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 SEPTIEMBRE 2011 ESQUIRE 123 122 ESQUIRE SEPTIEMBRE 2011 L ‘In english, please’ No necesitas viajar fuera para adquirir un alto nivel de inglés. Eduardo Quintana tiene el secreto del acento per fecto. [ POR CARLOS DÁVALOS; FOTOGRAFÍA, ADRIÁN DOMÍNGUEZ ] as ocinas de la Escuela de Idiomas Beacon están en el acogedor sótano de un edi- cio en la calle Miguel Ángel, una de las mejores zonas de Madrid. Eduardo Quintana llega pocos minutos después que noso- tros y lo primero que hace es quitarse la corbata y desabrocharse un botón de la camisa. Viene de impartir una clase en una de las empresas más prestigiosas de la ciudad con sede en la Torre Picasso, en pleno centro nanciero de la urbe.  Y es que a pesar de ser el director de la escuela, Quintana aún sigue impartiendo lecciones de inglés a los más destacados ejecutivos de la capital. Está convenci- do de que su participación activa en el mundo de la enseñanza es fundamental para mantener su empresa en lo alto de la lista y seguir contando con una cartera de clientes entre los que se encuentran Deloitte, Moody’s, Management Solutions, Wolter Kluwers, el Centro de Estudios Garrigues, SJ Berwin o el Consejo de Seguridad Nuclear. Nacido en Lima en 1964, el menor de catorce hermanos, Eduardo Quintana siempre tuvo claro que quería apren- der idiomas y vivir fuera de Perú. Su primer contacto con el inglés lo tuvo en la escuela primaria, y sobre todo en casa. “Teníamos uno de esos métodos de inglés en vinilos a los que, en mi familia, nadie les hacía caso. A mí en cambio siempre me llamaron la atención, me parecían muy divertidos”. Sus padres, al ver el interés del pequeño por el inglés, lo matricularon en una prestigiosa escuela de idiomas donde comenzó a ir todos los días. “Lo que siempre captó mi interés era ver en la tele las películas dobladas, en las que el movimiento de la boca no se correspondía con lo que decían”, recuerda Quintana. Una tarde fue a ver El mago de Oz  en versión original y quedó maravillado “aunque no me enteré de nada”, conesa. Desde entonces, su intención de viajar a EE UU se convirtió directamente en una obsesión, pero no logró convencer a sus padres para acceder a un programa de intercambio (no les gustaba la idea de acoger a un pequeño yanqui  ). La mejor al- ternativa eran los cursos de inglés, y ya a los diecisiete años Quintana había llegado al nivel más alto posible. Le correspondía, por tanto, realizar el curso de formación que le permitiría convertirse en profesor de inglés, “pero justo ese año decidieron cambiar la regulación y tenías que tener un mínimo de 18 años para hacerlo, así que me puse a estudiar francés”. Persistiendo en su idea, terminó ese curso mientras estudiaba Económicas en una prestigiosa universidad privada, “siempre con la idea de que yo no quería estar ahí. Yo quería viajar, conocer mundo, abrir horizontes”. De Lima a... Madrid Cuando por n pudo comenzar a ense- ñar inglés no tardó en rodearse de los mejores profesores de la ciudad. “Eran tanto estadounidenses como peruanos. Lo que tenían en común era una pronun- ciación del inglés casi perfecta. Se ponía mucho énfasis en ese aspecto”, recuerda. De ese modo, y sin haber salido aún de su hogar, Quintana comenzó a hablar con un marcado acento estadounidense, y ni si quiera los angloparlantes advertían su acento original. “El cuento de que hay que vivir en el extranjero para aprender  bien el idioma escompletamentefalso”, arma categórico. Con esa idea rmemente instalada en su cabeza, y olvidadas ya sus ambicio- nes juveniles de viajar a EE UU, llegó a Madrid en 1987 tras ser aceptado por la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense . En tan sólo cinco años ya se encontraba dando clases de inglés a ejecutivos de Telefónica y Caja Madrid, entre otras prestigiosas empresas. Su método de enseñanza era tan parti- cular –y con tan buenos resultados– que no tardó mucho en hacerse con una importante cartera de alumnos. Así siguió durante más de una década hasta que en febrero de 2005 el incendio del rascacielos Windsor lo dejó sin sus principales clientes. Un golpe que Quin-  Side verdadquie resverlas seriesenversiónorig inal,ponte enmanosdeMr. Quintana. Yquiénsabe,puedequehasta tevengabienenel trabajo . tana transformó en oportunidad, ya que fue entonces cuando decidió montar su propia academia tras sondear el mercado. “Me di cuenta de que algunas escuelas no aprovechaban las nuevas tecnologías, que seguían usando viejos casetes, y vi que podía hacerme un hueco en el mercado”. Una luz muy poderosa Así que ese mismo año, junto con su socio y amigo Ignacio Ruiz, creó la empresa Beacon Language Consultants.  Beacon en inglés tiene una connotación muy potente.  Beacon es la luz del faro. Es una palabra que Obama empleó en su primer discurso. Es la idea de la luz en la oscuridad”, explica Eduardo. Una palabra que no está elegida al azar, porque su experiencia le ha llevado a comprobar que la gente tiene un im- portante problema de conanza en este campo: “Gente que llega hablando inglés  bastante bien tedice antes de empezar las clases que tienen un nivel malísimo, de principiante, y luego resulta que es en realidad un nivel avanzado. Hay un gran porcentaje de alumnos que no cree en el inglés que sabe”. Por eso Quintana cree que hace falta fomentar esa conanza. “Al conseguirlo, puedes hacer por ejem- plo que esa persona haga una presenta- ción sin problemas, que pierda el miedo”. Otro problema habitual que sufre son aquellos alumnos que desdeñan la METODOLOGÍA ‘MADE IN QUINTANA’ BeaconHolistic Approach : Visión in- tegral del alumno que trata de aprove- char sus capacidades personales para aprender inglés. Tiene una visión ecléc- tica en la que se utilizan las técnicas más destacadas de los métodos  Audio- Lingüe, Communicative Approach y Su- gestopedia (ver a continuación). Sugestopedia: Método creado por el búlgaro Georgi Lozanov que utiliza dis- tintas técnicas para utilizar la memoria de larga duración en el aprendizaje de idiomas. Entre los elementos que em- plea se encuentran: música barroca de fondo, desarrollo de la creatividad, visión periférica, técnicas de visualización y re- lajación... Pero el más importante de to- dos son las alpha sessions, en las que se entra en estado mental alfa para aianzar lo aprendido en clase e imprimir las lec- ciones en el subconsciente. BUSINESS CLASS / TENGO UNA IDEA importancia del inglés. “En el subcons- ciente de muchos sólo se considera realmente importante para una clase ejecutiva que debe usarlo constante- mente”, insiste Quintana. No es fácil que algunos acaben de comprender la idea de que el inglés es clave para generar más dinero para el negocio y que no se aprende por arte de magia por más viajes que se hagan. “La gente que se va a pasar temporadas a un país de habla inglesa cree que de ese modo aprenderá el idioma de forma instantánea, pero no es cierto. Con eso no basta y, por otro lado, tampoco es necesario. Sólo tienes que ver mi ejemplo”, concluye antes de esbozar una sonrisa.

"In english, please". Por Carlos Dávalos, en Esquire (España) Septiembre 2011

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5/9/2018 "In english, please". Por Carlos D valos, en Esquire (Espa a) Septiembre 2011 - slidepdf.com

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‘I ih, p’No necesitas viajar fuera para adquirir un alto nivel de inglés.Eduardo Quintana tiene el secreto del acento per fecto.

[ p o r c a r L o s d á v a L o s ; f o t o g r a f í a , a d r i á n d o m í n g u e z ]

as ocinas de la Escuela deIdiomas Beacon están en elacogedor sótano de un edi-cio en la calle Miguel Ángel,una de las mejores zonas deMadrid. Eduardo Quintana

llega pocos minutos después que noso-tros y lo primero que hace es quitarse lacorbata y desabrocharse un botón de lacamisa. Viene de impartir una clase enuna de las empresas más prestigiosas dela ciudad con sede en la Torre Picasso,en pleno centro nanciero de la urbe.

 Y es que a pesar de ser el director de laescuela, Quintana aún sigue impartiendolecciones de inglés a los más destacadosejecutivos de la capital. Está convenci-do de que su participación activa en elmundo de la enseñanza es fundamentalpara mantener su empresa en lo alto de lalista y seguir contando con una carterade clientes entre los que se encuentranDeloitte, Moody’s, ManagementSolutions, Wolter Kluwers, el Centrode Estudios Garrigues, SJ Berwin o elConsejo de Seguridad Nuclear.

Nacido en Lima en 1964, el menor decatorce hermanos, Eduardo Quintanasiempre tuvo claro que quería apren-der idiomas y vivir fuera de Perú. Suprimer contacto con el inglés lo tuvoen la escuela primaria, y sobre todo encasa. “Teníamos uno de esos métodos deinglés en vinilos a los que, en mi familia,nadie les hacía caso. A mí en cambiosiempre me llamaron la atención, meparecían muy divertidos”. Sus padres, alver el interés del pequeño por el inglés,lo matricularon en una prestigiosaescuela de idiomas donde comenzó a irtodos los días. “Lo que siempre captómi interés era ver en la tele las películasdobladas, en las que el movimiento de

la boca no se correspondía con lo quedecían”, recuerda Quintana. Una tardefue a ver El mago de Oz en versiónoriginal y quedó maravillado “aunqueno me enteré de nada”, conesa.

Desde entonces, su intención de viajara EE UU se convirtió directamente enuna obsesión, pero no logró convencer asus padres para acceder a un programade intercambio (no les gustaba la idea deacoger a un pequeño yanqui ). La mejor al-ternativa eran los cursos de inglés, y ya alos diecisiete años Quintana había llegado

al nivel más alto posible. Le correspondía,por tanto, realizar el curso de formaciónque le permitiría convertirse en profesorde inglés, “pero justo ese año decidieroncambiar la regulación y tenías que tenerun mínimo de 18 años para hacerlo, asíque me puse a estudiar francés”.Persistiendo en su idea, terminó esecurso mientras estudiaba Económicasen una prestigiosa universidad privada,“siempre con la idea de que yo no queríaestar ahí. Yo quería viajar, conocermundo, abrir horizontes”.

De Lima a... Madrid

Cuando por n pudo comenzar a ense-ñar inglés no tardó en rodearse de losmejores profesores de la ciudad. “Erantanto estadounidenses como peruanos.Lo que tenían en común era una pronun-ciación del inglés casi perfecta. Se poníamucho énfasis en ese aspecto”, recuerda.De ese modo, y sin haber salido aún de suhogar, Quintana comenzó a hablar conun marcado acento estadounidense, y nisi quiera los angloparlantes advertían suacento original. “El cuento de que hayque vivir en el extranjero para aprender bien el idioma es completamente falso”,arma categórico.

Con esa idea rmemente instalada ensu cabeza, y olvidadas ya sus ambicio-nes juveniles de viajar a EE UU, llegóa Madrid en 1987 tras ser aceptado porla facultad de Ciencias Políticas de laComplutense. En tan sólo cinco años yase encontraba dando clases de inglés aejecutivos de Telefónica y Caja Madrid,entre otras prestigiosas empresas.Su método de enseñanza era tan parti-cular –y con tan buenos resultados– queno tardó mucho en hacerse con unaimportante cartera de alumnos.

Así siguió durante más de una décadahasta que en febrero de 2005 el incendiodel rascacielos Windsor lo dejó sin susprincipales clientes. Un golpe que Quin-

Side verdadquieresverlasseriesenversiónoriginal,ponteenmanosdeMr. Quintana.Yquiénsabe,puedequehastatevengabienenel trabajo.

tana transformó en oportunidad, ya quefue entonces cuando decidió montar supropia academia tras sondear el mercado.“Me di cuenta de que algunas escuelas noaprovechaban las nuevas tecnologías,que seguían usando viejos casetes, y vi quepodía hacerme un hueco en el mercado”.

Una luz muy poderosa

Así que ese mismo año, junto con susocio y amigo Ignacio Ruiz, creó laempresa Beacon Language Consultants.“ Beaconen inglés tiene una connotaciónmuy potente. Beacones la luz del faro.Es una palabra que Obama empleó en suprimer discurso. Es la idea de la luz en laoscuridad”, explica Eduardo.

Una palabra que no está elegida alazar, porque su experiencia le ha llevadoa comprobar que la gente tiene un im-portante problema de conanza en estecampo: “Gente que llega hablando inglés bastante bien te dice antes de empezarlas clases que tienen un nivel malísimo,de principiante, y luego resulta que es enrealidad un nivel avanzado. Hay un granporcentaje de alumnos que no cree en elinglés que sabe”. Por eso Quintana creeque hace falta fomentar esa conanza.“Al conseguirlo, puedes hacer por ejem-plo que esa persona haga una presenta-ción sin problemas, que pierda el miedo”.

Otro problema habitual que sufre son aquellos alumnos que desdeñan la

metodoLogía‘made in Quintana’

BeaconHolisticApproach: Visión in-tegral del alumno que trata de aprove-char sus capacidades personales paraaprender inglés. Tiene una visión ecléc-tica en la que se utilizan las técnicasmás destacadas de los métodos  Audio-Lingüe, Communicative Approach y Su-gestopedia (ver a continuación).

Sugestopedia: Método creado por elbúlgaro Georgi Lozanov que utiliza dis-tintas técnicas para utilizar la memoriade larga duración en el aprendizaje deidiomas. Entre los elementos que em-

plea se encuentran: música barroca deondo, desarrollo de la creatividad, visiónperiérica, técnicas de visualización y re-lajación... Pero el más importante de to-dos son las alpha sessions, en las que seentra en estado mental ala para afianzarlo aprendido en clase e imprimir las lec-ciones en el subconsciente.

b u s I n e s s c l a s s / t e n g o u n a I d e a

importancia del inglés. “En el subcons-ciente de muchos sólo se considerarealmente importante para una claseejecutiva que debe usarlo constante-mente”, insiste Quintana. No es fácil quealgunos acaben de comprender la ideade que el inglés es clave para generarmás dinero para el negocio y que nose aprende por arte de magia por másviajes que se hagan. “La gente que se vaa pasar temporadas a un país de hablainglesa cree que de ese modo aprenderáel idioma de forma instantánea, pero noes cierto. Con eso no basta y, por otrolado, tampoco es necesario. Sólo tienesque ver mi ejemplo”, concluye antes deesbozar una sonrisa.