La Voz de Los Vencidos T.F.G

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Trabajo Fin de Grado de Grado en Humanidades y Patrimonio. La Conquista de México en la Voz de los Vencidos.

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  • Universidad de Castilla-La Mancha/Facultad de Humanidades de Toledo

    GRADO EN HUMANIDADES Y PATRIMONIO

    Curso acadmico: (2014-2015)

    OTRAS VOCES PARA LA HISTORIA: UN DEBATE SOBRE LA

    CONQUISTA DE MXICO

    El Mercado de Tlatelolco por Diego Rivera,1945, Palacio Nacional.

    Trabajo de Fin de Grado realizado por: M del Pilar Gonzlez Jimnez

    Dirigido por: Fernando Martnez Gil

    VB Tutor del Trabajo Fdo.: M del Pilar Gonzlez Jimnez

    Fecha: Fecha:

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    NDICE

    1. Introduccin del Trabajo......4-7

    1.1. Motivacin.......4

    1.2. Justificacin..5-6

    1.3. Planteamiento del Problema.6

    1.4. Metodologa..6-7

    1.5. Agradecimientos..7

    2. Las crnicas de la conquista de Mxico: La versin de los conquistadores..7-14

    2.1. Hernn Corts, como primer cronista de la conquista de Mxico..8-10

    2.2. Francisco Lpez de Gmara y su visin de conjunto de la Conquista de

    Mxico..10-11

    2.3. Bernal Daz del Castillo y su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva

    Espaa...11-12

    2.4. Las relaciones testimoniales de Andrs de Tapia y Alonso o Fray Francisco de

    Aguilar..13-14

    3. Historia de un desencuentro: narrativa pica de la Conquista en la historiografa de

    los vencedores..14-20

    3.1. Los smbolos de los valores morales en la narrativa de la Conquista...15-16

    3.2. Las crnicas y los libros de caballeras: historia o literatura?..........................17

    3.3. De las crnicas de Indias a la historia oficial conocida.18-20

    4. La historia de la Conquista de Mxico tras el espejo...21-23

    4.1. Imgenes indgenas de la Conquista de Mjico en los cdices del siglo

    XVI.21-22

    4.2. Los presagios, maravillas y prodigios del cdice de Bernardino de

    Sahagn..22-23

    5. Precedentes: la perspectiva y la imagen del otro.23-26

    5.1. Un antes y un despus: La visin de los vencidos23-24

    5.2. El V Centenario del descubrimiento de Amrica: disputas en torno al

    encuentro de dos mundos.25

    6. Repensando la Conquista: releyendo y reevaluando la Conquista...26-29

    6.1. Repensar la Conquista: Reflexin epistemolgica sobre un momento

    fundador.26-27

    6.2. La ruptura de los siete mitos de la Conquista espaola27-29

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    7. Un nuevo enfoque del xito de la Conquista...29-33

    7.1. La habilidad para adaptarse e improvisar..29-30

    7.2. Los traductores: una importante baza para el xito de la Conquista.31-33

    8. Conclusiones....34-36

    9. Bibliografa..............37-38

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    1. Introduccin del Trabajo 1.1. Motivacin

    Cmo unos pocos espaoles conquistaron un gran Imperio? El 18 de noviembre de

    1519, de acuerdo con los distintos cronistas, sali Hernn Corts de Cuba al frente de

    una pequea armada. En realidad, unos pocos hombres que pretendan conquistar uno

    de los imperios ms poderosos, el de los Aztecas o Mexicas, cuya capital era

    Tenochtitln -actual Mxico D. F.- que se encontraba bajo el dominio de la llamada

    Triple Alianza.

    Corra el ao 1980 cuando escuche por primera vez la historia de la Conquista de

    Mjico, en aquel entonces, yo me encontraba cursando 6 de Educacin General Bsica

    bajo la Ley General de Educacin de 1970, la cual haba sustituido a la antigua Ley

    Moyano. Era una educacin que estaba todava influenciada por los postulados

    ideolgicos franquistas, de confesionalidad catlica, y con ciertas limitaciones desde el

    mismo instante en que el historiador y posteriormente el docente, seleccionaba unos

    hechos para su estudio y descartaban otros. Una historia oficial impuesta por el sistema,

    manipulada y cambiante por intereses polticos.

    Aprend la historia basada en los grandes personajes, reyes y militares

    fundamentalmente, en sus triunfos y fracasos, y con una narracin fundamentalmente

    descriptiva, narrativa y lineal, cargada de mitificaciones y ancdotas. Cuando trataba de

    preguntar el por qu de los hechos, se me cerraba la boca con un porque s, sin dejar

    que aflorase mi actitud crtica.

    Ms de 30 aos despus, regrese a la Universidad para cursar Humanidades.

    Entonces me di cuenta que tanto la docencia como los docentes haban cambiado

    mucho, ahora se potencia el anlisis, la interpretacin crtica, y a relacionar las causas.

    Los alumnos adems son ms crticos, mejor preparados e informados; gracias a una

    docencia que ha sido causa y consecuencia de esta actitud crtica de los nuevos

    humanistas, y que pone nfasis en una lectura extensa y concienzuda de las fuentes para

    repensar los acontecimientos histricos. Ahora los alumnos de Humanidades

    demandamos una Historia Total, en la que se atienda a todos los elementos

    econmicos, institucionales, sociales y mentales, donde tengan cabida todos los

    personajes, vencedores y vencidos, reyes y campesinos, hombres y mujeres. Es ahora

    cuando se me brinda la oportunidad de analizar el hecho de la Conquista de Mjico bajo

    estas premisas.

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    1.2. Justificacin

    Hay que establecer una conversacin, no una discusin, para recuperar la memoria de aquellos que no han tenido derecho de expresar sus propios recuerdos y, de este modo, recuperar la memoria histrica.1

    El estudio de la Historia y otras disciplinas humansticas es fundamental para la

    adquisicin de habilidades como el anlisis, la interpretacin crtica, la sntesis,

    valoracin de las fuentes de informacin. Su estudio nos ayuda a relacionar las

    diferentes causas que han motivado la evolucin de la sociedad. Con una buena

    formacin humanstica se fortalece la conciencia ideolgica y poltica de cualquier

    sociedad. En palabras de Fontana, la historia debe ensearse como un arma para sus

    combates de hoy y herramienta para la construccin de su futuro.2

    He querido con ste trabajo, repasar la historia construida por los cronistas

    tradicionales, los cuales atribuyen la cada del imperio mexica a causas como la

    superioridad armamentstica de los espaoles, sus conocimientos tcticos, sus

    innovaciones tecnolgicas. Si bien es cierto que los espaoles contaron con armas de

    fuego, cierta formacin militar por las circunstancias en las cuales se vio envuelto el

    reino peninsular, armaduras de hierro, caballos, perros, bombardas y caones;

    ciertamente existieron otras causas que hicieron posible la conquista de Mxico y que la

    historiografa actual est sacando a la luz. Es imprescindible desarticular antiguos mitos

    y leyendas de la conquista revisando los hechos, analizando las fuentes con una actitud

    sumamente crtica y una imaginacin disciplinada. Una lectura extensa y concienzuda

    de las fuentes, nos pueden llevar a comprender con que medios cont la historiografa

    oficial para mitificar a sus personajes histricos.

    La historiografa occidental ha sido, desde hace tiempo, la instauradora del modelo

    europeo como camino hacia el progreso. Por tanto, la historiografa tradicional describe

    el descubrimiento exclusivamente desde la perspectiva de los vencedores. Las

    sociedades no europeas eran consideradas inferiores y, por tanto, la voz indgena ha

    pasado desapercibida durante siglos. Hoy por hoy, las ciencias humanas estn

    considerando los testimonios del otro, como proceso de conocimiento total en un

    mundo global.

    1 A. J. Domnguez, Entrevista con Dulce Chacn, en Rebelin (23 marzo de 2003). http://www.rebelion.org/hemeroteca/cultura/dulce230303.htm (Consultado el 14 -11-2014). 2 J. Fontana, Ensear historia, Notas en torno a la enseanza de la Historia, pp. 11-21. Cceres, 2 J. Fontana, Ensear historia, Notas en torno a la enseanza de la Historia, pp. 11-21. Cceres, Institucin Cultural El Brocense, 1983.

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    A lo largo de este trabajo trataremos de estudiar este acontecimiento, y analizaremos

    los principales argumentos de los cronistas tradicionales, fuentes primarias de las cuales

    se ha nutrido la historiografa oficial. Pero tambin consideraremos la voz de los

    vencidos, la visin indiana de la conquista. Se trata de leer entre lneas, para poder

    reinterpretar la historia.

    1.3. Planteamiento del Problema

    A raz de la conmemoracin del V Centenario del descubrimiento de Amrica, y de

    la mano de historiadores como Miguel Len Portilla, se propuso el Encuentro de dos

    mundos en contraposicin al trmino de Descubrimiento y Conquista. Esta

    conmemoracin centenaria se constituy en escenario de debate para diversos actores

    que confrontaron sus interpretaciones del pasado. Entre todos ellos, se alzaron voces en

    contra de la historia oficial impuesta por el sistema, manipulada y cambiante por

    intereses polticos.

    En este momento, muchos historiadores suean con una nueva historia americana, y

    los que se interesan en la conquista de Mxico y en su ambiguo estatuto historiogrfico

    se han empeado en una revisin historiogrfica global sobre este acontecimiento. Pero

    cmo repensar este magno acontecimiento, un acontecimiento sobre el cual todo

    parece haberse dicho ya? Cmo construir un nuevo relato si esta pelcula y sus actores

    son harto conocidos? Sin duda, esta pelcula clsica ha cambiado de pblico, un pblico

    ms crtico, mejor informado, que pide asistir a una nueva representacin de la historia

    y no a una gran superproduccin historiogrfica cargada de hroes mitificados.

    1.4. Metodologa

    En primer lugar se hacia necesario estudiar los primeros testimonios o crnicas

    escritas por los vencedores. De la mano del mismo Hernn Corts, Lpez de Gmara,

    Daz del Castillo, Andrs Tapia y Alonso de Aguilar; conoceremos la versin de los

    conquistadores. Para contrastar la versin de los vencedores, estas pginas tratarn de

    recopilar las principales obras sobre los vencidos de la mano de historiadores como

    Bernardino de Sahagn, Antonio de Sols, Miguel Len-Portilla, Nathan Wachtel y

    Matthew Restall, adems de numerosos artculos y Seminarios que han tratado el tema.

    Mi nica intencin es la de realizar una confrontacin de las versiones, para tratar de

    conocer los sucesos de la conquista de Mxico y sacar mis propias conclusiones; una

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    excelente oportunidad para repensar y analizar este proceso histrico trascendental que

    form parte del inicio de la Edad Moderna.

    1.5. Agradecimientos

    A la fundamental labor de mi director de T.F.G. Dr. Fernando Martnez Gil, por su

    orientacin, correcciones, aportacin bibliogrfica y sobre todo por su paciencia. A

    todos mis profesores de la Facultad de Humanidades, por ensearme a mantener una

    actitud crtica y constante ante cualquier hecho significativo. A la Dra. Lilia lvarez

    y Lourdes Somohano de la Universidad Autnoma de Quertaro, por introducirme en

    la antropologa y arqueologa de Mxico; y al alumno de doctorado de la UNAM Alan

    Martnez, por facilitarme la historiografa mexicana de la Conquista.

    2. Las crnicas de la conquista de Mxico: La versin de los conquistadores Tras la llegada de los espaoles a Amrica se registraron los primeros testimonios

    literarios en las crnicas y cartas escritas por descubridores, conquistadores y

    colonizadores. A los cronistas espaoles de Indias los mova el impulso de narrar los

    hechos prodigiosos en los que haban participado, para dejar constancia de su fama y

    esfuerzo. Escriban, al mismo tiempo, sobre las peculiaridades de la cultura y los usos

    para ellos extraos del Nuevo Mundo. Pronto los relatos dejaron de ser gratuitos para

    convertirse en alegatos interesados, en relacin de mritos y servicios que les servan

    para reclamar mercedes a la Corona. Entre los distintos cronistas encontramos distintas

    motivaciones a la hora de escribir. En algunos casos la pluma se toma de forma

    espontnea, en otros casos se har a partir de un requerimiento oficial por parte de las

    autoridades.

    Por la influencia de las novelas de caballera, que por entonces hacan furor en

    Europa, se describa de manera imaginaria y fabulosa la naturaleza americana como un

    lugar lleno de maravillas, de animales y hombres extraos o la gran Tenochtitln, que

    fue comparada con grandes ciudades europeas. Al encontrarse los cronistas con una

    naturaleza y cultura tan diferentes a las suyas, exageraron esa realidad y la convirtieron

    en ficcin.

    La mayora de los cronistas de la poca de la conquista y colonizacin de Amrica

    eran europeos y, por tanto, su testimonio no es neutral sino que representa una visin

    etnocntrica, una visin desde la perspectiva europea, occidental y catlica que

    consideraba al otro como diferente, raro y marginal.

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    La historiografa occidental ha instaurado hace mucho tiempo a Europa como centro de referencia respecto del cual se ordenaba la historia de la humanidad. De acuerdo con una representacin simple y unilateral del devenir, todas las sociedades deberan pasar por las mismas etapas en el camino del progreso y la civilizacin, cuyo modelo ms acabado lo encontraba Europa en dicha trayectoria; las sociedades no europeas se situaban detrs, como ejemplos de Estados de civilizacin inferior: se trataba de una ideologa justificativa de la expansin mundial del Occidente y de su hegemona.3

    2.1. Hernn Corts, como primer cronista de la conquista de Mxico

    Estas cartas-relaciones son uno de los ejemplos ms ilustres de la historiografa de

    Indias. Son debidas a exigencias ajenas, y no a la sola voluntad de su autor. El fin que

    ste se propona era el de informar y no el de escribir historia. Son escritos de carcter

    poltico-administrativo que no pueden alcanzar un nivel artstico excepcional, pero s

    poseen un cierto valor tcnico y fundamentalmente historiogrfico en tanto en cuanto

    servan para informar al soberano, expresaban splicas, solicitudes, sugerencias y

    transmitan peticiones.

    Las cartas-relacin4 de Hernn Corts, escritas desde varios lugares del territorio

    mexicano entre 1519 y 1526 y dirigidas al emperador Carlos V, inician las crnicas de

    la Conquista de Mxico. Desde su personal y parcial perspectiva, narran los hechos

    principales de aquella hazaa y fijan una secuencia que seguirn los cronistas e

    historiadores posteriores. Hernn Corts no dispone de ningn apoyo documental previo

    y de ningn modelo preciso, pues las coincidencias y afinidades con la guerra de las

    Galias de Csar no llegan a ser significativas. Sabe elegir aquellos hechos esenciales en

    su narracin y se vislumbra en sus cartas, su admiracin hacia el pueblo conquistado.

    Adorna el relato con descripciones de las civilizaciones y las nuevas tierras, lo cual nos

    revela su capacidad de observacin. Lo ms significativo de esta fuente historiogrfica

    es el hecho de que fue descrito por el artfice de la conquista, con vivencias personales,

    y as omite en ocasiones algunos hechos, en su afn por configurar una imagen

    idealizada de s mismo, que fue asumida por la literatura colonial posterior, y de la cual

    no han podido sustraerse los ms modernos bigrafos. Esta construccin autobiogrfica 3 N. Wachtel, Los vencidos: Los indios del Per frente a la conquista espaola (1530-1570), Madrid, Alianza Editorial, 1976, p. 23. 4Se designa con el nombre de Relaciones a las cartas enviadas por Hernn Corts al Emperador Carlos V y ms exactamente las que se refieren a la conquista de Mxico, puesto que la correspondencia entre el hidalgo extremeo y Carlos V no concluye con stas. El trmino relaciones se justifica por su contenido y por su forma. Considerando su contenido, tales cartas son denominadas as porque se refieren a sucesos que no pueden narrarse fantaseando, sino que deben ser contados con notable fidelidad, sobre todo en lo que se refiere a su cronologa.

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    del hroe por parte del autor lo define como un personaje que es al tiempo perfecto

    militar, gobernante, vasallo y cristiano. De igual forma, la descripcin de sus hazaas

    tena como objetivo convencer al emperador Carlos V sobre sus propios mritos.

    Cinco son las cartas-relacin. El relato se inicia con la carta firmada el 10 de julio de

    15195, la cual describe las expediciones realizadas con anterioridad por Francisco

    Fernndez de Crdoba y Juan de Grijalva. Narra los inicios de la expedicin que, bajo

    su mando, sali de Cuba en 1519 hacia el actual territorio mexicano y culmin con la

    fundacin de la Veracruz.

    La marcha sobre Mxico-Tenochtitln, el encuentro con Moctezuma, la prisin del

    monarca y la rebelin de los mexicas en su ausencia que provocara la llamada Noche

    Triste, son acontecimientos descritos en la segunda carta-relacin6. El objeto de la

    tercera carta-relacin es el asedio militar a la capital, su destruccin y el asentamiento

    del poder espaol en Mxico. El tema de la cuarta carta-relacin es el de las conquistas

    posteriores y sus primeros trabajos de organizacin administrativa como gobernador de

    la Nueva Espaa. Los hechos que se describen en la quinta carta-relacin son la

    fracasada expedicin a Honduras y el juicio de residencia que se abri contra l en

    1526.

    Como vemos, a lo largo de las cinco cartas-relacin, Corts narr los

    acontecimientos que marcaron el ascenso y declive de su singular figura en apenas siete

    aos. Una simple lectura superficial de estos textos permite deducir que, al menos a

    partir de la segunda carta-relacin, Corts fue consciente de estar protagonizando unos

    hechos que entraran a formar parte de la historia y por ello, en especial en sta y la

    siguiente carta, intent no slo definir su proyecto de conquista como una gran hazaa

    del Imperio espaol, sino tambin presentarse a s mismo como el gran hroe

    protagonista de dicho proyecto. As dice en su segunda carta-relacin:

    En la otra relacin, muy excelentsimo Prncipe, dije a V.M. las ciudades y villas que hasta entonces a su real servicio se haban ofrecido, y yo a l tena sujetas y conquistadas. Y dije asimismo que tena noticia de un gran seor que se llamaba Muteczuma, que los naturales desta tierra me haban dicho que en ella haba, que estaba, segn ellos sealaban las jornadas, hasta noventa o cien lenguas de la costa y puerto donde yo desembarqu. Y que confiado en la grandeza de Dios, y con esfuerzo del real nombre de V.A., pensaba irle a ver do quiera que estuviese; y an me acuerdo que me ofrec, en cuanto a la demanda

    5 Primera carta-relacin de la Justicia y Regimiento de la Rica Villa de la Vera Cruz a la Reina doa Juana y al Emperador Carlos V, su hijo. Carta hoy perdida y sustituida por la llamada Carta de Veracruz. 6 Segunda carta-relacin. Segura de la Frontera, 30 de octubre de 1520.

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    deste seor, a mucho mas de lo a m posible, porque certifiqu a V.A. que lo habra preso muerto sbdito a la corona real de V.M.7

    En su libro Discursos narrativos de la conquista de Amrica8, Beatriz Pastor

    muestra de qu manera Corts va creando una imagen de s mismo como hroe que se

    sita en el punto de convergencia entre la concepcin medieval de vasallo y la

    renacentista del perfecto gobernante. Desde su perspectiva, se configura en dos fases: en

    primer lugar, Corts realiza (en las tres primeras cartas-relacin) un proceso de

    mitificacin de la propia figura, que culmina con la cada de Tenochtitln y que

    corresponde, en sus rasgos esenciales, al modelo renacentista reflejado en El Prncipe

    de Maquiavelo, ya que se describe a s mismo como perfecto hombre de guerra, poltico

    y gobernante; en segundo lugar, y dado que esa imagen idealizada poda convertirlo en

    un hombre peligroso para la Corona, Corts humaniza paulatinamente su figura,

    integrando ese modelo de hroe renacentista en una estructura medieval de vasallaje y

    providencialismo.

    2.2. Francisco Lpez de Gmara y su visin de conjunto de la Conquista de

    Mxico

    Francisco Lpez de Gmara, sacerdote egresado de la Universidad de Alcal, en

    donde adquiri una amplia formacin humanstica, fue capelln de Hernn Corts en su

    ltima estancia en Castilla. Particip junto a Corts en una expedicin a Argel en 1540

    y le acompa hasta su muerte acaecida en 1547.

    Gracias a su preparacin humanstica fue capaz de escribir con notable estilo la

    primera visin de conjunto de la conquista de Mxico. Esta obra est creada a partir de

    un esquema cronolgico compuesto por las etapas, actores principales y escenas que

    narran y ponen de relieve la importancia de dichos hechos. En los captulos finales de

    dicha obra realiza una sntesis sobre la escritura, los sistemas de numeracin y la

    cronologa utilizada por los antiguos mexicas, as como de sus costumbres, vivienda,

    leyes, dioses y sacerdotes, sacrificios, fiestas y modos de vida. Se trata por ello de una

    imprescindible fuente etnogrfica. Para describir el ao mexicano dice:

    7 H. Corts, Cartas y Relaciones de Hernn Corts al Emperador Carlos V, Corregida e Ilustrada por Pascual de Gayangos, Pars, Imprenta Central de los Ferrocarriles, 1866, p. 52. Con el objeto de facilitar la lectura de las citas textuales he respetado la grafa antigua, pero he eliminado tildes usadas segn la actual. Cita de una edicin del siglo XIX donde imperaba la acentuacin de las vocales aisladas. 8 B. Pastor Bodmer, Discurso narrativo de la conquista de Amrica, La Habana, Ediciones Casa de la Amricas, 1983, pp. 113-233.

  • 11

    El ao de aquestos mexicanos es de trescientos sesenta das, porque tienen dieciocho meses de a veinte das cada uno; los cuales hacen trescientos y sesenta. Tiene ms otros cinco das que andan sueltos y por s, a manera de intercalares, en que se celebran grandes fiestas de crueles sacrificios, pero con mucha devocin. No podan dejar de andar errados con esta cuenta, que no llegaba a igualar con el curso puntual del Sol, que aun el ao de los cristianos, que tan astrlogos son, anda errado en muchos das; empero harto atinaban a lo cierto, y conformaban con las otras naciones .9

    Aunque Lpez de Gmara no quit importancia a la intervencin de otros

    personajes en la Conquista, su verdadero hroe fue Hernn Corts como motor

    indiscutible y gua de todas las decisiones que llevaron a culminarla.

    Fue censurado por otro de los cronistas de la poca, concretamente por Bernal Daz

    del Castillo, debido a su actitud sesgada hacia el protagonista de los hechos, y por la

    discrepancia en las cifras que deca se magnificaban, junto a algunos desencuentros en

    cuanto los hechos en s. Todo ello supuso una fuerte crtica a su obra, en la medida en

    que el historiador la escribi de odas, ignorando la verdad de los hechos.

    Su obra est marcada por una fuerte y sincera admiracin hacia Hernn Corts. Se

    trata de un testimonio indirecto, ya que los datos le fueron proporcionados por

    informantes que participaron en la Conquista como Corts, Gonzalo de Umbra, Andrs

    Tapia, adems de algunos otros soldados; junto a la recopilacin de otros textos ya

    publicados que hablaban del nuevo continente.

    Esta obra destaca precisamente por los defectos de su factura, es decir, por el deseo

    de magnificar la figura del conquistador Corts y por sus innumerables errores

    histricos. Gracias a ello somos capaces de entender las frecuentes distorsiones y

    maquinaciones en las cuales estaba inmersa la historiografa de la poca. Hoy en da

    destacamos en esta obra el estilo conciso y agradable de su lectura y un cierto tono

    narrativo que atrae al lector.

    2.3. Bernal Daz del Castillo y su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva

    Espaa

    Su obra es considerada la crnica por excelencia de la conquista de Mxico. El autor

    era un soldado que particip en las expediciones hacia tierras mexicas de la mano de

    Grijalva, Hernndez de Crdoba y el mismo Corts. Por tanto, esta obra es el resultado

    de sus experiencias, narrada aos despus de que sucediesen dichos acontecimientos.

    9 F. Lpez de Gmara, Historia de la Conquista de Mxico, Venezuela, Fundacin Biblioteca Ayacucho, 2007, p. 381.

  • 12

    Su autor era un soldado que estuvo en las acciones ms peligrosas, con el aadido

    de tener cierta cultura tradicional ya que saba leer y escribir. Durante sus hazaas, se

    preocup por ver e informarse de todo los acontecimientos que guard en la memoria

    para contarlos por escrito aos despus. Estas informaciones que se acumulaban en su

    memoria acerca de los hechos principales de la conquista, y en cierta forma adornadas

    con infinidad de ancdotas y circunstancias, fueron puestas por escrito a lo largo de 15

    aos cuando ya contaba con 60. Haban transcurrido 35 aos de los acontecimientos que

    narrara. Aunque posteriormente dicha obra fue rectificada y retocada varias veces, en

    algunos casos para poner de relieve el esfuerzo de los soldados.

    Su estilo no es tan cortesano como el de Lpez de Gmara, ya que hua de la

    elegancia en el estilo, aunque s tom de este autor las pautas necesarias para realizar su

    obra y articular su historia, lo que de esta manera reaviv sus propios recuerdos.

    Mientras que Lpez de Gmara y el mismo Hernn Corts exponen en sus crnicas

    los hechos esenciales de la conquista y sus consecuencias, Bernal Daz relata cmo

    fueron estos hechos, qu personajes intervinieron dndoles voz en su relato, y cules

    fueron sus reacciones y sentimientos con minuciosa precisin haciendo que esta obra

    sea de fascinante lectura. De igual forma, recoge no solo los testimonios de los

    espaoles, sino tambin el de los indgenas. En cierto encuentro entre Corts y

    Moctezuma, relata el autor:

    y el Moctezuma dijo a nuestro capitn que se sentase, e se asentaron entrambos, cada uno en el suyo, y luego comenz el Moctezuma un muy buen parlamento, e dijo que en gran manera se holgaba de tener en su casa y reino unos caballeros tan esforzados, como era el capitn Corts y todos nosotros, e que haba dos aos que tuvo noticia de otro capitn que vino a lo de Champoton, e tambin el ao pasado le trajeron nuevas de otro capitn que vino con cuatro navos, e que siempre lo dese ver, e que ahora que nos tiene ya consigo para servirnos y darnos de todo lo que tuviese10

    La obra est cargada de recuerdos de innumerables episodios, situaciones y peligros

    que afrontaron, con ciertos personajes que son nombrados incluso con sus apodos, sus

    orgenes y rasgos de carcter. Destacan tambin en esta obra los extraos nombres de

    los indgenas y de los lugares que visit, los cuales eran fonetizados por l, es decir, los

    transcribi segn los haba escuchado, lo que resulta uno de los recursos retricos ms

    llamativos de su obra. Esta circunstancia supuso una novedad y extraeza sobre las

    cosas y usos del Nuevo Mundo que maravill a los lectores de la poca.

    10 B. Daz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de Nueva Espaa, edicin de Carmelo Senz de Santa Mara, Madrid, Instituto Gonzalo Fernndez de Oviedo, C.S.I.C, 1982 p. 155.

  • 13

    2.4. Las relaciones testimoniales de Andrs de Tapia y Alonso o Fray

    Francisco de Aguilar

    Otros cronistas que participaron en la conquista al lado de Hernn Cortes

    escribieron tambin relaciones sobre el suceso que nos ocupa. Andrs de Tapia, capitn

    muy cercano a Corts, al cual acompa incluso a sus viajes a Espaa, escribi su

    Relacin o carta escrita cuando regresaba a Mxico de uno de esos viajes, hacia 1547, y

    la dej inconclusa.

    Su narracin es de difcil lectura por los giros locales aadidos por una persona no

    acostumbrada a escribir, pero su versin de los acontecimientos de la conquista es

    objetiva en la descripcin, a modo de crnica pica desprovista de adornos y escrita con

    una razonable proximidad temporal. Es el primero en describir con cierta precisin

    arqueolgica los monumentos y dioses.

    En esta casa de las fieras tenan hombres monstruos y mujeres: unos contrechos, otros enanos, otros corcovados, e tena otra casa donde tinie todas las aves de agua que se pueden pensar, e de toda otra manera de aves, cada gnero de aves por s; y es ans sin falta, que en el servicio destas aves se ocupaban ms de seiscientos hombres, e haba en la misma casa donde apartaban las aves que enfermaban e las curaban: en la casa destas aves de agua tena hombres y mujeres todos blancos, cuerpos e cabello e cejas. El patio de los dolos era tan grande que bastaba para casas de cuatrocientos vecinos espaoles.11

    Su relato est cargado de expresividad en cuanto a sucesos como el ataque de

    Hernn Cortes a Pnfilo de Narvez, enviado por Velzquez para abortar la accin del

    conquistador; incluso al final de su relacin da cuenta de las lenguas de Mxico, de

    frutas y rboles de la tierra e incluso describe las ceremonias religiosas.

    Otro testimonio a considerar es el del soldado Alonso de Aguilar, el cual se hizo

    fraile dominico tomando el nombre de Francisco. Hacia 1560, cuando era ya un

    anciano- a peticin de sus compaeros dominicos-, dict su Relacin breve de la

    conquista de Nueva Espaa y dej clara la razn del porqu dejar constancia de este

    hecho en la introduccin de su obra.

    Esta relacin se encuentra dividida en ocho jornadas que relatan desde la

    preparacin de la expedicin hasta la prisin de Cuauhtmoc. Esta crnica es un

    estupendo resumen de un testigo que vivi los hechos de la Conquista y cuya mxima

    11 A. De Tapia, Relacin de algunas cosas de las que acaecieron al muy ilustre seor don Fernando Corts, Marques del Valle..., http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/coleccion-de-documentos-para-la-historia-de-mexico-version-actualizada--0/html/21bcd5af-6c6c-4b27-a9a5-5edf8315e835_49.htm (Consulta 8-12-2014).

  • 14

    contribucin radica en sus datos cuantitativos, es decir, su preocupacin por indicar de

    forma estimada- tanto el nmero de poblacin, como el nmero de casas habitadas de

    las principales ciudades y pueblos de Nueva Espaa; aunque estos datos tendiesen a la

    exageracin.

    All junto adonde estbamos aposentados, haba una provincia que se llamaba Quetlaxtla, de ms de cuarenta mil casas, y cerca de sta haba otras muchas provincias de pueblos muy grandes y poderosos; y de aqu tuvo noticias el rey de la tierra, que se llamaba Motecsuma, cmo eran llegados los dichos espaoles, a los cuales pusieron por nombre theules, que quiere decir dioses, y nos tenan por hombres inmortales. 12

    3. Historia de un desencuentro: narrativa pica de la Conquista en la historiografa de los vencedores

    La pregunta que quisiera contestar en esta parte de mi exposicin es la siguiente:

    cmo se ha construido la representacin de la conquista?.

    los primeros relatos sobre la Conquista se mueven en el terreno de lo legendario, comenzando el proceso de ficcionalizacin que alcanzar su mximo desarrollo en los siglos XIX y XX.13

    El descubrimiento del Nuevo Mundo trajo consigo el sometimiento de pueblos

    desconocidos que poblaban esas tierras, lo cual introdujo un nuevo discurso en los

    relatos de la conquista. Ese discurso ser establecido por el conquistador sobre el otro,

    y estar cargado de asombro y sorpresa ante lo que representaba esa nueva tierra,

    hacindose necesario explicar aquello que ignoraba. Estos relatos del conquistador

    estaban marcados por impresiones y dominados por un discurso de poder. La expansin

    europea hacia Amrica supuso una nueva historia por escribir donde se pudiese relatar

    tanto acontecimientos de batallas, como la geografa, lugares y costumbres de sus

    pobladores.

    Indudablemente hay que reflexionar sobre los destinatarios de estas obras y el

    ambiente cultural y religioso de la poca. En los siglos XVI y XVII, los trminos

    crnica, anales o relacin e historia son sinnimos. Los narradores o historiadores de la

    poca estaban inmersos en una sociedad cargada de normas de carcter moral religioso,

    y por esa razn escriban sus relatos interpretando los hechos con los valores de la moral

    cristiana. Otra influencia a destacar y muy valorada por las lites era el gnero literario

    12 F. De Aguilar, Relacin breve de la conquista de Nueva Espaa, ed. De Jorge GURRA LACROIX, Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1977, p. 68. 13 C. Gonzlez Hernndez, Doa Marina (La Malinche), Madrid, Ed. Encuentro, 2000, p. 190.

  • 15

    denominado novelas de caballeras. Eran seguidas minuciosamente por las lites

    sociales de la poca, y adems, compartan con la audiencia de sus narraciones un

    conjunto de expectativas. Como Alfonso Mendiola seala:

    Las crnicas de la conquista, como comunicaciones, respetan ciertas normas o valores que dependen de los espacios institucionales en las que se produjeron. Esto significa que son normas instituidas por un colectivo para poder comunicarse. Estas normas representan el vrtice de la sociedad: la aristocracia. Por lo tanto, cuando un cronista escribe lo hace para reivindicar los valores morales de la elite social.14

    3.1. Los smbolos de los valores morales en la narrativa de la Conquista

    Los primeros cronistas de la conquista de Mxico interpretaron dicho hecho bajo los

    valores de la moral cristiana, y por tanto, ese pensamiento medieval hace que sea

    reiterativo el uso de un gran repertorio de smbolos.

    Segn David A. Brading, en su obra Orbe Indiano:

    Desde el siglo XII, la cristiandad haba tenido oleadas de expectativas milenarias: los hechos pasajeros de la historia poltica a veces parecan investidos de una significacin proftica. La reconquista de Jerusaln fue asociada al inminente ascenso al poder de un emperador universal, un nuevo Carlomagno, elegido para unir Europa y derrocar el Islam.15

    En los relatos de la conquista llaman la atencin las mltiples referencias

    metafricas a la ciudad de Jerusaln. Se articula un discurso del enfrentamiento y la

    conquista con una elaborada retrica que les permite justificarse.

    El ensayo de Beatrice Maroudaye16 nos introduce en una reflexin sobre los

    repertorios de smbolos medievales, sobre los cuales se apoyan los cronistas de la

    Conquista, y particularmente Corts. Se refiere al hecho de que la figura de Jerusaln no

    es escogida por casualidad, o simplemente es consecuencia de la formacin cristiana de

    los Conquistadores, sino que Jerusaln representaba y encerraba todo el misterio

    cristiano, toda la historia del mundo. La destruccin de Tenochtitln se explica a travs

    de la destruccin de Jerusaln, pues igualmente este hecho marca el fin del reino de los

    infieles y la inclusin de Amrica en el plan de la salvacin. A esto se refiere Beatriz

    Maroudaye cuando dice:

    14 A. Mendiola, Retrica, comunicacin y realidad. La construccin retrica de las batallas de la conquista, Mxico, Universidad Iberoamericana, 2003, p. 88. 15 D. A. Brading, Orbe Indiano: De la monarqua catlica a la Repblica criolla 1492-1867, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1991, p. 27. 16 B. Maroudaye, La cruzada de Hernn Corts en tierra mexica: repertorio de los smbolos Medievales en Memorias del Seminario de Historiografa de Xalapa: Repensar la Conquista, Biblioteca Digital de Humanidades, Universidad Veracruzana, 2013, Libro III, pp. 370-384.

  • 16

    Entonces, la Jerusaln celeste alcanzara la Jerusaln terrestre. Ese mecanismo se parece demasiado a lo que les pasa a los conquistadores durante su estancia en la ciudad de Mxico-Tenochtitln, cuando los aloja Moctezuma en sus palacios. Jerusaln fue conquistada y despus liberada. Mxico-Tenochtitln fue conquistada y destruida. El nombre indgena de Mxico desaparece y Mxico-Tenochtitln se convierte en Mxico. Se le borra el nombre indgena pero lo reemplazan en el cuadro mitolgico, conservndolo en el centro, como la Jerusaln celeste. De la misma manera, los presagios y los signos se manifiestan en el cielo, durante las grandes cruzadas ulteriores. El esquema siempre suele ser el mismo: un rey cristiano llega y acaba con el reino del Islam.17

    ntimamente relacionado con Jerusaln es el concepto de cruzada. Los

    conquistadores haban percibido cierta similitud entre los mexicas y sus enemigos del

    mundo musulmn -muy cercanos a ellos en el espacio y en el tiempo-, y trataron de

    proyectar lo que conocan, para resolver lo extrao de Mxico y aquello que no

    lograban entender. En cierta forma, tanto los que participaron en la conquista como

    aquellos que leen los relatos del Nuevo Mundo consideran que la Conquista se hace en

    nombre de Dios y para Dios, con el fin de que regrese la verdadera fe y para transmitir

    la palabra de Dios a los inocentes.

    Las profecas tambin son un elemento caracterstico, ya que la creencia en Dios

    llega a sobrepasar la realidad. Los conquistadores tenan la conviccin de que Dios les

    ayudaba en la empresa de la conquista y participaba en los momentos difciles.

    Crean vuestras reales altezas por cierto que esta batalla fue vencida ms por la voluntad de Dios que por nuestras fuerzas, porque para cuarenta mil hombres de guerra poca defensa fuera cuatrocientos que ramos nosotros.18

    Convencidos los Conquistadores de la existencia de Dios luchan para llevar su

    palabra, cumpliendo as con el deber de su fe. Esto es algo caracterstico del

    pensamiento del hombre medieval.

    Corts, obsesionado porque los infieles estuviesen fuera de la ley cristiana solicita al

    Padre Bartolom de Olmedo que les acompae en su cruzada, para destruir los templos

    paganos que carecan del smbolo de la cruz y convertir a las nuevas almas a la fe

    verdadera.

    17 Ibidem. 18 H. Corts, Cartas y Relaciones de Hernn Corts al Emperador Carlos V, Corregida e Ilustrada por Pascual de Gayangos, Pars, Imprenta Central de los Ferrocarriles, 1866, p. 17.

  • 17

    3.2. Las crnicas y los libros de caballeras: historia o literatura?

    La tradicin de la heroicidad de occidente y los libros de caballeras influyeron en

    los cronistas y la retrica que utilizaron.

    La relacin de las gestas en Amrica se encuentra cerca de lo maravilloso, alude a un tiempo largo, el de la tradicin de la heroicidad en Occidente, que vincula el pasado con el presente vivido, cuya finalidad es entrar en la memoria de los oyentes como un nuevo Cid que est haciendo mritos en un territorio hostil.19

    Tanto Hernn Corts como el resto de los cronistas que haban participado en la

    gesta de la Conquista descubridores, soldados y funcionarios- narraron estos hechos

    bajo la influencia de la retrica de los libros de caballeras, que era el gnero narrativo

    que ms gustaba a la sociedad cortesana de la poca. Los religiosos se guiarn por una

    retrica ms moralista.

    Las influencias ms notables partieron de relatos como el de Amads de Gaula el

    hroe ms famoso de las novelas de caballera- cuya obra fue imitada hasta la saciedad

    durante el siglo XVI. Este tipo de obras guiaban al lector a travs de dos ideales: el

    amor y el esfuerzo heroico. Los protagonistas de estos libros eran caballeros que

    buscaban la fama y el honor combatiendo contra seres maravillosos, convirtindose as

    en los paladines de los oprimidos. De igual forma influyen en la retrica de los cronistas

    los sucesos y seres sobrenaturales, que servan para explicar la asombrosa realidad de

    Amrica.

    nos quedamos admirados, y decamos que pareca a las cosas y encantamiento que cuentan en el libro de Amads, por las grandes torres y cues y edificios que tenan dentro del agua20

    En las crnicas aparecen con frecuencia elementos novelescos, sin aparente funcin

    historiogrfica, sin poner en duda que tienen un gran valor histrico y etnolgico. El

    pensamiento histrico de la poca estaba ligado a las concepciones legendarias y la

    tradicin bblica, y por lo tanto las crnicas no estuvieron exentas de esta influencia.

    En suma, hay en las crnicas elementos que permiten hablar de una mezcla entre lo

    real y lo fantstico, y por lo tanto podramos llegar a la conclusin de que las crnicas

    son un gnero hbrido entre la historia y la literatura.

    19 M. A. Segundo Guzmn, La segunda carta de relacin y entrega del Reino: Los Paradigmas del Vencido en Memorias del Seminario de Historiografa de Xalapa: Repensar la Conquista, Biblioteca Digital de Humanidades, Universidad Veracruzana, 2013, Libro IV, p. 500. 20 Alusin del autor cuando contempla la ciudad de Tenochtitln construida sobre el agua en Bernal Daz Del Castillo, Historia Verdadera de la Conquistap. 152.

  • 18

    3.3. De las crnicas de Indias a la historia oficial conocida

    Tras la breve referencia a la narrativa y smbolos utilizados en la retrica de las

    crnicas, veamos cmo se gest y madur la historia oficial de la Conquista de Mxico.

    Ya he destacado en el primer apartado la obra de los principales cronistas y aquellas

    caractersticas ms significativas o sus rasgos diferenciadores, pero cul fue el proceso

    por el cual las crnicas desembocaron en la historia oficial tan conocida, que ha llegado

    a nosotros?

    Entre las muchas de las medidas que tomaron los Reyes Catlicos, una fue la de

    someter a la sociedad a un control poltico. Los cronistas reales, nombrados

    oficialmente y afines a los ideales de los monarcas, fueron los que colaboraron con los

    reyes para este fin. Sus crnicas fueron un medio historiogrfico y ante todo

    propagandstico, cuya difusin se aceler con el uso de la imprenta.

    Las crnicas eran un conjunto de textos, preferentemente histricos 21 , cuya

    pervivencia se explica por el carcter oficial que a estos escritos da la Corona. En 1532

    aparece el primer cronista oficial de Indias, cargo que recay en Fernndez de Oviedo.

    A partir de 1571 se crea la figura del cronista mayor de Indias como funcionario de la

    Corona-, que se rega bajo ordenanzas reales que definan los objetivos que deban

    cumplir. Entre dichas ordenanzas cabe destacar la que define cul va a ser su labor:

    tener siempre hecha descripcin y averiguacin cumplida y cierta de todas las cosas del Estado de las Indias, as de la tierra como de la mar, naturales y morales perpetuas y temporales, eclesisticas y seglares, pasadas y presentes22

    Se produce un giro con el nombramiento del primer Cronista Mayor de Indias en

    Juan Lpez de Velasco, aunque su voluminosa crnica23 no fue conocida hasta el siglo

    XIX. Por esta razn el cambio lo define la obra de Antonio de Herrera y Tordesillas, el

    cual recibe el mismo nombramiento en 1597 siendo autor de la obra conocida como las

    Dcadas24, en la cual encontramos un gran afn de enmendar, comentar y ampliar lo

    21 Slo parcialmente son denominados as, con el agravante de cometer anacronismo, pues, en pureza terminolgica dicho vocablo define la forma ms caracterstica de la escritura en la Edad Media. 22 F. Esteve Barba, Historiografa indiana, Madrid, Gredos, 1992, p. 126. 23 C. Fernndez Duro, Geografa y descripcin universal de las Indias, recopilada por el cosmgrafo-cronista, Juan Lpez de Velasco, http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/geografa-y-descripcin-universal-de-las-indias-recopilada-por-el-cosmgrafocronista-juan-lpez-de-velasco-desde-el-ao-de-1571-al-de-1574-publicada-por-d-justo-zaragoza-0/ (Consulta 22-3-2015). 24 Antonio de Herrera y Tordesillas, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas i tierra firme del mar ocano, http://www.cervantesvirtual.com/obra/historia-general-de-los-hechos-de-los-castellanos-en-las-islas-i-tierra-firme-del-mar-oceano-4/ (Consulta 22-3-2015).

  • 19

    que los primeros cronistas dejaron por escrito. Es una obra que debe ser aislada del

    campo literario y ser llevada hacia el texto histrico, filosfico o incluso teolgico.

    Tras las primeras recopilaciones oficiales de las crnicas, ya en el siglo XVII

    destaca Antonio Sols, el cual escribe su gran obra Historia de la Conquista de Mjico

    en el ejercicio de su cargo como Cronista Mayor de Indias del rey Carlos II. Su obra

    tuvo un gran xito en Europa pues fue traducida a varios idiomas; a mediados del siglo

    XIX haba llegado a ms de cincuenta ediciones, siendo en este siglo la fuente principal

    de la conquista de Mjico. El historiador Antonio Snchez Moguel seal su gran

    popularidad en una conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid en 1892:

    Traducido al francs, ingls y alemn; texto para el aprendizaje de la lengua espaola en Francia, las prensas de Madrid y Barcelona, de Amberes, Pars y Londres no han cesado de difundir la lectura del nico libro espaol de historia americana que no ha tenido rival hasta el presente ni en el primor de entretejer los sucesos ni en la magia del estilo.25

    Fue valorado por su gran estilo al escribir, y por la novedad que supona juzgar

    ecunimemente tanto a vencedores y a vencidos.

    Puesto que nunca estuvo en territorio americano, se vali de fuentes como las

    crnicas escritas previamente por Corts, Gmara y Daz del Castillo, polemizando

    especialmente con este ltimo en el relato de los hechos. Represent la versin ms rica

    y adornada de aquellos fabulosos sucesos, llegando a resultar la obra un poema pico-

    histrico que relata los tres primeros aos de este acontecimiento. Es un libro que

    proyecta cierta contemporaneidad por las novedades que introduce como una

    descripcin detallada de la relacin existente entre Corts y el soberano azteca

    Moctezuma.

    Resultan tambin interesantsimas las pginas en que cuenta los misteriosos sucesos

    que antecedieron a la cada del imperio de los aztecas, prodigios del cielo y de la tierra

    que estremecieron a aquellos primitivos habitantes de Amrica. Destaca entre los

    contenidos de la obra los valiosos datos etnogrficos sobre las etnias indgenas que

    poblaban la regin. El xito de la obra en Europa hizo que tras su publicacin fuese

    traducida a diferentes idiomas.

    25 A. Snchez Moguel, La Historia de la conquista de Mjico de D. Antonio de Sols, La Ilustracin Espaola y Americana, v. XLIII, 22 de noviembre de 1892, p. 356, http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001153848&search=&lang=es (Consulta 23-3-2015).

  • 20

    Esta obra influy en la visin heroica de Corts, y en el espritu de exaltacin

    histrica que distingua la Historia de la conquista de Mjico en esa poca. Fue sta una

    obra reivindicatoria de la hazaa colonizadora de Espaa, que se hizo por razones

    polticas en un momento de crisis de la Corona. Esta obra se adelant a su tiempo por

    dar una imagen de un pueblo indgena valiente, heroico, poseedor de un ejrcito

    numeroso y bien organizado, y sobre todo por un reconocimiento de la cultura indgena.

    A finales del siglo XIX y principios del XX, segua existiendo una visin

    eurocentrista a pesar de que se sucedieron las prdidas de las colonias, pero tenda a

    recoger los logros de su expansin y a reiterarse el cmo lleg a dominar Mjico e

    incorporarlo a su rea de influencia. Esto se deduce de un acontecimiento como fue la

    Conmemoracin del IV Centenario del Descubrimiento de Amrica, que casi

    exclusivamente se centr en el estudio e investigacin del proceso descubridor del

    Nuevo Mundo y de sus actores y protagonistas. La serie de artculos, libros, trabajos,

    crnicas, etc., se recogen, tanto en la revista Ilustracin Espaola y Americana, como

    en las Conferencias del Ateneo de Madrid, que demuestran que fueron estudiados

    distintos aspectos de la Historia y la presencia espaola en el Nuevo Mundo.

    La historiografa se vio influida por el retroceso del imperialismo y el nacimiento de

    nuevas ciencias como la Antropologa. Se analiza y reconsidera el papel de Europa de

    forma tan crtica, que se llega a tener cierto sentimiento de culpabilidad. Es por esto que

    en este siglo es cuando realmente se hace una reescritura de la Conquista, y en

    consecuencia sale a la luz, la voz de los vencidos.

    4. La historia de la Conquista de Mxico tras el espejo junto a la memoria dominante, que ser siempre la versin oficial y justificadora de esos mismos vencedores, habrn de existir y de desarrollarse permanentemente, mltiples contramemorias alternativas, que expresando la visin de los vencidos y de los derrotados dentro de las sucesivas batallas histricas, nos darn tambin tramas importantes e imprescindibles de esa misma memoria colectiva de los pueblos y de las naciones.26

    La historiografa indgena incluye textos escritos y pictografas de los aos

    inmediatamente posteriores a la Conquista de Mjico. Los anales que contienen

    imgenes de la conquista fueron producidos en los primeros aos de la dominacin

    espaola, y estaban basados en el calendario solar. Gracias a la recopilacin realizada

    26 A. Aguirre Rojas, Mitos y Olvidos en la Historia Oficial de Mxico: Memorias y contramemorias en la nueva disputa en torno del pasado y del presente histrico mexicanos, p. 6, http://www.culturahistorica.es/aguirre_rojas/mitos_y_olvidos.pdf (Consulta 16-3-2015).

  • 21

    por Bernardino de Sahagn, sobre todo a su Libro XII del denominado Cdice

    Florentino, ha llegado a nuestros das el testimonio de aquellos indgenas que vivieron

    el acontecimiento.

    4.1. Imgenes indgenas de la Conquista de Mjico en los cdices del siglo XVI

    Los xiuhamalt o libros de los aos llamados Anales son las fuentes histricas

    del pueblo de habla nhuatl prehispnico -o mexicano-, el cual ya posea una bien

    arraigada conciencia histrica. En ellos hay un profundo inters por conservar el

    recuerdo de su origen, y especialmente de los triunfos y fracasos. En la filosofa de los

    nahuas27 se pretenda con ello poner un espejo delante de la gente para que se

    conociesen a s mismos, y as, segn su filosofa, la memoria de los hechos pasados

    sera el mejor espejo en el que ponerse los hombres para que se conocieran como grupo

    o sociedad.28

    Muchos de estos cdices histricos fueron destruidos durante la conquista29, pero

    todava existe un rico legado documental. El ms antiguo esfuerzo por salvar y

    conservar estos cdices se establece entre los aos 1524 y 1530, cuando algunos indios

    que haban aprendido el alfabeto, redujeron a letras la explicacin de varios de ellos. El

    resultado de estos trabajos son conocidos con el nombre de Anales de Tlatelolco y se

    encuentran conservados en la Biblioteca Nacional de Pars. En ellos se contienen las

    genealogas de los gobernantes de Tenochtitln, Tlatelolco y Azcapotzalco, as como

    uno de los ms valiosos testimonios indgenas sobre la Conquista de Mjico por los

    espaoles.

    En la actualidad se conservan menos de veinte cdices prehispnicos que fueron

    enviados como regalo al rey, por lo que slo dos de ellos se conservan en Mxico y el

    resto est distribuido por Europa. Del siglo XVI al XVIII surgen en abundancia los

    denominados cdices coloniales que conservaban el antiguo sistema pictogrfico, otros

    incorporaron ciertos elementos convencionales europeos y son conocidos como cdices

    mixtos. Ejemplos de estos son: el Cdice Florentino, el Cdice Mendocino, el Cdice

    Borbnico, el Cdice Boturini o Tira de la Peregrinacin y la Matrcula de Tributos. 27 Los nahuas o mexicas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamrica; fueron ancestros de los mexicas y otros pueblos antiguos de Anhuac que tenan en comn la lengua nhuatl. 28 M. Len Portilla, La filosofa nhuatl: estudiada en sus fuentes, Mxico D.F., Ediciones UNAM, 2006, pp. 461. 29 Uno de los actos en los cuales se destruyeron gran cantidad de cdices fue el Auto de Man, realizado el 12 de julio de 1562 en Man (Yucatn), donde Diego de Landa orden su incineracin, por considerarlos una muestra de la idolatra de los indgenas.

  • 22

    Estos cdices son la mejor fuente primaria que se ha conservado sobre la cultura

    mexica, en los cuales se revela la vida religiosa, social y econmica de los mexicas en la

    poca prehispnica. Tienen un gran contenido pictrico, por lo cual difieren de los

    cdices europeos.

    Las imgenes de la conquista que nos han llegado a travs de estos cdices son

    variadas. El Libro XII del Cdice Florentino es el nico relato histrico indgena que

    narra por completo la Conquista de Mxico.

    4.2. Los presagios, maravillas y prodigios del cdice de Bernardino de Sahagn

    Historia general de las cosas de Nueva Espaa es una obra enciclopdica sobre los

    indgenas y la cultura del centro de Mjico que fue compilada por el misionero

    franciscano fray Bernardino de Sahagn. El manuscrito, al que comnmente se llama

    Cdice Florentino, consta de 12 libros dedicados a diferentes temas. Es concretamente

    el Libro XII donde se narra la conquista espaola de Mjico, el cual contiene numerosas

    ilustraciones que representan escenas como la llegada de Corts, la Gran Pirmide del

    Templo Mayor, las batallas entre espaoles e indgenas y la destruccin de los templos

    entre otras. Es el nico cdice que presenta en su ttulo una imagen de gran tamao un

    frontispicio30- donde se representa una imagen con la recapitulacin de los hechos

    acontecidos antes y durante la Cada de Tenochtitlan.

    Esta narracin de la Conquista est contada desde la perspectiva de los ancianos

    indgenas 31 , los cuales presenciaron los acontecimientos descritos y vivan en

    Tenochtitlan en el momento de la conquista. Recurre a testimonios de primera mano,

    capturando el asombro inicial de los aztecas ante la venida de los espaoles y el trauma

    posterior a la derrota. Es una de las fuentes ms fidedignas para el estudio de este

    suceso histrico desde la visin indgena, y a la cual recurre Miguel Len Portilla para

    escribir su obra Visin de los vencidos.

    La narrativa comienza con una evocacin de las seales y los presagios que, se

    deca, haban aparecido diez aos antes de la llegada de los espaoles. Estos presagios

    eran ocho eventos misteriosos que presagiaban claramente la cada del Imperio Azteca.

    El octavo presagio funesto deca:

    30 Pgina anterior a la portada que suele contener el ttulo y algn grabado o vieta. 31 Los ancianos informantes de Sahagn eran los Huehuetlatolli o Consejo de Ancianos.

  • 23

    Muchas veces se mostraban a la gente hombres deformes, personas monstruosas . De dos cabezas pero un solo cuerpo. Las llevaban a la Casa de lo Negro; se las mostraban a Motecuhzoma. Cuando las haba visto luego desaparecan.32

    Con una percepcin cclica de la Historia y el Tiempo, se construye una interesante

    alegora de la muerte de la civilizacin azteca. De acuerdo con lo que expresa Sahagn,

    sus informantes indgenas le relataron la profunda postracin y la angustia de

    Moctezuma al enterarse de la llegada de los espaoles, lo cual pareca confirmar los

    presagios funestos. Eran sucesos extraos sin aparente explicacin: caa fuego del cielo,

    el agua herva de manera espontnea, por la noche se escuchaban los gritos de una

    mujer que clamaba por sus hijos, etc.; pero el ms significativo de los presagios fue el

    sptimo, segn el cual, unos pescadores recogieron un pjaro semejante a una grulla que

    tena en la cabeza algo parecido a un espejo, que llevaron ante Moctezuma y ste vio, a

    travs del espejo, un eclipse de sol; al observarlo por segunda vez vio la lucha entre

    hombres que hacan la guerra, y uno de esos grupos de hombres llegaban subidos en una

    especie de venados.

    No cabe duda de que los aztecas, aunque grandes guerreros y promotores del

    desarrollo, tambin eran deterministas y supersticiosos. Moctezuma, influenciado por

    mitos y leyendas que reciban de sus antecesores por tradicin oral o escritos, mostr

    una resistencia prcticamente nula ante la invasin por parte de los espaoles. Esto

    explica por qu se dej llevar por la creencia de que haba regresado Quetzalcatl, en la

    persona de Corts, para ocupar de nuevo su reino.

    5. Precedentes: la perspectiva y la imagen del otro 5.1. Un antes y un despus: La visin de los vencidos

    Miguel Len-Portilla ha recogido el testigo donde lo dejaron Bartolom de las

    Casas, Toribio Benavente o Bernardino de Sahagn. Este autor considera que la historia

    universal durante muchsimo tiempo no ha sido universal, porque no abarcaba el orbe,

    es decir, era solo la historia de los europeos.

    En el ao 1959 se public la primera edicin de una obra fundamental, la cual

    recopilaba algunos de los principales escritos indgenas realizados en los aos

    inmediatamente posteriores a la cada de Tenochtitlan.

    32 M. Len Portilla, Visin de los vencidos, Mxico D.F., Ediciones UNAM, 2005, p. 22, Seccin tomada de los informantes de Sahagn: Cdice Florentino, cap. I (Versin del nhuatl del doctor Garibay)

  • 24

    Visin de los Vencidos ha marcado el inicio de una nueva forma de historiografa cuyo propsito central es mostrar la perspectiva y la imagen del otro.33

    No es extrao, por tanto, que este libro concebido y estructurado por Miguel Len

    Portilla, haya sido inspiracin de otros. La obra da prioridad a la voz de los vencidos, a

    su visin de los hechos, y establece las coincidencias posibles con las versiones

    establecidas por los conquistadores, analizando si realmente existieron vencedores y

    vencidos.

    El autor ya saba muy bien que, en referencia a la conquista del Imperio Azteca, la

    visin de los espaoles difera de la de los indgenas.

    Un estudio comparativo de los textos y pinturas indgenas que acaban de describirse mostrar sin duda numerosos puntos de desacuerdo respecto de las diversas crnicas y relaciones espaolas de la Conquista.34

    De igual forma, la dificultad de acceso a las fuentes o versin de los hechos de los

    vencidos y a su comprensin, era una asignatura pendiente en la historiografa de la

    conquista. Por esa razn y para subsanar tal hecho recopil, seleccion y coment, los

    relatos ms importantes de los informantes indgenas proporcionados a algunos

    religiosos espaoles como Bernardino de Sahagn o Toribio de Benavente.

    Esta recopilacin, que abarca desde las premoniciones de Moctezuma hasta los

    cantos tristes (Tlaxcaltecyotl35), descubri hechos tan significativos como los ms

    profundos pensamientos y las supersticiones de los indgenas prehispnicos. Adems

    sac a la luz la manera cmo afrontaron los hechos de la conquista y su lucha ante el

    invasor. Igualmente analiza cmo fueron derrotados, sus sentimientos ante este hecho y

    qu pensaron de sus dioses tras estos acontecimientos.

    A diferencia de la obra de Sahagn, el cual se debati entre la fascinacin por la

    cultura mexica y su intencin real de conocer al pueblo nhuatl para evangelizarlo, la

    obra de Len-Portilla pretendi establecer relaciones de comparacin y reflexin para

    dar a conocer los hechos desde el punto de vista del conquistado, es decir, el reverso de

    la conquista.

    33 M. Len Portilla, Visin de los vencidos, Mxico D.F., Ediciones UNAM, 2005, p. 3, Seccin tomada de los informantes de Sahagn: Cdice Florentino, cap. I (Versin del nhuatl del doctor Garibay) 34 M. Len Portilla, Visin de los vencidos, Mxico D.F., Ediciones UNAM, 2005, p. 14, Seccin tomada de los informantes de Sahagn: Cdice Florentino, cap. I (Versin del nhuatl del doctor Garibay) 35 Letra de un canto nhuatl.

  • 25

    5.2. El V Centenario del descubrimiento de Amrica: disputas en torno al

    encuentro de dos mundos

    El 9 de julio de 1984 se reunieron en Santo Domingo las comisiones conformadas

    para la celebracin del V Centenario del Descubrimiento de Amrica y entre ellos la

    comisin que representaba a Mxico con la denominacin de Comisin Mexicana del

    Quinto Centenario Encuentro de Dos Mundos.

    Algunos investigadores y la Unesco defendieron la posibilidad de reinterpretar el

    sentido de esta conmemoracin, y consideraron que era importante construir un relato

    histrico en el cual no solamente estuviera la versin de los vencedores, en este caso

    descubridores, sino tambin la de los vencidos. Por tanto, esta conmemoracin

    representaba una ocasin nica para reflexionar sobre las condiciones y consecuencias

    del encuentro de los pueblos y sus culturas, de sus influencias mutuas, aportaciones

    recprocas y transformaciones profundas que resultaron del encuentro entre los dos

    mundos para el destino global de la humanidad.

    Cuando los espaoles reclaman para s la gloria del Descubrimiento debe aceptarse que tienen razn desde el punto de vista del orgullo nacional espaol. Es un hecho que de all salieron las embarcaciones, que fue la Corona de Castilla la que dio el apoyo definitivo, y por eso mismo los castellanos usufructuaron el Descubrimiento, pero la significacin del mismo rebasa el sentido puramente espaol. Este es un evento de alcance histrico-universal y su importancia no puede circunscribirse solamente a Espaa, cuando sus efectos han tenido un notorio sentido mundial.36

    Durante la celebracin del V Centenario, las posturas ms acadmicas iniciaron la

    bsqueda de testimonios que mostraran la visin de los vencidos, como una manera de

    contrarrestar el olvido. Pero la celebracin como Encuentro de Dos Mundos entr en

    disputa con la Resistencia de los Pueblos Indgenas, en medio de debates

    historiogrficos que, a pesar de sus valiosas reinterpretaciones, aportaron poco a la

    conmemoracin.

    36 G. Patio, Debate al Quinto Centenario del Descubrimiento de Amrica, El Hombre y la Mquina, 8 (1993), pp.11-21.

  • 26

    6. Repensando la Conquista: releyendo y reevaluando la Conquista 6.1. Repensar la Conquista: Reflexin epistemolgica sobre un momento

    fundador

    El 2 de diciembre de 2004 se llev a cabo la inauguracin del I Seminario de

    Historiografa Repensar la Conquista de Mxico coordinado por Guy Rozat, y que

    hoy va ya por su XI edicin. La intencin acadmica de estos seminarios ha sido, no

    slo revisar una vez ms este magno acontecimiento histrico y proponer una nueva

    revisin de los hechos, sino de reflexin sobre las bases mismas de este relato. Se

    realiz un llamamiento a la comunidad acadmica para aunar esfuerzos en esta nueva

    lectura, para abrir una reflexin historiogrfica y no para esbozar un nuevo relato.

    Realmente no se trataba slo de repensar el momento de la Conquista, sino ms bien de

    abrir una reflexin historiogrfica, sobre el efecto que este acontecimiento ha influido

    en la identidad y la memoria colectiva de los mexicanos de hoy en da.

    En el I seminario se sentaron las bases sobre la intencionalidad de estas reuniones,

    cuyo eje rector de la reflexin sera cmo pensar, escribir la Conquista de Mjico en la

    actualidad?. En la introduccin, los organizadores Guy Rozat y Fernanda Nez, dicen

    sobre el relato oficial de la Conquista:

    Creemos que esa construccin del relato Conquista, que impidi la posibilidad de conocer ese antes, desfigurndolo, tuvo un profundo impacto sobre la posibilidad de contar lo que ocurri en lo profundo del tejido social durante siglos en las tierras actualmente mexicanas. Es decir, que las ambigedades del relato de ese punto cero de la historiografa nacional, desde nuestro punto de vista, no slo impidieron escribir relatos un tanto transparentes sobre el mundo que se estaba desbaratando, el antiguo mundo americano -oh!, cun complejo y variado!- sino que introdujeron ambiguos relatos sobre lo que se estaba construyendo en el periodo colonial.37

    Los Seminarios de Historiografa de Xalapa han continuado su dinmica de

    investigacin durante aos, y concretamente este 2015, acercndose a la fecha de la

    conmemoracin de los 500 aos de destruccin de Tenochtitln, han celebrado su XI

    edicin. Despus de una dcada de trabajo colectivo, segn los organizadores, si bien

    pueden ofrecer algunos resultados historiogrficos dedicados al estudio del evento

    fundador de la historia nacional de Mjico, todava queda mucho por investigar. Los

    resultados ms representativos se engloban dentro de la localizacin y denuncia de

    37 Memorias del Seminario de Historiografa de Xalapa: Repensar la Conquista, Biblioteca Digital de Humanidades, Universidad Veracruzana, 2013, p. 8.

  • 27

    elementos claves que bloqueaban la reflexin historiogrfica en la glosa nacionalista

    dominante.

    6.2. La ruptura de los siete mitos de la Conquista espaola

    Un alumno de Matthew Restall, una tarde de primavera en la Universidad de

    Pensilvania, interrumpi su clase de Historia de Amrica Latina y le dijo: Parece que

    en esta clase hay un montn de mitos38. Esa pregunta deriv en un libro que trat de

    dar respuesta a esa pregunta y a las falacias y ficciones interesadas de la historia de la

    conquista y que gradualmente se definieron como siete mitos.

    Si en la historiografa oficial aparecan de forma recurrente estos mitos por qu no

    se han reevaluado estos mitos y esclarecido su construccin?. El autor se lo propuso

    para llegar a tener un mayor conocimiento de los procesos de la Conquista. Siete fueron

    los mitos analizados que condensaban siete generalidades comnmente tomadas por

    ciertas entre la humanidad.

    El primero, el mito de los hombres excepcionales, exploraba la creencia de que las

    huestes conquistadoras espaolas se encontraban compuestas por hombres con grandes

    capacidades, sabios y fuertes, obedientes a la Corona, grandes estrategas militares que

    saban lo que estaban haciendo. Este mito ira en consonancia con la concepcin de que

    el descubrimiento de Amrica represent la hazaa ms grande de la historia de la

    humanidad, y que sus protagonistas solo unos pocos- fueron los hroes de esta

    importante gesta. Este mito desechaba el triunfo colectivo, y la intervencin de

    numerosos personajes, que no siempre eran hroes sino bellacos en muchos de los

    casos. Se introduce por tanto una reflexin sobre las fuentes primarias legitimadas, que

    en gran parte estaba escritas por los protagonistas que exaltaban su labor de

    conquistadores. Es paradjico pensar entonces que la historia de la Conquista de

    Amrica se ha construido en base a esas fuentes.

    El siguiente mito analizado es el mito del ejrcito del rey, el cual conecta con el

    anterior en cuanto a la idea de que la organizacin militar espaola era perfecta, y que

    eran una representacin de los ejrcitos del Rey enviados para realizar la Conquista. Lo

    cierto es que los conquistadores no eran un grupo homogneo, cuya mxima aspiracin

    era la de obedecer a su rey, sino hombres en busca de mercedes y dineros y que

    partieron de empresas individuales y no enviados por designio del Rey.

    38 M. Restall, Los siete mitos de la conquista espaola, Barcelona, Paids, 2010, p.11.

  • 28

    El mito del conquistador blanco hace referencia a los participantes de la conquista,

    pero no todos fueron blancos espaoles; al igual que los ayudantes y aliados de

    diferentes tribus indgenas, que fueron fundamentales desde el principio, tambin hubo

    conquistadores negros. Sin la ayuda de los aliados indgenas, los cuales fueron artfices

    desde el principio de la Conquista, no les hubiera sido posible a los espaoles

    conquistar a poblaciones enteras. Por lo tanto, la atribucin de la Conquista no fue solo

    de los espaoles, hecho que se atribuye tradicionalmente a los blancos.

    El cuarto es el mito de la completitud, y se refiere a la idea de que los espaoles

    alegaron un xito rotundo de su empresa, es decir, que la totalidad del continente se

    encontraba dominada, subyugada y evangelizada. Aunque es necesario realizar todava

    numerosos estudios sobre el tema, lo cierto es que muchas comunidades indgenas

    resistieron al total dominio espaol y en su gran mayora mantuvieron con vida sus

    procesos sociales y culturales; su obediencia continuaba siendo la misma, ya que

    obedecan al mismo jefe aun cuando ste obedeca a los espaoles. En definitiva, para el

    pueblo indgena nada haba cambiado. Incluso las conversiones al cristianismo eran

    evitadas o disfrazadas y su modo de vida tradicional continuaba. En conclusin, los dos

    grupos estuvieron equivocados, ya que los indgenas crean servir al mismo tipo de

    autoridad y los espaoles creyeron que todos los indgenas les servan a ellos.

    En el mito de la comunicacin se analiza la creencia opuesta. Por un lado se pensaba

    que la comunicacin con los indgenas era fluida y sin embargo tambin se pens que

    esta comunicacin era nula. Lo cierto es que pudo suceder que no todo se entenda, pero

    intrpretes como Malinche fueron imprescindibles para que existiera cierta

    comunicacin entre ellos.

    El mito de la devastacin indgena nos habla sobre el exagerado descenso

    demogrfico a causa de guerras y epidemias que sufri la poblacin, diversos estudios

    demuestran que ocurri, pero esto no fue suficiente para que las comunidades

    mantuviesen una actitud esttica y que asumiesen la dominacin; todo lo contrario,

    lograron mantener su cultura y adaptarse a la nueva situacin para mantener su calidad

    de vida. Por lo tanto, la devastacin indgena no demuestra que esta fuese la causa de

    una decadencia cultural, pero s sugiere que los pueblos indgenas fueron capaces de

    adaptarse a la nueva situacin.

    Para finalizar, se analiza en la obra el mito de la superioridad, el cual nos habla de

    la creencia de que la conquista fue un proceso sencillo por la superioridad espaola. La

    supuesta superioridad espaola no lo fue tanto: el armamento era escaso y poco til en

  • 29

    ese contexto geogrfico, los perros y caballos causaron asombro pero no tanto miedo y

    espanto como se supone, etc. Ciertamente los espaoles no se enfrentaron a un grupo de

    indgenas ignorantes, sino, en la gran mayora de los casos, a grandes sociedades

    complejas y muy avanzadas.

    Aunque tratemos de eliminar estos mitos de la historia, la labor es ardua; pensemos

    que estn muy presentes en la cultura y han sido alimentados por el cine y la literatura.

    Por tanto, la ruptura con estos mitos no abre las puertas a una nueva visin de la

    conquista, pero s implica una relectura de las fuentes, las cuales deben ser ledas de

    forma extensa y concienzuda, evitando su lectura literal para eliminar de ellas su

    intencionalidad, ya que esta podra llevarnos a generar nuevos mitos.

    7. Un nuevo enfoque del xito de la Conquista A estas alturas, tal vez podemos decir que realmente los dos factores ciertos que

    favorecieron la conquista y diezmaron a la poblacin indgena fueron: las enfermedades

    y los enfrentamientos entre comunidades. Estas dos razones unidas al hecho de que los

    espaoles supieron aprovecharlo, es una explicacin mucho ms plausible del xito de

    la conquista.

    Otro hecho indudable es que existi cierta comunicacin entre los conquistadores y

    las comunidades indgenas gracias a la labor de los traductores. Esto supuso que los

    espaoles pudieran establecer alianzas con otros pueblos indgenas, hecho que supuso

    un aumento considerable del contingente espaol. Un personaje importante y un poco

    olvidado por la historia es la Malinche, ya fuese por ser mujer y adems indgena; pero

    la necesidad de un nuevo discurso, hace que tome protagonismo por su indudable

    aportacin al hecho de la Conquista.

    7.1. La habilidad para adaptarse e improvisar

    Una parte del xito de la Conquista de Mxico hay que atribuirla a la gran capacidad

    de adaptacin e improvisacin de los espaoles. Esta capacidad se fundamenta en la

    fuerte conviccin de su superioridad cultural. Dicha capacidad se deduce en las crnicas

    desde el primer encuentro de Hernn Corts con los mensajeros de Moctezuma. Ante un

    mensaje ambiguo que podra haberse interpretado como rechazo o aceptacin, Hernn

    Corts eligi interpretar la opcin de aceptacin e ignorar la de rechazo. Adems,

    Corts se dedic a conocer la estructura poltica y religiosa de los aztecas, y de esa

    manera, aprovechar esos conocimientos en beneficio de su empresa conquistadora.

  • 30

    Hernn Cortes supo construirse una imagen menos tirnica que la que pesaba sobre

    Moctezuma, para inhibir la resistencia indgena y contar adems con las alianzas de

    otros pueblos como los Tlaxcaltecas. Tras la conquista de Tenochtitlan, supo

    presentarse como una continuacin del propio Moctezuma, y de este modo, evitar

    mayores conflictos.

    Otro factor a favor de la empresa conquistadora segn Tzvetan Todorov39 - fue el

    de la concepcin del tiempo que tenan los aztecas. Los aztecas tenan una concepcin

    cclica de tiempo, en contraposicin a la concepcin lineal que tenan los espaoles.

    Esto determin que los aztecas dieran un gran protagonismo a las profecas y a la

    lectura del pasado en el presente. Moctezuma concretamente interpret la llegada de

    Corts como el cumplimiento de una antigua profeca: el regreso del dios Quetzalcatl,

    que vena a ocupar de nuevo su trono. Esto hizo que no pudiese percibir la identidad

    humana de los espaoles, atribuyndoles una condicin de seres divinos y por lo tanto

    superiores. Esta circunstancia fue aprovechada por Corts, el cual vio en esto un signo

    de debilidad por parte de Moctezuma. La reaccin ante el otro que tuvo Corts fue

    contraria y bastante ventajosa, ya que no dud en considerar a los indgenas como

    brbaros e inferiores.

    En contraste la concepcin unilineal y evolutiva del tiempo, enmarcada en la fe

    cristiana, fue un sustento ideolgico para la Conquista, ya que esta labor se enmarcara

    en la consecucin de una meta superior. Para Corts, la difusin de la religin cristiana

    servira para asegurar el xito de la Conquista.

    Una de las desventajas ms curiosas de los aztecas fue su incapacidad para disimular

    la verdad, que junto a sus smbolos y su semitica o entendimiento del otro- menos

    desarrollada fue interpretada de forma diferente a la esperada. Cuando los indgenas

    realizaban sus gritos de guerra, en lugar de atemorizar a los espaoles, les servan para

    advertirles de la situacin; al igual que los smbolos de los jefes que, en vez de asustar,

    revelaban su condicin y les convertan en objetivos fciles para los espaoles.

    En conclusin, segn Todorov, la conquista se bas en la superioridad semitica de

    los europeos, a su habilidad para entender a los otros. Esta habilidad fue utilizada por

    Corts para conocer a los Azteca y ms tarde dominarlos. Esta habilidad junto a la gran

    capacidad de adaptacin e improvisacin ante lo desconocido, nuevo o diferente,

    explican en cierta forma cmo unos pocos conquistaron a tantos.

    39 T. Todorov, La conquista de Amrica: el problema del otro, Madrid, Siglo XXI, 2009.

  • 31

    7.2. Los traductores: una importante baza para el xito de la Conquista

    La conquista de la civilizacin azteca no se hubiera llevado a cabo de manera

    relativamente simple, si no hubiera sido por la accin de intrpretes cuya efectividad

    vari en cada caso como hemos de ver, pero sin cuya presencia Corts posiblemente

    hubiera fracasado, como fracasaron otros conquistadores que no contaron con esta clase

    de ayuda.

    Los idiomas que hablaban los indgenas- eran centenares. Segn una de las clasificaciones propuestas por los fillogos constituan ciento veintitrs familias. De esas familias, unas comprendan una sola lengua, como la araucana de Chile, mientras otras abarcan docenas, por ejemplo, la familia utoazteca o shoshone-azteca, que abarca veinticinco grupos de dialectos en Mjico.40

    La diferencia de idiomas plante desde el primer momento una disyuntiva: o los

    indgenas aprendan el castellano, o los conquistadores y colonizadores las lenguas

    aborgenes. En un primer momento, se propugn la castellanizacin, frmula que fue

    recogida en las Leyes de Burgos de 1512. Ms tarde se hizo necesario el que los

    misioneros aprendieran las lenguas indgenas, para conocer mejor la cultura de esos

    pueblos y realizar su labor de cristianizacin de forma ms fluida. Pero en los primeros

    momentos de la conquista, con la incursin a un nuevo territorio con una gran

    diversidad de pueblos con diferentes lenguas y dialectos, se hacia necesario que las

    expediciones contarn con la imprescindible labor de los interpretes.

    Sabemos a travs de las crnicas que en el ao 1517 Hernndez de Crdoba hizo

    prisioneros a dos mayas de nombre Julin y Melchor, cuando exploraba el Yucatn.

    Bernal Daz del Castillo dice en su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva

    Espaa:

    prendimos dos indios, que despus se bautizaron y volvieron cristianos, y se llam el uno Melchor y el otro Julin y entreambos eran trastrabados de los ojos.41

    El cronista menciona que despus fueron llevados a Cuba y ms tarde enrolados en

    la expedicin de Juan de Grijalva. Parece ser que Julin muri -muy posiblemente en

    Cuba- y slo Melchor zarpara en la expedicin comandada por Corts. Estos primeros

    traductores no tenan asimilado completamente el castellano, y menos an estaban

    adiestrados en la poltica necesaria para tratar con las tribus que encontraban a su paso.

    Sin embargo Hernn Corts, durante las exploraciones del nuevo territorio, encontr in 40 P. Henrquez Urea, Historia de la Cultura en la Amrica Hispnica, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1964, p. 10. 41 B. Daz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de Nueva Espaa, edicin de Carmelo Senz de Santa Mara, Madrid, Instituto Gonzalo Fernndez de Oviedo, C.S.I.C, 1982, p.19.

  • 32

    situ de manera providencial a dos nuevos intrpretes cuya colaboracin sera esencial

    para el xito de la Conquista.

    El primero fue un soldado espaol de nombre Jernimo de Aguilar, el cual tenia un

    buen dominio del maya, ya que haba convivido con los indios del Yucatn durante

    ocho aos desde su apresamiento cuando su barco naufrag y haba sido rescatado por

    la expedicin de Corts. La segunda era una mujer indgena de noble linaje, conocida

    como la Malinche y bautizada por los espaoles con el nombre de Marina. Esta

    veracruzana hablaba el maya y el nhuatl debido a las vicisitudes que haba atravesado

    durante su corta vida, y permiti que Corts se iniciara en el conocimiento de la nueva

    tierra.

    Inicialmente Corts se comunicaba con los mayas gracias a la intervencin de

    Aguilar y con los Aztecas en un esfuerzo conjunto interpretacin por rel42- entre el

    mismo Aguilar y doa Marina. Ms tarde doa Marina aprendi el castellano, y con el

    tiempo, se convirti en pieza clave del xito de la Conquista, ya que no solo fue

    intrprete, sino consejera y hasta espa a favor de los espaoles. A medida que creca la

    labor de la Malinche para Corts, menos necesaria se hizo la de Jernimo de Aguilar, el

    cual desaparece de las crnicas inexplicablemente.

    Aunque hasta hace poco tiempo la Malinche no ha irrumpido en la escena como la

    lengua de Corts, debido a la perspectiva patriarcal castiza que imperaba en la

    dialctica de la Conquista, ahora se la empieza a considerar como parte fundamental del

    xito de la Conquista, y aunque no fue la primera intrprete de Corts, s parece que

    lleg a ser la ms importante. Tan importante que incluso se le atribuye el surgimiento

    del mestizaje en Mxico dimensin simblica- por haber engendrado a un hijo del

    propio Corts.

    Dicha importancia de su labor como intrprete se puede intuir en las crnicas, las

    cuales relatan que cuando la expedicin haba alcanzado territorio de habla nhuatl en

    San Juan de Ula, y dado que Aguilar no pudo comunicarse con los emisarios de

    Moctezuma, la Malinche irrumpi para empezar a brillar con luz propia. De esto se

    percat Corts de inmediato. La Malinche reafirma su importancia cuando se entabla la

    primera alianza entre Corts y los totonacas, pueblo sujeto a los mexicas, a quienes

    42 La interpretacin por rel tiene lugar cuando no se dispone de un intrprete que pueda trabajar desde la lengua de partida a la lengua de llegada, pero s se dispone de intrpretes que pueden enlazar cada una de dichas lenguas con una tercera.

  • 33

    pagaban tributo. El bilingismo totonaco-nhuatl era inaccesible para Aguilar, por lo

    que la Malinche entonces se consum como pieza fundamental para la comunicacin

    intertnica y para realizar pactos, los cuales seran fundamentales para el xito de la

    conquista del territorio.

    La Malinche es una figura seera del debate ideolgico, pletrica de ambivalencias, polivalente, multivocal. Sea cual sea la posicin con que nos topemos, ya sea la versin laudatoria y patriarcal de los hispanistas o la condenatoria de los nacionalistas, lo que hay que destacar de entrada es que no es en absoluto un personaje menor en la historia de Mxico. No se trata de una figura aleatoria, marginal o accesoria, como quisiera hacerle creer Corts a Carlos V, sino de una pieza clave en la conquista de Mxico y en el surgimiento del mestizaje, sobre todo en su dimensin simblica.43

    La historiografa moderna ha buscado reivindicarla, ya que supo adaptar

    mltiples realidades, desarrollando un plurilingismo y la competencia comunicativa

    necesaria en el lenguaje cortesano44 para interpelar a personajes como Moctezuma y

    convencerle para encerrarse en su palacio y evitar que fuese asesinado por los

    castellanos. Vale la pena sealar que el dominio de varios tipos de lenguajes,

    probablemente evitaron confrontaciones y malos entendidos mayores de los que se

    dieron.

    La importancia de los traductores en general y la Malinche en particular es bajo

    mi parecer fundamental, ya que sin ellos la Conquista no hubiera sido posible o hubiera

    tenido un costo mucho ms alto en trminos de vidas humanas y de devastacin del

    territorio. Corts, sin duda, poda interpretar los mensajes no-verbales de los indgenas

    de acuerdo con su formacin y su particular talento; sin embargo, dependa de sus

    intrpretes para entender los mensajes verbales. Se puede suponer que existiese cierto

    tipo de manipulacin de la informacin, pero indudablemente las alianzas de Corts con

    lderes indgenas como los tlaxcaltecas, fueron importantes para la conquista de Mxico.

    43 A. Flores Farfn, La Malinche: Portavoz de dos Mundos, Estudios de Cultura Nhuatl UNAM, N. 33 (enero 2002), p. 129. 44 La Malinche conoca los gneros apropiados como el lenguaje cortesano de los pillis, el pillatolli o el habla de los nobles, el tecpantlatolli o el habla palaciega.

  • 34

    8. Conclusiones Cuando inici este trabajo tenia un objetivo, el de construir un relato de la Conquista

    de Mxico, con la participacin de todos aquellos actores que intervinieron en ella,

    contando con los relatos de los vencidos. De igual forma me pregunt Cmo unos

    pocos espaoles conquistaron un gran Imperio? A la hora de sintetizar los resultados de

    mi investigacin, puedo concluir que:

    Las crnicas revelan que los espaoles, y en especial Hernn Corts,

    buscaban la gloria y el reconocimiento, la riqueza y la fama. La personalidad

    de Corts, prctico, diplomtico, osado y de fuerte conviccin religiosa,

    puede explicar el xito y rapidez de la conquista. El dualismo entre una

    herencia militar y religiosidad medieval, junto a una mentalidad renacentista,

    permiti a Corts concebir su aventura como una campaa de conquista y

    dominacin, y no tanto de exterminio. Aunque se sucedieron algunos hechos

    sanguinarios como los sucedidos en la Noche Triste, lo cierto es que la

    mayor parte de los indgenas perecieron a causa de enfermedades tradas por

    los espaoles, especialmente la viruela, el tifus y la difteria, a las cuales no

    estaban inmunizados.

    Que la conquista por parte de los espaoles se justific por la evangelizacin

    de los territorios. Tan fundamental fue la implantacin de la religin

    catlica, que muchos juristas y telogos la consideran como justa causa

    para la conquista.

    Algunos cronistas como Fernndez de Oviedo y Lpez de Gmara defienden

    la tesis de inferioridad de los indgenas y su derecho de conquista,

    describiendo cuadros sombros sobre su vida, poniendo en duda su

    capacidad para ser libres, la idolatra de su religin. Esta falsa teora de

    inferioridad inventada para justificar la conquista queda rebatida por la

    supuesta superioridad espaola. Ciertamente los espaoles no se enfrentaron

    a un grupo de indgenas ignorantes sino, en la mayora de los casos, a

    grandes sociedades complejas y muy avanzadas.

    La existencia de una estructura poltica como la Triple Alianza y su falta de

    cohesin interna fueron determinantes para que la penetracin en el territorio

    favoreciese la Conquista, permitiendo que fuesen los propios pueblos nahuas

    subyugados a la Triple Alianza- los que acabasen con el Imperio Azteca.

  • 35

    Corts supo fraguar una serie de slidas alianzas, que fueron claves para los

    espaoles a la hora de luchar contra los mexicas, cuando finalmente

    decidieron oponerse al invasor, ya que aumentaron enormemente su ejrcito.

    La supuesta superioridad tecnolgica de los espaoles no lo fue tanto, y las

    armas de fuego y animales trados por los espaoles, aunque tuvieron cierta

    carga simblica, no fueron tan determinantes. Impresionaron a los nativos e

    hicieron ganarse a algunos aliados, p