250
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular! 1 Colección Emancipación Obrera IBAGUÉ-TOLIMA 2013 GMM

Libro No. 394. Antología Filosófica. La Filosofía Griega. Gaos, José. Colección Emancipación Obrera. Marzo 16 de 2013

Embed Size (px)

Citation preview

1

Coleccin Emancipacin ObreraIBAGU-TOLIMA 2013 GMM

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

2

Libro No. 394. Antologa Filosfica. La Filosofa Griega. Gaos, Jos. Coleccin Emancipacin Obrera. Marzo 16 de 2013. Ttulo original: Gaos, Jos. Antologa Filosfica: La Filosofa Griega. Versin Original: Gaos, Jos. Antologa Filosfica. La Filosofa Griega. Circulacin conocimiento libre, Diseo y edicin digital de Versin original de textos: http://ebiblioteca.org/?/ver/3030 Licencia Creative Commons: Emancipacin Obrera utiliza una licencia Creative Commons, puedes copiar, difundir o remezclar nuestro contenido, con la nica condicin de citar la fuente. Autora-atribucin: Respetar la autora del texto y el nombre de los autores No comercial: No se puede utilizar este trabajo con fines comerciales No derivados: No se puede alterar, modificar o reconstruir este texto. Portada e Ilustracin E.O. de Imagen: Antologa filosfica : la filosofa griega | Gaos, Jos 1900-www.europeana.eu - 200 294

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

3

BIOGRAFIA: (4350) Jos Gaos (Espaa, 1900-1969) Filsofo espaol, nacionalizado mexicano. Preocupado por la que denomin `filosofa de la filosofa`, sus tesis ejercieron una notable influencia en el conjunto de la filosofa espaola e hispanoamericana durante buena parte del siglo XX. Jos Gaos y Gonzlez Pola naci en Ablaa (Asturias). Curs estudios superiores de Filosofa en las universidades de Valencia y Central de Madrid, centro este ltimo por el que se licenci en 1923 y se doctor en 1928 (con una tesis titulada La crtica del psicologismo en Huserl). Fue catedrtico de Filosofa en la Universidad Central de Madrid desde 1932 y rector de la misma desde 1936 hasta 1938, es decir, durante casi todo el periodo de duracin de la Guerra Civil espaola. Afiliado al Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) desde 1933, el devenir del citado conflicto determin que en 1938 se exiliara en Mxico. Particip en la consolidacin de la Casa de Espaa en Mxico, institucin que en 1940 se convirti en El Colegio de Mxico y cuyo motivo fundacional fue acoger a los intelectuales espaoles exiliados, para los cuales Gaos, uno de ellos, acu el trmino de transterrados. Nacionalizado mexicano en 1941, fue catedrtico en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) desde 1939 (emrito desde 1960) y en esta institucin realiz una importante labor pedaggica que irradi una notable influencia sobre posteriores generaciones de filsofos mexicanos. Tambin imparti clases en distintos centros de estudio y universidades de Mxico, Guatemala (en 1945 fund la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos), Cuba y Venezuela. Jos Gaos falleci en 1969 en la ciudad de Mxico. En torno al magisterio y a las tesis filosficas de Jos Gaos se formaron algunos de los ms destacados filsofos mexicanos de los aos centrales del siglo XX, entre ellos Jos Snchezhttp://ebiblioteca.org/?/ver/3030

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

4

RESEA: Probablemente la mejor introduccin al texto sea una carta del propio Gaos dirigida a su editor Daniel Coso Villegas, Querido Coso: Aqu tiene usted., por fin, la antologa griega, con arreglo al plan que le indiqu cuando qued con U. en hacerla -ampliando en los dos puntos que sealar. Los textos que la componen (ps. 1 a 150) son los ms importantes de toda la filosofa griega. Herclito va entero. La primera parte de Parmnides es a la que ste debe su nombre de fundador de la ontologa, de la segunda quedan slo escasos, breves y relativamente insignificantes fragmentos. El mito y discurso de Protgoras es un documento tal sobre la sofstica, que es el principal sobre ella dado por el ms reciente editor -en traduccin- de los presocrticos, el alemn Capelle. La primera parte de la Apologa de Scrates es prcticamente toda la Apologa: es el discurso de defensa de Scrates en que ste hace entrar toda su vida y personalidad, las otras dos partes son las breves alocuciones que dirige a los jueces, despus de haber sido condenado, para proponer pena, y despus de haber sido condenado a muerte, para despedirse. La alegora de la caverna, pasaje culminante de la obra maestra de Platn, visin alegrica de todo su Weltanschaung, no slo va ntegra, sino seguida de dos pasajes posteriores que ilustran decisivamente el sentido poltico de la teora de las ideas y filosofa entera de Platn. `La teora de las ideas segn el Fedn` es el captulo 2 del artculo `Filosofa, personalidad` que cierra Dos ideas de la filosofa y en el que haba traducido los principales pasajes del dilogo concernientes a la teora, sin ms omisin que las frases incidentales o inesenciales, entre ellas las de los interlocutores de Scrates. Los captulos 1 a 3 del libro I de la Metafsica de Aristteles son la introduccin completa a la obra....

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

5

Antologa filosfica : La filosofa griega Jos Gaos

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

6

ndiceAntologa filosfica: la filosofa griega Introduccin Bibliografa Apndice Textos Cicern Herodoto El fragmento de Anaximandro El fragmento de Anaxmenes Los fragmentos de Herclito Sobre el universo Introduccin Lgica Cosmologa Antropologa Poltica Teologa El poema de Parmnides Introduccin Platn La Sofstica El Mito y Discurso de Protgoras Scrates Apologa

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

7

La alegora de la caverna Apndice La Teora de las ideas segn el Fedn Aristteles Metafsica Libro A Libro L tica La doctrina del trmino medio Libro II Notas Explicacin Notas sobre Cicern Notas sobre Herodoto Notas sobre Anaximandro Notas sobre Anaxmenes Notas sobre Herclito Notas sobre Parmnides Notas sobre Platn Mito y discurso de Protgoras Apologa de Scrates Alegora de la caverna Apndice Notas sobre Aristteles Metafsica. Libro A Metafsica. Libro L tica. Libro II

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

8

Antologa filosfica: la filosofa griega

Jos GaosPor una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

9

[1] A los asistentes a mi curso de Introduccin a la Filosofa, profesado en la Facultad de Filosofa y Estudios Superiores de la Universidad Nacional de Mxico en el ao de 1939. [3]

Introduccin I El Historicismo y la enseanza de la filosofa La enseanza de la filosofa ha venido poniendo en prctica muy variados planes y mtodos a lo largo de la historia, pero principalmente en nuestros das. Para hacer referencia a stos solos, varan los grados y ramas de la enseanza en que se incluye la de la filosofa, varan el contenido y la forma con que se ensea en aquellos grados y ramas en que se incluye su enseanza. Se trata, ya de practicar un mtodo ocasionalista, de aprovechar las ocasiones que ofrece la enseanza de las dems materias para prolongarlas o profundizarlas hasta la filosofa, (1) ya de hacer de sta materia de una enseanza aparte, propia. Esta enseanza se concibe como la de un sistema, disciplina o cuerpo [4] de disciplinas, o como enseanza de la historia de la filosofa. En el primer caso, el sistema puede ser un sistema oriundo de un pasado ms o menos remoto, pero al que se atribuye una perennidad excepcional (2) o una actualidad renovada y renovadora (3), o un sistema articulado originalmente en nuestros das (4); la disciplina o el cuerpo de disciplinas pueden ser elegidas por una presunta aptitud propedutica o normativa y prctica (5), o por suposicin fundamental o central en la enciclopedia filosfica (6), o pueden extenderse a esta enciclopedia entera (7). En el caso de la enseanza histrica, se opta por la enseanza, bien de los orgenes de la filosofa occidental exclusivamente (8); bien de los orgenes de la filosofa en general, occidental y oriental, pero de los orgenes solos (9); bien de la filosofa de grandes pensadores de distintas edades y culturas, pero de puros grandes pensadores (10); bien de la

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

10

historia entera de la filosofa (11). Y todas estas variantes distan de ser las nicas que puedan registrarse en punto a lo que cabe llamar el contenido de la enseanza (12), a diferencia de lo que cabe llamar su forma, en punto a la cual se encuentran practicados [5] como mtodos constitutivos de otras tantas variantes la leccin o conferencia (13), la lectura y explicacin o comentario de textos (14), los llamados ejercicios (15), el dilogo (16). Pero me parece creciente y hasta decididamente preponderante ya la tendencia a la enseanza histrica y textual de la filosofa. Las variantes no histricas enumeradas incluyen todas partes histricas que llegan en casos a equilibrarse con las otras y a dar al conjunto un carcter sistemtico-histrico. Las variantes histricas han venido extendindose e imponindose. La enseanza universitaria de la filosofa gravita en torno a la Historia de la Filosofa, si es que no se reduce a sta. Los cursos de las distintas disciplinas filosficas versan en buena porcin y hasta exclusivamente sobre los filsofos clsicos y contemporneos, cuyas obras se leen y comentan en la clase, como en los [6] cursos de Historia de la Filosofa, y difcil en todos los casos, imposible en muchos, advertir ni sealar diferencia alguna entre la manera de tratar a los filsofos en los cursos de aquellas disciplinas y en los de esta Historia, ni entre la manera de tratar a los clsicos y la de tratar a los contemporneos. En fin, se ha acabado por afirmar explcita y resueltamente que la Historia de la Filosofa es el rgano, como de la filosofa misma, afirmacin hecha ya con anterioridad (17), de la iniciacin en ella, y que a esta iniciacin es inherente la lectura de los textos mismos de los filsofos (18). Ahora bien, la enseanza de la filosofa, la transmisin didctica de la filosofa, es parte de la trasmisin histrica de la filosofa, de la historia de la filosofa, y en la medida en que la filosofa es, segn veremos, su historia, parte de la filosofa misma, como, por lo dems, lo prueban irrefragablemente los claros -en todos sentidos- ejemplos que se remontan, por lo menos, hasta Platn. No es de extraar, pues, que las variantes de la enseanza de la filosofa respondan, desde luego a las ideas pedaggicas imperantes - ellas mismas en relaciones complejas con la filosofa (19)- pero fundamentalmente a las ideas profesadas acerca de la filosofa misma, a la filosofa de la filosofa (20). Un mtodo como el ocasionalista no ha podido ser [7] inspirado sino por la idea positivista o criticista de que la filosofa no es tanto algo aparte de las ciencias cuanto algo a que se llega pasando sin solucin de continuidad desde los problemas y nociones

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

11

de las ciencias hasta las cuestiones y supuestos que hay en el fondo de estos problemas y nociones (21). La enseanza de un sistema del pasado o de nuestros das es la consecuencia de ideas acerca de la verdad de la filosofa en relacin con su historia: mientras que hay quienes estn convencidos de que la verdad ha sido descubierta y expuesta definitivamente por determinados pensadores del pretrito (22), otros piensan, ms o menos consciente y fundadamente, que la verdad es en cada momento histrico propia de la filosofa producida en l (23). La inclusin de determinadas disciplinas en los planes de enseanza de la filosofa o su exclusin de ellos estn codeterminadas por las ideas acerca de la posibilidad o imposibilidad de estas disciplinas o acerca de su posicin fundamental o central en la filosofa: as, la eliminacin o la restriccin de la metafsica y el favor otorgado a la psicologa y a la teora del conocimiento durante el predominio de las ideas psicologistas y criticistas antimetafsicas (24). Y en general y [8] mucho ms profunda y decisivamente, la inclusin de la filosofa en los planes de enseanza responde a la conviccin de su valor de ilustracin y formativo, para la vida y salvador, conviccin prcticamente universal -pero que no por ello deja de ser problemtica (25). Anlogamente, el auge en nuestros das de la enseanza histrica y textual de la filosofa como de la literatura y de otros sectores de la cultura -se debe, sin disputa, al historicismo de nuestro tiempo, todo un fenmeno tpico y caracterstico, al par, de este tiempo. Sin duda que desde los orgenes de la historia, peculiarmente unidos a los de la historiografa, los hombres de todas las edades y culturas han venido teniendo memoria, conciencia, saber histricos de antepasados y de s mismos como sucesores de estos antepasados, destinados a pasar a ser antepasados de sucesores venideros. Mas parece que nunca esta conciencia histrica alcanz las dimensiones ni tom los caracteres y la significacin de la propia de nuestro tiempo. Nuestra conciencia histrica se extiende hasta los tiempos prehistricos humanos, y an ms all, con la paleontologa e historia de la tierra y la teora de la evolucin. Nuestro saber histrico da la vuelta al globo con las culturas que abarca. Nuestra historiografa no es historia de sucesos particulares polticos y blicos, sino historia universal de la cultura humana. Las ciencias del espritu o de la cultura, o ciencias humanas, son todas ms o menos creacin, cuando no de una escuela histrica de identidad precisa, del espritu histrico general al siglo de esta escuela, estn todas ms o menos historizadas y para algunas es problema expresamente planteado,

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

12

fundamental y difcil de resolver el de [9] su distincin respecto de la Historia. Hasta la ciencia natural, hasta la matemtica misma estn historizadas, y a travs de la primera la naturaleza, lo no humano, en un sentido muy distinto del de la tradicional expresin Historia Natural: se habla de la matemtica griega y de la matemtica moderna como histricamente diferentes, y se considera la naturaleza como una concepcin de la ciencia fsica, variante con sta a lo largo de la historia. A lo largo de la historia vena siendo tradicionalmente imperante la concepcin de obras de la cultura cuales las del arte como incorporacin y expresin de valores ejemplares y eternos, ellas mismas poseedoras de una objetividad y perennidad peculiares: en nuestro tiempo ha venido generalizndose en proporcin siempre creciente el considerar todas las obras y manifestaciones de la cultura fundamental y hasta exclusivamente como expresin histrica de su poca, por productos histricos de esta poca. Pero el paso definitivo lo ha dado la filosofa, que ha sido tan poco ajena a este historicismo, que lo ha empujado hasta el extremo bajo el cual ha cado ella misma. La filosofa contempornea ha llegado a ensear que la historicidad es esencia de la naturaleza humana -o mucho mejor, que el hombre no tiene naturaleza ni esencia, sino historia: que es historia, su historia. En particular, pues, que todas las cosas humanas son histricas, tienen historia, son una historia: historia de la religin, de la ciencia, del arte... congruentemente, tambin la filosofa misma. La filosofa ha tenido conciencia de s como de algo que se realiza histricamente en pluralidad de filosofas, desde el momento inmediato a su momento originario en que ste pas a ser pasado para aqul, como puede comprobar el lector en los fragmentos de Herclito y de Parmnides incluidos en esta antologa. Pero esta conciencia [10] histrica de s misma tenida por la filosofa ha estado hasta nuestros mismos das organizada ntimamente por la concepcin tradicional de la verdad y la concepcin de la realidad implcita en esta concepcin de la verdad, que son sendas concepciones ahistricas de la verdad y la realidad, y el efecto ha sido un contrasentido en el fondo de la conciencia histrica tenida por la filosofa de s misma. De la verdad, de la proposicin, o mejor, cuerpo de proposiciones conformes con la realidad mentada mediante ellas, se predica como atributo esencial la unidad: cuerpo de proposiciones conformes con la realidad mentada mediante ellas no puede haber ms que uno -supuesta la unidad de la realidad mentada mediante las proposiciones del cuerpo, como unidad de una realidad nica

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

13

incluso en el sentido de su no multiplicacin, no diversificacin en el tiempo, de la inmutabilidad, eternidad, o mejor, intemporalidad: cuerpos de proposiciones conformes con realidades distintas ya simplemente en el sentido del cambio en el tiempo de una realidad originaria, no slo puede haber muchos, los hay de hecho. Pues bien, regida por tal idea de la unidad de la realidad ha sido la concepcin de sta que han venido trasmitindose tradicionalmente las filosofas, y tal cuerpo de proposiciones conformes con la realidad as entendida ha pensado ms o menos consciente, pero efectivamente, cada filosofa, que debe ser la filosofa, y ha pretendido ms o menos expresamente, pero con toda conviccin, ser ella misma. Consecuencia indefectible: considerar cada filosofa integrando la realidad histrica de la filosofa de distinta manera ella misma y las dems, ella misma como filosofa verdadera y verdadera filosofa, las dems como filosofas falsas y falsas filosofas -contra el sentido propio, autntico, de la conciencia histrica de la filosofa, que se revela al realizarse, con plena congruencia [11] consigo mismo, en el reconocimiento de realidades histricas, y aun en toda una concepcin histrica de la realidad universal, y en la correspondiente concepcin histrica de la verdad, producidas y generalizndose en nuestros das. Una manera de considerar la relacin entre la filosofa y la historia como la tradicional, equivale a pensar que la historia afecta slo a las filosofas falsas, a las falsas filosofas, en suma, a lo falso en general, pero exclusivamente a lo falso -la historia, del error: error, errar: un andar errante, la historia. Equivale a pensar, correlativamente, que es trascendente -en expresin definitiva- a la historia la filosofa verdadera, la verdadera filosofa, la filosofa y la verdad, en suma. Manera de considerar la relacin entre la filosofa y la historia que se anula a s misma en la reciprocidad del exclusivismo de las filosofas que la profesan... La historicidad de la filosofa consiste en la pertenencia de todas las filosofas por igual a la historia -o en la inherencia de sta por igual a todas las filosofas. A todas las filosofas, como a todas las realidades humanas, y a toda realidad correlato de una realidad humana en cuanto tal correlato: a toda la realidad en cuanto correlato de la realidad humana. La realidad, en cuanto correlato de la humana, trascurre histricamente, muda, se diversifica, se multiplica, es plural en el tiempo. Y a esta realidad plural, temporal, corresponde una pluralidad de cuerpos de proposiciones conformes con ella, entre ellos los constitudos por las filosofas integrantes de la historia de la filosofa, integrantes de la filosofa todas por igual. Si no todas como igualmente falsas, s todas como igualmente verdaderas,

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

14

igualmente conformes con la realidad -de su tiempo, igualmente contribuyentes al cuerpo de proposiciones conforme con la realidad histrica de todos los tiempos- porque la pluralidad histrica no deja de tener su unidad, y [12] ahora es la cuestin pensar con coherencia la igual verdad de todas, el concepto, aparentemente imposible contradiccin en los trminos, pero forzoso, de verdad histrica... -En rigor, la pluralidad histrica de las filosofas tiene an una dimensin que no se reduce exhaustivamente a la temporal: la individual-personal de los filsofos. Pero por dispensable aqu, no he querido complicar impertinentemente con ella la exposicin (26). Este historicismo se ha manifestado tambin, naturalmente, en la didctica y la pedagoga en general, y ha influido sobre ellas, y no sobre la sola didctica filosfica. La persona humana se forma en el medio de la cultura en que se encuentra al nacer y con que va encontrndose en el curso de su vida, y este proceso de su formacin consiste inicial, bsicamente, en una predominante incorporacin de la cultura en su autenticidad por el fondo nativo del individuo y una incorporacin de ste, del individuo, a la cultura, y consiste en una incesante conformacin mutua de los individuos y personas convivientes en la cultura de que son los sujetos sustantivos. Esta formacin y conformacin, funcin constitutiva de lo humano en general, como se ve, es la educacin en el sentido ms lato del trmino, y la educacin en sentido estricto y la enseanza son especificaciones tcnicas y profesionales de ellas (27). En la preexistencia de la colectividad humana, de la Humanidad, no a los individuos humanos en general, pues que individuos humanos y colectividad humana son [13] trminos rigurosamente correlativos (28), sino a cada individuo humano actual en singular, y en la preexistencia de una determinada formacin de la persona a las partes de la cultura sucesivamente encontradas por ella en cuanto tales, consiste, en uno de sus puntos o modos, la historicidad de la naturaleza humana, de la humanidad, lo que hace patente la conexin de lo pedaggico y lo histrico en las mismas races esenciales de lo humano. Porque, pues, as es histrico lo humano, y tambin lo no humano por su correlacin con lo humano, que lo humaniza o hace en definitiva humano igualmente; porque as son histricos, en suma, los sujetos, las circunstancias, los contenidos y las formas de la cultura, o sea, todos los sujetos y objetos, medios y fines de la educacin, y en particular todas las materias de la enseanza; por esto por su propia naturaleza es, y consecuentemente en el

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

15

fondo de su realidad ha sido siempre, histrica toda incorporacin de la cultura en su autenticidad, como se conceder fcilmente, y toda educacin y enseanza, como se experimentar alguna sorpresa en tener que conceder, y, en nuestros das historicistas o conscientes de la historicidad de lo humano, ha venido crecientemente manifestndose tambin como tal, o en particular como una enseanza cuyo rgano es la historia, segn prueban hechos en nmero de significacin irrecusable. Lo humano es su historia -la historia de la religin, de la literatura, de la ciencia. La enseanza de lo humano no podr ser sino la enseanza de esta su historia, de estas historias. Pero el rgano de esta enseanza, como ya de la concepcin historicista, es la Historia, la disciplina que tiene por objeto la historia de lo humano, la realidad histrica de lo humano -porque lo humano es su historia [14] slo para quien sabe de esta historia, es decir, sabe de ello con el saber que toma cuerpo en la Historia, y la enseanza histrica de lo humano no es ms que la trasmisin didctica de este saber. Entre los de la inclusin de enseanzas histricas hasta en la enseanza de las ciencias naturales y matemticas y del auge de la enseanza de las disciplinas histricas de la cultura humana -Historia literaria, del arte, de las religiones, etc.-, el de la filosofa no es ms que un caso particular, bien que el preeminente, por la intervencin de la filosofa en el historicismo contemporneo, ya mencionada. Ahora bien, toda Historia tiene una organizacin, consiste en funciones determinadas, al menos en parte, bien que parte fundamental, por la naturaleza de su objeto, como a la inversa, y segn vamos a ver, este su objeto es determinado tambin parcialmente por ella: historia e Historia se influye de manera recproca. A todo lo cual no puede menos de ajustarse la enseanza histrica. De todo lo cual, pues, he menester decir aqu algo, aunque en referencia exclusiva ya a la filosofa, su Historia y su enseanza histrica, lo nico que interesa aqu propiamente. La Historia consiste en una primaria funcin narrativa de los hechos en la que est nsita la de determinacin y hasta constitucin de los hechos mismos. La filosofa se presenta ante todo como una realidad histrica textual: las obras literarias de los filsofos. Esta realidad textual es, meramente la expresin de una realidad ideal: las proposiciones significadas por las expresiones del texto, los filosofemas, que cifrados por el autor en sus expresiones, son

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

16

conjurados por stas en la mente de los lectores; pero, es al mismo tiempo la reliquia material autntica de su [15] realidad pasada en la nuestra presente, nica capaz de conjurar en sta tambin la parte ms propia, la ideal, de su realidad ntegra. A las obras literarias de los filsofos, a los textos en primer trmino, tienen que acudir, pues, por lo pronto la Historia de la Filosofa, pero tambin la enseanza histrica de la filosofa, para saber de sta directamente en su autenticidad plena y rigurosa, no simplemente a travs de trasuntos ms o menos cercanos y fieles, como son todas las noticias sobre ella, todas las referencias a ella, todas las exposiciones de ella. La lectura e inteligencia de los textos mismos de los filsofos es el nico mtodo que puede, no ya iniciar en el filosofar, ejercitar en l, adiestrar, formar en la filosofa, sino simplemente dar idea verdadera de sta. Fecundidad de este mtodo que le da la primaca didctica sobre todos los dems, motivo de su boga ya en otras edades y creciente en la actualidad. Por obra suya, la Historia de la Filosofa y la enseanza histrica de la Filosofa asumen una naturaleza bsicamente filolgica. El problema filosfico de esta filologa el problema de la identidad entre lo pensado por el autor y por el lector, o de la comprensin del pensamiento del autor por el lector, no puede ser aqu sino afectado indirectamente por las consideraciones que siguen. En ntima unin con su funcin de narrar los hechos, tiene la Historia la de explicarlos o hacerlos comprensibles en algn sentido. Ahora bien, explicacin y comprensin consisten o fundan en las relaciones entre los objetos, entendidas como causacin de unos por otros o como dependencia recproca de las estructuras de unos y otros, hasta la totalidad infranqueable -meta ideal- de ellos. Por consiguiente, la Historia no puede llevar a cabo esta su otra funcin sino por medio de la recurrencia de unos hechos a otros. Pero esta recurrencia ha sido y puede ser entendida y practicada en la Historia de la Filosofa, y en la enseanza histrica de la filosofa, de varias maneras cardinalmente [16] distintas: no filosfica y filosfica, que se cruzan, como la lnea Norte-Sur con la Oeste-Este, con la doxogrfica y la universal. Es tradicional considerar las proposiciones, en general las realidades ideales, y entre ellas, naturalmente, y acaso especialmente, los filosofemas, en ellas mismas, solas, aisladas, o con abstraccin de toda otra realidad, en particular de todo sujeto pensante, con participacin ms o menos creadora y activa, de ellas: los filsofos, el pblico... En el fondo de esta manera de

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

17

considerarlas hay la suposicin de una identidad de ellas, por su propia naturaleza, tal que no puede ser afectada por diversidad ninguna de sujetos. A esta manera de considerar los filosofemas ha respondido la de escribir la Historia de la Filosofa, y de ensear histricamente la filosofa, desde Hegel hasta nuestros das -para referirme slo a los tiempos modernos, prescindiendo de la historiografa filosfica de la Antigedad, principalmente de la de Aristteles y su escuela inmediata. Hasta Hegel, en efecto, la Historia de la Filosofa apenas era Historia como gnero literario, sino otro gnero, biogrfico, anecdtico, didctico, pero mucho menos como ciencia, y desde luego no era Historia filosfica de la filosofa, no era filosofa. Con la excepcin de aquella historiografa aristotlica, acaso de la agustiniana y me parece que de ninguna ms, o no haba sino narracin selectiva de los hechos histrico-filosficos -vidas, doctrinas y sentencias de los filsofos ilustres, para recordar slo el ttulo fielmente significativo del contenido de la obra tpica y ms famosa-, o comprensin y explicacin de los hechos no eran filosficas. Pero Hegel cre definitivamente la Historia filosfica de la filosofa, la Historia de la Filosofa que es una parte del sistema de la filosofa y, en cuanto tal, filosofa ella misma [17] filosofa de la historia de la filosofa, filosofa de la filosofa. Hegel piensa que las filosofas han venido sucedindose histricamente en un orden imperado por las relaciones ideales entre los filosofemas, como manifestacin singularmente relevante de las relaciones ideales entre los ingredientes de la Idea absoluta. Con arreglo a esta manera de pensar, hace una Historia de la Filosofa doxogrfica, esto es, versante sobre las opiniones de los filsofos, sobre los filosofemas, narrativa de la sucesin de stos como emergentes los unos de los otros por la fuerza de aquellas sus relaciones -pura y simplemente. Esta Historia de la Filosofa forma parte del sistema como en general las manifestaciones del Espritu son dentro del sistema objeto de disciplinas que las tratan histricamente, conforme a la historicidad consustantiva a la naturaleza intrnsecamente evolutiva, autorealizadora, del Espritu y de la Idea absoluta -as, la Filosofa de la Historia, la Esttica, la Filosofa de la Religin. Y esta Historia de la Filosofa es tan filosofa de la filosofa como la Filosofa de la Historia, la Esttica y la Filosofa de la Religin son filosofa del Estado y de la historia, filosofa del arte y filosofa de la religin, respectivamente. Como estas Filosofas de sus objetos respectivos implican una Historia de ellos, la Historia de la filosofa da la filosofa de la filosofa misma: la filosofa, manifestacin y realizacin histrica suprema del Espritu -una doctrina acerca de la naturaleza de la filosofa. En estas partes del

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

18

sistema hegeliano se anan filosofa e Historia -la filosofa se realiza como Historia, la Historia es filosfica- por modo eminente dentro del sistema de la historicidad de lo ideal en s y por s, y por modo ejemplar para toda filosofa que tenga ojos para las realidades histricas -para toda filosofa ulterior viable. La consecuencia de la gesta hegeliana no poda menos [18] de ser el imperio de la Historia doxogrfica de la filosofa hasta el mismo da de hoy. Si no la totalidad, la mayor parte de las obras de Historia de la Filosofa, incluso las ms importantes, incluso algunas de un programa expreso distinto -si no con exclusividad absoluta, en proporciones francamente preponderantes, narran la historia de la filosofa exponiendo las filosofas como cuerpos de filosofemas, los llamados sistemas filosficos, concatenados entre s, pero en esta su concatenacin abstractos de toda carne humana. Las noticias biogrficas acerca de los filsofos, ciertamente habituales, constituyen mucho ms meras coordenadas de localizacin temporal, y referencias de distincin mutua e identificacin consigo mismos de los sistemas en su individualidad, que correlatos causales, o siquiera funcionales, esto es, en alguna manera explicativos de los filosofemas o contributivos a hacerlos comprensibles. En la Historia doxogrfica de la filosofa la funcin de explicar y hacer comprender se halla reducida a las referencias entre los filosofemas escuetos. Dados tales determinados, tales otros y ellos solos son posibles, tales otros han sido reales. Dado el dualismo cartesiano de la extensin y el pensamiento, caban el materialismo de un Hobbes, el opuesto espiritualismo de un Berkeley y un Leibniz -interpretado ste en este sentido- las posiciones intermedias del ocasionalismo y del paralelismo monista de Spinoza... Y aquellas noticias biogrficas son las nicas habituales. Mucho menos se encuentran todos los dems correlatos culturales, sociales, histricos y humanos en general: la comparacin con los otros gneros literarios, no se diga con las otras formas del arte, del arte plstico; la atencin a la vida material, econmica, social, poltica, pues, por ejemplo, las formas de vida y convivencia de los filsofos estn en relacin, por una parte, con el filosofar mismo, por otra, [19] con las formas de vida y convivencia de los prjimos menos filosficos, punto hasta donde tiene razn el materialismo histrico -pero la sociologa del saber es la invencin reciente bien conocida (29). Para encontrar estos otros correlatos, es menester acudir a las monografas, a lo sumo trozos de Historia, nunca la Historia. Ello es as hasta en un Nietzsche. La filosofa en la edad trgica de los

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

19

griegos es puramente doxogrfica. Un incidente como la relacin entre Herclito y el agonismo, un final como la relacin entre Pericles y el nous anaxagrico, aun siendo tan sugestivo el uno, tan decisivo el otro, no pueden aceptarse por cumplimiento satisfactorio de las promesas del prlogo y primer par de captulos. Lo que Nietzsche vio ms y mejor ya poco despus, se qued en las notas de Ciencia y Sabidura en lucha -definitivamente sugestivas, esto s. Ello es, no como queda dicho, sino sin las restricciones insinuadas al principio de este aparte, en las obras de Historia de la Filosofa del gnero didctico. La manifestacin extrema de esta Historia doxogrfica de la Filosofa es esta en que se independizan los filosofemas de toda realidad distinta y circundante, hasta el punto de hacerlos independientes de la articulacin que en sus sistemas les dan los filsofos. El caso tpico contemporneo es Windelband (30). El trmino consecuente de este camino es la negacin de la historia de la filosofa. El orden histrico de los filosofemas, indiferente. Todos ellos, constitutivos de un reino cuyo orden, de tener alguno, no puede ser sino de otra ndole: ideal, doctrinal, dialctico... Figuradamente: la filosofa, un dilogo entre todos los filsofos, igualmente coeternos. Es notable que hacia este [20] trmino empuja tambin la idea historicista de la igual verdad de todas las filosofas... En todo caso, se trata de una concepcin de la filosofa latente en el fondo del pensamiento de historiadores de la filosofa y filsofos, incluso que ha apuntado expresamente ac y all. Pero a la luz de la filosofa actual se ve siendo la filosofa y debiendo ser la Historia de la Filosofa y la enseanza histrica de la filosofa muy diferentes. Los filosofemas son, si no los productos, cuando menos los correlatos de la actividad del filosofar. Actividad informante de la vida toda, la vida teortica o contemplativa, actividad y vida caractersticas de la personalidad de unos humanos, los filsofos, que tradicionalmente se han considerado a s mismos y han sido considerados por los dems como muy diferentes de estos dems. Actividad y vida caractersticas de la personalidad de estos humanos en cuanto determinadas precisamente por esta personalidad. Actividad ejercida y vida vivida en formas de convivencia y con formas de expresin sui generis, como las formas de expresin que se encuentran en los textos de que partieron las presentes consideraciones, pero unas y otras

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

20

formas en relaciones con las formas de vida y de expresin de la cultura en torno. Personalidad actuada por las situaciones y movimientos de esta cultura... Textos y filosofemas abstractos de toda esta actividad y vida personal e histrica son exactamente esto: realidades abstractas; en cuanto tales, relativamente irreales. Y relativamente sin sentido -o sin explicacin; relativamente incomprensibles. La redaccin, y publicacin de los textos expresivos de pensamientos fueron actos de vidas partcipes en la vida colectiva contempornea -aun el retiro a la soledad es una forma de convivencia: el eremita convive en la imaginacin y en el temor, la aversin o el odio, con aquellos de [21] quienes quiere vivir aparte. Pleno sentido da a actos tales lo mismo solo que a todo acto: las vidas cyos son, la convivencia cyas son estas vidas. Porque plena realidad la tiene lo abstracto slo concreto con el resto de la realidad en la totalidad no mutilada de sta. La primera consecuencia es que la Historia de la Filosofa -y como ella la enseanza histrica de la filosofa- no debe hacer omisin violenta de la unidad orgnica de los sistemas, expresa en la de las obras literarias que los exponen, una y otra como efecto, en modo alguno inesencial, de la organizacin personal y colectiva creadora de obras y sistemas, los autores y su medio histrico. Windelband procede en oposicin a su reconocimiento inicial de los que llama factores histrico- cultural e individual de la historia de la filosofa (31). Pero mucho ms importante es esta otra consecuencia: la explicacin histrica de la filosofa necesita rebasar el curso abstracto de los filosofemas para extenderse hasta la totalidad de la historia. Porque por esta va no puede esquivarse el arribar a esta conclusin: Historia no hay ms que la universal; las Historias, de la literatura o del arte, de la religin, o de la ciencia, o de la filosofa, o de la poltica -incluso de la poltica- no pueden ser sino la Historia universal con la literatura, el arte, etc., la filosofa, la poltica, en primer trmino o primer plano, y en los otros planos o trminos todo lo dems de la cultura, explicando as hasta la poltica por todo lo dems, incluso la filosofa, pero tambin la filosofa por todo lo dems, sin excluir -y con razn!- la poltica. Pongamos un ejemplo. Los orgenes de la filosofa. He aqu que en torno al 600 antes de Cristo y en Jonia aparece [22] por primera vez en la vida de la Humanidad esta cosa enorme que poco despus va a quedar designada para siempre con el nombre de filosofa. Qu dicen las habituales Historias de la Filosofa, particularmente las didcticas, repito, de tal parto? Dicen el

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

21

filosofema-vagido -todas las cosas son agua- con que la filosofa sali a la luz, del seno del mito, tomado ste como una especie de prefilosofema... Nada dicen de las seales previas, los dolores inherentes, los jbilos y orgullos inmediatos al parto mismo, esto es, de todo lo siguiente. El formulador -que sera poco ms que accidental, que casual, con arreglo riguroso a la habitual Historia de la Filosofa-, el formulador del filosofema es uno de los siete sabios. Esto de los siete sabios es una leyenda de formacin posterior a la poca en que ella misma sita a los siete -aunque no muy posterior, pues estaba formada en tiempos del historiador de la edad. Pero la leyenda no deja forzosamente de tener valor histrico: aun en el caso extremo de carecer de toda verdad histrica en relacin con los hechos legendarios, muy bien puede ser fehaciente documento histrico de lo que pensaban o se imaginaban de un pasado sus forjadores. La leyenda de los siete sabios es la representacin que generaciones inmediatas se hicieron de hechos y rasgos tan importantes y caractersticos como autnticos de su prximo pasado. Pero de este prximo pasado queda algo ms que la leyenda referente a una, aunque eminente, mera parte de l: queda el gran friso histrico de Herodoto. Y este friso nos pone de relieve una edad de engrandecimientos y declinaciones de ciudades que culmina en la gigantomaquia del imperio persa y el mundo griego. Cada uno de estos dos gigantescos antagonistas es figurado en el friso formndose a lo largo del tiempo en creciente conciencia y unidad. Para atenernos al que particularmente nos interesa [23] aqu y ahora, a Grecia, sus ciudades-estados atraviesan a lo largo de la edad el trayecto que las lleva en general de la basileia, de la realeza, pasando por la tirana, secularizacin personalista de la realeza, a la democracia, sustitucin terica del poder personal por la potencia impersonal del nomos, de la ley, y a la demagogia, sustitucin efectiva del poder personal por el poder de la palabra hbil del orador en el consejo o la asamblea, y tambin por el poder de la habilidad para la intriga del agitador en pblico y en privado. El fondo de esta trayectoria es nada menos que una transformacin del sentido del mundo y de la vida, ms an, de la sensibilidad bsica para uno y otra, de que las pruebas y seales particulares emergen aqu y all a la superficie de la obra del historiador, pero que, por encima de todo particular sntoma y fundamento, constituyen su espiritual atmsfera. Como la de la literatura en general de la edad. Porque sta es asimismo la de la lrica -y la del nacimiento de la Historia. En ella pasa la poesa de la arcaica objetividad mximamente impersonal de la epopeya, no sin el antecedente intermediario, aunque lejano, de

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

22

la poesa didctico-autobiogrfica de los Trabajos y Das, a la subjetividad ms que personal, personalista, de la lrica. El antecedente de un Arquloco, el concomitante de un Alceo, los consiguientes de un Teognis y un Anacreonte, tienen un centro de plenitud en Safo. Los fragmentos de la poetisa de las poetisas estn hoy an trmulos de expresar los juegos pueriles y gozosos y los reposos lnguidos y ardientes, los amores y los celos, la vida toda externa e ntima, de la pequea maestra morena y de sus compaeras de nombres eufnicos y llenos de gracia. La Historia declara nacer de una grave voluntad de rememoracin y conmemoracin de lo memorable, que acaso fuera incompatible con todo desembocar en una obra [24] en estilo de primera persona y carcter subjetivo -y sin embargo es un hecho que Herodoto circula l mismo por toda su obra, se hace presente l mismo constantemente en ella. Porque ella es la exposicin de sus averiguaciones y stas son el resultado de sus viajes. El historiador padre de la Historia es el viajero, ya no del viaje fatal, azaroso y fabuloso, de la odisea, al par origen y creacin de la leyenda y del poema, sino genial inventor y libre protagonista del viaje histrico, precisamente, esto es, del que queda la Historia en las memorias que de los resultados de sus viajes, trasparecindose estos mismos, el viajero redacta y publica, y al que es empujado por el afn curioso y simptico, personal y efusivo, y en todo ello placentero, de ver cosas maravillosas y averiguar cosas notables, de esta autntica teora, la historia, y de admirar a los dems con el relato de ellas, tan autnticamente al menos como empujado pueda ser por la grave voluntad de re y conmemoracin de lo memorable. Herodoto es, a buen seguro, mucho ms que el narrador de historietas ad usum discentis; pero su grandioso y dinmico friso de la edad es la obra de aquel afn, que no est forzado a quedarse disperso en las pequeas curiosidades y ancdotas sueltas, sino que es capaz de elevarse hasta el thauma total y unitario de una edad histrica, superlativo portento y pasmo. Pues bien, en el ingente trance histrico-poltico de la edad nos presenta la leyenda a aquellos hombres de buen consejo y legisladores, sus siete sabios, y como versificadores, cuando no verdaderos poetas, y viajeros. Y algo ms que la leyenda, la biografa histrica y la Historia, sta ya la del historiador de la edad, nos presenta al que sera sin rival el ms egregio de los siete, si el auge de la filosofa ulterior no le hubiera sobrepuesto el considerado por ella como su fundador, nos presenta a Soln de Atenas como [25] quien, usando de la elega para la apologa de su obra y vida polticas, hace entrar a stas en la poesa, y como quien viaja impulsado del mismo afn de saber, de la misma filosofa, que el historiador que hace

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

23

referencia a estos viajes y quiz no otra cosa que atribuir a este viajero sus propios mviles, para l, el historiador, slo patentes en semejante objetivacin en figura anterior -atribucin y patencia fundadas y comprensibles, si los mviles, invencin de la edad, tpicos en ella. Figuras las de los siete, pues, en notorio ajuste con la estructura y el movimiento de la edad. Mas he aqu que la sabidura de uno de ellos, el milesio Tales, se distingue, por la fsica, de la sabidura poltica de todos. Esta fsica prolfera atencin y apelacin a la physis, a la naturaleza -de las cosas, en sus continuadores, es que no tendr que ver con la aparicin de la potencia impersonal del nomos, en paradjica pero comprensible correlacin con el desencadenamiento de la subjetividad individual en la lrica -y en la democracia y la demagogia? Tanto ms cuanto que en las primeras reliquias relativamente suficientes que de ella nos quedan -vea el lector los fragmentos de Herclito-, el fsico, l, piensa y profiere la razn segn la cual sucede todo, a diferencia de los dems, almas de brbaros para ella, a quienes conmina a adherirse a ella, en una significativa comparacin doble: de esta adhesin con la de la ciudad a la ley y de la ley con los muros de la ciudad -tema ste de los muros que se puede seguir desde los orgenes de la lrica, a travs de ella, hasta la filosofa, desde ser el guerrero valiente el muro de su ciudad hasta ser esta muralla la potencia impersonal de la ley. La filosofa nace bajo el mismo signo de subjetividad que lrica e Historia, en el mismo mundo y edad, en la misma coyuntura poltica que ambas. Este orto de la fsica, [26] no en el horizonte, sino en el centro mismo del mundo de la poltica, de la lrica y de la Historia, es lo que hay que comprender, lo que tiene que explicar la Historia UNIVERSAL de la filosofa. Pongamos otro ejemplo -pero no, no lo pongamos. Contentmonos con indicar que para comprender la filosofa griega en su plenitud en Platn y en Aristteles, es necesario explicarla acudiendo a Tucdides y a los oradores como a la literatura teatral y a las obras de las artes plsticas. Para comprender la mismsima metafsica aristotlica, no meramente el significado de los teoremas acerca de la sustancia, hasta los culminantes acerca de la eterna, inmvil y no sensible, sino el sentido del buscar hombres esta sopha, doblemente divina, principalsima, propia del sabio del que no est bien que sea mandado, sino que mande -es menester llegar a la solucin al problema que se plantea desde tica, 1, 2; es menester, no ya la tica y la Poltica del filsofo, sino hasta su Retrica; y tampoco meramente para explicar y

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

24

comprender unos textos del autor por otros, al modo de los comentarios autnticos e histricos tradicionales, sino porque es menester la consideracin del mundo mismo que es objeto de los tratados mencionados y obtiene expresin en ellos. Bien entendido siempre que no se trata de la mera comprensin y explicacin histrica, sino histrico-filosfica de la filosofa, ya que la Historia de la Filosofa debe ser siempre Historia y filosofa. Pero la comprensin y explicacin filosfica ms profunda, ltima, que de la filosofa puede intentarse y preverse, es decir, que de s misma puede intentar y prever la propia filosofa, la de su ser en el mbito del ser de la vida humana, requiere la consideracin de los dems fenmenos, no filosficos, de esta vida. As, el presentarse la filosofa como afn de un saber de los [27] principios de las cosas y de vida que se articula en un pensar y un habla peculiares, fuerza a considerar los fenmenos generales humanos del afn, el saber, el principiar, el pensar, el habla, que figuran en los dominios de la poltica y la retrica, entre otros. Historiador, profesor, aprendiz, aficionado, curioso, tienen, pues, que acudir y recurrir a lo que no es la filosofa para historiar, ensear, aprender, cultivar la filosofa, enterarse de lo que es. ste es el fundamento del consejo al vocado de la filosofa: practicar otra disciplina (32); que puede ensancharse a: vivir algo ms que la filosofa. Si el juvenil y vido principiante es incapaz de placeres y de pasiones, de virtudes o de vicios, si su vida es anodina, si no sabe nada de la vida qu diablos podr, llegar a entender de la filosofa? A pesar de toda su abstraccin de lo dems, la filosofa no funciona en el vaco, ni en el circundante, ni en el de su interior, sino que es slo prole de la fecundacin del pensamiento humano por la ciencia o por la experiencia de la vida. Hay, en suma, varios planos de comprensin y explicacin de la filosofa en su realidad histrica. Desde la comprensin y explicacin del estricto significado de las expresiones textuales, o de stas en su primaria referencia a los objetos ideales o reales mentados y en la ilacin lgica de las ideas as significadas por ellas, hasta el de la comprensin y explicacin de las relaciones de estas ideas con toda la realidad ideal, psquica, social, material, circundante. Y si el primero es aquel por el que hay que empezar para empezar a comprender, este ltimo es el nico que explica acabadamente, hasta donde es posible.

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

25

ste es el lugar de decir algo acerca de las traducciones. [28] Porque la traduccin se encuentra en una posicin peculiar entre la narracin determinativa o constitutiva de los hechos y la explicacin de stos. La traduccin afecta a la autenticidad de los textos y es interpretacin de ellos y hasta inicio del comentario. Establece el texto que lee quien no lee el original y esta operacin no es posible sin alteraciones ms o menos importantes de ste, salvo quiz en algn caso de traduccin a lengua prxima absolutamente excepcional. Estas alteraciones proceden del hecho de que traducir es persecucin de un ideal imposible, como fundado en un supuesto sin realidad. El traducir supone la equivalencia expresiva de las distintas lenguas, lo que es slo un ideal. Ya dentro de una lengua puede advertirse la falta de expresiones para determinadas realidades. El lector de esta antologa puede ver cmo Aristteles echa de menos en su lengua griega nombres para muchos de los excesos, defectos y posiciones intermedias en que consisten vicios y virtudes. Tales faltas en una lengua son particularmente sensibles desde otra. Porque las distintas lenguas no tienen, todas, expresiones para las mismas cosas. Ello se debe a algo ms profundo. Las lenguas responden a culturas y quiz hasta a mentes, colectivas, distintas. Y estas culturas no tienen los mismos ingredientes materiales y espirituales, estas mentes no perciben ni piensan lo mismo. Muchos norteamericanismos del espaol de Mxico son la prueba de la falta original de los objetos designados por ellos en la cultura mexicana. Anlogamente sucede con lo que no son cosas materiales. En unas lenguas faltan trminos para denominar, por ejemplo, sentimientos que tienen nombre en otras, o las unas tienen un solo trmino para denominar los que las otras distinguen con sendos. Indicio de que las mentes correspondientes a las primeras no distinguen lo que estas ltimas, acaso por no percibir, [29] o incluso no experimentar, algo de lo que experimentan y perciben las otras. El francs con su orgueil y el alemn con su Stolz no distinguen como nuestro espaol entre orgullo y soberbia. En la mayora de los casos, lo que pasa es que los trminos tienen significaciones plurales y las significaciones de los trminos de una lengua no se corresponden exactamente con las significaciones de los trminos de otra. Esto hace que un mismo trmino de una lengua figure en distintos contextos de ella con otras tantas de sus significaciones, y que al traducir no sea posible emplear un mismo trmino, sino que sea necesario hacer uso de distintos, consecuencia de todo punto perturbadora cuando el trmino original es un trmino cuya unidad es esencial, como sucede en los casos en que es un trmino tcnico filosfico. El lector encontrar en esta

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

26

antologa un ejemplo con el trmino griego aret traducido por virtud. Todo esto y otro tanto que no es posible ni interesa detallar, se debe en ltima instancia a la irrealidad del supuesto ms profundo de toda actividad de traduccin: la independencia de lo significado, o ms en general an de lo expresado por las expresiones, respecto de stas mismas. Para que en las distintas lenguas pudiera haber expresiones perfectamente equivalentes desde el punto de vista semntico, fuera menester que lo expresado pudiera expresarse indiferentemente con unas expresiones u otras, es decir, resultara indiferente a la diferencia entre las expresiones, independiente, pues, de ellas. Pero mucho dista de ser as. No hay solas las clsicas suposiciones real o formal, lgica y material, en que el mismo trmino significa el objeto, o la idea de este objeto, o a s mismo, el trmino; hay vinculaciones recprocas entre lo expresado y las expresiones, lo uno y las otras en cuanto tales, que se ven muy bien, por ejemplo, en los refranes: las equivalencias [30] entre los de distintas lenguas son en muchos casos meramente aproximadas. Estas dificultades tienen su potenciacin mxima en la traduccin del estilo. Aqu no cabe proceder sino artstica, genialmente -y cmo no se sentir el traductor que se advierte lejano a toda genialidad y aun al talento propiamente artstico. El estilo no puede traducirse ms que reproducindolo libremente con la intencin de producir un efecto anlogo al que produce el original -en rigor, un efecto sobre el lector actual anlogo al que produjera el original sobre el contemporneo del autor- para qu indicar los problemas historiogrficos, histricos, de composicin de lugar de unas personas en el de otras, de comprensin de unas por otras, a travs de culturas y tiempos, que esta intencin plantea. Traduccin es recreacin en todos los casos; en los ms arduos, empeo con alto componente de creacin. Por todo esto es por lo que la traduccin es, muy propiamente, interpretacin, y a travs de la parfrasis, indispensable o conveniente en muchos casos, por ejemplo, para hacer inteligible lo que sin ella no lo sera en absoluto o evitar una nota, es conato e inicio de la explicacin del texto, del comentario. El traductor, en suma, padece as cogido, por las efectivas discrepancias de las lenguas, entre su doble necesaria fidelidad: al original y a la lengua a que traduce, al pensamiento filosfico o potico y a su expresin tcnica y literaria, y a la propiedad de la lengua a que traduce, a la legibilidad en el sentido de la inteligibilidad y de la facilidad y fluidez - contrarios entre los cuales es demasiado frecuente no poder hallar ningn heraclitiano acople. Se debe concluir, sin duda, que el ideal es la lectura de los originales, y hasta se podra concluir que acaso fuera mejor

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

27

dedicar a la difusin de las lenguas los esfuerzos ofrendados a la actividad de traducir. Pero la verdad es que no hay [31] que exagerar. El ideal de la comprensin lo ms perfectamente autntica posible de los textos, no del pasado, ni de un pasado remoto, sino simplemente ajenos, no es ms que esto, un ideal, a la realizacin del que son otros tantos lmites cuantos nos confinan en nuestras individualidades a los humanos. La lectura de originales es tambin traduccin, interpretacin, explicacin, recreacin, no ya cuando es un principiante quien los deletrea, sino, y sin duda ms, cuando es un grande hombre cargado de saber quien los hace revivir con esta su sabidura y humanidad toda. Y dado as que todo traducir es recreacin, y puestos a escoger entre recreaciones, las que ms lo sean pueden ser las ms sugestivas, cuando menos -si este cuando menos es lcito... La traduccin es la mejor de las introducciones a la lectura de los originales y como tal debe ser utilizada por los principiantes y puede serlo por los doctos. Los hechos histricos hablan a favor de esta amplitud de criterio. Hay casi, casi culturas de traducciones y traducciones de ingente repercusin en las culturas. Pero si se quiere un caso muy agudo y muy ejemplar de lo que se puede hacer a base de traducciones, y para que la mencin del caso sea de todo punto pertinente en este libro, de traducciones de filosofa griega, bastar citar a Santo Toms y su Aristteles de Moerbeke -que no resulta excesivamente atenuado porque el Anglico Doctor pudiera consultar el texto griego y las traducciones de su hermano de religin sean un calco. Mas si por parte de su funcin explicativa es la Historia integracin, por parte de la narrativa es seleccin. Esta funcin selectiva empieza por ser obra de la misma historia: la historia es prdida [32] y destruccin material, base y medio de la funcin amnsica, prdida y destruccin psquica, que juntamente con la funcin mnmica, re y conmemorativa, concurre a la selectiva. Forzosa seleccin, de los hechos del pasado, porque es forzosa abreviatura de ste: la Historia no puede ser la historia por segunda vez. Esta seleccin es el trmino subjetivo que tiene por correlato objetivo la estructura, el relieve con que la realidad histrica se presenta ya a la primera mirada a ella -por lo que no hay ms remedio que representarse la historia de la filosofa, como en general la de la cultura, orogrficamente. La historia de la filosofa no se presenta integrada igualmente por todas las filosofas -en otro sentido que el dilucidado de la verdad y falsedad. Hay las filosofas de los grandes pensadores y las de los que no son tan

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

28

grandes, sino menores y hasta minsculos. De este relieve son elemento articulador las edades y culturas -antigua, moderna. La filosofa no culmina en una ms alta cumbre, sino en las ms altas cumbres de la antigua y de la moderna: un Platn y un Aristteles y un Descartes, un Kant, un Hegel. (Es una cuestin en lo que no voy a entrar aqu la del lugar y concepto de la filosofa medieval: prolongacin de la antigua, distinguindose de ambas la moderna, segn una interpretacin generalizada hasta la interpretacin ms reciente, segn la cual la del medievo, origen de la moderna, distinguindose ambas de la antigua) (33). Y l, el objetivo relieve, es la traduccin figurada de una jerarqua de valor. Conformmonos con reconocer todo esto como otros tantos hechos, sin intentar desarrollar, ni siquiera enunciar ntegramente, los formidables problemas que estos hechos plantean: en qu consista la grandeza de los pensadores, [33] cmo y por qu la articulacin por las edades y culturas... A excepcin de tocar el punto siguiente. Las ideas evolucionistas del siglo pasado dieron una importancia singular a los orgenes de las cosas en general. Los orgenes de las cosas contendran los elementos esenciales de ellas, sin las adherencias y complicaciones en que consistira el desarrollo. Por consiguiente, en sus orgenes se podra conocer y dar a conocer con distincin nica la naturaleza de las cosas. Y por resumirse la evolucin de la especie en el desarrollo de cada individuo de ella, los orgenes del individuo y de la especie seran hasta cierto punto intercambiables desde estos puntos nticos, gnoseolgicos y didcticos. En aplicacin ms o menos consciente y expresa de estas ideas, se ha atribuido a los orgenes de la filosofa un singular valor de iniciacin en ella. El hombre entrara de la mejor manera en la filosofa por donde entr de hecho en ella la Humanidad. Los primeros filsofos habran planteado los problemas, eternos, de la filosofa y formulado soluciones, tambin eternas, a ellos, en trminos de una lapidaria simplicidad y grandiosidad, como no cargados todava por el lastre de los ulteriores datos y conceptos histricos (34). Mas las ideas evolucionistas del siglo pasado se han vuelto de entonces ac problemticas, cuando menos. Es posible que la naturaleza de las cosas slo sea autnticamente aprehensible en la madurez de su desarrollo, en las formas adultas y perfectas. Que no quepa juzgar de las cosas por sus orgenes, sino de los orgenes por la plenitud, como formas, los orgenes, deficientes an de sta ltima. Que la evolucin y desarrollo no consistan en la mera adhesin sucesiva de elementos

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

29

accidentales [34] y perifricos al mero despliegue y patentizacin de miembros ntegramente preformados, sino incorporacin reiterada de ingredientes tan esenciales como nuevos, verdadera continua creacin. Que, en fin, el presunto resumen de la evolucin de la especie en el desarrollo del individuo sea muy diferente de lo resumido. Pero como quiera que sea de las ideas generales, en el caso particular de la filosofa son de hecho los orgenes singularmente instructivos, relevantes. La filosofa empieza con alturas, acantilada sobre las ondas de la cultura prefilosfica, al elevado nivel que en general se arroga dentro de lo humano. Simples por originarias o no, las primeras filosofas son paradigmas cimeros y perennes de la filosofa. En suma, la Historia resulta organizada por dos principios antitticos que han de conciliarse en ella. Ha de extenderse desde los orgenes hasta la actualidad y a toda la anchura de la vida -y dentro de esta doble dimensin ha de entresacar los hechos ms o nicos relevantes, valiosos. De su parte, la enseanza implica tambin una seleccin forzosa. Por ser tambin abreviatura, de lo que ensea, forzada por la temporalidad del hombre. La enseanza de una disciplina no puede ser la disciplina misma. Ms en general, no es posible aprender todo, sino parte; ni sino ir aprendiendo, por partes. El criterio de esta seleccin didctica es doble: la importancia objetiva de la materia, en el cuerpo mismo de la disciplina correspondiente, y, su adecuacin didctica, su asequibilidad (35) al principiante, su facilidad. As, una enseanza histrica implica, en definitiva, una seleccin en segunda potencia: la historiogrfica y la didctica. El doble criterio de la seleccin didctica, al ser aplicado en la enseanza de la filosofa, plantea cuestiones, promueve [35] conflictos especficos de esta enseanza, como originadas por su objeto, sui generis. La concepcin historicista de la inherencia de las filosofas de todas las edades y culturas a la filosofa, fomenta la tendencia a iniciar ya en la filosofa por medio de la Historia de la filosofa en su totalidad universal. Pero, sobre que ya la Historia implica seleccin en esta totalidad, tambin en filosofa hay que principiar, principiar por alguna parte, por algo: ni todo el que se interesa por la filosofa puede pasar de principiante, ni pueden menos de empezar por ser principiantes quienes hayan de ser ms. La naturaleza misma de la Historia y de la enseanza fuerza, pues, a reducir la historia enseada a las cumbres de su totalidad. Pero, ya as, a las cumbres eminentes

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

30

a lo largo de toda su totalidad. Dialctica histrico-filosfica y didctica. Mas como se trata de ensear la filosofa en su autenticidad misma, partiendo de sus textos, todo se reduce a discernir los ms importantes histrico-filosficamente -cosa juzgada. Pero no son precisamente los ms fciles. Hay textos filosficos ms fciles. No suelen ser los ms importantes, ni mucho menos. Qu compromiso procurar? Es alguno posible? A fondo: tendra un compromiso tal, sentido en filosofa? Tambin el desarrollo y resolucin de estas cuestiones excede de los lmites de esta introduccin. Han de bastar las conclusiones a que se ha ajustado esta antologa. A la filosofa y a su presunto valor formativo -principal fundamento justificable de su enseanza y en general difusin- es inherente cuando menos una buena dosis de dificultad. En materia de enseanza de la filosofa, la facilidad no debe buscarse en los textos mismos, sino por medio del comentario: no textos fciles, sino facilitarlos, he aqu el lema. Por ende, primado del criterio de la importancia [36] en la eleccin de los textos, sin compromiso con la facilidad -y satisfaccin de que no resulten en conjunto precisamente los ms difciles de toda la historia de la filosofa- y esfuerzo por facilitarlos ya con la traduccin misma, y con la introduccin, por parte del autor, y por parte del lector, con los materiales que aportan las publicaciones citadas en la bibliografa, si a tanto como a moverle a ensanchar su aplicacin hasta ellas llega su aficin o vocacin por la filosofa. Otro conflicto en apretado nudo con el anterior, porque la dificultad o facilidad de los textos est en relacin con sus dimensiones, es el que se promueve entre la esencial unidad orgnica de las obras y la seleccin forzosa a la Historia y a la enseanza. Las prdidas materiales de la historia arrojan hasta el presente slo fragmentos de las obras ms antiguas: la unidad de las obras impone el esfuerzo de reconstruccin, sobre la base del conocimiento de la totalidad de las reliquias y de las noticias sobre ellas. Pero, en sentido contrario, siendo la unidad de las obras refractaria, si no francamente adversa, a las pginas escogidas y por ende el ideal el conocimiento de las obras en su integridad, la forzosa seleccin, la necesidad de ir por partes, se opone a este ideal. Por ventura hay obras de menor extensin, partes de obras con unidad de sentido relativamente autnoma, documentos insertos. La tendencia, siquiera, debe ser a preferir estas obras, partes y documentos sobre las meras pginas escogidas (36).

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

31

Ya la Historia implica una actividad antolgica. Una antologa como sta se remite, a la inversa, a una serie de operaciones historiogrficas -aparte las didcticas y filosficas: ya el escoger los textos y traducirlos, no slo [37] el comentarlos histricamente, son actos de saber histrico. Mas todas las funciones de la Historia, y de la enseanza histrica, se efectan desde la actualidad, en la actualidad. No haya engao sobre este punto. No es posible reducirse exhaustivamente a lo histrico. El ms extremado historicismo tiene un lmite actual, actualista. Los hechos que se selecciona para narrarlos y los que se aduce para explicar los que se narra, son iluminados por las ideas actuales: las ideas actuales son un haz de rayos sobre lo pretrito que ilumina slo partes, dejando en penumbras y sombras el ancho resto, y el panorama de lo pasado vara as con el presente -pero es porque hay, en incesante renovacin, ideas actuales, porque las tienen incluso quienes piensan no tenerlas sino arcaicas. El historicismo es comprensin del presente por el pasado. Despus de haber sido la historia; la vida humana, origen de la filosofa, y siendo siempre lo nico que puede dar a la filosofa un sentido, ha venido a ser tema de la filosofa, y a ser rgano de sta la Historia. El filsofo de hoy, ms que el de ninguna otra edad anterior, para exponer su pensar, habla por boca de clsico. La contrapartida es la comprensin, recproca, del pasado por el presente; la realizacin misma de aqul por este ltimo. Hasta quien piensa limitarse a adherir a una filosofa de otros tiempos y a profesarla, lo hace por motivos que no figuraban en aquella filosofa, sino que son personales suyos, actuales. Y estos motivos seran su autntica filosofa, si a tanto llegasen como a ser en general una filosofa. Y todo esto es as, porque tal es la naturaleza humana -y nada menos. El hombre es, a cada actual instante de su ser, que es un ser en instantes, de instantes, lo que ha sido hasta el instante actual. Pero el instante actual es el ser en que es lo que ha sido hasta l y en que lo que ha sido hasta l es. Es el cuerpo, [38] la realidad infranqueable, de que no puede salir, ms all de la cual no puede saltar. Esta antologa histrica es un producto del historicismo actual. [39] Las objeciones ms fuertes que pueden hacerse a la iniciacin histrica en la filosofa son sin duda la de Baudin, Ob. cit., que no da una formacin filosfica, sino una seudocompetencia en Historia de la Filosofa; y la de que esta seudocompetencia, como en general el historicismo, engendra el escepticismo. Es fcil ver que la primera est influida por la idea de que la filosofa

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

32

no es toda la historia de la filosofa por igual, pues si es por igual toda esta historia, no cabe ms iniciacin, ya, en la filosofa que la iniciacin en su historia toda. Adems, se refiere a la iniciacin en la filosofa y no a la ulterior formacin en sta; pero a m me parece invlida para la iniciacin misma. El que la iniciacin histrica no d, es decir, no haya dado en general hasta aqu una formacin filosfica, no acarrea forzosamente que no la haya dado en ningn caso, ni, en todo caso, que no pueda darla. A m me parece que esto depende de que el mtodo histrico se emplee peor o mejor, no se complete o se complete adecuadamente con el de la lectura y comentario de textos: ensear meramente un manual de Historia de la Filosofa, en lugar de leer y explicar los clsicos -como un manual de Historia literaria, en lugar de leer y explicar los clsicos de la literatura- no es, ciertamente, para formar en la filosofa. Mas hasta qu punto la formacin filosfica es concebida en la actualidad forzosamente como histrica ya desde la iniciacin, incluso por los partidarios de la misma escuela o direccin filosfica que Baudin neoescolasticismo ms o menos estricto- se ve bien por la reciente Introduction la philosophie de L. de Raeymaeker. En cuanto a la segunda objecin, es -todo el problema, de vida o muerte, de la filosofa en la actualidad. Me limitar a sostener, pues, que la solucin no puede consistir en pretender ignorar la historia, para evitar el escepticismo, porque la historia est ah, viene sobre nosotros, y la pretensin se reducira a pretensin y a conducta de avestruz en filosofa, sino que slo puede consistir en superar el escepticismo historicista por medio de una concepcin verdadera, esto es, histrica, de la historia y de la verdad -que la Historia filosfica de la filosofa y ella sola puede ensear al pensador y al principiante.

IILa presente antologa ha nacido de un ejercicio de la enseanza inspirado por las ideas expuestas en lo anterior. Los textos que figuran en ella haban sido, en su gran mayor parte, traducidos para los cursos del autor en Zaragoza y Madrid, desde 1930, y explicados en estos cursos, algunos de ellos repetidas veces. La publicacin responde al deseo de proporcionar a los profesores y estudiantes de filosofa, y en general al pblico culto y curioso, de los pases de lengua espaola, materiales y medios que hube de preparar y reunir para mis alumnos y oyentes. A este deseo me han movido la personal experiencia y las ajenas noticias del creciente inters por las conferencias y hasta por los cursos acadmicos de filosofa, por las publicaciones

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

33

filosficas de toda ndole, en suma, por la filosofa, en estos pases. Es cierto que en el momento de escribir estas lneas los tremebundos acontecimientos mundiales pueden hacer dudar de la tranquilidad de los espritus para seguir fijando su atencin en temas tales y no dejrsela arrastrar por azorantes inminencias. Pero la Historia puede efundir serenidad aqu. Pues ella ensea cmo a travs de las ms arremolinadas vicisitudes del pasado, en mitad mismo del torbellino -fin del mundo antiguo, guerras de religin, revolucin francesa y guerras napolenicas, guerra del 14- filosofa, ciencia, arte... han proseguido su curso secular, milenario, y hasta han prodigado sus flores [40] ms escogidas y frutos de ms sazonada madurez. No est decidida an la competicin entre las duras armas obstinadas y las impalpables y no menos infatigables creaciones del espritu por el triunfo postrero en la historia. Me permito confiar, por tanto, en que los nuevos destinatarios del presente producto de mi trabajo profesional tengan an ocasiones de encontrar mi deseo de ponerlo a su disposicin plausible y merecedor de su agradecimiento. La obra puede ser utilizada como libro de iniciacin en la filosofa tanto como de estudio ms avanzado de la disciplina, con arreglo al mtodo en el auge expuesto y fundado a lo largo de las pginas precedentes. Por el pblico aludido, y por profesores y estudiantes en cursos de introduccin a la filosofa, filosofa general, historia de la filosofa, teora del conocimiento, ontologa y metafsica, tica y hasta pedagoga -que para todo esto dan la variedad, amplitud e importancia de los textos inclusos en la obra. Pues, en efecto, son estos textos los ms importantes de toda la filosofa griega, matriz arquetpica de toda la filosofa occidental. Por filosofa griega se entiende, ya toda la filosofa antigua, considerando que la filosofa del mundo helenstico-romano se reduce a la de escuelas griegas que tienen, adems, sus orgenes en la filosofa de Jonia, Magna Grecia y tica hasta Aristteles (37), ya esta filosofa a distincin de la del mundo helenstico-romano (38). ste es el sentido en que la entiendo aqu. Esta filosofa se considera tradicionalmente, con tradicin [41] que remonta ya a la Antigedad, dividida en tres perodos: presocrtico; socrtico -de los sofistas y Scrates;

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

34

postsocrtico -de los socrticos, eminentemente de los grandes sistemticos y fundadores de escuelas Platn y Aristteles (39). En el primer perodo, constituyen un centro culminante en torno al cual gravita la filosofa del perodo entero Herclito y Parmnides. Son estos dos pensadores, adems, los primeros de cuyas obras se han conservado fragmentos suficientes para hacerse una idea directa de ellas -si se excluye de los filsofos a Jenfanes, mantenindolo exclusivamente entre los poetas, como parece no deja de haber razones para hacerlo. La presente antologa contiene todos los fragmentos conservados de la nica obra, en prosa, de Herclito, y todos los conservados de la introduccin y de la primera parte del poema de Parmnides, obra nica tambin del autor. Esta primera parte del poema de Parmnides es la que ha dado a este pensador su rango en la historia de la filosofa, formulado tradicionalmente como el de creador de la ontologa. Los fragmentos conservados de la introduccin y de esta primera parte contrastan por la extensin e integridad con los breves todos y muchos muy dudosos conservados de la segunda parte, en nmero igual al de los conservados de la primera y muy escaso con relacin a la longitud y contenido presumibles de la segunda parte. Los textos de la filosofa presocrtica dados por la antologa son prcticamente, pues, los ms importantes de toda esta filosofa en su mutilada integridad actual. No ya sobre Scrates, que no fue escritor, sino tambin [42] sobre los sofistas, las fuentes ms importantes son las obras de los filsofos del tercer perodo, principalmente la de Platn (40). La obra de Platn debe tomarse, pues, como fuente de conocimiento triple: de la sofstica, de Scrates, de la filosofa -y personalidad- de su autor. La antologa comprende el texto ms importante de toda la obra platnica relativo a cada uno de estos tres temas de la Historia de la Filosofa. -Platn presenta a los principales sofistas en sus Protgoras, Gorgias y dos Hippias, cuadros escnicos de consumado realismo y deliciosa comicidad e irona- aunque no slo de esto; con descarada befa, a los personajillos en quienes la sofstica degeneraba hasta la bufonera de plaza pblica, en el Eutidemo; y en el Teetetes y el Sofista hace una crtica y una definicin definitivas de la sofstica, en su posicin y significacin centrales, desde la suya platnica. De todo esto he escogido el mito y discurso con que Protgoras, el ms importante de los sofistas desde el punto de vista filosfico-histrico, hace, en el dilogo que lleva su

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

35

nombre, una exposicin y defensa de la obra y naturaleza misma de la sofstica a la que puede reconocerse un grado pleno de autenticidad: Platn retrata con fidelidad todava, mucho ms que critica, en estas obras, como el Protgoras, de su primer perodo de creacin literaria (41). Scrates es orador nico en la Apologa, e interlocutor en todos los dilogos de Platn, con excepcin de las Leyes. Pero como reproduccin de la actividad y personalidad del maestro, y no mera utilizacin de su nombre para un ficticio expositor [43] del punto de vista platnico, no pueden tomarse sino las obras del aludido primer perodo de la obra literaria de Platn y el discurso de Alcibiades en el Banquete. Los documentos capitales de este conjunto son la Apologa y este discurso. Entre ambos he preferido la Apologa por contener ms datos biogrficos y por parecer que puede diputarse ms autntico an, en su seguramente mayor cercana temporal a la convivencia con el maestro, pero tambin por ser de una interpretacin menos compleja para el principiante, sobre todo entregado a sus solas fuerzas. Figura ntegra la primera parte, el discurso autobiogrfico, prescindiendo de la segunda, las palabras sobre la pena, y la tercera, la alocucin de despedida a los jueces-. En cuanto a la filosofa de Platn mismo, aun reduciendo el empeo de dar una muestra de ella al de dar una muestra meramente de la teora de las ideas en la forma clsica en que la exponen las obras centrales y maestras de la actividad toda filosfica y literaria de Platn, Fedn, Banquete, Fedro, Repblica, para que esta muestra tuviese una cierta plenitud de sentido, fuera menester que abarcase por lo menos los principales pasajes de los dilogos acabados de citar en que aparecen las ideas. He tenido que conformarme con entresacar la pgina culminante de la obra maestra de Platn, la archifamosa alegora de la caverna, y con ilustrarla a base del Fedn. En una publicacin reciente (42) hube de escribir un captulo que es un resumen de la teora de las ideas en el Fedn, hecho a base de la traduccin de las frases del texto, sin ms que la omisin de las intercaladas menos importantes o ininteresantes, entre ellas desde luego las de los interlocutores de Scrates: este captulo es reproducido aqu y seguramente ilustrar con autenticidad al lector acerca [44] del mundo inteligible que le muestra componiendo con el sensible el universo todo la alegora de la caverna. En cuanto a sta misma, da idea de la idea o visin del mundo de Platn, de la filosofa de ste como Weltanschauung; en general, de lo que es como Weltanschauung una filosofa. Para saber lo que la filosofa puede ser como algo ms, como discurso riguroso de la razn, partiendo de la observacin aguda de los fenmenos de la experiencia, entra el libro L (43) de la Metafsica de

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

36

Aristteles ntegro en esta antologa. As es como puede servir sta a dar a conocer la filosofa y a ejercitar en ella con la variedad que a ella misma es propia. -De todas maneras es el vasto mundo de la obra platnica el que resulta reflejado con mayor, singular penuria en esta antologa: si la fortuna del libro alcanzase un da la segunda edicin, sera aumentado en esta parte platnica con sendos documentos nuevos y tan importantes acerca de la sofstica, de Scrates y de la filosofa platnica- el discurso de Calicles en el Gorgias, el de Alcibiades en el Banquete y algunos, siquiera, de los aludidos pasajes sobre la teora de las ideas en su ntegro tenor literal. La filosofa de Aristteles culmina en su Metafsica y tica. La Metafsica es una obra en que los primeros editores de las de Aristteles articularon escritos del filsofo -y quiz alguno no de l mismo, sino de su escuela inmediata- de distintas etapas de su desarrollo filosfico -que tambin Aristteles lo tuvo- y de su actividad literaria, y distinto grado y forma de redaccin. El libro L por s solo representara una primera redaccin del sistema metafsico [45] de Aristteles, sumaria pero completa; un verdadero, pues, sistema de metafsica in nuce (Jaeger-Stenzel) (44). La mayora de los dems libros, principalmente los centrales, una segunda redaccin, ms amplia, pero incompleta: falta nada menos que la doctrina con que culmina la teora de la sustancia a que se reduce el sistema (vase el comienzo del libro L en esta antologa), la doctrina de la sustancia eterna, inmvil, no sensible, la doctrina de Dios. El sistema no puede completarse sino mediante el libro L. As es como lo completaron aquellos editores, situando el libro, a pesar de su primera mitad, a continuacin de los centrales. Esta antologa reproduce el libro L ntegro, pues no es menoscabo de su integridad la omisin del captulo 8, texto interpolado, de una etapa posterior, que contradice y rectifica la doctrina del libro, la suma, clsica e histricamente influyente de Aristteles. Esta antologa da con este libro, por tanto, el texto en que culmina la filosofa griega y toda la antigua, una de las cumbres ms altas de la universal entera; el texto de una doctrina filosfica de incomparable repercusin a lo largo de todas las edades subsiguientes en la historia de la cultura occidental y a lo ancho de toda esta cultura, no dentro de la filosofa sola. Cierto, el texto es difcil, sobre todo la primera mitad, los captulos 1 a 5. El estudiante necesitar particularmente del profesor, el lector nefito

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

37

de la ayuda de los medios que ponen a su disposicin obras como las citadas en la Bibliografa al final de esta Introduccin. Pero el esfuerzo se experimentar recompensado. Al libro L preceden los dos primeros captulos de toda la Metafsica y el principio del tercero. En los dos primeros, prlogo a la obra, con unidad literaria y de sentido, [46] expone Aristteles su idea de la filosofa -es decir, tiene su expresin la conciencia que la filosofa griega lleg a tener de s misma definitivamente y ha sido decisiva para toda la occidental. El principio del captulo tercero completa los datos e interpretacin de los orgenes de la filosofa de los dos primeros con datos ms precisos y muy interesantes. De toda la tica de Aristteles me parece el trozo ms importante el que cierra la antologa, los captulos del libro II que exponen la clsica teora de la virtud como una posicin intermedia entre dos extremos, uno por exceso y otro por defecto, la llamada doctrina del trmino medio. Esta teora no slo da el plan de la parte central y ms amplia de toda la tica, como teora tica fundamental; suministra un antecedente clsico de la significacin que ha venido a tener la tica con arreglo a la filosofa ms reciente (45). Sobre la base de una doctrina del hombre en que tica y antropologa se identifican, es una ontologa y metafsica esta filosofa. La teora aristotlica de la virtud como posicin intermedia no es la doctrina concerniente a un concepto moral, todo lo importante que se quiera, el de virtud; es toda una doctrina de la naturaleza humana. La aret griega no es nuestra virtud. Es la perfeccin y plenitud de las potencias constitutivas de una naturaleza, como la de los ojos o la del caballo, en un sentido afn al de la virtus latina, que se conserva parcialmente -slo- en expresiones espaolas como en virtud de. Y es eminentemente la perfeccin y plenitud de la naturaleza humana. Que esta perfeccin y plenitud consista [47] en un complejo de posiciones intermedias entre una pluralidad de parejas de extremos opuestos, quiere decir que el hombre es el ente a quien es privativa esta naturaleza constituida intrnsecamente por extremos y contrarios, tensin y oscilacin entre ellos, descentracin y concentracin en torno a las posiciones intermedias: naturaleza extremosa e intermediaria... -En la traduccin del discurso de Protgoras he indicado entre parntesis la progresin bien perceptible de los sentidos del trmino aret, al que no se puede menos de dar la traduccin tradicional de virtud. Vase tambin la Apologa, en esta antologa.

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

38

A los textos de que he tratado hasta aqu he antepuesto cuatro concernientes o pertenecientes a los orgenes de la filosofa, de acuerdo con las ideas acerca de la importancia de estos orgenes apuntadas en pasaje anterior. El primero de estos textos es uno en que Cicern hace un elocuente resumen de la historia de la filosofa desde sus orgenes y los de su nombre hasta las escuelas socrticas -orgenes de las postaristotlicas y con ellas del resto de la filosofa antigua. El ncleo del texto es la tradicin ms famosa acerca del origen del trmino filosofa, una tradicin que se remontaba por lo menos al platnico Herclides del Ponto y que el lector debe confrontar con los primeros captulos de la Metafsica aristotlica. El texto de Herodoto inserto a continuacin del ciceroniano encierra el pasaje en que se encuentra por primera vez, dentro de la literatura universal conservada hasta nosotros, un trmino de la familia del trmino filosofa, una forma del verbo filosofar. El contexto sugiere bien la significacin de la sabidura en que tuvo su origen la [48] filosofa con arreglo a la interpretacin que los griegos hicieron de ambas y es tradicional desde ellos. Texto a confrontar tambin con los primeros captulos de la Metafsica. En la traduccin he procurado que el lector pueda hacerse cargo por s mismo de los pertinentes matices semnticos. Siguen los dos primeros fragmentos conservados de la filosofa occidental. Como puede ver el lector en el principio del captulo 3 del libro A de la Metafsica de Aristteles, los antiguos tenan por el primer filsofo a Tales de Mileto. Pero ste no escribi nada -es con mucho lo ms probable- o de sus escritos no conoca nada ya Aristteles. Su conciudadano y discpulo Anaximandro fue el primero que escribi una obra de filosofa. Y escritor fue asimismo el discpulo de Anaximandro y tambin ciudadano de Mileto, Anaxmenes. Pero de las obras de ambos no nos han conservado los antiguos ms que un solo y breve fragmento de cada uno, bien que expresivos ambos del ncleo mismo de la correspondiente doctrina. He incluido en la antologa estas dos venerables reliquias de los orgenes de la filosofa, rodeadas del contexto que las cita y que contribuye a explicarlas. Los textos estn reproducidos en general sin cortes internos. En el de Cicern y en el de la tica de Aristteles he suprimido las frases, pocas y breves, que remiten a otros lugares de la

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

39

obra y alguna anloga. Al de la alegora de la caverna he aadido dos trozos poco posteriores que iluminan sobremanera el contorno poltico de la Weltanschauung platnica. La totalidad compone un conjunto considerable de textos filosficos de primer orden, suficiente para dar [49] idea de la filosofa y formar en ella con autenticidad y seriedad tales, que quien los aborde como principiante, al llegar al cabo de su estudio, habr dejado de serlo en buena medida. [51] Bibliografa Quien quiera un libro en espaol para iniciarse en la historia de la filosofa griega, debe preferir: 1. L. Robin: El pensamiento griego (Trad. de J. Xirau). Quien quiera orientarse en la bibliografa, con arreglo al estado de la investigacin histricofilosfica: 2. W. Windelband-H. Heimsoeth: Lehrbuch der Geschichte der Philosophie (13 ed., 1935). (Trad. espaola en preparacin para la Editorial Losada, Buenos Aires, Argentina.) Las exposiciones ms importantes de la filosofa griega, desde un punto de vista ms reciente, son: 3. J. Stenzel: Metaphysik des Alteriums y en conexin con toda la cultura griega: 4. W. Jaeger: Paideia (Un primer tomo solamente hasta ahora). 5. (Trad. inglesa de Gilbert Highet. Oxford, 1939. Y espaola en preparacin para el Fondo de Cultura Econmica de Mxico, por J. Xirau.) Amplia seleccin de los textos originales de los filsofos, bigrafos y doxgrafos antiguos, con notas, nica hasta ahora: 6. H. Ritter-L. Preller: Historia philosophiae graecae (10 ed., 1934).

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

40

Los fragmentos de los presocrticos y los textos de los [52] bigrafos y doxgrafos antiguos referentes a ellos estn editados con traduccin de los primeros, en: 7. H. Diels: Die Fragmente der Vorsokratiker (ltima ed., por W. Kranz, 1934). La obra ms importante sobre los presocrticos, conteniendo la traduccin de sus fragmentos y de los principales textos doxogrficos referentes a ellos y escrita en un estilo que la hace asequible al nefito: 8. J. Burnet: Early greek philosophy. 9. (Trad. francesa por A. Reymond con el ttulo L'aurore de la philosophie grecque.) Como edicin de Platn puede utilizarse: l0. La de la Collection des Universits de France (Collection Bud), (Con traduccin, introduccin y notas.) 11. La traduccin de la Nueva Biblioteca Filosfica (Espasa-Calpe) es la espaola ms reciente, aunque, por ahora, no se puede dejar de preferir en general las hechas en otras lenguas. El libro de conjunto sobre Platn, desde un punto de vista ms reciente, es: 12. J. Stenzel: Platon der Erzieher La Metafsica de Aristteles est editada por: 13. W. D. Ross (con introduccin y comentario). 14. La Biblioteca Teubneriana. La tica, por: 15. La Biblioteca Teubneriana. 16. La Biblioteca Oxoniense. Traducciones de la Metafsica por:

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

41

17. J. Tricot (francesa, con notas). 18. A. Carlini (italiana, con notas). 19. F. Gallach Pals (Nueva Biblioteca Filosfica, espaola). [53] De la tica, por: 20. J. Souilh y G. Gruchon (Francesa, Libros I y II, con comentario, en los Archives de Philosophie, Vol. VII, cuaderno I, 1929.) 21. F. Gallach Pals (Nueva Biblioteca Filosfica, espaola) Sobre Aristteles: 22. W. D. Ross: Aristotle 23. (Trad. francesa) Pero sobre todo: 24. W. Jaeger: Aristoteles 25. (Trad. italiana) La presente antologa estaba en preparacin en Espaa al estallar la guerra civil. Estaban hechas ya las traducciones de los fragmentos de Anaximandro, Anaxmenes, Herclito y Parmnides, la Apologa y los captulos 1, 2 y 3 del libro A y el libro L de la Metafsica, pero con excepcin de la de este libro quedaron en Madrid. Para revisar la de este libro, rehacer las otras y concluir la obra tal como se da a luz, he podido utilizar slo las publicaciones sealadas con los nmeros 2, 6, 9, 10, 14, 16, 17 y 20 -esta ltima gracias a la amistad del Prof. D. Antonio Gmez Robledo, a quien quiero expresar aqu mi agradecimiento- ms las ediciones del libro I de Herodoto y de las Cuestiones Tusculanas en la Collection Bud: por sus sugestiones acerca de la traduccin del texto tomado a estas ltimas, debo expresar mi agradecimiento tambin a mi compaero de Madrid el Prof. D. Agustn Millares.

Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

42

Como Ritter-Preller (6) no trae todos los fragmentos de Herclito y Parmnides, de los pocos, y menos importantes, que no trae -y son los sealados con asterisco- he traducido la versin qu