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553 SUMARIO 1. Adviento, Ciclo B Del 17 de noviembre al 18 de diciembre de 2012 Introducción: Domingo 1º (27 de noviembre) ..............................................557 Domingo 2º (4 de diciembre).................................................. 567 Inmaculada Concepción (8 de diciembre).............................. 576 Domingo 3º (11 de diciembre)................................................ 584 Domingo 4º (18 de diciembre)................................................ 593 LOS TEXTOS DE ESTOS DOMINGOS Y FIESTAS: PRIMERA LECTURA: Homilética; SEGUNDA LECTURA: Francisco Ramírez; EVANGELIO: Homilética HOMILÍA Y ORACIÓN DE LOS FIELES: Domingo 1º-2º: Miguel Á ngel Tocino; Domingo 3º- 4º: Luis Glz Morán CANCIONES DIBUJOS: Javier Prat Cambra. OTROS TEXTOS 2. Navidad, Ciclo B Del 24 de diciembre al 6 de enero de 2.012 Nochebuena: Misa de medianoche (24 de diciembre)............602 Navidad (25 de diciembre)......................................................610 Sagrada familia (30 de diciembre)..........................................619 Santa María Madre de Dios (1 de enero de 2012)..................627 Epifanía (6 de enero)...............................................................636 LOS TEXTOS DE ESTOS DOMINGOS Y FIESTAS: PRIMERA LECTURA: Homilética; SEGUNDA LECTURA: Francisco Ramírez; EVANGELIO: Homilética HOMILÍA Y ORACIÓN DE LOS FIELES: Nochebuena y Navidad: José A lonso Rz; Sagrada Familia y Año Nuevo: Santiago Rz Delgado; Epifanía: Antonio L. García.

Homilética 2011 - 6

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SUMARIO1. Adviento, Ciclo B

Del 17 de noviembre al 18 de diciembre de 2012

Introducción:Domingo 1º (27 de noviembre) ..............................................557Domingo 2º (4 de diciembre)..................................................567Inmaculada Concepción (8 de diciembre).............................. 576Domingo 3º (11 de diciembre)................................................584Domingo 4º (18 de diciembre)................................................593

LOS TEXTOS DE ESTOS DOMINGOS Y FIESTAS: PRIMERA LECTURA: Homilética;SEGUNDA LECTURA: Francisco Ramírez; EVANGELIO: Homilética

HOMILÍA Y ORACIÓN DE LOS FIELES: Domingo 1º-2º: Miguel Ángel Tocino; Domingo3º- 4º: Luis Glz Morán

CANCIONES

DIBUJOS: Javier Prat Cambra.

OTROS TEXTOS

2. Navidad, Ciclo BDel 24 de diciembre al 6 de enero de 2.012

Nochebuena: Misa de medianoche (24 de diciembre)............602Navidad (25 de diciembre)......................................................610Sagrada familia (30 de diciembre)..........................................619Santa María Madre de Dios (1 de enero de 2012)..................627Epifanía (6 de enero)...............................................................636

LOS TEXTOS DE ESTOS DOMINGOS Y FIESTAS: PRIMERA LECTURA: Homilética;SEGUNDA LECTURA: Francisco Ramírez; EVANGELIO: Homilética

HOMILÍA Y ORACIÓN DE LOS FIELES: Nochebuena y Navidad: José Alonso Rz; SagradaFamilia y Año Nuevo: Santiago Rz Delgado; Epifanía: Antonio L. García.

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CANCIONES

DIBUJOS: Javier Prat Cambra

OTROS TEXTOS

3. Celebraciones infantiles para el Adviento, Ciclo B

Del 27de noviembre al 18 de diciembreArgentina Antón, Soco Díaz, Juan A . Pérez Andrés; José Luis Saborido, Asun Vítores

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1. Adviento, 2011, Ciclo B

Introducción: En época de desesperanza

El sueño de la “era de las luces” y “laedad de la Razón” de que los seres humanosserían capaces de resolver todos sus problemasapoyándose en la razón y en el pensamientocientífico poco a poco se fue convirtiendo enpesadilla; una y otra vez resultaba que los sereshumanos eran irrazonables, crueles y egoístas.Por eso son pocos los que aún creen que la cien-cia, la tecnología y la razón por sí solas resolve-rán nuestros problemas La expansión del capita-lismo y la economía de libre mercado abrió des-pués la perspectiva de un crecimiento y un desa-rrollo económico ilimitado y suscitó un asom-broso despliegue de ilusiones. Pero el mercadoha fracasado estrepitosamente y ha estalladocomo una burbuja con la caída de los bancos yla crisis. Para algunos esa es otra razón paradesesperar, especialmente porque implica quelos pobres se harán más pobres y en menostiempo que antes. En tercer lugar, la esperanzadepositada en el desarrollo de un mundo socia-lista regido por la igualdad y el compartir haquedado también profundamente defraudada.En fin, el entusiasmo esperanzador en el futurode la iglesia que suscitó el concilio Vaticano IIha dado paso en muchos a un creciente senti-miento de desaliento.

Éste es nuestro contexto o, al menos, elestado de ánimo sentido más profundamente ennuestro tiempo en todo lo que se refiere al biencomún y universal. Las alegrías y decepcionesante los resultados de unas elecciones delatanesperanzas partidistas e interesadas.

No podemos basar nuestra esperanzade futuro en ninguna clase de líderes, institucio-nes o ideologías: ni en la del socialismo, ni ladel libre mercado, ni siquiera en la de la demo-cracia. Todos resultan falibles, débiles y degra-dables.

* Para un cristiano hay esperanza;

siempre hay esperanza. Incluso el giro del opti-mismo a la desesperanza no puede ser asumidocomo un desastre; es una oportunidad para desa-rrollar la auténtica esperanza cristiana. Comodice Pablo nosotros “esperamos contra todaesperanza”, es decir, nos mantenemos llenos deesperanza aun cuando parezca que no hay nin-gún signo de ella. Porque nuestra esperanza yconfianza no se basa en los signos; se basa enDios y únicamente en él. “No confiéis en lospríncipes, en seres mortales que no pueden sal-varse… Dichoso aquél cuya esperanza es elSeñor su Dios, que mantiene su fidelidad perpe-tuamente; que hace justicia a los oprimidos, queda pan a los hambrientos…” (Sal 146,3ss)Hemos de reconocer, sin embargo, que tambiénhay gente cuya confianza en Dios es malsana yestá descaminada. Como cristianos estamos lla-mados, según las palabras de la Primera carta dePedro, “a dar razón de la esperanza” que hay ennosotros.

* El objeto de la esperanza cristiana esla venida del reino de Dios, el reinado de Diosen la tierra. Por eso podemos orar, con humildady osadía a la vez, con las palabras que Jesús nostransmitió: “Venga a nosotros tu reino, hágase tuvoluntad en la tierra”. Nuestra esperanza es quela voluntad de Dios se haga sobre la tierra. Ypodemos confiar enteramente en el modo de serde Dios revelado en Jesús y en la acción de Diosen todas las cosas.

* Adviento es un tiempo de esperanza.Las figuras que desfilan por la liturgia, Isaías,Juan el bautista, María y José y por supuestoJesús, el esperado desde hace tanto tiempo y quees esperanza para todos los pueblos, están deci-didos a recordarnos quiénes somos y las prome-sas que nos convocan de nuevo al sueño de Diossobre nosotros, su pueblo, sus hijos.

Las lecturas de este tiempo son la his-

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toria de cómo la esperanza se torna visible yasume la carne. El profeta Isaías nos adelantados actitudes para actualizarlas personalmente: -La primera, tener un gran deseo. El diccionariodefine la esperanza como un sentimiento deexpectación y deseo combinados; el verbo sig-nifica “desear, aguardar y tener confianza”. Enel profeta, el deseo se hace oración suplicante:“¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendolos montes con tu presencia!”. Haciendo nuestroel deseo, podremos cantar con sentido: “¡Ven,Señor, no tardes; ven, que te esperamos!” “Ven,Salvador”..

- La segunda actitud marca la orienta-ción de la mirada y el camino de la esperanza,

apoyada en una convicción: “Sales al encuentrodel que practica la justicia y se acuerda de tuscaminos”.

En estos días vivimos en la esperanza,actuamos en la esperanza, oramos con esperan-za, y somos una fuente de esperanza para losdemás, mientras aguardamos “con alegre espe-ranza la venida de nuestro salvador Jesucristo”.

¿Deseamos de verdad que nuestro Diosvenga hasta nosotros al encuentro del que prac-tica la justicia, que se acerque tanto a nosotrosque nos recuerde aquello para lo que hemos sidocreados?

* * *LEMA GENERAL: Ven y sálvanos (¡Ven, salvador!; Ven, Señor Jesús...)

Domingo 1º: Esperanza vigilante. MIRAD. Con los ojos bien abiertos. VER. Sombras: Peticiones de perdón: Porque nos encerramos en la noche del pesimismo, la

añoranza del pasado, el camino de las evasiones y frivolidades, la rutina…Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

1ª vela de la corona: Vigilancia. Ofrenda: Un periódico; un bloque de arcilla sin modelar.

Domingo 2º: Esperanza creativa. PREPARAD CAMINOS. Con las manos bien dispuestas.HACER.

Sombras: Peticiones de perdón: Por las resignaciones y conformismos, por las ambicio-nes, por la insensibilidad ante las injusticias y los problemas de los demás…

Muéstranos tu misericordia y danos tu salvación.2ª vela de la corona: Esperanza.Ofrenda: Objetivos del Milenio, señales de camino en obras.

Domingo 3º: Esperanza compartida. ALEGRAOS. Con el corazón abierto a los necesitados. SER.Sombras: Peticiones de perdón: Por el individualismo, por la autosuficiencia, por las

envidias…3ª vela de la corona: Alegría.Ofrenda: Testimonios de misioneros y evangelizadores entre los pobres.

Domingo 4º: Esperanza confiada. HÁGASE. COMPROMETERSE.Sombras: Peticiones de perdón: Por las dudas y cobardías,

El Señor está contigo.4ºª vela de la corona: María.Ofrenda: Una cuna, un cuenco vacío, un jarrón transparente…

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PRIMERA LECTURA: Is 63,16b-17;64,1.3b-8

El texto pertenece a una unidad (63,7-64,11) no muy clara ni ordenada en la organiza-ción de sus materiales. Ciertamente es un textotardío, por lo que se refiere a la composición dellibro de Isaías. En ella encontramos súplicas aDios, y reconocimiento y confesión de los peca-dos del pueblo.

El contexto histórico parece ser unadesgracia nacional, ante la cual, y como siempreha ocurrido, el pueblo se vuelve hacia Diosimplorando su intervención benefactora. Reco-giendo el sentir de los creyentes, el profeta reco-noce que la fuente de todo bien, pero también detoda desgracia, está en Dios; el momento por elque están pasando es querido por Dios. ¿Por quémotivo? Dios no es caprichoso y solo actúa con-tra su pueblo si lo motiva algún pecado. Es

necesario por ello examinar la conciencia yreconocer la equivocada conducta. El arrepenti-miento atraerá el perdón de Dios y con él vendrála salvación.

* El pasaje que hoy se proclamacomienza con una confesión de fe, que sirvepara favorecer la escucha de Dios sobre lo que acontinuación se le va a pedir. Es el reconoci-miento de que sólo él puede salvar al pueblo, ysu salvación debe llegar porque en él confíansus fieles, a pesar de sus pecados.

Se expresa, en primer lugar, el estrechovínculo que une a Dios con su pueblo. Se invo-ca a Dios como padre. Los creyentes no son súb-ditos; son algo más, son hijos, son miembros desu familia: “Tú eres nuestro padre -le dirá el pro-feta-, tu nombre de siempre es “nuestro reden-tor”. Así pues, se espera de Dios en los momen-tos de dificultad lo que se esperaría de un padre

EXÉGESIS

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Domingo 1º de Adviento, Ciclo B

27 de noviembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 63,16b-17; 64,1.3b-8 ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!Sal 79 Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.1Cor 1, 3-9 Aguardamos la manifestación de Jesucristo nuestro Señor.Mc 13,33-37 Velad, entonces... pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa

La liturgia proclama y celebra el gran anuncio: “El Señor viene”. Por tanto, “velad”,estad alerta. Ante este anuncio hoy se acentúa el deseo que se hace súplica: “Ven a sal-varnos”.Las ilusiones del pueblo de Israel de una nueva vida después de su vuelta del destierrose habían estrellado con la dura realidad: las injusticias y el olvido de Dios se habíanapoderado del pueblo. Ahora anhelaban la presencia vigorizante de Dios que volvieraa dar sentido a su vida. Isaías pide que se rasguen los cielos y baje Dios a salvar a supueblo (1ª lect), porque es él el que permanece fiel. La espera del apóstol es dar testi-monio por medio de los dones recibidos (2ª lect). El evangelio invita a esperar en velaal Señor porque, como el dueño ausente que ha confiado a cada uno su tarea, no se sabeel día de su venida (Ev.)

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protector. El término “redentor” (goel, enhebreo) es muy frecuente en este libro, y tieneun gran significado teológico. El goel era enIsrael el pariente más cercano de alguien al que,estando en dificultades injustas, estaba obligadopor lazos de sangre a salir en su ayuda y resta-blecer la justicia. El profeta coloca así al pueblocomo el pariente dolorido al que Dios debesocorrer porque le unen a él fuertes lazos fami-liares. “Eres nuestro padre”. Y como aval, serecuerdan diversas acciones en las que Diosactuó con poder salvando a su pueblo. A pesarde los pecados, siempre salió en su defensa y suúltima palabra fue de salvación.

* Tras la declaración de Dios comopadre del pueblo, nuestro autor vincula la des-gracia del pueblo, debida a sus pecados, con unaactitud negativa de Dios, que ha endurecido elcorazón de Israel para que no tema a Dios. Hoylo expresaríamos de otro modo, pero aquelloscreyentes pensaban que quien se convertía eraporque Dios abría su corazón y quien se obce-caba en el pecado era porque Dios le manteníaen su cerrazón.

Con esta y otras expresiones que vie-nen a continuación, el profeta reconoce que todoel pueblo es culpable: “Todos éramos impu-ros…” El pecado consistía, básicamente, en nobuscar a Dios (“nadie invocaba tu nombre”) yen no preocuparse por cumplir su voluntad. Anteesta actitud pecadora del pueblo, Dios se oculta-ba y alejaba. ¿Cómo reconocerle si se aleja?

* La lectura concluye con una vuelta ala confesión de fe para terminar pidiendo vela-damente a Dios que intervenga a favor del pue-blo. Y se le pide que lo haga porque, “sin embar-go -a pesar del pecado y del rechazo divino- túeres, Señor, nuestro padre, nosotros la arcilla ytú el alfarero”. Son expresiones cargadas de sen-timientos y sostenidas por una gran fe: “miraque somos tu pueblo”.

SEGUNDA LECTURA: 1Cor 1, 3-9

1) En las cartas del mundo antiguo era

habitual comenzar dando gracias a alguna divi-nidad por las buenas noticias recibidas. Pablo lohace también, al tiempo que introduce conteni-dos específicamente cristianos, con influenciasde las fórmulas de bendición que se encuentranen los salmos o en la literatura judía. AunquePablo no dice explícitamente que su acción degracias provenga de las nuevas recibidas deCorinto, las frases siguientes parecen indicarque es así. La expresión “siempre presentes” nosindica que esta acción de gracias va más allá deuna convención literaria: refleja la práctica ora-cional del mismo apóstol: día tras día ora alSeñor teniendo en el corazón a las comunidadesa las que sirve.

En su acción de gracias Pablo mencio-na sólo muy de pasada la riqueza del logos (elhablar) y de la gnosis (el saber) de los corintios.Anticipa así, de un modo muy general, algunascuestiones que serán abordadas en la carta. Lostérminos logos y gnosis son términos bastantegenéricos: el primero se emplea en el mundohelenístico principalmente para el discurso, lacapacidad de expresarse, y el segundo para elconocimiento de algo o alguien, al dominio dealguna ciencia particular, o incluso para la dis-creción o prudencia. Lo más probable es quePablo aluda aquí, en principio sin una cargapeyorativa, al conjunto de los dones del espírituque ha recibido la comunidad, vistos a la vezcomo experiencia personal o interior y comoexpresión lingüística en la asamblea. La graciade Dios (járis) produce gracias, dones espiritua-les o carismas (jarísmata).

A pesar de que la sabiduría, la cienciay los dones espirituales de los corintios seránobjeto de crítica o revisión en la carta (capítulos.1-4; 12-14), en este momento la acción de gra-cias que Pablo transmite es auténtica; no parecehaber aquí rastro de la ironía que desplegará, porejemplo, en 4,8ss.

2) Al tiempo que da gracias, se insinúatambién una cierta corrección: estos donesadquieren solidez solo si van unidos al “testi-monio de Cristo”, es decir, al ejemplo de vidacristiana que fue Pablo para los corintios y que

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deben ser ahora ellos entre sí y para otras comu-nidades. La verdad o efectividad de la evangeli-zación de los corintios (el “testimonio de Cris-to”) ha sido probada por la eclosión de carismas(así dirá Pablo en 1Cor 4,20 que el Reino deDios no consiste en “palabra” sino en “fuerza”),y será también la prueba o testimonio funda-mental a su favor en el día venidero.

3) En este tiempo de Adviento merecela pena destacar esta referencia a la escatología.Pablo sitúa toda experiencia religiosa en elmarco de la historia y de la espera de la revela-ción o parusía del Señor (véase 1Cor 3,13; 5,5;2Cor 1,14; 1Tes 5,2), el “día del Señor”, de fuer-te raigambre bíblica (Joel 2,1.11; 3,4; 4,14; Is13,6.9; Am 5,18-20; Ab 1,5; Sof 1,14-18; Mal3,23).

Habría que destacar dos acentos en lateología de san Pablo: por un lado, una esperan-za de la salvación definitiva que, lejos de huirdel presente, se vive en el día a día marcado porla presencia del Señor crucificado y resucitado;y, en segundo lugar, una visión del final queacentúa la salvación de Dios antes que la idea de“juicio” o condenación.

- Esta segunda venida de Cristo es“revelación” o “parusía” (es decir, presencia) por-que el que debe venir no se ha ido, sino que con-tinúa estando presente. Es aquél que sigue obran-do en la comunidad, la acompaña en su caminohistórico, y de este modo garantiza el ser hallados“irreprensibles” en el “día del Señor”; no será unencuentro con un Dios desconocido, sino conAquél que ya ha estado acompañándonos.

- Si es verdad que la gracia de Diosprecede, acompaña y redime al ser humano, alque invita también a las buenas obras, del

mismo modo el “día del Señor” no consiste enun tribunal que distribuya premios y castigos,sino en la manifestación plena de la salvación deDios. Dios llama a todos los seres humanos a la“comunión” con su Hijo, experiencia a la vezactual (Gal 4,1–7; Rom 8,29–30) y escatológica(1Tes 1,10), pues esta llamada tiene por metaconducir toda la creación a la relación filial conDios Padre (1Cor 15,28). Esta presencia oculta,pero efectiva, de Jesús, que se hará un día paten-te a todos, se revela paradójicamente en el pre-sente a los que aceptan el “escándalo” o “locu-ra” de la cruz (1,22–24; 2,4–5).

4) “Participar en la vida de su Hijo”significa que en la vida de los creyentes hayexperiencias similares a las que vivió Jesús (esoes la “comunión”, tener algo en común). Pablopiensa especialmente en que los corintios pue-den compartir con el Señor tanto sus padeci-mientos como su resurrección (véase Flp 3,10).El término koinonía (comunión) es empleado enlos papiros griegos con frecuencia para referirsea la unión conyugal (matrimonio) o a la relaciónentre socios en un negocio. La comunión conCristo se parece a este tipo de relaciones fuertesy recíprocas entre los seres humanos. De ahí quesi somos en el presente “socios” o “esposos/as”de Cristo, podemos esperar su parusía con con-fianza.

Las expectativas escatológicas de loscreyentes, con sus deseos de felicidad y pleni-tud, pueden cobijar también un rechazo o nega-ción del dolor, la limitación o pecado real del díaa día. Pablo nos invita a “aguardar” el futuroviviendo en comunión con el Señor y con loshermanos, desde el amor y la entrega, en el pre-sente.

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EVANGELIO: Mc 13, 33-37

1) Este año litúrgico leeremos el evan-gelio de Marcos, creador del género literario“evangelio”. El evangelio de Marcos acaso hasido el más controvertido en la exégesis con-temporánea. Todo el relato está atravesado dealgunos temas peculiares, cuando no sorpren-dentes: las parábolas en lenguaje oscuro expli-

cado aparte al grupo (4,1-34; 7,14-23), laincomprensión de los discípulos (4,13; 6,52;7,18) y sobre todo, la prohibición que Jesúsimpone de no revelar su identidad (1,34; 3,11 ss;8,30). Todos ellos, según la exégesis liberal,fueron indicadores de la ruptura existente entreel Jesús de la historia y el Cristo de la fe. Perono se puede separar presente de pasado en elevangelio de Marcos o lo que es lo mismo, no se

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puede disociar la Iglesia del Jesús terreno. LaPascua “misterio escondido a la comprensiónhumana de Jesús en la cruz” hace legible elocultamiento del pasado: lo que ya era pero sinser comprendido. Lo mismo vale para el futuro,en el apocalipsis del c 13. Todo el discurso diri-gido a los discípulos proyecta el futuro de laIglesia.

2) V. Fusco subraya cuál es el hilo con-ductor que atraviesa todo el cuadro último delevangelio: - últimos días en Jerusalén (cc.11-12); - discurso escatológico (c.13) y - pasión,muerte y resurrección (cc.14-16). Se trata de lasustitución del antiguo templo por el nuevo tem-plo espiritual, destinado a todos los pueblos. Ladeclaración del centurión a los pies de la cruz,resulta, en este sentido, elocuente: “Verdadera-mente, este era el Hijo de Dios” (15,39). Sola-mente en el centro del misterio de la cruz, quedadesvelado lo que hasta entonces era incompren-sión. Desde estas premisas hay que entender laexhortación que introduce la parábola del hom-bre que se fue de viaje, y con ella, la perspecti-va que Marcos nos ofrece acerca de “aquel día”,el final de la historia y del cosmos (parusía).Igualmente, en este trasfondo, el dueño de “lacasa” parece una evocación del nuevo templo(“casa”, en las lenguas semitas).

3) Los oyentes (=seguidores) de Jesúsviven en estado de alerta porque no saben cuán-do es el momento del “día del Señor” del que se

ha hablado en los versículos inmediatamenteanteriores. La Iglesia espera cada día el regresode su Señor, “el Señor de la casa”, en el lengua-je de la parábola. El regreso es confesión de fe yno revelación del futuro sino del presente. Es laactitud de los creyentes la que queda emplazadaa la vigilancia y a la vela.

4) Si en algo insiste Marcos es en laincertidumbre acerca de cuándo tendrá lugar elretorno del Señor. Por ello, su insistencia en ver-bos y expresiones relativas a la noche: el verbogriego traducido por “velad” expresa la idea deahuyentar el sueño, e igualmente la alusión a lascuatro vigilias de la noche, en el cómputo roma-no. El desconocimiento del cuándo futuro nopuede hacer disminuir la importancia del pre-sente. En resumidas cuentas, lo que se necesitaes despertar a los hombres, pues cada momento,cada instante puede ser tiempo de Dios (kairós)y no solamente tiempo mundano (cronos). Esprecisamente la espera del “momento” final(kairós, dice el texto griego) la que otorga estecarácter divino-humano a la historia concreta decada hombre. Así que tarea del creyente es avi-var la esperanza a la luz del futuro definitivo.Actual es este evangelio pues “la “terrenidad” esla primera tentación de nuestra época, y la ofus-cación de la esperanza es la mayor prueba delmundo occidental y de la Iglesia occidental. Noson sólo noches de la fe, sino también de laesperanza” (C.M. Martini).

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EN TORNO A LA HOMILÍA

1. Espera cristiana

“La esperanza es lo último que sepuede perder”. Los cristianos somos “gente deesperanza”; si languidece o nos quedamos sinella se nos apagará la fe y se marchitarán lasobras del amor. La espera cristiana nace delamor de Dios que viene y está en la historia. Lafiesta de la Navidad actualiza al Dios “hechocarne de nuestra carne”, “nacido de mujer”, for-mando parte de nuestra historia de humanidad;Dios que ama y es fiel a su proyecto de humani-dad. Es nuestro polo de referencia fundamental

en el camino de la vida.

El tiempo de Adviento, lo sabemos, estiempo de espera, de la nueva esperanza renaci-da rememorando la venida de Jesús en carne yauscultando los signos de los tiempos que pre-paran su llegada. Es tiempo de cambio de acti-tudes en profundidad. Aprovechar este tiempode Adviento para descubrir brotes verdes, otearhorizontes de luz, ampliar las páginas de buenasnoticias, generar esperanza. Es un “ver nuevo”,“vivir nuevo”. Siempre hay algo “nuevo”, unaposibilidad en cada momento de nuestra histo-ria, a nivel personal, comunitario o eclesial, por-que para el creyente es Dios quien dirige la his-toria hasta su conclusión.

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2. En tiempo de cambios y retos

En realidad siempre estamos de cam-bio, y los cambios son oportunidades de conver-sión para que no nos sintamos dueños y señoresde la historia, no nos apoltronemos “viviendocomo las personas que no tienen esperanza”(1Tes 4,13), o añoremos los tiempos antiguospensando que cualquier tiempo pasado fuemejor. Los cambios personales y sociales pue-den tener la virtualidad de remover seguridadesadquiridas que nos atrapan en formas de vidaegoístas y estrechas, de “mundos cerrados”sobre nosotros mismos o en modelos opacos desociedad. Nos pueden liberar sanamente de lasataduras del pasado y abrirnos a la realidad deun Dios “más grande” que tiene siempre miseri-cordia y compasión incluso cuando absolutiza-mos nuestras supuestas “conquistas” de libertado bienestar convirtiéndolas en ídolos ante losque nos postramos.

Curiosamente es la crisis económica laque está cuestionando de modo radical el mode-lo de nuestra sociedad de bienestar y el sistema,en general, de nuestra civilización local y globaly decantando la pérdida de auténticos valoresque creíamos incorporados a la cultura y a lacivilización humana. El tiempo de crisis quevivimos (crisis de valores éticos, económicos,sociales o políticos), nos interpela. ¿Quiénes sonlos que más sufren? ¿Por qué? ¿Qué hemoshecho para que estemos así? ¿Qué nos dicen lasasociaciones humanitarias, los “foros sociales?,los “indignados”? ¿Qué buenas noticias quealienten la esperanza de un mundo renovadosegún Dios ofrecemos los cristianos? ¿Dóndehemos puesto nuestras esperanzas? ¡Ojalá ras-gases el cielo y bajases, derritiendo los montescon tu presencia!

En tiempos de noches y de crisis nece-sitamos tener muy claras las grandes referenciasevangélicas de nuestra fe cristiana para “cami-nar a la luz del Señor” y orientarnos por las sen-das que llevan al reinado de Dios en forma demayor amor y de mayor justicia, de más paz ymayor fraternidad.

3. ¡Velad!

Es cierto que el discurso de Jesús seenmarca dentro de la escatología, lo último y elfinal de la historia, para cuando Dios quiera. Sindejar la referencia escatológica, el mensaje deJesús (siempre es “evangelio” = Buena Noticiade parte de Dios) es una interpelación a nuestrosestilos y formas de vida presentes. La escatolo-gía se acerca al vivir de cada día y sus aconteci-mientos.

Vivir “dormidos” significa vivir “sintono vital”, vivir seguros, sin sueños de amor yde justicia compartidas, sin utopía, inactivosfrente a la realidad que nos rodea. Estar en velasignifica estar tan atentos y activos como el amode la casa que sabe que va a venir un ladrón arobar sus posesiones; ser tan sagaces como loshijos de las tinieblas lo son en sus negocios;valorar la vida, la nuestra y la de los demás, entoda su riqueza y complejidad; proteger y cuidarla vida humana en toda su extensión porque esvaliosa en sí y está llamada a alcanzar su pleni-tud en Dios; cribar lo malo y favorecer lo buenoaunque no alcancemos a ver sus frutos maduros.

Al final de esta página un dibujo repre-senta a una persona avivando el fuego en lanoche a la vez que dice: “Velar es…. vigilar ypreparar, esperar y recibir, trabajar y resistir,acompañar y construir, acoger y cultivar, des-pertar y soñar…,” todo menos estar pasivos yrecluidos.

4. Desead

Vivir Adviento, prepararnos para lagran fiesta de la Navidad, es buen tiempo para laconversión; para leer nuestra vida personal y lahistoria que nos rodea a la luz de la persona deJesús; para despojarse del pasado individualistay tejer nuevas relaciones interpersonales ysociales en las que Dios está presente. Durantela JMJ-2011 reciente Benedicto XVI insistía enla urgente necesidad de vivir nuestra fe cristianaen comunidad, en una iglesia plural y rica, res-petuosa y abierta, que acoge, recibe, perdona y

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sabe pedir perdón, que dialoga con las personasy la cultura en la que vive.

- ¿Soy testigo de esperanza o sembra-dor de miedos y pesimismos? ¿Qué aportamoslos cristianos como personas y como comunidaddesde nuestra fe a nuestra sociedad, a nuestro

mundo? - ¿Es la comunidad eclesial taller de

proyectos o refugio de cansados? ¿Crecemos enhumanidad, es decir, en relaciones fraternales yde justicia “como Dios manda”?

Miguel Ángel Tocino

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En este tiempo de Adviento, en que nos preparamos a la venida de nuestro Señor Jesucristo,presentamos al Padre nuestros deseos y esperanzas.

1. Con la esperanza de que la iglesia esté atenta a tus llamadas, oremos. Ven, Señor Jesús.

2. Con la esperanza de que la venida de Cristo despierte de la apatía a las sociedades que tienenabundancia de bienes y estimule la solidaridad con los empobrecidos, oremos.

3. Con la esperanza de una tierra nueva, en la que abunde la paz y se resuelvan los conflictos pormedio del diálogo, oremos.

4. Con la esperanza de una sociedad más feliz, en la que todas las lacras humanas sean supera-das y curadas, oremos.

5. Con la esperanza de que todos los que sufren sean consolados, oremos.

6. Con la esperanza de una Iglesia más evangélica, que sea hogar y escuela de comunicación paratodos, oremos.

7. Con la esperanza de tu venida, que sepamos recibirte, oremos. Ven, Señor Jesús.

Confirma nuestra esperanza y haznos fuertes en el amor.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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FE DESPIERTA, ESPERANZA ACTIVA

El primer domingo de adviento tiene un carácter marcadamente escatológico. ElSeñor va a venir. La primera actitud es desear con el corazón sosegado. Hay queestar vigilantes, con los ojos bien abiertos, aun en la noche. Marcos, en el evange-lio, pone el acento en la perseverancia.

Cantaremos y pondremos el énfasis especial en las partes del Ordinario de la misaque tienen resonancias de expectación: “Bendito el que viene en nombre del Señor”(Santo); “Ven, Señor Jesús” (aclamación al memorial y oración de los fieles);“Venga tu Reino” (Padre Nuestro).

Ambientación: “No durmáis”. Momentos de Paz 15 (SP).

Entrada: “Ven, Salvador”, de C. Erdozain, en Preparad los caminos; “Ven y sálvanos deJ.A. Espinosa; “La corona de Adviento”, en Nuevo Adviento (SP).

Antífona (Salmo): “Señor, Dios nuestro, restáuranos”.

Santo: CLN 1 1.

Aclamación: “Anunciamos tu muerte...” CLN J 1. “Tuyo es el Reino” CLN M 2.

Padre Nuestro: “Padre nuestro tú que estás…” (Simon-Garfunkel)

Comunión: “Ven a nuestro mundo” Nuevo Adviento (SP); “Tiempo de esperanza” CLN13.

Despedida: “Señor, te esperamos...”.

CANCIONES

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PARA ORAR CON LAS LECTURAS APOSTÓLICAS

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

OTROS TEXTOS

Este imperativo moral preside la pri-mera parte de la “Constitución Pastoral sobre laIglesia en el mundo actual” (GS 11). La nove-dad de los temas (dignidad personal, sociedad,acción humana, misión de la Iglesia hoy) y elmodo inductivo de tratarlos son respuesta a losimpulsos del Espíritu Santo. Ya San Ireneo(+200) decía que Cristo y el Espíritu son las dosmanos del Padre, con las cuales nos encuentra y

nos salva (nos libera del mal y nos realiza enplenitud). Jesús pobre, anunciando y viviendo elReino de Dios, resucitado y presente en todocomo realización plena del hombre y del uni-verso, es una mano del Padre que nos sostiene yacaricia.

El Espíritu Santo presente en la crea-ción del universo, compañero de la humanidad yde cada persona, suscita el amor, el perdón, la

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solidaridad, la apertura a Dios... El Espíritumantiene viva la memoria de Jesús, la actualizacon sus dones: ideas creativas, palabras y actua-ciones nuevas, ritos y celebraciones significati-vas para cada cultura. Hay que creer de verdadque “el Espíritu vive en la Iglesia y en el cora-zón de los fieles, ora, testifica su adopción dehijos, guía hacia la verdad, unifica, provee ygobierna, embellece, rejuvenece, renueva y con-duce hacia la unión con su Esposo” (LG 4). Yque “el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestraflaqueza, pues nosotros no sabemos orar comoes debido, y es el mismo Espíritu el que interce-de por nosotros con gemidos inefables” (Rom8,26). Y que “donde está el Espíritu del Señorhay libertad. Por nuestra parte, con la cara des-cubierta, reflejando como en un espejo la gloriadel Señor, nos vamos transformando en esa

misma imagen cada vez más gloriosa, comocorresponde a la acción del Espíritu del Señor”(2Cor 3,17-18). No hay que tener miedo al Espí-ritu. Escuchar la Palabra divina, servir comoJesús, escuchar y ver la verdad de la vida, “noimponer más cargas que las imprescindibles”,acoger la libertad y creatividad, promover que“lo que afecta a todos debe ser aprobado y trata-do por todos”..., son impulsos del Espíritu divi-no, “a los que hay que responder”.“El Padre dael Espíritu Santo a los que se lo piden” (Lc11,13).

“Estas oraciones” pretenden pedir elEspíritu Santo. Él nos ayudará a administrar yenriquecer la vida según Dios. La verdad, elcompromiso por los más débiles..., es decir, elAmor, irá creciendo y organizando nuestra exis-tencia.

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* * *Introducción: Gracia y paz de parte de Dios Padre y del señor Jesucristo (1Cor 1,3-9)

- El v.3 es la conclusión del saludo(1,1-3). Tras los remitentes y destinatarios,viene el primer gran deseo de la carta: “A voso-tros gracia y paz de parte de Dios nuestro Padrey del señor Jesucristo”. Este deseo preside, conalguna ligera variante, las cartas de Pablo. Elloindica que es esencial en la vida cristiana. Quienha escuchado y creído el Evangelio tiene unaexperiencia de gracia: se siente amado incondi-cionalmente por el Padre y por su Hijo resucita-do, que sigue viniendo a través de su Espíritu.“Justificados por la fe estamos en paz con Diospor medio de nuestro señor Jesucristo, pormedio del cual hemos obtenido -gracias a la fe-el acceso a esta gracia en la que estamos” (Rom5,1-2). La resurrección de Jesús, aval y expre-sión del amor divino, nos ha traído su Espíritu:

“la gracia en que estamos”. Nos intima el amordel Padre, nos da conciencia de hijos queridos,se hace fuente del “amor que responde a suamor” (Jn 1,16).

- Seguidamente Pablo recuerda el con-tenido de su “acción de gracias a Dios”: graciaque se visibiliza de modos variados: en todapalabra, en todo conocimiento, el testimonio deCristo se ha afianzado en vosotros, hasta no que-daros atrás en ningún carisma mientras esperáisla revelación de nuestro señor Jesucristo. Hastael final él os afianzará intachables en el día denuestro señor Jesús. Fiel es el Dios por el quehabéis sido llamados a la comunión de su HijoJesucristo, señor nuestro. La “comunión” (koi-nonía) de Jesús es otra expresión de la mismagracia: compartir el mismo Espíritu.

ORACIÓN: Gracia y paz de parte de Dios Padre y del señor Jesucristo (1Cor 1, 3-9)

Jesús de Nazaret, hermano de todos:Nos disponemos a celebrar la Navidad:

cuatro semanas para ambientar y revivir tu nacimiento;heredando más de dos mil navidades de infinidad de cristianos,

que han sentido en su corazón tu presencia viva.Tu venida a nuestro mundo ha sido una fuente de vida:

lo vemos en la vida de quienes fueron encontrándose contigo;

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mujeres y hombres que te escucharon y siguieron;enfermos que experimentaron tu amor curativo;marginados y excluidos que compartieron tu mesa;religiosos y pecadores que se sintieron igualmente acogidos;pobres y desesperados para quienes fuiste “buena noticia”.

Han sido infinidad a lo largo de la historia quienes han saboreado tu vida:porque tu vida sigue “viva”, resucitada;

abrazándonos por todos lados con tu Espíritu:Espíritu agradecido al Padre que nos da el ser y nos escucha siempre;Espíritu agradecido a ti, Jesús, que te hiciste uno de tantos, hermano de todos;Espíritu Santo que vive con nosotros:

nos hace conscientes de que todos somos hijos de Dios;llamados a vivir y entendernos como hermanos;

nos sugiere rezar de verdad ¡Padre-Madre nuestro/a!;nos regala el amor que responde a su amor.

Esta es la gracia en la que estamos:esta es nuestra entraña cristiana, lo que nos identifica;este es el deseo más fuerte de Pablo en todas sus cartas:

a vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del señor Jesucristo;este mismo deseo nos lanza en su inicio el presidente de la eucaristía:

“la gracia de nuestro señor Jesucristo,el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo,estén con todos vosotros”;

este deseo lo devolvemos nosotros al hermano que preside:“y con tu espíritu”, es decir, en lo más profundo de tu alma,

sientas también tú la gracia: el amor y la comunión...

¿Qué mejor preparación para la Navidad que meditar la verdad de nuestra vida?tomar conciencia de lo que nos une contigo, Jesús de Nazaret;alegrarnos de tu presencia, de tu Espíritu en nosotros;escuchar tus sugerencias, sugerencias de tu Espíritu;atender tus inspiraciones, impulsos de tu Espíritu;realizar tus obras, obras del Espíritu.

Que la conciencia de tu Espíritu abra nuestro adviento:queremos celebrar bien tu nacimiento;queremos estar en tu casa, en la casa del Padre;queremos abrir sus puertas a todos sus hijos, la humanidad entera;queremos experimentar tu amor trabajando como tú y el Padre1;queremos construir el Reino de la vida para todos.

Ahí, en la vida práctica, nos encontraremos contigo:nacerás en la medida que nazca nuestro amor por todos,especialmente por los más débiles.

Así seremos de verdad lo que somos: hijos y hermanos, como Tú.

Rufo González

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1 Jn 5,17 relata una aclaración de Jesús tras curar a un inválido en sábado.

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* * *VEN, SEÑOR, EN ESTE ADVIENTO

Ven, Señor, a avivar la esperanza en los corazones. Ven, Señor, a descubrirnos los signos de los tiempos. Ven, Señor, a traernos tu salvación.Ven, Señor, a sacarnos de la mediocridad.Ven, Señor, a sentarte a nuestro lado.Ven, Señor, a ilusionar nuestra vida.Ven, Señor, a llenarnos de alegría.Ven, Señor, a despertarnos de la rutina diaria. Ven, Señor, a ser nuestra luz en el camino. Ven, Señor, a mantenernos vigilantes.Ven, Señor, a mostrarnos caminos de libertad. Ven, Señor, a responsabilizarnos de nuestra tarea. Ven, Señor, a todos los que te esperan.Ven, Señor, en el silencio que te busca.Ven, Señor, en el encuentro con el hermano. Ven, Señor, en la palabra, en el acontecimiento.Ven, Señor, en cada instante y llena nuestra vida desentido. Ven, Señor, y muéstrate a todo el que te busca.

* * *

566

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EXÉGESIS

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PRIMERA LECTURA: Is 40,1-5.10-11

Con este texto comienza la segundaparte del libro de Isaías (segundo Isaías), quecomprende los capítulos 40-55. Esta secciónrecoge una serie de profecías con la que seintenta alentar la esperanza del pueblo que viveexiliado en Babilonia. El profeta es uno de estosexiliados. Los primeros once versículos delcapítulo forman todos ellos una unidad, y sirvencomo prólogo de toda la sección, anticipandoalgunos de los temas que más adelante se desa-rrollarán, como son la consolación y la restaura-ción.

1) Con el exilio, el pueblo ha sufridono sólo una quiebra material, con la pérdida desus bienes, sino, y sobre todo, espiritual. De sen-tirse el pueblo elegido y bendecido por Dios hapasado a ser expulsado de la presencia divina (eltemplo de Jerusalén era el lugar de la morada deDios). La tierra que ahora pisa no es ya la here-dad que Abrahán había recibido, sino un sueloextraño y hostil.

Con el sentimiento de que Dios loshabía castigado y repudiado por sus pecados, losisraelitas vivían en Babilonia con la conciencia

cargada de remordimientos y sin esperanza devolver a ser acogidos de nuevo por su Dios.

Pero el Señor, en medio de este sufri-miento, hace levantar la voz de un profeta paraque anuncie a su pueblo el consuelo. Este men-sajero debe hablar “al corazón de Jerusalén”. Ysi no escucha porque su dolor se lo impide, debegritarle hasta despertarlo de su letargo. Frente alos anuncios de catástrofe, tantas veces procla-mados por sus predecesores invitando a unapenitencia que nunca fue practicada con sinceri-dad, el profeta de Babilonia publica a los cuatrovientos que Dios ha perdonado el pecado de supueblo, que su culpa ha sido pagada suficiente-mente.

2) Que la culpa ya haya sido satisfechapor sus muchos sufrimientos significa que seacerca el tiempo de la salvación. La esperanzarenace. Las fatídicas consecuencias del pecadoya han concluido. Comienza un tiempo nuevo.Tiempo que se inaugura con una preparación: espreciso preparar un camino al Señor que llegapara salvar. En necesario enderezar las sendastortuosas y allanar los desniveles.

Domingo 2º de Adviento, Ciclo B

4 de diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 40, 1-5. 9-11 Preparadle un camino al Señor.Sal 84, 9-14 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.2Pe 3, 8-14 Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva.Mc 1, 1-8 Allanad los senderos del Señor.

En el destierro Israel oye la voz gozosa del profeta que anuncia de parte de Dios elretorno a la patria. Como en un nuevo éxodo, Dios caminará con su pueblo (1ª lect).En la segunda lectura Pedro responde a la impaciencia de los primeros cristianosdiciendo que la promesa se cumplirá. Pero hay que preparar el camino del Señor.Cristo viene únicamente por los caminos preparados por el hombre (Ev). Dios y elhombre se necesitan para llegar a la tierra nueva prometida.

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Es fácil creer en noticias semejantescuando soplan vientos de bonanza; pero no eraasí en aquellos momentos. Por eso es necesario,antes de que prenda esta esperanza en los cora-zones de los abatidos, recobrar la confianza enDios; esperar un cambio como el que anuncia elprofeta, sin asentarlo confiadamente en Diossería una ilusión, una trampa psicológica de ladesesperación que se vive. Pero no. El profetaestá seguro de que Dios es quien ha tomado estadecisión, y así lo proclama convencido: “Mirad:Dios, el Señor, llega con fuerza, su brazo domi-na”. No se ha quedado en Jerusalén esperando,sino que, como Señor de toda la tierra, se acer-ca a su pueblo a una tierra extraña, como anteshiciera en Egipto, para rescatar y salvar.

3) Los profetas emplean en sus anun-cios una gran riqueza de símbolos. En esta oca-sión Dios toma la imagen de un pastor. Su reba-ño ha sido dispersado por los lobos. Pero lejosde abandonar a su suerte a sus ovejas, se acercaa ellas, “su mano las reúne”. Y con cariño entra-ñable “lleva en brazos los corderos”. Hasta losmás desvalidos podrán tener esperanza porqueDios cuidará atentamente de ellos.

SEGUNDA LECTURA: 2Pe 3, 8-14.

1) El aviso escatológico de 2Pe “noperdáis de vista…” parece dirigido a creyentesque se sienten perplejos ante el retraso de laparusía del Señor (véase el comentario aldomingo pasado), han dejado de creer en ella o,como es más frecuente en la Iglesia actual, sim-plemente la han olvidado. Excepto en algunosgrupos cristianos, muy marcados por anunciosapocalípticos del inminente fin del mundo, hoycon frecuencia no sabemos cómo vincular laexperiencia de Dios cotidiana con las expectati-vas escatológicas.

El autor de 2Pe se inspira en las pará-bolas jesuánicas del ladrón que roba sin avisar(Mt 24,43; Lc 12,39; 1Tes 5,2; Ap 3,3; 16,15) y,más en general, en los apocalipsis que hallamosen los evangelios (Mc 13; Mt 24). El autor cris-tiano, y ciertamente quienes incluyeron 2Pe en

el canon, piensan que este “Señor” que vendrá alfinal es Cristo. Hemos de reconocer, sin embar-go, que en el texto en ningún momento se men-ciona explícitamente a Jesucristo.

2) Las imágenes apocalípticas de des-trucción y de fuego tienen su origen en los librosapocalípticos judíos. Aunque sean parte denuestra literatura inspirada, no pueden ser elcentro del anuncio cristiano. El evangelio nocomienza anunciando una destrucción, sino lallegada del Reino de Dios. La “destrucción” deeste mundo es un modo de afirmar, en negativo,la esperanza fundamental de una nueva tierra“en que habite la justicia”, de la que habla tam-bién nuestro texto. Por otro lado, lo que espera-mos no es un evento histórico, sino la venida delSeñor como “juez”. El que los cristianos crea-mos que el “juez” será el mismo Cristo quecomió con publicanos y pecadores, acogió a losdébiles y perdonó a todos desde la cruz, nos per-mite esperar un “juicio” de misericordia.

3) Pero la cuestión de fondo aquí es el“retraso” de la parusía del Señor. ¿Por qué nollega de una vez el fin? ¿Qué motivo hay pararetrasarlo? ¿Acaso el mal y el dolor del mundono es un grito a Dios para que venga a ponerremedio? Los cristianos de finales del s.I, cris-tianos ya de segunda o tercera generación, noentienden tampoco el motivo por el que se lesinvita a esperar una parusía que, previsiblemen-te, no ocurrirá a lo largo de su vida.

- El autor de 2Pe responderá, en primerlugar, que el creyente individual no debe juzgarla historia, ni el plan divino sobre la historia,con el marco estrecho de su vida personal. Laimpaciencia por ver en el curso de la vida indi-vidual la salvación definitiva menosprecia lacomplejidad del mundo y olvida la sabiduríainfinita de Dios. En el fondo, intentamos reducirla historia humana a los límites de nuestra pro-pia vida, y pretendemos que Dios actúe siguien-do los planes humanos (Sal 90,4).

- En segundo lugar (en el v.15 que hoyno hemos leído) se pone de relieve que Dios es“paciente”, “lento a la cólera”, como lo descri-

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bía Ex 34,6. Estamos en el tiempo de la “mise-ricordia”. El retraso de la parusía no es castigosino regalo para dar tiempo a la conversión de lahumanidad, de modo que la historia humanapueda crecer en presencia de Dios “desde den-tro”, y no como un evento externo que se leimponga. Hoy podríamos afirmar que la pacien-cia de Dios mira a incorporar la libertad huma-na al don que es su gracia.

EVANGELIO: Mc 1,1-8

1) La obra de Marcos comienza conuna introducción, que es todo un tesoro a pesarde su brevedad. En el primer versículo nos pro-porciona el título que desea dar a su escrito:“Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios”. Con-viene no pasar por alto ese escueto “de Jesu-Cristo”, que dice mucho más de lo que puedeparecer a primera vista. Gramaticalmente setrata de un genitivo, con un doble significado:objetivo y subjetivo. Esto significa algo de grantrascendencia: que Jesús es el sujeto, es decir, elprotagonista de la buena noticia de la salvacióny, al mismo tiempo, el objeto, el contenidomismo de ella. En el evangelio todo está centra-do, por lo tanto, en su persona y obra, y orienta-do hacia su mensaje y destino. En sus páginas sedescubre su misterio, quién es Él en realidad yqué es lo que hace para bien de los humanos.

- El evangelista nos suministra las pri-meras pistas para hacer ese descubrimiento:Jesús de Nazaret es el Cristo, es decir, el Mesíasde la expectación judía, que nos trae de parte deDios cuanto necesitamos, para hacer posible quenuestra vida se logre por completo, a pesar deestar amenazada de mil maneras. Esta salvaciónya había sido anunciada en la primera Alianza,sobre todo en la época de los profetas; de ahí lacita referente a ellos en los vv 2 y 3. Pero conJesús llega a su plenitud la salvación proyectadadesde lo alto, convirtiéndose así en la buenanoticia por excelencia. Lo que acontece en Él nose debe al azar sino, conviene resaltarlo comomerece, a los designios divinos planeados desdesiempre. Corresponde a la voluntad del Padreque su Hijo -porque Jesús también es el Hijo deDios según confesión de Marcos- se convierta

en nuestro definitivo salvador.

- Y esta alegre nueva del que es, a lavez, Mesías e Hijo de Dios, puede llenar a cadahombre de gozo y felicidad, cuando acogemossu evangelio y nos dejamos interpelar por sucontenido, en el que Él está presente y actuantecon la fuerza de su Palabra y el aliento de suEspíritu. Siempre puede haber así un principioen nosotros, que nos haga caer en la cuenta de lomucho que representa Jesús para nuestra vida ylo felices que podemos ser cuando nos abrimossin reticencias a su persona y nos entregamosincondicionalmente a su causa, permanente enla historia, como discípulos, mediante la escu-cha y puesta en práctica de su evangelio.

2) En los versículos restantes de laintroducción se habla de la preparación de lavenida de Jesús a este mundo por parte de Juanel Bautista, un impresionante testigo de la pri-mera hora. Él mismo reconoce, dejando pasarlas Escrituras Santas por su propia misión, quesu tarea consiste en anunciar la presencia yremitir a la actuación del Mesías en medio de supueblo. Quien llega ahora trae la Salvación conmayúscula y por eso su venida necesita adecua-da preparación personal y comunitaria. Será Élquien ejecute los planes divinos y consume susdesignios bienhechores en relación con la huma-nidad entera.

Constituye un misterio de amor el queDios, en sus designios salvíficos, nunca hayaobrado solo, ni lo haga ahora. Siempre busca lacolaboración humana, para eso nos ha creadocomo seres activos. Primero pidió la colabora-ción de su pueblo y en su interior los profetasrespondieron a la llamada divina y prepararon lasalvación. Como último profeta, Juan el Bautis-ta correspondió a los deseos divinos, allanandolos caminos al Mesías. Y por fin al llegar la ple-nitud de los tiempos Jesús se comportó con elenviado definitivo de lo alto y realizó la salva-ción. Pero aquí y ahora esa salvación necesitatambién nuestra participación. Sólo puede reali-zarse en la práctica cuando la acogemos comopersonas: libre y conscientemente, ayudando enla medida de nuestras posibilidades a que otros

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la acepten también como propia.

3) De acuerdo con esto, se pide denosotros hoy escuchar con atención la buenanoticia que nos viene de Jesús, considerándolaen la razón y dejándola penetrar en el corazón,para que se convierta de verdad en orientaciónpara nuestra existencia cotidiana. Como el Bau-

tista necesitamos preparar el camino del Señorque viene a nosotros para plenificarnos. Es parteintegrante de nuestra misión en la Iglesia cola-borar en la venida de Jesús en este adviento conlas mismas actitudes de humildad y entrega deJuan. Ayudar a que los otros acojan los caminosdel Señor, que son tantos como personas con lasque nos encontramos cada día.

EN TORNO A LA HOMILÍA

1. Juan, el bautista

Juan, el “hijo-milagro” de Zacarías eIsabel, es una figura señera en el comienzo delos evangelios. Es puente de unión entre el viejopueblo de Israel y el pueblo de la nueva alianza,entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Sufamilia, aunque Zacarías fuera sacerdote, perte-nece al pueblo humilde de Israel, los pobres deYahvé, “que esperaban la salvación de Dios”.Jesús dirá de él que es “más que profeta” (Mt11,9). No es catastrofista ni “un profeta de cala-midades” sino mensajero de la buena noticia, lavenida del Hijo de Dios; un profeta conscientede su función de “preparar el camino del Señor”,ni más ni menos. Es una persona que, enraizadaen el Antiguo Testamento con toda su experien-cia de Dios Yahvé, el Dios comprometido en lahistoria de un pueblo, abre camino al Mesías,anuncia su llegada y ofrece al pueblo de Israel laoportunidad del cambio, de la conversión de lospecados como paso previo a la llegada de Jesús.Da testimonio con su propia vida y lo sellarácon su martirio.

El desierto, con todo su significado desoledad, austeridad, necesidad, purificación,señala el lugar teológico del encuentro con Dioslejos de las influencias, de los intereses y de losprivilegios de los poderosos de este mundo. Poreso, Juan es una persona libre, crítica y valiente;un rebelde.

2. Preparad el camino del Señor

Su misión de mensajero es “preparar el

camino”. Pero no es un privilegio ni un acto dedominio. “Yo no merezco agacharme para desa-tarle las sandalias”. Comparte misión con losque reconozcan su pecado y se conviertan; tam-bién ellos han de “preparar el camino al Señor,allanando senderos”. La predicación y el bautis-mo con agua de Juan, su pasión y entusiasmo,sólo se puede comprender desde la experienciadel Dios liberador y la gran expectativa de la lle-gada de su Mesías: “Dios que viene como Sal-vador”. “Como un pastor apacienta el rebaño.Su mano los reúne. Lleva en brazos los corde-ros, cuida de las madres”.

La historia de Israel está cargada desufrimientos, esclavitudes, opresiones y repre-siones sin límite y de experiencias sublimes defe en Dios como salvador y liberador. Y sublimeera que Dios siguiera siendo fiel a su pueblo apesar de que éste se alejara de él y fuera infiel ala alianza. Sólo el que ha estado en la cárcelsabe lo que es la libertad; sólo el que ha experi-mentado la esclavitud puede comprender la ale-gría de la liberación; sólo quien sabe de supequeñez es capaz de esperar la salvación. Es laexperiencia profunda de los “pobres de Yahvé”(los “anawin”) algunos de los cuales cita elevangelio (Simeón, Ana, Zacarías e Isabel, Joséy la propia María, la madre de Jesús) (Lc 2,29ss). Son personas que han puesto su esperanzaradical en Dios: sólo Dios salva, sólo Dios libe-ra. Por eso se muestran disponibles, abiertas a lavoluntad de Dios sobre sus vidas.

La experiencia auténtica del pobre, delhumilde o del impotente, abre a las personas a laexperiencia de Dios. Es muy difícil que desde laautosuficiencia, la ambición, la satisfacción o elorgullo podamos buscar a Dios “porque no le

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necesitamos”. Estas últimas actitudes desenca-denan dinámicas que inducen al mal generandonecesariamente víctimas (corrupciones, exclu-siones, intolerancias, descalificaciones y discri-minaciones, xenofobias,...). Quiebran, por lotanto, las relaciones entre iguales de las perso-nas (la filiación, ser hijo de Dios, y la fraterni-dad). Cuando el ídolo es la riqueza sus adorado-res se convierten en explotadores de otros, tra-tándoles como puro objeto e instrumento parasus fines. En tiempos de crisis, dijo BendictoXVI en Madrid2011, el camino no es la econo-mía sino la persona” (ver dibujo).

Juan es el profeta de la “justicia deDios” por encima de las leyes, los usos y lascostumbres humanas. “Una voz grita en eldesierto: Preparadle el camino al Señor” suponever y vivir la vida con otra óptica, desde los cri-terios de Dios y abriéndose a su justicia. En eldesierto es Dios quien escucha, ve las necesida-des y habla.

“Predicaba para que se convirtieran yse bautizaran para que se les perdonasen lospecados”, es decir, para estar “en paz con Dios,con uno mismo, y con los demás, inmaculados eirreprochables”. El signo exterior del arrepenti-miento es el bautismo con agua, que purifica,lava y perdona. Cuando llegue el esperado lesdará el Espíritu Santo, la fortaleza de Dios.

3. Esperad y apresurad la venida del Señor.

“Nosotros, confiados en la promesa delSeñor, esperamos un nuevo cielo y una nuevatierra en que habite la justicia.” (2Pe 3,13).Cuestión de confianza plena en que Dios no haabandonado la historia de la humanidad, ni laabandonará pese a su aparente silencio. Dios“trabaja”; no puede aceptar una humanidad rota

por la desigualdad y la injusticia, los odios y lasviolencias que producen sufrimiento y muerteen vida de millones de personas que son sushijos. Ese “nuevo cielo y nueva tierra” del quehabla Pedro es escatológico pero para los segui-dores de Jesús el “reinado de Dios” ha comen-zado y sigue presente en los avatares de esta his-toria nuestra en formas de relaciones fraternas,de dignidad y de solidaridad. “Que los valles selevanten, que los montes y colinas se abajen,que lo torcido se enderece y lo escabroso seiguale”.

El Señor llega pero podemos apresurarsu llegada. Cuando los discípulos de Juan pre-gunten a Jesús si es él Mesías que tenía quevenir Jesús da una respuesta contundente conpalabras bíblicas y a través de las “obras”: “losciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedanlimpios, los sordos oyen, los muertos resucitan yla buena noticia de Dios se anuncia a lospobres” (Lc 7,20ss). Sobran las palabras retóri-cas. Basta con abrir los ojos, los del corazón,sobre todo. Adviento nos anima a no caer en labanalidad de un tiempo vacío; al contrario, nosdice palabras como las que hoy escuchamos:Esperad y apresurad la venida del Señor (…)

Nosotros, confiados en la promesa delSeñor, esperamos un cielo nuevo y una nuevatierra en que habite la justicia; apresurar la veni-da del reino de Dios haciendo con la gracia deJesús salvador que llega sus mismas obras.

Esperamos y confiamos. Dios nos hapuesto en camino, como a Abrahán y a todoscuantos confiaron en él. Él está con nosotros,como recuerda el libro del Éxodo: “Yo estarécon vosotros como el que estará con vosotros”.

Miguel Ángel Tocino

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Ya que debemos orar siempre y sin desanimarnos unámonos en la oración:

1. Por la Iglesia, para que reciba el aliento evangelizador de la venida de Cristo. Roguemos alSeñor.

2. Para que los dirigentes políticos y económicos cooperen al advenimiento del Reino de Diosrebajando las montañas de injusticias levantadas por la ambición humana y allanando los abis-mos de desigualdad. Roguemos al Señor.

3. Para que permitamos a Jesús acercarse a nosotros, quitando de los caminos toda autosuficien-cia y dureza de corazón. Roguemos al Señor.

4. Para que el sentido de la vida que ofrece la Buena Noticia de Jesús llene el vacío de tantoshombres y mujeres sin esperanza. Roguemos al Señor.

Jesús, tú vienes a nuestras vidas en cada momento, haz que podamos reconocerte en cada her-mano, en cada situación.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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CANCIONES

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PREPARAR CAMINOS

Ambientación. “Marana-tha” de R. Cantalapiedra, en El Peregrino (Pax).

Dios tiene su tiempo, pero entra en el nuestro. El Señor viene pero necesita pre-cursores y cuenta con los hombres. El grito del profeta: “Preparad el camino alSeñor” nos invita a preparar los caminos de justicia, de esperanza, de vida, de fe yamor por los que pasará el Señor. Detrás del precursor viene el que nos bautizarácon Espíritu Santo y fuego. La figura del Bautista aparece como señal de la llega-da del Reino de Dios.

Entrada: “Preparad los caminos”, de C. Erdozáin “Ven, Salvador” CLN 1; “Apresura tuvenida”. Nuevo Adviento (SP).

Antífona (Salmo): “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”.

Santo: CLN 1 2

Aclamación: “Anunciamos tu muerte” CLN J 2.

Padre Nuestro: CLN L 1.

Comunión: “Vendrá la libertad” de E. V. Mateu. CLN 12; “Ven, Señor, no tardes en lle-gar” CLN 15.

CANCIONES

OTROS TEXTOS

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Esperad y apresurad la venida del Señor (2Pe 3, 8-14)

Es el escrito más tardío de la Biblia, deun discípulo de Pedro, primera mitad del s.II.Defiende una concepción peculiar sobre la veni-da definitiva de Jesús, cuyo retraso justifica enel cap. 3. Coincide con la carta de Judas en ene-migos comunes, castigos similares, vicios...Parte de las burlas enemigas que la ridiculizan:nuestros padres murieron y desde entonces todosigue igual como desde que empezó el mundo(3,4). Se sostiene que el cielo y la tierra seránabrasados por el fuego.

- Para defender el no retraso de la paru-

sía ha esgrimido primero el hecho del diluvio(3,5-7), y ahora, inspirado en la sabiduría popu-lar, reflejada en el salmo 90,4, la diferente medi-da del tiempo que tiene Dios (3,8: un día comomil años...), y la piedad divina: el Señor de lapromesa no tarda, como algunos consideran tar-danza (lentitud, negligencia), sino que tienepaciencia hacia vosotros, no queriendo quealgunos perezcan, sino que todos lleguen alcambio de vida -metanoia- (3,9).

El día del Señor llegará como unladrón, en el que los cielos desaparecerán con

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ensordecedor ruido, los elementos materiales sedestruirán abrasados, y la tierra y las obras enella será encontrada (3,10). Contrasta esta ver-sión literal con la litúrgica: la tierra... se consu-mirá. Aquella cuadra más con el texto conciliar:“todos los frutos excelentes de la naturaleza y denuestro esfuerzo... volveremos a encontrarloslimpios de toda mancha, iluminados y transfigu-rados, cuando Cristo entregue al Padre el reinoeterno y universal...” (GS 39).

- Diluyéndose todas las cosas, ¿de quéclase de personas hay que ser en modos santosde vida y devociones, esperando y procurando(apresurando) la venida del día de Dios, por elcual los cielos incendiados se diluirán y los ele-mentos abrasados se fundirán? (3,11-12). Buenapregunta ante el paso de la figura de este mundo(2Cor 5,1: la tienda que es nuestra casa en la tie-rra): ¿cómo se debe vivir esperando y gestio-nando la venida del día de Dios? Para contestaraporta el objeto: esperamos, según su promesa,unos cielos nuevos y una tierra nueva en los queviva (intransitivo: se establezca) la justicia(3,13). Era el núcleo de la expectación y deseoproféticos (Is 60,21; 65,17; 66,22; 1Cor 6, 9-10;

Apoc 21,1.27). La justicia es el Reino pleno deDios, edificio procedente de Dios... eterno, enlos cielos... El que nos destinó a eso mismo esDios, que nos dio las arras del Espíritu (2Cor5,1-5).

El texto concreta: queridos, esperandoestas cosas, esforzaos inmaculados e irreprocha-bles para ser encontrados en paz ante él (3,14).Es decir, esforzaos por hacer realidad el Reinode Dios. El Concilio lo dice así: “la espera...debe avivar la preocupación de perfeccionar estatierra, donde crece el cuerpo de la familia huma-na, el cual puede de alguna manera anticipar elvislumbre del siglo nuevo... El reino está ya mis-teriosamente presente en nuestra tierra; cuandovenga el Señor, se consumará su perfección”.(GS 39). Esa “presencia misteriosa” es el Espí-ritu Santo, “la garantía, las arras”, que Dios nosda al creer en Jesús. Secundar los impulsos delEspíritu del Dios de Jesús es la tarea de Reinoque nos incumbe. Parecido pensamiento (noleído hoy) cierra este escrito: creced en gracia yconocimiento de nuestro Señor y salvador Jesu-cristo (3,18).

ORACIÓN: Esperad y apresurad la venida del Señor (2Pe 3, 8-14)

Jesús de la espera y “la sobriedad compartida”2:nuestro ideal en la vida es el tuyo:

hemos sido bautizados, empapados, de tu mismo Espíritu;creemos que el reino de Dios está cerca, en nuestro corazón;deseamos con toda el alma la justicia del Dios manifestado en tu vida.

Ignoramos el tiempo en que se hará la consuma ción de la tierra y de la humanidad;no conoce mos de qué manera se transformará el universo;la figu ra de este mundo, afeada por el pecado, pasa.

Dios nos prepara una morada y una tierra nuevas donde habita la justicia;esa bien aventuranza saciará y rebasará los anhe los del corazón humano; vencida la muerte, los hijos de Dios resucitaremos en ti, Cris to;lo sembrado bajo el signo de la debilidad y de la corrupción, se revestirá de incorruptibilidad, permaneciendo el amor y sus obras; todas las criaturas... se verán libres de la servidumbre de la vanidad.

La espera de una tierra nueva no debe amortiguar, sino más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo.

La dignidad humana, la unión fraterna y la libertad,es decir, los frutos exce lentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, tras propagarlos por la tierra en tu Espíritu y según tu mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados,

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cuando tú, Cristo, entregues al Padre el reino eterno y univer sal: <reino de verdad y de vida, reino de santidad y gra cia. Reino de justicia, de amor y de paz>.

El reino está ya misteriosamente presente en nuestra tierra; cuando vengas de nuevo, Señor, se consumará su perfección”3.

Mientras esperamos la celebración de tu nacimiento como uno de tantos,nos preparamos también para el fin de nuestra vida,la incorporación a tu vida resucitada, a la alegría sin fin;ahí conseguiremos nuestros anhelos más profundos:

la plenitud de nuestros trabajos y deseos.Hoy, Jesús de la espera, nos invitas a esforzarnos...

para ser encontrados en paz con Dios;para vivir colaborando con su reino de vida para todos;para vivir de su Espíritu que nos habita y es garantía de su amor;para realizar su justicia, la gracia en que estamos.

Al trabajar por el reino estamos apresurando la venida del día de Dios:abrazando y alimentando a los más débiles, te hacemos presente a ti, Cristo;acogiéndonos desinteresadamente, el amor del Padre se hace paz y vida;viviendo sobriamente hay pan y vestido para todos;creyendo al mismo Espíritu nos sentimos iguales, libres, hermanos.

Danos tu fortaleza, Cristo de la espera y “la sobriedad compartida”:para ser testigos de tu amor con nuestra vida y religiosidad;para denunciar todo lo que se opone a tu reino: acaparamiento, dominio, odio...;para defender la vida y los derechos y deberes humanos;para renovar y abrir nuestras comunidades a todos los que quieran vivir en amor;para ser libres y traducir nuestra fe en obras como la tuyas y aún mayores.4

Rufo González

* * *“GRACIAS, UNA VEZ MÁS”

Una vez más me invitas a preparar los caminos, los nuevos y los de siempre,por donde Tú vienes trayendo buenas noticias. Gracias, Señor.

Porque cuentas conmigo para allanar colinas y valles y para desterrar mentirasy opresiones, Gracias, Señor.

Porque te pones en la senda por la que voy caminando para que teencuentre, Gracias, Señor.

Porque entras en mi casa y quieres hacer de ella una morada nueva para todoslos que caminan y se acercan, Gracias, Señor.

Tú me has encontrado, y ese toque tan tuyo me está transformando. La vida ya germina dentro de mí. Gracias, Señor.

2 “Civilización de la sobriedad compartida” era la propuesta del mártir Ignacio Ellacuría para nuestro mundo egoísta.3 GS 394 Jn 14,12

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Inmaculada Concepción

8 de diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Gen 3,9-15.20 Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer.Sal 97 Cantad al Señor un cántico nuevo.Ef 1,3-6.11-12 Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo.Lc 1,26-38 Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Decir María es decir “espera en esperanza”, es decir adviento. María,que espera activamente al Señor y prepara su venida es la figura central deladviento. La fiesta de hoy debe enmarcarse en el conjunto de este tiempo. Maríaes la discípula que nos enseña cómo esperar al Señor, modelo de oración y espe-ra, de vigilancia y entrega.

El pecado ha entrado en el mundo cuando el hombre quiere afirmarseal margen de Dios. La intervención de Dios después del primer pecado adjudicala victoria al “linaje de la mujer” (lª lect). María, la mujer del “sí” total al Señor,es la llena de gracia (Ev). En su Hijo Dios nos ha bendecido para que seamossantos e irreprochables ante Él por el amor (2ª lect.).

PRIMERA LECTURA: Gen 3,9-15.20

“Cantad al Señor un cántico nuevo,porque ha hecho maravillas”. Con estas palabrasdel salmo 97 (98) aclamamos a Dios en unión alantiguo pueblo de Israel que supo reconocer ensu historia la intervención salvífica del Todopo-deroso. Para los cristianos, la mayor obra salva-dora de Dios es la encarnación de su Hijo. Eneste contexto celebramos la fiesta de la Inmacu-lada.

1) A la luz de este misterio leemos eltexto de Gen 3, donde se nos habla de una rup-tura, ya en los orígenes, entre el ser humano y sucreador. Una ruptura de la que es responsable elhombre; Adán y Eva comparten una mismaculpa, aunque cada cual intenta descargar su res-ponsabilidad en otro; Adán en Eva y Eva en laserpiente.

Desde muy antiguo Eva y María fueronrelacionadas como figuras maternales de las quesurgían la humanidad caída, en el caso de la pri-mera, y la humanidad rescatada, en el caso de la

segunda. María es la madre de la nueva humani-dad, que, renacida y recreada por la obra salva-dora de Jesucristo, ha sido alcanzada por el plansalvífico de Dios en vistas a su plenitud.

El autor de nuestro texto nos pone anteun hecho: Dios creó al ser humano bueno, peroesta criatura no aceptó su lugar en el mundo, supapel en la creación, y quiso “ser como Dios”.Aspiración que queda representada en el frutoque la serpiente tentadora ofrece a Eva. Varón ymujer desoyen el mandato divino, y arriesgancuanto son y tienen por poseer los dones de estefruto tan apetitoso. Creen a la serpiente antesque a Dios. Y sucede el pecado como un acto dedesobediencia que trae graves consecuencias:las idílicas relaciones del varón con la mujer, yde ambos con el resto de la creación y con elcreador quedan corrompidas.

2) Parece como si la obra creadora deDios, de la que el ser humano es culmen, que-dara toda ella frustrada por este acto torpe dedesobediencia, de usurpación. Pero, a juicio delautor, la última palabra sobre la creación no la

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tiene este mal que ha conducido a Eva y a Adána semejante estado. Su cabeza, la de la serpien-te, quedará aplastada por el triunfo del linaje dela mujer. Es decir, la descendencia humana ter-minará triunfando sobre la de la serpiente, sobreel mal. El texto bíblico expresa la fe en unasuperación de este acto: llegará el día en que elmal será derrotado. La semilla de esperanza per-manece a la espera de su momento en la tierrafecunda del linaje de la mujer.

La tradición cristiana reconoció enCristo el cumplimiento de esta esperanza.María, en contraposición a Eva, es la alumbra-dora de esa nueva humanidad regenerada enCristo, obediente a Dios a ejemplo de su Salva-dor, quien, fiel hasta la muerte, no se dejó enga-ñar por las artimañas del tentador.

3) El texto concluye, en la lectura deeste día, diciendo que “el hombre llamó a sumujer Eva por ser la madre de todos los queviven”. El nombre de Eva está relacionado conuna raíz semítica que significa existir. Delmismo modo, María es contemplada en la tradi-ción cristiana como madre de todos los creyen-tes y, en general, de toda la nueva humanidad.

SEGUNDA LECTURA: Ef 1,3-6.11-12

1) Las primeras palabras del conocidohimno de la carta a los Efesios, recogido enbuena parte en esta 2ª lectura, descubren ya eltono “teo-céntrico” y “cristo-céntrico” quedominará el conjunto: la bendición se dirige a“Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo”; yademás el motivo de dicha bendición es la obraque Dios ha realizado en Cristo.

A la mención del destinatario de labendición, sigue el motivo de la misma, que seresume también en términos de “bendición”: elDios a quien bendecimos “nos bendijo”. Unaserie de determinantes expresa los distintosaspectos de la bendición de que hemos sidoobjeto: Dios nos bendijo “en el cielo”, es decir,como Dios transcendente y totalmente otro, que,sin embargo, se ha acercado a sus criaturas en

Cristo, su Hijo (cf. 4,13); la bendición, que, deacuerdo con la tradición bíblica, no excluye losbienes terrenos, no se reduce tampoco a ellos: setrata de una bendición plena o, mejor dicho, deun cúmulo de bendiciones (“toda clase de bie-nes”) de orden espiritual, celeste; es decir, elcontenido fundamental de la bendición divinason los bienes salvíficos.

2) El primero de éstos es la elección aser “santos e irreprochables ante él por el amor”,es decir, a recuperar los dones propios de lo cre-ado en cuanto salido de las manos de Dios.Como el mismo Cristo e incluso como el Diosque elige, tal elección se eleva al plano celeste y,en el modo propio de lo creado, se remontaincluso a la eternidad; de hecho, aconteció “enla persona de Cristo antes de crear el mundo”.

- La elección a la santidad irreprocha-ble se concreta ulteriormente en haber sido “pre-destinados” a la “filiación adoptiva”; se entien-de que ésta ha sido posible por la condición deAquél a través del cual se ha producido, es decir,Jesucristo, el Hijo de Dios. A tal condición sealude indirectamente mediante el título “elAmado”, pues, de acuerdo con otros textos delNT, Cristo es el “Hijo Amado” de Dios Padre(cf. Mt 3,17; 17,5). El uso del título “el Amado”en nuestro texto contribuye a acentuar la refe-rencia exclusiva a Dios de todos los dones elen-cados. Él es el origen y la meta de dichos dones,que, como manifestación generosa de su gracia,se nos han otorgado “por pura iniciativa suya” y“para alabanza de la gloria de su misma gracia”.

3) El último de los bienes de que hablael texto litúrgico es el de la “herencia”, un temade marcado sabor “israelita”; a Israel se refierede hecho el “nosotros” de la frase correspon-diente. Con todo, el tema se interpreta cristoló-gicamente: el “nosotros” de Israel ya esperabaen Cristo. Por otra parte, también este don esreferido acentuadamente a Dios, tanto en su ori-gen –“a esto estábamos destinados por el quehace todo según su voluntad”- como en su finúltimo –“y así... seremos alabanza de su gloria”.

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EVANGELIO: Lc 1,26-38

1) El texto proclama el origen huma node Jesús por obra del Espíritu. Lucas, de formanarrativa, relata el núcleo de la fe cristiana: ElEspíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza delAltísimo te cubrirá con su sombra; por eso elsanto que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Esla fe de la Iglesia expresada en otros muchostextos de forma testimonial (Gal 4,4: Al llegar laplenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo,nacido de mujer...), eucarística o de acción degracias (Ef 1,3: Bendito sea Dios, Padre denuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecidoen la persona de Cristo con toda bendición delEspíritu), causal -origen y finalidad- (Jn 3,16:Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijoúnico, para que no perezca ninguno de los quecreen en él, sino que tengan la vida eterna; 1Jn4,9: En esto se manifestó el amor que Dios nostiene: en que Dios envió al mundo a su Hijoúnico para que vivamos por medio de él). Es elartículo central de nuestra fe: creer en la divini-dad de Jesús de Nazaret. Reconocer y experi-mentar que el Creador es Padre y nos ha dado asu Hijo, que ha compartido nuestra naturalezahumana con todas las consecuencias. Su proyec-to de vida es voluntad de Dios, su reino es reinode Dios.

2) Su vida se inicia como la nuestra: enlas entrañas de una mujer. María es de Nazaret,de la región de Galilea. Allí recibe la llamada aser la madre del Mesías. Está prometida a José.Estos esponsales eran un contrato solemne; perohasta después de un año no se realizaba la bodani el inicio de la convivencia bajo el mismotecho. El saludo del ángel tiene dos partes: a)

Alégrate porque has sido llenada de gracia; b) ElSeñor tiene un encargo importante para ti:“Concebirás en tu vientre...”.

La objeción de María se explica por elhecho de estar prometida, pero no casada conJosé. El Espíritu vendrá... la fuerza del A ltísimote cubrirá... Se inicia la nueva creación, y elEspíritu se hace presente como fuerza creativa.El Espíritu, que procede del Padre y el Hijo, esel protagonista: nos ha hecho factible la huma-nidad de Jesús, el Hijo encarnado. Es el granregalo de la santísima Trinidad al mundo: tantoamó Dios al mundo.... Es la manifestación de lagracia salvadora de Dios a todos los hombres(Tit 2,11).

3) La contestación de María es modéli-ca del creyente: Aquí está la esclava del Señor,hágase en mí según tu palabra. María, por su feen el amor de Dios, está disponible a su volun-tad y acoge sus dones que son también tareas devida. Acepta ser virgen madre. Algo humana-mente imposible. Sólo desde la gracia divina esexplicable esta actitud ante Dios. Esta disposi-ción de María es signo eficaz de la bendición deDios, adelantada en su concepción: ella: “laBeatísima Virgen María fue preservada inmunede toda mancha de la culpa original” (Pío IX, ennombre de la Iglesia católica, en 1854; Denzin-ger-Hünermann 2803).

Al decir que María es Inmaculada, seestá afirmando que en su nacimiento no haypecado, que la unión física y humana de Joaquíny de Ana, con el nacimiento de María, su hija,pertenece a la providencia de la gracia de Dios.”(X. Pikaza).

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EN TORNO A LA HOMILÍA

* A menudo el primer relato que hoyhemos escuchado sobre la resistencia que el serhumano opone a Dios, pesa más en nosotros queel mensaje de bendición que trae el Nuevo Tes-tamento. Cuando miramos a nuestro alrededor oexaminamos lo que pasa en nuestro mundo, loshambrientos, los refugiados, los prisioneros, lasenfermedades, la destrucción, “el sentimiento deser maldecidos se hace presente más fácilmenteque el de ser bendecidos, y encontramos sufi-cientes argumentos para alimentarlo” (HenriJ.M. Nouwen, Tú eres mi amado). ¿Dónde estála bendición?, nos preguntamos.

Nosotros mismos nos sentimos a vecestorpes e inútiles. Cada uno hace en sí mismo laexperiencia del mal en la forma de la falsedad,de la doblez, de la segunda intención. Puede queno se trate de iniciativas decididamente ofensi-vas hacia los demás, pero los motivos egoístasestán presentes más de lo que quisiéramos. Porno hablar de la pasividad y la inhibición ante lasinjusticias.

* “Nada tenemos y nada somos pornosotros mismos. De nuestro corazón sólo bro-taría maldad si Dios -y no nosotros- no la supe-rara radicalmente” (K. Rahner). Dios superatodo lo que brota de nuestro corazón. Hemossido elegidos y bendecidos. Dios nos eligió en lapersona de Cristo.

Desde muy niños sabemos lo que quie-re decir ser elegidos: para el juego, para recibirun obsequio, para tener una responsabilidad.Tampoco desconocemos lo que pasa cuando esotro el elegido y nosotros somos rechazados o,simplemente, olvidados. Ante la elección deotros experimentamos celos o decepciones; encambio, cuando somos nosotros los escogidos,podemos vivir la fantasía de creernos mejores.

* La esperanza de la fe radica en habersido “elegidos” por Dios, es decir, valorados yamados por él. Pero, a diferencia de lo que ocu-rre en nuestro mundo, tantas veces competitivo

y hostil, la elección que Dios hace de cada unono conlleva el olvido de los otros. Es distinto.Ser elegidos por Dios no excluye a nadie; inclu-ye a todos. Él los acepta, no como menos valio-sos ni en segundo lugar, sino en su realidadúnica. No se trata de una elección competitiva,sino compartida. Sólo la elección que Dios hacede nosotros nos abre a una elección compartidacon los demás. Este es el gran gozo de ser elegi-do: descubrir que los demás lo han sido también.Es esperanzador saber que Dios mira con amora todos y que él quiere darnos su propia miradapara que sea también la nuestra.

* Cuando festejamos a María en lafiesta de su Concepción Inmaculada recibimosojos nuevos con los que mirarnos unos a otros,para no reparar sólo en la fragilidad de losdemás sino para fiarnos de ellos y descubrir ensus vidas el anhelo de ser del todo limpios.

Por María ya podemos confiar en elmisterio de nuestra propia redención. Ella, llenade gracia, es decir, de los favores gratuitos deDios, deja obrar a Dios. “Si después del anunciodel ángel la Virgen de Nazaret es llamada tam-bién “bendita entre las mujeres”, ello se explicapor la bendición con que “Dios Padre” nos hacolmado de “bienes espirituales en Cristo”. Setrata de una bendición espiritual derramada, porobra de Jesucristo, sobre todos los hombres,pero que “en María adquiere una dimensiónespecial y excepcional; efectivamente ella fuesaludada por Isabel como la bendita entre lasmujeres” (Juan Pablo II, R Mater n.8).

En ella reconocemos que en nosotrosno hay solamente confusión. Que no estamosabandonados a nuestro propio mal. En Cristo,Dios nos ha bendecido. Aún cuando seamosconscientes de nuestros trucos, hemos sido ben-decidos por Dios y esta ya es razón suficientepara saber valorar nuestras vidas y las de losdemás sin continuas acusaciones de culpa.

En estos días para la esperanza que sonlos de Adviento, María nos hace revivir la elec-ción y bendición por parte de Dios, nuestra per-tenencia a él, su constante permanencia a nues-

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tro lado. Ella nos señala lo que estamos llama-dos a vivir.

A Dios Padre, que nos ha elegido y bendecidocon toda clase de bienes oramos:

1. Por la Iglesia, por cada comunidad, por cada creyente, para que tengamos presente todo cuan-to recibimos de Dios y hagamos partícipes de ello a quienes caminan con nosotros. Roguemos alSeñor.

2. Para que busquemos a Dios en nuestra vida, procurando con su ayuda lo que es justo y favo-rece el bien común. Roguemos al Señor.

3. Por todos los más afectados por el mal, la desgracia, la agresividad de otros, para que puedanpermanecer en la esperanza sin desalentarse. Roguemos al Señor.

4. Para que María nos enseñe en este Adviento a recibir a Jesús. Roguemos al Señor.

Te presentamos, Señor nuestras plegarias por medio de la Madre de tu Hijo.

ORACIÓN DE LOS FIELES

MARÍA LA BIEN DISPUESTA

Ambientación: “A Ti suspiramos” en Momentos de Paz-8 (SP).

Diciembre es el auténtico “mes de María” y María la mejor figura del Adviento queespera y prepara activamente la venida del Señor; pionera del nuevo camino ymadre del que será camino. Ella está unida indisolublemente a la obra salvadora desu Hijo; en ella la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la redencióny la contempla gozosamente como una limpia imagen de lo que ella misma, todaentera, ansía y espera ser. Ella nos dará en Navidad al Cordero inocente “que quitael pecado del mundo”.

Entrada: “Madre del Salvador” CLN 313; “Fiesta de la madre”, María en los tiemposLitúrgicos (SP).

Gloria: CLN C 4 (F.Palazón). Antífona: “Cantad al Señor un cántico nuevo”.

Santo: CLN 1 13 (Misa VIII “De Angelis”).

Doxología: CLN K 5, popular.

Fracción: “Cordero de Dios” CLN N 15.

CANCIONES

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Comunión: María es la mujer nueva que espera el mundo, modelo de fidelidad y gozosaentrega. “Magnificat” CLN 326; “Madre de los pobres” CLN 318.

Despedida: Canto popular: “Salve, Madre” (E. Torres). Nos unimos al “fiat” de María:“Santa María del Amén” CLN 312.

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo (Ef 1,3-6.11-12)

OTROS TEXTOS

- Leemos dos fragmentos del cánticode bendición colocado entre el saludo y el cuer-po de la carta (1,3-14). Es un himno litúrgicoque los primeros cristianos cantarían en sus reu-niones. También hoy en Vísperas comunes deMaría Virgen, apóstoles, vírgenes, doctores..., lorecitamos.

El primer fragmento (1,3-6) bendice(“dice bien”) a Dios Padre por habernos bende-cido por medio del Mesías (v.3): su amor noseligió desde siempre a vivir con su mismo amor,destinándonos a ser hijos e himnos de su gloria(vv. 4-6). Esta es la obra del Padre: por amorgratuito quiso nuestra vida, una vida de hijo,según lo manifestó Jesús, su Mesías, que vivióde amor como himno de su gloria.

- En los vv. 7-12 cantamos la obra delHijo, de Jesús. En él, en palabras y obras, vemosel proyecto divino. Jesús manifiesta el perdón deDios, las obras que él quiere, la vida sincera yentregada a dar vida a todos, la mesa fraternal,la aceptación de la muerte como parte de la vidasometida a los avatares de la historia, la resu-rrección como corona del proyecto divino. En elque (en Jesús) también nosotros hemos hereda-do (v.11, lit.: hemos sido clericalizados, hechossuerte; algo que pertenece a todo cristiano, y quecon el tiempo se lo han reservado los dirigentes

al autoproclamarse “clero”). Para ser alabanza de su gloria... (v.12),

como Jesús, viviendo de su mismo amor, tenien-do vida en plenitud, que es lo que Dios quiere.“La gloria de Dios es el hombre vivo”5, concluíasan Ireneo en el siglo II, expresando así el amormás libre de egoísmo, que pone su honor en lavida del hombre. “Me agrada tu vida, comer ybeber, dormir y todo tu vivir”, pone en boca deDios, a finales del siglo XIII, la mística Ángelade Foligno6. Coincide con el pensamiento dePablo referido aquí a los judíos llamados a sercristianos, y en los versículos siguientes (no leí-dos hoy), a los no judíos, también “sellados conel Espíritu Santo de la promesa, que es garantíade nuestra herencia (lit.: “cleronomía”: clerecía)para liberación de su patrimonio (otro modo denombrar a los cristianos), para alabanza de sugloria (vv.13-14).

- Se canta la obra del Espíritu, “arras”(“arrabón”) de nuestra herencia, que nos libera,según dice Pablo en otros lugares, nos habita,ora en nosotros, nos asegura que somos hijos yherederos, nos hace libres... (Rom 8,14-18; Gál5,1-24). En una palabra: nos humaniza en todaverdad: corporal y aní mica, individual y comu-nitaria, en su fugacidad y en su per manencia7.

ORACIÓN: Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo (Ef 1,3-6.11-12)

Jesús, hijo de María y de José.Hoy celebramos una fiesta en honor de tu madre, María de Nazaret.Contemplamos en ella el amor de Dios adelantándose a tu navidad:

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“por la concepción inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado”8. Con los primeros cristianos queremos cantar:

¡Bendito sea Dios, Padre tuyo, señor nuestro Jesucristo:en tu persona nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!Nos eligió desde siempre en ti para amar como tú:

dándonos tu mismo Espíritu,que nos hace sentirnos hijos suyos,perdonados y agraciados con su amor,hermanos de toda persona,alabanza de su gloria, partícipes de tu misma herencia resucitada.

Al celebrar la Concepción inmaculada de María, tu madre,celebramos el “adviento de Dios” a la humanidad;en tu persona viene Dios a nuestro mundo;así responde a los deseos de libertad y de vida sembrados en nuestro corazón;la concepción de María es “la aurora de tu día”, de tu navidad.

En tu madre, Jesús de la navidad, se anticipa la salvación de todos:ella es redimida de antemano gracias a tu vida;ella es santa desde el inicio de ser, plasmada nueva criatura por el Espíritu.9

En ella contemplamos, Jesús de todos, “la gracia en que estamos”:el amor de Dios manifestado en tu venida a nuestro mundo;tanto nos amó Dios que nos regaló a su propio Hijo;con tu regalo viene el regalo de la santidad de tu madre;no es mérito de María, sino gracia, como tú eres “la gracia” del Padre;su inmaculada concepción es también palabra de amor divino.

María, la llena de gracia, nos anuncia la bondad de Dios,que se manifestará en tu vida, hecha misericordia, humildad, amor incondicional.

“La cohabitación de Joaquín y Ana queda integrada en la providencia de Dios, es un gesto de gracia.

La misma carne, espacio y momento de encuentro sexual del que surge un niño (María), aparece así como santa.

Al decir que María es Inmaculada, se está afirmando que en su nacimiento no hay pecado, que la unión física y humana de Joaquín y de Ana, con el nacimiento de María, su hija,pertenece a la providencia de la gracia de Dios.”10

En María se ha dado el encuentro entre la divinidad y la humanidad:tu humanidad, Jesús de Nazaret, se ha hecho persona divina en su seno;ella ha sido la morada, el templo, el arca de la nueva alianza;santa debía ser la morada que habitarías tú, el Santo de Dios, el Hijo de sus entrañas.

Por eso, hoy cantamos todos, con María, un himno de alabanza a nuestro Dios:proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;

5 Adv. Haer., IV, 20, 7.6 Citada por A.Torres Queiruga: Recuperar la creación. Edit. Sal Terrae. Santander 1997. pág. 74ss. Libro de la vida,Memorial, cap. III, Salamanca 1991, 52.7 La tarea del ser humano, por tanto del cristiano, es “encontrar cada cual, según sus posibilidades y condicionamientos,el camino más pleno de su humanización. Solamente así, y por ese camino, podemos encontrar a Dios” (J. M. Castillo:Curas casados. Historias de fe y ternura. Moceop. Albacete 2010, pág. 353.)

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porque se ha fijado en la humillación de su sierva...;desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,porque el Poderoso ha hecho grandes cosas en mi favor,su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Sí, hasta nuestra generación ha llegado su misericordia:el mismo Espíritu que llenó de amor a tu madre,el mismo Espíritu que tenías tú en plenitud...habita en nuestro corazón y en nuestras comunidades.

Que, como María, escuchemos y realicemos, lo que nos dice el Espíritu Santo.

Rufo González

8 Oración colecta. Coincide sustancialmente con el dogma: “la Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda man-cha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en aten-ción a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano” (Pío IX. 1854; Denzinger-Hünermann 2803).

9 LG 53, 56.10 X. Pikaza: Santa María de Mayo. Una síntesis mariana. (23.05.08) “Este dogma se sitúa en el trasfondo de las disputassobre el origen pecaminoso del ser humano y, sobre todo, en un contexto donde la misma concepción aparecía vinculadaa un tipo de suciedad biológica (básicamente sexual). Por eso, al afirmar que la concepción de María (realizada humana-mente, por la unión de hombre y mujer) está libre de todo pecado o, mejor dicho, es un acto de purísima gracia, la iglesiaha realizado una opción antropológica de grandes consecuencias, superando una visión negativa del surgimiento humano”.

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PRIMERA LECTURA: Is 61,1-2ª. 10- 11

1) Si la profecía del domingo anteriortenía como destinatarios a los israelitas exilia-dos en Babilonia desmoralizados y desesperan-zados, el texto de hoy ofrece el mismo marcopero desde distinta perspectiva. Vuelve a tomarla palabra el “Tercer Isaías” (ya nos apareció elprimer domingo de adviento). Ahora estamossituados en el núcleo central de su predicaciónque corresponde a los capítulos 60-62 del libroactual. Son una serie de oráculos de salvaciónmuy emparentados con la predicación del “Deu-teroisaías”, aquél que desarrolló su actividad afinales del exilio (cfr. 2º domingo).

Durante el exilio algunos profetas seatrevieron en nombre de Dios a proclamar unmensaje de esperanza, y no precisamente de unaesperanza corriente: no sólo anunciaban un finaldel destierro, sino también un regreso glorioso aJerusalén y una restauración espectacular de laciudad como signo de un nuevo tiempo de ben-dición divina. Si no todos, quizá no muchos,algunos fieles israelitas sí creyeron este mensa-je. Dios era capaz de eso y de más; ¿por qué nocreer la voz de estos profetas que hablan en sunombre? Y llevados por su fe, como Abrahán, selanzaron a la aventura de esa prometida restau-ración.

- Pero transcurrieron los años, muchos,y lo anunciado no terminaba de llegar. ¿Fueronaquellos oráculos una vana ilusión? ¿AcasoDios no los había inspirado y no había perdona-do de verdad a su pueblo? ¿Seguía rechazando alos suyos? Los herederos de aquellas profecíasse hacían mil preguntas y volvían su mirada unay otra vez hacia el único que puede tener res-puestas. Pero convencidos de que era cierto loque los profetas anunciaron siguieron confiandoe invitando a confiar a los demás.

- Un nuevo profeta, heredero y conti-nuador de los anuncios del destierro, se levantaahora, en tiempos de desilusión, y proclama anteel pueblo que Dios lo ha ungido y enviado “paradar la buena noticia a los que sufren”.

2) Como ungido de Dios actuará comoel Señor mismo actúa: vendando los corazonesdesgarrados, proclamando a los cautivos y a losprisioneros la libertad. Comienza ya “el año degracia del Señor”. Tiempo de gracia. A estaspalabras le siguen otras que hablan del desquitede Dios contra los enemigos y de la restauraciónque se acerca; pero que son omitidas en la lec-tura de hoy. Se recogen, en cambio, los versosfinales del anuncio (10-11). Aunque algunosexegetas creen más conveniente sacar de aquí elv. 10 y ligarlo al pasaje siguiente, aquí lo

EXÉGESIS

Domingo 3º de Adviento, Ciclo B

11 diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 61,1-2ª. 10- 11 Desbordo de gozo en el Señor.Sal (Lc 1,46-50.53-54) Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.1Tes 5,16-24 Que vuestro espíritu sea custodiado hasta la venida de NSJC.Jn 1,6-8.19-28 ¿Eres tú el Mesías? En medio de vosotros hay uno que no conocéis.

Ungido por el Espíritu, el profeta es mensajero gozoso de la esperanza (1ª lect).Enviado por Dios, el Bautista confiesa ser la voz que grita en el desierto, e invita ala conversión porque el Mesías está en medio de su pueblo (Ev); él sólo es puente ytestigo de la luz. Pablo exhorta a la alegría y a alejarse de toda forma de mal (2ª lect).

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comentamos en su lugar como se hace en la lec-tura litúrgica.

En estos dos versos se resalta, frente aldesánimo del pueblo, el gozo y la alegría delheraldo. Y el motivo es que el Señor le “ha pues-to un traje de gala”, lo “ha envuelto en un mantode triunfo”. Todo cambio de vestido suponía nosólo una mejora del aspecto exterior sino tam-bién el cambio radical de la persona. (Recorde-mos la importancia que tiene en la parábolalucana el traje que el padre hace poner sobre elhijo pródigo.)

Gozo, alegría, triunfo... Sentimientosque contrastan con los de quienes han perdido laesperanza. Pero, ¿será cierto lo que anuncia elprofeta? Sí, el Señor ya está actuando; quizá nose aprecie, pero su acción es tan eficaz, aunqueesté oculta, como una semilla que, escondida enla tierra, brota y hace surgir sus ramas y másadelante sus frutos. En este caso los frutos quese anuncian son “la justicia y los himnos antetodos los pueblos”.

SEGUNDA LECTURA: 1 Tes 5,16-24

1) Este pasaje de 1Tes contiene exhor-taciones similares a las de Romanos 9,9-12. Sitenemos en cuenta que estas dos cartas son, res-pectivamente, la primera y la última que conser-vamos de Pablo, nos encontramos con una cohe-rencia enorme en la parénesis paulina: los sig-nos que describen al cristiano son la alegría, laoración, la paz, la bondad para con todos, laatención al Espíritu y a los carismas que éstesuscita en la comunidad. El texto de Romanos seacerca aún más, en su fraseología, al sermón delMonte (“Bendecid a los perseguidores… nodevolváis mal por mal…”). Aquí destacan treselementos, que debemos poner en relación.

- En primer lugar, Pablo insiste, comoen tantas otras veces, en la alegría, que es carac-terística del cristiano. Pero la alegría, paraPablo, no es consecuencia de una situación per-sonal de prosperidad, ni de una resignaciónestoica ante la adversidad: la alegría es un don

de Dios, y puede experimentarse incluso en eldolor, el fracaso o en la persecución (Mt 5,10-12; Lc 6,22s.; 1Pe 5,13; 2Cor 6,10; 7,4; Flp2,17).

- En segundo lugar, esta alegría nace dela oración, de un tipo u otro, y especialmente enla “eucaristía” que es la oración (personal olitúrgica) de acción de gracias. El don de Dios secomunica con más facilidad al creyente que dejaespacio en su vida para gustar la presencia deDios. En la oración, o a través de ella, el cristia-no puede recibir el consuelo, la paz, la esperan-za, la fortaleza, la alegría, que sólo Dios puededar.

- En tercer lugar, la alegría es fruto dela “constancia” en el orar, en “toda” ocasión.Hay ocasiones en que creemos no tener la paz oel silencio necesario para orar, y quizás seanprecisamente esos los mejores momentos parainvocar al Señor de corazón, desde lo hondo denuestra necesidad, desde el haber llegado a serel “deshecho del mundo” (1Cor 4,13).

2) Por último, la alegría tiene un fun-damento sólido en la esperanza del Señor queviene. La esperanza se vive y se mantiene encomunidad. Esa esperanza se actualiza en lavida de la comunidad mediante la profecía. Eldon de profecía consistía, no tanto en la explica-ción de las Escrituras, cuanto en una experienciadel Espíritu que comunicaba algún tipo de reve-lación (1Cor 14,25s.), bien sobre la situaciónactual de la comunidad o sobre los eventos futu-ros. La profecía era un signo claro de que laépoca mesiánica anunciada, entre otros textos,por Moisés, había llegado: “¿Es que estás túceloso por mí? ¡Quién me diera que todo el pue-blo de Yahvé profetizara porque Yahvé les dabasu espíritu!” (Num 11,29). La carta a los Efesiosnos recordará que estamos edificados sobre loscimientos de “los apóstoles y los profetas” (Ef2,20): somos un pueblo a la vez sacerdotal yprofético. Pablo, en 1Cor 14,31 nos recuerda, ynos anima, a todos y todas: “Pues podéis profe-tizar todos por turno para que todos aprendan ysean exhortados.”

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EVANGELIO: Jn 1, 6-8.19-28

1) Continúa la descripción del ministe-rio de Juan Bautista, el predicador, que iniciába-mos el domingo pasado de mano de Marcos. Eneste tercer domingo de adviento, la liturgia recu-rre a la elevada interpretación que sobre el Bau-tista ofrece el cuarto evangelio. Baste para justi-ficar esta afirmación recordar los títulos que enel evangelio de Juan se reservan a Jesús, en bocadel Bautista: el Esposo (3,29), el Hijo de Dios(1,34), el Cordero de Dios (1,29) y el que bauti-za en Espíritu (1,33). Si, además, tenemos encuenta que los discípulos de Juan formaron elprimer núcleo de la comunidad mesiánica entorno a Jesús (1,35-51), que la percepción delmisterio de Cristo que éste tuvo se debía a unarevelación divina particular (1,32ss), el ministe-rio del Bautista se halla íntimamente unido al deJesús. En otras palabras, Juan es el primer discí-pulo y apóstol y, según las dos perícopas quehoy leemos, imagen del verdadero misionero enclave profética.

El ministerio de Juan “en sintonía conel movimiento bautista que tuvo lugar en Pales-tina en el s. I” se localiza en un lugar diferente alos otros evangelios. La tal Betania, al otro ladodel Jordán, resultó ilocalizable ya para Orígenesen el s. III. Tal vez, de forma simbólica, el evan-gelista alude al lugar donde Jesús se retirará enla última etapa de su camino a Jerusalén, inme-diatamente antes de sufrir la pasión, donde tam-bién se constituyó la primitiva comunidad(10,40-42). La Iglesia empieza de forma prepa-ratoria, allí donde los hombres buscan y testi-monian la verdad, como el grupo de Juan el bau-tista.

2) Los rasgos de este profeta se desgra-nan en dos momentos, tomados de diferentessegmentos del evangelio.

- El testigo de la luz. Tomadas delsolemne Prólogo del evangelio, las primeraspalabras son contundentes: sin calificación depueblo, condición, ni estado religioso, Diosescoge a un hombre para transmitir un mensaje(¡al margen de las instituciones religiosas!). El

prólogo de Juan (1,1-18) ofrece una visión de lahistoria del cosmos que se corresponde a su ele-vada cristología. La Palabra preexistente y crea-dora parte la historia en dos con su encarnación:la humanidad vieja y la nueva. Formando partede ambas, último del tiempo viejo y primero delnuevo, aparece Juan, testigo de la luz. Su testi-monio, por lo tanto, rompe la situación de tinie-bla e inaugura la época de la luz. Al margen deconsideraciones históricas sobre los vínculos dela comunidad joanea con la del Bautista, la teo-logía que sobre éste ofrece el cuarto evangelioes clara: su misión no queda limitada al tiemponi al espacio, sino que posee un valor universaly perenne. La idea se desarrolla en los siguien-tes versículos, no ya del gran poema inicial, sinode la narración evangélica.

- Ni mesías, ni el profeta...; un profeta“testigo”. La teología joánica se separa de laidentificación del Bautista con Elías que reali-zan los evangelios sinópticos. Ante el judaísmo(“enviaron sacerdotes y levitas”), Juan declaraque no es ni el profeta, ni Elías, ni el mesías. Seidentifica con una “voz que clama en el desier-to” para testimoniar la luz y al mismo tiempo,denunciar a la institución judía (religiosa) quehabía “torcido” la senda del Señor (“¡Enderezadsus caminos!”). Al identificarse con la voz pro-fética de Isaías, él mismo es el profetizado y laencarnación histórica del oráculo escrito.

3) Juan no pide a la gente que adoptesu estilo de vida, ni exige una radicalidad extra-ordinaria. Ofrece un bautismo de agua, comopreludio al de fuego que corresponderá al mesí-as. No es definitivo sino preparatorio. El minis-terio de Juan no es el liderazgo de un movi-miento popular, sino la espera de otro, el deJesús. De este modo, la categoría de lo proféticoen el Bautista se aleja de esa percepción tanactual hoy día según la cual el profeta sería elgran acusador, en la línea de la suspicacia,denunciando siempre lo negativo. A la luz de lapresentación que se realiza de él (“Surgió unhombre enviado por Dios, venía como testi-go...”), el profeta es más bien el hombre espiri-tual, totalmente penetrado de Dios y por ello verectamente y juzga en consecuencia.

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EN TORNO A LA HOMILÍA

1.- “Enviados por Dios”.

En el prólogo del Evangelio de sanJuan proclamado hoy en la eucaristía se dice deJuan el Bautista que fue “un hombre enviadopor Dios”. Juan es el último de los profetas y eltestigo principal de Cristo, cuya venida estáencargado de anunciar y preparar. Es decir, aJuan se le asigna “desde el cielo” un encargo yuna misión: se han cumplido ya las profecías, hallegado la plenitud de los tiempos y el Salvadorya habita entre los hombres. Imposible descu-brir según el texto si el evangelista alude al sig-nificado del nombre de Juan (“Yahweh es cle-mente”) puesto en relación con el nombre deJesús (“Yahweh es salvador”) y menos aún sirecuerda que este nombre había sido impuestopor el mismo Dios.

Esta reflexión sobre Juan nos lleva dela mano a una consecuencia: todos nosotroshemos sido enviados por Dios. Todo hombre, ycon mayor responsabilidad todo creyente, es unenviado por Dios para proclamar su misericor-dia y, en nuestro caso, para anunciar su reino. Esdecir: todo hombre tiene una misión que cum-plir en la tierra; no hay vidas vacías y sin senti-do. “Misión” significa envío, encargo: al ser“enviados” quiere decir que se nos ha encomen-dado una tarea, y se trata de una tarea personal,propia, insustituible, con perfiles propios. Elencargo, es decir, la misión, nos hace a todosmisioneros, con la misma encomienda que seasignó a Juan: preparar los caminos del Señor.Lo que pasa es que los caminos, veredas, tro-chas y senderos son muy variados y cada unotiene su trozo de camino que preparar, según losdiversos escenarios en que fluye y se desarrollala vida humana.

2.- “Testigo de la luz”

Esta frase tiene un profundo sentidojoanneo: testigo y luz. Es una frase audaz, pode-rosa. Se puede ser testigo de muchas cosas, pero¿cómo se es testigo de la luz? Porque para ser

testigo con pleno sentido y que el testimonio seaválido necesita como fundamento no una apro-ximación o verosimilitud cualquiera sino queprecisa haber constado la realidad de lo que seatestigua: “para testimoniar hay que habervisto” (Van den Bussche). El evangelista enfati-za que todo el sentido de la vida de Juan Bautis-ta es ser testigo del Jesús, ofrecer un testimoniode la luz. Ser testigo de la luz exige habersedejado penetrar por ella, dejarse iluminar inte-riormente por la Luz que es Cristo.

Nosotros no somos la luz, pero nuestravida puede proyectar la luz de Cristo que hemosrecibido en el bautismo y se acrecienta viviendocon intensidad una existencia cristiana. Enmedio de un mundo absolutamente oscurecido,donde se han borrado las fronteras entre el bieny el mal, el día y la noche, los verdugos y lasvíctimas, esta es una buena tarea para el cristia-no del siglo XXI: ser testigo de luz. Esto se hacecon una vida iluminadora, desde la justicia y lamisericordia y la trasmisión de la Palabra: “Lapalabra era la luz verdadera que ilumina a todohombre que viene a este mundo” (Jn 1,9).

3.- El diagnóstico sigue vigente

Después del acto de verdad y humildadde Juan (“no soy el Mesías, ni Elías ni el profe-ta”) emite un diagnóstico estremecedor: “Enmedio de vosotros hay uno a quien no cono-céis”. Ahí está la raíz y la esencia del drama deaquellos oyentes de ayer y de los llamados cre-yentes de hoy: que no terminamos de conocer aquien ya habita en medio de nosotros. Conoce-mos y vivimos envueltos en fórmulas, ritos,prácticas, prolongación en el tiempo de viejasimágenes infantiles, pero no tenemos un conoci-miento personal, experiencial de Jesús. Quizátoda la orientación catequética, homilética ypastoral debería ser enfocada a que los creyen-tes avanzáramos en el conocimiento íntimo ypersonal del Señor Jesús: su vida, sus senti-mientos, sus actitudes frente al Padre y los her-manos, su generosidad hasta la muerte.

Ya san Agustín había acuñado una fór-mula exquisita: “Ut cognoscam Te, ut cognos-

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cam Me”, Señor, que te conozca a ti y que meconozca a mí.

El adviento es un tiempo litúrgico idó-neo para recrear los aires precursores de Juan elBautista en la dimensión del conocimiento dequien está aquí, siempre viniendo de nuevo:

para dejarnos iluminar por quien es Luz, paraque nosotros podamos iluminar a otros y enca-minarlos al encuentro del Señor que viene.

Luis Glz Morán

Te pedimos y damos gracias, Señor.

1. Te pedimos por la Iglesia para que no caiga en la tentación de creer que es la Luz y nohumilde testigo de la Luz. Roguemos al Señor.

2. Te pedimos que nos des fuerza de tu Espíritu para acercarnos a los desiertos de los que vivenen situaciones de soledad e intemperie para llevarles la alegría de tu palabra.

3. Te pedimos fidelidad para perseverar en la oración y no apagar el Espíritu.

4. Por el don de la alegría que brota hoy en nosotros ante el anuncio inminente del Reino. Tedamos gracias, Señor

5. Por las personas que dan testimonio de su fe y saben contagiar, en su entorno, alegría y espe-ranza.

6. Por el Magnificat de María, que exulta de gozo en su Señor y canta el triunfo de la justicia.

Recibe, Padre, nuestra acción de gracias y oración que confiamos llegue a ti.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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CANCIONES

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CANCIONESCANCIONESCANCIONESCANCIONESCANCIONES

EN MEDIO DE VOSOTROS ESTÁ

Ambientación: “Mirad a vuestro Dios” en Habla, Señor (SP).

Se nos anuncian días de alegría y sanación porque el Señor visitará a su pueblo. Supresencia llenará de vida a los heridos y a los que sufren: enfermos, ciegos, sor-dos... Hasta la naturaleza sufriente, estepas y desiertos, se alegrarán. Se manifesta-rá la luz que estaba oculta y envuelta de oscuridad. Los cantos deben ir en línea dealegría. La motivación de la alegría está en la proximidad del nacimiento del Señor.

Entrada: “Ven, ven Señor, no tardes” CLN 9; “En medio de vosotros está” de G. Fernán-dez, en Esperando al Señor (San Pablo).

Antífona: “Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”.

Santo: CLN 1 3 (M. Manzano).

Aclamación: “Anunciamos tu muerte” CLN J 1.

Fracción: “Cordero de Dios” CLN N 2.

Comunión: “Cerca está el Señor”; “Este es el pan de los hijos”, en Paz a Vosotros (SP);“Llega el Mesías” (= Se alegra mi espíritu) CLN S.

Despedida: “Unidos a todos los pueblos cantamos al Dios que nos salva” CLN 314.

CANCIONES

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: En todo estad agradecidos: esta es la voluntad de Dios (1Tes 5,16-24)

OTROS TEXTOS

- Texto primerizo de Pablo y del NuevoTestamento (hacia el año 50-51), poco sistemáti-co, muy pastoral, dirigido fundamentalmente alcorazón, bastante optimista. Leemos hoy casi elfinal del último capítulo. Tras exhortar a vivir enamor a todos (5,12-15), propone un ramillete deactitudes que brotan del amor: alegraos en todotiempo (v.16), orad sin cesar (v.17), dad graciasen toda ocasión (lit.: en todo estad agradecidos):esa es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para

vosotros (v.18), no apaguéis el Espíritu (v.19), nodespreciéis profecías (v.20), pero examinad todo,retened lo hermoso (bueno) (v.21), absteneos detoda especie (eidos: forma visible) mala (v.22).

Los vv. 23-24 pertenecen a la conclu-sión de la carta. Expresa oracionalmente el deseode que el mismo Dios de la paz os santifiquetotalmente y vuestro espíritu entero (pneuma:espíritu, vida, ser interior, personalidad, actitudmoral...; lleva como adjetivo: holocleron: com-

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puesto de holos: todo, y cleros: parte, suerte,patrimonio, heredad...), alma y cuerpo, se con-serve intachablemente en la venida de nuestroSeñor Jesucristo (v.23). El que os llamó es fiel,y él lo hará (v.24).

- Buen programa preparatorio de laNavidad. En la primera parte resuena el cap. 12de la carta a los Romanos, especialmente 12,9-21: una cascada de imperativos cristianos. Sonlos signos ideales de la vida cristiana. Surgen dela conversión al Padre de Jesús, a su amor visi-ble en la vida de Jesús. Al creerle nos sentimosagraciados por su amor, que es el mismo amordel Padre. Esta es la obra del Espíritu que noshabita, “la gracia en que estamos”. Este Espíritunos lleva a la oración constante y agradecida,

alegra siempre, inspira las obras del amor, hacereconocer que todo es don. Apagar el Espíritu ydespreciar o rechazar las profecías es apegarse ala tradición, a la ley, a la rutina, a “lo que usteddiga”. El Espíritu es creativo, vive en amorsiempre nuevo, abierto a toda posibilidad buena.El Espíritu no limita ni disminuye ni prohíbe nianula potencialidades de lo humano, sino alrevés.

En la segunda parte (vv. 23-24) se nosofrece una oración que podemos hacer nuestraen estos días de adviento: Dios de la paz, santi-fícanos del todo, que todo nuestro ser se man-tenga en tu amor mientras llegas. Creemos quetu amor fiel, tu Espíritu, que nos llamó, lo hará.

ORACIÓN: En todo estad agradecidos: esta es la voluntad de Dios (1Tes 5, 16-24)

Jesús, lleno del Espíritu de Dios.Ningún ser humano vive sin espiritualidad:

cada uno tiene su interioridad, su profundidad;nuestra materia y vida corporal están habitadas;hay algo que les da energía, vivacidad, significación, entusiasmo;estamos abiertos a la naturaleza y a los demás;vivimos asombrados ante el misterio de la realidad.

Tener, por tanto, espiritualidad es tener calidad humana:nuestro ser puede estar esclavizado por el dinero:

tener más, acaparar para vivir seguros, sin problemas...;también el poder y sus formas pueden absorber nuestra vida:

dominar, ser importante, presumir, ser venerados; el miedo a perder la salud, al paso de los años, al fracaso...

puede convertir nuestra vida en angustia permanente.¿Cuál es la mejor espiritualidad humana, la mejor calidad humana?Esta es la pregunta y la búsqueda tras la que andamos:

al planear nuestro desarrollo personal;al alimentarnos bien y distraernos felizmente;al trabajar y situarnos en la sociedad;al contemplar otras vidas del pasado o contemporáneas...

Nuestra cultura, nuestra familia, nuestra historia...nos han ofrecido la religiosidad como sentido y norma de conducta.

No siempre nos ha ilusionado la imagen del Misterio divino transmitido:dios fatalista, tapa agujeros, castigador y todopoderoso; que hace pobres a unos y ricos a otros;que se aplaca con ritos y ofrendas y se enfurece si no le hacemos caso...

Pero siempre nos ha fascinado tu vida, Jesús de Nazaret:tu espiritualidad basada en el Padre del cielo:

que nos ama sin medida a todos;

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que nos ha hecho libres y creativos;que sólo desea nuestro bien;que quiere nuestra realización completa;que nos invita a vivir en su amor gratuito, universal, comprometido;que al final nos abrazará en su cielo de libertad y amor pleno.

Tú sentías que el Espíritu del Padre estaba siempre contigo:te dolía, como a él, el sufrimiento y la humillación;te propusiste realizar en tu vida lo que Dios Padre quería, el reino de Dios:

luchar contra la enfermedad y sus secuelas;buscar alimento y bienestar para todos;respetar la dignidad de toda persona;vivir en comunión libre y fraternal.

Las instituciones, religiosa y civil, no aceptaron tu alternativa de vida:los religiosos se creían representantes de Dios:

Dios decía lo que ellos decían;sus leyes sagradas estaban por encima de toda persona;su templo era casa divina administrada por ministros;tu idea y vivencia de Dios Padre era blasfema, iba contra Dios.

los civiles querían su paz, su orden, su sociedad dominada:los poderosos y ricos habían diseñado su mundo;los disidentes eran enemigos a quienes eliminar.

En los márgenes de la sociedad inicias una espiritualidad nueva:te sientes invadido por el Espíritu del Padre;crees que te ama como Hijo de sus entrañas;te ofreces a anunciar su reino de vida plena;llamas a otras personas para vivir con ellas la fraternidad;les enseñas a orar y sienten tu misma alegría;se creen agraciadas con tu mismo Espíritu;con ellas curas a enfermos, comes con todos, invitas a la reconciliación;denuncias el sistema religioso y te enfrentas a su responsables;realizas la profecía del amor del Padre hasta la muerte.

A esta espiritualidad nos invita hoy Pablo: No apaguéis el Espíritu.Con este Espíritu esperamos la navidad y el final de nuestra vida:

creemos en el amor fiel del Padre;él hará que nuestra persona se conserve intachablemente en su amor.

Nos sentimos constantemente agraciados por su perdón, por su energía de bien...esa es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para nosotros.

Así sea.

Rufo González

* * *¿LE CONOCÉIS?

Su nombre es “El Señor”, y pasa hambre, y clama por la boca del hambriento,y muchos que lo ven pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo.Su nombre es “El Señor”, y sed soporta,

y está en quien de justicia va sediento,y muchos que lo ven pasan de largo,a veces ocupados en sus rezos.Su nombre es “EI Señor”, y está desnudo, la ausencia del amor hiela sus huesos,

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y muchos que lo ven pasan de largo, seguros, y al calor de su dinero.Su nombre es “El Señor”, y enfermo vive, y su agonía es la del enfermo,y muchos que lo saben no hacen caso, tal vez no frecuentaba mucho el templo.

Su nombre es “El Señor”, y está en la cárcel, está en la soledad de cada preso,

y nadie lo visita, y hasta dicen:“tal vez ese no era de los nuestros.”

Su nombre es “El Señor”, el que sed tiene, él pide por la boca del hambriento,está preso, está enfermo, está desnudo,pero él nos va a juzgar por todo eso.

* * *

¿Tú quién eres?

Al comienzo de reuniones de grupos de gente que apenas se conocen el moderadorpide a los asistentes que cada uno haga su autopresentación. Con frecuencia se redu-ce a decir el nombre y la ocupación más relevante.

Una mujer estaba agonizando. De pronto tuvo la sensación de que era llevada al cielo y pre-sentada ante el tribunal. - ¿Quién eres tú?, dijo una voz. - Soy la mujer del alcalde, respondió ella.- Te he preguntado quién eres, no con quién estás casada. - Soy la madre de cuatro hijos. - Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes. - Soy una maestra de escuela.- Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión.

Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía que pudiera dar una res-puesta satisfactoria a la pregunta ¿Quién eres? - Soy una cristiana. - Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión.- Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres y necesitados. - Te he preguntado quién eres, no lo que hacías.

Evidentemente no consiguió pasar el examen, porque fue enviada de nuevo a la tierra.Cuando se recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar quién era. Y todo fuediferente.

Toni de Mello (La oración de la rana I, o.c. ST p. 697).

A Juan Bautista le hicieron esta pre-gunta unos judíos en nombre de las autoridadesreligiosas de Jerusalén. Pudo decir que se llama-ba Juan, que era hijo del sacerdote Zacarías, quese dedicaba a bautizar con un bautismo de con-versión; esto ya lo sabían los emisarios. Pudodecir incluso que era un creyente en el Dios enquien ellos mismos creían y decían servir, y que

sentía dentro el espíritu de los antiguos profetas. Pero en su respuesta Juan no cuenta su

nombre, ni su ascendencia, ni siquiera sus bue-nas obras y el prestigio de que goza. Él se defi-ne en relación al otro (y también a los otros pre-sentes), el que viene detrás, el mesías. Se vacíade sí mismo. “Yo soy la voz que clama en eldesierto: allanad el camino del Señor”.

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PRIMERA LECTURA: 2Sm 7,1-5.8b-12.14ª-16

Este pasaje de 2Samuel ofrece uno delos textos de mayor contenido teológico de todoel libro. En él se funda la esperanza mesiánicaque vemos afianzarse tras la quiebra de lamonarquía en el exilio y que perdurará siempreen la memoria de los israelitas, y de un modoespecial en tiempos de Jesús. Según se noscuenta, Dios hizo a David la promesa de quesiempre se sentaría en el trono de Jerusalén undescendiente suyo. Como tal promesa, los fielesyavistas tenían el convencimiento de que asísería; pero cuando la dinastía davídica se viotruncada con el fin del reino tras la invasión deNabucodonosor, rey de Babilonia, la confianzaen aquella promesa quedó muy comprometida.Aun así, siempre se mantuvo viva entre los másfieles: no era posible que Dios faltase a su pala-bra; nunca el pecado del hombre podría ser másfuerte que la promesa de Dios.

1) Natán es uno de los consejeros queasisten a David en su corte. A pesar de su profe-sionalidad como profeta, su juicio sobre las

actuaciones del rey no se pliega a los interesesdel soberano (véase 2Sam 12). El rey llama aeste profeta para pedirle su opinión sobre unareflexión que se ha hecho y que cae por su pesode pura lógica: no es justo que el rey, que al finy al cabo es un hombre, viva en un lujoso pala-cio y la morada de Dios no sea más que una sim-ple tienda de campaña. El consejo del profeta esel que cabría esperar: “Ve y haz cuanto piensas,pues el Señor está contigo”.

2) Pero el relato no se queda aquí, san-cionando la buena voluntad del rey; va más allá,y, sirviéndose del mismo profeta, nos abre a laperspectiva de la mirada divina. Los planes quese cumplirán serán los de Dios, que van máslejos que los del rey.

Durante la noche -recordamos que lanoche es en la Biblia un momento especial paralas actuaciones salvíficas de Dios- Natán recibeun mensaje divino. En él Dios agradece a Davidsus buenas intenciones, pero le muestra que paraser quien es, y por ser quien es, no necesita deningún templo digno según los criterios huma-nos. El Señor no hace nada para recibir recom-

EXÉGESIS

Domingo 4º de Adviento

18 de diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

2Sam 7,1-5.8b-12.14ª- 16 El reino de David durará por siempre...Sal 88 Cantaré eternamente las misericordias del Señor.Rom 16,25-27 El misterio mantenido en secreto durante siglos, se ha manifestado...Lc 1,26-38 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo. Anunciación hecha al hombre.

María es el mejor santuario de Dios. La reprensión de Dios a David que quería con-struirle una casa suntuosa y recluirle en ella, encuentra su contrapartida en la actitudreceptiva de María que responde a la oferta de Dios: que se haga en mí lo que Diosquiere. María modelo de la espera. Las lecturas hablan de un triple envío de parte deDios para comunicar su presencia en medio de los hombres: Dios envió al profetaNatán a la casa de David (1ª lect), al arcángel Gabriel a María (Ev) y a Pablo (2ª lect)como mensajeros para anunciar su presencia entre los hombres.

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pensa. Por pura gracia sacó al joven pastor deentre las ovejas y lo puso al frente de su pueblocomo rey; conforme a sus planes, y no por méri-tos del monarca, lo encumbrará sobre los sobe-ranos más famosos de la tierra; pacificará elreino y hará que sus fieles vivan tranquilos en latierra que había prometido a Abrahán.

3) La promesa que ahora Dios va ahacer al rey se corresponde con la que Davidhabía formulado. El rey se comprometía a haceruna casa (un templo) a Dios; pero no, será Diosquien dará al rey una casa (una dinastía): “Tucasa y tu reino durarán por siempre en mi pre-sencia y tu trono durará por siempre”. En ese“por siempre” descansará la esperanza mesiáni-ca de los siglos posteriores. Así, muchos tras elexilio intentarán restaurar la dinastía truncadamediante algún descendiente de David. Y así sehará constar, en el evangelio que hoy se procla-ma, la naturaleza mesiánica de Jesús, al cual, “elSeñor dará el trono de David su padre; reinarásobre la casa de Jacob por siempre, y su reino notendrá fin”. Frente a los otros sucesores deDavid, el reinado de Jesús será por siempre.

SEGUNDA LECTURA: Rom 16,25-27

1) La Carta a los Romanos original,probablemente acababa con los saludos finalesde 16,21-23: “Os saluda Timoteo, mi colabora-dor, lo mismo que Lucio, Jasón y Sosípatro, misparientes. Os saludo en el Señor yo, Tercio, quehe escrito esta carta. Os saluda Gayo, huéspedmío y de toda la Iglesia”. Este final es el másesperable en una carta antigua, pero resultabademasiado lacónico para un texto que a finalesdel s. I era leído en las asambleas litúrgicas yconsiderado como parte de las “Escrituras”. Deahí que, como atestiguan los manuscritos másantiguos, se le añadieran varios finales, uno delos cuales es el actual. Se trata de una larga frasesolemne, la doxología más extensa que halla-mos en las cartas de Pablo. Aunque no provienede la mano de Pablo, es cierto que recoge ele-mentos aparecidos en Romanos.

2) En este contexto de Adviento, y en

continuidad con la segunda lectura del domingoanterior, vale la pena destacar la centralidad dela “profecía”, carisma que enlaza al cristianismocon el judaísmo, y al Nuevo Testamento con elAntiguo. El Dios que se manifestó en el Antiguoo Primer Testamento, y cuyos planes sólo eranentendidos parcialmente, es el que se ha mani-festado plenamente en Jesús. Dando la vuelta ala afirmación, habría que recordar el viejodicho: “en el Nuevo Testamento se manifiesta loque estaba oculto en el Antiguo” (in Novo Tes-tamento patet quod in veteri latet). Significa estoque las narraciones y, en general, todo lo queleemos en el Antiguo Testamento debe ser valo-rado e interpretado a la luz de Cristo. Con estesencillo principio hermenéutico podemos acla-rar textos que por una u otra razón causan enocasiones cierto escándalo al hombre y a lamujer de hoy.

3) Pero la “profecía”, (lo veíamos eldomingo pasado), no consiste tanto en explica-ción de la Escritura cuanto en la recepción delEspíritu. Así era en los profetas, cuyo ministeriohabitualmente comenzaba tras una experienciapersonal y profunda de Dios. El cristianismo noes una “religión del libro”, pues la Palabra defi-nitiva de Dios es Jesucristo, muerto y resucita-do, una Palabra viva y presente. Conviene recor-dar que es el Espíritu quien “escribe” a Cristo enel corazón de cada creyente, y en el “corazón”de cada comunidad. Pablo nos recordará quesomos “carta” que transmitimos, con nuestravida, a Cristo (2Cor 3,2).

Además del testimonio, los “profetas”comunican también “profecías”, revelacionesque el Espíritu, dentro de la comunión eclesial yen sintonía con la Escritura, da a algunos cre-yentes para el bien de todos. Pablo mismo en laCarta a los Romanos se manifestará como pro-feta, por ejemplo, cuando revele la salvaciónfinal de todo Israel (Rom 11,25-26).

EVANGELIO: Lc 1, 26-38

La escena de la anunciación es una cui-dada página que, a manera de segunda tabla de

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un armonioso tríptico (anunciación de Juan-anunciación de María-visitación) contiene todauna rica teología de la historia de la Salvación.Permita el lector una rápida contemplación de laprimera escena o tabla izquierda: la anunciaciónde Juan el Bautista. Ello ayuda, sin duda, apenetrar en la riqueza de la otra: la de María.

1) Judea (Lc 1,5-25); inmediaciones deJerusalén, la Ciudad Santa. Un matrimonio; flory nata de Israel: sacerdote él, y ella con estirpede solera (“hija de Aarón”). Son días de serviciosacerdotal y la suerte (cauce de intervención deYahvé, como los urim y tumim sacerdotales) lelleva a Zacarías a entrar en el santuario, hasta elSanto, donde solamente el sacerdote elegidopodía entrar cada día. Y tiene lugar la teofanía:el ángel del Señor (Gabriel), turbación, temor,anuncio, enmudecimiento y asombro; elementostodos del misterio tremendo y fascinante cuandoel sacro irrumpe en lo profano. El nombre delanunciado es Juan (“Dios hace misericordia”).Su destino queda expresado en las mejores cate-gorías de santidad y profetismo de la AntiguaAlianza: será un nazir (consagrado) y su voz seasemeja en origen y vocación a la de Elías oJeremías (1,5). Es la cima de la Antigua Alian-za.

Véase ahora la continuidad y contrasteque se observa en la anunciación a María.

2) Galilea. El ángel (Gabriel) apareceahora en la tierra de los gentiles, lejana de lasantidad de Jerusalén. En concreto, la ciudad(mejor, aldea) de Nazaret (“¿De Nazaret puedesalir algo bueno?” en Jn 1,46). Peculiar es lasituación legal de la virgen: ni pertenece a sufamilia (pues está ya comprometida) ni total-mente a su marido, pues todavía no se han cele-brado los desposorios. Gabriel entra a ella sinmás: “¡Alégrate!” (en griego; Sof 3,14, referidoa la Hija de Sión); no se hacen presentes los sig-nos de lo numinoso; el Deus tremens de antes sehace ahora familiar: “¡Salve!” (en latín, nuestro“¡hola!” actual). Pero la cotidianeidad de laescena no está exenta de solemnidad. El anun-ciado, Jesús (“Dios salva”), está llamado a un

papel de plenitud en la historia israelita. Lospasajes mesiánicos de la Escritura inspiran lostítulos, pero se hallan en estilo faraónico, comosi hubieran sido tomados de las inscripciones deLuxor: “Grande, Hijo del Altísimo, sentado enun trono eterno, reinado sin fin, Santo, Hijo deDios”. ¿Cómo puede ser esto?; ¿tanto en lohumanamente tan poco? La clave es la categoríade “misterio”: “Para Dios no hay nada imposi-ble”.

La sentencia es un eco del nacimientode Isaac, en los albores de la historia salutis(Gen 18,14) al igual que se evoca la nube quecubría la tienda de la reunión señalando el Arcade la presencia de Yahvé (Ex 40,35). En la horade la plenitud, Yahvé cambia radicalmente suhacer, mostrando así enteramente su ser en unanueva y definitiva etapa (Nueva Alianza) derelaciones con los hombres. La tabla central deltríptico (la visitación de María a Isabel) mostra-rá que ambas etapas, personificadas en las dosmujeres, están en plena sintonía: lo nuevo salu-da a lo antiguo, y lo antiguo se reconoce en lonuevo. Hoy, la liturgia celebra que lo nuevo sehallaba ya preparado desde antiguo.

3) La anunciación a María se modulaen dos momentos: - “Llena de gracia” (Lc 1,28)es la traducción tradicional de kejaritomene, unparticipio perfecto de un verbo causativo quesignifica trasformar a una persona, haciéndolagraciosa y amable. El título describe un cambioya operado: “agraciada de antemano” (Sofro-nio). A este reconocimiento, María responde conuna fórmula en tiempo presente, única en laBiblia: - “No conozco varón” (= “Soy virgen”)en Lc 1,34. Más allá de la decisión de no man-tener relaciones conyugales la respuesta deMaría constata “la orientación más profunda desu vida” (R. Guardini), su estado de ánimo exis-tencial (I. de la Potterie). Una virginitas cordisdonde misteriosamente se adivina la huella delpaso de Dios por aquella ben-decida o bien-dicha que es lo mismo que bien-hecha (pues enhebreo decir es hacer).

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EN TORNO A LA HOMILÍA

1.- Escuchar la Palabra

La Palabra de Dios siempre es buenanoticia; por eso, cuando el mensajero de Dios seacerca a María la saluda con la expresión degozo. “Alégrate” también puede traducirse por“¡salve!” Los exegetas han visto en este saludouna alusión mesiánica a Za 9,9: “Exulta sinmesura, hija de Sión, lanza gritos de gozo, hijade Jerusalén. He aquí que viene a ti tu rey, justoy victorioso”. El saludo vibrante y entusiastatiene como finalidad preparar el ánimo de Maríapara escuchar y ser receptiva al mensaje que lapalabra le va a trasmitir. Por eso, es saludo deplenitud: “llena de gracia, el Señor es contigo”.

A todo encargo que hace Dios le acom-paña la garantía de su auxilio y su presencia: asíha acontecido en toda la historia de la salvación;a la encomienda acompaña la promesa y la cer-teza de la presencia del Señor y así seguirá sien-do: “He aquí que Yo estoy con vosotros hasta elfin de los tiempos”. Y María escucha la palabraque le viene dirigida a ella; es palabra para ella,es mensaje personal: Dios no manda nuncamensajes genéricos, palabras universalmenteinexpresivas, es encargo y tarea personal. Maríaescucha, acoge, guarda en su corazón. Pero lapalabra de Dios al corazón no es un mensajecomercial o un eslogan publicitario: la palabrade Dios complica la existencia, compromete lavida. Y hay que responder: como no se trata deautómatas, ni de meros repetidores de sonidos,María se turbó en su corazón y “se preguntabaqué sería aquel saludo”.

2.- Interiorizar la Palabra

No somos autómatas, no existen rece-tas ni fórmulas magistrales que actúen mecáni-camente. Hay que poner en funcionamiento y alservicio de la palabra lo mejor que tenemos:inteligencia y corazón. María es un buen ejem-plo: se turba, se asusta, pero mantiene esa pro-funda serenidad y hace las preguntas fundamen-tales que a ella personalmente le inquietan ante

aquel proyecto que rompe las dimensiones deuna mujer campesina y sencilla. Y pregunta por-que quiere ser fiel, porque quiere “escuchar” ycumplir con toda su vida, con su virginidad ycon su maternidad. Y porque la propuesta que sele hace (engendrar, cuidar y educar al Hijo deDios nacido entre los hombres) está llena degrandeza, pero también de compromiso y deriesgo.

María es un ejemplo de madurez en lafe frente a tanto imaginario infantiloide quesigue acompañando a nuestras comunidadescristianas y tanta superficialidad en prácticas ycreencias. Fe profunda, fe ilustrada, que ha idocreciendo con la vida y no ha quedado ancladaen sentimientos y emociones precarias e incons-tantes. No es que María no se fíe de Dios y deSu fidelidad; es justamente lo contrario, quequiere apuntalar con la iluminación que solicitasu propia fidelidad.

3.- Realizar la Palabra

El relato lucano es todo un prodigio decatequesis y expresividad psicológica y de fe.Crea un clima que avanza desde el susto y la tur-bación inicial a la entrega y disponibilidad final:mensaje, miedo, petición de clarificación, res-puesta iluminadora y disponibilidad final. Todoun itinerario de pedagogía y crecimiento en lafe.

Al final del proceso, llega la acepta-ción de María, colaborada con un nuevo génesisy una nueva creación: “Fiat, hágase”. La últimapalabra por parte de María es la expresión másabierta y generosa de disponibilidad. Pondrá sucuerpo, su alma y su vida al servicio de aquellaamorosa osadía de Dios. María será lugar bendi-to de encuentro entre Dios y el hombre.

La lección no termina simplemente enla grandeza de María: debe prolongarse en noso-tros. Todos tenemos una palabra de Dios dirigi-da personalmente a cada uno en su propia iden-tidad. “Hágase en mí según tu palabra”. Todostenemos una palabra que cumplir, que en elfondo viene a identificarse con la tarea de

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María: todos tenemos que dar vida a Jesús ennosotros por la fidelidad a su palabra y a suevangelio. Siempre es bueno recordar el emble-mático texto de san Pablo en la carta a los Gála-tas: “vivo, pero no yo, es Cristo quien vive enmí” (2,20).

El “hágase” no se realizará a través deunos automatismos mecánicos e inhumanos: elfiat es un proceso de gestación que va compro-metiendo toda la existencia, que va a ir reprodu-

ciendo los pasos de la primera anunciación:habrá muchas palabras de Dios que escuchar enel corazón, muchas dudas que angustiarán elalma, muchas preguntas que hacer y muchasrespuestas que escuchar. La actitud que siempreestará en la base de todo proceso gestacional dela fe será la disponibilidad, el fiarse de Dios y elsaberse colaborador de Dios en la tarea de acer-car a los hombres la salvación de Dios ofrecidaen Jesús. Como María.

Luis Glz Morán

Presentamos a Dios nuestros deseos. Respondemos: Te rogamos óyenos,

1. Para que la Iglesia viva con alegría serena la esperanza del nacimiento de Jesús. Oremos

2. Por las madres que están a la espera de un hijo por nacer, para que vivan esta experiencia comogracia que les abre a la experiencia del Dios de la vida. Oremos.

3. Por los niños que nacen en ambientes difíciles y familias desestructuradas, para que encuen-tren ayudas sociales que favorezcan la reconstrucción de un hogar. Oremos

4. Por los movimientos sociales que alientan el sueño de que “otro mundo es posible”. Oremos

5. Por los que sufren guerras, hambres e injusticias impuestas, para que su clamor remueva la con-ciencia de los instalados y poderosos. Oremos

ORACIÓN DE LOS FIELES

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CANCIONES

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¡HÁGASE!

Ambientación.

El foco se centra en este último domingo de Adviento en la Virgen. Ella conoce elsecreto de la esperanza: en su vientre se engendra un niño: el libertador...; es elnuevo tabernáculo del Altísimo. Nadie como ella supo esperarle y preparar su veni-da. El “fiat” de María hizo posible la primera visita del Salvador; por eso ella leprecede. Ella lo esperó con inefable amor de madre.

Entrada: “Llega el día”; “Estrella y camino” CLN 316.

Antífona: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor”, o el salmo 88, de F. Palazón,en Salmos al Creador (SP)

Santo: De A. Alcalde en Piedras Vivas (SP).

Comunión: “Madre de los pobres” CLN 318; “Madre Nuestra” en Madre de los Creyentes,de F. Palazón (SP).

Despedida: Damos gracias a Dios con María y a María por su “Sí”: “La Virgen sueñacaminos” CLN 16; “Santa María de la Esperanza” (J.A.Espinosa).

* * *La Virgen sueña caminos

(C. Erdozain. “Preparad los caminos”)

La Virgen sueña caminos, está a la espera.La Virgen sabe que el Niño está muy cerca.

De Nazaret a Belén hay una senda;por ella van los que creen en las promesas.

LOS QUE SOÑÁIS Y ESPERÁIS LA BUENA NUEVAABRID LAS PUERTAS AL NIÑO QUE ESTÁ MUY CERCA.EL SEÑOR CERCA ESTÁ, ÉL VIENE CON LA PAZ.EL SEÑOR CERCA ESTÁ, NOS TRAE LA VERDAD.

En estos días del año el pueblo esperaque venga pronto el Mesías a nuestra tierra.En la ciudad de Belén llama a las puertas,pregunta en las posadas y no hay respuesta.

La tarde ya lo sospecha: está alerta.El sol le dice a la luna que no se duerma.A la ciudad de Belén vendrá una estrella,vendrá con todo el que quiera cruzar fron-teras.

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OTROS TEXTOS

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“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Cristo Jesús: revelación del Misterio (Rom 16, 25-27)

- Leemos la doxología (“sentenciabreve de alabanza de Dios”) final de Romanos.Se admite comúnmente que no pertenece a lacarta original (no aparece en algunos códices),sino que es añadida posteriormente al epistola-rio de Pablo11. Según manuscritos antiguos no esel único final creado para esta carta; hay variosmás, aunque éste es el más común, extenso,solemne, enfático y trabajado.

Da “gloria por los siglos, a través deJesucristo, a Dios único sabio”. A este Dios lereconoce previamente la capacidad de afianza-ros en orden a mi evangelio y la predicación deJesucristo, en orden a la revelación del misteriosilenciado durante tiempos eternos, pero mani-festado ahora, y dado a conocer a través deescritos proféticos, según mandato del Dioseterno, a todos los pueblos para la obediencia dela fe.

La alabanza se dirige a Dios caracteri-zado así: “al que puede afianzar” (dinameno ste-ríxai) en la adhesión al Evangelio y a la revela-ción del misterio (el proyecto de Cristo), “Dioseterno”, “Dios único sabio”. A Dios “eterno yúnico sabio” nadie le ha visto. Sólo podemosreconocer su acción creadora y transformadora,

cuando al creer en él sentimos que nuestra vidase afianza en la “buena noticia” para todos: elevangelio de Pablo y la proclamación de Jesu-cristo. La fuerza (dínamis) de Dios es su Espíri-tu, que puede afianzarnos en la fe evangélica.Así lo expresa la Iglesia: “El Espíritu vive en laIglesia y en el corazón de los fieles, ora, testifi-ca su adopción de hijos, guía hacia la verdad,unifica, provee y gobierna, embellece, rejuvene-ce, renueva y conduce hacia la unión con suEsposo” (LG 4).

- La buena noticia (evangelio), la pro-clamación de Jesús, es “misterio”, realidad llenade vida, inabarcable humanamente, silenciadodurante tiempos eternos, manifestado ahora (enla vida de Jesús) y dado a conocer, por ordena-ción del Dios eterno, a través de escritos profé-ticos (cristianos), a todos los pueblos (universa-lidad del evangelio) para la obediencia de la fe.Es el proceso de la revelación de Dios queacompaña al ser humano. En Jesús se ha dado laplenitud humana: hijo de Dios e hijo del hom-bre. Él ha sido la Palabra divina, el camino haciala realización plena, la vida verdadera. Esto eslo que celebramos en Navidad.

ORACIÓN: Cristo Jesús: revelación del Misterio (Rom 16, 25-27)

Jesús, hijo de Dios, hermano nuestro:La lectura de Pablo nos abre la puerta de la Navidad:

el Dios creador, eterno y único sabio, puede afianzaros en el Evangelio;puede afianzaros en la revelación del Misterio

manifestado ahora,dado a conocer por los escritos proféticos,

para la obediencia de la fe.

Este misterio eres Tú, Jesús de Nazaret, lleno del Espíritu divino:nos disponemos a celebrar el aniversario de tu nacimiento;nos trajiste la mejor noticia que podemos esperar; la “buena noticia” para “todo el pueblo”, para todo ser humano.

Al Dios “eterno y único sabio” nadie le ha visto:

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le imaginamos conforme a nuestros deseos y miedos;le llamamos “Dios mío”, fabricado por cada uno de nosotros;le invocamos como protector de nuestros intereses;le hacemos amigo de nuestros amigos y enemigo de nuestros enemigos;en su nombre hasta hemos cogido espadas de dos filos en las manos,

para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones,sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro.12

Quienes han tenido noticia de Ti, Jesús de Nazaret, han recibido una fuerza nueva:son invitados a dejar su imagen de Dios, hecha a su medida;buenos y malos, religiosos e irreligiosos..., todos, son amados por tu Padre Dios;todos reciben capacidad para considerarse hijos queridos de Dios;todos reciben el mismo Espíritu que alentaba tu vida:

nadie puede apropiarse de Dios para hacer daño a otro;todo ser humano es hijo de Dios y hermano mutuo;el Padre quiere que todos sus hijos tengan vida en plenitud.

Tu vida, Jesús de Nazaret, ha sido la manifestación de este Dios misterioso:tu amor desinteresado a toda persona revela el Misterio que nos envuelve;tu venida, tu vida, es el regalo del Misterio:

de este modo se manifestó entre nosotros el amor de Dios: enviando al mundo a su Hijo único para que tuviéramos vida por su medio.13

Tu vida, movida por el Espíritu divino, fue la respuesta al Amor del Padre tuyo y nuestro:luchando pacíficamente contra todo lo que perjudica:

hambre, enfermedad, odio, acaparamiento egoísta, desigualdad...;promoviendo amorosa y libremente todo lo que aporta vida:

alimentación, salud, mesa compartida, igualdad, fraternidad...;sosteniendo la fragilidad humana en la benevolencia permanente del Padre,

que hace salir el sol y bajar la lluvia para todos.Esta es la Buena Noticia, cuyo cumpleaños vamos a celebrar:

ha nacido el Hijo del Amor;se ha manifestado la Vida definitiva;Dios es Padre de todos y solo Amor;a todos nos entrega su Espíritu de Amor:

para hacernos nacer a una vida nueva de amor gratuito;para sentirnos sus hijos queridos desinteresadamente;para que amemos como él:

todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no tiene idea de Dios, porque Dios es Amor.14

Ayúdanos, Jesús del Amor, a ser testigos y cauces del Amor:denunciando y corrigiendo toda manifestación de mal;creciendo en humanidad verdadera;alegrando la vida con nuestro amor, que es tu mismo Amor.

Rufo González

11 Según el Fragmento muratoriano, o fragmento de Muratori, también llamado canon muratoriano, lista más antigua cono-cida de libros canónicos del Nuevo Testamento, la carta a los Romanos estaba colocada al final de sus cartas.12 Salmo 149,6ss.13 1Jn 4,9.14 1Jn 4,7-8.

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* * *“YO TE SALUDO, MARÍA”

Yo te saludo, María: porque el Señor está contigo; en tu casa, en tu calle, en tu pueblo, en tu abrazo, en tu seno.

Yo te saludo, María: porque te turbaste -¿quién no lo haría ante tal noticia?-; más enseguida recobraste paz yánimo y creíste a un enviado cualquiera.

Yo te saludo, María: porque preguntaste lo que no entendías aunque fuera mensaje divino, y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María: porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida. Y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si queremos hacer a Dios presente.

Yo te saludo, María:porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su sombra, tanto en tormenta como en bonanza, dejando a Dios ser Dios y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María: porque abriste nuevos horizontes a nuestras vidas; fuiste a cuidar a tu prima, compartiste la buena noticia, y no te hiciste antojadiza.

Yo te saludo, María: hermana peregrina de los pobres de Yahvé. Camina con nosotros; llévanos junto a los otros y mantén nuestra fe.

(Fl. Uribarri)

* * *Moría la noche... un clamoreo corríade boca en boca: “¡El Heraldo! ¡El Heraldo!”Bajé la cabeza y pregunté: “¿Viene ya?” En todas partes parecía que estallabael sí de la respuesta.El Pensamiento, atormentado, decía:“No está todavía la cúpula de mi palacio;nada está en regla”.Vino una voz del cielo:“Derriba tu palacio”.“¿Por qué?”, preguntó el Pensamiento.“Porque hoy es el día del Advenimiento,y tu palacio estorba el paso”.

(R. Tagore)

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PRIMERA LECTURA: Is 9,2-7

1) Isaías anuncia, en este texto, la pro-ximidad de la salvación de Dios, que llega de unmodo sorprendente e inesperado. Nuestro textoestá introducido por un verso que queda omitidoen la lectura: “En otro tiempo el Señor humillóel país de Zabulón y Neftalí; ahora ensalzará elcamino del mar, al otro lado del Jordán, la Gali-lea de los paganos”. Aunque el profeta reside ypredica en Jerusalén, lugar de la morada deDios, la salvación anunciada alcanzará hasta elúltimo rincón de Israel, incluso a esa zona quehabía sido paganizada por la acción opresora delos asirios: el reino del norte.

2) Isaías menciona un tiempo ya pasa-do de humillación. Fueron muchos los tiemposque así se vieron los israelitas en su historia,constantemente interpretados por los profetascomo acciones punitivas de Dios por sus peca-dos. Pero ahora lo que se anuncia es el gozo dela salvación: las tinieblas quedarán iluminadaspor el esplendor de una gran luz que comienza a

brillar. Desaparecen las consecuencias del peca-do: la opresión y la violencia de los poderosos.Será quebrado, como el día de Madián, el bastónque golpea y humilla al pueblo. Como estímulopara creer en la profecía se menciona un hechoya pasado pero muy presente en la memoria delos creyentes. En aquella ocasión, un grupo muypequeño de israelitas venció a un ejército muysuperior (cf. Jue 7,16-22). ¿Cómo fue posible?No fue el poder humano el que salvó, sino lafuerza de Dios que estaba con su pueblo.

El opresor de aquel momento era Asi-ria, si bien su actuación no era ajena a la volun-tad divina, a juicio del propio Isaías (cf. Is 10,5).A los pecados de los israelitas, a sus injusticiase idolatrías, Dios corresponde con un fuertecorrectivo: en este caso, y según la interpreta-ción de la época, con una invasión enemiga.Pero la última palabra de Dios, el único que deverdad rige la historia, no es nunca la destruc-ción. Así pues, no es posible que Asiria triunfe;el opresor no puede quedar impune y resultarvictorioso.

EXÉGESIS

2. Natividad del Señor Nochebuena

24 de diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 9,2-7 Un hijo se nos ha dado.Sal 95 Hoy nos ha nacido un salvador: el Mesías, el Señor.Tt 2,11-14 Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres.Lc 2,1-14 Hoy nos ha nacido un salvador.

El profeta Isaías anuncia la salvación a su pueblo porque ha nacido un niño, príncipe dela paz (1ª lect). Dios se manifiesta en un niño que nace en Belén, ciudad de David (Ev) ytrae la salvación para todos los pueblos (2ª lect). La aparición de Jesús entre los humanoses luz que brilla en medio de tinieblas, gracia de Dios que salva y enseña, presencia deDios que viene en pobreza.

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3) Si establecemos la relación de nues-tro texto isaiano con el de Jueces al que hemoshecho referencia, la pequeñez del ejército deGedeón se corresponde con la fragilidad delniño recién nacido que anuncia la profecía. Pro-bablemente esta alusión se refiera a Ezequías, eldescendiente de Acaz al que también parecendirigirse las palabras de Is 7,14. En él ve el pro-feta un signo divino de salvación. Por medio deél Dios sacará a su pueblo de la grave crisis queamenaza su existencia.

Con debilidad brilla ahora esta luz -como frágil es también la vida de un niño reciénnacido- pero Dios la hará poderosa y dispersarálas tinieblas que cubren de sombras la región.Este niño recibe los títulos divinos con que eranaclamados los reyes: “Maravilla de consejero,Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de lapaz...” Porque el profeta tiene muy claro que lasalvación vendrá de Dios por su mano. El reysalvará al pueblo, pero en virtud de su fidelidadal Señor, no por el poder de su ejército; al igualque sucedió en Madián. Dios mismo, a través desu elegido, sostendrá a su pueblo y lo consolida-rá “con la justicia y el derecho, desde ahora ypor siempre”.

SEGUNDA LECTURA: Tit 2,11-1

1) A la luz de este pasaje de la 1ª Cartade Tito, la liturgia interpreta el nacimiento deJesucristo como “manifestación de la gracia deDios”; lo cual significa que en él se hace pre-sente la misericordia y el amor de Dios. Más alláde esta interpretación litúrgica, en la Carta dichamanifestación no contempla en primer términoni de forma exclusiva el nacimiento de Jesús,sino el misterio global del Hijo de Dios hechohombre, desde su nacimiento hasta su exalta-ción; de hecho, el texto alude explícitamente a laentrega de Cristo por nosotros -es decir, a sumuerte- y a los efectos salvíficos de la misma.Como el pasaje de Hebreos leído en la misa del4º domingo de Adviento, éste de Tito introduceun elemento fundamental en las celebracionesnavideñas: éstas se orientan esencialmente haciala Pascua, de modo que si prescinde de esa

orientación pierden toda dimensión cristiana.

2) Junto con la dimensión salvífica delmisterio celebrado y en relación estrecha conella, el texto expresa otra dimensión, tambiénmuy importante: la universalidad de la salva-ción. La gracia de Dios aparecida “trae la salva-ción para todos los hombres”. Aunque celebradaen las comunidades de quienes creen en Cristo,la Navidad impulsa a la apertura y al anuncio dela aparición de aquella gracia.

3) Pero posiblemente la aportación mássignificativa de nuestro texto a una vivenciacristiana de la Navidad sea las exhortacionesque se unen al anuncio del misterio y que mues-tran una vez más la fuerte relación que estable-cen los textos neotestamentarios entre doctrina yparenesis. Ello ocurre en dos momentos, domi-nados ambos por la antítesis entre la forma decomportamiento propia de quien no ha conocidoaquella aparición y la de quien la ha conocido.También en los dos casos las referencias aambas formas de comportamiento se expresanmediante una terminología propia de las Cartaspastorales: negativamente, la vida cristiana esrenuncia, en nuestro caso “a la vida sin religióny a los deseos mundanos”, o incluso a “todaimpiedad”; positivamente, se traduce en unaexistencia “sobria, honrada y religiosa”, que,como es natural, incluye la dedicación “a lasbuenas obras”. En definitiva, se trata de la opo-sición entre una forma de existencia sin referen-cia a Dios y otra que se vive en relación con Él.

4) Un último aspecto de nuestro pasajees la apertura escatológica: el cristiano, que haexperimentado la salvación aportada por laactuación de Dios en Cristo y vive en referenciacontinua a ella, se abre a la plenitud que supon-drá la aparición definitiva de Jesucristo en glo-ria al final de los tiempos. La dimensión glorio-sa de dicha aparición podría explicar muy bienla expresión directa de la divinidad de Jesucris-to, insólita en el conjunto del Nuevo Testamen-to: Jesucristo es el “gran Dios y Salvador nues-tro”. Por otra parte, puesto que dicha apariciónsupondrá la plenitud se habla de ella como deuna “dicha que esperamos”.

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EVANGELIO: Lc 2,1-14

El relato de nacimiento de Jesús tieneun objeto bien claro: la presentación del hijo deMaría como Mesías y Señor. La composición deLucas contiene datos de una tradición anterior yla elaboración propia del evangelista. Se distin-guen tres partes:

1) El encuadre histórico del nacimien-to. El estilo de los primeros versículos, en losque se nos detallan las circunstancias políticas yfamiliares del mundo y las gentes testigos delacontecimiento se resienten de la pluma lucana.El evangelista ofrece, con la mención de Augus-to y su censo para la oikoumene, toda una“espléndida cosmovisión universal” (F. Hahn).La verdad es que no hay noticias de un “censouniversal” durante el imperio de Augusto; elemperador decretó “inscribir”, (verbo que usaLucas) a todos los ciudadanos de imperio losaños 8 a.C. y 14 d.C. Sí sabemos, por el contra-rio, de Publio Sulpicio Quirino como legadoimperial en Siria durante los años 6-7 d.C. Estafalta de acuerdo en las fechas nos hace pensarque la datación de Lucas tenga un objeto másliterario que historiográfico. Jesús nació enBelén de Judá como consecuencia de un decre-to del emperador a quien, “como a Ciro de Per-sia,”, “el Señor llevó de la mano” (Is 45,1).

Tampoco puede pasar desapercibida la“pretensión imperial” de aquel nacimiento quetuvo lugar en los días de la Pax augusta, y queprovocó la Pax in terra y la Gloria in excelsisDeo; lenguaje todo él de la liturgia imperial. Elhorizonte universalista y bíblico de Lucas es,por tanto, el escenario teológico del nacimiento.Por lo demás, el traslado a la ciudad de los ante-pasados nos es conocido en las disposiciones deun censo egipcio del año 104 d.C. y, aunque seasevera que José “era de la casa y familia deDavid”, la construcción impide una interpreta-ción demasiado literal de la frase (J. A. Fitzm-yer). El origen davídico de José es más una exi-gencia del mesianismo real de Jesús que unacuestión de genealogía. Desde un punto de vistahistórico, sabemos de la presencia de emigran-tes de Judá en la Galilea de los gentiles, cuyo

origen “judío” bastaría para justificar la perte-nencia a la tribu de David.

2) El relato del nacimiento ocupa dosversículos repletos de reclamos veterotestae-mentarios, elaborados sobre una noticia creíble.El nacido “envuelto en pañales” es semejante alrey Salomón, quien al nacer y al igual que todos,“criaron con mimo entre pañales” (Sab 7,5). El“acostado en un pesebre” reclama la ironía poé-tica de Is 1,3: “Conoce el buey a su dueño; elasno el pesebre de su amo. ¡Israel no conoce nimi pueblo discierne!”. La mención de la posada,que tanta poesía ha generado, parece solicitar ellamento de Jeremías (14,8): “¿Eres forastero entu país, caminante hacia una posada?”. De todosmodos, el término griego katalyma significatanto albergue como estancia común (literal-mente: lugar donde “se deposita” el equipaje).El parto y el derramamiento de sangre que ésteconlleva hacían incurrir en impureza la salafamiliar común. Resulta por ello veraz retirarseal establo, como nacía todo hijo de vecino.

3) La manifestación a los pastores esdesconcertante. Si bien en tiempos antiguos“pastor” era un título de jefe y caudillo en Isra-el (Miq 5,1; Mat 2,6) en la época del judaísmotardío el oficio no gozaba de prestigio. Las inci-pientes leyes kosher (pureza de alimentos) yaprescribían la separación absoluta de lácteos ycárnicos. A ellos se dirige la teofanía, estructu-rada según el modelo veterotestamentario: a)aparición del ángel del Señor, b) reacción demiedo, c) mensaje iniciado con el ¡”Notemáis!”, y d) señal de consuelo. Son tres lostítulos cristológicos que se revelan. “Salvador”(soter), título imperial por excelencia, asumidopor Augusto; “Mesías” (el Ungido esperado deIsrael) y “Señor” (tanto Kyrios-Caesar comoKyrios-Yahvé). El Antiguo Testamento como elmundo Imperial se ven cumplidos, rebasados,colmados por una criatura en un pesebre.

4) Respecto al canto de los ángeles(¡Gloria in excelsis Deo!), algunos manuscritosde Qumram nos ayudan a captar su sentido másprofundo: “...los hombres que gozan del favorde Dios”.

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EN TORNO A LA HOMILÍA“No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo:

hoy… os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. (San Lucas)

Estamos envueltos del “misterio” en elque vivimos. Noche, pastores, ángeles, establo,cántico celestial…, y todo ello haciendo demarco al acontecimiento central: un niño quenace y es colocado en un pesebre.

1. Poder y sumisión

El evangelio de esta noche comienzacon una grandiosidad desacostrumbrada: “Salióun decreto del emperador Augusto ordenandohacer un censo del mundo entero”. El marco esel imperio global; el no va más: una orden delpoder supremo que debe acatar y cumplir “elmundo entero”, el mundo entonces conocido. Eledicto desciende desde las alturas y alcanzaráhasta el último rincón de cualquier aldea perdi-da; nadie queda libre: “También José…” Unsimple adverbio nos introduce en la corriente delos sometidos e innominados y nos adelanta elmisterio del niño que va nacer “como uno detantos”. La familia obedece el mandato, se poneen camino, llega la hora del parto, la madre da aluz a un niño, lo envuelve en pañales y lo acues-ta en un pesebre “porque no había sitio paraellos en la posada”. Hemos recorrido un largocamino. Desde la Roma imperial y el aparato demando del emperador hemos venido a parar a unpueblecito de Judá, a un refugio de ganado encuyo pesebre reposa un niño envuelto en paña-les. Un camino que interrelaciona dos puntos delmapa: Roma y Belén, el poder y la sumisión, lafuerza y la debilidad, la violencia y la manse-dumbre. “Lo global” se adelanta.

Ahí tenemos el primer signo que nosva revelando la entraña del misterio. Va apare-ciendo un mundo al revés. La vida no transitapor caminos de fuerza. Se abre una nueva reali-dad que acabará trastocando las cosas y abrien-do perspectivas totalmente nuevas a las perso-nas. Roma inicia su declive, (aún durará tressiglos) y el “pesebre en que ahora duerme unniño fajado con pañales” irá abriendo su seno

para acoger a todos y cada uno de los poblado-res del mundo y lo hará invitando, llamando porel nombre, acogiendo. Quizá sea éste el primerrayo de la nueva luz que nace y nos ilumina uncamino diferente del que habitualmente solemostransitar. Consistiría en pasar del imperio al“pesebre”, de los gritos de guerra al “silencio”del niño, de las ansias de dominio a la disposi-ción permanente de “servicio”.

2. Desde la perspectiva de los pobres

Desde el “pesebre del niño” se nosabre la perspectiva de un mundo nuevo. “Enaquella región había unos pastores que pasabanla noche al aire libre, velando por turno su reba-ño”. Quizá nos parezca normal que se nombre aestos trabajadores de la noche, porque en nues-tra sensibilidad el pastor tiene un halo de poesía,de belleza campestre, de sencillez; así son lospastores que representamos en nuestros “naci-mientos”. Pero en tiempos de Jesús los pastorestenían muy mala fama y eran despreciados portodos; se los consideraba rudos, ladrones habi-tuales y malos judíos porque no solían acudir ala sinagoga ni cumplir con otras obligacionesreligiosas. Debido a esta fama las hijas de lossumos sacerdotes no podían casarse con ellos.La noche era su dominio. Cuando la “gloria delSeñor” irrumpió en la noche y la llenó de clari-dad era normal que se sobresaltaran y temieran.

Pero esta noche no van a sufrir un asal-to ni a recibir malas noticias. Serán los primerosdestinatarios de la noticia del acontecimientomás grande que ha conocido este mundo nues-tro. “No temáis”…; “os traigo una buena noti-cia, una gran alegría que lo será para todo elpueblo… os ha nacido un Salvador: el Mesías,el Señor”. Más tarde escucharemos a Jesúshacer esta afirmación: “Los últimos son los pri-meros”. Pero ya desde este momento las prefe-rencias de Dios nos enseñan una nueva forma demirar. No hay excluidos para Dios. Todos somos

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hijos. Todos llamados. Todos bendecidos con lavisita del Salvador del Mundo. Entre los “últi-mos” nace Jesús y nace “como uno de tantos”.

3. Luz en medio de la noche

Desde esta perspectiva hemos de leer ycontemplar los textos que suenan a gloria ygrandeza. El anuncio a María es uno de ellos:“No temas, María... darás a luz un hijo, al cualpondrás por nombre Jesús. Él será grande, seráHijo del Altísimo. Dios, el Señor, le entregará eltrono de su antepasado David y reinará eterna-mente sobre la casa de Jacob. Su reino no tendráfin”.

Ésta es la razón por la cual “la Luz bri-lla en las tinieblas”. Presentamos este misteriosituándolo “en la noche”. Y desde esta imagen

podemos hacer toda una contemplación “ilumi-nadora”. La noche es la oscuridad pero es tam-bién “el no saber”, el no entender. Y es, sobretodo, el mal. Desde el fondo de esta noche múl-tiple el ser humano clama sin cesar: “líbranosdel mal”, “mis enemigos me persiguen a muer-te”, “¡Oh, si bajaras del cielo y nos libraras”!,“maldito el día en que nací”, “pecador me con-cibió mi madre”…¡Así y de mil formas más,expresa el ser humano sus dolores, sus limita-ciones, sus necesidades, su ansia de liberación.Y Dios responde a todo ese clamor. Viene a libe-rarnos, a salvarnos. Y lo hace a su manera…desde el no poder, desde los pobres y los limpiosde corazón.

José Alonso

1.- Para que la Iglesia que formamos todos sea luz en el vivir de cada día de todos los hombres ymujeres de la tierra, contagiando alegría y esperanza.

2.- Para que los últimos de nuestra sociedad: los inmigrantes “sin papeles” y sin trabajo, los pre-sos, los ancianos en soledad, los niños de la calle, los jóvenes de la droga, las mujeres sometidasy humilladas, ocupen el primer lugar en el corazón de la comunidad cristiana.

3.- Para que el Primer Mundo, harto de todo, sienta y experimente el hambre de lo más auténti-camente humano, que es Dios en nosotros.

4.- Para que reconozcamos que alguien nos escucha en nuestras “noches” y viene hasta nosotroscon buenas noticias.

5.- Para que la experiencia honda del Dios frágil y vulnerable, que se hace “pura necesidad” deniño, nos haga vivir alegres en la austeridad y el desprendimiento.

6.- Para que todo ser humano tenga la suerte de escuchar la Buena Noticia que causa alegría almundo entero, sin exclusión.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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“NOCHE DE DIOS”

Ambientación: Arpa de Navidad, Momentos de Paz-10.

El Adviento nos ha ido conduciendo hasta esta Noche Santa, noche de júbilo,de luz y de paz. Después de vivir intensamente las relaciones familiares en lacena de Nochebuena nos dirigimos, como los pastores de Belén, a recibir y ado-rar al recién nacido, el príncipe de la paz. Nuestra eucaristía irá “in crescendo”,desde el silencio hasta la explosión jubilosa del canto del Gloria.

Entrada: “Adeste, fideles”, (=Postrémonos) CLN 51; “Nace el Niño en un portal” CLN 64.

Gloria: De la Misa de Angelis (CLN C 1), acompañada del repique de campanas.

Salmo: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.Aclamación: “Aleluya. Ha nacido el Salvador” CLN 63.

Santo: de A. Alcalde, con aire navideño, en Paz a vosotros (SP).Comunión: “Noche de Paz” CLN 53; “Hoy en la tierra”, CLN 62 de C. Erdozáin;

Adoración del Niño: Villancicos populares de cada región, o algunos de los europeos conoci-dos. En el CRJ, Sección D, hay una buena selección. “En medio de la noche”, en la casete delmismo título (Pop. italiano); “Campana sobre campanas” (Pop. español); “Nunca suenan lascampanas” (Pop. alemán), “In excelsis Deo” (Pop. francés); “Jingle Bells” (Pop. inglés): trad.“Suenan campanas” en CRJ 148.

CANCIONES

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OTROS TEXTOS

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PREGÓNHermanos:

[Sed bienvenidos a la Misa del primer Gallo que canta en la medianoche].Como el ángel a los pastores:

“Os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor”.

Habéis sido invitados de muchos modos a participar en la Navidad:los centros comerciales y los anuncios televisivos,las luces de la calle y las felicitaciones,las comidas de empresa y la lotería,los portales de Belén y los árboles de navidad,la cena en familia y los villancicos.

Aquí, en la iglesia, en la asamblea cristiana,celebramos la verdad y la vida de Jesús de Nazaret.

Pero ¿creéis que la celebramos fehacientemente?Su verdad y su vida no fueron comerciales ni brillantes.Su nacimiento no estuvo enmarcado en rutilantes luces de farándula.No acudieron al portal casullas enjoyadas ni mitras señoriales.Su lugar de nacimiento en nada se parecía a nuestros templos.

Unos 500 años antes de Cristo, apareció en Jerusalén un profeta anónimo,cuya profecía, escrita en el libro de Miqueas, dice así: “Pero tú, Belén de Efratá, aunque eres pequeña entre las aldeas de Judá,de ti saldrá el que ha de dominar Israel...

El gobernará con el poder y la majestad de Yahvé su Dios”15. Los profetas no adivinaban el futuro, ni veían todo claro.

Su misión era proponer lo que Dios quiere en la situación real de sus oyentes.El pueblo esperaba un rey justo y bueno, como David, rey “según el corazón de Dios”16.El profeta les asegura que eso es también lo que Dios quiere.Pero la realidad contradice la voluntad de Dios:

cada nuevo rey de Jerusalén era un desengaño para la gente, Cada vez que moría un rey y subía su hijo,

el pueblo se preguntaba si éste sería el Mesías (el Ungido) esperado, el rey que traería la justicia, el bienestar y la paz al pueblo.

El profeta mantiene la esperanza: Dios no nos abandona,llegará un rey así, pero este rey no vendrá de Jerusalén;el ambiente de la corte no es “lugar” adecuado para un rey como David.

En esta ciudad los reyes se habían prostituido con el lujo y el poder.David no había nacido en el boato de la corte, sino en la pequeña aldea de Belén:

donde la vida se ve desde los últimos, desde los marginados, desde los pastores, mal vistos por aquella sociedad.

Si querían tener un Ungido (Mesías), un rey como Dios quiere, había que preparar la vida humilde y sencilla de Belén.

El profeta no pretendía fijar el lugar geográfico del nacimiento del rey. Invitaba a los reyes de Jerusalén a volver a la humildad y sencillez de sus raíces; mostraba el desacuerdo de Dios con el actual modo de ser reyes;pedía que los gobernantes dejaran el modo de vida lujoso y egoísta;

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instaba a revivir el estilo de vida sencilla del pasado lejano y hermoso, que hizo posible el nacimiento del gran rey David.

Como veis, el profeta no se refiere al nacimiento de Jesús, que vendrá al mundo quinientos años más tarde.

En la época de Jesús muchos judíos esperaban que esta profecía se cumpliera literalmente:“Muchos decían: <este es sin duda el profeta>. Otros decían: <Este es el Mesías>. Pero otros replicaban: <¿Acaso va a venir de Galilea el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la descendencia de David y del pueblo de Belén?”.17

Los apóstoles, después de la resurrección, están convencidos de que Jesús es el Mesías.Saben que Jesús era de Nazaret, una aldea lejana y desconocida.

Los relatos de Mateo y Lucas proponen a Jesús como nacido en Belén porque:su origen fue según el espíritu sencillo y humilde de la profecía,su vida llenaba los deseos de justicia y sabiduría del pueblo,su corazón sentía “que el Espíritu del Señor estaba con él,porque le ha ungido (hecho Mesías) para anunciar la buena noticia a los pobres,le ha enviado a proclamar la liberación de los oprimidos y dar vista a los ciegos,y proclamar el año de gracia del Señor”.18

Marcos y Juan no necesitan recurrir a esta profecía para proclamar a Jesús como Mesías:Marcos, al no escribir para judíos, señala que Jesús “vino de Nazaret de Galilea”;Para Juan, convencido de que Jesús “había salido de Dios y a Dios volvía”,

el origen terreno, en Belén o en Nazaret, carecía de importancia. El hecho de que venía de Dios (Jn 1,1-18) bastaba para declararlo Mesías. Por eso Juan mantiene el dato histórico del origen de Jesús en Nazaret.

Podemos celebrar que Jesús nació en Belén, como los primeros cristianos:porque él cumple el espíritu de la profecía: nacido en debilidad y sencillez;porque el Espíritu lo hizo, como a David, “un hombre según el corazón de Dios”;porque ha nacido a las afueras de la sociedad dirigente y poderosa;porque estuvo siempre preferentemente con los más débiles.

“A Dios nadie le ha visto jamás; el Hijo nos lo ha dado a conocer”.El Salvador, el Mesías, el Señor, es pequeño y pobre,

envuelto en pañales, recostado en un pesebre,necesitado de calor y de ternura, tiene frío y lloriquea,es rondado por marginados.

Con su vida nos ha enseñado a ser hombres:humildes y sencillos, preocupados por el bienestar de todos,mirando la vida desde los más débiles.

¿Cómo deberíamos celebrar su nacimiento?Sin duda, con gestos que produzcan: “Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres que Dios ama”Dando vida a quienes menos vida tienen: “gloria de Dios es el hombre viviendo”.Besando su imagen besamos a los más débiles, a los marginados, a los heridos,a los desfigurados por el hambre y la incultura, a todas las víctimas inocentes,a todo ser humano “que Dios ama” e invita a su reino de fraternidad universal.¡Feliz Navidad!

15 Mi 5,1-316 Hech 13,2217 Jn 7, 4218 Lc 4,18-19

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EXÉGESIS

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PRIMERA LECTURA: Is 52,7-10

El segundo domingo de adviento leía-mos un pasaje de Isaías del que decíamos era elcomienzo de una sección compuesta en Babilo-nia durante el exilio; el texto de hoy pertenecea esta sección. En aquel comentario destacába-mos que estos capítulos son un conjunto de pro-fecías que buscan prender en los corazones delos desterrados la esperanza de la restauración.Así el profeta anuncia, en nombre de Dios, elconsuelo y el perdón de sus pecados.

1) Son hermosos “sobre los montes lospies del mensajero que anuncia la paz”. Conestas palabras se abre nuestro texto. ¡Qué alegría-difícil de describir y de entender para quien noha tenido que sufrir el abandono forzoso de sutierra- el anuncio de que la pesadilla ya ha aca-bado! Expulsados de su tierra por la guerra, losisraelitas viven en Babilonia con la concienciade haber sido repudiados por su Dios por causade sus pecados. Sin tierra propia y sin dios quelos socorra son gente sin presente y sin futuro.Ni siquiera son ya pueblo, pues los ha rechaza-do el dios que les aglutinaba y les daba identi-dad.

Pero surge un mensajero, en este casodivino, que por los montes corea el anuncio depaz a estos exiliados. La imagen se correspondecon la antigua forma de pregonar y transmitirlos mensajes: un emisario corría hasta lo alto deuna colina, allí voceaba la noticia, que, percibi-da por otro, era llevada hasta el monte siguien-te, y así sucesivamente. Y de monte en monte, yde generación en generación, a través de mile-nios, el anuncio de aquel profeta llega hoy hastanuestros oídos. Es el eco vivo de la palabra deDios que, sin interrumpirse, sigue proclamandoa los desterrados de su pueblo, hoy no ya deIsrael sino de la humanidad entera, un mensajede esperanza.

2) ¡Tántas promesas de paz pronuncia-mos al cabo del día...! ¡tántos tratados de paz sefirman entre naciones beligerantes que mástarde terminan en nada...! La fuerza, el valor deeste anuncio del profeta no está en lo que sedice, sino en quien lo dice. Se le pide al mensa-jero que grite por los montes a Sión: “Tu Dios esRey”. Un coro de vigías proclaman desde todoslos altozanos que Dios se dispone a actuar enfavor de su pueblo; que trae la tan esperada paz;

Natividad del Señor

25 diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 52,7-10 Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios.Sal 97 Los confines de la tierra han contemplado ..Heb 1,1-6 Dios nos ha hablado por su hijo.Jn 1, 1-18 La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

Isaías anuncia a la ciudad en ruinas la presencia del rey victorioso (1ª lect). Jesús esla Palabra que habitó entre nosotros para que los hombres pudieran habitar con Dios.Recibir a Jesús es recibir la Palabra, luz que ilumina (Ev). El rostro de Jesús es refle-jo eterno de la divinidad (2ª lect).

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que con el grupo de exiliados retorna a Sión;que habitará de nuevo en su casa (el templo).Como no fue ajeno al dolor de su pueblo enEgipto, tampoco ahora Dios permanece impasi-ble ante el dolor de los deportados (cf. Is49,14s). El Señor va a actuar salvando, peroaguarda paciente el momento y busca losmedios para ejecutar sus planes.

El pasaje isaiano, muy influido por lacomprensión de la divinidad de la época, imagi-na la llegada de Dios con tintes militares. Comoun guerrero, “desnuda su santo brazo” y “todaslas naciones verán su victoria”; como antes vie-ron la derrota de Jerusalén y la destrucción de sutemplo.

Los planes de Dios se cumplirán enton-ces por mano de Ciro, rey de Persia. Pero aque-lla salvación sólo fue un paso en el conjunto delplan. En clave cristiana podemos decir que aúnno había llegado el tiempo definitivo. Llegadoéste, Dios actúa por sí mismo, por medio de suHijo. Esa es la gran alegría que la Iglesia cele-bra en este día y proclama por todos los montes.¡Bendita noticia para los desterrados!

SEGUNDA LECTURA: Heb 1,1-6

* La Carta a los Hebreos se inicia conuna frase solemne y bella, de una simetría per-fecta. Se trata de una antítesis entre el pasado(“en distintas ocasiones…”, “antiguamente”, “anuestros padres”, “por los profetas”) y el pre-sente de la revelación (“en esta etapa final”,“ahora”, “por el Hijo”). A pesar de emplear pro-fusamente el Antiguo Testamento y sus institu-ciones (especialmente el sacerdocio y el Tem-plo), la Carta a los Hebreos destaca en el NuevoTestamento por afirmar con claridad la supera-ción de la Antigua Alianza por la Nueva Alian-za. Paradójicamente, la carta está intitulada “alos hebreos”, e históricamente es probable quese dirigiera a cristianos de origen judío quepodían verse tentados de retornar al judaísmo.En ese contexto habrá que entender la posturaalgo polémica de la carta, no contraria al judaís-mo, sino que lo considera superado.

Suponiendo que la Carta a los Hebreossea uno de los escritos más tardíos del NuevoTestamento, la teología de este comienzo, y delos primeros capítulos, no es muy novedosa. Laconsideración de Jesús como Hijo de Dios yPalabra suya ya la conocemos en otros libros delNuevo Testamento, así como la participación deCristo en la creación (véase, por ejemplo, lascartas a los Efesios y Colosenses). Tiene su ori-gen, en parte, en la imagen de la Sabiduría divi-na (Sab 7,25-27): ella es efusión de la gloriadivina, espejo sin mancha que refleja el poder deDios para hacer todo. Cristo es la Sabiduría deDios, reflejo de esa sabiduría que creó, ordenó ysostiene el universo.

Bien conocida en el NT es también laconfesión de su exaltación y su sentarse a laderecha de Dios. La explicación de la muerte deCristo como muerte expiatoria, para “purifica-ción” de los pecados, tampoco aporta, en princi-pio, nada novedoso.

* ¿Cuál sería el mensaje específico dela Carta a los Hebreos? ¿Cuál sería esa “palabrapoderosa” que Cristo pronuncia junto a Dioshasta el final de los tiempos?

Habrá que ir hacia los capítulos centra-les de la carta (capítulos siete a diez) para des-cubrir la respuesta. La “palabra” que pronuncióel Jesús cuyo nacimiento hoy celebramos fue lamisma que pronunció María en la anunciación:“Entonces dije: ¡He aquí que vengo […] a hacer,oh Dios, tu voluntad! (Heb 10,7). Al igual queMaría (Lc 1,38), Jesús no ofreció sacrificios deanimales a Dios (fundamento de prácticamentetodas las religiones del mundo antiguo), sino supropia vida, su propio “cuerpo”, en obedienciafilial a Dios Padre.

El Jesús que se hizo hombre, que nosllama “hermanos” (Heb 2,12), llamó verdadera-mente, de corazón, y radicalmente, “Padre” aDios. De este modo, fiel a los hombres y fiel aDios, hizo de todos sus “hermanos” también“hijos”, y nos mostró el camino para ser “hijos”de Dios y “hermanos” unos de otros.

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EVANGELIO: Jn 1, 1-18

* El prólogo del cuarto evangelio esuna de las páginas más elaboradas y madurasdel canon cristiano del Nuevo Testamento. Es enmanera poética, la síntesis de todo el evangelio.Existe actualmente un cierto acuerdo sobre elproceso de formación del evangelio de Juan. Latradición oral palestina enraizada en el “discípu-lo a quien amaba Jesús” conoció el ensanche delos horizontes de la fe entre los años 50-70 d.C.Según la tradición (¿qué razones hay paranegarla?), la comunidad del evangelio se encon-traba diseminada en los centros del Asia pro-consular (Éfeso), donde el ambiente era neta-mente helenista (de lengua y cultura griegas). Osea, que la comunidad joánica abrió sus fronte-ras culturales y lingüísticas a la oikoumene grie-ga, permaneciendo al mismo tiempo fiel a suorigen semita.

Lo más llamativo de todo el poema es,sin duda, su capacidad para la “captatio benevo-lentiae” de un variopinto auditorio. El contem-poráneo griego del evangelista, aunque no leye-ra a Heráclito (s.VI a..C.) sabía de un Logos,razón inmanente del mundo. El hombre delhelenismo preocupado por la felicidad buscaba,por la influencia de la filosofía estoica, algunarazón (logos) que asegurara la coherencia deluniverso y la existencia misma. Al recurrir alconcepto de Logos-palabra, la comunidad quegestó el himno realizaba algo más que diálogocon su mundo; lo evangelizaba y se dejabaevangelizar.

* El conocedor del Antiguo Testamen-to también sintonizaba con esta nueva manerade ver las cosas. Ya un tiempo antes, el pensador

judío Filón de Alejandría propuso una verdade-ra personificación de la “Palabra” divina: ElLogos era una imagen de Dios, bajo la cual elhombre fue hecho, se había expresado a lo largode la historia a través de la Ley de Moisés. Todoesto, Filón o la filosofía griega, no eran sino pre-parativos.

* El autor de himno, profundamenteconmovido por el acontecimiento de Jesús,llegó más lejos: Jesucristo es el Logos-Palabra(no al revés). Echa mano del Antiguo Testamen-to y “reconstruye” la historia de la salvación:“En principio” no existió un acto creador deDios porque ya antes era el Logos-Palabra quese hallaba en comunión con él. Aún más, “Diosera el Logos-Palabra”; no porque se identifi-quen, sino porque el Logos-Palabra es Dios ensu obrar, es Dios que se revela.

O. Cullman recordaba que “para enten-der rectamente el prólogo debemos tener siem-pre en el oído el v 14 sobre el Logos hechocarne”. El concepto de carne, tanto griego (sarx)como hebreo (basar), describe la realidad huma-na en cuanto perecedera, débil, miserable y pre-caria. “Y acampó entre nosotros”. El griego(eskénosen) juega con el sonido de las conso-nantes para evocarnos el concepto hebreo deshekinah, la majestuosa Presencia de Yahvé enel Templo (Ex 25,8; Num 9,18). “Y hemos vistosu Gloria”. En la compresión hebrea, Yahvé esSantidad sublime, el tres veces Santo. La epifa-nía de su majestuosa y poderosa santidad es suGloria. La que hemos visto en el sentir, trabajar,amar y hasta llorar de Cristo, en el evangelio deJuan. Así que la encarnación no es un Deus abs-conditus, sino una Gloria revelata...¡en la carne!

EN TORNO A LA HOMILÍA“La noche, el caos, el terror, // cuanto a las sombras pertenecesiente que el alba de oro crece // y anda ya próximo el Señor”.

* “No temáis”, dice el ángel a los pas-tores. “No temas, María, has hallado gracia”.Ante Dios, el ser humano se siente pequeño,insignificante, tal vez impuro, o en peligro. Esuna reacción general que la Sagrada Escritura

recoge. “No nos hable Dios que moriremos;háblanos tú, Moisés…” Ante una acción mara-villosa de Jesús, Pedro cae de rodillas ante él:“Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”.

Pero hoy celebramos la Navidad… Y

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ya no hay motivo para el temor. “Alegrémonos:no puede haber tristeza cuando nace la vida”(S.León Magno). “Ha aparecido la gracia deDios que trae la salvación a todos los hombres”;“ha aparecido la Bondad de Dios y su amor alhombre…”, “según su propia misericordia nosha salvado”. Y si alguien tiene todavía algún rin-cón de su ser en el que anide el temor, que seuna al cortejo de los pastores y vaya hasta Beléna ver al “niño envuelto en pañales y acostado enel pesebre”…Y viéndolo así, ¡a ver si todavía ledura el miedo!

* Puede darse el caso que, al ver unniño como otro cualquiera, piense que “pocasalvación puede salir de ahí”, que es “uno detantos”… Quien así piense y sienta, que escucheel prólogo del evangelio de San Juan que hemosleído y medite estas palabras: “…la Palabraestaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. En laPalabra había vida y la vida era la luz de loshombres. La luz brilla en la tiniebla y la tinieblano la recibió….Y la Palabra se hizo carne, ypuso su tienda entre nosotros, y hemos contem-plado su gloria: gloria propia del Hijo único delPadre, lleno de gracia y de verdad”.

Ese niño del pesebre, es el mismo delque habla Juan y lo contempla “vuelto hacia elPadre y por medio del cual se hizo todo”. Éstees el lenguaje de Dios. Ésta su manera de venira rescatarnos de todas nuestras noches. No conla fuerza ni con exigencias sino con su “calor”humano y haciéndose “necesitado” para que,saliendo de nosotros, podamos servirlo. Ésta esla experiencia de los pastores que “fueron dere-chos a Belén a ver aquello que les había dicho elSeñor”. Y cuando fueron y vieron a María, aJosé y al Niño…quedaron llenos de gozo yasombro y contaron su experiencia. San Lucascomenta: “Todos los que lo oían se admirabande lo que decían los pastores.”

* A una experiencia semejante estamosllamados. La vida está llena de señales, de invi-taciones, de “seres acostados en todo tipo depesebres” que necesitan y esperan nuestra visi-ta, nuestro obsequio, nuestra alegría.

Ahí está Dios. Así es Él. En Jesús senos acerca tanto, se pone de tal modo a nuestrolado, que asume todo el rebajamiento de lospobres, los oprimidos, los olvidados. ¡Jamásnadie se hubiera atrevido a imaginar un rostrode Dios así! Pero ese es el Dios que Jesús pre-senta e insiste en que lo aceptemos: “Quien meve a Mí, ve al Padre”. Dios está ahí, en tu calle,a tu puerta, en tu casa, en el hospital…Sal a suencuentro. No te pesará. Ese encuentro hará deti un ser nuevo. También nos lo cuenta Lucas.Después que los Magos tuvieron el encuentrocon Jesús,” volvieron a su país por otro cami-no”. Ya eran otros. No podían volver por elmismo camino. Al venir buscaban la estrella “enel cielo” para que les guiara por los caminoshasta la cueva. Al volver no necesitaban estrellaporque la Luz de la Vida, la Gracia de la Salva-ción la llevaban en el corazón y desde entoncesfueron sus mensajeros.

Así sucede en todo encuentro conDios. Hasta los niños de Fátima hacían cosasque llamaban la atención a los otros niños y a losmayores: repartían su comida, regalaban losjuguetes que antes les habían entusiasmado,hacían penitencias y oraban por los pecado-res,…Y cuando alguien les preguntaba por quéhacían esas cosas, ellos contestaban con senci-llez infantil pero con profundidad mística: “Esque después de haber visto lo que nosotroshemos visto, no podemos seguir siendo igual”.

¡Ojalá que esta Navidad sea para noso-tros la Navidad del encuentro con el Dios deJesús: el Dios cercano que no mete miedo; elDios que habita en nuestros hermanos y esperaque le reconozcamos y le sirvamos en ellos; elDios de los pobres y necesitados que se hizopobre Él para enriquecernos con su pobreza…!

Si el Señor nos regala con alguna deestas gracias cantaremos con el profeta Isaías:“¡Qué hermosos son sobre los montes los piesdel mensajero que anuncia la paz, que trae labuena nueva…! Romped a cantar a coro, ruinasde Jerusalén, que el Señor consuela a su pue-blo…”.

José Alonso Rz

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Oremos a Dios que hoy nos habla de una manera nueva por medio de Jesús

1. Para que reconozcamos su presencia en los signos que hoy nos ofrece. Oremos al Señor

2. Para que, como miembros de la Iglesia, seamos puente entre el Señor que viene y los herma-nos que todavía no conocen su “voz”.

3. Para que reconozcamos que alguien nos escucha en nuestras “noches” y viene hasta nosotroscon buenas noticias.

4. Para que todo ser humano tenga la suerte de escuchar la Buena Noticia que causa alegría almundo sin exclusión.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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CANCIONES

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“HA AMANECIDO EL DÍA”Ambientación: “Aleluya” de El Mesías (G.F. Häendel).

La esperanza se ha abierto paso en la noche y nos ha inundado de luz; la alegríaha henchido nuestras vidas. La esperanza ha renacido. Un niño, pobre y débil,nos la ha traído. Él acampa entre nosotros; se hace uno de nosotros. Damos gra-cias al Señor y le cantamos “un cántico nuevo”, “con clarines y al son de trom-petas”.

Entrada: “In excelsis Deo” CLN 67; “Hermanos, Dios ha nacido”, (himno de Laudes). EnSeréis mi pueblo (Pax).

Gloria: “Gloria” de F. Palazón. CLN C; Gloria de la Misa de Angelis.

Salmo: “Los confines de la tierra ...”, LS, pgs. 51-56. Antífona de A. Taulé.

Ofrendas: “Nos has hecho para ti, Señor; Tú eres la plenitud de todo bien. Recibe nuestraofrenda como muestra de nuestro reconocimiento y disponibilidad”. “El tamborilero”,CLN 56.

Santo: CLN 1 8.

Paz: “Os deseamos la paz”. Hermanos en fiesta (Pax) . La 1ª estr reproduce el texto de la1ª lectura de hoy: “¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anun-cia la paz!”.

Comunión: “Es Navidad” (=Cantemos todos) CLN 59; “Hoy en la tierra” CLN 62.

Despedida: “Adeste, fideles” CLN 71; “Nunca suenan las campanas” CLN 54; “Nace denuevo” CLN 58.

OTROS TEXTOS

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Dios nos ha hablado por un Hijo. (Heb 1,1-6)

- En la “misa del día” leemos el frag-mento inicial de la carta a los Hebreos. Es unareflexión homilética dirigida a cristianos de ori-gen judío tentados de volver al judaísmo. En lasimetría inicial insinúa la superación del judaís-mo: el Dios que habló muchas veces y demuchos modos antiguamente a los Padres en losprofetas, al final de estos días nos habló en un

Hijo, al que constituyó heredero de todo, a tra-vés del cual también hizo los mundos (1,1-2).Presenta a Jesús como “resplandor de su gloria(“luz de luz”, ratificará el concilio de Nicea) eimagen de su ser (sello, marca, carácter, de suser), sosteniendo todo con la palabra de supoder, haciendo limpieza de los pecados, sesentó a la derecha de la Majestad en las alturas,

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llegado a ser tanto más poderoso que los ángelescuanto más diferente es el nombre heredadojunto a ellos (vv.3-4). El nombre dice la reali-dad: es Hijo. Los textos de la Escritura se cum-plen en Cristo: Sal 2,7; 2Sam 7,14 y Dt 32,43:Mi Hijo eres tú...; seré para él un padre y él serápara mí un hijo; adórenlo todos los ángeles... Laúltima expresión se sitúa al introducir al primo-génito en el mundo (oikoumene: la tierra habita-da o civilizada). Se piensa mayoritariamenteque ese “mundo” es la ciudad celeste (Heb11,14-16; 12,22; 13,14), inaugurada con la resu-rrección de Jesús.

- Es preciosa la reflexión de san Juande la Cruz sobre Jesús como la Palabra encarna-da de Dios: “... en darnos, como nos dio, a suHijo, que es una palabra suya, que no tiene otra,todo nos lo habló junto y de una vez en esta solapalabra y no tiene más que hablar... Éste es elsentido de aquella autoridad con que comienzasan Pablo a querer inducir a los Hebreos a quese aparten de aquellos modos primeros y tratoscon Dios de la ley de Moisés, y pongan los ojosen Cristo solamente... en estos días nos lo hahablado en el Hijo todo de una vez (Heb 1,1ss).En lo cual da a en tender el Apóstol, que Dios ha

quedado como mu do, y no tiene más que hablar,porque lo que ha blaba antes en partes a los Pro-fetas, ya lo ha ha blado en él todo, dándonos alTodo, que es su Hijo... Haría agravio a Dios noponiendo los ojos totalmente en Cristo... Pon losojos sólo en él, porque en él te lo tengo dichotodo y revelado, y hallarás en él aún más de loque pides y deseas... Dán doosle por hermano,compañero y maestro, precio y premio... Este esmi amado Hijo en que me he complacido; a éloíd... porque yo no tengo más fe que revelar, nimás cosas que manifestar... Mira a mi Hijo,sujeto a mí y sujetado por mi amor, y afligido yverás cuántas te responde... Mírale a El tambiénhumanado, y hallarás en eso más que piensas...En Cristo mora corporalmente toda plenitud dedivinidad... Cuando expiró... no sólo se acaba-ron esos modos; sino todas esas otras ceremo-nias y ritos de la Ley Vieja, Y así, en todo noshabemos de guiar por la ley de Cristo hombre yde su Iglesia, y de sus ministros, hu mana y visi-blemente... No se ha de creer cosa por vía sobre-natural, sino sólo lo que es en señanza de Cristohombre, como digo, y de sus ministros, hom-bres” (Subida del monte Carmelo, L. 2º, c. 22,3-7).

ORACIÓN: Dios nos ha hablado por un Hijo. (Heb 1,1-6)

Jesús, palabra humana de Dios.Hoy los cristianos nos acurrucamos alrededor de tu nacimiento.Te contemplamos en un pueblo insignificante, desconocido;

has sido envuelto en pañales;te han recostado en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada;tus padres te acarician tiernamente;acude gente humilde de los alrededores;respiras la atmósfera de los animales...

Es la primera aparición concreta, histórica, entre nosotros;aparición que se prolongará durante toda tu vida;

creciendo en estatura, sabiduría y gracia ante Dios y los hombres;sujeto al amor del hogar de Nazaret, con José y María;

trabajando humildemente para vivir con el sudor de tu frente;acercándote al movimiento renovador del Bautista;aceptando el Espíritu del Padre que te llenará de su amor;saliendo a los caminos de los que menos vida tienen;curando y acogiendo a todos sin discriminación;denunciando y enfrentándote con los causantes de la miseria;dando la vida por el reino de Dios.

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En el niño cuyo cumpleaños celebramos hoy, en ti, Jesús de Nazaret, vemos al Padre Dios que nos habla;tú eres el resplandor de su gloria, “la luz de su luz”;tú eres la imagen de su ser, de su amor, de su bondad;tú nos traes la buena noticia de su Amor incondicional siempre;tú nos has abierto su corazón de Padre comprensivo y perdonador;tú nos entregas su Espíritu que nos hace hijos y hermanos.

Por eso, Jesús nacido, necesitado como nosotros, te miramos:“ponemos los ojos en Ti solamente; Dios, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez.Haríamos agravio a Dios no poniendo los ojos totalmente en Ti, Cristo...Dios te nos ha dado por hermano, compañero y maestro, precio y premio...Te miramos a Ti, Hijo de Dios, sujeto a Él y sujetado por su amor,

y afligido..., también humanado... En Ti, Cristo, mora corporalmente toda plenitud de divinidad...Nos hemos de guiar por la ley de Cristo hombre y de su Iglesia,

y de sus ministros, hu mana y visiblemente...”19.Mirándote a Ti, Jesús de Nazaret, no manipulamos a Dios:

tu vida es una invitación a seguirte en tu misión existencial;no basta adherirnos afectivamente a Ti, darte culto, ser tu amigo;sino “no ser sordo a tu llamamiento, mas presto y diligente

para cumplir tu santísima voluntad”; es decir, “contento de comer como tú, y así de beber y vestir, etc;asimismo, he de trabajar contigo en el día y vigilar en la noche, etc.;trabajar contigo, porque, siguiéndote en la pena, también te siga en la gloria”.20

Tú vienes a hacer la voluntad del Padre, como María y José21:ofreces tu vida -¡vives!- como Dios quiere;trabajando por el reino del Padre y los hijos;llevando una “existencia según pobreza, oprobios, humildad, y de ahí todas las virtudes”;rechazando una “existencia de riquezas, honores y soberbia, y de ahí todos los vicios”.22

Adorándote en el pesebre, siento, como Ignacio de Loyola,que “por imitar y parecer más actualmente a Cristo nuestro Señor, quiero y elijo más pobreza con Cristo pobre que riqueza, oprobios con Cristo lleno de ellos que honores, y desear más ser estimado por vano y loco por Cristo, que primero fue tenido por tal, que por sabio ni prudente en este mundo”.23

Rufo González

19 Juan de la Cruz: Subida del monte Carmelo, libro 2º, cap 22,3-7. El seguimiento de Jesús se hace verificable al vivirhumanamente como él. ¿Por qué Jesús atrae y parte de la Iglesia -la más visible- no?20 S. Ignacio: EE n. 91, 93, 95.21 Lc 1,38; Mt 1,24.22 S. Ignacio: EE n. 142, 146.23 S. Ignacio: EE n. 167.

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* * *SILENCIO

¿Y ése es el hablar de Dios?

Dicen que Él es la Palabra del Padre. Lo miro y es Niño de un día. No habla:a lo más, sonríe y llora.

Y es verdad: eres Palabra del Padre, que para hablamos se ha quedado en Ti callada. ¿Y quién podría decimos lo que tus silencios hablan? Infante -el que no habla-, ¡Y cuánto dice Dios en lo que Él calla!

Nunca nos habló tan alto como cuando su voz baja para hacerse este infinito silencio de su Palabra callada en forma de Niño callada en la Forma blanca en la que mis labios ponen al Dios que en Belén callaba. ¿Y quién podrá hablar de Ti, si Tú para hablar te callas?

El cielo quiso decirte,

y por suprema alabanza calló el cielo media hora. Toda la creación calladaquedó al venir en la noche de sus reales moradas sobre silencios de Dios tu Omnipotente Palabra.

Misterio del gran silencio fecundo en que te engendrara el Padre en los resplandores de aquella eterna mañana, en la mitad de la noche que nuestro día alumbraba, al corazón del silencio todas las cosas entraban.

Si alguna palabra hubiese que aquel silencio expresara! Pero en Ti lo tengo todo,posesión de mi esperanza, ya que el Padre en tu silencio comprometió su Palabra”.

(Ángel Martínez)

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PRIMERA LECTURA: Eclo 3,2-6.12-14

El autor del texto es un sabio israelitaque elabora su obra a principios del siglo II a.C.en unas circunstancias en que su pueblo y sustradiciones sufren una fuerte presión por lasmodas y costumbres extranjeras, en aquelmomento, las helénicas. Ante el peligro de quelas tradiciones y hábitos de vida israelitas sepierdan en favor de nuevos modos de ver la viday de construir la sociedad, nuestro autor recogey pone por escrito las reflexiones que maestrosprecedentes han venido haciendo durante siglos.

1) Este pasaje se escribe en el contextode la antigua sociedad israelita, que difiere nota-blemente de la nuestra. Eso nos obliga a hacerun esfuerzo de comprensión con el fin de distin-guir lo que en él hay de transmisión de unas tra-diciones, perfectamente válidas para aquellaépoca, y lo que podríamos llamar con propiedadrevelación bíblica. No todo lo que aparece en laBiblia es revelación, es decir, no todo refleja connitidez el plan salvífico de Dios sobre la huma-nidad, su voluntad sobre nosotros. Así por ejem-plo, se pone mucho énfasis en el padre, comoguía y autoridad en la familia, relegando a la

madre a un segundo plano, ensalzando sus labo-res domésticas y educativas. También, la retri-bución divina se centra, sobre todo, en la abun-dancia de los bienes, para sostener la vida fami-liar, y de los hijos; como queda bien reflejado enel salmo que se proclama a continuación de lalectura. La familia israelita es la patriarcal.

Tardíamente llega a la teología israeli-ta la reflexión sobre una posible existencia trasla muerte. Toda la esperanza humana quedabalimitada a esta vida. El abundante número dehijos posibilitaba, al menos, una prolongaciónen el tiempo de la vida de los padres en la des-cendencia. Era un don de Dios concedido a susbuenos servidores. La esterilidad de la mujerera, por esta razón, una de las peores desgraciasque Dios podía enviar a una familia. Nuestrocontexto cultural es muy diferente. Reproducir,o empeñarse en revivir modelos antiguos, aun-que aparezcan en la Biblia, no se relaciona conla fidelidad a la revelación, sino con una equi-vocada interpretación de la misma.

2) Pero detrás de estas tradicionesfamiliares antiguas, se transmite también larevelación divina. En nuestro caso podemos

EXÉGESIS

Sagrada FamiliaJesús, María y José

30 de diciembre de 2011

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Eclo 3,2-6.12-14 El que teme al Señor honra a sus padres”(o Gen 15,1-6;21,1-3)Sal 127,1-5 Dichosos los que temen al SeñorCol 3,12-21 Vida de familia vivida en el Señor.Lc 2,22-40 El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría.

En el clima navideño la liturgia presenta a la familia de Nazaret como modelo yescuela de vida familiar. Las lecturas presentan una triple familia: la patriarcal (1ªlec), la nazarena (Ev), la cristiana (2ª lect). La Palabra de Dios insiste en los debe-res más que en los derechos de cada miembro de la familia (1ª lect.), en el amor yla gratuidad (2ª), en la apertura al misterio.

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destacar dos enseñanzas muy importantes paraaquel momento, y quizá más necesarias hoy: elrespeto y la atención de los mayores.

El autor tiene ante sí la realidad demuchas familias que, influidas por las nuevasmodas sociales, se desentienden de los ancianosporque escasean sus fuerzas o han perdido lacabeza. También en aquella sociedad, como enla nuestra, se privilegia el vigor y la prepotenciade la juventud. En consecuencia, los mayoresson orillados; sirven de poco o son una rémorapara los nuevos tiempos.El sabio autor, con elfin de instruir a sus discípulos, relaciona el tra-dicional respeto a los ancianos que siemprehubo en Israel con los planes divinos. ¿Quéquiere Dios de sus fieles en estas circunstan-cias? Cuidar de los mayores. El mandato dehonrar a los padres que aparece en el decálogose concreta ahora en respetar su autoridad, enatenderles en su enfermedad o en su vejez, enespecial cuando su mente ya flaquea y están, porello, más desvalidos. Obrar así es conforme conla voluntad divina; lo contrario sería ofender nosolo a los padres, sino también a Dios.

3) Dios tiene muy en cuenta el proce-der de los hijos con los padres ancianos; y suretribución no tarda en llegar. Según la creenciareligiosa de la época, esta se sustancia en el per-dón de los pecados, en una abundante prole, enla atención de las oraciones y en una larga yventurosa vida.

SEGUNDA LECTURA: Col 3,12-21

* En la fiesta de la Sagrada Familia laliturgia ha escogido uno de los “códigos domés-ticos” que hallamos en el Nuevo Testamento, elde Colosenses, más breve que Ef 5,21s y menosduro a oídos modernos que 1Tim 2,9-15. Estostextos causan en ocasiones dificultades en losmiembros de la comunidad que no comparten laidea de “sumisión” de las mujeres a los maridos.No es infrecuente que en alguna ocasión inclusose omitan en la lectura el párrafo final. Seríaconveniente, quizás, aclarar algo este asunto.

* En primer lugar, se debe recordar

que, para entender bien un texto bíblico (y engeneral cualquier texto antiguo), debemos con-textualizarlo. Sólo así nos acercaremos a suvalor real en el momento en que fue escrito, a la“intención” de los autores, que es lo que la Igle-sia nos invita a descubrir en primer lugar.

Es claro que, con contadas excepcio-nes, el papel de la mujer en el mundo grecorro-mano era de sumisión al varón, considerada fre-cuentemente como inferior a él. Véase, porejemplo, lo que dice el gran filósofo Plutarco(“Avisos a la novia y el novio”): “No sólo elbrazo de la mujer virtuosa, también su discursodebería retraerse del espacio público, y deberíaser modesta y guardarse de decir nada anteoídos de extraños, puesto que eso significaexponerse ella misma, puesto que en el hablapueden verse sus sentimientos, su carácter y sudisposición” (142B); “una mujer debería hablaro a su marido o a través de su marido” (142B).Siesto era así en el mundo pagano, lo era aún másclaramente en el mundo judío, como recuerdaFlavio Josefo, Contra Apión, 201: “La mujer,dice la Ley, es en todas las cosas inferior alhombre. Que sea, pues, sumisa, no para suhumillación, sino para que pueda ser dirigida;porque la autoridad ha sido dada por Dios alhombre”.

Así pues, en un contexto social y cultu-ral en el que la mujer era considerada un serinferior, algunos textos cristianos compartencon su época esta visión no paritaria del matri-monio, pero nunca apoyan el que la mujer seapor naturaleza desigual o inferior al varón. Másbien al contrario, en el Nuevo Testamentovemos frecuentemente, y muy especialmente enlas cartas de Pablo, que las mujeres compartencon los varones tareas similares de evangeliza-ción y cuidado de las comunidades.

* En segundo lugar, y yendo al textoconcreto de Colosenses, hemos de leer conjun-tamente las exhortaciones al amor mutuo y lasrecomendaciones sobre el matrimonio. A dife-rencia de los códigos domésticos antiguos, quenormalmente daban instrucciones al varón decómo gobernar su casa, en Colosenses al varón

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se le pide “amar” a su mujer, y en los versículosanteriores se nos ha dicho qué tipo de amor eseste: “misericordia entrañable”, “humildad”,“perdón”, en resumen, el amor que mostró Jesúspor los demás. De este modo, el papel del mari-do, como el de la mujer, queda radicalmentetransformado: uno y otro deberán entregarsemutuamente con las mismas actitudes de amor yservicio que mostró Cristo.

La iglesia no ha inventado el matrimo-nio ni el hogar, sino que asumió estas realidades,con sus defectos y limitaciones culturales, altiempo que los fue transformando y reinterpre-tando a partir de la revelación cristiana. Estatarea es también válida para el día de hoy¿Cómo seguir transformando una instituciónsocial como el matrimonio en ocasión de graciay de vida cristiana?

EVANGELIO: Lc 2,22-40

Para Lucas la historia tiene por centroa Jesús. Su vida estuvo precedida por Israel,pueblo donde tuvo lugar la promesa y prepara-ción del Mesías. Estamos en el quicio de la his-toria: Jesús cierra una etapa (la promesa), reali-za la voluntad de Dios (cumplimiento), y abre laúltima etapa (consumación de la historia) queharán sus testigos (la Iglesia), con la fuerza delEspíritu Santo, hasta el fin de los tiempos. Estaescena de la manifestación de Jesús en el Tem-plo empalma la etapa de Israel con el tiempo deJesús. Dos figuras venerables del antiguo Israel,Simeón y Ana, tipos del Israel piadoso que espe-ra al Mesías, presentan la nueva etapa. “Misojos han visto a tu Salvador”, y “daba gracias aDios y hablaba del niño a todos los que aguar-daban la liberación de Israel” (de “Jerusalén”literalmente) son los puntos de sutura histórica.

La ocasión viene servida por el cum-plimiento del ordenamiento de la purificaciónde la parturienta y la presentación del primogé-nito. José y María insertan a Jesús en las institu-ciones. Aparece la pobreza familiar al ofrecer elsacrificio de los pobres (Lev 12,6-8). El Espíri-tu Santo da a entender que aquel niño es el

Mesías a dos ancianos (Simeón y Ana), repre-sentantes del pueblo pobre de Israel, que “aguar-da el consuelo de Israel” y “la liberación deJerusalén”. Estas palabras recuerdan al SegundoIsaías que anuncia la salvación para todos lospueblos e invitan a consolar al pueblo del exilio:“Consolad, consolad a mi pueblo dice el Señor,hablad al corazón de Jerusalén y decidle (Is 40,1ss). Este niño será, “luz de las naciones y glo-ria de Israel” (Is 42,6; 49,6; 52,10).

Simeón se dirige también a María, lamadre. Anticipa lo que Lucas subraya en todo suevangelio: “¿Pensáis que he venido a traer pazen la tierra?” (Lc 12,51-53). Optar por Jesús lle-vará consigo antítesis. “A ti, una espada te tras-pasará el alma”, es un modo de expresar su aso-ciación al Hijo cuya obediencia a Dios está porencima de los vínculos familiares.

Una mujer anciana completa la escena.Es presentada como “profetisa”; dice por tantolo que Dios quiere decir. Es, por tanto, uno delos “centinelas” del pueblo “que alzan la voz,gritan a una porque ven cara a cara regresar aYahvé a Sión” (Is 52,8). Ella (literalmente)“alternaba en las alabanzas” y “hablaba de él atodos los que aguardaban la liberación de Jeru-salén”. La “liberación de Jerusalén” recuerdatambién a Isaías 52,9: “gritad de júbilo, exultadjuntamente, ruinas de Jerusalén, pues Yahvé seha compadecido de su pueblo, ha redimido aJerusalén”.

Termina el texto con la vuelta “a suciudad de Nazaret” y su crecimiento integral:físico, espiritual y religioso. Esta sobriedad dedatos, interrumpida por la intervención magiste-rial a los doce años en el templo, cierra el capí-tulo; sólo añade la obediencia a sus padres y laguarda de recuerdos en el corazón de la madre.(Lc 2,51-52). En esta continencia llamativa dedatos biográficos (veinticinco años en apenascuarenta líneas), los comentaristas espiritualesven la teología de la vida oculta de Jesús: su rea-lidad humana, su abajamiento, el aprecio por eltrabajo y la familia, el servicio de María y José.

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EN TORNO A LA HOMILÍA

1. Hay familias

Los días de Navidad son esencialmen-te fiestas familiares. Cuando la familia goza debuena salud se celebra la unión, se refuerzan loslazos, se curan las heridas: comidas, reuniones,visitas, llamadas… Cuando se han roto vínculosy afectos es momento que se nos ofrece pararevisar las causas y reactivar la voluntad derepararlos. En otros casos, sin embargo, cuandolas separaciones se han hecho definitivas, quedala nostalgia, la tristeza o las ganas de olvidar.Pero siempre con el sentimiento de que la fami-lia es un don que merece la pena cuidar y prote-ger. Esta es la realidad.

Algunos hablan de “la” familia engeneral como uno de los mayores bienes “patri-monio de la humanidad”, con el peligro de hacerficción, pero en realidad lo que existe son fami-lias concretas. En una sociedad tan plural e indi-vidualista como la actual las formas de vidafamiliar son muy diversas dependiendo de múl-tiples factores (culturales, sociales, afectivos,económicos…), por lo que cualquiera de ellas sehalla sometida a pruebas insospechadas hastaahora. La importancia de la institución familiary las dificultades que atraviesan las familiasconcretas hace que en cualquier ciudad se mul-tipliquen un sinfín de iniciativas que tienencomo objetivo directo la acción y ayuda deíndole social, educativa, jurídica o psicológica alas familias. A mí me resultan cercanas, y segu-ramente a muchos: un “instituto de la familia”,un “centro de atención a las familias”, “orienta-ción familiar”, profesionales de intervencióncon familias desestructuradas, políticas familia-res…

Dentro de este tiempo de Navidad enque celebramos el misterio del nacimiento delHijo la iglesia nos propone celebrar la fiesta deuna familia concreta. Jesús no sólo se gesta en elseno de una mujer sino que nace y vive en unafamilia, y se inserta en la vida e historia de unpueblo con sus creencias, sus tradiciones, sucultura y sus valores. “Cuando se cumplió el

plazo envió Dios a su hijo, nacido de mujer,sometido a la ley”.

2. Familia de Nazaret

La familia de Nazaret es hoy la prota-gonista. Es el modelo que contemplamos, elejemplo de familia creyente que estamos llama-dos a seguir; no en lo extraordinario sino en loordinario y básico. El evangelio de hoy la pre-senta enraizada en su pueblo y obediente alEspíritu que habla a través de las Escrituras y delos hombres. “Llevaron a Jesús a Jerusalén parapresentarlo al Señor, de acuerdo con lo escritoen la ley del Señor”.

Contemplamos a esta “trinidad en latierra”, signo de la otra comunidad trinitaria.Unos padres entregados de lleno a un proyectode salvación que les sobrepasa y no les ahorradificultades; unos padres movidos por el Espíri-tu; unos padres vertidos hacia el hijo pero sinintentar sacar ventaja de él ni hacerle objeto desu propiedad. Un hijo que asume su condiciónhumana sin quemar etapas. “El niño iba crecien-do y robusteciéndose; y se llenaba de sabiduría;y la gracia de Dios lo acompañaba”. Crece físi-ca, humana y espiritualmente.

3. Escuela de amor

Los evangelios otorgan a María y Josélos títulos de “llena de gracia” y “hombrebueno”. Sin duda Jesús aprendió de estos maes-tros de la escuela de Nazaret, sin libros nimuchas palabras, lo que se manifestaría despuésen su vida y que aparece en la carta de Pablo:“sea vuestro uniforme la misericordia entraña-ble, etc…” Allí aprendió a “ser misericordioso”,“a dar el corazón al mísero”, a ser bueno contodos, a ser comprensivo y perdonador, a pasarpor la vida haciendo el bien”… “Y por encimade todo, el amor”. Familia en amor y familiaabierta; convivencia en el amor y encarnaciónen mundo necesitado. La familia de Nazaret essobre todo porque no aparece replegada sobre símisma, celosa guardiana de su tranquilidad pri-vada, sino abierta a los demás y al Espíritu queles habla a través de ellos.

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Movidos por el Espíritu, Simeón yAna, acertaron a descubrir en esta familia, porsu modo de estar y acercarse al templo, al queera “luz para alumbrar a las naciones, y gloria detu pueblo, Israel”. Aquel era un hijo del Israelfiel, pero estaba llamado a ser, ya era, luz paratodos los pueblos y todos los tiempos.

4. Familia de Dios

La comunidad cristiana se llama a sí

misma familia y está llamada a ser la familia delos hijos de Dios. Apoyados en Cristo, nuestrohermano, nos dirigimos a Dios como Padre.Juntos nos reunimos en torno a una mesa fami-liar para compartir el pan. No sólo comulgamosa Cristo sino que compartiendo el amor comul-gamos con los demás hermanos. No podemosusar el nombre de Dios en vano. “Por encima detodo, el amor”

Santiago Rz Delgado

Reunidos con la Familia de Nazaret, María, José y Jesús, elevamos a Dios Padre nuestra oraciónconfiada: Concédenos vivir por caminos de hermandad.

1. Oremos por la Iglesia, para que sea y se manifieste a la sociedad como verdadera familia, enla que se ama, se perdona y se valora a cada persona. Oremos.

2. Oremos por los gobernantes, para que sean celosos en promover la ayuda a las familias, ypor los profesionales que las acompañen en la educación, vivienda e integración de sus miem-bros. Oremos.

3. Por todas las familias, para que el Señor, que quiso participar de la vida de familia de Maríay José, les mantenga en paz y armonía. Oremos.

4. Oremos especialmente por las familias que, cerca de nosotros, viven situaciones traumáticasde separación. Oremos.

5. Por nuestras propias familias, para que sepamos superar los conflictos y dificultades con labondad, comprensión y amor de la familia de Nazaret. Oremos.

Acoge, Padre, nuestras súplicas y, por intercesión de la Sagrada Familia, bendice el amor detodas las familias del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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“POR ENCIMA DE TODO, EL AMOR”

Ambientación: “Pueblos de la tierra”, en Melodías para la contemplación-1 (SP).

Las familias tienen un espejo donde mirarse y un modelo que imitar: la familia deNazaret. Nazaret es una escuela de oración, de diálogo, de comprensión. Nazaret esla casa del artesano en la que Jesús vive con sus padres creciendo en sabiduría, enestatura y en gracia ante Dios y los hombres.

Entrada: “En medio del silencio” CLN 52; “En el taller de Nazaret”, en María siempre (Pax).

Salmo: “Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos”.

Santo: CLN 1 6.

Fracción: “Cordero de Dios...”

Comunión: “Una familia que se quiere” en No apaguéis vuestro amor (SP); o “Como brotes deolivo” CLN 528.

Despedida: “Danos un corazón grande para amar” CLN 718.

CANCIONES

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OTROS TEXTOS

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“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Sobrellevaos mutuamente y perdonaos (Col 3, 12-21)

- El principio fundamental, según estacarta, que debe orientar nuestra vida, es: aspirada los bienes de arriba, no a los de la tierra (Col3,2). “Froneite” (derivado de “fren”: diafragma)expresa el pensamiento consciente, el deseo, latendencia que orienta y envuelve todo el ser.Suele traducirse por “estad centrados en...”,“apeteced”, “aspirad”, “pensad”. Desde aquí seentiende la lectura de hoy.

El bautismo es la consagración funda-mental del cristiano: al aceptar a Jesús, recibi-mos la fuerza de su Espíritu que nos intima quesomos hijos de Dios, nos relaciona con el miste-rio de Dios como hijos a quien el Padre ama yperdona, y a Jesús como hermano mayor quenos reúne en la comunidad que Dios quiere, ensu Pueblo. La misión de este Pueblo es la mismade Jesús: anunciar y realizar el Reino. “En laIglesia hay unidad de misión, pero diversidad deservicio” (Conc. Vat. II: Decreto sobre el apos-tolado de los seglares, nº 2). Esa es la misióncompartida. Cada uno la realizará según losdiversos dones y servicios, pero todos “compa-ñeros en misión”, “cuerpo apostólico en segui-miento” de Jesús, “otros Cristos”24, elegidos deDios, santos y amados. De aquí el vestido uni-forme de Jesús: entrañas de misericordia, bon-dad, humildad, dulzura, paciencia, soportándoosunos a otros y perdonándoos (jaridsomenoi:conceder gratis) si alguno tiene queja contra

otro: tal como el Señor os `concedió gracia´, asívosotros. Sobre todo esto (vestid) el amor (aga-pen), ligamento de la perfección (conclusión,madurez). Y decida en vuestros corazones la pazde Cristo, hacia la que también habéis sido lla-mados en un solo cuerpo. Y llegad a ser agrade-cidos.La palabra de Cristo habite en vosotrosabundantemente, enseñándoos y aconsejándooscon toda sabiduría, cantando gratis (“en gracia”)a Dios en vuestros corazones con salmos, him-nos, cantos espirituales. Y todo lo que hagáis depalabra o de obra, todo en nombre del SeñorJesús, dando gracias a Dios Padre por medio deél.

- Estas actitudes las aplica a la familia(3,18-21). Leemos un “código domésti co”, másbreve que Ef 5,22s y más tolerable actualmenteque lTim 2,9-15. Para valorarlo bien es necesa-rio conocer el contexto en que fue escrito. Lacultura epocal marginaba a la mujer; el maridoera jefe de familia. De aquí: mujeres, someteosa los maridos como conviene en el Señor. Mari-dos, amad (“agapate”: amor desinteresado) a lasmujeres y no seáis duros con ellas. La matiza-ción, como conviene en el Señor y el amad,supone que el hogar cristiano es invitado a vivirel amor de Jesús hasta la muerte. Igualmente eltrato entre padre e hijos (obediencia y trato ama-ble) debe hacerse en el Señor.

ORACIÓN: Sobrellevaos mutuamente y perdonaos (Col 3,12-21)

Jesús uniformado y madurado en el amor.Necesitamos contemplar tu vida tan libre de la leyes morales del judaísmo,de las normas religiosas del templo,de la familia tradicional.Tú, como cualquier contemporáneo nuestro, no aceptas códigos de moral;

para ti la conducta no es buena o mala según el código impuesto;la base de tu moral no es la obediencia a la autoridad.

24 Recomiendo la lectura del artículo de Carles Marcet, SJ: La misión compartida en las parroquias; SAL TERRAE Revis-ta de Teología Pastoral. Junio 2011, n. 1.157; p. 509-523.

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Tú nos invitas a conocer el valor de nuestros actos:¿aportamos vida con nuestra conducta?¿rescatamos de la miseria física, cultural, espiritual...?¿vivimos desde el amor desinteresado que llueve y a hacer salir el sol para todos?

Tú educas nuestra conciencia desde el Amor más genuino y universal:nos das a entender que la vida es un regalo desinteresado;sentimos que este mundo es de todos y para todos;nuestra libertad ha ido deteriorando la inspiración original;hemos convertido la casa humana en campo de guerra;el poder, la acumulación de bienes, el afán de gloria... nos han pervertido.

Tú, Jesús libre y lleno de Amor, quieres a restaurar nuestra vida desde el corazón: nos infundes tu Espíritu de amor universal;nos devuelves la conciencia de ser hijos del Amor, hermanos en el Amor.

Hoy leemos un despliegue moral de tu Espíritu:como elegidos de Dios, santos y amados, vestid entrañas de misericordia,

bondad, humildad, dulzura, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos si alguno tiene queja contra otro;tal como el Señor os concedió gracia, así vosotros.

Sobre todo esto vestid el amor, ligamento de la perfección. Y decida en vuestros corazones la paz de Cristo,

hacia la que también habéis sido llamados en un solo cuerpo. Y llegad a ser agradecidos. La palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente, enseñándoos y aconsejándooscon toda sabiduría, cantando gratis a Dios en vuestros corazones con salmos, himnos,cantos espirituales.

Y todo lo que hagáis de palabra o de obra, todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

“En tu nombre” sólo podemos amar como tú amabas y amas:dar gratis todo lo que podamos: tiempo, escucha, ayuda de todo tipo...;sentir paz con todos: nadie es enemigo, todos son hermanos míos; cargar con las miserias propias y ajenas es nuestra cruz;creer que amar a todos es encontrar la verdadera vida;a los pequeños prestarles más atención: son más débiles, necesitan más...;orar en común para sentir el Amor fontal y perdonar mejor.

Jesús, vecino de Nazaret, hijo de José y María:tu vida, como la nuestra, compartió la cultura familiar;ahí creciste en edad, conocimiento y gracia (don gratuito);ahí despertó tu amor al Amor universal y desinteresado del Padre Dios.

Mira nuestras familias, culturalmente distintas a la tuya:más igualitarias, de configuración diversa...;todas, como la tuya, buscan la mutua ayuda;a todas las miras con tu amor sin límite.

Para ti, Jesús de entrañas misericordiosas, todos somos únicos:a cada uno nos envías tu Espíritu de Amor;este Espíritu nos acoge, nos comprende, nos anima a vivir el Amor de verdad.

Ábrenos de verdad a tu Espíritu, danos tus mismas entrañas.

Rufo González

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EXÉGESIS

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PRIMERA LECTURA: Num 6,22-26

Comienza el año civil y la Iglesia pidea Dios en este día un don ansiado por todas lasgentes y todos los pueblos: la paz. Y lo hace enun día en que celebra la memoria de SantaMaría, Madre de Dios. En su seno se gestó laverdadera paz que procede de Dios y que, comobendición, se derrama sobre toda la humanidad.El texto del libro de los Números que hoy lee-mos nos habla de esta paz y de esta bendiciónque la trasmite.

* Dios es el único que está en verdade-ras condiciones para bendecir al hombre. Poreso, el creyente pide sobre sí mismo y sobre losdemás la bendición divina, es decir, que Diossea propicio a todos.

El texto de hoy nos presenta una ora-ción de bendición sacerdotal que es tradicionalen Israel: “El Señor te bendiga y te proteja, ilu-mine su rostro sobre ti y te conceda su favor; elSeñor se fije en ti y te conceda la paz”. Son pala-bras que expresan la confianza absoluta de quelo que se está pidiendo a Dios se concederá. Noporque pueda influirse sobre él, sobre su volun-tad, sino en virtud de su grandeza y su bondad.

Pedir a Dios algo que él mismo quiere concederes motivo de confianza para el orante, que sabeque sus palabras no arrancarán a Dios algo quele cuesta dar, sino que, más bien, le disponen aél mismo para recibir lo que Dios está deseandoconcederle.

* Hoy la palabra paz la entendemos,básicamente, en relación con la guerra. Cuandono hay guerra, lo que hay es paz. Pero en la tra-dición bíblica, este término (shalom) tiene unamplio significado. Afecta tanto a la dimensiónfísica-corporal del ser humano como a la espiri-tual.

- La paz como don de Dios conlleva, enprimer lugar, la salud. La enfermedad arranca lapaz interior de quien la padece. Por eso, es bási-ca la salud del cuerpo para tener y vivir real-mente en paz. Desearle a alguien la paz es dese-arle también la salud. Aunque a veces haya quebuscar esta paz también en medio del sufrimien-to.

- La paz supone igualmente el bienes-tar material, la fortuna. En este caso, esta pros-peridad no es sinónimo de riqueza, pero sí de

Santa María, Madre de DiosAño nuevo

1 de enero 2012

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Num 6,22-26 Invocarán mi nombre sobre los israelitas y los bendeciré.Sal 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga.Gal 4,4-7 Dios envió a su Hijo nacido de una mujer.Lc 2,16-21 Encontraron a María y a José y al niño. A los ocho días le pusieron por nom-bre Jesús.

Comenzamos el año y nos felicitamos. También Dios nos felicita bendiciéndonos. Diosnos bendice con la paz (1ª lect), haciéndonos hijos suyos en su Hijo nacido de mujer(2ª lect). María “la bendita de Dios”, recibe la visita de los pastores (Ev).

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tener lo suficiente para poder vivir digna ycómodamente. La bendición divina, es decir, loque Dios quiere para las personas, es salud y estambién bienestar.

- En el plano espiritual la paz compor-ta la armonía con nosotros mismos, con losdemás, con el entorno en que vivimos y conDios. El texto del Génesis en el que se relata elpecado original y sus consecuencias nos diceque Dios maldijo a la mujer, al varón, a la tierra,a la serpiente... El pecado trajo la ruptura de lasbuenas relaciones que había en la pareja huma-na, entre sí y con los demás seres del paraíso. Labendición divina reconstruye ahora esta buenarelación; y de la armonía global nace en lohondo de nuestra alma una profunda paz inte-rior.

La paz, nace del amor del Creador porsu criatura, y hace al ser humano hijo de Dios,imagen y semejanza suya. Dios es paz, y el cre-yente ha de estar inundado de su paz. Lo contra-rio (la enfermedad, la miseria, la opresión, laviolencia...) deshace la imagen divina que todosllevamos impresa y nos aparta de los planes queDios tiene para nosotros.

SEGUNDA LECTURA: Gal 4,4-7

Gal 4,4ss constituye el único textopaulino donde se habla de la madre de Jesús. Deahí y del hecho de que sea posiblemente la refe-rencia mariológica más antigua de todo el N.T.nace su importancia; no es extraño que hayasido incluido como lectura en esta solemnidad.

Como es lógico, el texto no es prima-riamente mariológico, sino cristológico; se con-templa el envío del Hijo por parte del Padre.Dicho envío aconteció cuando se cumplió eltiempo, o, como dice literalmente el texto origi-nal, “cuando llegó la plenitud del tiempo”. Laexpresión tiene claro sabor apocalíptico y con-tribuye a presentar aquel envío en relaciónexpresa y directa con la voluntad del Padre; dehecho es Él quien ha fijado el momento precisoen que la historia alcanzó su plenitud.

* Porque se trataba de la entrada delHijo en la historia de los humanos, su envío asu-mió determinaciones propias de lo humano:como cualquier otro hombre, el Hijo de Diosnació de una mujer; fue, pues, hombre verdade-ro. Además nació bajo la ley, es decir, comomiembro del pueblo de la ley, a la que, comocualquier otro judío, vivió sometido. La referen-cia a esta segunda determinación, que acentúa elcarácter concreto de la humanidad asumida porel Hijo vinculándola a un pueblo concreto, lamotiva la temática general de la carta a los Gála-tas, preocupada por convencer a aquellos cris-tianos de que no sucumbieran a la tentación desometerse a la ley. De ahí que a la expresión detal determinación se una la de la finalidad a laque se orientaba: paradójicamente, el someti-miento a la ley tenía como finalidad rescatar alos que estaban bajo la ley.

* Por su parte, la verdadera condiciónhumana del Hijo, expresada en su nacer de unamujer, se orientó a que recibiéramos el ser hijospor adopción. En el marco general de la carta yen el más próximo de Gal 4,1ss, esta afirmaciónsupone el rescate previo de quienes estaban bajoley, pues tal situación se identificaba práctica-mente con un estado de esclavitud (cf. Gal 3,1-3); el cristiano “no es esclavo, sino hijo”.

* En el movimiento conducente a estacondición y en la expresión de la misma juegaun papel importante el Espíritu; el cristiano eshijo de Dios en el Hijo, en virtud del Espíritu.Éste ha sido enviado a nuestros corazoneshaciendo posible la filiación y manifestándola;por su acción, el cristiano prorrumpe en el gritoque expresa claramente su condición de hijo: elgrito confiado y cariñoso del “¡Abba!, Padre”,que el propio Cristo dirigió a su Padre durantesu vida terrena (cf. Mc 14,36).

A la condición de hijos va unida en cir-cunstancias normales la de herederos. La refe-rencia a la misma la motiva en el contextoamplio e inmediato la pretensión de los cristia-nos judaizantes de exigir la circuncisión comorito necesario para poder acceder a aquella con-dición. Ésta depende exclusivamente de la

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voluntad divina manifestada en Cristo: quiencree en Él es hijo y, como consecuencia, here-dero de las promesas (cf. 3,16.29).

EVANGELIO: Lc 2,16-21

El evangelio ofrece dos motivos: lamención de los pastores y la noticia de la cir-cuncisión. La primera es la conclusión narrativade todo el relato del nacimiento de Jesús. Aque-llos testigos encarnan la fe sencilla y capaz deadvertir el acontecimiento y comunicarlo. Otramanera de vivir el acontecimiento es la contem-plación en la fe, como María que “conservabatodas estas cosas meditándolas en su corazón”.

* No es fácil descifrar el significadoprofundo del verbo “meditar”, usado únicamen-te por Lucas en todo el Nuevo Testamento.Symballein equivale a lograr el sentido exactode algo y puede incluir un aspecto de esfuerzo:“intentaba dar con el sentido de aquellas cosas”.De este modo la fe aparece tanto tarea como gra-cia; así enseña la teología, que la gracia no anulala naturaleza, ni la fe el esfuerzo. Así que la fede la más grande de los creyentes tiene muchode laboriosidad, de búsqueda; incluso de incerti-dumbres discernidas en lo profundo del cora-zón. La confianza plena en los planes de Diosfue para María tanto regalo, como tarea.

De hecho, la riqueza de esta presenta-ción de la fe de María reside en su carácter pro-gramático. A lo largo de todo el evangelio se vandibujando sus rasgos. Al inicio del mismo, en elepisodio de la anunciación (Lc 1,45), María es“la que ha creído”. Más adelante, cuando se pre-sente ante el hijo, será “la que escucha la pala-bra de Dios y la pone en práctica” (8,21). En elexordio de los Hechos de los Apóstoles “segun-

da parte (inseparable) de la obra lucana”, lamadre aparecerá orante con la comunidad queespera al Espíritu (Hech 1,14). Creer, escuchar ypracticar, orar en la espera... todo eso es la aven-tura del corazón creyente.

* El texto sigue con la breve noticiasobre la incorporación de Jesús al pueblo judío.La costumbre de circuncidar a los varones, pro-pia de algunos pueblos nómadas limítrofes,pudo tener un origen de rito prenupcial (Ex4,25-26) pero alcanzó su significado de rito deAlianza más adelante. De hecho, es signo de lairrevocabilidad del pacto de Yahvé con su pue-blo y no expresión del carácter bilateral de laAlianza (Gen 17,9-14). Con todo, y a partir delsiglo II a.C., el canon de belleza griego al quehabía de adecuarse en los gimnasium helenistas,llevó a muchos judíos a intentar “corregir” elsello físico del pacto: al rehacer el cuerpo,“renegaban de la Alianza” sentencia el primerlibro de los Macabeos (1,15). Parece que “la cir-cuncisión del corazón” a la que invitó el profetaJeremías había sido olvidada (Jer 4,4; Dt 10,16).El “nacido bajo la Ley” que dirá Pablo, sigue laobservancia tradicional de la Ley. A partir deeste momento, el varón hebreo quedaba someti-do a ella. Jesús, “como uno de tantos”, aunqueLucas no desarrolla el tema como lo hará Pablo(Gal 4,4).

* La mención de los “ocho días” ade-más de referirse al libro del Levítico (12,3),introduce la idea de cumplimiento o plenitud.Así, con plena carta de ciudadanía en la fehebrea culmina la entrada del salvador en la his-toria. Tal vez para respetar el anuncio de Gabriela María (“le pondrás el nombre”), Lucas descri-be en impersonal que “le pusieron por nombreJesús”. Ni se nombra a José. Otra callada ydensa figura que será escuela de fe para Jesús.

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EN TORNO A LA HOMILÍA

¡Feliz Año Nuevo!

Hoy es uno de los días en que saluda-mos a todo el mundo deseándole lo mejor. Seintensifican las felicitaciones navideñas y seconcentran en la conciencia del paso del tiempo.Las marcas y casas comerciales matizan:¡Feliz… “y próspero año nuevo”! Y podemosescuchar y añadir: “que sea mejor que el pasa-do”. Son palabras que suscitan en nosotros bue-nos deseos y esperanzas. También nos surgenpreguntas: ¿qué es lo que la vida me va a traerdurante estos trescientos sesenta y seis días quehay por delante?, ¿encontrará trabajo mi mari-do?, ¿se podrá casar al fin mi hija…? ¿Cesaránlas guerras y no se abrirán nuevos frentes?

Dejar lo viejo e iniciar una nueva etapaes también una ocasión de renovarse, de volvera intentar aquello que no salió bien, de volver aempezar con espíritu nuevo. ¿Qué nos deseamosal decir “feliz año nuevo”?

La palabra tiene un poder sobre losdemás. Cuando hablamos a una persona la esta-mos animando a ser aquello que decimos deella; también el silencio comunica un mensajeque la sitúa arriba o debajo de un cuadro. Lapalabra negativa se proyecta y crea un ambien-te; las positivas animan al bien, crean bienestar.

l. “El Señor te bendiga y te proteja”.

Lo que Dios siente y dice sobre noso-tros son siempre palabras buenas, creadoras.Sólo Dios bendice; lo único que podemos hacernosotros es implorar. Bendecir a alguien esdesearle la presencia de Dios en su vida, en sufamilia, en sus proyectos. Bendecir es decir ydesear todo bien. Antiguamente los padres ben-decían a sus hijos para acompañarles en el viajeque iban a emprender o antes de un aconteci-miento importante. Bendecir es reconocer queen Dios está el origen de todo bien; es reconocerque si las cosas no salen tan bien como se espe-ra, también ahí está Dios presente, El sabrá porqué.

2. Jesús es la bendición de Dios

Su Palabra buena que ha inaugurado laplenitud de los tiempos. La Palabra que Diosnos dice es libertadora: “ya no eres esclavo sinohijo”; la víspera de su muerte Jesús añadirá: “noos llamo siervos sino amigos, porque lo sois; oshe dado a conocer todo lo que el Padre me hacomunicado a mí”. La liberación que Jesúsofrece pasa por la aceptación de las circunstan-cias humanas; una vez más nos da ejemplo deobediencia a la vida, “nacido de mujer, nacidobajo la ley”; no ha querido evitarse ninguna delas consecuencias concretas del ser “hombre-como-los-demás”.

3. Colaboradores de la liberación

Él ha comenzado un camino que nopuede hacerse realidad sin nuestra aportación.“Tuve hambre y me diste de comer, estaba presoy me visitaste, me echaron de tu país y...”¿Cómo reaccionamos ante las leyes injustas?Ser herederos con el Hijo, reconocidos miem-bros de la misma familia, llamados al mismoestilo de vida; trabajar con el Hijo en los intere-ses de la familia. Que lleguemos a vivir comohermanos y poder decir ¡Abbá!

5. Año Nuevo, vida nueva.

Es una posibilidad que se nos abre. Lospastores de Belén tuvieron una visión, (¿unsueño?, ¿una utopía?) Fueron corriendo yencontraron al Niño con María y José. Lasvisiones alimentan la fe y esperanza. El realis-mo de nuestra sociedad ha puesto en crisis lasutopías; sin embargo sueños y utopías son comolas estrellas que jamás se apagan. Hay noches enlas que no podemos verlas pero sabemos queallá arriba brillan, que desde otros lugares sepueden contemplar e iluminan los caminos.Necesitamos reavivar los sueños y las utopías;las necesitamos para tener coraje y dirección.No basta recibir el nuevo y esperar a ver qué nostrae; es necesario cargarse de ilusión y esperan-za y salir al encuentro de los acontecimientos.

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-¿Quiero tener una vida nueva? -¿En qué sentido espero? -¿Qué lugar ocupan los demás en mis

sueños para 2012?

4. Nacido de mujer, María, la Madre

La devoción mariana tiene un fuertearraigo en nuestras comunidades, pero ¿quéimagen de María?, ¿cuándo y cómo se la invo-ca? En este tiempo de navidad la hemos con-templado como mujer sencilla y humilde, capazde admirarse y dejarse sorprender por los men-sajeros de Dios y disponible para colaborar en elplan de salvación del Señor. En el evangelioMaría es la que canta la misericordia del Señorporque ensalza y libera a los pobres y pequeños.El Dios al que María glorifica es el que desplie-ga su brazo para derribar a los ricos y orgullo-sos. María es la colaboradora con la obra de

Dios; se ha entregado a su causa. Jesús es el quesalva; María se deja conducir por El en la mismadirección, asume en su propia vida la liberaciónde los pobres. Ella misma experimentó el aban-dono la pobreza, el exilio, hasta la carencia deun hogar apropiado para dar a luz a su hijoúnico.

Pidamos al Espíritu que nos iluminepara que a través del año que comenzamos viva-mos como hijo de Dios y como hermanos. Asíse hará posible un año feliz y de paz. Demosgracias a Dios por haber hecho la maravilla deMaría, madre de su hijo y madre nuestra. Quenos fijemos en ella para imitarla y le suplique-mos que nos muestre a Jesús “fruto bendito desu vientre”.

Santiago Rz Delgado

Por medio de María, puerta de la nueva era y reina de la paz, pedimos la bendición de Dios. Bendícenos con tu paz.

1. Que en este día de bendiciones y parabienes María nos contagie su paz en la justicia y seamospacíficos y pacificadores. Oremos.

2. Que quienes se esfuerzan por establecer un mundo reconciliado encuentren gozo y fuerzas ensu misión. Oremos.

3. Que la iglesia, al venerar hoy a María como madre de Dios reciba nuevos impulsos para pro-mover y dignificar a la mujer. Oremos.

4. Para que así como María supo recibir y hacer suyo el mensaje transmitido a los pastoressepamos acoger y asimilar las noticias que nos llegan desde los más pobres. Oremos.

Dios, Padre nuestro: al pedirte que bendigas nuestro nuevo año queremos, ofrecértelo y entregár-telo en esta eucarística como una página firmada en blanco para que Tú y los más necesitadosescribáis lo que esperas de nosotros.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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MARÍA, MADRE

Ambientación. “Instrumento de tu paz”. Momentos de Paz-11.

La paz, fruto de la justicia, resume todas las tareas que nos inspira el seguimientode Jesús. Él vino a traernos la paz, a “hacer la paz con los de cerca y con los delejos”. Él es el “Príncipe de la paz”. Con la mirada puesta en María, la Madre deDios, y bajo su protección, iniciamos el año y la celebración.

Entrada: “Morada de la luz” CLN 325; “Madre de los pobres” CLN 318.

Gloria: CLN C 3.

Salmo: “El Señor tenga piedad y nos bendiga”.

Santo: CLN 1 2.

Rito de la Paz: “Paz en la tierra” (Kairoi).

Comunión: “María, puente y camino” CLN 343; “Guarda mi alma en la paz” CLN 710.

Despedida: Ponemos bajo la protección y amparo de la Virgen el año que acabamos de comen-zar. Nos comprometemos a ser instrumentos de paz, a poner amor donde haya odio, perdón dondehaya ofensa, luz donde haya tinieblas. “Instrumento de tu paz” en Habla, Señor (SP).

CANCIONES

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OTROS TEXTOS

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“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: Ya no eres esclavo sino hijo (Gal 4,4-7)

- Único texto de Pablo y el más antiguodel Nuevo Testamento que cita a la madre deJesús. Es un texto cristológico sobre la venidade Jesús y su inicio humano de vida. Comotodos, nace de mujer y sometido a las coordena-das geográficas y culturales de nuestro mundo, ala Ley de su pueblo.

- Cuando llegó la plenitud del tiempo,Dios envió a su hijo. Se enmarca el nacimientode Jesús como la llegada de los tiempos nuevos.Antes de Jesús el hombre ha estado sometido alos elementos del mundo (4,3). Su razón ha idoconstruyendo sentido y normas de conductapara adaptarse a este mundo. La plenitud deltiempo ha marcado una época nueva: es la épocadel Hijo, enviado para la libertad. Jesús nos traela verdadera libertad humana: se siente Hijo deDios, no esclavo. Esta vivencia marcará toda suvida: Hijo en la casa del Padre, habitado por sumismo Espíritu, orientando su vida desde elamor del Padre, señoreando toda realidad y cui-dándola como algo de familia.

- Nacido de mujer, nacido bajo la ley.Verdadero hombre, con sus grandezas y limita-ciones corporales y espirituales: sujeto a laenfermedad, alimentación, tendencias, tentacio-nes... También el sometimiento a la Ley es una

determinación cultural importante, que supon-drá un impedimento para el Espíritu del Padre,que es Amor. Desde este Espíritu, Jesús supera-rá la Ley y orientará su conducta con absolutalibertad. A Jesús le importa la vida de las perso-nas, a cuyo servicio debe estar toda ley.

-Quienes crean en Jesús serán adopta-dos como hijos de Dios, recibirán su mismoEspíritu que les hará clamar ¡Padre! a Dios. Yano eres esclavo, sino hijo, y heredero por volun-tad de Dios. Esta buena noticia es presentadacomo “rescate” o “liberación” (exagoradso:sacar de la plaza pública, del mercado, delsometimiento a la oferta y demanda; no sevende, puede disponer de sí, es libre). Al creeren el amor universal, incondicional y permanen-te de Dios, entramos en una situación nueva:somos hijos de Dios. Todos iguales, todos con lamisma conciencia de dignidad, todos libres paraconstruir una vida digna de los hijos de Dios. Noes la fuerza bruta quien debe organizarnos. Hayque construir desde abajo la fraternidad. Asíempezó Jesús llamando a personas que quisie-ran vivir sin violencia, sin creerse superiores,compartiendo lo que tienen, curando y alimen-tando a todos. Seguir el camino del Amor es laverdadera libertad. Esa es la verdad nuestra.

ORACIÓN: Ya no eres esclavo sino hijo (Gál 4,4-7)

Jesús, Hijo de Dios, nacido de mujer, libertador de todos.A los ocho días de la Navidad:

miramos a tu madre, María de Nazaret;observamos cómo te vas integrando en las instituciones populares:

eres circuncidado y te asignan un nombre;celebramos el inicio del año en occidente;somos invitados a renovar los deseos de paz entre todos los pueblos.

El texto de la carta de Pablo a los Gálatas nos inspira hoy la oración:tu venida a nuestro mundo es tiempo de plenitud:

es la época del Hijo de Dios, enviado para dicha de todos;tú, Jesús, te sientes Hijo de Dios, no esclavo;Hijo en la casa del Padre, habitado por su mismo Espíritu,

orientando tu vida desde el amor del Padre;

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aceptando el mundo como casa común de la familia humana.Como nosotros, naces de mujer, de María de Nazaret:

una mujer que tiene tu mismo Espíritu;cree en el Dios que se fija en la humillación,

que da su corazón a todos, incluso al miserable;que no quiere que existan arrogantes y poderosos;que trabaja con los que sirven a la felicidad de todos.

Como nosotros, naces sometido a la Ley de tu pueblo:peregrinas al templo, te circuncidan, te nombran Jesús...

Tu conciencia progresiva de Hijo de Dios te lleva a trascender la ley y el templo:claramente lo importante para ti es la vida humana:

su dignidad de hijos del Padre,su alimentación y salud, su libertad y su dicha.

Cualquier ley o religión que perjudica la vida de la gente, busca la separación y el enfrentamiento, fomenta la intolerancia y la violencia...no puede venir del Amor del Padre.

Tu libertad frente a las instituciones (templo y ley) estuvo apoyada en el Amor:respetando la dignidad personal:

no a la venganza, ni al insulto; igualdad de derechos de la mujer;proponiendo el amor sin medida: al enemigo, al extranjero, al pecador;rechazando la acumulación de riqueza:

no podéis servir a dos señores: a Dios (amor) y al dinero;no dando importancia a los preceptos rituales y cultuales:

normas de pureza, ayuno, alimentos, trato con personas: publicanos, pecadores, infieles, prostitutas, mujeres...;

supeditando “lo religioso” a la salud y a la vida humana: quebrantas el sábado para curar enfermos, quitar el hambre...

Jesús, Hijo de Dios, nacido de mujer, libertador de todos.Nosotros queremos seguirte:

aceptamos el misterio de Dios como Padre de todos;nos sentimos llamados al reino del amor del Padre;queremos preocuparnos por la vida de todos: salud, alimentación, dignidad...;estamos en tu asamblea, en tu convocatoria, en tu Iglesia:

compartiendo tu misma misión; poniendo tus dones al servicio del reino;conversando con todos las normas y tareas necesarias...25

Danos tu mismo Espíritu, el que llenó el corazón de tu madre María:el que inunda el corazón de su amor y perdón constante;el que trabaja por la vida y la dignidad de todo ser humano;el que acompaña en toda situación y busca siempre el bien;el que busca sin descanso la paz y la alegría.

Rufo González

25 El Espíritu del Padre no puede bendecir la involución “que intenta destruir la capacidad misma del cristiano de ser suje-to creativo en la Iglesia y la sociedad. Ahora el sujeto que lo determina todo es el poder, la ley, la institución. Desaparecela capacidad de crear y pensar libremente en el Iglesia...” (Nicolás Castellano Franco: Otra manera de ser Iglesia es posi-ble. Rev Agustinos: Religión y Cultura LVI 2010, p. 393-424. Resumen en Sel Teol 2011 vol.50, n. 199, p. 163-174).

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* * *

Al comienzo de este año, te deseo:Que el buen Dios te mire y te envuelva. Que el buen Dios te alegre el corazón. Que el buen Dios te llene de paz y alegría. Que el buen Dios te dé sabiduría para entender la vida como entrega. Que el buen Dios te dé novedad para hacer de cada día algo nuevo y no una triste rutina. Que el buen Dios te llene de fuerza en los días grises y de cansancio. Que el buen Dios te dé tanto amor que no midas la entrega. Que el buen Dios te conceda delicadeza para hacer del amor “detalles de amor”. Que el buen Dios te dé sensibilidad para oír los susurros secretos del corazón.Que el buen Dios sea tu horizonte y tu fuente.

Te deseo que Dios Padre y Madre recree tu vida cada día. Que Dios Hijo sane y cure las heridas que te encierran en ti mismo.Que Dios Espíritu Santo avive en ti todo lo que Jesús nos transmitió y dejó como signo

de vida nueva.Que todos estos deseos puedan ser una realidad en la vida de cada día.

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PRIMERA LECTURA: Is 60,1-6

El evangelio que hoy se proclamaexpresa una convicción cristiana muy antigua:Jesús es el Mesías para todos los pueblos; detodos los lugares vendrán hacia él y por mediode él Dios será la luz de todas las naciones. Encierto modo recoge y se inspira en este pasajeisaiano que hoy leemos. En él se reflejan los pri-meros movimientos de la restauración de Judátras el exilio de Babilonia. Pequeñas y humildescaravanas de deportados regresan a Jerusalén,que alcanzará un nuevo y definitivo esplendorporque Dios así lo ha anunciado por sus profe-tas. Este era el gran anuncio en que se apoyabala esperanza de los fieles israelitas que habíancreído que sus pecados habían sido perdonadospor la infinita misericordia de Dios.

1) Pero el autor de estos versos, y supueblo, no están viviendo un buen momento. Él,como otros buenos israelitas, había confiado enque la restauración de la ciudad santa sería inmi-nente y espectacular. Pero pasan los años y estono llega. ¿Serían visiones falsas lo que se habíaanunciado?

Este profeta levanta su voz para seguiralentando la esperanza. Las visiones no son fal-sas; Dios lo ha anunciado verdaderamente. Perono ha llegado aún el tiempo. La historia queDios construye no se guía por patrones huma-nos. Y, aunque parezca inútil, es preciso esperary construir paso a paso conforme a los designiosde Dios.

2) A través del lenguaje simbólico,como es habitual en los textos proféticos, se pro-clama ahora la proximidad del gran día. Segúnlas apariencias, Jerusalén es una ciudad olvida-da por Dios. Parece como si los planes de res-tauración resultasen imposibles de lograr, puesla ciudad, tras varios años de esfuerzo y sacrifi-cio, sigue siendo una ruina; es como un viejobarco que hace aguas por todas partes y apenasse mantiene a flote con una tripulación desalen-tada e inexperta.

Pero el profeta siente que, definitiva-mente, el Señor se acerca, y, como una luz, bri-llará sobre la oscurecida ciudad. La grandeza deJerusalén no se basa, como sucede con otrasgrandes ciudades, en sus tesoros y palacios, sinoen que es la morada del Señor de universo. Poreso, la luz llega a Jerusalén, y desde allí se

EXÉGESIS

Epifanía del Señor

6 de enero de 2012

TEXTOS PARA LA CELEBRACIÓN

Is 60,1-6 La gloria del Señor amanece sobre ti.Sal 71 Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.Ef 3, 1-3a.5-6 Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la pro-mesaMt 2,1-12 Venimos de Oriente para adorar al rey.

Epifanía es manifestación a la gentilidad. Jesús, luz en la Navidad, viene a iluminara los hombres de todos los confines de la tierra (1ª lect). La estrella condujo a losmagos a Jesús para adorarle y ofrecerle sus dones (Ev). El misterio de Cristo ha sidorevelado a todos (2ª lect).

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extenderá a todos los rincones de la tierra. Todoslos pueblos podrán ver ese camino de luz, loseguirán y confluirán en ella.

3) La pobreza en que ahora vive la ciu-dad santa contrastará con la riqueza que se leanuncia, pues numerosos reyes vendrán carga-dos de regalos. Grandes caravanas acudirándesde Arabia (Madián y Efá) con sus riquezas.Desde lejos peregrinarán a ella las naciones, tra-yendo los tesoros del mar. Y desde Sabá llegaráoro e incienso. Desde todos los rincones de latierra se acudirá a Jerusalén, con sus ofrendas,para proclamar la grandeza del Señor y alabar sunombre, pues él habita en Jerusalén.

El profeta hace contrastar el pasado, enque venían pobres caravanas de deportados queregresaban a su ciudad con sus escasas perte-nencias, con un futuro en el que nuevas carava-nas llegan a Jerusalén cargadas de riquezas. Y aesta ciudad, la madre espiritual de todos los isra-elitas, acudirán sus hijos “desde lejos”; no arras-trándose por los caminos, como antaño, sino“traídos en brazos”. El pueblo santo, dispersadopor culpa de sus pecados, es ahora congregadopor su Dios.

Aunque con fuertes rasgos nacionalis-tas, el profeta sitúa en una perspectiva universalla definitiva llegada de Dios a Jerusalén y elconsiguiente ensalzamiento de la ciudad. Eltriunfo de Dios es también el de sus fieles, saca-dos de las tinieblas e iluminados por la luz quebrilla en la morada de Dios.

SEGUNDA LECTURA: Ef 3, 1-3a.5-6

* Pablo es conocido, con razón, comoel “Apóstol de los gentiles”. Si no el único, sífue el más destacado de los misioneros que lle-varon el evangelio a los no judíos, es decir, a lospaganos. Este hecho misterioso, el que la buenanoticia del Mesías, el Cristo, fuera creída por lospaganos y rechazaba por la mayoría de Israel,motiva varias reflexiones del mismo Pablo (porejemplo, Rm 9-11), y es también objeto de refle-xión en la carta los Efesios. En la fiesta de hoy

no debemos olvidar que fue el pueblo de Israelel primero en recibir la Palabra de Dios, fueronlos profetas de Israel los que anunciaron estaapertura a los gentiles (primera lectura de hoy),y fueron misioneros de origen judío, comoPablo o Pedro, quienes llevaron a Cristo a losgentiles.

* Hoy el acento está en el otro polo: laIglesia, la mayoría de cuyos miembros no pro-viene del pueblo judío, celebra con gozo el queDios haya querido revelarse a todos los pueblos.En este comienzo del capítulo tercero, el autorde Efesios recoge, en forma autobiográfica, loque ha desarrollado en el capítulo anterior sobrela reunión de gentiles y judíos en un nuevo pue-blo, la Iglesia. Podríamos destacar algún ele-mento de esta teología de Efesios. Las citas quesiguen se refieren, si no se especifica lo contra-rio, a dicha carta.

- En primer lugar, el autor de Efesioscontinúa la tradición paulina de creer en la pro-videncia divina sobre la historia. Dios tiene unplan, un proyecto para el mundo. Se trata de unplan que estaba guardado en secreto (1,9). Tienea Cristo (1,9) y a su iglesia (1,4-6) como actoresprincipales, pero su destinatario incluye a todoel mundo y toda la historia (1,11). Se trata de unplan que estaba ya presente incluso antes de lacreación del mundo (1,4), dado a conocer sólo apartir de los “apóstoles y profetas” (3,3-5). Partede este plan era la salvación de los gentiles, suadopción como hijos (1,5.11.13) y su llegar aformar un mismo pueblo con los judíos (2,11-22).

- En segundo lugar, una imagen muysugerente para la reflexión comunitaria es la del“muro” que, según Efesios, dividía a la humani-dad: “[Cristo] ha hecho de los dos pueblos unosolo, destruyendo el muro de enemistad que losseparaba” (2,14). El muro separaba a los pue-blos judío y gentil, y a toda la humanidad deDios. Ese muro es la “ley con sus preceptos ynormas”. El “muro” es una imagen muy fre-cuente en la literatura apocalíptica y gnósticapara expresar lo que separa a un pueblo de otro,también lo que hace que lo terrestre sea terres-

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tre, lo celeste, celeste, y que no haya confusiónentre ambos. Lo que separa a Dios de los hom-bres. Este muro, todo muro, ha caído en Cristo.Nos estamos moviendo, pues, en varios niveles:el de las relaciones humanas, el de las relacionesdel ser humano con Dios, y también en las rela-ciones entre los seres o potencias divinas.

¿Qué puede significar hoy el anunciode que Dios quiere salvar a todos los pueblos?Quizás hoy esta salvación está pidiendo a lahumanidad un mayor esfuerzo por derribar losmuros sociales, económicos y culturales que nosseparan.

EVANGELIO: Mt 2,1-12

* Mateo escribe a judíos convertidosde Siria-Palestina, allá por los años 80-90 (aun-que quizá antes existiera un escrito en arameo).De ahí el interés de presentar a Jesús como elnuevo y definitivo Israel, con quien comparte sudestino y en quien se cumplen las promesas rea-lizadas a los padres. Mientras que los gentilesacogen con gozo este cumplimiento, Israel lorechaza. Este es el drama que se halla a lo largode todo el evangelio de Mateo y de ahí la cons-tante evangélica de salpicar el relato con indi-cios y referencias suficientes para llegar acomprender que el nazareno es el hijo de Davidpor excelencia, el Mesías de Israel poderoso enobras y palabras en quien se cumplen las Escri-turas.

* La comunidad de cristianos de Siriaalbergaba en su seno tanto a judíos como a paga-nos. El evangelista tratará de argumentar con lasprofecías del Antiguo Testamento y otras tradi-ciones de la historiografía contemporánea quede alguna manera aquello se encuentra en losplanes de Dios. El profeta Isaías, en la lecturaque hoy escuchamos y que prepara el evangelio(60,1-6) describía los tiempos mesiánicos, lanueva y definitiva era en la historia, como la lle-gada hasta Jerusalén de los pueblos (no judíos),cargados de regalos de reconocimiento. Este esel objeto del relato de la adoración de los magosque conjuga temas paganos y profecía israelita.

* El trasfondo se halla en el episodio

histórico y teológico del surgimiento de Ciro elPersa, quien en el 583 a.C. permitiera el retornode los exiliados de Babilonia, iniciándose así elperíodo de la restauración israelita. En la per-cepción teológica del Deuteroisaías, Ciro esdenominado “Ungido”, y “Pastor” que haráretornar a los exiliados a la patria (Is 44,28;45,1). El mismo esquema se proyecta a la histo-ria de Jesús, también “Ungido” (Mt 2,4) y “Pas-tor de Israel” (2,6).

“El rey llamó a los magos....Llegadosle respondieron que el niño debía reinar en sulugar si no había muerto antes”. El texto no estraducción libre del evangelio de hoy; es cita dela historia de Ciro, cuyo nacimiento y reinado yahabía sido previsto por la casta sacerdotal persade los “magos” (Herodoto, Historias I, 120). Losoyentes judíos también podían entender. Una delas estrellas del cielo, cuyo número se asemeja alos descendientes de Abrahán (Gen 15,5) era elsigno mesiánico de la llegada de los tiemposdefinitivos: “Una estrella sale de Jacob” (Num24,17). De esta manera, a todos queda anuncia-do el nacimiento del rey restaurador de Israel,pero los magos no entienden las Escrituras niIsrael entiende las estrellas. Los paganos buscanal Rey de los judíos y preguntan a los custodiosdel Antiguo Testamento. Todos se turban: el rey,los sacerdotes, los sabios; toda Jerusalén. Leenla Escritura, pero no entienden. La intervenciónde Dios (la estrella) guía a los magos hasta él.Ellos son la primicia de los gentiles que acogenla fe.

* Lo que constituye todo un ejerciciode exégesis bíblica es el uso que Mateo realizade las profecías de Miqueas. “Y tú Belén (“tie-rra de Judea”, incluido por el evangelista paraidentificar el lugar del Mesías) “ no eres nimucho menos la última de las ciudades deJudea”. En este momento, Mateo inserta unacita tomada del segundo libro de Samuel en laque los ancianos del Norte han llegado paraungir a David como rey, no sólo de Judá, sino detodo Israel: “Tú serás Pastor de mi pueblo Isra-el” (5,5). De forma implícita, el libre uso de laEscritura que realiza el autor sugiere que elMesías nacido no ha de ser solamente “rey de

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los judíos” sino de un pueblo de Dios que sehalla fuera de las fronteras judías (también reli-giosas).

* Esquivada la persecución de Hero-des, los magos llegan a adorar al niño. Es todauna puesta en escena simbólica de las profecíasdel Tercer Isaías (c.60): las naciones llegan a laluz y los reyes al resplandor del ascenso delIsrael fiel. Los tributos escenifican los trofeossimbólicos prometidos a Israel: - incienso sagra-

do para el verdadero culto (Ex 30, 34); - la mirrade la unción (Ex 30, 23), - y los ornamentosáureos de quien se convertiría en diadema realde Dios (Is 62,3). Así, los dones expresan que elverdadero Israel es Jesús. Todo acontece a la luzde la fe. Por algo, alguien ha ironizado imagi-nando la pregunta del niño: ¿Por qué no vieronla estrella los habitantes de la ciudad? Porque lailuminación de sus calles se lo impedía, hijo (I.González Faus). ¡Así que hay que buscar denoche!

EN TORNO A LA HOMILÍA

1. Aparece una estrella.

El verdadero nombre de la celebraciónde hoy es fiesta de la Epifanía, que significamanifestación de Dios a los humanos. Con undoble mensaje: - A Dios le podemos encontrarcuando le buscamos; - el Salvador viene paratodos, no sólo para los judíos, ni sólo para losbuenos, sino para todo ser humano que estáhambreando, salvación; también para los que noesperan ni cuentan con la salvación ni con el sal-vador.

La Epifanía es la segunda gran fiestadel ciclo de Navidad. Es la manifestación deDios, en la fragilidad de un niño y en la perife-ria de los sistemas, a los hombres de todos lospueblos. Nos acerca al gran regalo del Hijo, queDios Padre hace a la humanidads, representadosen los “magos de Oriente”, personajes envueltosen el misterio, que desde pequeños hemos vistocon simpatía y admiración. El hijo nace en unlugar concreto, que hoy se amplía hasta abarcaral universo mundo; nace para todos.

El relato del evangelio no nos ofrecedetalles de sus personas y de sus vidas. “Unosmagos de Oriente” no es decir mucho para des-velarnos el misterio. Llegan de Oriente, pordonde sale el sol. Luego hemos ido rellenandolagunas con datos y cualidades que realzaran ydieran significado a sus figuras: su nombre, sucolor de la piel, su rango, sus vestidos... Perocomo dice un villancico conocido, “No sé si

eran reyes no sé si eran tres, lo más importantees que fueron a Belén”.

Los acogemos con admiración porquenos identificamos con ellos, descubriendo algoimportante que les mueve en su vida, la fe en elsalvador que nace en Belén: “Hemos visto salirsu estrella”. En el nacimiento del niño Jesús,como en el nacimiento de cualquier niño segúnla creencia de entonces, apareció en el cielo unanueva estrella. Cada persona tenía su propiaestrella. A los personajes más importantes lescorrespondía una estrella más luminosa. Así sedecía haber sucedido también en el nacimientodel emperador Augusto.

2. Se recorre un camino

Cuando estos magos “ven” la estrellase remueve lo más profundo de sí mismos; sepuede hacer realidad la gran aspiración de suvida: llegar al encuentro de Alguien esperado.No lo conocen ni saben dónde está, pero en suafán de búsqueda personal sienten que ya se hahecho presente; en ellos emerge la larga esperade la humanidad.

Guiados por la estrella más clara queha nacido, inician el viaje hasta Jesús. No sabencuál es la meta final. A veces la estrella se ocul-ta y necesitan indagar; preguntan “dónde está” ypersisten en la búsqueda, arriesgándose ante lodesconocido. Finalmente se produce el encuen-tro anhelado. La visión del niño “con María, sumadre” en un lugar tan apartado y humilde noles defrauda. El encadenamiento de verbos que

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provoca -entrar, ver, postrarse y adorar, abrir,ofrecer-, son acciones nacidas de una inmensaalegría y expresa el dinamismo que emerge entoda búsqueda de Dios en nuestro mundo: salirde nosotros mismos, adentrarnos en el espesorde cada vida, “levantar los ojos y mirar”, descu-brir la belleza y la vida en lo más pequeño y sen-tir que esa visión provoca la reverencia y la ala-banza.

Sea una narración de una realidad o seaparábola, poco importa. El mensaje está ahí:Dios se manifiesta. Dios no se oculta, no esesquivo; lo suyo es manifestarse, no ocultarse.Es la actitud permanente de Dios. A Dios sólo loencuentran personas que saben buscar, aunquehayan tenido que hacer un largo camino tras lallamada de una estrella que sirve de reclamo yde pista para la esperanza. “Lo encuentra el quelo busca”.

3. Adoración y regalo

Los magos se postran ante Jesús y, derodillas, lo adoran (“Venimos a adorarlo”). Des-pués “le ofrecieron regalos”. El oro, incienso ymirra, que ponen ante el niño pueden traducirsecomo ofrecimiento de sus personas y de noso-tros mismos: ofrecimiento de lo más valioso quetenemos (oro), entrega de nuestra disposiciónpara acoger su oración en nosotros (incienso),don de lo que es más costoso y hay que padecerpara que la vida dé fruto (mirra). Entrega total alniño que es Hijo de Dios, sabiendo que antes lohemos recibido todo de él, que es el niño el quees ofrecido y entregado al mundo como su teso-

ro. Él nos colma de alegría. Después de esteencuentro decisivo su vida cambia de rumbo:“Se volvieron a su casa” llenos de alegría, espe-ranza, y compromiso “por otro camino”.

4. Relato ejemplar

Éste es para nosotros un relato ejem-plar que muestra el proceso de fe de cada uno.Hemos descubierto dentro de nosotros la estre-lla de Jesús. La luz interna que activa nuestro serpara acudir al encuentro del Hijo de Dios, enquien descubrimos todos los valores: bondad,alegría, fe, solidaridad, amor, paz, compromiso,libertad, tolerancia, esperanza, entrega... Uncamino tortuoso; hay subidas, bajadas, repe-chos, curvas cerradas. A veces la estrella seoculta y viene la atonía, el desencanto. Necesi-tamos descubrir la estrella otra vez. ¿Cómo?Volviendo a nuestro interior. Ahí en el silencioDios nos ofrece su luz. Alguna vez tratamos debuscarla en lo exterior, el bullicio, el ruido.

El año que hemos iniciado hace unosdías nos habla de novedad de Dios, de ilusiónpara el tiempo que se nos da, de compromisopor construir un mundo de paz, justicia y ver-dad. En este año 2012 sigamos la estrella. Perono lo olvidemos: la estrella está dentro de ti.

- ¿Qué estrella sigo?- ¿Qué caminos recorro?- ¿Qué regalos ofrezco?

Antonio L. García

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Presentamos a Dios nuestras oraciones en este día en que manifiesta su luz a todos los hombres.Oremos: Muéstranos tu estrella, Señor.

1. Por la Iglesia; que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el nacimiento de Cris-to. Oremos.

2. Por los hombres de todas las razas, religiones y culturas; que movidos por la luz de Dios cami-nen al encuentro de todos, en diálogo y solidaridad. Oremos.

3. Por quienes trabajan por la extensión del Reino de Dios; que la fuerza y la luz del Espíritu lesacompañe en el testimonio valiente del evangelio. Oremos.

4. Por los enfermos y por cuantos sufren sin esperanza, que la atención de amigos y familiares leshaga descubrir la estrella del amor de Dios dentro de sí. Oremos.

5. Por nosotros que hemos comenzado un nuevo año, que sigamos la estrella que nos conduce alencuentro con Dios y su reino. Oremos.

Acoge, Padre, estas súplicas también en nombre de los que te buscan sin saberlo y están abiertosa tu luz. Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.

ORACIÓN DE LOS FIELES

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“DE TODOS Y PARA TODOS”

Ambientación: “Adeste fideles” (R. Lefèvre, P. Mauriat... )

“Venimos de Oriente para adorar al rey”. Es la fe de los lejanos y paganos, en con-traste con los suyos que no le recibieron. Es el primer encuentro de Jesús con los gen-tiles. Dios no es monopolio exclusivo de ningún pueblo, cultura o tradición. LosMagos son representantes de esa muchedumbre que busca la luz, la alegría y la pazentre tanta guerra y discordia. Y porque miraron más alto y más adelante, fueroncapaces de ponerse en camino hacia un destino desconocido.

Entrada: “De la virgen ha nacido”, estr. 2 y 3. María en los Tiempos Litúrgicos; “Tres ReyesMagos”. Preparad los Caminos, de C. Erdozáin (SP).Salmo: “Se postrarán ante ti, Señor...”Ofrendas: Productos de tierras del Tercer Mundo, o de otras culturas. “Las ofrendas de tusdones”; “Los reyes magos”, En BelénSanto: CLN 1 7.Comunión: “El tamborilero” CLN 56; “Gustad y ved” 0 30.Despedida: “Anunciaremos tu reino, Señor” CLN 402.

CANCIONES

“HAY QUE RESPONDER A LOS IMPULSOS DEL ESPÍRITU” (GS 11)

Introducción: También los gentiles son coherederos (Ef 3,2-3a.5-6)

OTROS TEXTOS

Así inicia el paréntesis: si pues oísteisla administración (economía) de la gracia deDios que me fue dada para vosotros (v.2): quepor revelación se me dio a conocer el misterio,como he escrito antes en pocas palabras (v.3);por lo que, leyéndolo, podéis conocer mi inteli-gencia en el misterio del Cristo (v.4); el cual enotras generaciones no se dio a conocer a loshijos de los hombres como ahora se ha reveladoa sus santos apóstoles y profetas en el Espíritu(v.5): que los gentiles son coherederos (sin-clero-noma: participación conjunta en “el clero”de Dios, común a todo cristiano, posteriormenteadjudicada a los dirigentes eclesiales) y miem-bros de un mismo cuerpo y copartícipes de lapromesa en Cristo mediante el evangelio (v.6).

- El plan de Dios se ha manifestado enJesús. Es el “misterio del Cristo”, “Ungido” porDios para revelar el Amor divino. Dicho plan esque los seres humanos, sin excepción, somos

hijos de Dios. A través de Jesús se ha dado atodos el Espíritu de su Hijo. También los genti-les son coherederos y miembros de un mismocuerpo y copartícipes de la promesa en Cristomediante el evangelio.

- Hay signos de Dios en la belleza ygrandiosidad de la naturaleza, pero su voluntadse descubre en la historia. Jesús mismo, admira-dor de lirios, pájaros y sembrados, nos invita abuscar primero el reinado de Dios y su justicia,es decir, a relacionarnos con Dios como Padre,lo que implica la igualdad y la fraternidad. En lavida de Jesús ha entendido Pablo el misterio deDios. Su expresión “en Cristo” o “en el Señor”marca toda relación desde la fraternidad quederiva del amor de Dios manifestado y vividopor Jesús. Este es el mensaje de la Epifanía:Jesús manifiesta a todos el Amor de Dios. Estees el proyecto, la voluntad divina, la vida queDios quiere: que todos vivamos disfrutando la

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heredad de Dios, viviendo como miembros deun mismo cuerpo, participando de la promesa de

vida eterna que nos asegura Cristo.26

ORACIÓN: También los gentiles son coherederos (Ef 3, 2-3a.5-6)

Jesús, amor de Dios a la humanidad.Hoy celebramos la voluntad salvadora universal de Dios:

Dios quiere que todas las personas se realicen,liberándose de cualquier mal,desarrollando sus capacidades en plenitud,disfrutando la herencia –amor y bienes- del Padre de todos;

Con las comunidades de Pablo queremos reconocer que todostambién los gentiles son coherederosy miembros de un mismo cuerpo y copartícipes de la promesa en Cristo mediante el evangelio.

Es la historia, la vida real, la que contradice el proyecto divino:limitaciones naturales de nuestro mundo,decisiones personales o colectivas,fanatismos ideológicos y religiosos,imposiciones de los más fuertes...

Seguimos viviendo el racismo incorregible,aumentando las diferencias de clase,fomentando los nacionalismos excluyentes,enfrentando las culturas como enemigas irreconciliables,eliminando a quien se opone a nuestro interés,violentando la relación de pareja,odiando a los del partido contrario (político, deportivo...),desposeyendo a los demás de la “heredad divina”,expulsando a “los que apenas son y apenas cuentan”27, inutilizando funcionalmente a muchos miembros del cuerpo de Cristo,subordinando el evangelio a la Ley...28.

Jesús, testigo del amor de Dios a todo ser humano:tu vida y tu reino siguen siendo la mejor noticia de este mundo.

Tú eres la mejor epifanía (“manifestación”) del Misterio de nuestra vida;¿quién no se siente seducido por tu Reino de vida para todos,

de amor y de libertad,de verdad y de justicia,de atención a los más débiles y desamparados,de confianza en el Dador de la vida:

que no castiga, sino perdona siempre;disculpa siempre, espera siempre, soporta todo;es el mejor Padre y Madre?

Reconocemos, Jesús de todos, que hay mucha decepción en nuestra Iglesia:mucha gente ha dejado de sentirla como hogar espiritual tuyo;no comparten su rigidez canónica ni su intolerancia a la crítica;les duele el control, la represión y el castigo inhumanos;desaprueban la exaltación casi idolátrica de sus responsables;no aceptan el servilismo, la obediencia ciega, “el jefe siempre tiene razón”;29

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* * *

Salmo para despedir la Navidad sin dejarla marchar del todo.

Aunque la Navidad se nos acabe;mientras haya en la tierra un niño feliz;mientras haya en nuestras vidas un fuego que compartir;mientras haya unas manos que trabajen por la paz; mientras nos brillen las estrellas; en el mundo y en nosotros seguirá la Navidad.

Mientras haya unos labios que nos hablen de amor;mientras haya unas manos cultivando una flor;mientras haya un futuro que nos hace esperar;mientras haya ternura en el mirar y el tocar;en el mundo y en nosotros seguirá la Navidad.

Mientras haya un derrotado que ha aprendido a perdonar;mientras haya alguien caído al que poder ayudar a levantar;mientras acaben, por fin, las guerras, y se declare la paz;mientras busquemos al herido al que queremos curar;en el mundo y en nosotros seguirá la Navidad.

sufren la contradicción entre el evangelio y la práctica eclesial:no hacen lo que dicen;predican la liberación, pero no liberan.

Jesús, amor de Dios a la humanidad.Hoy, día de la Epifanía, queremos subrayar tu amor universal.Ese amor fue tu camino, tu Espíritu, que movió tu vida entera:

ese amor queremos que mueva la nuestra;ese amor queremos que anime a toda la Iglesia, a la humanidad entera.

A pesar de los defectos de la institución eclesial, ha sido en ella donde hemos escuchado tu Evangelio;danos coraje para transformarnos y transformarla en “evangelio” de tu Amor.

Rufo González

26 Invito a leer el precioso cuaderno de J. I. González Faus: “Ya voy, Señor”. Contemplativos en la relación. Cristianismoi Justicia, nº 174. Barcelona. Junio 2011.27 Expresión asidua de Julio Lois, admirado teólogo, amigo de todos, cuya muerte me sobrecoge ahora, en agosto, mien-tras redacto esta oración. Llamaba a “Jesús el sacramento de la compasión de Dios en la historia... 28 J. L. Martín Descalzo en Lobos, perros y corderos Ed Destino 1978 Barcelona (pág. 216).29 (J. Ratzinger, “El verdadero pueblo de Dios”, Herder, p. 293).

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3. Celebraciones para el Advientocon niños, sus familias y catequistas, y comunidad

Adviento 2011, Ciclo BDel 27 de noviembre al 18 de diciembre de 2011

El jardín y el desierto

En un precioso libro del P. Francesco Rossi de Gasperis1, dice que “el jardín ocupa un lugarimportante en la tradición bíblica. En el segundo relato de la creación, y por designio expreso delCreador, toda la tierra es un jardín. El jardín del Edén no debe concebirse como un jardín en mediodel desierto, sino como un mundo todo jardín. Edén es todo el mundo creado por Dios... Ésta es lacreación de Dios; así creó Dios y pretende seguir creando el mundo como un jardín... Sin embargo,en este país [Palestina] los oasis están rodeados de desierto...Dios no creó el desierto: este conven-cimiento bíblico debió de ser compartido por Jesús... Esta situación de tierra desolada... es una con-secuencia del pecado no querida por Dios...Vivimos en el jardín cuando estamos desnudos, es decir,confiadamente abiertos a los ojos de Dios y de los demás; cuando la tierra es un lugar de diálogo,de comunión, de encuentro, de bendición y respeto... Por el contrario, vivimos en el desierto cuan-do le damos a la tierra un sentido equivocado... Si la tierra es vista como lugar de rapiña y de saqueo,de satisfacción de la codicia, entonces el jardín retrocede y el desierto avanza. Es lo que está suce-diendo en muchos lugares de la tierra a causa de los desastres ecológicos. El desierto es la tierra mal-tratada y sustraída al efecto de la bendición”.

El AdvientoÉste va a ser, pues, el sentido de nuestro Adviento: Dios nos ha dado el mundo, la huma-

nidad, los demás, el cosmos, como un jardín que tenemos que guardar y cultivar. Así lo dice el librodel Génesis: “Así que el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto de Edén para que lo cul-tivara y lo guardara” (Gen 2,15). Nosotros, pues, somos los “cuidadores” del jardín, somos... los jar-dineros del mundo.

El Adviento es la preparación para la llegada de Jesús, el enviado de Dios, su Hijo, queviene a ver cómo vamos cuidando el jardín y... para echarnos una mano si lo estamos convirtiendoen un desierto. Si es así, tendremos que “allanar las sendas, etc.” para “reponer” el jardín destroza-do... Ésa es la llamada de Juan, el profeta la “conversión”: Y María toda ella es ese hermoso jardíndonde el Hijo de Dios puede nacer: ser jardín, como María, es también nuestra propia vocación paraque Jesús pueda instalarse en él: la Navidad.

Ambientación

Cada semana adornaremos o “afearemos” el presbiterio con el mayor número de tiestos omacetas posible: una veces verdes (jardín), otras veces marchitos (desierto), otras veces con flores(María), otras con personas, etc.

Como elemento visual tenemos tres opciones: 1) una gran tira de papel de envolver verde (jardín) o gris (desierto)2) lo mismo, pero con fotos alegres (jardín) o tristes (desierto)3) Power Point de jardín, desierto, etc.

1 Francesco ROSSI DE GASPERIS, S.J. La roca que nos ha engendrado, Ed. Sal Terrae, Santander 1996, págs. 41-50

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Semana 1ª de Adviento, Ciclo BDel 27 de noviembre al 3 de diciembre

EL JARDÍN

Ambientación: Llenar el presbiterio de tiestos, macetas, etc. llenos de plantas VERDES, cuantasmás, mejor.

1. Introducción

El jardín del mundoExplicamos el sentido de este Adviento. Para ello, recordar el texto del Gen 2 (el jardín del

Edén) y el sentido de ser nosotros sus “jardineros” (Gen 2,15).Podemos dialogar unos momentos “repasando” toda la vida que hay en este “jardín del

mundo”...Se extiende una gran pancarta verde (papel continuo verde limpio, sin

dibujos ni nada) o la misma gran pancarta verde o de otro color con fotos de lanaturaleza, o se proyecta el Power Point “La naturaleza” o “Qué maravillosomundo” (si no se tiene, se puede pedir a José Luis Saborido:[email protected]). A l mismo tiempo o después puede leerse el texto de Isaías,sacado de la 1ª lectura):

“Tú, Señor, eres nuestro Padre, tu nombre de siempre es “Nuestro reden-tor”.

¡Ojalá rasgases el cielo y bajases derritiendo los montes con tu presen-cia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia.

Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por elque espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tuscaminos” (Is 63,16b. 19; 64,3-4).

El AdvientoEl Adviento es el tiempo en que nos preparamos para recibir a Jesús, que viene a visitar-

nos: ¿cómo encontrará el jardín que Dios nos ha dado: el mundo, nuestro corazón, nuestra casa,nuestro cole, nuestro grupo de amigos, nuestra comunidad, nuestra Iglesia...?

Canciones posibles:* “Un regalo de Dios”, en el CD “Yo creo”, de Emilio Vicente Mateu.* “La última rosa”, en el CD “El caracol”, de Joaquín Mª García de Dios, Ed. Paulinas.* “Dios creó todo”, en “Música y Religión en Educación Infantil”, de Manuel Azábal, Pro-

ducciones de la Raíz, Colección Al-Alba.En los libros de Religión de Primaria de la Ed. S.M. se encuentran diversos casettes con

canciones apropiadas. En concreto, la canción “Regalo de Dios”, de 4º de Primaria.Igualmente, en los antiguos libros de Religión de la Ed. Bruño, pueden encontrarse can-

ciones apropiadas. En concreto: “El mundo es un regalo de Dios” (casette “Espiga”, de José Mª Mar-tínez Beltrán, Pedro María García Franco y Maximino Carchenilla); “Qué gran pintor” (casette“Manantial 1”, de Pedro Mari García Franco y José Mª Martínez).

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2. Pedimos Perdón* Porque no sabemos valorar lo que tenemos, el jardín que Dios nos ha regalado y que nos

parece lo más normal.* Porque no sabemos cuidar bien ese jardín.* Porque nos creemos sus dueños y no sus jardineros: rompemos las flores, pisamos la hier-

ba, quemamos los montes, arrancamos las ramas, aplastamos los animalitos...).

3. OraciónQuerido Dios:Hoy empezamos el tiempo de Adviento. Queremos que venga Jesús y nos ayude a cuidar

el jardín que nos regalaste. Y, cuando llegue, que nos encuentre trabajando como buenos jardinerosdel mundo y de los demás, hermanos nuestros.

4. Evangelio: Mc 13,33-37

1) Jesús nos dice que tenemos que vigilar porque en el momento que menos pensamos,puede venir. Nosotros esperamos a Jesús, como invitado, que llegará en Navidad:

* ¿cómo encontrará el jardín del mundo, el jardín de nuestro corazón, denuestra familia, de nuestro cole, de nuestra catequesis, de nuestro grupo de ami-gos...?

* ¿nos encontrará “dormidos” y sin hacer nada, como dice el Evangelio?

2) Tenemos que cuidar el jardín del mundo.* ¿Qué cosas hacemos para cuidar las plantas de casa, del cole...?* Si el mundo y los demás son el jardín que Dios nos ha regalado, ¿qué

cosas tenemos que hacer para cuidarlos?

3) ¿Para qué ha puesto Dios a las personas en el jardín del mundo? ¿Qué somos nosotrosen el jardín del mundo: dueños o jardineros? ¿Qué tenemos que hacer para seguir el mandato deJesús que nos dice “¡velad!”?

5. OfertorioOfrecemos instrumentos de jardinería: azada, tijeras de podar, rastrillo, etc.Junto con el pan y el vino, llevamos al altar la primera vela del Adviento, VERDE. Pero,

¡atención!: ella sola, sin corona de Adviento, que pondremos el último domingo.

Oración:Querido Dios:Traemos al altar pan y vino que son frutos del jardín que nos has regala-

do. Y traemos esta vela verde para acordarnos de que tenemos que cuidar este jar-dín. Que tu amor de Padre los bendiga.

6. Oración finalQuerido Dios:Cuando creemos que estás enfadado con nosotros, las cosas nos salen mal porque nos falta

confianza. Pero tú confías en nosotros y por eso te damos gracias. Porque tú eres nuestro Padre:nosotros somos la arcilla y tú eres nuestro alfarero. Tú nos haces y nos creas como jardineros delmundo. ¡Gracias, Padre!

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Inmaculada Concepción de María

8 de diciembre

MARÍA, LA TONTA DEL BOTE(¿O, limpia de verdad?)

Flor de jardín

Recuerdo que lo iban diciendo las muchachillas de Nazaret. Hasta alguna se atrevía a can-tarlo cuando iban calle abajo, por donde vivía. Querían que me enterara. Más de una vieja salía a lapuerta y les gritaba que eran unas envidiosas, que ya quisieran parecerse a María.

La verdad es que la envidia crecía en el entorno como las malas hierbas en los sembrados.María era la preferida de los mozuelos. Les encantaba acercarse a ella para ver cómo iba creciendo.Se la repartían como la novia de la semana, a la que todos tenían derecho. Todos por turno la acom-pañaban a casa tras la clase en la Sinagoga. Saúl, el viejo escriba, en la escuela, por la tarde, se reíaal ver los movimientos de los niños, las miradas, las carreras, los turnos rigurosos para sentarse lomás cerca posible de ella. Decía que María le garantizaba una escuela llena de alumnos.

Y es que María era especial. Miraba de frente, siempre estaba dispuesta a lo que le pidierala gente. Siempre hacía favores. Acompañaba a quien se sintiera mal, ayudaba a las vecinas, prepa-raba sus lecciones y era capaz de encajar y comprender las cosas que hasta a los mayores les senta-ban mal. Decían las vecinas que parecía tonta, que se prestaba a que le tomaran el pelo, y le decíana Ana que la espabilara, porque si no, iba a sufrir mucho en la vida.

María sufría cuando veía sufrir. Hasta que vinieron sus parientes, se llevó a casa a Benja-mín, el pequeño de una emigrante, que murió dejándolo solo. Lloró amargamente cuando sus padresle dijeron que “por fin ha muerto Rut”, una desgraciada que se ganaba la vida con su cuerpo. Cuan-do iba a la fuente, la encontraba en el camino, se paraba con ella, le alababa lo bonita que iba y sequedaba un ratito para que ella, alocadamente, le dijera que le quedaba poco tiempo de estar en elpueblo, que se terminaba su trabajo.

Joaquín se enteró y le regañó porque el tratar con ella manchaba el corazón. Es lo que decíala ley de Dios. María no lo entendía. Pensaba que el Dios que ella sentía en sus momentos de sole-dad no podía rechazar a nadie y que miraría con especial cariño a esa buena mujer. Solamente le dijoa su padre que cuando estaba con ella, Rut sonreía y le decía que muy pronto dejaría de trabajar. Joa-quín no pudo menos que decirle:

- Haz lo que veas, hija.Joaquín y Ana la miraban complacidos. No tenían miedo, sabían que su hija no era la “tonta

del bote”, sino que tenía el corazón totalmente limpio. No sabía guardar ni recelar, sino sencilla-mente amar. Decían ellos que María era como si la herencia de los hombres, el mal, no hubiera roza-do su corazón.

- Nuestra hija es clara, nuestra hija es luz, nuestra hija es limpia, siempre es limpia. Nues-tra hija invita a ser luz, limpieza.

Y le daban juntos gracias a Dios por la forma de ser de María, que siempre veía claro, quesiempre decía que sí al amor de Dios, a amarlo en los demás.

(Carlos Huelin)

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Semana 2ª de Adviento, Ciclo BDel 4 al 10 de diciembre 2011

EL AGUA: EL DESIERTO Y LA TAREA

Ambientación: Llenamos el presbiterio de tiestos, macetas, etc., pero esta vez no son plantas verdessino plantas SECAS, marchitas... Si no las encontramos, podemos poner palos secos.

1. IntroducciónLo primero de todo es preguntarnos cómo va el jardín. ¿Lo vamos cuidando?Es cierto que Dios nos ha regalado el jardín del mundo y de la vida. Pero... ¿siempre se ha

mantenido el jardín?Explicamos cómo, desde el principio de la historia, los seres humanos, en vez de cuidar y

cultivar el jardín, lo hemos estropeado. ¿Cómo? Para contestar a esto, podemos hacerlo en diálogocon la asamblea.

Al mismo tiempo extendemos, como el domingo pasado, una gran pancarta (papel conti-nuo), pero esta vez es GRIS o MARRÓN, sin nada dentro: es “el desierto”.

Con todo, podemos también llenarlo de fotos “negativas” que hacen que el jardín delmundo sea desierto: guerras, gases contaminantes, niños peleando, tierra reseca, etc.

Igualmente, podemos proyectar el Power Point “Oda a la naturaleza”.

2. Pedimos perdón* Porque hemos estropeado el jardín con nuestras peleas, envidias, insultos...* Porque hemos estropeado el jardín con nuestra dejadez, cuando todo nos da igual o cuan-

do decimos que “ya lo recoge el otro”, o la mamá, o los empleados...* Porque hemos estropeado el jardín maltratando los árboles, los animales o la naturaleza.

3. OraciónQuerido Dios:En estos días de Adviento esperamos a Jesús que viene a visitarnos. Pero tenemos el jardín

hecho un desastre. Ayúdanos a ponerlo bonito de verdad para cuando Él llegue a vernos.

4. La Palabra de Dios:

Hace muchos siglos (más de mil años) el mundo se parecía bastante al mundo que tenemoshoy, aunque no había misiles, ni móviles ni aparatos como los que tenemos ahora. Pero había gue-rras, y en las familias también había peleas, igual que entre los amigos... El mundo estaba hecho unasco. Y Dios, ¿dónde estaba Dios? ¿Sería todo un “desierto” sin remedio?

Dios, entonces, inspiró a unos hombres, que se llamaban profetas, para animar a la gente ydecirles lo que tenían que hacer. Uno de ellos fue el profeta Isaías que, además, era un poeta. Vamosa escucharle:

a) Leemos Is 40,3-4

“Una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanaden la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que mon-tes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale”

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Comentamos:* ¿Qué es lo que aconsejaba el profeta Isaías para preparar la llegada de

Dios?* Entre todos los seres humanos hemos estropeado el “jardín del mundo”

y lo estamos convirtiendo en un “desierto” ¿Cuáles son las colinas que tienen que“abajarse” para que el camino de Dios quede llano?

* ¿Cuáles son los “valles” que tienen que rellenarse para que todo elcamino de Dios quede llano?

* ¿Cuál es la tarea que tenemos que realizar para allanar el camino aJesús y hacer que este “desierto” vuelva a convertirse en un “jardín”?

b) Evangelio: Mc 4-8Antes de que llegara Jesús vino un profeta que se llamaba Juan Bautista y que predicaba

para que la gente se preparara para recibir a Dios, para recibir a Jesús, como nosotros ahora enAdviento.

* Para que las plantas puedan vivir y crecer ¿qué cosas son más necesarias?* ¿Cuál es el “agua” que predicaba Juan para que nuestro “desierto” pueda volver a ser un

“jardín”? * ¿Qué quiere decir “convertirse”?* Pero Juan Bautista dice que hay algo mejor que ese “agua”, un “bautismo” diferente...

¿El agua de Jesús es un agua parecida a la de Juan Bautista? ¿Cuál es el esa nueva “agua”? ¿Cuán-do la recibimos? ¿Qué nos da el “agua nueva” de Jesús, según lo que decía Juan Bautista?

El “agua de Jesús” es el Espíritu Santo, que vive en nosotros por el aguadel bautismo. Es como la “savia” de las plantas: nos “riega” por dentro el corazóny nos lo ablanda. Él quiere que ese “agua” riegue todo el mundo para que se ablan-den todos los corazones y el “desierto” del cambio climático, la contaminación, lasuciedad y otras cosas horribles desaparezcan del mundo y todo vuelva a ser comoel jardín del mundo que Dios creó.

5. OfertorioPuede verse el Power Point “El hombre y el agua”.A los “instrumentos” de labranza que pusimos la semana pasada, añadimos ahora otros ins-

trumentos referidos al agua: regadera, jarra de agua, aspersor, etc.Y, como el domingo pasado, traemos una simple VELA AZUL que colocamos junto a la

vela verde el domingo anterior.

Canciones:Como referencia, si se conocen o todavía se tienen, pueden servir: “El

agua del Señor” (Kairoi, en “Jesús es el Señor”); “A las fuentes de agua viva” (C.Erdozain, “16 cantos para la misa”); “Mi Dios está vivo” (Adapt. M. Verde Bara-jas, en “Vaso nuevo”); “Gracias por la vida”, de Pedro Mari García Franco y JoséMaría Martínez, en Ed. Bruño: “Manantial 1”); “Jesús es el agua” (Libros de Reli-gión de S.M., 3º de Primaria).

Oración:Querido Dios:No te podemos ofrecer muchas cosas porque hemos convertido tu jardín

en un desierto. Con el pan y el vino que nos queda y que tú nos regalas, te ofre-

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cemos nuestra pobreza y nuestra buena voluntad para allanarle los caminos aJesús.

6. Oración finalQuerido Dios:Te damos gracias porque no sólo nos enviaste a Juan Bautista sino a Jesús, al que estamos

esperando estos días, porque Él nos va a traer un agua de verdad para regar nuestro desierto: el aguade tu Espíritu Santo.

Semana 3ª de Adviento, Ciclo BDel 11 al 17 de diciembre 2011

LA LUZ: LOS PROFETAS DE LA VIDA

1. AmbientaciónEsta vez no hay tiestos, macetas ni plantas sino personas. Se trata de “llenar” las gradas del

presbiterio (o el espacio delante del altar) de personas, niños y grandes, diferentes generaciones.Cada uno lleva una velita pequeña apagada que, en su momento, encenderán.

2. Introducción¿Cómo va el jardín? ¿Vamos transformando nuestro desierto poco a poco y preparando el

camino a Jesús?El jardín del mundo que Dios nos dio, lo mismo que el desierto en que lo hemos converti-

do, no sólo está lleno de árboles, de plantas y de flores, sino de personas: unas alegres (el jardín: 2ªlectura: 1 Tes 5,16-24) y otras tristes (el desierto: 1ª lectura: Is 61,1-2a.10-11).

Dios no quiere hacer del mundo un jardín que sirva sólo “de adorno”. No. Quiere un jar-dín donde las personas, los seres humanos, estemos a gusto, contentos y felices, en paz y alegres,formando una sola familia, como si fuese la plaza del pueblo, un pueblo donde todos se conocen yse quieren.

3. Pedimos perdónDios ha enviado siempre profetas al mundo. Y los profetas han tenido siempre una misión:

animar a los desanimados, como nos dice el profeta Isaías:

Leer Is 61,1-3

Se puede proyectar el Power Point “Blowing in the wind” (“Escúchaloen el viento”).

Nosotros, sin embargo, no somos profetas como Dios quiere. Por eso le pedimosperdón a Dios:

* Porque, cuando alguien sufre a nuestro lado, muchas veces no le hacemos caso.* Porque muchas veces, con nuestros comentarios, quitamos la fama a las personas y les

ponemos “etiquetas”...* Porque algunas veces, con nuestras malas acciones, ponemos tristes a los demás; y otras

veces, cuando estamos tristes, contagiamos nuestra tristeza a los demás.

4. OraciónQuerido Dios:

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Nos vamos acercando a la Navidad. Jesús va a venir. Él es nuestra luz. Por eso estamos ale-gres y queremos celebrar con alegría su venida.

5. Palabra de Dios: Jn 1,6-8. 19-28

Juan Bautista era un profeta. Era testigo de “la luz” que él anunciaba. Pero él no era “laluz”.

Nos preguntamos:* ¿Qué es un “profeta”?* ¿Qué quiere decir ser “profeta o testigo de la luz”, como lo era Juan Bautista?* ¿Qué personas conocemos hoy que sean “profetas o testigos de la luz” como Juan Bau-

tista?* ¿Qué o quién es de verdad “la luz” para nuestro mundo, nuestra casa, nuestro corazón,

nuestros amigos, nuestro cole, nuestra catequesis?* ¿Cómo podemos ser nosotros “profetas de la luz” para el jardín del mundo, para las per-

sonas que viven a nuestro lado, junto con nosotros o lejos?También nosotros, como Juan Bautista, tenemos que ser “testigos de la luz”. Tenemos que

ser “soles” para los demás, porque los demás lo necesitan lo mismo las plantas necesitan la luz delsol para vivir.

6. OfertorioTraemos ahora la tercera VELA del Adviento, AMARILLA, ella sola, y la colocamos junta

a la VERDE y a la AZUL. Las personas que están en las gradas del presbiterio o delante del altarencienden ahora sus velitas en la vela amarilla y rodean con ellas, encendidas, las tres velas delAdviento.

Oración:Querido Dios:Este pan y vino de la Eucaristía son el símbolo de nuestras vidas que se

unen a la vida de Jesús. Con él, queremos ser luz para nuestro mundo y te pedi-mos que nos ayudes a serlo.

7. Oración final:Querido Dios:San Pablo nos dijo que teníamos que estar siempre alegres. Que nos quedáramos siempre

con lo bueno y dejásemos todo lo demás. Y que viviéramos en paz. Te damos gracias porque Jesúses nuestra luz y Él nos ayuda a ser luz para los demás.

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Semana 4ª de Adviento, Ciclo BDel 18 al 24 de diciembre 2011

MARÍA, EL JARDÍN DE DIOS

1. AmbientaciónHoy volvemos a llenar el presbiterio de tiestos y macetas, poro no de plantas verdes, como

el primer domingo, sino de FLORES DE COLORES, ¡muchas flores de colores!

2. Introducción¿Cómo va el jardín? ¿Ya hemos eliminado casi del todo el desierto? ¿Nos hemos dejado

regar con el agua de Jesús? ¿Hemos hecho crecer en nosotros la flor de la luz? ¿Estamos ya media-namente “presentables” para recibir a Jesús nuestro invitado? ¡El día de Navidad está ya a las puer-tas!

Los dos domingos anteriores vimos a Juan Bautista que anunciaba el agua nueva de Jesús ynos decía que él era “testigo de la luz”... Este domingo, y a lo largo de todo este tiempo, hay alguiencalladito, que no grita como Juan Bautista, pero que está siempre ahí, a nuestro lado, en silencio,pero siempre presente: es MARÍA, la madre de Jesús. La madre de la Esperanza, como la llamamoshoy, día 18 de diciembre, María “de la O”...

* Ella administró bien su propio jardín, el de su corazón.* Lo cuidó y lo regó...* Ella se hizo luz para todos, porque era sencillamente “buena”* Por eso Dios se fijó en ella para traer a Jesús. Y ella se dejó hacer por Dios.

Podemos proyectar el Power Point “María de Jesús”.

3. Pedimos perdónHacemos un “repaso” de estas tres semanas pasadas:

* Porque muchas veces no nos hemos portado como “jardineros” del jardín del mundo: decasa, del cole, de la catequesis, de los amigos, de los compañeros y compañeras de trabajo...

* Porque a veces hemos dejado de regar nuestro corazón con el agua de Jesús... * Porque muchas veces no hemos sido, realmente, “testigos de la luz” como Juan Bautis-

ta y muchos “profetas”...* Y, sobre todo, porque no tenemos suficiente confianza para creer que realmente vale-

mos y podemos ser luz para los demás...

4. OraciónQuerido Dios:Tú mandaste a María un mensajero. Él le dijo que sería la madre de Jesús. Y ella siempre

nos ha enseñado cómo era Jesús para que le acogiéramos y le quisiéramos. Que conozcamos cadadía mejor a María, nuestra madre y madre de Jesús.

5. La Palabra de Dios

a) Dios no quiere una casa: 2 Sam 7,1-5.8b-12.14a-16.No se trata de leer -sobre todo a los niños- este pasaje que posiblemente sea muy difícil

para la gente. Pero sí se trata de contárselo... ¡Hagamos ese esfuerzo de narración!:* David era un rey que se había construido un palacio

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* Pero el Arca de la Alianza (que para los judíos significaba la presencia de Dios en mediode ellos) estaba guardada en una “jaifa” (una “tienda”) en las afueras...

* A David le parece que eso no estaba bien y se decide a construir a Dios una “casa”, un“templo”...

* Dios envía al profeta Natán para que le diga al rey David que Él no quiere vivir en unacasa, sino en una “jaifa”...

* Y que su verdadera “casa” va a ser la gente y su vida, y así para siempre.

Nos preguntamos:* ¿Qué es una “jaifa” y en qué se diferencia de una casa?* ¿Por qué Dios no querrá estar en una casa sino en una “jaifa”?* Entonces, ¿dónde quiere estar Dios?

b) La verdadera “casa” de DiosLa respuesta a esa pregunta nos la da hoy el Evangelio: Lc 1,26-38Nos preguntamos:

* ¿Cómo saludó el ángel a María? ¿Cuál fue su saludo?* ¿Dónde le dijo el ángel que estaba Dios, el Señor?* ¿Qué le anuncia el ángel a María?* En las “letanías” de María (que son como “piropos” a María), se dice

de ella que es “casa dorada”, “casa de Dios”. ¿Por qué??

María se ofreció para que Jesús naciera de su vientre y fuese una persona como nosotros.Desde entonces, Dios, por Jesús, vino a vivir dentro de María. ¡Esa era su casa y no el templo quele quería construir el rey David!

* María, desde entonces, puede parecerse también a un “farol”: ¿porqué?

* Y nosotros, ¿podemos ser como María, “faroles de Dios”? ¿Por qué ycómo?

* ¿Por qué podríamos decir, además, que María era “un jardín deDios”? ¿Por qué?

* ¿Podemos ser nosotros “un jardín de Dios”?* ¿Podemos decir que María fue verdaderamente “jardinera del mundo”?* ¿Y nosotros? ¿Cómo podemos serlo?

6. CredoHoy vamos a decir un “credo” muy especial. No es el “credo oficial” de la Iglesia, pero

se le parece. Vamos a ir repitiendo juntos las frases que nos vayan diciendo:

* Creo que Dios ha creado el mundo como un jardín* Creo que Dios nos ha hecho “jardineros del mundo”* Creo que Jesús, nacido de María, es el primer jardinero del mundo.* Creo en la luz que Dios ha puesto en nuestro corazón con su Espíritu.* Creo que todos los amigos de Jesús formamos el “jardín de Dios”, como María* Creo que este jardín tiene que llegar a ser un jardín universal.* Creo que este jardín puede durar hasta la vida eterna.

7. OfertorioHoy es un día especial, el último domingo de Adviento. Traemos, pues, la última vela, la

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VELA BLANCA y, al juntarla con las otras tres, adornamos ya toda la corona con las típicasramas de pino, etc. con que solemos adornar la Corona de Adviento. Al acabar, cantamos un cantoa María, como puede ser “La Virgen sueña caminos” (C. Erdozain, en “Preparad los caminos”).

En el hueco central colocamos la cuna, donde después, en Nochebuena, colocaremos aJesús

Oración:Querido Dios:Ya estamos a punto de celebrar la Navidad. Jesús viene a visitar el jar-

dín del mundo. Nosotros, junto con el pan y el vino, ponemos la cuna de nuestrocorazón para que Él llegue y lo llene con su presencia.

8. Oración finalEl Ave María, rezada o cantada. Por ejemplo “Ave María”, en el libro de Religión de

S.M., 3º de Primaria, o la canción de la Virgen que los niños y la gente se sepa.

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