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LAS DERECHAS EMERGENTES Y SUS ESTRATEGIAS DISCURSIVAS: LOS NUEVOS MITOS POST-IDEOLOGICOS DEL LIBERALISMO Hernán Reyes Aguinaga Dado lo corto del tiempo para esta exposición, la abordo de inmediato en sus contenidos. 1) Voy a empezar destacando la necesidad de entender que no sólo en Ecuador sino en toda Latinoamérica, estamos asistiendo al surgimiento cada vez más evidente de una serie de versiones “renovadas” de movimientos -y especialmente fuerzas partidarias- que se podrían caracterizar como “de derecha” y que este rasgo afecta de manera sustancial a la forma de ejercer el poder y de disputar el acceso a éste. 2) En segundo lugar propondré algunos elementos que tienen en común las diferentes versiones de las derechas y sus estrategias político-discursivas, en el caso ecuatoriano. 3) Finalizaré con una aproximación a cómo estas estrategias han ubicado al campo mediático e hiper-mediático como el espacio clave de su posicionamiento y qué tipos de “discursos-clave” se pretende posicionar en esta reconfiguración del espacio de disputa simbólica . 1

Las Derechas Emergentes y Sus Estrategias Discursivas Final

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una breve reflexion sobre el momento de inflexión política y de retorno de las derechas neo-liberales en Ecuador y en América Latina

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LAS DERECHAS EMERGENTES Y SUS ESTRATEGIAS DISCURSIVAS: LOS NUEVOS MITOS POST-IDEOLOGICOS DEL LIBERALISMO

Hernn Reyes Aguinaga

Dado lo corto del tiempo para esta exposicin, la abordo de inmediato en sus contenidos. 1) Voy a empezar destacando la necesidad de entender que no slo en Ecuador sino en toda Latinoamrica, estamos asistiendo al surgimiento cada vez ms evidente de una serie de versiones renovadas de movimientos -y especialmente fuerzas partidarias- que se podran caracterizar como de derecha y que este rasgo afecta de manera sustancial a la forma de ejercer el poder y de disputar el acceso a ste. 2) En segundo lugar propondr algunos elementos que tienen en comn las diferentes versiones de las derechas y sus estrategias poltico-discursivas, en el caso ecuatoriano. 3) Finalizar con una aproximacin a cmo estas estrategias han ubicado al campo meditico e hiper-meditico como el espacio clave de su posicionamiento y qu tipos de discursos-clave se pretende posicionar en esta reconfiguracin del espacio de disputa simblica .

Hay ya es bastante aceptado hablar del ciclo marcado por el ascenso de gobiernos cuya propuesta bsica fue cortar la aplicacin del modelo neoliberal, en lo poltico y en lo econmico y recuperar el papel del Estado como agente regulador y distribuidor. Este ciclo habra empezado en 1998 con el triunfo de Chvez en Venezuela y se habra extendido a pases como Argentina, Bolivia, Ecuador y Paraguay, entendiendo que este rasgo central tambin estara presente en los triunfos del PT en Brasil y del Frente Amplio en Uruguay. Desde la visin de algunos cientistas sociales, estos proyectos contrarios al neoliberalismo y los gobiernos que los plantearon tomaron dos formas bsicas: la populista y la izquierda moderna y as el mapa poltico- ideolgico mostrara tal bifurcacin. En un trabajo anterior tratamos de responder entre otras a la pregunta Cul es el objeto real de la disputa por la hegemona en lo que tiene que ver con la informacin masiva, la comunicacin social y la cultura?

En el caso ecuatoriano. Y nuestro intento de respuesta fue que al igual que en el resto de los pases que optaron por el giro posneoliberal, mediante innovaciones normativas y la propuesta de polticas pblicas con propsitos democratizadores se posibilitaron transformaciones de fondo a nivel d ela estabilidad econmica , la redistribucion de la riqueza y en el ejercicio de derechos ciudadanos , aparte de la transformacin del escenario comunicacional, prcticamente inviable sin la decidida intervencin del Estado

En ese trabajo, presentado precisamente en el nmero 249 de la Revista Nueva Sociedad correspondiente a enero-febrero de 2014, ya levantamos una discusin con las tesis politolgicas que cuestionaban el talante democrtico de lo que denominaban entre otro Carlos de la Torre como populismos indicando que el proceso de la Revolucin Ciudadana en el caso ecuatoriano relegitim el Estado, lo cual, frente a la concepcin usual de que la lucha por la hegemona enfrenta al pueblo y al bloque en el poder (estatal) bajo las condiciones de la globalizacin y de cara a la crtica neoliberal y la privatizacin de las funciones del Estado, era paradjicamente necesario de ser realizado en trminos de recuperacin de institucionalidad poltica en su conjunto, destrozada por el modelo neoliberal

As habamos abordado los cruces entre lo meditico y lo poltico como cuando relaciona la opinin pblica con la hegemona poltica, al definir la primera como el punto de contacto entre la sociedad civil y la sociedad poltica, entre el consentimiento y la fuerza.

De esta forma, al caracterizar la opinin pblica como el contenido poltico de la voluntad poltica pblica que puede llegar a ser discordante, entiende la importancia de luchar por su control, de modo que una sola fuerza modele la opinin, y por lo tanto, la voluntad poltica nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgnico8.

Desde esta perspectiva, todo proyecto poltico, y ms an si se acerca a un cambio estructural, tiende obligadamente a devenir en reforma (direccin) intelectual y moral de la sociedad, y tiene afectacin en las formas de pensar y conocer, as como de explicar la realidad, con el propsito de unificar el bloque social, que es siempre heterogneo y contradictorio.

En otro trabajo personal contenido en una publicacin de CLACSO (2010) afirmbamos qye

Tras el oscuro periodo de ruptura de la gobernabilidad entre 1997 y 2005, lo que pareca ofrecer Correa era la recuperacin de valores y de institucionalidad. Para ese fin, desde el inicio de su gestin arm un aparato de comunicacin poltica de resgos publicitarios, de gran alcance para posicionar la idea de que la patria ya es de todos, eslogan central de su campaa poltica. As, la patria se vuelve el gran motivo cultural del gobierno de Correa, al convertirse en un significante que se torna llenado y reinventado constantemente., mediante la recuperacin de una serie de smbolos Por esta va el gobierno ha pretendido reformular el imaginario ciudadano de la poltica, fracturado por la crisis de legitimidad y representatividad que se ahond en el Ecuador entre 1996 y el 2006 y que produjo el divorcio entre el Estado y la sociedad civil.

(..)hay dos elementos que resultan clave para comprender no solo sus consecutivos xitos electorales, sino el mantenimiento de la credibilidad y la legitimidad aun en situacin de abierta conflictividad contra varios sectores econmicos, polticos e incluso sociales de importancia. Por un lado, electoralmente el gobierno ha puesto en prctica una estrategia de comunicacin poltica basada en el uso intensivo del marketing poltico y por el otro ha polemizado respecto a un tema sumamente sensible en el pas: la libertad de expresin.

El resultado de esa estrategia ha sido un factor fundamental, a nuestro entender- de una aguda polarizacin que ha permitido al gobierno lograr sucesivas elecciones hasta febrero de 2014. En este sentido hacer un balance actual del escenario poltico incorporando una mirada sobre la comunicacin y la cultura es imprescindible antes de abordar el tema del ascenso emergente de las derechas en el pas.

MARCO CONCEPTUAL

II) Entender la poltica a nivel del pas supone un esfuerzo para no mirarla desde arriba (es decir desde el poder) sino comprender la heterogeneidad social y poltica que no es un espacio homogneo sino ms bien diverso en tradiciones, trayectorias, interpretaciones y posicionamientos, y obviamente en tensin permanente, donde las distintas discursividades polticas fundamentan su accionar en lograr una identificacin, que generalmente toma la forma de una polarizacin.

Respecto al asunto de la construccin identitaria siempre presente en la disputa poltico ideolgica, Schuttenberg, retomando a Laclau (2005) se proponer entender que

en la conformacin de las identidades no hay una totalizacin sin la exclusin. La constitucin de una identidad poltica requiere la divisin antagnica de la sociedad en dos campos uno que se presenta a s mismo como parte que reclama ser el todo, en oposicin a otro que sera la versin contraria de los intereses populares .

As, se asiste permanentemente a la emergencia de procesos de lucha por la hegemona:

Gramsci sugiere que la hegemona implica que los valores y visin del mundo de las clases dominantes se convierten en una especie de sentido comn compartido por los grupos dominados, en virtud del cual terminan aceptando aunque no necesariamente justificando el ejercicio del poder por parte de los grupos dominantes. Dicho sentido comn es diseminado y adquirido a travs de un proceso complejo en el que la educacin, la religin y la cultura juegan un papel crucial (Szumurk y McKee, 2009).

Para Stuart Hall, la nocin de hegemona implica una poltica de identificacin del imaginario. Este ocupa un lugar discursivo que no est exclusivamente delimitado por la historia de la izquierda o de la derecha. De alguna manera existe entre estas polaridades polticas[footnoteRef:1] [1: Bhahba Homi, El compromiso con la teora, en http://www.cubaliteraria.com/huellas/baba.asp]

Lo anterior implica que a nivel discursivo se da una continua reconformacin de dos campos antagnicos, en el cual la una parte se profundiza la identificacin de un enemigo directo (por ejemplo en la derecha o anteriormente en el comunismo) , que puede extenderse a la de un enemigo interno dentro del propio movimiento o partido en el poder, de un enemigo externo en el plano internacional, y hasta una diferenciacin dentro del propio campo popular encarnada en el debate que mantienen con lo que consideran en el caso ecuatoriano- una izquierda infantilista o ecologista.

Segn Schuttenberg

ese esfuerzo por reducir la diversidad de lo social es lo que Laclau (1990, 2005) denomina como hegemona. El terreno de la constitucin de la hegemona es el discurso, es decir, requiere de una operacin hegemnica significante orientada a la articulacin de elementos. Retoma como central la categora de discurso puesto que se entiende a la sociedad como discurso a partir que es una ordenacin particular de elementos. Discurso en trminos de Laclau es el conjunto de relaciones sociales y producciones de sentido que componen determinada sociedad. Lo social es entonces el campo en donde se da la lucha por la hegemona que es una lucha poltica. En este marco lo poltico se concibe como un modo de relacin entre colectivos humanos la relacin de tipo amigo-enemigo en vez de fenmeno que surge en un sitio o esferas especficas. (Arditti, 2005, cit. Por Shuttenberg, 2009).

De esta forma, se podra decir que el campo de lo social en L.Amrica se ha configurado como una guerra de trincheras en la que diferentes proyectos polticos intentan articular en torno de s mismos un mayor nmero de significantes sociales. En la imposibilidad de lograr una fijacin total radica el carcter abierto de lo social que siempre se reconstituye en el vaivn entre una hegemona estable y perodos de crisis orgnica, los cuales debilitan las articulaciones hegemnicas bsicas. Por tanto, es imposible que una fuerza social pueda imponer su dominio hegemnico de un modo completo (Laclau, 1990: 44).

Por su parte, Chantal Mouffe (2007) tambin entiende lo conflictivo y lo antagnico como lo constitutivo de lo poltico. De hecho retoma a Schmitt para afirmar que las identidades polticas consisten en un cierto tipo de relacin nosotros/ellos. Con ello se destaca la naturaleza relacional (y por ende discursiva)de las identidades polticas

III) En este mismo sentido segn J.J. Brunner (1988) existe una conexin profunda entre el sistema poltico prevaleciente en una sociedad determinada y el rgimen comunicativo que aqul en parte condiciona y al cual necesita para subsistir (p. 65). Esta aproximacin nos es til para analizar cmo en diversos momentos en la vida de las sociedades, distintos regimenes comunicativos pugnan por imponerse y por controlar en la sociedad la produccin de sentidos, de verdades, de temas pblicos, de esquemas de comprensin y de evaluacin (p. 75).

De este modo, la emergencia de antagonismos y el tipo de rgimen comunicativo abren la posibilidad de la reconfiguracin del orden social por medio de la lucha poltica e ideolgica. Creemos ver una tendencia en cuanto a la disputa entre regmenes comunicativos de carcter unidireccional-verticalista o monolgico y la propuesta de nuevos regmenes comunicativos de tipo liberal (Fabio Lpez de la Roche, 2014)

Es importante prestar atencin en las experiencias que De la Roche llama neopopulistas como sus correspondientes regmenes comunicativos que acompaan los sistemas polticos de los Gobiernos del socialismo del siglo XXI, definidos en trminos de procesos de construccin discursiva desde el poder de reales o supuestos enemigos nacionales y al uso de la nocin de enemigo para los propsitos de cohesin de la poblacin enapoyo a los Gobiernos.

En la lgica planteada por Laclau (2010) acerca del populismo como modalidad de articulacin de sentidas demandas sociales, se tiene que recoinocer el papel de los MM.CC y no solo en el caso de Colombia- en la permanente construccin de informacin que retrata como excluyentes, ideolgicas y poco pragmticas, hacia los gobiernos de orientacin socialista, posneoliberal, neodesarrollista o de izquierdas en la regin (el Ecuador de Correa, la Bolivia de Evo Morales, la Venezuela de Chvez, e incluso la Argentina de los Kirchner), as como a las distintas variaciones del chavismo (De la Roche)

Pareciera ser, como lo sugiere Ricardo Forster (2010) para la interpretacin de la visin hegemnica de los grandes medios en la Argentina de hoy, que el neoliberalismo ha creado e impuesto a nivel de la opinin un sentido comn neoliberal que desvaloriza y descalifica radicalmente otras posibles interpretaciones de la realidad y otras posibles orientaciones de la poltica pblica que no se inscriban en ese tipo de sentido comn y de discurso hegemnico

Desde este marco conceptual anterior es posible acercarse a descifrar cmo se estara viviendo en la regin una situacin heterognea y desigual- de debilitamiento de las articulaciones hegemnicas construidas por las izquierdas, lo que deviene en las actuales disputas discursivas entre las izquierdas en el poder y las derechas que pretenden emerger como alternativas viables[footnoteRef:2] y que para ello usan el aparataje (hiper) meditico que [2: Schuttenberg Mauricio, Antagonismo, identidad y diferencia. La construccin del enemigo poltico como puente discursivo de insercin en el gobierno de los movimientos sociales nacional populares, Revista Oficios terrestres, UNLP, 2009]

aun en gobiernos anti-neoliberales siguieron teniendo a su favor

Otro punto que no podemos dejar de sostener es que no se puede renunciar as como as a las etiquetas polticas de izquierda y derecha como algunos anlisis y discursos polticos y en boga proponen.

Para ello siguiendo las reflexiones de Piergiorgio Corbetta, Cavazaa y Rocatto defendemos la relevancia y el sentido incremental que tienen en la politica los trminos de derecha e izquierda en referencia a oentenidos ms concertos como partidos y lderes, tesis que sustentan desde desde una fuerte base emprica.

Esta relevancia opera a dos niveles: en el colectivo, la izquierad y la dercha sdon marcos orientadores y refernciales para comunicar posiciones polticas en ese espacio, y tiene utilidad respecto a los ocnflcitros y las comuninalidades (identitarias); a nivel individual, sirven para tomar decisiones y hacer juicios d evalor sobretoido en el terreno electoral, tanto como factor informativo como motivador

Por estas razones, rechazamos la tesis del posible fin de las ideologas propuesta con fuerza por D. Bell en los 60s, puesto que tal fin no se ha materializado segn estos autores sino ms bien ha adquirido nueva vida y nuevo significado en la poltica occidental, al tener una participacin activa en los conflcitos polticos.

Por ello es pertinente tratar de desentraar cmo operan a nivel concreto estas categoras, en especial la derecha, puesto que segn Corbetta y cia. Esta dicotoma izquierda derecha tiene un eje esttico que tiene que ver con el juego diferencia-igualdad y uno dinmico, referido a valores materialistas en mayor o menor grado.

En tal sentido, las representaciones sociales o sea las formas de conocimiento social )valores, creencias, opiniones, repertorios semnticos y teoras del sentido comn) que giran alrededor de estos marcos referenciales (izquierda versus derecha) provocan ayudan a entender no slo la dinmica sino el mapa semntico de la poltica en un escenario concreto.

LOS DISCURSOS DE LA DERECHA (Y DE ALGUNAS IZQUIERDAS)

De hecho, toda postura poltica tiene su propia semntica. En ese sentido, el discurso de las derechas se asienta en una serie de ideas fuerza que enfatizan la construccin de una emocionalidad masiva de malestar a tres niveles: poltico (cuestionamiento de los supuestos del totalitarismo, autoritarismo, caudillismo, control presidencial de todos los poderes ) ideolgico-moral (la lucha contra toda forma de restriccin moralista desde el poder poltico (a la libertad de expresin y opinin, ataques a la libertad y diversidad sexual etc) y finalmente y a nivel creciente, de orden econmico (al libre accionar empresarial y la libertad de consumo material de cada persona)

Obviamente el frame que rodea y a la vez sirve de asiento a estas claves discursivas tiene que ver con la cultura poltica del pas (clientelismo, mesianismo etc), con las pautas y modalidades de subjetivacin desplegadas por el desarrollo del capitalismo en el Ecuador (consumismo-individualismo etc) y con las luchas culturales por el reconocimiento y las identidades.

TESIS POLITICAS DEL MALESTAR DE LA DERECHA LIBERAL: DEMOCRACIA, LIBERTADES Y PLURALISMO, DERECHOS/RESPETO Y UNIDAD EN LA DIVERSIDAD (ideolgica, cultural y territorial)Hay variadas tesis que en una perspectiva como la de Lakoff, han ido construyendo encuadres dominantes cada vez ms fuertes que diputan sentido a los post-neoliberales

Acusacin de autoritarismocon elecciones.(Basabe)modelo autoritario-competitivo del gobierno de Rafael Correa. Ms all de la obra pblica realizada y de la ausencia de suficiente evidencia emprica para valorar los efectos reales de dicha inversin, en Ecuador los espacios para el disenso son cada vez menores. Para ejecutar la poltica de persecucin y amedrentamiento poltico el gobierno ha recurrido tanto al uso de los recursos estatales como al enjuiciamiento penal de quienes el presidente considera sus enemigos. La ausencia de controles desde las instituciones de representacin poltica y la situacin de dependencia y sumisin del Poder Judicial viabilizan dicha forma de hacer poltica en el pas. Los medios de comunicacin pblicos y los incautados, los recursos estatales y un Poder Judicial dependiente y sumiso han sido las principales herramientas que el gobierno ha utilizado para perseguir, criminalizar y censurar a cuanta persona opine de forma diferente (regmenes que cometen este tipo de abusos no pueden ser considerados democrticos)

Concepto de democracia: a) ejecutivo y legislativo son elegidos mediante elecciones libres, abiertas y justas; b) virtualmente todos los adultos tienen derecho a votar; c) los derechos polticos y las libertades civiles (libertad de prensa, asociacin y de opinin en contra del gobierno) se encuentran protegidas; y, d) las autoridades elegidas tienen libertad para gobernar y no estn sujetas al control del ejrcito o de lderes religiosos (Levitsky y Way, 2002: 53).

Sin sectarismo, yendo mas alla de la ideologa y la poltica , mas alla de lo local y regional (Nebot en Expreso24-II)

La derecha revolucionaria (S. Pachano) y la restauracin conservadora del corresmo

No administrar la moral de nadie( Lasso)

DESDE LA IZQUIERDA:

Pero curiosamente existen muchos parecidos d efamilia con planteamientos discursivos de las izquierdas de fuera del gobierno:Entre stos.-Regresar al pasado ante el fin del milagro ecuatoriano y la naciente crisis econmica producto del neodesarrollismo/neoliberalismo:la sociedad ecuatoriana se enfrenta a otra crisis econmica, quiz de peores consecuencias que las que conllev el neoliberalismo(y) a la par del despilfarro de las mega-obras, (), se gastaron millones de dlares en publicidad poltica para configurar la ficcin desarrollista y convencer a la poblacin del supuesto milagro ecuatoriano ()La sociedad, casi en su totalidad, entr en un estado de alucinacin colectiva, conocida comnmente como el sndrome del nuevo rico. ()Ante este anunciado fracaso que traer otra ola de empobrecimiento para la mayora de la sociedad ecuatoriana, es importante regresar al pasado, al punto previo en el cual permitimos que los revolucionarios de PAIS decidan mantenernos en el crculo vicioso del capital (neoliberalismo/neodesarrollismo) (N Sierra)

En el caso de Venezuela, cierta izquierda por ejemplo, entiende y postula queLas dificultades de Chvez provienen de las insuperables limitaciones del nacionalismo bolivariano, incapaz de detener el derrumbe econmico de Venezuela, que ha llevado a una situacin desesperante de desempleo y miseria a amplias capas de la poblacin. Los logros sociales del gobierno bolivariano, el crecimiento de la organizacin y la conciencia populares en el marco de la agudizacin de la lucha contra los sectores privilegiados son, en este anlisis, simples ancdotas sin mayor trascendencia.

Otras fracciones de la izquierda, en Argentina, centran su discurso en temas como la corrupcin y la escasa divisin de poderes y deja de lado la cuestin econmica y del rol transformador y redistribuidor del Estado

UNA POCAS CONCLUSIONES PROVISIONALESa) Hay que no slo reconozca sino analizar con precisin el ascenso que ha tenido las distintas fracciones opositoras aglutinadas alrededor de tesis que la derecha posiicion antes del giro posneoliberal en todas la regin, entre ellas la de un inexistente fin de las ideologas. b) Hay que advertir la creciente potencia de sus discursos y que tal avance tiene que ver con temas tales como las libertades, la ineficiencia del modelo econmico, los abusos y seguramente muy pronto la corrupcinc) La necesidad de reconocer que la importancia estratgica prioritaria de la disputa simblica por los sentidos. La lucha por la hegemona adquiere nuevos modalidades desde la competencia entre el discurso gubernamental frente a la discursividad de las derechas y de ciertas izquierdas , lo que se potencia en pocas de dificultades econmicas o de traspis polticos y jurdicosd) Las polticas de comunicacin y cultura generadas por los gobiernos que se han asumido de izquierad en la regin parecen havberse denbilitado en sus resultados sin que se avizores nuevas estrategias de comunicacin poltica y solamente un eventual levantamiento der procesos continuados y vigorosos de movilizacin social, frente a as propuestas de las derechas y sus acompaantes e) Tal debilitamiento de los referentes discursivos opera a tres niveles: poltico, moral e incluso incipientemente en lo econmico; y que stos malestares operan con mucha fuerza en la dimensin emocional de la poltica, reconfigurando los frames o encuadres en trminos ms positivos para las derechas y los actores mediticos que oportan sus discursos.f) Por ultimo, especial atencin merecen la expansin del espacio para la construccin de representaciones sociales (o como se dice convencionalmente de opinin pblica) desde los medios masivos hacia las redes sociales, produciendose nuevas articulaciones para la produccin y difusin de referentes claramente identificados con los discursos de las derechas.

Como se ve, an resta mucho por explorar respecto a este espacio de constitucin de nuevas referencialidades y de remapeo semntico de la poltica, siendo stas apenas gruesas reflexiones iniciales.

MUCHAS GRACIAS

ADENDUM

LA DISPUTAS DE SENTIDO EN LOS CONFINES DEL ESPACIO DE LA OPINION PUBLICADe forma suplementaria, hay quienes al describir el nuevo escenario eco-meditico plantean que de forma ascendente el mercado se apropiara de mas espacio publico, que es donde, al menos en la cultura de las democracias, esta ubicado el periodismo como nutriente de la opinin pblica y el resultado sera que la informacin que circula socialmente estara cada vez ms sujeta a la economa de la atencin, descrita cada vez mas por una superposicin del mercado sobre el tiempo social (Goldhaber 1997).

Como afirma Diaz-Nosty (2013) en Internet aflora la abundancia inabarcable, no solo por la dimensin cuantitativa de las fuentes que vuelcan contenidos sobre la red, sino tambin porque el tiempo social y biologico de las audiencias esta sujeto a pautas peridicas que impiden el mantenimiento continuo de la atencin. Frente al medio fsico como bien escaso, sometido a las reglas convencionales de la oferta y la demanda, el medio digital desborda la capacidad de acceso y convierte la atencin de la audiencia en un bien que existe para ser visto. La economa de la atencin, especialmente en una sociedad compleja, donde se multiplican los estmulos que apelan al inters de los individuos, se convierte en una faceta ineludible en la estrategia de las nuevas formas de construccin y difusin de la informacin y de la opinin pblica

Actualmente entre cada vez mayores segmentos de la poblacin

se observa una dependencia del instante, de la ancdota, del comentario excntrico, mediante una sucesin de estmulos variables que magnifican lo efmero, a modo de atraccin magntica de la atencin, en detrimento de las grandes cuestiones (Eriksen 2001; Rosenberg y Feldman 2010). En definitiva, un predominio de valores dinmicos que, por su naturaleza y volatilidad, estn ms cerca del espectculo (y) los medios que constituan la referencia convirtieron su discurso en un juego aparente de objetividad, pero se acercaron en exceso a los intereses de los poderes polticos y econmicos, bien como extensiones de stos o como consecuencia de una estrategia para la mejora de sus rendimientos mercantiles. Diversos estudios sobre el comportamiento de la prensa durante los aos de especulacin, previos a la ltima crisis, descubren complicidades arriesgadas y un abandono del papel esencial de servicio a la opinin pblica (Schiffrin 2011: 71)

A lo anterior habra que agregar la aparicin de espacios intermedios donde se disputan los sentidos, intermedios en el sentido que estn entre los medios tradicionales y las redes sociales, as como entre la opinin y el manifiesto poltico:

la facilidad de difusin y la abundancia de contenidos han creado un caudal informativo desordenado, con un alto ndice de redundancia y sin que los requisitos ticos de la produccin informativa se verifiquen. Una de las prcticas de los miembros mas activos en la red, que, sin duda, enriquece el espacio pblico, consiste en agregar informacin a blogs y micromedios personales, con comentarios a noticias tomadas generalmente de fuentes periodsticas () Por regla general, se magnifica la pretendida vertiente democrtica de la espontaneidad informativa coral, pero son menos las voces que analizan la calidad de los contenidos y la aparicin de expresiones interesadas destinadas a intoxicar, a alimentar lneas de desinformacin o a provocar determinadas reacciones en la opinin pblica(..) Periodismo y nuevas formas culturales de comunicar informacion, caso de los blogs Singer califica a los blogueros de participatory journalists (Friende y Singer 2007: 116) se necesitan mutuamente.

Si bien no compartimos la idea que estos blogs o micromedios personales siempre y per se enriquecen el espacio pblico, en cambio estamos plenamente de acuerdo en que asistimos a un mayor desorden y empobrecimiento informativo marcado por la interaccin medios-hipermedios ,a mayores niveles de redundancia y a una menor aplicacin de principios deontolgicos en la informacin producida y difundida por estos espacios, lo que afectara negativamente la posibilidad de debatir y obviamente anulara por completo la posibilidad de llegar a consensos bajo el lema de hay que respetar y ser tolerante con cualquier opinin individual.

Para Geert Lovink Hay que considerar la accion en la red de fuentes aparentemente espontaneas,que en realidad se corresponden con las estrategias de induccion de intereses comerciales, politicos,corporativos o religiosos, a veces amparadas en el anonimato (Lovink 2012: 38). Es significativo,en este sentido, el despliegue de iniciativas en Estados Unidos en torno a las cuestionesque polarizan la vida politica, que si bien pudieran parecer una manifestacion de pluralidad y libertadexpresiva, son en realidad vectores de intoxicacion. Una muestra de estas manifestaciones,que tambien alcanza a los medios convencionales, se pone de relieve en las paginas y blogs profesionalesque niegan la naturaleza antropognica del cambio climatico, y con ello el mensaje del consenso cientifico, y lo reducen a una estrategia de las fuerzas que pretenden acabar con el modo de vida americano.174

He aqu el paradjico juego de las derechas: a un mismo tiempo abogan en sus discursos pblicos por la unidad y el fin consensuado del conflicto y por otro alimentan la explosin de opiniones individuales desde la defensa de la libertad de expresin de cada persona, lo que torna imposible lo primero y complica enormemente la discusin racional de temas de inters general, asentndose su efecto en la generacin de estados de nimo que fluctan entre la euforia y la disforia.

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