Upload
alberto-moradillo
View
494
Download
2
Embed Size (px)
DESCRIPTION
«El confiar para el placer sensual en los objetos inanimados –Almohadones de sofá, muebles tapizados, comidas dulces y telas suaves— Fue uno de esos artificios con los que un puritanismo burgués, fingiendo renunciar a la carne y castigar al cuerpo,
Citation preview
UNA REFLEXIÓN FILOSÓFICA EN TORNO A
LA TECNOLOGÍA Y EL DESARROLLO
BIOTECNOLÓGICO
Autor: Alberto Moradillo Martín
Tutor: Juan Bautista Bengoetxea
2
Este trabajo está dedicado a mi familia
y a todos aquellos/as que no han dejado
de confiar en mi.
3
«El confiar para el
placer sensual en los
objetos inanimados
–Almohadones de
sofá, muebles
tapizados, comidas
dulces y telas suaves—
Fue uno de esos
artificios con los que
un puritanismo
burgués, fingiendo
renunciar a la carne y
castigar al cuerpo,
simplemente los
reconocía en sus formas mas decadentes, transfiriendo la
atención de los cuerpos animados de los hombres y las mujeres a
los objetos que los simulaban.» Lewis Mumford (1934)
4
ÍNDICE
Introducción.
I- Objetivo.
II- Toma de contacto. Bio-técnicas y Biotecnología.
I- Antes.
1.1- Ortega vs. Mumford.
1.1.1- Homo Faber vs. Homo creativo.
1.1.2- Mecanicismo vs. Animismo.
1.1.3- La técnica como atajo.
1.1.4- Asimilación de la técnica.
1.1.5- Perspectivas.
1.2- José Ortega y Gasset.
1.2.1- El programa de ser y la crisis de los deseos.
1.2.2- La sobrenaturaleza.
1.3- Lewis Mumford.
1.3.1- La tendencia orgánica en relación con épocas pasadas.
1.3.2- La conversión energética.
1.3.3- La disminución de la maquina.
II- Ahora.
2.1- Jeremy Rifkin.
2.1.1- Era industrial vs. Siglo de la biotecnología.
2.1.2- Algenia.
2.1.3- Informática e investigación genética.
2.1.4- La reinvención de la naturaleza.
2.2- Daniel Callahan.
2.2.1- Cosas buenas convertidas en malas.
2.2.2- ¿La tecnología es neutral?
III- Conclusión.
IV- Bibliografía.
5
INTRODUCCIÓN.
I- Objetivo.
Este trabajo que aquí presento intentará explorar dos ámbitos en torno a la
reflexión filosófica de la tecnología. El primer aspecto será dar cuenta del error que
cometieron Lewis Mumford (1934) y José Ortega y Gasset (1939) aventurando un
parón tecnológico en un futuro próximo a la publicación de sus reflexiones, para ello me
valdré de una publicación de Jeremy Rifkin (1998), que explica este salto tecnológico
basándose en la informática como la tecnología posibilitadora de la moderna
biotecnología.
La segunda línea que trabajaré se entrelaza argumentativamente con la primera y
consistirá en un estudio de la concepción que estos tres autores tienen de la tecnología y
su relación con lo orgánico. Veremos como en este caso, las intuiciones de Mumford y
Ortega son acertadas. Esta segunda línea del trabajo concluirá con un artículo de Daniel
Callahan (2003), en el cual, se pone en cuestión tanto la bondad, como la supuesta
neutralidad de dos tecnologías contemporáneas de uso generalizado: La tecnología
médica y el automóvil. Por ultimo (En la conclusión) abordaré el problema de un
supuesto “imperativo tecnológico” que subyacería en nuestra actual concepción de la
practica tecnológica. Asimismo, intentaré poner en común las ideas sugeridas a lo largo
del trabajo.
A continuación, y antes de comenzar el análisis de las reflexiones de Mumford y
Ortega, voy a exponer un subcapítulo introductorio en el que desarrollaré una pequeña
toma de contacto acerca de la tecnología y las concepciones de biotecnología que
comúnmente se barajan.
6
II- Toma de contacto. Bio-técnicas y Biotecnología
Nadie duda hoy en día que la tecnología ha llegado a ocupar un lugar predominante
dentro de nuestro entorno más inmediato. El uso de la tecnología supone para nosotros
una pieza clave a la hora de relacionarnos con el mundo que nos rodea, es por ello que
elegí realizar este trabajo bajo el presupuesto de que, el análisis de la realidad
tecnológica debe subyacer a una correcta interpretación de los principales problemas a
los que actualmente nos enfrentamos.
El debate en torno a la tecnología no se deja reducir fácilmente a términos
valorativos como bueno o malo. En esta encrucijada encontramos que, tanto los
defensores a ultranza de un uso absoluto de la tecnología, como los detractores de la
misma, se encuentran en las antípodas de lo que hoy en día sería una reflexión
responsable de los pros y contras de nuestra practica tecnológica. La buena practica
tecnología parece ser la única vía que nos queda ante la irreal posibilidad de “dar media
vuelta y huir” de la casi completa dependencia tecnológica que sufrimos.
En este trabajo veremos como, las reflexiones de Mumford y Ortega en torno a
finales de los años treinta, se quedaron a un paso de reflejar el nuevo renacimiento
tecnológico de la segunda mitad del siglo XX que supondría « La extraordinaria
proliferación actual de inventos y procesos tecnológicos […] la expansión o explosión
de la tecnología en todas o casi todas las facetas de la vida humana» (Manuel Garrido
2005, p. 867)1.
He elegido seguir el rastro de la biotecnología por ser esta una tecnología que
supone una inversión conceptual respecto a las anteriores tecnologías. Por otra parte, el
imaginario en torno a la biotecnología es muy sugerente filosóficamente, pues invita a la
reflexión en torno al concepto de especie o la dicotomía natural-artificial. Por otra
1 Garrido, Manuel (2005), La explosión de la tecnología: tres metáforas para el siglo XXI. En Garrido, Manuel. Valdés, L. María. Arenas, Luis. Eds, (2007): El legado filosófico y científico del sigloXX. Madrid: Cátedra ed. (pp. 867-886).
7
parte, este tipo de cuestiones tienen la cualidad de provocar miedo o desconfianza entre
la población, siendo legitimo prestar atención a los llamamientos en pro de una
necesaria responsabilidad tecnológica que estuviese mínimamente preparada para un
futuro en el que «las técnicas de manipulación genética pudieran extenderse a la línea
germinal de nuestra especie» (Ibíd., p. 880). Esto que ahora suena a ciencia ficción, no
debe ocultarnos que hoy en día la biotecnología ya está siendo aplicada en infinidad de
campos de nuestras vidas y es portadora de un futuro prometedor. Es por ello que
deberíamos hacernos responsables del futuro que hoy estamos construyendo.
Delimitar qué es la biotecnología no es tampoco tarea fácil. En este trabajo voy a
contemplar dos definiciones generales de biotecnología, una ampliada y la otra
restringida1. La razón por la cual la palabra biotecnología puede tener infinidad de
acepciones no es la materia del presente trabajo, aunque considero fundamental dejar
claro qué definición de biotecnología va a ser usada en este trabajo. Para exponer estas
dos definiciones generales enfrentadas (ampliada y restringida) voy a transcribir dos
ejemplares de definición que me han parecido muy sugerentes.
La primera de ellas (definición ampliada) es comúnmente usada por aquellos que
pretenden legitimar el uso de la biotecnología como inherente a la historia de la
civilización, y por ello, esta definición ampliada tiende a considerar los últimos avances
en investigación genética como la cúspide de un proceso que se remonta a la
antigüedad.
«Consideraremos a la biotecnología de una manera amplia, definida como una actividad basada en conocimientos multidisciplinarios, que utiliza agentes biológicos para hacer productos útiles o resolver problemas. Esta definición es lo suficientemente amplia como para englobar actividades tan variadas como las de ingenieros, químicos, agrónomos, veterinarios, microbiólogos, biólogos, médicos, abogados, empresarios, economistas, etcétera.»2
1 Más allá de estas dos definiciones generales, debo decir que las dos versiones consideran varios periodos en la biotecnología. Comúnmente una biotecnología tradicional y otra moderna. La diferencia es que mientras la definición ampliada considera los dos periodos como biotecnología sensu stricto, la definición restringida tiende a considerar al periodo moderno (o contemporáneo) de la biotecnología como la acepción principal y definitoria. 2 María Antonia Muñoz de Malajovich (2007), Biotecnología. Fragmento del libro del mismo titulo extraído de la pagina Web del Consejo Argentino para la información y el desarrollo de la Biotecnología, http://www.argenbio.org/adc/uploads/pdf/biotecnologia.pdf. (p.27)
8
Esta definición se caracteriza por ser abarcadora y ciertamente optimista, dando
prioridad a aquellos usos de la biotecnología que mas apreciamos y entendemos de
forma sencilla.
«Ya no se trata de promesas o de perspectivas futuras; los productos y procesos
biotecnológicos forman parte de nuestra vida cotidiana, ofreciendo oportunidades de empleo e inversiones. Se trata de plantas resistentes a enfermedades, plásticos biodegradables, detergentes más eficientes, biocombustibles y también procesos industriales menos contaminantes, menor necesidad de pesticidas, biorremediación de contaminantes, y centenas de ensayos de diagnóstico y medicamentos nuevos»1
En las antípodas de esta definición podemos encontrar otra definición de
biotecnología, esta vez restringida. Esta definición de biotecnología es usada por
aquellos que pretenden demostrar que, entre la cría selectiva de ganado o el uso de
procesos de fermentación y la actual biotecnología, hay un salto cualitativo tanto a
nivel tecnológico cómo a nivel conceptual. Esta visión intenta, no solo alertar sobre las
implicaciones conceptuales que se desprenden de la actual biotecnología, sino también,
hacer hincapié en nuestra responsabilidad respecto a ella.
«El término biotecnología (en el sentido de biotécnica) es generalmente utilizado en el sentido restringido de aplicación de la ingeniería genética y de las técnicas del ADN recombinante a los sistemas vivos. […]En recientes lustros se ha producido un nuevo salto cualitativo en las prácticas biotecnológicas, cuyo sustrato es la genética y cuyo producto más obvio es la transgenia o el traslado instrumental de material genético entre diversas especies. La característica más relevante de las técnicas transgénicas es la creación de nuevos genomas, vale decir, de nuevas especies […] La genética ha posibilitado que el ser humano altere a todos los seres vivos, incluyendo a la especie humana, en forma irreversible e inconmensurable.»2
El llamamiento a la responsabilidad respecto al uso de este tipo de tecnología es
una de las principales preocupaciones de esta definición restringida de la biotecnología.
«El conocimiento genético actual dista mucho de ser tan completo como para predecir todas las transformaciones que la transgenia pudiese producir en las nuevas especies.»3
1 Ibíd., p.28. 2 Fermín Roland Schramm / Miguel Kottow Lang. (2001), Bioética y Biotecnología: Lo humano entre dos paradigmas. , Organización Panamericana de la Salud. Santiago, Chile, Acta Bioethica, año/vol. VII, número 002 pp. 259-267. (Cita extraída de p. 263) 3 Ibíd., p.263
9
Estas dos versiones orientativas y generales del termino biotecnología, nos pueden
ayudar a hacernos una idea del carácter de esta palabra que, depende por quién sea
usada, no solo define sino que también propone una determinada interpretación de esta
reciente tecnología.
En lo que respecta al uso que haré del término biotecnología debo advertir que me
adscribiré a la definición restringida, puesto que éste trabajo pretende dar cuenta de un
salto cualitativo, sus causas y las peticiones de responsabilidad. Este salto cualitativo no
fue capaz de ser predecido por Mumford y Ortega, pero no deja de ser paradójico que
los ingredientes para tal posible predicción sí que los podamos encontrar en sus textos.
Por otra parte, la petición de responsabilidad ante el uso de la tecnología, que harán los
cuatro autores con los que trabajaré, me dará ocasión de acercarme a un concepto como
el de Imperativo tecnológico, que veremos deslizarse a través de sus respectivos textos.
10
I- ANTES.
1.1- Ortega vs. Mumford.
En esta sección procuraré elaborar una comparación entre los dos autores, que en
este trabajo, representan el enfoque antiguo en la reflexión en torno a la tecnología.
1.1.1- Homo Faber vs. Homo creativo.
El primero de los aspectos de los que voy a tratar es la concepción antropológica
del hombre para ambos. Para los dos autores el hombre es un ser que actúa en el medio,
modificándolo naturalmente. Para Ortega esta modificación es técnica, y es la forma que
el hombre tiene de ser natural. El hombre es un proyecto y como tal, el hombre
individual es un ingeniero de su propia vida, solo así el puede llegar a ser hombre:
Construyendo su posibilidad de existencia; Es por ello que el sentido del hombre para
Ortega es producción (Ort, p.52)1, homo Faber. Lo que ahora llamamos técnica solo es
la concretización actual de esa capacidad implícita del ser humano (Ort, p.87, 53). Es en
cierta manera, el descubrimiento de esa capacidad, la historia de la humanidad.
Para Mumford, el hombre no es un ser técnico, sino que es capaz de la creación de
maquinas, y éstas a su vez han estado presentes a lo largo de toda la historia. La
antropología de Mumford va más en camino de la belicosidad del hombre (Mum, p.116)
2 y, sobre todo, su capacidad creativa (Mum, p.433), lo cual haría que para Mumford,
estemos hablando del homo creativo, lo cual le aleja, según él, de la incapacidad de 1 Usaré la abreviatura (Ort, p. pagina) para referirme al libro: Ortega y Gasset, José (1939), Meditación sobre la técnica y otros ensayos sobre ciencia y filosofía, Madrid: Rev. de Occidente en Alianza ed., 2008. 2 Usaré la abreviatura (Mum, p pagina) para referirme al libro: Mumford, Lewis (1934), Técnica y civilización, Madrid: Alianza ed., 2006.
11
autoregeneración de “la maquina”. Aquello que llamamos maquina, solo es buena en
relación a la conservación de esa capacidad propia del hombre: la creatividad.
En este apartado, seria bueno concretar la terminología que usan Ortega y
Mumford, pues si para Ortega, la palabra técnica es la mas repetida, para Mumford, es
la palabra maquina la mas repetida. Creo que éste problema no es inocente, pues hace
referencia a la propia concepción antropológica de estos dos autores. Mumford hace
hincapié en el nacimiento de “La maquina” (Mum, p.29) y las consecuentes maquinas,
fruto de la creatividad humana. Ortega da mas importancia a los tipos de técnica,
dependientes del autoconocimiento de la naturaleza técnica del hombre y por otro lado
de las técnicas concretas dependientes de los proyectos constructivos de
autorrealización humana.
1.1.2- Mecanicismo vs. Animismo.
Otro de los aspectos es el de la periodización de la técnica. Para los dos autores,
este es un aspecto importante. A pesar de ello no utilizan la misma periodización,
aunque se pueden solapar. Ortega explica magistralmente tres grandes estadios: La
técnica del azar, la del artesano y la del técnico, todas ellas dependientes del progresivo
autoconocimiento del hombre de sus propias capacidades técnicas (Ort, p.74), por otro
lado, también clasifica otros tres tipos de técnicas dependientes del proyecto de
autorrealización humana (Ort, p.59): La técnica bodhistava, la técnica del hidalgo y la
del gentleman.
Por otro lado, Mumford parece empezar donde acaba Ortega, pues en su
clasificación cronológica comienza por lo que sería la técnica del técnico (que en Ortega
no es estrictamente una clasificación cronológica), y explica el nacimiento de la técnica
moderna. En este aspecto, existirían tres periodos para Mumford, la edad Eotenica, la
Paleotecnica y finalmente la Neotecnica, sugiriendo finalmente una Biotécnica (Mum,
p.129). Me ha parecido muy sugerente la importancia que los dos autores dan al paso de
una antigua concepción de la técnica, de carácter mas animista y azarosa, a una nueva
técnica que dentro de una concepción mecanicista separa el problema en partes,
diferenciando fines y medios (Ort, p.89, 93), dividiendo el mundo en partes
12
interconectadas, incluido el tiempo (Mum, p.48). Parece que los dos autores sitúan este
periodo a finales de la Edad Media. Es por ello que, siguiendo a Mumford, la relación
entre el Animismo y el Mecanicismo me parece un tema esencial para comprender la
técnica moderna. O siguiendo a Ortega, la relación entre la técnica del azar y la del
artesano respecto a la técnica del técnico.
El estudio de las concepciones del hombre sobre las cosas es considerado por estos
autores como algo de vital importancia; de ahí que con insistencia nos sea repetida el
aviso de que no debemos centrar nuestra atención en una maquina o tecnica concreta,
sino que debemos elevar la vista a cual es la interpretación del mundo que la hace
posible y a su vez la da valor. Mumford dira: centrate en La Maquina y no en las
maquinas. Ortega dira: centrate en La Tecnica y no en los inventos. Las clasificaciones
de la tecnica que harán ambos no se centraran en los inventos puntuales, sino en una
concepción mas amplia de periodos tecnicos incluyendo cultura, instrumentos y
proyectos.
1.1.3- La técnica como atajo.
En este apartado creo que debo señalar ciertos aspectos importantes en los que
trabajan Ortega y Mumford. Uno es el que Ortega ha definido como la actio in distans
(Ort, p.74) y por otra parte, Mumford ha señalado mediante el estudio de la evolución
conceptual de las nociones de espacio y tiempo (Mum, p.292). Es sugerente que estas
concepciones estén ligadas a las de ahorro, pues estamos buscando un ahorro de
esfuerzo (siguiendo a Ortega). En Mumford encontraremos repetidas veces el concepto
de eficiencia energética entre sus periodos de la técnica. Es decir, creo que los dos
autores apuntan hacia una concepción de la técnica como algo que intenta ahorrarnos un
esfuerzo mediante el acortamiento de los tiempos gastado en los procesos, es decir,
están hablando los dos autores en términos de eficiencia.
Para Ortega, una técnica es eficiente solo dentro de un determinado proyecto
humano (Ort, p.58), pues lo que entendemos por pérdidas y ganancias, solo se puede
entender desde el punto de vista de los objetivos de autorrealización de un proyecto de
vida. Para Mumford, el concepto de eficiencia iría mas en la línea del aprovechamiento
13
de la energía, en lo que el llamará procesos de conversión energética. Para Mumford, la
calidad de vida dependerá de la capacidad que tenga una civilización para aprovechar la
energía con la que trabaja (Mum, p.403), y consecuentemente, reducir las perdidas en
los procesos de conversión de esta energía. Para este proceso es vital la creatividad, una
sociedad más eficiente es una sociedad más feliz, este es el credo de Mumford. Estas
formas de aprovechamiento energético, para Mumford, no tienen por que ser
necesariamente maquinas concretas, puede tratarse de actividades humanas (Mum,
p.404), lo cual, es más importante, y a su vez esto le une con Ortega, para el cual, una
de las cosas más importantes es: ¿Que hacemos con el esfuerzo ahorrado? (Ort, p.53)
1.1.4- Asimilación de la técnica.
Bajo la caracterización que Ortega hace de la técnica, como el mundo de lo
superfluo y de la embriaguez. Es interesante ver cual es el proyecto que orienta la
técnica actual, pues según dice él, la omnipresencia de la técnica en estos momentos
hace que ya no podamos pensar un mundo sin ella, siendo imperceptible su
superabundancia (Ort, p.16, 86). Es por ello que, para Ortega, la asimilación de la
técnica tiene que estar unida a una reflexión sobre ella y si esto no es así, se corre el
riesgo de vivir en un mundo lleno de posibilidades pero vacío. Esta es la caracterización
que Ortega hace de nuestra relación actual con la técnica: Un mundo vacío gracias a la
superabundancia de posibilidades. Ortega señala que el programa vital es pre-técnico
(Ort, p.54), por lo que las soluciones a sus problemas tienen que ser pre-técnicos. Una
tecnocracia nada solucionará.
Respecto a Mumford, decir que dentro de su clasificación de los periodos de la
técnica explica que vamos a avanzar hacia un mayor componente orgánico en nuestra
concepción de la técnica. Opone lo mecánico a lo orgánico (Mum, p.321). Mumford
habla mucho de algo que me parece muy importante: la normalización en la maquina,
en su concepción y sus productos es algo bueno, pero lo que no es bueno es que esta
normalización traspase el umbral de la maquina para convertirse en la normalización de
lo humano (Mum, p.290), pues esto llevaría irremediablemente a la perdida de la
14
creatividad, la cual es la característica principal humana. Sin la creatividad no seremos
capaces de superar el carácter anti-autoregenerador de la maquina.
Quizás la solución ante el vacío de nuestra época, según Ortega, esté en la lucha
contra la normalización de lo humano impuesta por la maquina, de la cual nos alerta
Mumford. Ya Ortega nos avisa de que en el estadio de la técnica del técnico, el hombre
se había comenzado a convertir en el ayudante de maquinas automáticas (Ort, p.87).
Mumford, por su parte señala que los tiempos de la maquina no son los tiempos de el
hombre, y que si el hombre se ajusta a ellos corre el riesgo de convertirse en un receptor
pasivo de estímulos (Mum, p.292), y finalmente engullido por el tiempo normalizado de
la maquina.
Otro punto en común entre Mumford y Ortega es la eliminación de las destrezas
del hombre provocado por el aumento de la especialización en la producción industrial.
Los dos autores ven necesario un intercambio intelectual acorde con el carácter
expansivo de la técnica moderna (Mum, p.304). Tanto para Mumford como para Ortega
nos enfrentamos a la degradación de las capacidades humanas si dejamos que la
maquina invada nuestra área de decisión sobre nuestras posibilidades. Para Mumford
sería necesario un tratamiento racional de la maquina. Así mismo, el arte seria una
forma de asimilación de la maquina de vital importancia, pues nos da nuevos enfoques y
una mayor comprensión de su dimensión humana, lo cual avanzaría el periodo
biotécnico, vuelta a la vida, a lo orgánico. Para Ortega es necesaria una reflexión acerca
de la viabilidad de nuestro proyecto fines-medios.
1.1.5- Perspectivas.
Es curioso ver como, tanto Mumford como Ortega, vaticinan la llegada de una meseta
tecnológica. Un parón en el desarrollo técnico, lo cual no ha sucedido. Así mismo,
Ortega en una de sus primeras frases, nos dirá que: «Uno de los temas que en los
próximos años se va a debatir con mayor brío es el sentido, ventajas, daños y limites de
la técnica» (Ort, p. 21). Lo cual es parcialmente falso, al menos dentro del ámbito de la
15
filosofía. ¿podemos responder a esta nueva situación valiendonos de Mumford y
Ortega?
Mumford y Ortega anuncian un parón de la técnica. Antes de nada debo matizar
qué significa este parón para estos dos autores. Mientras que para Ortega este parón
significa un agotamiento de la capacidad imaginativa, para Mumford este parón
significa la consecuencia lógica que sigue al periodo neotecnico en lo que respecta a la
disminución de la maquina. Es curioso leer estas afirmaciones, pues aparentemente
ninguna de estas dos propuestas ha tenido una realidad visible. Todo lo contrario,
aproximadamente desde la segunda mitad del Siglo XX hemos asistido a una mayor
presencia de la técnica, y es precisamente esta razón la que nos ha obligado ya
tardíamente a tomar en serio la reflexión sobre la tecnología.
16
1.2- José Ortega y Gasset.
José Ortega y Gasset (Madrid,
1883-Madrid, 1995) fue un filósofo y
ensayista español que ejerció una gran
influencia filosófica no solo en España,
su país de origen, sino también en países
con una larga tradición filosófica como
Alemania. La biografía intelectual de
Ortega se podría dividir en dos grandes
periodos1.
El primer periodo (aprox.1910-
1923) puede ser caracterizado por el
perspectivismo, donde la perspectiva resulta ser la forma que adopta la realidad para el
individuo. En este periodo se aleja del idealismo y el realismo, afirmando que el
hombre no es ni el eje en torno al cual gira la realidad, ni un simple pedazo de realidad.
En este periodo emerge una de las primeras, y mas conocida, tesis filosófica de este
autor: «Yo soy yo y mi circunstancia » (Meditaciones del Quijote, 1914). Las
reflexiones de Ortega en torno a la razón y la vida le llevan, aproximadamente a partir
de 1923, a un segundo periodo denominado raciovitalismo, en el cual la razón se
presenta como una función de la vida. El hombre necesita fabricar su existencia y para
ello usa la razón, pero esta razón vital no es análisis, es narración.
1 José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires 1965. Información extraída de la entrada correspondiente a José Ortega y Gasset de la edicón digital del correspondiente diccionario. http://www.filosofia.org/enc/fer/52347.htm
17
El hombre necesita dar sentido a su decorrer en la vida, el hombre necesita novelar
su vida para que ésta cobre sentido. «Y precisamente a esa vida inventada, inventada
como se inventa una novela o una obra de teatro, es a lo que el hombre llama vida
humana, bienestar» (Ort, p.44).
Es en el periodo raciovitalista donde encontramos la publicación Meditación de la
técnica (1939). Con esta obra, Ortega y Gasset se convierte en el primer filósofo
profesional en ocuparse de la cuestión de la tecnología1. Estas meditaciones de Ortega
provienen originalmente de unos cursos dictados en España en 1933 y publicados en el
periódico La nación de Buenos Aires, Argentina2.
A continuación elaboraré extensamente los dos puntos que me han parecido más
sugerentes dentro de su Meditación de la técnica. El primero será el programa de ser y
el segundo será el concepto de sobrenaturaleza.
1.2.1- El programa de ser y la crisis de los deseos.
La reflexión que ortega va a hacer acerca de la técnica se basa en una antropología
del ser humano. Ortega intentara, antes de nada, ver qué es el ser humano en sus
condiciones primarias. Esta condición primaria no es, por ejemplo, la capacidad técnica,
pues a pesar de tenerla, el hombre no es el único ser capaz de actos técnicos, digamos
que no es algo que le diferencie. Para Ortega el hombre es constructor, pero no
haríamos bien en dejarnos llevar por la apariencia de que esta palabra se refiere a
construcciones físicas, no, el ser humano es homo faber, pero aquello que construye
principalmente es a si mismo (Ort, p.57). El hombre tiene que hacer realidad su
posibilidad de existencia, mediante la construcción de si mismo. En este proceso se
encontrara con facilidades y dificultades para la realización exitosa de esa posibilidad,
1 Mitcham, Carl (1989, p.58) ¿Qué es la filosofía de la tecnología? Barcelona: Anthropos 1989. 2 Ibíd., p. 58.
18
he ahí su drama. El hombre es necesitado de algo que no esta dado de por si en la
naturaleza, él tiene que hacerlo una realidad.
En este proceso de construcción de si mismo siente obligaciones biológicas,
llámense comer, dormir, calentarse…. Estas obligaciones se le presentan al hombre
como condición indispensable para continuar existiendo, pero asimismo, estas
condiciones no le aportan nada a su proyecto de autoconstrucción, sino que mas bien se
le presentan como lastres a llevar encima en la prosecución de su autentico fin. Es por
ello que el hombre no esta ajustado al puro y simple vivir, para el hombre vivir no es
solo cumplir las necesidades biológicas, pues así como el toro nace siendo toro, el
hombre no nace siendo hombre (Ort, p. 51). Para el hombre, vivir es vivir bien. El
hombre procura el bienestar, que es la construcción exitosa de si mismo.
Podemos observar como Ortega ya ha sacado al hombre de la estricta naturaleza,
ahora el hombre aspira a algo que no es dado por si en la naturaleza, y no solo eso, sino
que en este estado de búsqueda, el hombre desea encontrar lo bueno. El hombre debe
elegir. En este sentido, el hombre ya ha diferenciado entre dos tipos de necesidades, las
necesidades biológicas, las cuales siente ya como subjetivas, no se encuentra obligado a
su realización inmediata, sino que es capaz de gestionarlas, puede esperar a su
realización futura (Ort, p.27).
La autentica necesidad del hombre es algo biológicamente superfluo. Lo que el
hombre siente como realmente necesario es lo superfluo y es hacia la realización de eso
superfluo hacia lo que el hombre dedica todos sus esfuerzos (Ort, p.33). Ese esfuerzo
con que el que el hombre crea la técnica, no es mas que un ahorro del esfuerzo que
tendría que dedicar a la satisfacción de las necesidades biológicas, para en este nuevo
estado, dedicar todo ese esfuerzo sobrante a la realización de su posibilidad de
existencia. Para el hombre solo es necesario lo objetivamente superfluo (Ort, p.34). El
hombre es creador de lo superfluo, entre ello la técnica, y es para Ortega lo mismo decir
Hombre, técnica o bienestar. Estas tres palabras son sinónimas (Ort, p.35).
Ortega hace hincapié en mostrarnos que esta necesidad de lo superfluo se
concretiza en una idea de bienestar, pero ¿Qué es el bienestar? ¿Hay diferentes formas
de entender este bienestar?
19
Ortega nos explica a continuación que este bienestar depende de cuales
consideremos que son estas necesidades humanas. Podemos ver que a lo largo de la
historia estas han ido cambiando progresiva o drásticamente dependiendo de los
diferentes programas de ser que han tenido diferentes culturas (Ort, p.58). De tal manera
que no son iguales los programas de ser bodahvista, el gentleman o el hidalgo, así como
todos aquellos que han existido a lo largo de la historia. Consecuentemente tampoco
serán iguales sus técnicas, pues estas dependen necesariamente del proyecto de ser que
una cultura tenga.
Podemos ver como los llamados progresos técnicos eran abandonados y su rastro
perdido (Ort, p.37) y por lo cual es absurdo estudiar la técnica como algo independiente
que estuviese ligada por un vector único. Esta forma de entender la técnica ha
promovido la idea de progreso, que según Ortega ha sido funesta en todos los órdenes
cuando se la ha empleado sin crítica (Ort, p.36). Esa falta de critica nos ha llevado a
una situación en la que nos vemos obnubilados por el poderío de la maquina y por otra
parte nos ha hecho olvidar nuestro proyecto de ser.
Debido a la superabundancia de técnica, y a la capacidad ilimitada de creación, nos
hemos olvidado de qué es lo que deseamos ser, y debido a esto no podemos focalizar
este poder inmenso de la técnica en un proyecto común. Es esto lo que llama Ortega la
crisis de los deseos. En un fragmento del libro Ortega hace una comparación con los
nuevos ricos, los cuales no teniendo capacidad para desear, lo que hacen es adquirir
aquellos deseos de los otros, aquellos deseos predominantes en los demás (Ort, p.54).
Ortega compara esta situación del nuevo rico con la del occidente de su época, lo cual,
vaticina, concluirá en una detención o retroceso de la técnica (Ort, p.55).
Según Ortega, el repertorio técnico con que el hombre de su época encontraba para
vivir era incomparablemente superior a cualquier época pasada. «Ahora somos
conscientes de esta superabundancia y aún así, o por eso mismo, la desazón es enorme
y el hombre actual no sabe que ser» (Ort, pp.55-56). La causa de esta ausencia de
deseos es la desaparición de un proyecto vital (Ort, p.55). El proyecto vital es pre-
técnico, de ahí que si este no está bien definido, la técnica resultante no sabrá bien a
quien o a que servir, puesto que la técnica por si misma es incapaz de autodefinirse.
20
En relación con la desazón del hombre de nuestros tiempos, Ortega en el comienzo
del libro (Ort, p.13-19), nos habla de la Universidad y su relación con la técnica. Nos
explica que, si bien en la universidad medieval no era necesario que el estudiante
aprendiese sobre la técnica, pues el repertorio técnico de su tiempo era suficientemente
aprendido en la vida diaria fuera de las aulas y sin ningún esfuerzo considerable. Ahora
nos encontramos en la situación paradójica de que, en un mundo como en el actual en
que la técnica se ha hecho absolutamente omnipresente, pocos son los que conocen,
aunque sea elementalmente, cuales son los rudimentos básicos del funcionamiento de
los aparatos que diariamente utilizan.
Es por ello que a pesar de vivir en una época por antonomasia técnica, el hombre es
más inconsciente de su propia técnica de lo que era una persona en la Edad Media. Las
consecuencias de esta situación es que el hombre hoy vive en un estado inconsciente
con lo que respecta a su medio ambiente (el cual en gran medida es un medio técnico),
vive en un estado de ignorancia respecto a las razones materiales de su vida diaria. Si
bien, en tiempos pasados la gran parte de los artefactos que una persona manejaba eran
fabricados por él mismo, hoy vivimos en un mundo en el cual no hemos construido
nosotros mismos nada, repito: Nada de lo que diariamente usamos.
Es por esto que Ortega nos avisa, y con gran razón, que al hombre medio la vida
hoy se le ha hecho menos transparente para si mismo de lo que fue en otros tiempos y
esto promete convertirse en uno de los principales problemas para la supervivencia de
esta forma de vida súper tecnificada, pues si la misión de la técnica, en un principio, era
resolverle al hombre problemas, se ha convertido ahora en un nuevo y gigantesco
problema (Ort, p.17).
Vemos como Ortega esta siendo critico, no con la técnica en si misma, sino con la
falta de criterio que estamos teniendo al usarla. Bajo los parámetros de un progresismo
mal entendido, estamos llenando el mundo de artefactos sin saber muy bien a donde
queremos llegar. Es de vital importancia ver como en Ortega, toda la Meditación de la
técnica pivota sobre el concepto de proyecto de existencia o programa de ser, pues es
éste el que va a definir la técnica con la que vamos a trabajar.
21
Ya al final del libro (Ort, p.96), Ortega nos recuerda que la vida humana no solo es
la lucha del hombre con la materia, sino que también es la lucha del hombre con su
alma. En este aspecto, según Ortega, nos aventaja el mundo oriental en lo que respecta a
las técnicas del alma. Ortega termina comunicándonos su deseo de, en un estudio
posterior, analizar frente a frente las técnicas de Occidente con las de Asia (Ort, p.96).
Quizás hoy las palabras de Ortega sean aun mas reveladoras observando el lento pero
firme avance del mundo asiático, no ya solo respecto al tan aburrido tópico (aunque
cierto) de la potente capacidad espiritual asiática, sino con respecto a aquello que
creemos tan nuestro como es la Técnica. Es posible que estemos asistiendo a una nueva
forma de desarrollo técnico de manos del mundo asiático ¿Qué nos deparará?
Únicamente decir que cuando Ortega escribió este libro aun no podía conocer el
impresionante desarrollo tecnológico vivido en Japón sin hablar de la actual potencia
China. Es algo realmente intrigante imaginar diferentes formas de desarrollar la
tecnología, y siguiendo a Ortega: Si el programa de ser de una cultura crea su
consiguiente técnica, ¿Que técnica podremos esperar de el mundo asiático?
1.2.2- La sobrenaturaleza.
El concepto de sobrenaturalaza en Ortega es muy importante, y mas teniendo en
cuenta el tema de la biotecnología que guía este trabajo. En el concepto de la
sobrenaturalaza tal y como lo trabaja Ortega he encontrado una herramienta conceptual
que me permite encuadrar qué es lo que, en ultima instancia, es la biotecnología y por
qué es, a todos los efectos, una técnica tanto o más que aquellas externas o mecánicas.
El hecho de que la biotecnología sea una técnica biológica no implica que no podamos
hablar de técnica en el sentido más industrial del término, sino que posiblemente,
siguiendo los razonamientos de Ortega, podamos estar viéndonos ante la técnica en si
misma. Ortega deja bien claro cómo entiende la técnica en el sentido de sobrenaturalaza
(Ort, pp.31-32). Nos explica minuciosamente que no debemos dejarnos llevar por la
lógica que abarca normalmente todos los procesos biológicos, mediante el cual el sujeto
se adapta al medio.
22
El hombre, según ortega, es un “centauro ontológico” (Ort, p.47) en el que su ser y
el ser de la naturaleza no coinciden. Nada nos hace extrañar que el hombre utilicé una
lógica inversa en su relación al medio. Esta lógica inversa consiste en: Si bien el
proceso biológico común es el de adaptarse al medio, el hombre busca lo contrario: La
adaptación del medio al sujeto. En esta búsqueda de adaptación del medio al sujeto, el
hombre segrega una sobrenaturalaza creando una circunstancia nueva en la cual la
naturaleza, ahora si, se encuentra adaptada a sus necesidades (Ort, p.28). Es por ello que
el hombre puede ser encontrado siempre cercano a naturalezas deformadas, como
puedan ser piedras labradas o utensilios (Ort, p.32).
Como ya habíamos explicado antes, las necesidades biológicas no son propiamente
necesidades humanas, estas tienen que ser resueltas y gestionadas subjetivamente dentro
del programa vital al que se adhiere el hombre en su proceso de autorrealización. Es por
ello que hoy, según ortega, en un mundo fuertemente tecnificado, el hombre ya no viva
en la naturaleza propiamente dicha, sino que más bien está alojado en una especie de
sobrenaturaleza surgida de un nuevo Génesis, gracias a la técnica (Ort, p.14). Veo con
sorpresa que los términos que Ortega esta usando son perfectamente adaptables al nuevo
discurso de la biotecnología, tanto o mas que al mundo que comúnmente entendemos
como industrial.
En este rápido acercamiento a Ortega hemos podido ver una fundamentación
conceptual de la biotecnología ejemplificada por medio del termino sobrenaturaleza el
cual nos acerca a una nueva forma de ver la técnica en que se prima la inversión del
orden natural de adaptación del hombre al medio. Acentuando, a su vez, un cierto
carácter anti-natural o superfluo del hombre como si se tratase de un “centauro
ontológico”.
Por otro lado, Ortega nos ha mostrado cuánto de importante es el programa vital
para el hombre, y como éste resulta ser la primera obra ingenieril que el hombre lleva a
cabo, la realización de su propia posibilidad de existencia, la cual es anterior de toda
realización técnica de carácter físico. Finalmente, Ortega nos explica porqué en un
mundo como el actual altamente tecnificado podemos sufrir una perdida de orientación
respecto a nuestros objetivos. La falta de transparencia del mundo actual para el
hombre, por un lado, y una mal entendida idea de progreso que fundamenta la vida en la
23
técnica, la cual por su propio carácter es hueca e incapaz de autodefinirse (Ort, p.84),
han llevaron al hombre y técnica Occidental en los tiempos de Ortega a una situación de
perdida de deseo respecto al programa de ser. Estas razones y otras tantas que antes he
intentado explicar llevaron a Ortega a vaticinar un parón o retroceso de la técnica (Ort,
p.40).
24
1.3- Lewis Mumford.
Lewis Mumford (New York,
1895- New York, 1990) fue
historiador, sociólogo y crítico de la
arquitectura, pero principalmente es
conocido como uno de los más
importantes urbanistas del siglo XX1.
Resumir la trayectoria de
Mumford no es tarea fácil, cosa que no
pretendo en esta ligera introducción.
Únicamente me conformaré con
reflejar que, si bien la obra Técnica y
civilización (1934) constituyo en su
tiempo un hito en los estudios sobre la
historia de la maquina, no deberíamos olvidar que sus conocimientos sobre arquitectura
serian de una amplitud considerablemente mayor, teniendo en cuenta que trabajó
durante más de treinta años como critico de arquitectura para el New Yorker2. Mumford
recibió importantes reconocimientos a nivel internacional3 y su participación en la vida
publica fue muy profunda, trabajando desde la óptica del urbanismo a favor de la
1 Biografía extraída de la página web del Lewis Mumford Center. Esta institución localizada en Amenia, New York, esta dedicada a la promoción y discusión de políticas urbanas desde un ambiente multi-discipinar, apoyando iniciativas urbanísticas a nivel local, nacional o internacional. Fue fundada en 1988 bajo la aprobación de Lewis Mumford. http://mumford.albany.edu/mumford/LMC.htm 2 Ibíd. Pagina web. 3 United States Medal of Freedom (1964), Knight of the Order of the British Empire (1943), Prix mondial Cino Del Duca (1976) y National Medal of Arts (1986). Información extraída de: http://en.wikipedia.org/wiki/Lewis_Mumford
25
creación de ciudades mas humanas donde, bajo una mejor planificación urbana, se
pudiese luchar contra la injusticia social. Su publicación La ciudad en la historia (1961)
podría ser considerada su obra más importante, la cual se sigue estudiando hoy en día.
A partir de ahora intentaré centrarme en ciertos aspectos de la obra de Mumford
Técnica y civilización. Para ello dividiré esta reflexión en tres capítulos: el primero
considerará la importancia de lo orgánico en relación con épocas pasadas, el segundo
consistirá en una explicación del concepto conversión energética y el tercero versará
acerca de la profecía no cumplida de Mumford en torno a la disminución de la maquina
en un futuro próximo. Creo preciso recordar que la obra a la que nos enfrentamos no es
“suave” ni cualitativa ni cuantitativamente. Pretender hacer un resumen de esta obra es
como intentar resumir en unas cuantas paginas una enciclopedia, es por ello que me
conformaré con que queden suficientemente definidos estos tres aspectos de la obra de
Mumford a los que ya me referí.
1.3.1- La tendencia orgánica en relación con
épocas pasadas.
La imagen que Mumford crea identificando la nueva mentalidad orgánica que
estaba viendo nacer con el ajedrez, diferenciándolo de la antigua como un juego de
damas (Mum, p.393) es muy interesante, pues: Hace hincapié en qué lo que ahora es
mas importante es tener en cuenta la función de cada pieza y no únicamente los
movimientos, de ahí que la velocidad o la cantidad no sea ya lo mas valioso, por el
contrario, se ha vuelto mas determinante lo ajustado y/o aprovechado. Mumford nos
habla de una vuelta al mundo orgánico, en una nueva integración con él, en considerar a
la maquina como una copia imperfecta de un organismo, en observar los procesos
naturales y aprender de ellos (Mum, p.392).
Tengo que señalar que Mumford entiende por biotécnica principalmente las
técnicas de racionalización orgánica en la industria, teniendo en cuenta el cuidado de los
trabajadores y apuntando hacia mayores niveles de eficiencia y confort sin aumentar el
26
trabajo bruto. En esta nueva era, el trabajador, su educación y su medio ambiente se
hacen tan importantes como los bienes que produce (Mum, p.437). Mumford nos dice
que la gestión de la producción industrial tiene que ser guiada por una máxima de
aprovechamiento racional, haciendose valer de los modelos orgánicos y su eficiencia
(Mum, p.388). Ya no vale hacer más maquinas por muy buenas que sean, lo que
tenemos que empezar es a desarrollar la gestión de esas maquinas. Lo que Mumford no
deja suficientemente claro es: ¿Cuáles van a ser las maquinas que se van a utilizar en la
era Biotécnica? Siento decir que este tema no queda especificado en Mumford. Al igual
que para otras épocas nos señala exhaustivamente todas las variables, para la era
biotécnica Mumford es muy escueto.
Mumford trabaja muy extensamente la era neotecnica (Mum, pp.233-284). Nos
explica que esa época en la que él aún vive, tiene que desarrollarse más y que está
basada en los materiales de aleación (Mum, p.249) y la electricidad (Mum, p.241). De la
misma manera, también nos habla de la creciente importancia que en su tiempo la
ciencia tenía para el desarrollo técnico y de cómo la investigación dentro de la era
neotecnica pilotaba hacia la investigación del mundo de la vida y de sus organismos
vivos (Mum, p.271).
Mumford tiene una pasión especial por la era eotecnica, considerándola un ejemplo
en aprovechamiento energético y cuidado del medio ambiente, comparada con la era
paleotécnica que fue una tragedia en estos dos sentidos (Mum, p.164). Asimismo,
muchos de los primeros apuntes del siglo XV de la era eotecnica, se convertirán en la
era neotecnica en proyectos de trabajo (Mum, p.233).
Aunque Mumford no fue capaz de ver el desarrollo de la biotecnología actual, si
que tenia claro que, si bien en la fase neotecnica se había conseguido integrar la
maquina con las necesidades humanas y sus deseos, esta característica aumentaría aun
mas en la futura fase Biotécnica (Mum, p.374). Si la industria neotecnica contrajo una
deuda con la química en el desarrollo de materiales de aleación, el nuevo tipo de
industria biotécnica contraerá esa deuda con la fisiología y la biología (Mum, p.254).
27
Asimismo para Mumford, a la luz de los nuevos avances científicos, vaticinaba una
tecnología que actuaría directamente sobre la naturaleza de la maquina misma y crearía
una nueva raza de estas criaturas mas adaptada al ambiente y a los usos de la vida.
¿Biotecnología? Si, pero aún Mumford no consigue llegar a esa inversión conceptual
que supone la biotecnología. Si para Mumford las maquinas de la era neotecnica se
habían convertido en imperfectas falsificaciones de organismos vivos ¿Qué mas se
necesitaba para considerar a los organismos como las mejores maquinas? (Mum,
p.392). Y si ya tenían en su época amplios recursos técnicos para trabajar con
cantidades diminutas, no notadas o invisibles (Mum, p.274). ¿Por qué no orientar un
nuevo curso de lo orgánico?
Observamos que Mumford esta rodeando continuamente el tema de la
biotecnología pero no consigue llegar a ella misma, primero habla de una mayor
asimilación de la maquina, después de una vuelta hacia lo orgánico y finalmente
vaticina una reducción de la maquinaria. Yo me pregunto si Mumford no fue capaz de
ver cómo seria la asimilación de la maquina dentro del mundo orgánico, pues esto sería
precisamente el desarrollo de la biotecnología dentro de la era Biotécnica. Creo percibir
que Mumford no llegó a ver esa entrada de la maquina dentro de lo orgánico porque le
faltaban varios factores a tener en cuenta, llámese informática e investigación genética.
1.3.2- La conversión energética.
Mumford también nos habla de la conversión. La conversión de energía es uno de
los cuatro pilares, según Mumford, de los procesos económicos que toda sociedad posee
en relación con la vida y la energía, si bien el primer proceso es la conversión, los
siguientes serán la producción, el consumo y la creación, este ultimo en pro de la
producción cultural (Mum, p.400). El proceso de conversión primaria u orgánica
consiste en la utilización del medio como fuente de energía, este proceso consiste en la
conversión de energía bruta a energía aprovechable. Siendo, a su vez, ésta energía
aprovechable convertida en otro tipo de energía, mediante la agricultura o métodos de
conversión mecánica, que nos darán productos consumibles o energía disponible para la
creación cultural. Una alta conversión significa un alto aprovechamiento de la energía
28
bruta del medio. Asimismo, una alta conversión mecánica significa tener las menores
perdidas de energía posible entre la energía bruta extraída de la conversión orgánica y
los productos generados por la tecnología o la agricultura. Todo este proceso supone
una pérdida progresiva de energía que va desde su punto más alto en la conversión
orgánica hasta el producto final (Mum, p.401). Otra cara de este proceso son los
excedentes generados en los procesos de conversión, un alto aprovechamiento de ellos
indica un alto grado de madurez y civilización de una sociedad (Mum, p.402).
Mumford apunta a lo que ahora llamamos con el nombre de energías renovables,
como el futuro en lo que respecta a una alta conversión primaria u orgánica (Mum,
p.405). De hecho, este tipo de técnicas serían para Mumford del tipo biotécnico. Por
otra parte, una sabia utilización de las técnicas puede hacernos ahorrar mucha energía en
medios de transportes, pues podemos situar el procesamiento de las materias primas en
el mismo lugar de su extracción (Mum, p.405).
He intentado explicar este concepto de conversión pues me parece muy importante
respecto al ideal de la biotecnología. Mumford ha repetido varias veces el problema que
supone la perdida de energía debida al transporte, tanto de materias primas como de
productos (Mum, p.405). El hecho de que la biotecnología intente reorganizar el medio
para hacerlo apto a nuestras necesidades puede suponer unos altos niveles de
conversión, junto a una proporción muy baja de excedentes. Mumford, como ya he
explicado, tiene una gran intuición para ver las guías generales de un futuro desarrollo
tecnológico que aprovechará lo que el medio ya posee. El problema es que este
aprovechamiento, según Mumford “debería” venir gracias a una reorganización racional
de tipo orgánico de los recursos naturales. Mumford no contempla la posibilidad del
caso inverso, una explotación del medio ambiente con una técnica orientada desde lo
orgánico, lo cual hoy podríamos llamar biotecnología. Para Mumford, veremos mas
adelante, esto seria el fracaso de una organización racional del medio que no ha
conseguido respetar los tiempos de la naturaleza.
Es interesante ver como las condiciones del surgimiento de la biotecnología eran
bien conocidas por Mumford y a pesar de ello no consiguió avanzar su posible
existencia y uso masivo al que ahora nos enfrentamos. Si bien la era biotécnica, a la cual
29
intentamos llegar, teniendo presente siempre el aprovechamiento y respeto por el medio
que nos rodea (que fue vista por Mumford), no solo consiste en la biotecnología.
Incluso podríamos decir, siguiendo a Mumford, que este tipo de tecnología podría estar
indicando que estamos lejos de un aprovechamiento racional de los recursos naturales.
Puedo concluir diciendo que Mumford, en cierta manera, no considera que dentro
de la era biotécnica tenga cabida una biotecnología a gran escala. Si bien no descarte su
uso (Mum, p.279), pues aboga por una agricultura libre de la incertidumbre provocada
por plagas o malas cosechas. De hecho, según los razonamientos de Mumford, un
mayor aprovechamiento del medio nos llevaría a una disminución de la cantidad de
maquinas. Este último punto lo voy a explicar a continuación.
También debo señalar que, si consideramos las biotecnologías desde el punto de
vista de practicas ecológicas sostenibles como podrían ser la agricultura orgánica,
energía solar y medicina preventiva (Rif, p.21), sí que podríamos decir que Mumford
habla de ellas (Mum, pp.405, 448,453), y las considera como técnicas que se
desarrollarán en una futura era biotécnica. La razón por la que no las considero
biotecnologías en sentido restringido es porque éstas son técnicas que trabajan con los
tiempos de la naturaleza, extraen energía o productos “normales” que la naturaleza da.
La biotecnología según la entiendo en este trabajo consiste en una inversión conceptual
por medio del cual se modifican los ritmos naturales para que dé los productos que
queremos, cuando queremos. El caso mas cercano que Mumford trata de biotecnología
en un sentido más restringido es el de los invernaderos (Mum, p.279), fijación del
nitrógeno (Mum, p.277) o el aprovechamiento de sustancias segregadas por los
organismos vivos para un posterior uso industrial (Mum, p.275). De hecho, Mumford
nos vaticina que desarrollos de este tipo serán inminentes y que prometen, a su vez,
perfeccionar la técnica de su tiempo hasta niveles que la harán parecer una técnica de la
era paleotécnica, ¿Por qué Mumford no siguió estudiando esas técnicas tan
prometedoras?
30
1.3.3- La disminución de la maquina.
La disminución de la maquina es el tema con el que Mumford concluirá el libro. El
fundamento para esta reducción es que la maquina se muestra auto eliminadora, es
decir: A una mayor perfección y refinamiento de las maquinas, le sigue una mayor
amplitud de sus efectos y un menor mantenimiento (Mum, p.451).
De la misma manera como en la ingeniería ha habido un aumento de la eficiencia
en el consumo de energía y una mayor valoración de la interrelación entre las partes,
nuestras sociedades avanzarán a una interrelación, equilibrio y aprovechamiento
mayores que harán innecesario el uso abusivo de las maquinas (Mum, p.448). A pesar
de ello, es muy interesante ver que Mumford hace incluir dentro del periodo neotecnico
los avances en una modificación a nivel microscópico como por ejemplo el caso de la
fijación del nitrógeno, mediante una técnica que utiliza a una clase de bacterias que se
encuentran en los nódulos de las raíces de ciertas plantas, para así regenerar los campos
carentes de nitrógeno y, de esta manera, proseguir el cultivo. Este procedimiento
requiere un conocimiento científico y unas practicas técnicas que Mumford ve como un
adelanto de la era neotecnica (Mum, p.276). Vemos que este tipo de técnica biológica,
aun no siendo propiamente biotecnología, se acerca mucho al razonamiento de ésta. Un
solo pasó mas adelante le habría llevado a Mumford a sospechar de una posible
biotecnología futura, pero no fue así.
Mumford piensa que los niveles de refinamiento y alcance de la técnica de su
tiempo no son mayormente perfeccionables (Mum, p.447). En este aspecto, Mumford
queda preso del sentimiento de que la técnica de su tiempo ha llegado a un hito
histórico, desde donde solo es posible que descienda, o se estanque. Mumford no es
capaz de imaginar que nuevas técnicas, como la informática o la investigación genética,
podían tomar el relevo.
Es por esta razón que Mumford detiene su discurso y hace un giro hacia el
aprovechamiento racional orgánico de los recursos y la desaparición de la maquina, lo
31
cual entra en contradicción con las técnicas biológicas que antes había alabado como
ejemplo de aprovechamiento del suelo, las cuales llevarían los cultivos mas allá de sus
tiempos y terrenos que les son propios (Mum, p.279). A pesar de ello, no deja de ser
cierto que Mumford también nos avisa del peligro que puede suponer la introducción de
nuevas clases de árboles o insectos en los ecosistemas, pudiendo activar una cadena de
desajustes de lejanas e imprevisibles consecuencias (Mum, p.277).
En el periodo neotecnico se consideraría como un avance la posibilidad de regular
los procesos biológicos, y a esto lo considera Mumford una reducción de la maquina.
Pero yo me pregunto entonces si es posible la era Biotécnica sin una técnica
precisamente biológica. Mumford vaticina acertadamente que ese desarrollo bio-técnico
efectivamente va a hacer desaparecer las antiguas maquinas grandes, feas y visibles,
pero por el contrario, no es capaz de ver que se corre el riesgo de reconvertir el curso
natural de lo orgánico como si de una maquina se tratase. En este caso, la maquina
subsistiría, pero a otro nivel, al nivel orgánico.
Es por esto que veo en Mumford dos niveles de discursos que se enfrentan. Por un
lado está su análisis del desarrollo de la técnica en Occidente, el cual considero ejemplar
y que nos llevaría según todo lo dicho, y de una manera muy precisa (sin tener en cuenta
ciertos desarrollos posteriores a él que no podría haber observado), a la biotecnología
actual. Por otro lado observo asombrado la impresión de estar leyendo otro libro
paralelo que no quiere que esto suceda, y que en este otro libro, Mumford apuesta por
una futura era biosocial comunista, en la que el aprovechamiento de nuestros recursos se
efectuaría de una manera racional respetando los tiempos propios de la naturaleza.
En este aspecto es muy sugerente un pequeño apunte que hace Mumford en el
ultimo subcapítulo, titulado Resumen y perspectivas dentro del capitulo Orientaciones
(Mum, p.457). En este capitulo, en extremo revelador, Mumford nos advierte que en su
análisis del capitulo Orientaciones: Cuando ha dicho “será” ha querido decir “debería”.
En este mismo capitulo, Mumford avanza la existencia de dos posibles líneas de
desarrollo futuro. Según la primera línea, el parón es inevitable, conllevando incluso un
retroceso. Pero vemos lo contrario en la segunda línea, donde nos encontramos ahora, la
cual se caracteriza por una «profunda transformación de nuestra personalidad individual
y del grupo colectivo». El problema es que esta transformación, según Mumford,
32
debería venir por una reducción total de la maquina gracias a un mayor
aprovechamiento racional, y no por una sobre-industrialización al nivel de lo orgánico,
lo cual hoy en día nos preocupa profundamente.
Esta preocupación esta explicada perfectamente en el libro El siglo de la
biotecnología del autor Jeremy Rifkin. En su libro Rifkin hace un somero estudio de los
fundamentos, técnicas y preocupaciones que rodean a estos nuevos “Instrumentos de
ensueño” que nos van a dar la posibilidad de crear unas nuevas circunstancias para
nuestra relación con el mundo que nos rodea (Rif, p.17)1.
1 Usaré la abreviatura (Rif, p. pagina) para referirme al libro: Rifkin, Jeremy (1998), El siglo de la biotecnología, Barcelona: Paidos bolsillo, 2009.
33
II- AHORA.
2.1- Jeremy Rifkin.
Jeremy Rifkin (Denver,
Colorado 1943- ) es actualmente
profesor de The Wharton School’s
executive education program en
la Universidad de Pensilvania y
presidente de la Foundation on
Economic Trends1. Esta
fundación creada por él, analiza el
impacto de las nuevas tecnologías
en la economía, medio ambiente y
sociedad, dentro del enfoque de lo que se ha hecho llamar la economía global. Jeremy
Rifkin es hoy en día, una figura pública internacional con un marcado carácter
intelectual que promueve la reflexión en torno de las últimas tendencias económicas.
Dedicándose principalmente a la exposición de conferencias en multitud de
universidades a lo largo de todo el mundo junto a la publicación de artículos en un gran
numero de importantes periódicos internacionales y a la publicación de libros de gran
difusión (best sellers) no exentos de una gran polémica. Como nota muy característica
de su trabajo publico, debo señalar que ha trabajado como asesor para la Unión Europea
durante la presidencia de España en el año 2010, aportando sus conocimientos en
materia de economía, cambio climático y seguridad energética.
1 Para la introducción de Jeremy Rifkin utilizare la información contenida en la página web The office of Jeremy Rifkin, The fundation on Economic Trends: http://www.foet.org/. Esta pagina web podría considerarse el departamento virtual que este autor tiene en la Web, desde el cual da a conocer su trabajo en relación al estudio de las tendencias económicas en las que el mundo está hoy inmerso.
34
Actualmente es asesor para la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, así
como para algunos estados europeos1.
La relación que mantiene El siglo de la biotecnología (Rifkin, 1998) con respecto a
las reflexiones de Ortega y Mumford supone un salto de gigante respecto al análisis de
las tecnologías que comenzaron a emerger a mediados del siglo XX, las cuales
obviamente eran desconocidas por aquellos dos autores. Esto es una obviedad para
nosotros, puesto que Ortega y Mumford no podían haber visto estos desarrollos
recientes de la tecnología de los últimos cincuenta años, pero tengo que repetir que para
esos dos autores no fue posible vislumbrar el crecimiento tan fuerte que se llevaría a
cabo en las ciencias de la información o en la investigación genética. Para este cometido
he necesitado el libro de J. Rifkin para ilustrar esta transición técnica, la cual hizo
posible que ahora estemos hablando de la realización efectiva de un segundo Génesis
(Rif, p.34). Por otro lado, intentaré corroborar que el parón tecnológico que tanto Ortega
como Mumford vaticinaron, de hecho no se cumplió.
Con respecto al libro de Rifkin voy a desarrollar varios temas que me llevarán
desde lo que él llamara el fin de la era industrial, hasta la aparición de la nueva matriz
operativa que según Rifkin vertebra la nueva biotecnología. También haré un análisis
mas detallado del termino Algenia utilizado por Rifkin para explicar el nuevo
imaginario biotecnológico. Por ultimo explicaré en qué está consistiendo, según Rifkin,
el maridaje informática-ciencias de la vida, y como ésta unión nos ha llevado a
reconsiderar nuestra relación con la naturaleza No debo olvidar recordar que a lo que
estamos llamando biotecnología en este trabajo es fundamentalmente a las técnicas de
ingeniería genética. No debemos olvidar que no es, la ingeniería genética, la única
técnica biológica hablando de forma amplia, pero sí que es la técnica biológica más
ambiciosa y que mejor puede representar lo que se ha hecho llamar El siglo de la
biotecnología (Rif, p.21).
1 Rifkin, Jeremy (2004), The European Dream: How Europe's Vision of the Future is Quietly Eclipsing the American Dream.
35
2.1.1- Era industrial vs. Siglo de la biotecnología.
Según Rifkin, estamos ante el nacimiento de una nueva era que promete ser una de
las grandes transformaciones que ha vivido la historia mundial (Rif, p.27). La era
industrial, según Rifkin, ha dominado los últimos cinco siglos. La era industrial de
Rifkin coincide con la periodización de Mumford, que va desde la era eotecnica,
pasando por la paleotécnica y finalmente la neotecnica, en la que se encontraba él.
Siguiendo a Ortega, la era industrial coincidiría con el tipo de técnica del técnico. Para
Rifkin, la antigua era industrial dará paso a una nueva era que no estará basada en la
velocidad o la fuerza muscular (Rif, p.27).
Después de haberse fundamentado el desarrollo industrial en la energía extractiva y
barata, nos enfrentamos a una escased de estas materias primas que nos está haciendo
reflexionar sobre la viabilidad de éste sistema industrial (Rif, p.29). La búsqueda y
dominio de formas alternativas de aprovechar la energía de la naturaleza marcará, según
Rifkin, la investigación del siglo que ahora estamos comenzando (Rif, p.30). Aun y
todo, Rifkin nos recuerda que esta nueva era no barrerá con todo el sistema de la era
industrial, sino que ésta pervivirá en muchos aspectos, haciendo de bisagra a la nueva
mentalidad (Rif, p.30).
Estos periodos intermedios son denominados por Mumford como mesotécnicos, y
por lo tanto viviremos con el riesgo de estar utilizando nuevas técnicas con medios
desfasados (Mum, p.287). Es muy probable, siguiendo la reflexión de Mumford, que
veamos muchas instituciones, que se jactan de ser nuevas o avanzadas, utilizando
técnicas biotécnicas y, por el contrario, valiendo a propósitos propios de la era
industrial. Ante esta situación, algunos de los principales problemas que tendríamos que
encarar seria la posible utilización indiscriminada de la ingeniería genética que pusiese
en riesgo la biodiversidad o que modificase de una forma irresponsable el medio
orgánico que nos rodea. A fin de cuentas: Usar el nuevo lenguaje de la biología
molecular junto a practicas propias de la era industrial (Mum, p.321). Es por ello que
36
este periodo mesotécnico precisará de una reflexión pausada que busque la atención
pública y que se sitúe alejada de dogmatismos. El problema ahora, será reflexionar, no
solo sobre como vamos a vivir con estas nuevas técnicas sino también, hasta qué punto
queremos que formen parte de nuestras vidas (Rif, p.20).
Según Rifkin estamos ante las puertas de una nueva era, dejando atrás la era
pirotécnica o era del fuego que nació en el mediterráneo y Oriente próximo alrededor
del 3000 a.C y culminó en la era industrial, en la cual hemos incendiado masivamente
las reservas de combustibles fósiles que estaban alojadas en el subsuelo. Rifkin cita a
Mumford y el mito de Epimeteo y Prometeo en relación con la importancia del fuego, y
como éste ha sido generador de un amplio imaginario sobre la construcción y la
creación a partir de la materia inerte (Rif, p.31).
El imaginario en torno al fuego y su poder transformador se vieron reflejados en la
alquimia, la cual hizo de marco filosófico y guía conceptual de la manipulación técnica
del mundo natural (Rif, p.64). La alquimia presuponía que el estado de perfección de
todos los metales era el oro, todos los metales hacían un camino evolutivo de
perfeccionamiento. La alquimia, por su parte, consideraba que este proceso era
susceptible de una aceleración mediante el fuego. Fundían, fusionaban, purificaban y
destilaban varios metales para crear nuevos productos más cercanos al oro (Rif, p.65).
La imagen de la alquimia recorrió toda la era pirotécnica, llegando a convertirse en la
Edad Media en un marco conceptual que daba una explicación cosmológica del mundo
natural.
2.1.2- Algenia.
Ahora, siguiendo a Mumford y Rifkin, hemos entrado en un nuevo mundo en el
que la fusión de materiales inertes con vistas a la creación esta dando paso a un nuevo
sistema que está pivotando sobre lo orgánico y la vida. Este nuevo sistema también esta
basado en la idea de perfección, pero los materiales con los que trabaja son biológicos.
37
El nuevo sistema conceptual no ve el mundo de la vida como algo ya creado de una
vez para siempre e incapaz de modificación, sino que lo considera un conjunto de
relaciones cambiantes dentro de un contexto, a su vez, en proceso de transformación
(Rif, p.66). Este nuevo marco conceptual, al igual que la alquimia, también considera
que los materiales con los que trabaja son susceptibles de recombinación con vistas a un
perfeccionamiento. El oro, en este caso, seria la creación de un nuevo organismo
perfecto con una eficacia óptima. Las herramientas con las que cuenta este nuevo
sistema es la ingeniería genética, la cual sirve de laboratorio donde es posible acelerar
los procesos naturales de perfeccionamiento genético, abriendo el camino a la
naturaleza en su meta de perfección (Rif, p.67). Este nuevo marco conceptual, hace a la
vez de filosofía y de hoja de ruta en el trabajo del ingeniero genético y ya fue
denominada como Algenia por el biólogo Joshua Lederberg, premio Nobel y ex
presidente de la universidad Rockefeller. Las artes algénicas se dedican a mejorar los
organismos existentes y crear otros nuevos, mientras dan un fundamento metafísico a la
nueva relación entre la tecnología y la naturaleza (Rif, p.65).
Recordemos que para Ortega, los actos técnicos consistirían, entre otras cosas, en la
creación de posibilidades completamente nuevas, produciendo objetos que no hay en la
naturaleza del hombre (Ort, p.42). De tal manera, esta sobrenaturalaza incluiría
cualquier modificación de la naturaleza por medio de la técnica. Podemos decir que para
Ortega la biotecnología no sería conceptualmente muy diferente del acto de volar,
navegar o hablar por teléfono, en tanto todas ellas presuponen la creación por las manos
del hombre de algo nuevo que no estaba dado por si en la naturaleza.
2.1.3- Informática e investigación genética.
Ahora voy a hablar sobre algo que tanto Ortega como Mumford daban vital
importancia y que mas tarde se convertiría en la tecnología bisagra que posibilitaría el
nacimiento de la ingeniería genética: La información, la cual en su concretización por
medio de la Informática trabajó con nuevas formas de gestionar las enormes cantidades
de datos y altamente variables del mundo biológico (Rif, p.255). El enfoque que estos
38
dos autores dan de la información tiene que ver, no solo con la acumulación y
transmisión, sino también con la gestión.
Ortega escribe una observación, que si bien no ocupa mucho espacio, es de vital
importancia (Ort, pp.69-70). Cuando Ortega separa la inteligencia técnica, de la técnica
en si misma está haciendo una importantísima diferencia entre una capacidad técnica y
su realización efectiva. Ortega, basándose en los estudios de Kholer sobre los
chimpancés, nos dirige la atención al hecho de que la inteligencia requerida para la
fabricación de instrumentos está contenida en los chimpancés, pero que lo realmente
necesario para la creación de instrumentos no es la inteligencia como tal, sino la
memoria. Y es la ausencia de memoria lo que no le permite al animal conservar la
información suficiente para la combinación creadora. Es importante hacer hincapié en la
idea de que el hombre se caracteriza por hacer un uso creativo de la combinación de
información contenida en la memoria.
Por otra parte, Mumford nos habla de la información en el sentido de registros y/o
archivos permanentes de los cuales depende la transmisión de la cultura (Mum, p.261).
Mumford queda extasiado por la capacidad creciente de su tiempo, tanto de acumular
información como de su posterior reproducción y nos alerta sobre los problemas que
causó en su época la deficiente capacidad de selección sobre tan vasta cantidad de
información. Y esto es lo mas importante, vaticina que el uso que se puede dar a esa
información acumulada aun está por ver (Mum, p.266).
Si aproximamos esta intuición de un uso futuro de la información acumulada, con
la nueva ideología orgánica que Mumford consideraba que iba a ser el futuro, nos
damos cuenta que solamente le faltaba un paso para hablar de un posible desarrollo de
la capacidad de gestión de esos datos obtenidos por los nuevos métodos de registro.
Pues para Mumford, el giro hacia una ideología orgánica implicaría la desaparición de
un cuadro conceptual como fue el mecanicismo, el cual daba demasiada importancia a
las partes y no a su relación entre ellas (Mum, p.390).
La ideología orgánica se percatará de que la vida no debe ser conocida como un
hecho bruto, sino que mas bien, debería ser conocida a través de técnicas de
comunicación tales como palabras, símbolos, gramática o lógica y sin lugar a duda, a
39
través de un cuadro conceptual de asociación y ayuda mutua (Mum, p.391). El futuro,
según Mumford estará en lo interrelacionado y lo integrado (Mum, p.393); En la forma,
el modelo, la configuración, el organismo, la filiación histórica y la relación ecológica
(Mum, p.392).
Estas intuiciones de Ortega y Mumford eran acertadas, y servirán para dar a
entender el porqué del salto tecnológico que ellos no llegaron a ver. Ese salto
tecnológico, lejos de implicar una disminución de la maquina, supuso un renacimiento
tecnológico del que nosotros somos testigos.
Rifkin hace un seguimiento histórico de estos factores, dando razón de todo el
desarrollo tecnológico que supuso la informática y definitivamente la ingeniería
genética.
Cuando confluyen una serie de fuerzas tecnológicas junto a otras sociales en un
mismo momento, es posible que den lugar a grandes cambios históricos, los cuales
configurarán una nueva matriz operativa. Este concepto que introduce Rifkin es muy
interesante, pues el desarrollo de los puntos principales de la nueva matriz operativa del
siglo de la biotecnología le servirán para configurar su libro (Rif, pp.33-34).
Dentro de los siete elementos de la nueva matriz operativa, los que me han
parecido más importantes para ilustrar el salto cualitativo que ha supuesto la
transformación de la concepción de la tecnología según fue ilustrada por Ortega y
Mumford, con respecto a la actual biotecnología, son los elementos seis y siete. Estos
dos elementos hacen referencia, primeramente, a la importancia del ordenador como
tecnología que proporcionará un nuevo medio de comunicación y organización para las
nuevas investigaciones genéticas. Y en segundo lugar, las nuevas ideas sobre la
naturaleza, que constituirán una nueva concepción cosmológica que darán legitimidad al
uso de la biotecnología.
Siguiendo la línea argumentativa sobre la importancia de la información, que
gracias a la sugerencia de Rifkin he logrado encontrar en Ortega y Mumford,
observamos como Rifkin considera los medios de gestión de la información como
paradigmáticos de grandes periodos de la humanidad. Tanto la imprenta en la era
40
industrial como la informática en el nuevo mundo biotecnológico se presentan como
nuevas formas de entender el conocimiento. Si bien, este tipo de tecnologías de
comunicación son de vital importancia, habría que observar según Rifkin, que no nos
estamos enfrentando, en el caso de las tecnologías de la comunicación, con tecnologías
que sean un fin en si mismo, sino que más bien son tecnologías posibilitadoras de
marcos tecnológicos mas amplios (Rif, p.246). En este sentido, señala Rifkin la relación
simbiótica entre la imprenta, la maquina de vapor y la electrodinamo (Rif, p.250), las
cuales curiosamente se solapan perfectamente con las eras eotécnica, paleotécnica y
neotécnica descritas por Mumford en Técnica y civilización.
Por su parte, la actual informática, ha creado un nuevo lenguaje propicio para la
gestión de la información genética. La eliminación del contexto espacial y el trabajo con
informaciones dinámicas, posibilita un nuevo marco de interpretación de los sistemas
biológicos (Rif, p.255). Este nuevo lenguaje, según Rifkin, tomó forma en el término
cibernética, la cual consiste en una teoría general que pretende dar cuenta de la
permanencia de fenómenos a largo plazo, para lo cual se concibe a esta actividad, que se
alarga en el tiempo, como constituida de dos elementos clave: la información y la
retroalimentación.
Rifkin hace uso de las reflexiones del matemático Norbert Wiener para explicar la
importancia de la cibernética (Rif, p.257). La cibernética como nuevo lenguaje
tecnológico intenta explicar, no solo cómo una maquina o un sistema se regula a si
misma en un entorno cambiante sino también, como se puede esperar una especie de
comportamiento “teleológico” en sistemas constituidos de tal manera. Estos nuevos
sistemas pueden ser maquinas o organismos, eso poco importa, pues lo importante es la
capacidad que un sistema posee de autogestionar la información, ajustándose a un
entorno cambiante. Es por estas razones que Norbert Wiener, según Rifkin, ve en la
cibernética una herramienta metodológica para la reorganización del mundo entero (Rif,
p.257).
Vemos ahora, a la luz de este nuevo lenguaje tecnológico, como las maquinas de la
era neotecnica que nos mostraba Mumford, a pesar de ser muy eficientes, podríamos
considerarlas como “ciegas”, pues la principal característica de las nuevas maquinas de
41
gestión de información es, precisamente, esos “ojos” con los que pueden actuar dentro
del continuo cambio que las rodea.
Es muy importante señalar que Rifkin intenta explicar cómo, a lo largo de los años
cincuenta, no solo el lenguaje sino también la terminología de la informática van poco a
poco entrando dentro de la ingeniería y la biología (Rif, p.260). Esta tendencia no hacía
mas que aumentar, y los años siguientes a la década de los cincuenta irán mostrando
numerosos ejemplos en que los organismos vivos se interpretan como sistemas de
información. Rifkin hace uso de las palabras del biólogo William H. Thorpe (Rif, p.262)
para explicar en que manera los organismos son interpretados como instrucciones o
programas que describen un proceso a lo largo del tiempo. En este nuevo marco
conceptual, la vida se deja de ver como una actividad programada, para pasar a ser una
actividad que se programa a si misma.
Numerosos personajes clave, tales como el matemático Norbert Wiener, el biólogo
William H. Thorpe, el físico Freeman Dyson o el informático Richard M. Karp son
traídos por Rifkin a su libro para tejer el argumento del maridaje entre las ciencias de la
computación y las ciencias de la vida.
Pero, haciendo un alto en la cantidad de citas y referencias que Rifkin hace a
propósito de los fundadores de esta nueva concepción del mundo orgánico, me interesa
sobre todo dejar claro que, para Rifkin, el paso mas importante en la transformación del
entorno tecnológico y social en el que ahora vivimos se caracteriza por interpretar la
realidad que nos rodea como un complejo sistema de retroalimentación, en el que los
sistemas dejan de estar aislados para convertirse en sistemas que se autorregulan y/o se
reprograman valiéndose de una información ambiental en continuo cambio (Rif, p.267).
La creciente dependencia que sufrimos respecto al ordenador solo puede hacer que
perpetuar estos principios cibernéticos como modelo organizativo central del futuro
(Rif, p.258).
42
2.1.4- La reinvención de la naturaleza.
El último elemento de la matriz operativa del siglo de la biotecnología es, según
Rifkin, el más pertinente en relación a la discusión contemporánea acerca de la
biotecnología (Rif, p.22). Este último elemento hace patente la idea de una reinvención
de la naturaleza basada en el maridaje entre los ordenadores y la ciencia genética. El
campo sobre el que va a trabajar la ingeniería genética es una nueva interpretación de la
evolución de los sistemas orgánicos, que a su vez dará legitimidad pública a sus
prácticas técnicas. Estas nuevas teorías de la evolución están inspiradas en los últimos
avances de la teoría de la información, la física, la química y las matemáticas y sirven a
su vez para crear una nueva concepción del “orden natural” de las cosas (Rif, p.287).
El fundamento de esta nueva teoría evolutiva será que, al igual que las nuevas
generaciones de ordenadores, la evolución de los organismos avanza hacia el
procesamiento de mayor cantidad de información en periodos de tiempo más cortos. El
éxito evolutivo está basado, no en una cantidad mayor de producción o una eficiencia
creciente en el ahorro, sino en una mayor capacidad de gestionar o procesar cantidades
cualitativamente dispares de información (Rif, p.292). Esta nueva manera de ver los
organismos como ordenadores esta provocando que asimilemos la idea de que nosotros
somos un código genético programado de una determinada manera. Anticiparnos, y
responder a un estado futuro no deseado solo es cuestión de una correcta re-
programación de nuestra información genética (Rif, p.293).
Esta nueva cosmovisión deja atrás la idea de especie. Los organismos son
reducidos a códigos por descifrar (Rif, p.296). Asimismo podemos considerar la
naturaleza como un proceso en el que podemos influir, redireccionar o cancelar. El
aspecto creativo de esta nueva mentalidad se hace patente en una nueva cosmovisión en
la que las técnicas de ingeniería genética se convierten en las herramientas del artista
de nuestra época (Rif, p.307). El hecho de aceptar este cuadro cosmológico en el que la
naturaleza se ve reflejada en procesos evolutivos consistentes en un aumento en la
43
complejidad de procesamiento de información, y que nosotros, al actuar sobre la
información genética no estamos haciendo algo diferente a lo que la propia naturaleza
ejecuta de manera natural, da lugar a interpretar que: «La bioingeniería no es algo
artificialmente impuesto a la naturaleza, sino que mas bien, es un fruto que brota del
proceso evolutivo en marcha de la propia naturaleza» (Rif, p.306).
Quiero recordar que cuando Mumford daba vital importancia a los sistemas de
registro de información, aventurando que en el futuro seria muy probable que
aprendiésemos a gestionar de una manera mas sabia este legado, no hacia sino dar
cuenta de un futuro próximo en el que la gestión de la información iba a ser el pivote de
una nueva era tecnológica.
Para acabar, desearía reflejar la preocupación de Rifkin respecto a la bioingeniería,
que me dará paso a la reflexión de Daniel Callahan. Rifkin nos hace plantearnos nuestra
relación con la tecnología de una manera que apunta hacia el riesgo real de que
hagamos un uso irresponsable de esta nueva y poderosa herramienta que es la
bioingeniería. Advirtiéndonos de que quizás esta tecnología no sea la única, ni la mejor
manera de aprovechar nuestros nuevos conocimientos de biología (Rif, p.319). Lo cual
me hace recordar a Mumford, cuando hablaba de la futura era biotécnica sin hacer
mención a una posible bioingeniería.
Según Rifkin, deberíamos replantearnos la visión fatalista de la relación hombre-
naturaleza-tecnología en la cual damos por hecho que si algo puede hacerse se hará (Rif,
p.315). Esta visión fatalista, según Rifkin, esta basada en la idea errónea según la cual
consideramos que la tecnología es neutra y no depende de sistemas de valores. Esta idea
nos lleva a no darnos cuenta de que la tecnología es un poder y el poder no es neutral
(Rif, p.316). Entiendo que el principal objetivo del libro de Rifkin es dar pie a una
reflexión en torno a la bioingeniería, resaltando que nuestro futuro dependerá de la
capacidad que tengamos de poner limites a un desarrollo tecnológico inconsciente.
44
2.2- Daniel Callahan.
Daniel Callahan
(Washington, 1930- ) es un
filósofo estadounidense que
ha aportado innovadoras
investigaciones en el ámbito
de la ética biomédica,
situándose actualmente como
una de las figuras más
importantes en este campo1.
Las prolífica aportación de
Callahan se extiende a lo largo de 41 libros, mas de 700 conferencias en universidades
de Estados Unidos, Canadá y Europa e innumerables colaboraciones para prestigiosas
publicaciones. Actualmente es miembro electo del Institute of Medicine y de la National
Academy of Sciences en Estados Unidos. Asimismo es presidente emerito de The
Hastings Center2 del cual fue cofundador (1969) y ha sido su director durante más de 25
años.
Una de sus publicaciones con mas repercusión fue el libro Setting Limits (1987)3, el
cual ha sido profundamente discutido dentro del entorno medico de los Estados Unidos.
En esta obra, Callahan pone en cuestión la asistencia ilimitada a los pacientes de mayor
edad, argumentando que la edad del paciente debería ser una variable a tener en cuenta a
1 La información biográfica ha sido extraída de la página web: http://www.answers.com/. 2 The Hastings Center es una organización de Estados Unidos dedicada a la investigación y asesoramiento ético en las áreas de salud medicina y medio ambiente. Esta organización es, según reza su lema, independiente y sin animo de lucro. http://www.thehastingscenter.org/ 3 Edición en castellano: Poner límites. Los fines de la medicina en una sociedad que envejece, Madrid. Triacastela Ed. 2004. El comentario a este libro lo extraigo de la pagina web de la editorial Triacastela: http://www.triacastela.com/
45
la hora de elegir entre el costo de los tratamientos. La consecuente polémica ocasionada
por esta obra se extendió desde los ambientes académicos hasta los medios de
comunicación, llegando a generar una gran cantidad de publicaciones, que
posteriormente Callahan intentaría responder en las sucesivas ediciones.
Daniel Callahan en su articulo How splendid technologies can go wrong va a
analizar en profundidad dos problemas a los que nos enfrentamos hoy respecto a nuestra
relación con las tecnologías. El primer problema será observar como una cosa que en
principio es buena, gradualmente y sin advertirlo se convierte en mala. El segundo
problema es poner en cuestión la neutralidad de la tecnología, observando que
probablemente la tecnología influya decisivamente en nuestras formas de vida (Call,
p.299)1.
Estos dos problemas que Callahan estudia me van a servir para ilustrar una
importantísima cuestión que subyace en las reflexiones de Ortega, Mumford y Rifkin.
Este problema es el de la responsabilidad que tenemos ante el desarrollo tecnológico, y
en que medida los problemas que sufrimos son responsabilidad de un acercamiento
conceptual erróneo a la idea de desarrollo y/o practica tecnológica. Para ello, Callahan
hará un estudio de nuestro uso del automóvil, por un lado, y de la gestión de la
tecnología en nuestro sistema medico de sanidad.
2.2.1- Cosas buenas convertidas en malas.
El análisis de Callahan comienza advirtiendo que en el modelo de sociedad
norteamericana en la que el vive (Por extensión la canadiense y la europea) hemos
llegado a un punto en el que es imposible imaginar nuestras vidas sin dos tipos de
tecnologías que en si mismas resumen excepcionalmente qué es lo que esperamos de la
1 Usaré la abreviatura (Call, p. pagina § parrafo) para referirme al articulo: Callahan, Daniel (2003), How splendid technologies can go wrong. En Hanks, Craig, ed. (2009): Technology and Values: Essential Readings. Oxford: Wiley-Blackwell (pp. 299-303).
46
tecnología en su conjunto. Las necesidades humanas que solucionamos por medio de la
tecnología hacen referencia a la supervivencia, al placer, a los beneficios económicos y
finalmente a las esperanzas de realización de nuestros sueños de libertad (Call, p.300
§3). Tanto las tecnologías médicas como el automóvil resultan ser, según Callahan,
tecnologías paradigmáticas en este sentido
Las tecnologías medicas nos proveen de importantes beneficios en computo global,
pero hoy en día Callahan observa que el sueño de que llegaría un momento en que el
acceso global de la población a una sanidad de calidad sería una realidad, así como la
idea de un progreso ilimitado de estas tecnologías, se esta convirtiendo en un sueño
inalcanzable (Call, p300 §4). La razón de ello, según Callahan, es el continuo aumento
del gasto medico junto al descenso de la cobertura medica que esta sufriendo la
población. Un ejemplo de ello son los cuarenta millones de personas en Estados Unidos
sin acceso a una seguridad medica de calidad, junto a un gasto de 1.3 trillones de
dólares en sanidad, cifras que colocan a Estados Unidos en la cabeza en gasto sanitario.
Callahan nos advierte que los medicamentos basados en ingeniería genética prometen
incrementar este gasto de una forma desproporcionada (Call, p.300 §5).
El automóvil, a pesar de no ser de vital importancia para nuestra supervivencia
física, no deja de reportarnos importantes beneficios, sobre todo en relación a la libertad
de movimientos. El problema aparece, según Callahan, cuando observamos que la
fabricación de automóviles ha ido en aumento en relación a las décadas pasadas,
llegando a suponer un gasto total que supera al de sanidad, educación y textiles todos
juntos (Call, p.301 §2). La necesidad de construir mas carreteras, junto a los continuos
atascos que sufren millones de personas en los desplazamientos a sus puestos de trabajo,
con la consiguiente polución generada y una considerable perdida en la calidad de vida,
debería hacernos reflexionar, según Callahan, sobre el uso que estamos haciendo de
algo que en un principio era una tecnología “liberadora”. A su vez, la fuerza simbólica
que el automóvil ha adquirido como representativa de un estatus social, ha convertido
esta tecnología en una proyección “normal” de nuestra personalidad social, lo cual es un
problema añadido, pues según nos ilustra Callahan, podemos encontrarnos muchos
hogares en Estados Unidos con tres coches por familia (Call, p.301 §1).
47
Esta situación esta siendo tolerada por una población habituada a la polución y los
continuos atascos, acostumbrada a ver los problemas ya expuestos aquí como el precio
que tenemos que pagar por un gran beneficio. Esta forma de pensar, según Callahan, es
un grave peligro, pues nos sitúa en una posición pasiva en relación con la tecnología. El
caso de la tecnología médica no es diferente, pues los grandes avances técnico-médicos
que han incrementado considerablemente la esperanza de vida están provocando que la
población apoye ciegamente una mayor inversión, sin tener en cuenta los costos
adicionales que esto supondría.
Hoy en día, según Callahan, se esta tendiendo a ver la muerte como una accidente
que podría ser evitado con una mejor tecnología, olvidando el intrínseco carácter finito
de la vida humana (Call, p.302 §2). Triunfando, consecuentemente, el “imperativo
tecnológico” que impone el uso de la tecnología siempre que sea posible, llegando a
verse numerosos casos en los hospitales en que el prolongamiento de la vida debería
sugerir, cuando menos, una profunda y seria reflexión acerca de nuestras practicas
tecnológicas.
El prototipo de la perfección respecto a la salud se ha convertido, junto a la cultura
del automóvil, en una constante en el imaginario cultural actual de Estados Unidos
(Call, p.302 §3). Es muy curioso ver como Rifkin trae a colación un artículo de
Callahan (Rif, p.207) para ilustrar el miedo que la población del occidente actual tiene a
los “defectos” o “anormalidades” genéticas, y como detrás de este miedo acecha la
imagen de la perfección humana. Este ideal de perfección está en camino de
convertirse, según Rifkin, en un peligroso e inalcanzable arquetipo, consistente en un
ser humano nuevo e invulnerable a las enfermedades y al envejecimiento (Rif, p. 210).
Según Rifkin (Rif, p.209), el imaginario social que ve en el biólogo molecular a un
ingeniero dedicado a solucionar y reprogramar códigos genéticos “erróneos” con vistas
a un ideal de perfección, está convirtiéndose en un reduccionismo muy peligroso que no
tiene en cuenta, ni la complejidad y diversidad que se encuentra en la naturaleza, ni
nuestra capacidad limitada para comprender de forma global el verdadero significado y
función del código genético.
48
2.2.2- ¿La tecnología es neutral?
El segundo aspecto que Callahan pondrá en duda es el de la tecnología como fuerza
neutral. Callahan compara la tecnología con una especie de virus (Call, p.302 §6). A
pesar de considerar a los virus como unas entidades neutrales, su propagación depende
de varios factores contextuales, entre ellos nuestro seguimiento, cuidado y exterminio si
fuese preciso. Callahan considera que si bien la tecnología en un sentido estricto es
neutral, por el contrario, en un sentido general debemos considerarla como no neutral.
El hecho de que se haya convertido en omnipresente y se haya configurado en el centro
de nuestro modo de vida, siéndonos imposible evitar su uso, indica que hemos sido
infectados (Call, p.303 §2). Observamos como Callahan, si bien no preocupado por la
tecnología como tal, sí está asombrado por la incapacidad que hemos demostrado en
controlar su uso dejando que se introdujese en los campos mas esenciales de nuestras
vidas.
Callahan, al final de su articulo, avanzará como propuesta una serie de soluciones
(Call, p.303 §5), entre las que incluirá por un lado un llamamiento a un cambio de
conciencia respecto al uso de los transportes privados y por otro lado, una reorientación
de la investigación medica que limite la inversión excesiva en la investigación de curas,
para reorientarse a una mas profunda investigación de los factores que hacen que
enfermemos, es decir, hacia la prevención. Estas medidas, según Callahan, no son de
fácil aplicación, pues significan un cambio profundo en la mentalidad social y personal
que hemos adquirido, la cual está presa del “sonambulismo” tecnológico que
padecemos.
Es por estas razones ahora expuestas que Callahan considera muy difícil un cambio
rápido en la mentalidad de la población, en este caso, de los Estados Unidos (Call, p.303
§6). Vaticinando que, si no solucionamos este problema tecnológico, es probable que
llegue un momento en el que nos veamos forzados a hacerlo, obligados por una
situación insostenible. Podemos observar como Callahan, a pesar de ser fatalista en lo
que a sus previsiones se refiere, no le falta razón.
49
III- Conclusión.
Hoy en día la necesidad de un cambio de mentalidad respecto a nuestros hábitos
tecnológicos no es nueva para nosotros, aunque paradójicamente, estamos
replanteándonos esta situación en un momento en el que, en algún sentido, nos sentimos
derrotados por una especie de imperativo tecnológicos.
El día a día de una persona en nuestras sociedades esta siendo mediado cada vez
más por un entramado tecnológico de una complejidad considerable. Un sinfín de
tecnologías que progresivamente han ido desactualizando diferentes formas que
habíamos heredado respecto al tratamiento de los objetos y las personas que nos rodean,
llegando a un punto en el que la novedad tecnológica parece imponerse en nuestro
imaginario acerca del mundo. Esta situación real (o virtual) nos sitúa ante una
preocupación que ya empieza a gravitar en torno a círculos multidisciplinares, donde la
puesta en común de conocimientos hace salir a la luz algunos problemas que
únicamente se consideraban secundarios.
El mundo presente es heredero de una serie de profundos cambios en el ámbito de
la aplicación de la tecnología, que sucedieron en torno a la década de los cincuenta del
siglo pasado. La coincidencia de ésta fecha aproximada con el fin de la Segunda Guerra
Mundial no es una casualidad, sino que responde a la revitalización fundamental que la
guerra (en algunos casos) es capaz de generar. El hecho de que Estados Unidos, junto a
un esquema capitalista y tecnócrata, abanderase la vanguardia de postguerra “de la
mano” de una URSS no menos confiada en una liberación gracias a la tecnología, ha
generado que en la segunda mitad del siglo XX nos hayamos visto progresivamente
invadidos por un contingente de artefactos que se han ido instalando en lo mas
profundo de nuestras vidas.
50
Ahora nos encontramos como herederos de una segunda mitad del siglo XX en la
que, según Montserrat Huguet (2003, p.4)1, «por lo que respecta a sus consecuencias
económicas, sociales, ambientales y científicas, es posible que el desarrollo tecnológico
haya sido la fuerza económica más pujante». Siguiendo a Montserrat Huguet podemos
observar que nuestra relación con la tecnología en estas ultimas décadas nos ha
deparado una disminución de los entornos naturales, una obsesión por la renovación de
nuestro parque tecnológico y por ultimo, hemos sido testigos de una simbiosis hombre-
maquina que ha ido en aumento hasta nuestros días, llegando a construir un nuevo
hombre biónico y unos característicos entornos virtuales en los que las fronteras
territoriales se han visto desdibujadas por unas tecnologías de uso transnacional.
El tipo de reflexiones que podemos encontrar en artículos como el de Montserrat
Huguet son muy reveladoras de los problemas a los que nos enfrentamos, pero algunas
veces también dejan entrever una cierta posición “amarga” en el análisis de nuestra
relación con la tecnología. Esta posición recelosa les hace disimular o sencillamente
obviar aquellos aspectos de la tecnología que, por su carácter transnatural, nos han
valido para ampliar nuestra percepción de ciertos fenómenos únicamente apreciables en
contextos tecnológicos. Asimismo, los avances en tecnología médica o de comunicación
no solo nos han dado problemas sino que, considerándolos particularmente, han sido
fuente de incontables alegrías.
Este tipo de análisis fatalista, del curso de la tecnología, normalmente es creado
dentro del ámbito de las Humanidades. La critica, hacia el uso abusivo de la tecnología
desde esta posición, alerta de la sumisión en la que nos encontramos respecto a las
novedades tecnológicas. No les falta razón cuando afirman que la idea extendida
consistente en asumir que el desarrollo tecnológico es incontenible, pasando por encima
de todas consideraciones, está haciendo que estemos descuidando otras áreas de lo
humano que también necesitan nuestra dedicación y apoyo. La manifestación de esta
obsesión, por la aplicación de la tecnología en todas las áreas de lo humano, la
podríamos denominar como imperativo tecnológico.
1 Montserrat Huguet (2003) El determinismo tecnológico ¿Un nuevo discurso legitimador? Publicado en Claves de Razón Práctica nº134, julio/agosto 2003. pp. 31-45
51
El termino imperativo tecnológico tiene una interpretación común en todos los
autores que he consultado1 y lo podríamos definir, según Antonio Diéguez (2005, p.5)2,
como una predisposición ante la cual «en tecnología lo posible implica lo necesario; todo
lo que esté alguna vez disponible, será necesariamente usado.». Esta afirmación no se
puede interpretar aislada, sino que debemos ver de donde viene la legitimación de tal
tesis.
Siguiendo el excelente articulo de Antonio Diéguez al que ya me he referido,
podemos observar que esta afirmación del imperativo tecnológico anida dentro de una
concepción determinista de la tecnología la cual, en su versión popular entendida
filosóficamente3, hace referencia a «la ausencia de control de la tecnología por parte del
ser humano; como el desarrollo autónomo de la tecnología» (Ibíd., p.6). Siguiendo a
Antonio Diéguez podemos observar que sí esto está sucediendo es por el hecho de que
no estamos siendo conscientes de que la tecnología nos condiciona tanto cómo nosotros
dirigimos su desarrollo4. La emergencia del imperativo tecnológico en nuestras
sociedades sería la muestra de que algo no estamos haciendo bien. Diéguez, haciendo
referencia a las reflexiones de Langdon Winner, afirma que: «con nuestra actitud pasiva,
con nuestro “sonambulismo” voluntario, con nuestras prisas irreflexivas propiciadas por
la propia rapidez de los cambios, hemos dejado que la tecnología fluya sin control popular
y hemos tolerado que, en muchos casos, el control lo tome una minoría fuertemente
comprometida con el propio sistema tecnológico» (Ibíd., p.8).
Podemos observar que, mientras la ciencia y la tecnología se han desarrollado muy
rápidamente a lo largo de las dos ultimas centurias, nosotros no hemos acompañado tal
desarrollo con una reflexión apropiada acerca de su uso en sociedad. Diéguez nos alerta
sobre el peligro de asumir tanto la posición extrema representada (de forma irónica) por
el fantasma de Galileo, mediante la cual toda intromisión publica en el desarrollo
1 Incluyendo a Jeremy Rifkin y Daniel Callahan, acerca de los cuales ya he hablado. 2Antonio Diéguez, El determinismo tecnológico: indicaciones para su Interpretación Publicado en Argumentos de Razón Técnica, 8, 2005, pp. 67-87. 3 Según Antonio Diéguez esta versión popular esta representada por dos autores. Jacques Ellul, el cual considera que la tecnología actual es intrínsecamente ingobernable y seguiría leyes propias, y Langdon Winner el cual considera que hemos dejado que las instancias que deberían controlar la tecnología no lo hagan (Ibíd., p.6) 4 Aquí Diéguez nos ilustra acerca de una serie de tecnologías que, a pesar de ser mas eficientes que sus predecesoras, no fueron adoptadas por motivos no directamente relacionados con su eficiencia, lo cual invalida la interpretación de Ellul, y me temo que también ciertas tesis de Mumford. (Ibíd., p.7)
52
autónomo de la tecnociencia es símbolo de una perversa Inquisición, cómo del opuesto
extremismo según el cual estamos abocados a la fatalidad si continuamos permitiendo el
uso de la tecnología. Esta ultima posición extrema contiene el riesgo de lo que en
ciencias sociales se hace llamar profecía del autocumplimiento (Ibíd., p. 13) según la
cual una actitud fatalista es el mejor caldo de cultivo para una futura fatalidad.
Diéguez concluye su reflexión, acerca del determinismo tecnológico, explicando
que la mayor parte de las actitudes antitecnológicas o/y neoluditas han sido provocadas
por una mentalidad anacrónica respecto al uso de la tecnología, según la cual ésta es un
ente autónomo, provocado que, incluso los detractores de un uso abusivo de la
tecnología asuman un determinismo tecnológico igualmente desfasado.
La solución, entiendo yo, es replantearnos hoy en día el estado de la cuestión en
torno a la tecnología, intentando en todo lo posible hacer un uso mínimo de
concepciones heredadas acerca del uso de la tecnología en la sociedad. Debemos seguir
usando la reflexión filosófica ayudándonos de las reflexiones más variopintas, pero no
podemos seguir confiando en sistemas generales acerca de la tecnología que tiendan a
posturas extremas. Hoy, la tecnología como tal es un hecho, no una opción. Cómo
debemos guiar su uso es una opción, no es un hecho ya realizado.
Es muy posible que durante largo tiempo convivamos con La Tecnología, lo que
nosotros debemos elegir es qué tecnologías nos acompañarán. Las soluciones a este
problema no son fáciles y necesitan de una reflexión abarcadora, sutil y respetuosa que
quizás solo la filosofía pueda ofrecer. Si la filosofía está preparada para asumir ese reto
está por ver, puesto que aún es necesaria una reforma en el sistema de educación
académica dentro de la filosofía. Si la filosofía académica quiere enfrentar esta
propuesta, quizás deba replantearse la introducción de materias en relación con nuestro
mundo mas “material”, entiéndase desde Filosofía de la tecnología, pasando por
reflexiones acerca de la economía o ciertos conocimientos en torno al urbanismo. En mi
opinión, la filosofía académica debe, si no quiere ser marginada, acercarse un poco a
esas disciplinas “paganas”, al menos en lo que respecta a los conocimientos más
generales que ellas puedan ofrecer.
53
En este trabajo que ahora voy a concluir he intentado evidenciar el lugar
predominante en que la tecnología se ha situado en nuestras sociedades. Hemos visto
cómo, mas allá de las erradas profecías de Ortega y Mumford, el mundo en el que hoy
vivimos está caracterizando por una mayor aplicación y desarrollo de la tecnología. Fue
interesante observar el salto cualitativo que la tecnología sufrió en los años posteriores a
las publicaciones de Ortega y Mumford, y cómo su concretización en la actual
biotecnología, entendida de un modo restringido, nos ha llevado a replantearnos no solo
si el modelo tecnológico que hemos estado aplicando es el mas correcto, sino también
cuales son los limites entre lo natural y lo artificial. He intentado desarrollar una visión
abarcadora de cuales son las variables a las que nos enfrentamos, dando prioridad a la
cuestión de la responsabilidad en nuestra aplicación de la tecnología.
Los autores con los que he trabajado han elaborado obras que, en sus respectivos
ámbitos, han ejercido una influencia muy considerable en el curso de la reflexión acerca
de la tecnología. En este aspecto nos encontramos a Ortega como una figura
propiamente filosófica, a Mumford principalmente como planificador urbano e
historiador de la tecnología, a Rifkin como analista de tendencias económicas en
relación con las nuevas tecnologías y finalmente a Callahan como una de las personas
actualmente más influyentes en el ámbito de la ética biomédica.
También hemos tenido la oportunidad de clarificar el concepto de imperativo
tecnológico y observar que, si bien es cierto que podemos estar sufriéndolo, esta
situación se debe a una incorrecta interpretación de la tecnología según la cual solo
existe una única forma de desarrollo tecnológico. En este aspecto pudimos observar
como Ortega estudiaba la técnica como dependiente de un proyecto concreto de
realización o cosmovisión que una cultura tiene de lo que considera necesario. Según
Ortega, el programa de ser de nuestra cultura está en crisis, aunque él tampoco
consigue ayudarnos a ver cual sería el que va a venir. Es por ello que, en mi opinión,
Ortega cierra repentinamente este asunto, vaticinando un retroceso de la técnica, lo cual
es una salida fácil. Es cierto que Ortega, ya en el final del libro, señala la importancia
del mundo Asiático en lo que respecta a las técnicas del alma. ¿Quería con esto decir
que el programa de ser Occidental se podría ver superado en un futuro próximo por el
Asiático? Y en tal caso ¿Este nuevo programa de ser nos llevaría a un nuevo tipo de
tecnología?
54
Respecto a Técnica y civilización de Lewis Mumford debo decir que me he
quedado sorprendido por la claridad y extensión de los datos con los que trabaja. La
extensa explicación acerca de maquinas y procesos siempre ha ido acompañada de su
contextualización razonada, dando a entender que quizás la maquina mas compleja que
jamás ha existido sea la organización social mecanizada, es decir “La megamaquina”.
He observado que el principal objetivo de Mumford, pese a la realización de esta
impecable obra, no es el estudio de las tendencias tecnológicas, sino que su principal
interés es estudiar los modelos de gestión de grandes maquinarias sociales que emergen,
de una manera muy clara, en las planificaciones urbanas. De esta manera podemos
entender su ceguera, aun teniendo la materia prima perfectamente desarrollada, hacia la
futura biotecnología. Mumford estaba mas centrado en el giro organicista, que estaba
emergiendo en su tiempo, el cual explica magistralmente valiéndose de las de nuevas
concepciones de arte, que en este caso sí se han desarrollado como él predijo.
El libro El siglo de la biotecnología de Jeremy Rifkin se presenta como una
formidable toma de contacto con la biotecnología en un sentido restringido. Rifkin
pretende con este libro generar una respuesta pública, pues para este autor el futuro de la
biotecnología depende de si somos capaces de sacar a la luz pública los pros y contras
que subyacen al uso de esta nueva tecnología. A pesar de la cantidad de información
contenida en este libro, creo que el principal cometido del libro no es tanto un estudio
profundo de esta tecnología cómo una puesta en claro de los pilares que han hecho
posible su nacimiento. Es por esta razón que he elegido a Rifkin para ilustrar el salto
tecnológico acaecido desde mediados del siglo XX.
Finalmente el artículo de Callahan nos muestra un futuro en que el cambio de
mentalidad respecto al uso de la tecnología dejará de ser una opción para convertirse en
una obligación. Callahan nos advierte que el sistema actual en el que está primando el
imperativo tecnológico no es una opción viable ni posible. Este futuro próximo, según
Callahan, estará marcado o bien por un cambio rápido y profundo en la mentalidad de la
población y los gobiernos, lo cual es muy poco probable según Callahan, o por una
crisis que nos obligue a replantearnos los gastos excesivos que supone el uso de la
tecnología siempre que sea posible
55
El hecho de replantearnos que la tecnología, en sentido general, no es una
realización exclusiva del mundo occidental, debería ser una condición indispensable
para ser capaces de tener la mente abierta a nuevas formas de entenderla. En este
sentido deberíamos asimismo ser capaces de, como explican perfectamente Juan
Bautista Bengoetxea y Carl Mitcham (2010, p.11-12)1:
« […] hacer un llamamiento a los miembros de la comunidad tecno-científica
para implicar a mas personas en las discusiones acerca del significado y la
utilidad de la ciencia, la tecnología y la ingeniería. Pero no en un sentido único,
sino entendida como estimulación para que los científicos y los ingenieros
examinen sus propias responsabilidades, el carácter social de sus profesiones y los
roles propios de la ciencia y de la tecnología en la sociedad. Y sin olvidar que
convendría que el publico no especializado dejara de polarizar sus actitudes entre
la critica ciega y agria y el entusiasmo ingenuo»
Es muy probable que podamos explicar los orígenes de gran parte de nuestra
tecnología actual ateniéndonos a un desarrollo lineal causa-efecto a la manera de un
determinismo tecnológico que prediga la consecución necesaria de ciertas tecnologías
partiendo de unas dadas. Lo que no es razonablemente probable es que podamos
ampliar este análisis al conjunto de las realizaciones técnicas del ser humano a lo largo
de toda su historia y en todos los lugares de la tierra.
Este punto de vista nos puede ayudar para no despreciar ciertas aplicaciones
técnicas, que por su antigüedad o aparente lejanía con nuestras prácticas habituales no
encajen con nuestro imaginario actual, siendo así capaces de reaccionar creativamente
en el momento apropiado. Querer continuar a toda costa con prácticas que se están
manifestando inviables para su aplicación futura puede ser síntoma de que no estamos
eligiendo un buen camino. El desarrollo de lo que se podría llamar una tecnología
sostenible implica la idea de que en el momento de su diseño y producción tengamos
una considerable confianza en que podríamos aplicarla durante un largo periodo de
tiempo generando el mínimo de daño posible.
1 Bengoetxea, Juan Bautista y Mitcham, Carl, Etica e ingenieria. Valladolid: Universidad de Valladolid, Secretariado de publicaciones e intercambio editorial (2010)
56
El hecho de que actualmente, dentro de la Filosofía, nos encontremos con un
interés creciente por lo que podríamos llamar Filosofía de la tecnología revela que:
Finalmente la comunidad filosófica ha decidido prestar atención a una parcela de
nuestras vidas que injustificadamente se ha visto relegada de la reflexión filosófica
durante buena parte del siglo XX.
Este creciente interés por la Filosofía de la tecnología supone una alegría para mí y
desearía que el breve estudio aquí expuesto aporte su granito de arena a la actual
reflexión en torno a este apasionante tema.
Alberto Moradillo Martín
57
IV- BIBLIOGRAFÍA.
Antonio Diéguez (2005), El determinismo tecnológico: indicaciones para su
Interpretación Publicado en Argumentos de Razón Técnica, 8, 2005, pp. 67-87.
Bengoetxea, Juan Bautista y Mitcham, Carl (2010), Ética e ingeniería. Valladolid: Universidad de Valladolid, Secretariado de publicaciones e intercambio editorial
Callahan, Daniel (2003), How splendid technologies can go wrong. En Hanks, Craig,
ed. (2009): Technology and Values: Essential Readings. Oxford: Wiley-Blackwell (pp.
299-303).
Fermín Roland Schramm / Miguel Kottow Lang. (2001), Bioética y Biotecnología: Lo
humano entre dos paradigmas. , Organización Panamericana de la Salud. Santiago,
Chile, Acta Bioethica, año/vol. VII, número 002 pp. 259-267.
Garrido, Manuel (2005), La explosión de la tecnología: tres metáforas para el siglo
XXI. En Garrido, Manuel. Valdés, L. María. Arenas, Luis. Eds, (2007): El legado
filosófico y científico del siglo XX. Madrid: Cátedra ed. (pp. 867-886).
José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires
1965. Información extraída de la entrada correspondiente a José Ortega y Gasset de la
edición digital del correspondiente diccionario.
http://www.filosofia.org/enc/fer/52347.htm
Lewis Mumford Center: http://mumford.albany.edu/mumford/LMC.htm
58
María Antonia Muñoz de Malajovich (2007), Biotecnología. Fragmento del libro del
mismo titulo extraído de la pagina Web del Consejo Argentino para la información y el
desarrollo de la Biotecnología,
http://www.argenbio.org/adc/uploads/pdf/biotecnologia.pdf
Mitcham, Carl (1989) ¿Qué es la filosofía de la tecnología? Barcelona: Anthropos
1989.
Montserrat Huguet (2003) El determinismo tecnológico ¿Un nuevo discurso
legitimador? Publicado en Claves de Razón Práctica, julio/agosto 2003. pp. 31-45
Mumford, Lewis (1934), Técnica y civilización, Madrid: Alianza ed., 2006.
Ortega y Gasset, José (1939), Meditación sobre la técnica y otros ensayos sobre
ciencia y filosofía, Madrid: Rev. de Occidente en Alianza ed., 2008.
Rifkin, Jeremy (1998), El siglo de la biotecnología, Barcelona: Paidos bolsillo, 2009.
The Hastings Center: http://www.thehastingscenter.org/
The office of Jeremy Rifkin, The foundation on Economic Trends:
http://www.foet.org/
59
«La mayor parte de
nuestros aparatos
mecánicos son tan
útiles como una muleta
cuando se tiene una
pierna rota. La muleta,
sin duda inferior a la
pierna normal, ayuda a
caminar mejor o peor
hasta que se curen
huesos y tejidos. El
error mas corriente
consiste en creer que
una sociedad en la que
todo el mundo lleva muletas es por eso mas eficiente que otra en
la que la mayor parte de la gente camina con sus dos piernas»
Lewis Mumford (1934)
60