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La Casa Nucingen Por Honoré de Balzac

La Casa Nucingen - Elejandria

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LaCasaNucingen

Por

HonorédeBalzac

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Sabidoeslodelgadosquesonlostabiquesqueseparanlosreservadosenlosmás elegantes cafés de París. En Véry, por ejemplo, el salón demayortamañolodivideendosunamamparaquesecolocayseretiraavoluntad.Nosucedióahílaescena,sinoenunsitioagradablequenomeconvienenombrar.Éramos dos, y diré, en consecuencia, igual que el Prudhomme de HenriMonnier: «No querría comprometerla». Estábamos jugueteando con losmanjares de una cena exquisita pormás de un concepto, en un saloncito endonde hablábamos en voz baja, tras haber comprobado la poca consistenciadeltabique.Habíamosllegadoalasadosinquehubieravecinosenelrecintocontiguo,endondesólosonabaelchisporroteardelfuego.Dieronlasochoyoímos fuerte ruido de pisadas; se cruzaron frases, losmozos trajeron velas.Todo ello nospuso al tantodeque la sala estabaocupada.Al reconocer lasvoces,supeconquépersonajesnoslasteníamosquehaber.

Eran cuatro de losmás atrevidos cormoranes nacidos en la espuma quecorona lasolascontinuamente renovadasde lageneraciónactual:agradablesmuchachosdeexistenciaproblemática,aquienesnoselesconocennirentasni posesiones y que viven bien. Estos ingeniosos condottieri de la Industriamoderna,quesehaconvertidoenlamáscruentadelasguerras,lesdejanlosdesvelos a sus acreedores, se quedan con los goces y no tienen máspreocupación que la indumentaria. Son, por lo demás, tan valientes que sefumarían,comoJeanBart,unpurosubidosauna toneladadepólvora,quizáparanofaltarasupapel;másburlonesquelasgacetillas,tanburlonesqueseburlan de sí mismos; perspicaces e incrédulos, rebuscadores de negocios;ávidos y pródigos; envidiosos del prójimo, pero satisfechos de sí mismos;penetrantespolíticosasaltodemata,quetodoloanalizanytodoloadivinan,ynohanpodidoaúnsalirafloteenlosambientesenlosquequierendestacar.Sólounodeloscuatrohabíaidoamás,peroúnicamentehabíallegadoalpiede la escala. Tener dinero es lo demenos, y un advenedizo no sabe cuántocamino le falta aún por recorrer sino tras seis meses de lisonjas. Pocohablador, frío,estirado,sin ingenio,eseadvenedizo, llamadoAndocheFinot,tuvoelarrojodehumillarseantequienespodíanserleútilesy laagudezademostrarseinsolenteconaquéllosaquienesnonecesitabaya.Asemejanzadealguno de los personajes grotescos del ballet de Gustave, es marqués pordetrás y villano por delante. Ese prelado de la industria mantiene a uncaudatario, Émile Blondet, redactor de prensa, hombre ingeniosísimo, perodeshilvanado, brillante, capaz, perezoso, conocedor de que lo explotan yconsentidorenello,pérfidoobondadosoporcapricho;unodeesoshombresque agradan, pero a los que no se estima. Sagaz como doncella de obracómica,incapazdenegarlelaplumaaquienselapidenielcorazónaquienselo pide prestado,Émile es elmás atractivo de esos hombres-mujerzuelas dequienesdijoelmásoriginaldenuestragreyde ingeniosos:«Megustanmás

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con zapatos de satén que con botas». El tercero, de nombre Couture, semantiene con la Especulación. Injerta un negocio en otro, el éxito de unocompensaelfracasodeotro.Yvive,porlotanto,aflordeagua,losustentalafuerzanerviosadesujuego,laformasecayaudazdecortarlabaraja.Braceaacáyacullá,buscandoenelinmensomardelosinteresesparisinosunislotelosuficientementediscutibleparapoderdarleacogida.Noestá,pordescontado,donde le corresponde. En cuanto al último, elmásmalicioso de los cuatro,bastará con decir su nombre: Bixiou. No es ya, por desdicha, el Bixiou de1825,sinoelde1836,elmisántropobufoaquienseleconocemásingeniosafacundiaymásmordacidad,undemonioenrabietadoporhaberdespilfarradotantotalentoparanada,furibundopornohabersehechoconsupeciodurantela última revolución, que a todos y cada uno les da la patada que lescorrespondecomounauténticoPierrotdeLesFunambules,queseconocedecarrerilla su época y las aventuras escandalosas y las engalana con susocurrentes inventos, que brinca por encima de todos los hombros como unpayasomientrasintentadejarlesmarca,comounverdugo.

Trashabersatisfecholasprimerasexigenciasdelagula,nuestrosvecinosllegaronalpuntodelacenaenquenosotrosestábamos:lospostres;y,graciasanuestraquedacompostura,secreyeronasolas.Entreelhumodelospuros,con ayuda del vino deChampaña,mediante las fruslerías gastronómicas delpostre, se entabló, pues, una íntima charla.Marcada con ese ingenio gélidoque endurece los sentimientos más elásticos, frena las inspiraciones másgenerosasyprestaalarisauntoquechillón,aquellaplática,rebosantedeesaagria ironíaqueconvierteel regocijoensarcasmo,mostróeldecaimientodealmassinmásrecursosquelospropios,sinmásmetaquesatisfacerelegoísmofrutode lapazenquevivimos.ÚnicamenteaquelpanfletocontraelhombrequeDiderotnoseatrevióapublicar,ElsobrinodeRameau,aquellibroquenoesdesaseadosinoparadejaralgunasllagasalaire,puedecompararseconesteotro panfleto expuesto sin segunda intención alguna, donde ni la palabrarespetóloqueelpensadoraúndebate,dondesóloedificaronconruinas,dondenegaron todo, donde nadamás admiraron lo que el escepticismo prohíja: laomnipotencia, la omnisciencia, la omniconveniencia del dinero. Tras haberdirigidoelfuegograneadocontraelcírculodelosconocidos,lamaledicenciacomenzó a fusilar a los amigos íntimos. Me bastó con una seña paramanifestar el deseo de quedarme y atender cuando Bixiou tomó la palabracomo veremos a continuación. Oímos entonces una de esas terriblesimprovisaciones a las que ese artista debe la reputación que tiene ante unascuantascabezasdevueltadetodo;y,pormásqueinterrumpidaconfrecuencia,reanudada y vuelta a reanudar, mi memoria la tomó en taquigrafía. Niopinionesniforma,nadaencajaenlascondicionesliterarias.Peroesqueasífue: un batiburrillo de cosas nefastas que describen nuestra época, a la quesóloseledeberíancontar,porcierto,historiasdeéstas,cuyaresponsabilidad

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dejo por lo demás a su principal narrador. La pantomima, los ademanesrelacionadosconlosfrecuentescambiosdevozalosquerecurríaBixioupararetrataralosinterlocutoresquesalíanacolacióndebíandeserperfectos,puessus tres oyentes lanzaban exclamaciones de aprobación e interjeccionesregocijadas.

—¿YRastignactedijoqueno?—preguntóBlondetaFinot.

—Categóricamente.

—Pero¿loamenazasteconlaprensa?—dijoBixiou.

—Seechóareír—contestóFinot.

—RastignaceselherederodirectodeldifuntoDeMarsay; irá lejos tantoenpolíticacomoensociedad—dijoBlondet.

—Pero¿cómohizodinero?—preguntóCouture—.Estaba,en1819,conelilustreBianchon,enunapensiónmíseradelBarrioLatino.Sufamiliacomíaabejorrostostadosybebíavinodepastoparapodermandarlecienfrancosalmes;laspropiedadesdesupadrenovalíanmilescudos;teníaasucargoadoshermanasyunhermano,yahora…

—Ahoratieneunarentadecuarentamillibras—siguiódiciendoFinot—.Dotó espléndidamente a las hermanas, que sehan casadomuybien, y le hadejadoasumadreelusufructodelaspropiedades…

—En1827—dijoBlondet—todavíalovisinunaperra.

—Esofueen1827—dijoBixiou.

—Bueno—añadióFinot—.¡Puesahoralovemosentrancedeconvertirseenministro,enpardeFranciayentodoloquequieraser!Hacetresañosqueterminó conDelphine comoDiosmanda y no se casará como no sea sobreseguro.¡Élsíquepuedeaspiraraunajovendelanobleza!Elbuenmozotuvoelsabiocriteriodearrimarseaunamujerrica.

—Amigos míos, tenedle en cuenta las circunstancias atenuantes —dijoBlondet—.Cayóenlasmanosdeunhombrehábilalsalirdelasgarrasdelamiseria.

—ConocesbienaNucingen—dijoBixiou—;en losprimeros tiempos,aDelphineyaRastignaclesparecíabueno;eracomosiparaélunamujerensucasafueraunjuguete,unadorno.Yestoesloque,enmiopinión,haceaestehombretandirecto:Nucingennoserecataendecirquesumujereselsímbolodesufortuna,algoindispensable,perosecundarioenlavidaaaltapresióndelos políticos y los grandes financieros. Dijo, delante de mí, que BonapartehabíasidomásnecioqueunburguésensusprimerasrelacionesconJosefinayque,despuésdehabertenidoelcorajedeusarladeestribo,cayóenelridículo

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dequererconvertirlaencompañera.

—Todohombresuperiorestáenlaobligacióndeteneropinionesorientalesacercadelasmujeres—dijoBlondet.

—ElbarónhaamalgamadolasdoctrinasdeOrienteylasdeOccidenteenunadeliciosa teoríaparisina.DeMarsay lohorrorizaba,porquenosedejabamanejar,peroRastignacleagradómuchoylesacóeljugosinquelonotara:lelargótodaslascargasdesuvidadoméstica.RastignacseechóacuestastodosloscaprichosdeDelphine,lallevabaalBosquedeBoulogne,laacompañabaalos espectáculos. Ese gran politiquillo se ha pasado la vida durante muchotiempo leyendoy escribiendonotitas primorosas.Alprincipio,Eugène teníaqueaguantarriñaspornaderías,sealegrabaconDelphinecuandoellaestabaalegre, se entristecía cuando ella estaba triste, aguantaba la carga de susjaquecasydesusconfidencias,leentregabatodosutiempo,todassushoras,su preciosa juventud para colmar el vacío de la ociosidad de esa parisina.Delphine y él celebraban serios conciliábulos para decidir cuáles eran losatuendos más indicados; Rastignac padecía el fuego de los enfados y losdisparos de las burlas mientras ella, por la ley de la compensación, semostraba encantadora con el barón. El barón se reía para su capote; luego,cuandoveíaaRastignacapuntodedesplomarsebajoelpesodeesascargas,hacía como si sospechase algo y unía a los dos amantes en un temorcompartido.

—Puedo concebir que una mujer rica le haya solucionado la vida aRastignac, y se la haya solucionado bien; pero ¿de dónde sacó su fortunapersonal?—preguntóCouture—.Una fortuna tan considerable como la quetiene hoy en día debe haber salido de alguna parte. Y nadie lo ha acusadonuncadequeselehubieraocurridounbuennegocio.

—Heredó—dijoFinot.

—¿Dequién?—dijoBlondet.

—Delostontosconlosquesefueencontrando—añadióCouture.

—Nosehaquedadocontodo,hermososmíos—dijoBixiou—:

…Reponeosdeunespantotangrave.

Vivimosunostiemposmuyamigosdelfraude.

»Voyacontaroslosorígenesdesufortuna.¡Paraempezar,elhombretienetalento! Nuestro amigo no es un buen mozo, como dice Finot, sino ungentleman que conoce el juego, que conoce las cartas y a quien respeta lagalería.Rastignactienecuantoingenioesprecisoenunmomentodado,igualqueunmilitarquenoinvirtierasuvalorsinoaochentadías,contresfirmasygarantías. Parecerá cortante, cabezota, sin continuidad en las ideas, pero si

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surgeunnegocioserio,unapañodelquemerezcalapenaestarpendiente,nosedesperdigará,comoharíaBlondetaquípresenteyquedisputa,entonces,porcuentadelvecino;Rastignacseensimisma,seagazapa,estudiaellugarcontraelquehayquearremeter,yselanzaapasodecarga.ConelvalordeMurat,deshaceloscuadrosdeinfantería,alosaccionistas,alosfundadoresytodoeltinglado: cuando la carga ha hecho mella, regresa a su vida muelle ydespreocupada,vuelveaserelmeridional,elvoluptuoso,elquedicefutilezas,el ocioso Rastignac, que se levanta a las doce de la mañana porque no seacostóentodoeltiempoquedurólacrisis.

—Todo eso estámuybien; pero a ver si llegas a lo de la fortuna—dijoFinot.

—Bixiounodarámás queuna carga—añadióBlondet—.La fortunadeRastignacesDelphinedeNucingen,unamujernotableenlaquesesumanlaaudaciaylaprevisión.

—¿Esquetehaprestadodinero?—preguntóBixiou.

Estallóunacarcajadageneral.

—Tenéistodosunaopiniónequivocadadeella—ledijoCoutureaBlondet—; su talento consiste en decir cosas más o menos picantes, en querer aRastignac con una fidelidad molesta y en obedecerlo ciegamente; toda unaitaliana.

—Sidejamosaparteeltemadeldinero—dijoconacritudAndocheFinot.

—Vamos,vamos—siguiódiciendoBixiouconvozmelosa—,despuésdelo que acabamos de comentar, ¿se atreverá alguien a reprocharle al pobreRastignac que haya vivido a costa de laCasaNucingen, de que le pusieranpisonimásnimenos igualquehizo tiempohanuestroamigoDesLupeaulxcon laTorpedo?Sería caer en lavulgaridadde la calledeSaint-Denis.Paraempezar,yhablandoenabstracto,comodiceRoyer-Collard,lacuestiónpuedesoportarairosalacríticadelarazónpura;yencuantoalacríticadelarazónimpura…

—Yaestálanzado—ledijoFinotaBlondet.

—Perosiesqueestáenlocierto—exclamóBlondet—.Esuntemamuyantiguo; fue la bien conocida clave del famoso duelo a muerte entre LaChâteigneraie y Jarnac. A Jarnac lo acusaban de hallarse en excelentesrelaciones con su suegra, que contribuía al boatode aquel yernoquerido enexceso.Cuandoalgoestancierto,nodebedecirse.PorabnegaciónparaconelreyEnriqueII,quesehabíapermitidoesamaledicencia,LaChâteigneraie ladiocomopropia;ydeahívinoaqueldueloqueaportóalalenguafrancesalaexpresión«estocadadeJarnac»paraunataqueimprevisto.

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—¡Ah!¿Eldichovienedetanantiguo?Entoncesesnoble—dijoFinot.

—Podíasnosaberlosiendocomoeresexpropietariodediariosyrevistas—dijoBlondet.

—Hay mujeres —siguió diciendo Bixiou muy serio—, y hay tambiénhombresquepuededividirlaexistenciaynoentregarsinopartedeella,¡fijaosen que os fraseo esta opinión ateniéndome al enunciado humanitario! Paraesaspersonas,cualquierinterésmaterialquedaalmargendelossentimientos;entreganlavida,eltiempoyelhonoraunamujerylesparecequenoestábienelmutuodespilfarrodeesepapeldesedaenquevaescrito:«Laleycastigaráal falsificador con la pena de muerte». A la recíproca, esas personas no leaceptannadaaunamujer.Sí, todoseconvierteendeshonroso si ademásdeunirselasalmasseunenlosintereses.Esunadoctrinaqueseprofesaypocasvecesseaplica…

—¡Bah! —dijo Blondet—. ¡Qué nonadas! El mariscal de Richelieu,hombregalantesiloshubo,leconcedióunapensióndemilluisesalaseñoradeLaPopelinière tras la aventura de la placa de la chimenea.Agnès Sorel,ingenuamente, lebrindóalreyCarlosVII todasufortunayelreylaaceptó.Jacques Cœur mantuvo a la corona de Francia, que se lo consintió y fueingratacomounamujer.

—Señores—dijoBixiou—,elamorquenoimplica,además,unaamistadindisolubleme parece un libertinaje pasajero. ¿Cómo puede concebirse unacompletaentregaenlaquenosreservemosalgo?Entreesasdosdoctrinas,tanopuestas y tan hondamente inmorales ambas, no existe conciliación posible.En mi opinión, la gente que le tiene miedo a una relación total creeseguramentequepuedetenerfinal.¡Yadiósilusión!Lapasiónquenosetomaporeternaesrepulsiva.¡EstoquedigoesFénelonenestadopuro!Poreso,losque conocen el mundo, los observadores, la gente como es debido, loshombresdeguantesycorbatacorrectos,quenosesonrojansicasanconunamujerporsufortuna,declaranqueesindispensablesepararporcompletolosinteresesdelossentimientos.¡Losdemássonunoslocosqueseenamoranysecreen solos en el mundo con la mujer amada! Para ellos, los millones soncomo el barro. ¡El guante, la camelia que lleva su ídolo valen millones!¡Nuncaencontraránadieen suscasaselvilmetaldisoluto,pero sí restosdeflores ocultos en lindas cajas de cedro!Ya no diferencian una cosa de otra.Paraellosyanoexisteelyo.TÚ,ésaeslaencarnacióndesuVerbo.¿Quéselevaahacer?¿Puedeacasoimpedirseesaenfermedadsecretadelcorazón?Hayserescándidosqueamansincálculoalguno;yhayseressensatosquecalculanmientrasaman.

—Bixioumeparecesublime—exclamóBlondet—.¿QuédiceFinot?

—En cualquier otro lugar —contestó Finot, engallándose dentro de la

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corbata—,diríaloquedicenlosgentlemen;peroaquíopino…

—Lo mismo que los deleznables individuos de mala vida con los quetieneselhonordecodearte—intervinoBixiou.

—Pueslaverdadesquesí—dijoFinot.

—¿Ytú?—lepreguntóBixiouaCouture.

—Bobadas—exclamóCouture—.Unamujerquenoconvierte el cuerpoenestriboparaqueelhombrealqueprefierealcancesumetaesunamujerquesólotienecorazónparasímisma.

—¿Ytú,Blondet?

—Yoandodeprácticas.

—Muybien—siguiódiciendoBixiou,consutonodevozmásmordaz—,puesRastignac no estaba de acuerdo con vosotros. Tomar y no devolver esalgohorribleeinclusountantodisoluto:perotomarparatenerelderechodeimitar al señor devolviendo por centuplicado es acción caballeresca. Así escomo pensaba Rastignac. A Rastignac lo humillaba profundamente sucomunidadde interesesconDelphinedeNucingen;puedohacermencióndesudisgusto,lovilamentarsedelasituaciónenquesehallabaconlágrimasenlos ojos. ¡Sí! Lo hacía llorar de verdad… cuando ya había cenado. Bueno,puessegúnvosotros…

—¿Nosestástomandoelpelo?—dijoFinot.

—Nimuchomenos.EstoyhablandodeRastignac,cuyodolorsería,segúnvosotros,pruebadesucorrupción,puesporentoncesqueríaaDelphinemuchomenos.Pero¿quéqueréis?Elpobremuchachollevabaesaespinaclavadaenel corazón. Es un gentilhombre depravadísimo, ya veis, y nosotros somosvirtuososartistas. ¡AsíqueRastignacqueríahacer ricaaDelphine,siendoélpobreyellarica!¿Osdaiscuenta?…Yloconsiguió.Rastignac,quesehabríabatidoenduelolomismoqueJarnac,sepasóapartirdeentoncesalpuntodevistadeEnriqueII,envirtuddesufrasesuprema:«Noexistevirtudabsoluta,sóloexistencircunstancias».Yestotienequeverconlahistoriadesufortuna.

—Deberíasempezarcontucuentoenvezdeinducirnosacalumniarnosanosotrosmismos—dijoBlondetconencantadoraafabilidad.

—¡Ajajá,jovencito!—ledijoBixioubautizándoloconunapalmaditaenelcogote—.BuscaslacompensaciónenelvinodeChampaña.

—Venga, por el santo nombre del Accionista —dijo Couture—. ¿Noscuentaslahistoria?

—Llevabayauntramo—respondióBixiou—,peroconesablasfemiameponeseneldesenlace.

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—¿Esquehayaccionistasenlahistoria?—preguntóFinot.

—Riquísimos,comolostuyos—contestóBixiou.

—Me parece —dijo Finot con tono envarado— que deberías tenerleconsideraciones a un muchacho que es un buenazo y en quien encuentras,llegadoelcaso,unbilletedequinientos…

—¡Camarero!—voceóBixiou.

—¿Quélequierespediralcamarero?—ledijoBlondet.

—Quinientosfrancos,paradevolvérselosaFinotypoderdesempeñarmelalenguayhacerpedacitoselagradecimiento.

—Cuentalahistoria—volvióalacargaFinot,haciendocomoquesereía.

—¡Me sois testigos —dijo Bixiou— de que no le pertenezco a esteimpertinentequesecreequemisilenciosólovalequinientosfrancos!Nuncaserásministro si no sabesvalorar las conciencias.Pues sí—añadió convozmimosa—,mibuenFinot,contarélahistoriasinnombrarapersonalidadesyestaremosenpaz.

—Va a demostrarnos—dijoCouture, sonriendo—queNucingen hizo lafortunadeRastignac.

—Noyerrastantocomopiensas—siguiódiciendoBixiou—.NosabéisloqueesNucingendesdeelpuntodevistafinanciero.

—¿Nosabesnisiquieraalgúndetalledecómoempezó?—dijoBlondet.

—Sólo lohevistoen sucasa—dijoBixiou—,peropodríamoshabernosvistoantañoenelcaminoreal.

—La prosperidad de la Casa Nucingen es uno de los fenómenos másextraordinariosdenuestros tiempos—añadióBlondet—.En1804,Nucingenerapococonocido;losbanquerosdeentoncessehabríanestremecidoalverenla plaza cien mil escudos en letras suyas. Ese gran financiero se percataentoncesdesuinferioridad.¿Cómodarseaconocer?Suspendepagos.¡Bueno!Sunombre, circunscrito aEstrasburgoy al barrio dePoissonnière, suena entodas las plazas.Paga a la gente convaloresmuertosy reanudapagos; actoseguido,aceptanelpapelqueélemiteentodaFrancia.Porunacircunstanciainaudita, losvaloresreviven,vuelvenagozardefavor,producendividendos.El tal Nucingen es persona muy solicitada. Llega el año 1815; mi buenmuchachoreúnesuscapitales,comprafondosantesdelabatalladeWaterloo,suspendepagosalllegarlacrisis,liquidaconaccionesdelasminasWortschin,quehabíaconseguidoalveinteporcientomenosdelvaloralquelasemitíaél.¡Sí, caballeros! Le coge aGrandet ciento cincuentamil botellas de vino deChampaña para cubrirse, previendo la quiebra de aquel virtuoso padre del

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actualcondedeAubrion;yotrotantoaDubergheenvinosdeBurdeos.Esastrescientasmilbotellasaceptadas,aceptadas,amigomío,aunfrancoymedio,selassirveaseisfrancosalosAliados,enelPalais-Royal,entre1817y1819.El papel que emite laCasaNucingen y su nombre se vuelven europeos. Elilustrebarónsealzósobreelabismoenqueotroshabríannaufragado.Pordosveces, su liquidación dio gigantesco provecho a sus acreedores: quisoembaucarlos.¡Imposible!Pasaporserelhombremáshonradodelmundo.Enlapróximasuspensión,elpapeldelaCasaNucingenloaceptaránenAsia,enMéxico, en Australasia, entre los salvajes. Ouvrard fue el único en tenercalado a este alsaciano, hijo de algún judío convertido por ambición:«¡CuandoNucingensueltaeloroquetiene—decía—,puedenestarsegurosdequeestáagarrandodiamantes!».

—SucompadreDuTilletesdignodeél—dijoFinot—.FijaosenqueDuTillet es un hombre que, por su cuna, no tenía más que lo que nos resultaindispensableparasubsistir,yqueel individuo,queno teníaniunaperraen1814,hallegadoaserloqueahoraveis;perohizoloqueningunodenosotros(nome refiero a ti, Couture) ha sabido hacer: tuvo amigos en vez de tenerenemigos.Y,porfin,ocultótanbiensusantecedentesquehuboqueregistrarlas alcantarillas para localizarlo como encargado del comercio de unperfumistadelacalledeSaint-Honoréen1814,sinirmáslejos.

—¡Bah, bah, bah!—siguió diciendoBixiou—.No comparéis nunca conNucingen a un estafador de pocamonta comoDuTillet, un chacal que saleadelanteporelolfato,que intuye loscadáveres,y llegaantesquenadieparallevarseelmejorhueso.Además,miradaesosdoshombres:unodeellostienelafachaafiladadelosgatos,esflacoyespigado;elotroescuadrado,esgordo,es pesado como un saco, inamovible como un diplomático.Nucingen es demanos grandes y tiene mirada de lince, que nunca es vivaracha; no tienerecámarahaciadelante,sinohaciaatrás:esimpenetrable,nuncaselovevenir,mientras que la maña de Du Tillet parece, como decía Napoleón de no séquién,algodónhiladodemasiadofino:serompe.

—NoleveoaNucingenmásventajasobreDuTilletqueelsentidocomúndeintuirqueunfinancierosólodebeserbarón,mientrasqueDuTilletquierequelohagancondeenItalia—dijoBlondet.

—¿Blondet?… Sólo una palabra, hijito —prosiguió Couture—. Paraempezar,Nucingenseatrevióadecirquesóloexistenaparienciasdehombreshonrados;además,paraconocerlobien,hayqueestarmetidoennegocios.Ensu caso, el banco es un departamentomuymodesto: está la intendencia delgobierno, los vinos, las lanas, los añiles, en fin todo lo quepuedadar pie acualquierganancia.Su talento loabarca todo.Eseelefantede lasfinanzas levenderíadiputadosalMinisterio;ylesvenderíalosgriegosalosturcos.Paraél,elcomercioes,comodiríaCousin,latotalidaddelasvariedades,launidad

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de las especialidades. La Banca, desde ese punto de vista, se convierte enpolítica con todas lasde la ley, requiereuna cabezapotentey conduce aunhombre templado, en ese caso, a colocarse por encima de las pautas de laprobidad,quelevienenestrechas.

—Tienes razón, chico—dijo Blondet—. Pero sólo nosotros entendemosque eso es la guerra trasladada al mundo del dinero. El banquero es unconquistador que sacrifica a lasmasas para alcanzar resultados ocultos; sussoldados son los intereses de los particulares. Tiene que organizarestratagemas,quetenderemboscadas,queponerenmarchaasuspartidarios,quetomarciudades.Lamayoríadeesoshombreslindantantoconlapolíticaqueacabanpormeterseenella,ysusfortunasperecenenelempeño.Asíseperdió la CasaNecker; el famoso Samuel Bernard casi se arruina. En cadasiglo, aparece un banquero de fortuna colosal que no deja ni fortuna nisucesor.LoshermanosPâris,quecontribuyeronalacaídadeLaw,yelpropioLaw,encomparaciónconelcualtodoscuantosideansociedadesporaccionesson unos pigmeos, Bouret, Baujon, todos desaparecieron sin que losrepresentaseunafamilia.AligualqueelTiempo,laBancadevoraasushijos.Para poder perpetuarse, el banquero tiene que llegar a noble, y fundar unadinastía, lo mismo que los prestamistas de Carlos V, los Fugger, a los quehicieron príncipes de Babenhausen, y ahí están todavía… en el AlmanaqueGotha. La Banca busca el ennoblecimiento por instinto de conservación, yquizásinsaberlo.JacquesCœurfundóunagrancasanoble,ladeNoirmoutier,que se extinguió durante el reinado de Luis XIII. ¡Qué energía la de aquelhombre, que se arruinó por haber hecho un rey legítimo! Murió siendopríncipe de una isla del Archipiélago, en la que mandó construir unaespléndidacatedral.

—¡Vaya!SiosmetéisenclasesdeHistoria,nossalimosdelaactualidad,en que el trono ha perdido la facultad de conceder títulos de nobleza y sefabricanbaronesycondesalachitacallando.¡Quélamentable!—dijoFinot.

—Echasdemenoslajabonetadelavarvillanos—dijoBixiou—.¡Cuántarazón tienes!Volvamos a lo nuestro. ¿Sabéis quién esBeaudenord?No, no,no.Bien.¡Fijaosencómotodopasa!Elpobrechicofuelaflorynatadelosdandishacediezaños.Peroloeliminarontanbienqueyanosabéisquiénes,comotampocosabíaFinothaceunratoelorigendelaestocadadeJarnac(¡merefieroalafrase,Finot,nopretendohacerterabiar!).EnrealidadpertenecíaalFaubourgSaint-Germain.Bueno,puesBeaudenordeselprimerinfelizqueosvoyaponerenescena.Paraempezar,sellamabaGodefroiddeBeaudenord.NiFinot,niBlondet,niCoutureniyoharemosdemenostamañaventaja.Elamorpropiodelmozonopadecíacuandooíaquelollamabalagentealasalidadeun baile, mientras treinta mujeres bonitas, encapuchadas y rodeadas de susmaridos y adoradores, esperaban sus coches. Además disfrutaba de cuantos

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miembrosDiosleotorgóalhombre;sanoycompleto,sinnubeenojoalguno,sin tupé postizo, sin relleno en las pantorrillas; no se le metían las piernashaciadentro,ni se levolvíanhacia fuera; rodillas sinhinchazones, espinazorecto,talleesbelto,manoblancaybonita,pelonegro;cutisnisonrosadocomoel de un dependiente de ultramarinos, ni demasiado oscuro, como el de uncalabrés.Y,porfin,cosaesencial,Beaudenordnoerademasiadoguapo,comolosonesosamigosnuestrosqueparecenandarexhibiendosuhermosuraynotenernadamás;peronovolvamosatocaresetema,yalohemosdicho,noesderecibo.Disparababienconpistola,montabaconmuchagraciaacaballo;sehabíabatidoendueloporunafrusleríaynohabíamatadoaladversario.¿Osdaiscuentadequeparaexplicardequésecomponeunadichacompleta,pura,sinmezclaalguna,enelsiglodiecinueveyenParís,yladichadeunjovendeveintiséisaños,hayqueentrarenlascosasinfinitamentepequeñasdelavida?ElzapateroleteníacogidoelairealpiedeBeaudenordylocalzababien,asusastrelegustabavestirlo.Godefroidnomarcabademasiadolaserres,noteníaviciosdehablanigasconesninormandos,hablabaconpurezaycorrección,yseponíamuybienlacorbata,igualqueFinot.PrimopolíticodelmarquésdeAiglemont, su tutor (Beaudenord era huérfano de padre y madre, ¡otraventura!),podíafrecuentaryfrecuentabaalosbanqueros,sinqueelFaubourgSaint-Germain le reprochase que los frecuentaba demasiado, puesafortunadamenteunjoventienederechoahacerdelplacersuúnicaley,deirvolando a donde la gente se divierte, y de huir de los rincones oscuros endondeflorecelapena.Y,porfin,estabavacunado(yameentiendes,Blondet).Pese a tantosméritos, podría haberse consideradomuydesdichado. ¡Pues síseñor!Ladicha tiene ladesdichadequepareceque significa algo absoluto;apariencia quemueve a tantos sandios a preguntar: «¿Qué es la dicha?».Yhubo una mujer de gran ingenio que decía: «La dicha está en donde laponemos».

—Proclamabaunatristeverdad—dijoBlondet.

—Ymuymoral—añadióFinot.

—¡Archimoral! LA DICHA, igual que LA VIRTUD y EL MAL, esexpresióndealgorelativo—contestóBlondet—.PoresoteníaLaFontainelaesperanzadeque,conelcorrerdeltiempo,loscondenadosseacostumbrasenasuposiciónyacabasenporencontrarseenelinfiernocomopezenelagua.

—¡LostenderosdeultramarinossesabentodoslosdichosdeLaFontaine!—dijoBixiou.

—LafelicidaddeunhombredeveintiséisañosqueviveenParísnoesladeunhombredeveintiséisañosqueviveenBlois—dijoBlondet,sinoír lainterrupción—.Losquesebasanenesopararenegarcontralainconstanciadelasopinionessonounosfalsosounosignorantes.Lamedicinamoderna,cuyo

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mayorblasóneshaberpasado,entre1799y1837,delestadodeconjeturaaldecienciapositiva,yelloporlainfluenciadelagranEscuelaAnalistadeParís,tienedemostradoque,enciertaépoca,elhombreserenovódearribaabajo…

—IgualqueelcuchillodeJeannot,que ledurabamuchoporque lehabíacambiado tres veces la hoja y dos el mango—siguió diciendo Bixiou— yvosotrosseguíscreyendoqueeselmismo.Asíquehaymásdeunromboenese traje de Arlequín al que llamamos dicha. Bueno, pues el traje de miGodefroidnoteníanirotosnimanchas.Unjovendeveintiséisañosquefueseafortunadoenamores,esdecir,amado,noporsurozagantejuventud,noporsuingenio,noporsuporte,sinoirresistiblemente,nisiquieradebidoalamorensí,einclusoaunqueeseamorfueraabstracto,porvolveracitarlaexpresióndeRoyer-Collard,dicho jovenpodríamuybienno tenerniuncuartoenesabolsaquelehabíabordadoelseramado,podríadeberlelarentaalcasero,lasbotasalyaaludidozapatero,laropaalsastre,queacabaría,comoFrancia,porperderelapego.¡Enpocaspalabras,podríaserpobre!Lamiserialeamargaladicha al joven que no tiene nuestras trascendentales opiniones acerca de lafusión de los intereses. No sé de nada más cansado que ser muy dichosomoralmenteymuydesdichadomaterialmente.¿Noesacasoalgoasícomoquese le quede a uno helada una pierna, igual queme la está dejando amí lacorrientequesecuelaporlapuerta,ytenerlaotraasándoseconlasbrasasdelfuego?Esperoquesemeestéentendiendobien.¿Tienesecoenelbolsillodelchaleco,Blondet?Entrenosotros,dejemosdeladoelcorazónporqueperjudicael ingenio. ¡Sigamos! A Godefroid de Beaudenord lo estimaban, pues, susproveedores,porqueesosproveedoresveíanconbastante regularidaddequécolor era su dinero. Esa mujer de grandísimo ingenio a la que ya hemosaludido y cuyo nombre no puede decirse porque, gracias a tener tan pococorazón,estáviva…

—¿Dequiénsetrata?

—¡De la marquesa de Espard! Decía que un joven debía vivir en unentresuelo; no tener nada con tufo casero en su domicilio, ni cocinera nicocina;teneruncriadoviejoparaservirloynomostrarpretensiónalgunaalaestabilidad.Segúnella,cualquierotroacondicionamientodomésticoesdemalgusto. Godefroid de Beaudenord, fiel a ese programa, vivía en el QuaiMalaquaisenunentresuelo;noobstantenolehabíaquedadomásremedioqueasemejarseuntantoaloscasadosalponerensucuartounacama,tanestrechapor lo demás que no le tenía demasiado apego. Una inglesa que hubieraentrado en esa casa por pura casualidad no habría podido encontrar en ellanadaimproper.¡Finot,búscateaalguienqueteexpliquelaimportanteleydelimproper que rige Inglaterra! Pero, ya que nos une un billete demil, voy adarteuna ideadel asunto. ¡Yosoyde losquehan idoa Inglaterra!—Por lobajo, aloídodeBlondet—:Leestoy regalando ingenioporvalordemásde

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dosmil francos.En Inglaterra,Finot, entablas relacionesde lomás estrechoconunamujerdurantelanoche,enelbaileoenotrositio;telaencuentrasaldíasiguienteporlacalleyponescaradereconocerla:improper!Teencuentrasdurante una cena, bajo el frac del comensal de la izquierda, a un hombreencantador,ingenioso,nipizcadearrogante,desenvuelto;nopareceinglésenabsoluto; según las leyes de esa antigua vecindad francesa tan grata, tanamable,ledirigeslapalabra:improper!Teacercasaunamujerbonitaduranteunbaileparainvitarlaabailar:improper!Teacaloras,discutes,teríes,ponesenlacharlaelcorazón,elalma,elingenio;lallenasdesentimientos;juegasenla mesa de juego, conversas al conversar y comes al comer: improper!improper! improper! Uno de los hombres más sutiles y profundos de estaépoca,Stendhal,definiómuybienloimproperaldecirquelorestienelaGranBretaña que no se atreven a cruzar las piernas delante de sus chimeneas,aunqueesténsolos,portemoraresultarimproper.Unadamainglesa,pormásque sea de la furibunda secta de los santos (protestantes reforzados quedejaríanmoriratodasufamiliadehambreenelcasodequesufamiliafueraimproper),noseráimpropersacandolospiesdeltiestoensudormitorio,perose considerará una perdida si recibe a un amigo en ese mismo dormitorio.Merced a lo improper, algún día nos encontraremos con que Londres y susvecinosestánpetrificados.

—CuandosepiensaquehayenFranciapazguatosquequierenimportarlasrematadas necedades que hacen los ingleses en su tierra con esa estupendasangrefríaquetodossabemos—dijoBlondet—,escomoparaqueleentrenescalofríos a cualquiera que haya visto Inglaterra y recuerde los amables yencantadoreshábitosfranceses.Ensusúltimostiempos,WalterScott,quenose atrevió a pintar a las mujeres tales y como son por temor a resultarimproper,searrepentíadehabercreadoelespléndidopersonajedeEffieenlacárceldeEdimburgo.

—¿QuieresnoresultarimproperenInglaterra?—ledijoBixiouaFinot.

—¿Quépropones?

—VetealasTulleríasaveralgoasícomounbomberodemármolalqueelescultorllamóTemístocleseintentacaminarcomolaestatuadelcomendadorynuncaresultarásimproper.FueaplicarrigurosamentelaimportanteleydeloimproperloquediodichatotalaGodefroid.Éstaeslahistoria.Teníauntigre,que no un groom como escribe alguna gente que no sabe nada de la buenasociedad.SutigreeraunmuchachitoirlandésllamadoPaddy,Joby,Toby(¡agustodecadacual!),detrespiesdealtoyveintepulgadasdeancho,caradecomadreja, nervios de acerohechos a la ginebra, ágil comouna ardilla, queconducíaunlandóconunamañaquenuncalefallónienLondresnienParís,y tenía vista de lagarto, penetrante como la mía; montaba a caballo comoFranconi padre, y era rubio como una virgen de Rubens, con mejillas

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sonrosadas,solapadocomounpríncipe,leídocomounabogadojubiladoydediez años de edad; en resumen una auténtica flor de perversidad, jugador yblasfemo, aficionado a las mermeladas y al ponche, insultador como unfolletín,atrevidoyhurtadorcomoungolfillodeParís.Erablasónyprovechodeunfamosolordinglésaquienhabíahechoyaganarsetecientosmilfrancosen las carreras. El lord quería mucho a aquel muchachito: su tigre era unacuriosidad,nadieenLondres teníaun tigre tanniño.Subidoauncaballodecarreras,Jobyparecíaunhalcón.PuesheteaquíqueellorddespidióaToby,noporglotonería,niporrobo,niporasesinato,nipormalcomportamiento,nipor insolentarse con milady, no por haberle agujereado los bolsillos a laprimeradoncellademilady,noporhabersedejadocorromperenlascarreraspor los adversarios demilord, ni por haber holgado los domingos, en pocaspalabraspornadacensurable.YaunqueTobyhubierahechotodoloanterior,selohabríacontadoamilordsinqueéstelepreguntaranadaymilordlehabríaperdonado una vez más la fechoría doméstica. Milord le habría consentidomuchascosasaToby,puesleteníagranapego.Sutigreconducíauncarruajede dos ruedas y dos caballos enganchados en filamontado en el caballo dedetrássinquelecolgasenlaspiernasmásabajodelasvarasyconunadeesascarasque les ponen lospintores italianos a los ángeles conque salpican lasinmediacionesdelPadreEterno.Unperiodistainglésdescribiódeliciosamenteaaquelangelote,lepareciódemasiadoagraciadoparasertigreyseofrecióaapostar a que Paddy era una tigresa amaestrada. La descripción amenazabaconenvenenarseyconvertirseenimproperengradomáximo.Loimproperensuperlativoconducea lahorca.Milady le alabómuchoamilord tannotablecircunspección. Toby no pudo ya colocarse en parte alguna tras haber vistocómo ponían en duda su estado civil dentro de la zoología británica. Enaquellaépoca,GodefroidprosperabaenlaembajadadeFranciaenLondres,endondeseenteródelaaventuradeToby,Joby,Paddy.Godefroidseadueñódeltigre,aquienencontróllorandojuntoauntarrodemermelada,pueselniñosehabía quedado ya sin las guineas con las que milord había dorado suinfortunio. Según regresaba, Godefroid de Beaudenord importó, pues, anuestra tierra al tigre más encantador de Inglaterra, y lo conocieron por sutigredelamismaformaqueCouturedestacaporsuschalecos.Nolecostó,porlo tanto, ingresar en la confederación del club llamado hoy en día deGrammont.No suponía alarma alguna para la ambición de nadie tras haberrenunciado a la carrera diplomática, no era dementalidad peligrosa, todo elmundo lo acogió bien. A nosotros nos habría ofendido el amor propio notoparnosmásqueconcarassonrientes.Nosdeleitaver lamuecaamargadelEnvidioso.AGodefroidno leagradabaque loodiasen. ¡Cadacual tiene susgustos!¿Entramosenloconsistente,enlavidamaterial?Supiso,endondehesaboreadomásdeunalmuerzo,teníaelméritodecontarconuncuartodeaseomisterioso, bien ordenado, repleto de cosas confortables, con chimenea y

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bañera; daba a una escalera pequeña, puertas de vaivén amortiguadas,cerraduras fáciles, goznes discretos, ventanas con cristales esmerilados,cortinasimpasibles.Sieldormitoriobrindabaydebíabrindareldesordenmásejemplarquedesearpuedaelacuarelistamásexigente,sidetodocuantohabíaenélsedesprendíaeltoquebohemiodeunavidadejovenelegante,elcuartode aseo era como un santuario: blanco, limpio, ordenado, tibio, ningunacorriente, alfombra pensada para meterse en él de un brinco, en camisa yalarmada.¡Ahísevelafirmadelsolteroqueesauténticopetimetreyentiendela vida! Pues en ese lugar puede durante unos minutos parecer o necio ograndeenlospequeñosdetallesdelaexistenciaquedesvelanlaformadeser.Lamarquesadelaquehabléantes…no…fuelamarquesadeRochefide,saliófuriosa de un cuarto de aseo y nunca volvió a entrar en él porque no habíaencontradonadaimproper.Godefroidteníaunarmaritollenode…

—¡Decamisolas!—dijoFinot.

—¡Tenías que ser tú el que dijera algo así, pedazo de Turcaret! (¡Noconseguiré educarlo en la vida!). Pues no: de dulces, de fruta, de frasquitosprimorososconvinodeMálagaydeLunel,untentempiéaloLuisXIV,todocuantopuedeentreteneryagradaralosestómagosdelicadosybieneducados,a los estómagos de dieciséis cuarteles.Un criado anciano ymalicioso,muyduchoenelarteveterinaria,servíaa loscaballosyalmohazabaaGodefroid,pues había estado al servicio del difunto señor Beaudenord y sentía porGodefroid un inveterado afecto, esa enfermedad de la que las Cajas deAhorros han acabado por curar a los criados. Cualquier dicha materialdescansa en losnúmeros.Vosotros, que conocéis la vidaparisina incluso ensus exostosis, intuís que Godefroid necesitaba alrededor de diecisiete millibrasderenta,puesteníadiecisietefrancosdeobligacionesymilescudosdesuperfluidades.Puesbien,queridos,eldíaenqueamaneciósiendomayordeedad,elmarquésdeAiglemontlepresentóunascuentasdesututoríacomonoseríamosningunodenosotroscapacesdepresentarlesanuestrossobrinosyleentregóunasientoenellibromayordedieciochomillibrasderenta,restosdelaopulenciapaternaquehabíaesquilmadolatremendareducciónrepublicanaydañadoelgranizode losatrasosdel Imperio.Aquelvirtuoso tutorpusoenmanosdesupupilounosahorrosdealrededordetreintamilfrancosinvertidosen la Casa Nucingen y le dijo, con todo el donaire de un gran señor y ladespreocupación de un soldado del Imperio, que le había ido reuniendo esacantidadparasuslocurasdejuventud.«Simehacescaso,Godefroid—añadió—,envezdegastártelostontamentecomohacentantosotros,cometelocurasprácticas;aceptaunpuestodeagregadodeembajadaenTurín,deahíveteaNápoles, de Nápoles regresa a Londres, y te habrás gastado el dinero endivertirte e instruirte. Más adelante, si quieres tener una carrera, no habrásperdidoniel tiemponieldinero».EldifuntoDeAiglemontvalíamásde loquecuentasureputación,cosaquenadiepuededecirdenosotros.

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—Un jovenqueempiezaa losveintiúnañoscondieciochomil librasderentaesunmuchachoarruinado—dijoCouture.

—Amenosqueseaavaroomuysuperior—dijoBlondet.

—Godefroid pasó temporadas en las cuatro capitales de Italia —siguiódiciendo Bixiou—. Vio Alemania e Inglaterra, y algo de San Petersburgo,recorrió Holanda, pero se desprendió de los ya citados treinta mil francosviviendocomosihubieratenidotreintamillibrasderenta.EncontródoquierlaSupremadeave,elaspicylosvinosdeFrancia,oyóhablarfrancésatodoelmundo, en resumen, no supo salir de París. Mucho le habría agradadodepravarseel corazón, acorazarlo,perder las ilusiones, aprenderaoírlo todosinruborizarse,ahablarsindecirnada,aenterarsedelossecretosinteresesdelaspotencias…Perono.Lecostómuchohacerseconcuatrolenguas,esdecir,abastecersedecuatropalabrasencontradeunaidea.Regresóviudodevariasdamas maduras y aburridas, a las que llaman aventuras galantes en elextranjero, tímidoypoco formado, buenmuchacho, rebosantede confianza,incapazdehablarmaldelagentequelehacíaelhonorderecibirloensucasa,conexcesodebuenafeparahacersediplomático,enfin,esoquellamamosunjovencabal.

—Osea,unmocosoconsusdieciochomillibrasderentaadisposicióndelasprimerasaccionesquepasaranasualcance—dijoCouture.

—Este endemoniado Couture tiene tanta costumbre de cobrar poranticipado los dividendos que anticipa el desenlace de mi historia. ¿Dóndeestabayo?Enel regresodeBeaudenord.YainstaladoenelQuaiMalaquais,resultó que mil francos por encima de sus necesidades no le llegaban parapagar su parte de palco en el Teatro de los Italianos en la Ópera. Cuandoperdíaveinticincootreintaluisesapostandoeneljuego,lospagaba,comoeslógico; y se los gastaba cuando ganaba, cosa que nos sucedería a todos sifuéramos lo bastante bobos para caer en las apuestas. Beaudenord, con lasestrecheces de aquellas dieciochomil libras de renta, sintió la necesidad decrearesoquellamamoshoyfondosdecirculacióndecapitales.Teníamuchoempeñoennohundirseasímismo.Fueaconsultarasututor:«Hijomío—ledijoDeAiglemont—,lasrentasestánalapar.Vendetusrentas;vendílasmíasylasdemimujer.Nucingentienetodosmiscapitalesymedaunseisymedioporciento;hazcomoyo,sacarásununoporcientomás,yeseunoporcientote permitirá estar completamente a tus anchas». En un plazo de tres días,nuestroGodefroidestabaasusanchas.Alexistirunequilibrioperfectoentresusingresosysusnecesidadessuperfluas,sudichamaterialfuecompleta.Sifuera posible interrogar a todos los jóvenes de París con una sola mirada,como parece ser que sucederá cuando llegue el día del Juicio Final con losmilesdemillonesdegeneracionesquehayanchapoteadoentodoslosglobos,comosifueranmiembrosdelaGuardiaNacionalosalvajes,ypreguntarlessi

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ladichadeunjovendeveintiséisañosnoconsisteen:podersaliracaballooentílburioenbirlochoencompañíadeuntigredeltamañodelpuño,lozanoysonrosadocomoToby,Joby,Paddy;contar,porlasnoches,pordocefrancos,con un cupé de alquiler muy apañado; aparecer en público elegantementevestidoatenordelasleyesindumentariasquerigenparalasocho,lasdoce,lascuatrodelatardeylanoche;recibirbuenaacogidaentodaslasembajadasycortar allí las flores efímeras de amistades cosmopolitas y superficiales; serguapo de forma tolerable y llevar bien el apellido, el frac y el porte de lacabeza;vivirenunentresuelopequeñoyencantadorconladistribuciónqueyaoshedichoque tenía el entresuelodeQuaiMalaquais;poder invitar aunosamigosparaquevayanconunoalrestauranteLeRocherdeCancalesintenerquepedirleantesopiniónalaBolsayqueningunodelosimpulsossensatoslofrenelaexclamación:¡Ah!¿Yconquédinero?;poderrenovarlospomponesde color de rosa que adornan las orejas de sus tres purasangres y llevarsiempreunforronuevoenelsombrero.Todoelmundo,inclusonosotros,quesomospersonas superiores, todo elmundocontestaría que esadichano estácompleta,queeslaMagdalenasinaltar,quesenecesitaamaryseramado,oamarsinseramado,oseramadosinamar,opoderamaraloloco.Vayamoscon la dicha espiritual. Cuando, en 1823, se vio ya bien instalado en sussatisfacciones,trashaberpuestoelpieylalenguaenlasdiversassociedadesparisinasalasquetuvoabienacudir,sintiólanecesidadderesguardarsebajouna sombrilla, de tener quejas de una mujer como es debido, de nomordisquearelrabodeunarosaquelehubieracostadocincuentacéntimosenlafloristeríadelaseñoraPrévost,comohacenesosjovenzuelosquecacareanenlospasillosdelaÓperaigualquepollosenjaulados.Enpocaspalabras,quedecidiódedicarsussentimientos,susideas,susafectosaunamujer,unamujer.¡Ah, las mujeres! Primero se le ocurrió la idea extravagante de tener unapasióndesdichadayestuvouna temporada rondandoa suhermosaprima, laseñoraDeAiglemont,sindarsecuentadequeundiplomáticohabíabailadoyacon ella el vals de Fausto. Se le fue el año 25 en experimentos, eninvestigaciones, en coqueterías inútiles. El amante ser a quien andababuscandonoapareció. ¡Laspasionessonmuyescasas!¡Poraquellosañossealzarontantasbarricadasenlascostumbrescomoenlascalles!¡Enverdadosdigo, hermanos, que lo improper nos está invadiendo! Como nos reprochanquenosmetemosenelterrenodelosretratistas,delossubastadoresydeloscomerciantesdemoda,noosimpondréladescripcióndelapersonaenlaqueGodefroidreconocióasuhembra.Edad,diecinueveaños;estatura,unmetrocon cincuenta centímetros; pelo rubio, pestañas ídem; ojos azules, frentemediana, nariz curvada, boca pequeña, barbilla breve y respingada, rostroovalado;señasparticulares,ninguna.Heaquíelpasaportedelseramado.Noseáismás exigentes que la policía, que los alcaldes de todas las ciudades ymunicipiosdeFrancia,quelosgendarmesydemásautoridadesinstituidas.Por

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lo demás, así es, por encima, la Venus de Médicis, palabra de honor. LaprimeravezqueGodefroidfueacasadelaseñoradeNucingen,quelohabíainvitado a uno de esos bailes con los que consiguió, con poco coste, ciertareputación, divisó, bailando una cuadrilla, a la persona por amar y lodeslumbróaquellaestaturadeunmetroconcincuentacentímetros.Aquelpelorubiocaíacomocascadasespumeantesdeunacabecitaingenuaylozanacomola de una náyade que se hubiera asomado a la ventana cristalina de sumanantialparaverlasfloresprimaverales.(Ésteesnuestronuevoestilo,frasesqueseescurrencomolosmacarronesdehaceunrato).El ídemdelascejas,conpermisodelasoficinascentralesdelapolicía,habríapodidopedirleseisversos al amable Parny, y ese poeta risueño las habría comparado muyplacenteramente al arco de Cupido, haciendo notar que el dardo se hallabadebajo,peroundardosinfuerza,conlapuntaroma,puestodavíaimperaenéllacorderildulzuraquelaspantallasdechimeneaadjudicanalaseñoradeLaVallièreenelmomentoderubricarsutiernoamoranteDiosafaltadepoderlorubricar ante notario. ¿Estáis al tanto del efecto del pelo rubio y los ojosazules, en combinación con un baile suave, lánguido y decente? En esascircunstanciasuna jovennose temeteaudazmenteenelcorazóncomoesasmorenasqueparecendecirteconlosojos,igualqueunmendigoespañol:¡Labolsaolavida!Cincofrancosotedesprecio.Esasbellezasinsolentes(¡ynopocopeligrosas!)puedenagradaramuchoshombres;pero,segúnmipuntodevista, la rubia que tiene la dicha de parecer excesivamente tierna ycomplaciente,sinperderporellolosderechosderegañar,dehacerrabiar,dedecirpalabrasextremosas,detenercelossinmotivoydetodocuantohacealamujer adorable, siempre serámás de fiar para elmatrimonio que lamorenaardiente.Laleñaandacara.Isaure,blancacomounaalsaciana(habíavistolaluzenEstrasburgoyhablabaalemánconun leveacentofrancésmuygrato),bailabamaravillosamentebien.Tenía lospies,queelempleadode lapolicíano mencionó y, no obstante, podían hallar cabida en el apartado señasparticulares,denotablepequeñezynomenosnotablesporesepeculiarjuegoen el paso de danza que los antiguos maestros llamaron flic-flac y puedecompararsealgrato flujode lacharlademademoiselleMars,pues todas lasmusas sonhermanasy tanto el danzarín comoel poeta tienen lospies en latierra. Los pies de Isaure conversaban con una claridad, una precisión, unaligereza y una rapidez de muy buen augurio para las cosas del corazón.«¡Tiene flic-flac!» era la alabanza suprema deMarcel, el únicomaestro dedanza que mereció la apelación de grande. Lo llamaronMarcel el Grande,igualqueaFedericoelGrandeentiemposdeFederico.

—¿Compusoballets?—preguntóFinot.

—Sí,algoasícomoLoscuatroelementosoEuropagalante.

—¡Quétiemposaquéllos—dijoFinot—enquelosgrandesseñoresvestían

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alasbailarinas!

—Improper!—siguiódiciendoBixiou—.Isaurenoseponíadepuntillas,se quedaba a ras de tierra y semecía sin trompicones, ni conmayor ni conmenor voluptuosidad que las que corresponden a una joven que se mece.Marceldecía,confilosofíamuyprofunda,quecadaestadotienesubaile:unamujer casada no debía bailar como una joven, ni un leguleyo como unfinanciero, ni un militar como un paje; llegaba incluso a afirmar que unsoldadodeinfanteríateníaquebailardeformadiferentequeunodecaballería;y arrancaba de ahí para analizar a toda la sociedad. ¡Qué lejos nos caen yatodosestosmaticestanhermosos!

—¡Ay!—dijoBlondet—.Poneseldedoenunagrandesdicha.SiMarcelnohubierasidounincomprendido,nohabríahabidoRevoluciónFrancesa.

—Godefroid—reanudó el relato Bixiou— había tenido el privilegio derecorrer Europa y se había fijado a fondo en los bailes extranjeros. Sin esehondo conocimiento coreográfico, al que tildan de fútil, quizá no se habríaenamoradodeaquellajoven;pero,delostrescientosinvitadosqueseapiñabanenloshermosossalonesdelacalledeSaint-Lazare,fueelúnicoenpercatarsedelamorinéditoquesecolegíadeunadanzalocuaz.Todoelmundosefijóencómo bailaba Isaure de Aldrigger: pero en este siglo en que todos dicen:«¡Escurramoselbulto sin insistir!»,huboalguienquedijo:«Esa jovenbailaestupendamente» (era un pasante de notario); y otra persona dijo: «Es unencantocómobailaesamuchacha»(eraunadamaconturbante);otramás,unamujerdetreintaaños:«¡Esajovencitanobailanadamal!».VolvamosaMarcelelGrandeydigamos,parodiandosudichomásconocido:¡Cuántascosashayenunavant-deux!

—¡Aversicorremosunpocomás!—dijoBlondet—.¡Teandasconunasexquisiteces!

—Isaure—prosiguióBixiou,mirandodemalamaneraaBlondet—llevabaunsencillovestidodecrespónblancoadornadoconlazosverdes,unacameliaen el pelo, una camelia en el talle, otra camelia en la parte de abajo delvestido,yunacamelia…

—¡Bueno,estoparecelodelastrescientascabrasdeSancho!

—¡En esto reside toda la literatura, amigo mío! Clarissa es una obramaestra, tiene catorce tomos y el más obtuso de los autores de vodevil tecontarálanovelaenunacto.¿Siteentretengo,dequétequejas?Eseatuendoresultabadelicioso.¿Notegustanlascamelias?¿Prefieresdalias?¿No?¡Puesmira,vaaserunacastaña!—dijoBixiou,quedebióde tirarleunacastañaaBlondetporqueoímoselruidoenelplato.

—Bueno,estoyequivocado,sigue—dijoBlondet.

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—Prosigo —dijo Bixiou—. «¿No es una preciosidad para casarse conella?», le dijo Rastignac a Beaudenord señalándole a la chiquilla de lascameliasblancasypuras,a lasqueno les faltabaniunahoja.Rastignacerauno de los amigos íntimos de Godefroid. «Pues lo estaba pensando —lecontestó al oído Godefroid—. Me estaba diciendo que en vez de temercontinuamentepor lapropiadicha;desoltarcongrandesapurosunapalabraen un oído poco atento; en vez demirar en el Teatro de los Italianos si unpeinado llevauna florblancao rojaosihayenelBosquedeBoulogneunamanoenguantadaenelentrepañodeuncoche,comoescostumbreenMilán,enelCorso;envezderobarleunbocadoaunpastelborrachodetrásdeunapuerta, igual que un lacayo que apura una botella; en vez de consumirse elingenioparaentregaryrecibirunacarta,lomismoqueuncartero;envezderecibirinfinitasternurasendoslíneas,tenerqueleersehoycincotomosinfolioymañana una entrega de dos hojas, lo que resultamuy cansado; en vez dearrastrarsepor las rodadasde los carruajesypordetrásde los setos, valdríamásconsentirencaerenesaadorablepasiónqueenvidiabaJ.J.Rousseauyquerer,sinmás,aunajovencitacomoIsaure,conlaintencióndecasarseconellasi,duranteelintercambiodesentimientos,loscorazonesencajanbien;enresumen, ¡serWertherdichoso!». «Esuna ridiculez comootra cualquiera—repuso Rastignac muy en serio—. Si estuviera en tu lugar, quizá mesumergiera en las infinitas delicias de ese ascetismo; es nuevo, original ybarato.TuMonaLisaesgrata,perotansosacomolamúsicadeunballet,teloaviso». La forma en que dijo Rastignac esta última frase hizo pensar aBeaudenord que su amigo tenía algún interés en desilusionarlo y, como exdiplomáticoqueera,locreyórivalsuyo.Lasvocacionesfallidasinvadentodala existencia. Tanto se enamoriscó Godefroid de la señorita Isaure deAldriggerqueRastignacseacercóaunajovenaltaqueestabadeconversaciónenunsalóndejuegoyledijoaloído:«Malvina,suhermanaacabadepescaren sus redes un pez que pesa dieciocho mil libras de renta; tiene apellido,cierta posición social y buen comportamiento; no los pierda de vista; si sellevanalasmilmaravillas,procureserlaconfidentedeIsaureparanodejarleque conteste a alguna nota sin habérsela corregido».A eso de las dos de lamañana, el ayuda de cámara vino a decirle a una pastorcilla de los AlpescuarentonaytancoquetacomolaZerlinadelaóperaDonJuan,juntoalaquese hallaba Isaure: «El coche de la señora baronesa la está esperando».Godefroid vio entonces cómo su belleza de balada alemana tiraba de sufantásticamadre hacia el salón que estaba a la salida, hasta el queMalvinasiguió a ambas damas. Godefroid, que fingió (¡qué chiquillo!) que iba aenterarsedeenquétarrodemermeladasehabíaagazapadoJoby,tuvoladichadeentreveraIsaureyMalvinaenvolviendoasuvivarachamadreenpielesyayudándose mutuamente en esos toques de indumentaria que exige undesplazamientonocturnoporParís.Lasdoshermanasloinspeccionaronconel

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rabillodelojo,comounpardegatasavispadasquecomoquiennoquierelacosaleechanlavistaaunratón.AGodefroidlosatisfizobastantevereltono,elatuendoyelcomportamientodelalsacianodeelevadaestatura,ataviadoconlibreaybienenguantado,queacudióparatraerlesasustresamasunoszapatosreciosyconforrodepiel.NuncahubodoshermanasmásdiferentesqueIsaureyMalvina. Lamayor, alta ymorena; Isaure, baja y delgada; ésta de rasgosfinosydelicados;aquélladeformasvigorosasymarcadas;Isaureeralamujerquese imponepor suausenciade fuerzayqueunestudianteadolescente sesiente obligado a amparar; Malvina era la mujer de ¿Habéis visto enBarcelona? Junto a su hermana, Isaure parecía unaminiatura al lado de unretrato al óleo. «¡Es rica!», le dijoGodefroid aRastignac cuando regresó albaile.«¿Quién?».«Esajoven».«¡Ah,IsauredeAldrigger!Puessí.Lamadrees viuda, su marido tuvo de empleado a Nucingen en sus oficinas deEstrasburgo. Si quieres volver a verla, dile algún cumplido bien dicho a laseñora de Restaud, que da pasado mañana un baile en el que estarán labaronesa deAldrigger y sus dos hijas, y te invitará».Godefroid estuvo tresdíasviendoenlacámaraoscuradelcerebroasuIsaure,ylascameliasblancasysusportesdecabeza,como,cuandotrashabermiradodurantemuchoratounobjetoiluminadoconluzfuerte,lovolvemosaverconlosojoscerrados,máspequeño,radianteydecolores,centelleandoentrelastinieblas.

—Bixiou,estáscayendoenelfenómeno;danoscuadrosdeconjunto—dijoCouture.

—¡Aquílotienen!—siguiódiciendoBixiou,adoptandosindudalaactituddeuncamarero—. ¡Aquí tienen, señores, el cuadropedido! ¡Ojo,Finot,quehayquetirartedelabocacomotirauncocherodepuntodeladesujamelgo!Théodora-Marguerite-Wilhelmine Adolphus (de la Casa Adolphus yCompañíadeManheim),viudadelbaróndeAldriggernoeraunaalemanotarecia y sensata, blanca, de rostro dorado como la espuma de una jarra decerveza, adornada con todas las virtudes patriarcales que posee Germania,novelísticamentehablando.Tenía lasmejillas lozanasaún,encarnadasen lospómulos igual que las de una muñeca de Nuremberg; tirabuzones muyjuguetonesen las sienes, losojosprovocativos,niunacana,un talle esbeltocuyaspretensionessubrayabanvestidosconcorsé.Seleveíanenlafrenteyenlassienesunaspocasarrugasinvoluntariasque, igualqueNinondeLenclos,habría estado encantadadepoderdesterrar a los talones; pero las arrugas seempecinaban en trazar sus zigzags en los lugares más aparentes. Se le ibaajando el contorno de la nariz, y se le enrojecía la punta. Cosa tanto másmolestacuantoqueenesoscasos lanariz lehacía juegoconel colorde lospómulos. En su condición de heredera única, a quien mimaron sus padres,mimósumarido,mimólaciudaddeEstrasburgoyseguíanmimandosusdoshijas,quelaadoraban,labaronesasepermitíaelcolorderosa,lafaldacortayel lazo en el picodel corséque ledibujaba el talle. ¡Cuandounparisinove

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pasar por el bulevar a una baronesa así, se burla y la condena sin tener encuenta, como este jurado de ahora, las circunstancias atenuantes de unfratricidio!Elburlónessiemprepersonasuperficialy,enconsecuencia,cruel;elmuybellacono tieneencuenta enabsoluto lapartequecorrespondea laSociedad en esa ridiculez de la que se ríe, pues la Naturaleza no crea sinoanimales,ylosneciosselosdebemosalEstadoSocial.

—LoquemepareceestupendoenBixiou—dijoBlondet—esqueseadelomáscompleto:cuandonoseestámofandodelosdemás,seestáburlandodesímismo.

—Blondet, ya me las pagarás —dijo Bixiou con tono sagaz—. Si esabaronesita era atolondrada, despreocupada, egoísta e incapaz de cálculo, laresponsabilidaddesusdefectoscorrespondíaalaCasaAdolphusyCompañía,deManheim,yalamorciegodelbaróndeAldrigger.Dulcecomouncordero,aquella baronesa tenía el corazón tierno y fácil de emocionar, pero, pordesdicha, la emoción duraba poco y, por consiguiente, se renovaba confrecuencia.Cuandomurió el barón, tan violento y auténtico fue el dolor deaquella pastora que estuvo a punto de seguirlo a la tumba; pero… al díasiguiente le sirvieron para almorzar guisantes, que le gustaban, y esosguisantestandeliciososlecalmaronelataque.Laqueríantanciegamentesusdoshijasysuservicioqueatodalacasaalegróunacircunstanciaquepermitíaocultaralabaronesaeldolorosoespectáculodelacomitivafúnebre.IsaureyMalvina disimularon sus lágrimas ante aquella madre adorada y laentretuvieron escogiendo los vestidos de luto y encargándolos mientras seentonabaelRequiem.Entantoestáunataúdcolocadobajoesegrancatafalcoblancoynegro,manchadodecera,quesehausadoparatresmilcadáveresdepersonas como es debido antes de reformarlo, según los cálculos de unenterrador filósofo al que he consultado el asunto entre dos vasitos de vinoblanco; en tanto unos clérigos subalternos de lomás indiferentes berrean elDies irae; en tanto otros clérigos de mayor rango, aunque no menosindiferentes,rezaneloficio,¿sabéisloqueestándiciendolosamigosvestidosde negro, sentados o a pie firme en la iglesia? (Ahora viene el cuadro quepedíais). ¿Qué, los estáis viendo? «¿Cuánto creen que deja este buenAldrigger?», lepreguntabaDesrochesaTaillefer,quenosbrindóantesdesumuertelamejororgíaquenuncasehayavisto…

—¿EraDesrochesprocuradorporaquelentonces?

—Negociólacompraen1822—dijoCouture—.Ysalióatrevidoparaserel hijo de un humilde empleado que no tuvo nunca más de dieciocho milfrancosycuyamadrellevabaundespachodepapeltimbrado.Perotrabajóunabarbaridad entre 1818 y 1822. ¡Entró de cuarto pasante en el bufete deDervilleyen1819yaerasegundopasante!

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—¡Desroches!

—Sí—dijoBixiou—.Desroches rodó igualquenosotrosporelestiércoldel jobismo. Harto de llevar levitas raquíticas y con las mangas cortas, sesorbióávidamenteelDerechodepuradesesperación,yacababadecompraruntítulomondo. Procurador sin un céntimo, sin clientela, sinmás amigos quenosotros,teníaquepagarlosinteresesdeuncargoydeunafianza.

—Me parecía por entonces un tigre salido de la Casa de Fieras—dijoCouture—. Flaco, pelirrojo, con los ojos color tabaco, el cutis agrio, laexpresiónfríayflemática,perodestempladoconlasviudas,cortanteconloshuérfanos, trabajador, el terror de sus pasantes, que no podían perder eltiempo, instruido, retorcido, taimado, de hablamelosa, sin perder nunca losestribos,malevolentecomolosonloshombresdeley.

—Tienecosasbuenas—exclamóFinot—,esabnegadoconsusamigosylo primero que hizo fue dar trabajo como primer pasante a Godeschal, elhermanodeMariette.

—EnParís—dijoBlondet—,unprocuradorno tienemásquedosvisos:existe el procurador cabal, que no se sale de los términos de la ley, llevaadelanteel juicio,no semeteennegocios,nodescuidanada,aconsejaa susclientesde forma leal, loshace transigir en lospuntosdudosos,unDerville,vamos.Yluegoexisteelprocuradorfamélicoaquientodoleparecebiencontaldequeesténaseguradaslascostas;queconseguiríaenfrentarnomontañas,porque las vende, sino planetas; que toma a su cargo que triunfe un pícarosobre un hombre honrado si, por casualidad, el hombre honrado no está enregla.Cuandounodeesosprocuradoreshaceun juegodemanosa lomaeseGoninunpocoexcesivo,elTribunal loobligaavenderelcargo.Desroches,nuestro amigo Desroches entendió este oficio que desempeñan de formabastantemenguadaalgunosmenguados infelices: comprócasosapersonasaquienes atemorizaba perderlos, se dio al pleito comohombre determinado asalir de la miseria. Acertó y desempeñó el oficio con gran tino. Hallóprotectores en los políticos sacando adelante sus asuntos arriesgados, comosucedió con nuestro querido Des Lupeaulx, que se encontraba en situaciónmuycomprometida.Eraloqueestabanecesitandoparasaliradelante,porquealcomienzoaDesrocheslomirabanmuymalenlosTribunales.¡Aél,aquienlecostabatantoenderezarlasequivocacionesdesusclientes!…Bien,Bixiou,¿volvemosalonuestro?…¿PorquéestabaDesrochesenlaiglesia?

—«¡De Aldrigger deja siete u ochocientos mil francos!», le respondióTaillefer aDesroches. «¡Bah! Sólo hay una persona que esté al tanto de sucomúnfortuna»,dijoWerbrust,unamigodeldifunto.«¿Quién?».«EsebribóndeNucingen;iráinclusoalcementerio.DeAldriggerfuejefesuyoy,comoleestabaagradecido,lehacíamedrarlosfondosalbuenhombre».«¡Suviudava

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anotarunagrandiferencia!».«¿Quénosquieredecirconeso?».«¡SiesqueDeAldrigger quería tanto a sumujer!No se rían, que nos estánmirando».«Anda, ahí está Du Tillet. ¡Qué tarde llega! Ya estamos en la Epístola».«Seguramentesecasaráconlamayor».«¿Seráposible?—dijoDesroches—.Siestámásenzarzadoquenuncacon laseñoraRoguin».«¿Élenzarzado?…Noloconocen».«¿EstánaltantodelaposicióndeNucingenydeDuTillet?»,preguntóDesroches.«Yoselacontaré—dijoTaillefer—.Nucingeneshombrecapazdezamparseelcapitaldesuexjefeydedevolvérselo».«¡Ejem!¡Ejem!—dijo Werbrust—. ¡Qué humedad tan terrible hay en las iglesias! ¡Ejem!¡Ejem!».«¿Cómoquedevolvérselo…?».«PuesNucingensabequeDuTilletposeeunagranfortunayquierecasarloconMalvina;peroDuTilletdesconfíade Nucingen. Para quien ve el juego, resulta una partida de lo másentretenida». «¿Cómo? —dijo Werbrust—. ¿Ya está en edad de contraermatrimonio?».«¡Aquévelocidadnosvamoshaciendoviejos!».«MalvinadeAldriggertieneveinteaños,queridoamigo.¡ElbuenodeDeAldriggersecasóen1800!NosdiounasfiestasbastantedecentesenEstrasburgoporlabodaypor el nacimiento de Malvina. Fue en 1801, cuando la paz de Amiens; yestamosen1823,mibuenWerbrust.Porentonces,todoloreferíamosaOsiányllamóMalvinaasuhija.Seisañosdespués,enplenoImperio,lostemasdecaballería hicieron furor durante una temporada y nadie pensaba sino enAlpartirparaSiriayotrasnecedadesporelestilo.LepusoIsaureasusegundahija,quetienediecisieteaños.Aquítenemosadosjóvenescasaderas».«Esasmujeres no tendrán ni un céntimo dentro de diez años», le dijo WerbustconfidencialmenteaDesroches.«Ahíestá—lerespondióTaillefer—,elayudadecámaradeAldrigger,eseviejoqueberreaalfondodelaiglesia;viocriaralas señoritas y es capaz de todo para conservarles con qué vivir» (El coro:«¡Dies irae!»). Losmonaguillos: «¡Dies illa!». (Taillefer: «Adiós,Werbrust,cuando oigo el Dies irae me acuerdo demasiado de mi pobre hijo»). «Yotambiénmevoy,haydemasiadahumedad»,diceWerbrust(«Infavilla»).(Lospobres, en la puerta: «¡Unos centimitos, bondadosos señores!»). (Elpertiguero: «¡Bum! ¡Bum! Para las necesidades de la iglesia». El coro:«Amen».Unamigo:«¿Dequémurió?».Uncuriosobromista:«Delaroturadeunavenadeltalón».Untranseúnte:«¿Sabealguienquiéneselpersonajequese ha dejado morir?». Un pariente: «El presidente De Montesquieu». Elsacristán, a los pobres: «Ya os estáismarchando. Ya nos han dado limosnaparavosotros.¡Nopidáisnadamás!»).

—¡Quélabia!—dijoCouture.

(Y,efectivamente,nosparecíaestaroyendotodoelbarullodeunaiglesia.Bixiouloimitabatodo,inclusoelruidodelagentequesaleacompañandoelcuerpo,arrastrandolospiesporlatarima).

—Hay poetas, novelistas, escritores que dicen muchas cosas hermosas

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acercadeloshábitosparisinos—siguiódiciendoBixiou—,peroestoesloquepasadeverdaden los entierros.Decadacienpersonasque rindenel últimohomenajeaun infelizque sehamuerto,noventaynueveestánhablandodenegocios y de diversiones en plena iglesia. Para poder ver alguna humildepena pequeña y auténtica, se requieren circunstancias imposibles. ¡Y nisiquiera!¿Existealgúndolorsinegoísmo?…

—¡Ejem!¡Ejem!—dijoBlondet—.Noexistenadamenosrespetadoquelamuerte;¿seráquealomejoreslomenosrespetablequeexiste?…

—¡Estanvulgar!—añadióBixiou—.Cuandoacabóelservicio,NucingenyDuTilletacompañaronaldifuntoalcementerio.Elayudadecámaraviejoibaapie.Elcocherollevabaelcarruajedetrásdelcochedelclero.«Pueno,mipuenamigo—ledijoNucingenaDuTilletalvolverlaesquinadelbulevar—,laocasiónesestupentapagacasagseconMalfina:segáustetelpgotectogdeesainfelizfamiliayatemástentgáustetunafamiliayunhogag;seencontgagácon una casa ya montata pog completo y teste luego que Malfina es unauténticotesogo».

—¡MeparecequeestoyoyendohablaraeseRobertMacaireviejoqueestáhechoNucingen!—dijoFinot.

—«Una muchacha encantadora», dijo Ferdinand Du Tillet fogoso y sinacalorarse—prosiguióBixiou.

—¡DuTilletcompletoenunsolodicho!

—«Puedeparecerlesfeaaquienesnolaconozcan,peroreconozcoquehayalmaenella»,decíaDuTillet.«Ycogazón,esoeslopuenodelasunto,amigomío;segáapnegataeinteligente.Enestepeggooficionuestgo,nosesapeniquiénfifeniquiénmuege;esunaggantichapotegtescansagenelcogazóntela muheg te uno. Campiagía gustoso a Telfine quien, como pien sape, meapogtómásteunmillón,pogMalfinaquenotienetantatote».«Pero¿cuántotiene?». «No lo sé exagtamente—dijo el barón de Nucingen—, pego algotiene».—¡Tieneunamadremuyaficionadaalcolorderosa!»dijoDuTillet.Esa frase puso término a los intentos de Nucingen. Después de la cena, elbaróninformó,pues,alayanombradaWilhelmineAdolphusdequeapenassilequedabancuatrocientosmilfrancosenposesióndelbanquero.LahijadelosAdolphusdeManheim,alversereducidaaunarentadeveinticuatromillibras,seextravióporcuentasqueseleenredabanenlacabeza.«¡Cómo!»,ledecíaaMalvina,«¡Cómo!¡Siemprehuboenlamodistaseismilfrancosparanosotras!Pero ¿de dónde sacaba el dinero tu padre?Con veinticuatromil francos nopodremostenernada,estamosenlamiseria.¡Ay,simipadrevieraquébajohecaído!¡Semoriríasinoestuvieramuertoya!¡PobreWilhelmine!».Yseechóallorar.Malvina,nosabiendocómoconsolarasumadre,lehizoverqueeraaúnerajovenybonita,queelcolorderosaleseguíasentandobien,queiríaa

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laÓperayLesBouffonsalpalcodelaseñoradeNucingen.Arrullóasumadreconunrumordefiestas,debailes,demúsicas,devestidosbonitosydeéxitos,que comenzó tras las cortinas de un lecho de seda azul en un dormitorioelegante contiguo a aquél en donde, dos noches antes, había expirado Jean-BaptistebaróndeAldrigger,cuyahistoriaosdiréentrespalabras.Envida,eserespetable alsaciano, banquero enEstrasburgo, se enriquecióhasta contar ensuhaberconunostresmillones.En1800,alaedaddetreintayseisaños,enelapogeodeaquellafortunasuyaconseguidadurantelaRevolución,secasó,porambiciónyporinclinación,conlaherederadelosAdolphusdeManheim,unajovencitaaquienadorabaunafamiliaenplenocuyafortunafueapararasusmanos, como es lógico, en un espacio de diez años. A De Aldrigger lobaronificóentoncesS.M.elemperadoryrey,alhabersedobladosufortuna.Peroleentróunapasiónporelgranhombrequelehabíadadountítulo.Asípues, entre 1814 y 1815, se arruinó por haberse tomado en serio el sol deAusterlitz.Aquelhonradoalsacianonosuspendiópagos,nocompensóa susacreedoresconlosvaloresqueconsiderabamalos;lopagótodosincerrarcaja,se retiróde laBancay seganóesta frasedesuexoficialmayor,Nucingen:«¡Unhombrehonrado,perotonto!».Trasechartodaslascuentas,lequedaronquinientosmil francosy títulosdedeudadeunImperioquehabíadejadodeexistir. «Esto es lo que les pasa a las pegsonas temasiato encagiñatas conNapoleón»,dijoalverelresultadodesuliquidación.¿Cómopodríaquedarseenunaciudad,trashaberidoamenos,quienhasidofiguraprincipalenella?… El banquero alsaciano hizo lo que hacen todos los que se arruinan enprovincias: vino a París, lució con coraje tirantes tricolores en los que ibanbordadaságuilasimperialesyaquísecentróenlasociedadbonapartista.PusosusvaloresenmanosdelbaróndeNucingen,quelediounochoporcientodeltotal y le aceptó losvaloresdedeuda imperial conun sesentapor cientodepérdida nada más, en vista de lo cual De Aldrigger le estrechó la mano aNucingendiciéndole:«¡Estapasegugo tequehallagíaen ti elcogazón teunEliacin!».NucingenconsiguiócobrarlotododenuestroamigoDesLupeaulx.Aunquelohabíandejadomuyenlasúltimas,nuestroalsacianocontóconunosingresos industriales de cuarenta y cuatro mil francos. Se le complicó eldisgustoconesamelancolíaqueaquejaalaspersonasacostumbradasahallarlavidaeneljuegodelosnegocioscuandosevenprivadosdeél.Elbanqueroseimpusoelcometidodesacrificarse—erauncorazónnoble—porsumujer,cuya fortuna, que ella había le dejado manejar con la facilidad de unamuchacha que nada sabía de asuntos de dinero, acababa de sucumbir. LabaronesadeAldriggervolvió,pues,aencontrarsecon losplaceresa losqueestaba acostumbrada y el vacío que podía causarle la vida social deEstrasburgo lo colmaron los deleites de París. LaCasaNucingen estaba ya,comoloestáahora,enlacimadelasociedadfinancierayeldiestrobarónsetomómuyapechoeldarleunbuentratoalbarónhonrado.Aquellavirtudtan

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hermosahacíamuybuenefectoenelsalóndelosNucingen.TodosycadaunodelosinviernosibanmermandoelcapitaldelbaróndeAldrigger;peronoseatrevíaahacerleelmínimoreprochealaperladelosAdolphus;fuesuternuralamás ingeniosay lamáscarentede inteligenciaquedarsepueda. ¡Hombrebueno,peronecio!Semuriópreguntándose:«¿Quévaaserdeellassinmí?».Luego,aprovechandouninstanteenquesequedóasolasconsuviejoayudade cámara, Wirth, el pobre hombre, entre dos ahogos, le encomendó a sumujeryasushijascomosieseCalebalsacianofueralaúnicapersonasensatadeaquellacasa.Tresañosdespués,en1826,IsaurehabíacumplidolosveinteyMalvina seguía soltera. Al hacer vida social, Malvina había acabado porpercatarsedecuánsuperficialeseraneneseambientelasrelaciones,decuántoseexaminabaysecalificabatodo.Aligualquelamayoríadelasmuchachasdelasquesedicequelashandadounabuenaeducación,Malvinanosabíalosmecanismosdelavida,laimportanciadelafortuna,ladificultadquecostabaconseguirunamonedita,elpreciodelascosas.Enconsecuencia,duranteesosseis años, cuanto aprendió fue una herida para ella. Los cuatrocientos milfrancosquehabíadejadoeldifuntoAldriggerenlaCasaNucingensepusieronenlacuentadecréditodelabaronesa,puesdelasucesióndesumaridoseledebían un millón doscientos mil francos; y, en los momentos de apuro, lapastoradelosAlpessacabadeallíamanosllenascomodeunacajaquenuncafueraavaciarse.Enelprecisoinstanteenquenuestropichónseencaminabahaciasupaloma,aNucingen,quesabíacómoselasgastabasuexjefa,nolehabíaquedadomásremedioquecontarleaMalvinalasituaciónfinancieraenquesehallabalaviuda:sóloquedabanyatrescientosmilfrancosensubanco,por lo que las veinticuatro mil libras de renta se reducían a dieciochomil.¡Wirthhabíasacadoadelantelaposicióndelafamiliadurantetresaños!Traslaconfidenciadelbanquero,Malvinasuprimióloscaballos,vendióelcocheydespidió al cochero, sin que lo supiera sumadre.No fue posible renovar elmobiliario del palacete, que tenía ya diez años de existencia, pero todo sehabíaidoajandoalmismotiempo.Aquieneslesgustelaarmoníanoveránenello sino un daño a medias. La baronesa, aquella flor tan bien conservada,habíaadquirido laaparienciadeuna rosa fríayencogidaquesehaquedadosolaenunamataenplenomesdenoviembre.¡Yo,queoslocuento,vicómoaquellaopulenciaseibadegradandotonoatono,ypormediostonos!¡Osdoymipalabradequeeraespantoso!Fueelúltimodisgustoquetuve.Despuésmedije:«¡Québobadaesodeinteresarsetantoporlosdemás!».Mientrasfuiunempleado,caíenlanecedaddetomarmeinterésportodaslascasasenlasquecenaba.Lasdefendíadelasmaledicencias,si lashabía;nolascalumniaba…¡Ay!¡Quéniñoera!Cuandosuhijaleexplicólasituación,layacitadaperlaexclamó:«¡Hijitasmías!¿Quiénmevaahacerlosvestidos?¿Yyanopodrétenercofiasnuevasnirecibirnisalirparaalternar?».—YBixiouinterrumpióel relato para preguntar—: ¿En qué os parece que se nota el amor de un

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hombre?De loque se trata esde saber siBeaudenordestaba enamoradodeverdaddelarubitaaquélla.

—Descuidalosnegocios—contestóCouture.

—Secambiadecamisatresvecesaldía—dijoFinot.

—Una pregunta previa —dijo Blondet—. ¿Puede y debe un hombresuperiorestarenamorado?

—Amigosmíos—prosiguióBixiouconcarasentimental—,guardémonoscomodeunbichovenenosodelhombreque,alsentirqueloembargaelamorporunamujer,chasquealosdedosotiraelpurodiciendo:«¡Bah,hayotrasenelmundo!».PeroelgobiernopuedeemplearaeseciudadanoenelMinisteriode Asuntos Exteriores. Te recuerdo, Blondet, que el Godefroid en cuestiónhabíadejadoelcuerpodiplomático.

—Bueno,puessequedóensimismado.Elamoreslaúnicaoportunidaddelostontosparacrecerse—contestóBlondet.

—Blondet,Blondet,¿porquésomostanpobres?—exclamóBixiou.

—¿Y por qué es Finot tan rico? —añadió Blondet—. Ya te lo diré,muchacho, nos entendemos. Y Finot venga a ponerme de beber como si lehubiera subido la leña a su casa.Pero al final deuna cena, el vinohayquepaladearloasorbitos.¿Enquéestábamos?

—Tú lohasdicho;Godefroid el ensimismado trabóhondo conocimientoconMalvina la alta, con labaronesa livianay con labailarinita.Cayóen elservilismo más minucioso y astringente. Aquellos restos de una opulenciacadavérica no lo amilanaron. Bah, se acostumbró gradualmente a todosaquellosharapos.Nuncahubodeparecerleaaquelmuchachoniajada,niviejanisucianinecesitadadesustituciónlasedachinaverdeconadornosblancosdelsalón.Lascortinas,lamesitadeté,lasbaratijasorientalesrepartidasporlachimenea, la araña rococó, la alfombra de Cachemira de imitación con latramaalaire,elpiano,lavajilladediariocondibujodeflores,lasservilletascon flecos a la española y con agujeros a la española también, el salóntapizadodesedadePersia,quedabapasoaldormitorioazulde labaronesa,contodossusaccesorios,todolepareciósantoysagrado.Lasmujereslerdasenquieneslabellezaresplandecedeformatalqueelingenio,elcorazónyelalma quedan en la sombra son las únicas que pueden mover a olvidossemejantes,puesunamujerinteligentejamásabusadesuscualidades;hayquesermezquina y tonta para apoderarse de un hombre. ¡ABeaudenord, por loquemedijo,legustabaelviejoysolemneWirth!Aquelviejobribónleteníaasu futuroamoel respetoque le tieneuncreyentecatólicoa laEucaristía.ElhonradoWirtheraunGaspardalemán,unodeesosbebedoresdecervezaquearropanlaagudezaenbonachoneríadelamismaformaquearropabaelpuñal

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enlamangauncardenaldelaEdadMedia.Wirth,alverapareceraunmaridoparaIsaure,rodeabaaGodefroiddelosrodeosycircunloquiosconarabescosde su bonachonería alsaciana, que es la liga más pegajosa de cuantosadhesivospuedahaber.LaseñoradeAldriggereraimproperamásnopoderyelamor leparecía lacosamásnaturaldelmundo.Cuando IsaureyMalvinasalíanjuntasysemarchabanalasTulleríasoalosCamposElíseosendondeiban a coincidir con jóvenes de su categoría social, la madre les decía:«¡Pasadlo bien, hijas queridas!». Sus amigos, los únicos que podríancalumniaraambashermanas, lasdefendían;pueslaexcesivalibertaddequecadacualdisfrutabaenelsalóndelosAldriggerloconvertíaenunlugarúnicoen París.Gastandomillones habría resultado difícil conseguir veladas comoésasen lasquesehablabade todocon ingenio,enquenoerade rigor irdepuntaenblanco,enquetodoelmundoestabatanagustoquehastapedíadecenar. Las dos hermanas escribían a quien querían, recibían cartas con todatranquilidad teniendo a sumadre al lado sin que se le ocurriera nunca a labaronesapreguntarlesdequétrataban.Aquellamadreadorableconcedíaasushijas todos los beneficios de su egoísmo, la pasiónmás amable del mundopuesto que, como los egoístas no quieren que los molesten, no molestan anadieniestorbanlavidadequieneslosrodeanconlaszarzasdelosconsejos,lasespinasdelareprimendaniesaspejiguerasdeavispaquesepermitenlosafectosexcesivosquequierensaberlotodoycontrolarlotodo…

—Me llegas al corazón —dijo Blondet—. Pero, querido amigo, tú nocuentaslascosas,tútechanceas…

—¡Blondet, si no estuvieras borrachome darías lástima! ¡De los cuatroaquí presentes éste es el único que resulta literario de verdad! ¡Porconsideraciónaél,oshagoelhonordetrataroscomoagourmets,osdestilolahistoria!¡Ymecritica!Amigosmíos,lamayorseñadeesterilidadespiritualeslaacumulacióndehechos.LasublimecomediadelMisántropodemuestraqueelArteconsisteenedificarunpalacioenlapuntadeunaaguja.Elmitodemiidea se halla en la varita mágica de las hadas que puede convertir en diezsegundos(¡eltiempoquesetardaenvaciarunvaso!)lallanuradeLesSablonsenunIntertachen.¿Queréisacasoqueosrefieraunrelatoquevuelecomounabala de cañón, un informe de general en jefe? Charlamos, reímos, y esteperiodista, bibliófobo cuando está en ayunas, pretende, cuando está bebido,quemilenguatengalaneciaaparienciadeunlibro.—Hacíacomoquelloraba—. ¡Ay de la imaginación francesa! ¡Quieren despuntarle las agujas de suguasa!Diesirae.LloremosporCándidoyvivalaCríticadelarazónpura,elSimbolismoy lossistemasencinco tomoscompactosque imprimieronunosalemanes que no sabían que desde 1750 estaban ya enParís, en unas pocaspalabras sutiles, los diamantes de nuestra inteligencia nacional. Blondetpreside el cortejo fúnebre de su suicidio, este Blondet que fabrica en superiódico las últimas palabras de todos los grandes hombres que se nos

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muerensindecirnada.

—Túalotuyo—dijoFinot.

—Pretendía explicaros en qué consiste la dicha de un hombre que no esaccionista (¡una cortesía que tengo con Couture!). ¿Qué, no os dais cuentaahoradelprecioquelevaacostaraGodefroidconseguirladichamásdilatadaconquepuedasoñarunjoven?…¡EstudiabaaIsaureparatenerlaseguridaddequelocomprendería!…Lascosasquesecomprendenmutuamentetienenquesersemejantes.Ahorabien,sólosonsemejantesasímismoslanadayelinfinito: la nada es la necedad, el genio es el infinito. Aquellos dosenamorados se escribían las cartasmás estúpidas delmundo enviándose enpapelperfumadolaspalabrasdemoda:¡ángel!, ¡arpaeólica!, ¡contigoestarécompleto!,¡hayuncorazónenmipechodehombre!,¡débilmujer!,¡pobredemí!, toda laprenderíadelcorazónmoderno.Godefroidapenassisequedabadiezminutosenunsalónycharlabasinpretensiónalgunaconlasmujeres;yaellas les parecía entonces muy ingenioso. Era de esos que no tienen másingenioqueelquelesatribuyen.Ved,enfin,cuánensimismadoestaba:Joby,suscaballos,suscochesseconvirtieronencosassecundarias.Noerafelizmásquehundidoensubuenapoltrona,enfrentedelabaronesa,alamordeaquellachimenea demármol verde antiguo, ocupado enmirar a Isaure, en tomar técharlandoconel reducidocenáculode amigosqueacudían todas lasnochesentrelasonceylasdocealacalledeJoubert,endondesiempresepodíajugaralaberlangasintemor:siempregané.CuandoIsaurehabíaadelantadoellindopiececito calzado con un zapato de satén negro yGodefroid llevabamuchoratomirándolo,sequedabaelúltimoyledecíaaIsaure:«Dameelzapato…».Isaurealzabaelpie,loponíaencimadeunasilla,sequitabaelzapatoyselodaba lanzándole una mirada, una de esas miradas, en fin ya me entendéis.GodefroidacabópordescubrirungranmisterioenlavidadeMalvina.CuandollamabaalapuertaDuTillet,elvivoarrebolqueteñíalasmejillasdeMalvinadecía:¡Ferdinand!Almiraraaqueltigreendospatas,alapobrejovenseleencendíanlosojosigualqueunbraseroalqueatizaunacorrientedeaire;seletraicionaba un placer infinito cuandoFerdinand se la llevaba para un apartejuntoaunaconsolaounventanal.¡Quéinfrecuenteyhermosoesqueexistaunamujerlobastanteenamoradaparavolverseingenuaypermitirquepuedanleerensucorazón!Diosmío,esalgotaninfrecuenteenParíscomolaflorquecanta en la India. Pese a aquella amistad iniciada el mismo día en que losAldrigger aparecieron en casade losNucingen,Ferdinandno se casaba conMalvina. A nuestro feroz amigo Du Tillet no había parecido darle celos elasiduo cortejo deDesroches aMalvina, pues para poder acabar de pagar elcargoconunadotequenoaparentabaserinferioracincuentamilescudos,él,el hombre del Palacio de Justicia, había fingido amor.Aunque la humillabahondamente la despreocupación de Du Tillet, Malvina lo quería demasiadoparadarleconlapuertaenlasnarices.Enaquellamuchacha, todaellaalma,

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sentimientoyexpansión,tanprontoelorgullocedíaanteelamor,tanprontoelamor ofendido consentía en que prevaleciera el orgullo. Sosegado y frío,nuestro amigo Ferdinand aceptaba aquel cariño y aspiraba su aroma con eltranquilodeleitedeltigrequeselamelasangrequeletiñelasfauces;acudíaen busca de las pruebas, no pasaba dos días sin aparecer por la calle deJoubert.Elbribónteníaporentoncesalrededordeunmillónochocientosmilfrancos,elasuntodelafortunateníaquesercosadepocaimportanciaparaél,y había resistido no sólo a Malvina, sino a los barones de Nucingen y deRastignac,quelehabíanhechorecorrerambossetentaycincoleguasdiarias,acuatrofrancoslosguías,conpostillonespordelanteysinmayordisimulo,porloslaberintosdesussutilezas.Godefroidnopudopormenosdemencionarleasufuturacuñadalasituaciónridículaenquesehallaba,entreunbanqueroyunprocurador. «Quiere echarmeun sermón sobreFerdinandy enterarse dequésecretohayentrenosotros—ledijoellaconsinceridad—.QueridoGodefroid,novuelvaaintentarlo.EllinajedeFerdinand,susantecedentes,sufortunanotienennadaquever;tenga,pues,porseguro,quehayalgoextraordinario».Noobstante,pocosdíasdespués,MalvinasellevóaBeaudenordaparteyledijo:«NocreoqueelseñorDesrochesseaunhombrehonrado(¡loqueeselinstintoamoroso!), por lo visto quiere casarse conmigo y corteja a la hija de untendero. ¡Megustaría saber si soyunmalmenoryelmatrimonioesparaélunacuestióndedinero!».Peseatenerprofundidaddepensamiento,DesrochesnopodíacalarenDuTilletytemíaquesecasaraconMalvina.Elindividuo,pues,sehabíaorganizadounaretirada;sehallabaenunaposiciónintolerable,apenassiganaba, trascubrir todos losgastos, los interesesdesudeuda.Lasmujeresnocomprendenesassituacionesenabsoluto.¡Paraellaselcorazónessiempremultimillonario!

—PerodadoqueniDesrochesniDuTilletsecasaronconMalvina—dijoFinot—,explícanoselsecretodeFerdinand.

—Elsecretoeselsiguiente—respondióBixiou—.Reglageneral:conunajovenquehadadounaúnicavezelzapato,aunqueseniegueadarlodurantediezaños,nuncasecasaráelque…

—¡Bobadas!—le interrumpió Blondet—. También se ama porque se haamado.Elsecretoeselsiguiente:reglageneral,notecasessiendosargentosipuedesllegaraduquedeDantzickymariscaldeFrancia.¡Fijaos,sino,enlauniónquehizoDuTillet!SecasóconunadelashijasdelcondedeGranville,unadelasfamiliasmásantiguasdelamagistraturafrancesa.

—LamadredeDesrochesteníaunaamiga—prosiguióBixiou—,lamujerdeundroguero;yesedroguerosehabía retiradoconunbuenpellizco. ¡Losdrogueros tienen ideas muy extravagantes! Para darle a su hija una buenaeducación lametió interna…ElMatifat en cuestión contaba con casar a suhijaporunarazónllamadadoscientosmilfrancosendinerocontanteysonante

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yquenoolíaadroguería.

—¿ElMatifatdeFlorine?—dijoBlondet.

—¡Pues sí, el de Lousteau, el nuestro, vamos! Esos Matifat, perdidosentonces para nosotros, se fueron a vivir a la calle de Le Cherche-Midi, elbarrio más alejado de la calle de Les Lombards en donde habían hechofortuna. ¡Traté mucho a los Matifat! Durante mi época de esclavitudministerial,cuandoandabaencajonadoochohorasaldíaentreunossandiosdeveintidósquilates,conocíagenteraraquemeconvenciódequeenlasombrahayasperezasydequeenlascosasmáschataspuedehaberángulos.Sí,amigomío, hay burgueses que son, referidos a otros, lo que Rafael a Natoire. LaseñoraviudadeDesrocheshabíamediadodesdehacíamuchoparaquesuhijohicieraesaboda,peseal tremendoobstáculoquesuponíauntalCochin,hijodel socio en comandita de Matifat, un joven empleado del Ministerio deHacienda. Desde el punto de vista de los señores Matifat, el estado deprocuradorparecía,comodecíanellos,brindargarantíasparaladichadeunamujer.Desroches sehabíaprestado a losplanesde sumadrepara tener unasolución si venían mal dadas. Y por eso se mostraba considerado con losdroguerosdelacalledeLeCherche-Midi.Parahacerosentenderotraformadedicha, tendría que describiros a esos dos negociantes, macho y hembra,disfrutando de un jardincillo, viviendo en una hermosa planta baja,entreteniéndose en contemplar un surtidor delgado y largo comouna espigaquefluíacontinuamenteysealzabadesdeunamesitaredondadepiedracalizacolocada en el centro de un estanque de seis pies de diámetro,madrugandopara ver si habían crecido las flores del jardín, ociosos e intranquilos,acicalándoseporacicalarse,aburriéndoseenlosespectáculosysiempreentreParísyLuzarches, endonde teníanuna casade campoy endondehe ido acenar.Un día, Blondet, quisieron queme luciera y les estuve contando unahistoria desde las nueve de la noche hasta las doce, una aventura con otrasmuchas dentro. Estaba presentando al vigésimo noveno personaje (¡losfolletinesmehanrobadolaidea!)cuandoelbuenodeMatifat,queporserelanfitriónaguantabatodavía,empezóaroncarcomotodoslosdemás,despuésde haber estado guiñando durante cincominutos.Al día siguiente todosmealabaroneldesenlacedelahistoria.EstostenderossetratabanconlosseñoresCochin, conAdolpheCochin, con la señoraDesroches, con un tal Popinot,drogueroenejercicioquelestraíanoticiasdelacalledeLesLombards(¡unode tus conocidos, Finot!). La señora Matifat, que gustaba de las Artes,compraba litografías, litocromías, dibujos coloreados, todo lo más barato.Maese Matifat se entretenía pasando revista a las empresas nuevas eintentando jugarse en ellas algunos capitales para vivir unas cuantasemociones (Florine lo había curado del estilo Regencia). Con una solaexpresiónmebastaráparaqueentendáisloprofundoqueeraeseMatifatmío.Elbuenhombredabaasussobrinaslasbuenasnochesdelasiguienteforma:

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«¡Sobrinas,vetealacama!».Decíaquenoqueríaimpresionarlasllamándolasdevos.Suhijaerauna jovensinmodalesqueparecíaunacamareradecasafina; tocaba una sonata a trancas y barrancas, tenía bonita letra inglesa, seexpresababienenfrancésyloescribíaconbuenaortografía;enresumenunaperfecta educación burguesa. Estaba deseando casarse para salir de la casapaternaendondeseaburríaigualqueunoficialdemarinaduranteelcuartodenoche;aunquehayquereconocerqueelcuartodurabatodoeldía.Desrochesoelhijode losCochin,unnotarioounguardiade corps,un lord inglésdepega, cualquiermarido le valía.Como estaba claro que no sabía nada de lavida, me compadecía de ella y quise revelarle su gran misterio. ¡Bah! LosMatifat me dieron con la puerta en las narices; los burgueses y yo no nosentenderemosnunca.

—SecasóconelgeneralGouraud—dijoFinot.

—Encuarentayochohoras,GodefroiddeBeaudenord,elexdiplomático,calóalosMatifateintuyósuintrigantecorrupción—siguiódiciendoBixiou—. Estaba Rastignac por casualidad en casa de la superficial baronesaconversando al amor de la chimeneamientras Godefroid le daba el parte aMalvina.Unas pocas palabras le llamaron la atención y sospechóde qué setrataba,sobretodoporlacaraagriamentesatisfechadeMalvina.Rastignacsequedóhastalasdosdelamañana.¡Yluegodicenqueesegoísta!Beaudenordse marchó cuando la baronesa fue a acostarse. «Querida niña —le dijoRastignacaMalvinacontonobondadosoypaternalcuandosequedaronsolos—, que no se le olvide que un pobremuchachomuerto de sueño ha estadotomando tépara seguirdespiertohasta lasdosde lamañanaypoderdecirlecon toda solemnidad: cásese. No se haga la difícil, no haga caso de sussentimientos,nopienseenlosinnoblescálculosdeloshombresquetienenunpieaquíyotroencasade losMatifat,nopienseennada: ¡cásese!Paraunajovensoltera,casarseesimponerseaunhombrequesecomprometeahacerlavivirenunaposiciónmásomenosdichosaperoenlaquelacuestiónmaterialestágarantizada.Conozcoelmundo:lasmuchachas,lasmadresylasabuelasson todas unas hipócritas cuando se toman tanto trabajo para hablar desentimientosencuestionesdematrimonio.Nadiepiensaennadaquenoseaunestupendo estado. Cuando ha casado bien a la hija, unamadre dice que hahechounnegocioestupendo».YRastignac ledesarrolló su teoríaacercadelmatrimonio que, según él, es una sociedad de comercio fundada para hacersoportable la vida. «No le pregunto por su secreto —le dijo a Malvina alconcluir—. Ya lo sé. Los hombres se lo cuentan todo, igual que hacen lasmujeres al acabarde cenar.Yésta esmiúltimapalabra: cásese. ¡Y si no secasaacuérdesedequeaquíyestanoche le roguéquesecasara!».Rastignachablabaconuntonoqueimponíanoatención,sinoreflexión.Suinsistencianopodíapormenosdesorprender.TantoimpresionóaMalvinaenlomásagudodesuinteligencia,queeradondehabíaqueridoalcanzarlaRastignac,queaún

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pensaba en ello al día siguiente y buscaba en vano la causa de aquellaadvertencia.

—NoveoenningunadelaspeonzasquevassoltandonadaquetenganadaqueverconelorigendelafortunadeRastignac;ynosestástomandoporunosMatifat multiplicados por seis botellas de vino de Champaña —exclamóCouture.

—Yafaltapocoparallegar—exclamóBixiou—.¡Habéisidosiguiendoelcursodetodoslosriachuelosqueformaronlascuarentamillibrasderentaquetantos envidian! Rastignac tenía entonces en sus manos el hilo de todasaquellasexistencias.

—Desroches,losMatifat,Beaudenord,lasDeAldrigger,DeAiglemont.

—¡Yotroscien!…—dijoBixiou.

—Vamos a ver, ¿cómo es eso? —exclamó Finot—. Estoy enterado demuchísimascosasynovislumbrolaclavedeesteenigma.

—Blondet os ha contado por encima las dos primeras liquidaciones deNucingen.Ésta es la tercera contada en detalle—prosiguióBixiou—.Nadamás firmarse la paz de 1815, Nucingen cayó en la cuenta de algo en quenosotrosnohemoscaídohastaahora,queeldineronoespodermásqueencantidades desproporcionadas. Sentía una secreta envidia por los hermanosRothschild.¡Teníacincomillonesyqueríadiez!Condiezmillonessabíaquepodríaganartreinta,mientrasqueconcincosóloconseguiríaquince.¡Decidió,pues,iraunaterceraliquidación!Aquelgranhombrepensabaentoncespagarasusacreedoresconvaloresficticiosyquedarseconsudinero.Enlaplaza,unconcepto de esta clase no se presenta bajo una expresión matemática. Unaliquidaciónasí consiste endarunbollito a cambiodeun luisdeoro aunosniñosgrandesque,comolosniñosdeantaño,prefierenelbollitoalamoneda,sinsaberqueconlamonedapuedentenerdoscientosbollitos.

—Pero¿quéestásdiciendo,Bixiou?—exclamóCouture—.Perosinohaynada más leal. Hoy en día no hay semana en que no ofrezcan al públicobollitospidiéndoleun luis.Pero¿estáobligadoelpúblicoasoltareldinero?¿Nocuentaacasoconelderechoainformarse?

—Preferiríaisqueloobligaranahacerseaccionista—dijoBlondet.

—No—dijoFinot—.¿Dóndequedaríaeltalento?

—EsoesmuchodecirviniendodeFinot—dijoBixiou.

—¿Quiénlehabráproporcionadoesapalabra?—preguntóCouture.

—Enfin—siguiódiciendoBixiou—,Nucingenhabíatenidodosvecesladichadedar,sinpretenderlo,unbollitoque,a lapostre,valíamásdeloqué

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habíasacadoél.Estadesdichadadichaledabaremordimientos.Dedichasasíacabaunopormorirse.Llevabadiezañosesperandolaocasióndenovolveraequivocarse,decrearvaloresquepareciesequevalíanalgoyque…

—Pero—dijo Couture—, si explicamos así la Banca, no hay comercioposible. Más de un leal banquero convenció, con la aprobación de un lealgobierno,alosbolsistasmásastutosparaqueadquiriesenvaloresque,enuntiemporécord, ibanabajar.¡Ycosasmejoreshemosvisto!¿Noseemitieronacaso,siempreconelconsentimientoyapoyodelgobierno,valoresparapagarlos intereses de determinados fondos, manteniendo la cotización, y poderquitárselosdeencima?EstasoperacionestienenmásomenosqueverconlaliquidacióndeNucingen.

—Enpequeño—dijoBlondet—,elnegociopuedeparecersingular;pero,engrande,sonaltasfinanzas.Existenactosarbitrariosqueresultancriminalesentre individuos, pero se quedan en nada cuando se reparten entre unamuchedumbre cualquiera, igual que una gota de ácido prúsico se vuelveinocenteenunbarreñodeagua.Simatasaunhombre,teguillotinan.Peroconuna convicción gubernamental cualquiera matas a quinientos hombres y serespeta el crimenpolítico.Sime coges cincomil francosdel secreter, vas apresidio.Peroconlaguindilladeunaposiblegananciahábilmentecolocadaenlasfaucesdemilbolsistaslosobligasaquedarseconlasemisionesdedeudade no sé qué república o qué monarquía en quiebra, emitidas, como diceCouture,parapagar los interesesdeesamismadeuda:nadiepuedequejarse.¡Heaquílosauténticosprincipiosdeestaedaddeoroenlaquevivimos!

—La escenificación de un mecanismo de tanta amplitud —prosiguióBixiou—requeríamuchospolichinelas.Paraempezar,laCasaNucingenhabíaempleadosuscincomillones, sabiendobien loquehacíaydeliberadamente,en un negocio enAmérica cuyos dividendos estaban calculados para rentardemasiado tarde. Se quedó descapitalizada con premeditación. Todaliquidacióndebetenerunmotivo.LaCasaposeíaenfondosparticularesyenvalores emitidos alrededor de seis millones. Entre los fondos particularesestaban los trescientos mil francos de la baronesa de Aldrigger, loscuatrocientosmildeBeaudenord,unmillóndeDeAiglemont,trescientosmilde Matifat, medio millón de Charles Grandet, el marido de la señorita deAubrion,etc.Alcrearpersonalmenteunaempresaindustrialporacciones,conlas que se proponía indemnizar a sus acreedoresmediantemaniobrasmás omenoshábiles,Nucingenpodríahaberlevantadosospechas,peroselasapañódeformamuchomásastuta,hizoquefueseotroquiencreaseesamaquinariadestinadaaconvertirseenelMississippidelsistemadeLaw.Locaracterísticode Nucingen es que pone a los más hábiles de la plaza al servicio de susproyectos sin informarles de ellos. Nucingen dejó, pues, que se le escaparadelantedeDuTillet la ideapiramidaly triunfantedeorganizarunaempresa

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por acciones constituyendo un capital lo bastante considerable para poderliquidar intereses muy cuantiosos a los accionistas durante los primerostiempos. Este apaño, probado por vez primera en un momento en queabundabanloscapitalespazguatos,debíaproducirunasubidadelasaccionesy,enconsecuencia,unbeneficioparaelbanqueroquelasemitía.Pensadqueéstas son cosas de 1826.Aunque le llamó la atención una idea tan fecundacomoingeniosa,DuTilletpensólógicamenteque,silaempresanoteníaéxito,alguienloscensuraría.Sugirió,pues,ponerenevidenciaaundirectorvisibledeaquelmecanismocomercial.YaestáisenlaactualidadaltantodelsecretodelaCasaClaparonquefundóDuTillet,¡unodesusmejoresinventos!…

—Sí —dijo Blondet—, el editor responsable en finanzas, el agenteprovocador, el chivo expiatorio; pero ahora lo hacemos mejor; ponemos:Razónenlasoficinasdelacosa,calletal,númerotal,endondeelpúblicoseencuentra con empleados de viseras verdes, tan agradables como unosalguaciles.

—NucingenhabíaapoyadolaCasaCharlesClaparoncontodosucrédito—siguió Bixiou—. Se podía colocar sin temor en unas cuantas plazas unmillón de papel Claparon. Du Tillet propuso entonces destacar la CasaClaparon. Dicho y hecho. En 1825, nadie mimaba aún al accionista en losconceptos industriales. ¡Aún no se conocían los capitales circulantes! Losgerentesnoseimponíanlaobligacióndenoemitirsusaccionesconderechoadividendo,nodepositabannadaenelbanco,nogarantizabannada.Nadiesedignabaexplicarlacomanditadiciéndolealaccionistaqueteníanlabondaddeno pedirle más de mil, de quinientos, o incluso de doscientos cincuentafrancos.Nosehacíapúblicoqueelexperimentoinærepubliconoibaadurarmásdesieteaños,cincoañosoinclusotresañosyque,lotanto,eldesenlacenoseharíaesperarmuchotiempo.¡Eralainfanciadelarte!Nitansiquieraserecurríaalapublicidaddeesosgigantescosanunciosconlosqueseestimulalaimaginaciónpidiéndoledineroatodoelmundo…

—Esopasacuandonadiequieredarlo—dijoCouture.

—Y, finalmente, en esa clase de empresas no existía la competencia—siguiódiciendoBixiou—.Losfabricantesdecartónpiedra,deestampacióndeindiana,loslaminadoresdecinc,losteatros,losperiódicosnoseabalanzabancomo perros sobre los despojos del accionista agonizante. Los espléndidosnegociosporacciones,taningenuamentedadosaconocer,comodiceCouture,quecontabanconelapoyodepersonasexpertas(¡lospríncipesdelaciencia!…), se realizaban como algo vergonzoso, calladamente y a la sombra de laBolsa.Losbuitresejecutaban,hablandoentérminosfinancieros,elariadelacalumnia del Barbero de Sevilla. Iban piano, piano, a golpe de somerosrumores acerca de la bondad del negocio, transmitidos de oído a oído. Noexplotaban al accionista sino a domicilio, en laBolsa o en las reuniones de

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sociedad,medianteeserumorhábilmentelanzadoyqueseampliabahastaeltuttideunacotizacióndecuatrocifras…

—Peroaunqueestemosentrenosotrosypodamosdecirloquesea,vuelvosobreelasunto—dijoCouture.

—¿Esustedorfebre,señorJosse?—dijoFinot.

—Finotnuncadejaráde ser clásico, constitucionalypasadodemoda—dijoBlondet.

—Sí, soy orfebre —añadió Couture, por cuenta de quien acababa decondenaraCerizetelTribunalCorreccional—.Afirmoqueelnuevosistemaes infinitamente menos traidor, más leal, menos asesino que el antiguo. Lapublicidad permite reflexión y examen. Si algún accionista se lo traga seráporque lohahechodeliberadamente,nadie lehabrádadogatopor liebre.Laindustria…

—¡Vaya,yaempezamosconlaindustria!—exclamóBixiou.

—La industria sale ganando —prosiguió Couture sin fijarse en lainterrupción—. Todo gobierno que se meta en el comercio y no le dejelibertad, se mete en una onerosa necedad: acabará en los máximos o en elMonopolio. ¡Opino que no existe nadamás conforme a los principios de lalibertad de comercio que las sociedades por acciones! Meterse con ellasequivale a querer responder del capital y de los beneficios, lo cual es unaestupidez. ¡En cualquier negocio los beneficios son proporcionales a losriesgos!¿QuéleimportaalEstadolaformaenqueseconsigueelmovimientorotatoriodeldinerocon taldequeestécontinuamenteactivo?Por lodemás,hace ya veinte años que las sociedades por acciones, las comanditas, lasprimasencualquieradesusmodalidades,existenenelpaísmáscomercialdelmundo, en Inglaterra, en donde todo se pone en entredicho, en donde lasCámaras parenmil omil doscientas leyes por sesión y en donde nunca unmiembro del Parlamento se ha puesto de pie para hablar en contra delsistema…

—Curativo de las cajas fuertes llenas mediante el arma blanca —dijoBixiou—:¡Elsablazo!

—Pero ¡qué barbaridad! —dijo Couture enardecido—. Tienes diez milfrancos, compras diez acciones, cada una demil francos, en diez empresasdiferentes.Terobannueveveces…(¡Cosaquenosucede!¡Elpúblicoesmáslistoquenadie!Peroesunasuposición).Yunosolodelosnegociossalebien.(¡Por casualidad! ¡De acuerdo! ¡Habrá sido sin querer! ¡Venga! ¿Es unabroma?).Bueno,pueselmandarínquehatenidolaprudenciasuficienteparadividirasísushuestesdaconunainversiónsoberbia,comolespasóaquienescompraron minas deWortschin. Señores, admitamos entre nosotros que los

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que chillan son unos hipócritas desesperados porque no tienen amanoni laideadeunnegocionilaposibilidaddelanzarlanimañaparasacarlepartido.La demostración no tardará en llegar. Dentro de poco veremos a laaristocracia,aloscortesanos,alosministerialesbajandoenprietasfilashaciala especulación y tendiendomanosmás engarfiadas y ocurriéndoseles ideasmásretorcidasquelasnuestras,perocareciendodenuestrasuperioridad.¿Quécabeza se necesita para crear unnegocio enuna época enque la avidezdelaccionistaigualaaladelinventor?¡Quétremendomagnetizadortienequeserel hombre que crea a un Claparon, que da con nuevas tretas! ¿Sabéis lamoraleja de todo esto? ¡Nuestra época no vale más que nosotros! Vivimostiemposdeavidezenlosqueanadiepreocupaelvalordelacosapropiamentedichasipuedesacaralgunagananciapasándoselaalvecino.¡Yselapasanalvecinoporquelaavidezdelaccionistaquecreeenlagananciaestantacomoladelfundadorqueselapropone!

—Pero ¡qué estupendo es Couture, qué estupendo! —le dijo Bixiou aBlondet—. Va a pedir que le hagan estatuas como benefactor de laHumanidad.

—Habría que hacer que llegase a la conclusión de que el dinero de lostontoses,porderechodivino,elpatrimoniodelaspersonasdeingenio—dijoBlondet.

—Señores —prosiguió Couture—, riamos aquí para compensar toda laseriedad que mostraremos en otras partes cuando oigamos hablar de lasrespetablesnecedadesqueconsagranlasleyeshechasdesopetón.

—Tiene razón. ¡Qué tiempos éstos, señores —dijo Blondet—, unostiemposenlosque,encuantoaparecelallamadelainteligencia,laapaganenel acto aplicandouna ley de circunstancias!Los legisladores, que salen casitodos de una provincia pequeña en donde han estudiado la sociedad en losperiódicos, encierran el fuego dentro la máquina. ¡Y cuando la máquinaexplota,entonceseselllantoyelcrujirdedientes!¡Unaépocaenquenosehacenmásqueleyesfiscalesypenales!¿Queréislaclaveverdaderadeloqueestásucediendo?¡YanohayreligiónenelEstado!

—¡Ah!—dijoBixiou—.¡Bravo,Blondet!Haspuestoeldedoen la llagadeFrancia:lafiscalidad,quehaarrebatadoanuestropaísmásconquistasquelasmortificacionesdelaguerra.EnelMinisterioenqueestuveochoañosdegaleote, metido entre burgueses, había un empleado, un hombre de talento,quehabíaresueltocambiartodoelsistemadelahaciendapública…¡Ay,peroenseguida nos lo quitamos de encima! Le habría venido demasiado bien aFrancia, sehabríapuestoa reconquistarEuropayhabríamos laboradopor latranquilidaddelasnaciones.¡MecarguéalRabourdineseconunacaricatura!

—Cuandodigoreligiónnoestoysoltandotrivialidadespiadosas.Entiendo

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lapalabraenelsentidodelarazóndeEstado—añadióBlondet.

—¡Explícate!—dijoFinot.

—Meexplico—siguiódiciendoBlondet—.Sehahabladomuchode losasuntosdeLyón,delaRepúblicacañoneadaenlascalles,peronadiehadicholaverdad.LaRepúblicasehabíaadueñadodelmotínigualqueuninsurrectose apodera de un fusil. La verdad os digo que es peculiar y profunda. ElcomerciodeLyónesuncomerciosinalma,quenoseponeafabricarunmetrodesedasinoselohanencargadoantesyestásegurodecobrarlo.Cuandodejade haber encargos, el obrero semuere de hambre; cuando trabaja apenas sigana lo suficiente para vivir, los galeotes viven mejor que él. Tras larevolucióndejulio,lamiseriallegóaunpuntotalquelosoperariosdelasedaenarbolaronlabandera:¡Panomuerte!,unadeesasproclamasqueelgobiernohabríadebidotomarencuentapueslaprovocabalocaraqueestabalavidaenLyón. Lyón quiere construir teatros y llegar a capital, y de ahí esas cargasinsensatas sobre los consumos. Los republicanos se olieron la algarada quetenía que ver con el pan y organizaron a los operarios, que batallaron porpartidadoble.Lyón tuvo sus tres días de levantamiento, pero todovolvió alorden establecidoy los sederos a sus cuchitriles.El obrerode la sedahabíasido siempreproboydevolvía en formade tejido la sedaque le entregabanpesadaenmadejas,perodioconlapuertaenlasnaricesalaprobidadalpensarquelosnegociantessecebabanenélyempezóadevolverelpesoentregado,pero vendió la seda que sustituía por aceite y el comercio de la sederíafrancesasevioinfestadodetejidosengrasados,loquehabríapodidollevaralaruina a Lyón y a toda una rama del comercio francés. Los fabricantes y elgobierno,envezdeatajar lacausadelmalhicieronloquealgunosmédicos:camuflar elmal con un virulento tópico. ¡Era necesario enviar aLyón a unhombre hábil, a una de esas personas a las que llaman inmorales, un padreTerray, pero en lo que se pensó fue en el aspecto militar! De los motinessalieronlosgros-graindeNápolesadosfrancoselmetro.Estosgros-graindeNápoles se venden hoy, ya lo creo, y no cabe duda de que los fabricanteshabrán ideado a saber qué procedimiento de control. Ese sistema defabricaciónsinprevisiónalgunateníaqueocurrirenunpaísendondeRichardLenoir,unodelosmejoresciudadanosquehayatenidoFrancia,searruinóporhaberproporcionadotrabajoamilobrerossinencargosprevios,haberlesdadodecomeryhabersetopadoconministroslobastanteestúpidosparadejarquesucumbieradurantelarevoluciónquetrajoconsigo,enelpreciodelostejidos,elaño1814.Éseeselúnicocasoenqueunnegociantesehayamerecidounaestatua. Pues bien, para ese hombre hay hoy en día una suscripción sinsuscriptores,mientrasqueleshandadounmillónaloshijosdelgeneralFoy.Lyón es consecuente, sabe cómo es Francia y que no tiene sentimientoreligiosoalguno.LahistoriadeRichardLenoiresunodeesoserroresqueaFouchéleparecíanpeoresqueuncrimen.

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—Si en la forma en que se presentan los negocios—prosiguióCouture,volviendoalpuntoenquesehabíaquedadoantesdela interrupción—sedaunpuntodecharlatanería,palabraestaquesehaconvertidoenofensivayestáa caballo en elmuro que separa lo justo de lo injusto, pues yo pregunto endónde empieza y en dónde acaba la charlatanería y qué es la charlatanería.Tenedlabondaddedecirmequiénnoescharlatán.Veamos,unpocodebuenafe,queesel ingredientesocialquemásescasea.Elcomercioqueconsistieraen ir a buscar de noche lo que se vendiera durante el día sería uncontrasentido. Un vendedor de cerillas tiene el instinto de acaparar. Enacaparar lamercancía es en lo que piensan el tendero de la calle de Saint-Denis considerado el más virtuoso y el especulador considerado el másdescarado.Cuando loscomerciosestán llenoshaynecesidaddevender.Paravender,hayqueincitaralosparroquianos,deahílosrótulosdelaEdadMediay, en la actualidad, los prospectos. ¡Entre atraer a la clientela y obligarla aentraryaconsumirnoveoniunadarmedediferencia!Puedesuceder,debesuceder, sucede con frecuencia que hay comerciantes que cargan conmercancíasenmalestadoporquelosvendedoresengañancontinuamentealoscompradores.Puesbien,preguntadalaspersonasmáshonradasdeParís,alosnotablesdelcomercio,vamos…Todososcontarántriunfalmentequéartimañase han buscado en casos así para dar salida a la mercancía cuando se lavendierondeteriorada.LafamosaCasaMinardempezóconventasdeésas.LacalledeSaint-Denissóloosvenderáunvestidodesedaengrasada,nodaparamás.Losnegociantesmásvirtuosososdicenconlaexpresiónmáscandorosaestafrasequeesmuestradelafaltadehonradezmásdesenfrenada:Cadacualsaledeunmalnegociocomopuede.Blondetoshadescrito losnegociosdeLyóndesdeelpuntodevistadesuscausasydesusconsecuencias;yovoyademostrar laaplicacióndemiteoríaconunaanécdota.Unobrerodelalana,ambicioso y a quien ha acribillado de hijos una mujer a la que quieredemasiado,creeenlaRepública.MihombrecompralanarojayfabricaesasgorrasdepuntoquehabréispodidoverlesenlacabezaatodoslosgolfillosdeParís, y os voy a decir por qué. La República resulta vencida. Después delcasoSaint-Méry, no había quien vendiera esas gorras.Cuando un obrero seencuentraconquetieneencasamujer,hijosydiezmilgorrasdelanarojadelasqueyanoquierensabernadalossombrererosdeningunatendencia,selepasan por la cabeza tantas ideas como podrían venirle a un banqueroatiborradocondiezmillonesdeaccionesquetienequecolocarenunnegociodel que no se fía. ¿Sabéis lo que hizo ese obrero, ese Law arrabalero, eseNucingen de las gorras? Se fue a ver a un dandi de taberna, uno de esosguasones que desesperan a los agentes de policía en los bailes de losmerenderosde laspuertasdeParísy le rogóque interpretaseelpapeldeuncapitán americano, un buhonero alojado en el hotel Meurice, y fuera ainteresarsepordiezmilgorrasdelanarojaalasombrereríadeunacaudalado

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comerciante que tenía aún una en el escaparate. El sombrerero se huelenegociosconAmérica,acudealobreroyseabalanza,dineroenmano,sobrelas gorras. Como ya podréis imaginaros no volvió a ver a ningún capitánamericano,perosíviomuchasgorras.¡Meterseconlalibertadcomercialporinconvenientesdeésosseríacomometerseconla justiciasopretextodequehay delitos que no castiga o acusar a la sociedad de estar mal organizadadebido a lasdesgraciasque engendra! ¡De lasgorrasyde la calledeSaint-DenisalasaccionesyalaBanca:sacadvuestrasconclusiones!

—Couture, una corona —dijo Blondet poniéndole en la cabeza suservilletaenroscada—.Voymásallá,señores.Silateoríaactualestáviciada,¿quién tiene la culpa? ¡La Ley! La Ley desde el punto de vista de todo susistema;lalegislación;esosgrandeshombresdedistritoquelapolicíamandahenchidosde ideaséticas,de ideas indispensablesparaandarpor lavidasintenerquepelear con la justicia,peronecias encuanto impidanaunhombrealzarsehastadondedebesituarseellegislador.Lasleyespodránprohibiralaspasionesestaoaquellaexpansión (el juego, la lotería, lasNinonLenclosdeencrucijada,loqueosparezca),peronuncaextirparánlaspasiones.Matarlaspasionesseríamatarlasociedadque,aunquenolasengendre,almenoslesdaauge. Si, por ejemplo, ponéis trabas,mediante ciertas restricciones, al ansiaporjugarquesehallaenlohondodetodosloscorazones,enlajoven,enelhombredeprovincias,ytambiéneneldiplomático,puestodoelmundodeseaconseguir una fortuna gratis, el juego se ejerce en el acto en otros ámbitos.Suprimís tontamente la lotería, peronopor eso las cocinerasdejande sisar;llevanlassisasaunaCajadeAhorrosysuapuestaesdedoscientoscincuentafrancosenvezdeserdedos,pueslasaccionesindustriales,lascomanditas,seconviertenenlalotería,eneljuegosintapete,peroconunrastrilloinvisibleyunempatecalculado.¡Sehancerradolascasasdejuego,hadejadodeexistirlalotería,cuántomásmoralesFranciaahora,exclamanlosimbéciles,comosihubieransuprimidoalosmandarines!¡Todoelmundosiguejugando,peroelbeneficioyanovaalEstado,quesustituyeunimpuestopagadocongustoporunimpuestoenojososinqueporellodisminuyanlossuicidios,puesnoeseljugadorquienmuere,sinosuvíctima!¡Pornomencionarloscapitalesquesevan al extranjero y pierde Francia, ni las loterías de Francfort contra cuyosmediadores dictó pena de muerte la Convención y en cuya circulaciónparticipaban losprocuradores síndicos!Porahí seorienta lañoña filantropíade nuestros legisladores. El apoyo a las Cajas de Ahorros es una tremendatontería política. Pensemos en la posibilidad de una alarma cualquiera en eldesarrollodelosnegociosyelgobiernohabrácreadolacoladeldinerodelamismaformaquesecreódurantelaRevoluciónlacoladelpan.HabrátantasalgaradascomoCajashaya.Bastaráconqueenunaesquinatresgolfillosalcenunabanderaparaquesurjaunarevolución.Peroesepeligro,pormuygrandeque sea,me parece aúnmenor que el de que el pueblo pierda la ética.Una

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Caja de Ahorros es la inoculación de los vicios que engendra el interés enpersonas a cuyas componendas tácitamente criminales no ponen tope ni laeducaciónnielrazonamiento.Yahítenéislasconsecuenciasdelafilantropía.Un gran político tiene que ser un sinvergüenza abstracto, pues, en casocontrario, las sociedades se rigen torcidamente. Un político honrado es unamáquina de vapor con sentimientos, o un piloto que copulase sin soltar eltimón:elbarcoseiríaapique.¿Noesacasopreferibleunprimerministroquesequedaconcienmillones,perohaceaFranciagrandeyfeliz,aunministroalque entierrande caridad, peroha arruinado al país? ¿Os cabría algunadudaentre Richelieu,Mazarin o Potemkin, que tuvieron, cada cual en su época,trescientosmillones,yelvirtuosoRobertLindetquenosuposacarlespartidoni a los asignados ni a los bienes nacionales o los virtuosos imbéciles quecausaronlapérdidadeLuisXVI?Sigueconlotuyo,Bixiou.

—Noosexplicaré—prosiguióBixiou—enquéconsistía laempresaqueideólagenialidadfinancieradeNucingen,seríatantomásinadecuadocuantoque existe aún hoy en día y sus acciones se cotizan en Bolsa; los cálculosfuerontanrealesyelobjetodelaempresatanvivazqueesasacciones,creadasporrealprovidencia,salieronconuncapitalnominaldemilfrancos,bajaronatrescientos,subieronasetecientosysepusieronalapartrashabercapeadolastormentasdelosaños27,30y32.Lacrisisfinancierade1827lasdebilitó,laRevoluciónde julio lashundió,peroelnegocio llevaposibilidades realesenlas tripas (Nucingen no sería capaz de inventar un negocio que no fuerabueno).Enfin,comovariasBancasdeprimeramagnitudparticiparon,noseríaparlamentarioentrarenmásdetalles.Elcapitalnominalfuedediezmillonesyel real de siete; tres pertenecían a los fundadores y a los banqueros a cuyocargo corría la emisión de las acciones. Se calculó todo para que losaccionistasganasenenlosseisprimerosmesesdoscientosfrancosconelpagode un dividiendo falso, es decir, el veinte por ciento de diezmillones. LosinteresesdeDuTilletfuerondequinientosmilfrancos.Enlajergafinanciera,esepastelsellamalapartedel tragón.Nucingenteníalaintencióndeoperarcon sus millones hechos con una mano de papel rosa y una piedra delitografiar,unasbonitasaccionesporcolocar,queguardabacelosamenteensudespacho.Lasaccionesrealeshabíandevalerparacrearelnegocio,comprarunpalacetesuntuosoycomenzarconlasoperaciones.Nucingendiotambiénconaccionesdenoséquéminasdeplomoargentífero,unasminasdehullaydoscanales,accionesbeneficiariasemitidasparalanzaraesascuatroempresasen plena actividad, excelentemente organizadas y con prestigio merced aldividendo,sacadodelcapital.Nucingenpodíacontarconundescuentosilasaccionessubían,peroelbarónnolotuvoencuentaensuscálculos,lodejabaen laplaza,a flordeagua,paraatraera lospeces.Agrupó,por lo tanto,susvalores, igual que Napoleón agrupaba a sus tropas, para proceder a laliquidacióndurante lacrisisqueamagabayrevolucionóen losaños26y27

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las plazas europeas.Si hubiera tenido supríncipedeWagramhabría podidodecirlomismoqueNapoleóndesdelacimadeLeSanton:Fíjensebienenlaplazaporquetaldíaya talhorahabrávaloresdesparramados.Pero¿aquiénpodría haberle hecho confidencias? Du Tillet no se olió aquel involuntariocompadreo. Las dos primeras liquidaciones le habían demostrado a nuestropoderosobarónlanecesidaddetenerconsigoaunhombrequepudieraservirledepistónpara influir en los acreedores.Nucingenno tenía sobrinosyno seatrevíaa tenerconfidentes,necesitabaaunapersonaentregada,unClaparoninteligenteydebuenosmodales,unauténticodiplomático,unhombredignodeserministroydignodeél.Alianzasasínocuajanenundíanienunaño.ElbarónenredótanbienentoncesaRastignacqueéste,lomismoqueelpríncipedelaPaz,aquienqueríanporigualelreyylareinadeEspaña,creyóqueenNucingenteníaaunvaliosísimoembaucado.Despuésdehabersereídodeunhombredecuyoalcancetardómuchoenpercatarse,acabóporconsagrarleuncultocircunspectoyserioalreconocerenélesafuerzaquehabíacreídosólosuya.DesdesusprincipiosenParís,Rastignacsevioabocadoadespreciaratoda la sociedad. Ya en 1820, opinaba igual que el barón que no hay sinoaparienciasdehombreshonradosyconsiderabaelmundocomouna reuniónde todas las corrupciones y todas las canalladas.Admitía alguna excepción,perocondenabaalamasa:nocreíaenvirtudalguna,sinoencircunstanciasenlasqueelhombreesvirtuoso.Aquellacienciasuyafuecosadeuninstante:laadquirió en la parte alta de Le Père-Lachaise el día en que acompañó a uninfelizhombrehonrado,elpadredesuDelphine,quehabíamuertoembaucadopor nuestra sociedad, engañándose con los sentimientos más auténticos yabandonado por sus hijas y sus yernos.Decidió estafar a todo esemundo eintervenir en él ataviado con el traje de gala de la virtud, la probidad y losexquisitosmodales.El egoísmo armóde pies a cabeza a aquel joven noble.CuandoesteindividuosetopóconNucingenvestidoconlamismaarmadura,lo valoró, lomismo que en laEdadMedia, durante un torneo, un caballeromontadoenuncaballodesillaárabehabríavaloradoaunadversarioadobadoymontadocomoél.Peroduranteuna temporada seaflojóen lasdeliciasdeCapua. La amistad de unamujer como la baronesa deNucingen es tal quellevaa la abjuracióndecualquier egoísmo.TrasesaprimeravezenqueviotraicionadossusafectosensurelaciónconesamaquinariadeBirminghamqueeraeldifuntoDeMarsay,Delphinetuvoquesentirunapegoilimitadoporunhombrejovenycontodaslasreligionesdeprovincias.EseamorrepercutióenRastignac.CuandoNucingenlehubopasadoalamigodesumujerelarnésquetodo explotador le pone al explotado, cosa que sucedió precisamente en elmomento en que estaba dándole vueltas a su tercera liquidación, le contóconfidencialmente la postura en que se hallaba y le planteó como unaobligación derivada de su intimidad, como una reparación, el papel decompadre que tenía que aceptar y que interpretar. Al barón le pareció

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arriesgado dar a conocer el plan que tenía a su colaborador conyugal.Rastignaccreyóquehabíasucedidounadesgraciayelbaróndejóquecreyesequeestabasalvandoelbanco.Pero,cuandounamadejatienetantoshilos,sehacen nudos. Rastignac temió por la fortuna de Delphine: puso comocondiciónlaindependenciadelabaronesayexigióunaseparacióndebienes,jurándoseasímismoquelaresarciríatriplicándolesufortuna.ComoEugènenodecíanadadesímismo,Nucingenlerogóqueaceptase,encasodeéxitopleno,veinticincoacciones,demil francoscadauna,de lasminasdeplomoargentíferoyRastignaclasaceptóparanoofenderlo.Nucingenlehabíaestadopredicando a Rastignac la víspera de aquella velada en que nuestro amigoincitó a Malvina a casarse. Pensando en aquellas cien familias felices quetransitabanporParís,tranquilasenloqueasufortunaserefería,losGodefroiddeBeaudenord,lasDeAldrigger,losDeAiglemont,etc.,sintióRastignacunescalofrío, igual que un general joven que contempla por vez primera unejércitoantesdelabatalla.Aquellapobreniña,Isaure,yGodefroidjugandoalosenamorados,¿nosimbolizabanacasoaAcisyGalateaalalcancedelarocaqueelgigantescoPolifemolesvaatirar?…

—EstesimiodeBixioucasitienetalento—dijoBlondet.

—Ah, ¿así que ya nome ando con juegos frívolos?—preguntó Bixiou,disfrutandodesuéxito—.Godefroidllevabadosmeses—siguiódiciendotraslainterrupción—entregadoatodaslasmenudassatisfaccionesdeunhombrequesevaacasar.Nosparecemosenesoscasosaesospájarosquehacenelnidoenprimavera,vanyvienen,recogenbriznasdepaja,lastransportanenelpico y acolchan la morada de sus huevecillos. El futuro de Isaure habíaalquilado en la calle de La Planche un palacete de mil escudos, cómodo,adecuado,nimuygrandenimuypequeño.Ibatodaslasmañanasavercómotrabajabanlosobrerosyavigilaralospintores.Habíaintroducidoelcomfort,lo único bueno que hay en Inglaterra: un calorífero para que reinara en eldomiciliounatibiezahomogénea;unosmueblesbienescogidos,nidemasiadoespléndidos ni demasiado elegantes; colores alegres y gratos a la mirada;estoresypersianaspordentroyporfueradetodaslasventanas;cuberteríadeplata; coches nuevos. Hizo reformas en la cuadra, en el almacén deguarniciones,enlascocheras,pordondeToby,Joby,Paddyandabacomolocoy bullía como una marmota frenética, encantado de la vida de que fuera ahabermujeresencasayunalady.Esteapasionamientodelhombrequeponecasa,escogerelojesdesobremesa,vaaverasufuturaconlosbolsillosllenosdemuestras de telas, la consulta acerca delmobiliario del dormitorio, va yvienealtroteazuzadoporelamor,esunadelascosasquemásalegranaloscorazonescabalesy,sobretodo,alosproveedores.Y,comonohaynadaquemásagradealagentequelabodadeunbuenmozodeveintiséisañosconunaencantadorajovencitadeveintequebailabien,Godefroid,dudosoencuantoalosregalosdepedida,invitóacomeraRastignacyalaseñoraNucingenpara

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consultarlosacercadeasuntodeimportanciatanprimordial.TuvolaexcelenteideaderecabartambiénlapresenciadesuprimoDeAiglemontysumujer,asícomodelaseñoraSerisy.Alasmujeresdemundolesgustasobremaneraecharunacanaalairedevezencuandoenlospisosdesolteroyalmorzarallí.

—Essuformadehacernovillos—dijoBlondet.

—EstabaprevistoiralacalledeLaPlancheaverelpalacetedelosfuturoscontrayentes —siguió diciendo Bixiou—. Las mujeres son en lo tocante aexcursioncitasdeésasigualquelosogrosparalacarnefresca,seremozansupresenteconesaalegríajovenqueelgocenohaajadotodavía.Lamesaestabapuestaenelsaloncitoqueadornaroncomouncaballodeprocesiónparaaquelentierro de la vida de soltero. Se encargó un almuerzo que brindara esosatractivosplatosligerosquealasmujereslesgustacomer,picotear,chuparporlasmañanas,queesunmomentoenquetienenuntremendoapetito,peronoquieren admitirlo pues es como si se comprometiesen diciendo: «¡Tengohambre!».«¿Yporquésolo?»,dijoGodefroidalver llegaraRastignac.«LaseñoraNucingenestátriste,yatelocontaré»,contestóRastignacqueparecíahombre disgustado, «¿Pelea tenemos?», exclamó Godefroid. «No», dijoRastignac.A las cuatro, tras alzar el vuelo lasmujeres rumbo alBosque deBoulogne, Rastignac se quedó en el salón y miró melancólicamente por laventana a Toby, Joby, Paddy, que estaba audazmente a pie firme ante elcaballo enganchado al tílburi; con los brazos cruzados como Napoleón, nopodía refrenarlo sino con su voz aguda, y el caballo temía a Joby, Tody.«¡Bien, querido amigo! ¿Qué te pasa?—preguntóGodefroid aRastignac—.Estás taciturno, preocupado, tu alegría no es sincera. ¡Te lastima el alma ladicha incompleta! Desde luego que es muy triste no casarse en elayuntamientoyenlaiglesiaconlamujeramada».«¿Tienesvalor,amigomío,paraoírloquetengoquedecirteysabrásdartecuentadehastaquépuntohayquetenerafectoporalguienparacometerlaindiscreciónenquevoyacaer?»,le dijo Rastignac con ese tono que parece un latigazo. «¿Qué sucede?»,preguntóGodefroid poniéndose pálido. «Me apenabapresenciar tu alegría ynosoycapaz,viendotodosestospreparativos,estadichaenflor,deguardarmeunsecretocomoéste».«Diloqueseaentrespalabras».«Júrameportuhonorqueserásmudocomounatumba».«Comounatumba».«Yquesiacualquieradequienestetocandecercaleafectaseestesecreto,noseenterará».«Noseenterará». «Bien, pues Nucingen salió anoche para Bruselas. Habrá quesuspender pagos si no resulta posible la liquidación. Delphine acaba desolicitarestamismamañanaenelPalaciodeJusticialaseparacióndebienes.Aún estás a tiempo de salvar tu fortuna». «¿Cómo?», preguntó Godefroidnotandoquelasangreselevolvíahieloenlasvenas.«PuesbastaconqueleescribasalbaróndeNucingenunacartaconfechadehacequincedíasenlaque le des la orden de emplear todos tus fondos en acciones—y le dio elnombrede la sociedadClaparon—.Tendrásquincedías,unmes, tresmeses

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quizáparavenderlasporencimade lacotizaciónactual,yse revalorizarán».«Pero¿yDeAiglemont, queha almorzadoconnosotros,DeAiglemontquetiene un millón en el banco de Nucingen?». «Mira, no sé si hay bastantesacciones de ésas para cubrirlo y, además, no soy amigo suyo y no puedotraicionar los secretos de Nucingen; no puedes contarle nada. Si dices unapalabra, me respondes de las consecuencias». Godefroid se quedó diezminutos completamente inmóvil. «¿Aceptas o no aceptas?», le dijodespiadadamenteRastignac.Godefroid tomó una pluma y tinta y escribió yfirmó lacartaque ledictóRastignac.«¡Pobreprimomío!»,exclamó.«Cadacual tiene que mirar por sí», dijo Rastignac. «¡Bueno, uno que ya estácolocado!», añadió al dejar a Godefroid. Mientras Rastignac enredaba porParís, éste es el aspecto que presentaba la Bolsa. Tengo un amigo deprovincias,unsandioquemepreguntabaalpasarporlaBolsaentrelascuatroylascincoelporquédeesaaglomeracióndeconversadoresquevanyvienen,qué pueden estarse diciendo y por qué siguen deambulando después de lairrevocablefijacióndelacotizacióndelosvalorespúblicos.«Amigomío—ledije—,hanalmorzadoyestánenplenadigestión;mientraslahacen,cotilleanacerca del vecino; sin eso no existiría en París seguridad comercial. Ahí selanzan los negocios y hombres hay, Palma por ejemplo, cuya autoridad essemejantea ladeSinarden laRealAcademiadeCiencias. ¡Dice:hágase laespeculaciónylaespeculaciónsehace!».

—¡Quéhombre,señores!—dijoBlondet—.¡Quéculturaposeeestejudío,no ya universitaria, sino universal! En él, la universalidad no quita para lahondura;loquesabe,losabeafondo;sugenioparalosnegociosesintuitivo;eslamáximareferenciaparalosbuitresqueimperanenlaplazadeParísynosemetenenunasuntohastaquelohavistoPalma.Escircunspecto,escucha,estudia, piensa y dice a su interlocutor, quien, en vista de tanta atención,piensa que está en el bote: No me interesa. Lo que me parece másextraordinario es que, después de haber sido durante diez años socio deWerbrust,nuncahubonubesentreellos.

—Es algo que no sucede sino entre gente o muy fuerte o muy débil;cuantoshayentreambossepeleanynotardanensepararsecomoenemigos—dijoCouture.

—Ya os imagináis —dijo Bixiou— que Nucingen había soltadosabiamenteyconmanohábilbajolascolumnasdelaBolsaunobúspequeñoqueestallóaesodelascuatro.«¿Estáustedenteradodeunanoticiagrave?—le dijo Du Tillet aWerbrust llevándoselo a un rincón—. Nucingen está enBruselas y su mujer ha presentado ante los tribunales una petición deseparación de bienes». «¿Es usted su compadre para una liquidación?»,preguntóWerbrust sonriente. «Dejémonos de tonterías,Werbrust—dijo DuTillet—,yasabequiénestienenpapelsuyo;atienda,tenemosunnegocioque

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organizar.Lasaccionesdenuestranuevasociedadgananunveinteporcientoyganaránunveinticincoafinalesdeltrimestre,yasabeporqué,repartenundividendoespléndido».«Pillastre—dijoWerbrust—,siga,sigaynosepare,queesustedundemoniodegarraslargasypuntiagudasylasestáclavandoenmantequilla».«Perodéjemehablarononosdarátiempoaoperar.Semeacabadeocurrirlaideaalenterarmedelanoticiaypuedoasegurarlequehevistoala señora Nucingen hecha un mar de lágrimas; teme por su fortuna».«¡Pobrecilla! —dijo Werbrust con expresión irónica—. ¡Bien! ¿Y qué?»,añadió el viejo judío alsaciano, preguntando aDuTillet, que callaba. «Puesque tengo enmismanosmil acciones demil francos queNucingenme dioparaquelascolocara,¿entiende?».«¡Bueno!».«Vamosacomprarcondiezoveinte por ciento de descuento papel de la Casa Nucingen por valor de unmillón; nos ganaremos una buena prima sobre ese millón, pues seremosdeudoresyacreedoresyhabráconfusión.PeromovámonosconastuciaporquequieneslastienenpodríancreerquemaniobramosenprovechodeNucingen».Werbrust entendió entonces la jugada y le estrechó la mano a Du Tilletlanzándole la mirada de una mujer que le gasta una broma maliciosa a lavecina. «¿Qué? ¿Ya saben la noticia?—les dijoMartin Falleix—. La CasaNucingensuspendepagos».«¡Bah!—repusoWerbrust—.Noandepropalandoeso, deje que la gente que tiene papel suyo se dedique a sus negocios».«¿Estánenteradosdelacausadeldesastre?»,preguntóClaparon,interviniendoen la conversación. «Tú no sabes nada—le dijo Du Tillet—. No habrá elmínimo desastre; sino un pago integral. Nucingen volverá a los negocios yhallará en mi Casa cuantos fondos quiera. Estoy al tanto del porqué de lasuspensión:dispusodetodossuscapitalesenfavordeMéxico,queleentregametales, cañones españoles tan torpemente fundidos que hay en ellos oro,campanas, plata de iglesia, todos los restos de lamonarquía española en lasIndias. El regreso de esos valores se retrasa y nuestro querido barón estáapurado,esoestodo».«Escierto—dijoWerbrust—.Mequedoconsupapelconunveinteporcientodedescuento».Corrióentoncesdebocaenboca lanoticia con la rapidez del fuego en un almiar. Se decían las cosas máscontradictorias. Pero reinaba una confianza tal en laCasaNucingen, debidoaún a las dos liquidaciones anteriores, que nadie soltaba el papelNucingen.«TienequeecharnosunamanoPalma»,dijoWerbrust.PalmaeraeloráculodelosKeller,queestabanatiborradosdevaloresNucingen.Bastaríaconunavisodealarmasuyo.WerbrustobtuvodePalmaquedieraun toquederebato.AldíasiguientecundíalaalarmaenlaBolsa.LosKeller,porconsejodePalma,cedieron sus valores con un diez por ciento de descuento y su autoridad seimpusoenlaBolsapuestodoelmundosabíaquehilabanmuyfino.Apartirdeesemomento,Taillefervendiótrescientosmilfrancosaunveinteporciento;Martin Falleix, doscientos mil a un quince por ciento. ¡Gigonnet se olió lajugada!AtizóelpánicoparahacerseconpapelNucingenyganarseundoso

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tresporcientocediéndoseloaWerbrust.Divisó,enunrincónde laBolsa,alpobre Matifat que tenía trescientos mil francos en la Casa Nucingen. Aldroguero, pálido y demudado, le dieron escalofríos cuando vio que se leacercabael terribleGigonnet,elprestamistadesuantiguobarrio,queacudíaparaserrarloendospedazos.«¡Malandanlascosas,sevaesbozandolacrisis!¡Nucingenestádeajustefinal!Peroesonovaconusted,amigoMatifat.Ustedyaestáretiradodelosnegocios».«Puesseequivoca,Gigonnet;tengopilladostrescientos mil francos con los que pensaba operar en títulos de rentaespañola».«Pueslosacabadesalvar.Larentaespañolalohabríadesplumado.Mientras que yo le daría algo por su cuenta con Nucingen, digamos uncincuentaporciento».«Prefierovervenir la liquidación—respondióMatifat—.Ningúnbanquerodionuncamenosdelcincuentaporciento.¡Ay,sisólosetratasedeundiezporcientodepérdida!»,dijoelexdroguero.«¿Leinteresaun quince?», dijoGigonnet. «Mucha prisa parece tener usted» dijoMatifat.«Buenas tardes» dijo Gigonnet. «¿Le interesa un doce?». «Bien está», dijoGigonnet.Sevolvieronacompraraúltimahoradeesa tardedosmillonesyDu Tillet los metió en la Casa Nucingen por cuenta de los tres sociosaccidentales, que cobraron la prima. La madura y agraciada baronesita DeAldriggerestabaalmorzandoconsusdoshijasyGodefroidcuandollegóconexpresióndiplomáticaRastignacparasacarel temadelacrisisfinanciera.ElbaróndeNucingenteníamuchoafectoalafamiliaDeAldriggeryselashabíaingeniado,encasodedesgracia,paracubrirlacuentadelabaronesaconsusmejoresvalores,accionesdelasminasdeplomoargentífero;peroparamayorseguridad de la baronesa, ésta debía pedirle que emplease de esa forma susfondos. «Ese pobreNucingen—dijo la baronesa—. ¿Y qué es lo que le hapasado?». «Está en Bélgica; su mujer ha pedido una separación de bienes.Perohaidoabuscarrecursosdeotrosbanqueros».«¡Diosmío!¡Merecuerdaamipobremarido!QueridoseñorRastignac, ¡quépenosodebederesultarletodoestoaustedquetienetantoapegoaesacasa!».«Contaldequelosajenosqueden a cubierto, sus amigos ya se verán compensados más adelante. Elbarón saldrá de ésta, es hombre hábil». «Honrado sobre todo», dijo labaronesa.AlcabodeunmesyaestabaacabadalaliquidacióndelpasivodelaCasa Nucingen, sin más procedimiento que las cartas con las que todossolicitaban que se emplease su dinero en determinados valores y sin másformalidad por parte de las Casas de Banca que la entrega de los valoresNucingen a cambiode las accionesque ibanhallando favor.Mientras tanto,Du Tillet,Werbrust, Claparon, Gigonnet y unos cuantos más que se creíanmuysutilestraíandevueltadelextranjeroconununoporcientodeprimaelpapelde laCasaNucingen,pues seguíansacandogananciaalcambiarloporlasaccionesenalzaytantomásserumoreaba,pues,enlaplazadeParísquenadie tenía ya nada que temer. La gente charlaba acerca de Nucingen, lepasaba revista, lo juzgaba, se las apañaba para calumniarlo. ¡Aquel lujo,

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aquellasempresas!Cuandounhombresearriesgatanto,seechaapique,etc.En lo más sonado de este tutti, unas cuantas personas se quedaron muyasombradasalrecibircartasdeGinebra,deBasilea,deMilán,deNápoles,deGénova, de Marsella, de Londres, en las que sus corresponsales lescomunicaban,nosinpasmo,quelesestabanofreciendoununoporcientodeprimaporelpapelNucingencuyaquiebraleshabíancomunicado.«Algoestápasando», dijeron los buitres.Los tribunales habían fallado la separacióndebienesdeNucingeny sumujer.Lacuestión secomplicóaúnmás: laprensaanuncióelregresodelseñorbaróndeNucingenquehabíaidoatratarconunfamosoindustrialbelgaparaexplotarantiguasminasdecarbónmineralcuyaactividad estaba a la sazón suspendida, los yacimientos de los bosques deBossut. El barón volvió a presentarse en la Bolsa sin tomarse siquiera lamolestiadedesmentirlosrumorescalumniososquehabíancorridoacercadesuBanca,desdeñórecurriralosperiódicosparahacerreclamacionesycomprópor dosmillones una espléndida finca a las puertas de París. Seis semanasdespués, el periódicodeBurdeos anunció la entrada en el ríodedosbarcoscargadosdemetalesporunvalorde sietemillones, por cuentadelbaróndeNucingen. Palma, Werbrust y Du Tillet se dieron cuenta de que la jugadaestaba rematada, pero fueron los únicos en entenderlo. Aquellos alumnosestudiaron la escenificación de aquel puff financiero, se percataron de quellevaba once meses preparado y proclamaron a Nucingen como el mayorfinanciero de Europa. Rastignac no entendió nada, pero había ganadocuatrocientosmilfrancosqueNucingenpermitióquelesesquilaraalasovejasparisinasyconlosquedotóasusdoshermanas.DeAiglemont,aquienhabíaavisado Beaudenord, su primo, acudió a Rastignac para suplicarle queaceptase un diez por ciento de su millón si conseguía que ese millón seinvirtiera en acciones de un canal que está aún por hacer, pues Nucingenembaucótanbienalgobiernoenesteasuntoquealosconcesionariosdelcanallesinteresanoacabarlo.CharlesGrandetimploróalamantedeDelphinequehiciera cuanto pudiese para convertir su dinero en acciones. En resumidascuentas, Rastignac estuvo diez días interpretando el papel de Law, lasduquesas más bonitas le rogaban que les proporcionase acciones y, en laactualidad,elmuchachopuedetenercuarentamillibrasderentaqueprocedendelasaccionesdelasminasdeplomoargentífero.

—Sitodoelmundosaleganando,¿quiénsalióperdiendo?—dijoFinot.

—Conclusión—siguiódiciendoBixiou—:AlmarquésDeAiglemontyaBeaudenord los engatusó el pseudodividendo que cobraron unos mesesdespuésdehabercambiadosudineroporaquellasaccionesylasconservaron(osloscitocomoejemplodetodoslosdemás),teníanuntresporciertomásdesuscapitales, loaronaNucingenylodefendieronencuantosesospechóqueiba a suspender pagos. Godefroid se casó con su querida Isaure y recibióaccionesdelasminasporvalordecienmilfrancos.LosNucingendieronun

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baile,conmotivode laboda,cuyaesplendidezfuemásalládecuantonadiehubiera podido imaginar. Delphine regaló a la recién casada un preciosoaderezo de rubíes. Isaure no bailó ya como una muchacha, sino como unamujer feliz. La baronesita estuvo más pastora de los Alpes que nunca.Malvina, la mujer de ¿Habéis visto en Barcelona? oyó cómo Du Tillet leaconsejaba, muy seco, en pleno baile que fuera la señora Desroches. ADesroches lo azuzaron los Nucingen y Rastignac, e intentó hablar de losasuntos de interés, pero en cuanto oyó decir que la dote consistía en lasaccionesdelasminas,rompiólasnegociacionesysevolvióhacialosMatifat.En la calle deLeCherche-Midi, el procurador se encontró con lasmalditasaccionesde los canalesqueGigonnet lehabíacolocadoaMatifat envezdedarledinero.ImagínateaDesrochestopándoseconelrastrillodeNucingenenlasdosdotesa lasqueapuntaba.No tardaronenempezar lascatástrofes.Lasociedad Claparon se metió en demasiados negocios, se presentó unaobstrucción, dejó de pagar intereses y de dar dividendos aunque realizabaexcelentesoperaciones.Aquelladesgraciasejuntóconlosacontecimientosde1827. En 1829, Claparon era demasiado conocido para valer de hombre depajaaesosdoscolososycayóalsuelodesdeelpedestal.Demildoscientosfrancos,lasaccionesbajaronacuatrocientos,aunqueintrínsecamentevalieranseiscientos.Nucingen,queestabaaltantodeesepreciointrínseco,lasvolvióacomprar.LabaronesitaDeAldriggervendiósusaccionesde lasminas,a lasque no les sacaba nada, y Godefroid vendió las de su mujer por idénticomotivo.Y,además, labaronesaBeaudenordhabíacambiadosusaccionesdeminas por las acciones de la sociedadClaparon.Las deudas los obligaron avenderen lomáscríticode labaja.Por loquerepresentabansetecientosmilfrancos, sacaron doscientos treinta mil. Sanearon la situación y lo que lesquedó lo invirtieron prudentemente en un tres por ciento a setenta y cincofrancos.Godefroid, aquelmuchacho felizy sinpreocupacionesqueno teníamásquehacerquevivirasuaire,seencontróconlacargadeunamujercitamástontaqueunamatadehabas,eincapazdeaguantarelinfortunio,puesalcabo de seis meses ya se había dado cuenta de que el ser amado se habíaconvertidoenhortalizay,además,élsehabíaechadoencimalacargadeunasuegra que no tenía para pan y soñaba con vestidos. Las dos familias sereunieron para poder subsistir.Godefroid se vio abocado a traer al retorterotodos sus patrocinios, que ya se le habían quedado fríos, para conseguir unpuestodemilescudosenelMinisteriodeHacienda.¿Losamigos?Tomandolasaguas.¿Losparientes?Asombrados,prometiendo:«¡Porsupuesto,queridomuchacho, cuenta conmigo!». Y un cuarto de hora después ya nadie seacordaba de él ni por asomo. Beaudenord consiguió el puesto merced a lainfluenciadeNucingenydeVandenesse.Estaspersonastandignasdeestimay tan desventuradas viven ahora en la calle deMont-Thabor, en un tercero,encimadeunentresuelo.LaperlabisnietadelosAdolphus,Malvina,notiene

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nada suyo y da clases de piano para no depender de su cuñado.Renegrida,alta,delgada,reseca,pareceunamomiaquesehubieraescapadodeunlibrodePassalacquayserecorreParísapie.En1830,Beaudenordsequedócesanteysumujer le dio su cuarto hijo. ¡Ocho señores para dos criados (Wirth y sumujer)!Dinero:ochomillibrasderenta.Lasminasdanenlaactualidadunosdividendos tanconsiderablesqueunaaccióndemil francosvalemil francosde renta. Rastignac y la señora de Nucingen compraron las acciones quevendieronGodefroidylabaronesa.LaRevolucióndejuliohizopardeFranciaygranoficialdelaLegióndeHonoraNucingen.Aunque,apartirde1830nohizo más liquidaciones, cuentan que tiene una fortuna de entre dieciséis ydieciochomillones.SobrelabasedelasOrdenanzasdejulio,vendiótodossusfondosyvolvióa invertir atrevidamentecuandoel tresporcientoestuvoencuarenta y cinco francos, haciendo creer en Palacio que lo hacía porabnegacióny,entretanto,deacuerdoconDuTillet,sezampótresmillonesdelpícarodePhilippeBridau.Nohacemuchoque,alpasarporlacalledeRivolicaminodelBosquedeBoulogne,nuestrobarónvislumbróbajolossoportalesa la baronesaDeAldrigger.La viejecita llevaba una capota verde con forrorosa, un vestido de flores, unamantilla, en fin, que seguía siendomás quenunca una pastora de los Alpes, pues nunca entendió las causas de sudesgraciacomotampocohabíaentendido lascausasdesuopulencia. IbadelbrazodelapobreMalvina,modelodeheroicaabnegación,parecíalaancianamadre,mientras que la baronesa parecía la chica joven; yWirth las seguía,paraguasenmano.«Ahífanesaspegsonas—dijoelbarónalseñorCointet,unministroconelqueandabadepaseo—alasquenoputehaceggicas.Yapasóla boggasca de los pgincipios; fuelfa a dag una colocación a ese popgePeautenogd».BeaudenordvolvióalMinisteriodeHaciendapormediacióndeNucingen,aquienlasDeAldriggerelogiancomounhéroedelaamistad,puessigueinvitandoalosbailesquedaalapastorcilladelosAlpesyasushijas.Esimposible demostrarle a nadie en elmundo cómo ese hombre pretendió portresveces,ysinforzarcerraduras,robaralpúblicoalquehabíaenriquecidoapesarsuyo.Nadiepuedereprocharlenada.Quiendijeraque laaltaBancaesconfrecuenciaelpuertodearrebatacapasestaríacayendoenlamásinsignedelascalumnias.Silosefectosdecomerciosubenybajan,silosvalorescrecenyvan a menos, ese flujo y ese reflujo procede de una alteración atmosféricanaturalquetienequeverconlainfluenciadelaluna;yelgranAragocometelafaltadenoaportarningunateoríacientíficaenloreferidoaesteimportantefenómeno.Detodoestosólosedesprendeunaverdadpecuniariaquenuncahevistoescritaenpartealguna…

—¿Cuáles?

—Eldeudoresmásfuertequeelacreedor.

—¡Ay!—dijoBlondet—.Puesyoveoencuantohemosdicholaparáfrasis

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deunafrasedeMontesquieuqueesunconcentradodeElespíritudelasleyes.

—¿Cuál?—dijoFinot.

—Las leyes son telarañas a través de las cuales se cuelan las moscasgordasyenlasquesequedanlaspequeñas.

—¿Adóndequieresllegar?—lepreguntóFinotaBlondet.

—¡Algobiernoabsoluto,elúnicoenquepueden refrenarse lasempresasdelingenioencontradelaley!Sí,laarbitrariedadsalvaalospuebloscuandoacudeasocorreralajusticia,pueselderechodegracianotienerevés:elrey,quepuedeindultaraquienestáenbancarrotafraudulenta,nodevuelvenadaalavíctimadespojada.Lalegalidadmataalasociedadmoderna.

—¡Intentahacérseloentenderaloselectores!—dijoBixiou.

—Yahayalguienqueseencargadeello.

—¿Quién?

—Eltiempo.ComodijoelobispodeLeón,lalibertadesantigua,perolamonarquíaeseterna:cualquiernacióndepensamientosanovolveráaellabajounauotraforma.

—¡Anda,habíagenteallado!—dijoFinotaloírnossalir.

—Siemprehaygenteallado—contestóBixiou,quedebíadeestarbebido.

París,noviembrede1837

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