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Izando la bandera. La construcción de ciudadanía en los rituales escolares. Silvia Alucin UNR-CONICET Resumen: La problemática que abordamos en el presente trabajo es la construcción de ciudadanía en la educación media, a través de las experiencias ritualizadas. Centramos el análisis en el rito de entrada de una escuela, momento donde se iza la bandera. Nuestro propósito es elaborar una definición etnográfica de la ceremonia, teniendo en cuenta la mirada de los distintos participantes. De esta manera, las particularidades del caso estudiado nos permiten explorar el poder citacional del lenguaje y de la acción, el cual habilita la repetición de palabras o actos en citas que pueden re-significar los sentidos originales. Palabras claves: educación, ciudadanía, ritual, performatividad Abstrac: The problematic we address in this paper is the construction of citizenship in High School education, through the ritual experiences. We focus the analysis on the rite of entrance into the school building, momento in at which the flag is hoisted. Our purpose is to develop an ethnographic definition of the ceremony, taking into account the view of those involved. This way, the particularities of the case study allows us to explore the citational power of language and action, which enables the repetition of words or actions, in quotations that can return to mean the original meaning. Key words: education, citizenship, ritual, performativity Introducción En las siguientes páginas nos dedicaremos a problematizar la construcción de ciudadanía en la escuela secundaria, un proceso que tiene lugar en las clases, en los pasillos, en la convivencia, en los diálogos y también en los rituales escolares, en esta oportunidad focalizamos el análisis en el rito de entrada de una escuela, momento donde se iza la bandera. La peculiaridad del mismo está dada por el contexto particular del establecimiento educativo, emplazado en una zona periférica de la ciudad y por la dinámica propia que ha ido tomando.

Izando La Bandera

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ritual, antropología

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  • Izando la bandera. La construccin de ciudadana en los rituales escolares.

    Silvia Alucin UNR-CONICET

    Resumen: La problemtica que abordamos en el presente trabajo es la construccin de ciudadana en la educacin media, a travs de las experiencias ritualizadas. Centramos el anlisis en el rito de entrada de una escuela, momento donde se iza la bandera. Nuestro propsito es elaborar una definicin etnogrfica de la ceremonia, teniendo en cuenta la mirada de los distintos participantes. De esta manera, las particularidades del caso estudiado nos permiten explorar el poder citacional del lenguaje y de la accin, el cual habilita la repeticin de palabras o actos en citas que pueden re-significar los sentidos originales. Palabras claves: educacin, ciudadana, ritual, performatividad

    Abstrac: The problematic we address in this paper is the construction of citizenship in High School education, through the ritual experiences. We focus the analysis on the rite of entrance into the school building, momento in at which the flag is hoisted. Our purpose is to develop an ethnographic definition of the ceremony, taking into account the view of those involved. This way, the particularities of the case study allows us to explore the citational power of language and action, which enables the repetition of words or actions, in quotations that can return to mean the original meaning.

    Key words: education, citizenship, ritual, performativity

    Introduccin

    En las siguientes pginas nos dedicaremos a problematizar la construccin de ciudadana en la escuela secundaria, un proceso que tiene lugar en las clases, en los pasillos, en la convivencia, en los dilogos y tambin en los rituales escolares, en esta oportunidad focalizamos el anlisis en el rito de entrada de una escuela, momento donde se iza la bandera. La peculiaridad del mismo est dada por el contexto particular del establecimiento educativo, emplazado en una zona perifrica de la ciudad y por la dinmica propia que ha ido tomando.

  • A modo de introduccin, realizaremos primero una revisin de los estudios del ritual en la antropologa, para poder situarnos dentro de esa trama terica. Pasaremos luego a historizar el ritual que nos proponemos analizar. Finalmente, nos adentraremos en el estudio del mismo, tomando en cuenta las significaciones otorgadas por los participantes, buscando en este sentido una definicin etnogrfica, la cual intentaremos iluminar con las herramientas tomadas de la antropologa de los rituales y de las teoras de lo performativo.

    Los rituales en la mirada antropolgica

    El ritual ha sido un objeto de estudio privilegiado del campo antropolgico, distintas son las formas en las que ha sido pensado, definido y utilizado. En los albores de la disciplina era asociado a la liturgia sagrada, posteriormente la mirada se ampli a los rituales seculares (Moore y Myerhoff, 1977), los mismos cobran importancia a partir del siglo XVII, en la etapa de conformacin de los Estados Nacionales en Europa, proceso que comienza en nuestras tierras en el siglo XIX, donde el sistema ritual en el cual se inserta la ceremonia que investigamos tiene un papel sumamente importante.

    Siguiendo a Blzquez (2000) ubicamos las teoras del ritual en tres tipos de lecturas: semntica, sintctica y pragmtica. En la primera debemos marcar dos lneas, una desarrollada por la vertiente simbolista y otra por la intelectualista. Dentro del enfoque simbolista podemos ubicar al pensamiento de Durkheim (1858-1917), en su teora encontramos una subordinacin del rito a la creencia, aunque tambin se vislumbra una interrelacin entre ambas. En otras latitudes y en un tiempo anterior, Robertson Smith (1856-1894) tambin diferenciaba mito y rito, pero otorgando mayor importancia al ritual, considerndolo fuente de las creencias (Leach, 1979). Su discpulo Frazer (1854-1941), recorriendo un camino diferente, defina a los mitos como creaciones del hombre primitivo enfrentado a un medio ambiente que deba explicar por medio de las representaciones y dominar a travs de la magia. Podramos inscribir a dicho autor, junto a Tylor, en la perspectiva intelectualista, a partir de la cual se explica el origen de las creencias buscando fundamentos psicolgicos y no sociolgicos. Intelectualistas y simbolistas convergen y se bifurcan en el anlisis semntico del ritual, los primeros ven a la religin como una teora del mundo, mientras que los segundos la ven como una forma de representar el mundo, en lo que coinciden es en el reconocimiento de la no literalidad de las representaciones. (Blzquez, 2000) Otros

  • referentes pertenecientes a la lnea simbolista son Mauss, Radcliffe-Brown, Pritchard, junto a autores ms contemporneos como Turner y Geertz.

    Desde un posicionamiento diferente, Levi Stauss aborda el ritual como un lenguaje donde se expresan simblicamente las estructuras inconcientes, por eso su bsqueda estaba orientada a la estructura y no al significado, debido a lo cual se queda entremedio del anlisis sintctico y el anlisis simbolista.

    Pasando a la lectura sintctica encontramos a Van Gennep, el mayor exponente terico de la misma, quien en vez de abocarse al estudio de los contenidos del ritual pos su mirada en la forma, investigando la estructura de los mismos elabor su definicin de ritos de iniciacin o ritos de pasaje. (Leach, 1979)

    Por ltimo, en la lectura pragmtica inscribimos a Malinowski, Tambiah y Taussing, desde esta perspectiva el foco est puesto en los usos del ritual, donde cobra importancia el anlisis de la fuerza que tienen las palabras para crear la realidad. (Blzquez, 2000) Haciendo este breve recorrido por la historia de los estudios del ritual nos topamos con tres dicotomas en las que han cado muchas teoras, reiteradamente se ha escindido el mito del rito, el decir del hacer y la forma del contenido, a su vez encontramos que las mismas han sido discutidas y superadas en distintos trabajos. Ser a partir de tericos como Bourdieu, Geertz y Turner que el ritual dejar de ser pensado slo como representacin, pasando a constituir, en la mirada antropolgica, un espacio donde se crea y recrea la sociedad (Blzquez, 1997). Respecto a la separacin entre el decir y el hacer, es ya en las investigaciones acerca del poder mgico de las palabras escritas por Malinowski donde hallamos la superacin de la escisin entre la comunicacin verbal y no verbal. Tambiah (1985) contina con este legado buscando la explicacin del poder de las palabras en la teora de Austin1, pero a diferencia de Malinowski, para quien las palabras traan los efectos esperados, reconocer que la eficacia no est garantizada, a pesar de lo cual no se anula el carcter performativo de un enunciado. Desde su enfoque, el ritual es performativo por tres razones: porque se puede definir en el sentido austiniano del trmino, en el cual decir algo es tambin hacer algo, porque se realiza a travs de distintos medios estticos y porque los participantes pueden inferir del mismo valores indiciales, en la acepcin proveniente de la semitica de Pierce.2

    Tambin es en la obra de Tambiah (1985) y en el anlisis de los dramas sociales de Turner (1974) donde hallamos un camino para disolver otra dicotoma, ya que los

  • autores nos invitan a pensar que la forma es a su vez contenido y que ste se hace presente de determinada forma, uniendo as poltica y potica. Inscribindonos en la perspectiva donde se diluyen estas dicotomas, definimos al ritual como un evento formalizado, esteriotipado, repetitivo, conocido y compartido socialmente, a travs del cual se comunican mensajes, se transmiten valores y se construye lo social. Creemos que el mismo debe ser estudiado en trminos etnogrficos (Leach, 1979; Tambiah, 1985; Peirano, 2002) por eso cada definicin deber ser relativa y contextual.

    Izar la bandera: historia de un ritual

    La costumbre de izar la bandera, en nuestro pas, se establece en 1910, ao del centenario, poca en la que se buscaba la exaltacin de los sentimientos patriticos en las escuelas. Desde entonces se multiplicaron las efemrides escolares y se realiz la nacionalizacin de los contenidos de la enseanza. Ramos Meja estaba a cargo del Consejo Nacional de Educacin en aquel tiempo y fue el impulsor de dichas estrategias (Blzquez, 2010). La homogeneizacin compulsiva y el disciplinamiento bajo un modelo militarizado, caracterstico del normalismo3, ya se haba impuesto en nuestro pas en el siglo XIX, etapa de formacin del Estado argentino, que para legitimarse as mismo debi inventar una Nacin, la cual se instal a travs de diversos ejercicios de violencia performativa (Blzquez, 2010), produciendo as la naturalizacin de ese arbitrario cultural (Bourdieu, 1970). El sistema educativo tuvo un papel privilegiado en tal proceso, contribuyendo a la formacin de una religin cvica, en la que se rindiera culto a la Nacin.

    Siguiendo lo que hemos desarrollado, el ritual de izamiento de la bandera podra ser incluido en lo que Blzquez ha denominado performances patriticas, acciones que generan materializaciones del Estado y la transformacin de ste en un fetiche en torno al cual se (re)crean, imaginan y experimentan una comunidad poltica y los sujetos que la viven (2010: 5). Este rito es uno de los dispositivos que se usaron y se usan para formar a los ciudadanos argentinos. Sin embargo, las maneras de apelar a la identidad nacional y las formas de educar al ciudadano dentro de las escuelas tienen sus continuidades y transformaciones en la historia de las polticas educativas.

  • El sistema educativo argentino, segn los requerimientos estatales de cada poca, ha dedicado todo su instrumental pedaggico, disciplinario y ritual a la formacin del ciudadano. Afortunadamente, las escuelas no se han movido slo al ritmo reproduccionista, sino tambin, a un comps marcado por prcticas de resistencia, introducidas en los intersticios institucionales. stas han constituido grandes aportes a la transformacin de la educacin, muchos de esos cambios se han dado repitiendo viejas formas, manteniendo antiguas rutinas, pero con nuevos sentidos. Poniendo nfasis en la perspectiva histrica, Amuchstegui (2008) realiza una genealoga de los ritos escolares de culto a la bandera, en la Argentina, donde analiza los distintos matices que han ido adquiriendo los rituales cvicos en la escuela pblica y la vinculacin de ello con los cambios polticos. Siguiendo el recorrido histrico que delinea la autora encontramos que durante el periodo colonial se iniciaban las jornadas con un rezo colectivo, a mediados de 1880, etapa de formacin del sistema educativo estatal, se suprime la enseanza religiosa y por ende dicha prctica, la cual fue sustituida por el ritual de culto diario a la bandera. ste en los comienzos del siglo XX estaba caracterizado por una dinmica militarizada, observable en los movimientos corporales, en la disposicin de alumnos y docentes en el espacio, en la estructura rgida de la ceremonia. Segn el anlisis de la autora, la utilizacin de las formas militarizadas guarda relacin con la cultura poltica arraigada en los primeros aos de ruptura con el rgimen colonial.

    En la dcada del treinta, donde se da el primer golpe de estado, la construccin de un nacionalismo dedicado a homogeneizar la diversidad cultural dio lugar a un nacionalismo que enfrentaba el peligro encarnado en el comunismo. Con este fin se reforz el respeto por los emblemas nacionales dentro del sistema educativo, se reglament la versin oficial del Himno Nacional para las escuelas y se estableci el Da de la Escarapela y el de la Bandera. Aos ms tarde, el peronismo se identific con la Nacin, ya que en la Nueva Argentina, la Nacin era la Patria y la Patria era

    peronista, razn por la cual se le otorg gran importancia a la bandera como smbolo. Cambios importantes en la dinmica ritual se producen tambin a partir de la sucesin de golpes de estado (1943, 1955, 1962, 1966, 1976), pero sobre todo en los gobiernos de facto que se instalaron a partir de los ltimos, donde la tradicin castrense atraves a los rituales escolares desde lo esttico-corporal hasta lo ideolgico, reforzando as sentimientos nacionalistas. A travs del patriotismo se pretenda cimentar la disciplina social, ya que el amor a la patria -supuestamente- actuaba como freno para los impulsos

  • antisociales de los ciudadanos. De esta manera, a la intencin de unificacin nacional, presente en los rituales escolares de homenaje a la bandera, se sumaba la bsqueda de obediencia y subordinacin (Demko, 2006)4. En los ltimos aos la idea metafsica oficial de la Patria fue desapareciendo de la escuela. Durante la primera etapa democrtica post dictadura, comenzaron a producirse innovaciones impulsadas por los propios docentes en la liturgia escolar. Esta tendencia continu creciendo y es en la cual se insertan las resignificaciones del ritual de izamiento de la bandera construidas por profesores y estudiantes que nos proponemos analizar en el caso estudiado.

    La construccin de ciudadana en el ritual

    El ritual que analizaremos es el izamiento de la bandera argentina en la entrada de una escuela secundaria. La misma comparte el edificio con una institucin de nivel primario, est ubicada en el barrio Tablada5, en el distrito sur de la ciudad de Rosario. Se ha abierto en el ao 2009, con el impulso generado por la Ley Nacional de Educacin y la obligatoriedad del secundario, desde ese momento se incorpor una nueva directora, pero muchos de los profesores del ltimo ciclo del EGB, que hace aos trabajaban en el lugar, pasaron a la planta docente de la escuela media. Como muchas de las instituciones inauguradas en estos aos, en nuestra provincia, tiene algunas falencias estructurales, todava no hay cargos para vice-director y faltan preceptores. Asimismo, en el establecimiento funciona un comedor al que asisten alumnos de la primaria y de la secundaria, una conquista conseguida gracias a la participacin de padres, profesores y alumnos. El contexto que rodea al establecimiento se encuentra atravesado por la pobreza y habitado por una dinmica de violencia que se ha instalado en los ltimos aos. En esta cotidianidad, todos los das a las ocho de la maana, los chicos entran a la escuela, se ubican en el pasillo, sin formar filas y miran al patio. Para izar la bandera ambas escuelas se turnan, siempre pasan dos estudiantes, generalmente los nios de la primaria participan sin problemas, en cambio cuando es el turno de la secundaria es necesario que el preceptor o los docentes obliguen a los alumnos. Durante el izamiento suena la cancin de Aurora, pero la mayora de los estudiantes de la secundaria no cantan. Previo al comienzo de la ceremonia se ha implementado la iniciativa de pasar msica, con la

  • intencin de hacer ms amena la maana, la convocatoria para traer discos est abierta para todos. Este ritual se realiza con una esttica muy diferente a la que tena en los inicios del siglo XX, o incluso a la que contemporneamente hemos podido observar en otros colegios, se ha perdido el clima de solemnidad y rigidez. Siguiendo la lnea de anlisis elaborada por Tambiah (1985) planteamos que la forma hace al contenido, ambas estn imbricadas en la esttica del ritual, la cual no es casual ni tampoco inocente, sino que tiene -en este caso- vinculacin con una poltica, con una determinada cultura institucional6. Ya que en el ritual se ve reflejado el proyecto poltico pedaggico que se est intentado construir en la escuela7. El cierre de la ceremonia lo realizan los directivos, en la primaria el saludo a los nios marca el final y los habilita para que pasen a sus salones, mientras que la directora de la secundaria acostumbra a dar un discurso. Todas las maanas llena el pasillo con su voz, transmitiendo distintos mensajes de claro contenido poltico, donde invita a los estudiantes a construir una escuela democrtica, a combatir la violencia en el barrio, a luchar por un pas mejor. Consideramos que la ceremonia realizada en esta institucin educativa es una conducta restaurada (Schechner, 2000), una performance que se repite hace ms de un siglo. Lo que observamos es una cita (entre tantas otras posibles) de un ritual que se realiza con el objetivo de construir al ciudadano argentino, cuyo origen se dio dentro del plan de homogeneizacin y negacin de las culturas de inmigrantes e indgenas, sostenido por un proyecto oligrquico que reservaba la participacin poltica a unos pocos. Sin embargo, a pesar de continuar manteniendo como objetivo la formacin del ciudadano, la intencin parece ser muy distinta a la de otros tiempos u otras escuelas. Segn las palabras de la directora y de los docentes el propsito es formar un ciudadano crtico y participativo (Registro N 4, 07/05/2010). Sirvindonos de los postulados de Austin (1970) y Tambiah (1985), planteamos que el ritual analizado tiene una dimensin performativa, ya que en el mismo se materializa aquello que se nombra: los ciudadanos argentinos, o al menos, la intencin de su formacin. La escolarizacin nos hace argentinos, tal sera el efecto ilocucionario de la ceremonia, pero en este ritual particular se buscan tambin efectos perlocucionarios, pues se pretende formar a un ciudadano con ciertas caractersticas en su accionar.

  • Retomando la teora de la performatividad elaborada por Butler (2002, 2004) encontramos en la repeticin la posibilidad de creacin, la posibilidad de transformacin, la posibilidad de agenciamiento, la posibilidad de hacer algo distinto haciendo lo mismo. Porque el habla puede ser devuelta al hablante de una forma diferente, que puede citarse contra sus propsitos originales y producir una inversin de sus efectos (Butler, 2004:35). Para construir su teora, la autora realiza una lectura derrideana de la obra de Austin. Segn ste los enunciados performativos requieren, para ser eficaces, que se produzcan en un contexto institucional preciso y que sean enunciados por la persona autorizada. Derrida (1989) va a disentir con esto, porque desde su perspectiva los actos performativos son esencialmente repetibles, citables por cualquiera y en cualquier situacin. Butler retoma el concepto central de la teora derrideana, la iterabilidad, definida como la repeticin que trae consigo la alteridad8. A partir de dicho enfoque, ningn contexto puede saturar o agotar al signo, el cual puede ser citado en distintas situaciones, repeticin que incluir siempre una diferencia. El ritual que analizamos tiene una historicidad que lo excede y posibilita su enunciacin, lo cual no impide que pueda ser citado con otro propsito, puesto que el lenguaje no se ve restringido ni por su hablante especfico ni por su contexto originario (Butler, 2004:71), en el mismo se encuentra la posibilidad de subversin, ya que es en el espacio iterativo donde aparece la fuerza del enunciado. En la escuela se iza la bandera de la misma forma que se viene realizando hace ms de un siglo, pero la liturgia que rodea a este acontecimiento se ha ido modificando, el caso analizado es un ejemplo de las muchas resignificaciones que son posibles. El ritual se efecta invocando una formula, a travs de la cual se construye a los ciudadanos argentinos, sin embargo, como seala Butler (2004), invocar una formula no es lo mismo que seguir una regla, por eso las convenciones se mantienen

    transformndose. Ahora bien, la eficacia de un acto performativo no slo se da en el momento de su enunciacin, sino tambin en un tiempo diferido, donde se pueden analizar efectos perlocucionarios que se derivan del acto de enunciacin. En el caso estudiado, el ritual no hace hacer a los jvenes lo que la escuela busca, a pesar de los persuasivos discursos de la directora los chicos no se organizan en centros de estudiantes, no hacen asambleas y continan reproduciendo en la escuela los cdigos de violencia que operan en el barrio. Sin embargo, consideramos que el tiempo de intervencin todava no se puede

  • medir, ya que los efectos se pueden generar en un tiempo an ms diferido. De todas maneras, aunque tal vez no sean las esperadas, hay respuestas, las mismas oscilan entre la apata y la parodia. Teniendo en cuenta la variedad de formas de participacin que se dan en la ceremonia y considerando que los actos rituales deben interpretarse en el contexto de las creencias, ya que significan lo que los actores dicen que significan (Leach, 1979:387) consideramos necesario ampliar el espectro del anlisis. En este ritual los actores que intervienen ocupan distintas posiciones, entonces, distintas son tambin las significaciones otorgadas al mismo. De acuerdo a lo observado y a las entrevistas realizadas podemos decir que la directora y los docentes interpretan el ritual como una instancia educativa, en la que, acorde al proyecto institucional, persiguen la construccin de un ciudadano crtico y participativo, donde intentan abrir un espacio de dilogo, ya que muchas veces en los discursos la directora o los profesores piden la opinin de los alumnos. Desde la perspectiva de los estudiantes, recogida en diferentes charlas con ellos y en una encuesta realizada por los docentes, la ceremonia es una obligacin que provoca hasto, a la que responden con pose de desinters o haciendo burlas. La inercia y el aburrimiento con el que participan son producto de una falta de identificacin con el ritual, con la bandera, una reaccin de rebelda ante lo que les impone el mundo adulto. La actitud de los jvenes es una consecuencia de la interpretacin que realizan del ritual y es (deseado o no) el efecto que genera en los mismos. La resistencia a izar la bandera, a cantar las estrofas de aurora o entonar la versin burlesca de la misma, pueden ser pensadas como rituales de resistencia (Mc Laren, 1995), que a su vez, inauguran nuevas convenciones, que se repiten en diferentes escuelas, en distintas pocas. En la cotidianidad escolar hemos podido observar conductas que aparecen como consecuencia de lo que sucede en estos rituales matutinos. Hay una broma que surge en forma reiterada, la directora es tambin profesora de ciencias polticas, cuando entra al aula para dar clases los chicos suelen pararse y aplauden, gritando ahora va hablar la presidenta Mnica (aplausos), por ms becas para diciembre (aplausos), por la pensin por hijo (aplausos), por las jubilaciones (aplausos) (Registro N12, 28/09/2010). Las veces que hemos presenciado esta situacin pudimos observar que ella establece una suerte de complicidad con su risa, sabe que la cargan porque habla mucho, sabe que la comparan con la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner y tal cosa no le parece descabellada, ni tampoco insultante, puede decodificar la broma porque la identifica

  • como una cita (desplazada, segn Derrida) de su discurso. El lenguaje utilizado por los estudiantes es citacional porque emula y recrea la situacin del discurso de la directora, aunque lo haga en un contexto diferente. Porque es justamente en la ruptura de la enunciacin con los contextos establecidos donde se encuentra la fuerza iterativa, la cual hace posible la re-significacin del discurso en el giro pardico (Derrida, 1989; Butler, 2004). Entonces, el ritual vuelve a ser citado por los estudiantes como broma, basndose en una lectura que han podido realizar previamente. Tal como expresamos con anterioridad, en todo ritual se encuentran presentes valores indiciales (Tambiah, 1985), esta burla da cuenta de una asociacin que los chicos han podido realizar al inferir los mismos de los contenidos y de la forma del discurso de la directora, donde encuentran una lnea poltica que asocian al kirchnerismo, enunciada con un tipo de retrica que ligan a los discursos de funcionarios polticos, tono que imitan cuando hacen esta parodia.

    Como hemos desarrollado, los significados otorgados al ritual son diferentes, pero entre ellos podemos armar un prisma desde el cual refractar una imagen del mismo. La lectura que realizamos de esa imagen esta permeada por la teora retomada, que su vez se reconfigura en un movimiento de vaivn con el material etnogrfico.

    ltimas reflexiones

    Los rituales encarnan en fragmento, aspectos estructurales de la sociedad, a travs de stos se resuelven conflictos (Turner, 1974) y se trasmiten valores. Los mismos son eventos fuertemente pautados por la costumbre, se mantienen a travs de los tiempos y de las generaciones porque se repiten, pero en dicha repeticin se puede abrir un espacio iterativo, entre lo prescripto y la experiencia, dando lugar as a la transformacin, evidenciando el poder citacional del lenguaje y de la accin.

    La ceremonia que analizamos data de principios del siglo XX, surgi en el marco de un plan de homogeneizacin de la poblacin, a travs del cual se impuso una identidad nacional inventada, el mismo era sostenido por un proyecto oligrquico, donde se reservaba la participacin a unos pocos. Siendo citado en contra de este contexto, el rito que analizamos, va adquiriendo una esttica propia que traiciona a la original. As el lugar central que ocupaba la bandera es desplazado al momento del discurso, una prctica que va tomando mayor protagonismo con la llegada de la actual directora. Dentro de dicha dinmica el izamiento termina siendo una rutina que se repite

  • sin mucho sentido, o mejor dicho, con otros sentidos que son creados y recreados por docentes y directivos, pero tambin por los estudiantes, que construyen sus significados, ya sea con su resistencia a participar, expresando desinters o haciendo bromas. En este juego, el ritual pasa a formar parte de una cadena de citas y vuelve a ser citado por los alumnos en forma de parodia. En el pasado y en el presente las escuelas han apelado a esta tradicin cvica reforzando la intencin ideolgica original, reproduciendo el orden establecido. Aunque tambin, en ciertos casos como el presentado aqu, lejos de mantenerse puro, fiel as mismo, el ritual cambia y puede llegar a subvertir, en ese itinerario, los efectos buscados. Al igual que la educacin, este ritual produce, reproduce o transforma a los sujetos (Blzquez, 1997), por eso es performativo. El mismo acta como vehculo de ideas y valores polticos, a travs de los cuales se forma y educa a los ciudadanos argentinos, aunque la ciudadana y la argentinidad, como toda construccin histrica, vayan adquiriendo diferentes sentidos.

    Notas

    1 Austin (1970) distingue dos tipos de enunciados, los descriptivos y los realizativos

    (performativos). Estos ltimos pueden ser locucionarios, ilocucionarios o perlocucionarios, los primeros son los que dicen, los segundos son los que al decir algo hacen y los terceros son los que producen efectos como una consecuencia del decir algo; el efecto ilocucionario se da en el mismo acto de habla, mientras que el perlocucionario es una consecuencia del acto, que se da en un tiempo diferido del mismo. 2 En la semitica de Pierce (1974) los signos pueden ser iconos, cuando la relacin con el

    objeto que representan es de semejanza, indices cuando guardan una relacin de contigidad con respecto a la realidad, o smbolos, cuando la relacin con el objeto es convencional. A su vez, esta semiosis se multiplica dando lugar a distintas combinaciones. 3 Se ha denominado de esta manera a un modelo de enseanza-aprendizaje dentro de la

    pedagoga, desde el cual se configur el perfil del maestro ideal que debera formarse en las Escuelas Normales Nacionales, cuyas caractersticas eran: la disciplina, la moral, el higienismo y la femeneizacin de la docencia. 4 Al igual que en las prcticas rituales, los cambios polticos impactaron en la currcula. La

    primer asignatura dedicada a explcitamente a la formacin del ciudadano fue la Instruccin Cvica, implementada desde 1874. Durante la primera gestin de Pern se cre la asignatura Cultura Ciudadana, de acuerdo al segundo Plan Quinquenal de 1953, sta reemplaz a la anterior. En 1956, la materia pasa a llamarse Educacin democrtica, ya en la segunda gestin peronista se implementa la asignatura Estudios de la Realidad Social Argentina, en 1976 Formacin cvica y finalmente en la dcada del 90 se implement Formacin tica y Ciudadana, vigente hasta nuestros das. Estos cambios implicaron, profundas transformaciones de contenidos, mtodos y objetivos, asociados a los diferentes proyectos polticos. (Bottarini, 2007)

  • 5 El nombre oficial del barrio es General San Martn, pero es conocido popularmente como

    Tablada. Su origen est asociado a la instalacin del Matadero Pblico en 1876. Las Tabladas eran justamente los sitios en donde se instalaban los corrales de madera para ubicar el ganado que provena del rea rural circundante, hasta el momento de ser enviado al Matadero para su sacrificio, de all toma su nombre el lugar. Se trata de un barrio de obreros e inmigrantes, su fisonoma actualmente combina casas de material y en algunas zonas viviendas de chapa. 6 La cultura institucional es aquella cualidad relativamente estable que resulta de las polticas

    que afectan a esa institucin y de las prcticas de los miembros del establecimiento. Es el modo en que ambas son percibidas por estos ltimos, dando un marco de referencia para la comprensin de las situaciones cotidianas, orientando e influenciando las decisiones y actividades de todos aquellos que actan en ella. (Frigerio, 1991:35) 7 A continuacin citamos algunos de los objetivos del Proyecto Educativo Institucional:

    1)Promover en la nueva escuela secundaria la construccin una cultura del cuidado, en un sentido integral-con uno mismo, con el otro, con el ambiente-naturaleza, con los espacios escolares-y pblicos- donde se tengan en cuenta los aspectos intelectuales y emocionales, buscando superar la visin racionalista y positivista de la educacin, tendiendo a una educacin dialgica, participativa, solidaria y emancipatoria. 2) Promover la participacin de los jvenes, como herramienta bsica para formar ciudadanos sensibles, comprometidos con el Bien Comn, responsables consigo mismo, con su propia educacin y con la transformacin de su entorno, adquiriendo conocimientos significativos y hbitos de mejora y compromiso en forma permanente. En la construccin de la identidad institucional los diferentes actores, pero particularmente los jvenes sern convocados al protagonismo y a asumir responsabilidades gradualmente. Aprendiendo a valorar los logros y trabajando da a da para superar las problemticas que los afectan -comenzando por las que presenta la escolaridad-, con la gua y orientacin de los equipos docentes y tutores-acadmicos y facilitadotes. 3) Construir el concepto de legalidad comenzando por el armado y puesta en prctica de los acuerdos de convivencia, como as tambin de las normas legales y constitucionales que ordenan la vida en un Estado democrtico- de Derecho- y republicano. Proceso que permitir junto a los objetivos anteriores ir superando la cultura de la anomia, de la impunidad, de las formas de violencia de diferentes signos que caracterizan el contexto barrial. Objetivo ambicioso, utpico, que esperamos enfrentar como un desafo institucional trabajando en red con otros actores sociales y gubernamentales (). 8 Para que sea conservado el signo debe ser repetido y en dicha repeticin se va transformando,

    entonces todo signo es diferente y diferido al mismo tiempo, Derrida intenta dar cuenta de este proceso con su concepto diffranca, neologismo que incluye la nocin de diferente y diferido a la vez.

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