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N ÓMADAS 44 NO. 25. OCTUBRE  2006. UNIVERSIDAD CENTRAL COLOMBIA ORIGI NA L RECIBI DO: 0 2-IV-2 0 0 6 – AC EPTADO: 15 -VI II -20 06 * Doce nte inves ti g a do r de l Dep artamento de Estudios Étnicos, U C-Berke ley. E-m ail : [email protected] Del final del sistema- mundo capitalista hacia un nuevo sistema- histórico alternativo:  la utopística de Immanuel Wallerstein Ramón Grosfoguel* Para ente nde r e l pe nsam ie nto “utop ísti co ” de I m m anue l W alle rstein pri m e ro e s nece sari o d iagram ar un bre ve re cue nto de su pe rspe cti va te órica, m e jor conocida com o “si stem a-m undo”. N o pre tend o aq uí una síntesis e xha ustiva d e e sta  p e rsp e c t ivasinomen c io n a r a q uellos a s p e c t o s rel e va n t e s a n u e s t ro t e m a , para lue g o e xpo n e r e l p e n s a m ie n t o de Wa ll e rst e in con respecto al fin del capitalismo histórico y la transición hacia un nuevo sistema-histórico. Pa lab ra s cla ve: si ste m a-mund o, utop ísti ca , I m ma nue l Wa llerstein. Para e ntend e r o p e nsam e nto “utop í sti co ” de I m m anue l W alle rstein, pri m e i ro é preciso diagram ar um a b re ve re cap itulaçã o d e sua p erspe cti va teó ri ca m e lhor conh e cida com o “sistem a-m undo”. N ão pre tendo aq ui re alizar um a  s ínt e se e xa u s tiv a de s t a p e rsp e c t iva se n ão men c io n ar a q u e le s a s p e c to s re leva n t e s a o n osso tema , p a ra e n t ã o e xp o r o  p e nsame n t o d e Walle rst e in c o m re s p e ito a o fim do c a p ita l ism o h ist ó ric o e a t ra n s ão e m d ire ç ão a um n ovo s is t e m a - histórico. Pala vr as ch ave : siste m a-mund o , utop ísti ca , I m m anue l Walle rste in. I n o rder to und e rstand I m m anue l Walle rste in’s “uto pisti c” th o ught, it is ne ce ssary, fi rst, to m ake a b rie f acc ount o f  his the oretica l pe rspe ctive wh ich i s be tter know n as “wo rld system s the ory”. H e re , I do not try to m a ke a n e xhaustive  s yn t he s is o f t his p e rsp e c tivebu t t o me n t io n t ho s e a s p e c t s mo re imp o rta nt , a n d , t h e n , t o e xpo s e Wa ll e rst e in s thou g h t with re spe ct to th e e nd o f the hi stori ca l C apitalism and the tr ansition to wards a ne w histori ca l- system . K e y wo rds: wo rld-syste m a pp roa ch , utop i sti c, I m m a nue l Walle rste in. noma das @ ucentral.edu.co • P ÁGS .: 44-52

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NÓMADAS44 NO. 25. OCTUBRE 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

ORIGINA L RECIBIDO: 02-IV-2006 – ACEPTADO: 15-VIII-2006

* Docente investigador del Departamento de Estudios Étnicos, UC-Berkeley. E-mail:[email protected]

Del final del sistem a-

m undo capitalista haciaun nuevo sistem a-histórico alternativo:

la utopística de Im m anue l

Wallerstein

Ramón Grosfoguel*

Para entender el pensamiento “utopístico” de Immanuel Wallerstein primero es necesario diagramar un breve recuento

de su perspectiva teórica, mejor conocida como “sistema-mundo”. No pretendo aquí una síntesis exhaustiva de esta perspectiva sino mencionar aquellos aspectos relevantes a nuestro tema, para luego exponer el pensamiento de W allerstein

con respecto al fin del capitalismo histórico y la transición hacia un nuevo sistema-histórico.Palabras clave: sistema-mundo, utopística, Immanuel Wallerstein.

Para entender o pensamento “utopístico” de Immanuel W allerstein, primeiro é preciso diagramar uma breverecapitulação de sua perspectiva teórica melhor conhecida como “sistema-mundo”. Não pretendo aqui realizar uma

síntese exaustiva desta perspectiva senão mencionar aqueles aspectos relevantes ao nosso tema, para então expor o pensamento de Wallerstein com respeito ao fim do capitalismo histórico e a transição em direção a um novo sistema-

histórico.

Palavras chave: sistema-mundo, utopística, Immanuel Wallerstein.

 In order to understand Immanuel Wallerstein’s “utopistic” thought, it is necessary, first, to make a brief account of his theoretical perspective which is better known as “world systems theory”. Here, I do not try to make an exhaustive

synthesis of this perspective but to mention those aspects more important, and, then, to expose Wallerstein’s thought with

respect to the end of the historical Capitalism and the transition towards a new historical-system.Key words: world-system approach, utopistic, Immanuel Wallerstein.

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4NÓMADASGROSFOGUEL, R.: DEL FINAL DEL SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA HACIA UN NUEVO SISTEMA-HISTÓRICO ALTERNATIVO

L ib e ra l i s mo : g e o c u l t u r ah e g e m ó n i ca d e ls i s t e m a - m u n d o

La perspectiva conocida como

“sistema-mun do” (“world-systemapproach”), que el sociólogo esta-dounidense Immanuel Wallersteinha desarrollado en las últimascuatro décadas, es una de las apor-taciones teóricas más críticas, su-gestivas y provocadoras de laactualidad. Wallerstein es un inte-lectual comprometido con los “con-denados de la tierra”, que ha hechoun cuestionamientoradical a la epistemo-

logía de las cienciassociales, al eurocen-trismo, a los mitos dela historiografía occi-dental con respecto alascenso de Occidente,a la visión evolucio-nista de los sistemassociales, al desarrollis-mo, a la conceptualiza-ción liberal del sistemacapitalista y al socia-lismo estatista. Susaportaciones en térmi-nos analíticos y conceptuales sonenormes. Su trilogía de sociologíahistórica acerca de la formación delpresente sistema-mundo moderno/ capitalista (trilogía que cubre des-de 1450 hasta 1840) es lectura im-prescindible para cualquiera quequiera comprender y transformarlos complejos procesos histórico-so-

ciales de dominación y explotaciónque vivimos desde hace 500 años.

La perspectiva del sistema-mun-do representa un grito de protestacontra las perspectivas liberales tan-to de las ciencias sociales como dela izquierda reformista y/o radical.Según Wallerstein (1991a; 1991b),

el liberalismo ha sido la ideologíadominante del sistema-mundo du-rante los últimos doscientos años,y su punto de referencia fundamen-tal es la Revolución Francesa que

marca una ruptura ideológica con elpasado y crea la geocultura del libe-ralismo como ideología dominante.El liberalismo, entre otras cosas, secaracteriza por:

1. La idea de progreso: El mun-do se mueve teleológicamente ha-cia mayor progreso. Cada país vaen una línea ascendente hacia un

mejoramiento de sus condicionesde vida polít icas, sociales y econó-micas encaminadas a la libertad,igualdad y fratern idad. Los cambiosocurren paulatinamente a través dereformas al Estado, o revolucio-nariamente a través de la transfor-mación radical del Estado. Lasteorías de modernización de dere-

cha y de izquierda forman parte deesta ideología.

2. La ideología desarrollista:Promueve la idea de que cada países autónomo uno de ot ro y se desa-rrolla en una línea ascendente (teo-rías de modernización de derecha)o desde modos de producción pre-

capitalistas (comunismo primitivesclavismo, feudalismo, etc.) hacmodos de producción capitalistasocialista y, finalmente, comunist(teorías de modernización de iz

quierda). La unidad de análisis el estado-nación, en tendido comla cultura de los individuos y las plíticas de desarrollo del Estado o clase social que controla dicho Etado dentro de las fronteras jurídco-políticas que delimitan un paíDependiendo de si el discurso es lberal de derecha o liberal de izquieda, se enfatizará uno u otro de esto

aspectos. La presuposición principal es qu

el desarrollo descanssobre lo que ocurre interior de cada estdo-nación, sin vinculación fundamental sin reconocimiento dlas determinaciones dlas estructuras de poder globales.

A partir de la Prmera Guerra Mundiael liberalismo ha producido dos ideologí

desarrollistas: la wilsoniana y la leninista (Wallerstein, 1995). En que concierne a la primera, tuvo sinicios durante el gobierno del prsidente norteamericano WoodroWilson quien, a nivel formal, fue primer gobernante del imperialimo en reconocer el derecho de lnaciones a la autodeterminació

La idea era consentir la soberande los países coloniales para qucada uno pusiera en marcha las plíticas que le permitieran alcanzlos niveles de desarrollo económco, político y social de OccidentA partir de la Segunda Guerra Mundial, este reconocimiento desembocó en el proyecto desarrollista d

Convento de Santo Domingo, Bogotá, demolido junto con su iglesia por el presidente Eduardo Santos, anónima, 1920. Biblioteca Pública Piloto de Medellín, BPPM.

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NÓMADAS46 NO. 25. OCTUBRE 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

la Guerra Fría del presidente norte-americano Harry Truman. Duranteeste periodo, el estado n orteameri-cano financió directamente esfuer-zos universitarios para formular

teorías de la modernización que tu-vieran legitimidad “científica” (de-beríamos mejor decir“seudo-científicas”) y ledieron carácter de “cien-tificidad” al desarrollismo.Igualmente, incentivóuna serie de políticas alint erior de los estados na-cionales destinada, porun lado, a cambios en lacultura, de “tradicional”

a “moderna” y, por otro,a la industrialización me-diante estrategias queincent ivaran la inversiónextranjera. Estas dos po-líticas fueron centralesdurante la Guerra Fría.

En lo que concierne ala segunda, el lema del le-ninismo sobre el “derechode la naciones a la auto-determinación” y su énfa-sis en las revolucionesant i- imperialistas enOriente, especialmentedespués del fracaso de larevolución en Europa y enAlemania, compartió conel Occidente capitalistael modelo de desarrollobasado en fórmulas polí-ticas “adecuadas” al nivel

del estado-nación. Segúneste lema, mediante una revoluciónque garantizara la toma del poderpor parte de un partido proletarioy/o un movimiento de liberación na-cional, los países “subdesarrollados”alcanzarían su verdadera indepen-dencia, es decir, la industrializacióny lograrían niveles de desarrollo si-

milares a los de los países “desa-rrollados”. Siguiendo la fórmulaleninista, los movimientos anti-sistémicos que se tomaron el poderdel Estado implementaron, enton-

ces, políticas desarrollistas que, alreproducir la premisa de que el de-

sarrollo ocurre a nivel del estado-nación, terminaron transformándo-se en movimientos conservadoresdonde se anclaron las nuevas elites“capitalistas de estado” las cuales,en alianza con el imperio soviéti-co, se convirtieron en burguesíasestatales.

Como podemos ver, segúnWallerstein (1995), ambas ideolo-gías son similares en lo que respectaa que privilegian como unidad deanálisis el estado-nación y subes-

timan las relaciones de explotacióny dominación del sistema-mundo,en las que el desarrollo yel subdesarrollo son las doscaras de la misma mone-da. En efecto, en el siste-ma-mundo capitalista nohay desarrollo en una re-gión sin que ocurra subde-sarrollo en alguna otra.Justamente, el “progreso”de Europa y Euro-Norte-

américa es efecto de la do-minación y la explotaciónque han ejercido sobre lasregiones no-europeas (Wa-llerstein, 1974; 1980).

De acuerdo con Wa-llerstein (1974; 1979), elsistema-mundo capitalistase inauguró con la expan-sión colonial europea afines del siglo XV, que pro-dujo una división interna-cional del trabajo entrecentros, semi-periferias yperiferias, con la cual con-formó una red jerárquicay permitió a las regiones delos centros desarrollarse aexpensas de la explotacióndel trabajo de las regionesperiféricas. Igualmente, lasformas, primero, esclavis-

tas y, luego, semi-feudalesque se establecieron en la periferiano fueron una secuencia histórica demodos de producción, sino resulta-do de las formas de trabajo que elsistema-mundo moderno capitalis-ta implantó en el centro y reprodu-

  jo en la periferia. De ahí queWallerstein abandone la noción de

 Actual Museo de Arte Colonial (patio central), anónima, 1920. BPPM.

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“sociedad” como categoría analíti-ca, asociada con las fronteras jurídi-co-políticas de los estados-nación yemplee la categoría de “sistema-mundo” o “sistemas históricos”,

propuesta por Fernand Braudel, parareferirse a una unidad de análisis deescala espacial más ampliay de escala temporal máslarga ( larga duración) .

Según Wallerstein(1979; 1991a; 1995), elcambio de unidad de aná-lisis tiene grandes conse-cuencias: una de ellas, porejemplo, conduce a atri-

buir el carácter de granmito del siglo XX a la vie-

 ja estrategia de izquierdade “toma del poder” delEstado para construir el“socialismo en un solopaís”. Ello, porque la iz-quierda ha partido de unrazonamiento falso que sebasa en asumir que elcapitalismo, en última ins-tancia, es un sistema na-cional mientras que elcapitalismo internacionaltiene por función t ratar lasdisputas entre diversoscapitalismos nacionales di-vididos entre imperialistasy semi-coloniales. Por tan-to, cualquier país, a travésde una revolución, puedeconstruir autárquicamen-te el “socialismo en un

solo país”. Si bien, agrega el autor,estas revoluciones han traído refor-mas importantes para sus respecti-vos pueblos (mejores condiciones desalud, educación, vivienda, etc.), nohan cambiado la naturaleza de lasrelaciones capitalistas de explota-ción y dominación ni la estructurade la división internacional del tra-

bajo. De ahí que el llamado “cam-po socialista” nunca haya estadoafuera sino adentro del sistema-mundo capitalista y que el “de-sarrollismo” haya formado parte de

su lógica reproductiva, en tantoenfoca la solución de un proble-

ma sistémico global en políticasestatales a nivel nacional.

Cr is i s t e rm in a l d e lc a p i t a l i s mo h i s t ó r i c o

Para Wallerstein (1974; 1979)el sistema-mundo capitalista se des-

envuelve cíclicamente y no de mnera evolut iva. Hay períodos de epansión (fase A) y períodos dcontracción (fase B). Durante fase B, el sistema-mundo entra e

crisis y se abren períodos de posiblidades para la movilidad ascendente y descendente al nivde la división internacional del trabajo. Algunopaíses descienden decentro hacia la semi-priferia o periferia, mientras otros ascienden de periferia a la semi-perifria o centro. No imporcual grupo específico d

países ascienda o descienda, lo importante es qudicha estructura se reproduce constantemente ela larga duración del sitema-mundo capitalistase estructura de formpiramidal con un pequño grupo de países decentro arriba, un reducdo grupo de países en semi-periferia en posicióintermedia y una gramayoría de países localzada abajo. Justament e, inmensa mayoría de lpoblación mundial sencuentra en la parte inferior de la división intenacional del trabajo, edecir, en la periferia. Poello, el argumento dWallerstein (1991a; 1998

según el cual el presente sistemsolamente ha funcionado para unminoría y no ha funcionado para mayoría de la población del planeta. Peor aún, en comparación cosistemas-mundo anteriores, el atual, en muchos sentidos, ha sidel peor, sobre todo, a nivel de: capacidad de destrucción ecológic

Frente al río Vicachá, cubierto por la A v. Jiménez, cuya ampliación consideródemoler también la iglesia. A nónima, 1920. BPPM.

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NÓMADAS48 NO. 25. OCTUBRE 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

planetaria, la capacidad de des-trucción de los mecanismos desubsistencia para la reproducciónde la vida humana, la desigualdadde ingresos y la capacidad tecno-

lógica de guerra y matanza de se-res humanos.

En el presente sistema-mundo,casi siempre el ascenso o descensode un país o grupo de países en la

 jerarquía de la división in ternacio-nal del trabajo ocurre en periodosde crisis y a partir de guerras impe-riales o revoluciones (Wallerstein,1979). Las guerras son una de va-rias maneras de resolver las crisis

cíclicas del sistema. Además deellas, el sistema resuelve las crisismediante la conquista de nuevosterritorios, la incorporación comoasalariados de más población, lamercantilización cada vez mayor dela reproducción de la fuerza de tra-bajo, el debilitamiento cada vezmayor de las barreras proteccionis-tas de los estados-naciones, laexternalización de costos por me-dio de la incorporación masiva dela naturaleza a los procesos de acu-mulación con sus consecuenciasdestruct ivas, etc. Estos mecanismosde reproducción sistémica queWallerstein llama “tendencias secu-lares” resuelven la crisis en el cortoplazo, pero la agravan en el largoplazo al llegar a un punt o de no re-torno donde el sistema entra en cri-sis terminal.

Según Wallerstein (1995; 1998),con los levantamientos de los mo-vimientos del 1968, el consensoneo-liberal de Washington a prin-cipios de los ochen ta y la caída delmuro de Berlín en 1989 se ha lle-gado a un momento de crisisterminal, porque dichos aconteci-mientos hicieron picadillo la ilusión

liberal desarrollista. Mi primera re-acción cuando por primera vez es-cuché al autor pronosticar el fin delcapitalismo histórico en 50 añosfue asemejar su presupuesto a una

“predicción” sobre el fin del capi-talismo, típica de la Segunda y Ter-cera Internacional. Sin embargo,mirado con más detenimien to y sinconfundirlo con las viejas profecíasdel kautskismo o el leninismo, elargumento wallersteiniano es másprofundo de lo que a primera vistaaparenta.

Para Wallerstein ( 1991a; 1995;1998), los sistemas-históricos tie-

nen un comienzo, un largo períodode reproducción incesante más omenos estable y un fin. El fin de lossistemas-históricos ocurre cuandolas tendencias seculares que resuel-ven las crisis cíclicas de corto plazollegan a su punto de asymptote, enel que no solo no solucionan lascrisis cíclicas inmediatas, sino queempeoran las crisis sistémicas en ellargo plazo. Por ejemplo, una ten-dencia secular del sistema ha sidoresolver el aumento en el costo dela fuerza de t rabajo expandiéndosehacia nuevos territorios e incorpo-rando mano de obra más barata.Esto tiene la ventaja de resolver lacrisis cíclica en el corto plazo pero,en el largo plazo, tiene la desven-taja de que, llegado el momento,como es el caso hoy en día en queel sistema ha conquistado todos losespacios planetarios, no tiene ha-

cia donde más expandirse para re-solver las crisis cíclicas. Lo anterioraumenta la capacidad de negocia-ción de los trabajadores a nivelmundial (es importan te insistir queWallerstein no está hablando aquí a nivel de un estado-nación) fren-te al capital y, por tant o, hay pre-sión para el aumento global de los

salarios, lo que t ambién disminuyeglobalmente las ganancias. Hoy día,cuando el capital re-localiza sus in-versiones hacia la periferia ya no lohace por medio del empleo de mano

de obra esclava o semi-servil, sinoque tiene que utilizar el mecanis-mo más caro de remuneración dela fuerza de trabajo en el sistema-mundo capitalista: el trabajo asala-riado (Wallerstein, 1979). Aunquetodavía paga salarios más baratosen la periferia que en los centros,el hecho de que se vea obligado apagar salarios es ya un costo mayorpara el capital.

Un segundo ejemplo es la ma-nera como el capitalismo está ope-rando al excluir de los gastosestatales los costos que acarrea el usoy destrucción de la naturaleza. Hoydía, dada la crisis fiscal de los esta-dos y la escasez de recursos natura-les, los costos de los bienes naturales,cada vez más exorbitantes, requie-ren ser asumidos por el capital, loque disminuye sus ganancias. Lomismo ocurre con la reproducciónde la fuerza de trabajo. Contrario alo que señalan los “manuales mar-xistas”, el sistema-mundo capitalis-ta ha funcionado históricamente através de la incorporación de obre-ros asalariados en hogares semi-proletarizados. De esta forma, lareproducción de la fuerza de traba-

 jo no ha dependido enteramente delmercado, sino del trabajo no-mercantilizado, gratuito, de los

miembros del hogar (Wallerstein,1979). Esto ha permitido al sistemapagar salarios por debajo de la me-dia de subsistencia, sin que los obre-ros dejen de reproducir su fuerza detrabajo. Con la creciente mercan-tilización de todos los productos desubsistencia y la acelerada des-ruralización del mundo, las formas

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4NÓMADASGROSFOGUEL, R.: DEL FINAL DEL SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA HACIA UN NUEVO SISTEMA-HISTÓRICO ALTERNATIVO

no-mercant ilizadas de reproducciónde la fuerza de trabajo se han redu-cido significativamente. Esto produ-ce una fuerte tendencia sistémica aaumentar los costos de reproduc-

ción de la fuerza de trabajo y lapresión sobre el capital para incre-mentar los salarios, lo cual, en el lar-go plazo, afecta los niveles deganancia. Otro mecanismo sistémi-co en crisis identificado por Wa-llerstein es el creciente déficit fiscalde los estados-nacionales. La mane-ra tradicional de funcionamientodel capital ha sido forzar a los esta-dos-nación a asumir muchos de suscostos, al mismo tiempo que ha bus-

cado limitar los impuestos estatalessobre sus ganancias. Con el déficitfiscal de los estados, los costos deproducción y reproducción del ca-pital, que antes eran su responsabi-lidad, son asumidos cada vez más porel propio capital. Algunos ejemplosde lo anterior, van desde los costosde agua y electricidad hasta los deseguridad. Por último, Wallerstein leconcede una importancia extraordi-naria a la crisis de la geocultura li-beral y a su idea de progreso. Lacrisis del liberalismo hace que lasmasas no tengan esperanza de futu-ro en el sistema y busquen salidasque lo ponen en jaque. Los fun-damentalismos integristas así comolos movimientos radicales anti-sistémicos son un síntoma de la fal-ta de fe en la idea de progreso y enla capacidad del sistema para resol-ver los problemas sociales del mun-

do (Cfr. Wallerstein, 1998: 45-47).

B i fu r c a c i ó n h a c i a u nn u e v o s i s t é ma -h i s t ó r i c o

Su argumento está basado en elanálisis de una serie de procesoshistóricos mundiales y mecanismos

sistémicos que demuestra cómo lastendencias seculares del sistemahan llegado al punto de asymtote,por lo cual entramos en un puntoirreversible, de no retorno, de bi-

furcación, de incert idumbre, de findel presente sistema-mundo capi-talista hacia un nuevo (o nuevos)sistema(s)-histórico(s) que, cont ra-rio a las profecías leninistas, no tie-nen garant ías, es decir, podrían sermejores o peores que el presentesistema-mundo capitalista.

Wallestein (1995; 1998; 2003)caracteriza los primeras cinco déca-das del siglo XXI como un momen-

to de transición, de bifurcaciónhacia el fin no sólo de la hegemoníaestadounidense sino del presente sis-tema-histórico. Usando la “teoríadel caos” desarrollada por Ilya Pri-gogine y la escuela de Bruselas, ha-bla de un periodo de incertidumbrey bifurcación (Wallerstein, 1991a).Dependiendo del éxito o fracaso denuestra agencia social y de las inter-venciones de los movimientos socia-les ant i-sistémicos en este momentode bifurcación, la transición hacia unnuevo sistema-histórico puede lle-var a un mejor o a un peor sistema.Nada predeterminará ni garantizaráel futuro. Se t rata de un período deincertidumbre. Puede haber un nue-vo sistema histórico más justo eigualitario, o uno más explotador yopresivo. Si es correcta la aprecia-ción de Wallerstein (1998) de lapresente situación histórica, es ur-

gente abordar nuestra acción comosujetos colectivos y repensar nues-tras utopías para crear mundosalternativos.

Como ha demostrado Walles-tein (1974, 1979) en su sociologíahistórica, la transición entre el feu-dalismo y el mundo moderno en

Europa no fue como las narrativamarxistas y liberales la han caraterizado: una clase burguesa quemerge en las ciudades y, a travde reformas o revoluciones, despl

za a la aristocracia feudal. Por contrario, fue la misma aristocracfeudal que en su búsqueda de soluciones a la crisis del viejo sistemcreó un nuevo sistema-histórico, “sistema-mundo Europeo/Euro-noteamericano capitalista/patriarcmoderno/colonial” (Grosfogue2005). Las elites capitalistas trannacionales del siglo XXI podríaseguir la misma estrategia que aristocracia feudal de fines del s

glo XV y reinventarse, mediante creación de un nuevo sistema-hitórico peor que el que vivimopara así preservar sus privilegiodado que cuentan con un n ivel driqueza y de poderío militar n uncvistos en el pasado de la humandad. Por tanto, Wallerstein enfatien que las clases dominantes, siluchar, no van a ceder su poder na renunciar a sus privilegios.

Utopís t i ca

Para Wallerstein, durante lolargos períodos de reproducciósistémica, los sistemas-históricooperan con relativa estabilidad, pesar de las crisis cíclicas que loatraviesan y de los movimientoanti-sistémicos que los retan. Llucha de los movimientos anti-si

témicos tiene muy pocas posibiliddes de destruir el sistema-históricdurante los largos siglos de su reproducción estable aunque, en largo plazo, sí puede modificar agunos de sus mecanismos. Es úncamente durante los momentos dcrisis terminal, cuando aparece esu más cruda expresión la debilida

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NÓMADAS50 NO. 25. OCTUBRE 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

y crisis de los mecanismos estruc-turales de reproducción sistémica,que la acción de los sujetos colec-tivos adquiere una importan cia de-cisiva para la tran sformación hacia

un nuevo sistema-histórico. Estosson los momentos de oportunidadpara la transformación social queWallerstein llama “kairos” o elTiempoEspacio transformacional(“transformational TimeSpace”).Momentos donde, para usar la ex-presión de Wallerstein , el factor “li-bre albedrío” de los grupos eindividuos tiene la posibilidad decrear un impacto en elmundo. Es precisa-

mente en estos perío-dos de crisis terminalsistémica, cuando lasluchas de los movi-mientos anti-sistémi-cos pueden hacer ladiferencia para la crea-ción de un nuevo sis-tema-histórico más

 justo y más igualitarioque el anterior. De ahí la importancia queWallerstein le adscribea la “utopística”.

Wallerstein insiste en que lacreación de un programa destinadohacia un nuevo sistema histórico al-ternativo jamás podría ser el resul-tado de la ideas de un individuo,sino que será necesariamente el re-sultado de un debate mundial. Poreso, se limita a sugerir algunos ele-

mentos que considera indispensablesen este debate, sin pretender dar unarespuesta exhaustiva y final al asun-to. El Foro Social Mundial es unode esos espacios que identifica comofundamentales. Sitúa el debate mun-dial entre el “espíritu de Porto A le-gre” o espíritu de los movimientosanti-sistémicos frente al “espíritu de

Davos” o espíritu de los privilegia-dos del sistema.

Uno de los elementos centra-les del debate es pensar en una

“racionalidad substantiva” que,partiendo del sistema-mundo exis-tent e, pueda concebir el potencialde un nuevo sistema-histórico al-ternativo que sea más igualitario,más justo y más democrático queel actual. Por eso, insiste en que latarea no es hacer utopía sino“utopística”. Mientras define laprimera como “sueños del cielo

que nunca pueden existir en la tie-rra”, la “utopíst ica” es “…una seriede evaluaciones sobre alternativashistóricas, el ejercicio de nuestro

  juicio como racionalidad sustan-tiva en torno a sistemas históricosalternat ivos posibles” (Wallerstein,1998:1-2).

A partir de su evaluación crí-tica sobre los desastres de la expe-riencia socialista del siglo XX,Wallerstein (1995; 1998: 66-69)propone, como uno de los elemen-tos principales para el debate mun-dial, pensar en estructuras que denprimacía a la maximización de la

calidad de vida para t odos, al mis-mo tiempo en que se limitan lasformas de violencia colectiva, demanera que cada cual ten ga el másamplio espacio de opciones y de-

cisiones individuales sin que seamenace la sobrevivencia y laigualdad de derechos de los de-más, en lugar de hacer de la ince-sante e infinita acumulación decapital (“ceaseless and endlessaccumulation of capital”) la lógi-ca primaria de las decisiones políti-cas y sociales. Lo anterior suponehacer extensivo a toda la humani-

dad (no solamente pa-ra una minoría definida

racialmente como euro-descendientes/blancoso en términos de gé-nero como hombres,que es lo que ocurrecon el capitalismo his-tórico, (Wallerstein,1983)) los ideales libe-rales de democracia,igualdad, derech osindividuales, civilesy sociales dentro deun sistema igualita-rio, sin explotacióndel trabajo y sin do-

minación clasista/racista/sexistaque provea formas instituciona-les radicales de decisión demo-crática más allá de las formastradicionales liberales burguesasde democracia y toma de deci-siones. En otras palabras, es ne-cesario cambiar las relaciones de

poder en la producción y, porconsiguient e, tran sformar los in-cen t iv o s d e t r ab a jo d e u n aprimacía en la remuneración ma-terial hacia la primacía de unacombinación de incentivos mo-rales/honores y, sobretodo, delcontrol sobre el propio tiempode trabajo.

Construida frente al río San Agustín, cubierto por la calle 7. G. Cuéllar, 1920. BPPM .

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5NÓMADASGROSFOGUEL, R.: DEL FINAL DEL SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA HACIA UN NUEVO SISTEMA-HISTÓRICO ALTERNATIVO

C o n c lu s ió n

Aunque la predicción de W a-llerstein acerca de que el sistema-mundo capitalista terminará en

los próximos 50 años sea incorrec-ta y que dicho sistema t erminara,por ejemplo, en 25 o en 150 años,ello es secundario en relación consu señalamiento más fundamen-tal, aquel de la crisis terminal eirreversible de los mecan ismos dereproducción sistémica que hanllegado a un pun to de asymptote.Las cont radicciones sistémicas queWallerstein identifi-ca son cruciales para

entender los procesosde caída del presen-te sistema y de aper-tura de bifurcaciónhacia uno n uevo quepuede ser mejor opeor que el presente.Ningún sistema histó-rico es eterno. De ahí la importancia que élle adscribe a la “uto-pística” en este mo-mento de t ransición.

El hecho de quenin guna guerra, revolución o suble-vación haya derrocado el sistema-mundo capitalista durante loslargos siglos de reproducción ince-sante del mismo, le da validez em-pírica a la tesis de Wallerstein deque la acción de los sujetos socia-les y los movimientos anti-sisté-

micos no tiene una efectividadtransformadora hasta el momentode crisis terminal y bifurcación. Sinembargo, me queda la duda de ¿has-ta qué punto esto no es tanto unefecto de la eficiencia de los meca-nismos de reproducción, sino unresultado del fracaso de los movi-mientos anti-sistémicos o una com-

binación de ambos? Si la tesis deWallerstein es correcta, entonces elsistema operaría con un fuertedeterminismo estructural durantelos largos siglos de reproducción y

expansión y la acción de los suje-tos, el libre albedrío, sólo tendríaefectos transformadores en el mo-mento de bifurcación. Esta tesis,aunque parece tener sent ido y co-rresponder a los hechos históricos,es problemática pues le atribuye alsistema un determinismo tan fuer-te que excluye cualquier efecto dela acción de los agentes sociales en

la realidad, excepto en períodos debifurcación sistémica. ¿Hasta quépunto, si Napoleón o Hitler hu-bieran triunfado en sus guerrasexpansionistas, el sistema-mundocapitalista se hubiera t ransformadoen un imperio-mundo desde prin-cipios del siglo XIX con el primero

o desde mediados del siglo XX conel segundo? De la misma forma,¿hasta qué punto, si los levanta-mientos indígenas en el siglo XVIhubieran t riunfado en las Américas,el capitalismo hubiera constituidouna división internacional del t ra-bajo, un mercado mundial y, portanto, un sistema-mundo? Igual-

Terremoto de 1917. Ermita y Cerro de Guadalupe, antiguo sitio de adoración indígena, Bogotá, Juan Nepomuceno Gómez, 1920. BPPM.

mente, ¿si las revoluciones proletrias de finales del siglo XIX y principios del XX hubieran triunfado eEuropa, hasta qué punto la cristerminal del sistema no hubiera ocu

rrido antes? En mi opinión, los atores sociales tienen siempre potencial de destruir el sistema. Eproblema es que en las luchas dpoder políticas, no hay nada predeterminado ni garantizado y entravariables de violencia e ideologque neut ralizan las posibilidades dmovilización ant i-sistémica.

Por último, tengotras preguntas que va

dirigidas a los elementos que Wallersteiaporta para el debamundial que proponTengo la sospecha dque sus propuestas, lcuales en principio mparecen importantede considerar, todavestán atrapadas en unepistemología eurocéntrica occidental. ¿Poqué seguir pensando ecrear un solo sistemhistórico alternativo

no en una diversidad de sistemhistóricos alternativos? ¿No es, acso, el lema de los Zapatistas “umundo donde otros mundos seaposibles” y el lema de una buenparte del Foro Social Mundial d“no uno sino ot ros mundos son posibles” un llamado a una mult

plicidad de sistemas históricoalternativos? Al proponerse alterntivas monosistémicas, ¿no se incurre en la reproducción de uesquema eurocéntrico? Por otrlado, la idea de extender a toda humanidad los ideales liberales ddemocracia, igualdad, fraterniday libertad, ¿no reproduce una pre

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NÓMADAS52 NO. 25. OCTUBRE 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

misa epistémica occidentalista?Cuan do grupos indígenas como losZapatistas reclaman “somos igualesporque somos diferentes”, ello equi-vale a una noción de “igualdad con-

creta” que cuestiona el imaginarioliberal de “igualdad abstracta” queimpuso la Revolución Francesa, enel que se borran los rostros de laspersonas. Un indígena no quiere ser“integrado” al mundo occidental n ia sus ideales liberales, quiere quesu mundo sea tratado con igualdadsin que se borre su diferencia. Losmismo ocurre con las feministasislámicas, con los movimientosafro-caribeños, con los partidos

budistas de Asia, y con todos aque-llos movimientos anti-sistémicosque parten de epistemologías“otras”. ¿No es acaso fundamentalel descolonizar, es decir, criticardesde epistemologías “otras” lospropios valores occidentales y abrir-se a la diversalidad epistémica ycosmológica del planeta? Por ejem-plo, Occidente siempre trató a lanaturaleza como un medio para unfin. Partiendo de esta cosmología,terminó desarrollando tecnologíasdestructivas de la naturaleza. Lascosmologías no-occidentales quesiempre trataron a la naturalezacomo un fin en sí mismo tienenmucho que aportar en esta discu-sión. Es decir, para imaginar mun-dos posibles habría que superar lapreten sión de crear un solo sistema

histórico alternativo universal co-mo solución. Si se continúa par-tiendo desde la cosmología yepistemología occidental para ima-ginar mundos posibles, si se conti-

núa reproduciendo una fuertesordera ante las epistemologíasotras no-occidentales, corremos elriesgo de imitar, desde la izquierda,los diseños globales occidentalesque se han impuesto por persuasióny/o por la fuerza al mun do no-occi-dental. ¿No fue el socialismo delsiglo XX precisamente un diseñoglobal/occidental/colonial, que seimpuso como modelo único posi-ble de alternativa frente al capita-

lismo? Habría que pensar desde una“pluriversalidad epistémica” quenos permita imaginar múltiplesmundos alternativos posibles fren-te al mono-mundo capitalista.Como dice Walter Mignolo (2000),parafraseando a Edouard Glissant:“el reconocimiento de la diversidadepistémica de los humanos condu-ce a la diversalidad  como proyectouniversal”.

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2 . Cie n cia y g e n e a lo g ía

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   F   E   R   N   A

   N   D   O    U

   R   B   I   N   A   :

   N  o  r   t  e   d  e   S  a  n   t  a  n   d  e  r .