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Licenciatura en Educación Secundaria
Campo de formación específica
Especialidad: Formación Cívica y Ética
Programa para la Transformación
y el Fortalecimiento Académicos
de las Escuelas Normales
Septiembre 2000
México
Secretaría de Educación Pública
Subsecretaría de Educación Básica y Normal
2
Presentación
La educación secundaria, fase final de la educación básica, tiene como propósito
fundamental propiciar en los niños y adolescentes mexicanos el desarrollo de las
habilidades intelectuales básicas necesarias para aprender permanentemente en forma
autónoma y para actuar con iniciativa y eficacia en las múltiples situaciones de la vida
cotidiana. Asimismo, se espera que la educación secundaria contribuya a consolidar la
adquisición de conocimientos básicos acerca del mundo natural y social, así como a la
formación de actitudes y valores que son necesarios para la convivencia social y la
incorporación responsable a la vida adulta y al trabajo productivo.
Este planteamiento establece como prioridad de la educación secundaria el desarrollo de
habilidades intelectuales, tales como la capacidad para seleccionar y usar información, para
analizar y emitir juicios propios acerca de la realidad social y natural, el desarrollo de
hábitos de indagación y de estudio para seguir aprendiendo autónomamente, así como la
formación de valores y actitudes, antes que la adquisición de información específica sobre
diversos campos del saber.
En congruencia con estas metas, a partir de 1993 se establecieron nuevos programas de
estudio para la educación secundaria, y en cada uno se ha promovido la reorientación de las
prácticas de enseñanza. En el caso de la formación cívica y ética, en el periodo reciente se
han efectuado cambios con la finalidad de responder a las necesidades educativas actuales
de los adolescentes. En primer lugar, se restableció el civismo, junto con la geografía e
historia como asignaturas específicas en sustitución del área de ciencias sociales.
Posteriormente, se estableció la asignatura de Formación Cívica y Ética, en sustitución de
“Civismo” y “Orientación Educativa”; esta nueva asignatura integra los contenidos de
ambas, pero además incluye temas de estudio que permiten iniciar a los estudiantes en la
reflexión ética, a partir de sus intereses vitales y los problemas sociales cotidianos; al
mismo tiempo se ha replanteado la propuesta de trabajo para abordar los contenidos. De
este modo se enfatiza el sentido formativo de este campo y se hacen más significativos para
los adolescentes de hoy los contenidos de estudio.
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Esta nueva orientación demanda una transformación de las concepciones y prácticas
vigentes en la escuela secundaria y, por lo tanto, en la formación inicial de los profesores.
Por esta razón se ha establecido un nuevo plan de estudios de la Licenciatura en educación
secundaria, el cual establece las orientaciones y los contenidos para la formación común a
todos los profesores de educación secundaria.
El diseño y la puesta en marcha de un nuevo plan de estudios para la formación inicial de
los profesores de educación secundaria tiene como propósito contribuir al mejoramiento de
la práctica docente, de tal manera que ésta responda mejor a las características, intereses y
necesidades de los adolescentes, y sea más eficaz para el logro de los propósitos
establecidos para este nivel educativo.
Por atender estas necesidades el mapa curricular de la licenciatura en educación secundaria
se compone de tres campos: a) formación general para todos los profesores de educación
preescolar, primaria y secundaria, b) formación común para todos los profesores de
educación secundaria, c) formación específica para la enseñanza de una especialidad. Con
esta forma de organización de los estudios se pretende que los futuros maestros adquieran
las competencias y la sensibilidad para actuar como educadores de adolescentes y que,
además, sean capaces de trabajar con los contenidos de la asignatura de la especialidad en
la que se forman.
Tal como lo señala el Artículo 5 del Acuerdo 269, por el que se establece el Plan de
Estudios de la Licenciatura en Educación Secundaria, “las asignaturas que integran el
campo de formación específica, los contenidos básicos de sus programas de estudio y las
orientaciones académicas para el diseño y la elaboración de dichos programas, serán
determinados por la Secretaría de Educación Pública en el mapa curricular y las
disposiciones normativas que emitirá por cada una de las especialidades”.
Con esta base, y con la intención de aprovechar la experiencia profesional de los profesores
de las escuelas normales, la Secretaría de Educación Pública ha considerado conveniente
que la elaboración de los programas correspondientes a las asignaturas de formación
específica por especialidad sea una tarea que se realice en las propias escuelas normales,
atendiendo a los rasgos del perfil de egreso y a los criterios y orientaciones para la
organización de las actividades académicas establecidos en el Plan de estudios para la
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Licenciatura en Educación Secundaria 1999, y las disposiciones incluidas en el presente
documento.
Este documento es un complemento de ese plan de estudios y establece los cursos que
componen la especialidad Formación Ética y Cívica, los contenidos básicos de cada uno,
así como las características deberán reunir los programas de estudio de cada asignatura.
Esta versión es producto de las opiniones y propuestas del personal académico de las
escuelas normales y de reconocidos especialistas en formación cívica y ética.
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1. La formación cívica y ética en la escuela secundaria: propósitos y prácticas
educativas.
Los cambios curriculares han obedecido a la necesidad de fortalecer la formación de
valores y actitudes en los estudiantes de la escuela secundaria que los doten de bases firmes
para participar de manera responsable, crítica y creativa en las múltiples situaciones de la
vida cotidiana y, en particular, en la vida democrática.
Estas finalidades -derivadas directamente del Artículo Tercero constitucional- han sido
parte del discurso educativo y de los sucesivos planes y programas de estudio de la
educación básica; el origen de la escuela pública –en el último tercio del siglo XIX–
obedeció no sólo a la necesidad de difundir los conocimientos básicos sino también a la de
formar a los nuevos ciudadanos que requería la consolidación de la República. En la
historia de nuestro país la escuela ha contribuido a la formación de valores como la justicia,
la tolerancia, el patriotismo, entre otros, por el hecho mismo de su existencia como espacio
civilizado de convivencia –donde concurren niñas y niños independientemente de su origen
étnico, posición social o creencias religiosas– y mediante el logro de otros propósitos como
la difusión de la lectura, el conocimiento de la geografía o de la historia. Además de esta
contribución general siempre ha existido un espacio curricular dedicado a la reflexión y
conocimiento de los rasgos de la organización política de México, de los derechos y
deberes de los ciudadanos, así como de los mecanismos para su protección, y se han
promovido la formación de valores tales como el respeto a la dignidad de la persona, la
solidaridad, la participación responsable, la identidad nacional, entre otros.
Sin embargo, al paso del tiempo, la formación de valores éticos y cívicos como tarea de la
escuela se diluyó en forma notable y, con frecuencia, se ha reducido a la realización de
rituales cívicos o al estudio excesivamente formalizado de los derechos y deberes de los
ciudadanos y de la organización político-administrativa de nuestro país; en resumen, se
simplificaron sus propósitos y se debilitó su carácter formativo e intencionado.
Esta situación obedece a diversos factores, tanto los que se derivan de la organización y
funcionamiento de la escuela como los que refieren a la orientación de los estudios y la
práctica educativa. Los factores internos son, por lo menos, de dos tipos:
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a) Los relacionados con la organización del trabajo académico de la educación
secundaria, establecida desde hace varias décadas, y que rige a todos los planteles
(como la organización de los contenidos en disciplinas y el número de asignaturas,
el tiempo asignado a cada clase, el número de grupos que un maestro atiende, las
normas y prácticas de evaluación, entre otros). Así, por ejemplo, el ritmo de trabajo
de un profesor de educación secundaria, muchas veces, impide establecer un
contacto real y un diálogo con los alumnos más allá de la clase y, por lo tanto,
muchos temas y preocupaciones vitales de los adolescentes son ignorados en el
trabajo escolar
b) Los que se derivan de la dinámica interna de cada escuela: las formas en las que se
ejercen las responsabilidades laboral-profesionales, las formas de enseñanza y
evaluación, las normas –explícitas e implícitas- que rigen las relaciones entre
maestros, directivos y alumnos, las conductas de alumnos y personal docente que
son alentadas, permitidas y prohibidas, la relación entre la escuela y las madres y los
padres de familia, etcétera.
Estos factores ejercen una influencia decisiva en los resultados educativos que los alumnos
de cada escuela obtienen en cualquiera de los campos disciplinarios que estudian; pero,
indudablemente, su influencia es mayor en el campo de la formación de valores y actitudes.
Es un hecho que, cuando no existen metas y valores asumidos por todo el personal docente
y directivo de una escuela y, sobre todo, prácticas congruentes (en las formas de enseñanza,
en los estilos de relación con los estudiantes, en las formas de concebir y presentar el
conocimiento, etcétera) los alumnos están expuestos a mensajes diferentes o, más aún,
contradictorios entre sí.
Otro factor fundamental en este proceso de debilitamiento de la formación ética y cívica lo
constituye la organización de los estudios y su orientación “juridicista”, es decir, orientada,
en forma casi exclusiva, al estudio excesivamente formalizado de la legislación vigente y
de la organización del Estado mexicano, mediante la exposición didáctica y sin establecer
vínculos con los problemas cotidianos de los adolescentes o con situaciones sociales de las
que se enteran o participan; es decir, se ha privilegiado el ámbito cognoscitivo en
detrimento de la reflexión ética y la formación de actitudes. El establecimiento del área de
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ciencias sociales, que dio lugar a una yuxtaposición de objetivos específicos y contenidos
de diversas disciplinas ha sido un factor más en este proceso.
Los problemas sociales actuales, el surgimiento de signos de descomposición social en
distintos sectores de la población, así como la necesidad de fortalecer la vigencia de los
derechos humanos, el respeto de la legalidad, la democracia y, en suma, la necesidad de
mejorar la convivencia social, hacen indispensable prestar mayor atención a la formación
cívica y ética de las nuevas generaciones.
Ciertamente, la formación de estos valores es responsabilidad compartida de la sociedad en
su conjunto, la familia y la escuela; es decir, no es tarea exclusiva de esta institución, pero
es necesario reconocer que la influencia de la escuela en este campo es muy importante y
que es posible mejorarla radicalmente si los profesores cuentan con las herramientas
indispensables para intervenir explícitamente en la formación ética y cívica de sus alumnos,
no sólo cuando se traten específicamente estas cuestiones o temas, sino, sobre todo, durante
el proceso mismo de enseñanza, en las relaciones cotidianas con sus alumnos y colegas, es
decir, en todos los momentos de la vida escolar y en las relaciones con las familias de los
alumnos.
Estas son, en síntesis, las principales razones que justifican el establecimiento de una nueva
orientación para la formación cívica y para la inclusión explícita de la dimensión ética en la
formación de valores y actitudes, en los nuevos programas de educación secundaria y en la
formación inicial de los profesores que atienden este nivel educativo.
En los nuevos programas de esta asignatura se mantienen los objetivos y principos
históricamente establecidos respecto de la formación cívica y valoral, pero se incluyen,
además, temas dedicados a promover la reflexión ética a través de situaciones y problemas
más significativos para los adolescentes. Con esta reorientación se pretende que los
alumnos de la escuela secundaria alcancen los siguientes propósitos:
a) Que comprendan y asuman como principios de sus acciones y de sus relaciones con los
demás, los valores que la humanidad ha creado y consagrado como producto de su historia
y que son condiciones para una convivencia social que permita el desarrollo pleno de
mujeres y hombres: respeto y aprecio por la dignidad humana, libertad, justicia, tolerancia,
solidaridad, honestidad y apego a la verdad, entre los más importantes. Además de ello, tal
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como lo establece el Artículo Tercero es fundamental que la educación contribuya al
fortalecimiento de la identidad nacional con conciencia del carácter pluriétnico y
pluricultural de la nación, a la conciencia democrática y a la preservación de la soberanía
nacional.
b) Que obtengan un conocimiento suficiente de las normas que regulan la vida social, de los
deberes y derechos de los mexicanos y de los derechos humanos, así como los mecanismos
y recursos que la propia ley establece para su protección, de tal modo que cuenten con
elementos para combatir las violaciones a la legalidad, a los derechos propios o de otros y
para contribuir, de este modo, a la vigencia del estado de derecho. En este campo se ubica
el conocimiento de las garantías individuales, los derechos sociales y, en particular, el
derecho a la participación política, lo que, a su vez, implica la adquisición de nociones
básicas acerca de la organización del Estado Mexicano.
Para que estos grandes propósitos se logren efectivamente es necesario que la práctica
educativa en su conjunto, y no sólo en el espacio destinado específicamente a la formación
cívica y ética, se atiendan aspectos relacionados con el desarrollo personal y con las
habilidades sociales: a) en primer lugar, la afirmación de la identidad y la autonomía
personal, incluyendo la capacidad para valorar las capacidades propias y para conciliar sus
aspiraciones personales con las demandas que plantea y las oportunidades que ofrece la
vida social; c) en segundo lugar, el desarrollo de habilidades y actitudes que permiten el
diálogo, la comprensión y respeto a las opiniones diferentes, incluyendo la capacidad de
“ponerse en el lugar de los otros”, y c) las capacidades para tomar decisiones personales
fundamentadas ante situaciones que impliquen opciones de valor y para participar en la
toma de decisiones colectivas, así como para promover la solución pacífica de los
conflictos, sobre la base del respeto a la dignidad de las personas y a sus derechos.
La consecución de estos propósitos es una tarea del conjunto del personal docente y
directivo de cada escuela secundaria; es decir, implica que cada uno de los profesores,
independientemente de la asignatura que imparta contribuya deliberadamente a que los
alumnos alcancen estas metas. Sin embargo, para promover la articulación de los saberes de
los alumnos y la reflexión sistemática, en el plan de estudios de la educación secundaria se
destina espacio y tiempo específico.
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El logro de los fines establecidos en la asignatura de Formación Cívica y Ética demanda
una nueva orientación de la enseñanza y prácticas educativas distintas a las que prevalecen
actualmente. Algunos de los cambios más importantes son los siguientes:
§ De una concepción que reduce la formación cívica al estudio y aprendizaje de las
normas jurídicas y de la estructura política del Estado Mexicano a la inclusión de la
formación de valores personales firmes, la autonomía moral, basada en la asunción
reflexiva de normas de convivencia basadas en la responsabilidad, el respeto y la
tolerancia, como metas fundamentales de la formación ciudadana.
§ De una forma de trabajo que limita el aprendizaje a la recepción de información y al
aprendizaje de conceptos jurídicos o éticos, frecuentemente descontextualizados, al
planteamiento de estrategias y actividades que permitan a los alumnos desarrollar su
capacidad de reflexión ética y de análisis de los procesos sociales, así como establecer
relación entre estos conocimientos y su vida personal y de la comunidad en la que vive.
§ De la exposición didáctica como forma principal de enseñanza a la diversificación de
estrategias y actividades de enseñanza que plantee a los alumnos desafíos intelectuales
tomando en cuenta sus intereses y capacidades, y que demuestre mediante la práctica la
función de los valores y normas vigentes, sus posibilidades de transformación y la
importancia de la participación.
§ De una enseñanza predominantemente basada en la secuencia de un libro de texto, a
una enseñanza que aproveche los intereses de los alumnos y que emplee las múltiples
fuentes y motivos de estudio y reflexión que se desprenden de la vida escolar cotidiana,
los hechos sociales y los medios de comunicación.
§ De una concepción y práctica de evaluación dedicada a medir la información que los
alumnos retienen al final de una unidad de trabajo o un curso al establecimiento de
prácticas variadas de evaluación que permitan valorar la comprensión y el desarrollo de
habilidades y actitudes a lo largo del proceso de aprendizaje.
§ De una enseñanza dirigida a un grupo homogéneo a una que toma en cuenta las
diferencias individuales y las necesidades de apoyo y atención de los alumnos con
mayores dificultades en el aprendizaje.
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2. La formación inicial de los profesores de educación secundaria con especialidad en
formación cívica y ética.
Para que la reorientación de la enseñanza sea posible, es necesaria una formación distinta
de los profesores de educación secundaria, de tal modo que garantice la adquisición sólida
de los conocimientos disciplinarios relacionados con los contenidos escolares y un
conocimiento profundo de los procesos que los alumnos experimentan en ese periodo de su
vida, así como el desarrollo de las competencias didácticas que requiere el trabajo con los
adolescentes.
Es indispensable recordar que los alumnos de la escuela secundaria provienen de diversos
ambientes socioculturales y cuentan con diversos antecedentes y logros escolares; la
escuela básica tiene como misión que todos, alumnas y alumnos, independientemente de
sus antecedentes sociales o escolares, alcancen las metas educativas.
Para afrontar este reto se requiere un profesor dotado de las competencias profesionales, en
primer lugar, para comunicarse en diversos momentos con los adolescentes, conocer sus
preocupaciones e intereses siempre variados y, en segundo lugar, con base en el
conocimiento de este escenario educativo, sea capaz de seleccionar contenidos, proponer
diversas formas de tratamiento de tal modo que logre despertar el interés y la curiosidad de
los adolescentes para el conocimiento histórico. Sólo de este modo será posible hacer de la
escuela secundaria un ambiente intelectual y social estimulante y satisfactorio para
estudiantes y profesores.
Atendiendo a los argumentos expresados anteriormente, la formación especializada para la
enseñanza de la formación cívica y ética en la escuelas secundaria debe garantizar que los
futuros profesores adquieran las habilidades, conocimientos y actitudes que se señalan
enseguida, además de los que corresponden a la formación común:
a) Conocimiento de los valores que rigen la convivencia social en nuestra sociedad, y
que incluye los valores universales; sus fundamentos, su proceso de construcción y
sus implicaciones en la vida cotidiana, social y política.
b) Conocimiento de los principios de la legalidad, los derechos humanos, los derechos
y deberes de los mexicanos: los principios en los que se fundamentan, sus alcances,
los mecanismos para su protección y los procedimientos básicos implicados en su
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ejercicio. Asimismo, conocimiento de los “derechos de los niños” y sus
implicaciones para la práctica escolar y el desarrollo de los adolescentes.
c) Conocimiento de los principios, valores y procedimientos del régimen político
democrático, así como de los rasgos básicos de la organización del Estado
Mexicano y, en particular, de las instituciones asociadas al ejercicio de las garantías
individuales y sociales.
d) Conocimiento de los adolescentes, en particular de los procesos que siguen en el
ámbito del desarrollo valoral; en particular capacidad para observar e interpretar los
sucesos del aula, dialogar con los alumnos e interpretar sus preocupaciones e
intereses vitales.
e) Capacidad para aprovechar experiencias y situaciones de la vida escolar
(mecanismos de participación, reuniones, conflictos), así como las derivadas del
entorno social como medios para promover la reflexión acerca de los valores éticos
y cívicos.
f) Capacidad para intervenir y promover la solución pacífica de conflictos escolares y
extraescolares en las que se involucren los alumnos; en particular, para orientar y
apoyar a otros profesores de la escuela en estas cuestiones.
g) Capacidad para diseñar estrategias y poner en práctica actividades que permitan a
los alumnos el desarrollo de su autonomía y juicio moral, en particular para
formular juicios fundamentados ante situaciones que impliquen conflictos de valor,
así como para el promover el aprendizaje reflexivo de conceptos jurídicos y
políticos básicos.
h) Capacidad para diseñar y utilizar estrategias e instrumentos variados de evaluación
que permitan conocer la evolución de las actitudes de los alumnos, la comprensión
de nociones fundamentales y la capacidad para aplicar estos saberes en su vida
personal y social.
i) Capacidad para utilizar en forma creativa diversos recursos de enseñanza, en
especial para aprovechar educativamente los mensajes emitidos por los medios de
comunicación.
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El logro de los rasgos descritos hace necesario replantear la organización de los estudios en
la formación inicial de profesores. Una parte importante de esta reorganización se expresa
en los campos de asignaturas correspondientes a la formación general de profesores de
educación básica y al de formación común para todas las especialidades de educación
secundaria, tal como se muestra en el mapa curricular1.
1 Ver el mapa curricular que presenta el Plan de Estudios 1999 para la Licenciatura en Educación Secundaria.
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3. Líneas de formación de la especialidad en formación cívica y ética.
Para contribuir al logro del perfil descrito, la formación disciplinaria y didáctica en la
especialidad de formación cívica y ética se propiciará mediante el estudio de las asignaturas
agrupadas en las siguientes líneas de formación:
Línea: Formación disciplinaria
Esta línea se compone de dos grandes campos estrechamente relacionados: valores y
reflexión ética, y elementos básicos del derecho y la organización política de México.
Campo: Valores y reflexión ética.
Este campo está formada por tres asignaturas, aunque comparte contenidos con las
asignaturas de la línea didáctica, que tienen como propósito que los estudiantes normalistas
que cursan la especialidad de Formación Cívica y Ética conozcan y reflexionen acerca de la
importancia que tienen los valores en la sociedad y en la conducta personal, reconozcan que
los valores son una construcción histórica y, por tanto, incompletos y dinámicos, que
existen algunos que, por referirse a los hombres en cuanto seres humanos, son considerados
universales, y que otros se sostienen por el consenso social y por la significación particular
que les concede una sociedad, grupo o individuo. Esta reflexión permitirá a los normalistas
reflexionar sobre su propio esquema valoral y adquirir las bases para promover la
formación ética en los adolescentes.
Para promover esta reflexión, el primer curso, “Valores de la Convivencia Social”, se
orienta a que los estudiantes analicen y distingan entre los valores que son universales o
compartidos, que se encuentran implícitos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos: el valor de la vida, el respeto a la dignidad de la persona humana, la justicia, la
libertad responsable, la solidaridad y la tolerancia; los valores que nos caracterizan como
nación: la identidad nacional, la democracia, la soberanía, el pluralismo, que surgen de
nuestra propia visión del mundo, de nuestras circunstancias históricas y sociales; y los
valores que no son compartidos o que son contradictorios con los compartidos, llamados
también contravalores.
Este conocimiento puede favorecer, además, la reflexión sobre las distintas perspectivas
desde las que se ha orientado la educación moral en diversos momentos de la historia y las
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diferencias que se pueden observar entre los enfoques que predominan en la formación
valoral en distintos sistemas educativos, derivados de la prioridad que otorgan a uno u otro
tipo de valores y al lugar que les asignan en sus escalas axiológicas.
A diferencia de una inculcación doctrinaria o de un enfoque de neutralidad valoral, se
pretende que el futuro profesor de educación secundaria adquiera las competencias
necesarias para propiciar en los adolescentes la definición de principios valorales propios,
sustentada en los valores universales y nacionales y en el conocimiento de los
contravalores; así como para favorecer la crítica a partir de la argumentación de sus propias
soluciones morales. Es decir, lo que se busca es que el futuro maestro sepa orientar la
formación ética de los adolescentes para que construyan autónomamente su propio
esquema valoral, a partir de un proceso de reflexión y de diálogo que les permita el
descubrimiento de los valores, complementándolos, desde su propia cultura y personalidad,
para definir su proyecto de vida.
No se pretende que el conocimiento sobre estos valores se reduzca a la búsqueda y el
aprendizaje memorístico de sus definiciones; sino, por el contrario, se busca que los
estudiantes reconozcan los valores implicados en las acciones que se realizan en ámbitos y
situaciones diversas y dispongan de criterios para emitir juicios ante eventos que
representan conflictos de valores.
Así por ejemplo, al analizar el valor de la libertad, los estudiantes comprenderán que
existen varias formas en que se expresa este valor y que está acotado por el respeto a la
dignidad humana y por las libertades de otros. Al revisar el valor de la tolerancia, podrá
reconocer que existen expresiones en que este valor, ya sea por limitación o por exceso, se
traduce en formas de convivencia poco valiosas o, en ocasiones, en un contravalor cuando
atentan contra otros valores más importantes, por ejemplo, no es posible tolerar, aunque sea
una expresión de ciertos pueblos, el asesinato como una práctica religiosa, o la
discriminación racial como expresión de una cultura. O bien, al reflexionar sobre el respeto
a la vida, podrá discutir y argumentar sobre temas actuales derivados del avance de la
ciencia que se relacionan con la eugenesia o con la eutanasia, o sobre las implicaciones que
puede tener la reconstrucción del genoma humano.
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Adicionalmente, los estudiantes podrán reflexionar sobre cómo orientar a los adolescentes
en la toma de decisiones relacionadas con temas vitales: el cuidado de su persona, la
sexualidad, la drogadicción o el tabaquismo.
Esta asignatura permitirá que los estudiantes normalistas analicen con mayores elementos
los temas que se presentan en los dos cursos siguientes de esta línea denominados “Temas
Selectos de Reflexión Ética I y II”.
La reflexión sobre el sentido moral de la conducta de los seres humanos y sobre los
principios y valores que la orientan es uno de los temas más recurrentes y profundos en la
historia del pensamiento. En su forma mas rigurosa, la filosofía tiene a la moral como uno
de sus objetos esenciales de estudio y, en una forma distinta, menos sistemática, la creación
artística y los sentimientos religiosos se sustentan también en preocupaciones éticas.
Tratar de hacer, en dos cursos semestrales, una revisión ordenada y razonablemente
completa de los grandes temas de la reflexión ética a lo largo de la historia, conduciría a
elaborar una de esas panorámicas superficiales y artificialmente sistematizadas que son tan
comunes, y que sólo dejan un conocimiento inútil y que pronto se olvida. Por esta razón, se
propone que los programas de estos cursos incluyan un número reducido de temas –tres o
cuatro en cada uno– que los estudiantes podrán estudiar en diversas fuentes, para que
tengan la posibilidad de reflexionar sobre ellos y de discutirlos de manera informada.
Los temas seleccionados deberán ser particularmente relevantes, de esos que surgen una y
otra vez en la historia del pensamiento y que están relacionados con valores fundamentales
como la libertad, la responsabilidad, la lealtad o la felicidad. Asimismo, podrán incluirse
problemas de carácter más general, como el de los diversos sentidos que han sido atribuidos
a la relatividad de los valores, o por el contrario, a su naturaleza absoluta e invariable.
En uno de estos cursos, convendrá estudiar esos temas remitiéndose a situaciones en las
cuales se confrontan valores entre los cuales debe optar la persona involucrada, por ejemplo
entre la libertad y la lealtad, entre la felicidad propia y la justicia hacia los demás.
Igualmente será útil revisar algún tema atendiendo a su evolución histórica, para apreciar
los cambios que se han presentado en la manera de plantearlo y resolverlo a lo largo del
tiempo, y según la posición filosófica o ideológica de quien ha reflexionado sobre ellos.
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Una fuente básica para el estudio de los temas es la historia de la filosofía, puesto que la
reflexión ética ha estado presente en ella, por lo menos desde Sócrates y hasta pensadores
del siglo XX, como Bertrand Russell o Jean Paul Sartre. Sin embargo, existen muchas otras
fuentes posibles a las cuales se debe recurrir como materiales de reflexión, como la
literatura, el cine y la noticia cotidiana. Eso dará mayor vitalidad a los cursos y contribuirá
a evitar la aridez que suele acompañar a las formas librescas de enseñar filosofía.
El sentido general de los cursos, conforme la noción antes expuesta, es no sólo que los
estudiantes tengan la oportunidad de un aprendizaje auténtico de cuestiones esenciales de
su especialidad, sino también que adquieran la motivación para continuar estudiándolos de
manera autónoma y para que obtengan un referente pedagógico cuando trabajen con temas
semejantes en la escuela secundaria.
Campo: Elementos básicos del derecho y de la organización política de México.
En estos cursos los futuros maestros estudiarán temas relacionados con los principios y
valores en los que se fundamenta la democracia, la legalidad (igualdad ante la ley,
universalidad, etcétera) y las garantías individuales, así como los derechos humanos y
sociales. En particular, se analizará la relación que existe entre garantías individuales y los
derechos humanos (primera generación), así como la evolución que ha permitido integrar a
éstos los derechos sociales y de comunidades.
En cuanto a la democracia, se revisa de manera general la constitución histórica del
concepto y la forma como se ha expresado –a título de ejemplo- en distintas sociedades
para que los alumnos normalistas comprendan que la democracia, como forma de Estado,
es un modelo conceptual y que las evidencias históricas lo que muestran son
aproximaciones mayores o menores a ese modelo abstracto. Por eso la democracia
constituye un proceso de continua e interminable construcción cuyos elementos
fundamentales son las libertades democráticas, la igualdad política, la fraternidad, la
soberanía nacional y la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, ya sea por
vía directa (elecciones) o indirecta (partidos políticos, opinión pública, organizaciones no
gubernamentales).
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De la organización del Estado mexicano se revisan sus características más importantes (el
federalismo, la división de poderes, la organización municipal y los rasgos básicos del
mecanismo de integración de los poderes), así como algunos elementos históricos que
explican su actual conformación.
Línea: Formación didáctica
Con la finalidad de que los futuros profesores adquieran los conocimientos, las habilidades
y la sensibilidad necesarias para propiciar en los adolescentes la formación cívica y ética en
la escuela secundaria, la línea de formación didáctica abarca asignaturas dedicadas al
análisis de las características del enfoque, al diseño y aplicación de estrategias y recursos
que el profesor de secundaria puede utilizar en el aula para el trabajo didáctico con la
asignatura, así como a la planeación y evaluación del trabajo docente.
Antes del estudio de estrategias didácticas específicas, y debido a su importancia para el
trabajo educativo, se dedica un curso al estudio de los procesos de desarrollo moral de los
adolescentes. La comprensión de los procesos que implica el desarrollo del juicio moral, los
factores ambientales y escolares que lo influyen, las nociones sociales con las que se
relaciona, así como el papel que juega la experiencia es una de las bases más importantes
para diseñar estrategias y formas de trabajo que mejor contribuyan al logro de los
propósitos educativos.
Para favorecer el conocimiento y el desarrollo de las habilidades enunciadas en el punto
anterior (2), los futuros profesores analizarán un conjunto de estrategias para promover la
reflexión ética, el desarrollo de la autonomía y el juicio moral, así como el aprendizaje
comprensivo y vivencial de los derechos, los deberes y las nociones básicas de
organización política. Entre otras se revisarán las siguientes:
• El autoconocimiento y la expresión, que puede propiciarse a través de la clarificación
de una escala de valores propia: el análisis crítico permite conocer y clarificar lo que
cada quien valora y aprecia, así como las opiniones y sentimientos personales ante
conflictos de valor presentes en la realidad.
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• El desarrollo de las competencias autorreguladoras que favorezcan la toma de
conciencia para regular de manera autónoma la conducta, lo que a la vez favorece la
formación del autoconcepto y el fortalecimiento de la autoestima.
• El desarrollo de la perspectiva social y de la empatía para asumir roles distintos,
ponerse en el lugar de otros y expresar distintas posturas.
• El tratamiento y solución de conflictos, y su aprovechamiento como motivo de
reflexión y análisis.
• El análisis y la comprensión crítica de temas éticos relevantes, para desplegar la
discusión, la crítica, la autocrítica y la aceptación de las opiniones de los demás sobre
asuntos socialmente controvertidos; una estrategia a la que se deberá prestar especial
atención es el planteamiento de dilemas morales en situaciones que presentan un
conflicto de valor que exige la elección personal entre alternativas equiparables, lo que
demanda pensar cuál es la mejor decisión y fundamentarla en razonamientos
moralmente válidos.
• La reflexión sobre el carácter abstracto de conceptos tales como derechos, la naturaleza
de las leyes, la organización del gobierno, las relaciones políticas y las demarcaciones
geográfico-administrativas, la dificultad que implica el aprendizaje de estos contenidos
para los adolescentes, como base para diseñar estrategias que favorezcan su aprendizaje
reflexivo.
• El uso de los medios de comunicación de masas –en particular la televisión y la prensa–
el análisis de sus efectos y la identificación de estrategias para aprovecharlos con
sentido crítico como destinatarios de los mensajes, es un asunto de especial importancia
en la adquisición de las habilidades de enseñanza para trabajar con los adolescentes.
Las estrategias enunciadas no se analizan en sí mismas, sino relacionadas con hechos
sociales o experiencias personales que, por ser de interés individual o colectivo dan lugar a
una reflexión genuina y a la toma de decisiones consciente. Temas como la sexualidad, las
adicciones, el derecho a la educación y la responsabilidad social, el papel de las normas en
la sociedad, la soberanía, la honestidad (entre muchos otros), adquieren sentido cuando son
19
analizados en situaciones concretas que dan lugar a la expresión de ideas, al diálogo y a la
argumentación informada.
Los estudiantes normalistas comprenderán que en la escuela secundaria, la formación cívica
y ética tiene disponibles, como ninguna otra asignatura, recursos en torno a los cuales es
posible la reflexión sistemática e intencionada sobre temas éticos: los sucesos de la vida
escolar cotidiana (los conflictos que se presentan entre alumnos, entre alumnos y maestros,
o los que se originan en la familia y se manifiestan en la escuela), los temas o noticias de
actualidad, o bien temas de interés para los adolescentes que pueden verse en distintos
medios (el cine, la televisión) son, entre otros, recursos que pueden ser aprovechados en la
clase para enfrentar a los adolescentes a la discusión de dilemas morales en los que deban
discernir y comprender los valores que están en juego.
Para lograr que los normalistas alcancen los rasgos del perfil como futuros profesores de
formación cívica y ética, el trabajo en las asignaturas de esta línea se lleva a cabo
combinando el estudio de los aportes teóricos con el ejercicio de la reflexión en situaciones
de conflicto (reales o hipotéticas) que plantean dilemas morales. Al enfrentarse a los
dilemas morales, los estudiantes normalistas comprenderán que el progreso en el juicio
moral se favorece al confrontar y debatir opiniones que provoquen la reflexión sobre las
propias posturas y el replanteamiento o la modificación del modo de razonar sobre
cuestiones éticas.
La preparación del trabajo con estas estrategias, su aplicación con los estudiantes de
secundaria y la reflexión sobre las experiencias que resulten de la práctica educativa, son
actividades centrales que contribuyen al desarrollo y perfeccionamiento de las
competencias didácticas de los estudiantes normalistas.
Esta línea incluye las siguiente asignaturas: Introducción a la formación cívica y ética,
Desarrollo moral de los adolescentes, Planeación y evaluación del aprendizaje y cuatros
cursos destinados a conocer el enfoque didáctico y las estrategias y recursos para la
formación ética y cívica.
Línea: Acercamiento a la práctica educativa.
El propósito de esta línea es que los estudiantes desarrollen habilidades y actitudes que les
permitan comunicarse eficazmente con los alumnos, interpretar los sucesos del aula,
20
organizar el uso del tiempo y del espacio y, en general, que adquieran experiencia para el
ejercicio docente, que implica atender distintos grados y grupos escolares.
Es al desarrollar actividades en la escuela secundaria donde los futuros profesores
encargados de la formación cívica y ética tendrán la oportunidad para desarrollar
capacidades que, si bien son indispensables para cualquier otra asignatura, en este campo
resultan condición para ejercer la docencia: la capacidad para dialogar con los alumnos,
observar su comportamiento individual y en grupo, sus formas de establecer acuerdos, las
normas implícitas que rigen sus relaciones, sus formas de agrupamiento, etcétera. Sólo de
este modo tendrán elementos para ejercer una docencia que permita hacer de este campo
formativo una cuestión interesante para los alumnos y también para detectar formas de
relación agresivas, antisociales y protodelincuenciales en los que la intervención docente y
de la escuela en su conjunto puede ejercer efectos positivos.
Los dos primeros cursos de esta línea son parte de la formación común. A partir del tercer
semestre las asignaturas se ocuparán, cada vez más, de observar, analizar y poner en
práctica actividades de la especialidad. Esta línea se compone de cuatro cursos de
Observación y Práctica docente, y abarca el trabajo docente y el seminario de análisis
correspondientes al séptimo y octavo semestres.
21
4. Asignaturas por semestre
Segundo semestre
Introducción a la formación cívica y ética
Tercer semestre
Desarrollo moral de los adolescentes
Formación cívica y ética I. Enfoque didáctico
Observación y práctica docente I
Cuarto semestre
Principios y valores de la democracia
Valores de la convivencia social
Formación cívica y ética II. Estrategias y recursos
Planeación de la enseñanza y evaluación del aprendizaje
Observación y práctica docente II
Quinto semestre
Principios de la legalidad y garantías individuales
Temas selectos de la reflexión ética I
Formación cívica y ética III. Estrategias y recursos
Observación y práctica docente III
***
Opcional: La población adolescente en México (y en la entidad). Aspectos sociales. (Esta
decisión corresponde a los organismos colegiados de cada plantel).
22
Sexto semestre
Derechos humanos y derechos sociales
Organización del Estado Mexicano
Temas selectos de la reflexión ética Il
Formación cívica y ética IV. Estrategias y recursos
Observación y práctica docente IV
Séptimo y octavo semestres
Taller de diseño de propuestas didácticas y análisis del trabajo docente I y II
Trabajo docente I y II
23
Licenciatura en Educación Secundaria
Mapa Curricular Especialidad: Formación Cívica y Ética
Primer
Semestre Horas/ Créditos
Segundo semestre
Horas/ Créditos
Tercer semestre
Horas/ Créditos
Cuarto semestre
Horas/ Créditos
Quinto semestre
Horas/ Créditos
Sexto semestre
Horas/ Créditos
Séptimo semestre
Horas/ Créditos
Octavo semestre
Horas/ Créditos
Bases filosóficas, legales y organizativas del sistema educativo mexicano
4/7.0
La educación en el desarrollo histórico de México I
4/7.0
La educación en el desarrollo histórico de México II
4/7.0
Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación I
4/7.0
Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación II
4/7.0 Organización del estado mexicano
4/7.0
Estrategias para el estudio y la comunicación II
4/7.0 Desarrollo moral de los adolescentes
4/7.0 Principios y valores de la democracia
4/7.0
Principios de la legalidad y garantías individuales
4/7.0
Derechos humanos y derechos sociales
4/7.0 Estrategias para el estudio y la comunicación I
6/10.5
Introducción a la Formación Cívica y Ética
4/7.0
Formación cívica y ética I. Enfoque didáctico
4/7.0
Formación cívica y ética II. Estrategias y recursos
4/7.0
Formación cívica y ética III. Estrategias y recursos
4/7.0
Formación cívica y ética IV. Estrategias y recursos
4/7.0
Problemas y políticas de la educación básica
6/10.5 La enseñanza en la escuela secundaria. Cuestiones básicas I
4/7.0
La enseñanza en la escuela secundaria. Cuestiones básicas II
4/7.0 Valores de la convivencia social
4/7.0 Temas selectos de la reflexión ética I
4/7.0 Temas selectos de la reflexión ética II
4/7.0
Propósitos y contenidos de la educación básica I (Primaria)
4/7.0
Propósitos y contenidos de la educación básica II (Secundaria)
4/7.0
La expresión oral y escrita en el proceso de enseñanza y de aprendizaje
4/7.0
Planeación de la enseñanza y evaluación del aprendizaje
4/7.0 Opcional I 4/7.0 Opcional II 4/7.0 Taller de diseño de propuestas didácticas y análisis del trabajo docente I
6/10.5
Taller de diseño de propuestas didácticas y análisis del trabajo docente II
6/10.5
Desarrollo de los adolescentes I. Aspectos generales
6/10.5
Desarrollo de los adolescentes II. Crecimiento y sexualidad
6/10.5
Desarrollo de los adolescentes III. Identidad y relaciones sociales
6/10.5
Desarrollo de los adolescentes IV. Procesos cognitivos
6/10.5
Atención educativa a los adolescentes en situaciones de riesgo
6/10.5 Gestión escolar 6/10.5
Escuela y contexto social 6/10.5
Observación del proceso escolar
6/10.5 Observación y práctica docente I
6/10.5 Observación y práctica docente II
6/10.5 Observación y práctica docente III
6/10.5 Observación y práctica docente IV
6/10.5
Trabajo docente I 10/17.5 Trabajo
docente II 10/17.5
Horas/semana 32 32 32 32 32 32 16 16
Área de actividad Campos de formación
A Actividades principalmente escolarizadas - - - - - Formación general para educación básica
B Actividades de acercamiento a la práctica escolar Formación común para todas las especialidades de secundaria
C Práctica intensiva en condiciones reales de trabajo Formación específica por especialidad
B
C
A
30
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN SECUNDARIA MODALIDAD MIXTA
ESPECIALIDAD EN FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA
1er año 2° año 3er año 4° año 5° año 6° año Primer periodo
semestral
Segundo periodo
semestral
Tercer periodo
semestral
Cuarto periodo
semestral
Quinto periodo
semestral
Sexto periodo
semestral
Séptimo periodo
semestral
Octavo periodo
semestral
Noveno periodo
semestral
Décimo periodo
semestral
Undécimo periodo
semestral
Duodécimo periodo
semestral Bases filosóficas, Legales y organizativas del sistema educativo mexicano
La educación en el desarrollo histórico de México I
La enseñanza en la escuela secundaria cuestiones básicas I
La educación en el desarrollo histórico de México II
La enseñanza en la escuela secundaria cuestiones básicas II
Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación I
Principios de la legalidad y garantías individuales
Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación II
Temas selectos de la reflexión ética I
Temas selectos de la reflexión ética II
Seminario de análisis de la práctica docente y elaboración del documento recepcional I
Seminario de análisis de la práctica docente y elaboración del documento recepcional II
Estrategias para el estudio y la comunicación I
Estrategias para el estudio y la comunicación II
Introducción a la Formación Cívica y Ética
Formación cívica y ética I. Enfoque didáctico
Desarrollo moral de los adolescentes
Valores de la convivencia social
Formación cívica y ética II. Estrategias y recursos
Formación cívica y ética III. Estrategias y recursos
Formación cívica y ética IV. Estrategias y recursos
Gestión escolar
Opcional II
Problemas y políticas de la educación básica
Desarrollo de los adolescentes I. Aspectos generales
Desarrollo de los adolescentes II. Crecimiento y sexualidad
Desarrollo de los adolescentes III. Identidad y relaciones sociales
Planeación de la enseñanza y evaluación del aprendizaje
Principios y valores de la democracia
Organización del estado mexicano
Opcional I
Derechos humanos y derechos sociales
Taller de diseño de propuestas didácticas I
Taller de diseño de propuestas didácticas II
Propósitos y contenidos de la educación básica I. (Primaria)
Propósitos y contenidos de la educación básica II. (Secundaria)
Observación del proceso escolar
La expresión oral y escrita en el proceso de enseñanza y de aprendizaje
Observación y práctica docente I
Desarrollo de los adolescentes IV. Procesos cognitivos
Observación y práctica docente II
Atención educativa a los adolescente en situaciones de riesgo
Observación y práctica docente III
Observación y práctica docente IV