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Iván Illich La sociedad desescolarizada 1971

Ivan Illich La Sociedad Desescolarizada

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    Ivn Illich

    La sociedad desescolarizada

    1971

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    ndice general

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

    1. Por qu debemos privar de apoyo oficial a la escuela? . . . . . . . . . . 5

    2. Fenomenologa de la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

    3. Ritualizacin del progreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33El mito de los valores institucionalizados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

    El mito de la medicin de los valores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    El mito de los valores envasados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    El mito del progreso que se perpeta a s mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    El juego ritual y la nueva religin mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

    El reino venidero: la universalizacin de las expectativas . . . . . . . . . . . . . 42

    La nueva alienacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

    La potencialidad revolucionaria de la desescolarizacin . . . . . . . . . . . . . . . 44

    4. Espectro institucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48Falsos servicios de utilidad pblica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

    Las escuelas como falsos servicios de utilidad pblica . . . . . . . . . . . . . . . . 54

    5. Compatibilidades irracionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

    6. Tramas de aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64Una objecin: a quin pueden servirle unos puentes hacia la nada? . . . . 65

    Cuatro redes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

    Servicios de referencia respecto de objetos educativos . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    Lonjas de habilidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

    Servicio de bsqueda de compaero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

    Educadores profesionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 847. Renacimiento del hombre epimeteico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

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    Introduccin

    Debo a EvereReimerel inters quetengo por la educacin pblica.Hasta elda de 1958 en que nos conocimos en Puerto Rico, jams haba yo puesto en duda

    el valor de hacer obligatoria la escuela para todos. Conjuntamente, hemos llegadoa percatarnos de que para la mayora de los seres humanos, el derecho a aprenderse ve restringido por la obligacin de asistir a la escuela.

    Desde 1966 en adelante, Valentina Borremans, cofundadora y directora delCIDOC(CentroInterculturalde Documentacin)de Cuernavaca,organiz anual-mente dos seminarios alrededor de mi dilogo con Reimer. Centenares de personasde todo el mundo participaron en estos encuentros. Qiero recordar en este lugara dos de ellos que contribuyeron particularmente a nuestro anlisis y que en elentretiempo murieron: Augusto Salazar Bondy y Paul Goodman. Los ensayosescritos para el boletn CIDOC INFORMA y reunidos en este libro se desarro-llaron a partirde mis notas de seminario.Elltimo captulo contieneideas que

    me surgieron despus acerca de conversaciones con Erich Fromm en torno alMuerrecht de Bachofen.Durante estos aos Valentina Borremans constantemente me urga aponer

    a prueba nuestro pensar enfrentndolo a las realidades deAmrica Latina y defrica. Este libro refleja el convencimiento de ella respecto de que no slo lasinstituciones sino elethosde la sociedad deben ser desescolarizados.

    La educacin universalpormedio de la escolarizacin no esfactible.No serams factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidassegn el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestroshacia sus alumnos, ni la proliferacin de nuevas herramientas y mtodos fsicoso mentales(en elaula o en eldormitorio),ni, finalmente,el intento de ampliarla responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de susalumnos,dar por resultadola educacin universal. La bsqueda actualde nuevosembudoseducacionales debe revertirse hacia la bsqueda de su antpoda institu-cional: tramaseducacionales que aumentenla oportunidad para que cada cualtransforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de com-partir, de interesarse. Confiamos en estar aportando conceptos necesarios paraaquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educacin yasimismo para aquellos que buscan alternativas para otrasindustrias de servicioestablecidas.

    Me propongo examinar algunas cuestiones intrigantes que se suscitan una vezque adoptamos como hiptesis el que la sociedad puede desescolarizarse; buscar

    pautas que puedan ayudarnos a discernir instituciones dignas de desarrollo por

    cuanto apoyan elaprendizaje en un medio desescolarizado; yesclarecer las metas

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    personales que ampararan el advenimiento de una Edad delOcio(schole)opuestacomo tal a una economa dominada por las industrias de servicio.

    Ivn Illich, Ocotepec, Morelos, enero de 1978

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    1. Por qu debemos privar de apoyooficial a la escuela?

    Muchos estudiantes, en especial los que son pobres, saben intuitivamente quhacen por ellos las escuelas. Los adiestran a confundir proceso y sustancia. Unavez que estos dos trminos se hacen indistintos, se adopta una nueva lgica:cuanto ms tratamiento haya, tanto mejor sern los resultados.Al alumno se le

    escolariza de ese modo para confundir enseanza con saber, promocin al cursosiguiente con educacin, diploma con competencia, y fluidez con capacidad paradecir algo nuevo.Asu imaginacin se la escolariza para que acepte servicio envez de valor. Se confunde el tratamiento mdico tomndolo por cuidado de la salud,el trabajo socialpormejoramiento delavida comunitaria, la proteccin policialpor tranquilidad, el equilibrio militar por seguridad nacional, la mezquina lucha

    cotidiana por trabajo productivo. La salud,elsaber, la dignidad, laindependenciay el quehacer creativo quedan definidos como poco ms que el desempeo de lasinstituciones que afirman servir a estos fines, y su mejoramiento se hace depen-diente de la asignacin de mayores recursos a la administracin de hospitales,escuelas y dems organismos correspondientes.

    En estos ensayos, mostrar que la institucionalizacin de los valores conduceinevitablemente a la contaminacin fsica, a la polarizacin social y a la impotenciapsicolgica: tres dimensiones en un proceso de degradacin global y de miseriamodernizada.Explicar cmo este proceso de degradacin se acelera cuando unasnecesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a lasalud,ala educacin,ala movilidad personal,albienestaro ala cura psicolgicase las define como el resultado de servicios o de tratamientos. Hago esto porque

    creo que la mayora de las investigaciones actualmente en curso acerca del futurotienden a abogar por incrementos an mayores en la institucionalizacin devalores y que debemos definir algunas condiciones que permitieran que ocurrieseprecisamentelo contrario.Precisamosinvestigaciones sobre elposible uso delatecnologa para crear instituciones que atiendan a la accin recproca, creativayautnoma entre personasyala emergencia devalores quelostecncratas nopuedan controlar sustancialmente. Necesitamos investigacin en lneas generalespara la futurologa actual.

    Qiero suscitar la cuestin generalacerca dela mutua definicin,dela natura-leza del hombre y de la naturaleza de las instituciones modernas, que caracterizanuestra visin del mundo y nuestro lenguaje. Para hacerlo, he elegido a la escuela

    como mi paradigma, y por consiguiente trato slo indirectamente de otros orga-nismos burocrticos del Estado corporativo: la familia consumidora, el partido,

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    el ejrcito, la iglesia, los medios informativos. Mi anlisis del currculum ocultode la escuela debera poner en evidencia que la educacin pblica se beneficiaracon la desescolarizacin de la sociedad, tal como la vida familiar, la poltica, laseguridad, la fe y la comunicacin se beneficiaran con un proceso anlogo.

    En este primer ensayo, comienzo mi anlisis tratando de dar a entender qu eslo que la desescolarizacin de una sociedad escolarizada podra significar. En estecontexto, debiera ser ms fcil entender mi eleccin de los cinco aspectos espe-cficos pertinentesrespecto de este proceso, los cuales abordar enlos captulossiguientes.

    No slo la educacin sino la propia realidad social han llegado a ser escolari-zadas. Cuesta ms o menos lo mismo el escolarizar tanto al rico como al pobreen igual dependencia. El gasto anual por alumno en los arrabales y los suburbiosricos de cualquiera deveinte ciudades delos Estados Unidos est comprendidodentro de unos mismos mrgenes y hasta favorable al pobre en ciertos casos. 1

    Tanto el pobre como el rico dependen de escuelas y hospitales que guan sus

    vidas, forman su visin del mundo y definen para ellos qu es legtimo y qu nolo es. Ambos consideran irresponsable el medicamentarse uno mismo, y ven a laorganizacin comunitaria, cuando no es pagada por quienes detentan la autoridad,como una forma de agresin y subversin. Para ambos grupos, el apoyarse en el

    tratamiento institucional hace sospechoso el logro independiente. El subdesarrolloprogresivo de la confianza en s mismo y en la comunidad es incluso ms tpicoen Westchester que en el norte de Brasil. Por doquiera, no tan slo la educacinsino la sociedad en conjunto, necesitan desescolarizacin.

    Las burocracias del bienestar social pretenden un monopolio profesional, polti-coy financiero sobrelaimaginacin social, fijando normas sobre qu esvalederoy qu es factible. Este monopolio est en las races de la modernizacin de lapobreza. Cada necesidad simple para la cual se halla una respuesta institucionalpermite la invencin de una nueva clase de pobres y una nueva definicin de lapobreza. Hace diez aos, lo normal en Mxico era nacer y morir uno en su propiacasa, yserenterrado porsus amigos.Slolas necesidades delalma eran atendidaspor la iglesia institucionalizada. Ahora, el comenzar y acabar la vida en casa seconvierten ensignos, ya sea de pobreza, ya sea de privilegio especial.Elmorir yla muerte hanvenido a quedarbajola administracininstitucionaldelmdicoyde los empresarios de pompas fnebres.

    Una vez que una sociedad ha convertido ciertas necesidades bsicas en deman-das de bienes producidos cientficamente, la pobreza queda definida pornormas

    1 Penrose B

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    -parisons 1965 to 1968. U.S.Office of Education,Office of Program and Planning Evaluation, junio1969.

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    que los tecncratas cambian a su tamao. La pobreza se refiere entonces a aquellosque han quedado cortosrespecto de un publicitadoidealde consumo en algnaspecto importante. En Mxico son pobres aquellos que carecen de tres aos deescolaridad; y en Nueva York aquellos que carecen de doce aos.

    Los pobres siempre han sido socialmente impotentes. El apoyarse cada vezms en la atencin y el cuidado institucionales agrega una nueva dimensin a suindefensin: la impotencia psicolgica, la incapacidad de valerse por s mismos.Los campesinos del altiplano andino son explotados por el terrateniente y elcomerciante una vez que se asientan en Lima llegan a depender, adems, delos jefazos polticos y estn desarmados por su falta de escolaridad. La pobrezamoderna conjuga la prdida del poder sobre las circunstancias con una prdida dela potencia personal. Esta modernizacin de la pobreza es un fenmeno mundialy est en el origen del subdesarrollo contemporneo. Adopta aspectos diferentes,por supuesto, en pases ricos y pases pobres.

    Probablemente se siente ms intensamente en las ciudades estadounidenses.

    En parte alguna se otorga un tratamiento ms costoso a la pobreza. En ningunaotra parte el tratamiento de la pobreza produce tanta dependencia, ira, frustraciny nuevos requerimientos. Y en ninguna otra parte podra ser tan evidente que la

    pobreza una vez modernizada ha llegado a hacerse resistente al tratamientocon dlares tan slo, y que requiere una revolucin institucional.

    Hoy en da, en los Estados Unidos, al negro y hasta el cosechero sin trabajo fijopueden aspirar a un nivel de tratamiento profesional que habra sido inconcebiblehace dos generaciones, yque ala mayora dela gente del TercerMundole parecegrotesca. Por ejemplo, los pobres de los Estados Unidos pueden contar con unvigilante escolar que lleve a sus hijos de vuelta a la escuela hasta que lleguen a losdiecisiete aos, o con un mdico que les remita a una cama de hospital que cuestasesenta dlares diarios el equivalente al ingreso de tres meses para la mayorparte de la gente en el mundo. Pero ese cuidado los hace slo ms dependientesde un tratamiento ulterior, y los hace cada vez ms incapaces de organizar suspropiasvidas entorno a sus propias experienciasy recursos dentro de sus propiascomunidades. Los estadounidenses pobres estn en una posicin singular para ha-blar acerca del predicamento que amenaza a todos los pobres de un mundo en vasde modernizacin. Estn descubriendo que no hay cantidad alguna de dlares quepueda eliminar la destructividadinherente delasinstituciones de bienestarsocial,una vez que las jerarquas profesionales de estas instituciones han convencidoa la sociedad de que sus servicios son moralmente necesarios. Los pobres de losncleos urbanos centrales de los Estados Unidos pueden demostrar con su propiaexperiencia la falacia sobre la que est constituida la legislacin social en una

    sociedad escolarizada. William O. Douglas, miembro de la Suprema Corte deJusticia hizo la observacin de que la nica manera de establecer una institucin

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    es financiarla. El corolario es asimismo verdadero. Slo al desviar los dlares queahora afluyen a lasinstituciones que actualmentetratanla salud, la educaciny el bienestar social podr detenerse el progresivo empobrecimiento que ahoraproviene del aspecto paralizante de las mismas.

    Debemos tener esto presente al evaluar los programas de ayuda federales.A modo de ejemplo:entre1965 y 1968,en las escuelas de Estados Unidos segastaron ms detres milmillones de dlares para compensar las desventajas deunos seis millones de nios. Al programa se le conoce por el nombre de TitleOne(Artculo Primero). Es el programa compensatorio ms costoso que jamsse haya intentado en parte alguna en materia de educacin, y sin embargo no es

    posible discernir ningn mejoramiento significativo en el aprendizaje de estosnios desfavorecidos. En comparacin con sus condiscpulos de igual cursoprovenientes de hogares deingresos medios,han quedado an msretrasados.Por lo dems, a lo largo de este programa, los profesionales descubrieron otrosdiez millones de nios que se esforzaban sometidos a desventajas econmicas y

    educacionales. Se dispone ahora de nuevas razones para reclamar nuevos fondosfederales.Este fracaso total en el intento de mejorar la educacin de los pobres a pesar

    de un tratamiento ms costoso puede explicarse de tres maneras.

    1. Tres millones de dlares son insuficientes para mejorar el aprovechamientode seis millones de nios de modo apreciable; o bien,

    2. Eldinero se gast de maneraincompetente:serequieren diferentes planes deestudio, una mejor administracin, una concentracin an mayor de fondossobre elnio pobre, y msinvestigaciones.Con ello selograra elobjetivo:obien,

    3. La desventaja educacional no puede curarse apoyndose en una educacindentro de la escuela.

    Lo primero es sin duda cierto en cuanto que el dinero se ha gastado a travsdel presupuesto escolar. El dinero se destin efectivamente a las escuelas quecontenan la mayora de los nios desfavorecidos, pero no se gast en los niosmismos.Estos nios,alos que estaba destinado eldinero,constituan slo alrede-dor de la mitad de los que asistan a las escuelas que aadieron al subsidio federala sus presupuestos. De modo que el dinero se gast en inspectora y custodia,en indoctrinacin y seleccin de papeles sociales, como tambin en educacin,todo lo cual est inexplicablemente mezclado con los edificios e instalaciones,planes de estudio, profesores, administradores y otros componentes bsicos de

    estas escuelas y, por consiguiente, con sus presupuestos.

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    Los fondos adicionales permitieron a las escuelas atender desproporcionada-mente ala satisfaccin delos niosrelativamente msricos que estabandes-favorecidos por tener que asistir a la escuela en compaa de los pobres. En elmejor de los casos, una pequea proporcin de cada dlar destinado a remediar

    las desventajas del nio pobre en su aprendizaje poda llegar hasta ese nio atravs delpresupuesto dela escuela.Podra ser igualmente cierto que eldinerose gast de maneraincompetente.Pero nisiquieralaincompetencia poco comnpuede superar la del sistema escolar. Las escuelas resisten, por su estructura mis-ma, la concentracin del privilegio en quienes son, por otra parte, desfavorecidos.Los planes especiales de estudio, las clases separadas o ms horas de estudioconstituyen tan slo ms discriminacin a un coste ms elevado.

    Los contribuyentes no se han acostumbrado an a ver que tres mil millonesde dlares se desvanezcan en elMinisterio de Salud,EducacinyBienestarcomosi se tratara del Pentgono. El gobierno actual tal vez estime que puede afrontarlas iras de los educadores. Los estadounidenses de clase media no tienen nada

    que perder si se interrumpe el programa. Los padres pobres creen que s pierden,pero,mstodava,estn exigiendo elcontroldelosfondos destinados a sus hijos.Un sistemalgico derecortarelpresupuestoy,sera de esperar,de aumentarsusbeneficios,consistira en un sistema de becas escolares como elpresupuesto porMilton Friedman y otros. Los fondos se canalizaran al beneficiario, permitindolecomprarsu parte dela escolaridad que elija.Sidicho crdito selimitara a unascompras que se ajustasen a un plan escolar de estudios, tendera a proporcionaruna mayor igualdad de tratamiento, pero no aumentara para ello la igualdad de

    las exigencias sociales.

    Debera ser obvio el que incluso con escuelas de igual calidad un nio pobrerara vez se pondr a la par de uno rico. Incluso si asisten a las mismas escuelasy comienzan a la misma edad, los nios pobres carecen de la mayora de lasoportunidades educativas de que dispone al parecer el nio de clase media. Estasventajas van desde la conversacin y los libros en el hogar hasta el viaje devacacionesyun sentido diferente de smismo, yactan,para elnio que goza deellas, tanto dentro de la escuela como fuera de ella.De modo que el estudiante mspobre se quedar atrs en tanto dependa de la escuela para progresar o aprender.Los pobres necesitanfondos queles permitan aprender, yno obtenercertificadosde tratamiento de sus deficiencias presuntamente desproporcionadas.

    Todo esto es vlido para naciones tanto ricas como pobres, pero aparece conaspecto diferente.Enlas naciones pobres, la pobreza modernizada afecta a msgente y ms visiblemente, pero tambin por ahora ms superficialmente. Dos

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    de cada tres del total de nios latinoamericanos dejan la escuela antes de ter-minarelquinto grado,pero estosdesertores2 no estn porconsiguientetan mal,relativamente, como lo estaran en los Estados Unidos.

    Hoy en da son pocos los pases vctimas de la pobreza clsica, que era estable

    y menos paralizante. La mayora de los pases deAmrica Latina han llegado alpunto dedespeguehacia eldesarrollo econmicoyelconsumo competitivoy,por lotanto,haciala pobreza modernizada:sus ciudadanos aprenden a pensarcomoricosy vivircomo pobres.Susleyes establecen un periodo escolarobligato-rio de seis a diez aos.No slo en Argentina,sinotambin en Mxico o en Brasil,el ciudadano medio define una educacin adecuada segn las pautas estadouni-denses, aun cuando la posibilidad de lograr esa prolongada escolarizacin estrestringida a una diminuta minora. En estos pases la mayora ya est enviciadacon la escuela, es decir, han sido escolarizados para sentirse inferiores respectodel que tiene una mejor escolaridad. Su fanatismo en favor de la escuela haceposible elexplotarlos porpartida doble:permite aumentar la asignacin defondos

    pblicos para la educacin de unos pocos y aumentar la aceptacin del controlsocialde parte dela mayora.Es paradjico quela creencia enla escolarizacinuniversalse mantenga msfirme enlos pases en que elmenornmero de perso-nas ha sidoyserservido por las escuelas.Sin embargo,enAmricaLatinalamayora de los padres y de los hijos podran seguir an senderos diferentes haciala educacin. La proporcin delahorro nacional invertido en escuelasymaestrostal vez sea mayor que en los pases ricos, pero estas inversiones son totalmenteinsuficientes para atender a la mayora haciendo posible siquiera cuatro aosde asistencia a la escuela. Fidel Castro habla como si quisiese avanzar directo ala desescolarizacin, cuando promete que para 1980 Cuba estar en condicionesde disolver su universidad, puesto que toda la vida cubana ser una experienciaeducativa. Sin embargo, en los niveles de primaria y secundaria, Cuba, al igualque otros pases latinoamericanos, acta como si el paso a travs de un periododefinido comola edad escolar fuese una metaincuestionable paratodos,slopostergada por una escasez momentnea de recursos.

    Los dos engaosos gemelos de untratamiento ms afondo, talcomo de hechose proporciona en Estados Unidosycomotan slo se promete en AmricaLatina se complementan entre s. Los pobres del Norte estn siendo tullidos porelmismotratamiento de doce aos cuya carencia marca alos pobres delSurcomoirremediablemente retrasados. Ni en Norteamrica ni enAmrica Latina logranlos pobresigualdad a partirde escuelas obligatorias.Pero en ambas partesla solaexistencia de la escuela desanima alpobrey leinvalida para asirelcontrolde supropio aprendizaje.Entodo elmundola escuelatiene un efecto antieducacional

    2 En castellano en el original(N. del T.)

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    sobre la sociedad: se reconoce a la escuela como la institucin que se especializa

    en educacin. La mayora delas personas consideralosfracasos dela escuelacomo una prueba de que la educacin es una tarea muy costosa, muy compleja,siempre arcana y frecuentemente casi imposible.

    La escuela se apropia del dinero, de los hombres y de la buena voluntad dispo-nibles para educaciny fuera de eso desalienta a otrasinstitucionesrespecto aasumir tareas educativas. El trabajo, el tiempo libre, la poltica, la vida ciudadana einclusolavidafamiliar,dependen delas escuelas,enlo concerniente alos hbitosy conocimientos que presuponen, en vez de convertirse ellos mismos en los me-dios de educacin. Tanto las escuelas como las otras instituciones que dependen

    de aqullas llegan simultneamente a tener un precio imposible.

    En Estados Unidos, los costesper capitade la escolaridad han aumentado casiconigual rapidez que elcoste del tratamiento mdico.Pero estetratamientoms completo impartido por doctores y maestros ha mostrado unos resultadosen continua declinacin. Los gastos mdicos concentrados sobre los mayores

    de cuarenta y cinco aos se han duplicado varias veces durante un periodo decuarenta aos, dando como fruto un aumento del 3 por ciento en las probabilidadesde vida de los varones. El incremento de los gastos educacionales ha producidoresultados an ms extraos; de otra manera el presidente Nixon no se habrasentido inclinado a prometer esta primavera que todo nio tendr pronto el

    derecho a leer antes de dejar la escuela.

    En Estados Unidos se precisaran ochenta mil millones de dlares por ao paraproporcionar lo quelos educadores consideran comotratamientoigualitario paratodos en escuelas primaria y secundaria. Esto es bastante ms del doble de los 36mil millones que se estn gastando ahora. Las predicciones de costes preparadas

    de modo independiente en el Ministerio de Salud, Educacin y Bienestar y en laUniversidad de Floridaindican que para1974 las cifras comparables sern de107milmillones contralos45milmillones proyectados ahora, yestas cifras omitentotalmente los enormes costes de lo que se denomina educacin superior, cuyademanda est creciendo an ms velozmente. Los Estados Unidos, que en 1969gastaron casi ochenta mil millones de dlares en defensa, incluyendo su desplie-gue en Vietnam, es obviamente demasiado pobre como para proporcionar igualescolaridad. El comit nombrado por el Presidente para el estudio del financia-miento delas escuelas debiera preguntarno cmo mantenero cmorecortar talescostes, crecientes, sino cmo pueden evitarse. La escuela igual y obligatoria paratodos debiera reconocerse por los menos como algo econmicamente impractica-ble. EnAmrica Latina, la cantidad de erario gastada en cada estudiante graduadooscila entre 350 y 1 500 veces el monto gastado en el ciudadano medio (es decir,

    el ciudadano que est en un trmino medio entre el ms pobre y el ms rico).En Estados Unidos la discrepancia es menor, pero la discriminacin ms aguda.

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    Los padres ms ricos, cerca de un 10 por ciento, pueden permitirse proporcionara sus hijos educacin privaday ayudarles a beneficiarse delas donaciones defundaciones. Pero adems consiguen diez veces el monto per capitade fondospblicos si ste se compara con el gasto per capitaque se efecta en los hijos

    del 10 por ciento de los ms pobres. Las razones principales de que esto ocurrason que los muchachos ricos permanecen por ms tiempo en la escuela, que unao de universidad es proporcionadamente ms costoso que un ao de escuelasecundaria, y que la mayora de las universidades privadas dependen al menosindirectamente de un financiamiento derivado de desgravmenes.

    La escuela obligatoria polariza inevitablemente una sociedad; califica asimismoalas naciones delmundo segn un sistemainternacionalde castas.Alos pasesse los califica como castas cuya dignidad la determina el promedio de aos deescolaridad de sus ciudadanos, tabla de calificacin que serelacionantimamentecon el producto nacional brutoper capita, y es mucho ms dolorosa.

    La paradoja de las escuelas es evidente: el gasto creciente hace aumentar su

    destructividad en su propio pas y en el extranjero. Esta paradoja debe convertirseentema de pblico debate.Sereconoce de manera generalhoyporhoyque elmedio ambiente fsico quedar destruido dentro de poco por la contaminacinbioqumica a menos que invirtamos las tendencias actuales de produccin debienes fsicos.Debera reconocerse asimismo el que la vida social y personal estnigualmente amenazada por la contaminacin del Ministerio de Salud, Educacin

    y Bienestar, subproducto inevitable del consumo obligatorio y competitivo delbienestar.

    La escalada delas escuelas estan destructiva comola delas armas,sibien demanera menosvisible.Entodo elmundo, los costes dela escuela han aumentadocon mayor velocidad que las matrculas y ms velozmente por el producto bru-to nacional (PBN); en todas partes los gastos en la escuela se quedan cada vezms cortosfrente alas expectativas de padres,maestrosyalumnos.Pordoquiera,esta situacin desalienta tanto la motivacin como el financiamiento para unaplanificacin en gran escala del aprendizaje no escolar. Los Estados Unidos estndemostrando al mundo que ningn pas puede ser lo bastante rico como parapermitirse un sistema escolar que satisfaga las demandas que este mismo sistemacrea con slo existir, porque un sistema escolar que logre su meta escolariza apadres y alumnos en el valor supremo de un sistema escolar an mayor, cuyocoste crece desproporcionadamente conforme se crea una demanda de gradossuperioresystos se hacen escasos.Envez de decirque una escolaridad parejaesimpracticable porelmomento,debemosreconocerque,en principio,es econ-micamente absurda, yqueintentarla es intelectualmente castrante,socialmente

    polarizante y que destruye la verosimilitud del sistema poltico que la promueve.

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    La ideologa de la escolaridad obligatoria no admite lmites lgicos. La Ca-sa Blanca proporcion hace poco un buen ejemplo.EldoctorHutschnecker,el

    psiquiatra que atendi al seor Nixon antes de que quedase admitido comocandidato, recomend al Presidente que todos los nios se seis a ocho aos fue-

    sen examinados profesionalmente para cazar a aquellos que tuviesen tendenciasdestructivas, y que se les proporcionase a stos tratamiento obligatorio. En casonecesario se exigira su reeducacin en instituciones especiales. Este memorn-dum enviado alPresidente porsu doctorpas alMinisterio de Salud,EducacinyBienestar para que examinaran su vala. En efecto, unos campos de concentracinpreventivos para predelincuentes sera un adelanto lgico respecto del sistemaescolar.3 El que todos tengan iguales oportunidades de educarse es una meta desea-ble y factible, pero identificar con ello la escolaridad obligatoria es confundir lasalvacin conlaiglesia. La escuela ha llegado a ser lareligin delproletariadomodernizado, y hace promesas huecas a los pobres de la era tecnologa. La nacin-estadola ha adoptado, reclutando atodoslos ciudadanos dentro de un currculum

    graduado que conduce a diplomas consecutivos no desemejantes alosrituales deiniciacin y promociones hierticas de antao. El Estado moderno se ha arrogadoel deber de hacer cumplir el juicio de sus educadores mediante vigilantes bienintencionados y cualificaciones exigidas para conseguir trabajos, de modo muysemejante al seguido por los reyes espaoles que hicieron cumplir los juicios desus telogos mediante los conquistadores y la Inquisicin.

    Hace dos siglos los Estados Unidos dieron al mundo la pauta en un movimientopara privar de apoyo oficial el monopolio de una sola iglesia. Ahora necesitamosla separacin constitucional respecto del monopolio de la escuela quitando de esamanera elapoyo oficiala un sistema que conjugalegalmente elprejuicio conladiscriminacin. El primer artculo de unaDeclaracin de losDerechos del Hombreapropiada para una sociedad moderna, humanista, concordara con la Enmienda

    Primera de la Constitucin de los EU: El Estado no dictar ley alguna respectodel establecimiento de la educacin. No habr ningn ritual obligatorio paratodos.

    Para poner en vigencia esta separacin entre Estado y escuela, necesitamos unaley que prohba la discriminacin en la contratacin de personal, en las votaciones,o en la admisin a los centros de enseanza fundada en la previa asistencia aalgn plan de estudios. Esta garanta no excluira pruebas de competencia parauna funcin o cargo, pero eliminara la absurda discriminacin actual en favor deuna persona que aprende una destreza determinada con el mayor de los gastos delerario pblico olo que esigualmente probableha podido obtenerun diplomaque no tiene relacin con ninguna habilidad o trabajo tiles. Una separacin

    3 Sicen el original.(N. del E.)

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    constitucional del Estado y la escuela puede llegar a ser psicolgicamente eficazslo siprotege alciudadano dela posibilidad de serdescalificado porcualquieraspecto de su carrera escolar.

    Conla escolaridad no sefomenta nieldeberni lajusticia porquelos educadores

    insisten en aunar la instruccin y la certificacin. El aprendizaje y la asignacin defunciones sociales se funden en la escolarizacin. Y no obstante, aprender significaadquirir una nueva habilidad o entendimiento, mientras la promocin depende dela opinin que otros se hayanformado.Elaprenderes confrecuencia el resultadode una instruccin, pero el ser elegido para una funcin o categora en el mercadodel trabajo depende cadavez ms slo del tiempo que se ha asistido a un centrode instruccin.

    Instruccin es la seleccin de circunstancias que facilitan el aprendizaje. Lasfunciones se asignan fijando un currculum de condiciones que el candidato debesatisfacerpara pasar lavalla. La escuelavinculalainstruccinpero no elapren-dizajecon estasfunciones.Esto no es ni razonable ni liberador.No esrazonable

    porque no liga unas cualidades o competencias sobresalientes a las funciones pordesempear, sino el proceso mediante el cual se supone que habrn de adquirirsedichas cualidades. No libera ni educa porque la escuela reserva la instruccin paraaquellos cuyos pasos en el aprendizaje se ajusten a unas medidas aprobadas decontrol social.

    El currculum se ha empleado siempre para asignar el rango social. En ocasionespoda ser prenatal: elkarmale adjudica a uno a determinada casta y el linaje a laaristocracia.Elcurrculum poda adoptar laforma de unritual,de ordenacionessacras y secuenciales, o bien poda consistir en una sucesin de hazaas guerreraso cinegticas, o bien las promociones ulteriores podan depender de una seriede previosfavoresregios. La escolaridad universal tena porobjeto elseparar laadjudicacin de funciones de la historia personal de cada cual: se ide para dar atodos una oportunidad igual de obtener cualquier cargo.An ahora muchos creenerrneamente que la escuela asegura el que la confianza pblica dependa de unoslogros sobresalientes en el saber. Pero en vez de haber igualado las posibilidades,el sistema escolar ha monopolizado su distribucin.

    Para separar la competencia delcurrculum,debe convertirse entabtodaindagacin acerca delhistorialde aprendizaje de cada persona, talcomolasinda-gaciones acerca de su afiliacin poltica, su asistencia a la iglesia, linaje, hbitossexuales o antecedentes raciales. Deben dictarse leyes que prohban la discrimi-nacin basada en una previa escolaridad.Evidentemente, lasleyes no puedenimpedir el prejuicio contra el no escolarizado ni se pretende con ellas obligar anadie a casarse con un autodidacta, pero pueden desaprobar la discriminacin

    injustificada.

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    Otra gran ilusin en que se apoya el sistema escolar es aquella de que la mayorparte delsaberes el resultado dela enseanza. La enseanza puede,enverdad,contribuir a ciertos tipos de aprendizaje en ciertas circunstancias.Pero la mayorade las personas adquieren la mayor parte de su conocimiento fuera de la escuela,

    y cuando este conocimiento se da en ella, slo es en la medida en que, en unoscuantos pasesricos, la escuela se ha convertido en sulugarde confinamientodurante una parte cada vez mayor de sus vidas.

    Lo principaldelaprendizaje sobreviene casualmente,eincluso elaprendizajems intencional no es el resultado de una instruccin programada. Los niosnormales aprenden su lenguaje de manera informal, aunque con mayor rapidezsi sus padres les prestan atencin. La mayora de las personas que aprendenbien un segundo idioma lo hacen a consecuencia de circunstancias aleatorias yno de una enseanza ordenada. Llegan avivircon sus abuelos,4 oviajan,o seenamoran de algn extranjero. La lectura fcil proviene con igual frecuencia dela escuela o de actividades extracurriculares de este tipo. La mayora de quienes

    leen profusamente y con placer tan slo creen que aprendieron a hacerlo en laescuela; cuando se les discute esto, descartan fcilmente este espejismo.Pero el hecho de que an ahora una gran parte del aprendizaje parece ocurrir

    alazar ycomo subproducto de alguna otra actividad definida comotrabajo u ociono significa que elaprendizaje planificado no beneficielainstruccin planificada.Alestudiante poderosamente motivado que se enfrenta conlatarea de adquiriruna habilidad nuevaycompleja puede aprovecharle muchola disciplina que hoyen da se asocia mentalmente con elmaestro de viejo cuo que antao enseabalectura, hebreo, catecismo o multiplicacin de memoria. La escuela ha hecho queahora estetipo de enseanzarutinaria sea escasoymal reputado, yno obstantehay muchas destrezas que un estudiante motivado de aptitudes normales puededominar en unos pocos meses si se le ensea de este modo tradicional. Estovaletanto paralos cdigos como para su desciframiento;paralos segundos otercerosidiomas como paralalecturay la escritura;eigualmente paralenguajesespeciales como lgebra, la programacin de computadoras, el anlisis qumico,o para destrezas manuales como la mecanografa, la relojera, la fontanera, lasinstalaciones domsticas de electricidad, la reparacin de televisores; o, si es por

    eso, para bailar, conducir vehculos y bucear.

    En algunos casos,elseraceptado en un programa de aprendizaje dirigido a unadeterminada habilidad podra presuponercompetencia en alguna otra habilidad,pero ciertamente no se hara depender del proceso mediante el cual se hubieran

    4 Este libro ha sido originalmente publicado en Estados Unidos y se supone que un alto porcentaje deestadunidenses son descendientes de emigrantes (hablantes, por tanto, de otra lengua).(N. del T.)

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    adquirido tales habilidades previas requeridas. La reparacin de televisores presu-pone saber leer yalgo de matemticas;elbucear,serbuen nadador; yelconducir,muypoco de ambas cosas.Elprogreso en elaprendizaje es mensurable.Esfcilcalcular los recursos ptimos de tiempo y materiales que un adulto corriente

    motivado necesita. El coste de ensear un segundo idioma europeo occidentalhasta un elevado nivel de fluidez oscila entre cuatrocientos y seiscientos dlares

    en Estados Unidos, y para una lengua oriental el tiempo requerido de instruccinpodra duplicarse. Esto sera todava poqusimo en comparacin con el coste dedoce aos de escolaridad enla ciudad de NuevaYork(condicin paraingresarenelDepartamento de Higiene) casi quince mil dlares. Sin duda que no slo elmaestro, sino tambin el impresor y el farmacutico protegen sus oficios medianteel espejismo pblico de que el adiestramiento para aprenderlos es muy costoso.

    Enla actualidad, las escuelas se apropian de antemano dela mayorparte delos fondos para educacin. La instruccin rutinaria que cuesta menos que unaescolarizacin comparable es ahora un privilegio de quienes sonlo bastantericos

    como para pasarse por alto las escuelas, y de aquellos a quienes el ejrcito o lasgrandesfirmasles proporcionan un adiestramiento en el trabajo mismo.En unprograma de desescolarizacin progresiva para Estados Unidos, en un comienzo

    habra escasez de recursos para el adiestramiento rutinario. Pero finalmente nohabra impedimento alguno para cualquiera que en cualquier momento de suvida quisiese elegir una instruccin entre centenares de habilidades definibles y acargo del Estado.

    Ahora mismo podran proporcionarse calificaciones educacionales aceptables

    en cualquier centro de enseanza de oficios en cantidades limitadas para personasde cualquier edad, y no slo para pobres. Yo concibo dicha calificacin (o crdito)en forma de un pasaporte educacional o una tarjeta de educrdito entregada acada ciudadano al nacer. A fin de favorecer a los pobres, que probablemente nousaran sus cuotas anuales atemprana edad,podra estipularse quelos usuariostardos de tales ttulos acumulados ganasen inters.Dichos crditos permitirana la mayora adquirir las habilidades de mayor demanda, cuando les convinie-se, de manera mejor, ms rpida, ms barata, y con menos efectos subsidiariosdesfavorables que en la escuela.

    Los profesores potenciales de destrezas o habilidades nunca siguen siendo es-casos por largo tiempo pues, por una parte, la demanda de una habilidad creceslo al ponerse en prctica en una comunidad y, por otra, un hombre que ejerzauna habilidad puedetambin ensearla.Pero,actualmente,aquellos que usanuna habilidad que est en demanda y que precisan un profesor humano tienenestmulos negativos para compartir con otros estas habilidades. Esto lo hacen ya

    sea maestros que monopolizan la licencias, ya sea sindicatos que protegen susintereses gremiales. Unos centros de enseanza de oficios o habilidades a los que

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    los clientes juzgaran por sus resultados, y no por el personal que empleasen oporelproceso que utilizasen,abriran oportunidadesinsospechadas detrabajo,frecuentemente incluso para aquellos que hoy se consideran inempleables. Verda-deramente no haymotivo para quetales centros no estuviesen en el lugarmismo

    de trabajo, proporcionando el patrono y su personal tanto la instruccin comotrabajos a quienes eligiesen el utilizar sus crditos educacionales de esta manera.

    En 1956 se suscit la necesidad de ensear rpidamente espaol a varios cente-nares de maestros, trabajadores sociales y curas de arquidicesis de Nueva York,de modo que pudiesen comunicarse con los portorriqueos. Mi amigo Gerry Mo-rris anunci en espaol por una radioemisora que necesitaba hispanohablantesnativos, que viviesen en Harlem. Al da siguiente unos doscientos adolescentesse alineaban frente a su oficina, y entre ellos eligi cuatro docenas muchos deellos desertores escolares. Losinstruy en eluso delManualdeInstruccin delInstituto delServicio Exteriordelos EU,para espaol,concebido para eluso delingistas conlicenciatura, yalcabo de una semana sus profesores se manejaban

    solos cada uno de ellos a cargo de cuatro neoyorquinos que queran hablar elidioma. En el plazo de seis meses se haba cumplido la misin. El cardenal Spell-man poda afirmarquetena127parroquias en cada una delas cuales haba porlos menostres miembros de su personalque podan conversaren espaol.Ningnprograma escolar podra haber logrado iguales resultados.

    Los profesores de habilidades se hacen escasos por la creencia en el valordelos ttulos. La certificacin es una manera de manipular el mercado y es conce-bible slo para una mente escolarizada. La mayora de los profesores de artes yoficios son menos diestros, tiene menor inventiva y son menos comunicativosque los mejores artesanos y maestros. La mayora de los profesores del castellanoo de francs de bachillerato no hablan esos idiomas con la correccin con quelo haran sus alumnos despus de un semestre de rutinas competentes. Unosexperimentosllevados a cabo porngel Qintero en Puerto Rico sugieren quemuchos adolescentes, si se les dan los adecuados incentivos, programas y accesoa las herramientas, son mejores que la mayora de los maestros de escuela parainiciar a los de su edad en la exploracin cientfica de las plantas, las estrellas y lamateria, y en el descubrimiento de cmo y por qu funciona un motor o un radio.

    Las oportunidades para el aprendizaje de habilidades pueden multiplicarseenormemente si abrimos el mercado. Esto depende de reunir al maestro co-rrecto con el alumno correcto cuando ste est altamente motivado dentro de unprograma inteligente, sin la restriccin del currculum.

    La instruccin libre y rutinaria es una blasfemia subversiva para el educadorortodoxo.Ella desligala adquisicin de destrezas dela educacinhumana,que

    la escuela empaca conjuntamente, y fomenta as el aprendizaje sin ttulo o permisono menos que la enseanza sin ttulo para fines imprevisibles.

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    Hay actualmente una propuesta registrada que a primera vista parece ser suma-mente sensata. La prepar Christopher Jencks, delCenter for the Study of PublicPolicy,5 y est proporcionada por laOffice of EconomicOpportunity.6 Propone po-nerunosbonosottuloseducacionales o donaciones para pagarse elcoste de

    los estudios, en manos de padres y estudiantes para que los gasten en las escuelasque elijan. Tales bonos individuales podran ser en verdad un importante paso deavance en la direccin correcta. Necesitamos que se garantice a cada ciudadano elderecho a una parteigualdelosrecursos educativos derivados delosimpuestos,el derecho a verificar esta parte, y el derecho a entablar juicio si le es denegada.Es una forma de garanta contra la tributacin regresiva.

    Pero la propuesta de Jencks comienza con la ominosa declaracin de que los

    conservadores, los liberales y los radicales se han quejado todos ellos en una uotra oportunidad de que el sistema educacional estadounidense da a los educado-res profesionales un incentivo demasiado pequeo para que proporcionen unaeducacin de gran calidad a la mayora de los nios. La propuesta se condena

    sola al proponer donaciones para pagar unos estudios que tendran que gastarseen escolarizarse.

    Esto es como dar a un invlido un par de muletas, advirtindole de que lasuse slo si les amarra los extremos. En su forma actual, la propuesta de estosbonos educacionales sirve de juego no slo de los educadores profesionales sino

    tambin de los racistas, de los promotores de escuelas religiosas, y de otros cuyosintereses son socialmente disociantes. Sobre todo, los bonos educacionales cuyouso serestrinja alas escuelas sirve al juego de quienes quieren continuar viviendoen una sociedad en la que el progreso social est ligado, no al conocimientocomprobado,sino alhistorialde aprendizaje mediante elcualpresuntamente seadquiere. Esta discriminacin en favor de la escuelas que domina la exposicin de

    Jencks sobre el refinanciamiento de la educacin podra desacreditar uno de losprincipios que ms perentoriamente se precisan para la reforma educacional: elretorno de la iniciativa y la responsabilidad del aprendizaje al aprendiz o a su tutorms inmediato. La desescolarizacin de la sociedad implica el reconocimiento dela naturaleza ambivalente del aprendizaje. La insistencia en la sola rutina podra

    ser un desastre; igual nfasis debe hacerse en otros tipos de aprendizaje. Pero silas escuelas son el lugar inapropiado para aprender una destreza, son lugares anpeores para adquiriruna educacin. La escuelarealiza malambastareas,en parteporque no distingue entre ellas. La escuela es ineficiente para instruir en destrezasporsercurricular.Enla mayora delas escuelas,un programa cuyo objetivo es

    5

    Centro para el Estudio de Polticas Estatales.6 Oficina(paravelarporquetodoslos ciudadanos gocen)de(iguales)Oportunidad(es)Econmica(s).Organismo federal de los EU.

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    mejorar una habilidad est siempre concatenado a otra tarea no pertinente. Lahistoria est amarrada al derecho de usar el patio de juegos.

    Las escuelas sontodava menos eficientes enla disposicin de circunstanciasque alienten elusoirrestricto,exploratorio,de habilidades adquiridas,paralo cual

    reservar el trmino deeducacinliberal.Elprincipalmotivo de esto es elquela escuela sea obligatoria y llegue a convertirse en la escolaridad por la escolaridad:una estada forzosa en compaa de profesores, que paga con el dudoso privilegiode continuar en dicha compaa. As como la instruccin de destrezas debe serliberada de restricciones curriculares, a la educacin liberal debe desligrsela dela asistencia obligatoria. Mediante dispositivos institucionales puede ayudarsetanto al aprendizaje de habilidades como a la educacin encaminada a un compor-tamiento creativo e inventivo, pero ambas cosas son de una naturaleza diferente

    y frecuentemente contraria.

    La mayora de las destrezas pueden adquirirse y perfeccionarse mediante ruti-nas;porquela destreza o habilidadimplica eldominio de una conducta definibley

    predecible. La instruccin de una destreza puede apoyarse, por consiguiente, en lasimulacin de las circunstancias en que se utilizar dicha destreza. En cambio, laeducacin en el empleo exploratorio y creativo de destrezas no puede descansar ensistemasrutinarios. La educacin puede serel resultado delainstruccin,aunquede una instruccin fundamentalmente opuesta a la rutina. Se apoya en la relacinentre asociados que ya poseen algunas de las llaves que dan acceso a memoriasalmacenadas en la comunidad y por la comunidad. Se apoya en la sorpresa de la

    preguntainesperada que abre nuevas puertas alcuestionarioya su asociado.Elinstructor de destrezas se apoya en la configuracin de circunstancias fijas quepermiten alaprendiz desarrollarunasreacciones orespuestas normales.Elguao maestro en educacin se ocupa de ayudar a unos asociados parejos a que serenan de modo que se d elaprendizaje.l rene a personas que parten de suspropias y no resueltas interrogantes.Alo que ms ayuda al alumno a formular superplejidad puesto que slo un planteamiento clarole dar elpoderde encontrarsu pareja, moverse con ella, explorar en ese momento la misma cuestin en elmismo contexto.

    En un comienzo parecera ms difcil imaginarunos asociados o compaerosparejos para fines educativos que el hallar instructores de destrezas y compaerospara un juego. Una de las razones de que esto ocurra es el profundo temor quela escuela nos ha inculcado, un miedo que nos pone criticones. El intercambiointitulado de destrezas a menudo destrezas inconvenientes es ms predecibley por tanto parece menos peligroso que las oportunidades ilimitadas de reuninpara personas que comparten una cuestin en debate que es, en ese momento,social, intelectual y emocionalmente importante para ellas.

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    El profesor brasileo Paulo Freire sabe esto por experiencia. Descubri quecualquieradulto puede comenzaraleeren cosa de cuarenta horas si las primeraspalabras que descifra estn cargadas de significado poltico. Freire adiestra a sus

    maestros paratrasladarse a una aldeaydescubrir las palabras que designan asun-

    tos actuales importantes, tales como el acceso a un pozo, o el inters compuestode las deudas que se le deben alpatrn. Por la tarde, los aldeanos se renen paraconversar sobre estas palabras clave. Comienza a percatarse de que cada palabrapermanece en el pizarrn incluso despus de haberse desvanecido su sonido. Lasletras continan abriendo, como llaves, la realidad y hacindola manejable comoproblema. Frecuentemente he presenciado cmo en unos participantes crece laconciencia social y cmo se ven impedidos a actuar polticamente con la mis-ma velocidad con que aprenden a leer. Parecen tomar la realidad en sus manosconforme escriben.

    Recuerdo un hombre que se quej del peso de los lpices: eran difciles demanipular porque no pesaban como una pala; y recuerdo a otro que camino

    al trabajo se detuvo con sus compaeros y escribi con su azadn en el suelola palabra de quevena conversando: agua.7 Desde1962,miamigo Freire hapasado de exilio en exilio, principalmente porque rehsa llevar a cabo sus sesionesentorno a palabras que hayan sido preseleccionadas poreducadores aprobadosyprefiere utilizar aquellas que los participantes llevan consigo a las clases.

    Elaparejamiento educativo entre personas que hayan sido escolarizadas conxito es tarea diferente. Los que no necesitan tal ayuda son una minora, incluso

    entre aquellos queleenrevistas serias. La mayora no puede nidebersercongrega-da en torno a una consigna, a una palabra, a una imagen. Pero la idea sigue siendola misma:debieran podercongregarse entorno a un problema elegidoydefinidopor iniciativa de los participantes. El aprendizaje creativo, exploratorio, requieresujetos deigualperplejidad antelos mismostrminos o problemas. Las grandesuniversidadesrealizan el vanointento de aparejarlos multiplicando sus cursosypor lo general fracasan porcuanto estnligadas alcurrculum,ala estructurade cursos y a una administracin burocrtica. En las escuelas, tal como en lasuniversidades, la mayora de los recursos se gastan en comprar el tiempo y lamotivacin de un nmero reducido de personas para encarar problemas predeter-minados en un escenario definido de forma ritual. La alternativa ms radical parala escuela sera unared o servicio que diera a cada hombrela misma oportunidadde compartir sus intereses actuales con otros motivados por iguales cuestiones.

    Permtaseme dar,como ejemplo de miplanteamiento,una descripcin de c-mo podra funcionar un aparejamiento intelectual en la ciudad de Nueva York.

    7 Agua, tierra, casason algunas delas palabras generadoras que Paulo Freireincluye enlarelacineducador-educando.(N. del E.)

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    Cada hombre, en cualquier momento y a un precio mnimo, podra identificarseante un computadorcon su direccinysu nmero detelfono, indicandolibro,artculos, pelcula o grabacin acerca de los cuales busca un compaero con elcual conversar. En un plazo de das podra recibir por correo la lista de otros

    que hubiesen tomado recientemente la misma iniciativa. Esta lista le permitiraconcertar por telfono una reunin con personas que inicialmente se conoceranexclusivamente por el hecho de haber solicitado un dilogo acerca del mismotema. Conjuntar personas de acuerdo con el inters que tengan sobre un ttulodado es radicalmente simple. Permite la identificacin slo sobre la base de undeseo mutuo de conversar sobre una afirmacin registrada por un tercero, y dejaal individuo la iniciativa de concertar la reunin. Normalmente se hacen tresobjeciones contra esta pureza esqueltica. Las recojo no slo para esclarecer lateora que quieroilustrarmediante mipropuestapues destacanla acendradaresistencia de desescolarizar la educacin, a separar el aprendizaje del controlsocial sino tambin porque pueden ayudar a sugerir unos recursos existentes

    que no se emplean ahora para fines de aprendizaje.La primera objecin es: porqu no podralaidentificacin de cada cualba-sarse tambin en unaideao en un tema de debate? Ciertamente dichos trminossubjetivos podran usarse tambin en un sistema informtico. Los partidos po-lticos, iglesias, sindicatos, clubes, centros vecinales y sociedades profesionalesorganizanya sus actividades educativas de ese modoyen efecto actan comoescuelas. Todos ellos aparejan personas afin de explorarciertostemas; ystosse abordan en cursos, seminarios y planes de estudio en los que unos presuntos

    intereses comunes estn preenvasados. Dicho aparejamiento por tema est,por definicin, centrado en el profesor: precisa una presencia autoritaria paradefinir ante los participantes el punto de partida de su debate.

    En contraste con lo anterior, el aparejamiento por el ttulo de un libro, pelcula,etc.,en suforma pura deja alautoreldefinirel lenguaje especial, lostrminosy el marco de referencia dentro del cual se plantea un determinado problema ohecho; permiten a quienes acepten este punto de partida el identificarse uno conotro. Por ejemplo, el conjuntar gente en torno a la idea de revolucin culturalconduce generalmente o a la confusin o a la demagogia. Por otra parte, el reunir aquienes se interesen en ayudarse mutuamente a entender un determinado artculode Mao,Marcuse,Freud oGoodman siguela grantradicin de aprendizajeliberal,desde losDilogosde Platn, que estn construidos en torno a unas presuntasdeclaraciones de Scrates, hasta los comentarios de Toms deAquino sobre PedroLombardo. La idea de aparejar por ttulo es pues radicalmente diferente de lateora sobre la que se fundaban, por ejemplo, los clubes de los Grandes Libros:

    envez de apoyarse enla seleccinrealizada poralgunos catedrticos de Chicago,

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    cualquier par de personas puede, como compaeros de juego, elegir cualquierlibro para analizarlo.

    La segunda objecin pregunta: por qu la identificacin de quienes buscancompaero no podra incluir informacin sobre edad, antecedentes, visin del

    mundo, competencia, experiencia y otras caractersticas definitorias? Tampocohay en este caso razn alguna por la cual tales restricciones discriminatorias nopudiesen (y no debiesen) incorporarse en algunas de las numerosas universidadescon o sin muros que podran usar el conjuntamiento mediante ttulos comoel dispositivo bsico para organizarse. Puedo imaginar un sistema ideado parafomentar las reuniones de personas interesadas en las cuales el autor del libroelegido podra estar presente o representado; o un sistema que garantizara lapresencia de un asesor competente, o uno al que tuviesen acceso slo estudiantesmatriculados en una facultad o escuela; o uno que permitiese reuniones slo entregente que definiese una de estas restricciones podra hallrsele ventajas para ellogro de metas especficas de aprendizaje.Pero metemo que,enla mayora delos

    casos, el motivo real para proponer tales restricciones es el desdn provenientede presuponerquela gente esignorante: los educadores quieren evitarque elignorante se junte con el ignorante en torno a untexto que podran no entendery que leensloporque estn interesados en l.

    La tercera objecin: por qu no proporcionar a quienes buscan compaerouna ayudaincidentalquefacilite susreunionesespacio,horarios,seleccin departicipantes, proteccin? Esto lo hacen actualmente las escuelas con toda laineficiencia que caracteriza a las grandes burocracias. Si dejramos la iniciativade las reuniones a los interesados en reunirse, unas organizaciones que nadieclasifica hoy como educacionales haran mucho mejor este trabajo. Pienso endueos de restaurantes, editores, servicios de recados telefnicos, directivos detrenes suburbanos que podran promover sus servicios al hacerlos atractivos parareuniones educativas.

    En una primera reunin en, digamos, un caf, los co-interesados podran esta-

    blecersusidentidades colocando el libro en debatejunto a sustazas. Las personasque tomaran la iniciativa de concertar tales reuniones aprenderan pronto quelementos citarpara encontrarse conla gente que buscasen.El riesgo que en unaconversacin que uno mismo ha elegidolelleve a una prdida detiempo,a unadecepcin, e incluso a un desagrado es ciertamente menor que el riesgo corridopor quien solicita ingreso en una universidad. Una reunin concertada por compu-tadorpara debatirun artculo de unarevista de circulacin nacional,celebradaen un caf de la Cuarta Avenida, no obligara a ningunos de los participantes apermanecer en compaa de sus nuevos conocidos por ms tiempo del necesario

    para beberunataza de caf,ni tendra que encontrarse con ellos de nuevo nuncams. La probabilidad de que ellole ayudara a perforar la opacidad delavida en

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    una ciudad moderna y a fomentar nuevas amistades, un trabajo de propia elecciny un leer crtico, es elevada. (El hecho de que de este modo el FBI podra conseguirun registro de las reuniones y lecturas de uno es innegable; el que esto pueda anpreocupar a nadie en 1970 es slo divertido para un hombre libre, quien quiralo

    o no, aporta su cuota para ahogar a los espas en las nimiedades que recolectan.)Tanto el intercambio de destrezas como la conjuncin de copartcipes se fundan

    en el supuesto de que educacin para todossignifica educacinpor parte de todos.No es el reclutamiento en unainstitucin especializada,sino slola movilizacinde toda la poblacin lo que puede conducir a una cultura popular. Los maestrostitulados se han apropiado del derecho que todo hombre tiene de ejercer su com-petencia para aprender e instruir igualmente. La competencia del maestro est a

    su vez restringida a lo que pueda hacerse en la escuela. Y, adems, el trabajo yel tiempolibre estn,a consecuencia de ello,alienados eluno delotro: tanto deltrabajador como del espectador se espera que lleguen al lugar de trabajo prestos

    para encajaren unarutina preparada para ellos. La adaptacin enforma de diseo,

    instruccin y publicidad de un producto los moldea para desempear su papel demodo muy semejante y como lo hace la educacin mediante la escolaridad. Unaalternativa radical para una sociedad escolarizada exige no slo mecanismos parala adquisicin formal de destrezas y el uso educativo de stas. Implica un nuevomodo de encarar la educacin informal o incidental.

    La educacin incidental ya no puede regresar a las formas que el aprendizajeadopten la aldea o en la ciudadmedieval. La sociedad tradicional se asemeja ms aun grupodecrculos concntricosdeestructuras significativas, mientras el hombremoderno debe aprender el cmo hallar significacin en muchas estructuras conlas que est relacionado de manera slo marginal. En la aldea, el lenguaje, laarquitectura,el trabajo, lareliginy las costumbresfamiliares eran compatiblesentre s, se explicaban y reforzaban mutuamente. El desarrollarse en una implicabaun desarrollo en las otras. Incluso el aprendizaje especializado era el subproductode actividades especializadas, tales comolafabricacin de zapatos o elcanto delos salmos.Siun aprendiz nollegabajams a sermaestro o erudito,contribua sinembargo a la fabricacin de zapatos o a hacer solemnes los servicios litrgicos.La educacin no competa en tiempo ni con el trabajo ni con el ocio. Casi toda laeducacin era compleja, vitalicia y no planificada.

    Lasociedad contemporneaesel resultadodediseos e intenciones conscientes,y las oportunidades educativas han de ser incorporadas a esos diseos. Ahoradisminuir la confianza que depositamos en la instruccin especializada y a tiempocompleto a travs de la escuela, y hemos de hallar nuevas maneras de aprendery ensear: la calidad educativa de todas las instituciones debe aumentar una vez

    ms. Pero sta es una previsin muy ambigua. Podra significar que los hombresde la ciudad moderna sern cada da ms las vctimas de un proceso eficaz de

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    instruccin total y manipulacin una vez que estn privados incluso del tenueasomo de independencia crtica que proporcionan hoy en da las escuelas liberales,cuando menos a algunos de sus alumnos.

    Podra significar tambin quelos hombres se escudarn menostras certificados

    adquiridos en la escuela y adquirirn as valor para ser respondones y controlare instruir de ese modo a las instituciones en que participen. Para lograr esto ltimodebemos aprender a valorar el valor social del trabajo y del ocio por el toma ydaca educativo que posibilitan. La participacin efectiva en la poltica de unacalle, de un puesto de trabajo, o de un hospital es por lo tanto el mejor cartabnpara evaluar su nivel como instituciones educativas. Hace poco dirig la palabraa un grupo de estudiantes de los primeros aos de bachillerato, empeados enorganizarun movimiento deresistencia a su enrolamiento obligatorio enla clasesiguiente. Tenan por consigna participacin-no simulacin. Les decepcionabael que esto se entendiera como una peticin de menos educacin en vez de locontrario, yme hicieronrecordar laresistencia que opuso KarlMarxa un prrafo

    en el programa de Gotha el cual hace cien aos quera hacer ilegal el trabajoinfantil. Se opuso a la proposicin en pro de la educacin de los jvenes, que podaproducirse slo en el trabajo. Si el mayor fruto del trabajo del hombre debieraser la educacin que se deriva de ste y la oportunidad que el trabajo le da parainiciar la educacin de otros, entonces la alienacin de la sociedad moderna enun sentido pedaggico es an peor que su alienacin econmica.

    El mayor obstculo en el camino de una sociedad que educa verdaderamentelo defini muy bien un amigo mo, negro de Chicago, quien me dijo que nuestraimaginacin estaba totalmente escuelada. Permitimos al Estado verificar lasdeficiencias educativas universales de sus ciudadanos y establecer un organismoespecializado para tratarlos. Compartimos as la ilusin de que podemos distinguirentre qu es educacin necesaria para otros y qu no lo es, tal como generacionesanteriores establecieronleyes, las cuales definan qu era sagradoyqu profano.

    Durkheim reconoci que esta capacidad para dividir la realidad social en dosmbitos era la esencia misma de la religin formal. Existen razon religionessin lo sobrenatural y religiosas sin Dios, pero no hay ninguna que no subdivida elmundo en cosas, tiempoypersonas que son sagradasyen otras que porconse-cuencia son profanas. Este penetrante alcance de Durkheim puede aplicarse a la

    sociologa de la educacin, pues la escuela es radicalmente divisoria de maneraparecida.

    La existencia misma de las escuelas obligatorias divide cualquier sociedad endos mbitos: ciertos lapsos, procesos, tratamientos y profesiones son acadmicosy pedaggicos, y otros no lo son. As, el poder de la escuela para dividir la

    realidad social no conoce lmites: la educacin se hace no terrenal, en tanto queel mundo se hace no educacional.

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    A partir de Bonhoeffer, los telogos contemporneos han sealado la confu-sin que reina hoy en da entre el mensaje bblico y la religin institucionalizada.Sealan la experiencia que la libertad y la fe cristianas suelen ganar con seculari-zacin.Sus afirmaciones suenaninevitablemente blasfemas para muchos clrigos.

    Es incuestionable que el proceso educativo ganar con la desescolarizacin dela sociedad aun cuando esta exigenciales suene a muchos escolares como unatraicin a la cultura. Pero es la cultura misma la que est siendo apagada hoy alas escuelas.

    La secularizacin de la fe cristiana depende de la dedicacin que pongan enello los cristianos arraigados en la Iglesia. De manera muy parecida, la deses-colarizacin de la educacin depende del liderazgo de quienes se criaron en lasescuelas. El currculum que cumplieron no puede servirles como excusa para latarea: cada uno de nosotros sigue siendo responsable de lo que se ha hecho por l,aun cuando puede que no sea capaz sino de aceptarestaresponsabilidadyservirde advertencia para otros.

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    2. Fenomenologa de la escuela

    Algunas palabras llegan a ser tan flexibles que dejan de ser tiles. Entre stas

    se cuentan escuela y enseanza. Se filtran, como una amiba, por cualquierintersticio del lenguaje. ElABM8 ensear a los rusos, la IBM ensear a los niosnegros, y el ejrcito puede llegar a ser la escuela de la nacin.

    Por consiguiente, la bsqueda de alternativas en educacin debe comenzar porun acuerdo acerca de lo que entendemos por escuela. Esto puede hacerse de va-rias maneras. Podemos comenzar por anotar las funciones latentes desempeadaspor los sistemas escolares modernos, tales comolos de custodia,seleccin,adoctri-namiento y aprendizaje. Podramos hacer un anlisis de clientela y verificar culde estas funciones latentes favorece o desfavorece a los maestros, patronos, nios,padres, o a las profesiones. Podramos repasar la historia de la cultura occidentaly la informacin reunida por la antropologa a fin de encontrar instituciones que

    desempearon un papel semejante al que hoy cumple la escolarizacin. Podra-mos finalmente recordar los numerosos dictmenes normativos que se han hechodesde el tiempo de Comenius, o incluso desde Qintiliano, y descubrir a culde stos se aproxima ms el moderno sistema escolar. Pero cualquiera de estosenfoques nos obligara a comenzar con ciertos supuestos acerca de una relacinentre escuela y educacin. Para crear un lenguaje en el cual podamos hablar acer-ca de la escuela sin ese incesante recurrir a la educacin, he querido comenzarporalgo que podrallamarse unafenomenologa dela escuela pblica.Con esteobjeto definir escuela como el proceso que especifica edad y se relaciona conmaestros, y exige asistencia a tiempo completo a un currculum obligatorio.

    1.Edad.La escuela agrupa alas personas segn sus edades.Este agrupamiento

    se funda en tres premisas indiscutidas. A los nios les corresponde estar en laescuela. Los nios aprenden en la escuela.Alos nios puede enserseles sola-mente en la escuela. Creo que estas tres premisas no sometidas a examen merecenser seriamente puestas en duda.

    Nos hemos ido acostumbrando a los nios. Hemos decidido que deberan ir a laescuela, hacer lo que se les dice, y no tener ni ingresos ni familias propios. Espera-mos que sepan el lugar que ocupan y se comporten como nios. Recordamos, yasea nostlgicamente o con amargura,el tiempo en quetambinfuimos nios.Seespera de nosotros que toleremos la conducta infantil de los nios. La humanidades, para nosotros, una especie simultneamente atribulada y bendecida con latarea de cuidar los nios. No obstante, olvidamos que nuestro actual conceptode niez slo se desarroll recientemente en Europa Occidental, y hace an

    8 Atomic Ballistic Missile. Huelga traducir.(N. del T.)

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    menos enAmrica.9 La niez como algo diferente de la infancia, la adolescencia ola juventud fue algo desconocido para la mayora de los periodos histricos.Algu-nos siglos delcristianismo notuvieron nisiquiera unaidea de sus proporcionescorporales. Los artistas pintaban al nio como un adulto en miniatura sentado

    en el brazo de su madre. Los nios aparecieron en Europa junto con el reloj debolsillo y los prestamistas cristianos del Renacimiento. Antes de nuestro siglo ni

    los ricos ni los pobres supieron nada acerca de vestidos para nios, juegos paranios, o de la inmunidad del nio ante la ley. La niez perteneca a la burguesa.El hijo del obrero, el del campesino y el del noble vestan todos como lo hacansus padres, jugaban como stos, y eran ahorcados igual que ellos. Despus deque la burguesa descubriera la niez, todo esto cambi. Slo algunas iglesiascontinuaron respetando por cierto tiempo la dignidad y madurez de los menores.Hasta elSegundo ConcilioVaticano,se le deca a cada nio que un cristianollega a tener discernimiento moral y libertad a la edad de siete aos y a partir deentonces es capaz de caer en pecados por los cuales podr ser castigado por toda

    una eternidad en el infierno. A mediados de este siglo, los padres de clase mediacomenzaron a tratar de evitar a sus nios el impacto de esta doctrina, y su modode pensar acerca de los nios es el que hoy prevalece en la Iglesia.

    Hasta el siglo pasado, los nios de padres de clase media se fabricaban encasa con la ayuda de preceptores y escuelas privadas. Slo con el advenimiento dela sociedad industrial la produccin en masa de la niez comenz a ser factibley a ponerse al alcance de la multitud. El sistema escolar es un fenmeno moderno,como lo es la niez que lo produce.

    Puesto que hoy en da la mayora de las personas viven fuera de las ciudadesindustriales, la mayora de la gente no experimenta actualmente la niez. Enlos Andes, uno labra la tierra cuando ha llegado a ser til. Antes de esa edad,uno cuida a las ovejas. Si se est bien nutrido, debe llegarse a ser til hacia losonce aos de edad, y de otro modo a los doce. Estaba yo conversando hace pococon Marcos, mi celador nocturno, acerca de su hijo de once aos que trabajabaen una barbera. Hice en espaol la observacin de que su hijo era todava unnio.Marcos, sorprendido, contest con inocente sonrisa: Don Ivn, creo queustedtienerazn.Percatndome de que hasta elmomento de miobservacinMarcos haba pensado en elmuchacho primariamente como suhijo,me sentculpable de haber corrido la cortina de la niez entre dos personas sensatas.Naturalmente que si yo le fuese a decir a un habitante de los barrios bajos deNuevaYork que su hijo quetrabaja es todava un nio,no mostrara ningunasorpresa. Sabe l muy bien que a su hijo de once aos debera permitrsele su

    9 Respecto a las historias paralelas del capitalismo moderno y la niez moderna vase Philippe Aries,Centuries of Childhood, Knopf, 1962.

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    niez, yseresiente de que no sea as.Elhijo de Marcos no ha sido afectado anpor el anhelo de tener niez, el hijo del neoyorquino se siente desposedo.

    As pues, la mayora de la gente en el mundo o no quieren o no pueden concederuna niez moderna para sus cros.Perotambin parece quela niez es una carga

    para esos pocos a quienes se les concede. A muchos simplemente se les obligaa pasarporellayno estn en absolutofelices de desempearelpapelde nios.Crecer pasando por la niez significa estar condenado a un proceso de conflictoinhumano entre la conciencia de s y el papel que impone una sociedad que est

    pasando por su propia edad escolar. Ni Stephen Ddalus ni Alexander Portnoygozaron dela niez, ysegn sospecho, tampoco nos gust a muchos de nosotrosel ser tratados como nios.

    Si no existiese una institucin de aprendizaje obligatorio y para una edaddeterminada, laniezdejara defabricarse. Los menores delos pasesricosselibraran de su destructividad, y los pases pobres dejaran derivalizarconlaniera de los ricos. Para que la sociedad pudiese sobreponerse a su edad de la

    niez, tendra que hacerse vivible para los menores. La disyuncin actual entreuna sociedad adulta que pretende serhumanitariay un ambiente escolarqueremeda la realidad no puede seguir mantenindose.

    Elhecho de privarde apoyo oficialalas escuelas podraterminar tambin conla discriminacin contra los nenes, los adultos y los ancianos en favor de los niosdurante su adolescenciay juventud.Es probable quela decisin socialde asignarrecursos educacionales preferentemente a aquellos ciudadanos que han dejadoatrs la extraordinaria capacidad de aprendizaje de sus primeros aos y no hanllegado a la cspide de su aprendizaje automotivado parezca grotesca cuando sevea retrospectivamente.

    La sabidura institucional nos dice que los nios necesitan la escuela. La sabidu-ra institucional nos dice que los nios aprenden en la escuela. Pero esta sabidurainstitucionales en selproducto de las escuelas,porque elslido sentido comnnos dice que slo a nios se les puede ensear en la escuela. Slo segregando alos seres humanos en la categora de la niez podremos someterlos alguna vez a

    la autoridad de un maestro de escuela.

    2.Profesores y alumnos.Por definicin, los nios son alumnos. La demandapor el medio ambiente escolar crea un mercado ilimitado para los profesorestitulados. La escuela es una institucin construida sobre el axioma de que elaprendizaje es el resultado dela enseanza. Y la sabidurainstitucionalcontinaaceptando este axioma, pese a las pruebas abrumadoras en sentido contrario.

    Todos hemos aprendidola mayorparte de lo que sabemosfuera de la escuela.Los alumnos hacenla mayorparte de su aprendizaje sin sus maestros, y,a menudo,

    a pesar de stos. Y lo que es ms trgico, a la mayora de los hombres son lasescuelas las que les ensean su leccin, aun cuando nunca vayanala escuela.

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    Toda persona aprende a vivir fuera de la escuela.Aprendemos a hablar, pensar,amar,sentir, jugar,blasfemar,politiquear y trabajarsinlainterferencia de unprofesor. Ni siquiera los nios que estn da y noche bajo la tutela de un maestroconstituyen excepciones a la regla. Los hurfanos, los cretinos y los hijos de

    maestros de escuela aprenden la mayor parte de lo que aprenden fuera del procesoeducativo programado para ellos. Los profesores han quedado mal parados ensus intentos de aumentar el aprendizaje entre los pobres.Alos padres pobres quequieren que sus hijos vayan a la escuela no les preocupa tanto lo que aprendancomo el certificado y el dinero que obtendrn. Y los padres de clase media confansus hijos a un profesorque evita que aprendan aquello quelos pobres aprendenen la calle. Las investigaciones sobre educacin estn demostrando cada da msque los nios aprenden aquello que sus maestros pretenden ensearles, no destos, sino de sus iguales, de las tiras cmicas, de la simple observacin al pasar ysobretodo,delsolo hecho de participaren el ritualdela escuela. Las ms delasveceslos maestros obstruyen elaprendizaje de materias de estudio conforme se

    dan en la escuela.La mitad de la gente en nuestro mundo jams ha estado en una escuela. No sehan topado con profesores, y estn privados del privilegio de llegar a ser desertoresescolares. Y no obstante, aprenden eficazmente el mensaje que la escuela ensea:el que deben tener escuela, y ms y ms escuela. La escuela les instruye acercade su propia inferioridad mediante el cobrador de impuestos que les hace pagarpor ella, mediante el demagogo que les suscita las esperanzas de tenerla, o bienmediante sus nios cuando stos sevenluego enviciados porella.De modo que alos pobres se les quita su respeto a s mismos al suscribirse a un credo que concedela salvacin slo a travs de la escuela. La Iglesia les da al menos la posibilidadde arrepentirse en la hora de su muerte. La escuela les deja con la esperanza (unaesperanza falsificada) de que sus nietos la conseguirn. Esa esperanza es, porcierto, otro aprendizaje ms que proviene de la escuela; pero no de los profesores.

    Los alumnosjams han atribuido a sus maestroslo que han aprendido. Tantolos brillantes comoloslerdos han confiado siempre enla memorizacin, lalecturay el ingenio para pasar sus exmenes, movidos por el garrote o por la obtencinde una carrera ambicionada.

    Los adultos tienden a crear fantasas romnticas sobre su periodo de escuela.Atribuyenretrospectivamente su aprendizaje almaestro cuya paciencia aprendie-ron a admirar. Pero esos mismos adultos se preocuparan por la salud mental deun nio que corriera a casa a contarles qu han aprendido de cada uno de sus pro-fesores. Las escuelas crean trabajos para maestros de escuela, independientementede lo que aprendan de ellos sus alumnos.

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    3. Asistencia a jornada completa. Cada mes veo una nueva lista de propuestasque hace alAID10 alguna industria estadounidense, sugirindole reemplazar los

    practicantes del aula latinoamericanos por unos disciplinados administradoresde sistemas o simplemente por la televisin. Pero, aunque el profesor sea una

    maestra primaria o un equipo de tipos con delantales blancos, y ya sea que logrenensear la materiaindicada en elcatlogo ofracasen en el intento,elmaestroprofesional crea un entorno sagrado. La incertidumbre acerca del futuro de laenseanza profesional pone al aula en peligro. Si los educadores profesionales seespecializan enfomentarelaprendizaje, tendran que abandonarun sistema queexige entre 750 y 1.500 reuniones por ao. Pero naturalmente los profesores hacenmucho ms que eso. La sabidura institucional de la escuela dice a los padres, a losalumnos y a los educadores que el profesor, para que pueda ensear debe ejercersu autoridad en un recinto sagrado. Esto es vlido incluso para profesores cuyos

    alumnos pasan la mayor parte de su tiempo escolar en una aula sin muros.

    La escuela, por su naturaleza misma, tiende a reclamar la totalidad del tiempo

    y las energas de sus participantes. Esto a su vez hace del profesor un custodio,un predicador y un terapeuta.El maestro funda su autoridad sobre una pretensin diferente en cada uno de

    estos tres papeles. Elprofesor-como-custodioacta como maestro de ceremoniasque gua a sus alumnos a lo largo de un ritual dilatado y laberntico. Es rbitro delcumplimiento delas normasyadministralasintrincadasrbricas deiniciacina la vida. En el mejor de los casos, monta la escena para la adquisicin de unahabilidad como siempre han hecholos maestros de escuela.Sin hacerseilusionesacerca de producir ningn saber profundo, somete a sus alumnos a ciertas rutinasbsicas.

    Elprofesor-como-moralistareemplaza a los padres, aDios, al Estado.Adoctrinaalalumno acerca delo buenoy lo malo,no slo enla escuela,sino enla sociedaden general. Se presentain loco parentispara cada cual y asegura as que todos sesientan hijos del mismo Estado.

    Elprofesor-como-terapeutase siente autorizado ainmiscuirse enlavida privadade su alumno a fin de ayudarle a desarrollarse como persona. Cuando esta funcinla desempea un custodioypredicador,significa por lo comn que persuade alalumno a someterse a una domesticacin de su visin de la verdad y de su sentidode lo justo.

    La afirmacin de que una sociedad liberal puede basarse en la escuela moderna,es paradjica. Todaslas defensas delalibertadindividualquedan anuladas enlos tratos de un maestro de escuela con su alumno. Cuando el maestro funde

    10 Agency for InternationalDevelopment:Organismo delDepartamento de Estado de Estados Unidos,encargado de administrar la ayuda para pases subdesarrollados.(N. del T.)

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    en su persona las funciones de juez, idelogo y mdico, el estilo fundamentaldela sociedad es pervertido porelproceso mismo que debiera prepararparalavida. Un maestro que combine estos tres poderes contribuye mucho ms a ladeformacin del nio que las leyes que dictan su menor edad legal o econmica,

    o que restringen su libertad de reunin o de vivienda.Los maestros no sonen absoluto los nicos en ofrecer servicios teraputicos. Los

    psiquiatras, los consejeros vocacionales y laborales, y hasta los abogados, ayudan asus clientes a decidir,a desarrollarsus personalidadesya aprender.Pero elsentidocomn le dice al cliente que dichos profesionales deben abstenerse de imponersus opiniones sobrelo buenoy lo malo,o de obligara nadie a seguirsu consejo.Los maestros de escuelas y los curas son los nicos profesionales que se sientencon derecho para inmiscuirse en los asuntos privados de sus clientes al mismotiempo que predican a un pblico obligado. Los nios no estn protegidos ni por laPrimera nipor laQinta Enmienda11 cuando estnfrente a ese sacerdote secular,elprofesor.Elniotiene que enfrentarse con un hombre que usa unatriple corona

    invisible y que como la tiara papal, es el smbolo de la triple autoridad conjugada enuna persona.Para elnio,elmaestro pontifica como pastor,profetaysacerdotees a un mismo tiempo gua, maestro y administrador de un ritual sagrado.Conjuga las pretensiones de los papas medievales en una sociedad constituidabajo la garanta de que tales pretensiones no sern jams ejercidas conjuntamentepor una institucin establecida y obligatoria la Iglesia o el Estado.

    El definir a los nios como alumnos a jornada completa permite al profesorejercersobre sus personas una especie de poderque est mucho menoslimitadopor restricciones constitucionales o consuetudinarias que el poder detentadopor el guardin de otros enclaves sociales. La edad cronolgica de los nios lesdescalifica respecto de las salvaguardas que son de rutina para adultos situadosen un asilo moderno un manicomio, un monasterio o una crcel.

    Bajo la mirada autoritaria del maestro, varios rdenes de valor se derrumban enuno solo. Las distinciones entre moralidad, legalidad y valor personal se difuminanyeventualmente son eliminadas.Se hace sentircadatransgresin como un delitomltiple.Se cuenta con que eldelincuente sienta que ha quebrantado una norma,que se ha comportado de modo inmoral, y se ha abandonado. A un alumno queha conseguido hbilmente ayuda en una examen sele dice que es un delincuente,un corrompido y un mequetrefe.

    11 El autor se refiere a las Enmiendas a la Constitucin de los Estados Unidos (1971), que establecen,respectivamente: a) las libertades de religin, expresin, reunin y de ser odo para pedir justicia,y b) de no ser llamado a responder por delitos graves sin ser declarado reo, de no ser condenado

    dos veces a muerte por una misma causa, ni a testimoniar contra s mismo, de no ser privado de lalibertad o las propiedades sin un debido proceso legal, ni a ser expropiado sin justa compensacin.(N. del T.)

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    La asistencia a clases saca a los nios del mundo cotidiano de la cultural occi-dental y les sumerge en un ambiente mucho ms primitivo, mgico y mortalmenteserio. La escuela no podra crear un enclave como ste, dentro del cual se suspendefsicamente a los menores durante muchos aos sucesivos en las normas de la

    realidad ordinaria, a menos que encarcelara fsicamente a los menores durantemuchos aos sucesivos enterritorio sagrado. La norma de asistencia posibilitaque el aula sirva de tero mgico, del cual el nio es dado peridicamente a luzal terminar el da escolar y el ao escolar, hasta que es finalmente lanzado a lavida adulta. Ni la niez universalmente prolongada ni la atmsfera sofocantedel aula podran existir sin las escuelas. Sin embargo, las escuelas, como canalesobligatorios de aprendizaje, podran existir sin ninguna de ambas y ser ms re-presivas y destructivas que todo lo que hayamos podido conocer hasta la fecha.Para entender lo que significa desescolarizar la sociedad y no tan slo reformar elsistema educacional establecido, debemos concentrarnos ahora en el currculum

    oculto de la escolarizacin. No nos ocupamos en este caso, y directamente, del

    currculum oculto de las calles del gheo, que deja marcado al pobre, o con elcurrculum camuflado de saln, que beneficia al rico. Nos interesa ms bien llamarla atencin sobre el hecho de que el ceremonial o ritual de la escolarizacin mismaconstituye un currculum escondido de estetipo. Incluso elmejordelos maestrosno puede proteger del todo a sus alumnos contra l. Este currculum oculto de laescolarizacin aadeinevitablemente prejuicioyculpa ala discriminacin queuna sociedad practica contra algunos de sus miembros y realza el privilegio deotros con un nuevo ttulo con el cual tener en menos a la mayora. De modoigualmente inevitable, este currculum oculto sirve como ritual de iniciacin auna sociedad de consumo orientada hacia el crecimiento, tanto para ricos comopara pobres.

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    3. Ritualizacin del progreso

    El graduado en una universidad ha sido escolarizado para cumplir un servicio

    selectivo entre los ricos del mundo. Sean cuales fueren sus afirmaciones de soli-daridad con el Tercer Mundo, cada estadounidense que ha conseguido su ttulouniversitario hatenido una educacin que cuesta una cantidad cincoveces mayorque los ingresos medios de toda una vida de media humanidad. A un estudiantelatinoamericano se le introduce en esta exclusiva fraternidad acordndole para sueducacin un gasto por lo menos 350 veces mayor que el de sus conciudadanosde clase media. Salvo muy raras excepciones, el graduado universitario de unpas pobre se siente ms a gusto con sus colegas norteamericanos o europeos quecon sus compatriotas no escolarizados, y a todos los estudiantes se les sometea un proceso acadmico que les hace sentirse felices slo en compaa de otrosconsumidores de los productos de la mquina educativa.

    La universidad moderna confiere el privilegio de disentir a aquellos que han sidocomprobados y clasificados como fabricantes de dinero o detentadores de poderen potencia. A nadie se le conceden fondos provenientes de impuestos para quetengan as tiempo libre para autoeducarse o el derecho de educar a otros, a menosque al mismo tiempo puedan certificarse sus logros. Las escuelas eligen para cadanivel superior sucesivo a aquellos que en las primeras etapas del juego hayandemostrado serbuenosriesgos12 para elorden establecido.Al tenerun monopoliosobre los recursos para el aprendizaje y sobre la investidura de los papeles pordesempearenla sociedad, la universidadinvita a susfilas aldescubridor yaldisidente en potencia. Un grado siempre deja su indeleble marbete con el precio enel currculum de su consumidor. Los grandes universitarios diplomados encajan

    slo en un mundo que pone un marbete con el precio de sus cabezas dndoles aselpoderde definirelnivelde esperanzas en su sociedad.En cada pas,elmontoque consume el graduado universitario fija la pauta para todos los dems; si fuerangente civilizada con trabajo o cesantes habrn de aspirar al estilo de vida de losgraduados universitarios.

    De este modo, la universidad tiene por efecto el imponer normas de consumo

    en el trabajo o en elhogar, y lo hace entodo elmundoybajotodoslos sistemaspolticos. Cuanto menos graduados universitarios hay en un pas, tanto ms sirvende modelo para el resto dela poblacin susilustradas exigencias. La brecha entreel consumo de un graduado universitario y el de un ciudadano corriente es inclusoms ancha en Rusia, China yAlgeria que en los Estados Unidos. Los coches, los

    12 Buen riesgo: En el lenguaje de los aseguradores, el quetiene muy pocas oportunidades de concretarseen una prdida.(N. del T.)

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    viajes en avin y los manetfonos confieren una distincin ms notoria en unpas socialista en donde nicament