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HHeemmiissffeerriioo AAmmeerriiccaannoo PPoollííttiiccaa iinntteerrnnaacciioonnaall
SSééppttiimmoo sseemmeessttrree
LLiicceenncciiaattuurraa eenn
RReellaacciioonneess IInntteerrnnaacciioonnaalleess,,
Miguel Ángel Molina Hernández
UNIDAD 3
Los orígenes de Estados Unidos y Canadá
3.1. Formación de las colonias y llegada de europeos
3.1.1. Estados Unidos
3.1.2. Canadá
3.2. Las instituciones de gobierno: génesis
3.2.1. Estados Unidos
3.2.2. Canadá
3.1.1. Estados Unidos
A finales del siglo XV había en Europa una gran demanda de especies, textiles y
tinturas de Asia. Cristóbal Colón, marino italiano, creyó erróneamente que podría llegar al
Lejano Oriente navegando 6.400 kilómetros hacia el oeste partiendo de Europa. En 1492,
persuadió a los reyes de España para que le financiaran el viaje. Colón navegó hacia
occidente pero no llegó a Asia sino a una de las Islas Bahamas en el Caribe. Colón llegó a
explorar la mayor parte del área caribeña. Jamás alcanzó el Lejano Oriente; pero en
cambio regresó a Europa con oro, y en el lapso de 40 años los avaros aventureros
españoles habían conquistado un enorme imperio en Centro y Suramérica. Los españoles
también fundaron algunas de las primeras colonias norteamericanas: San Agustín en
Florida (1565), Santa Fé en New Mexico (1609), y San Diego en California (1769).
Cuando Colón y más tarde los exploradores españoles regresaron a Europa con
relatos del abundante oro que había en América, cada soberano europeo se apresuró a
reclamar para sí la mayor parte posible del territorio del Nuevo Mundo, junto con las
riquezas que pudieran extraerse de él.
La única forma de hacer valer estos reclamos era mediante el establecimiento de
colonias de europeos en el territorio. Este requerimiento combinado con el celo de los
sacerdotes españoles por convertir a los habitantes indígenas de América al cristianismo,
la necesidad de los disidentes religiosos y políticos europeos de escapar de la
persecución en sus respectivas patrias, y la sed de aventura de algunos individuos dio
impulso a la fundación de colonias.
En 1607 un grupo de atrevidos colonizadores ingleses construyó una diminuta
aldea en Jamestown, Virginia. Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra,
fundaron la primera colonia inglesa que sobrevivió. Una compañía londinense interesada
en obtener utilidades financió la fundación, pero nunca las obtuvo. De los primeros 105
colonos, 73 murieron de hambre y enfermedades en los primeros siete meses después de
su arribo. Pero la colonia con el tiempo creció y prosperó. Los virginianos descubrieron la
forma de ganar dinero con el cultivo del tabaco, el cual empezaron a enviar a Inglaterra en
1614.
En Nueva Inglaterra, la región nororiental de lo que hoy es Estados Unidos, los
puritanos ingleses establecieron varias colonias. Estos colonizadores pensaban que la
Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo, y llegaron a
América huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una
colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como
los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron en
Plymouth, Massachusetts, en 1620. Una colonia puritana mucho más grande se
estableció en el área de Boston en 1630. Para 1635, algunos colonizadores ya estaban
emigrando a la cercana Connecticut.
Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes,
constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un
nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han
considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones.
Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente
intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de
Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo
Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros
de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos.
Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la
comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a
salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual
garantizaba libertad religiosa y la separacidn del estado y la iglesia. Las colonias de
Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en
1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia
religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo
Mundo.
Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron
ocupadas también por muchos grupos de origen no británico. Agricultores alemanes se
establecieron en Pennsylvania, los suecos fundaron la colonia de Delaware y los primeros
esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626, colonizadores holandeses
compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la región y erigieron la ciudad de
New Amsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por los ingleses y rebautizada con el
nombre de New York.
ACTIVIDAD: En un mapa identifique el territorio de las trece colonias que
originalmente ocuparon los colonos ingleses, y señale la ruta de su expansión
cronológicamente.
3.1.2. Canadá.
Los primeros habitantes de la región fueron diversos pueblos provenientes de
Siberia, que llegaron a través del Estrecho de Bering, y un poco más tarde llegaron los
últimos pueblos inuit (esquimales) provenientes de Asia. Los primeros contactos europeos
fueron a través de la llegada de los aventureros vikingos, pero no se quedaron por mucho
tiempo, debido especialmente a los nativos agresivos que residían en la región.
Las riquezas naturales de la región atrajeron la atención de los europeos,
especialmente los británicos y franceses que comenzaron a explorar el interior. Entre
éstos se encontraron John Cabot (1450-1498, encabezaba exploraciones británicas),
Henry Hudson (inglés, 1550-1611), el francés Jacques Cartier (1491-1557) -quién le dio el
nombre a Canadá-, y su compatriota Samuel Champlain (1567-1635), quien fuera
conocido como el Padre de la Nueva Francia por sus trabajos en la fundación de las
colonias que crecieron a lo largo del río San Lorenzo, de Quebec a Montreal.
La influencia francesa y la colonización también llegaron a las Provincias
Marítimas, y se extendió con el comercio de pieles a través de los Grandes Lagos hasta
las cuencas de los ríos Mississippi y San Lorenzo. La rivalidad entre franceses y
británicos se acrecentó luego de la fundación de la Compañía Británica de la Bahía de
Hudson en 1670. Las diferencias se resolvieron mediante guerras civiles entre los siglos
XVII y XVIII, culminando con la captura de Québec y Montreal por parte de los británicos
en 1759. En 1763 se produce el Tratado de París en donde se demarcan los territorios
británicos y franceses en Canadá. Durante y después de la Guerra de Independencia
Americana (1775-1783), cuando las colonias de América del norte se rebelan contra el
gobierno británico, miles de británicos huyen a Canadá, principalmente a Nueva Escocia y
Québec. Canadá sufrió de seis años de guerra durante los cuales los americanos trataron
inútilmente de invadir sus territorios.
En 1791 las colonias separadas del Alto Canadá (Ontario) y Bajo Canadá
(Quebec) crean el Acta Constitucional. En 1837 se manifiesta el descontento de las dos
Canadá hacia la política económica británica, desatan una revuelta con la intención de
obtener un autogobierno, lo que lleva a reformas políticas y a la unificación de Canadá. En
la década de 1840 se comenzó a producir un gran intercambio comercial entre Canadá y
EE.UU. Con la intención de aplacar la intervención británica, los dos países comenzaron
la construcción de líneas férreas para acortar distancias. Los canadienses, que sintieron
muy de cerca la revolución americana, empezaron a motivarse para buscar la forma de
proclamar una unión federal, hasta que el 1 de julio de 1867 se convierte en un país
independiente.
ACTIVIDAD: En un mapa identifique el territorio que originalmente ocuparon los
colonos ingleses, y señale la ruta de su expansión cronológicamente.
3.2. Las instituciones de gobierno: génesis
3.2.1. Estados Unidos
Tras la independencia los norteamericanos tenían que hacer frente a dos hechos
decisivos: la creación de una nueva nación conformada por trece Estados, y la ampliación
del nuevo país, que poseía vastísimos territorios al oeste.
El primer objetivo era crear un gobierno federal fuerte, que tratase de mantener la
unidad nacional de las trece colonias; el segundo, extender su dominio territorial y
organizar ese vasto territorio.
Ya en 1776, en la convención de Virginia, se sustituyó el estatuto colonial por una
constitución estatal, que garantizaba la soberanía del pueblo basada en unos derechos
democráticos fundamentales; la división de poderes y el carácter electivo de todos los
cargos públicos, prohibiéndose los cargos públicos hereditarios; separación entre las
iglesias y el estado; libertad de prensa.
A partir de 1777 el resto de las colonias siguió el ejemplo de Virginia, excepto
Connecticut y Rhode Island, que mantuvieron sus cartas fundacionales.
En 1778 se promulgó la Ley de la Confederación, que fue la primera tentativa para
construir un bloque homogéneo, pero no dio resultado. En 1781, con los Artículos de la
Confederación, se intentó de nuevo establecer una primera constitución de la federación
estatal. La negativa de los Estados a renunciar a su soberanía y a su autonomía,
dificultaba la solución que planteaban los problemas de la guerra e impedían adoptar
medidas comunes en política exterior, por lo cual también fracasó.
Los intentos que siguieron para dar una forma política a las Trece Colonias se
vieron obstaculizados por la aparición de dos posturas contrarias. Los partidarios de
conservar la independencia política y administrativa de cada Estado, que daría origen al
partido republicano-democrático, y los partidarios de un gobierno centralizado, los
federalistas.
En 1787, se celebró la convención de Filadelfia a la que asistieron delegados de
todos los Estados menos de Rhode Island. La mediación de Franklin y Madison entre
unos y otros permitió un acuerdo. El resultado fue el establecimiento de una República
Federal Presidencial y la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos, que
entró en vigor en 1789.
La ley fundamental norteamericana consagraba la división de poderes. Establecía
un sistema de control mutuo por el cual los ciudadanos eran a la vez súbditos de su
Estado y de la Unión. Los asuntos relacionados con la defensa, la moneda, el comercio
exterior y las relaciones internacionales, eran competencia exclusiva del Gobierno Federal
de la Unión. A los Estados quedaba reservada la gestión de todo lo referente a
comunicaciones, política interior, culto, policía, justicia, educación.
Los tres poderes quedaban configurados según el siguiente esquema. El
Presidente, titular del poder ejecutivo, actuaba como Jefe de Estado y Primer ministro. El
candidato era designado por los partidos políticos, y elegido mediante sufragio indirecto
por los compromisarios de los Estados. Su mandato se extendía por cuatro años y podía
ser destituido por comisión de delito grave. Sometido en su gestión política al control del
Congreso y del Tribunal Supremo en las cuestiones de constitucionalidad de sus
decisiones.
El poder legislativo residía en dos cámaras indisolubles: la Cámara de
representantes o Congreso y el Senado. La Cámara de representantes era elegida cada
dos años mediante sufragio directo. Cada Estado tenía un numero de representantes
proporcional a su población. El Senado estaba integrado por dos representantes de cada
Estado de la Unión. Su mandato era por seis años, renovándose un tercio de la Cámara
cada dos años. El Presidente con su voto suspensivo y el Tribunal Supremo, como
garante constitucional, controlaban el poder legislativo.
El Tribunal Supremo acogía el poder judicial. Actuaba, además, como tribunal de
garantías constitucionales, amparando al ciudadano y controlando la constitucionalidad de
los actos de los otros dos poderes. Estaba integrado por nueve miembros vitalicios
nombrados por el Presidente. Otra de las funciones capitales del Tribunal Supremo era
conocer y decidir sobre los conflictos entre el poder federal y el estatal.
Por último, se estableció la posibilidad de formular enmiendas a esta Constitución,
a través del Congreso. Esta flexibilidad fue una de las principales razones del éxito y la
estabilidad de la Constitución de 1787. Su pragmatismo y su integración en los ideales
ilustrados de la época, hicieron que rápidamente fuera reconocida y admirada por todos lo
europeos que pretendían reformar el Antiguo Régimen.
Una de las consecuencias más trascendentales de la Independencia será la
influencia decisiva que ejercerá en el desencadenamiento de las revoluciones atlánticas
europeas y en el proceso emancipador de los territorios hispanoamericanos.
Con el nuevo orden político, se llevaron a cabo algunas reformas sociales. Se
confiscaron y repartieron las tierras de propiedad real, y la de los colonos que
permanecieron leales a Inglaterra. Se abolió el derecho de primogenitura y la vinculación
de la propiedad al heredero. Se garantizó la libertad de religión, de expresión y de
reunión.
El 30 de abril de 1789 fue elegido Washington primer Presidente de los Estados
Unidos. De 1775 a 1815 el proceso de decisión política siguió en manos del sector social
alto y medio, que habían rechazado el poderío colonial, y seguían manteniendo su
influencia. Durante medio siglo permaneció homogénea la clase política dirigente que se
constituyó a partir de la Declaración de Independencia.
En el desarrollo del nuevo Estado, desde su independencia hasta la guerra civil en
1861, se pueden distinguir dos periodos. El primero, que abarca las presidencias de
Washington, Adams, Jefferson y Madison, de 1789 a 1817, supone la consolidación de las
nuevas instituciones. La ampliación del espacio territorial y una política internacional que
mantiene la neutralidad en los conflictos europeos a la vez que relaciones unas veces de
paz otras violentas con Inglaterra. El segundo periodo, desde Madison hasta Lincoln, está
caracterizado en política exterior por el aislacionismo de los Estados Unidos. En el
interior, por la formación de dos posiciones basadas en diferencias económicas, sociales
y políticas, entre los Estados del norte y los sureños, diferencias que van agravándose en
la misma medida que la Unión incorpora nuevos Estados.
La política del Presidente Washington, frente a las dificultades de la postguerra y
las opiniones de los partidos, se inclinó por la línea federalista, con la pretensión de
consolidar la unión en el interior y acometer la construcción del nuevo Estado con
decisión. Estableció una capitalidad federal en Maryland, creó el Banco de los Estados
Unidos, estableció el dólar como moneda y unificó grupos financieros y comerciales,
estableciendo el primer sistema impositivo general. Se reconocieron tres nuevos Estados:
Vermont, Kentucky y Tennessee, iniciándose la expansión hacia el Oeste. En política
exterior se restablecen las relaciones con Inglaterra y se mantiene la neutralidad ante el
estallido revolucionario francés, a pesar de la opinión contraria de Jefferson.
La política de los tres presidentes siguientes siguió regida por las mismas líneas
generales. Aumentaron las diferencias entre federalistas y antifederalistas. La neutralidad
durante las guerras napoleónicas supuso un incremento de la prosperidad económica y
varios conflictos con Inglaterra por el bloqueo continental. En 1804, fruto de la expansión
hacia el Oeste se incorpora a la Unión un nuevo Estado: Ohio.
3.2.2. Canadá
A l unificarse Canadá comenzó a expandirse por le territorio británico, como una
forma de recuperar terreno; fue una época de prosperidad que se vio favorecida con la
construcción de una línea férrea (Ferrocarril Transcontinental Canadian Pacific, en 1885)
y la "fiebre del oro" a finales de siglo en la región de Klondike. La mayor cantidad de
inmigrantes provenían de Alemania, Escandinavia, Ucrania, y China y Japón. Luego del
apoyo brindado a las fuerzas Aliadas en la I Guerra Mundial, Canadá gana el status de
Dominio británico con gran autonomía, otorgado por el Estatuto de Westminster de 1931.
Sólo en 1982 Isabel II proclama la nueva Acta Constitucional que traspasa la
autoridad legal y estatutaria del Reino Unido a Canadá, otorgándole su independencia.
Entre 1968 y 1984, la vida política fue dominada por la figura carismática de Pierre
Trudeau, líder del Partido Liberal y cuatro veces Primer Ministro. Tras haberse retirado de
la política en 1984, su partido perdió casi toda su influencia. En 1984 el Partido
Progresista Conservador de Brian Mulroney gana las elecciones, convirtiéndose así en
primer ministro. Su gobierno se dirigió a la formación de una economía sólida, a través de
tratados de libre comercio con distintas potencias. Durante 1991 se llama al
mantenimiento de la unidad nacional, presentando un proyecto para mantener dentro de
la Confederación Canadiense a la provincia de Quebec, que solicitaba su separación.
Además se llega a un acuerdo con los pueblos indígenas, principalmente esquimales,
para establecer sus territorios y el derecho inherente al gobierno propio.
En 1993, Kim Campbell tomó el lugar de Mulroney a la cabeza de los
conservadores, poco antes de las elecciones generales. Los conservadores sufrieron una
grave derrota, alcanzando únicamente dos puestos parlamentarios en la elección de
1993. El nuevo primer ministro, líder del Partido Liberal, Jean Chrétien, introdujo un
paquete de medidas y reformas económicas destinadas a impulsar la economía y poner
en marcha el NAFTA con México y los Estados Unidos lo más pronto posible. En 1994
entra en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, establecido entre
México, Estados Unidos y Canadá.
El problema de Quebec se vuelve cada vez más difícil de resolver. La elección, en
1994, del separatista Jacques Parizeau como Gobernador de Quebec hace que doce
meses más tarde se lleve a cabo un nuevo referendum sobre la independencia de
Quebec. El resultado fue favorable a la Federación pero con un margen muy estrecho, lo
cual muestra que la provincia está aún muy dividida.
En marzo de 1999, el gobierno de Ottawa garantizaba la autonomía al nuevo
territorio Nunavut al noreste de Canadá, casi el 95% de la población nunavut, 25 000
personas aproximadamente, son inuits. El principal problema de este territorio es
económico: las fuentes tradicionales de trabajo, el trueque de pieles y de ballenas, ha
declinado durante los últimos años. Además las industrias mineras y de petróleo han
afectado las formas tradicionales de subsistencia de este pueblo. La administración de
Iqaluit, la capital de Nunavut, más conocida como Frobisher Bay, espera que el
ecoturismo reduzca la actual dependencia hacia las subvenciones del gobierno federal.
ACTIVIDAD: Realice un cuadro comparativo entre las principales instituciones de
gobierno de Canadá y Estados Unidos.
En suma.
Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes,
constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un
nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han
considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones.
Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente
intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de
Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo
Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros
de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos.
Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la
comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a
salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual
garantizaba libertad religiosa y la separacidn del estado y la iglesia. Las colonias de
Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en
1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia
religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo
Mundo.
En Canadá la influencia francesa y la colonización también llegaron a las
Provincias Marítimas, y se extendió con el comercio de pieles a través de los Grandes
Lagos hasta las cuencas de los ríos Mississippi y San Lorenzo. La rivalidad entre
franceses y británicos se acrecentó luego de la fundación de la Compañía Británica de la
Bahía de Hudson en 1670. Las diferencias se resolvieron mediante guerras civiles entre
los siglos XVII y XVIII, culminando con la captura de Quebec y Montreal por parte de los
británicos en 1759. En 1763 se produce el Tratado de París en donde se demarcan los
territorios británicos y franceses en Canadá. Durante y después de la Guerra de
Independencia Americana (1775-1783), cuando las colonias de América del norte se
rebelan contra el gobierno británico, miles de británicos huyen a Canadá, principalmente a
Nueva Escocia y Quebec. Canadá sufrió de seis años de guerra durante los cuales los
americanos trataron inútilmente de invadir sus territorios.
Para comprobar lo que ha aprendido en esta Unidad
Fuentes de consulta
Benedict B., Bradlet H. Canadá: la historia de un país diversificado y dinámico. México, el
autor, 1995.
Brown, Craig, comp. La historia ilustrada de Canadá. México, Fondo de Cultura
Economica, 1994.
Fohlen, Claude. La América anglosajona de 1815 hasta nuestros días. Barcelona, Labor,
1967.
Nevins, Allan. Breve Historia de los Estados Unidos. México, Fondo de Cultura
Económica, 1994.
Bibliografía complementaria para ahondar sobre el tema
Teresa Gutierrez H., Monica Verea C., coordinadoras. Canadá en transición. Mexico,
UNAM, Centro de Investigaciones Sobre América del Norte, 1994.
UNIDAD 4
Sistema político y estructura social en Canadá y Estados Unidos
4.1. Características del sistema político y gobierno
4.2. Partidos políticos
4.1. Características del sistema político
En Estados Unidos, los 13 estados originales estaban agrupados lo largo de la
costa del Atlántico. La frontera se corrió hacia el oeste, a medida que extensas regiones
de lo que hoy es Estados Unidos continental fueron añadidas mediante compras, tratados
y anexiones Los estados se fueron poblando, surgieron gobiernos, y cuando sus
legislaturas territoriales solicitaron admisión al Congreso, pasaron a formar parte de la
Unión como estados. Desde 1959, cuando entraron a la Unión Alaska y Hawai.
De acuerdo con la Constitución, los estados delegaron gran parte de sus
facultades soberanas al gobierno federal en Washington, DC, pero mantuvieron muchas
facultades importantes. Por ejemplo, cada uno de los 50 estados conserva el derecho de
dirigir su propio sistema educativo, de otorgar licencias a los médicos y a otros
profesionales, de ofrecer protección policíaca a sus ciudadanos y de a dar mantenimiento
a sus carreteras.
En la práctica real, y de acuerdo con la tradición estadounidense de mantener al
gobierno tan cerca del pueblo como sea posible, los estados delegan muchas de estas
facultades a sus subdivisiones políticas: los condados, las ciudades, los pueblos, y las
aldeas. Así, al más bajo nivel político los habitantes de una pequeña comunidad de
Estados Unidos eligen a los representantes de su aldea para que se hagan cargo de sus
departamentos de policía y de bomberos, y eligen un consejo educativo para dirigir sus
escuelas. Al nivel del condado, los votantes eligen funcionarios responsables de las
carreteras, los parques, las bibliotecas, el drenaje, y otros servicios, y eligen o designan
jueces para los tribunales. Los ciudadanos de cada estado también eligen al gobernador y
a los miembros de la legislatura estatal.
Además de los 50 estados y del Distrito de Columbia, los ciudadanos del estado
libre asociado de Puerto Rico, y del estado libre asociado de las Islas Marianas del Norte,
Guam, las Islas Vírgenes Americanas y Samoa Americana votan en las elecciones
federales. Las posesiones de Estados Unidos incluyen las islas Wahe, Midway, Jarvis,
Howland, Baker, el atolón Johnston, y el arrecife Kingman en el Pacífico. Estados Unidos,
bajo los auspicios de las Naciones Unidas, administra la Republica de Palaos. Dos
entidades, los estados federados de Micronesia y la República de las Islas Marshall, se
han convertido en estados soberanos, con gobierno propio y una asociación libre con
Estados Unidos.
De acuerdo con la Constitución, el gobierno federal está dividido en tres poderes,
cada uno elegido de manera distinta, cada uno capaz de supervisar y regular a los otros.
El poder ejecutivo está encabezado por el presidente quien, junto con el
vicepresidente, es elegido en elecciones nacionales cada cuatro años (en años divisibles
por cuatro). El proceso de elección de un presidente de Estados Unidos es único. Los
estadounidenses votan por planillas de electores presidenciales que igualan en número a
los senadores y representantes que los estados tienen en el Congreso (un total de 535
personas). En cada estado, el candidato con mayor número de votos gana todos los votos
electorales de ese estado. El candidato presidencial necesita 270 votos electorales para
ser elegido: si ningún candidato obtiene mayoría, la Cámara de Representantes toma la
decisión. (En todas las otras elecciones locales y estatales, los electores votan
directamente por el candidato o el referendum presentado en la boleta electoral de que se
trate). Cualquier ciudadano por nacimiento, de 35 años o más, puede ser elegido para
este cargo. El presidente propone proyectos de ley al Congreso, hace cumplir las leyes
federales, es comandante en jefe de las fuerzas armadas, y con la aprobación del
Senado, formula tratados y designa a los jueces federales, los embajadores y otros
miembros de las secretarías del ejecutivo (los ministerios de Estado, Defensa, Comercio,
Justicia, etc.). Cada titular de una secretaría recibe el nombre de secretario y todos ellos
forman un consejo llamado gabinete.
El vicepresidente, elegido del mismo partido político del presidente, funge como
presidente del Senado y en el caso de muerte o de incapacidad del presidente asume la
presidencia hasta terminar el período.
El poder legislativo se compone de dos cámaras: el Senado y la Cámara de
Representantes. Los 435 escaños de la Cámara de Representantes se distribuyen en
base a la población, aunque todos los estados tienen por lo menos un representante.
Cada estado elige dos miembros de los 100 que integran el Senado: el período de gestión
de un senador es de seis años.
Ambas cámaras deben aprobar un proyecto de ley para que éste se convierta en
ley, pero el presidente puede vetarlo o negarse a firmarlo. En ese caso, el Congreso
reconsidera el proyecto de ley. Si dos terceras partes de los miembros de ambas cámaras
lo aprueban, el proyecto de ley se convierte en ley, aun sin la firma del presidente.
El poder judicial está compuesto por los tribunales federales de distrito (al menos
uno en cada estado), 11 tribunales federales de apelación, y, la Corte Suprema. Los
jueces federales son nombrados por el presidente con la aprobación del Senado; para
minimizar las inf luencias politicas, los nombramientos son de por vida. Los tribunales
federales deciden casos relacionados con la ley federal, conflictos entre estados o entre
ciudadanos de distintos estados. Un estadounidense que sienta que ha sido sentenciado
bajo una ley injusta, puede apelar y llevar su caso hasta la Corte Suprema, la cual puede
decidir que la ley es inconstitucional. En ese caso la ley queda anulada.
Para enmendar la Constitución, la enmienda propuesta debe ser aprobada en el
Congreso por una mayoría de dos terceras partes de cada cámara, y a la votación deben
asistir al menos tres cuartas partes de los estados. En más de 195 años, la Constitución
ha sido enmendada en 27 ocasiones. Las primeras 10 enmiendas (la Declaración de
Derechos) garantizan las libertades individuales: de religión, de reunión, de expresión, el
derecho a un juicio justo, el respeto a la vivienda de cada uno. Las enmiendas posteriores
narran la lucha de Estados Unidos por la igualdad la justicia para todo su pueblo. Estas
enmiendas han abolido la esclavitud, prohiben cualquier negación de derechos debido a
la raza, otorgan el voto a la mujer y los ciudadanos del Distrito de Columbia, y permiten a
los ciudadanos votar a los 18 años.
Por otro lado, Canadá es una monarquía constitucional, un Estado federal y una
democracia parlamentaria. Cuenta con diez provincias y tres territorios. Tiene dos lenguas
oficiales: el inglés y el francés. La Reina Isabel II de Inglaterra es la reina de Canadá y,
por lo tanto, la Jefe de Estado del país. Delega sus poderes en su representante, el
Gobernador General de Canadá. El poder ejecutivo es ejercido por el Primer Ministro y su
gabinete de gobierno. El poder legislativo esta representado por el Parlamento, que se
compone de dos cámaras: la Cámara Alta o Senado, formada por 105 senadores
designados, y la Cámara de los Comunes, constituida por 308 diputados (un
representante por cada distrito electoral) elegidos mediante sufragio universal. La Cámara
de los Comunes, el principal órgano legislativo, se suele elegir cada cuatro años, siendo
cinco años el máximo periodo legislativo permitido. El partido que obtiene el mayor
número de representantes en la Camara de los Comunes es el encargado de formar
gobierno.
La Constitución de Canadá establece el federalismo como forma de gobierno y
define las funciones y los poderes del gobierno federal. Este se ocupa de asuntos de
carácter nacional como política exterior, comercio internacional, defensa, pesca,
transportes, inmigración, derechos humanos, comunicaciones, sistemas monetario y
bancario, y el derecho penal. Las provincias tienen competencia sobre materias tales
como administración de la justicia, derechos civiles, explotación de los recursos naturales,
educación, cultura y administración municipal. El gobierno federal y las provincias se
reparten la responsabilidad del sector medioambiental. Cada gobierno posee su propia
Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal.
La Constitución establece también una Declaración de Derechos y Libertades que
recoge los derechos fundamentales de toda persona que reside en Canadá. Cualquier ley
que contradiga los principios expresados en este documento puede ser declarada nula
por los tribunales. La Declaración protege la libertad de expresión y de religión, los
derechos democráticos, la libertad de circulación, los derechos lingüísticos y también
protege al ciudadano frente a la discriminación sexual, racial, étnica y aquella basada en
deficiencias físicas o mentales, entre otras.
El gobierno de Canadá funciona en el marco de un régimen parlamentario de
origen británico. El Jefe de estado es la Reina Elizabeth II representada por el cargo de
Gobernador General. El parlamento federal está compuesto de una cámara alta (Senado),
cuyos miembros son designados por el Gobernador General a recomendación del Primer
Ministro, y una cámara baja (Cámara de los Comunes), cuyos miembros son electos. No
existe calendario electoral fijo, pero los Comunes no pueden extender la vigencia de su
mandato más de cinco años.
Se encarga generalmente al partido con mayor número de bancas la formación del
gobierno, encabezado por un Primer Ministro que es el líder que condujo a ese partido
durante la campaña electoral. Éste es quien elige entre los parlamentarios electos a los
ministros que integrarán su gabinete. En este régimen, el gobierno debe tener la
confianza de la Cámara de los Comunes, es decir que una mayoría de sus miembros
debe votar a favor de las propuestas del gobierno en todas las cuestiones de capital
importancia, como el presupuesto. El gobierno en funciones hasta la última disolución del
parlamento fue formado por un partido que carecía de mayoría en los Comunes, pero que
fue capaz de gobernar durante dos años con el apoyo externo de otro. Cuando perdió un
voto de confianza, el pasado 28 de noviembre, la Gobernadora General Michaëlle Jean
llamó a elecciones generales para el 23 de enero.
Los ciudadanos mayores de 18 años pueden votar en elecciones generales
mediante un voto secreto y optativo para todos aquellos que se hayan inscripto
voluntariamente en el Registro Nacional de Electores.
La representación en la Cámara de los Comunes se basa en una división
geográfica del país en 308 circunscripciones electorales, cuyas fronteras se basan en
consideraciones demográficas, que eligen un representante cada una. Cada una de las
diez provincias del país tiene un cociente electoral, que determina la población
aproximada que debe tener cada una de sus circunscripciones, que varía entre 34.000
habitantes en la Isla del Príncipe Eduardo (Atlántico) y 109.000 en Columbia Británica
(Pacífico). Los tres territorios corresponden cada uno a una única circunscripción del
alrededor de 30.000 habitantes.
El sistema canadiense vigente es mayoritario uninominal a una vuelta, es decir que
en cada circunscripción resulta electo el candidato que más votos obtiene, aún si no
alcanza la mayoría. Los candidatos pueden pertenecer a un partido político o postularse
como independientes. Una vez determinada la composición de la Cámara de los
Comunes, el Gobernador General pide al jefe del partido que tiene más bancas que
intente formar un gobierno que pueda contar con una mayoría absoluta, con sus propios
votos o con el apoyo de un otro partido. No se forman coaliciones formales, con presencia
de ministros de varios partidos en el gabinete.
De modo de eliminar los obstáculos que pudieran dificultar la participación,
Elections Canada, la comisión electoral independiente permite el voto anticipado, por
correo postal, tanto de los ciudadanos que no vayan a encontrarse en su circunscripción
el día de la elección general, como de aquellos que no desean acercarse a un centro de
votación. Los ciudadanos con limitaciones funcionales pueden votar en su domicilio en
presencia de un funcionario electoral y se prevén centros de votación itinerantes para
personas que no pueden desplazarse por los motivos de que se trate.
5.2. Partidos políticos
Cuando los Fundadores de la República redactaron la Constitución de Estados
Unidos en 1787, no previeron un papel específico para los partidos políticos en el orden
de gobierno. De hecho, buscaron diversos arreglos constitucionales —como la separación
de poderes, los frenos y contrapesos, el federalismo y la elección indirecta del presidente
por un colegio electoral—para que la nueva república quedara aislada de las facciones y
partidos políticos.
A pesar de las intenciones de los Fundadores, Estados Unidos se convirtió en el
siglo XIX en la primera nación que tuvo partidos organizados a nivel nacional y que
transfirió el poder ejecutivo de una facción a otra por medio de elecciones. En la década
de 1830 los partidos políticos se habían establecido con fuerza como parte del firmamento
político.
Hoy los partidos republicano y demócrata saturan el proceso político. Los dos
partidos principales dominan hoy la presidencia y el Congreso, así como los gobiernos y
legislaturas de los estados. Los republicanos y demócratas han dominado la política
estadounidense desde la década de 1860 y desde 1852, todos los presidentes han sido
republicanos o demócratas.
En el Congreso 110 que se reunió el 4 de enero, la Cámara de Representantes
cuenta con 233 demócratas y 202 republicanos. El Senado tiene 49 demócratas 49
republicanos y dos independientes, que se reunirán para determinar y aplicar políticas con
los demócratas.
En una encuesta Gallup de noviembre de 2006 (el barómetro principal de la
opinión pública operado por la organización Gallup), aproximadamente el 59 por ciento de
los estadounidenses se identificaronn como republicanos o demócratas. Aquellos que se
dicen independientes suelen tener inclinaciones partidistas y muestran un alto grado de
lealtad a uno de estos dos partidos.
El procedimiento habitual para elegir a los legisladores nacionales y estatales en
este país es el sistema de distritos "de un solo miembro". Esto significa que resulta electa
la persona que obtiene una mayoría relativa del voto (es decir, el mayor número de votos
en un distrito electoral dado). A diferencia de los sistemas proporcionales, el arreglo de
distritos de un solo miembro no permite que gane más de un partido en un distrito
cualquiera. Así, el sistema de un solo miembro genera incentivos para formar dos partidos
de amplia base con suficiente atractivo popular para ganar la mayoría relativa en distritos
legislativos.
Los partidos estadounidenses cuentan con un apoyo electoral de amplia base y de
gente de todas las clases sociales. A excepción de los votantes afro norteamericanos —
aproximadamente 88 por ciento de los cuales votaron por el candidato presidencial
demócrata en 2004—, tanto el Partido Republicano como el Demócrata tienen en realidad
niveles apreciables de apoyo de todos los grupos socioeconómicos y étnicos importantes
de la población.
Comparado con los partidos políticos en otros países democráticos, los partidos
políticos de los Estados Unidos muestran también relativamente poca unidad interna y no
profesan una adhesión estricta a una ideología o a una serie de objetivos políticos. En
general los republicanos han expresado la tendencia a apoyar la limitación de poderes
federales y proteger la autoridad de los gobiernos estatales y locales, así como de adoptar
un enfoque conservador en cuanto a los impuestos y los gastos y oponerse a la
interferencia del gobierno en la libre empresa. Por el contrario, los demócratas han tenido
la tendencia a adoptar una actitud más expansiva de los poderes del gobierno federal,
apoyar incrementos y gastos para tratar de resolver problemas sociales a nivel nacional, y
favorecer reglamentación federal como instrumento para mejorar las prácticas
empresariales. Pero estas son amplias generalizaciones: En la política estadounidense
los demócratas “conservadores” y los republicanos “moderados” e incluso “liberales” no
son de extrañar.
Ambos partidos políticos se han interesado en primer lugar y ante todo en ganar
las elecciones y controlar al personal del gobierno. En atención a sus amplias bases
socioeconómicas de apoyo electoral y por la necesidad de operar en una sociedad que,
por su ideología, se ubica en posiciones del centro, los partidos estadounidenses han
adoptado posiciones políticas esencialmente centristas. Han demostrado también un alto
grado de sensibilidad en sus políticas. Este enfoque no doctrinario permite que
republicanos y demócratas toleren mucha diversidad en sus filas.
El presidente no puede contar con que los miembros de su partido integrados al
Congreso apoyarán por lealtad los programas presidenciales, y tampoco los líderes del
partido en el Congreso esperan que los miembros de su grupo voten siempre de acuerdo
a la línea del partido. Además las organizaciones nacionales partidistas rara vez
intervienen en los asuntos del partido en los estados.
Aun cuando, desde el punto de vista ideológico, los partidos estadounidenses
tienden a ser menos cohesivos y programáticos que los de muchas democracias,
desempeñan un papel importante y a menudo decisivo al configurar la política pública.
A pesar de la gran influencia política de los partidos republicano y demócrata, los
terceros partidos y los candidatos independientes han sido un rasgo periódico de la
política de los Estados Unidos. La mayoría de los terceros partidos han florecido en una
sola elección y luego mueren, se esfuman o son absorbidos por alguno de los partidos
grandes.
Hay pruebas de que los terceros partidos pueden tener un impacto apreciable en
el resultado de las elecciones. Por ejemplo, un candidato de un tercer partido puede
conseguir más votos que el candidato del partido mayoritario que esté en la misma línea
que el candidato del tercer partido, permitiendo así que el otro partido mayoritario gane la
elección, a pesar de no haber obtenido la mayoría del voto popular.
Desde la década de 1990, las encuestas de opinión pública han mostrado siempre
un alto nivel de apoyo popular para el concepto del tercer partido, pero a pesar de las
manifestaciones de posible apoyo a un tercer partido, hay enormes obstáculos para estos.
El más notable es el temor de los votantes de que, al emitir su sufragio a favor del
candidato de un tercer partido, en realidad estén "desperdiciando" su voto. Se ha visto a
los electores actuar en forma estratégica, votando por el segundo candidato de su
preferencia cuando el primero es el candidato de un tercer partido y, a su juicio, no tiene
posibilidades de ganar.
Una de las principales notas distintivas de Canadá es que existen dos tipos de
sistemas de partidos: el federal, conformado por los partidos que compiten en las
elecciones de ámbito federal, y los sistemas de ámbito provincial en cada una de las diez
provincias que conforman el territorio canadiense. Aunque hay partidos de la misma
familia ideológica presentes en la política provincial y en la federal, se trata, en general, de
organizaciones formalmente diferentes.
El propósito de esta sección es analizar la evolución del sistema de partidos
canadiense para entender su configuración actual tanto en el nivel federal como en el
provincial. El sistema de partidos de Canadá en el momento de la creación de la
Confederación en 1867 tenía una estructura claramente bipartidista. El Partido Liberal y el
Partido Conservador eran las principales fuerzas del sistema. Se trataba de
organizaciones de notables con una escasa presencia extra-parlamentaria, cuyo
funcionamiento se basaba fundamentalmente en el patronazgo.
El predominio de los notables locales hizo que fuera difícil construir organizaciones
nacionales con una cierta coherencia, coordinación y disciplina. El Partido Liberal y el
Partido Conservador monopolizaban la competición electoral, consiguiendo resultados
conjuntos cercanos al noventa por ciento de los votos. En esta época los partidos eran
elementos integradores de las diferentes provincias, hecho que se reflejaba en
variaciones muy bajas en el apoyo electoral que conseguían en las diferentes zonas del
país. Las organizaciones locales de los partidos normalmente operaban tanto en la
política provincial como en la federal.
El solapamiento era casi absoluto y el electorado respondía a dicho solapamiento
con un comportamiento electoral uniforme en convocatorias federales y provinciales. La
sociedad canadiense experimentó transformaciones significativas durante los primeros
años del siglo XX los efectos de estas transformaciones sobre el sistema político se
dejaron sentir después de la Primera Guerra Mundial, es el comienzo de una nueva fase
de desarrollo del sistema de partidos que dura hasta los años 1960. Durante este periodo
las provincias del Oeste desarrollaron intereses propios, que cristalizaron en el
surgimiento de nuevos partidos como el Partido Progresista. Este partido canalizó el
descontento del Oeste, las demandas de las zonas rurales de Ontario y de las provincias
de la costa Atlántica (Maritimes).
Por otra parte, la adopción del sufragio universal en este periodo trajo como
consecuencia el fin de las prácticas de control del voto. Además, la reforma del
funcionariado hizo que los partidos tuvieran menos acceso al patronazgo, que hasta
entonces había constituido uno de sus recursos más importantes de poder. Desaparecía
así uno de los mecanismos que había hecho compatibles los intereses de los políticos del
ámbito federal y provincial. El dominio de los dos principales partidos y la alternancia entre
ellos como partido en el gobierno como rasgos más característicos de la etapa anterior del
sistema de partidos fueron sustituidos por el predominio Liberal, que se convirtió en la
única organización partidista que podía abarcar la diversidad de intereses regionales que
se estaban generando. Era el único partido que contaba con un apoyo significativo en
Québec, y también avanzaba en las zonas del Oeste del país. En resumen, el Partido
Liberal se convirtió en el partido de gobierno por excelencia.
El centro de las estrategias de los partidos se desplazó de los distritos electorales
a las provincias. Se fueron desarrollando las organizaciones extraparlamentarias de los
principales partidos, que abrieron oficinas centrales en Ottawa. Estas organizaciones
adquirieron una dimensión federal, aunque comenzaron a vislumbrarse los primeros
signos de regionalización del sistema. Uno de los indicadores de este incipiente proceso
era la creciente variación regional en el apoyo electoral de los partidos. Los partidos se
estaban convirtiendo en los portavoces de intereses regionales. La estructura de
competición cambió con respecto a la etapa precedente. Mientras que los Liberales y los
Conservadores continuaban estructurando la competición electoral en las provincias
atlánticas, así como en Ontario y Québec, en el Oeste surgieron nuevos partidos, algunos
de ellos con un marcado carácter de partido “protesta".
ACTIVIDAD: Investigue el partido en el poder de Canadá y Estados Unidos, los
principales personajes políticos del período y la agenda política más relevante que se
discute en la actualidad.
En suma
Comparado con los partidos políticos en otros países democráticos, los partidos
políticos de los Estados Unidos muestran también relativamente poca unidad interna y no
profesan una adhesión estricta a una ideología o a una serie de objetivos políticos. En
general los republicanos han expresado la tendencia a apoyar la limitación de poderes
federales y proteger la autoridad de los gobiernos estatales y locales, así como de adoptar
un enfoque conservador en cuanto a los impuestos y los gastos y oponerse a la
interferencia del gobierno en la libre empresa. Por el contrario, los demócratas han tenido
la tendencia a adoptar una actitud más expansiva de los poderes del gobierno federal,
apoyar incrementos y gastos para tratar de resolver problemas sociales a nivel nacional, y
favorecer reglamentación federal como instrumento para mejorar las prácticas
empresariales. Pero estas son amplias generalizaciones: En la política estadounidense
los demócratas “conservadores” y los republicanos “moderados” e incluso “liberales” no
son de extrañar.
En Canadá el centro de las estrategias de los partidos se desplazó de los distritos
electorales a las provincias. Se fueron desarrollando las organizaciones
extraparlamentarias de los principales partidos, que abrieron oficinas centrales en Ottawa.
Estas organizaciones adquirieron una dimensión federal, aunque comenzaron a
vislumbrarse los primeros signos de regionalización del sistema. Uno de los indicadores
de este incipiente proceso era la creciente variación regional en el apoyo electoral de los
partidos. Los partidos se estaban convirtiendo en los portavoces de intereses regionales
Para comprobar lo que ha aprendido en esta Unidad
Fuentes de consulta
Freedman, James O. Crisis y legitimidad: El proceso administrativo y el gobierno de los
Estados Unidos. México, Fondo de Cultura Económica, 1988.
Godinez Zúñiga, Víctor Manuel. El gobierno del mercado: economía y política en los
Estados Unidos. Universidad de las Américas, Departamento de Estudios Internacionales,
1994.
Hernández Chávez, Alicia, coord. Presidencialismo y sistema político en México y los
Estados Unidos. México, El Colegio de México - Fideicomiso historia de las Américas,
Fondo de Cultura Económica, 1994.
Lipset, Seymour Martin La división continental: Los valores y las instituciones de los
Estados Unidos y Canadá. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
Bibliografía complementaria para ahondar sobre el tema
Bothwell, Robert. Canada and the United States: The politics of partnership. New York,
Maxwell Macmillan, 1992.
Gustavo Vega Canovas, comp. México, Estados Unidos, Canadá. México, El Colegio de
México, Centro de Estudios Internacionales, 1995.
UNIDAD 5
Economía y desarrollo en Angloamérica
5.1. Características económicas de Estados Unidos y Canadá
5.2. Recursos naturales y zonas económicas
5.1. Características económicas de Estados Unidos y Canadá
El nacimiento de los Estados Unidos y la publicación del libro de Smith ocurrieron
en un momento en que estaba surgiendo otro tipo de revolución, la Revolución Industrial.
Especialmente en Inglaterra, la maquinaria impulsada por fuerza hidráulica y
posteriormente por energía de vapor era usada en la manufactura de telas. Esto cambió
las formas en que trabajaba la gente. En vez de tener telares en su casa, la gente
trabajaba en fábricas donde la maquinaria producía mucha más tela en un lapso corto.
Los estadounidenses no tardaron en industrializar su nueva nación y en crear vínculos
comerciales con otros países.
En la década de 1790 un inglés llamado Samuel Slater llegó a los Estados Unidos
para establecer una fábrica de tela de algodón. Construyó la maquinaria de memoria,
pues era un delito sacar de Inglaterra los planos de las fábricas. El éxito de la fábrica de
Slater inició un proceso de cambio que convirtió a la región nororiental de Estados Unidos
en un importante centro manufacturero. La producción de textiles también se tradujo en
una mayor demanda de algodón, que se cultivaba en el sur de Estados Unidos. Como
resultado de ello, la nación pasó a ser una importante productora de algodón.
Al tiempo que el nuevo sistema fabril de Slater estaba siendo introducido, un
norteamericano de nombre Eli Whitney hizo más eficiente la producción de algodón al
inventar una maquina, la despepitadora de algodón, que rápidamente quitaba las semillas
de las borras. Quitarlas a mano era una tarea difícil; la máquina de Whitney facilitó este
trabajo enormemente. Whitney también empezó a fabricar rifles de una manera nueva.
Los fabricantes de armas de fuego siempre habían trabajado en sus casas o en talleres
pequeños. Como las armas se hacían a mano y en forma individual, la pieza de un arma
no necesariamente se ajustaba a otra. Whitney empezó a fabricar rifles con maquinaria
para que todas las piezas fueran iguales en cada rifle. Este método de manufacturar
bienes en una fábrica, con piezas intercambiables, ayudó a promover la industria
norteamericana.
La inventiva de personas como Slater y Whitney colocó a Estados Unidos en
dirección de una enorme actividad económica. Sus comerciantes y navieros tenían
intercambios comerciales con gente de todo el mundo. Sus agricultores producían más
alimentos para una población que iba en aumento. Más personas trabajaban en las
fábricas, y en las ciudades se abría una cantidad cada día mayor de tiendas y almacenes.
Esta actividad económica aumentó como resultado de inventos nuevos. Algunos
de ellos fueron ideas norteamericanas originales; otros fueron adaptaciones de inventos
creados en otras partes. El siglo XIX fue testigo de la introducción de nueva maquinaria
agrícola, máquinas de coser, el telégrafo, los ferrocarriles, las plantas procesadoras de
alimentos, el teléfono, el perfeccionamiento de la bombilla eléctrica, el fonógrafo, la
cámara, el cinematógrafo, y muchos otros artefactos. El siglo XX trajo consigo muchos
inventos más; entre ellos, el aeroplano, el uso del aluminio, la producción en serie de
automóviles, la radio, la televisión, diversos productos electrodomésticos, y las
computadoras.
La libre empresa
La mayoría de los norteamericanos cree que el auge de su nación como una de
las principales productoras de bienes manufacturados, alimentos y servicios no podía
haber ocurrido en ningún otro sistema excepto el capitalismo. Creen que la libertad
económica de dicho sistema, lo que muchos prefieren llamar libre empresa, hizo de
Estados Unidos una gran potencia económica. Aunque no son ciegos a los problemas del
capitalismo, sostienen que el sistema económico norteamericano ha creado, o tiene el
potencial para crear, una vida mejor para casi todos los habitantes del país.La historia del
crecimiento económico de Estados Unidos es una historia de gente que inventa artefactos
y procesos, que inicia negocios nuevos y se lanza a empresas originales. Para cada uno
de estos esfuerzos se necesitó dinero. Ese dinero se conoce como capital. Samuel Slater
no hubiera podido abrir esa primera e importante fábrica textil si no hubiera habido gente
dispuesta a aportar el dinero para comprar la tierra y construir la fábrica. Slater y esos
capitalistas no hubieran actuado si no hubieran creído que podían lucrar con sus
inversiones.
Porque querían una ganancia para ellos mismos y la oportunidad de establecer
más fábricas posteriormente, iniciaron toda una industria norteamericana nueva. Esta
industria ayudó a los cultivadores de algodón a acrecentar el mercado para su producto.
Asimismo puso a trabajar a un número mayor de barcos norteamericanos en el comercio
internacional.
La historia de las grandes compañías norteamericanas no difiere mucho de la de la
fábrica de Slater. Las empresas fueron iniciadas por individuos con dinero prestado por
otros. Después compartieron las utilidades obtenidas con estos inversionistas. Cuando
quisieron ampliar sus negocios de nuevo pidieron dinero prestado.
Muy pronto los norteamericanos se dieron cuenta que podían ganar dinero
prestándolo a aquellos que querían iniciar o ampliar un negocio. Eso condujo a la creación
de una parte importante del escenario económico actual: la venta de valores o acciones
en una empresa. Esta práctica se inició en Europa siglos antes de la Guerra de
Independencia, pero se vio enormemente incrementada en el vigoroso clima de mercado
libre de la joven nación norteamericana. Para invertir, los individuos no tienen que tener
mucho dinero; pueden comprar sólo una porción pequeña de una empresa, llamada
acción. El negocio de la compra y venta de acciones en las empresas ha alcanzado tal
dimensión que han tenido que establecerse oficinas donde pueda tener lugar la venta de
estas acciones. Estos sitios, ubicados en muchas ciudades de Estados Unidos y de todo
el mundo, se llaman bolsas de valores. La más conocida tal vez sea la Bolsa de Valores
de Nueva York, situada en el área de Wall Street en la urbe más grande del país y centro
comercial de primer orden. Salvo los fines de semana y los días feriados, en las bolsas de
valores la actividad de compra y venta de acciones es constante. En general las acciones
individuales tienen un precio bajo, y mucha gente las compra para obtener una ganancia.
Cuando las personas compran acciones pasan a ser propietarias parciales de la
compañía. Si ésta obtiene una ganancia reciben parte de ella. Del mismo modo, si la
compañía pierde dinero, los accionistas no obtendrán ganancia alguna, o el valor de sus
acciones bajará. Si eso sucede, pierden dinero. Por tal razón, la compra de valores es un
riesgo. Es importante conocer el mundo de los negocios si se desea obtener alguna
ganancia en el mercado de valores. No todas las empresas venden valores. Las
pequeñas por lo general no lo hacen. Sus utilidades son compartidas por aquellos que
invirtieron su dinero en el negocio cuando éste comenzó. Es probable que incluso una
persona que quiera iniciar un negocio pequeño; un taller, por ejemplo, tenga que pedir
dinero prestado. Ese dinero puede obtenerse de amigos o parientes, o puede pedirse
prestado a un banco si éste está dispuesto a arriesgarse con ese negocio.
Adam Smith reconocería fácilmente estos elementos de la empresa privada
norteamericana, pero hay otros aspectos que le resultarían desconocidos. Muchos
problemas acompañaron al desarrollo del capitalismo industrial norteamericano moderno
durante el siglo XIX. La inmigración y el rápido crecimiento de las ciudades
norteamericanas trajeron como resultado una gran población urbana en busca de un
medio de vida. Los dueños de las fábricas frecuentemente explotaron esta situación
pagando salarios bajos por jornadas largas, ofreciendo condiciones de trabajo peligrosas
e insalubres, y contratando a los hijos de familias pobres. Había discriminación en la
contratación: a los negros norteamericanos y a los miembros de algunos grupos de
inmigrantes se les negaba el trabajo o se les obligaba a laborar en condiciones aún más
desfavorables que las del trabajador promedio. Bajo la doctrina del laissez faire los
empresarios también aprovecharon la falta de supervisión gubernamental para
enriquecerse formando monopolios, eliminando la competencia, fijando precios altos para
los bienes, y produciendo mercancía de baja calidad.
La reforma
Hoy el sistema económico de Estados Unidos es muy distinto del que prevalecía
en el siglo XIX. Los dirigentes de los gobiernos de antaño se negaron a hacer algo para
controlar a las empresas. Con la excepción de un otorgamiento de apoyo financiero a las
compañías que construyeron el sistema ferroviario a fines del siglo XIX, el gobierno casi
no intervenía en los negocios privados. Sin embargo, los ciudadanos exigieron acción.
Los trabajadores se unieron para organizar sindicatos con el objeto de protegerse.
Pensaron que trabajando juntos podrían obligar a una compañía a cambiar sus políticas
injustas. Muchos otros norteamericanos escribieron y hablaron acerca de las prácticas
arbitrarias. El movimiento nacional de reforma, que adquirió fuerza hacia fines del siglo
XIX, se conoció como el Movimiento Progresista.
Poco a poco, el gobierno empezó a actuar. En 1890, el Congreso aprobó la Ley
Sherman Antimonopolio, una ley que tenía por objeto romper los monopolios. Fue una ley
endeble que posteriormente tuvo que ser reforzada por otras, pero fue un comienzo. En
1906 se promulgaron leyes para asegurar que los alimentos y los fármacos fueran
debidamente etiquetados y que la carne fuera inspeccionada antes de venderse. En 1913
el gobierno estableció un nuevo sistema federal bancario llamado Sistema de la Reserva
Federal para regular la oferta de dinero de la nación e imponer algunos controles a las
actividades bancarias.
Los cambios más importantes ocurrieron en la década de 1930 con los programas
del "Nuevo Trato" del Presidente Franklin D. Roosevelt. Durante esa década la nación
soportó la peor crisis empresarial y la tasa más alta de desempleo de su historia. Para
paliar la penuria causada por la Depresión, el Presidente Roosevelt y el Congreso
promulgaron muchas leyes nuevas para reglamentar las ventas de valores, reconociendo
el derecho de los trabajadores a fommar sindicatos y estableciendo reglas sobre salarios
y jomadas para diversos tipos de trabajadores.
Se impusieron controles más estrictos a la fabricación y venta de alimentos,
fármacos y cosméticos.Estas leyes y reglamentos, y muchas otras iniciativas sociales
aprobadas desde los años 30, han trasformado al capitalismo norteamericano de "una
potranca salvaje a una provista de freno y silla", como lo describiera un escritor. Nada de
lo que puede comprarse hoy en Estados Unidos está exento de algún tipo de
reglamentación por parte del gobierno. Los fabricantes de alimentos deben especificar el
contenido de cada lata, caja o frasco. Casi todos los alimentos frescos son
inspeccionados en algún momento por un funcionario del gobierno. Ningún fármaco
puede venderse hasta que ha sido sometido a pruebas extensas y después aprobado por
una agencia federal. Muchos tipos de negocios deben pasar inspecciones de sanidad y
seguridad por trabajadores del gobierno, y los automóviles deben construirse de acuerdo
con ciertas normas de seguridad. Los precios de los productos deben indicarse con
claridad, y la publicidad debe ser veraz. Estas son sólo algunas de las muchas maneras
en que el gobiemo protege ahora la salud, la seguridad, y el dinero de los consumidores.
Las leyes también prohiben la discriminación en la contratación, el empleo de niños
pequeños, establecen normas sobre las condiciones de trabajo y protegen los derechos
de los sindicatos independientes a organizarse, negociar e ir pacíficamente a la huelga.
Los empresarios creen que la reglamentación del gobiemo es excesiva. Dicen que
algunas reglas que deben acatar son innecesarias y costosas. Llenar formas pare
satisfacer las reglas del gobierno cuesta dinero, lo cual infla los precios que deben cobrar.
Por otra parte, algunos norteamericanos creen que sin reglamentos estrictos por lo menos
algunas empresas engañarían o perjudicarían a los trabajadores y consumidores a fin de
incrementar sus utilidades.
Ingresos, crédito y banca
Estados Unidos ha sido descrito como una sociedad opulenta, y aunque algunos
norteamericanos son pobres, la generalización es exacta. El ingreso medio de las familias
en 1993 fue de aproximadamente US$31.200. Al jubilarse, la mayoría de los trabajadores
recibe pagos de seguro social más otras remuneraciones de planes privados de
pensiones, además de los beneficios de sus ahorros personales. Sin embargo, el 12,2%
de la población vivía por debajo del nivel de pobreza establecido por el gobierno federal,
que en 1993 era un ingreso de menos de US$14.763 para una familia de cuatro
miembros.
Desde la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos han incrementado la
práctica de comprar bienes y servicios a crédito. Las compras importantes, como casas,
autos y aparatos eléctricos, se pagan a plazos mensuales. Muchos norteamericanos
también tienen tarjetas de crédito que les permiten comprar desde ropa hasta pasajes de
avión a crédito, y pagar después de un tiempo conforme a una sola cuenta enviada por la
compañía acreedora, que generalmente es un banco. Normalmente, el tiempo concedido
para pagar es de un mes. Después se cobran intereses.
En 1994 Estados Unidos tenía cerca de 11.060 bancos con más de 70.000
oficinas, de las cuales casi 41.000 pertenecían al sistema operado por la Junta de la
Reserva Federal. A través de sus bancos asociados, la Reserva Federal emite dinero,
actúa como banco de liquidación financiera y establece las reservas de efectivo que los
bancos deben mantener. Al aumentar y reducir estos requerimientos de reservas, y al
cambiar la tasa de interés para préstamos a los bancos de los 12 bancos regionales de la
Reserva Federal, la ]unta de la Reserva Federal puede regular la oferta de dinero y por
ende tratar de controlar la tasa de inflación de la economía.
Los ahorros individuales por lo general se depositan en cuentas que pagan interés
en varios tipos de instituciones bancarias, en asociaciones de ahorro y préstamo, y en
cooperatives de crédito creadas por grupos de empleados. Los norteamericanos también
tienen la opción de colocar parte de su dinero en títulos de ahorro y certificados de
tesorería emitidos por el gobierno federal, o en sociedades inversionistas privadas que
invierten el dinero en el mercado de valores.Casi todos los bancos privados y las
instituciones de ahorro cuentan con un seguro proporcionado por el gobierno federal para
proteger las cuentas de ahorro individuales hasta por US$100.000. La mayor parte del
dinero depositado en las cuentas de ahorro es usado por los bancos para financiar la
compra o construcción de casas y edificios.
La naturaleza de los negocios
No todas las personas que inician negocios sueñan con sociedades mercantiles
enormes, multimillonarias y con ventas a nivel internacional. Hay muchos que sólo quieren
vender cosas, frutas y verduras, aparatos domésticos, ropa, o computadoras, para poder
ser "sus propios jefes". Estas pequeñas empresas son parte importante de la economía.
Muchas de ellas proporcionan bienes y servicios necesarios en barrios citadinos, en
poblaciones pequeñas o en zonas rurales donde las grandes compañís tal vez no prestan
un servicio adecuado.
En 1993, más de 700.000 empresas de este tipo se iniciaron en Estados Unidos.
No todas tuvieron éxito, pero las personas que participaron por lo menos tuvieron la
satisfacción de intentarlo. Muchas cadenas grandes de tiendas empezaron con un solo
establecimiento. Ese es el tipo de éxito que puede encontrarse a través de la historia de
Estados Unidos. La compañía Coca-Cola, que distribuye su gaseosa en el mundo entero,
empezó cuando un farmacéutico mezcló la primera Coca-Cola y comenzó a venderla en
la ciudad de Atlanta, Georgia.
Una de las compañías de alimentos más famosas de Estados Unidos es la H. J.
Heinz Co., que se especializa en encurtidos, mostaza, y salsa de tomate. Se inició cuando
un adolescente empezó a vender diversos artículos comestibles de puerta en puerta y por
la calle.
Antes de que un joven llamado George Eastman se diera a conocer en la década
de 1880, las cámaras eran muy difíciles de usar y sólo un experto podía manejarlas bien.
Las fotografías se hacían sobre láminas de video y el equipo era muy difícil de transportar.
Eastman inventó un nuevo tipo de película que era flexible y podía colocarse en un
carrete. También fabricó una cámara que usara su película. Empezando en una oficina
pequeña, fundó la ya enorme compañía Eastman Kodak y abrió el camino pare las
innumerables compañías fotográficas que existen hoy.
Los pantalones de mezclilla (jeans) que todos los adolescentes del mundo
conocen, fueron inventados por un vendedor de telas pobre que vendió los primeros pares
a los mineros en Califomia en la década de 1850. Su compañía, Levi Strauss, sigue
siendo una de las mayores fabricantes de ropa en Estados Unidos.
Las muchas leyes y reglamentos del capitalismo norteamericano moderno no han
impedido que personas con ideas y sueños inicien empresas nuevas. Un ejemplo de los
años 70 es el de dos jóvenes que pensaron que podían construir una computadora nueva
y mejor. Trabajaron durante meses en la fabricación de la máquina, y después empezaron
a reunir dinero para financiar su producción a gran escala. Uno de ellos vendió su auto
para obtener el capital necesario. En 1977 abrieron una compañía a la que llamaron Apple
Computer Corporation. Para fines de 1984, esa compañía era una de las mayores
fabricantes de computadoras de Estados Unidos, con un personal de cerca de 4.500
trabajadores.
Historias como ésta son las que crean una imagen de Estados Unidos como lugar
donde una persona puede pasar "de la miseria a la riqueza", y mucha gente lo ha hecho.
Sin embargo, otros han fracasado y otros más no han querido arriesgarse a ser dueños
de sus propios negocios.
Uno de los cambios más importantes de las últimas décadas ha sido el paso de la
producción de bienes a la prestación de servicios como característica dominante de la
economía norteamericana. Mientras que antes la mayoría de los trabajadores de Estados
Unidos producían bienes reales, desde dentífricos hasta neumáticos, hoy trabajan en el
sector de la economía que se define globalmente como prestación de servicios. Las
industrias de servicios comprenden el comercio al menudeo, los hoteles y los
restaurantes, las comunicaciones y la educación, los espectáculos y la recreación, los
gobiernos federal y local, la administración de oficinas, la banca y las finanzas, y muchos
otros tipos de trabajo. Al mismo tiempo, conforme muchas empresas manufactureras
tradicionales de Estados Unidos decrecen o crecen lentamente, surgen compañías
nuevas que están creando productos y servicios cibernéticos, aeroespaciales o
bioquímicos de alta tecnología.
La empresa y su público
Aunque hay mucha reglamentación de las empresas y la industria en Estados
Unidos, muchos norteamericanos aún tienen una actitud negativa hacia lo que llaman "la
empresa poderosa". Tienen miedo de su dinero y su influencia. Algunas compañías
emplean a cabilderos en la capital de la nación para tratar de persuadir a los miembros
del Congreso a que promulguen leyes que hagan menos difíciles sus operaciones. Esta
actividad se llama cabildeo ("lobbying") y es practicada también por los sindicatos, los
agricultores y muchos otros grupos que apoyan y cabildean a los miembros del Congreso.
En Estados Unidos, cualquier grupo de intereses tiene el derecho de tratar de influir en el
Congreso, incluida la iniciativa privada. De hecho, los grupos de protección del
consumidor y del ambiente, muchos de ellos creados en los años 70, se cuentan entre los
grupos de intereses más elocuentes y efectivos que cabildean al Congreso y tratan de
movilizar a la opinión pública a través de los medios informativos.
También es cierto que los grupos empresariales pueden ayudar a producir una
legislación efectiva. Por ejemplo, a principio de los años 80, los fabricantes de fármacos,
en colaboración con el Congreso, ayudaron a crear leyes nuevas que han conducido a la
producción de medicamentos auxiliares en el tratamiento de enfermedades raras, con
ayuda de dinero del gobierno.
En la esfera privada, muchas empresas grandes contribuyen a la promoción de la
cultura y la educación. Algunas patrocinan programas de ballet, ópera, o culturales para la
televisión. Otras ofrecen programas de becas para ayudar a los jóvenes a asistir a la
universidad, o ayudan a financiar ciertos tipos de eventos deportivos, conciertos u otros
servicios comunitarios.
Aunque la economía norteamericana no es perfecta, sí hace lo que Adam Smith
esperó de la competencia en el mercado. En general, el pueblo norteamericano tiene un
gran poder adquisitivo y una amplia gama de servicios y bienes de consumo de donde
escoger: desde autos y barcos hasta dulces y juguetes de bajo precio pare los niños. En
las tiendas pueden encontrarse docenas de marcas de jabón, alimentos enlatados, radios,
televisores y otros artículos. Algunos son producidos en Estados Unidos; otros se
importan. La competencia en el mercado da a los norteamericanos la oportunidad de
comparar calidad y precios y decidir lo que realmente quieren comprar
Como resultado de la creatividad, iniciativa y trabajo arduo que la libre empresa ha
fomentado, Estados Unidos se ha convertido en una de las naciones más ricas del
mundo. La libertad de empresa, combinada con controles estatuidos para la protección
tanto de los trabajadores como de los consumidores, hace hoy más segura y cómoda la
vida para más personas en Estados Unidos que en cualquier otra época.
Como sociedad rica con una industria de alta tecnología, y con una economía con
un PIB superior al billón de dólares, Canadá se parece al sistema económico de mercado
de los Estados Unidos y a su patrón de producción. Desde la Segunda Guerra Mundial, el
impresionante crecimiento de la industria manufacturera, la minería y el sector de los
servicios han transformado a la nación de una economía rural en una principalmente
industrial y urbana. El Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, que se firmó en
1989, y después, la creación del NAFTA que incluye México, ha producido un
sorprendente incremento en el comercio y una mayor integración económica con los
Estados Unidos.
Dado que disfruta de numerosos recursos naturales, de una mano de obra
capacitada, y de capital moderno, Canadá tiene una economía sólida. Con una
administración fiscal sólida, Canadá ha producido un superávit del presupuesto,
reduciendo sustancialmente la deuda nacional, aunque un reto nuevo es la administración
de los crecientes costes del sistema de sanidad pública. Las exportaciones representan
un tercio del PIB. Como México, Canadá disfruta de un superávit comercial con los
Estados Unidos, el cual recibe más del 85% de sus exportaciones.
Aunque históricamente Canadá ha estado políticamente dividida en áreas
francófonas y angloparlantes, el liberalismo y un reducido interés en la secesión han
redefinido la política francófona del nuevo siglo. Este cambio ha disminuido la tensión, y la
posibilidad de una división o separación de la federación ya no es una preocupación
nacional.
Con el incremento de los precios del petróleo en 2004 y 2005, ha habido una
transformación económica: se espera que las provincias de la Columbia Británica, Alberta
y Saskatchewan tengan históricos superávits en sus presupuestos. Esto ha provocado
que Ontario y Québec expresen que quieren contribuir con menos porcentaje de
impuestos que el resto de las provincias. Alberta, por ejemplo, espera tener un superávit
de 8.000 millones de dólares canadienses, los cuales, Ontario y Québec piden que se
destinen al sistema federal con el fin de que estas dos provincias contribuyan con menos
impuestos para la federación.
La relación de Canadá con los Estados Unidos es un tema importante para los
canadienses del siglo XXI. Aunque la llamada "fuga de cerebros" ha disminuido debido a
la recesión de los Estados Unidos desde 2001, el mercado laboral canadiense también ha
estado afectado. Las disputas sobre las tarifas, la acción multilateral y las nuevas leyes
liberales canadienses (como el matrimonio homosexual, la inmigración abierta, y el uso
médico de la marihuana) han tensado las relaciones entre ambos países.
A pesar de estas diferencias, los Estados Unidos son su principal socio comercial:
en comparación, en 1999, el comercio norteamericano con Canadá superó en el comercio
de todas las naciones de Latinoamérica con los Estados Unidos. Las exportaciones
norteamericanas en Canadá superan las exportaciones hacia todos los miembros de la
Unión Europea. El comercio bilateral del puente Ambassador entre Michigan y Ontario es
del mismo tamaño que las exportaciones totales de los Estados Unidos a Japón.
El comercio con los Estados Unidos se incrementó un 40% desde la firma del
NAFTA. Como su socio comercial, México, el 85% de sus exportaciones están dirigidas
en los Estados Unidos. Ambas fronteras, Canadá-Estados Unidos y México-Estados
Unidos, son las más transitadas del mundo. El NAFTA, sin embargo, ha provocado una
integración mayor entre estos dos países y los Estados Unidos, sin embargo, la
integración entre Canadá y México ha sido mucho más lenta, y el comercio no ha crecido
al mismo ritmo que con los Estados Unidos. Aún así, el gobierno canadiense tiene un
programa de trabajo agrícola temporal para mexicanos, y, aparte de su política migratoria
abierta, tiene un programa de contratación laboral y residencia inmediata para los
mexicanos con licenciaturas en profesiones específicas como ingeniería y administración.
5.2. Recursos naturales
Los territorios canadienses sorprenden por su gran diversidad: llanuras fértiles
propicias para la agricultura, vastas extensiones montañosas, lagos y ríos. En el Gran
Norte, la tundra del Artico se encuentra en seguida de los bosques naturales.
En un territorio tan grande, el clima presenta muchas variantes. Los casquetes
glaciares permanecen congelados al norte del paralelo 70 haciendo un fuerte contraste
con la frondosa vegetación de la costa del occidental de la Columbia Británica. Sin
embargo, Canadá tiene en general cuatro estaciones bien definidas, sobre todo a lo largo
de la frontera con Estados Unidos. En verano, las temperaturas máximas puede llegar a
los 35oC durante el día, mientras que en el invierno, las mínimas de -25oC son normales.
Durante la primavera y en el otoño son menos drásticas.
Inaugurado en 1885, el parque nacional de Banff es el más antiguo; se encuentra
en Alberta, sobre la vertiente oriental de las montañas Rocallosas. El parque de Vuntut
situado al norte del Yukón, fue creado en 1993.
Como es de esperarse, es natural que el Canadá cuente con varias cadenas
montañosas. Se trata, en el oriente: de los montes Torngat, los Apalaches y las
Laurentinas; en el occidente: las montañas Rocallosas, la cadena Costera y los montes
Mackenzie; en el norte: los montes San Elías y los montes Pelly. El monte Logan, situado
en el Yukón es la cima más elevada del Canadá; tiene una altura de 6.050 metros. Los
principales lagos canadienses son los lagos Hurón, Gran Lago del Oso, Superior, Gran
Lago de los Esclavos, Winnipeg, Erie y Ontario. (Esos lagos se enumeran en orden de su
extensión total dentro del territorio canadiense, puesto que varios de los grandes lagos se
encuentran en la frontera canado-estadounidense). El Gran Lago del Oso, situado en el
Territorio Noroccidental es el más grande de los lagos situados dentro del territorio
canadiense; su superficie es de 31.326 km2.
El río San Lorenzo, cuya longitud es de 3.058 kilómetros, permite la navegación de
barcos que llegan por el océano Atlá ntico hacia los Grandes Lagos. El río más largo es el
MacKenzie, corre sobre 4.241 km en los Territorios Noroccidentales. Citemos también los
ríos Yuk ón y Columbia que corren por los Estados Unidos, el río Nelson, el
Saskatchewan, La Paz y el Churchill que son importantes recursos acuícolas del Canadá.
El gas natural, el petróleo bruto, el oro, el carbón, el cobre, el mineral de hierro, el níquel,
el potasio, el uranio, el zinc, los bosques y el agua son entre otros los principales recursos
naturales del Canadá.
El clima de Estados Unidos es favorable a diversos cultivos y productos forestales.
El Corn Belt, región que se extiende desde el oeste de Ohio hasta el centro de Nebraska,
es la extensión más grande de terreno cultivable en el mundo. También cuenta con
yacimientos significativos de minerales importantes, entre los que se incluye más de un
quinto del carbón mundial. A pesar de esta riqueza, no puede producir todos los recursos
necesarios para su gran economía industrial; el país importa el 80% de aluminio, cromo,
cobalto, magnesio, platino, asbesto, estaño y tungsteno. Estados Unidos ahora produce el
65% de su consumo de petróleo, pero los nuevos descubrimientos del interior tienden a
ser pequeños y costosos de explotar.
La erosión ha causado la pérdida de más de un tercio de la capa superficial del
suelo. La moderna maquinaria pesada puede ahora reparar los barrancos y otros
escarpes habituales en la década de 1930, pero la pérdida de suelo es todavía elevada en
algo más de la mitad del terreno cultivable de la nación por efecto de la erosión.
A pesar de estas tendencias, y gracias a las regulaciones gubernamentales, la
contaminación del agua ha disminuido considerablemente durante la década de 1970; la
reforestación es mayor que el número de talas en la mayor parte de las regiones, y
numerosas áreas se han acotado para crear reservas de fauna y parques nacionales. La
lluvia ácida, la eliminación de residuos tóxicos, el suministro de agua y el cambio climático
son las principales cuestiones medioambientales.
En la época en que los europeos empezaron a asentarse en el actual Estados
Unidos, los bosques cubrían la mitad de su territorio; hoy sólo abarcan el 25% de la
superficie. Del mismo modo, la colonización del continente ha causado la pérdida de
pastos y de otras especies naturales.
En el norte, Alaska es una tundra desolada y azotada por los vientos, una región
de líquenes, musgos, arbustos bajos resistentes y plantas de flor; en el interior y en el sur,
crecen cultivos estacionales y ciertos árboles pueden sobrevivir; unas pocas especies de
árboles de hoja de aguja, sobre todo piceas y abetos, dominan un vasto bosque siempre
verde, apareciendo también en áreas rocosas cubiertas de líquenes y pantanos cubiertos
de hierbas, donde se entremezclan con álamos temblones cortados con señales de fuego.
Este bosque, conocido como la taiga, se extiende por el sureste del interior de Alaska y
surge de forma aislada en el norte de Nueva Inglaterra y en la región de los Grandes
Lagos. Al sur de la taiga se desarrolla un bosque mixto que contiene árboles de hoja de
aguja y hoja ancha como pinos, arces, olmos, abedules y robles, así como nogales
americanos, hayas y sicomoros. Este tipo de bosque cubría la región que rodea los
Grandes Lagos y el este cuando llegaron los colonizadores europeos.
Todavía más al sur, el bosque alcanza su máxima diversidad: el Parque nacional
de las Grandes Montañas Humeantes (Great Smoky Mountains), que se extiende por el
oeste de Carolina del Norte y el este de Tennessee, contiene más especies de árboles
que todo el continente europeo. La zona del golfo de México es más calurosa que esta
área montañosa, pero sus llanuras y colinas bajas no albergan un bosque tan complejo;
además, los suelos arenosos y los veranos calurosos propician fuegos, que suprimen los
robles y otras especies de madera noble y favorecen los pinos de rápido crecimiento que
hoy representan el mayor recurso forestal de la nación. Otras especies propias de esta
zona son magnolias, pacanas, eucaliptos y tupelos; un número de especies subtropicales
y tropicales crecen en el sur de Florida. A lo largo de la costa del golfo de México las
zonas pantanosas de sal y las gramíneas de ciprés y mangle ayudan a proteger la costa
contra el viento y las olas.
La diversidad de los bosques también decrece al oeste de los Apalaches; en
primer lugar, las piceas de las zonas elevadas de las montañas, los abetos y los fresnos
desaparecen y, además, disminuyen las precipitaciones en cantidad y regularidad, por lo
que los incendios se hacen más frecuentes. Los exuberantes bosques de madera noble
de las zonas bajas del valle del Mississippi poco a poco se reducen en tamaño y
complejidad. Los bosques de roble y nogal americano dan paso a zonas aisladas de roble
y a praderas de hierbas altas, las cuales, antes de ser cultivadas, ocupaban el actual Corn
Belt (‘cinturón de maíz’) desde Indiana hasta el este de las Grandes Llanuras
Hacia el oeste el clima es todavía más seco, y las hierbas altas verticillium albo-
atrum producen una grama más corta y una extensión de la gramínea del norte. Las
hierbas del norte de las Grandes Llanuras crecen sólo durante el verano corto y florecen a
finales del mismo o comienzos del otoño. Por contraste, las hierbas del sur de esta zona
crecen rápidamente en primavera, florecen pronto y luego se mantienen inactivas durante
los veranos calurosos y secos. La artemisa en el norte, el mezquite y el enebro en Texas
son característicos de los prados más pobres.
Las montañas Rocosas y otras cordilleras interrumpen la transición gradual a una
auténtica vegetación desértica y los árboles son abundantes en las partes más bajas y
medianas de las laderas; los pinos y enebros dominan en el piedemonte, dando paso a
álamos temblones, abetos y piceas en las partes más altas; por encima de esta zona está
la verdadera tundra. Los desiertos de las partes bajas llenos de arbustos alternan con
montañas cubiertas de árboles (y en ocasiones tundra o neveros) a través de todos los
estados montañosos y en el interior de los estados cercanos al Pacífico. El valle de la
Muerte, que se encuentra por debajo del nivel del mar, es uno de los muchos terrenos
bajos prácticamente estériles. La vegetación en estas regiones comprende especies como
artemisa, enebro, piñón, hierbas, mezquite, zygophyllaceous y yuca; los “bosques” de
cactus que forman una imagen típica de los desiertos se encuentran en realidad en las
laderas de las alineaciones montañosas del desierto de Mojave en el sur de Arizona y
California. Sobre la más alta pero todavía relativamente seca meseta del Colorado crecen
los pinos ponderosa y piñonero.
Los veranos calurosos y secos y los inviernos templados y húmedos de la costa
del sur de California producen una característica vegetación arbustiva conocida como
chaparral; en esta zona, las plantas se han adaptado a los inviernos lluviosos, los veranos
secos, los incendios del otoño y los suelos de poca profundidad. Más al norte, en las
laderas occidentales de las cordilleras Costeras y sierra Nevada, la estación lluviosa del
invierno es más larga y los bosques de secuoya y secuoya gigante son frecuentes.
Todavía más al norte, en la parte occidental de Oregón y en Washington, aparece un
auténtico bosque lluvioso: abetos, abetos Douglas, tsugas, cedros, piceas y pinos, cada
especie ocupando su propia zona climática de altura; esta zona forestal es la segunda
más rica de la nación. Los bosques costeros de Alaska tienen menos especies que los
ricos bosques lluviosos al sur pero un crecimiento más rápido que la taiga en el norte.
Los ríos del este de Estados Unidos, como Hudson, Delaware, Susquehanna,
Potomac y Savannah, drenan regiones que registran precipitaciones durante todo el año,
y, por tanto, son cursos fluviales caudalosos que permiten la navegación y constituyen
importantes vías comerciales. Los del interior, como el Ohio, Tennessee, Illinois y
Mississippi, a menudo se desbordan en primavera y su nivel disminuye en las semanas
más cálidas de finales de verano y durante los meses de nieve en el invierno. Se ha
llevado a cabo alguna regulación en el cauce de estos ríos para evitar las inundaciones a
través de un sistema de embalses y diques costoso y polémico. El deshielo de la nieve de
las montañas Rocosas es el principal aporte de agua en los ríos que fluyen hacia el este
como Missouri, Platte, Arkansas y Río Grande, y los que fluyen hacia el oeste como
Colorado, Sacramento, Snake y Columbia en la parte occidental de Estados Unidos. La
mayor parte de los ríos pierden caudal a medida que se alejan de las montañas; algunos,
como el Colorado, están regulados mediante embalses cuyas aguas se desvían para
consumo urbano y agrícola de forma que su cauce apenas llega al mar. En Alaska, el
Yukón domina el sistema fluvial.
Los cinco Grandes Lagos —Ontario, Erie, Hurón, Michigan y Superior— ocupan
una serie interconectada de cuencas de modelado glaciar que en conjunto forman una
gran arteria de transporte. Los glaciares también dejaron decenas de miles de pequeños
lagos por todo el noreste de Estados Unidos, la parte superior del Medio Oeste y la mayor
parte de Alaska. Entre los más grandes están Champlain, Winnipesaukee y Cayuga en el
noreste y Winnebago, Red y Mille Lacs en el Medio Oeste. El Gran Lago Salado de Utah y
muchas de las cuencas saladas más pequeñas de los estados montañosos son los restos
de lagos mayores del periodo glacial. Gran parte de los acuíferos subterráneos,
especialmente los de las Grandes Llanuras, son también vestigios de un pasado más
lluvioso
Se puede dividir Estados Unidos en cinco grandes regiones edáficas, formadas
como resultado de la acción del clima y de los procesos de erosión, sedimentación y
acarreo glaciar: los molisoles profundos y negros en el centro del continente (el territorio
más fértil del país), en el área que se extiende desde el oeste de Illinois hasta Nebraska y
ambas Dakotas; los suelos rojos lixiviados del sureste y las montañas de la costa oeste;
los espodosoles gruesos y ácidos en el noreste de Estados Unidos y en las partes altas
de las montañas occidentales; los alfisoles grises o marrones moderadamente fértiles que
se encuentran alrededor de los Grandes Lagos, al sur de las Grandes Llanuras y en el
valle central de California; y los aridisoles secos y salados en el desierto del suroeste.
Además de estas extensas formas genéricas encontramos las particularidades
geológicas locales, como los vertisoles de arcilla negra y los histosoles orgánicos,
compuestos de turba y lodo orgánico, que se encuentran en lugares pantanosos como los
Everglades de Florida o los pantanos de Minnesota.
En suma.
Como es de esperarse, es natural que el Canadá cuente con varias cadenas
montañosas. Se trata, en el oriente: de los montes Torngat, los Apalaches y las
Laurentinas; en el occidente: las montañas Rocallosas, la cadena Costera y los montes
Mackenzie; en el norte: los montes San Elías y los montes Pelly. El monte Logan, situado
en el Yukón es la cima más elevada del Canadá; tiene una altura de 6.050 metros. Los
principales lagos canadienses son los lagos Hurón, Gran Lago del Oso, Superior, Gran
Lago de los Esclavos, Winnipeg, Erie y Ontario. (Esos lagos se enumeran en orden de su
extensión total dentro del territorio canadiense, puesto que varios de los grandes lagos se
encuentran en la frontera canado-estadounidense). El Gran Lago del Oso, situado en el
Territorio Noroccidental es el más grande de los lagos situados dentro del territorio
canadiense; su superficie es de 31.326 km2.
Se puede dividir Estados Unidos en cinco grandes regiones edáficas, formadas
como resultado de la acción del clima y de los procesos de erosión, sedimentación y
acarreo glaciar: los molisoles profundos y negros en el centro del continente (el territorio
más fértil del país), en el área que se extiende desde el oeste de Illinois hasta Nebraska y
ambas Dakotas; los suelos rojos lixiviados del sureste y las montañas de la costa oeste;
los espodosoles gruesos y ácidos en el noreste de Estados Unidos y en las partes altas
de las montañas occidentales; los alfisoles grises o marrones moderadamente fértiles que
se encuentran alrededor de los Grandes Lagos, al sur de las Grandes Llanuras y en el
valle central de California; y los aridisoles secos y salados en el desierto del suroeste.
Para comprobar lo que ha aprendido en esta Unidad
Fuentes de consulta
Bergsten, C. Fred. Estados Unidos en la economía mundial: Estrategia para la década de
los noventa. México, Gernika, 1991.
Godinez Zúñiga, Víctor Manuel. El gobierno del mercado: economía y política en los
Estados Unidos. Universidad de las Américas, Departamento de Estudios Internacionales,
1994.
Iain, Wallace. A geography of the canadian economy. Ontario, Oxford University, 2002.
Robertson, Ross M. Historia de la economía norteamericana. New York, Harcout Brace
Jovanovich, 1973.
Schmandt, Jurgen y Robert Wilson. Growth policy in the age of high technology : the role
of regions and states. Chapman and Hall, 1990
Bibliografía complementaria para ahondar sobre el tema
Pipitone, Ugo. América Latina y Estados Unidos: La economía del desencuentro
continental. México, Centro de Investigación y Docencia Económica, 1989.
Rosas, Maria Cristina. La economía internacional en el siglo XXI: OMC, Estados Unidos y America Latina. México, UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2001.