Georgieff Lucas. La Construccion Del Enemigo Interno

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LA CONSTRUCCIN DEL ENEMIGO INTERNO EN LA GESTACIN DEL TERRORISMO DE ESTADO (1955-1976)

Georgieff, Lucas (UBA) [email protected]

INTRODUCCIN La intencin de este trabajo, como su ttulo lo indica, es estudiar en veinte aos de historia la elaboracin que hicieron las fuerzas represivas, especialmente las FFAA, del enemigo interno. Contar esta historia completa por la complejidad y magnitud ttrica de sus consecuencias requerira no concentrarse slo en los cambios de la corporacin castrense, habra que analizar el papel y las construcciones de quienes utilizaban el brazo ejecutor de las FFAA para consolidar sus intereses de clase, explicar la actuacin de las dirigencias en las diferentes esferas polticas y estudiar las influencias de los distintos procesos histricos regionales y mundiales sobre toda la sociedad argentina. En sntesis, habra que realizar un estudio con mayor profundidad sociolgica, de gran amplitud temtica, y tambin abarcar un periodo histrico ms prolongado. Pero obviamente todo esto excede los lmites de este trabajo. Cabe agregar algunas aclaraciones sobre el por qu de la eleccin de este tema y desde qu visin general del periodo estudiado se escribe este trabajo. Se eligi este tema porque buscar algunas claves para entender el por qu y el cmo de la construccin del enemigo de las fuerzas represivas, nos ayuda a comprender un poco ms las causas del terror sistematizado aplicado por el ltimo gobierno militar. Cuestin sta que requiere seguir estudindose, para comprenderla an mejor. Porque el terror que vivi el pas, a travs de una metdica violacin de todo tipo de derechos humanos, mutil a una generacin y una clase y por ende al futuro del pas. Por otro lado, con respecto a la visin general del perodo, este trabajo se escribe desde una perspectiva que en principio y a grandes rasgos, se plantea que los militares actuaron en ese momento (1955-1976) como brazo ejecutor de la clase dominante, es decir del conglomerado de capitalistas; los cuales sin lugar a dudas tenan contradicciones internas pero supieron en los momentos crticos consolidar una direccin de los grupos concentrados cuyo comando le asign ese papel a los militares. Por lo tanto, todo el accionar represor, el genocidio tambin, se encuentra inserto en el inevitable motor de la Historia: las luchas de clases. Esa lucha de clases en la Argentina transit por una poca revolucionaria regional y mundial, que en nuestro pas gest un proceso de lucha revolucionaria, el cual a su vez dividi a la Argentina en dos campos. De una forma muy genrica, se podra plantear que el campo revolucionario estaba compuesto por todos los grupos que hacan propia la idea de una posible transformacin socialista en un futuro cercano; y en pos de realizar dicha transformacin no desestimaban el uso de la violencia. Por otro lado, en cambio, es obvio que en el campo contrarrevolucionario estaban todos los que se oponan y combatan a la transformacin revolucionaria propiciada por el primer campo. As, ambos campos luchando y diferencindose del otro, e inmersos en las distintas corrientes polticas nacionales, fueron delineando las propias configuraciones con sus intrnsecas rivalidades y contradicciones. Y puede decirse, adems, que este desarrollo tuvo un largo periodo de gestacin (el cual se podra ubicar entre la resistencia peronista junto con el comienzo de Revolucin Cubana y el Cordobazo), para despus pasar a una lucha ms abierta, que a la vez desemboc en un proceso larvado de lucha o guerra revolucionaria. La definicin del conflicto se produjo finalmente en 1975 (por ms que en la vuelta definitiva al pas de Juan Domingo Pern ya hubo indicios de su resultado final), terminando de esta manera una larga lucha que atraves todo el pas, es decir, que fracturo movimientos, partidos polticos y corporaciones como la militar, la eclesistica y la sindical.

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Tampoco las clases sociales quedaron afuera de las divisiones, porque hubo miembros de la pequea burguesa que lideraron la lucha de la clase obrera por el socialismo y obreros que no lucharon por la transformacin socialista.1 Por ltimo, reconocer esta lucha para nada implica aceptar las justificaciones de los que decan estar peleando un nuevo tipo de guerra para salvar la patria. Primero porque creo en la justicia de la lucha por el socialismo y por lo tanto entiendo que el futuro de nuestro pas y de la humanidad est y estaba del lado contra el cual ellos combatan. Segundo porque en este caso y por las aberraciones que cometieron, el fin para nada justific los medios. Y por ltimo, porque ms all de ciertas cuestiones de semntica, la guerra que ellos pelearon es parte de la lucha social de la que aqu se habla, donde a pesar de las pretensiones profesionalistas, los militares terminaron siendo el instrumento clave para imponer los intereses de clase ms conservadores y retrgrados.

Reformulacin y elaboracin 1955-1956 A los pocos das despus del brutal bombardeo de junio de 1955,2 la conspiracin para derrocar de manera definitiva a Pern se comenz a organizar alrededor de lo liderazgos del general Pedro Eugenio Aramburu y del almirante Isaac Francisco Rojas. Ambos lderes se conocan previamente, haban coincidido en sus destinos como agregados militar y naval en la Embajada Argentina ante Brasil. Pero a diferencia del hombre del Ejrcito, Rojas deba mantener una actitud mucho ms pasiva, para no verse involucrado directamente en la conspiracin de la que estaba encargado el capitn de navo Arturo H. Rial en la Capital Federal,3 debido a que con su cargo de director de la Escuela Naval, era el oficial superior de la Marina ubicado en la base ms prxima a la ciudad de Buenos Aires, en la isla del ro Santiago, en las cercanas de la ciudad de La Plata.4 Despus de junio de 1955 y hasta los preparativos golpistas de septiembre, la Marina se encontraba en estado de semiinsubordinacin. Las medidas represivas tomadas por el gobierno peronista haban reforzando la cohesin de los oficiales navales,5 entonces, el problema no era saber quin conspiraba, sino cmo conseguir los medios materiales para lanzarse con alguna posibilidad de xito al golpe.6 Pero una vez que se desarrollen los1

Una visin parecida a la que se plantea aqu sobre el corte que se produce en la sociedad argentina entre 1955 y 1976 y el tipo de lucha que este quiebre conlleva, tiene Ins Izaguirre con un desarrollo sociolgico mucho ms profundo y distintas terminologas. Vase: Izaguirre, Ins, Argentina: una larga tradicin de prcticas genocidas normalizadas, en: http://www.iade.org.ar/uploads/c87bbfe5-fad2c639.pdf 2 Al respecto Alain Rouqui plantea: Las condiciones atmosfricas, entre otras, hicieron fracasar la sublevacin de junio, que no por ello haba sido improvisada. El gobierno trataba de tranquilizarse destacando que la flota de mar y las fuerzas de las bases navales de Puerto Belgrano, Ro Santiago, Mar del Plata y Ushuaia se mantuvieron totalmente leales al gobierno. Sin embargo, la marina haba preparado una operacin de gran envergadura. Las unidades estacionadas en Puerto Belgrano esperaban que terminara la primera fase del plan para pasar a la accin. (Rouqui, Alain, Poder militar y sociedad poltica en la Argentina- TomoII, Bs. As., Hyspamerica, 1982, p. 109). Obviamente la primera fase del plan que no se cumpli en junio de 1955, fue el magnicidio del general Pern. 3 Despus el presidente Lonardi por intermedio de la recomendacin de Rojas, designara al capitn de navo Rial a cargo de la secretara general de gobierno. Vase: Rouqui, Alain, ob. cit., p. 122. 4 Vase: Ruiz Moreno, Isidoro, La marina revolucionaria (1874-1963), Buenos Aires, Planeta, 1998, pp. 199 y 200. 5 Por ejemplo, en el momento del alzamiento del 16 de septiembre, de los 4000 hombres de la tripulacin de la flota de mar, slo 93 se haban negado a participar de la sublevacin. Vase: Rouqui, Alain, ob. cit., pp. 116 y 117. 6 el espritu de rebelin contra Pern haba permanecido vivo, a pesar del fracaso del 16 de junio y a pesar de (o en parte a causa de ellas) las medidas punitivas ordenadas por el gobierno contra la institucin. En efecto, la disolucin de los cuarteles generales de la Infantera de Marina y la Aviacin Naval y de dos de sus unidades, el retiro de la jurisdiccin naval sobre las gobernaciones territoriales de Tierra del Fuego y Martn Garca, y el secuestro de pertrechos navales sirvieron tanto para robustecer la

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acontecimientos, quedar demostrado la importancia que tuvo que fuera la Marina la nica fuerza, tanto en el bando rebelde como en el que deba reprimirlo, que no se encontrara atomizada; hecho que le permitira al comandante de las operaciones rebeldes en la Armada, Isaac Rojas, imponer las condiciones de la derrota a los jefes militares leales.7 Con el comienzo de los ltimos preparativo a pocos das del 16 de septiembre de 1955, la situacin se haba complicado para los planes de la Marina, porque a principios de septiembre el general Aramburu comunic a los conspiradores su determinacin de postergar para mediados del ao siguiente la rebelin. Esta cuestin sorprendi y preocup a los oficiales involucrados de la Armada y al almirante Rojas. En esa coyuntura y ante la posibilidad de que el gobierno desbarate completamente todo lo planeado y no haya otra oportunidad, el general retirado Eduardo Lonardi tom a su cargo la responsabilidad de impulsar la futura Revolucin Libertadora. As pues, la firme decisin de Lonardi concret el impulso golpista, el cual ajust los ltimos detalles confiando que las tropas no defenderan con conviccin al Gobierno una vez producido el alzamiento en su contra, y se impondran los reducidos focos revolucionarios por imperio de la causa regeneradora que invocaban8. En la ejecucin del golpe el rol clave de la Armada se concentr en dos hechos muy importantes para la definicin blica del conflicto: el bombardeo a Mar del Plata por la flota de mar y el ultimtum para que Pern abandonara el poder, o en caso contrario la amenaza de destruir la gran refinera de petrleo de la ciudad de La Plata como as tambin bloquear el puerto de Buenos Aires y la posibilidad de bombardear la Capital Federal. As pues, el comando del almirante Rojas sustituy, con contundencia en la accin poltica y combatiente, el peso mnimo especfico de la Marina en una lucha cuya definicin en ltima instancia se dara en el interior del territorio nacional.9 Por otra parte, luego al efectivizarse el derrocamiento de Pern se quiebra la estructura del Ejrcito, se altera de forma abrupta el orden de escalafn y ascensos, ya que se producen masivas reincorporaciones y ascensos automticos de antiperonistas10 y depuraciones de hombres cercanos al peronismo.11 Asimismo, tambin en estos aos, adquiere un gran peso poltico el nacionalismo reaccionario catlico, el cual vena desenvolvindose desde las primeras dcadas del siglo XX. Esta ltima cuestin explica el primer golpismo militar de los `30 y tambin nos ayuda a entender la gran recepcin que tendr en el seno de las FFAA las enseanzas contrarrevolucionarias de los franceses a fines de la dcada de los `50.12 De estadeterminacin de los conspiradores como para lograr nuevos adherentes a la causa. Potash, Robert A., El ejrcito y la poltica en la Argentina, 1945-1962. De Pern a Frondizi, Buenos Aires, Sudamericana, 1982, p. 269. 7 Vase: Rouqui, Alain, ob. cit., p. 121. 8 Ruiz Moreno, Isidoro, ob. cit., p. 204. 9 Vase: Uriarte, Claudio, Almirante Cero, Biografa no autorizada de Emilio Eduardo Massera, Planeta, Bs. As., 1992, p. 20. 10 Muchos de los reincorporados eran los expulsados por el levantamiento de 1951. El levantamiento contra el gobierno popular peronista se haba producido en septiembre de 1951 y fue encabezado por el general Benjamn Menndez. Vase: Lpez, Ernesto. Seguridad nacional y sedicin militar, Legasa, Bs. As., 1987, pp. 91 a 93. 11 Para un anlisis sobre las reincorporaciones, ascensos y depuraciones de la mal llamada Revolucin Libertadora, Vase: Rouqui, Alain, ob. cit., pp. 138 a 140. Y para un estudio ms detallado: Lpez, Ernesto, ob. cit., pp. 107 a 130. 12 Robin, Marie-Monique. Escuadrones de la muerte- La escuela francesa, Sudamericana, Bs. As., 2005, p. 296. En esta pgina, a travs de la trascripcin de un dilogo con el periodista Horacio Verbitsky, se sealan ciertas cuestiones muy esclarecedoras, las cuales plantean que Argentina es tal vez el nico pas latinoamericano en que la derecha francesa ejerci una influencia tan temprana e importante; la misma habra comenzado ya en el siglo XIX, y a travs de un gran peso intelectual y terico (basado tambin en estrechas relaciones personales) fascin a muchos tericos argentinos del nacional- catolicismo, como Martnez Zuvira o Julio Meinvielle, entre otros. Posteriormente, con el final de la Segunda Guerra Mundial, el entonces arzobispo Antonio Caggiano (admirador de Accin Francesa) organiz

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manera se va conformando una ultraderecha argentina que tuvo una gran insercin en las FFAA y en la jerarqua de la Iglesia Catlica argentina, la cual a partir del derrocamiento de Pern y la persecucin y proscripcin de los peronistas (en medio de un clima de poca atravesado por el supuesto choque de civilizaciones producto de la Guerra Fria) configur su enemigo fusionando al comunismo con el peronismo. As, tanto para los generales en el poder como para la derecha tradicionalista catlica, el peronismo, al abrirle el camino a la subversin comunista, termina convirtindose en la versin verncula del marxismo ateo.13 1957 En 1957 comienza en la Escuela Superior de Guerra (ESG) el estudio de nuevas formas de guerra, implicando una gran renovacin temtica, programtica y pedaggica. El hombre clave, por ser el inspirador del cambio y el que gestion la misin militar francesa, fue el coronel Carlos Jorge Rosas, quien fuera agregado militar en Francia y alumno de la ESG en Pars (19531955). A partir del momento de la instalacin en nuestro pas de delegacin francesa (1957), comienza la gestacin del cambio desde la ESG; los primeros en llegar fueron: los tenientes coronales Franois Pierre Bandi y Patrice R. Jacobe de Nourois.14 Tambin fueron muy importantes para la transmisin a la Argentina de la doctrina francesa de guerra contrarrevolucionaria, los militares argentinos que perfeccionaron su formacin en Francia (especficamente en la ESG de Pars), y que a su regreso al pas ocuparon lugares importantes y fueron referentes en la materia para sus colegas. Despus del caso del coronel Carlos Rosas, fue un referente en la cuestin el general Alcides Lpez Aufranc, quien estuvo en la ESG en Pars entre 1957 a 1959, y en 1958 por un mes en el teatro de operaciones, Argelia, donde los franceses aplicaban y perfeccionaban sus terribles tcnicas. A su regreso a la Argentina, Lpez Aufranc se destac como el gran terico argentino en guerra contrarrevolucionaria; tambin dirigir el III Cuerpo del Ejrcito para despus ser promovido a Jefe del Estado Mayor, lugar que ocupar hasta su retiro en 1973. En el funesto Proceso de Reorganizacin Nacional, como militar retirado ejercer de interventor en la siderrgica Acindar en reemplazo de Jos Alfredo Martnez de Hoz; cabe destacar que en este ltimo destino contino las brutales polticas represivas (con centros clandestinos de detencin, tortura y muerte) que desde principios de 1975 se aplicaban en la empresa.15 En 1957 tambin ocurre otro hecho importante: fue creado oficialmente el vicariato castrense. El cardenal Caggiano fue el que organiz el vicariato castrense en la Argentina, y en julio de 1957 lo inaugur de forma oficial, siendo a partir de all una pieza clave para el adoctrinamiento de la corporacin militar sobre una base nacionalista, integrista, antimasnica, antisemita, antidemocratica, y por supuesto, anticomunista. Este cardenal fue adems un nexo importante para estrechar lazos entre la extrema derecha francesa y los militares argentinos, ayudando de esta forma a sellar la alianza que distingue al caso argentino, la establecida entre la cruz y la espada, entre obispos y militares.16 Asimismo, se puede afirmar que este tipo de alianza es distintiva de la extrema derecha argentina porque en otros casos del Cono Sur no se dio con tan intensidad y claridad, y no fue tan importante para la conformacin de los modelos represivos.conjuntamente con miembros del catolicismo francs y con el apoyo del Vaticano y el gobierno de Pern, la fuga hacia la Argentina de criminales guerra franceses y colaboradores del rgimen de Vichy. 13 Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 269 a 274. 14 Algunos de los militares argentinos que pasaron por la EGS cuando estuvo la misin y que tuvieron un papel importante en el posterior diseo y aplicacin de los mtodos violatorios a los Derechos Humanos enseados por los franceses, fueron Ramn J. Camps o Acdel Vilas, entre otros. Vase: Mazzei, Daniel. La misin militar francesa en Escuela Superior de Guerra y los orgenes de la Guerra Sucia, 19571962. Revista de Ciencias Sociales N 13. Universidad Nacional de Quilmes (diciembre de 2002), pp. 107 a 112. 15 En una entrevista del 2003 Lpez Aufranc deca: gracias a la enseanza los franceses, aprend que el enemigo poda ser el pueblo, y que, para ganar la guerra, haba que conquistar los espritus. Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 225. 16 Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 297 a 298.

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Los casos de Chile y Brasil seran dos ejemplos claros que contrastndolos con el argentino, confirman las particularidades de nuestro pas y permiten explicar las diferencias de lo actuado en los tres casos por las jerarquas eclesisticas en las ltimas dictaduras y en la defensa de los derechos humanos.17

1958 Este ao estar marcado por dos cuestiones que comienzan a desarrollarse en este momento pero que sern un constante en los prximos cuatro aos; los dos fenmenos adems estn estrechamente relacionados. Uno es el la profundizacin de la politizacin de las FFAA, y otro es el plantesmo castrense hacia el recin iniciado gobierno de Arturo Frondizi. El ltimo remite a los planteos y cuestionamientos que de forma constante harn las FFAA ante casi cada decisin de gobierno. A la vez esto potenciaba y era consecuencia del estado deliberativo en que por momentos parecan estar unas fuerzas profundamente politizadas. Con respecto al primer fenmeno, y ms all de tener una relacin directa con la segunda cuestin, se puede decir que en todo el gobierno de Frondizi fue notable el proceso de politizacin, pero que solo despus de su cada har eclosin, provocando fuertes enfrentamientos entre las fuerzas y entre facciones del Ejrcito. Por ltimo, se puede afirmar sin temor a equivocarse, que una de las consecuencias ms trascendentes de estos conflictos y su resultado final entre 1962 y 1963 con el golpe militar contra Frondizi y el triunfo del bando azul del Ejrcito, es invertir una cuestin fundamental de la democracia: el control civil sobre el poder militar; y no como se consolida en aquel entonces: el control militar sobre el poder civil. Con respecto a los cambios importantes que venan dndose en el seno de las FFAA referidos a la nueva hiptesis de guerra contrarrevolucionaria, es claro que progresivamente esta nueva visin se filtra en cada rincn del la corporacin militar. A partir de 1958 crece de manera regular el nmero de artculos dedicados a la guerra revolucionaria o la lucha contra la subversin en las revistas militares argentinas. Por ejemplo se destacan artculos de autores franceses planteando que la subversin ser aniquilada ms rpido cuando el ataque y la lucha contra ella sea ms precoz, porque el apoyo popular es ms dbil al comienzo, y por lo tanto la subversin tiene menos posibilidades de supervivencia. En otras palabras, y utilizando la metfora tomada de Mao Ts Tung y mencionada por distintos tericos contrarrevolucionarios, el apoyo de la poblacin a la subversin es como el agua para el pez.18 1959 El 19 de mayo de 1959, bajo el auspicio del monje- soldado Georges Grasset, quien tuvo estrechos vnculos con la OAS19, se crea Ciudad Catlica20 en la Argentina. A Ciudad17

En los casos de Chile y Brasil, las jerarquas de la Iglesia Catlica tuvieron un rol ms protagnico en la organizacin y en el amparo de las vctimas de las dictaduras. Vase: Acua, Carlos y Smulovitz, Catalina. Ajustando las Fuerzas Armadas a la democracia: las FFAA como actor poltico en el Cono Sur, Agora N 5. Invierno 1996, p. 125 a 132. 18 Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 278 y 279. 19 Organisation Arme Secrete. Se autoimpuso la misin de mantener la Argelia francesa, para lo cual emple mtodos violentamente represivos. Por su extremismo colonialista, la agrupacin atent contra De Gaulle, desestabilizando a Francia. Luego muchos de sus miembros escaparan de la persecucin del gobierno francs exilindose principalmente en la Espaa franquista y en la Argentina. Aqu llegaran a principios de la dcada de 1960 con la ayuda de ciertas jerarquas de la Iglesia Catlica, otros lo haran con un acuerdo franco- argentino de 1964 para inmigracin de colonos. Finalmente despus del mayo francs seran amnistiados por el gobierno francs. Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit. 20 El ncleo original fue fundado por Jean Ousset en Francia en 1946; fue una reactualizacin del pensamiento antimodernista del catolicismo francs, relacionado con el antiguo ideario maurrasiano. En la impronta que su fundador le dio a la organizacin, cabe destacar una nocin instrumental de la accin ligada a la legitimacin de los medios por los fines y la utilizacin de ideas provenientes del marxismo, como algunas posturas de Lenin y Mao Ts Tung sobre la organizacin y la lucha revolucionaria, pero redireccionndolas hacia una lucha contrarrevolucionaria; tambin es notable que de la visin marxista,

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Catlica se la puede ubicar junto a los distintos grupos integristas catlicos que tienen una visin fundamentalista contra- revolucionaria. En el caso de este grupo tuvo un carcter central su revista, la cual en los primeros aos se llam Verbo. Fue muy importante porque tuvo la tarea fundamental de ser el lugar donde se volcaban las ideas y argumentaciones del grupo, funcionando tambin como gua de estudio motivadora de discusin y formacin y como enlace entre los integrantes. Este grupo y su inspirador en la Argentina, Georges Grasset,21 fueron una pieza clave para entender el armado contrarrevolucionario argentino, convirtindose en el vnculo fundamental entre los militares y paramilitares franceses y los represores argentinos. Adems de fundamentar todo tipo de posturas reaccionarias, ayudaron principalmente a configurar el arquetipo del subversivo a combatir, es decir, ayudaron a identificar un enemigo social, poltico e ideolgico, que desde su visin tena muchos rostros y que actuaba en distintos terrenos y con diversos mtodos y formas organizativas. As, ya desde fines de la dcada del 50, Ciudad Catlica logr con gran xito la difusin de su visin por los cenculos de la derecha argentina y los cuarteles.22 Por otro lado, en este momento tuvo importancia un ciclo de conferencias llamadas Operacin Hierro, las cuales consistieron en charlas sobre guerra subversiva dadas en todas las unidades militares del pas. El objetivo era lograr que todos oficiales de las tres fuerzas adquieran unas primeras nociones de base sobre las caractersticas del enemigo interior en este nuevo tipo de guerra y su relacin vital con la poblacin. Despus se hizo la operacin Hierro Forjado, cuyo fin era dividir el territorio argentino como se hizo en Argelia, con la tcnica de cuadriculacin que enmarca al pueblo de un extremo a otro del pas en reas y zonas militares. Por ltimo, los franceses Bentresque y Nougus junto a militares argentinos, redactaran una documento titulado Puntos de vista- Conduccin de la guerra revolucionaria, el cual constituy la base de los futuros reglamentos militares argentinos antisubversivos.23

1960 En la misin militar francesa en Argentina toman la posta de Badi y Nourois los tenientes coroneles Robert Louis Bentresque24 y Jean Nougus. En el caso de Nougus, es interesante sealar dos artculos de su produccin. El primero es de 1960 (era una traduccin de una conferencia que dio a fines de 1959 a oficiales del Ejrcito norteamericano en Alemania Occidental) y fundamenta la idea de enmarcar la Guerra Revolucionaria en el contexto de la Guerra Fra, caracterizndola como ideolgica y global. El segundo, realizado en 1962, ser un balance de los logros del Ejrcito argentino en materia de guerra revolucionaria cuando la misin francesa estaba finalizando; este documento fue importante porque era un anlisis muy valioso sobre las primeras experiencias realizadas en ese tipo de guerra en el pas, as como de los grandes avances en la ESG y en el Estado Mayor del Ejrcito. No hay que olvidar que en

en cambio, es rechazada categricamente la organizacin partidaria; postulaban la organizacin celular. Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 290 a 307. 21 Despus de haber llegado a la Argentina y fundar Ciudad Catlica, se traslad a Espaa para volver definitivamente a la argentina en 1962. Grasset fue una especie de experto en reclutar miembros de las FFAA y paramilitares franceses y argentinos. Habra convertido al general Salan, jefe de la OAS, de quien fue su confesor (hay indicios para afirmar que tambin lo fue de Videla). Una vez instalado en la Argentina, ciertas evidencias sugieren que llego a presidir la revista Verbo, pero evit siempre aparecer como figura pblica. Vase: Verbitsky, Horacio. La violencia evanglica. Tomo II. De Lonardi al Cordobazo (1955-1969), Sudamericana, Bs. As., 2008, pp. 127 a 133. Y: Scirica, Elena. Discursos, redes y relaciones en pos de una apuesta (contra) revolucionaria. En: http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/scirica.pdf. 22 Vase: Robin, Marie-Monique, ob cit., pp. 290 a 307. 23 Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 276 y 277. Tambin vase: Mazzei, Daniel, ob. cit., pp. 130 a 132. 24 Fue asesor del Ejrcito argentino en operaciones psicolgicas y control de poblacin. Adems dict conferencias para Gendarmeria, Fuerza Area y la ESMA, donde el joven capitn Emilio Massera, muy interesado, le pidi una lista de libros sobre el tema. Vase: Verbitsky, Horacio, ob. cit. Pg. 114.

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todos los aos que funcion la misin militar, ella cont con el importante apoyo del grupo de oficiales argentinos que haba realizado su capacitacin en Francia.25 Con respecto a los avances concretos en el armado y organizacin de nuestro pas para la lucha antisubversiva en 1960, cabe destacar algunas cuestiones ms que fueron relevantes en ese momento como tambin fundamentales para el futuro prximo. En septiembre de ese ao, el general Toms Snchez de Bustamante publica en la revista de la ESG del Ejrcito argentino, un artculo que reafirma la idea de una sola guerra a escala planetaria, es decir, un choque entre dos civilizaciones.26 Lo importante de este texto y otros de este tipo escritos por militares argentinos y franceses, es que se puede deducir que ya poco importa si, en su origen y en el mbito local, las luchas se proponan la independencia poltica o econmica, o la descolonizacin, porque todas las formas de subversin o insurreccin de cualquier orden y con distintas motivaciones, se comienzan a equiparar con posibles brotes revolucionarios y se encuadran dentro del conflicto entre el occidente capitalista y el comunismo. Con estas nuevas ideas internalizadas en muchos militares argentinos, al comenzar la dcada de los 60 se aplica en el pas por primera vez el plan CONINTES. A travs de la instrumentacin de dicho plan, llevada cabo con el asesoramiento de militares franceses, se declara a los lugares del conflicto a reprimir zonas militares. Por ejemplo, se aplic para reprimir el intento de implantacin de un foco guerrillero en Tucumn y sabotajes en el centro industrial de la provincia de Crdoba.27 Y tuvo como consecuencia ms relevante la intrusin del poder militar en reas de competencia del poder civil, siendo muy intensa a nivel provincial.28 Por ultimo, y para confirmar el ttulo de mejores alumnos americanos de los represores franceses, en 1960 emprenden una gira por Uruguay y Per el militar francs ya mencionado Robert Bentresque y los colegas argentinos Leandro Anaya (futuro comandante en Jefe del Ejrcito en la tercera presidencia del general Pern) y mayor Prez Montes; el objetivo de la gira era dar un ciclo de conferencias donde se explique y promueva las novedades en materia contrarrevolucionaria. Pero lo notable de este viaje es que de all surge la idea de organizar en Buenos Aires le Primer curso interamericano de guerra contrarrevolucionaria. El mismo se llevar a cabo con gran xito en octubre de 1961, participando 37 oficiales de 14 pases americanos; con la excepcin de Cuba y Hait que no fueron invitados, pero con la presencia de representantes de EEUU. El acontecimiento fue lo suficientemente importante como para que se inaugure con gran pompa y cuente con la presencia del vicario castrense Antonio Caggiano y el jaqueado presidente Arturo Frondizi. As, con las conferencias y los cursos, quedaron en claro dos cosas: que los norteamericanos para ese momento todava aprendan de los franceses, y que no slo los militares argentinos dentro de Amrica Latina asimilaran estas enseanzas contrarrevolucionarias cuyas funestas consecuencias sern las dictaduras ms terribles. De forma sinttica se puede decir, que el ncleo fundamental asimilado por los militares latinoamericanos fue el siguiente: existe una nueva hiptesis de conflicto blico con una visin totalitaria de combate, por ser una lucha militar, pero tambin profundamente poltica,25 26

Vase: Mazzei, Daniel, ob. cit., pp. 114 y 115. Ibid., pp. 121. 27 En la primavera de 1959 un grupo de hombres de los comandos de la resistencia peronista de la zona noroeste del pas decidieron encarar la primera experiencia de guerrilla rural de la Argentina contempornea. Durante ese ao y el siguiente, varios grupos de militantes intentaron instalarse y mantenerse en la zona boscosa de Tucumn, en el departamento de Chicligasta, al sur de la provincia. El nombre que eligieron para la guerrilla fue Ejrcito de Liberacin Nacional-Movimiento Peronista de Liberacin, aunque han sido conocidos con el que popularmente han pasado a la historia: Uturuncos. () El 14 de Marzo, deban realizarse las elecciones que renovaran la mitad de la Cmara. Unos das antes, Arturo Frondizi orden la ejecucin del plan CONINTES (Conmocin Interna del Estado). El pas fue dividido en zonas operativas y se someti a tribunales militares a todos aquellos acusados de terrorismo. Das despus, los diarios anunciaron que se haban efectuado 1600 allanamientos y que haban sido detenidos miles de militantes peronistas (Salas, Ernesto Jos. Uturuncos, Revista de Sociedad, Cultura y Poltica, Taller vol. 7 N 20- Abril 2003, pp. 10 y 30.) 28 Vase: Rouqui, Alain, ob cit., p. 176.

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econmica, social y cultural, que por lo tanto requiere replantear los mtodos de lucha para enfrentar un nuevo tipo de enemigo.29 1961 Llega el brutal represor francs teniente coronel Paul Ausaresses, como instructor a Fort Benning y Fort Bragg, y en este mismo ao comienzan a llegar all oficiales de toda Amrica Latina (despus irn a Fort Gulick- Escuela de las Amricas). Tambin en marzo de 1961 el presidente Kennedy lanza la llamada Alianza para el Progreso30, que en realidad tuvo la funcin de ser un complemento de la Doctrina de Seguridad Nacional31; de esta forma se combinaban medidas militares, paramilitares, polticas, econmicas, y hasta psicolgicas y cvicas; como polticas preventivas de insurrecciones populares.32 En la Escuela de las Amricas (Fort Gulick) se producen rpidos cambios para transformarla de una escuela de segundo grado en una institucin especializada en guerra contrainsurgente y con capacidad para recibir a miles de integrantes de las fuerzas represivas de toda Amrica Latina. As, pronto logra convertirse en una pieza clave la Doctrina de Seguridad Nacional. All se ensear a futuros represores y dictadores latinoamericanos que la subversin no se limita a la insurreccin armada, porque tambin haba formas no violentas que los represores deban a tener muy en cuenta, a saber: manifestaciones o huelgas, trabajo pastoral desarrollado por la Iglesia Catlica y/o promocin de ciencias sociales comprometidas.33 En sntesis, toda capacidad de reflexin y accin contra el estado de injusticia social de los respectivos pases, es decir, cualquier atisbo de desarrollo en la organizacin y conciencia de la clase obrera era subversivo.34 Finalmente, cabe aclarar una cuestin importante sobre la influencia norteamericana en materia antisubversiva. La cantidad de efectivos de las fuerzas represivas que cada pas envi a lo largo de los aos a la Escuela de las Amricas, era inversamente proporcional al grado de importancia de las respectivas FFAA; los casos de Brasil y Argentina son dos ejemplos claros. Adems, cabe agregar, que en el caso de Brasil exista en una escuela especfica de entrenamiento antisubversivo (copia de Fort Bragg), y en el caso de Argentina, como ya se ha explicado, haba en el pas todo lo que necesitaba en materia antisubversiva por la enseanza precoz de los franceses.35 Por ltimo, toda esta poltica de reorientacin de la administracin Kennedy, tena como herramienta importante al plan para la regin llamado Alianza para el Progreso, que implicaba tambin rechazar el pragmatismo de la anterior administracin de Eisenhower que apoyaba dictaduras siempre y cuando fueran anticomunistas. Pero sin embargo ese supuesto cambio de actitud dur muy poco, ya en 1962 el gobierno de EEUU tuvo una actitud muy dbil29 30

Vese: Robin, Marie-Monique, ob. cit. Pg. 281 a 283, y Mazzei, Daniel, ob. cit., pp. 131 a 133. Era un plan econmico para la regin que adems de asesoramiento inclua inversiones y ayuda por 25.000 millones de dlares; se pretenda as atacar la pobreza y la falta de desarrollo sostenido de Amrica Latina, que para la administracin Kennedy era un caldo de cultivo del comunismo. 31 puede afirmarse sin temor a equivocacin que el perodo de gestacin de la DSN fue el comprendido entre 1955 y 1962. En ese lapso se definieron los componentes centrales de la concepcin de la guerra tpica de dicha doctrina: alineamiento internacional, vigilancia interior, etc. () Puede afirmarse, as, que desde 1962 en adelante, cerrado ya el periodo de su gestacin, se asisti a la que se podra denominar el desenvolvimiento de la DSN. Esta fecha coincide con una situacin sumamente significativa a escala regional: la definicin de Cuba por el socialismo, lo que motiv una replica norteamericana. Esta ltima se manifest, por un lado, en el lanzamiento de la Alianza para el Progreso y, por otro, en la afirmacin de la poltica de seguridad regional, cuya cabeza era el Secretario de Defensa de Kennedy, Robert Mc Namara. (Lpez, Ernesto, ob. cit., pp. 171 y 172) 32 Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 349. 33 Tanto los manuales como la organizacin de los cursos con los que se formaba a los represores, se nutran de las enseanzas de tericos franceses como el coronel Trinquier y de esquemas ya elaborados y aplicados por la CIA para el control de poblacin. Vase: Robin, Marie-Monique, ob cit., pp. 355 y 356. 34 Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 357. 35 Ibid., p. 359.

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frente a los golpes militares de Argentina y Per, y ya en 1963 y 1964 (Brasil) se produjeron golpes de estado apoyados por EEUU y justificados en acusaciones de infiltracin comunista y desgobierno.36 Por otro lado, una vez terminado este ao, se puede plantear que el Ejrcito argentino haba completado la configuracin del nuevo concepto de enemigo. Para elaborar este nuevo concepto se haba partido de transformar a toda la poblacin en sospechosa y potencial enemigo, prefigurndose de esta manera el concepto de enemigo interno que se extender luego a todo aquel que ejerza alguna actividad opositora contra los regmenes represivos. Tambin, como este tipo de enemigo se mimetiza con el pueblo, el problema clave a resolver comienza a residir en la informacin, y desde los postulados de estas nuevas doctrinas de guerra total se plantea como el principal instrumento los interrogatorios; en los cuales, dentro del marco de las nuevas tcnicas, se pueden aplicar los mtodos ms extremos y degradantes de la condicin humana. Lo notable es que en ninguno de los artculos que tratan el tema, ya sean escritos por franceses o argentinos, aparece la palabra tortura, en cambio se recurre a eufemismos como mtodos de accin clandestina y contrarrevolucionaria. Otra cuestin que merece sealarse, por su siniestro cinismo, es la forma en que se enseaba y justificaba la tortura en los cursos y escuelas. Se aclaraba que deba ejecutarse de forma limpia, esto quera decir sin sadismo y sin dejar marcas visibles. Adems, sus defensores la justificaban con una inverificable eficacia inmediata, segn la cual el sufrimiento de los torturados poda prevenir atentados y salvar miles de vidas inocentes. Por todo lo dicho hasta aqu, se puede ir adelantando las consecuencias de dichas enseanzas a las fuerzas de seguridad y FFAA. En primera instancia, como las estructuras de inteligencia militar tradicionales ya no eran suficientes y eficaces para la guerra contrarrevolucionaria, los aparatos de inteligencia sern ampliados y ms complejos, por ejemplo en la Argentina se multiplicaron y se superpusieron los servicios de informaciones (en nuestro pas a partir de 1961 aument en un nmero importante la cantidad de oficiales y suboficiales especializados tareas de inteligencia e informacin). Tambin adquiri gran desarrollo el rea de accin o guerra psicolgica, porque ahora el campo de batalla sern las mentes y el espritu de los hombres. Por ltimo, a partir de estas doctrinas contrarrevolucionarias, y ms con la evolucin de la Revolucin Cubana hacia el socialismo, se caracterizar a los movimientos nacionalistas (en el caso de Argentina al peronismo) como punta de lanza o como caballo de Troya por donde penetrar el castrismo- comunismo.37 1962 En este ao el modelo argentino contrarrevolucionario termina su etapa de elaboracin, concluyendo el aprendizaje de lo transmitido por los franceses y asimilando y adaptando a este modelo previo ya configurado la Doctrina de Seguridad Nacional; con lo cual se culmin una primera etapa que daba paso a otra de consolidacin.38 Tal es as, que para este ao estaba en curso la redaccin de unas Instrucciones para la lucha contra la subversin, que deba reemplazar a los Puntos de vista- Conduccin de la guerra revolucionaria (1960) antes

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Lpez, Ernesto, ob cit., pp. 70 y 71. Estas pginas son muy interesantes, porque aqu el autor, de forma muy clara y detallada, explica la estrecha relacin entre la construccin hegemnica de la DSN en la regin y en el periodo 1962- 1966, con la proyeccin de los militares hacia la esfera poltica y el control del aparato del Estado a travs derrocamientos, golpes y dictaduras. 37 Vase: Mazzei, Daniel, ob. cit. , pp. 124 a 132. 38 En un artculo de Jean Nougus de 1962 (Radioscopia subversiva en la Argentina, Revista de la Escuela Superior de Guerra, N 344 -enero 1962-), se hace un balance de los avances en materia antisubversiva que sirve para entender en que consiste la consolidacin en dicha materia. Lo interesante en este texto es que se distingue entre lo adelantado en la cuestin doctrinaria- terica y lo hecho en el orden orgnico- operacional. En el primer caso, el avance se concentr en las realizaciones de la ESG, con la importante produccin terica de los argentinos y los cursos que desde all se organizaron; y en el segundo, en los adelantos que se propiciaron desde el accionar del Estado Mayor General del Ejercito, con las aplicaciones del plan CONINTES y la cuadriculacin del territorio. Vase: Lpez, Ernesto, ob. cit., pp. 158 a 159.

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mencionados.39 Por otro lado, hasta ese momento haba un caudal de produccin terica sobre el tema antisubversivo de militares argentinos (Manrique Mom, Toms Sanchez de Bustamante, Lpez Aufrac, etc.) muy importante, pero no haba un trabajo integrador que profundice en todas las cuestiones y que haga las veces de manual contrarrevolucionario; esta tarea la completar en 1962 el coronel Osiris Guillermo Villegas,40 quien con su libro Guerra Revolucionaria Comunista se convertir en el principal terico local sobre el tema. Con respecto a la conceptualizacin del enemigo que hace Villegas, en una fragmento que habla de la tctica comunista, dice: el marxismo requiere capacidad de concepcin y fuerza de accin; de ah los dos campos de cultivo que elige preferentemente: la clase intelectual (infiltracin en las universidades, institutos de enseanza superior, secundaria y primaria) y el proletariado (infiltracin en los gremios, en los sindicatos, en la central obrera)41. Asimismo, como ya se explic, la funcin de las jerarqua de la Iglesia Catlica fue importante para la justificacin y rpida asimilacin de la nueva doctrina contrarrevolucionaria por parte de la derecha y la corporacin militar argentina, pero una vez que el modelo argentino represivo a partir de esa matriz se fue consolidando, la visin de guerra total y permanente convertir a su ejecutores en una especie de cruzados de una guerra santa, donde el papel de los hombres e instituciones religiosas adquirir una relevancia constante an mayor. En ese contexto, en 1962 se instala definitivamente en la Argentina el monje- soldado George Grasset, quien junto con Roberto Gorostiaga y el coronel Juan Francisco Guevara, lograr implantar numerosas clulas de Ciudad Catlica en distintas guarniciones militares.42 Por ltimo, una vez impuesto el poder militar sobre el poder civil con el golpe al gobierno de Frondizi (29-03-1962), estallan las internas entre las fuerzas (principalmente entre la Armada y el sector azul del Ejrcito y entre los sectores azules y colorados del Ejrcito). Despus, cuando se supere esta crisis militar en abril de 1963, comenzar una etapa de orden interno, que asegurar el podero militar. Dicha afirmacin del poder represivo se produjo con unas FFAA reformuladas con las siguientes caractersticas generales: una visin consolidada de un enemigo interno para una prolongada guerra revolucionaria; y un sobredimencionamiento de la comunidad informativa. Y un aumento de la autonoma militar cuyas consecuencias sern: falta de control civil sobre las FFAA, disconformidad militar permanente con los gobiernos civiles, injerencia y control sobre Estado por la corporacin militar, militarizacin de la sociedad y golpismo crnico. Consolidacin del modelo 1963 Entre fines de 1962 y principios de 1963 la influencia directa francesa se debilita en la ESG de Buenos Aires y en la corporacin castrense en general; todo ocurre en medio de una profunda crisis del Ejrcito francs debido al conflicto interno que trajo aparejado la derrota y el reconocimiento de la independencia en Argelia, el cual provoc el putsch de los generales franceses. Igualmente, y sin lugar a dudas, los franceses dejaron en nuestro pas ya asentadas las bases terica, metodolgicas y hasta semnticas, es decir, lo fundamental de la futura estructura de represin antisubversiva argentina; la cual se encontraba muy preparada para implementar la Doctrina de Seguridad Nacional. Relacionado a esta ltima cuestin, la administracin Kennedy comenzara el ao dando gran impulso a su plan de la Alianza para el Progreso, mientras el Ejrcito de los EEUU modificaba su poltica para con Amrica Latina39 40

Mazzei, Daniel, ob. cit., p. 131. Osiris Guillermo Villegas fue ministro del Interior del gobierno de Guido, y desde all dise la condicionada apertura democrtica de 1963, proscribiendo al peronismo. Despus, en los primeros aos del onganiato sera el secretario del Consejo Nacional de Seguridad (CONASE). 41 Las cursivas y los parntesis son del texto original. Vase: Villegas, Osiris G. Guerra Revolucionaria Comunista, Crculo Mlitar, Bs. As., 1962. Pg. 99. 42 Robin, Marie-Monique, ob. cit. Pg. 305

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creando el Colegio Interamericano de Defensa y procurando que tenga mucha ms relevancia las convocatorias anuales de Conferencias de Ejrcitos Americanos. Con respecto al tema aqu tratado, fue notable el crecimiento exponencial del nmero de oficiales latinoamericanos entrenados en las escuelas de EEUU, en especial la Escuela de las Amricas en la zona del canal de Panam.43 Sin embargo la Argentina, por la importancia de sus FFAA, envi una cantidad nfima a dicha escuela de represores. Pero, a los cursos ms prestigiosos dictados en territorio continental de EEUU (los cuales eran en ingls y mas extensos), acudieron varios argentinos en proporcin. Por ltimo, sucede un hecho que merece ser destacado para ir hilvanado una historia menos contada: la preparacin antisubversiva de fuerzas que no sean el Ejrcito. En marzo de este ao haba llegado a Buenos Aires, escapando de la diplomacia francesa, el experto en inteligencia del Ejrcito francs y ex jefe de la OAS, Jean Gardes. Lo notable fue que al poco tiempo el capitn Federico Lucas Roussillon de la Armada argentina, le ofrece a Gardes ayuda para instalarse en el pas a cambio de que enseara las tcnicas antisubversivas a los oficiales destinados a la ESMA; con lo cual el francs acepta y termina dando conferencias a los marinos sobre guerra subversiva y accin psicolgica.44 La rapidez con que un hombre, que llega a la Argentina escapando, se conecta con las fuerzas que necesitan sus servicios, nos habla de una red totalmente instalada. No es casualidad que para 1963 Ciudad Catlica haya establecido una amplia red de contactos que le permita articular las diferentes necesidades contrarrevolucionarias. 1964 El ao terminara con 11 pases de Amrica Latina bajo dictaduras, en ese contexto regional se da un hecho importante para el futuro represivo de la argentina. El mismo se produce en agosto de 1964, en las V Conferencias de los Ejrcito Americanos (West Point- EEUU), cuando el comandante en Jefe de Ejrcito argentino y futuro dictador, Ongania, sienta el precedente en su discurso planteando que las fronteras ahora son ideolgicas. Porque por ms que en su discurso habla de FFAA obedientes y apolticas, cuando discierne sobre sus objetivos, plantea preservar los valores morales y espirituales de la civilizacin occidental y cristiana de la amenaza de ideologas exticas. Por eso este legalismo tan condicional de este supuesto nuevo Ejrcito profesional, nacido de la victoria del sector azul en 1963, no ser garanta para el poder civil.45 Queda claro que la obediencia terminar cuando ellos crean que se corre el riesgo de que sea violada su frontera, lo cual deja abierto un gran abanico de oportunidades para la desobediencia, desde el triunfo en una eleccin menor del peronismo hasta la lucha sindical. Por otro lado, se instala en 1964 el segundo intento de foco guerrillero en territorio argentino. Fue liderado por Jorge Ricardo Masetti, periodista de Radio El Mundo que haba cubierto la revolucin en la Sierra Maestra, Cuba. A fines de 1963 fue fundado el Ejrcito Guerrillero del Pueblo (EGP) para actuar en la regin de Orn (Salta), durante la zafra azucarera. Massetti, que adopt el alias de "Comandante Segundo", ingres con sus hombres por la frontera con Bolivia para afianzar la guerrilla en el norte argentino, que luego quedara en manos del "Comandante Primero", el Che Guevara. Finalmente, el campamento fue descubierto por Gendarmera y destruido poco despus. Por ltimo, como novedad de este ao referida a la formacin de nuestros represores, cabe mencionar la posibilidad de que gran cantidad de miembros de las fuerzas de seguridad puedan viajar a EEUU, recorriendo bases militares, realizando seminarios y visitas a institutos militares en territorio de continental de EEUU o en la zona del canal de Panam. Igualmente ya haban

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Mazzei, Daniel, ob. cit., pp. 136 y 137. Vase: Verbitsky, Horacio, ob. cit. Pg. 135; y Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp, 304 y 305. 45 Vase: Rouqui, Alain, ob. cit., . 231.

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comenzado desde 1962 este tipo de viajes, pero el cambio en 1964 es que se hacen mucho ms masivos y con el detalle de que los gastos corran por cuenta del pentgono.46 1965 Hacia la mitad de la dcada del 60 se comienza a vislumbrar de manera ms clara la colaboracin de las FFAA argentinas con las de EEUU. Sin embargo, por otro lado, se puede plantear que no hay subordinacin automtica, y en el caso de la lucha contra la subversin puede haber colaboracin pero muchas veces hay simple coincidencia contrarrevolucionaria, porque como se ha explicado en referencia a ese tema, Argentina tuvo su propio recorrido histrico. As pues, a partir de este momento pueden distinguirse ejemplos precisos tanto de colaboracin como de autonoma. Del primer caso existi, por ejemplo, el explcito apoyo del gobierno argentino (por el cual hubo fuertes presiones de las FFAA) a la invasin estadounidense en Santo Domingo (1965) y el apoyo tambin del bloqueo a la Cuba socialista. Por otro lado, tenemos un ejemplo concreto de autonoma con el Plan Europa, el cual fue fruto de una misin del Ejrcito argentino enviada a Europa, a principios de 1967, para buscar una alternativa a EEUU en el recambio y abastecimiento armamentstico.47 1966 Despus de triunfar (1963) y consolidarse en la conduccin y supremaca del Ejrcito y las FFAA respectivamente, el que fuera el sector azul del Ejrcito dirige un golpe (28 de junio de 1966) y toma el poder. Este grupo golpista, a pesar de no estar integrado por los elementos derrotados de otras fuerzas y facciones del Ejrcito,48 era muy heterogneo. Su conformacin iba desde la derecha corporativista, pasando por nacionalistas con distintos matices, hasta ultraliberales. En 1967, luego de los cambios ministeriales a fines del 66, los nacionalistas dominaran los ministerios del Interior y Relaciones Exteriores, y los liberales se quedaran con la conduccin del Ejrcito y el ministerio de Economa. Por otro lado, ms all de las luchas internas que sern una constante del gobierno de Ongana, es notable el papel importante que cumplirn los sectores catlicos. En el pasado, en el armado de otros gobiernos militares (1943 y 1955), tuvieron un papel significativo hombres y grupos de la Iglesia Catlica. Pero en el comienzo del gobierno de la llamada Revolucin Argentina no hay hombres o grupos solitarios, se instalan en cambio equipos completos, donde ms all de la capacidad o la eficiencia se destaca el ingrediente religioso. Y ms importante es an, que por primera vez en la pas, la Iglesia, estuvo en condiciones de ofrecer al poder gubernamental equipos tcnicos casi completos en campos muy especializados como: economa, sociologa, ingeniera, derecho,46

Ms all de la formacin en contrainsurgencia, a los norteamericanos les interesaba tambin que nuestras fuerzas represivas conozcan y queden admiradas por el modo de vida estadounidense. 47 El objetivo fue alcanzar una solucin para la renovacin de los viejos tanques Sherman que estaban casi fuera de uso. Form parte de un proyecto de modernizacin y reequipamiento armamentstico que estaba inserto en el pensamiento nacionalista desarrollista. Este proyecto, llamado el Plan Europa, tuvo por mentor a un amigo personal de Ongana, el general Eduardo J.. Uriburu, jefe de Logstica del Comando en Jefe del Ejrcito. Ongana y Uriburu coincidan en su rechazo a aceptar los recortes que Washington impona a la venta de armamento a las fuerzas armadas argentinas y en la necesidad de buscar mercados alternativos apuntando a la fabricacin propia. 48 A diferencia de lo ocurrido con el gobierno de la Revolucin Libertadora (1955-1958) y con el Proceso de Reorganizacin Nacional (1976-1983), cuando la Armada a travs de dos personalidades fuertes, los almirantes Isaac Rojas y Emilio Massera, jug un papel relevante limitando y en algunos casos condicionando el liderazgo del Ejrcito, durante la dcada sealada este rol tradicional puede afirmarse que fue prcticamente indiscutido. La derrota militar de la Armada en abril de 1963 implic no solo su debilitamiento, con una drstica reduccin de la Aviacin Naval y la Infantera de Marina en beneficio de las otras dos Fuerzas, sino que tambin signific su virtual neutralizacin desde el punto de vista poltico. Si bien cuando la cada del presidente Illia marc algunos matices diferenciales asumiendo un papel de espectador, mientras el Ejrcito y la Fuerza Area lo hacan ms bien como promotores y protagonistas, no se plantearon cuestionamientos de significacin respecto a las polticas instrumentadas desde el Comando en Jefe del Ejrcito durante la revolucin Argentina. (Fraga, Rosendo, Ejrcito: del escarnio al poder -1973-1976-. Planeta, Bs. As., 1988, pp. 15)

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relaciones pblicas, etc.49 Relacionado con lo dicho, antes del golpe se entablaron estrechos contactos entre Ongania y Grasset y despus del golpe hombres de Ciudad Catlica junto con cursillistas (adeptos a los cursillos de cristiandad importados de la Espaa franquista) ocuparn lugares importantes de la administracin del pas. Algunos miembros de Ciudad Catlica ocuparon los siguientes lugares: el general Francisco Imaz como interventor en la provincia de Buenos Aires, el general Seorans como jefe en la Secretara de Informaciones del Estado, Roberto Petracca como ministro de Bienestar Social, y el director de la revista Verbo, Roberto Gorostiaga, como secretario de Promocin y Asistencia a la Comunidad.50 1967 En una entrevista del 2003, ex oficiales de la Armada dan datos muy importantes sobre la formacin que se realizaba en la institucin para el 1967 en materia contrarrevolucionaria. Los dos hombres recuerdan, que en ese ao se presentaron el director de estudios y el capelln castrense que trabajaba en la ESMA, y como introduccin al tema de la guerra antisubversiva les pasaron el film La batalla de Argel; pelcula que ya utilizaban los instructores franceses, que se utiliz en el entrenamiento contrainsurgente de EEUU, y que por supuesto tambin utilizaba para la formacin en la materia el Ejrcito argentino. Los entrevistados afirman que despus comentando la pelcula, el capelln y el director, explicaron que la tortura era un arma de combate necesaria, y que adems las leyes democrticas eran un obstculo para la lucha contra la subversin, con lo cual nicamente los militares en el poder eran capaces de arreglar este problema trascendente para el pas.51 Tambin por estos aos se produce un hecho relevante en materia contrarrevolucionaria en una institucin clave para algunas coyunturas represivas: la Polica Federal Argentina. La cuestin es la reglamentacin por Decreto 2.322/67 del Decreto-Ley 9.021/63, que pone en funcionamiento una normativa de gran trascendencia para el orden represivo y su injerencia en el funcionamiento democrtico. As se instituye la Orgnica del Cuerpo de Informaciones de la Polica Federal Argentina, cuya importancia radica en la creacin de un verdadero servicio paraestatal de informaciones e inteligencia no sujeto a ningn tipo de control administrativo, judicial y parlamentario. As de esta forma, dicho cuerpo de inteligencia se conformar a lo largo de su historia por agentes secretos abocados a las tareas especficas de la especialidad de informaciones, y cuyos cargos no son incompatibles con otro empleo de la administracin pblica, provincial, municipal y privados. Es decir, estos agentes del espionaje se pueden infiltrar en cualquier organismo pblico y privado, facultad por ejemplo que despus no tendrn los agentes de la Secretara de Inteligencia, regulada por la Ley 25.520, que fue sancionada en democracia.52 Con respecto al contexto de la lucha revolucionaria en Amrica Latina, cabe destacar que en abril de 1967 desde Cuba se pblica una extensa carta del Che Guevara en la que hace un llamado a la creacin de muchos Vietnam en el continente. Asimismo y das antes de ser ejecutado el 9 de octubre el Che en Bolivia, la revista Parade de Nueva York publica la informacin de que hay unos 2.000 Boinas Verdes (fuerzas especiales) en varios pases sudamericanos, incluyendo a la Argentina. 53

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Vase: Selser, Gregorio. El onganiato, Tomo I, La espada y el hisopo, Hyspamerica, Bs. As., 1986, pp. 95 y 96. 50 Vase: Verbitsky, Horacio, ob. cit., pp. 228 a 232; Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 306; y Garca Lupo, Rogelio. Mercenarios & Monopolios. 1966-1971, Achval Solo, Bs. As., 1971, pp. 7 a 19. 51 Los ex oficiales eran Julio Cesar Urien y Anbal Acosta, integrantes de la misma promocin; de la cual tambin lo fue el siniestro personaje de la ESMA Alfredo Astiz. Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 308 y 309. 52 Vase: Sain, Marcelo Fabin, Maldita polica, maldita poltica, en: Le Monde Diplomatique, Ao XI, N 129, marzo 2010. 53 Vase: Graham-Yooll, Andrew, De Pern a Videla. Legasa. Bs. As. 1989, pp. 166 y 169.

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1968 El 19 de septiembre de 1968 en Taco Ralo (provincia de Tucumn),54 es desbaratado un foco guerrillero de las FAP. El grupo se denominaba Comando Montonero 17 de Octubre, de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), y haba sido fundado en abril de 1968 por varios jvenes provenientes de la Juventud Peronista, como Envar El Kadri, Carlos Caride y los ex seminaristas Gerardo Ferrari y Arturo Ferr Gadea. Con anterioridad El Kadri y Caride haban participado activamente en la constitucin de la Asociacin Nacional de Estudiantes de Derecho (ANDE) y tambin fueron de los primeros miembros de la JP. Los guerrilleros de Taco Ralo reconocan como lder al entonces exiliado ex presidente Juan Domingo Pern, y los objetivos polticos del grupo apuntaban tambin a crear un ambiente propicio para su retorno. La experiencia termin con casi todo el grupo guerrillero capturado. Por varias semanas estuvieron incomunicados y en ese nterin fueron trasladados a Buenos Aires y en una Delegacin de la Polica Federal de San Martn varios de los capturados fueron torturados.55 El da 27 del mismo mes, en el peridico La Gaceta de Tucumn, se public informacin que comunicaba que fuerzas especiales de EEUU (los boinas verdes) se dirigan a la vecina provincia de Salta para entrenar a efectivos locales en la lucha antiguerrillera.56 Aplicacin a gran escala 1969 Es necesario entender, que para pasar a una etapa de aplicacin del modelo represivo en mayor escala, la contrarrevolucin en la Argentina previamente transit una largo proceso de formacin; otro de consolidacin con aplicaciones espordicas pero concretas (que sirvieron para perfeccionar mtodos y tcnicas); y finalmente uno de armado institucional y jurdico, que en el primer caso pudo ir del condicionamiento militar al funcionamiento del Estado hasta la toma del poder con las dictaduras, y en el segundo caso de leyes de excepcin, actas, estatutos, directivas, hasta reglamentos internos militares.57 En ese sentido, en los aos de la llamada Revolucin Argentina, gran parte de la reglamentacin militar referida especficamente a la cuestin antisubversiva fue secreta y hoy poco conocida. Con lo cual, esa actividad de apuntar los fusiles hacia dentro del pas, tan controvertida, fue soterrada por la corporacin militar. A dnde haban quedado los grandes planes antisubversivos como el CONINTES? Estaban all, se desarrollaban por lo bajo y sujetos exclusivamente al control de las FFAA, volcndose en reglamentos y disposiciones de carcter reservado.58 Con respecto a los reglamentos militares en el 69, en una entrevista de hace pocos aos, Reynaldo Bignone,59 al estar afirmando la superior influencia francesa en materia antisubversiva a lo que fue la Doctrina de Seguridad Nacional como plan hegemnico militar de EEUU, plantea que hasta los reglamentos militares importantes para la lucha contra la subversin, como las directivas RC-8-2, Operaciones contra fuerzas irregulares, tomos 1, 2 y 3, que fueron redactadas hacia 1969, se hicieron gracias a las enseanzas de los asesores franceses que proveyeron a los argentinos de documentos de la54

El 19 hubo noticias en los diarios de la tarde sobre el descubrimiento de los guerrilleros de Taco Ralo, pero tambin sobre la conferencia de prensa convocada por el general Lanusse, en la cual inform que la Argentina sostendra en la VIII Conferencia de Ejrcitos Americanos que el SMI (Sistema Militar Interamericano) debe integrarse con organismos y elementos que orienten la capacitacin hacia el combate contra el comunismo internacional. Vase: Garca Lupo, Rogelio. Mercenarios & Monopolios. 1966-1971, Achval Solo, Bs. As., 1971, p. 37. 55 Vase: Anguita, E. y Caparrs M., La Voluntad. Tomo I: 1966-1973. Norma. Bs. As. 1997, pp. 241 a 245. 56 Graham-Yooll, Andrew, ob. cit., p. 180. 57 Gran parte de los documentos internos militares fueron secretos; pero, por otro lado, en el Proceso de Reorganizacin Nacional se lleg a implantar la pena de muerte en los trminos previstos en el cdigo de justicia militar; sin embargo nunca se aplic, porque el modelo represivo y genocida argentino tuvo como caracterstica distintiva la casi total clandestinidad. 58 Lpez, Ernesto, ob. cit., pp. 179. 59 Fue el ultimo presidente del Proceso de Reorganizacin Nacional y anteriormente tambin fue un hombre clave en la organizacin del Operativo Independencia, por ser en aquel entonces jefe de la Direccin de Operaciones del Estado Mayor.

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guerra de Argelia.60 Justamente en este ao, las fuerzas represivas comandadas por el Ejrcito debern ocupar militarmente las dos ciudades ms importantes del pas despus de Buenos Aires, en dos oportunidades Rosario (mayo- septiembre) y en una Crdoba (mayo), con el objetivo de reprimir y recuperar el control luego de grandes rebeliones populares que haban tomado las ciudades casi completamente. 1970 Dos cuestiones hay que destacar en este ao, una del mbito local y otra de carcter internacional pero con funestas futuras consecuencias para la Argentina. Con respecto a esta ltima, sucede que empiezan a sellarse diferentes relaciones y alianzas, que conformarn una especie de internacional fascista, o en otras palabras, se comienzan a sentar bases slidas para coordinar internacionalmente la embestida contrarrevolucionaria.61 Por ejemplo al inicio de esta dcada, Madrid era el santuario internacional del fascismo, y all se contactaban personajes siniestros como Lpez Rega y el criminal croata Miles Ravlic, quienes tenan como amigo en comn al embajador de EEUU Robert Hill (quien ya haba tenido una actuacin importante en el golpe en 1954 al gobierno popular de Arbenz en Guatemala). As, circulaban y se conectaban tambin personajes como el fascista italiano Stefano Della Chiaie y el argelino Pierre Cherid, entre otros, los cuales se vincularon despus con la Argentina va Triple A para terminar participando de la represin clandestina.62 Por ltimo, y relacionado con la cuestin local, hacia fines de 1970 comienzan a ocurrir una serie de secuestros y desapariciones de miembros de organizaciones guerrilleras, pero tambin de luchadores populares que no pertenecan a organizaciones armadas.63 Todos estos actos represivos de extrema gravedad se ejecutaban con una total ilegalidad y seguan ciertos patrones comunes, a saber: gran parte de los hechos ocurran en el mbito del II Cuerpo del Ejrcito, mucho detenidos no aparecieron pero otros reaparecan en alguna comisara o dependencia oficial despus de ser torturados, y en algunos casos tambin bajo tortura se buscaba obtener declaraciones para despus ser usadas para juzgarlos por crmenes relacionados con la subversin. En ese sentido, hacia fines de este ao se inician cambios importantes en la legislacin represiva, los cuales se incrementarn en el ao siguiente junto con los secuestros, torturas y desapariciones. Queda claro que detrs de estos escuadrones de la muerte estaban las fuerzas de inteligencia militar y/o policial. 1971 Como se ha mencionado, en este ao se incrementaron los procedimientos represivos totalmente ilegales, los cuales se pueden categorizar como delitos de lesa humanidad,64 Tambin se intensific el endurecimiento de las leyes represivas, producto de la bsqueda del poder militar de dar una marco seudo- legal a su accionar. As, en 1971 se establecen diferentes leyes que, paradjicamente, se intenta implementarlas como complemento y amparo de los procedimientos ilegales y violatorios a los derechos humanos que ya venan dndose. Gran parte de este corpus seudo- legal represivo versaba sobre las siguientes cuestiones: que los delitos asociados al accionar subversivo se juzgaran en una nica instancia (sin posibilidad de apelacin) y con un juicio oral; la creacin de una Cmara Federal (el camarn) dedicada especialmente a juzgar expeditivamente los delitos de la subversin; y una serie de normativas que permita que el60 61

Vase: Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 418 y 419. En ese sentido en el Cono Sur ms adelante tendremos la Operacin Cndor, la cual no prescindi en absoluto de colaboraciones y alianzas extra- regionales. 62 Con Pern y Lpez Rega en 1973 llegan a la Argentina al menos cinco terroristas europeos de la extrema derecha. Vese: Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 399 y 400. 63 Para una provisoria lista de victimas del perodo de diciembre de 1970 a principios de 1972, vase: Graham-Yooll, Andrew, ob. cit., pp. 205 a 223. 64 Analizando en Artculo 7 del Estatuto de Roma (17-07-1998), instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional, estos procedimientos represivos practicados o amparados por el poder militar, encuadraran dentro de la tipologa de delito de lesa humanidad. Vase: http://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf

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Poder Ejecutivo durante la vigencia de del Estado de Sitio pueda utilizar a las FFAA para prevenir y combatir (mejor dicho aniquilar o exterminar) a la subversin. Por otro lado, y como complemento de todo esto, hacia mitad de este mismo ao se estableci someter determinados delitos supuestamente vinculados a la subversin a Tribunales militares; en ese mismo sentido, la Directiva de la Junta de Comandante en Jefe N 2/71 (14-06-1971) estipulaba una nueva estructura represiva, comprometiendo al Ejrcito en Operaciones de lucha antiguerrillera que antes realizaban las fuerzas policiales.65 Finalmente, en 1971 quien sera jefe de la Polica Federal y pieza clave de la Triple A, Alberto Villar, organiza un aparato represivo clandestino en el seno de la Polica Federal. Lo conforma con agentes de la brigada especial de explosivos que se haban formado en la Academia de Control de Fronteras de Los Fresnos (Texas). A este grupo Villar los llamaba los centuriones, ttulo de una de las novelas preferidas por los represores franceses, junto con las otras obras de Jean Lartguy. Sucede que el comisario Villar haba seguido cursos de lucha antisubversiva en Francia en 1962.66 1972 El ao de 1972 qued en la historia como el comienzo de la retirada de los militares del poder, es decir tambin por como se produjo esa retirada, el inicio de una derrota del campo contrarrevolucionario (que por supuesto no fue definitiva) y por ende un gran avance para las fuerzas populares y revolucionarias. As, hacia fines de este ao la apertura democrtica y el llamado a elecciones sin proscripciones de las mayoras, pareca inevitable. Momento ste que coincide, con el periodo en que las organizaciones de izquierda (y entre ellas especialmente las que se embarcaron en la lucha armada) tenan el mayor apoyo popular.67 En lo referente a la preparacin de las FFAA en la tarea represiva encuadrada dentro de la nueva hiptesis de guerra, para este ao hay ciertas cuestiones que caben destacarse, porque nos dan una idea de lo que pasaba con otras fuerzas menos estudiadas que el caso del Ejrcito. Por ejemplo, en el ao 2003, en una entrevista, un agregado militar francs que estuvo en Buenos Aires antes y despus de marzo de 1976, deca: los miembros de la Marina eran los ms vehementes en las actividades contrarrevolucionarias68. Buscando una explicacin a estas expresiones, se podra conjeturar que el mpetu que tuvo la Armada en este tipo de guerra puede responder a las siguientes tres cuestiones: a la conviccin de estar cumpliendo una misin trascendental, a caractersticas de formacin en la guerra contrarrevolucionaria o a vicisitudes de la lucha poltica en la que se haba embarcado dentro del campo contrarrevolucionario en los primeros aos de la dcada del 70. Ninguna de estas tres posibilidades excluye a las otras y algunas se pueden complementar. Con respecto a las convicciones, el papel de la religiosidad fue muy importante para dar apoyo moral, emocional y si se quiere psicolgico, a los militares en las tareas siniestras que requera la supuesta eficiencia en la lucha contrarrevolucionaria. Como ya se ha explicado, la jerarqua de la Iglesia Catlica fue fundamental en ese sentido. Para el Ejrcito lo fue en el apoyo y la cercana a los distintos presidentes de dictaduras y procesos, y en la justificacin de lo actuado planteando que se estaba cumpliendo con sacrificio un deber patritico. Con respecto a la Fuerza Area, sus hombres tradicionalmente estuvieron imbuidos de un fuerte misticismo religioso.69 Pero para el caso de la Armada la conviccin religiosa fue65

Para nuevas leyes represivas en el perodo 1970-1971, vase: Graham-Yooll, Andrew, ob. cit., pp. 205 a 223; 66 Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp, 401 y 402. 67 Vase: Anguita, E. y Caparrs M., La Voluntad. Tomo I: 1966-1973. Norma. Bs. As. 1997. 68 El entrevistado era el coronel Robert Servent, jefe de la misin militar francesa. Vase: Robin, MarieMonique, ob. cit., p. 428. 69 Ante Dios no se es complaciente, tibio, indiferente ni hroe annimo Finalmente: si el nmero de los justos se agotado en la Argentina, suframos el castigo. Por nuestra parte, decimos con el Apstol: He combatido el buen combate; he concluido mi carrera; he conservado la fe. En el mes de la Inmaculada Concepcin, Viva la Patria Argentina!. (Citado por: Kandel P. y Monteverde M., Entorno y cada, Planeta, Bs As., 1976, p. 142.) En este fragmento, que es del final de la proclama ms importante del

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menos gravitante. La Marina tradicionalmente tuvo su mirada en el exterior, en la lejana de los mares; era una fuerza donde se admiraba el modelo britnico y donde sus integrantes eran formados con un espritu de logia alejado de las tradiciones religiosas del pas. Por otro lado, con respecto a la segunda cuestin sobre la formacin en la guerra contrarrevolucionaria, no se puede afirmar nada en forma slida debido a la falta de trabajos sobre la Armada que hayan esclarecido el tema. Slo existen distintos libros sobre el periodo que dan algunos datos, como por ejemplo cuando mediante algunas partes del primer tomo de la obra La Voluntad70, se puede conocer la formacin del ex oficial de la Armada Julio Cesar Urien; quien justamente en 1972 particip de cursos antisubversivos (preparados por oficiales navales que se formaron en la Escuela de las Amricas) donde se hicieron ejercicios de comando enfrentado supuestos guerrilleros, simulacros de tomas de pueblos y fabricas, y hasta prcticas en tcnicas de interrogatorios con torturas sobre el mismo aprendiz incluidas. En cambio, para el caso del Ejrcito, existen distintas obras que han desarrollado el tema y que lograron demostrar que la fuerza lleg al golpe de 1976 con casi dos dcadas de preparacin, es decir, aprendiendo desde un principio y en tiempo real, el perfeccionamiento que ensayaban sus maestros franceses en la guerra de Argelia.71 Habr que estudiar, entonces, cmo fue el proceso en la Armada, cmo influy lo que ocurra en el Ejrcito cuando ste se converta en el mejor alumno de los franceses, y cmo pes la supremaca militar de EEUU en los 60. Por lo tanto, hasta el momento no se puede vislumbrar tanto en el orden de las convicciones ni en el de la formacin, algo que explique las particularidades (o la vehemencia como seala el agregado militar francs) contrarrevolucionarias de la Marina de esos aos. Slo queda el fenmeno de las luchas polticas de las que particip la Armada dentro del campo contrarrevolucionario, especialmente a partir de la comandancia del siniestro Eduardo Emilio Massera (06-12-1973), quien supo tener excesivas ambiciones polticas.

Culminacin y preludio del plan de exterminio DESDE 1973 AL 01-07-1974 Despus de la momentnea (o aparente) retirada de un poder militar muy desprestigiado y el ascenso del campo revolucionario al lograr posicionarse dentro del breve gobierno de Hctor Campora, se produce el regreso definitivo de Juan Pern. En el mismo da de su regreso quedan evidenciadas ciertas cuestiones importantes sobre el tema aqu tratado. En los sucesos de Ezeiza, cuando se haban congregado para recibir al lder la mayor cantidad de gente de la historia argentina, ocurri un gravsimo ataque contra la izquierda popular. Dentro de los que comandaron la masacre estaban el general Miguel ngel Iiguez y el coronel (R) Jorge Osinde (formado en le especialidad de inteligencia militar). Los mismos organizaron la instalacin de francotiradores en los rboles y palco (algunos ex- OAS) y convirtieron el hotel Interamericano aledao al aeropuerto en centro de detencin, tortura y muerte.

levantamiento de diciembre de 1975 de la Fuerza Area, se advierte claramente la religiosidad con la que impregnaban sus actos. 70 En esta obra, que relata en tres tomos historias conmovedoras de la militancia revolucionaria en la argentina, el caso de Julio Csar Urien se destaca por una curiosa situacin: siendo uno de los oficiales navales de mejor calificacin de su promocin (con curso antisubversivo incluido), termin como combatiente revolucionario y encabezando una sublevacin en la misma ESMA en noviembre de 1972 cuando Pern volva al pas. Vase: Anguita, E. y Caparrs M., ob. cit., pp. 525, 550, 598 y 612 y Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 304, 305, 309 y 310. 71 Para un anlisis detallado sobre el comienzo del aprendizaje en la guerra contrarrevolucionaria del Ejrcito argentino, vase: Mazzei, Daniel, ob. cit. Y para un estudio sobre el largo recorrido histrico desde el aprendizaje y perfeccionamiento francs en los conflictos de Indochina y Argelia, hasta la posterior transmisin oficial de conocimientos a travs de militares franceses (y no oficial a travs de miembros de la OAS) a las fuerzas represivas legales e ilegales de la Argentina, vase: Robin, MarieMonique, ob. cit.

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Meses despus, hacia fines de 1973, se decidir crear la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A). La tarea fue encomendada a Lpez Rega y segn distintos autores la creacin de estos escuadrones de la muerte, los cuales dejaron ms de un millar de victimas,72 cont con la autorizacin del general Pern. Un documento desclasificado del Departamento de Estado norteamericano dice: el presidente Pern autoriz la formacin de grupos paramilitares que deben actuar ilegalmente contra los terroristas, sea recurriendo a secuestros, a interrogatorios o la ejecucin de los terroristas73. Tambin en otro documento desclasificado del Departamento de Estado, se habla del papel del general Pern en la coordinacin de la represin ilegal entre Chile y Argentina; el mismo dice: Pern autoriz a la Polica Federal argentina y a los servicios secretos a cooperar con los servicios de inteligencia chilenos74; aparentemente la cooperacin tambin inclua el permiso de operar en el pas para arrestar a exiliados chilenos y trasladarlos a la Chile del dictador Pinochet sin recurrir a procedimientos legales.

DESDE 01-07-1974 AL 24-03-1976 De manera progresiva, a partir del primero de julio, el panorama remite a un ambiente donde (a pesar de los antecedentes mencionados) la muerte del lder Juan Pern hubiera liberado la violencia contenida bajo su mando. La lucha revolucionaria comienza a tejer una trama compleja que contiene un aumento de densidad muy claro. Cmo dimensionar, entonces, esta lucha revolucionaria; escenario sobre el cual comienza a ser perpetrado un plan sistemtico de exterminio? Cuantitativamente las cifras son demostrativas, aproximadamente slo en el ao 1975 hubo cerca de 1050 muertos por la violencia poltica reconocidos (muertes producto de una lucha revolucionaria donde la mayora de las vctimas eran del campo revolucionario). A estos nmeros habra que agregar el difcil clculo de los desaparecidos no incluidos en las muertes reconocidas y los ms de cuatro mil presos polticos que para diciembre de 1975 subsistan en condiciones brutales.75 Cabe mencionar tambin, varios hechos que cualitativamente daran una idea por si solos de la intensidad del conflicto. Un ejemplo muy claro es lo sucedido en la siderrgica Acindar (empresa de Villa Constitucin -Santa Fe- que empleaba cuatro mil trabajadores), cuando a principios de 1975 y despus que una lista en la que predominaba la izquierda peronista y no peronista ganara la conduccin interna a la burocracia sindical, la patria metalrgica en alianza con la patronal, logr que el gobierno declarara ilegal una huelga e intervenga reprimiendo un supuesto complot subversivo. Entonces, a partir de all, se dieron todas las condiciones para desatar una represin feroz, organizndose el mayor operativo registrado hasta entonces, del cual la Triple A particip camuflada entre las fuerzas represivas legales. El resultado fue ms de 300 detenidos, 35 muertos y 20 desaparecidos; adems a partir de ese momento la ciudad fue militarizada y el albergue de solteros de la fbrica se transform en un centro clandestino de detenciones y tortura.76 Lo notable del caso fue que el hecho se justific tanto desde el oficialismo como por el radicalismo72

La Triple A perpetr una gran cantidad de asesinatos y amenazas con sentencia de muerte a renombrados polticos de la izquierda peronista y no peronista, as como a militantes de base y figuras del arte y la cultura. Cabe destacar tambin el asesinato junto a su esposa del general chileno exiliado en la Argentina, Carlos Prats, evidenciando las conexiones internacionales de esta organizacin de asesinos, especialmente a travs de servicios de inteligencia argentinos y chilenos. 73 Citado por: Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 401. Por otro lado, segn Yofre (Nadie fue, Sudamericana, Bs. As., 2008, pp. 42 a 46), el mismo Pern elabor un documento despus del asesinato de Rucci que fue la partida de nacimiento de la Triple A. El documento fue reservado y lo dio a conocer Pern a los dirigentes ms importantes del movimiento el 1 de octubre de 1973; sin embargo fue publicado por La Opinin un da despus. Segn el anlisis que hace este autor (junto con un oficial del Ejrcito) del escrito, el documento es clave porque ya habla de guerra y enemigos, adems de ser un antecedente directo de los decretos de 1975 que dieron va libre a las FFAA para combatir la subversin. 74 Citado por: Robin, Marie-Monique, ob. cit., p. 410. 75 Para un listado provisorio de las vctimas por la lucha revolucionaria en el ao 1975, vase: GrahamYooll, Andrew, ob. cit., pp. 441 a 477. 76 En febrero de 1975, con el inicio del Operativo Independencia, se haba instalado en Tucumn el primer centro clandestino de detencin y exterminio llamado la escuelita.

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de la mano de Ricardo Balbn, argumentando que la represin fue necesaria para erradicar la subversin industrial.77 Por otro lado, con el inicio en febrero de 1975 del Operativo Independencia, comienza una situacin paradojal entre las FFAA y el gobierno. En el momento de mayor acumulacin de poder de Lpez Rega en el campo contrarrevolucionario a travs de la Triple A, surge la necesidad de que el Ejrcito entre en operaciones en Tucumn ante el desborde y fracaso de la polica para reprimir a la guerrilla.78 Segn el jefe de aquel entonces de la Direccin de Operaciones del Estado Mayor del Ejrcito (Bignone), el decreto firmado por Isabel Martnez de Pern para dar inicio al operativo en Tucumn, fue casi una copia de la experiencia francesa en Argelia.79 Posteriormente, el 21 de abril de 1975, por iniciativa del almirante Massera, los comandantes del Ejrcito y la Armada mantuvieron un largo almuerzo donde el marino plante su preocupacin por Lpez Rega y donde tambin propuso el envo de la Infantera de Marina a Tucumn;80 en este caso el comandante del Ejrcito (Anaya) tom la oferta favorablemente, pero muchos generales vieron en ella la usurpacin al Ejrcito del centro del escenario militar.81 En la misma reunin los jefes coincidieron en transmitir al gobierno en forma orgnica sus preocupaciones por dos temas: la necesidad de un organismo coordinador antisubversivo que estuviera en manos de un oficial en actividad y la urgencia de autorizar el acceso de militares a los archivos de inteligencia de la Polica Federal (algo que no estaba permitido en ese momento).82 En este ltimo punto radicaba gran parte del poder de Lpez Rega, porque al mantener a la polica como coto de caza privado, posea la clave de la represin, es decir, los archivos de inteligencia y la presencia en las calles. En ese momento crtico en el que cada actor haca su juego mientras el poder militar avanzaba de forma irremediable,83 Italo Luder lleg a la presidencia interina y rpido advirti su77

Larraquy, Marcelo, Lpez Rega: El peronismo y la Triple A. Punto de Lectura, Bs. As. 2007, pp. 329 y 330. 78 La Operacin Independencia se inicia formalmente el 5 de febrero de 1975 cuando se firma el decreto S 261, por el cual se ordena ejecutar las operaciones necesarias para neutralizar y/o aniquilar el accionar guerrillero en la provincia de Tucumn. Por otro lado, desde autores que en la actualidad defienden lo hecho por los militares y la medida tomada por el gobierno, cnicamente se argumenta que se ordena aniquilar porque no haba instrumentos legales para combatir la subversin, ya que haban sido anulados por el gobierno de Cmpora al disolver las cmaras federales (el camarn). Y como no queran volver a una nueva amnista, el poder poltico ordena aniquilarlos. No prisioneros. Qu juez, luego de la muerte de Quiroga, asesinado por el ERP-22, iba a condenar un subversivo? (Yofre, J. B.,Nadie fue, Sudamericana, Bs. As., 2008, p. 114). 79 Robin, Marie-Monique, ob. cit., pp. 418 y 419. 80 En esta coyuntura, la Armada establecera un importante contacto con el general peronista de derecha Acdel Vilas, quien estaba a cargo del operativo en Tucumn. As, en mitad de 1975 y con el objetivo de ampliar una futura participacin en un posible golpe, desde la Armada se plante dar un salto en la participacin en la lucha contrarrevolucionaria; por lo tanto se incremento el nmero de infantes de Marina que participaran en el Operativo Independencia, organizndose a travs de una rotacin cada cuatro meses de los oficiales destinados a Tucumn. 81 La reunin fue en el edificio Libertad. Adems, segn algunos autores, el encuentro con sus posteriores trascendidos a la prensa no cayeron bien al poder civil; y junto con los conflictos que tuvo Anaya con el ministro de Defensa (Adolfo Mario Savino) y con Lpez Rega por las tres A, precipitaron su renuncia y el reemplazo por Laplane. Vase: Yofre J. B, ob cit., pp. 146 a 148 y Kandel P. y Monteverde M., ob. cit., pp. 65 y 66. 82 Uriarte, Claudio, Almirante Cero, Biografa no autorizada de Emilio Eduardo Massera, Planeta, Bs. As., 1992, p. 80. Aqu el autor adems deja en claro que la reunin fue un almuerzo entre Anaya y Massera, con ausencia del titular de la Fuerza Area, Fautario. Tambin Rosendo Fraga (ob. cit., p. 150) marca la notoria ausencia del comandante de la Fuerza Area, demostrando la renuencia de esta ltima a aceptar los puntos de vista de las otras dos fuerzas con respecto a la lucha contra la subversin. Esta actitud diferente de la Fuerza Area y su ausencia a la reunin del 21 de abril de 1975, no es marcada en la obra de otros autores, como la de J. B. Yofre y la de Kandel y Monteverde. 83 En el seno del peronismo la divisin entre los que propiciaban la licencia de la presidenta y los que queran su continuidad, formaba parte de la lucha entre verticalistas y antiverticalistas; que a la vez

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situacin, con lo cual de inmediato busc un acuerdo con las FFAA. Los tres comandantes en sucesivas reuniones plantearon una oferta que ste no rechaz. Pedan la total prescindencia militar respecto a los actos del poder poltico, pero al mismo tiempo una autonoma de las FFAA absoluta en todos los mbitos del pas en la lucha contra la subversin. As es que, al firmarse los decretos 2770, 2771 y 2772,84 se extendi a toda la nacin lo que Isabel Pern haba dado para Tucumn con el Operativo Independencia. Cabe destacar, que para dimensionar el poder detentado por las FFAA a partir de estas decisiones de gobierno, es necesario tener en cuenta que la Argentina atravesaba la etapa final de definicin de una lucha revolucionaria; y darle la casi total libertad de accin y decisin a los militares en los momentos culminantes de la victoria contrarrevolucionaria, adems de no dejar resguardos de control civil, fue entregarles el pas cuando cada vez ms el poder se haca fsico, objetivo y territorial.85 As, los militares tuvieron un completo poder sobre la vida y muerte en todo el pas, porque ms all de combatir el importante despliegue armado del campo revolucionario, aquellos que recientemente hablaban de la prescindencia del poder poltico, comenzaban desde ese momento progresivamente a ocupar todos los espacios de poder.86 Despus, solo quedara para los militares derrumbar o no las mscaras de un poder civil y los simulacros de democracia. El ao de 1975 termina con el enfrentamiento urbano entre las fuerzas represivas y la guerrilla ms importante de la historia. El 23 de diciembre comienza el ataque del PRT-ERP al Batalln Depsito de Arsenales 601 Domingo Viejobueno, en Monte Chingolo y a pocos kilmetros de la Casa Rosada. Para concretar la accin el grupo revolucionario moviliz ms de 200 combatientes. El resultado fue una derrota importante para el campo revolucionario; el ERP tena dos infiltrados de la Inteligencia Militar que propiciaron la trampa que las fuerzas represivas (de las que participaron la Marina y la Aeronutica) les tendieron a los combatientes. El saldo, ms de 60 miembros del ERP cados en combate o asesinados siendo prisioneros, y decenas de personas muertas por la represin sobre el barrio aledao al batalln. En comparacin las fuerzas represivas sufrieron una nfima cantidad de bajas, gran parte del

remita a operaciones con otros referentes. Los sindicalistas verticalistas con Lorenzo Miguel a la cabeza, profesaban el acatamiento a Isabel porque era una presidenta sin poder despus del alejamiento de Lpez Rega, y por lo tanto ellos la podan dominar. Los antiverticalistas saban que el poder de Luder poda ser momentneo, y que su nica base de poder era el rechazo generalizado al desgobierno de la presidenta, por lo tanto toda movida para la permanencia de Luder tena como referencia el apoyo de las FFAA y sectores de la oposicin. De esta manera, detrs del verticalismo estaba la corporacin sindical y de los antiverticalistas la militar. Pero no era la primera vez que en esos vertiginosos meses y ante un tema crucial, el peronismo mostraba sus fracturas tanto en el sector poltico como en el sindical; en este sentido es muy clara la siguiente apreciacin sobre como estaban divididas las aguas a fines de agosto de 1975, cuando se decidi el reemplazo de Laplane por Videla: Cuando se convenci que no poda mantener a Laplane, quiso hacer comandante general a algn general muy bajo en el escalafn, lo que hubiese significado prcticamente descabezar al Ejrcito de todos sus mandos. La alentaron en esa posicin el ministro Emery, el metalrgico Miguel y algn otro. La disuadieron otro ministro, Cafiero, y otro gremialista, Herreras, y ella termin por rendirse ante la evidencia: deba respetar el escalafn, y correspondi la titularidad del Ejrcito a Jorge Rafael Videla. (Kandel P. y Monteverde M., Entorno y cada, Planeta, Bs As., 1976, p. 106) 84 Los decretos fueron firmados el 6 de octubre de 1975. 85 Das antes del golpe el Poder Ejecutivo intent darle ms poder a los militares como una manera de frenar la cada del gobierno; el 16 de marzo enva al congreso proyectos de juicio sumario para enfrentar a la subversin, y 19 del mismo mes anuncia que enviar un nuevo proyecto de Ley de Defensa que incluira la pena de muerte por imposicin del Cdigo Militar. Vase: Graham-Yooll, Andrew, ob. cit., pp. 406 y 408. 86 Vase: Dearriba, Alberto, El golpe -24 de marzo de 1976-. Sudamericana. Bs. As. 2001, pp. 140 y 141.

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Ejrcito y las fuerzas policiales.87 Finalmente, se puede concluir que el hecho fue un triunfo contundente de los aparatos de inteligencia de las FFAA.88 Por ltimo, la planificacin propiamente dicha del golpe se denomin operativo bolsa. La misma const de dos momentos: uno fue la organizacin del derrocamiento, y otro las operaciones militares a ejecutar a posteriori: como captura, secuestros, tortura y asesinato de opositores. El primero contaba con el inconveniente de tomar a la dama; porque curiosamente el hecho de que la titular del ejecutivo a detener sea una mujer implic para los hombres de armas extremar todos los detalles, por eso se decidi simular un desperfecto en el helicptero que la trasladaba de la Casa Rosada a Olivos, y as apresarla en la escala necesaria en aeroparque. Con respecto al segundo momento, el cual deba cumplirse inmediatamente despus del primero y cuyo primer objetivo era la detencin masiva de funcionarios del gobierno, cabe sealar que consisti en una operatoria cuya magnitud requiri una gran coordinacin de todas las fuerzas represivas a una escala nacional pocas veces vista.89 Despus, la organizacin, armado, y funcionamiento del futuro gobierno militar implicara consolidar una estructura operativa.90 En este sentido, el comandante de la Armada tena claro que no se podan cometer los mismos errores de la experiencia militar del onganiato; por eso su propuesta era muy precisa para que el gobierno estuviera completamente en manos de toda la corporacin militar y que el presidente fuera un simple ejecutor de las decisiones de los tres comandantes en jefe constituidos en una junta. As, la jefatura del Estado correspondera a l