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LIBRETO VI SEMANA MUJER Y SOCIEDAD

Libreto VI Semana Mujer y Sociedad

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la primera publicación del IES Fuente Alta hecha con las recopilaciones y producciones del profesorado para celebrar la VI Semana Mujer y Sociedad

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LIBRETOVI SEMANA MUJER Y

SOCIEDAD

INDICEPara que disfrutemos 3

Biografías 4

Fragmentos 9

Poemas 15

Relatos 19

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PARA QUE LO DISFRUTEMOS

Aquí os presentamos lo que ha resultado de una de las propuestas de actividades para la Semana Mujer y Sociedad. Ha sido una convocatoria para todo el profesorado, y consistía en hacer aportaciones en distintos formatos (papel, audio, video, incluso “real” –es decir, el objeto en sí) que de alguna manera tuvieran que ver con el tema de la Semana... y ha habido de todo, aunque no en mucha cantidad. Suponemos que en años sucesivos, habrá más material y podrá salir un peazo libreto que más tarde se rifarán los coleccionistas, y que acabará subastándose en Internet ;)

Pero si eso no llega a pasar, no hay problema. Creo que todas y todos los que hemos aportado algo lo hemos hecho con unas ganas enormes de compartir algunas de las cosas que más nos emocionan, o nos hacen pensar, desear, soñar o enfadar. Y eso es suficiente. Yo aun diría más: eso es más que suficiente.

Y si algún día se cumplen nuestras pesadillas... que sea para bien, ¿no?

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BIOGRAFÍASEntrevista a Rit a Levi-Montalcini (Neuróloga)PREMIO NOBEL DE MEDICINA EN 1986

Pregunta: ¿Cómo celebrará sus 100 años?Ah, no sé si viviré, y además no me placen las celebraciones. ¡Lo que me interesa y me da placer es lo que hago cada día!

¿Y qué hace?Trabajo para becar a niñas africanas para que estudien y prosperen ellas y sus países. Y sigo investigando, sigo  pensando…

No se jubila.¡Jamás! ¡La jubilación está destruyendo cerebros! Mucha gente se jubila, y se abandona… Y eso mata su cerebro. Y  enferma.

¿Y cómo anda su cerebro?¡Igual que a mis 20 años! No noto diferencia en ilusiones ni en capacidad. Mañana vuelo a un congreso médico…

Pero algún límite genético habrá…- No. Mi cerebro pronto tendrá un siglo…, pero no conoce la senilidad. El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el  cerebro!¿Cómo lo hace?Gozamos de gran plasticidad neuronal: aunque mueran neuronas, las restantes se reorganizan para mantener las mismas funciones, ¡pero para ello conviene estimularlas!

Ayúdeme a hacerlo.Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar, y nunca se degenerará.

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¿Y viviré más años?Vivirá mejor los años que viva, que eso es lo interesante. La clave es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones…

La suya fue la investigación científica…Sí, y sigue siéndolo.

Descubrió cómo crecen y se renuevan las células del sistema nervioso…Sí, en 1942: lo llamé nerve growth factor (NGF, factor de crecimiento nervioso), y durante casi medio siglo estuvo en  entredicho, ¡hasta que se reconoció su validez y en 1986 me dieron por ello el premio Nobel!

¿Cómo fue que una chica italiana de los años veinte se convirtió en neurocientífica?Desde niña tuve el empeño de estudiar. Mi padre quería casarme bien, que fuese buena esposa, buena madre… Y yo me negué. Me planté y le confesé que quería estudiar…

Qué disgusto para papá, ¿no? Sí. Pero es que yo no tenía una infancia feliz: me sentía patito feo, tonta y poca cosa… Mis hermanos eran muy brillantes, y yo me sentía tan inferior…Veo que convirtió eso en un estímulo…Me estimuló también el ejemplo del médico Albert Schweitzer, que estaba en África para paliar la lepra. Deseé ayudar a  los que sufren, ¡ése era mi gran sueño…!

Y lo ha hecho…, con su ciencia.Y, hoy, ayudando a niñas de África para que estudien. Luchemos contra la enfermedad, sí, ¡pero todo mejorará si acaba la opresión de la mujer en esos países islamistas…!

La religión ¿frena el desarrollo cognitivo? (del conocimiento)Si la religión margina a la mujer frente al hombre, la aparta del desarrollo cognitivo.

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¿Existen diferencias entre el cerebro del hombre y el de la mujer?Sólo en las funciones cerebrales relacionadas con las emociones, vinculadas al sistema endocrino. Pero en cuanto a las funciones cognitivas, no hay diferencia alguna.

¿Por qué todavía hay pocas científicas?¡No es así! ¡Muchos hallazgos científicos atribuidos a hombres los hicieron en verdad sus hermanas, esposas e hijas!

¿De veras?No se admitía la inteligencia femenina, y la dejaban en la sombra. Hoy, felizmente, hay más mujeres que hombres en la investigación científica: ¡las herederas de Hipatia!

La sabia alejandrina del siglo IV…-Ya no acabaremos asesinadas en la calle por monjes cristianos misóginos, como ella. Desde luego, el mundo ha mejorado algo…

Nadie ha intentado asesinarla a usted…Durante el fascismo, Mussolini quiso imitar a Hitler en la persecución de judíos…, y tuve que ocultarme por un tiempo. Pero no dejé de investigar: monté mi laboratorio en mi dormitorio… ¡y descubrí la apoptosis, que es la muerte programada de las células!

¿Por qué hay tan alto porcentaje de judíos entre científicos e intelectuales?La exclusión fomentó entre los judíos los trabajos intelectivos: pueden prohibírtelo todo, ¡pero no que pienses! Y es cierto que hay muchos judíos entre los premios Nobel…

¿Cómo se explica usted la locura nazi?Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, en las que siempre predomina el cerebro emocional sobre el neocortical, el intelectual. ¡Manejaron emociones, no razones!

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¿Sucede eso ahora?¿Por qué cree que en muchas escuelas de Estados Unidos se enseña el creacionismo en vez del evolucionismo?¿La ideología es emoción, es sinrazón?La razón es hija de la imperfección. En los invertebrados todo está programado: son perfectos. ¡Nosotros, no! Y, al ser  imperfectos, hemos recurrido a la razón, a los valores éticos: ¡discernir entre el bien y el mal es el más alto grado de la evolución darwiniana!

¿Nunca se ha casado, no ha tenido hijos?No. Entré en la jungla del sistema nervioso ¡y quedé tan fascinada por su belleza que decidí dedicarle todo mi tiempo, mi vida!

¿Lograremos un día curar el alzheimer, el parkinson…?Curar… Lo que lograremos será frenar, retrasar, minimizar todas esas enfermedades

¿Cuál es hoy su gran sueño?Que un día logremos utilizar al máximo la capacidad cognitiva de nuestros cerebros.

¿Cuándo dejó de sentirse patito feo?¡Aún sigo consciente de mis limitaciones!

¿Qué ha sido lo mejor de su vida?Ayudar a los demás.

- ¿Qué haría hoy si tuviese 20 años?¡Pero si estoy haciéndolo!Ayudar a otros a ayudarse a sí mismos.

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MARIEFue la primera mujer que recibió el premio Nobel, y lo recibió dos veces.Fue la primera mujer catedrática de la Sorbona, y durante muchos años la única.Y después, cuando ya no podía celebrarlo, fue la primera mujer aceptada en el Panteón, el portentoso mausoleo reservado a los grandes hombres de Francia, aunque no era hombre y había nacido y crecido en Polonia.A fines del siglo diecinueve, Marie Sklodowska y su marido, Pierre Curie, descubrieron una sustancia que emitía cuatrocientas veces más radiación que el uranio. La llamaron polonio, en homenaje al país de Marie. Poco después, inventaron la palabra radiactividad y comenzaron sus experimentos con el radio, tres mil veces más radiactivo que el uranio. Y juntos recibieron el premio Nobel.Pierre ya tenía sus dudas: ¿eran ellos portadores de una ofrenda del cielo o del infierno? En su conferencia de Estocolmo, advirtió que el caso del propio Alfred nobel, inventor de la dinamita, había sido ejemplar.-Los poderosos explosivos han permitido a la humanidad llevar a cabo trabajos admirables. Pero también son un medio terrible de destrucción en manos de los grandes criminales que arrastran a los pueblos a la guerra.Muy poco después, Pierre murió atropellado por un carro que cargaba cuatro toneladas de material militar.Marie lo sobrevivió, y su cuerpo pagó el precio de sus éxitos. Las radiaciones le provocaron quemaduras, llagas y fuertes dolores, hasta que por fin murió de anemia perniciosa.A la hija, Irene, que también fue premio Nobel por sus conquistas en el nuevo reino de la radiactividad, la mató la leucemia.

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Eduardo Galeano

FRAGMENTOS

CLAROS DEL BOSQUE

     No me respondes, hermana. He venido ahora a buscarte. Ahora, no tardarás ya mucho en salir de aquí. Porque aquí no puedes quedarte. Esto no es tu casa, es sólo la tumba donde te han arropado viva. Y viva no puedes

seguir aquí; vendrás ya libre, mírame, mírame, a esta vida en la que yo estoy. Y ahora sí, en una tierra nunca vista por nadie, fundaremos la ciudad de los hermanos, la ciudad nueva, donde no habrá ni hijos ni padres. Y los hermanos vendrán a reunirse con nosotros. Nos olvidaremos allí de esta tierra donde siempre hay alguien que manda desde antes, sin saber. Allí acabaremos de nacer, nos dejarán nacer del todo. Yo siempre supe de esa tierra. No la soñé, estuve en ella, moraba en ella contigo, cuando se creía ése que yo estaba pensando.     En ella no hay sacrificio, y el amor, hermano, no está cercado por la muerte.     Allí el amor no hay que hacerlo, porque se vive en él. No hay más que amor.     Nadie nace allí, es verdad, como aquí de este modo. Allí van los ya nacidos, los salvados del nacimiento y de la muerte. Y ni siquiera hay un Sol; la claridad es perenne. Y las plantas están despiertas, no en su sueño como están aquí; se siente lo que sienten. Y uno piensa, sin darse cuenta, sin ir de una cosa a otra, de un pensamiento a otro. Todo pasa dentro de un corazón sin tinieblas. Hay claridad porque ninguna luz deslumbra ni acuchilla, como aquí, como ahí fuera.

Zambrano, M.: "Los hermanos" en La tumba de Antígona, Madrid,Ed. Mondadori, 1989, pp 79-80

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“Mis padres hace tiempo que decidieron que yo era rara, igual que, según ellos, la mayoría de los adolescentes y un poco más. Creen que suspendí por eso, por una adolescencia mal llevada o algo parecido. Pero mi historia tiene un principio, fue el día 4 de diciembre, me acuerdo muy bien. Dejé de estar en clase. O sea. Como yo iba, rellenaba los exámenes, no

hacía barbaridades, todo el mundo tranquilo. Premio: es como si dijeran hoy es martes, así que siempre va a ser martes. No era martes. Yo iba pero no estaba ahí. Puedes mirar y escuchar y haberte ido, eso lo sabe cualquiera. Llega un momento en que las cosas dejan de importarte. Cuando los que te hablan no tienen actitud, oyes llover todo el rato. Como no la tienen, ya pueden venirte con el día de mañana, la materia interestelar o con la historia mundial del hip-hop, no me lo creo. Me parece que si me acerco a cualquiera de esos profesores o profesoras y les pongo un dedo en el hombro, mi dedo índice en su hombro, y empujo un poco, así, y otro poco, pues van y se caen. Y lo mismo mis padres: hablan y oyen canciones pero luego, cuando algo pasa, no se mantienen en pie, se piran o corren a esconderse detrás de una frase. Así que, bueno, resulta que aquí no hay nadie, unos hacen que hablan, otros hacen que escuchan, pero ¿dónde estamos?”

Deseo de ser punk, Belén Gopegui.

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DESALMADASAristóteles sabía lo que decía:- La hembra es como un macho deforme. Le falta un elemento 9esencial: el alma.Las artes plásticas eran reinos prohibidos a los seres sin alma.En el siglo dieciséis, había en Bolonia quinientos veinticuatro pintores y una pintora.En el siglo diecisiete, en la academia de París había cuatrocientos treinta y cinco pintores y quince pintoras, todas ellas esposas o hijas de los pintores.En el siglo diecinueve, Suzanne Valadon fue verdulera, acróbata de circo y modelo de Toulouse-Lautrec. Usaba corsés hechos de zanahorias y compartía su estudio con una cabra. A nadie sorprendió que ella fuera la primera artista que se atrevió a pintar hombres desnudos. Tenía que ser una chiflada.Erasmo de Rotterdam sabía lo que decía:-Una mujer es siempre mujer, es decir: loca.

Eduardo Galeano

"Que los hombres me hayan amado, sea. Pero hubiera querido ser amada por aquellos que

nunca me vieron, por los que en sus sueños me

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imaginaron delante de un lienzo donde, con mis colores, habría dejado un poco de mi alma"

¿ES EL AMOR UN ARTE? ¿Es el amor un arte? No se trata de que la gente piense que el amor carece de importancia. En realidad,

todos están sedientos de amor; sin embargo, casi nadie piensa que hay que aprender acerca del amor. Para la mayoría de la gente, el problema del amor consista

fundamentalmente en ser amado, no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor. La segunda premisa que sustenta la actitud de que no hay nada que aprender sobre el amor, es la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad. La gente cree que amar es sencillo y difícil encontrar un objeto apropiado para amar para ser amado por él. Quiero hacer un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el punto de vista de su valor social y, al mismo tiempo, debo resultarle deseable, teniendo en cuenta mis valores y potencialidades manifiestas y ocultas. En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante, no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el marcado de bienes y de trabajo. Esa actitud -que no hay nada más fácil que amar- sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las

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abrumadoras pruebas de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o de la ingeniería. ¿Cuáles son los procesos necesarios para aprender cualquier arte? El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos partes: una, el dominio de la teoría; la otra el dominio de la práctica. Pero aparte del aprendizaje de la teoría y de la práctica un tercer factor es necesario para llegar a dominar cualquier arte – el dominio del arte deber ser de fundamental importancia: nada en el mundo debe ser más importante que el arte.. Y quizás radique ahí el motivo de que la gente de nuestra cultura, a pesar de sus evidentes fracasos, sólo en tan contadas ocasiones trata de aprender ese arte. No obstante el profundo anhelo de amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio, dinero, poder; Dedicamos casi toda nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar esos objetivos, y muy poca a aprender el arte del amor.

¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser aprendidas las cosas que pueden proporcionarnos dinero

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o prestigio, y que el amor, que "sólo" beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías?

Erich Fromm    El arte de amar

A continuación, un ejemplo de lo explicado por Erich Fromm:

LOS CRONOPIOS Y EL AMOR

Un fama y un cronopio son muy amigos y van juntos al correo a despachar unas cartas a sus esposas que viajan por Noruega gracias a la diligencia de Thos. Cook & Son. El fama pega sus estampillas con prolijidad, dándoles golpecitos para que se fijen bien, pero el cronopio lanza un grito terrible sobresaltando a los empleados, y con intensa cólera declara que las imágenes de los sellos son repugnantes, de mal gusto y que jamás podrán obligarlo a prostituir sus cartas de amor conyugal con semejantes tristezas. El fama se siente muy incómodo porque ya ha pegado sus estampillas, pero como es muy amigo del cronopio, quisiera solidarizarse y aventura que, en efecto, la vista de la estampilla de veinte centavos es más bien vulgar y repetida, pero que la de un peso tiene un color de borra de vino sentador. Nada de esto calma al cronopio, que agita su carta y apostrofa a los empleados que lo contemplan estupefactos. Acude el jefe de correos y apenas veinte segundos más tarde el cronopio está en la calle, con la carta en la mano y una gran pesadumbre. El fama, que furtivamente ha puesto la suya en el buzón acude a consolarlo y le dice:

- Por suerte nuestras esposas viajan juntas, y en mi carta anuncié que estabas bien, de modo que tu señora se enterará por la mía.

Julio Cortázar, Historias de cronopios y famas

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POEMAS

SI DIOS FUERA UNA MUJER(Mario Benedetti)

¿Y si Dios fuera una mujer?Juan Gelman

¿y si dios fuera mujer?pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujeres posible que agnósticos y ateosno dijéramos no con la cabezay dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su

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divinadesnudezpara besar sus pies no de broncesu pubis no de piedrasus pechos no de mármolsus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamospara arrancarla de su lontananzay no habría que jurarhasta que la muerte nos separeya que sería inmortal por antonomasiay en vez de transmitirnos sida o pániconos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaríalejana en el reino de los cielossino que nos aguardaría en el zaguán delinfiernocon sus brazos no cerradossu rosa no de plásticoy su amor no de ángeles

ay dios mío dios míosi hasta siempre y desde siemprefueras una mujerqué lindo escándalo seríaqué venturosa espléndida imposibleprodigiosa blasfemia

CULPAS OBSOLETAS(Gioconda Belli)

Un momento de soledad de paz

y la tarde es mía. Me puedo sentar a leer sin sentirme culpable.

Sin pensar que debía salir a comprar el líquido para desmanchar las alfombras

o bajar a jugar con la niña.

¿Cómo será, me pregunto, no sentir incesantemente

que uno debería ocupar varios espacios al mismo tiempo?

No pensar, mientras se tumba uno con un libro, que se debería estar haciendo otra cosa.

Asumir, como hacen los hombres,

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la importancia del tiempo que dedicamos al propio enriquecimiento.

Las mujeres tenazmente sentimos

que le estamos robando el tiempo a alguien. Que quizás en ese preciso instante

se nos requiere y no se cuenta con nosotras.

Precisamos todo un entrenamiento

para no borrarnos, minimizarnos, constantemente.

¡Ah! ¡Mujeres, compañeras mías! ¿Cuándo nos convenceremos

de que fue sabio el gesto de extenderle a Adán

la manzana?

NO ME ARREPIENTO DE NADA(Gioconda Belli)

Desde la mujer que soy,a veces me da por contemplaraquellas que pude haber sido;las mujeres primorosas,hacendosas, buenas esposas,dechado de virtudes,que deseara mi madre.No sé por quéla vida entera he pasadorebelándome contra ellas.Odio sus amenazas en mi cuerpo.La culpa que sus vidas impecables,por extraño maleficio,me inspiran.Reniego de sus buenos oficios;de los llantos a escondidas del esposo,del pudor de su desnudezbajo la planchada y almidonada ropa interior.

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Estas mujeres, sin embargo,me miran desde el interior de los espejos,levantan su dedo acusadory, a veces, cedo a sus miradas de reprochey quiero ganarme la aceptación universal,ser la "niña buena", la "mujer decente"la Gioconda irreprochable.Sacarme diez en conductacon el partido, el estado, las amistades,mi familia, mis hijos y todos los demás seresque abundantes pueblan este mundo nuestro.En esta contradicción inevitableentre lo que debió haber sido y lo que es,he librado numerosas batallas mortales,batallas a mordiscos de ellas contra mí-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-transgrediendo maternos mandamientos,desgarro adolorida y a trompiconesa las mujeres internasque, desde la infancia, me retuercen los ojosporque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,que se enamora como alma en penade causas justas, hombres hermosos,y palabras juguetonas.Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,e hice el amor sobre escritorios-en horas de oficina-y rompí lazos inviolablesy me atreví a gozarel cuerpo sano y sinuosocon que los genes de todos mis ancestrosme dotaron.No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.Pero en los pozos oscuros en que me hundo,cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,siento las lágrimas pujando;veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,blandiendo condenas contra mi felicidad.Impertérritas niñas buenas me circundany danzan sus canciones infantiles contra mí

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contra esta mujerhecha y derecha,plena.Esta mujer de pechos en pechoy caderas anchasque, por mi madre y contra ella,me gusta ser.

RELATOSLA IGNORANCIA DEL LENGUAJECarta escrita en respuesta a un artículo de Javier Marías sobre la ignorancia de la lengua castellana que manifiestan las personas a favor de un lenguaje no sexista.

Soy profesora de inglés de un instituto de la sierra de Cádiz. En

nuestro centro llevamos trabajando el tema de la co-educación casi un año, siguiendo las directrices de la junta de Andalucía. La compañera que aceptó encargarse de coordinar toda la serie de actuaciones que se llevarían a cabo para concienciar a la comunidad educativa (estudiantes, progenitores y docentes), disfrutó de una serie de cursos de los que volvió con tal entusiasmo que aún le da para seguir con su ingente tarea, un curso más. Algunas de las cosas que ella nos dijo me han hecho reflexionar, como me ha hecho reflexionar su escrito, y creo que eso es lo realmente importante. Quiero pensar que, si realmente el diccionario “no dicta normas, sino que las recoge y las

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refleja”, entonces las normas se imponen gracias al uso que entre todos le damos al lenguaje y al tiempo, cuando este uso prevalece. El tiempo es quien nos dice que lo masculino ha sido siempre lo aceptado, lo mejor para ambos sexos – perdón, quería decir géneros – desde que el Imperio Romano se extendió por todo el mundo conocido de entonces. Ahora, sin embargo, algo se está moviendo. Y aunque siempre me ha resultado desagradable lo engorroso del lenguaje coeducativamente correcto, todo lo que leo y oigo me hace pensar que ya que la lengua es una herramienta viva, debe adaptarse a los cambios en los pensamientos de los seres vivos que la usan.¿No es cierto que lo que no se nombra es porque no se piensa? ¿Y qué impide a lo que no se piensa dejar de existir? Es cierto que se dicen muchas insensateces, pero mientras sigamos teniendo la maravillosa capacidad de reflexionar sobre lo que oímos y decimos, el tiempo pondrá en su lugar los esfuerzos a veces exagerados por darle a cada cosa el nombre que se merece.

Está claro que nuestra lengua es romance, y que los romanos tenían un idioma que respondía a su mentalidad, pero que evolucionó de manera distinta en cada área geográfica en la que se asentó. El hecho de que la gramática no haya evolucionado en todos estos siglos, supongo que se debe a que, desde un punto de vista práctico, no ha hecho falta. Las mujeres han estado siempre tan acostumbradas a que no se las tenga en cuenta oficialmente que, hoy en día, si en una clase de 2º de bachillerato sólo hay un alumno y el resto son chicas y, después de dar los buenos días, dices: “Sacad todas vuestro libro de texto y abridlo por la página catorce”, ellas mismas te llaman la atención porque el chaval podría ofenderse; esto es así. ¿Qué dicta en este caso nuestra gramática, heredada de aquellos insignes escritores romanos, que no podían siquiera imaginarse un aula en la que un muchacho tuviera la oportunidad de estar con diecisiete compañeras durante seis horas al día?

Las personas somos perezosas a la hora de renovar, y si algo se sigue entendiendo y además está avalado por los grandes romanos del imperio, ¿por qué cambiarlo? Pero ¿acaso no chocaría al sentido común usar el masculino

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genérico cuando la realidad general está siendo cada vez más femenina? Si las personas nos oyéramos más en ambos géneros, quizás no costaría tanto trabajo asumir de hecho lo que en teoría no dejamos de oír: que hay igualdad de oportunidades en el trabajo e igualdad de responsabilidades en el hogar. Porque, no nos engañemos, ni siquiera las sociedades con una democracia más antigua que la nuestra están libres de la violencia contra sus mujeres cuando éstas hacen valer sus derechos de igualdad. Y eso sólo se debe al peso de la dominación masculina durante siglos. ¿Queremos llegar a la igualdad de oportunidades realmente? Pues nos está costando tanta sangre porque nos escudamos, entre otras cosas, en unos esquemas gramaticales –ordenadores por tanto de nuestro pensamiento–, que nos siguen diciendo que no hace falta nombrar a lo femenino cuando coincide en el tiempo y en el espacio con lo masculino: el plural genérico. O lo que es lo mismo: el sacrificio de lo femenino en aras de la economía en la comunicación…

De sacrificio sabemos bastante las mujeres, ¿no es cierto? Más vale que intentemos hablar y pensar en dos géneros, para que no sean siempre las mismas las que se sacrifican.

Pero mientras sigamos pensando, habrá esperanza.

LA METÁFORA DE LAS PELUSASCuando las horas se llenan de cosas por hacer, y no importa cuántas de ellas vayas haciendo, siempre quedan otras pendientes que consiguen que las veinticuatro horas del día sean insuficientes, mi cuerpo se rebela. Estoy demasiado acostumbrada a la sociedad del bienestar y el ocio, y me oprime el pecho pensar que se me va el tiempo haciendo cosas que luego tendré que volver a hacer: suciedad reciclable, eso es lo que son las tareas domésticas; una suciedad que no se crea ni se destruye, pero que, al contrario que la energía, es inagotable.

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Un amigo mío pensó una vez dedicarle un ensayo a la misteriosa formación de las pelusas que habitan en el suelo – debajo de los muebles, detrás de las puertas, apelotonadas en las esquinas... – pero estoy convencida de que jamás llegaría a resolver el misterio. La pelusa es una buena metáfora de las tareas domésticas: pequeñas e insignificantes, pero apilables en su infinidad; si ves una, sabes positivamente que verás más en cualquier recoveco, y aunque te sientas tentada de pasar de ellas, tienes la certeza de que llegarán a invadirte. Sin embargo, si te decides a luchar contra ellas, es una batalla sin fin, pues siempre vuelven a aparecer. Y es esto lo que las hace tan cargantes. ¿No habéis pensado nunca que sería estupendo encontrar la vacuna contra las pelusas? Eso llevaría sin duda a encontrar el remedio infalible contra las tareas domésticas. ¿Os imagináis una vida sin ellas? Quizás, si no hubiera que hacer tareas, cocinar podría convertirse en un placer para mucha más gente. Pero cuando la persona a cargo de la intendencia del hogar es una sola, y debe repartir su tiempo entre la compra, la cocina, la lavadora, la plancha, el cepillo, el plumero, la fregona y el “fairy”, además de los deberes de los retoños, y demás obligaciones que éstos implican, el día no es lo suficientemente largo… ¿cómo podría serlo, para dar cabida a tanta labor inacabable?Me cuesta mucho pensar que haya personas que elijan dedicarse en exclusiva a las pelusas. No puedo entenderlo. Hace poco, una vecina, madre de cinco hijos ya criados, y esposa de un marido de los de antes, me confesó que cuando se casó el mayor de sus hijos estaba en medio de una terrible depresión que le duró más de una década. Fue tan terrible, que se sorprendía a ella misma pensando en formas indoloras de quitarse la vida, como quien piensa en qué vestido se va a poner hoy. Y lo peor es que ninguna de las seis personas más cercanas a ella, se dio cuenta de nada hasta que su apatía e indiferencia hacia todo (unido a terribles y demasiado frecuentes dolores de cabeza) les hizo pensar en lo peor. Esta señora “llevaba” su casa y además trabajaba en un hospital, haciendo el turno de noche, para poder compaginar las dos cosas. Su método favorito era una inyección de insulina; su único inconveniente, calcular la

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dosis precisa para que fuera letal. Y da susto pensar en lo fácil que lo tenía.

Curioso lo que la acumulación de pelusas puede llegar a originar. Terrible, si además pensamos que nunca se exterminarán. Curioso y terrible.

Sin embargo, frente a la desesperación y la angustia, sólo cabe la solidaridad, y desarrollar la actitud necesaria para comprender que el barco en el que estamos es de todos, pelusas incluidas. Como diría el alcalde del pueblo aquél en el que los vecinos se quejaron de que alguien había defecado en el aljibe comunal:

“Señores, ¿qué es una mierda repartida entre tanta gente?”

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