica, que se integran en unsistema nico. Por eso, de sde el ngulo de esa unicidad, Historia Klriase entronca con la raiz misma de la filosofa de Figari expuesta Inextenso en Arte, Esttica, Idea l. Aquella que Ardao calificara en laintroduccin a la edicin de 1960 (22) como el unlcismo biolgicofigariano.

    3-Utopa y Smbolo

    3.1. Figari y osfilosofemas. Con este recorrido, casi turstico, porKiria creo haber sealado -factualmente, por lo menos, como complaceraa Figari-que su Historia conserva a misma unidad temtica y expositivaque el resto de sus escritos. La diferencia presentativa estriba slo en laforma elegida esta vez: el esque ma utpico en lugar de otros esquemas.

    Aproximarse al Figari filsofo -del que nicamente he expuesto enestas pginas el esquema bsico de anlisis, quedando fuera de ellasun ingente campo por explorar-, presenta un riesgo que no se meescapa, desde luego. La repetida concentracin terminolgica del autoren conceptos que reciben un contenido ya catalogado en la filosofatradicional o en el vocabulario cientfico (positivo/a, energa, evolucin,materia, naturaleza, fuerza, clula .. tal vez induzca a confusiones. Aprimera vista, aquella "fcil tentacin de explicar a Figari por Le Dantec"que sealaba Ardao (23) contina vigente hoy; sobre todo cuando setrata de distinguir lo que hay de biologismo estricto y de vitalismobergsoniano en sus obras, pues ciertos pasajes se prestan a la tranquilizanteequiparacin radical de organizacin con organicismo, materia conmaterial ismo, energa con energetlsmo, evolucin con evolucionismo,naturaleza con naturalismo, etctera. Algo que se alejarla muchsimode las personalsimas proposiciones figarianas. Ciertamente Figari us aesos trminos. Pero no es menos cierto que en ningn momento seadhiere a doctrinas o frmulas aceptadas en su totalidad. Ms an:apenas se adentre uno en su terminologa se advertir que cada trmino-sin perder, es verdad, un poco del filosofema acadmicamente aceptadoseanima con un contenido de nuevo matiz. Se diria que cada concepto,cada vocablo, sale renovado, vivificado, y unificado con otros en las

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    10/106

    proposiciones figarianas. Lo ms original en el pensamiento figariano (ylo ms arduo, por ello de detectar) es el mecanismo de aceptacin/rechazo que ejercita Figari respecto a todas las doctrinas filosficas. Porprincipio, Figari acepta estrictamente lo fctico en cada una. Pero encuanto comienzan a separarse, a apartarse de lo s hechos, a derivarhacia una afacticidad hipottica, Figari las abandona, rechaza, modifica.Por muy cercanas a su educacin que se hallen esas doctrinas, Figariaplica el procedimiento inexorablemente. En este sentido, existe todauna escala de rechazos paulatinos, modificaciones y acotaciones queresultan evidentes tanto en Historia Kiria como en Arte, Esttica, dealprincipalmente. En ambos libros expone Figari los ngulos aceptablesque se dan en la actitud ante los hechos que presentan evolucionismo,energetismo, naturalismo, materialismo y otros 'ismos' filosficos mientrasque, al mismo tiempo, subraya su rechazo explcito de lo que esasorientaciones gasten en especulaciones o suposiciones afcticas.

    Para entender este aspecto del mtodo que sigue Figari fielmente,creo fundamental leer con atencin el siguiente pasaje en Arte, Esttica,Ideal: (24)

    La piedra de toque infalible para justipreciar la verdades la evidencia. Toda verdad que se concreta sepresenta de tal modo clara, que cualquiera puedecomprenderla y comprobarla. Aquellas hiptesis (serefiere Figari a las tesis organicistas, materialistas, etc.)en cambio, se ofrecen ingeniossimas, es cierto, perono explican satisfactoriamente "los hechos" ni estnsiquiera al alcance de lo s ms, y debemos creer queentre los partidarios ms eximios, como en sus propiosautores, dejan lagunas, contradicciones, vacos ydificultades, hasta para ellos mismos. En esta senda,dirase que volvemos por otros recursos distintos alas mismas grandes quimeras antiguas, que nosconfund en en vez de iluminarno s, como ocurre cuandose perfila una verdad, forzosamente.

    En todas sus investigaciones Figari se ajusta a esta estricta facticidadmetodolgica. Como gua prctica para la lectura de Figari, pues, heincluido casi la totalidad de las orientaciones que aparecen en sus obras,en el cuadro que sigue. En l, 'A' marca los grados de aceptacin; 'R',el punto de rectificaci(ln o abandono. Entiendo que podran haberseaadido otras doctrinas o subdividido an ms las que apunto; pero elloira en detrimento de la ndole aclaratoria que aqu pretendo. Las siglasHK, AEl, EA, corresponden, respectivamente a Historia Kiria, Arte .. yEducacin y Arte.

    ORIENTACIONES A R

    1. Materialismo. Todo progreso de la hu

    manidad se debe a esta

    posicin. en general

    Pero no tiene una tica, una conciencia guia

    congruente ni "humana". (HK. XL).

    2. Idealismo

    3. Realismo

    4 Empirismo.

    5. Cientifismo.

    6. Biologismo.

    7. Mecanismo.

    8. Dinamismo.

    9. Determinismo.

    Buen criteno inicial al

    aceptar "lo que es".

    (AEI. lli, 67)

    Duda de la existencia de la realidad objetiva,

    de la existencia, de la libertad. Pretende que

    se acepten sus "demostraciones" mas que las

    evidencias palpables en todo momento. (AEI.

    111,85-86).

    Pero no mira a "realidad-verdad" (HK), de que

    el instinto mrsmo impulsa al hombre a la "rea

    lidad" (AEI, 111,26 y 48).

    Trajo algo aprovecha- Pero desconoci la preeminencia de la

    ble: el criterio para la necesidad orgnica (HK. XL).

    ciencia experrmental.

    (HK, XL).

    El avance tcnico apli- Pero hay un "prematurismo" cientfico de

    cableylacienciaexperi- "hiptesis no maduradas" (AEI, 111.94) y una

    mental. grandes avan- aturdida eclosin que desconcierta, como

    ces. (HK, XL). consecuencia ; demasiada rapidez. (HK. XL).

    El hombre. ser biolgico Pero el hombre tiene "unicidad". No es agre

    con las mismas funcio- gado celular; esto jams explicara su relacio

    nes de los dems seres narse con el mundo. (AEI, 111,80 y ss.)

    biolgicos (Passim).

    Vase Determinismo

    Todo en la realidad se Pero la accin no es simple resultado de unaasocia para la accin. asociacin dinmica de partes. (AEI, 111.83).

    (AEI, 111,155)

    15

    Biolgico, qumico y mecnico, errneos.

    (AEI,111.83-84). No explican la individualidad,

    la unidad integral, orgnica. Nos hacen

    "fantoches", autmatas sin inteligencia. (AEI,

    111,86; 100,114,121,1 23, 128).

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    11/106

    1O. Evolucionismo. Las especies evolucio- Pero Figari rechaza el antropomoriismo extre

    nan por medio de la se- m o de Spencer. (AEI, 111,62). Y aade: e/

    leccin natural que con- individuo concurre a esa mejora especifica.

    duce a un perpetuo (HK, XL; AEI, 111,60 y ss; 71 ).

    mejoramiento. (AEI, 111

    60-63).

    11. Energetismo. Sustancia-energa, for- Ley de conservacin de la substancia y la

    m a de vida. Substancia- energa no es "panacea universal" que expli

    energia. conciencia. que todolo natural. (AEI. 111.86 y 148)

    12. Organicrsmo. Todo est organizado Pero no organizado en base a agregados

    en la naturaleza (Pa- celulares que no explican nada. de lacto.

    13 Vitalismo.

    ssrm). (AEI, 111,80)

    Su tesis monista. acep- Pero no han mirado los vitalistas el ritmo vital

    table. (AEI. 111.94) en relacin al heclw. (HK. XL) Organizacin

    vital es proceso. (AEI, 111,94).

    14. Pragmatismo. El hombre es un ser de Pero no un ser que deba dejarse arrastrar por

    15. Utilitarismo.

    accin. (AEI. 111,155). la alocada accrn-movimiento moderna. (AEI.

    111.49) que el pragmatismo, llevado al extre

    mo. representa.Presenta un buen crite- Pero extrema en demasa ese criterio. Hay

    rio que sirve para juzgar cosas que no pueden juz garse con esta

    "el valor del esfuerzo" actitud. (EA, 11).

    (AEI. 111,35).

    16. Individualismo. La individualidad es un Pero "aplaza la explicacin" remitindola a la

    hecho. (AEI. 111,95). naturaleza con igual fundamento con que

    antes se la remita al milagro". (AEI. 111,95).

    3.2. Figari y el smbolo "bos". Intencionalmente he dejado fueradel cuadro anterior una orientacin que se habr adivinado enseguida:el positivismo de Figari. Sobre este punto dir que, si bien no se niegaque Figari utilice positivo, positivista y otros trminos relacionados conla corriente mencionada, as como que se atiene a los hechos y al buensentido tan del agrado del positivismo, lo que Figari acepta de latendencia propiamente es solamente la actitud y no las diversasconcreciones que encajan dentro del Positivismo doctrinario. Al sersudamericano -y, an ms, uruguayo- universitario hacia el fin del siglo,toda su formacin superior hubo de estar inmersa en el positivismoosmtico contemporneo. Pero tampoco debe intentarse catalogar aFigari, por ello, como tal y slo como tal. Porque si bien su gua (el buensentido ya mencionado) y la lgica positiva (aproximacin al problema,aferrndose al hecho estricto como evidencia examinable) que l mismoproclama, inclinaran a algunos a hacerlo as, no puede olvidarse que enla teo ra Figari mantiene fundamentales diferencias con el Positivismo,

    entre ellas, la no explicacin -en sus posteriores derivaciones- de lo quepara l es el hecho innegable de la conciencia, nada menos; y, en laprctica (en los hechos mismos), su posicin sobre la vocacin que seenfrenta abiertamente al positivismo. (25)

    La filosofa de Pedro Figari revela diversas influencias obvias,acumuladas en ms de medio siglo por contactos, lecturas, experiencias,activismo. Pero su sntesis concreta ni es positivista, ni bergsoniana nispenceriana ni dantequista ni haeckeliana; la sntesis de Pedro Figari esel resultado, brillante, personal, inimitable, de esa unidad ideolgica queresalta en HK tan potente y clara como en la expresin sistemtica de

    su pensar. Desde aquel Discurso sobre creacin de una escuela deBellas Artes en 1903 hasta esta atractiva utopa, escrita un cuarto desiglo despus, la continuidad con que martillea una y otra vez sobre unamisma lnea temtica descubre la autntica creencia tje un verdaderoconvencido que busca proslitos.

    He indicado en otros momentos (26) cmo entre los caracterizantesdefinientes que diferencian lo Utpico de lo Ideal se destaca, sobre todo,el que lo Utpico es smbolo de una cre encia. Lo Ideal, efectivamente,impulsa a una accin sine fine, sin trmino, sin esperanza de complecintotal. Un ideal especfico (en cuanto ste pueda serlo) inspira y mueve;pero conlleva en s el espeflsmo teleolgico de la meta siempre inalcanzable.En contraposicin, lo Utpico resulta mucho menos etreo de lo que sepiensa comnmente. El pensador utpico tiene el convencimiento de lavla vlabilis -del camino transitable- no del fin. Lo Utpico se presentasiempre como un cauce posible a la accin humana; como una vadefinitoria de praxis, como un mtodo para estar con el mundo, con lasociedad y no meramente en l. El utopista no convierte su utopa en unameditacin de lo que deberla ser solamente, sino que refleja suconviccin apostlica con la firmeza de lo que debe y puede ser. Enotras palabras, lo Utpico expresado como se quiera;: en un poema, enun tratado tico, en una constitucin, en una novela .. es, a todas lucesun smbolo; expresin de la aventura ms extraordinaria que puedeocurrirle a la humanidad: la creencia en su propia posibilidad de ser(mejor).

    El confundir los mbitos Ideal y Utpico es lo que ha conducido aigualar esto ltimo con lo irrealizable. Pero quien examine a fondo losesquemas utpicos a que se reducen formalmente las utopas y lasexpresiones todas de lo Utpico observar, por el contrario, que lamayora de los sueos supuestamente irrealizables contenidos en lascondiciones 'positivas' (a, b, e, ... ) de la RUqu e los utopistas pasados nosentregaron han llegado a ser actualidad en nuestros das. Esto es: suaqu y ahora no era irrealizable en s (como es, por esencia, el caso delterminus o finis en lo Ideal) sino lnactuallzable en el all y el entonces,esto es, en el momento en que fueron pensados/ estructurados/comunicados por escrito.

    Como lo Utpico nace como smbolo de la creencia en una posibilidadde realizacin, la historia del pensamiento utpico humano nos haentregado asf varios smbolos: el simbolo plls (con el que Platn y

    17

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    12/106

    Aristteles vistieron su esquema de esperanza en el dson politikn), elsmbolo thos (tras el que Aurelio Agustn visualiz su sociedad sinleyes, regida por el imperio de la gracia divina); el sfmbolo nthroposrenacentista (popularizado principalmente por More, Bacon, Campanella,quienes creyeron con firmeza en una sociedad construida para elindividuo); el smbolo ksmos eukosmets (aquella pintura optimistadel universo feliz, el mepr de todos los mundos posibles tan metafsicamentemecnico como lo quera Leibniz en su 'Monadologa'; el smbolokoinona (por el que Saint-Pierre, Fourier, Owen y tantos otros depositaronsu fe en un insuperable societismo .terico). La creencia, la conviccin

    figariana sobre el hombre, se habr podido comprobar con todo loesbozado anteriormente, se reviste en Historia Klria y en toda su obraprevia con el s m bolo b os. En el fondo, la paradoja que transita por todaHK es que la Humanidad, despreciadora en apariencia de todo loUtpico, navega precisamente las aguas de la nica utopa efectivamenteinalcanzable (la de sus ideales irrealizables, la de su puesto sobrenatural,la del ms all promisorio .. ). Por el contrario, la ficcin kiria -utpica ensu contextura externa- se ajusta a la nica realidad-verdad fehacientey alcanzable: la fruicin del hecho de la vida.

    Al leer en Arte, Esttica, Ideal, sin embargo, que "Todas lasmanifestaciones conscientes de la actividad humana convergen en sumarcha al ideal, que es inextinguible", (27) podra estimarse quemalinterpreto a Figari con respecto a su aproximacin al mbito de loIdeal. Y no es as. Unas lneas antes -en la misma pgina-, Figari hadefinido el ideal en s como "la aspiracin a mejorar, determinada porinstinto orgnico en su empeo en adaptarse al ambiente natural". Yredondea el prrafo con estas decisivas palabras (subrayado mo):

    Lo nico que tiene persistencia, lo nico que se mantieneinvariablemente es la relacin del hombre con el ideal,lodems evoluciona: el hombre, el Ideal, as como losprocedimientos y recursos de que se vale aqul paraconseguir su mejoramiento. Lo que permanece constantepues es la ley que incita a realizar esa obra.

    En consecuencia, como lo entendieron los kirios, la relacin delhombre con el ideal y la ley que impulsa a la especie a mejorar decontinuo es la Vida. De modo que el as llamado "ideal" por Figari no es

    algo externo, impuesto por otros a cada hombre. Ya que -ha dicno enotro lugar- (28) "vivir, dada nuestra complexin presupone la necesidadde mejorar; ms an: la necesidad de procurar constantes mejoramientos".Al encontrarse esta necesidad en la vida misma, y al ser algo nuestro,tangible, real, la substancia-energa que somos se habr de concretarsiempre en alguna accin determinada. Nunca podr dejar de ser, moriren sf misma -que es lo que ocurre con la inalcanzabilidad del idealporque, segn ya sabemos, no puede hablarse de que la sustanciaenerga muera en la Tealidad. E Historia Kiria configura el modelosocial figariano de ese smbolo bfos tan inmortal y tan humano al mismotiempo.

    J. Cao-GuiralMontevideo, 1989

    (1) Ardao, A., La Filosofa en el Uruguay en el siglo XX (Mxico/ Bs. Aires: FGE,1952), p. 119.(2) 3 vols. Gol. Clsicos Uruguayos Nos. 31, 32,33 (Montevideo: Biblioteca Artigas,1960).(3) Gol. Clsicos Uruguayos No. 81 (Montevideo: Biblioteca Artigas, 1965).(4) Figari, P., Historia Kiria (Pars: Le Uvre Ubre, 1930).(5) En El Arquitecto - Ensayo Potico con Acotaciones Grficas (Pars: Le UvreUbre, 1928) p. 63, tambin se leen estas lneas:

    " .. a los que han aprendido a vivir,se les ve tan a menudo rer, o sonrer bajito, sonrer, sonrer ..

    (6) En 1915 se haba vuelto a reinstalar en Montevideo el Instituto Histrico y

    Geogrfico cuya fundacin original databa de ms de setenta aos (1843).(7) La aparicin de Junkarolus, sensatsimo sabio kirio es, sin duda, pseudonimiade su hijo Juan Carlos. La confrontacin de ideas con Juan Carlos, arquitecto deprofesin y colaborador con Figari en algunas obras ("Educacin Integral", porejemplo), era algo ms que mera rutina, La muerte de JG ocurri el 6/11/1928,semanas antes de la aparicin de El Arquitecto. Figari aadi una declaracin aeste ltimo libro en recuerdo de su hijo desaparecido:

    A la memoria de Juan Carlos Figari Castro.Alma templada, animosa y buena, de combativo;creador audaz, autnomo y msculo, americano,a ti van las pginas de este mi ensayo.Mi ofrenda es ante todo reverente; y de carioal camarada, al colaborador y al hijo amigo.

    (8) La dignidad de ser "simplemente humand', tan ligada a la tesis figariana delbiologismo esencial haba aparecido desde luego en Arte .. Y en el poema"Cosmos" (El Arquitecto, o.c. supra, 14) nos dice que, por ms que intenteencontrar solucin al "misterio", slo

    vislumbro e intuyo la excelsa infinitud del mundo, yaquilato mi dignidad de vertebrado vertical.

    (9) Glenn Negly & J. Max Patrick, eds. (New York: H. Shuman, lnc.). Hay tambinuna edicin ms reciente (New York: Arno Press, 1971).(10) (San Diego/New York/ London: Harcourt Brace Jovanovich).(11) Como se recordar, utopa es un vocablo ingeniosamente inventado porThomas More (o Toms Moro, 1478-1535) para su Utop a". Lib ro areo, no menossaludable que festivo, de la mejor repblica, la nueva isla de Utopa." El trminosignifica literalmente algo as como "sin lugar''; o, si se prefiere, "l o sin-lugar'', '1o en-ninguna- parle".(12) Expus e por vez pri mera la nocin "esquema utpico " en un trabajo "Esquemasde Personalidad y Esquemas Utpicos en Occidente"(Facultad de Humanidades yCiencias, 1966); luego en "Esquema Utpicos en Occidente" (Sem. MARCHA 1407,21/6/1968). Ampliada, esta nocin constituy el ncleo de una de as dos clases quedict (4/Feb1972) en los XV Cursos de Verano de la Universidad de la Repblica,ciclo "El Trabajo y la Realizac in del Hombre". En la actualidad y conjuntamente co nla nocin concomitante de "sistema ideolgico", el "esquema utpico" forma parteintegrante de los seminarios para el Segundo Ciclo en la Licenciatura en Filosofaque he dirigido en 1988 y 1989 ("Esquemas Utpicos en las Ideologas PolticasLatinoamericanas'').(13) En la Academia Nacional de Letras (27/0ct/1960). Existe relacin de laconferencia en la prensa montevideana dei28/0ct /60).(14) Ed. cit., 111,195-196; 204(15) lbid., 126-127; 62-63. HK, c. X y nota 1.(16) HK, c.lll; en elc.lltambin nos habla de realidad-hec ho. Y en El Arquitecto,

    19

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    13/106

    nos dir que canta sus versos "con briznas d e verdad-hecho en la mano .. " (ed. cit.,p. 13) Estos tres conceptos realidad-verdad-hecho tienen, en la prctica, el mismoalcance fctico en Figari. Representan "lo que es", tal como es, evidente por smismo. Por otra parte, la misma idea se encontrar esparcida por casi todos loscaptulos de Historia Kiria.(17) Lo mismo en Arte : "Se ha pretendido sustrae r al hombre de la naturaleza sinadvertir que est sometido a sus leyes como un insecto, como un grano de arena.Se ha pensado que para el hombre, dada su excepcionalidad, puede punto menosque faltar a las leyes naturales, que eludir una ordenanza, y toda vez que se haintentado una transgresin, han debido palparse las consecuencias mslamentables" (111, 56).

    En Educacin integral (1918): "El hombre, como la planta, requiere un ambientefavorable para prosperar. Si se asocia, es, justamente , para obtener las ventajas dela mancomunicacin del esfuerzo, que multiplica los resultados; pero as como estepropsito sociabilizador forma aquel ambiente auspicioso, que aprovecha a lasociedad y al asociado, toda transgresin individual tiende a disolverlo, porqueatenta al inters comn, y, por lo propio disocia. Esta es la gua orgnica de loshombres y los pueblos en evolucin, y por eso es que los actos encaminados en elsentido de esta ley biolgica perduran, en tanto que los dems no prestan msconcurso que el aleccionamiento del fracaso". (Cfr. Educacin y Arte, ed. cit., 163-164).En Plan General de Organizacin de a enseanza ndustrial ( 1917): "Es que porms que se intente substraer la acci n a sus fines biolgicos, tiene en definit iva quesometerse a la ley natural y ceirse a ellos". (Educacin , 107)(18) HK, c. XL En Arte encontramos: "Las ideas retrospectivas, que magnifican

    desmedidamen te el pasado, no permiten apreciar en toda su magnitud os progresosalcanzados, ni los beneficios que de ellos derivan, y es por eso que nos engaa 'larealidad de la evolucin'; engao en que tambin han cado los ms eminentespensadores (111,29 y 60). En El Arquitecto (Poema "Prehistoria", ed. cit., 23):

    El gigante afn de nuestra muerte propia y afn individual y perdurablenos impide ver que tambin somos agentes en ese labrar eterno . .

    La misma idea se repite tambin en Educacin integral (Cfr. Educacin .. 167).(l9) Vase al respecto no solamente los pasajes de HK indicados, sino tambin elpoema "Perduracin" (en El Arquitecto, 203).(20) 111,198-199.(21) lbid., 144 y 100.(22) 1, Prlogo, p. xiii. El poema "La Vida" (Arquitecto, 47) afirma:

    Es nuestro deber esencial la vida; es mucho; ms an, es todo;es cuanto hay de cierto, nico bien efectivo para nosotros.

    (23) Cfr. "Figari entre Le Dantec y Bergson" (Sem. MARCHA 1092, 19/Ene/1962).(24) 111,116.(25) Sobre el rechazo terico, cfr. Arte . 111,119, por ejemplo. Vase asimismo HK,ce. XI y XL. En cuanto a la posicin fctica de Figari con respecto a la vocacin,vase c. VI.(26) Cfr. "Esquemas Utpicos en Occidente" (vase nota 12 supra).(27) 111,198; 1, 15, 16.(28) lbid., 111,18.

    DEDICATORIA

    Si se tratase de un faldero, po r muy feo que fuese, ya sabr a a quindebo ofrecerlo; pero se trata aqu de un chimpanc ms bien, conpretensiones nobiliarias, y esto se hace menos fcil. Los graves, m s omenos solemnes y entenebrecidos, no lo quieren, po r cuanto piensanque les est reclamando parentesco, uno de estos parentescos decep-cionantes a que est expuesto cualquiera, y esto les molesta. Claro esque el simio, con slo mirarnos, se dira que hace reflexiones juiciosas

    en dicho sentido; mas, como no acierta a formularlas, nada nos cuestael darnos po r desentendidos. Peor sera que una vieja parienta pobre decampaa nos llamase a gritos en la calle, agitando su canasta.

    He pensado en diversas personas a /as que, po r una u otra razn, mepareci importuno endilgar/es este libro. Hasta me acord de CarlosChaplin, y despus de pensarlo un instante ms, decid como mejor eldedicarlo:

    A LOS QUE MEDITAN SONRIENDO

    P. F.

    21

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    14/106

    NOTICIA PROLOGAL

    Andaba yo una maana por los malecones del Sena en procura dealgo, segn ocurre tan a menudo, sin saber qu, cuando o este dilogo:

    -Hgame un precio, cualquiera; hace ya mucho que lo tengo aqu, yme incomoda. Es muy voluminoso, y no hay espacio.

    El biblifilo volvi a mirar el abultado legajo, con sus gafas de vidriosahumados, hoje, y dijo:

    -Ni s en qu lengua est escrito .. , slo podra adquiri rlo pa rarecortar los diseos .. De qu me sirve? ..

    A medida que balbuceaba estas palabras se alejaba, y el mercader,al verme, sonri con su pipa curada y sebcea entre las barbas,invitndome a interesarme, con un ademn.

    Comenc a hojear, y como nada me dijese el texto, mientras mirabalos dibujos escuchaba al mercader suplicante, que repeta:

    -Es manuscrito, seor! Fjese bien: es manuscrito antiguo!. .Confieso que la idea de que alguien en la antigedad se hubiese

    esmerado en escribir tan largo con atildada caligrafa, y el que todavahubiese dibujado para hacerse mejor entender, me enterneci.

    -Si quiere cien francos- dije yo, con fingido desgano.-Llegue a ciento veinte, y se lo lleva- contest el mugriento bolichero.Cuando cerr trato ya no habra revendido yo el legajo ni por el

    quntuplo, pero refunfu, segn debe hacerse siempre en caso deganga, para despistar. Recuerdo que esto me lo aconsej una antiguavecina, muy hbil en compras.

    Dejando as contento al mercader, tom el legajo y con l me fui de

    22

    inmediato a casa de Ali Biaba, hombre muy docto y eximio polglota, elcual, apenas fij sus ojos divergentes en la cubierta, exclam, no sinemocin:

    -La historia del pueblo kirio! Por Builah, qu hallazgo!... Est escritaen viejo caldeo ..

    El sabio, al tiempo que haca sus exclamaciones, me abrazaba y mepalmeaba el hombro, sin poder comprimir su emocin y sin desprendersu vida mirada del enorme manuscrito.

    No saba yo qu decir, puesto que por primera vez oa hablar delpueblo kirio. Ni le pregunt qu era eso de Builah, por quien haba urado,imaginando fuese uno de los tantos dioses o demonios de la antigedad,y l, hojeando el manuscrito, lleno de curiosidad, como si hablaseconsigo mismo, dijo:

    -Es el pueblo menos conocido y el ms original e interesante de lams remota antigedad; -y luego aadi, afirmativo-: Esto se lo o decirmuchas veces a mi abuelo Krami, el ms ilustre de los historigrafos demi tierra.

    Al Biaba refistoleaba el legajo con fervor, y hasta con impaciencia,emocionado cada vez ms. Se dira que esperaba encontrar en aquel

    manuscrito algo as como la piedra filosofal, y de inmediato; pero pocodespus hubo como una decepcin y una descarga en el espritu de AlBiaba. Con los ojos humedecidos, me abraz de nuevo con ternura, y,al palmearme el hombro, o que deca:

    -Mi amigo, d las gracias a Builah!...Slo ms tarde pude comprender el sentido de esta expansin; no

    obstante, tan extraa actitud espole mi curiosidad, la que iba enaumento.

    Dispusimos abordar all mismo la tarea. El hara en alta voz latraduccin, y yo ira entretanto tomando notas.

    He aqu el resultado de esta somera lectura. Va esto como un simpleanticipo ( 1

    EL AUTOR.Pars, 26 de agosto de 1928.

    (1) Por no conocer el viejo caldeo, ni el subsiguiente, no he podido verificar si la

    traduccin de Ali Biaba es rigurosamente literal, y para dar mayor amplitud a mirelato reproduzco las notas que l puso de su cuenta conjuntamente con las

    impresiones y comentarios que me sugiri la versin, a medida que se haca.

    23

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    15/106

    Vale msuna

    vieja pipa queun

    espejismo flamante.(Forestio)

    CAPITULO 1

    SITUACION GEOGRAFICA, ETNOGRAFIA, ETC.

    Dnde se hallaba ubicado el pueblo kirio? Esto no es dado precisarlo, desgraciadamente. Se sabe que dicho pueblo ocupaba una enormeisla deliciosa, con una fauna y una flora riqusimas, semejantes a las deAmrica, pero no se puede decir con fijeza sino que estaba situada, consu simblica forma de corazn, en el oceno Pacfico, y que dicha isla sesumergi de pronto, unos trece siglos antes de la Era Crisitiana, enbloque, sin dejar vestigio alguno.

    Hay un curioso antecedente en el manuscrito caldeo. Parece que unaComisin de sabios propuso al rey kirio Colonius l l l la fundacin de unInstituto Geogrfico, y el rey dijo:

    -Eso es prematuro. Antes hemos de organizarnos debidamente, puesesto es primordial.

    -No cree Su Majestad -dijo el sabio Sirenus- que puede servirnosmucho la geografa?

    -S- replic el rey kirio-, nos ha de servir siempre que nos hallemos encondiciones de vivir segn es debido; antes, no.

    Es quiz dicha actitud la que nos priva de una noticia que habra dadono poco pbulo a nuestra natural curiosidad, y dificulta las exploraciones

    y los hallazgos posibles, todo lo cual, especialmente en estos das, en quenos hallamos bastante desconcertados, habra servido de entretenimiento por lo menos, y es as doblemente de lamentar. Verdad es que el propioInstituto habra sido tragado con la isla, pero bien pudo salvar algnnufrago siquiera sea para dar satisfaccin a nuestra curiosidad legtima,o bien para procurarnos una distraccin tan inocente como sta, ms quenunca estimable en los das que corren, en los que no sabemos quhacer.

    De qu raza proc\')dan los kirios? Se ignora.Sobre este punto slo hay una referencia en uno de los famosos

    dilogos de Faraonte, en el que el poeta Fibrinius promueve eso de lasrazas como algo de sumo inters, y a lo cual replica Kintelio, un pastor:

    -Djate de nieras, Fibrinius. No hay ms que una sola raza humana:

    la autntica; lo dems no cuenta (1)

    Como se ve, era ste un pueblo singular, y no por eso menossimptico. No se perda en divagaciones. Es cierto quer tena en laantigedad la reputacin de ser un pueblo brbaro, debido a su propiasingularidad; pero, despus de haberse meditado con alguna atencinacerca de esto mismo, si no cambiamos de opinin, quedamos perplejospor lo menos.

    El pueblo kirio es el nico quiz que tuvo la audacia de construir unacultura autnoma, delineada valientemente, y as que se le compara conlos dems pueblos de la antigedad, queda bastante amortiguada laprimera impresin. Su ambicin era simplemente la de hacer una vidahonesta y natural. (2)

    kt\f

    Pl.~ ~

    (1) Al Biaba, al notar mi sorpresa frente a esta particularidad de la direccinmental kiria, clavando su mirada doble sobre la ma sencilla, como si quisierahacerme sentir an ms su evidente superioridad, me dijo:

    -Y, an hoy, se han definidoacaso los deberes raciales? Yvan ms de tresmil trescientos aos!. .Vaya viendo que vivimos de presuncin y de frases.Guard un breve silencio y agreg:-Observe que nuestra mentalidad actual se ofrece como uno de esos tejidos

    en que basta tirar de un hilo para que se deshagan por completo.Yo qued sumido en aquella mirada bilateral, envolvente: luegoredonde as:-Ellos, por lo menos, hacan cartabn de la conciencia y la aptitud, ms bien

    que de la talla, de la forma y el color.(2) No obstante la cordura de este programa, en la hecatombe ocurrida, slopudieron salvarse los pjaros: esa fue la decisin providencial. Podr verse asuna vez ms lo misteriosa y torva que ella es. Como para dejarse estar libradosa sus designios!...

    Este acontecimiento, que fue considerado cono un castigo impuesto por losdioses, case terrible tanto ms de temer por inicuo, acaso influyen el continentey lo indujo a la sumisin y al ruego ms bien que a la altivez consciente y a lacorreccin. Ni se escuch ya el apstrofe de Pepalui, concebido en estostrminos:

    Por mucho que te encolorices, necia, ciega Fatalidadno has de rendirme;juzga ecunime si aspiras a la respetabilidad.Tambin soy obrero responsableen la eterna csmica refriega;juzga serena,yo no me someto a la arbitrariedad.Como agente autonmo, consciente y digno,no declino mi responsabilidad;voy en procura de eficiencia honesta,y. en ella afirmo mi autoridad.

    (Nota de Al Biaba)

    25

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    16/106

    Cuida el seso para no tropezar.(Lamasio)

    De tu amigo. el consejo; de tu enemigo. al revs.

    (Ricardus)

    No olvides, hombre, que eres entidadsuperior en la naturaleza.

    (De Lazario)

    CAPITULO 11

    GENERALIDADES

    -Cuando mires, procura ver -deca el vidente Junkarolus-, y no te despor enterado cuando no entiendas, pues caes as en error por vanidad.Cuidado con las testaradas en tal caso! (1)

    Nada supersticioso, de agudo ingenio y de imaginacin contenida, loskirios se enfrentaban a la realidad como a su ambiente habitual, en formallana, sin alas de cndor ni de buho. Lo que nosotros llamamos "misterio",con cierta timidez, conio si prevenidos de antemano quisiramos ensombrecernos, era para ellos la cosa ms natural: cielo, tierra, rboles, frutos,flores, aves, peces, moluscos, etc., y trataban de aprovecharlos segnpodan. Dado que no haban visto demonios, ni fantasmas, ni gnomos; nisiquiera hadas, sirenas, centauros, pegasos -no ya ngeles ni querubines-, no se les ocurra pensar en estas cosas, y vivan con gran aplomo,contentos de vivir. No perdan

    elplacer de disfrutar de los beneficios

    naturales por el ansia de poseer ms, pues eran, si no modestos en laconformidad, por lo menos razonbles, y de anhelos mesurados, escalonados. Tampoco perdan el sueo en impaciencias divagatorias, ni seenloquecan con quimeras; al contrario, dorman a pierna suelta, y enverano con la casa abierta, las puertas de par en par.

    -Oh, qu dulce es vivir!- solan exclamar.No habra sido posible el substraerlos a su costumbre de cultivar la

    tranquilidad, fundamentalmente. Ellos estimaban este bien ms que aningn otro, puesto que les permita disfrutar de la existencia. De otraparte, como no sospechaban lo sobrenatural, ni podan admitirlo dentrode su mentalidad estrictamente positiva, no habra habido tampocomanera de hacerles entender muchas de las cosas que, hoy da, estn al

    alcance de c ~ a l q u i e rcolegia!. Ante el milagro, las apariciones, pongamos, que han mteresado no solo a los grandes intelectuales, sino tambina las extracciones sociales menos dadas a esta ardua clase, dedisciplinas, all en Kiria, nadie se detena siquiera para escuchar. Paraellos no contaban las cosas sino por su demostrabilidad cabal; lo demslo repudiaban por fantstico, o lo aplazaban para el momento de laprueba, segn se hizo en nuestros das, no sin cierto herosmo, con electoplasma.

    An as, esa gente s encilla y bienhumorada, poda ser feliz dentro desu propia ignorancia; y con su peliandro, especie de gaita, y sus buenas

    pipas, por lo comn de raz de violeta o de resed, los kirios no se habrancambiado por nadie. Bastaba el ver sus caras plcidas para comprenderque vivan en el mejor de los mundos como los pjaros ms gayos. Sunocin del tiempo era sedante, y no angustiosa. Ellos no usaban agendaspor cierto.

    Hoy, para darse el placer de ver una cara plcida, aunque no sea msque por curiosidad, hay que ir a provincias, o bien adonde no hayapenetrado an lo que ha dado en llamarse, con bastante propiedad, lapiqueta de la civilizacin. De cierto que no habran podido incorporarse aaquella vida los hombres modernos, ni las propias mujeres que experimentan las delicias de lo novelesco y del vrtigo, pues esto equivaldra ala infliccin del mximo castigo: la privacin. Con slo hablarles a losnuestros de reposo y discrecin, ya se violentan como si se les aplicase

    un cauterio.Todo ese alboroto que se advierte con cualquier motivo en nuestros

    das, aunque slo sea un simple corte de pelo o el color de las uas, eraall desconocido, y an desconocible, puesto que, a no ser en sinteresante el figurn, nadie se habra dignado dar vuelta la cabeza paraverlo, como no fuese para sonrer, lo propio que se hace con los juegosde nios. Ellos tenan u na idea demasiado rotunda acerca de s mismospara dar precedencia a las bagatelas sobre sus asuntos y r d e n a m i e n t o ~sociales, ni sobre sus mismos solaces. Lo primordial era procurarse u navida agradable y provechosa, no el diseminarse en futilezas. Bien queamasen las expansiones, jams se entenda que ellas deban asumir laforma de la frivolidad, ni la del atolondramiento. Eran circunspectos, y, porlo propio, no podan como nosotros ser noveleros, ni verstiles.

    En Kiria no era fcil trocar lo insubstancial y efmero por lo que tienecarcter constructor y efectivo. Claro que, para los que estamos tanacostumbrados a hacer lo contrario, nos parece deslucida y aun torpedicha predileccin. As como nosotros estamos an pasmados y absortosescuchando los ms viejos relatos blicos, los relatos mitolgicos, y decualquier otro orden, a condicin de ser fantsticos o truculentos ellos seencogan de hombros, diciendo: "Eso est bien para hacer dor,;,ir a losnios, con tal de que no les de vuelta el seso.". Cuando el poeta Nefastus dijo al rey Amricus que encontraba de una

    gran belleza los relatos de las luchas heroicas, ste contest:-Eso no puede ser bello para un kirio, porque es salvaje; y adems

    muy caro.

    2

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    17/106

    As como nos remitimos, lpiz en mano, a laaritmtica y al sistema mtrico, ellos se atenan as utacto, eran prudentes y si bien se preciaban tambin de ser corteses lo eran, como en lo dems,dentro de cierta medida: As, por ejemplo, un kiriotomaba a mal el que le dijesen: "sea usted feliz",pues pareca expresar el deseo de desentenderse,ms que el de interesarse. A nosotros, en vez, unafrase as nos colma de satisfaccin; para un kirioera verdadero cumplimiento, ms bien, el que le

    cargasen la pipa con buen tabaco.Si bien eran lgicos, y aun estrictos, no dejabanpor esto de ofrecer su dosis de plasticidad, y de sercomprensivos, razonables, y no poco ejecutivos, sin embargo. Sobre elderecho, verbigracia, entendan que se nace sabindolo, por ser algo debuen sentido y de buena fe. Las mams, por otra parte, perfeccionabandicho aprendizaje con algunos coscorrones, diciendo qu e si los nios nosaban lo que era justo, esto se deba a que eran de naturaleza renuente,o porque no se esmeraban en saberlo. Cierto es que para aquellostiempos tal criterio era juicioso; hoy, despus de haberse publicado tantostratados de derecho, este asunto se ha complicado no poco.

    Eran frugales y probos, y su propia moderacin les aconsejaba haceralgunas reservas mentales, de igual modo que la intimidad y la franqueza

    nos obligan, por razones de mesura, a no mostrar todos los rincones delalma y a no exhibirnos en todas las posiciones imaginables; era gentebien, muy fina, y se distinguan en el andar, garboso.

    Con tal escasos elementos llegaron asimismo, en breve tiempo, aacelerar la evolucin natural, sin perder contacto con la realidad, que esen definitiva lo que nos sustenta. (2)

    Para dar una idea acerca de su concepto de la independencia, vaseesto: Dijeron cierta vez a Aldio Trapali, en tono de reproche, que l nopensaba como el rey.

    -Yo tambin soy rey, dentro de mi fez -contest el aludido.-Est bien -dijo el interpelante-; pero es menester tomar en cuenta las

    opiniones autorizadas.Trapali duplic de inmediato:-Buen papel hara yo si no comenzase por tomar en cuenta la ma!Segn puede verse, la libertad era lo ms completa que debe ser, y

    no poda degenerar en licencia, sin embargo, por cuanto haban instituidociertas medidas que servan de muro de contencin, segn se ver msadelante, fuera de que la propia dignidad kiria, ya, de por s, contena.

    Tenan adems otra costumbre bastante curiosa. Con gran frecuencia pedan lo que llamaban el "k" (algo as como realidad-medida) y lohacan con la misma llaneza y familiaridad con que los msicos piden el"la", deseosos de no desafinar, cosa que con el andar de los tiempos haperdido su significado, al extremo de que hasta parece mejor la desafinacin, ms de una vez, la disonancia por lo menos.

    Verdad es tambin que los kirios no haban llegado an a establecer

    una diferencia tangible entre inteligencia y cordura, por cuanto ellos seatenan a su buen sentido, fundamentalmente. Tampoco haban podidodestacar la moral de la ley, de la tica, ni de la propia urbanidad, y, enmedio de tales confusiones, trataban de discernir lo sensato y honesto,en cada caso y con gran parsimonia, y no sin cierto atildamiento, tantoms cuanto que ni podan distinguir claramente lo honesto de lo sensato.Quedaban de esta suerte obligados a mantenerse dentro de lo mesuradoy discreto, no sin dejar d e ser claros y expeditivos haciendo con todo estosegn se hace con un caballo brioso, que, al no obedecer a la rienda, seapela a medios ms persuasivos.

    Otra modalidad digna de atencin es sta: No haba argumentossuficientemente persuasivos para hacer entender a un kirio que puedehaber algo mejor que lo que conviene. No por esto dejaba de esmerarseel kirio para alcanzar la seguridad de que no era ilusoria o precaria dichaconveniencia: para l slo era de buena ley una conveniencia si resistaal examen y al tiempo, esto es, si era bien cierta, y honesta por lo mismo.Que no le fuesen a un kirio, con filigranas dialcticas, a demostrarle queconveniencia y honestidad no son, en substancia, una misma cosa. El erallano y rgido sobre este orden de asuntos, no admita distingos, y hastale enfadaba que se intentase admitirlos.

    No dejaron de haber conatos en el sentido de importar los usos ycreencias generales en Kiria; mas, por una obstinada aspiracin a la

    autonoma mental, esto es, a pensar y decidir con su cabeza, y por lapropia ambicin de hacer cada da ms preciado el bien de la vida,pudieron librarse de tal contaminacin.

    Cuando el sabio telogo Pamplonio propuso al rey Domitilus 11que seestableciesen prcticas preparatorias para las vidas ulteriores, el rey dijo:

    -Nosotros no podemos afirmar ni negar juiciosamente nada a esterespecto; pero, cmo negar la efectividad de esta vida nuestra, que latenemos aqu, tan a mano, y tan palpitante? Sera insensato el nodisfrutarlo, iluso.

    -Maana, Majestad, ocurrir lo propio con las otras.-Maana ser llegado el caso, si el caso llega, de hacer lo propio que

    hacemos aqu, y slo as procederemos cuerdamente. Nada puede ser

    29

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    18/106

    ms juicioso que el sentirnos acordes con nosotros mismos, y con nuestroambiente. (3)

    Para un kirio era primordialmente apreciable, como bien, el vivir deacuerdo con su conciencia. A eso llamaban ellos vivir segn es debido.Vaya a saberse hoy da lo que es esto, y nos extraviamos en unberenjenal. No tan slo usa ba y disfrutaba as el kirio de sus prerrogativas,sino que tal cabalidad le produca una sensacin grata y tnica debienestar. Tena adems un alto concepto de su dignidad, acaso por esomismo, y usaba de poca tolerancia para lo que llamaban all "perturbafiestas". Con ellos y los malvados procedan no sin ciertos miramientos;pero en lo esencial, de modo que no siguiesen incomodando. No era tantoa la causa que ellos se atenan, sino a los efectos, dejando que los quetuviesen ms tiempo y mayor paciencia se ocupasen d e hacer distingos,mientras vivan en paz; para ellos tanto daba que la perversidad fueseheredada o intencional. Lo que pretendan como algo previo era suprimirlos efectos, dejando a los interesados el encargo de remediar las causas,si podan. Los kirios examinaban ms el acto que la excusa, sabiendo quehay triquiuelas para todo; y decan: "El que no cuida de s mismo, dequ va a cuidar?" Con esto entendan que es cada cual, fundamentalmente, quien tiene que habilitarse para convivir en forma correcta, y sedescargaban as de los embarazos sociales que malogran la vida.

    Su concepto de solidaridad lo basaban en la necesidad de unaseleccin razonada, no en la sensiblera, y de ah que expeliesen a lostorpes y tontos o listos en demasa, para mantener una situacin firme yagradable, y, cuando se les ofreca una dificultad demasiado grave, deesas que parecen ser irresolubles, decan sonrientes: "Eso lo arreglarPamplinius, que est en buenas relaciones con Dios". Con esto, y no sinhaber procedido segn creyeran mejor, quedaban prontos para ocuparsede otra cosa, y como no haba en Kiria comisiones y oficinas para todo,se viva tranquila y fcilmente. Cuando vean a alguien muy apurado, seguiaban, festivos, diciendo: "Toma ste, que teme no llegar a tiempo";

    30

    y no como ahora, que quedamos llenos de envidia, y ansiosos dedesquitarnos, superando aquella velocidad a fin de que sean los demsquienes nos envidien. Es cierto que hemos llegado ya al siglo de loscampeonatos.

    El rey no usaba distintivo. Slo al verlo se comprenda que era l; y esoque todos los kirios parecan reyes. Perdida hoy, segn se ve, la nocinexacta de la realidad, una vez que la humanidad se ech a buscarapresuradamente la clave total del misterio, de golpe, antes de inquirirsiquiera en qu consiste, preciso es que se vea la corona, en ciertos casospor lo menos, para saber dnde est el gobierno; y eso que nos

    pavoneamos con la ilusin de hallarnos en la cspide de la civilizacin yde los tiempos, cuando en realidad vamos por una correa sin fin.La sensatez de sus pensamientos daba a los kiries el medio de ajustar

    su actividad a la satisfaccin de sus necesidades y aspiraciones, y deescalonar a stas en serie juiciosa, en tanto que vean desde suencantadora isla marcha r sin rumbo a los dems pueblos, por entre lasnubes, como mongolfieros.

    El sabio Regulius haba dicho, al morir:-La locura est cerca de todas las cabezas y entra solapadamente sin

    golpear. Cuidado con ella, hijo!-No tema, padre.-No vayas a marearte con sus lucecitas de color.De otra parte, haba en la isla kiria un olmpico desdn por el lujo, a

    causa de haberse hecho carne en la conciencia popular la frase del reyAgustinus 111,el cual haba dicho: "El lujo es un juego entre necios; el quepaga cara la envidia ajena y el que manifiesta gratis la propia".

    Este sentido de juiciosa continencia permita a los kirios el vivir a sugusto, aun en la propia vida terrenal. Por ser felices eran buenos; erancorrectos por conveniencia, y, adems, atentos.

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    19/106

    Nota de Al Biaba:Pretender que los desgraciados sean buenos y correctos, es una simple

    gollera inalcanzable. Los habr, pero son habas contadas, y tanto es as que enla actualidad la correccin y la bondad no resisten al anlisis, ni pueden resistir,por ser aparentes en la mayora de los casos. Es verdad que se ha llegado a hacerprodigios de ficcin, y esto hace menos fcil el discernirlo.

    En estos propios das, aun las sociedades ms copetudas nos dejan versimultneamente todas las gamas y variedades de la fauna humana, desde elarquetipo selecto hasta el degenerado execrable. Verdad es que aqu se puedecontar -no en la isla kiria, por cierto-, con la abnegacin y el altruismo, si biensiempre es prudente llevar un buen revlver a la mano, por si acaso. Es a todoesto, tan despampanante, a lo que llamamos hoy organizacin social.

    "Valen ms cinco buenos, que cincuenta y uno, y el uno malo", decan losisleos. Para los kiries lo esencial era ocuparse de la suerte de los buenos; valedecir, al revs de lo que hacemos nosotros. Y cmo ser buenos en tanlamentables condiciones?

    Por entre los arabescos jactanciosos o amablesque arrogante ostenta nuestra sociedad facticia,po r entre las mallas empricas de la justiciarige a menudo la crueldad fra del fondo de los mares,y tambin la de la selva, clida.Graciados o absueltos, evadidos de la ley selectiva,que es ley suprema, mxima,los inhumanos, los subhumanos, los miserablesfrutos de una piedad imprevisora, insana,

    atentan a la sociedad humana, y la denigran.Ocurre as que por entre los campanarios,ufanos de longnimas inconsultas regalas,campea srdida la fauna selvtica, la fauna marina;deslucen e infaman al vertebrado superior,al vertebrado erecto por acto de sabia previsin.

    No es librando al azar la suerte humanacomo mejor se atiende la misin nuestra,sino aplicndonos, probos, a la naturaleza,para realizar nuestra obra orgnica.

    De otro modo vivimos sin nobleza,parsitos, sin saber siquiera adnde vamosmarchando a un destino inciertoen lamentable entrevero saltando aturdidos,ofuscados como corderos,mseros esclavos sometidos al cencerro.

    32

    (1) En uno de los dilogos de F a r a o ~ t e ,d i ~Aritmio: .-Lo propio que te ocurre, Plumano, al mtrar la casa de tu v e ~ ~ n ode enfrente.

    la de Custorio, qLJe a fuerza de mirarla has llegado a verla tambten por el fondo,as ocurre con lo dems. Cuando miras atentamente una cosa por su. fachada:terminas por verla tambin por dentro y por detrs. Nota que nada te mformarams certeramente ac erca de las personas, de las casas y las cosas que el sabersu contenido, y nada te aconsejar mejor acerca de lo que debes hacer.(2) Si bien primarios, los kiries, segn lo somos todos por turno, nos llevaban laventaja de mantener afirmada su mentalidad e.n_l!3 realidad-hecho, as. como.lanuestra parece estar flotando, colgada de lo mtnftco sobrenatural, tan tnconststente. No se puede saber hasta dnde habran podido llegar, ellos, en los l a r g ~ s

    siglos corridos desde la sumersin de la i s l ~~ i r a ,bien que s e ~ a m _ o s~ r d e m ~ sadnde hemos l legado: a una brillante ecloston de progresos ctenttfico-tnd.ustnales en la cual nuestra mentalidad, preada de fantasas, se complace en s t ~ p l e sjuegos malabares, aun c u a n d o _ n ~ sacongojen cien inquietudes, no ya mltiplesvisiones trgicas. - (Nota de Ah B t a ~ a ) . . . . . ..(3) El hombre, al atribuir su e x i ~ t e n c 1 ay la propia eficacia de su m1s1on natural aentidades extraas, llamadas dioses, se ha descentrado y vaga en la naturaleza.No vivimos ya como seres que integran el mundo, sino pendientes de una tutelaintangible, que reduce y menoscaba nuestra responsabilidad, Y. la desluce por. sumisma ineficiencia. De ah que la inteligencia haya pasado a ser uguete, mas bt;nque instrumento; de ah que en el ordenamiento social no se vean por lo comun;siquiera sea, las mejores armas en las meores manos, al frente. - (Nota de AhBiaba).

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    20/106

    Todo lo falso es innoble, incluso lafalsa modestia.

    (Junkarolus)No seas fatuo: s digno.

    (Motuberio)El orgullo es la dignidad de los necios .

    (Voxelio)

    CAPITULO 111

    DIGNIDAD KIRIA

    Un espritu superficial de nuestros das se hallara inclinado a pensarque, por no haber negros en Kiria, comenzaron los kiries por abolir laesclavitud de los blancos, pero no es as. Como no cultivaban relacionescon lo mirfico, sentan las ventajas de su situacin y jerarqua especficaen la naturaleza, y trataban de disfrutarlas juiciosamente. Al atribuir a su

    ascendencia el esfuerzo causal, tan perseverante cuanto arduo, y conquistado segn ellos paso a paso en la refriega ese su rango natural, estoles daba un hondo sentimiento de dignidad, el que los induca y estimulaba hacia un constante anhelo de mejoramiento. Cicerius repeta: "Duraes la senda del probo, pero es la ms segura".

    Para esta gente sencilla, que no habra podido jams acumular tantasespirales y resortes cuantos ha logrado juntar el hombre moderno, segnse llama al de nuestros das, por ms que se halle expuesto a ser tanantiguo como un kirie, las cosas tenan una significacin precisa, y nocomo ahora, que a fuerza de sutilizar, se ha llegado a un extremo en queno se sabe si es mejor hacer honor al rango conquistado en la naturalezao ir derechamente a la indignidad con impavidez, para poder prosperar,lo cual, felizmente, ni es as.

    Que no le fueran a hablar a un kirio de sumisin y humildad (1 ), puesel que lo hubiese osado buen chasco se lleva. Ellos se colocaban en sulugar en la naturaleza, que es donde se sentan mejor -y hasta de dondeno podan salir, aunque lo quisieran, lo que sera locura segn ellosdecan-, y no slo se conformaban sino que se sentan dic hosos con esto,y ufanos an. Cuando un kirie se sentaba en la plaza y fumaba su pipa odesenfundaba su peliandro y se pona a soplar, pareca un rey, y hastaun dios. Era confortante un cuadro tal, de viril y concienzuda serenidaddominante. Por cierto que no se le poda confundir con un faldero.

    Es tambin verdad que cuando se les quera hablar de asuntos rarosy ampulosos, de esos que suelen ocupar a los msticos y a menudo hastaa los poetas, ellos se erguan, y de can:

    -Cree usted que yo pierdo la cabeza tan fcilmente?Luego quedaban mirando fijo, para ver si se insista. Claro que no.

    Vaya usted a insistir!De esta manera se defenda el kirio de las tentaciones desmoraliza

    doras, y mantena firme su aplomo y dignidad de hombre-kirie. Era slidoy cabal, inconmovible como una roca. En estos das, donde hay tantopedrusco y canto a rodar, cuesta hallar una roca as. La habr, no puededudarse, mas preciso es convenir en que no es la regla el encontrarla , sinoms bien la excepcin; al revs de lo que ocurra en Kiria.

    Este pueblo sutilizaba tambin, pero lo haca a su manera, es to es, sinperder contacto con la realidad, y proceda as por acto de leal adhesina su condicin natural, y por hombra. Para un kirie nada haba superiora su propia dignidad, ni en la naturaleza, ni en la propia imaginacin, y estapeculiaridad se explica fcilmente. Como l se pulsaba y se atribua unamisin orgnica especfica en la naturaleza, se consideraba un agentedivino, y dado que se con oca y se esmeraba en proceder correctamente,llegaba a adquirir poco a poco, por persuasin, la seguridad de que eralo mejor que poda ser, dado que haba puesto gran empeo en esto ynunca llegaba a igual certeza respecto de los dems, ni de nada, ni podallegar, por cuanto era siempre posible una tolerancia mayor de la que lempleaba respecto de s mismo, para ser todo lo cabal que le era dadoser. Siempre fue en Kiria una idea generalmente admitida la de que laperfeccin absoluta no existe ni puede existir, y es curioso ver cmo

    llegaban a tal dictamen. Se decan, senc illamente: "Si yo, siendo cual soy,no soy perfecto, quin puede serlo !" De amplio trax y fuerte esplenio, loskirios sentan los favores y privilegios de su estructura, y los sabanestimar.

    Claro: adnde ir a busc ar elementos de conviccin, si no se encuentran dentro de s mismo! (2)

    As es que se afirmaban rotundos en su dignidad como en unafortaleza o en un templo (ms bien lo primero que lo ltimo) y por esto espor lo que ha cambiado tanto, por lo comn, dicho concepto. Hoy estribaen otros elementos de juicio y eso da otro aspecto a la vida, y hasta otrasubstancia, quizs. Ellos no podan concebir la sociedad h umana comohacinamiento, a lo que llamaban "kakali", esto es, basura, mugre, sarna

    35

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    21/106

    o algo as; para los kirios la sociedad era y deba ser el ms perfectoposible de los ordenamientos, puesto que era el que les interesaba ms,ms que el de los astros, segn ellos decan, y el reproche supino eraste: "T no eres digno de tu ascendencia; si acaso ella fue digna de surango en la naturaleza".

    Llevaban dentro de s un concepto tan cabal de la dignidad humana,que esquivaban la decepcin como algo humillante.

    Desde tiempo inmemorial Petronius, el anciano, haba dicho:-No tiene gracia el ver las cosas por el lado de la cola, aunque ella

    tambin merezca nuestra atencin.Con esto se entendi que deba procederse con pru

    dencia y tacto, y no guiados por impulsos irreflexivos,segn se estila hacerlo hoy da, ofrecindosenos un aprendizaje tardo, o sea por el lado de la cola, segn ellosdecan.

    Es que para los kirios la realidad-verdad iba por planos,mas no hacia arriba, como ocurre para con los continentales, sino hacia abajo, segn van las capas geolgicas, eiban as de lo complejo a lo simple, y no al revs, comonosotros .. Para intuir las causas miraban hacia atrs yhacia abajo, entendiendo que ah era en donde se haba generadonuestro presente, y no mirando hacia el cielo, que, por hallarse tan lejos,poco habra podido interesarse en nuestra suerte ntima. Era ese planlgico el que les daba gran practicidad, pues facilitaba extraordinariamente su comprensin de la naturaleza as como la de los beneficios yprivilegios de la existencia humana.

    Este propio orden de ideas, tan discreto, haca que, a menudo, alexaminarse un asunto, se comenzase por el lado de las consecuencias,para no exponerse a las decepciones que traen consigo los espejismos.

    -Nada es ms triste -deca Victorianus-, que encontrar el rabo cuandose espera otra cosa.

    Si bien no eran sensibleros, los kirios tenan la fobia de la sangrehumana vertida, la que, a su manera de ver, colocaba en los planosinmundos donde se agitan los animales repugnantes, pero eran suficientemente cuerdos y hbiles para comprender que no por eso debanquedar inermes. De ah que optasen siempre por herir por el flanco ms

    dbil, para aleccionar sin caer en lo sanguinario. Ellos decan, adems,que los propios animales sanguinarios ms repugnantes no atentancontra sus congneres a no hallarse muy compelidos po r la necesidad,y que eso era as mucho menos a recomendarse a un kirio, dado que erasigno de degradacin. Por lo dems, como no sentan el horror de lamuerte, aunque tuviesen gran apego a la vida, ellos entendan que el darmuerte a un semejante sin crueldad no constitua ms que una incidenciaen la refriega vital. No hemos de morir todos? Al preguntarse esto,parecan querer decir que eso no es otra cosa que un mero detalle en lanaturaleza.

    No era chica satisfaccin para ellos el poder afirmar que no haba ensus fastos, desde la ms remota antigedad, precedente alguno de

    36

    holocaustos humanos, de torturas y suplicios dolorosos y sangrientos, nide guerras, y cuando hablaban de los dems pueblos se pasaban unaguiada. Como eran muy prudentes, y mesurados, no gustaban de hacerampulosos comentarios, y aquello bastaba en Kiria para darse el pisto dela superioridad. Hasta se decan con cierto orgullo: "Nosotros no imploramos, pero s tratamos de proceder bien".

    Entendan que no todos los as-cendientes haban sido buenos,pero que los kirios deban seguir elejemplo de los buenos, y repudiar la

    herencia y tradicin de los malos,especialmente la de los duples, que,porfalsos, son los peores. En cuantoa su capacidad para esto, tenantambin una curiosa idea. Ellosdecan que querindolo con firmezase poda ser bueno, y que si no sepoda era porque no se quera suficientemente, o bien porque haba talcmulo de basura encima y de izcadentro, que lo mejor era echarlo todojunto a un pozo, y taparlo bien. (3)

    Para los kirios la bondad no significaba lo mismo que se entiende hoy

    da. Ser buenos, para ellos, era ser rectos, fuertes y dignos. El abdicar dela dignidad humana era un colmo de bajeza y cobarda.Un sabio telogo, Paribus, dijo cierta vez al rey Legnamus 1:-Preciso ser que nos mostremos humildes frente a la majestad de la

    Naturaleza, por tanto que le debemos; esto har gran honor a los kirios.-Humildes, no; dignos -contest Legnamus-, para que sea con honor.Como viese que Paribus, aunque no replicaba, haca reservas men

    tales, agreg:-Cierto es que has ta nuestro propio cuerpo lo llevamos en prstamo,

    pero slo cuando hayamos procedido bien lo podremos devolver conaltivez ..

    -Por eso, justamente, hablaba de humildad- observ Paribus.-Eso ser para los que han defecciona-

    do, no para nosotros los que tratamos demerecer el prstamo que hicieron a nuestrofavor con su esfuerzo nuestros ascendientes, y eso es nuestro, bien nuestro y legtimamente habido, a condicin de cumplirhonestamente nuestros deberes, a fin dereincorporarnos decorosamente a la Naturaleza, en la forma que fuera.

    Dicho esto, hizo un gesto a Paribus, yste, previa una reverencia, se march.

    Los fermentos subversivos insocialesno podan prosperar en ningn sector, pues

    37

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    22/106

    la uniforme probidad del pueblo, afirmada en una conciencia colectivargida, y en un alto concepto de dignidad individual, formaba un muroinfranqueable de resistencia. As fue como los kirios, guardianes celososde su verticalidad tradicional, sin apelar a la humillacin ni a la violencia,llegaron a brillar por su gran cordura, y se hicieron respetables yrespetados, segn se ver.

    El kirio Bilonio deca:-Si se me impone con razn y derecho, acato y me excuso; y sin eso

    podr optar por someterme, mas no sin reservas, ni sin preparar midesquite, como justo castigo.

    Claro es que para comulgar con una filosofa as, orgnica, con lasabidura acumulada en los siglos por la observacin de los hechos, osea, de buen sentido, era preciso se r probos, pues sin eso, resultaincomprensible.

    Hoy, la regla es confiarlo todo a la diplomacia, ms o menos artera.Para los kirios esto era abominable, sencillamente. Ya Constantius, el

    pretrito, haba dicho:-E l que confa su accin a la poltica es un iluso peligroso.No por eso dejaban los kirios de percibir los matices. Cierta vez,

    hallndose Monsegus en su granja, con unos amigos, lleg Betario,llamado el mstico, y pidi que se le diese un asiento en la mesa, puestena hambre.

    As se hizo, y comi de tal manera, con tal voracidad y grosera, que

    Monsegus lo exhort a que guardase ms compostura, agregando:-Comes como un animal, Betario.-Cmo es eso' -exclam Betario-. Acaso no se precian ustedes de

    ser animales?-As es, y est bien que nos enorgullezcamos con ser animales -

    replic Monsegus-, mas no por eso hemos de proceder como los cerdos.(4)

    Betario ni pestae.

    38

    (1) Entre los dilogos del famoso Faraonte, figura ste:Popania: Lo que ms me enternece es el observar en la naturaleza la

    humildad tan sumisa de los animalitos, mi querido maestro.Betulio: No observas bien, Popania, y te engaas. Lo que t atribuyes a

    humildad y sumisin en los animalitos, es simplemente conciencia de pequeezy exigidad para afrontar la lucha natural. De otra parte, esa apariencia demansedumbre es un arma adems, el arma de los dbiles, de los tmidos, y a ellase acogen tambin los duples.

    Popania: Y no es eso s umisin? Qu desencanto!...Betulio: No; eso es conciencia, y es debida a reiteradas compulsas .. Si les

    dieses a esos supuestos humildes animalitos las garras del len, ya os veras msserenos, y aun altivos, metiendo en vereda a sus mulos. Esto es lgico, y no deja

    de ser hermoso para el que pueda observarlo desde un sitio seguro.Popania: Esto es lo que supones, maestro, pues nadie te lo ha dicho.Betulio: Si al observar la naturaleza esperas que ella te revele sus secretos,

    tendrs demasiado que esperar, querida Popania.Popania: Es descorazonador cuanto me dices hoy, Betulio!Betulio: No hay tal. Alcontrario, es estimulante. T misma, que tienes mucho

    ms que un animalito, ests ambiciosa de poseer ms Cmo quieres que unode esos animlculos se halle conforme con lo que tiene, y que todava se dtiempo para sentir humildad? No; hay en toda la naturaleza un afn, desmedidoa menudo, de vigorizarse, de agigantarse, esa misma ambicin que parece tenerla chispa de hacerse incendio. Esto es lo que mejor simboliza a la aspiracinorgnica universal; pero se va comprendiendo que lo mejor es ir por juiciosasselecciones ms bien que por inflacin y agrandamiento inconsulto, y eso es loque ennoblece la vida y la embellece.

    (Se oy un canto muy raro, entonces, como de flauta mgica)

    Popania: Oyes, Betulio, al delicioso Cucuruc? Quieres que nos aproximemos?Al hacer Popania esta invitacin, se la senta hechizada.

    (2) Atribuirlo todo a una entidad extraa, sea la que fuere, es despojarnos denuestra jerarqua y responsabilidad, lo cual implica cobarda y adulacin. Locorrecto es asumir como obreros-dioses la tarea natural, segn lo hacen llanamente las abejas, los trmites y as hormigas. Slo al hombre, reputado exc epcinen la naturaleza, se le ha ocurrido abdicar de sus prerrogativas y omitir susdeberes naturales .. y todava espera por esto una recompensa. En la naturalezase pagan caros los errores cuanto los crmenes, y lo vamos viendo. -(Nota de AlBiaba).(3) Hice yo al llegar a esto una mueca de rebelda, y Al Biaba, al notarlo, me dijo:

    -Esto que parece ser inhumanidad, segn la manera de pensar corriente, tanpropicia a los contrahechos, no puede ser ms humano. Advierta usted que losantisociales son torturados, incapaces de llegar a la dicha, ni de comprenderla,

    para estimarla. Por su propia estructura, viciada o corrompida, son desdichadosincurables, segn pensaban los kirios, y es obra humanitaria el liberarlos cuandolos interesados, segn es frecuente, no lo hacen por propia iniciativa.

    Yo qued atnito, parecindome que se agigantaba en mi espritu Al Biaba,como un Builah.(4) Uno de los dilogos de Faraonte trae esto:

    Monsegus: No han de faltar ilusos que pretendan extremar la idealizacin dela vida natural en un sentido potico, ya sea melanclico o simplemente lrico. Yes hasta de creer que esto regocije a los ilusos, puesto que halaga su vanidad;pero, a poco andar, topan con los estmagos ..

    Antius: Y con las barrigas ..Portio: Y con las mandbulas ..Monsegus: Todo ir bien, sin embargo, cuando la idealizacin potica pueda

    resistir la compulsa natural. Apenas repudie un elemento positivo, ste arremetepara hacerse bien presente, y echa abajo el cas tillo lrico.

    39

  • 7/30/2019 Figari Pedro - Historia Kiria

    23/106

    Mira de frente lo natural sin miedo.(Amius)No es con los brazos en alto como seresuelve una dificultad.

    (Constantius)Trabaja y obra honestamente: esocuenta ms que un ruego.

    (Eiias)

    CAPITULO IV

    RELIGIOSIDAD DEL PUEBLO KIRIO

    ~ o skirios tenan un concepto bastante original de la divinidad. Nohabiendo llegado a aclarar suficientemente este punto, razonaban as:"Lo que se llama Dios de alguna manera existe; pero, al no saberse cmoes ni dnde est, lo mejor ser que nos ocupemos, entretanto, a la manerade dioses, de nuestros propios cominos. No es chica divinidad nuestraventura". (1)

    Un sabio de la antigedad -de la propia antigedad de ellos-, llamadoNoga, haba querido explicarse la idea del mundo en esta forma: "La vidac o n ~ t ade siete planos, y todo es vida, dado que todo es eterno, y vive porlo m1smo, ya sea de una u otra manera, aunque sea como insecto, y aunms chico", deca. (Ellos no conocan entonces las legiones microscpicas y las dems del mundo mnimo, que se intuyen ahora). "De estasuerte, se va de uno a otro plano-pasaje, lo que se llama vulgarmente'muerte', y, llegados al ltimo, se vuelve de nuevo a los dems, sinsabers.e a cul; eso es lo que espanta, y no tanto por o dems. Dos planoshay mmerales; dos vegetales y los otros tres animales, en el cual elhombre tiende a excepcionarse por extravo y soberbia, como si fuese deotra estopa que la natural". Como quiera que sea, para ellos era siempreun gran honor el ser animales, y lo que ambicionaban era mantener conimpecable dignidad su jerarqua.

    Algunos exgetas sostenan que la ltima etapa era la del len, no ladel hombre, y que tan slo los buenos podan, en definitiva, llegar ah;pero esto nunca qued suficientemente aclarado.

    Dicho cuadro de creencias daba un aspecto singular y ameno a lascostumbres, tanto ms puesto que alguien haba sostenido que el nico

    40

    animal que fuma en pipa es el hombre, y que ni el propio len es capazde hacerlo. Ellos agregaban que, si acaso, los monos -a los que consideraban no como antepasados, sino ms bien como medio-hermanos oprimos- podran llegar a la pipa, mas no los dems.

    Cuando Higinius dijo a Noga: Est bien; pero dnde queda Dios?-Anda t a buscarlo- contest el aludido sin inmutarse.Con este tan sencillo plan d e creencias resultaba muy entretenida una

    conversacin, po r cuanto era imposible caer segn puede hacerse hoy,tan fcilmente, en la monotona aburridora de la logomaquia. All, al vera un kirio tendiendo a la necedad, se le deca, verbigracia:

    -Bien se advierte que eras repollo. Y cuando se trataba de un solemney magnfico, decan :

    -T eras ave del paraso, se ve de lejos!Ya, con esto, tomaba otro giro la conversacin, siempre amable,

    mientras que hoy, en semejantes circunstancias, ni sabemos ya qudecir, dado que todos nos cons ideramos de la misma procedencia.

    Poco a poco, este orden ideolgico-religioso fue tomando aspectoscada vez ms pintorescos, pues se iba consi