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La Odisea Por Homero

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LaOdisea

Por

Homero

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CANTOI

Háblame,Musa,delhombredemúltiplestretasquepormuylargotiempoanduvo errante, tras haber arrasado la sagrada ciudadela deTroya, y vio lasciudades y conoció elmodo de pensar de numerosas gentes.Muchas penaspadecióenaltamarélensuánimo,defendiendosuvidayel regresodesuscompañeros.Masniaunasílossalvópormásqueloansiaba.Porsuslocuras,en efecto, las de ellos, perecieron, ¡insensatos!, que devoraron las vacas deHeliosHiperión.Deesto,partealmenos,diosahijadeZeus,cuéntanosahoraanosotros.

Porentoncesyatodoslosdemásquedelaabruptamuertehabíanescapadosehallabanensushogarespuestosasalvodelaguerraydelmar.Ysóloaél,ansioso del regreso y de su esposa, lo retenía una ninfa venerable, Calipso,divina entre las diosas, en sus cóncavas grutas, deseosa de que fuera sumarido.Auncuandoya,enel transcursode losaños, llegóel tiempoenquelosdioseshabíanfijadoquevolvieraasucasa,a Ítaca, todavíaentoncesno,estabaasalvodepeligrosnienlacompañíadelossuyos.

Todoslosdiosessecompadecíandeél,aexcepcióndePoseidón,quiensemantuvosintreguairritadocontraeldivinoOdiseohastaquealcanzósutierra.Peroéstesehabíaidoavisitaralosetíopesquehabitanlejos—alosetíopes,queestándivididosendosgrupos,losmásremotosdeloshumanos,unospordonde se pone Hiperión, los otros por donde sale— y allá asistía a unahecatombeensuhonordetorosycarneros.

Mientraséldisfrutabadelfestínpresenciándolo,losotrosdiosessehabíanreunido en el palacio de ZeusOlímpico.Y entre ellos comenzó a hablar elPadre de los hombres y los dioses, pues se había acordado en su ánimodelirreprochable Egisto, al que ya dieramuerte elmuy ilustreOrestes, hijo deAgamenón.Acordándoseéldeéste,dirigiósuspalabrasalosinmortales:

«¡Ay,ay!¡Cómolesechanlasculpaslosmortalesalosdioses!¡Puesdicenquedenosotrosprocedenlasdesgraciascuandoellosmismosporsuspropiaslocurastienendesastresmásalládesudestino!AsíahoraEgistoque,másalládelasnormas,tomópormujeralaesposalegítimadelAtridayaéllomató,asuregreso,sabiendoqueasíprecipitabasumuerte,puestoquedeantemanoledijimos nosotros, enviando a Hermes el Argifonte, diestro vigía, que no lemataranipretendieraasumujer.PorquehabríadellegarpormanodeOresteslavenganzadelAtrida,cuandoéstellegaraalajuventudysintieralanostalgiade su país. Así se lo comunicó Hermes, pero no convenció con su buenconsejoelentendimientodeEgisto.Yahoralohapagadotodojunto».

LerespondióentoncesladiosaAteneadeojosglaucos:

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«¡OhCrónida,padrenuestro,elmásexcelsode lospoderosos! ¡Conunamuertemuydeltodoapropiadayaceélmuerto!¡Comoojaláperezcatambiéncualquierotroquetalesdelitoscometa!

»Sinembargo,amísemedesgarraelcorazónporelvalerosoOdiseo,eldesventurado,que todavía lejosde lossuyossufrepesaresenuna islabatidapor lasolas, allí dondeestá elombligodelmar, islaboscosadonde tiene sumoradaunadiosa,lahijadeltemerarioAtlante,quienconocelosabismosdelmar todo y que aguanta él solo las enormes columnas que mantienen adistancialatierrayelcielo.

»Suhijaretienealinfeliz,queselamenta,yunayotravezloembelesaconsuavesytaimadaspalabrasparaqueseolvidedeÍtaca.Porsuparte,Odiseo,queanhelainclusoelverelhumoqueselevantadesutierra,sientedeseosdemorir.

»¿Yni coneso se te conmueveel corazón,Olímpico?¿Esqueno te eraquerido Odiseo cuando en tu honor te ofrecía las víctimas que sacrificabajuntoalasnavesdelosargivosenlaanchurosaTroya?¿Porquétantotehasencolerizadocontraél,Zeus?».

Enrespuestalehablóelamontonadordenubes,Zeus:

«¡Hijamía,quépalabrasseteescaparondelcercodelosdientes!¿CómoibayoaolvidarmetanprontodeldivinoOdiseo,quetantosobresaleentrelosmortales por ingenioyquemásqueningunoofreció sacrificios a los diosesinmortales,quehabitanelampliocielo?

»Pero Poseidón, que ciñe la tierra, de continuo sin tregua se mantieneenfurecidoacausadelcíclope,alquelecegóelojo,acausadePolifemo,cuyopoderessupremosobretodosloscíclopes.LedioaluzlaninfaToosa,hijadeForcis, quien reina sobre elmar estéril, una vez que se unió a Poseidón encóncavasgrutas.Poreso,enefecto,Poseidón,sacudidordelatierra,nollegaadarmuerteaOdiseo,peroloalejadesutierrapatria.

»Mas,venga,nosotros,losaquíreunidosmeditemostodossuregreso,afindeque llegue.YPoseidóndepondrá su rencor.Porquenopodrá sostener sucólera contra todos los inmortales, él solo en contra de la voluntad de losdioses».

LerespondióenseguidaladiosaAteneadeojosglaucos:

«Ohpadrenuestro,Crónida,elmásexcelsodelospoderosos,siesqueyaahoralesesgratoalosdiosesfeliceselqueregreseelmuyprudenteOdiseoasuhogar,mandemosal instante aHermeselArgifonte comomensajeroa laisla Ogigia, para que lomás pronto posible le diga a la ninfa de hermosastrenzaslaineludibledecisión,elregresodelsufridoOdiseo,paraqueélsalga

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deallí.

»Por mi lado yo me iré a Ítaca con el fin de animar más a su hijo einfundirle coraje en sus entrañas para que, convocando a asamblea a losaqueos de larga cabellera, contenga a los pretendientes todos, los cuales decontinuoledegüellanincontablesovejasyvacasdenegraspezuñasycuernosretorcidos.LeenviaréaEspartayalaarenosaPilos,paraqueindaguesobreelregresodesuqueridopadre,aversiescuchaalgoyparaqueobtenganoblefamaentrelasgentes».

Después de que así hubo hablado, se ajustó en los pies las hermosassandalias, divinas, áureas, que la transportaban sobre la mar o la tierrailimitadaalapardelasráfagasdelviento.Tomóconsigolaaguerridalanza,guarnecidadeafiladobronce,robusta,larga,pesada,conlaquedesbaratalasfilas de los bravos guerreros cuando contra ellos se enfurece la hija delaugustopadre.

BajólanzándosedesdelascumbresdelOlimpo,ysedetuvoenmediodelapoblacióndeÍtaca,enelatriodeOdiseo,anteelumbraldelpatio.Sosteníaensu mano la broncínea lanza, tomando el aspecto de un forastero, Mentes,caudillodelostafios.

Encontró allí a los arrogantes pretendientes.Éstos alegraban entonces suánimocon juegosdedados, tumbadosante elportón sobrepielesdebueyesquehabíanmatadoellosmismos.Asuladoseencontrabanlosheraldosylosprestos sirvientes; los unosmezclaban en las cráteras el vino y el agua, losotros,luego,conesponjasdemilagujeroslimpiabanlasmesasylasdisponíananteellosyotrostrinchabanlasabundantescarnes.

Fue muy primero en verla Telémaco de aspecto divino. Estaba, pues,sentadoenmediodelospretendientes,abrumadoensucorazón,cavilandoensu interior acerca de su noble padre. ¡Ojalá regresara y aventara a lospretendientesdesumansión,recobrarasudignidadyreinaraensusdominios!Mientras esto meditaba, sentado entre los pretendientes, divisó a Atenea ymarchóderechohaciaelatrio.Estabaenojadoensuánimodequeunforasterosequedaraasíantesupuerta.Colocándoseasuvera,letomólamanoderecha,lerecogiólabroncínealanza,ysaludándoleledirigiópalabrasaladas:

«¡Salve,extranjero,entrenosotrosserásunamigo!Luego,cuandotehayassaciadoenelbanquete,noscontarásloqueteurge».

Despuésdedecirleestolaguiabayellaleseguía,PalasAtenea.

Cuando ya estuvieron dentro de la alta sala, dejó la lanza enhiesta en labien pulida lancera, apoyándola contra una columna, donde estaban otrasmuchas lanzas del sufrido Odiseo. A ella la lleva a sentarse en un sillón,poniéndole debajo una hermosa alfombra de lino, muy artística. A sus pies

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teníaunescabel.

Allíalladosecolocóélunasientodevivoscolores,apartadodelosdemás,delospretendientes,afindequeelforastero,molestadoporelgriterío,nosedisgustaradelbanquete,alencontrarseenmediodeaquellosinsolentes,yparapoderlepreguntaracercadesupadreausente.

Una sirvienta escanció el aguamanos que traía en una bella jarra de orosobre una jofaina de plata, para que se lavaran.Y junto a ellos dispuso unapulida mesa. La venerable despensera trajo comida y la colocó sobre ella,dejando muchos trozos escogidos en especial favor a los allí presentes. Eltrinchantelesdejóalalcance,escogiéndoselas,platosconcarnesdetodaclase,ylesdispusotambiénunascopasdeoro.Yunheraldoibayveníaamenudoescanciándolesvino.

Entraronlosprincipescospretendientes.Luegounostrasotrosenhilerasesentaronensillonesybancos.Losheraldoslesvertíanaguasobrelasmanosentantoquelasesclavasamontonabanelpanenlascanastasylosmanceboscolmaban hasta los bordes los cántaros de vino. Ya ellos sobre las viandasdispuestasdelantelanzabansusmanos.

Después, apenas hubieron saciado su apetito de comida y bebida, lospretendientes ocuparon su atención en otras cosas: el canto y la danza, queson,desdeluego,lacoronadelfestín.

UnheraldolepusoenlasmanoslaespléndidaliraaFemio,quiencantabapara los pretendientes por obligación. En tanto que éste, pulsando la lira,entonaba un bello cantar, decíale Telémaco a Atenea de ojos glaucos,aproximandosucabeza,demodoquenoseenteraranlosdemás:

«Queridohuésped, ¿te enojarás conmigopor loquevoy adecirte?Ésos,porsucuenta,seocupandeesto:lacítaraylacanción,sinreparos,mientrasdevorangratislosbienesajenos,losdeunhombrecuyosblancoshuesosacasosepudrenbajo la lluvia tiradospor tierrao talvezenelmar losvoltean lasolas. Con sólo que le vieran de regreso en Ítaca, todos preferirían ser másligerosdepiesasermásricosenoroyvestidos.

»Peroél sindudahamuertoenaciagodestino,ynonosquedaconsueloninguno, aunque alguno de los hombres sobre la tierra asegure que ha devolver.Sehaesfumadosudíaderegreso.

»Conque, vamos, dime y refiéremelo sinceramente: ¿quién eres, de quégente?¿Dóndeestán tuciudady tuspadres?¿Enquénave llegaste?¿CómolosmarinerostecondujeronaÍtaca?¿Quiénessejactabandeser?Porque,enefecto,nocreoqueaquíhayasllegadoapie.

»Aclárame también cabalmente, para que lo sepa bien, si nos visitas por

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primeravezosiyaeresunhuéspeddemipadre,puestoquemuchoshombresacudíananuestracasa,yaqueéltambiénfrecuentabaalasgentes».

LerespondióasuvezladiosaAteneadeojosglaucos:

«Puesbien,telodirécabalmente,desdeluego.ProclamoquesoyMentes,hijo del prudente Anquíalo, y reino sobre los tafios, amigos de los remos.Ahorahearribadoaquíconminaveymiscompañerosnavegandoenelmarde faz vinosa hacia gentes de otro país, hacia Témesa, en pos de bronce, ytransportorefulgentehierro.Minaveestáahí,varadaanteelcampoaunladodelaciudad,enelpuertoReitro,alpiedelboscosoNeyo.

»Huéspedes el uno del otro por parte paterna podemos jactarnos de serdesdeantiguo,siesquevasyse lopreguntasalviejoLaertes,elhéroe;quecuentanqueyanovienea laciudad,sinoquesoportasuspenasenun lugarretiradoenelcampo,juntoaunaancianasirviente,quecuidadesucomidaysu bebida cuando la fatiga invade sus rodillas al arrastrar los pies por elterruñodesufértilviñedo.

»Ahoraacabodellegar.Puesmehabíandichoqueyaestabaenelpaístupadre. Pero, por lo visto, le obstaculizan el camino los dioses; que no hamuertoaúnsobrelatierraeldivinoOdiseo,sinoque,envida,enalgúnlugarestá retenido enmedio del ampliomar, en una isla batida por las olas, y lodetienenhombressalvajes,feroces,quelodemoranencontradesuvoluntad.

»Peroahoravoyadarteunvaticinio,talcualenmiánimoloinspiranlosinmortalesycomoconfíoquehadecumplirse,ynoporqueyoseaadivinodeoficioniunexpertoenaugurios.Yanoestarálargotiempolejosdesuqueridatierrapatria,niaunqueloretenganconcadenasdehierro.Selasingeniarápararegresar,puesespródigoentretas.

»Conque,venga,dimeyrefiéremesinceramentesitúereshijo,tanmayorya,delpropioOdiseo.Deunmodotremendoteleasemejasenlacabezaylosbellosojos,aél,cuandoconfrecuencianosjuntábamosantesdequepartierahaciaTroya,dondetambiénzarparonotros,losmejoresdelosargivos,enlascóncavasnaves.DesdeentoncesniyohevistoaOdiseoniélamí».

Aella,asuvez,lecontestóelsagazTelémaco:

«Puesbienyo tehablaré,huésped,muysinceramente.Mimadreaseguraque soy hijo de éste, yo no lo sé. Pues nunca nadie ha sabido quién leengendró. ¡Ojalá fuera yo hijo de un hombre cualquiera dichoso, al que lavejezlellegaraenmediodesusposesiones!Loqueesahora,dequienresultóserelmásdesdichadode loshombresmortales,deéseafirmanquenací,yaquemelopreguntas».

LereplicóentoncesladiosaAteneadeglaucosojos:

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«Enverdadno te dieron una estirpe falta de renombre futuro los dioses,cuando teparióasíPenélope.Mas,vamos,dimeyexplícamedetenidamenteesto:

»¿Québanquete,quéreuniónesésta?¿Quénecesidadteníasdeella?¿Esunfestín,unaboda?Porquenoesestounacomidaaescote.Quemeparecequeestosinsolentespretendientesbanqueteanentucasasinmesuraninguna.Se enfurecería al ver tales desafueros cualquier hombre sensato que aquí sepresentara».

LereplicóentonceselsagazTelémaco:

«Huésped,yaqueme lopreguntasy lo inquieres, seufanabaantañoestacasadeserricaeirreprochable,mientrasaúnestabaensupaísaquelhombre.Peroahoradeotromodoloquisieronlosdiosesqueplanearonsusdesgracias,quehicieronqueéldesaparecieradeentretodosloshumanos.Puesniconsumuertemehabríaapenadotanto,nisijuntoasuscompañeroshubieracaídoenelpaísdelostroyanosoenbrazosdesusfamiliares,trasdehabercumplidosuesfuerzoenlaguerra;entonceshabríanconstruidountúmulotodoslosaqueos,yhabríalegadoasuhijounagrangloriaparaelfuturo.

»PeroahoralasHarpíaslohanarrebatadodemanerainfame.Desapareciósinrastro,ignorado,yamímehadejadoquebrantosylamentos.Yalllorarleno sollozo por él sólo, ya que otros motivos de duelo me han creado losdioses.Puestodoslosnoblesqueejercenunmandoenlasislas,enDuliquio,enSameyenlaboscosaZacintos,ycuantostienendominiosenlapedregosaÍtaca,todosellospretendenporesposaamimadreyarruinanmicasa.Ellanirechaza el odioso matrimonio ni puede ponerle un límite. Ellos consumen,devorándola,mihacienda,yyaprontoacabarántambiénconmigo».

Lecontestó,indignándose,PalasAtenea:

«¡Ay, ay, cuánmuchonecesitas al ausenteOdiseo, queponga susmanossobrelosdesvergonzadospretendientes!

»Ojaláque, llegandoahora, seplantara en lapuertadelanterade la casa,consucascoysuescudoysusdoslanzas,apareciendotalcualyoleviporvezprimera cuandobebíay sedivertía ennuestramansión, al regresardeEfira,delpalaciodeIloMermérida.Allífue,enefecto,ensuraudanaveOdiseoparasolicitarunvenenomortíferoconelquelefueraposibleuntarsusflechasdepunta broncínea. Pero aquél no se lo dio, porque sentía temor de los diosessempiternos; y se lo diomi padre, que le quería tremendamente. ¡Ojalá quecon tal arrogancia se enfrentara Odiseo a los pretendientes! ¡Breve sería eldestinodetodosysusbodasamargas!

»Masdesdeluegoestáenlasrodillasdelosdioseseso,sivaavengarsealregresar a su palacio o si no. Pero a ti te invito a meditar en cómo vas a

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expulsar a los pretendientes fuera de tu mansión. Vamos, presta atención yaprovechamisconsejos.

»Convocamañanaenasambleaaloshéroesaqueosyexpónlesatodostudecisión, y que los dioses sean testigos. Ordena a los pretendientes que sevayan,cadaunoporsulado,asusposesiones;yencuantoa tumadre,sisuánimolaimpulsaacasarse,queseretirealacasadesumuypoderosopadre.Leprocuraránunabodayledispondránmuymuchosregalosdedote,cuantosleconvienenaunahijaquerida.

»A timismo te aconsejaré francamente, por sime haces caso. Tomandounanaveconveinteremeros,lamejorqueencuentres,veainformarteacercade tupadre tan largo tiempoausente,aversialgunode losmortales tedicealgoosiescuchaslavozdeZeus,quedemodosupremollevalafamaaloshumanos.

»PrimeroveteaPilosypreguntaaldivinoNéstor,ydeallí aEsparta, alhogardelrubioMenelao.Puesélhasidoelpostreroenvolverdelosaqueosdebroncíneatúnica.Sioyesquetupadreestávivoyqueregresa,puedesaún,aunqueestésagobiado,soportarunañomás.Perosiescuchasquehamuertoynoviveya, regresa luegoa tuquerida tierrapatriay elevauna tumbaen suhonorydedícalemuynumerosasexequias,todaslasqueesjusto,yentregatumadreaotrohombre.

»Una vez que hayas concluido y ejecutado todas estas cosas, meditaentoncesentumenteytuánimodequémodomataralospretendientes,sicontrampaoabiertamente.Nodebesandarenniñerías,queyanotienestaledad.

»¿Es que no has oído qué gran fama ha cobrado el divino Orestes antetodas las gentes por haber dadomuerte al asesino de su padre, a Egisto detraidoramente, elquehabíamatadoa supadre?También tú, amigo,pues teveo hermoso y grande, sé valiente, para que cualquiera, incluso de losvenideros,hablebiendeti.

»Yo,pormilado,mevoyyaaminaverápidayconmiscompañeros,quesindudayaestáncansadosdeaguardarme.Cuídatede timismo,yatiendeamisconsejos».

Lecontestó,asuvez,elsagazTelémaco:

«Huésped,ciertoquemedicesesoconánimobenévolo,comounpadreasuhijo, ynuncaolvidaré tuspalabras.Pero, ea, quédate ahora,pormásquedeseeslapartida,hastaque,dándoteunbañoyhabiendodeleitadotucorazón,tengas tu regalo y con ánimo alegre te encamines a tu nave, con un dignoobsequio,muyhermoso,que tendráscomoun tesoro,demiparte, como loshuéspedesamigosdanalosquehospedan».

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LerespondióluegoladiosaAteneadeglaucosojos:

«Nome retengas ahoramás, que ya anhelo el camino. El regalo que tucorazón, te incitaaofrecerme,yame lodarásotravez, cuandovuelva,paraquemelolleveamicasa,yescogiéndolomuyhermoso.Tevaldrálapenaporlacompensación».

Entonces,trasdehaberhabladoasí,partióseAteneadeglaucosojos.Comounpájarosalióvolandoydesapareció.Leinfundióaélcorajeyaudaciaenelánimo, y le rememoró a su padre aún más que antes. Él lo advirtió en suinterioryquedóasombradoensuespíritu,puessepercatódequeeraundios.Yalmomentosedirigióhacialospretendientes.

Paraelloscantabaelmuyilustreaedoyéstosestabansentadosensilencioescuchándole.Y él cantaba el regreso cruel de los aqueos, que desdeTroyahabía dirigido Palas Atenea. Y su canto de origen divino lo captó en susentrañas desde el piso de arriba la hija de Icario, la prudente Penélope.Descendió la alta escalinata de su casa, no sola, sino que la escoltaban doscriadas.

Cuando ella, la divina entre lasmujeres, llegó ante los pretendientes, sedetuvoanteelpilarcentraldeltechobientrabajado,sosteniendodelantedesusmejillassutenuevelo.Acadaladosecolocó,comoesnatural,unasirvientasensata.Yluego,llorosa,lehablóaldivinoaedo:

«Femio,túsabes,sí,muchasotrashistoriasfascinantesdehéroes,hazañasdehombresydedioses,quelosaedoshacenfamosas.Unacualquieradeésascantaparaéstos,sentadoasulado,yqueellosensilenciobebanelvino.Perodeja ese canto cruel, que sin cesar me desgarra el corazón; porque me hahincado muy a fondo una pena inolvidable. Pues siento la añoranza de surostro,recordándolesiempre,aesehombrecuyafamaesampliaporlaHéladeyenelcentrodeArgos».

AsuvezlecontestóaellaenréplicaeljuiciosoTelémaco:

«Madremía,¿porquéahora le impidesalmuyfielaedoquenosdeleite,delmodoenque le impulsa sumente?Nosonennadaculpables losaedos,sino que en cierto modo es Zeus el responsable, quien da a los mortalescomedoresdetrigoloquequiereycomoquiere,acadauno.Noesmotivodeindignación contra éste el que cante el triste final de los aqueos. Que loshombrescelebranmáselcantoquelesresultaelmásnovedosoalosoyentes.Quetucorazónytuánimosearmendevalorparaoírlo.PuesnofueOdiseoelúnicoqueperdióeldíadelregresoenTroya,sinoquetambiénmuchosotrosguerrerosallíperecieron.

»Asíqueveteadentrodelacasayocúpatedetuslaborespropias,deltelarydelarueca,yordenaalascriadasqueseapliquenaltrabajo.Elrelatoestará

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alcuidadodeloshombres,ysobretodoalmío.Míoes,pues,elgobiernodelacasa».

Ellaquedósepasmaday se retiródenuevohaciadentrode lacasa.Pueshabíaguardado en su ánimo la sagaz advertenciade suhijo.Subiendo a lashabitaciones dé arriba con sus sirvientas lloraba entonces porOdiseo, hastaqueundulcesueñosobresuspárpadosderramóAteneadeojosglaucos.

Lospretendientesatronaronagritoslasumbrosassalas,ytodosexpresaronsusdeseosdeacostarseconellaensulecho.

AéstossedirigióelsagazTelémacoconestaspalabras:

«¡Pretendientesdemimadrequemantenéisunasoberbiainsolencia!Ahoradisfrutemos del banquete y que no haya alboroto, porque es hermoso elescucharaunaedocomoéste,semejanteensuvozalosdioses.Alamaneceriremos todos a tomar asiento en el ágora, para que sin tapujos os diga undiscurso:quesalgáisdemipalacioyosprocuréisotrosbanquetes,comiendoavuestrasexpensasyconvidándoosunosaotrosenvuestrascasas.

»Pero si os parece que es más provechoso tratar de arruinar, sin pagoalguno, lahaciendadeunsolohombre,arrasadla.Yo invocaréagritosa losdioses sempiternos que ojalá Zeus permita que vuestros hechos seanretribuidos y que entonces, sin pago ninguno, perezcáis dentro de estepalacio».

Asídijo.Ellos,clavandosusdientesensuslabios,admiraronaTelémacoquehabíahabladoconaudacia.AsuvezlecontestóAntínoo,hijodeEupites:

«Telémaco, en verdad que ahora te enseñan losmismos dioses a ser depalabraaltanerayadiscursearconcoraje.¡AsínotehagareyelCrónidaenlamarinaÍtaca,loquepornacimientoestuherenciapaterna!».

LereplicóentonceselsagazTelémaco:

«Antínoo,sindudavasa irritarteconmigopor loquetediga.Justamenteesoesloquequisieraconseguir,siZeuslopermite.¿Esqueafirmasqueeslopeorquelesocurrealoshumanos?Noesnadamaloreinar.Alinstantelacasasehacericayunomismoesmásrespetado.

»Peroesciertoquehayotrosmuchospersonajesregiosdelosaqueosenlamarina Ítaca, jóvenes y viejos, y uno cualquiera de ellos puede tener estadignidad,yaquehamuertoOdiseodivino.En tal caso,yo seré soberanodenuestro palacio y nuestros esclavos, que me trajo como botín de guerra eldivinoOdiseo».

LehablóentoncesEurímaco,hijodePólibo:

«¡Telémaco!Está,desdeluego,enlasrodillasdelosdioseslodequiénha

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dereinarenlamarinaÍtacasobrelosaqueos.Quetúconservestusriquezasyseas dueño y señor en tu palacio.Ojalá que no llegue algún hombre que tedespojeporlaviolenciadetusposesiones,mientrasestéÍtacapoblada.

»Peroquiero, amigomío,preguntarte sobreel forastero,dedóndeesesehombre.¿Dequétierraproclamaser?¿Dóndetienesulinajeysutierrapatria?¿Acaso trae alguna nueva de tu padre ausente, o ha llegado buscando unprovecho propio? ¡Qué pronto se levantó y se marchó, sin esperar a serreconocido! En verdad que por su aspecto no se parecía a un individuocualquiera».

AéstelecontestóluegoelsagazTelémaco:

«¡Eurímaco, ya se esfumó el regreso de mi padre! Pues ya no me dejopersuadirpornoticiasdequevuelvedealgúnlugar,niconfíoenunpresagioque,llamándomealsalón,mecuentemimadrecomoenviadoporlosdioses.

»Ése es un huésped mío, por parte paterna, de Tafos. Se jacta de serMentes, hijo del prudente Anquíalo y es por tanto soberano de los tafios,amigosdelremo».

Así habló Telémaco; pero en su mente había reconocido a la diosainmortal.

Ellosvolvieronadivertirseconladanzayelseductorcantoysequedaronhasta la aparición del lucero vespertino. Y en estas diversiones les llegó elnegro anochecer. En talmomento, por fin, con el propósito de acostarse seencaminócadaunoasucasa.

Telémaco se fue entonces a la cama, hacia donde tenía construido suelevadodormitorioenunlugarbienvisibleenelespléndidopatio,ycavilabamuchascosasensumente.Asuladolellevabalasantorchasardienteslalealydigna Euriclea, hija deOpe Pisenórida, que antaño había comprado Laertesconsuspropiosbienes,cuandoeraaúnunaadolescente,yporellahabíadadoveintebueyes.Lahabíahonradoigualqueaunavirtuosaesposaensupalacio.Jamástuvotratoconellaenellecho;asíevitabaelrencordesuesposa.

Éstallevabaasuladolasardientesantorchas.Desdeluegolequeríamuchomásquelasesclavas,porquelehabíacriadodeniño.Abrióéllaspuertasdelbientrazadodormitorio,sesentósobreellechoydesvistióselasuavetúnica.Ladejóenlasmanosdelacuidadosaanciana.Ella,reajustandolosplieguesyestirándola,lacolgódeunclavocercadeltorneadolecho.Luegosesaliódelacámara,cerró lapuertaconelpasadordeplatayaseguróelcerrojoconunafalleba.

Allíéldurantetodalanoche,tapadoconunvellóndeoveja,meditabaensumenteacercadelviajequelehabíasugeridoAtenea.

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CANTOII

Apenassemostró,surgidaalalba,laAuroraderosáceosdedos,saltódesucamaelqueridohijodeOdiseo, revistiósusvestidos,colgósedelhombro laafilada espada y ató a sus tersos pies las hermosas sandalias.Y salió de suaposento,semejanteaundiosensuaspecto.

Alpuntoordenóa losheraldosdevocessonorasconvocaralágoraa losaqueosdelargacabellera.Ellosdieronlaproclamayéstossecongreganatodaprisa. Luego que se hubieron reunido y estuvieron todos juntos, se puso enmarcha hacia la asamblea.Llevaba en sumano la lanza de bronce y no ibasoló, le acompañaban dos rápidos perros. Sobre su persona había vertido lagraciadivinaAtenea.Todaslasgentesleadmirabanensuavance.Sentóseenelsitialdesupadreylecedieronellugarlosancianos.

Entre éstos tomó la palabra el primero Egiptio, un héroe que estaba yaencorvadoporlavejezyquesabíamilcosas.PuesunhijosuyosefueconeldivinoOdiseohaciaTroya, la debuenos caballos, en las cóncavasnaves, ellanceroAntifo.Lohabíamatadoelsalvajecíclopeensucavernaprofunda,yse lo aderezó en su cena comoúltimobocado.Lequedabanotros tres.Y eluno,Eurínomo,sehabíajuntadoconlospretendientes,mientrasquelosotrosdos se cuidaban sin descansode las faenas de su padre.Masnopor ello sehabíaolvidadodelprimero,yporélsollozabaygemía.Derramandosullantotomólapalabraylesdijo:

«¡Escuchadmeahora amí, itacenses, loquevoyadeciros! JamáshemostenidoasambleaniseocupóestesitialdesdequeeldivinoOdiseozarpóenlascóncavasnaves.

»¿Ahora quién nos ha convocado así? ¿A quién tan grave urgencia leapremia?¿Esde loshombres jóvenesodequienessonyamayores?¿Acasooyó alguna noticia del regreso del ejército, que nos contará en público, trashaberse enterado el primero? ¿Es que nos va a exponer y a declarar algúnasunto de la comunidad?Nobleme parece que es, un hombre de provecho.¡OjaláledéZeusunbuenfinalaloquemeditaensumente!».

Asídijo.SealegrabadesuintervenciónelqueridohijodeOdiseo.Nosedemorómásratosentado,sinoquedecidióseahablarysealzóenmediodelaasamblea.EnsumanodepositóelcetroelheraldoPisenor,expertoensabiosconsejos.Enprimerlugar,entonces,dirigiósuspalabrasalanciano:

«Noestálejos,anciano,esehombreyalmomentoloadvertirástúmismo.Soyyoquienhaconvocadoalpueblo.Yefectivamentemeapremiaeldolor.

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No he oído ninguna noticia del regreso del ejército que pueda deciros enpúblicotrasdehabermeenteradoelprimero.Sólomipropianecesidad,yaqueunadobledesgraciaseabatiósobremicasa.Porunlado,perdíamipadre,quefueentiemposreyentrevosotrosyqueeraamablecomounpadre.Peroahoraotraes,ymuchomásgrave,elqueprontovanadestrozarporenteromihogar,ydevastaránporcompletomihacienda.

»Lospretendientesdemimadrelaasediancontrasuvoluntad,loshijosdeloshombresquesonaquílosmásdistinguidos,quesiententemoradirigirsealamoradadeIcario,paraqueéstedoteasuhijaylaentregueaquienélquieray a ella le resulte grato. Ésos, que frecuentan nuestra casa todos los días,sacrificandovacasyovejasygruesascabras,danbanquetesybebennuestrorojo vino sin tasa. Nuestros muchos bienes se agotan. Porque no hay unhombrecomofueOdiseopararechazaresaplagadenuestrohogar.

»Nosotrosnosomoscapacesdedefendernos.¿Esqueenadelantevamosaser gente lamentable y desconocedora del coraje? Pues ya se han cometidoaccionesinsoportables,ymicasasehaarruinadodemodoinicuo.Enfureceostambién vosotros y sentid vergüenza de nuestros convecinos, que por acáhabitan. Temed la cólera de los dioses, no sea que, hartándose de sus vilesactos,osvuelvanlaespalda.

»OslosuplicoporZeusOlímpicoyporTemis,laquedisuelveoafirmalasasambleas de los hombres. Conteneos, amigos, y dejadme queme consumasolo en mi lúgubre pena. A no ser que mi padre, el noble Odiseo, causaradaños a los aqueos de buenas grebas, y que vosotros os venguéis por ellos,animandoalospretendientes.Paramímejorseríaquevosotrososzamparaismisbienesymiganado.Puessivosotroslosdevorarais,algunavezobtendríami revancha.Yopodría luego ir por la ciudad reclamandomisbienes, hastaque se me devolviera todo. ¡Pero ahora infundís en mi ánimo pesaresinsufribles!».

Detalmodohabló,enfureciéndose,ylanzóelcetroalsuelo,rompiendoenllanto.Lacompasiónseapoderódetodoelpueblo.Todoslosdemásquedaronentoncesensilencio,yningunoseatrevióaresponderaTelémacoconduraspalabras.Antínoofueelúnicoquelereplicó:

«¡Telémaco de altivo lenguaje, incontenible en tu furor, qué arenga haslargado, injuriándonos!Quisierasquenosabrumarael reproche.Peroante tidenadasomosculpableslospretendientesaqueos,sinotuqueridamadre,quebienaprovechasusventajas.

»Porqueesyaeltercerañoyprontoseráelcuartoquelastimaelcorazónenelpechodelosaqueos.Porunladoatodoslesdaesperanzasyacadaunoenparticularlehacepromesas,enviándolerecados,perosuánimootrascosasplanea.

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»Elúltimoengañoqueensumente tramóeséste:Enhiestaensuampliotelartejíaunatelasuaveyenorme.Yallínosdijoanosotros:

»“Jóvenes que me pretendéis, ahora que ha muerto el divino Odiseo,aguardadenvuestrosrequerimientosdematrimoniohastaquehayaconcluidoestemanto—nosemeechenaperderloshilos—,comosudariofúnebreparael héroe Laertes, para cuando lo arrebate el fatal destino de la tristísimamuerte,paraqueningunadelasaqueasenelpuebloseenojeconmigodequeélyazgasinsudario,despuésdequeposeyómuchasriquezas”.

»Asídijo.Ynuestroimpulsivoánimosedejópersuadir.Conqueentoncesporeldíatejíaeneltelarlagrantela,yporlasnochesladestejía,poniendoasu lado unas antorchas.De estemodo durante un trienio nos engañó con eltruco,yhabíaengatusadoa losaqueos.Mascuandollegóelcuartoañoysepresentaronsusestaciones,entoncesnoslorevelóunadelasmujeres,quelahabía visto bien, y la sorprendimos a ella, deshaciendo el espléndido tejido.Asíqueyalohaacabado,yapesarsuyo,porlafuerza.

»A ti esta respuesta te dan los pretendientes, para que te enteres en tuánimoyque losepan todos losaqueos:mandaafueraa tumadreyordénalequetomepormaridoaunocualquieraquesupadreleindiqueyqueaellaleguste.

»Perosiaúnpersisteendesasosegarpormuchotiempoa loshijosde losaqueos,conesosplanesensuánimo,yaqueAtenealeotorgóenextremoserexpertaenlaboresmuybellasydesutilingenioydiestraenganancias,comono hemos oído que lo fueran antes otras aqueas de hermosos tocados, Tiro,Alcmena y Micena de bella corona, que ninguna de ellas conocíapensamientos semejantes a los dePenélope, en ese casono lodecidió en tuprovecho.Porque, entre tanto,desde luego, tu fortunay tuspropiedades sondevoradas,mientrasqueellamantieneesadecisión,queahoraensupecholeinfundieron los dioses. Gran fama logrará para sí, pero a ti te dejará lanostalgiadetumuchariqueza.

»Nosotrosnonosiremosanuestrastareasnianingunaotrapartehastaqueelladesposeaunodelosaqueos,alqueellaprefiera».

Lerespondióluego,enréplica,elsagazTelémaco:

«Antínoo,deningúnmodomeesposible expulsardemi casa, contra suvoluntad,alaquemedioelser,aquienmecrio.Mipadreenalgúnotrolugardela tierraviveohamuerto.MaloesparamírestituirlemuchospresentesaIcario,siyo,pordecisiónmía,lereenvíoamimadre.Desupadre,pues,voyasufrirgrandesagravios,yotrosmeprocuraráladivinidad,cuandomimadre,alpartirde la casa, invoquea lasodiosasErinias.Ycontramí se elevará lacóleradelasgentes.Porlotantojamáshededaryotalorden.

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»Conque, si vuestro ánimo se siente ultrajado, salid de mis salas yprocuraos otros banquetes, comiendo a vuestras expensas y convidándoosunos a otros en vuestras casas. Pero, si os parece más provechoso lo desaquearimpunementelahaciendadeunsolohombre,esquilmadla.Yoclamaréa los dioses sempiternos que ojalá permita Zeus que vuestros hechos seanretribuidos,yqueentonces,impunemente,perezcáisdentrodeestepalacio».

AsídijoTelémaco.DoságuilasenloaltodesdelacumbredelamontañaechóavolarZeus.Volaronéstasuntrechoalapardelasráfagasdelviento,planeandoconsusalasextendidasunajuntoalaotra;peroalllegaralmediode la vocinglera asamblea, entonces, volteando en círculos, agitaron suscrespas alas y avizoraron las cabezas de todos y parecían un presagio demuerte.Desgarráronseconsusuñaslosrostrosylosflancosyseabalanzaronaladiestrasobrelascasasylaciudad.Ellosquedaronpasmadosantelasaves,viéndolas ante sus ojos. Se estremecieron en su interior por las cosas queamenazabancumplirse.

YentoncestomólapalabraentreelloselviejohéroeHalitersesMastórida.Era,pues,elúnicodesugeneraciónquesehabíadestacadoendistinguirlosvuelosdelasavesyenrevelarsusaugurios.Conánimobenevolentetomólapalabraentreellosylesdijo:

«Escuchadmeahoraamí,itacenses,loqueosvoyadecir.

»Sobretodocomoadvertenciaalospretendientesvoyadecirlo.Puessobreellossearremolinaunaenormedesdicha.QueOdiseonoestarálargotiempolejosdelossuyos,sinoquecercaestáyayatodoselloslespreparamatanzayfatal fin. También para muchos otros, que habitamos la clara Ítaca, habrádesastres; conquemeditemosmucho antes, a fin de detenerlo. Que éstos semoderenporsímismos.Porque,enverdad,paraelloslesesmásconveniente.

»No profetizo, pues, como inexperto, sino como bien entendido. Asítambiénafirmoqueparaaquéltodosehacumplido,comolepredije,cuandolos aqueos se embarcaron para Ilión, y con ellos zarpó el astutoOdiseo.Lepronostiqué que, tras largos padecimientos, después de perder a todos suscamaradas, desconocido para todos, al vigésimo año regresaría a su patria.Ahorayaestátodocumplido».

Lereplicó,asuvez,Eurímaco,hijodePólibo:

«Eh viejo, venga, vete a tu casa y profetízales a tus hijos para que nosufranalgúndañoenelfuturo.Enestosoyyomuchomejorquetúparadarvaticinios.Muchospájarosvanyvienenbajolosrayosdelsolynotodossonportadoresdeaugurios.LoqueesOdiseohamuertolejos.¡Comoojaláquetúhubieras acabado también con él! Así no hablarías tanto de vaticinios, niazuzaríasasíalenfurecidoTelémaco,confiandoenquetalvezteenvíealgún

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regaloatucasa.

»Bien, tevoyadeciralgoquehadecumplirse también.Si tú,quesabesmuchasyantiguascosas,incitasaunhombremásjoven,animándolecontuspalabrasparaque se enfurezca, esto le será a él aúnmásangustioso,pues apesardeellonadapodráhacer.Peroati,viejo,teimpondremosunamulta,queteamargaráenelcorazónalpagarla.Seráundurodolorparati.

»ATelémaco delante de todos voy a darle un consejo.Que ordene a sumadrequeseretirealamansióndesupadre.Leprepararánunmatrimonioyledaránregalosdebodamuynumerosos,cuantosconvienequeaporteendoteuna hija querida. Porque no creo que los hijos de los aqueos desistan de suesforzada pretensión; ya que a nadie tememos, desde luego, ni siquiera aTelémaco,no,pormuyfanfarrónquesea,nihacemoscasodelvaticinio,quetú,anciano,profieresenvano.Conellonosresultasaúnmásdespreciable.

»Por lo demás sus bienes van a ser devorados de mal modo y nuncaobtendrá compensación, mientras su madre entretenga a los aqueos con suboda. Entre tanto nosotros aguardamos y rivalizamos todos los días por taltriunfo, y no vamos tras otras, con las que sería conveniente a uno y otrocasarse».

LecontestóenréplicaelsagazTelémaco:

«Eurímaco y los demás que sois pretendientes ilustres, en esto ya no ossuplicaréniapelarémásantevosotros.Queyalosabenlosdiosesytodoslosaqueos.Asíque,vamos,dadmeunaveloznaveyveintecompañerosqueamiladoporaquíyporallítracenelcamino.PuesmeiréaEspartayalaarenosaPilosainformarmeacercademipadretantotiempoausente,aversialgunodelosmortalesme cuenta algo o por si escucho la voz deZeus, que demodosupremollevalafamaalosmortales.

»Sioigoquemipadreestáenvidayregresa,aunquemuyagobiadoesté,puedo resistir todavíaunaño.Perosioigoquehamuertoyayquenovive,regresandoluegoamiqueridatierrapatria,levantaréunatumbaensuhonor,ylededicarénumerosasexequias,todaslasqueesjusto,yentregaréamimadreaotrohombre».

Una vez que así hubo hablado, él se sentó, y entre ellos púsose en pieMéntor,quefuecamaradadelirreprochableOdiseo,yalqueéste,alpartirenlas naves, había encomendado toda su casa, con instrucciones de queobedecieran al anciano y que él lo vigilara todo de firme. Éste, con ánimoamistoso,tomólapalabraylesdijo:

«Oídme ahora a mí, itacenses, lo que voy a deciros. ¡No ha de ser yabenevolente, justo y suave ningún rey, poseedor de cetro, ni guardar en supecho sentencias ecuánimes, sino que será siempre soberbio y autor de

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iniquidades!Quenadiedesusgentes,paraquieneséleraelseñor,recuerdaaldivinoOdiseoycómoeracomounpadre.Novoyportantoareprocharalosarrogantespretendientesquecometanactosviolentosen losdisparatesde sumente.Puesellos,exponiendosuscabezas,devoranviolentamentelahaciendadeOdiseo,yafirmanqueélyanovolverá.Ahoraestoyirritadocontraelrestodelpueblo,devercómoosquedáis todossentadosensilencioysin intentarsiquiera, afrentándolos con vuestras palabras, contener a esos contadospretendientessiendovosotrosmuchos».

AéstelereplicóLeócrito,hijodeEvénor:

«Méntor,tortuoso,embotadodemente,¡quéhasdichoincitandoaquenosdetengan! ¡Amargo les sería incluso a hombres aún más numerosos pelearcontra nosotros por un festín! Porque, aunque el mismo Odiseo de Ítacaregresara y tramara en su ánimo expulsar de su hogar a los famosospretendientes que banquetean en su palacio, no se alegraría mucho de suvuelta sumujer que tanto lo echa demenos, sino que él obtendría un tristefinal para sí mismo, al combatir contra muchos más. No has hablado conacierto.Conque,vamos,queelpueblosedisuelva,cadaunoasustareas.

»AéseleimpulsaránaviajarMéntoryHaliterses,quesondesdesiemprecompañerosdesupadre,perosóloellos.PerosentadoenÍtacamuchotiempo,aquíseenterarádelasnoticiasynuncaacometerátalviaje».

Asídijoentonces,ydisolviólapresurosaasamblea.Losdemássefueroncadaunopor su ladoa sucasa,mientras lospretendientes sedirigierona lamansióndeldivinoOdiseo.Telémacoseretirólejosalaorilladelmar,y,trashaberselavadolasmanosenlaespumosaorilla,invocóaAtenea:

«¡Óyeme,divinidadqueayervinisteanuestrohogar,ymeincitasteapartiren una nave por la brumosamar para informarme acerca del regreso demipadretantotiempoausente!Todoesolodemoranlosaqueosysobretodolospretendientesensuinfamesoberbia».

AsídijorezandoyasuladoacudióAtenea,quesehabíaasemejadoenelcuerpoylavozaMéntor.Tomandolapalabra,decíalepalabrasaladas:

«Telémaco,enadelanteyanoseráscobardeniestúpido,sialgoentisehainculcado el valeroso coraje de tu padre. ¡Cómo era aquél en cumplir suempeñoysupalabra!Novaaser,pues,tuviajeinútilniincierto.

»SinofuerasunvástagodeélydePenélope,nocreoquetúacabaras loqueahoraplaneas.Desdeluegosonpocosloshijosquesalensemejantesasuspadres;losmássonmásdébilesypocossonmejoresquesupadre.Masyaqueno vas a ser desde ahora cobarde ni estúpido y no careces en absoluto delingeniodeOdiseo,tengoesperanzadequeconcluyasestaempresa.

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»Porlotanto,olvidalaamenazaylaintencióndelosneciospretendientes,quenosonnadasensatosnijustos.Nadasabendelamuerteyelnegrodestinoqueyalesrondacerca:quetodosvanaperecerenunmismodía.

»Para ti el viajequemeditasnovaa retardarseyamucho.Enmi tienes,pues, a un leal camarada de tu padre, tanto que he de prepararte una negranave y yomismomarcharé contigo.Conque ve a tu casa y reúnete con lospretendientes, consigueprovisionesyguárdalas todas en recipientes, el vinoenjarrasylaharina,sustentodeloshumanos,entersospellejos.

»Yo recogeré en seguida en el pueblo a los compañeros que venganvoluntarios.Muchas naves hay en lamarinera Ítaca, nuevas y antiguas.Mefijaré entre ellas en la que sea la mejor. La equiparemos enseguida y labotaremosalanchurosomar».

AsíhablóAtenea,hijadeZeus.Nosedemoróyamás tiempoTelémaco,que había escuchado la voz de un dios. Echó a andar hacia su casa,preocupadoensucorazón,yallíencontróalosarrogantespretendientesensussalas,desollandocabrasyasandocerdosenelpatio.

Salió Antínoo riendo al encuentro de Telémaco. Le cogió de lamano yempezóahablarleylellamabaporsunombre:

«Telémaco de altanero lenguaje, incontenible en tu furor, que no tepreocupeen tupechoningúnmalactonipalabra, sinovenacomerybeberconmigo,comoantes.Todoesobienteloprocuraránlosaqueos:unanaveyunos remeros seleccionados,paraquecuantoantes arribes a lamuy sagradaPilosapornoticiadetufamosopadre».

LecontestóenréplicaeljuiciosoTelémaco:

«Antínoo,nomeesposibledeningúnmodoasistiralbanqueteavuestrolado, en silencio, y disfrutar sereno de él. ¿No es ya bastante cómo habéisarrasadomuchasyvaliosaspropiedadesmíasenelpasado,cuandoyoeraaúnniño?Ahora cuandoya soy adultoy al escuchar el relato ajenomedoyporenterado,yyasemesublevaelánimoenmi interior, intentaréecharosa lasfunestasParcas,tantosimevoyaPiloscomosimequedoenmipueblo.

»Meiré,ynoseráunviajebaldíoelqueosanuncio.Loharécomosimplepasajero, ya que no logré ni una nave ni remeros. Así, seguramente, os haparecidomásprovechoso».

Asíhabló,ysoltósumanode ladeAntínooprontamente.En lacasa lospretendientessededicabanalfestín,ylozaheríanyleatacabanconpalabrasdeburla.Deestemodohablabaunodelosjóvenesjactanciosos:

«Ya está Telémaco cavilando nuestra matanza. Tal vez vaya a traersealgunos protectores de la arenosa Pilos, o acaso incluso de Esparta, ya que

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tiene tanenormeansia.Omás,quiere llegarsehastaEfira, tierraexuberante,paraproveerseallídevenenosmortíferosylosvaaecharenunacráteraynosdestruiráatodosnosotros».

Yotroporotroladodelosjóvenesjactanciososcomentaba:

«¿Quién sabe si, marchando en su cóncava nave, perecerá a lo lejos,errabundo, como Odiseo? Con eso aún más nos aumentaría a nosotros lafaena: pues entonces tendríamos que repartirnos toda su hacienda, y luegoentregaríamoslacasaasumadreyaquiensecaseconella».

Asíhablaban.Éldescendióalacámara,vastaydealtotecho,desupadre,dondeseguardabaenmontonesoroybronce,ytelasenlasarcas,ycantidadde aromático óleo. Allí se encontraban almacenadas las tinajas de vino,sabroso, demuchos años, que albergaban el divino licor puro, colocadas enfilaalolargodelmuro,porsialgunavezOdiseoregresabaalhogar,trassufrirmuchospesares.Estabancerradaslasdoblesbatientesdelapuertafirmementeensambladas.Allívelabanocheydíaladespensera,quetodocustodiaba,conlasabiduríadesuingenio,Euriclea,lahijadeOpePisenórida.

AéstaledijoTelémaco,habiéndolallamadoalaposento:

«Ama,venga,escánciameenunasjarrasunvinodulce,eldemejorsaborquehayadespuésdelquetúguardas,confiadaenelregresodeldesventurado,porsi,dedondesea,vuelveOdiseo,deestirpedivina,escapandoalamuerteylas Parcas. Lléname doce y cúbrelas con sus tapaderas. Échame tambiénharina de trigo en unos pellejos bien cosidos. Que haya veinte medidas deharinafinabienmolida.Yquesólotúquedesenterada.

»Tenlopreparado todo junto.Porquealanochecervendréa recogerlo,encuantomimadresubaasushabitacionesysedispongaaacostarse.Quemevoy a Esparta y a la arenosa Pilos, a informarme acerca del regreso demiqueridopadre,porsialgooigo».

Asídijo.DioungemidolanodrizaEuriclea,y,entresollozos,lecontestóaladaspalabras:

«¿Porqué,hijoquerido,tevinoalamenteesepropósito?¿Adóndequieresirteporlavastatierra,túqueereshijoúnicoybienamado?Murióéllejosdesupatria,enunpaísdegentesignotas,Odiseo,dedivinolinaje.Aquíésosencuanto tú te vayasmaquinarán daños futuros, para quemueras a traición yellosserepartantodolodeaquí.Conquequédatejuntoalotuyofirme.Nadateobligaasufrirpenalidadesniavagarsobreelestérilmar».

AellalecontestóelsagazTelémaco:

«Tenconfianza,ama,quenosinundiosmevinotalpropósito.Júramesóloquenoselodirásamimadrequeridahastaquepasendiezuoncedíasoella

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sientamiausenciayoigaquehepartido,afindequenolloreysedesgarresuhermosapiel».

De talmodo le habló, y la anciana prestó el solemne juramento, por losdioses. Luego que juró y hubo concluido el juramento, almomento le echóvino en los cántaros y le colmó de harina los pellejos bien cosidos. YTelémacosefuealasalaareunirseconlospretendientes.

Entre tanto otra cosa, por su cuenta, decidió la diosa Atenea de ojosglaucos.TomandolafiguradeTelémacoandabaportodaspartesalolargodela ciudad, y a cada hombre al que se acercaba le decía unas frases parainvitarlesaque,alanochecer, se reunieranalpiedeunanave rápida.LuegoellalepidióaNoemón,elpreclarohijodeFronio,unligeronavío.Ésteseloofrecióconbuenánimo.

Hundióseelsolylascallessellenabandesombras.Entoncesbotóalmarlaraudanave,ydispusoabordotodoslosaparejosquesuelenllevarlasnavesdebuenosbancosderemos.Ladetuvoalextremodelpuerto,yasualrededorsecongregabantodosengrupo.Yladiosadabaánimosacadauno.

Yaúnotracosa,porsucuenta,dispusoladiosaAteneadeojosglaucos.Sepuso en caminohacia lamansióndel divinoOdiseo.Allí derramó sobre lospretendientesunadulcesomnolencia,comenzóaecharlosapenasbebíanylesderribabalascopasdelasmanos.Ellosseapresurabanporlaciudadyendoadormir, y no atendían ninguna demora porque el sueño caía sobre suspárpados.

EntoncesaTelémacosedirigióAteneadeojosglaucos,llamándoleafueradelaspobladassalas,apareciendoconlafiguradeMéntorenelporteylavoz:

«Telémaco, ya te esperan tus compañeros de hermosas grebas sentadosjunto a los remos, aguardando la orden de marcha. Así que vayamos y nodemoremosmáselviaje».

Trasdehaberhabladoasí,leguiopresurosamentePalasAtenea.Marchabaélenposde lashuellasde ladiosa.Cuandoluegollegaronante lanaveyelmar,hallaronallíenlaorillaasuscompañerosdelargacabellera.AéstosleshablólasagradafuerzadeTelémaco:

«Pronto, amigos, traigamos las provisiones. Ya están todas reunidas, enefecto, en mi casa. Mi madre nada sabe de esto, ni las otras esclavas, aexcepcióndeunaqueatendióamiencargo».

Despuésdehablarasí, loscondujoyellosmarcharon trasél.Lo trajeronellostodoylocolocaronenlanavedebuenosbancosderemeros,comoselohabíaordenadoelqueridohijodeOdiseo.

SubióTelémacoalnavío,y leprecedíaAtenea,que se fuea sentaren la

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proadelanave.AsuladosentóseTelémaco.Losdemássoltaronlasamarras,subieron también a bordo y se sentaron a los remos. Les envió un vientofavorableAteneadeojosglaucos,uncéfirocontinuado,queresonabasobreelvinosomar.

Telémaco, animando a sus compañeros, les ordenó echar mano a lasjarcias,yellosatendieronasusórdenes.Alzaronelmástildeabetoylofijaronerguido en el agujero del centro de cubierta, lo sujetaron con las drizas, ytensaronlablancavelaconcorreasbovinasbienretorcidas.Elvientocombóelcentro de la vela, y a uno y otro costado de la nave rugía con fuerza elpurpúreo oleaje. Corría trazando su camino siempre avante, a través de lasolas.

Cuandohubieronajustadoelaparejoenlanegranave,levantaronlascopascolmadasdevinoehicieronlaslibacionesalosdiosesnacidosparasiempre,ydemodoespecialalahijadeZeus,ladelosojosglaucos.

Todalanocheyelalbalanavesurcabasuruta.

CANTOIII

Levantóseelsolabandonandoelbellísimomarporelbroncíneocieloparaalumbraralosinmortalesyalosmortalesperecederosenlatierraquelesdasustento.YellosllegaronaPilos,labienfundadaciudaddeNéstor.

Sugenteestabaenlaorilladelmarsacrificandotorosnegrosporcompleto,en honor del Sacudidor de la tierra, de oscura melena. Allí había nuevebancos,yencadaunosesentabanquinientosysepresentabanporcadagruponueve toros. Mientras probaban las vísceras y quemaban para el dios losmuslosde lasvíctimas,arribaronellosalpuerto, recogieronyreplegaron lasvelasdelaequilibradanave,lafondearonybajaron.

Telémaco,pues,descendiódesubarcoyloguiabaAtenea.Fuelaprimeraenhablarladiosadeojosglaucos:

«Telémaco,nodebeyaretenertelavergüenza,quenoeresunadolescente.Atalfin,enefecto,haspasadolamarahora,paraindagaracercadetupadre,dóndelatierraloocultayquédestinohaencontrado.Conque,va,vetederechoaNéstor,domadordecaballos.Sepamosquéplanesalbergaenelfondodesupecho. Ve a suplicarle tú mismo, para que te diga la verdad. No dirá nadafalso,puesesmuyjuicioso».

Aella,asuvez,lecontestóelsagazTelémaco:

«Méntor, ¿cómo iré? ¿Cómo voy a saludarle? Todavía no poseo

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experiencianingunaendiscursosapropiados.Ytambiénesvergonzosoqueunhombrejoveninterpeleaunodemásedad».

LecontestóentoncesAteneadeojosglaucos:

«Telémaco,unascosaslaspensarásportimismoentumente,yotrastelassugeriráacasounadivinidad.Porquepiensoquetúnohasnacidonitecriaronaespaldasdelosdioses».

Después que hubohablado así, PalasAtenea le condujo presurosamente.Detrás marchaba él tras las huellas de la diosa. Y se presentaron ante laasamblea de los hombres de Pilos en sus bancos. Allá, en efecto, estabasentadoNéstorconsushijos,yporambosladossuscompañerospreparabanelbanquete,asabanlascarnesyensartabanotras.

En cuanto éstos vieron a los forasteros, acudieron todos en tropel, lossaludabanconlasmanosylesinvitabanasentarse.ElprimeroquevinoasuladofueelhijodeNéstor,Pisístrato,quetomólasmanosdelosdosyloshizosentarseenelfestínsobreblandospellejosdeoveja,enlasarenasdelaplaya,junto a su hermano Trasimedes y su propio padre. Les ofreció luego unasporcionesdelasvíscerasylesescancióvinoenunacopadeoro.ConmuestrasderespetodirigiólapalabraaPalasAtenea,hijadeZeusportadordelaégida:

«Invoca ahora, forastero, al soberano Poseidón. Que es en su honor elbanquetealqueasistísalveniracá.Luego,encuantohayashecholalibaciónylainvocaciónqueesderitual,pásaleenseguidalacopadevinodulcecomomielaéseparaquehagalomismo,porquepiensoquetambiénélhadeelevarsusúplicaalosinmortales.Porquetodosloshombressesientendependientesdelosdioses.

»Peroesmásjoven,demimismaedad.Poresotedaréprimeroatilacopadeoro».

Trasdehaberhabladoasí,leponíaaellaenlamanolacopadedulcevino.SealegróAteneaconel sagazy justomuchacho,ydequeaellaprimero ledieralacopadeoro.

YalmomentoinvocóconfervoralsoberanoPoseidón:

«Escúchame,Poseidón,queabrazaslatierra,ynoteopongasaquesenosrealicen a nosotros, tus suplicantes, nuestros empeños. Lo primero de todo,otórgalesgloria aNéstor y a sushijos, luegodales a los demás, a todos lospilios,unagratarecompensaportanmagníficahecatombe.YconcedeademásqueTelémacoyyovolvamostrashaberlogradoaquelloporloquehastaaquíllegamosennuestraveloznavenegra».

Así oraba entonces y ella misma le daba cumplimiento. Le entregó aTelémacolahermosacopadoble.Ydeigualmodoelevósuplegariaelquerido

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hijodeOdiseo.Luegoqueseasaronlascarnesdeporencimaylashubieronapartadodelfuego,hicieronlaspartesycelebraronelmuyfamosobanquete.

Más tarde, cuando ya hubieron saciado su apetito de bebida y comida,empezóahablarleselcaballerodeGerenia,Néstor:

«Ahora ya, cuando se han saciado de alimento, esmejormomento paracharlar y preguntar a nuestros huéspedes quiénes son. ¿Quiénes sois,forasteros? ¿Desde dónde navegáis los líquidos senderos? ¿Es en pos dealguna empresa o andáis vagando sin rumbo por el mar, como piratas quevaganexponiendosusvidasyllevandoconsigolaruinaaotrasgentes?».

A él le contestó, a su vez, el sagaz Telémaco, animoso. Pues la mismaAtenea le había infundido ánimos en su interior, a fin de que le interrogarasobresupadreausente,yquecobraraluegonoblefamaentreloshumanos.

«¡OhNéstor,hijodeNeleo,grangloriadelosaqueos!Nospreguntasquededóndesomos.Yotelodiréconprecisión.

»Nosotroshemosvenidode Ítaca,alpiedelNeyo.Nuestraempresa,quevoy a decirte, no es comunitaria, sino privada. Voy en pos del ampliorenombredemipadre,porsienalgúnlugaroigohablardeél,delmuysufrido,divinoOdiseo,quiendicenquecombatiendoatuladoconquistólaciudaddelostroyanos.QuedetodoslosdemásqueenTroyapelearonhemossabidoendóndepereciócadaunoconcruelmuerte,peroaélleimpusounignotofinalel hijo de Crono. Nadie puede, en efecto, contarnos de plano dónde haperecido, si en tierra firme fue derrotado por hostiles guerreros o si acasoquedóenelmarbajoeloleajedeAnfitrite.

»Por esta causa llego ahora suplicante a tus rodillas, por si quisierasreferirmelatristeperdicióndeaquél,sienalgunapartelavistecontuspropiosojos,osioísteelrelatodealgúnotroviajero.¡Puesmuydignodelástimaledioa luzsumadre!Ynome loendulcespordecoroniporcompasión,sinoque cuéntamelo bien a fondo, cómo te encontraste con tal noticia. Te losuplico,siesquealgunavezmipadre,elnobleOdiseo,cumplióporenterolapalabraoelgestoquehizocomopromesaenelpaísde los troyanos,dondepadecisteis pesares los aqueos. Recuérdalo ahora en mi favor y dime laverdad».

LerespondióluegoelcaballerodeGerenia,Néstor:

«¡Ah,amigo,cómoafondomehasrememoradoelquebrantoqueenaquelpaíssufrimosloshijosdelosaqueos,inconteniblesenvalentía,yacuandoenlasnavessobreelbrumosomarnavegábamosenbuscadebotínpordondenosllevaba Aquiles, ya todas las veces que en torno a la gran ciudadela delsoberanoPríamocombatíamos! ¡Allícayeronmuertos losmejorescaudillos!AlláyaceelbelicosoAyante,alláAquiles,alláPatroclo,consejerocomparable

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a losdioses,yallámiqueridohijo, tan fuertecomo irreprochable,Antíloco,siempre rápido en la carreray excelentepeleador.Yotrosmuchosdesastresademás de éstos soportamos. ¿Quién entre los hombres mortales podríacontarlosaquellostodos?Noacabaríasdeinformarte,niquedándoteamiladocincooseisaños,decuántospesaresallísufrieronlosdivinosaqueos;muchoantes te retirarías afligido a tu tierra patria. Porque durante nueve añosurdimos desgracias contra los troyanos, agobiándolos con todo tipo deemboscadas,yaduraspenaslespusofinelhijodeCrono.

»Allínuncaningunotratódeigualarsedefrenteatupadreenastucia,puesengrantrecholosaventajabaeldivinoOdiseoentrucosdetodotipo,tupadre,siesquedeveraseresdesusangre.Elpasmomedominaalmirarte.

»En verdad que son parecidas vuestras frases, y no se creería que unhombretanjovenhablaradeunmodotanjusto.

»Porentonces,mientraseldivinoOdiseoyyoalláestuvimos,jamásenlaasamblea o en el consejo tomamos opciones contrarias, sino queunánimementeconinteligenciaysensatezaconsejamosalosaqueosparaquelesfueralomejorposible.

»Pero, luego,despuésdequehabíamosyaarrasado laamuralladaciudaddePríamoyembarcamosen lasnaves, ladivinidadcomenzóadividir a losaqueos,yyaensumentepremeditóZeusunluctuosoregresoparalosargivos,porqueenningunamanerafueron todosprudentesni justos.Poresomuchosdeellosmerecieronuncalamitosofinal,acausadelrencorfunestodeladelosojosglaucos,lahijadelaltísimo,quesuscitóunadisputaentreambosAtridas.

»Convocaron uno y otro a la asamblea a todos los aqueos, de golpe, esdecirsinningúnorden,alapuestadesol.Acudieronlosaqueos,abotargadospor el vino, y los dos les proclamaron sus arengas sobre el porqué habíanreunidoalejército.EntoncesMenelaoexhortabaa todos losaqueosapensaren el regreso sobre el anchuroso lomo del mar, y eso no le pareció bien aAgamenón.

»Puesélqueríareteneralatropaycelebrarsagradashecatombesafindeconjurar la cólera de Atenea. ¡Insensato! Tampoco sabía esto: que no lapersuadiría.Quenosealteraenunmomentoelpropósitodelosdiosesquesonparasiempre.Asíqueambossepusieronenpieincrepándosecondurasfrases.Losaqueosdehermosasgrebasselevantaronconunformidableestrépito.Unadecisióndistintasatisfacíaaunoyotrobando.

»La noche la pasamos agitados recelando ferozmente unos de otros ennuestras entrañas. Desde luego Zeus nos deparaba una avalancha dedesgracias.

»Al alborear los unos arrastramos nuestras naves hacia el divino mar.

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Transportamosabordoelbotínyalasmujeresdefinacintura.Otramitaddelas tropas se quedaba aguardando allá, a las órdenes del AtridaAgamenón,pastor de pueblos. La mitad nos embarcamos y partíamos. Las navesnavegaban a todo avante y un dios había allanado la mar de los grandesmonstruos.AlllegaraTénedosofrecimossacrificiosalosdioses,ansiososdevolveralapatria.PeroZeusaúnnonoshabíadecididoelregreso,tanrigurosoquedenuevo,porsegundavez,suscitóunaperniciosarencilla.

»Los otros, volviéndose, fletaron sus naves de combos costados bajo elmandodeOdiseo,elprudentesoberano,desinuosoingenio,paradarotravezsatisfacciónalAtridaAgamenón.Yo,sinembargo,conelgrupodenavesquemeseguía,mealejé,porquehabíaadvertidoqueundiospreparabadesdichas.Y se alejaba el belicoso hijo de Tideo, y dio impulsos a sus compañeros.Luego se nos agregó el rubioMenelao, nos alcanzó en Lesbos cuando nosdisponíamosauna larganavegación.Obiennavegaríamosporencimade laescarpadaQuíos, juntoa la isladePsiria, teniéndolaa ladiestra,obienpordebajodeQuíos,alolargodelventosoMimante.

»Le suplicábamos al dios que mostrara un prodigio. Entonces él nos lomanifestóynosindicabaquecruzáramosporelmediodelmarhastaEubea,afindequeporelcaminomásrápidohuyéramosdelacatástrofe.Comenzóasoplarunviento ligero.Lasnaves,muypresurosas,surcabanelmarpobladodepeces,ydenochearribaronaGeresto.APoseidónleofrecimosnumerososmuslosdetoros,porhaberrecorridolavastasuperficiemarina.

»Fue en el cuarto día ya cuando en Argos los compañeros del TideidaDiomedes, domador de caballos, fondearon sus equilibradas naves. Por miparteyomanteníamirumbohaciaPilos,sinquecesaraelfavorablevientoquedesdeuncomienzoenvióasoplarundios.Asíllegué,sinmásnoticias,ynadasédeaquéllos,quiénessesalvaronyquiéneshanmuertodelosaqueos.

»De todas las cosas de queme he informado aposentado enmi palacio,comoesjusto,teenterarásynovoyaocultartenada.Cuentanquevolvieronbien losmirmidones intrépidos con sus lanzas, a los que conducía el ilustrehijodeAquiles,ybien llegóFiloctetes,elclarohijodePeante.E IdomeneorecondujoaCretaatodossuscompañeros,cuantosescaparondelaguerra,yelmarnoleprivódeninguno.DelAtridatambiénvosotroshabéisoído,aunquevivís alejados, cómo regresó y cómo Egisto le había preparado una cruelmuerte.Pero,desdeluego,éselopagódeunmodomiserable.¡Cuánbuenoesqueunhombredejé,almorir,unhijo,yaqueasíéstesevengódelasesinodesu padre, de Egisto, de mente traidora, que diera muerte a su gloriosoprogenitor! ¡También tú, amigo, puesto que te veo hermoso y crecido, sévaliente,paraquecualquierainclusodelosvenideroshablebiendeti!».

LecontestóentonceseljuiciosoTelémaco:

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«¡OhNéstorNeleíada,grangloriadelosaqueos!Desdeluegoquelevengómuybienaquélylosaqueosledaránhonoramplioparaquelosepaninclusolos venideros. ¡Pues ojalá amí tambiénme concedieran los dioses tan granánimo para vengarme de los pretendientes de ultrajante soberbia, queejerciendosudesmesuratramancontramíactosquereclamanvenganza!Peronotramaronlosdiosestangranventuraparamipadreyparamí.Ahora,contodohayqueresignarse».

LerespondióasuvezelcaballerodeGerenia,Néstor:

«Oh amigo, ya que tú me lo has recordado y lo mencionaste, sí queafirman que numerosos pretendientes de tumadre en tu palacio a despechovuestro tramandaños.Dime: ¿acaso te doblegas de buen grado, o es que lagentedetupuebloteaborrece,atendiendoaloráculodeundios?¿Quiénsabesi ha de vengarse aquél un día, al regresar, de esos actos de violencia,presentándosesoloocontodoslosaqueos?

»¡Ojalá, en efecto, a ti decidiera quererte Atenea de ojos glaucos tantocomo tenía afecto por el ilustre Odiseo antaño en el país de los troyanos,dondepadecimospenalidadeslosaqueos!Puesnuncahevistoquelosdiosesquisierantanclaramenteanadie,comoclaramenteleasistíaaélPalasAtenea.¡Ojaláasídecidieraquererteysecuidaradetiensuánimo!¡Conesoseguroquemásdeunodeellosolvidaríalaboda!».

LerespondióasuvezeljuiciosoTelémaco:

«¡Ohanciano,nocreoquetaldeseollegueacumplirsejamás!¡Ciertoquetehas expresadoconhartagrandeza!El asombromedomina.Nomepuedeacontecertalcosa,pormuchoqueloanhelo,nisilosdiosesasíloquisieran».

LereplicóentoncesladiosaAteneadeojosglaucos:

«Telémaco, ¡qué frase se te ha escapado del cerco de los dientes!Fácilmentepuedeundios,siloquiere,salvarinclusodesdelejosaunhombre.Preferiríayo,almenos,llegaramihogaryvereldíaderegreso,inclusotrasde haber sufridomuchos dolores, a volver ymorir en el hogar comomurióAgamenón,bajolatrampadeEgistoydesuesposa.Perodemuertesemejanteni siquiera los dioses pueden rescatar a un hombre querido una vez que elfunestosinodelatristísimamuertelohaarrebatado».

Aellalecontestó,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«¡Méntor,nohablemosmásdeeso,pormuchoquenosagobie!Paraélyanoesprobableelregreso,sinoqueyaledecidieronlosinmortaleslamuerteyunnegrodestinofatal.AhoraquieropasaraotrotemaypreguntarleaNéstor,yaquesuperaensaberdejusticiayencorduraalosdemás.Porquedicenqueha regido a tres generaciones de hombres. ¡Oh Néstor, hijo de Neleo,

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cuéntametúlaverdad!¿CómomurióelAtrida,elmuypoderosoAgamenón?¿Dónde estabaMenelao? ¿Quémuerte le dispusoEgisto, demente traidora,quematóaunomuchomásnoble?¿EsquenosucedióenArgos,deAcaya,sinoqueenalgúnotrolugarseaventuróyallícobróvalorparadarlemuerte?».

LerespondióentonceselcaballerodeGerenia,Néstor:

«Desde luegoqueyovoyadecirte toda laverdad.Enciertomodoya teimaginas tú mismo cómo sucedió. ¡Ah, si hubiera encontrado a Egisto aúnvivoenelpalacio,asuregresodeTroya,elrubioMenelao!Entalcasoniaunmuerto lehabríancubiertodeunmontónde tierra, sinoque losperrosy lasavescarniceras lohabríandesgarrado, tiradoenmediodel llano, fuerade laciudad,yningunadelasaqueashubieralloradoporél.Tremendaeralaacciónqueacometió.

»Peronosotrospermanecíamosallácumpliendomuchospeligros,mientrasque él, tranquilo en su reducto de Argos criadora de caballos, maquinabareiteradamenteparahechizaralamujerdeAgamenónconsuspalabras.

»Sin embargo, al comienzo, se resistía a tan infame crimen la divinaClitemnestra. Porque poseía nobles sentimientos.A su lado tenía además alaedo, a quienmucho le había recomendado elAtrida al zarpar aTroya quetuvieracuidadodesuesposa.Perocuandoyaeldestinodelosdiosesdecretóquefuerasometida,entoncesEgistosellevóalaedoaunaisladesiertayallíloabandonó como presa y despojo de las aves de rapiña, y a ella conmutuoconsentimientoselallevóasucasa.

»Muchos muslos quemó sobre los altares sagrados de los dioses ynumerosasofrendasdedicó,tejidosyoro,porhaberlogradosugranempeño,loquenuncahubieracreídosuánimo.Nosotros,entretanto,navegábamosdevueltadeTroya,elAtridayyoconrecíprocossentimientosdeamistad.Mas,alpasarporSunion,elsacropromontoriodeAtenas,alláFeboApolodirigiósusprodigiosassaetasalpilotodeMenelaoylomató,mientrasensusmanossosteníael timónde lanave,aFrontisOnetórida,queaventajabaa todas lasgentes mortales en pilotar una nave siempre que soplaban las rachas delviento.Conqueaquélsedetuvo,aunqueansiosodeproseguirelviaje,mientrasenterrabaasucompañeroyselehacíanlasexequiasfunerarias.Pero,cuandoalavanzarluegoélsobreelvinosomarconsusnavescóncavas,llegóatodamarchaalescarpadopromontoriodeMaleas,yaentoncesleteníaaparejadouncalamitosocaminoZeus, eldeampliavoz,y levantóunaventiscade rachasululantesysecrecieronlasolasmonstruosas,comomontañas.Alládispersóalosnavíos,yalosunoslosempujóhaciaCreta,pordondehabitanloscidonesjuntoa los riachuelosdel Járdano.Porallíhayuna rocaabruptaycortadaapico sobre la costa, a un extremodeGortina, sobre él brumosomar.Allí elNoto precipita el oleaje tremendo contra la punta izquierda, por la parte de

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Festos, y una encrespada rocalla detiene las grandes olas. Unos navíosentonces por allí arribaron, y con esfuerzos libráronse de la muerte sushombres,mientrasquelasnaveslasdestrozaroncontraelacantiladolasolas.Con otro rumbo cinco naves de proa azul oscura hasta Egipto las llevó yarrastraronelvientoyelagua.

»Asípues,élvagóensusnavesrecogiendoporallámuchosvíveresyoroentre gentes de habla extraña. Mientras tanto Egisto meditaba en su paísaccionesmalignas.PorsieteañosseñoreóenMicenasricaenoro,despuésdeasesinaralAtrida,yalpuebloloteníasometidoasupoder.Masaloctavoañolealcanzóladesdicha.EldivinoOrestesvolviódeAtenasymatóalasesinodesupadre,aEgistodemente traidora,quehabíadadomuerteasuprogenitor.Luegoquelohubomatadocelebróunbanquetefunerarioparalosargivos,porsuabominablemadreyporelcobardeEgisto.

»En el mismo día arribó Menelao, bueno en el grito de guerra, quetransportabamuchasriquezas,cuantollevabandecargamentosusnaves.

»Así que tampoco tú, amigo, te vayas errantemucho tiempo lejos de tupatria,dejandoentucasatusbienesyhombrestandescomedidos.Noseaqueteloconsumantodoyserepartantusposesionesyregresesdeunviajeconlasmanosvacías.Asípuesyo te invitoy teanimoavisitaraMenelao.Éste,enefecto,hallegadohacepocodeotrastierras,deentreotrasgentes,dedondenoconfiaría en su ánimo poder volver cualquiera a quien las tempestades ledesviaranporunaextensiónmarinatanenormequenilasaveslarecorrenenunsoloaño,porqueesdesmesuradaytremenda.

»Veahoraallí con tunaveycon tuscompañeros.Ysiprefieresmarcharpor tierra, aquí tienes carro y caballos y aquí estánmis hijos, que serán tusguíashastaladivinaLacedemonia,dondeviveelrubioMenelao.Suplícaletúpersonalmente, para que te cuente la verdad.No dirá nada en falso.Que esmuysincero».

Asídijo.Sesumergíaelsolyllególaoscuridad.AelloslesdijoentoncesladiosaAteneadeojosglaucos:

«¡Ohanciano,enverdadquehashabladoconacierto!Pero,venga,cortadlas lenguas, haced la mezcla del vino, para que, una vez se hagan laslibacionesaPoseidónyalosdemásinmortales,nosocupemosdelreposo.Queyaeshoradeeso.Pueslaluzyasehaadentradoenlatinieblaynoconvienepermanecermásratosentadosenelbanquetedelosdioses,sinovolvernos».

De talmodohabló lahijadeZeusyellosatendieronasusconsejos.Losheraldos derramaron agua sobre sus manos, los muchachos colmaron lascráteras de bebida y la distribuyeron entre todos sirviéndola en las copas.Echaronlaslenguasalfuegoy,poniéndoseenpie,hicieronlaslibaciones.

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Tras de haber libado y bebido todo cuanto su ánimo apetecía, al puntoAteneayTelémacoseaprestaronpara regresara sucóncavanave.PerootravezlosreteníaNéstoratrapándolosconsuspalabras:

«¡QueZeusy losotrosdiosesme librende talcosa!;dequevosotrososvayáisdemiladohaciavuestranaverauda,comodelacasadeunhombresinropas y en la miseria, uno que no tiene en casa abundancia de mantas ycolchas,ynopuedendormirenblandoniélnisushuéspedes.Alcontrario,yotengo en mi casa mantas y espléndidas colchas. No va, desde luego, aacostarseelqueridohijodeunamigo,deOdiseo,sobrelastablasdesubarco,mientras yo viva y queden enmi palaciomis hijos, para honrar a nuestroshuéspedes,aquienquieraquesepresenteenmipalacio».

LecontestóluegoladiosaAteneadeojosglaucos:

«Bien lo has dicho, querido anciano. Y bien será que Telémaco teobedezca, porque eso es mucho mejor. Así que él se irá contigo ahora, adormirenlassalasdetucasa.Yopartiréhacialanegranave,paradaránimosanuestroscompañerosyreferírselotodo.Esquemepreciodeserelúnicodeedadavanzadaentreellos.Losdemás,hombresmásjóvenes,nosacompañanporamistad,ysontodosdelamismaedadqueelmagnánimoTelémaco.

»Allí puedo descansar en nuestra cóncava nave negra ahora. Y demadrugada saldré hacia los magnánimos caucones donde se me debe unacantidad,norecientenipequeña.Túaéste,despuésdequehayareposadoentu casa, envíalo con un carro y en compañía de tu hijo. Procúrale unoscaballos, los que sean más rápidos en la carrera y los más fuertes enresistencia».

Tras haber hablado así, desaparecióAtenea de ojos glaucos, tomando laapariencia de un águila. El pasmo se apoderó de cuantos lo presenciaron.Quedóse asombrado el ancianode lo quehabía visto con sus ojos.Tomó lamanodeTelémaco,ledirigiósuspalabrasylollamabaporsunombre:

«¡Ohamigo,tengoconfianzaenquenoserásniruinnicobarde,cuandoasítanjovenlosdiosesteacompañancomoguías!Puesnoeraningúnotrodelosque tienenmansiones olímpicas, sino lamisma hija deZeus, lamuy ilustreTritogenia,queyaentrelosargivosdabahonoratunoblepadre.Conquesenospropicia,Señora,ydamenoblefamaparamíymishijosymihonradaesposa.Yo, por mi lado, te sacrificaré una vaquilla de un año de ancha testuz,indómita,queaúnnohayasometidoalyugounhombre.Telaofrecerétrasdeenvolverleloscuernosenoro».

Así habló en su plegaria y le escuchó Palas Atenea. El caballero deGerenia,Néstor,conducíaasushijosyyernoshastasupalacioespléndido.Encuanto llegaron a lamuy ilustremansión del soberano, se sentaron uno tras

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otro en sillas y sillones. En honor de los visitantes el anciano mezcló unacráteradevinodedulcesabor,ensuundécimoaño,queabrióladespenserayle quitó el precinto.Con aquél hizo el anciano lamezcla en la vasija y confervorrogóaAtenea,haciendolaslibacionesenhonordelahijadeZeus,elportadordelaégida.

Luego, una vez que hubieron libado y bebido cuanto su ánimo apetecía,salieron los otros para irse a descansar cada uno en su casa, y el jinete deGereniahizoacostarseallíaTelémaco,elqueridohijodeldivinoOdiseo,enun lecho bien torneado junto al rumoroso pórtico, junto a Pisístrato, buenlancero,capitándeguerreros,aqueldesushijosquesemanteníasolteroenelhogar.

Él, por su lado, dormía en el interior de la elevadamansióny su señoraesposalehabíadispuestoellechoyhecholacama.

Apenassemostró,surgidaalalba,laAuroraderosáceosdedos,selevantódelacamaelcaballerodeGerenia,Néstor,ysalióysesentóenlosbancosdepiedra pulida, blancos, brillantes de óleo, que estaban delante de las altaspuertas.EnellosacostumbrabaasentarseNeleo,consejerocomparablea losdioses.PeroésteyahabíapartidohaciaelHades,vencidoporlaParca,yensulugar se sentaba entoncesNéstor, el deGerenia, baluartede los aqueos, queheredarasucetro.

A su alrededor se reunieron en grupo sus hijos, llegando de sushabitaciones:Equefrón,Estratio,Areto,PerseoyeldivinoTrasimedes.Enposdeéstosllególuegoelsexto,elhéroePisístrato.Yasuladolehicieronsentara Telémaco, semejante a los dioses, al que condujeron allí. Les comenzó ahablarNéstor,elcaballerodeGerenia:

«Con presteza, hijos, cumplidmemi voto, de forma que antes que nadacomplazcaentrelosdiosesaAtenea,quiendemodopatentesepresentóenelbanquete festivoenhonordeldios.Asíque,vamos,queunovayaal llanoaporunavaca,afinderegresarloantesposibleyqueunboyerolatraigaacá.Yque otro, yendo hasta la nave negra del magnánimo Telémaco, se traiga atodossuscamaradasydejeadostansólo.Yotro,porotraparte,déordendequesepresenteacáelquederramaeloro,Laerces,paraquerecubra lasdosastas de la vaca. Los demás aguardad aquí todos reunidos, ymandad a lossirvientes de dentro que en nuestro ilustre palacio preparen el banquete ysaquenacáasientos,leños,yaguaclara».

Asíhabló,yalpuntotodosseaprestaronaello.Vinolanovilladelcampo,vinieron de la equilibrada nave los compañeros del magnánimo Telémaco,vino el broncista que en sus brazos llevaba los instrumentos de bronce, losútilesdesuoficio:elyunque,elmartilloylasbienlabradastenazas,conloscualestrabajabaeloro.VinotambiénAteneaparapresenciarelsacrificio.

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Elancianoconductordecarros,Néstor,dioeloro.Aquél lopreparóy loderramó en torno de los cuernos de la vaca, para que se regocijara la diosaviendo la ofrenda. Traían a la novilla por los cuernos Estratio y el divinoEquefrón. Acudió Areto con el aguamanos que traía de su aposento en uncántaro floreado, y en la otra mano llevaba las molas de cebada en uncanastillo. Empuñando el hacha afilada a su lado se colocó Trasimedes, elfirmeenel combate,paraasestarelgolpea lavaca.Perseososteníaelvasopara la sangre. Y el anciano conductor de carros, Néstor, comenzó laslibaciones y a esparcir la cebada, y con fervor suplicó a Atenea, en el ritopreliminar,echandoalfuegocrinesdelatestuz.

Luego,cuandoyahubooradoyesparcidolasmolas,elhijodeNéstor,elmuybriosoTrasimedes,queestabaallado,asestóelgolpe.Elhachasególostendones del cuello y quebró el vigor de la vaca.Alzaron el grito ritual lashijas, las nueras y la venerable esposa deNéstor, Eurídice, lamayor de lashijasdeClímenes.

EnseguidaalgunoslevantarondelatierradevastoscaminosalanimalylodegollóPisístrato,capitándeguerreros.Unavezquemanósunegrasangreysu ánimo abandonó los huesos, al momento lo descuartizaron, le cortaronluegolosmuslos, todosegúnelrito, losrecubrierondegrasauntándolosporambosladosysobreéstoscolocaroncarnes.

Sobre las brasas los empezó a quemar el anciano, y derramaba laslibaciones de vino rojo. Junto a él los jóvenes sostenían en sus manos losasadoresdecincopuntas.Encuantolosmuslossehubieronquemadoyellosgustaronlasentrañas,trocearonelrestoyloensartaronenlosespetones,yloasabansosteniendoensusmanoslosasadorespuntiagudos.

EntantodiounbañoaTelémacolahermosaPolicasta, lahijamás jovendel Neleíada Néstor. Después de haberlo bañado y ungido suavemente conaceite,lecubrióconunbellomantoyunatúnica,yélsaliódelabañeraconunaspectosemejantealdelosdioses.AlpuntofueysesentóalladodeNéstor,pastordepueblos.

Luego que ellos hubieron asado las carnes y las apartaron del fuego, sesentaronacomer.Noblesvaronesseerguíanparaescanciarelvinoenáureascopas.Más tarde, cuando colmaron su apetito de bebida y comida, tomó lapalabraentreelloselcaballerodeGerenia,Néstor:

«¡Hijos míos, venga, aportad para Telémaco unos caballos de hermosascrinesyuncidlosauncarro,paraquehaganelviaje!».

Asídijo.Ellosleoyeronyobedecieronsindemora.Atodaprisauncieronal carro los veloces caballos. Sobre él colocó la despensera trigo y vino yprovisionescualessuelencomerlosreyesdedivinacrianza.Telémacosubióal

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espléndido carro. A su lado, Pisístrato, el hijo de Néstor, el capitán deguerreros,montóytomóensuspuñoslasriendas.

Restalló el látigo para arrear y los dos caballos con propios bríos seprecipitaronhaciaelllanoydejaronatráslaciudadeladePiloselevada.

Durante todo el día agitaron el yugo que sostenían por ambos lados. Sehundíaelsolyseensombrecíantodaslassendas,cuandollegaronaFeras,alamansión de Diocles, hijo de Ortíloco, al que engendró como hijo suyo elAlfeo.Allípasaronlanocheylesofrecióélpresentesdehospitalidad.

Apenassemostró,surgidaalalba, laAuroraderosáceosdedos,uncieronloscaballosysubieronalcarrodevivoscolores;losacaronmásalládelatrioydelpórticorumoroso.

Restallóellátigoparaarrearylosdoscaballosconbríospropiossalieronvolando. Alcanzaron una llanura de trigales y por allá pronto cumplían sucamino.¡Tanbienlostransportabanlosvelocescaballos!

Sehundíaelsolyseensombrecíantodaslassendas.

CANTOIV

Llegaron ellos a los valles de la fragosa Lacedemonia. Y allá seencaminaronalpalaciodelgloriosoMenelao.Leencontraroncelebrandoconsusmuchos parientes un festín por el doblematrimonio de su hijo y de suirreprochablehija.AéstalaenviabaparaelhijodeAquiles,quebrantadordelasfilasenemigas,porqueyaenTroyaantañohabíaprometidoyafirmadoqueselaentregaríaylosdiosesfavorecíanelcumplimientodelaboda.Asíqueélla remitía concincocarrosycaballosparaquehicieraelviajehasta lamuyfamosaciudaddelosmirmídones,dondeaquélerasoberano.

YenEspartahabía elegido a la hijadeAléctorpara suhijo, el vigorosoMegapentes,quehabíatenidotardíodeunaesclava.AHelenalosdiosesnoleconcedieronmásdescendenciadespuésdequeenunprimerpartodieraaluzasuencantadorahija,aHermíone,queteníalabellezadelaáureaAfrodita.

Conque allá celebraban el banquete los vecinosy familiares del gloriosoAgamenón,gozandodelbanqueteenlagranmansióndealtotecho.Paraelloscantaba y tocaba la lira un divino aedo, y dos volatineros, a los sones quemarcabalamelodía,pirueteabanenmediodelaconcurrencia.

Ellosdos,porsuparte,detuvieronsuscaballosenelatriodelpalacioysequedaron allí, el héroe Telémaco y el ilustre hijo de Néstor. Saliendo a suencuentro los vio el noble Eteoneo, un diligente servidor del glorioso

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Menelao, y corrió a través del palacio a comunicar la noticia al pastor depueblos.Acercándoseleledijoestasaladaspalabras:

«Menelao de divina estirpe, ahí están unos forasteros, dos hombres, yparecenserdellinajedelpoderosoZeus.Dinospuessivamosadesuncirsusvelocescorceles,osilosdespachamosparaquevayanacasadeotroqueseasuamigo».

EnfadándosemucholerespondióelrubioMenelao:

«Noerastantorpe,EteoneoBoetoida,enelpasado.Peroahorabalbuceasbobadas como de niño. Cuántas veces hemos comido nosotros en lahospitalariamesadeotrasgentesdecaminohaciaaquí. ¡QueZeusnosevitetal necesidad en el futuro! Ve y desunce los caballos de los forasteros eintrodúcelosantetodos,paraquedisfrutendelfestín».

Asíhabló.Elotroapresuróseencruzar lasala,y llamóaotrosdiligentescriadosparaquefueranconél.Desataronéstosaloscaballossudorososbajoelyugoylosdejaronatadosantelospesebresdelascaballerizas,ylesecharonespelta y con ella mezclaron blanca cebada. Apoyaron el carro sobre losrelucientes muros, y a ellos los introdujeron en la divina mansión. Seadmiraban contemplando el palacio del rey de alcurnia divina, pues habíacomo un fulgor de sol o de luna en el interior de la casa de alto techo delfamosoMenelao.

Ycuandosesaciarondeloqueveíanantesusojos,fueronhacialaspulidasbañerasparadarseunbaño.Yluego,unavezquelossirvientesloshubieronbañado y los ungieron con aceites, los envolvieron en túnicas ymantos delana,yfueronasentarseenunossillonesalladodelAtridaMenelao.

Una,sirvientalesescancióelaguaquetraíaenunaguamanildeorosobreunabandejadeplata,paraqueselavaran.Yjuntoaellosdispusounapulidamesa.Lavenerabledespenseratrajoalimentosyloscolocósobreella,dejandomuchos trozos escogidos enespecial favor a los allí presentes.El trinchantelesdejóasualcance,escogiéndoselos,platosconcarnedetodasclasesylesofrecióademásunascopasdeoro.

HaciéndolesunaindicaciónaamboslesdijoelrubioMenelao:

«Tomadvuestracomidayregocijaos.Luego,cuandooshayáissaciadodela cena, os preguntaremos quiénes sois entre los hombres. Porque no se haoscurecidoenvosotroslaestirpedevuestrospadres,sinoquesoisdellinajedelosreyesdedivinaalcurnia,delosportadoresdecetro,porquetalcomosoisnopudieronhaberosengendradounosvillanos».

Asíhablóylesofrecióelpingüelomodeunbuey,alzandoensusmanoselasadoqueaélmismolehabíanservidocomounamuestradehonor.Yellos

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lanzaronsusmanossobrelasviandasqueteníandispuestasdelante.

Luego,unavezquehubieronsaciadosuapetitodebebidaycomida,yalecomentabaTelémaco al hijo deNéstor, arrimando su cabeza para que no leoyeranlosdemás:

«Observa,Nestórida,gratoamicorazón,elresplandordelbronce,deloro,delámbar,ydelaplatayelmarfil,enestosvastossalones.¡SindudaqueasíespordentrolamoradadeZeus!

»¡Cuántos incontables y amplios tesoros! El asombrome deja atónito alcontemplarlos».

Captó lo que él decía el rubio Menelao, y dirigiéndose a ellos les dijopalabrasaladas:

«Hijosmíos,laverdadesqueconZeusnopuederivalizarningunodelosmortales.Que su palacio y sus riquezas son también imperecederas.De loshombreshayquienrivaliceyquiennoconmigoenriquezas.Lociertoesquemelastrajetrasmuchosufrirymuchoandarerranteenmisnaves,yaloctavoaño regresé, costeando sin rumbo Chipre, Fenicia y Egipto. Visité a losetíopes, los sidonios, los erembos, y Libia, donde los corderos al momentoechancuernosyparenlasovejastresvecesenelcursodelaño.Allínielamonielpastorestánnunca faltosdequesonicarnenidedulce leche, sinoquesiempreseladanconsóloordeñarlasdurantetodoelaño.

»Pero mientras yo por aquellos confines erraba, recogiendo copiosafortuna,entretanto,otroasesinóatraiciónamihermanodeimproviso,porelengaño de su maldita esposa. Por eso sin alegría soy soberano de estasposesiones.

«Sindudaquehabréisescuchadoestoavuestrospadres,quienesquieraquesean, porque sufrí muy numerosos pesares y perdí un palacio, muy bienhabitado,queconteníamuchasyespléndidasriquezas.

»¡Ojaláhabitaraenmicasasóloconunterciodeestosbienes,yestuvieransanos y salvos mis hombres, aquellos que antaño perecieron en la ampliaTroya,lejosdeArgoscriadoradecaballos!

»Pero si bien por todos me lamento y me acongojo muy a menudo,albergado en mi palacio, y unas veces me desahogo con llanto y otras locontengo—porqueesrápidoelhartazgodelásperosollozar—,nomeapenotantopor todosellos,aunqueestémuydolido,comoporunosolo,yesomehace aborrecer el sueño y la comida, en cuanto le echo en falta, porqueningunodelosaqueostantoseesforzócuantosefatigóyempeñóOdiseo.Poreso iba él a afrontar sus dolores, y yo una angustia inolvidable por él parasiempre,yaqueasíportanlargotiemposemantieneausente,ynadasabemos

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desiviveosihamuerto.SindudaquelelloranelancianoLaertes,laprudentePenélope,yTelémaco,aquienapocodenacerdejóensuhogar».

De este modo habló. A Telémaco le avivó el anhelo de sollozar por supadre.Desusojosa tierracayeronsus lágrimasaloírdesupadre,mientrasqueéllevantabaconambasmanoselmantopurpúreoantesusojos.

Menelaoloadvirtióyquedóseperplejoensumenteysuánimo,dudandosidejarlequeélevocaraasupadreosiempezarapreguntarleyenterarsedetodo.

Y mientras esto cavilaba en su mente y su corazón, de su perfumadacámaradeelevadotechovinoHelena,semejanteaÁrtemis,ladelaruecadeoro.ParaellaenseguidapreparóunasillamuyrepujadaAdrasta,yAlcipe letrajounaalfombradefinalana,yFiloleaprestóuncanastillodeplataqueleregalara Alcandra, la esposa de Pólibo, que habitaba en Tebas de Egipto,donde en los palacios atesoran muchísimas riquezas. Éste le había dado aMenelaodosbañerasdeplata,dostrípodesytreintatalentosdeoro.YporsuladosumujerofrecióaHelenaespléndidosregalos.Leobsequióunaruecadeoro,uncanastilloredondodeplata,conlosbordesrecamadosdeoro.ÉstefueelquepusoasuladosucriadaFilo,quelotrajocolmadodehiloyadevanado,yenseguidainstalóasuveralaruecaqueteníaunalanadecolorvioleta.

Helenasesentóensusillón,ybajosuspiesteníaunescabel.Almomentolepreguntabaportodoasuesposoconestaspalabras:

«¿Sabemos ya, Menelao de divina alcurnia, quiénes entre los hombresproclamanserestosquehanllegadoanuestracasa?¿Meequivocaréohablaréconacierto?Miánimome impulsaaello.Puesafirmoquenuncahevistoanadietanparecido,hombreomujer(elasombromedominaalmirarle),comoésteseasemejaalhijodelmagnánimoOdiseo,aTelémaco,queél,sufamosopadre,dejóensucasaapocodehabernacido,cuandopormí,¡caradeperra!,marchasteislosaqueoshaciaTroya,promoviendounaguerraferoz».

RespondiéndolaledijoelrubioMenelao:

«Asíloconfirmoyoahora,mujer,talcomotúlosospechas.Porqueigualeseran sus pies y sus manos, y las miradas de sus ojos, y su cabeza y, porencima, sus cabellos. Por cierto que, hace un instante, relataba yo,acordándome deOdiseo, cuánto sufrió él esforzándose enmi favor, cuandoéste comenzó a verter amargo llanto por debajo de sus cejas, a la vez quealzabaelpurpúreomantoantesusojos».

Contestóle,asuvez,enréplicaelNestóridaPisístrato:

«AtridaMenelaodedivinaalcurnia,caudillodepueblos,éstees,enefecto,elhijodeaquél,talcomodecías.Peroesunhombrediscreto,yensuánimo

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sientereceloaexponeraquí,apenasreciénllegado,atrevidaspretensionesanteti,cuyavozlosdosnoscomplacemosenoírcomosifueraladeundios.

»Amí,pormiparte,meenvióelcaballerogerenio,Néstor,paraescoltarlecomoguía.Puesestabaansiosodeverte,porsipodíasdarlealgunapalabraogesto de consejo.Muchos dolores, en efecto, tiene en su casa el hijo de unpadre ausente, que no posee otras personas que le protejan, como ahora lesucede a Telémaco.Aquél está ausente, y no tiene consigo otros que en supueblolepuedandefenderdelamaldad».

EnrespuestalecontestóelrubioMenelao:

«¡Ay, ay! ¡Quégran amigomío era el hombre cuyohijo havenido amicasa,quienpormípadeciónumerososdolores!Leaseguré,sí,quealregresarle estimaría por encima de los demás argivos, si Zeus de amplia voz nosconcedíaalosdosalcanzarsobreelmarelregresoconnuestrasraudasnaves.YenArgoslehubieraofrecidounaciudadyconstruidounpalacio,haciéndolevenir de Ítaca con susbienesy suhijoy todas susgentes, y habría vaciadoalgunapoblacióndelasvecinasquemeobedecencomosusoberano.

»Yalestablecerseporaquínoshabríamosreunidoamenudo.Ynadanoshabría distanciado en nuestra amistad y mutuo contento, hasta que nosencubriera la negra nube de lamuerte. Pero acaso eso suscitó la envidia dealgúndios,elmismoqueaél,desdichado,aélsólo,loprivódelregreso».

Así dijo y en todos ellos avivó un anhelo de llanto. Lloraba la argivaHelena,nacidadeZeus;llorabanTelémacoyelAtridaMenelao.YnisiquieraelhijodeNéstormanteníasusojossinlágrimas,porquesehabíaacordadoensucorazóndelirreprochableAntíloco,alquehabíamatadoelesclarecidohijodelaluminosaAurora.

Rememorándoloprofirióestasaladaspalabras:

«Atrida, que sobre los humanos tú eres en extremo sagaz decíamuchasveces el anciano Néstor, cuando te mencionábamos en las salas de nuestropalacioyconversábamosunoconotro.Ahora,pues, si así conviene, talvezmehagas caso.Yo, desde luego, no encuentro satisfacción en sollozar a lospostresdelacena.Queyavendrálaaurora,surgiendoenlamañana.

»Ynovoyareprocharenabsolutoqueselloreaaquelmortalquemurióyalcanzó su destino.Ése es, en efecto, el único botín de los tristes humanos:cortarseloscabellosyderramarlágrimasporsusmejillas.

»También, en efecto, quedómuertomi hermano, y no era el peor de losargivos.Túlodebessaber,yaqueyoniloencontréni loconocí.PerodicenquealosdemásaventajabaAntílocoextraordinariamente,raudoenelcorreryexcelenteluchador».

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RespondiéndoledijoelrubioMenelao:

«¡Ah amigo, desde luego que has dicho cuantas cosas podría decir yproponerunhombre inteligente, inclusodemayoredad!Enverdadereshijodetalpadre,alhablarcontantacordura.

»ProntosehacefamosalaprogeniedeunhombreaquienelhijodeCronoleotorgasemejanteventuradecasarseytenerhijos,comoenestecasoselaconcedió a Néstor que puede envejecer por siempre plácidamente en supalacio,yqueseansushijossagacesyexcelentesconlasarmas.

»Vamosnosotros,pues,adejarelllantoqueantesnosinvadió,ydenuevonos dedicaremos a la cena. Que nos traigan agua para las manos. Y alamanecer serán los coloquios que Telémaco y yo mantendremos uno conotro».

Asídijo.Almomento lesescanciabaelaguapara lasmanosAsfalión,elprestoservidordelgloriosoMenelao.Yellossobre losalimentospreparadosdelanteecharonsusmanos.

PeroentoncesotracosadecidióHelena,nacidadeZeus.Alpuntovertióenelvinoquebebíanunadrogaqueborraba lapenay laamarguraysuscitabaolvidodetodoslospesares.Quienlatomara,unavezquesehabíamezcladoen la crátera, no derramaba, almenos en un día, llanto por susmejillas, niaunqueselemurieransumadreysupadre,nisianteélcayerandestrozadosporelbroncesuhermanoounhijoqueridoylovieraconsusojos.

Tales ingeniososremediosposeía lahijadeZeus,que lehabíaprocuradoPolidamna, laesposadeTon, laegipcia,queallí la fértil tierraproduceesasdrogas, muchas que resultan benéficas en la mezcla, y muchas perniciosas.Cualquier persona entendida en todas ellas se hace un buen médico. Pues,desdeluego,sondelaestirpedePeán.

Después,encuantolahubovertidoyordenóqueescanciaranelvino,tomódenuevolapalabraydijo:

«AtridaMenelao,dedivinaalcurnia,yvosotros,hijosdenoblesguerreros,sabéisqueZeusdaunasveces lobuenoy lomalo aunosy aotros.Porquetodolopuede.

»Asíque ahora comed sentados en esta salaygozadde la charla.Voyacontaros, pues, un suceso oportuno. No os relataré ni enumeraré cuántasproezasestánenelhaberdelsufridoOdiseo,sinosóloalgoqueélacometióysoportó como bravo guerrero en el país de los troyanos, donde sufristeispenalidadeslosaqueos.

»Lacerándose a sí mismo con infamantes heridas, echándose sobre loshombrosunosfeosandrajos,semejanteaunesclavo,sedeslizóenlaciudadde

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susenemigos.Aldisfrazarse,parecíaotrotipo,unmendigo,élquenoeranadasemejanteen lasnavesde losaqueos.Conestaaparienciase introdujoen laciudadeladelostroyanos.Atodoslespasóinadvertido.Yyosolalereconocí,talcomoera,ymepuseainterrogarle.

»Él intentózafarseconastucia.Perocuandoyolehicebañarseyungirseconóleo,lorevestíconvestidosylediunsolemnejuramentodenorevelar,antelostroyanosaOdiseohastaquehubieraalcanzadosusraudasnavesysustiendas,entoncesélmerevelótodoelplandelosaqueos.Y,trasdedarmuerteamuchostroyanosconelbroncedeanchofilo,regresóentrelosaqueos,ylesllevó abundante información. Mientras otras troyanas elevaban sus agudossollozos, entonces mi corazón se alegraba, puesto que ya mi ánimo sentíadeseosderegresardenuevoamihogarymearrepentíademilocura,laqueme había inspiradoAfrodita cuandome arrastró hasta allí desdemi queridatierra patria, dejando a mi hija y mis aposentos y a mi esposo, que no esinferioranadienieninteligencianiengallardía».

RespondiéndoleaellaledijoelrubioMenelao:

«Sí, desde luego que en todo esto, mujer, has hablado como tecorresponde.Yaheconocidoel talantey la inteligenciademuchosheroicosguerrerosyherecorridoamplioespaciodetierras.PeronuncaviyoconmisojosaningúnotroconuncorazónigualaldelsufridoOdiseo.¡Cómoactuóycómo resistió en el interior del caballo de pulidamadera el bravo guerrero,cuandoestábamosallímetidostodoslosmejoresdelosargivos,llevandoalostroyanoslamatanzayladestrucción!

»Túmismateacercasteallíentonces.Debiódeincitarteunadivinidadquequería dar gloria a los troyanos. Y en tu avance te escoltaba el deiformeDeífobo.Por tres veces rodeaste, tanteándola, la hueca emboscada,mientrasllamabasporsusnombresalosmejoresdelosdánaos,simulandolavozdelasesposasdecadaunode losargivos.Enaquelmomentoyo,yelTideidayeldivinoOdiseo agazapados en el centro, te oímos cómo gritabas.Y nosotrosdossentimosvivosdeseos,excitados,desaliroderesponderenseguidadesdedentro.PeroOdiseonoscontuvoynosloimpidióapesardenuestrasansias.

»Allítodoslodemáshijosdelosaqueosestabanensilencio,ysóloAnticlose disponía a contestar a tus voces. Pero Odiseo le tapaba la boca con susmanossinmiramientos,ylogrósalvaratodoslosaqueos,ylocontuvohastaqueatiteapartódealláPalasAtenea».

LereplicóentonceseljuiciosoTelémaco:

«AtridaMenelao,dedivinaalcurnia,caudillodetropas,esoestodavíamástriste. Que en nada le resguardaron tales hechos de la cruel perdición, nitampocoelqueensuinterioralbergaseunférreocorazón.

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»Pero,vamos,enviadnosalacama,paraqueechándonos,disfrutemosyadeldulcesueño».

Así dijo.Y la argivaHelena dio órdenes a las criadas de que colocaranunascamasenelpórticoylasproveyerandebelloscobertorespurpúreos,ylasrecubrieranconcolchasy les llevaranmantasde lanaparacubrirse.Salieronellasdelasalaconunaantorchaenlasmanosehicieronlascamas,mientrasaloshuéspedeslesguiabaunheraldo.Detalmodoellosdescansaronalláenelatriodelacasa,elhéroeTelémacoyelilustrehijodeNéstor.ElAtridadormíaalfondodesumansióndealtotecho,yasuladoseacostóHelena,delargopeplo,divinaentrelasmujeres.

Apenassemostró,surgiendoalalba,laAuroraderosáceosdedos,saltódesucamaMenelao,diestroenelgritodecombate,revistiósusvestidos,colgósedelhombro laafiladaespadayanudóasus tersospies lasbellassandaliasysaliódesuaposento,semejanteensuaspectoaundios.

FueasentarsejuntoaTelémaco,ledirigiólapalabrayleinterpelaba:

«¿Quéempeñoaquítetrajo,héroeTelémaco,hastaladivinaLacedemoniaatravésdelvastolomodelmar?¿Esasuntoprivadooalgodetucomunidad?Dímelocontodafranqueza».

Respondióle,asuturno,elsagazTelémaco:

«AtridaMenelao,dealcurniadivina,caudillodetropas,hevenidoaversipodías contarme alguna nueva sobremi padre.Mi casa es devorada y estánarrasadasnuestrasricasposesiones.Elpalacioestállenodehombreshostilesque,comopretendientesdemimadre,sincesardegüellanincontablesovejasyvacasdelentoandaryretorcidoscuernosmostrandounasoberbiadesmesura.

»Por ese motivo ahora vengo suplicante a tus rodillas, por si quiereshablarme del triste final de mi padre, si es que tú lo has presenciado o siescuchastetalrelatodealgúnotroviajero.Puesenextremodignodelástimaledioaluzsumadre.Ennadameloembellezcaspordecorooporcompasión,sinoquecuéntamecondetallecómoasististea talescena.Te lo ruego, siesquealgunavezmipadre,elnobleOdiseo,cumpliósupalabraoelgestoquetehicieracomopromesaenelpaísdelostroyanos,dondepadecisteispesareslosaqueos.Acuérdatedeelloycuéntamelaverdad».

Lerespondió,rebosantedecoraje,elrubioMenelao:

«¡Ah,ah!¡Cuánbravoeraeltalantedeesehombreencuyolechoquisieranacostarseesosquesontancobardes!Comocuandoenelcubildeunfieroleóntraeuna cierva adormir a sus cervatillos reciénnacidos, queaúnmaman,yluegoellasesaleapastarporlasladerasdelmonteylasherbosastrochas,yluego vuelve el león a su cobijo y a unos y a otra les impone una terrible

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muerte,asíunamuerteinfamelesdaráaésosOdiseo.

»¡Ojalá,pues,ohZeus,AteneayApolo,quetalcualeraantaño,cuandoenla bien edificada Lesbos se alzó a pelear cuerpo a cuerpo con el hijo deFilomeles,ylederribórudamente,yseregocijarontodoslosaqueos,así,conlamisma presencia se enfrentara a los pretendientes Odiseo! ¡Todos iban atenerunprontofinalyunasamargasbodas!

»De eso que has venido a preguntarme y ahora me suplicas, no puedohablarteconevasivasnidesvíos,ynoteengañaré;perodeloquemecontóelveraz anciano delmar, sin omitir ninguna palabra, nada te voy a ocultar niencubrir.

»EnEgipto,ansiosoyadelretorno,allámedetuvieronlosdioses,yaqueno les había celebrado las debidas hecatombes, y ellos quieren siempre quesean cumplimentados sus ritos. Hay por allí una isla en medio delembravecidomar, ante la costa de Egipto, a la que denominan Faro, a unadistanciacomolaquerecorreunaligeranaveenundía,siunvientovibrantele sopla favorabledepopa.Allíhayunpuertodebuen fondeadero,desdeelquelasequilibradasnaveszarpanaaltamar,trasdehaceraguadaenunpozohondo. Allá durante veinte días me retuvieron los dioses. Y jamás semostrabanlosvientosmarinosdecursofavorable,quesonquienesimpulsanalasnavessobreelancholomomarino.

»YallísenoshabríanagotadolosVíveresdeabordoylosánimosdeloshombresdenoserporqueunadelasdivinidadessecompadecióymesalvó:lahijadelpoderosoProteo,elancianodelmar,Idotea.Aésta,pues,leconmovísensiblementeelcorazón.

»Y ella me salió al paso cuando yo vagaba solitario lejos de miscamaradas, quienes vagando sin rumbo acostumbraban a pescar con suscurvosanzuelosmientraselhambrelesroíaelestómago.Ellasealzóenpieamiladoymedijo:

»“¿Eresasíenextremonecio,extranjero,otanflojodeentendimiento,oesqueporpropiavoluntadteabandonasytedeleitasensufrirdolores?Porque,desde luego, estás apresado en la isla y eres incapaz de encontrar algúnremedioentantoqueyaflaqueaelánimodetuscompañeros”.

»Detalmodohablóyyo,contestándole,ladijealmomento:

»“Voyahablarteconfranqueza,quienquieraquetúseasdelasdiosas,puesnomeencuentroacádetenidopormivoluntad,sinoquedebodeserculpabledealgoalosojosdelosinmortalesquehabitanelextensocielo.Mastú,atuvez,dime,yaquelosdiosestodolosaben,cuáldelosinmortalesesquienmedetieneymehaprivadodelcaminoydelavueltanevegandosobreelmarricoenpeces”.

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»Asíhablé,yenseguidamecontestóladivinaentrelasdiosas:

»“Puesbien,yovoyahablarteconsinceridad,extranjero.Frecuentaestelitoralciertoancianodelmar,veraz, inmortal, el egipcioProteo,queconocetodos los hondones delmar, como súbdito de Poseidón.Cuentan que esmipadreyqueélmedioelser.Siaéstetúdealgunamanerapudierastenderleunatrampayatraparlo,élesquienpodríadecirteturumbo,lostérminosdeturutayelviajederegreso,cómovasa regresarporelmarpobladodepeces.Inclusopuededecirte,divinoretoño,sitúloquieres,loquehaacaecidoentupalacio,lobuenoylomalo,mientrastúteencontrabasausenteentulargoypenosoviaje”.

»Asíhablóyyo,luego,contestándole,dije:

»“Aconséjameahoratúmismaacercadelatrampaparaeldivinoanciano,noseaquelaadviertadeantemanoy,previéndola,semeescape.Porqueaundiosleesdifícilaunhombrecapturarlo”.

»Asíledijeyalpuntomerespondióladivinaentrelasdiosas:

»“Puesbien,voyahablartecontotalfranqueza,extranjero.Cuandoelsolcruzaporelmediodelcielo,entoncessaledelmarelverídicoancianomarino,bajo los soplos del Céfiro, envuelto en un sombrío encresparse de olas, y,arribandoalaorilla,vaaacostarseaunahondagruta.Asualrededorlasfocasde ágiles aletas, hijas de una bella diosa marina, duermen amontonadas,saliéndosedelespumosomar,exhalandoelacreolordelosfondosmarinos.

»Yovoyaconduciroshastaallí,encuantodespuntelaaurora,paraqueostumbéis detrás de ellas. Tú elige bien a tres compañeros, los mejores quetengasentusnavesbienbancadas.Yterevelarétodoslostrucosdelviejoese.

»En primer lugar contará y pasará revista a las focas. Luego apenas lashayaenumeradoatodasconsuscincodedosylashayarevistado,seacostaráenmedio de ellas, como un pastor enmedio de sus rebaños de ovejas. Encuanto vosotros le veáis tumbado aprestad entonces vuestro vigor y vuestrafuerza, para apresarle allí aunque semuestre embravecido y se debata paraescapar.Lointentará transformándoseentodoslosseresquesearrastranportierra,yenagua,yenrepentinofuego.Perovosotrosagarradlofuertementeyapretadleaúnmás.

»Luego, cuando ya él te interrogue con palabras, mostrándose con elmismo aspecto que tenía cuando se echó a dormir, entonces abandonad yavuestraviolenciaysoltadalanciano,ypreguntadle,héroe,quédioseselqueteacosayporturegreso,cómovasavolverporelmarpobladodepeces”.

»Trasdehaberhabladoasí,sumergióseenelmar,queencrespósusolas,mientras yo caminaba hacia donde estaban nuestras naves varadas en las

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arenas.Ymuchosemealborotabaelcorazónmientrascaminaba.

»Preparamos la cena y llegó la divina noche, y entonces nos echamos adormirsobrelaorillamarina.

»Apenassemostró,surgidaalalba,laAuroraderosáceosdedos,entoncesme puse en marcha a lo largo de la costa del mar de innúmeros caminos,suplicando intensamentea losdioses.Conmigo llevabaa trescompañeros,aquienesconsiderabademásconfianzaparacualquieraventura.

»Enesemomentoladiosa,quesehabíahundidoenelvastosenodelmar,emergió trayéndonos de las aguas tres pieles de foca. Todas ellas estabanreciéndesolladas.Teníaplaneadalaemboscadacontrasupadre.Trasdehabercavadounashoyasenlaarenasesentóesperándonos.Nosaproximamosaellaynoshizoecharnosunoalladodeotro,ynostapóconunapielacadauno.Enaquelmomentosenosvinoencimalopeordelatrampa,porquenostorturabaferozmenteelespantosísimohedordelasfocascriadasenelmar.¿Puesquiénpodríaacostarsepegadoaunbichomarino?

»Masellamismanos resguardóynosofrecióunexcelente remedio.Nostrajo ambrosía y nos puso a cada uno bajo la nariz un trozo de olor muyagradable,yasíborró lapestede labestia.Toda lamañanaaguardamosconánimopaciente.

»Las focas surgierondelmar en tropel.Y luego,una trasotra, se fuerontumbandoa lo largode laplaya.Almediodíaemergióelancianodelmar,yencontróallíasusrobustasfocas;laspasórevistaycontósunúmero.Entrelasbestias nos contó a nosotros los primeros, y no sospechó en absoluto en suánimoquehubieraunatrampa.Acontinuaciónsetumbóéltambién.

»Dando gritos nosotros nos echamos encima de él y le atrapamos connuestrosbrazos.Noseolvidóelancianodesuengañosoarte,sinoqueenunmomentoinicialsemetamorfoseóenunleóndebuenamelena,yluegoenundragón,enunapantera,yenunenormejabalí.Transformóseenuntorrentedeagua, y en un árbol de altas ramas. Pero nosotros le reteníamos con ánimodecidido.Asíque,despuésdehabersefatigado,elviejo,conocedordetrucos,comenzóapreguntarmeconpalabrasymedijo:

»“¿Quién,pues,delasdivinidadesati,hijodeAtreo,tehaaconsejadotalardid, para que me tendieras esta trampa y me apresaras en contra de mivoluntad?¿Quénecesitas?”.

»Asídijo.Despuésyo,contestándole,lehablé:

»“Yalosabes,anciano.¿Porquémelopreguntas,tanteándome?Queaquí,enestaislaestoydetenidoysemeencogeenmiinteriormicorazón.Conquedimetú,pueslosdiosestodolosaben,quiéndelosinmortalesmeretieneyme

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privademiviaje,ycómohedelograrmiregresoporlamarricaenpeces”.

»Asílehablé,yél,respondiéndomealpunto,medijo:

»“Pues es que debías haber hecho cumplidos sacrificios a Zeus y a losdemásdiosesantesdeembarcarte,afindequelomásprontoposiblellegarasatupatrianavegandoporelvinosomar.Porqueahoratudestinoesnoveratusparientesniarribaratubienedificadamansiónyatuqueridatierrapatria,hastaquedenuevoarribesalsagradocursodelEgipto,ríonacidodelcielo,yalláhagas sacrificios conunahecatombeconsagrada a losdioses inmortalesque habitan el anchuroso cielo.Y entonces te franquearán los dioses la rutaquetúanhelas”.

»Detalmodohabló,yamísemeestremecióelcorazón,yaqueotravezme instaba a cruzar el tenebrosopontohaciaEgipto enun itinerario largoypenoso.Pero,contodo,respondiendoasuspalabras,ledije:

»“Esto lo voy a realizar tal como tú, anciano,me aconsejas.Mas ahora,dime, y refiéremelo con toda franqueza, si con sus naves volvieron sanos ysalvos todos los aqueos a los queNéstor y yo dejamos atrás al regresar deTroya,osialgunoperecióenamargamuerteensunaveoyaenbrazosdelossuyos,trasdehabercombatidoenlaguerra”.

»Asíhablé.Y,almomento,élcontestándomedijo:

»“Atrida,¿paraquémelopreguntas?Noesoportunoquetúconozcasesoniqueteenteresdemisaber.Teaseguroquenohasdetardarensollozarencuantoteinformesbiendetodoello.Puesmuchosdeésoscayeron,ymuchosse quedaron atrás. Pero sólo dos jefes de los aqueos de broncíneas túnicasperecieronenelregreso.Enlacontiendayatúestuvistepresente.Y,porotraparte,unoaúnvivoestáretenidoenalgúnlugarenelanchurosoponto.

»Ayante sucumbió junto con sus naves de largos remos. Al comienzoPoseidón loprecipitó sobre lasgrandes rocasdeGirasy lopusoa salvodelmar.Yalláhabríaescapadoalamuerte,aunqueleeraodiosoaAtenea,denohaber proferido una frase de desaforada soberbia y haber desvariado enexceso.Se jactódeque en contra de la voluntadde los dioses escapabadelgran abismo marino. Y le oyó Poseidón cuando de ese modo tanto seenvanecía.Alinstante,blandiendoensusrobustasmanoseltridente,golpeólaroca Girea y la partió en dos. Y de los fragmentos el uno quedó allí y sehundióenelmarelotro,enelqueseencontrabaAyanteenelmomentodesugran desvarío. Y lo arrastró al fondo del inmensomar embravecido. De talmodomurióentonceséste,puesseahogóenelsaladooleaje.

»Pero tu hermano escapó y logró evitar, entonces, a las Parcas, en susligerasnaves.LepusoasalvolasoberanaHera.Noobstante,cuandoyaibaadoblarelescarpadopromontoriodeMaleas,allílearrebatóunatempestadyle

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arrastróporelaltamarpobladadepeces,enmediodesugrancongoja,hastaun confín del predio en donde antaño tenía su mansión Tiestes, y que yaentonceshabitabaelhijodeTiestes,Egisto.Demodoquedesdeallíparecíaque su regreso sería sin pesares. De nuevo los dioses mudaron el vientofavorable,yellosconsiguieronarribarasupatria.

»Alborozadopuso,enefecto,lospiesensuelopatrio,ypaseabaybesabasutierrapatria.Cálidaslágrimasfluíandesusojos,alverlatierratanamada.

»Yentoncesdesdeunaatalayaleavistóuncentinela,queallíhabíallevadoy apostado Egisto de traicionera mente, y a éste le había prometido comosalario dos talentos de oro. Vigilaba allá todo el año para que no le pasaradesapercibido al cruzar por aquel lugar y pudiera luego recobrar su corajeguerrero.Seprecipitóadarlanoticiaalpastordepueblos.YenseguidaEgistodispusounatrampataimada.

»Eligiendo entre el pueblo a los veinte mejores guerreros, proyectó laemboscadamientras que, por otro lado, ordenaba preparar un festín. ProntosalióconcaballosycarrosaaclamaraAgamenón,rumiandosusinfamias.Sinqueél loadvirtiera, loatrajoa lamuerte,y loasesinóenelbanquete,comoquienmataaunavacaanteelpesebre.NingunodeloscompañerosdelAtridasobrevivió,delosqueloescoltaban.YningunotampocodelosdeEgisto,quefueronaniquiladosensupalacio”.

»Asíhabló.Amíentoncessemedesgarróelcorazón,ymeechéa llorartendidosobrelaarena,ymiánimoyanodeseabavivirpormástiemponiverlaluzdelsol.

»Al cabo de un rato, cuando yame sacié de llorar y de revolcarme, denuevoentoncesmehablóelverídicoancianodelmar:

»“HijodeAtreo,nopersistasenllorarpormástiempotanobstinadamente,porquenovamosaencontrarningúnremedio.Ahoraesfuérzateatodaprisaenarribarporfinatutierrapatria.Queaéseloencontrarásvivo,oyalohabrámatadoOrestes,adelantándose,ytúpodrásasistirasuentierro”.

»Asíhabló.Micorazónyminobleánimodenuevosecaldearon,aunqueestabamuyacongojado,y,dirigiéndomeaél,ledijeestasaladaspalabras:

»“Yameheenteradoacercadeesosdos.Ahoraháblamedel tercero,delqueaúnconvidasehallaretenidoenelanchurosoponto,oquizásyamuerto.Quiero,aunqueacongojado,saberdeél”.

»Asíhablé.Yél,respondiéndomeenseguida,medijo:

»“EselhijodeLaertes,queteníasumoradaenÍtaca.Aéstelovienunaisla, derramando abundante llanto en lamansiónde la ninfaCalipso, que loretienea supesar.Yélnopuede regresara su tierrapatria.Porqueno tiene

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nave remera ni compañeros, que le pudieran transportar sobre el anchurosolomodelmar.

»Encuantoati,Menelaodedivinaestirpe,noestudestinomorirenArgoscriadoradecaballosyacabartusinomortal,sinoquelosdiosestellevaránalCampoElisioen losconfinesde la tierra,dondehabitael rubioRadamantis.Eneselugaresdulcísimalaexistenciadeloshombres.Noexisteallílanievenieldenso inviernoni jamáshay lluvia, sinoquepermanentementeenvíaelOcéano las brisas del Céfiro de soplo sonoro para refrescar a los humanos.PorquetienespormujeraHelenayporellaeresyernodeZeus”.

«Después de haber hablado así, hundióse en el oleaje del mar. Acontinuaciónyomeencaminé,conmisheroicoscamaradas,hacialasnaves,ymuchosemeestremecíaelcorazónenmicaminar.Luego,apenasllegamosalanaveylacosta,preparamoslacenaynosenvolviólanocheinmortal.Yentalmomentonosechamosadormirenlaplayamarina.

»En cuanto apareció, surgida al alba, la Aurora de rosáceos dedos, nosapresuramosabotarlasnavesaldivinomar,yallícolocamoslosmástilesylasvelas sobre las equilibradas naves, y los hombres subieron a bordo, seapostaron en sus bancos y, sentados en hilera, batían con sus remos elespumantemar.

»DenuevodetuvemisnavíosalbordedelEgipto,ríovenidodelcielo,yallíllevéacabohecatombesperfectas.Luego,trasdehaberaplacadolacóleradelosdiosessempiternos,alcéuntúmuloenhonordeAgamenón,paraquesugloriapersistairrestañable.

»Trascumplirtodoestomelancéanavegar,ylosinmortalesmeotorgaronunvientopropicio,yellosmecondujeronraudamentehastamiqueridapatria.

»Pero,vamos,quédateahoraenmipalacio,durantediezuoncedías.Yalcabodeéstosteharéunabuenadespedidaytedaréespléndidosregalos:trescaballosyuncarrobienlabrado.Yademásteobsequiaréunahermosacopa,paraquehagaslibacionesalosdiosesinmortalestodoslosdíasacordándotedemí».

LerespondióluegoelsagazTelémaco:

«Atrida,nome retengasmásaquípormucho tiempo.Pues,desde luego,duranteunañoenteromequedaríaaposentadoentucasa,ynoseapoderaríademílanostalgiademihogarnidemispadres.Queconoírtuspalabrasytusrelatos me deleito de modo imponente. Pero ya estarán quejosos miscompañerosenlamuydivinaPilos,ytúmealbergasaquídesdehacetiempo.

»Elregaloqueestásdispuestoadarme,queseaunobjetodeguardar.Loscaballosnome losvoya llevara Ítaca, sinoque te losdejaréaquícomoun

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presenteparatimismo.Puestúeressoberanodeunavastallanura,enlaquehayabundanteloto,juncia,trigos,espeltas,yblancacebadadeampliaespiga.PeroenÍtacanohaycaminosanchosnipradoalguno.Esterruñodecabrasymásapetecibleparaellasqueparacaballos.Ningunadelasislasenpendientesobreelmaresbuenaparacorrer caballosni tienebuenosprados.YmenosqueningunaÍtaca».

Asíhabló.YsesonrióMenelao,diestroenelgritodecombate,leacaricióconlamanoyledijoconafecto:

«Eresdesangrenoble,queridohijo,quetalescosasdices.Deacuerdo,yocambiaréesosregalos,quebienpuedo.Deentrelosobjetosvaliosostodosquetengoatesoradosenmicasa,tedaréelqueeselmásbelloymáspreciado.Tevoy a regalar una crátera bien tallada. Es toda de plata y sus bordes estánrecubiertosdeoro.EsuntrabajodeHefesto.MelaobsequióelhéroeFédimodelossidonios,cuandomehospedóensuhogar,enmiregresohaciaacá.Éstaeslaquequieroregalarteati».

En tanto que ellos tales coloquios tenían uno con otro, acudían losinvitados al palacio del divino monarca. Los unos traían ovejas, otrosaportabanexcelentevino.Susesposasdehermososveloslesenviabanelpan.Asíellossedisponíanalbanqueteenlassalasdelpalacio.

Entre tanto, los pretendientes frente al patio del palacio de Odiseo sedivertían lanzando discos y jabalinas sobre el liso pavimento, donde desdetiempoatrássolíanmanifestarsuinsolencia.Antínooestabaallísentadoy,asulado, Eurímaco de divino porte, como jefes de los pretendientes. Eran losmejoresenmuchoporsuexcelencia.

Llegando junto a ellosNoemón, el hijo de Fronio, interrogando con susfrasesaAntínoo,ledijo:

«Antínoo,¿acasosabemosennuestrasprevisionesalgo,ono,decuándovaaregresarTelémacodelaarenosaPilos?Sefuellevándosemibarco,yahoralonecesitoparapasaralaextensaElide,dondetengodoceyeguasyconellasunos laboriosos mulos aún indómitos. De éstos quisiera traerme alguno ydomesticarlo».

Así habló. Y ellos se quedaron pasmados en su ánimo. Porque no seimaginabanquehubierazarpadohaciaPilos,ladeNeleo,sinoqueestaríaporalláenalgúnlugardesuscampos,conlosganadosoconelporquerizo.

EntoncesleinterpelóAntínoo,elhijodeEupites:

«Dime con franqueza, ¿cuándo partió y quiénes con él? ¿Jóvenesescogidos de Ítaca le acompañaban? ¿Tal vez sus propios jornaleros yesclavos?Puesdeunouotromodohapodidoobrar.Ydímeloconsinceridad,

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paraquequedebienenterado,sitearrebatóconviolencia,contratuvoluntad,lanegranave,osiseladistedebuengrado,despuésdequetelopidieraenundiscurso».

LecontestóNoemón,hijodeFronio:

«Yo se la di de buen grado. ¿Qué hubiera hecho cualquiera, cuando unhombredetalcalidad,coninquietudesensuánimo,selosuplicaba?Difícilleseríanegarseatalconcesión.

»Encuantoalosqueibanconél,eranjóvenes,quienesmásdestacanenelpuebloentrenosotros.YentoncesviquecomosujefeseembarcabaMéntor,oundios,queaésese leparecíaen todo.Peroestometieneasombrado.QueacáviayerporlamañanaaldivinoMéntor,yentoncesseembarcóenlanavehaciaPilos».

Despuésdehaberhabladoasí,seencaminóalacasadesupadre.Aellos,aambos, se les enfureció el orgulloso ánimo. Hicieron sentarse a lospretendientesenungrupoyquecesaransusjuegos.YlesdirigiólapalabraaéstosAntínoo,hijodeEupites,encolerizado.Susentrañassehabíancolmadoplenamentedefuria,ennegreciendoporamboslados,ysusojosseasemejabanalfuegocentelleante.

«¡Ah,ah!¡Concuántainsolenciahallevadoacabosuacción!YatieneahíTelémaco su viaje. ¡Y asegurábamos que no lo lograría! En contra de lavoluntaddetantoseljovenmuchachosehalargadosinmás,botandoalmarelbarcoyeligiendoalosmáscapacesenelpueblo.Prontocomenzaráaseryauna amenaza. ¡Mas ojalá Zeus destruya su fuerza antes de que traspase ellímitedelaadolescencia!

»Pero,venga,dadmeunanaverápidayveintecompañeros,afindequeleprepareunaemboscadaasuvuelta,yvoyaacecharleenelpasoentreÍtacaylaencrespadaSamos,paraqueleseafunestaestanavegaciónenbuscadesupadre».

Así dijo. Entonces todos lo aclamaban y le daban ánimos. Al momentodespués, levantándose, se dirigieron al palacio de Odiseo. Mas tampocoPenélope anduvo largo tiempo ignorante de los planes que los pretendientescavilabanensusentrañas.PorqueselocontóelheraldoMedonte,quesehabíaenterado de sus propósitos cuando estaba fuera en el patio, allí donde ellostramabansuemboscada.YcorrióacomunicárseloaPenélope,atravesandoelpalacio.EncuantosedetuvoensuumbrallesaludóPenélope:

«¿Heraldo, a qué te han enviado los arrogantes pretendientes? ¿Acaso adeciralascriadasdeldivinoOdiseoqueabandonensustareasylespreparenaelloselbanquete?¡Ojaláquesinmáspretenderysinreunirseenotrolugaracácelebraran su festín final y último! ¡Vosotros, que con vuestros continuos

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banquetes arruináis una gran hacienda, la herencia del prudente Telémaco!Nada escuchasteis a vuestros familiares, cuando erais niños, de cómo secomportabaOdiseo con vuestros padres, sin hacer nada injusto a nadie, sinsiquieraproponerloanteelpueblo.Ésesueleserelcomportamientohabitualdelosdivinosreyes,queentreloshumanosaunolodetestanyamanaotro.Pero él jamás, en absoluto, había causado un daño irreparable a nadie. Encambiovuestrasintencionesyvuestrasinicuasobrasestánalavista.Ynohayenadelanteningunagratitudparaquieneshacenelbien».

AellalerespondióMedonte,quealbergabasagacesideas:

«¡Puesojaláqueahora,reina,ésefueraelpeormal!Quehayotromuchomás grave ymás doloroso que los pretendientesmaquinan, y ojalá no se locumplaelhijodeCrono.GuardanelpropósitodeasesinaraTelémacoconelafiladobronceencuantoélvuelvaalacasa.ZarpóenposdenuevassobresupadrealamuydivinaPilosyalasagradaLacedemonia».

Así dijo. A ella le desfallecieron las rodillas y el corazón. Y por largotrecho el asombro le arrebató las palabras. Ambos ojos se le colmaron delágrimasysucálidavozquedóapagada.Luegoalfinlerespondióysedirigióaélconestaspalabras:

«Heraldo, ¿por qué se ha marchado mi hijo? Ningún apuro le urgía aembarcarseenlosbarcosdepuntiagudaproa,quesonparanuestroshombrescaballosdelmar,que los trasportansobre laextensiónde lasaguas, lavastaplanicie.¿Esacasoparaquenoquedesiquierasunombreentresusgentes?».

AellalacontestóluegoMedonte,quealbergabasagacesideas:

«NosésialgúndioslehaincitadoosupropioánimoleimpulsóamarcharhaciaPilos,parainformarseacercadesupadre,desuregresoodequédestinolehaalcanzado».

Despuésquehubohabladoasí,seretiróatravésdelamansióndeOdiseo.

Aellalainvadióunapenaquelaaniquilabaynisiquieratuvoánimosparasentarse en una silla, de las muchas que había en el palacio, sino que seagazapó sobre el umbral de su bien construido dormitorio, sollozandolastimosamente.A su alrededor sollozaban todas las criadas que había en lamansión, jóvenes y viejas. A ellas, entre incontenibles gemidos, les dijoPenélope:

«Oídme,amigas.EndemasíamehadadodoloreselOlímpico,porencimade todas lasdemásmujeresqueenmis tiempossecriaronyfueron.Yoque,primero,perdíaminobleesposodeánimoleonino,destacadoporvirtudesdetoda clase entre los dánaos, tan noble que su fama amplia se extiende porGreciayelcorazóndeArgos.

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»Ahora, en otro embate, las tormentas me han arrebatado a mi hijoquerido, lejos de mis estancias, sin gloria, y ni siquiera me enteré de supartida.

»Crueles vosotras, que no os decidisteis en vuestro corazón ninguna adespertarme en mi lecho, sabiendo bien en vuestro interior cuándo él semarchabaensucóncavanavenegra.¡Ah,siyomehubieraenteradodequeélse lanzaba a tal viaje! Entonces seguro que se habría quedado, por muyansiosoqueestuvieradelcamino,omehabríadejadomuertaenestepalacio.

»Peroquealguienvayaallamar,aprisa,alviejoDolio,elesclavomío,elquemedonómipadrecuandovineaestacasayqueestáalcargodemijardíndemuchosárboles,paraquemuyrápidosepresenteanteLaertesylecuentetodoesto,aversiél,forjandoensumentealgúnplan,acudeadarunsustoaestasgentesqueardenenansiasdeacabarconelvástagodeldivinoOdiseo».

EntonceslecontestósuqueridaayaEuriclea:

«Hijaquerida,mátameahora túconel fierobronceodéjameenpalacio.Deningúnmodohedeocultartemirelato.

»Yosabíatodoeso,yleproporcionécuantomepedía:trigoyvinodulce.Ylogrótambiéndemíunsolemnejuramento:quenoteloconfesaríahastaquellegaraelduodécimodía,oquetúmismasintierasanhelosdeenterartedesuausencia, para que no desgarraras con tus llantos tu bella piel. Así que,dándoteunbaño,revistiendotucuerpoconvestidoslimpios,ysubiendoatusaposentos altos con tus servidoras, haz súplicas a Atenea, hija de Zeusportadordelaégida.Porqueella,enefecto,vaasalvarleinclusodelamuerte.Ynoagobiesaunancianoyaagobiado.Quenocreoqueseamuyaborrecidade los dioses felices la estirpe del Arcisíada, sino que aún, sin duda,sobrevivirá alguno de los suyos, que posea estas salas de alto techo y losfértilescamposdelejanosmojones».

Asíhabló,ycalmóelgemirdePenélopeycontuvoel llantodesusojos.Ella se dio el baño, revistióse el cuerpo con limpios vestidos, subió a lashabitacionessuperioresconsuscriadas,yaprestólasmolasdecebadaenuncanastilloysuplicóaAtenea:

«¡Escúchame,hijadeZeusportadordelaégida,incansable!

»SialgunavezentuhonorenpalacioelingeniosoOdiseoquemómuslospingües de vaca o de oveja, recuérdalo ahora y ponme a salvo a mi hijoquerido,yampáralodelospretendientesqueseexcedenensusoberbia».

Trasdeorarasí,dioelgritoritual,yladiosaatendióasuruego.

Los pretendientes alborotaban en las umbrosas salas. Y de esta manerahablabaunodelosjóvenesufanándosedesusoberbia:

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«Seguro que la reina tan cortejada prepara ya sus bodas con alguno denosotros,ynadasabedelamuertequependesobresuhijo».

Asídecíaentoncesuno.Peronosabíanloqueestabaporvenir.EntreellostomólapalabraAntínooylesdijo:

«¡Insensatos!Rehuidlasaclaracionesjactanciosastodosporigual,noseaquealguienvayaareferirlasahíadentrotambién.Pero,vamos,levantémonosy cumplamos en silencio nuestro plan, que ya está decidido en lamente detodosnosotros».

Tras de haber dicho esto, eligió a los veinte mejores hombres, y sepusieronenmarchahacia laveloznavey laorilladelmar.Conqueprimerobotaron almar profundo la embarcación, y en ella afirmaron elmástil y lasvelas del negro navío, y sujetaron los remos con cabos de cuero, todo enorden, y desplegaron las velas blancas. Les trajeron las armas sus fierossirvientes.Anclaronlanaveenaguasdehondocaladoydesembarcaronluego.Allítomaronlacenamientrasaguardabanlallegadadelanoche.

Mientras tanto la prudente Penélope estaba echada en su aposento, enayunas, sin probar comida ni bebida, meditando si su irreprochable hijolograríaescapardelamuerte,osisucumbiríavencidoporlosensoberbecidospretendientes.Cuantasangustias fantaseaun leónenmediodel acosode loscazadores, cuando le acorralan en un cerco traicionero, tantas la acosaban aella hasta que le sobrevino el dulce sueño. Durmióse echada allí, y sedisolvierontodassusangustias.

Allí otra cosa planeó la diosa de los ojos glaucos, Atenea. Plasmó unafigura y la hizo idéntica al cuerpo de una mujer, al de Iftima, la hija delmagnánimo Icario, a quien había desposado Eumelo que en Feras tenía sumorada. Y la envió al palacio del divino Odiseo, para que consolara a lagimienteyllorosaPenélopeensusollozarysulastimosapena.

Penetróensudormitorioatravésdelaargolladelcerrojo,yseirguióantesurostroyledijoestaspalabras:

«Penélope,¿duermesacongojadaenelfondodetucorazón?Noconsientenlosdiosesdevidafácilquesigasllorandoyangustiándote,porqueyasehallaenelcaminoderegresotuhijo.Ynoesdenadaculpableantelosdioses».

Le contestó a ella entonces la prudente Penélope, que dormitaba muysuavementeenelumbraldelossueños:

«¿Aqué has venido acá, hermana?Nunca antesme has visitado, porquedesde luego habitas en un palacio a larga distancia. Y ahora vienes y meinvitasacesarenmipenaymismuchossufrimientos,quemeangustianenmimenteymiánimo,amí,queyaperdíaminobleesposodecorazóndeleón,

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destacadoporvirtudesdetodaclaseentrelosdánaos,tannoblequesufamaseextiende por toda Grecia y el centro de Argos. Ahora, en otro lance, miquerido hijo se marchó en una cóncava nave, el niño que no sabe bien deempresasnideparlamentos.Porélahorayomeacongojoaúnmásqueporsupadre,porélestoytemblandoysientotemordequealgoleocurra,bienentrelas gentes del país al que fue, o en altamar. Quemuchos enemigos andanmaquinando contra él, deseosos de darle muerte antes de que vuelva a supatria».

Respondióleentoncesenréplicaelvanofantasma:

«Ten confianza y no te amedrentes en demasía en tu ánimo.Que con élcomo guía viaja quien otros hombres rogarían que les asistiera, pues tienepoder para ello, Palas Atenea. Y se compadece de tu llanto. Ella me haenviadoacontarteestascosas».

LarespondiólaprudentePenélopeluego:

«Pues si eres una diosa y has escuchado la voz de la divinidad, vamos,cuéntametambiénalgosobreeldesventuradoausente,siesquetodavíavive,osihamuertoyayestáenlasmoradasdeHades».

Respondióleentoncesenréplicaelsombríoespectro:

«Notedirénadaclaramentesobreél,nisiviveosiyahamuerto.Maloesdifundirloqueesincierto».

Despuésdehablarasísedesvanecióatravésdelcerrojodelapuertaenlossoplosdelviento.Yellaserecobródelsueño,lahijadeIcario.Sucorazónsehabíareanimadoconelclarosueñoquelehabíallegadoenloprofundodelanoche.

Lospretendientesseembarcaronysalieronasurcarlosacuosossenderos,tramandoensusmenteselcruelasesinatodeTelémaco.Enmediodelmarhayunaislarocosa,entreÍtacaylaabruptaSamos:Astéride.Noesgrande,perohayenellapuertosdedobleentradadondefondeanlosbarcos.Allífueronaapostarselosaqueostendiéndolelaemboscada.

CANTOV

SelevantabalaAuroradellecho,alaveradelilustreTitono,afindellevarsu luza los inmortalesya losmortales, cuando losdioses seestablecíanenasamblea,yentreellosZeus,quetruenaenloaltoycuyopoderessupremo.EnlareuniónAteneacontabalosmuchospesaresdeOdiseo,recordándoselos.Porquelapreocupabaqueaúnseencontraraenlasmansionesdelaninfa.

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«¡Zeus padre y demás dioses felices que existís para siempre! ¡Que nohayayareyningunoprudente,benévoloyamableportadordelcetro,ningunoquerespeteensumente lo justo,sinoqueseansiemprecruelesyautoresdetropelías!

»PorqueningunoseacuerdadeldivinoOdiseo,entreaquellasgentesalasqueregíayparaquieneseratiernocomounpadre.Ahorayacedesesperadoenunaisla,sufriendorigurosospesares,enlosaposentosdelaninfaCalipso,queporlafuerzaloretiene.Nopuedeélarribarasutierrapatria,porquenotieneconsigonavesremerasnicompañerosquelotransportensobreelancholomodelmar.

»Ahora,además,andantramandoasesinarasuamadohijo,encuantotratederegresarasucasa.ÉlmarchóapornoticiasdesupadrealamuysagradaPilosyaladivinaLacedemonia».

Respondiendo,aellaledijoZeus,elAmontonadordenubes:

«¡Hijamía,quédiscursoescapódelcercodetusdientes!¿Acasotúmismano has decidido ya ese plan, de forma que Odiseo se vengara de ellos alregresar a su hogar? Respecto a Telémaco, envíalo tú cuidadosamente, quebien puedes, para que vuelva sano y salvo a su tierra patria. Y que lospretendientesretornenensubarcodeunviajefrustrado».

YdeestemodohablóluegoasuqueridohijoHermes:

«Hermes,túqueencasossemejanteseresnuestromensajero,veadecirlealaninfadehermosastrenzasnuestrainevitabledecisión:elretornodelsufridoOdiseo,afindequesepongaanavegarsinescoltadediosesnidecamaradashumanos. Sino que él, después de soportar penalidades en una balsa demuchasataduras,llegue,enelvigésimodía,aEsqueriadefértilesglebas,enelpaísdelosfeacios,quesoncasidioses,quieneslehonrarándecorazóncomoaun ser divino y le enviarán en una nave a su querida tierra patria, tras dehaberleregaladobronceyoroencantidadymuchosvestidos,tantoscomonisiquiera de Troya habría sacado Odiseo, de haber salido indemne y haberrecibido su parte de botín.Que, en efecto, su destino es ver a los suyos denuevoyllegarasucasadealtostechosyasutierrapatria».

Asíhabló,ynodejódeobedecerleelmensajeroArgifonte.Alinstanteseanudó en sus pies las bellas sandalias, de oro, imperecederas, que letransportaban sobre el aguay la tierra sin límites a laparde las ráfagasdelviento.Tomóconsigosuvarita,conlaquehechizalosojosdeloshombres,dequienquiere,yconlaque,asuvez,tambiéndespiertaalosdurmientes.ConellaensusmanosseechóavolarelpoderosoArgifonte.

Descendiendoa laPieriase lanzódesdeeléteralmar.Avanzóluegoporsobre las olas semejante a una gaviota que da caza a los peces en los

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tremendos repliegues del estéril mar y se moja en la espuma salada suspresurosasalas.ParecidoaéstaviajabasobrelasnumerosasolasHermes.

Mascuandoyaarribóalaislaqueestabalejana,entoncessaliódelmardecolorvioletaechandoaandarsobre la tierra firmehastaque llegóa lavastacuevaenlaquehabitabalaninfadehermosastrenzas.Ylaencontróaellaensuinterior.

Enelhogarardíaungranfuegoyelolordelcedrodearomáticamaderayeldelatuyaalquemarsesedejabasentirdesdelejosenlaisla.Ydentroellacantaba con bella voz, mientras manejando el telar con su áurea lanzaderatejía.

Enderredordelacuevahabíacrecidounbosquefrondoso,quepoblabanelaliso,elálamoyelfraganteciprés.Allíanidabanavesdeampliasalas:búhos,gavilanesycornejasmarinasdepicoalargado,queencuentransufaenaenelmar.Allímismo,entornoalacóncavagruta,sehabíaextendidounarozaganteviña,queestabacolmadade racimos.Cuatro fuentes enhileramanabanconaguaclara,cercanasentresíyorientadascadaunahaciaunlado,Yaamboscostados florecían lospradosherbososdevioletasy apio silvestre.Hastauninmortal, que por allí llegara, se asombraría contemplando el paisaje y sesentiría regocijado en su corazón. Entonces allí se detenía y lo admiraba elmensajeroArgifonte.

Ytrasunratodecontemplarlotodoasugusto,enseguidasedirigióhastala anchurosa caverna.No dejó de reconocerlo al verlo de frenteCalipso, ladivinaentrelasdiosas.Porquelosdiosesnosondesconocidosunosdeotros,aunque alguno tenga muy apartada su morada. En cuanto al magnánimoOdiseo,nolohallóenelinteriordelacueva,sinoqueélsollozabasentadoenlaorilla,dondemuchasveces,desgarrandosuánimocon llantos,gemidosypesares, escrutaba elmar estéril derramando lágrimas.AHermespreguntóleCalipso,ladivinaentrelasdiosas,despuésdehaberleofrecidounespléndidoymagníficoasiento:

«¿Porquéamicasahasvenido,Hermesdelavaritadeoro,honorableyquerido? Hasta ahora, al menos, no solías visitarme nunca. Dime lo quetramas.Miánimomeincitaacumplirlo,siesquepuedocumplirloysiesalgoquepuedahacerse.Peroantessígueme,paraqueteofrezcaunospresentesdehospitalidad».

Trashaberhabladoasí,ladiosadispusounamesaquecolmódeambrosíaymezcló el rojo néctar. Entonces tomó bebida y alimento el mensajeroArgifonte, y una vez que hubo comido y saciado su ánimo con la comida,entoncesenrespuestaledirigióestaspalabras:

«Mepreguntas,diosa,aquévengoyo,undios,yalmomentoteexpondré

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francamentemimensaje,puesaesomeinvitas.

»Zeus me manda venir aquí en contra de mi deseo. ¿Quién por propioimpulsocruzaríaalacarrerataninmensaextensióndeaguasalada?Tampocohay cerca ciudad alguna de hombres, que en honor de los dioses ofrezcansacrificiosyexcelenteshecatombes.Sinembargodeningúnmodoesposibleaotro dios esquivar o incumplir el designio de Zeus portador de la égida.Afirmaquecontigohabitaunhombre,muchomásdesdichadoquelosdemás,de los guerreros que combatieron en torno de la ciudad de Príamo durantenueveaños,yaldécimoarrasaronlaciudadysevolvieronasucasa.Peroenel regreso ofendieron a Atenea, que sobre ellos lanzó un viento funesto ygrandes olas. Entonces perecieron todos los otros, sus nobles compañeros,peroaélhastaaquíleimpulsaronelvendavalyeloleaje.

»Aéseahoratemandaquelodespidasatodaprisa.Puesnoessudestinomorir acá lejos de los suyos, sino que por designio divino ha de ver a sufamiliayregresarasumansióndealtotechoyasutierrapatria».

Asíhabló,yestremecióseCalipso,ladivinaentrelasdiosas.Ytomandolapalabralereplicóestaspalabrasaladas:

«Soiscrueles,dioses,envidiososenextremodeotros,yos irritáiscontralasdiosasqueseacuestanconhombressinreparos,cuandoalgunahaceaunocompañerode lecho.AsícuandolaAuroraderosáceosdedosraptóaOrion,entoncestantoosirritasteislosdiosesdefácilvidacontraellaquealcabolomató en Ortigia la santa Ártemis, asaeteándolo con sus suaves flechas. Asícuando Deméter de hermosas trenzas, cediendo a su pasión, compartió suamorysulechoconJasiónenlaglebalabradatresveces,notardóenenterarseZeus,quelomatóasaeteándoloconunfulgenterayo.Asíahora,denuevo,osirritáisconmigo,dioses,porqueconvivaconunhombremortal.

»Aélyolosalvé,cuandosubidosobrelaquilla,solitariovagaba,despuésdequeZeusgolpeandosuraudanaveconelfulgenterayolaquebróenmediodelpontovinoso.Allíentoncesperecierontodossusotroscompañeros,peroaélhastaaquílearrastraronelvendavalyeloleaje.Yolotratabaconcariñoylocuidaba, e incluso le propuse hacerlo inmortal e inmune a la vejez parasiempre.

»Pero, puesto que de ningún modo es posible a otro dios esquivar eincumplireldesigniodeZeusportadordelaégida,quesevaya,yaqueélmelomandayordena,porelmarestéril.Peroyonopuedo transportarloaotraparte. No tengo en mi casa ni naves ni compañeros que puedan escoltarlosobreelancholomodelmar.

»Noobstante, leaconsejarébenévolaynada leocultaré,a findequesingrandesdañosalcancesutierrapatria».

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AellalecontestóasuvezelmensajeroArgifonte:

«Despídeleahoraasí,yevitalacóleradeZeus,noseaqueteguarderencorysealuegodurocontigo».

Cuando así hubo hablado se alejó el fuerte Argifonte, mientras ella, lavenerableninfa, sedirigía al encuentroconOdiseo, trasdehaber acatadoelmensajedeZeus.Loencontró,pues, sentadoen laorilla.Nuncaestabansusojossecosdelágrimas,yconsumíasudulcevidaañorandosuregreso,porqueyanolecontentabalaninfa.Pasaba,sinembargo,lasnochespornecesidadenla cóncava gruta al lado de la que le amaba sin amarla él. Pero durante losdías, sentado en las rocas de la costa, desgarrando su ánimo con llantos,gemidosypesares,escrutabaelmarestérilderramandolágrimas.

Deteniéndosejuntoaéllehablóladivinaentrelasdiosas:

«¡Desdichado,notemelamentesmásniaquíconsumastuvida!Porqueyavoy a despedirte de muy buen grado. Conque, venga, corta unos largosmaderos y construye con el bronce una ancha almadía. Luego instala sobreella,porencima,unatablazón,paraquetetransporteporelbrumosomar.Pormiparteyotetraeréalimento,aguayrojovinoenabundancia,queteprotejandelhambre,yvestidosparacubrirte.Yteenviaréluegounbuenviento,afinde que llegues muy salvo a tu tierra patria. Así lo quieren los dioses, quedominan el amplio cielo, que son más poderosos que yo para preverlo ycumplirlo».

Así dijo. Se estremeció elmuy sufrido, divinoOdiseo, y respondiéndoledijoaladaspalabras:

«Otracosaes loquetú,diosa,pretendesahoraynomiviaje,cuandomeincitasacruzarenbalsaelenormeabismo, terribleydificultoso.Nisiquieralas naves bien equilibradas de veloz proa lo atraviesan, favorecidas por unviento favorable de Zeus. Tampoco yo, en contra de tu voluntad, meembarcaría en una balsa, a no ser que aceptaras, diosa, prometerme con ungranjuramentoquenovasatramarcontramíotramaladesdicha».

Asíhabló,ysonrióseCalipso,ladivinaentrelasdiosas,yleacaricióconlamanoyledirigiósupalabradiciendo:

«¡Quétaimadoeres,ydesdeluegonotienesunvanoentendimiento!¡Quépalabrastehasdecididoadecirmeenvozalta!Queatestigüenahoralatierrayelanchocieloarriba,yelaguaquemanade laEstigia (queesel juramentomáximoymástremendoquehayentrelosdiosesdichosos),esto:quenovoyatramarcontratiningunaotramaladesdicha.Sinoquepiensoyteaconsejoloque para mí meditaría en caso de que me alcanzara un apuro tan grande.Tengo, en efecto, una recta intención y no hay en mi pecho un ánimo dehierro,sinocompasivo».

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Tras de hablar así echó a andar ágilmente la divina entre las diosas, yOdiseo al punto caminaba tras los pasos deCalipso. Llegaron a la cóncavacueva ladiosayelhumano.Allí él secolocóenel asientodelque sehabíalevantadoHermes,y laninfadispusoa sualcance todo tipodecomidaparaque comiera y bebiera lo que comen y beben los mortales. Ella se sentóenfrente del divino Odiseo, y para ella trajeron las sirvientas ambrosía ynéctar.Tendieronambossusmanossobrelosmanjarespreparadosextendidosdelante.Luego,unavezquesehubieronsaciadodecomidaybebida,comenzólacharlaCalipso,ladivinaentrelasdiosas:

«Laertíadadelinajedivino,Odiseodemuchosrecursos,¿conqueyaahora,enseguida,quieresmarcharteatuqueridatierrapatria?Quetevayabien,aunasí.Massisupierasentumentecuantosrigoresestudestinosoportarantesderegresar a tu tierra patria, quedándote acá conmigo guardarías esta casa yserías inmortal,aunqueañorarascontemplara tuesposa,a laqueanhelasdecontinuotodoslosdías.Mejacto,desdeluego,dequenosoyinferioraella,nien figura ni en talle, porque de ningún modo es normal que las mortalesrivalicenenfiguranibellezaconlasinmortales».

ContestándoleaellaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Diosa soberana, no te enfurezcas conmigopor eso.Sé tambiényomuyclarotodoesto:quelaprudentePenélopeesinferioratienbellezayenfiguraalcontemplarlacaraacara,yellaesmortal,ytúinmortaleinmunealavejez.Peroaunasíquieroyanhelotodoslosdías llegaramicasayconocereldíadelregreso.Sialgunodelosdiosesmeatacadenuevoenlavinosaaltamar,losoportaré con un corazón sufridor en mi pecho. Pues ya muy numerosospesarespenéyaguantéenmediodelasolasydelaguerra.Queahoraseañadaésteaaquéllos».

Asíhabló.Luegosesumergióelsolyllególatiniebla.Retirándoseambosalfondodelacóncavagrutagozarondeltratoamoroso,acostándosejuntos.

EncuantoapareciónacidaalalbalaAuroraderosáceosdedos,almomentoOdiseo se vistió la túnica y el manto, mientras que la ninfa se ponía unaampliavestiduradeunblancobrillante,suaveygraciosa,yentornoaltalleseajustóunhermosocinturóndeoro,yunvelosobresucabeza.Yalmomentose ocupaba del viaje del magnánimo Odiseo. Le entregó una gran hacha,adecuadaasusmanos,debronce,afiladaporamboslados.Teníaunexcelentemangodeolivo, bien ajustado.Ledio tambiénuna azuela bienpulida.Y leguio en su camino hasta el extremo de la isla, donde habían crecido altosárboles, el aliso y el álamo y el abeto que se alarga hasta el cielo, resecosdesdeantañoydeduracorteza,quepodíanflotarligeros.

Marchóasucasaella,Calipso,divinaentre lasdiosas,mientrasél talabalosmaderos. Presurosamente concluyó su trabajo.Derribó veinte en total, y

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loshacheóconelbronceluego,ylospuliósabiamente,ylosenderezóconunaplomada.Entonces le trajo un taladroCalipso, divina entre las diosas, y lostaladró todos y los ajustó unos con otros, y los ensambló con clavijas yjunturas.Cuantounhombre,buenconocedorde lasartesde laconstrucción,redondearíaelfondodeunamplionavíodecarga,tantodeampliahizoOdiseola balsa. Luego construía la cubierta colocando ensamblados apretadosmaderos,ylarematabaconenormestablones.Ysobreellaalzabaunmástilyla entena ensamblada con él. Y, como es natural, construyó un timón paraenderezarelrumbo.Ylaprotegióporlosladosconmimbresentretejidosparaque fueran una defensa contra el oleaje, y encima extendiómuchamadera.EntoncesletrajoCalipso,divinaentrelasdiosas,telasparahacerseunasvelas,y él se fabricó también éstas diestramente. Ató a ellas cuerdas, cables ybolinas,yconunasestacasbotólaalmadíaaldivinomar.

Era el cuarto día y en éste quedó todo acabado. Así que al quinto lodespedíadesuisladivinaCalipso,despuésdelavarleydehaberlevestidounperfumadoropaje.Ladiosalepusoabordounodredenegrovino,otrograndedeagua,yprovisionesenunsaco.Abordo lehabía llevadomuchosvíveresapetitosos.Yleenvióunvientobenéficoysuave.

AlegredesplególasvelasalvientoeldivinoOdiseo,altiempoquesentadoal timón enderezaba el rumbo sabiamente. Y no caía el sueño sobre suspárpadosmientrasélcontemplabalasPléyadesyBootesquesesumergetardíoy laOsa,que llamanporsobrenombreelCarro,queporallígirayacechaaOrión, y es la única privada de los baños en el Océano. Pues le habíaaconsejadoCalipso,divinaentrelasdiosas,quesurcaraelaltamarteniéndolasiempre a mano izquierda. Diecisiete días navegó cruzando el ponto, y aldecimoctavoseleaparecieronlosmontessombríosdelatierradelosfeacios,pordonde leestabanmáscerca.Leparecieroncomouncombadoescudoenmediodelneblinosomar.

PeroelpoderosoSacudidordelatierra,queregresabadeentrelosetíopes,leviodesdelejos,desdelosmontesSolimos,puesquedóasuvistamientrastodavíanavegabaporaltamar.Eldiosseenfurecióaúnmásensucorazón,ysacudiendolacabezahablóasíasuánimo:

«¡Ayayay! ¡Sin duda que los dioses tramaron algo nuevo respecto aOdiseo,mientrasyoestabajuntoalosetíopes!Ahoraestáyacercadelatierrade los feacios, donde es sudestino escapar del aluvióndedesgracias que leacosa.Peroafirmoqueaúnledaréunmontóndedesdicha».

Tras hablar así, reunía nubarrones y, blandiendo su tridente, alborotó elmar. Excitó todas las furias de los vientos de varios rumbos, y con nubesrecubrióa lavez la tierrayelmar.Desdeelcielocaíadegolpe lanoche.YjuntosselanzaronelNotoyelEuroyelborrascosoCéfiroyBóreasnacidoen

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elaltoéter,revolviendounenormeoleaje.Entoncesdesfallecieronlasrodillasy el corazón de Odiseo, y angustiándose dijo entonces a su magnánimocorazón:

«¡Ay de mí infeliz! ¿Qué va a sucederme al final ahora? ¡Temo que ladiosamehayadichotodalaverdad,cuandomedijoqueenaltamar,antesdealcanzar mi tierra patria, sufriría de nuevo dolores! Todo eso ahora va acumplirse.ConquénubarronescubreZeuselampliocielo,yrevuelveelmar,yyasedesbocanlasráfagasdetodotipodevientos.Ahoratengoseguraunadesastrosamuerte.

»¡Tresycuatrovecesdichosos losdánaosqueantañomurieronsirviendoenfavordelosAtridasenlaampliallanuradeTroya!¡Ojaláquetambiényohubiera muerto y cumplido mi destino en aquel día, cuando muchísimostroyanosme lanzaron encima sus lanzas de punta de bronce al costado delcadáver de Aquiles! En tal caso habría obtenido honores fúnebres y mehabríandadogloria losaqueos.Ahora,encambio,estápredestinadoquemearrebateunamuertemiserable».

Mientraslodecía,unaolaenorme,precipitándoseterribledesdelaaltura,loalcanzódellenoyvolteócomountorbellinolabalsa.Lejosdelabalsacayóél, y el timón se escapó de sus manos. Por la mitad quebróle el mástil elterrible turbión de los vientos mezclados que llegaba, y lejos la vela y laentena cayeron en el mar. Quedó él sumergido un largo rato, y no pudorecobrarse en seguida del embate de la tremendaola, porque le pesaban losvestidosquelehabíaproporcionadoladivinaCalipso.Alfinemergió,ydesuboca vomitó la amarga agua salada, que le chorreaba en abundancia por lacabeza.

Pero ni por ésas abandonó la balsa, aunque estaba agotado, sino quelanzándose a través de las olas se agarró a ella, y se echó en medio de lamismatratandodeescaparalembatedelamuerte.Laarrastrabaelgranoleajeensucursohaciaacáyhaciaallá.ComocuandoelBóreasotoñalarrastraloscardosporlallanura,yseamontonanespesosunosconotros,asíalolargodelmar laarrastrabahaciaacáyhaciaallá.UnasveceselNotose la lanzabaalBóreasparaquelaimpulsara,yotrasveceselEuroselacedíaalCéfiroparaquelapersiguiera.

PeroleviolahijadeCadmo,InoLeucóteadehermosostobillos,queanteshabíasidounamortaldotadadevozhumana,yqueahoraenelfondodelmarcomparte lagloriade losdioses.Ella secompadeciódeOdiseo,quevagabasufriendopesares,ysemejanteaunagaviotavoladorasurgiódelasaguas.Seposóenlaensambladaalmadíayledijosupalabra:

«Malaventurado,¿porquéPoseidónquesacudelatierraseencolerizótantocontigo, ferozmente, y tantos daños produce contra ti? Con todo no va a

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acabar contigo ahora, pormuyenfurecidoque esté.Asíque actúadelmodosiguiente, ya que me pareces inteligente. Quítate esas ropas y abandona labalsa a que se la lleven los vientos, y nadando con tus brazos esfuérzate enregresara la tierrade los feacios,dondees tudestinoqueconsigas salvarte.Tomaestevelodivinoparaqueloextiendasbajotupecho,ynotemassufrirnadanimorir.

»Masencuantoarribescontusbrazosalatierrafirme,suéltaloylánzalodenuevoalvinosopontobienlejosdelatierra,ypontedeespaldasaltirarlohaciaatrás».

Apenashubodichoesto,ladiosaleentregóelvelo,yellasesumergióenel tempestuosomar semejante a una gaviota, y una negra ola la cubrió. SequedóentoncesindecisoeldivinoymuysufridoOdiseo,ydijo,abatido,asumagnánimocorazón:

«¡Aydemí!Temoqueotravezalgunodelosdiosesandetramandocontramíunatrampa,cuandoahorameincitaaabandonarlaalmadía.Puesbien,aúnnovoyaobedecerle,porqueconmisojoshevistoremota la tierraendondedijo que encontraré refugio. Conque actuaré del siguiente modo, que meparece que es lo mejor: mientras los troncos se mantengan ajustados en suensamblaje, entre tanto me quedaré aquí soportando estos tormentos; y siluego el oleaje descuartiza la balsa,me echaré a nadar, yaqueno está amialcancepreveralgomejor».

Mientras que esto él meditaba en su mente y su ánimo, alzó PoseidónSacudidor de la tierra una gigantesca ola, enorme y espantosa, pronta adeslomarse,ylalanzócontraél.Comoelvientoembravecidodesparramaunmontóndepajassecas,ylasdispersaportodoslados,asílaoladesparramólosmaderosdelaalmadía.PeroOdiseoseasióauno,encaramándosecomosobreun potro de carreras, y allí se despojó de las ropas que le había ofrecido ladivinaCalipso.Enseguidaextendióelvelobajosupecho,ysezambullódecabezaalmarponiendopordelantesusmanos,dispuestoanadar.

LevioelpoderosoSacudidordelatierra,ymoviendosucabezadijoparasímismo:

«¡Así ahora, tras sufrirmuchosdaños,vagaa laderivapor elmar,hastaqueconsigasjuntarteconhumanosdellinajedeZeus!Masniaunasíconfíoenquequedessaciadodedesgracia».

Diciendo esto azuzó a sus caballos de hermosas crines, y se fue aEgas,dondetieneunfamosopalacio.

Pero Atenea, la hija de Zeus, maquinó otra cosa. Entonces detuvo losembatesdelosdemásvientosyatodoslosmandócesarytumbarse;impulsóalimpetuosoBóreasyanteélabatiólasolas,hastaqueseencontraraentrelos

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feaciosamigosdelremoOdiseodeestirpedivina,escapandodelamuerte.

Allídurantedosnochesydosdíaseneldensooleajemarchóaladeriva,ymuchas veces su corazón presintió su final. Pero cuando ya el tercer díaanunciólaAuroradehermosastrenzas,yaentoncescesóelvientoyseimpusounacalmaserena.Ydivisócercanalatierra,aguzandomucholavista,alserlevantadoporunagranola.Tananheladacomoseaparecealoshijoslavidade su padre, que yace padeciendo los fuertes dolores de la enfermedad,consumiéndosedurantelargotiempo,yunaodiosadivinidadlotienepostrado,y los dioses según lo anhelado lo liberan de la calamidad, así de deseadaapareció anteOdiseo la tierray subosque,y sepusoanadar apresurándoseparaarribarconsuspiesala tierrafirme.Perocuandodistabatansólotantocomo se alcanza gritando, entonces escuchó el estrépito del mar sobre losescolloscosteros.Rugíatremendoeloleajealchocarcontralatierrafirme,ytodo el litoral estaba cubierto por la espuma del mar. Pues no había allípuertos,refugiosdenaves,niensenadas,sinocostasabruptas,escollosyrocas.

Así que entonces desfallecieron las rodillas y el corazón de Odiseo yafligiéndosedijoasumagnánimocorazón:

«¡Aydemí!UnavezqueZeusmehaconcedidocontemplarestatierramásalládemiesperanzayqueyahe logradoatravesaresteabismo,noseveunpuntodearribadaparasalirdelespumosomar.Enlacostahayacantiladosapico,yentornoaellosresuenaestrepitosoeloleaje,ysealzalisalarocayelmaresprofundoasulado,ynoesposibleponerallílospiesyescaparaestaangustia. Y que no vaya a echarme de golpe al salir una fuerte ola,violentamente,contraunpétreopeñasco,ysealamentablemiintento.

»Pero si sigonadandoaúnmásallá,por si acasopuedoencontrarplayasbatidas al sesgo por las olas en un puertomarino, temoqueme arrebate denuevolatempestadymearrastrehaciaelaltamarpobladadepecesenmediodepesadosgemidos,oqueenvíecontramíundiosungranmonstruomarinodesdeloprofundodelmar,delosmuchosquecríalailustreAnfitrite.PuessécuánenfurecidocontramíestáelgloriosoSacudidordelatierra».

Mientrasélestascosasmeditabaensumenteysuánimo,entretantounagranola lo llevabacontra laásperacosta.Allísehabríadesgarrado lapielyquebrado los huesos, si la diosa Atenea de glauca mirada no le hubierainspirado en su mente. Con las dos manos asióse presuroso a la roca y semantuvoenellagimiendo,hastaquelagranolahubopasado.Yasílaevitó,peroluegoalrefluirdenuevolegolpeóylolanzólejoshaciaaltamar.Comocuando al sacar a un pulpo de su escondrijo se quedan pegados a sustentáculosincontablesguijarros,asíenlarocaquedaronprendidosjironesdepieldesusmanosfornidas,mientrasqueaéllocubrióunaolaenorme.YallíhabríaperecidodesdichadoporencimadesudestinoOdiseo,sinolehubiera

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infundidoperseveranciaAteneadeglaucamirada,emergiendodelasolas,querompían rugiendo en las rocas, nadabamás allá observando la costa, por siacaso en algún punto encontraba playas sesgadas por las olas o un puertomarino.Mas cuando llegó nadando junto a la desembocadura de un río dehermosa corriente, aquél le pareció ya un excelente terreno, despejado derocas,yalabrigodelosvientos.Advirtióqueelríoallíafluíaylesuplicóensuánimo:

«Escúchame, soberano, quienquiera que seas. Acudo ante ti con milsúplicas,huyendodelasamenazasdePoseidóndesdeelmar.Inclusoparalosdioses inmortales es digno de respeto cualquier hombre que se presentaerrabundo,comoyoahorallegosuplicanteante tiy tusrodillas, trasmuchospadecimientos.Asíqueapiádate,señor,queyomeproclamosuplicantetuyo».

Asídijo,yelríosuavizóalmomentosucursoycontuvosuoleaje.Anteélsehizolacalmaysepusoasalvoenlasorillasdelrío.Odiseoentoncesrelajóambasrodillasysusrobustosbrazos,puessuánimoestabaabatidoporelmar.Toda su piel estaba hinchada y el agua marina incontable resbalaba por subocaysunariz.Sinresuelloysinvozcayótendidoyexánime;unespantosocansancioleacometía.Peroapenasalentódenuevoyserecobróelánimoensuinterior,alinstantesedesanudóelvelodeladiosa,yloarrojóenelríoquealmardesembocaba,ydeprontounagranolaloarrastróensucursoymuyprontolorecogióInoensusmanos.Apartóseéldelrío,tumbósejuntoaunosjuncos,ybesólafértiltierra.

Luegoafligidodijoasumagnánimocorazón:

«¡Aydemí!¿Quésufriré?¿Quémesucederáparaacabar?Sivelojuntoalríoenlanochedepesadilla,temoqueauntiempoladañinaescarchayelsutilrocío acaben con mi ánimo exhausto por el agotamiento. Una brisa heladasopladesdeelríoporlaribera.Perosisuboalacolinaporelsombríobosqueymeechoadormirentrelosespesosmatorrales,siesquemedejanelfríoylafatiga,temoserpastoypresadelasfieras».

Despuésdepensarloleparecióqueestoeralomejor.Yechóaandarhaciaelbosque.Loencontrócercadelaplayaenunaltozano.Sedeslizóbajodosarbustos,quehabíancrecidodeunmismosuelo.Unoeraunacebuche,elotroun olivo.No los atravesaba la húmeda brisa de los vientos que soplaban ninuncaelsolbrillante loshendíaconsusrayos,ni la lluvia losempapabadeltodo. Tan densamente enlazados entre sí crecían. Bajo ellos se resguardóOdiseo.Yenseguidasepreparóconsusmanosunmullidolecho.Pueshabíaun montón de hojas por el suelo, tantas como para abrigar a dos o a treshombres en la época invernal, por dura que se presentara. Y al verlo seregocijóelmuysufridodivinoOdiseo,yseacostóallíenmedioysetapóconunmontóndehojarasca.

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Como cuando alguien, que no tiene otros vecinos, recubre un tizón connegracenizaenunalindedelcampo,conservandolasemilladelfuegoparanoencenderlo luego de otro, así se recubrió Odiseo con el follaje. Ateneaderramó sueño en sus ojos para que cuanto antes descansara de su penosafatiga,cerrandosuspárpados.

CANTOVI

Mientras él allí dormía, el muy sufrido divino Odiseo, abrumado por elsueño y la fatiga,Atenea, por su lado, se dirigió al país y la ciudad de losfeacios.Ellosenotrotiempo,antaño,habitabanenlaespaciosaHiperea,cercadeloscíclopes,genteensoberbecidaquedecontinuolesperjudicaban,yenlarefriegaleseransuperiores.DeallálossacóycondujoNausítoo,semejanteaundios,ylesasentóenEsqueria,lejosdeloshombreslaboriosos,yconstruyóunamuralla en torno a la ciudad, y edificó las casas, levantó templos a losdioses,yrepartiólastierrasdelabor.Peroéste,sometidoasudestinomortal,habíase ido ya al Hades y entonces los regía Alcínoo, conocedor de losdesigniosdelosdioses.

A sumoradadirigióse ladiosaAteneadeojosglaucos, quepreparaba elregresodelmagnánimoOdiseo.Seencaminóaldormitoriomuyadornadoenque estaba acostada una doncella semejante a las diosas inmortales en sufigura y su prestancia: Nausícaa, la hija del magnánimo Alcínoo. Cercaestaban susdos criadas, que teníanunabellezapropiade lasGracias, una acada costado de la entrada, y las hojas espléndidas de la puerta estabancerradas.Ella,comounaráfagadeaire,sedeslizóligerahastael lechodelajoven,sedetuvosobresucabezayledirigiólapalabra,tomandolafiguradelahijadeDimante,renombradoporsusnaves,queeradesumismaedadyalaqueteníagrancariño.Tomandosufiguralehablóladeglaucosojos,Atenea:

«Nausícaa,¿porquétannegligentetepariótumadre?Tienesdescuidadostus magníficos vestidos, y tu matrimonio está próximo. Entonces necesitasvestirbellasropasyofrecérselasalostuyos,quetellevaránalaltar.Puesdeesoshechosseacrecientaelhonornobleentreloshombresydeesosealegranelpadreylahonorablemadre.Asípues,vámonosalavarencuantodespunteelalba.

»Yo iré contigo también como compañera, para que enseguida lodispongas, porque no vas a ser ya doncella por mucho tiempo. Pues yapretendentumanolosmásnoblesde todos losfeaciosdelpaís,dedondeestambiéntulinaje.Conque,venga,solicitaatuilustrepadreantesdelalbaqueteapresteunpardemulasyuncarro,parallevartelosjustillos, lospeplosy

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los espléndidos mantos. Eso te conviene a ti misma mucho más que irandando,yaqueloslavaderosdistanmuchodelaciudad».

Encuantohubohabladoasí,marchóseAteneadeojosglaucosalOlimpo,dondecuentanqueestálamoradasiempreseguradelosdioses.Noesbatidapor los vientos ni la empapa la lluvia, ni la nieve la cubre, sino que allí seextiendeunairelímpidoysereno,ylaenvuelveunaradianteclaridad.Enellase regocijan los felicesdioses todos losdías.Haciaallá semarchó lade losojosglaucos,despuésdehaberaconsejadoalajoven.

AlinstanteapareciólaAuroradehermosotrono,quedespertóaNausícaadebellopeplo.Alprontoellasepreguntóporelsueñoyechóaandarporelpalacio,a findecontárseloasusprogenitores,asupadreysumadre.Y loshallódentrodelacasa.Sumadreestabasentadajuntoalhogar,encompañíade unas criadas, hilando lana teñida con púrpura marina. A él se lo topócuando ya salía con unos ilustres reyes hacia la asamblea, adonde leconvocabanlosnoblesfeacios.

Parósemuyalaveradesuqueridopadreyledijo:

«Querido papá, ¿no puedes prepararme ahora un carro alto de buenasruedas, para que transportemis preciosos vestidos a lavarlos al río, que lostengomanchados?Inclusoatiteconviene,estandoentrelosprimeros,presidirlas deliberaciones llevando sobre tu cuerpo ropas limpias. Y tienes en tupalacio cinco hijos, dos casados y tres solteros en la flor de la edad, quequieren siempre ir al baile con ropas recién lavadas. Y todo eso está a micuidado».

Así habló. Pues se avergonzaba de mencionar ante su padre su prontomatrimonio.Masélsedabacuentadetodoyrespondióconestaspalabras:

«Novoyaescatimartelasmulas,hijamía,nicualquierotracosa.Quelossiervostepreparenuncarroaltodebuenasruedas,provistodeuntoldo».

Después de hablar así, dio órdenes a los siervos y ellos le obedecían.Prepararon fuera un carromulero de buen rodaje y trajeron lasmulas y lasuncieronalcarro.

La joven sacaba de su aposento espléndidos vestidos. Los puso sobre elbien pulido carro, mientras que su madre depositaba en una cesta comidaapetitosayvariada,ylaacompañabacongolosinasylevertíavinodentrodeunpellejodecabra.Lajovensubióalcarro.Dioletambiéngrasoaceiteenunfrascodeoroparaqueselountaraconsuscriadas.Empuñóellaellátigoylasespléndidasriendasylashizorestallarparaazuzarlapartida.Hubountintineoy sepusieron enmovimiento lasmulas con ímpetu.Llevaban la ropay a lajoven,nosola,yaqueconellamarchabanapiesussirvientas.

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Cuando todas llegaron al caucemuy hermoso del río, donde estaban loslavaderos perennes—en cantidad el agua bella manaba para lavar hasta laropamássucia—,allídesuncieronellaslasmulasdelcarro,ylasarrearonporlaorilladelpresurosoríoafindequepacieranlahierbadulcecomolamiel.Sacaronellasconsusmanoslosvestidosdelcarroylosmetieronenelaguaoscura, y allí los pisoteaban en las piletas, compitiendo en rapidez. Luego,cuandohubieronlavadoylimpiadotodalasuciedad,extendieronlastelasenringleraalolargodelaorillamarina,allíjustamentedondefrotándoloslavaelmarlosguijarrosdelacosta.

Ellassebañaronyseungieronsuavementeconaceiteydespuéstomaronsucomida,mientrasesperabanaquesesecaranlosvestidosalosrayosdelsol.Cuandoyasehubieronsaciadodealimentolassiervasylaprincesa,entoncessepusieronajugaralapelotadejandoaunladosusvelos.

Entre ellasNausícaadeblancosbrazosdirigía el cántico.Cual avanza laflecheraÁrtemis a través de losmontes, o por elmuy altoTaigeto o por elEnmanto, deleitándose con sus cabras y las ciervas veloces, y a su lado lasNinfasagrestes,hijasdeZeusportadordelaégida,juegan,mientrassealegraensuánimoLeto,ysobretodaselladestacaenlacabezaylafrente,yresultafácildedistinguir,aunsiendotodashermosas,asíentresussirvientasresaltabalajovendoncella.

Mascuandoya ibaavolversedenuevoa sucasa, trasuncir lasmulasydoblarloshermososvestidos,entoncesdenuevootroplandecidióladiosadelosglaucosojos,Atenea,afindequeOdiseodespertarayvieraalajovendehermosamirada,queleconduciríaalaciudaddelosfeacios.Entoncesarrojólapelotaaunacriadalaprincesa,peronoacertóalasirvienta,ylahundióenunhondoremolino.Lasotrasdieronunfuertechillido,ysedespertóeldivinoOdiseo.Ysentándosedeliberabaensumenteysuánimo:

«¡Aydemí!¿A la tierradequéhombresahorahe llegado?¿Seránacasosoberbiosysalvajeseignorantesdelojustooamantesdelahospitalidadyconun entendimiento piadoso? Hasta mí ha llegado un griterío femenino, dejóvenesmuchachas.TalvezdeNinfas,quehabitanlasescarpadascumbresdelasmontañas y las fuentes de los ríos y los prados herbosos. Tal vez estoycerca de humanos dotados de palabra. Pero, ea, yomismo iré a probarlo yverlo».

DiciendoestodeslizósefueradelmatorraleldivinoOdiseo,ydelespesofollajequebróconsufornidamanounaramaconhojasparacubrirseantesucuerpo sus vergüenzas de varón. Echó a andar como un león montarazconfiadoensufuerza,quecaminaazotadoporlalluviayelviento,perosusojosflamean.Almomentoatacaalasvacasoalasovejasoseabalanzatraslasciervasmonteses.Yelhambreleincitaaasaltarlosganadosyapenetrar

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en lacasamurada.AsíOdiseo ibaaacercarsea lasmuchachasdehermosastrenzas,aunestandodesnudo.Puesleobligabalanecesidad.

Terribleaparecióanteellasdesfiguradoporelsalitre.Escaparoncadaunapor un lado hacia las costas recortadas. Sola aguardaba la hija de Alcínoo.Pues a ella le infundió valor en su interior y le arrebató el temor en susmiembrosAtenea.Quedóseerguidaanteél.YOdiseovacilóensisuplicaríaala joven de bellos ojos abrazándose a sus rodillas, o si acaso a distancia lasuplicaríaconpalabras,aversipodíaindicarleunaciudadydarleropas.Asíentoncesleparecióqueeramejor:suplicaradistanciaycondulcespalabras,portemoraquesiabrazabasusrodillasseirritaralajovenensucorazón.Almomentolehablóconamableyprovechosoparlamento:

«Tesuplicoderodillas,soberana.¿Eresacasounadiosaounamortal?Siacaso eres una diosa, de las que dominan el anchuroso cielo, yo a ti tecomparo a Ártemis, la hija del gran Zeus, por tu belleza, tu figura yarrogancia.Perosieresunade lasmortalesquehabitan la tierra, ¡tresvecesfelicestupadreytuhonorablemadre,ytresvecestushermanos!Sindudaquese les encandila el ánimo intensamente con alegrías de continuo, cuandocontemplanatanbellafloravanzarenladanza.Ydichosísimo,asuvez,ensuánimo,porencimadelosdemás,elqueconquistándoteconregalosdebodasetelleveasucasa.Jamásviantemisojosunapersonasemejante,nihombrenimujer.Elasombromedominaalcontemplarte.

»Sólo una vez, en Delos, junto al altar de Apolo vi algo semejante: unretoñorecientedepalmeraquecrecíaesbeltoyerguido.Puesunavezlleguéallí, y me seguía numerosa tropa en mi viaje, en el que iban a sucedermemuchos pesares. Así entonces al verlome quedé asombrado enmi corazóndurantelargorato,puestoquenuncabrotódelatierrauntroncosemejante.Asía ti, mujer, te admiro y estoy asombrado, y siento un tremendo temor aagarrarmeatusrodillas.Peromeapremiaunurgenteapuro.

»Ayer,alvigésimodía,escapédelvinosoponto.Durantetantotiempomearrastraron sin descanso el oleaje y las súbitas borrascas desde la isla deOgigia.Y ahora acámeha arrojadounadivinidad, tal vez para que todavíatambiénaquísufradesgracias.Puesnocreoquevayanacesar,sinoqueaúnmepondránpordelantemuchaslosdioses.

»Pero tú, soberana, compadécete. Tras soportarmuchas desdichas lleguéanteti,laprimera,ynoconozcoaningúnserhumanodelosquehabitanestaciudadyestatierra.Indícameelpobladoydameuntrapoparacubrirme,siesquetrajistealgunateladesacoalvenirhastaaquí.¡Quelosdiosestedentodocuanto anhelas en tumente, unmarido y una casa y te otorguen una nobleconcordia!Puesnohaynadamejorymásamablequeesto:cuandohabitanunhogarconconcordiaensusánimosunhombreyunamujer.¡Muchosdolores

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para sus enemigosy alegríaspara sus amigos!, y ellosgozandemuybuenafama».

AsuvezlecontestóNausícaadeblancosbrazos:

«Extranjero, no me pareces, desde luego, hombre villano ni insensato.Zeusmismo,elOlímpico,distribuyeladichaaloshumanos,alosbuenosyalos malos, a cada uno según él quiere. Así que a ti te dio eso, y tú debessoportarloaunquetepese.Peroahora,yaquellegasanuestratierraynuestraciudad, no carecerás de vestido ni de ninguna otra cosa, de cuantas sueleobtenerunsuplicanteenapuros.Teindicarélaciudad,ytediréelnombredesus gentes. Los feacios pueblan la ciudad y el país, y yo soy la hija delmagnánimo Alcínoo, quien en nombre de los feacios ejerce el mando y elpoder».

Asíhablóyluegoordenóalascriadasdehermosastrenzas:

«Quedaosami lado, sirvientas. ¿Adóndehuis alver a estehombre?¿Esquepensáisqueesalgúnenemigo?Nohayunmortaltanviolento,nilohabrá,que llegue a la tierra de las feacios, trayendo la destrucción. Porque somosamigosdelosinmortales,yvivimosapartadosenmediodelresonantemar,losmásremotos,ynoseacercaatratarconnosotrosningúnotrodelosmortales.

»Peroestequeaquíhallegadoesalgúndesdichadoquevaerrante,aquienahora hay que atender. Pues de Zeus vienen todos los huéspedes y losmendigos,yunadádivapequeña lesesquerida.Conquedadle, sirvientas, alextranjero comida y bebida, y lavadle en el río, donde esté al amparo delviento».

Asíhabló,ellassedetuvieronyseanimaronunasaotras,yacompañaronaOdiseohacia un lugar resguardado, como se lo ordenóNausícaa, la hija delmagnánimoAlcínoo.Asuladodepositaronunmanto,unatúnicayropas,yleofrecieronellíquidoaceiteeneldoradofrasco,yleinvitabanabañarseenlascorrientesdelrío.

PeroentoncessedirigióalassirvientaseldivinoOdiseo:

«Muchachas,quedaosahí lejos,paraqueyosolomelavelasalinacostrademishombros,ymeunjaconelaceite.Porquehacemuchoquenoseacercaamipielelungüento.Delantedevosotrasnovoyyoabañarme;porquemeavergüenzodeandardesnudoenmediodejóvenesdehermosastrenzas».

Asídijo,yellasseretiraronyse locontarona laprincesa.Entre tantoeldivinoOdiseoselavósucuerpoenelrío,y lacostrasalina,quelecubría laespaldaylosanchoshombros,yraspódesucabezalaespumadelmarestéril.Cuandoyasehubolavadotodoyuntadoconelóleo,sevistiólasropasquelehabía proporcionado la joven doncella. Atenea, nacida de Zeus, le otorgó

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entonces un aspecto mejor y más robusto, y de su cabeza dejó brotar unacabelleraespesa,semejantealaflordeljacinto.Comocuandorecamadeorolaplataunhombreexperto,alqueleenseñaronsuartevariadoHefestoyPalasAtenea,yrealizaobraspreciosas,asíentoncesladiosaderramólagraciasobresucabezaysushombros.

Despuéssesentóapartándoseenlaorilladelmar,radianteporsubellezaysusatractivos.Ylajovenlocontemplaba.

Entoncescomentabaellaasussirvientasdehermosastrenzas:

«Escuchadme,doncellasdeblancosbrazos,queosdigaalgo.NoescontraeldesigniodetodoslosdiosesquehabitanelOlimpoqueestehombrevieneaencontrarsecon losheroicos feacios.Antespuesmeparecióqueerade ruinaspecto,peroahoraseasemejaalosdiosesquedominanelampliocielo.Ojaláque alguien así fuera llamado mi esposo, viviendo aquí, y que le gustaraquedarseenestatierra.Asíque,siervas,dadalextranjerocomidaybebida».

Asíhabló,yellasalmomentolaatendieronylaobedecían.JuntoaOdiseoaprestaroncomidaybebida.CuánvorazmentecomíaybebíaelmuysufridordivinoOdiseo. Pues durante largo tiempo estuvo ayuno de alimento. LuegoNausícaa de blancos brazos discurrió otro plan. Doblando las ropas habíahechoquelaspusieransobreelhermosocarro,yuncieronlasmulasdefuertespezuñas,yellasubióarriba,ysedirigióaOdiseo,lellamóyledijosupalabra:

«Levántate ahora, extranjero, para ir a la ciudad, a fin de que te escoltehacialacasademiprudentepadre,dondeteaseguroqueconocerásalosmásnoblesdetodoslosfeacios.Asíquehazsegúntedigaesetrecho,yaquemeparecequeeresinteligente.Mientrasvayamosporloscamposyloslabrantíosdeloscampesinos,sigueágilmenteencompañíadelassirvientastrasdelcarroylasmulas.Yomarcharécomoguíaporelcamino.

»Peroluegollegaremosalaciudad.Larodeaunaelevadamurallayhayunhermoso puerto a cada lado de la población, y una estrecha bocana.Y a lolargodelcaminoestánvaradaslasnavesdecurvoscostados,puesparatodasycada una hay un fondeadero. Allí está también su ágora, en torno al bellotemplodePoseidón,pavimentadaconpiedrasdeacarreobienhundidasenelsuelo.Ahívelanporlosaparejosdesusnegrasnaves,elcordajeylasvelas,yaguzanlosremos.Puesnolesocupanalosfeacioselarconilaaljaba,sinolosmástilesy los remosde lasnavesy losnavíosbienconstruidos,con losqueatraviesanufanoselespumosomar.

»Quiero evitar la amarga murmuración de ellos, que haya quien mecensure, pues los haymuy insolentes en el pueblo.No fuera a suceder quealguno muy malicioso diga al encontrarnos: “¿Quién es ese tipo extraño,grandeyapuesto,quesigueaNausícaa?¿Dóndeloencontró?¿Acasovaaser

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sumarido?Sinduda se trajodesde sunavíoa algúnvagabundo,unhombrevenido de lejos, puesto que no hay vecinos cerca. Acaso algún dios muysuplicadoalosruegosdeellavinobajandodelcielo,yellaloretendrátodossusdías.Mejor,siesqueellaconvueltasyrevueltasencontróunesposodeotraparte,puesestáclaroquealosdeaquí,desupueblo,losmenosprecia,alosfeacios,quemuchosynoblespretendensumano”.

»Así dirán, y eso para mí puede ser motivo de reproche. Además yotambiénregañaríaaotra,quehicieratalescosas,quecontralavoluntaddelossuyos, teniendopadreymadre, se juntanconhombres sinacudir antes aunmatrimonioenpúblico.Extranjero, comprende túmispalabras, a findequemuyprontoconsigastransporteyregresoofrecidospormipadre.

»VerásunespléndidobosquecillodeálamosnegrosconsagradoaAteneaalaveradelcamino.Enélhayunafuente,yentornohayunapradera.Allíhayunterrenocercadodemipadreyunviñedoenflor,ataldistanciadelaciudadcomo alcanza un grito. Siéntate allí y aguarda un rato, hasta que nosotraspenetremosenlaciudadylleguemosalpalaciodemipadre.Luego,cuandoyacalculesqueestamosdentrodelacasa,veentoncesalaciudaddelosfeaciosypreguntaporelpalaciodemipadre,elmagnánimoAlcínoo.Esmuyfácildereconocer y hasta un niño pequeño puede guiarte. Pues no hay ningún otropalacio de los feacios comparable a él, tan espléndida es la casa del héroeAlcínoo.

»Mascuandotehayanacogidosusmurosyelpatio,atraviesamuyprontoel atrio, hasta llegar junto a mi madre. Ella está sentada junto al hogar, alresplandor del fuego, hilando copos de lana teñida en púrpura marina, unamaravilladever,reclinadajuntoaunacolumna.Ylasesclavasestánsentadasdetrásdeella.

»Alláestáapoyadoeltronodemipadre,asulado.Sentadoenél,bebesuvinocomouninmortal.Pasandodelargojuntoaél,echatusbrazosentornoalasrodillasdemimadre,a findequegozosoveasprontoeldíadel regreso,pormuylejosquevivas.Ciertamente,siellasienteensuánimoamistadporti,tenesperanzaenqueverásalostuyosyllegarásatucasabienfundadayatutierrapatria».

Tras de hablar así, fustigó con su centelleante látigo a las mulas. Éstasabandonaronenseguidaelcaucedelrío.Trotabanbien,ybienafirmabansuszancadas.Ellatensabalasriendas,demodoquepudieranseguirlalassiervasyOdiseo,yconpericiaaplicabaellátigo.

Se sumergía el soly entonces llegaronal famosobosquecillo sagradodeAtenea,dondesequedóeldivinoOdiseo.Alpuntoluegoorabaa lahijadelgranZeus:

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«¡Escúchame,hijadeZeusportadordelaégida,indómitadiosa!Óyemealmenosahora,yaqueantesnomeescuchastenunca,cuandoandabavapuleado,cuandomeagredíaelilustreSacudidordelatierra.Concédemellegarantelosfeacioscomoamigoydignodesucompasión».

Asíhablósuplicando,yleescuchóPalasAtenea.Peronoseaparecióanteél,puesellarespetabaasutíopaterno,yéstepermanecíaenojadoferozmentecontraelheroicoOdiseohastaqueélllegaraasutierra.

CANTOVII

Mientrasélsuplicabaallí,elmuysufridodivinoOdiseo,lasbriosasmulastransportabanalamuchachaalaciudad.Yencuantoellahubollegadoalasmuy ilustresmansiones de su padre, se detuvo en el atrio, y por unoy otrolado la rodearon sus hermanos, semejantes a dioses. Ellos desuncieron lasmulasy transportarondentro laropa.Yla jovensepusoencaminohaciasucámara. Para ella avivaba el fuego una anciana de Apira, su esclavaEurimedusa, a la que antiguamente habían raptado de Apira las naves decurvoscostados.LaeligieroncomoregalodelbotínparaAlcínoo,yaqueélreinabasobre todos losfeaciosyelpuebloleobedecíacomoaundios.ÉstahabíacriadoaNausícaadeblancosbrazosenaquellassalas,ellaencendióelfuegoylepreparólacenaallíadentro.

EnaquelmomentoOdiseosedispusoairalaciudad.EntornoaélAtenea,que velaba benigna por Odiseo, lo envolvía en densa niebla, a fin de queningunodelosorgullososfeacios,alencontrárselo,lozahirieraconreprochesy lepreguntaraquiénera.Mascuandoyaestabaapuntodeadentrarseen laamableciudad,entonceslesalióalpasoladiosa,Atenea,ladeojosglaucos,apareciéndoselecomounamuchachita,unaniñaportadoradeuncántaro.Separódelantedeél,yeldivinoOdiseolepreguntó:

«¿Ahhija,noquerríasguiarmea lacasadel ilustreAlcínoo,elquereinaentre estas gentes? Es que yo, un extranjero, después demuchas andanzas,vengo aquí desde lejos, desde una tierra extraña. Por eso no conozco aningunodeloshumanosquehabitanestaciudadyestepaís».

Aélentonceslerespondióladiosa,Ateneadeojosglaucos:

«Desdeluegoqueteindicaré,padreextranjero,lamansiónporlaquemepreguntas, ya que está en la vecindad la casa de mi irrreprochable padre.Conqueavanzaensilencioyyoteguiaréporelcamino,peronomirescaraacara ni le preguntes a ninguna personaPues los de aquí no toleran de buengrado a los extraños, ni tratan congestos amables los saludosde cualquiera

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quellegadeotrolugar.Songentesque,fiadasensusraudasnaves,atraviesanelgranabismomarino,puestoqueeldiosquesacudelatierralesdioesedon,ysusnavessontanvelocescomounpájaroounpensamiento».

Después de hablar así Palas Atenea le condujo con raudo paso. Élcaminabatraslashuellasdeladiosa.Nolevioningunodelosfamososfeaciosmarchar por su ciudad, pues no lo permitíaAtenea de hermosas trenzas, laterriblediosaqueloembozabaenunafinanieblavelandoporélconcariñosoánimo.Odiseoibaadmirandolospuertosylasnavesequilibradasylasplazasdeaquelloshéroes,ysusextensasyaltasmurallas,ensambladascongrandesrocas,maravilladever.Asíqueapenasllegaronanteelfamosopalaciodelrey,comenzóahablarconestaspalabrasladiosaAteneadeojosglaucos:

«Aquítienes,padreextranjero,lacasaquemehaspedidoqueteindique.Hallarásalosreyesdeestirpedivinacelebrandounbanquete.Perotúentra,yno te turbes en tu ánimo. Pues un hombre atrevido se comporta mejor encualquier empeño, incluso si viene de una tierra distinta. Te encontrarásprimeroalareinaenlaampliasala.Areteessunombrepropio,yhanacidodelos mismos antepasados de la familia del rey Alcínoo. Pues al principio aNausítooloengendraronPoseidónquesacudelatierrayPeribea,lamejordelasmujeresporsufigura,hijamenordelorgullosoEurimedonte,quereinabaantañosobrelossoberbiosgigantes.Peroélcausólaperdicióndesuarrogantepueblo,yperecióélmismo.ConellaseunióPoseidónyengendrócomohijoalmagnánimoNausítoo,quefuesoberanodelosfeacios.NausítooengendróaRexénor y a Alcínoo. A aquél, que estaba aún sin hijos varones, lo asaetóApoloeldelarcodeplata,apocodecasarse,ydejósolaensupalacioasuhijaniña,Arete.

»Y lahonró,comonoeshonradaningunaotradecuantasmujeresahoramantienenunhogaralamparodesusmaridos.AsíellahasidoveneradaensucorazónylosiguesiendoporsusqueridoshijosyelmismoAlcínooyporsussúbditos, los cuales la admiran como a una diosa y la reverencian en sussaludos cuando camina por la ciudad. Pues en efecto no carece de nobleingenio laseñora,velaprudentepor lossuyosy resuelve las rencillasde loshombres.Conquesiellateacogefavorableensuánimo,yatienesesperanzade ver pronto a los tuyos y de retornar a tu casa de alto techo y tu queridatierrapatria».

Después de hablar asímarchóseAtenea de ojos glaucos por encima delmarincansable,dejóatráslaamableEsqueria,llegóaMaratónyaAtenasdeanchascalles,ypenetróenlasólidacasadeErecteo.

Por su parte Odiseo llegaba ante la muy ilustre mansión de Alcínoo.Mientras se hallaba de pie ante ella con muchos vaivenes le palpitaba elcorazón,hastaquealcanzóelumbraldebronce.Flotabacomoelfulgordelsol

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o de la luna el brillo en torno a la encumbrada mansión del magnánimoAlcínoo.Porquesusmurosestabanforjadosenbronceaunoyotrolado,desdeel portal hasta el fondo, y en torno iba corridoun friso azuloscuro.Áureosportonescerrabanelpasodelabienmuradacasa.Jambasdeplataseyerguensobreelumbralbroncíneo,deplataestambiéneldintel,yáureoelllamador.AunoyotroladohabíaademásunosperrosdoradosqueforjóHefestoconsusingeniososdiseños,paraquecustodiaranlamansióndelmagnánimoAlcínoo,inmortalesy sinvejezpara todos susdías.Dentrohabíaa lo largodelmuroasientosdispuestosacáyallá,enfiladesdelaentradahastaelfondo,yestabanbien cubiertos con ropajes de bello tejido, tarea de las mujeres. Allí sesentaban los principales de los feacios mientras comían y bebían. Allíacostumbrabanareunirsealolargodelaño.

Y unas estatuas doradas de muchachos estaban erguidas sobre biendispuestosaltaressosteniendoensusmanosencendidasantorchasquedabanluz en las salas a los invitados al banquete en la noche.Cincuenta esclavashabía en el palacio; las unasmuelen en susmuelas el rubicundo grano, lasotras tejen telas y rebobinan, sentadas, los husos del telar, semejantes a lashojasdelesbeltoálamonegro,ydelostejidosdelinogoteaelhúmedoaceite.Tanto como sabios son los feacios entre todos los hombres en impulsar unanave rápida sobre el altamar, tanto lasmujeres lo son en fabricar las telas,pues les concedió Atenea saber esas espléndidas labores y noblespensamientos.

Másalládelpatio,cercadelportón,sehallaunhuertodecuatroyugadasyen tornosuyoseha levantadounacercaaamboscostados.Allíhanbrotadograndesárbolesenflor,perales,granados,ymanzanosdeespléndidosfrutos,dulceshiguerasylozanosolivos.Susfrutosnuncasepierden,ynofaltannieninviernonienverano,sonperennes.DecontinuolabrisadelCéfiroproducelosunosymaduralosotros.Laperaenvejecesobrelapera,lamanzanasobrelamanzana, la uva en la uva y el higo sobre el higo.Allí está plantado unprolíficoviñedo,delquealgunosfrutostendidosenunsueloabrigadosesecanalsol,mientrasotrossevendimianyotrossepisan,entantoquemásalláotrasvidesestánenfloryotrasvannegreandosusuvas.Allítambién,enelfondodelhuerto,hanbrotadoarriatesdeverdurasdetodotipo,ensazóntodoelaño.Yhay allí dos fuentes, la una vierte su agua por todo el jardín, y la otra laimpulsa por el otro lado, a lo largo del umbral, en dirección a la alta casa,adonde van por agua los ciudadanos. Así de espléndidos eran, pues, en losdominiosdeAlcínoo,losdonesdelosdioses.

Allí,parado,losadmirabaelmuysufridoydivinoOdiseo.Luego,despuésde haberlo contemplado todo en su ánimo, penetró presurosamentetraspasando el umbral. Encontró a los príncipes y notables de los feacioshaciendolibacionesenhonordelcerteroArgifonte,aquienofrecíanlibaciones

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enúltimolugar,cuandoyapensabanenretirarseadormir.Entoncescruzólasala el divino y muy sufrido Odiseo, envuelto en la niebla que sobre élderramabaAtenea,hastallegarjuntoaAreteyelreyAlcínoo.

EntoncesentornoalasrodillasdeAreteechósusbrazosOdiseoyalpuntodenuevosedisipólabrumadivina.Losdemássequedaronatónitosalveralhéroeenelinteriordelpalacio.Ysepasmabanmirándolo.Odiseocomenzabasusúplica:

«Arete, hija del divino Rexénor, ante tu esposo y tus rodillas y estosinvitados tuyos acudo, tras haber sufridomuchas penas. ¡Que los dioses lesconcedanvivirenprosperidad,yquecadaunolegueasushijoslasriquezasdesusmansionesylahonraqueleshadadoelpueblo!Acambio,procuradmeamíunaescoltaparallegaramipatriacuantoantes,puesquedesdehatiempopadezcopesareslejosdelosmíos».

Después de hablar así, se dejó caer sobre las cenizas del hogar junto alfuego.Todossequedaroncalladosyensilencio,yalrato tomólapalabraelviejohéroeEqueneo,queeraelmásancianodelosfeaciosyestabaadiestradoen los discursos, sabedor de antiguas y muchas cosas. Éste con ánimobenévolotomólapalabraentreellosydijo:

«Alcínoo, no es desde luego nada digno ni parece adecuado que unextranjeroestéechadoenelsuelojuntoalhogarysobrelascenizas,perolosdemás se contienen aguardando tus palabras. Así que, venga, haz que selevanteysesientesobreunsillóndeclavosdeplata,yordenaalosheraldosqueleescancienelvino,paraquelibemosenhonordeZeusquesegozaenelrayo,queasistealossuplicantesdignosderespeto.Yquealgunadespensera,delasdelpalacio,lesirvalacenaalextranjero».

EncuantohubooídoestoelsagradoánimodeAlcínootomódelamanoalprudente Odiseo de sutil astucia, lo apartó del hogar y lo sentó en unespléndido asiento, haciendo levantarse de éste al amable Laodamante, queestaba sentadoa su lado,yaquienapreciabamuchísimo.Elaguademanostrajounacriadaenunbellocántarodoradoylavertíasobrelajofainadeplatapara que se lavara. Y a su lado desplegó unamesa bien pulida. Sobre ellacolocóelpanlavenerabledespenseraaltraerlo,ymuchosotrosmanjaresmásde los que disponía para darle gusto. Luego bebió y comió el muy sufridodivinoOdiseo.YentoncesledijoalheraldoelnobleAlcínoo:

«Pontónoo, colma la cráteradevinomezcladoydistribuyea todosen lasala,paraquehagamoslibacionestambiénenhonordeZeusquesegozaenelrayo,queasistealossuplicantesdignosderespeto».

Así dijo, y Pontónoo mezclaba el vino que endulza el ánimo, y lodistribuyó a todos vertiéndolo en las copas. Luego, una vez que libaron y

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bebieroncuantoelánimolespedía,anteellos tomólapalabraAlcínooy lesdijo:

«Escuchad,príncipesynoblesdelosfeacios,queosvoyadecirloquemiánimoenmipechomedicta.Ahora,despuésdegozardelbanquete,descansadretirándoosavuestracasa.Peroalalbaconvocaremosalosancianosengrannúmero y agasajaremos como huésped al forastero en nuestro palacio yharemos hermosos sacrificios en honor de los dioses, y a continuación nosocuparemostambiéndesuviaje,paraquenuestrohuésped,sinpenanifatiga,gracias a nuestra escolta arribe a su tierra patria, y se alegre de ello muypronto,pormuylejosqueesté,yqueyanosuframásnidañonipesaralgunohastaquepisesutierra.

»AllíluegohabrádesoportartodocuantosudestinoylasParcastejedorasle hayan devanado en su hilo, desde el momento en que lo diera a luz sumadre.Perosiesquizásalgunodelosinmortalesvenidodelcielo,seráqueenestecasoalgodistintohanplaneadolosdioses.Porquesiempreenelpasadolos dioses se nos han aparecido a nosotros en forma manifiesta, cuandocelebrábamos magníficas hecatombes, y participan en nuestros banquetessentados, entre nosotros, a nuestro lado. Y si acaso algún caminante se losencuentra cuando va solitario, no se le ocultan en absoluto, porque estamosmuycercadeellos,comoloscíclopesylastribussalvajesdelosgigantes».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Alcínoo,dejaaun ladoesospensamientos.Porqueyonomeparezcoalos inmortales, los que habitan el amplio cielo, ni en mi estatura ni en minatural, sino a loshumanosmortales.Aquienes entre loshumanosvosotrosconocéisquehayansoportadolasmáximasdesdichas,aésosendolorespodríaigualarme. Y aún más desventuras yo podría contaros, todo cuanto ya hesufridoporvoluntaddelosdioses.Peropermitidmecenarahora,aunqueestéagobiado.Puesnohaynadamásperroqueelodiosoestómago,quenosfuerzaaacordarnosdeélconurgencia,aunqueunoestémuyangustiadoyconpenaenelánimo.Puesyomantengolapenaenmiinterior,peroélmuydecontinuome incitaacomerybeber,ymehaceolvidarmedecuantohepadecido,yallenarlomeobliga.

»Vosotrosapresuraos,apenaselalbaalumbre,paradejarme,desdichadodemí,enmipatria,despuésdemismuchasdesdichas.Yqueallímeabandonelavidacuandohayavistomisdominios,missirvientesymiampliamansióndealtotecho».

Asíhabló,ytodosaprobabansuspalabrasytomabanacuerdosparaenviara su casa al extranjero, ya que había hablado como debía. Y una vez quehubieronhecholas libacionesybebidocuantodeseaban, losotrossefueron,cada uno a su casa, a dormir, y entonces en el palacio quedóse el divino

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Odiseo. Junto a él se sentaron Arete y Alcínoo semejante a un dios. Lascriadas retiraron en orden los restos del banquete. Y entre ellos tomó lapalabraAretedeblancosbrazos.Porquehabíareconocidoelmantoylatúnica,al ver los bellos vestidos que ellamisma había tejido con sus sirvientas. Ydirigiéndoseaélpronunciabasusaladaspalabras:

«Extranjero,voyacomenzaryomismaapreguntarte.¿Quiéneres,dequégentes y de dónde? ¿Quién te dio estas ropas? ¿No dices que llegaste hastaaquívagandoporelaltamar?».

RespondiéndoleaellaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Pesarosa tarea, reina,seríareferirteendetallemisdolores,puesmuchosmehandadolosdiosescelestes.Perotediréesoquemepreguntaseindagas.Hay una isla,Ogigia, situada lejos enmedio delmar, donde vive la hija deAtlante,laseductoraCalipsodehermosastrenzas,unadiosatemible.Notienetratosconellaningunode losdiosesnide loshombresmortales.Amísólo,¡infelizdemí!, ladiosameacogiócomohuéspedensuhogar,cuandoZeus,alcanzando mi rauda nave con un rayo, la abrasó en el ponto vinoso. Allíperecieron todosmisnoblescompañeros,mientrasqueyo,agarrándomea laquillademicombadanave,durantenuevedíasfuiarrastradoporlasolas;yaldécimo,en lanegranoche, losdiosesmeempujaronhastaOgigia,endondehabita Calipso de hermosas trenzas, una diosa temible, que me acogióhospitalaria,ymetratabaamorosamente,ymemimabaymeofrecíahacermeinmortal y carente de vejez para siempre. Pero jamás llegó a persuadir miánimoenmipecho.

»Permanecí allí, aislado, siete años, aun cuando de continuo regaba conlágrimasmisatuendos,lasropasdivinasquemedieraCalipso.Perocuandoyame llegó en el curso del tiempo el año octavo, entonces, por fin, ella mesugirió queme apremiara a partir, por unmandato de Zeus, o bien porquecambió su propio designio.Me enviaba al viaje en una balsa de numerosasjunturas,ymeentregóenabundanciapanydulcevino,merevistióconropasdivinas,ymeenvióunvientodepopa ligeroy favorable.Durantediecisietedías navegué surcando el altamar, y al decimoctavo seme aparecieron losmontes umbríos de vuestra tierra. Se me alegró el corazón, ¡desdichado demí!, ya que iba a encontrarme con una enorme calamidad que me lanzóencimaPoseidón,elSacudidordelatierra.Élfuequienimpulsólosvientosyme cerró la ruta, y agitó el mar infinito, y el oleaje no dejaba que yo,angustiado con continuos sollozos, avanzara en mi balsa lo más mínimo.Luegolatempestadladestrozó.Yentoncesyoatravesabanadandoelpiélagoprofundo,hastaqueavuestratierrameimpulsaronensuembateelvientoyelagua.Allímehabríaestrelladosobrelacostaelviolentooleaje,arrojándomecontra las grandes rocas y en un inhóspito paraje, pero yo nadé hacia atrásretrocediendo,hastaquelleguéjuntoaunrío,pordondemeparecióquehabía

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unterrenomejor,despejadoderocasyresguardadodelviento.Haciaallímelancépararecobrarelánimo,yallímesobrevinoladivinanoche.Yyo,enunapartedelríodedivinacorriente,apenassalidodelmarmetumbéadescansarentreunosarbustos,unavezquehuberecogidounmontóndehojarasca.Yladeidadmeinfundióunsueñoinfinito.

»Allíentrelashojas,abrumadoenmicorazón,dormítodalanocheyporelalbayelmediodía.Seponíaelsolcuandomeabandonóeldulcesueño.Yvi a las sirvientas de tu hija jugando en la orilla. Entre éstas estaba ellasemejante a las diosas. La supliqué.Y no tuvo ella elmínimo recelo en sunobledecisión,comounopodríaesperarquehicieraunacriaturajovenconlaqueunosetopadepronto.Porquelosjóvenessonamenudodepocacordura.Ellame ofreció pan en abundancia y vino rojizo, yme lavó en el río ymeentregóestasropas.Aunqueagobiadodepenas,tehereferidopuntoporpuntolaverdad».

LerespondióAlcínooasuvezyledijo:

«Huésped,enunacosanoacertóapensarlocorrectomihija,yaquenotetrajo en compañía de sus sirvientas a nuestra casa. Tú, como es natural, lesuplicastealencontrarla».

EnrespuestalecontestóelmuysagazOdiseo:

«Héroe, no por eso censures pormi causa a la irreprochablemuchacha.Puesellameinvitabaaseguirlaencompañíadesuscriadas.Peroyonoquisepor temor y por respeto, no fuera que tu ánimo se enojara al verme. Puessomosennuestratierramuysuspicaceslasgentes».

AéllerespondióasuvezAlcínooydijo:

«Huésped, no tengo enmi pechoun corazónque se llene de rencor a laligera.Mesatisfacetodolocorrecto.¡OjaláZeusPadre,AteneayApolo,meconcedieran que, siendo tú como eres y de acuerdo con mis pensamientos,obtuvieras a mi hija y pudieras llamarte mi yerno, quedándote aquí! Yo tedaría casa y riquezas, si quisieras quedarte. Pero contra tu voluntad no teretendráningunodelosfeacios.NoresultaríaesogratoaZeusPadre.Por lotanto,yotegarantizoelviaje,paraquelosepasbien,paramañana.

»Mientrasquetúdescansas,abandonadoalsueño,éstostellevaránporelmarencalma,hastaquelleguesatupatriaytuhogar.Adondequieraqueteseagrato, incluso si está mucho más allá de Eubea, que afirman que estálejanísima aquellos de los nuestros que la vieron cuando llevaban al rubioRadamantisavisitaraTicio,hijode laTierra.Enefectoellos llegaronhastaallí,ysin fatigarealizaronese trayecto,enunsolodía,y regresaron luegoasus casas. Constatarás tú mismo con tus sentidos cuán magníficas son misnavesymismuchachosparafranquearelmaragolpesderemo».

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Asíhabló.SealegróelmuysufridodivinoOdiseo,yentonodeplegariaformulósuspalabrasydijo:

«¡ZeusPadre,ojaláqueAlcínoopuedacumplircuantohadicho!Y,entalcaso, que perdure inagotable su fama sobre la fértil tierra, y llegue yo amipatria».

Mientras ellos hablaban estas cosas uno con otro, Arete, la de blancosbrazos, había ordenado a sus sirvientas que dispusieran un lecho junto alhogar, que le echaran encima hermosos cobertores purpúreos, y que loscubrieran con colchas y por encima dejaran mantas de lana para abrigarse.Ellas salieron de la gran sala con antorchas en las manos. Y en cuantohubierondispuestoelsólidolechocumpliendoelmandado,rodeandoaOdiseoleinvitabanconestaspalabras:

«Veaacostarte,extranjero.Yatieneshechalacama».

Asídijeron.Aéllepareciómuyapetecibleecharseadormir.

ConqueallísefueadescansarelmuysufridoydivinoOdiseo,enelbientaraceadolechodispuestoenelatriorumoroso.YAlcínoo,asuvez,seretiróal aposento interior de su elevada mansión. Allí su señora esposa habíapreparadosucamayreposo.

CANTOVIII

En cuanto brillómatutina laAurora de dedos rosáceos, se levantó de sulecho el poderoso y augusto Alcínoo, y a la vez alzóse el divino Odiseo,destructordeciudades.ElpoderosoyaugustoAlcínooguiabaalosfeaciosalaasamblea que para ellos había convocado junto a sus naves. Al llegar sesentabansobreloslisosbancosdepiedraunosjuntoaotros.Losibatrayendoa lo largo de la población Palas Atenea, semejante al heraldo del prudenteAlcínoo,quevelabaporel regresodelmagnánimoOdiseo,y, acercándoseacadaunodeellos,lesdecíaestemensaje:

«Acudid ya, caudillos y consejeros de los feacios, al ágora, parainformaros acerca del extranjero que hace poco llegó a la casa del prudenteAlcínoo,trasvagarporelaltamar,semejanteensucuerpoalosdioses».

Diciendoestoagitabaelánimoyelcorajedecadauno,ypresurosamentesecolmaron las callesdegentey los asientosde los reunidos.Ymuchos seadmiraban contemplando al hijo sagaz de Laertes. Sobre él Atenea habíavertidogracia en su cabezay sus hombros, y lo hizomás alto y robusto deaspecto,paraqueatodoslosfeacioslesfueragrato,imponenteyvenerable,y

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así pudiera llevar a cabo muchas pruebas, que los feacios propondrían aOdiseo.Luego, cuando todos se reunierony estuvieron reunidos, a ellos lesarengóAlcínoo,ylesdijo:

«¡Escuchad,caudillosyconsejerosdelosfeacios,quevoyadecirosloquemiánimomesugiereenmipecho!Esteextranjero,noséquiénes,hallegadoerrabundoamicasa, seadesde lasgentesdeOrienteodePoniente.Solicitaunaescoltadeviaje,ysuplicaqueseaenfirme.Nosotros,comosiempreantes,procurémosle el transporte. Porque nunca ninguno, que acuda a mi palaciosuplicante, aguarda aquí mucho tiempo quejoso en espera de esa ayuda deviaje.Asíque,venga,botemosaldivinomarunanegranavereciénconstruiday que se elijan cincuenta y dos jóvenes de entre el pueblo, los que seanreputadoslosmejores.Ydespuésdequetodoshayanaprestadobiensusremosenlostoletesdisponedlaparazarpar.

»Por otro lado, entre tanto, tenéis vosotros ya dispuesto el banquete siacudísamicasa.Yoosloofrecerébienatodos.Alosjóveneslesencargodeaquello,en tantoque losdemás, los reyesportadoresdecetro reuníosenmihermoso palacio, para que agasajemos como amigo en sus salas a nuestrohuésped. Que nadie rehúse. Y convocad al divino aedo, a Demódoco. A élpues le concedió la divinidad el canto para alegrarnos, cuando su ánimo leincitaacantar».

Habiendodichoestosepusoalfrentedeellosyleseguían,losportadoresde cetro. El heraldo partió a llamar al divino aedo, y los cincuenta y dosjóvenesmarcharon,comohabíamandado,hacialaorilladelincesantemar.

Luegoquehubieronllegadoalanaveyalmar,arrastraronellossunegranave al hondónmarino, colocaron a bordo elmástil y las velas en la negranave, y sujetaron los remos con sus tiras de cuero, todo según la norma.Desplegaronlasvelasblancas,yanclaronlanaveenaguasprofundas.LuegosedirigieronalagranmansióndelprudenteAlcínoo.

Sellenaronlospatios,losatriosylassalasdehombresqueallísereunían.Muchos eran, por tanto, jóvenes y viejos. Para ellosAlcínoo sacrificó docecorderos, ocho cerdos de blancos dientes y dos vacas de sinuoso paso. Losdespellejaron,ydejaronpreparadounamablefestín.

Elheraldoseaproximóconduciendoalcelebradoaedo,alquemuchoamóla Musa, que le dio un bien y un mal a la vez: le privó de los ojos, y leconcedió el dulce canto. Para él colocó Pontónoo un asiento claveteado deplataenmediodeloscomensales,apoyándoloenunagrancolumna.Ydeungancho colgó sobre su cabeza la lira sonora, y el heraldo le indicó cómotomarlaensusmanos.Asuladodispusounabellamesayunabandeja,yalladounacopadevino,paraquebebieracuandolodesearasuánimo.

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Ellosecharonsusmanossobrelosmanjarescolocadosasualcance,ytanprontohubieronsaciadosuansiadebebidaycomida,laMusaimpulsóalaedoacantarlasfamosashazañasdeloshéroes,conuncantocuyafamaentoncesllegaba hasta el cielo: la disputa de Odiseo y del Pelida Aquiles, cómo enciertaocasiónsequerellaronenunbanquetefestivoenhonordelosdiosesconterribles palabras, mientras se alegraba en su mente el señor de las tropasAgamenóndequedisputaranlosmejoresdelosaqueos.

PuesaélseloprofetizóFeboApoloenunvaticinio,enelmuysacrosantoDelfos, cuando él traspasó el pétreo umbral para consultar el oráculo. Puesentonces empezaría a rodar el comienzo de la destrucción para troyanos ydánaossegúnlosdesigniosdelgranZeus.

Eso entonces cantaba el cantor famoso. Y Odiseo tomando con susrobustasmanossugranmantopurpúreoloalzósobresucabezaysecubriósushermosas facciones. Porque se avergonzaba de derramar sus lágrimas desdesus cejas. Cuando cesaba en su canto el divino aedo, enjugándose el llantoretiraba el manto de su cabeza y alzando el vaso de doble copa hacíalibaciones a los dioses. Pero cuando de nuevo comenzaba el aedo y leincitabanacantarlospríncipesdelosfeacios,puestoquesedeleitabanconsuspalabras,denuevoOdiseocubriéndoselacabezarompíaensollozos.Entoncesatodoslosdemáslespasóinadvertidoalderramarsullanto,peroAlcínoo,elúnico,prestóatenciónylovio,puesestabasentadoasulado,yleoyósollozarprofundamente.Asíquedeprontodijoalosfeaciosamigosdelremo:

«¡Escuchadme,caudillosyconsejerosdelosfeacios!Yahemossatisfechonuestro ánimo con el banquete bien repartido y el son de la lira, que escompañera del brillante festín. Salgamos ahora y practiquemos todos losjuegosatléticos,paraquecuenteelhuéspedasusamistades,alregresarasucasa,cuántoaventajamosalosdemásenlosgolpes,laluchalibre,lossaltosylascarreras».

Despuésdedeciresto,sepusoencaminoylosdemáslosiguieron.YdelganchocolgólaliraligeraelheraldoyaDemódocotomódelamanoylosacóde la gran sala. Lo guiaba por elmismo camino que llevaban los otros, losmejores de los feacios, ansiosos de contemplar los certámenes. Marcharonhaciaelágora,ylesacompañabauninmensogentío,incalculable.Allíestabanenpielosjóvenes,muchosynobles.AvanzaronAcróneo,yOcíalo,yElatreo,Nauteo,Primneo,Anquíalo,Eretmeo,Ponteo,Prioreo,ToonteyAnabesíneo,yAnfíalo, hijo de Polineo Tectónida.Allí avanzó también EuríaloNaubólida,igualalhomicidaAres,queeraelmejorporsuaspectoyfiguradetodoslosfeacios después del irreprochableLaodamante.Allí se erguían los tres hijosdelintachableAlcínoo,Laodamante,HalioyelheroicoClitoneo.

Ellosdieroncomienzoalaspruebasdevelocidad,yanteellosseextendía

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desde la línea de salida la carrera. Todos volaban velozmente cubriendo depolvo la llanura.Deellos fueelmejorconmuchoencorrerel irreprochableGitaneo.Cuanto en un campode arado aventaja una de lasmulas a la otra,tanto les iba destacado del pelotón al llegar a lameta, y los otros quedaronatrás.Otrosprobaronladolorosaluchalibre,yenellavencióasuvezEuríaloatodoslosmejores.EnsaltoquedómuyaventajadosobretodosAnfíalo.ConeldiscoencambioentretodosfuemuchomejorElatreo.YporsuspuñosasuvezlofueLaodamante,elvalerosohijodeAlcínoo.

Cuandoyatodoshubieronregocijadosuánimoconlosjuegos,entreellostomólapalabraLaodamante,hijodeAlcínoo:

«Atended,amigos.Preguntemosalhuéspedsiconocealgúndeporteylohapracticado.Puesnotienedespreciableapariencia,porsusmuslos,suspiernas,sus hombrosybrazos, y su robusto cuello parecedegranvigor.No le faltajuventud,sibienestáquebrantadopormuchosrigores.Porqueyo,enefecto,osaseguroquenohaycosaalgunamásperniciosaqueelmarparaarruinaraunhombre,pormuyfuertequesea».

AélentonceslerespondióEuríaloyhabló:

«Laodamante, con muy buen tino has dicho esa opinión. Ve tú mismoahoraainvitarleyrazónaletupropuesta».

Al punto, una vez lo hubo oído, el valeroso hijo deAlcínoo avanzó, sedetuvoenelmedio,ydijoaOdiseo:

«Venaquítambiéntú,padrehuésped,aactuarenlosjuegos,siacasohaspracticado alguno. Es natural que tú sepas de ellos. Pues no hay timbre degloriamayorparaunhombremientrasvivequeaquelloquelograconsuspiesosuspropiasmanos.Conque¡venga!,hazunintento,yapartalaspenasdetuánimo.Tu regresoyanosepospondrá largo tiempo, sinoquepara tihayyaunanavepreparadaydispuestosestántuscompañeros».

ContestándolehablóelmuysagazOdiseo:

«Laodamante,¿porquémeincitáisensondeburla?Másmeasaltanenmimentelaspenasquelosjuegos,queantesmuymuchosufríymuchosoporté,yahorayazgoenvuestraplazaansiosodelregreso,suplicandoalreyyatodoelpueblo».

LereplicóentoncesEuríaloyleinjuriófrenteafrente:

«Noteencuentro,no,extranjero,semejanteaunapersonaadiestradaenlosjuegosquesuelenpracticarseamenudoentrehombres,sinoaunodeesosquevanyvienenconsubarcodemuchos remeros,uncapitándemarinerosquesonmercaderes,patróndesucargayquevelaporsusgananciasdelviajeyelbotíndesussaqueos.Ennadateparecesaunatleta».

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MirándoledereojoledijoelmuyarteroOdiseo:

«Huésped, no has hablado bien.Te pareces a un pobre insensato. Por lovisto no a todos los hombres conceden los dioses sus dones amables, no atodoslabellaapostura,lainteligenciayelartedeldiscursoalavez.Puedeserunhombrepocoagraciadodeaspecto,peroladeidadcompensasufiguraconsuspalabras, y los otros le observan encantados,mientras él habla con tonofirmeyconamabledecoro,ydestacaentrelosreunidos,ycuandovayvieneporlaciudadlecontemplancomoaundios.

»Otro,encambio,porsuaspectoessemejantealosinmortales,peronolerodea ni acompaña la gracia en sus palabras. Así tú tienes un aspectomuydistinguido,yundiosno lopresentaríamuydistinto,perodementeeresunbotarate. ¡Mehasexcitadoelánimodentrodemipechoalhablarsin juicio!No soy un ignorante de estos juegos, como tú piensas, sino que creo queestaba entre los primeros, cuando tenía plena confianza en mis pies y misbrazos. Ahora estoy agobiado por mi desdicha y mis dolores. Pues muchosufrí,enfrentandolasguerrasdeloshombresyatravesandolasdolorosasolas.Peroaunasí,aunquehesufridomuchosmales,participaréen los juegos.Tudiscursodespertómicorajeymehasprovocadocontuspalabras».

Asíhabló,yconsumismomantosealzóytomóundiscomayorygrueso,máspesadoenmuchoqueaquellosquesolíanusarlosfeacios.Lovolteóylolanzóconsurobustamano,ylapiedrazumbandopartió.Alsueloseecharonlosfeaciosdelargosremos,gentefamosaporsusnaves,anteel lanzamientodelapiedra.Yéstasobrevolólasmarcasdetodosensuraudocursodesdesumano.Fijó lasmarcasPalasAtenea, aparecidaen figuradeunhombre,y ledirigiósupalabrayledijo:

«Inclusounciego,extranjero,podríareconocertumarcaatientas.Porquenoestámezcladaconlasdelmontón,sinomuchomásadelante.Tentúplenaconfianzaenestejuego.Ningunodelosfeaciosalcanzaráestonilosuperará».

Así dijo, y se alegró el muy sufrido divino Odiseo, gozoso al ver a uncamaradabenévoloenelcertamen.Yacontinuaciónhablóentonomásligeroalosfeacios:

«Alcanzad ahora estepunto,muchachos.Que luego almomento lanzaré,pienso,otrodiscotanlejosoaúnmás.Yencualquierotroaquiensuánimoycorazón le impulsen, venga aquí y póngame a prueba, ya que me habéisenfurecidotanto,conlospuñosolaluchaobienenlacarrera.Nomerehúsoanada.Decualquieradelosfeacios,aexcepcióndeLaodamante,puesésteesmihuésped. ¿Quiénpelearía con el que lehonra comoamigo? Insensato enverdadydeningunaestimaresultaunhombrequealhuéspedqueloalbergaen tierra extraña le provoca disputa en los juegos. Se cierra a sí mismo lapuerta.

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»Pero de los demás a ninguno rechazo ni pongo reparos, sino que estoydispuesto a retarlo y ponerme a prueba con él frente a frente. Pues no soydespreciable en cualquier certamen de los que se practican entre hombres.Biensétensarelarcobienpulidoyseríaelprimeroenacertarleaunindividuodisparandomi flecha sobre el pelotón de los guerreros enemigos, incluso simuchoscompañerosestuvieranentornodeélydispararansusflechascontralosrivales.

»Filoctetes era el únicoquemeaventajaba conel arco en lamultituddeguerreros de Troya, cuando los aqueos lanzábamos nuestras flechas.De losotrosafirmoqueyoeraconmuchoelmássobresaliente,entre todos losqueahora viven como mortales sobre la tierra y comen su fruto. Que con loshéroesdeantañonoquerrérivalizar,niconHeraclesniconÉuritodeEcalia,que disputaban incluso con los inmortales en el manejo del arco. Por esoprecisamentemurióprontoelgranÉurito,ynollegóalavejezensupalacio.Pues, irritándoseconél,Apololomató,porquelehabíadesafiadoadispararconelarco.Yconmijabalinaalcanzotantocomoningúnotroconunaflecha.Sólo en las carreras temo que me sobrepase alguno de los feacios. Porquequedéenexcesoquebrantadopor losmuchosoleajes,yaquecon frecuencianohabíabuenentrenamientoenlanave.Poresomismúsculosestánflojos».

Asíhabló.Todossequedaronsinvozyensilencio.Alcínoofueelúnicoenresponderleyledijo:

«Extranjero, yaquenosdicespalabrasno faltas de aprecio, a la par quequieres mostrar tu valía, la que a ti te acompaña, y aunque estés enojadoporque ese individuo se te enfrentó e injurió en el certamen, aunque noreprocharía tu valor ninguno que tuviera inteligencia para proclamar locorrecto,asíestábien.Peroahoraprestaatenciónamispalabras,paraquelasdigas a cualquier otro de los héroes, cuando en las salas de tu hogar comajuntoatuesposaytushijos,guardandomemoriadenuestraexcelenciaenlasobrasenlasqueZeusnoslaconcedetodavíahabitualmentedesdetiemposdenuestros padres. Porque no somos intachables como púgiles ni luchadores;pero corremos con veloces piernas y somos los mejores con los barcos; ysiemprenosencantanelamistosobanquete,lacítara,lasdanzas,losvestidosvariados,losbañoscalientesylascamas.

»Asíque,venga,vosotros,losmejoresbailarinesfeacios,actuad,paraquecuenteelextranjeroasusparientesalvolverasucasaencuántosuperamosalosdemásenlanavegación,destrezadepies,yelartedeladanzayelcanto.¡QueaDemódocoletraigaalpuntoalgunosucítarasonorayendoarecogerla,quesindudaestáenmipalacio!».

AsíhablóAlcínoosemejanteaundios,yseapresuróelheraldoatraerlacurvadaliradelacasadelrey.Nueveárbitros,elegidostodos,sedestacaronde

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entreelpueblo, losqueencadaocasiónvelabanbienpor lascompeticiones;alisaronel terrenodebaile,yensancharon lahermosapista.LlegóprontoelheraldoquetraíasucítarasonoraaDemódoco.Enseguidaavanzóéstehastaelcentro,yaunoyotroladosedispusieronlosmuchachosadolescentes,diestrosen la danza. Golpeteaban el divino suelo con sus pies, mientras Odiseocontemplaba los centelleos de sus piernas y se llenaba de admiración en suánimo.

Entoncesél, tocandolalira,selanzóacantarbellamenteacercadelamorde Ares y Afrodita de hermosa corona, cómo en cierta ocasión se unieronamorosamente en la morada de Hefesto, en secreto. Ares la dio muchosregalosydeshonróelmatrimonioyellechodelsoberanoHefesto.Peroprontoacudióa él comomensajeroHelios,que loshabíavistoacoplarseenel actoamoroso. Conque, en cuanto Hefesto hubo oído la amarga noticia, marchóhaciasufragua,cavilandovenganzaensuinterior,yallícolocósobreeltajoungranyunque,ymartilleóunasataduras irrompibles, inquebrantables,paraqueresistieranfirmemente.

Luego, tras de haber construido su trampa, enfurecido contra Ares, sedirigióhacia sudormitorio,dondeestaba supropio lecho.Yallí dispuso lasataduras con sus lazos por un lado y otro en círculo, como ligeros hilos dearaña, que nadie pudiera ver, ni siquiera ninguno de los dioses felices. Asíalrededordellechoquedófijadalatrampa.

Luego,despuésquehubotendidolatrampaentornoalacama,simulóqueseibahaciaLemnos,aquellahermosaciudadelaqueleesconmucholamásqueridadetodas.NoteníaciegoespionajeAres,eldelasriendasdeoro,puesviomarcharsealolejosaHefesto,elilustreartesano.Yechóaandarhacialacasadel ínclitoHefesto, ansiosodel amordeCitereadebella diadema.Ellaacababaderegresardelamansióndesupadre,elpoderosoCrónida,yestabasentada.Pasóélalinteriordelacasa,latomódelamano,lasaludóyledijo:

«Ven,querida,vayamosalacamaaacostarnos.PorquenoestáyaHefestoaquí, sino que hace ya tiempo se ha ido a visitar a los sintios de rudolenguaje».

Asíhabló,yellasintiógrandesdeseosdeacostarse.Ambosmarcharonalacamay seecharon juntos.Peroporun ladoyotro losenvolvieron los lazosfabricados por el astuto Hefesto, y no les era posible moverse en ningúnsentido ni tampoco levantarse. Y entonces se dieron cuenta de que ya noteníanfugaposible.Conrápidoregresoseaproximóaellosdenuevoelmuyilustrepatizambo,quesedieralavueltaantesdellegaralatierradeLemnos.Porque Helios quemantenía la vigilancia le contó la noticia. Echó a andarhaciasucasa,muy irritadoensucorazón.Sedetuvoenelatrio,mientrasseapoderabadeélunfurorsalvaje.Ygritódemaneraterrible,yllamabaatodos

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losdioses:

«¡ZeusPadre y todos los otros dioses que existís para siempre, acudid acontemplarunsucesoridículoeindecente:cómoamí,porsercojo,Afrodita,lahijadeZeus,decontinuomedeshonra,yseentregaamorosaalperniciosoAres, porque él es hermoso y de buenas piernas, mientras que yo quedélisiado!Perodeesonosoyculpableennada,sinomisdospadres,queojalánomehubieranengendrado.Masvenidaverlos,cómoambosduermenenabrazoamoroso,metiéndoselosdosenmicama.Yyomereconcomoalmirarlos.Nohabíacreídoniporunmomentoqueellossearrejuntaranasí,pormuchoqueseamaran.¡Peroprontonoquerrándormirjuntos!Pueslosretendránalosdoslatrampaylaatadura,hastaquesupadremedevuelvamisregalosdeboda,todocuantoofrecíporsuhija, ladecaradeperra,porquees tanbellacomodesvergonzada».

Asíhabló,y losdioses secongregaronen lamoradade suelobroncíneo.LlegóPoseidón,elqueabraza la tierra, llegóelmuyarteroHermes, llegóelsoberanoApolo, certero flechador. Sólo las diosas se quedaron en sus casaspor pudor femenino. Se apostaron en el atrio los dioses, dispensadores debienes.Yunarisainconteniblesedifundióentrelosdiosesfelices,alobservarlaartimañadelmuysagazHefesto.

Asícomentó,alverlos,undiosasuvecino:

«Noprosperan lasmalasacciones.Yalcanzael lentoal rápido,comoeneste caso:Hefesto, siendo lento, atrapó aAres, que es elmás rápido de losdiosesquehabitanelOlimpo;siendocojo,loatrapóconsusartes.Hadepagarmultaporadulterio».

Detalmodoelloshablabanunosconotros.YaHermesledijoelsoberanoApolo,hijodeZeus:

«Hermes, hijo de Zeus, mensajero, dispensador de bienes, ¿es que túquerrías, apresado en duras cadenas, yacer en el lecho junto a la áureaAfrodita?».

Lerespondióalpuntoelmensajero,elmatadordeArgos:

«¡Ojalápuesqueesosucediera, soberanoarqueroApolo,y ligaduras tresvecesmás irrompiblesnossujetaran,y lovieraisvosotros losdiosesy todaslasdiosas,mientrasyoyacieraalladodelaáureaAfrodita!».

Así dijo, la risa se propagó entre los dioses inmortales. Pero no se reíaPoseidón,sinoquesuplicabarepetidamentealingeniosoHefestoqueliberaraaAres.Yhablándoleledecíapalabrasaladas:

«Suéltale.Yoteprometodefirmepagarte,comotúreclamas,todoloqueesdebidoentrelosdiosesinmortales».

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Lecontestóasuvezelilustrepatizambo:

«No me ruegues eso, Poseidón, agitador de la tierra. Sin valor son lasfianzasqueseofrecenporgentessinvalor.¿Cómovoyyoasujetarteatientrelos dioses inmortales, si Ares se escapara una vez liberado del apuro y latrampa?».

PerolecontestóluegoPoseidón,sacudidordelatierra:

«Hefesto, si acaso Ares, al verse libre de su apuro, escapa y huye, yomismotepagaréporesto».

Lerespondióentonceselilustrepatizambo:

«Noesposibleniestábienrechazartupalabra».

Despuésde tales palabras el vigorosoHefesto empezó a soltar los lazos.Los dos, apenas se libraron de su atadura, que era muy firme, en seguidapartieron:AresseencaminabaaTracia,mientrasqueAfrodita,amantede lasonrisa,sellegabaaPafos,dondetieneunsantuarioyunaltarperfumado.AllílasGraciaslalavaronylaungieronconunóleodivino,talcomosuelenusarlos dioses de perenne existencia, y la revistieron con ropas seductoras,maravilladeadmirar.

Esto cantaba el muy famoso aedo. Y, mientras lo escuchaba, Odiseo sedeleitabaensuinterior,comotambiénlosdemás,losfeaciosdelargosremos,famososporsusnavíos.

AlcínooinvitóaHalioyaLaodamanteaquebailaranensolitario,puestoqueningunorivalizabaconellos.Acontinuaciónellostomaronensusmanosunahermosapelotapurpúreaque les habíahecho el sabioPólibo.El uno lalanzabahacialasnubessombríasvolteándosehaciaatrás,yelotrosaltandoaloaltolarecogíaprontoenvilo,antesdetocarconsuspieselsuelo.Ydespuésde haber jugado en el lanzamiento de pelota, bailaron sobre la fértil tierraalternando sus posiciones. Los demás jóvenes en pie sobre la pista losacompañaban con sus palmadas y se alzaba un gran bullicio. Entonces aAlcínooledijoeldivinoOdiseo:

«PoderosoAlcínoo,respetadísimoentretodatugente,biendijistequeeraisóptimosdanzarines,yestasdanzaslohandemostrado.Medominaelasombroalverlas».

Así habló, y alegróse el augusto Alcínoo. Al punto decía a los feaciosamigosdelremo:

«¡Escuchad,caudillosyconsejerosdelosfeacios!Meparecequenuestrohuésped es persona de mucho talento. Conque, venga, démosle un don dehospitalidad,comoesapropiado.Puesmandanennuestropueblodocereyesexcelentes, y yomismo como el decimotercero, que traiga cada unopara él

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una túnica y un manto recién lavado y un talento precioso de oro. Acontinuación se lo daremos todo junto, para que el huésped lo tenga en susmanosysereconfortegozosoensuánimoduranteelbanquete.YqueEuríalolocontenteconsuspalabrasyunregalo,puestoquenoledirigiólaspalabrasquedebía».

Asíhabló,y todos loaprobabanyasentían,ycadaunodeellosenvióalheraldoatraerlosregalos.PorsuparteEuríalocontestóydijo:

«Alcínoopoderoso,respetadísimoentretodatugente,desdeluegoqueyocontentaré al huésped, tal como tú me pides. Le daré esta espada toda debronce,quetieneempuñaduradeplatayunavainademarfilreciéntallado.Leserádemuchovalor».

TrasdecirestoponíaenlasmanosdeOdiseolaespadaclaveteadadeplata,ylehablabadiciéndoleestaspalabrasaladas:

«¡Séfeliz,padreextranjero,ysialgunapalabraásperasehapronunciado,quealinstantelaarrastrenyllevenlejoslosvientos!Yqueati losdiosesteconcedanvera tuesposayllegara tutierrapatria,despuésdequeyatantospesareshassufridolejosdelostuyos».

EnrespuestaledijoelmuysagazOdiseo:

«¡Quetambiéntúseasmuyfeliz,amigo,ylosdiosestedenlargadicha!Yojalá que no tengas luego ninguna nostalgia de esta espada, que me diste,contentándomecontuspalabras».

Asídijo,ydesushombrossecolgólaespadaclaveteadadeplata.Seponíaelsolyestabandispuestossusregalos.Ylosamablesheraldoslosllevabanala casa de Alcínoo. Allí los recibían los hijos del irreprochable Alcínoo ydepositaban los espléndidosdones juntoa suhonradamadre.Ya losdemáslos guiaba el augusto Alcínoo, y al llegar los hacía sentarse en los altosasientos.YluegotomóallílapalabraelpoderosoAlcínoo:

«Traeacá,mujer,uncofreprecioso,elmejorquetengamos.Ycolocaenéltúmismaunatúnicayunmantoreciénlavado.Caldeadalfuegounatinadebronce,calentadelagua,paraqueéstesedéunbañoyvealuegosusregalosbien presentados, los que los irreprochables feacios aquí le han traído, y seregocijeenelbanqueteescuchandoelcantardelaedo.Yentoncesyoledaréestabellísimacopadeoro,paraqueacordándosedemítodoslosdíashagasuslibacionesensuhogarenhonordeZeusyotrosdioses».

Asíhabló,yAreteordenóasuscriadasquecolocaransobreelfuegounagrantrébedeatodaprisa.Yellasalzaronsobreelfuegoardienteunatinadetrespies,ylallenarondeagua,ypordebajoextendieronlaleñayencendieronlalumbre.Elfuegoenvolvíalapanzadelatrébedeysecalentabaelagua.A

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continuación Arete sacaba para el huésped el preciosísimo cofre de sudormitorio,ymetíaenélloshermososregalos,lasropasyeloro,queledieranlosfeacios.Yluegoañadíaellaunatúnicayunespléndidomanto.Ytomandolapalabraledirigiósuspalabrasaladas:

«Observatúmismoahoralatapayajústalerápidamentelalazada,paraquenadievayaarobarteporelcamino,cuandodenuevoduermasundulcesueñoalmarcharteenlanegranave».

Apenas hubo escuchado esto el muy sufrido divino Odiseo, al puntoajustabalatapayrápidamentelaasegurabaporencimaconunlazointrincado,queantañolehabíaenseñadolasoberanaCirce.Almomentoelamadellavesleinvitabaairhacialabañeraydarseelbaño.Vioélconsumoagradoensuánimoelaguahumeante,yaqueno frecuentabaelbañodesdehacíamucho;desdequeatrásdejaralamoradadeCalipso,ladehermososcabellos.Allísíque lohabía tenidosiempredispuestoyapuntocomoparaundios.Asíquedespués de que lo lavaron las siervas y lo ungieron con aceite, salió de labañera y le vistieron con túnica y un hermoso manto, se dirigía hacia losbebedoresdevino.

Nausícaa,quemostrabasubellezadondelosdioses,secolocóalpiedelacolumnaquesosteníaelbiendecoradotecho,ydesdeallíadmirabaaOdiseoconlosojosfijosenél,ysaludándoleledirigíasuspalabrasaladas:

«¡Vetefeliz,forastero,demodoquecuandoestésentutierrapatriaalgunavezteacuerdesdemí,queamílaprimeramedebestuacogida!».

RespondiéndoladijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Nausícaa,hijadelmagnánimoAlcínoo,ojaláqueasíahorapermitaZeus,el tonante esposo de Hera, que yo me vuelva a mi casa y vea el día delregreso!Entalcaso,allítambiénati,comoaundios,teinvocaríaunayotraveztodoslosdías.Porquetúmesalvastelavida,muchacha».

Asíhablóyfueasentarseensusillaalladodelrey.Losdemássepusieronentonces a repartir las carnes y mezclaban el vino. Un heraldo llegó queconducía almuy ilustre aedo, aDemódoco,honradopor lasgentes.Lehizosentarseenmediodeloscomensales,apoyándoloenlaaltacolumna.Interpelóluego al heraldo el muy astuto Odiseo, cortando una tajada de lomo, puesquedaba aún bastante del cerdo de blancos colmillos; por ambos costadosrebosabasugrasa.

«¡Heraldo,tomaydaleestetrozodecarne,paraquecoma,aDemódoco!Bienquierodarlemisaludo,aunqueestoymuyapenado.Puesentretodosloshombresdelatierralosaedossonmerecedoresdehonrayrespeto,porqueenverdadaellossuscantoslesenseñalaMusayconamortrataalarazadelosaedos».

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Asídijo,yelheraldorecogiólaporciónylapusoenlasmanosdelilustreDemódoco.Éste la aceptómientras se alegraba en su ánimo.Los demás yaechabanlasmanossobrelosmanjaresbiendispuestos.Yencuantohubieroncolmadosuansiadecomidaybebida,volvióadirigirseaDemódocoelmuyastutoOdiseo:

«Demódoco, mucho más que a cualquier otro hombre te admiro. Te haaleccionado o bien laMusa, hija deZeus, o bienApolo. Porque cantas conextraordinaria precisión la expedición de los aqueos, cuánto hicieron ysufrieron,ycuántolosaqueosseesforzaron,comositúmismohubierasestadoallí, o acaso lo oyeras de otro. Pero, venga, avanzamás adelante y canta lagestadelcaballodemadera,elqueEpeoconstruyóconlaayudadeAtenea,elque entonces el divino Odiseo llevara como trampa hasta la ciudadelahabiéndolollenadodelosguerrerosquearrasaronTroya.Si,segúnmisruegos,cuentastodoesoenbuenorden,proclamaréenseguidaantetodosloshumanosquefueundiosprotectorquienteconcedióeldivinodondetucanto».

Asídijo,yelotro,impulsadoporundios,comenzabasucantarpartiendodel momento aquel en que ellos subieron a sus sólidas naves y en ellaszarparon,despuésdehaberprendidofuegoasustiendas.Perootrosargivossequedaban junto al muy famoso Odiseo escondidos en el caballo ytransportadosluegoalaplazadeTroya.Losmismostroyanoslosarrastraronala ciudadela.Allí el caballo permanecía en pie,mientras los otros discutíanagrupadosentornoaél.Laasambleadiscutíadosopciones:destrozarprontolamaderaconelaguzadobronce,oempujarlohastalacumbreyprecipitarlosobrelasrocas;obiendejarloallícomoofrendaconsagradaasusdioses.Estaopiniónfuelaqueibaaimponersealfinal,porqueeraeldestinoquelaciudadpereciera cuando albergara al gran caballo de madera, donde montabanguardia todos los príncipes argivos que llevaban masacre y ruina a lostroyanos.

Sabíacómoarrasaron laciudad loshijosde losaqueos,aldesparramarsesaliendodelcaballo,fueradesucóncavamadriguera.Empezóacantarcómocada uno por un lado saqueaba la alta ciudadela, mientras Odiseo seencaminaba,encompañíadelheroicoMenelao,hacialamansióndeDeífobo.RelatóqueallíavanzóaudazalmásbroncocombateyquevencióluegoconlaayudadelamagnánimaAtenea.Estascosascantabaelmuyfamosoaedo,entantoqueOdiseoseencogíaybañabaconel llantodesusojossusmejillas.Comolloraunamujerabrazadaasuqueridoesposo,quehacaídodelantedesu ciudad al frente de sus tropas cuando intentaba proteger de la cruentamatanzaa la ciudadya sushijos,y ella, alverloen suagonía, jadeante, seecha sobre él y desboca sus agudos gemidos,mientras que los enemigos logolpeanconsus lanzasenelpechoy loshombros,y luego loarrastranparacausarle desaliento y congoja, y sus mejillas se marchitan con el más

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angustiosopenar.AsívertíatumultosollantodesusojosOdiseo.

De los demás ninguno advertía que él derramaba su llanto. Tan sóloAlcínoo lo percibió y le prestó atención, porque estaba sentado a su lado yescuchaba sus hondos suspiros. Y, al momento, comenzó a regañar a losfeaciosamigosdelvino:

«¡Prestad atención, consejeros y jefes de los feacios, y que Demódocofreneyasusonoralira!Quecantandoesascosasparecequenoatodosalegra.Desdequecenamosyempezóeldivinoaedo,desdeentoncesnohaparadodesollozarapenadoelextranjero.Poralgúnmotivolapenahainundadoafondosu ánimo. Conque cese el cantor, para que todos estemos gozosos, losanfitriones y nuestro huésped, que así será mucho mejor. En favor delhonorableextranjeroestáyatododispuesto,suviajeysusbuenosregalos,queledimosconafectosincero.

»Comounhermanoresultaparaunextranjeroyunsuplicanteelhuéspedqueloalbergaconcorduraensumente.Porlotantotampocotúahorarehúsescon taimadas intenciones contestar a lo que te pregunte. Es mejor que lodeclarestodo.Dinostunombre,porelquesolíanllamartetumadreytupadreylosdemásquehabitabanentuciudadylastierrasvecinas.Puesningúnserhumano vive del todo sin nombre, sea noble o humilde, apenas ha nacido,porqueatodosseloimponensuspadres,trasdarleslavida.Dimetupaís,tugente y tu ciudad, a fin de que a ella te transporten nuestras naves que seorientanconmentepropia.Porquenousantimoneleslosfeacios,nigobernallealguno, como tienen las demás naves. Sino que sus barcos conocen por símismos losplanesy rumboshumanos,y se saben las ciudadesy los fértilescamposdetodaslasgentesycruzanelabismomarinovelozmentecubiertosdebrumosaniebla.Nuncahaytemordenaufragarohundirseconellas.

»Sin embargo, unavez le oí ami padre, aNausítoo, contar lo siguiente.RepetíaquePoseidónseirritaríaconnosotrosporserporteadoressindañodetodas las gentes. Decía que algún día destruiría una refulgente nave feaciacuandoregresaradeunviajeporelbrumosomarycubriríalaentradamarinaanuestraciudadconunagranmontaña.Asíloreferíaelviejo.Sitalescosasvaacumplirladivinidadosilasdejarásinrealizar,seacomoplazcaasuánimo.Ahora,venga,dimeestoyexpónloconclaridad:¿pordóndevinisteerranteyaquéregionesllegaste,yaquépueblosyciudadesbienpobladas?Ycuentasisusmoradores eran gentes rudas, salvajes e ignorantes de la justicia, o bienacogedorasydementepiadosa.Dinoselmotivodelossollozosyllantosdetupecho,alescucharlaruinadelosdánaosargivosydeIlión.Latramaronlosdiosesy ellosurdieron lamatanzade tantoshumanos, paraque tuvieran losposterioresmateriadecanto.¿AcasoperdistealgúnparientealpiedeTroya,valerosoynoble,uncuñadoounyerno?Ésossonlosseresqueresultanmáspróximosdespuésdelosdelafamiliadesangre.¿Oacasoalgúncompañerode

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amablecarácteryánimovaliente?Porqueennadaesinferioraunhermanouncamaradasinceroydeagudainteligencia».

CANTOIX

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡PoderosoAlcínoo,distinguidoentretodaslasgentes,ciertoqueesbellacosa el escuchar a un cantor semejante, uno como éste, que se parece a losdiosesensuvoz!Yoafirmo,enefecto,quenohaymomentomásplacenteroquecuandolaalegríaseextiendeatodoelmundo,yloscomensalesalolargodeunasalasedeleitanoyendoalaedo,sentadosenhilera,yasualrededorlasmesas rebosandepanycarnes,y sacandode la crátera elvinoel copero lollevay lo escancia en las copas.Enmimente eso amímepareceunacosaespléndida.

»Peroati tuánimoteincitaapreguntarpormisquejumbrosospesares,afindequeaúnmásmeacongojeysolloce.¿Quévoyacontartealprincipio,yluego,yquéalfinal?Puesmuchospesaresmeinfligieronlosdiosesdelcielo.Voy ahora a decirte primero mi nombre, para que también vosotros loconozcáis,yyo,enelfuturo,siescapoaldíadesastroso,seahuéspedvuestroaunquehabiteenmihogarmuylejano.

»SoyOdiseo,elhijodeLaertes,queentretodosloshumanosdestacopormistretas,ymifamaalcanzahastaelcielo.HabitoladespejadaÍtaca.Hayenellaunmonteelevado,elNéritodesombríasarboledas.En tornosuyoestántendidas numerosas islas, muy próximas entre sí: Duliquio, y Same y lahoscosa Zacintos. Ítaca se alarga llana en un extremo de la mar, haciaoccidente,ylasotrasadistanciahacialaaurorayeloriente.Abruptaes,perobuenacriadoradejóvenes.Yo,almenos,nosoycapazdeimaginarnadamásdulcequeesatierra.

»Antaño me retuvo junto a ella Calipso, divina entre las diosas, en suscóncavasgrutas,anhelandohacermesuesposo.YdeigualmodomealbergóensusmansionesCirce,lapérfidamoradoradeEea,deseosadetenermecomomarido.Perojamásningunallegóaconvencermiánimoenmipecho.Porquenadahaymásdulcequelapatriaylospadres,nisiquieracuandounohabitaunhogaropulentobienlejos,entierraextraña,alejadodesufamilia.

»Conqueahoravoyacontartemidoloridoretorno,alqueZeusmelanzóalalejarmedeTroya.Desde Iliónmearrastróelvientohastadejarmecercadelos cícones, en Ismaro. Allí yo saqueé su ciudad y los derroté a ellos.Llevándonos del poblado a sus mujeres y un abundante botín, hicimos el

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repartodetalmodoquenadiequedaraprivadodesuparte.Entonces,sinmás,yodiórdenesdeescapara todaprisa,peromishombres, losmuynecios,nomeobedecieron.Allí,enlaplaya,bebíanvinoachorrosydegollabanmuchasovejasyvacasdecurvoscuernosysesgadoandar.Mientrastantoloscíconeshuidos llamaban a gritos a otros cícones que habitaban vecinos, másnumerosos y más fuertes, que vivían tierra adentro, expertos en pelear acaballo contra sus enemigos y también en combatir a pie firme cuando eranecesario.Llegaronpronto,tantoscuantashojasyfloresbrotanenprimavera,alalba.AllínosalcanzóelfunestodestinodeZeus,anosotros,desgraciados,parasufrirentoncesdoloressincuento.Apiefirmenosplantaronbatallajuntoalasraudasnaves,yseentablócombateconlaslanzasbroncíneas.

»Mientras fue demañana y se iba extendiendo el sagrado día, todo esetiempo resistimos rechazándolos, aunque eran más. Pero cuando el solcomenzó a ponerse, a la hora de la suelta de los bueyes, entonces ya loscíconesvictoriosospusieronenfugaalosaqueos.Murieronseiscompañerosdebuenasgrebasdecadanavío.Losdemáslogramosescapardelamuerteydeldestino.

»De allí en adelante navegamos con el corazón angustiado, huidos de lamuerte, tras haber perdido a queridos camaradas. Y no se apartaron miscombadasnavesdeallíhastaquehubimosclamado tresveceselnombredecada uno de nuestros infelices compañeros, que quedaron en la llanuramasacrados por los cícones. Sobre las naves soltó el viento Bóreas ZeusAmontonadordenubes,enunafuriosatempestad,yconnubarronesrecubrióalavez la tierray lamar.Caíaprecipitadadesdeelcielo lanoche.Lasnaveseranarrastradas,dandotumbos,ylasvelaslasrasgóentresycuatrojironeslaviolenciadelhuracán.Lasarriamossobrecubierta,temerososdelamuerte,yafuerzaderemos,conesfuerzos,alcanzamoslacosta.

»Allí dos noches y dos días estuvimos tumbados, royendo a la vez ennuestro ánimo las fatigas y las penas. Mas cuando al tercer día apuntó laAurora de bella melena, enderezamos los mástiles, desplegamos lasblanquecinas velas y nos acomodamos a bordo. Marcaban el rumbo a lasnaveselvientoylospilotos.

»Y así habría alcanzado sano y salvomi tierra patria, pero, al doblar elcaboMaleas,eloleaje,lascorrientesyelBóreasdesviaronymealejarondelaisladeCitera.Desdeallínuevedíasfuiarrastradoporcruelesvientossobrelamarricaenpeces.Aldécimodíallegamos,porfin,alatierradeloslotófagos,quesenutrendeunmanjarfloral.Allábajamosatierrayrecogimosagua,ypronto prepararonmis compañeros la comida junto a nuestras raudas naves.Apenas quedamos saciados de comida y bebida, entonces yo despaché pordelanteaunoscompañeros,aquefueranaindagarquiéneseranloshombresquecomíanelpandeaquelpaís.Escogíadosdeellosylesadjuntéuntercero,

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comoheraldo.Emprendieronpronto el caminoyno tardaron en encontrar aunoslotófagos.

»Y sucedió que los lotófagos no tramaron la muerte de nuestroscompañeros,perolesdieronacomerelloto.Ycualquieradeellosquecomíaelsabrosofrutodel loto,yanoquería traernosnoticiasninavegardenuevo,sinoquetodosanhelabantansólopermanecerallíenelpaísdeloslotófagos,nutriéndosedelloto,yolvidarelregreso.Losreconduje,llorosos,porlafuerzaa sus barcos, y en las cóncavas naves los retuve atándolos al fondo de losbancos. Al momento ordené a los demás fieles compañeros que subieranaprisaa losvelocesnavíos,paraqueningunodegustarael lotoyolvidaraelregreso.Atodaprisaellosembarcaronysesituaronensusbancos,ysentadosenhileras,empezaronagolpearconsusremoselgrisáceomar.

»Desdeallínavegamosconelcorazónafligido.Y llegamosa la tierradelos cíclopes, prepotentes y salvajes, los que, confiados en los diosesinmortales, ni plantan ni trabajan la tierra con susmanos, sino que todo lescrecesinsementerasniarados:trigos,cebadasyvides,quelesofrecenvinodesus grandes racimos, y la lluvia de Zeus les da frutos. No tienen ellos niasambleasninormaslegales,sinoquehabitanlascumbresdealtasmontañas,encóncavasgrutas,ycadaunoimponesusleyesasushijosymujeres,ynosecuidanlosunosdelosotros.

»Aunladoyfueradepuertoseextiendeunaislaplana,nimuypróximanimuy lejana de la tierra de los cíclopes, cubierta de matorral. En ella vivenincontables cabras salvajes. Porque no las espanta el paso de los sereshumanos ni las acosan los cazadores, que soportan fatigas en el bosquetrepandopormontaracesalturas.Laislanoestáagobiadaporrebañosniporcampos arados, sino que sin siembras ni labranzas está el año enterodeshabitada de hombres, y cría sus baladoras cabras. Pues no tienen loscíclopesnavíosdemejillaspintadasderojo,nihayentreellosconstructoresdebarcos, que puedan hacerles unas naves bien ensambladas, con las quepudieranconseguirotrascosas,visitandolospaísesajenos,comosuelenhacerlos hombres que en sus navíos cruzan elmar hacia otras gentes.Otros bienpudieranhabercultivadoycolonizadolaisla.Yaquenoesmalaenabsoluto,sinoquepodríadartodoasutiempo.Hayenellapradosjuntoalascostasdelmar espumoso, bien regados y herbosos, y bien podrían darse las videsperennes.Haycamposllanosparaarar,ypodríasegarseespesalamiesenlosveranos,porqueesmuygrasoelmantillodetierra.Hayallíunpuertodebuenfondeadero, donde no es necesario el amarre ni echar las anclas ni anudarcablesdesdelapopa,sinoque,unavezatracados,allísepuedeaguardarhastaque el ánimo de losmarineros los impulse a zarpar y soplen favorables losvientos.

»Yalfondodelpuertofluyelímpidaelagua.Yhayunafontanaalaboca

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deunacueva.Enderredorcrecen loschopos.Hastaallínavegamos,yalgúndiosnosguiabaatravésdelaoscuranoche,sinmostrarsealavista.Enefecto,una densa niebla envolvía las naves. Ni siquiera la luna se mostraba en elcielo,porqueestabaenvueltaentrenubes.Allínadielogróatisbarconsusojoslaisla.Noveíamosnisiquieralasaltasolasquerodabanhacialacosta,hastaque las naves de buenos remos atracaron. En los varados navíos arriamostodas lasvelasysaltamos luegoa laorillamarina.YallánosentregamosalsueñoyaguardamosladivinaAurora.

»Apenas brillómatutina laAurora de dedos rosáceos, empezamos a darvueltasadmiradosporlaisla.YlasNinfas,hijasdeZeusportadordelaégida,excitaronalascabrasmontesesafindequenuestroscompañerosdisfrutarandecena.Almomentosacamosnuestroscurvadosarcosy las lanzasde largopicodelasnavesy,divididosentresgrupos,comenzamosadarlescaza.Muyprontoladivinidadnosconcedióunsatisfactoriobotín.Llevabaconmigodocenavíos,yacadaunoletocaronnuevecabras.Yparamísolosepararonotrasdiez.

»Conqueallíentoncesnosquedamoseldíaenterohasta lapuestadelsoldándonosunbanquetedecarnesintasaydulcevino.Porquenosenoshabíaagotadoelrojovinodelosbarcos,sinoqueaúnquedaba.Puesmuchoenlasánforasunosyotroshabíamossacadocuandosaqueamoslasagradaciudaddelos cícones. Oteábamos la tierra de los cíclopes, que estaba próxima, y sushumosysusvoces,yelsondesuscabrasyovejas.Yencuantoelsolsehubopuesto y sobrevino la oscuridad, nos tumbamos para dormir en la orillamarina. Y apenas brilló matutina la Aurora de dedos rosados, al momentoconvoquéaasambleayoatodosylesdije:

»“¡Aguardad acá ahora todos vosotros, mis fieles camaradas! Mientrastanto con mi nave y mis compañeros iré yo a averiguar quiénes son esoshombres, si son violentos, salvajes e injustos, o tal vez hospitalarios y consentimientospiadosos”.

»Despuésdehablarasí,subíalanaveyordenéalosmíosqueembarcarantambiénysoltaranlasamarrasdepopa.Enseguidaellossubieronabordoyseapostaron junto a sus escálamos.Y, sentados en fila, batían con suspalas elmarespumoso.Conquearribamosaaquellugar,queestabacercano,yvimosallíenunextremodelamarinaunacuevaenlaaltura,recubiertadelaureles,dondeserecogíaunnumerosorebaño,deovejasycabras.Asualrededorsehabía construido un corral de altomuro de piedras ensambladas con largospinos y encinas de espeso ramaje.Allí pernoctaba un individuomonstruosoquellevabaapacersusganadosensolitarioyaparte.Nosetratabaconotrosycarecíadenormas.Enverdadqueeraunmonstruoasombroso,ynoseparecíaa un hombre comedor de pan, sino a un peñasco selvático de los fragososmontes,queseerigeseñeroyaltivo.

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»Entoncesordenéamisotrosfielescompañerosquesequedaranallíjuntoalanaveyguardaranelbarco,mientrasqueyo,escogiendoalosdocemejorescamaradas,meponíaencamino.Llevabaunodredepieldecabraconvinotintoydulce,quemehabíaregaladoMarón,hijodeEvantes,elsacerdotedeApoloquevelabaprotectorenIsmaro,porhaberlesalvadolavida,juntoconsu mujer y sus hijos, en un gesto de piedad. Habitaba en un bosquecilloconsagrado a Febo Apolo. Me había ofrecido espléndidos regalos: sietetalentosdeoromuybientrabajado,ydadounacráteratodadeplata,yademáselvinoguardadoenlasánforas,doceentotal,dulceypuro,unabebidadivina.Nolosabíanadie,nidelossiervosnidelasesclavasdesucasa,tansóloélenpersona, sumujer y una fiel despensera. Cuando iban a beber este vino demelosadulzuralomezclabacruzandounacopaconveintemedidasdeagua,yde su crátera exhalabaun aromadeleitosoy divino.No te habría sidogratoentoncesdejarlosinprobar.Habíallenadounamplioodreconélylollevabaconmigo,yprovisionesenuncesto.Porquealmomentosemeocurrióenmiánimo sospechar que iba a hallar un hombre dotado de tremenda fuerza,salvajeeignorantedelasnormasylospreceptosdelajusticia.

»Apresuradamente llegamosasucueva,perono lohallamosdentro,sinoqueestabaapacentandoen lapradera suspingües rebaños.Alpenetrarenelantro íbamosadmirandocadacosa: loscestosestabancolmadosdequesosyrepletos losredilesdecorderosycabritillos.Losanimalesestabanseparadosporgrupos,aunladolosmásviejos,alotrolosdemedianaedad,yapartelascrías recientes.Todas lascántaras rebosabande leche, jarrasycolodrasbientorneadas que guardaban el ordeño. Allí enseguida mis compañeros mesuplicaronavocesque tomáramosunosquesosynos fuéramos,y luegonoslleváramosa todaprisadesuscorralescabritosyovejashastanuestra raudanave y nos echáramos a navegar el mar salado. Pero yo no les hice caso.¡Cuántomejorhubierasido!Porquequeríaveralgiganteysimedaríadonesdehospedaje.¡Enverdadquenoibaaresultaramable,alpresentarse,conmiscompañeros!

»Allí encendimos fuego y quemamos unas ofrendas, y cogimos unosquesosyloscomimos,ynosquedamosdentroesperandohastaquellegóconelganado.Traíaunacargatremendadeleñasecaparahacerselacena.Cuandoladescargó,afueradelacueva,produjounestrépito.Ynosotros,aterrorizados,nos refugiamos en el fondo de la cueva. Luego él empujó hacia la ampliacavernaasusrollizasbestias,todaslasqueordeñaba,yalosmachoslosdejófuera, corderos y machos cabríos, metidos en el redil. En seguida alzó eincrustóenlapuertaunarocaenorme,tremenda.Nolahabríanmovidodelaentradaveintidóscarrosrobustosdecuatroruedas.¡Tangrandepeñascodejóencajadoenlapuerta!Sesentóysepusoaordeñarovejasycabrasbaladoras,todoenbuenorden,ydebajoacadaunalepusosucría.Pronto,cuajandolamitaddelablancaleche,larecogióyguardóenunostrenzadoscestillos,yla

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otramitad ladepositó en las cántarasparapoderlabeber a sugustoy comoacompañamientodelacena.

»Y una vez que se hubo cuidado de hacer todo esto, entonces encendiófuego,ynosvio,ypreguntónos:

»“¡Oh, forasteros! ¿Quiénes sois? ¿Desde dónde navegáis los líquidossenderos?¿Esacasoporcomerciar,oalazarvaiserrantes,comopiratas,quevan en plan de rapiña por el mar, exponiendo sus vidas, causando daños aotrasgentes?”.

»Asíhabló,yanosotrosdenuevosenosquebróelcorazón,amedrentadosante su profundo vozarrón y su monstruoso aspecto. Pero, aun así,respondiendoasuspalabrasledije:“NosotrossomosaqueosquevolvemosdeTroya,desviadosporvientosdiversossobreelvastoabismodelmar;ansiososdelhogar,hemosidoporotroscaminosyotrasrutas.AsíprobablementequisoZeusdisponerlo.NosjactamosdesergentedeAgamenónAtrida,cuyafamaes ahora vastísima bajo el cielo. Porque una ciudad inmensa destruyó yaniquilóasusnumerososguerreros.Nosotros,llegadosaquíantetusrodillas,suplicamos, por si nos ofreces el don de hospitalidad o tal vez algún otropresente,comoesnormalparaloshuéspedes.Asíque,magnánimo,respetaalos dioses. Somos suplicantes tuyos. Y es protector de suplicantes yextranjerosZeusHospitalario,quevelaporlosextrañosdignosderespeto”.

»Asílehablé,yélmerespondióalpuntoconánimocruel:

»“Eresnecio,extranjero,ohasvenidodemuylejos,túquemeexhortasatemer o respetar a los dioses. Pues no se preocupan los cíclopes de Zeusportador de la égida ni de los felices dioses, porque somos, sí, muchomásfuertes. Ni yo por resguardarme del odio de Zeus te respetaría a ti y a tuscompañeros, de no ser que a eso me invite mi ánimo. Mas dime dóndeguarecistetubienconstruidanave,sifueacasoenlugarremotoobiencerca,afindequemeentere”.

»Así dijo poniéndome a prueba, pero no me engañó, pues sé mucho alrespecto,yyoamivezlerepliquéconpalabrasarteras:

»“MinaveladestrozóPoseidónquesacudelatierra,lanzándolacontralosarrecifes en los límites de vuestra tierra, estrellándola contra un peñón. Elvientolaempujódesdealtamar.Peroyo,conestosdeaquí,logréescaparalabruscamuerte”.

»Así le dije, y él nada me contestó, sino que, con ánimo cruel,abalanzándose, echó sus manos sobre mis compañeros, y agarrando a dos,comoados cachorros, sepusoamachacarlos contra el suelo.El cerebrodeellossedesparramóymojabalatierra.Losdescuartizómiembropormiembroy sepreparó la cena.Devorabacomoun leóncriadoen las selvas, sindejar

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nada,lasvísceras,lascarnesyloshuesosconeltuétano.NosotrosllorábamosyalzábamoslasmanosaZeus,mientrascontemplábamostanatrocesactos.Ladesesperacióndominabanuestroánimo.

»Luego que el cíclope se hubo llenado su gran tripa comiendo carnehumana y bebiendo encima leche pura, acostóse en medio de la grutatumbándoseentreelrebaño.Yopensé,conmagnánimocoraje,acercarmeaél,desenvainarlaagudaespadaqueteníaamicostado,yhundírselaenelpecho,dondeestáelcorazónyelhígado,buscandoellugarexactoconmimano.Perootropensamientomeretuvo.Porqueallíhabríamosperecidotambiénnosotrosconbruscamuerte,yaquenopodríamosapartardelaaltaentradaconnuestrasmanos el enorme pedrusco que había incrustado. Así que, entre sollozos,aguardamosaladivinaAurora.

»Apenas brilló matutina la Aurora de dedos rosáceos, al momentoencendiófuegoysepusoaordeñarsuslustrosasovejas,todoenbuenorden,ydebajolecolocóacadaunasucría.Yunavezquesehubocuidadodehacertodoesto,agarródenuevoadoscompañerosyselospreparóparaalmuerzo.Y una vez bien comido, sacó de la cueva su pingüe rebaño moviendo sinesfuerzo el enorme portalón. Luego, enseguida, volvió a encajarlo, como siajustara la tapadeunaaljaba.Con tremendoalborotoconducíael cíclopealmontesulozanorebaño.Entretantoyoestabacavilandosudesdicha,averside algún modo podría vengarme y me cumplía mi ruego Atenea. Y en miánimolamejordecisiónmepareciólasiguiente.

»Juntoa lavalladelredildelcíclopehabíaunlargotroncodeolivo,aúnverde.Lohabíataladoparallevarloconsigounavezseco.Alverlonosotroslocomparamos al mástil de una negra nave de veinte remeros, un anchomercantequesurcaraelinmensoabismodelmar.¡Tantaerasulargura,tantosugrosoranuestrosojos!Fuihastaélylecortéyocomounabraza,ylopaséamiscompañerosylesordenéquelopulieran.Ellosprontolodesbastaron,yyolocogíy leagucélapunta.Luegoloempuñéy losometíal fuegode lasbrasas.Acontinuaciónloocultémetiéndolobienbajoelestiércol,queportodala cueva había espeso y amontonado. Después invité a los demás a queecharanasuertesquiénseatreveríaamiladoalevantarlaestacaehincárselaenelojo,cuandolevencieraeldulcesueño.Ellosecharonasuertesysalieronlosqueyomismohabríaelegido,cuatro,yyomedesignécomoelquintoenelgrupo.

»Alatardellegópastoreandosusovejasdehermosaslanas.Muyprontoenlacuevahizoentrarasulustrosorebaño,atodoslosanimales,aningunodejófueradelespaciosorecinto,acasosospechandoalgo,otalvezporqueundiosasí se lo había inspirado. Después que alzó en vilo y volvió a encajar eltremendo pedrusco, sentóse y se puso a ordeñar ovejas y cabras baladoras,todoenbuenorden,ylecolocódebajoacadaunasucría.Yunavezquese

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hubocuidadodehacertodoesto,atrapódenuevoadoscompañerosyselospreparódecena.Luegoyoavancéhaciaélyledije,sosteniendoenmismanoselcuencodenegrovino:

»“¡Eh,cíclope,toma,bebevinodespuésdecomercarnehumana,paraquesepasquéclasedebebida transportabanuestranave!Para ti,desde luego, latraía,aversiacasocompasivomereenviabasamicasa.Peroeresbestialhastaloinsufrible.¡Malvado!¿Cómopodríaaproximarseaticualquierotromortalenelfuturo?Porquetehascomportadoencontradetodanorma”.

»Asíhablé,yélaceptóyapuróelvino.Seregocijódemodotremendoalbebereldulcecaldo,ymepedíaluegounsegundotrago:

»“Dame más, amigo, y dime tu nombre ahora enseguida, para que teofrezcaunpresentedelquetútealegres.Puestambiénaloscíclopeslatierragenerosalesproducevinodegruesosracimos,ylalluviadeZeuslosmadura.Peroésteesunchorrodeambrosíaynéctar”.

»Asídijo.Entoncesyoleofrecíotravezelfogosovino.Portresvecesselodi,yéllotrasegóconinsensataansia.Ycuandoprontoalcíclopeelvinoleinundólasentrañasentonceslecontestabayoconpalabrasmelifluas:

»“Cíclope, ¿me preguntas mi ilustre nombre? Pues voy a decírtelo. MinombreesNadie.Nadiemellamansiempremimadre,mipadreytodosmiscamaradas”.

»Asíledije.Yélalpuntomecontestóconánimocruel:

»“ANadieme lo zamparéyoel último,despuésde sus compañeros, y atodoslosotrosantes.Ésteserámiregalodehospitalidadparati”.

»Dijo, y tumbándose cayó boca arriba, y al momento quedóse tendido,torciendo su grueso cuello. El sueño, que todo vence, lo dominaba. De sugaznateregurgitabavinoytrozosdecarnehumana.Eructabaahítodevino.

»Entoncesyoempujéelleñobajoelmontóndeascuasparaquesepusieraal rojo.Agritosaniméamiscompañeros todos,paraqueningunoseecharaatrás espantado.Y cuandoya el leño estaba a puntode arder en el fuego, apesardeestarverde,yyarefulgíaterrible,yoentonceslosaquédelasllamas.Mis compañeros me flanqueaban. Allí me infundió la divinidad enormeaudacia.Ellosagarraronlaestacadeolivo,aguzadaensupunta,ylaclavaronen su ojo. Yo desde atrás, empinándome, la hacía girar, como cuando unotaladra lamadera de un barco con un trépano, y otros desde atrás lo hacengirarconunacorrea,tirandodeunladoydeotro,yéstepenetrasinpararmásymás;así,empujandoensuojoelpalodepuntaaguzadaledábamosvueltas,ylasangreibabañandolaestacaardiente.Todossuspárpadosarribayabajoyel entrecejo quemó el ascua al abrasarle la pupila. Y las raíces del ojo

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crepitabanbajolallama.Comocuandounherrerosumergeunhachagrandeounahozenelaguafría,yellaslanzanchillidosaltemplarse,yahíseponedemanifiestolafuerzadelhierro,asírechinabasuojoalrededordelaestacadeolivo. Horrible y monstruoso grito aulló, y retumbó alrededor la caverna.Aterradosnosotrosnosechamosatrás.Yélsearrancódelojolaestacabañadaenabundantesangre,ylalanzóalmomentolejosdesí,enloquecido.Yluegose puso a llamar a gritos a los cíclopes que allí alrededor habitaban en susgrutas,entrelasventosascumbres.

»Ellos,alescucharsusgritos,acudíandeunladoydeotro,yacercándosealrededor de la cueva preguntaban qué le torturaba: “¿Por qué con tantaangustia, Polifemo, has gritado así, enmedio de la divina noche, y nos hassacado del sueño? ¿Acaso alguno de los humanos se te lleva los rebañoscontra tu voluntad? ¿Es que alguien intenta matarte con trampa o conviolencia?”.

»YlescontestódesdesucuevaelbrutalPolifemo:

»“Amigos,Nadieintentamatarme,contrampaynoconviolencia”.

»Respondiéndoleellosledecíansuspalabrasaladas:

»“Pues sinadie te atacay tú te encuentras solo,noesposibledeningúnmodoevitarunadolenciaqueenvíaelgranZeus.Asíquesuplicaatupadre,elsoberanoPoseidón”.

»Así decían, pues, mientras se iban, y rompía a reír mi corazón, al vercómoloshabíanengañadominombreymiintachableastucia.

»El cíclope, gemebundo y sufriendo sus dolores, avanzaba tanteando,apartólarocadelaentrada,ysesentóenlapuertaextendiendosusmanosporsicapturabaaalgunoquetrataradesalirconlasovejas.¡Confiabatalvezenqueyoibaasertaninsensato!Masyodeliberabasobrecómoactuardelmejormodo por si acaso hallaba alguna forma de escapar de la muerte para miscompañerosyparamí.Cavilabatodotipodeengañosytrucos,comoquenosibalavida.Puesungrandañonosamenazaba.Ylasiguienteenmiánimomeparecióqueera ladecisiónmejor.Habíaallíunoscorderosbiennutridos,dehermosos y espesos vellones, enormes, con sus lanas de color violeta.Calladamentemepuseaentrelazarlosconlosmimbrestrenzadossobrelosquedormía el cíclope de salvajes usos, en grupos de tres. El de en mediotransportaba a un hombre, y los otros dos iban uno a cada lado, paraproteccióndemiscompañeros.Trescorderosllevabanacadauno.Yo,pormiparte,comohabíauncarneroqueeraelmayorenmuchode todoel rebaño,me agarré a éste, yme colgué estirado a lo largo del lomo bajo su vientrelanudo. Y así, sujetándome con mis manos por debajo de sus espléndidosvellonesmemantuveagarradocontesónyánimopaciente.Asíentoncesentre

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sollozosquedamosesperandoladivinaAurora.

»ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,alprontoélimpelióalospastosalosmachosovinos,mientrasquelashembrasenelredilbalabansin ordeñar, con las ubres rebosantes. Su amo, atormentado con ferocesdolores,ibapalpandoellomodetodosloscorderos,quepasabanerguidos.Elnecionoadvirtióquemishombres ibanatadosbajoelvientrede las lanosasreses.Elúltimodelrebañoenllegaralapuertafueelcarnero,agobiadoporsuslanasypormíymisagudasideas.MientraslopalpabaledecíaelbrutalPolifemo:

»“¿Queridocarnero,porquédelacuevahasvenidoelúltimodelrebaño?Nuncaantestequedasterezagadoentreloscorderos,sinoquemuyelprimeropastabas los tiernos brotes de la hierba, y con grandes brincos el primerollegabasalosmanantialesdelosríos,yelprimeroansiabasregresaralestabloalanochecer.Ahora,encambio,vieneselúltimo.¿Acasoechasdemenoselojodetudueño?Lohacegadountipomalvado,consusruinescompañeros,después de someter su mente con vino, ese Nadie que aseguro que no haescapadoaúna lamuerte. ¡Ojalápudieraspensaryestuvierasdotadodevozpara decirme dónde se oculta ése a mi furor! ¡Allí, dentro de la cueva, lomachacaría y su cerebro se derramaría por acá y por allá en el suelo, ymicorazónsealiviaríadelaspenasquemeprodujoelmiserableNadie!”.

»Hablandoasíempujabaalcarnerohaciaafueraenlapuerta.

»Cuandonosalejamosuntrechodelaentradaydelredil,medescolguéelprimerodelcarneroyfuiadesataramiscamaradas.Enseguidacondujimosalos animales de patas ligeras, lustrosos, con algunos gritos, hasta alcanzarnuestranave.¡Conquéalegríanosrecibieronnuestrosqueridoscompañerosalosquehabíamosescapadodelamuerte,aunquellorandoporlosotros!Masyonolosdejabayvetabacongestosdemientrecejoelllantodeunosyotros.Ordenéquesubieranalnavíoatodaprisaalosmuchosanimalesdehermosaslanas,paralanzarnosdenuevoanavegarelmarsalino.Losdemásembarcaronprontoysecolocaronjuntoasusescálamos.Ysentadosenhileragolpeabanconsusremoselmarespumoso.

»Asíque,cuandoyaestabatanlejoscomoelalcancedeungrito,entoncesmedirigíyoalcíclopeconpalabrasmordaces:

»“¡Cíclope,noibas,no,acomertealoscompañerosdeuncualquiera,entucóncava gruta, con tu brutal violencia! Bien iban a alcanzarte tus perversasacciones,¡maldito!,queosastecomerteatushuéspedesentumorada.¡PoresotehancastigadoZeusylosotrosdioses!”.

»Así ledije, al instanteél seenfurecióaúnmásensuánimo.Desgajó lapunta de un granmonte y la lanzó; y fue a dar delante de nuestra nave de

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azulada proa.Y se alborotó elmar al hundirse la roca. El oleaje, al refluir,arrastraba hacia tierra el navío, y una gran ola desde elmar lo precipitó degolpehacialacosta.Peroyo, tomandoenmismanosunapértigamuylarga,detuve el choque. Y ordené a mis camaradas con gestos que con tesón seaplicaran a los remos para escapar del desastre. Ellos remaban con todoesfuerzo.

»De modo que cuando ya surcábamos el agua y estábamos a dobledistancia,denuevoyovolvía increparalcíclope.Aunoyotrocostadomiscompañerosintentabanretenermeconsuspalabras:

»“¿Alocado,porquéquieres irritaraese salvaje?Ésehaceunmomento,cuando lanzó su roca al mar, arrastró nuestro barco otra vez a tierra y yapensábamosmoriraquí.Siteoyeraquelehablasolegritas,podríadestrozarnuestrascabezasylastablasdelnavío,atizándonosconotrogordopedrusco.Quealcanzabienlejos”.

»Asídecían.Peronoconvencieronamimagnánimocoraje.Sinoque,denuevo,tomélapalabraconánimorencoroso:

»“¡Cíclope!Sialgunodelosmortaleshumanostepreguntaporlaceguerainfame de tu ojo, contéstale que te dejó ciego Odiseo, conquistador deciudades,elhijodeLaertes,quetienesucasaenÍtaca”.

»Asíledije.Élprorrumpióengemidosycontestóconestaspalabras:

»“¡Aydemí,cómoyamehaalcanzadolaantiguaprofecía!Existióaquíunciertoadivino,valienteynotable,TélemoEurímida,quefueafamadoporsusaberprofético,yejerciendosuarteadivinatoriaenvejecióentreloscíclopes,quien me dijo todo cuanto iba luego a realizarse: que perdería mi vista amanos de Odiseo. Pero siempre me había figurado que iba a llegar acá unmortal grande y valeroso, dotado de gran fortaleza. Y ahora un individuopequeño, miserable y sin fuerzas, me dejó ciego, sin mi ojo, después dedominarme con vino. No obstante acércate, Odiseo, para que te dé mispresentes de hospitalidad, y ruegue al famoso Sacudidor de la tierra que tedeparebuenviaje.Porquesoysuhijo,yélproclamasermipadre.Eldios,siquiere,mecurará,élenpersona,yningúnotrodelosdiosesfelicesnideloshombresmortales”.

»Asíhabló,yyo,respondiéndole,lerepliqué:

»“¡OjaláquepudieradejarteprivadodeánimoyvidayenviartealfondodelHades!LoqueestuojonotelovaacurarnielSacudidordelatierra”.

»Asíledije,yélsepusoaoraralsoberanoPoseidón:

»“¡Escúchame,Poseidóndecabelleraazul, túqueabrazas la tierra!Sideverdadsoyhijotuyoyproclamassermipadre,concédemequenollegueasu

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casaOdiseo,destructordeciudades,elhijodeLaertes,quetienesuhogarenÍtaca.Perosiessudestinoveralossuyosyregresarasuhogarbienfundadoya su tierra patria, que llegue tarde y mal, después de perder a todos suscamaradas,abordodeunanaveajenayensumoradaencuentredesdichas”.

»Así dijo en su plegaria, y le oyó el dios de cabellera azul. Y luego éllevantóotravezunarocaylaarrojódandovueltas,conunimpulsotremendo.Fueadaralgodetrásde lanavedeproaazul,apocadistancia,ypocofaltóparaquediera sobreel timóndelnavío.Seencrespóelmara lacaídade lapiedra,yeloleajezarandeónuestranaveylaimpulsócontralacosta.

»Cuando llegamos a la isla donde esperaban juntos los otros barcos debuenos remos, y a su alrededor, tumbados y gemebundos nuestroscompañeros,siempreaguardándonos,allíalpuntovaramosnuestrobarcoenlaarena y desembarcamos nosotros en la orilla marina. Sacamos el rebañoprocedente de la cueva del cíclope y lo repartimos, de modo que nadiecarecieradeunaequitativatajada.Yamímedieronelcarneroloscompañerosdebuenasgrebas,alhacerel reparto,comounpremiodeexcepción.Enesaorilla lo sacrifiqué,quemando susmuslos enhonordeZeusCrónida, elqueamontona las nubes. Mas él no aceptó el sacrificio, sino que ya andabaplaneando cómo perecerían todas nuestras naves de hermosos remos y misfielescompañeros.

»Así que durante todo el día hasta la puesta del sol permanecimos allísaciándonos de carnes en abundancia y dulce vino. Y en cuanto el sol sehundióyseextendiólaoscuridad,nosechamosadormirenlaorilladelmar.

»ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,alpuntoaniméamiscompañerosylesexhortéasubirabordoydesligarlasamarrasdepopa.Ellosalpuntoembarcaronysecolocaronjuntoasusescálamos,ysentadosenfilabatíanconsusremoselmarespumoso.Desdeallíseguimosnavegandoconelcorazón angustiado, habiéndonos escapado de la muerte, después de haberperdidoaqueridoscamaradas.

CANTOX

»Llegamosa la islaEolia,dondehabitabaEoloHipótada,parientede losdiosesinmortales,ensuislaflotante.Entodosuentornolarodeaunamurallainquebrantable y lisas se alzan sus paredes rocosas. En lamansión del diosviven susdocehijos: seishijasy seishijos enplena juventud.Yélhadadocomo esposas a sus hijos sus hijas. Todos ellos comen siempre junto a supadre y su señora madre. Y tienen a mano infinitos manjares. La mansión

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hueleagrasade lossacrificiosyenelpatiohayunconstante rumor todoeldía.Porlasnochesalladodesusfielesesposasduermentodosensuslechosdefinataraceaentresuscobertores.

»Asíquellegamosalaciudadyalasbellasmansiones.YEolomeagasajóallí todo unmes yme preguntó punto por punto por Ilión, las naves de losargivosylavueltadelosaqueos,yyoselofuicontandotodoenbuenorden.Demodo que, cuando yo, a mi vez, le pedí marcharme y le solicité algúnviático,élnoloescatimó,sinoquemeofreciósuayuda.Mediounodredelapieldeunbueydenueveaños,yenélguardóbienatadoslosrumbosdelosvientos ululantes. Porque a él el Crónida lo había hecho guardián de losvientosparaqueloscalmaraosoltaraasugusto.Dentrodemicóncavanaveloanudódenuevo,conunbrillantelazodeplata,afindequenoseescaparani elmás ligero soplo.Y en nuestro favor permitió que soplara la brisa delCéfiroparaquenosllevarabienalasnavesyanosotros.

»Pero esto no se iba a cumplir. Pues nos perdimos por nuestra propiainsensatez.Nuevedíasnavegamosconbuen rumbo,denocheydedía, y aldécimo se vislumbraba ya la tierra patria. Veíamos incluso a quienesencendían hogueras allí cerca, cuando a mí, agotado por el cansancio, measaltó el dulce sueño. Es que sin descanso había manejado el timón de mibarco, sin turnarme con ningún compañero para llegar lo antes posible a latierrapatria.

»Loscompañeroscomenzaronacharlarentresíconestaspalabras:“Hayquevercómohonranyestimanaéstetodaslasgentesacuyaciudadypaísseacerca. Muchos objetos preciosos se trae de Troya, sacados del botín. Encambionosotros,queemprendimos lamismaaventura,volvemosacasaconlasmanos vacías.Ahora le ha obsequiadoEolo con esto, como presente deamistad.Conque,va,veamosdequésetrataycuántooroyplataseescondeenesteodre”.

»Asídijeronyseimpusolamalignadeliberacióndeaquéllos.Desataronelsacoyseaventarontodoslosvientos.Alinstanteloszarandeólatempestadylosarrastróllorandohaciaaltamar,lejosdelatierrapatria.Entretanto,yo,aldespertarme,dudéenmiánimointachablesidejarmemorirarrojándomedelanavealmar,osoportarloensilencioyseguircompartiendoconelloslavida.Lo sufrí yme quedé.Arrebujado enmimantomemantuve tumbado enminave.LosbarcosibanarrastradosporlasrachastremendasdelhuracánhacialaislaEoliadenuevo,ymiscompañerossollozaban.

»Allísaltamosatierraehicimosaguada,yprontoprepararonlacenamiscompañerosjuntoalasrápidasnaves.Ydespuésdequenoshubimossaciadode comida y bebida, entonces yo de nuevo, tomando conmigo un heraldo yotrocompañero,meencaminéalailustremansióndeEolo.Yloencontréenel

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banquetejuntoasuesposaysushijos.Alllegaralacasaantelasjambasdelportónnossentamos.Ellosseasombrarondevernosypreguntaron:

»“¿Cómo has vuelto, Odiseo? ¿Qué maligno dios te ha acosado? Puesatentamente te despedimos a fin de que alcanzaras tu patria y tu hogar, yllegarasadondetefueragrato”.

»Asídijeron,yentoncesyotomélapalabraconcorazóndolido:

»“Mearruinaronmistorpescompañerosyconelloselsueñofunesto.Masauxiliadme,amigos,quetenéispoderalrespecto”.

»Así les hablé tratando de atraérmelos con palabras amables. Ellos sequedaronatónitos,yelpadrerespondióamisúplica:

»“¡Márchatedela islaa todaprisa, tú,elmásabominabledelosaqueos!Porquenotengopornormahospedarnivelarporelviajedeunhombrequeresultaodiosoalosdiosesfelices.¡Vete,queaquívuelvesmarcadoporelodiode los inmortales!”.Aldecirestomeexpulsabadesucasa;ymealejéentresollozos.

»Desdeallíproseguimosnavegandoconelcorazónacongojado.Elánimode los hombres se quebrantaba en la penosa tarea de remar, por culpa denuestranecedad,ynohabíasocorrodelviento.

»Duranteseisjornadasasínavegamosnocheydía.Alséptimoarribamosala escarpada ciudadeladeLaníos, aTelépilodeLestrigonia, donde el pastorquevuelvellamaalquesale,yésteresponde,almarchar,asusgritos.Allíunhombresinsueñopodríasacarundoblesalario,unoporguardarvacasyotroporpastorearplateadasovejas.Porqueallícasicoincidenlasrutasdelanochey del día. Cuando allí llegamos a su célebre puerto, que unmuro de rocasescarpadas protege alrededor por todas partes, mientras que las riberas seenfrentan paralelas y avanzan hacia la embocadura dejando una angostaentrada,allídentroatracaronlasnavesdecurvoscostados.Enel interiordelredondopuertoquedaronvaradas,muyjuntas.Enélnuncaseencrespabanlasolas,nigrandesnipequeñas;reinabaunaclarabonanza.

»Subíymesituésobreunaencumbradaatalaya.Desdeloaltonoseveíanfaenas de bueyes ni de humanos, sino que sólo divisamos el humo queascendía de la tierra. Entonces yo envié por delante a unos compañeros aindagarquéhombreseranlosquecomíanelpandeaquellatierra.Elegíadosyloshiceacompañardeunheraldo.Pusieronpieatierraymarcharonporuncamino llano, por el que los carros traían a la ciudad la leña de los altosmontes. Y encontraron delante de la ciudad a unamuchacha que iba a poragua, la noble hija del lestrigonio Antífates, que había bajado a la fuenteArtacia,debellasaguas.Deallásolíantransportarelaguaalaciudad.

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»Ellosse leacercaron, ledirigieronlapalabray lepreguntaronquiéneraallíreyyaquiénesmandaba.Ellaenseguidalesindicólacasadealtostechosde su padre, y cuando ellos entraron en la ilustre mansión hallaron a unamujer, alta como la cima de una montaña, y se espantaron. Aquélla, alinstante,comenzóallamar,delaplaza,alilustreAntífates,suesposo,quelesfue a dar una cruelmuerte.Pronto agarró a unodemis compañerosy se loengullócomoalmuerzo.Losotrosdossedieronalafugayllegaronanuestrobarco. Mientras, aquél daba voces por la ciudad, y los otros lo oyeron yempezaron a agruparse, los fornidos lestrígones, uno de acá, otro de allá,innumerables,ynoparecidosahombres,sinoagigantes.Noslanzabandesdelasrocaspiedrasdeenormepeso,yalpuntocomenzóaresonarenlasnavesun terrible estrépito de hombres que morían y de barcos destrozados. Y aalgunos los cogían y ensartaban como a peces y se los llevaban para surepugnante comida. Mientras nos masacraban dentro del hondo puerto, yosaquélaespadaagudademicostadoyconellacortélasamarrasdeminavíodeproaazulada.Atodaprisaadvertíamiscompañerosylesordenéaprestarsea los remos para huir de la matanza. Todos a la vez se pusieron a remar,temerososdelamuerte.Porfortunaescapóhaciaelmarmásalládelaludderocasminave.Todaslasdemásenmontónfueronallítrituradas.

»Desdeallíproseguimosnavegandoconelcorazónacongojado,habiendoescapadodelamuerte,trashaberperdidoaqueridoscamaradas.Llegamosalaisla deEea, donde habitabaCirce de trenzados cabellos, la terrible diosa devozhumana,lafamosahermanadeldespiadadoEetes.AmboshabíannacidodeHelios,quealumbraalosmortales,ytuvieronpormadreaPerse,hijadeldios Océano. Allí costeamos la ribera con la nave hasta dar con un puertoseguro.Yalgúndiosnosguiaba.Luegodesembarcamosynosquedamosdosdíasydosnoches,royendonuestroánimoconfatigasypenas.Perocuandoyael tercer día trajo laAurora de hermosas trenzas, entonces yo, tomandomilanzaymiafiladaespada,salíprestodelanaveyescaléunlugardeampliasvistasporsiacasodivisabarastrosdesereshumanosyoíasuvoz.Medetuvedespuésdesubira loaltoenunadespejadaatalayayavistéunhumoqueseelevaba de la anchurosa tierra, desde la morada de Circe, entre espesosencinaresyfrondasboscosas.

»Alprontoreflexionéenmimenteymiánimosiirainformarmehastaallídondehabíaavistadoelhumorojizo.Pero,pensándolobien,meparecióqueeramejorlosiguiente:primeroregresaríaamiveloznaveyalaorilladelmarpara dar de comer a mis compañeros y enviar de allí algunos para laexploración. Conque ya andaba cerca del navío de curvos costados cuandoalgún dios se compadeció de mí, que iba solo, y envió por aquel mismocaminoaunciervodealtacornamenta.Bajabaéstedelpradoboscosoabeberenelrío.Leagobiabalafuerzadelsol.Cuandosalía,lealanceéenmediodellomo,enplenoespinazo.Lotraspasédeladoaladoconmilanzadebronce,y

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cayósobreelpolvodandomugidos,yperdiólavida.Apoyandoelpiesobreélextrajemilanzabroncíneadelaherida,yladejétumbadaenelsuelo.Luegoarranquéunosjuncosyramasy,trenzandounacuerdadeunabrazadelargo,anudé laspatasde arribayde abajode la enormebestia, y, echándomela alcuello,mepuseaandarhaciaelnegronavío, sirviéndomede la lanzacomobastón, pues no podía arrastrarla colgando desde un hombro con una solamano.¡Tangrandeeraelbicho!Lodescarguédelantedelanaveydespertéamiscompañerosconpalabrasanimosas,saludándolesunoporuno:

»“¡Eh,amigos, todavíanovamosahundirnos,aunqueestemosapenados,enlosdominiosdeHades,mientrasnonosllegueeldíafatal!¡Asíque,venga,mientrashayaenlaraudanavecomidaybebida,procuremoscomerynonosdejemosdesfallecerdehambre!”.

»Asídije,yellosatendieronenseguidaamispalabras.Salierondedebajodesusmantasenlaorilladelmarincesanteyadmiraronelciervo.Era,desdeluego,unapieza imponente.Ydespuésdehabersedeleitadocontemplándoloconsusojos, se lavaron lasmanosyprepararonelespléndidobanquete.Asíentoncesnosquedamostodoeldíaallíhastalapuestadelsol,saboreandolascarnes sin tasa y el dulce vino. Cuando el sol se sumergió y sobrevino laoscuridad,entoncesnosechamosadormirenlaorilladelmar.

»Apenas brilló matutina la Aurora de dedos rosados, al momento yoconvoquéenasambleaatodosylesarengué:

»“¡Escuchad mis palabras, compañeros, aun después de sufrir tantosmales!

»Amigos, no sabemos por dónde queda el alba y dónde el ocaso, ni pordóndeelsolqueatodosalumbraseirábajotierranipordóndeaparecerá.Asíquemeditemosa todaprisaaversiaúnnosquedaalgúnrecurso.Piensoyoque talvezninguno.Peroal subiraunadespejadaatalayaheoteado la isla,que está rodeadade unmar infinito. Se extiendemuyplana, y en su centropercibíconmisojosunhumoqueselevantasobreunosdensosencinaresyunbosque”.

»Asíhabléyaellosselesestremecióelcorazón,recordandolosasaltosdellestrigonio Antífates y la brutalidad del soberbio cíclope devorador dehombres. Lloraban a gritos, vertiendo copiosas lágrimas. Pero ningúnresultadoobteníandetantossollozos.

»Entoncesyodistribuíendosgruposatodosmiscompañerosdehermosasgrebasydesignéunjefeparalosunosyparalosotros.Deunosmequedéyoalfrente,yde losdemásEurílocodedivinoaspecto.Echamosenseguida lassuertes,agitándolasenuncascodebronce,ysalióladelmagnánimoEuríloco.Y se puso en camino, y con él veintidós compañeros, llorosos.Nos dejaron

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atrásanosotrossollozandotambién.

»En el fondodel valle hallaron lamoradadeCirce con sus piedras bienpulidas, en un terreno bien resguardado. A su alrededor había lobosmontaracesyleones,alosquehabíaencantado,puesleshabíadadomaléficosbebedizos.Peroellosnoselanzaroncontramishombres,sinoquesequedarontranquilosmoviendoconhalagosuslargascolas.Comolasmeneanlosperrosalavueltadesudueñodeunbanquete,yaquesiemprelestraegolosinasasugusto.Asíentornoaellosloslobosdefuertesgarrasylosleonesagitabansuscolas. Ellos se espantaron al ver las terribles fieras. Se detuvieron ante laspuertasdeladiosadehermosastrenzas,ysepusieronaescucharaCirceque,en el interior, cantaba con hermosa voz, al tiempo que tejía una gran tela,divina,comosonlaslaboresdelosdioses,sutiles,llenasdegraciayesplendor.YentreellostomólapalabraPolites,capitándeguerreros,queeraparamíelmásapreciadoyelmásfieldemiscamaradas:

»“¡Amigos, en el interior hay alguienque teje unagran tela y canta conprimor, y toda la casa deja resonando, acaso una diosa o una mujer! Bien,llamemosenseguida”.

»Asídijo,yellossepusieronallamarlaavoces.Saliómuyprontoyabriólas refulgentes puertas y les invitó a entrar. Ellos la siguieron coninconsciencia.PeroEurílocoquedóse.Temía,pues,quefueraunatrampa.Loshizopasarysentarseensillasysillones,yentoncesempezóaprepararlesunamezcladequeso,cebadaydoradamiel,convinodePramnos.Peromezclabacon la comida filtros maléficos, para que olvidaran por completo su tierrapatria.Encuantoselaofrecióylaapuraron,alpuntolosgolpeóconsuvaritaylosencerróenlaspocilgas.Decerdosteníanyalascabezas,lavoz,lospelosyelcuerpo,aunquesumentepermanecíatalcomoantes.Asíentresollozossequedaronencerrados.YCircelesechódecomerbellotas,hayucosyfrutosdelcornejo,loqueacostumbranacomerloscerdosqueserevuelcanporelsuelo.

»Eurílocollegóvelozmenteanuestraraudanavenegra,paracontarnoslasnuevassobresuscamaradasysuamargodestino.Nopodíadecirnospalabraalguna, de ansioso que estaba, agobiado en su corazón por la enorme pena.Los ojos se le llenaban de lágrimas, y su ánimo se deshacía en gemidos.Ycuando ya todos estábamos cansados de preguntarle, entonces empezó acontarnoslaruinadetodossuscompañeros:

»“Nosmetimos,comonosmandaste,ilustreOdiseo,atravésdelaespesurayhallamos enmedio del valle una hermosamansión construida conpulidaspiedras,enunespaciobienabrigado.Allíalguientrabajabaenunampliotelarycantabaconclaravoz,diosaomujer.Elloslallamaronagritosyellasalióyalpuntoabrió las refulgentespuertasynos invitóapasar.Todosa lavez lasiguieron con inconsciencia. Pero yome quedé, sospechando que fuera una

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trampa.Todosellosjuntosfuerondestruidos,ningunodeellosescapó.Durantelargotiempoestuveenesperaobservando”.

»Asídijoyyomecolguédemishombrosmiespadadeclavosdeplata,grandeydebronce,ymeceñíelarco;yleordenéque,sintardar,meguiarapor el camino.Mas él se me abrazó a las rodillas con ambas manos y mesuplicaba:

»“Nomellevesallí,contramivoluntad,vástagodeZeus,sinoquedéjamequedarme. Porque sé que no vas a regresar tú ni traerás a ningún otrocompañero.Escapemos ahora, a todaprisa, con losde aquí.Aúnpodríamosevitareldíafatal”.

»Asímehabló.Peroyo,contestándole,dije:

»“Euríloco,sea.Quédatetúaquí,enestelugar,comiendoybebiendojuntoanuestracóncavanavenegra.Peroyovoyair.Meempujaunfirmedeber”.

»Diciendoestomealejédelanaveydelmar.Perocuando,atravesandolosvalles sagrados, iba ya a llegar a la gran morada de la hechicera Circe,entoncesmesalióalpaso,mientrasavanzabayohacialacasa,Hermes,eldelavaritadeoro,semejanteaunjovenmuchachoalqueledespuntaelbozo,enlaedadmásatractivadeunhombre.Ymetomódelamano,mesaludóymedijo:

»“¿Cómo, otra vez, desdichado, avanzas solo por estos parajes, siendodesconocedorde tumeta?TuscamaradasestánencerradoseneldominiodeCirce, como cerdos en sus atiborradas cochineras. ¿Es que vas allá aliberarlos?Teadviertoquenovolverástampocotúytequedarásallíconlosdemás.Pero,bueno, te librarédeldañoy te salvaré.Toma, conestepotentefiltrollégateacasadeCirce,queestoapartarádetucabezaeldíafatal.VoyacontartetodoslosmanejosmaléficosdeCirce.Tevaaprepararunbebedizo,añadiendo sus drogas a la comida, pero ni aun así conseguirá hechizarte.Porquelovaaimpedirelremediomágicoquetevoyadar,yteexplicaréelresto.CuandoCirceteapunteconsuvaritalarguísima,entoncestúdesenvainatu aguda espada de tu costado y atácala como si desearas matarla, y ella,amedrentada, te invitará a acostarte a su lado. Entonces no rechaces ya ellechodeladiosa,afindequelibereatuscompañerosytedejeregresar.Peropídelequetejure,conelgranjuramentodelosdioses,quenotramarácontratu persona ningún otromaleficio, no vaya a ser que, una vez desarmado, tedejetaradoeimpotente”.

»DespuésdehablarasíelArgifontemeofreciósuremedio,trasarrancarlodelsuelo,ymeenseñósuaspecto.Enlaraízeranegro,perosuflorerablancacomo la leche. “Moly” lo llaman los dioses. Es difícil de extraer, almenosparalosmortales;losdioseslopuedentodo.Hermesmarchóseluegohaciael

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Olimpoa travésde la frondosa isla, yyomeencaminéhacia lamansióndeCirce. Por el senderome brincaba el corazón en el pecho.Me detuve en elportal de la diosa de bellas trenzas.Allíme paré y la llamé a voces, y ellaescuchómisgritos.

»Almomentosalió,abriólasrefulgentespuertasymeinvitóaentrar.Yolaseguíconcorazónapesadumbrado.Meintrodujoymeinvitóasentarmeenunsillón tachonado de clavos de plata, hermoso y bien labrado. Y puso unescabelbajomispies.Meofrecióunbebedizoenunacopadeoro,paraquelotomara.Lehabíaechadosudroga,tramandomismalesensuánimo.Perotrashabérmelodadoyapuradoyo,nologróhechizarme,pormásquemeatizabagolpesconsuvarita,medecíaymeordenaba:

»“¡Veteahoraalapocilgaytúmbatejuntoatuscompañeros!”.AsíhablabaCircecuandoyo,desenvainandolaagudaespadademicostado,meabalancésobreellacomosiquisieramatarla.Dioungranchillido,corrióymeagarrólas rodillas,y, suplicándome,decíaestasaladaspalabras:“¿Quiéneres túdeloshumanos?¿Dóndeestántuciudadytuspadres?Mepasmaelasombroalver que, después de beber esta pócima, no quedes hechizado. Porque hastaahora ningún otro hombre ha resistido estos bebedizos, apenas los huboprobado y en cuanto cruzaron la cerca de sus dientes. Pero tu ánimo semantieneinalteradoentupecho.AcasoerestúOdiseo,eldemúltiplestretas,el queme profetizó una y otra vez elArgifonte, el de la varita de oro, quellegaríaalvolverdeTroyaenunaraudanavenegra.Pero,ea,guardatuespadaenlavaina,yvayamosenseguidaambosanuestrolecho,paraquejuntándonosenlacamayenelamorpodamosconfiarmutuamente”.

»Asímehabló,yyo,amivez,contestándoledije:

»“¡Ah,Circe!¿Cómomepidesqueseaamablecontigo,túqueentucasahasconvertidoencerdosamiscompañeros,yamí,reteniéndomeytramandotrampas,me invitas a ir a tu dormitorio y compartir tu lecho, para una vezdesarmado,dejarmetaradoeimpotente?Noquisierayometermeentucamaanoserqueestésdispuestaajurarme,diosa,congranjuramento,quenovasaintentarningúnotromaleficiocontramí”.

»Asídije,yellaalpunto juróyconcluyósupromesa;yentoncesyomemetíenelmuyhermosolechodeCirce.

»Por lassalasdesupalacioseafanabanmientras tanto lascuatrosiervasqueenlacasacumplíanlastareasdomésticas.Habíannacidodelasfuentesylosbosques,ydelosríossagradosqueafluyenalmar.Unadeellastapabalosasientos con hermosos tejidos de púrpura por arriba y telas dobladas pordebajo. Otra ante los asientos colocaba unas mesas de plata y sobre ellasdepositabaunasbandejasdeoro.Laterceramezclabaenunacántaraargénteaunvinodelicadísimo,ylodistribuíaenáureascopas.

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»Lacuartaempezóatraeraguayencendíaunfuegointensobajounagrantrébede. El agua se iba caldeando, y cuando ya empezaba a hervir en elbrillanterecipientedebronce,mehizosentarmeenlabañeraymelaechabadesde el amplio caldero, templándola a mi gusto, sobre mi cabeza y mishombros,hastaquedesaparecióelcansanciodemicuerpo.Ydespuésdequemehubolavadoyungidoconsuaveóleo,mevistióconunahermosatúnicayunmanto,ymeinvitóasentarmeenunsillóntachonadodeclavosdeplata,hermosoybientallado.Bajomispiescolocóunescabel.Otrasirvientaacudióconun aguamanil hermosode oro, y derramó el agua sobre unabandeja deplataparaquemelavaralasmanos.Alladodispusounapulimentadamesa.Lavenerabledespenseraacudió trayendoelpan,yañadiendomuchosmanjares,espléndidaensusofertas.Ymeinvitabaaprobarlos.Peronomeapetecíaenmiánimo.Mequedémeditabundo;miánimorecelabadesgracias.

»CuandoCircemeviosentadoysinecharmismanosalacomida,yquemedominabaunamargopesar,sepusoamiladoymedijopalabrasaladas:

»“¿Porquéasí,Odiseo,estás sentadocomounmudo, royendo tuánimo,sin tocar la comidani la bebida? ¿Esque temes todavía alguna trampa?Nodebestemerla,enabsoluto.Puesyoyateloaseguréconunfirmejuramento”.

»Asímehabló,yyo,contestándola,dije:

»“Ah,Circe, ¿quéhombre, siendocabal, soportaría saciarsedecomidaybebida,antesdeliberarasuscompañerosyverloslibresasulado?Conque,sidecorazónmeinvitasacomeryabeber,libéralosparaqueveaantemisojosamisfielescompañeros”.

»Así le dije, yCirce cruzó a grandes pasos la sala, con la varita en susmanos,yabriólaspuertasdelapocilgaysacóalosmíos,semejantesacerdosde nueve años. Allí enfrente se alinearon quietos y Circe fue pasando anteellos y los iba untando uno tras otro con un ungüento. De sus cuerposempezaron a desprenderse los pelos, que les había hecho crecer el filtromaléficoque lesdiera lavenerableCirce.Yresurgíanenformadehombres,más jóvenesde lo que eran antes ymuchomáshermososydemás robustoaspecto. Ellos me reconocieron y, uno por uno, me abrazaron, y todosrompieronenunansiosollanto,yentornoresonabalacasaconuntremendoeco.Ladiosamismasecompadecíadeellos.

»Ysecolocóamiladoymedecíaladivinaentrelasdiosas:

»“Divino hijo de Laertes, Odiseo de muchas mañas, dirígete ahora a turápidanaveyalaorilladelmar.Yenseguidasacadelbarcoatierrafirmeyponed en recaudo vuestros bagajes y luego vuelve y trae acá a tus lealescompañeros”.

»Asímehabló,yquedó,desdeluego,persuadidomiánimovaleroso,yme

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puseenmarchahacialaraudanaveylaorilladelmar.Encontréamislealescompañerosenelrápidonavíoquejumbrososyangustiados,quederramabancopiosas lágrimas.Comocuando los terneros en el establo, alrededor de lasvacasdelamajadaquevuelvenalredil,despuésdehabersesaciadodepasto,todosalavezacudencorriendoysaltandoalencuentro,ynolosretienenlasvallasdelcercado,sinoqueseprecipitanentropelmugiendoentornodesusmadres, así ellos hacia mí, al verme ante sus ojos, acudieron en montónllorando.Suánimolesincitabaasentirqueeracomosiyallegaranasuciudady su patria en la pedregosa Ítaca, donde nacieron y se criaron. Y, entresollozos,medirigíansusaladaspalabras:

»“De tu vuelta, divino señor, nos alegramos tanto como si hubiéramosllegado a Ítaca, nuestra tierra patria. ¡Pero dinos ahora de la pérdida denuestrosotroscompañeros!”.

»Asídecían,yyolescontestéconpalabrascariñosas:

»“Primerosaquemoslanaveatierrafirmeyguardemosnuestrosbagajesyarmasenlascuevas.Yvosotrosaprestaos todosaseguirmeparaqueveáisavuestros compañeros en la sagradamorada de Circe cómo beben y comen.Puestienenparalargotiempo”».

»Así les hablé y ellos se pusieron a obedecer al puntomis palabras. SinembargoEuríloco, solo frenteamí, reteníaa losdemáscompañeros todosyhablándoleslesdecíaestaspalabrasaladas:

»“Ah, infelices, ¿adónde vamos a ir? ¿Por qué deseáis más desgracias?¿PenetrarenlacasadeCirce,queatodossindudavaaconvertirosenjabalíes,lobos o leones, que tendremos que guardar su vasta morada a la fuerza?¡Cómonostratóelcíclope,cuandoensuantroentraronnuestroscompañerosy los guiaba el temerario Odiseo! ¡Pues por las locuras de éste perecieronaquéllos!”.

»Así dijo. Por un momento tuve la intención en mi mente de sacar laespada afiladademi costadoy cortarle la cabeza y hacerla rodar por tierra,aunqueme fueraunamigomuy íntimo.Pero los camaradasmecontuvieronconpalabrasafectuosasporunayotraparte:

»“Divinoamigo,dejémosle,sitúquieres,quesequedeaquíjuntoalanaveyquevigileelbarco.AnosotrosguíanosalasagradamoradadeCirce”.

»Trasdehablar asínosdistanciamosde lanaveydelmar.Yni siquieraEurílocosequedóatrásalladodelacóncavanave,sinoquenosseguía.Puestemíamiseveraamenaza.

»Entre tantoa losdemáscompañerosatentamenteCirce loshizobañaryungir con aceite perfumado, y los vistió con túnicas ymantos lanosos. Los

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encontramosatodosdisfrutandodeunbuenbanqueteensupalacio.Encuantosevieronunosyotrosysereconocieronenelreencuentro,seecharonallorarsollozantes,yentodalamansiónresonabanlosecos.Ycolocándoseamiladomedijoladivinaentrelasdiosas:

»“DivinohijodeLaertes,muymañosoOdiseo,queceseyaelfuertellanto.Tambiényosécuántosdoloressufristeisenlamarricaenpeces,ycuántoosatormentaron en tierra gentes brutales. Pero, vamos, comed la comida ytrasegadelvino,hastarecobrardenuevoelánimoenvuestropecho,queseacomocuandoalcomienzodejasteisvuestratierrapatriaenlapedregosaÍtaca.Ahoraestáisdesfallecidosyexánimes,coneltensorecuerdodevuestrapenosaerranza.Notenéiselánimopropensoalgozo,porque,enefecto,habéissufridomuchosmales”.

»Asídijo,yotravezquedópersuadidonuestroánimo.Nosquedamosallídíasydíashastacumplidounañogozandoenelbanquetedecarnessintasaydulce vino. Pero cuando ya pasaba el año y se repetían las estaciones, ytranscurrieron losmeses y los días largos reaparecieron, entoncesmis fielescompañerosmellamaronaparteymedijeron:

»“¡Ah,descuidado,yaestiempodeacordarnosdelatierrapatria,siestudestinovolversanoysalvoatuhogararraigadoyalatierrapaterna!”.

»Asídijeron,ydejóseconvencermiesforzadoánimo.

»Demodoque,entonces,todoeldíahastalapuestadelsolnosquedamosgozandoenelbanquetedecarnessintasaydulcevino.Perocuandoelsolsehundió y sobrevino la oscuridad, ellos se fueron a acostar en las salassombrías, y yo, metiéndome en el precioso lecho de Circe, de rodillas lesupliqué,yladiosaescuchabamilamento:

»“Circe, cúmpleme la promesa que me diste antaño, de enviarme a mihogar.Miánimomeloestáexigiendo,ytambiéneldemiscompañeros,quemedesgarranelcorazónviniendollorososantemí,cuandotúestásaparte”.

»Asíledije,yalmomentomerespondíaladivinaentrelasdiosas:

»“DivinohijodeLaertes,muymañosoOdiseo,noosquedéisyapormástiempo, contra vuestro deseo, en mi casa. Pero antes es preciso queemprendáis otro viaje, y lleguéis a la mansión de Hades y la augustaPerséfone,afindeconsultarelalmadeltebanoTiresias,elprofetaciego,cuyainteligenciaperduraconstante.EselúnicoaquienPerséfone,unavezmuerto,lehamantenidounamentesagaz.Losdemásvaganporallícomosombras”.

»Asímehabló,yentoncessemeestremecióelcorazón.Mepuseallorartendidoenlacamaymiánimosenegabaaviviryavermáslaluzdelsol.

»Despuésdequemecansédellorarydarvueltas,larepliqué,contestando

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asuspalabras:

»“¡Ah,Circe!¿Quiénnosguiaráeneseviaje?HastaelHadesnuncallegónadieenunanegranave”.

»Asídije,yalpuntomecontestóladivinaentrelasdiosas:

»“Divino hijo de Laertes, muy mañoso Odiseo, que no te preocupe elanhelo de un guía a bordo del barco.Alzad elmástil y desplegad las velasblancas y aguardad.El soplo delBóreas impulsará tu nave. Pero cuando enellahayascruzadoelocéanohastaunabajariberaylosbosquessagradosdePerséfone,altoschoposysaucesde frutosmuertos,atracaallí lanave,enellímite del océano de hondos remolinos, y dirígete tú a la casa de Hadescercadaderíos.PorallíhaciaelAquerontefluyenelPiriflegetonteyelCocito,queesunbrazodelaguadelaEstigia,yhayunpeñónenlaconfluenciadelosdos estrepitosos ríos. Después de pasar frente a éstos, héroe, como te loaconsejo,excavaunagujerodeuncododeanchoydelargo,yderramaenélunalibaciónenhonordetodoslosmuertos.Primeroconunamezcladelecheymiel, luego de dulce vino, y en tercer lugar de agua. Por encima esparceblancaharinadecebada.Prometeconfervorosasúplicaa las inanescabezasdelosmuertosquealllegaraÍtacavasasacrificarlamejorvacaestérildetusdominios palaciegos y colmar con espléndidos dones una pira, y, aparte,sacrificarenhonordeTiresias,deélsolo,unaovejatodanegraquedestaqueentusrebaños.Y,unavezquecontusplegariashayasinvocadoalasilustrestribus de los muertos, entonces sacrifica un carnero y una oveja negra,dirigiendo las víctimas hacia el Erebo, mientras tú desvías tu miradadirigiéndolaa lasfuentesde losríos.Entoncesacudiránnumerosasalmasdemuertosdifuntos.Alpuntoadvierteyordenaatuscompañerosquedesuelleny quemen las víctimas, ya degolladas por el cruel bronce, y que eleven susruegos a los dioses, al poderoso Hades y a la augusta Perséfone. Tú,desenvainada la afilada espada de tu costado, siéntate y no permitas a lasinanescabezasdelosmuertosacercarsealasangrehastahaberinterrogadoaTiresias.Allíprontoacudiráanteti,caudillodelastropas,eladivino,quienvaadecirtelarutayloslímitesdetuviajeyturetorno,cómohabrásdevolverporlamarricaenpeces”.

»Asímehabló,ymuyprontollególaAuroradeáureotrono.Mevistióconmis ropas,mantoy túnica,yella, ladiosa, sepusoungranmantoplateado,relucienteyseductor,yentornoaltalleseanudóunpreciosoceñidordeoro,yensucabezasepusoelvelo.

»Y yo, recorriendo la casa, exhortaba a mis compañeros con palabrascariñosas,acercándomeaellos,unoporuno.

»“¡Dejadyadedormirydedisfrutareldulcesueño!¡Vámonosya!MelohaaconsejadolavenerableCirce”.

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»Asíhabléysedejópersuadirsuvalerosoánimo.

»Perotampocodeallíibaasacarindemnesamiscamaradas.HabíauntalElpénor, jovencísimo, no demasiado valiente en el combate ni muyequilibradodemente.Éste,apartadodesuscompañeros,buscandoel fresco,seechóadormir,borracho,enloaltodelasagradamansióndeCirce.Asíque,aloírelvoceríoyel tumultode loscompañerosyaenacción,se levantódeimprovisoyseolvidóensumentededescenderbajandoporlalargaescalerayseprecipitódecabezadesdeeltejado.Separtióelcuelloporlasvértebras,ysualmadescendióalHades.

»Alosquesedisponíanapartirlesdirigíyounaspalabras:

»“Pensáis, sin duda, que hacia nuestra querida tierra patria marchamos.PeroesotraladerivaquenoshapropuestoCirce:viajamoshacialamansióndeHadesylaterriblePerséfoneparainterrogaralalmadeltebanoTiresias”.

»Así les dije, y a ellos se les estremeció el corazón. Se sentaron allí ysollozaban y se mesaban los cabellos. Pero ningún provecho había en suslamentaciones.Conque,mientras íbamos pesarosos hacia la rauda nave y laorilladelmar,derramandocopiosaslágrimas,vinoCirceyabordodenuestranegranavedejóbienatadosuncarneroyunaovejanegra,desapareciendoágily furtiva. ¿Quién a un dios, cuando él no quiere, podría ver con sus ojostransitardeacáparaallá?

CANTOXI

»Encuantollegamosalmaryanuestranave,enseguidabotamossucascoaldivinomar,colocamoselmástilylasvelasenelnegronavío,recogiendoelrebaño lo subimos a bordo, y también nosotros embarcamos angustiados,derramando abundante llanto. Entre tanto por detrás de la nave de proaazulada nos enviaba Circe de hermosas trenzas, la terrible diosa de vozhumana,unvientopropicioquehenchíalavela,excelentecompañíadeviaje.Nosotros, atendiendo cada uno a sus propias tareas, íbamos sentados, y elbarcoloconducíanelvientoyeltimonel.

»A lo largo de todo el día se mantuvieron tensas las velas, mientrassurcábamoselaltamar.Luegosesumergióelsolyseensombrecíantodosloscaminos, mientras la nave llegaba a los límites del océano de profundascorrientes.

»Porallíestabanelpaísylaciudaddeloscimerios,envueltosennieblasynubes.Jamáselsolardienteloscontemplabajosusrayos,nicuandoasciendeporelcieloestrellado,nicuandodenuevosevuelvehacia la tierradesdeel

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cielo,sinoqueunanochecruelestátensadasobreesosinfelices.Alllegarallíatracamoslanaveytomamosconnosotroslasreses,yechamosaandaralolargo de la orilla del océano, hasta que llegamos al lugar que nos habíaindicado Circe. Allí Perimedes y Euríloco detuvieron a las víctimas, y yo,desenvainandolaagudaespadademicostado,cavéunagujerodeuncodoporun lado y por otro, y en torno vertimos una libación en honor de todos losmuertos,primeroconunamezcladelecheymiel,despuéscondulcevino,yen tercer lugar con agua. Por encima esparcí harina blanca de cebada, yprometíconintensasúplicaalasinanescabezasdelosmuertosquealllegaraÍtaca les sacrificaría la mejor vaca estéril de mis dominios palaciegos, ycolmaría una pira de espléndidos dones, y, además, sacrificaría en honor deTiresias,deélsolo,unaovejatodanegraquedestacaraenmisrebaños.Y,trashabersuplicadoconplegariasyrezosa las tribusde losdifuntos, toméa lasovejas y las degollé sobre la fosa, y se derramó su sangre negra como unanube.

»EmpezaronaacudirentropelsaliendodelErebolasalmasdelosmuertosdifuntos: muchachas, muchachos, ancianos de larga experiencia, y tiernasesposas con ánimo destrozado por recientes penas, y numerosos guerrerostraspasadospor lanzas debronce, combatientes quemurieron con sus armascubiertas de sangre. Venían por un lado y por otro en gran número con unclamorinmenso.Amímeatenazabaelpálidohorror.Entoncesdivocesamiscompañeros y les ordené desollar y quemar a las víctimas que yacíandegolladas por el cruel bronce y orar a los dioses, al poderoso Hades y laaugusta Perséfone, mientras que yo, desenvainando la aguda espada de micostado,mequedabaenguardiaeimpedíaalasinanescabezasdelosmuertosacercarsealasangrehastaquehubierainterrogadoaTiresias.

»Acudió la primera el alma de nuestro camarada Elpénor, pues aún nohabía penetrado en la tierra de vastas sendas, ya que dejamos nosotros sucadáver en el patio de Circe, sin llantos e insepulto, porque nos urgía otratarea.Alverlemeechéallorarylocompadecíenmiánimo,yhablándoleledijeestaspalabrasaladas:

»“¿Cómo has llegado, Elpénor, a estas densas tinieblas? Llegaste antescaminandoqueyoenminegranave”.

Asílehablé,yél,gemebundo,contestóestaspalabras:

»“DivinohijodeLaertes,muymañosoOdiseo,mederribaronelmalignodestino dictado por un dios y el exceso de vino.Acostado en el terrado deCirce no pensé en bajar por medio de la larga escalera, sino que caíprecipitándomedesdeeltecho.Semepartióelcuelloporlasvértebras,ymialmadescendióalHades.Ahoraa ti tesuplico,por losquedejasteatrás, losausentes,portuesposaytupadre,quetecriodepequeño,yporTelémaco,al

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quedejastesoloen tuhogar,yaqueséque,alvolverdeaquí,de lacasadeHades, vas a detener en la isla de Eea tu bien construida nave.Allí, luego,señor,teruegoqueteacuerdesdemí.Nomedejesatrás,alzarpar,sinllantosni tumba,abandonado.Quenoresultepara timotivode la irade losdioses.Sinoquequémamecontodasmisarmasyelevamitúmuloenlaorilladelmarespumoso, tumba de un hombre desdichado, para noticia de los venideros.Cumplepormítodoesoyplantaenmitúmuloelremoconelqueyobogabaenvidaalladodemiscompañeros”.

»Asídijo,yyo,contestándole,lerepliqué:

»“Portiharétodoeso,infeliz,ylollevaréacabo”.

»Mientrasasídialogábamoscontristespalabras,yoestabamanteniendoenalto mi espada sobre la sangre, y, enfrente, la sombra de mi compañerohablabayhablaba.

»Llególuegoelalmademimadredifunta,Anticlea,hijadelmagnánimoAutólico, a quien viva había dejado al partirme hacia la sagrada Troya. Alverla allíme eché a llorar y la compadecí enmi ánimo. Pero ni aun así lapermití, a pesar de mi densa pena, acercarse a la sangre antes de haberinterrogadoaTiresias.

»Luego llegóelalmadel tebanoTiresias,empuñandosucetroáureo;mereconocióymedijo:

»“Divino Laertíada, muy mañoso Odiseo, ¿por qué acá, desdichado,abandonando la luz del sol, has venido a ver a los muertos y este lúgubrelugar? Mas retírate de la fosa y aparta tu aguzada espada, que yo beba lasangreyteprofeticelaverdad”.

»Asímehabló,yyo,bajandolaespadatachonadadeplata,laremetíensuvaina.Cuandoélhubobebidolaoscurasangre,entoncesmedirigiósupalabraelintachableadivino:

»“Anhelasundulceretorno,ilustreOdiseo.Peroteloharáamargoundios.PorqueauguroquenovaaolvidarseelSacudidordelatierra,quemantieneensuánimorencorcontrati,dequedejasteciegoasuhijo.Masaunasípodéisregresar,aunquesufriendopesares,siestásdispuestoaprotegertuánimoyeldetuscompañeros.CuandoarriméisvuestranavebienconstruidaalaisladeTrinacia, escapando de lamar violácea, encontraréis pastando unas vacas yunasrobustasovejasdeHelios,quetodolovey loescucha.Sidejasaéstasindemnesyvelasporturegreso,todavíapodéisarribaraÍtaca,aunqueseatrassufrirdaños.Perosilasdañáis,entoncesteprofetizoladestruccióndetunaveyde tus compañeros.En cuanto a ti, aunque la evites, llegarás tarde ymal,despuésdeperdera todos tuscompañeros,enunnavíoajeno.Yencontraráspenas en tu casa, a unos hombres soberbios, que devoran tu hacienda

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pretendiendo a tu mujer y haciéndole regalos de boda. Con todo, al llegarcastigaráslasviolenciasdeéstos.Y,mástarde,cuandoyaentumansiónhayasdadomuerte a los pretendientes,mediante una trampa o a las claras con elbronceafilado,pontedenuevoencaminotomandounmanejableremo,hastaque llegues a un pueblo que no conoce el mar ni come alimentoscondimentados con sal, a unos hombres que no saben de los barcos depurpúreasmejillas ni de los remos de fácilmanejo que sirven de alas a lasnaves.Tedaréunaseñamuyfácildereconoceryquenoolvidarás:cuando,alsalirtealencuentro,otrocaminantetedigaquellevasunbieldosobretuilustrehombro, hinca entonces en el suelo tu remo de fácilmanejo, y, después dehacerunsacrificioalsoberanoPoseidón,deuncarnero,untoroyunjabalíquemontaa lascerdas,vuélvetea tucasayofrece luegosagradashecatombesalosdiosesinmortalesquehabitanelampliocielo,atodos,unotrasotro.Atilamuerte te llegará desde el mar y será muy tranquila, pues te alcanzará yasometidoalasuavevejez.Entornotusgentesseránprósperas.Estasverdadesteanuncio”.

»Asímehabló,yyo,respondiéndole,ledije:

»“Tiresias,esosindudalohanurdidolosmismosdioses.Pero,ahora,dimeestoyexpónmelodemodopreciso.Veoahíelalmademimadre,muerta.Ellapermanece en silencio cercade la sangreyno seha atrevido amirar cara acaraasuhijoniahablarle.Dime,soberano,cómovaadarsecuentadequiénsoyyo”.

»Asíledije,yél,respondiéndome,mecontestó:

»“Te daré una fácil respuesta y tú guárdala en tu mente. Aquel de losmuertos difuntos al que le permitas acercarse a la sangre, ése te dirá algoveraz.Yaquelalqueseloniegues,éseseretirarásinmás”.

»Despuésdehablarasí se fuehaciael interiorde lamoradadeHadeselalmadeltebanoTiresias,trashaberexpresadosusvaticinios.Yyomequedéallí quieto, hasta que mi madre acudió y bebió la sangre oscura como unanube. Al momento me reconoció y, entre gemidos, me dirigió sus palabrasaladas:

»“Hijomío,¿cómovinisteaestaneblina tenebrosa,estandovivo?Arduoes para los vivientes contemplarla. Porque hay en el camino grandes ríos yterribles corrientes, empezando por el océano, que no es posible cruzar deningúnmodoyendoapie,anoserqueuno tengaunanavebienconstruida.¿AcasovienesahoradeTroyaerrandohastaaquídurantemuchotiempocontunaveytuscompañeros?¿AúnnohasllegadoaÍtacanivisteentuhogaratuesposa?”.

»Asíhabló,yyo,respondiéndole,ledije:

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»“Madremía,lanecesidadmehizobajaralHadesparaconsultarelalmadeltebanoTiresias.Aúnnohellegadoalatierraaqueaytodavíanoarribéanuestropaís,sinoquevoyerrantesiempreapenado,desdequeenuncomienzomarché siguiendo al divinoAgamenón hacia Ilión de buenos caballos, paralucharcontralostroyanos.Peroahoradimeestoyexplícameloconprecisión:¿quédestinode lamentablemuerte te sometió? ¿Una larga enfermedad, o laflecheraÁrtemistematóasaeteándoteconsussuavesdardos?Háblamedemipadre,ydemihijo,quedejéatrás,desitodavíaconservansupoderosialgúnotrohombrelodetentayafirmanqueyoyanovoyavolver.Háblamedemihonradaesposa,desuvoluntadysupensamiento,sipermanecejuntoamihijoycustodiatodocomoantesoyalahatomadoporesposaelmásnobledelosaqueos”.

»Asíledije,yalmomentomecontestómivenerablemadre:

»“Sí,enefecto,ellaaguardaconánimopacienteentupalacio.Perotristesse le pasan siempre las noches y los días derramando llanto. Todavía nadiedetentatuhermosodominioregio,sinoqueTelémacoadministralastierrasytomaparteenlosecuánimesbanquetes,losquedebeatenderquienvelaporlasleyes. Todos lo reclaman. Tu padre se queda en su campo y no baja a laciudad. No tiene en su lecho cobertores nimantas ni colchas relumbrantes,sino que en invierno duerme donde los siervos, en su casa, sobre la cenizajunto al fuego, y lleva míseras ropas. Mas cuando llega el verano y elfructífero otoño, por doquier en la falda del monte de sus viñedos tieneextendidos por el suelo lechos de hojas caídas, y allí se tumba él pesaroso,mientraslapenalecreceensupechosollozandoportusuerte.Amargavejezlehatocado.Deigualmodotambiényoperecíycumplímidestino.PuesnomematóenelpalaciolamuycerteraFlechadoraasaeteándomeconsussuavesflechas, nime sobrevino ninguna enfermedad queme arrebatara del todo elánimoenunaodiosaconsuncióndelcuerpo,sinoquefuelaañoranzadeti,detus cuidados y tu amable carácter, famosoOdiseo, lo quemequitó la dulcevida”.

»Asíme habló, y yo entonces con un fervoroso anhelo quise abrazar elalmademimadredifunta.Tresveces lo intenté,me impulsabamíánimoalabrazo,ytresvecesentremisbrazosseesfumósemejanteaunasombraounsueño. La pena se me hacía más y más aguda dentro del corazón, ydirigiéndomeaellaledijepalabrasaladas:

»“Madremía,¿porquénoaguardascuandoquieroabrazarteparaque,aúnen el Hades, te rodee con mis brazos y nos quedemos saciados ambos delfrígidollanto?¿OacasoesestotansólounaimagenquelaaugustaPerséfonehaenviado,paraquemelamenteaúnmásentregemidos?”.

»Asíhablé,yalpuntomecontestómivenerablemadre:

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»“¡Aydemí,hijomío,elmásatormentadodetodoslosmortales!EnnadatepresentaengañosPerséfone,hijadeZeus, sinoqueésaes lacondicióndelos mortales, una vez que perecen. Pues los tendones no retienen más lascarnesy loshuesos,sinoqueelpotente furordel fuegoardiente losdeshaceapenaselánimovitalabandonalosblancoshuesosyelalma,volandocomounensueño, revolotea y se aleja. Pero apúrate en volver cuanto antes a la luz.Rememoramuybientodoestoparaquemástardeselocuentesatuesposa”.

»Mientras nosotros conversábamos así, acudieron las mujeres, todascuantas fueron esposas o hijas de famosos héroes. Las enviaba la augustaPerséfone. En tropel se congregaron alrededor de la oscura sangre, y yomeditaba cómo interrogar a cada una. La mejor decisión en mi ánimo mepareciólasiguiente.Desenvainandolaaguzadaespadademirobustocostado,noibaapermitirquetodasalavezbebieranlasangreoscura.Ellasavanzabanenfila,ycadaunaproclamabasuestirpe.Yyolasibainterrogandoatodas.

»Así pues la primera que vi fue Tiro, de noble padre, que dijo serdescendientedelintachableSalmoneoyafirmóseresposadeCreteoelEólida.Ellaseenamoródeunrío,eldivinoEnipeo,queesconmuchoelmáshermosodelosríosdelatierra,yellasolíafrecuentarlasbellascorrientesdeEnipeo.Pero,adoptandolafiguradeéste,eldiossacudidoryabrazadordelatierraseacostóconellaen las fuentesdel río torrencial.Sealzóallíunaola rotunda,alta como unmonte, que en su cavidad ocultó al dios y a lamujermortal.Desligósucinturónvirginalylainundóelsueño.Yluego,unavezqueeldioshubocolmadosusamorososembates,latomódelamano,ledirigiólapalabrayledijo:

»“Alégrate,mujer,deesteencuentroamoroso.Enelcursodeunañodarása luz hijos espléndidos, porque no son infecundas las uniones de losinmortales.Túcríalosyedúcalos.Yahoravuelvea tucasa,ycallaynomenombres.Yosoy,enverdad,Poseidónelqueagitalatierra”.

»Trasdehablarasísesumergióeneloleajemarino.Ella,embarazadadeldios,dioaluzaPeliasyaNeleo,quellegaronaserambosfirmesservidoresdelgranZeus,tantoelunocomoelotro.Peliasricoporsusrebaños,habitabaenlaespaciosaYolcos,yelotroenlaarenosaPilos.YotroshijosparióparaCreteoestareinadelasmujeres:aEsón,FeresyAmitaon,diestrocombatienteensucarro.

»DespuésviaAntíope,lahijadeAsopo,queseufanabadehaberdormidoentrelosbrazosdeZeus,yquedioaluzdoshijos:AnfiónyZeto,losprimerosenfijar loscimientosdeTebas ladelassietepuertas,yamurallarla,puesnopodían habitar sin murallas la ciudad de amplios espacios, aun siendo tanfuertes. Después vi a Alcmena, la esposa de Anfitrión, que al intrépidoHeraclesdeánimoleoninodioaluzdelosabrazosdelgranZeus,conquiense

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unió.YaMégara,lahijadelmagnánimoCreonte,alaquetomóporesposaelhijodeAnfitriónsiempreintrépidoensuaudacia.YvialamadredeEdipo,lahermosa Epicasta, quien, en su ignorancia, cometió una acción terrible, alcasarseconsuhijo.Ésteladesposótrashaberdadomuerteasupadre.Prontolos dioses revelaron el secreto a los hombres. Edipo, por su parte, entreterribles pesares siguió reinando en la muy amada Tebas según los cruelesdesigniosdelosdioses,peroellamarchóalreinodeHades,elseveroguardiándelaspuertas,colgándosedeunapretadolazodehorcaensualtodormitorio,vencidapor la angustia.Ya él ledejómuchaspenas futuras, lasque llevanadelantelasEriniasdeunamadre.

»También vi a lamuy hermosa Cloris, a la que antañoNeleo tomó poresposa,porsubelleza,yporellaofrecióinnumerablesregalosdeboda,lamásjoven hija de Anfión el Iásida, que en su tiempo reinara con poderío en laOrcómenosMinia. Ella fue reina de Pilos y le dio unos hijos espléndidos:Néstor, Cromio y el arrogante Periclímeno. Y, tras éstos, dio a luz a Pero,maravillaentreloshumanos,quetodossusvecinospretendieroncomoesposa.MasNeleonolaconcedíaaninguno,anoserqueletrajeradeFílacaalgunadelascornudasvacasdeanchotestuzdelrobustoIficles,difícilesdeobtener.Sólounirreprochableadivinoleprometiótraerlas.Peroloretuvieronladuradecisión de un dios, unas terribles cadenas y unos vaqueros agrestes. Sinembargo, cuando pasaron los días ymeses de un año, y éste se renovaba yvolvían lasestaciones,entoncesal fin lo liberóelpoderoso Ificlesporque lehabíadadotodassusprofecías;ysecumplíaeldesigniodeZeus.

»Y vi a Leda, compañera de lecho de Tindáreo, que del rey espartanoengendró a dos hijos fuertes y audaces: Cástor, domador de caballos, y eldiestroboxeadorPolideuces.Aamboslosalbergalatierraproductoradevida.Ellos,inclusobajotierra,gozandeunprivilegiootorgadoporZeus:vivenendíasalternosymuerenporturnounoyotro.Hanconseguidounhonorsimilaraldelosdioses.

»YdespuésviaIfimedea,laesposadeAloeo,queasegurabahabertenidoamoresconPoseidón,yquepariódoshijos,que tuvieronbrevesvidas:Oto,rival de los dioses, y el ampliamente famosoEfialtes.A éstos los criomuyenormeslatierraproductoradevidayloshizolosmáshermososdespuésdelfamosoOrion.Alosnueveañoséstosmedíannuevecodosdeanchoynuevebrazasdealto.InclusoalosinmortaleslesamenazaronconllevaralOlimpoeltumultodeunaguerraestrepitosa.EstabanansiososporcolocarelOsasobreelOlimpoyluegosobreelOsaelPellóndefrondosoboscaje,parapoderescalarelcielo.PeroelhijodeZeus,elquedieraaluzLetodehermososcabellos,losmatóalosdos,antesdequelesflorecieralaprimerabarbaensusmejillasysumentónsecubrieradelvellojuvenil.

»Y a Fedra y a Procris vi, y a la bella Ariadna, la hija del despiadado

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Minos,a laqueunavezTeseodesdeCretaa lacolinade lasantaAtenassellevó, pero sin conseguir su meta. La mató antes Ártemis a instancias deDionisoenDía rodeadaporelmar.YaMerayaClímenavi,y a laodiosaErifila,queaceptópreciosooroacambiodesumarido.

»Peronopodríayarelatarninombrarsiquieraatodaslasmujeresehijasde héroes que vi. Antes se agotaría la noche inmortal. Mas ya es hora dedormir, yéndome a la rápida nave junto a los marineros, o bien aquí. Lapreparacióndemiviajecompeteráalosdiosesoavosotros».

Así habló. Entonces todos quedáronse quietos y en silencio. Estabansubyugadosporelencantoenlassalassombrías.YentreellostomólapalabraAretedeblancosbrazos:

«¿Qué os parece, feacios, este hombre, en su aspecto, su grandeza y sumentebienequilibrada?Es,desdeluego,huéspedmío,perotodosgozáisdesuhonor.Por lo tantono lodespidáisconprisasni le regateéis los regalosquetantoprecisa.Yaquetenéismuchasriquezasenvuestrascasasporlavoluntaddelosdioses».

EntreelloshablóluegoelviejohéroeEqueneo,queeraeldemayoredadentrelosfeacios:

«Amigos, no se aparta de nuestra intención y opinión lo que nos dicenuestra prudente reina. Pero de Alcínoo dependen aquí la actuación y ladecisión».

LerespondióAlcínooentoncesydijo:

«Éseserátambiénmiconsejo,almenosmientrasyovivayreineentrelosfeaciosamigosdelosremos.Yquenuestrohuésped,aunquemuyansiosodelregreso, soporte el quedarsehastamañana, hasta queyo le aportemi regalocompleto.Prepararleelviajequedaráalcuidadodetodos,ysobretododemí,yaquetengoelpoderenelpueblo».

RespondiéndolecontestóelmuyastutoOdiseo:

«Poderoso Alcínoo, venerado por todas las gentes, si un año entero mepidieraisquemequedaraaquí,peromeofrecieraisunbuenpasajeymedieraisespléndidosregalos, tambiényo lopreferiría,yseríamuchomásprovechosovolver a mi tierra patria con las manos más llenas. Sería más respetado yamadoportodosaquellosquemevieranderegresoenÍtaca».

DenuevolecontestóAlcínooyledijo:

«Odiseo,deningúnmodoalverteteimaginamoscomouncharlatánounfarsante,comohaytantoscriadosporlanegratierra,vagabundosenredadoresy forjadores de patrañas que nadie podría constatar. Hay belleza en tuspalabrasyesnobletupensar,y,encuantoaturelato,hasnarradodemodotan

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expertocomounaedolasdesdichasfunestasdetodoslosargivosylastuyas.Pero dime también esto y cuéntanos con precisión si viste a algunos de tusheroicoscompañeros,losqueatuladomarcharoncontraTroyayconcluyeronallí sudestino.Lanocheestaesmuy larga, infinita,y todavíanoeshoradedormirenelpalacio.Cuéntameprodigiosashazañas.Queyopuedoaguantarhasta ladivinaaurora, siempreque túquisieras seguir relatandoenesta salatusaventuras».

RespondiéndoleelmuyastutoOdiseoledijo:

«PoderosoAlcínoo,veneradoportodaslasgentes,hayuntiempodelargosrelatosytambiénuntiempoparaelsueño.Perosiaúnsiguesdeseosodeoírlosno voy yo a negarme a contarte otros hechos aún más lamentables, lasdesgraciasdemiscamaradasquemurierondespuésdeescapardeltumultosocombateconlostroyanosyqueperecieronasuregresoporlasinsidiasdeunamalamujer.

»CuandoluegodispersóconrumbosvarioslasantaPerséfonelasalmasdelasfamosasmujeres,llegóelalmadeAgamenónAtrida,apenada.EnderredordeellasehabíancongregadolasdequienesjuntoaélmurieronyconcluyeronsudestinoenlamansióndeEgisto.Almomentoélmereconoció,yapenasmevioantesusojos,empezóagemirsonoramente,altiempoquevertíacopiosaslágrimas,tendiendohaciamísusbrazos,conansiasdeabrazarme.Peroyanohabía en él ni firme fuerza ni vigor alguno, como antes solía tener en susflexiblesmiembros.Alverlotambiényorompíenllantoylecompadecíenmiánimo,yllamándoleledijeestaspalabrasaladas:

»“GloriosísimoAgamenón,caudillodelastropas,¿quédestinodemuertecruelteabatió?¿AcasotehundiócontusnavesPoseidónahogándoteenunatempestad inmensa de salvajes vientos? ¿Es que te dieronmuerte guerrerosenemigos en tierra firme cuando les arrebatabas sus vacas o sus buenosrebañosdeovejas?¿Ofuebatallandoporunaciudadopormujeres?”.

»Asíledije,yélenrespuestamecontestó:

»“Divino hijo de Laertes, muymañoso Odiseo, nome hundió Poseidónconmisnavesechándomeencimaunainmensatempestaddesalvajesvientos,nimedieronmuerteguerrerosenemigosentierrafirme,sinoqueEgistohabíatramadomimuerteymifinalymematóconayudademimalditaesposa,trasinvitarme a su casa, enmedio de la cena, como semata a un buey ante elpesebre. De ese modo acabé con tristísima muerte. A mis lados fueronasesinadosotroscompañeros,sinpiedad,comocerdosdeblancoscolmillosalosquesacrificanenlacasadeunhombreopulentoymuypoderosoparaunabodaounbanquetecolectivoounaesplendorosafiesta.Hasasistidoyaa lamasacredemuchosguerreroscaídosencombateindividualoeneltremendotumultode labatalla,peroalver aquel espectáculo tehabrías estremecidoa

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fondoentuánimo,alvercómoquedamostendidosenlagransala,juntoalastinajas y las mesas repletas, mientras que todo el suelo humeaba sangre.EscuchéelgritoestremecedordeCasandra,lahijadePríamo,alaquejuntoamí asesinó la traicionera Clitemnestra. Intenté alzar mis brazos y golpeé latierra,expirandobajolostajosdelaespada.Ladeojosdeperrasealejóynisiquiera hizo el gesto, cuando yome dirigía hacia elHades, de bajarme lospárpadosnidecerrarmelabocaconsusmanos.Nohaynadamáscruelnimásperroqueunamujerquetramaensumenteaccionestalescomolasqueellaplaneó, el crimen infame de ejecutar el asesinato de su legítimo esposo.Yopensaballegaramicasaentreelafectodemishijosymissiervos.Peroella,experta enmaldades hasta el fondo, derramó ignominia sobre sí y sobre lasmujeresquevanavivirdespués,inclusosobrelaqueseadecente”.

»Asíhabló,yyo,almomento,enrespuesta,ledije:

»“¡Ay,dequémodotanterribleaborrecióZeusa laestirpedeAtreo,pormedio de los engaños femeninos, desde un comienzo! Por culpa deHelenaperecimosmuchos,yatiClitemnestrateurdíasutrampaalolejos”.

»Asílehablé,yél,almomento,contestándomedijo:

»“Poreso,noseastúnuncafrancocontumujerynolevayasacontartodoloquebiensepas;sinoquecuéntalealgoyguardaocultoelresto.Peroatiporlomenos,Odiseo,no te llegará lamuertepor tumujer,porqueessensataenextremo y alberga prudencia en su mente la hija de Icario, la muy sagazPenélope. La dejamos como joven esposa cuando nosotrosmarchamos a laguerra.Teníaensuregazounniñodepecho,queahorasindudasecuentayaentre los hombres, feliz. Que su padre lo verá a su regreso y él correrá aabrazarasupadre,comoesdeley.Encambio,miesposanopermitiósiquieraamisojosquesesaciaranviendoamihijo.Antesmemató.Tediréalgomásytú guárdalo en tu mente. Demanera furtiva y no en descubierto llega a tupatriaentunave,porqueyanosepuedeconfiarenlasmujeres.

»Perodimelosiguienteyexpónmeloconprecisión.¿Habéisoídoacasodemihijo,sivivetalvezenOrcómenosoenlaarenosaPilos,otalvezjuntoaMenelaoenlaanchurosaEsparta?PuesnoestátodavíamuertoenlatierraelilustreOrestes”.

»Asídijo,yentoncesyo,enrespuesta,lecontesté:

»“Atrida,¿porquémelopreguntas?Nosénada,nisivivenisihamuerto.Esmalohablarenvano”.

»Mientrasnosotrosenlatristecharlaestábamosafligiéndonos,derramandoabundantellanto,llegóelalmadeAquileselPelida,yladePatroclo,yladelirreprochableAntíloco,yladeAyante,quefueelmejorenbellezayfiguradetodoslosdánaosdespuésdel intachablehijodePeleo.Mereconocióelalma

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delEácidadepiesvelocesy,entregemidos,medirigiósuspalabrasaladas:

»“Divino hijo de Laertes,muymañosoOdiseo, ¡insensato! ¿Qué proezaaúnmásgrandeestásmaquinandoentumente?¿CómotehasatrevidoabajarhastaelHades,dondemoran losmuertos,vanosfantasmasysombrasde loshombresextinguidos?”.

»Asíhabló,yyoenseguidarespondiéndoledije:

»“OhAquiles,hijodePeleo,elmásvalientedelosaqueos,hevenidoenbusca de Tiresias por ver si algún consejo podía darme para arribar a lapedregosaÍtaca.Puesaúnnohealcanzadolatierraaquea,nitampocoabordémipaís,sinoquetengodoloressincuento.Peronohuboanteshombrealgunomásdichosoquetú,Aquiles,nilohabrá.Antes,envida,tehonrábamosigualque a losdioses los argivos, y ahora tienesgranpoder entre losmuertos, alestaraquí.Portantonotelamentesdehabermuerto,Aquiles”.

»Asílehabléyél,almomento,enrespuestamedijo:

»“Nomeelogieslamuerte, ilustreOdiseo.Preferiríaserunbraceroysersiervodecualquiera,deunhombremiserabledeescasafortuna,areinarsobretodoslosmuertosextinguidos.Mas,sea,damenoticiasdemivalerosohijo,desimarchóalaguerraparaseruncaudilloosino.CuéntametambiéndePeleo,sialgohassabido,siaúnmantienesurangoentrelosnumerososmirmidones,oacasolemenosprecianenlaHéladeyenFtía,unavezquelavejezagarrotasus manos y sus pies. ¡Ojalá pudiera yo socorrerle, bajo los rayos del sol,siendotalcomoeracuandoantañoenlosllanosdeTroyadabamuerteamuyfuertes guerreros, en defensa de los argivos! Si con parecido arrojo pudierapresentarme, aun por breve tiempo, en la casa demi padre, espantaríanmicoraje y mis irresistibles brazos a cuantos le ultrajan y le regatean sudignidad”.

»Asíhabló,yyo,respondiéndole,ledije:

»“Del irreprochable Peleo nada he sabido, pero sobre tu querido hijoNeoptólemotecontarétodalaverdad,comomepides.Puesyomismo,enmicóncavanavenegrabienequilibradalollevédesdeEsciroshacialosaqueosdebuenasgrebas.YsiemprequediscutíamoslosplanesacercadeTroya,siemprehablabaelprimeroynoerrabaensusconsejos.Loaventajábamossólodos:elheroicoNéstoryyo.Ycuando luchábamosen tornoa laciudadelade Ilión,jamás se quedaba entre la tropa ni en el pelotón, sino que solía adelantarsemucho, sincederencorajeaninguno.Amuchosguerrerosdiomuerteen laterriblemasacre.Todosnopuedoyonombrártelosninumerarlos,¡tantahuesteaniquilóluchandoporlosargivos!Dirésóloquederribóconsulanzaalhijode Télefo, al héroe Eurípilo. Y en torno a éste muchos compañeros ceteoscayeronmuertos,porcausadeunosregalosfemeninos.Éleraelmáshermoso

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quevidespuésdeldivinoMemnón.Yluego,cuandonosmetimosdentrodelcaballo que construyóEpeo losmejores de los argivos, y quedó todo amisórdenes,tantoelsalircomoelmantenerfirmeladensaemboscada.Entoncesotros caudillos y jefes de los dánaos derramaban lágrimas mientras lestemblabanpordebajolosmiembros;peroaélnuncajamásleviantemisojosni palidecer en su bello rostro ni enjugarse el llanto de sus mejillas. Él amenudo me suplicaba que saliéramos del caballo. Agitaba con furia laempuñaduradelaespadaylalanzapesadaporelbronce,yproferíaamenazasa los troyanos.Y cuando destruimos la escarpada ciudadela de Príamo, conbuenafortunayexcelentebotínsubióabordodelanave,indemne,sinqueloalcanzara el agudo bronce ni sufrir heridas en el cuerpo a cuerpo, tal comomuchasvecespasaenlaguerra.EnlarefriegamuestrasufurorAres”.

»Así le hablé. El alma del Eácida de pies veloces empezó a alejarse agrandespasosporelpradodeasfódelos,contentoporque lehabíadichoqueteníaunhijoformidable.

»Lasotrasalmasdelosmuertosextinguidospermanecíanallíapenadasycada una contaba sus propias desgracias. Sola el alma de Ayante, hijo deTelamón,semanteníadistante,conservandosurencorpormivictoria,laquelogréeneljuicioporlasarmasdeAquilesalpiedenuestrasnaves.Lasofreciósu divinamadre y sentenciaron el certamen los hijos de los aqueos y PalasAtenea. ¡Ojalá no hubiera yo vencido en semejante prueba! ¡Porque así nohabríacubiertolatierraportalcausaunacabezacomoladeAyante,quienporsuarroganciaysushazañaseraelmejorentre todos losaqueos,despuésdelirreprochablePelida!

»Aélmedirigíyoconpalabrasamables:

»“¡Ayante,hijodeTelamón!¿Novasaquerer,niestandomuerto,olvidarturencorcontramíacausadelasarmasmalditas?Losdiosesimpusieronesedesastrealosargivos.Puesparaellostumuertefuecomoeldesplomarseunatorre. Por tu muerte, como por la del mismo Aquiles, hijo de Peleo, nosapenamos sin descanso. Ningún otro fue culpable de eso, sino Zeus, queodiaba ferozmente al ejércitode losdánaos lanceros, y te infligió semejantedestino.Conquevenaquí,granseñor,paraqueescuchesnuestraspalabrasynuestrasnoticias.Aplacatucóleraytufurorenconado”.

»Así le dije, él nada me contestó y se fue con otras almas de muertosdifuntoshaciaelErebo.Entonces,aunenfurecido,habríapodidohablarme,yyoaél.

»Peromiánimo,enmiinterior,deseabavermásalmasdeotrosdifuntos.AllíluegoviaMinos,esplendorosohijodeZeus,queadministrajusticiaalosmuertos empuñando un áureo cetro en su trono. Los demás solicitan sussentencias rodeandoal soberano, sentadosoenpieen lamansióndeanchas

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puertasdeHades.YavistédespuésdeéstealgigantescoOrion,quepersiguesin tregua por el prado de asfódelos las fieras que él mismomatara en losmontessolitariosblandiendosumazadebroncejamásfracturada.YviaTicio,el hijo de la gloriosa Gea, extendido en el suelo. Cubrían nueve pletros sucuerpo,ydosbuitres,unoporcadalado,ledesgarrabanelhígado,lacerándoleelvientre,ynopodíaapartarlosconsusbrazos.PorquehabíaultrajadoaLeto,laaugustacompañerade lechodeZeus, cuandoella caminabahaciaDelfos,porelampliovalledelPanopeo.

»Yvi tambiénaTántalo,quesufría terriblesdolores,erguidoenunlago.El agua le lamía elmentón, estaba sediento y no podía llegar a beber. Puescuantas veces se agachaba el anciano anhelando beber, tantas el aguadesaparecíaabsorbidayasuspiesaparecía lanegra tierra.Porencimadesucabeza árboles de elevada copa extendían sus frutos, perales, granados,manzanosdebrillantespomas,higuerasdulzonasyolivosenflor.Perocuandoel anciano se estiraba para cogerlos con susmanos, el viento los arrebatabahacialasnubessombrías.

»Y vi también a Sísifo, que padecía intensos dolores, sosteniendo unaenorme roca con sus dos manos. Apoyándose conmanos y pies, empujabahaciaarribaenlacolinaelpedrusco.Mascuandoestabaapuntodecoronarlacima, entonces una violenta fuerza lo derribaba hacia atrás. Y luego laimpúdicapiedra rodabahastael llano.Yél,denuevo,volvíaa transportarlacontitánicoesfuerzo.Elsudorlebrotabaymanabadetodossusmiembros,ylapolvaredaloenvolvíadesdelacabezaalospies.YtraséstediviséalfuerteHeracles,sólosusombra.Puesél,yaencompañíadelosdiosesinmortales,sedeleitaensusfiestasytieneconsigoaHebedehermosostobillos,hijadelgranZeusydeHera,ladeáureassandalias.Entornoaélselevantabaunvoceríode muertos, como de pájaros que huyen, aterrorizados en tropel. Y él,semejante a la tenebrosa noche, con su arco tenso y con una flecha en lacuerda,lanzabaentornofierasmiradascomoquienvadispuestoadispararlouna y otra vez. Sobre su pecho llevaba cruzado un tremendo tahalí, todoforjado en oro, en que estaban labradas prodigiosas figuras: osos, jabalíesmontesesyleonesdeojoschispeantes,peleas,batallas,muertesymatanzasdeguerreros.No sabría fabricar otro igual con todo su arte el artista que aqueltahalíilustrócontodosuoficio.

»Al momento él me reconoció, viéndome ante sus ojos, y,compadeciéndosedemí,medijoestaspalabrasaladas:

»“¡DivinohijodeLaertes,muymañosoOdiseo!

¡Ah, infeliz! Sin duda también tú arrostras un doloroso destino, como elqueyosoportababajolosrayosdelsol.ErahijodeZeusCrónida,peroteníauna inagotable pesadumbre. Porque estaba sometido a un hombre muy

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inferior,quemeimpusomuyarduas tareas.Inclusociertavezmeenvióaquíparallevarmealperro,porquepensabaquenohabíatrabajomáspenosoqueéste.Peroyome lo llevéy lo saquédelHades.MeacompañabanHermesyAteneadeojosglaucos”.

»Despuésdehaberhabladoasí,éldenuevoseinternóenlacasadeHades.Encuantoamí,mequedéquieto,porsiacasoacudíaalgúnotrodeloshéroesfamosos que en el pasado murieron. Y todavía habría contemplado a otrosguerreros de antaño, tal como yo deseaba [como Teseo y Pirítoo, gloriososhijosdedioses].Perosefueronreuniendomilesdecadáveresconuninmensogriterío. Y se apoderó demí un pálido terror de queme enviara tal vez lacabeza de la Gorgona, espantoso monstruo, desde el fondo del Hades laaugustaPerséfone.Enseguidamevolvíaminaveyordenéamiscompañerosquesubieranabordoydesatamos lasamarrasdepopa.Ellosembarcarondeinmediatoysesentaronjuntoasusescálamos.HaciaelríoOcéanollevabaanuestra nave el curso de las aguas, primero bajo el impulso de los remos yluegoporunvientofavorable.

CANTOXII

»Cuando nuestra nave dejó la corriente del ríoOcéano y llegó sobre lasondasdelmardeampliocursoalaisladeEea,dondeestánlamansiónylosespaciosdedanzadelaAuroramatutinaylassalidasdelsol,nosarrimamosalacostayvaramoselbarcoenlasarenas,yechamospieatierraenlariberamarítima.YallínosentregamosalsueñoyaguardamosladivinaAurora.

»ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,almomentoyoenviépordelanteaunoscompañeroshacialamoradadeCirceparaquetrajeranelcadáver del difunto Elpénor, hasta donde avanzaba más alta la costa, yvertíamoscopiosollanto.Luegoquesehuboquemadoelcadáverysusarmas,levantamosuntúmuloy,erigiendounaestela,clavamosenlosmásaltodesutumbasumanejableremo.

»Nos ocupamos de todo esto paso a paso. Pero a Circe no le pasóinadvertidoquehabíamos regresadodelHades.Asíque seacicalóyacudió.La escoltaban sus sirvientas que aportaban pan y carne abundante y fogosovinorojo.Ellasesituóenmedioynoshablóladivinaentrelasdiosas:

»“¡Temerarios, que en vida habéis bajado a la mansión de Hades, dosvecesmortales,mientrasquelosotroshumanosmuerensólounavez!Vamos,tomadestacomidaybebedvuestrovinoaquítodoeldía.Encuantoaparezcala Aurora, volveréis a navegar. Yo os indicaré la ruta y os mostraré sus

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peligros,afindequenosufráisenalgúndolorosopasounfunestodesastreentierraopormar”.

»Así dijo, y de nuevo convencido quedó nuestro bravo ánimo. Asíentonces todo el día, hasta la puesta del sol, nos quedamos dándonos unbanquetedecarnesintasaydulcevino.Encuantoelsolsehundióysobrevinolaoscuridadlosotrosseecharonadormirjuntoalasamarrasdepopa,yella,tomándomedelamano,mehizosentarmelejosdemiscamaradasysepusoami ladoymepreguntósobre todoelviaje.Pormiparte se loconté todoenmuybuenorden.LuegomehablólavenerableCirceconestaspalabras:

»“Todoesohaquedadoasícumplido.Túescúchameloquevoyadecirteyundiosenpersonatelovaarecordar.

»EnprimerlugarllegarásjuntoalasSirenas,lasquehechizanatodosloshumanos que se aproximan a ellas. Cualquiera que en su ignorancia se lesacercayescuchalavozdelasSirenas,aésenoleabrazarándenuevosumujernisushijoscontentosdesuregresoacasa.AllílasSirenaslohechizanconsucantofascinante,situadasenunapradera.Entornoaellasamarilleaunenormemontóndehuesosyrenegridospellejoshumanosputrefactos.¡Asíquepasadelargo!Enlasorejasdetuscompañerospontaponesdeceramelosa,paraqueningunodeellos lasoiga.Respectoa timismo,sideseasescucharlas,quetesujetenabordodeturápidanavedepiesydemanos,atándotefuertealmástil,yquedejenbientensaslasamarrasdeéste,paraquepuedasoírparatuplacerlavozdelasdosSirenas.Ysiteponesasuplicaryordenaratuscompañerosque te suelten, que ellos te aseguren entonces conmás ligaduras. Después,cuandoyatuscompañeroslashayanpasadodelargo,novoyaexplicartedemodo puntual cuál será tu camino, porque debes decidirlo tú mismo en tuánimo.

»Pero te mencionaré las dos alternativas. Por un lado hay unas rocasescarpadas,contralascualesretumbaelespantosooleajedeAnfitritedeazulespupilas. Son las que llaman Rocas Errantes los dioses felices. Por allí nocruzannilasaves,nisiquieralastrémulaspalomasquelellevanlaambrosíaaZeusPadre,puessiempreaalgunadeellas laarrebata lapared rocosa.PeroluegoenvíaotraelPadreparaequilibrarsunúmero.Porallínunca jamássedeslizóningúnbajelhumanodepaso,sinoquedestrozadosmaderosdenavíosycuerposhumanoszarandeandeacáallá lasolasdelmarylosturbionesdefuego mortífero. Tan sólo una nave surcadora del alta mar las atravesó: laArgo,celebradaportodos,quenavegabadesdeelpaísdeEetes.Einclusoéstasehabríadestrozadocontra lasgrandesrocasdenohaberla impulsadoHera,queteníagrancariñoporJasón.

»Porotroladoseelevandosgrandespeñas.Launaalcanzaelampliocieloconsuaguzadopico,ylaenvuelveunanegranube.Éstajamássedespeja,y

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nuncaelaire limpiorodeasucumbrenienveranonienotoño.No lapuedeescalarniconquistarningúnmortal,niaunquetuvieraveintemanosyveintepies.Porqueesarocaeslisa,tantocomosiestuvierapulida.Enelcentrodelaroca hay una tenebrosa caverna, orientada a poniente, al Erebo, a la quevosotros, ilustreOdiseo, podéis dirigir vuestra cóncava nave.Ni siquiera unarquerovigorosodisparandosuflechadesdesucóncavonavíopodríaalcanzarelfondodelantro.AllíhabitaEscilaquelanzaatronadoresaullidos.Suvoz,enefecto,escomoladeunjovencachorro,peroellaesunmonstruoespantoso.Nadiesealegraríadeverla,nisiquieraundiosquese toparaconella.Tienedoce patas, todas deformes y seis cuellos larguísimos, y sobre cada uno deellosunacabezahorrible,yenellastresfilasdedientes,agudosyapretados,repletos de negra muerte. A medias está sumergida en la hueca caverna, yemergen por encima del tremendo abismo sus cabezas, por allí se mueveescrutandolacueva,ypescadelfinesyperrosmarinos,otalvezcapturaalgúncetáceomayor,delosqueamilesnutrelaululanteAnfitrite.Jamásdeallísejactanlosnavegantesdeescaparsindañoenlanave,puesconcadacabezasellevaaunhombre,arrebatándolodegolpedelbarcodeproaazul.

»Verásmuycerca elotropromontorio,Odiseo,queesmásbajo.Podríassuperarloconuntirodeflecha.Sobreélhayunaenormeencinasilvestre,defrondosofollaje.PordebajodeélladivinaCaribdissorbeelaguanegra,tresveces al día la vomita y tres la absorbe tremendamente. ¡No vayas tú aacercarteporallícuandolasucciona!NopodríaentoncessalvartedeldesastrenisiquieraelSacudidordelatierra.Asíque,manteniendotunavepegadaalescollo de Escila, pasa de largo a toda prisa porque es mucho mejorciertamenteechardemenosaseishombresdetunavequeatodosjuntos”.

»Asímedijo,yyo,angustiándome,lecontesté:

»“Peroahora,diosa,dimeestosinmásrodeos:¿acasopodríaescaparporunladoalafunestaCaribdisy,deotro,defendermedeEscila,cuandovayaaatacaramiscompañeros?”.

»Asíhablé,yella,ladivinaentrelasdiosas,alpuntorepuso:

»“¡Insensato, denuevo te empeñas en combatesguerrerosyporfías! ¿Nisiquieraantediosesinmortalesvasaclaudicar?Noesésaunamortal,sinounafierainmortal,terrible,atroz,salvajeeincombatible.Nohayningunadefensaposible.Lomejoreshuirdeella.Puessifuerascapazderevestirtusarmasalpiede su roca, temoquedenuevoseabalanzara sobre tiy te alcanzaracontodassuscabezasytearrebataradenuevootrostantoshombres.Asíquepasadatodaprisa,einvocaaCrataide,lamadredeEscila,quelaparióparadesdichadelosmortales.Éstaentoncesladetendráparaquenoataquedenuevo.

»Llegarás a la isla de Trinacia, donde pacen las numerosas vacas y laspingüesovejas deHelios.Sietemanadasdevacas y otros tantos rebañosde

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ovejas, con cincuenta reses por hato. No les nace ninguna cría y ningunamuerejamás.Diosassonsuspastoras,unasNinfasdebellastrenzas:FaetusayLampetía,alasquedioaluzladivinaNeeraparaHeliosHiperión.Despuésdeparirlas y criarlas suvenerablemadre las instaló en la isla deTrinacia, paraque habitaran allí lejos y guardaran los rebaños de su padre y las vacas decurvoscuernos.Sidejasaestosanimalesindemnesytecuidasdeturegreso,quizás logréis arribar a Ítaca, aunque sufráis desdichas. Pero si los dañáis,entoncestepronosticoladestruccióndetunaveytuscompañeros.Ysiacasotú escapas, llegarás tarde y mal, después de haber perdido a todos tuscamaradas”.

»Asíhabló,yprontollególaAuroradeáureotrono.Seretiróalinteriordesuislaladivinaentrelasdiosas,mientrasqueyomeponíaencaminohaciamibarcoyexhortabaamiscompañerosaque subieranabordoy seaprestaranjunto a los escálamos.Sentados en fila se pusieron abatir elmar espumosoconsusremos.Denuevodesdeatrásdelanavedeazuladaproanosenviabaunvientofavorable,quehenchíalasvelascomonobleacompañante,Circedebellas trenzas, la terrible diosa de humana voz. Pusimos en orden nuestrosaparejos y nos sentamos tranquilos en la nave, que dirigían el viento y eltimonel.Entoncesyohablabaamiscamaradasconcorazónafligido:

»“Amigos, no debe ser uno sólo ni dos los únicos que conozcan lasprofecías queme contóCirce, divina entre las diosas.Así que os las voy adecirparaque,conociéndolastodos,omuramosotomemosprecaucionesparaescaparalamuerteyeldestino.Enprimerlugar,nosaconsejaprecavernosdelavozydelpradofloridodelasdivinasSirenas.Amísólomedejaescucharsuvoz.Atadme,pues,conrigurosasligaduras,paraquemequedeaquífijo,depie junto al mástil, y que esténmuy fuertes las amarras. Y si os suplico yordeno que me desatéis, entonces vosotros sujetadme más fuerte con otrasmaromas”.

»Consemejantespalabrasinformédetodoamiscompañeros,mientrasquelabienconstruidanavellegabaalaisladelasSirenas.Laimpulsabaunvientopropicio.De pronto allí amainó el aire y se produjo una calma chicha, y ladivinidad adormeció las olas. Los compañeros se levantaron y plegaron lasvelasdelbarco,ylasrecogierondentrodelacóncavanavey,tomandoensusmanoslosremos,sentadosblanqueabanelmarconlaspulidaspalas.Amivezyocortéconmiagudaespadaunagruesatajadadeceraylafuimoldeandoenpequeñostrozosconmisrobustasmanos.Prontosecaldeabalacera,yaquelaforzabaunafuertepresióndelosrayosdeHelios,elsoberanoHiperiónida.Atodosmiscompañeros,unotrasotro,lestaponéconlamasalosoídos.Yellosme ataron a su vez de pies ymanos en la nave, erguido junto al mástil, yreforzaron lasamarrasdeéste.Ysentadosa los remossepusieronabatirelmarespumosoconsuspalas.

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»Perocuandoyadistábamostantocomoloquealcanzaungrito,ennuestropresuroso avance, a ellas no les pasó inadvertido que nuestra nave raudapasabacerca,yemitieronsusonorocanto:

»“¡Ven,acércate,muyfamosoOdiseo,grangloriadelosaqueos!¡Deténtunavíoparaescucharnuestravoz!Puesjamáspasódelargoporaquínadieensunegranavesinescucharlavozdedulceencantodenuestrasbocas.Sinoqueése,deleitándose,navegaluegomássabio.Sabemosciertamentetodocuantoen la amplia Troya penaron argivos y troyanos por voluntad de los dioses.Sabemoscuantoocurreenlatierraprolífica”.

»Asídecíandesplegandosubellavoz.Ymicorazónanhelabaescucharlas,yordenabaamiscompañerosquemedesataranhaciendogestosconmiscejas.Ellossecurvabanybogaban.ProntosepusieronenpiePerimedesyEurílocoyvinieronasujetarmemásfirmementeconlassogas.CuandoyalashubimospasadoynoescuchábamosmásnilavoznilacancióndelasSirenas,alpuntomis fielescompañerossequitaron laceraconque leshabíayo taponado losoídos,ymelibrarondelascuerdas.

»Mascuandodejamosyaatráslaisla,deprontoavistéunahumaredayunsalvaje oleaje y oí su estrépito. A los demás, aterrados, se les cayeron losremos de lasmanos, y chasquearon las palas sobre el flujomarino. Allí sedetuvolanave,cuandolosbrazosdejarondemoverlostorneadosremos.Yoentoncesibaporelbarcoyanimabaamiscompañerosconpalabrasdealiento,acercándomeacadaremero:

»“¡Eh,amigos,quenosomosparanadainexpertosendesdichas!Éstanoes,desdeluego,mayorquecuandoelcíclopenosencerróensucóncavacuevaconespantosabrutalidad.Y,bien,deallítambiénconmivalor,miastuciaymidecisión escapamos, y confío que de esto también podremos acordarnos.Ahora, venga,manos a la obra todos tal comoyo os diga.Vosotros con laspalas del remo batid la hondonada rugiente del mar, apostados junto a losescálamos,aversiZeusnosconcedeescaparde lamuerteysalvarnos.Ati,timonel,tedigoestoytúguárdaloentuánimo,yaquegobiernaseltimóndela cóncavanave.Mantén el barco lejos de esehumoyoleaje, y bordea concuidado los riscos, que no se te desvíe el rumbo y nos precipites en ladestrucción”.

»Asídije,yellosobedecieronalpuntomisórdenes.Aúnnolesconténadasobre Escila, inevitable calamidad, no fuera que, aterrorizados, miscompañerosdejaranlosremosyseocultarantodosjuntosallídentro.ConquemeolvidédelaangustiosaadvertenciadeCirce,cuandomeaconsejóquenoaprestara mis armas para nada. Entonces yo revestí mis armas famosas y,tomandoenmismanosdoslanzas,avancéhaciaelpuentedelnavíoenlaproa.PensabaquedesdeallíveríaapareceraEscilaenlaroca,portadorademuerte

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paramiscompañeros.Peronopudeatisbarladeningúnmodo.Semefatigaronlosojosdeescrutarportodosladoslabrumosaroca.

»Navegábamosentresollozosatravésdelestrechopaso.AunladoEscila.Y, por el otro, la divinaCaribdis comenzó a sorber espantosamente el aguasalinadelmar.Cuandoluegolavomitabadenuevo,comouncalderosobreelintensofuego,borboteabaconfierosremolinos,yporarribalaespumabañabalascimasdeambosescollos.Cadavezqueabsorbíaelaguasalinadelmarsedivisaba en el fondo un remolino ululante, y en torno a la roca resonabanescalofriantesmugidos,yalláabajosedejabaver la tierradearenanegra.Alosmíoslesatenazabaelpálidoterror.

»Mientrasnosotroslacontemplábamostemerososdelamuerte,deprontoEscilamearrebatóde lacóncavanavea seishombres,queeran losmejorespor sus brazos y fuerzas. Los busqué con la vista por la rápida nave, y deprontovialláen loaltosuspiesysusbrazos,mientraseranalzadospor losaires. Gritaban chillando mi nombre en su último clamor, con el corazónangustiado.Comocuandosobreunsalienteunpescadorde largacañaarrojacomo señuelo para los peces pequeños trocitos de sebo y lanza al mar elcuernodeunbueydeloscampos,yluegoloscapturaylosarrojaagonizantesa tierra, así ellos, agonizantes, eran arrojados sobre las rocas. Y allí, a laentrada,sepusoadevorarlos,yellosaullaban,mientrastendíanhaciamísusbrazosenlahorriblematanza.Aquellofuelomásdesgarradorqueyoviantemisojosdetodocuantosufrírecorriendolasrutasdelamar.

»Luego, cuando hubimos escapado de la terrible Caribdis y de Escila,prontollegamosaunaislaespléndida.AllíestabanlasvacasdeampliatestuzylosgruesosymuchosrebañosdeHeliosHiperión.Cuandoestabatodavíaenelmarabordodeminegranaveyaoíelmugirdelasvacasalentrarensusestablos,yelbalardelasovejas.Ymevinoa lamemorialaadvertenciadeladivinociego,eltebanoTiresias,ydeCircedeEea,quienrepetidamentemeaconsejó que nos guardáramos de la isla de Helios, el que alegra a losmortales.

»Asíqueentoncesmedirigíamiscompañeros,afligidoenmicorazón:

»“¡Escuchadbienmis palabras, pormuy apenadosque estéis!PorqueosvoyadecirlosvaticiniosdeTiresiasydeCircedeEea,quienrepetidamenteme recomendó que nos cuidáramos de la isla deHelios, el que alegra a losmortales. Pues aseguraba que aquí nos esperaba un cruelísimo desastre.Conque¡impulsadlanegranaveparapasardelargolaisla!”.

»Asídijeyaellosse lesestremecióelcorazón.EnseguidamerespondióEurílococonpalabrasrencorosas:

»“¡Eres inhumano, Odiseo, te sobra coraje y no sientes la fatiga en tus

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miembros! Seguro que estás hecho todo de hierro, si a tus compañerosagotadosdecansancioydesueñonolesdejasbajaratierra.Aquídenuevoenla isla rodeada de mar podríamos preparar una sabrosa comida. Pero nosmandas,encambio,avagarsinrumboenlasúbitanoche,rechazadoslejosdela isla, sobre la brumosa altamar.En las noches se desatan atroces vientos,ruinasdelosnavíos.¿Cómopodríaunoescapardeunadestrucciónbruscaside improviso nos asalta la tempestad del huracán, o del Noto o del Céfiroborrascoso,quemuyamenudodescuartizanunanave,sinquererlolosdiosesinmortales?Vamos,ahoraobedezcamosalaoscuranocheypreparémonoslacena,descansandoalpiedenuestroveloznavío.Y,levantándonosalalba,lobotaremosdenuevoalanchomar”.

»Así habló Euríloco, y asentían los demás compañeros. Por entonces yaadvertíaqueundiosnos tramabadesdichas,y,dirigiéndomeaaquél, ledijeestaspalabrasaladas:

»“Euríloco, mucho me forzáis, porque estoy solo. Mas, sea, prestadmetodosunsolemne juramento.Quesiencontramosalgunamanadadevacasoungranrebañodeovejas,ninguno,engestosinsensatos,vaadarmuerteaunavacaouncordero.SinoquecomedenpazlosvíveresquenoshaofrecidolainmortalCirce”.

»Así les dije y ellos al punto prestaron juramento como yo les exigía.Conque, después de que hubieron jurado y concluida la jura, atracamosnuestrabienconstruidanaveenunespaciosofondeaderojuntoaunmanantialde agua dulce, y muy pronto preparamos diestramente la cena. Luego quehubieronsaciadosuansiadecomidaybebidaseecharonallorarrecordandoasusqueridoscamaradas,alosqueEscilaarrebatódelacóncavanaveydevoró.Entrellantoslesenvolvióunprofundosueño.

»Perocuandoyaquedabasólounterciodenocheyseponíanlasestrellas,envió una furiosa tormenta Zeus, el amontonador de nubes, con unextraordinario huracán, y recubrió de nubarrones a la vez la tierra y elmar.Desdeelcielosedesplomabalanoche.

Apenas surgiómatutina laAurora de dedos rosáceos, atracamos la naveresguardándolaenunacóncavagruta,dondehabíahermososlugaresdedanzaydeasuetodelasNinfas.Allíconvoquéunareuniónydijeantetodos:

»“Amigos, ya que en la rauda nave nos quedan comida y bebida,abstengámonos de tocar las vacas, para no sufrir nada. Porque son de unterriblediosesasresesyesaspingüesovejas;sondeHelios,quetodoloveytodolooye”.

»Asílesdije,ysedejópersuadirsuesforzadoánimo.DurantetodounmessoplóelNotoincesante,yningúnotrovientosurgiódespués,sinotansóloel

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Euro y el Noto. Mientras ellos tuvieron pan y vino todo el tiempo semantuvieronlejosdelasvacas,atentosaconservarsuvida.Perocuandoyaseagotaron todas las provisiones de nuestro barco, entonces se dedicaron, pornecesidad,a lacaza,enbuscadepecesyaves, loquecayeraensusmanos,armadosconcurvosanzuelos.Elhambrelesdesgarrabaelestómago.

»Yo, entre tanto,me interné en la isla para suplicar a los dioses a ver sialgunomeindicabauncaminoparasalirdeallí.Adentrándomepuesenlaisla,esquivandoamiscompañeros,despuésdelavarmismanosyencontrandounabrigodelatempestad,comencéasuplicaralosdiosesquehabitanelanchoOlimpo.Ellosderramaronsobremispárpadoseldulcesueño.

»YentreloscompañerosEurílococomenzóadarunmaliciosoconsejo:

»“¡Prestad atención a mis palabras, compañeros en afrontar tantasdesgracias!Todaslasmuertessonodiosasparalosinfelicesmortales,perolomás penoso es sucumbir y perder la vida por hambre. Así que, adelante,cojamos las mejores vacas de Helios y sacrifiquémoslas a los dioses quehabitan el amplio Olimpo. Si regresamos a casa, a nuestra tierra patria,enseguida construiremos a Helios Hiperión un espléndido templo, y leofreceremos allí numerosas y dignas ofrendas votivas. Pero si, irritándose acausa de las vacas de altos cuernos, decide destruir nuestra nave, y eso loapruebanlosotrosdioses,prefieroperderlavidadeunaveztragandoolasquedesfallecerlentamenteenestaisladesierta”.

»Así habló Euríloco y asentían los demás compañeros. Muy prontoapartaronlasmejoresvacasdeHeliosdeallícerca,puesnolejosdelbarcodeproa azul pacían las hermosas reses de ancha testuz y sesgado paso, y lasacorralaron al tiempo que hacían plegarias a los dioses, coronándolas conhojas frescasdeunhayadealtacopa,porqueno teníancebadablancaensunave de buenas maderas. Luego hicieron sus plegarias, las degollaron ydesollaron, despiezaron los muslos y los recubrieron de grasa, por arriba yabajo, y sobre ellos colocaron trozos de carne. No tenían vino para hacerlibacionessobrelasvíctimasqueseasaban,perohicieronlibacionesconaguaal tiempo del asado de las vísceras. En cuanto se quemaron los muslos yprobaron las vísceras, se pusieron a trocear por menudo todo el resto y aensartarloenlosespetones.

»Entonceselplacenterosueñodesapareciódemispárpadosyechéaandarhacia la rápida navey a la orilla delmar.Pero cuando al avanzar estaba yacercadelnavíodecurvoscostados,meenvolvióelvahodulzónde lagrasa.Dandounsuspirolancémiquejaalosdiosesinmortales:

»“¡PadreZeusyfelicesdiosesquesoisparasiempre,cuánparami ruinameadormecisteiscondespiadadosueñomientrasmiscompañerosvelabanytramabanelgrandesastre!”.

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»Veloz se presentó ante Helios Lampetía de vaporoso peplo paracomunicarlequehabíamosmatadosusvacas.Yél,almomento,enfurecidoensucorazón,hablóalosdioses:

»“¡Zeus Padre y demás dioses de vida inagotable, castigad a loscompañerosdeOdiseohijodeLaertes!Elloshanmatadoconbrutalarroganciamis vacas, de las que yome regocijaba una y otra vez al ascender al cieloestrellado,ycuandodenuevodelcielovolvíahacialatierra.Sinomepaganuna compensación apropiada me sumergiré en el Hades y alumbraré a losmuertos”.

»ContestándoledijoZeus,elqueamontonalasnubes:

»“Helios, tú sigue alumbrando entre los inmortales y para los humanosmortalessobrelatierrafecunda,queenpagoporestoyoenseguidalanzarémirayoardientesobresuraudanaveylaharétrizasenmediodelvinosomar”.

»EstoyolosupeporCalipsoladehermososbucles,yellamecontóqueselohabíaoídoaHermes,eldiosmensajero.

»Encuantolleguéalanaveyalmarmepuseareñiraunotrasotro,peroyanopodíamosofrecerremedioalguno.Lasvacasestabanyamuertas.Prontolosdiosescomenzaronamanifestarsusprodigios.Laspielesserpeabanylascarnesensartadasenlosespetonesmugían,asadasycrudas.Resucitabaasílavozdelasvacas.

»Alo largodeseisdíasmis fielescompañerosgozarondelbanquete trashaberarrambladoconlasmejoresvacasdeHelios.MascuandoyaaportóZeusCrónida el día séptimo, entonces dejó de soplar con furia el vendaval, ynosotrossubimosabordo.Alinstantebotamosalanchurosomarnuestranavealzandoelmástilydesplegandolasblancasvelas.Perocuandodejamosatrásla isla y no se divisaba ya tierra alguna, sino sólo cielo ymar, entonces elCrónida colocó una nube oscura sobre la cóncava nave y el mar seconvulsionó bajo ella. Ya no se pudo avanzar por mucho rato. Porque, depronto,llegóululandoelfuriosoCéfiro,conunatremendaborrasca.Lafuriadelhuracánpartiólosdoscablesquesujetabanelmástil,yéstesederrumbóhaciaatrásytodaslasjarciasquedaronrevueltasenlasentina.Elmástilenlapopa de la nave golpeó la cabeza del piloto y le partió a la vez todos loshuesos del cráneo. Y él, a lamanera de un buceador, se precipitó desde elpuenteysubravoánimoabandonósushuesos.Zeustronóy,alavez,asestóunrayosobrelanave.ÉstasezarandeóalseralcanzadaporelrayodeZeus,ysecubriódevaporesdeazufre.Cayeronporlabordatodosmiscompañeros.Semejantesaunascornejasmarinasalrededordelnavíoeranmecidosporlasolas.Ladivinidadlesprivódelregreso.

»Mientrasyoibayveníaporlacubierta,elturbióndesgajóloscostadosde

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la quilla, y el mástil se quebró sobre ella. Sobre éste estaba prendido unobenquehechodelcuerodeunbuey.Conélatéunidoslaquillayelpalo,ysentándome sobre ellosme dejé arrastrar por los crueles vientos.Cuando elCéfiro calmó su furor tempestuoso, arreció de pronto el Noto, trayendoangustia a mi ánimo, por temor de que fuera a exponerme de nuevo a lafunestaCaribdis.Todalanochemevizarandeado,yalsalirelsolllegabaalpeñóndeEscilayalaterribleCaribdis.

»Reabsorbióellaelaguasalobredelmar,peroyo,alzándomedeunsaltoen el aire, me agarré a la alta higuera, colgándome de ella como unmurciélago.No teníadónde fijarmispiesnimodode trepar,yaqueestabanlejossusraícesylasramasmuyenloalto,largasyextensas,quecubríandesombraaCaribdis.Sinvacilarmemantuvebienasido,hastaqueellavomitaradenuevolaquillayelmástil.Loesperéconansia,yalfinreaparecieron.Alahoraenqueunhombrevuelveparacenardelaplazadespuésdehaberjuzgadomuchospleitosdelitigantestenaces,entoncesreaparecieronlosmaderosdesdeelhondóndeCaribdis.Enseguidadejéyodesujetarmedepiesymanosycaíde golpe allí, en el medio, sobre los larguísimos maderos. Y me senté ahorcajadasyreméconmisdosmanos.NopermitióelPadredeloshombresylos dioses que Escila me avistara. En ese caso no habría escapado de unaabruptamuerte.

»Desde allí fui arrastrado durante nueve días y a la décima noche losdioses me dejaron en Ogigia, donde vive Calipso, la de hermosas trenzas,terriblediosadehumanavoz.Ellamealbergócariñosaymecuidó.¿Quémástevoyacontar?Yaayertelorelaté,entupalacio,atiyatunobleesposa.Meresultapenosovolveradecirloqueyahecontadocondetalles».

CANTOXIII

Asídijo.Todoslosdemásquedáronsequietosyensilencio.Elencantolosteníadominadosenlasalaensombrecida.YentoncestomólapalabraAlcínooydijo:

«Odiseo, puesto que alcanzaste mi casa de broncíneo umbral y elevadatechumbre, creo que no vagarás por más tiempo errabundo para lograr turegreso,quemuchísimoyahassufrido.Respectoavosotros,aunoporunoosanimoyosinvito,atodosquienesenmipalaciobebéissiempreelvinorojodelos nobles ancianos y escucháis al aedo. Ya están, para nuestro huésped,guardadasenunpulidoarcónlasropas,elorobienlabradoytodoslosotrosregalos que aquí han traído los consejeros de los feacios. Así que, vamos,ofrezcámosle un trípode grande y un caldero cada uno, ymás adelante nos

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resarciremoshaciendounacolectaentreelpueblo,porqueescostosohacersinmástalesregalos».

AsíhablóAlcínoo,yaellos lesagradósupropuesta.Sefueronadormir,cadaunoasucasa.

ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,acudieronentropelala nave, y traían espléndido bronce.Allí sus dones depositó bien la sagradafuerza de Alcínoo, recorriendo él mismo la nave, debajo de los bancos demadera, para que no estorbaran a ninguno de los que bogaban cuando seaplicaranconahíncoalosremos.SedirigieronluegoalpalaciodeAlcínooysepusieronaprepararelbanquete.LasagradafuerzadeAlcínoosacrificóparaellosunbuey,enhonordeZeus,elCrónidadenegrasnubes,quereinasobretodos.Quemaronlosmuslosycelebraronunadmirablefestíndisfrutandodelmismo.Paraelloscantabaeldivinoaedo,Demódoco,veneradoporelpueblo.Odiseo,porsuparte,volvíaamenudosucabezahaciaelsolresplandeciente,ansiandoquesepusiera.Puesyaanhelabapartirderegreso.Comocuandouncampesino aguarda con ansias la cena, después de haber empujado por elcampo,trassusbueyesrojizos,elresistentearado,yveconplacersumergirsela luz del sol para encaminarse al fin a su casa, y al ponerse en camino letiemblanlasrodillas,asídeplacenterafueparaOdiseolapuestadelaluzdelsol.

Almomentoleshablóalosfeacios,amigosdelosremos,y,dirigiéndoseantetodoalreyAlcínoo,dijoestaspalabras:

«PoderosoAlcínoo,muy glorioso entre todas las gentes, cumplid ya laslibaciones y dejadme partir sano y salvo. Y seguid alegres. Pues ya se harealizadocuantodeseabamiánimo.Tengoescoltayagradables regalos,queojalálosdiosescelestesmedejengozar.Yojalápuedahallaramiintachableesposaenmicasa,amiregreso,asalvojuntoamisseresqueridos.Vosotros,losquepermanecéisaquí,dadcontentoavuestrasmujereslegítimasyvuestroshijos. Y que los dioses os den la excelencia de toda clase, y que ningunarencillasurjaentreelpueblo».

Asídijo,ytodosloaprobaronydecidieroncuidardelviajedelextranjero,puestoquesehabíaexpresadotanrazonablemente.YentonceslamajestaddeAlcínooledijoalheraldo:

«Pontónoo,mezclaelvinoenlacráteraysirveatodosenlasala,paraque,despuésdeinvocaraZeusPadre,enviemosalhuéspedasutierrapatria».

Asídijo,Pontónoohizolamezcladeldulcevino,yescancióatodosunotras otro. Ellos hicieron las libaciones a los dioses felices que habitan elampliocielo,allímismo,desdesusasientos.AlzóseenpieeldivinoOdiseo,pusoenlasmanosdeAretelacopadedobleasay,dirigiéndoseaella,habló

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estaspalabrasaladas:

«Séfeliz,reina,parasiempre,hastaquelavejezylamuertetelleguen,lasqueacechanatodosloshumanos.Yo,pormiparte,mevoy.Perotúgozatusalegríasenestacasacontushijos,tupuebloyelreyAlcínoo».

Despuésdehaberhabladoasí,traspusoelumbraleldivinoOdiseo.ConélenviabadeescoltaunheraldoelpoderosoAlcínooafindequeleguiarahastalanaverápidaylaorillamarina.YAretemandabaconélunasesclavassuyas,una que llevaba un manto recién lavado y una túnica, y otra que laacompañaba transportandoun sólidoarcón,yuna tercera cargadaconpanyrojovino.

De modo que, en cuanto llegaron a la nave y al mar, sus nobles guíasentregaronestosregalosycolocarondentrodelacóncavanavetodalacomidaylabebida.LuegoextendieronparaOdiseounacolchayunateladelinosobreel puente de la cóncava nave, en la popa, para que allí durmiera tranquilo.Entonces él subió a bordo y se echó a descansar en silencio. Los otros sesentaronenlosbancosderemeros,unotrasotro,enbuenorden,ydesligaronlacuerdaquelaamarrabaaunarocaperforada.Despuésseencorvaronsobrelosremosysepusieronabatirelmarconsuspalas.

Ya él sobre lospárpados le iba cayendoun sueñoplacentero, profundo,suavísimo,muyparecidoalamuerte.Gomoporlallanuraloscuatrocorcelesde una cuadriga, azuzados a la par por el restallar del látigo, se abalanzanansiosos y recorren veloces la senda, así entonces se deslizaba la popa delnavío,ypordetrássealzabaconfuriaunagranolaencrespadadelresonantemar.

Corríalanavemuyseguraydecidida.Nisiquieraunhalcón,lamásvelozdelasaves,lahabríaigualado.Tanraudamenteavanzabacortandolasolasdelmar,llevandoenellaaunhombrequeensuspensamientosseasemejabaalosdioses, el que antaño muchísimos dolores soportó en su corazón mientrasatravesabalasguerrasdeloshombresylosfierosembatesmarinos.Entonces,porfin,dormíatranquilo,olvidadodetodossuspesares.

Apenassehabíaalzadolaestrellaquemásbrilla,laquevieneanunciandoporencimadelasotraslaluzdelamatutinaaurora,enesemomentorecalabaenlaislalanavemarinera.

Hay allí un puerto deForcis, el viejo delmar, en el país de Ítaca.En lacosta dos salientes montañosos, que forman como las alas del puerto, loresguardandelgranoleajedevientoshostilesquevienedefuera.Dentrodeélsinamarrasquedanasalvolasnavesdebuenosmaderos,unavezquealcanzanlametadelfondeadero.Hayallí,enunextremodelpuerto,unolivodeampliofollaje, y a su vera una cueva agradable ymuy espaciosa, consagrada a las

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Ninfas que llaman Náyades. Hay en ella cráteras y ánforas trabajadas enpiedra.Allísuelentambiénlibarsumiellasabejas.Yallíestántambiénunosgrandestelaresdepiedra,dondelasNinfastejensustelasdepúrpuramarina,maravilla de ver.Y unas aguas de perenne fluir.Dos entradas tiene; una decara al Bóreas, accesible a los humanos; otra, vuelta en cambio al Noto,reservadaalosdioses.Poréstanoentranloshombres,sinoqueesuncaminoreservadoalosinmortales.

Por allá penetraron conociendo el lugar ya de antes. La nave se quedóvaradaenlaplayahastalamitaddelaquilla,ensuavanceimpetuoso.Tantoimpulso le daban los brazos de los remeros. Desembarcando del navío debuenos bancos de remos a tierra firme transportaron enseguida fuera de lacóncavanaveaOdiseo,consusábanadelinoysuespléndidocobertor,y lodejaronallísobrelaarenadominadoporelsueño.LuegosacaronlasriquezasquelosmagníficosfeacioslehabíandadocuandoregresabaasuhogargraciasalamagnánimaAtenea.Todosesosregaloslosdepositaronenmontónjuntoaltronco del olivo, a cierta distancia del camino, para que ningún viandantepasaraporallíantesdequedespertaraOdiseoylosrobara.

Ellos se partían de nuevo hacia su patria. Pero no había olvidado elSacudidordelatierrasusamenazas,lasqueantañolanzaracontraelheroicoOdiseo,yfueaconsultarladecisióndeZeus.

«¡Padre Zeus, ya nunca seré honrado yo entre los dioses inmortales,cuando nada me honran unos mortales, los feacios, que además son de mipropia estirpe! Pues yo también contaba conque Odiseo, después de sufrirmuchosmales,ibaaregresarasucasa.Elregresonuncaseloneguédeltodo,puesto que tú previamente lo habías prometido y asentido. Pero ésos lotrajeronsobreelmardormidoenunraudonavíoylohandejadoenÍtaca,yledieron incontables regalos, bronce, oro enmontón y telas bordadas, con talabundanciacomonuncalahabríaobtenidoOdiseodeTroyasihubierasalidosanoysalvoconsupartedelbotín».

RespondiéndoleledijoZeus,elamontonadordenubes:

«¡Ah, muy poderoso Agitador de la tierra, qué cosas dices! De ningúnmodotemenosprecianlosdioses.Penososeríadespacharcondesprecioalmásviejo y más ilustre. Si alguno de los hombres, cediendo a su poder y susoberbia,notehonra,siempretienesamanoprontatuvenganza.Actúacomoquierasyleresultegratoatuánimo».

LerespondióalpuntoPoseidón,elsacudidordelatierra:

«Prontopuedo actuar yo, señor de las negras nubes, como afirmas.Perosiempretengoencuentatuvoluntadylaacato.Ahora,enefecto,lamuybellanave de los feacios que regresa de su viaje por el brumoso ponto quiero

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destrozarla,paraqueellossecontenganydejendetransportaraloshumanos,yqueungranmonteoculteyrodeesuciudad».

RespondiéndoledijoZeus,elamontonadordenubes:

«Amigomío,amiánimoleparecequeserámejordeestemodo:cuandotodassusgentesesténviendodesdelaciudadacercarselanave,transfórmalaenpiedrafrentealacosta,enunarocaparecidaaunanave,paraquetodosseasombrenyluegohazqueungranmonterodeeyocultesuciudad».

En cuanto lo hubo oídoPoseidón, el sacudidor de la tierra, se encaminóhacia Esqueria, donde viven los feacios, y allí se detuvo. Llegómuy raudojuntoalanavemarineraquecorríaveloz.JuntoaellaacudióelSacudidordela tierra, y la convirtió en roca y la enraizó en el fondo con un golpe de lapalmadesumano.Dioselavueltayalejóseagrandespasos.

Los feaciosde largos remos, hombres famosospor susbarcos, se decíanunosaotrospalabrasaladas:

«¡Ay, ay! ¿Quién ha detenido la rauda nave en alta mar cuando volvíapresurosa?Yasedejabavertodaentera».

Así lo comentaba uno con otro. No sabían lo que había ocurrido. EntreellostomólapalabraAlcínooydijo:

«¡Ay, ay!Ahora sí queme alcanzan las antiguas profecías demi padre,quien me aseguró que Poseidón se irritaría con nosotros, por ser infaliblesporteadores de todos.Mepronosticó que una vez destrozaría unamuybellanavedelosfeaciosalregresodeunviajeporelbrumosopontoyquecubriríanuestraciudadunaenormemontaña.Asílovaticinóelanciano.Ahoravieneacumplirsetodoeso.

»Así que, vamos, tal como os lo diga, obedezcamos todos. Dejad detransportara losmortales, siemprequealguno llegueanuestraciudad.YenhonordePoseidónvamos a sacrificar doce torosbien escogidos, a ver si seapiadaynonosocultalaciudadtrasungranmonte».

Asídijo.Ellossintierontemoryaprestaronlostoros.

Mientras que hacían sus plegarias al soberano Poseidón los jefes yconsejeros del pueblo de los feacios, reunidos en torno a su altar, el divinoOdiseo despertó. Ya dormía él en su tierra patria, pero no la reconoció,despuésdetanlargaausencia.HabíaderramadonieblaladiosaPalasAtenea,lahijadeZeus,paraqueélsesintieraperdidoyellaseloexplicaratodo,afindequenollegaranareconocerlosuesposanisusconciudadanosnifamiliares,hasta que castigara a todos los pretendientes por sus ultrajes. Por eso todoaparecíaextrañoalosojosdelrey:losextensoscaminosylospuertosdebuenfondeadero,ylasrocasrecortadasylosárbolesfrondosos.

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Sealzóenpiedandounbrincoyobservósutierrapatria.Acontinuacióndioungemidoy segolpeó losmusloscon laspalmasde lasmanos,yentresollozosdecíaestaspalabras:

«¡Aydemí!¿Entierradequéhombresmeencuentroahora?¿Seránéstosviolentos,salvajesydesconocedoresdelajusticia,obienhospitalariosyconuna mente piadosa? ¿Adónde llevo todos estos objetos? ¿Por dónde voy aandar errante? ¡Ojalá me hubiera quedado allá entre los feacios! Podría yohaberacudidoaotrodelosreyespoderososquemehubieraapreciadoydadoescolta para regresar. Ahora no sé dónde depositar estas cosas, y no voy adejarlasaquíparaqueseanbotínparaotros.¡Ay,ay!¡Noeran,porlovisto,deltodosabiosni justos loscaudillosyconsejerosde los feacios!Ellosmehantraídoaunatierraextraña.BienquepodríanhabermellevadoalaclaraÍtaca,peronolohicieron.¡QueZeusprotectordelossuplicantesloscastigue,élquevigilaa todos loshumanosycastigaalqueyerra!Mas,vamos,voyacontarmisriquezasyverésinosefueronllevándosealgunaensucóncavanave».

Diciendoesto,sepusoacontarloshermosostrípodesycalderos,eloroytodas las bellas telas bordadas.Ninguna cosa echaba a faltar.Mas suspirabaporsutierrapatriaarrastrandolospiesporlaorilladelmarresonante,dandomuchos gemidos. A su lado se presentó Atenea, tomando en su aspecto laaparienciadeunmuchacho,unpastorderebaños,muyesbelto,comosuelenserloshijosdelosreyes,quellevabasobresushombrosunacapadoblebientejida. En sus ligeros pies portaba sandalias y en las manos una jabalina.RegocijóseOdiseoalverloyfueasuencuentro,ydirigiéndolepalabrasaladasledijo:

«Eh,amigo,yaqueereselprimeroqueencuentroenestatierra,bienvenidoseas.Ojaláquenovengasconánimohostil,ponabuenresguardoestascosasysálvameamí.Atiteruegocomoaundios,ymeabrazoatusrodillas.Dimeestodemodoveraz,paraqueyomeentere:¿quétierraesésta?¿Quépueblo,quégentesaquíviven?¿Esacasouna isladiáfana,oacasouna ribera, en lacostamarina,delcontinentedefértilescampos?».

LecontestóentoncesAteneadeojosglaucos:

«Eresnecio,extranjero,ohasvenidodelejos,sipreguntasporestatierra.En absoluto carece de nombre sin más. Muy muchos saben de ella, biencuantoshabitanhacialaaurorayelsol,biencuantosestánhaciaatrás,haciaelcrepúsculosombrío.Ciertamenteesescarpadaeinadecuadaparaloscaballos;tampoco es demasiado pobre ni muy extensa. Pues produce trigo enabundanciaydavinotambién.Decontinuorecibelluviayuncopiosorocío.Tiene buenos pastos para cabras y vacas.Hay en ella un bosque de variadaarboleda ymanantiales perennes. Por eso, extranjero, el nombre de Ítaca hallegadohastaTroya,queestá,segúndicen,bienlejosdelatierraaquea».

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Asíhabló,ysellenódealegríaelsufrido,divinoOdiseo,sintiendoelgozodesutierrapatria,encuantoleinformóPalasAtenea,hijadeZeusportadordelaégida.Y,respondiéndole,dijopalabrasaladas.Sinembargo,élnodecíalaverdad,sinoquedisimulabasudiscurso,porquetramabaensupechountrucoprovechoso.

«HeoídohablardeÍtacainclusoenlavastaCreta,bienlejos,alotroladodelmar.Acabodellegaryoconestasriquezas.Despuésdehaberdejadoamishijos otras tantas, me he desterrado porque di muerte al hijo querido deIdomeneo,aOrsíloco,depiesveloces,queenlavastaCretasuperabaconsusrápidos pies a todos los hombres comedores de pan. Porque él queríaarrebatarmetodomibotíndeTroya,porelqueyohabíasufridodoloresenmiánimo, soportando las guerras de los hombres y las amargas olas, con elpretextodequenoservíniobedecíasupadreenelpaísdelostroyanos,sinoqueyocapitaneabaaotrosguerreros.Yoloatraveséconmi lanzadebroncecuandovolvíadelcampo,tendiéndoleunaemboscadaconmiscompañerosalbordedelcamino.Unanochemuyoscuracubríaelcielo,yningunapersonanosvio,ynofuidescubiertoalquitarle lavida.Peroapenaslohubematadoconmi afilado bronce, enseguida me dirigí hacia una nave de los famososfeacios con súplicas, y les prometí un agradable botín. Les pedí que meaceptaranabordoymellevaranaPilosoaladivinaÉlide,dondemandanlosepeos.Sinembargonosapartódeallílafuriadelvientoapesardesusmuchosempeños; ellos no querían engañarme. Desde allí, rechazados y errantes,llegamos acá de noche. Con esfuerzos entramos remando en el puerto yningunodenosotrosseacordódelacomida,aunquemucholanecesitábamos.Conqueasídesembarcamos todosde lanaveynos tumbamossinmás.Peroentoncesamí,deshechodefatiga,medominóeldulcesueño.Ellossacarondelacóncavanavelasriquezasylasdejaronaquí,enlasarenasdondeyodormía.SesubieronasubienprovistanaveypartieronhaciaSidón,mientrasyomequedéaquíconelcorazónangustiado».

Así dijo, y sonrió la divina Atenea de ojos glaucos, lo acarició con sumano.Ensufiguraseparecíaaunamujerhermosayalta,expertaendelicadastareas.Y,hablándole,ledecíaestaspalabrasaladas:

«¡Taimado y trapacero sería quien te aventajara en cualquier tipo deengaños, incluso si fuera un dios quien rivalizara contigo! ¡Temerario,embaucador, maestro en enredos! ¿Es que ni siquiera estando en tu patriapodrías prescindir de los embustes y las palabras de engaño que te son tangratas?Pero,ea,dejémoslo,queambossabemosmuchodetrucos.Porquetúeres conmucho elmejor de todos los humanos en ingenio y palabras, y yoentretodoslosdiosestengofamapormiastuciaymismañas.NisiquieratúhasreconocidoaPalasAtenea,lahijadeZeus,quedecontinuoestoyatuladoentodostustrabajosyteprotejo,ytehicegratoatodoslosfeacios.

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»Ahoradenuevoheacudidoacápara tramarcontigounplanyesconderlas riquezas que losmagníficos feacios te dieron al regresar a tu patria, pordecisión y voluntadmía, y para decirte cuántas penas te obligará a sufrir eldestino en tu sólidamorada.Tú sopórtalas, por tunecesidad, yno reveles aninguno,niahombresniamujeres,anadie,cómollegasteerrando,sinoqueensilencioaguantalosmuchosdolores,soportandolosultrajesdelosotros».

RespondiéndolacontestóelmuyastutoOdiseo:

«Difícilesreconocerte,diosa,paraunmortal,elqueteencuentre,aunsiessabio.Porquetehacessemejanteacualquiera.Perobienreconozcolodequeantes fuiste mi protectora, mientras combatimos en Troya los hijos de losaqueos.Luego,cuandoarrasamoslaescarpadaciudadeladePríamo,partimosenlosbarcosyundiosdispersóalosaqueos,dejédeverte,hijadeZeus,ynoadvertí que vinieras a mi nave a resguardarme de algún dolor, sino que,siempre con el corazóndesgarrado en el pecho, vagué errante hasta que losdiosesmelibrarondetaldesgracia,hastaqueenelprósperopaísdelosfeaciostúenpersonamereconfortastecontuspalabrasymecondujisteasuciudad.Ahorate imploro,portupadre.PuescreoquenohellegadoalaclaraÍtaca,sino que ando dando vueltas por alguna otra tierra. Pienso que tú, jugandoconmigo, me lo has dicho para engatusar mi entendimiento. ¡Dime si deverdadhellegadoamitierrapatria!».

LerespondióluegoladiosaAteneadeojosglaucos:

«Siempre albergas en tu pecho esa forma de pensar. Por eso no puedoabandonarte, por desventurado que seas, porque eres persuasivo, agudo yprudente. Cualquier otro hombre, al regresar de su larga erranza, se habríaprecipitado ansioso a ver a sushijosy sumujer.Pero a ti te gusta enterarteanteseinformarte,einclusoponerapruebaatuesposa,que,sinembargo,teaguardaenpalacioyseconsumedecontinuoderramandolágrimasennochesydíastristes.Yo,pormiparte,nuncadesconfiéyenmiánimobiensabíaqueregresaríasdespuésdeperdera todos tuscompañeros.Pero,desde luego,noquisepelearconPoseidón,hermanodemipadre,queteguardórencorensuánimo,furiosoporquedejarasciegoasuqueridohijo.

»Venga,temostraréelterritoriodeÍtaca,paraqueteconvenzas.ÉsteeselpuertodeForcis, el ancianodelmar,y éste elolivodeamplio follaje, en lacabeceradelpuerto.CercadeélestálacuevagraciosayneblinosaconsagradaalasNinfas,lasquellamanNáyades.Ésaeslacueva,enefecto,espaciosaybientechada,dondetúofrecíasamenudoperfectashecatombesalasNinfas.YesedeahíeselmonteNéritorecubiertodebosques».

Al tiempoqueasíhablaba, ladiosadisipó lanieblayquedóa lavista laregión. Se alegró al instante el sufrido divino Odiseo, regocijándose de sutierraybesóelfértilsuelo.LuegoalzósusmanosyrezóalasNinfas:

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«¡Ninfas Náyades, hijas de Zeus, no pensaba yo volver a veros jamás!Aceptadahorami salutaciónconpalabrasdegozo.Osdaremos,por seguro,regalos como antes, si, benévola, la hija de Zeus, protectora del botín, mepermiteviviraquíyvercreceramiqueridohijo».

LerespondiódenuevoAteneadeojosglaucos:

«Confía y que estas cosas no te preocupen más en tu mente. Ahora,enseguida,pongamosa salvoestas riquezas, enel fondode ladivinacueva,paraquequedenabuen recaudopara ti.Ymeditemosnosotros cómosaldrátodolomejorposible».

Despuésdehablarasí,adentróseladiosaenlasombríacaverna,escrutandolos rinconesde lacueva.Odiseo,asuvez, iba transportando todo:eloro,elbronceinquebrantableylasbientejidasropasquelehabíandadolosfeacios.Allílascolocóbien,yencajóluegounarocaenlaentradaPalasAtenea,lahijadeZeusportadordelaégida.

Sesentaronambosjuntoaltroncodelsagradoolivoysepusieronaplanearlamuertedelossoberbiospretendientes.YtomólapalabraladiosaAteneadeglaucosojos:

«DivinohijodeLaertes,muymañosoOdiseo,piensacómovasalanzartusmanos sobre los soberbios pretendientes, que ya por tercer año se sientendueñosde tu hogar, cortejando a tu heroicamujer y ofreciéndole regalos deboda.Ella,suspirandodecontinuoensucorazónporturegreso, lesconcedeesperanzasatodosyhacepromesasaunosyotros,enviándolesrecados,perosumenteanhelaalgomuydistinto».

RespondiéndolacontestóelmuyastutoOdiseo:

«¡Ay,cuáncercaestuvedeacabarsufriendoenmicasaelfunestofinaldeAgamenón Atrida, si tú no me hubieras advertido, diosa, de todo muy atiempo! Pero, ea, trama un plan de acción, para que yo los castigue, ymanténte a mi lado con ánimo brioso, como cuando conquistamos losespléndidos recintos de Troya. ¡Ojalá que me asistieras con todo ímpetu,ojigarza,yyobatallaríacontratrescientosadversarioscontuayuda,venerablediosa,siemprequemeauxiliarasbenévola!».

LerespondióluegoladiosadeojosglaucosAtenea:

«Desde luego yo voy a permanecer a tu lado, y no te perderé de vistamientrasnosesforcemosenesta tarea.Pienso,enefecto,quemásdeunodelospretendientesquedevoran tuhaciendava a salpicar con su sangrey sussesoselampliopavimento.Asíque,sea, teharé irreconociblepara todoslosmortales.Arrugarétuhermosapielentusflexiblesmiembrosyquitarédetucabezalosrubioscabellos,ytevestirédeharapos,conunaspectoqueresulte

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miserableparacualquiera,ydejaré legañosos tusojosqueantes fueronmuybellos,demodoqueparezcasmuyfeoatodoslospretendientes,yatumujeryatuhijo,alosquedejasteentupalacio.Perotúhasdepresentarte,antesdetodo, a tu porquerizo, el que es guardián de tus cerdos y que, sin embargo,conservahaciatiunhondocariño,ysienteafectohaciatuhijoylaprudentePenélope.Loencontraráscuidandoaloscerdos.ÉstospacenjuntoalaRocadel Cuervo y cerca de la fuente Aretusa, zampando sabrosas bellotas ybebiendoaguabarrosa,queacrecientalalozanagrasadelospuercos.Quédateallíyjuntoaélinfórmatedetodo.

»EntretantoyoiréaEspartadebellasmujeresafindellamaraTelémaco,tu querido hijo, Odiseo, que semarchó hacia la extensa Lacedemonia, a lacorte deMenelao, para buscar noticias sobre su padre y saber si aún estásvivo».

RespondiéndoladijoelmuyastutoOdiseo:

«¿Porqué,pues,noselodijistetú,quetodolosabesentumente?¿Acasoparaque tambiénél,errabundo,sufradoloresenelaltamarestéril,mientrasotrosdevoransusbienes?».

Lecontestóluegoladiosadeglaucosojos,Atenea:

«Noestésenexcesopreocupadoporél.Yoenpersonaleacompañé,afindequeadquirieranoblefamaensuviaje.Porahoranotienefatigaalguna,sinoque,tranquilo,estáalbergadoenelpalaciodelAtrida,conmagníficosregalos.Esciertoqueleacechanunosjóvenesenunnegronavío,dispuestosamatarloenunaemboscada,peronocreoqueesoocurra.Antesinclusovaacubrir latierraaalgunodeesospretendientesquedevoransuhacienda».

Al tiempo que hablaba así, Atenea lo tocó con su varita. Le arrugó lahermosapielsobresusflexiblesmiembros,yeliminódesucabezalosrubioscabellos,yextendióportodosucuerpolapieldeunvetustoanciano,ydejólegañosossusojosqueantesfueronmuybellos.Ylecolocóencimaunatúnicay un manto andrajoso, unos harapos míseros y sucios, tiznados del humonegruzco, y lo cubrió con la extensa pelleja de un rápido ciervo biendespeluchada.Ledio unbastóny una tosca alforja toda con agujeros y concuerdaretorcida.

Yasí,despuésdehabertramadoelplan,sesepararonlosdos.LadiosaalinstantesemarchóhacialadivinaLacedemoniaenbuscadelhijodeOdiseo.

CANTOXIV

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Éste,porsuparte,echóaandardesdeelpuertoporunempinadosenderoalolargodeunparajeboscosoentrecerros,pordondeAtenealehabíaindicadoquevivíaeldivinoporquerizo,quevelabaporsusbienesmásqueningúnotrodelossiervosquehabíaadquiridoeldivinoOdiseo.Encontróselosentadoalaentradadeunrecintodealtosmurosquehabíaconstruidoparaestablo,enunlugarresguardado,hermosoygrande,deformaredonda.Lohabíaconstruidoel porquerizo mismo para los cerdos de su amo ausente, sin recurrir a suseñoranialviejoLaertes,conrocastraídasenacarreo,ylohabíavalladoconunsetoespinoso.Porfueracolocópaloscruzadosporaquíyporallí,densosyentrelazados,quehabíacortadodelnegrotroncodeunasencinas.Dentrodelrecintohabíahechodocecochiqueraspegadasunasaotras,dormitoriosparacerdos.Encadauna estabanencerradas cincuenta cerdasdedormir rastrero,fecundas y paridas. Los machos dormían fuera, mucho menos numerosos.Porque losmenguaban las comilonasde los ilustrespretendientes,yaqueelporquerizo una y otra vez les enviaba el mejor de todos los puercos másgordos.Losmachosveníanaserunostrescientoscincuenta.

Alladopernoctabanloscuatroperros,conaspectodefierassalvajes,quecriaba el porquero, capataz de sirvientes. Éste se estaba fabricando unassandaliasparasuspies,cortandounapielbovinadebuencolor.Losotrostresporquerizoshabíansalido,cadaunoporsulado,consupiaradecerdos,yauncuarto lo había enviado a la villa, a su pesar, a llevar a los soberbiospretendientesuncerdo,paraquelosacrificaranysaciaransuapetitodecarne.

ApenasvieronaOdiseolosperrosdefuriosoladrarcorrieronhaciaélconsonorosgruñidos.EntoncesOdiseosesentócautelosamenteydejócaerdesumanoelbastón.Allípudohabersufridounferozasalto,delantedelestablo,anoserporqueelporquerizoacudióprontoycorriódesdelaentradaconpiesveloces, soltando el cuero de su mano. Dándoles gritos y con repetidaspedradasaunoyaotrolado,ahuyentóalosperrosyluegodijoestaspalabrasasuseñor:

«¡Ah,anciano,porpoconotehandespedazadolosperrosenunmomento,yentoncesmehabríasdejadocubiertode infamia! ¡Bastantesdoloresmásylamentosmehandadolosdioses!Yazgolamentándomeyapenándomepormiheroico dueño, yme fatigo cebando cerdos grasientos para que otros se loscoman.Mientrastantoaquél,talveznecesitadodealimento,vagaerranteporunpaísyunpueblodehablaextraña,siesquetodavíaviveyvelaluzdelsol.Perosígueme,entremosen lacabaña,paraque tú también,viejo, tesaciesagustodecomidaybebida,yluegomecuentesdedóndeeresycuántospesareshassufrido».

Después de hablar así, lo condujo a su cabaña el divino porquerizo y lehizoentrarysentarse;esparcióunasramasfrondosasyextendiósobreellaselpellejovelludodeunacabramontés,supropiayacija,ampliaymullida.

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SealegrabaOdiseodequeasíloacogiera,ysedirigióaélyledijo:

«¡Quea ti, huésped, te concedanZeusy losdemásdioses loque túmásdeseas,porqueconbuencorazónmehasacogido!».

Ylecontestaste,enrespuesta,porquerizoEumeo:

«Extranjero, no tengo por norma despreciar a un huésped, ni si llegaalgunoinclusomásmíseroquetú.PuesdeZeusvienentodosloshuéspedesymendigos.Midonativoresultapequeño,perosincero.Maslacondicióndelossiervos es estar siempre temerosos, cuando tenemos amos jóvenes. Pues, sí,losdioseshanimpedidoelregresodeaquelquemehabríatratadoconafectoyotorgadolosbienesqueunpatróndebuencorazónsueledarasusiervo:unacasa,unterreno,yunamujerdebuenprecio.Aquientantosefatigaporél,yladivinidadlepremiaelesfuerzo,comomerecompensaamíestetrabajoenelquesigo.Síquemehabríabeneficiadomuchomiseñor,siaquíenvejeciera.Peromurió. ¡Ojalá asímuriera la estirpedeHelena, por completo, quehizodoblar las rodillas de muchos guerreros! Pues también él partió en pos delhonor de Agamenón hacia Troya de buenos corceles, a pelear contra lostroyanos».

Despuésdehablarasí,sesujetóprontolatúnicaconelcintoysepusoencaminohacialaspocilgas,dondeestabanencerradaslaspiarasdecerdos.Allíeligiódos,lostrajo,ylossacrificóaambos.Lospusoalfuego,lostroceóylosensartóenlosespetones.Despuésdeasadosporentero,losretiróylosofrecióaOdiseo calientes en losmismos espetones, tras espolvorearlos con blancaharina.Yenuncuencovertióvinodulcecomolamiel,sesentófrenteaél,einvitándoledijo:

«Come ahora, forastero, lo que está al alcance de los siervos, unoslechones.Porqueloscerdosbiencebadoslosdevoranlospretendientesqueensumentenoconocennieldecoronilapiedad.Noamanlosdiosesfeliceslosactos perversos, sino que honran la justicia y las acciones honestas de loshombres.Inclusoalosenemigosyasaltantesqueinvadenunatierraajena,yaquienes Zeus les otorga el botín del saqueo, y que colmando sus naves seaprestan avolver a suhogar, incluso a éstos les acuciaun fuerte temor a lavenganzadivina.Acasoéstossaben,pueshanoídolavozdeundios,latristemuertedeaquél,yporesonoquierennicortejarhonradamentenivolverseasustierras,sinoqueconsumendespreocupadossusbienesdemodoinsolenteysin ningún reparo. Todas las noches, pues, y los días que Zeus nos deparasacrificanmásdeunavíctimaymásdedos,yelvinoloapuranachorrosdeforma desenfrenada. Porque su fortuna era inmensa. Tan grande no la teníaningunodelosotroshéroes,nienelcontinenteoscuronienlamismaÍtaca.Tamañariquezanolalleganatenerniveintehombres.Telavoyadescribir.Docevacadasenelcontinente,otrostantosrebañosdeovejas,tantaspiarasde

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cerdos, tantos rebaños de cabras apacientan sus pastores, unos extranjeros yotros de aquí mismo. Por acá, en este extremo de la isla se crían ampliosrebañosdecabras,onceentotal,ylosguardanbuenospastores.Cadaunodeelloslesllevacadadíaalospretendientesunanimal,elquelepareceelmejordesusbiennutridascabras.Pormiparteyoguardoyprotejoestoscerdosylesenvíoelmejordelospuercosdespuésdeelegirlobien».

Así habló, mientras él ávidamente comía la carne y bebía el vino conansiedad, en silencio, ymaquinaba daños para los pretendientes. Luego quehubocomidoysaciadosuánimoconlosmanjares,entonceslellenóyofrecióelcuencoenquesolíabebercolmadodevino.Aquélloaceptó,congozoensucorazón,y,hablándole,ledecíaestaspalabrasaladas:

«Ohamigo,¿quiénpuesteadquirióconsusriquezas,tanadmirablementericoypoderoso,segúndices?AfirmasqueélhamuertoacausadelhonordeAgamenón.Cuéntamelo,porsiacasoalgunavezconocíaesehombre.SabenZeusylosdemásdiosessiporventurapodríahablartedeélhabiéndolovisto.Heviajadomuchoerrante».

Lerespondióluegoelporquerizo,mayoraldelossiervos:

«Anciano,ningúnvagabundoquellegaraconnoticiasacercadeélpodríaconvencerasumujeryasuqueridohijo.Engenerallosviajerossinrumbo,menesterosos de ayuda, mienten y no están avezados a contar la verdad.Cualquier trotamundos que llega al pueblo de Ítaca se va a mi señora acontarlesuspatrañas.Ellalosacogeytratabienylespreguntaporcadacosa,mientrasdesuspárpadoslecaenlágrimasdedolor,comosuelesucederaunamujer cuando sumarido hamuerto lejos. Pronto también tú, viejo, podríasinventarteunahistoria,sialguienteprometieraropas,unatúnicayunmanto.Aélyalehabránarrancadolosperrosylasrápidasaveslapieldesushuesos,ylehaquedadosóloelalma.Oacasoenaltamarlodevoraronlospecesysushuesosyacenenunaplayaperdidosenunmontóndearena.Deesemodoélhamuertolejosyhadejadotrasdesípenasparatodossusseresqueridos,yparamíantetodo.Porquenovoyaencontraryaaunamotanamable,dondequieraquevaya, ni si de nuevovolviera a la casa demi padre ymimadre, dondeantaño nací y con quienesme criaron.Ni siquiera lloro tanto por ellos, aunanhelandoverlosantemisojosyestarenmitierrapatria,sinoquemedesgarralapenaporelausenteOdiseo.Porqueyo,forastero,aunensuausencia,sientorespetoalnombrarle,puesmuchomequeríaymeapreciabaensuánimo.Asíquelollamoqueridoamigo,aunqueestébienlejos».

LerespondióentonceselmuysufridodivinoOdiseo:

«Ah,amigo,aunquetúlodescartasdeltodoeinclusoafirmasqueélnovaaregresar,ymantienesincrédulotuánimo,yotediré,nosinmás,sinoconunjuramento,queOdiseovolverá.Yquemepaguesalbriciasentonces,cuandoél

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regreseyllegueasumorada.Dameentoncesunmantoyunatúnica,buenasropas.Antes,pormuynecesitadoqueesté,nolasaceptaría.Porquemeresultatan odioso como las puertas del Hades aquel que, cediendo a la pobreza,cuentapatrañas.

»¡SépaloahoraZeusantelosdioses,ylamesahospitalariayelhogardelintachableOdiseo,alqueacudoahora!Ciertoesquetodoestovaacumplirsecomopredigo.DentrodeestemismoañovolveráOdiseoaquí,alconsumirseestemesypresentarseelpróximo,regresaráasucasaycastigaráatodoaquelquedeshonraasuesposaysuilustrehijo».

Contestándoledijistetú,porquerizoEumeo:

«Anciano,novoyadartealbriciasporlanoticianiOdiseovaaregresaryaa su casa. Pero bebe tranquilo, y pensemos ahora en otra cosa, y no merecuerdes eso. Pero, ¡ay!,mi ánimo enmi pecho se acongoja cada vez quealguienmencionaaminobleamo.Respectoatujuramento,dejémoslo.¡Ojaláque Odiseo regresara tal como lo deseo yo, y también Penélope y el viejoLaertes y Telémaco semejante a los dioses! Ahora de nuevo me apeno sindescanso por su hijo, el que Odiseo engendró, por Telémaco. Cuando losdioseslodejaroncrecersemejanteaunjovenárbol,yomedecíaqueentreloshombresnoseríaennadainferiorasuqueridopadre,admirableensufiguraysubelleza.Peroalgunodelosinmortalesoalgunodeloshumanoslealterólaequilibradamente, y él partió en busca de noticias sobre su padre a lamuydivinaPilos.Ylosnoblespretendientesvanatenderleunaemboscadacuandovuelva a su casa, para que desaparezca sin nombre de Ítaca la estirpe deArcisio semejante a los dioses. Pero, ea, dejémoslo, y, tanto si es apresadocomosilograescapar,ojaláqueextiendasobreélsumanoelCrónida.

»Asíque,venga,cuéntametú,anciano, tuspropiospesaresyháblamedeellos sinceramente para que me entere del todo. ¿Quién eres entre loshombres? ¿Dónde están tu ciudad y tus padres? ¿En qué navío llegaste?¿Cómo losmarineros te trajeron a Ítaca? ¿Quiénes decían ser ellos?Porqueseguroquenohasllegadohastaaquícaminando».

RespondiéndolecontestabaelmuyastutoOdiseo:

«Ciertamenteyovoyacontartemuypuntoporpuntotodoeso.Ojaláqueahoratuviéramosparalargotiempocomidaydulcevinoparaquedarnosentucabañaenfestivobanquetetranquilos.Yqueotroscuidarandelasfaenas.Peroaunasí,inclusoenunañoenteronomeseríafácilreferirtedecaboarabolasafliccionesdemiánimo,todaslaspenasqueyohesufridopordesigniodelosdioses.

»DelaanchurosaCretamejactodeprovenirpormilinaje,ysoyhijodeunhombrerico.Otrosmuchoshijostambiénnacieronysecriaronensumansión,

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como hijos legítimos de su esposa. A mí me parió una esclava comprada,concubina suya, si bien me quería igual que a sus hijos legítimos CástorHilácida, de cuyo linaje yo me jacto de ser. Éste era entonces entre loscretensesveneradocomoundiosporelpueblo,porsuprosperidad,suriquezay sus ilustres hijos. Sin embargo, llegaron las Parcas y se lo llevaron a lamansióndeHades.Yellos,susmagnánimoshijos,serepartieronlahaciendayecharon a suertes los lotes. Pero a mí poco me dejaron y me asignaronsolamenteunacasa.

»Mecaséconmujerdefamiliabienricagraciasamivalor.Porquenoerayoinsignificantenicobardeenlaguerra.Ahorayatodoesohaquedadoatrás;peroesperoquetú,aunviendosólolapaja,loadviertas.Ahorameagobialadensamiseriaamontonada.¡CuántovalorycorajeguerreromedieronAresyAtenea! Cuando seleccionaba a los mejores compañeros para ir a unaemboscada,planeandodestruiramisenemigos,jamásmiánimovalientesintiótemoralamuerte,sinoquemelanzabaalataqueelprimeroconfuria,yconmi lanzaderribabaacualquierenemigoquequedabaalalcancedemispies.¡Tal fuien laguerra!Nomegustabael trabajoni faenaren lacasa,esoqueproduceespléndidoshijos.Perosiempremeagradabanlasnavesderemos,lasguerras, las lanzaspulidasy lasflechas,cosas terriblesyespantosaspara losdemás. Pero paramí eran gratas, pues un dios sin duda las infundió enmiánimo.Unhombresedeleitaenunascosas,yotroenotras.

»Enfin,antesdequeloshijosdelosaqueosseembarcaranrumboaTroya,capitaneénuevevecesamishombresynavíosderaudocursocontragentesdeotrastierrasyobtuveparamímuchísimobotín.Deésteelegíaamigustoymetocaba lamayorporciónenel reparto.Prontomicasaempezóaprosperarypor lo tanto logré hacerme temible y respetable entre los cretenses. MascuandoZeusdeampliavozdecidióaquellaodiosaexpediciónquehizodoblarlas rodillas de numerosos guerreros, entonces nos ordenaron amí y almuyfamosoIdomeneoacaudillar lasnavescontraIlión.Ynohubomedioalgunoparaoponernos.Semanteníafirmelavozdelpueblo.

»Alládurantenueveañosguerreamosloshijosdelosaqueos,yaldécimo,despuésdehaberdestruidolaciudaddePríamo,volvimosacasaenlasnavescuando la divinidad dispersó a los aqueos. Pero a mí, desdichado, mereservabadesgraciaselprovidenteZeus.

»Sólounmesmequedégozandodemishijos,demiesposalegítimaydemisriquezas.PorqueprontocomenzómiánimoaimpulsarmeanavegarhaciaEgiptotrasequiparbienmisnavesconcamaradassemejantesadioses.Preparénueve barcos ymuy pronto se congregó la tripulación.Durante seis días sebanquetearon mis fieles compañeros. Entre tanto yo recogía numerosasvíctimas para ofrecer los sacrificios a los dioses y proveerles a aquéllos decomida.

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»AlséptimodíanosembarcamosyzarpamosdelaanchurosaCretaconelBóreas, un viento fuerte y bello, con ágilmarcha, comobogando sobre unacorriente. Ninguna demis naves sufrió daños, sino que enteros e indemnesnavegábamos,dirigidosporelvientoylospilotos.AlquintodíaarribamosalEgipto de bello curso, y en el río Egipto detuve mis navíos de curvadosflancos.

»Allíentoncesordenéamislealescompañerosquesequedaranjuntoalasnaves y vigilaran los barcos, y despaché a unos exploradores para queavanzarancomovigías.Peroellos,dejándosellevarporlaviolencia,movidospor su coraje, pronto empezaron a destruir los admirables campos de losegipcios, y raptaban a las mujeres y los niños pequeños, y mataban a loshombres.Enseguida sedifundióhasta laciudadelgriterío,y losquehabíanescuchado el clamor cuando apenas apuntaba el alba acudieron. Toda lallanura se llenó de hombres y caballos y fulgor del bronce. Zeus, que secomplace en el rayo, impulsó a mis compañeros a una cobarde huida, yninguno se atrevió a resistir el ataque. Por todos lados nos envolvíandesdichas.Entoncesmataronamuchosdelosnuestrosconelagudobronce,ya otros los capturaron vivos para que trabajaran para ellos a la fuerza. Encuantoamí,elpropioZeusmeinfundióenlamenteunaidea.¡Ojaláhubieramuerto y agotadomi destino allá en Egipto! Porqueme esperaba aún granpesadumbre.Alpuntomequitédelacabezaelsólidocascoydemishombrosel escudo, y dejé caer la lanza demimano. Luegome fui al encuentro delcarro del rey, y lo agarré yme abracé a sus rodillas.Y élme amparó y seapiadódemí.Mesubióasucarroymellevabaasupalacio,yyolloraba.

»Desde luego que muchos me amenazaban con sus lanzas deseosos dedarme muerte, puesto que estaban terriblemente encolerizados. Pero él meprotegía y sentía respeto a la cólera de Zeus Hospitalario, que castiga conseveridadlasmalasacciones.

»Allí permanecí siete años y reuní muchas riquezas entre los egipcios.Todos me hacían regalos. Pero cuando llegó el octavo año en el paso deltiempo, entonces apareció un fenicio, un individuo diestro en engaños,trapacero,queyahabíacausadoincontablesdañosaotroshombres,yéstemepersuadióconsusembustesymeinvitóairmeconélaFenicia,dondeteníasucasa y sus riquezas. Allí me quedé en sus posesiones un año entero, perocuandoyahabíanpasadolosmesesylosdíasdelañocompleto,ydenuevoserepetían las estaciones, me invitó a viajar en una nave de alto bordo haciaLibia,contraicioneraintención,conelpretextodequeleayudaraconlacarga,pero era para venderme y sacarse una buena ganancia. Le acompañé en sunave, aunque algo recelaba, por su insistencia.La nave corría con el vientoBóreas, fuerte y hermoso, hasta pasar Creta. Pero Zeus meditaba sudestrucción.

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»Así que, cuando ya dejábamos atrás Creta y no había a la vista tierraalguna,sinosólocieloymar,entonceselCrónidacolocóunanubenegrasobrelacóncavanaveyelmarquedóensombrasbajoella.Zeustronóy,alapar,lanzósobrelanaveunrayo.Golpeadaporelrayo,éstagiróenunatrombaysecubrió de humo. Todos cayeron fuera del casco. Y semejantes a cornejasmarinasalrededorde lanavenegra ibanzarandeadospor lasolas.Eldios lehabíanegadoelregreso.

»Peroamí,agobiadodedoloresenmiánimo,elmismoZeusmepusoenlas manos el mástil de la nave de azulada proa, para que escapara de lacatástrofe.Y abrazado a élme dejé llevar por los furiosos vientos.Durantenueve días me arrastraron, y a la décima negra noche una gran olaarremolinada me arrojó en la tierra de los tesprotos. Allí me acogiógenerosamenteelreydeTesprotia,elhéroeFidón.Puesfuesuhijoquienmeencontró,ateridoporelfríoyelcansancioymellevóasucasasosteniéndomecon su brazo, hasta llegar a la mansión de su padre. Me ofreció ropas, unmantoyunatúnica.AllísupeyodeOdiseo.Porqueaquélmeaseguróquelohabíahospedadoyagasajadocuandoélregresabaasupatria,ymemostrólasriquezasquehabía amontonadoOdiseo:bronce,oroybien trabajadohierro.¡Bastarían para mantener a cualquiera hasta la décima generación! ¡Tantostesorosguardabaenlasestanciasdelrey!YdijoquesehabíaidoaDodona,paraescuchardelaencinadealtofollajeladecisióndeZeusacercadecómodebía de volver a su próspero pueblo de Ítaca, si de un modo franco ofurtivamente, después de tan larga ausencia.Y juró antemí,mientras hacíalibaciones en su hogar, que él ya tenía dispuesta su nave y prestos loscompañerosquelollevaríanhastasuqueridatierrapatria.

»Pero antesme despidió amí, porque acaeció que zarpaba un barco degente tesprota hacia Duliquio, rica en trigo. Y él les encargó que metransportaran hasta el rey Acasto, solícitamente.Mas en sus mentes habíandecididounmalignoplanconrespectoamí,paraqueaúnmásmeagobiaralacargadeladesdicha.Tanprontocomolanavedealtobordonavególejosdelacosta,almomentomaquinaroneldíademiesclavitud.Medespojarondemisropas,demantoytúnica,ymepusieronencimamíserosandrajosyunatúnicallenadeagujeros,losqueahoraestásviendoantetusojos.

»AlatardellegaronaloscamposdeÍtaca,quesevedesdelejos.Entoncesmedejaron atado en subarcodebuenosbancosde remos, fuertemente, conunasogaretorcida,yellosbajaronatierraatodaprisaparaprepararsucenaenlaorillamarina.Amímeaflojaronlascuerdaslosdiosesmismos,sinduda,y,liándomealacabezamisharapos,medeslicéporelpulidotimónymelancédecabezaalmar,yenseguidamepuseaavanzarnadandoconmisbrazosymuyprontomeencontrébien lejosdeaquéllos.Arribéa lacosta,pordondehabía un encinar de floreciente fronda, y me tumbé agazapado. Ellos con

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grandes gritos recorrían el terreno, pero no les pareció demucho provechobuscarmemásafondo,ydenuevoreembarcaronensucóncavanave.Amímeocultaronsinesfuerzolosmismosdioses,ymeguiaronytrajeronalamajadadeunhombreprudente.Todavía,portanto,esmidestinovivir».

Lecontestaste,enrespuesta,porquerizoEumeo:

«¡Infelizforastero,quéafondohasconmovidomiánimo,alreferir todasesasdesventuras,cuántosufristeycuántoerraste!Peronohablastecon tino,pienso,ynovasaconvencerme,enloquerespectaaOdiseo.¿Quénecesidadtienes, siendocomoeres,dementirvanamente?Bien séyo también,pormímismo,lodelregresodemiamo.Éleraodiosoatodoslosdiosesenelfondo,porquenoloabatieronantelostroyanosoenlosbrazosdelossuyos,despuésde finalizar la guerra. En ese caso le habrían erigido una tumba todos losaqueos y habría ganado además una gran gloria para su hijo en el futuro.Ahora,encambio,lohanarrebatadosinhonorlasHarpías.

»Yo estoy retirado con los cerdos, y no voy a la ciudad a no ser que laprudente Penélope me ordene acudir, cuando llega alguna noticia de algúnlado.Enesecasolosotrossepresentanallíypreguntantodo,yaseanquienesseapenanporlaausenciadelrey,yaquienessealegrandevorandosusbienessinmiramientos.Peroamínomeresultagratocharlarnipreguntardesdequeunviajeroetoliomeengañóconsurelato.Ése,quehabíamatadoaunhombrey vagabundeado por el mundo, llegó a mi casa y yo le acogí con afecto.Aseguraba que lo había visto en lamansión de Idomeneo enCreta, cuandoreparabasubarco,alquehabíandañadolostemporales.Ycontabaqueibaaregresarenveranooenotoño,trayendomuchasriquezas,consuscompañerossemejantesalosdioses.

»Asíquetú,viejomuysufrido,puestoqueacátecondujoladivinidad,noquierasdisponerteabienconmigoniencantarmeconembustes.Porquenovoya respetarte ni a tratarte como amigo por eso, sino porque temo a ZeusHospitalario,ymecompadezcodeti».

RespondiéndoleelmuyastutoOdiseodijo:

«¡Ciertamente tienesen tupechounánimodesconfiado,puesniconmisjuramentos tehepersuadidoni logroconvencerte!Sea,vamosahacerahoraun pacto. Sean pues testigos los dioses de uno y otro, los que habitan elOlimpo.Si tu señorvuelveporestacasa tuya,vístemedemantoy túnica,ypreocúpate demi viaje para llevarme aDuliquio, a donde le apetezca amicorazón.Ysi tu señorno llegasegún teheanunciado,azuzaa los siervosaqueme arrojendesdeuna elevada roca, para que cualquier otromendigo seabstengadeengañarte».

Respondiéndoleledecíaeldivinoporquerizo:

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«¡Forastero, pues sí que lograría fama y renombre entre la gente, en elmomentoymástarde,sidespuésdehaberteinvitadoamicabañayofrecidodonesdehospitalidad,fueraamatarteyquitartelavida!Yaeshoradecenar.¡Ojaláquevuelvanprontomiscompañeros,paraqueen lacabaña tengamosprontounasabrosacena!».

Mientras así charlaban uno con otro, pronto llegaron los cerdos y losporquerizos.Éstosencerraronalasbestiasensuspocilgasparaquedurmieran,yselevantóuninmensogruñidoalentrarloscerdosenlosestablos.Entoncesllamóasuscompañeroseldivinoporquerizo:

«Traed el mejor de los puercos, para que lo sacrifique en honor delhuéspedvenidodelejos.Tambiénloaprovecharemosnosotrosquesoportamosdesdehacemuchofatigasporloscerdosdeblancoscolmillos,mientrasotrossezampannuestrotrabajosinpagarlo».

Despuésdehablarasísepusoa trocear la leñaconel fierobronce.Ellostrajeronuncerdodecincoaños,muygordo;ylocolocaronjuntoalhogar.Noseolvidóde losdioseselporquerizo,pues teníapiadosospensamientos.Asíque,ofreciendolasprimicias,arrojóalfuegounospelosdelacabezadelcerdodeblancosdientesmientras rogabaa losdiosesparaqueelprudenteOdiseoregresaraasucasa.Echóluegomanoalcerdoylogolpeóconunpaloderobleque había apartado al cortar la leña. El animal perdió la vida y ellos lodegollaron, lo tostaron y lo trocearon. El porquerizo fue tomando trozos decadapartedelbichoylosrecubríadepingüegrasa.Algunoslosdejabasobreelfuego,unavezespolvoreadosdeharinadecebada,yotroslostrinchabanylos ensartaban en los espetones, y los asaron cuidadosamente y luego losapartarondelfuegoylosecharonsobrelamesaenmontón.Elporquerizoselevantóparahacerelreparto.Puessabíahacerloapropiadoconbuenjuicio.Y,haciendo el reparto, dividió todo en siete porciones. Una la ofreció a lasNinfasyaHermes,hijodeMaya,conplegarias.Lasdemáslasdistribuyóunaacadauno.

Le ofreció como presente a Odiseo el largo lomo del cerdo de blancosdientes,yestehonoralegróelánimodesuseñor.Y,tomandolapalabra,decíaelmuyastutoOdiseo:

«¡Ojalá,Eumeo,seastangratoaZeusPadrecomoloeresparamí,yaque,enmicondiciónactual,mehonrasasícontusbienes!».

Respondiéndoletú,porquerizoEumeo,ledijiste:

«Come,desdichadohuésped,ygozade loque tienes amano.Porqueundios dará esto y negará aquello, según quiera en su ánimo, ya que todo lopuede».

Asídijo,yofrecióensacrificiolasprimiciasalosdiosesdevidaperenne,

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y después de las libaciones puso el rojo vino en las manos de Odiseo, eldestructordeciudades.RepartióleselpanMesaulio,alqueelporquerizohabíaadquiridoporsucuenta,enausenciadesuamo,sinayudadesuseñoranidelviejoLaertes.Lohabíacompradoalospiratastafiosconsuspropiosrecursos.Todosecharonsusmanosa losalimentosqueallídelante teníanservidos.Yluego,cuandoyahubieronsaciadosuapetitodecomidaybebida,lesrecogióelpanMesaulioyellossedispusieron,saciadosdepanydecarne,aacostarseydormir.

Sepresentóunamalanoche,sinluna.ZeusllovíatodalanocheyademássoplabaunfuerteCéfiromuyhúmedo.EntreellostomólapalabraOdiseo,portantearalporquerizo,aversisedesprendíayledabasumanto,osiselopedíaaalgunodesuscompañeros,yaquetantoseapiadabadeél.

«Escúchameahora,Eumeo,ytodosvosotros,compañeros.Conunasúplicaos contaré un sucedido, ya queme anima el vino perturbador, que impulsainclusoalmuysensatoacantaryreírconregocijoyloempujaabailar,yleinspiraalgunapalabraqueestaríamejorcallada.Peroyaqueempecéahablarnovoyacerrarlaboca.¡Ojaláfueratanjovenytuvieratanfirmevigorcomocuando en Troya tramamos y partimos a una emboscada! La dirigían comojefes Odiseo y el AtridaMenelao, y yo con ellos iba al frente, ya que meinvitaronaello.Cuandollegamoshastalaciudadysualtomuro,alpiedelafortificación, entre espesos matorrales, en el cañaveral de un pantano, nostumbamosagazapadosbajonuestrosescudos,ysenosvinoencimaunamalanoche,heladora,mientrassoplabaelBóreas;luegonoscayóencimalanieve,como espesa escarcha, glacial, y sobre nuestros escudos se amontonaba elhielo.Los otros tenían túnica ymantos y dormían tranquilos, protegiéndoseloshombrosconelescudo.Peroyo,alsalirleshabíadejadomimantoamiscompañeros,enuninstantedeinsensatez,porquenopenséqueibaatiritardefrío.Demodoqueemprendíaaquellamarchaconmiescudoymirefulgentecoselete.Conque,cuandoyaquedabaunterciodelanocheyyaseponíanlasestrellas,dirigílapalabraaOdiseo,queyacíaamilado,ylediconelcodo.Enseguidaélmeprestóatención.

»“Divino hijo de Laertes, muy mañoso Odiseo. No vas a tenerme másentrelosvivos,porquemeasesinaelfrío.Esquenotengomanto.Meengañóundiosalhacermevenirsóloconlatúnica.Ahoranotengoescapatoria”.

»Asíledije.Yaélenseguidaseleocurrióuntruco.¡Cómoeraélparadarconsejoyparapelear!Mehablóenvozbajaymedijoestaspalabras:“¡Callaahora,quenoteoiganingúnotrodelosaqueos!”.

»Dijoylevantósucabezaapoyándoseenuncodoymusitóestaspalabras:

»“Escuchadme amigos. Un sueño divino me visitó mientras dormía.Andamos lejosde lasnaves.Asíquepodría iralgunoadecirleaAgamenón

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Atrida, pastor de pueblos, a ver si puede enviar a algunos más desde losbarcos”.

»Asíhabló, y, almomento, se levantóToante, hijodeAndremón, a todaprisa, dejó caer sumanto purpúreo, y echó a correr hacia las naves.Yometumbémuy a gusto con su capa, y pronto brilló la Aurora de áureo trono.¡Ojalá fuera ahora tan joven y conservara tan firmemi vigor!Me daría sumanto alguno de los porquerizos de la majada por uno u otro motivo: poramistadoporrespetoaunvaliente.Ahora,encambio,memenosprecian,conestosmíserosharapossobremicuerpo».

Respondiéndoleledijistetú,porquerizoEumeo:

«Anciano,elsucesoquenoshascontadoesadmirable,ydeningúnmodohasdichotusfrasessinprovechonialazar.Conquenohandefaltarteniropasnicosaalgunadelasqueconvienenaunsuplicantequeacudeapurado.Perohastamañanatempranotecubrirásconesosharapostuyos,yaquenotenemosaquímuchas túnicas nimantos de recambio para vestirse, sino tan sólo unoparacadahombre.PeroencuantollegueelhijodeOdiseo,élmismotedaráropas,túnicaymanto,yteenviaráadondetucorazónytuánimodeseen».

Diciendoasíselevantóylepreparóuncamastroylocubrióconpielesdeovejasycabras.YallíseechóOdiseo.Porencimalepusounmantoespesoyamplio, que solía usar de repuesto para ponérselo cuando se alzaba algunafuertetempestad.

AsípuesseacostóalláOdiseoylosdemás,losjóvenes,setumbaronasulado.Peroalporquerizonolegustabaacostarseadormirenaquellugar,lejosdesuscerdos.Asíqueseequipóparasalirsefuera.EstabacontentoOdiseodeque tanto se preocupara de su hacienda durante su ausencia. Empezócolgándoselaagudaespadadesusrecioshombros,yserevistiódeunmanto,espeso, comoprotección, tomóademás la piel deunmacho cabríogruesayamplia,yempuñóunaagudajabalinaapropiadaparadefendersedelosperrosyloshombres.Yechóaandarparairseatumbardondedormíanloscerdosdeblancosdientes,alpiedeunarocahueca,alabrigodelBóreas.

CANTOXV

Hacia la extensaLacedemoniamarchabaPalasAtenea para recordarle alilustrehijodelmagnánimoOdiseosuregresoeincitarleanavegardevuelta.EncontróaTelémacoyalhijopreclarodeNéstordurmiendoenlaantesaladelglorioso Menelao. El Nestórida estaba vencido por el dulce sueño, pero aTelémaconolodominabaelplacenterodormir,sinoquealolargodelanoche

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inmortallemanteníadespiertolapreocupaciónporsupadre.SepusojuntoaélycomenzóahablarleAteneadeojosglaucos:

«¡Telémaco,noestábienquepormástiempovagabundeeslejosdetucasadejandoatrás,en tupalacio, tusposesionesyahombres tanprepotentes!Novayaaserqueserepartanyconsumantodostusbienes,mientrastúhacestuviajeenvano.AsíqueanimaatodaprisaaMenelao,debuengritodeguerra,a que te envíe de vuelta, para que encuentres todavía en tu casa a tuirreprochablemadre.QueyasupadreysushermanoslaincitanacasarseconEurímaco.Pueséseaventajaatodoslospretendientesconsusregalosysehaesmeradoensusdonesnupciales.Noseaquesellevedetucasaalgúnbotínatus espaldas. Ya sabes cómo es el ánimo en el pecho de unamujer: quiereenriquecerlacasadequientomapormarido,ydesushijosdeantesydesunoble esposodifuntono se acuerdamásni sepreocupade ellos.Mas tú, encuantollegues,confíatodolotuyoalaqueteparezcalamejordetusesclavashastaquelosdiosesteindiquenunadignaesposa.

»Perovoyadecirteotracosaytúguárdalaentucorazón:losmásfuertesdelospretendientestepreparanunaemboscadaenelestrechopasoentreÍtacay la rocosa Samos, dispuestos para matarte antes de que alcances tu tierrapatria.Aunquenocreoqueesovayaacumplirse,sinoqueanteshadecubrirlatierraaalgunodeesospretendientesquedevorantuhacienda.Manténpuestu bien construida nave lejos de las islas y navega además de noche. Teenviarápordetrásunvientopropicioaqueldelosinmortalesqueteguardayprotege. Después, en cuanto alcances la primera costa de Ítaca, envía a laciudad la nave y a todos tus compañeros, y tú visita antes de nada a tuporquerizo,elqueesguardiándetuscerdos,yquetieneungranafectoporti.Pasaallílanoche.YmándalealinteriordelaciudadadarnoticiastuyasalaprudentePenélope,contandoqueestássanoysalvoyyahasvueltodePilos».

Después de hablar así,marchóse ella alOlimpo,mientras que Telémacodespertaba del dulce sueño al hijo deNéstor, dándole con el pie, y le decíaestaspalabras:

«Despierta, Pisístrato, hijo de Néstor, trae y dispón bajo el yugo a lossolípedoscaballos,paraquereemprendamoselviaje».

Asuvez,lecontestabaelhijodeNéstor,Pisístrato:

«Telémaco, no se puede, pormás que apresuremos el viaje, conducir enmediodelaoscuranoche.ProntollegarálaAurora.Portanto,esperahastaquetraigaycoloqueenelcarrosusregaloselnobleAtridaMenelao,famosoporsulanza,ynosdeseebienladespedidaconpalabrasamables.Puesunviajerose acuerda todos los días de aquel hombre hospitalario que le ofrendó suamistad».

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Así habló y no tardó en llegar la Aurora de áureo trono. Junto a ellosacudióMenelao, bueno en el grito de guerra, que se había levantado de sulecho,dejuntoaHelenadeluminososcabellos.Encuantoloavistóelqueridohijo de Odiseo a toda prisa se vistió sobre su cuerpo sus resplandecientesvestidosyseechósobresusrecioshombrossuampliomanto,ysesalióalapuerta.Y, parándose ante él, le decía el héroeTelémaco, el queridohijodeldivinoOdiseo:

«¡Menelaodeestirpedivina,hijodeAtreo,señordelastropas,yaeshorade que me envíes a mi querida tierra patria! Porque ya anhela mi ánimoregresaramicasa».

LerespondióluegoMenelao,buenoenelgritodeguerra:

«Telémaco,deningúnmodovoyaretenerteaquílargotiemposiansiaselregreso.Reprocharé,desdeluego,acualquieraqueacojaaunhuéspedyqueporamistadloretengademasiadoolodespacheconexcesivapremura.Todolo equilibrado es mejor. Cierto que es malo por igual el que despide a unhuéspedquenoquieremarcharseyelqueretieneaunoansiosodepartir.Hayqueacogerafectuosamentealviajeroquellegaydejarlopartircuandoquiere.Noobstante,esperahastaquetetraigamisbellosregalosyloscoloqueentucarro,y losveasante tusojos,yyoordenea lasmujeresquepreparenenelsalónunacomidaconlosabundantesvíveresdelacasa.Honor,fiestaybuenprovechoalaparesviajarbiencomidoporlatierrasinfin.YsiquieresdarteunpaseoporlaHéladeyelcentrodeArgosyounciréprontomiscaballosparaescoltarte,yteguiaréalasciudadesdesugente.Nadienosdejarámarcharsinmás,sinoque todosvanadarnosalgopara llevarnos,algún trípodedebuenbronce,ouncaldero,odosmulasounatazadeoro».

Lecontestaba,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«AtridaMenelaodeestirpedivina,señordelastropas,quierovolvermeyaa mi casa, porque, al marcharme, no designé ningún vigilante de misposesiones. No sea que yo perezca buscando a mi divino padre o quedesaparezcaalgúnobjetopreciosodepalacio».

Apenas lo hubo oído Menelao, bueno en el grito de guerra, al instanteordenó a su esposa y a las sirvientas que prepararan la comida con lasabundantes provisiones de la casa. Se presentó ante él Eteoneo, el hijo deBoetoo,queselevantabadelacama,puesnohabitabalejosdeallí.LemandóencenderelfuegoMenelao,buenoparaelgritodeguerra,yquepusieraaasarlascarnes.Ynoledesobedecióélaloírlo.Descendióalaaromáticadespensa,ynoibasolo;leacompañabanHelenayMegapentes.Asíque,cuandollegaronadondeestabanlosobjetospreciosos,enseguidatomóelAtridaunacopadedos asas y mandó a su hijo Megapentes que cogiera una crátera de plata.Helenasedetuvoantelosarconesdondeseguardabanlospeplosmulticolores

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queellamismahabíatejido.Helena,ladivinaentrelasmujeres,escogióyalzóensusmanosunodeellos,elqueeraelmáshermosoporsusbordadosyelmásamplio.Relucíacomounaestrella.Estabaguardadoenelfondodetodo.YecharonaandarcruzandoelpalaciohastallegardenuevojuntoaTelémaco.YelrubioMenelaoledijo:

«¡Telémaco, ojalá que el regreso te lo conceda tal cual tú anhelas en tumenteZeus, el atronador esposodeHera!De los objetos que enmi casa seguardancomotesorostedaréelmásbelloyapreciado.Teregalaréunacráteralabrada,todaenteradeplata,conlosbordescoronadosdeoro.¡UntrabajodeHefesto!MeloobsequióelhéroeFédimo,reyde lossidonios,cuandoensucasamealbergóalpasarporallíamiregreso.Atiquierodártelo».

Despuésdehablarasí,elhéroeAtridadepositólacopadedobleasaensusmanos, a la vez que dejaba ante él la crátera refulgente, toda de plata, elvigorosoMegapentesquelahabíallevado.SedetuvojuntoaellosHelenadebellorostro,conelpeploensusmanos,ylehablabayledecía:

«También yo, hijo querido, te daré a ti un regalo: este recuerdo de lasmanosdeHelena,paraqueenlahoradelamuyanheladabodaselopongatuesposa. Hasta entonces guárdalo en palacio bajo la custodia de tu madre.¡Ojalálleguesfelizatubiensólidohogaryatutierrapatria!».

Diciendoesto,selopusoenlasmanosyélloaceptócontento.YelhéroePisístratoibarecogiendolosobjetosyloscolocabaencestos,ysemaravillabadetodosensuánimo.Menelaoderubioscabelloscomenzóaguiarlesporelpalacio, y les invitó a sentarse en sillas y sillones. Y una sirvienta lesderramabaelaguasobrelasmanosconsuhermosoaguamanildorado,sobreunabandejadeplata,paraqueselavaran.Delantelescolocóunapulidamesa.

La respetable despensera trajo y sirvió encima el pan y otros muchosmanjares, generosa con todo lo que tenían. A su lado el hijo de Boetootroceaba las carnes ydistribuía las porciones.Escanciaba el vino el hijo delglorioso Menelao. Ellos echaban sus manos sobre las viandas que teníanservidasdelante.

Luego que hubieron saciado su apetito de comida y bebida, entoncesTelémaco y el ilustre hijo deNéstor engancharon los caballos y subieron alcarrodevivoscoloresy locondujeronfueradelpórticoyel rumorosoatrio.TrasellosmarchabaelAtrida,elrubioMenelao,llevandoensumanoderechael vino que alegra el ánimo en una copa de oro, para que hicieran suslibacionesantesdepartir.Separóanteloscaballosy,saludándolos,dijo:

«Id alegres, muchachos, y dad mis saludos también a Néstor, pastor deguerreros.Paramí,pues,fuetanamablecomounpadre,cuandoluchábamosenTroyaloshijosdelosaqueos».

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LerespondióasuvezeljuiciosoTelémaco:

«Porentero,vástagodeZeus,comonospides,vamosacontarletodoestoaél,alllegar.Ojalátambiénmeencuentreyo,alvolveraÍtaca,aOdiseoenlacasa,ypuedacontarlequeregresotrasconfirmartodatuamistadyquetraigoconmigotusmuchosypreciososregalos».

Mientrasledecíaestovolóasuderechaunave,unáguilaquellevabaensusgarrasunaocablanca,grande,doméstica,dealgúncorral.Laperseguíanchillandohombresymujeres,yalllegarcercadeellostorcióhacialaderechapordelantedeloscaballos.Alverlosealegraronellos,yatodosselesllenóelánimodecontento.

EntoncestomólapalabraelhijodeNéstor,Pisístrato:

«Explícanos, Menelao, de estirpe divina, señor de guerreros, si paranosotrosoparatiundiosnosenvióesteprodigio».

Asídijo.MeditódubitativoMenelao,gratoaAres,cómoibaaresponderleconunjuicioatinado.PeroseleanticipóyhablóHelena,deampliopeplo:

«¡Escuchadme! Ahora voy a pronosticaros, tal como en mi corazón meinspiranlosdioses,loquecreoquevaarealizarse.Comoeláguilaarrebatóaunaocacriadaenlacasa,llegandodesdeelmonte,dondetienesuguaridaysus crías, asíOdiseo, despuésde sufrirmuchosmalesyvagar largo tiempo,volverá a su hogar y cumplirá su venganza. O acaso ya está en su tierra ymaquinaelcastigodetodoslospretendientes».

RespondióleasuvezeljuiciosoTelémaco:

«¡QueasíahoralodecidaZeus,elatronadoresposodeHera!Entalcaso,inclusoallí,teveneraríacomoaunadiosa».

Dijoyrestallóellátigosobreloscaballos.Ellosmuyvelocesselanzaronpor el llano atravesando fogosos la ciudad. Durante todo el día agitaron elyugoquesoportaban.Sepusoel solycomenzabana llenarsedesombra lascallescuandollegaronaFeras,alacasadeDiocles,hijodeOrtíloco,aquienengendrara como hijo el ríoAlfeo.Allí pasaron la noche y éste les dio losdonesdehospitalidad.

ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,uncieronloscaballosysubieronalcarrodevivoscolores,y losguiaronsaliendodelpórticoydelrumorosoatrio.Azuzaronconellátigoaloscorcelesyéstosvolarongustosos.MuyprontollegaronalaescarpadaciudadeladePilos,yentoncesTelémacoledecíaalhijodeNéstor:

«¿Nestórida, podrías cumplirme de algún modo una petición mía,esforzándoteenelfavor?Nosorgullecemosdeserhuéspedesparasiempreconunaamistadquevienedenuestrospadres,ysomosdelamismaedad.Yeste

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viaje aúnmásnosunirá ennuestra concordia.Nome llevesmás lejosde lanave, vástago de Zeus, sino que déjame aquí. No sea que el anciano meretengaensupalacio,deseosodeagasajarmecomoamigo.Debovolveryaamipatria».

Asíhabló,yelNestóridareflexionóensuánimodequémodolecumpliríaeldeseo,comportándosedemodojusto.Almeditarloleparecióquelomejorseríalosiguiente:dirigióloscaballoshacialaveloznaveylaorilladelmar,ydescargóenelbarco,enlapopa,losbellísimosregalos,lasropasyeloroquelehabíadadoMenelao.Y,dándoleánimos,ledecíaestaspalabrasaladas:

«Deprisa,embárcateahoraydalaordenatuscompañerosantesdequeyollegueamicasaydélanoticiaalanciano.Porqueyosébienestoenmiánimoymi mente: tal cual es de ánimo orgulloso, no va a permitírtelo, sino queacudiráélenpersonaainvitarte,ynocreoquevolvierasinmás.Enotrocasosequedaráenojado».

Despuésdehablarasí impulsóa loscaballosdehermosascrineshacia laciudadde lospilios,ymuypronto llegóalpalacio.Telémaco,convocandoatodossuscompañeroslesordenó:

«Disponedenordenelaparejo,amigos,enlanegranave,ysubamostodosabordo,paraproseguirnuestrocamino».

Así dijo, los demás le escucharon y obedecieron, y enseguida seembarcabanysesentabanensusbancos.YmientrasélseafanabaenestoydecíasusplegariasysacrificabaenhonordeAtenea,seleacercóunhombrevenidodelejos,exiliadodeArgosporhaberdadomuerteaotro,unadivino.Por su linaje, era descendiente deMelampo, quien antaño viviera en Pilos,nodrizaderebaños,yallí,conextraordinariariqueza,habitabaunpalacioentrelos pilios. Pero luego emigró a otro país, huyendo de su patria y delmagnánimoNeleo,elmásadmirabledesuspobladores,elcualleretuvoporlafuerza sus inmensas riquezas todo un año entero, mientras que él estabaapresado con severas cadenas, soportando duros dolores, en el palacio deFílaco, a causa de la hija de Neleo y de la angustiosa locura que habíainfundidoensumenteunaespantosadivinidad,unaErinia.PeroescapódelamuerteycondujosusmugidorasvacasdesdeFílacaaPilos,ycastigóporsuinfame acción al divinoNeleo, y se llevó unamujer para su hermano a suhogar.

Luegopartióparaasentarseenunpaísajeno,enArgos,tierracriadoradecaballos.Allípuesfijabaeldestinoquesequedarareinandosobrenumerososargivos.Allítomóesposayconstruyósumansióndealtotecho,yengendróaAntífates yMantio, dos hijos poderosos. Antífates engendró al magnánimoOicles, y a su vezOicles aAnfiarao, salvador de sus tropas, al quemuchoamabanZeusportadordelaégidayApoloconunaperfectaamistad.Nollegó

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élaalcanzarelumbraldelavejez,sinoquemurióenTebasporculpadeunosregalos a sumujer.Hijos suyos fueronAlcmeónyAnfíloco.Mantio, por suparte,engendróaPolifidesyaClito.PeroluegoaClitoloraptóAurora,ladeáureotrono,acausadesubelleza,afindeinstalarloentrelosinmortales.Yalmagnánimo Polifides Apolo lo hizo adivino, el mejor con mucho de losmortales una vez que hubo muerto Anfiarao. Éste se retiró a Hiperesiaencolerizadocontrasupadrey,habitandoallí,dabasusprofecíasa todoslosmortales.

Enfin,sepresentóelhijodeéste,Teoclímenoerasunombre,yeraquienentonces se había detenido ante Telémaco. Lo encontró mientras hacíalibacionesyorabajuntoasuraudanavenegra,yelevandosuvozledijoestaspalabrasaladas:

«Amigo,yaqueteencuentrosacrificandoenestelugar,tesuplicoporlossacrificiosyporeldios,ytambiénportupropiacabezayladetuscompañerosque te escoltan; dime amí, que te pregunto, la verdad y nome la ocultes.¿Quiéneresydequégente?¿Dóndeestántuciudadytuspadres?».

RespondióleasuvezeljuiciosoTelémaco:

«Enefectovoyadecírtelo,extranjero,puntoporpunto.PormifamiliasoydeÍtacaymipadreesOdiseo,siesqueexistióalgunavez.Ahoramurióyaconcruelmuerte.Poreso, tomandoconmigoamiscompañerosyunanegranave,vineapreguntarpormipadrelargotiempoausente».

LecontestóluegoTeoclímenodedivinoaspecto:

«Tambiénasívoyyolejosdemipatria,porhabermatadoaunhombredemitribu.MuchossonsushermanosyparientesenArgoscriadoradecaballos,ytienengranpoderíoentrelosaqueos.Porculpadeellos,tratandodeescapara lamuerteyalnegrodestino,hehuido,puesahoramisinoesvagabundearentreotrasgentes.Peroacógemeentunave,puestoqueatitesuplico,enmiexilio,afindequenomematen.Creo,enefecto,quemepersiguen».

LecontestóluegoasuvezeljuiciosoTelémaco:

«Bien, puesto que así lo quieres, no te rechazaré de la bien ensambladanave,asíquesígueme.Allíserásbienacogido,conloquetengamos».

Trashablarasí lecogiólalanzadebronceyladepositósobrelacubiertadelanavedecurvoscostados,yélsesubiótambiénalnavíodealtobordo.Sesentó luego en la popa e hizo sentarse a su lado a Teoclímeno. Los otrosdesligaronlasamarrasdepopa,yTelémaco,dandoánimosasuscompañeros,lesordenóatenderalaparejo.Ellosobedecieronenseguida.Alzaronelmástildepinoyloencajaronenelhuecodelastraviesasylodejaronbiensujetoconlasmaromas.Ydesplegaronlasblancasvelasconsusretorcidassogas.

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Ateneadeojosglaucos les enviabaunviento favorable,que soplabaconfuerzaenelaire,paraquesiempreavantemarcharaelnavíopresurososobreelagua salina del mar. Pasaron costeando Crunos y el Calcis de hermosacorriente. Se sumergió el sol y comenzaron a llenarse de sombra las rutas.EmpujadoporelvientofavorabledeZeuselbarcoavanzabahaciaFeasypordelantedeladivinaÉlide,dondegobiernanlosepeos.Desdeallí lodirigióalasislaspuntiagudasdudandosiescaparíaalamuerteolocapturarían.

Porotraparte,Odiseoyeldivinoporquerizocenabanenlacabaña,yjuntoaellostomabansucenalosdemáspastores.Unavezquehubieronsaciadosuapetito de comida y bebida, les hablóOdiseo, que quería poner a prueba alporquerizoparaversiloalbergabasinceramenteyleinvitabaaquedarseallí,juntoalosestablos,obienlodespachabahacialaciudad.

«¡Escúchameahora,Eumeo,ytambiénlosdemáscompañeros!Deseosalirhaciaelpobladomuydemañanaamendigar,paranocausarosagobioatiyaloscompadres.Asíqueindícamelobienyofrécemeademásunbuenguíaquemellevehastaallí.Porlaciudadvagaréporfuerzayosolo,aversialguienmedaunvasodevinoyunpedazodepan.YllegándomeacasadeOdiseopuedoofrecerle noticias a la prudente Penélope, y mezclarme con los soberbiospretendientes,porsimedierancomidaellosquetienentantasviandas.Luegopodríaservirlesparacualquiercosaasugusto.Porquetevoyadeciralgo,ytúescúchameyrecuérdalo.GraciasalmensajeroHermes,quedispensagraciayrenombrealasaccionesdetodosloshumanos,enhabilidadnopuedecompetirconmigomortalalguno,enencenderelfuegoyastillarlaleñaseca,enrepartirlascarnes,asarlasyescanciarelvino,entodoloquesirvenlosmáspobresalagentedealcurnia».

Lecontestaste,muyapenado,tú,porquerizoEumeo:

«¡Ah forastero! ¿Cómopenetró en tumente semejante idea?Seráque túsientesunintensodeseodemorirallá,yaquevasdispuestoameterteentrelaturba de pretendientes cuya insolencia y brutalidad se alza hasta el cielo dehierro.No son, en efecto, semejantes a ti los criadosde éstos, sino jóvenes,bienvestidosconmantosytúnicas,siemprelustrososensuscabezasybellosrostros,yestánasusórdenes.Susbienpulidasmesasestánrebosantesdepan,carnesyvino.Asíque,quédate,nadieestámolestoportupresencia,niyoniningunodeloscompañerosdeaquíconmigo.Mástarde,cuandovuelvaelhijodeOdiseo,éltevestiráconotrasropas,unmantoyunatúnica,yteescoltaráadondeelcorazónyelánimoteimpulsen».

LecontestóalmomentoelmuysufridodivinoOdiseo:

«¡Ojalá,Eumeo,fuerastanqueridoaZeusPadrecomoloeresparamí,túquemesalvastedelvagabundeoylacruelmiseria!Nohaynadapeorquelavida errante para los mortales. Por el maldito estómago sufren malas

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penalidadesloshombres,todoaquelaquienleagobianelvagabundeo,lapenayeldolor.Pero,yaquemeretienesymemandasaguardarle,háblame,venga,acercadelamadredeldivinoOdiseoydesupadre,alquealpartirabandonóenelumbraldelavejez,dimesiesqueaúnvivenbajolosrayosdelsol,osiyahanmuertoyestánenlamansióndeHades».

Lerespondióalmomentoelporquerizo,capatazdelossiervos:

«Pues bien, extranjero, te lo contaré demodo preciso. Laertes aún vive,peroruegadecontinuoaZeusqueseextingalavidaensusmiembros,ensucasa. Porque se duele tremendamente de la ausencia de su hijo y de suprudenteesposalegítima,queconsumuerteleapenótantísimoyleabandonóen la amarga vejez. Ella se consumió de pena por su ilustre hijo con unamuertemuy triste. ¡Ojalá no sememuera de talmodo quien vive conmigoamablemente y comparte mi amistad!Mientras ella vivía, aunque estuvierapesarosa, siempre me era agradable hablar con ella y atender a suconversación,porqueellamehabíacriadojuntoaCtímenadeampliopeplo,sunoblehija, laúltimade loshijosque tuvo.Conésta justamentecrecí,ycasiigual que a ella me quería. Luego que los dos llegamos a la atractivaadolescencia,aellaprontolacasaronenSame,yledieronmuycuantiosadote,en tanto que a mí su madre me vistió con túnica y manto muyespléndidamente,mediounbuencalzadoparamispiesymeenvióalcampo.Mequeríamuchoensucorazón.

»Ahorayamefaltatodoeso.Contodo,mitrabajoloaprecianlosfelicesdioses,yconélmesustento.Deesocomoybebo,yaúndoyalosnecesitados.Peroyanopuedooírdemidueñaunapalabracariñosaniungesto,yaqueladesdichaseabatiósobrelacasa,acausadeesosindividuosprepotentes.Loscriadossientengrandeseodehablarconsuseñorayenterarsede todo,ydecomerybeber,ydellevarseluegoalgoalcampo,cosasquesiemprealegranelánimoalossirvientes».

ContestándoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Qué pena que, siendo aún pequeño, porquerizo Eumeo, te vierasobligadoavagarmuylejosdetupatriaytuspadres!Mas,venga,cuéntameydimepuntualmentesiesquefuesaqueada tuciudaddeanchascalles,dondesolíanhabitartupadreytuseñoramadre,osiati,cuandoestabassolocontusovejasotusvacas,teraptaronensusnaveslosenemigosytevendieronparalacasadeestehombreyélpagóelprecioestipulado».

Respondióle,asuvez,elporquerizo,capatazdelossiervos:

«Forastero,yaquemepreguntasyteinteresasporello,escuchaensilencioahora, mientras disfrutas y bebes el vino ahí sentado. Las noches soninacabables. Se puede dormir y se puede escuchar plácidamente. No te es

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precisoecharteadormirantesde tiempo.Tambiénelexcesivosueñoesunapesadez.

»Respectoalosdemás,aquiensucorazónysuánimoselopida,váyasefueraadormir.Yencuantoaparezcaelalba,quedesayuneysemarcheconloscerdosdelamo.Nosotros,comiendoybebiendoenelinteriordelacabaña,nos deleitaremos recordando nuestras tristes desventuras, de uno y otro.Porque incluso con sus penas se deleita el hombre que ha sufrido muchospesaresyvagadomucho.Voyacontarteloquemepreguntaseinquieres.

»HayunaislaquesellamaSiria,acasohasoídohablardeella,porencimadeOrtigia,pordondesedalavueltaelsol,nomuypoblada,peroexcelente,con buenos pastizales y buenos rebaños, vino abundante y mucho trigo. Elhambrejamásagobiaasupoblaciónyningunaotramalignadolenciaatacaallíalosinfelicesmortales.Ycuandoenlacomarcaenvejecenlasgentesdeunageneración, acuden el flecheroApolo y su hermanaÁrtemis, y los asaeteancon sus suaves dardos para darlesmuerte.Allí hay dos ciudades, y todo lotienen repartido en dos dominios, y en los dos reinaba mi padre, CtesioOrménida,semejantealosinmortales.

»Llegaron allá unos fenicios, navegantes famosos, tipos rapaces, quetransportanmilbaratijasenlanegranave.Yhabíaenlacasademipadreunamujer fenicia, bella y alta, y experta en finas labores.A ésta los trapacerosfenicioslasedujeron.Primerounoseunióconella,queestabalavandocercadelacóncavanave,enlechoycomercioamoroso,cosasqueseducenlamentedelasdébilesmujeres,inclusosiunaeslaboriosa.Prontoéllepreguntóquiéneraydedóndeprocedía,yellaalpuntoleindicólaaltacasademipadre.“MejactodeserdeSidón,pródigaenbronce,ysoyhijadeAribante,deenormeriqueza.Peromeraptaronunospiratastafioscuandovolvíadelcampo,ymetrajeronaquíymevendieronparalacasadeesehombre,yélpagópormíelprecioestipulado”.

»Lerespondióentoncesaqueltipo,quelahabíaseducidofurtivamente:

»“¿Acasotevendríasahoradevueltaconnosotros,afindeverlaaltacasade tupadrey tumadrey a ellos enpersona?Queaúnviveny con famadericos”.

»Lecontestó,asuvez,lamujeryreplicóasupropuesta:

»“Podríaserasí,siquisierais,marineros,prometermebajojuramentoquemellevaríaissanaysalvaamicasa”.

»Asídijo,y todosellos juraronhacerlocomopedía.Luegoquehubieronjuradoyacabadoeljuramento,denuevoleshablólamujerenrespuestaasuspreguntas:

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»“¡Ahora silencio! Que no me dirija la palabra ninguno de vuestroscompañeros, al encontrarme en la plaza o quizás en la fuente. No sea quealguien vaya a contárselo al viejo, y él, sospechando, me encierre con unadolorosa atadura y se lance a urdir vuestramuerte. Conquemantened en lamentevuestrapromesayapresuradlaventadelasmercancías.Encuantoestévuestranavecargadadebotínyvíveres,mandadmeelavisoaprisaalacasa.Ostraerétambiénoro,cuantollegueamismanos,yademás,pormigusto,osquierocompensarconotropagoelpasaje.Puestengoamicuidadoenlacasaalhijodeminobleamo,quees tan traviesoquemesiguecorriendo inclusofueradelaspuertas.Aéselopuedotraeralanaveyélpuedeproporcionarosunenormebeneficio,cuandolovendáisagentesdeotropaís”.

»Después de hablar así se retiró a la hermosa mansión. Ellospermanecieron allí, entre nosotros, un año entero, en tanto que atesorabanmucho botín y víveres en su cóncava nave. Mas cuando el panzudo barcoestuvoyacargadoyapuntodepartir, enviaronunmensajeroaadvertira lamujer.Vinoa lacasademipadreun tipodeastucia redomada,que traíauncollardeoro, ensambladoconpiezasdeámbar.Enelpatio lascriadasymivenerable madre lo sopesaban en sus manos y lo admiraban ante sus ojosregateando un precio. Él le hizo a ella una seña sin palabras. Y cuando sevolvíaaprisaasucóncavanave,trasdarleelaviso,ellamecogiódelamanoymesacófuerademicasa.Encontróenlaantesalalascopasenlasmesasdelosinvitadosquesolíanacudiraconversarconmipadre.Éstossehabíanidoalaasambleayalconsejodelaciudad,yellaalmomentoescondiótresvasijasensuregazoyselasllevó.Yo,contotalinocencia,laseguía.

»Se hundió el sol y se llenaron de sombra todas las rutas. Nosotros,apresurándonos,llegamosprontoalfamosopuertodondeestabaelveloznavíodelosmarinerosfenicios.Éstosprontoembarcaronyselanzaronanavegarlaslíquidassendas,connosotrosabordo.Zeuslesenviabaunvientofavorable.

»Navegamos sin parar seis jornadas, noche y día. Pero cuando ZeusCrónidanosdeparóelséptimodía,entonces laflecheraÁrtemisasaeteóa lamujer, y cayó con un repentino golpe en la cala, como una gaviota. Laarrojaronpor labordaparapastode focasypeces.Entre tantoyomequedéafligidoenmicorazón.YelvientoyelaguaquelosllevabanlosarrimaronaÍtaca.AquímecompróLaertesconsupropiopeculio.Yasíviyoconmisojosestatierra».

ContestóentoncesOdiseodedivinolinajeconestaspalabras:

«Eumeo,mehasconmovidoafondoelánimoenmipecho,alrelatarpuntoporpuntocuántaspenashassufridoentucorazón.Pero,contodo,paratijuntoaldañopusounalivioZeus,yaquedespuésdemuchosufrirllegastealacasadeunhombrebenévolo,queteofrececomidaybebidaconsuafecto,yvives

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unabuenavida.Yo,encambio,llegoaquídespuésdecruzarvagandomuchasciudadesdemortales».

Asíellosconversabandeestascosasunoconotro,ynodurmieronmucho,sinobrevetiempo.PuesprontollególaAuroradebellotrono.EnlacostaloscompañerosdeTelémacoarriabanlasvelas,desmontabanelmástilpresurosos,y a fuerza de remos llevaban el barco hasta la cala. Echaron las piedras deanclajeyataronlasamarrasdepopa.Trasdesembarcarenlaorilladelmarsepusieronaprepararseel almuerzo,y ahacer lamezcladel rojovino.Luegoquehubieron saciadoel apetitodebebiday comida, comenzóahablarles eljuiciosoTelémaco:

«Conducidvosotrosahoralanegranavealaciudad,mientrasqueyovoyavermiscamposyamispastores.Cuandohayadadounaojeadaamisterrenos,bajaréalavilla.Porlamañana,comopremioporelviaje,quieroofrecerosunbuenconvitedecarnesyvinodedulcesabor».

LecontestóasuvezTeoclímenodeaspectodivino:

«¿Adónde, pues, he de ir yo, querido hijo? ¿Me acerco a lamansión dealgunodelosquesonpoderososenlarocosaÍtaca?¿Omevoydirectamentealacasadetumadreytuya?».

ContestólealpuntoeljuiciosoTelémaco:

«Enotrascircunstanciasyoteinvitaríaaacudiranuestracasa.Porquenoescatimolahospitalidad.Peroseríapeorparati,puesahorayoestarélejosymimadreno teverá,yaquenosemuestraamenudoante lospretendientes,sinoqueensusaladearribatejeensutelar.Noobstante,voyaencomendarteaotroseñor,alquepodríasdirigirte:aEurímaco,hijoilustredelsagazPólibo,alqueahoralositacensesrespetantantocomoaundios.PorqueeselhombremásdistinguidoyelmásansiosopordesposaramimadreyobtenerelrangodeOdiseo.MassóloZeus,elolímpicoquemoraenelcielo,sabesienvezdelabodanoobtendráundíafunesto».

Mientrashablabaasí,cruzóvolandounaveasudiestra,unhalcón,velozmensajero deApolo. En sus garras llevaba una paloma, que desplumaba, ydejabacaeratierrasusplumas,enelespacioquemediabaentreTelémacoylanave. Teoclímeno le llamó aparte, lejos de los compañeros, le tomó de lamano,yllamándoleporsunombre,ledecía:

«Telémaco,nosinundesigniodivinopasóestaaveporladerecha.Queyo,alverladelante,hereconocidosuaugurio.NohayotrafamiliamásregiaquelavuestraenelpueblodeÍtaca,ysiempreseréisvosotrosquienesmanden».

LecontestóasuvezeljuiciosoTelémaco:

«¡Ojaláqueasí,extranjero,quedaracumplidatuprofecía!Prontotendrías

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pruebasdemiamistadymuchosregalosdemiparte,alpuntoquecualquieraaltoparsecontigotellamaríafeliz».

Dijo,yllamóaPireo,unfielcompañero,ylehabló:

«Pireo,hijodeClitio, túeresdetodosquienmejormeobedece,entreloscompañerosquemehanescoltadohastaPilos.Denuevoahorallévateaestehuéspedmíoatucasa,paracuidarloconfrancaamistadyhonrarlohastaqueyollegue».

LerespondióentoncesPireo,famosoporsulanza:

«Telémaco,aunquetútequedarasporaquílargotiempo,yocuidarédeél,ynotendráquejaalgunademihospitalidad».

Despuésdedecir esto, se subióalbarcoyordenóa suscompañerosqueembarcaran y soltaran de nuevo las amarras de popa. Subieron ellos almomentoysesentaronalosremos.

Telémacoanudóseenlospiessusbellassandaliasyrecogiódelacubiertadel navío su robusta lanza, guarnecida de afilado bronce. Ellos soltaron lasamarras y avanzaron remando hasta la ciudad, como les había mandadoTelémaco, el querido hijo del divinoOdiseo.Aquien, caminando a grandespasos, sus pies le llevaban a la majada, donde se albergaban sus cerdosincontables,entrelosquepasabalanocheelbuenporquerizo,quetantocariñoteníahaciasusseñores.

CANTOXVI

Enlamajadaambos,Odiseoyeldivinoporquerizo,apenassaliólaAurorase pusieron a preparar su almuerzo, después de encender el fuego. Habíanenviado fuera a los pastores con las piaras de cerdos. Al aproximarseTelémaco los perros de broncos ladridos empezaron a mover la cola y noladraban.AdvirtióeldivinoOdiseoquelosperrosmeneabanelraboylellegóelruidodedospies.EnseguidaledijoaEumeoestaspalabrasaladas:

«Eumeo, ahora se acerca aquí algún compañero tuyo, o tal vez algúnconocido,porquelosperrosnoladran,sinoquemuevenlascolas.Yoigounrumordepasos».

Aún no había acabado su frase, cuando su querido hijo se detuvo en laentrada.Asombrado se alzó el porquerizo, y se le cayeron de lasmanos lasjarrasenqueandabamezclandoelvinorojo.Salióalencuentrodesuseñor,yle besó la cabeza y los hermosos ojos y ambas manos, mientras vertíaabundanteslágrimas.Talcomounpadreafectuosoacogeconcariñoasuhijo,

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quevuelvedeunatierralejanadespuésdediezaños,yeselhijoúnicodesuvejezporelquehasufridomuchospesares,asíentoncesbesabaaTelémacoeldivinoporquerizo,abrazándoleporentero,comosivolvieraescapandode lamuerte.Y,sollozando,ledecíasuspalabrasaladas:

«¡Has vuelto, Telémaco, dulce luz mía! Ya creía que no te vería más,después de que te fueras en tu nave a Pilos. Pero, venga, entra ya, queridoniño,paraquedisfruteenmiánimodevertedenuevoaquídentro,llegadodelejos.Quenovisitasamenudoelcamponiatuspastores,sinoquetequedasen la ciudad. ¡Será tal vez que le gusta a tu ánimo contemplar el malditopelotóndelospretendientes!».

YasuvezeljuiciosoTelémacoledecíaenrespuesta:

«Será por eso, abuelo. Vengo aquí por ti, para verte con mis ojos yescuchartuspalabras,sobresimimadremeaguardaaúnenelpalacio,osiyaalgúnotrohombreselallevóenmatrimonio,yacasoellechodeOdiseoestáocupadopordañinasarañas».

Lecontestóalmomentoelporquero,capatazdesussiervos:

«Tenporseguroqueellaesperaconsufridovalorenelpalacio.Tristesselepasansiemprelasnochesylosdías,vertiendollanto».

Despuésdehablarasílerecogiósubroncínealanza,yélentró,cruzandoelumbral de piedra.Al verlo entrar quiso cederle el asiento su padre,Odiseo.PeroTelémacolodetuvo,desdeenfrente,yledijo:

«Siéntate, forastero. Nosotros encontraremos por aquí otro asiento en lacabaña.Estehombredeaquímeloofrecerá».

Asíhabló,yelotrosesentódenuevo.Parasuhijoelporquerizoamontonóunas ramasverdesy lascubrióconunapieldeoveja.Sobreella se sentóelquerido hijo de Odiseo. Y delante les preparó el porquero unas tablas decarnes asadas, que habían sobrado en la comida de la víspera.Apresuradamenterecogióunospedazosdepanenunoscestillos,ysepusoamezclarenunajarraunvinodedulcesabor.Ellosecharonsusmanossobrelosalimentosqueteníanservidosdelante.

Luego que hubieron saciado su apetito de comida y bebida, entoncesTelémacoledecíaaldivinoporquerizo:

«Abuelo, ¿de dónde ha llegado este extranjero? ¿Cómo lo trajeron losmarineros a Ítaca? ¿Quiénes decían ser? Porque no creo que haya llegadohastaaquícaminando».

Respondiéndole,decíastú,porquerizoEumeo:

«Enefecto, hijo, voya contarte toda laverdad.De la extensaCretadice

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queesporsulinaje,yafirmaquehapasadopormuchasciudadeserrabundo.Puesladivinidadledeparóesevagar.Ahora,porfin,escapandodeunanavedegentetesprota,vinoamimajada.Yyoteloencomiendoati.Trátalecomoquieras,datecuentadequeesunsuplicantetuyo».

DenuevolecontestóeljuiciosoTelémaco:

«¡Eumeo,quépenosoencargomehaspropuesto!¿Cómo,pues,voyyoaacoger a este extranjero en mi casa? Yo soy joven y todavía no tengoconfianzaenmismanoscomoparadefendermedecualquierindividuoqueoseenfrentárseme.Y amimadre el corazón se le agita en el pecho dudando sipermanecerenmicasayvelarporelhogar,respetandoellechodesuesposoysufamaenelpueblo,osimarchartraselmejordelosaqueosquelapretendayensucasaleofrezcamásnumerososobsequios.Sinembargo,aestehuéspedtuyo,yaqueatucasaacudió,lovestirédehermosasropas,túnicaymanto,yledaréunaespadadedoblefiloysandaliasparasuspiesyloenviaréadondesucorazónysuánimoleimpulsen.

»Siestásdispuesto,tómaloatucuidadoyreténloenlamajada.Enviaréyoaquílosvestidosytodoelsustentoparasucomida,paraquenoosresulteunacargaa tiya tuscompañeros.Masnoquerríayoque sepresentaraante lospretendientes, pues siguen con su desenfrenada insolencia, para que no loultrajen.Me causaría un enorme disgusto. Y le es difícil a un hombre, porfuerte que sea, pelear contra muchos más, que son con eso sin duda másfuertes».

Contestóle,asuvez,elmuysufridodivinoOdiseo:

«Amigomío,puestoqueeslícitoquetambiényodigamiopinión,¡cómosemedesgarraelcorazónalescucharlasaccionestaninsolentesquedecísquetraman los pretendientes en el palacio, en contra de la voluntad de alguiencomo tú!Dime si te dejas someter de buen grado, o si es que la gente delpueblotemarginaobedeciendoaloráculodeundios,osilesechaslaculpaatushermanos,enlosqueunhombreconfíaenlosmomentosdelucha,cuandoestallaunagranrencilla.¡Ojaláfuerayotanjoven,conunánimocomoelmío,ounhijodelirreprochableOdiseo,oinclusoelmismoOdiseoregresaradesuviaje! El destino permite aún la esperanza. ¡Que me cortara la cabeza unextrañocualquierasinoibaaseryolaruinadetodosellosalpresentarmeenelpalaciodeOdiseoLaertíada!Ysimevencieranporsunúmerocuandoyome presentara solo, preferiría quememataran de una vez enmi palacio, yquedarmuerto, a ver continuamente esos actos infames: que ofendan amishuéspedes, que arrastren deshonrosamente a mis sirvientas por las noblessalas,yderramenmivinosintasa,ysecomanmipan,ensuneciodesenfreno,enundesastresinfin».

LecontestóluegoeljuiciosoTelémaco:

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«Yo te lo contaré, extranjero, punto por punto. Ni el pueblo entero merechazaymedetesta,nitengoreprochescontramishermanos,enlosqueunhombre sueleconfiaren losmomentosdepelea, si estallaunagran rencilla.PorquesucedequeamifamiliaZeuslahizodehijosúnicos.Arcisioengendrósólo a un hijo: Laertes. A su vez, él fue padre de un solo hijo: Odiseo. YOdiseo,asuvez,meengendrósóloamíymedejóensupalacio,sindisfrutardeminiñez.Poresoahorasonincontableslosenemigosquetengoenmicasa.Todoslospríncipesquetienenpoderíoenlasislas,enDuliquio,enSamos,yen la boscosaZacintos, y cuantos tienen dominios en la rocosa Ítaca, todosesoscortejanamimadreyesquilmanlacasa.Ellanirechazaelmatrimonionipuede detener su asedio, y ésos van consumiendo, devorando,mi hacienda.Prontomedestruirántambiénamí.Pero,ciertamente,esoestáenlasrodillasdelosdioses.

»Abuelo,vete túaprisa,di a laprudentePenélopequeaquíestoy sanoysalvo,yquehevueltodePilos.Yo,pormiparte,aguardaréaquíytúregresadespués de darle la noticia a ella sola.Que no se entere ningún otro de losaqueos.Puesmuchostramandañoscontramí».

Enrespuestaledijistetú,porquerizoEumeo:

«Losé, locomprendo.Hablasaunoqueyaconoceelasunto.Perodimealgo más y expónmelo sin rodeos: si también en el mismo viaje he deacercarme al infeliz Laertes, que, aunque muy apenado por Odiseo, antesinspeccionabalastareasdelossiervosenelpalacio,ycomíaybebíasiemprequeensuánimoleapetecía;peroahora,desdequetútefuistecontunaveaPilos,dicenqueyanocomenibebecomoantes,nivigila los trabajos, sinoqueconsollozosygemidosseestásentadolamentándose,mientraslapielselearrugasobreloshuesos».

LerespondióalmomentoeljuiciosoTelémaco:

«Muytristees,peroaunasídejémoslo,pormuchoquenosapene.Pues,sitodoquedaraalalcancedeloshumanos,querríamosantesquenadavereldíadel regreso de mi padre. Bueno, dale a ella el recado y vuélvete atrás, sindemorarteporloscamposenbuscadeaquél.Perodileamimadrequeleenvíea la sirvientadespensera a todaprisay en secreto, pues ella puededarle lasnuevasalanciano».

Dijoyapremióalporquero.Recogióélconsusmanoslassandalias,selasatóalospies,ysepusoenmarchahacialaciudad.NolepasóinadvertidaaAtenealasalidadelporquerizoEumeodelamajada.Asíquesepresentóallá.Ensuaspectohabía tomado la figuradeunamujerbellayaltayexpertaenfinas labores. Acudió y se le apareció a Odiseo delante de la cabaña. PeroTelémaconolavioallínisepercatódesupresencia.Losdiosesnoaparecenvisibles a todos. La vieron Odiseo y los perros, que no ladraron, sino que

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corrieronespantadosygruñendoporaquíyporallíenlamajada.Ellahizounaseñaconlosojos.LaadvirtióeldivinoOdiseo,ysaliódelaestanciaandandoalolargodelgranmurodelpatio,yseparóanteella.Atenealedijo:

«¡HijodivinodeLaertes,Odiseodemuchostrucos,infórmaleyaahoraatuhijo,ynodisimulesmástuspalabras!Afindeque,cuandohayáistramadolamuerte y el destino funesto de los pretendientes,marchéis los dos a lamuyilustre ciudad. Yo misma tampoco andaré lejos de vosotros, ansiosa decombatir».

Dijo,ylotocóAteneaconsuvaritadeoro.Unmantoreciénlavadoyunatúnica le envolvieron el cuerpo, y le infundieron arrogancia y juventud. Denuevosevolviómorenodepiel,yseredondearonsusmejillas,yloscabellosde su barba ennegrecieron.Después de esta acción partióse la diosa. LuegoentróOdiseo en la cabaña. Se quedó pasmado su querido hijo; atemorizadodesvió susmiradas, por si acaso era undios, y empezó a hablarle con estaspalabrasaladas:

«Distintoaparecesantemí,extranjero,ahoradeantes,llevasotroatuendoytucuerponoeselmismo.Seguramenteeresalgúndios,delosquehabitanelampliocielo.Perosenospropicio,paraqueteofrezcamossacrificiosatugustoyregalosdeorobienlabrado.¡Apiádatedenosotros!».

LecontestóenseguidaelmuysufridodivinoOdiseo:

«Nosoyningúndios.¿Porquémecomparasalosinmortales?Perosoytupadre,porelquetúsuspirasysufresmuchospesares,soportandolosultrajesdeotroshombres».

Despuésdehablarasí,besóasuhijo,yporsusmejillasderramólágrimasque caían hasta el suelo. Hasta entonces las había retenido tenazmente.Telémaco,queaúnnosehabíaconvencidodequefuerasupadre,respondióledenuevoylehablóconestaspalabras:

«No,túnoeresOdiseo,mipadre,sinoqueundiosmehechizaparaquemeapeneaúnmásymássolloce.Porqueenmodoalgunohabríatramadoestounmortalconsupropiamente,anoserquesepresentaraalgúndiosparahacertesintrabas,asuplacer,jovenoviejo.Haceunmomentoerasunviejoyvestíasconharapos;ahorateasemejasalosdiosesqueposeenelampliocielo».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«Telémaco,noestábienque, alpresentarseacá tupadre, te asombresenexcesoytemaravillesdemasiado.PuesnovaaregresarningúnotroOdiseo,sino sólo yo, tal comome ves ahora, después de mucho sufrir y mucho irerrante,yvuelvoalosveinteañosamitierrapatria.Porlodemás,estoesobradeAteneaqueconducelosejércitos,quienmehavueltotalcomoleapetece,

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pues bien puede hacerlo, unas veces con aspecto de mendigo, y otras, encambio,comounhombrejovenconbellasropassobreelcuerpo.Esfácilparalos dioses que poseen el amplio cielo revestir de gloria a un mortal oarruinarlo».

Despuésdedecirestosesentó.Telémacoseabrazóasupadreygemíayvertía lágrimas. A ambos les inundó el deseo de llanto. Llorabanestrepitosamente,demodomásagudoquelasaves,águilasobuitresdecorvasgarras, a los que los campesinos les han arrebatado las crías antes de quepudieran usar sus alas; así entonces ellos, desde sus cejas, derramaban elllanto.Ysollozandoseleshabríapuestolaluzdelsol,siantesnolehubieradichoTelémacoasupadre:

«¿En qué nave ahora te trajeron, querido padre, aquí, a Ítaca, losnavegantes? ¿Quiénes decían ser? Porque creo que no habrás llegado aquícaminando».

LecontestóalpuntoelmuysufridodivinoOdiseo:

«Pues bien, voy a decirte, querido hijo, toda la verdad.Me trajeron losfeacios, famosos por sus naves, que dan escolta también a otros hombres, acualquieraquellegueanteellos.Metransportarondormidoenunanegranavesobreelmar,medejaronenÍtacaymedieronespléndidosregalos,bronceyoroenabundancia,yropasbientejidas.Tengoestosobjetosguardadosenunacuevasegúnlavoluntaddelosdioses.Pormipartehevenidoaquídeacuerdocon las instruccionesdeAtenea,paraquedecidamosacercade lamuertedenuestrosenemigos.Conque,venga,recuentaydescríbemealospretendientes,para que yo sepa cuántos y quiénes son esos hombres.Y,meditando enmiánimo,podrédecirtesivamosasercapacesdeenfrentarnosaellosnosotrosdossolos,osibuscaremosademásayudadeotros».

LerespondióenseguidaeljuiciosoTelémaco:

«Oh padre, de continuo he oído de tu gloriosa fama: que eras de brazoguerrero y de inteligente decisión. Pero acabas de decir algo excesivo.Meechaatráselespanto.Noseríaposiblequedoshombrespeleencontramuchosy fuertes. Los pretendientes no son, en efecto, ni una decena ni dos, sinomuchísimos más. Pronto vas a saber su número. De Duliquio llegaroncincuenta y dos jóvenes sobresalientes, y les acompañaban seis criados; deSamoshayveinticuatroindividuos;deZacintoshanvenidoveintehijosdelosaqueos;yde lamisma Ítacadoce, todosprincipales, y juntoa ellos estánelheraldoMedonte,eldivinoaedo,yunpardesiervosexpertosenlosserviciosdelbanquete.Sinosenfrentáramosatodosellosallídentro,talvezsufrirías,atuvuelta,demodoamargoybrutalsusviolencias.Pero,siteesposiblepensaren alguien que nos auxilie, dime quién puede socorrernos con su amistad yvalor».

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LerespondióasuvezelmuysufridodivinoOdiseo:

«Pues,enefecto, te lodiréy túescúchameyatiende,ypiensaydimesinosserásuficienteAteneajuntoconZeusPadre,osidebopensarenencontraralgúnotroauxiliar».

LerespondióentonceseljuiciosoTelémaco:

«Poderosos son, en efecto, esos dos defensores que mencionas, si bienestánen loalto,en lasnubes.Losdosdominana loshombres todosya losdiosesinmortales».

Contestóle,asuvez,elmuysufridodivinoOdiseo:

«Pero no permanecerán los dos mucho tiempo apartados de la ferozrefriega,cuandoentrelospretendientesynosotrosennuestrassalassedirimalacontiendadeAres.Asíqueponteencaminoencuantoamanezcahacia lacasaymézclateallíconlossoberbiospretendientes.Luegoamímeconduciráelporquerizohastalaciudad,conmiaspectodemendigomiserableyviejo.

»Simeultrajanenelpalacio,quetucorazónentupechoseresigneaverqueyosoportoelmaltrato.Inclusosimearrastranporlospieshastaecharmeosimehierenconloquemearrojen,túmiraycontente.

»Pero, bueno, propónles que desistan de sus ofensas, dándoles consejosconpalabrasamables.Ellosnoteharánningúncaso,puesyalesacechaeldíafatal.Tediréalgomás,ytúguárdaloentumente.CuandoAteneademuchosconsejos lo inspire en mi ánimo, yo te haré una seña con la cabeza, y tú,apenas la veas, retira todas las armas de guerra que hay en las salas, yllévatelasalfondodelaestanciadelpisoalto,todasenmontón.Conrespectoa los pretendientes, explícaselo con palabras arteras en caso de que tepreguntenalecharlasenfalta:“Lasheapartadodelhumo,paraquenolespasecomo a las que aquí dejó antaño Odiseo al marcharse a Troya, que estánahumadas por donde las alcanzó el ardor del fuego. Y, además, hay otromotivo queme ha inspirado el Crónida; que no sea que, al emborracharos,vayaa surgir entrevosotrosunadisputayosdañéisunosaotrosy echéis aperder elbanquetey el cortejo,pues elhierropor sí solo incita alhombre”.Tansóloparanosotrosdosdejaanuestroalcancedosespadasydoslanzas,ydos escudos de piel de buey para tomarlos en nuestras manos y usarlos alcomenzarlamatanza.AellosentoncesloshechizaránAteneayelprovidenteZeus.

»Otra cosa te diré y túguárdala en tumente.Si verdaderamente eresmihijoydenuestrasangre,quenadieseentereahoradequeOdiseoestáensucasa.Queno lo sepaniLaertes ni el porquerizo siquiera, ni ningunode lossiervosnilamismaPenélope,sinoquetúyyo,solos,conozcamoslaconductade lasmujeresypongamos aprueba luego a cadaunode los criados, a ver

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quiénnosrespetaynostemeensuánimo,yquiénnosignoraytedespreciasiendotúquieneres».

Respondiéndolelehablabaasísuilustrehijo:

«Padre,vasaconocer,creo,deaquíenadelantemitalante.Porqueennadameretienenflaquezasdeánimo.Sinembargoesonocreoquenosresulteunaventaja a nosotros dos. Te ruego que lo pienses. Tardarás en saber algoprobandoacadauno,examinandosusacciones,mientrasqueésosasugustoen el palacio devoran tus bienes sin reparos, sin ahorro alguno. Pero yo teexhortoaquenosinformemosdelasmujeresquiénestedeshonranyquiénesson inocentes. Respecto a los hombres no quisiera ir por las majadas aponerlosaprueba,sinoquedejemosestatareaparaluego,sideverdadsabesalgúnauguriodeZeusportadordelaégida».

Mientraselloscharlabandetodoestounoconotro,llegóalpuertodeÍtacalabienconstruidanave,quedesdePiloshabíatransportadoaTelémacoysuscompañeros.Encuantoéstossehallaronalfondodelhondopuerto,vararonenla ribera la negra nave y la animosa tripulación sacó de ella las armas, yenseguidallevaronacasadeClitiolosespléndidosregalos.LuegoenviaronunheraldoalamansióndeOdiseoparadarlealaprudentePenélopelanoticiadequeTelémaco estaba en el campoy que había dadoórdenes de que la navefueraalaciudad,paraquelanoblereinadejaradevertersutiernollanto.

Coincidieron ambos, el heraldo y el divino porquerizo en su embajada,yendoacontarlanoticiaasuseñora.Asíquecuandollegaronalamansióndeldivino rey, elheraldoproclamódelantede las criadas:«Al fin,ya, reina,havuelto tu querido hijo». Y el porquerizo, situándose junto a Penélope, lecomunicótodaslascosasquesuhijolehabíaencargadocontarle.Ydespués,encuantolehubodichodel todosuencargo,emprendióelregresohaciasuscerdos,dejandoatráslospatiosyelpalacio.

Lospretendientesseafligieronyseentristecieronensuánimo,ysalierondelagransalaarrimadosal largomurodelatrio,yfueronasentarsedelantedelportalón.EntreellostomólapalabraEurímaco,hijodePólibo:

«¡Ah,amigos,menudahazañaharesultadoesteviajeaudazdeTelémaco!Pensábamos que no lo lograría. Bien, vamos, botemos una negra nave, lamejor que tengamos y dispongamos remeros para ella, de manera que, deinmediato,diganalosdemásquesevuelvanenseguidaaestacasa».

AúnnoloacababadedecircuandoAnfínomo,volviendolavista,divisóelbarcoyadentrodelhondopuertoyasustripulantesrecogiendolasvelasyconlos remos en los brazos. Echándose a reír alegremente les dijo a suscompañeros:

«Noenviemosyaningúnmensaje,queyaestánaquíésos.Obienalguno

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delosdiosesselohizosaberoellosmismosvieronpasardelargoelnavíoynopudierondarlealcance».

Así habló y los demás se levantaron y marcharon por la orilla marina.Prontodejaron lanegranavesobre laribera,ysacaron losarreossusbravosservidores.Ellosmarcharontodosjuntosalaplazasindejarqueningúnotro,ni jovenniviejo, se lesuniera.Entreellos tomó lapalabraAntínoo,hijodeEupites:

«¡Ay,ay,cómolibraronaesejovendelamuertelosdioses!Durantedíasestuvieron los vigías en las cimas batidas por el viento, continuamente, enturnos constantes.Al ponerse el sol nuncadormimospor la noche en tierra,sino que nos quedamos en alta mar en nuestra negra nave hasta la divinaaurora,acechandoaTelémaco,paracapturarloymatarloallí.Peroheaquíqueentre tanto lo trajo a su casa el destino.Bien, preparémosle aquí nosotros aTelémacounacruelmuerte,yquenosenosescape.Puescreoque,mientrasélsigavivo,nosecumpliránnuestrosplanes.Porsuinteligenciaysudecisiónél,enefecto,esmuycapazylasgentesdelpueblonoestánya,deningúnmodo,bien dispuestas hacia nosotros. Así que actuad antes de que él reúna a losaqueosenelágora.Nocreopuesquevayaacederennada,sinoquevendráenfurecidoyalzándoseantetodoslesdiráquetramábamossuprontamuerte,pero no la hemos conseguido.Y ellos, en cuanto le escuchen, no aprobaránestasmalignasacciones.¡Ojalánonoscausendañosynosexpulsendenuestratierra y tengamos que emigrar a un país extraño! Mas apresurémonos acapturarloenelcampo,lejosdelaciudad,oenelcamino.Yquedémonosconsusbienesyhaciendanosotros,repartiéndolosconequidad,y,porotraparte,permitamosquesequeden lacasasumadreyaquelquesecaseconella.Siesteconsejoosdesagrada,ypreferís,encambio,queélvivayconservetodalafortuna paterna, no sigamos devorando todos juntos sus abundantes bienes,reuniéndonosaquí,sinoquecadaunodesdesupropiacasacontinúeelcortejoofreciendoasumadresusregalosdeboda.Yqueellapuedaluegodesposarseconquienmásleofrezcayleestédestinado».

Asídijo,ytodoslosdemássequedaronquietosyensilencio.Entreellostomó la palabra y empezó a hablar Anfínomo, el ilustre hijo de Niso, elsoberano Aretíada, que desde la herbosa Duliquio de amplios trigalesacaudillaba a lospretendientesydemodoespecial agradaba aPenélopeporsus palabras, pues era de buen corazón. Éste, con pensamiento benévolo,comenzóahablarydijo:

«Amigos, yo al menos no quisiera asesinar a Telémaco. Es horrible darmuerteaalguiendeestirpereal.Asíque,antes,consultemoslosdesigniosdelos dioses. Si las leyes del gran Zeus lo aprobaran, yo mismo lo mataré eincitaréatodoslosdemás.Perosilosdioseslorechazan,opinoquedebemosdejarlo».

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Así habló Anfínomo y a los demás les pareció bien el consejo. Pocodespués se levantaron y marcharon a la casa de Odiseo y, llegando allí, sesentaronenlosbienpulidosasientos.

Pero algo nuevo pensó la prudente Penélope: en aparecer ante lospretendientesdesoberbiaarrogancia.Puessehabíaenteradoenpalaciodelaamenaza demuerte a su hijo. Se lo contó el heraldoMedonte, que oyó lasintrigas.Marchóhacia la sala seguidadesusdoncellas,y,cuando llegóantelospretendientesladivinaentrelasmujeres,sedetuvoerguidaanteelpilardelbienconstruidotecho,manteniendoantesusmejillassusutilvelo,ysedirigióaAntínoo,leamonestabayledecía:

«¡Antínoo,criminal,urdidordemaldades! ¡Yde tidicenenelpueblodeÍtaca que eres elmejor de los de tu edad en decisión y en palabras!Desdeluego que no te comportas como tal. ¡Insensato! ¿Por qué maquinas tú lamuerteyelfinaldeTelémaco,ynorespetasalossuplicantes,delosqueZeuses protector? Impiedad es tramar maldades unos contra otros. ¿O no sabescómollegóaquítupadre,fugitivo,temerosodelpueblo?Lagente,enefecto,sehabíaenfurecidomuchoporqueél,encompañíadelospiratastafios,habíadañadoalostesprotos,queeranaliadosnuestros.Estabandispuestosamatarloy a arrancarle el corazón y arramblar con sus numerosos y costosos bienes.Pero Odiseo lo impidió y los contuvo, aunque estaban enfurecidos. De éseahora arruinas la casa, ignominiosamente, y pretendes a sumujer y quieresmatar a su hijo, y a mí me angustias a fondo. Por tanto, te ruego que tecontengasyexhortesalosdemásaesomismo».

AsuvezlacontestabaEurímaco,hijodePólibo:

«¡HijadeIcario,prudentePenélope,notemas!Queesonoteangustieentuinterior.Nohayhombrealguno,nivaasurgirnipresentarse,quevayaaponersusmanossobretuhijoTelémaco,mientrasyovivaycontemplelaluzdelsolen la tierra.Asípues te loprometo,y asíquedará cumplido:muypronto sunegra sangre correría en torno a mi lanza, pues, en efecto, también a míOdiseo, el destructor de ciudades, muchas veces me hizo sentarme en susrodillasyensusmanosmedioacomercarneasadayrojovino.PoresoparamíTelémacoeselmásqueridoconmuchodetodosloshumanos,yproclamoquenohadetemerunamuertequevengadelospretendientes.Laqueenvíanlosdiosesesimposibleesquivarla».

Asídijoconfortándola,peroélmismoplaneabaesamuerte.Ellaentoncessubióalasrelucientesestanciasdearriba,yluegosepusoalloraraOdiseo,suqueridoesposo,hastaqueAteneadeojosglaucosvertiódulcesueñosobresuspárpados.

Alatardecer llegóhastaOdiseoysuhijoeldivinoporquerizo.Losotros,naturalmente,sepreparabanya lacenasacrificandoun lechóndeunaño.Al

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puntoAtenea,acudiendojuntoalLaertíadaOdiseo,lotocóconsuvaritayloconvirtiódenuevoenunviejo,y revistió sucuerpoconmíseras ropas,paraquenoloreconocieraelporquerizoalencontrárselocaraacarayselodijeraala prudente Penélope, sin guardar el secreto.YTelémaco fue el primero entomarlapalabra:

«¡Hasvuelto,divinoEumeo!¿Quérumorcorreporlaciudad?¿Acasolossoberbios pretendientes hanvuelto de su emboscadao aún siguen al acechoparacuandoyoregreseamicasa?».

Respondiendolecontestastetú,porquerizoEumeo:

«Nomeparéaaveriguarypreguntarlocuandobajéalaciudad.Miánimome impulsaba a dar aprisa el mensaje y volverme de nuevo acá. Avanzóconmigo un enviado presuroso de tus compañeros, un heraldo, que fue elprimeroendarlenoticiasatumadre.Entodocaso,sélosiguiente,porquelovi conmis ojos.Ya andaba yo de camino por las afueras de la ciudad, pordondequedalacolinadeHermes,cuandodiviséunanaveraudaqueentrabaennuestropuerto,ymuchoshombresibanabordo.Estaballenadeescudosylanzasdedoblepunta,ymefiguréqueeranellos,peronosénadamás».

AsíhablóysonrióelsagradoánimodeTelémaco,mientrasechabaconsusojosunamiradaasupadreyesquivabaladelporquero.Cuandoelloshubieronacabado el trabajo y preparado la cena, se pusieron a comer y su ánimo noechaba en falta nada de un completo festín. Y cuando hubieron saciado suapetito de comida y bebida, pensaron en la cama y acogieron el regalo delsueño.

CANTOXVII

ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,cuandoalinstanteseatóalospieslasbellassandaliasTelémaco,elqueridohijodeldivinoOdiseo,tomóla robusta lanzabienencajadaensumano,presurosopormarchara laciudad,ydijoalporquerizo:

«Abuelo,yomevoyalaciudad,paraquemeveamimadre.Puescreoquenovaacejarensuafligidollantoysuquejumbrosogemirhastaquemeveaenpersona.Atiteencargodeesto:llevaaestedesdichadoextranjeroalaciudadparaqueallímendiguesupitanza.Elquequieraledaráalgodepanyunvasodevino.Amínomeesposiblemanteneratodoelmundo,aunquemeaflijaenmiánimo.Encuantoalextranjero,siseenfadamucho,peorseráparaél.Amímegustadecirlaverdad».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

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«Amigo,tampocoyotengoganasdequedarme.Paraunpobreesmejoriralaciudadyporloscamposamendigarsupitanza.Ymedaráquienquiera.Nosoy yo, desde luego, de poca edad, como para quedarme en la majada aobedecerentodoalquemandayhaceencargos.Asíquemárchate.Amímeguiaráluegoestehombre,alqueselomandas,encuantomecalientealfuegoyelsoldifundacalor.Tengoestasmíserasropasenunestadoterrible.Novayaamatarmeelfríodelalba.Elpoblado,decís,estálejos».

Asíhabló,yprontoTelémacodejóatrás lamajada,caminandoagrandespasos. Meditaba daños a los pretendientes. Y en cuanto llegó a su bienhabitadopalacio,sedetuvo,dejólalanzaapoyadaenunaaltacolumna,yentróenelinterior,cruzandoelpétreoumbral.

Laprimeraenverlofuelanodriza,Euriclea,queestabaextendiendounaspielessobrelostorneadosasientos,yenseguidacorrióllorosahaciaél.DeunoyotroladoacudieronlasotrassiervasdelintrépidoOdiseo,yleabrazabanybesaban su cabeza y sus hombros.Desde su alcoba acudió lamuyprudentePenélope, parecida a Ártemis o a la áurea Afrodita. Ella rodeó con ambosbrazos llorando a su hijo y le besó la cabeza y sus bellos ojos, y, entresollozos,ledecíaestaspalabrasaladas:

«¡HasvueltoTelémaco,midulceluz!Yacreíayoquenoibaavertemás,después de que te fueras en tu nave hacia Pilos a escondidas, contra mivoluntad,paraescucharnoticiassobretupadre.Bueno,venga,cuéntametodoloquehasvistoentuviaje».

Asuvez,eljuiciosoTelémacolacontestaba:

«Madremía,nomemuevasalllantonimeacongojeselánimoenelpecho,despuésdehaberescapadoaunabruscamuerte.Másbiendateunbaño,ponteencima tus refulgentes joyas, sube a la estanciade arriba con tus criadasdecasa, y promete sacrificar hecatombes completas a todos los dioses si Zeuscumpleunajustavenganza.Yo,pormicuenta,voyairhastalaplazaainvitaral extranjero que me acompañó a mi vuelta. Lo envié por delante concompañerossemejantesadioses,yaPireoleordenéquelollevaraasucasaamablementeyleacogieraylehonraracomoamigo,hastaqueyoacudiera».

Asíhablóyparaellafueunapalabrasinalas.Asíquesediounbaño,sepusounvestidorelucienteyprometióatodoslosdiosesofrecerleshecatombescompletasensacrificio,siZeuscumplíalosactosdevenganza.

Telémaco salió luego a grandes pasos de la sala y recogió su lanza. Loescoltaban unos perros de patas veloces. Sobre él vertía su gracia divinaAtenea. Toda la gente lo veía pasar admirada. En torno los pretendientessoberbiossereuníansaludándoleconpalabrasafables,peromaquinandomalesen sus mentes. Él esquivó pronto el numeroso gentío, y fue a sentarse allí

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donde solían sentarse Méntor, Antifo y Haliterses, que eran desde muchotiempoantescompañerosdesupadre.Elloslepreguntabanportodo.

Yhasta ellos llegó, a su lado,Pireo, famosopor su lanza, que guiaba alextranjero a través de la ciudad hasta la plaza. Telémaco entonces no semantuvolejosdelextranjero,sinoquefuejuntoaél.

Pireocomenzóahablarydijo:

«Telémaco,envíaprontoamicasaunasmujeres,paraqueteentreguelosregalosqueteofrecióMenelao».

AsuvezlerespondióeljuiciosoTelémaco:

«Pireo, no sabemos cómo van a salir ahora las cosas. Por si acaso losaltivospretendientesenmipalaciofueranamatarmeyarepartirsemisbienespaternos, prefieroque tú tengasydisfrutes de éstos antes que cualquiera deellos.Massiyoconsigodarlesmuerteyunfataldestino,entonceslosrecogerécontentocuandomelostraigascontento».

Despuésdehablarasíguiabahaciasucasaalasendereadoextranjero.Encuantollegaronalacasabienhabitada,dejaronsusmantossobrelassillasyasientos,ysedirigieronhacías lasbañerasbienpulidasysebañaron.Luegolassirvientaslosfrotaronyungieronconaceites,ylosvistieroncontúnicasymantosde lana.Ysalieronde lasbañerasy se sentaronen los sillones.Unacriadatrajoelaguaenunhermosoaguamanildeoro,ycomenzóaverterlaenuna jofaina de plata para que se lavaran lasmanos.A su lado extendió unapulidamesa.Sobreellacolocólavenerabledespensera lasviandas, trayendomuchosmanjares,generosadecuantotenían.

Lamadre de Telémaco vino a situarse frente a ellos, sentada en su sillajuntoalagrancolumnadelasala,revolviendoensuruecasutileshilos.Ellostendieron sus manos a los manjares dispuestos y servidos. Y una vez quehubieron satisfecho su apetito de comida y bebida, empezó a decirles laprudentePenélopeestaspalabras:

«Telémaco, yo voy a subir al piso alto a echarme en mi cama, que meacogecuandolloro,bañadaenlágrimasdecontinuo,desdequeOdiseopartióconlosAtridashaciaTroya.¿Noquieres,antesdequevuelvanlossoberbiospretendientesaestacasa,hablarmeclaramentedelretornodetupadre,sialgoporahíhasoído?».

Lacontestó,almomento,eljuiciosoTelémaco:

«Desdeluegoquesí,madre,voyacontartelaverdad.

»MarchamosaPilos,alpalaciodeNéstor,pastordepueblos.Merecibióélensumansióndealtotecho,ymetratóamablemente,comounpadreasuhijoque volviera después de larga ausencia. Así me albergó él a mí, con todo

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afecto,enlacompañíadesushonradoshijos.Sinembargo,delaudazOdiseomedijoquenohabíaoídonuncaaningúnviajerosiestabavivoomuerto,ymeenvióavisitaralAtridaMenelao,famosoporsulanza,conuncarrobienensambladoysuscaballos.

»Allí vi a la argiva Helena, por la que mucho sufrieron los argivos ytroyanosporlavoluntaddelosdioses.DespuésmepreguntóprontoMenelao,buenoenelgritodeguerra,porquéurgenciaacudíaaladivinaLacedemonia.Entonces yo le conté punto por punto toda la verdad, y él, contestándome,estaspalabrasdijo:

»“¡Ay,ay!¡Queaunhombretanvalerosoquieranusurparleellechoesosquesonsólounostiposcobardes!Comocuandounaciervaenlaguaridadeunfornidoleónechaadormirasuscervatillos,críaspequeñas,lactantes,ysesaleapastarportrochasyvallesherbosos,yluegollegaelleónasumadrigueraylesdaunterriblefinalalascrías,asíOdiseoaelloslesdaráunterriblefinal.¡Ojaláque,ohZeusPadre,AteneayApolo,siendotalcomoeraantañoenlabienconstruidaLesbos,cuandoselevantóparalucharconFilomeles,enunadisputa, y lo tumbó con fuerza, y se alegraron todos los aqueos, así sepresentara ante los pretendientes Odiseo! ¡Tendrían breve vida y amargasbodas!Conrespectoaloquemepreguntasyruegasnoquisierayohablarconrodeosydisimulos,ynovoyaengañarte.PerodecuantomecontóelverazViejodelMarniunapalabra teocultaréniomitiré.Medijoqueél lohabíavisto soportando fuertes pesares en una isla, en las moradas de la ninfaCalipso, que lo retenía por la fuerza. Él no era capaz de arribar a su tierrapatria puesto que no disponía ni de barco de remos ni de compañeros quefueranconélsobrelosamplioslomosdelmar”.

»AsíhablóelAtridaMenelao,ilustreporsulanza.Despuésderealizareso,regresé.Medieronunvientopropiciolosinmortales,queprontometrajeronalaqueridatierrapatria».

Asídijo,yaella leconmovióelcorazónensupecho.A losdos lesdijoentoncesTeoclímenodedivinoaspectoestaspalabras:

«Respetable esposa de Odiseo Laertíada, éste en verdad no lo sabe conclaridad;peroatiendeamiprofecía.Porquevoyadarteunvaticinioverazysinambages.¡SéametestigoZeus,enprimerlugar,ylamesahospitalariayelhogardelirreprochableOdiseo,alquemeacojo,dequeOdiseo,enverdad,yaestáensuqueridatierrapatria,enreposoocaminando,informadodetodaslasaccionesdañinasy,portanto,preparalaruinadetodoslospretendientes!Unaugurio semejante ya interpreté estando en la nave de buenos bancos deremerosyyaseloexpuseaTelémaco».

Lerespondió,asuvez,lamuyprudentePenélope:

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«¡Ojalá,extranjero, sevieracumplidaesaprofecía!Prontoconoceríasmiamistad y tendrías muchos regalos míos, de modo que cualquiera que seencontraracontigotellamaríafeliz».

Mientras que así ellos conversaban unos con otros, los pretendientes sedivertíandelantedelpalaciodeOdiseo,comodecostumbre,lanzandodiscosyjabalinas en un terreno apropiado, despreocupados del todo.Mas cuando sehizo la hora de cenar y llegaron las ovejas de uno y otro rebaños de loscampos, traídas por sus pastores, entonces les habló Medonte, que de losheraldos era el más grato a los pretendientes y que les acompañaba en sufestín:

«Muchachos,puestoqueya todoshabéisdivertidovuestroánimoconlosjuegos, andad a la casa para que nos preparemos el banquete. No es nadadesagradabletomarlacenaasuhora».

Asídijo,yellossealzaronyobedecieronsuaviso.Luegoquellegaronalasconfortablessalas,depositaronsusmantossobrelosbancosylassillas,ysacrificarongruesasovejasypingüescabras,ymatarongordoscochinosyunavacadelrebaño,disponiendolacena.

Losotros,Odiseoyeldivinoporquerizo,seaprestabanairdelcampoalaciudad. De ellos tomó la palabra el primero el porquero, mayoral de lossiervos:

«Forastero, ya que deseas marchar a la ciudad hoy mismo, como loindicabami patrón, así sea.De verdad que yo preferiría dejarte aquí, comoguardiándelosestablos,peroletengorespetoytemor,novayaaserquemehagareproches,ysuelenserduroslosreprochesdelosamos.Asíque,venga,vámonos ahora. Pues ya ha pasado mucho día, y pronto, al atardecer, harápeor».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Me doy cuenta y pienso en ello. Hablas a quien bien lo sabe. Conquevámonos,ytúguíaalolargodetodoelcamino.Dame,sitienesporahí,algúnbatón bien cortado para que me apoye, ya que decís que es resbaladiza lasenda».

Asídijoysujetósealoshombroselzaparrastrosozurrónmuyremendadocon una cuerda retorcida. Eumeo le dio luego un bastón adecuado. Ambosecharon a andar. En el establo se quedaron, guardándolo, perros y pastores.HacialaciudadEumeoguiabaasuamo,conelaspectodeunmendigomíseroyviejo,apoyadoensubastón,yvestidoconropasandrajosas.

Pronto, en su bajada por un sendero empinado, estuvieron cerca de laciudadyllegaronjuntoaunafuentedepiedrasconunhermosochorro,adonde

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acudían a por agua los ciudadanos. La habían construido Ítaco, Nérito yPolíctor.Larodeabaencírculounbosquecillodeacuáticoschoposyelaguafrescamanabadesdeloaltodelapiedra.EnlomásaltohabíanlevantadounaltaralasNinfas,dondehacíansacrificiostodosloscaminantes.AllílessalióalencuentroMelantio,hijodeDolio,queconducíaunascabras,lasmejoresdetodossusrebaños,paraagasajodelospretendientes.Leseguíandoscabreros.

Apenas los vio se puso a insultarlos, y les voceaba palabras brutales yofensivas.IrritóelcorazóndeOdiseo.

«¡Ahorasíque,comoseve,unbribóndirigeaunbribón,quesiempreladivinidadenlazaalsemejanteconsusemejante!¿Adóndellevasaesegorrón,miserable porquero, a ese mendigo asqueroso, basura de un banquete?Arrimándose a muchas puertas se rascará los hombros mientras mendigamendrugos, que no espadas ni calderos. Sime lo dieras para guarda demisestablos,parabarrerelsueloyllevarforrajealoscabritos,talvezbeberíaelsuero de la leche para engordar susmuslos. Pero, comoya sabe demuchasmañas,noquerráesforzarseeneltrabajo,sinoquepreferirámendigarlimosnaencorvadoantelagenteparaalimentarsuvientreinsaciable.Perotediréotracosayestovaaquedarcumplido:siseacercaalamansióndeldivinoOdiseo,muchasbanquetastiradasasucabezaporlasmanosdelospretendientesvaarecibirensuslomos,enlacasa,cuandoseaobjetodesusataques».

Asíhabló, y, al pasar, congestobrutal, le atizóunapatada en la cadera.Mas no lo derribó ni apartó del camino, sino queOdiseo resistió firme, entantoquedudabasilequitaríalavida,agolpesdebastón,osilotumbaríaenel suelo, agarrándolo por la cabeza. Pero se contuvo, lo soportó con coraje.Pero el porquero lo insultó, mirándolo cara a cara, y levantó las manos ysuplicóenvozalta:

«¡Ninfas de la fuente, hijas de Zeus, si alguna vez Odiseo quemó envuestro honor muslos de ovejas o de cabritos, recubiertos de pingüe grasa,cumplidmeesteruego:queélregreseyloconduzcaaquíundios!Entoncessíquevengaríatodasesasinsolenciasquetúahora,conairesdebravucón,traesyllevas,vagandosiempreporlaciudad.Desdeluegolosmalospastoresechanaperderlosrebaños».

Lecontestó,asuvez,Melantio,elpastordelascabras:

«¡Vaya, vaya lo queha dicho este perro experto en ruindades, al queyoalgunavezennegranavedebuenosremossacarélejosdeÍtacaparavenderloconbuena ganancia! ¡Ojalá aTelémaco lo asaetearaApolo de arco de platahoymismoenpalacio,oquecayeraamanosdelospretendientes,comoqueyaOdiseoperdióbienlejoseldíadelregreso!».

Diciendoestolospasódelargo,yaqueelloscaminabandespacio,yélse

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apresuróyllegóatodaprisaalacasadesupatrón.Alpuntoentróysesentóentrelospretendientes,enfrentedeEurímaco,alqueapreciabaespecialmente.Letrajeronsuporcióndecarnelosqueallíservían,ylarespetabledespenserale aportó y dejó a su lado pan para que comiera. Ya próximosOdiseo y eldivino porquero detuvieron su marcha, y les llegó el son de una cóncavacítara.EntreaquéllosFemiocomenzabaacantar.Odiseotomódelamanoalporqueroyledijo:

«¡Eumeo, seguro que esa hermosa casa es la de Odiseo! Es fácilreconocerla,aunqueselaveaentreotrasmuchas.Tienemuchashabitacionesyestábienedificadaconsupatiocentralconmuroycornisa,ylaspuertassondedoblesbatientesbienlabradas.Ningúnhombrepodríaasaltarla.Sientoquehaydentro de ella numerosos hombres que celebran un festín, porque se hadifundidounoloragrasayresuenalalira,quelosdioseshicieronadornodelbanquete».

Contestándoletúdijiste,porquerizoEumeo:

«Sin esfuerzo lo has notado tú, que en nada eres tardo. Peromeditemosahora cómo van a ser nuestros actos. O bien entras tú primero en las salasentrelamuchagenteytemezclasconlospretendientes,mientrasyomequedoaquí.O,si loprefieres,esperayyoirépordelante.Peronotetardes,noseaquealguno,alverteafuera,tetirealgootegolpee.Teruegoquelopienses».

LecontestóluegoelmuysufridodivinoOdiseo:

«Medoycuentay lopienso.Adoctrinasaquienyasabe.Asíquevepordelanteyyomequedaréaquí.Nosoynadainexpertoengolpesnipedradas.Tengounánimopaciente,porquehesufridomuchosdañosentrelasolasyenla guerra. ¡Llegue también esto después de aquéllos!No se puede enmodoalgunoreprimirelestómagofamélico,maldito,quemuchasdesdichasacarreaaloshumanos.Porsuculpahastalosnavíosdebuenosbancosderemerossearmanenaltamarllevandoruinaasusenemigos».

Contalespalabrashablabanunoconotro.Unperro,tumbadoallí,alzólacabezaylasorejas.EraArgos,elperrodelvalerosoOdiseo,alqueélmismocrio,peronopudodisfrutardeél,yaquepartióprontohaciaTroya.Antañolollevaban a cazar los jóvenes perseguidores de cabras agrestes, ciervos yliebres. Pero ahora, en ausencia de su dueño, yacía arrinconado sobre unmontóndeestiércoldemulosydevacas,queantelaspuertasestabaechadoenabundanciahastaqueselollevaranlosesclavosparaabonarelvastocampodeOdiseo.AllíestabatumbadoelperroArgoscubiertodegarrapatas.Entonces,cuandovioaOdiseoqueseacercaba,movióalegreelraboydoblólasorejas,peronopudoyaraudocorrerjuntoasuamo.

Éste,alverloadistancia,seenjugóunalágrima,sinquelonotaraEumeo,

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yluegolepreguntóconestaspalabras:

«¡Eumeo, qué extraño que ese perro esté tirado en el estiércol! Tienehermosoaspecto,aunquenosébiensieravelozenlacarreraconesastrazas,osi eramás bien como son esos perros domésticos que tan sólo por su bellaestampacríansusdueños».

Contestándoleentoncesdijistetú,porquerizoEumeo:

«Bueno,éseeselperrodeunhombrequehamuertolejos.Sifueraensuaspecto y sus obras tal cual lo dejóOdiseo al partir hacia Troya, pronto teadmiraríasalversurapidezysufuerza.Noseleescapabaanimalalgunoquepersiguiera en las honduras del espeso bosque. Era excelente para rastrearhuellas.Peroahoraleagobialamiseria,mientrasquesuamomuriólejosdesupatria,ylasmujeresnegligentesnolocuidan.Cuandonorecibenórdenesdesusdueños,lossiervosnoestándispuestosacumplirsustareas.Zeusdevoztonanteprivadelamitaddesuvalíaaunhombrecuandolosometeadíasdeesclavitud».

Despuésdehablarasíentróenlacasabienhabitadayavanzóporlasalagrandeentrelosnoblespretendientes.AlavezeldestinodelanegramuertelellegóaArgos,despuésdehabervistoasuseñortrasveinteaños.

Telémacodedivinoaspectofueelprimeroenveralporqueroentrarenlacasayalmomentolehizounaseñaconlacabezaparallamarle.Éllacaptóalprimervistazoytomóunasilladeporallí,dondesolíainstalarseeltrinchadorquerepartíalostrozosdecarnealoscomensalesdepalacio.LallevócercadelamesadeTelémacoysesentófrenteaél,yelheraldotomóuntrozodecarneysacódelcestilloelpanylesirvió.

Al poco rato penetró en la casa Odiseo con su aspecto de mendigomiserableyviejo,apoyadoensubastón.Llevabaencimasusandrajosasropas.Se sentó en el umbral demaderade fresno, en la puerta, reclinándose en lajambademaderade ciprés que antañoun carpinterohabía pulido con sabiooficioyenderezadoacordel.Telémacodijoalporquerizo,despuésdellamarloasuladoydehabertomadounpanenterodeunhermosísimocesto,ytantacarnecomopudosostenerensusmanos:

«Lleva esto, dáselo al forastero, y dile que mendigue a todos lospretendientes acercándose a ellos. No es buena la vergüenza en un hombrenecesitado».

Asídijo,y,escuchandosumandato,elporquerizoavanzó,secolocóasuladoyledijoestaspalabrasaladas:

«Forastero,Telémacoteregalaestoyteaconsejaquelespidasatodoslospretendientesacercándoteaellos.Afirmaquenoesbuenalavergüenzapara

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unhombrenecesitado».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Zeus soberano, ojalá Telémaco sea feliz entre los hombres y obtengatodocuantodeseaensumente!».

Asíhabló,loaceptótodoylopusoallíantesuspies,sobresuzarrapastrosozurrón, y empezó a comer mientras cantaba el aedo en la sala. Cuando yahabíacomidoydejódecantareldivinoaedo,lospretendientessepusieronaalborotar a lo largo y ancho del salón. Entonces Atenea acudió junto alLaertíada Odiseo y lo impulsó a recoger mendrugos de pan entre lospretendientes, para que conociera quiénes eran dadivosos y quiénesmezquinos.

Peroniconesoibaningunoaevitarsuruinafinal.Comenzóélaandarporallímendigandoaunoporunodesde laderecha, tendiendosiempre lamanocomo si fueseunmendigo corriente.Ellos se compadecíande él y le dabanalgo,conciertasorpresa,preguntándoseunosaotrosporélydedóndehabríasalido.

EntoncestomólapalabraMelantio,elcabrero:

«Prestadme atención, pretendientes de la ilustre reina, acerca de esteextranjero. Pues yo ya lo había visto antes, cuando lo traía hacia aquí elporquerizo,perodeélnosénidequéestirpediceser».

Asíhabló,yAntínoosepusoaregañaralporquerizoconestaspalabras:

«Eh, ilustre porquero, ¿por qué trajiste a éste a la ciudad? ¿Es que notenemosbastantesvagabundosya,molestospedigüeños,escoriasdenuestrosbanquetes?¿Oacasointentasquedevorenlahaciendadetuamoreuniéndolosacáyporesotúhasinvitadoaéste?».

Respondiéndoledijistetú,porquerizoEumeo:

«Antínoo,nohacesnoblesdiscursos,pormuynoblequeseas.¿Quiénpuesviniendoacá invitaría aun extranjerodeotropaís, a no ser que fuera algúnartesano de útil oficio, un adivino o un curador de enfermedades o uncarpintero, o incluso un cantor inspirado, que deleita con sus cantos? Éstosson,enefecto,gentesapreciadasentodalatierrainfinita.Peronadieinvitaríaaunvagabundoquevieneamendigar.SiempreereselmásagresivoconlossiervosdeOdiseo,ydemaneraespecialconmigo.Sinembargo,nomeapuroporeso,mientraslaprudentePenélopevivaenlamansiónyconellaTelémacodeaspectodivino».

AsuvezeljuiciosoTelémacoledecía:

«¡Calla, no repliques mucho a las palabras de ése! ¡Antínoo está

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acostumbrado a insultar siempre con vocablos ofensivos, e incita además aotros!».

AsídijoydirigíaaAntínoosuspalabrasaladas:«¡Antínoo,puessíquetepreocupaspormícomounpadreporsuhijo,túqueordenasexpulsardelasalaalextranjeroconundiscursoviolento!¡Queladivinidadnolopermita!Cogealgoydáselo.Noteobligo,sinoqueyoteloruego.Notengasmiramientoseneso ni por mi madre ni por ninguno de los siervos que hay en la casa deldivinoOdiseo.Pero,desdeluego,notienestalpropósitoentumente,porqueprefierescomersintasaadaralgoaotro».

Contestándole le dijo entonces Antínoo: «Jactancioso Telémaco, dedesbocada audacia, ¿qué dices? Si otro tanto le ofrecieran todos lospretendientessemantendríalejosdeestacasahastatresmeses».

Así dijo, y le amenazó tomando de debajo de lamesa el escabel dondeapoyabasusrobustospies.Perotodoslosdemásledieronyllenaronsuzurróndepanydecarne.ProntosedisponíayaOdiseoa retirarse juntoa lapuertaparasaborearlosdonesdelosaqueos.PeroseparófrenteaAntínooyledijoestaspalabras:

«¡Damealgo,amigo!Nomeparecequeseaselmáspobredelosaqueos,sino el más noble, y tienes aspecto de rey. Por eso debes darme aún máscomidaquelosotros.Yasíyoexpandiríatufamaporlatierrasinfin.

»También yo en otro tiempo habitaba una próspera casa y, feliz entre lagente, solía dar a un vagabundo semejante, fuera quien fuera el que llegaranecesitadodetodo.Teníainnumerablesesclavosyotrasmuchascosas,comotienen los que viven a lo grande y se llaman ricos. Pero Zeus Crónida mearruinó. Sin duda así fue su voluntad. Él me impulsó a marchar, junto avagabundospiratas,aEgipto,unlargoviaje,paramidestrucción.

»Atraqué en el río Egipto mis naves de curvos costados. Ordené a miscompañeros fieles que permanecieran allí en los barcos y defendieran lasnaves, y mandé a algunos observadores que fueran a explorar. Éstos, sinembargo, se dejaron llevar de la violencia, impulsados por su bravura, y alprontoempezaronasaquearlosbelloscamposdelosegipcios,raptabanalasmujeres y asesinaban a niños y hombres. Pronto el griterío llegó hasta laciudad, y los demás, al oír la alarma, acudieron en masa al rayar el alba.Llenósetodoelterrenodeinfantesyjinetesyresplandordelbronce.Zeus,quesedeleitaenelrayo,empujóamishombresaunavergonzosafuga.Ningunoseatrevióaresistirelataque.Losdañosvinierondetodaspartes.Allímataronamuchos de los nuestros con el afilado bronce y amuchos se los llevaronprisionerosparaquetrabajaranasuservicioporlafuerza.Amímeentregaronaunextranjeroqueestabaallá,aDmétorYásida,queremabaconpoderíoenChipre.Desdedondevengoahorapadeciendodesgracias».

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LecontestóentoncesAntínoo,ydijoenaltavoz:

«¿Quédiosnosenvióestacalamidad,escoriadelbanquete?¡Quédateporahíenmedio,lejosdemimesa,noseaquevuelvasatodaprisaaunamargoEgiptoyaChipre!¡Quéosadoydesvergonzadopedigüeñoeres!Teaproximasatodos,aunotrasotro.Ésostedanalotonto,yaquenoesdispendioalgunonicompasiónhacerbeneficiosconloajeno,cuandocadaunotienedesobra».

Retrocediendo,contestóleelmuyastutoOdiseo:

«¡Ah,ah!Desdeluegonoseadecuabatutalanteatuaspecto.Túnodaríasaunsuplicanteniungranodesalentucasa,yaqueestandoenlaajenanohasqueridosiquieratomaralgodepanparadarlo.Aquíhaydesobra».

Así habló, y Antínoo se enfureció aún más en su corazón y, mirándolotorvamente,dijoestaspalabrasaladas:

«Ahorasíquepiensoquenovasasalirindemnedeestasala,despuésdequeinclusonoslanzasinsultos».

Asídijoy,agarrandoelescabel,seloarrojóyledioenelhombroderecho,porencimadelaespalda.PeroOdiseosemantuvofirmecomounaroca,ynole hizo vacilar el golpe deAntínoo, sino que, en silencio,movió su cabezamaquinandovenganzas.Seretiróhastaelumbralysesentó,dejóenelsuelosuzurrónbiencolmadoydijoalospretendientes:

«Prestadme atención, pretendientes de la muy ilustre reina, para que osdigaloquemedictamiánimoenelpecho.Noquedapesarnipenaalgunaenelánimoen lasentrañasdeunhombrecuandoesgolpeadomientraspeleaacausadesusbienesoporsusvacasosusblancasovejas.PeroamíAntínoomegolpeó a causa de un estómago hambriento,maldito, quemuchosmalesacarrea a los humanos. Así que, si en algún lugar hay dioses y furiasvengadoras de los pobres, ¡que a Antínoo le alcance la muerte antes de laboda!».

AlavezlereplicóAntínoo,hijodeEupites:

«¡Cometranquilo,extranjero,sentadoahí,oveteaotrolugar,noseaquelosjóvenestearrastrenporelpalacio,porlascosasquedices,deunpieodeunbrazo,ytemachaquendeltodo!».

Asíhablóytodosentoncessequedaronirritadosenextremo.Yunodelosarrogantesjóvenesdecíadeestemodo:

«Antínoo,noestuvobienquegolpearasalinfelizvagabundo.¡Desdichadodetisiacasoesalgúndiosceleste!Puesprecisamentelosdioses,haciéndosesemejantesaextranjerosdeotrastierras,condiversasaparienciasvanyvienenporlasciudadesobservandolainsolenciaylahospitalidaddeloshumanos».

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Así hablaban los pretendientes, pero Odiseo no atendía a sus palabras.Telémacoensucorazónsintiógranpenaporelgolpeado,peronodejócaeratierra el llantode susojos, sinoquemovió en silencio su cabezameditandovenganzas.

Cuando la prudente Penélope se enteró del herido en su casa, exclamóenseguidaantesuscriadas:

«¡OjaláasítealcanzaraApoloelfamosoarquero!».

Y,alpunto,lacontestóEurínome,ladespensera:

«Desdeluegoquesilograrancumplidoefectonuestrasplegarias,ningunodeéstosllegaríaaverlaAuroradehermosotrono».

ContestóledenuevolaprudentePenélope:

«Ama, todossonaborrecibles,pues tramanmaldades;peroAntínooloessingularmente, tanto como la negra muerte. Por la casa transita el infelizextranjeromendigandoentreloshombres.Lemuevesupobreza.Ahítodoslosotros le atendieron y le dieron algo, pero él le atizó con un escabel en elhombroderecho».

Así hablaba ella ante sus doncellas y sirvientas, sentada en su alcoba,mientras eldivinoOdiseocomía.Luegohizo llamaraldivinoporqueroy ledijo:

«Ve,divinoEumeo,yllégatealextranjeroeinvítaleaquevenga,paraquelesaludeylepreguntesienalgúnlugarhasabidodelsufridoOdiseo,osilohavistoconsusojos.Tieneaspectodehabervagabundeadomucho».

Respondiéndoledijistetú,porquerizoEumeo:

«¡Ojalá, reina, se callaran los aqueos! Cuenta él tales cosas que tehechizaríaelcorazón.Durantetresnocheslomantuve,tresdíasloalberguéenmi majada. Pues primero llegó a mí escapando de un barco. En esascircunstanciasnodejódecontarmesudesdicha.Comocuandounocontemplaaunaedoque,inspiradoporlosdioses,cantasuspalabrasqueseducenalasgentes,ysesienteelansiadeescucharlosinfinmientrascanta,asíélmeteníaencantadomientrasestuvoenmicabaña.

»Cuenta que él fue huésped de Odiseo, por parte de su padre, y quehabitaba enCretadonde reside la familia deMinos.Desde allí hasta acáhallegadoahorasufriendopenalidadesydandotumbos.AsegurahaberoídoqueOdiseoandacercayconvida,enelpaísopulentodelostesprotos.Yquetraeconsigomuchostesorosacasa».

«Anda, llámale aquí, para queme lo cuente cara a cara. Los otros, quesigan con su diversión tumbados por la puerta o dentro de las salas, ya que

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mantienensuánimofestivo.Susbienespropioslosconservanintactosensuscasas. Su comida y vino los toman sólo sus criados. Ellos vienen de visitatodoslosdías,sacrificannuestrasvacas,ovejasyrobustascabras,ysedanelfestínybebenelrojovinosintasa.Todoaquíseconsumeachorros,porquenohay un hombre como era Odiseo para ahuyentar esta peste de la casa. SiOdiseo volviera y llegara a su tierra patria, muy pronto, al lado de su hijovengaríalasafrentasdeesosindividuos».

Asíhabló.Telémacodiounfuerteestornudoyasualrededorretumbódemodotremendolacasa.EchóseareírPenélopeyalpuntodijoaEumeoestaspalabrasaladas:

«Ve,porfavor,einvitaalextranjeroavenirantemí.¿Novesquemihijoha estornudado después de todasmis palabras?Así que no va a quedar sincumplirse la muerte de todos los pretendientes, y ninguno escapará de lamuerteylasParcas.Tevoyadeciralgomásytúguárdalobienentumente:sireconozcoqueésedicelaverdadentodo,lovoyavestirconhermosasropas,contúnicaymanto».

Así dijo, y el porquerizo se puso en camino apenas la hubo oído, y,llegandojuntoaaquél,ledecíasuspalabrasaladas:

«¡Padre extranjero! Te llama la muy prudente Penélope, la madre deTelémaco.Suánimola incitaapreguntarteacercadesuesposo,aunqueestámuyafligidaporsuspenas.Sireconocequetúdicesentodolaverdad,tedaráa vestir túnica ymanto, lo que túmás necesitas.Mendigando por el pueblollenarástuestómago.Tedará,enefecto,quienquiera».

Lecontestó,asuvez,elmuysufridodivinoOdiseo:

«Eumeo,yolecontaríaenseguidatododeverdadalahijadeIcario,lamuyprudente Penélope, pues estoy bien informado acerca de aquél, y hemossoportado la misma desventura. Perome tiene amedrentado la turba de lospretendientes, cuya insolencia y violencia llegan hasta el férreo cielo.Miracómoahora,cuandoeseindividuomegolpeóymecausódaño,amí,queibaporlacasasinhacernadamalo,niTelémaconiningúnotroseloimpidiódeningúnmodo.PortantoruégaleaPenélopequeaguardeensucámara,aunqueesté ansiosa, hasta que el sol se ponga.Y queme pregunte entonces por elretornodesumarido,dejandoquemesientejuntoalfuego,decerca.Porque,enefecto,vistounasandrajosasropas.Túbienlosabes,porqueatitesupliquéantes».

Asíhablóysemarchóelporquerizo,despuésdehaberoídosuspalabras.Encuantocruzóelumbral,ledijoPenélope:

«¿Nolohastraídocontigo,Eumeo?¿Quéquierepueselvagabundo?¿Esque recela por temor a alguno o acaso por otromotivo siente vergüenza de

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atravesarlacasa?Maloesunmendigovergonzoso».

Respondiéndolaledijistetú,porquerizoEumeo:

«Alega con razón lo que pensaría cualquiera que quisiera evitar laviolenciadeunoshombressoberbios.Teaconseja,pues,esperarhastaquesepongaelsol.Tambiénparatiesmuchomejorasí,reina,afindepoderhablaryescucharasolasalextranjero».

Lecontestó,asuvez,lamuyprudentePenélope:

«No piensa como insensato el forastero, pues bien puede ser así. De talmodo no va a maquinar locuras ninguno de los mortales con intención deofender».

Ellaasíhablóyeldivinoporquerizoseencaminóhaciaelpelotónde lospretendientes, después de todas las explicaciones. Al momento se puso adecirleaTelémacounaspalabrasaladas,acercándoseasurostroparaquenolooyeranlosdemás:

«Queridoamo,yomevoyacuidardeloscerdosylodemás,detusbienesylosmíos.¡Preocúpatetúdetodolodeaquí!Antetodoprotégeteyreflexionaen tu ánimo para no sufrir nada. Muchos de los aqueos traman maldades.¡OjaláZeuslosaniquileantesdequeseannuestraperdición!».

Lecontestaba,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«Así será, abuelo. Tú vete después de haber cenado, pero vuelve demañanay tráetehermosasvíctimas.Aquíde todoestocuidaréyoy tambiénlosinmortales».

Asíledijoydenuevosesentóensubienpulimentadasilla.Yelotro,unavezquecolmósuansiadecomidaybebida,denuevosepusoencaminohaciasuscerdos,yabandonólasalayelatriollenodecomensales,quesedivertíanconlasdanzasyelcanto.Porentoncesyahabíavenidolanoche.

CANTOXVIII

Llegó unmendigo del lugar, que acostumbraba a pedir por la ciudad deÍtacaysehacíanotarporsuestómagoinsaciableencomerybebersintasa.Noteníavigornifuerza,perosuaspectoeramuyimponenteaprimeravista.SunombreeraArneo, segúnse lo impusosuseñoramadre,pero los jóvenes lollamabanIro,porqueibatrayendoyllevandorecadoscuandocualquieraselomandaba.EncuantollegósepusoaperseguiraOdiseo,ensupropiacasa,yledecía,insultándole,suspalabrasaladas:

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«¡Lárgate,viejo,deeseportal,noseaqueprontotesaquearastrasdeunpie!¿Notedascuentadequetodosmehacenyaguiñosymeincitanaquetearrastre afuera? A mí, sin embargo, me da reparos. ¡Conque, venga, quenuestradisputanonosfuerceallegaralasmanos!».

MirándoletorvamentelereplicóelmuyastutoOdiseo:

«Infeliz,yono tehagonadamaloni te lodigo,yno impidoanadiequecojay tedépormuchoquesea.Esteportalpuedeacogernosa losdos,ynodebesenvidiarnadadeotros.Meparecequeeres,comoyo,unvagabundo,yla prosperidad se ocupan de otorgarla los dioses. No te empeñesmucho enllegaralasmanos,noseaquemeenfurezcas.Novayaaserque,aunquesoyviejo,tecubradesangrelosmorrosyelpecho.Asílograríamástranquilidadparamañana,puescreoquenopensaríasenvolverdenuevoalamansióndeOdiseo,hijodeLaertes».

EnfureciéndoselecontestabaelvagabundoIro:

«¡Vaya, qué suelto palabrea este tragón, parecido a una vieja junto a lalumbre!Podríahacerlemuchosquebrantossileaporreoconmisdosmanos,ysi le sacaraydesperdigaraporel suelo todos losdientesde susmandíbulas,comolosdeunjabalídestrozadorde lasmieses.Cíñeteya turopa,paraquetodoséstosnosveanyarbitrenmientraspeleamos.¿Cómovasaluchartúconunhombremásjoven?».

Así ellos, por delante del alto portalón, sobre el pulido umbral se ibanirritandoconmontantefuria.SediocuentadeestoelsagradovigordeAntínooy,echándoseareírdecontento,empezóaconvocaralospretendientes:

«¡Eh, amigos, algo como esto no ha ocurrido aquí hasta ahora! ¡Quédiversiónnoshaenviadoundiosaestacasa!ElextranjeroeIroestánriñendounoconotroyvanapelearconsusmanos.Asíque,aprisa,animémoslos».

Asíhablóytodosacudieronentrerisas,ysereunieronentornodelosdospobresharapientos.EntreellostomólapalabraAntínoo,hijodeEupites:

«Prestadme atención, pretendientes, porque voy a decir algo. Sobre lasbrasasestánesastripasdecabrasquedispusimosparalacenarellenándolasdegrasaydesangre.Queaquelde losdosquevenzayquedetriunfadorvengaluegoycojadeellas loquequiera.Ysiempre,enadelante,banquetearáconnosotros,ynodejaremosaningúnotromendigoveniraquídentroapedir».

AsíhablóAntínooylosdemásaprobaronsupropuesta.Aellos,planeandoengaños,lesdijoelmuyastutoOdiseo:

«Amigos,deningúnmodoleesfácillucharcontraalguienmásjovenaunhombreviejo,atribuladoporlamiseria.Peromeobligaelestómagoderuineshábitosaquemesometaasusgolpes.Conque,sea,ahoraprestadmetodosun

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firmejuramento:queninguno,parafavoreceraIro,megolpearáatraiciónconsuvigorosamanoymederribaráconviolenciaanteéste».

Así habló y todos ellos juraban tal como había pedido. Después quehubieronjuradoydadojuramento,tomóasuvezlapalabraelsagradovigordeTelémaco:

«Extranjero,situcorazónytuánimoteimpulsanadefendertedeése,notemasaningúnotrodelosaqueos,porquetendráquepelearconmuchosquientelastime.Yosoyelseñordelhospedajeymeavalandosreyes,EurímacoyAntínoo,quesonsensatosambos».

Asídijoytodoslosaprobaban.EntoncesOdiseosesujetóbiensusharaposasucinturaydescubriósusmusloshermososygrandes,yquedaronalavistasus anchos hombros, su torso y sus brazos robustos. Por su parte, Ateneaacudiójuntoaélyacrecentabaelvigordelosmiembrosdelpastordepueblos.Todoslospretendientesseadmiraronenextremo,yasíledecíaalverlounoalqueteníaasulado:

«Muy pronto ese Iro dejará de ser Iro y recibirá una merecida tunda.Menudosmuslosmuestraelviejoalremangarselosharapos».

Así decían mientras que a Iro el ánimo se le estremecía cobardemente.Pero,aunasí,unossiervosleciñeronlasropasyloempujaronadelantellenodetemor.Lascarnesletemblabanentodoelcuerpo.Antínootomólapalabraylehablóydijo:

«¡Ojalá ya no vivieras, fanfarrón, ni hubieras nacido! Porque tiemblas ymuestras tan tremendo terror ante un viejo abrumado por lamiseria que loenvuelve.Puesvoyadecirteesto,queseverábiencumplido:siésetevenceyresultasermásfuerte, teenviaréalcontinente,echándoteenunanegranavehaciaelreyEqueto,aniquiladordetodoserhumano,quetevaacortarlanarizylasorejasconelagudobronce,ytearrancaráloscojonesyselosdaráasusperrosparaqueloscomancrudos».

Asídijo,yalotroaúnmayorestembloreslesacudieronlosmiembros.Loempujaron al centro. Uno y otro alzaron los puños. Entonces dudó el muysufridodivinoOdiseosileaporrearíademodoquesualmalodejaraallíyerto,o si le atizaría flojo y lo dejaría tendido por tierra.Esto le pareciómejor almeditarlo:golpearleflojo,paraquenolereconocieranaéllosaqueos.Ambosalzaronlospuños.Irolegolpeóenelhombroderecho,yélleatizóenelcuellobajolaorejaylepartióloshuesospordentro.Almomentobrotósangrerojade su boca y se derrumbó con un grito, y rechinó los dientes mientraspataleaba con sus pies en el suelo. Entre tanto los bravos pretendienteslevantabansusbrazosysemoríanderisa.

LuegoOdiseosepusoaarrastrarloporlasalaagarrándolodeunpiehasta

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llegar al atrio y al portal del patio. Allí, apoyándolo en el muro, lo dejósentado,lecolocóenlasmanossubastóny,hablándole,ledecíaestaspalabrasaladas:

«Quédateahísentado,guardándotedelosperrosyloscerdos,ynoquierasser reydeextranjerosymendigos, siendo tanmísero,no seaque te atraigasaúnmayordaño».

Así dijo y le echó sobre los hombros su zurrón de muchos agujeros ycuerdaretorcida.Ydenuevocruzóelumbralysesentó.Losdemásvolvíandentrocongrandesrisotadasylosaludaronconestaspalabras:

«QueteconcedaZeus,forastero,ylosotrosdiosesinmortalesloquemásansíesyseaapetecibleatuánimo,pueshaslogradoqueestebocazasdejedevagabundearporelpueblo.ProntolollevaremosalcontinenteparaentregarloalreyEqueto,aniquiladordehombres».

Así decían y el divino Odiseo se alegraba de semejante fama. LuegoAntínoolepusoalladounagrantriparellenadegrasaysangre,yAnfínomodepositójuntoaéldospanesqueextrajodeuncesto,yconsucopadeoroleofrecióvinoydijo:

«¡Salud,padreextranjero!Ojaláenelfuturotealcancelaprosperidad,yaqueahoraandascargadodemuchasdesdichas».

RespondiéndolecontestóelmuyastutoOdiseo:

«¡Anfínomo, cuán juiciosome pareces ser!Acaso por tu padre, pues heoídodesuilustrerenombre,eldeNisodeDuliquio,queesnobleyrico.Dicenqueeressuhijo,yparecesunhombreafable.Poresovoyahablarteytúoyeyatiéndeme.Nadamásdébilqueelhombrecríala tierra,entretodoslosseresquesobre su suelo respirany seagitan.Porqueseconfíaenquenuncavaasufrir daño alguno en su futuromientras los dioses le conceden valor y susrodillaslesostienen.Perocuandolosdiosesfelicesleenvíandesdichashadesufrirlasconánimonomenosresignado.Asíeselpasardeloshumanosenlatierra, tal como cada día los trae y lleva el padre de hombres y dioses. Yotambiénenuntiempopensabavivirprósperoentremigenteyacometímuchasaccionesinsensatascediendoalaviolenciayalvalor,confiandoenmipadreymishermanos.Masojaláningúnhombrefuerajamásinicuo,sinoqueguardaraencalmalosdonesquelosdiosesleotorgaron.

»¡Cuán insensatas acciones veo cometer a los pretendientes, cuandorapiñanlosbienesydeshonranalamujerdeunhombrequeteaseguroquenova a estar pormucho tiempo lejos de su patria y su familia! Ya andamuycerca.¡Ojaláladivinidadteaparteytelleveatucasa,ynoteenfrentesaélcuandovuelvaasuqueridatierrapatria!¡Porquepiensoquenosesepararánsin derramamiento de sangre los pretendientes y él cuando vuelva a su

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hogar!».

Asídijo,y,despuésdehacerunalibación,apuróelvinodedulcesabor.Ydenuevodejólacopaenlasmanosdelseñordepueblos.Porsuladoésteechóaandarpor lasala,afligidoensucorazón,sacudiendolacabeza,puesensuánimo preveía desgracias. Pero ni aun así iba a esquivar su destino fatal.AtenealoderribóhaciéndolocaerconviolenciabajolasmanosylalanzadeTelémaco.YOdiseosesentódenuevoenlasilladelaquesehabíalevantado.

Ladiosadeojosglaucos,Atenea,inspiróenlamentealahijadeIcario,alamuyprudentePenélope,quesemostraraantelospretendientes,afindequeseserenaramáselánimodelosjóvenesyquedaraellamáshonradadeloqueantes estaba ante su esposo y su hijo. Se echó a reír sinmotivo y tomó lapalabraydijo:

«Eurínome,micorazónmeimpulsa,comonuncaantes,aaparecerantelospretendientes, aunque me resulten odiosos. Quisiera decirle a mi hijo unconsejo que puede serle provechoso: que no converse de todo con lossoberbios pretendientes, que por delante hablan bien y por detrás piensanmal».

LadespenseraEurínome,asuvez,ledijoestaspalabras:

«Todoeso,enefecto,hija,lohasexpresadoconrazón.Asíqueveydiletuconsejoa tuhijo,yno loocultes,despuésdehaberte lavadoycoloreado lasmejillas,ynoacudasasíconlacarabañadaenlágrimas,queesmuchopeorapenarsedecontinuosincesar.Yahacumplido,pues,tuhijoesaedadquetútantorogabasalosdiosesinmortales,yapuedesversuprimerbozo».

RespondiólaenseguidalamuyprudentePenélope:

«Eurínome, aunque estésmuy afligida pormí, nome pidas que lavemirostroy lo coloree conungüentos, porque su tersura la echaronaperder losdiosesquetienenelOlimpocuandoélpartióconlascóncavasnaves.AsíquemandaaAutónoeeIfidamíaquevengan,porfavor,paraqueesténamiladoen las salas. Pues no voy a ir sola en medio de los hombres. Me daríavergüenza».

Asídijo,ylaancianasaliócruzandolaestanciaadecírseloalasmujeresymandarlasqueacudieran.MasalgodistintopensóAtenea,ladeglaucosojos.SobrelahijadeIcarioderramódulcesueñoyellasedurmiósentadaensusillay todossusnerviosse le relajaron,mientrasque ladivinaentre lasdiosas leprocuraba sus divinos dones para suscitar la admiración de los aqueos. Enprimer lugar lavó su bello rostro con el ungüento inmortal con el que seacicala Citerea, la de bella corona, cuando acude al coro encantador de lasGracias.Lahizomásesbeltaymáslozanadefigura,yladejómásblancaqueelpulidomarfil.Trashaberobradoasí,semarchóladivinaentrelasdiosas.

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Llegaronlascriadasdeníveosbrazosdesdelasotrassalas,avanzandocongriterío.EldulcesueñoabandonóaPenélope.Seenjugóambasmejillasydijo:

«¡Quésuavesopormesobrevinoapesardemistristesdolores!¡OjaláquetansuavemuertemedieralasantaÁrtemisahoramismo,paraquenopasemivida con corazón acongojado, añorando lasmúltiples virtudes demi esposoquerido,queeraelmásinsignedelosaqueos!».

Diciendo así bajaba de sus relucientes estancias no sola, sino que a suslados laescoltabandoscriadas.Cuandosepresentóante lospretendientes ladivina entre lasmujeres, sedetuvo junto a la columnaque sostenía el techobien construido sosteniendo ante sus mejillas el vaporoso velo. Una fieldoncellalaacompañabaporcadalado.Aellosselesestremecieronlasrodillasy la pasión perturbóles el ánimo. Todos sintieron anhelos de acostarse a suladoenunlecho.Ella,porsuparte,dirigióseaTelémaco,suqueridohijo:

«¡Telémaco,notienesaúnfirmelacomprensiónnilacordura!Cuandoerasaúnniñoactuabasconmásprovechoentumente.Encambio,ahoraqueeresmayoryalcanzaslaedaddelajuventud,ycualquiera,aunsifueraunextraño,afirmaríaqueereshijodeunhombrefelizyrico,alobservartuprestanciaytubelleza,notienesyapensamientosapropiadosniprevisión.¡Quéaccióneslaque se ha cometido en nuestra casa! ¡Y tú dejaste que un forastero fueraultrajado así! ¿Cómo es que ahora, cuando el huésped estaba albergado ennuestro palacio, pudo sufrir tan dolorosa agresión? Eso podría procurartedeshonoreinfamiaantelagente».

Aella,asuvez,lacontestabaeljuiciosoTelémaco:

«Madremía, no voy a enfadarme contigo porque estés enojada por eso.Masyocontemploenmiánimoyjuzgocadahecho,losmejoresylospeores.Antesera todavíaniño.Noobstante,nopuedosopesarconbuenjuicio todo,puesmepresionandeunladoydeotroéstos,losqueaquíandanmaquinandomales, y no tengo quien me ayude. Por lo demás, la pendencia entre elextranjeroeIronosucedióporlavoluntaddelospretendientes,yenlaluchaél fuemás fuerte. ¡Ojalá, pues, oh Padre Zeus, Atenea y Apolo, que ahorabambolearanlacabezalospretendientes,vencidosennuestrohogar,unosenelatrioyotrosenelinteriordelacasa,ytuvierantodossusrodillasflojas,comoahora ese Iro, que, en las puertas del patio, está sentado con la cabezavacilante,igualqueunborracho!Noescapazdetenerseenpienidevolverseandandoasucasa,porquesusarticulacionesnolesostienen».

Así ellos hablaban entre sí con estas frases. Y Eurímaco se dirigió aPenélopeconestaspalabras.

«HijadeIcario,muyprudentePenélope,sitodoslosaqueospudieranverteenlajónicaArgos,muchosmáspretendientesibanaacudiravuestracasa,a

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cortejar y comer desde el alba, porque te destacas entre las mujeres por tufigura,tubellezaytuequilibradacordurainterior».

LerespondíaluegolamuyprudentePenélope:

«Eurímaco,mielegancia,mibellezaymiporte,losdestruyeronlosdioses,cuandohaciaIliónpartieronlosargivosyconellossefuemiesposoOdiseo.Si aquél volviera y velara por mi vida, mayor sería mi fama y aún máshermosa. Ahora vivo angustiada. ¡Con cuántas desgracias me abrumó ladivinidad! Sí, él al marcharse y dejar atrás su tierra patria, tomó mi manoderechaporlamuñecaymedijo:

»“¡Ah,mujer,nocreo,no,quelosaqueosdebuenasgrebasregresenbientodos indemnes de Troya! Porque cuentan que los troyanos son bravosguerreros, tanto los lanceros como los que disparan sus flechas, y los quemontancaballosderaudaspezuñas,queenseguidadecidenelrudotumultoenlainciertabatalla.AsíquenosésiladivinidadmelibraráosicaeréenTroya.Túcuídatedetodoaquí.Acuérdatedemipadreymimadreenlacasa,comoahoraoaúnmás,cuandoyoestélejos.Yencuantoveasqueleapuntalabarbaanuestrohijo,cásateconquienquierasdejandoestetuhogar”.

»Así habló él. Ahora ya se cumplen todas esas advertencias. Llegará lanoche en que la odiosa boda me apremie, desdichada de mí, a quien Zeusarrebatólafelicidad.Estapenatremendaembargamicorazónymiánimo.

»Antes no era tal la costumbre entre los pretendientes. Los que queríancortejar a unamujer noble e hija de un rico hacendado y competir por ellaentre ellos, éstos eran quienes aportaban vacas y robustos corderos a losparientes de la novia, para el festín, y daban espléndidos regalos. Pero nodevorabansinreparoslahaciendaajena».

Asíhabló;y se alegró el sufridodivinoOdiseoal verque ella solicitabaregalos y hechizaba los ánimos con palabras seductoras, mientras sumentetramabaotrosplanes.Aellaledijo,asuvez,Antínoo,hijodeEupites:

«HijadeIcario,muyprudentePenélope,losregalosdeaqueldelosaqueosquequieraofrecerlos,acéptalos.Noestábien,desdeluego,rechazarunregalo.Peronosotrosnonosvamosamarcharanuestrasfincasnianingunaotrapartehastaquetútomesporesposoaunodelosaqueos,elqueseaelmásapto».

AsíhablóAntínoo,yalosdemáslesagradabasudiscurso.Entoncescadauno envió a su heraldo a traer regalos. El de Antínoo aportó un bellísimopeplo,extensoybordado.Llevabadocebrochestodosdeoroqueencajabanenunasanillasredondeadas.UncollartrajoprontoeldeEurímaco,muyartístico,de oro, entreverado con trozos de ámbar, como un sol. A Euridamante dossiervos le trajeron unos pendientes de tres perlas, grandes comomoras, queemitíandestellosfascinantes.DelacasadePisandro,elrey,hijodePolíctor,

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trajounsiervounagargantilladehermosísimodibujo.Enfin,cadaunodelosaqueosaportóunpreciosoobsequio.

Ellaluegoseretiróasupisoalto,ladivinaentrelasmujeres,ytrasellasusesclavaslellevabanlosespléndidosdones.Losjóvenes,dedicándosealbaileyalplacenterocanto,sedivertíanyesperabanquellegaralaboda.Mientrassedivertían sobrevinoeloscuroanochecer.Muypronto instalaron tresbraserosenlassalasparaquealumbraran.Asualrededoraprestaronmaderasresinosas,secasdesdeantes,resecas,reciéncortadasconelhacha,ylasmezclaronconteasardientes.LasavivabanporturnoslasesclavasdelaudazOdiseo.AéstasentonceslesdijoelmuysufridoOdiseo,dedivinolinaje:

«¡SiervasdeOdiseo,deunamohacemuchoausente,marchadavuestrashabitaciones,dondeestálavenerablereina!Atendedalaruecajuntoaella,ytratad de alegrarla sentadas en su cámara, o cardad los copos de lana convuestras manos. Ami vez, yo cuidaré demantener la luz para todos éstos.Pues, aunqueesténdispuestos aquedarsehasta laAuroradebello trono,nomevencerán.Soymuyresistente».

Así dijo, ellas se echaron a reír y se miraron unas a otras.Desvergonzadamente le replicó Melanto, la de hermosas mejillas, a quienengendraraDolio,perocrioPenélope,quelacuidócomoaunahija,ylahabíadadomimosconcariño.PeroniaunasíellasentíacompasiónporPenélope,sino que se arrejuntaba con Eurímaco y era su concubina. Ésta le replicó aOdiseoconpalabrasinjuriosas:

«Desdichadoextranjero,túandasconlamentetrastornada,niquieresirteadormiralacasadelherrerooporahíaunalbergue,sinoqueparloteasmuchosinmiedoantenumerososhombresynosientesentuánimomiedopornada.Acasoelvinotedominaobiensiempretales tucarácter,yporesovomitaspalabrasnecias.¿EsquedesvaríasporquevencistealvagabundoIro?CuidadequenoseteenfrenteprontoalgunomejorqueIroque,trasaporrearteconsusrobustos puños la cabeza, te arroje fuera de la casa, dejándote cubierto demuchasangre».

MirándolatorvamentelerespondióelmuyastutoOdiseo:

«Enseguida lecontaréaTelémaco,perra, lascosasquedices,yvoya suencuentro,paraqueprontotehagapedazos».

Al decir estas palabras asustó a lasmujeres. Se dispersaron por la casa,temblandotodasdemiedo,puescreíanquehablabadeverdad.Él,porsulado,sequedóerguido juntoa losbraseros llameantesobservándolo todo.Perosucorazón en el pecho meditaba en proyectos que no iban a quedar sincumplirse.

NopermitíaPalasAteneaque los ilustres pretendientes desistierande su

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agresividadinsultante,afindequeaúnmáspenetraraelrencorenelcorazóndeOdiseohijodeLaertes.Entreaquéllos tomó lapalabraEurímaco,hijodePólibo,paraagraviaraOdiseoysuscitarlarisadesuscompañeros.

«Prestadmeatención,pretendientesdelamuynoblereina,paraqueosdigaloquemerequieremiánimoenelpecho.NosinunimpulsodivinollegaestehombrealacasadeOdiseo.Puesparecequelaluzdelasantorchasemanadeél,desucabezamásbien,porquenotieneenellaniunospocospelos».

Dijoy,alavez,sedirigióaOdiseodestructordeciudades:

«Forastero,¿noquerríastrabajardebracero,sitecontratara,enuncampolejano, y sería con un salario ajustado, acarreando piedras y plantando altosárboles?Allíyotedaríacomidatodoelañoyteproveeríaderopasyofreceríacalzadoparatuspies.Sinembargo,comoyaeresexpertoenmalasmañas,noquerrásaplicartealtrabajo,sinoqueprefieresmendigarporelpueblocontaldecontentaratuvientreinsaciable».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Eurímaco,¡ojalásurgieraentrenosotrosundesafíoafaenar,entiempodeprimavera,cuandolosdíassehacenmáslargos,enunprado,yyotuvieraunahoz bien curvada, y tú tuvieras otra igual, para enfrentarnos ambos en lapruebadeltranajo,enayunashastalanocheyfueraabundantelamies!¡Oquehubiera unos bueyes que arrear, losmás fornidos, rojizos y grandes, ambossaciados de hierba, iguales en edad y fuerza de arrastre, de fuerte vigor, ydelante un campo de cuatro obradas y se abriera la tierra bajo el arado!¡Entoncespodríasversiyotrazabalargoyderechoelsurco!

»YsiacasoelCrónidanostrajeralaguerradealgúnlado,hoymismo,yyotuviera un escudo y dos lanzas y un yelmo todo de bronce ajustado a missienes, entonces me verías batallar en las primeras filas, y no hablaríashaciéndolereprochesamiestómago.Insultasendemasíay tienesunamenteperversa.Y quizás te crees un tipo grande y poderoso porque temides conunos pocos y de escaso valor. Pero si regresaraOdiseo y llegara a su tierrapatria,enseguidaesaspuertas,sibiensonmuyamplias,teresultaríanestrechasparasalircorriendodeestepatio».

Asíhabló,ymásseenfurecióEurímacoensucorazón,yconmiradatorvaledecíaestaspalabras:

«¡Ah, miserable, qué pronto te voy a machacar, por cuanto dices,descaradamente,enmediodetantagente,sinsentirtemorentuánimo!Acasoelvinodomina tumenteosiempreesasí tucarácter,yemitesvocesnecias.¿EsquedesvaríasporquehasvencidoalvagabundoIro?».

Hablando así, agarró un escabel, mientras Odiseo se agachaba ante las

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rodillas de Anfínomo de Duliquio para evitar a Eurímaco. Éste alcanzó alcopero en el brazoderecho.La jarra resonó al dar en tierra, en tantoque elcopero cayó, entre gritos, boca arriba en el polvo. Los pretendientes sealborotaronenlassalassombríasyasíledecíaunoasuvecino,contemplandolaescena:

«¡Ojalá este extranjero vagabundo hubiera muerto en alguna otra parteantesdeveniracá!Asínohabríacausadotamañojaleo.Ahoranospeleamospor unmendigo y se echa a perder el placer del noble banquete, porque seimponelomásvulgar».

EntreellosentoncestomólapalabraelsagradovigordeTelémaco:

«Insensatos,enloquecéisyyanoreprimísenvuestroánimolosefectosdelacomidaylabebida.Algunodelosdiosesosazuza.Perounavezquehabéiscomidobien,idadormiravuestracasa,cuandoladivinidadosinvite.Yonoobligoanadie».

Así dijo, y todos ellos, mordiéndose los labios, miraron con asombro aTelémaco, que hablaba sin temor. Entre ellos tomó la palabra Anfínomo,ilustrehijodeNiso,elsoberanoAretíada,ydijo:

«Amigos,nadiedeberíamolestarseanteunconsejooportunoyreplicarconpalabras hostiles. No hostiguéis más al extranjero ni a ningún otro de lossiervosquehayenlacasadeldivinoOdiseo.Asíque,vamos,queelcoperoempiece a servir las copas a fin de que hagamos nuestra libación y nosvayamos a dormir. Dejemos al extranjero en la mansión de Odiseo bajo elcuidadodeTelémaco.Suyaeslacasaaquehallegado».

Así habló y a todos los demás les parecía bien su consejo. Les hizo lamezcla en la crátera el héroeMulio, heraldo deDuliquio, que era siervo deAnfínomo.Distribuyóprontoelvinoatodos,unotrasotro.Elloshicieronsuslibaciones a los dioses felices y bebieron el dulce vino. Y en cuantoconcluyeron las libaciones y hubieron bebido cuanto su ánimo apetecía, semarcharonadormir,cadaunoasucasa.

CANTOXIX

Quedóseélen lagransala,eldivinoOdiseo,planeandodarmuertea lospretendientes, con la ayuda de Atenea. Al punto dirigió a Telémaco suspalabrasaladas:

«Telémaco,hayque retirar todas las armasdeguerramuyadentro.Ydecaraa lospretendientesofrecerunpretextoconamablespalabras,cuando te

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interroguenconinquietud:“Laspusebienlejosdelhumo,porquenoestabanya como ha tiempo las dejó Odiseo al partir hacia Troya, sino que estáncubiertasdehollínentodoloquelasalcanzóelsoplodelfuego.Yademásundiosme loha inspiradopor algo aúnmásoportuno: queno fuera a sucederque, borrachos, endisputaunos conotrososhirierais y echarais a perder elbanqueteyelcortejo.Pueselhierroatraeasíalhombre”».

Asídijo.Telémacoobedecíaelavisodesuqueridopadre.YmandóllamaralanodrizaEuricleayledijo:

«Ama,porfavor,reténalasmujeresensushabitacionesmientrasguardoenelzaguánlasarmasdemipadre,bellasarmasqueahoraestándesatendidasen la casa y el humo las estropea en ausencia de mi padre. Antes yo eratodavía niño, pero ahora quiero guardarlas donde no les llegue el soplo delfuego».

Lecontestó,asuvez,lanodrizaEuriclea:

«Ojalá que desde ahora, hijo, mantengas tu cautela y buen juicio paracuidar de la casa y velar por todos tus bienes. ¿Pero ahora quién teacompañará llevando la luz, si no dejas que salgan las criadas que podríanalumbrarte?».

Lecontestó,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«Éste,elextranjero.Quenovoyatolerarquesigamanosobremanoquiencomedemibolsa,aunquehayavenidodelejos».

Asíhablóyaellaselequedósinalaslapalabra.Cerrólaspuertasdelassalasbienocupadas,mientrasellosdos,Odiseoysunoblehijo,seponíanenmovimiento.Transportabanloscascosylosescudosabombadosylasafiladaslanzas.PordelantePalasAteneadifundíaconunalámparadeorounaluzmuyhermosa.YentoncesTelémacohablóestaspalabrasasupadre:

«Padre,quégranprodigioveoantemisojos.Pueslosmurosdelacasaylas hermosas estancias, las vigas de pino y las columnas de elevado fusterelumbran ante mis ojos como en una fogata brillante. Sin duda anda aquídentroalgúndiosdelosquehabitanelamplioOlimpo».

ContestándoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Calla, contén tu imaginación y no preguntes. Tal es, en efecto, elcomportamientodelosdiosesquetienenelOlimpo.Perotúveaacostarte,queyome quedaré acá, para interrogar a las esclavas y a tumadre. Ella, entrelamentos,medejaráenteradodetodo».

Asídijo.Telémacoretiróseagrandespasosde lasala,entre lasardientesantorchas, para acostarse en su habitación, en donde solía dormir cuando leasaltaba el dulce sueño. Allá entonces se acostó y allí aguardaba la divina

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aurora,mientraseldivinoOdiseosequedabaenlagransalameditando,conlaayudadeAtenea,lamatanzadelospretendientes.

YbajódesdesucámaralamuyprudentePenélope,parecidaaÁrtemisyala áurea Afrodita. Le habían preparado junto al fuego el sillón en queacostumbraba acomodarse, bien torneado, con marfil y plata. Lo habíaconstruidotiempoatráselartistaIcmalio.Alospiesteníaadosadounescabelfijoalasiento,ysobreéstehabíantendidounagranpelliza.AllísesentóluegolamuyprudentePenélope.

Acudieron a la gran sala las criadas de blancos brazos, que retiraron lacomida sobrante, y las mesas y las copas de las que bebían los arrogantespretendientes.Echaronatierraelascuadelosbraserosyencendieronenellosotros muchos leños para dar luz y calentar la estancia. Melanto, otra vez,insultódenuevoaOdiseo:

«Forastero, ¿todavía ahora aquí, en medio de la noche, vas a molestartrajinandoporlasalayvasaquedarteespiandoalasmujeres?¡Vamos,lárgatepor la puerta, desgraciado, y aprovecha los restos de comida, o bien prontoserásexpulsadoygolpeadoconalgúntizón!».

MirándolatorvamentereplicóelmuyastutoOdiseo:

«Necia, ¿por qué me atacas así con rencorosa furia? ¿Será porque voysucioycubromicuerpoconmíserasropas,yandomendigandoentrelagente?Lanecesidadmefuerzaaeso.Ésaeslacondicióndemendigosyvagabundos.No obstante también yo habité feliz una mansión próspera en mi pueblo ydabalimosnaamenudoacualquiervagabundo,aquieneracomoyoahorayvenía menesteroso de cualquier cosa. Poseía incontables siervos y otrasmuchascosasdelasquedisfrutanlosquevivenconholguraysellamanricos.Pero Zeus Crónidame lo arrebató. Tal fue su voluntad. Así que atiende tútambién,mujer,novayasaperdertodatuarrogancia,conlaqueahorabrillasentrelassiervas,noseaquetudueña,enojada,seirritecontigooquevuelvaOdiseo.Aúnesposiblelaesperanza.Yencasodequeélhubieramuertoynotengaregreso,sinembargo,aúnvivesunoblehijo,Telémaco,porlavoluntaddeApolo.Ynolepasainadvertidaensupalaciounamujerperversa,queyanoesunniño».

Asíhabló.Escuchóle lamuyprudentePenélope,yregañóa lacriada.Lallamóyledijoasí:

«¡Desvergonzada al colmo, perra impúdica, no me pasa inadvertida lainfameacciónquehashecho,yquevasapagarcontucabeza!Porqueestabasbienenterada,yaquemelohabíasoído,dequeyoqueríapreguntarenpalacioalextranjeroacercademiesposo,estandotanprofundamenteapenada».

Asídijo,yañadióunaspalabrasparaladespensera:

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«Eurínome,acercaunasillayunapielsobreellaparaqueelforasterotomeasiento, y me escuche y me cuente sus noticias. Estoy ansiosa porpreguntarle».

Asíhabló,yaquéllaal instante trajoydispuso lasillabien torneaday larecubrió con una piel. Sobre ella se sentó elmuy sufrido divinoOdiseo.YentreelloscomenzólacharlalamuyprudentePenélope:

«Extranjero, comenzaréporpreguntarteyomismaesto: ¿quiéneresydequégente?¿Dóndeestántuciudadytuspadres?».

ContestándoladijoelmuyastutoOdiseo:

«Mujer,ningúnmortalen la tierra infinitapodríahacerte reproches.Puestufamallegahastaelampliocielo,comoladeunmonarcairreprochablequegobierna temeroso de los dioses sobre numerosos y valerosos súbditos ymantienefirmessusjustasobras,mientraslanegratierrahacebrotartrigosycebadas,ylosárbolesrebosandefrutos,losrebañossereproducensinfin,yelmarprodigasuspeces,graciasasubuengobierno,yflorecenlospueblosbajosucetro.Sinembargo,pregúntameahora,enestatucasa,otrascosas,nomeinterroguessobremifamilianimi tierrapatria,paranoabrumaraúnmásdedoloresmiánimo,almovermearecordar.Vengodemuchasdesgraciasynadame obliga a ponerme a llorar y gemir en casa ajena, pues es desagradablemostrarse angustiado siempre y sin tregua. No vaya a ser que se muestreirritada contra mí alguna de tus criadas o tú misma, y diga que navego enlágrimasconlamenteembotadaporelvino».

LecontestóalpuntolamuyprudentePenélope:

«Extranjero, mis atractivos, mi belleza y mi figura las destruyeron losdiosescuandohaciaIliónzarparonlosargivos,yconellossefuemiesposo,Odiseo.Siélregresaraycuidarademivida,mayorseríaentoncesmifamaymáshermosa.Ahoravivosinconsuelo.Puestantasdesdichashalanzadosobremí el destino. Que todos los nobles que tienen poderío en las islas, enDuliquio,SameylaboscosaZacintos,ylosquehabitanladespejadaÍtacamecortejanapesarmíoydevoranmicasa.Poresonoatiendoaextranjerosniasuplicantesniaheraldossiquiera,quesirvenasuoficio,sinoque,añorandoaOdiseo,desgarromicorazón.Ellosapremianlaboda,yotramomisengaños.

»Alprincipioundiosme inspiróen lamentequemepusieraa tejerunatela primorosa y extensa. Enseguida les dije: “Mis jóvenes pretendientes,puestoquehamuertoOdiseo,aguardadparalabodaaunqueestéisansiososaqueyoconcluyaestemanto,nosemevayanaperdersueltossushilos,parasudariodelhéroeLaertes,paracuandoloderribeeldestinofunestodesutristemuerte.Novayaaserquealgunodelosaqueosseenfurezcaconmigosiquedasinmortajaunhombrequeposeyómuchasriquezas”.

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»Así dije y se dejó convencer el ánimo esforzado de aquéllos. Luegoduranteeldíatejíalaextensatelayporlasnochesladeshacíaalaluzdelasantorchas.Detalmododurantetresañoslosengañéyretuvepersuadidosalosaqueos.Perocuandollegóelcuartoañoyvolvieronlasestaciones,alpasarlosmesesy corrermuchosymuchosdías, entonces, pormediode las esclavas,perrasirresponsables,medescubrieron,ysepresentaronymeamenazaronconsuspalabras.Asíqueloacabécontramivoluntad,bajotalamenaza.Ahoranopuedo eludir la boda ni hallo ningún subterfugio.Mis padres me apremianmuchoaquemecase,ymihijoseenfurecealverquedevoransuhacienda,puesyaeshombremuycapazdecuidardesucasay la riquezaqueZeus leconcede.Pero,apesardetodo,dimedetufamilia,dedóndeeres.Puesnohasnacidodelaencinanidelarocasegúnelantiguodicho».

ContestándoleaellaledijoelmuyastutoOdiseo:

«VenerableesposadelLaertíadaOdiseo, ¿novasaparardepreguntarmepormiestirpe?Bien, te ladiré,aunquemeprocurarásmáspenasde lasquetengoya.Tales,pues, lacondiciónnormal,cuandounhombreandaausentede su patria tanto tiempo como yo ahora, errando desde ha mucho por lasciudadesdeotrosysoportandopenalidades.Pero,inclusoasí,tevoyadecirloquemepreguntaseinterrogas.

»Cretaesunatierraquequedaenmediodelvinosoponto,hermosayfértil,bañada por el mar. Hay en ella muchas gentes, incontables, y noventaciudades. La lengua de unos y otros se halla mezclada. Hay allí aqueos,eteocretensesdegranánimo,cidones,doriosdetrestribus,ydivinospelasgos.EnellaestáCnosos,granciudad,dondereinónueveañosMinos,confidentedel gran Zeus, padre demi padre, el magnánimoDeucalión. DeucaliónmeengendróytambiénalsoberanoIdomeneo,quepartióenlascombadasnaveshaciaTroyajuntoconlosAtridas.MiilustrenombreesEtón,ysoyelmenorpornacimiento;élfueelprimogénitoyelmásfuerte.

»AlláviyoaOdiseoyleofrecídonesdehospitalidad.Pueslafuerzadelviento lo arrastró hasta Creta cuando marchaba hacia Troya, desviándolodesdeel caboMaleas.ArribóaAmnisos, dondeestá lagrutade Ilitía, entreensenadas difíciles, y a duras penas escapó de las tormentas. Al momento,ascendiendo a la ciudad, vino apreguntar por Idomeneo, pues afirmabaqueerahuéspedsuyo,amigoyestimado.Paraélaquéllaeraladécimaoundécimaaurora desde que zarpara con sus combadas naves hacia Troya. Yo le llevéhastamipalacioy lohospedébien,ofreciéndolea lasclarascomoamigodetodocuantohabíaenlacasaenabundancia.Yasusotroscompañeros,queleescoltaban,lesproporcionécebadayrojovino,querecolectéenelpueblo,yunasvacasparasacrificardemodoquesaciaransuapetito.Allípermanecierondocedíaslosdivinosaqueos,yaquesoplabaunfuerteBóreasyelvendavalnopermitíanisiquieraentierraavanzarerguidos.Uncrueldioslohabíalanzado.

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Peroaldecimotercerdíaamainóelvientoyelloszarparon».

Fabulaba contando sus mentiras semejantes a verdades. A ella, alescucharlo,lefluíanlaslágrimasylebañabanlapiel.ComolanievesefundeenlasmontañasdealtascumbrescuandoelEuroladerrite,despuésdequelaamontonóelCéfiro,yalderretirsevanrebosanteslascorrientesdelosríos,asíentonces por sus mejillas se desbordaban sus lágrimas al brotar su llanto,sollozando por el marido que tenía sentado a su lado. Entre tanto Odiseocompadecía en su ánimo a su sollozante esposa, pero sus ojos estabaninmóviles, como si fueran de cuerno o de hierro, sin agitarse bajo suspárpados.Conastuciaocultabaélsuslágrimas.

Encuantoellasehubohartadodellacrimosollanto,denuevocontestandoasuspalabrasdijo:

«Ahorapienso,extranjero,quevoyaponerteapruebaaversideverdadalbergaste allá, junto con sus compañeros de aspecto divino, a mi esposo,comocuentas.Cuéntamecómoeranlasropasquecubríansucuerpoycómoeraélenpersona,yloscompañerosqueleseguían».

ContestándoladijoelmuyastutoOdiseo:

«Mujer, esdifícil, con tanto tiempopasado,decirlo.Paramíyavanparaveinte años desde que él de allí se fue y se alejó de mi tierra patria. Noobstante, te lo diré, tal como lo recuerda mi corazón. Un manto doble,purpúreo,delana,portabaOdiseo.Lollevabasujetoconunbrochedeoro,condobles anillas, y estaba labrado por delante: un perro retenía en sus patasdelanterasaunmoteadocervatilloyloveíadebatirse.Suscitabalaadmiracióndetodoscómo,siendoambosdeoro,elunomirabaalcorzoyloaprisionaba,mientras éste, ansioso por huir, se debatía entre sus patas. Y vi su túnica,relucientesobresucuerpo,comolapieldeunacebollaseca.Tansuaveerayrefulgíacomoelsol.Muchasmujereslocontemplabanconasombro.Añadiréalgomás,ytúguárdaloentumente.NosésivestíaestasropasOdiseoensucasaosialgunodesuscompañerosselasofrecióenelviajeensuraudanave,osi talvezacasoalgúnhuésped,porquedemuchoseraamigoOdiseo.Puespocoshabíaigualesaélentrelosaqueos.

»También yo le di una espada de bronce y una túnica doble, hermosa,purpúrea,conbienmarcadosbordes.Conrespetoleescoltéhastasubarco.Leacompañabaentoncesunheraldoalgomásviejoqueél.Tambiéndeéstevoyadecirte cómo era: caído de hombros, de piel morena, de cabello crespo, sunombre era Euríbates, y lo apreciaba especialmente entre sus compañerosOdiseo,porqueteníapensamientossemejantesalossuyos».

Asíhablóyaellalesuscitóaúnmásdeseosdellorar,porquereconociólasseñasprecisasencuantohabíacontadoOdiseo.Despuésdehabercolmadosu

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anhelodellanto,ellavolvióaresponderasuspalabrasydijo:

«Ahora,extranjero,túqueyaantesmerecíasmicompasión,serásparamíqueridoyvenerado.Porqueyomismaleofrecíesasropasquehasnombrado,sacándolas demi alcoba, y prendí en ellas ese brillante broche para que lollevaracomoadorno.¡Ynovoyaacogerloyamás,regresandoasucasa,asuquerida tierrapatria! ¡Así, entonces, con funestodestinoen la cóncavanavezarpóOdiseoparacontemplarlamalditaIlión,lainnombrable!».

RespondiéndolalereplicóelmuyastutoOdiseo:

«Desde luego,cualquieraquehayaperdidounesposo legítimo,alquesehaunidoconamorydequientuvohijos,lolloraconañoranza,aunquenoseaOdiseo,dequiendicenqueerasemejantealosdioses.Mascalmatullanto,yescuchamirelato,porquetevoyadarnoticiassuyas,deverdadysintapujos,que yo he oído ha poco del regreso de Odiseo, ya cercano y vivo, en elpróspero país de los tesprotos. Además trae consigo muchos y excelentesregalos, que obtuvo de otras gentes. Sin embargo, perdió a sus fielescompañerosysunavecóncavaenelaltamardecolordevino,alpasarporlaisladeTrinacia.ContraélseindignaronZeusyHelios,porquealasvacasdeéstedieronmuertesuscompañeros.

»Todosellosmurieronenelpontotempestuoso,mientrasqueaél,asidoala quilla de la nave, el oleaje lo arrojó a la costa sólida, en el país de losfeacios,quesoncasicomodioses.Éstos,entonces,lohonrarondecorazóntalcomoaundios,yledieronmuchospresentesyellosmismosseofrecieronatraerloasucasasanoysalvo.QuehastahubierapodidohabersequedadoallíOdiseo,peroaéllepareciómejor,ensuánimo,reunirriquezasensuviajeportanextensopaís.EsqueOdiseodestacamuchoentreloshombresmortalesporsusgananciasyningúnotrohumanorivalizaríaenesoconél.AsímelocontóFidón, el rey de los tesprotos. Juró además antemí,mientrasme ofrecía suvinoensupalacio,queleteníayaaparejadalanaveyprestossuscompañeros,losqueibanadarleescoltahastasuqueridatierrapatria.

»Peromedespidióamíantes.Casualmenteibaazarparentoncesunanavedegente tesprotahaciaDuliquio rica en trigo.Memostró las riquezas todasquehabíaamontonadoOdiseo.Seguramentepodríanmanteneraunhombreendiez generaciones. ¡Tantos tesoros tenía custodiados en las cámaras del rey!Dijoéstequeélsehabía idoaDodonaparaescucharde ladivinaencinadeairosofollajelavoluntaddeZeusacercadecómodebíaregresarasuqueridatierrapatria,despuésdetanlargaausencia,sidemanerafrancaofurtivamente.

»Conque él está sano y salvo, y va a volvermuy pronto, y no estará yaapartado de sus familiares y su tierra patria por mucho tiempo. De estoprestaré mi juramento. ¡Pongo por testigo ahora en primer lugar a Zeus,supremoyóptimo,yalhogardelintachableOdiseo,alquehellegado,deque

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en verdad todo esto va a cumplirse como os digo! Estemismo año volveráaquíOdiseo,alconcluirestalunaycomenzarlapróxima».

LerespondiódenuevolamuyprudentePenélope:

«¡Ojalápues,extranjero,queesaprofecíatuyaseveacumplida!Entoncessabrías muy pronto mi afecto y verías muchos regalos míos, de modo quecualquiera,alencontrarte,tellamaríafeliz.Masenmiánimoreceloqueseráasí,deotromodo:queniOdiseovolveráasucasanitúconseguirástuviaje,porquenohayenlacasaseñorescomoantaño,talcomosemostrabaanteloshombres Odiseo, si es que existió alguna vez, al acoger o despedir a susrespetableshuéspedes.Noobstante,lavadlo,criadas,ydisponedsucama,concobertores,mantasysábanasmuylimpias,paraquesecalientebienmientraslellegalaAuroradeáureotrono.Alalba,muytemprano,bañadloyungidlo,para que, en palacio, junto a Telémaco, disfrute del banquete sentado en lagransala.¡Sufrirádoloresquien,rencoroso,leagreda!Yanopodráhaceraquínadamás,pormuyenfurecidoquesepresente.¿Cómoreconoceríastúdemí,huésped,queyodestacoalgosobrelasdemásmujereseninteligenciaysagazprudencia, si te dejara seguir así, sucio y mal vestido, en el banquete delpalacio? Son de corta vida los seres humanos. A quien es por sí mismoinsensible y se muestra falto de compasión, a éste le desean todos doloresfuturos en su vida, y al morir lo maldicen. Pero quien es compasivo y semuestrabondadoso,éselograampliafamaysushuéspedesladifundenentretodaslasgentesymuchossehacenecodesunobleza».

ContestándolalereplicóelmuyastutoOdiseo:

«Venerable esposa del Laertíada Odiseo, las mantas y las sábanasresplandecientes no me apetecen ya, desde que ha tiempo dejé los montesnevadosdeCreta,yéndomeenunanavedelargosremos.Meacostarécomoacostumbroapasarmisnochesinsomnes.PuesyamuchasnochesdormísobreunmíserosueloyasíaguardélaAuroradebellotrono.Paranadasientoenmiánimodeseosdeunbañodepies.Ningunamujervaafrotarmispiernas,entrelas que están a tu servicio en tu casa, amenos que haya alguna entrada enaños, una vieja de carácter sufrido, que haya soportado en su ánimo tantascosascomoyomismo.Aésanoleimpediríaquecuidarademispies».

LecontestóentonceslamuyprudentePenélope:

«Queridohuésped,nuncahabíallegadoamihogardesdetierraslejanasunhombre tan juiciosoque fueramásamable. ¡Quésensatamente lodices todotanbienmeditado!Tengoconmigounaancianadepensamientodiscreto,quecrioycuidóaaquelinfelizyquelollevóenbrazosdesdequesumadrelodioa luz. Ella te lavará los pies, aunque está ya algo débil. ¡Vamos, acércate,prudenteEuriclea,ylavaaestequetienelamismaedadquetuamo!Odiseotendrásuspiesysusmanoscomoéstos,porqueenvejecenprontoloshombres

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enladesgracia».

Así dijo, la anciana se tapó la cara con las manos y comenzó a vertercálidaslágrimasydijopalabrashenchidasdepena:

«¡Aydemí,hijo,quenotesirvodenada!CómotehaodiadoZeus,tanenexceso,entreloshombres,atiqueteníasunánimopiadoso.Porqueningunode los mortales quemó en honor de Zeus que disfruta con el rayo tantospingüesmuslosnitanescogidashecatombes,comotúleofrecisteconruegosdellegaraunavejezserenaypodereducaratunoblehijo.¡Yahoraatisólotenegódeltodoeldíadelregreso!Talveztambiénaélleinsultaranlasmujeresdeextrañosenpaíseslejanos,cuandollegabaalailustrecasadealguno,comoa ti te insultan todas estas perras. Para evitar ahora su ultraje y lasmuchasburlasnopermitesquetelaven;yamí,ynomedisgusta,melomandalahijade Icario, lamuy prudente Penélope. Lo haré también por ti, porque tengoconmovidoelcorazónportusdesdichas.Asíqueescuchaahoraloquetedigo.Muchosextranjerosdesufridoaspectohanllegadohastaaquí,peroteaseguroque nunca vi a ninguno tan parecido a Odiseo, como tú te asemejas, en elcuerpo,lavozylospies».

RespondiéndolaledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Ah,anciana!Asíloasegurancuantosnosvieronantesusojosanosotrosdos, que somos muy semejantes uno a otro, como tú misma notaste y consensatezproclamas».

Asídijo,ylaancianatomóunarefulgentejofainaenlaquesolíalavarlospiesyderramóenellaunchorrodeaguafríayluegoleagrególacaliente.AlmomentoOdiseosesentójuntoalhogaryseresguardóenunespaciosombrío,porque de pronto sospechó que, al manosear sus pies, iba a reconocer sucicatrizytodopodíaquedardescubierto.

Ellaseacercóasuseñorparalavarlo,yalprontoreconociólacicatriz,queun jabalí lehabíahechoconsublancocolmilloantaño,cuandoélmarchabaporelParnaso,conAutólicoyloshijosdeéste,elnoblepadredesumadre,que sobresalía entre los hombres en el arte de robar y jurar. Se lo habíaotorgadoelmismoHermes,yaqueensuhonorquemabaespléndidosmuslosde cabras y corzos. Y el dios iba benévolo con ellos. Al llegar Autólico alprósperopueblodeÍtacaencontróalniñopequeño,hijodesuhija.EntoncesEuricleaselopusoensusrodillas,alacabardecomerylehablóyledijo:

«Autólico, sugiere túmismo ahora un nombre que ponerle al hijo de tuhija,quetantohasanhelado».

Y,respondiéndola,hablóAutólicoydijo:

«Yernomíoehijamía,ponedleelnombrequevoyadeciros.Comoyohe

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suscitadoelodiodemuchos,hombresymujeresalolargodelatierrafecunda,quesunombresea,pararecordarlo,Odiseo.Yo,pormiparte,cuandoélacuda,ya muchacho, a la morada natal de su madre en el Parnaso, donde tengomuchasriquezas,leobsequiarébienyosloenviarécontentodevuelta».

AsíqueluegofueOdiseoaqueledierasusespléndidosregalos,yAutólicoyloshijosdeAutólicoleacogieronconabrazosypalabrascariñosas.Anfítea,lamadredesumadre,abrazóaOdiseo,y lecubriódebesos lacabezay loshermosos ojos. Autólico ordenó a sus ilustres hijos preparar el banquete yellosobedecieronsusórdenes.Almomentotrajeronunbueydecincoaños,lodesollaron, y lo preparaban y hacían cuartos, lo desmenuzaban en pequeñasporciones que hábilmente iban ensartando en los espetones y asaban concuidadoyrepartíanluegoenraciones.Asíentoncestodoundíahastalapuestade sol disfrutaron del banquete y nadie en su ánimo echó en falta unaequilibrada porción.En cuanto el sol se hundió y sobrevino la oscuridad seacostaronyrecibieronelregalodelsueño.

ApenasbrillómatutinalaAuroradededosrosáceos,salieronacazara lavez losperrosysusdueños, loshijosdeAutólico.Yconellos ibaeldivinoOdiseo.Ascendieron al abruptomonte del Parnaso, recubierto de bosque, yprontoseadentrabanensusreplieguesbatidosporelviento.Hacíapocoqueelsolseexpandíaporloscampossaliendodelaplácidayprofundacorrientedelocéano, cuando los cazadores alcanzaron un desfiladero. Por delanteavanzaban los perros venteando rastros y detrás los hijos de Autólico. ConellosmarchabaOdiseo al lado de los perros, blandiendo una lanza de largasombra.

Allí,enladensaespesura,estabatumbadoungranjabalí.Nolapenetrabaelsoplohúmedodelosvientosbriososnilaatravesabaconsusrayosbrillanteselsol,nitampocosefiltrabaporellalalluvia.Tanespesaera,pueslaformabaundensoamontonamientodel follaje.Peroal jabalí le llegóel rumorde lospasosdelosperrosyloshombresqueavanzabandecacería.Ysaliódelsotoasuencuentro,conelpelajedellomoerizado,chispeandoensusojosmiradasdefuego,yseparóanteellos.SeprecipitóprimeroOdiseoblandiendoenaltola larga lanza con su mano robusta, ansioso por herirlo. Pero el jabalíabalanzósey lehirió juntoa la rodillayconsucolmillo lehizoundesgarrohondoenlacarne,embistiéndoledelado,sibiennolellegóalhueso.Odiseolo alanceó, hiriéndole en la paletilla derecha, y de lado a lado le hundió lapuntadelabrillantelanza.Cayóportierragruñendo,yseleescapóelánimo.

AOdiseolorodearonlosqueridoshijosdeAutólico,sabiamentevendaronlaheridadelintachableOdiseo,yrestañaronconunensalmosuoscurasangre.Y enseguidavolvieronde regreso a la casade supadre.AllíAutólicoy loshijos de Autólico, después de curarlo bien y haberle obsequiado conespléndidos presentes, lo despidieron pronto, alegres ellos y contento él,

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camino de Ítaca. Su padre y su venerablemadre se alegraron de tenerlo devuelta,y le ibanpreguntandosobre laheridaquehabía sufrido.Él lescontópuntoporpuntocómoenlacaceríaeljabalíloatacóconsublancocolmilloalmarcharporelParnasoconloshijosdeAutólico.

Altantearlacicatrizconlaspalmasdesusmanoslaviejalareconocióaltacto, y soltó el pie que alzaba. Cayó en la jofaina la pierna y, resonó elbronce, se tumbó por un lado, y el agua se vertió en el suelo.En sumentebrotaronalaparelgozoylapena,losojosselecolmarondelágrimasyselequebrólaclaravoz.YagarrandodelabarbaaOdiseo,ledijo:

«Sí, de verdad tú eresOdiseo, querido hijo.Al principio no te reconocí,hastatocartedeltodo,miseñor».

DijoyvolviósumiradahaciaPenélope,queriendoadvertirlaconsusojosde que allí estaba su querido esposo. Pero ella, desde enfrente, no podíaapercibirse ni atenderla, porque Atenea había distraído su pensamiento.EntoncesOdiseoavanzósumanoylaagarródelcuelloconladerecha,yconlaotralaatrajoasí,yledijo:

«¿Abuela, por qué quieres perderme?Túmismame criaste en tu pecho.Ahora,despuésdesoportarincontablesdolores,hevueltoalosveinteaños,ami tierrapatria.Bien,yaquemehasdescubiertoyundios te iluminóen tuánimo,¡calla,quenadiemásseentereenpalacio!Porquetevoyadeciralgoque va a cumplirse. Si un dios concede a mis manos aplastar a los noblespretendientes,nomeolvidarédeti,quefuisteminodriza,cuandoalasdemásmujeresesclavasdelpalaciodémuerte».

LerespondióluegolamuyprudenteEuriclea:

«¡Hijomío,quéamenazaescapódelcercadodetusdientes!Biensabesquemiánimoeslealynadavoluble.Memantendréfirmecomounadurarocaocomo el hierro. Y algo más te diré y tú guárdalo en tu mente. Si bajo tusmanosundiossometieraalospretendientes,entoncestedirédelasmujeresdepalacioquiénestedeshonranyquiénessoninocentes».

Respondiéndola,ledijoelmuyastutoOdiseo:

«Abuela,¿aquévastúacontármelo?Bien,loaveriguaréyomismo,ylastendrévistasunaporuna.Conquemanténsilencioentucharla,yconfíaenlosdioses».

Asídijo.Lanodriza cruzó con rápidospasos la salapara traer agua a lajofaina. Toda la anterior se había derramado. Cuando ya le hubo lavado yungidolospiesconespesoaceite,Odiseosecolocósuasientomáscercadelfuegopararescaldarseysecubriólacicatrizconsusharapos.

YtomólapalabraentreelloslamuyprudentePenélope:

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«Extranjero,aúntevoyapreguntarunapequeñacosa.Puesyaprontoserálahoradeldulcereposo,almenosparaquienconcilieelsueño,aunqueandeconpenas.Desdeluegoamíunaenormepesadumbremeimpusoladivinidad,demodoquepasotodosmisdíasafligida,sollozando,atendiendoamistareasy las del servicio de la casa.Y cuando llega la nochey el reposo ampara atodos,mequedoechadaenmicama,peroenmicorazónangustiadodensas,agudas penas me asaltan y torturan. Como antaño la hija de Pandáreo, elruiseñor verdoso, canta su bella canción mientras se inicia la primavera,instalado en el denso follaje de los árboles, y vierte en trinos variados sucantarinavoz, llorandoporsuqueridohijo,por Ítilo,elhijodel reyZeto,alquematóconlaespadaenunraptodelocura.Asítambiénmiánimosesientetironeadoendos sentidos.No sé si quedarme juntoamihijoyvelandoportodo esto, mis bienes, mis sirvientes, y la gran mansión de alto techo, porrespetoallechodemiesposoylaopinióndelpueblo,osimarcharconaquelde los aqueos que resulte elmejor queme corteja en estas salas, y quemeofrezca grandes regalos de boda.Mi hijo, mientras fue pequeño y aún conmente infantil, no me permitía casarme y dejar la casa de mi esposo; peroahoraqueyaesmayoryhaalcanzado laplena juventud, inclusomesuplicaque salga de una vez demi palacio, preocupado por su herencia, que se lacomenlosaqueos.

»Pues bien, escucha este sueñomío e interprétamelo. Enmi casa veintegansoscomentrigo,fueradelestanque,ydisfrutomirándolos.Perovienedelmonte un águila grande, de corvo pico, les desgarra a todos el cuello y losmata. Todos quedan tendidos en un montón en mis salas, mientras ellaremontaalclarocielo.Pormiparte,yollorabaygritabaenmisueño,yamialrededor se reunían las aqueas de bellas trenzas, en tanto que yo sollozabaporqueeláguilahabíadadomuerteamisgansos.Eláguiladenuevovolvióyseposósobreelalerodeltejado,yconvozhumanameconsolabaymedecía:

»“Notemas,hijadelmuyilustreIcario,noesunsueño,sinounpresagioque se teva a cumplir.Losgansos son lospretendientesyyoque antes eraave,unáguila,ahora,encambio,metransformoentuesposo,quedaréatodostuspretendientesuninfaustodestino”.

»Así dijo, y luego me abandonó el deleitoso sueño. Al abrir mis ojoscontempléalosgansosqueenelpatiopicoteabanelgranojuntoalestanque,comodecostumbre».

RespondiéndolaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Mujer,noesposibleinterpretarelsueño,buscándoleunnuevosentido,yaqueOdiseomismotehaexplicadocómovaarealizarse.Anuncialamasacrede todos los pretendientes.Ninguno va a escapar de lamuerte y su destinofunesto».

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AsuvezlecontestólamuyprudentePenélope:

«Extranjero,lossueñossoninaprensiblesydeoscurolenguaje,ynotodose les logra a los humanos. Pues son dos las puertas de los ensueños de laimaginación.Una estáhechade cuerno, y la otrademarfil.Los sueñosquelleganporladeltalladomarfil,ésossonengañosos.Traenpalabrasquenosecumplen.Losquelleganporlapuertadepulidocuerno,ésosaportanhechosverídicos,cuandounmortallosatiende.Encuantoamí,nocreoqueporéstamehayallegadoesesueñoestremecedor.¡Seríamuyagradableparamihijoyparamí!

»Tevoyadeciralgomásytúguárdateloentumente.YaseaproximalaAurora de triste nombre queme va a apartar de la casa deOdiseo. Porqueahora voy a convocar la prueba de las hachas, las que él en su sala solíacolocarunatrasotra,comopuntalesdebarco,doceentotal.Yél,apuntandodesdelejos,solíaatravesarlastodasconsusflechas.Ahoravoyainvitaramispretendientes a ese certamen del arco. Quien más hábilmente tense en susmanoselarcoylancesuflechaatravésdetodaslasdocehachas,conésemeiré, dejando atrás esta casa señorial, tan hermosísima, que creo que estarérecordandosiempre,inclusoenmissueños».

Respondiéndola,aellaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Ah, venerable mujer del Laertíada Odiseo, no demores ya más esecertamen en tu palacio, porque seguro que aquí ha de volverOdiseo antes,antesdequeésostomenensusmanoselbienpulidoarco,tensensuscuerdasyatraviesenelhierroconlaflecha».

AsuvezlecontestólamuyprudentePenélope:

«Siquisierasconsolarme,extranjero,sentadoamiveraenestagransala,nosevertiríasobremispárpadoselsueño.Peronoesposibledeningúnmodoqueresistansindormirloshumanos.Atodoslosmortaleslesimpusieronesanorma los inmortales en la fructífera tierra. Así que yo, subiendo a misestancias de arriba, descansaré en mi cama, que está acostumbrada a missollozos,bañadadecontinuoenmislágrimas,desdequeOdiseopartióaverlamaldita Troya, de funesto nombre. Allí puedo reposar. Descansa tú en estasala,oechándoteenelsueloohaciendoquetepreparenlacama».

Despuésdehablarasí,empezóasubirasusrelucientesestancias.Nosola,sino que la acompañaban también las demás, sus criadas. Y después deascenderasushabitacionesconsusdoncellasseguíallorandoporOdiseo,suqueridoesposo,hastaquesobresuspárpadosvertióelsueñoAtenea,ladelosojosglaucos.

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CANTOXX

AsuvezeldivinoOdiseosepreparabalacamaenelatrio.Extendióunapieldebueysincurtiry luegoporencimamuchospellejosdecorderos,quehabían sacrificado los aqueos. Y, cuando ya se hubo acostado, le cubrióEurínomeconunmanto.AllísequedóechadoOdiseoplaneandoensuánimo,insomne, castigos a los pretendientes. Desde la gran sala iban y venían lasmujeresquesolíanacostarseconlospretendientes,provocándoseunasaotrasa risas y jarana.A él se le enfurecía el ánimo en el pecho, ymuchas vecesvacilóensumenteysucorazónsiabalanzarsesobreellasydarlesmuerteunaauna, o si dejar que se arrejuntaranunavezmás, la últimay final, con lossoberbiospretendientes.Sucorazónpordentroladraba.Comolaperraquevayvieneentornoasusdébilescachorrosyladraaunhombrequenoconoce,yse dispone a atacarle, así ladraba en su interior, irritado por sus perversasacciones.Perogolpeándoseelpecho,hablóasucorazónconestaspalabras:

«¡Sopórtalo,corazón!Yaantessoportasteotroultrajeaúnmásdesgarrador,aquel día en que el cíclope de incontenible furia se puso a devorar a misbravos compañeros. Tú lo sufriste, hasta que tu astucia te sacó de la cuevadondecreístequeibasamorir».

Así dijo, mientras refrenaba en el pecho su corazón. Y su corazón,paciente, lo resistíasufriéndolo tenazmente,mientrasél sedabavueltasaunlado y a otro.Como cuando un hombre sobre una densa fogata ardiente davueltasaunastripas,llenasdegrasasysangre,porunladoyporotro,yesperaa que queden bien asadas pronto, así él se revolvía por aquí y por allíreflexionando en cómo lanzaría sus manos sobre los osados pretendientes,estandoélsolocontramuchos.AsuverallegóAteneaquebajabadelcielo.Ensu figurasemejabaunamujer.Secolocó juntoa sucabezay ledirigióestaspalabras:

«¿Porquétodavíaestásdespierto,elmásinfortunadodeloshombres?Éstaes tu casa y en tu casa tienes a tumujer y tu hijo, que es como cualquieradesearíaquefuerasuhijo».

RespondiéndolaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Sí, todo eso, diosa, lo has dicho con entera justicia. Pero es que enmiinteriormi ánimo anda cavilando esto: cómovoy a lanzarmismanos sobreesososadospretendientes,estandoyosolo.Ellosandansiempreengrupoahídentro. Además estoymeditando enmimente algo demás alcance: si, porvoluntaddeZeusy tuya, losmatara, ¿adóndepodríahuir?Te ruegoquemeaconsejesenesto».

Lecontestó,asuvez,Ateneadeojosglaucos:

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«¡Obstinado! Cualquiera confía en su compañero, incluso si es menosfuertey siendomortaly sin saber tantas artimañas.Yyo soyunadiosa,yo,queteayudoentodostustrabajos.Telodirémásfrancamente:inclusosinosrodearan cincuenta pelotones de hombres de voz articulada, ansiosos dematarnos en el combate, incluso así te apoderarías de sus vacas y pingüesovejas.Así que, déjate dominar por el sueño. Penoso resulta velar insomnetodalanoche.Yavasaescapardetusmales».

Asídijo,yderramóelsueñosobresuspárpados,mientraselladenuevoseibaalOlimpo,ladivinaentrelasdiosas.

Entre tanto que a él lo arropaba el sueño, librando de penas su ánimo,relajando sus miembros, despertaba su sensata esposa. Y se echó a llorarsentada en su blando lecho, y, cuando hubo saciado su ánimo de llantos ysollozos,suplicaba,ladivinaentrelasmujeres,aÁrtemis:

«¡Ártemis,diosavenerable,hijadeZeus,ojalámedispararasunaflechaalpechoymearrancaraslavidaahoramismo,oquealprontounatempestadmearrebatara y condujera bien lejos llevándome por senderos de nubes, o mearrojaraenlasbocasdelOcéanodeincesantereflujo!

»Comocuandoa lashijasdePandáreo lasarrebataron las tormentas,yasus padres losmataron los dioses, y ellas quedaron huérfanas en el palacio,peroladivinaAfroditalasalimentóconqueso,dulcemielysuavevino.Heralesotorgómásquea todas lasmujeresbellezaycordura,y finaestampa lesdiolasantaÁrtemis,yAtenealesenseñóarealizarrefinadastareas.LuegoladivinaAfrodita se fue al amplioOlimpo a solicitar para lasmuchachas unaprontayespléndidabodaaZeusquesegozaenelrayo,aélquelosabebientodo,laventuraydesventuradeloshumanosmortales.EntretantolasHarpíasraptaronbruscamente a las jóvenesy se las entregaron a las odiosasEriniaspara que fueran sus esclavas. ¡Ojalá así me aniquilaran los que tienenmansiones olímpicas ome asaetearaÁrtemis de bellos bucles, para quemeencaminebajolaodiosatierraaveraOdiseoynoproporcionecontentoalosdeseos de algún hombre inferior! Pues la desgracia aún tiene algo desoportablecuandounalloradedía,amargamenteafligidaenelcorazón,peroporlasnochesserefugiaenelsueño,quelohaceolvidartodo,cosasbuenasymalas,cuandonoscierra lospárpados.Masamí inclusopesadillasmeda ladivinidad,porqueestanocheamiladodormíaalguiensemejanteaél,conlamisma figura con que él marchó al frente de su tropa. Y mi corazón sealegrabaporquemedecíaquenoerasueño,sinoyarealidad».

Así habló, y enseguida llegó la Aurora de áureo trono. Mientras ellalloraba,oyósuvozeldivinoOdiseo,meditóentoncesyleparecióensuánimoque ella ya lo reconocía y estaba con él en sus pensamientos. Recogió elmantoy laspieles en lasquehabíadormidoy lasdejó en la sala sobreuna

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silla,ysepusoarogaraZeusalzandolasmanos:

«¡ZeusPadre,siporvuestrodesigniometrajisteisatravésdelosecoylolíquidohastami tierra,despuésdemaltratarmeenexceso,quealgunade lascriaturasdespiertasemitaunpresagiofavorableaquídentroyqueafuerasurjaotroprodigiodeZeus!».

AsídijoensuplegariayleescuchóelprovidenteZeus.AlmomentotronóenelresplandecienteOlimpo,porencimadelasnubes.SeregocijóeldivinoOdiseo.Elpresagiodentrodelacasaloprodujounamujerdelasquemolíanelgranoallícerca,dondeestabanlaspiedrasdemolerparaserviciodelpastordepueblos.Enellassefatigabanlasmujeres,doceentotal,quefabricabanlasharinasdetrigoydecebada,méduladeloshombres.Lasdemásyadormían,porque ya habíanmolido su grano, pero ésta, sola, aún no había concluido,porqueeralamásdébil.Elladejódemolerylanzósuspalabras,unsignoparasuseñor:

«ZeusPadre,túquereinasparadiosesyhumanos¡quéfuertetronasteenelcielo estrellado! No hay ahí ni una nube. Para alguien das ese presagio.Cúmpleme también a mí, infeliz, esta súplica que te dirijo. ¡Que lospretendientestomenenestedíaporúltimaypostreravezsudeseadobanqueteenlamansióndeOdiseo!Ellos,quemehanquebrantadoconamargafatigalasrodillasdetantomolerharinas.¡Ojaláquetenganahorasuúltimacomida!».

Así dijo. Se alegró el divino Odiseo del presagio y del trueno de Zeus.Confiabapuesenquecastigaríaalosmalvados.

Las otras esclavas, despiertas ya, en la hermosa mansión de Odiseoencendíanelfuegoincansableenelhogar.Telémacoselevantódesucama,eljoven semejante a un dios, se vistió sus ropas, se colgó de los hombros suafiladaespada,yseanudóenloságilespiessusbellassandaliasyretomósuexcelentelanzacoronadaporelaguzadobronce.SedetuvoenelumbralyledijoaEuriclea:

«Ama querida, ¿cómo honrasteis en casa al extranjero? ¿Con cama ycomida,oandatiradosinmás,despreciado?Puesmimadreesasí,aunsiendosensata.Demodosorprendentehonraaunocualquieradeloshombresdevozarticulada,unoinferior,yaotro,elmejor,lodesdeñaylodespide».

Contestóle,asuvez,lamuyprudenteEuriclea:

«No debes acusar ahora, hijo, a una inocente. Porque ése bebió biensentadosuvino,mientrasélquiso,ydijoquenoteníamáshambredecomida,cuandoselepreguntaba.Ycuandovinoaacordarsedelacamaydelsueño,ellaordenóasuscriadasqueleprepararanlacama;peroél,comoquienesdeltodo infeliz y desdichado, no quiso echarse en un lecho y entré cobertores,sinoquesobreunapieldebueysincurtiryentrepielesdeovejassetumbóen

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elatrio.Nosotraslotapamosconunmanto».

Asídijo,yTelémacosalióagrandespasoscruzandolasalayportandosulanza.Detrásdeélibandosperrosdepatasveloces.Sedirigióalágoraentrelosaqueosdehermosasgrebas.

Ella,Euriclea,lahijadeOpePisenórida,divinaentrelasmujeres,llamabaagritosalasesclavasdelacasa:

«Poneosenmarcha,lasunasbarreddeprisalacasa,regadelsueloyenlosasientos bien torneados poned las telas de púrpura; las otras, con esponjas,fregad todas lasmesas y lavad las cráteras y las copas de doble asa. Y lasdemás,aporagua,idporellaalafuenteysalidyayvolvedmuypronto,quenovanatardarenpresentarseenlasalalospretendientes,quemuydemañanavolverántodosalafiesta».

Asíhabló,lasotraslaoyeronyobedecieronenseguida.Unasveintefuerona la fuente de aguas oscuras, y otras se pusieron a trabajar en la casa condestreza.Acudieronloscriadosalafaena.Losunosalpuntoyconbuenoficiocortaronlaleña.Ellas,lasmujeres,regresarondelafuente.Traséstasllegóelporquerizoconduciendotresgruesoscerdos,losmejoresdecuantosguardaba.Allí losdejó,enunosbuenoscercadosparaquesealimentaran,yél,por suparte,interpelóaOdiseoconpalabrasamables:

«¿Forastero, te tratan ya con más miramientos los aqueos o te siguendespreciandoenpalaciocomoalcomienzo?».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Ojalá, Eumeo, castigaran los dioses el ultraje que éstos, en su neciasoberbia,prodiganencasaajena,sintenerniunapizcadevergüenza!».

Entantoqueellosasícharlabanunoconotro,vinoallícercaMelantio,elpastor de cabras, trayendo unas cabras que destacaban entre todas en susrebaños, para la comida de los pretendientes.Otros dos gañanes le seguían.Lasdejaronatadasenelrumorosopatio,yélsedirigiódeprontoaOdiseoconpalabrasdeescarnio:

«Extranjero,¿todavíaahoraaquíen lacasavasamolestarmendigandoalosseñores?¿Esquenopiensas irte lejos?Por lovistocreoquenovamosadistanciarnos hasta que pruebes mis puños, porque mendigas sin ningúnreparo.Bien,hay,desdeluego,otrosbanquetesentrelosaqueos».

Asíhabló,ynolecontestónadaelmuyastutoOdiseo;sinoqueensilenciomoviósucabeza,meditandosuruina.Llegó,en tercer lugar,Filetio,capatazde braceros, que conducía para los pretendientes una vaca estéril y unasrollizas cabras. Lo habían transportado los barqueros, que suelen llevar acuantosrequierensusservicios.Dejóasusbestiasbienatadasenelrumoroso

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pórticoy,asuvez,sepusoapreguntarlealporquerizo,poniéndoseasulado:

«¿Quiéneseste forastero recién llegado,porquerizo,anuestracasa?¿Dequégentesdicequeviene?¿Dóndetienesufamiliaysutierrapatria?¡Pobrehombre!Porsuaspectosepareceaunreysoberano,peroaloshumanoslosdioseslosapabullanconlargoperegrinaje,einclusoalosreyeslosempujanalamiseria».

Dijo,yavanzóparasaludarlecon lamanoderecha,y,alhablarle, ledijoestaspalabrasaladas:

«¡Te saludo, padre extranjero! Ojalá en el porvenir te alcance laprosperidad,yaqueahora tehasenfrentadoamuchasmiserias. ¡PadreZeus,ningunodelosdiosesesmásrigurosoquetú!Noteapiadasdeloshombres,despuésdehaberloscriado,cuandolosempujasalasdesdichasyloscruelesdolores.Meestremecíalverteymisojossemellenarondelágrimas,puesmeacuerdo de Odiseo, porque pienso que también él con harapos semejantesandaráerranteentrelasgentes,siesqueenalgúnlugartodavíaviveyvelaluzdelsol.AcasoyahamuertoyestáenlasmoradasdeHades…¡Aydemí!,¡aydelirreprochableOdiseo,quemeenvióaguardarsusvacas,siendoyoniño,alpaís de los cefalenios!Ahora sonya incontables, y a ningúnhombrepodríacrecerle más enmodo alguno la manada de vacas de ancha frente. A éstasotrosmeordenantraerlasparacomérselasellos.Ennadarespetanasuhijoensucasanitemenelcastigodelosdioses.Puesestányaansiososporrepartirselosbienesdelsoberanohatantoausente.Poresoamíelánimoenelpechoamenudosemesubleva.Seríagranvileza,viviendosuhijo,marcharalatierrade otros llevándome sus vacas hacia gentes extrañas. Pero es aún peorpermanecer aquí con unas vacas ya ajenas para soportar pesares sin hacernada.Enefecto,yamehabríayoescapadoyamparadoconotrodelosreyespoderosos,yaque lascosas sehanpuesto insoportables,peroaúnpiensoenaquel desdichado, en si acaso volviera de cualquier parte y pusiera endesbandadaalospretendientesdesupalacio».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«Vaquero,puestoquenoparecesunhombremalvadoninecio,yreconozcopormímismoquehaysensatezentumente,poresotevoyadecirlosiguienteyloafirmaréconungranjuramento.¡Séanmetestigos,enprimerlugar,Zeusylamesahospitalariadelosdioses,yelhogardelirreprochableOdiseo,alqueahoraacudo!MientrastúestásaquívaavolverOdiseoasucasa.Loveráscontusojos,siquieres,darmuertealospretendientes,queaquíhacendereyes».

Lereplicó,asuvez,elhombrequeguardabasusvacas:

«¡Ojalá,forastero,Zeustecumplieraesaspalabras!Conoceríascuálesmifuerzayquépuedenmismanos».

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Así,porsuparte,oróEumeoatodoslosdiosesquevolvieraelmuysagazOdiseoasuhogar.

Mientrasque ellos cruzaban talespalabras, lospretendientes tramaban lamuerte y el final deTelémaco.Mas a ellos les apareció por la izquierda unaugurio,unavedealtovuelo,quellevabaunatrémulapaloma.Anfínomosehizoconlapalabraentreellosyexclamó:

«Amigos,nonosvaasalirbienestaintrigadelamuertedeTelémaco.Asíquedediquémonosalbanquete».

AsídijoAnfínomoyalosdemáslescomplaciósuconsejo.Marcharonalpalacio del divino Odiseo, dejaron sus mantos sobre las sillas y sillones, ycomenzarona sacrificar lasgruesasovejasy las rollizascabras,e inmolarontambién loscebadoscerdosyunavacadel rebaño.Asaron lasvíscerasy lasrepartían, y en las cráteras mezclaban el vino. El porquerizo distribuía lascopas. Filetio, capataz de pastores, hacía el reparto del pan en hermososcestillos y Melantio servía el vino. Y ellos echaban sus manos sobre losmanjaresdispuestosyservidos.

Telémaco,aprovechandosuposición,hizosentarseaOdiseoenlasolemnesala, junto al pétreo umbral, ofreciéndole un rústico sillón y una pequeñamesa.Lepusoalladounosmenudillosyleescancióvinoenunacopadeoro,yledijoestaspalabras:

«Siéntateacáybebeelvinoentreestoshombres.Yomismorechazarédetilaschanzasylasmanosdetodoslospretendientes,porqueéstanoesunacasadel común, sino la de Odiseo, que la sostuvo para mí. Y vosotros,pretendientes, aplacad vuestra ansia de amenazas y golpes, a fin de que nosurjaningunadisputanireyerta».

Asídijo,ytodoslosotros,hincandosusdientesenloslabios,sepasmabandequeTelémacoleshablaracontantavalentía.YentreellostomólapalabraAntínoo,hijodeEupites:

«Aunqueresultasevero,aqueos,aceptemoseldiscursodeTelémaco.Noshabla, en efecto, con reprimendas. Zeus Crónida nos lo prohibió; de locontrarioyalohabríamoshechocallarenpalacio,porhábiloradorquesea».

AsíhablóAntínoo.Telémaconoreplicóasuspalabras.

Mientras, los heraldos guiaban por la ciudad la sagrada hecatombeconsagradaalosdioses.LosaqueosdelargasmelenasreuníanseenelsombríobosquecillodeApoloelquehieredelejos.

Cuandoyahubieronasadolascarnesporencimaylasretirarondelfuego,distribuyeron las porciones y comenzaron el espléndido banquete. Los queservíanledieronaOdiseosutrozo,igualalqueobteníanlosdemás.Asípues

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loordenabaTelémaco,elqueridohijodeldivinoOdiseo.

PeroAteneanoibaapermitirquelosnoblespretendientesseabstuvierandeltododeunamargoultraje,afindequeelrencorseahondaraaúnmásenelcorazóndelLaertíadaOdiseo.Habíaentreellosuntipodenotableinsolencia;su nombre era Ctesipo, y tenía su hogar en Same. Éste, confiado en lasriquezasdesupadre,cortejabaalaesposadeOdiseodelargaausencia.Yél,entonces,hablóasíasussoberbioscompañeros:

«Prestadme atención, ilustres pretendientes, a lo que voy a deciros. Yatiene el extranjero desde hace un rato su porción, según le toca, equitativa.Puesnoesbelloni justodespreciar a loshuéspedesdeTelémaco, seaquienseaelqueacudaaestacasa.Puesbien,ahora tambiényo ledaréun regalo,paraqueéllotransmitaenpagodeserviciosasubañerooaotrocualquieradelossiervosquehayenlacasadeldivinoOdiseo».

Diciendoasí,cogióunapezuñadebueydelabandejayselaarrojóconsurobustamano.PeroOdiseolaesquivóbajandorápidosucabeza,mientrasconrabia sonreía con gesto sardónico. La pezuña rebotó en el sólido muro, yTelémacoriñóaCtesipoconestaspalabras:

«¡Ctesipo,deciertoqueasíha sidomejorpara tuvida!Noalcanzastealhuésped, ya que él evitó tu golpe. De otro modo te habría atizado con miaguda lanza en pleno pecho, y tu padre en lugar de una boda te habríaprocurado aquí una tumba. Por tanto, que ninguno de vosotros dé másmuestrasdeviolenciaenmicasa.Porqueahoraobservobienymeenterodecuanto sucede, lo bueno y lo malo. Antaño todavía era niño. No obstante,todavíasoportamosloquevemos:losganadosdegolladosyelvinobebidoylos banquetes. Pues es difícil que uno solo contenga a muchos. Conque,vamos,nomecauséismásdañosconánimohostil.Siyaestáisansiosospordarme muerte con el bronce, incluso yo lo preferiría, y sería mucho mejorquedar muerto que contemplar una y otra vez esos hechos infames: que seinsulteamishuéspedesyquesearrastredesvergonzadamentealasmujeresdemiservicioporestashermosasestancias».

Así dijo. Todos los otros se quedaron sin responder, en silencio.Al ratotomólapalabraporfinAgelao,hijodeDamástor:

«Amigos,queningunoseencolericeporunasfrasesjustasyrepliqueconpalabrascargadasdeviolencia.Niofendáisennadaalextranjero,nianingúnotrodelossiervosquehayenlacasadeldivinoOdiseo.PeroaTelémacoyasumadre yo quiero darles un consejo benévolo, por si les pareciera bien aambosenelcorazón.

»MientrasquevuestroánimoenelpechoteníaesperanzasdequeregresaraelmuysagazOdiseoasuhogar,entoncesnoeranadaextrañoqueaguardaran

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ysecontuvieranenelpalaciolospretendientes,puestoqueesoeramejor,porsiOdiseo volvía y se presentaba de regreso en su casa. Pero ahora eso estáclaro: que él no va a volver. Conque, anda, siéntate al lado de tu madre yaconséjalaquetomecomoesposoaquienseaelmejorymásregalosdebodaleofrezca,paraquetúconservescontentotodostusbienespaternos,comiendoybebiendo,yellaseocupedelacasadeotro».

Aéstelerespondió,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«No,Agelao,¡porZeusylossufrimientosdemipadre,quequizáslejosdeÍtaca ha muerto o bien vaga errante!, no demoro para nada la boda de mimadre,sinoquelainvitoacasarseconquienquierayqueleofrezcainmensosregalos.Peromedavergüenzaecharladecasacontrasudeseoconundiscursoviolento.¡Queladivinidadnolopermita!».

AsíhablóTelémaco.AlospretendientesPalasAtenealesinfundióunarisairrestañable, y les perturbó lamente. Ellos de pronto se echaron a reír conmandíbulas desenfrenadas mientras comían las carnes sanguinolentas. Susojossellenabandelágrimas,ysuánimoanhelabaelllanto.

EntreellostomólapalabraTeoclímenodeaspectodivino.

«¿Desdichados,quémalosenvuelve?Vuestrascabezasestáninundadasdenoche, así como vuestros rostros y vuestras rodillas más abajo. Se haextendidoelgemidoyestánbañadasenllantovuestrasmejillas.Desangreveoregadoslosmurosyloshermososintercolumnios,yllenoelatrioyrebosanteelpatiodefantasmas,queseprecipitanensumarchaalHadesentinieblas.Yelsolsehaapagadoenelcielo,yunamalignatinieblanosinvade».

Asídijo,ytodoslosdemásserierondeélaplacer.EntreellossepusoavocearEurímaco,hijodePólibo:

«Andalocoesteextranjeroreciénllegadodeotrastierras.Asíque,atodaprisa,despachadlofueradelacasa.¡Quesevayaalaplaza,yaqueleparecequeaquíesdenoche!».

LereplicódenuevoTeoclímenodeaspectodivino:

«Eurímaco, para nada te pido queme des guías para un viaje.Conservomis ojos,mis oídos y dos pies, e inteligencia bien firme enmi pecho, nadamenguada.Por tantomesaldréafuera,porqueveoquelaperdiciónavanzaaporvosotros,yningunodelospretendienteslaesquivarániescaparádeella,vosotrosqueenlacasadelheroicoOdiseoofendéisalosdemásymaquináislocurassinfreno».

Despuésdehablarasí,sesaliódelabienpobladamansiónysefuealadePireo,quelehospedódebuengrado.

Todos los pretendientes, mirándose unos a otros, trataban de irritar a

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Telémaco, riéndose de sus huéspedes. Así decía entonces uno de aquellosjóvenesprepotentes:

«Telémaco,nadietieneunoshuéspedesmásruinesquetú.Ahítienesaesevagabundo pedigüeño, menesteroso de pan y de vino, en nada inclinado atrabajosniesfuerzos,queessólounfardoinertedetierra.Y,porotrolado,aeseindividuoqueselevantóadarprofecías.Conque,aversimehacescaso,lomejorseríapara ti losiguiente:quemetasenunanavebiencerradaa tushuéspedesymándalosalossículos,aversiasípuedessacaralgúnbeneficiodesuventa».

Asídecíanlospretendientes.Peroélnohacíaningúncasoasuspalabras,sinoque,ensilencio,mirabaasupadre,aguardandounayotravezaqueélecharasusmanossobrelosdesvergonzadoscomensales.

La hija de Icario, la muy prudente Penélope, había colocado suelegantísimasillaallídelantedelospretendientesyescuchaba,enlasala,laspalabras de cada uno. Desde luego que se habían preparado un banquetealegre, entre risotadas, y a su gusto, porque habían sacrificado muchosanimales. Pero no podía darse ningún festínmás amargo que el que prontoibanaofrecerlesladiosayelintrépidohéroe.Yaellosseanticipabanatramarsusdesdichas.

CANTOXXI

Ladiosadeojosglaucos,Atenea,inspiróenlamentealahijadeIcario,lamuy prudente Penélope, proponer a los pretendientes el arco y el grisáceohierro, instrumentos del certamen y origen de la matanza en el palacio deOdiseo.Subióporlaaltaescaleradesucasaytomóensufuertemanolabientorneadallave,hermosa,broncínea,deempuñadurademarfil.Yechóaandarconsuscriadashaciaelaposentodelfondo.Allíguardabalostesorosdelrey:elbronce,eloroyelbien trabajadohierro.Allíestabanelarcoflexibley laaljabaportadoradeflechas,yenellahabíaunmanojodedardosfunestos.Selos había dado como regalo cuando él estuvo en Lacedemonia, su huésped,ÍfitoEurítida,semejantealosinmortales.LosdosseencontraronmutuamenteenMesenia,encasadelsagazOrtíloco.AllíllegóOdiseoacobrarunadeudaqueledebíatodoelpueblo,porquedeÍtacaloshombresdeMeseniasehabíanllevado en sus naves de muchos bancos trescientas ovejas junto con suspastores. Por eso emprendió su gran viaje de embajada, aunque era unmuchacho.Loenviaronentoncessupadreylosancianos.

Ífito, por su lado, iba buscando sus yeguas, las doce, que le habían

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desaparecido, y, con ellas, unos mulos robustos. Éstas le atrajeron luego lamuerteyeldestinofatal,cuandoseenfrentóalvalerosohijodeZeus,elhéroeHeracles,realizadordegrandestrabajos,quelomató,aunqueerasuhuésped,en su propia casa. ¡Ingrato!No sintió temor a la venganza de los dioses nirespetoalamesaquelehabíaagasajado.Alpuntolomatóallí,ysequedóélconloscaballosdesólidaspezuñasensupalacio.CuandolasestababuscandosetopóconOdiseoylediosuarco,elqueanteshabíallevadoelgranÉurito,que,asuvez,selodejóasuhijoalmorirensumansióndealtotecho.AésteOdiseo le ofrecióuna afilada espadayuna recia lanza, comoprincipioparauna leal amistad como huéspedes. Pero no se frecuentaron uno a otro en lamesa,yaqueanteselhijodeZeusdiomuerteaÍfitoEurítida,semejantealosinmortales, el que le había dado el arco.Nunca el divinoOdiseo lo llevabaconsigoalmarcharalaguerraenlasnegrasnaves,sinoquesequedabaallí,enlashabitacionesde supalacio, como recuerdodeunquerido amigo.Pero lousabaensutierra.

Cuandollegóalaestancialadivinaentrelasmujeres,transpusoelumbralderoblequeantañohabíapulidoexpertamenteelcarpinteroyenderezadoconsu regla, al tiempo que alzaba las jambas y ajustaba las relucientes puertas.Enseguidadesatósintardarlacorreadelaargolla,metiólallaveycorrióloscerrojosdelapuerta,yempujódefrente.Lasbatientesmugieroncomountoroquepaceenunprado.Asídefuertemugieronlasbatienteshermosasalempujedelallaveyseabrieronenuninstante.Subióseluegoalatarimaaltadondereposaban los arcones en los que se guardaban las perfumadas ropas.Apoyándoseenellosdescolgódelclavoelarcoenfundadoenunaespléndidaenvoltura.Sesentóallí,selocolocóenlasrodillasyseechóalloraravoces,abrazandoelarcodelrey.

En cuanto se hubo saciado de llorar conmuchas lágrimas, se encaminóhacia la gran sala en pos de los nobles pretendientes transportando en susbrazoselflexiblearcoylaaljaba,cargadadeflechas.Muchosdardosfunestoscabían en ella. Tras Penélope sus criadas llevaban un arca donde había unmontóndehierroybronce,paraelcertamenregio.Cuandoladivinaentrelasmujeresllegóantesuspretendientes,sedetuvoalpiedelacolumnadeltechodesólidaarquitectura,sosteniendosutraslúcidovelodelantedesusmejillas.Acada lado la escoltaba una criada respetuosa. Y al punto dirigióse a lospretendientesylesdijoestaspalabras:

«¡Prestadmeatención,bravospretendientes,vosotrosque frecuentáis estacasa para comer y beber sin tasa, sin tregua, la casa de un hombre que seausentó hacemucho tiempo, y que no habéis aducido para ello ningún otropretextodepalabra,sinoqueestáisansiososporcasarosconmigoyhacermevuestraesposa!Por tanto,atentos,pretendientes,porqueaquíestáeldesafío.OsvoyapresentarelgranarcodeldivinoOdiseo.Aquelquemáshábilmente

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tense el arco con sus manos, con ése me iré, abandonando esta casa,legítimamentemía,hermosísima, llenadebienes,de laquecreoqueseguiréacordándomeinclusoenmissueños».

Asíhabló,yordenabaaEumeo,eldivinoporquerizo,quemostraraa lospretendientes el arco y el grisáceo hierro. Llorando lo recogió Eumeo y loexpuso. Lloraba, por su parte, también el vaquero, al ver el arco de su rey.Antínoosepusoareñirles,losllamabaylesdecía:

«¡Necioscampesinos,quepensáissóloenlodeldía!¡Desgraciados!¿Porquéahoraderramáislágrimasyapenáiselánimoenelpechoaestamujer?Aella, que ya tiene dolorido en exceso el corazón, por haber perdido a suquerido esposo. De modo que comed sentados en silencio, o salíos por lapuertaallorarafueradejandoaquímismoelarco,unretomuyarduoparalospretendientes,puesnocreoqueseafácil tensaresearcobienpulido.NingúnhombrehayentretodoséstosqueseatalcualfueOdiseo.Yomismoleviconmisojosyaúnguardoelrecuerdo,yesoqueentonceseraunniño».

Así dijo, pero en su pecho albergaba la esperanza de tensar la cuerda yatravesarconlaflechaelhierro.Ahorabien,élibaaserelprimeroenprobarla flechadisparadapor lasmanosdel intachableOdiseo,aquiendeshonrabaaposentándoseensucasayjaleandoasuscompañeros.

AnteellostomólapalabraelsagradocorajedeTelémaco:

«¡Ay,ay,quéinsensatomehavueltoZeusCrónida!Miqueridamadre,queesbiensensata,medicequevaamarcharseconotro,abandonandoestacasa,y entonces yo me alegro y me río con ánimo insensible. Pero que así sea,pretendientes,puestoqueyasepresentaelcertamen.Puesnohayotramujercomoellaahoraen la tierraaquea,nien la sagradaPilos,nienArgosnienMicenas,nienlapropiaÍtaca,nieneloscurocontinente.Yvosotroslosabéis.¿Aquédeboensalzaramimadre?Bien,vamos,noosdemoréisconexcusas,ni remoloneéis en torno al arco de largo alcance, para que lo decidamos.Tambiényomismoquierohacerlapruebadelarco,ysilogrotensarloylanzarlaflechaatravésdeloshierros,nohabrádedejarmiseñoramadreestacasaeirseconotro,contramivoluntad,mientrasqueyomequedoatrás.Aversisoycapazdeemularlostriunfosdemipadre».

Dijo, y se desprendió de sus hombros el purpúreo manto, levantándoserápido,ydesushombrosdescolgólaafiladaespada.Enprimerlugardispusoenhiestas las hachas, excavando para todas un surco único, y lo fijó rectosegún un cordel. Y apelmazó la tierra a ambos lados. El asombro pasmó atodoscuantoslovieron,porlomuydecididoqueactuó.Anteriormentenuncalohabíanvistoasí.Marchóhastaelumbralyallísedetuvo,ymanipulabaelarco.Tresveces loblandióansiosode tensarlo,ypor tresvecesdesistiódelempeño,aunqueaúnteníaconfianzaensuánimodequetenderíalacuerday

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dispararía la flecha a través de los hierros. Y tal vez lo habría tensado conaplomoalcuartointento,denoserporqueOdiseolehizounaseñaycontuvosuapasionadoimpulso.DenuevohablóelsagradocorajedeTelémaco:

«¡Ay,ay!¿Voyaserdeahoraenadelantecobardeyflojo,oesquetodavíasoymuyjovenyaúncarezcodeconfianzaenmisbrazospararesponderaunenemigo, cuando algunome ofenda? Pero venid vosotros, que soismejoresqueyoenvigoryprobadelarco,ypongamosfinalcertamen».

Diciendoesto,dejóelarcoenelsuelo,ysealejó,apoyándoloenlashojasdelapuerta,ajustadasybienpulidas,yallí,enunabellaargolla,depositólaaguzada flecha, y fue a sentarse de nuevo en la silla de la que se habíalevantado.EntrelosotrostomólapalabraAntínoo,hijodeEupites:

«Compañeros,acercaosunotrasotro,empezandoporladerechayapartirdelsitioendondeseescanciaelvino».

Así habló Antínoo, y les pareció bien el consejo. Levantóse el primeroLiodes,hijodeÉnope,queteníancomoadivinoyquesesentabamuyalfondosiempre, juntoa lahermosacrátera.Eraelúnicoaquien leeranodiosos losexcesos y se enfadaba con todos los pretendientes. Éste fue el primero entomarelarcoylaaguzadaflecha.Fuehastaelumbralysedetuvoparaarmarelarco,peronollegóatensarlo,yaqueantessefatigódeestirarlacuerdaensusmanosnoencallecidas,flojas.Ydijoalospretendientes:

«Amigos, no lo tenso, que lo intente ahora otro. Este arco va a privar amuchos pretendientes del ánimo y la vida, y estará así bien, pues acaso esmucho mejor estar muerto que vivir sin conseguir aquello por lo que nosreunimosacá,esperandoundía trasotro.Hastaahoracualquiera tieneensumenteesperanzasydeseosdecasarseconPenélope,lacompañeradeOdiseo.Pero en cuanto pruebe el arco y vea el resultado, ya puede irse a cortejar acualquieradelasaqueasdebellospeplos,eintentarobtenerlaconsusregalosde boda. Ella puede casarse con quien más regalos le ofrezca y le estédestinado».

Asíentonceshablóydejóelarcoaunlado,apoyándoloenlashojasdelapuerta, bien ajustadas y pulidas, y en la bella argolla depositó la aguzadaflecha.Luegosesentódenuevoenlasilladelaquesehabíalevantado.

Antínoo,enréplica,ledirigíalapalabrayledecía:

«¿Liodes,quépalabrasseescaparondelacercadetusdientes?Tremendasynegativas,ymeirritoalescucharqueesearcovaaprivaramuchosdelospretendientes de su ánimo y vida, sólo porque tú no eres capaz de tensarlo.Sóloporqueatinotepariótuseñoramadreparaserunbuenusuariodelarcoylasflechas.Perootrosnoblespretendienteslotensaránenseguida».

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AsíhablóydioórdenesaMelantio,pastordecabras:

«Venga ya, enciende el fuego en el salón, Melantio, y prepara un gransillónyunaspieles sobreél; sacaunagranbolade sebodeahídentro,paraque los jóvenes la calentemos y, tras untarle la grasa, probemos el arco yconcluyamoslaprueba».

AsíhablóyalmomentoMelantiosepusoaencenderelfuegoinfatigable,yacercóleungranasientoyunaspielessobreél,ysacóunagranboladesebodelinteriordelacasa.Conestolosjóvenescalentaronelarcoyloprobaban,pero no lograban tensarlo, y andaban muy faltos de fuerza. Quedaban sóloAntínooyEurímacodedivinoaspecto,loscaudillosdelospretendientes.Eranconmucholosmásdestacadosporsuvalía.

Delamansiónsalieronjuntosalavezambos,elvaqueroyelporquerizodel divinoOdiseo. Y detrás de ellos salió de la casa el divinoOdiseo. Tanprontocomosehallaronfueradelaspuertasyelatrio,tomóéllapalabrayleshablabaconamablestérminos.

«Vaqueroytú,porquerizo,quisieradecirosalgo.¿Ovoyaocultarlo?Masmiánimomeimpulsaadecíroslo.¿SeríaiscapacesdepelearporOdiseo,siélllegara de donde fuera hasta aquí, de improviso, y el destino lo condujera?¿Lucharíaisa favorde lospretendientesoporOdiseo?Decídmelo, tal comovuestrocorazónyvuestroánimoosloindiquen».

Lecontestóprontoelhombrequeeraguardiándesusvacas:

«¡ZeusPadre,ojalámecumplierasestevoto:quellegaraaquelhombreylocondujeraundios!¡Conoceríascuálesmifuerzayloquevalenmisbrazos!».

Del mismo modo Eumeo rogó a todos los dioses que regresara el muysagazOdiseoa suhogar.Cuandoélhuboconstatadoelverdadero talantedeambos,denuevorespondiendoasuspalabraslesdijo:

«Éseestáyaaquí:soyyo.Despuésdesoportarmuchosmaleshevueltoalosveinteañosamitierrapatria.Soyconscientedequellegodeseadosóloporvosotrosentremissiervos.Delosotrosaningunoescuchéquerogaraparaquedenuevoestuvieraderegresoenmicasa.Avosotrosdososdirélaverdad,loque va a pasar. Si por mis manos un dios hace sucumbir a los noblespretendientes,osdaréalosdosmujeryosproporcionarériquezasyunacasaconstruida cerca de la mía. Y en adelante os consideraré camaradas yhermanosdeTelémaco.

»Pero,venga,voyamostrarosotraseñalmuyclara,a findequedarbienreconocido y con plena confianza en vuestro ánimo: la cicatriz de la heridaquemecausóunjabalídeblancocolmillocuandoyoibaporelParnasoconloshijosdeAutólico».

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Trashablarasíapartó losharaposde lagrancicatriz.Ycuandoambos lavieronyexaminaronbienasuseñor,seecharonallorarlanzandosusbrazosen torno del bravo Odiseo, y le besaban cariñosamente la cabeza y loshombros.AsítambiénOdiseolesbesólacabezaylasmanos.Yallíhubieransollozadohastalapuestadelsol,sielmismoOdiseonoloshubieracontenido.Ylesdijo:

«Dejad losdoselgemiryel llanto,novayaaserquealgunosalgade lasalayosvea,yluegovayaacontarlodentro.Ahoraentradunotraselotro,ynovayamostodosjuntos.Primeroyo,luegovosotros.Laseñalconvenidaseráésta:todoslosdemás,todosesosnoblespretendientesnopermitiránquesemeofrezcaelarcoylaaljaba;perotú,divinoEumeo,cruzalasalaconelarcoydéjalo enmismanos, y di a lasmujeres que cierren las puertas firmementeencajadasdelasala,ysialgunaoyeragriteríooestrépitoprocedentedeallí,deloshombresdedentrode la estancia,queno se asomea lapuerta, sinoqueatienda tranquila a su tarea. A ti, Filetio divino, te encargo que cierres conllavelaspuertasdelpatioylasaseguresprontamenteconunasoga».

Despuésdedecirestopenetróenlamansiónbienhabitada,yfueysesentóenlasilladelaquesehabíalevantado.EntraronluegolosdosservidoresdeldivinoOdiseo.

YaEurímacodabavueltasensusmanosalarco,caldeándoloporaquíyporallíalallamadelfuego.Peroniaunasílograbatensarloyporlobajogemíaensubriosocorazón.Conpesadumbre luegocomenzóahablar,ydijoestaspalabras:

«¡Ay, ay! ¡Quécongoja sientopormíypor todos!No tantome lamentoporlaboda,aunquemuchomeapena.Hay,desdeluego,otrasmuchasaqueas,unas en la misma Ítaca batida por el mar, y otras en otras ciudades. SinoporquetanfaltosestamosdelafuerzadeldivinoOdiseoquenoconseguimosarmar su arco. ¡Será baldón infame para nosotros cuando lo sepan los delfuturo!».

LecontestóasuvezAntínoo,hijodeEupites:

«Eurímaco, no va a ser así. Tú mismo lo sabes. Pues ahora es en estaregión la fiesta santa del dios, ¿quién podría tensar el arco? Pero esperadtranquilos. En cuanto a las hachas, podemos dejarlas ahí enhiestas. Nadie,pienso, va a llevárselas entrando en el salón del Laertíada Odiseo. Conquevamos, que el copero comience a servir las copas para que hagamos laslibacionesydejemosreposarelcurvoarco.OrdenadquealalbaMelantio,elpastorde lascabras, traigaunascuantas, lasmejoresde todos los rebaños,afin de que, después de ofrendar losmuslos a ApoloArquero, probemos denuevoelarcoyconcluyamoslaprueba».

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Así habló Antínoo, y los demás aprobaron su consejo. Los heraldos lesderramaronaguasobrelasmanos,losmozoscolmarondebebidalascráterashasta el borde y sirvieron a todos empezando a llenar las copas. Y elloshicieronsuslibacionesybebieroncuantoquisocadauno.Entreellostomólapalabra,meditandoengaños,elmuyastutoOdiseo:

«Prestadme atención, pretendientes de la muy ilustre reina, para que osdigaloquemedictamiánimoenmipecho.

»AEurímaco,antetodo,yaAntínoodeaspectodivino,lessuplico,yaqueélhadichoesteconsejodemodoatinado,queahoradejenelarcoyloconfíenalosdioses.Porlamañanaeldiosdaráfuerzaaquienélquiera.Pero,vamos,prestadmeelarcobienpulido,paraquedespuésdevosotrospongaapruebamisbrazosymifuerza,aversiaúnmequedavigorcomoelqueantesteníaenmis flexibles miembros o ya mi vagabundear y la vida azarosa lo hanarruinado».

Asídijo.Todos losotros se indignarondemodo tremendo, temerososdequeéltensaraelarcobienpulido.Enréplica,Antínootomólapalabraydijo:

«¡Ah,condenadoextranjero,no tienesnipizcadeseso!¿Notecontentasconqueyacomesconnosotroslospríncipesatusanchasyquenocarecesdenadaenelbanquete, e inclusooyesnuestraspalabrasy charla?Ningúnotroforasteroymendigoasisteanuestrasconversaciones.Tehacedelirarelvinodedulzordemiel,queyaechóaperderaotros,aquienlotrasiegaconansiaybebesintasa.ElvinotambiéntrastornóalcentauroEuritión,elmuyfamoso,enelpalaciodelmagnánimoPirítoo,cuandofueavisitara los lápitas.Yencuanto él embriagó su mente con el vino, acometió sus desmanes en lamansióndePirítoo.Perolaindignaciónsacudióaloshéroesyseabalanzaroncontra él, lo arrastraron por el atrio hasta echarlo y le cortaron con el cruelbroncelasorejasylanariz.Yélsefueconlamenteenloquecidaarrastrandosu perdición. Desde ese lance se fraguó el odio entre los centauros y loshombres y aquél, por sí mismo, se buscó la ruina, por emborracharse. Asítambiénatiteaugurounagrandesgracia,siacasotensaraselarco.Porquenovas a conseguir amparo alguno en nuestro país, sino que al momento teenviaremosenunanegranavehaciaelreyEqueto,queaniquilaacualquierserhumano.De eso nadie te salvará. Conque, tranquilo, tú bebe y no trates decompetirconhombresmásjóvenes».

Aéste,asuvez,lecontestólamuyprudentePenélope:

«Antínoo, no es hermoso ni justo insultar a los huéspedes de Telémaco,cualquieraqueacudaaestacasa.¿Creesacasoquesielextranjero,confiandoensusbrazosysufuerza,tensaraelgranarcodeOdiseo,mellevaríaconsigoasucasaymeharíasuesposa?Nisiquieraélmismoensupechoconfíaeneso.Que ninguno de vosotros se atormente con esemotivo aquí en el banquete,

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porquenoesconvenientenirazonable».

AsuvezaellalereplicabaEurímaco,hijodePólibo:

«Hija de Icario,muy prudente Penélope, no creemos que éste te lleve ytampoco parece normal, sino que sentimos vergüenza del chismorreo dehombres ymujeres, de que alguien en alguna ocasión, unomuy ruin de losaqueos, diga: “¡Que hombres tan viles pretenden a la esposa de un hombreintachable,quenisiquieratensaronsuarcobienpulido,mientrasqueotro,unmendigo vagabundo recién llegado, armó fácilmente el arco y lo disparó atravésdeloshierros!”.Asídirányesoseráunavergüenzaparanosotros».

DenuevolecontestólamuyprudentePenélope:

«Eurímaco,noesposiblequemantenganbuenafamadeningúnmodoenelpuebloquienesdeshonranydevoranlacasadeunhombremuynoble.¿Porquétomáisesocomoafrenta?Eseextranjeroesmuyaltoymuyrobustoy,conrespectoasu linaje,aseguroqueesdenoblepadre.Asíque,venga,dadleelarcobienpulidoparaqueloveamos.Yaqueosvoyapredecirloquepodríacumplirse.Si lotensa,yleconcedesuruegoApolo, lovestiréconhermosasropas, unmantoyuna túnica, y le daré un agudovenablo, armadedefensacontraperrosyhombres,yunaespadadedoble filo.Y leofrecerésandaliaspara sus pies y le dispondré el viaje a donde su corazón y su ánimo loimpulsen».

Peroaella,asuvez,lecontestabaeljuiciosoTelémaco:

«Madremía, respecto al arconingunode los aqueos tienemás autoridadque yo para darlo o negárselo a quien quiera, ni entre cuantos poseen susdominios en la rocosa Ítaca, ni de cuantos los tienen en las islas frente a laElidecriadoradecorceles.Ningunodeéstosme forzarácontramivoluntad,inclusosiyoquisieraofrecerleestearcoalextranjeroparaqueselolleve.Asíqueretíratealinteriordelacasayocúpatedetustareasdeltelarylarueca,yordenaatussirvientasqueseapliquenasuslabores.Delarcosecuidaránloshombrestodos,yantetodoyo,dequieneselpoderenestacasa».

Ella,asombrada,seretiróprontoapasosraudosdelaestancia,yobedecióensuánimoelconsejojuiciosodesuhijo.TrassubiralpisodearribaconlasmujeresasuservicioseechóallorarporOdiseo,suqueridoesposo,hastaqueeldulcesueñovertiósobresuspárpadosAteneadeojosglaucos.

Entretantoeldivinoporquerizotomóensusmanoselcurvoarcoyselollevaba, mientras los pretendientes alborotaban en las salas. Así decía unocualquiera de los soberbios pretendientes: «¿Adónde vas con el curvo arco,alocadoporquerizo,perturbado?Pronto tedevorarán los rápidosperros lejosde loshumanos,entreesoscerdosque túcrías, siApoloy losdemásdiosesinmortalesnossonpropicios».

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Asígritaban,yelquelollevabalovolvióadejarensulugar,amedrentado,yaqueeranmuchosquienesleincrepabanenlasala.PeroTelémaco,desdeelotrolado,legritabaconamenazas:

«¡Viejo, sigueconelarco! ¡No te irábiensiobedecesa todos!Cuidadeque,aunsiendoyomásjoven,notepersigahastaelterruñoapedreándote.Enfuerzasoymuysuperiora ti. ¡Ojaláqueasíaventajaraa todoscuantosestánahora en mi casa, y fuera más fuerte por mis manos y mi vigor que lospretendientes!Entoncesexpulsaríayoviolentamentedenuestracasaatodaesagentequeaquímaquinamaldades».

Asíhablóy,alpunto,serieronjocosamentedeéltodoslospretendientesydistendieron su tensa cólera gracias aTelémaco.El porquerizo transportó elarcoatravésdelasalayalllegarjuntoalaudazOdiseolopusoensusmanos.LuegollamóapartealanodrizaEuricleayledijo:

«Telémaco te ordena, sensata Euriclea, que cierres las puertas de firmeensamblaje,yquesi luegoalguienescuchadentrodeesterecintoestrépitoogriteríode loshombres,novengaaasomarsea travésde lapuerta, sinoquecalleyseocupedesutarea».

Asídijo,yparaellanofueunconsejoalado.Cerrólaspuertasdelasalabienpoblada.SilenciosamenteFiletiosedeslizóporlaspuertasdelpalacioycerróenseguidaelportóndelpatiodebuenastapias.Habíabajoelpórticounasogadeunanavevelozhechadepapiro.Conella sujetó laspuertasy luegoregresó.Sesentóentoncesenelasientodelquesehabíalevantado,mirandoaOdiseo.Manejabaya él el arco, le dabavueltas por todos lados, lo probabaaquíyallí,porsilacarcomahabíaroídoelastadecuernoenlaausenciadesudueño.Demodoqueasídijoalgunoalverlodecerca:

«Es un experto y entendido en arcos. Sin duda que también él guardaalgunoasíensuhogar,o,almenos,hapensadofabricárselo.¡Detalmodolozarandeaensusmanosarribayabajoelvagabundocargadodedesdichas!».

Alotroladootrodelosjóvenespretenciososdecía:

«¡Ojalá que éste saque de él tanto provecho como capacidad va a tenerparatensarlo!».

Así comentaban entonces los pretendientes. Pero el muy astuto Odiseo,despuésdehabersopesadoelarcoyremirarloportodoslados,comocuandounhombreexpertoenlalirayelcantotensahábilmentelacuerdaentornoaunanuevaclavijaanudandoporlaspuntaslatripabienretorcidadeoveja,asísin esfuerzos armó su gran arcoOdiseo.Agarrando con lamano derecha elnervioloprobó.Lacuerdaresonóagudamente,conunchillidosemejantealdeunagolondrina.

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Alospretendienteslesinundótremendaangustia,yatodosselescambióelcolor.Zeusretumbófuertedandosusseñales,ysealegróalpuntoelmuysufrido divino Odiseo de que le mandara su augurio el hijo de Crono deretorcidamente.Asióunaflecharaudaqueestabasobrelamesa,desnuda.Lasdemás yacían todas a cubierto dentro de la aljaba hueca. Pronto iban aprobarlas losaqueos.Laencajóenelánguloy tiróde lacuerday lasbarbasdesdesusitio,sentadoenlasilla,ydisparólaflecha,apuntandoalfrente,ynoerró ninguna de las hachas desde el primer agujero. El dardo de broncíneapuntalastraspasóysalióalfinal.

DijoentoncesaTelémaco:

«Telémaco,elhuéspedsentadoentussalasnotedeshonra.Nohaerradoelblancoynisiquierasefatigóaltensarelarco.Aúnconservofirmemicoraje,yno soy como me calumnian con sus insultos los pretendientes. Ahora estiempo de tener dispuesta la cena para los aqueos, mientras hay luz, yproponerles que la disfruten a fondo, con el canto y la lira, que son elcoronamientodelfestín».

Dijo,ehizounaseñaconlascejas.SeciñósuagudaespadaTelémaco,elhijo querido del divino Odiseo, y empuñó en su mano la lanza y se pusoerguidoasulado,juntoasusilla,consuyelmodellameantebronce.

CANTOXXII

Entonces elmuy astutoOdiseo se despojóde sus harapos, saltó sobre elgran umbral con el arco y la aljaba repleta de dardos, y volcó las velocesflechasantesuspies,ydijoalospretendientes:

«Ese certamen arduo ya está cumplido. Ahora apuntaré de nuevo haciaotroblanco,alqueaúnnolanzósaetashombrealguno,aversi loalcanzoyApolomeconcedemideseo».

Dijo, y apuntó una amarga flecha hacia Antínoo, que entonces iba alevantarunabellacopadeorodedosasas,ylasosteníayaensusmanosparabeberelvino.Ensuánimonohabíapresentimientosdemuerte.¿Quiénibaaimaginarque,entre tannumerososcomensales,unhombreentre lamultitud,por fuerte que fuera, le daría unamalamuerte y un negro destino? Odiseodisparó la flecha apuntándole a la garganta, y la punta le entró de frente atravésdelblandocuello.Sedesplomóhaciaatrás,alserheridocayólacopadesumano,yalinstantedesunarizbrotóunespesochorrodesangrehumana.Fulminantemente derribó la mesa de una patada y tumbó por el suelo lasviandas.Elpanylacarnesellenarondepolvo.

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Los pretendientes lanzaron aullidos en la sala, al ver derrumbarse alhombre, y de sus asientos se alzaron y echaron a correr por la estancia,escudriñandoportodosladoslosmuysólidosmuros.Nohabíaenningúnsitioescudo ni fiera lanza a su alcance, y empezaron a insultar a Odiseo confuriosaspalabras:

«Extranjero, perversamente lanzas tus flechas contra los presentes. Noparticiparásmásenotrosjuegos.Ahorayatienesseguralainmediatamuerte.Porque acabas de asesinar a un hombre que era elmejor de los jóvenes deÍtaca.Contalmotivotedevoraránaquílosbuitres».

Decían así unosyotros, porquepensabanquehabíamatadoal joven sinquererlo. Los necios no se habían apercibido aún de cómo los lazos de lamuerte los teníanapresados a todosellos.Lanzándolesuna torvamirada lesrespondióelmuyastutoOdiseo:

«¡Ah,perros,pensabaisquenoibayoaregresaramicasadesdeelpaísdelos troyanos, así que saqueabaismimoradayos acostabais sinmiramientosconmissiervasenmipalacio,ypretendíaisamimujerestandoyovivo,sintemor de los dioses que dominan el amplio cielo ni de la posible venganzafutura de los hombres! Ahora os tienen apresados a todos los lazos de lamuerte».

Asíhablóyatodoselloslesestremecióelpálidoespanto.Escudriñócadaunopordóndepodríaescaparalabruscamuerte.Eurímacofueelprimeroenresponderydijo:

«SideverdaderesOdiseodeÍtacaquehasvuelto,hasdichocosasjustas,sobrequehancometidolosaqueosmuchasaccionessinfrenoentupalacioymuchasentustierras.Peroyaestámuertoéste,quefueelinstigadordetodo,Antínoo.Ése,enefecto, incitabaa talesdesmanes,noporqueestuvieraenlaindigencianiporqueanhelaralaboda,sinoconotrasintenciones,quenolehacumplido el Crónida: para hacerse rey sobre el pueblo de la bien fundadaÍtaca,ademásdedarmuerteatuhijotendiéndoleunaemboscada.Peroahoraestámuerto, con justo castigo.Túperdona a tus gentes.Enseguidanosotrosharemosunacolectaenlaregión,por todocuantosehacomidoybebidoentus salas,y, aportandocadaunoun lotedeveintebueyesyoroybronce, tecompensaremos hasta que tu corazón se contente. Por lo pasado no esreprensiblequesemuestreenfurecido».

MirándoletorvamentelecontestóelmuyastutoOdiseo:

«Eurímaco, ni aunqueme dierais todos vuestra herencia y cuanto ahoratenéisysileañadieraismásdeotroslados,niaunasíprivaríaamismanosdeestamatanza,hastahabercastigadodeltodoatodoslospretendientesporsusultrajes. Ahora se os ofrece sin más pelear o escapar, a todo el que quiera

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evitar la muerte y las fatales Parcas. Presumo que nadie va a evitar surepentinamuerte».

Asíhabló,yentoncesaelloslestemblaronlasrodillasyelcorazón.EntretodostomólapalabraEurímacoporsegundavez:

«Amigos,estehombrenovaadetenersusinflexiblesmanos,sinoque,yaque ha tomado el pulido arco y la aljaba, seguirá disparando desde el lisoumbral hasta matarnos a todos nosotros. Así que afrontemos el combate.Desenvainad las espadas y oponed lasmesas a sus saetas de prontamuerte.Resistamoscontraéltodosjuntos,aversilorechazamosmásalládelumbralylaspuertas,ysalimoshacialaciudadyseextiendeatodaprisaelgriterío.Entalcasoprontoelhombredispararíasuturnofinal».

Diciendo así desenvainó su aguda espada de bronce, afilada por amboslados.Saltóhaciaél,dandounterriblealarido.PeroenaquelinstanteOdiseoledisparabasuflecha,ylealcanzóenelpechobajolatetilla,ylavelozsaetase le hincó hasta el hígado. De su mano cayó la espada al suelo, y éltrompicandosedesplomósobreunamesa,derribándola,yechandoportierralos manjares y el vaso de doble copa. Golpeaba en tierra con su frente enestertoresagónicosyensusconvulsionespateabasusillaconambospies.Ysobresusojosseabatiólatiniebla.

Contra el glorioso Odiseo se destacó Anfínomo, avanzando de frente.Habíadesenvainadosuagudaespadaparaversilehacíaretirarsedelapuerta.PeroseleadelantóTelémacohiriéndolepordetrásconsulanzabroncíneaenmediodeloshombros,yselapasóatravésporelpecho.Resonóalcaerydioen el suelo con toda su frente. Telémaco se retiró dejando la pica de largasombra allí en el cuerpo de Anfínomo, porque recelaba que alguno de losaqueos lo hiriera con la espada si lo atacaba cuando él retiraba la lanza delargasombraologolpearaalagacharseaporella.Corrióymuydeprisallegójuntoasupadrey,parándoseasucostado,ledirigióestaspalabrasaladas:

«Padre,enseguida te traeréunescudoydos lanzasyuncascodebroncebien ajustado a tus sienes. Yo mismo voy a ponerme otro, y daré otros alporquerizoyalvaquero.Puesesmejorestarbienpertrechados».

ContestándoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Tráeloscorriendo,mientrasaúnmequedan flechasparacontenerlos,novayanahacermeretirardelapuertaalestaryosolo».

Asíhabló,yTelémacoobedecíaasuqueridopadre.Seapresuróhacia lacámara donde había guardado las famosas armas. De allí recogió cuatroescudos, ocho lanzas y cuatro yelmos de bronce con penachos de crines decaballo. Y fue con ellos y aprisa llegó al lado de su querido padre.Inmediatamenterevistióelbronceentornoalcuerpoyalavezlosdossiervos

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sepusieronlashermosasarmas.SecolocaronalosladosdelaudazOdiseodementeartera.

Éste, por su parte, mientras tenía flechas para defenderse, disparabaapuntando a uno tras otro de los pretendientes en la casa. Ellos caíanamontonados. Pero cuando ya le faltaron al soberano las flechas para losdisparos, apoyó el arco en el pilar de la sala bien construida demodo quequedara erguido sobre el muro reluciente, se ajustó desde los hombros elescudodecuatrocapas,ysecalóensubravíacabezaelyelmobienforjado,queagitabaenloaltosupenachoterribledecrinesdecaballo.Yempuñólasdoslanzasculminadasenbronce.

Habíaenelsólidomurounportilloalto,cercadelumbraldelaespaciosasala.Eraunpasajehaciaelcorredor,consusbatientesbienajustadas.Odiseolehabíaordenadoaldivinoporquerizoqueloguardara,apostándosejuntoaél.Resultaba ser la única salida. Y entre los otros tomó la palabra Agelaodirigiéndoseatodos:

«¡Eh,amigos!¿Nopodríaalgunosubirseaeseportilloycomunicarseconelpueblo,ydifundirenseguidavocesdealarma?¡Entoncesesehombrehabríadisparadosuúltimodardo!».

Aéllecontestó,asuvez,Melantio,elpastordecabras:

«No es posible de ningún modo, Agelao de divina estirpe. Pues estádemasiado cerca de la hermosa puerta del patio y es estrecha la boca delpasaje, de modo que podría defenderlo contra todos un solo hombre, si esvaliente.Pero,vamos,ostraeréarmasparaquequedéisbienarmados,desdelahabitacióndonde,creo,alláynoenotraparte,lashanguardadoOdiseoysuilustrehijo».

DespuésdehablarasíMelantio,elpastordecabras,empezóasubirporelpasadizodelsalónhaciaelaposentodeOdiseo.Deallítomódoceescudosyotrastantaslanzas,eigualnúmerodeyelmosbroncíneosdecrinesequinas.Semoviórápidoymuyprontolasaportóydistribuyóentrelospretendientes.

EntoncesleflaquearonlasrodillasyelcorazónaOdiseo,encuantolesvioajustarselasarmasyblandirenlasmanoslaslargaslanzas.Lacontiendaselemostrabaterrible.EnseguidasedirigióaTelémacoconpalabrasaladas:

«Telémaco, al parecer en palacio alguna de lasmujeres nos prepara unafunestapeleaoacasoseaMelantio».

LerespondióprontoeljuiciosoTelémaco:

«Padredeeseerrorsoyculpableyomismo,yningúnotromás,yaquemedejésincerrarlapuertamuyresistentedelaestancia.Elespíadeellosfuemáslisto.Pero,ea,divinoEumeo,veycierralapuertadelaposento,yobservasi

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algunadelasmujeresintervieneenesto,oesMelantio,elhijodeDolio,delquesospecho».

Asíelloshablabanentresíconsemejantespalabras.Melantio,elpastordecabras, se puso de nuevo en camino hacia la cámara para aportar buenasarmas.Peroeldivinoporquerizoloavistó,yalmomentoledijoaOdiseo,queestabaasulado:

«Divino Laertíada, Odiseo de muchos recursos, aquel individuotraicionero,delquesospechábamosnosotros,vahaciaelcuarto.Dimetúsinningúnreparosilomato,encasodequelogredominarlo,ositelotraigoacá,paraquepagueporlosmuchosdaños,portodoslosquehamaquinadoentucasa».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«Bueno,Telémaco y yomantendremos a raya a los nobles pretendientesdentrodelasala,pormuyfuriososquenosataquen.Vosotrosdos,doblándolepiesymanosalaespalda,tumbadleenlaestancia,sujetadbienloscierrespordentro, y atadlo con una cuerda retorcida y colgadlo en lo alto de una altacolumnaeizadlohastalasvigas,demodoquequedeconvidalargotiempoysufraterriblesdolores».

Así habló y ellos lo escucharon con atención y le obedecieron. Sedirigieronalacámara,sinsernotadosporelqueyaestabadentro.Andabaenel fondo del aposento buscando armas. Ellos se apostaron aguardando a unladoyotrotraslascolumnas.YcuandoibaatraspasarelumbralMelantio,elpastor de cabras, llevando en una mano un hermoso casco y en la otra unescudomuyenvejecido, recubiertodemoho,delhéroeLaertes,que lohabíausadoensu juventud,peroahorayacíaallí tiradoycon lascorreasdecuerorotas,seabalanzaronlosdossobreél,loagarraronyarrastraronporlospelosdentro, y lo tumbaron en el suelo, aterrorizado en su corazón, mientras lesujetabandepiesymanosconunadolorosalazada,conunretorcidonudoasuespalda, como había ordenado el hijo de Laertes, el muy sufrido divinoOdiseo.

Atándoloconunasogabienretorcidalocolgarondeunaaltacolumnayloizaronhastalasvigas.

Y,mofándotedeél,ledijistetú,porquerizoEumeo:

«Ahorasíquesindescanso,Melantio,velarástodalanochetendidoenunsuave lecho,comotú temereces.No llegarásinque laadviertas lamatutinaAuroradeáureotrono,surgiendoenlascorrientesdelocéano,paraquetúteesmeresentraeraestacasalascabrasparalacomidadelospretendientes».

Asísequedóésteallí,colgadodesudolorosaatadura.Ellosdostomaron

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consigo las armas, cerraron la brillante puerta, y se fueron junto al audazOdiseodearterasastucias.Allíseenfrentabanrespirandocoraje,loscuatroenel umbral y los del interior de la sala, muchos y nobles. Al lado de losprimerosacudióAtenea,hijadeZeus,queseapareciósemejanteaMéntorensuaspectoysuvoz.Odiseoseregocijóalverlayledijoestaspalabras:

«Méntor, defiéndenos del tremendo acoso; acuérdate de tu queridocamarada,quetehizofavores.Túeresdemimismaedad».

Asíhabló,aunquesospechabaquese tratabade lasalvadoraAtenea.Lospretendientes,enfrente,atronabandegritoslasala.YseadelantóareprenderloAgelao,elhijodeDamástor:

«Méntor,quenotepersuadaconsuspalabrasOdiseoparapelearcontralospretendientesydefenderloaél.Puesteadviertoquenuestroplansecumplirádeestamanera:cuandomatemosaéstos,alpadreyalhijo,túserásaniquiladoconellos,porloqueintentashacerenestassalas.Túpagaráscontucabeza.Ydespuésdequeoshayamosarrebatadovuestrasvidasconelbronce,todoslosbienesquetengas,losdetucasaytuscampos,losuniremosalosdeOdiseo,ytampocopermitiremosquevivanentucasanitushijosnitushijasniquetuhonorableesposavayayvengaporlaciudaddeÍtaca».

Asídijo.Atenea seenfurecióaúnmásen sucorazón,y regañóaOdiseoconpalabrasdeduroreproche:

«Yanotienes,Odiseo,firmetuánimoyvivocoraje,comoteníascuandoporHelenadeblancosbrazos,deóptimopadre,durantenueveañoscombatistefieroysindescanso,ymatasteanumerososenemigosenlaferozbatalla,ypordecisión tuya se conquistó la ciudad de amplias calles de Príamo. ¿Cómoahora, cuando ya has llegado a tu casa y tu hacienda, vacilas en mostrarteresuelto contra los pretendientes? Venga, querido, manténte a mi lado yaplícatealatarea,paraqueveascómosabefrentealosenemigosdevolverlosbeneficiosMéntorAlcímida».

Dijo,peronoles ibaadar lavictoriapormanodeotro,sinoquetodavíaiba a poner a prueba su coraje y su aguante, tanto de Odiseo como de suqueridohijo.Elladiounbrincohastaloaltodelasalaoscurecidaporelhumoyallíseposósemejanteensufiguraaunagolondrina.

A los pretendientes los animaban Agelao Damastórida, Eurínomo,Anfimedonte, Demoptólemo, Pisandro Polictórida y el bravo Pólibo. Puesentre ellos éstos eran los mejores con mucho por su valor, de los que aúnvivíanycombatíanporsusvidas.Aotrosyaloshabíanderribadoelarcoylosfrecuentesdardos.TomólapalabraentreésosAgelaoparaarengarlosatodos:

«Amigos, ese hombre ya va a detener sus inflexibles manos, y yadesapareciótambiénMéntor,despuésdedeclamarsusvanaspromesas,yellos

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estánsolosenlapuertadelantera.Asíquenolancéistodosalavezlaslargaslanzas,sinoque,venga,arrojadlaspicaslosseisprimeros,aversiZeusnosconcedealcanzaraOdiseoycobrarrenombre.Delosdemásnohabremosdepreocuparnosunavezqueélcaiga».

Así habló. Todos los otros dispararon sus lanzas, según tal consejo,apuntándole.PerotodaslashizofallarAtenea.Deentreellos,unoalcanzólacolumnadelbienconstruidosalón,yotrolapuertadesólidoentablamiento,yla lanza de otro, pesada por su bronce, cayó sobre el muro. Tras de haberesquivadolaslanzasdelospretendientes,entreellostomólapalabraelsufridodivinoOdiseo:

«Amigos,yoosdiríaquetambiénnosotrosdisparemoslaslanzassobreelpelotóndelospretendientes,queestánansiososdedarnosmuertedespuésdesusanterioresofensas».

Asídijo,ytodoselloslanzaronsusaguzadaspicasapuntandoalfrente.ADemoptólemolomatóOdiseo,aEuríadesTelémaco,aÉlatoelporquerizo,yaPisandroelboyero,elpastordelavacada.Todosellosauntiempomordieronla tierra infinita, y los pretendientes se retiraron al fondo de la sala. Ellosavanzaron y recogieron sus lanzas de los cadáveres. De nuevo lospretendientes lanzaron sus aguzadas picas apuntándoles. Pero todas las hizovanasAtenea.De ellos uno había alcanzado la columna del bien construidosalón,otrolaclavóenlapuertaderecioensamblaje,ylalanzadelotro,pesadaporsubronce,cayósobreelmuro.Noobstante,AnfimedontehirióenlamanoaTelémaco,enlamuñecaporencima,yelbroncedesgarrólasuperficiedesupiel.YCtesiporasguñóconsugranlanzaelhombrodeEumeo,pasandoporencimadelescudo,perolerozóporencimaycayóatierra.DenuevolosdelgrupodelaudazOdiseodearteraastuciadispararonsusaguzadaslanzassobreel pelotón de los pretendientes. Esta vez a Euridamante lo alcanzó Odiseodestructordeciudades,aAnfimedonteTelémaco,aPóliboelporquerizo,y,enfin, aCtesipo el boyero, el guardiánde la vacada.Éste lodejóherido en elpechoy,ufanándose,dijo:

«HijodePoliterses,amigodelosinsultos,yanuncamásaimpulsosdetunecedadvocearásjactancioso,sinoquedejaráslapalabraalosdioses,quesonenverdadlosmáspoderosos.RecibeestedondehospitalidadacambiodelapezuñaqueenviasteenotraocasiónaldivinoOdiseo,cuandomendigabaensupropiacasa».

Dijoasíelpastordelasvacasdecurvoscuernos.LuegoOdiseohirió,decerca, al hijodeDamástor, con su larga lanza.YTelémacohería aLeócritoEvenóridaconsupicaenmitaddelvientre,yelbroncelotraspasó.Cayóhaciaadelanteybatióelsuelocontodasufrente.EntalmomentoAteneaagitóenloalto, desde el techo, su égida mortífera. Se aterrorizaron los ánimos de los

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restantes,yempezaronacorrerporlasalacomovacasdeunrebañoalasqueacosaunturbulentotábanoylasahuyentaenlaépocadelverano,cuandolosdías se hacen más largos. Como cuando los buitres de corvas garras yganchudopicovenidosdelosmontesseprecipitansobrelospájaros,yéstosaterrorizadosvuelanendesbandadadesdelasnubessobreelllano,yelloslosacosan y losmatan, y no hallan refugio alguno ni huida, y los hombres sedivierten viendo la cacería, así ellos persiguiendo a los pretendientes por lasalagolpeabanadiestraysiniestra.Selevantabaunahorrendaquejumbredeloscráneosmachacados,ytodoelsuelohumeabadesangre.

Liodes se precipitó anteOdiseoy le asióde las rodillas y, en súplica, ledecíaestaspalabrasaladas:

«Tesuplico,Odiseo.Túrespétameyapiádatedemí,porqueteaseguroquenuncadijenihicenadaviolentoaningunamujerentupalacio.Inclusotratabade disuadir a los demás pretendientes de hacerlo, a cualquiera. Pero nomehacían caso enmantener sus manos inocentes. Por eso, sí, por sus excesossufrieron su infamedestino.Peroyo,unaugur, sinhaberhechonada¿caerétendido entre ellos? ¿Es que no va a haber agradecimiento por las buenasacciones?».

MirándoletorvamentelerespondióelmuyastutoOdiseo:

«Yaque te jactasde ser adivinoal serviciode éstos, seguroquemuchasveces habrás suplicado en la sala queyoperdiera lejos lametademi dulceretorno,yquetesiguieramiqueridaesposaytedierahijos.Poresonovasapoderescaparatutristemuerte».

AltiempoqueasíhablabarecogióconsurobustamanolaespadayacentequeAgelaodejaracaeratierraalcaermuerto.Conellaleatravesóelcuello.Gritabaelotrotodavíacuandosucabezarodóporelpolvo.

TambiéntratabadehuirdelamuerteFemioTespíada,elaedoquecantabaparalospretendientes,forzado.Sedetuvo,conlasonoracítaraenlasmanos,allícerca,juntoalportillo.Vacilabaensumenteunaduda:sideslizarsefuerade la sala hasta el altar construido en honor del gran Zeus del hogar, parasentarseallídondetantosmuslosdebueyeshabíanquemadoLaertesyOdiseo,osillegándosehastaOdiseosuplicarlederodillas.Ensureflexiónlepareciómás provechoso hacerlo así, abrazarse a las rodillas del Laertíada Odiseo.Conquedejóenelsuelosucóncavalira,entrelacráterayunasillaornadaconclavos de plata, y él avanzó hacia Odiseo y le cogió de las rodillas, y,suplicándole,ledecíaestaspalabrasaladas:

«Te suplico, Odiseo. Tú respétame y compadécete de mí. Estarás luegoapenado,simatasaunaedo,amí,quecantopara losdiosesy loshombres.Soy mi propio maestro, y un dios me inspiró en mi mente toda suerte de

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cantos. Bien puedo cantar ante ti como ante un dios. Así que no quierasdegollarme.TambiénTelémaco,tuqueridohijo,puededecírtelo:yonoacudíapor mi propia voluntad ni ansioso de cantar para los pretendientes en susfestines,sinoque,porserellosmásfuertesypoderosos,metraíanalafuerza».

Asíhabló,yleescuchóelsagradotalantedeTelémaco,ydijo,dirigiéndoseasupadre,queteníaasulado:

«Detente,nogolpeesconelbronceaeste inocente.Salvemos tambiénalheraldoMedonte,quedecontinuosepreocupabapormíenpalacio,cuandoyoeraniño,siesquenolohanmatadoFiletiooelporquerizo,onosehatopadocontigocuandoibasfuriosoporlacasa».

Asídijo,yleoyóMedontedesensatocarácter,queestabaagachadobajounasiento, intentandoevitar lanegramuerte.Sehabía tapadocon lapieldeunavacareciéndesollada.Enseguidasaliódedebajodelasilla,sedespojódelapielbovinay,precipitándoserápidohaciaTelémaco,seabrazóasusrodillasy,suplicándole,dijoestaspalabrasaladas:

«¡Querido,yosoyése,detente!Dileatupadrequenomeaniquileconelagudobronce,ensufogosoarranque,enfurecidocontralospretendientes,quele devoraban las riquezas de su palacio y no te respetaban siquiera a ti, losinsensatos».

SonriendolecontestóelmuyastutoOdiseo:

«Notemas,yaqueéstetehaprotegidoysalvado,paraquereconozcasentu ánimo y lo proclames luego ante cualquiera que el hacer bien esmuchomejorqueelobrarmal.Perosaliddelasalaeidasentarosfuera,lejosdeestamatanza,enelpatio,túyelfamosoaedo,hastaqueyohayaconcluidoenmicasalalaborquedebo».

Asídijo,y ellosdos, apresurados, salierondel salón,y fuerona sentarseambos al pie del altar del gran Zeus, lanzando miradas a todos lados,recelandolargotiempolamuerte.

Escudriñó Odiseo la sala por si aún se escondía alguno con vida,intentandoescapardelanegramuerte.Peroloscontemplóa todostumbadosenlasangreyelpolvo,muchos, tantoscomopeces,esosquelospescadoresenlacóncavariberaalaorilladelmarespumososacaronenlareddemuchosagujeros, y todos quedan tendidos en las arenas anhelando las olas delmar,mientras el sol ardiente les arrebata la vida. Así entonces los pretendientesyacíanamontonadosunossobreotros.

EntoncesdijoaTelémacoelmuyastutoOdiseo:

«Telémaco, venga, llámame a la nodrizaEuriclea, para que le diga unaspalabrasquetengoenmiánimo».

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Asídijo,yTelémacoobedecíaasupadrequerido:

«¡Venaquí,ya,viejaanciana, túqueeres laguardianade lasmujeresdeservicioennuestramorada,acude!Tellamamipadre,paradecirtealgo».

Asígritó,yparaellanofueunapalabraalada.Abriólaspuertasdelasalabienpobladaysepusoencamino.Telémacoibadelanteylaguiaba.Encontróde pronto a Odiseo en medio de los cadáveres de la matanza, cubierto desangreybarro,comounleónqueacabadedevoraraunbueymontaraz,quetodoelpechoyambasfaucesllevateñidosdesangreyesespantosoalverlode frente. Así Odiseo llevaba ensangrentados pies y manos. De modo que,cuandoviolosmuertosyaquelmardesangresedisponíaadaralaridos,porlagranhazañaque contemplaba.PeroOdiseo la contuvoy refrenó, a pesar desusansias,y,hablándole,ledijoestaspalabrasaladas:

«Alégrate, vieja, en tu ánimo; peromodérate y no hagas alardes. No espiadoso dar gritos de triunfo sobre los muertos recientes. A éstos losdestruyeron el destino de los dioses y sus hechos criminales.No tenían, enefecto,respetoporlaspersonasdeestatierra,niporvillanosnipornobles,conlosqueellossetopaban.Poreso,porsusafrentas,sufrieronesasuerteinfame.Asíque,atuvez,cuéntamedelasmujeresdelacasaquiénesmedeshonranyquiénesme son leales». Le respondió al punto la querida nodriza Euriclea:«Enefecto,hijo,yotedirélaverdad.Haycincuentamujeresatuservicioenelpalacio,alasquehemosadiestradopararealizarsustareas,acardarlalanayasoportar la esclavitud. De ellas, doce se desenfrenaron sin vergüenza, sinrespetarnosniamínialamismaPenélope.Telémacohabíacrecidopocoantesysumadrenolepermitíadarórdenesalasmujeresdelservicio.Pero,ea,voyasubirasusrelucienteshabitacionesycontárselotodoatuesposa,alaqueladivinidadlehadeparadoelsueño».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«No la despiertes todavía. Diles tú que vengan aquí a esasmujeres queantestramaronsusmaldades».

Asídijo,ylaancianaechóaandarapresuradaporlassalasparainformaralas siervas y mandarlas que se presentaran. Entre tanto, él llamó ante sí aTelémaco,alvaqueroyalporquerizo,ylesdecíaestaspalabrasaladas:

«Comenzadya a trasladar los cadáveres, y dadórdenes a lasmujeres deque,por suparte, limpienpronto los asientosy lasbellasmesas conaguaycon porosas esponjas.Más tarde, cuando ya hayáis puesto en orden toda lacasa,sacadalasesclavasdelaconfortablesala,yentrelarotondayelrecintodebuenosmurosdelpatio,golpeadlasconvuestrasespadasdeanchashojas,hastaqueexhalentodassusalmasyseolvidendeltododeAfrodita,esaquegozabanalarrejuntarseconlospretendientesensusfurtivosamoríos».

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Asíhabló.Lasmujeresacudieronentropelsollozandodemodotremendo,derramandocopiosollanto.Enprimerlugar,pues,sellevabanloscadáveresdelosmuertos,ylosdejabanbajoelpórticodelbienmuradopatio,amontonandoaunos sobre otros.Odiseo en persona daba las órdenes presuroso.Ellas losarrastraban a la fuerza.Acontinuación fregaban los asientosy las hermosasmesas con agua y porosas esponjas. Entre tanto Telémaco, el vaquero y elporquerizo rascaban el suelo de la elegante mansión con las palas. Y lasesclavas recogían los despojos y los echaban fuera. Después que hubieronpuestoenorden toda lacasa,sacarona lasesclavasde laconfortablesala,yentre la rotonda y el recinto bienmurado del patio las empujaron hasta unrincónestrecho,delquenocabíaescapatoria.YaelloslesdijoelmuyjuiciosoTelémaco:

«Noquisiera privarles de la vida conunamuerte limpia a estas quehanvertido infamia sobre mi cabeza y la de mi madre, y se acostaban con lospretendientes».

Asídijo,yenlazando la sogadeunnavíodeazuladaproaaunaelevadacolumnarodeóconellalarotondatensándolaaunabuenaaltura,demodoqueningunallegaraconlospiesalsuelo.Comocuandolostordosdeanchasalasolas palomas se precipitan en una red de caza, extendida en un matorral, alvolar hacia su nido, y les aprisiona un odioso lecho, así ellas se quedaroncolgadas con sus cabezas en fila, y en torno a sus cuellos les anudaron loslazos,paraquemurierandelmodomáslamentable.Agitaronsuspiesunrato,peronolargotiempo.YaMelantiolosacaronatravésdelatrioydelpatio.Lerebanaron con el aguzado bronce la nariz, las orejas y le arrancaron losgenitales,paradárselosdecomercrudosalosperros,ylecortaronlasmanosylos pies con furioso ánimo. Después se lavaron las manos y los pies yvolvieronalacasadeOdiseo.Quedabacumplidasutarea.

DijoentoncesésteasuqueridanodrizaEuriclea:

«Anciana, trae azufre, remedio de males, y acércame fuego, para quesahúme el salón.Ydile tú aPenélopequevenga acá con lasmujeres de suservicio.Mandatambiénveniratodaslassiervasdelacasa».

Respondióle,asuvez,laqueridanodrizaEuriclea:

«Bien, hijomío, has dicho esto, conmucho tino. Pero, ea, voy a traerteropas, túnica y manto, para que no aparezcas en palacio con esos harapossobretusanchoshombros.Noestaríabienvisto».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Ahoraloprimeroesqueyodispongadefuegoenlassalas».

AsíhablóynodejódeatenderlosuqueridanodrizaEuriclea.Trajofuegoy

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azufre. Enseguida Odiseo azufró bien la gran sala, la casa y el patio. Y laancianarecorriótodalahermosamansióndeOdiseoparadarlanoticiaalasmujeresymandarlaspresentarse.Ellassalierondelsalónconunaantorchaenlasmanos,yempezaronarodearyabrazaraOdiseo,ylebesabanlacabezayloshombros,mostrandosuafecto,yleacariciabanlasmanos.Aélleinundabaundulcedeseodesollozosyllanto.Lasreconocíaensurecuerdoatodas.

CANTOXXIII

Laancianasubióalashabitacionessuperioresriendodegozoparadecirlea su señoraqueestabaen la casa suqueridoesposo.Sus rodillas semovíanágiles y sus pies brincaban. Se detuvo junto a su cabezal y le dijo estaspalabras:

«Despierta, Penélope, hija querida, para que veas con tus ojos lo queanhelastodoslosdías.VolvióOdiseoy,aunqueregresatarde,yahallegadoala casa. Acabó con los soberbios pretendientes que asediaban tu hogar ydevorabantusbienesyoprimíanatuhijo».

AellaalmomentolacontestólamuyprudentePenélope:

«Querida aya, ¿te han enloquecido los dioses, que pueden convertir acualquiera en loco, por muy sensato que sea, y devolver la cordura a uninsensato? Ellos, sin duda, te han trastornado. Antes eras de mente cuerda.¿Porquéteburlasdemíquetengoelcorazónmuyangustiado,paradecirmeesosdesvaríos,ymedespiertasdemidulcesueño,queconsumantomehabíacerradolospárpados?Nuncaanteshabíadormidoasí,desdequeOdiseosefuea contemplar la maldita Ilión, la innombrable. Pero, ea, baja y vuélvete denuevoalagransala.Sicualquierotradelasmujeresqueestánamisórdeneshubieravenidoconesasnoticiasymehubieradespertado,sintardarcondurareprimendalahabríadespachadootravezhacialasala.Atitedisculpaenestotuvejez».

Lacontestó,asuvez,laqueridanodrizaEuriclea:

«Ennadameburlodeti,hijaquerida,sinoquedeverdadhavueltoOdiseoyestáenlacasa,comotedigo.Eseseextranjeroalquetodosagredíanenelpalacio.Telémaco,desdeluego,sabíadesdehacetiempoqueestabaahí,peroporprudenciaencubríalosplanesdesupadre,hastaqueéstelograracastigarlaviolenciadelospresuntuosospretendientes».

Asídijo.Yellasealborozó,y,saltandodelacama,abrazósealaanciana,vertióllantodesuspárpados,y,alhablarle,ledecíaestasaladaspalabras:

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«Venga ya, aya querida, cuéntamelo punto por punto, si de verdad hallegado a esta casa, como me dices. ¿Cómo lanzó sus manos contra losdesvergonzados pretendientes, estando él solo, mientras que los otrosformabansiempreunatropa?».

LacontestóluegolaqueridanodrizaEuriclea:

«Nolovinimelohancontado,sinoquetansóloheoídoelestrépitodelamasacre. Nosotras estábamos en el fondo de las habitaciones de gruesosmuros,aterrorizadas,y teníanbienatrancadas laspuertas.Al finalme llamódesdeelsalóntuhijo,Telémaco,aquiensupadrelehabíaencomendadoquemellamara.EncontréluegoaOdiseo,erguidoentreunmontóndecadáveres,que, a su alrededor, cubriendo el sólido suelo, yacían unos sobre otros. Alverlostehabríasalegradoentuánimo,viéndoloaél,cubiertodesangre,comounleón.

»Ahora están todos ante las puertas del patio, amontonados,mientras élfumigaconazufrelamuyhermosacasa,despuésdeencenderungranfuego.Memandóquetellamara.Asíque,sígueme,paraqueambosgocéisdegranalegríaenvuestrocorazón,despuésdesufrirtantísimasdesdichas.Ahorayaseha realizado vuestro tan largo anhelo.Ha vuelto él vivo a su hogar y os haencontradoatiyasuhijoenelpalacio.Ydequieneslecausarondaños,lospretendientes,detodosellostomóvenganzaensucasa».

LacontestóluegolamuyprudentePenélope:

«Aya querida, no te exaltes tanto con tus risas alegres. Sabes bien cuánqueridoseríaparatodoselverloyaencasa,sobretodoparamíyparaelhijoque engendramos. Pero no es seguro este relato que tú cuentas; sino quealgunodelosinmortaleshadadomuertealosnoblespretendientesenfurecidopor su perversa soberbia y sus malignas acciones. Porque no respetaban aningúnhumanoenestatierra,ninoblenivillano,quesetoparaconellos.Poreso,porsuinsolenciasufrieronestadesdicha.EncuantoaOdiseoperdiósindudasuregresolejosdelatierraaquea,yyaestámuerto».

LacontestóenseguidalaqueridanodrizaEuriclea:

«¡Hijamía,quéfraseseescapódelcercodetusdientes!¿Afirmas,cuandoyaestáencasatuesposo,juntoatuhogar,quenuncavaavolveraquí?Tienesunánimosiempredesconfiado.Bueno,voyadarteotrotestimonioevidente:lacicatriz,queunavezlehizounjabalíconsublancocolmillo,seladescubríallavarlo,yquisedecírteloatimisma,peroélmepusolasmanossobrelabocaynomedejóhablar,deacuerdoconlosastutosplanesdesumente.Asíquesígueme,queyomismameofrezcocomogarantía:siteengaño,mátameconlamuertemáspenosa».

LacontestóluegolamuyprudentePenélope:

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«Ayaquerida,difícilesquetúindaguesafondolosdesigniosdelosdiosessempiternos,pormuysabiaqueseas.Pero,contodo,vayamosjuntoamihijo,paraqueyoveaalospretendientesmuertosyaquienloshamatado».

Despuésdedeciresto,descendiódelpisodearriba.Vacilabaenel fondode su corazón si dirigirse de palabra desde lejos a su querido esposo o si,llegandohastaél,lebesaríaabrazándolelacabezaylasmanos.Luegoentróenlasalayfranqueóelpétreoumbral,ysesentófrenteaOdiseo,alresplandordelalumbre,enelmurofrontero.Élsehallabasentadoalpiedelaaltacolumnaconlamiradabaja,esperandoaversiledecíaalgosuvalienteesposacuandolo contemplara ante sus ojos. Pero ella permaneció en silencio; el estupordominabasucorazón.Aveces,alcontemplarlofijamente, loreconocíaensumirada,yotraslodesconocíaacausadelasropasquellevaba.

Telémacotomólapalabra,laregañóydijo:

«Madremía,madremala,deempedernidocorazón,¿porquéteapartasdepadre,ynotesientasasuladoniledirigestuspalabrasnilepreguntas?

»Ningunaotramujer semantendría con ánimo tan insensible lejos de sumarido, que, tras sufrir numerosos pesares, regresa a los veinte años a suqueridatierrapatria.¡Tucorazónessiempremásduroqueunapiedra!».

LecontestóenseguidalamuyprudentePenélope:

«Hijo mío, mi ánimo está atónito en mi pecho, y no soy capaz depronunciarningunapalabranipreguntarnimirarledefrentealacara.Peroside verdad es Odiseo y está de regreso en casa, sin duda nosotros nosreconoceremos mutuamente y del mejor modo. Tenemos, pues, unas señassecretasquenosotrosdossabemosynadiemás».

Asíhabló.SonrióelmuysufridodivinoOdiseo,yalmomentoledecíaaTelémacosuspalabrasaladas:

«Telémaco, deja ya a tu madre que me ponga a prueba en estas salas.Prontomereconocerátambiénydemodomásclaro.Porqueahoraestoysucioy con ropas andrajosas sobre mi cuerpo, por eso me desprecia y aún noreconocequiénsoy.

»Peronosotros cuidemos ahorade cómoesto concluya lomejor posible.Porque incluso cuando uno cualquiera mata a un individuo en su país, aalguienquenodejaatrásmuchosdeudosparavengarle,seexiliaabandonandosusparientesysutierrapatria.Nosotroshemosmatadoalomásgranadodelaciudad, a los más nobles con mucho de Ítaca. Te invito a que medites elasunto».

Lecontestaba,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«Cuida tú mismo de esto, querido padre. Ya que afirman que tu

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inteligenciaes lamejorentre loshumanos,yqueningúnotrohombre, entrelos mortales, puede rivalizar contigo. Nosotros te seguiremos acordes. Teaseguroquenohadefaltarnoselvalor,enlamedidadenuestrasfuerzas».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Entonces voy a decirte cómomeparece que resultamás apropiado.Enprimer lugar, lavaos y revestíos con las túnicas y ordenad a las siervas delpalacioquecuidendesusvestidos.Yqueeldivinoaedo,tomandosusonoracítara,nosproporcioneunadanzafestivayalegre,detalmodoquecualquieracomente que se celebra una boda, al oírlo de afuera, ya sea cualquiera quecruceporelcaminoolosquevivenenlascercanías.Quenoseextiendaporlaciudadlanoticiadelamuertedelospretendientesantesdequenosotrosnosvayamosanuestrocampodebuenaarboleda.AllíluegomeditaremoscómoelOlímpiconosconcederáventaja».

Así habló, y ellos le escucharon y le obedecieron. En primer lugar, portanto,selavaronyvistieronlastúnicasylasmujeresseacicalaron.Eldivinoaedotomósucóncavalirayenellossuscitóunanhelodedulcecantoyunairreprochable danza. Y la amplia mansión resonaba bajo los pasos de losdanzantes,hombresymujeresdebellastúnicas.Yasícomentabacualquieraaloírlodesdefueradelacasa:«Porfinalgunosellevóporesposaalareinatancortejada.¡Pobrecilla,noresistiómantenerensucustodialagranmansióndesulegítimoesposotodoeltiempohastaqueregresara!».

Así entonces decían algunos. Desconocían lo que había sucedido.Entretanto, en la casa la despensera bañó y ungió con óleos al magnánimoOdiseo,ylovistióconunbellomantoyunatúnica.Sobresucabezaderramógran belleza Atenea, para que pareciera más alto y fornido. Y que de ellacolgaransusrizadoscabellos,parecidosalasfloresdeljacinto.ComocuandorecubredeorolaplataunbuenartistaalquelehanadiestradoHefestoyPalasAteneaensucomplejooficioyrealizaunaobrallenadegracia,asíentoncesderramaba encanto sobre su cabello y sus hombros. Emergió de la bañerasemejanteensucuerpoalosdioses.Denuevofueasentarseenlasilladelaqueselevantarafrenteasuesposayaellaledirigiólapalabra:

«¡Testaruda, a ti, muy por encima de las débiles mujeres un corazóninflexibleteinfundieronlosdiosesdeolímpicasmoradas!Ningunaotramujerdeánimoobstinadosemantendría tandistantedesuesposo,queporellaharegresado, tras soportar muchos males, a los veinte años a su tierra patria.Pero,vamosya, aya, prepárame la camaparaque allí descanse,yaque éstamantieneensupechouncorazóndehierro».

Lerespondió,asuvez,lamuyprudentePenélope:

«Desdichado, no me enorgullezco de nada ni te menosprecio, ni estoy

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demasiadopasmada,ysémuybiencómoerascuandopartistehaciaTroyaenuna nave de largos remos.Así pues, ea, prepárale su sólido lecho,Euriclea,fueradel confortabledormitorio, que élpersonalmente construyó.Sacándoleaquíafueraelmacizolechohacedlelacamaconpieles,mantasyrelucientessábanas».

Así dijo, para poner a prueba a su esposo. Entonces Odiseo,enfureciéndose,replicóasutaimadaesposa:

«¡Ah,mujer,quépalabrasmáshirienteshasdicho!¿Quiéncambiódesitiomilecho?Difícillesería,inclusoaunexperto,anoserqueundiosenpersonaviniera,quien,porsuvoluntad,fácilmentelopodríacambiardelugar.Perodelos hombres ningúnmortal en vida, ni siquiera en su plena juventud, pudotrasladarlosinmás,porqueunagrancontraseñaestáimplantadaenellabradolecho.Loconstruíyomismoynadiemás.Crecíaenelrecintoeltroncodeunolivodetupidofollaje,robusto,vigoroso.Eragruesocomounacolumna.Entornoaésteconstruíyonuestrotálamo,loconcluíconpiedrasbienencajadas,lo teché por encima y le agregué unas ajustadas puertas, firmementeensambladas. Luego talé la copa del olivo de denso follaje, aserré y pulí eltronco,sobresuraíz,conelbronce,demodomuyexperto,ylodejébienrectoconayudadelaplomada,labrandounapatafija,quetaladréconelberbiquí.Apartir de esta pata construí la cama, hasta acabarla, adornándola conincrustaciones de oro, plata ymarfil. Sobre su armazón tensé las correas decuerobovino,teñidasdepúrpura.

»Teexpongoasíestaclaraseñal.Nosé,enabsoluto,siaúnestáfirmemilecho,mujer,osiyaalgúnhombrelocambióaotrolugar,talandolabasedelolivo».

Así dijo, y a ella le temblaron las rodillas y el corazón, al reconocer lasseñas que tan claras le había dado Odiseo. Al momento corrió llorandoderechahaciaélyleechóambosbrazosalcuello,aOdiseo,ylebesólacara,mientrasdecía:

«Noteenojesconmigo,Odiseo,yaqueentodoresultaselmásjuiciosodeloshumanos.Losdiosesnosdieronpenalidades,ellosquenosnegaronelestarjuntosunoconelotro,ygozarporlotantodenuestrajuventudhastaalcanzarelumbraldelavejez.Conquenoteenfadesconmigonimeguardesrencorporestodenohabertemostradomicariñoalcomienzo,desdeque tevi.Esqueuna y otra vezmi ánimo, enmi pecho, sentía recelos de que algún hombrellegaraymeengañaraconsuspalabras.Sonmuchoslosquetramanmalignastretas. Ni siquiera la argiva Helena, nacida de Zeus, se habría unido a unextraño, en el amor del lecho, sí hubiera sabido que de nuevo los belicososhijosdelosaqueoslaibanareconducirasucasaensuqueridapatria.Peroundios la impulsó a cometer tan vergonzosa acción. No meditó en su ánimo,

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desde un comienzo, su funesta locura, que para nosotros fue el principio denuestrapesadumbre.

»Peroahora, cuandoyahas revelado las señasmuyevidentesdenuestrolecho, que ningún otro mortal había visto, sino solos tú y yo, y una únicasierva, Actóride, queme diomi padre cuandome vine aquí, la que estuvovelando a las puertas de nuestro sólido tálamo, has persuadido mi ánimo,aunqueeramuyinflexible».

Así habló, y a él todavía más le suscitó el ansia de llorar. Y llorabaabrazandoasudulceesposa,desagazpensamiento.ComocuandosemuestralatierraansiadaantelosnadadoresalosquePoseidónlesdestrozólaágilnaveen alta mar, atropellada por el vendaval y el denso oleaje, y tan sólo unospocosescaparondelespumosomarnadandohacialatierrafirme,conelsalitreincrustadoenlapiel,yalcanzaronansiososlatierra,huidosdelamuerte,asíde anhelado llegabapara ella su esposo, ahora ante sus ojos.Nodesprendíanuncade sucuello susblancosbrazos,yenmediode sus sollozos lehabríallegadolaAuroraderosáceosdedos,denoserporqueotracosaideóladiosadeglaucosojos,Atenea.Contuvo losmárgenesde la larganoche,ya laparretenía a la Aurora de áureo trono junto al océano, sin dejarla uncir suscaballosderaudaspatas,LampoyFaetonte,loscorcelesquetransportanalaAurora,parallevarlaluzaloshumanos.

FueentoncescuandoasuesposaledijoelmuyastutoOdiseo:

«Ah,mujer, aún no hemos llegado al final de todas las pruebas. Porquetodavía, en el futuro, tendré otra aventura imprevisible, tremenda y muydifícil,quedeboyocumplirporentero.PorqueasímeloprofetizóelalmadeTiresiaseneldíaaquel,enquedescendíalinteriordelasmoradasdeHades,cuandoindagabaelregresodemiscompañerosyelmíopropio.Pero,venga,vámonos a la cama, mujer, para que por fin nos acostemos y gocemos deldulcesueño».

Lecontestó,asuvez,lamuyprudentePenélope:

«Tendrás, en efecto, la cama cuando quieras, según tu deseo, ya que losdiosesteconcedieronllegaratuhogarbienfundadoyatutierrapatria.Pero,ya que lo hasmencionado, y un dios lo sugirió a tu ánimo, dime amí esaaventura,vamos,porquetambiénluego,pienso,hedeenterarmeynoespeorquelasepadeantemano».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«¡Testaruda!¿Aquédenuevomeapremiaseinvitasadecírtela?Bueno,telacontaréynolavoyaocultar.Tuánimonoquedarátranquilo,nitampocoyomismo me alegro, ya que se me ordenó visitar muchas ciudades y gentes,llevando en mis manos un manejable remo, hasta llegar hasta quienes no

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conocenelmar,nicomenviandassazonadasconsal.Ésostampocohanvistonavesdemejillaspurpúreasniremosdebuenmanejo,quesonlasalasdelasnaves.Yme anunció esta seña fácil de reconocer, que no te voy a ocultar:cuandoalsalirmealpasootrocaminantemedigaquellevounbieldosobremifuertehombro,entoncesmeaconsejóquehincaraelremoentierra,sacrificarahermosas víctimas al soberano Poseidón, un carnero, un toro y un verracomontadordecerdas,ymevolvieraacasa,ehicieraallísagradashecatombesenhonordelosdiosesquehabitanelampliocielo,atodosunotrasotro.Ylamuertemellegarádesdeelmar,muyserena,yaquemealcanzarávencidoporunatranquilavejez,yenmientornolasgentesseránfelices.Estomeprofetizóqueporenterosecumplirá».

Lecontestó,asuvez,lamuyprudentePenélope:

«Si es que así los dioses te conceden una vejez mejor, tienes granesperanzadelograralfinundescansoatusfatigas».

Así,conestaspalabras,hablabanunoconotra,mientrasqueEurínomeylanodrizacubríanlacamaconmullidasropasalaluzdelasardientesantorchas.Ycuandoyahubieronarregladoel sólido lechocon todoesmero, laancianapenetróen lacasadenuevopara irseadormiryEurínome, lacamarera, lesguiaba camino del lecho, portando en sus manos la antorcha. Les condujohastaeldormitorioyseretiró.Ellosentoncesvolvieronfelicesalacostumbredesuantiguolecho.

Mientrastanto,Telémaco,elvaqueroyelporquerodierondescansodeladanzaasuspiesymandaronreposaralasmujeres,yfueronaacostarenlassombríassalasdelpalacio.

Losdos,unavezquehubierongozadodelplacenteroamor,seentregaronaldeleitedelosrelatos.Mutuamenteselocontabantodo:ella,ladivinaentrelasmujeres,cuántohabíasufridoenelpalacio,viendoelodiosotropeldelospretendientes,que,porsucausa,degollabansincesarvacasygordasovejas,mientraselvinosevertíaenabundanciadesdelastinajas.PorsuparteOdiseorefería todos sus lances: cuántas penas causó a otros hombres y cuántassoportóélconesfuerzos.Yellasedeleitabaalescucharlo,yelsueñonollegóacaersobresuspárpadoshastaqueélhuboacabadosurelato.Comenzóporcómo había vencido a los cícones, y luego llegó a la fértil tierra de loslotófagos.Ycuántasmaldadeshizoelcíclopeycómolehizopagarelcastigoporsusbravoscompañeros,alosquehabíadevoradosincompasión.YcómollegóhastaEolo,queleacogióbenévoloylehabíapreparadounbuenviaje,peroaúnno fuesudestinoarribara la tierrapatria, sinoqueunvendaval loarrebatódeprontoylollevabasobreelmarpródigoenpeces.YcómollegóaTelépilo, tierra de los lestrígones, que destrozaron sus naves y a todos suscompañerosdehermosasgrebas;ysóloOdiseoescapóconsunavenegra.Yle

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hablódeCirce,desuengañoysumagia,ydecómoviajóhasta labrumosamorada deHades, para consultar al alma del tebanoTiresias en su nave demuchosremos,yallívioatodossuscompañerosdeantaño,yasumadre,laquelohabíadadoaluzycriadodeniño.YcómoescuchólavozdelasSirenasde penetrante canto, y cómo alcanzó las Rocas Errantes y la terroríficaCaribdis,yEscila,quenuncaantesloshombrespasarondelargoconvida.YdecómosuscompañerosmataronunasvacasdeHelios,ydespuésasuraudanavelaasestóunrayofulminanteZeusqueatruenaenloalto,yperecieronsusbravos compañeros todosdegolpe,mientras que él se libróde lasmalignasdiosasdelamuerte.YdecómollegóalaisladeOgigiaylaninfaCalipso,queallí le retuvo, ansiosa de que fuera su esposo en sus cóncavas cuevas, y lealimentóyleprometíahacerleinmortaleinmunealavejezparasiempre;perojamás logró persuadir a su ánimo en su pecho. Y de cómo, tras muchospadecimientos, llegó hasta los feacios, los cuales, desde luego, le honrarongenerosamentecomoaundios,ylotransportaronenunnavíohastasuqueridatierrapatria,despuésdeobsequiarloconbronce,oroabundanteyropajes.Ésasfueronsusúltimasfrases,cuandoloinvadióelsueñoquerelajalosmiembrosydisuelvelastensionesdelánimo.

Más tarde otra cosa planeó la diosa de glaucos ojos,Atenea, cuando yapensóqueOdiseohabíadisfrutadoensuánimodelacamaconsumujerydelsueño.Alpuntohizoemergerdelocéanoaladiosadelamañana,ladelbellotrono, para que aportara la luz a los humanos. Y se levantó Odiseo de sublandolechoyasumujerledijoestaspalabras:

«Mujer,yaestamosamboscompensadosdenuestrosmuchospesares,ytúde llorar aquí por mi muy penoso regreso, cuando a mí Zeus y los demásdiosesmereteníanlejos,anhelantedemitierrapatria.Ahoraqueambosnoshemosreunidoenelanheladolecho,cuidatúdelosbienesquemepertenecenen la casa, que por las muchas reses que los soberbios pretendientes megastaron, muchas traeré yo como botín, y con otras me compensarán losaqueos, hasta llenar de nuevo todosmis establos. Pero ahora voy a irme alcampodebuenaarboledaparaveraminoblepadre,quepormíestámuyafondoangustiado.A ti,mujer,que tan sensata eres, te aconsejo lo siguiente.Ahoramuypronto, apenas salgael sol, seextenderá lanoticiaacercade lospretendientes,dequelesdimuerteenelpalacio.Refúgiateenlashabitacionesdearribaconlasmujeresdetuservicio,yquédateallí,sintratardeveranadienideresponderanada».

Dijo,ysepusosobresushombroslabellaarmadura,ymandóaTelémaco,al vaquero y al porquerizo, que todos tomaran en sus manos las armas deguerra.Ellosnoledesobedecieron,secalaronlascorazasdebronce,abrieronlaspuertasysalieron.AlfrentemarchabaOdiseo.Yahabíaluzsobrelatierra,peroaellosenvueltosennochelossacabaAteneadelaciudad.

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CANTOXXIV

HermesCilenioconvocabaalasalmasdelospretendientes.Llevabaensusmanossuhermosavaritadeoro,conlaquesubyugalosojosdeloshumanos,segúnquiere,yporotroladodespiertaalosdurmientes.Conellalosponíaenmovimientoylosguiabaysusalmasleseguían.Comocuandoenelfondodeunacuevatenebrosalosmurciélagosrevoloteanentrechillidos,cuandoalgunode la bandada se descuelga de la roca, porque penden apretujados unos conotros, así ellos entre agudos chillidos marchaban en tropel. Los conducíaHermes, el Benéfico, por las lóbregas sendas. Pasaron más allá de lascorrientesdelOcéanoydelaRocaBlanca,pasaronmásalládelasPuertasdelSolydelPaísdelosSueños,ynotardaronenllegaralpradodelosasfódelos,dondehabitanlasalmas,imágenesdelosdifuntos.

Encontraron al alma del Pelida Aquiles, y la de Patroclo, y la delirreprochableAntíloco,y ladeAyante,que fueentre losdánaoselmejorenaspecto y estatura después del irreprochable hijo de Peleo. Pues estabancongregados en torno a éste. Y junto a ellos llegó el alma del AtridaAgamenón,atribulada.Conél sehabían reunidootras, lasde todosaquellosqueperecieronenlamansióndeEgistoyasíconcluyeronsudestino.Aéllehabló,enprimerlugar,elalmadelPelida:

«Atrida,creíamosqueaZeusquesedivierteconelrayotúleerasqueridopor encima de todos los héroes siempre, pues reinabas sobre numerosos yvalerososguerrerosenelpaísdelostroyanos,cuandopadecíamospesareslosaqueos.Porlovistotambiénatimuyprontoibaaderribarteelfunestodestino,delquenadieescapaunavezquehanacido.¡Ojaláquerodeadodelhonorconqueejercíastusoberaníahubierashalladolamuerteyeldestinoenelpaísdelos troyanos! Entonces te habrían edificado tu tumba los aqueos todos yhabríais cosechado una gran fama para tu hijo. Pero te estaba destinadosucumbirenunatristísimamuerte».

LerespondióasuvezelalmadelAtrida:

«¡Feliztú,hijodePeleo,Aquilessemejantealosdioses,queperecisteenTroya,lejosdeArgos!Atuladocayeronmuertosotros, losmejoreshijosdelos troyanos y de los aqueos, batallando por ti. Tú yacías en un turbión depolvotendidoengranespacio,olvidadodelartedeguiarloscarrosdeguerra.Nosotros todo el día batallamos. Y no hubiéramos abandonado del todo laluchasinonoshubierahechodejarlaZeusconsutormenta.Luego,cuandotehubimossacadodeltumultohacialasnaves,tecolocamossobreunlecho,traslavar tu hermosa piel con agua tibia y con aceites. Por ti muchas lágrimas

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cálidasvertíanlosaqueosyportisecortabansuscabelleras.Ydelmarsurgiótumadre con las diosasmarinas al escuchar la noticia. Y un clamor se ibaextendiendo sobre el mar, un divino clamor, y se estremecieron todos losaqueos.Entoncessehabríanprecipitadoasubirasuscóncavasnavessinoloshubiera contenido un hombre sabedor de muchas y antiguas experiencias,Néstor, cuyoconsejoya antes era consideradoelmejor.Éste, conamistosossentimientos,tomólapalabraydijo:

»“¡Deteneos,argivos! ¡Nohuyáis,hijosde losaqueos! ¡LaquevienedelmarconlasdiosasmarinaseslamadredeAquiles,queacudealencuentroconsuhijomuerto!”.

»Asíhabló,ysecontuvieronelmiedolosmagnánimosaqueos.Atusladossealinearon lashijasdelViejodelmar, llorando supena,y tevistieronconropasinmortales.LasnueveMusasenuncánticoalternadoconhermosavozentonaban los trenos.Allí no habrías visto a ninguno de los argivos que nollorara. A tal punto los conmovía la melodiosa musa. Durante diecisietenoches y días seguidos por ti lloramos las divinidades inmortales y loshombresmortales.Y a la decimoctava te entregamos al fuego. En tu honorsacrificamosmuchas ovejasmuy pingües y vacas de curvos cuernos. Fuistequemado con ropas de dioses y con abundante óleo y dulce miel. Muchoshéroes aqueos corrieroncon sus armas en tornoa la ardientepira, apiey acaballo.Enormeestrépitoseprodujo.Luego,cuandoyatehabíaconsumidoelardor de Hefesto, al alba recogimos tus blancos huesos, Aquiles, y losconservamosenvinopuroyenaceite.Tumadrenosproporcionóunánforadeoro.RegalodeDionisodijoqueera,yobradelmuyfamosoHefesto.

»Enellayacen tusblancoshuesos, ilustreAquiles,mezcladoscon losdePatroclo,elhijodeMenecio,yamuerto,yapartedelosdeAntíloco,alquetúapreciabas por encima de los demás compañeros, una vezmuerto Patroclo.Juntoaellosteconstruimosungrandeyperfectotúmuloelsagradoejércitodeloslancerosaqueos,enunpromontoriodelaribera,caraalanchoHelesponto,para que fuera visible desde lejos a los hombres de lamar, a cuantos ahoraexisten y a quienes vendrán después. Tu madre solicitó a los diosesespléndidospremiosylospusoenmediodelcertamenparalosmejoresdelosaqueos. Has presenciado antes el funeral demuchos otros héroes, cada vezque, a lamuertedeun rey, los jóvenes seaprestanpara lacompeticióny sedisponen a los juegos fúnebres. Pero te habrías admirado muchísimo alcontemplarquéespléndidospremiosaportóentuhonorladiosaTetisdepiesdeplata.Fuiste,desde luego,muyqueridoa losdioses.Así túni siquieraalmorir perdiste tu renombre, sino que conservarás tu fama entre todas lasgentes,Aquiles. En cambio, amí ¿qué placerme dio el haber concluido laguerra?Amiregreso,enefecto,ZeusmedeparóunamuertecruelamanosdeEgistoydemimalditaesposa».

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Mientrasdeestemodoelloshablabandeestascosasentresí,muycercaseles presentó el mensajero Argifonte, que conducía las almas de lospretendientes muertos por Odiseo. Ambos se dirigieron asombrados a suencuentro,apenaslosvieron,yelalmadeAgamenónAtridareconocióalhijoquerido deMelaneo, almuy ilustreAnfimedonte. Porque fue huésped suyo,cuandovisitóÍtaca.SeapresuróadirigirlelapalabraelalmadelAtrida:

«Anfimedonte, ¿qué habéis sufrido para hundiros juntos en la tenebrosatierra,todosdetanselectaestirpeydelamismaedad?Siunolosescogiera,noelegiría de otro modo a los mejores hombres de vuestra ciudad. ¿Acaso avosotrosenvuestrosnavíosossometióPoseidón,levantandoterriblesvientosyenormesolas,oacasoosaniquilaronlosenemigosentierrafirmecuandolesrobabaislasvacasolosbuenosrebañosdeovejas,ofuetalvezcombatiendopor una ciudad y susmujeres?Contesta ami pregunta.Me ufano de ser tuhuésped.¿EsquenorecuerdascuandobajéallíavuestracasaencompañíadeldivinoMenelaoparaanimaraOdiseoaquenosacompañaracontraTroyaenlas naves de buenos bancos de remos? Durante unmes entero surcamos laancha altamar después de convencer a duras penas aOdiseo, destructor deciudades».

AsuvezlecontestóelalmadeAnfimedonte:

«Gloriosísimo Atrida, señor de las tropas, Agamenón, guardo recuerdo,vástago de Zeus, de todo cuanto dices. Y voy yo a referirte todo, muypuntualmente, sobre el triste final de nuestra muerte, cómo sucedió.CortejábamosalamujerdeOdiseo,ausentelargotiempo.Ellanirechazabaunmatrimonio odioso, ni lo admitía,meditando contra nosotros lamuerte y elnegro destino. Así que en su mente planeó este otro engaño: colocó en sucámaraungrantelarytejíaunatelasutilymuyamplia.Porelmomentonosdijo: “Jóvenes pretendientes míos, ya que ha muerto el divino Odiseo,aguardad, si deseáis mi boda, hasta que acabe estemanto, y que no semeestropeen los hilos, como sudario para el héroe Laertes, para cuando loarrebateelfunestosinodesuimplacablemuerte,afindequeningunadelasaqueas en el pueblome censure si ése que consiguió gran riqueza yace sindignamortaja”.

»Así dijo, y nuestro noble ánimo se dejó entonces persuadir. Desdeentonceshilabadurantetodoeldíalagrantela,yporlasnochesladestejía,alaluzdelasantorchas.Asídurantetresañosnospasóinadvertida,yengañabaalosaqueos;masalllegarelcuartoañoypasarlasestaciones,cumplidoslosmeses y transcurridos numerosos días, entonces, al fin, la delató una de susmujeres,quelohabíavistotodo,ylasorprendimosdeshaciendoelrefulgentetejido. Así que lo acabó contra su voluntad, obligada.Y cuando ya sacó eltejido,cuandoteníahiladalagrantela,ylahubolavado,esplendorosacomoelsol o la luna, justo entonces de algún lado trajo una divinidad perversa a

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Odiseo,alconfíndesustierras,allídondeteníasualberguesuporquerizo.YallísepresentóelqueridohijodeldivinoOdiseo,queregresabadelaarenosaPilos en su nave negra, y ambos tramaron una taimada muerte de lospretendientes.

»Acudieron juntos a la ilustre ciudad.OdiseodetrásydelanteTelémaco,queloprecedíaporpoco.Aaquélloconducíaelporquerizo,yllevabaencimaunasmíserasropas,asemejándoseaundespreciableyviejomendigo,apoyadoen su bastón. Las ropas que llevaba eran asquerosas. Ninguno de nosotrospudo reconocer quién era, cuando apareció de improviso, ni siquiera los demás edad, sino que nos pusimos a maltratarlo con palabras insultantes ygolpes.Él,entretanto,soportabaserapaleadoeinsultadoensupropiopalacioconánimosufrido.MascuandoyalesimpulsólaproteccióndeZeus,portadordelaégida,retiróconayudadeTelémacolashermosasarmas,lasguardóenuna estancia y la cerró con ataduras, mientras aconsejaba, con astutosdesignios,asuesposaquepropusieraalospretendienteselarcoyelgrisáceohierro como instrumentos de un certamen y preludio de la matanza denosotros,desdichados.Ningunodelosnuestrosfuecapazdetensarlacuerdadelrobustoarco,engranmedidanosmostramosimpotentes.YcuandoelgranarcoibaallegaralasmanosdeOdiseo,entoncestodosnosotrosgritamosquenoseleofrecieraelarco,pormásqueélloreclamara.SóloTelémaco,dándoleánimos,exigióentregárselo.

»Lo blandió entonces en su mano el muy sufrido divino Odiseo, y condestrezatensóelarcoyatravesóloshierros.Luegofuehastaelumbral,allísedetuvo,empezóasacaragudasflechaslanzandofuriosasmiradas,yasaeteóalrey Antínoo. A continuación empezó a disparar por doquier los resonantesdardosapuntandoalfrente,ylosdemáscaíanunossobreotros.Biensenotabaqueteníaaalgúndioscomoaliado.Almomento,pues,losqueestabanconélsepusieronconelmismofervoramataradiestroysiniestro,yseextendíaunespantosogemidodecabezasheridasytodoelsuelohumeabadesangre.Deese modo, Agamenón, morimos nosotros, cuyos cuerpos aún ahora yacentendidos, insepultos en el patio de Odiseo. No lo saben todavía nuestrosparientes en la casa de cada uno, ellos que lavarían la sangre oscura denuestrasheridasynoslloraríanenlaexposicióndenuestroscadáveres,comoeslanormadebidaalosmuertos».

TomóentonceslapalabraelalmadelAtrida:

«¡Ah feliz hijo de Laertes, Odiseo, pródigo en ardides! En efecto,conseguisteunaesposadeenormevirtud. ¡Quénoblespensamientos tenía lairreprochablePenélope, lahijadeIcario,cuandotanbienguardóelrecuerdode Odiseo, su legítimo esposo! Por eso jamás se extinguirá la fama de suexcelencia. Los inmortales propondrán a los humanos un canto seductor enhonorde lasensataPenélope.Nomeditóperversasaccionescomolahijade

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Tindáreo,quematóasuesposolegítimoyserátemaparacantosdeodioentrelasgentesydarámalafamaatodaslasmujeres,inclusoalaqueseadecente».

Así ellos hablaban unos con otros de aquellos sucesos, erguidos en lasmansionesdeHades,ensuscavernassubterráneas.

Losotros,unavezquesalierondelaciudad,alcanzaronprontoelcampobien trabajado de Laertes, que antaño había adquirido el mismo Laertes,despuésdemuchasfatigas.Allíteníasucasa,conuncobertizoasualrededor,enelque solíancomer,descansarydormir sus siervosdeordinario, losquelaboraban a sus órdenes. Había allí una mujer, una anciana de Sicilia, quecuidaba solícitamente del viejo en el campo lejos de la ciudad.Odiseo dijoentoncesasuscriadosyasuhijoestaspalabras:

«Vosotros entrad ahora en la bien construida casa, y para la comidasacrificadalmomentoelmejordeloscerdos.Yo,pormicuenta,voyaponerapruebaamipadre,aversimereconoceymeidentificaconsusojos,osimedesconoce,alestarausentedesdehacetantísimotiempo».

Despuésdedeciresto,dioasussiervossusarreosguerreros.Ellosfueronenseguidahacia lacasa,mientrasOdiseoseacercabaalviñedodehermososfrutosparasuexperimento.NoencontróaDolio,aldescenderhaciaelampliomajuelo,nianingúnotrodelossiervosniasushijos,sinoqueellossehabíanido a recoger espinos para construir una cerca del viñedo, y el anciano lesacompañabacomoguíaporelcamino.

Encontró a supadre solo en la viñabien cultivada acollandounaplanta.Vestía una túnica mugrienta, con remiendos, andrajosa, y en torno a suspiernas se había anudado unas polainas revestidas de piel, para evitar losraspones,yenlasmanosunasmanoplascontralaszarzas.Ademásllevabaenlacabezaungorrodepellejodecabra.Leagobiabalapena.Encuantoelmuysufrido divino Odiseo lo vio, quebrantado por la vejez, con esa granpesadumbreensuánimo,sedetuvobajounmuyaltoperalyseechóallorar.Vacilóluegoensumenteysuánimosibesaríayabrazaríaasupadreyselocontaría todo, cómo había regresado y alcanzado su tierra patria, o sicomenzaría preguntándole y poniéndole a prueba. Esto le pareció, alreflexionarlo, que era lomejor: en primer lugar le interrogaría con palabrasburlonas. Pensando así, se fue derecho a él el divino Odiseo, mientras elanciano,cabizbajo,ahondabalatierraparaplantarunalechuga.

Llegandoasulado,ledirigiólapalabrasuilustrehijo:

«Viejo,biensevetupericiaenelcuidadodelhuerto,yaquetodoestábienatendido,ynohaynada,ningunaplanta,nihigueranividniolivo,niperalnihortalizassincuidadoentucampo.Sinembargo,voyadecirtealgomásytúnoteenfadesporelloentuánimo.Detimismotienesmuypococuidado,pues

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llevasunavejezlastimosa,vasbastantedesaliñadoyvistesropasmíseras.Noespor tudesidiapor loquetedescuidatuamo,ninadaservilseveenti,alcontemplarte en tu aspecto y complexión. Te parecesmás bien a un rey. Aalguienasíleconviene,despuésdedarseunbañoycomer,dormirenblandolecho. Tal es, pues, la costumbre de los viejos. Ea pues, dime esto ycuéntamelo en detalle: ¿de qué hombre eres esclavo?, ¿para quién cuidas elhuerto?Yrespóndemetambiénaestoverazmente,paraqueyomeenterebien.¿Es que de verdad hemos llegado a Ítaca, según me ha asegurado al venirhaciaacáuntipoquemeencontréhaceunmomento,nomuyensuscabales,quenoatinóadecírmeloalasclarasniaresponderamispalabrascuandolepreguntaba por un huésped mío, si vive y está en algún lugar, o si ya hamuertoyestáenlamansióndeHades?Teloaclararé,túatiendeyescúchame.

»Unavezhospedéenmiqueridatierrapatriaaunhombrereciénllegadoamihogar,ynuncamortalalgunodelosforasterosdelejanastierrasllegómásgratoamicasa.AfirmabaquesufamiliaeradeÍtacaydecíaquesupadreeraLaertes, hijo de Arcisio. Yo lo llevé a mi casa y le ofrecí buen hospedaje,tratándolecomoamigogenerosamente,conlomuchoquehabíaenmimorada,y ledidonesdehospitalidad,comoeraadecuado.Leobsequiésiete talentosdeorobien labrado, le regaléunacrátera todadeplataconadornosflorales,docecobertoressencillosyotrastantasalfombras,otrostantosbellosmantosycon ellos igual número de túnicas, y, además, cuatro hermosas mujeresexpertasenfinísimaslabores,lasqueélmismodecidióelegir».

Respondióleluegosupadre,derramandollanto:

«Extranjero,hasllegadoalatierraporlaquepreguntas,perodetentansudominio hombres insensatos y violentos. Regalaste en vano tantos dones,ofreciéndolosenmontón.SiaéselohubierasencontradovivoenelpueblodeÍtaca,entonces,correspondiendobienatusregalos,tehabríatratadoasuvezcon magnífica hospitalidad, pues es lo justo, que uno corresponda. Pero,venga, dime esto y explícamelo en detalle. ¿Qué años hace desde quehospedaste a aquél, a ese huésped infeliz, mi hijo, si alguna vez fue?¡Desdichado! Que, en algún lugar, lejos de los suyos y de su tierra patria,acasoenelmarlodevoraronlospeces,otalvezentierrafirmefuepresadelasfierasylasavesderapiña.Niloplañiósumadredespuésdeamortajarlonisupadre,losqueloengendramos.Nisuesposa,logradaconmuchosregalosde boda, la sensata Penélope, entonó en el lecho el planto fúnebre por suesposo, como convenía, después de cerrarle los ojos. Ése es el homenajedebidoalosmuertos.

»Ydimedeverdadesto,paraquemeenterebien:¿quiéneres,dedónde,dequégente?¿Dóndetienestuciudadytuspadres?¿Dóndeestávaradalanaveraudaquetetrajoatiyatusdivinoscompañeros?¿Acasocomopasajerohasllegadoennavedeotrosyellostedesembarcaronyzarparon?».

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ContestándoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Desdeluego,yotelovoyacontartodopuntoporpunto.SoydeAlibante,dondehabitounailustremansión,ehijodelsoberanoAfidantePolipemónida.YminombreesEpérito.PeroundiosmedesviódeSicaniaparatraermeaquícontramivoluntad.Minaveestávaradaahí,frenteaestoscampos,lejosdelaciudad.Porotraparte,ésteesyaelquintoañodesdeaquelenquedeallípartióOdiseo y dejó atrásmi tierra patria. ¡Desdichado! Pero los augurios le eranfavorables,diestros.Contentoconellosyolodespedía,y tambiénélzarpabaalegre en su partida.Nuestro ánimo confiaba en que aún nos reuniríamos eintercambiaríamosregalosespléndidosgraciasanuestrahospitalidad».

Asíhabló,yalotroleenvolviólanubenegradelapena.Cogiendoconsusmanoselpolvocenicientolovertíasobresucabeza,entredensossollozos.AOdiseoseleacongojóelánimo,ylesubióalasnaricesunamargoregustoalverasíasupadre.Seabalanzóabesarleyabrazarlemientrasledecía:

«¡Soyyo,estoyaquí,padre,soyeseporelquetúpreguntas!Hevueltoalos veinte años ami tierra patria. Conque contén el llanto y tus sollozos ylágrimas.Telovoyaexplicar,yconvienehacerloenseguida.Hematadoalospretendientes en mi palacio, vengándome de su infamante ultraje y susmalignosactos».

Lerespondía,asuvez,Laertes,quedijo:

«Si es cierto que has vuelto,Odiseo, hijomío, dame una seña evidente,paraquemequedeconvencido».

RespondiéndoledijoelmuyastutoOdiseo:

«Primeroobservacontusojosestaherida,laquemecausóenelParnasounjabalídeblancocolmillocuandoanduveporallí.Mehabíaisenviadotúymi señora madre en pos de Autólico, el querido padre de mi madre, pararecoger los regalos que, en su visita aquí, me había prometido y guardado.Pero, además,dejaque tehablede los árbolesdeestebiencultivadohuertoqueantañomediste,yqueyocadaveztepedíacuandoeraniño,mientrasteacompañabaporelmajuelo.Paseábamosentreellos,y túme losnombrabasunoporuno.Medistetreceperalesydiezmanzanos,ycuarentahigueras.Deigualmanera prometiste darme cincuenta ringleras de vides, quemadurabanunas tras otras, pues hay aquí racimos de uvas muy varias, cuando lasestacionesdeZeuslashacenmadurardesdeelcielo».

Asíhabló,yasupadreleflojearonlasrodillasyelcorazón,alreconocerlasseñastanclarasqueledioOdiseo.Alrededordesuqueridohijotendiólosbrazos,yelmuysufridodivinoOdiseolorecogiómediodesfallecido.Despuésquesehuboreanimadoyrecuperóelánimoensupechodenuevo,respondióasuspalabrasydijo:

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«¡Padre Zeus, en verdad que aún veláis los dioses en el vasto Olimpo,puesto que definitivamente los pretendientes han pagado su desenfrenadasoberbia!Peroahorasientotemorenmiánimodequeatodaprisatodoslositacensesacudanaquí,ypordoquiersedifundanesasnoticiasalasciudadesdeCefalonia».

RespondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«No temas.Queesono tepreocupeen lamente.Masvayamosa lacasaqueestá juntoalhuerto.AllíenviépordelanteaTelémacoyalvaqueroyalporquerizo,paraquenosprepararanprontolacomida».

Charlando así los dos se dirigieron a la hermosa casa. Al llegar a lasconfortables estancias hallaron a Telémaco, al vaquero y al porquerizo quetroceaban abundantes carnes ymezclaban el vino rojizo. Para la ocasión laesclavasicilianabañóyungióconaceitesalmagnánimoLaertesyadentrodelacasa,ylevistióconunahermosatúnica.AsuvezAteneaacudióasuverayrevigorizóaestepastordepueblosylodejómáserguidoyrobustoqueantesensuaspecto.Alsalirdelabañeralocontemplóadmiradoyconasombrosuqueridohijo,alverlosemejanteensuaspectoalosdiosesinmortales.

Dirigiéndoseaélledecíaestaspalabrasaladas:

«¡Padre, sin duda alguno de los dioses que existen para siempre te hahechodeaspectomáshermosoentufiguraytuporte!».

AsuvezlereplicabaeljuiciosoLaertes:

«¡Ojalá,pues,ZeusPadre,AteneayApolo,talcomoeracuandoconquistéNérico, ciudadela bien fortificada, en la ribera del continente, cuando yoacaudillabaaloscefalenios,talhubierasidoyoayerenpalacioconarmasenmishombrosparaenfrentarmeyayudartecontralospretendientes!¡Entonceshabría hecho doblar las rodillas de muchos en las salas y tú te habríasreconfortadoentuánimo!».

Asíhablabanenestostérminosunoconotro.Luegoquehubieronacabadosutareaydispuestolacomida,unotrasotrosesentaronenlassillasybancos.Sepusieronentoncesacomer.PeroenesemomentollegóelviejoDolio,yconélloshijosdelanciano,presurososdesdeelcampo,porqueloshabíallamadoatodaprisasumadre, laviejasiciliana,quelesdabadecomery losatendíasolícitamente,aunqueentradaenlavejez.

Así que, apenas vieron a Odiseo y le reconocieron en su ánimo, sedetuvieron estupefactos en el pórtico. Entonces Odiseo se les acercó y conamablespalabraslesdijo:

«Anciano,siéntateacomer,ydejadlaexpresióndeasombro.Haceyaratoqueestamospreparadosparaecharmanoa lacomidayosaguardábamosen

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estasala,enesperahacetiempo».

Cuando así dijo, Dolio corrió a su encuentro tendiéndole sus brazos, y,tomando lasmanos deOdiseo, las besaba en lasmuñecas. Y hablándole ledecíaestaspalabrasaladas:

«¡Ohamigo,porfinhasvueltoanosotros,quemuchísimoloanhelábamos,y ya apenas lo creíamos, y te han traído los mismos dioses! ¡Salud, sébienvenido,yquelosdiosestedenfelicidad!Cuéntamelodel todo,paraquemeenteredecaboa rabo. ¿Yaestáenterada laprudentePenélopedeque túestásaquídevuelta,oleenviamosunmensajero?».

RepondiéndoleledijoelmuyastutoOdiseo:

«Anciano,yalosabe.¿Porquévasapreocuparteporeso?».

Asídijo,yéldenuevosesentósobrelabienpulidasilla.DeigualmodoloshijosdeDoliovinierona saludaral famosoOdiseocon suspalabrasyadarlesusmanos,ysesentaron,unotrasotro,juntoaDolio,supadre.Mientrasen lacasa sededicabana lacomida,corríavelozcomounmensajeropor laciudad,portodaspartes,elrumorquehablabadelaterriblematanzayfinaldelos pretendientes.La gente, al oírlo, acudía sin parar, cada uno por su lado,entrelamentosygemidos,hastalaspuertasdelacasadeOdiseo.Delamismasacabanlosmuertosycadaunosellevabalossuyosparaenterrarlos,yalosdeotrasciudadesse losentregabana lospescadoresparaque los transportaran,depositados en sus raudas naves, a la casa de cada uno. Los hombres sedirigieron todos al ágora, con el corazón acongojado, y luego que allí sejuntaronyestuvieronreunidos,entreellossealzóEupitesylesarengó.Ensuinteriorsentíaunapena irrestañableporsuhijo,porAntínoo,alquematóelprimeroeldivinoOdiseo.Derramandollantoporél,tomólapalabraydijo:

«¡Ah,amigos,quégranruinacausóestehombrealosaqueos!Alosunoslosarrastró,amuchosynobles,ensusnaves,yperdió lascóncavasnavesyperdió sus tropas.A otros, conmucho losmás nobles de los cefalenios, losmató a su regreso.Así que, venga, antes de que él se escape a toda prisa aPilos, o a la divina Elide, donde ejercen su poder los epeos, vamos. O denuevo, para siempre, quedaremos abatidos. Infamia será pues esto aldifundirseentrelosvenideros,sinonosvengamosdelosasesinosdenuestroshijosyhermanos.Paramí,enmicorazón,nopuedeserdulcelavida,sinoquepreferiríamorirenseguidayestarentrelosmuertos.Pongámonosenmarcha,noseaquesenosanticipenatravesandoelmar».

Asíhablabaderramandosu llanto,yelpesar invadióa todos losaqueos.Pero ante él llegaron Medonte y el divino aedo de la mansión de Odiseo,despuésdehaberlosdejadoelsueño,ylosdosseplantaronallíenmedio.Elasombrolosretuvoatodos.EntreellostomólapalabraMedonte,dejuicioso

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criterio:

«¡Prestadme ahora oídos, itacenses! Porque Odiseo ha realizado estasaccionescon laaprobaciónde losdioses inmortales.Yomismoviaundiosinmortal, que estaba en pie junto a Odiseo y se asemejaba en el aspecto aMéntor.EldiosinmortalsemostrabaunasvecesanteOdiseodándolevalor,yotras asustaba y acosaba a los pretendientes en el salón, y ellos caíanamontonándose».

Asíhablóyatodoslosotroslesinvadióunpálidoterror.Entreellostomóla palabra el viejo héroe Haliterses Mastórida, que era el único que veíapasadoyfuturo.Conbenévolaintencióntomólapalabraydijo:

«Prestadmeahoraatención,itacenses,aloqueosvoyadecir.Porvuestramaldad,amigos,ocurrieronestascosas.Porquenomehicisteiscasoamí,niaMéntor, pastor de pueblos, para detener las locuras de vuestros hijos, quesegaban los bienes ydeshonraban a la esposadeunhombremagnífico, queafirmabanqueno ibaavolver. ¡Hacedloahora,escuchadme, talcomoyoosdigo!¡Novayamos,paraquenadieencuentreunadesgraciabuscada!».

Así dijo. Los unos semarcharon con gran griterío,más de lamitad: losotrossequedaroncongregadosallí.Alosprimerosnolesgustó,ensucorazón,el último consejo, sino que obedecían al de Eupites, y al momento seabalanzaronenbuscadesusarmas.Despuésdehaberrevestidoel relucientebronce, se reunieron en pelotón ante la espaciosa ciudad. A éstos loscapitaneabaEupitesconinsensatoempeño.Sefigurabaélqueibaavengarlamuertedesuhijo;peronoregresaría,sinoqueibaallíalencuentrodeunfataldestino.

Porotrolado,AteneahablabaconZeusCrónida:

«Padre nuestroCrónida, elmás sublime de los poderosos, contesta amipregunta:¿qué lateenel interiorde tumente?¿Llevarásmás lejos ladañinaguerra y la cruel contienda, o vas a reimplantar la amistad entre unos yotros?».

RespondiéndoleaellaledijoZeusqueamontonalasnubes:

«Hija mía, ¿por qué sobre eso me preguntas e interrogas? ¿Acaso nodecidistetúmismaeseplandequeOdiseocastigaraaésosasuregreso?Actúacomoquieras.Peroteadvertiréloquemeparececonveniente.PuestoqueyaOdiseohadadocastigoalospretendientes,quepactenjuramentoslealesyélreineparasiempre.Ynosotros,pornuestraparte, facilitemoselolvidode lamatanzadehijosyhermanos.Queconvivanenamistadlosunosylosotros,comoenelpasado,yquehayaprosperidadypazenabundancia».

Diciendo esto apremió a Atenea, que ya lo deseaba, y ella descendió

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precipitándosedesdelascimasdelOlimpo.

Cuando ya habían ellos saciado el apetito de sabrosa comida, tomó lapalabraelmuysufridodivinoOdiseo:

«Quealgunosalgaaojearsiacasoyaseestánacercando».

Asíhabló.Salióunode loshijosdeDolio, segúnsusórdenes, separóalcruzarelumbralylosvioatodosyacerca.AlmomentodirigióaOdiseosuspalabrasaladas:

«Yaavanzanelloscerca.Conquearmémonosatodaprisa».

Asídijo.Ellos se aprestarony revistieron susarmas, los cuatroque ibanconOdiseo y los seis hijos deDolio. TambiénLaertes yDolio tomaron lasarmas,aunqueeranyacanosos,combatientespornecesidad.Luego,encuantosehubieronequipadosuscuerposconelbrillantebronce,abrieronlaspuertasysalieron.AlfrenteibaOdiseo.

AsuladoacudiólahijadeZeus,Atenea,queseasemejabaaMéntorenlafiguray lavoz.Alverla se alegróelmuy sufridodivinoOdiseo,y alpuntohablóasuqueridohijoTelémaco:

«Telémaco,vasademostrarahora,encontrándotetúmismoenelcombateguerrerodondesedistinguenlosmejores,quenodeslucesennadalaestirpede tus padres, quedesde antañonos hemosdistinguido en toda la tierra pornuestrovaloryhombría».

Lerespondió,asuvez,eljuiciosoTelémaco:

«Vas a ver, si estás dispuesto, querido padre, que por mi coraje noavergonzaréatuestirpe,comomeexiges».

Asíhabló,Laertesseregocijóydijoestaspalabras:

«¡Quégrandíaesésteparamí,queridos!¡Cuántomealegro!¡Mihijoyelhijodemihijorivalizanenvalor!».

LlegójuntoaélAteneadeojosglaucosyledijo:

«¡Arcisíada, el más querido con mucho de mis camaradas, invoca a lavirgendeojosglaucosyaZeusPadre,blandebienyarrojaprontotulanzadelargasombra!».

Así habló y le infundió gran impulsoPalasAtenea. Invocandopues a lahijadelgranZeus,blandióluegoyarrojólalanzadelargasombra,yalcanzóaEupitessobreelcascodemejillasdebronce.Éstenodetuvoelgolpe,sinoquelalanzaloatravesó.Retumbóalcaerysobreélresonaronsusarmas.AtacaronalosdelaprimerafilaOdiseoysuilustrehijo.Losgolpeabanconsusespadasy sus picas de doble filo. Y allí los habrían matado a todos y privado de

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retorno,denoserporAtenea,lahijadeZeusportadordelaégida,queclamóconunalaridoydetuvoatodalatropa.

«¡Parad, itacenses, la mortífera refriega, y así, sin más sangre, separaosenseguida!».

AsídijoAtenea.Aelloslosdominóelpálidoterror.Delasmanosdetodos,asustados,sedesprendieronlasarmasycayeronalsuelotodas,aldarsugritoladiosa.Ycomenzarona regresara laciudad,contentosdeseguirconvida.UntremendogritodeataquedioelmuysufridodivinoOdiseoyavanzóconunsalto,comounáguiladeelevadovuelo.PeroalpuntoelCrónidalanzóunfulminante rayo,quecayódelantedeAteneadeglaucosojos.Yentonces ladiosadeojosglaucos,Atenea,ledijoaOdiseo:

«Laertíadadeestirpedivina,Odiseodemuchosardides,párate,calmaesafuriadeguerraquea todosseextiende,noseaquesequedeirritadocontigoZeusdevoztonante».

Así habló Atenea, y él la obedeció, y quedó alegre en su ánimo. Y, denuevo,asegurólosjuramentosentreunosyotrosPalasAtenea,lahijadeZeusportadordelaégida,quesemostrabaallísemejanteaMéntorensufiguraysuvoz.