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8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
1/76
NUEVA
CLIO
)
Lq
Historio
y
t" ltobl*ot
I
La
expansión
europea
(
s¡glos
xur
al
xv
)
Pierre
Chaunu
Profesor en
la Facultad do
Lotras
y
Ciencias humanas de
Caon
ll
Colección
dirigido
Por
ROBERT
BOUTRUCHE'
profesor
do
lo
Sorbono
I
elUf
LEMERLE,
profesor
dol
colldse
de
Fronce
I
I
I
I
I
.\
a rl\'
'
.
?
I.',ri,ctl¡o
"_"
-
'-'l::::---:jj"'-
EDITORIAL
Calabria,
235
-'239
1972
LABOR, S.A.
-
Barcelona-15
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
2/76
í r. t
-
rndice
de
matenas
Prólogo
v
fndice
de
mapss
y
figuras
. ....
xvllr
Abreviaturas
xlx
Introclucción
xxl
PRIMERA
PARTE
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
3/76
C'rpÍrulo
II. Lenta
maduración
de los
medios
y
de los
pensamien-
tos en
Ia
Cristiand¡¡d
occidental,
num€rosa
y
por
ende
rica
y próspcra
...
l
Cristiandad
numerosa
1.
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
4/76
B.
L¿s
dilicultades
del regreso
9. La memorable
entrevista
Los comienzos
de
la
ocupación
.....
1. De
la bula al tratado. Bl reparto
difícil. En
busca cle la
verdadera
relación
de fuerzas
2,
La mutación dimensional:
el segundo
viaje ..
3.
La
cxplotación
de
Santo
Domingo
4.
5. El tercer
viaje
. .
Las Indias
escaparon
a
Colón
l. Tres
tipos de viajes .
2.
Difioultadcs
y
oonllictos
3.
Iil
cuarto
viaie .
.
Notas
del
Capítulo
IV
SI'GUNDA
I)AITTE
DEBATES
ENTRB
TIISTONIADORES Y DIRECTRICtrS
PARA
LA INYESTIGACIÓN
C¡pÍruro
Pnru¡no.
Los
grandes descubrimientos. Bsbozo
de
u¡ra
problemáticn
1. Historia
y
representación
....
l.
La
historia
de una
palabra
2.
La historia
de
una
imagen
3.
El
cambio
tardío del exotismo
2.
l,a
historia rle
un¿ historia . . .
.
.
l.
La
historiografía
do los dr:scubrinrientos
en la encrucijarla
de los
siglos
xvllr
y
xtx
2.
Europa
y
Estados
¿) La
coyuntura
Humboldt, 172;
b) Los
problemas
historio-
gráficos
do
I)ortugal,
174;
c)
[Jna historia
siempre
escrita
conformc al
prcscntc,
lT','¡;
tl)
Los
legados tlcl
pasado
en la
historiogralía actual:
Iiulopa
antn
totlo
y
temática,
176.
3.
Una
puerta
abicrtn al
porvcnir':
La historia
geográñca
...
3. Para una
problcmútioa nllcva
y
ohjctiva
de
Ia
puesta
en comu-
nicación
l.
Salir
de Europa
2.
El
peso
dc
China
3. Rebasar
la
polaridad
China-Mediterráneo .
.
4.
¿Cómo
cuantificar?
..
Notas
del
Capítulo
Primero
o.
r27
128
r29
130
r32
133
135
136
137
137
141
144
746
I70
172
t67
L67
167
l68
170
170
178
lB0
tBr
lBr
183
lB7
C¡rpíru¡,o
II.
Los
medios
I99
2.
l. La tierra
y
el
agua
l. La
tier¡a
¿)
Mutación
ayer,
201;
ó) El
camello, el
dromedario,
201;
c)
Mutación mañana, 201.
2. La tierra o
el agua
200
200
202
Bl
mar:
el
navío 202
1. La
galera
203
2.
El
velero
206
o) El
problema
del
timón,
207l'
b) L,os
mástiles, la
vela, 210.
3. El utensilio del
descub¡imiento. La
carabela 212
o) Características, 212; ó) La
utilización
para
el
descubri-
miento, 213.
La navegación 215
l.
Datos
del
problema
2I5
o) La navegación
sstronómica.
Un
gran
debate, 215;
ó)
La
tesis
del
secreto,
216;
c) Reencuentro
con
las
etapas.
Inscri-
birse
en
la larga
duración,
217;
d)
Los
antiquísimos
empi-
rismos, 217.
2,
La segunda época
de la navegación. El rumbo.
La
aguja.
El
portulano
2lB
-¿)
De
la
aguja a
la
brújula,2lB:' b) Mapas,2l9; c) El
mag-
rretismo,
219;
d,) Las tablas de ,
220;
e) La
rosa
azimutal sideral,
220.
3.
En
la
cúspidc
de la
segunda
época. Navegación
preastro-
nómica 222
¿) En
busca
clc una
solución media,
222; b) La
discutiblc
cronología
de las
prineras
observaciones, 222;
c) Ciencia
universitaria.
Nivel
práctico
de las
utilizaciones
en el
mar,224.
4,
La mutación
astronómica.
Los
progresos
del
siglo xvr ...
.
225
a) La
aportación
de los
humanistas, 225;
b) Mercator,225;
c)
fnstrumentos
y
metlidas,
225;
d)
La observación y
la
estims,
227.
5.
Los
niveles
227
o)
El
Mediterráneo,
22B; ó) El Norte, 228;
c) El
giro
del siglo
xrrt,22B,
Iil
capitalismo.
La moneda,
El
estado 229
l. [n los
origenes
del
capitalismo
comclcial 229
¿)
Todo
comenzó en
la
Italia del
siglo
xr,229;
ó) Las ¡eglas
antiguas de
la
asociación,
230.
2. El metal monetario
232
¿) La importancia
de
los cambios. La amplitud
de
los cre-
cirnientos,
232:. b)
El mundo
del
oro
y
el mundo de
la
plata,
232; c)
La
gran
permutación
del siglo xIIr, 233;
d) La
plata
de
la
Europa
centlal. El oro del
Magreb, 234.
3.
l89
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
5/76
3. La banca y
el cambio
o) Bl
pago
en
escritura,
235;
b)
La
letra
de cambio,
236;
c) Las compañías
con
sucursales
múltiples,
238.
4.
El
capitalismo
de
Estado
Notas
del
Capítulo
lI
C¡pÍrulo
III.
Las rnotivaciones
I.
Fuentes
y
aproximaciones
...,
I.
Una aproximación
indirecta
a
las
motiyacioncs
. .
..
a)
Una
problemática
de
Ios
grupos,
ZS0;
b)
IJnco¡rtrar
un
método,
251.
2. El
gran
debate
alrededor
de
Portugal
.....
o) La
complejidad
de
lo real
vivido, 253;
b) Recurrir
a
Ios
modelos.
254.
2.
Un
modelo macroeconó¡nico.
El
espacio planetario
1..
Bl espacio
discontinuo
de
las
civilizacioncs
y
de
las culturas
2.
¿Por
qué
Europa
a
pesar
de todo?
.
a)
Rica en
duración, 256;
b)
Rica
en
proteinas
auimales,
257;
c)
Bien provista dc
motores,
257; d,)
Un
nuevo balance
China-Europa,
259.
3.
Un
>
macroeconómico.
Bl ticmpo
planetario
..........
1. El
siglo xv o la coyuntura
a)
¿,Nuevas
variables temporales?,
26I;
b) La estrategia
de las se¡ies nucvas,
261;
c) Las tres
Buropas
de
la
historia
de
los
precios,
262
2, Un
contenido
más
ambicioso para
la
coyuntur&
a) Demografía
ante todo,
266;
b)
El
verdadero
balance de
Ia época de los
muertos,
266.
3. I{uir hacia delante
a)
Situar rlc nuevo
los
tcmas
tradicionalcs,
262;
ó) Bl
oro,
268;
c)
La tlata
dc
hon¡bros. 270.
Notas rlcl
Capírulo
III
Conclusión
235
239
253
254
255
256
260
260
26r
267
274
279
279
28t
282
283
285
TERCBRA PARTB
DOCUMENTACIÓN
I. Fuentcs
l. Fuentes
manuscritas
289
A) Portugal
289
B) España .
29o
c)
ItBlis
.
290
D) Francia
290
B)
Otros
países
290
,
Fuentes
impresas
A) Anteriores
a Africa
y
las
islas
291
B) Conquista
portuguesa
29I
C)
España
294
D)
Las
grandes
colecciones
295
E) El ciclo
de fuentes colombinas
295
Betudios
l.
Guías bibliográficas
y
bibliografias
2.
Historias
nacionales
ii. Historias
generales
y particulares
4.
Histo¡ia
de
la
expansión europe¿t
5.
I:Iistoria
de la
expansión
europea.
Los
precedentes
medievales
...
(¡.
[,a
historia
dc la
historia
7. Navegación,
arte
náutico,
técnicas I¡arítimas
l:t.
t4,.
15.
I
l'.
tT.
lll.
f
nl¡rc¡,: ¡r,r"^núrlco . .
323
289
241
247
247
247
291
il.
297
297
298
298
299
300
30t
303
304
304
305
306
306
307
307
308
309
310
3r2
3t4
3I5
316
(l
0
|0,
il.
t2.
^)
El
navío
B) El arte náutico.
C)
La
cartografía
Historia del
pensamiento
....
La
cruzada
Bl
marco,
la economia
general
de la Edad Media occidental .
. .
Iil
marco,
la
economía
marítima
Ill
marco
económico.
Precios, coyunturas,
rutas, movimientos
scculares
Iil
marco
población.
Denrografía histórica.
La peste
I,ll
marco.
Climas
crisis
del
siglo
xIV. L&
l,ll marco
económico,
origen
y
tócnicas
del capitalismo
Ln Península
ibérica
y
el
Magreb
l,os
antiguos mundos
lejanos, El
Asia
de
las
estepas,
Extremo
Olionte,
hrdia
y
China. el
Océano
fndico,
Africa
A
rnérica
l.
2.
D.
4.
{lltima
mirada
a
las
cristiantlades
latinas
Otra
vez
Portugal
El
príncipe
Bnrique
¿Cuántoyaquéprecio?
Notas de
la
ConcLrsión
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
6/76
T . t .,
rrrtro
ouccron
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
7/76
La
expansión
europea
es la
cxplosión
planetaria
de
ra
cristiandad
l¿tina
en detrimento
de
la
misma
Europa,
o más
exactamente,
el
gran
cambio
acaecido
en el
diálogo
del
hombre
y
del
espacio.
se ha
hablado-
de
un
primer
bosquejo,
áClit
y
vago,
dé econoáía_mundo
a
I'jnes
del siglo.xv*ri
y
más
allá
de Ia
ecónorñír,
o
por
encima
de
ella,
rkr
la_ pro¿Jresiva
entrada
en
comunicaciqn
-ciertamente
al
nivel
de
rrrr
número
muy
reducido-
de
casi
todas
las
civilizaciones.
en
pro-
trr(:s¿l'
ya,
una
historia
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
8/76
a
300000
km'z). Esta
revolución
{ue ante todo
invención
y,
por lo
tanto,
privilegio
de
una
minoría.
A
menudo,
la
historiografía,
en
el tránicurso
"cle
estos
últimos
años,
ha
perdido
de vista,
por haberle
dado
en otro
tiempo
demasiada
importancia,
este
aspecto
esencial:
la
explosión
planetaria
del occidente
cristiano
no
atañó
nunca'
an .c¡
do 1520,
"t
Éuropu,
a mueho
más de
algunas
d-ecenas
de-millares
de
hombres;
macizi
en el
futuro,
una
historia
fina
en
el
pasado-se
enriqoeció
progresivamente
en
la
encrucijada
cuantitativa
de
los
prinóipios
aet
sigto
xv
y
del
xvl
(costa de
Africa
y
continente-
ameri-
"a"o).
La salida-de-
la
Criq-l"r-en-dad
l-q¡jna
po-r
mqI- -A
'5ea
de otras
humánidades
"s
itt
ttto' de
mótivación
y
de medios.
EI
paso
del
Ecuador,
la búsqueda
de
las
Indias
en el-Oeste,
la
posibilidad-de
los
antípodas,
el
miÉdo vencido
del
mundo
al
revés,
la navegaciól-pt"'
astronómíca,
pertenecen
al
orden
de los
pensamientos.
Y
también
el
deseo
de la
misión
y
ei otro,
menos
puro
y
más
antiguo,
de
la-cruzada;
es
también
al orden
de
los
pensamientos,
al
igual
quc
al
orden
ine.rte
de las
cosas,
al
que pertenece
la historia
paradójica
de
la
expansión
única, la
del Oesie
ciistiano,
no
por
tierra,
en
continuidad
de
presen-
cia détrás
de
un
frente
pionero de
colonización,
en
una
marcha-hacia
adelante que
Rusia
reemprendió a
fines del siglo
xv,
sino-por-el
gran
salto
hacia
lo
desconocido
de
la
exploración
ma¡ítima.
Bsta
historia
viene
a insertarse
no sólo
en
el
flujo
de
una
realidad
económica
que empezamos a
discernir,
sino
en
la
única historia,
verdaderamente
esencial,
que es
la
del pensamiento.
La
expansión
maríiima,
la
expansión
erudita,
si
queremos
lla-
marla así, tomó
cuerpo
con
la
primera de
las
grandes
revoluciones
intelectuales
que
todo
lo hizo
posible.
EI
gran
desafío
de finales
del
siglo xrr, el
dél asalto
turbadoi
del
pensamiento
aristotélico
olvidado,
es decir,
una
mirada vuelta
hacia
las
cosas
y,
pese
a
sus
límites,
el
saber científico
de Ia
AntigÜedad,
llegó también
de
España.
Aristó'
teles,
pues,
pero a Ia altura
de los
años 1260,
con
Alberto Magno
y
santo
Tomái
de
Aquino;
rtna
resPuesta
se precisó
en
rebasamiento
flamígero,
a
la
medida de
un
gótico
que
se dejaba
acechar
por
la
tentaclón
del virtuosismo.
Dtlrante
ctlatro
siglos,
a
pesar
de
las
críticas
puramente
negativas dc la
cscolástica
scotista
y
nominalista
-no
hablemos
del insignificante
humanismo-,
santo Tomás dirigió
el orden
de los
pensamiento's
de
la
Cristiandad
latina
en
proceso de
expansión
planetaria.
Le suministró
los
instrumentos
de la
conquista
y
ios
medios
para ordenarla.
Muy
pronto, la
Tierra'
a la
hora de
Magallanes
y
de Legazpi,
se midió en
años-distancia
como
el universo
de
la
astronomía
moderna.
Con
la
diferencia,
sin embargo, de
que
nuestros
años-luz
son
pensamiento
puro.
y
las
carabelas-vectores
del
así hasta segunda
revo'
lrrr:iírrr inkrlectual
que
se
situó
en
la
hora del milagro
de
la matemati-
zrrción
integral,
entre 1620
y 164O.
La
historiografía
presentaba
en
otro tiempo
la
primera
fase
de la
cx¡lansión
europea
en términos
de
política;
hace poco,
en la lengua
¡n¿ravillosamente
clara del economista.
Asunto
de hombre,
dondJ
el
lrombre
se compromete
por
completo,
debe
ser tratado
en términos
tkr
historia
slobal.
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
9/76
PRIMERA
PARTE
ESTADO
ACTUAL
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
10/76
CrrpÍ'ruro
Ptlmnno
lDroblemática.
Límites
y
definiciones.
¿Por
qué
Europa?
llc
uquí una
cuestión
apasionadamente estudiada.
La bibliografía
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
11/76
Después
del
medio
siglo
sin
complejos
de
Ia
Europa
colonizadora
y domiirante,
vienen
l";?;;;
d" iu
á"'colonización'
El
cambio
de
climaseencuentraenelplanodelahistoria;aunahi.qtoriaabusiva.
,n*
",rropeocéntrica
",,
fot*o
de
leyenda
rosa'
sucede
tll^h]:::iit
isualmente
europeocéntrica
en
forma
de
leyend¿
negra'
Luropa
estaDa'
u"nt"oy"t,
en
los
orígenes
de
todos
los
bienes;
{u"i.uyt1':'-tL"1:^11.:tt
al
"t"ciái"nto
de
los
continentes
sumidos
en
el abi'smo'
Lo
verdaoera'
mente
importante,
en
esta
breve
perspectiva'.
":
Su."
"o"Yil-.:tr"^T^t"
"i
*onopi,fio
de
los
motivos
y
de
los
actos'
El
debate'
no lo
olvrdemos'
"*o"r¿i.,
lo.
siglos
xv
y *u',
"o"
la
trata
de negros
y.el
balance
i"'í"tiaii"";;
A?;i;;"í
lo
¡'utut
de'saparición
""
A*é'i"o
tropical
deunodeloscinconúcleosdensosdepoblaciónhumana.I.Iistoria
conforme
al
presente,
entre
todas,
una
hisioria
alasionadal:tt^:::"
truida
con
utt
l.t¡o,
a
veces
molesto,
de
intereses
más
que
d9
]neo-t9s:
.,""'irt.ti"--q.,É
h"b"
de'smitificarse'
Para
ello'
una.p.i"bl:T¡"""
nueva
debe
ganar
terieno
"ott
t"lu"ión
a
la
punta
privilegiada
del
extremo
occidental
cristiano'
l.
Los
universos
cerrados
El
sislo
xlll
se
im¡ronc
como
punto
de
partida
por-
razones
que
afectan
n'
todor
las
foimas
dc
actividad
humanas,
desde
el_
camblo
ootiri.o
de
la Ilispanía
christíana
hasta
la
transformación
radical
del
f,"ri"""r"
ll"JfiJ";
purondo
por
la demografía,
la
econom.ía'
la
di-
"á-i""
*".i"1,
la
hisioria
de
l^os
conocimie¡rtos
técnigos
y
científicos'
pero
estas
razones
están
puramente
ligadas
a
la
cristiandad
occi'
i""*1,
"
t*
a la
mitad
qu"
yu
es-
la
mái
numerosa
de
la
Cristiandad'
;;;;;'
;
-pi";;
en
latín
y dottde
se
reconoce
la
primacía
jurisdic'
cional
del
obisPo
dc
Roma.
t.
Tono
ruPrz(l
nt..¡
nr-
slcl-o
XIII
1A
principios
del
siglo
xlll
la
ocupación
humana
del
planeta.
era
inco*il"tu v
.lir"onrin'-lq¿
lixistían
algi't'os
núcleos
de
fue¡1e
densidad
ffi;H;;ffi;;"i;;;in..
u"n,ojo*,
nruclto
má'
'eltringidos
en
n¡.
il"ro
v
en
extensión
qrtc
cn
la actu¿lid-¿d,
e
ll.4gnlg -
va9 9-s,
ya sea
,".orrido,
por
los
gi,pot
dis'ersos
dc
civilizaciones
nómadas'
ya
,"u
,on.tituidos
en
"r"ótor"r
refugio
de
los
-dejados-de-lado'por-la'
evolución
(pensamos en
la
estruci'ra
dcl
poblamiento
de
los
con-
tinentes
africano
Y
americano).
Salida
sin
lugar
o
¿u¿ut
á"
.,.,
hogar
único,
la-
especie
humana'
rrrirrrrlrlc orehistoria,
Ios
ilestínos
awtótuomos
ile
las
culturas
y
d,e
las
',:'i,,ii'ir*¡["li.lLi
"*p^"sión
eurgp-ea
d9
lo9
sigl99-¡¡-11-.al
xvI
no
es
silr() un
.opíuio,-utt
capiiulo
muy
importan-te
de
un
proceso
pLurl-
tttLilut.arío
á"
oprrturgl
el
paso-de
un
plural
al
singular:
en
este
orden'
,,i .',,,"lrio
frlrr'du*.fltul,
á
rok,
o/f
'si
recutrimoi
al
lenguaje
de.los
,.,',ur,,rt,i*ior,
es
decir,
lá
pu",tu
e"'motthu
de
nn
proceso
irrevcrsible
y
rrrrloalimentado.
'.1,,
l,lt,
ttolon
DE
LA
APERTURA
t,¿r
cntrada
en
comunicatión
ilc
lI|4'sas
de
denso-
poblamiento
pudo
lr,strllrtr,
en
su
punto
extremo,
d"lttt"tttntto
de
dos
frentes
de
colo-
,,iz,r,,ióri
'
o".,pu.ión
continua
del
suelo
detrás
de
un
fre-nte
pionero'
rrr¡r
a la
americana'
En
el
siglo
xIII,
la China
densa
mo:día
,,i
il,,rr" y
desde
hacía
ya
un
milenió,.el
Sur
del-Yang-tse3'
Pero
,.,,rr,,,,i
ní"I"o
de
los 120
millones
de
chinos
y
la
India
indogangética
nilril(,r.osa...
se
extendían
varios
millat"t
d"
kilómetros
poblados
rl)cnns
por
itinerantes
de
la
edad
de
la
piedra'
En
cuanto
a la
Europa
rulrír:ollr,
no
aventuraba
sus
extremos
a
menos
de
mil
kilómetros
del
ii;r,i.
üm
"rla
á"
ctti"u,
de
Ia
llan'ra
indogangética,-de
lrán'
de
A,',,i,,1i,,,
al
Este
de los
núcleos agrícolas eslavos sedentarios'
se
,lil,ui,rlrt
un
vacío
enorme:
3'5
miliones
de
kilómetros
cuadrados'
,,,i ,,;1,
,i"
'áo,
*illon"s
de
hombres.
Sin
embargo,
en
apariencia,
el
,,i'¡,f
,, *'it
vio
el
apogeo
de
los
mongoles'
Pero
fue
una
tentativa
,,,',1,,i,,,,
y sin
porvenir."Estosimpcfos
{
la
cstepa
tenían
latragilidad
,1,,
lrr
r:¿rravana
que los
delimitaba'
Nunca
lograro^n-
soldar
de
un
,,,,,,1,,.|,,rn.l"ro
ei
destino
de
los
sedentarios
q'e
s'frían
en
su peri-
l',,rirr.
Ln apertura
de
las
humanidades
numerosas'
.pot.,"l
proceso
rrril'.ttttrio
.l"l
l"rrto
avance
de
los
frentes
de
colonización'
todavía
,u,
i,,,rí,t
csperar.
Fue
un
asunto
de
los siglos
xIX
y xx'
Ante
imprevi-
uil,l,'s
,rnmbios, debía
realizarlo
la
vía
marítima'
il.
l'll,
l'lx't'ttnuo
Onrnn'rn
RECTIAZADo
.'l
¡tríorí,
podemos
esperar
la
av-eutura
de,la
puesta
en
comuni'
,,,,,,,,i,i,,.',1,,
li
ialida
del
aislamiento
de
r¡na
de las_compactas
civiliza-
",'i,,,,,,,
rkr
sctlcntarios.
Ante
todo,
el
conjunto
China-Japón,
el
más
rrrlr'r'oso.
Según
una
hipótesis
razonable
a,
sin
e-mbargo
un
poco
¡,,,,,,',,,*,,,
C¡iía
había
alünzado
de
I20 a
130
millones
de hombres
tl,,
,,
l,ri,',,,il,ios
del
.siglo
xr
y continuaría
subiendo
a lo largo
de_este
ni¡41,r'lrrrstti,l
cl,oqu""p.ovo"odo
por
la
i-nvasión,m-o^nS9l
6'--El
primer
,,,1¡'p,,,
,,,,r,r¡,1*to
cuyo
detalle
poseémos-u
data
de
1393.
De
él
p,odemos
,¡,rlrr.i¡.
,,,i,,
l,oblalión,
ponderado
el
fraude
fiscal,
de
unos
65
millo-
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
12/76
nes
de almas
t.
Una China
clryo
centro
de
gravcdad
desde
principios
de
la
era
cristiana
8
ha
descendido
mil
kilómetros
más hacia
el
Sur'
El
bajo
Yang-tse
(40
millones hacia
1400)
Jegryplazó
la
llanura
loésicá
(15
millones),
mientras
que
una China
del Sur
numerosa
a
su
vez
(10
millones)
g
se
construía a
orillas
del
mar
(el
Fukien
marítimo
,".rniu
por
sí solo
4A/o de
la población
del
Sur
de China;
el
Yun-
nan, tan
sólo
2,5
%).
S"
trataba,
pues, de
una
China
mucho
más
costera
que la China
actual.
En
cuanto
a
Japón,
según
-YokoyamaYusei
10,
debió
de
alcanzar
5
750
000 almas a
principios del siglo
xIu'
ZPodemos,
pues,
extrañarnos
de
gue
en
dos
ocasiones
se
produjeran,
en
la historia
china
grandes
empujes
de
exploración
lejana?
S-egún
los
razonamientos
audaces,
turbadores
y poco
convincentes
de Heine
Geldern
11,
navegantes
chinos
e
indochinos
debieron de
alcanzar
nume-
rosas veces,
del-
siglo II al
xtl,
Ias
costas
pacíficas
de
México;
y
a
principios del
siglo
¡v
12
-ss
indiscutible-
penetraron^en
el
océano
indicó hasta
lal
puertas
del cabo
dc las
Tormentas.
Sin
embargo,
Iue un-podugués
quien,
menos dc
un
siglo
más
tarde,
dio el
gran
puro.(Ctin)
lntcntó
la
apcrlrua.
Psseía
casi
tod-os- l-os
mcdios
para
lllo":#;ol'-l-d"
.itro uu"ntuio
aislada,
si;-li
volüntad,
los
medios
de una
larga
empresa, aparentemente,
nó. Nailá
le
em-pufábá
a
ello. Tenfa
una frontera
doblementc
abierta
la,
un
profundo
des'
¡rrecio
del
munclo
exterior,
una aptitud
para
recibir a los
misioneros,
no
poro enviarlos.
El
budismo
venía
de
la India,
y
desde China
avanzí
hasta
Japón.
Menos
n,r-"iorn
y más aferrada
a la tierra,
Iá,
Indj/ debe dejarse
a un lado.
Desde
7I2,
la
conquista
árabe
del
SindhXesde
la
invasión
de Ios
afganos
bajo
autoridad
turca,
sobre todo
a partir
*:l
año
mil,
la
India
fue
dominada,
dividida,
arrollada,
saqueada.
En los
mo'
mentos
frágiles
de estabilización
relativa,
por
dos veces, en
)257
y
en
1398
(invasión
de
Timur)
15,
la invasión
mongol volvió a
ponerlo
todo
sobre
el ta¡:ete.
4. L¡rs cur,run^s
RECIIAZADAS
La
India
-qC ebs-d9t111 4{o_
o_.¡¡$dS-
c_n vigilar
el
pcligro que
rc gularment"
d"'t.""¿io
ac
-tii
m-onta¡¿i
¡'ará
liodói
rnáil
u
iá r ulá-grfn
cmDresa
más allír dc
los
m¿rres
'
Tár Áfrl¿as-
neflas, dcmasildo
diseminadas,
volvían
la
espald-a
al
mar.- Erqn-Fé\numeros¿ts
y
técnicamente
estaban m4l equipadas.--
Queda({méricar/Actualmcnte,
ya casi no hay dudas:
el
continente
americano\rflu1ff
una
masa humana
comparable
a la de
China;
en
ciertos
momentos, a la
de
la
India; en
el
mejor
de
los casos, a Ia
de
Europa, Nosotros
sostenemos, siguiendo
a la Escuela
de
Berkeley
t0,
l¡L
cifra
de B0
millones
r?,
como
posible en
el
momento
de
la Con-
r¡rrisla
18:
Henry
F.
Dobyns
t0
ha
reunido-
recientemente?
en
apoyo
rit, la
hipótesis,
un
haz
verdaderamente
aplastante
de convergencias.
l)rxdc
el siglo
X,
la
población
americana
sobrepasaba-verosímilmente
lrs
T0 miliones'de
al*as
para alcanzar,
sin
duda,
los B0
millones
(lro
son
un
mínimo
a
fines
áel
siglo xv,
cuando
se
produjo.el
choque
,i,,[
cncuentro
con
el
Mediterráneo
(de
los cuales
25
millones
de
lrr¡rnbrcs
con
una
densidad
media
de
45 a
50 habitantes
por
kilómetro
.rrutlrado
en
la
estrecha meseta
del
Anáhuac,
al
Sur
de
México).
áEs
Irr.r:¡s¿rio
recordar
cl
punto
excepcional
del
progreso
de
los conoci-
rrrirrrrtos
mayas'o
en
ei orden
del cálculo
y
de la
astronomía?
Pero
r'l
rrí¡nero,
la- riqueza,
los éxitos
parciales
no
deben
hacernos
caer
,',,
.,1
".ro..,t"¡ot
a"
realizar
la ápertura
de
las
humanidades
dis-
lrr l.si¡s,
ninguno-de
los
cuatro
principales
núcleos
culturales
21
ameri-
,',,r,r.,*
'
logró
ponerse
en
comunicación
con
el
conjunto
del
con-
I
irrr:ttl.t:
:2.
2.
El Mediterráneo
A
In
humanidad
circunmediterránea
perteneció el
carisma
del
gran
virr.jc.
lis
científicamcntc
útil
el
que aún-podamos extrañarnos
de
ello.
l,irr
'r'l'rrcto,
interroguemos
las
razones
del
número.
Son
razo,nes
de
peso,
¡,rrr,sl.
que
conducen
hasta
el
límite
las
posibilidades
de
una civi'
Iizrrción,
l.
'li¡lo
sE
.IUcó
ALREDEDoR
DEL
MEDITERRÁNEo
l,¡r lrr¡manidad
circunmediterránea
no
parece haber
sobrepasado
jrrrrrús
rr¡a
_alra.rta
parte_de-.-1a-hUmanidad.
Considerándolo
bien,
un
i,,,,',,
,r',,rto,
que
China,
al¡ededor
7" 9O%
de
los
dos núcleos
unidos'
i,,lrrtiv¡¡ncnte-próximos,
del
Asia
de los
monzones.-.Por
do,s
vcc-es,
al
nr,nor{,
l,r
cuenca.
qtient-el-g4laZé
qlu tq4
epiltica
9ja1? {e.gomuni'
.rl,,i,rrr.s:
cn
la
épo"" áá-Áleiiñdro
(t
zzz a. J.
CJ-y
bajs-l-s
p4'
rr,,r'r,s
l,úgiclas
d"taa
Xte¡a;aiiá;'en
la
época
de los
Antoninos,
en
.l
ri¡ilo
ñ
¿.
l.
C.
Movida
entonces
por
la
sed de exotismo
y
las
r',,,',,*i,1,,,1,,s
dc
las
clases dirigentes
en
producttls
de
Iujo,
la
cuenca
r|,1
Mr,rlitt:rrírneo
perdió allí
una
parte de
la,s
reservas metálicas
de
¡,¡
r,r'o¡olní¿r
monetaria.
Las
invasiones
bárbaras,
entendiéndose
por
r,llr¡ lrr
lnllada
en
comunicación
con el
Asia
de
las
estepas, no com-
lr'rr{rr'olr
l¿r
rcducción
del
horizonte
marítimo
al Este.
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
13/76
:iiiiiiii:ii:iiii::rl¡:irri
a6)-
M.rp¡ 1..-
Los
universos
cerra
l,
La cristiantlad latina
y
sus
prolongaciones
a
mctliatlos
del siglo
xrrr:
la
un
2,
La cristiandad
oriental; 3,
EI Atlántico nortc
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
14/76
2.
L¡
¡r¡r,ñcrlcl
DEL rqúlrrno
y
DEL
ItsP^cIo
Desde el
ángrrlo de
una dialéctica
de
los
núcleos densos
de
pobla'
miento, dos
hechos
dominan Ia hi,storia
medieval: las transforma'
ciones
de
los
territorios
al
Este
del Rhin
y
al Norte
del Danubio.
A
principios
del siglo
xIII,
las superficies
de
poblamiento
denso
(o
se¿r más
de
cinco
habitantes
por
kilómetro
cuadrado,
en
general 10,
15,
e
incluso 20)
añadieron
un
poco más
de
dos
millones
de
kiló'
metros cuadrados
a
los
sectores
germánicos,
eslavos,
húngaros,
ruma'
nos, cristianizados
por
los
misioneros
de
Roma
y de Bizancio.
Este
deslizamiento
hacia
el Norte,
Zcompensó
plenamente
la rup-
tura
provocada
por
el
más
grande
cisma
de toda
la
historia
religiosa?
A escala
planetaria"
el
Islam no fue
sino un
cisma
del monoteísmo
ab
rahámi-ü.
Jtidíós,'
-Ciistianós
y-
musulmánés
¡rartióiparon
de
uñ-mif-
mo
muldó,
el
de
la
verdad
más esencial.
El odio
supone
rtn mínimo
de
comunicación
y
por
ende de
comprensión.
Este
mínimo es
rtn
dato,
en
su
punto
de
partida,
ya
en
el siglo vrr, entre cristianos
y
musul-
manes.
/
Además,
para
la
Cristiandad
los musulmanes son apóstatas.
Frente
/al
Islam
y a
la Cristiandad,
frente
a estos
participantos
desgarrados
en
la
Revelación
del
Dios único
y
trascendente,
incomunicable
de
no
mediar el
Acto
que Él
hace Revelándose,
se
levanta,
al Estc,
el
mundo
profano de las religioncs,
mejor sería decir
de
las sabidurías,
el
mundo
del dios
inmanentc
que
se
alcanza en el fondo dc las co'sas
1
y
en
sí, por
el ascetismo,
por la
meditación,
por
la
reflcxión.
Iintre
\tos
dos univcrsos
hay
nrás
ignorancia
quc odio
23.
3.
Lrt RuPrunrr
DEL
ISLAM
A
veces
se
ha exagerado
la
ruptura
provocada por
el Islam. Henri
Pirenne
2a
sac6
las
consecuencia's
cconómicas. Desde entonces,
el
interés
por
los írrboles no deja ver el
bosque; de matiz en matiz,
de correcciones
cn
corrccciones
?5,
sc
llcga a pcrdcr
de
vista
lo
esen-
cial.
L_a.ruptura
no-fue
total
-icómo
hubiera
poclido
serlo?-,
pero
si prof
unli-Es
"vi
il*rl-q,,"
iiilrt ¡ii
léion com
rin
icac ioiro"" ?cro
iam-
bién-débtiiéniarsc
*-lo-i1,."
ó.a
ia
densidld
dc
las
icdes
de
inter-
cambios Nórte-Sur
y
Estc-Oeste
a
travós
del
Mediterráneo hasta
el
siglo vu.
I.-a_-frsrr1elq
Islam-Cristiand¿rd fue franqucada
,nolmat¡-ng4le
y
cada
vez
m{¡
d9sd9 los
siglos
xI
y
xrl. Sin crnbargo,
fue infinita-
mente
meno,s
pónCtiacla
dc
lo quc la gcogiafía, la
cconomía, las
tradi-
ciones
antiguas, el
interés
de
estos
vccinos
alejados por
un
plan
repul-
sivo,
un
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
15/76
L
L.rs
murrrcIoNEs
FUNDAMENT^LES
on r-¡
CnTsUANDAD
LATINA
I-a mutación
incumbió
a
la
Cristiandad
latina,
que
acababa
de
terminar
una
revolución
silenciosa,
profunda
y
capital.
Existió
la
preparación,
en
algunos
puntos
privilegiados,
de
un
material
agrícola
trn*o,
la collerai
el
aiado
con ruedás
y
reja
metálica,
la
pesada
hacha
de talar,
Ia difusión
del material,
las
roturaciones
y
las
aradas
profundas,
el
aumento
de
la
producción
del
bled',
eI
pan
sobre
la
**u
"n
lugar
de los
antiguos
pistos,
por
lo tanlo
un mayor
número
de
hombrei
rnás
robustot
".
Y
pronto
s-
prodqjq
c pq;o-
de
qla
economía
cerrada
dentro
del gian
dominio
a
una econom-ía
más
abiérta
de intercambios:
una rnoneda,
mercados,
una
clase-
de
espe-
cialistas
y ya,
a
fines
del
siglo
xII
"t,
en
ltalia,
en.Génova,
las
mesas
u oficinas
de cambio,
arquéti¡tos
del banco
de depósito
y
de
trans-
ferencia.
Iiinalmente,
".t
"l
Jiglu
xttt,
nació el
instrumento
de
la
letra
cle
cambio.
El crecimiento
hum¿rno
espacial,
los
progresos
téc-
nicos,
el
cambio
del
númcro
de
hombres,
que
lo
resume
y
c
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
16/76
frente reconquistador
de
la
Hispan¡ro
cristiana
cn_Ias
plazas.
liberadas,
pero
vacías,
de la
España
del Sur
y-hasta-en
Flandes'
El
Atlántictr
oportó su
ruda
escuel;
y
la
experiencia
de los
pescadores-de.
bacalao
"ir
*ur".
fríos;
tocla
ttito ttoái.ión,
etl
portttgal,
cn Galicia,
en
cl
Cantábrico,
en
las repúblicas
marítimas
autónomas
del
País
Vasco.
La-s tres
lispañas
atlánticas,
es decir,
Portugal,
la
España
-cántabra,
más
la
orrdolu"a
liberada
por la
Reconquista
(Tavira
en
el
Al-g,arve
en
1238,
Sevilla
en
L248,
Cádi,
"tt
1265,
Tarifa
en
1292)
y
el
Norte
de
Italia
(en
resumen,
el Extremo
Occidental de
la
primera fase
de
la
expansión
europea)
no sobrepasaban
los
300
000
km'z'
Allí todo
se
enlazaba,
se
jugaba,
y
por
lo tanto
se
ganaba.
4.
Una
problemática
del
tiemPo
He aquí
los
grandes
rasgos
de
una
problemática
del
espacio'
Queda
lo- esenciaf
en
materii
de historia,
eI tiempo.
La
expansión
p)anetaria
del
Occidente
cristiano
está extremadamente
ligada
a
una
coyuntura
determinada:
la
de
la
Cristiandad
occidental.
Coyuntura
particular,
todavía
no
había
cambiado
en
coyuntura dominante'
Lo
qu" .o
impedía
similitudes
bastante
sorpr-endentes,
ya
a
-partir
del
riglo
xItr, entre
los
grandes
núcleos
densos
de
poblamiento
humano
38'
Sá
to
qú"
fuere,
la'coyuntura
dc
la Cristiandad
occidental
f'e
srfi-
ciente en
aquel
momento.
Y,
circunstancia
favorablc,
esta
coyunt¡ra
es bastante
bien
conocida.
I.
Covur,stuna
Coyuntura;
la
palabra
es
ambiciosa,
pero la realidad
que abarca
.n
"."
período
anierior
al
preestadístico
es
relativamente
simple
y
clara. Coyuntura:
ante
todo los
precios
y-los
salarios,
cuyas
series,
u men,tdó
contradictorias,
se
alargan
en Es¡raña
de
un modo
denso
desde
mediados
del siglo
xtvrr0;
fragmentndas
y episódicas,
acá
y
acullá,
desde
el siglo xltl
a0;
luego,
la cnferrnedad
de
la
moneda
'r1
;
coyuntura
fundamental
también,
el número
dc |otnbres,
la-superficie
de'suelo
roturado
y ocupado,
rrn dominio
cierto
a nivel de las
me'
jores
monografías
rcgionales
c'
sobrc los
recursos,
o
sea, la
riqueza'
ól
bienestar,
cierta
mejora
en
el
nivel
de vida,
algún
eco
muy
amortiguado de
la producción
en
relación al
número
de
hombres.
Sólo
tJnemos
fragméntos
sobre el
movimiento
de
las
tnercancías,
de
los
productos y
de las
manufacturasas.
Desde hace
poco'-por el
con-
nados
aa.
El valor
de
estos
indicios es
cvidente,
ya que
no existe
coyun-
tura
fuera
del
hombre
que exprese su actividad,
su
salud, su enfer-
rnedad'y
su
muerte. Ls ncccsario
rccordarlo
¿r
través
de
la
gran ola de
¡rcste
de 1348
y
de las cuatro oieadas dcvastadoras
dc
la segunda
mitad
del
siglo
xlv
45:
la
coyuntura del siglo
xIV
es,
ante todo,
una coyun-
tura de muerte. La
Peste Negra
separa dos largas
épocas de
la
eco'
nomía
alrededo¡ de
un
foso
que
varios
siglos no
pudieron
colmar.
['uc nccesario
nada
menos quc
cl
oro
de
América,
a principios
del
siglo
xvr,
para
contribuir
a
traer
las primeras
sonrisas de una
nueva
¡rrimavera.
Sí,
sabemos bastante
sobre
ello
para
aplicar
a
un
período
rnás
alejado, más
allá
del
'siglo
xvt donde
hicieron
sus
pruebas,
lns
modelos de
coyuntura,
2. |200-1350
-
Los
MIiDIos
y
r,os IüNSAMIENToS
'I'oda
la
historia
dc
Ia
cx¡ransión curo¡rea desdc
principios del
siglo
xuI
hasta
fines dcl
xtv se
organiza
¡rerfectamente
alrededor de
las
tres
primeras
fases
largas
fijadas
por F.
Simiand
au.
De 1200
a
1350, fin, apogeo
y culminación
de
una fase larga
A de prosperidad,
por
lo
tanto de conquista en superficie, en
número
y
en
profundidad;
t:stc
pcríodo
es,
con
rnucho,
el
más
largo
de las
fases
A
discernibles.
[,os primeros síntomas
de
hundimiento
preceden
a
la
Peste
Negra.
Incluso
se
ha
pretendido
ver en
ello,
aunque equivocadamente,
el cas-
t.igo
del
superpoblamicnto
a7,
una consecuencia
más que una causa
a8.
Si cl
clima
coyuntural cmpeoró hacia
1320-1.330
40,
una
fantástica
luPtura
se produjo
por todas
parles,
sin
término
de comparación
¡rosible,
tanto en el
pasado
como en
el
futuro,
a
la
altura
del aconte-
t;imiento
único de I34B-I350
que
barrió,
en algunos meses,
menos
de
la
mitad, pero
seguramente
más
de
un tercio,
de
la
población europea.
llurla
perpetua
a
los
modelos maltusianos,
lejos
de
aportar
la solu-
t:iírn
a las
dificultades
de
un rnundo que
se
ha
pretendido
superpo-
lrlado,
la
gran
estación
de los
lnuertos arrastró
tras dc sí
cincuenta
liros
de
espantosas miserias
y
todo
un
cortejo
de nuevas épocas
de
rnuertos.
La
realidad
es
que
cn
1.400
la
pobltrción,
cn
todas
partes,
cra
inferior a
la
de 13.50.
En los
alrcdcdores
de l320-1330,
en algunas
llartes,
indiscutiblemente,
y
cn
l,348
por
todas partes, empezó
una
l'¿r'se
B
que
se
prolongó
hast¿r
finalcs
del
siglo
xv
en
el
Sur,
hasta
¡rrincipios
del siglo
xvl
en el ccntro
y
en el norte de
la Cristiandad
lat.ina.
Éstos
fneron,
prccisamente,
con la
rccrrperación
demográfica,
los
frutos
inesperados
y
las consecuencias
involuntarias
de la
expan-
sión ultramarina.
Bn
círculos concéntricos
desde Sevill¿
50
-¡sg6¡-
icrrlo
europeo
de
la
riqueza
americana-.
l¡
f¡sc
A más
caractcrístióa
ernpezó
travós
del
Atlántico,
Europa
entera
consecuencia
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
17/76
efecto adquirido
de
dominación,
plonto,
al menos
para una
delgada
capa, de
actividad arrastrada,
el
rnundo,
La historia de
la
expansión europea
viene
a
incluirse
en
csta
cro-
nología,
de la
que recibió
el
irnpulso
antes de
ser su
motor.
Nada
aparente, ni positivo,
ni
duradero
se
produjo antes de
me'
diados
del siglo xIV.
Contrariamente
al
esquema
habitual
que quiere
que
las
faseJ A sean vulgarizadoras,
multiplicadoras'
en
superficie,
áe las
maduraciones
en
piofundidad
de
las
fases B,
asistimos, en
e[
transcurso
del largo
y
fructuoso siglo
xItI,
a
la
creación de
los
instru-
mentos de
la
exploración
y
de
la
conquista:
en una
palabra,
el
navío
de la
exploración
del
mundo,
la brújula,
y
cl
rnodo
de utilizarla,
los
instrumentos
vacilantes
de
un capitalismo
nacicnte.
Y sin embargo,
aparte
del
largo
y
fecundo
remontar
de las
costas atlánticas de
España,
dé Portugal,
de
Francia
y
de
los Países
llajos
por la navegación
mediterráñea
de las
ciudades
italianas,
esta
primera época
fue la de
los
fracasos.
Fracaso
de los ltermanos
Vivaldi
(1291);
fracaso
en
Génova;
fracaso,
en Cataluña,
de
Jaume-lierrer
(1346),
que franqueó,
sin
regresar
jamás,
el cabo
Bojador.
3. 1350-1500
-
Coi.rrRacctóN
¡
INVENcIóN
Más allá de 1350,
más
allá
sobre todo de la
Revolución
portuguesa
de
1382-1383,
había
comenzado
en
dos etapas el
camino
decisivo. El
centro de
gravedad
de
las empresas
atlánticas
pasó del Mediterráneo
italiano
y
catalán al
Atlántico mediterráneo, italianizado
y catalani-
zado de
la
Península
ibérica.l
Tímida exploración
de
las
islas
de 1350
a 1400,
conquista
y
exploración
de
las
costas de
Africa a partir
de
la
toma
de Ceuta en
1415. EI
descenso
a lo largo
de
las
costas
de Africa
obedeció
a
varios motivos, ante
todo económicos
51,
aunque sin ser
todos económicos. Este
descenso
estuvo
ligado no
por una
correlación
positiva, como se ha
afirmado excesivamente,
sino
negativa, con
los
movimientos demosráficos
dc la
Cristiandad
occidental.
Tendió
a
resolver
problemas"
sociales
al
paliar,
mediante
el
recurso
directo
a
las
fuentes
africanas,
Ias dificultades de aprovisionamiento de
oro
de
la
economía europea,
sustrato de una
ambiciosa economía mone-
taria.
Aventura
puramente africana
y
europea,
el
descenso a Io largo
de las costas de
Africa no se convirtió en
asunto
asiático
hasta
des-
pués
de la muerte
de
Enrique
el
Navegante
(1460)
,
cuando
se
vislum-
braba
la
posibilidad de
una unión oceánica directa entre el Atlántico
y
el Océano fndico,
y por
consiguicnte.
la
posibilidad
de crear
una
ruta
suplente
y rival de
las
que
controlaban
conjuntamente el Egipto
selyúcida
y
su
aliado veneciano.
Al
término de esta fase
larga de
contracción
y
de dificultad se
sitúa,
además, Ia maduraciónl
con
Colón
errante, entre
Génova,
Portugal, la
navegación
de
las islas de
África y
España, de
la
unión
occidental
directa
con las especias extre-
rnorientales.
Toda la
invención técnica
fue, poco
más
o
menos,
an-
tcrior a
1350. La invención espacial
vino
después.
La preparación
cn
el espacio se
sitúa durante
este
siglo
y
medio
de la
larga
contrac-
ción
que
va de la Peste
Negra
a
los brotes
de
sabia de
los
primeros
tlccenios del
siglo
xvr.
4'.
Un slcr,o
xu
vuLcARrzADoR
y
MULTTpLTcADoR
lin
fase
A
-una
fase A que
contribuye
a
mantens¡
52-
se pro-
rlujo
el
descubrimiento
de
América,
la
conquista y la
construcción
tlo la India portuguesa,
la
explotación a
partir de 1540
y
de
1550 del
irnperio
comercial
de Portugal
y
del imperio minero
de
España
en
América.
Comparativamente
a
las
riquezas creadas por el trabajo
r:ontinuo de 50 millones
de cam¡resinos elrropeos, la fracción
de ri-
(luezas
desviadas en provecho
de la
economía de
los
pueblos
de Euro-
l)¿l
por el
comercio
oriental, obtenidas por
el trabajo forzado
de
los
indios
63
sobre los
stocks humanos acumulados por
las civilizaciones
¡rrccolombinas, reprcscntó
muy
poca
cosa.
Poca
cosa,
cuyo
orden
rle
importancia
será
necesario
intentar
averiguar
5't.
Pero este
poco
es
ttn
más:
un
más
permanente.
En
posición marginal,
pesa
de un
rnr.rdo
decisivo
como fuente
de
desequilibrio oricntado
hacia
el
cre-
cirniento. En
el siglo
xvr, Ia primera
fase
larga mejor caracterizada
rlcl
crecimiento europeo
hunde sus raíces ante todo en
la aventura
lmericana,
y, secundariamente,
en la
aventura
oriental. Por otra
parte,
también
forma
el telón de fondo
ineludible
de la
construcción
de
tlltramar por
los ibéricos.
A partir de
1590-1620,
disgregaciones
consecutivas y
cambio
de
clima
65.
Pero
había nacido
la economía-mundo.
Modesta, ya que_tan
stilo
afectaba
a una reducida
capa
de
hombres,
dé riquezas, de
espacios
oosteros.
Incorporada
a
la
economía europea,
entró
a
su
vez
en
la
lcs¡riración
secular. Contribuyó
incluso, por
ruptura
de
arrastre, al
l)i¡so,
una
vez
más, de A
a B
50,
ZEra
necesario presentar,
ya desde
un
principio,
Io
hipotético
y
rrroldear
esta
indiscutible
realidad:
la expansión
europea,
en el
es-
(lrrcma
conceptual
de las
hipótesis
de
coyuntura?
El
esquema,
en
rcllidad,
es muy
incompleto.
Nos
hemos esforzado, para
la América
rlcl
siglo
xvl,
en
demostrar
que
los cuatro
tiempos fundamentales
de
l¿r
cconomía
67
nacieron,
ya,
sobre
el más
importante
de
los
tráficos
r¡rrc
reunía
las economías recién sometidas
a Europa,
que
tenían
desde
nllí
tendencia
a
imponerse.
Esta gestión arriesgada
nos
ha parecido
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
18/76
preferible
a
cualquier
otra:
permite,
por
lo
menos,
evitar
los
marcos
nacionales
y
sus
peligrosas mitificaciones.
Gracias
a la
anónima coyuntura,
he
aquí,
pues,
la
aventura en
su
verdadera
dimensión:
Ia
del núcleo
numeroso de
la
Cristiandad
occi-
dental
en
busca
de
los
frasmentos
diseminados
de
la
descendencia
de Adán.
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
19/76
Capírulo
II
Lenta
maduración
de
los
medios
y
de
los
pensamientos
en
la
Cristiandad
occidental"
numerosa
y por
ende
rica
y
próspera
i
La
prosperidad
se
prolongó
desde
finales del siglo
xl
hasta
me-
y
diádos
del
xrv.i El
siglo
xrII
y
los
primeros
decenios
del
xrv, período
t
de
aparición
de las
estructuras
de la
gran
transformación
espacial,
son inseparables
de
la
construcción,
durante
tres
siglos,
de
una
civili-
zaciln material tradicional,
qrre ha
durado,
grosso
modo',
hasta la
revolución industrial
y
algunos
de cuyos elementos
no han
Ilegado
a disgregarse
hasta
nuestros días.
l.
Cristiandad
numerosa
Ante
todo,
ur, .rpu.io.
Aunque
podríamos
discutir
en
detalle el
rnaravilloso fresco
de
l{enri
Pirenne
1,
no
nos atañe
el hacerlo'.
Sin
embargo,
para la historia gcográfica
-historia
masiva clel
hombre
en el
tiempo
y
en el espacio-, no hay duda de
que
la
invasión
musulmana
constituyó
el
gran
acontecimiento..
l.
La invasión
musulmana fue irreversible:
mucho
más
que
la
pri-
merad o Ia-s-egundaz invásiOiiló-im¡ñ-ica;-mucho
más
q,,"
Io
inuoriórt
mongol
5;
mucho
más,
a
fortíorí,
que
la
construcción, en detrimento
de la Cristiandad
oriental, del gran
Imperio
otomano. Rechazó, hizo
retroceder
hacia
el
Norte
6
a
una Cristiandad mutilada
en
su
destino.
profundamente
consciente de esta
muiilación
7.
-
-
i Existió
ruptura
en
el siglo
vtt
?
Diez años más
tarde,
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
20/76
2.
Un MrurnnnÁ¡¡ro
nupuJADo
AL
Nonrr.
BAJo EL slcNo
DE
r-¡.
Cnrstrrrun¡u
Hacia
750,
he
ahí una
Cristiandad
latina
reducida
y,
durante
muchos
siglos,
estrechamente
cerrada
en
el
Sur.
Lo
que
perdió
en
el
Sur
metódicamente, lo
fue
ganando
en el Norte.
iSe
ha establecido
el
paralelo
que
se
impone
entre
la
invasión
musulmana,
pujante
oleada
de
beduinos
rechazada
por el
breve
tt
retorno
xerotérmico
del
siglo v
al
x,
y
la
invasión
normartda?
Los beduinos
seguían siendo
dueños
de
la
mitad meridional
del
Mediterráneo.
Los
normandos
fueron,
finalmente,
absorbidos. Su
prosperidad,
tengámoslo en
cuenta,
estaba en
parangón
con
el
sol que fundía los hielos,
liberaba
sus
mares
obstruidos,
Ies
daba
campos
y
prados
en
lugar
de líquenes.
¿''La
Ctistiandad
latina
mutilada se
vio engrandecida
con
la Penínsul¿
\scandinava,
ganada
para el cristianismo
latino.
'
Buena
parte
del
terreno
perdido
en
el
Sur
fue recuperado en el
Norte.
A partir
del siglo
xttt y
del
xlv
sobre
todo,
el
largo
período
glacial
que
va del siglo
xr al xvrlr
hizo
perder a la latinidad
el terre'
no
ganado durante la
anomalía
caliente del
siglo
v
al
x. El
frío y
la
humedad
responsables, en
parte,
de la
explosión
de
las
pestes
del
siglo
xIv
habían constituido,
por
lo
menos,
un
desafío construotivo.
Entre la Cristiandad
latina
y la
latinidad,
que
las
oleadas
de
los
bárbaros
germánicos
habían dejado,
poco
más
o
menos,
intacta
en
su
equilibrio
y
en
sus relaciones con
el
Este
y
el Sur, existió
una
ruptura fundamental,
pües,
que
era necesario
subrayar
desde
un prin-
cipio.
Punto
final
de
la
Latinidad,
al
Oeste,
Hispania,
lentamente al
principio
y
después reconquistada
bruscamente,
se convirtió, modifi-
cación radical,
en
la
marca
meridional
de
la
Cristiandad latina.
3.
Er,
rnvn¡,¡ro
TuNDAMENTAL
DD LA Eoao
Mrrrrr
La
Cristiandad
latina
tuvo
en
adelante
su
centro
de gravedad
entre
el
Loira
y
el
Rhin:
una
mitad
de
la
Galia,
la
llanura del
Po,
el
sur de
Inglaterra, el fragmento
más
occidental
de la
antigua Ger-
mania.
Al
Sur,
un viejo
país
amenazado;
al
Norte
y
al
Bste,
un
mundo
nr¡evo,
colonial, donde dominaban
las rozas
con
largas
rota"
ciones, de
artiga en artiga. De
fines
del
siglo
x a
fines del
xlu,
a
pesar
del
cambio
que
se
esbozaba,
la Cristiandad
occidental
benefi-
ciábase todavía de
buenas
condiciones
climáticas. Todo
se estropeó
realmente
entre
1290
y 1350, y la
historia
minucioil?e
1l
¡iesÉie
I34B
mueliiá
la"Aóiéñ-dE6iñfnante
de un invierno
frío
y
húmedo
1'z.
Desde el siglo
xt hasta
principios
del xrrt,
según
el
esquema hecho
clásico
por Georges
Duby
1t,
anotemos con
Bertrand
Gille
1':
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
21/76
v en
toda
la
España
cristiana.
Carecemos
de conocimiento
directo,
por falta
de clementos
cstadísticos
de
base
18,
sobre
el
nivel
de la
población
antes
de
1348.
Pero
medimos
con
un
poco más de,
rigor
ól
prodigioso
replicgue
dc la
segunda
mitad
del
siglo
xlv. Veamos
Caülu¡a.
El
punto áe partida
dcl
gran rcflujo:
rc.
Entre
la
cúspide
de
finales
del siglo
XIII,
el hundimiento
de
principios del
xv,
la
caída
Iue
del
orden de
más
de
2
a
1.
Es
necesario
esperar
el siglo
XVIII
PaIa
que
sea
reconstituido
un
tejido
comparable.
Conoccmoi
las
discusiones
apasionadas, en
Francia,
_al-
rededor
del
estado de
las parroquias
y
de
los
fuegos de
l32B'0.
IJna
media razonable entre
I2,5
y
15,6
millones.
Pero en
1328,
Francia
se recuperó
mal
dc la
tcrrible
hambre
de
1315-1317,
la
primera del
triste
siglo
xIv.
Irl
nivel
clc finales clcl
siglo
xIII era,
pues,
sensible-
mentc
meior.
IIe ahí Provcnz¿r,
con
un
territorio
constante
'?1
:
70
000
frregos
"t
I3t5,
30
000
en
I47T,
I30
000 en la
época
de
Expilly
11765)
22.
Tenicndo
en cuenta
una
róducciírn
bastante constante
de
los
fuegos, en
relación
con
la
disoci¿rción
de Ia
gran
famili¿
agnalicia,
el
nivel
del
siglo
XIII
no se
rccobró
¿rntes
dc
finalcs del xvl,
incluso
hasta
principios del
xvltl. En una palabra, la
población
de la Cris-
tiandad
sellarada dcl Mediterráneo
y
rechazad¿
hacia el
Norte
23
aumentó a mediados
del
siglo
xIII
a un nivel
sensiblemente com-
parablc
al
¿lcanzado
en
el
mismo
es¡racio
a mcdiados
del siglo xvr
".
Una Cristiandad
latina
de
40 a
45 millones
de almas
con densidades
de 25-30
habitantes
por kilómctro
cuadrado eu
cl
centro,
jamás
inferiores
a
5-6 en
Ia
pcrifcria.
Íist¿
fue slr
sucrtc.
Mientras
ocurriera
así,
la Cristiandad
no
potlía
scr
arncnazada
pcligrosamcnte.
2.
Los
movimientos
de
Asia
-Sir',
"rnbu.go,
rnicrrtras
tluc
los rol-ur¿clores con la
pesada
hacha
y
el ambicioso
ar¿rdo
labr¿b¿n nucvos
paisajcs
jamás
sos¡rechados, el
Asia
de las
cstcpas estaba
cn
plcna
efcrvescencia.
Se prcparaba
un
siglo
xtlt
amenazador para los sccli:ntarios,
de
la
Cristiandad
occi'
dcntal a China,
¡rasando
¡ror:
Irán
y la India.
I.
Er,
punro
I)lr
rQullrtrtlo
rrRÁcIL
DIIL
Slclo
xII
Con todo,
a
S4gg-dpbrglo-
¡t¡-ünperaba
la-c-4 rgg.,
Las
viejas civi-
lizaciones habían digerido
la última
olcada
de conquistadores
nó-
madas'1.
China"cstaba
dividida. Al
Sur
y
a lo largo dcl Y-ang-tse, ia
dinastía nffit
dc
los Song; al Norie,
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
22/76
dominación
sobre
el
Orkhon
los
T'u-kin,
y
sobre
todo
lo's
Utgur,
habían
empezado
a desarrollar
allí
centros
-agrícolas>'
e 9m9.no
hacer intervenir,
ahora
que
los
ritmos
de las
fluctuaciones
climáticas
son
mejor
"orroáidorto,
i
pesar
de
las
j.stas_objeciones de
prudencia
d"i
*"jo,
especialista,
Emmanuel
Le
Roy
Ladurie,
la
hipótesis
del
cambio,
a
¡rartir
del
año
mil,
de
la tendencia
secular
al recalenta.
micntoi
Una
misma
causa
cortó
el
camiñó
viliingo
yilspdé
s
ls
'-¡noneoles
a la
aventura.
Poblaciones
con
un
género
de
vida
devorador
,,In-"íDacio"
situtda,s
en los límites del orbe, los
mongoles
salieron
de
los
confines
de
la inhospitalaria
taiga
a
causa
del
empeoramiento
dc las
condiciones
climáticas.
Perteneció
al
más
genial
de
lo's
jefes
de
f a
estc¡ra
anteriores
a
la
pólvora,
wlt'íma
ratio^y-sa.lvación
de.los
sedentaiios,
el encarnar
este
momento
histórico.
Se
hicieron
tentativas
poro
fnr-n,
federaciones,
cn
el
siglo
iil,_entre
las tribus
diseminada's
ie la
estepa
y
las
tribus
dispersas
de
los
bordes
de la
taiga'
Las
,1,,*"rorur"uoto.
d"
madcra
co.t
q.,e hacían el
pequeño
ttlbo
de
e'scape
colocado
en lo
alto
de
la
yurta
de
fieltro
para la
salida
del
humo
y
la
ventilación,
dan
fe
de
que
el
mongol
-Tguía
siendo,
en
un prin-
áipio,
r,.r
vecino
de
la
gran
sc]ye-t1lgo-l-¡r¡-Todo
empezó
a.principios
aát
.igto
xII con
un
jeic
de-tal-ll,
Yesugei,
salido
de la estirpe
de-
los
pr"Iedára.los
mongolts,
según
la
tradición
gengiskánica',Temudjin,
il f,,tr,.o
Gcncis
i(un,
tto"ió
hacia
1167,
y
era
hijo
de Yesugei'
En
una
primera
"iopo,
t"
convirtió
en
federador
de
las tribus
mongolas.
Las
condujo
a ia
victoria
sobre
el
enemigo
tártaro.
Estos-
primeros
éxito,s se
ul"ur'tro.o.t,
a
la
sombra tutelar
del
kan
de
los
keraít,
so-
bre
los
nómadas
próxinros
n
clrinn,
en
l)roceso
de
asimilación
con ella.
Mongoles
salvajcs,
mongoles
bárbaros
y
mo1g9les-asimilados
a
los
chinü
acabaron
por
fedirarse
entre
l2O4
y
1207.
Proclamado
Gran
I(an3'
(primavcrá
de 1206),
Temudjin
h¿rbí¿r
heredado, en
1204,
un
rudimenio
de cancillería.
El Asia de
las
estepas,
a
principios
del
siglo
xttl,
esttrba
organizacla
para
la sumisión
de
los sedentarios.
:1.
Etv nr,
PIINTo
t)E PARTIDA
nr
l,,l
rnílvtnRl CIIINA
MoNcoL
La
conqrrisl.a
derl
Norte
de China,
eIn¡rczatla
rrn l2l.l
contra el
rcino bárbiro
cle
los Kin
quc ocupaba
la
llanura
loósica, fue termi'
nada
en
).234
ltor
los
sucesores
del
Conguistador'
siete años d-es¡rués
de su
muerte
(LZZZ).
La
enorme tarea
siguió
acrecentándose.
Sucesi'
vamente
fueron
cayendo
Persia,
Norte
de China,
los
nómadas
de
los
extremos
no
eslavizados
entre
el flral,
el
Volga del lado
de Euro¡ra
y los principados
rusos del
bosque.
Es
difícil
poder apreciar
en qué
medida
estas
desgracias
que afectaban,
tlna
vez más, a la
Cristiandad
oricntal
fueron
sentidas,
inrnediatamente,
en el
(Jeste,
colno un
peligro
virtual
¡rara
la
Cristiandad
occidental. Una
división antigua,
la dis-
tancia, la
certeza
dc
la prosperidad
y
dcl númcro
de constructores de
catedrales
explican, sin
duda, esta
rclativa indiferencia, mientras
que
los
turcos de
Anatolia y los princfiádos
rusos prei-a5án
juramento.
Quedaba
la China
profunda del Yang-tse y de la costa Sur, más
numero,sa
ella sola
que
todo el imperio
mongol,
tan
maciza como
las
dos Cristiandadcs
y una parte del Mediterráneo
musulmán. La con-
t¡uista de
esta
China,
hasta entonces siempre
al
abrigo
de
los
turco-
rnongoles,
empezó en
1268.
Des¡rués
de
cinco
años de incertidumbres,
cl bajo
Yang-tse
fue barrido por completo, d.e
L273
a
L276
(toma
de
llang-che-u).
Tres años fueron
todavía
necesarios
para
el Sudoeste
tlc
China,
que
es,
.lo{.emos
tenerlo
en
cuenta, ¡na China costera.
'l'odo
terminó
""
G2l2
--{ggbgl al
a
gg"q-l,ll3,
e I
emperador
mon gol,
convertido en
chino,
sc dedicó
a
reágrupáT-Tás
¡roscsiones
periféricas.
l,a dominación de
la
dinastía mongol duró
(1280-1368)
poco menos
rlc
un siglo, llaras veccs
una victoria
tan
completa
se
ha
revclado
tan
lrírgil
con
la
prueba
del
tiempo.
I)esde
fines
del siglo
xtII,
los
mon-
goles
de China fueron
casi
totalmente asimilados. De todos
modos,
rro
hay
que
tomar el
incidente
a
la
ligera:
parece
claro
que
los cata-
clismos
unidos
en
China
a la
invasión
mongol,
debieron
de
llevar
cot¡sigo
la muertc dc
sescnta a scsenta
y
cinc.,
millones
dc lrombres,
tle I5 a 20
0/6
dc la
hümanidad.
Grosso
modo,
un
desastrc
comparablé
al que
se abatió, sesenta
y
cinco
años más
tarde,
sobre
liuropa, o
en
la primera
mitad del
siglo
xvl,
sobre
la
humanidad precolombina..
I-,os
años del
pasir
dcl
siglo xlrt al xlv
fueron
capitales
desde cualquier
¡runto
de vista.
Por
aquel
entonccs,
China oscilal,¡a
en¿re
tres
posibilidades
8/19/2019 La Expansion Europea (parte 1)
23/76
producto
de
la
pax
mongolica,
hizo ver
mucho
tiempo
después a los
cristianos
cle Occidentc,
cua¡rdo en
China
ya
habia
terminado
por
completo.
Bsto
.hallgó
tanto más. a ia-
Cristiandad
occidental
del siglo
x,rv, cuanto
que
ésta
se
hailaFa
debilitada por el hanrbre
y
la
pcste
y
atacaila
de
frente
por
el
imperialismo
otomano,
Paradójicamente,
la Cristiandad
latina
nada
retuvo de
la gran
amenaza que
vino
a morir a
las
puertas
de los
reinos latinos
de
Polonia
y
de l-Iungría. Más paradójicamente aún, cuando
Tamerlán
el
transoxiano
(1336-1404)
lanz6
hacia
fines del
siglo
xlv
por
los
caminos de Gengis Kan la última
oleada
de
nómadas
de
las
estepas
empujados
por la
modificación
plurisecular
de los
climas,
la
Cristiandad latina,
cuyo
número
ya no
la protegía,
pero a
la
que la
distancia
amparaba mejor
que
una armadura,
ocupada
en sus
propios
problemas,
reaccionó poco,
mal
y a destiempo.
De
esta
última
oleada,
más peligrosa,
puesto
que
era
musulmana,
la
Cristiandad
latina
sólo
vio
el
aspecto favorable: una querella
del
Islam,
un
golpe
asestado
a las empresas concretas
de
los
musulmanes
sedentarios de
la meseta
de
Anatolia,
un descanso,
pues,
en
el
proceso
de desman-
telamiento
de los
Balcanes
cristianos,
que, a pesar del cisma, le
concernía.
Marco
Polo fue
el
gran
responsable de esta
situación, Di-
gamos
mejor,
el
éxito del
libro
de las
maravillas
del
Mundo,
II
Mi-
lione,
en
italiano
se
explica
porque la
instantánea caducada que con-
servaba
de
Extremo Oriente
era la
que
convenía
mejor
a
la Europa
angustiada
de
los
siglos
xIV
y
xv.
A
fines del siglo
xIII, por
una
singular simplificación
política,
cuatro
kanatos abarcaban casi toda
Asia:
China,
Mongolia,
Asia
central,
Persia-Siberia
occidental-llusia.
ZAI precio
de
cuántas
des-
trucciones?
Para
China, una reducción de la
mitad de su
poblamiento
primitivo.
Menor
densidad,
acá o acullá,
del tejido humano, seguida
de
una grare pazi
esta pax
mongolíca,
cantada por
los
historiadores
del
siglo
xx,
i...una
buena
paz de
los
cementerios
Y
sin
embargo, la
pacificación
facilitó
la
libre
circulación de las
caravanas,
que
alcañ-
zaban
el
Sur, y las
que llegaban al
Norte del
mai
Negro.
Después
de la
tormenta
que fragmentó y
cortó,
la
pax
mongolí.ca llevó
consigg
'una
gigantesca puesta
en comunicación, a un nivel
jamás
obtenido,
de
China, de
lrán, de Asia central y
de la
Cristiandad
orient4_I.
Gelgrs
Kan_.,.,
un Magallanes
de
la caravana. A
finales
del
siglo
xltr
,las
comunicaciones
terrestres
a través de
la inmensa masa
desértica de
¡Asia
central
-una
masa
que
la
distorsión
secular fría
y
húmeda del
i
clima hizo algo
menos
rebelde-
pasaron
ltor
el maxím¡¿r¿
absoluto
que
podían alcanzar
antes de los ferrocarriles.
Nada
muy impresio-
nante,
ciertamente.
Nada
tampoco
que
permitiera
mantener
un
ver-
tladero
cornelcio,
incluso
¿rl
nivel
modesto del
quc,
¡,ror
el monzón
de
los
nav3.$nTcs
musulmanes,
el
mar Rojo,
la escala del
sur
de
Siria
y
dc
-Lglp o,
se
llevaba
a
c¿rbo con l¿r
India
bajo
dominación
musul-
rnana
y
la Insulindia
productora
de
cspecias. Se
¡ruede
hablar,
por
lo
rnenós,
'dc'una
permeabilidad
entré Burópa
y
China, al
nivel
de
algunos
hornbres
y de un
enjambre
de imágenes.
4.
El
Asl¡,
MoNGoL
y
sus
rEsTrcos
Marco Polo
es
el
gcnial
testigo
del
cambio
tle
perrneabilidad,
después
de
la
invasión
mongólica,-de
Asia
central.
a) Marco
PoIo.
Úni-iaiiiiio*G-co-mercianres
t.lc
la
colonia
veneciana
cl