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1. IMPORTANCIA DE LA COMPLEJIDAD E INTERDISCIPLINARIDAD DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
COMPLEJIDAD E INTERDISCIPLINARIEDAD DE LA CIENCIA En el siglo XX surge el pluralismo, la diversidad, el
cambio, la incertidumbre, la globalización en todos los campos, lo que hace que revolucione la ciencia, transformándola en
multidisciplinaria, interdisciplinaria y tras disciplinaria, convirtiéndola es compleja. La misma que se explica, por la relación
que se da en el mundo, entre el orden y el caos, el determinismo y el azar, eximiéndose el enfoque de la idea de realidad,
lo que permite establecer dentro del paradigma de la complejidad que el conocimiento científico es una de las diversas
formas de conocer el mundo, pero no la única. A la vez que la interdisciplinariedad, según Nikolaevitch consiste en “El
intercambio reciproco de resultados científicos y en un desarrollo mutuo de las diversas disciplinas, comprendida la nueva
disciplina que nace del propio intercambio”. Por lo que se sugiere la integración de saberes que generen un saber superior
al existente. Como conclusión podemos afirmar que el investigador individual no tiene razón de ser, por lo que se necesita
integrar grupos interdisciplinarios, capaces de trascender su disciplina apoyándose de manera mutua.
Se analizan la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad como categorías de estudio y prácticas de las ciencias
actuales, empleadas para solucionar problemas que las disciplinas por sí solas no pueden resolver. Se estudian sus
clasificaciones y definiciones, así como los fundamentos ontológicos en los que basan su concepción, su historia y
significado, para mostrar que la teoría bibliológico-informativa puede considerarse como inter y transdisciplinaria.
Los estudios sobre la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad adquirieron auge durante los últimos 30 años. Es la
propia sociedad la que nos ha impulsado a encontrar soluciones a problemas complejos desde ambos puntos de vista. A
pesar de que los términos se refieren a dos concepciones distintas, su uso indeterminado nos obliga a detenernos en sus
distinciones.
La interdisciplinariedad implica puntos de contacto entre las disciplinas en la que cada una aporta sus problemas,
conceptos y métodos de investigación. La transdisciplinariedad, sin embargo, es lo que simultáneamente le es inherente a
las disciplinas y donde se termina por adoptar el mismo método de investigación. La transdisciplinariedad está entre las
disciplinas, en las disciplinas y más allá de las disciplinas.1 Las definiciones son mucho más complejas y nos obligan a
repasar históricamente su aparición y uso.
Los estudios históricos de las disciplinas científicas y los fenómenos que la condicionan no son abundantes. Esta
condición se maximiza en el caso de las controvertidas disciplinas informativas, las que se entienden como aquellas que
aparecen enmarcadas en determinadas instituciones: bibliotecología y archivística, y las que mantienen un carácter
completamente independiente de las instituciones: bibliografía y ciencia de la información. En la época actual, la ciencia
de la información constituye la disciplina con mayor difusión de la investigación, tanto teórica como histórica.
La investigación teórica sobre las disciplinas que se ocupan del fenómeno informativo en Cuba se inició en la Biblioteca
Nacional "José Martí", en la década de los años 1990 del siglo XX. La falta manifiesta en Cuba de una concepción
generalizada sobre la bibliotecología y las demás disciplinas informativas es también evidente en otros países. Esas
diferencias se agrupan en las tres palabras que Linares empleó en su trabajo, titulado Bibliotecología y Ciencia de la
Información: ¿subordinación, exclusión o inclusión?2 y que Setién y Pérez las agrupan de la siguiente forma:
Las que igualan el contenido de las disciplinas informativas con los planes de formación profesional. Las que igualan
dichos contenidos con los del trabajo institucional. Las que confieren distinto alcance a sus objetos de estudio e implican,
en ocasiones, la pertenencia de unas disciplinas informativas a otras.
Las que abogan por la relativa independencia de las disciplinas. Las que manifiestan dudas sobre el carácter científico de
las disciplinas informativas. Las investigaciones realizadas en la Biblioteca Nacional "José Martí" revelaron que la
búsqueda de leyes bibliotecológicas universales fracasó bajo el enfoque positivista que subyace en algunas posiciones
teóricas, por el reduccionismo del pensamiento que presenta esta escuela y que la lleva a enfocar todos los fenómenos —
incluidos los sociales— como fenómenos físicos, lo que constituye, según Bud, una aplicación de formas del pensamiento
a un sector de la realidad distinto a aquel en que se desarrollaron.3 La filosofía marxista explica en su desarrollo dialéctico
cómo a cada forma de movimiento de la materia —mecánica, física, química, biológica, social— corresponde un análisis
cualitativo distinto y, por tanto, una forma diferente de enfocar e identificar su desarrollo sujeto a ley y de enunciar esas
leyes.4 En el caso de los fenómenos bibliotecarios, el positivismo se limita, además, cuando tratan de inferir las leyes
universales de la bibliotecología sólo a partir del comportamiento de los servicios bibliotecarios, sin considerar el entorno
social que los condiciona.
Estas investigaciones, adscritas al discurso profesional que se inserta en la corriente bibliotecológica marxista, y que
presenta un sólido fondo teórico, han contribuido a:
Su enriquecimiento.
Enunciar la ley fundamental de la actividad bibliotecaria y una de sus regularidades, así como las correspondientes a otros
fenómenos, que la teoría denominó bibliológico-informativos (archivístico, bibliográfico, de análisis de información).
Resolver un problema que el positivismo no pudo resolver y que la propia corriente marxista en otros países no había
enunciado de forma explícita, aunque había sentado las bases teóricas e históricas para esto.
En este sentido, hace algunos años se iniciaron una serie de trabajos que sirven de precedente al presente, enmarcados
en los discursos teóricos de las disciplinas a escala internacional y ubicada en el contexto nacional. Todo esto conllevó la
aparición de la teoría bibliológico-informativa, que en el presente artículo propone un nuevo enfoque sobre la base de su
interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, concebida por el propio sistema de conocimientos que ella encierra y que
posee como principal elemento la "información".
FUNDAMENTOS DE LA INTERDISCIPLINARIEDAD
La interdisciplinariedad constituye uno de los aspectos esenciales en el desarrollo científico actual. No se concibe la
explicación de los problemas sociales desde una concepción científica sin la interacción de las disciplinas afines. Ahora
bien, la forma en que la interdisciplinariedad se manifiesta es diversa; en ocasiones, los contactos son sencillos y de
apoyo metodológico o conceptual, pero en otras, conduce a la aparición de disciplinas nuevas.
Son pocos los estudios filosóficos de la ciencia que tratan esta temática; sin embargo, el análisis hecho por Sumirnos
sobre los fundamentos ontológicos y epistemológicos de la interdisciplinariedad constituye una aproximación filosófica al
fenómeno. Las valoraciones de Sumirnos, realizadas a finales de los años 70 y principios de los 80, mencionan entre los
aspectos más relevantes de los fundamentos ontológicos de la interdisciplinariedad: la integración creciente de la vida
social, la socialización de la naturaleza y la internacionalización de la vida social. El primero se refiere a la mezcla cada
vez más significativa de procesos técnicos, de producción, políticos y sociales. El segundo a la connotación que presenta
actualmente la transformación de la naturaleza por el hombre, a tal punto de avanzar de la "ciencia de la naturaleza" a la
"ciencia de las formas sociales de existencia de la naturaleza"; y paralelamente, de la "ciencias del hombre" a las "ciencias
de la naturaleza humana y social".10 El tercer elemento se refiere a la necesidad objetiva de orden internacional. Lo que
antes eran proyectos nacionales, se convierten ahora en proyectos internacionales y la "internacionalización" de la vida
social responde al desarrollo de la humanidad y al propio avance científico-técnico. Si estos tres fenómenos son propios
del desarrollo interdisciplinar y su surgimiento, en esta nueva etapa, en el siglo XXI, aparecen nuevos elementos que
forman parte del fundamento ontológico actual. Diversos teóricos del tema refieren cuatro elementos esenciales de las
ciencias sociales del siglo XXI. Ellos son: 14
La unidad de análisis, espacio amplio y larga duración: parte del estado como unidad básica de análisis del siglo XIX, al
descubrimiento intelectual de la globalización. Este fenómeno se expande con la caída del campo socialista, uno de los
componentes del modelo de los "tres mundos" concebido en el pensamiento de la guerra fría, que ofrece oportunidad al
monólogo del neoliberalismo global, incorpora las multinacionales económicas y deja fuera los estados de las políticas
económicas. Incluye la posibilidad histórica de desarrollo tecnológico y de las comunicaciones que favoreció la aparición
de medios como Internet, elemento que brinda un nuevo matiz a los conceptos de espacio y tiempo.
Hipérbole versus realidad en ciencias sociales: conceptos sólidos desde el punto de vista teórico y mediciones
conceptualmente correctas: la necesidad de distinguir en las ciencias sociales entre conceptos sobredimensionados y la
realidad constituye un problema del actual siglo y se observa con conceptos como el de globalización que afianzado por
una coyuntura histórica, se ha convertido en palabra clave y es utilizado indistintamente para demostrar una forma de
intercambio económico y nuevas formas de comunicación y ofertas tecnológicas, aunque realmente no vivimos en un
mundo globalizado. El propio modelo de los tres mundos antes mencionado y que precede al concepto de globalización,
se refiere al primer mundo, segundo mundo comunista y tercer mundo subdesarrollado; viene igualmente de estudiosos
del primer mundo e intentaba dar una división completamente sesgada de la realidad en aquel entonces. Lo mismo ocurre
con la concepción de países ricos (norte) países pobres (sur) en correspondencia con países desarrollados y
subdesarrollados que deja fuera la concepción de centro y periferia. Es una cualidad de las ciencias sociales actuales, el
uso de conceptos sólidos desde el punto de vista teórico, centrados en los resultados y que olvida los procesos. Las
mediciones de los procesos macro sociales son extremadamente difíciles. Para la definición de un concepto es necesaria
cierta evaluación empírica, y en las ciencias sociales son medibles los hechos y los resultados en un momento
determinado; sin embargo, los procesos no lo son de forma directa.
Hecho y valor, un par imbricado: es característica en los últimos siglos separar lo "verdadero" de lo "bueno" y está sujeto a
la concepción de las ciencias por un lado y las humanidades por otra, elemento que caracterizó el comportamiento
disciplinar desde la formación de las universidades como se explicó anteriormente. La "naturalización" (aplicación de las
ciencias naturales) de las ciencias sociales y el desarrollo de la mate matización del conocimiento científico tuvo su auge
después de la segunda guerra mundial bajo el predominio de concepciones positivistas. A partir de la década de los años
60, los estudios culturales dieron un vuelco a la forma de interpretar la realidad social y cuestionaron el positivismo y el
reduccionismo. El propio proceso interdisciplinar contribuyó a la aparición de "estudios de complejidad" en las ciencias
naturales que orientan una nueva forma de observar las ciencias. Queda perfectamente demostrado que la separación de
las ciencias naturales y las humanidades actualmente resulta un postulado arcaico y echa por tierra la división disciplinar
realizada desde la antigüedad. Los autores concluyen este punto con la siguiente reflexión: "Hoy día, la preocupación
central, suprema, del análisis social y de las políticas debe ser el reconocimiento de que no sólo las estructuras del
conocimiento están en crisis, sino que la totalidad de las estructuras de largo plazo del mundo moderno se encuentran en
una fase de transición. De esta forma, las interrogantes que surgen son, por un lado, qué clase de mundo, dentro de qué
espectro de posibilidades, querríamos crear para el futuro y, por otra parte, qué podemos hacer para que dicho mundo se
materialice de la mejor forma posible".
Actores del cambio social. La obligación de las estructuras y las posibilidades de acción: se trata de lo que consideran
actualmente el nuevo paradigma de las ciencias sociales. Frente a un momento de cambio, donde las estructuras del
conocimiento se encuentran en plena crisis en momentos de transición, cualquier situación social, no importa lo pequeña
que sea, puede señalar el camino que seguirán las transformaciones. Los métodos que definían modelos que
hipotéticamente conducían hacia cierto y determinado estado ya no son suficientes. Las interrogantes tradicionales que
mostraban un conocimiento objetivo pasan a ser interrogantes situacionales
2. NECESIDAD DE UN PENSAMIENTO COMPLEJO EN LA CIENCIA SOCIAL.
La exploración de los nuevos mundos de la cibernética, de la física quántica puso a Morín en contacto con las
teorías del caos y de la interconectividad de los diferentes elementos del cosmos. La biología lo dotó de nuevos
esquemas mentales para entender el mundo de los vivos y para comprender al mismo hombre. Por
consiguiente, la realidad no es simple son muchos los elementos de que consta, los cuales no están aislados
sino interconectados, incluso entre un elemento y otro los límites son borrosos.
El pensamiento complejo de Morín, significa para las ciencias sociales un aporte metodológico, por la
incorporación de la transdisciplinariedad, la multidimensional dad y lo que se ha llamado doble día
electricidad. Estas claves metodológicas, constituyen aspectos epistemológicos importantes, el pensamiento
complejo puede referenciarse como la ciencia, después del fin de la ciencia. Los autores y corrientes que
influyen el pensamiento mironiano, van de las ciencias formales y experimentales, a las ciencias sociales.
En tal sentido, el mismo autor plantea superar el pensamiento simplificador, es decir, aquel que se vincula
ciegamente a un sistema de conocimiento para comprender al mundo sin ser capaz de ir más allá de los límites
que a sí mismo se impone, este pensamiento es unidimensional y simplista. Cabe destacar, que en el
pensamiento llamado simplificador se pueden distinguir cuatro principios básicos como son la disyunción, la
reducción, la abstracción y la causalidad. En cambio, en el pensamiento complejo se plantea la
heterogeneidad, la interacción y el azar; todo objeto del conocimiento cualquiera que sea, no se puede
estudiar en sí mismo, sino en relación con su entorno; precisamente por esto, toda realidad es sistema, por
estar en relación con su entorno.
Es por ello, que el pensamiento complejo es capaz de unir conceptos que se rechazan entre sí y que son
desglosados y catalogados en compartimentos cerrados por el pensamiento no complejo. No se trata de
rechazar lo simple, se trata de verlo articulado con otros elementos, es cuestión de separar y enlazar al mismo
tiempo. Se trata pues, de comprender un pensamiento que separa y que reduce junto con un pensamiento que
distingue y que enlaza.
Es de hacer notar, que la complejidad parece primera desafiar el conocimiento y, de algún modo, producir una
regresión, cada vez que hay una irrupción de complejidad precisamente bajo la forma de incertidumbre, de
aleatoriedad, se produce una resistencia muy fuerte. Hubo una resistencia muy fuerte contra la física cuántica,
porque los físicos clásicos decían que es el retorno a la barbarie, no es posible situarse en la indeterminación
cuando desde hace dos siglos todas las victorias de la ciencia han sido las del determinismo. De allí, que ha
sido necesario el éxito operacional de la física cuántica para que finalmente, se comprenda que la nueva
indeterminación constituía también un progreso en el conocimiento de la misma determinación.
Es importante señalar, que los problemas de organización social sólo pueden comprenderse a partir del nivel
complejo de la relación parte-todo. Aquí interviene la idea de recursión organizacional que, es absolutamente
crucial para concebir la complejidad de la relación entre partes y todo. Las interacciones entre individualidades
autónomas, como en las sociedades animales o incluso en las células, puesto que las células tienen cada una
su autonomía, producen un todo, el cual retroactúa sobre las partes para producirlas. Dicho de otro modo, las
interacciones entre individuos hacen la sociedad; de hecho, ésta no tendría ni un gramo de existencia sin los
individuos vivientes. No obstante, la sociedad misma produce los individuos o, al menos, consuma su
humanidad suministrándoles la educación, la cultura y el lenguaje.
En los tiempos actuales la educación tiene mucho que decir y hacer, como formación humana, instrucción del
pensamiento y dirección de los sentimientos, ante la necesidad de dar respuesta a los desafíos del siglo XXI,
como lo es el de crear hombres con ciencia y con conciencia así como desarrollar una cultura que le permita
ser capaz de enfrentar la globalización neoliberal. La educación como formación humana, en los momentos
actuales, está urgida de cambios, para Morín se debe reformar el pensamiento en general y sus paradigmas si
se quiere revertir el pensar educativo y sus estrategias. Se deben cambiar las estructuras existentes no sólo de
pensamiento, sino en plena conjunción con la práctica social y sin perder el sentido cultural en que toma cuerpo
y se despliega como sistema complejo.
En este orden de ideas, se destaca que la educación pensada desde la complejidad es imposible sin una
reforma del pensamiento, que haga de ella un verdadero proceso de aprehensión del hombre como sujeto
complejo que piensa, siente, conoce, valora, actúa y se comunica. Razón por la cual, para revelar la
complejidad del hombre hay que asumirlo con sentido cultural, es decir, en su actividad real y en la praxis que lo
integra a la cultura; la cual como ser esencial del hombre y medida de ascensión humana no sólo concreta la
actividad del hombre en sus momentos calificadores, sino que da cuenta del proceso mismo en que tiene lugar
el devenir del hombre como sistema complejo.
Se evidencia en los planteamientos de Morín, que la teoría de la complejidad y el pensamiento complejo no
intenta en modo alguno constituirse en método único, sino captar la realidad como sistema complejo, en sus
diversas conexiones, mediaciones y condicionamientos. Es por ello, que no establece relaciones antitéticas
entre orden y caos, incertidumbre y certidumbre, entre las partes y el todo. De igual forma, admite la
racionalidad, pero se opone a la racionalización que simplifica, reduce y no aprehende la realidad en su
contexto y complejidad. Es oportuno señalar, que la necesidad del pensamiento complejo no puede más que
imponerse progresivamente a lo largo de un camino en el cual aparecerán, ante todo, los límites, las
insuficiencias y las carencias del pensamiento simplificaste, es decir, las condiciones en las cuales no se puede
eludir el desafío de lo complejo. Será necesario, finalmente, ver si hay un modo de pensar, o un método, capaz
de estar a la altura del desafío de la complejidad. No se trata de retomar la ambición del pensamiento simple de
controlar y dominar lo real. Se trata de ejercitarse en un pensamiento capaz de tratar, de dialogar, de negociar,
con lo real.
RESUMEN
El Paradigma de la Complejidad, como cultura y forma de ver el mundo en la Posmodernidad, crea un proceso
de pensamiento sistémico que nos muestra la realidad como un enorme conjunto de sistemas con una
difícilmente cuantificable cantidad de variables polares que interactúan entre sí. Esta interacción, que a simple
vista parece caótica y desordenada, posee un equilibrio intrínseco que permite la adaptación a las nuevas
reglas de juego del entorno. En caso que falle, el sistema incapaz de adaptarse colapsa y otro asume su lugar,
llenando el espacio vacío.
El paradigma de la complejidad parte de un pensamiento sistémico, esto quiere decir reconocer la
interdependencia de los hechos y el azar o lo impredecible como integrante distintivo de la época. Este modelo
de ciencia intenta superar a la ciencia mecanicista que ha predominado hasta la actualidad. El filósofo Edgar
Morín ha sido quien comenzó a definir y plantear lo que hoy conocemos como paradigma de la complejidad, a
continuación te contamos sus puntos centrales.
El paradigma de la complejidad entiende que es necesario retomar los valores de la modernidad y ponerlos en
juego ahora: cuestionarlos, modificarlos. Para ello reconoce que necesita irremediablemente de la conciencia
del sujeto que realiza las acciones en el mundo, que sea crítico y cuestione sus acciones, puntos de vistas
diversas, que elija y lo que realice lo haga a conciencia.
Morín reconoce siete principios generales, interdependientes, del paradigma de la complejidad: principió
sistémico u organizacional: el conocimiento de las partes se relaciona con el conocimiento del todo. principio
Holo gramático: las partes conforman el todo pero el todo no es nada sin las partes principio retroactivo: es el
esquema que refleja a este paradigma pues supone que una causa actúa sobre un efecto y este a su vez sobre
la causa principio recursivo que supera la noción de regulación al incluir el de auto-producción y auto-
organización; principio de autonomía y dependencia en el que expresa la autonomía de los seres humanos
pero, a la vez, su dependencia del medio; principio dialógico que integra lo antagónico como complementario;
principio de la reintroducción del sujeto que introduce la incertidumbre en la elaboración del conocimiento al
poner de relieve que todo conocimiento es una construcción de la mente.
LA INVESTIGACIÓN Y LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN EL AULA DE CLASE
La estrategia metodológica incluyó una reflexión continua y permanente de acuerdo con la siguiente ruta y una
interacción en el aula teniendo en cuenta: el ser del estudiante, el ser del maestro, los procesos lectores y
escritores, los saberes específicos, el trabajo en equipo y la evaluación como proceso. Además de ello, se
procedió a un aprendizaje en equipo y al fortalecimiento de los principios de organización, autonomía y
pertenencia. Trabajo alrededor de los siguientes hilos conductores: ejes temáticos que resinificaran los
contenidos de las tres áreas, literatura como sendero para conocer y evaluación como ámbito de aprendizaje
que retroalimenta y reconstruye el proceso pedagógico. Finalmente, se llevó a cabo una sistematización del
proceso desarrollado y la consolidación del marco teórico acerca de la interdisciplinariedad como enfoque
pedagógico, el pensamiento sistémico como enfoque metodológico, los ambientes de aprendizaje y los
procesos lectores y escritores como elementos de la estrategia didáctica.
Resultados
Entender que la labor, espíritu, magnitud y organización de la actividad en el aula tiene mayor eficacia en la
acción, cuando se conjugan los siguientes ámbitos:
- El ser estudiante, teniendo en cuenta la frase, "Debo recordar a cada instante que mi misión no es sólo
enseñar sólo números y letras. El alma de mis niño interroga por sus caminos a la vida y me interroga a mí".
- El aprendizaje en equipo, definido como la escena que establece la relación "todo es uno y uno es todo"; es
decir, el ambiente es cada uno, cada uno es microcosmos; cada uno vive relaciones internas, cada uno se
relaciona con el otro; relación que lo modifica "lo educa" y que a la vez modifica al Otro y a lo otro.
- La lectura y la escritura, concebidas como fundamento básico del contexto escolar toman gran significación,
constituyéndose en actividades desencadenantes dentro de las dinámicas que se desarrollan en el aula.
- La evaluación entendida como proceso que permite revisar la experiencia de cada uno de los participantes
alrededor de la construcción de conocimiento, el crecimiento personal, el desempeño y desarrollo de
competencias, en relación con sus compañeros, sus intereses, sus expectativas y su nivel de compromiso con
su aprendizaje.
- El saber disciplinar condición necesaria para el desempeño del docente, pero no suficiente en su quehacer
como formador de nuevas generaciones, que le exigen una mirada holística del conocimiento y del mundo de la
vida.
- Encontrar valor pedagógico y sentido a cada una de las actividades que vivenciamos cotidianamente en el
aula, gracias a los compromisos de socialización de la propuesta y la realización de seminarios y
conversatorios.
- Dinamizar diferentes estrategias comunicativas entre estudiantes, maestras y padres de familia, para facilitar
la divulgación de los avances de la investigación y la participación en eventos locales (Seminario realizado en
Maloca y Foro local: “Pedagogías de la lectura y la escritura"), distritales (Encuentro de Maestros y
Comunicación de Experiencias), nacionales (Encuentro Nacional de Profesores Innovadores en la Enseñanza
de la Ciencia) e internacionales (Tercer Encuentro Iberoamericano de Colectivos y Redes de Maestros
Investigadores en la escuela).
- La creación de la página Web http//:cedmop.wigloo.com, como espacio de divulgación y consulta de los
avances en la investigación, relacionados con la manera de desarrollar pensamiento sistémico a partir de un
currículo interdisciplinario y los procesos lectores y escritores tanto de las maestras como de los estudiantes.
Hablar de la interdisciplinariedad desde el campo de la pedagogía sigue siendo algo “mágico”, poco usual o
simplemente un modismo. Con ello no se pretende desechar o soslayar los demás enfoques tanto teóricos
como conceptuales o metodológicos; tampoco se pretende revelar como el último paradigma teórico ni como la
panacea que ha de resolver el problema que desde siempre ha significado la educación; tampoco es menos
cierto que como educadores, quizás unos más comprometidos que otros con los necesarios cambios en la
educación, estamos en el deber de avanzar y profundizar en el estudio, análisis, construcción polémica en una
praxis educativa que vaya más allá del aula de clase. Tal vez pensar en ello para algunos sigue siendo una
utopía, pero si esta se asume como la construcción de lo posible que nos permite avanzar en medio de las
contradicciones que acrecienta la superación de la creación humana, podemos lograrla la meta establecida;
parafraseando a Einstein, se puede afirmar que la educación es como la bicicleta, si no avanza se corre el
riesgo de caer, y es el colectivo de educadores de este momento a quien le corresponde construir las bases que
habrán de sostener en el devenir el nuevo paradigma educativo en la educación media.
La educación como un hecho socio histórico siempre ha estado vinculada a los modelos económicos que
insurgen en cada momento de acuerdo a la necesidades y avances de los mismos; es así como a finales del
siglo XIX, la educación pasa a supeditarse a los objetivos del mercado de trabajo industrial y a partir de 1890 se
establece un método de gerencialismo científico de la educación que junto al modelo taylorista de la división
social del trabajo sirven de base para los sistemas educativos montados para la reproducción acritica del
conocimiento sobre una cultura escolar excluyente.
Se hace necesario entender que ese sistema educativo se fundamenta en el currículo por disciplinas y que este,
lejos de ser un simple problema epistemológico, pedagógico, es principalmente un problema político que
requiere ser abordado por el docente, que al superarlo permite el avance hacia la transformación de la
educación y la sociedad.
Precisamente, es el modelo taylorista de la educación el que aún continua presente en el sistema educativo
venezolano “separando el saber del hacer”, “separa al que diseña el currículo de quien lo ejecuta en le aula”
(permítame pensar por usted), llevando a la separación escuela –comunidad, separación profesor-alumno,
establece un monopolio y jearaquia del saber en manos de directivos y supervisores. Tales contradicciones
impregnan los contenidos curriculares, los planes de estudio, las estrategias metodológicas, el régimen de
evaluación, no escapando la propia arquitectura escolar: espacios separados y cerrados, oficinas burocráticas,
áreas para recreo, organización interna del aula, ubicación del pizarrón y alienación de pupitres, separación
entre materias teóricas y prácticas, la disposición y utilización del tiempo escolar horario mosaico).
La problemática de la interdisciplinariedad como forma emergente ante el esquema disciplinar, no responde
como pareciera a causas a lo interno de los procesos educativos, no es su novedad u originalidad, es
consecuencia de las contradicciones sociales, de la emancipación del hombre de la enajenación capitalista que
se prolonga hacia la enajenación en el aula, en el abordaje de la realidad haciéndola entender como ésta no es.
El trabajo del aula ha sido sumergido en el pensamiento positivista según la concepción de que todos los
hechos son singulares e individuales y la sociedad esta regida por leyes invariables que nada tienen que ver
con la voluntad y la acción de los seres humanos, no se busca comprender, solo describir lo sucedido en un
orden inalterable sin conexión ni relación entre los hechos de la política, la economía, la sociedad y las diversas
manifestaciones culturales; el positivismo crea una actitud normativa que rige los modos de empleo de términos
como el saber, ciencia, conocimiento y presenta la realidad a través de una visión atomizada que hace énfasis
en la descripción “objetiva” de lo “que ocurre” sin posibilidad de realizar un análisis desde una visión amplia de
las ciencias sociales y humanas con la “imposibilidad” de separar las consecuencias deseables de las que no lo
son, negando la posibilidad que el ser humano juegue un rol transformador.
En el liceo tradicional existe una separación abismal entre el conocimiento escolar, el conocimiento cotidiano y
el conocimiento científico, la disociación entre los contenidos curriculares y la significación que estos tienen para
los estudiantes es un problema clave suficiente para inducir los cambios en la educación; la separación cada
vez mayor entre el tipo de conocimiento desarrollado en la educación y la vida cotidiana de los estudiantes, dan
cuenta de la existencia de dos mundos a veces irreconciliables, y la falta de significados se refleja en la lejanía
entre el tipo de asignatura impartida, su contenido y representación con escaso sentido real y la corriente de
necesidades, intereses anhelos en permanente cambio de los alumnos (as).
Es dentro de este contexto donde cobra sentido el incluir la interdisciplinariedad como alternativa por desarrollar
en el subsistema de educación media Bolivariana, que para algunos es el deseo nunca conseguido, a pesar de
los grandes esfuerzos y desarrollos teóricos realizados- nos ofrece la opción cierta de superar la fragmentación
del conocimiento ante una realidad que se presenta tal como es compleja y diversa que se hace difícil abordarla
desde el currículo por disciplina.
El buscar el camino hacia la interdisciplinariedad como enfoque y filosofía de trabajo, permite superar el
pensamiento único en el cual se han venido formando por lo menos en los últimos cien años a varias
generaciones lo cual ha traído como consecuencia que se ignore la realidad haciéndonos pensar
equivocadamente que lo que “conocemos” antecede la realidad y la existencia del mundo real.
Al plantearse la interdisciplinariedad como posible salida ante los feudos del conocimiento y del pensamiento
único, cuando de esta manera se enfrenta una determinada circunstancia y la misma no encuadra dentro de la
concepción que de ella se tiene, limitamos nuestra participación anteponiendo juicios de valor, etiquetando con
epítetos que reflejan incapacidad para abordarla; tal posición se asemeja al mito de la caverna, según la cual
todo ser humano, desde que nace trae consigo el conocimiento desde el “mundo de las ideas” dictado por los
espíritus que allí habitan; dicho pensamiento aunado con la teoría de conocimiento positivista para la cual el
conocimiento ya está dado, elaborado y perfectamente terminado sigue presente en el quehacer educativo,
debiendo ser superados porque limitan y reducen la innovación y creatividad humana.
Desde la perspectiva del cambio educativo, se debe abogar por tesis y teorías de construcción social
fundamentadas en que el conocimiento esta en las cosas y en la relación que se establece con ellas, que el
conocimiento no es la copia de la realidad, sino una construcción del ser humano, que se realiza con los
esquemas que ya posee, con lo que ya construyo con su relación con el medio que le rodea.
Al observar la historia del conocimiento se nota que fue concebido en función de un pensamiento único,
mediatizando la ciencia, distanciándola del hombre común, haciéndole asumir una orientación interpretativa y
recursos metodológicos intencionados comprometiéndole con la perpetuación del sistema social,
indistintamente de cual sea su signo ideológico.
La interdisciplinariedad plantea la posibilidad cierta de superar el pensamiento único en la forma de educar,
siendo el verdadero lenguaje de la naturaleza y la sociedad, su existencia y movimiento, que se manifiesta en la
enseñanza mediante situaciones de aprendizaje creadas con ese fin, reflejo fiel de la realidad natural y social.
La interdisciplinariedad no es una orientación entropíca de saberes convocados, tampoco es una síntesis
sumatoria de todos los conocimientos, por el contrario es una articulación deliberada de las disciplinas
particulares y de los diversos círculos epistemológicos, respecto al estudio de problemas para producir mejores
y más integradas disposiciones curriculares y lograr minimizar la disparatada yuxtaposición de asignaturas fruto
del enciclopedismo positivista; es una construcción que parte de lo actitudinal para escapar del pensamiento
enajenado y tecnocratico de la educación que enriquece al conocimiento al fecundarlo con la realidad; la
interdisciplinariedad es un aporte al deber de la escuela para buscar la armonía, la concertación y el
entendimiento para el beneficio de la misma, el conocimiento, el hombre y loa sociedad.
La interdisciplinariedad induce a romper la tradicional separación entre la vida y la escuela, considerando la
escuela como un lugar de vida y para la vida y por ello se busca debilitar las fronteras entre el mundo que la
rodea, su comunidad y la actividad de la misma, surgiendo de tal debilitamiento la idea innovadora de formular y
organizar el currículo (aún sin ser especialistas) a partir de los hechos de la vida real de los actores.
La interdisciplinariedad se sustenta, entre otras teorías en el constructivismo social, el cual propone como razón
del aprendizaje la interacción entre el objeto de estudio y el sujeto cognoscente en el proceso social de la
construcción del aprendizaje desde la realidad, siendo esta el escenario para concretar el diálogo de saberes
como una nueva forma de articular el conocimiento académico y el saber popular que permita superar el
monopolio y la jerarquía del saber como forma de dominio e impulsar un novedoso modo de producción de
conocimiento y alcanzar una pedagogía liberadora, que a su vez permita construir nexos sólidos entre la
democracia política, la democracia económica, social y cultural.
La interdisciplinariedad dentro del proceso formativo, resulta una herramienta valiosa para los fines de una
educación integral, más completa, que prepara al egresado para enfrentar la realidad compleja y cambiante que
caracteriza en todas sus esferas a la sociedad de nuestros días, creando a su vez las condiciones para dejar de
lado la concepción propedéutica de la educación media.
La interdisciplinariedad dignifica el trabajo docente ya que derrumba en la práctica el currículo establecido sobre
las teorías de aprendizaje de corte conductistas, la teoría organizativa de corte taylorista así como la visión
positivista del quehacer científico, es el desplazamiento de lo teórico conceptual del carácter disciplinario del
currículo donde se cifra la posibilidad de lograr un conocimiento realmente transformador en el campo de la
educación media.
En otras palabras, el docente siempre ha sido visto como meros reproductores del saber producido en las
universidades y fue deliberadamente inducido a pensarse como trabajador que reproduce lo planificado, que lo
hace sentir como incapaz de elaborar algo nuevo, producto de si mismo; la interdisciplinariedad crea el
escenario y las condiciones para la elaboración conjunta, para la creación fraterna, de búsqueda colectiva, el
encuentro de saberes.
El enfoque curricular de la interdisciplinariedad concebido para la educación media, plantea la integración de
saberes superando la disciplinariedad, la parcelación y fragmentación del conocimiento, que ya observamos se
deriva de la división social del trabajo, y asume su contextualización en el espacio local –regional y nacional,
vinculando los planes generales que impulsa el gobierno bolivariano con las realidades concretas. Se trata de
un desarrollo curricular caracterizado por la flexibilidad, la adecuación y enriquecimiento permanente,
esperando superar la concepción tradicional del aula de clase al incorporar de manera progresiva múltiples
espacios sociales y comunitarios como ambientes de aprendizaje, relacionándolos con los proyectos educativos
integrales comunitarios y productivos, a través del trabajo de campo y la aplicación práctica de los
conocimientos adquiridos, orientado hacia la posibilidad de resolver problemas, permitiéndose la transferencia
de lo que se aprenda con utilidad social.
Esa aspiración se podrá consolidar si el docente asume el compromiso dirigido a procurar el cambio y la
transformación como ser pensante y dejar de lado lo que Marcuse llama “la cultura afirmativa”: el hombre es
contemplativo de la realidad. Se requiere un docente que afincándose en su conocimiento no pierda de vista lo
social como prioritario, pues esto conduce a la elaboración de juicios críticos en torno a las fases del proceso
educativo obteniéndose un acercamiento entre todos los actores del accionar educativo. La cultura educativa
que está naciendo aspira romper con la docencia tradicional para que el proceso de aprendizaje deje de ser
informativo y se convierta en una discusión abierta. Y a no será la comunicación recepción como forma de
frenar la capacidad creativa de los estudiantes.
proyectó de vida laboral, no sólo como un requisito académico, la invitación incluirá, entonces, la posibilidad de
darnos el tiempo para la construcción o reconstrucción
Si la investigación se asume como parte de nuestro proyecto de vida laboral, no sólo como un requisito
académico, la invitación incluirá, entonces, la posibilidad de darnos el tiempo para la construcción o
reconstrucción 4 individual y colectiva de las preguntas, problemas, situaciones, que se constituirán en el norte
de la búsqueda investigativa.
LA INTERDISCIPLINARIEDAD E INTEGRACIÓN UN RETO Y UN COMPROMISO
Este texto se presenta como la oportunidad de argumentar la imperiosa necesidad de que la escuela y sus
actores propendan procesos de interdisciplinariedad e integración desde la perspectiva de la investigación
educativa.
Se inicia haciendo un reconocimiento a la Practica Pedagógica, como el ejercicio consciente del maestro con el
que construye su saber pedagógico. Luego se abordan referentes sobre la interdisciplinariedad, integración,
evaluación y la flexibilidad como características del currículo, entendido a su vez éste como la multiplicidad de
factores en el que convergen y se desarrollan los escenarios, los sujetos, los procesos y los objetos educativos
para concluir con la investigación en el aula como estrategia que posibilita la interdisciplinariedad e integración
curricular.
De esta manera la Práctica Pedagógica, vista como un desempeño en el que convergen múltiples factores
que garantizan ejercicio docente; tales como los escenarios educativos (aulas, instituciones, recursos), los
sujetos (docentes, estudiantes, docentes directivos, padres y madres de familia, comunidad educativa), los
procesos educativos y formativos (enseñanza, aprendizaje, evaluación, planeación, entre otros), los objetos y/o
sustentos documentales (PEI, Planes de Mejoramiento, Proyectos y Programas), todo lo anterior develado y
sustentado en lo que llamamos currículo; evidencia la variedad y tal vez complejidad, del ejercicio de la
profesión docente en la vida institucional.
Dado lo anterior, es urgente hacer una mirada que permita establecer una relación de significados y sentidos,
que confluyan en el currículo y que ayude a evidenciar al unísono los escenarios, los sujetos, los procesos y los
objetos con una visión integral y completa, generando así un diálogo de saberes en relación con la Practica
Pedagógica, como encargo y compromiso social ineludible por parte del docente, maestro… profesor, puesto
que es quien con su ejercicio profesional se ratifica en dicha Práctica.
Por ello, la Práctica pedagógica no puede reducirse a cuestiones meramente instrumentales, puesto que para el
trabajo en el aula no se cuenta con problemas claramente definidos o recetas que hay que seguir para
solucionarlos; por el contrario se presentan en la cotidianidad, en situaciones reales, conflictivas y de tensiones,
cuya característica es que no dejan ninguno de los factores antes mencionados por fuera. Y es aquí donde se
crean los retos para el maestro.
Es desde esta perspectiva, en que la interdisciplinariedad y la integración tienen sentido, en tato determinan el
significado del ejercicio docente en pos de la pertinencia, la calidad y en términos generales el mejoramiento
de la práctica pedagógica para cualificar los procesos, los sujetos, los escenarios y los objetos, todo lo
mencionado se conjuga en lo que llamamos currículo haciendo que todos confluyan, se entrecrucen e
interactúen eficiente y eficazmente.
Así Ander-Egg (1996) y Torres (2000) citados por Delgado (2009) mencionan que la interdisciplinariedad evoca
la idea de intercambio mutuo entre las diferentes disciplinas. Lo sustancial de este concepto es la idea de
interacción y cruzamiento. Ello supone una profunda y evolutiva interconexión entre sus componentes.
(Delgado, 2009), Pero ese intercambio se da en la medida en que se construye un lenguaje, una intención, un
objetivo o meta común entre todos los factores adyacentes, además una coherencia entre el discurso y la
práctica real, con unas perspectivas independientes, interdependientes y coadyuvantes.
Visto de esta forma, el trabajo interdisciplinario en la propuesta pedagógica del docente tiene una
intencionalidad clara que se centra en la integración desde la concepción del currículo; como la posibilidad de
interconectar los conceptos y saberes desde la interacción, la socialización y el encuentro de intereses y
factores que generaran aprendizajes significativos para todos los sujetos incluyendo al maestro.
Ésta interdisciplinariedad puede enfrentar las problemáticas del conocimiento desde diferentes perspectivas
(asignaturas), dándole al currículo (factores: escenarios, sujetos, objetos y procesos) una visión globalizadora
sobre el mundo en tanto deja permear su carácter de interdependencia, pues actúa desde diferentes referentes
como ejes articuladores ya que permiten el diálogo constante en la construcción y reconstrucción de
conocimientos, procesos de aprendizaje, prácticas pedagógicas y saber pedagógico.
¿Pero cómo hacer que la interdisciplinariedad desde acciones integradoras se dé en los escenarios , a través
de los procesos, con los sujetos y sobre los objetos reales de la práctica pedagógica?, pues bien , en hora
buena se reconoce la investigación como una nueva cultura que hace parte del ejercicio educativo, pues es
urgente que la escuela se transforme y se reconstruya en aras de proponer procesos educativos de calidad,
esto permitirá un desarrollo más humanizado, en el que el papel del maestro, transita de ser un repetidor de
conocimiento a ser constructor de éste, el maestro que se motiva y se forma en una cultura Investigativa, se
sumerge con sus estudiantes en un mundo posible, en aras de reconocer, interpretar, comprender y
transformar las dificultades y contingencias que se pueden presentar en la escuela y de esta forma construir
saber pedagógico, éste maestro ha de tener claro que el primer laboratorio es su aula de clase, proponiendo
estrategias innovadoras de enseñanza, sin duda alguna llevará la investigación a su aula, fomentándola entre
sus estudiantes y favoreciendo ambientes de aprendizaje significativo en los que construya conocimientos
nuevos que tengan sentido para él.
RESUMEN
La investigación educativa surge como la necesidad de dar una salida lógica y científica, a las necesidades de
una sociedad, de un gobierno, de un sistema educativo etc. Estableciendo como necesidad fundamental la
equidad y la falta de calidad en la educación. Estableciendo que para llegar a una salida se debe conocer la
entrada, es decir que la investigación no puede ser presentada como el futuro educativo, sino no se conoce el
pasado educativo de reformas, planes y sistemas educativos que hicieron el presente. Y que para llegar a esa
salida sin duda alguna se precisan reformas educativas, cambiar visiones de los actores educativos, impulsar el
apoyo de la sociedad y de las organizaciones. El día de hoy es imperante la modernidad educativa, el uso de
las tecnologías, entrar al cambio educativo transformando las antiguas y presentes formas de enseñanza-
aprendizaje, para llegar a desarrollarlas competencias educativas en los estudiantes, mediante la
profesionalización de los docentes, la innovación de docentes en su praxis, al innovación de los directivos y la
independencia educativa, tomando como punto el estudiante y regresando al mismo estudiante. Se deben
olvidar los paradigmas cuasi sagrados que han perdurado en los últimos años y establecer nuevos paradigmas
fértiles que apoyen la innovación pero sobre todo que sirvan como suelo fértil para el cambio educativo.
Permutación que debe tener su propia identidad epistemológica, donde los docentes no sean meros
reproductores espejos reflectores de los planes y programa de estudio, sino participes activos de la
conformación de currículo escolar. Pero para que todo esté cambio suceda realmente, el docente o maestro
necesita como casi obligación participar dentro de una investigación educativa, por medio de una investigación
acción, para que los resultados arrojados por las investigación dentro de este campo, no sean solo
consecuencias de investigadores que tal vez nuca pisaron un aula de clases, o duraron escasos años dentro de
un aula de clases. Erigiendo que a la vez es necesaria la mediación de una educación basada en complejidades
para llevar la investigación a sobrepasar los universos de la interdisciplinariedad y de la transdiciplinariedad,
para llegar a acuerdos, conocimientos, modelos, premisas, métodos, reformas educativas, que ayuden a llegar
a la ansiada calidad educativa que el sistema educativo mexicano tanto añora.