15
LA VIDA EN LAS AULAS PH. W. JACKSON

La vida en las aulas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La vida en las aulas

LA V

IDA E

N LAS

AULAS

PH

. W

. J A

CK

SO

N

Page 2: La vida en las aulas

La asistencia a la escuela se realiza con fastidio. La asistencia de los niños a la escuela es tan corriente que pocos reflexionamos sobre ella.

Podemos reflexionar sobre el significado de la experiencia para el niño en cuestión.

Page 3: La vida en las aulas

En clase, los profesores sólo se interesan por actos específicos de mala conducta.

El propio alumno ha reducido el día en la memoria a un pequeño número de acontecimientos señalados:

“Saqué una buena nota en el examen de ortografía”; “Llegó un chico nuevo y se sentó a mi lado”

Desde el punto de vista del interés humano, a no ser que haya ocurrido algo interesante, no tiene sentido hablar de nuestra experiencia.

Los antropólogos nos han enseñado a apreciar el significado cultural de los elementos monótonos de la existencia humana. Esta es la lección que debemos tener en cuenta cuando tratamos de comprender la vida en las aulas de primaria.

Page 4: La vida en las aulas

Para apreciar el significado de los hechos triviales del aula, es necesario considerar la frecuencia de su aparición, la uniformidad del entorno escolar y la obligatoriedad de la asistencia diaria (los niños están allí tanto si les gusta como si no).

La cantidad de tiempo que los niños pasan en la escuela son 6 horas diarias. Ligeramente un poco más de una décima parte de su vida la pasa en la escuela.

Page 5: La vida en las aulas

Rara vez se ve un aula más que como lo que es, sólo un aula. Y esto no quiere decir que todas las aulas sean idénticas, existen claras diferencias.

En su esfuerzo por hacer más hogareñas las aulas, los profesores de primaria dedican un tiempo considerable a su decoración.

Cuentan con los mismos elementos: la mesa del profesor, mapas enrollables, papelera, sacapuntas, etc; incluso los olores se parecen.

Todas estas imágenes y olores se hacen familiares para alumnos y maestros que ya ni los notan.

Hay desde luego cambios, aunque no muy radicales, durante el año.

Page 6: La vida en las aulas

Debe haber un orden en el aula, los objetos se encuentran en su lugar, así como el alumno suele tener un lugar asignado.

Un aspecto final de la estabilidad de los jóvenes es la calidad ritualista y cíclica de las actividades realizadas en el aula. Por ejemplo, horarios establecidos para cada materia.

 

 

Lo que hace diferente a las escuelas de otros lugares no es solamente el aprendizaje y enseñanza, sino muchos otros factores.

Page 7: La vida en las aulas

Aprender a vivir en un aula supone, entre otras cosas, aprender a vivir en el seno de una masa.

La escuela también es un lugar en donde la división entre el débil y el poderoso está claramente trazada.

Los alumnos se enfrentan, principalmente, de tres maneras:

Como miembros de una masa. Como receptores potenciales de elogios

o reproches. Como peones de las autoridades

institucionales.

Page 8: La vida en las aulas

El profesor actúa como un regulador que controla el flujo del diálogo en el aula.

Otra tarea que consume tiempo del profesor, al menos en la escuela primaria, es la de servir como proveedor. El espacio y los recursos materiales del aula son limitados y debe distribuirlos juiciosamente (a los alumnos que merecen el material, o bien, distribuir material por tiempos).

Todas las acciones que se han descrito del profesor, responden de un modo u otro, a la condición de hacinamiento del aula.

Page 9: La vida en las aulas

Los cuatro rasgos de la vida escolar son:

DemoraRechazo InterrupciónDistracción Social

Si los alumnos han de enfrentarse equilibradamente con las exigencias de la vida

en el aula, tienen que aprender a ser pacientes.

Page 10: La vida en las aulas

EVALUACIÓN

La evaluación constituye otro hecho importante en la vida en el aula.

El proceso de evaluación que se desarrolla en el aula presenta al alumno una serie de demandas singulares a las que debe adaptarse.

Los exámenes, son un ejemplo de evaluación muy utilizado en las primarias.

La fuente de evaluación principal en el aula, es el profesor, pero éste no es el único, también participan los compañeros formulando juicios a sus otros compañeros y también existe una autovaloración.

La evaluación de las cualidades personales de los alumnos por parte del profesor aborda frecuentemente materias como la capacidad intelectual general, el nivel de motivación y su contribución al mantenimiento de un aula bien regida.

Page 11: La vida en las aulas

 

Las prácticas escolares relativas a comunicar evaluaciones positivas son probablemente menos consecuentes que las que informan evaluaciones negativas.

La mayoría de los alumnos aprenden pronto que los premios se otorgan a los que son buenos, y esto los motiva.

Lo que nos lleva a estos 2 tipos de motivaciones: Extrínseca:

Realizar el trabajo escolar por las gratificaciones que aportará en forma de buenas notas y aprobación del profesor. Intrínseca:

Realizar el trabajo escolar por el placer que surge de la propia tarea.

Page 12: La vida en las aulas

El hecho de la desigualdad de poder es una tercera característica de la vida en el aula a la que deben acostumbrarse los estudiantes.

La relación de padre-hijo, maestro-alumno, son muy parecidas y a la vez diferentes. Una diferencia es que los padres se muestran restrictivos “no hagas esto; “no”. Y el maestro por el contrario, se va por el “Haz lo siguiente”.

En el hogar el niño debe aprender a detenerse; en la escuela a mirar y a escuchar.

Page 13: La vida en las aulas

El trabajo supone realizar una actividad deliberada prescrita por otra persona, la cual no haríamos si no fuese por un sistema de autoridad.

El trabajador es una persona que de cuando en cuando siente la tentación de abandonar su papel.

Page 14: La vida en las aulas

Dentro del mejor de los mundos posibles se confía en que los chicos se adaptarán a la autoridad del profesor, convirtiéndose en estudiantes modélicos.

Un estudiante modélico no es necesariamente un buen estudiante, sino un estudiante que se esfuerza.

Hace (aunque de manera incorrecta) sus trabajos, que hace tareas (incorrectas), o que alza la mano

para participar (aun ofreciendo una respuesta errónea).

Page 15: La vida en las aulas

Este breve análisis exagera probablemente las auténticas

diferencias entre las exigencias del conformismo institucional y las demandas

del saber, pero sirve para llamar la atención sobre

puntos de posible conflicto.