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De la ortodoxia católica Época II, año VII, número II Marzo - Abril 2009. Moderador: David Amado Fernández. Introductio El pasado 17 de febrero falleció el Profesor Francisco Canals Vidal. Como homenaje a este maestro, e-aquinas ha decidido dedicar este número a uno de sus temas predilectos: la ortodoxia católica. Uno de sus libros fue, precisamente, Los siete primeros concilios. La formulación de la ortodoxia católica (Scire, 2003). Fue en los Concilios principalmente donde, frente a desviaciones doctrinales, se asentaron afirmaciones fundamentales de la fe cristiana, tales como la divinidad de Jesucristo y del Espíritu Santo, la verdad plena de la humanidad del Verbo encarnado, o la maternidad divina de María; verdades éstas que no tienen un mero interés especulativo, sino que interesan directamente a la comprensión de la salvación y divinización del hombre. Como afirmaba el Prof. Canals, "es legítimo que yo reconozca que he encontrado en el estudio de Santo Tomás de Aquino una guía luminosa para la comprensión de la dogmática trinitaria y cristológica, tal como vive en la enseñanza del magisterio y en el sentido de la fe del pueblo cristiano ... Lejos de negar, afirmo que creo haber aprovechado el estudio de santo Tomás para situarme en la actitud que llevó a la comprensión de las verdades dogmáticas enseñadas en aquellos siete concilios". e-aquinas, siguiendo al maestro Canals, propone para los meses de marzo y abril el estudio de la naturaleza de la ortodoxia Revista e-aquinas. ISSN 1695-6363 . Época II, año VII, número II Marzo - Abril 2009, página 1 de 29

La Ortodoxia Catolica

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La Ortodoxia Catolica

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  • De la ortodoxia catlicapoca II, ao VII, nmero II Marzo - Abril 2009.

    Moderador: David Amado Fernndez.

    Introductio

    El pasado 17 de febrero falleci el Profesor Francisco Canals Vidal.Como homenaje a este maestro, e-aquinas ha decidido dedicar estenmero a uno de sus temas predilectos: la ortodoxia catlica. Uno desus libros fue, precisamente, Los siete primeros concilios. Laformulacin de la ortodoxia catlica (Scire, 2003). Fue en los Conciliosprincipalmente donde, frente a desviaciones doctrinales, se asentaronafirmaciones fundamentales de la fe cristiana, tales como la divinidadde Jesucristo y del Espritu Santo, la verdad plena de la humanidad delVerbo encarnado, o la maternidad divina de Mara; verdades stas queno tienen un mero inters especulativo, sino que interesan directamentea la comprensin de la salvacin y divinizacin del hombre. Comoafirmaba el Prof. Canals, "es legtimo que yo reconozca que heencontrado en el estudio de Santo Toms de Aquino una gua luminosapara la comprensin de la dogmtica trinitaria y cristolgica, tal comovive en la enseanza del magisterio y en el sentido de la fe del pueblocristiano ... Lejos de negar, afirmo que creo haber aprovechado elestudio de santo Toms para situarme en la actitud que llev a lacomprensin de las verdades dogmticas enseadas en aquellos sieteconcilios". e-aquinas, siguiendo al maestro Canals, propone para losmeses de marzo y abril el estudio de la naturaleza de la ortodoxia

    Revista e-aquinas. ISSN 1695-6363 . poca II, ao VII, nmero II Marzo - Abril 2009, pgina 1 de 29

  • catlica a la luz del Doctor Comn de la Iglesia, Santo Toms deAquino.

    Revista e-aquinas. ISSN 1695-6363 . poca II, ao VII, nmero II Marzo - Abril 2009, pgina 2 de 29

  • LECTIO

    VERBA DOCTORIS

    David Amado Fernndez cit el 2 de Marzo de 2009: Toms de Aquino, Summa Theologiae II-II, q.1, a.10

    Objeciones por las que parece que no compete al Romano Pontfice la constitucin del Smbolo:1. Se hace necesaria nueva redaccin del Smbolo, como hemos dicho (a.9 ad 2), cuando se debe ofrecer unaexplicitacin de los artculos de la fe. En el Antiguo Testamento, los artculos de la fe se iban explicitando ms yms en el transcurso del tiempo, porque la verdad de fe se iba manifestando cada vez ms a medida que seacercaba a Cristo, segn hemos expuesto tambin (a.7). Cuando dej de existir esa causa en la ley nueva, sehizo innecesaria esa mayor explicitacin de los artculos. Por lo tanto, no parece que sea competencia delRomano Pontfice nueva promulgacin del Smbolo.

    2. Lo que est prohibido por la Iglesia universal bajo anatema, no se halla bajo el poder de hombre alguno. Ahorabien, toda nueva redaccin del Smbolo est prohibida por la autoridad de la Iglesia, como consta en las actas delconcilio primero de Efeso: Reledo el smbolo del concilio de Nicea, decret el Santo Snodo que a nadie se lepermita ensear, escribir o componer otra fe que no sea la definida por los Santos Padres reunidos en icea porel Espritu Santo. A estas palabras se aade la pena de anatema y se reitera nuevamente en el concilio deCalcedonia. Parece, pues, que la redaccin de un nuevo Smbolo est por encima de la autoridad del RomanoPontfice.

    3. Adems, San Atanasio no fue Romano Pontfice, sino patriarca de Alejandra. No obstante, elabor unSmbolo que todava se canta hoy en la Iglesia. No parece, pues, que la publicacin del Smbolo sea mscompetencia del Romano Pontfice que de otros.

    Contra esto: est el hecho de que la composicin del Smbolo se hizo en un concilio general, concilio cuyaconvocatoria incumbe solamente a la autoridad del Sumo Pontfice, segn consta en el Decreto.

    Respondo: Como ya hemos expuesto (a.9 ad 2), una nueva redaccin del Smbolo se hace necesaria para evitarlos errores que vayan surgiendo. Incumbe, pues, la publicacin de un nuevo Smbolo a la autoridad a la quecompete determinar por sentencia las cosas que son de fe, para que sean mantenidas inalterablemente portodos. Eso compete a la autoridad del Sumo Pontfice, a quien conciernen como se afirma en el Decreto lascuestiones mayores y ms difciles de la Iglesia . De ah tambin que el Seor diga a Pedro: Yo he rogado por tipara que tu fe no desfallezca. Y t, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos (Lc 22,32). La razn de estoes que no debe haber ms que una fe en toda la Iglesia, a tenor de las palabras del Apstol: Que tengis todos elmismo sentir y no haya entre vosotros disensiones (1 Cor 1,10).Esa necesidad no queda, sin embargo, salvaguardada sino cuando, al surgir una cuestin en materia de fe,queda zanjada por el que est al frente de la Iglesia, para que de esa manera su sentencia sea mantenida portodos. En consecuencia, incumbe de manera exclusiva al Sumo Pontfice la redaccin de un nuevo Smbolo, lomismo que cualquier otra cosa que afecte a la Iglesia universal, como convocar un concilio general y cosassemejantes.A las objeciones:1. La verdad de fe se encuentra suficientemente explicada en la enseanza de Cristo y de los apstoles. Pero,dado que los hombres malvados, como se lee en San Pedro, pervierten para su perdicin (2 Pe 3,16) la doctrinaapostlica y las dems escrituras, esto hace necesaria, en el transcurso de los tiempos, una explicitacin de la fefrente a los errores que vayan apareciendo.

    2. La prohibicin y el anatema del snodo abarca a las personas privadas, a las que no concierne ladeterminacin de la fe. Es evidente que semejante decisin del snodo general no recorta el poder del siguientepara ofrecer una nueva publicacin del Smbolo, Smbolo que en realidad no contiene otra fe distinta, sino lamisma, pero ms explcita. Esto es, en verdad, lo que han procurado los snodos: que el siguiente expusiera algo

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  • ms que lo hecho en el anterior, segn lo exigiera la aparicin de alguna nueva hereja. De ah que seaincumbencia del Sumo Pontfice, que con su autoridad convoca el concilio y con su resolucin lo confirma.

    3. San Atanasio no redact la exposicin de la fe en forma de Smbolo, sino ms bien en forma de enseanzadoctrinal. Esto lo demuestra de manera evidente su misma forma de expresarse. Mas, dado que su enseanzacontena de forma concisa la verdad ntegra de la fe, fue aceptada como norma de fe por la autoridad del SumoPontfice.http://www.corpusthomisticum.org/sth3001.html

    COMMENTARIA

    Mario Caponnetto respondi el 2 de Marzo de 2009:

    Estimados amigos:Este artculo 10 de la Cuestin Primera de la Secunda Secundae de la Summa Theologiae es de granuna riqueza y solidez doctrinales. Constituye, sin duda, una rotunda afirmacin de la infalible autoridaddel Papa en materia de Fe. Lo que el Santo Doctor asienta en este texto es la clara y firme proclamacinde la funcin infalible del Papa y de la Iglesia en la conservacin, proposicin y declaracin de losdogmas divinamente revelados.El texto nos ilustra, tambin, respecto de otro punto fundamental: las renovadas redacciones delSmbolo (nova edita symboli) son necesarias para evitar los errores que van surgiendo a lo largo de lavida de la Iglesia (ad vitandum insurgentes errores). Conviene detenerse en esta cuestin: la experiencia nos dice que la presencia del error, dentro y fuerade la Iglesia, es constante. Es parte de la vida misma de la Iglesia. Esta presencia nos pone frente a unadramtica tensin que, en definitiva, slo puede entenderse en el marco de la Gran Batalla entre las dosCiudades, entrevista por el genio del de Hipona. Por eso la vigilancia de los Sumos Pontfices es,tambin, constante y omnipresente.Vivimos das en lo que el error arrecia, fuera y dentro de la Barca, con furia singular. Meditemos, pues,en estas verdades que nos ensea el Anglico para que ellas nos sostengan. Pidamos, adems, por elSanto Padre cuya autoridad ha sido y es tan insolentemente cuestionada por pseudos telogos y anpor algunos episcopados (vg. Hans Kung et alt.).Un cordial saludo.

    Jorge Andregnette respondi el 2 de Marzo de 2009:

    Nunca tan oportuno un tema como el que abordamos,en especial en estos das de cuestionamientosseveros de la autoridad del Santo Padre.Dramtica situacin la de esta tensin,"dentro y fuera de laBarca"como bien seala Mario,en que asistimos,estupefactos,a las opiniones y desencuentros por ellevantamiento de la excomunin a los obispos de la Fraternidad San Po X,la cuestin del"negacionismo",etc.,en medio de los cuales hemos escuchado,-aun dentro del seno de la Iglesia,-gravesacusaciones, o mas bien severos cuestionamientos,como digo, de la autoridad de S.S.BenedictoXVI,acusando a este,aunque parezca increble, de actitudes que rondaran lo pecaminoso,-por lo menosen sede de omisin,-ante la alegada falta de claridad en sus palabras-as,dicho todo en su crudeza ydramatismo.Nunca como ahora,estimados amigos,tan necesaria la oracin primero y la meditacinserena ante tanto desconcierto.Saludos cordiales.

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 3 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:Felicito al moderator fori por la eleccin del tema de este bimestre.A propsito de la enseanza establecida en el corpus de este artculo, record en seguida la publicacinde la Carta Apostlica a modo de Motu proprio titulada Ad tuendam fidem (para defender la fe) del 18 demayo de 1998 (Texto latino: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_30061998_ad-tuendam-fidem_lt.html;Texto castellano: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_30061998_ad-tuendam-fidem_sp.html) en la cual ya al comienzo se afirma:Ad tuendam fidem Catholicae Ecclesiae contra errores insurgentes ex parte aliquorum christifidelium,praesertim illorum qui in sacrae theologiae disciplinas studiose incumbunt, pernecessarium visum est

    Revista e-aquinas. ISSN 1695-6363 . poca II, ao VII, nmero II Marzo - Abril 2009, pgina 4 de 29

  • Nobis, quorum praecipuum munus est fratres suos in fide confirmare (cfr Lc 22, 32), ut in textumvigentium Codicis Iuris Canonici et Codicis Canonum Ecclesiarum Orientalium addantur normae, quibusexpresse imponatur officium servandi veritates definitive ab Ecclesiae Magisterio propositas, additamentione in sanctionibus canonicis ad eandem materiam spectantibus.PARA DEFENDER LA FE de la Iglesia Catlica contra los errores que surgen entre algunos fieles,sobre todo aquellos que se dedican al estudio de las disciplinas de la sagrada teologa, nos ha parecidoabsolutamente necesario a Nos, cuya tarea principal es la de confirmar a los hermanos en la fe (cf. Lc22,32), que en los textos vigentes del Cdigo de Derecho Cannico y del Cdigo de Cnones de lasIglesias Orientales, sean aadidas normas con las que expresamente se imponga el deber de conservarlas verdades propuestas de modo definitivo por el Magisterio de la Iglesia, haciendo mencin de lassanciones cannicas correspondientes a dicha materia.Estimado Jorge, s de su buena intencin al formular su comentario y con lo que dir no me interesasuplantar al moderator fori oficio por dems delicado-, pero uno de los ejemplos que Ud. seala enrelacin a la tensin fuera y dentro de la Barca hic et nunc me parece que no resulta el ms feliz. Entodo caso y no hablo ms del tema dado que puede tergiversar el motivo del foro de este bimestre- labatahola suscitada post-declaraciones no de la Fraternidad sino de Mons. Williamnson es en casi sutotalidad responsabilidad del mismo Williamson. l sabe muy bien o debera- con los bueyes que ara.Un saludo cordial para todos,Germn

    Jorge Andregnette respondi el 3 de Marzo de 2009:

    Estimado Alfredo: Bien est su exhortacin a no hablar mas del tema para no tergiversar elmotivo del foro,pero,sin perjuicio de ello,puede Ud.estar cierto,como lo est,-segn manifiesta,-de misbuenas intenciones al formular mi anterior comentario.Tom, no puedo negarlo,la inteligenteobservacin que hizo Mario al mencionar la tensin"dentro y fuera de la Barca",la que no podemosnegar ni ocultar,pues es un hecho incontrovertible.En lo que respecta a la probable "infelicidad"delejemplo,debo decirle que el caso me ha suscitado interrogantes.Que sentido tuvieron esasdeclaraciones de Mons.Williamson a que Ud alude?Era la oportunidad de manifestar eso,que no tenanada que ver con la anterior sancin que fue decretada contra la Fraternidad?Entonces?.TieneUd.respuesta a estas interrogantes?Parecera,pensando mal,que se busc un incidente que motivaradeclaraciones de Mons Williamson,y a su vez,respecto a estas ltimas,de S.S.Benedicto XVI.Estasdeclaraciones a continuacin,son criticadas o puestas en tela de juicio con severas apreciacionesrespecto a su postura,que personalmente no comparto,y as sigue el problema,confundiendo yagregando mas desconcierto,"en la Barca",siguiendo con la oportuna apreciacin.En lo que respecta a"los bueyes con que ara"Mons. Williamson,entiendo que este hombre tal vez fue sorprendido en subuena fe,aludiendo,como digo,a un tema que para nada tena relacin con el asunto de laFraternidad.Ahora bien,si cada vez que el mismo pone su mano a la mancera para la labranza tiene quetener cuidado con quienes van a tirar del til de trabajo,-a estar a sus palabras,-entonces estamos enuna situacin que no le hace bien a nadie.En el cuerpo,con el recuerdo de la carta paulina,"si un miebrosufre,con el sufren todos los miembros;"(1 Corintios 12,26.-)Mi mas cordial saludo,gracias por su aporte.

    Mario Caponnetto respondi el 4 de Marzo de 2009:

    Estimados amigos:Coincido con Germn en que es mejor no mentar ciertas cuestiones, dolorosamente actuales en los dasque corren, a fin de no desvirtuar el tratamiento del tema de este bimestre; tema que ha de ser tratado,como es costumbre en nuestro Foro, con objetividad y por encima de las turbulencias del da.Pero, para ser justos, si bien una parte de la responsabilidad por la batahola suscitada se ha de atribuira Monseor Williamson, a quien cabe calificar de falta de prudencia, sin embargo, se ha de convenir enque la mayor responsabilidad ha de atribuirse a los oscuros crculos del modernismo, presentes yactivsimos dentro de la Barca, en alianza con los enemigos seculares de Cristo y de su Iglesia. Ellosdesencadenaron esta tormenta y su objetivo no fue, ni es, otro que el Santo Padre.Serenemos nuestros nimos y, una vez ms, acudamos a la Consolatio Philosophiae atque Theologiae.Un cordial saludo.

    respondi el 5 de Marzo de 2009:

    El tema del bimestre me parece bien planteado por el moderador, los dos artculos de la Suma

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  • Teolgica expresan la ortodoxia desde el punto de vista externo e interno. Creo que se puede completarcon el artculo 9 de la II II q. 1, en el que Santo Toms explica que el Smbolo es un resumen de laSagrada Escritura. Esto est muy olvidado en la Teologa.En esta cuestin 1 de la II II Santo Toms estudia el objeto de la fe. En el artculo 9 trata de modotradendi articulos in symbolo, el modo en que se ponen los artculos en el smbolo. Y la primera dudaque se presenta es: Parece que es inconveniente poner los artculos de la fe en un Smbolo. Pues laregla de la fe es la Sagrada Escritura, a la que no se puede aadir ni quitar, como se dice en Deut. IV, 2no aadiris a la palabra que os hablo ni quitaris de ella. Por lo tanto fue ilcito constituir un smbolocomo regla de fe una vez publicada la Sagrada Escritura. (1)Aqu Santo Toms afirma claramente que la regla de la fe es la Escritura. Hasta el punto que pareceilcito establecer otra regla de fe una vez publicada la Escritura. La respuesta a esta dificultad es delmayor inters: A lo primero, por lo tanto, hay que decir que la verdad de fe se encuentra en la SagradaEscritura dispersa, y de varios modos, algunos oscuros; de forma que para sacar la verdad de fe de laSagrada Escritura se requiere largo estudio y ejercicio, a lo que no pueden llegar todos aquellos quenecesitan conocer la verdad de fe; de ellos muchos, ocupados en otros negocios, no se pueden dedicaral estudio. Y por eso fue necesario reunir sumariamente, de las sentencias de la Sagrada Escritura, algomanifiesto que se propusiera a todos para creer. Que, desde luego, no se aade a la Sagrada Escritura,sino, al contrario, se toma de ella. (2)(Nota. Debo aclarar que estudiar la Escritura para Santo Toms y los Padres es leerla desde elGnesis hasta el Apocalpsis intentando entenderla, y esto muchas veces. No tiene nada que ver conestudiar las ocurrencias de los hoy llamados escrituristas).Un cordial saludo.---------------------------------------(1) II-II q. 1 a. 9 arg. 1 Ad nonum sic proceditur. Videtur quodinconvenienter articuli fidei in symbolo ponantur. Sacra enim Scriptura est regula fidei, cui nec adderenec subtrahere licet, dicitur enim Deut. IV, non addetis ad verbum quod vobis loquor, neque auferetis abeo. Ergo illicitum fuit aliquod symbolum constituere quasi regulam fidei, post sacram Scripturam editam.(2) II-II q. 1 a. 9 ad 1 Ad primum ergo dicendum quod veritas fidei in sacra Scriptura diffuse continetur etvariis modis, et in quibusdam obscure; ita quod ad eliciendum fidei veritatem ex sacra Scriptura requiriturlongum studium et exercitium, ad quod non possunt pervenire omnes illi quibus necessarium estcognoscere fidei veritatem, quorum plerique, aliis negotiis occupati, studio vacare non possunt. Et ideofuit necessarium ut ex sententiis sacrae Scripturae aliquid manifestum summarie colligeretur quodproponeretur omnibus ad credendum. Quod quidem non est additum sacrae Scripturae, sed potius exsacra Scriptura assumptum.

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 8 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:La respuesta a la primera objecin de S. Th. II-II, q. 1, a. 10, afirma que dado quehay hombres malvados que pervierten para su perdicin la doctrina apostlica y las dems escrituras, sevuelve necesaria una explicitacin de la fe frente a los errores que vayan apareciendo -explanatio fideicontra insurgentes errores-.A propsito de esta explanatio, afirma Juan Pablo II en la Carta ApostlicaAd tuendam fidem:1. [].Este mismo Smbolo Niceno constantinopolitano est contenido en laProfesin de fe, elaborada posteriormente por la Congregacin para la Doctrina de la Fe(CONGREGATIO PRO DOCTRINA FIDEI, Professio Fidei et Iusiurandum fidelitatis in suscipiendo officionomine Ecclesiae exercendo, 9 Ianuarii 1989, in AAS 81 (1989) p.105), cuya emisin se impone demodo especial a determinados fieles cuando asumen algunos oficios relacionados directa oindirectamente con una ms profunda investigacin concerniente el mbito de la verdad sobre la fe y lascostumbres, o que estn vinculados con una potestad peculiar en el gobierno de la Iglesia.( Cf. Cdigode Derecho Cannico, can. 833).2. La Profesin de fe, debidamente precedida por el Smbolo Nicenoconstantinopolitano, contiene adems tres proposiciones o apartados, dirigidos a explicar las verdadesde la fe catlica que la Iglesia, en los siglos sucesivos, bajo la gua del Espritu Santo, que le enseartoda la verdad (Jn 16, 13), ha indagado o debe an indagar ms profundamente.( Cf. Cdigo deDerecho Cannico can. 747, 1; Cdigo de Cnones de las Iglesias Orientales, can. 595, 1).El primerapartado dice: Creo, tambin, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita otransmitida por la Tradicin, y que la Iglesia propone para ser credo, como divinamente revelado,mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y universal(Cf. SACROSANCTUMCONCILIUM OECUMENICUM VATICANUM II, Constitutio dogmatica Lumen gentium, De Ecclesia, n.25, 21 Novembris 1964, in AAS 57 (1965) pp. 29-31; Constitutio dogmatica Dei Verbum, De divinaRevelatione, 18 Novembris 1965, n. 5, in AAS 58 (1966) p. 819; CONGREGATIO PRO DOCTRINAFIDEI, Instructio Donum Veritatis, De ecclesiali theologi vocatione, 24 Maii 1990, n.15, in AAS 82 (1990)p. 1556). Este apartado afirma congruentemente lo que establece la legislacin universal de la Iglesia y

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  • se prescribe en los cann. 750 del Cdigo de Derecho Cannico(Cdigo de Derecho Cannico, can. 750)y 598 del Cdigo de Cnones de las Iglesias Orientales(Cdigo de Cnones de las Iglesias Orientales,can. 598).El tercer apartado, que dice: Me adhiero, adems, con religioso asentimiento de voluntad yentendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontfice o por el Colegio de los Obisposcuando ejercen el Magisterio autntico, aunque no tengan la intencin de proclamarlas con un actodefinitivo(Cf. CONGREGATIO PRO DOCTRINA FIDEI, InstructioDonum Veritatis, De ecclesiali theologivocatione, 24 Maii 1990, n. 17, in AAS 82 (1990) p. 1557), encuentra su lugar en los cann. 752 delCdigo de Derecho Cannico (Cdigo de Derecho Cannico, can. 752) y 599 del Cdigo de Cnones delas Iglesias Orientales(Cdigo de Cnones de las Iglesias Orientales, can. 599).3. Sin embargo, elsegundo apartado, en el cual se afirma: Acepto y retengo firmemente, asimismo, todas y cada una delas cosas sobre la doctrina de la fe y las costumbres, propuestas por la Iglesia de modo definitivo(10),no tiene un canon correspondiente en los cdigos de la Iglesia Catlica. Este apartado de la Profesinde Fe es de suma importancia, puesto que indica las verdades necesariamente conexas con la divinarevelacin. En efecto, dichas verdades, que, en la investigacin de la doctrina catlica, expresan unaparticular inspiracin del Espritu divino en la ms profunda comprensin por parte de la Iglesia de unaverdad concerniente la fe o las costumbres, estn conectadas con la revelacin sea por razoneshistricas sea por lgica concatenacin (cfr. http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_30061998_ad-tuendam-fidem_sp.html).A falta de tiempo para comentar lo que dice el Santo Padre, al menos suboeste texto suyo para que alguno ms versado en la materia levante el guante y lo haga.Como deca el P. Vallet: Tenemos un faro: ROMA.Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 10 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:Los destacados en mayscula son propios. Los textos de Pablo VI los tomo de http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/motu_proprio/documents/hf_p-vi_motu-proprio_19680630_credo_sp.html.Entre las nuevas redacciones del Smbolo que van surgiendo para evitar los errores que vayansurgiendo (NOVA EDITIO SYMBOLI NECESSARIA EST AD VITANDUM INSURGENTES ERRORES.Toms de Aquino, S. Th. II-II, q. 1, a. 10, c.) se destaca durante el siglo XX el Conocido CREDO DELPUEBLO DE DIOS de S. S. Pablo VI.Habiendo afirmado en el 1 que se dedic el Ao de la Fe con ocasin del XIX centenario del martirio delos Apstoles S. Pedro y S. Pablo, no slo con la intencin de testimoniar nuestra inquebrantablevoluntad de conservar ntegramente el depsito de la fe (cf. 1Tim 6,20), que ellos nos transmitieron, sinotambin con la de robustecer nuestro propsito de llevar la. misma fe a la vida en este tiempo en que laIglesia tiene que peregrinar era este mundo ms adelante afirma:3. Juzgamos adems que debemoscumplir el mandato confiado por Cristo a Pedro, de quien, aunque muy inferior en mritos, somossucesor; a saber: QUE CONFIRMEMOS EN LA FE A LOS HERMANOS (cf. Lc 22,32). Por lo cual,aunque somos conscientes de nuestra pequeez, con aquella inmensa fuerza de nimo que tomamosdel mandato que nos ha sido entregado, vamos a hacer una profesin de fe y a pronunciar una frmulaque comienza con la palabra creo, la cual, aunque no haya que llamarla verdadera y propiamentedefinicin dogmtica, sin embargo repite sustancialmente, CON ALGUNAS EXPLICACIONESPOSTULADAS POR LAS CONDICIONES ESPIRITUALES DE ESTA NUESTRA POCA, la frmulanicena: es decir, la frmula de la tradicin inmortal de la santa Iglesia de Dios.4. Bien sabemos, al haceresto, por qu perturbaciones estn hoy agitados, en lo tocante a la fe, algunos grupos de hombres. Loscuales no escaparon al influjo de un mundo que se est transformando enteramente, en el que tantasverdades son o completamente negadas o puestas en discusin. Ms an: VEMOS INCLUSO AALGUNOS CATLICOS COMO CAUTIVOS DE CIERTO DESEO DE CAMBIAR O DE INNOVAR. LaIglesia juzga que es obligacin suya no interrumpir los esfuerzos para penetrar ms y ms en losmisterios profundos de Dios, de los que tantos frutos de salvacin manan para todos, y, a la vez,proponerlos a los hombres de las pocas sucesivas cada da de un modo ms apto. Pero, al mismotiempo, HAY QUE TENER SUMO CUIDADO PARA QUE, MIENTRAS SE REALIZA ESTE NECESARIODEBER DE INVESTIGACIN, NO SE DERRIBEN VERDADES DE LA DOCTRINA CRISTIANA. SIESTO SUCEDIERA Y VEMOS DOLOROSAMENTE QUE HOY SUCEDE EN REALIDAD, ELLOLLEVARA LA PERTURBACIN Y LA DUDA A LOS FIELES NIMOS DE MUCHOS.[].7. As, pues,este da, elegido por Nos para clausurar el ao llamado de la fe, y en esta celebracin de los santosapstoles Pedro y Pablo, queremos prestar a Dios, sumo y vivo, EL OBSEQUIO DE LA PROFESINDE FE. Y como en otro tiempo, en Cesarea de Filipo, Simn Pedro, fuera de las opiniones de los

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  • hombres, confes verdaderamente, en nombre de los doce apstoles, a Cristo, Hijo del Dios vivo, ashoy su humilde Sucesor y Pastor de la Iglesia universal, en nombre de todo el pueblo de Dios, alza suvoz para dar un testimonio firmsimo a la Verdad divina, que ha sido confiada a la Iglesia para que laanuncie a todas las gentes.QUEREMOS QUE ESTA NUESTRA PROFESIN DE FE SEA LOBASTANTE COMPLETA Y EXPLCITA PARA SATISFACER, DE MODO APTO, A LA NECESIDAD DELUZ QUE OPRIME A TANTOS FIELES Y A TODOS AQUELLOS QUE EN EL MUNDO SEA CUALFUERE EL GRUPO ESPIRITUAL A QUE PERTENEZCAN BUSCAN LA VERDAD.Por tanto, paragloria de Dios omnipotente y de nuestro Seor Jesucristo, poniendo al confianza en el auxilio de laSantsima Virgen Mara y de los bienaventurados apstoles Pedro y Pablo, para utilidad espiritual yprogreso de la Iglesia, en nombre de todos los sagrados pastores y fieles cristianos, y en plenacomunin con vosotros, hermanos e hijos queridsimos, pronunciamos ahora esta profesin de fe.Unbotn, como suele decirse, basta de muestra: La Eucarista.24. Nosotros creemos que la misa que escelebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por elsacramento del orden, y que es ofrecida por l en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpomstico, es realmente el sacrificio del Calvario, que se hace sacramentalmente presente en nuestrosaltares. Nosotros creemos que, como el pan y el vino consagrados por el Seor en la ltima Cena seconvirtieron en su cuerpo y su sangre, que en seguida iban a ser ofrecidos por nosotros en la cruz, astambin el pan y el vino consagrados por el sacerdote se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo,sentado gloriosamente en los cielos; y creemos que la presencia misteriosa del Seor bajo la aparienciade aquellas cosas, que continan apareciendo a nuestros sentidos de la misma manera que antes, esverdadera, real y sustancial[30].25. EN ESTE SACRAMENTO, CRISTO NO PUEDE HACERSEPRESENTE DE OTRA MANERA QUE POR LA CONVERSIN DE TODA LA SUSTANCIA DEL PANEN SU CUERPO Y LA CONVERSIN DE TODA LA SUSTANCIA DEL VINO EN SU SANGRE,PERMANECIENDO SOLAMENTE NTEGRAS LAS PROPIEDADES DEL PAN Y DEL VINO, QUEPERCIBIMOS CON NUESTROS SENTIDOS. LA CUAL CONVERSIN MISTERIOSA ES LLAMADAPOR LA SANTA IGLESIA CONVENIENTE Y PROPIAMENTE TRANSUSTANCIACIN. CUALQUIERINTERPRETACIN DE TELOGOS QUE BUSCA ALGUNA INTELIGENCIA DE ESTE MISTERIO,PARA QUE CONCUERDE CON LA FE CATLICA, DEBE PONER A SALVO QUE, EN LA MISMANATURALEZA DE LAS COSAS, INDEPENDIENTEMENTE DE NUESTRO ESPRITU, EL PAN Y ELVINO, REALIZADA LA CONSAGRACIN, HAN DEJADO DE EXISTIR, DE MODO QUE, ELADORABLE CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, DESPUS DE ELLA, ESTN VERDADERAMENTEPRESENTES DELANTE DE NOSOTROS BAJO LAS ESPECIES SACRAMENTALES DEL PAN Y DELVINO[31], como el mismo Seor quiso, para drsenos en alimento y unirnos en la unidad de su Cuerpomstico [32].Por esto, en el 6 de su Encclica Mysterium fidei(http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_03091965_mysterium_sp.html) afirma:6. Mas para que nadie entienda errneamente este modo de presencia, que supera lasleyes de la naturaleza y constituye en su gnero el mayor de los milagros [50], es necesario escucharcon docilidad la voz de la iglesia que ensea y ora. Esta voz que, en efecto, constituye un eco perennede la voz de Cristo, nos asegura que Cristo no se hace presente en este sacramento sino por laconversin de toda la sustancia del pan en su cuerpo y de toda la sustancia del vino en su sangre;conversin admirable y singular, que la Iglesia catlica justamente y con propiedad llamatransustanciacin [51]. Realizada la transustanciacin, las especies del pan y del vino adquieren sinduda un nuevo significado y un nuevo fin, puesto que ya no son el pan ordinario y la ordinaria bebida,sino el signo de una cosa sagrada, y signo de un alimento espiritual; pero ya por ello adquieren unnuevo significado y un nuevo fin, puesto que CONTIENEN UNA NUEVA REALIDAD QUE CON RAZNDENOMINAMOS ONTOLGICA.Al respecto, ya haba afirmado en el 2:[]. En efecto, no se puedepongamos un ejemplo exaltar tanto la misa, llamada comunitaria, que se quite importancia a la misaprivada; ni insistir tanto en la naturaleza del signo sacramental como si el simbolismo, que ciertamentetodos admiten en la sagrada Eucarista, expresase exhaustivamente el modo de la presencia de Cristoen este sacramento; NI TAMPOCO DISCUTIR SOBRE EL MISTERIO DE LA TRANSUSTANCIACINSIN REFERIRSE A LA ADMIRABLE CONVERSIN DE TODA LA SUSTANCIA DEL PAN EN ELCUERPO DE CRISTO Y DE TODA LA SUSTANCIA DEL VINO EN SU SANGRE, CONVERSIN DE LAQUE HABLA EL CONCILIO DE TRENTO, DE MODO QUE SE LIMITAN ELLOS TAN SLO A LO QUELLAMAN TRANSIGNIFICACIN Y TRANSFINALIZACIN; COMO, FINALMENTE, NO SE PUEDEPROPONER Y ACEPTAR LA OPININ, SEGN LA CUAL EN LAS HOSTIAS CONSAGRADAS, QUEQUEDAN DESPUS DE CELEBRADO EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA, YA NO SE HALLAPRESENTE NUESTRO SEOR JESUCRISTO.Todos comprenden cmo en estas opiniones y en otrassemejantes, que se van divulgando, reciben gran dao la fe y el culto de la divina Eucarista.Estimo quevala la extensin el mensaje en vistas del texto comentado.Un saludo cordial,Germn Masserdotti

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  • Alfredo Germn Masserdotti respondi el 15 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:El destacado en maysculas es propio.Afirma Toms de Aquino: []. Incumbe,pues, la publicacin de un nuevo Smbolo a la autoridad a la que compete determinar por sentencia lascosas que son de fe, para que sean mantenidas inalterablemente por todos. Eso COMPETE A LAAUTORIDAD DEL SUMO PONTFICE, a quien conciernen como se afirma en el Decreto lascuestiones mayores y ms difciles de la Iglesia S. Th. II-II, q.1, a.10).Conviene, me parece, destacar lacompetencia del Sumo Pontfice en materia doctrinal, como sujeto distinto del colegio episcopal quepor otra parte, es l quien manda al interior del mismo- especialmente en nuestros das, en los cualesdesde hace ya varios aos tiene un creciente influjo la vetusta ideologa conciliarista. Digo vetusta,porque no surge en nuestros das. Con algo ms de tiempo y, sin nimo de desenfocar el tema de estebimestre, merece una consideracin histrica algo ms detallada. Pero lo cierto es que esta ideologaconciliarista en la actualidad se plasma en cierta idea de que el Papa sin la consulta necesaria segnlos conciliaristas, por cierto- al cuerpo episcopal que desde hace unos aos hasta la fecha cuenta conuna manera prudencial de organizacin como son las conferencias episcopales- al colegio de losobispos prcticamente no puede pronunciarse, en este caso, en cuestiones de fe y moral. Todo, segnestos idelogos, debera ser fruto del consenso, del acuerdo, del dilogo entre pares, entre cuyospares incluyen al mismo Papa. Pero el Papa no es un par entre pares, sino el jefe de todos ellos queest por sobre ellos.A propsito de las conferencias episcopales, Juan Pablo II en Apostolos suos(http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_22071998_apostolos-suos_sp.html) dej bien en claro que:Art. 1. Para que las declaraciones doctrinales de laConferencia de los Obispos a las que se refiere el n. 22 de la presente Carta constituyan un magisterioautntico y puedan ser publicadas en nombre de la Conferencia misma, es necesario que seanaprobadas por la unanimidad de los miembros Obispos o que, aprobadas en la reunin plenaria almenos por dos tercios de los Prelados que pertenecen a la Conferencia con voto deliberativo, obtenga larevisin (recognitio) de la Sede ApostlicaEl n. 22 de Apostolos suos dice:22. Al afrontar nuevascuestiones y al hacer que el mensaje de Cristo ilumine y gue la conciencia de los hombres para resolverlos nuevos problemas que aparecen con los cambios sociales, los Obispos reunidos en la ConferenciaEpiscopal ejercen juntos su labor doctrinal bien conscientes de los lmites de sus pronunciamientos, queno tienen las caractersticas de un magisterio universal, aun siendo oficial y autntico y estando encomunin con la Sede Apostlica. Por tanto, eviten con cuidado dificultar la labor doctrinal de losObispos de otros territorios, siendo conscientes de la resonancia que los medios de comunicacin socialdan a los acontecimientos de una determinada regin en reas ms extensas e incluso en todo elmundo.Dando por supuesto que el magisterio autntico de los Obispos, es decir, aquel que realizanrevestidos de la autoridad de Cristo, debe estar siempre en comunin con la Cabeza del Colegio y consus miembros,(83) si las declaraciones doctrinales de las Conferencias Episcopales son aprobadas porunanimidad, pueden sin duda ser publicadas en nombre de la Conferencia misma, y los fieles debenadherirse con religioso asentimiento del nimo a este magisterio autntico de sus propios Obispos. Sinembargo, si falta dicha unanimidad, la sola mayora de los Obispos de una Conferencia Episcopal nopuede publicar una eventual declaracin como magisterio autntico de la misma al que se deben adherirtodos los fieles del territorio, salvo que obtenga la revisin (recognitio) de la Sede Apostlica, que no ladar si la mayora no es cualificada. La intervencin de la Sede Apostlica es anloga a la exigida por elderecho para que la Conferencia Episcopal pueda emanar decretos generales.(84) La revisin(recognitio) de la Santa Sede sirve adems para garantizar que, al afrontar las nuevas cuestionesplanteadas por los rpidos cambios sociales y culturales caractersticos del tiempo presente, larespuesta doctrinal favorezca la comunin y no prejuzgue, sino que prepare, posibles intervenciones delmagisterio universal.Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 18 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:A propsito de la afirmacin de Santo Toms: La verdad de fe se encuentrasuficientemente explicada en la enseanza de Cristo y de los apstoles. Pero, dado que los hombresmalvados, como se lee en San Pedro, pervierten para su perdicin (2 Pe 3,16) la doctrina apostlica ylas dems escrituras, esto hace necesaria, en el transcurso de los tiempos, una explicitacin de la fefrente a los errores que vayan apareciendo (S. Th. II-II, q. 10, a. 10, ad 1) conviene tener en cuenta, anuestro parecer, el rol de colaboracin que cumplen los telogos en la tarea apostlica que tiene elSumo Pontfice de confirmar a sus hermanos en la verdad de la fe. En este sentido, la InstruccinDonum veritatis de la Congregacin para la Doctrina de la Fe (24 de marzo de 1990) es un documentoelocuente. Cito in extenso pues vale la pena hacerlo y para otro momento dejo cierto comentariopersonal:A. Las relaciones de colaboracin21. El Magisterio vivo de la Iglesia y la teologa, aun con

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  • funciones diversas, tienen en definitiva el mismo fin: conservar al pueblo de Dios en la verdad que hacelibres y hacer de l la luz de las naciones. Este servicio a la comunidad eclesial pone en relacinrecproca al telogo con el Magisterio. Este ltimo ensea autnticamente la doctrina de los Apstoles ysacando provecho del trabajo teolgico rechaza las objeciones y las deformaciones de la fe,proponiendo adems con la autoridad recibida de Jesucristo nuevas profundizaciones, explicaciones yaplicaciones de la doctrina revelada. La teologa, en cambio, adquiere, de modo reflejo, unacomprensin siempre mas profunda de la Palabra de Dios, contenida en la Escritura y transmitidafielmente por la tradicin viva de la Iglesia bajo la gua del Magisterio, se esfuerza por aclarar estaenseanza de 1a Revelacin frente a las instancias de la razn y, en fin, le da una forma orgni-ca ysistemtica20.22. La colaboracin entre el telogo y el Magisterio se realiza especialmente cuandoaquel recibe la misin cannica o el mandato de ensear. Esa se convierte entonces, en cierto sentido,en una participacin de la labor del Magisterio al cual est ligada por un vinculo jurdico. Las reglasdeontolgicas que de por si y con evidencia derivan del servicio a la palabra de Dios son corroboradaspor el compromiso adquirido por el telogo al aceptar su oficio y al hacer la profesin de fe y eljuramento de fidelidad21.A partir de ese momento tiene oficialmente la responsabilidad de presentar yexplicar con toda exactitud e integralmente, la doctrina de la fe.23. Cuando el Magisterio de la Iglesia sepronuncia de modo infalible declaran-do solemnemente que una doctrina est contenida en laRevelacin, la adhesin que se pide es la de la fe teologal. Esta adhesin se extiende a la enseanzadel magisterio ordinario y universal cuando propone para creer una doctrina de fe como de revelacindivina.Cuando propone de modo definitivo unas verdades referentes a la fe y a las costumbres, que,aun no siendo de revelacin divina, sin embargo estn estrecha e ntimamente ligadas con laRevelacin, deben ser firmemente aceptadas y mantenidas22.Cuando el Magisterio aunque sin laintencin de establecer un acto definitivo, ensea una doctrina para ayudar a una comprensin msprofunda de la Revelacin y de lo que explcita su contenido, o bien para llamar la atencin sobre laconformidad de una doctrina con las verdades de fe, o en fin para prevenir contra concepcionesincompatibles con esas verdades, se exige un religioso asentimiento de la voluntad y de lainteligencia23. Este ltimo no puede ser puramente exterior y disciplinar, sino que debe colocarse en lalgica y bajo el impulso de la obediencia de la fe.24. En fin, con el objeto de servir del mejor modoposible al pueblo de Dios. particularmente al prevenirlo en relacin con opiniones peligrosas que puedenllevar al error, el Magisterio puede intervenir sobre asuntos discutibles en los que se encuentranimplicados, junto con principios seguros, elementos conjeturales y contingentes. A menudo slodespus de un cierto tiempo es posible hacer una distincin entre lo necesario y lo contingente.Lavoluntad de asentimiento leal a esta enseanza del Magisterio en materia de por si no irreformable debeconstituir la norma. Sin embargo puede suceder que el telogo se haga preguntas referentes, segn loscasos, a la oportunidad, a la forma o incluso al contenido de una intervencin. Esto lo impulsar sobretodo a verificar cuidadosamente cul es la autoridad de estas intervenciones, tal como resulta de lanaturaleza de los documentos, de la insistencia al proponer una doctrina y del modo mismo deexpresarse24.En este mbito de las intervenciones de orden prudencial, ha podido suceder que algunosdocumentos magisteriales no estuvieran exentos de carencias. Los pastores no siempre han percibidode inmediato todos los aspectos o toda la complejidad de un problema. Pero sera algo contrario a laverdad si, a partir de algunos determinados casos, se concluye-ra que el Magisterio de la Iglesia sepuede engaar habitualmente en sus juicios prudenciales, o no goza de la asistencia divina en elejercicio integral de su misin. En realidad el telogo, que no puede ejercer bien su tarea sin una ciertacompetencia histrica, es consciente de la decantacin que se realiza con el tiempo. Esto no debeentenderse en el sentido de una relativizacin de los enunciados de la fe. El sabe que algunos juiciosdel Magisterio podan ser justificados en el momento en el que fueron pronunciados, porque lasafirmaciones hechas contenan aserciones verdaderas profundamente enlazadas con otras que no eranseguras. Solamente el tiempo ha permitido hacer un discernimiento y, despus de serios estudios, lograrun verdadero progreso doctrinal.25. Aun cuando la colaboracin se desarrolle en las mejorescondiciones, no se excluye que entre el telogo y el Magisterio surjan algunas tensiones. El significadoque se confiere a estas ltimas y el espritu con el que se las afronta no son realidades sin importancia:si las tensiones no brotan de un sentimiento de hostilidad y de oposicin, pueden representar un factorde dinamismo y un estmulo que incita al Magisterio y a los telogos a cumplir sus respectivas funcionespracticando el dilogo.26. En el dilogo debe prevalecer una doble regla: cuando se pone en tela dejuicio la comunin de la fe vale el principio de la unitas veritatis; cuando persisten divergencias que nola ponen en tela de juicio, debe salvaguardarse la unitas caritatis.27. Aunque la doctrina de la fe noest en tela de juicio, el telogo no debe presentar sus opiniones o sus hiptesis divergentes como si setratara de conclusiones indiscutibles. Esta discrecin est exigida por el respeto a la verdad, comotambin por el respeto al pueblo de Dios (cf. Rm 14, 1-15; 1 Co 8, 10. 23-33). Por esos mismos motivosha de renunciar a una intempestiva expresin pblica de ellas.28. Lo anterior tiene una aplicacinparticular en el caso del telogo que encontrara serias dificultades, por razones que le parecen

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  • fundadas, a acoger una enseanza magisterial no irreformable.Un desacuerdo de este gnero no podraser justificado si se fundara exclusivamente sobre el hecho de que no es evidente la validez de laenseanza que se ha dado, o sobre la opinin de que la posicin contraria es ms probable. De igualmanera no sera suficiente el juicio de la conciencia subjetiva del telogo, porque sta no constituye unainstancia autnoma y exclusiva para juzgar la verdad de una doctrina.29. En todo caso no podr faltaruna actitud fundamental de disponibilidad a acoger lealmente la enseanza del Magisterio, que seimpone a todo creyente en nombre de la obediencia de fe. El telogo deber esforzarse porconsiguiente a comprender esta enseanza en su contenido, en sus razones y en sus motivos. A estatarea deber consagrar una reflexin profunda y paciente, dispuesto a revisar sus propias opiniones y aexaminar las objeciones que le hicieran sus colegas.30. Si las dificultades persisten no obstante unesfuerzo leal, constituye un deber del telogo hacer conocer a las autoridades magisteriales losproblemas que suscitan la enseanza en s misma las justificaciones que se proponen sobre ella otambin el modo como ha sido presentada. Lo har con espritu evanglico, con el profundo deseo deresolver las dificultades. Sus objeciones podrn entonces contribuir a un verdadero pro-greso,estimulando al Magisterio a proponer la enseanza de la Iglesia de modo ms profundo y mejorargumentada.En estos casos el telogo evitar recurrir a los medios de comunicacin en lugar dedirigirse a la autoridad responsable, porque no es ejerciendo una presin sobre la opinin pblica comose. contribuye a la clarificacin de los problemas doctrinales y se sirve a la verdad.31. Puede sucederque, al final de un examen serio y realizado con el deseo de escuchar sin reticencias la enseanza delMagisterio, permanezca la dificultad. porque los argumentos en sentido opuesto le parecen prevalentesal telogo. Frente a una afirmacin sobre la cual siente que no puede dar su adhesin intelectual, sudeber consiste en permanecer dispuesto a examinar ms profundamente el problema.Para un esprituleal y animado por el amor a la Iglesia, dicha situacin cierta-mente representa una prueba difcil. Puedeser una invitacin a sufrir en el silencio y la oracin, con la certeza de que si la verdad estverdaderamente en peligro, terminar necesariamente imponindose.Cito por la web demultimedios.org: http://multimedios.org/docs/d000425/ dado que en el sito web de la Santa slo figura laversin inglesa del documento referido.Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    respondi el 19 de Marzo de 2009:

    Estimado D. German, tengo que manifestarle mi desacuerdo con su planteamiento y, en consecuencia,con documentos del Magisterio Ordinario de la Iglesia. La funcin del Papa es "confirmar en la fe,cuando se convierta", y la de los telogos estudiar las Escrituras, ver cmo se plasman en la vida de laIglesia y ensear la doctrina en su pureza.Exntender la infalibilidad del Papa a todas sus palabras, ycosntituirlo en fuente de la Teologa, es una prueba de que la Teologa hace siglos que dej de existir,como dijo Benedicto XVI en Ratisbona.El asunto es duro, pero creo que hay que afrontarlo de una vez,porque la fe la hemos convertido en algo irracional con el nico fundamento en el Papa. Y no se trata delamor al sucesor de San Pedro, como ensea la doctrina catlica, sino en algo rayano en un ciertofanatismo.Un cordial saludo.

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 20 de Marzo de 2009:

    Estimado D. Rafael:Le agradezco si puede explicar sus afirmaciones del 19 de marzo, dado su carctergratuito y sin respaldo en los textos. Me refiero en concreto a las siguientes:"Exntender la infalibilidad delPapa a todas sus palabras, y cosntituirlo en fuente de la Teologa, es una prueba de que la Teologahace siglos que dej de existir, como dijo Benedicto XVI en Ratisbona. El asunto es duro, pero creo quehay que afrontarlo de una vez, porque la fe la hemos convertido en algo irracional con el nicofundamento en el Papa. Y no se trata del amor al sucesor de San Pedro, como ensea la doctrinacatlica, sino en algo rayano en un cierto fanatismo".Al menos a quien le responde y estimo que a varios de los que suelen participar en este foro no se leaplican sus dichos.Lo que se afirma gratuitamente se refuta gratuitamente. Alguna vez me aconsejaron, como suele decirseen mi pas, no "engancharme" en el "rollo" ajeno -"rollo" es otra expresin argentina, que en este casosignifica algo as como "complicaciones"-. Me resulta por dems saludable el consejo. Procuro privilegiarla sensatez a la erudicin.Un saludo cordial para todos y en especial para D. Rafael,Germn Masserdotti

    respondi el 21 de Marzo de 2009:

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  • Estimado D. Germn, seguir el consejo que usted no sigui, no voy a engancharme en rollos ajenos. Sia algn forista le interesa mi mensaje, ah lo tiene.Un cordial saludo.

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 22 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:Los destacados en mayscula son propios. Por falta de tiempo no traduzco los textos de Santo Toms.Tal vez algn benvolo participante y ms perito en el estudio de la Sagrada Escritura lo pueda hacer.Toms, al momento de argumentar en favor de la competencia del Sumo Pontfice en la constitucin delSmbolo, trae un texto de la Sagrada Escritura que es 1 Co 1, 10: Que tengis todos el mismo sentir yno haya entre vosotros disensiones.A propsito de este texto, resulta interesante, en la misma lnea argumentativa del Santo, traer a cuentoel comentario que hace el mismo Toms a ese pasaje de la Sagrada Escritura.Afirma el Aquinate que el Apstol induce a los corintios AD CONCORDIAM, cum dicit ut idipsum dicatisomnes, id est, OMNES EAMDEM FIDEM CONFITEAMINI, et eamdem sententiam proferatis de his quaesunt communiter agenda.Y agrega: Secundo prohibet vitium contrarium virtuti, cum dicit et non sint in vobis schismata, quiaUNITAS ECCLESIASTICA DIVIDI NON DEBET, in cuius signum milites de tunica inconsutili, Io. XIX, 24dixerunt: non scindamus eam, sed sortiamur de ea cuius sit. SUNT AUTEM PROPRIE SCHISMATA,QUANDO, VEL PROPTER DIVERSAM FIDEI CONFESSIONEM, VEL PROPTER DIVERSASSENTENTIAS DE AGENDIS, HOMINES UNIUS COLLEGII IN DIVERSAS SEPARANTUR PARTES. Is.XXII, v. 9: scissuras civitatis David videbitis, quia multiplicatae sunt.Por ltimo, concluye su comentario Toms diciendo:Tertio inducit eos ad id per quod possunt schismatavitare, scilicet ad perfectionem. EST ENIM DIVISIONIS CAUSA, DUM UNUSQUISQUE PARTIALEBONUM QUAERIT, PRAETERMISSO PERFECTO BONO, QUOD EST BONUM TOTIUS. Et ideo dicitsitis autem perfecti in eodem sensu, scilicet quo iudicatur de agendis, et in eadem scientia, qua iudicaturde cognoscendis, quasi dicat: PER HAEC PERFECTI ESSE POTERITIS, SI IN UNITATEPERSISTATIS. Col. III, 14: SUPER OMNIA CHARITATEM HABETE, QUOD EST VINCULUMPERFECTIONIS. Matth. V, 48: estote perfecti sicut pater vester caelestis perfectus est.A propsito de la relacin entre la caridad y la verdad, el actual Sumo Pontfice Benedicto XVI dijo el 5de abril de 2006 en una Audiencia general:Considerando la Iglesia naciente, podemos descubrir dos aspectos en ella: el primero lo pone derelieve san Ireneo de Lyon, mrtir y gran telogo de finales del siglo II, el primero que elabor unateologa de algn modo sistemtica. San Ireneo escribe: "Donde est la Iglesia, est tambin el Espritude Dios; y donde est el Espritu de Dios, est la Iglesia y toda gracia, pues el Espritu es verdad"(Adversus haereses, III, 24, 1: PG 7, 966). As pues, hay un vnculo ntimo entre el Espritu Santo y laIglesia. El Espritu Santo construye la Iglesia y le dona la verdad; como dice san Pablo, derrama el amoren el corazn de los creyentes (cf. Rm 5, 5). Pero hay tambin un segundo aspecto. ESTE VNCULO NTIMO CON EL ESPRITU NO ANULANUESTRA HUMANIDAD CON TODA SU DEBILIDAD; AS, LA COMUNIDAD DE LOS DISCPULOSDESDE EL INICIO EXPERIMENTA NO SLO LA ALEGRA DEL ESPRITU SANTO, LA GRACIA DELA VERDAD Y DEL AMOR, SINO TAMBIN LA PRUEBA, CONSTITUIDA SOBRE TODO POR LOSCONTRASTES EN LO QUE ATAE A LAS VERDADES DE FE, CON LAS CONSIGUIENTESLACERACIONES DE LA COMUNIN. Del mismo modo que la comunin del amor existe desde el inicio y existir hasta el final (cf. 1 Jn 1, 1ss), as por desgracia desde el inicio existe tambin la divisin. No debe sorprendernos que exista ladivisin tambin hoy: "Salieron de entre nosotros dice la primera carta de san Juan; pero no erande los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habran permanecido con nosotros. Pero sucedi aspara poner de manifiesto que no todos son de los nuestros" (1 Jn 2, 19). As pues, EN LAS VICISITUDES DEL MUNDO Y TAMBIN EN LAS DEBILIDADES DE LA IGLESIA,SIEMPRE EXISTE EL PELIGRO DE PERDER LA FE Y, POR TANTO, TAMBIN DE PERDER ELAMOR Y LA FRATERNIDAD. POR CONSIGUIENTE, QUIEN CREE EN LA IGLESIA DEL AMOR YQUIERE VIVIR EN ELLA TIENE EL DEBER PRECISO DE RECONOCER TAMBIN ESTE PELIGRO YACEPTAR QUE NO ES POSIBLE LA COMUNIN CON QUIEN SE HA ALEJADO DE LA DOCTRINADE LA SALVACIN (CF. 2 JN 9-11). La primera carta de san Juan muestra bien que la Iglesia naciente era plenamente consciente de estasposibles tensiones en la experiencia de la comunin: en el Nuevo Testamento ninguna voz se alz conmayor fuerza para poner de relieve la realidad y el deber del amor fraterno entre los cristianos, pero esa

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  • misma voz se dirige con drstica severidad a los adversarios, que fueron miembros de la comunidad yahora ya no lo son. LA IGLESIA DEL AMOR ES TAMBIN LA IGLESIA DE LA VERDAD, ENTENDIDA ANTE TODO COMOFIDELIDAD AL EVANGELIO ENCOMENDADO POR EL SEOR JESS A LOS SUYOS. LAFRATERNIDAD CRISTIANA NACE DEL HECHO DE HABER SIDO CONSTITUIDOS HIJOS DELMISMO PADRE POR EL ESPRITU DE LA VERDAD: "TODOS LOS QUE SON GUIADOS POR ELESPRITU DE DIOS SON HIJOS DE DIOS" (RM 8, 14). PERO LA FAMILIA DE LOS HIJOS DE DIOS,PARA VIVIR EN LA UNIDAD Y EN LA PAZ, NECESITA ALGUIEN QUE LA CONSERVE EN LAVERDAD Y LA GUE CON DISCERNIMIENTO SABIO Y AUTORIZADO: ES LO QUE EST LLAMADOA HACER EL MINISTERIO DE LOS APSTOLES. Aqu llegamos a un punto importante. LA IGLESIA ES TOTALMENTE DEL ESPRITU, PERO TIENEUNA ESTRUCTURA, LA SUCESIN APOSTLICA, A LA QUE COMPETE LA RESPONSABILIDAD DEGARANTIZAR LA PERMANENCIA DE LA IGLESIA EN LA VERDAD DONADA POR CRISTO, DE LAQUE DERIVA TAMBIN LA CAPACIDAD DEL AMOR. El primer sumario de los Hechos de los Apstoles expresa con gran eficacia la convergencia de estosvalores en la vida de la Iglesia naciente: "Acudan asiduamente a la enseanza de los apstoles, a lacomunin (koinona), a la fraccin del pan y a las oraciones" (Hch 2, 42). La comunin nace de la fesuscitada por la predicacin apostlica, se alimenta con el partir el pan y la oracin, y se manifiesta en lacaridad fraterna y en el servicio. Estamos ante la descripcin de la comunin de la Iglesia naciente conla riqueza de su dinamismo interior y sus expresiones visibles: EL DON DE LA COMUNIN ESCUSTODIADO Y PROMOVIDO DE MODO ESPECIAL POR EL MINISTERIO APOSTLICO, QUE ASU VEZ ES DON PARA TODA LA COMUNIDAD. LOS APSTOLES Y SUS SUCESORES SON, POR CONSIGUIENTE, LOS CUSTODIOS Y LOSTESTIGOS AUTORIZADOS DEL DEPSITO DE LA VERDAD ENTREGADO A LA IGLESIA, COMOSON TAMBIN LOS MINISTROS DE LA CARIDAD; ESTOS DOS ASPECTOS VAN JUNTOS.SIEMPRE DEBEN SER CONSCIENTES DE QUE ESTOS DOS SERVICIOS SON INSEPARABLES,PUES EN REALIDAD ES UNO SOLO: VERDAD Y CARIDAD, REVELADAS Y DONADAS POR ELSEOR JESS. En ese sentido, SU SERVICIO ES ANTE TODO UN SERVICIO DE AMOR: LA CARIDAD QUE DEBENVIVIR Y PROMOVER ES INSEPARABLE DE LA VERDAD QUE CUSTODIAN Y TRANSMITEN. LAVERDAD Y EL AMOR SON DOS CARAS DEL MISMO DON, QUE VIENE DE DIOS Y, GRACIAS ALMINISTERIO APOSTLICO, ES CUSTODIADO EN LA IGLESIA Y LLEGA A NOSOTROS HASTA LAACTUALIDAD. TAMBIN A TRAVS DEL SERVICIO DE LOS APSTOLES Y DE SUS SUCESORES,NOS LLEGA EL AMOR DE DIOS TRINIDAD PARA COMUNICARNOS LA VERDAD QUE NOS HACELIBRES (CF. JN 8, 32). Todo esto que vemos en la Iglesia naciente nos impulsa a ORAR POR LOS SUCESORES DE LOSAPSTOLES, POR TODOS LOS OBISPOS Y POR LOS SUCESORES DE PEDRO, PARA QUEJUNTOS SEAN REALMENTE CUSTODIOS DE LA VERDAD Y DE LA CARIDAD; PARA QUE SEAN,EN ESTE SENTIDO, REALMENTE APSTOLES DE CRISTO, A FIN DE QUE SU LUZ, LA LUZ DE LAVERDAD Y DE LA CARIDAD, NO SE APAGUE NUNCA EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO.Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 22 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:En referencia a la enseanza de la ortodoxia catlica y buscando textos querelacionaran la verdad con la caridad, di con este texto del entonces Card. Ratzinger predicado el 18 deabril de 2005, poco antes de ser elegido Sumo Pontfice. Resulta por dems claro para agregarlecomentarios. Los destacados en mayscula son mos.[].Detengmonos slo en dos puntos. Elprimero es el camino hacia la madurez de Cristo; as dice, simplificando un poco, el texto italiano.Segn el texto griego, DEBERAMOS HABLAR MS PRECISAMENTE DE LA MEDIDA DE LAPLENITUD DE CRISTO, A LA QUE ESTAMOS LLAMADOS A LLEGAR PARA SER REALMENTEADULTOS EN LA FE. NO DEBERAMOS SEGUIR SIENDO NIOS EN LA FE, MENORES DE EDAD.EN QU CONSISTE SER NIOS EN LA FE? SAN PABLO RESPONDE: SIGNIFICA SERLLEVADOS A LA DERIVA Y ZARANDEADOS POR CUALQUIER VIENTO DE DOCTRINA... (EF 4,14). UNA DESCRIPCIN MUY ACTUAL! Cuntos vientos de doctrina hemos conocido durante estos ltimos decenios!, cuntas corrientesideolgicas!, cuntas modas de pensamiento!... La pequea barca del pensamiento de muchoscristianos ha sido zarandeada a menudo por estas olas, llevada de un extremo al otro: del marxismo alliberalismo, hasta el libertinaje; del colectivismo al individualismo radical; del atesmo a un vagomisticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada da nacen nuevas sectas y se realiza lo

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  • que dice san Pablo sobre el engao de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir a error (cf. Ef4, 14). A QUIEN TIENE UNA FE CLARA, SEGN EL CREDO DE LA IGLESIA, A MENUDO SE LEAPLICA LA ETIQUETA DE FUNDAMENTALISMO. MIENTRAS QUE EL RELATIVISMO, ES DECIR,DEJARSE LLEVAR A LA DERIVA POR CUALQUIER VIENTO DE DOCTRINA, PARECE SER LANICA ACTITUD ADECUADA EN LOS TIEMPOS ACTUALES. SE VA CONSTITUYENDO UNADICTADURA DEL RELATIVISMO QUE NO RECONOCE NADA COMO DEFINITIVO Y QUE DEJACOMO LTIMA MEDIDA SLO EL PROPIO YO Y SUS ANTOJOS. NOSOTROS, EN CAMBIO, TENEMOS OTRA MEDIDA: EL HIJO DE DIOS, EL HOMBREVERDADERO. L ES LA MEDIDA DEL VERDADERO HUMANISMO. NO ES ADULTA UNA FE QUESIGUE LAS OLAS DE LA MODA Y LA LTIMA NOVEDAD; ADULTA Y MADURA ES UNA FEPROFUNDAMENTE ARRAIGADA EN LA AMISTAD CON CRISTO. Esta amistad nos abre a todo lo quees bueno y nos da el criterio para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engao y la verdad.Debemos madurar esta fe adulta; debemos guiar la grey de Cristo a esta fe. ESTA FE SLO LA FECREA UNIDAD Y SE REALIZA EN LA CARIDAD. A ESTE PROPSITO, SAN PABLO, ENCONTRASTE CON LAS CONTINUAS PERIPECIAS DE QUIENES SON COMO NIOSZARANDEADOS POR LAS OLAS, NOS OFRECE ESTAS HERMOSAS PALABRAS: HACER LAVERDAD EN LA CARIDAD, COMO FRMULA FUNDAMENTAL DE LA EXISTENCIA CRISTIANA. ENCRISTO COINCIDEN LA VERDAD Y LA CARIDAD. EN LA MEDIDA EN QUE NOS ACERCAMOS ACRISTO, TAMBIN EN NUESTRA VIDA, LA VERDAD Y LA CARIDAD SE FUNDEN. LA CARIDAD SINLA VERDAD SERA CIEGA; LA VERDAD SIN LA CARIDAD SERA COMO CMBALO QUE RETIE(1 CO 13, 1). Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    Mario Caponnetto respondi el 23 de Marzo de 2009:

    Estimado D Rafael:Sinceramente, no entiendo su mensaje del pasado 19 de marzo dirigido a D Germn. Sin duda, entre lamultitud de desviaciones que pueden hallarse en los catlicos existe la llamada "papolatra" que consisteen tergiversar el autntico sentido de la infabilidad pontificia al suponer que el Papa nunca se equivocani siquiera cuando dice "buenos das" o "buenas noches". S, esto es verdad. Pero, a quin le cabeeste sayo en nuestro Foro? A Germn, sin duda que no. Lo conozco lo suficiente como para poderafirmar que jams ha pulsado la cuerda de la "papolatra". Por otra parte, los textos y las reflexiones queha aportado en su casi solitaria intervencin en el Foro, son de un gran valor y muy oportunos puesponen sobre el tapete cuestiones hoy muy debatidas como, por ejemplo, la llamada "colegialidad" y elpapel de los telogos en su relacin con el Magisterio.Por ms que me esfuerce, no logro hallar en los mensaje de D Germn nada que haga pensar que "la fela hemos convertido en algo irracional con el nico fundamento en el Papa", ni nada que puedacalificarse como "rayano en un cierto fanatismo".Me parece que sera muy provechoso, dado que es usted telogo y de los buenos, que nos de algunaopinin respecto de la relacin entre la labor de los telogos y el Magisterio. Esto no es hacerse cargode "rollos ajenos" sino del "rollo" que, precisamente, tenemos entre manos este bimestre.Un abrazoMario

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 23 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:Los destacados en mayscula son mos.A propsito de la enseanza de la doctrina catlica, siempre recuerdo un texto magisterial, la EncclicaEccesiam suam de S. S. Pablo VI que tal vez convenga traer a cuento en este bimestre. Destacosolamente y sin intento de resultar exhaustivo el documento merece un tratamiento mejor, por cierto-algunos prrafos que considero ms salientes.En torno a la necesidad de la reforma en la Iglesia, aclara de entrada y no pierdo de vista el punto quenos convoca en este bimestre-:Ante todo, hemos de recordar algunos criterios que nos advierten sobrelas orientaciones con que ha de procurarse esta REFORMA. La cual NO PUEDE REFERIRSE NI A LACONCEPCIN ESENCIAL, NI A LAS ESTRUCTURAS FUNDAMENTALES DE LA IGLESIA CATLICA.La palabra "reforma" estara mal empleada, si la usramos en ese sentido. No podemos acusar deinfidelidad a nuestra amada y santa Iglesia de Dios, pues tenemos por suma gracia pertenecer a ella yque de ella suba a nuestra alma el testimonio de que somos hijos de Dios(28). Oh, no es orgullo, no espresuncin, no es obstinacin, no es locura, sino luminosa certeza y gozosa conviccin la que tenemos

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  • de haber sido constituidos miembros vivos y genuinos del Cuerpo de Cristo, de ser autnticos herederosdel Evangelio de Cristo, de ser directamente continuadores de los Apstoles, de poseer en el granpatrimonio de verdades y costumbres que caracterizan a la Iglesia catlica, tal cual hoy es, la herenciaintacta y viva de la primitiva tradicin apostlica. Si esto constituye nuestro blasn, o mejor, el motivo porel cual debemos dar gracias a Dios siempre(29) constituye tambin nuestra responsabilidad ante Diosmismo, a quien debemos dar cuenta de tan gran beneficio; ante la Iglesia, a quien debemos INFUNDIRCON LA CERTEZA EL DESEO, EL PROPSITO DE CONSERVAR EL TESORO EL DEPOSITUMDE QUE HABLA SAN PABLO(30) y ante los Hermanos todava separados de nosotros, y ante elmundo entero, a fin de que todos venga a compartir con nosotros el don de Dios (n 17).Y ms adelante advierte:[]LA FASCINACIN DE LA VIDA PROFANA ES HOY PODEROSA ENEXTREMO. El conformismo les parece a muchos ineludible y prudente. El que no est bien arraigado enla fe y en la prctica de la ley eclesistica, fcilmente piensa que ha llegado el momento de adaptarse ala concepcin profana de la vida, como si sta fuese la mejor, la que un cristiano puede y debeapropiarse. Este fenmeno de adaptacin se manifiesta as en el campo filosfico (cunto puede lamoda aun en el reino del pensamiento, que debera ser autnomo y libre y slo vido y dcil ante laverdad y la autoridad de reconocidos maestros!) como en el campo prctico, donde cada vez resultams incierto y difcil sealar la lnea de la rectitud moral y de la recta conducta prctica.ELNATURALISMO AMENAZA VACIAR LA CONCEPCIN ORIGINAL DEL CRISTIANISMO; ELRELATIVISMO, QUE TODO LO JUSTIFICA Y TODO LO CALIFICA COMO DE IGUAL VALOR,ATENTA AL CARCTER ABSOLUTO DE LOS PRINCIPIOS CRISTIANOS; LA COSTUMBRE DESUPRIMIR TODO ESFUERZO Y TODA MOLESTIA EN LA PRCTICA ORDINARIA DE LA VIDA,ACUSA DE INUTILIDAD FASTIDIOSA A LA DISCIPLINA Y A LA ASCESIS CRISTIANA; MS AN,A VECES EL DESEO APOSTLICO DE ACERCARSE A LOS AMBIENTES PROFANOS O DEHACERSE ACOGER POR LOS ESPRITUS MODERNOS DE LOS JUVENILES ESPECIALMENTESE TRADUCE EN UNA RENUNCIA A LAS FORMAS PROPIAS DE LA VIDA CRISTIANA Y A AQUELMISMO ESTILO DE CONDUCTA QUE DEBE DAR A TAL EMPEO DE ACERCAMIENTO Y DEINFLUJO EDUCATIVO SU SENTIDO Y SU VIGOR.No es acaso verdad que a veces el clero joven, otambin algn celoso religioso guiado por la buena intencin de penetrar en la masa popular o engrupos particulares, trata de confundirse con ellos en vez de distinguirse, renunciando con intilmimetismo a la eficacia genuina de su apostolado? DE NUEVO, EN SU REALIDAD Y EN SUACTUALIDAD, SE PRESENTA EL GRAN PRINCIPIO, ENUNCIADO POR JESUCRISTO: ESTAR ENEL MUNDO, PERO NO SER DEL MUNDO; Y DICHOSOS NOSOTROS SI AQUEL QUE SIEMPREVIVE PARA INTERCEDER POR NOSOTROS(31) ELEVA TODAVA SU TAN ALTA COMOCONVENIENTE ORACIN ANTE EL PADRE CELESTIAL: NO RUEGO QUE LOS SAQUES DELMUNDO, SINO QUE LOS GUARDES DEL MAL(32) (n 18).A propsito de tratar del deber apostlico,seala Pablo VI su conexin con la conservacin de la ortdoxia:33. HASTA QU PUNTO DEBE LAIGLESIA ACOMODARSE A LAS CIRCUNSTANCIAS HISTRICAS Y LOCALES EN QUEDESARROLLA SU MISIN? CMO DEBE PRECAVERSE DEL PELIGRO DE UN RELATIVISMOQUE LLEGUE A AFECTAR SU FIDELIDAD DOGMTICA Y MORAL? Pero cmo hacerse al mismotiempo capaz de acercarse a todos para salvarlos a todos, segn el ejemplo del Apstol: Me hago todopara todos, a fin de salvar a todos?(58).Desde fuera no se salva al mundo. Como el Verbo de Dios quese ha hecho hombre, hace falta hasta cierto punto hacerse una misma cosa con las formas de vida deaquellos a quienes se quiere llevar el mensaje de Cristo; hace falta compartir sin que medie distanciade privilegios o diafragma de lenguaje incomprensible las costumbres comunes, con tal que seanhumanas y honestas, sobre todo las de los ms pequeos, si queremos ser escuchados ycomprendidos. Hace falta, aun antes de hablar, escuchar la voz, ms an, el corazn del hombre,comprenderlo y respetarlo en la medida de lo posible y, donde lo merezca, secundarlo. Hace faltahacerse hermanos de los hombres en el mismo hecho con el que queremos ser sus pastores, padres ymaestros. El clima del dilogo es la amistad. Ms todava, el servicio. Hemos de recordar todo esto yesforzarnos por practicarlo segn el ejemplo y el precepto que Cristo nos dej(59).Pero subsiste elpeligro. El arte del apostolado es arriesgado. LA SOLICITUD POR ACERCARSE A LOS HERMANOSNO DEBE TRADUCIRSE EN UNA ATENUACIN O EN UNA DISMINUCIN DE LA VERDAD.NUESTRO DILOGO NO PUEDE SER UNA DEBILIDAD FRENTE AL DEBER CON NUESTRA FE. ELAPOSTOLADO NO PUEDE TRANSIGIR CON UNA ESPECIE DE COMPROMISO AMBIGUORESPECTO A LOS PRINCIPIOS DE PENSAMIENTO Y DE ACCIN QUE HAN DE SEALARNUESTRA CRISTIANA PROFESIN. EL IRENISMO Y EL SINCRETISMO SON EN EL FONDOFORMAS DE ESCEPTICISMO RESPECTO A LA FUERZA Y AL CONTENIDO DE LA PALABRA DEDIOS QUE QUEREMOS PREDICAR. SLO EL QUE ES TOTALMENTE FIEL A LA DOCTRINA DECRISTO PUEDE SER EFICAZMENTE APSTOL. Y SLO EL QUE VIVE CON PLENITUD LAVOCACIN CRISTIANA PUEDE ESTAR INMUNIZADO CONTRA EL CONTAGIO DE LOS ERRORESCON LOS QUE SE PONE EN CONTACTO (n 33).Tal vez ayuden estos textos para alguno ms perito

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  • elabore una reflexin adecuada en torno a la conexin entre enseanza de la ortodoxia catlica y latarea apostlica.Me animo a sugerir una posible cuestin de disputa para el prximo mes: resulta lcitoadaptar el contenido de la doctrina catlica a la tarea apostlica -o, como suele decirse hoy,pastoral-?Un saludo cordial para todos.Germn Masserdotti

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 30 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:El P. Leo J. Elders es autor de un estudio en el cual trata sobre El ascendiente decategoras filosficas en la expresin de la fe (EDUCA, Buenos Aires 2003, pp. 153-172).Rescato delmismo trabajo unas consideraciones que pueden resultar tiles para el tema de nuestro foro:El mensajeevanglico es, de por s, independiente de cualquier filosofa. La doctrina de la fe y la vida cristiana sonrealidades sobrenaturales que tienen su propia identidad. Se ve que los Padres y los grandes doctoresde la Iglesia se han dejado guiar nicamente por la Biblia y la tradicin de la Iglesia en cuanto alcontenido y el sentido de los articulos de la fe. Sucede, sin embargo, que ciertas ideas del ambientecultural influyen en el desarrollo de la doctrina y la vida eclesial. Estas categoras o estructurasfuncionan entonces como modelos extrnsecos que, gracias a una cierta analoga con la verdadrevelada, ayudan a los cristianos a ser conscientes de la riqueza de la fe. [].A lo largo de la historia dela Iglesia ha habido interferencias de corrientes filosficas por el modo como algunos telogosexpresaron la doctrina cristiana. Estas interferencias han sido un factor de progreso en cuanto hanconducido a la Iglesia a una reflexin sobre ciertos puntos y han llamado su atencin sobre el contenidode su herencia espiritual. As, las herejas obligaron a los Padres a precisar ms el sentido de losdogmas fundamentales de la cristologa y la eclesiologa. [].El propsito de Santo Toms al escribir laSuma contra los gentiles era eliminar en cuanto pudiera los errores contrarios a la fe. Un nmeroinverosmil de errores se citan en el campo filosfico y teolgico que contradicen o amenazan la fe (p.158-159).El estudio contina. Por falta de tiempo no sigo ahora.Un saludo cordial para todos,GermnMasserdotti

    VERBA DOCTORIS

    David Amado Fernndez cit el 2 de Marzo de 2009: Toms de Aquino, Summa Theologiae II-II q.5, a.3

    Objeciones por las que parece que el hereje que rechaza un artculo de fe puede tener fe informe en los dems:1. El entendimiento natural de un hereje no es ms potente que el del catlico. Pues bien, el entendimiento delcatlico necesita la ayuda del don de la fe para creer cualquier artculo. Parece, pues, que tampoco los herejespuedan creer algn artculo sin el don de la fe informe.

    2. En la fe se contienen muchos artculos, como en una ciencia, por ejemplo, la geometra, se contienen muchasconclusiones. Ahora bien, puede el hombre tener la ciencia geomtrica respecto de algunas conclusionesignorando las restantes. Por lo tanto, tambin puede tener fe en algunos artculos sin creer en los dems.

    3. Adems, el hombre obedece a Dios creyendo lo mismo que cumpliendo sus preceptos. Pero el hombre puedeser obediente en algunos preceptos y no respecto de otros. En consecuencia, puede tener fe en algunosartculos sin tenerla en los dems.

    Contra esto: est el hecho de que rechazar un artculo se opone a la fe, como el pecado mortal se opone a lacaridad. Pero la caridad no permanece en el hombre despus de un solo pecado mortal. Luego tampocopermanece la fe despus de rechazar un solo artculo de la misma.

    Respondo: El hereje que rechaza un solo artculo de fe no tiene el hbito ni de la fe formada ni de la fe informe. Yla razn de ello est en el hecho de que la especie de cualquier hbito depende de la razn formal del objeto, y sista desaparece, desaparece tambin la especie del hbito. Pues bien, el objeto formal de la fe es la Verdadprimera revelada en la Sagrada Escritura y en la enseanza de la Iglesia. Por eso, quien no se adhiere, comoregla infalible y divina, a la enseanza de la Iglesia, que procede de la Verdad primera revelada en la SagradaEscritura, no posee el hbito de la fe, sino que retiene las cosas de la fe por otro medio distinto. Como el quetiene en su mente una conclusin sin conocer el medio de demostracin, es evidente que no posee la ciencia deesa conclusin, sino tan slo opinin.

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  • Ahora bien, es evidente que quien se adhiere a la enseanza de la Iglesia como regla infalible presta suasentimiento a todo cuanto ensea la Iglesia. De lo contrario, si de las cosas que ensea la Iglesia admite lasque quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseanza de la Iglesia como regla infalible, sino a supropia voluntad. As, es del todo evidente que el hereje que de manera pertinaz rechaza un solo artculo no estpreparado para seguir en su totalidad la enseanza de la Iglesia (estara, en realidad, en error y no sera hereje sino lo rechaza con pertinacia). Es, pues, evidente que el hereje que niega un solo artculo no tiene fe respecto alos dems, sino solamente opinin, que depende de su propia voluntad.

    A las objeciones:1. Los dems artculos de la fe en los que no yerra el hereje no los acepta del mismo modo que el fiel, es decir,por adhesin a la Verdad primera, para lo cual necesita el hombre la ayuda del hbito de la fe. El hereje losretiene por propia voluntad y por propio juicio.2. En las diversas conclusiones de una ciencia existen medios diversos de demostracin, y unos puedenconocerse sin los otros. Por eso, puede conocer un hombre algunas conclusiones de una ciencia ignorando lasdems. A los artculos de la fe, en cambio, les presta su asentimiento por un nico medio, es decir, la Verdadprimera propuesta en las Escrituras, correctamente interpretadas segn la doctrina sana de la Iglesia. Por tanto,quien se aparte de este medio est del todo privado de la fe.

    3. Los diversos preceptos de la ley pueden referirse, bien a diversos motivos prximos, y en este caso puedenobservarse los unos sin los otros, bien a un solo motivo, que es obedecer perfectamente a Dios. Pero de ste seaparta el que traspasa un solo precepto, segn las palabras de Santiago: Quien falta en un solo precepto se hacereo de todos (Sant 2,10).http://www.corpusthomisticum.org/sth3001.html

    COMMENTARIA

    Mario Caponnetto respondi el 7 de Marzo de 2009:

    Estimados amigos:Texto muy interesante el que nos propone el Moderador. Una aclaracin previa: se pregunta si el herejeque rechaza un solo artculo de la fe puede tener fe informe de los otros artculos. Para entender esteplanteo se ha de saber que Santo Toms distingue (cf. Summa Theologiae II-IIae q 4, a 4) dos formasde fe: la fe formada que es aquella que va acompaada de la caridad y la fe informe, que no vaacompaada de la caridad. Se trata, sin embargo, de diferencias accidentales de la fe por lo que ambasformas no diversifican el hbito de la fe; de modo que hay un slo hbito de la fe la que, a veces, esformada y otras es informe. Escribe Toms: Dado que la fe es perfeccin del intelecto, lo que perteneceal intelecto pertenece por s a la fe y lo que pertenece a la voluntad no pertenece por s a la fe como quepor esto pueda diversificarse el hbito de la fe. Pero la distincin entre fe formada y fe informe pertenecea la voluntad, esto es segn la caridad, y no segn lo que pertenece al intelecto. Por eso, la fe formada yla fe informe no son hbitos distintos [Cum autem fides sit perfectio intellectus, illud per se ad fidempertinet quod pertinet ad intellectum, quod autem pertinet ad voluntatem non per se pertinet ad fidem, itaquod per hoc diversificari possit habitus fidei. Distinctio autem fidei formatae et informis est secundum idquod pertinet ad voluntatem, idest secundum caritatem, non autem secundum illud quod pertinet adintellectum. Unde fides formata et informis non sunt diversi habitus (Summa Theologiae II-IIae, q 4, a 4,corpus)].Dicho esto, vayamos a la cuestin planteada en el artculo que comentamos. Para Santo Toms, la fe esconocimiento; pertenece, pues, al intelecto: fides est perfectio intellectus. Esta es su esencia, esta essu estructura formal. Por eso toda la respuesta pivotea sobre esta nocin capital. As afirma que elhereje, al rechazar un solo artculo de la fe, pierde, por eso mismo, el hbito de la fe. No queda en lhbito de fe alguna, ni formada ni informe, porque el hbito de la fe, en su esencia, no pertenece a lavoluntad del sujeto (que es la que hace que la fe sea formada o informe, como se vio) sino quecorresponde a la posibilidad de su intelecto de aprehender el objeto de la fe, esto es, la Verdad Primerasegn se manifiesta en las Sagradas Escrituras y en la enseanza de la Iglesia. La argumentacin del Santo Doctor es de una admirable solidez: La razn es porque la especie decualquier hbito depende de la razn formal del objeto, quitada la cual, la especie del hbito no puedepermanecer. Pero el objeto formal de la fe es la verdad primera segn se manifiesrta en la SagradaEscritura y en la enseanza de la Iglesia [Cuius ratio est quia species cuiuslibet habitus dependet exformali ratione obiecti, qua sublata, species habitus remanere non potest. Formale autem obiectum fidei

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  • est veritas prima secundum quod manifestatur in Scripturis sacris et doctrina Ecclesiae (SummaTheologiae II-IIae, q 5, a 3, corpus)].Por esta razn, quien no sigue la enseanza de la Iglesia -que es regla infalible y divina que procede dela misma Verdad Primera manifestada en las Sagradas Escrituras- carece del hbito de la fe pues haperdido la razn formal misma del objeto de ese hbito. Pero esto no quiere decir que el que rechaza unsolo artculo de la fe no pueda tener nada de los restantes contenidos de la fe que no han sidorechazados. Puede, en efecto, tener las cosas que pertenecen a la fe pero no por el hbito de la fe sinopor un modo distinto, al modo de una opinin. La mediacin de la Iglesia en la fe teologal es, por tanto,necesaria. Al rechazar la regla infalible y divina de la enseanza de la Iglesia el hereje ya no sigue sinosu propia voluntad por la que acepta o rechaza de esa enseanza slo aquello que quiere o juzgaconveniente aceptar o rechazar.Esta muy claro aqu que en el pensamiento de Toms la integridad de la fe no depende de lascondiciones subjetivas (es decir, del sujeto que tiene o puede tener fe); por eso se rechaza an laposibilidad de una fe informe respecto de los restantes artculos de la fe: que la fe sea formada oinforme depende, en efecto, de la caridad; el hbito mismo de la fe depende, en cambio, del intelectoque sigue como gua la doctrina de la Iglesia. Esta distincin es rechazada por el luteranismo para elque la fe es cuestin exclusiva de la voluntad. Ahora bien; qu vigencia tiene esta doctrina del Aquinate en la Iglesia de hoy? Cmo se conjuga estocon el camino del ecumenismo que, al decir del propio Papa, es el camino de la Iglesia de hoy? Piensoque sobre este punto debemos focalizar nuestras reflexiones. En principio, lejos de ver unacontradiccin entre esta doctrina tomista y el camino del genuino ecumenismo, estimo que la primeraalumbra al segundo. Las condiciones subjetivas de nuestros hermanos separados (que eso quiere decirhereje) pueden ser, y de hecho son, las mejores. No puede negarse en ellos ni la buena voluntad nitampoco la caridad. A esta subjetividad debemos atender hoy de un modo especial y a ello nos convocala Iglesia con su insistente llamado al dilogo. Pero sin perder de vista que, en definitiva, aquellascondiciones subjetivas valen en tanto, por medio del dilogo y en el clima de la caridad fraterna, ellaspermitan engendrar en aquellos hermanos el hbito de la fe del que carecen. Un cordial saludo..

    respondi el 20 de Marzo de 2009:

    En III Contra Gentiles, cap. 118 Santo Toms explica que "La Ley divina obliga al hombre a la recta fe".Este captulo va contra el error de los que creen que se puede servir a Dios con cualquier fe.Santo Toms demuestra que esta es la doctrina catlica con las Escrituras: "Sin fe es imposible agradara Dios" (Heb. 11, 6)(n 6). Explica la doctrina con varias razones de las que dos me parecen las msinteresantes. La primera de ellas (n 3) dice que Dios no puede proponer al hombre nada falso. Por lotanto "el que cree algo falso, no cree a Dios". La segunda (n 4) dice que el que se equivoca en laesencia de una cosa, no conoce esa cosa. "Por lo tanto, el que yerra acerca de Dios, no conoce a Dios:como el que cree que Dios es cuerpo, de ningn modo conoce a Dios, sino que aprehende cualquierotra cosa en su lugar". Por lo tanto, no puede amarlo, ni desearlo como ltimo fin.Amar al Papa es un rasgo fundamental del catlico, como leemos en los Hechos de los Apstoles. Perono es suficiente para la ortodoxia. El que no cree en Dios uno y Trino, y su enviado Jesucristo (SmboloAtanasiano), y lo ama y lo desea, va por mal camino.Un cordial saludo.

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 28 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:Recuerdo que en el libro Informe sobre la fe, Vittorio Messori pregunta al entoncesCardenal Ratzinger sigue habiendo herejas? El texto con la pregunta y la respuesta es el siguiente(cito segn http://www.conoze.com/doc.php?doc=7259#c68). La Congregacin a la que hace referenciael texto es, evidentemente, la Congregacin para la Doctrina de la Fe, de la que, como resulta sabido, elCardenal fue Prefecto durante tantos aos.Pese al nuevo papel tambin positivo asumido por laCongregacin me permito observar, sta sigue manteniendo la facultad de intervenir all dondesospeche que anidan herejas que amenacen la autenticidad de la fe. Trminos como hereja ohertico suenan, a nuestros odos modernos, como algo tan raro que nos vemos precisados aponerlos entre comillas. Al pronunciarlos o escribirlos nos sentimos arrastrados a pocas que parecenremotas. Eminencia, pregunto, quedan de verdad herejes?, sigue habiendo herejas?No soy yoquien responde replica el cardenal; lo hace el nuevo Cdigo de Derecho Cannico, promulgado en1983 tras veinticuatro aos de trabajo que lo han rehecho de arriba abajo y lo han puesto perfectamente

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  • en lnea con la renovacin conciliar. En el canon (es decir, artculo) 751 se dice: Se llama hereja lanegacin pertinaz, despus de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina ycatlica, o la duda pertinaz sobre la misma. Por lo que se refiere a las sanciones, el canon 1.364establece que el hereje a la par que el apstata y el cismtico incurre en la excomunin lataesententiae. Y esto, que es vlido para todos los fieles, agrava las medidas contra el hereje que ademssea sacerdote. Vemos, por tanto, que, tambin para la Iglesia posconciliar (y valga esta expresin queno acepto y explicar por qu), herejes y herejas rubricadas por el nuevo Cdigo como delitoscontra la religin y la unidad de la Iglesia existen y est previsto el modo de defender de ellas a lacomunidad.Y prosigue: La palabra de la Escritura es actual para la Iglesia de todos los tiempos. Por lotanto, tiene hoy tambin actualidad la admonicin de la segunda carta de Pedro a que nos guardemosde los falsos profetas y de los falsos maestros que inculcarn perniciosas herejas (2,1). El error no escomplementario de la verdad. No olvidemos que, para la Iglesia, la fe es un bien comn, una riquezaque pertenece a todos, empezando por los pobres y los ms indefensos frente a las tergiversaciones;as que defender la ortodoxia es para la Iglesia una obra social en favor de todos los creyentes. En estaperspectiva, cuando se est ante el error, no hay que olvidar que se deben tutelar los derechosindividuales de cada telogo, pero tambin los derechos de la comunidad. Naturalmente, visto todo a laluz del alto aviso evanglico: verdad en la caridad. Tambin por esto, aquella excomunin en la quehoy sigue incurriendo el hereje es considerada como sancin medicinal, en el sentido de una penaque no busca tanto el castigo como la correccin y curacin. Quien, convicto de su error, lo reconoce, essiempre acogido con los brazos abiertos, como un hijo especialmente querido, en la plena comunin dela Iglesia.Sin embargo observo, todo esto parece, cmo diramos?, demasiado simple ytransparente como para estar en consonancia con la realidad de nuestro tiempo, tan poco susceptiblede esquemas prefijados.Eso es verdad responde. Las cosas, en concreto, no son tan claras comolas define (no podra proceder de otra forma) el nuevo Cdigo. Esa negacin y esa duda pertinazde que se habla no las encontramos hoy da casi nunca. Y no porque no existan, sino porque no quierenaparecer como tales. Casi siempre las propias hiptesis teolgicas se opondrn al Magisterio diciendoque ste no expresa la fe de la Iglesia, sino slo la arcaica teologa romana. Dirn que no es laCongregacin, sino ellos, los herejes, los que estn en posesin del sentido autntico de la fetransmitida. A diario admiro la habilidad de los telogos que logran sostener exactamente lo contrario delo que con toda claridad est escrito en los documentos del Magisterio. Y, sin embargo, tal vuelco sepresenta, mediante hbiles artificios dialcticos, como el verdadero significado del documento que sediscute.Un saludo cordial para todos,Germn Masserdotti

    Alfredo Germn Masserdotti respondi el 29 de Marzo de 2009:

    Estimados Amigos:A propsito del tema que nos convoca durante este bimestre, me parece interesantecitar lo que dice el sitio web de la Santa Sede acerca de la Congregacin para la Doctrina de la Fe (losdestacados en mayscula son mos):CONGREGACIN PARA LA DOCTRINA DE LA FELa Congregacin para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregacin de la Romanay Universal Inquisicin, fue fundada por Pablo III en 1542 con la Constitucin "Licet ab initio", PARADEFENDER A LA IGLESIA DE LAS HEREJAS. Es la ms antigua de las nueve Congregaciones de laCuria. En 1908, el Papa San Po X cambi su nombre por el de Sagrada Congregacin del Santo Oficio.Finalmente, en 1965, recibi el nombre actual bajo el Pontificado de Pablo VI. Hoy, segn el Artculo 48de la Constitucin Apostlica sobre la Curia Romana "Pastor bonus", promulgada por el Santo PadreJuan Pablo II el 28 de junio de 1988, LA TAREA PROPIA DE LA CONGREGACIN PARA LADOCTRINA DE LA FE ES PROMOVER Y TUTELAR LA DOCTRINA DE LA FE Y LA MORAL EN TODOEL MUNDO CATLICO. POR ESTA RAZN, TODO AQUELLO QUE, DE ALGUNA MANERA TOCAESTE TEMA, CAE BAJO SU COMPETENCIA. La Congregacin est formada actualmente por 23Miembros Cardenales, Arzobispos y Obispos y est presidida por el Arzobispo emrito de SanFrancisco (EE UU) Card. William Joseph Levada. Cada dos aos la Congregacin celebra su AsambleaPlenaria. El Secretario del Dicasterio es S.E. Mons.Luis F. Ladaria, S.I., el Subsecretario el P. JosephAugustine Di Noia, O.P. y el Promotor de Justicia Mons. Charles Scicluna. De acuerdo con sus diversascompetencias, la Congregacin tiene tres secciones distintas: la seccin doctrinal, la disciplinar y lamatrimonial; en ellas presta servicio un equipo de 37 personas. El Dicasterio dispone adems de unColegio de 33 Consultores. Todas las semanas normalmente los viernes se celebran reuniones enlas que participan sus Oficiales y Consultores. LA CONGREGACIN, EN CONFORMIDAD CON SURAZN DE SER, PROMUEVE COLEGIALMENTE ENCUENTROS E INICIATIVAS PARA DIFUNDIRLA SLIDA DOCTRINA Y DEFENDER AQUELLOS PUNTOS DE LA TRADICIN CRISTIANA QUEPARECEN ESTAR EN PELIGRO, COMO CONSECUENCIA DE DOCTRINAS NUEVAS NOACEPTABLES. Cuando los Obispos vienen a Roma para realizar su visita "ad limina" cada cinco aos,

    Revista e-aquinas. ISSN 1695-6363 . poca II, ao VII, nmero II Marzo - Abril 2009, pgina 19 de 29

  • pasan por la Congregacin para la Doctrina de la Fe, y tambin por otros dicasterios de la CuriaRomana, para intercambiar informacin y preocupaciones recprocas. Se da tambin una ampliacolaboracin con la Pontificia Comisin Bblica y la Comisin Teolgica Internacional, ambas presididaspor el Prefecto de la Congregacin para la Doctrina de la Fe. En las oficinas del Dicasterio tiene su sedetambin la Secretara de la Comisin Interdicasterial para el Catecismo de la Iglesia Catlica, cuyoPresidente es el Prefecto de la misma Congregacin. Desde hace unos aos, la Congregacin, encolaboracin con la Librera Editora Vaticana, publica sus documentos en la Coleccin "Documenti eStudi" (En http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_pro_14071997_sp.html).En cuanto al cumplimiento de esa tarea propia de promover y tutelar la doctrina de la fe y la moral entodo el mundo catlico, esta Congregacin intervino varias veces para corregir los errores contenidosen algunas obras de telogos catlicos o que dejaron de serlo, lamentablemente-. A modo de ejemploy sin nimo de resultar exhaustivo menciono algunos datos:NOTIFICACIN sobre las obras del P. JonSOBRINO S.J:Jesucristo liberador. Lectura histrico-teolgica de Jess de Nazaret (Madrid, 1991)y Lafe en Jesucristo. Ensayo desde las vctimas (San Salvador, 1999) del 26 de noviembre de2006.NOTIFICACIN SOBRE EL LIBRO "JESUS SYMBOL OF GOD" DEL PADRE ROGER HAIGHT,S.J, del 13 de diciembre de 2004.NOTIFICACIN sobre algunos escritos del RVDO. P. MARCIANOVIDAL, C.Ss.R, del 22 de febrero de 2001: slo pensar que muchos confesores (al menos en mi pas) seformaron y se siguen formando con los libros de Marciano Vidal, causa perplejidad yangustia.NOTIFICACION a propsito del libro delRvdo. P. JACQUES DUPUIS, S.J., Hacia una teologacristiana del pluralismo religioso, Maliao (Cantabria), Ed. Sal Terrae, 2000, del 24 de enero de2001.NOTIFICACIN SOBRE LOS ESCRITOS DEL PADRE ANTHONY DE MELLO S.J, del 24 de juniode 1998: sus escritos siguen vendindose y con xito editorial en muchas libreras que seautodenominan catlicas. Hacen caso omiso de la Notificacin, por cierto. Notificacin sobre el libroPleidooi voor mensen in de Kerk (Nelissen, Baarn 1985) del Prof. Edward Schillebeeckx, O.P., del 15de septiembre de 1986.Carta referente a la suspensin de Carlos Curran de la enseanza de la teologa(Epistula R. D. Carlo Curran, Vasingtoniae degenti, missa), del 25 de julio de 1986.Notificacin sobre elvolumen Iglesia: Carisma y poder. Ensayo de Eclesiologa militante del P. Leonardo Boff, O.F.M., del11 de marzo de 1985: lo mismo que A. de Mello, sobre todo en Amrica Latina, los libros de estepersonaje se siguen vendiendo en las mismas libreras antes aludidas.Carta al Padre EdwardSchillebeeckx referente a su libro Kerkelijk Ambt (El ministerio en la Iglesia, 1980), del 13 de juniode 1984.Carta al R.P. Edward Schillebeeckx referente a sus posiciones cristolgicas, del 20 denoviembre de 1980.Declaracin acerca de algunos puntos de la doctrina teolgica del profesor HansKng Christi ecclesia (Declaratio de quibusdam capitibus doctrinae theologiae professoris IoannisKng, qui, ab integra fidei catholicae veritate deficiens, munere docendi, qua theologus catholicus,privatus declaratur), del 15 de diciembre de 1979: id. de Mello y Boff.Declaracin referente a loscoloquios tenidos con el R.P. Edward Schillebeeckx acerca de algunos puntos de su doctrinacristolgica, del 13 de diciembre de 1979: id. de Mello, Boff, Kng y otros a los que por algn motivo nole alcanzaron las medidas de la Santa Sede: por ejemplo, Hring y Rahner, entre otros.Carta a S.E.Mons. John R. Quinn, Presidente de la Conferencia episcopal de los Estados Unidos de Amrica, conObservaciones sobre el libro La Sexualidad humana. Estudio encargado por la Catholic TheologicalSociety of America, editado por el Rev.do Antony Kosnik (Observations about the book "HumanSexuality". A study commissioned by the Catholic Theological Society of America, Rev. Anthony Kosnikeditor), del 13 de julio de 1979.Declaracin referente a dos libros del profesor Hans Kng (Declaratiode duobus operibus professoris Ioannis Kng in quibus continentur nonnullae op