160
Líderes de las distintas fuerzas políticas del país acordaron "respaldar la política de Estado en su lucha frontal contra el paramilitarismo", en una reunión con el secretariado de las FARC-EP.En la foto, Fabio Valencia Cossio, presidente del Senado; el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; Horacio Serpa, director del Partido Liberal; Manuel Marulanda Vélez, jefe de las FARC-EP; y Joaquín Gómez, vocero del grupo armado en la Mesa de Diálogo. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999. Emilio Martínez, presidente de la Cámara; Víctor G. Ricardo, Alto Comisionado para la Paz; Fabio Valencia Cossio, presidente del Senado; Horacio Serpa, director del Partido Liberal, y Omar Yepes, director del Partido Conservador, con Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP,en los diálogos por lograr acuerdos que permitan trabajar en la búsqueda de una solución al conflicto armado. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999. HECHOSDE PAZ V 617

HECHOS DE PAZ IV-VI - 5/5

Embed Size (px)

DESCRIPTION

5ta Parte - Informe Hechos de Paz IV-VI

Citation preview

Líderes de las distintas fuerzas políticas del país acordaron "respaldar la política de Estadoen su lucha frontal contra el paramilitarismo", en una reunión con el secretariado de lasFARC-EP.En la foto, Fabio Valencia Cossio, presidente del Senado; el alto comisionado parala paz, Víctor G. Ricardo; Horacio Serpa, director del Partido Liberal; Manuel MarulandaVélez, jefe de las FARC-EP;y Joaquín Gómez, vocero del grupo armado en la Mesa de Diálogo.San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

Emilio Martínez, presidente de la Cámara; Víctor G. Ricardo, Alto Comisionado para la Paz;Fabio Valencia Cossio, presidente del Senado; Horacio Serpa, director del Partido Liberal, yOmar Yepes, director del Partido Conservador, con Manuel Marulanda Vélez, comandante delas FARC-EP,en los diálogos por lograr acuerdos que permitan trabajar en la búsqueda de unasolución al conflicto armado. San Vicente del Caguán, 28 de abril de 1999.

HECHOSDE PAZ V 617

ENCUENTRO DE LOS DIRECTORES DE MEDIOSDE COMUNICACiÓN CON LAS FARC-EP

I•

Con la coordinación del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, directores de losmedios de comunicación, entre otros, Francisco Díaz de TV Hoy; Daría Arizmendi, de CaracolRadio; Luis José Restrepo, del periódico La Patria; y Yamid Amat, de Caracol TV, se reunieroncon los voceros de las FARC-EP, con el ánimo de lograr un acuerdo que conduzca a lareconciliación nacional. San Vicente del Caguán, 30 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; algunos de los directores de los medios decomunicación, junto con los voceros del grupo insurgente intercambian opiniones en el esfuerzopor conseguir la paz. San Vicente del Caguán, 30 de abril de 1999.

HECHOSDE PAZ V 619

El alto comisionado para la paz Víctor G. Ricardo; Darío Arizmendi, director de Caracol Radio;Raúl Reyes y Joaquín Gómez, voceros de las FARC-EP,dentro de un ambiente de cordialidad,en una de las reuniones sostenidas para lograr un acuerdo en el proceso de paz. San Vicentedel Caguán, 30 de abril de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, Yamid Amat, de Caracol Noticias, IsaacLee, de Revista Semana y Daniel Coronel, de NTC Noticias, con Raúl Reyes y Joaquín Gómezen el análisis de documentos en el esfuerzo por lograr la paz en Colombia. San Vicente delCaguán, 30 de abril de 1999.

HECHOSDE PAZ V 621

El alto comisionado para la paz Víctor G. Ricardo y Yamid Amat, director de Caracol Noticias,en un receso de la reunión que sostuvieron los directores de los medios de comunicación conlos voceros del grupo armado. San Vicente del Caguán, abril 30 de 1999.

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, miembros de los medios de comunicacióne integrantes del grupo insurgente en una de las reuniones que se adelantan con el propósitode encontrar una solución al conflicto armado. San Vicente del Caguán, 30 de abril de 1999.

HECHOSDE PAZ V 623

ENCUENTRO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICAY EL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ CON LAS FARC-EP

I•

El presidente de la República, Andrés Pastrana Arango, y Manuel Marulanda Vélez, líder delas FARC-EP,en el encuentro en Caquetania donde realizaron un balance sobre el trabajorealizado hasta ahora en el proceso de diálogo. 2 de mayo de 1999.

Los avances en el desarrollo del proceso por conseguir la reconciliación nacional son analizadospor el presidente de la República Andrés Pastrana Arango, y Manauel Marulanda Vélez,comandante de las FARC-EP,en las selvas colombianas. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de1999.

HECHOSDE PAZ V 625

Con decisión, el presidente de la República Andrés Pastrana Arango, junto con Manuel MarulandaVélez, jefe de las FARC-EP,evalúan el serio y responsable trabajo realizado en la Mesa deDiálogo próxima a finalizar. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de 1999.

El presidente de la República Andrés Pastrana Arango, el alto comisionado para la paz, VíctorG. Ricardo y Manuel Marulanda Vélez, jefe del grupo armado, reunidos en Caquetania, reafirmanuna vez más la voluntad política indeclinable de las partes de encontrar una solución alconflicto armado. 2 de mayo de 1999.

HECHOS DE PAZ V 627

El presidente de la República Andrés Pastrana Arango, el alto comisionado para la paz, VíctorG. Ricardo, y Manuel Marulanda Vélez, jefe del grupo armado, en la reunión de la evaluacióndel desarrollo del proceso de diálogo para construir la paz. Caquetania, Caquetá, 2 de mayode 1999.

El presidente de la República Andrés Pastrana Arango, el alto comisionado para la paz, VíctorG. Ricardo, el secretario privado del presidente de la República, Camilo Gómez Alzate, reunidoscon Manuel Marulanda Vélez, comandante de las FARC-EP,Joaquín Gómez y Raúl Reyesmiembros del secretariado de esta organización, en un análisis abierto, cordial y sincerosobre los avances del proceso de diálogo. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de 1999.

HECHOS DE PAZ V 629

El presidente de la República Andrés Pastrana Arango y Manuel Marulanda Vélez, comandantede las FARC-EP, en el complejo camino de la construcción de la reconciliación entre loscolombianos. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de 1999.

El presidente de la República, Andrés Pastrana Arengo, con Jorge Briceño, Raúl Reyes, miembrosdel secretariado de las FARC-EP,escuchan del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo,la lectura del documento acordado al finalizar la reunión. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de1999.

HECHOSDE PAZ V 631

El presidente de la República, Andrés Pastrana Arango, junto con Manuel Marulanda Vélez,máximo jefe de las FARC-EP,firmaron el acuerdo que surgió al término de la reunión; losobservan el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; Jorge Briceño y Joaquín Gómez,del secretariado de la organización armada. Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de 1999.

Al finalizar la reunión van de salida el presidente de la República, Andrés Pastrana Arango y elalto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo. En la foto lo acompañan Manuel MarulandaVélez, Raúl Reyes y Jorge Briceño, de las FARC-EP.Caquetania, Caquetá, 2 de mayo de 1999

HECHOSDE PAZ V 633

RUEDAS DE PRENSA•

APOYO INTERNACIONAL•

El alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, y Joaquín Gómez en una rueda de prensadurante el proceso de los diálogos de paz. San Vicente del Caguán, abril de 1999.

El presidente de la República, Andrés Pastrana Arango; el presidente de Cuba, Fidel Castro; elalto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo; los ministros de Cultura y Medio Ambiente,Alberto Casas y Juan Mayr, en el desarrollo de la Diplomacia por la paz, con la que se buscael respaldo internacional en la construcción de la paz. La Habana, Cuba, 15 de enero de1999.

HECHOSDE PAZ V 635

ACTA ORIGINAL DEL ACUERDO POLíTICOCON LAS FARC-EP

I•

HECHOSDE PAZ V 637

HECHOSDE PAZ V 639

Pnkl/t/r~ /./6 eA.~/1-/()RA e /0 Sl.k jJ 11

ff~L ~'Jr •.••0,f>t¡~t~l-o f!tM"ll.d40

1>1-11/-;' ie-;~s

/,~!f)AM

HECHOSDE PAZ V 641

COMUNICADO ORIGINAL SUSCRITO POREL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y EL JEFE DE LAS FARC-EP

1

i - ~ ~Jo CP,.- ~o ÜM \i.t"',~O.J ~v- ~ J-...... rO ~ \e.¡q ~

~ ~ p.,.. J JJ.c.. tJ..J- ~ y..ifl ~ y.e.U ~ Je ~..J

~\(9~1(~ &-t ~ UM ~C( Ib\,¡r~ ~~

rÁ ~~~ y~~ v...~\-eANrtc. eA.. J ~ ~ JJc.-lv(f

~ W~Ct~ ~ ~'" J of,u,,\tt() 1~ f-f't(LC--1C V'

2- - \)v¡ ~ J;.. ~ ~s\'-r o-\olv- \.o, ~cJ 'lJ .M .••••.~ # . c:l~r'~ t:th:..~~().~c.vl c.-ov--~ 1M'1",t't:.C<h~ k ~ I

\ .1. ~. .~ ÚMSWvC. ~ J;.. ~v..y~C,..(I""CA."",.f/' CP\N...f-r p~tO -~V'O (J.A. e...:

1.M~ ~dJn ~ Co~r~,

-:l>- S~(r) ~(...-~\..Lo:> "Ij...V-.lv doY.tv<u.'W" );. A.t-<. f~ VI úN, ~.i\, _ . r c...-~PV"1~ ~AA .t?r)lf7 t OM~-lÚU'-'oCP-vI~.'Scr.> UN-..J V<1rOM 're

~ fCl)\.l.l.\M,') ~O-~ lMtOlJ ~r~\A~ ~\I\-\íC-V-1 ~CI),dr'c_c.-¡

~ /l0-Ct~ r ~ ~'M~ ~ c;.•,Jvvc-<-,CN-- ~ Cvv- ~k..~ ~"1\Lv. \.t...h

~ h· ~~'ú'" flOU-J, ~ ~rW'(11 ~Jv:, ~i~ 'i·{.?r\~ ~/..¡~ ~4"&¡t. ~~.e~ iJ/IYv ..-e ~v.u~~'o\J. ~~a-o ~ An

~ 'N.w, ~¡.4 -<uJ,t)~~, tlr-UM->Wt,..w-v:;> ~ ~ ~ ~c. ~

~ ~\Vpd.~ ~ 'm\J ~ ~ ~~. e.\tbu.~,Io y-u-JfN&~ 'v-"\v~ o. 'V",'-). ~¡..,~ s ch ~ c.J1,W",,- J. F~0-crQN:-.. ]u, .cLu1.r,11 .•......•.IV- '(~ ~ ~ ~ )"v. \IV~J foM~-c.c.. I\H&Üc."H4~)..J? tJl1

/.Qj¡¡ ~".e() ~ J.. ycty-és,h, i4~~ ~ ~~C\'c.:. ~Uh"cc.. ~ ,J

~~h,r ~ck~: lI:\k~ o, MA~ I tk\.~~'f...\W\() , dJ../M(¿V¡"., o. ) r •o»; ~~~ J.;...~ , t\¡tJ.,~!..,~ \1'"' ~ 'l\rU'!.ú..~

fN,(~ ~,~ ~b ~,k, ~~ c9.A,t~ ().~(,.~'1I~~J!..~s.

HECHOSDE PAZ V 643

.---~- -~ f<-~ o-.~ p'<fL-~O ~ k, ~ M'" ~~'" &AJv,{Li\t'1;~Al \uw.. ~~~ c. ~tl~O 1) ~ ~ l¡-"~OM~~

3 Siv1 ksFzr:J,. ~ O-~JqJ ~\o J. ~ ¡.i~ ",br.(~

~ tL,~~ J{foA tltl}~\\~ rJUtlI"Ü~ J! ~1( M cUf.uM),Q1 ~

~~ ~ ~ f2t~\,~u:"'1 ~ FI1 (l..~ - e (J ,.t-t <fbr{,wlo íJuuot-tJ c., hq~./)J.tJ- ~h, ~~ ~ ~ po';) .

e . ~ Ütw.\M ~ cJ-~tM Al ~~Lo ~~CWI-O "o CA ~ ~~ )

y","tA~~ lA- ~ ,() obt-.w.l-1Ov\ 6-\ k.- r~ lt1 ~ ~ dd~~~~ ~ ~ ~ Ce4w.~I~ ~ '(~')W.t-U. ~ I¡-,-tw\{'" ~o

~ f'JM~).M~ I\oMcJc...~ ~~ M ~~c.- ócJ-w..~

\ ~~I vw~~ ~ Vo~'" ~ \'f'5('n) ~ (}{ r~ 0...tM.vt~ I l.I.v-v.. l.(h\I\ Isrw- oU

O-UPw\~.I.M\o ~ tDA~ 'rr.. ;\QÁIA-r <P \foIA\t~ ~ ~ ~~

Lu.r!~~ t~~".c. ~~ tU. ~ ~k-- .

dtuM-r rCQ\-~f,~'It'IA~ lM Co.\..ul~;" J. J..í.c" 1 tb ~ ~ \;c\~

HECHOSDE PAZ V 645

SOBREALGUNOS ARTÍCULOS

DE PRENSA

P~ B, ¿PERVERSO?EL TIEMPO, 2 de septiembre de 1999.

Víctor G., se está acercando cada vez más no a la paz, sino al apacigua-miento. Y, lo que es más grave, está convirtiendo al presidente Pastranaen un rehén de la paz.

Por JUAN MANUEL SANTOS

Todos los colombianos queremos -de todo corazón- que las negociacionesde paz tengan éxito. Una salida política al conflicto armado, lo que sepodría denominar como el Plan A, es lo lógico, lo sensato y sin duda loque más le conviene al país. Por eso el presidente Pastrana ha recibido elrespaldo de las fuerzas políticas sin excepción y de la comunidad interna-cional en su loable empeño por sacar adelante el Plan A.

Pero hay una gran diferencia entre una política de paz y una política deapaciguamiento. La primera consiste en convencer a los actores del con-flicto de que prolongar la guerra es a la larga mucho más costoso quesentarse a negociar y diseñar un nuevo proyecto de país. Una Colombiadonde todos sus ciudadanos, sin distingo de ninguna naturaleza, sientanque de una u otra forma les puede ir mejor que con la situación que hoytenemos. El apaciguamiento es muy diferente: es aquella situación en laque solamente una de las partes piensa que la guerra le resulta muchomás costosa y por consiguiente está dispuesta a hacer todo tipo de conce-siones con tal de mantener a la contraparte interesada en la negociación.La historia nos ha enseñado que dicha estrategia no conduce a la paz sinoque fatalmente termina en guerra o rendición. El de Chamberlain es ape-nas uno de los muchísimos ejemplos.

HECHOSDE PAZ VI 649

Para que una negociación sea exitosa es indispensable que las partes real-mente sientan que pararse de la mesa les resulta más costoso que llegar aun acuerdo. Es un principio básico y elemental de la técnica de las nego-ciaciones. Para que el Plan A pueda tener viabilidad es importante que laspartes consideren que el Plan B les puede salir más caro. Pero para que estose dé, es indispensable que exista efectivamente un Plan B.

La alternativa a las negociaciones con las FARC, o sea el Plan B, es laintensificación del uso legítimo de la fuerza del Estado, inclusive con cam-bios legislativos que hagan esta opción verdaderamente factible.

Es lo que en forma inteligente y responsable quiso hacer el ex ministroLloreda en su empeño por fortalecer las Fuerzas Militares, y lo que ahorapretende hacer Luis Fernando Ramírez: tener una opción no solo en elevento de que fracasen las negociaciones sino que sirva también de estí-mulo para que estas tengan éxito. No es una posición guerrerista, comolo han calificado algunos sino realista y conveniente.

En este contexto lo que resulta francamente insólito es que el Comisionadode Paz considere "perverso" siquiera hablar de un Plan B. Es increíble quenadie le haya reclamado semejante salida en falso (luego ratificada por sujefe), que no sólo contradice la exitosa gestión del ministro Ramírez envvashington, sino que confirma que el doctor Víctor G., se está acercandocada vez más no a la paz sino al apaciguamiento. Y lo que es más grave,está convirtiendo al presidente Pastrana en un rehén de la paz.

Ramírez fue a Washington a buscar más ayuda para las Fuerzas Mi-litares. Pintó una situación tan dramática y fue tan convincente que pi-dió 500 millones de dólares y muchos altos funcionarios, entre ellos elGeneral McCaffrey, están abogando por el doble. Nuevas señales contra-dictorias entre el Comisionado y el Mindefensa no sólo ponen en peligro laayuda sino que contribuyen a debilitar la ya mermada credibilidad delproceso ante la comunidad internacional.

Un Plan B es necesario para la negociación. Es además una obligaciónconstitucional y un requisito indispensable para que la ciudadanía apoye

650 REPÚBLICA DE COLOMBIA

el proceso de paz. Un Plan B restablece el equilibrio porque hoy los únicosque tienen Plan B son las FARC. Un Plan B es además importante paramantener la moral de la tropa. ¿Qué pensará un soldado en el campo debatalla cuando un alto representante del gobierno dice que es perversopensar en prepararse mejor para luchar contra la guerrilla? Un Plan B eslo que realmente le da posibilidades al Plan A. Sobre esto no nos equivo-quemos. Los de las FARChan demostrado que son duros en el campo debatalla y por consiguiente en la mesa de negociación. Para lograr un acuer-do se necesita que el Estado tenga capacidad para ser igualmente duro enlos dos escenarios. O como dice el viejo adagio de la política, en materia depaz todos deseamos lo mejor, pero debemos prepararnos para lo peor.

HECHOSDE PAZ VI 651

CARTA DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZVÍCTOR G. RICARDO A JUAN MANUEL SANTOS,

COLUMNIS1J'\ DE EL TIEMPO

Santa Fe de Bogotá, D. c., 2 de agosto de 1999

DoctorJUAN MANUEL SANTOSCiudad

Apreciado doctor:

Me refiero a su columna de El Tiempo del día 30 de julio pasado, en la queexpresa algunas opiniones acerca del proceso de paz y en particular sobrela forma en que he calificado las especulaciones relativas a la existencia deuna Plan B, como perversas.

No hay en la política de paz dos planes alternativos, sino una decisiónfirme y una opción seria de obtener la reconciliación nacional a través deun proceso político de diálogo y negociación. Como es apenas natural, eseproceso no significa que el Estado renuncie a sus obligaciones constitu-cionales y legales para dialogar, ni que deje de combatir a los grupos ar-mados que actúan en el territorio nacional, tarea que viene cumpliendo laFuerza Pública, bajo las directivas de su Comandante Supremo.

La búsqueda de la paz por la vía política implica que mientras no se logreconvenir los términos de un cese al fuego, será necesario actuar militar-mente preservando nuestro ordenamiento jurídico y por tanto en defensade la Constitución y la ley.

HECHOSDE PAZ VI 653

No obstante, no han faltado en Colombia quienes proponen que lo quebusca el Gobierno Nacional con el proceso es llenarse de razones para jus-tificar, el inicio de una ofensiva total contra la insurgencia como si sudecisión de llevar adelante los diálogos y la negociación obedeciera a unatáctica de guerra y no de paz. Y esa doctor Santos, es una equivocaciónde tamaño mayor.

El proceso de paz no es la planificación de una derrota; como usted, lasinmensas mayorías de colombianos desean fervorosamente su éxito. Sabeel Gobierno que ese es el anhelo nacional y se ha empeñado a fondo enalcanzarlo. De fracasar este esfuerzo, lo que quedaría no es un "Plan B",sino la necesidad de preservar e intensificar la acción militar del Estadoante la amarga y dura realidad de confrontación que acompaña nuestrahistoria desde hace más de cuatro décadas.

Serán muchas las dificultades que el proceso de paz encuentre a su paso.Es importante preparar a la sociedad para transitar un camino que serálargo y tortuoso, pues su respaldo es definitivo para el éxito final. Eserespaldo se socava gravemente cuando se insinúa y se expande el rumorde la existencia en el Gobierno de intenciones distintas y alejadas a las queha propuesto el Presidente en su política de paz. Lo que termina porvendérsele a los colombianos, en forma perversa, es que el proceso de pazes una farsa y que no debe creerse en él.

En concordancia con el artículo 20 de la Constitución Nacional, me per-mito solicitarle se publique la presente comunicación en la misma páginay en la misma columna en que se publicó el artículo, a fin de garantizarla equidad y las condiciones que deben cumplir los medios para realizarlas publicaciones veraces e imparciales.

Cordialmente,

Víctor G. RicardoAlto Comisionado para la Paz

654 REPÚBLICA DE COLOMBIA

PASTRANA SIN PARTITURA PARA LA PAZ

EL NUEVO HERALD, Gerardo ReyesSanta Fe de Bogotá, D. C, martes 17 de agosto de 1999.

En una breve conferencia de prensa que ofreció el martes pasado en estaciudad, el subsecretario de Estado estadounidense Thomas Pickering, nopudo ocultar con su lenguaje diplomático lo que muchos colombianoshace rato sospechaban, y es que al parecer el presidente Andrés Pastranano tiene definida una estrategia para la paz.

A una pregunta de una reportera sobre la forma en que Estados Unidosestá dispuesto a colaborar con Colombia en el proceso de paz, el funcio-nario respondió en español:

"El presidente Pastrana me dijo que está formando para el futuro unaestrategia completa para Colombia para su objetivo de lograr la paz en elpaís", dijo Pickering. Tan pronto esté lista esa estrategia, agregó, "vamos aconsultar sobre la forma clara y exacta de nuestra ayuda para continuarla posibilidad de apoyar a Colombia".

La declaración de Pickering quedó perdida en los titulares de prensa que seconcentraron en el rechazo del funcionario a la idea de una intervenciónmilitar estadounidense, pero para quienes siguen de cerca el proceso, cons-tituyó una prueba más de que Pastrana no tiene partitura para la paz.

"No tienen ni idea", dijo el analista Eduardo Pizarro, director del InstitutoPolítico y de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional. Pizarrose refería al presidente Pastrana y a su comisionado Víctor G. Ricardo.Según el analista tanto el mandatario como su asesor han excluido a lasociedad de la participación en el proceso de paz con un criterio político.

HECHOSDE PAZ VI 655

"Ellos han dicho: quedémonos con los créditos de la paz y hagamos unacomisión solamente de amiguitos", dijo Pizarro. "y si alguién se acerca,Víctor G., lo quiebra".

El canciller, Guillermo Fernández de Soto, un cercano asesor en materia depaz del Presidente, dijo a El Nuevo Herald que las declaraciones de Pickeringfueron mal interpretadas, pues el funcionario estadounidense aplaudió laestrategia de paz de Pastrana. En la transcripción de la conferencia deprensa ofrecida por Pickering en el Palacio de Nariño no hay una solareferencia elogiosa a una estrategia del Presidente.

Para Ricardo las críticas de la falta de un proyecto definido no tiene fun-damento, pues en un país como Colombia, donde hay tantos factores enjuego y los acontecimientos se desarrollan en una forma vertiginosa, nohay tiempo ni condiciones para hacer planes.

"El proceso de paz es como una pieza de jazz en la que hay que improvi-sar, tocar sin partitura", ha dicho en varias ocasiones el comisionado. Losanalistas creen que una buena inprovisación es tambien un arte en la queel gobierno ha dado muestras de estar perdido.

"No puedo negar que muchas cosas se manejan a bandazos, con muchofolclor", dijo un funcionario del gobierno que pidió no ser identificado.

Con o sin partitura, la política de Pastrana en materia de paz es un enigmaque deja a los analistas sin pronósticos de los movimientos del Presidenteen este campo. Al misterio contribuye el hecho de que Pastrana sólo con-sulta a un grupo reducido de asesores que a su vez son muy parcos aldeclarar a los medios de comunicación.

Entre la ansiedad de la opinión pública por saber lo que está ocurriendo yel silencio de los asesores, surge una avalancha de especulé:-:iones sobre elproceso de paz que ha creado un estado permanente de zozobra informa-tiva en el país.

"Hoy nadie sabe hacia dónde va el proceso de paz", dijo Juan Manuel San-tos, dirigente del Partido Liberal que participó en la primera etapa de los

656 REPÚBLICA DE COLOMBIA

esfuerzos de paz con el Presidente. "Pastrana casi no escucha a nadie. Es-casamente a Víctor G., que es un político de corte regional que nunca hafigurado por una gran idea, es un 'yesman' que le cuenta al Presidente loque éste quiere escuchar".

Juan Gabriel Uribe, consejero político de Pastrana, asegura que el manda-tario está constantemente en contacto con representantes de la sociedady personajes extranjeros para escuchar sus opiniones.

"No es cierto que escucha a poca gente", dijo Uribe a El Nuevo Herald. "Susasesores tienen contactos con empresarios como Nicanor Restrepo, miem-bro de la Comisión de Paz, periodistas y expertos en el sector académico".

A nivel internacional, Pastrana consulta al jefe del gobierno español, JoséMaría Aznar; al gobernante cubano, Fidel Castro, y recibe consejos públi-cos y privados del presidente Bill Clinton, explicó Uribe.

"De Castro siempre recibe el mismo consejo: paciencia y más paciencia, yun poco de más paciencia", agregó el asesor.

Pero el día a día del proceso lo maneja Pastrana con Ricardo, el canciller ysu amigo personal Luis Alberto Moreno, embajador de Colombia en Was-hington, según fuentes consultadas por El uevo Herald.

Un experto extranjero en los procesos de paz de Centro América que visi-tó a Colombia en los primeros meses de este año para conocer los esfuer-zos de los organismos internacionales, dijo que había regresado a EstadosUnidos con la impresión de que los asuntos de la paz se manejaban conun criterio de "conciliábulo".

"Los colombianos son muy sensibles, muy territoriales, y me quedé con laimpresión de que no quieren que nadie de afuera meta las narices en elproceso", dijo el experto que prefirió no identificarse.

Un incidente que dejó la impresión del estilo de "camarilla" del manejo delproceso de paz fue la renuncia del ministro de Defensa, Rodriga Lloreda. El

HECHOSDE PAZ VI 657

ministro renunció alegando que a pesar de ser un funcionario clave parael proceso, el asesor del Presidente no pasaba al teléfono.

Las conversaciones del gobierno con las rebeldes Fuerzas Armadas Revo-lucionarias de Colombia (FARC) se encuentran estancadas desde el mespasado, cuando los guerrilleros se negaron a sentarse a la mesa de conver-saciones argumentando que no aceptaban la conformación de una comi-sión de verificación internacional propuesta por los delegados de Pastrana.La comisión tendría facultades para investigar abusos de la guerrilla o delmismo gobierno en una zona desmilitarizada de 41,000 km2.

En los últimos días, ya raíz de una columna escrita por el ex presidenteAlfonso López Michelsen, el reducido círculo de la paz de Pastrana acogióla idea de que a falta de comisión de verificación, podría ensayarse la apli-cación de algunas normas del Derecho Internacional Humanitario en lazona de despeje. Pero los comandantes guerrilleros no parecen simpatizarcon la idea.

Mientras el laberinto se resuelve, entre críticos y seguidores de Pastranahay solamente un punto de acuerdo: que el éxito o el fracaso del procesode paz no será compartido, sino que pasará a la historia con su nombre.

658 REPÚBLICA DE COLOMBIA

CARTA DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZVÍCTOR G. RICARDO A CARLOS CAS TAÑ E DA,

DIRECTOR DE EL NUEVO HERALD

Santa Fe de Bogotá, D. c., 17 de agosto de 1999

SeñorCARLOS CASTAÑEDADirector Nuevo HeraldE. S. D.

Señor Director:

Quisiera referir me a la publicación aparecida en el día de hoy "Pastranasin partitura para la Paz" relativo al proceso de paz en Colombia. Se for-mulan allí una serie de opiniones no fundamentadas, con las que se creaen la opinión pública una visión distorsionada de la realidad de nuestroconflicto. A la vez, se recurre nuevamente a vaguedades con el fin de cri-ticar la política de paz del Gobierno Nacional, esta vez valiéndose paraello de una interpretación forzada, de las muchas y muy diversas queadmiten los planteamientos y opiniones de funcionarios de otros países yde opiniones de personas que se han destacado por hacer oposición, nopropiamente proponiendo ideas sino destruyendo las existentes.

Es cuanto menos desconcertante que mientras la política de paz recibe unrespaldo internacional decidido, como producto de su solidez, su consis-tencia y su credibilidad, se obstine de decir, sin sustento ni argumento,que el Gobierno carece de una estrategia coherente y global para la con-ducción del proceso de paz. Sería bueno que semejantes juicios se formu-

HECHOSDE PAZ VI 659

laran con base en hechos concretos, en realidades tangibles, y no desde elgaseoso espacio de las generalidades, pues aunque así caigan en el vacíoterminan por lesionar el vital respaldo al proceso de paz que estamos ade-lantando en Colombia, con el propósito de encontrar una salida políticaal conflicto armado que ya lleva 40 años en nuestro país.

Una acción constructiva y acorde con la suprema responsabilidad de losmedios de comunicación buscaría advertir que las dificultades sonconnaturales al proceso de paz y por lo tanto que es necesario perseveraren el propósito de superarlas. Así ha sucedido en los países que han resuel-to o están en camino de encontrar una solución a sus conflictos (comoIrlanda, El Salvador, Guatemala, etc).

Elliderazgo que reclama la paz, de quienes tienen la capacidad de llegar yde influir en la opinión pública tiene que servir para esclarecer el camino ypara explicar con objetividad y correcta medida tanto los avances comolos obstáculos, y no para sembrar la confusión y la apatía.

Flaco favor le hacen a Colombia quienes insisten en negar la existencia deuna política de paz del Gobierno, cuando hay un camino avanzado que,pese a las dificultades, arroja esperanzadores resultados y abre horizontesnuevos. Para qué proclamar sin probar, una y otra vez, que el GobiernoColombiano sólo ha hecho "concesiones unilaterales", o para qué senten-ciar tan a la ligera que el plan de paz de la Administración es "más reactivoque proactivo", en vez de recordar que ya hay una Agenda Común y unosprocedimientos de participación establecidos, que se ha logrado cumpliruna primera fase, tal y como se había propuesto, y que lo que correspon-de ahora es redoblar el esfuerzo para superar los escollos y para poner enmarcha el proceso de negociación sustantiva, tal y como también estáprevisto.

Muchos sacrificios hay que hacer ante la dura circunstancia de negociaren medio del fuego. Es esa una situación que nadie desea, pero que sinembargo ha sido hasta ahora inevitable.

Mientras se puede convenir el cese de las hostilidades, hay que asumir lasimplicaciones que ello tiene, para no repetir los errores del pasado y desis-

660 REPÚBLICA DE COLOMBIA

tir de la negociación a partir de circunstancias de la confrontación. No esconveniente construir una falsa percepción colectiva sobre la expansióndel conflicto, ni menos aún crear esa aparente coyuntura militar parapoder reclamar la urgencia de una estrategia "coherente y global".

Nuevamente invito al análisis sereno y desprevenido de la política de pazde Colombia y del trecho andado en el proceso de paz. Invito a reconocerlas dificultades, que están a la vista y que no negamos; no para regodear-se de ellas, sino para buscar constructiva y solidariamente sus soluciones,ya que en eso consiste la reconciliación nacional. Invito a que se convo-que al ánimo, y no al desánimo.

Dentro de la estrategia de paz que estamos llevando a cabo además delelemento del diálogo y la negociación en un territorio definido y en el cualrige nuestra normatividad jurídica, ya que en lugar distinto a este debeaplicarse la fuerza pública contra todo aquel que está por fuera de la ley,está el llamado Plan Colombia que busca impulsar la inversión social enzonas por muchos años olvidadas y la implantación del Plan de Desarro-llo Alternativo, es decir la sustitución de cultivos ilícito s por proyectosagroindustriales rentables y por lo tanto sostenibles, con la ejecución deobras de infraestructura, salud, educación, ciencias y tecnología, que per-mitan una mejor calidad de vida a los campesinos y al establecimiento deuna verdadera estructura socio económica que impida el avance delnarcotr áfico.

Además en nuestra estrategia están las reformas políticas indispensablespara tener un país más democrático, equitativo y eficiente, derrotando lacorrupción, el narcotráfico y la violación de los derechos humanos; claroestá que estas acciones tienen grandes enemigos.

Me extrañó en su artículo la opinión que sobre mi, dió el doctor JuanManuel Santos, político perteneciente al partido de oposición. Ignoró eldoctor Santos que el Alto Comisionado para la Paz ha prestado sus servi-cios al sector público y privado, entre otras posiciones, Presidente de unainstitución Financiera, Consultor de Naciones Unidas, Profesor Universi-tario, Secretario de Agricultura y de Desarrollo, Gobernador de su Depar-

HECHOSDE PAZ VI 661

tamento, Viceministro de Gobierno, Secretario General de la Presidenciade la República y Embajador.

Sin embargo déjeme comentarle que conocer la realidad de las regiones esfactor que me enorgullece, pues la paz en Colombia pasa por atender a losterritorios menos favorecidos en la acción del Estado.

No cabe duda que las frustraciones del doctor Santos, no le hacen ver larealidad y que al folklore que él le impuso a su designación como miem-bro de la Comisión de Acompañamiento que el Gobierno quiso implementariniciando el proceso de paz, llevó esta idea a su fracaso.

Por último solicito atentamente que en el mismo espacio y con el mismodespliegue, se publique la presente comunicación.

Cordial saludo,

Víctor G. RicardoAlto Comisionado para la Paz

662 REPÚBLICA DE COLOMBIA

ALGUNAS CARTASENVIADAS POR

LASFARC

CARTA ENVIADA AL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZVÍCTOR G. RICARDO DE MANUEL MARULANDA VÉLEZ

Mayo 10 de 1999

Señor:Víctor G. RicardoAlto Comisionado para la Paz

La presente tiene como finalidad saludarlo cordialmente deseándole bue-na salud y a la vez responderle la suya fechada el 7 de mayo.

La propuesta del Señor Presidente, por su intermedio a las FARC-EP,sobre"Un acuerdo de reglas del juego en la zona de distensión" para garantizarlos diálogos y negociación sobre la política de paz y problemática nacio-nal, es un planteamiento que con razón o sin ella, condiciona la buenavoluntad expresada en el documento firmado el 2 de mayo entre el Presi-dente de la República y Manuel Marulanda Vélez, en Caquetania(Caquetá), para encontrarle una salida política al conflicto social y ar-mado del Estado contra la insurgencia en su lucha por los cambios.

A lo anterior le agregamos el comunicado oficial del Secretariado para surespectivo análisis, sobre las conveniencias e inconveniencias en el man-tenimiento del despeje de los cinco municipios para el manejo de la políti-ca de paz con la insurgencia de las FARC-EI~

Al estudiar y analizar lo planteado por ustedes en el documento, encon-tramos en casi todos los puntos las dificultades y exigencias que creía-mos haber superado. Éstas son hoy motivo de condicionamiento por parte

HECHOSDE PAZ VI 665

del Gobierno para poder mantener el despeje. Por ejemplo: El respeto a laciudadanía de acuerdo a la constitución y las leyes, como si estuvierasiendo atropellada por nosotros; el reconocimiento del alcalde como úni-ca autoridad municipal, aparece como si lo estuviéramos desconociendo;la policía cívica, hoy con otro nombre puesto unilateralmente, tampocoha sido desconocida, porque fue parte del acuerdo; los concejales tampocohan sido desconocidos; los jueces y fiscales instalarían sus oficinas en otrosmunicipios para efecto de cumplir con sus funciones; el control de culti-vos ilícito s y movimientos de narcotraficantes, no es de nuestra compe-tencia pero sí mantenemos la propuesta, a los tres poderes, de despejarCartagena del Chairá para poner en marcha el plan piloto de erradicaciónde cultivos ilícitos.

En cambio, sí es de nuestra competencia, mantener unidades armadas encada municipio para garantizar la seguridad de los emisarios del gobier-no y los de las FARC-EP;distinto es que los enemigos de la paz, como algunasunidades militares disfrazadas de paramilitares y civiles reaccionarios, noshagan inteligencia, provocaciones, planifiquen ataques, realicen bloqueoseconómicos a los municipios de La Uribe y Mesetas, y nosotros nos tenga-mos que cruzar de brazos, como quieren que ocurra en San Vicente.

Con relación al punto 13, estamos hasta ahora terminando diálogos ylistos para iniciar negociaciones. En el entendido que hay confrontaciónen el resto del territorio nacional, y mientras no se llegue a acuerdos depaz, no cesarán las confrontaciones entre las partes.

Las unidades guerrilleras tienen que ser relevadas con unidades de diferen-tes frentes y por ello, tienen que producirse desplazamientos dentro y fue-ra del área del despeje. Los entrenamientos militares son cotidianos en lasFARC-EP;los ingresos de jóvenes son voluntarios y no forzados, segu-ramente, lo anterior molesta a los enemigos de la paz porque no hanlogrado entender que este proceso es distinto a los anteriores donde lainsurgencia pactaba sin condiciones con el gobierno, se sometía a las leyesvigentes, y pedía a través de la amnistías el perdón y olvido. Ahora setrata de transformar el Estado en todas sus estructuras mediante acuer-dos y negociación lo cual requiere perseverancia, tiempo y paciencia.

Sin más, cordialmente,Manuel Marulanda Vélez.

666 REPÚBLICA DE COLOMBIA

CARTA ABIERTAAL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Montañas de Colombia, agosto 26 de 1999.

Señor Presidente:

Doctor Andrés Pastrana Arango.

Reciba un cordial saludo deseándole muchos éxitos en sus gestiones degobierno en defensa de los Derechos Humanos, contra el paramilitarismoy por la paz. A la vez aprovecho para exponerle lo siguiente:

Los dos hemos tenido la oportunidad de hablar personalmente por dosocasiones e intercambiar opiniones sobre la problemática nacional y suposible solución a corto y largo plazo, teniendo como fundamento espe-cialla búsqueda de la paz a través del diálogo.

En la última entrevista después de un serio análisis colectivo acordamosinformarle a la opinión los resultados de la entrevista en un documentopúblico firmado por ambos, donde decimos que están dadas las condicio-nes para sentarnos a dialogar y negociar a través de los emisarios suyos ylas FARC.Mas sin embargo, cinco días después me fue enviada una cartaa través del Alto Comisionado para la Paz por instrucciones suyas, pro-poniendo "Las Reglas del Juego", que ni siquiera fueron mencionadas endicho encuentro y que no han sido aceptadas por las FARC por conside-rarlas condicionantes en todo su contenido.

En ambas entrevistas no hemos aceptado la Comisión de Verificación In-ternacional, por considerarla innecesaria y de injerencia en los asuntosinternos de Colombia, además porque nadie se puede colocar por encima

HECHOSDE PAZ VI 667

del bien y del mal mucho menos, para que nos digan qué debemos hacer,si tenemos en cuenta la aprobación de una Agenda Común. Es precisa-mente este condicionante el que tiene en suspenso la continuación de losdiálogos y retarda la instalación de la mesa.

Si hacemos un repaso señor Presidente de la filmación y grabaciones del 2de mayo, encontramos su propuesta pero no la aceptación de nuestraparte de la comisión internacional. Por ello, es extraño para mí e inacep-table, cuando se afirma personalmente y por los medios de comunica-ción, que yo estoy incumpliendo lo pactado en Caquetania.

Señor Presidente, por nuestra parte seguimos pendientes y dispuestos ahablar sin condicionamientos. Mientras tanto sigue el baño de sangre deinocentes ciudadanos por cuenta del Ejército disfrazado de paramilitares,sin que el gobierno tome en sus manos el asunto. A sabiendas de que elEstado tiene el deber de protegerlos.

No es mi deseo polemizar en tan delicado asunto, pero me veo en la obli-gación de hacerlo, para conocimiento de la opinión pública nacional einternacional.

No siendo otro el motivo de la presente me despido cordialmente de ustedseñor Presidente.

ATTE, Manuel Marulanda Vélez.

668 REPÚBLICA DE COLOMBIA

CARTAS RECIBIDASDE LAS

AUTODEFENSASUNIDASDE COLOMBIA

CARTA ABIERTA

Colombia, 24 de mayo de 1999.

DoctorANDRÉS PASTRANA ARANGOPresidente de la República de ColombiaSanta Fe de Bogotá

Su excelencia.

Permítanos ofrecerle un respetuoso saludo.

Las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, asumimos la responsabili-dad por la integridad y la vida de la doctora Piedad Córdoba de Castro.Cualquiera sea el descenlace de esta dolorosa pero inevitable acción, laSenadora regresará a sus actividades en normales condiciones.

Consideramos urgente que se oriente correctamente el proceso de paz. Poresta razón deseamos hablar con los doctores: Horacio Serpa Uribe. JoséFernando Castro Caicedo y representantes del Consejo Nacional de Paz ydel Congreso de la República, quienes a nuestro juicio, estarían dispuestosa hacerlo. Rogamos a usted autorice este encuentro.

Es muy importante en aras de un verdadero proceso de concertación na-cional, debatir con estos personajes temas como: Nuestra participaciónen el proceso de paz. Nuestras determinaciones frente al posible canje de

HECHOSDE PAZ VI 671

guerrilleros por soldados, "lucha contra las autodefensas" en la agendacon las FARC, situación de los miembros de las AUC en prisión y actua-ción de algunos miembros de la Fiscalía como actores del conflicto.

De esta manera se estaría dando inicio a un auténtico proceso de paz enColombia.

Del señor Presidente

Carlos Castaño,Comandante AUC.

672 REPÚBLICA DE COLOMBIA

CARTA DIRIGIDA AL ALTO COMISIONADO PARA LAPAZ VÍCTOR G. RICARDO DE LAS AUTODEFENSAS

UNIDAS DE COLOMBIA

Colombia, septiembre 12 de 1999

CARTAABIERTA

DoctorVÍCTOR G. RICARDOComisionado Nacional de PazSanta Fe de Bogotá

Señor Comisionado:

Ante la lamentable indecisión que caracteriza su gestión en la delicadamisión que el señor Presidente de la República le ha confiado, LasAutodefensas Unidas de Colombia le informamos nuestra posición y lasdeterminaciones que hemos tomado con respecto a los más álgidos temasy las más determinantes circunstancias de la paz nacional.

1. Ley de canje, justicia y conflicto

a. Las Autodefensas de Colombia, somos consientes de nuestro carácterde organización armada, que hemos respetado las Instituciones legí-timas y defendido el sistema económico de libre mercado, pero noshemos visto obligados a enfrentar la guerra irregular de la subversiónterrorista con mecanismos que trascienden la ley, lo cual nos convier-

HECHOSDE PAZ VI 673

te en un actor del conflicto al margen de esta. Así lo aceptamos, perono podemos tolerar impasibles que el gobierno o parte de este tomepartido del lado del enemigo nacional, tal como esta ocurriendo conquienes apoyan la ley de canje que la guerrilla ha propuesto al Gobier-no y al Congreso Nacional. Toda la opinión pública rechaza unáni-memente este cínico propósito estratégico de la subversión.

Según esta ley, los secuestradores, extorsionistas y terroristas guerri-lleros, podrían delinquir a voluntad, mientras que los combatientesde las Autodefensas o los empresarios que se han defendido de la delin-cuencia con estatus político, permanecen en las cárceles acusados deejercer el derecho a la legítima defensa y juzgados con un estatuto quenada tiene que ver con su realidad penal y social.

No aceptaremos la ley de canje. Conduciría a tener que aplicarse atodos los detenidos pertenecientes a los diferentes actores del conflic-to, nos preparamos para esto.

La justicia manipulada bajo la intimidación no puede ser un armapolítica de la subversión, no puede aplicarse en nombre del proceso depaz una parcializada caricatura de justicia, máxime cuando lacontraprestación de la guerrilla hasta ahora ha sido ninguna.

b. Todo el país pensante sabía de antemano que al suspender la JusticiaRegional en su acción contra la subversión, muchos terroristas reco-brarían la libertad, dada la intimidación, laxitud y la corrupción demuchos jueces y magistrados de la Justicia Ordinaria, pero nadieimaginó que la excarcelación fuese tan inmediata y descarada.

La libertad del comandante Byron de la FARC,del terrorista EstebanCancelado del ELN Y una veintena de casos más, constituyen uninsulto a la Justicia y a la dignidad de la Instituciones colombianas.

Rehusamos creer que esta aberrante circunstancia obedece a un omi-noso pacto en los sectores del Gobierno y la Subversión y que el canjeya esté funcionando de manera proterva.

674 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Solicitamos al Gobierno Nacional que intervenga categóricamentepara que se desvirtúe esa suposición a muchos colombianos.

c. Cuando el presidente Pastrana concedió la "zona de despeje" a las FARC,en ningún momento autorizó la creación de una zona de exclusiónde la República de Colombia y sus Instituciones.

Los colombianos sabíamos que la guerrilla se iba a comportar comoguerrilla, lo cual es normal, pero jamás pensamos que el Estado fuesea actuar como celestina denunciando lo obvio y ocultando lo vergon-zoso que ocurre en esa zona de tolerancia del delito.

d. Con respecto a las recientes y drásticas sanciones del Gobierno a altosmilitares acusados de presuntas vinculaciones con las Autodefensas,tanto Usted como el alto Gobierno, saben que eso no es cierto. Se hapretendido buscar paramilitarismo donde no lo hay, mientras tole-ran, protegen y esconden a reconocidos paraguerrilleros.

Saben y entienden sobradamente que no necesitamos de las Autori-dades para nuestro accionar, que somos una Organización civil y unafuerza social con demostrada capacidad militar y autonomía totaldel Estado.

Es absurdo que el Gobierno le haga eljuego a los carifeos de la guerrillay a violentólogos de pacotilla, Gobiernos anteriores han fracasado ensu gestión de paz por tener en cuenta esos cantos de sirena.

El actual Gobierno ha perseguido a las Autodefensas mucho más quetodos los anteriores, sin embargo es el que ha sancionado más milita-res y ha encarcelado más ganaderos, empresarios y comerciantes pordefenderse de la delincuencia subversiva.

Señor Comisionado: Si el Ejército y el Estado Colombiano no han sidocapaces de erradicar la guerrilla en varias décadas, zqué le hace creerque podría el Gobierno acabar militarmente con las Autodefensas

HECHOSDE PAZ VI 675

quienes le están ganando la guerra a esa misma guerrilla y que con-tamos con el apoyo irrestricto de enormes sectores de la ciudadanía?

Si el Estado Colombiano, considera prioritario enfrentar a lasAutodefensas antes que a la guerrilla, continuaremos con nuestralucha antisubversiva con más ahínco y más decisión, pero tambiéncon más efectivos y más apoyo social de quienes nos encomendaronla irrenunciable misión de colaborar con la recuperación nacional.

2. Internacionalización del conflicto colombiano

a. La diplomacia guerrillera y sus aliados internacionales, permanente-mente urden patrañas, no sólo contra el Estado colombiano, sinotambién y de manera más vehemente y cínica contra nuestra Orga-nización. La última de ellas, las más alevosa y sucia, es la amenazaque en nuestro nombre están haciendo a sedes diplomáticas de paísescomo Francia y Alemania, en Ecuador y Colombia, lo cual negamosenfáticamente. Denunciamos a la guerrilla de las FARCcomo respon-sables, particularmente a Raúl Reyes y sus secuaces quienes se en-cuentran en el vecino país.

b. Notificamos públicamente a la Cancillería colombiana y a la señoraMireya Moscoso, Presidenta de Panamá; que hemos declarado objeti-vo militar a todos aquellos miembros de la Guardia Nacional de esepaís, quienes trabajan en abierta convivencia con las FARCen la zonade frontera. Tenemos pruebas fehacientes de la actividad de tráfico dearmas y de droga en esa zona. Así mismo, sabemos los sitios en loscuales se refugian los guerrilleros colombianos en ese país bajo la pro-tección de la Guardia Nacional.

Si hasta el momento no hemos ejecutado acciones en tal sentido sedebe a nuestro deseo de evitar un lamentable incidente internacional,pero no de intervenir las autoridades de ambos países muy prontotendremos que hacerlo nosotros, ya que no toleramos más esta si-tuación.

676 REPÚBLICA DE COLOMBIA

c. o es nuestra intención cuestionar la política exterior del GobiernoNacional, pero nos vemos en la obligación de enunciar la parcialidaddel Gobierno de Venezuela frente a nuestro conflicto interno.

En los combates sostenidos por la Autodefensas contra la guerrilla enla zona fronteriza del Catatumbo cuando las tropas de la subversióniban en retirada hacía territorio Venezolano, nuestros efectivos fue-ron atacados por la aviación del vecino país, con el objeto de protegerla retirada de la guerrilla. Creemos que este acto constituye injerenciaen un conflicto interno y una descarada violación del Derecho Inter-nacional que poco importa al presidente Chávez, cuyo desprecio porColombia lo ha llevado a apoyar la subversión terrorista en nombrede una supuesta imparcialidad que nadie cree.

d. La insultante actitud del presidente Chávez y su Canciller contra elGobierno Colombiano y la complicidad de autoridades venezolanascon la guerrilla han sido suficiente para demostrar del lado de quienestán en este conflicto.

A propósito de los atentados contra las sedes diplomáticas Colombia-nas en Caracas, perpetrados por la banda terrorista "Tupamaros", quehace parte del movimiento "Chavista", advertimos que esta Organi-zación terrorista no ha sido ...

Para las AUC, tanto la banda "Tupamaros" de Venezuela, como todoslos auxiliadores de la guerrilla en ese país, son actores del conflicto, esdecir parte integrante del enemigo de Colombia que es el nuestro.

e. En este mismo sentido y de igual manera somos enfáticos en advertir,que todos aquellos miembros de las guerrillas amnistiadas de Nicara-gua y el Salvador que actúan como enlaces, proveedores y cómplicesde las FARCy el ELN son parte del conflicto.

No nos detendremos ante los obstáculos internacionales para com-batir una subversión que no respeta fronteras.

HECHOSDE PAZ VI 677

Todo atentado contra sedes diplomáticas de Colombia, toda agresióncontra empresarios colombianos en los países vecinos y todo ataquecontra la dignidad nacional por parte de la subversión terrorista ysus aliados internacionales, será considerado un acto de guerra con-tra nuestra Nación y por consiguiente contra las Autodefensas.

3. La farsa de la negociación con bandas terroristas y de mer-cenarios

a. Ante la presión del supuesto EPL para emprender un proceso dediálogo con el gobierno, queremos recordarle que esa organizaciónguerrillera ya se reinsertó de manera masiva en 1991, Y su disi-dencia también lo hizo posteriormente en el Gobierno anterior. Quie-nes actualmente utilizan ese nombre, no son más que una banda demercenarios al servicio del ELN, la cual pretende usar de manera es-tratégica en el proceso de negociación. No respetamos ningún tipo deacuerdo de esa banda con el Gobierno por constituir una farsa.

b. Tampoco estamos dispuestos a respetar ninguna zona de despeje queel Gobierno conceda al ELN, consideramos que el tratamiento a esereducto terrorista no debe incluir la cesión de territorio alguno, pues-to que lo han perdido todo.

Lo único que pretende esta cuadrilla es tener algún territorio dóndereagruparse, rearmarse y refugiarse después de delinquir por todo elpaís.

Doctor Ricardo. Elacuerdo al que lleguen el Gobierno y guerrillas inconsultocon nosotros, no dirime el conflicto entre estos últimos y las AUC. No ledevuelva a la guerrilla en la Mesa de Negociación lo que ha perdido en laguerra con las Autodefensas.

Carlos Castaño.

678 REPÚBLICA DE COLOMBIA

ALGUNAS CARTASRECffiIDAS

VOLUNTAD MANIFIESTA DE UN MILITANTEDEL SEGUNDO FRENTE DE LAS FARC-EP

SeñorVÍCTOR G. RICARDOAlto Comisionado para la PazPresidencia de La RepúblicaLa Ciudad.

Ante un eventual canje de prisioneros de guerra, soldados retenidos porguerrilleros o presos políticos, en mi condición de capturado como mili-tante del Segundo Frente de las FARC-Ep'manifiesto a usted y por su con-ducto a las FARC-EPque por ningún caso acepto ser canjeado por personaalguna. Ha sido mi disposición el acatar los procedimientos ordinarios dela justicia colombiana, la cual ha de resolver mi situación jurídica me-diante la ejecución de la sanción penal que me ha sido impuesta.

Esta opción mía no compromete a las partes que adelantan los contactostendientes a restablecer la paz y la justicia social. Desde hace varios añosvengo manifestando mi deseo de reincorporarme a la vida civil y produc-tiva del país. Así lo manifesté cuando me amparé en el parágrafo del arto4 de la Ley 77 de 1989 y solicité la gracia de la amnistía, la que me fuenegada porque, entonces, las FARC-EP no habían hecho dejación de lasarmas.

Siendo un canje de prisioneros una vía expedita y segura para gozar de milibertad, mi proyecto de vida y los sueños que he venido consolidando enel diario vivir, como una familia conformada por una esposa y dos hijos,los estudios académicos que me he propuesto, los procesos de pensamien-

HECHOSDE PAZ VI 681

to centrados en principios respetuosos de las diferencias y las otredadesme han permitido entender que mi camino personal y familiar apenascomienza a construirse.

La libertad no se fundamenta en el simple hecho de salir de una cárcel. Lalibertad es una opción de vida. Yohe elegido que mi libertad está en el senode mi familia y que por rentable que sea salir muy pronto de la cárcel novoy a dejar de construir y seguir soñando el futuro que amo. Agradezco austed tener en cuenta mi nombre y las consideraciones que amparo eneste documento ya que con ello estaría favoreciendo preceptos constitu-cionales, la familia, la libre personalidad y la justicia.

Atentamente,

Rafael Polanía Molano,Interno Patio QuintoTD. 26,880c.c. 79.822.454 de BogotáPenitenciaría de Colombia La Picota.

682 REPÚBLICA DE COLOMBIA

ALGUNASINTERVENCIONES

SOBREEL PROCESO DE PAZ

CUÁNTOS MUERTOS MÁS NECESITAMOSPARA HACER LA PAZ

Palabras del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, durante elacto de entrega de equipo motorizado a la alcaldía

de San Vicente del Caguán.

San Vicente del Caguán, 28 de julio de 1999.

Quiero aprovechar esta oportunidad, en la que entregamos una ambu-lancia y unas motos a la alcaldía de San Vicente del Caguán, para llamarnuevamente la atención nacional sobre esta hora crucial de nuestra his-toria, que por su trascendencia nos reclama a todos, todo lo mejor decuanto seamos capaces de darnos a nosotros mismos.

Existe en Colombia una fuerza de paz que se mece y se estremece; unafuerza que puja y que empuja, y que de PLUary por empujar, acabó aflo-jando las bisagras de la bóveda de la guerra. Hoy sabemos que si respeta-mos el ritmo, que si no desfallecemos, que si seguimos empujando al tiem-po y todos para el mismo lado, terminaremos rompiendo la puerta, ysabemos que al cruzar esa puerta vamos a encontrar la paz.

La paz es un sueño común, un anhelo de todos y una construcción co-lectiva. El camino para alcanzarlo es tortuoso, largo, complejo, ascendente,y al transitarlo se está expuesto a ser lastimado por una que otra alimaña.

Por eso es crucial viajar en equipo, ir bien aprovisionados y reconocer yseguir la voz de quien nos guía. Y es sobre ese liderazgo que quiero re-flexionar con ustedes hoy; sobre quién es y quién no es un líder de paz;sobre a quién creerle y a quién no creerle en este complejo proceso tancolmado de acertijos.

Lo primero que quiero decirles es que un líder no es aquel que dice lvayanl:y que ni siquiera lo es el que dice lvamos! ... Líder sólo lo es aquel que dice

HECHOSDE PAZ VI 685

isíganme! Y que convence con su voz. Hay que fijarse entonces en si el quepropone el camino tiene barro en los zapatos.

Algunos en Colombia están reclamándonos desde el sofá que otros vayana hacer la guerra ... , que otros vayan a ganar la guerra. iQue mandensoldados y si los nuestros no sirven, pues que manden marines! Los esca-sos amigos de esta fórmula de caníbales, que como buenos caníbales no sematan entre sí, la predican en los salones cerrados pero jamás piensan enir al combate o en que lleguen a ir sus hijos.

Mallas llaman "los duros", los "guerreristas", los amigos de la "opción defuerza", o los "partidarios del inexistente llamado Plan B". Son más bienlos cómodos, los irresponsables, los cobardes, los que lanzan el dardo en-venenado sin salir de su escondite.

Me encontré en días pasados con unos de esos apologistas de la guerra,que son también los que suelen despotricar de quienes nos hemos empe-ñado a fondo en el proceso de paz, y sin siquiera identificar en el mapa laconfiguración de nuestra geografía gustan de decir que le estamos rega-lando el país a la guerrilla.

Estoy seguro que muy pocos de ellos han tenido el cuidado de conocer lapolítica de paz. Se preguntan entre sí en los cocteles zqué quiere la guerri-lla?, pero no dedican un minuto a saberlo, ni a pensar conscientementeen su responsabilidad con la paz o a pensar qué estamos dispuestos aaportar para obtenerla.

Del Alto Comisionado para la Paz se ha dicho por ese tipo de gentes quesoy un emisario de la guerrilla. De esos atrevidos no me sorprende queignoren los fundamentos de mi pensamiento político, ni las distanciasque en lo conceptual me apartan de la insurgencia, ni el abismo profundoque marca mi distancia con todo aquel que crea en el valor transforma-dor de la violencia. Finalmente no tienen por qué hacerla.

Pero lo que sí me sorprende es que no se preocupen por comprender en susverdaderas dimensiones y alcances el proceso de paz; que ni se den la opor-

686 REPÚBLICA DE COLOMBIA

tunidad de abrir la mente a la posibilidad de hacer una Colombia paratodos; o que no se detengan a pensar qué es realmente lo que le hemoscedido a la guerrilla; y que se quieran preocupar ahora por la soberaníanacional sobre una región del país que nunca conocieron, que aún no hanconocido, y que no les interesa conocer. Una región apartada, no por ladistancia, sino por el olvido.

Esos, quiero recordarlo, desde su irritante y cínica comodidad no sabencómo se vive en la zona de distensión, no saben quiénes viven ella zona dedistensión, y no saben qué es la zona de distensión y no logran captardesde sus propias palabras que ahora, como nunca antes, cada vereda,cada camino, cada parcela, y lo que es más importante, cada una de lasgentes, de los hombres y mujeres que habitan los municipios que confor-man esta zona, están mucho más integrados al país, pues al menos hoyesa región es epicentro del futuro de toda la Nación y hay una permanen-te presencia del gobierno que antes no existía.

No hemos regalado ninguna tierra a la guerrilla, hemos creado un esce-nario para los diálogos, para la negociación y para la firma de acuerdos;y además, hemos puesto un telescopio apuntando hacia aquí, hacia el surde Colombia, para que el resto del país y del mundo observen por primeravez este lugar de nuestra patria.

Entregado estaba antes, como aún lo están importantes regiones del país;entregado a su suerte, generalmente a su mala suerte, entregado al olvi-do, a la falta de vías, a la falta de un teléfono, a la falta de la luz, a la faltade transporte, alejados del acceso a la salud, a la educación y entregado ala desesperación y la desesperanza.

Está claro entonces que esos no son los líderes, que no dicen vamos, queno dicen síganme, que dicen vayan, que vayan los que ellos no conocen, yque acaben con esos otros que tampoco conocen, en esos lugares que tam-poco conocen, pues su moral les obliga a esa higiene mental.

Hay esos otros que dicen vamos. Vamos al Caguán a hablar con los gue-rrilleros, vamos con el gobierno o sin él, pero vamos, vamos en grupo, yvamos un rato, nos tomamos la foto y después nos devolvemos, nos de-

HECHOSDE PAZ VI 687

volvemos en grupo. Son esos que van y vienen para prometer sin com-prometer; o los que tiran la piedra y esconden la mano.

Allí están los que afanados por ver su foto en las primeras planas hanquerido hacer de la paz el camino de su propia fama; o los que quierenentrar así sea a codazos al espectáculo de la paz, o los que quierenincendiarlo todo, movidos por el destructor egoísmo que siente el que estáfrustrado porque jamás ganó una medalla, aun cuando nunca luchó porobtenerla.

Se destacan los que, según lo aconsejen los resultados de las encuestas deopinión o los vaivenes de la política, asisten ante la guerrilla condescen-dientes y comprensivos, generosos en modales y magnánimos en sus an-helos de paz, pero ante los escenarios de prensa asumen lenguajes y portesdistintos, de fuertes, de inquebrantables, de opositores a que sigan las su-puestas concesiones. Son los de doble moral, los de dos caras, los de los doslenguajes: uno cuando están ante la guerrilla y otro cuando están antelos micrófonos de los medios; los que tanto mal causan con su oportunis-mo febril.

Tampoco esos que dicen vamos y que diluyen su carácter en el clima delas multitudes son líderes de la paz.

No. Los líderes de la paz son los que dicen sígannos, y ese ha sido el llama-do que el señor Presidente de la República y el Alto Comisionado para laPaz hemos hecho con la más tenaz insistencia. En la paz vamos en pri-mera línea, abriendo el camino, con el sol de frente, mordiendo el polvo. ElAlto Comisionado habla con una misma voz, con un mismo tono, conuna misma convicción, con un mismo compromiso, con un mismo men-saje que expone ante la guerrilla y ante la sociedad. Y se sube a la tarimapara que todos identifiquen su rostro.

Actúo para conseguir la paz, pero en defensa de los fundamentos de cuantossomos los colombianos como idea de Nación. Actúo en la ley y en nom-bre de la ley, actúo sin canjear ni renunciar a los principios de nuestraconfiguración republicana y democrática; actúo en defensa de todos loscolombianos sin excepción.

688 REPÚBLICA DE COLOMBIA

No soy elocuente ni vehemente; no me acompañan dotes histriónicas, nigusto de las posturas rimbombantes. Actúo con mesura, con cautela,con prudencia, con responsabilidad; pero especialmente hablo en formadirecta, con franqueza y con un mismo lenguaje. Aplico aquello de que locortés no quita lo valiente, y con cortesía y con valentía expongo y de-fiendo los intereses del Estado en el proceso de paz.

Cada día comprendo más el conflicto y cada día me duelo más del absur-do que encierra. Cada día estoy más seguro de que es posible una soluciónpolítica a este conflicto; pienso mucho en la pregunta existencial de Alva-ro Gómez Hurtado acerca del número de muertos que habríamos podidoevitarnos si nos hubiésemos encontrado años atrás. Pero el pasado es elpasado y lo que realmente me alarma es cuántos muertos más, soldados,guerrilleros y gentes del común, todos colombianos, tendremos que ponerpara convencernos de la urgencia de alcanzar la reconciliación.

y esa pregunta debe penetrar en lo profundo de la conciencia de todosporque también hay que decirlo con firmeza, hay quienes andan diciendovayan y hay quienes dicen vamos, pero se necesita sentir más fuerte lavoz de los que para la paz dicen sígannos. Son esos los que hacen faltapara que superemos las dificultades del presente y del futuro.

Reciben ustedes hoy unas motos. Quiero decirle que el proceso de paz,como las motos, se mantendrán en pie mientras anden. Hay que echar aandar nuevamente el proceso, porque, como las motos, por mucho que sedesee, parado no se sostiene.

Invito entonces desde San Vicente del Caguán y frente a sus habitantes atodos los colombianos a que sigan apoyando este proceso con seriedad ycompromiso, rodeando la política de paz del Estado que involucra el que-rer y el sentir de las inmensas mayorías; a quienes advertimos el rigor dela marcha pero ofrecemos un camino seguro. Sigan al señor Presidente dela República, que se la está jugando a fondo y que trabaja con tesón yperseverancia en la construcción de la paz, esquiva y lejana desde hace yacuatro décadas.

HECHOSDE PAZ VI 689

LA PAZ ES MISIÓN DE TODOSLOS COLOMBIANOS

Palabras del Alto Comisionado para la Pazen la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz.

Cali, 29 de julio de 1999.

Siento una gran satisfacción y complacencia por asistir hoya este recin-to, en el que cientos de hombres y de mujeres, provenientes de los másdiversos lugares de Colombia, representantes de muy distintos oficios, gen-tes del campo y de las ciudades, unidos por el anhelo común de paz, secongregan nuevamente, como hace un año en Bogotá, para hacer sentiruna sola voz, la voz poderosa y fuerte de la Nación, que exige el fin de laviolencia y la siembra fértil de la paz.

Se siente aquí la fuerza incontenible de la paz; de esa paz auténtica quesólo es posible cuando proviene de la decisión ética de un pueblo, que lademanda, que la exige, pero sobre todo que la construye, que sabe que essuya y no permite que le sea arrebatada. De un pueblo que en medio de latragedia se impone y persuade.

No hay un mejor patrimonio nacional para la paz que este clamor va-liente y pujante de la sociedad que se junta en este cruce de caminos, paradecir ibasta de guerra!, para elevar su airada queja contra los violentos ysu violencia, venga de donde venga, para dar la orden de proseguir sindesmayo por el camino del diálogo.

Quiero decirles que el Gobierno Nacional sabe y comparte que es la paz loque quieren los colombianos. Desde su más profunda y honda convicción,el Presidente de la República ha creado y liderado una política para bus-carla. Saben ustedes que hemos actuado con valentía, con coraje y condecisión para allanar un camino que nos permita poner fin a esta aciagaviolencia, que nunca el país ha merecido y que ahora no soporta.

HECHOSDE PAZ VI 691

y si hemos actuado así es porque estamos seguros de interpretar el sentirde las inmensas mayorías nacionales, que respaldan el camino del diálogoy de las soluciones políticas, y que descartan de plano y contundentementelas alternativas de una paz a la fuerza.

Quiero repetir lo que tantas veces hemos dicho: el camino de la paz quepropone el gobierno trasciende con creces la negociación política con lainsurgencia. No es solamente de la mesa de negociaciones de donde puedeni debe surgir, sino del más ancho escenario de democracia de cuantosseamos capaces de construir.

Ya no es tiempo de arrogancia, ya le pasó el cuarto de hora a la petulanciade los que en uno o en otro extremo y abrigados con la receta ideológicaquisieron ser "la voz de los que no tienen voz".

Nadie, lo sabemos bien, nadie tiene la Linterna de Diógenes para la paz deColombia. Y aunque ello por un lado nos pueda preocupar, pues hay som-bras hacia adelante, por otro nos alegra y motiva, pues significa que laconstrucción de nuestras certezas sobre el futuro y sobre la paz perdura-ble sólo tiene cimientos sólidos si su base es la Nación.

La paz, lo ha dicho el Presidente de la República y hay que hacerlo sonar yresonar, la paz la construimos todos. El desafío hacia delante no es sólosobre los procedimientos, ni sobre las fechas, los horarios, o los lugares, eldesafío mayor, la tarea trascendental es ponerle pueblo a la paz, construirla democracia solidaria a que estamos obligados para renovar la faz denuestra lesionada Colombia.

Se ha dicho sobre el gobierno que es excluyente en la política de paz. Quie-ro responder a eso. Y hablo con toda modestia, pero con toda claridad:hemos recuperado para el gobierno la responsabilidad de conducir el pro-ceso de diálogo y negociación con la insurgencia. Esa es una obligaciónineludible que no vamos a endosarle a terceros, en especial en aquellos queaun cuando muy bien intencionados se acercan ante la insurgencia con elánimo de prometer pero sin capacidad de comprometer.

692 REPÚBLICA DE COLOMBIA

El espacio de la participación de la sociedad en el proceso de paz es muchomás amplio, es mucho más ancho que la mesa de negociación. Sobretodo cuando queremos que la sociedad concurra desde la base hacia elvértice, desde el municipio hasta la región, en todo su espectro, con todasu riqueza. Y cuando me refiero a una participación amplia hablo de lapresencia libre y tranquila de todos los rostros múltiples que configurannuestra nacionalidad; hablo de un horizonte amplio, de debates y con-tra-debates, de contraste de puntos de vista, de encuentros y desencuentros,de dialéctica y de construcción de consensos.

Hablo de ponernos de acuerdo para estar en desacuerdo, como aquí, comohoy, como en este lugar, en este foro de democracia en el que con respetovale la pena opinar. En esta fábrica de entendimientos sociales y de trámi-te de las diferencias que acompañan a la convivencia humana, pero deeste sitio en el que la única regla sagrada y el único altar común es larenuncia a la violencia.

No hablo entonces, ni entiendo por simple lógica, de una participaciónsocial donde diversos intermediarios se disputen entre sí como represen-tantes de la sociedad en la mesa de diálogos o que quieran ocupar, sincontar con capacidad ni fuero político o legal la responsabilidad de actuaren el escenario de la negociación.

La responsabilidad de los negociadores es interpretar fielmente los intere-ses nacionales y asegurarse de que tanto la negociación como los acuer-dos de paz respeten ese querer colectivo. Pero también recuerdo que ladimensión de la paz que buscamos al ejecutar la política de paz estableci-da por el Jefe de Estado es de panorama más lejano que los de la mesa denegociación. La inversión social: la obtención de la justicia social.

Lo que quiere el gobierno es que entre todos, absolutamente todos los co-lombianos celebremos un nuevo convenio, un acuerdo de horizonte na-cional, un proyecto de país de todos, por todos y para todos; o para decir-lo mejor desde esta tribuna de paz, una paz de todos, todo el tiempo,como lo clama y reclama esta Asamblea Permanente.

HECHOSDE PAZ VI 693

Aquí veo, en cada uno de ustedes y en la fortaleza de su unidad, la infra-estructura de la paz del país, su solidez, su pilote y su piedra angular. Aquíse expresan los deseos de una sociedad en marcha, que ha dejado de mirara sus pies, doblegada por la violencia, que levanta la cara y erguida comonunca antes reclama y edifica la paz.

Comienzan ustedes por lo que toca, por hacer la humanización de la gue-rra. Es eso también lo que ha buscado el gobierno y lo seguiremos propo-niendo. Hay que detener la barbarie, hay que respetar a los indefensos,hay que preservar sus bienes, mientras que logramos, ojalá muy pronto,convenir el cese del fuego que nos permita construir la paz en paz.

Es esta una reunión que representa la forma en que el Jefe de Estado y suequipo de gobierno creemos que ha debido ser, y que debe ser muy pronto:la Convención Nacional, acompañados de ese ausente a quien quiero denuevo invitar al camino de la reconciliación: al ELN, que comparte elmismo criterio democrático de la paz.

Lepido que se incorpore, que actúe con coherencia a su intención de respe-tar el Derecho Internacional Humanitario y libere a los rehenes; que retorneel curso del diálogo, que concurra a una nueva cita, que ponga su mismocoraje, su ímpetu al servicio de la paz.

694 REPÚBLICA DE COLOMBIA

NOS MOVEMOS POR LA FUERZA DE LA RAZÓNY NO POR LA RAZÓN DE LA FUERZA

Palabras del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, en lareunión de Asamblea General Ordinaria de Afiliados de la Andi.

20 de agosto de 1999.

Cumplo con entusiasmo esta invitación de la ANDI para compartir conustedes en forma directa los elementos principales de la política de pazque ha dispuesto el señor Presidente de la República, y para exponerles losmás importantes acontecimientos del desarrollo del proceso de diálogo ynegociación con la insurgencia.

Lo hago animado por saber que el compromiso de ustedes es indispensablepara impulsar y orientar, desde su propia órbita de acción, el esfuerzotenaz y permanente que requiere un proceso de obtención de la paz porparte de toda la Nación. Me dirijo a líderes de la sociedad, para convocar-los y pedirles que sean faro y guía de la paz.

Como ustedes saben, la política de paz del gobierno se ha propuesto, nosólo poner fin al enfrentamiento armado por la vía política mediante eldiálogo y negociación con los movimientos insurgentes, sino también sen-tar las bases para el desarrollo económico, social y político del país quenos permita mejores condiciones de justicia social, construyendo un Es-tado por todos, que todos respetemos.

Nuestro propósito es convenir con la guerrilla los términos que conduz-can a la pacificación y cese definitivo del enfrentamiento armado; pero ala vez establecer las reformas necesarias para superar las condiciones demarginación, inequidad y pobreza, que están en la fuente de los conflictos.

Por eso propusimos a la insurgencia allanar el camino de los acuerdos apartir de una agenda sustantiva amplia, construida bajo el criterio de

HECHOSDE PAZ VI 695

interpretar fielmente los intereses de las mayorías nacionales, yacompa-ñada de mecanismos democráticos que permitan la amplia y activa par-ticipación de los colombianos en el proceso.

Sólo esa participación, así como el compromiso y respaldo de las diversasfuerzas políticas y de los estamentos económicos y sociales del país, ga-rantizará la legitimidad de los acuerdos y la irreversibilidad del proceso.

Por eso, en lo que se refiere al proceso con las FARC,el Presidente les ofrecióllevar a cabo un proceso de negociación a partir de los temas de la plata-forma de diez puntos para la reconciliación nacional reivindicada por esaorganización insurgente, pero añadidos otros temas de interés nacional apropuesta del gobierno.

Aceptada esa propuesta, el Gobierno Nacional cumpliendo con lo estable-cido en la Ley 418 de 1997, dispuso el reconocimiento del carácter políti-co de las FARC, la condición de voceros o representantes de esa organiza-ción a las personas por ellos nombradas, y la Zona de Distensión de cincomunicipios del sur del país, con el propósito de facilitar las condiciones deseguridad y las garantías para iniciar el proceso de diálogo, negociación yfirma de acuerdos en el territorio nacional.

No me cansaré de insistir en que dicha zona tiene como único objetivopolítico y jurídico facilitar el proceso de negociación y firma de acuerdos,tal como está previsto en la ley. Y lo reitero, porque para algunos englobadosanalistas esas frases parecen entrar por un oído y salir por el otro, y seobstinan en decir que hemos regalado un segmento territorial a las FARe.

Una vez más digo entonces que la orden presidencial se refiere a la locali-zación de los miembros de la fuerza pública y de ninguna manera signifi-ca renuncia o concesión del ejercicio de la soberanía y la unidad naciona-les, ni del ejercicio de la autoridad pública.

Adoptadas estas decisiones, el Jefe de Estado instaló formalmente la mesade diálogos con las FARC, en San Vicente del Caguán, a tan sólo cincomeses de gobierno. Se trató de un hecho importante para el país, pero que

696 REPÚBLICA DE COLOMBIA

quizá por esa misma trascendencia enervó la expectativa nacional por lapaz, creando en la opinión la equivocada percepción de que la paz estabaa la vuelta de la esquina.

Desde entonces, hemos recorrido intensamente el camino de la fase dediálogos, en medio de las dificultades que son naturales y previsibles en elproceso, pero, debo decirlo, que pese a que siempre previmos y calcula-mos, nunca pensamos que se habrían de magnificar en la forma que se hahecho por parte de algunos, que cuando no han augurado tragedias, handedicado sus esfuerzos a escribir el epitafio de la paz.

Las fechas, los lugares, los mecanismos de procedimiento, son todos as-pectos adjetivos del proceso que sin embargo se quisieron convertir en losparámetros para evaluar el éxito o el fracaso del proceso, en ese afán debuscar en cada día una chiva. Muchas especulaciones y muchosespeculadores han transitado en este camino, y a través de medios decomunicación no se han cuidado suficientemente de establecer con anti-cipación los criterios para la credibilidad de las fuentes de informaciónsobre la paz.

Así, en medio de la avalancha de rumores, avanzó el diálogo al punto delograr convenir, en los segundos cinco meses de gobierno, la agenda co-mún por el cambio hacia una nueva Colombia, cuyo contenido los ex-horto, los insto, les reclamo y les ruego conocer y apropiarse. Allí estánenunciados, como el mapa de navegación, los temas que nos habrán depermitir obtener una paz perdurable.

Convinimos con las FARCdotar el proceso de negociación de los mecanis-mos de las audiencias públicas a través del Comité Temático Nacional,como instancia plural, representativa y revestida de autoridad técnica ycientífica, que tendrá por encargo recibir las distintas propuestas de solu-ción y desarrollo de los temas de la agenda común, sistematizarlos y dar-los a conocer a la mesa de negociación.

Les pido a ustedes que actúen con la pujanza que les es propia, para hacervaler su criterio a través de esos mecanismos, de modo que el proceso

HECHOSDE PAZ VI 697

logre verdaderamente ser el escenario democrático que se ha propuestoque sea.

Tanto los fines que el gobierno persigue, como los medios que viene utili-zando, en el marco de la negociación con las FARC,gozan del respaldo deorganismos internacionales y de países amigos, que gracias a la Diploma-cia para la Paz dispuesta por el Presidente de la República y ejecutada porel Ministerio de Relaciones Exteriores han comprendido la complejidad delconflicto colombiano y han avalado el proceso para su solución política.

Han podido ver ustedes en estos días que la política de paz gozainternacionalmente de un respaldo sólido. Se han disipado las dudas crea-das por los arquitectos de la fantasía, en torno a un giro de la políticabilateral de los Estados Unidos con Colombia, así como sobre las supues-tas acciones de fuerza que la comunidad internacional adoptaría frente anosotros. En cambio, ha quedado en pie, muy firme, la credibilidad yconfianza que produce la propuesta de paz gubernamental.

Fue inevitable iniciar el proceso de diálogo y negociación con las FARCsinel cese de la confrontación militar. El gobierno hubiera querido poder ne-gociar la paz en paz, y por eso ha sido partidario y lo seguirá promovien-do, de lograr convenir los términos deun ceseal fuego, dentro de la negociación delos temas sustantivos que permitan avances dentro del proceso.

Pero si hemos de negociar en medio del fuego, el fervoroso deseo del gobier-no es lograr que se cumpla con las normas humanitarias. Por eso siemprehemos hablado de la humanización del conflicto, propuesta que ademáspuede tomar curso para crear en la coyuntura nuevos horizontes de cons-trucción progresiva de confianza entre las partes y por la sociedad en elproceso.

Confío en que pronto podremos superar las dificultades que hemos en-contrado en esta materia, de modo que tomemos el toro por los cachos ynos adentremos con decisión y concentración en la negociación sustantiva,que sin lugar a dudas será difícil, pero que irá tomando una dinámicaadictiva, que nos obligue a trabajar con responsabilidad y seriedad hasta

698 REPÚBLICA DE COLOMBIA

no obtener acuerdos que permitan una Colombia fundamentada en lajusticia social.

En cuanto al ELN, el gobierno respaldó el proceso de convención nacional,como mecanismo de análisis y consulta de los grandes temas nacionales.

Durante los primeros meses de Gobierno, la administración facilitó lostrabajos preparatorios de la convención nacional, se comprometió acti-vamente con ellos, y pese a que el ELN en una primera instancia rechazósu participación en este foro, terminó por aceptar la necesidad de inscribirla convención nacional en un proceso bilateral de solución política delconflicto armado.

El Presidente de la República reconoció la naturaleza política del ELN Y lacondición de representantes oficiales a las personas designadas por ellos, ala vez que otorgó todas las garantías y facilidades logísticas para la pre-paración de la convención nacional, incluida la restitución temporal de lalibertad de los voceros de esa organización que cumplen condena penal,en un gesto de confianza sin precedentes.

Se desarrolló así durante algunos meses un intenso trabajo entre repre-sentantes de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, los representan-tes de la sociedad civil y los voceros oficiales del ELN, que arrojó comoresultado que se lograra definir el carácter de la convención, así como susaspectos sustantivos, su temática, sus participantes, su metodología, sureglamento interno y algunos otros aspectos de procedimiento. Además,el ELN terminó persuadido de la importancia de inscribir la convenciónnacional en un diálogo político bilateral que tendría que comenzar por elDerecho Internacional Humanitario.

No obstante, después de ese notable y trascendental avance, el ELN termi-nó por condicionar la vigencia de todos los aspectos acordados en el pro-ceso de preparación de la convención nacional a que el gobierno accedieraa la declaratoria de una Zona de Distensión en cuatro municipios identi-ficados del Sur de Bolívar.

HECHOSDE PAZ VI 699

A diferencia de las condiciones del área que ha sido objeto de la declarato-ria de Zona de Distensión en el sur del país, en el caso de aquella exigidapor el ELN, como un hecho nuevo además en el proceso, concurren unsinnúmero de circunstancias que hacen improcedente una decisión de talnaturaleza.

El Gobierno Nacional propuso proseguir el estudio de otras alternativas einvitó a esa organización a asumir una actitud más amplia que permitie-ra identificar una fórmula satisfactoria. No obstante, la reacción del ELNa las propuestas del gobierno fue la perpetración de una serie de actos deterrorismo, probablemente motivados en su pretensión de doblegar algobierno e imponer por la vía de la violencia contra la población civil susposiciones e intereses. Creo que se equivocaron, pues el gobierno no actúapor la imposición de las razones a la fuerza. Creemos que es más impor-tante que se imponga la fuerza de la razón.

Con el objeto único de facilitarle al ELN que cumpla con su obligación deliberar a los rehenes secuestrados en Bucaramanga, Cali y Barranquilla elgobierno creó la conformación de un grupo de mediación, con el propósi-to de lograr la más rápida solución a estos graves hechos y retomar elcurso del proceso, como es su deseo.

De igual modo, hemos accedido y respaldado la iniciativa de un grupo decolombianos que han ofrecido sus buenos oficios para que se pueda recu-perar el tiempo perdido, lo cual dependerá de que el ELNrecobre el caminoextraviado. Invitamos a ese grupo para proseguir sus consultas y explo-rar caminos nuevos, pues para el Gobierno Nacional el proceso con el ELNes una prioridad.

Hasta ahora estamos comenzando un proceso que será sin duda largo yque estará colmado de altibajos. No podemos acostumbrarnos a juzgarsus resultados ni por sus altos ni por sus bajos, sino que desde ahora debe-mos hacer conciencia en el país sobre la necesidad de aprovisionarse deperseverancia y capacidad de resistencia ante los eventuales fracasos co-yunturales.

700 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Pretender que no existan obstáculos o magnificar los problemas son am-bas actitudes inconvenientes, pues distorsionan la realidad del proceso depaz e introducen falsos signos de agotamiento en la voluntad de negocia-ción.

He dicho que en este proceso nadie debe ser ave de mal agüero, como loson quienes se dedican a sentenciarlo a la muerte con cada tropiezo oresbalo.

El tiempo se desquita de las cosas que se hacen sin su colaboración, así quedebemos todos acostumbrarnos desde ahora a no pretender atropellar elcurso del proceso de paz, esperando y exigiendo resultados inmediatos osepultándolo cada vez que estos carecen de espectacularidad.

Estaremos avanzando si cada colombiano percibe con realismo la com-plejidad del proceso y en especial si se convence que la mejor manera deaportar a la paz es, insisto, con la perseverancia que merece la obtencióndel más esquivo pero también el más anhelado propósito nacional.

La paz, lo reiteramos de nuevo, es un propósito de Estado. Es la meta a laque debemos aspirar legítimamente los colombianos de bien. El anhelo dela paz debe situarse por encima del debate ideológico entre los partidos ymovimientos políticos, para dar lugar a la construcción del consenso quese requiera entre los distintos estamentos de la vida nacional. Para el im-pulso de ese sano propósito no puede haber polarizaciones entre los co-lombianos, si es que la paz es una aspiración colectiva.

La paz y así lo suscribieron los representantes de las fuerzas políticas enuna declaración producto de una reunión en la zona de distensión, nopuede ser otra cosa que la búsqueda de un método adecuado que nos per-mita remover las causas del conflicto, encontrando soluciones a los pro-blemas sociales y luchando por una Colombia con más igualdad y justi-cia social.

No hay un mejor patrimonio nacional para la paz que el clamor valientey pujante de la sociedad que se junta en este cruce de caminos, para decir

HECHOSDE PAZ VI 701

lbasta de guerra!, ino más! para elevar su airada queja contra los violen-tos y su violencia, venga de donde venga, para dar la orden de proseguirsin desmayo por el camino del diálogo que permita encontrar una pazverdadera y estable.

El espacio de la participación de la sociedad en el proceso de paz es muchomás amplio, es mucho más ancho que la mesa de negociación. Sobretodo cuando queremos que la sociedad concurra desde la base hacia elvértice, desde el municipio hasta la región, en todo su espectro, con todasu riqueza. Y cuando me refiero a una participación amplia hablo de lapresencia libre y tranquila de todos los rostros múltiples que configurannuestra nacionalidad; hablo de un horizonte amplio, de debates ycontradebates, de contraste de puntos de vista, de encuentros ydesencuentros, de dialéctica y de construcción de consensos.

Hablo de ponernos de acuerdo para estar en desacuerdo. En una fábrica deentendimientos sociales y de trámite de las diferencias que acompañan ala convivencia humana, pero al igual que en este encuentro en el que laúnica regla sagrada y el único altar común es la renuncia a la violencia.

Lo que quiere el gobierno es que entre todos, absolutamente todos los co-lombianos celebremos un nuevo convenio, un acuerdo de horizonte na-cional, un proyecto de país de todos, por todos y para todos; o para decir-lo mejor desde esta tribuna, una paz de todos, todo el tiempo, como loclama y reclama la sociedad colombiana.

702 REPÚBLICA DE COLOMBIA

LA PAZ LA CONSTRUIMOS TODOS

Palabras del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, en lareunión de Gobernadores, el 1 de septiembre de 1999.

Es muy grato para mí este encuentro, en el que quiero compartir conustedes nuevamente algunos puntos de vista del Gobierno Nacional sobreel proceso de paz, e intercambiar algunos conceptos e impresiones sobre elactual estado de los procesos de diálogo y negociación.

Asisto aquí con mi tradicional apertura al debate, pues tengo la convic-ción de que la paz de los colombianos debe surgir de un proceso continuode reflexión y diálogo abierto, mediante el cual se construyan los consen-sos de la sociedad y se identifiquen, en este cruce de caminos, los rumbosque habremos de tomar para llegar a una sociedad más justa y tolerante.

Sé que entre ustedes la preocupación más importante frente a la paz es elreinicio de la fase de negociación entre el Gobierno Nacional y las FARC.Sin duda los colombianos esperan ansiosos que ese hecho se verifique yque podamos finalmente abordar el tratamiento de los temas sustantivo sque hacen parte de la agenda común.

Creo francamente que podremos resolver más temprano que tarde elimpase que se ha generado sobre la comisión internacional, y que lograre-mos identificar una fórmula conveniente para construir una sólida con-fianza entre ambas partes, y lo que es más importante, para acrecentarla confianza y la credibilidad de la sociedad colombiana en el proceso depaz.

El país sabe que el gobierno ha sido flexible y que ha expresado su disposi-ción para estudiar alternativas que permitan despejar este horizonte. Así

HECHOSDE PAZ VI 703

actuamos, porque no será el gobierno el que trunque por aspectosprocedimentales el curso de una negociación sustantiva que no da mástregua.

Al mirar por el retrovisor el camino recorrido hasta ahora se ve rápida-mente que nunca en nuestra historia contemporánea habíamos avanza-do tanto y en tan poco tiempo en la búsqueda de la paz, que es además lamayor empresa nacional. Ese hecho no sólo nos debe reconfortar, sinoque nos debe motivar a continuar superando los escollos, que son inhe-rentes al proceso de reconciliación nacional.

No estamos ante un abismo insuperable, sino ante una dificultad que conbuena voluntad y con imaginación podremos dar por superadapriorizando los asuntos realmente sustantivos. Hay ahora sobre la mesala propuesta del Gobierno Nacional para convenir con las PARCun meca-nismo de acompañamiento que tenga como eje gravitacional el respetomutuo de las normas del Derecho Internacional Humanitario. Confío enque las PARCadopten ese camino de solución, que es un legítimo y apre-miante reclamo y que para la Nación toda es una prioridad.

Se dice con razón que la voz del pueblo es la voz de Dios, y creo que actuarcontra esa voluntad nacional sería una arrogancia inaceptable, ademásde la perpetuación de una incoherencia. La lógica no resiste que se argu-mente la lucha en nombre de la población, cuando es contra la poblaciónque se dirige la lucha.

Quiero entonces, al confiar en el pronto retorno al camino de la negocia-ción, recordar un fundamento de la política de paz que requiere remover-se cada tanto, pues tiene un profundo contenido conceptual y unos efec-tos prácticos realmente desafiantes: la paz la construimos todos.

No es esa una frase de cajón ni un mensaje demagógico. El Gobierno Na-cional no confunde la filosofía con la poesía, y quiero decirles con la vozen alto que no estoy hablando en verso. La paz tiene que ser por todos, detodos y para todos los colombianos, pues sólo así se garantizará su per-durabilidad y su legitimidad.

704 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Me gusta decir que la reconciliación no surgirá solamente del espacio de lanegociación entre el gobierno y la guerrilla. La reconciliación surgirá deuna decisión ética nacional, mediante la cual el conjunto de la sociedadabra las puertas del corazón y la comprensión al encuentro entre adver-sarios. Cada colombiano debe ser cómplice de la paz del país, reconocien-do que todos cabremos.

y si queremos ser consecuentes con esa formulación magnánima pero noinmodesta de la paz, lo cierto es que la tarea que está por delante es la deponerle pueblo a la paz. Nadie puede estar en la tribuna; nadie puede serespectador; todos debemos concurrir y aportar, según nuestro oficio, nues-tra vocación, nuestra habilidad o talento, o simplemente nuestra imagi-nación y buen juicio.

Pensar en Colombia significa ante todo pensar en los colombianos, queson su mayor riqueza. Y pensar en los colombianos, significa pensar enlas regiones, que son los habitáculo s naturales de nuestra variedad cultu-ral. Colombia es un país de regiones, muchas de ellas por conocerse aúnentre sí. Ustedes saben de qué hablo: los colombianos nos intuimos, peroaún no nos conocemos suficientemente. No conocemos nuestraesplendorosa diversidad, ni tampoco nuestros problemas más contiguosy cotidianos.

La paz nacional es entonces también un camino de conocimiento y reco-nocimiento; de recuperación y consolidación de nuestra identidad patria,y con ello, también un camino de integración a través de nuestros valorescomunes y de las diferencias que nos complementan.

Ese diálogo de las regiones y entre las regiones es el verdadero diálogo depaz. Ese es el foro abierto de las ideas, de las tesis, de las propuestas y lasdemandas que, al estilo de la dialéctica política de los griegos, nos condu-cirá a caer en cuenta de la estupidez del conflicto y de la necesidad derecuperar los años perdidos en la fosa profunda y oscura de la confronta-ción armada.

Colombia tiene que comenzar a hablar entre sí. Esa es la terapia de la paz.Quien habla piensa, y el pensamiento nacional es ahora urgente y crucial.

HECHOSDE PAZ VI 705

Hemos dicho con insistencia que el proceso de diálogo y negociación conla insurgencia puede ser el escenario en el cual, entre todos los colombia-nos, logremos convenir las transformaciones que requiere nuestro paíspara proyectar y edificar su futuro en paz y bienestar. Hemos insistidotambién en que la paz debe ser producto de una decisión democrática.

Ello quiere decir que la paz que buscamos y nos proponemos no es la delcatálogo de acuerdos de gobierno e insurgencia, sino la de los convenios ypactos refundacionales de Colombia.

Ustedes son los líderes de las regiones de Colombia, por lo que son a la vezlos pilotes de contención, las vigas de junta y los cables de tensión de laarquitectura nacional. Este edificio Colombia, para evocar un memora-ble ejemplo de un ejemplar compatriota caído, requiere que ustedes refuercensu liderazgo y su orientación social por la paz.

Por eso hoy quiero proponer desde este escenario que me honro en ocupar,que en los departamentos del país, bajo la dirección de los gobernadores,se creen mesas regionales de estudio sobre los temas para la paz, a partirde la Agenda Común por el Cambio hacia una Nueva Colombia.

Ese análisis nos permitirá ir tejiendo el diálogo social al que me he referido,y permitirá que desde ahora las regiones del país preparen sus posicionessobre los temas de la Agenda de paz, de modo que, canalizados a travésdel Comité Temático Nacional, tengan el efecto persuasivo que les corres-ponde al momento de definir los acuerdos con la insurgencia.

La paz requiere el refrescante aire de las regiones de Colombia. Requieremoderar el excesivo centralismo que nos aisla y nos hace perder de vistaque somos un país de mil climas y de mil verdades. La paz requiere equi-librar el tono de las voces de cada rincón del país, para que todas se oigan,para que todas se conozcan, para que todas se consideren en un plano deigualdad.

Estoy seguro que al cruzar las historias y las parábolas, encontraremosfuertes consensos que habrán de imponer su legitimidad y su razón en la

706 REPÚBLICA DE COLOMBIA

mesa de negociación. Tengo la certidumbre de que allí no habrá manza-nas de discordia, sino acuerdos sociales y unión de las piezas del rompeca-bezas nacional de paz.

Iremos así construyendo la reconciliación desde la base hacia el vértice:los foros de estudio que propongo sobre la agenda de paz en los departa-mentos se anticiparía a las audiencias públicas y a los trabajos del Comi-té Temático Nacional, con lo cual además estaríamos robándole tiempoal tiempo, ahora que el tiempo apremia.

El futuro está en nuestras manos y nadie nos lo debe arrebatar.

HECHOSDE PAZ VI 707

DEBEMOS AMPLIAR Y FORTALECERNUESTRA DEMOCRACIA

Palabras del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, en lainstalación de la Mesa por la Paz de Málaga - Santander.

Octubre 12 de 1999.

Hoy conmemoramos una vez más el día de la raza. Una fecha especialpara trabajar por la paz de nuestro país, aportando iniciativas que per-mitan encontrar el camino de la reconciliación de los colombianos, tan-tas veces esquivo pero algún día encontrable.

Las reflexiones que quiero hacer con ustedes, que a pesar de los siglos si-guen centradas en buscar la forma de liberar a Colombia de la violencia yde toda forma de opresión e injusticia.

Ustedes se han congregado por la urgencia, la ansiedad y el compromisode lograda paz del país, comprendiendo que desde las regiones es mucholo que puede aportársele a un país mal acostumbrado a creer y a actuardesde el centro, como si en él estuvieran las fórmulas y existiera el cono-cimiento suficiente para resolver la multiplicidad de nuestros conflictos.

Expresiones regionales como ésta reconfortan y animan los esfuerzos, puesdemuestran que la paz ronda inquieta por Colombia, buscando la formade posarse y anidar.

Hoyes indispensable actuar en un solo rumbo, para lograr una paz portodos y para todos, lo que implica la organización solidaria de la sociedadcivil, tanto en los diferentes sectores que la definen, como en las distintasregiones del país. Pocas tan significativas e importantes como la regiónsantandereana, tan asolada por el conflicto armado y tan decidida a tra-bajar en la construcción de una Colombia en paz: "Una paz con justiciasocial".

HECHOSDE PAZ VI 709

Una paz conseguida sobre las bases de una salida que permita una mira-da lejana y ambiciosa en sus alcances.

La paz, no puede entenderse como una negociación en el solo espacio de lamesa entre gobierno e insurgentes.

La paz es la congregación democrática de los múltiples rostros que defi-nen nuestra diversidad.

En el gobierno queremos y buscamos que la reconciliación provenga de lamás elocuente y viva participación nacional. Porque si algo queda en pie,firme y sólido en medio de este mundo, que en el preámbulo de un nuevosiglo se tambalea por las incertidumbres, es que la democracia constituyeel parámetro sagrado para la legitimidad de las decisiones públicas.

Eso ha estado muy presente en el Gobierno Nacional al momento de con-venir la agenda con las FARC,así como al establecer los mecanismos parala participación de la sociedad en el proceso de paz.

Bien sabemos todos que la decisión de poner fin al conflicto corresponde aquienes tienen la capacidad de disponer el cese del fuego. También sabe-mos que esa es una exigencia apremiante de los colombianos. Queremos,nos urge y nos impele responder ante esa sociedad clamorosa que pide yrequiere que terminemos con la violencia, a través de la búsqueda de unasolución política negociada del conflicto colombiano.

Hoy la sociedad unió sus voces y ha creado la resonante exigencia delograr la reconciliación. Nadie puede apagar, sofocar o desatender a esatrepidación que produce la demanda social de paz.

La de Colombia, aunque imperfecta, es una democracia. Uno de los obje-tivos de la negociación con la insurgencia es ampliarla y fortalecerla, pararespetarla. Quiero explicarme claro: en el proceso de paz los intereses par-ticulares o de grupo, deberán ceder ante el criterio y mandato que dictenlas mayorías.

710 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Como lo he dicho tantas veces, es crucial ponerle más pueblo a la paz. Silogramos organizar a esta clamorosa sociedad, desde el más apartadorancho hasta el centro de las grandes urbes, si consolidamos su creativapresencia en las audiencias públicas, no importarán las fechas, ni los lu-gares, ni las comisiones, pues la fuerza del proceso provendrá del manda-to nacional.

Ustedes deben constituirse, más que en una mesa, en un foro permanentede análisis, reflexión y propuesta sobre la ruta de la reconciliación nacio-nal. Son ustedes, por lo tanto, una expresión fundamental de democra-cia; no de la democracia pasiva en la que cada quien espera la llegada de lafecha para depositar su voto, sino de aquella activa y propositiva quetanto requerimos de participación, ahora cuando es necesario convocarla inteligencia nacional para la construcción de respuestas ante desafíostambién nacionales, como son los de la paz.

Ustedes están llamados a convocar a los habitantes de esta apreciadaregión de Santander, primero para que sigan insistiendo con vigor, comolo han venido haciendo, en el cese de la violencia que transita por susmunicipios, pero también en todo el país. Y después, para que aportendesde su propio entorno, experiencia y realidad, su cualidad, su talento,su arte o su oficio, al servicio de alimentar la Agenda Común por el Cam-bio que negociaremos con las FARCy también para participar del procesoque seguramente iniciaremos con el ELN Y el EPL.

Ustedes los miembros de la mesa de trabajo por la paz, son ilustres repre-sentantes cuya voz es escuchada de manera cotidiana y casi hasta fami-liar por los habitantes de la región,

Esas condiciones de liderazgo se expresan hoy en esta maravillosa concu-rrencia, pero por los afanes de la patria, deben expresarse de manera per-manente y creciente.

Les pido que motiven la presencia activa de todos los ciudadanos en ladeliberación y construcción del contenido de la Agenda Común, que eshoy la tarea concreta de nuestras asignaturas pendientes.

HECHOSDE PAZ VI 711

Cada cual, desde sus condiciones y cualidades tiene algo para reclamar,pero también algo para aportar. Nadie puede entonces sentirse excluido,ni apartarse apático del camino comunitario de la paz. Debemos tenerpresente que la paz es precisamente eso, un camino, un andar, un mo-vimiento permanente; no un simple certamen, un seminario o unaaudiencia.

La determinación sobre qué cosas hay que hacer, y cómo hacerlas, paraalcanzar la paz desde la realidad concreta de este departamento, tendráque mirar el bosque de la política de paz nacional, pero sin dejar de con-templar el árbol de las propias circunstancias. Ustedes deben ser los líderesde ese proceso de toma de conciencia, que es a la vez el motor de arranquede la reconciliación nacional.

No hay que alarmarse por las dificultades que podamos encontrar en elcurso del proceso, sino asumirlas con serenidad y espíritu constructivo;hemos demostrado ya que actuando así, ellas son superables, y que inclu-so de los propios problemas surgen las soluciones. Si hay inconvenienteshoyes porque vamos avanzando; si no los hubiera deberíamos alarmar-nos porque significaría que estamos quietos.

No podemos repetir los errores del pasado; hay que perseverar en la bús-queda de la paz y para que eso sea posible requerimos que ella se soporteen la espalda de todos y de cada uno de los colombianos.

La paz implica restituir a los espacios públicos lo que allí corresponde yha sido usurpado: el respeto al Estado de Derecho: "un nuevo Estado conjusticia social".

Colombia no tendrá paz, o al menos no una paz auténtica, si pretende-mos edificarla a través de la violencia, de la amenaza, de la intimidacióny del ataque a los indefensos y a las instituciones. No queremos una pazpor el miedo, queremos aquella paz perpetua que ocurre cuando a cadahombre se le da lo suyo, a partir del reconocimiento y la práctica cons-tante y convencida de la igual dignidad entre los hombres.

712 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Por eso lo he venido diciendo y hoy lo reitero: "nosotros actuamos por lafuerza de la razón y no por la razón de la fuerza".

Hemos sido reiterativos al decir que nuestro norte es la satisfacción detodos los derechos humanos de los colombianos. El centro gravitacionaldel proceso de paz es la dignidad humana, y por ello nos duele y condena-mos que a nombre de su defensa se le siga agrediendo, lastimando y ani-quilando.

No es lógico actuar por el pueblo y para el pueblo si se actúa contra elpueblo, como lo hace quien ataca los bienes civiles o causa la muerte delos indefensos. Hay que detener la degradación del conflicto. No hay unmejor tema para el anhelo del pueblo colombiano que en la negociaciónlleguemos a un acuerdo sobre el respeto al derecho humanitario. Quierodecir con claridad y tono alto que el respeto de las normas humanitariases una obligación vigente hoy para todos; que ella no admite pretextos nicondicionamientos y que, como imperativo moral, político y jurídico, norequiere salvoconductos ni certificados nacionales o internacionales deninguna especie.

Quiero reiterarles que cada dificultad nueva en el proceso significa quehemos avanzado. Esas dificultades nos deben motivar, pues son nuevosdesafíos y a su vez metas progresivas. Sigamos adelante con entusiasmoy sin parar a atender las pocas voces incrédulas que por no compartir laslíneas de conducción del proceso, se han dedicado a criticarlo.

No podemos continuar inermes ante la violencia que nos rodea. No pode-mos ser inferiores a la responsabilidad de la hora presente. Cada colom-biano debe ocupar un lugar en la historia de Colombia que hoy nos en-contramos escribiendo.

Los invito a ocupar un puesto en la historia, aportando las iniciativas quepermitan construir una paz con justicia social. Una paz verdadera y porlo tanto estable.

La paz es un derecho y un deber de los colombianos. La paz por la quetrabajamos es una paz donde esté garantizada la unidad e integración

HECHOSDE PAZ VI 713

nacional, las libertades, el respeto por los derechos humanos y la defensade nuestra democracia.

La paz la debemos encontrar los colombianos, a la colombiana, para locual necesitamos del apoyo de la comunidad internacional.

714 REPÚBLICA DE COLOMBIA

A LOS INCRÉDULOS DEL PROCESO DE PAZLES PREGUNTO SI ES POSIBLE COLOMBIA SIN PAZ

Palabras del alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo,en la Universidad de los Andes.

Santa Fe de Bogotá, D. C, 14 de octubre de 1999.

He dicho de tiempo atrás que el proceso de paz que hemos puesto en mar-cha necesita el soporte y la riqueza de los intelectuales y académicos delpaís, de los cuales ustedes son una extraordinaria expresión.

Escenarios como este, abiertos al debate y el intercambio de las ideas, yclaro está, también a la crítica y la construcción de nuevas propuestas,no sólo son importantes para definir con creatividad los contenidos de laAgenda Común. También lo son para iluminar las decisiones que nos per-mitan conducir la negociación con la insurgencia a buen término, pararectificar el camino cuando sea necesario, y para avanzar con paso segu-ro en la erradicación de todas las formas de violencia que nos golpean.

La pregunta que hoy se me formula, zcs posible la paz de Colombia? ad-mite para mi una sola respuesta: Claro que es posible. No hay por quépensar que el destino inexorable del país es el conflicto, ni por qué desar-mar el ánimo o postrarse ante las dificultades, que son sustanciales a ladecisión de construir la confianza, tan maltrecha por el enfrentamientoarmado y por la historia de pasadas frustraciones. De estas últimas debe-mos aprender las moralejas, tratar de no reproducir los errores y obvia-mente a no cargarlas, como el lastre que nos inunda de temor a un nuevofracaso.

y mi respuesta, simple y corta, no por ello se deriva de un voluntarismo,o de una ceguera, o de un prurito. Esa respuesta encuentra sustento enrazones objetivas, no en una esperanza ilusa, sino consciente y racional,porque tengo la certidumbre de que hoy no estamos ante la opción de

HECHOSDE PAZ VI 715

perpetuar o no la guerra, sino ante la necesidad apremiante de hacer lapaz, que es inevitable si queremos sobrevivir como Nación.

Así, aun aceptando la visión más cruda tendría que decir que, si nos he-mos de plantear el interrogante, a éste le sobran palabras. No preguntaríayo si es posible la paz de Colombia, en la encrucijada que vivimos, pre-guntaría llanamente si es posible Colombia, pues paz y patria son hoytérminos siameses, que se reclaman mutuamente para coexistir.

¿Es posible la patria? Me fijo mucho en nuestras regiones y nuestras gen-tes, y veo que aun en su apatía, que también la hay, se expresa la angustiade liberarse de la violencia. Ella se ha convertido en una agonía que nopuede ser eterna, para un país que quiere ser eterno.

Como no quiero parecer retórico, trataré de argumentar. Eso sí, desde unaperspectiva amplia que no reduce el éxito de la paz a la sofisticación de unprocedimiento o a cálculos asépticos de la correlación entre adversarios,que aun cuando respeto y creo útiles, no ofrecen una respuesta del tama-ño de la pregunta.

Pocos años atrás, el trabajo por la paz de Colombia congregaba a pocoscolombianos. Casi todos ellos, visionarios capaces de divisar las conse-cuencias severas de proseguir el equivocado camino de la confrontación.

Lamentablemente, también hay que decirlo, para la mayoría de los co-lombianos no era este un asunto prioritario; el conflicto no había tocadosus puertas ni había copado con su zozobra los espacios de la vida coti-diana. Finalmente, con algo de precaución se podía viajar, se podía cose-char, se podía ahorrar, se podía dormir, se podía vivir.

Los esfuerzos de paz, para muchos, eran loables y respetables, pero en laforma que lo es la labor de los filántropos. A ellos se les reconocía o se lescriticaba, pero también en la forma que se reconoce o critica cuando unoes mero espectador desprevenido de un conflicto que no hace temblar loscimientos de la propia casa.

-716 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Pocos colombianos, en aquellos años, reconocían la validez y las conse-cuencias de aquella sentencia según la cual la violencia sólo trae más vio-lencia. La vimos germinar y la vimos crecer, sin advertir que esa miradapasiva también la regaba, la nutría hasta invadir como maleza nuestropropio entorno.

Hoy la situación es bien distinta. No hay un lugar de Colombia donde noesté la violencia, y no hay un con quién hablar que no tenga que contarsobre el agobio de esta confrontación absurda. Productores, trabajadores,empleados públicos o privados, dueños de un Mercedes, de un Zastava ode un carro de paletas, citadinos o campesinos, hombres, mujeres o ni-ños: no hay quien esté exento de la violencia.

El conflicto es entonces insoportable. Y creo que los colombianos sabenbien que proseguirlo es suicidarse. No hago esa valoración por mi capri-cho. Analicen ustedes el sinnúmero de organizaciones sociales y económi-cas que sin tradición ni antecedente comenzaron a reflexionar sobre lapaz y sus rumbos durante los últimos años.

Miren la labor de los gremios de la producción, de las centrales obreras, delas instituciones públicas o privadas, de la Iglesia Católica y las otrasiglesias; mírense a ustedes mismos, en la academia, miren la labor de susmaestros y miren a sus juventudes; miren los periodistas y comunicadoressociales, y verán en cada agrupación intermedia de la sociedad un com-promiso, desordenado si se quiere, pero un compromiso con la paz.

La sociedad colombiana ha comenzado a encontrarse en el propósito dela paz negociada, y allí está la infraestructura poderosa de todo nuestroesfuerzo. Lo hace a partir del cansancio de la violencia, pero también cons-ciente de que su resolución definitiva, mucho más que un armisticio, requie-re una transformación a fondo de nuestra estructura social y económica.

Sin esa voluntad nacional, por perfectos que sean los procedimientos, porimaginativa la agenda, por puntuales los plazos, por exquisitos los tex-tos, cualquier empeño aislado y solitario de paz sería frágil y muy proba-blemente fugaz.

HECHOSDE PAZ VI 717

Creo que el hecho de que la última contienda electoral tuviese, como tuvo,fundamento en la paz como acción prioritaria de gobierno prueba la va-lidez de mis palabras. En circunstancias poco prometedoras, en medio dela intensificación del conflicto, sus altos niveles de degradación y la au-sencia de comunicación entre los adversarios, fue prácticamente un con-senso de precandidatos y candidatos presidenciales buscar la paz por mediodel diálogo y la negociación.

Con sólo una notable excepción, de magros resultados electorales, en lasbases de una política de paz los aspirantes de entonces coincidieron. Y lasociedad colombiana respaldó en las urnas el gobierno del presidentePastrana porque vio que su programa se tributa por completo a la obten-ción de la paz. No estoy haciendo una propaganda, sino significando quela expresión democrática estaba y sigue estando al lado de un gobiernocomprometido con la sqlución política del conflicto.

Afirmo con decisión que los colombianos no quieren la confrontación niven en ella una vía idónea de solución al conflicto. Se me ha acusado deque al considerar el diálogo en ese lugar primordial hago al gobierno re-hén de la paz. También se me ha dicho que encuestas demuestran que lasociedad no cree en el proceso ni lo respalda.

Pues bien, ante lo primero quiero reiterar que la política de paz se estruc-tura sobre la convicción de que Colombia reclama y merece un nuevopacto de convivencia, que no sólo permita atajar la violencia del conflictoarmado, sino reconstruir una ética de solución pacífica de los conflictos ydar trámite eficaz a la obtención del desarrollo auténtico.

Es esa la vía por la que hemos optado, sin que ello signifique renunciar a laobligación que nos corresponde de defender a los ciudadanos y a las insti-tuciones democráticas. Quiero sí decir que esa obligación responde a unanecesidad que bien podríamos evitar si logramos persuadir a los violentosque cesen su violencia.

Sobre las encuestas, quiero decir que cuando ellas se efectúan en la crestade las dificultades, o de la natural indignación que produce la destrucción

718 REPÚBLICA DE COLOMBIA

del conflicto, obviamente expresan un sentimiento de cólera o increduli-dad. Pero cuando no se trata de buscar un sí o un no de coyuntura, sinoun planteamiento de futuro y transformación, la opinión nacional nopierde su cauce y demanda perseverancia y celeridad.

La paz de Colombia es posible porque la sociedad la quiere. La paz deColombia estará más cerca en la medida en que ese querer de muchossuene a una sola voz, que se imponga, apoye y persuada a quienes aúncarecen del arrojo y la valentía para atreverse a la paz. Se necesita animarla voluntad de paz, pues la insurgencia, que tiene en sus manos la decisiónde echarse al agua, terminará por hacerla al ver que el planteamiento queestamos haciendo tiene respaldo del pueblo colombiano.

y quiero decirlo ante ustedes: no somos infalibles. Podemos equivocarnosen programaciones, mecanismos, lugares o fecha; pero aunque no sonesos asuntos menores, tampoco son obstáculos invencibles si tras nues-tro compromiso profundo de gobierno existe el soporte y el respaldo deuna sociedad despierta y severa en su juicio frente a la paz.

El proceso de paz apenas comienza y hay quienes dicen que en nada seavanza. Yo creo que la impaciencia, que por supuesto proviene dellegíti-mo apremio, no deja ver claramente resultados importantes, que sin em-bargo son apenas semillas que hay que regar y abonar. El camino es largoporque vamos para lejos; tal vez muchos vendrán y pasarán antes de verla paz, pero estará más próxima esa fecha, que repito, creo inevitable, si laimpaciencia se convierte en motor de empuje y no en desesperación.

HECHOSDE PAZ VI 719

ALGUNOS DEBATESEN EL CONGRESO

RESPUES1J'\ AL CUESTIONARIO ENVIADOPOR LA HONORABLE COMISIÓN PRIMERA

DE LA CAMARA DE REPRESENTANTES,CON OCASIÓN A LA CITACIÓN DEL

9 DE SEPTIEMBRE DE 1999

Presentación

Debo afirmar antes de iniciar la respuesta a tan importante cuestionario,que el instrumento de paz, creado por la necesidad social impuesta por elmecanismo del mandato por la paz y por el programa de gobierno que elpresidente Pastrana presentó a los colombianos y con el cual triunfó, in-corporaba el tema de la paz como prioritario, designó el cargo del AltoComisionado para la Paz, no es otra que encontrar una salida consensualal conflicto social que ha vivido el país por muchos años, por muchasdécadas y que sin duda es la aspiración del concierto internacional. Fuebandera de debate electoral y bajo tal prisma se está cumpliendo con ella,no obstante, las lógicas y en veces necesarias dificultades que presenteesta empresa de todos los colombianos.

Sin duda la oficina del Alto Comisionado para la Paz, es, un instrumentopara la paz.

Nuestras funciones están enmarcadas en el cumplimiento del Estado So-cial de Derecho y el respeto absoluto a la Constitución y las leyes de laRepública.

No poseo, y jamás se ha intentado poseer funciones de investigación ojuzgamiento de comportamientos. Tampoco, se tienen mecanismos jurí-dicos para imponer las decisiones de un Estado que precisamente son losfactores que no poseen aceptación o aplauso, ni por los generadores deviolencia, ni por los elementos materiales del conflicto social.

HECHOSDE PAZ VI 723

Son funciones esenciales del Alto Comisionado para la Paz el construirelementos de confianza con los grupos alzados en armas y crear posibili-dades para el diálogo, la negociación y los acuerdos de paz.

El proceso de paz no es, solamente el diálogo y la negociación con losgrupos alzados en armas; el proceso de paz posee varias aristas de interésnacional, el consenso de la sociedad, el acuerdo sobre la equidad, la clari-dad estratégica y eficiente de la justicia social, en fin la unidad nacional.En suma el proceso de paz, es el proceso de la reconciliación nacional,para edificar un Estado que garantice los derechos fundamentales, unEstado en donde toda la sociedad se encuentre representada y más queello, un Estado en donde quepamos todos los habitantes y se desarrollencon la capacidad de hacer posible su existencia y se pueda vivir y desarro-llarse como persona humana.

El proceso de paz, es entonces el proceso de la convivencia y no de la pocacoexistencia social. Ello es lo ético y jurídico y es la ambición fundamen-tal señalada por la Constitución y la aspiración de una sociedad civilizada.

¿Existen tropiezos? Sin duda. Toda empresa con tal aspiración lo merece,lo requiere y lo desarrolla. No obstante, la satisfacción ha de ser concor-dante con la necesidad de existencia del pueblo colombiano.

Esa es mi función y deseo que pueda producir los frutos en que todosestamos interesados. La utilidad, la rentabilidad de la empresa sedimensiona en criterio de persona humana. Esta es la función y esta es lainvitación a la compra de las acciones dentro de esta empresa dificultosaque valerosamente se ha de continuar.

Bienvenidas las propuestas, el análisis y las posibilidades; las críticas dedestrucción son créditos del pasado. El Gobierno Nacional y la Oficina delAlto Comisionado para la Paz siempre tendrán las puertas abiertas alexamen, a la actitud, a la aptitud propositiva. Solución a los problemas yno problemas a las soluciones. Que no se desprecie la posibilidad de paz,con el ánimo crítico que sin construcción se plantea. Todos somos parte

724 REPÚBLICA DE COLOMBIA

de la misma sociedad. Sólo con la reflexión y la membresía con lo que noses propio, es posible el proceso.

Mucho nos agrada que esta citación se repita y reitere, en amplios debatesde opinión y que se lleve a reuniones constantes con cada una de las comi-siones del Honorable Congreso. La reflexión es pues de suprema necesidady así lograr posturas de consenso entre nosotros mismos que somos elestablecimiento. A ello los invito y con ello, nos convertimos en portado-res del mensaje de la paz.

1.Frente a las declaraciones dadas por el zar antidrogas, BarryMc. Caffrey, sobre el increíble grado de impunidad de lasFARCen el despeje, Zson ciertas o no estas afirmaciones?

Los niveles de impunidad en el país, son objeto de análisis y de evaluaciónpermanente por muchos organismos competentes y por expertos en lamateria. Los niveles de violencia en Colombia, en veces deprimen al espec-tador y victimizan a la sociedad toda. No obstante, la impunidad, poseevarias variantes valorativas: la impunidad como cifra oscura de la crimi-nalidad, es ciertamente imposible de cuantificar, sólo en postura empíricay proyectiva se puede realizar una sumatoria. Desde luego, ello se aplica anivel nacional. Lo cierto es que, observando los valores consignados enalgunos textos expertos, la Fiscalía General de la Nación ha encontradouna alta disminución de dichas cifras. La impunidad puede ser tomadacomo fórmula de acceso a la justicia, es decir, frente a la evaluación sobrela posibilidad de los ciudadanos, de los habitantes de Colombia, con res-pecto a la resolución de sus conflictos. Esta impunidad es cada día menorgracias a los mecanismos de la acción de tutela y la implementación de laacción de cumplimiento y de los insumos creados por la figura de losjueces de paz. La impunidad puede entenderse, como opción de lajurisdic-ción, es decir, como la posibilidad de ejercer la función judicial en Colom-bia. Allí ciertamente, la impunidad en el país no existe, pues la jurisdic-ción es un concepto, un valor, una axiología que es propio de la soberaníay en verdad la soberanía es total. No existe un solo rincón del territorio endonde la jurisdicción no se aplique. Pensar lo contrario sería entonces re-nunciar a la soberanía del Estado y al Ius Puniendi.

HECHOSDE PAZ VI 725

También es cierto que en muchos lugares del territorio colombiano, noexiste fiscal o juez con asiento físico en el lugar, no obstante, la jurisdic-ción es plena. Mucho nos gustaría que en cada municipio se encontraraun tribunal; empero, la eficiencia y el mapa judicial de Colombia no lopermiten, por criterios racionales de distribución de la competencia y deltrabajo allí encontrado. e incluso por disponibilidades presupuestales. Us-tedes saben bien cómo, en algunos terruños no existe abogado para llevara cabo la defensa técnica de los procesados y no por ello podemos afirmarque existe vulneración al derecho de defensa. Ejemplos muchos, pero locierto es que se han confundido los términos y se ha llegado a despropósi-tos totales.

En un país de conflicto, en donde las personas no sienten repugna al verlas masacre s y los actos de corrupción que presentan en primera plana losmedios de comunicación social, imágenes que llegan a los hogares auncuando las personas se encuentran en momentos de descanso o de al-muerzo, no es difícil pensar en la ausencia de capacidad de asombro. Noshemos acostumbrado a ser espectadores de los delitos, como si se tratarade una telenovela o de un programa de ciencia ficción. La capacidad deasombro ha de incentivarse. Que la gente reaccione con reflexión y conrepudio. Esta es la verdadera impunidad. La impunidad en el conceptosocial. La Peste, de Camus, nos da la razón: la sociedad está anestesiada.

Si este es el contexto del país entero, cuál la razón para pensar que la zonade distensión, sea pues, una excepción? ¿No será que estamos exigiendo ala zona de distensión un comportamiento de Suiza y al resto del país uncomportamiento de nuestra dimensión conflictual? Ello es punto de re-flexión, para evitar la maximización de conceptos del todo contrarios anuestra realidad de violencia. Ustedes se han puesto a pensar que existenmuchas y muchas violaciones de derechos humanos jamás conocidosjudicialmente y que sobre tal tapete inexistente no existe ninguna postu-ra estatal y que en verdad no son ocasionados ni realizados en la zona dedistensión. Ello es otra reflexión. El país, enfermo, y sólo consultamos almédico para la enfermedad no terminal. Pero además, lo que es cierto e

726 REPÚBLICA DE COLOMBIA

irrrefutable es que en el territorio declarado zona de distensión el índice decriminalidad ha bajado en una forma impresionante.

La percepción del Zar Antidrogas, entonces, no la comparto. Lo impor-tante es que, uno de los objetivos del proceso es precisamente lareconducción de la justicia y los mecanismos para lograr su eficiencia enla resolución de conflictos. Los elementos materiales que ahora se colocande presente sobre las relaciones de los actores armados y otras manifesta-ciones delictivas son sin lugar a dudas la lucha frontal del Estado contradichos factores en donde todos los países tienen corresponsabilidad, segúnse afirma en los análisis y conferencias internacionales. Se produce asíuna importante observación: el sacrificio social que el país ha pagado enrecursos antiguos y frescos, frente a la necesidad de inversión con relacióna las armas y demás implementos de control, es innegable, como lo hasido el sacrificio en vidas. No es pues, el llamado a la comunidad interna-cional, buscar donantes. La postura es distinta y ofrecida por lacorresponsabilidad: Inversión en Colombia a efecto de lograr la paz y asíterminar con los insumos de la guerra y las consecuencias dinerarias quela contienda produce. z.Cuánta negación de satisfacción social se ha pro-ducido? ¿Cuántas escuelas, puentes, salud se han perdido a buena cuentade la contienda y también por la corrupción?

De otra parte, debo ser enfático que, como ciudadano y como Alto Comi-sionado para la Paz, he enviado y dado traslado a las autoridades compe-tentes, sobre los informes o noticias de las supuestas violaciones que apa-rentemente se ocasionaron en la zona de distensión. Soy respetuoso de lascompetencias y de los funcionarios, ellos, los que poseen jurisdicción ycompetencia son los encargados o de investigar o impulsar y dotar laprotección. En estos casos y con carácter urgente, mi petición ha sido, lainvestigación y el establecimiento de los hechos supuestamente lesivos.Pero deseo advertir: no sólo llegan a la Oficina comunicaciones relaciona-das con la zona de distensión, llegan de todas partes del país y con rela-ción a hechos muy disímiles a los actores armados. El comportamientoes el mismo. Se aterra cualquier persona del contenido y calidad de lasdenuncias.

HECHOSDE PAZ VI 727

No obstante, la llamada impunidad se ilustra de otra manera si se tienenen cuenta las estadísticas, que poseen diversas oficinas oficiales. La con-clusión es de interés: la porcentual disminución de comportamientos lesivoses evidente, luego de establecerse la zona de distensión. Y es más, impactaen mayor medida, si tales notas estadísticas se comparan con los nivelesde victimización en todo el territorio nacional, pues en éste no existe per-sona que no hubiese tenido contacto personal o familiar con alguna vul-neración de índole penal a sus derechos. Categorizar la especificidad vivi-da en la zona de distensión como si fuera una generalidad, desde luegoque es un error numérico y sobre todo, una desacertada postura social.

La zona de distensión es un mecanismo legal, desarrollo de la Ley 418 de1997, en donde se pretende crear las condiciones de confiabilidad y segu-ridad en procura de lograr el diálogo, la negociación y en fin, el acuerdo depaz. El fruto es evidente, se llegó al término del diálogo y se produjo laagenda única. Llamo la atención de los honorables Representantes en elhecho de todos conocido de la duración del diálogo en Irlanda del Norte:mientras allí se produjo la agenda a cuatro y más años de conversacio-nes, en Colombia, tal etapa se superó en menos de cinco meses de esfuerzo.Los plazos no son fatales en el proceso de paz. Lo que es fatal es la necesi-dad de consensos y por ello la necesidad de paz. No existe fórmula mate-mática para llevar a cabo el proceso, el tiempo es necesario, pero insisto,no es fatal. Se ha confundido el proceso de paz, con la mesa de negocia-ción. Nuevamente, se desconoce el estado del proceso, se generaliza y seproduce un contrasentido evidente. De suyo, en la zona de distensión,existen alcaldes reconocidos por todos los actores, policía cívica que atiendea la ciudadanía; en suma, jamás se ha colocado en duda la soberaníaestatal y nunca antes había existido tanta presencia del Estado en dichazona como la que se puede presentar hoy.

Áreas despejadas de fuerza pública, en el país se encuentran muchas: Unasporque allí el conflicto no es evidente, en otras, porque la fuerza públicano se encuentra físicamente. ¿Será entonces que sobre dichas zonas existela misma reflexión? Impensable. La soberanía es plena, la comunidad essabia en la manera de lograr su convivencia y el Estado jamás ha renun-ciado a la soberanía.

728 REPÚBLICA DE COLOMBIA

Como se observa, el nivel de diálogo en el establecimiento es y ha sidomuy retórico, poco productivo y en nada propositivo. El debate se ha derealizar sobre propuestas, sobre soluciones y como ya se dijo, evitandocolocar un problema a cada solución. LImpunidad? Es posible, no obs-tante la única manera de acabar con ella es el proceso de paz. En los esta-dos de no paz y en el de guerra, todos somos generadores de instrumentosde paz.

2. ¿Quérazones han aducido las FARC,para no estar de acuer-do con una comisión de verificación?

Si en el seno del establecimiento no estamos de acuerdo, lo propio y lógicoserá que existan desavenencias, con los actores armados. Es un problemade crear puntos de avenencia y ello se puede lograr generando espacios deconfianza.

El primer espacio de confianza ha de ser, en el lenguaje utilizado desde elestablecimiento y también con los actores armados. Así es el proceso depaz.

Deseo por ello ser de pronto demasiado puntual:

La instrumentalización de la negociación no posee dudas. Aparentemen-te la dificultad consiste en la implementación de la comisión que se hadado por llamar de verificación. El Gobierno Nacional ha propuesto unacomisión de acompañamiento. No obstante, negociación y la verifica-ción son temas colaterales pero diferentes. La negociación se encuentra enpunto de inicio, la verificación en momento de reflexión.

Todo aporte es importante y toda posibilidad estudiada. Conocidos y des-tacados miembros de organizaciones impulsadoras del proceso de paz,observan necesario dar inicio a la negociación y estudiar la verificación.Otros estamentos desean que sin la verificación no existe punto de inicioa la negociación. Con todo, el ejercicio y la labor no se encuentra en lacalificación de razones, sino en la necesidad de avenencia a la negocia-ción.

HECHOSDE PAZ VI 729

Por ello, el Gobierno Nacional se encuentra trabajando en la construccióny viabilidad del proceso de paz integral.

Bienvenida, la observación coherente, didáctica, global y conceptualmenteviable.

3. Si hay Comisión de Verificación ¿qué propuesta tiene elGobierno para su integración?

De la respuesta anterior se deduce que, la integración depende del punto deconfianza y de la avenencia que con respecto a ella se llegue. ¿Dificultadesdel proceso? No. Simplemente temas de perfeccionamiento en el proceso,que no en la negociación.

Las propuestas para resolver el obstáculo presentado las estamos dialo-gando de manera directa y con carácter reservado, hasta tanto no sellegue a un acuerdo con el propósito de no crear más inconvenientes.

4. ¿Cuál es la posrcion de la Oficina del Alto Comisionadopara la Paz frente a la intensión del coronel Hugo ChávezFrías de diálogar con las FARCy los Paramilitares?

La pregunta es muy importante, la respuesta ha de ser responsable. Ellocorresponde al concepto y trabajo del señor Canciller de la República.

730 REPÚBLICA DE COLOMBIA

RESPUESTAS DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZA LA PROPOSICIÓN DE CITACIÓN A LA COMISIÓN

PRIMERA DE LA cÁMARA DE REPRESENTANTESEL 21 DE OCTUBRE DE 1999

1. Gestiones que ha adelantado el Gobierno Nacional para laliberación de las personas secuestradas del avión de Aviancaque aún no han sido entregadas.

Desde el día mismo del secuestro masivo de los ocupantes del avión deAvianca en Bucaramanga el Gobierno Nacional estableció la política desupeditar el reinicio del proceso de diálogo y negociación con el ELN a suliberación inmediata e incondicional, bajo el criterio de no permitir queestos hechos se constituyan en un instrumento para presionar la obten-ción de beneficios de ninguna naturaleza.

A la vez, de forma rápida y en un escenario diferente al del proceso de pazel Gobierno Nacional inició gestiones tendientes a facilitar al ELN el cum-plimiento de su obligación de restituir la libertad a los civiles rehenes, con-formando para ese efecto una comisión humanitaria. Para tales accionesel gobierno designó al doctor Juan Gabriel Uribe, quien intensamente ex-ploró caminos y estableció interlocución con los voceros del ELN, sin lo-grar que esa agrupación insurgente respondiera en forma positiva a lasgestiones de la comisión.

Ante esa posición, así como ante las diversas posiciones asumidas pormiembros del ELN sobre la disposición de liberar a estos secuestrados, asícomo a los que se sumaron posteriormente mediante los secuestros masi-vos de Cali y Barranquilla, el Gobierno Nacional intentó fórmulas deintermediación humanitaria y reiteró su permanente disposición al diá-

HECHOSDE PAZ VI 731

logo político, suspendido como consecuencia de la situación que generó elmencionado grupo.

Agotadas sin éxito estas instancias, el Gobierno Nacional a través del AltoComisionado para la Paz procedió a aceptar y respaldar los buenos oficiosque ofreció un grupo de personas representativas de la sociedad colombia-na. Estas acciones están en marcha y el gobierno confía en que, como essu interés prioritario, se puedan resolver positivamente los secuestrosmasivos, mediante la restitución incondicional de la libertad de las vícti-mas en poder del ELN, Y de esa manera retomar el curso del proceso.

El Gobierno Nacional seguirá realizando todos los esfuerzos que sean con-ducentes a la liberación de los secuestrados, como lo viene haciendo concautela y discreción.

2. ¿Cuál es la posrcion del Gobierno frente a la apertura delos diálogos regionales de paz?

La insurgencia está levantada en armas contra el Estado colombiano porargumentos de orden nacional y ha propuesto una plataforma de recon-ciliación también de dimensiones nacionales. Por lo tanto, la resolucióndel conflicto debe abordarse en esa perspectiva, y no parcelando en ne-gociaciones regionales los problemas, proceder que fácilmente puedeculminar en el desplazamiento de la violencia, pero no en su resolu-ción definitiva.

Existe hoy un proceso cuya conducción directa y personal está en manosdel señor Presidente de la República, a través del cual se ha logrado con lasFARCconvenir una agenda única y unos mecanismos para garantizarque en su análisis participen todos los sectores y todas las regiones delpaís, asegurando a su vez que los resultados de la negociación tenganefectos sobre todo el territorio nacional y beneficien a todos sus habi-tantes.

732 REPÚBLICA DE COLOMBIA

De igual forma, el Gobierno Nacional favorece la realización de la con-vención nacional que propuso el ELN, pues se rige en su política de pazbajo el criterio de la participación democrática nacional en la elaboraciónde las reformas conducentes a la reconciliación. Esa política va a mante-nerse, asegurando la coherencia de objetivos y estrategias y evitando ladispersión de esfuerzos.

HECHOSDE PAZ VI 733

RESPUESTA AL CUESTIONARIO DELA COMISIÓN SEGUNDA DEL SENADO

DE LA REPÚBLICA, PROPOSICIÓN No. 31.

Octubre de 1999.

1. ¿Cómose encuentra el proceso de paz que se adelanta conlos diversos grupos subversivos?

Como el país lo sabe, el proceso de diálogo y negociación con las FARChasuperado la etapa de dificultades en que se encontraba. Hemos convenidoiniciar el próximo 24 de octubre la fase de negociación de los temassustantivo s incluidos en la Agenda Común. Estamos satisfechos con queel proceso retorne su cauce, para que podamos iniciar el debate que noslleve a la suscripción formal de acuerdos, tal y como el país lo está espe-rando. Queremos mayor celeridad en el proceso, pero también somos cons-cientes de que es necesario analizar con detenimiento cada uno de lostemas.

Respecto al proceso de diálogo con el ELN, tal y como públicamente lo hadicho el señor Presidente de la República, el Gobierno Nacional mantienesu disposición de iniciar un diálogo bilateral de alto nivel y proceder a larealización de la convención nacional, sobre la base de los entendimientosque ya existen sobre ese particular y logrando un acuerdo razonable so-bre el lugar y las condiciones de seguridad en que habrán de realizarseambos procedimientos. Estamos optimistas en que con el apoyo y losbuenos oficios que el gobierno aceptó de representantes de la sociedad civilpodremos muy pronto avanzar en esos propósitos.

De igual forma, el gobierno permanece atento y ha respondido positiva-mente al interés del EPL de iniciar un proceso de paz, y para ello está

HECHOSDE PAZ VI 735

estudiando las condiciones en que podría iniciarse. Es de nuestro interésun procedimiento que permita la sincronización o la concurrencia de losprocesos, lo que en virtud de las similitudes de agenda podría concretarse.

2. ¿Cuándo se reínicían los llamados diálogos de paz con lasFARC?

El próximo domingo 24 de octubre, en una ceremonia formal pero senci-lla que tendrá lugar en el municipio de La Uribe, donde se instalará for-malmente la mesa de negociación y el Comité Temático Nacional quepermitirá organizar audiencias públicas en las cuales escucharemos lasiniciativas del pueblo colombiano.

3. ¿Cuáles son los avances que se han tenido con los gruposalzados en armas durante este Gobierno?

Se ha instalado formalmente un proceso de diálogo y negociación con lasFARC,para el cual el Gobierno Nacional ha ofrecido todas las garantías. Apartir de esa decisión se convino, la Agenda Común para el Cambio haciauna Nueva Colombia, lo que nos permite contar con temas identificadosde cuyo análisis deberán resultar las bases para la obtención de una pazduradera. De igual modo, se establecieron de común acuerdo los mecanis-mos que permitan, como es interés del gobierno, la participación activa yplural de los colombianos en el proceso de paz. Ellos son las audienciaspúblicas y el Comité Temático Nacional. Este último además servirá parasistematizar las propuestas y hacerlas llegar en condición de insumospara la negociación bilateral. Recientemente acordamos el inicio de la fasede negociación, de la que deberán resultar progresivamente acuerdossustantivos.

Con el ELN avanzamos en la definición del carácter de la convención na-cional que el gobierno aceptó realizar, como foro amplio para el debate delos temas sustantivo s para la paz y del cual deberán surgir las propuestasque nutran la negociación bilateral. Están definidos diversos aspectos deese proceso, alcanzados mediante un diálogo bilateral y también a través

736 REPÚBLICA DE COLOMBIA

de un escenario trilateral en el que representantes de la sociedad civil hanjugado un papel importante. También hay coincidencia de criterios eniniciar el diálogo bilateral mediante la firma de un acuerdo de respeto alDerecho Internacional Humanitario. Con fundamento en estos avancesquedan por definir las condiciones de seguridad para la realización de es-tos procesos, en lo que se refiere a los miembros de la sociedad civil corres-ponde directamente al Gobierno Nacional. Confiamos, reitero, en poderiniciar pronto el trabajo, lo que supone la liberación de las víctimas de lossecuestros masivos llevados a cabo en Bucaramanga, Cali y Barranquilla.

4. ¿Cuáles la opinión del Gobierno sobre las posibles reunio-nes que se van a llevar a cabo en Venezuela con el ELN?

El planteamiento general de la política de paz que efectuó el Primer Man-datario prevé que cuando las circunstancias lo aconsejen, se haga uso demecanismos de intermediación, que actúen como "bisagra" entre las par-tes. En la coyuntura del proceso con el ELN ello ha sido conveniente y poreso el gobierno aceptó y viene respaldando las gestiones de este grupo. Esimportante que esa agrupación tenga la capacidad de comprometer atodos sus miembros.

5. ¿Enqué normas legales se piensa apoyar el Gobierno parallegar a acuerdos con las FARC, el ELN y los gruposparamilitares?

El gobierno ha sido claro al decir que el proceso de paz, en todos sus com-ponentes, se desarrollará con estricto apego a la Constitución y las leyesde la República. El señor Presidente de la República ha hecho uso de aque-llas que le son conferidas en la Ley 418 de 1997, cuya prórroga hemossolicitado al Congreso de la República. Haremos también uso de aquellasnormas del Derecho Internacional Humanitario aplicables en nuestrocontexto, cuando ellas sean útiles para lograr avances en la humanizacióndel conflicto y la construcción de confianza.

HECHOSDE PAZ VI 737

6. ¿Cuál es la posicron del Gobierno referente a la llamadaley de canje, o intercambio humanitario que se piensa tra-mitar en el Congreso de la República?

En la medida en que el contenido sustantivo y la forma de esa ley se adecuenal inequívoco propósito de la reconciliación nacional, que es su sentidopolítico, el gobierno estará satisfecho con la ley. Para el gobierno es claroque una liberación o suspensión de procesos con ocasión del conflicto ar-mado debe estar antecedida o al menos suponer la liberación de todos lossecuestrados. Las fórmulas de libertad condicional o libertad provisionalincluidas en la iniciativa son factibles de estudiar, pues son acordes con laaplicación de figuras jurídicas tradicionales en el marco del Estado de De-recho.

7. ¿Cuál es la ayuda que el Gobierno de los Estados Unidosha aprobado para el proceso de paz que rige en Colombia?

Las demostraciones del apoyo político que el gobierno de los Estados Uni-dos brinda al proceso de paz son vehementes. Ese apoyo, como el de laComunidad Europea y toda la comunidad internacional, es de una im-portancia mayor. Ese respaldo también se ha expresado en la cooperacióneconómica, mediante ofrecimientos importantes de recursos no reembol-sables y mediante su voto favorable ante la banca multilateral, que estánen vías de aprobación definitiva conforme a los correspondientes procedi-mientos.

8. ¿Cuáles son las respuestas que ha recibido el GobiernoNacional de otros países sobre el Plan Colombia?

Todos los países a los que ha sido presentado el Plan Colombia, al igualque los organismos multilaterales, han ofrecido su respaldo y su coopera-ción. A través de la Diplomacia para la Paz el Gobierno Nacional ha expli-cado en detalle el sentido y los alcances del Plan y la forma en que éste seinscribe en el propósito de reconciliación nacional. Se trata de un instru-mento que aunque está vinculado al proceso político de obtención de acuer-

738 REPÚBLICA DE COLOMBIA

dos de paz, no depende en su ejecución del curso y el ritmo que puedantomar los diálogos y la negociación. Eso lo comprende bien la comunidadinternacional, pues una de sus reglas de oro contemporáneas es que la pazsupone el desarrollo económico y social, que es lo que estamos buscandocomo sustento de nuestro proceso.

HECHOSDE PAZ VI 739

CON MOTIVO DELASESINATO DE

~JAIME GARZON

y JESÚS ANTONIO BEJARANO

DECLARACIÓN PÚBLICA

Santa Fe de Bogotá, D. C, 13 de agosto de 1999.

El Alto Comisionado para la Paz, Víctor G. Ricardo, lamenta profunda-mente y condena de la manera más enérgica el cruel asesinato el día dehoy del periodista Jaime Garzón.

Se ha cegado la vida de un gran colombiano, que puso su inteligencia y sutalento al servicio de la alegría nacional y de la construcción de la paz enel país. Su asesinato nos indigna, nos ofende y nos duele.

La única manera de mitigar su irremplazable pérdida, y hacer menosdura su ausencia es siguiendo sus pasos, mediante el compromiso de bus-car entre todos la reconciliación nacional, venciendo para siempre, con larazón y con la risa, a los violentos y su violencia.

El Gobierno Nacional ha dispuesto todas las medidas que permitan esta-blecer la responsabilidad de este crimen, identificar a sus responsables yllevarlos ante la justicia.

Víctor G. Ricardo,Alto Comisionado para la Paz.

HECHOSDE PAZ VI 743

COMUNICADO

Santa Fe de Bogotá, D. C, 16 de septiembre de 1999.

El Alto Comisionado para la Paz expresa su más enérgico repudio y suprofundo pesar por el asesinato cobarde y cruel del doctor Jesús AntonioBejarano. Sus homicidas le arrebataron a Colombia un incansable traba-jador de la paz.

Con este crimen se ataca y ofende a toda la sociedad colombiana, queclamorosamente pide el fin de la violencia, el respeto de los derechos hu-manos y la convivencia solidaria y democrática, tal y como durante suvida personal, académica y profesional lo buscó con tesón e inteligencia eldoctor Bejarano.

Como él lo enseñó con su comportamiento, la única reacción posible anteese horrendo homicidio es el fortalecimiento de la voluntad nacional depaz, la preservación del pensamiento libre, la expresión franca de los prin-cipios y las convicciones, la preservación de las instituciones democráti-cas y la creación de una cultura de tolerancia y respeto por las diferencias.

Se equivocan los muy pocos que pretenden doblegar a la Nación con elterror y la alevosía. El martirio de Jesús Antonio Bejarano será semilla dela paz.

Víctor G. Ricardo,Alto Comisionado para la Paz.

HECHOSDE PAZ VI 745

SOBRELA BELIGERANCIA

RESTRINGIDA

SOBRE LA BELIGERANCIA RESTRINGIDA

Sobre el tema de la beligerancia, el gobierno colombiano ha expresado suopinión en distintos foros y en especial en el honorable Congreso de laRepública.

Sobre este tema existe una gran confusión en la opinión pública, motivo porel cual es importante reiterar para su comprensión, los siguientes aspectos:

1. Como lo ha dispuesto el señor Presidente de la República, el proceso depaz en curso, se desarrolla en todas sus etapas con arreglo y cumpli-miento a la Constitución y a las leyes de la República.

2. No existe interrupción o suspensión del poder del Estado, en ningúnlugar del territorio Nacional.

3. En cumplimiento de la Constitución y en especial, en desarrollo de laLey 418 de 1997, el Gobierno Nacional ha adoptado las decisionespertinentes para el inicio de los diálogos de paz con la insurgencia.Decisiones soberanas, en el marco de encontrar una solución políticanegociada al conflicto interno colombiano, se otorgó el reconocimien-to político a dichas agrupaciones (FARC-EPy ELN).

4. El reconocimiento político no modifica en forma alguna el estatus de lainsurgencia, con respecto al marco jurídico, interno o internacional.

5. La declaratoria de la zona de distensión, es igualmente una decisiónsoberana del Estado, desarrollo de la ley, un instrumento para la paz.

HECHOSDE PAZ VI 749

Se busca allí, exclusivamente, un lugar que permita ofrecer seguridada los intervinientes en el proceso. Para lo cual, la ley contempla medi-das especiales para viabilizar el diálogo. Decisión soberana que exclu-ye cualquier argumento sobre un control territorial por parte de laguerrilla.

6. La normatividad internacional y la costumbre de los Estados con-temporáneos, llevan a la conclusión que, el reconocimiento de la beli-gerancia, hoy más que nunca, es un concepto desueto, por razoneshistóricas, prácticas y jurídicas. Así:

• Históricamente, su uso y utilidad se efectuó durante el siglo XIX enrelación con insurrecciones nacionales y movimientos de secesión quese oponían a regímenes imperiales o colonialistas.

• Anacrónico por razones prácticas; en el caso salvadoreño, lo que acon-teció fue una declaración de terceros Estados, sobre el reconocimiento"de fuerza política representativa", y en ningún caso, el gobierno sal-vadoreño utilizó el concepto de beligerancia, y menos aun el de belige-rancia restringida.

• Por razones jurídicas, porque desde el punto de vista del derecho público,el reconocimiento de los sujetos internacionales tiene como escenarionatural el foro por excelencia de las relaciones entre Estados, que es laOrganización de la Naciones Unidas y no los Estados aislados.

7. Bajo el punto de vista del Derecho Internacional Humanitario es in-trascendente la calificación de la beligerancia, por cuanto desde 1949la obligatoriedad de respetar las normas mínimas en los conflictosarmados internos, es imperativa para las "partes en conflicto", o seapara todos los actores armados, incluyendo naturalmente al propioEstado.

8. Una razón de más para que el reconocimiento de beligerancia en con-flictos de carácter interno no tenga ninguna utilidad o procedencia,es que los conflictos armados no internacionales están cubiertos por

750 REPÚBLICA DE COLOMBIA

las reglas mínimas de derecho de los conflictos armados (artículo 3°común de los acuerdos de Ginebra y su Protocolo II). Es más, y loresalto, siguiendo el derrotero normativo, los acuerdos que se haganpara preservar la integridad de las personas nada tienen que ver con elreconocimiento de la beligerancia. Al respecto la misma norma esta-blece: "La aplicación de las anteriores disposiciones no surtirá efectossobre el estatuto jurídico de las partes en conflicto" (resaltado fuera detexto).

9. Por lo tanto, el solo hecho de estar obligado y de dar aplicación a losConvenios de Ginebra, no convierten a las partes en conflicto en beli-gerantes.

10. En suma, la discusión es doblemente teórica, si se considera que elproceso de paz en Colombia se encuentra reglado por la ley, que auto-riza, no sólo la negociación, sino los instrumentos como la disten-sión, el reconocimiento de carácter político de un grupo insurgente (locual, para efectos prácticos, equivale a decir que existe válidainterlocución) y la utilización de otros mecanismos de perfecciona-miento de los acuerdos a que se llegue con los interlocutores actuante s

En otras palabras, el proceso de paz se adelanta al amparo de la ley ycomo expresión de la soberanía del Estado colombiano en su condi-ción de Nación unitaria.

11. Es así como, los instrumentos antes citados, se insiste, son para lapaz, no para hacer la guerra, origen de la palabra beligerancia.

Una figura como la planteada, "la beligerancia restringida", no coincidecon la normatividad interna o internacional. En el plano interno, pues noexiste fundamento o respaldo legal; en el orden internacional, no poseeantecedente, ni se encuentra enmarcada en los instrumentos internacio-nales.

Víctor G. Ricardo,Alto Comisionado para la Paz.

HECHOSDE PAZ VI 751

CON ALGUNOSCOMUNICADOS

LLEGALA NEGOCIACIÓN

EL GOBIERNO NACIONALY LAS FARC-EP SE PERMITEN

INFORMAR A LA OPINIÓN PÚBLICA:

Después de una reunión sostenida con el Alto Comisionado para la Paz ya solicitud del gobierno, las partes, antes de realizar la instalación formalde las negociaciones, han considerado necesario definir la conformaciónfinal de la comisión internacional de verificación acordada en el docu-mento firmado entre el señor Presidente de la República y ManuelMarulanda Veléz. Asimismo han considerado necesario definir claramen-te las bases y los parámetros bajo los cuales operará esta comisión.

De otra parte, ante la imposibilidad de llegar a la zona por parte de algu-nos miembros del comité temático designados por la FARCy a solicitudde dicha organización, y que las centrales obreras aún no han designadosu representante, resulta necesario contar con un término de tiempo adi-cional que permita la integración final de este comité.

Por lo anterior, las partes han acordado aplazar la instalación formal dela mesa de negociación, han ratificado enfáticamente su voluntad de pazy buscarán realizar la instalación formal de dicha mesa el próximo 20 dejulio, para continuar en la búsqueda de un acuerdo político que permitauna solución al conflicto.

Sin perjuicio de lo anterior, los negociadores designados por las partes con-tinuarán trabajando conjuntamente en la definición de las condicionesde forma bajo las cuales se adelantarán las negociaciones, la metodologíade trabajo del Comité Temático Nacional, en especial la realización de lasaudiencias públicas, con el propósito de escuchar las distintas iniciativas

HECHOSDE PAZ VI 755

y planteamientos de la comunidad colombiana para el desarrollo de laagenda común: Por el cambio hacia una nueva Colombia.

Por el Gobierno,Víctor G. Ricardo,Alto Comisionado para la Paz.

Por las FARC- EP:Raúl Reyes,Joaquín Gómez,Fabián Rarnírez.

756 REPÚBLICA DE COLOMBIA

DECLARACIÓN PÚBLICA

San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá,16 de octubre de 1999.

El Gobierno Nacional a través del Alto Comisionado para la Paz y lasFARC-EI~por conducto de sus voceros en la mesa de negociación, reiterana la opinión nacional e internacional su decisión de seguir trabajando enla búsqueda de una solución política negociada al conflicto que vive nues-tro país, e informa a la opinión pública que hemos acordado dar instala-ción formal a la mesa de los diálogos de la negociación el próximo domin-go 24 de octubre de 1999 a las 11 a.m., en el municipio de La Uribe,departamento del Meta, con la finalidad de desarrollar la agenda comúnacordada "Agenda hacia una Nueva Colombia" que permita llegar aun acuerdo para encontrar la paz de los colombianos, como tambiénponer en funcionamiento el Comité Temático Nacional, que ha sido inte-grado por cada una de las partes.

Por el Gobierno:Víctor G. Ricardo,Alto Comisionado para la Paz.

Por las FARC- EP:Raúl Reyes,Joaquín Gómez,Fabián Ramírez.

HECHOSDE PAZ VI 757

SE INICIAN PROYECTOSDE SUSTITUCIÓN DECULTIVOS ILÍCITOS

DURANTE EL PROCESO DE PAZEN LA ZONA DE DISTENCIÓN

PLANTE UNDCP/UNOPS

Desarrollo alternativo en la zona de distensiónde los departamentos del Caquetá y Meta.

Firma de convenio:Visitas a campo:Desembolso de recursos:Duración total:

junio de 1999agosto - septiembre de 1999octubre de 1999tres años

Criterios de trabajo para los proyectos productivos dentrodel desarrollo alternativo

El PlANTE en los proyectos productivos contempla cuatro criterios quegarantizan el éxito y estos son los siguientes:

1. Sostenibilidad económicaLos aspectos que se tienen en cuenta son

• Productos de capitalización: (ganadería de carne)• Productos de flujo monetario: (ganadería de leche, plátano y

piscicultura)• Productos de seguridad alimentaria: (leche, piscicultura, animales

menores, cultivos de pancoger).

2. Sostenibilidad SocialLa base de estos proyectos se construye a partir de las asociaciones deproductores y para este caso se ha construido con:

• La Uribe Asoproaju, Asociación de Productores de La Julia.• Vista Hermosa Asoproadum, Asociación de Productores de Vista

Hermosa.

HECHOSDE PAZ VI 761

• Mesetas• La Macarena

Asoproadum, Asociación de Productores de Mesetas.Asopeproc, Asociación de Pequeños Productores deLa Macarena.Asopeproc, Asociación Productores de La Cristali-na del Losada.Organización de segundo nivel que integra las Aso-ciaciones del Meta.

• S.Vdel Caguán

Cosurmeta

3. Sostenibilidad PolíticaEstos proyectos están articulados con los municipios en los ConcejosMunicipales de Desarrollo Rural, CMDR e incorporados a los PlanesOperativos Municipales, POM /s y participación de las Umatas.

4. Sostenibilidad AmbientalLa sostenibilidad ambiental se construirá a partir de:

• Manejo y rotación de pastos para promover una ganadería no ex-tensiva

• Reciclaje de desechos y actividades de reforestación.

Estos criterios han sido tenidos en cuenta para la construcción de los pro-yectos en la zona de distensión, en forma concertada con las comunida-des a ser beneficiadas. El cuadro que se presenta a continuación permiteconocer en detalle el estado del proyecto y el alance hasta el momento.

Presupuesto total del proyecto

UNDCP:GOBIERNO:

US$3.300.000US$2.800.000

Los proyectos productivos

• Memorandos de Acuerdo (Fortalecimiento a las Asociaciones en Asis-tencia Técnica, Organización Empresarial).Fondos de Capitalización en Especie (cada familia contará con 15•

762 REPÚBLICA DE COLOMBIA

vacas, 1 toro y dos novillos). De esta manera se garantiza que el cam-pesino cuente con leche y carne para comercializar.

• Fondo Comercialización * *Son la base para que los campesinos cuenten con recursos paraarticularse al mercado en forma eficiente y construir alianzas con elsector privado. Es el caso de Nestle en la compra de leche a Asopeprocen San Vicente del Caguán.

Estos proyectos estarán acompañados con productos de seguridadalimentaria: Cultivos de pancoger y animales menores.

Todos los recursos serán administrados por las asociaciones de producto-res con la asesoría y acompañamiento del Plante y UNOPS.

Distribución concertada de los recursos, beneficiosy compromisos

San VincenteProyecto delCaguán LaUribe Mesetas Vista Hermosa Macarena Total

Ganadería 952.600 782.608 773.349 759.515 621.615 3.889.687

Plátano O 353.870 365.838 351.409 O 1.071.117

Piscicultura O O O 41.320 O 41.320

Familias Beneficiarias 200 170 160 200 so 820

J'.s.x. Pral. Ejecutcres Asopeproc Asoproaju Asoproadum Asoproavih Asopepro 5

Infraestructura 286.000 149.583 362.n9 423.358 379.091 1.600.762

HoctáreasASustituir 560 500 500 540 300 2.400

HECHOSDE PAZ VI 763

ALGUNAS GRÁFICASSOBRE

EL CONFLICTOARMADO

LA PRESENTACIÓN DE LAS GRÁFICAS COMPARATIVASSOBRE LA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO

EN COLOMBIA, LAS ACCIONES GUERRILLERASY LOS SECUESTROS EN EL PAÍs, PERMITEN TENER

UNA VISIÓN CLARA DE LA IMPORTANCIADEL PROCESO DE PAZ.

ACCIONES DEL EPL1995-1997

r.fu@ 1 a 3 baja

~4 a 10 media

_Más de 10 alta

HECHOSDE PAZ VI 767

ACCIONES DEL ELN1995-1997

~ .r11J 1 a 3 baja

~4 a 10 media

11Más de 10 alta

768 REPÚBLICA DE COLOMBIA

ACCIONES DE LAS FARC1995 - 1997

&t~~1 a 3 baja

~4 a 10 media

11Más de 10 alta

HECHOSDE PAZ VI 769

GRÁFICO COMPARATIVO DE LA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO(1994-1998)

250,- -,

200~--------------------------------~------------------------------~

150~----------------_ñ~--~----~~----~~~--~~----~----------~

50~------------------------------~----------------------------~--~OL- ~

ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT OV DIC

I __ 1994 --_ 1995 --tr- 1996 1997 ----1:)- 1998 I

GRÁFICO COMPARATIVO DE LA EVOLUCIÓN DEL SECUESTRO(1994-1998)

400,- ~350~--------~------------------------------------------------------4300r---------7-~--------------------~~----------------------------~250r--------t--~--~~~----------~~==~~~--------~~------__l200~-------+----+f------~~------_f,L~----~~----~------~-------1150¡--¡~~:=~~~~~~~~~~~--~~--:_==~~~~~---1100~ __~~~~~~~~~~~~~~~==~~~~~~~-=~~~~~--150~-----------------------------------------------------------------1OL- ~

E E FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

I -----..-1994 ---a--- 1995 --D--- 1996 -- 1997 --{;r- 19981

770 REPÚBLICA DE COLOMBIA

140

120

100

GRÁFICO COMPARATIVO DE LA EVOLUCiÓN DEL HOMICIDIO(1994-1998)

3000

b.. ~ ~ "" --.'"-~ ~...8_- - ----t.r- -J!\-~ ~ -"- . ~--./-t.r- -u-

2500200015001000500

oENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

----..- 1994 -___._-1995 -<r--- 1996 __ 1997 ---D--- 19981

EVOLUCiÓN DEL ACCIONAR OFENSIVO DE LA GUERRILLA(enero de 1997 a junio de 1999)

80

1998 1999

60

SE CREA LA ZONA DEDISTENSIÓN

NOVIEMBRE 7 DE 1998

40

20

oENE FEB MAR ARR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV Ole ENE FEB MAR ARR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV ole

FUENTE: DASLas acciones ofensivas de la guerrilla comprenden: las emboscadas, hostigamientos, ataquesa instalaciones militares y de policía, los asaltos a poblaciones, las piraterías terrestres y lasacciones de sabotaje.

HECHOSDE PAZ VI 771

ACTIVIDAD ARMADA DE LAS GUERRILLAS(enero de 1998 a enero de 1999)

8070605040302010

O

ENE FEB MAR ABR MAY.JUN JUL AGO SFP OCT l\UV DIC FNE

¡ ELN""-- EPL~ FARC--'-¡

A ..•/ '\. ... /"\ Á

/ -, /"-... / \ / -,.......•..••. ~ <, \ / -,

<, .... ---..."Q- .~ / "'-.

'O - -u- -U

---e e .-e e e e • e-e .---.

COMPORTAMIENTO DE LAS ACCIONES MÁS RECURRENTESEN EL CONFLICTO ARMADO

(enero de 1998 a enero de 1999)

50r--------------------------- ,45r-~------~~--------~~~--------------------------------~40r-~~--~L-~------~~--~--------------------~----------~35r---~~~--~r_--~~~----~~_=~--------~~~~--------~30r---~~r-~~~~~~~----~~~?i~~~~~~--~~~----~25~~~------~~~~70~~~--~~~~~~~~~~~~~~~~20r-~------_o~--~~--~~~~~L---~~~--=_------~~~~~15~~~--~~~~~~----~~~~------~~~~~~._----~~~

l~~~~~~~

ENE FEB MAR ABR MAY.JUN JUL AGO SFP OCT l\UV DIC FNE

--- CONTACTOS ARMADOS

-<r ASALTOS A ENTIDADES

......•.... ASALTOS A POBLACIONES

-ti- ATAQUE A INSTALACIONES

-O- SABOTAJES

-O- HOSTlGAMIENTOS

-.tr- EMBOSCADAS- PIRATERíA TERRESTRE

772 REPÚBLICA DE COLOMBIA

GRÁFICO COMPARATIVO DE LA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADOEN EL PERÍODO DE VIGENCIA DE LA ZONA DE DISTENSIÓN

CON LOS PROMEDIOS SEMESTRALES DE LOS AÑOS ANTERIORES

800

700

600

500

400

300

200

100O

INTENSIDAD DELCONFLICTO

r-------------------------------------~ARMADO DURANTELA VIGENCIADE LA

ZONA DEDISTENSIÓN

Prom1991 Prom1992 Prom1993 Prom1994 Prom1995 Prom1996 Prom1997 Prom1998 Nov 98-abril 99

GRÁFICO COMPARATIVO DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LA GUERRILLAANTES Y DESPUÉS DE LA CREACiÓN DE LA ZONA DE DISTENSIÓN

(enero de 1998- abril de 1999)

80r--------------------------------.~S~E~C~RE~A~L~A~Z~O~N~A-r~

DE DISTENSIÓNEN

70 I--------I'\--------------------_-----------l-l C~~iOSUr;:~Nilil!~~S

DEL PAís(noviembre 7 de

6°r------1~~~--~~--------r_~--------i~TL-----l~9~9~8~)------~~

40

10r---------------------------------+-----------------4

OL-__~ ~ ~ _L ~ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR

I ELN~ FARC EPL•..••• I

HECHOSDE PAZ VI 773

EVOLUCiÓNDEL SECUESTRO GUERRILLERO

250~ --.

200INFLUENCIA DE LOS SECUESTROSMASIVOS DE BUCARAMANGA, CALIy BARRANQUlLLA

o L- ~ENE FEB MAR ABR MAY JUN

-+- ENERO A JULIO DE 1997 ••••...• ENERO A JULIO DE 1995-frENERO A JULIO DE 1999

774 REPÚBLICA DE COLOMBIA

1\111\'11\.1-\

NACIONAL

LA IMPRENTA NACIONAL DE COLOMBIA

realizó la impresión de

"HECHOS DE PAZ V-VI"

en el mes de octubre de 1999

Ivstitia et Litterae