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Lectura sobre la tutoría
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Maestría en Tecnología Educativa
Material para uso académico Dra. Judith Aguila M.
La función tutorial en la teleformación
Por: Julio Cabero Almenara Tomado de : Martinez Sánchez, Francisco. (2004) “Nuevas tecnologías y educación”
Editorial Pearson. Pág. 129-143
Introducción
Creo que no es decir nada nuevo que la formación a través de las redes
telemáticas está adquiriendo progresivamente un lugar importante en la educación
formal y no formal. Términos como teleformación, e-learning, educación on-line,…,
comienzan a ser referencias usuales en nuestro contexto, para describir con ellos
la formación realizada a través de ordenadores computadores en línea a Internet o
a una intranet.
Frente a los que realizan todos los esfuerzos en explicar la teleformación
centrándose exclusivamente en las características y potencialidades de la
tecnología empleada y del entorno de la teleformación seleccionado, creo que su
significación educativa vendrá de otra serie de variables, como por ejemplo: la
calidad de los contenidos, la forma en que son presentados y estructurados, y el
papel que desempeñe el profesor en el proceso.
Recientemente hemos abordado en dos trabajos algunos de los aspectos
anteriormente indicados. En uno expusimos la problemática del diseño de los
materiales de enseñanza para su ubicación en la red (Cabero y Gisbert, 2001)y en
el otro el rol del profesor ante las TIC (Cabero, 2000). En este último exponíamos
que éntrelos diferentes roles que los profesores desempeñarán en estos nuevos
entornos de formación nos encontramos con los siguientes: consultores de
información-facilitadores de información, diseñadores de medios, evaluadores
continuos y asesores, orientadores, administradores del sistema, y moderadores y
tutores virtuales. Y es precisamente en la última función apuntada en la cual me
voy a centrar a continuación.
Pero antes me gustaría realizar unas indicaciones generales que van a limitar
nuestro trabajo. En primer lugar, que nosotros nos centraremos en una
perspectiva general, que después debe ser matizada teniendo en cuenta que se
puedan dar diferentes situaciones que influirán sobre el comportamiento que
desempeñará el profesor-tutor, como son: no mantendremos el mismo
comportamiento en una tutoría virtual si estamos dentro de una situación de
formación flexible donde se combinen las situaciones docentes presenciales con
las realizadas a través de redes, que en aquella que exclusivamente se realice
soportada en las redes; por otra parte, no será la función la misma, si el profesor
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ha facilitado los contenidos o si solamente desempeña en la actividad formativa la
función de tutor o moderador y, por último, su papel variará en función de la
herramienta de comunicación sincrónica o asincrónica que se utilice para la
realización de la acción tutorial, como podemos imaginarnos no se tendrá el
mismo comportamiento ni se utilizarán las mismas estrategias y habilidades en un
chat, en una lista de distribución o en una participación mediante el correo
electrónico.
En el último caso, el correo electrónico nos permite tener una comunicación
asincrónica con el estudiante, pero una asincronía que casi es inmediata si las dos
personas están conectadas a la red, independientemente de situaciones
espaciotemporales, y con posibilidades de comunicación personal y grupal. Por su
parte las listas de distribución requieren que el estudiante esté previamente
apuntado, o esto se le haya asignado por requerimientos de la actividad formativa
que realice, siendo también una herramienta de comunicación asincrónica. En
contrapartida, el chat es una herramienta de comunicación sincrónica, donde los
participantes, de forma individual o grupal, mantienen una conversación mediada
por computador.
Los que sí nos debe quedar claro es que, independientemente de la herramienta
de comunicación utilizada o el modelo en el cual nos desenvolvamos, la acción
tutorial exigirá una fuerte planificación y un cuidado esmerado de la actividad. Lo
que, digámoslo desde el principio, exigirá más esfuerzo para el profesor que su
participación en una enseñanza presencial.
El rol de tutor virtual del profesor
El rol que desempeñe el profesor como profesor-tutor virtual será fundamental
para garantizar la calidad y eficacia del proceso formativo realizado a través de la
red. Ahora bien, desde nuestro punto de vista este rol será más extenso que el
realizado en una situación presencial deformación. En esta línea Ryan y otros
(2000, p.110) nos hablan de cuatro roles básicos a desempeñar por el
profesorado: pedagógico, social, de dirección y técnico. De todos ellos el más
significativo es el primero, que es por el cual el profesor contribuye a la creación
del conocimiento especializado, centra la discusión sobre los puntos críticos,
contesta preguntas, responde a las diferentes contribuciones de los estudiantes y
las sintetiza. No obstante, los otros son también significativos, ya que por el
segundo se potencia la creación de una atmósfera de colaboración en línea entre
los diferentes participantes, se lleva el tiempo de las intervenciones y se marca la
agenda para el desarrollo y la exposición de los temas; y por los otros se
establecen las normas de funcionamiento del proceso formativo, y se orienta sobre
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el comportamiento técnico de las diferentes herramientas de comunicación que
podrán ser utilizadas.
Otros autores como Paulsen (1995), Mason (1991), y Collis y Berge(1995) nos
hablan también de roles específicos a desempeñar por los profesores en las
actividades de teleformación. El primero (Paulsen, 1995), nos habla de que los
roles que fundamentalmente desempeña el moderador se pueden clasificar dentro
de los tipos organizativo, social e intelectual. En el primero, el profesor se
encargaría de estimular la participación del estudiante cuando se esté retrazando,
requerir su participación regular en el proceso, invitar a expertos a que
puntualmente se incorporen al proceso para aportar información especializada, o
también hacer que los estudiantes conduzcan la discusión. En el segundo (Mason,
1991), los roles que desempeñará el profesor serán los siguientes: organizativos
(establecer la agenda de la conferencia, determinar los objetivos de la discusión,
marcar el itinerario, y especificar las reglas que marcarán las intervenciones y la
participación en el proceso formativo), sociales (crear un ambiente amistoso y
socialmente positivo que sea propicio para el desarrollo de una ambiente de
aprendizaje positivo), intelectuales (enfocar los puntos fundamentales, recapitular
y evaluarlas intervenciones). Por su parte, Collis y Berge (1995), en una
investigación que realizaron para conocer el rol que debería desempeñar el
moderador, llegan a la conclusión de que desempeña diferentes roles al actuar
como filtro, apagafuegos, facilitador, administrador, editor, promotor, experto,
ayudante, participante e indicador.
Estos nuevos entornos nos están llevando a que el profesor tendrá que
desempeñar nuevas funciones como consecuencia de las posibilidades de
comunicación sincrónica y asincrónica que possen las nuevas herramientas
(Cabero, 20001), y las posibilidades geográficas, físicas y temporales que nos
aporta la situación. Al mismo tiempo el profesor deberá aprender a dar respuesta a
un número de alumnos cada vez más heterogéneos, ya que el conocimiento
estará deslocalizado en los lugares de origen, y los participantes se encontrarán
ubicados en lugares diferentes a los del profesor.
Al mismo tiempo, no hay que olvidar que la falta, por lo general de referencias
visuales exigirá la palicación de estrategias diferentes para la motivación, el olvido
del aislamiento y la superación de la inseguridad que produce, lo que requerirá un
dominio de otras habilidades comunicativas por parte del profesor.
Teniendo en cuenta los comentarios realizados más arriba e independientemente
de la postura que seleccionaremos, lo que aquí nos interesa señalar es que como
tutor virtual el profesor deberá librar funciones más amplias que la de mero
consultor académico, desempeñando otras que podríamos considerar de tipo
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técnico, social, orientador y organizativo, siendo todas ellas significativas en el
engranaje de la acción tutorial (figura 14.1)
Estas funciones, como es lógico suponer, reclamarán que el profesor posea una
formación específica para su desempeño.
A continuación pasaremos a realizar algunos comentarios sobre las diferentes
funciones que anteriormente hemos propuesto. Pero antes nos gustaría señalar
dos matice: en primer lugar y de acuerdo son Sales (1999), no nos olvidemos que
la tarea de las sesiones de tutorización en los cursos on-line consiste básicamente
en hacer el seguimiento día a día del trabajo de los estudiantes y, en segundo
lugar, que algunas de las tareas y actividades que los profesores deberán realizar
en cada una de las grandes dimensiones que anteriormente hemos indicado son
muy difíciles de encuadrar solamente en una de ellas, como corresponde a la
vivacidad y multiplicidad del acto educativo. Por otra parte no todas las funciones
serán desempeñadas simultáneamente por el profesor-tutor, algunas irán
desapareciendo conforme avance la actividad formativa.
El esquema que seguiremos para el desarrollo será el de presentar para cada una
de las grandes funciones que anteriormente hemos indicado un cuadro resumen
con algunas de las actividades que para nosotros deberán hacer los tutores en las
mismas, para posteriormente realizar algunos elementos de extensión y algunas
recomendaciones en cuanto a las exigencias de formación que le van a reclamar.
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Puesto que el profesor-tutor será una de las personas dentro del entramado
telemático de formación con la cual el alumno sostenga más contactos y
mantenga además los contactos iniciales, una de las primeras funciones que
desempeñará será la de tipo técnico. En el cuadro 14.1, ofrecemos algunas de las
actividades que le implicará el desarrollo de esta función, aunque ello también
dependerá de la complejidad del entorno que se esté utilizando.
FUNCIÓN TÉCNICA
Asegurarse de que los alumnos comprenden el funcionamiento técnico del entorno telemático de formación
Dar consejos y apoyo técnico
Realizar actividades formativas específicas
Gestionar los grupos de aprendizaje que forme para el trabajo en la red
Incorporar y modificar nuevos materiales al entorno formativo
Remitir al alumno a alguna parte del programa donde pueda bajarse los programas y ficheros necesarios para los diferentes formatos de información (audiovisual, de animación, sonora, etc.) que se presenten en el programa.
Mantenerse en contacto con el administrador del sistema, etc. Cuadro 14.1 Algunas actividades dentro de la función técnica a realizar por el profesor-tutor
Esta función exigirá que el profesor-tutor, antes de comenzar la actividad
formativa, se asegure de que todos los alumnos dominan las herramientas
comunicativas que utilizarán para comunicarse entre ellos: desde el correo
electrónico, el chat, los grupos de discusión, hasta la bajada de ficheros ftp. Al
mismo tiempo deberá asegurarse de que todos los alumnos están inscritos y
poseen una clave de autorización para la entrada en el programa, así como que
comprenden el funcionamiento del entorno de comunicación, sea éste uno
específico para la institución formativa o comercial.
Este aspecto de que el profesor se asegure del dominio de las herramientas
telemáticas es verdaderamente importante. Pérez (1997), en una investigación
que realizó sobre las posibilidades del debate telemático, una de las conclusiones
a las que llegó fue que:
<<Visto que la mayoría de los alumnos no poseían habilidades en el uso del correo electrónico (elaborar y enviar mensajes, revisar el correo,…), algunos alumnos retrasaran su incorporación en el debate tras superar algunas dificultades. Consideramos necesaria la ampliación de la fase de inicio de la experiencia (periodo de
prácticas con el sistema)>> (Pérez, 1997, p. 79).
Los comentarios que estamos realizando nos llevan a recomendar que el profesor
debería dejar tiempo suficiente para que los alumnos se acostumbraran a
interaccionar en el sistema, y en caso necesario potenciar el aprendizaje y la
solución de los problemas entre pares de estudiantes. Puede ser también
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aconsejable la realización de un posible manual donde se les comente a los
estudiantes los aspectos más usuales donde pueden encontrar respuestas a los
problemas más comunes con que puede encontrarse.
Como ya hemos señalado en otro lugar << El profesor, si bien no tendrá que ser
un experto técnico, sí tendrá que poseer unas mínimas habilidades técnicas, por
una parte para intervenir en el sistema, y por otra, para resolver las limitaciones
qye se le vayan presentando al estudiante para interaccionar en el sistema. En
consecuencia podemos decir que el profesor tendrá que tener habilidades técnicas
para: usar las asistencias técnicas, proporcionar feed-back para la resolución de
los posibles problemas técnicos, recomendar alternativas técnicas, u ofrecer
información para el aprendizaje de determinados elementos técnicos>>
(Cabero,2000). Así mismo deberá tener una mínima competencia tecnológica para
saber interaccionar en la red, aspecto en el que nos detendremos posteriormente
al comentar otra de las funciones.
Sin lugar a dudas una de las funciones más significativas que tendrá que realizar
el profesor-tutor se referirá al dominio académico, y ello le llevará a realizar
diferentes cuestiones, que irán desde facilitar la comprensión y explicación de los
contenidos ofertados, hasta el seguimiento y la evaluación de los estudiantes, sin
olvidarnos de la realización de actividades específicas para el afianzamiento de los
contenidos. En el Cuadro 14.2 ofreceremos una síntesis de algunas actividades
que implicará el desarrollo de esta función.
Como podemos imaginarnos, para la realización de algunas actividades
anteriormente indicadas en esta función, el profesor-tutor deberá desempeñar y
ser competente en una serie de aspectos básicos, como son: dominio de
contenidos, diagnóstico y evaluación formativa de los estudiantes, y habilidades
didácticas para la organización de actividades para la formación, aclaración y
afianzamiento de los contenidos.
Como ya hemos señalado, el papel del profesor-tutor en esta función que hemos
denominado académica es bastante relevante, ya que coincidimos con
Lewis(2001) cuando afirma que las tareas que se pueden realizar dentro de un
proceso formativo estarán condicionadas por dos aspectos: grado de
incertidumbre (falta de información) y d equivocidad (la información se puede
interpretar de diferentes formas). Y tanto en uno como en otro el papel del
profesor-tutor será determinante para, por una parte, ofrecer la cantidad suficiente
de información y, por otra, asegurar la comprensión de la misma.
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FUNCIÓN ACADÉMICA
Dar información, extender, clarificar y explicar los contenidos presentados
Supervisar el progreso de los estudiantes y revisar las actividades realizadas
Responder a los trabajos de los estudiantes
Asegurarse de que los alumnos están alcanzando el nivel adecuado
Formular preguntas para sondear los conocimientos que poseen los estudiantes y descubrir las posibles inconsistencias y errores que vayan teniendo
Diseñar actividades para facilitar la comprensión de la información y su transferencia
Diseñar actividades y situaciones de aprendizaje de acuerdo a un diagnóstico previo
Introducir el tema de debate y relacionarlo cin los anteriores
Resumir en los debates en grupos las aportaciones de los estudiantes
Resolver las posibles dudas surgidas de la lectura de los materiales didácticos o en la realización de las actividades
Hacer valoraciones globales e individuales de las actividades realizadas Informar de los resultados y valoraciones alcanzados, etc.
Cuadro 14.2. Algunas actividades dentro de la función académica a realizar por el profesor-tutor
Lo mismo que aconsejabamos en su momento que el profesor-tutor tuviera
paciencia para que los alumnos aprendan el dominio técnico d elas herramientas,
también creemos que debe tener pacienciapara esperar las primeras
contestaciones de los alumnos a sus requerimientos, ya que como se ha
demostrado en diferentes investigaciones, bien sea por miedo, por desconfianza o
por inseguridad ante sus propios conocimientos.
Al respecto de la variable tiempo, Pallof y Pratt (1999, pp.52-53) nos ofrecen una
propuesta donde relacionan aspectos referidos al tiempo, con las respuestas y el
comportamiento que es aconsejable que se mantengan por parte del profesor-
tutor. En concreto identifican las siguientes preocupaciones: << mínima
participación de parte de uno o más estudiantes debido a la excesiva información,
excesiva información debido al mal manejo o a su pobre organización, ansiedad
en la comunicación, falta de participación debido a dificultades técnicas,
participación reducida debido a las preocupaciones sobre la privacidad y la
exposición, y excesivos anuncios acompañados de irritación, que no se pueden
conservar. Para la primera nos indica que algunas de las respuestas que se deben
ofrecer son las siguientes: tomar contacto personal con la causa, mandar una
lectura exterior, mandar mensajes, etc.; para la segunda, asegurarse de que los
estudiantes están mandando los correos al foro apropiado de discusión, si es
necesario separar y organizar el material, presentar lecturas exteriores pero que
sean manejables, si la clase es grande dividirla en pequeños grupos para
favorecer la discusión, etc.; para la tercera, tomar contacto personal con el fin de
tranquilizar a los estudiantes, asegurarse de que los estudiantes están cómodos
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con la tecnología que están usando, dar respuestas positivas en los correos de los
estudiantes hasta que la ansiedad esté deducida, etc; para la cuarta, tomar
contacto personal con los estudiantes para ofrecer asesoramiento e instrucción
sobre la tecnología usada, contactar con el administrador del sistema para
resolver los problemas técnicos que están fuera del control de los estudiantes y
del profesor, etc., para la quinta tomar contacto personal con los estudiantes para
determinar la naturaleza de la preocupación y animar a la participación, ofrecer
contestaciones positivas a los estudiantes para reducir la ansiedad, tapará
cualquier problema de seguridad trabajando con el administrador del sistema y
cambiando las claves de acceso si es necesario y, para la última, limitar la longitud
de los correos, reducir el número de correos por semana, etc.
Desde nuestro punto de vista la temática de las actividades es muy importante, y
posiblemente su calidad y cantidad se convierta en una variable de discriminación
de la calidad del entorno telemático formativo. Y al respecto de las actividades que
se podrán realizar en esta función académica son diversas y van desde las
sociales, que presentaremos en su momento, hasta las que pretenden afianzar los
contenidos. Estas últimas irán desde la realización de trabajos y comentarios y la
evaluación de los trabajos realizados por los compañeros, o participación en
debates en grupo que los profesores organicen. En el trabajo que nosotros
realizamos para la producción de materiales formativos multimedia para la red
(Cabero y Gisbert, 2001, pp 92-105), presentamos una lista de diferentes
actividades que podrían llevarse a cabo, en concreto allí decíamos: la realización
de proyectos de trabajo, visitas a sitios web, el análisis y la reflexión de la
información presentada, el análisis de imágenes estáticas y en movimiento, el
estudio de casos, la resolución de problemas y la lectura de documentos
específicos.
Este aspecto de las actividades y la conformación de grupos para su realización,
nos lleva también a reflexionar sobre una serie de aspectos: cómo formar grupos,
si los hacemos fijos o variables, qué número de personas deben formarlos,…;
aspectos que por otra parte también son problemáticos dentro de la formación
presencial tradicional pero que adquieren una situación peculiar en nuestro caso.
Lewis (2001), desde la perspectiva de la psicología sociocultural, nos formula una
serie de preguntas para reflexionar sobre la constitución de los grupos; dice Lewis
(2001):
Si consideramos tres personas que no tienen ninguna zona de coincidencia, ¿qué
tendrían en común para el intercambio de conocimiento? Por otro lado, si fuesen
idénticas y los núcleos de conocimientos y las zonas de desarrollo proximal coincidieran
totalmente, tampoco podrían aprender mucho unas de otras porque sólo sabrían las
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mismas cosas. Así es como vemos las zonas de desarrollo proximal que nos ayudan a
identificar maneras de sugerir o apoyar la creación de grupos.
No olvidando lo anteriormente expuesto, nosotros también partiríamos de
establecer una rotación en la composición de los miembros de los grupos, para
consolidar de esta forma una verdadera concepción grupal entre los diferentes
participantes y no grupos aislados. De todas formas también depende de las
actividades y los objetivos que nos propongamos: en algunos casos la no
utilización de grupos con un nivel parejo de conocimiento nos puede llevar a que
alguno de sus miembros se automargine, bien por falta de información o bien por
aburrimiento.
Es también importante que el profesor-tutor diseñe actividades no sólo con un
carácter individual, sino para que los alumnos tengan obligatoriamente que
trabajar en forma grupal y colaborativa.
Al respecto de los objetivos que podemos perseguir con el desarrollo de diferentes
actividades, ya en otro trabajo lo expusimos en los siguientes términos:
Si no queremos convertir los entornos de formación en red, en entornos puramente
expositivos de materiales de información, ante los cuales el alumno lo único que debe
hacer es la memorización de la información que se le presenta, se deben incluir una serie
de actividades con las cuales persigamos diferentes objetivos que vayan desde la
comprensión de los contenidos, la transferencia a otras situaciones y hechos diferentes a
los presentados, o la profundización en los mismos. En contrapartida con lo que venimos
afirmando tenemos que señalar que la mayoría de los sitios web formativos, es decir con
material didáctico, con que nos encontramos están diseñados para soportar simplemente
una actividad: la lectura y la memorización del material por parte del estudiante, lo que
indirectamente sugiere un modelo pasivo de aprendizaje (Cabero y Gisbert, 2002, p.92)
Por último, en lo que respecta a esta función existe una temática que suele ser
importante, y es el tiempo que, por una parte, el profesor-tutor debe estar a
disposición y requerimiento de los estudiantes y, por otra, que debe transcurrir
entre la solicitud y las respuestas. Y en este sentido existen opiniones
contradictorias, que van desde aquellos que indican que debe hacerse
manteniendo una mínima demora para que el estudiante no se acostumbre a no
realizar esfuerzos en la búsqueda de información y el intento de la solución por sí
mismo o apoyándose en el trabajo con sus compañeros. Por nuestra parte no
creemos que deba existir una regla fija de funcionamiento y dependería del tipo de
pregunta formulada, de la actividad a la cual nos refiramos y de los objetivos que
persigamos. Lo que si creemos necesario es que desde el principio los alumnos
conozcan las reglas que van a enmarcar la utilización de consultas al profesor,
aspecto que es más necesario si estamos inmersos en un modelo de formación
flexible (presencial y a distancia), o el profesor puede ver duplicado su trabajo
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enormemente. En este último caso es más necesario que quede lo
suficientemente claro en qué condiciones y para qué circunstancias se podrá
utilizar la consulta al profesor, como algunas de las siguientes:
que sólo realicen consultas que sea necesario resolver antes de la próxima
clase presencial;
qué no pregunten aspectos respecto a la organización de la clase si ello
puede ser resuelto preguntando a sus propios compañeros;
que revisen el sitio web de la asignatura por si allí encontraran la respuesta
a su pregunta
Puede ser también verdaderamente útil introducir una zona FAQ (frequentlyAsked
Questions) en el sitio web, donde ya hayamos contestado las cuestiones que
usualmente suelen preguntarse los estudiantes. Esta zona se puede ir
incrementando constantemente en función de nuestra experiencia en el trabajo
con los estudiantes.
Como podemos ir observando, una serie de actividades que deberá realizar el
profesor-tutor se refiere a cuestiones de tipo organizativo, y en ella deberá realizar
algunas acciones como las que presentamos en el Cuadro 14.3.
FUNCIÓN ORGANIZATIVA
Establecer el calendario del curso. Tanto de forma global (comienzo y final) como específica (fecha de entrega de las diferentes actividades y el trabajo)
Explicar las normas de funcionamiento dentro del entorno: criterios de evaluación, exigencias o nivel de participación requerido
Presentar las normas de funcionamiento para establecer contactos con el profesor-tutor
Mantener un contacto con el resto del equipo docente y organizativo, haciéndole llegar rápidamente los problemas detectados al nivel de contenidos, de funcionamiento del sistema o de administración
Organizar el trabajo en grupo y facilitar la coordinación entre los miembros
Contactar con expertos para que desarrollen una conferencia a través de las redes
Ofrecer cualquier información significativa para la relación con institución, etc. Cuadro 14.3. Algunas actividades dentro de la función organizativa a realizar por el profesor-tutor
Esta actividad organizativa requerirá una muy cuidada estructuración de las
ejecuciones a desarrollar, con una explicación muy clara de las normas de
funcionamiento, los tiempos asignados, el material necesario,… A título de
ejemplo obsérvese la esmerada planificación que realizó un profesor de una
Universidad venezolana en una actividad en la que se nos pidió que
interviniéramos diferentes profesores (Cuadro 14.4)
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ESQUEMA DEL GUIÓN A SEGUIR EN EL CHAT Preliminares:
a) El chat en cuestión está pautado para el día miércoles 14 de noviembre a las 11:00 A.M. (hora de Venezuela), 10:00 A.M. (hora de Boston) y 4:00 PM( hora de España) y tendrá una duración de sesenta minutos; es decir una hora.
b) La ruta de acceso a la web desde donde se realizará el chat es la siguiente: primero se busca la dirección htpp://www. Ucab.edu.ve/aulavirtual; segundo, se oprime el botón <<Aula virtual>> ubicado en la parte inferior izquierda de la pantalla; tercero, se oprime el botón <<Login>>; cuarto, se introduce el Username y el Password respectivamente; quinto, se selecciona la opción <<Informática>> que está ubicada en la sección correspondiente a <<Mis Cursos>> en el extremo derecho de la pantalla; sexto, seleccionamos la opción <<Comunicaciones>> entre las actividades básicas que ofrece el Aula en la columnas de la izquierda; séptimo, se hace clic sobre <<Virtual Classroom>>; octavo, se selecciona la opción <<Enter Virtual Classroom, esperamos que cargue el programa y habremos llegado al lugar desde donde se realizará el chat.
c) Los actores del chat se han dividido en tres grupos atendiendo a la naturaleza de su participación, así tenemos: los invitados (los expertos en el tema, profesores Julio Cabero Almenara y Álvaro Galvis); el moderador (profr. Juan Carlos Álvarez) y los estudiantes (que sin los integrantes del curso participante y que, a su vez, se han organizado en tres grupos para formular los planteamientos a considerar).
d) El moderador le hará llegar con antelación a cada actor involucrado en el chat, su <<Username>> y su Passwrd>> de acceso al Aula Virtual.
e) Una vez distribuidos los username y los password entre losactores del chat, el moderador propiciará conexiones previas con los involucrados a fin de verificar el acceso y la fluidez del mensaje en el medio.
f) El día del chat(14/11/01), el moderador se conectará 15 quince minutos antes de lo pautado, a fin de ir chequeando la llegada de los actores.
g) El término clave para declarar finalizada una intervención durante la ejecución del chat será el adverbio circunstancial de lugar: <<ADELANTE>>
Cuadro 14.5. Esquema de organización de un chat
Otra de las funciones a desempeñar por el profesor-tutor en los entornos
telemáticos de formación será la orientadora, con ella se perseguirá ofrecer un
asesoramiento personalizado a los estudiantes en diferentes aspectos referidos a
las técnicas y estrategias de formación, así como a su motivación para la acción
formativa en la que se encuentran inmersos y la realización de diferentes
actividades. En el Cuadro 14.5 que presentamos a continuación pueden
observarse algunas de las actividades que podrá implicar el desarrollo de esta
función.
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FUNCIÓN ORIENTADORA
Facilitar técnicas de trabajo intelectual para el estudio en red
Dar recomendaciones públicas y privadas sobre el trabajo y la calidad del trabajo que se está desarrollando en red
Asegurarse de que los alumnos trabajan a un ritmo adecuado
Motivar a los estudiantes para el trabajo
Informarle a los estudiantes sobre su progreso en el estudio, y facilitarle estrategias de mejora y cambio
Facilitar acciones de compromiso cuando existan diferencias de desarrollo entre los miembros del equipo
Ser guía y orientador del estudiante
Aconsejar al estudiante para el seguimiento de cursos posteriores Adaptar los materiales a las características y conocimientos previos de los
estudiantes, etc. Cuadro 14.2. Algunas actividades dentro de la función orientadora a realizar por el profesor-tutor
La última de las funciones a la que nos referimos en la Figura14.1 era la social,
que implicará también, como en las anteriores, la realización por parte del
profesor-tutor de diferentes actividades, como las que a título orientativo
presentamos en el cuadro 14.6.
Para nosotros esta función tendrá un papel muy significativo para el éxito de la
acción formativa, ya que la creación de un ambiente socioemocional positivo es de
vital importancia para el aprendizaje, y más aún en situaciones donde la persona
puede sentirse aislada como consecuencia de la distancia física y espacial, sin
olvidarnos de la situación de aislamiento que produce el trabajo con un
computador.
FUNCIÓN SOCIAL
Dar la bienvenida los estudiantes que participan en el curso en red
Facilitar la creación de grupos de trabajo
Incitar a los estudiantes para que amplíen y desarrollen los argumentos presentados por sus compañeros
Integrar y conducir las intervenciones, sintetizando, reconstruyendo y desarrollando los temas que vayan surgiendo
Animar y estimular la participación
Proponer actividades para facilitar el conocimiento éntrelos participantes
Dinamizar la acción formativa y el trabajo en red
Sancionar Facilitar la creación de un entorno social positivo, etc.
Cuadro 14.2. Algunas actividades dentro de la función académica a realizar por el profesor-tutor
Para el desarrollo de esta función del profesor-tutor debe contar con una serie de
habilidades y tener al mismo tiempo precaución por una serie de aspectos. Berge
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(1995), por su parte, nos habla de algunas destrezas que el profesor debe poseer
para realizar una interacción en la red que podríamos considerar como positiva y
adecuada al cumplimiento de los objetivos a los cuales nosotros nos hemos
referido anteriormente. Y en este sentido nos habla de:
Tener claro los objetivos de la participación
Mantener un estilo de comunicación no autoritario
Animar a la participación
Ser objetivo y considerar el tono de la intervención
Promover conversaciones privadas: diseñar situaciones para las personas
con intereses similares
Presentar opiniones conflictivas
Cuidar el uso del humos y del sarcasmo, ya que no todo el mundo puede
compartir los mismos valores
Alabar y reforzar públicamente las conductas positivas
No ignorar las conductas negativas, pero llamar la atención en forma
privada.
A ellas también podrían incluirse algunas sugeridas por Duggley (2001), como
son:
Saber iniciar y cerrar los debates
No creer que debe ser siempre el tutor el que inicie las participaciones
Comenzar cada nuevo debate pidiendo la contribución de un estudiante
De vez en cuando intervenir para realizar una síntesis de las
intervenciones.
En esta misma línea Salmon (1999) nos comenta algunas de las características
que debe poseer un moderador en línea:
Ser amable
Ser atento, respetuoso y cortés
Comprometerse con las personas de una manera no mecánica
No escribir demasiado, ser conciso
Tener habilidad para interaccionar y archivar la interacción
Tener sensibilidad cultural
Es importante que desde el principio se establezcan unas claras normas en lo que
respecta al tipo de lenguaje a utilizar, así como dejar lo suficientemente claro que
no se admitirá el uso de términos sexistas, xenófobos, etc.
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Para un correcto seguimiento de las diferentes funciones que hemos comentado
es conveniente que el profesor-tutor abra una carpeta por cada alumno, donde
vaya registrando las diferentes actividades que han realizado, correos personales
enviados, participación en las actividades, seguimiento del cronograma,
valoraciones, etc. Esta misma podrá servirle como un portafolio del trabajo con los
estudiantes.
Algunas de las referencias que hemos realizado a lo largo de nuestro trabajo se
refieren a la participación del profesor-tutor en una modalidad participativa de
intervención y acción comunicativa: la conferencia medada a través del
computador, y en este aspecto posiblemente sea Salmon (1997, 1998 y 2000) uno
de los autores que en los últimos años se ha preocupado más por la temática que
nos ocupa, siendo también uno de los autores que ha acuñado los térmnos e-
moderator y e-moderating, para referirse con ellos a la persona que preside y
regula el encuentro electrónico on-line. Él parte para su planteamiento de algunos
elementos de los cuales nosotros hemos comentado en nuestro trabajo, en
concreto que paraqué una situación de formación en línea funcione se debe
apoyar en dos requisitos básicos: el profesor y el diseño de los materiales; y en el
caso del profesor, indica que una destreza que debe poseer es la capacidad de
moderar situaciones de conferencia y participaciones realizadas a través de la red.
Este autor nos presenta un modelo con cinco pasos a desarrollar por el profesor
para una correcta moderación de las conferencias desarrolladas a través de la red:
acceso y motivación, socialización en línea, intercambio de información,
construcción del conocimiento y desarrollo (Figura 14.2)
En el primero el profesor debe dar instrucciones a los estudiantes sobre cómo
usar el sistema, cuáles son las claves para acceder al mismo y construir la
confianza en los usuarios para animarlos a que sigan hacia adelante y participen
en el sistema. En el segundo, se parte de la premisa de que el éxito de la actividad
va a venir determinado por cómo los alumnos estén integrados en un contexto de
formación virtual, por ello debe perseguir la cohesión del grupo procurando
desarrollar un camino sistemático de trabajo on-line entre los diferentes
participantes. En el tercero, se pretenderá animar a todos los participantes a
contribuir en la discusión, reconocer y ofrecer diferentes estilos de aprendizaje y
síntesis, y tejer la información que van construyendo. En el cuarto, se pretenderá
la construcción del conocimiento, adoptando posiciones que nos permitan
aprender de los problemas, tratar conflictos y ofrecer un feed-back a los
participantes; en este momento el moderador debe ir progresivamente reduciendo
sus intervenciones para que aumenten las de los alumnos, y de esta forma,
generar su propio conocimiento y la realización de actividades colaborativas entre
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ellos. Mientras que por el último, se pretende que el estudiante se haga
independiente y comience a responsabilizarse de su propio aprendizaje.
Ante esta situación, Salmon (2000) nos señala que el profesor debe poseer una
serie de cualidades y habilidades, que agrupa en el entendimiento de los procesos
de formación on-line, destrezas técnicas, destrezas de comunicación en línea,
experiencia en el contenido y determinadas características personales; a éstas las
relaciona con la seguridad, la construcción, el desarrollo, la facilitación, la
participación del conocimiento y el ser creativo. Aspectos sobre los que no nos
centraremos en nuestro trabajo para no extendernos y remitimos directamente al
lector interesado a la obra (Salmon, 2000, pp.38-41).
La diversidad de funciones que le hemos incorporado al profesor-tutor nos lleva
necesariamente a una pregunta: ¿qué número de alumnos puede ser asignado a
un tutor? En definitiva, ¿Cuál es el número óptimo de alumnos para trabajar en
estos aspectos y realizar las diferentes funciones asignadas? Las respuestas al
respecto son diversas y dependen de una serie de variables como son: el nivel
educativo en el cual nos movemos, la amplitud geográfica en la cual tenemos
estudiantes, si estamos hablando de un modelo de comunicación flexible o
completamente a distancia, o de si preferentemente estamos utilizando
herramientas de comunicación sincrónicas o asincrónicas. Por lo general, parece
que existe un acuerdo general en situar aproximadamente 25 alumnos por tutor
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en niveles de formación universitaria o en cursos de actualización profesional
(Tucker, 1997).
Para finalizar, de nuevo indicar algunos comentarios iniciales de nuestro trabajo:
1) que el éxito de la acción formativa en línea dependerá de una serie de variables
que van desde la calidad de los contenidos, la forma en que éstos se estructuren y
presenten a los estudiantes, y la forma en la actividad tutorial que realice el
profesor, y 2) que la actividad tutorial del profesor en los contextos de formación a
los que nos referimos supera con creces el simple seguimiento y asesoramiento
de los alumnos.