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La actualidad contra el periodismo Los periodistas ya no controlan la agenda cotidiana, ni eligen los contenidos, ni jerarquizan la información Rafael de Mendizábal “El secreto profesional no debe ser regulado” Televisión Las amenazas de los informativos NÚM. 9, ENERO DE 2007 | 6

La actualidad contra el periodismo - Cuadernos de … · JUNTA DIRECTIVA DE LA A.P.M. ... El otro miembro del Comité de Quejas y Deontología es la entre- ... no debe ser regulado”

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La actualidad contra el periodismoLos periodistas ya no controlan la agenda cotidiana,

ni eligen los contenidos, ni jerarquizan la información

Rafael de Mendizábal“El secreto profesional no debe ser regulado”

TelevisiónLas amenazas de los informativos

NÚM. 9, ENERO DE 2007 | 6€

�Director: Fernando González Urbaneja. Director adjunto: Julio Alonso. Consejo de Redacción: Guillermo Altares, Miguel Ángel Bastenier,

Montserrat Domínguez, Miguel Ángel García-Juez, Teodoro González Ballesteros, Carlos González Reigosa, Enric Juliana, Gumersindo Lafuente, María Rey, Felipe Sahagún, Gregorio Salvador, Juan Varela y Miguel Veyrat.

EDITA: DELEGACIÓN DE PUBLICACIONES DE LA A.P.M.Presidente: Miguel Ángel García-Juez. Vocales: Jorge del Corral, Fernando Ónega, Félix Madero y Carlos González Reigosa.

JUNTA DIRECTIVA DE LA A.P.M.Presidente: Fernando González Urbaneja. Vicepresidente 1º: Jorge del Corral y Díez del Corral. Vicepresidenta 2ª: Marisa Ciriza Coscolín.

Secretario general: José María Lorente Toribio. Tesorero: Luis Serrano Altimiras. Vocales: Nativel Preciado,Fernando Ónega López, María Jesús Chao Álvarez Sierra, Teresa Pérez Alfageme, Bernardino M. Hernando, Jesús Álvarez Cervantes,

Carmen del Riego de Lucas, Nemesio Rodríguez López, Esther Malagón García, Miguel Ángel García-Juez, María Rosa Penedo Jiménez,Pedro Luis Blasco Solana, Francisco Javier Olave Lusarreta y Diego Caballo Ardila.

REVISTA DE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE MADRID

Juan Bravo, 6. 28006 Madrid. � 91 585 00 10. www.apmadrid.es [email protected]

© 2007, APM. Imprime: TGA, SA. Depósito legal: M-33.814-2004

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—5

7 JULIO ALONSO

La profesión ha de ir siempre por dentro

10 MARISA CIRIZA

Rafael de Mendizábal Allende: “El secreto profesional no debe ser regulado”

19 CARLOS G. REIGOSA

La actualidad contra el periodismo

29 PEDRO RODRÍGUEZ

Secretos incómodos

37 ANXON LAMELA

El caso Berlingske: libertad de expresión y secretos de Estado

51 ALFREDO TRIVIÑO

Organic media

58 ÁLEX GRIJELMO

Efe: un éxito que viene de lejos

SUMARIO

GLO

WIM

AG

ES, G

ETTY

IMA

GES

6—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Sumario

64 JUAN PEDRO VALENTÍN

Las amenazas de los informativos de televisión

70 JOSÉ ALBERTO GARCÍA AVILÉS E IRENE BERNAL

Inmigrantes en televisión: una imagen sesgada

76 ALMUDENA SÁNCHEZ CAMACHO

La depuración de prensa en el franquismo

85 TEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

Tribunales. La valoración económica de los derechos de la personalidad: nuevo conflicto entre el Supremo y el Constitucional

93 JOSU MEZO

Buena prensa. ¿Cuál era la pregunta?

105 ARSENIO ESCOLAR

Letras de cambio. Escriben con los pies y además los tienensucios

107 IGNACIO G. IGLESIAS Y DAVID GARCÍA

Libros

116 VALENTÍN FERNÁNDEZ

Tendencias

�–La APM respeta la libertad de expresión de los colaboradores y articulistas, pero no comparte necesariamente sus opiniones.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—7

JULIO ALONSO

E ste número de Cuadernos loabren dos de los nuevos miem-bros del Comité de Quejas yDeontología de la FAPE. Uno,

en calidad de entrevistado, es Rafaelde Mendizábal, quien ha sido magis-trado del Tribunal Constitucional,presidente de Sala del Tribunal Su-premo, presidente de la Audiencia Na-cional, juez ad hoc del Tribunal Euro-peo de Derechos Humanos, directorgeneral de Justicia, subsecretario deEducación y Ciencia, y también deJusticia. El otro miembro del Comitéde Quejas y Deontología es la entre-vistadora: Marisa Ciriza, vicepresiden-ta segunda de la APM.

De lo que hablaron ambos desta-co las siguientes ideas: la prensa deMadrid está muy politizada; en Espa-ña, la libertad de expresión es una ins-

titución inmadura, como todas las de-más; las resoluciones judiciales no esque puedan ser criticadas, es que lodeben ser, de hecho están sometidasa recurso, y esto significa una críticacontinua; el secreto profesional no de-be ser regulado; introducir piezas in-termedias entre el juez y el ciudada-no, sean corporativas o instituciona-les, no es una buena solución; si laprensa del corazón se extralimita hayque establecer indemnizaciones im-portantes, según la audiencia, pero noal periodista sino a la empresa, quees la que busca la ganancia; lo quehay que exigir al periodista es el re-quisito de la comprobación…

Los artículos que siguen a la en-trevista abordan, desde diferentes án-gulos, los dos grandes desafíos del pe-riodismo moderno: las dificultades

CARTA A LOS LECTORES

La profesión ha de irsiempre por dentroLos periodistas han de adaptarse a las nuevas tecnologías y a los nuevos soportes, abrirse a la participación ciudadana, pero sin olvidar los valores y prácticas del oficio. Lo cual incluye la defensa a ultranza de la libertad de expresión.

8—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Carta a los lectores

en el ejercicio profesional y los ata-ques a la libertad de expresión.

Carlos G. Reigosa mantiene que la‘actualidad’ está precocinada por ga-binetes de prensa y direcciones de co-municación, de manera que es impo-sible saber lo que ocurre y, por tan-to, poder contarlo. Pero no se detie-ne en el diagnóstico. Propone recupe-rar los valores y prácticas del oficio–en los que incluye la cualidad de “no-tario-avalador de acontecimientoscomprobados, de fuentes identifica-das, de razones conocidas, de recons-trucciones independientes”–, y aten-der la agenda informativa desde el in-terés general de los lectores.

En el caso de la televisión, un me-dio básicamente de entretenimiento,con un público gregario, no activo co-mo lo es el de la prensa escrita, la si-tuación de los periodistas es aún másdescorazonadora. Así lo ve Juan PedroValentín, cuyo artículo concluye conestas palabras: “Si hacemos de la in-formación un espectáculo, los perio-distas pasamos a ser prescindibles yganarán terreno todos aquellos quese sepan mover bien en la sátira, laexageración y el humor, profesionesdel todo respetables pero que no tie-nen demasiado que ver con el ejerci-cio del periodismo”.

Los informativos de televisión sonobjeto de crítica, concretamente ensu tratamiento del fenómeno de lainmigración, en un artículo de JoséAlberto García Avilés e Irene Bernal,profesores los dos en la Universidad

Miguel Hernández de Elche. Segúnellos, las televisiones están ofrecien-do una información sesgada, caracte-rizada por la dramatización y la fal-ta de contextualización, con lo quese ha creado “una fisonomía de ‘in-migrante ilegal’ asociada a la violen-cia y al delito, que sirve de justifican-te para leyes cada vez más restricti-vas en relación con la seguridad ciu-dadana”.

En relación a los ataques a la li-bertad de expresión, este número in-cluye dos interesantes artículos. Pe-dro Rodríguez, corresponsal de Abcen Estados Unidos, retoma con nue-vos datos un asunto al que Cuadernosha dedicado especial atención: el con-flicto entre la Administración Bush yla prensa estadounidense, encabeza-da por The New York Times (para ilus-trar esta primacía, Pedro Rodríguezrecuerda una afirmación que se atri-buye a Henry Kissinger, según la cualsecreto es aquello que uno nunca que-rría ver publicado en la primera delTimes neoyorquino).

En la misma línea, Anxo Lamela,corresponsal de Efe en Copenhague,disecciona dos casos protagonizadospor la prensa danesa: la conocida cri-sis de las caricaturas (de Mahoma), derepercusión mundial, y el llamado ca-so ‘Berlingske’, que sentó en el banqui-llo a tres redactores de este periódi-co, el Berlingske Tidende, por difundirinformes secretos de los servicios deinteligencia sobre la guerra de Iraq.Su absolución (la sentencia sostiene

que actuaron en “justificada defensadel interés común”) crea un impor-tante precedente, que es de esperarinfluya en la actitud de los gobiernoseuropeos.

El contrapunto en este sentido loofrece un estudio sobre la depuraciónde prensa durante el franquismo, delque es autora Almudena Sánchez Ca-macho, investigadora del CSIC.

Hay también dos artículos entu-siastas. Uno lo ha escrito el presiden-te de la Agencia Efe, Álex Grijelmo,quien al hilo de los buenos resultadoseconómicos obtenidos traza una bre-ve historia de la agencia y concluyeque el éxito presente viene de lejos. Elotro lo firma Alfredo Triviño, un jo-ven periodista español a quien RupertMurdoch ha confiado el rediseño delbicentenario Times londinense.

Triviño escribe de “ruptura con lasconvenciones”, de “nuevos pactos delectura”, de “una generación que des-conoce el mundo sin internet, los vi-deojuegos o la telefonía móvil, y queestá acomodada en una narrativaeminentemente visual”.

Todas estas aportaciones, que vandel pesimismo al entusiasmo, no ha-cen sino reafirmarme en una convic-ción: el futuro no excluye el pasado.Los periodistas han de adaptarse a lasnuevas tecnologías y a los nuevos so-portes, abrirse a la participación ciu-dadana, pero sin olvidar los valores yprácticas del oficio. Lo cual incluyela defensa a ultranza de la libertadde expresión. �

Emilia Pardo Bazán,periodista de hoyEdición, estudio y notas, Carlos Dorado;142 páginas.

Textos, hasta la fecha

prácticamente desconocidos,

de una de las primeras mujeres

comprometidas con el oficio

periodístico en un mundo

entonces hostil para dicha

causa.

10—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

MARISA CIRIZA

Doctor en Derecho por la Uni-versidad Central de Madridy licenciado en Ciencias Po-líticas y Sociología por la

Complutense, Rafael de Mendizábalha ocupado importantes cargos deresponsabilidad en la Administraciónde Justicia: magistrado del TribunalConstitucional, presidente de sala delTribunal Supremo y presidente de laAudiencia Nacional, entre otros. Acos-tumbrado a poner orden, parece sen-tir, sin embargo, una especial simpa-tía por una profesión tan ingoberna-ble como el periodismo. Habla conpasión de la libertad de expresión co-

mo la libertad más absoluta. Se mues-tra benévolo con el periodista y durocon la empresa, a la hora del delito.Y frente a los que piensan en nuevoscontroles frente a los abusos de losmedios de comunicación, insiste enque cuando hay una libertad, sólo eljuez puede medirla y pesarla.

En su despacho actual como De-fensor del Cliente de la Mutua Madri-leña, se muestra interesado en la nue-va colaboración que le ha pedido laFAPE para velar por los derechos delos ciudadanos como usuarios de losmedios de comunicación. Y recuerdasu proximidad con nuestra profesión,

RAFAEL DE MENDIZÁBAL ALLENDE

“El secreto profesional no debe ser regulado”Rafael de Mendizábal, que lo ha sido todo en la carrera judicial,se ha incorporado a la Comisión de Quejas y Deontología de laFederación de Asociaciones de Periodistas de España. En estaentrevista —realizada por otro de los nuevos miembros de laComisión, Marisa Ciriza, vicepresidenta segunda de la Asociaciónde la Prensa de Madrid—, el veterano magistrado no creenecesarios nuevos controles frente a los abusos de la prensa.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—11

no en vano su padre, Federico de Men-dizábal, funcionario de Hacienda, fueuno de los primeros periodistas concarné.

—¿Por qué ha aceptado participarcomo miembro de la Comisión deQuejas y Deontología de la Federa-ción de Asociaciones de la Prensa?

—Una razón, porque me lo ha pe-dido una persona que sé que me apre-cia y ha dado muestra de ello, Anto-nio Fontán, que es el presidente de laComisión. Otra razón, porque uno delos temas fundamentales de la demo-cracia es la libertad de expresión, y

otro es la independencia judicial, dostemas que están interrelacionados yque a mí me han apasionado. Es co-mo la cuadratura del círculo. Cómose cuadra la independencia y la liber-tad es algo que no es sólo pasión mía,los magistrados del Tribunal Supre-mo de los Estados Unidos tambiénhan estado siempre obsesionados conel mismo tema. Desde que se produ-jo el fenómeno histórico de la Tran-sición, en el cual yo tuve ocasión decolaborar muy activamente, por au-téntica convicción, y por convicciónno ideológica sino humana, profun-da, siempre he colaborado en toda

12—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Entrevista: Rafael de Mendizábal

clase de reuniones, seminarios y jor-nadas sobre estos temas.

—La libertad de expresión es la ba-se de la democracia, pero ¿no da laimpresión de estar siempre en cri-sis?

—La democracia era una idea queandaba por ahí, era una nebulosa quese había ido condensando en el sigloXVIII sobre todo en Francia, pero co-mo los Estados Unidos son un país prag-mático al que no le gustan las ideassi no sirven para ponerlas en prácti-ca, se dotaron de la primera Consti-tución del mundo que todavía está vi-gente, que no ha tenido ni un sologolpe de Estado ni un pronuncia-miento jamás. Y el primer derechoque se introdujo fue el de la libertadde expresión. La libertad de expresiónen la enmienda primera, es la liber-tad más absoluta, el Congreso no po-drá legislar. ¡No podrá legislar! No esque tendrá que atenerse a, es que nopodrá legislar sobre la free speech, lalibertad de palabra como se decía enaquella época. Hasta tal punto es es-to verdad que desde 1800, cuando losEstados Unidos se estaban haciendo,llegó allí de cónsul general Valentínde Foronda, un español de Vitoria, unhombre ilustrado, y escribió unos pa-peles que luego se han editado en losque destaca, al margen de muchosméritos de su sistema judicial, la li-bertad ilimitada de la prensa.

—¿Debe haber algún contrapoder

frente a esa libertad casi ilimitadade la prensa?

—Lo que hay que lograr es que laprensa cumpla las leyes como cual-quier otro ciudadano. El límite de laprensa debe de ser la responsabilidad,la responsabilidad penal, la respon-sabilidad civil, igual que cualquierotro ciudadano. Nosotros hemos op-tado por fortalecer la responsabilidadcivil a costa de la responsabilidad pe-nal, pero la responsabilidad penal de-be existir y, naturalmente, todo lo quepueda ser difamación debe ser obje-to de delito tipificado de una mane-ra o de otra, pero exclusivamente so-metidos al juez penal, al contrapesojudicial.

—¿Cuál es su relación con los mediosde comunicación, lee la prensa, oyela radio, ve la televisión?

—A mí me gustan más las noticiasleídas en la prensa, yo siempre he di-cho que una palabra vale más que milimágenes. Aunque veo los telediariospara estar continuamente al día, encambio, oigo poco la radio aunquefui muy aficionado a ella. Para ente-rarme leo los periódicos porque megustan no sólo las noticias, sino todolo demás. Todo lo que es opinión, por-que claro, en el periódico se mezclanla libertad de expresión y el derechoa informar, o el mío a recibir infor-mación.

—¿Cuántos periódicos lee diaria-mente?

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—13

—Antes, curiosamente, cuando es-taba en activo y tenía una vida másdinámica, compraba cuatro o cincoperiódicos diarios, luego lo dejé paralos fines de semana. Compro un pe-riódico diario que no voy a decir cuáles, porque eso es como decir que vasa misa o que vas a una logia, te clasi-fican, te pinchan como a una mari-posa. Y el sábado y el domingo com-pro todos y como esos días se esme-

ran más pues, en realidad, no hacemucha falta comprarlos todos los díasde la semana.

—¿Cómo ve los contenidos, le inte-resa el discurso público que recogenlos medios?

—Bueno, a mí me gusta mucho latelevisión, no me parece una caja ton-ta, me parece tonta cuando la hacenlos tontos pero cuando la hace gente

“La Comisión de Que-jas tiene, a mi juicio,una clara naturalezaarbitral, si bien lasnormas que aplica ypor las cuales vela nosean jurídicas, sinopautas de comporta-miento profesional o,en otras palabras, aquellas que con-forman la ética del periodismo, en-tendida como un consenso básicocomprometido con una concretaposición dentro del legítimo plu-ralismo, como dijo ya el TribunalConstitucional en su Sentencia62/1982, por lo que su raíz está lamayor parte de las veces en valo-res y principios constitucionales.

A la Comisión le correspondeponderar los conflictos entre la li-bertad de expresión y el derecho aofrecer y recibir información fide-digna y otros derechos fundamen-tales colindantes como los que pro-

tegen el honor o bue-na fama, la intimi-dad personal y fami-liar o la propia ima-gen.

En definitiva, ofre-ce la Comisión unavía razonable de au-tocomposición con

función preventiva, soslayando elcauce judicial y, por ello, su com-posición parece correcta y adecua-da a dos vertientes, la periodísticay la jurídica. Esta última justificami presencia en ella; aunque, porotra parte, yo sea en el fondo demi corazón un periodista frustra-do. El éxito o el fracaso de su ac-tuación estará en función de dosfactores, la actitud positiva –nun-ca prepotente– de los destinatariosy el acuerdo de nuestras resolucio-nes, cuya fuerza intrínseca les do-te de auctoritas. La fuerza de la ra-zón es su único apoyo.”

La Comisión de

Quejas protege la

ética profesional

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��� Entrevista: Rafael de Mendizábal

inteligente la veo con mucho interés.Hay una gran diferencia en los con-tenidos. Para mí, la prensa nuestra,actual, y lo digo como crítica, estámuy politizada. Incluso se lo dije amuy buenos periodistas que eran bue-nos amigos y de muy distintas ten-dencias. Les dije que parece mentiraque hombres como vosotros que vaisa pasar a la historia como excelentesescritores, estéis escribiendo tantascosas que no se van a poder recopi-lar y no van a tener ningún interés,porque la política diaria es una cosamuy interesante para determinadomomento. Estamos muy obsesiona-dos, sobre todo la prensa de Madrid.El madrileño está muy politizado, cla-ro que ya lo estaba antes y no me re-fiero a anteayer, sino a hace dos si-glos. Quizás porque Madrid ha sidola capital del imperio, y luego la ca-pital del país, ha estado siempre de-masiado cerca de la política y del po-der.

—¿Por qué, en España, los medios decomunicación son vistos, a menudo,como una institución inmadura?

—Aunque nosotros empezamos aexperimentar la democracia en 1812,ha sido siempre de una manera trau-mática. La libertad de expresión enEspaña es inmadura pero también loson las demás instituciones, no sólola libertad de expresión. Si nosotrostuviéramos una institución muy in-madura y todas las demás muy ma-duras no había problema porque las

demás le hacían madurar a gran ve-locidad. Lo que ocurre es que todasson inmaduras, tenemos muy pocaexperiencia de lo que es la democra-cia en auténtica libertad, porque enauténtica libertad, y sin falsear unápice la historia de España, sólo se havivido a partir de 1978 y no antes. Enla República, la primera duró sólo unaño, la segunda duró un poco más pe-ro no demasiado, estuvieron suspen-didas las garantías constitucionalestodos los días, absolutamente todos.

—Y ahora, ¿cómo va nuestra demo-cracia y el ejercicio de la libertad deexpresión?

—Ahora sí la estamos viviendo. El

“En auténtica libertad, y sin falsear un ápice la historia de España, sólo seha vivido a partir de 1978 y no antes”.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—15

pueblo va madurando y se ha produ-cido lo que yo siempre prediqué: elsecreto profesional no debe ser regu-lado, lo establece la Constitución yno debe ser regulado por ley, toda leylimita. Puede que haya dificultades,pero las dificultades se vencerán. Por-que hay un momento, en que comoel juez también se siente más a gus-to en democracia, el juez lo respetaabsolutamente. Y me gustaría saber,que alguien me ponga el ejemplo deun juez a día de hoy, y desde hacemuchos años, que no haya respetadoestrictamente el secreto profesional.Más que en Estados Unidos, dondeprecisamente, porque el juguete essuyo, hay a veces más fricciones en-tre la judicatura y la prensa, pero fric-ciones muy civilizadas.

—¿Por ejemplo?—Hay un caso, allí le llaman el ca-

so del siglo, el caso del asesinato deunas enfermeras en Chicago. El juezque iba a actuar dictó unas normasrestrictivas para la prensa y un perió-dico las recurrió, pero al mismo tiem-po que las recurría le envió al juezun ramo de flores a su casa, civiliza-damente.

—Habrá que poner de moda el ‘dí-gaselo con flores’ porque, entre no-sotros, algún juez está muy moles-to y dice sentirse presionado por laprensa...

—Es muy difícil que un juez, conalgo más de un año de experiencia,

se vea presionado por ningún perió-dico, a no ser que le amenacen condarle una paliza. Es decir, la prensatiene el deber de opinar y de opinaren contra si es necesario. La Consti-tución proclama precisamente, fren-te a experiencias históricas anteriores,que todas las sentencias, todas las re-soluciones judiciales pueden ser cri-ticadas. Yo digo que no sólo puedenser, sino que deben ser. Y aparte deeso, y fuera de la prensa estricta, lainstitución judicial es la instituciónque funciona en un ambiente de crí-tica más profundo, porque todas lasresoluciones judiciales están someti-das a recurso y el recurso significa unacrítica continua. El juez de primerainstancia está sometido a la Audien-cia; la Audiencia al Tribunal Supre-mo; el Supremo, incluso, al Constitu-cional.

—Como magistrado del TribunalConstitucional, usted inició en unaocasión la redacción de un voto par-ticular diciendo que le hubiera gus-tado “que las deliberaciones fueranpúblicas, e incluso radiadas y televi-sadas, para que el pueblo españolcontemplara el rigor con que se de-baten los asuntos y para evitar sim-plificaciones y tergiversaciones siem-pre arriesgadas a la hora de contarlo que ocurre en el Tribunal Cons-titucional.” ¿Lo dijo pensando enuna mayor transparencia judicial oera una crítica a la labor de los me-dios?

16—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Entrevista: Rafael de Mendizábal

—No, no, era una crítica por nues-tra parte. Lo decía porque es muy co-rriente, por ejemplo, en el TribunalSupremo de los Estados Unidos, la úl-tima deliberación se hace en público.

—¿Se encuentra cómodo al leer lainformación judicial en prensa?

—Sí, porque tengo los años y la ex-periencia suficientes para darmecuenta de que lo que debes exigir aun periodista es fidelidad a los he-chos. Luego, las opiniones o determi-nadas interpretaciones pueden o noser correctas, porque el periodista notiene por qué ser jurista. Es más, sifuera jurista probablemente no seríabueno. El periodista lo que tiene quedarte son los hechos y, en general, sedan con bastante fidelidad.

—¿Entonces, no es favorable a la es-pecialización de los periodistas, a quesean abogados quienes hagan infor-mación de tribunales, por ejemplo?

—No, yo creo que el periodista loque debe de ser es periodista. Puedeque en algún momento se dé que unjurista tenga dotes periodísticas, pe-ro los juristas tienden a ver los pro-blemas desde el punto de vista del in-terés jurídico, pero no desde el inte-rés social. La deformación profesio-nal es mala.

—¿Qué le parecen las dos nuevasnormativas anunciadas por el Go-bierno, la Ley General Audiovisual yla ley de Creación de un Consejo Es-

tatal de Medios Audiovisuales, paraacabar con el ‘todo vale’ en los pro-gramas del corazón?

—Cuando hay una libertad, el úni-co que puede medirla, pesarla, es eljuez. La introducción de una pieza in-termedia que puede ser corporativao institucional, a mí nunca me ha pa-recido bien. Eso no quiere decir quelos Consejos no puedan ser útiles, pe-ro en cuanto puedan ser una limita-ción de la libertad, no me pareceríanadecuados.

—Pero, lo cierto, es que algunos pro-gramas del corazón están pidiendoa gritos mayor contención…

“Si la prensa del corazónfunciona para atraer la audiencia y maneja los trapos limpios o suciossin permiso, hay que establecer una indemnización durapara la empresa”.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—17

—Sobre la prensa del corazón ten-go yo cierta experiencia profesionalporque he llevado más de un caso.Efectivamente, hay que poner frenopero hay que ponérselo como se po-ne en libertad y democracia: los jue-ces. Como abogado, yo predico antelos jueces y les digo ¡usted debe pro-tegerlo, usted debe protegerlo, usteddebe protegerlo! ¿Y cómo se protege?Pues se protege dando la razón al quela tiene y estableciendo indemniza-ciones importantes. Hay que estable-cer indemnizaciones punitivas, por-que las indemnizaciones se imponenen función de la audiencia. Si la pren-sa del corazón funciona para atraerla audiencia y maneja los trapos lim-pios o sucios sin permiso, hay que es-tablecer una indemnización dura pa-ra la empresa. Y, además, habría quedistinguir, yo dejaría sometida la res-ponsabilidad a la empresa que es laque busca la ganancia, y no al profe-sional del periodismo, en muchos ca-sos.

—Algunos creen que todo se arregla-ría con un periodista en la cárcel...

—No, no, meter a la gente en la cár-cel es un sistema muy burdo. Yo nocreo que sea necesaria la acción pe-nal. Cuando el Washington Post, que secargó a un presidente pero cuyas in-formaciones no tenían ni una dosisde amarillismo, exigía una compro-bación, y otra nueva comprobación,y otra comprobación, esto es la res-ponsabilidad. Salvo algún periodista

privilegiado, es la empresa la que ga-na dinero.

—En España hay periodistas propie-tarios

—Pues entonces hay que tratarloscomo propietarios

—Armonizar las Leyes de Difama-ción y Privacidad con las normas eu-ropeas sobre Derechos Humanos hallevado a Irlanda a proponer la in-troducción de un nuevo delito, “lapublicación de declaraciones grave-mente dañinas” que podría ser pe-nalizado con cárcel.

—Dicho así, sería un delito rarísi-mo y además muy peligroso, porqueel ‘gravemente dañinas’ es un concep-to jurídico indeterminado. La tipifi-cación penal debe de ser precisa. Nohay que convertir todo en delito. Con-viene que en un continente que quie-re unificarse, ciertas institucionesfundamentales tengan un régimenhomogéneo y en ellas están los jue-ces, y están los periodistas. Pero, enprincipio y en abstracto, la configu-ración de una conducta de un perio-dista, de un profesional, como delic-tiva, tiene que ser de una gravedadestricta. Por eso, yo más que la pena-lización de una información que pue-de ser inexacta era más partidario dela configuración del delito de difama-ción. El delito de difamación necesi-ta de una continuidad, una golondri-na no hace verano. El que se le esca-pe a uno una información podrá dar

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��� Entrevista: Rafael de Mendizábal

lugar a una indemnización, pero noes para meter a nadie en la cárcel, por-que en ese caso habría que meter enla cárcel a todo médico que tiene unolvido o a todo abogado al que se lepase un plazo y pierda un pleito.

—¿Tan difícil es legislar sobre difa-mación, intimidad y libertad de ex-presión?

—Yo creo que sí es difícil legislar,sí, porque hay muchos intereses mez-clados y las empresas tienen un granpoder y tienen un gran poder sobrequien va a legislar. Sobre mí no tie-ne poder ninguna cadena de televi-sión, ni ninguna empresa periodísti-ca, pero sobre los que van a legislarsí, porque dependen sus carreras. Co-mo dijo una vez un periodista refi-riéndose a un juez que era reacio ala difamación: “Mira, nosotros hicimoscon fulano lo que es ahora fulano,que ande con cuidado porque pode-mos hacer lo contrario”. La pluma tie-ne un gran poder. Y no sólo tiene po-der porque está refrendada o respal-dada por la fuerza del Estado, sino tam-bién por sí misma y puede crear unareputación, tanto buena como mala.

—¿Libertad contra la prensa, enton-ces?

—El Tribunal Constitucional, alque yo he pertenecido, y los demástribunales deben exigir el requisito dela comprobación, de la diligencia quese suele decir. Yo conozco más de unainformación sobre mí, y además equi-

vocada, que se ha hecho sin consul-tarme, eso no es diligencia. ¿Por quéno recurrí yo en su momento? Puesporque pertenecía a una instituciónque regulaba, que era la última pala-bra en libertad de expresión y no qui-se meterla en ese tinglado, en ese con-flicto. Las instituciones quedan, los hom-bres vamos pasando y bueno, puedessufrir un arañazo y seguir viviendofeliz aunque te moleste en ese mo-mento. Hay que tener mucho cuida-do también con la teoría del reporta-je neutral, achacar a una persona he-chos infamantes cogiéndolos, entrecomillas, de otros sitios, eso no es se-rio. �

“Los tribunales deben exigir el requisito de la comprobación, de la diligencia que se suele decir”.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—19

CARLOS G. REIGOSA

S i yo dijese que eso que llama-mos la actualidad informativaes el duro paredón ante el quecae fusilado cada día el verda-

dero periodismo, seguro que muchosme descalificarían como autor de undespropósito o un exabrupto de másque dudoso gusto, ni siquiera salva-ble por la vía metafórico-simbólica. Encambio, si me limito a decir que laactualidad se ha convertido en unatupida malla que nos impide ver –alos periodistas y a todos los ciudada-nos– la realidad sobre la que se debe-ría informar, quizá todo suene me-nos belicoso y más políticamente co-rrecto, sin provocar innecesarios re-

chazos de partida. Y, por supuesto,creo que nadie considerará excesivaa estas alturas la aseveración –que noes mía sino del académico FranciscoRodríguez Adrados– de que vivimosen un ambiente presentista, en el quese desprecia el ayer –el conocimien-to de nuestra propia historia– y sólotiene valor el presente. (Como el pro-pio Rodríguez Adrados escribió, “mu-chos ya no saben diferenciar a Alejan-do Magno de Carlomagno, no sabenqué es la Revolución Francesa, ni si-quiera saben quién es Franco”). Inten-taremos movernos con templanza en-tre las afirmaciones más comúnmen-te aceptadas para avanzar en estas re-

La actualidad contra el periodismoLos periodistas ya no controlan la agenda cotidiana, ni eligen los contenidos, ni jerarquizan la información. Hoy la informaciónestá ‘precocinada’ por gabinetes de prensa y direcciones de comunicación. Para que esa ‘actualidad’ no esté contra el periodismo, el informador-periodista ha de recuperar los valores y prácticas de su oficio y atender la agenda informativa desde el interés general de sus lectores.

Carlos G. Reigosa es director de Publicaciones, Análisis y Estilo de la Agencia Efe.

20—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� La actualidad contra el periodismo

flexiones. Y veremos has-ta dónde nos llevan.

Lo cierto –lo iremosviendo en este texto– esque la ‘actualidad infor-mativa’ ya no nos deja verlo que ocurre. Ni nos lodeja ver ni nos lo permi-te contar. Porque la actua-lidad, concebida como elresultado diario de múl-tiples estrategias de co-municación urdidas en elseno de la sociedad, cre-ce en progresión geomé-trica, y a la misma veloci-dad se aleja de lo real (aveces sólo por la vía delenmascaramiento o eldisfraz). La misión de susprogramadores es hacer-nos creer que el señueloes la verdad y que detrás de él no seoculta nada. De este modo, la actua-lidad-señuelo nos ciega a satisfacción,es decir, nos impide ver y, lo que espeor, investigar y entender. El resul-tado es demoledor: los periodistas yano controlan la agenda cotidiana, nieligen los contenidos, ni jerarquizanla información. A esto se enfrenta elperiodismo de hoy. Este es su grandesafío. Y de momento no va ganan-do la partida.

Un periodista sale por la mañanade su casa y se enfrenta a un colosallistado de previsiones y convocatoriasinformativas que, de un modo defen-sivo –surgido sin duda de su propia

indefensión–, acepta eidentifica como la actua-lidad. Eso que tiene de-lante es lo mucho quehay –informativamentehablando– ese día. Sinembargo, todos sabemos–y ese periodista tambiénlo sabe– que está ante unadesmesurada oferta de in-formación ‘precocinada’por gabinetes de prensa ydirecciones de comunica-ción cuyo objetivo es laconquista de los espaciosmediáticos destinados ala actualidad. Y para con-seguir ocupar esos terri-torios periodísticos tie-nen que acertar antes acrear la información (ytambién el hecho infor-

mativo) que se va a convertir en ac-tualidad, es decir, que va a obtenerunos puestos relevantes en los me-dios. Es lo que primero vemos cadamañana en las previsiones del día co-mo surgido por generación espontá-nea de la realidad social, sin que re-flexionemos en que ha sido meticu-losamente premeditado y organizadopor alguien. ¡Pero lo ha sido! Esa ac-tualidad ha sido preparada antes enel laboratorio de comunicación per-tinente, en el que se ha estudiado lamejor forma de presentarla, el díamás conveniente, las ‘otras actualida-des’ con las que va a competir, etcé-tera. Si dejamos a un lado las pági-

La ‘actualidadinformativa’ ya nonos deja ver loque ocurre. Ni nos lo deja verni nos lo permitecontar.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—21

nas de sucesos, nos asombraría com-probar el altísimo porcentaje de in-formaciones que son hijas de esa la-boriosa ‘espontaneidad’.

Personalmente, me causa asombroel inmenso –y quizá desvergonzado–esfuerzo teorizador que catedráticosy expertos mediáticos están hacien-do para identificar periodismo y ac-tualidad, sin entrar en la evoluciónque cada uno de estos conceptos hasufrido en el pasado reciente y estásufriendo ahora. Sólo unos pocos lú-cidos pensadores parecen haber caí-do en la cuenta del abismo que se es-tá abriendo justamente debajo de esaunidad o fusión aparentes. Me refie-ro a Jean Bothorel, a Furio Colombo,a Gilles Lipovetsky, a Alain Minc, a JeanBaudrillard, a Alvin Toffler y a algu-nos más. Porque la realidad es que, amedida que la actualidad invade des-considerada y abusivamente los me-dios de comunicación, el periodismose debilita y retrocede, sumido en eldesconcierto y dañado; ese mismo ofi-cio que, según definiciones de anta-ño, tenía las responsabilidades socia-les de informar, formar y entretener,y que ahora ve claramente condicio-nadas y menoscabadas sus posibilida-des de ejercer esas funciones.

La situación es tan dramática –apesar de la conjura para no ver el dra-ma– que, hace ya 15 años, el brillan-te periodista francés Jean Bothorel sepreguntó en un apasionante ensayopublicado en la Revue des deux mondes:“¿Puede hoy, en Francia, un periodis-

ta ejercer su oficio?”. Y no tuvo el me-nor reparo en responder: “No”. Y aña-día: “Yo tengo el sentimiento de queel periodista ya no existe. Y en cuan-to a la opinión pública, es demasia-do poco consciente de la extraordina-ria degradación que afecta a este ofi-cio, y de las razones de esta degrada-ción”. ¿Por qué lo decía? Porque em-pezaba a ser consciente, desde unalucidez precoz, de la enorme ‘tran-substanciación’ que se estaba produ-ciendo en el periodismo francés y oc-cidental y que afectaba directa y per-niciosamente a su propio oficio. E in-sistía en lo de oficio, porque lo queestaba viendo era que la nueva deno-minación de ‘profesional de los me-dia’ ocultaba un significado distinto,por no decir –como él dice– casiopuesto, ubicado en las antípodas.

¿Qué había ocurrido? Entre otrascosas, que había llegado la televisión,con “la omnipresencia de la imagen”dictando su ley y creando lo que Fu-rio Colombo llamó “un Disneylandiade las noticias”, cada vez más lejos delperiodismo y más cerca del espectá-culo. Pero, sobre todo, lo que habíacambiado de un modo radical –res-pecto de los años sesenta y setentadel siglo pasado– era la propia nocióndel oficio. El periodista de la objeti-vidad y de la observación comprome-tida, reconocible por su voluntad deindependencia, por sus conviccionesprofundas y por su propia individua-lidad (a veces exacerbada), había sidorelevado por el profesional de la im-

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��� La actualidad contra el periodismo

parcialidad y la neutrali-dad que pretende contarlos hechos situándose(“privilegio de los dioses”,dijo Bothorel con revela-dora ironía) por encima delas informaciones que di-funden. Este cambio esen-cial en el rol del informa-dor llevó a muchos vete-ranos del oficio a hablarde “la muerte del perio-dista”. Y la prueba la en-contraban en que –comoescribió el propio Botho-rel– los medios de comu-nicación “ya no reclutanperiodistas, reclutan pro-fesionales”, es decir, téc-nicos de la ‘informaciónpura’, que ya no es másque una mercancía comocualquier otra. “A partir de lo cual”,sentenció Bothorel, “toda reflexión sevuelve inútil, ya que la informaciónse basta a sí misma”. Estaríamos, se-gún él, en la ideología de la tecnocra-cia, y el periodista ya no sería un tra-bajador intelectual que se indigna,desprecia o maldice; por el contrario,se habría convertido en un profesio-nal sereno, aséptico, pragmático, par-tidario del consenso y defensor de to-dos los conformismos dominantes.

¿Tanto han cambiado las cosas? Ysi han cambiado tanto, ¿por qué hasido? La realidad es que el cambioexiste (somos cambio) y tiene una ex-plicación simple y muy socorrida. El

periodismo vivía en el ex-trarradio de los grandesintereses sociales y era unaditamento de la propiarealidad. Eran los tiem-pos en que los banquerospresumían de no salirnunca en la prensa y al-gunos de ellos habíanprohibido facilitar fotossuyas a diarios o revistas(no ser noticia era unabuena noticia). Pero sonesos mismos tiempos losque han cambiado. Hoytodos quieren verse refle-jados en los medios de co-municación y, sobre todo,quieren ver las marcas desus productos encumbra-das en el capítulo de lasbuenas noticias. Con ello,

la comunicación corporativa se hacargado de valor y de reconocimien-to, hasta el punto de considerarse ya(según un estudio de IBM y Esade) unade las cuatro claves del éxito del di-rectivo del siglo XXI (las otras tres sonla innovación empresarial, la impor-tancia de las personas y el liderazgo).El periodismo abandonó el extrarra-dio y se trasladó al centro de la ciu-dad para convertirse en el eje de lavida pública. Del ‘no querer salir enlos medios’ se pasó al ‘estar en elloscomo sea, porque el que no está noexiste’. Y así abrió sus puertas el flo-reciente negocio de las prácticas co-municativas: en la política, las em-

Cuando lainformación seconvierte en unamercancía más,es inútil todareflexión, ya quela información sebasta a sí misma.

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��� La actualidad contra el periodismo

presas, los municipios, lamúsica, etc., porque na-da queda realmente fue-ra de su –supuesto o re-al– benéfico campo de ac-tuación. Son estos comu-nicadores los que de unmodo más claro se propo-nen incidir en la creaciónde la actualidad y en lacomposición de la agen-da del día. Basta con asis-tir a alguna de sus reu-niones para darse cuentade los múltiples concep-tos que manejan y cómobuscan la eficacia mediá-tica de sus campañas.Muy pronto, los mediosde comunicación empie-zan a sentir su aliento enel cogote y, al poco, llegael día en que su mensaje es la actua-lidad. Sin que el medio de comunica-ción que la difunde haya alterado –almenos aparentemente– su función so-cial, que es informar de lo relevante(o de lo que otros hábilmente han sa-bido convertir en relevante).

No se trata de juzgar el proceso,que no tiene nada de oculto o repro-chable, se trata sólo de describir la nue-va realidad resultante y reflexionarsobre ella. Imagínensela por un ins-tante. Miles de gabinetes de comuni-cación (propios de cada empresa o ex-ternos) se afanan en tejer día tras díauna red cada vez más tupida de ac-tualidades. Tan tupida que empieza

a opacar todo aquello queno se moviliza medianteestas nuevas técnicas.Hasta el punto de que laactualidad prefabricadaes la verdadera actuali-dad mediática, mientrasque una buena parte dela actualidad real simple-mente acaba por no seruna realidad informativa.Y en este trance estamos:con la actualidad (aque-lla de la que se nos infor-ma cada día) en una con-frontación-connivenciacon lo que queda del pe-riodismo tradicional, so-bre todo en el ámbito delos principios.

¿Es una guerra? Noexactamente. La función

del periodismo no ha cambiado, pe-ro sí que se ha alterado la forma enque comparece la actualidad ante elperiodista. Y en ese encuentro está laclave. Porque está claro que no guíanlos mismos intereses al profesionalde un gabinete de comunicación queal periodista de un medio. El prime-ro tiene como objetivo mejorar laimagen de su empresa y ayudarle abeneficiarse de una notoriedad posi-tiva que favorezca su posición en elmercado. El segundo se debe a los lec-tores, oyentes o televidentes y, comointermediario mediático que es, de-be ser un garante escrupuloso de laveracidad de la información que les

El escepticismo esuna virtudnecesaria y, aúnmás, irrenunciableen el mundomediático.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—25

ofrece. Hablan, pues, de lo mismo, pe-ro no necesariamente de la mismaforma. Por el contrario, ellos encar-nan, en el peldaño más primario ybásico, esa colaboración-pugna quepreside el proceso. La voracidad delprimero versus la vieja ética del oficiodel segundo.

Esta reflexión no parte de ningúnrecelo respecto de los comunicado-res. De haberlo, ese recelo sólo acre-ditaría la estupidez del que escribe es-tas líneas. Muy por el contrario, larealidad que vivimos –nos guste o no–es así porque es moderna y porque,siendo moderna, tiene que ser así. Eslo que hay, y quienes no están en es-ta fase se encuentran peor y menosdesarrollados que nosotros. Pero, di-cho esto –una afirmación casi tauto-lógica–, es cierto que el periodista tie-ne que rearmarse para revitalizar sucompromiso con la sociedad y no ha-cer dejación de sus propios principiosy responsabilidades sociales y deon-tológicos. Pensemos en el daño quele ha hecho al periodismo anglosajón–el mejor del mundo– la credulidadde sus periodistas entre los años 2001-2004 respecto de las causas de la gue-rra de Iraq. Acaba de reconocerlo eldirector de The New York Times, Bill Ke-ller, en una carta a sus lectores: “AlGobierno le gustaría que sólo publi-cáramos la línea oficial y algunos denuestros líderes tienden a ver cualquiercosa como peligrosa para los intere-ses nacionales. Sin embargo, nuestrotrabajo es precisamente publicar in-

formación si estamos convencidos deque es correcta y precisa. Nuestrosmayores fallos han sido los cometidospor no profundizar demasiado o porno informar plenamente”. Y señala-ba como culpable de la mala infor-mación que habían ofrecido la faltade escepticismo de sus periodistas.Porque el escepticismo –a diferenciadel pesimismo y del cinismo– es unavirtud necesaria y, aún más, irrenun-ciable en el mundo mediático.

Recuperar las señas de identidaddel periodismo, ¡he ahí la clave! Por-que el mal no está fuera del oficio,está dentro. Y aflora cuando el perio-dista no valora o no está a la alturade la libertad de prensa con que loha dotado su sociedad, cuando se des-liza irresponsablemente por los tobo-ganes del sensacionalismo, cuandoampara fuentes informativas contami-nadas de intereses espurios, cuandoconvierte en espectáculo –y frivoliza–una información, cuando contagiacon su opinión una noticia, cuandoda por probadas afirmaciones insufi-cientemente acreditadas de algunoscolegas, cuando supura o irriga pesi-mismo, cuando se somete a modas pa-sajeras prestándoles una atención queno merecen, cuando refuerza o am-para alarmas injustificadas y cuandocede a la complacencia de los políti-cos –siempre insaciables– en el podero en la oposición. En todos estos ca-sos, el periodista falla. En todos estoscasos, los vendedores –legítimos– deactualidades contaminadas de inte-

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��� La actualidad contra el periodismo

rés tienen el paso franco(o más franco de lo con-veniente, por más que seaya habitual). En estos ca-sos, la actualidad artifi-ciosa o manipulada triun-fa con más facilidad con-tra el verdadero periodis-mo.

¿Qué es necesario res-catar, entonces? Si le de-jásemos la palabra denuevo a Bothorel, no ten-dría la menor duda en surespuesta: “El periodistano es un mediador profe-sional, no es un testigoneutral y frío. Lo quierao no, el periodista es unobservador comprometi-do. Su lectura de la actua-lidad es tributaria de sutemperamento, de su educación, desu medio, de su pasado. Pero es unobservador comprometido que nocompromete a nadie más que a sí mis-mo, y es así como sus lectores debe-rían leerlo, y como sus oyentes debe-rían escucharlo. Es un agitador deideas, sí, pero situado en el poloopuesto del partidario”. Esto nos di-ría, porque él entiende justamenteque la ausencia de estas característi-cas es lo que hoy explica ‘la muertedel periodista’. Sin ese compromisoradical con el oficio y con la sociedad(y no sólo con los dueños de los me-dios) no es posible detener la pérdi-da de credibilidad y de autoridad de

los medios, como bien se-ñaló Furio Colombo.

¿Cómo se puede retor-nar al buen camino? JeanBothorel simplemente nolo cree posible, pero Fu-rio Colombo, quizá me-nos visceral y ofuscado,ha ofrecido una recetaque considera concluyen-te: la alternativa, para losprofesionales del perio-dismo, es recuperar el ele-vado espacio de notario-avalador de acontecimien-tos comprobados, de fuen-tes identificadas, de razo-nes conocidas, de recons-trucciones independien-tes. Sólo por este caminoes posible afrontar concriterio la avalancha de

actualidades prefabricadas y regene-rar el ejercicio del oficio y el rol delperiodista.

Todo esto está ocurriendo, por otraparte, en una nueva sociedad que Tof-fler llamó de “la tercera ola”, la cualestá impulsando una estructura demedios radicalmente distinta que am-plía sin cesar la capacidad de trans-misión y la interactividad, con inter-net multiplicando la diversidad defuentes y de pensamiento. Y no se ol-vide que la multiplicación de la di-versidad de fuentes y de pensamien-to es el mejor alimento de la demo-cracia. Por eso es tan importante quela red supere la fase de basurero in-

Es importante quela red supere lafase de basureroinformático paraconvertirse en elinstrumento fiabley resolutivo que debe ser.

formático para convertirse en el ins-trumento fiable y resolutivo que de-be ser.

El periodismo electrónico (y enparticular el ‘periodismo 3.0’ o par-ticipativo, impulsado por millonesde blogs o bitácoras en el mundo en-tero) también ha irrumpido en el ám-bito informativo, y está condicionan-do profundamente todo el sistema.La fase de los monopolios mediáti-cos del periodismo tradicional estáen una clara vía de superación. Yquienes primero se han dado cuen-ta de ello han sido los fabricantes dela actualidad. No en vano internet lespermite actuar, a la vez, como fuen-tes y como medios, sin desdeñar supotencial como terminales posme-diáticas o de consulta vis a vis. Sinembargo, una vez más –y a pesar detodos los cambios habidos y por ha-ber–, la misión social del periodismono ha cambiado. Se ha debilitado for-malmente por cierta falta de rigoren los nuevos medios, pero –en lamedida en que han aumentado lasexigencias de los consultantes– se es-tá produciendo una selección natu-ral que va poniendo a cada uno ensu lugar. Por lo cual, otra vez es ne-cesario volver la mirada hacia aquelperiodista de antes que sólo se casa-ba con sus principios y con sus lec-tores y que comprometía en ello suprestigio y su futuro personal y pro-fesional. El periodismo electrónico,en contra de lo que creen algunos re-celosos, está destinado a devolver y

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28—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� La actualidad contra el periodismo

ampliar espacios de liber-tad y de democracia quehabían sufrido peligro-sos repartos en el pasa-do. Su llegada, desafian-te y todavía desordenada,hará crujir la cuadernamaestra de las estructu-ras tradicionales y les ha-rá cambiar, pero no lasarrasará o destruirá (encontra de lo que vatici-nan flamígeros gurúsiluminados y apocalípti-cos, extraviados en algúnagujero negro de los nue-vos tiempos). No es, pues,que se vaya a dividir el es-pacio mediático entre to-dos, es que se va a multi-plicar porque en estoconsiste el sino de losnuevos tiempos.

Llegados a este punto es cuestiónde volver la mirada sobre los sutilesprocesos de creación de la actualidad,aunque sólo sea para afirmar quetambién ellos van a ver aumentadassus posibilidades mediáticas. Pero nonos equivoquemos: también la reali-dad-real va a ver aumentada su capa-cidad de abrirse paso y compareceren un espacio informativo creciente.¿Se resolverá la pseudoantinomia ‘ac-tualidad versus periodismo’? Seamosclaros: la única forma de que la ac-tualidad (esa que ya sabemos cómose fabrica hoy) no esté contra el pe-riodismo es que el informador-perio-

dista recupere los valoresy prácticas de su oficio yatienda la agenda infor-mativa desde el interésgeneral de sus lectores (ysin caer en la tentación–tan frecuente– de adue-ñarse de ella para mono-polizarla o establecerprioridades a capricho).A partir de ese momen-to, el ‘contra’ del títulode esta reflexión será fal-so. Y todos saldremos ga-nando. Es un momentoque sólo los pesimistas,los soberbios y los que seapuntan a todas las ce-gueras voluntarias no vis-lumbran en nuestro ho-rizonte mediático. El pe-riodismo se reconciliará

con la actualidad, la cual, a su vez,se armonizará y concordará cada vezmás con la realidad. Con las inevita-bles estridencias, claro. Y el verdade-ro periodismo, regenerándose, deja-rá de ser fusilado contra el paredónde las actualidades prefabricadas… apesar de que estas seguirán existien-do –y creciendo– como parte legíti-ma de la realidad. Porque en esto con-siste el mundo actual. Con la aparen-te contradicción de que sus mallas depresentismo serán a la vez más tupi-das y más transparentes, en un pul-so ininterrumpido e informativamen-te enriquecedor. Es la nueva dialécti-ca del juego mediático. �

El periodismoelectrónicocambiará las estructurastradicionales, perono las arrasará o las destruirá.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—29

PEDRO RODRÍGUEZ

AHenry Kissinger –personajeinevitable en algunas de lasmás legendarias batallas po-líticas, burocráticas, diplo-

máticas y periodísticas en Washing-ton– se le atribuye la definición deun secreto como aquello que unonunca quiere leer en la portada delNew York Times. A pesar de una mere-cida reputación de operar en una Ca-sa Blanca impermeabilizada contralas filtraciones indiscretas y de un po-co disimulado desdén hacia el llama-do Cuarto Poder, la AdministraciónBush se ha venido enfrentando a al-gunos de sus mayores escándalos pre-cisamente por la luz periodística arro-jada sobre algunas de las más contro-vertidas tácticas aplicadas desde el 11-S en la lucha contra el terrorismo.

Aunque no es novedad que el NewYork Times nunca ha sido el periódicofavorito de los conservadores en Esta-

dos Unidos, la ofensiva de frontalesataques y vitriólicos reproches plan-teada de un tiempo a esta parte porla Casa Blanca y sus aliados contra unode los principales diarios del mundoha servido para ilustrar con estriden-cia las tensiones cíclicas que generacompatibilizar la libertad de prensa,consagrada en la ejemplar primeraenmienda constitucional del giganteamericano, con delicadas cuestionesde seguridad nacional. Especialmen-te en un mundo globalizado con ame-nazas terroristas que parecen empe-ñadas en sacar del diccionario el con-cepto de ‘imposible’.

El gran casus belli para el últimoencontronazo entre los poderes eje-cutivo y periodístico en Estados Uni-dos ha sido la publicación de detallessobre un programa internacional de-dicado a vigilar y rastrear en secretolas transacciones financieras de sos-

Secretos incómodosLa Prensa de Estados Unidos, con el New York Times a la cabeza,se enfrenta a renovados dilemas a la hora de compatibilizar sus obligaciones informativas con el respeto a la seguridadnacional y las tácticas de un Gobierno que se considera en guerradesde la ofensiva terrorista del 11-S.

Pedro Rodríguez, periodista, es corresponsal del diario Abc en Estados Unidos.

30—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Secretos incómodos

pechosos de terrorismo vinculadoscon Al Qaeda. Aunque Los Angeles Ti-mes y el Wall Street Journal tambiénaportaron respectivamente sus pro-pios detalles sobre estas actividadesde espionaje bancario con acceso atransacciones financieras con un va-lor diario de 6 billones de dólares, lasiras de la Casa Blanca sehan concentrado con di-ferencia en lo publicadoel 22 de junio por el NewYork Times.

El presidente GeorgeW. Bush no dudó en cali-ficar estas filtraciones co-mo una vergüenza mien-tras que el vicepresiden-te Cheney ha cuestiona-do abiertamente los mé-ritos del legendario dia-rio con sede en la calle 43West de Manhattan parahacerse continuamenteacreedor de premios Pu-litzer. Algunos congresis-tas republicanos han so-licitado el enjuiciamien-to al New York Times en vir-tud del Acta de Espionaje de 1917 porponer en peligro la seguridad de Es-tados Unidos. Además de llegar a pe-dir a los servicios de inteligencia di-rigidos por John Negroponte un aná-lisis de los daños incurridos por es-tas informaciones.

El director del New York Times, BillKeller, ha atribuido esta peculiar e in-tensa tormenta de ataques –a la que

se han sumado con gusto algunos me-dios conservadores– al resentimientoacumulado desde que el diario divul-gó en diciembre del 2005 la existen-cia de un programa internacional deescuchas con ramificaciones extraju-diciales dentro de Estados Unidos. Aun-que Keller no ha dudado en reconocer

que existen preocupacioneslegítimas ante los espino-sos tiempos que corren, elresponsable de los conte-nidos del New York Timesha enfatizado que cuandollega la hora de tomar de-cisiones sobre noticias deeste tipo “siempre empie-zo con la premisa de quenuestro trabajo es publi-car información”.

La bronca desencade-nada ha llegado hasta talnivel que el director del Ti-mes publicó el 25 de juniouna inusual carta a los lec-tores explicando su deci-sión de sacar a la luz la his-toria sobre espionaje ban-cario a pesar de las adver-

tencias formuladas por altos cargos dela Administración Bush. Según Keller:“Los que inventaron nuestro país con-cibieron una prensa agresiva e inde-pendiente como medida protectoracontra los abusos de poder en una de-mocracia y como un ingrediente esen-cial del auto-gobierno. Rechazaron laidea de que es sabio o patriótico creer-se siempre lo que dice el presidente, o

Ofensivaconservadoracontra The NewYork Times.

rendir al ejecutivo importantes deci-siones sobre lo que se publica”.

A pesar de estos planteamientos,determinadas publicaciones conser-vadoras como National Review no handudado en editorializar que cada día“es más aparente que descontentos iz-quierdistas en los servicios de inteli-gencia y los cruzados anti-guerra enmedios de comunicación dominan-tes, unidos por su desdén hacia la Ad-ministración Bush, están minandonuestra habilidad de ganar la guerracontra el terror”. Además de insistiren que se debe identificar y procesaragresivamente a las fuentes guberna-mentales responsables de filtracionesque favorecen al enemigo en tiemposde guerra. Persecución en la que, a sujuicio, se debería hacer entender a losmedios que no son inmunes a estaspesquisas gracias al escudo de lasfuentes confidenciales.

El Weekly Standard, el semanarioopinativo del imperio Murdoch en Es-tados Unidos, ha llegado a declararcomo conclusión innegable que elNew York Times es una amenaza parala seguridad nacional de Estados Uni-dos. Denunciando que el celebre dia-rio se encuentra “tan borracho de supropio poder y es tan antagonista dela Administración Bush que exponecualquier clasificado programa anti-terrorista que encuentre, sin impor-tar su legalidad, el cuidado puesto pa-ra salvaguardar libertades civiles o lovital que sea para proteger vidas deestadounidenses”.

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32—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Secretos incómodos

En las antípodas, Robert G. Kaiser,director adjunto del Washington Post,ha apelado directamente a los lecto-res argumentando: “Usted puede ha-berse escandalizado por estas revela-ciones, o haberle dado igual, ¿perohubiera preferido no saberlo? Si unaguerra es librada en nombre de Esta-dos Unidos, ¿no deberíanentender los estadouni-denses como se está li-brando esa guerra?”. Kai-ser, que empezó a traba-jar en el Post en 1963, in-siste en que seguridad ysecretismo no son la mis-ma cosa.

Dentro de la intensahistoria de las relacionesentre la Casa Blanca y losmedios de comunicaciónde Estados Unidos, estosdilemas sobre seguridadnacional no son precisa-mente algo nuevo. El pre-sidente Kennedy, porejemplo, logró que el NewYork Times se callase la an-ticipada exclusiva de lainvasión de Bahía Cochinos. RichardNixon llegó a crear una unidad de‘fontaneros’ para erradicar perjudi-ciales filtraciones a la prensa. Y la Ad-ministración Reagan también pasópor el rito de amenazar con encausara periodistas que divulgasen trascen-dentales secretos oficiales.

Precisamente, el director del NewYork Times ha utilizado el caso de la

fallida invasión cubana de Bahía Co-chinos a su favor. Según Keller, “nues-tro trabajo es publicar informaciónsi estamos convencidos de que es pon-derada y precisa y algunos de nues-tros mayores fracasos se han produ-cido generalmente cuando no hemosescarbado lo suficiente o informado

por completo. Nuestro pe-riódico no aprovechó suconocimiento anticipadode la invasión de BahíaCochinos, y supuestamen-te el propio presidenteKennedy dijo que hubieradeseado que hubiésemospublicado lo que sabía-mos y quizá se hubiera evi-tado un fiasco”.

Con todo, en el caso delespionaje bancario lo queha llamado la atención esque la AdministraciónBush se haya concentradocon tanta ferocidad en unsolo medio, al que algu-nos comentaristas, conter-tulios, locutores y blogue-ros –por cierto, con mayo-

ritario respaldo popular, según las en-cuestas de opinión ad hoc– no han du-dado en desacreditar como una espe-cie de “combatiente ilegal” que actúaen beneficio de Al Qaeda. Sin que fal-ten comparaciones estridentes inclu-so con la conducta de Julius y EthelRosenberg, los espías ejecutados al co-mienzo de la Guerra Fría por pasardecisivos secretos nucleares a la

Seguridad ysecretismo no sonla misma cosa.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—33

Unión Soviética. Además de resucitar-se consignas de máxima discreción pa-triótica, como salidas directamentede la propaganda de la Segunda Gue-rra Mundial cuando se advertía quehablar más de la cuenta podía costarla vida de estadounidenses.

A juicio de figuras como WilliamBennett, ex secretario de Educacióncon la Administración Reagan y pesopesado del movimiento conservador,la situación ha llegado a alcanzar unnivel sin retorno en el que la prensaparece empeñada en negar al Gobier-no de Estados Unidos el necesario se-creto de vitales operaciones anti-te-rroristas. En contraste, para Lucy Dal-glish, directora ejecutiva del Comitéde Reporteros para la Libertad dePrensa, resulta casi ilusorio pensarque este tipo de informaciones ayu-den a los enemigos de Estados Uni-dos, ya que cualquier terrorista “ra-zonablemente listo” opera sabiendode antemano que sus transaccionesfinancieras o sus comunicaciones co-rren siempre el peligro de ser inter-ceptadas. De hecho, pocos días des-pués del 11 de septiembre del 2001,el presidente Bush prometió pública-mente un esfuerzo concertado contralas transacciones financieras de losterroristas.

Dentro de esta significativa discu-sión, Jonathan Turley, profesor de De-recho de la George Washington Uni-versity, ha argumentado que este con-flicto ilustra cómo los medios de co-municación han venido asumiendo el

papel de única salvaguardia contrapotenciales abusos de la Casa Blanca.Un contexto de tensiones acumula-das que se remontaría a noviembredel 2004 y la embarazosa exclusiva delWashington Post sobre la existencia deuna secreta red internacional de pri-siones extrajudiciales a cargo de laCIA. Y donde también figuran las crí-ticas de la Administración Bush antela obsesión por las ‘malas noticias’procedentes de Iraq exhibida por losmedios comunicación tras el derro-camiento de Sadam Husein.

En un nivel superior, el debateplanteado también se entrelaza conel monopolio político disfrutado enWashington por los republicanos has-ta las elecciones del pasado noviem-bre. Un control de las dos Cámarasdel Congreso que durante mandato ymedio del presidente Bush habría im-pedido al poder legislativo cumplircon sus obligaciones de fiscalización.Y que se habría visto extendido porel supuesto cheque en blanco otorga-do a la Administración Bush tras eltrauma del 11-S.

Como munición adicional para es-te visceral cruce de ataques, los defen-sores del New York Times han argumen-tado que la Administración Bush nose encuentra precisamente cualifica-da para dar lecciones a nadie sobreresponsabilidad o ética periodística.Al presentar un historial bastantecuestionable que incluye la disemina-ción doméstica de vídeos de propa-ganda oficial en forma de noticias; el

34—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Secretos incómodos

pago de dinero a ciertos columnistasestadounidenses para defender algu-nas de sus principales iniciativas le-gislativas; la incentivada publicaciónde historias favorables en la prensairaquí; e incluso la filtración de secre-tos oficiales en su beneficio comoapunta el dañino caso de la espía de-latada (saga detallada enel texto ‘La espía, el gurúelectoral y la periodista’publicado en el número 4de Cuadernos de Periodistas).

Ante el significativoprecio político provocadopor todas estas revelacio-nes periodísticas, el pre-sidente Bush ha intenta-do la estrategia de apelarpersonalmente a la auto-regulación de los periódi-cos más destacados. Y hallegado a celebrar en laCasa Blanca poco habi-tuales reuniones off the re-cord con la plana mayorde diarios como el Was-hington Post o el New YorkTimes para contener el es-crutinio sobre las más controvertidastácticas anti-terroristas aplicadas porsu Gobierno durante los últimos cin-co años.

Todas estas discretas apelacionesa la responsabilidad no han tenido éxi-to con una falta de sintonía que nodebería sorprender en el paradigmade relaciones entre periodistas y po-líticos consagrado en Estados Unidos

desde la saga de Watergate. Además deotros factores más recientes como lossentimientos de misión incumplidao incluso culpabilidad más o menosreconocida entre los grandes mediosestadounidenses por no haber escu-driñado y cuestionado mucho más elcamino seguido por la Administra-

ción Bush hasta llegar ala guerra de Iraq.

Dentro de esta conflic-tiva relación también ha-bría que incluir la mezclade desdén, indiferencia eincomodidad manifesta-da por la AdministraciónBush hacia la prensa, conun presidente que públi-camente ha manifestadono leer periódicos salvolas páginas de deportes.Sin olvidar, por supuesto,a un ex jefe de gabinetecomo Andrew Card queinsistía abiertamente enque los periodistas “no re-presentan más al públicoque otras personas ya queen nuestra democracia la

gente que representa al pueblo se hapresentado a una elección”. O el gu-rú electoral Karl Rove, de la opiniónde que el trabajo de los periodistas“no es necesariamente informar so-bre noticias sino conseguir un titularo una historia que haga que la gentepreste más atención a sus revistas,diarios o televisiones”.

Como parte de estos enfrenta-

Las relacionesinformativas conla cúpula de laAdministraciónBush han dejadosiempre bastanteque desear.

mientos, la Administración Bush tam-bién comparte el viejo reproche de losconservadores de Estados Unidos con-tra la prensa elitista. Críticas que in-sisten en colocar a los periodistas es-telares de Washington como parte deuna élite que por su nivel social y eco-nómico no tiene nada en común conla mayoría de los estadounidenses, in-cluida una querencia compartida ha-cia la izquierda en contraste con unasupuesta mayoría sociológica más es-corada hacia la derecha.

Por parte de la Casa Blanca, todosestos reparos se han traducido en unaestrategia de mantener la mayor dis-tancia posible con respecto a la pren-sa, percibida en círculos gubernamen-tales como un grupo de interés más.Aunque al mismo tiempo, la Admi-nistración Bush no ha renunciado aintentar controlar la agenda informa-tiva a su favor, experimentando conla conocida táctica de ‘puentear’ a losgrandes medios para acceder directa-mente a la opinión pública estadou-nidense.

Del otro lado de la barrera, la bri-llante periodista Elisabeth Bumiller,hasta ahora uno de los varios corres-ponsales permanentes del New York Ti-mes ante la Casa Blanca, no dudabaen quejarse en las páginas del NewYorker (19 de enero del 2004) sobre có-mo las relaciones informativas con lacúpula de la Administración Bushhan dejado siempre bastante que de-sear. A juicio de la redactora, ahoraen excedencia para escribir un libro,

Los cronistas de la ConstituciónManuel Ángel Menéndez Gijón y Carmen Fernández López-Monís,446 páginas, 25 euros.

Una antología de los mejores

artículos, viñetas y fotografías

de las Cortes constituyentes

(1977-1978).

DE VENTA EN LA A.P.M.

36—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Secretos incómodos

sus interlocutores oficiales “nos tra-tan demasiado a menudo con despre-cio”. Recordando que “en compara-ción, la Administración Reagan nosmimaba” mientras que el actual Go-bierno “ha levantado un muro y nun-ca se sale de sus consignas”.

Aunque en honor a la verdad, laspersonas acreditadas conperspectiva no encuen-tran muchas novedadesen esta polémica de en-frentadas soberbias engrado superlativo. BenBradlee, el legendario di-rector del Washington Post,en su autobiografía A Go-od Life publicada en 1995,sentenciaba como “a losdirectores de periódicos–y a los redactores y espe-cialmente a los dueños–no les gusta ser acusadosde ofrecer ayuda y con-suelo al enemigo, inclusocuando saben que esasacusaciones son falsas. Seirrita a los chiflados e ilu-minados del mundo y segenera un montón de corresponden-cia innecesaria y malhumorada”.

Como parte de esta letanía, el di-rector del New York Times y su rival deLos Angeles Times han llegado a publi-car un artículo conjunto detallandolas dificultades de cubrir los esfuer-zos de un Gobierno en su intento deevitar nuevos ataques terroristas. Tan-to Bill Keller como Dean Baquet se han

declarado “no neutrales” en la luchacontra el terrorismo pero herederos delpulso a la Casa Blanca planteado hacecasi cuatro décadas por los Papeles delPentágono, la historia secreta de la gue-rra de Vietnam que intentó censurarla Administración Nixon; con adver-tencias de que “si la libertad de Pren-

sa inquieta a algunos esta-dounidenses, es un anate-ma para los ideólogos delterror”.

Tanto Keller como Ba-quet hablan de un proce-so que comienza confuentes quizá asustadas,incompletas o con ganasde saldar cuentas, peroque es seguido por un du-ro trabajo de periodistasque carecen de acceso se-creto oficiales, poderespara confiscar o tecnolo-gía de espionaje. Despuésllega el turno de escuchara los responsables oficia-les implicados en estashistorias con la opción desilenciar algunos deta-

lles. Pero, finalmente, hay que cuan-tificar los méritos de publicar o ca-llar dentro de una responsabilidadque en ningún caso puede transferirla prensa al Gobierno. Y sin perderde vista que “no hay una fórmula má-gica, un ordenado sistema métricopara calibrar el interés del público olos peligros de publicar informacióndelicada”. �

La responsabilidadde publicar o nopublicar es de laprensa, nunca del Gobierno.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—37

ANXO LAMELA

L a decisión de un juzgado de Co-penhague de absolver el pasa-do 4 de diciembre a tres perio-distas del diario Berlingske Tiden-

de por difundir informes secretos delos servicios de inteligencia sobre laguerra de Iraq ha cerrado un conflic-to de más de dos años de duración yque ha generado un encendido deba-te en Dinamarca, con repercusionesfuera del país, sobre el derecho de losEstados a retener informaciones secre-tas en relación con la seguridad na-cional y las fronteras de la libertadde expresión.

La sentencia, dictada por unani-

midad por los tres jueces que se en-cargaron del caso y que no ha sido re-currida por la Fiscalía, apela al artí-culo 10 del Convenio Europeo de De-rechos Humanos sobre la libertad deexpresión para resaltar que los perio-distas Michael Bjerre y Jesper Larsen,y su redactor jefe, Niels Lunde, comoresponsable máximo del área redac-cional, actuaron en “justificada de-fensa del interés común” cuando a fi-nales de febrero de 2004, publicaronuna serie de informaciones que po-nían en cuestión la justificación em-pleada por el Gobierno liberal-conser-vador del primer ministro Anders

EL ‘CASO BERLINGSKE’

Libertad de expresióny secretos de EstadoUna sentencia judicial danesa crea un precedente favorable para quienes, como Niels Lunde, redactor jefe del diarioBerlingske Tidende, sostienen que “una prensa libre en un paíslibre puede hacer públicas informaciones confidenciales, siempreque lo haga para proteger el interés común”.

Anxo Lamela, periodista, es corresponsal de la Agencia Efe en Copenhague.

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��� El ‘caso Berlingske’

Fogh Rasmussen para la participa-ción de Dinamarca en el conflicto bé-lico en Iraq.

Los tres periodistas estaban acusa-dos de violar el artículo 152 del Có-digo Penal danés, que castiga la difu-sión de informaciones confidencialescon penas de hasta seis meses de cár-cel, dos años si se produce en circuns-tancias excepcionales. Se trata delmismo delito por el que sí fue conde-nado en 2004 Frank Grevil, el ex mi-litar de los servicios de inteligenciadel Ministerio de Defensa (Forsvars Ef-terretningstjeneste, FE) cuyas filtra-ciones propiciaron la publicación delos artículos y el inicio de una con-troversia que colocó al Gobierno enuna posición delicada y le costó elcargo al, por entonces, ministro de De-fensa, Svend Aage Jensby.

El fallo absolutorio ha sido salu-dado de forma unánime como unavictoria de la democracia y de la li-bertad de expresión por todos los me-dios de comunicación daneses y pororganizaciones como la Asociación dePeriodistas de Dinamarca, la Asocia-ción Mundial de Periódicos (WAN) yla Asociación Europea de Periodistas(EFJ). Incluso, el propio Rasmussen loha expuesto como un ejemplo de laexistencia de la libertad de expresiónen Dinamarca, una cuestión que hasido muy debatida en este país escan-dinavo durante los últimos meses araíz del conflicto originado por la pu-blicación de 12 viñetas de Mahomaen septiembre de 2005 por el diario

Jyllands-Posten, que dio lugar a la cono-cida como crisis de las caricaturas.

“Nos limitamos a ponerle un sello”Berlingske Tidende, un periódico de cor-te liberal próximo al Gobierno y unode los de mayor difusión en todo elpaís, publicó en su edición domini-cal del 22 de febrero de 2004 la pri-mera de una serie de noticias sobrelos informes elaborados por el FE acer-ca de la situación en Iraq previa alinicio de la guerra y que sirvieron defundamento al Gobierno para justifi-car la necesidad de formar parte dela coalición internacional lideradapor Estados Unidos.

El decano de la prensa danesa, queempezó a publicarse en 1749, aunqueno lo hizo de forma diaria hasta 1841,echó mano entonces de tres informesdel FE para cuestionar las afirmacio-nes del Gobierno sobre las conexio-nes del régimen de Sadam Husein conla red terrorista islámica Al Qaeda yla probabilidad de que aquél contaracon armas de destrucción masiva.

Según los informes, hasta enton-ces desconocidos por la opinión pú-blica, las rotundas afirmaciones delGobierno sobre las dos cuestiones ca-recían de un fundamento sólido. “Nohay informaciones seguras sobre laexistencia de armas de destrucciónmasiva operativas” y “posiblemente hahabido contactos entre Al Qaeda y elrégimen iraquí, pero no se puede de-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—39

terminar hasta qué punto se puedehablar de colaboración entre ambos”son algunas de las frases que apare-cen en los documentos confidencia-les publicados por el diario. El últi-mo de ellos data del 15 de marzo de2003, justo seis días antes de que elParlamento danés aprobara por 61 vo-tos a favor y 50 en contra, y ante laausencia de 68 diputados, el envío detropas a Iraq, una decisión históricaen un país con tradición de neutral.

Según declaraciones a Berlingske Ti-dende de Grevil, cuya identidad enton-ces aún no se había hecho pública,los servicios de inteligencia daneses

se habían limitado en realidad a co-mentar dos informes secretos de suscolegas estadounidenses y británicosrecibidos en septiembre de 2002 y quecontenían muchas afirmaciones nocontrastadas, de ahí que en los aná-lisis daneses abundaran expresionesdel tipo “se estima”, “se cree” o “pro-bablemente”. Y el número de fuentespropias con que habían contado losmilitares daneses era “mínimo”, encontra de lo declarado por el Gobier-no meses antes.

“Nuestras estimaciones son una es-pecie de copia a la que se añade unpoco de sentido común. Nos limita-mos a ponerles un sello de certifica-ción. Nuestro papel se reduce al deuna instancia que actúa de forma crí-tica respecto a lo que otros han he-cho, pero sin contar con informacio-nes propias para contraponerlas a lassuyas”, declaró entonces desde el ano-nimato Grevil, quien denunció que exis-tían presiones políticas desde el Go-bierno y reticencia de los servicios deinteligencia a suavizar sus primerasestimaciones sobre la situación.

El panorama que ofrecían los in-formes filtrados al diario era muy dis-tinto al dibujado meses antes por Ras-mussen, quien, poco después de quese aprobara el envío de tropas, pro-nunció una frase que se hizo muy fa-mosa y que acabó por volverse en sucontra: “Iraq tiene armas de destruc-ción masiva. No es sólo algo que cree-mos, lo sabemos”.

Meses más tarde, en medio del es-

Todo comenzó cuandoBerlingske Tidende, diariopróximo al Gobierno, y comoél partidario del envío detropas danesas a Iraq,denunció el uso deinformación falsa para forzaresta decisión.

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��� El ‘caso Berlingske’

cándalo generado por las revelacio-nes del diario, Rasmussen rebajó eltono de sus afirmaciones, que dijo ha-bían sido “maltratadas”. El primer mi-nistro explicó entonces que los servi-cios de inteligencia habían informa-do de una “alta probabilidad” de queel régimen de Sadam Husein estuvie-ra en posesión de esas armas, reiteróque los informes se habían basado en“fuentes identificadas” y señaló que,en realidad, la decisión de ir a la gue-rra se había justificado por la negati-va de Iraq a cumplir las exigencias dela ONU, un motivo distinto al inicial-mente señalado por su Gobierno.

Con este argumento, rechazó quefuera necesario abrir una investigaciónindependiente sobre el tema, tal y co-mo le pedía la oposición, aunque alfinal decidió organizar una especie deconferencia sobre Iraq en el Parla-mento con expertos daneses y extran-jeros, pero de bajo contenido políti-co. Y casi dos meses después de queBerlingske Tidende publicara su primerartículo, accedió a desclasificar losdocumentos originales del FE, con va-rios párrafos expurgados, lo que le va-lió nuevas críticas de la oposición.

Sólo cuatro días más tarde, el 23de abril de 2004, su ministro de De-fensa, Svend Aage Jensby, se vio obli-gado a dimitir después de cometeruna torpeza que acabó por sentenciarsu ya criticada gestión al frente deldepartamento. Jensby violó el obliga-do secreto sobre el contenido de lasreuniones de la Comisión de Control

del Parlamento al declarar a la pren-sa que ningún miembro de ese orga-nismo había cuestionado el trata-miento que el Gobierno había dadoa los polémicos informes del FE cuan-do les fueron presentados en su mo-mento y mucho antes de que fuerandifundidos a la opinión pública.

Paralelamente a la crisis política,Defensa instó a la Fiscalía y a la Poli-cía a iniciar una investigación sobreel origen de las filtraciones al diario.La presión sobre el topo fue aumen-tando, hasta que, semanas después,Frank Grevil decidió hablar en unaentrevista con Information, un diariode orientación progresista y corte in-telectual pero de tirada reducida. Gre-vil, que entonces ya no trabajaba pa-ra los servicios de inteligencia, salióa la palestra para asumir su violaciónde la ley, justificándola por la necesi-dad de que la opinión pública cono-ciera informaciones de interés co-mún; y para criticar al Gobierno pormanipular al FE, y a Rasmussen, pormentiroso.

La Fiscalía empezó entonces a pre-parar una acusación contra Grevil,que se formalizó a finales de julio de2004, y advirtió también de la posi-bilidad de llevar a los periodistas deldiario a los tribunales por el mismomotivo, la violación del artículo 152del Código Penal, aunque nunca an-tes de que hubiera finalizado el pro-ceso contra el antiguo militar de losservicios de inteligencia.

En dos artículos publicados en

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—41

abril de ese mismo año, Niels Lunde,redactor jefe del diario, expuso ya laslíneas generales de la postura que Ber-lingske Tidende ha mantenido durantelos dos años largos que ha durado elcaso.

La esencia de la cuestión es si sepuede apelar a la “dramática expre-sión” seguridad de Estado “para rete-ner informaciones esenciales sin quehaya una discusión abierta y crítica,incluso en casos donde esas informa-ciones no son delicadas, sino sólo po-líticamente incorrectas”. Para Lunde,no, y de ahí que su diario decidierapublicar unos artículos que conte-

nían datos fundamentales para com-prender la decisión del Gobierno da-nés de enviar a sus soldados.

El hecho de que haya sido un pe-riódico que apoyaba y sigue apoyan-do la permanencia de las tropas da-nesas en ese país no fue ni es una con-tradicción, según la óptica de Lunde,sino que es perfectamente coherente.“Precisamente, un diario que apoyala política en Iraq del Gobierno debeser crítico con la decisión de ir a laguerra, tanto con la justificación for-mal como con el debate”, ha escritoel redactor jefe. Según Lunde, no haydecisión más difícil e importante quela de enviar a la guerra a un país, porlo que es fundamental que la opiniónpública reciba la mayor informaciónposible sobre la justificación utiliza-da para la intervención en el conflic-to armado.

A diferencia de otros países que,como España, formaron inicialmen-te parte de la coalición internacionalen Iraq y en contra de lo que cabríaesperar por su tradición de neutrali-dad, en Dinamarca el debate sobre laguerra ha sido una cuestión de im-portancia relativa y las manifestacio-nes en contra del conflicto bélico hansido importantes, pero sin contar conconvocatorias masivas.

Asunto residualA excepción de los diarios más críti-cos con el Gobierno como Politiken eInformation, el resto de medios ha res-

“Precisamente, un diarioque apoya la política en Iraqdel Gobierno debe ser críticocon la decisión de ir a la guerra, tanto conla justificación formal como con el debate”.

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��� El ‘caso Berlingske’

paldado su política en Iraq, en con-sonancia con la opinión de la mayo-ría de la población, que sólo empezóa cambiar de dirección cuando au-mentó el número de soldados dane-ses muertos en combate –seis en laactualidad– y creció la posibilidad deun atentado terrorista en el país a raízdel grave conflicto diplomático con elmundo islámico producido a princi-pios de 2006.

Un sondeo realizado hace un parde meses por la agencia Ritzau reve-la un cambio reseñable en la opiniónde los daneses: 6 de cada 10 pidenahora una retirada inmediata de lastropas –alrededor de medio millar yestacionadas principalmente en el surde Iraq, en la zona de control britá-nico–, y el 51% considera que fue unerror autorizar su envío en 2003.

En una votación realizada el pasa-do 30 de mayo en el Parlamento da-nés, la oposición en bloque pidió porprimera vez la retirada de las tropas,aunque el Gobierno pudo aprobarpor mayoría absoluta su permanen-cia en Iraq hasta al menos el 1 de ju-lio de 2007 gracias a los votos del ul-tranacionalista Partido Popular Da-nés (DF), el cual le ha garantizado elcontrol de la cámara a la coalición li-beral-conservadora desde 2001. Antesde esa votación, sólo la Lista Única yel Partido Socialista Popular (SF), dospequeños partidos de izquierda, seoponían sistemáticamente a la polí-tica en Iraq de Rasmussen.

No obstante, el primer ministro

ha reiterado su negativa a retirar lastropas danesas mientras el Gobiernoiraquí no lo solicite y se ha mostradocomo uno de los más leales aliadosen Europa de Bush, cuya política ex-terior ha apoyado casi sin fisuras ensus cinco años de mandato.

La cuestión iraquí tampoco desem-peñó ni mucho menos un papel cen-tral, sino más bien marginal, en losúltimos comicios generales, celebra-dos en febrero de 2005. Apoyado poruna coyuntura económica favorabley por su rigurosa política de inmigra-ción, la más estricta de toda la UniónEuropea gracias a las excepciones queen esa y otras materias tiene Dina-marca desde el tratado de Maastricht,Rasmussen dominó a placer una cam-paña centrada en temas de políticanacional con su sorprendente defen-sa del sagrado Estado del bienestar,dada su condición de liberal, que de-sarmó a una oposición carente de lí-deres que pudieran a hacer frente aun experimentado político, muy há-bil en los debates cara a cara.

Y eso que tampoco han faltadootros escándalos como las denunciasde malos tratos a prisioneros iraquíesdurante interrogatorios, que provo-caron la destitución fulminante decuatro altos mandos del Ejército da-nés en agosto de 2004 y un procesopenal contra cinco oficiales. Los acu-sados fueron declarados en primerainstancia “parcialmente culpables”de abuso de poder, aunque eximidosde ir a la cárcel por los atenuantes de

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—43

que Defensa no les había proporcio-nado la preparación necesaria y deque en la base danesa en Iraq no sehabían implantado las pertinentes re-glas de tratamiento a prisioneros. Losoficiales fueron absueltos por la Au-diencia Regional del Este, uno de losdos organismos de segunda instan-cia del sistema judicial danés, el pa-sado julio.

Ni tampoco el propio Rasmussense ha librado de una demanda judi-cial contra él, presentada en octubrede 2005, por violar la Constitución alaprobar la participación danesa enIraq. Los demandantes, un heterogé-

neo grupo formado por 24 ciudada-nos y bautizado como Comité de laConstitución, acusaron al primer mi-nistro y al Parlamento de actuar deforma ilegal al aprobar la propuestade intervención en Iraq, pues en el ar-tículo 19 de la Carta Magna consta quesólo se puede autorizar o usar la fuer-za militar en defensa contra un ata-que o por una resolución del Conse-jo de Seguridad de la ONU. Tambiénse considera que el artículo 20 fue vul-nerado, ya que los soldados pasarona someterse a mando extranjero, loque implica un traspaso de soberaníaque habría necesitado una mayoríaparlamentaria de cinco sextos.

La Audiencia Regional del Este to-davía no se ha pronunciado acerca desi estima el caso. En un proceso simi-lar de disputa constitucional, el Tri-bunal Supremo permitió a 12 ciuda-danos demandar al entonces primerministro socialdemócrata Poul NyrupRasmussen en relación con las modi-ficaciones introducidas en la Consti-tución para aprobar el tratado deMaastricht en 1993, aunque final-mente éste ganó el caso cinco añosmás tarde.

El papel menor que ha jugado elconflicto iraquí en la agenda políticay en la de los medios de comunica-ción durante estos años lleva a inter-pretar la controversia sobre la filtra-ción de los documentados de inteli-gencia acerca de la guerra de Iraq,más que como una contestación alGobierno y su política exterior en ese

El 51% de los danesesconsidera que fue un errorautorizar el envío de tropasa Iraq en 2003.

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��� El ‘caso Berlingske’

país, como una cuestión sobre hastaqué punto el Estado, en este caso eldanés, puede retener informaciones,aludiendo a su supuesto carácter con-fidencial, que son esenciales para for-mar una opinión pública libre, y so-bre el deber de la prensa de difundir-las de acuerdo con su papel de salva-guarda de la libertad de expresión yde la democracia. Ése ha sido el argu-mento defendido durante el tiempoen que se ha desarrollado el conflic-to por Berlingske Tidende, que, por otraparte, sigue apoyando sin fisuras lapolítica en Iraq del Gobierno danés.

Nuevas posibilidades para el ‘caso Grevil’A esa misma justificación sobre la ne-cesidad de defender el interés comúnapeló Grevil cuando se inició su jui-cio en octubre de 2004, pero sus ar-gumentos no convencieron al juez,que lo condenó a seis meses de pri-sión incondicional el 30 de noviem-bre de ese mismo año por considerarque puso en peligro la reputación delFE y que el supuesto interés de la so-ciedad por conocer las informacionesfiltradas no era tan grande como pa-ra justificar la violación de su deberde silencio como agente de los servi-cios de inteligencia.

Grevil apeló la sentencia condena-toria y consiguió que, meses después,ésta fuera reducida a una pena decuatro meses en segunda instancia.No obstante, el militar danés no que-

dó contento con el resultado y deci-dió llevar el caso al Tribunal de De-rechos Humanos de Estrasburgo pa-ra buscar la absolución completa.

La defensa del ex agente conside-ra que el fallo favorable a los tres pe-riodistas puede beneficiar a su causay ha declarado su deseo de incorpo-rarlo, siempre que el Tribunal de Es-trasburgo resuelve estimar el caso, al-go que deberá decidir –a más tardar–la próxima primavera.

Mientras esta vía derivada del ca-so Berlingske continúa abierta, la otra,la que afecta a los tres periodistas,quedó definitivamente cerrada el pa-sado día 14, cuando la Fiscalía Gene-ral del Estado comunicó que no ape-laría la sentencia dictada por el tri-bunal de Copenhague. Esa decisiónviene a demostrar, según Michael Bje-rre, co-autor de los artículos, que elcaso nunca debió haberse iniciado,una opinión que han sostenido de for-ma mayoritaria los medios de comu-nicación daneses y también TygeTrier, uno de los dos abogados que de-fendieron a los periodistas.

Para Trier, fue un error de la Fis-calía abrir un proceso judicial, por-que contravino el principio que rigeen la práctica del Derecho danés deno iniciar una causa cuando la pro-babilidad de que los acusados salganlibres es mayor que la de que sean con-denados. Por el contrario, el otro abo-gado de la defensa, Henrik Dahl, jus-tificó la apertura de la causa por elhecho de que los periodistas habían

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violado la ley y que había posibilida-des de una sentencia condenatoria, atenor de lo ocurrido con Grevil, sibien estaba convencido de que seríanabsueltos, como así ocurrió, por lasgarantías que sobre la libertad de ex-presión establece el Convenio Euro-peo de Derechos Humanos.

La sentencia favorable a Lunde,Bjerre y Larsen fue recibida con ali-vio por todos los medios de comuni-cación daneses, fundamentalmente,porque un fallo condenatorio hubie-ra creado un precedente negativo pa-ra sus condiciones de trabajo en el fu-turo.

Pero también fue recibida con sa-tisfacción fuera de Dinamarca, por laposibilidad de que influya positivamen-te sobre casos similares que se estánjuzgando en otros países europeos.Así, el secretario general de la Asocia-ción Europea de Periodistas (EFJ), Ai-dan White, se mostró esperanzadopor que el fallo impulse un cambiode actitud en los gobiernos europeosy éstos no antepongan la seguridadnacional a la protección de liberta-des fundamentales como la de expre-sión, una cuestión que ha retomadonueva actualidad tras las medias res-trictivas aprobadas en muchos paísesoccidentales a raíz de los atentadosterroristas del 11 de septiembre de2001 en Nueva York.

‘Crisis de las viñetas’Otro aspecto que ha revelado el casocontra los tres periodistas del Berlings-ke Tidende es una unión sin fisuras en-tre todos los medios de comunicacióndaneses, que contrasta con la fuertedivisión vivida durante la denomina-da crisis de las caricaturas.

El origen de este conflicto fue lanegativa por miedo a represalias devarios dibujantes a ilustrar un librosobre Mahoma del escritor infantilKaare Bluitgen, lo que llevó a JyllandsPosten a pedir a 12 caricaturistas queplasmaran su visión sobre el profetay el islam para cuestionar las fronte-ras de la libertad de expresión. Las vi-ñetas salieron publicadas en la por-

La Asociación Europea de Periodistas confía en queel fallo del caso Berlingskeimpulse un cambio de actitud en los gobiernoseuropeos.

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��� El ‘caso Berlingske’

tada del suplemento de Cultura de laedición dominical del diario del 29de septiembre de 2005.

A principios de octubre de ese año,grupos islámicos daneses exigieronal periódico que se disculpara por losdibujos, y días después, embajadoresde 11 países musulmanes con repre-sentación diplomática en Dinamarcasolicitaron al primer ministro unareunión para expresarle su descon-tento y le pidieron que se desmarca-ra de las caricaturas.

Pero ni el diario se disculpó, puesconsideraba que había ejercido libre-mente su derecho a la libertad de ex-presión; ni Rasmussen se distanció,por entender que un primer minis-tro no debía inmiscuirse en la actua-ción de los medios de comunicación.Y ambos mantuvieron su postura ina-movible durante todo el conflicto,aunque se vieron obligados a suavi-zarla ante la dimensión que fue ad-quiriendo: el periódico lamentó las ofen-sas causadas y el primer ministro lle-gó a desmarcarse de las viñetas a tí-tulo individual.

Muy distinta fue la respuesta desus dos vecinos escandinavos más pró-ximos. En Noruega, la revista cristia-na Magazinet, que fue de las primerasen reproducir las viñetas de JyllandsPosten, pidió disculpas públicas, mien-tras el Gobierno movilizó a toda sudiplomacia en el mundo islámico pa-ra tomar distancias con lo ocurrido.En Suecia, ningún medio masivo lasreprodujo, y cuando la revista digital

de un partido de extrema derecha lohizo, el Gobierno la cerró en unas ho-ras aludiendo a razones de seguridadnacional.

La rotunda negativa del primerministro danés fue muy criticada en-tonces por parte de la prensa, en par-ticular por el diario Politiken, que ca-sualmente es propiedad de la mismaeditora que el Jyllands Posten; pero tam-bién por la oposición, ex diplomáti-cos e incluso por el antecesor de Ras-mussen al frente del Partido Liberal,el ex ministro de Asuntos Exteriores,Uffe Ellemann-Jensen. En esta situa-ción veían además una nueva mues-tra de la intransigencia que tanto leachacan sus más recalcitrantes opo-sitores.

Una parte de los líderes de la co-munidad islámica danesa decidió en-tonces iniciar a finales del año pasa-do un viaje por el mundo musulmánpara entrevistarse con líderes religio-sos, difundir las viñetas y buscar apo-yo y asesoramiento.

El conflicto empezó a subir en in-tensidad cuando la Liga Árabe y la Or-ganización de la Conferencia Islámi-ca (OCI) condenaron las caricaturas yanimaron a realizar un boicot econó-mico contra productos daneses, se-guido días después por la retiradaprogresiva de embajadores de variospaíses islámicos y otras medidas depresión.

Estaban sentadas las bases para laque después ha sido considerada lapeor crisis política vivida por Dina-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—47

marca desde la Segunda Guerra Mun-dial, cuando el país consintió prime-ro un régimen colaboracionista conel nazismo y acabó siendo ocupadofinalmente por las tropas alemanasen los dos últimos años del conflictobélico.

La crisis de las viñetas polarizó a lasociedad danesa como no se había vis-to en décadas y más allá de las habi-tuales divisiones entre izquierda y de-recha, creando alianzas insospecha-das.

A un lado quedaron los que defen-dían el derecho de Jyllands Posten a pu-blicar las viñetas y a no tener que dis-

culparse con la comunidad islámica,así como que el Gobierno tampocotuviera que hacerlo ante las autorida-des de otros países como Egipto, Ara-bia Saudí y Pakistán.

Al otro, se encontraban los que sincuestionar el derecho a ejercer la li-bertad de expresión del diario, cono-cido por su postura crítica frente a lacomunidad musulmana danesa –ape-nas el 5% de la población–, denuncia-ban que en realidad lo que pretendíaJyllands Posten era atacar a esa mino-ría y, por ello, debía disculparse paraevitar males mayores. Además, criti-caban la actitud intransigente del pri-mer ministro, cuyo ejemplo más visi-ble era su negativa a aceptar una reu-nión que no necesariamente debía en-tenderse como una claudicación an-te los embajadores islámicos, sino co-mo un gesto de buena voluntad.

Y, de fondo, la severa política deinmigración, que ha recibido críticasde instituciones como el Comisariode Derechos Humanos del Consejo deEuropa u organismos como AmnistíaInternacional; una política de inmi-gración instigada ante todo por el ul-traderechista Partido Popular Danés,tercera fuerza parlamentaria y quetiene como objeto preferido de susataques a la comunidad islámica.

“Reunirme con ellos [los embaja-dores] bajo la premisa de rectificar oactuar contra un diario hubiera sidoigual que legitimar la idea de que ha-bía algo de que hablar. Un Gobiernono puede llamar a un periódico y pe-

La crisis de las viñetas,la peor vivida por Dinamarcadesde la Segunda GuerraMundial.

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��� El ‘caso Berlingske’

dirle que publique esto o aquello deacuerdo con la seguridad nacional olos intereses económicos”, reflexionóRasmussen en declaraciones apareci-das en Muhammedkrisen (La crisis de Ma-homa), un libro de reciente publicaciónque ahonda en las causas y conse-cuencias del conflicto.

A principios de febrero pasado,cuando ya medios de todo el mundohabían publicado las caricaturas enseñal de apoyo al diario, se produje-ron los incidentes más dramáticos,que causaron estupor en Dinamarca.Las imágenes de manifestantes enfu-recidos por las calles de Gaza que-mando banderas danesas y retratos deRasmussen, las amenazas de gruposterroristas contra intereses daneses ylos ataques a las legaciones danesasen países como Libia, Indonesia, Irány Líbano conmocionaron a una socie-dad que se consideraba a sí misma co-mo un país progresista, famoso porlas bondades de su Estado del Bienes-tar y por su tolerancia, fuente única-mente de noticias positivas.

La mediación de la UE y otros or-ganismos internacionales facilitó quela situación se fuera normalizandoen el exterior, aunque en Dinamarcanunca llegaron a producirse inciden-tes violentos de gravedad y la comu-nidad islámica reaccionó mayorita-riamente de forma pacífica.

Los ataques mutuos entre variosmedios escritos, particularmente en-tre Jyllands Posten y Politiken, y en con-tra o a favor del Gobierno fueron fu-

ribundos y alcanzaron un tono des-conocido en la prensa danesa. Ni aso-mo de la solidaridad unánime queahora ha recibido Berlingske Tidende yque entonces reclamó para sí JyllandsPosten en lo que entendía que era sulucha por la libertad de expresión,como bien recordó este diario en uneditorial publicado a raíz de la abso-lución de los tres periodistas el pasa-do 4 de diciembre.

En su libro Muhammedkrisen, seña-la Per Bech Thomsen, que entre lasdiversas consecuencias de la crisis delas viñetas figuran además de una ma-yor polarización de la sociedad dane-sa, un incremento de la autocensuraen los medios de comunicación. Na-die se imagina que a otro diario se leocurra publicar un nuevo concursode viñetas u otra iniciativa similar amedio plazo, aunque sea apelando ala defensa de la libertad de expresión.

Por eso, una sentencia condenato-ria contra los periodistas de Berlings-ke Tidende hubiera significado tam-bién un nuevo golpe contra la liber-tad de expresión, aparte de enviaruna “señal equivocada” al exterior,como bien señaló Rasmussen cuandose conoció que la Fiscalía no presen-taría una apelación y que, por tanto,el caso estaba cerrado.

A pesar de recalcar que el Gobier-no no se inmiscuía en los asuntos ju-diciales ni en la labor de los mediosde comunicación, el primer ministrono ocultó que se había sentido “ali-viado” al conocer la noticia y resaltó

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��� El ‘caso Berlingske’

que probaba la afirmación que él ha-bía sostenido durante todo el conflic-to de las viñetas sobre la inquebran-tabilidad e independencia de la liber-tad de prensa en Dinamarca.

La crisis de las caricaturas ha tenidotambién su vertiente judicial en for-ma de demanda por parte de repre-sentantes de la comunidad musulma-na danesa contra Jyllands Posten, per-sonificado en Carsten Juste y Flem-ming Rose, redactor jefe y jefe de Cul-tura del diario, respectivamente.

Siete organizaciones islámicaspresentaron una demanda civil enun juzgado de Aarhus, segunda ciu-dad de Dinamarca, por injurias y ca-lumnias contra Juste y Rose, despuésde que el fiscal general del Estado noviera fundamento legal para abrir uncaso penal contra el diario por vio-lar las leyes sobre racismo y blasfe-mia.

Los tribunales absolvieron en oc-tubre pasado a los periodistas al con-siderar que, a pesar de que las viñe-tas podían haber ofendido el honorde los musulmanes, eso no era sufi-ciente para suponer que habían sidoconcebidas con ese fin o que su pro-pósito era desacreditar a esa comuni-dad. Sin embargo, la sentencia consi-deró “incorrecta” la apreciación deldiario de que la libertad de expresióntambién comprende la burla, la mo-fa y el escarnio y que los musulma-nes deben aceptar ser víctimas deellos si quieren vivir en una sociedaddemocrática.

Pese a la reprimenda final al pe-riódico, la sentencia no satisfizo a losquerellantes, que consideraron queautorizaba a ofender los derechos delos musulmanes y a vincularlos conel terrorismo.

Aparte de sus paralelismos eviden-tes con la crisis originada por las vi-ñetas de Mahoma y las repercusionespresentes y futuras, tanto en Dina-marca como fuera del país, el caso delos dos periodistas de Berlingske Tiden-de y su redactor jefe ha influido po-sitivamente también, al menos en Di-namarca, en la relación de los servi-cios de inteligencia con la opiniónpública.

El FE ha optado por adoptar unapostura menos hermética, difundien-do de forma ocasional, salvaguardan-do las reservas lógicas, informes so-bre cuestiones que afectan a la segu-ridad del país, organizando conferen-cias sobre sus métodos de trabajo yabriendo una página web en inter-net.

Pero, ante todo, la sentencia ha ser-vido para reconocer el trabajo de losperiodistas del diario y sentar un pre-cedente para el desempeño de la la-bor diaria de los medios de comuni-cación daneses. Como señaló NielsLunde, redactor jefe de Berlingske Ti-dende, “ahora tenemos la palabra delDerecho de que una prensa libre enun país libre puede hacer públicas in-formaciones confidenciales, siempreque lo haga para proteger el interéscomún”. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—51

ALFREDO TRIVIÑO

C anadá esperaba milimetrada-mente expectante el naci-miento de Dose, durante el in-vierno de 2005. Hasta enton-

ces poco se había oído hablar de me-dios creativos y mucho se conjetura-ba sobre las consecuencias de la apa-rición de otro diario gratuito más enescena –el tercero, en un mercado es-pecialmente conservador–.

El producto no parecía diferir tan-to de sus predecesores. El mismo tar-

get: profesionales con estudios, de en-tre 18 y 35 años, que se desplazabana sus lugares de trabajo en transpor-te público. Igual modelo de distribu-ción: de lunes a viernes, a mano y através de dispensadores en las princi-pales estaciones de metro, tren y au-tobús de Vancouver, Edmonton, Cal-gary, Ottawa y Toronto. E idénticasaspiraciones en distribución: 400.000copias.

La gran diferencia era, además del

Organic mediaLos medios creativos han desarrollado un lenguaje conceptualque la prensa de pago todavía balbucea. Internet y los periódicosgratuitos refuerzan la confianza de anunciantes y audiencias queconsumen, comparten, producen y confían en la información deotra manera. Funcionan en la calle y en los planes de negocio, yarrinconan en las cuentas de resultados a los medios tradicionalesque aplazan la necesidad de su reinvención. Una reinvención quedebería abrazar ese lenguaje para después redefinir el verdaderovalor añadido del medio. Ahora que cada vez resulta más sencilloencontrar en tantas partes la misma manzana verde, con elmismo brillo inquietante, quizá sorprenda y atraiga más quenunca la organicidad de la manzana de siempre.

Alfredo Triviño (Pamplona, 1977) es director de arte de Nuevos Proyectos de NewsInternational, el imperio de prensa británico de Rupert Murdoch.

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��� Organic media

tono apolítico y personalmente pro-vocador, la estimulación continua en-tre la marca on-line y off-line y la gransimilitud estética en ambos soportes.Dose en papel era la dosis mínima pa-ra entender y disfrutar el día, y en in-ternet, la herramienta para forjar laparticipación y saber más. Era, en suconcepto bilingüe (on-line, off-line), unarevista diaria de actualidad, cultura,gossip y entretenimiento. Una píldoraprevisiblemente adictiva (fig. 1).

El proyecto se celebró con entu-siasmo en las principales agencias ycentrales de compra de medios, quese entregaron a la capacidad multi-media de CanWest y confiaron en queel producto, mass media, haría blancoen la generación perdida por los dia-rios de pago: la generación i-Pod. Elgrupo contaba con la autoridad mo-ral de ser propietario del conservador

National Post (quinto diario del país enventas al número, con 240.000 ejem-plares), y dueño de Global Television–que alcanza más del 94% de la au-diencia inglesa– y de otros ocho ca-nales con un nicho que abarca los pú-blicos más inverosímiles y especiali-zados.

Sin embargo, al contrario de la es-trategia dibujada, Dose explotó encien mil y un pedazos tan sólo 13 me-ses después de cristalizar, en abril de2005. Y la aventura, de la que aún seconserva www.dose.ca (“celebrity, mu-sic, movie, TV news and more”), se con-virtió en el dulce mito al que acadé-micos y profesionales recurren habi-tualmente para hablar de creatividade innovación, pero del que se silenciasu pobre efectividad.

Evidentemente, resumir el éxito oel fracaso de cualquier aventura edito-

1 El juego de la palabra píldora(dose, en inglés) con la formaovalada del objeto sintetizóperfectamente la identidad delmedio.

2 Una doble página de Dose, deliberadamentesimilar a una de NME (lease en-em-y, enemigoen inglés), revista de música. Red Eye, el mediogratuito de Chicago Tribune, también sigue lamisma estética.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—53

rial por su diseño es una injusticia, pe-ro ayuda a poner en perspectiva el re-sultado y a entender el verdadero al-cance de la herramienta. Quizá anun-ciantes y audiencia dudaran de la cre-dibilidad de Dose, que deliberadamen-te joven clonó la identidad visual, lostics y el acento de las revistas más rock-pop (fig. 2), olvidándose quizá de la esen-cia del producto –un diario– y del con-texto –los otros diarios–.

En cualquier caso, Dose marcó unhito en la historia de la prensa. Erala primera vez que un medio mainstream emprendía una aventura con-tinua, gratis en internet y en el pa-pel, especialmente diseñada y perso-nalizada para una generación jovenque entendía los diarios no como ban-deras ideológicas, sino como marcas,plataformas en las que ser y hacer co-munidad.

El nuevo lenguaje

Especialmente desde mediados de losnoventa, la prensa en internet y losperiódicos gratuitos se han desarro-llado en paralelo y han experimenta-do cambios igualmente dramáticosen poco tiempo (figs. 3 y 4). La ruptu-ra con las convenciones y la introduc-ción de nuevos pactos de lectura hancreado cánones para una generaciónque desconoce el mundo sin internet,los videojuegos o la telefonía móvil,y que está acomodada en una narra-tiva eminentemente visual.

Los diarios en internet se han edi-ficado, fundamentalmente, en tornoa la accesibilidad y navegabilidad delmedio. Gracias al gran desarrollo tec-nológico de los últimos años, en unabrir y cerrar de ojos han pasado dela estética del teletexto a las revistas

3 Portada de la revista multimedia EP3, de El País.El desarrollo de aplicaciones como Flash haceposible la introducción de tipografía real eninternet.

4 Prototipo del rediseño para Metro elaboradoen 2006, desarrollado para una generaciónnacida en la era de internet. Másinformación, más noticias mejor editadas, ymás imágenes.

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��� Organic media

multimedia (fig. 5). Y ofrecen una per-sonalidad mucho más elaborada, aun-que todavía están limitados por la ve-locidad de transmisión de datos y porla universalidad de medidas como elancho de pantalla o las puramente ti-pográficas.

Asimismo, el primer diario gratui-to de calidad conocido –Metro– nacióen 1995 con galas de diario tradicio-nal de pago pero con la ambición deser un medio ágil, de consumo rápi-do, y terriblemente condicionado porla paginación. Limitación que, con eltiempo, se ha transformado en el ver-dadero agente catalizador del cambioestético que hoy experimentan todoslos medios (fig. 6).

Así, internet y la prensa gratuitase han convertido inesperadamentepara muchos en los soportes más efec-tivos sobre los que articular una mar-

ca de información y entretenimiento24 horas.

Siempre salvaguardando la inte-gridad editorial, en los medios crea-tivos la publicidad es parte del men-saje y no un obstáculo. No se perfilala identidad del medio contra la pu-blicidad, sino con la publicidad.

Aquellos experimentos de las ven-tanas flotantes que saltaban al cargarpáginas de internet a finales de losnoventa han derivado en pantallas detransición menos intrusivas, que, asu vez, son origen de los wraps o en-voltorios publicitarios en los diariosgratuitos (fig. 7). Y los anuncios ani-mados que se metamorfosean o en-grandecen al pasar el cursor sobreellos, en los anuncios integrados. Di-seño total: la dirección creativa supe-ra los límites naturales del medio ylos directores de arte están involucra-

5 La revista Metropol, desarrolladapara Metro International, está muy influenciada por los medioson-line.

6 Portada de algunos de losespeciales desarrollados paraThelondonpaper,implanteables sin publicidad.

7 La integridad editorial de la marca no se pone en duda por los anunciosflotantes o por la intrusion publicitariaen los contenidos.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—55

dos con anunciantes y directores co-merciales en campañas externas.

Por otra parte, para garantizar lamáxima navegabilidad y accesibili-dad, y mayor permanencia y núme-ro de páginas vistas, los medios en in-ternet ofrecen múltiples puntos deentrada en sus portadas, algo que losdiarios gratuitos con más afán infor-mativo copian (figs. 8 y 9).

Ambos entornos no se conciben si-no a todo color. Los medios gratuitose internet comienzan a usar el blan-co y negro para crear dobles nivelesde lectura como recursos estilísticos,y no como imposiciones forzosas deuna técnica limitada. Un lujo que po-cos diarios de pago pueden permitir-se (fig. 10, pág. 56). Internet, además,ha espoleado especialmente a la pren-sa gratuita para que aspire a otros ni-veles de reproducción y se sume a la

moda del color que se ve en las pan-tallas: degradados, transparencias y vo-lúmenes antes prohibitivos.

El dinamismo y la posibilidad deanimación que internet ofrece se ex-perimenta en la prensa gratuita invir-tiendo el orden de las páginas, volte-ando los contenidos o girando el pro-ducto (fig. 11, pág. 57). Y, en fin, tam-bién son recursos gráficos habitualesoff-line las galerías o la yuxtaposiciónde imágenes tan recurridas en la red.

Todo esto, sin duda, configura elnuevo lenguaje de estos medios quese abanderan a pasos agigantados co-mo los grandes innovadores en la erade la crisis de la prensa.

Medios orgánicosFácil, desenfadado, muy inspirado enla estética de internet, emocional y

8 Informaciones cortas y múltiplespuntos de entrada en las páginas eranparte del concepto de este prototipode Metro para la Copa del Mundo.

9 Una de las dos alternativas para la cabeceraeconómica del grupo, Metrofinance, creadapensando en lectores de medios on-linecomo referencia.

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��� Organic media

paradójicamente en ocasiones naïve,Thelondonpaper, aspiró desde el co-mienzo a convertirse en un mediocreativo de referencia. Un diario go-bernado por la información y el en-tretenimiento, en el que la participa-ción y el periodismo ciudadano eranrealmente la espina dorsal (fig. 12).

On-line y off-line, News Internationalexploraba por primera vez el merca-do gratuito y vespertino en el ReinoUnido, disparando directamente con-tra la línea de flotación de la compe-tencia, Associated Newspapers.

Ante el acoso inminente, Associa-ted optó por lanzar un diario del mis-mo corte, London Lite, y subió el pre-cio del Evening Standard, al que incor-poró en la cabecera el lema “Londo-n’s quality afternoon newspaper”.

De acuerdo con las cifras del pa-sado noviembre de la Audit Bureau

of Circulations (ABC), apenas tres me-ses después de su lanzamiento los dosgratuitos distribuían en conjunto ca-si 800.000 ejemplares (425.508 Thelon-donpaper y 372.580 London Lite). EveningStandard vendía 272.448, un 21,4%menos que en 2005, y su caída libredejaba al descubierto la insatisfaccióninmediata de muchos de sus lectoresque encontraron gratis lo mismo y qui-zá mejor contado. No pudo hacerfrente a una competencia tan brutalcon un juego tipográfico rejuvenece-dor y otra paleta de colores.

Muchos otros diarios de pago entodo el mundo, aplazan el cambio yse refugian en el éxito de las grandespromociones que seducen a corto pla-zo a los lectores, pero que conviertenla marca en una mera empresa de dis-tribución de noticias perfectamenteprescindibles.

10 A la izquierda, ejemplo de la edición bilingüe desarrollada durante el Festival de Cannes. Eventosimportantes invitan a realizar rentables productos especiales. A la derecha, páginas prototipo para Metro.La administración correcta del color es determinante en medios creativos con alta densidad depublicidad. Los anuncios son una imagen más en la página. Muchas veces, la imagen dominante.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—57

La recuperación de la organicidaden los medios tradicionales pasa nece-sariamente por conocer más las au-diencias, las propias limitaciones y losgrandes aciertos. Competir en inme-diatez, target y participación contra me-dios creativos resulta arriesgado, espe-cialmente hoy que la agenda visual ylas noticias se repiten, insípidas, conestructuras y recursos calcados.

La integración de las redaccionesdebe ser el primer paso para fomentarla participación y el periodismo ciuda-dano, alfabeto del nuevo lenguaje. Pen-sar en medios orgánicos es invertir enuna revolución tecnológica que permi-ta simultáneamente la ejecución del dia-rio en distintas plataformas y que be-neficie la producción arrevistada másexigente y perfeccionista.

Una colaboración estrecha entrelos departamentos comercial y edito-

rial ayudaría a convertir el medio enun dardo más creativo e incisivo ensu target. Pero sin duda, la exclusivi-dad, el reenfoque, el análisis y el to-no de las historias más apasionada-mente contadas garantizarán, encualquier soporte, la audiencia másfiel y deseada.

Por encima de los manuales y delos gustos particulares, el diseño esuna historia más en los diarios orgá-nicos, pura información. Debería en-carnar el espíritu del diario, y ayudara las audiencias a entenderlo comouna realidad que cambia de color ytimbre como el humor o el ánimo.

Ahora que vivimos atropellada-mente, las palabras ‘único’ y ‘orgáni-co’ son perfectas sinónimas. Más alláde las tendencias y de las modas estála historia. Y la historia es el día a díade nuestras audiencias. �

11 Todo medio creativo uorgánico debe ser flexible.Thelondonpaper prevéhorizontalizar sus portadas.

12 En Thelondonpaper, las modelosson lectoras. Los columnistas,también. Es un diario construidode abajo arriba.

� El concepto, bocetos y diseño de los

productos aquí relacionados con

Metro International o Thelondonpaper

han sido creados por Alfredo Triviño.

58—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

ÁLEX GRIJELMO

Efe ha obtenido beneficios esteaño, tanto en su resultado con-solidado de explotación (que re-fleja la actividad ordinaria de

la empresa y sus filiales) como en elresultado total (que incluye los ingre-sos o gastos extraordinarios). La agen-cia se encuentra en un momento for-midable, considerada desde hace mu-cho tiempo la cuarta del mundo y laprimera en español; y respetada porsu rigor y por su potencia informati-va en todos los soportes. Y por su in-dependencia profesional y de gestión.

Pero esto no habría sucedido sinla aportación de quienes me precedie-ron en la presidencia y, más impor-tante aún, sin el concurso de todos

los trabajadores que han elaboradolos millones de informaciones que Efeha difundido desde 1939 y de quie-nes han arropado su trabajo para quefuera posible.

Me permito resaltar en este pun-to, por razones de afinidad y amistad–por razones de índole profesional ehistórica lo haré luego–, el trabajo deAlfonso Sobrado Palomares, presiden-te de Efe en el decenio comprendidoentre 1986 y 1996, una época de im-portantísimos acontecimientos en Es-paña (entre ellos los Juegos Olímpi-cos).

La Efe de la letra efe heredada desus predecesoras Faro, Fabra y Febus–es la interpretación que más me gus-

Efe: un éxito que viene de lejosEl presidente de Efe apunta los jalones que han permitido a laagencia española ser lo que es hoy, la cuarta agencia mundial, y destaca un dato apenas conocido: la asignación que recibe del Estado es muy inferior a la cuantía de los servicios prestados por contrato. En términos comparativos, convenientementeponderados, casi la mitad de lo que recibe France Presse.

Álex Grijelmo es presidente de la Agencia Efe.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—59

ta– nació en España perosaltó a América de la ma-no de Carlos Mendo (ensus dos etapas) y, luego,de Luis María Anson. Am-bos supieron ver el cam-po inmenso que se abríaa las noticias escritas enespañol que cruzaran elAtlántico por vía telefóni-ca para llegar a los teleti-pos situados en los perió-dicos hispanoamericanos.

La expansión de Efe enAmérica emprendida en-tonces a partir de la crea-ción del Servicio Exterioren 1965, con un ingenteapoyo de los sucesivos go-biernos y especialmentede UCD, nos sirve ahorapara vender productosmultimedia separados ojuntos (audio, vídeo, tex-to, fotos; o todos ellos en un mismopaquete para ciberpáginas) y para ha-ber logrado una penetración de mer-cado sin precedentes, sobre todo enEstados Unidos. Nada de lo que he-mos conseguido en este ejercicio ha-bría sido posible sin la historia queEfe ha acumulado en sus 67 años devida. Por ejemplo, sin aquellos díasen que Carlos Mendo, como directorgerente, y Carlos Sentís, como presi-dente, pusieron en marcha el servi-cio de noticias internacionales pro-pias, tras una etapa en la que Efe dis-tribuía en España las informaciones

de las grandes agenciasinternacionales.

En 1992, siendo presiden-te Alfonso S. Palomares, elsociólogo chileno Fernan-do Reyes Matta publicabaun estudio sobre las noti-cias de 34 diarios hispano-americanos y concluía queEfe es la agencia más utili-zada en ellos. Efe adquiereentonces la consideraciónoficiosa de primera agen-cia informativa en el ám-bito del idioma español.

Efe abre también enaquellos años delegacio-nes en Asia y en África, asícomo en el este de Euro-pa, con el empeño de Pa-lomares y Miguel ÁngelAguilar.

Las noticias multime-dia que ofrecemos ahora

son también el fruto de la creacióndel departamento de contenidos di-gitales durante la etapa de Miguel Án-gel Gozalo, que interpretó la realidadde su tiempo proyectándola sobre loque ahora estamos viviendo: una eradonde la tecnología modifica los pro-ductos y los lanza al mercado envuel-tos en nuevos paquetes. Y nuestra ven-taja de facilitar imágenes digitales detelevisión para ciberpáginas no se en-tendería si Luis María Anson no hu-biera creado en 1977 el departamen-to de Efe Televisión, como antes fuecreado el de Efe Radio.

La primeraagenciainformativa en el ámbito delidioma español.

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��� Efe: un éxito que viene de lejos

Este año hemos integrado en lacontabilidad central de Efe a la Agen-cia Centroamericana de Noticias(Acan), separada hasta ahora comoempresa filial –igual que antes Efecomy Efeagro– porque se formó en 1972mediante una sociedad entre la em-presa pública española y los princi-pales medios informativos de Améri-ca Central (era, por tanto, una socie-dad mixta). Su creación permitió en-tonces a Efe extenderse a la franja depaíses que unen las dos grandes Amé-ricas. Con el tiempo, la agencia espa-ñola iría ampliando de hecho su ca-pital hasta permitirnos ahora fusio-narla e incorporarla a todos los efec-tos al eje central de Efe, una vez quesus pérdidas cuantiosas se han ido re-duciendo en los últimos años. (Cuan-do en 2005 anuncié yo mismo que Efeperdería ese año 1,8 millones de eu-ros, aún no estaban ahí los datos deAcan, que registraba un déficit de yasólo 300.000 euros; ahora, en 2006,las cuentas de la Efe centroamerica-na forman parte del resultado de ex-plotación). Así pues, Efe dispone hoyen día de una completa red centroa-mericana próxima a la rentabilidadgracias a que en 1972 Manuel Aznar,como presidente, y Alejandro Armes-to, como gerente, tuvieron la visióny la habilidad de crear Acan (marcaque mantenemos por tradición enaquella zona: Acan-Efe), y de introdu-cirla de inmediato en los diarios quepublicaban nuestros socios.

Hemos creado la Fundéu, sí, una

institución que asesora ya a decenasde medios informativos y empresas so-bre el correcto uso del idioma espa-ñol en sus emisiones y publicaciones.Pero a esta Fundación del Español Ur-gente, impulsada por Efe y patrocina-da por el BBVA, se han incorporadolos periodistas y filólogos que forma-ban parte ya del Departamento del Es-pañol Urgente, creado en 1980 bajola presidencia de Luis María Anson;así como los académicos y profesoresde su Consejo Asesor. Por tanto, no seconcebiría ésta sin aquél.

Si ahora disponemos de un sensa-cional servicio gráfico que incremen-ta espectacularmente sus ventas enAmérica, ello se debe a que en 1984Ricardo Utrilla, entonces presidentede la empresa, firmó nuestra adhesióna la EPA (European Pressphoto Agen-cy), la primera agencia de telefotogra-fía europea y embrión de lo que aho-ra constituye una colaboración indis-pensable para Efe, que se ha conver-tido ya en el tercer mayor accionistade esa empresa y su único proveedorde fotos procedentes de España y deAmérica Latina.

El banco de datos de Efe (Efedata)nos ha procurado unas ventas de1.160.000 euros este año; pero su his-toria nació en 1988, en el mandatode Alfonso S. Palomares. Ahora es elmayor archivo de noticias en español,que se pueden consultar informática-mente desde cualquier ordenador ymediante abono.

El avance tecnológico de la agen-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—61

cia tal como es hoy no seentiende sin el concursode Enrique Gutiérrez Bue-no, gerente durante laetapa de Gozalo, que apli-có a la empresa sus cono-cimientos como ingenie-ro de telecomunicacionesy nos proporcionó unavance descomunal ennuestras transmisiones ynuestros medios técnicose informáticos; los cuales,a su vez, habían experi-mentado un notable im-pulso mucho antes, en1989, con las primerastransmisiones vía satélitedirectamente a los abona-dos. Durante estos últi-mos años, el ingeniero Jo-sé Luis del Rey tambiénha conectado muchas no-ticias con sus destinata-rios, sin cables y con ellos; y tambiénha conectado unas presidencias deEfe con otras.

Efe pasó muchos años como em-presa pública que no tenía ningúnobjetivo económico. Visto desde laperspectiva de hoy, es de agradecer.La costosísima expansión en Améri-ca y en el resto del mundo requirióde ingentes recursos, en unas etapasdonde el objetivo consistía en ganarinfluencia, repercusión informativa,expandirse, crecer, convertirse en lacuarta agencia mundial que ahora es.No existía en aquellos años un dere-

cho comunitario que vi-gilara tan de cerca lassubvenciones a las empre-sas públicas en un merca-do de competencia libre.

Es en la etapa de Al-fonso S. Palomares cuan-do se produce ya una ten-sión en favor del resulta-do. Durante su mandato,Efe registró beneficios enel resultado total de losaños 1989 y 1990 (350 mi-llones y 560 millones depesetas). Lamentablemen-te, el Estado decidió enton-ces congelar la cuantía desu contrato de serviciosdurante cinco años (1989-1993), lo que perjudicóeconómicamente al resul-tado de explotación de laempresa e interrumpiósu progreso. Eran años di-

fíciles, de “ajuste presupuestario” yde crisis económica.

El interés de Alfonso S. Palomarespor el resultado le permitió anunciaren 1990 que, por vez primera en lahistoria de Efe, la venta de serviciosal sector privado superaba en porcen-taje al Contrato de Servicios con elEstado: 56,6% frente al 46,3%. En1989 y 1990, el resultado de explota-ción individual de Efe daba ya supe-rávit de 267 y 188 millones de pese-tas. Las ventas (que incluyeron un sus-tancioso contrato de servicios a Tele-madrid, cuyos estudios se instalaron

Fundéu asesora a decenas demediosinformativos y empresas sobreel correcto usodel idiomaespañol.

62—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Efe: un éxito que viene de lejos

en el edificio de Espronceda) crecie-ron entonces un 68%. Cuando Palo-mares llegó a Efe, el contrato con elEstado suponía un 60% de los ingre-sos, pero él logró un gran crecimien-to del sector privado en las cuentasde la empresa.

Debo detenerme en explicar enqué consiste el Contrato de Servicioscon el Estado. Efe está obligada conese acuerdo a mantener una red dedelegaciones en América y en Espa-ña de un altísimo coste, que no se jus-tifica comercialmente. Y también a quesus periodistas cubran toda la activi-dad oficial española, tanto de la Ca-sa Real como de los distintos organis-mos del Estado.

Tal Contrato de Servicios con el Es-tado –y esto se suele desconocer– esdeficitario para Efe: la Agencia pres-ta al Estado servicios de mayor valoreconómico que la asignación recibi-da a cambio, y fijada en los Presu-puestos Generales. Así lo señalaba elinforme de la Comisión de Expertospara la Reforma de los Medios Públi-cos elaborado en 2004 (que compara-ba Efe con otras agencias europeas ycon los recursos que éstas reciben desus Estados), y así lo establece tam-bién un estudio encargado por Efe en2005 a la consultora Deloitte, que haexaminado minuciosamente los cos-tes en los que incurre la empresa alprestar esos servicios demandados enel Contrato.

Estos costes consisten básicamen-te, insisto, en mantener activas dele-

gaciones en absoluto rentables infor-mativa y económicamente, y en rea-lizar innumerables coberturas de ac-tos y viajes oficiales que una empre-sa privada no asumiría; o, al menos,no con los mismos medios.

La Agence France Presse (AFP) re-cibe del Estado francés más de 100 mi-llones de euros. El equivalente paraEfe (hechas las correspondientes pon-deraciones) serían 68 millones de eu-ros, frente a los 39 que ingresa aho-ra (no se cuenta el IVA) con unos in-gresos totales de algo más de 93 mi-llones de euros (98,3 en nuestra pre-visión para 2007).

No pretenderé con estos argumen-tos reclamar que se eleve la cuantíaque Efe percibe del Estado, sino de-jar claro que ese contrato se hallamuy lejos de parecerse a una subven-ción.

La plantilla fija de Efe –cerca de1.200 trabajadores– nos resulta cor-ta, como siempre nos lo parecen a losperiodistas los recursos que tenemos,sobre todo si los comparamos con loque nos sugiere nuestra imaginación.Yo heredé esa plantilla recortada, yello se debió a un expediente de re-gulación de empleo obligatorio paramás de 200 personas que aplicó Mi-guel Ángel Gozalo. Independiente-mente de que esas medidas son do-lorosas y acarrean un inmenso dañoprofesional y humano, la decisión fuetécnicamente correcta. Las pérdidasde la agencia (una vez que Telema-drid abandonó en 1997 nuestros es-

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tudios y prescindió de losservicios de producciónque Efe le prestaba consu personal fijo) no te-nían sentido. La gestiónde aquel E.R.E., al mar-gen de los métodos quese siguieran para ejecu-tarlo, me evitó a mí eltrance de hacerme cargode tal situación. Y justoes que lo diga.

En todos esos manda-tos presidenciales o ge-renciales desde 1939, hancontribuido a hacer deEfe lo que es ahora: milesde profesionales, que sehan jugado el pellejo enguerras y despachos, quehan abierto caminos enel mundo y en España,que han dormido malmuchas noches cuandono sabían cómo resolver un proble-ma de gestión o de información; cien-tos de trabajadores a menudo conunos contratos precarios y a la espe-ra de que la empresa mejorase paraque sus ingresos personales lo hicie-ran también; periodistas que han dor-mido en los caminos, que han hechoviajes lamentables, llenos de penosi-dades; muchos redactores y jefes que,con una inmensa tristeza, debierondejar Efe en aquel expediente de des-pidos y sentir la ingratitud de los nú-meros; y también agentes comercia-les que han intentado explicar a los

clientes que, pese a tra-tarse de una empresa pú-blica, Efe debe pagar suspropias nóminas, paraque no vuelva a ocurriraquello; administrativosque mantienen todo elentramado de intenden-cia a fin de que al infor-mador no le falte de na-da, técnicos que logranmilagros para una cone-xión… Todos los que algu-na vez trabajaron para laagencia.

Deseaba comentar asíesta breve historia trans-versal de Efe. Incompleta,por supuesto (para unamejor documentación,léase el libro de Víctor Ol-mos Historia de la AgenciaEfe, publicado por Espasay del que he tomado al-

gunos datos para este texto).Como en todo, la historia real tie-

ne claros y oscuros; pero me he fija-do aquí en los logros anteriores –detrabajadores y de gestores– para ex-plicar que aquellos que puedan co-rresponder a la etapa actual –quetambién tendrá sus oscuros–, sondeudores de sus precedentes; de losque he citado, de los que no recuer-do, de los que aún ignoro y de losque dejo fuera por razón de espacio.Porque el espejismo de que el mun-do nace con uno conduce siempre alridículo. �

La plantilla fijade Efe ronda los 1.200trabajadores.

Juan Pedro Valentín, periodista, es contertulio político en Las mañanas de Cuatro.

JUAN PEDRO VALENTÍN

Desde el 11 de Septiembre, latelevisión se ha convertido–sin duda– en el gran referen-te de la información de gran-

des acontecimientos. Cada vez que su-cede una noticia de enorme repercu-sión o trascendencia, nos hemos acos-tumbrado a rebuscar en los canaleslas imágenes que nos trasladen denuestro cómodo sofá al lugar de latragedia. Con el movimiento de un de-do podemos ir cambiando de puntode vista, de narrador, de análisis, deconexión… Todo ello sin movernos decasa.

Exigimos a las televisiones que es-tén en directo en los lugares donde seproduce la noticia. Ya no importa dón-

de haya sido. Hace apenas unas déca-das había lugares en el mundo de di-fícil acceso y de poco interés. Ahoratodo el planeta tiene una salida a unsatélite y si no se manda en horas. Yano hay tragedia o noticia que no pue-da ser cubierta por una televisión yeso ha convertido al espectador en ca-da vez más exigente: si me diste en di-recto el 11-S, si llevaste a mi casa la to-ma de Bagdad, si me enseñaste cómoel tsunami devoró las costas de Indo-nesia, ¡cómo no vas a darme cualquierotro evento mundial!

Los costes de producción se han idoabaratando. Progresivamente haymás ofertas de medios técnicos parapoder realizar conexiones en directo

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Las amenazas de losinformativos de televisión“Si hacemos de la información un espectáculo, los periodistaspasamos a ser prescindibles y ganarán terreno todos aquellos quese sepan mover bien en la sátira, la exageración y el humor,profesiones del todo respetables pero que no tienen demasiadoque ver con el ejercicio del periodismo.”

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—65

por todo el mundo. Ahora una cáma-ra de un turista se convierte en el ojode un reportero al estar en el momen-to justo en el lugar preciso. Estamosempezando a conocer lo que es unacobertura mundial. Los periodistas detelevisión lo primero que pregunta-mos es: ¿y no había nadie con una cá-mara grabándolo? Es obvio que las re-dacciones no pueden aspirar a teneresa cobertura mundial, pero sí a con-seguir la imagen de quien estaba allíen aquel instante.

Si llevamos este argumento a suextremo desarrollo, podremos con-cluir que una redacción pequeña pe-ro que tenga un gran acceso a esasimágenes o esas coberturas en direc-to puede dar tanta o mejor informa-ción que aquellas otras redaccionesmastodónticas que se mueven con di-ficultad en los momentos claves. Esposible. Tener un periodista para cu-brir un país entero es menos renta-ble que tener un acuerdo con una ca-dena nacional en ese país para que tesuministre sus imágenes y noticias.El espectador no te va a preguntar có-mo has obtenido la imagen. Sólo teexige que la tengas. Lo demás es pro-blema tuyo.

Así vamos adelgazando las estruc-turas de nuevas redacciones en bus-ca de esa eficacia que además conlle-va una mayor rentabilidad. Rentabi-lidad y periodismo son dos concep-tos que no se suelen llevar muy bienpero que la realidad se empeña enemparejarlos. Ignorarlo a estas altu-

ras de la economía de mercado es unerror.

Pero también lo es renunciar a ha-cer periodismo por pensar que es im-posible desarrollarlo sin gastarse unafortuna. Los periodistas estamos obli-gados a ser imaginativos para obte-ner la información. A ser pesados, te-naces, sagaces, intuitivos… Por eso te-nemos que saber con cuánto dinerocontamos para adaptar nuestras ne-cesidades a nuestras posibilidades yaprovechar estas últimas al máximo.

Hacer información en televisión escaro y complejo desde el punto de vis-ta técnico. No obstante, cada vez esmenos caro y menos complejo. Las te-levisiones ya no aspiran a tener dele-gaciones en el extranjero, ni siquieraen España. Pero aspiran a cubrir loque sucede en cualquier lugar delmundo con tanta celeridad y preci-sión como quienes tienen una ampliared de corresponsales y delegaciones.Obviamente no se puede comparar lasseguridad y fiabilidad que posee quiencuenta con una amplia red propia deperiodistas por todo el mundo, perotampoco es comparable su nivel degasto y su imposibilidad para lograrla rentabilidad cada vez más exigida.La utilización de agencias, de free-lan-ce, los acuerdos con otras cadenas, losalquileres ocasionales, las compras es-porádicas son fórmulas ya diarias es-tablecidas en el periodismo televisivoactual que muchas cadenas tienen queponer en práctica para poder ofrecerlo que el espectador demanda: cuén-

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��� Las amenazas de los informativos de televisión

tame lo que está pasando y no me pon-gas excusas económicas.

De esta forma, las redacciones detelevisión se convierten no tanto enun gran músculo con capacidad demovimiento, sino en un cerebro conhabilidad suficiente como para en-contrar lo que demanda en el merca-do a un bajo coste y con capacidadpara procesarlo y enfocarlo de mane-ra personal logrando un producto pe-riodístico propio. De esta manera seasegura una cobertura global por uncoste razonable y puede poner sus re-ducidos equipos propios para parti-cularizar su oferta al público.

“La tele sólo cuenta sucesos y chorradas”Los informativos de televisión son losúnicos que suelen solemnizar lo ob-vio. En ellos puedes encontrar aper-turas que te cuentan que hace caloren verano o que nieva en invierno. Ytodo ello sin necesidad de que esa olade calor haya provocado más que al-gunos chapuzones en el mar o ma-yor consumo de helados o que esa olade frío suponga que se cierran puer-tos por los que habitualmente nadietransita (Veleta, San Glorio…).

La meteorología y la televisión sellevan muy bien cuando los fenóme-nos son fácilmente identificables eimágenes que rápidamente provocanuna extraña fascinación en el espec-tador. Nos gusta ver cómo nieva des-de el sillón de nuestra casa y nos en-

canta ver cómo la gente se baña enla playa mientras nosotros vemos latele. Quienes trabajan en los informa-tivos de televisión lo saben y por esopriman esos contenidos que en otrosmedios no dejan de ser un breve.

¿Hay noticias que son propias dela televisión y que raramente cabenen otros medios? Pues sí. Fundamen-talmente son propias de televisiónaquellas que tienen una imagen pa-ra contarla. Nunca nos importan laspersecuciones de coches en EstadosUnidos. No sabemos por qué persi-guen al malo, ni cómo se llama, niqué ha hecho, pero emitimos la per-secución por espectacular. “No es unanoticia, pero es una imagen…, y estoes televisión”, dirán algunos. “¿Perono estábamos haciendo un informa-tivo?”, replicarán otros. Éste es el grandebate: ¿qué hacemos informativos otelevisión? ¿Hacer una cosa excluyela otra? ¿Se pueden compaginar?

Hay noticias que sí los son para to-dos los periodistas trabajen en el me-dio en que trabajen que suelen tenermucho éxito en televisión. Por ejem-plo, los sucesos. Cada día se produ-cen multitud de sucesos que son re-flejados de manera diversa en los me-dios. En prensa o en radio aparecencomo noticias complementarias, ha-bitualmente en las secciones locales,salvo que se trate de sucesos que pro-vocan alarma pública (asesinatos enserie, secuestros, robos con violencia).Este tipo de sucesos, con buen crite-rio en mi opinión, pasan a ser porta-

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da de periódicos cuandodejan de ser una anécdo-ta (un hecho aislado) y seconvierten en categoría(un problema a resolverque implica a gobiernosy fuerzas de seguridad).Recientemente hemos vi-vido los casos de asaltosa viviendas en varias co-munidades autónomas yseguimos viviendo cadaaño la muerte de más de60 mujeres a manos desus parejas. Son dos bue-nos ejemplos de ello.

Sin embargo, en la te-levisión tenemos progra-mas específicos de suce-sos y los informativos,que deberían seguir el cri-terio anteriormente apun-tado, llenan sus escaletascon sucesos que no van más allá de sumera narración. Es decir, que no mues-tran más que la excepcionalidad delo ocurrido, sin apuntar un proble-ma o mostrar un asunto grave que hade ser resuelto. ¿Por qué sucede eso?

Alguien puede suponer que los pe-riodistas que trabajan en las televisio-nes son todos unos sanguinarios ounos morbosos, o que quienes ven latelevisión buscar saciar su sed de san-gre en este tipo de noticias. Tal vezalgo de eso ocurra, pero no parece lacausa. Me inclino por otro análisis. Latelevisión es el gran medio de masas.Un informativo concita a diario a va-

rios millones de personas(con la aparición de lasnuevas televisiones esascifran se han reducido,pero en las tradicionalessigue siendo así). El éxitoo el fracaso se deciden enapenas medio millón depersonas. Lo que hay detener 2,5 a 3 millones. Loque va de tener un 17 aun 20%.

En otros medios, la ci-fra de 2,5 millones de con-sumidores supondría eléxito más absoluto. Sonmagnitudes que no mane-jan las radios y mucho me-nos la prensa escrita. Estosignifica que mientras losperiódicos son consumi-dos por público activo,que busca la información

y exige un tratamiento en profundi-dad y bien documentado, la televisiónes consumida por un público en su ma-yor parte gregario que se puede que-dar a ver el informativo o no en fun-ción de lo que tenga en otro canal ode la actualidad que le estés contandoese día. Existe –es verdad– un públicofiel, pero ese no te asegura las cifrasdel éxito.

¿Cómo puedes incorporar más pú-blico para obtener ese plus que te déel éxito? Los analistas indican que só-lo con noticias que lleguen a las gran-des audiencias. Sólo con historias sen-cillas de entender, que no requieran

Los informativosde televisión sonlos únicos quesuelen solemnizarlo obvio.

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��� Las amenazas de los informativos de televisión

tener conocimientos previos ni expli-caciones para contextualizar. Que se-an blancas o negras, sin tener que ex-plicar los matices. Que sean cercanasy las sintamos como propias.

Parece por tanto que la crisis enOriente Medio, el sida en África, laOPA de Endesa o la Constitución Eu-ropea, por poner algunos ejemplos,siendo noticias de importancia indis-cutible, caen en el saco de lo prohi-bido dentro de una televisión por sucomplejidad, lejanía, falta de imagen,necesidad de contextualización… Sinembargo, un asesinato, un incendio,una tormenta, el calor son temascomprensibles, cercanos, que llegande manera rápida y directa. Es pro-bable que no nos aporten gran cosaa nuestro conocimiento, pero tampo-co requieren un gran esfuerzo porparte del espectador. Es decir, se loponemos fácil para que no cambie decanal.

Pero cuando empezamos a decidirqué contenido incluimos en la esca-leta guiados por estos criterios nos ol-vidamos que el periodismo no es pro-gramar en televisión. Que el periodis-mo es una carrera superior en la quese estudia que una noticia no es lomás llamativo sino lo nuevo. Y quecada noticia debe tener unos datosfundamentales para ponerla en sucontexto. Y que debe estar confirma-da antes de ser emitida. Y que debe-ría explicarnos algo del mundo en elque vivimos.

El encadenamiento de sucesos que

la televisión nos ofrece es despropor-cionada si la comparamos con la aten-ción que se da a otras partes de la rea-lidad, pero esas partes son probable-mente más complicadas de explicary, por ello, sólo apta para audienciasmás restringidas. Quien se atreva conexplicaciones en profundidad en te-levisión es probable que se arriesguea un batacazo y quien se decida porasuntos simples y sencillos, se enca-mina por el sendero de las grandesaudiencias. Este axioma nos llevaríaa pensar que hacer información entelevisión es estar condenado al fra-caso y que la información debe enca-minarse hacia el camino de lo fácil-mente consumible, de lo que ahorase llama infoteiment (información y en-tretenimiento juntos) si quiere sobre-vivir. Muchos piensan así. Yo no estoyde acuerdo.

Infoteiment versus credibilidadLa televisión es básicamente un me-dio de entretenimiento. La gran ma-yoría de las personas que la conectana diario buscan evadirse, divertirse,llorar o reír con historias diversas, en-fadarse o alegrarse con triunfos o de-rrotas ajenas, medir su sabiduría enconcursos o seguir con detalle su de-porte preferido. Y también informar-se. Está claro que no es la prioridad,pero resulta que las encuestas indi-can que cerca del 70% de las perso-nas se informan preferentemente porla televisión (datos del CIS).

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Ya hemos comentado que la tele-visión se convierte en la actualidaden el medio de referencia ante gran-des noticias y acontecimientos, queprácticamente son retransmitidos endirecto. Recientemente la agonía,muerte y exequias de Juan Pablo II pu-dieron ser seguidas por millones depersonas en todo el mundo con unacobertura televisiva impensable haceapenas unos pocos años. Quizá, comohemos apuntado anteriormente, es apartir del 11-S cuando la televisión seconvierte en el medio de masas paracontar en directo las noticias de granrepercusión, y el público, acostum-brado, las busca.

Lo que ocurre es que no todos losdías tenemos los periodistas de tele-visión un 11-S para contar. Es decir,no todos los días la actualidad es tanespectacular y afecta a tanta gente co-mo en jornadas históricas como aque-lla. Es más, aquello es lo excepcional.Lo habitual es que la información seaalgo más aburrida. Y si se quiere ex-plicar bien, pues probablemente másaburrida todavía porque lejos delblanco y el negro, la información tie-ne múltiples matices que no convie-ne desdeñar.

¿Qué hacemos cuando nuestros es-pectadores se aburren con las noticiasporque no son tan espectaculares co-mo otros programas ni como aque-llas noticias de los días históricos? Unbuen periodista seguiría haciendo sutrabajo sabedor de que estas batallasno se ganan en el corto plazo y que

la credibilidad se logra poco a poco,día a día.

Sin embargo, también podemoscaer en la tentación: hagamos cadadía algo parecido a un 11-S. Acerque-mos la información al espectáculo. Sila actualidad no es suficientementeespectacular, ya nos encargamos no-sotros de transformarla para que lle-gue al espectador como tal. Es lo quese conoce como infoteiment: mezcla deinformación y entretenimiento. O loque es peor, para decirlo claramente:hacer entretenimiento partiendo dela información. Ese planteamientome parece muy grave para el profe-sional del periodismo. Sería lícito sihablásemos de hacer la informaciónentretenida, manteniendo el rigor, laveracidad y los datos básicos. Pero nonos engañemos, no es ese el caminoque se plantean las televisiones a lavista de lo que parece que demandanlos audímetros.

¿Y qué hacemos ante esta deman-da? Sólo se me ocurre una cosa: in-sistir, hacer periodismo tal y como loaprendimos. Es la única forma de de-fender nuestra profesión como im-prescindible dentro del proceso de co-municación moderno. Si hacemos dela información un espectáculo, los pe-riodistas pasamos a ser prescindiblesy ganarán terreno todos aquellos quese sepan mover bien en la sátira, laexageración y el humor, profesionesdel todo respetables pero que no tie-nen demasiado que ver con el ejerci-cio del periodismo. �

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JOSÉ ALBERTO GARCÍA AVILÉS,

IRENE BERNAL

S i bien no está documentada larelación directa entre el trata-miento periodístico de la rea-lidad social y la influencia que

ejerce sobre el comportamiento hu-mano, existen multitud de estudiosque permiten concluir que los me-dios sí afectan a la visión del mundopredominante en la sociedad, ya seamediante el establecimiento de la‘agenda de los temas’ o el enfoque (fra-ming) concreto que realizan. De for-ma que, como argumentan Berger yLuckmann, durante el proceso deconstrucción de la realidad existe só-lo aquello que se nombra.

Bourdieu sostiene que los profe-

sionales de los medios ofrecen la in-formación sujeta a su propia cosmo-visión, aptitudes, formación, etc. To-do ello en función de una serie de ca-tegorías que organizan aquello que per-cibe el individuo, fruto de su proce-so de socialización. Los periodistas noestán exentos de este proceso y discri-minan la información en función deesas categorías y de una serie de con-dicionantes vinculados al propio me-dio, ya sea por su formato o línea edi-torial.

Quizás el ejemplo más claro se en-cuentre en la televisión y su ‘puestaen escena’ dramática, proclive a exa-gerar cualquier suceso. El periodista

Inmigrantes en televisión:una imagen sesgadaPara los autores1, “los medios audiovisuales no han adoptado unapostura coherente en el tratamiento de la inmigración. Las noticias se ofrecen de forma descontextualizada, y predominael uso de titulares exagerados, el descuido del lenguaje y la faltade contexto”.

José Alberto García Avilés es miembro del Departamento de Estudios Económicos y Financieros (Periodismo) e Irene Bernal Carcelen, del Departamento de Psicología de la Salud, ambos de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—71

también tiende a destacar aquello quesea excepcional y que marque la di-ferencia frente a otros medios, de mo-do que pueda traducirse en un incre-mento del interés de la audiencia.

Por último, y siguiendo la argu-mentación de Bourdieu, el periodis-ta se transforma en un fasthinker que,consciente de la premura de tiempo,necesita transmitir la noticia dejan-do poco margen a la reflexión. Estosfactores, entre otros, obligan a bus-car noticias desde la urgencia y lacompetencia, sin obviar tampoco lavisión parcializada de quien informa.

La representación de los inmigrantesDentro de un marco ideológico com-plejo, la percepción entre grupos, losprejuicios, el predominio de una cos-movisión, las estrategias cognitivas, ade-más de los valores que los periodis-tas atribuyen a las noticias, contribu-yen en conjunto a una representaciónnegativa de las minorías étnicas.

En este sentido, las noticias sobreinmigración tienden a situar al inmi-grante al margen de la ley, en tantoque se le vincula con “redes ilegales”,“crímenes y ajustes de cuentas” o, enel mejor de los casos, con conflictosculturales o situaciones de irregula-ridad administrativa. A menudo, la lle-gada se presenta de forma trágica, encuanto a sus dimensiones. Una segun-da categoría de noticias representa alinmigrante como víctima, en tanto que

se vulneran sus derechos, es agredi-do o excluido. Los medios no constru-yen en ninguna de estas dos catego-rías la imagen de un sujeto activo conun proyecto migratorio propio. Laimagen más positiva del colectivo in-migrante que recogen los medios essu contribución al desarrollo econó-mico del país, lo que reduce su apor-tación a términos mercantilistas, ex-cluyendo los culturales y sociales.

De este modo, los medios partici-pan en la construcción de estereoti-pos y sobredimensionan las situacio-nes negativas a través de metáforas ysimplificaciones. En la actualidad, nu-merosos foros y organizaciones haniniciado acciones para contrarrestaresta tendencia. Es el caso de la cam-paña que SOS Racismo puso en mar-cha a través del Defensor del Pueblodurante 2005, destinada a que los re-tenes de la policía no facilitaran a laprensa la nacionalidad de los presun-tos delincuentes para evitar estereo-tipos.

Los periodistas empiezan a sensi-bilizarse con el tratamiento informa-tivo del fenómeno de la inmigración.Un ejemplo de este esfuerzo es el ma-nual propuesto por la Asociación dela Prensa de Campo de Gibraltar2,donde se formula un acercamientode los profesionales al inmigrante conel que se aspira a reducir la creaciónde estereotipos y mensajes equívocos.

El principal reto de los profesiona-les y académicos reside en compren-der por qué el 35,9% de los españo-

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��� Inmigrantes en televisión: una imagen sesgada

les piensa que la inmigración es unode los principales problemas que exis-ten actualmente en España (Baróme-tro del CIS, julio de 2006) y en quémedida los medios influyen en estaopinión generalizada.

El sesgo de la imagen del inmigrante en televisiónEstudios cualitativos y cuantitativoscoinciden en señalar la estrategia demarcar oposiciones del tipo ellos/no-sotros, asignando elementos negati-vos a ‘ellos’, los inmigrantes, y sólolos positivos a ‘nosotros’, la poblaciónautóctona. Al transmitir la realidadplural de la sociedad española, losmedios de comunicación, desde sutradicional formación occidental eu-rocéntrica, siguen las rutinas profe-sionales que producen y reproducenun discurso informativo sesgado so-bre la situación de los inmigrantes.

El análisis de las noticias emitidasen los informativos nacionales duran-te julio y agosto de 2006 revela queentre las imágenes de los inmigran-tes predominan las de carácter nega-tivo y dramático. Abundan las referen-cias a niños y jóvenes, a inmigrantesdetenidos, heridos o muertos, y tie-nen una presencia mucho más redu-cida las que ofrecen una visión posi-tiva de la inmigración (trabajando, ensituación de ocio, de representantesde asociaciones de inmigrantes).

Las noticias se centran en sucesosnegativos porque en general mues-

tran un conflicto y constituyen la des-viación de la norma, especialmentesi se refieren a grupos marginales. Es-te elemento relaciona la asociación delos rasgos de diferencia (la más visi-ble es la étnica) con los de competen-cia y riesgo (para el mercado de tra-bajo, para las capas de la poblaciónmás desfavorecidas, para la propiaidentidad cultural y nacional) y de-lincuencia (los extracomunitarios co-mo causa de la ‘inseguridad ciudada-na’, vinculados a los tipos de delin-cuencia que merecen un mayor re-chazo social: narcotráfico, delitos con-tra la propiedad y la libertad sexual).Implícitamente, la representación in-formativa predominante se traduce enla criminalización de los extracomu-nitarios, en su representación comoun problema de ‘orden público’, fren-te al cual debe primar la respuestapolicial.

Los términos que el periodista sue-le utilizar para redactar la informa-ción pueden esconder un mensaje ra-cista, mediante el abuso de términoscomo ‘ilegales’, ‘oleada de pateras’,‘avalancha’, y últimamente, ‘irregu-lares’, ‘invasión de cayucos’ y ‘centrosde internamiento’. Los informativossobredimensionan las situaciones ne-gativas a través de metáforas y sim-plificaciones, tales como las que men-cionamos a continuación, sin ánimode exhaustividad.

�—El riesgo para la sociedad deacogida. Las deficientes condicionesde vida de los países de origen de los

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—73

inmigrantes provocanque surja en la sociedadde acogida el temor a quese extiendan enfermeda-des y a que se instalen for-mas de vida consideradasinapropiadas. El concep-to de seguridad ciudada-na es manipulado por losinformativos medianteuna serie de metáforas co-mo la de ‘amenaza’. Losrelatos de las desgarrado-ras historias de vida de al-gunos inmigrantes africa-nos para alcanzar ‘el pa-raíso’ suelen incluir unlenguaje que contribuyea reforzar la idea de ‘ame-naza’, que forma parte de la retóricade exclusión. Apoyada en el funda-mentalismo cultural y en la seguri-dad, consigue vincular de forma di-recta ciudadanía y nacionalidad.

�—El énfasis sobre los comporta-mientos delictivos. Las noticias tele-visivas acerca de inmigrantes apare-cen con un notable sesgo, pues se sue-le relacionar el delito con la condi-ción de inmigrante y también ilegal,lo que genera en la mente del espec-tador un claro binomio ilegalidad-de-lincuencia. La irregularidad es unade las características distintivas delactual flujo migratorio, que a su vezpropicia el establecimiento de redesde delincuencia y criminalidad.

�—La reducción del problema aluso de etiquetas que simplifican una

realidad compleja, con ti-tulares que hablan de ‘ile-gales’, ‘irregulares’, ‘indo-cumentados’ y el ya clási-co, ‘sin papeles’. Debidoa la demanda de la regu-larización de los docu-mentos de trabajo y resi-dencia, se acuñó la expre-sión de inmigrantes ‘sinpapeles’, y gradualmentese suprimió la palabrapersonas, por ejemplo, ennoticias tales como ‘Elmar pone fin al sueño de20 sin papeles’.

�—El uso del término‘inmigración’ que llevaimplícito el adjetivo de

‘extracomunitaria’. Basta con fijarseen las imágenes de los cayucos, losmuertos en las costas canarias y an-daluzas o de personas negras o lati-noamericanas con rasgos indígenaspara dejar claro que no se trata de uninmigrante suizo, por ejemplo, quetambién ha nacido fuera del EspacioSchengen.

�—El énfasis en la masificaciónmediante los vocablos: ‘avalancha’,‘oleada’ y ‘marea’: se instala la ideade que nuestro país sufre una verda-dera ‘invasión’, facilitada por la situa-ción geográfica que la convierte enfrontera Norte-Sur. De ahí las imáge-nes de las pateras sobrecargadas,cuando éstas sólo representan el 5%de la entrada irregular en el país. Eluso habitual de ‘avalancha’ para re-

las pateras sólorepresentan el5% de la entradairregular en elpaís.

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��� Inmigrantes en televisión: una imagen sesgada

ferirse a la llegada de extracomunita-rios es una metáfora inquietante,puesto que las palabras no sólo sir-ven para expresar (describir) sino tam-bién para hacer (actuar), actúan so-bre el espíritu, configurando el ima-ginario colectivo y se convierten enfuerzas capaces de motivar accionesconcretas.

�—En el mismo sentido, la mujerinmigrante está completamente au-sente en televisión, salvo cuando elfenómeno de la inmigración se rela-ciona con la prostitución; en este ca-so, las noticias hacen hincapié en lamigración extracomunitaria femeni-na.

�—En las informaciones acerca derobos, delincuencia, drogas y violen-cia, generalmente aparece menciona-da la nacionalidad de la persona si setrata de un inmigrante extracomuni-tario. En cambio, si se trata de un eu-ropeo, el término elegido para refe-rirse al mismo es el de sospechoso odelincuente ‘a secas’.

En definitiva, las noticias televisi-vas acerca de inmigrantes contienenun notable sesgo, pues suelen relacio-nar el delito con la condición de in-migrante e ilegal, lo que genera en lamente del público un claro binomioinmigración-delincuencia. De estemodo, la televisión contribuye a crearuna fisonomía de ‘inmigrante ilegal’asociada a la violencia y al delito, quesirve de justificante para leyes cadavez más restrictivas en relación conla seguridad ciudadana.

La responsabilidad en la tarea de informarPese a algunos esfuerzos aislados, losmedios audiovisuales no han adopta-do una postura coherente en el trata-miento de la inmigración. Las noti-cias se ofrecen de forma descontex-tualizada, y predomina el uso de ti-tulares exagerados, el descuido dellenguaje y la falta de contexto.

La responsabilidad ética en la prác-tica periodística resulta difícil. En laactual situación de pensamiento dé-bil, escepticismo y relativismo moral,la profesión se muestra incapaz de re-solver los problemas éticos más acu-ciantes por varias razones. En primerlugar, asistimos a un debilitamientogeneralizado de la ética en la socie-dad. En general, el escepticismo sos-tiene que las conductas no puedenjuzgarse como moralmente buenas omalas porque no existen los valoreso exigencias objetivas. La ética, aligual que la vida, se trata de una rea-lidad única e indivisible: no cabe se-parar la ética profesional de la indi-vidual, de la social, ni la pública dela privada. Este debilitamiento afectaal modo de entender y vivir la éticaprofesional. Cuando la ética se desvir-túa, los medios o las instituciones vie-nen a suplir esa carencia, con la arti-culación de una normativa que revis-te cierto carácter autoritario; los có-digos deontológicos tratan de estable-cer unas reglas del juego, pero confrecuencia se muestran poco efecti-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—75

vos, porque la mayoría de los perio-distas no los asumen personalmente.Se implantan normas elaboradas des-de instancias superiores, con sancio-nes o estatutos de redacción, que ad-quieren escasa relevancia en la prác-tica. Y es que los hábitos éticos no sepueden inculcar mediante la simpleexposición de un conjunto de princi-pios o valores.

Este artículo no pretende aportaruna solución novedosa sino más bienpotenciar una labor de continuidad,puesto que además de los marcos delos códigos deontológicos, en Españahay colectivos de trabajadores e in-cluso medios que impulsan iniciati-vas de autocrítica.

La autorregulación profesional re-sulta indispensable porque la cober-tura mediática repercute sobre la con-figuración de valores y pautas de con-ducta en los individuos. Es necesarioque se refuerce su papel de promotorde la convivencia entre los diversosreferentes culturales. Esta responsabi-lidad social afecta e involucra a to-dos; pero, de manera muy particular,corresponde a las empresas de comu-nicación y a los profesionales de lainformación.

Las empresas de comunicación ysus medios son las que deben poner-lo en práctica, puesto que ellas creanlas condiciones permanentes para eldesarrollo de la tarea informativa desus trabajadores. En sus manos estáfomentar la especialización y forma-ción de su personal mediante la adop-

ción de pautas que sienten las basesde la calidad informativa.

Y los periodistas, porque ejercenla responsabilidad de construir el dis-curso informativo. Son quienes vivenmás intensamente las presiones, lascarencias y los prejuicios que pue-den afectar a la tarea de informar.En la medida en que sean conscien-tes de los problemas, podrán poneren práctica una serie de criterios quemejoren la calidad de estas informa-ciones o, en cambio, dejar en eviden-cia una elaboración demasiado sim-ple o demasiado tópica sobre la in-migración.

La extensiva cobertura sobre la in-migración resulta inevitable, dada laactualidad y magnitud del fenóme-no. Sin embargo, los medios puedenreducir la dramatización y la distor-sión del hecho social en sí mismo,mediante la contextualización de for-ma ordenada y responsable. Por otraparte, es necesario fomentar todoaquello que invite a conocer otras rea-lidades sociales y culturales, que su-ponga priorizar experiencias positivasde integración y convivencia. Eso tam-bién es noticia. �

1—Una versión más extensa de este artículoapareció en la Revista de Ciencias Sociales y Ju-rídicas de la Universidad Miguel Hernándezde Elche, vol. 1, nº. 1, 2006.2—El documento de la Asociación de la Pren-sa de Campo de Gibraltar, del que son auto-res Rosario Pérez Villanueva y Francisco OdaÁngel, se puede consultar en la siguiente di-rección: http://institucional.apmadrid.es/laapm/dtDocs.aspx?ic=972

ALMUDENA SÁNCHEZ CAMACHO

E l golpe de Estado del 18 de ju-lio de 1936 supuso un antes yun después para la historia deEspaña en general y para la

prensa en particular. El objetivo deFranco fue la reconversión de la Es-paña republicana en un nuevo régi-men totalitario auspiciado por la je-rarquía militar.

Franco se dotó de un órgano des-de el que asumió todos los poderes,la Junta de Defensa Nacional. Median-te ella, dictó las normas que, a partirde ese momento, debían cumplirseen todas las zonas sometidas.

La Junta de Defensa acometió laconquista del poder y del espacio me-diante una estructuración coordinadade la Administración de Justicia. La de-puración se dio de abajo a arriba y entodos los campos. Franco comenzó aimponer las bases de un nuevo Estadoy, desde este instante, realizó una lim-pieza de todos los que trabajaban pre-viamente en las instituciones.

Muy pronto, los rebeldes sometie-ron todas las publicaciones a la censu-ra militar y utilizaron todos los sopor-tes periodísticos para la difusión denotas oficiales. Con la incautación de

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La depuración de prensaen el franquismoLeyes con carácter retroactivo, consejos de guerra sin garantíasjurídicas para los procesados, tribunales de depuración, censuraprevia… El Estado se aseguró de que la prensa que nacía con elrégimen fuese totalmente renovada. No hubo piedad para losque tan sólo se habían limitado a ejercer la profesión durante laRepública. Hubo que esperar a que el régimen se fuera‘relajando’. Pero eso no sucedió hasta muchos años después ysólo algunos valientes decidieron correr riesgos.

Almudena Sánchez Camacho investigadora del CSIC, es diplomada de EstudiosAvanzados (CDEA).

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periódicos republicanos fueron crean-do una red de prensa que se convirtióen un eficaz aparato de propaganda.Con el tiempo se convertirían en la Ca-dena de Prensa del Movimiento.

Los organismos represoresDurante el primer año de guerra, lossublevados se extendieron por granparte del territorio y unificaron lasbases sociales sobre las que amplia-ron sus influencias. En los años si-guientes, Franco se dotó de una am-plia legislación que, surgida al alborde la provisionalidad de una guerra,sentó las bases de lo que supuso el ré-gimen jurídico de sus casi 40 años deGobierno.

La Ley de Prensa de 22 de abril de1938 duró hasta 1966. Instauró la cen-sura previa y dejó bien claro en supreámbulo cuál iba a ser la funciónde la prensa: “…transmitir al Estadolas voces de la nación y comunicar aésta las órdenes y directrices del Esta-do y de su Gobierno, siendo la Pren-sa órgano decisivo en la formación dela cultura popular y, sobre todo, en lacreación de la conciencia colectiva.”

No existía la mínima posibilidadde movimiento para los periodistas,que a partir de entonces dejaron deinformar con libertad para pasar aser pseudo-funcionarios al servicio delGobierno.

La intención depuradora se cons-tató en el artículo 15 de esta Ley deprensa. Se creó un Registro Oficial de

Periodistas (ROP) para llevar a cabo unriguroso control sobre los periodistasque ejercieron a partir de 1939 la pro-fesión. Todo aquel que quiso pertene-cer al ROP debió firmar una declara-ción jurada en la que dejase bien cla-ro en el medio que trabajaba antesdel 18 de julio de 1936 y cuáles eransus antecedentes políticos. Este hechopuso de manifiesto que no habría per-dón para los que legalmente trabaja-ban en periódicos republicanos. El in-greso en este organismo dio derechoa disponer del carné oficial de perio-dista, requisito obligatorio para ejer-cer la profesión.

La Ley de Responsabilidades Polí-ticas de 9 de febrero de 1939 vino aestablecer una clara línea divisoriaentre la sociedad que se había man-tenido leal al Gobierno republicanolegalmente establecido y los que se ha-bían rebelado contra él. El Gobiernofranquista se legitimó a sí mismo de-nominando ‘nacionales’ a las tropasinsurrectas, mientras que los republi-canos fueron tildados de ‘rojos’ o ‘de-safectos’ entre otros calificativos pe-yorativos. El peso de esta Ley recayósobre estos últimos.

Una de las características que hi-zo que esta Ley fuera muy cruel fuesu carácter retroactivo. Estableció laresponsabilidad política de las perso-nas, tanto jurídica como física: “…quedesde el 1 de octubre de 1934, y an-tes del 18 de julio de 1936, contribu-yeron a crear o a agravar la subver-sión de todo orden de que se hizo víc-

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��� La depuración de prensa en el franquismo

tima España y de aquellas otras que,a partir de la segunda de dichas fe-chas, se hayan opuesto o se oponganal Movimiento Nacional con actosconcretos o con pasividad grave”.

Los tribunales de Responsabilida-des Políticas –tanto el nacional comolos regionales–, encargados de hacercumplir esta ley, administraron trestipos de sanciones: en primer lugar,multas económicas, que fueron lasmás extendidas; el destierro, con lasconsecuencias económicas que estosupuso, y, por último, la inhabilita-ción de la profesión.

En muchos casos iban unidos va-rios castigos. Todas estas medidas res-pondieron al afán del nuevo régimenpor represaliar a los vencidos. Nadaes fortuito. Con las multas, el Estadose aseguraba una buena fuente de in-gresos. Con el destierro, la separaciónde sus bienes y tierras, desarraigán-doles y obligándoles a asentarse de nue-vo en otra ciudad o país. Con la inha-bilitación, se conseguía eliminar dela profesión a todos aquellos perio-distas que se habían mantenido lea-les a la República.

El Tribunal Especial para la Repre-sión de la Masonería y el Comunis-mo era el encargado de aplicar la leyque lleva su nombre de 1 de marzode 1940. Actuaba con independenciadel anterior pero normalmente trans-mitía sus expedientes y/o informes alprimero o viceversa.

En el complejo proceso de la de-puración intervenían distintos orga-

nismos. Ya hemos visto cómo erancastigados en el ámbito de lo civil. Enlo penal, las represalias eran aún másduras.

La Justicia, militarizada, se admi-nistró, en la mayoría de los casos, singarantías jurídicas para los procesa-dos. Los consejos de guerra llegarona juzgar en una hora a una veintenade personas cuyas causas eran de dis-tinta índole. A esto hay que sumarleque los abogados defensores, milita-res designados por las autoridades,disponían de poco tiempo para estu-diar los informes de sus defendidos.

La prensa fue un gremio muy cas-tigado por las autoridades franquis-tas. El resumen del Consejo lo emitíaun secretario habilitado del JuzgadoMilitar que certificaba los hechos. Endicho certificado quedaba constanciadel número del procedimiento suma-rísimo, del nombre del encartado, delos componentes del Tribunal Militarcompuesto por un presidente, unosvocales y un vocal ponente, todos ellosmilitares –incluso quedaba reflejadala graduación de cada uno de ellos–,la fecha y el consejo de guerra encar-gado de juzgar al procesado.

Para hacernos una idea de la pre-mura y la falta de rigor con la que serealizaban los Consejos, en las sen-tencias certificadas no aparecían losinformes del Ministerio Fiscal, ni dela Defensa ni de los procesados: “Da-da cuenta de los autos por el señorSecretario, oídos los informes del Mi-nisterio Fiscal y de la Defensa, y de

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las manifestaciones de los procesa-dos, presentes en el acto de la vista…”

A continuación se exponían los he-chos que implicaban al procesado enel delito. La fórmula empleada erasiempre la misma: “resultando: he-chos probados, y así lo declara el Con-sejo que el procesado…”

Se exponían distintos datos comola filiación política del encartado, losactos cometidos supuestamente con-tra el “Glorioso Movimiento Nacio-nal”, el ejercicio del periodismo enperiódicos republicanos…

El certificado de la sentencia reco-gía en una farragosa declaración losdelitos atribuidos al encausado, suje-to al Código de Justicia Militar y al

Código Penal, y emitía un dictamen:“Fallamos: que debemos condenar

y condenamos al procesado a la pe-na de treinta años de reclusión ma-yor, accesorias de inhabilitación ab-soluta e interdicción civil durante lacondena siéndole de abono el tiem-po que lleva de prisión preventiva poresta causa. Asimismo le condenamosal pago de la responsabilidad civil sindeterminación de cuantía conformea la Ley de Responsabilidades Políti-cas”.

El fallo era firmado y rubricado porlos componentes del Tribunal. Final-mente, el certificado daba cuenta deque la sentencia había sido aprobadapor el auditor de Guerra de la plazaa la que correspondiese el consejo deguerra en cuestión.

Por último, existían los tribunalesde prensa. Ellos eran los encargadosde depurar, en el sentido más estric-to de la palabra, a los periodistas quehabían trabajado en medios republi-canos.

La orden de 24 de mayo de 1939facultaba al Ministerio del Interior aexaminar las conductas de los perio-distas y su relación con el “Movimien-to Nacional”: “teniendo en cuenta elcarácter de institución nacional de laPrensa atribuido por la ley de 22 deabril de 1938, incumbiendo al Esta-do la vigilancia, control, reglamenta-ción, se dispone que todos los perio-distas que residen en territorio libe-rado con posterioridad a 31 de diciem-bre de 1938 estén dispuestos a formu-

La prensa fue un gremiomuy castigado por lasautoridades franquistas.

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��� La depuración de prensa en el franquismo

lar una declaración jurada… Toda so-licitud de carné de periodista deberáser acompañada de la declaración ju-rada, denegándose si la comproba-ción diese motivos para ello”.

Se obligó a todos los periodistas apresentar una declaración jurada enla que debían aportar los siguientesdatos:

a) Nombre y apellido del interesado.b) Periódico en el que trabajaba en

18 de julio de 1936 y clase de ser-vicio que prestaba.

c) Periódicos en que ha prestado ser-vicios con posterioridad a dicha fe-cha hasta la de liberación de su re-sidencia o evasión, con expresiónde la índole de los mismos.

d) Partidos políticos y entidades sin-dicales a las que ha estado afilia-do, indicando la fecha de la afilia-ción, y en su caso el cese; cotiza-ciones voluntarias o forzosas a fa-vor de partidos, entidades sindica-les o Gobierno que haya realizado,incluyendo en ellas las hechas afavor del Socorro Rojo Internacio-nal, Amigos de Rusia y entidadesanálogas, aunque no tuvieran ca-rácter de partido político.

e) Si pertenece o ha pertenecido a laMasonería, grado que en ella hu-biera alcanzado y cargos que hu-biera ejercido.

f) Si prestó adhesión al GobiernoMarxista, a alguno de los autóno-mos que de él dependían, o a lasAutoridades Rojas, con posteriori-

dad al 18 de julio de 1936 y en quécircunstancias, expresando si lo hi-zo en forma espontánea o en vir-tud de alguna coacción.

g) Si ha ejercido algún cargo políti-co u otro al servicio de la Admi-nistración pública dependientedel Gobierno rojo, expresandocuál, en qué tiempo y demás cir-cunstancias.

h) Si ha prestado alguna colabora-ción o servicio al Movimiento Na-cional.

i) Si ha padecido alguna persecu-ción, proceso, encarcelamiento odetención.

j) Testigos que pueden corroborar laveracidad de sus afirmaciones ydocumentos de prueba que puedapresentar o señalar.

Con todas estas medidas, el Esta-do se aseguró de que la prensa quenacía con el régimen fuese totalmen-te renovada. No hubo piedad para losque tan sólo se habían limitado aejercer la profesión durante la Repú-blica.

Periodistas represaliadosAl menos un centenar de periodistasfueron represaliados en Madrid al ter-minar la Guerra Civil. Pertenecían alas distintas redacciones de los perió-dicos que convivían durante la Repú-blica. Algunos eran nombres destaca-dos dentro de la prensa madrileña,otros, la mayoría, anónimos. También

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hubo consecuencias lamentables pa-ra tipógrafos, fotógrafos, cerradoresde prensa y otros de oficios similares.

Acusados de cometer “supuestos”delitos de adhesión a la rebelión, au-xilio a la rebelión y excitación a la re-belión fueron condenados a la penade muerte o 30 años de reclusión ma-yor, en el primer caso; de 20 a 12 añosde prisión en el segundo y a 6 en eltercer supuesto. Aunque las penas os-cilaron según los casos, la arbitrarie-dad fue la tónica más empleada parala adjudicación de condenas.

Hay constancia de que al menosuna veintena de periodistas madrile-ños fueron condenados a la pena demuerte. A la mitad de ellos les fue con-

mutada la pena por la de inferior engrado, es decir, 30 años de reclusiónmayor. El resto no fue perdonado ycumplió con la pena capital.

La militancia a partidos y sindica-tos era otra de las razones por las queeran denunciados. Algunos políticosque ejercieron el periodismo sufrie-ron las represalias pagando inclusocon su propia vida. Es el caso de JoséSerrano Batanero, diputado de AcciónRepublicana y redactor de Política, oCayetano Redondo Aceña, diputado yalcalde de Madrid, además de redac-tor de El Socialista.

Otro castigo que sufrieron muchosperiodistas fue la inhabilitación de laprofesión. Este tipo de depuraciónconsistía en la privación de la únicamanera de vivir, hasta entonces, dela mayoría de ellos. Por lo general, es-ta pena iba asociada a las sancioneseconómicas.

Algunos ejemplos de esta modali-dad de represión fueron Ricardo RuizFerri, quien fuera directivo de la Agru-pación Profesional de Periodistas (enla que pasó de ser vocal a tesorero, yfinalmente a secretario) y redactor deEl Imparcial y de El Sol.

También fue inhabilitado Luis Zu-lueta y Escolano, doctor en Filosofíay catedrático de Pedagogía, diputadodesde 1910 a 1931 y redactor de El Sol,La Lectura, Revista de Occidente, El Libe-ral, Crisol, Luz, Boletín de la Institución Li-bre de Enseñanza, La Libertad, La Provin-cia de Teruel y El Tiempo de Bogotá des-de 1936 a 1960.

Al menos 20 periodistasmadrileños fueroncondenados a muerte, penaque en la mitad de los casosfue conmutada por 30 añosde reclusión mayor.

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��� La depuración de prensa en el franquismo

Y por último, Miguel San AndrésCastro, diputado en las Constituyen-tes de la República por el Partido Ra-dical Socialista de Valencia. Despuésse afilió a Izquierda Republicana yfue diputado por Valencia en las elec-ciones de 1936. Colaboró habitual-mente en Política. Entre otros cargos,desempeñó el de delegado de Propa-ganda y Prensa en Madrid en 1938.

Otro tipo de pena que imponía elTribunal de Responsabilidades Políti-cas era el extrañamiento, lo que sig-nificaba alejarse de la ciudad o paísdonde se había vivido hasta entonces,con las consecuencias económicas yemocionales que esto suponía.

Enrique Fajardo Fernández era co-nocido bajo el seudónimo de FabiánVidal. Miembro de la Asociación dela Prensa de Madrid y con un largocurrículum en la profesión periodís-tica fue denunciado por ser directorde La Voz. Ésta fue una de las razonespor las que fue condenado a nueveaños de extrañamiento.

La pertenencia a asociaciones tam-bién ocasionó represalias. Una trein-tena de periodistas que habían perte-necido a la Asociación de la Prensade Madrid y una decena a la Agrupa-ción Profesional de Periodistas sufrie-ron las consecuencias de pasar porconsejos de guerra, tribunales de res-ponsabilidades políticas y tribunalesde depuración.

Cuatro nombres destacados perte-necieron a ambas asociaciones: JavierBueno presidió ambas entidades; An-

tonio Uriel Alonso fue miembro de laAsociación de la Prensa de Madriddesde 1922 y vicesecretario de la mis-ma en 1938, además de fundador dela Agrupación Profesional de Perio-distas; Eduardo Ontañón era miem-bro de la Asociación de la Prensa deMadrid en 1937 y vicepresidente dela Agrupación Profesional de Perio-distas en 1938, y Vicente Ramón Es-teban era miembro de ambas entida-des sin tener puesto alguno de rele-vancia.

Un ejemplo claro de la represiónejercida por el franquismo fue el deJavier Bueno Bueno, periodista ilus-tre por todos conocido. Un destacadoprofesional que presidió la AgrupaciónProfesional de Periodistas y la Asocia-ción de la Prensa de Madrid, duran-te la República y la Guerra.

Fue conocido por ser un gran ac-tivista político durante la crisis de1934 en Asturias. Desempeñó el car-go de jefe de Negociado de Prensa delMinisterio de Estado de 1931. Fue re-dactor jefe de La Voz en 1930 y direc-tor de Avance, de 1931 a 1933, y de Cla-ridad, desde 1933 hasta 1939. Colabo-ró en distintos periódicos como Nue-va España y El Radical.

Fue juzgado por un consejo deguerra y por el Tribunal Regional deResponsabilidades Políticas. En la de-nuncia que aparece en su causa se leacusa de ser un enemigo de la patriay protagonista de la revuelta marxis-ta “que ensangrentó Asturias en 1934al iniciarse el Movimiento Nacional y

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—83

fracasar en Oviedo el movimientomarxista se ausentó de esta Plazauniéndose a otros elementos revolu-cionarios y organizaciones tomandoparte directa con las armas en la ma-no en el asedio de que fueron objetolas tropas nacionales de la Plaza deOviedo por las hordas rojas…”

La denuncia continúa hablandode su trayectoria profesional como pe-riodista: “… marchando a Madrid don-de aceptó la dirección del periódicoextremista Claridad, órgano de la frac-ción más exaltada de los revoluciona-rios marxistas, así como durante suestancia en Asturias dirigió el órga-no de los mineros asturianos deno-minado Avance siendo tal su influen-

cia respecto a los elementos rojos, alos que excitaba a toda clase de des-manes…”.

Con todos estos datos fue acusadode un delito de adhesión a la rebe-lión y por esta razón fue condenadoa la pena de muerte. Hay que aclararque la ‘adhesión a la rebelión’ era undelito previsto y penado en el párra-fo segundo del artículo 238 del Códi-go de Justicia Militar aplicado por losfranquistas. El autor era responsableen concepto de participación directay voluntaria y civilmente responsablede conformidad con el Decreto de 10de enero de 1937, siendo de apreciara los efectos de la agravación de pe-na las de agravante de perversidad ytrascendencia, a tenor de lo dispues-to en el artículo 173 del referido Có-digo.

El 28 de agosto de 1939 fue apro-bada la sentencia por el auditor deguerra y el 27 de septiembre del mis-mo año se recibe notificación de ha-berse cumplido la pena capital.

A partir de este momento comen-zaron las gestiones para conocer losbienes del procesado y la situación dela familia. La Dirección General de Se-guridad apuntó que el procesado vi-vía de alquiler en la Colonia de laPrensa y Bellas Artes de la que fue de-sahuciado.

La Jefatura Provincial de FalangeEspañola Tradicionalista y de las JONSinformó de que el procesado ya no vi-vía en la casa de la calle Chamartínde la Rosa, número 12. La portera de

Un ejemplo claro de larepresión ejercida por elfranquismo fue el de JavierBueno Bueno, presidente dela Asociación de la Prensade Madrid durante laRepública y la guerra.

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��� La depuración de prensa en el franquismo

la finca señaló, por su parte, que Ja-vier Bueno tenía seis u ocho hijos.

A pesar de que todas las informa-ciones recabadas hacían prever queel procesado carecía de bienes, el 4de septiembre de 1940, el TribunalRegional de Responsabilidades Políti-cas le impuso la sanción económicade la pérdida total de bienes.

Hasta 1957 no se archivó el casopor parte de la Comisión Liquidado-ra de Responsabilidades Políticas. Fi-nalmente, se acordó el sobreseimien-to del expediente, ya que la familiase declaró insolvente.

La legitimación del régimenEn los primeros años de la posguerrase produjeron el mayor número defusilamientos, cadenas perpetuas ocondenas a 30 años de prisión. La in-tención de Franco fue acabar cuantoantes con los desafectos para organi-zar desde abajo la nueva estructurade poder.

Una vez ‘limpiado’ el sector perio-dístico se establecieron las bases delnuevo régimen. Se creó una EscuelaOficial de Periodismo, en la que se ad-ministraba la formación de los futu-ros periodistas. El número de plazasera limitado y la admisión se hacíapor concurso, en el que se tenían encuenta los méritos profesionales, po-líticos y las aptitudes. Era un eslabónmás del proceso depurador.

El discurso político/periodísticocomenzaba siempre anhelando la

paz universal y la España Nacional.Dios, patria, unidad, hispanidad, in-tegridad, cristianismo, anticomunis-mo y antimasonería son algunos dog-mas de fe del franquismo. Había con-signas que se repetían hasta la sacie-dad: lo malos que han sido los ‘ro-jos’, las consecuencias de las ‘hordasmarxistas’…

Desde el régimen se justificó unay otra vez la rebelión de 1936 y la gue-rra, que pasó a ser entendida como‘cruzada’. Se recordaba que la guerrase hizo contra el comunismo. Existíaun recelo exacerbado contra todo loque significase ‘liberal’, que se iden-tificaba con República.

La prensa independiente desapa-reció dejando paso a una prensa di-rigida por el partido. Los periódicostenían un carácter semipúblico, pa-recían más bien un boletín oficial delEstado. La finalidad de la prensa erala educación de los españoles, el adoc-trinamiento de valores y la transmi-sión de la cultura. La libertad de pren-sa se vio cercenada en aras de un pen-samiento único.

Se buscó mantener al pueblo alec-cionado. El miedo se instauró entrelos vencidos. Los que salieron de lacárcel o los que les habían fusilado aalgún familiar no tenían fuerzas pa-ra hacerse oír. No, por el momento.Hubo que esperar a que el régimense fuera ‘relajando’. Pero eso no suce-dió hasta muchos años después y só-lo algunos valientes decidieron correrriesgos. �

TRIBUNALESTEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

La valoración económica de losderechos de la personalidad:

nuevo conflicto entre el Supremo y el Constitucional

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—85

Una de las cuestiones que sue-le originar conflicto entre elTribunal Supremo (TS) y el Tri-bunal Constitucional (TC), el

uno máximo órgano de justicia ordi-naria y el segundo máximo interpre-te de la Constitución (CE) y único ensu género de justicia constitucional,es la referida a la tasación monetariade los derechos de la personalidad,honor, intimidad y propia imagen,cuando procede determinar una in-demnización en resarcimiento de laviolación o lesión de los mismos. Alefecto hay que recordar que al TC, encuanto intérprete superior de la CE yórgano igualmente supremo en ma-teria de garantías constitucionales, lecabe determinar, a través de la opor-tuna ponderación de los intereses enconflicto, el derecho lesionado en ra-zón a la prevalencia de los bienes ju-rídicos en juego; pero de ningún mo-

do establecer, en los casos que corres-ponda, el quantum indemnizatorio,por ser ésta una misión propia de losórganos de justicia ordinaria, y en loscasos que se comentan, del Supremo.

La primera confrontación trae cau-sa de la aplicación de la sentencia delTC nº 115/2000 (recurso de amparo640/97) que anuló la nº 157/1996, dic-tada por la Sala Primera del TS en elrecurso de casación nº 872/93. El ori-gen del conflicto deviene de la publi-cación de un reportaje en la revista L–23 de junio de 1989– bajo el titulode ‘La cara oculta de Isabel P.’, y encual una sirvienta que había presta-do servicios en casa de I. P .A., expre-saba sus opiniones y exponía múlti-ples hechos y situaciones relaciona-dos con la recurrente y sus familia-res y amigos, así como sobre el hogary los modos de vida habituales de

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��� Tribunales

quienes convivían en el mismo. Do-ña I. P. consideró que tal reportaje en-trañaba una intromisión ilegitima ensu honor, intimidad personal y fami-liar y en la propia imagen, formulan-do la correspondiente demanda civil,en la que solicitaba una indemniza-ción de 50 millones de pesetas. El Juz-gado de Instancia de Barcelona, do-micilio legal de la empresa editora dela revista, estimó la existencia de unaintromisión ilegítima que no podíajustificarse por el ejercicio de los de-rechos fundamentales a las liberta-des de expresión y de información, fi-jando la indemnización en 5 millo-nes. Recurrida la sentencia por los de-mandados, la Audiencia Provincial deBarcelona incide en la vulneración delos derechos de la personalidad co-metida por la publicación y asciendela indemnización a la suma de 10 mi-llones de pesetas. Nuevamente la par-te demandada recurre, ahora en ca-sación ante la Sala Primera del TS, elcual determina que las frases apare-cidas en la revista en cuestión, y quedesde el Juzgado de Instancia confor-man el contenido de la intromisiónilegítima, como eran “… los granos quele salen en la cara, con frecuencia…”,“…llevar una determinada agenda depiel de cocodrilo”, así como detallesde los hábitos de lectura, de la ropaque posee en los armarios, el horariofamiliar y los menús, todos ellos re-feridos a la señora P. A., no se puedencatalogar, “ni de lejos” como atenta-torios graves a la intimidad, y sí cabe

considerarlos afrentosos, molestos osimplemente desmerecedores desdeun punto de vista de homologaciónsocial. “Simplemente”, dice el TS,“constituyen una propalación de chis-mes de escasa entidad, que en algúncaso pudieran servir como base pararesolver un contrato laboral de em-pleo del hogar, pero nunca para esti-marlos como un atentado grave y per-judicial a la intimidad de una perso-na”. El fallo del Supremo sentenciaque no existe intromisión ilegítima yprevalece el derecho a la informaciónalegado por la revista.

El TC, al que recurre en amparodoña I. P. A. se pronuncia anulandola sentencia del TS. El Constitucionalreitera su doctrina sobre la intimi-dad, afirmando que el derecho fun-damental reconocido en el art. 18.1de la CE tiene por objeto garantizaral individuo un ámbito reservado desu vida, vinculado con el respeto desu dignidad como persona, frente ala acción y el conocimiento de los de-más, sean éstos poderes públicos osimples particulares. “De suerte”, afir-ma el TC, “que el derecho a la intimi-dad atribuye a su titular el poder res-guardar ese ámbito reservado, no só-lo familiar, frente a la divulgación delmismos por terceros y una publici-dad no querida. No garantiza una in-timidad determinada sino el derechoa poseerla, disponiendo a este fin deun poder jurídico sobre la publicidadde la información relativa al circuloreservado de su persona y su familia,

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—87

con independencia del contenido deaquello que se desea mantener al abri-go del conocimiento público. Lo queel art. 18.1 garantiza es, pues, el se-creto sobre nuestra propia esfera deintimidad y, por tanto, veda que seanlos terceros, particulares o poderes pú-blicos, quienes decidan cuáles son loslindes de nuestra vida privada”. Tam-bién hace hincapié el TC en su doc-trina acerca de las personas con no-toriedad pública, recordando que “notoda información que se refiere a unapersona con notoriedad pública gozade especial protección, sino que paraello es exigible, junto al elemento sub-jetivo del carácter público de la per-sona afectada, el elemento objetivode que los hechos constitutivos de lainformación, por su relevancia, noafecten a la intimidad, por restringi-da que esa sea, pues el reducto de in-munidad sólo puede ceder, cuandodel derecho a la información se tra-ta, si lo difundido afecta, por su ob-jeto y valor, al ámbito de lo público,que no coincide, claro es, con aque-llo que pueda suscitar o despertar,meramente, la curiosidad ajena”. ElTC anula la sentencia nº 157/1996,dictada por el TS el 31 de diciembrede 1996, al tiempo que le remite losautos para el pronunciamiento deuna nueva, acorde con la doctrina ex-puesta en sus Fundamentos Jurídicos.

El conflicto se produce cuando elTS mediante sentencia de 20 de juliode 2000 resuelve “por segunda vez envirtud de Sentencia del Tribunal

Constitucional…” el recurso de casa-ción interpuesto por las partes. En susrazonamientos incide en que la valo-ración pecuniaria de la responsabili-dad de quien lesiona el derecho fun-damental a la intimidad estará deter-minada por la gravedad atentatoriade dicho ataque, así como por la di-fusión de la noticia y las ventajas eco-nómicas obtenidas con ella. “Puesbien”, afirma el TS, “las frases ‘gra-nos que le salen en la cara… determi-nada agenda de piel de cocodrilo… ro-pa que posee…’ se pueden calificar co-mo insignificantes dada la enormeproyección pública de la afectada –he-cho notorio–, por lo que la valoracióndel daño moral producido puede sermesurado en 25.000 pts. [el quantumdeterminado por la Audiencia fue de10 millones]. La difusión de la noti-cia y las ventajas reportadas no hanpodido ser cuantificadas económica-mente”.

La recurrente de amparo doña I.P. A. vuelve a plantear la cuestión an-te el TC, el cual por segunda vez sepronuncia mediante la sentencia nº186/2001, acusando al TS de carenciade rigor en su razonamiento, inci-diendo en que “la falta o insuficien-cia de motivación de una resoluciónjudicial relativa a un derecho funda-mental sustantivo se convierte en le-sión a ese derecho”. En ésta línea in-terpretativa, y después de quejarse deque el TS se haya pronunciado de for-ma improcedente, por dos veces, enuna lesión de un derecho fundamen-

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tal, determina que no tendría senti-do volver nuevamente a remitirle lacuestión, por lo que “procede decla-rar la nulidad de la sentencia de 20de julio de 2000 y declarar que, encuanto al quantum indemnizatorio, hade estarse en ejecución de nuestro fa-llo a la cantidad acordada en concep-to de indemnización por el fallo dela sentencia de la Audiencia Provin-cial de Barcelona, de 12 de enero de1993, cuya fundamentación resultaacorde con las exigencias del derechofundamental expresadas por el TC ensu sentencia 115/2000”. Cabe recor-dar al efecto que la Audiencia señalola indemnización en 10 millones depesetas.

Esta decisión del Constitucionalpuede considerarse, exquisitamente,de dudosa corrección, por carecer decompetencia para determinar la va-loración económica de daños mora-les, aunque sea por la vía circunstan-cial de dar validez a la sentencia dela Audiencia que fue anulada en ca-sación por el Supremo, y cuya firme-za no la declara el TC, por lo que nocabe reconocer autoridad al quantumindemnizatorio señalado en aquélla.

La segunda confrontación es fruto dela aplicación de la sentencia del TCnº 83/2002 (recurso de amparo182/98) que anuló la dictada por el laSala Primera del Tribunal Supremo,de 17 de diciembre de 1997, en el re-curso de casación nº 30/94. Los he-chos, parecidos en su referente pro-

cesal a los comentados anteriormen-te, se originan por la publicación enla revista D. M. de unas fotografías to-madas en una playa no determinada,en donde aparecen don Alberto A. T.,en compañía de unos amigos, uno delos cuales les realiza unas instantáne-as en donde están don Alberto y do-ña Margarita, otra de las personascomponentes del grupo, tumbadosuno al lado del otro en la playa, y enotra, dándose un beso. Una vez reco-gidas las instantáneas, la cámara esdevuelta a don A. A. T., quien proce-dió a su revelación posterior. Tales fo-tos, publicadas el 22 de febrero de1991, fueron vendidas a la revista porcuatro millones de pesetas, sin quese conozca la forma en que llegarona poder del vendedor.

El señor A. T. inició la vía judicialinterponiendo una reclamación porintromisión ilegítima en sus derechosde la personalidad, a la intimidad ya la propia imagen, que le fue reco-nocida por un Juzgado de Instanciade Madrid, condenando a la parte de-mandada a pagar la suma de 20 mi-llones de pesetas. La empresa editorarecurrió en apelación ante la Audien-cia Provincial, que confirmó la sen-tencia de instancia por entender quela difusión de las fotografías consti-tuyó un ataque a la intimidad del de-mandante, así como a su derecho ala propia imagen, rechazando que elcarácter de personaje publico del ban-quero se extienda a su vida intimidad,no haciendo prevalecer el derecho a

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la información dado que la publica-ción de dichas fotografías en absolu-to podría contribuir a generar unaopinión pública responsable sino quesimplemente se limitaban a satisfacerla curiosidad de los ciudadanos. Re-currida en casación la sentencia, elTS anuló la de la Audiencia desesti-mando la demanda interpuesta pordon A. A., en base a tres elementos:el carácter de persona pública del de-mandante, el interés general de la in-formación y que la imagen se tomóen lugar público.

El TC mediante su citada senten-cia 83/2002, desmonta los tres ele-mentos que sirvieron de razonamien-to al Supremo, considerando, de unaparte, que el demandante no es pro-piamente “persona pública” sino deproyección pública, circunstancia quepor sí sola no protege cualquier in-formación referida a ella, especial-mente si los hechos revelados afectana la intimidad; de otra, que la infor-mación publicada no satisface un in-terés general, sino la frívola curiosi-dad intrascendente y un afán comer-cial de dar a conocer situaciones pri-vadas sin ninguna relevancia; y final-mente, se aduce que las imágenes di-fundidas no fueron captadas por unprofesional del periodismo, sino queson fotografías privadas y de recuer-do, las cuales fueron obtenidas por elmedio de comunicación sin interven-ción del demandante, quien nuncaotorgó el consentimiento para su pu-blicación, circunstancia que por sí so-

lo impediría que pudieran amparar-se en el derecho a la información.Acerca del derecho a la propia ima-gen, el TC recuerda su asentada doc-trina que dice: “La caracterizaciónconstitucional del derecho a la pro-pia imagen como un derecho de lapersonalidad, derivado de la digni-dad humana y dirigido a proteger ladimensión moral de las personas, queatribuye a su titular un derecho a de-terminar la información gráfica ge-nerada por sus rasgos físicos persona-les que puede tener difusión pública.La facultad otorgada por este dere-cho, en tanto que derecho fundamen-tal, consiste, en esencia, en impedirla obtención, reproducción o publi-cación de la propia imagen por par-te de un tercero no autorizado, seacual sea la finalidad –informativa, co-mercial, científica, cultural etc.– per-seguida por quien la capta o difun-de”. En cuanto al derecho a la intimi-dad, el TC reitera su doctrina, ya re-señada en el caso anterior –STC.115/2000– haciendo especial referen-cia a que ésta ha sufrido una intro-misión ilegitima al difundirse una delas imágenes del reportaje, concreta-mente aquélla en la que el ahora de-mandante y su acompañante apare-cen besándose, cuya publicación su-puso un ataque a la intimidad, sin es-tar amparada en la notoriedad publi-ca del señor A. T, ni por el interés pú-blico de la información. Por último,y refiriéndose al lugar público en quefueron obtenidas las imágenes, dice

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el TC que “las circunstancias en quelas fotografías fueron captadas, difun-didas y presentadas ponen de relieveque, en este caso, no se justifica el des-censo de las barreras de reserva im-puestas por el propio recurrente; atal efecto es irrelevante el sólo datode que las imágenes fueran captadasen una playa, como lugar abierto aluso publico, pues ello no elimina larelevante circunstancia de que aqué-llas fueron obtenidas en el circulo ín-timo de las personas afectadas, sinque éstas, atendidas todas las circuns-tancias concurrentes, descuidasen suintimidad persona y familiar, abrién-dola al público conocimiento”. Comoresultado de todo ello se otorga el am-paro solicitado y se anula la senten-cia del TS de 17 de diciembre de 1997,volviendo los autos a tal Tribunal pa-ra su nueva consideración de confor-midad con la tesis mantenida por elTC.

Obligado nuevamente a pronunciar-se el TS, lo hace, “por imperativo le-gal”, mediante su sentencia 1085/2002, de 14 de noviembre, declaran-do haber lugar al recurso de casación,que en su anterior había inadmitido,casando y anulando la sentencia dela Audiencia en el sentido de fijar laindemnización, que lo hace en la “ci-fra de 200 euros”. La única motiva-ción que alega el Supremo se centraen considerar que “no apareciendodatos objetivos que permitan unaaplicación directa de los criterios in-demnizatorios, se atiende a la tras-

cendencia –escasa– de unas fotos, ala capacidad económica –alta– delperjudicado, a la situación de las per-sonas en el lugar –público– y a la ob-tención de las imágenes –por perso-na amiga– y su difusión –por perso-na desconocida– por lo que, en eltrance de fijar una cantidad, se esta-blece en 200 euros a la vista de las de-talladas comparaciones y meditadasconsideración que se hicieron por es-ta Sala en su sentencia de 5 de no-viembre de 2001”. Sentencia que esrecurrida en amparo ante el TC quiencimienta su nueva argumentación enno estar de acuerdo con “una indem-nización simbólica –se había pasadode 20 millones de pesetas a 200 eu-ros– mediante un razonamiento quemenoscaba la eficacia jurídica de lasituación subjetiva declarada en laSTC 83/2002 y, por ello, determina lavulneración de los derechos a la inti-midad y a la propia imagen del de-mandante”. Es decir, y esta aprecia-ción en ciertamente novedosa, unquantum meramente simbólico vacíade contenido y eficacia los derechosfundamentales lesionados. La solu-ción jurídica que el TC da al caso esla misma que la aplicada en el ampa-ro de doña I. P. A., anular la senten-cia del TS y declarar firme la de la Au-diencia Provincial que establecía 20millones de pesetas de indemniza-ción.

Esta sentencia es contestada, me-diante un Voto Particular que formu-la el magistrado Pérez Tremps, en

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sus aspectos formal y sustantivo. Enprimer término se estima que noprocede el recurso de amparo comotal, sino que aquello que se suscitaes un puro acto de ejecución de sen-tencia, y en consecuencia otra debeser su consideración legal. En segun-do, destaca la posición de partida dela mayoría, el que la reparación ín-tegra de la lesión de un derecho fun-damental, en sí misma, exige una in-demnización económica. “La pertinen-cia”, se sostiene en el Voto, “y, en sucaso, la cuantificación de una in-demnización en estos casos no estáen relación causal directa e inmedia-ta con la lesión de un derecho fun-damental, sino con la acreditaciónde la existencia de un perjuicio –pa-trimonial o moral– derivado de di-cha lesión. A partir de ello resultaposible que, concurriendo la lesiónde un derecho fundamental, el even-tual perjuicio moral irrogado quedereparado con el propio reconoci-miento de su vulneración, o bien noquepa derivar una indemnizaciónpatrimonial por ausencia de un per-juicio económico, bien su cuantifi-cación resulte ínfima o incluso sim-bólica en atención al también ínfi-mo o simbólico perjuicio económi-co causado. En este sentido”, conti-núa el magistrado, “este Tribunal hasostenido que la lesión de un dere-cho fundamental puede resultar re-

parada con el mero hecho de su de-claración, sin necesidad de una in-demnización”. Doctrina, por otraparte, propia del Tribunal Europeode Derechos Humanos, el cual con-sidera que la vulneración del dere-cho a la vida privada y familiar, notiene porque llevar, necesariamente,aparejada una indemnización eco-nómica, siendo suficiente en algu-nos casos como reparación moral laconstatación de la lesión padecida(STEDH de 20 de diciembre de 2005).

Esta confrontación jurídico-doctri-nal entre los dos tribunales, con ba-se en las sentencias analizadas, plan-tea un problema de fondo por ahorano resuelto, cual es si basta con la de-claración forma de la existencia de unalesión de derecho fundamental ad hoc,o es necesaria su cuantificación eco-nómica. Y, en su caso, la forma de de-terminar la misma.

El tratamiento jurídico de unacuestión tan delicada como ésta, nosllevaría a suscitar la repercusión quepuede tener la ausencia de indemni-zación en los casos de intromisionesilegítimas por parte de los medios decomunicación. También exige unaaclaración doctrinal el considerar laexistencia de violación del derecho ala intimidad por difundir fotografíastomadas en lugares públicos. Asuntosque serán objeto de estudio próxima-mente. �

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L a mala fama que sufren las en-cuestas tiene que ver con la sos-pecha de que sus resultadospueden ser fácilmente dirigi-

dos en una dirección predetermina-da (se supone que en favor de los in-tereses del que encarga la encuesta)por el sencillo mecanismo de redac-tar las preguntas de una forma ses-gada, que induzca a los entrevistadosa decir lo que el entrevistador quie-re. Se trata de una preocupación muyjuiciosa, porque es realmente ciertoque la forma en que se haga una pre-gunta puede condicionar enorme-mente los resultados. De hecho, esmás importante incluso de lo que ellector no avisado puede sospechar, co-mo luego veremos con más detalle.

Ahora bien, no por ello, natural-mente, hay que desconfiar por igualde todas las encuestas o suponer quetodas son intentos malintencionadosde hacernos creer que el público pien-

sa o desea algo que conviene a quienla ha realizado. De hecho, no es tanfrecuente que una encuesta seria con-tenga preguntas o respuestas redac-tadas burdamente para inducir resul-tados del gusto de sus promotores(otra cosa son, por ejemplo, las en-cuestas sin pretensión ninguna de ob-jetividad que a veces se encuentranen páginas web, y que son tambiéninútiles por el sesgo de la muestra,como vimos en un artículo anterior).Hacer una encuesta es bastante caro,así que, normalmente, quien se tomala molestia de encargar y realizar unaencuesta procura no incluir pregun-tas descaradamente manipulativas,puesto que la maniobra sería descu-bierta y el esfuerzo y el gasto habríansido inútiles.

Mucho más común, seguramente,es que de manera honesta alguien in-tente investigar a través de una en-cuesta un asunto social que le preo-

Josu Mezo es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y editor de Malaprensa-com([email protected]).

BUENA PRENSAJOSU MEZO

¿Cuál era la pregunta?

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cupa o le interesa, pero formule laspreguntas y las respuestas de formaque inconscientemente condicionelas respuestas, de acuerdo con sus pre-juicios, sus expectativas o su ideolo-gía, y reduciendo inadvertidamentecon ello la posibilidad de que los re-sultados de la encuesta sean contra-dictorios con sus hipótesis o sospe-chas.

Entre ambos extremos caben va-rios estadios intermedios, por supues-to. Pero en todo caso, para el lector ointérprete de encuestas, el mensajees claro: hay que exigir a quien nosentrega información de una encues-ta que nos dé datos suficientes paraformarnos un juicio propio sobre ella.Y en particular, que nos dé el textode la pregunta formulada, y de lasrespuestas entre las que debían ele-gir los entrevistados. Y desde luego,siempre que los resultados de una en-cuesta sean el tema central de una no-ticia o reportaje, deberíamos incluirel texto de la pregunta y de las res-puestas en la información.

El arte de redactar cuestionariosLa redacción de las preguntas y res-puestas del cuestionario de una en-cuesta no es una ciencia exacta, sinomás bien un arte. La experiencia demuchos años de las empresas de en-cuestas les ha convencido de que lasrespuestas de los encuestados varíanincluso con diferencias aparentemen-te triviales o inocuas en la formula-

ción de las preguntas. Por ejemplo, laempresa Gallup, en la clásica pregun-ta sobre intención de voto en las elec-ciones presidenciales norteamerica-nas (“si las elecciones fueran hoy, ¿vo-taría usted al candidato George W.Bush o al candidato John F. Kerry?”)ha observado que los resultados va-rían de forma significativa si en lapregunta se incluye el nombre delpartido al que representa el candida-to (“¿votaría usted al candidato repu-blicano George W. Bush o al candida-to demócrata John F. Kerry?”). Pareceabsurdo. Todo el mundo sabe quiénes el candidato demócrata y quién esel republicano… Y sin embargo, re-cordárselo el encuestado en la pre-gunta influye sobre las respuestas(también se ha observado que citar alcandidato a vicepresidente puede te-ner efectos sobre el resultado). La me-jor fórmula a la que, con los años, hanllegado las empresas estadouniden-ses es la de emular lo más posible, enla pregunta de la encuesta, la infor-mación que el votante encuentra enla papeleta o la máquina de votación,lo que significa, normalmente, iden-tificar el partido, así como el candi-dato a vicepresidente. Por otra parte,como es una pregunta que se repitemuchas veces a lo largo de la campa-ña electoral, las empresas mantienensiempre la misma formulación, loque les permite al menos hacer com-paraciones a lo largo del tiempo1.

Si una pregunta sobre algo apa-rentemente tan poco ambiguo como

a qué candidato tiene uno intenciónde votar presenta esas dificultades,puede uno echarse a temblar si pien-sa en todas las posibles formas de re-dactar preguntas sobre asuntos mu-cho más imprecisos como el grado deapoyo o rechazo a una determinadapropuesta política, la preocupación olas opiniones sobre temas sociales deinterés (la educación, el medio ambien-te, la sanidad, la inmigración, el te-rrorismo…). Efectivamente, la varie-dad puede ser enorme. Ante lo cual,lo primero que hay que reconocer esque no existe la pregunta perfecta, nila encuesta perfecta, que capture ‘la’opinión pública sobre un asunto. Di-ferentes formulaciones de las pregun-tas darán lugar a respuestas distin-tas, y todas ellas capturarán maticesdistintos de las opiniones de la gen-te, que por otra parte raramente sondel tipo blanco/negro sobre casi nin-gún asunto.

Por lo tanto, al hacerse una ideade lo que piensa la opinión públicasobre un asunto (y al presentarla ennoticias y reportajes), lo mejor seríacontar con una variedad de encues-tas, y tomar conjuntamente todas laspreguntas y respuestas sobre un asun-to para componer la imagen máscompleta y compleja posible de la opi-nión pública.

Naturalmente, este ideal no serámuchas veces factible posible, por fal-ta de tiempo, de recursos, por ser untema novedoso, o por otras razones.Así que a veces hay que basarse en una

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o unas pocas preguntas, de una solaencuesta, para elaborar una informa-ción. Lo que nos obliga a estar espe-cialmente alerta ante los posibles ses-gos de las preguntas y respuestas ofre-cidas a los entrevistados. Algunas,más obvias, saltan a la vista, pero hayotras más sutiles que pueden pasardesapercibidas para el lector no en-trenado. Por eso, en el resto de esteartículo voy a repasar algunos de lossesgos menos evidentes en los que in-cluso un investigador honesto y ex-perimentado puede incurrir. No setrata de tomar decisiones drásticas yrechazar preguntas o encuestas (aun-que esta pueda ser excepcionalmen-te la conclusión). El propósito es másbien ayudar a comprender mejor elresultado de las encuestas, con supunto de distancia.

En principio, no parece difícil enu-merar cuáles son los requisitos de unabuena pregunta y unas buenas respues-tas. Para empezar, las preguntas de-ben ser claras y sencillas, redactadasde tal forma que puedan entenderlaspersonas de todos los niveles educa-tivos y con grados diferentes de expo-sición a los medios de comunicacióne interés por los asuntos sociales y po-líticos. Deben evitarse, por tanto, pa-labras poco conocidas, o ambiguas, omezclar dos preguntas en una.

Los sesgosPor supuesto, debe evitarse cualquiersesgo en la redacción que invite a dar

una determinada respuesta, o cualquierpalabra con cargas o connotacionespositivas o negativas. De nuevo, lapráctica puede ser delicada. Por ejem-plo, si queremos saber la opinión quetiene la gente sobre una medida po-lítica en discusión, incluir en la pre-gunta la información de que esa me-dida ha sido propuesta por el Gobier-no, o por la oposición (según sea elcaso), puede condicionar las respues-tas de los entrevistados que no ten-gan una opinión muy formada, quetenderán a responder de acuerdo consu simpatía política por los diferen-tes partidos.

Si, en cambio, la pregunta infor-ma de que una idea ha sido propues-ta por una autoridad neutral, o res-petada, o experta en la materia, latendencia de los encuestados sin unaopinión muy formada será la de darpor buena la propuesta. Así, no es deextrañar que en una encuesta recien-te, ante la pregunta “¿Cree usted quehabría que derribar las casas ilegales,como propone el fiscal especial de ur-banismo y medio ambiente?” las res-puestas favorables superaran a las ne-gativas por 37 puntos de diferencia(59% frente a 22%).

Por otro lado, hay asuntos que depor sí llevan una carga tan fuerte (po-sitiva o negativa) que es casi imposi-ble redactar una pregunta que no in-vite a una respuesta de adhesión. Porejemplo, en la misma encuesta, en re-lación con los escándalos inmobilia-rios recientes, se hacía la siguiente

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pregunta: “¿Cree usted que se debe li-mitar más el crecimiento de pueblosy ciudades cuando afecte al medioambiente o al desarrollo sostenibledel territorio?” . ¿A quién puede sor-prender que el 81% de los encuesta-dos dijeran que sí?

Es bien conocido el patinazo delCIS cuando anunció que el 68% de losespañoles iría a votar en el referén-dum sobre la Constitución Europeade 2005 (frente al 42% que realmen-te votó). Se trata de un error que elCIS no debería haber cometido, porsu larga experiencia, pero que proce-de de un problema similar: como novotar está mal visto, suele ser muchamás la gente que dice que va a votarque la que realmente lo hace. Inclu-so a posteriori, más gente declara ha-ber votado que la que efectivamentelo hizo: una encuesta de julio pasadodel Centre d’Estudis d’Opinió de la Ge-neralitat se encontró con que el 71%de los entrevistados decía haber idoa votar en el referéndum celebradoen junio, cuando en realidad sólo lohabía hecho el 49% (de todos modos,parte de la discrepancia, pero no to-da, puede explicarse porque las per-sonas que se abstienen son tambiénpersonas que más probablemente seniegan a participar en encuestas).

En realidad, la psicología socialmuestra que no hace falta que la ideasobre la que se pregunta venga ava-lada por ninguna autoridad, ni quetenga especiales connotaciones paraque haya un cierto sesgo favorable a

la respuesta positiva. A igualdad deotras condiciones, los seres humanosprefieren el acuerdo a la confronta-ción, prefieren agradar a los demásque enfrentarse a ellos. De forma quese ha observado que si se preguntapor el mismo asunto con dos fórmu-las inversas (¿está usted de acuerdocon que X es bueno? ¿está usted deacuerdo con que X es malo?) los re-sultados no son simétricos, sino quehay un sesgo favorable a respondersí, o de acuerdo, en lugar de respon-der no, o en desacuerdo.

Si combinamos el deseo de agra-dar con una cuestión cargada de con-notaciones positivas (como por ejem-plo la lucha contra la droga, la pro-tección del medio ambiente, o la pro-tección de la salud), la respuesta pordefecto será tenderá a ser sí, o deacuerdo, casi con independencia dela medida concreta de que se trate.Por ejemplo, al preguntar por el car-né por puntos el CIS encontró en oc-tubre de 20052, antes de que entraraen vigor la nueva ley, que al 69% delos encuestados les parecía muy bieno bien, y sólo a un 16% les parecíamal o muy mal (a un 8% le parecíaregular, y un 7% no sabía o no con-testó). Pero, curiosamente, en otra pre-gunta de la misma encuesta, en laque se pedía a los lectores que esco-gieran entre dos frases (“Con el car-né por puntos se reducirá el númerode accidentes”; “No se reducirá el nú-mero de accidentes”), un 54% decíaque serviría para reducir accidentes,

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un 38% decía que no lo haría, y un8% no sabía. Las respuestas positivas(bien o muy bien) a la primera pre-gunta superaban, por tanto, en un15% a los que pensaban que el carnéserviría para reducir los accidentes.Ese 15% tuvo que salir de los que nosabían si el nuevo carné reduciríanlos accidentes o incluso de algunosque pensaban que no lo haría. Po-drían estar a favor por otras razones,aparte de la seguridad, pero sin du-da tuvo su peso la inclinación a res-ponder positivamente a cualquierpregunta, y más a una propuesta con-vertida ya en ley, y que trata de lu-char contra una lacra preocupante(los muertos en la carretera).

Ese contraste nos da una pista so-bre un modelo de preguntas que evi-ta el sesgo introducido por el deseode agradar. En lugar de preguntar“¿está usted de acuerdo con…?” espreferible pedir a los entrevistadosque escojan entre dos o tres afirma-ciones relacionadas con el tema encuestión, que plantean posiciones al-ternativas, o variaciones que permi-ten expresar muchos más matices.Pensemos en otra encuesta del CIS,también de hace aproximadamenteun año3, sobre la nueva ley contra elconsumo de tabaco en algunos espa-cios cerrados, en la que se pregunta-ba a los entrevistados si les parecíanmuy bien, bien, regular, mal o muymal, algunas de las medidas más im-portantes contenidas en la ley (comola prohibición de fumar en centros

de trabajo, la división en zonas de fu-madores y no fumadores en localesde hostelería grandes, etc…). En nin-guna de las preguntas se daba a losentrevistados la opción de escoger en-tre variantes de las medidas legales.Sólo era posible estar de acuerdo oen desacuerdo, en diferentes grados.Tomemos por ejemplo la preguntasiguiente: “Como probablemente sa-be, a partir del próximo 1 de eneroentrará en vigor una nueva ley queprohíbe fumar en los lugares de tra-bajo cerrados, sin excepción. A ustedesta nueva norma ¿le parece muybien, bien, regular, mal o muy mal?”Una mayoría del 77% decía que le pa-recía muy bien o bien. Pero claro, nohabía opciones alternativas. Imagí-nense una pregunta formulada en es-tos términos: “Ante la cuestión deltabaco en los lugares de trabajo ce-rrados, ¿cuál de estas frases reflejamejor su opinión?: a) Que cada em-presa decida libremente si permite ono fumar; b) Qué esté prohibido fu-mar en general, pero se permita ha-bilitar salas de fumadores; c) Que es-té prohibido fumar, sin excepcionesni zonas especiales.” Esta pregunta-ba alternativa habría capturado me-jor el aspecto más polémico de la re-gulación y habría permitido a los en-trevistados expresar una visión másmatizada que la simple aprobacióno rechazo a la medida concreta in-cluida en la ley. Seguramente, si sehubiera hecho una pregunta así, el77% no habría optado por la opción

c). No quiero decir con esto que la pre-gunta que yo propongo sea buena, yla que hizo el CIS sea mala. Simple-mente se trata de ilustrar que la gen-te no te puede responder a aquellopor lo que no le preguntas.

Existe un caso real, sobre un asun-to muy relevante, en el que se ha com-probado hasta qué punto incluir máso menos alternativas influye de ma-nera espectacular en los resultados.Es un lugar común que la mayoría dela población de los Estados Unidos es-tá a favor de la pena de muerte. Y enefecto, una encuesta realizada en1993 encontró que cuando se pregun-taba, sin más matices, por el apoyo orechazo a la pena de muerte para loscrímenes más severos, el porcentajefavorable era muy alto (un 77%). Pe-ro cuando se introducían alternati-vas, el porcentaje iba disminuyendo.Si la alternativa era cadena perpetuasin posibilidad de libertad provisio-nal en 25 años, el apoyo bajaba has-ta un 56%. Si la alternativa era cade-na perpetua sin posibilidad algunade libertad bajo fianza, el apoyo eradel 49%. Si se añadía la posibilidadde que en la cárcel el preso trabajasey pagase una indemnización a las víc-timas, el apoyo a la pena de muertellegaba a bajar hasta el 41%4. ¿Cuál deesos porcentajes medía el ‘verdadero’apoyo a la pena de muerte? Se tratade una mala pregunta ya que lo queestos datos muestran es precisamen-te la complejidad y capacidad de ma-tiz de la opinión pública, que va más

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allá de una simple posiciónnegro/blanco sobre el tema.

Ahora bien, las preguntas que per-miten al entrevistado escoger entrediferentes alternativas también tie-nen sus dificultades. Una de ellas esla de la exhaustividad de las respues-tas, ya que, como veíamos más arri-ba, los entrevistados no nos puedendecir nada sobre aquello por lo queno les preguntamos. Un ejemplo lopodemos encontrar de nuevo en unaencuesta del CIS. Se trataba de unaencuesta sobre medio ambiente, yuna de las cuestiones planteaba a losentrevistados si creían que los euro-peos sentían más respeto y preocupa-ción por el medio ambiente que losespañoles. Casi la mitad decían quesí, y a estos se les hacía una segundapregunta: “¿Y hasta qué punto creeUd. que esto es así… Por la educaciónque han recibido … Porque reciben másinformación sobre los problemas me-dioambientales… Porque son más ri-cos que nosotros y se pueden preocu-par más por estos asuntos… Porquetienen cauces para ser más participa-tivos?” (Para cada posible explicaciónel entrevistado podía decir: mucho,bastante, poco o nada)5.

¿Es esta lista exhaustiva? Lógica-mente, no puede serlo del todo, pe-ro a mí me llaman la atención al me-nos dos ausencias. En primer lugar,puede haber personas que piensenque los europeos están más preocu-pados por el medio ambiente porquetienen más razones para estarlo, es

decir, porque su medio ambiente es-tá en peor estado que el nuestro. Nodigo que sea así, sino que es una ideaque mucha gente puede albergar (nosería disparatada, dada la diferenciaen densidad de población, industria-lización, motorización…). Si no se pre-gunta, es imposible saber hasta quépunto la gente lo piensa. La segundaausencia es más sutil. Todas las res-puestas que se ofrecen asocian lapreocupación por el medio ambien-te con factores que tienen connota-ciones positivas. Por la educación, lainformación, la riqueza, los cauces pa-ra participar… Subyace en la pregun-ta y en las respuestas la idea de quela preocupación por el medio am-biente es, por supuesto, buena, y queel hecho de que los europeos se preo-cupen más que nosotros es una vir-tud. ¿Y si alguien pensara que los eu-ropeos están más preocupados porestos asuntos, pero que esa preocu-pación es excesiva, y se debe a queson unos angustias, o a que los eco-logistas les han aturdido con su pro-paganda alarmista? Pues natural-mente, el CIS no podría saberlo, por-que no le dado ninguna opción a de-cirlo. En realidad es probable que es-tas ideas sean más bien minoritarias.Pero sería interesante saber si las tie-ne un cinco, un diez o un veinte porciento de la población. Sin embargo,con esta encuesta no lo podemos ave-riguar, porque las respuestas ofreci-das no han contemplado esa posibi-lidad.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—101

El contexto

Hasta aquí hemos examinado las pre-guntas consideradas una por una, pe-ro hay un último elemento importan-te a tener en cuenta a la hora de in-terpretar los resultados de una pre-gunta, que tiene que ver con el con-texto. La cuestión clave es saber quéotras preguntas había escuchado y res-pondido el entrevistado antes de lapregunta que estamos examinando, ycómo le pueden haber condicionado.Se trata de un problema delicado, por-que una buena encuesta no puede seruna sucesión de preguntas aisladas ysin contexto, sino que debe procurarmás bien emular en lo posible una con-versación. Y esto significa que se ha-cen algunas preguntas para poner alentrevistado en contexto, que las pre-guntas se encadenan… y, por tanto,unas pueden condicionar a otras. Co-mo sucede con la redacción de las pre-guntas, el efecto del contexto no es ne-cesariamente obvio ni fácilmente pre-decible, ni se da siempre. Pero es unfactor a tener en cuenta.

Su ilustración más famosa proce-de de un estudio realizado por prime-ra vez en 1948 en Estados Unidos y re-plicado varias veces. El experimentoconsistía en realizar una encuesta deopinión pública en la que se dividíala muestra en dos partes, a las que seles hacían dos preguntas en diferen-te orden. Las preguntas eran: a)“¿Creeusted que los Estados Unidos deberí-an permitir que periodistas de la pren-

sa comunista de otros países vinieranaquí y enviaran a sus periódicos lasnoticias tal y como las vieran?”; y b)“¿Cree usted que un país comunistacomo Rusia debería permitir que pe-riodistas de la prensa estadouniden-se fueran allí y enviaran a Estados Uni-dos las noticias tal y como las vieran?”.Todos los experimentos realizados en-contraron el mismo resultado: el apo-yo a la pregunta a (que los comunis-tas puedan informar libremente so-bre lo que pasa en Estados Unidos) fuesiempre mucho más alto cuando sehizo después de la pregunta b (si losperiodistas americanos pueden infor-mar libremente de lo que pasa en pa-íses comunistas). En un experimentoconcreto, en 1981, el acuerdo con lapregunta a pasaba del 44%, si iba pri-mero, al 70% cuando se hacía despuésde la pregunta b6. Al escuchar, y res-ponder positivamente, a la preguntab muchos encuestados se veían im-pulsados a responder positivamentetambién a la pregunta a. Podemos dis-cutir si es una cuestión de coheren-cia, de reciprocidad, o de activaciónde ciertos principios o valores en losque quizá no pensaron quienes escu-charon en primer lugar la preguntaa. En todo caso la diferencia es espec-tacular. ¿Cuál sería la verdadera opi-nión de los americanos ante esa cues-tión? Se hace difícil responder.

Este experimento ilustra un casoextremo, sin duda, pero el mensaje esclaro. Las preguntas anteriores puedeninfluir sobre las preguntas posterio-

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��� Buena prensa

res. Y por ello es deseable, a la hora deinterpretar incluso la pregunta másclara, explícita y unívoca, averiguarqué otras preguntas se hicieron antes.Por ejemplo, muchos de nuestros me-dios de comunicación realizan encues-tas periódicas en las que combinanpreguntas fijas (intención de voto, opi-nión de los líderes, opinión de la mar-cha general del país) y preguntas va-riables relativas al contexto políticodel momento concreto (tal o cual leyen discusión, un asunto social, una po-lémica partidista). Como es lógico, losperiódicos interpretan las variacionesen la intención de voto a los partidos,o en el valoración de los líderes, comoreacciones del público a los aconteci-mientos que hayan tenido lugar des-de la última encuesta (como ya vimosen un artículo anterior, muchas veceserróneamente, por no tener en cuen-ta el margen de error). Esto sin dudapuede ser cierto. Pero además hay quetener en cuenta que, si las preguntasvariables se hacen antes que las pre-guntas fijas, pueden condicionar tam-bién las respuestas de estas últimas alrecordar a los entrevistados determi-nados asuntos de actualidad, y nootros. Por ejemplo, imaginemos unciudadano que es crítico con ciertasacciones del gobierno, pero a pesar deello, en conjunto, piensa que va a vo-tar a su favor, porque le atraen aúnmenos los partidos de la oposición. Silas preguntas variables tratan de esosasuntos en los que el entrevistado tie-ne una opinión negativa sobre el go-

bierno, quizá se debilite la posibilidadde que luego declare su intención devoto, por no parecer incoherente. Nose trata de que vaya a producirse unaalteración radical de la intención devoto declarada por hablar de unos te-mas u otros en las preguntas variables.Pero no estará de más averiguar, an-tes de interpretar una encuesta sobreintención de voto, qué otras pregun-tas se hicieron antes.

El arte de interpretarComo les decía al principio, la redac-ción de cuestionarios para encuestases más arte que ciencia. Igualmentelo es, por tanto, la detección, al inter-pretar encuestas, de los aspectos de laspreguntas que pueden haber condicio-nado involuntariamente el resultado.Así que no es posible terminar este ar-tículo con consejos demasiado preci-sos. Sólo cabe repetir que si existenvarias encuestas sobre el mismo tema,es preferible contar con todas ellas pa-ra elaborar una información. Y en to-do caso, al interpretar las encuestascon las que contemos, debemos ejer-citar un cierto sentido común y estaralerta ante las cuestiones más impor-tantes: la claridad (¿es la preguntacomprensible? ¿es ambigua?); las aso-ciaciones positivas o negativas (¿quéelementos contiene que pueden indu-cir a una respuesta? ¿se avala una ideacon referencias a alguna autoridad?¿se asocia a algún partido o persona-je político?); el formato (¿se plantea la

pregunta en términos de acuerdo/des-acuerdo con una propuesta, o se invi-ta a escoger entre proposiciones alter-nativas?); la exhaustividad (¿se hanpresentado todas las opciones relevan-tes? ¿hay omisiones llamativas?); y elcontexto (¿qué otras preguntas se hi-cieron antes? ¿cómo han podido in-fluir en las respuestas?). No se tratacon todo ello de enmendar la plana alos investigadores, sino de reconocerque la encuesta no es un instrumen-to de precisión, como una balanza oun termómetro, ni existe una encues-ta perfecta. Diferentes investigadoresredactarían la misma pregunta de di-ferentes formas, y cada una podríaproducir resultados algo distintos. Elmensaje es simplemente, por tanto: ten-gan cuidado ahí fuera. �

1—Frank Newport, Lydia Saad y David Moo-re, 1997. ‘How are polls conducted?’ En Whe-re America Stands, 1997. John Wiley & Sons,Inc.2—Estudio 2.624, octubre de 2005. http://www.cis.es/cis/opencms/ES/1_encuestas/estu-dios/ver.jsp?estudio=53573—Estudio 2.627, noviembre de 2005. http://www.cis.es/cis/opencms/-Archivos/Margina-les/2620_2639/2627/e262700.html4—Richard C. Dieter. Sentencing for Life: Ame-ricans Embrace Alternatives to the Death Penalty.1993. Death Penalty Information Center.http://www.deathpenaltyinfo.org/article.php?scid=45&did=4815—Preguntas 2 y 2a, estudio 2.590, enero de2005. http://www.cis.es/cis/opencms/-Archi-vos/ Marginales/2580_2599/e259000.html6—Howard Schuman, Graham Kalton y JacobLudwig, 1983. ‘Context and Contiguity in Sur-vey Questionnaires’. The Public Opinion Quar-terly, vol. 47, nº. 1. (Spring, 1983), pp. 112-115.

Informe anual de la profesiónperiodística 2006Pedro Farias (director),408 páginas, 24 euros (12 euros por internet).

Una ventana a la profesión

y los medios con referencias

estadísticas desde las

perspectivas profesional,

laboral, asociativa y formativa.

DE VENTA EN LA A.P.M.

LETRAS DE CAMBIOARSENIO ESCOLAR

Escriben con los pies y además los tienen sucios

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—105

Nuestra prensa diaria, sobretodo en Madrid, es una pren-sa eminentemente política.La política, su principal

campo de juego, invade las portadasy muchas de las páginas interiores,ocupa a la mayor parte de los colum-nistas y editorialistas y copa la secciónde nacional. ¿De noticias? Muchas ve-ces no, sólo de declaraciones, de loque dijeron ayer los políticos, de in-terminables blablablás.

Haced esta prueba: anotaos du-rante unos cuantos días el verbo prin-cipal de las informaciones de las sec-ción de nacional de los principalesdiarios. Cuando hagáis recuento ossaldrán docenas, casi cientos de ‘di-ce’, ‘declara, ‘sostiene’, ‘mantiene’,‘afirma’, ‘propone’, ‘avisa’, ‘advierte’,‘proclama’, ‘juzga’, ‘concluye’, ‘tacha’,‘tilda’, ‘denuncia’ (pero no porque sehaya ido alguien a un juzgado, no),‘reflexiona’, ‘manifiesta’, ‘asegura’,‘asevera’, ‘aventura’, ‘observa’, ‘ve’,‘admite’, ‘confiesa’, ‘promete’, ‘se jac-

ta’, ‘alardea’, ‘apuesta’, ‘propina’,‘censura’, ‘critica’… y algunos otrosverbos más para contar que algún po-lítico dijo ayer algo. Incluso encon-traréis algunos ‘insiste’, ‘reitera’ y ‘sereafirma’, que revelan que lo que di-jo el parlanchín ya lo había dicho an-teriormente. Hace unos años yo pro-puse en un diario que tenía especial-mente agudizado este problema quela sección nacional, que se llamaba‘España’, pasara a llamarse ‘España di-ce’. Sin éxito. Ni cambió de nombreni cambiaron las informaciones y susverbos dominantes.

Dedicándonos como nos dedica-mos, en fin, a este monopolístico yagotador periodismo político decla-rativo, se observa que cada día usa-mos peor sus verbos. No sé si es quelos veteranos nos vamos relajando yabobando con la edad o si es porqueestán llegando ya a la informaciónpolítica muchos jóvenes periodistasque han leído escaso y mal, no sétampoco si es porque todos tiramos

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��� Letras de cambio

muy poco de diccionario (herramien-ta que cada día se ve menos en lasmesas de las redacciones, y me temoque no es porque se tenga en la pan-talla, descargada de Internet), pero locierto es que se publican a diario co-sas como éstas: ‘Zapatero confiesa queganará las elecciones’. ¡No hombre,no; será ‘aventura’, ‘confía en’, ‘cree’,‘dice’ si me apuras… pero no ‘confie-sa’, que uno no confiesa algo que es-tá por venir y que le beneficia! O ‘Ra-joy tilda a Aznar como el mejor ac-tivo del PP’. ¡Será ‘califica’, ‘procla-ma’, ‘señala’… pero no ‘tilda’, que til-dar es ‘señalar con alguna nota deni-grativa a una persona’!

Al extenderse como una plaga elperiodismo declarativo a otros ámbi-tos ajenos a los de la política, al inva-dir incluso todas las áreas de los dia-rios, nos encontramos ahora con en-trenadores de fútbol que, en vez de ‘pro-clamar’ o ‘asegurar’ que sus equiposhan jugado bien, lo ‘admiten’ o ‘con-fiesan’, con artistas que según el pe-riodista ‘tachan’ a un colega al que

en realidad han elogiado y hasta conempresarios que ‘alardean’ de que susbeneficios bajan en lugar de ‘admitir-lo’ y con gente diversa que ‘revela’ co-sas que conoce todo el público.

Es de temer que estos dislates, co-mo otros errores lingüísticos de losque ya he tratado en anteriores artí-culos, vayan a peor. Los periodistas ten-demos a leer menos y mal, no más nibien; y en las facultades de Comuni-cación se tiende a formar poco o na-da en lengua a los alumnos, a los quese les enseña mucha historia del pe-riodismo y ninguna gramática, mu-cha historia de las ideas y ningunaortografía.

Un viejo maestro mío en el oficiosoltaba a menudo esta exclamaciónmientras corregía pruebas en mediode la redacción, mirando al techo yno directamente al autor del textocon el desaguisado que acababa depescar: “¡Como no leen, escriben conlos pies! ¡Y además los tienen sucios!”.En breve, ya ni los redactores jefe ten-drán estos arrebatos. �

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Los medios decomunicación al serviciode extraños intereses y notan extraños

PERIODISMO SININFORMACIÓNFélix Ortega(coordinador). Tecnos.162 páginas. 12 euros.

Magnífica exhibi-ción de análisis y

crítica sobre los medios de comuni-cación inmersos en esa alocada vorá-gine de despropósitos donde la inven-ción y la desfachatez priman sobre laveracidad. Uno de los mejores librossobre periodismo publicados en losúltimos tiempos en España, coordina-do por Félix Ortega y en el que cola-boran otros cuatro expertos: MaríaLuisa Humanes, Chelo Sánchez, LuisGarcía Tojar y Ana Tamarit. Si bienlos trabajos de estos cuatro últimos

no desmerecen en absoluto, quizá seala primera parte, debida a Ortega. lamás analítica y coherente.

Señala Ortega al principio de supresentación que la profesión perio-dística en España ha de entenderse ycomprenderse ligada al desarrollo de-mocrático español, cuestión eviden-te dado que en tiempos del franquis-mo existía la prensa pero no el perio-dismo, sometido y amordazado porel régimen dictatorial impuesto porel rechoncho y brutal militar golpis-ta. Y fue justamente, alrededor de losmedios de comunicación, en torno alos cuales giraron los grandes hitosdel proceso democrático, unas vecesporque los medios se erigían en ver-daderos conductores del proceso yotros porque así se lo creían los pe-riodistas, convertidos en héroes socia-les, y los medios, que se apropiabanindebidamente de un exceso de pro-tagonismo.

Para Ortega, “las consecuencias deesta imbricación del sistema demo-crático con el de la información son

LIBROSIGNACIO G. IGLESIAS Y DAVID LÓPEZ

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��� Libros

varias y de la larga duración” y seña-la que la primera de ellas atañe al ex-traño maridaje entre políticos y pe-riodistas, que llega a desdibujar en oca-siones las fronteras entre ambos pe-ro que sobre todo “interfiere notable-mente en la autonomía profesionalde los segundos”. Cosa bien cierta pe-ro a la que se prestan voluntariamen-te muchos voceros que desde púlpi-tos, en apariencia respetables y orde-nador en ristre, se proclaman deten-tadores de la más sacrosanta verdady se erigen en defensa inexpugnablede los más excelsos valores de la so-ciedad, sin que, por cierto, nadie selo haya pedido.

Así, amparados en esta mayestáti-ca etiqueta y plenamente conscientesde la influencia de sus medios sumer-gen a éstos en profundos barrizalesde seudoinformaciones rosáceas yamarillas cuando no en surrealistasinterpretaciones sobre determinadossucesos de actualidad. Las fuentes yel contraste son absolutamente des-preciados por estos energúmenos quereescriben y reinterpretan la actuali-dad y la historia. A aquéllas –las fuen-tes–, las sustituyen ahora la credibi-lidad del individuo –por despreciableque éste en realidad sea, siempre es-tará amparado por la del medio quelo sustenta–, y por una esquizofréni-ca interpretación de las noticias. Real-mente lo único exigible en estos me-dios de comunicación es que el rela-to presente ciertas características deverosimilitud, aunque atente contra

las más respetables leyes del periodis-mo. En muchas ocasiones al procesode elaboración de estas patrañas se lesuele denominar ‘periodismo de in-vestigación’, ¡con dos pelotas!

Es lo que Ortega llama “periodis-mo sin información” y al que se po-dría añadir: ni falta que hace. En rea-lidad con este magnífico trabajo deFélix Ortega y sus compañeros, la ba-zofia periodística ha quedado, en cier-to modo, elevada a la categoría decientífica, no por lo que ella repre-sente sino por llegar a ser objeto deatención por parte de prestigiosos es-tudiosos del asunto.

Según se especifica en la obra, ellibro se organiza en torno a dos gran-des núcleos temáticos. El primero,destinado a desarrollar las caracterís-ticas del modelo aludido anterior-mente, así como las razones históri-cas y sociales que permiten compren-der su aparición en la sociedad espa-ñola. El segundo se orienta al estudiode las principales manifestaciones delmodelo que son la banalización, la es-pectacularización, el predominio dela opinión –que en muchas ocasionesreemplaza a la información–, y el re-visionismo histórico, asunto al queno pocos periodistas, disfrazados dehistoriadores, se dedican en los últi-mos tiempos y no con poco éxito, ha-ciendo exhibición de una fantasíaconsiderable y de una arrogancia y una“jeta” descomunales. El último capí-tulo, menos mordaz y crítico, está de-dicado al análisis del periodismo lo-

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cal, que avanza, por lo visto y leído,con pasos de gigante hacia la más to-tal de las burocratizaciones.

Un libro muy recomendable paraestudiantes, a los que puede servir dearma preventiva ante el descomunalbatiburrillo en el que se mueven losmedios de comunicación en los que,se supone, habrán de encontrar sumodo de vida. Más recomendable aúnpara los ejercientes de tan noble ofi-cio y mucho más para cualquier ciu-dadano que quiera enterarse de losque algunos palafreneros distingui-dos y mamporreros resentidos entien-den como periodismo. Algo que conel paso del tiempo más se añora y me-nos se ejerce.

El futuro de Internet a salvo de dinosaurios y otros interesesinconfesables

DARKNETJ. D. Lasica. Nowtilus.368 páginas. 21,95euros.

A un lado están loschavales, aferradosa su ordenador, des-

cargando los últimos discos del mer-cado. Al otro lado, el cantante que gra-bó ese disco, sufriendo porque no ga-na dinero con su creación, estafado.

Ésa es la imagen de Internet que hay,de la nueva era tecnológica. Pero, ¿quésucede si se dibuja de nuevo? A un la-do, toda una nueva generación, avan-zadilla de más que vendrán, que for-ma parte de Internet y que se ha con-vertido también en creadora con susblogs, sus podcast, sus imágenes… Alotro, una industria de dinosaurios quese mueve torpemente y que no dudaen sacrificar la creatividad para pro-teger su negocio tradicional. ¿El pano-rama cambia? Pues ahí es donde sitúaJ. D. Lasica, etiquetado en su país,EEUU, como gurú de las nuevas tec-nologías, este curioso libro que hacebalance y previene contando historiasreales sobre Internet. Para quien estéya al tanto de las luchas de derechosen Internet, las leyes y las acciones, so-bre todo en Estados Unidos, no apor-tará nada nuevo. Al resto le ayudaráa ver, como dice el autor, que esta rea-lidad no tiene sólo el “tratamiento uni-dimensional” que le dan los medios.Es decir, que no se trata de piratería,sino “de generaciones venideras”.

Para ello se recurre en el libro a his-torias variopintas que no sólo hacenreferencia a la típica piratería –unidi-mensional– que se ve siempre. Hay cu-ras que utilizan fotogramas de pelícu-las para ilustrar sermones dominica-les, cantantes empeñados en mantenerviva en la Red la música folk, incluso‘luchas’ entre grandes compañías. Ade-más de estas historias, en un curiosoejemplo de historia cíclica, Lasica re-cuerda reacciones históricas a otros in-

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��� Libros

ventos que tuvieron a la industria encontra. Así, Marconi inventó la radiocon los artistas de vodevil echandochispas, los estudios de cine criticabanla televisión, los editores la fotocopia-dora o incluso Sony (hoy al otro lado)veía cómo Hollywood se le echaba en-cima por crear el vídeo…

Internet, sin embargo, es un cam-po de batalla mucho más amplio.Afecta a millones de personas y alcan-za prácticamente todos los ámbitosde la creación. Por eso advierte el es-critor y periodista estadounidenseque “el futuro del cine, la música, laliteratura, la televisión, los juegos deordenador e Internet está en juego eneste choque entre la irresistible fuer-za de la innovación tecnológica y losobjetivos empresariales inamoviblesde los poderes mediáticos del mun-do del entretenimiento”.

Frente a esa industria que presiona,la “generación digital”, como la llamaLasica, encuentra su espacio en las dark-nets, “redes privadas o clandestinas don-de la gente intercambia y comparte ar-chivos y contenidos y se comunica anó-nimamente”. Bautizadas así por inves-tigadores de Microsoft, las darknets sonel enemigo de la industria. Aunque elautor prefiere verlas como el lugar“donde reside toda la esperanza y pro-mesa de futuro de la red”.

Ése es el escenario. Ahora vienenlos bandos. Por uno, esa industria quese aferra a su negocio establecido yque además cuenta, como apunta La-sica, con el apoyo de los grandes gru-

pos mediáticos, que incluso “con laexcusa de luchar contra la pirateríay proteger el copyright, amenazan conprovocar una involución tecnológicapara que nuestros dispositivos perso-nales estén controlados, nuestros re-ceptores de televisión capados y nues-tros ordenadores limitados de capa-cidades. No es una amenaza lejana.Ya está pasando hoy”. Y entre sus ar-mas han contado además con el po-der político, que ha permitido esta-blecer “recientes excesos legislativosy abusos de la empresa privada quehan producido un grave desequilibriode las libertades digitales de los con-sumidores”.

Al otro lado, sin embargo, está lagente, millones de personas, una ge-neración y más que vendrán, que for-man parte ya de la Red y que estánlogrando que cambie la realidad. Enpalabras de Lasica: “La tecnología es-tá modificando el equilibrio de poderentre los grandes grupos mediáticosy la gente corriente inclinando la ba-lanza, poco a poco, hacia el lado delos ciudadanos. (…) Ya no somos telea-dictos tragándonos todo lo que losmedios de comunicación nos ponenpor delante. Producimos, publicamos,reinventamos y compartimos nues-tros contenidos personales”.

De ahí que el autor haya publica-do este libro (puede seguirse en inglésen www.darknet.com) para redibujarla situación de Internet y la revolu-ción tecnológica. Hacer borrón ycuenta y superar la simplificación ha-

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bitual de la piratería. Y de ahí que ter-mine haciendo un llamamiento (y ad-vertencia): “Necesitamos nuevas re-glas para esta nueva era digital, no elcajón de sastre de la piratería en In-ternet, sino políticas sensatas y mo-delos de negocio que recompensencorrectamente y hagan justicia a loscreadores, pero sin obstaculizar la im-parable interacción personal”.

La forma de aprender a leer la televisión y muchas otras imágenes

ESTO NO SONLAS TORRES GEMELASMaría Acaso. Los Libros dela Catarata. 102 páginas.12 euros.

Curioso este libro deMaría Acaso, una

profesora de Didáctica de la Expre-sión Plástica en la Facultad de BellasArtes de la Universidad Complutensede Madrid. Acaso, que es autora de otrosmuchos trabajos magníficos sobre lalectura de imágenes y que ha traba-jado en universidades estadouniden-ses de gran prestigio como son Stan-ford y Harvard, ha escrito un libropletórico de originalidad y de interésy de una innegable carga didáctica.Estamos saturados de analizar la lec-tura de textos, de informaciones, ve-rídicas, inventadas, interesadas, fal-

sas, absurdas o espeluznantes. Lasimágenes son susceptibles de las mis-mas definiciones y los mismos obje-tivos. Sin embargo no es usual que sevean sometidas al mismo análisis. Ma-ría Acaso sí lo ha hecho y los resulta-dos son realmente sorprendentes.Desde luego, después de leer este li-bro y asimilarlo, aunque sea mínima-mente, la percepción del lenguaje vi-sual adquirirá otra vertiente muchomás cercana a la realidad.

Vivimos en una época en que ca-si ningún texto periodístico o infor-mación noticiosa es ajeno a un deter-minado objetivo. Según Acaso, conlas imágenes ocurre algo similar. Na-da es aséptico. Nada es desinteresado.Los productores de imágenes tienensus objetivos definidos con una me-ridiana claridad. Como dice la auto-ra, vivimos en una hiperrealidadconstruida a través de las representa-ciones visuales que en una importan-te cantidad se generan con la inten-ción de provocarnos miedos o empu-jarnos hacia ciertos hábitos consumis-tas generalmente deplorables.

La herramienta que utilizan losconstructores de imágenes para repre-sentar la realidad es el lenguaje vi-sual, con un código específico, unoscomponentes determinados y una gra-mática especial, según Acaso, paraquien las imágenes no son ornamen-tos que adornan las grandes ciudadeso hacen más entretenidos los periódi-cos. “Lo importante de estas imáge-nes”, recalca la autora, “es que gene-

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��� Libros

ran conocimiento”; es decir, que mo-difican nuestra manera de pensar yhacen que adoptemos una determina-da actitud en la vida. María Acaso in-siste en que no hay que menospreciaruna imagen: “no embellece, sirve pa-ra general conocimiento”. Una ima-gen –añade, recordando el llamado‘efecto realidad’ de Roland Barthes–,es la realidad, de tal manera que, au-tomáticamente, confiamos en ella.

Para la autora existen tres princi-pales tipo de imágenes que configu-ran los mundos visuales: las represen-taciones visuales informativas, las re-presentaciones visuales comercialesy de entretenimiento y las represen-taciones visuales artísticas. Y sobreellas se extiende Acaso, explicitandoque mientras las primeras tienen lafunción de traspasarnos informaciónde una manera neutra, las comercia-les se construyen con el objetivo deque el espectador-consumidor com-pre un producto o servicio, incluyen-do los de entretenimiento; es decir,las imágenes que se consumen porplacer. Las representaciones visualesde carácter artístico son diferentes alas dos anteriores y que sirven paraalertar a los espectadores sobre lospeligros de los dos anteriores tipos.

Para María Acaso es indudable queexiste una cultura visual que puededefinirse como un “conjunto de re-presentaciones visuales que formanel entramado que dota de significa-do al mundo en el que viven las per-sonas que pertenecen a una sociedad

determinada. Es el conjunto de pro-ductos visuales que pueblan nuestracotidianidad y dan origen a la iden-tidad del individuo contemporáneo”.Esta cultura visual está adornada poruna serie de características: es cotidia-na; construye la hiperrealidad; nosconduce a la hiperestatificación; es pa-radójica y es global. A este último res-pecto pone, Acaso, el tan actual ejem-plo de David Beckham, cuya imagenconstituye un evidente ejemplo de laglobalización de la cultura visual.

En este mundo visual y global seaposentan, como en infinidad de par-celas de la vida, la enajenación, lamentira y hasta el terrorismo, porquetambién existe el terrorismo visual y,por supuesto, los perpetradores y eje-cutores que Acaso divide en dos tiposde terroristas visuales: el que encar-ga la imagen y el que la construye. Alprimer grupo pertenecen los gruposde poder, fundamentalmente las mul-tinacionales y los partidos políticosque no firman el producto, simple-mente lo encargan y lo financian. Enel segundo grupo se encuentran losmercenarios visuales, los profesiona-les que construyen las bombas icóni-cas, dice la autora.

Es cierto, tal como señala María Aca-so, que ciertas imágenes influyen enla vida de ciertos ciudadanos hasta ex-tremos inconcebibles. Las imágenes pue-den generar una serie de temores quepueden llegar a aterrorizar a esos ciu-dadanos, y los terrores, los miedos ge-nerados, son de lo más distinto y va-

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riopinto. Por ejemplo, los terrores cul-turales cuyo objetivo es que el ciuda-dano apoye o tome partido por un de-terminado grupo, ya sea religioso opolítico o que tenga que ver con asun-tos como la raza o la sexualidad. Y asíexisten, entre otros, el terror a no serblanco (que se lo pregunten a MichaelJackson), el terror a ser mujer, el te-rror a ser homosexual y entre los te-rrores políticos, incluye Acaso, el te-rror a no ser occidental, o sea terroral Tercer Mundo; y el terror a no sermonárquico porque en los países enlo que un sistema caduco y trasnocha-do como la monarquía existe, hay mu-chos productores de imágenes que sehan encargado de generar, a través deimágenes, el miedo a la República.

De cómo ha cambiado el periodismo en los últimos años o la voz de la experiencia

UN OFICIO DE FRACASADOSRodolfo Serrano. Berenice.156 páginas. 14 euros.

Periódico: conjuntode páginas que se re-galan en los quioscos

al comprar libros, coches, abanicos ocruasanes. Redacción: lugar donde an-tes se reunían los periodistas para ha-

blar de sus cosas y tomar una copita.Hoy ha sido sustituida por un lugaren el que van los profesionales del pe-riodismo a jugar con el ordenador.Periodismo de investigación: filtra-ción…

En tiempos en los que la autocrí-tica ni aparece en el diccionario, Ro-dolfo Serrano (Villamanta, Madrid,1947) da dos tazas. Ya se intuía, noobstante, con un título como el quelleva este librito ágil y real y que abrecon la cita de Mark Twain de la queproviene: “Habiendo fracasado en to-dos los oficios, decidí hacerme perio-dista”. En apenas 150 páginas, el pe-riodista da un repaso a la profesión,los profesionales, su pasado y su pre-sente, con un texto sencillo de en-tender para los periodistas pero com-plicado de asimilar para todos aque-llos que se sientan reflejados. Por-que aunque ya advierte también enel título que éste es un “libelo pro ycontra el periodismo” la parte refle-jada en el mismo es la mala. Así lojustifica Serrano: “Como en la acti-vidad periodística, hemos optadopor contar lo anormal. No hablamospor tanto, salvo en raras ocasiones,del trabajo bien hecho, de la hones-tidad de miles y miles de profesio-nales que han dignificado y dignifi-can este oficio”.

En las últimas décadas el periodis-mo en España ha cambiado. Y han cam-biado los periodistas y la forma deejercer su oficio. Las redacciones, re-cuerda Serrano, eran lugares diferen-

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��� Libros

tes, bulliciosos, ruidosos, y hoy sonoficinas asépticas sin apenas conver-saciones. Los periódicos también hancambiado. Y la mentalidad… Sin em-bargo, 60 años después del inicio dela dictadura, a la profesión le siguefaltando su dosis de autocrítica. Ni sehizo durante la dictadura, cuando losmedios no fueron, como recuerda elautor, adalides de ninguna libertad,ni se hizo después, durante la tan ca-careada Transición, ni se hace hoydía.

Lo intenta aquí el periodista, queha sido la mayor parte de su carre-ra redactor del diario El País, con eltoque de humor que dan las histo-rietas, las anécdotas y algunas citas,viejas, como las continuas mencio-nes que dedica a Valle Inclán, o nue-vas, de periodistas actuales. A lo lar-go de este recorrido por la profesión,de este desahogo, hay tiempo parapararse en los pilares de la misma.Así incluye Rodolfo Serrano en este‘manual’ para jóvenes periodistasaún vírgenes su apreciación de con-ceptos como profesionalidad –“capa-cidad para aplicar el sentido co-mún”–; imparcialidad –“es un obje-tivo al que hemos renunciado la ma-yoría. Ante la imposibilidad de al-canzarla tendemos a ofrecer una vi-sión de los hechos honesta”–; forma-ción –“el periodista no tiene que sa-ber de todo, pero sí de lo que ha-bla–“; o noticia, rompiendo inclusoel que se ha quedado casi como axio-ma periodístico de que noticia es que

“hombre muerde perro” afirmandoque “también lo es que un perromuerda a un hombre. Porque las cir-cunstancias de los hechos determi-narán qué es noticia”.

También repasa el autor la ten-dencia actual de la información afir-mando que “se viene haciendo un pe-riodismo plano y gris, sin garra. Losperiodistas no se preguntan por quésuceden las cosas”. Las informacio-nes se basan en palabras y declara-ciones que hacen personajes y que ala postre hacen que parezca que “nohay hechos”. Sobre todo en las sec-ciones políticas se tiende a recogerlo que unos y otros dicen. Un hechomuy simple de ver, por otra parte.Tan sólo hay que abrir un periódicoy hacer recuento de verbos que ex-presen la acción de decir. E, incluso,se puede añadir un segundo paso,compararlos con los que expresenotro tipo de acción.

Además, nueva crítica, destaca elperiodista que ya no se hace trabajode calle. Ni siquiera se libra aquí elsupuesto periodismo de investiga-ción, que afirma que es habitualmen-te, y de hecho así lo define, como fru-to de una filtración. Serrano recurrea una divertida pero certera cita deManuel Rivas para explicar este cam-bio: “Ahora si ves un periodista porla calle es probable que sea un despe-dido”.

De todas formas, a quienes les caela peor parte, a quienes el autor chi-lla más alto en los oídos, es a los pe-

riodistas de las tertulias y a los de losprogramas del corazón. Para ellos tie-ne ración triple de caldo y, con todala razón, probablemente, sin piedad.De los primeros habla con la adver-tencia previa de que “las tertulias sonun peligro para la salud mental”. Ydespués ya apunta: “De todo entien-den y de todo pontifican. Y escuchán-dolos habría que preguntarse cómoes posible que gente que lo tiene to-do tan claro en economía, moral o po-lítica no haya dedicado su vida y es-fuerzos a la economía, a la moral o ala política”.

A los de telebasura les caen casco-tes más gordos. Pero limpia la azoteaRodolfo Serrano acordándose de nollevarse por delante a los becarios queles hacen el trabajo sucio, sufriendo,a los que luego salen en la tele, de so-bra conocidos ya. Y señala tambiénaquí cómo le sorprende la insistenciade estos contertulios rosas en decir queson periodistas y profesionales, si, co-mo dice el autor, “cuesta creerse quelo sean” cuando la mentira, la tram-pa y la falta de respeto están entresus herramientas habituales.

De todas formas, que no se venguenadie por anticipado. En sólo 150 pá-ginas hay espacio para todos. A todostoca, en mayor o menor medida, unaparte del rapapolvo. Porque al final,y a pesar de que decía el periodistaque esto era “pro y contra”, lo que que-da es un poso de desencanto, de amar-gura. Ahora falta la parte positiva,¿no? �

La mirada del periodistaJon Lee Anderson, 80 páginas.

El volumen contiene un perfil

del Rey publicado por el autor

en The New Yorker,

la intervención del reportero

en el VI Congreso Nacional

de Periodismo Digital y una

reflexión sobre la necesidad

de revisar la historia.

116—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

2007, un año de nuevosmodelos ‘online’ para la prensa escrita

Tendrá imitadores. Esto es lo que pien-san muchos analistas de la industriade periódicos ante la reciente renova-ción de The Wall Street Journal. Se tra-ta de un movimiento que, a decir delos expertos, seguirán otros competi-dores, en una industria que, segúnCitigroup Investment Research, po-dría perder 890 millones de dólaresen ingresos publicitarios por culpade Internet a lo largo de 2007.

Las ediciones online de los diariosfueron una vez el hermanastro no de-seado de las versiones impresas, y lascompañías de periódicos no teníanmuy claro cuánto y por qué invertiren ellas. Se trataba casi siempre de ar-chivos online, una especie de depósi-to en el que descargar los contenidosya ofrecidos por el papel. Pero las co-sas han cambiado bastante. El herma-

nastro online antes ignorado recibehoy la atención de una audiencia co-nocedora de Internet y de anuncian-tes dispuestos a invertir cada vez másdinero en este medio.

Puede que una evidencia de estecambio sea el reciente rediseño de TheWall Street Journal y de WSJ.com lanza-do el pasado 2 de enero.

Ahora la edición impresa se con-centra en el análisis de historias y de-ja las breaking news para la edición on-line. Bill Grueskin, editor general deThe Wall Street Journal Online, ase-guraba en el propio diario que “la in-formación económica, en particular,es muy sensible a los ciclos tempora-les, y el valor de una historia que unodestapa y cubre disminuye a medidaque otras publicaciones editan suspropias versiones en pocos minutos”.Este hecho, acompañado de la ya ci-tada migración publicitaria a Inter-net, permite a los expertos pronosti-car que 2007 será un año en el quese verán muchas remodelaciones delas versiones online de los diarios, quese llenarán con contenidos exclusivos

TENDENCIASTINO FERNÁNDEZ

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—117

y coberturas multimedia para atraera lectores y anunciantes y competirasí con blogs y portales. The Wall Stre-et Journal ha destacado en los últimostiempos por la importancia que da alas estrategias que tienen que ver connuevas formas de distribución de lainformación y la publicidad enfoca-das, sobre todo, hacia lo que se cono-ce como la élite de la ‘audiencia delconocimiento’.

Pero The Wall Street Journal no es elúnico diario que ha dado un paso de-cisivo en la integración entre la ver-sión online y la impresa. En la líneade diferenciar los contenidos y aña-dir más blogs e historias multimediaestán también The Washington Post, TheNew York Times o USA Today.

En el sector de las revistas hay, asi-mismo, partidarios de este tipo de es-trategias. El lanzamiento reciente delsitio de Time es una prueba más decómo los semanarios miran hacia In-ternet para encarar el futuro. El nue-vo concepto de la versión online de Ti-me incluye una cobertura de noticiaslas 24 horas, durante los siete días dela semana, así como un blog de noti-cias llamado The Ag.

Recientemente, además, Time deci-dió cambiar el día de publicación desu revista impresa, para adecuar éstaa la competencia de los nuevos me-dios y a un escenario de consumo dela información totalmente distinto.

La publicación de Time (con una di-fusión de cuatro millones de ejem-plares semanales) pasa del lunes al vier-

nes para ser más competitiva en unaindustria de medios dominada porInternet y las cadenas de 24 horas. Sujefe de redacción, John Huey, asegu-raba recientemente en The Wall StreetJournal que “nadie dará noticias en me-dios impresos nunca más”, mientrasque el editor general, Richard Sten-gel, apostillaba que “hay que ponerla revista en las manos de la gente cuan-do ésta se encuentra lista y ansiosapor leer Time, y eso ocurre el viernes,el sábado y el domingo”. Este movi-miento es una admisión –hecha porla propia revista– de que el viejo con-cepto de newsmagazine que resume losacontecimientos semanales no tieneningún sentido ni es relevante en elentorno actual de la información.Stengel quiere que Time sea una revis-ta que mire hacia adelante, con másanálisis y que simplemente informesobre las noticias. La web de la revis-ta se convertirá en el lugar al que losusuarios pueden acudir para obtenerlas breaking news.

Fuentes: Time, The New York Times, The WallStreet Journal.

La publicidad ‘online’y el resto de mediosTampoco la publicidad en radio estápara fiestas. Según un estudio deeMarketer, los anunciantes prontogastarán más dinero en Internet queen las ondas. Los anunciantes online

118—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Tendencias

habrían invertido en 2006 un 5,8% detodo lo que tenían previsto gastar. Es-to es menos que el 6,9% que corres-ponde a la radio, de acuerdo con Uni-versal McCann. Sin embargo, la cuo-ta de este último medio presenta undeclive, mientras que la de la publi-cidad online crece año a año.

Pero la radio no es la única que su-frirá con el auge online, que se debetambién en gran parte a lo que Inter-net resta a la prensa escrita. Según elPew Research Center, en 2006 sólo un38% de la población estadounidenseleyó un periódico diario, lo que supo-ne una caída del 50% respecto al por-centaje de gente que lo leía hace unadécada. Y las ganancias de lectores on-line no son compensadas por las pér-didas en audiencia de papel. El por-centaje de lectores de versiones elec-trónicas de diarios es del 43%, pocomás que el 38% que lee todos los díasun periódico de papel.

La televisión también se ve afecta-da. A medida que se incrementa el ví-deo online, el dinero de los anuncian-tes abandona las grandes networks. Enapenas dos años habrá suficientescontenidos profesionales creados pa-ra vídeo online, y cada vez más sitiospara los anunciantes interesados enestos formatos.

La razón de este cambio de esce-nario parece clara si se atiende a ejem-plos como el del mercado estadouni-dense y cómo las audiencias repartensu tiempo de consumo de medios. Se-gún un estudio de eMarketer, en 2006

la audiencia empleaba más de unahora diaria en Internet y sólo 23 mi-nutos leyendo libros y revistas. Mien-tras, los anunciantes gastaban un38,2% de sus presupuestos publicita-rios en revistas y periódicos duranteel primer semestre de 2006, y sólogastaban un 6,4% en Internet duran-te ese mismo periodo, según TNS Me-dia Intelligence.

Pero se esperan cambios, ya quelos anunciantes perciben la posibili-dad de grandes retornos para sus in-versiones online. Forrester Research es-tima que para 2010 el gasto publici-tario online sólo en Estados Unidos se-rá de 26.000 millones de dólares. En-tonces, la publicidad online habrá su-perado a la que prefiere la radio. Y elsiguiente paso será superar a la queva a los periódicos.

Los expertos anuncian que en 2007veremos menos anuncios en televi-sión, pero una mayor variedad en In-ternet. Los anunciantes están dispues-tos a abandonar la televisión tradicio-nal y los anuncios impresos para ex-perimentar con nuevas técnicas, en-tre las que se encuentran los vídeosamateur que se insertan en sitios comoYouTube o los tradicionales vídeos co-merciales en la Web. Y también estu-dian las posibilidades que ofrece la pu-blicidad en los teléfonos móviles y has-ta dónde se puede llegar antes de quelos usuarios reprueben los anuncios.

Fuentes: The Wall Street Journal, San JoseMercury News, Emarketer, Pew ResearchCenter.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—119

¿Aún hay soluciones ‘de papel’ para captar a los jóvenes?

The New York Times planea lanzar untabloide gratuito dirigido a los jóve-nes. El pasado 15 de diciembre, el di-rector ejecutivo del Times, Bill Keller,mencionaba la existencia de un pro-totipo dirigido a este segmento de laaudiencia.

Según New York Observer, el futurotabloide podría llamarse Urban Eye,que constituirá una marca exclusivay distinta de la de The New York Times.

La iniciativa del Times recuerdamucho a la que The Washington PostCo. inició con el lanzamiento de Ex-press, otro tabloide gratuito de 24 pá-ginas, con una circulación de 125.000ejemplares, que pretendía captar alpúblico joven y ahuyentar de paso aposibles competidores en Washing-ton. Express formaba parte de la estra-tegia de la compañía editora del Postpor rejuvenecer su audiencia, muymaltrecha sobre todo en el segmen-to de lectores entre 18 y 34 años, lamayoría de los cuales consumen la in-formación a través de Internet. En Es-tados Unidos, los índices de lecturade diarios entre los jóvenes de 21 a25 años han pasado del 45% de la dé-cada de 1970 al 20% actual.

De todas formas, el intento másrelevante en este sentido fue el de las

compañías editoras del Chicago Tribu-ne y del Chicago Sun-Times con sus res-pectivos diarios, Red Eye y Red Streak,y que produjo “resultados mixtos”.

Chicago Tribune Co., lanzó Red Eye,dirigido al público de 18 a 34 añosque no lee su hermano mayor, el Chi-cago Tribune. El resultado fue que,mientras los anunciantes acogían eldiario para jóvenes, los lectores semostraban remisos a pagar por cadaejemplar

Para los expertos, el verdadero re-to cuando se lanza un periódico deeste tipo es conseguir una audienciaque no está acostumbrada a pagar porlos contenidos informativos; en estecaso, los 25 centavos del diario.

El relativo fracaso con los lectoresse veía compensado por la satisfac-ción que supuso para Tribune Co.crear un nuevo granero de anuncian-tes. Mientras los ejecutivos de la com-pañía esperaban que los jóvenes seanimasen a pagar por el nuevo dia-rio, hacían cuentas acerca de lo quesuponían los más de 150 anuncian-tes nuevos, que se traducían en másespacio publicitario.

Otra de las enseñanzas sacadas dela experiencia de ambos diarios deChicago fue que estos periódicos, le-jos de servir como reclamo para lle-var a los jóvenes a sus hermanos ma-yores tradicionales, canibalizaban ladifusión de pago.

Por lo que se refiere a la iniciati-va de The Washington Post Co. con elgratuito Express, la compañía no te-

120—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Tendencias

mía que el diario gratuito pudieraquitarle circulación y audiencia a TheWashington Post, ya que el tabloide gra-tuito es un complemento que en nin-gún momento compite con su her-mano de pago. El tabloide gratuito es-tá diseñado para ser leído en 15 mi-nutos y promover de forma incesan-te los contenidos de su hermano ma-yor de pago, con continuas referen-cias a artículos relacionados en la edi-ción de papel o en la versión electró-nica.

Hay otros casos, como el del La-wrence Journal-World, un pequeño dia-rio local de Kansas, que transformósu versión electrónica –Lawrence.com–en un semanario sobre entreteni-miento y cultura pop. Su objetivo fun-damental era captar la atención delos estudiantes de la Universidad deKansas.

También la compañía Gannettcreó Noise, un tabloide semanal de-pendiente del Lansing State Journal deMichigan. El semanal también pre-tendía captar a los estudiantes de laUniversidad de Michigan con informa-ción sobre artes y entretenimiento. Aesta experiencia se unió la de Thrive,también de Gannett, dependiente delIdaho Statesman. Ambos periódicos se-manales son gratuitos, incluyen muypoca información nacional e interna-cional y tratan de fomentar la sus-cripción a sus periódicos de referen-cia. Gannett piensa utilizar esta fór-mula en otros periódicos de Cincin-nati, Louisville e Indianápolis.

Algunos expertos empiezan acreer que este tipo de publicacionesno serán nunca capaces de conducira la audiencia joven hasta sus perió-dicos de referencia. Hay quien pien-sa que es mucho más fácil que estaspublicaciones gratuitas especialmen-te orientadas a los jóvenes originenuna nueva clase de lectores, que de-mandan una nueva clase de periódi-cos.

Fuentes: New York Observer, Mediabriefing.

¿Y si los periódicos se concentraran en los lectores maduros?

La revista de mayor circulación en elmundo es The Magazine, que pertene-ce a la Asociación Americana de Ju-bilados (AARP). Se trata de una publi-cación bimensual, que oscila entre las80 y las 140 páginas y que, según Me-diamark Research, llega a un 30% delos estadounidenses, y alcanzó esteaño un incremento del 7% en su au-diencia.

Cabe preguntarse cuántos edito-res diarios pueden presumir de incre-mentos de similar porcentaje en unsolo año. La mayoría de los diarios lle-van mucho tiempo dedicados a la ta-rea casi imposible de atraer al públi-co joven. Secciones especiales, o te-mas que puedan interesar a las au-diencias de menor edad en cada pá-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—121

gina son algunas de las estrategiasque los editores prueban para lograralgo realmente difícil. Pero hay quiensugiere que lo más sensato y rentablesería concentrarse en aquellos lecto-res que realmente quieren leer el pe-riódico cada día. Aquellos que tienen45 o más años.

La idea de atender al público ma-duro ha sido recogida por grupos co-mo Gannett. Sue Clark Johnson, pre-sidenta de la división de periódicos,aseguraba recientemente que “loscentros de información de Gannetpermiten conectar con las comunida-des en las que se insertan los diarios,facilitan la interconexión con los lec-tores y una mayor cercanía con nues-tros anunciantes. Y el corazón denuestros lectores de periódicos se en-cuentra en el segmento de poblaciónde 45 años y más”.

La rutina diaria de los centros deinformación de Gannett hace que lasbreaking news se concentren cada vezmás en los sitios web y en los servi-cios digitales, y menos en los perió-dicos. El diario impreso tenderá a ha-cerse cada vez más pequeño, y estarádirigido a una audiencia que superelos 45 años, que además mantiene unperfil de medios o altos ingresos conformación universitaria.

Además de Gannett, otras compa-ñías de periódicos adoptan un cam-bio de filosofía similar, que implicatambién transformaciones en la es-trategia editorial.

El diario japonés Asahi Shimbum

publica un suplemento especial conun tamaño de letra más grande y conartículos de interés para los mayoresde 60 años, un segmento de lectoresal que está muy interesado en aten-der. Por cierto, que los responsablesde las empresas de contenidos paramóviles japonesas están propiciandola creación de un marketing nuevo, eneste caso orientado a otros sectoresde la población cuyas posibilidades eco-nómicas son mayores y en los que lapenetración de este tipo de empresastodavía es mínima: se trata, en defi-nitiva, de captar a los padres y a losabuelos de los actuales clientes.

Fuentes: Followthemedia.com, Mediabriefing.

Las redes sociales,también en lainformación económica

El sitio de información financiera TheStreet.com ha decidido formar una jointventure con A. R. Media para formarun sitio web llamado Stockpickr. La no-vedad, según sus fundadores, es quese trata del primer portal de inversiónque combina las redes sociales conlos conceptos de inversión y permitea los suscriptores entrar en diálogocon otros miembros. TheStreet.comofrece análisis, comentarios, investi-gaciones y noticias y cuadros. ParaThomas J. Clarke, presidente y CEOde TheStreet.com, “Stockpickr comple-

122—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Tendencias

menta a la perfección las ofertas deThe Street y ayuda a construir una co-munidad entre nuestros lectores,ofreciéndoles una experiencia muchomás interactiva, mientras exploranconceptos sobre los que han aprendi-do algo en nuestro sitio.

Fuente: Adotas.

Los contenidosgenerados por la audiencia, su valoreconómico, de futuro y la credibilidad

Un reciente informe de Deloitte sobretendencias de los medios para 2007confirma la explosión de los conteni-dos generados por la audiencia y laimportancia creciente que éstos tie-nen en los medios tradicionales, queya no los ven como una amenaza o al-go extraperiodístico. Ahora se advier-ten y se desean las oportunidades quehay detrás de esta generación de con-tenidos. Pero reconocida ya la gran re-volución, que otorga un nuevo prota-gonismo y un poder nunca antes co-nocido en la audiencia, que es capazde publicar sus propios contenidos deforma masiva, el reto ahora es cómoconectar los contenidos producidospor los usuarios con los contenidos pro-fesionales producidos por las organi-zaciones periodísticas.

La pregunta del millón (que todoel mundo trata de contestar tras lacompra de YouTube por parte de Go-ogle) es cómo sacar rendimiento a loscontenidos generados por los usua-rios.

Hay quien se pregunta si el futu-ro del periodismo está aquí. Lo cier-to es que en mercados como el esta-dounidense surge una multitud de‘periódicos ciudadanos’, extraordina-riamente flexibles y llenos de ener-gía, pero también plagados de erro-res. Se trata de periódicos escritos porreporteros voluntarios que no reci-ben pago alguno por su trabajo; sinformación periodística y faltos de edi-ción.

Uno de estos ‘revolucionarios’ esAriel Vardi, un israelí afincado en LosÁngeles sin formación periodística nidemasiada habilidad literaria. Vardireconoce que es mejor con la fotogra-fía que con los textos, y también queno domina el inglés. Pero todo estono le ha impedido fundar BrooWaha,una colección online de noticias, resú-menes y opiniones que pretenden cu-brir la información sobre Los Ánge-les de una forma que los medios pro-fesionales no hacen.

Vardi actualiza los contenidos ca-da tarde, cuando vuelve a casa de sutrabajo como ingeniero informático.Vardi no corrige los textos, ni com-prueba la calidad o la veracidad delas historias. En un par de meses, Var-di piensa abrir sucursales de BrooWa-ha para informar sobre San Francis-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—123

co, Nueva York y Atlanta. Este nuevoemprendedor del periodismo ciuda-dano considera que “en los periódi-cos tradicionales no hay suficientesperiodistas para cubrirlo todo. En loscampus, sin embargo, hay multitud deestudiantes que tienen informaciónsobre lo que está pasando. Lo que ha-go es facilitarles una herramienta pa-ra que puedan compartir todo aque-llo que conocen y que puede ser deutilidad para los demás”.

Philip Meyer, profesor de periodis-mo en la University of North Caroli-na at Chapel Hill, asegura que este ti-po de fenómenos son “una nueva for-ma de hacer periodismo. Volvemos alos tiempos de los panfletistas solita-rios. Y tal como los panfletistas soli-tarios se organizaron en periódicos,éstos lo hacen en determinadas es-tructuras”.

Meyer no cree que sitios como Bro-oWaha vayan a reemplazar a los me-dios tradicionales, aunque reconoceque, con los avances de la tecnología,la naturaleza de los medios está cla-ramente en juego. “Lo que estamosviendo no es el final de un producto.Algunos podemos pensar que es te-rrible, que no es periodismo, pero dehecho se trata de algo que tiene unvalor y necesita ser desarrollado”.

Fabrice Florin, director ejecutivode NewsTrust.net, compara la situacióncon el Viejo Oeste americano, antesde que los sheriffs pusieran orden.

Pero no sólo advenedizos comoVardi se interesan por los contenidos

generados por los usuarios. Reutersse ha aliado con Yahoo para crear YouWitness News, un sitio en el que foto-periodistas amateurs pueden enviarsus trabajos, que aparecen en Reuters.com o en Yahoo News. El hecho deque Reuters haya escogido las foto-grafías para comenzar con este tipode estrategia es significativo, ya quelas fotos, habitualmente, no mienten,y parte del éxito de un fotógrafo esestar en el lugar adecuado en el mo-mento adecuado.

Por lo que se refiere a los textos,parece que Reuters no se lo va a po-ner tan fácil como Vardi a los posi-bles periodistas ciudadanos. ChrisAhearn, presidente de Reuters Media,explicaba recientemente en Los Ange-les Times que no está todavía claro queYou Witness News vaya a aceptar histo-rias escritas por la propia audienciaen un futuro cercano.

Por su parte el grupo Gannett, edi-tor de 90 periódicos entre los que seencuentra USA Today, ha ido un pasomás allá con un experimento de pe-riodismo ciudadano llamado crowd-sourcing, que ofrece a los usuarios laposibilidad de involucrarse en el pro-ceso de recogida de información. Hacomenzado con reportajes sobre ma-la gestión gubernamental, e incluyeinvestigaciones analizadas por lospropios lectores sobre cuestiones tanprosaicas como el funcionamiento delas alcantarillas.

Fuentes: Deloitte, Los Angeles Times,Mediascopio de Expansión.

124—CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007

��� Tendencias

Periodismo ciudadano y nuevas fórmulas para contar historias

Para la cadena pública británica BBCno es nuevo el uso del periodismo ciu-dadano. Ya lo hizo tras los atentadosdel 7 de julio de 2004, y ahora pre-tende lanzar un nuevo proyecto deperiodismo ciudadano para explorarnuevas ideas sobre narración de his-torias multimedia, utilizando los te-léfonos móviles y el GPS. Para ello, BBCInnovation colabora con la Universi-dad de Brighton, Nokia e Ymogen in-vestigando cómo el vídeo y los textoscombinados con información geográ-fica y temporal pueden crear nuevosformatos narrativos.

Además de esto, la BBC ya cuentacon el primer programa informativobasado por entero en contenidos ge-nerados por la audiencia. Se trata deYour News, un espacio que aprovecha-rá el enorme caudal de contenidosque el público hace llegar a la cade-na pública, que recibe diariamenteunos 10.000 correos electrónicos consugerencias de historias, fotografíaso comentarios.

El programa incluirá reportajes se-manales enviados por el público (YourStory) y también tratará de dar res-puesta a las preguntas remitidas porla audiencia (Your Questions).

No cabe duda de que el desarrollo

de las nuevas tecnologías hace posi-ble que cualquiera, en cualquier lu-gar, pueda recoger y enviar imágenescon una rapidez y efectividad inclu-so superior a la que poseen las orga-nizaciones periodísticas. Esto estácambiando la forma en la que el mun-do es testigo de la historia. Se tratade una tendencia impulsada entreotras cosas por dispositivos como losteléfonos móviles, cuyas ventas mun-diales pasaron de los 460 millones en2006, y que en 2010 alcanzarán los1.000 millones de unidades.

Entre los perjudicados por la pro-liferación de reporteros espontáneoscámara en mano están las celebrida-des, que cada vez tienen más difícilesconderse ante la amenaza de milesde potenciales objetivos que encuen-tran luego quien publique (y en algu-nos casos pague) las instantáneas ro-badas en segundos.

Si el asesinato de John FitzgeraldKennedy se hubiera cometido hoy, nocontaríamos sólo con la película deAbraham Zapruder. Tendríamos unbuen montón de filmaciones hechaspor decenas de espectadores de la co-mitiva.

A OhMyNews le han seguido Flickro YouTube, y ya podemos hablar desitios como NowPublic –que se autode-nomina una red informativa y parti-cipativa y que incluye imágenes e his-torias procedentes de sus más de31.000 reporteros ciudadanos en 130países, enganchados a lo que algunosllaman ya ‘la sabiduría de las muche-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, ENERO DE 2007—125

dumbres’–, o de Scoopt, que en 15 me-ses ha conseguido registrar a 12.000colaboradores en 97 países.

Fuente: The Washington Post.

Google busca el YouTubechino… ¿cuál será el YouTube de 2007?

Tras la compra de YouTube, Googleha seguido con la inversión en Xun-lei Networking Technologies, un sitiomultimedia chino con 120 millonesde usuarios que descargan 50 millo-nes de archivos diarios. Si se compa-ra con el propio YouTube, éste cuen-ta con 70 millones de usuarios úni-cos al mes que descargan 100 millo-nes de vídeos al día.

Mientras Google busca el YouTu-be chino, otros tratan de encontrarel futuro YouTube donde sea. Sin em-bargo, algunos analistas como DavidCard, experto de Jupiter Research,pronostican que 2007 no verá apare-cer el nuevo MySpace o el nuevo You-Tube.

Mientras aparece el recambio, sies que llega, grandes compañías co-

mo Disney parecen dispuestas a con-vertirse en el MySpace de los niños.Así parece tras la remodelación delsitio Disney.com, que ofrece chat rooms,juegos o páginas personalizadas quepretenden captar tanto a los meno-res como a sus padres. La importan-cia estratégica del nuevo Disney.com esenorme, ya que se ha convertido enla puerta principal por la que se en-tra a un mundo de programas de te-levisión, películas, juguetes, videojue-gos y parques temáticos. Robert Iger,CEO de la compañía del ratón, consi-dera el nuevo sitio como la pieza cen-tral de la programación de Disney.

Para la compañía de Iger será unabuena noticia lo que revela un estu-dio del Pew Internet & American Li-fe Project, que asegura que un 55%del público entre 12 y 17 años utili-za las redes sociales como MySpace.

Entre los 12 y 13 años, un 37% delos menores asegura que ha creadoun perfil online, algo que asegura ha-ber hecho un 63% de los adolescen-tes de 14 a 17 años. Las niñas de 15 a17 años son las mayores usuarias deredes sociales, con un 70% que dicefrecuentarlas en esa franja de edad

Fuentes: The New York Times, Variety, PewInternet & American Life Project.