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CONOCIENDO EL PORTAFOLIO: CONCEPTO Y USO. Para manejar el concepto de portafolios, se han manejado diferentes definiciones que corresponderían a distintos usos que se hacen de dicho recurso. Autores como Shulman (1998), Crocked (1998) o Cole et al. (200), destacan características comunes como: Criterios para selección de trabajos Definición de unos criterios de evaluación Temporización para la recogida del trabajo Otros indicadores relacionados con la selección y evaluación. Partiendo del estudio y comparación de distintas definiciones y teniendo en cuenta que el portafolio puede ser usado en una diversidad de contextos, desde el aprendizaje del alumno hasta el desarrollo profesional del docente, Klenowkys (2005) desarrolla la siguiente definición: Un portafolio es una colección de trabajos que incluyen los logros individuales, tales como los resultados de las tareas genuinas, la evaluación del proceso, test convencionales o muestras de trabajo; documenta los logros alcanzados a lo largo del tiempo. Generalmente el individuo elige el tipo de trabajo que le sirva mejor para expresar su éxito así como para demostrar su aprendizaje respecto a un objetivo particular como podría ser la certificación o la evaluación tanto sumativa como formativa. La autoevaluación es un proceso integral que implica tener capacidad de juicio para valorar la calidad del propio rendimiento así como las estrategias de aprendizaje. Igualmente la discusión y reflexión con los compañeros y tutores durante una entrevista, una conversación o una presentación, facilita la comprensión del proceso de enseñanza aprendizaje. El desarrollo del portafolios implica por tanto documentar no sólo los logros conseguidos sino también las autoevaluaciones, las estrategias aplicadas y el análisis sobre las

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CONOCIENDO EL PORTAFOLIO: CONCEPTO Y USO.

Para manejar el concepto de portafolios, se han manejado diferentes definiciones

que corresponderían a distintos usos que se hacen de dicho recurso. Autores

como Shulman (1998), Crocked (1998) o Cole et al. (200), destacan

características comunes como:

• Criterios para selección de trabajos

• Definición de unos criterios de evaluación

• Temporización para la recogida del trabajo

• Otros indicadores relacionados con la selección y evaluación.

Partiendo del estudio y comparación de distintas definiciones y teniendo en cuenta

que el portafolio puede ser usado en una diversidad de contextos, desde el

aprendizaje del alumno hasta el desarrollo profesional del docente, Klenowkys

(2005) desarrolla la siguiente definición:

“Un portafolio es una colección de trabajos que incluyen los logros

individuales, tales como los resultados de las tareas genuinas, la

evaluación del proceso, test convencionales o muestras de trabajo;

documenta los logros alcanzados a lo largo del tiempo. Generalmente el

individuo elige el tipo de trabajo que le sirva mejor para expresar su

éxito así como para demostrar su aprendizaje respecto a un objetivo

particular como podría ser la certificación o la evaluación tanto sumativa

como formativa. La autoevaluación es un proceso integral que implica

tener capacidad de juicio para valorar la calidad del propio rendimiento

así como las estrategias de aprendizaje. Igualmente la discusión y

reflexión con los compañeros y tutores durante una entrevista, una

conversación o una presentación, facilita la comprensión del proceso de

enseñanza aprendizaje. El desarrollo del portafolios implica por tanto

documentar no sólo los logros conseguidos sino también las

autoevaluaciones, las estrategias aplicadas y el análisis sobre las

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experiencias de aprendizaje, por lo que es mucho más que una simple

colección de tareas”.

En la ilustración 1, hemos tratado de sintetizar los principales aspectos que se

agrupan dentro del concepto de Portafolios.

El hecho de que los estudiantes seleccionen trabajos de una amplia colección y

reflexión sobre los mismos y las actuaciones que le han llevado a conseguirlos les

ayuda a ser más conscientes de su propio crecimiento. En esta línea, la utilización

del portafolio resulta consecuente con un enfoque constructivista del aprendizaje.

De este modo, Cano (2005) destaca algunos principios del modelo constructivista

que se ponen en juego con la utilización del portafolio:

• El sujeto es activo en la construcción de su conocimiento.

• Los aprendizajes que realizan son significativos, en tanto que enlazan

sustantivamente con sus conocimientos previos, con sus experiencias y con

sus intereses y necesidades.

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• Los aprendizajes que realizan son funcionales, en tanto que los dotan de

sentido y ve su utilidad, al prever la transferencia de lo aprendido a otros

contextos.

• La interacción con otros contribuye a generar el aprendizaje.

De acuerdo a lo anterior, podemos destacar que la utilización del portafolio

requiere una pedagogía constructivista (Klenoswsky, 2005) que se caracteriza por

ofrecer oportunidades para analizar el aprendizaje, favorecer la interacción entre

iguales en el trabajo en grupo y en parejas, propiciar el diálogo entre docentes y

estudiante en torno al trabajo de éste, y dejar siempre patente el apoyo y la

colaboración.

Diferentes usos del portafolio.

Inicialmente, el portafolio comienza a utilizarse en el mundo del arte, más

concretamente en el diseño y en la arquitectura. Así en palabras de Rogers

Spears (profesor del Architecture School of Design), “Un portafolio es, en muchos

aspectos, como una ventana que se abre, no sólo ante el trabajo del estudiante,

sino ante su manera de pensar”.

Actualmente los portafolios están presentes en cualquier etapa educativa y en el

desarrollo profesional, tanto en el aprendizaje como en la promoción y evaluación.

Así un portafolio puede usarse dentro de una asignatura, piara el desarrollo y

valoración del conocimiento a adquirir en la misma. Rn la docencia, para el

desarrollo de habilidades de enseñanza y prácticas reflexivas. O bien, en la

preparación profesional y vocacional, con fines valorativos y de promoción.

Por ello aunque el portafolio sea un recurso metodológico con unas características

concretas, pueden existir distintos tipos de portafolios que responden a diferentes

fines y variados contextos. A continuación pasamos a diferencias algunas de las

modalidades de portafolios:

• El portafolios del Estudiante : En este caso, nos referimos a una

herramienta de enseñanza, aprendizaje y evaluación que conlleva la

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aportación de diferentes trabajos que han sido realizados por el estudiante

y que ponen de manifiesto sus habilidades, capacidades, intereses…;

permitiendo valorar la consecución de objetivos propuestos por el contexto

de una asignatura determinada. Es importante destacar, dentro de este uso,

dos aspectos esenciales del proceso de enseñanza – aprendizaje: 1)

Presencia de una interacción continúa entre profesor y alumno, con la

necesaria adaptación de métodos de enseñanza y estrategias didácticas. 2)

Utilización de una evaluación continua y ajustada a la realidad del proceso

de enseñanza aprendizaje.

Aunque en este caso, el estudiante sea el principal responsable en la

gestión del portafolio, el profesor también juega un papel fundamental ya

que debe existir un acuerdo previo entre ambos para que el trabajo elegido

diga unos criterios requeridos (Klenowsky, 2005):

� Progreso continuo

� Comprensión de un principio o proceso clave

� Originalidad y creatividad

� Logros en contextos diferentes

� Desarrollo de habilidades clave

� Superar los puntos débiles detectados

Burke y Rainbow (1998) insisten en la necesidad de incluir en el portafolio

una variedad de pruebas de gran calidad para que queden manifiestas las

nuevas competencias que el estudiante a alcanzado en distintas situaciones

y contextos.

• El portafolio de la Evaluación Sumativa: La evaluación sumativa es la que

se realiza al finalizar un proceso de enseñanza – aprendizaje y su propósito es

informar sobre el rendimiento de los estudiantes de las prácticas de enseñanza

que se hayan aplicado y de la modalidad de aprendizaje desarrollado. Cuando

se usa un portafolio con fines sumativos, es preciso que el organismo o parte

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evaluadora haya explicado los criterios a utilizar en la evaluación y los

contenidos a evaluar, para que la evaluación sea eficaz. De igual modo, los

evaluadores deben disponer de una lista de pautas y escala de valoración que

dan objetividad y fiabilidad a su valoración. Así después de haber evaluado

cada prueba deben anotar el grado de éxito obtenido por el alumno y aportar

su justificación.

• El portafolio Docente: Este uso del portafolio está enfocado al desarrollo

profesional de los profesores y les ayuda a considerar la compleja y

multifacética naturaleza de la enseñanza. De este modo los profesores

reflexionan críticamente sobre su actuación práctica y fomentan el diálogo e

intercambio de ideas con otros profesionales de su ámbito.

Una definición de lo que se considera Portafolio Docente sería la que

inicialmente aporta Shulman (1992): “Un portafolio didáctico es la historia

documental estructurada de un conjunto (cuidadosamente seleccionado) de

desempeños que han recibido preparación o tutoría, y adoptan la forma de

muestras de trabajo de un estudiante que ha alcanzado realización plena en la

escritura reflexiva, la deliberación y la conversación”. En la misma línea Lyon

(2003) concibe la realización del portafolio docente como un proceso dinámico

que sirve a los profesores para recoger datos provenientes de su trabajo y

desarrollo profesional. Estos trabajos son agrupados y redactados por los

profesores añadiéndoles una detallada reflexión, para después ser compartidos

con sus colegas y estudiantes, presentándolos públicamente como

documentos de discusión y defendiendo sus concepciones sobre el buen hacer

en la enseñanza.

En esta línea, Grant y Huebner (1998) recomiendan que los portafolios para el

desarrollo profesional de los profesores deban cumplir los siguientes requisitos:

� Estar diseñados para promover la práctica reflexiva.

� Es preciso compartirlos con otros colegas.

� Fomentar la cooperación entre alumnos y profesores.

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� Deben realizarse de modo voluntario por profesores, por lo que no

deben usarse con fines valorativos.

� Estarán respaldados por unas condiciones plausibles.

En síntesis, este tipo de portafolio docente puede ayudarnos a contemplar y

entender la enseñanza como un modo de investigación y de este modo favorecer

la innovación en la docencia. Y además, propiciar el trabajo en equipo como un

modo óptimo de entender la docencia.

Para finalizar, queremos destacar que independientemente del uso que se dé al

portafolio, éste va ser siempre una herramienta valiosa que va a dotar de calidad

tanto al proceso como al producto. Y cualquier evidencia que se vaya a colocar en

el portafolio siempre debe ir acompañada de la reflexión correspondiente, lo que

nos va a ayudar a crecer tanto como alumnos, profesionales o docentes.

Elementos que subyacen a la elaboración del portafo lio

Independientemente del concepto de portafolio en que nos apoyamos o del tipo o

soporte que le otorguemos, existen unas bases o principios que subyacen a la

elaboración de cualquiera de los portafolios antes mencionados. En este sentido

Klenoswky (2005) señala como principios:

1) El estudiante debe de tener claros los fines, criterios o pautas a seguir

antes de comenzar a elaborar el portafolio. De este modo, será capaz de

seleccionar las pruebas o evidencias de aprendizaje más adecuadas para

poder alcanzar sus fines.

2) Se debe implicar al estudiante en el proceso evaluativo. Así, el mismo

aprendiz será el artífice de su propia evaluación, mostrando y relatando qué

y cómo ha aprendido.

3) La evaluación, el currículo, la enseñanza y el aprendizaje se integran como

un todo. Esto ayudará a los estudiantes a centrarse más en su propio

aprendizaje.

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Para desarrollar el portafolio es preciso que el estudiante seleccione una colección

de trabajos que demuestren la competencia que ha alcanzado y el rendimiento

que ha obtenido. Esto implica que docente y estudiante deben compartir unos

criterios o características que sirven para valorar la calidad del rendimiento de sus

estudiantes. Así la selección de los trabajos, pruebas o evidencias que el

estudiante incluya en el portafolio supondrá que el mismo ha realizado una

autovaloración previa de su actividad, seleccionando aquellas evidencias que

mejor responden a los criterios establecidos. También puede darse el caso de que

su autoevaluación no le satisfaga plenamente, esto le induciría a introducir mejorar

en su proceso de aprendizaje.

MARTÍNEZ, Segura María José. 2009. El portafolio para el aprendizaje y la

evaluación: en el contexto universitario. España: Universidad de

Murcia.