3
Homilía Te Deum 2004 Fecha: Sábado 18 de Septiembre de 2004 Pais: Chile Ciudad: Linares Autor: Mons. Tomislav Koljatic Maroevic Las puertas de nuestra Iglesia Catedral se abren hoy día para acoger como siempre a los hijos e hijas de esta tierra de Linares, quienes encabezados por nuestras autoridades aquí presentes quieren orar y entonar un canto de Acción de Gracias al Padre Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo por los 194 años de vida independiente y soberana. Esta noble y cristiana tradición tuvo su origen histórico a solicitud de don José Miguel Carrera en el lejano 1811 al cumplirse el primer año de la proclamación de la Independencia Nacional. Desde entonces este canto de gratitud, fe y amor a Dios no se ha interrumpido, acompañando la marcha de nuestra historia republicana, en sus momentos de gozo y alegría y también en los de prueba y dolor. Es un momento lleno de significado y sentido de amor por la patria común, por la tierra que nos vio nacer y que con tanto sacrificio, constancia y fortaleza nuestros héroes y antepasados construyeron, muchas veces al precio de sus propias vidas. Con todo la primera inspiración es el de dar gracias. Dar gracias a Dios por todo lo bueno que hemos recibido de sus manos paternales. Como cantábamos al comenzar esta celebración en ese conocido Himno a la Creación de San Francisco: Dar gracias a Dios por el sol y las estrellas, por el agua que es útil, casta y humilde, y la hermana tierra, que es toda bendición, por la madre tierra que da en toda ocasión las hierbas, los frutos y las flores de color. Por todo esto, loado seas mi Señor. Esta gratitud por la vida de la creación que como bien lo sabemos en estas Provincias de Linares y Cauquenes, es la que sostiene y da la vida a nuestros hermanos campesinos de la región. También damos gracias al Señor por esos otros frutos de esta tierra amada. Nuestros santos, nuestros hombres y mujeres que viven como Francisco, la alabanza al Señor en su vida entregada por nosotros. Por eso quisiera citar aquí a nuestro futuro santo el Padre Hurtado en una homilía del Te Deum en Chillán en el año 1948: "Te Deum laudamus ¡Cómo no elevarse hasta el cielo en una ferviente acción de gracias a Aquel de quien desciende todo don al contemplar nuestra hermosa tierra (cf. Santiago, 1,16), la más bella del universo, nuestras montañas austeras que invitan a la seriedad de la vida, nuestros campos fértiles, nuestro cielo azul que invita a la oración, el alma de nuestros hermanos chilenos inteligente, esforzada, valiente, franca, leal ¡Cómo no elevarse hasta el cielo al recordar nuestra historia cargada de bendiciones del cielo que nos han hecho una Nación digna y respetable." Hoy quisiera agregar también nuestra acción de gracias a Dios por la paz y la convivencia pacífica que gozamos entre nosotros. En un mundo angustiado por tantas luchas fratricidas y odios ideológicos, étnicos o religiosos, nosotros queremos renovar nuestro compromiso por la paz y por ser instrumentos de paz, tal como lo celebramos con los niños aquí mismo en el atrio de la Catedral, después de los ataques terroristas a la Escuela de Breslen, Rusia. Cómo no dar gracias por las expresiones de solidaridad que desde tantos lugares y de tantas formas jóvenes y adultos realizan en bien de los hermanos más pobres y necesitados. Cómo no dar gracias por el amor a la vida que en la muy

Homilía Te Deum 2004

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Homilía Te Deum 2004

Homilía Te Deum 2004

Fecha: Sábado 18 de Septiembre de 2004Pais: ChileCiudad: LinaresAutor: Mons. Tomislav Koljatic Maroevic

Las puertas de nuestra Iglesia Catedral se abren hoy día para acoger como siempre a los hijos e hijas de esta tierra de Linares, quienes encabezados por nuestras autoridades aquí presentes quieren orar y entonar un canto de Acción de Gracias al Padre Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo por los 194 años de vida independiente y soberana.

Esta noble y cristiana tradición tuvo su origen histórico a solicitud de don José Miguel Carrera en el lejano 1811 al cumplirse el primer año de la proclamación de la Independencia Nacional.

Desde entonces este canto de gratitud, fe y amor a Dios no se ha interrumpido, acompañando la marcha de nuestra historia republicana, en sus momentos de gozo y alegría y también en los de prueba y dolor.

Es un momento lleno de significado y sentido de amor por la patria común, por la tierra que nos vio nacer y que con tanto sacrificio, constancia y fortaleza nuestros héroes y antepasados construyeron, muchas veces al precio de sus propias vidas. Con todo la primera inspiración es el de dar gracias. Dar gracias a Dios por todo lo bueno que hemos recibido de sus manos paternales.

Como cantábamos al comenzar esta celebración en ese conocido Himno a la Creación de San Francisco:Dar gracias a Dios por el sol y las estrellas, por el agua que es útil, casta y humilde, y la hermana tierra, que es toda bendición, por la madre tierra que da en toda ocasión las hierbas, los frutos y las flores de color. Por todo esto, loado seas mi Señor. Esta gratitud por la vida de la creación que como bien lo sabemos en estas Provincias de Linares y Cauquenes, es la que sostiene y da la vida a nuestros hermanos campesinos de la región.También damos gracias al Señor por esos otros frutos de esta tierra amada. Nuestros santos, nuestros hombres y mujeres que viven como Francisco, la alabanza al Señor en su vida entregada por nosotros.

Por eso quisiera citar aquí a nuestro futuro santo el Padre Hurtado en una homilía del Te Deum en Chillán en el año 1948:"Te Deum laudamus ¡Cómo no elevarse hasta el cielo en una ferviente acción de gracias a Aquel de quien desciende todo don al contemplar nuestra hermosa tierra (cf. Santiago, 1,16), la más bella del universo, nuestras montañas austeras que invitan a la seriedad de la vida, nuestros campos fértiles, nuestro cielo azul que invita a la oración, el alma de nuestros hermanos chilenos inteligente, esforzada, valiente, franca, leal

¡Cómo no elevarse hasta el cielo al recordar nuestra historia cargada de bendiciones del cielo que nos han hecho una Nación digna y respetable."

Hoy quisiera agregar también nuestra acción de gracias a Dios por la paz y la convivencia pacífica que gozamos entre nosotros. En un mundo angustiado por tantas luchas fratricidas y odios ideológicos, étnicos o religiosos, nosotros queremos renovar nuestro compromiso por la paz y por ser instrumentos de paz, tal como lo celebramos con los niños aquí mismo en el atrio de la Catedral, después de los ataques terroristas a la Escuela de Breslen, Rusia.

Cómo no dar gracias por las expresiones de solidaridad que desde tantos lugares y de tantas formas jóvenes y adultos realizan en bien de los hermanos más pobres y necesitados. Cómo no dar gracias por el amor a la vida que en la muy

Page 2: Homilía Te Deum 2004

inmensa mayoría de los chilenos anidan en el corazón. Por el progreso económico que permite a tantos chilenos salir de la miseria, tener un hogar digno, un trabajo estable, una educación y salud acordes con su dignidad. Dar gracias a Dios por tantos hermanos nuestros que luchan día a día por dar lo mejor de sí, en la vida familiar, en la escuela, en los cuarteles y en los hospitales, en los voluntariados y en los servicios públicos, en los campos y las ciudades, con honestidad, respeto, amor y fe en Dios.

Nuestra acción de gracias es también una súplica confiada al Señor por el destino futuro de nuestra nación.

Volvamos a escuchar al Padre Hurtado en esa misma ocasión recién citada:"Una Nación, más que por sus fronteras, más que su tierra, sus cordilleras, sus mares, más que su lengua, o sus tradiciones, es una misión que cumplir Querer que la patria crezca no significa tanto un aumento de sus fronteras cuanto el cumplimiento de su misión. ¿Cuál es la misión de mi Patria ¿Cómo puede realizarla ¿Cómo puedo colaborar yo en ella Dios ha confiado a Chile esa misión de esfuerzo generoso, su espíritu de empresa y de aventura, ese respeto del hombre, de su dignidad, encarnado en nuestras leyes e instituciones democráticas".En la perspectiva del Bicentenario y de la elecciones municipales ya próximas, bien nos viene reflexionar en estas sabias palabras recién escuchadas: ¿Cuál es la misión de mi Patria ¿Cómo puedo yo colaborar en esta misiónGran pregunta que en un día como hoy todos los responsables del bien Común, en la presencia del Señor, queremos hacernos para engrandecer nuestra querida nación.Para responder a tan importante pregunta escuchemos al Padre Hurtado:"Chile tiene una misión en América y en el mundo: misión de esfuerzo, de austeridad, de fraternidad democrática, inspirada en el espíritu del Evangelio. Pero esa misión se ve amenazada por todas las fuerzas de la vida cómoda e indolente, de la pereza y apatía, del egoísmo. La misión de Chile queremos cumplirla, nos sacrificaremos por ella. Nuestros Padres nos dieron una Patria libre, a nosotros nos toca hacerla grande, bella, humana, fraternal. Si ellos fueron grandes en el campo de batalla, a nosotros nos toca serlo en el esfuerzo constructor.Pero esta misión ha dejado de cumplirse porque las energías espirituales se han debilitado, porque las virtudes cristianas han decaído, porque la Religión de Jesucristo, en que fuera bautizada nuestra Patria y cada uno de nosotros, no es conservada, porque la juventud, sumida en placeres, ya no tiene generosidad para abrazar la vida dura del sacerdocio, de la enseñanza y de la acción social. Es necesario, antes que nada, producir un reflotamiento de todas las energías morales de la Nación: devolver a la Nación el sentido de responsabilidad, de fraternidad, de sacrificio, que se debilitan en la medida en que se debilita su fe en Dios, en Cristo, en el espíritu del Evangelio."Estas palabras exigentes del santo chileno nos llaman a profunda reflexión. Nos ayudará para esto la Palabra de Dios recién escuchada.

En la Primera lectura en el diálogo entre Dios y el Rey Salomón se nos ofrece una respuesta admirable a nuestra búsqueda.Dios le ofrece al Rey darle todo lo que éste le quiera pedir. Salomón, lleno de prudencia le pide lo más importante, lo más necesario: dame tu sabiduría, dame tu Espíritu Santo para saber gobernar a esta gran Nación, para saber distinguir entre lo bueno y lo malo.

El Señor lo alaba por su sabia petición. El rey no le pide riquezas, ni larga vida, ni el triunfo sobre sus enemigos, pero sí sabiduría, distinguir entre el bien y el mal, la luz para seguir siempre el camino correcto, de la verdad, de la justicia, del respeto a la Ley de Dios y del respeto a la dignidad humana. Esta es la petición que hoy quisiéramos hacerle al Señor para todos los constructores de la sociedad, autoridades, legisladores y jueces, para cada jefe o jefa de hogar, para cada chileno y chilena: Señor dame de tu sabiduría para agradarte en cada uno de nuestros actos.

En este sentido quisiera decir una palabra en este año de elecciones que ya comienza. A nombre de la Iglesia quisiera pedirle respetuosamente a los candidatos que sus campañas sean austeras, responsables y leales, respetando siempre a sus adversarios, centradas en propuestas constructivas y proyectos de verdadero servicio a los más necesitados, a la vida y la estabilidad y protección de las familias fundadas en el matrimonio.

Page 3: Homilía Te Deum 2004

En el Evangelio de las Bodas de Caná también encontramos luz para nuestro actuar. En Caná están Jesús y su madre, celebrando como nosotros un momento de alegría muy profunda. Llegado un momento no tienen vino para celebrar. La tradición de la Iglesia siempre ha visto en este episodio la representación simbólica de las carencias de nuestra vida personal y social. María esta siempre atenta a las necesidades de los hombres. María representa a la Iglesia, Madre y Maestra, experta en Humanidad. La Iglesia, como María, le presenta a Jesús las necesidades de los hombres de hoy: no tienen vino. Junto a tantos motivos de gratitud y alegría también tenemos carencias: las enormes carencias materiales de tantos de nuestros hermanos, especialmente en esta séptima región, la cesantía, la falta de oportunidades, de atención médica oportuna y plena, el debilitamiento de la unidad familiar, el incierto futuro de los pequeños campesinos y de las mujeres temporeras, y a nivel nacional, el atropello a la honra de las personas en los medios, el debilitamiento del sentido del pecado en nuestras costumbres, el aumento de la delincuencia y la drogadicción, son entre otros, síntomas claros de la ausencia del Señor, de que no tenemos vino para celebrar. Pero el Evangelio nos da también la respuesta. Si queremos transformar el agua de nuestras carencias y sufrimientos en el vino de la vida y la celebración, escuchemos lo que nos dice la Virgen María: "Hagan todo lo que Jesús les diga".Sí, esa es la verdadera respuesta a todos nuestros males y desafíos como Nación. Mirémoslo a Él, a su Rostro desfigurado por amor a nosotros. Mirémoslo a Él como lo hizo el Padre Hurtado, esa visita de Dios a nuestra tierra.Miremos a Jesús, escuchemos su palabra, cumplamos sus mandamientos.

El es la piedra angular, la roca segura para construir el Chile que soñamos y que también podemos decir, nos merecemos como "la copia feliz del Edén."Cumplamos los mandamientos. Amemos a Dios por sobre cualquier otro interés o ídolo. Por sobre el dinero, el poder, los placeres de la vida, el éxito a cualquier costo. Así estaremos asegurándonos de construir sobre una base segura y sólida. Y por amor a Él amemos las familias, luchemos por su estabilidad, por su fortalecimiento, luchemos por defender la vida, del que está por nacer y del anciano, del pobre y del marginado, del extranjero y del enemigo. Amemos de corazón al pobre, al hambriento, al que no tiene un hogar, porque él es Cristo.Digamos siempre la verdad, aunque nos perjudique, respetemos los bienes ajenos, también su honra personal, no adelantando los juicios que corresponden a otras instancias públicas. No juzguemos antes de tiempo para no ser juzgados severamente por el Señor. No codiciemos los bienes ajenos, no transformemos el amor humano en una mercadería desechable.Hagamos lo que Él nos dice como camino seguro de felicidad aquí en esta tierra y en la vida futura.

Concluyo con las palabras del Padre Hurtado:¡A ti, oh Dios te alabamos, hemos dicho y ¿A ti, oh Dios te alabamos, hemos de repetir a cada instante, pidiendo al cielo que Dios siga protegiendo la Patria querida, bendiciendo a sus gobernantes y esforzando a su Pueblo para ser fieles a la misión que Él nos confiara.

Que María del Carmen, nuestra Reina y Madre, simbolizada en la estrella solitaria del pabellón patrio, siga protegiendo y guiando a estos sus hijos muy amados.

Monseñor Tomislav KoljaticObispo de Linares