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Universidad de Concepción Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Comunicación Social Carrera de Periodismo
Liderazgo, Comunicación y Marketing Político
Estudio de un caso: Ricardo Lagos
Tesis para optar al Grado de Licenciado en Comunicación Social y al Título de Periodista
Carolina Paz Acevedo Alvarez
Carola Virginia Calderón Cea Profesor Guía: Elizabeth Parra Ortiz
Barrio Universitario, marzo 2003
1
INDICE
Índice i
Resumen iii
Introducción iv
Antecedentes y marco teórico. Nueva forma de hacer política 1
1.1 Contexto político 1
1.2 Cambios en la estructura familiar 3
1.3 Estado, modernización y economía 6
1.4 Cultura de masas y medios de comunicación 9
1.5 Cambios culturales 11
1.6 Sociedad fragmentada 13
1.7 Cambios políticos 15
1.8 Nuevo escenario político 20
Teoría de liderazgo y construcción de imagen 23
2.1 Liderazgo 23
2.2 Marketing político, imagen y medios de comunicación 26
2.3 Liderazgo Político 30
2.4 El espejo del líder: los seguidores 31
Capítulo 3 Estudio de un caso: Ricardo Lagos, Presidente de Chile 33
3.1 De cara al País: todo por un dedo 34
3.2 El líder sin discusión 38
3.3 Líder en discusión 44
3.4 Obstáculos del líder 47
2
Conclusiones 54
Bibliografía 58
Anexo 62
3
Introducción
La política y sus actores han sido desde siempre objeto de pasiones
encontradas: lealtad, fidelidad, compromiso, sumisión, traición, debilidad, desidia.
En un contexto social en que pareciera que la ciudadanía ya no comparte los
valores y convicciones que mueven al mundo “político”, de vez en cuando surgen
figuras, personalidades que con su sola presencia exigen que se les preste atención.
Ricardo Lagos, actual Presidente de la República de Chile, es una de esas
personas. Cuando llegó al gobierno, en el año 2000, a pesar de haber sido a través de
la elección más estrecha desde el regreso a la democracia en Chile, el liderazgo que
proyectaba no hacía dudar de que sería suficiente para lograr –si bien no todo- gran
parte de su idea de país de una manera más o menos expedita, teniendo en cuenta, por
supuesto, que la oposición existía y, más que nunca, con la fuerza de los votos a sus
espaldas.
Sin embargo, al mediar el segundo año de su gobierno, algunos artículos de
prensa, columnas de opinión y una extraña sensación de que no todo avanzaba como
debía, fueron el punto de partida al cuestionamiento del tan alabado liderazgo del
Presidente Lagos.
Fue esta incertidumbre surgida sobre la lenta marcha de los proyectos
impulsados por Ricardo Lagos, los que motivaron el análisis que se extiende en las
siguientes páginas.
Una vez asumido que existían cuestionamientos sobre el liderazgo de Ricardo
Lagos se decidió estudiar comparativamente dos momentos de su historia como
político: su surgimiento como líder en el año 1988, durante el régimen dictatorial del
4
comandante en jefe del Ejército general Augusto Pinochet, y su actual desempeño
como Presidente de la República, siempre desde el prisma del liderazgo.
En el contexto actual, con una clase política en crisis y un concepto de
ciudadano desconcertado y abúlico, es importante dejar en claro la relevancia que
tiene el contexto en la percepción que los ciudadanos tienen de un líder y que así
como evoluciona la sociedad, los liderazgos también deben hacerlo, para adaptarse a
una nueva construcción social en el imaginario colectivo del país.
De ahí la importancia de estudiar este tema, ya que en una sociedad en
constante evolución, un correcto diagnóstico de la realidad de un país y de las
necesidades de sus ciudadanos en un momento determinado -tarea en la que
incursionan poco a poco los periodistas- puede significar el triunfo o el fracaso de una
estrategia comunicacional elaborada no sólo para una campaña política, sino que
también para la proyección constante de una imagen de liderazgo eficiente.
El objetivo de este estudio es evaluar si se mantienen las características y
atributos de Ricardo Lagos como líder político a la luz de los medios de
comunicación y de la opinión pública o si ha sufrido transformaciones cualitativas
que le favorecen o no, todo esto en función del marco teórico desarrollado.
Para efectuar este análisis, se elaboró un trabajo monográfico estructurado
sobre la base de revisión bibliográfica, de notas de prensa y una entrevista a señor
Eduardo Aquevedo, reconocido sociólogo chileno y actual Decano de la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción.
A modo de diagnóstico se dará cuenta de los cambios que ha experimentado la
sociedad chilena en los últimos diez años, tanto en el ámbito familiar, económico,
político y cultural, con el objetivo de comprender el nuevo escenario en el que se está
5
desarrollando la actividad política y que dará luces sobre el tipo de liderazgo que la
sociedad espera.
En el capítulo siguiente se entregan los conceptos referidos a liderazgo,
construcción de imagen y liderazgo político y su estrecha relación con los medios de
comunicación, en especial con la televisión. Esta base teórica busca explicar la
importancia de la imagen en la construcción de un liderazgo político y en su
posicionamiento en los imaginarios políticos de la ciudadanía.
Una vez contextualizado el problema y definidos los conceptos, en el
tercer capítulo se evaluará el caso del liderazgo de Ricardo Lagos en dos momentos
históricos diferentes: bajo el periodo del régimen militar y una vez restaurado el
régimen democrático en el país.
Para terminar se analiza si el liderazgo que ejerce actualmente el
Presidente Lagos, se ajusta a lo que el contexto sociopolítico, económico y cultural
requiere.
6
Capítulo 1 Antecedentes y marco teórico: nueva forma de hacer política
1.1. Contexto político
“Viva el cambio”, fue el slogan que utilizó Joaquín Lavín, candidato
presidencial de la Alianza por Chile, conglomerado de derecha en su campaña para
las elecciones presidenciales de 1999. Y sin duda que hubo cambio.
A pesar de que Joaquín Lavín no logró superar a Ricardo Lagos, candidato de
la Concertación de Partidos por la Democracia (centro izquierda), en los medios de
comunicación se hablaba del triunfo de la derecha y de su líder Joaquín Lavín, dando
un duro golpe al conglomerado de gobierno desde la primera vuelta de las elecciones.
Para Hans-Hartwig Blomeier, representante de la Fundación Konrad Anedauer en
Chile, esta percepción generalizada desde la primera vuelta se resume así: “La prensa,
en su mayoría más afín a la oposición, el día siguiente de las elecciones trató de
describir a Lagos como perdedor de las elecciones (el desánimo entre los
simpatizantes de la Concertación contribuyeron a facilitar esa imagen). No obstante,
esa apreciación no es del todo correcta. Lagos efectivamente alcanzó el objetivo
realista que era obtener un 48% de los votos. No obstante, si se comparan las
expectativas en las elecciones con el resultado realmente obtenido, podría situarse a
Lagos entre los perdedores” (2000; 7).
Después de 10 años de elecciones políticas predecibles, donde los partidos de
la Concertación (centro izquierda) nunca tuvieron mayores problemas para ganar una
elección se vieron, más que sorprendidos, asustados con los resultados tanto de la
primera vuelta (12 de diciembre de 1999) como de la segunda (16 de enero de 2000).
La gran innovación fue, sin duda, la incorporación de estrategias de marketing
político en la campaña del candidato de derecha, Joaquín Lavín. Al slogan
7
mencionado al principio, se unió una serie de actividades tendientes a generar una
imagen pública del candidato Lavín que cumpliera con las expectativas que los
chilenos -insertos en un nuevo contexto sociopolítico, cultural e histórico- tenían. La
“Caravana por el Cambio” que recorrió todo Chile con Lavín, su señora y sus hijos
como protagonistas, las “60 medidas” de su programa de gobierno, su discurso
centrista y alejado de la figura del ex comandante en jefe del Ejército y presidente de
la Junta de Gobierno, Augusto Pinochet, formaron parte de su estrategia.
Muchos criticaron este hecho y pensaron que en vez de favorecer al candidato
lo alejaría más de los electores, quienes verían en ella “maniobras marketeras”, así
como un alto grado de demagogia en sus postulados.
¿Qué pasó con los electores chilenos? ¿qué pasó con los chilenos que
cambiaron de bando político con tanta facilidad? ¿cuál fue la magia o truco que
utilizaron los jefes de campaña de Lavín que lograron tan alta aceptación?
Si bien el porcentaje de nuevos inscritos en los registros electorales no alcanza
a variar de manera importante las cifras como para haber influido en estas elecciones
de manera gravitante, los asesores de Lavín, traídos desde Estados Unidos, estudiaron
y supieron ver los cambios que habían ocurrido en la sociedad chilena, cuáles eran
sus gustos, cuáles sus prioridades.
Tanto estudio y encuesta de las cuales muchos se mofaron, fueron la mejor
arma de la campaña de Lavín. Y mientras sus contendores se reían, iban perdiendo
adeptos, y votos, simplemente por no saber cuál era el país que pretendían gobernar.
Así, mientras la Concertación estructuraba y dirigía su campaña hacia los
“antiguos chilenos”, la derecha lo hacía para “los nuevos chilenos”. El cambio no
8
llegó con Joaquín Lavín, el cambio ya se había producido y como todo proceso venía
desarrollándose desde hacía varios años (Tironi, 2002).
Los cambios de mentalidad se manifiestan con mayor énfasis en ámbitos
como la desconfianza y el descontento social. Según el sociólogo Eduardo Aquevedo
(2002), esto se basa en una sociedad fragmentada e individualizada a la que se le
propone un discurso político individualista. “Este tipo de soluciones individualizadas
basadas en la fragmentación es algo que la gente asume como una realidad, pero de la
cual no se alegran, de la cual ellos no piensan que es la solución ideal. No ven una
salida inmediata, pero es una solución que ellos quisieran ver como provisoria”.
(Anexo; 71-72).
La paradoja que surge entre la aceptación por parte de la sociedad de este tipo
de discurso de soluciones individualistas y lo que la ciudadanía realmente espera o
desea que ocurra forman parte de esta nueva configuración del quehacer político.
1.2 Cambios en la estructura familiar.
Dentro de los cambios que ha sufrido la sociedad chilena uno importante ha
ocurrido dentro de la familia, tanto en su forma de organizarse como en su imagen y
en las relaciones que establece entre sus miembros. “Cualquiera sea la imagen que se
tenga de familia –y según los estudios existen muchas-, se percibe que las relaciones
entre familia y sociedad se han vuelto problemáticas. Existe la sensación de que las
exigencias que impone la sociedad a las familias dificultan el cumplimiento de su
misión: precisamente, aquello por lo cual las familias son importantes para los
chilenos” (PNDU, 2002; 204-205).
9
Esta presión sobre los grupos familiares se debe principalmente a que hasta
algunos años atrás la familia chilena se caracterizaba por ser de estructura tradicional,
ya sea extensa, es decir padre, madre, hijos y abuelos o nuclear, padres e hijos. Para
muchos sigue siendo así, o de no tener esta estructura simplemente no se le llama
familia. Sin embargo, la realidad de nuestro país dice otra cosa, es más ya ni siquiera
existen los hijos ilegítimos, antiguo secreto a voces de la sociedad tradicional.
Hoy son cada vez más los hogares uniparentales, o de personas que viven
solas o con amigos, este modelo alternativo de familia ha aumentado de un 15,9% a
un 18,7 % entre 1982 y 1992 y se espera que esta tendencia continúe, a pesar de ser
cambios a largo plazo. A su vez, son cada vez más los hogares constituidos por una
mujer sola con hijos, de un 20% en 1990 a un 23,1 % en el 2000, según el
MIDEPLAN.
Es así como el cambio quizá más relevante sea sobre los vínculos que definen
las relaciones familiares, como las nupcialidades, la natalidad, los embarazos
precoces, las nulidades matrimoniales, entre otros. Todos aspectos que han ido
debilitando los vínculos tradicionales de los hogares chilenos.
Asimismo, se elevan los nacimientos fuera del matrimonio, el que se reduce a
favor de las convivencias; aumentando también la maternidad precoz (PNUD, 2002;
205). Es así como del total de nacidos vivos, los nacidos fuera del matrimonio
aumentaron de un 27,6% en 1982 a un 47,7% en 1999, y los nacidos vivos de solteras
menores de 21 años, sobre el total de madres menores de 21 aumentó de 43% en 1982
a un 80,1% en 1999. Otro dato relevante es el índice de convivencia del país, que si
bien no ha experimentado una fluctuación tan notoria como las anteriores, no deja de
merecer importancia: de un 3,4% a un 5,6% entre los años 1982 y 1999.
10
En cuanto a la tasa de nulidades versus las tasas brutas de nupcialidad por año,
se puede decir que entre los años 1980 y 1999 las nulidades aumentaron de un 35,7%
a un 88,7%, en cambio las nupcialidades disminuyeron de un 7,7% a un 4,6% en el
mismo lapso de tiempo. (Fuente: INE, 2001, PNUD, 206).
Todo esto señala que la estructura formal de familia a la que estaba
acostumbrada la sociedad chilena cambió. Son muchos los jóvenes que desean formar
familia, sin tener que formalizar su relación, necesariamente, y sin duda, son muchas
las mujeres que deben lidiar solas con la organización y el sustento de sus hijos, ya
sea por haber sido abandonadas por el marido o por ser madres solteras. Esto sin
contar a quienes se han separado y desean rehacer su vida, sin poder formalizar su
vínculo, debido a la legislación actual, que no permite el divorcio.
Es así como, cada vez más, se ve como un hecho normal esta diversidad e
informalidad en las maneras de organizar los vínculos familiares. “Esta creciente
legitimidad se debe, por una parte, a que la cultura de la individualización deja a las
propias personas decidir sobre la forma de organizar sus vínculos sociales y el
derecho de modificarlos. Por otra parte, se apoya en la extendida percepción de que
las formas institucionales predominantes de organización de los vínculos familiares
están en crisis y requieren cambios” (PNUD, 2002; 206).
Esto quedó demostrado con una encuesta aplicada por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo el 2001, sobre el significado de la familia y los
hijos, donde si bien más de la mitad de los encuestados (55%) considera a la familia
como parte del ciclo natural de la vida, para el 44% de los entrevistados,
especialmente los jóvenes, la diversidad de vínculos familiares, la percepción de las
dificultades por las que atraviesan las formas tradicionales de la familia, la crisis del
11
patriarcado, la relativa autonomización entre reproducción, sexualidad y familia, así
como la legitimidad de las opciones diversas, conducen al desarrollo de una imagen
de la familia como construcción social variable. (Fuente: Encuesta Nacional PNUD,
2001).
Estas transformaciones que ha experimentado la estructura de la familia
chilena han sido ignoradas, tanto por publicistas como por políticos, quienes aún no
se atreven a aprobar una ley de divorcio, la que solucionaría muchos de los problemas
o discriminaciones que deben enfrentar quienes no pertenecen a una familia de
estructura convencional. Por ejemplo, “para postular a un subsidio habitacional, las
familias tradicionales obtienen mayor puntaje que las compuestas por una progenitora
o por personas no casadas... Muchos seguros de salud excluyen explícitamente a los o
las convivientes. Frente a decisiones médicas en que no es posible pedir la
autorización del paciente, predomina la opinión de los parientes legales, aunque no
tengan contacto alguno con el enfermo” (Halpern, 2002; 36-37).
Chile ha evolucionado en todos los aspectos, el tema de la familia es uno de
los más notorios, ya que ésta es la base de la sociedad. Por lo tanto, quienes pretendan
gobernar este país tienen que hacerlo en base a su situación actual, de lo contrario, “se
ignora la realidad de miles de chilenos que no viven con apego a cánones
tradicionales” (Halpern, 2002; 37).
1.3 Estado, modernización y economía.
Los cambios en la economía, entre ellos el crecimiento alcanzado por el país
de casi un 7% durante los años ‘90 y la privatización que sufrieron las empresas del
estado en los ’80 han llevado a variar las conductas de consumo de los chilenos,
12
especialmente por el aumento de su poder adquisitivo. El chileno está adoptando
conductas y prioridades propias de una sociedad de consumo (Halpern, 2002; 17).
Para el sociólogo chileno, Eduardo Aquevedo (2002), una de las
características de esta sociedad de consumo es la fragmentación. “La fragmentación
tiene que ver con, primero, un cierto mercado de trabajo que se ha ido constituyendo
durante la década, un mercado de trabajo fragmentado, donde el sindicato pasa a tener
una importancia menor, donde el individuo es invitado a entenderse directamente con
el empleador, donde la dimensión colectiva pierde fuerza en general, donde las
instituciones más políticas pierden también legitimidad y entonces lo que predomina
es la tendencia a la fragmentación. O sea, cada uno por su lado. Cada trabajador
negocia su situación, y resuelve su situación.” (Anexo; 69).
El incremento económico no ha sido equitativo, ya que si bien existe un grupo
cuyos ingresos se han engrosado en los últimos 10 años existe otro sector que sigue
en la pobreza, pero que igual se ha contagiado con la fiebre del consumo, debido a las
facilidades que se les ha dado. Como señala el sociólogo Tomás Moulian (2000), no
es la inyección de salarios nominales precisamente lo que ha aumentado la demanda
del mercado consumidor, sino más bien el crecimiento sostenido del crédito de
consumo, que ha sido sustancialmente más rápido que el crecimiento de la economía.
Esto ha derivado en un alto nivel de endeudamiento de las clases sociales baja y
media, lo que conlleva un alto nivel de estrés e incertidumbre por el constante miedo
a perder el trabajo y no poder cancelar esas deudas. “El crédito permite realizar una
consumación del deseo del consumo sobre la base de un disciplinado a posteriori. Es
la puerta de entrada al paraíso del consumo a través del purgatorio del
endeudamiento” (89).
13
El cambio de paradigma, de un Estado Protector (Estado de Bienestar
europeo), por el modelo neoliberal estadounidense ha hecho aumentar el sentido de
individualismo del chileno. “En las últimas décadas, en Chile los individuos se han
visto impelidos a tomar en sus propias manos asuntos que antaño eran materia de
beneficencia del Estado. Es el caso de la educación, la salud, la previsión social, la
vivienda, incluso la seguridad pública, entre muchos otros. Todos han sido
transferidos al esfuerzo y capacidad individuales, especialmente en el caso de la clase
media, que no ‘califican’ para la ayuda directa del Estado” (Tironi, 2002; 91).
Sin embargo, este sistema funciona siempre y cuando las perspectivas de
crecimiento y progreso existan, de no ser así se desestabiliza, como una bicicleta a la
cual se deja de pedalear a un ritmo determinado. “Así como el equilibrio de una
bicicleta depende de su velocidad, en Chile el equilibrio del modelo y la estabilidad
de las personas dependen críticamente de la aceleración que alcance el crecimiento
económico del país” (Tironi, 2002; 17).
Esta situación grafica, desde este punto de vista, la importancia que la gran
mayoría de los chilenos le da al derecho de tener trabajo sobre otros tópicos como los
cambios constitucionales, Derechos Humanos, modernización del Estado, entre otros.
Para una sociedad configurada en estos términos, el desempleo tiene efectos
corrosivos, aunque sus niveles no sean extremadamente altos, ya que producen
desamparo y a la larga “...desencadena procesos que conducen a una verdadera crisis
de orden sociológico.” (Tironi, 2002; 97).
Esto explicaría el descontento generalizado y el pesimismo del chileno actual,
ya que no sólo se estancó la economía nacional sino que se bajó de un 7% a un 3% el
índice de crecimiento económico, lo que ha hecho que las certidumbres y esperanzas
14
de los chilenos se desplomen. Quizá este fue uno de los factores que más influyó en
que un alto porcentaje del electorado prefiriera la opción del “cambio” de Joaquín
Lavín, en las elecciones presidenciales de 1999-2000.
Y esta modificación de las preferencias radica básicamente en que hace 10
años la bandera de lucha de los chilenos era la democracia, una vez alcanzada ésta –
por lo menos en cierto grado- tras las elecciones de 1989, si bien no se vivía en el
paraíso, era peor que el “infierno de la dictadura... Sin embargo al ir quedando en el
pasado la amenaza autoritaria, y mostrándose el modelo incapaz de sostener las tasas
de crecimiento y el empleo de los 90, se fue disolviendo esta visón y reapareciendo
una frustración hasta entonces apenas contenida” (Tironi, 2002; 87).
1.4 Cultura de masas y medios de comunicación.
El desarrollo de los medios de comunicación ha ido a la par con la evolución
de la participación ciudadana, condicionando en muchos casos la manera en cómo se
refleja esa participación.
Sin embargo, esta evolución tiene muchas más implicancias de las que
aparenta. Una de las más importantes es el cambio de un espacio público burgués a
un espacio público de masas. Se debe entender el concepto de espacio público “como
un sinónimo de los procesos de opinión pública o de los propios medios de
información”. (Dahlgren, 1997; 246)
De esta manera el concepto de espacio público burgués, según Habermas, se
refiere a “un espacio social específico cuyo advenimiento coincide con el desarrollo
del capitalismo en la Europa occidental” (Dahlgren, 1997; 246 ).
15
Fue así como tras los cambios económicos y sociales acontecidos desde la
segunda mitad del siglo XIX, como la masificación de la prensa, el aumento de la
alfabetización y el aumento de poder de un Estado intervensionista y administrativo,
contribuyeron a la decadencia del espacio público burgués. “Estos cambios tienen
principalmente la consecuencia de borrar la distinción entre lo público y lo privado en
las esferas de la economía y de la política, también la consecuencia de acarrear una
racionalización y una reducción de la esfera privada íntima (la vida de familia) y, por
fin, la consecuencia de provocar gradualmente el paso desde un público (por cierto
restringido, pero activamente dedicado a los debates políticos y culturales) a un
público de masas que en adelante estará compuesto de consumidores” (Dahlgren,
1997; 249).
Chile, sin duda, no ha estado ajeno a esta evolución, lo que ha significado el
fortalecimiento de la cultura de masas ampliando los puntos de contacto de las
personas con los circuitos de consumo.
La televisión por cable e internet son los principales medios que han
revolucionado este ámbito, transformando el estímulo al consumo en un factor
permanente. Como muestra, un botón: la alta proliferación de los canales de compra y
los infomerciales de la más variada gama de productos, han demostrado ser un muy
buen negocio, simplemente porque la gente compra.
Esto es el resultado, entre otras cosas, de la multiplicación de quienes poseen
televisión por cable, la que se encontraba presente en el 11,4% de los hogares
chilenos en 1993 y en 34% en 1999 (Halpern, 2002; 18). Además ha aumentado la
oferta de canales en la televisión abierta, de cuatro estaciones en 1990 a ocho en el
16
2002, según el último informe estadístico del Consejo Nacional de Televisión
(Halpern, 2002; 18)
La lógica de la sociedad de consumo, entonces, no sólo se manifiesta en el
escenario de los centros comerciales y grandes tiendas, sino que además hace eco en
la política y en cómo los chilenos eligen a sus representantes, exigiendo en ellos
eficiencia y calidad, al más bajo precio. El medio de pago en el ámbito de la política
es el voto, y si se ha votado por un cierto candidato se espera la mejor actuación de su
parte.
“La ‘eficiencia ante todo’ ha generado un estilo de vida que prioriza la rapidez
y el buen servicio. La pizza a domicilio en menos de treinta minutos o la ‘casa’ paga,
es el lema de los nuevos tiempos. El comportamiento del consumidor ha
transformado la relación con los servicios públicos, el comportamiento frente al
televisor, lo que esperamos de los parlamentarios, alcaldes y políticos y también el
mundo del trabajo” (Halpern, 2002; 30).
Y son los medios de comunicación, especialmente la televisión, el espacio
ideal para evaluar el comportamiento y el desempeño del político y es a través de
programas como los de servicio a la comunidad como la sociedad de masas replica si
no está conforme. Son el intermediario entre la clase política y la ciudadanía.
1.5 Cambios Culturales
Según Halpern (2002; 24), Doctor en Comunicaciones lo que más caracteriza
a los nuevos consumidores es, sin duda, su infidelidad. Hace 20 años atrás una
persona usaba la misma pasta de dientes que se había usado por generaciones en su
familia, sin cuestionarse el por qué. Hoy la dueña de casa se guía por el precio más
17
barato y cuya calidad se acomode a sus necesidades, las marcas tradicionales ya no
son necesariamente las más preferidas. “El consumidor elige productos y servicios de
la misma forma como hace zapping con el control remoto de su televisor: da saltos
múltiples probando una y otra marca”.
De esta manera el sujeto cívico toma características del comportamiento del
sujeto real: va probando sus preferencias políticas como si fueran un bien de consumo
y si no se encuentran satisfechos con la elección hecha con anterioridad, lo más
seguro es que cambien de bando. Esta volatilidad es lo que prevalece en estos tiempos
incluso en el área de la política, que es sin duda, donde más ha llamado la atención en
estos últimos dos años.
Para Halpern ésta es la principal innovación de la sociedad chilena en los
últimos cinco años: elegir a un candidato según el comportamiento de un consumidor,
perdiendo vigencia la política tradicional, aquélla de las grandes concentraciones de
gente, de discursos ideológicos y cuya base descansaba en los partidos políticos,
donde lo importante eran los temas de fondo, con soluciones a largo plazo.
“Cada día son más escasos quienes votan regularmente por el mismo partido,
los que viven cautivos de un solo canal de televisión, los que en todas las idas al
supermercado compran papel confort de la misma marca...” (Halpern, 2002; 22).
Siguiendo este argumento, el sociólogo chileno, Eugenio Tironi señala que “en la
medida que avanzaron los años 90, los chilenos y chilenas se fueron alejando de la
política... la actitud de la ciudadanía hacia la política pasó a regularizarse por el
paradigma del mercado: una oferta y una demanda ordenada por intereses altamente
racionales” (Tironi, 2000; 233).
18
Hoy, además, estamos frente a un consumidor mucho más educado que hace
10 años atrás, gracias entre otras cosas al aumento de la escolaridad promedio de la
fuerza de trabajo en Chile, de 8,25 a 10,17 años entre 1988 y el 2000 (Halpern, 2002;
34-35). Y esto debería ir en aumento, ya que desde el año 2002, la obligatoriedad de
la educación llega hasta cuarto medio.
No hay que olvidar que el consumidor, aparte de más educado, también está
más y mejor informado, gracias en gran parte a la masividad que han alcanzado los
medios de comunicación, especialmente la televisión. Estos consumidores exigen sus
derechos y no se dejan pasar a llevar, quieren y exigen ser escuchados, este fenómeno
explica la aparición de programas televisivos como “Buenas Tardes Eli” y “Hola
Andrea”, los que vienen a satisfacer esta necesidad.
“El mercado electoral –tal como el consumo- es volátil. Los votantes son
menos prejuiciosos e ideologizados. A diferencia de años atrás, es posible que una
persona que promueve los derechos humanos vote por la derecha. También que
alguien que desconfía de la injerencia del Estado en la economía apoye a políticos de
centroizquierda” (Halpern, 2002; 24). La época de las ideologías como paradigma
político está diluyéndose y el ciudadano actual se fija en el “individuo-candidato” y
sus ofertas, más que en el partido que lo patrocina y respalda. De ahí la importancia
de la imagen que proyecte este individuo -que sustenta al candidato- más allá de la
ideología que exista detrás.
1.6 Sociedad Fragmentada
La mentalidad del consumo ha facilitado la aparición de grupos con
identidades diferentes, los que se pueden reconocer por su manera de vestir, sus
19
gustos musicales, sus conocimientos en tecnologías de la información, entre otros
factores diferenciadores.
“Los nuevos ciudadanos tienden a agruparse en torno a pequeñas tribus y el
consumo es una de las herramientas más poderosas de cohesión colectiva... los
nuevos ciudadanos se asocian y hacen demandas más específicas que en el pasado”
(Halpern, 2002; 26). De esta manera nos encontramos con una serie de agrupaciones
como los Furiosos Ciclistas que reclaman por modificaciones viales y urbanísticas
que hagan más seguro y fácil transitar por la ciudad en bicicleta, o la organización
Papás por siempre dando espacio al drama de muchos hombres que, tras su fracaso
matrimonial, deben vivir lejos de sus hijos, muchas veces con prohibición de verlos.
De esta manera y como lo señala Halpern (2002) en su libro Los nuevos chilenos,
“para bien o para mal, las utopías colectivas han sido reemplazadas por aspiraciones
personales”. Es muy posible que si estos grupos aumentaran sus estrategias de
comunicación, tendrían una mayor influencia en la sociedad.
Pero a su vez han emergido otros grupos, con nuevas aspiraciones y estilos de
vida, preferencias culturales y patrones de consumo. “Se trata mayoritariamente, de
una población urbana que, gracias a la apertura de la economía, de los medios de
comunicación y del crecimiento económico, comenzó a adquirir hábitos de consumo
similares a los que tienen países desarrollados” (Halpern, 2002; 40).
“Los consumidores actúan por lo general de una manera solitaria... el arma
preferida de los consumidores no es la política, que es más bien el arma de los
ciudadanos. El consumidor se defiende mediante la denuncia ante los medios de
comunicación” (Tironi, 2000; 227). De esta manera la nueva ágora o plaza pública ha
20
pasado a ser la televisión, con espacios creados especialmente para los diferentes
tipos de audiencias, de los más variados gustos.
1.7 Cambio políticos
La división de las fuerzas políticas en los tradicionales tres tercios –que
imperó hasta el quiebre de la democracia en 1973- es parte de la historia.
Actualmente, y en especial después de la elección presidencial 1999-2000 se
han consolidado dos bloques de poder que incluso se confunden en su centro.
Eugenio Tironi (2002), plantea que esta división tiene su origen no en los
quiebres sociales y/o culturales previos a 1973, sino “en una nueva disyuntiva de tipo
político-cultural gestada en el período 1973-1990 y que cristalizó en la opción SI-NO
en el referéndum organizado por Pinochet en 1988: la fisura autoritarismo-
democracia" (38)
En los primeros años de la transición a la democracia en Chile, la figura del
general y Presidente de la Junta Militar, Augusto Pinochet representaba el ícono
divisorio de estos dos bloques, lo que los diferenciaba claramente el uno del otro,
tanto entre sus representantes como entre sus partidarios: o se estaba a favor de
Pinochet o se estaba en contra.
En el último tiempo, especialmente tras su detención y enjuiciamiento en
Londres, su polémico regreso, el proceso que se le llevó a cabo en el país y su
renuncia al cargo de senador vitalicio, la figura del ex gobernante de facto ha
abandonado el escenario político y se ha visto reducida a esporádicas apariciones en
los medios de comunicación social.
21
La desaparición del ícono se hizo patente en la campaña presidencial del
abanderado de la derecha, Joaquín Lavín. “Éste, aún siendo militante del partido más
identificado con el régimen de Pinochet (la Unión Demócrata Independiente, UDI),
tomó distancia de aquél, y adoptó un discurso programático moderado y centrista”
(Tironi, 2000).
La citada elección presidencial marcó un hito importante. No sólo determinó
quién gobernaría el país los siguientes 6 años: instauró una nueva forma de hacer
política.
En este sentido, se puede ver que en primer lugar, consolidó la división en dos
bloques, cuyas fuerzas se ven más que nunca, equilibradas. Esto queda de manifiesto
no sólo en los porcentajes de votación obtenidos por ambos candidatos tanto en la
primera vuelta (Lagos 47,96 %; Lavín 47,51%) como en la segunda vuelta (Lagos
51,31%; Lavín 48,69%) y que demostró el fortalecimiento del sector de centro
derecha como opción altamente competitiva y con claras posibilidades de triunfo (La
Tercera on Line, 2000).
Los ejes temáticos durante ambas campañas presidenciales –alejadas del
tema/ícono Pinochet- giraron en torno a tópicos como la reforma de la salud, la
educación, seguridad ciudadana, relaciones laborales y descentralización,
evidenciando grandes concordancias programáticas.
En segundo lugar, se generó un escenario fuertemente competitivo, donde
destaca la figura del líder de la centro derecha, Joaquín Lavín, que representa casi a la
perfección a la antítesis del político tradicional.
La aparición de una derecha con reales posibilidades de acceder al poder, con
fuerte presencia en los medios de comunicación –que en su mayoría le son proclives-
22
con apoyo del empresariado y sus recursos económicos, y con un discurso moderado,
centrista y distanciado de la figura de Pinochet, pone de manifiesto la existencia de un
segmento del electorado no comprometido con una ideología en particular, ubicado
en el centro de la arena política, y que vota, no por un partido o una ideología, sino
por un candidato que satisfaga –o prometa satisfacer- sus necesidades individuales. Y
en eso, Lavín demostró ser un maestro.
Es por esto que quienes insistan en continuar con estrategias de campaña
orientadas a polarizar entre demócratas y autoritarios, derechistas versus
izquierdistas, comenten un gran error. “En la medida en que las elecciones se vuelven
más competitivas y las diferencias entre las principales alianzas se estrechen, la masa
de votantes indiferentes o ‘independientes’ decidirán las elecciones” (Halpern, 2002;
49).
Es a este votante indeciso, volátil, que no le importa “pasarse de un bando a
otro” a quien se dirigen en la actualidad las estrategias de comunicación política.
“La migración de electores aún no es masiva; pero en la medida en que ambos
conglomerados se vayan equiparando, este movimiento se irá transformando en el
factor crítico de las futuras elecciones” (Tironi, 2002; 46).
Este bloque de votantes, nada despreciable –según un estudio realizado por
DESUC-CNEP durante la pasada elección, un 41,6% de los votantes de Lavín
reconocieron haber votado por Eduardo Frei en las presidenciales de 1993- está
constituido básicamente por mujeres (62,4%), con más de 55 años de edad,
provenientes de los segmentos de ingresos bajo y medio, con escasos niveles de
educación. (Tironi, 2002; 47).
23
En tercer lugar, esta nueva configuración política en nuestro país se
caracteriza por el bajo grado de identificación de la ciudadanía con la política
partidista, lo que se traduce principalmente en la baja inscripción juvenil en los
registros electorales, la alta abstención en las votaciones y el poco apoyo a los
partidos políticos.
De hecho, la identificación con éstos ha disminuido cada vez más, al menos
así lo demuestra una Encuesta Nacional aplicada por el PNUD, el 2001, la que arrojó
como resultados que un 70% de los entrevistados declararon no poseer posición
política y tan sólo un 28% de ellos declaró tener una clara posición política. (PNUD,
2002; 109) La manera de pensar del nuevo elector no tiene barreras ideológicas.
De acuerdo al PNUD, el individuo puede ser “político” (aquél que se
autoposiciona en el eje izquierda-derecha, que votó en las elecciones presidenciales
de enero de 2000 y que pretendía hacerlo en las parlamentarias de diciembre de 2001)
o “no político” (no declaran posición política, ni haber votado ni tener intención de
hacerlo) (PNUD, 2002; 108-109). Un 28% de la muestra corresponde a la primera
categoría y el 70% a la segunda. Esto demuestra que no son sólo los partidos políticos
los que han perdido importancia entre la ciudadanía, sino que es la práctica política en
general la que se ha visto resentida en este nuevo escenario.
Siguiendo esta línea de análisis, para el 70% de los entrevistados por el
PNUD, la política aporta poco a la conformación de la identidad individual y
nacional, lo que tendría directa relación con un sentimiento de impotencia por la
frustración que provoca la supuesta ineficacia de la propia acción.
“La actitud de los ciudadanos hacia la política parece estar condicionada no
tanto por una idea abstracta como por sus experiencias cotidianas. Sería aquí, en sus
24
prácticas diarias de convivencia donde las personas llevan a cabo su ‘aprendizaje’
cognitivo y afectivo de los asuntos políticos” (PNUD, 2002; 111).
Y las experiencias cotidianas le demuestran que la “libertad de elegir”,
principio erigido como el principal pilar de la democracia, tiene sus limitaciones: gran
parte de las opciones que se le presentan al ciudadano, han sido elegidas mucho antes
y muy lejos de él.
De esta manera, “la ciudadanía ‘aprende’ que la realidad social parece ser un
orden establecido por algunos, sustraído a su decisión. Vale decir, la actitud de los
ciudadanos estaría influida por la percepción que tienen de su capacidad de incidir
sobre la marcha del país.” (PNUD, 2002; 111).
La nueva tendencia en política pareciera ser el ‘cosismo’, es decir “aquella
doctrina que promueve resolver los problemas de la gente” (Halpern, 2002; 58) lo que
ha opacado la tarea legislativa y ha obligado a los parlamentarios a recorrer sus
jurisdicciones en busca de problemas que solucionar, dejando su tarea de legisladores
en un segundo plano. Es por eso que el político de hoy pareciera no tener por qué ser
portador de una gran visión de país, mientras entienda las necesidades cotidianas de
la gente y entregue una posible solución a ellas, tendrá sus votos asegurados.
Sin embargo, la despolitización que vive el país se debe también al desencanto
general sobre los partidos políticos, los que son vistos como máquinas de poder y
vehículos para acceder a cargos en el aparato estatal. “La gente lo percibe y los
políticos hacen poco por disimularlo. Los dirigentes utilizan los medios de
comunicación como correa transmisora de disputas internas. Estas dejan al
descubierto las ambiciones personales o la mayor o menor fortaleza de una facción
25
interna de un partido. Poco le interesa al ciudadano común este tedioso juego”
(Halpern, 2002; 57).
Sin embargo, han surgido otras formas y expresiones de participación, como
las mencionadas anteriormente, agrupaciones de gente con inquietudes o necesidades
en común que los lleva a movilizarse y cuyo lugar de encuentro son los medios de
comunicación, que han llegado a ser su voz.
Un estudio del Consejo Nacional de Televisión realizado en 1999, demostró
que el “84% de las personas se informa de lo que ocurre en el país a través de la
televisión abierta” (Halpern, 2002; 62).
La televisión conecta a la ciudadanía con sus representantes, de esta manera
los temas que más espacio ocupan en los programas que se emiten en horario matinal
son precisamente las catástrofes, seguridad ciudadana, salud, pobreza y otros de
índole social. Es cosa de recordar la cobertura que tuvieron las inundaciones
ocurridas durante el invierno de 2002 en Santiago.
“Los medios escritos y audiovisuales son ahora el principal vehículo de
expresión de las más variadas causas y juegan un rol central en las presiones de la
gente hacia gobiernos y empresas... lo que no está en los medios, no existe...”
(Halpern, 2002; 61).
1.8 Nuevo escenario político
Es en este nuevo escenario –que ya se visualizaba incluso antes de las
presidenciales 1999-2000- donde se desarrolla la competencia por alcanzar
notoriedad política y la Presidencia de la República.
26
Si bien tras las parlamentarias de 2001 se abría un largo período sin elecciones
en nuestro país, que hacía suponer ausencia de campañas políticas, el inesperado
repunte de la derecha y la elección de Joaquín Lavín como alcalde de Santiago -lo
que le significa espacio (centrímetros/columna o minutos) en los medios de
comunicación ya sea prensa, radio o televisión, y ser consultado sobre diversos temas
como líder de opinión- ha generado una suerte de campaña presidencial constante.
En este contexto, aparece en el país una agrupación política de derecha
llamada Alianza por Chile -aunque con problemas internos- con una ventaja
indiscutible: un presidenciable, Joaquín Lavín, que a través de su gestión en la
Municipalidad de Santiago y la afinidad de los propietarios de los medios de
comunicación, se asegura una importante tribuna electoral, buscando el apoyo para
conseguir el sillón presidencial el 2006 y mantener la promesa del cambio.
Otro conglomerado político, en oposición al anterior, la Concertación de
Partidos por la Democracia aparece desgastada tras 10 años ininterrumpidos de
gobierno y con pugnas internas para mantener cuotas de poder que no desestabilicen
el débil equilibrio de fuerzas que la mantiene unida.
Debido a que el ordenamiento jurídico no permite que Ricardo Lagos se
presente a la reelección presidencial, la Concertación, a diferencia de la derecha, no
cuenta con un hombre –o como se están dando las cosas, una mujer- con un liderazgo
claramente definido para alzarse como la mejor carta y hacerle el peso a Joaquín
Lavín en las próximas elecciones presidenciales.
Hoy el clima de opinión pública con respecto a la clase política no es
favorable al Gobierno. Sin embargo, Ricardo Lagos sigue siendo bien evaluado por la
opinión pública.
27
Por un lado, la figura e imagen del presidente Ricardo Lagos y su gestión
personal –en una sociedad mediatizada donde la imagen cobra más sentido que la
ideología- se transforman en el referente principal de la centro-izquierda de nuestro
país y su actuación puede ser decisiva a la hora de enfrentar la contienda electoral del
2005.
En este sentido, el experto electoral argentino, Felipe Noguera (2000), señala
que “cuando alguien llega al poder no sólo debe preocuparse de gobernar, sino de
cómo saldrá de su administración.” (Qué Pasa, 2000).
Por otro lado se está en presencia de un sujeto alejado de la política, cuya
“plaza pública” o el lugar donde ejerce su ciudadanía es la televisión. Es un
ciudadano consumidor, altamente individualista, que espera soluciones a sus
problemas individuales, primero, y luego, la solución a los problemas colectivos.
Como está fuertemente endeudado, le preocupa mantener su trabajo, o conseguir uno
rápidamente si lo ha perdido. Culpa de todos sus males a un sistema que no le es
grato, porque no logra satisfacer sus necesidades. Sabe que vive inserto en un mundo
altamente competitivo, porque a través de la misma televisión sabe, conoce,
experimenta (de una manera más bien virtual) una realidad que se le muestra como
alcanzable, como posible.
Tiene conciencia que el tipo de sociedad en la que está viviendo no funciona
como él quisiera, pero no tiene otra opción, porque la política tampoco le ofrece una
alternativa viable y probada como mejor.
Por eso se aferra a la esperanza de que su opción, si es que la tomó y
concurrió a votar en alguna elección, especialmente en una presidencial, no le va a
traer mayores males, sino que se va a mantener el statu quo.
28
Capítulo 2 Teoría de liderazgo y construcción de imagen.
2.1 Liderazgo
No existe una sola definición de liderazgo, pero todas apuntan a ciertas
características comunes que debe poseer quien pretenda ser catalogado como tal.
Siliceo A., Siliceo F. y Angulo, (2001) autores del libro Liderazgo: el don del
servicio, consideran que “el liderazgo es un hecho social y existencial que no se
puede entender más que de ‘ida y vuelta’, es decir, como un fenómeno sistémico de
retroalimentación, en el que las funciones y fronteras entre líder y seguidor son tan
tenues por su influencia recíproca que casi llegan a desaparecer”. (xviii). En esta
primera definición se puede observar que el liderazgo es un proceso que se da en la
interacción del líder con sus seguidores.
Desde el ámbito del liderazgo empresarial, O’Leary (2000), autora del libro
Alcanzar el Liderazgo, introduce conceptos como el carisma, persuasión y
consecución de una meta común.“Los líderes son capaces de establecer una meta,
persuadir a otros para que les ayuden a alcanzar esa meta, llevar a su equipo hacia la
victoria (...) Un líder es una persona carismática, capaz de tomar una decisión
acertada y de inspirar a otros para alcanzar una meta común. (...) El liderazgo es la
capacidad de comunicar de manera positiva y de inspirar a otros”. (1-2). El líder,
entonces, no dependería sólo de la aceptación como tal por parte de sus seguidores,
sino que también de sus condiciones personales.
Fischman (2002), autor de varios libros sobre liderazgo, por su parte, señala
que “los líderes alcanzan su poder por diferentes medios: algunos lo obtienen porque
son visionarios, otros por su creatividad, y otros por su integridad. Pero todos tienen
un elemento en común que les otorga la denominación de líderes: pasión por lo que
29
hacen.” (53). Este elemento en común, la pasión por lo que hacen, del que habla
Fischman sería lo que el carisma es para O’Leary.
Para Alfredo Jocelyn-Holt, historiador chileno, el liderazgo está definido por
como el líder reacciona ante situaciones extremas. “El auténtico líder se las arregla
para no trepidar y hacer que quienes lo siguen ‘salten al vacío’ con un mínimo de
costos. En una de éstas inventa una manera de volar, confecciona técnicas
paracaidísticas que permiten entrelazar cadenas humanas y así descender la
pendiente; en fin, se le ocurre alguna salida. Es lo que se le pide a un líder. De lo que
estoy seguro es de que si el líder decide acampar de manera indefinida al borde del
precipicio, lo que va a lograr a la larga es perder su liderazgo” (Jocelyn-Holt, 2000;
244). Es fundamental, entonces, a juicio de Jocelyn-Holt, la creatividad, la capacidad
de adaptación para que un liderazgo se mantenga.
En general cada autor, desde su perspectiva aporta algunos atributos que
permiten, para efectos de este trabajo, definir operacionalmente liderazgo como el
conjunto de capacidades comunicativas que generan la percepción de confianza en
otros, para generar acciones que logren una meta en común. En esta percepción de
confianza influyen tanto fuerza endógenas como exógenas, entendidas estas como los
atributos personales como el contexto en el que se desarrolla el liderazgo.
En lo que sí concuerdan casi todos los autores, es en la importancia de la
situación en que se ejerce el liderazgo, los atributos personales y en la visión, misión
y valores que tenga el líder y que sean representativos de sus seguidores. “Todo ser
humano, y en particular los líderes, sin importar el campo de acción en que se
desenvuelva (desde la familia hasta las grandes corporaciones, pasando por toda clase
de empresas y organizaciones sociales) ha de definir su tarea a partir de una visión, de
30
una misión y de un código de valores” (Siliceo A., Angulo B. Y Siliceo F., 2001; 3).
Los líderes, entonces deben ser capaces de comunicar efectivamente esta visión,
conseguir respaldo para cumplir la misión y generar adhesión al código de valores.
Para lograrlo son de gran importancia los valores que represente dicho líder,
como los enumerados por Siliceo, Angulo y Siliceo (2001) que tras numerosos
talleres sobre liderazgo, y como resultado de los ejercicios aplicados, llegaron a la
conclusión que los valores más significativos son: honestidad, tenacidad, amor,
respeto, educación, lealtad, congruencia, compromiso, paciencia, esfuerzo, disciplina,
y justicia.
Además, los autores se aventuran a aglutinar todos estos valores en uno sólo,
“compartir”, lo que los lleva a la siguiente conclusión:
“Mi visión es mejorar este mundo, mi misión es servir a los demás y mi
principal valor es compartir con otros todo aquello que inspire el crecimiento integral
y social del ser humano” (Siliceo, Angulo y Siliceo, 2001; 22).
Por otra parte, Loudon y Della Bitta (1995), señalan que la influencia ejercida
sobre los demás se relaciona con tres factores, los que condicionan la percepción de
los seguidores sobre el líder:
1. La personificación de ciertos valores: (el que los encarna) Así los que
representan o personifican más fielmente los valores del grupo sobre el que se
quiere influir tenderán a ser líderes de opinión.
2. Competencia: (el que más sabe) El que conoce muy bien algún tema
importante para el grupo seguramente ejercerá la influencia.
3. Presencia social estratégica: (aquel que uno conoce dentro del grupo y fuera
de él) La persona que esté disponible y activa en el proceso de comunicación
31
interpersonal tendrá mayores probabilidades de ocupar una posición de
liderazgo.
Este liderazgo es situacional y no presenta necesariamente un patrón
congruente de características entre los líderes. (Loudon y Della Bitta, 1995; 290)
En una sociedad mediatizada como la que predomina en el mundo occidental,
donde los medios de comunicación –especialmente la televisión- son cada vez más
omnipresentes, el líder debe saber utilizar las herramientas que estos medios le
ofrecen, ya que son ellos los vehículos transportadores de sentido, por lo tanto son el
instrumento ideal para dar a conocer su visión, misión y valores e imagen.
2.2 Marketing Político, imagen y medios de comunicación.
El famoso debate televisado entre Richard Nixon y John Kennedy, candidatos
a la presidencia de Estados Unidos, en 1960, inauguró la era mediática en la política.
Era el primer enfrentamiento, de una serie de cuatro, entre los candidatos en la
televisión y fue Kennedy quien supo sacarle mayor provecho a un medio que estaba
comenzando a mostrar la importancia de la imagen en las decisiones de los
ciudadanos.
La descripción que realiza el investigador francés Maarek (1997) en su libro
“Marketing Político y Comunicación”, de este episodio electoral norteamericano, es
categórico en este sentido.
“En el primer debate, Nixon produjo una mala impresión. No resistió la
comparación con su joven oponente, que hizo gala de una soltura que llamó la
atención de los telespectadores. Aquel fue un día, sin duda, de mala suerte para
32
Nixon. Padecía una inflamación en la rodilla y sentía fatiga en general; lo que no
pasaba desapercibido en la pantalla del televisor. Nixon, por otra parte, y en contraste
con su joven y bronceado adversario no tenía un buen maquillaje y daba la impresión
de estar mal afeitado”. (Maarek, 1997; 31).
Esta primera y desafortunada aparición de Nixon en vísperas de las elecciones
le bastó para perder frente a Kennedy. La confianza de Nixon en su mayor
experiencia frente a un joven rival no fue suficiente para imponerse al poder de la
imagen que proyectó la televisión. A esto se le debe sumar el hecho de que Kennedy
aceptó someterse al aprendizaje de cómo actuar ante las cámaras.
A cuarenta años de este episodio, la imagen pública, lejos de perder
hegemonía, se ha asentado gracias a un contexto sociopolítico, cultural y mediático
que le es enormemente favorable.
Walter Lippman, en su clásica obra Public Opinión señaló que la imagen es la
forma más segura de transmitir una idea. Gustavo Martínez-Pandiani (2002),
diplomático y profesor argentino, asegura que “la comunicación política de fin de
milenio es la demostración más clara de que Lippman estaba en lo cierto. Los
políticos más nostálgicos se resisten a abandonar el tradicional discurso de barricada
y miran con resignación cómo una nueva forma del decir político, ‘el mensaje vía
imagen’, escala posiciones” (25).
Y es que la mediatización de la sociedad ha traído consigo una serie de
cambios en la forma de hacer política. De hecho, hay autores como Giovanni Sartori,
citado por Martínez-Pandiani (2002), que han acuñado el término “videopolítica”
para referirse a esta nueva forma de relacionarse entre los medios, la política y la
ciudadanía.
33
Para Sartori, el concepto “surge de la transición de la ‘política del homo
sapiens’ (hombre que sabe) a la ‘política del homo videns’ (hombre que ve). Según la
postura crítica de Sartori, el homo videns posee una lógica empobrecida que
privilegia la inmediatez de la imagen en desmedro de la reflexión a la que invita la
palabra. Así, la actual sería una sociedad teledirigida en la que el homo sapiens
deviene en una especie de ‘homo zapping’ y, como tal, evalúa sus opciones
electorales como si la política fuera una compulsa de imágenes” (Martínez-Pandiani,
2002; 25).
Para entender bien este concepto de Sartori es fundamental profundizar en lo
que se entiende por imagen. En este sentido, Martínez-Pandiani señala que “la
imagen política es un conjunto de percepciones acerca de diversos aspectos del ‘ser’ y
el ‘actuar’ del candidato” (Martínez-Pandiani, 2002; 25).
De esta definición se desprende que la imagen constituye una construcción en
la que participan dialógicamente el político, los medios de comunicación y la
ciudadanía. Esta relación se da en que el político trata de posicionarse –ya sea como
candidato en una determinada elección o como representante válido de un código de
valores- en la mente de los ciudadanos, y éstos a través de la evaluación de las
características del político en razón de su propia escala de valores, asignan al
candidato conductas y actitudes, que coinciden o no con la realidad a través de los
medios de comunicación.
Sin embargo, construir la imagen no significa falsear la realidad. En este
sentido Andrés Valdés Zepeda, académico de la Universidad de Guadalajara, asegura
que “en política, la percepción es la realidad. La imagen es percepción que se
convierte en la identidad y, con el tiempo, en la reputación” (Valdés, 2003).
34
Es importante destacar que la percepción está fuertemente influenciada por el
contexto, es decir, en el caso de la política, la coyuntura económica y social. De esta
manera, la imagen favorable que un político proyecta en un momento de la historia
puede transformarse en su enemiga en otro escenario. En palabras de Valdés (2003)
“la imagen pública no es el hombre entero, total, de carne y hueso, sino las
dimensiones de su personalidad. Es, como decía Ortega y Gasset, ‘él y sus
circunstancias’”.
En este sentido, Martínez-Pandiani agrega otra definición. “La imagen es el
conjunto de percepciones que generan no sólo aspectos visibles de la persona del
candidato (rasgos, estética, vestimenta, posturas, gestos, mirada, peinado), sino
también sus actitudes, su estilo de comunicación, su pasado, sus ideas y sus contextos
de pertenencia familiar, profesional y partidaria” (Martínez-Pandiani, 2002; 25).
El manejo de estos factores pueden significar el triunfo o el fracaso de un
político, en diferentes aspectos de su quehacer, no sólo en instancias definitorias
electorales.
La construcción de la imagen resulta tan importante en el desarrollo de la
comunicación política que no se puede más que estar de acuerdo con Martínez-
Pandiani cuando afirma que “la planificación de actos políticos, la elaboración de
líneas discursivas y la selección del vestuario, la iluminación, el sonido y la
escenografía ya no se deciden sólo en función del público que concurre al evento en
cuestión, sino que se apunta primordialmente a un audiencia más amplia y
mediatizada: los televidentes. De este modo, las personas que asisten a los actos
públicos han dejado de ser espectadores para convertirse en actores de reparto de una
35
película cuyos verdaderos destinatarios contemplan, desde la comodidad de sus
hogares, a través de las pantallas de televisión” (Martínez-Pandiani, 2002; 18-19).
Volviendo al concepto de Sartori sobre “videopolítica”, se puede afirmar que
el político, en la actualidad, ‘es’ en la televisión, ya que es este medio la principal
herramienta constructora de realidad y como tal, es el medio preferido por los
políticos para difundir su imagen y en el que centran la mayor parte de su atención.
2.3 Liderazgo Político
Estudios sobre liderazgo existen muchos, es más es un tema de moda,
especialmente en las empresas y su relación con los gerentes. Sin embargo, el estudio
específico sobre liderazgo político es aún un tema, quizá ampliamente estudiado, pero
poco conocido.
Es importante dejar en claro que no es lo mismo ser un líder que ser un líder
político. Según Tucker (Martínez y Morales, 1998) el liderazgo político se centra en
“dirigir o participar de manera significativa en la dirección de las actividades o
actuaciones de una comunidad política. Suele adquirir su máxima relevancia en
momentos de inseguridad, es decir, en aquellos períodos en los que el grupo se ve
forzado a tomar una decisión importante que implica una elección y va a desembocar
en un cambio de la situación. En esa época de incertidumbre el liderazgo político
formula un diagnóstico, establece una política o vía de formación grupal y la lleva a
la práctica. Durante todo el proceso el líder cuenta con el apoyo del grupo ya que es a
él hacia el que va dirigida toda su actuación”.
Para llevar a cabo un análisis de liderazgo político, también es importante
tomar en cuenta el contexto en que se desarrolla la situación comunicativa, ya que no
36
es lo mismo uno democrático que uno autoritario. En un gobierno de facto la
voluntad política es impuesta, en cambio en un Estado de derecho la voluntad política
es consensuada. El líder está obligado a demostrar voluntad política, “está sometido a
continuos procesos de intercambio social con otros grupos y con sus seguidores, con
los que debe pactar y negociar para la reducción y la eliminación del conflicto. Debe
responder de sus logros ante el electorado, partido, etcétera y ante otros grupos
específicos” (Martínez y Morales, 1998).
Un buen líder político tiene que ser capaz de adaptarse a su entorno y las
necesidades de su seguidores.
2.4 El espejo del líder: los seguidores
Una de las vertientes del estudio del liderazgo político es el del locus en los
seguidores. Según esta concepción, todo líder es en sus seguidores, es decir, son éstos
los que le otorgan la condición de tal. De esta forma no es suficiente que una persona
posea los valores enumerados anteriormente; lo fundamental es que el individuo que
se va a convertir en líder, sea percibido con estos valores. Lo importante es, entonces,
la imagen que proyecta en la comunidad. El ser y el actuar deben reflejarse en la
imagen y atributos que la comunidad percibe.
El tema de la importancia de la imagen no es menor cuando se habla de
liderazgo. Burdick, (Martínez-Pandiani, 2002), realizó una investigación en la que se
comprobó que “los líderes no se consagran en virtud de sus grandes ideas o
propuestas, sino que se engrandecen en las mentes de los pueblos en razón de su
imagen y personalidad” (26).
37
Según Martínez y Morales (1998) existe un liderazgo que se enmarca en las
teorías implícitas del liderazgo (ILT) en relación con las percepciones de los líderes
específicos. “Las ILTs son estructuras cognitivas y sistemas de categorización que
influyen en la percepción y en la interpretación de la información acerca de los
líderes”.
De esta manera, los individuos almacenan mentalmente ciertos modelos de
liderazgo y luego los usan para seleccionar y evaluar la información acerca de un
líder concreto. Por lo tanto, da lo mismo lo que haga un líder, lo que realmente
importa es el modelo que se activa en la cabeza del individuo.
Se puede hablar, entonces, de un modelo mental que desarrolla la audiencia u
opinión pública a partir de las cogniciones desarrolladas o representaciones sociales
que los medios de comunicación manifiestan.
El sujeto percibe una imagen, la representa como modelo y le atribuye rasgos
positivos o negativos, según se acomode a su visión de mundo.
Sin embargo, este proceso sirve para describir, más bien, la influencia sobre
los seguidores distantes, los que están expuestos a información indirecta, filtrada y
relativamente escasa sobre el líder. Por lo tanto sus procesos de asimilación de
cogniciones y el resultado de sus percepciones son más pasivos, automáticos y
esquemáticos, en la generación de un tipo de líder.
En este sentido Martínez y Morales (1998) postulan que los seguidores
cercanos están expuestos a una información mucho más completa acerca del líder,
debido a que interactúan directamente con él, dando como resultado que sus procesos
de asimilación de cogniciones y generación de una imagen de liderazgo serán más
activos y menos esquemáticos.
38
Capítulo 3. Estudio de un caso: Ricardo Lagos, Presidente de Chile
Una de las características que se le ha atribuido al Presidente Ricardo Lagos es
el de ser un líder, un buen líder. Según Tironi (2000) “la Concertación tiene en
Ricardo Lagos su líder indiscutido. Sin su fuerza esta coalición seguramente hubiese
sido despojada del poder en la elección recién pasada. En apenas cinco meses, el
Presidente Lagos ha demostrado lo que puede hacer un liderazgo”.
Es decir, Lagos es reconocido como un líder en la Concertación e incluso le
atribuyen la fuerza que aglutina al conglomerado.
Pero el liderazgo que se espera de un Presidente tiene algunas condicionantes
que no se pueden dejar de lado.
En este sentido, Fischman (2002) señala que “las teorías modernas de
liderazgo y gerencia han evolucionado hacia un liderazgo participativo en el que el
líder obtiene poder del servicio a sus seguidores. El líder deja de ser el centro, aleja su
ego y piensa en las necesidades de crecimiento y desarrollo de su gente y la ayuda a
lograr sus objetivos. Este liderazgo obtiene el poder del respeto, gratitud y admiración
de los seguidores, lo que genera un verdadero compromiso a largo plazo” (171).
El autor asocia los conceptos de liderazgo y gerencia, desde la perspectiva de
la comunicación organizacional en que el líder debe ser capaz de delegar
responsabilidades y generar un ambiente participativo. Esto refleja una de las
principales diferencias entre un liderazgo bajo un gobierno de facto y uno en Estado
de derecho y es uno de las mayores dificultades que ha tenido que enfrentar Ricardo
Lagos en la evolución de su liderazgo.
39
3.1 De cara al País: todo por un dedo
En el año 1988, tras 15 años de dictadura del Comandante en Jefe del Ejército,
general Augusto Pinochet, se abría la posibilidad del retorno a la democracia a través
de un plebiscito que se realizaría el 5 de octubre de ese año.
En el plebiscito se escogería si Augusto Pinochet, designado por la Junta
Militar como candidato, seguía como Presidente de la República por otros ocho años
o se convocaba a elecciones presidenciales libres al año siguiente.
En la ciudadanía persistía el temor y la desconfianza, a pesar de que se había
abierto nuevamente los registros electorales, se había permitido la inscripción de
partidos políticos y se había restituido el derecho a reunión.
El fantasma de los detenidos desaparecidos y de las violaciones a los derechos
humanos –manifestadas en torturas, violentas represiones a las protestas y marchas-
rondaba en el ambiente pre-electoral.
Entre los dirigentes políticos de la época, además, estaba el recuerdo de la
manipulación de los resultados del plebiscito de 1980, con el que se aprobó la
Constitución propuesta por la Junta Militar.
Los esfuerzos de la oposición estaban todos abocados a ganar el plebiscito.
“La loca idea de derrotar al dictador en su terreno y con sus propias reglas del juego
prendía cada día más. El Partido por la Democracia –PPD- recolectaba firmas en las
calles de todo el país y, aunque la DC había optado por su camino propio, a principios
de marzo la avalancha de inscritos indicaba que se lograría el milagro de juntar los
33.500 militantes requeridos para legalizar este partido instrumental que Ricardo
Lagos había propuesto un año antes” (Politzer, 1998; 11).
40
En este contexto, se gestó un programa de conversación que transmitía Canal
13, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile y fuertemente ligado a
la Iglesia. “De cara al país” tenía una dinámica en la que en cada capítulo invitaban a
representantes de alguno de los distintos partidos políticos legalmente inscritos a
debatir acerca del plebiscito.
El 25 de abril fue el turno del Partido por la Democracia. Participaron en el
programa los políticos Ricardo Lagos, Jorge Schaulsohn, Armando Jaramillo y
Carolina Tohá. Como conductores estaban en el estudio los periodistas Raquel
Correa, Roberto Pulido y la historiadora Lucía Santa Cruz.
En cierto momento de la transmisión, Ricardo Lagos miró a la cámara, levantó
su dedo índice y dijo: “El general Pinochet no ha sido claro con el país. Primero dijo
usted, general Pinochet, que había acá metas y no plazos. Después, general Pinochet
tuvo plazos y planteó su Constitución del 80. Le voy a recordar, general Pinochet,
que el día del Plebiscito de 1980 dijo que el Presidente Pinochet no sería candidato
en 1989. La cámara está enfocando, espero. Y ahora le promete al país otros ocho
años con torturas, con asesinatos, con violación de los derechos humanos. Me parece
inadmisible que un chileno tenga tanta ambición de poder. Pretende estar 25 años
más en el poder...” La tensión en el estudio hizo que Raquel Correa tratara de
interrumpir a Lagos.
“Raquel, usted me va a excusar: hablo por 15 años de silencio. Y me parece
indispensable que el país sepa que tiene una encrucijada y una posibilidad de salir
de esa encrucijada, civilizadamente, a través del triunfo del NO” (Politzer, 1998; 16).
41
Esa noche el ambiente del estudio desde donde se transmitía, en directo, el
programa, se podía atravesar con una espada. Raquel Correa, Roberto Pulido y Lucía
Santa Cruz, a minutos de terminar el espacio se quedaron sin aliento, al igual que el
resto del país que seguía atentamente el programa. Se trataba del primer espacio
televisivo de este tipo tras el golpe de 1973, por lo que la audiencia estaba asegurada.
Nadie quedó indiferente a los dichos de Lagos, aunque las mismas palabras,
sin la kinésica y gestualidad, no hubiese sido lo mismo. Poses, dice Eduardo Riseni
cuando asegura que “la vieja retórica política es indisociable de una estética de puntos
fijos, de instantes privilegiados, de rostros sublimes y cuerpos que convocan al
mármol” (Mangone y Warley, 1994). Y en una época de reproducción técnica de
imágenes, el que haya sido en televisión y en directo, dieron el ingrediente sorpresivo
y masivo que un gran hito político e histórico amerita. Nacía Ricardo Lagos, el líder.
Y es que fue la actitud de Ricardo Lagos la que dio a muchos chilenos la
seguridad para ir a sufragar, con la certeza de que sería posible que la opción NO
ganara. Ese es el poder de una imagen.
La credibilidad y poder de persuasión que ejerce una imagen televisiva, quedó
demostrada ese día. No se hará referencia en este estudio, sobre las implicancias o
efectos reales y concretos que generó en la población votante, al momento de
sufragar, se deja la tarea abierta a otros. Sólo cabe mencionar que bajo un gobierno de
facto, donde la población temía inscribirse en los registros electorales, y con otros
muchos factores en contra, la opción NO ganó, y bajo la sorpresa de todo el mundo,
Chile volvió a la democracia.
En ese contexto, el actuar de Lagos acreditaba un alto grado de coraje y
convicción, lo que el sociólogo alemán Max Weber llamó carisma (Mangone y
42
Warley, 1994). Así emerge una nueva forma de ejercer liderazgo, es decir, un político
que realizó un acto impensable para esa época, en momentos de alta inseguridad, en
que la sociedad pedía un cambio, pero faltaba quien diera el primer paso, con
elecciones cerca, que dependiendo de lo que pasara significaría un gran cambio para
Chile. Siguiendo la definición de Tucker, se puede señalar que en el actuar de Lagos
existía un diagnóstico de la situación, el establecimiento de una política o vía de
acción grupal y su puesta en práctica de manera eficiente y eficaz como se pudo
comprobar posteriormente.
Para ese entonces Ricardo Lagos era más bien un académico, político de bajo
perfil del Partido Socialista, conocido y respetado en el círculo de la clase política
nacional e internacional que por esos años se reagrupaba. Sin embargo, el
conocimiento que la ciudadanía común tenía de él era casi nulo.
Aquel Lagos del índice apuntando a la cámara contra el general Pinochet, en
plena dictadura militar, lo llevó a la esfera pública. “Tras esa aparición políticamente
milagrosa, que resucitó el entusiasmo de los aplastados disidentes, los políticos de
cualquier signo supieron que había que contar con Lagos. Paulatinamente, todos
comprenderían que ese momento de coraje no fue una casualidad bien escenificada.
Había método en esa locura, en cuanto prolijamente diseñada por un líder de nuevo
tipo. Uno que parecía outsider, pero que se había preparado, por décadas, para ejercer
sus ventajas comparativas” (Rodríguez, 2002; 225-226).
En la preparación previa que tuvo todo el equipo del Partido por la
Democracia antes de presentarse en el programa se les señaló cómo hablar, la
importancia de dirigirse a las cámaras y no cometer el error de mirar los monitores.
43
Es más, Ricardo Lagos chequeó de antemano el “profesionalismo de los
camarógrafos” y se aseguró de que nunca lo dejaran de enfocar cuando hablara.
Al igual que John Kennedy en su debate con Richard Nixon en 1960, al que se
hace referencia en el capítulo anterior, Ricardo Lagos supo sacarle provecho a la
televisión y erigió una imagen pública de liderazgo que lo perpetúa en la historia del
país.
3.2 El líder sin discusión
Una vez aclarada la influencia que genera una imagen televisiva en la
credibilidad de la opinión pública y el poder que otorga, los atributos personales y la
imagen que proyecte el líder, son fundamentales para la asimilación de cogniciones y
el resultado de las percepciones de la audiencia.
Siguiendo lo señalado en el capítulo anterior, donde se detallaron los factores
que influyen en la percepción de un líder, definidos por Loudon y Della Bitta (1995),
aplicados en el caso de Ricardo Lagos se puede observar que teóricamente cumple
con los atributos e imagen que necesita un individuo, no sólo un político, para ser
percibido como un buen líder.
a) La personificación de ciertos valores:
Es necesario que manifieste la afectividad fuertemente ante la opinión pública
para generar un acercamiento a lo humano de Ricardo Lagos. Y él lo demuestra
especialmente en la relación con su madre, en el amor y la preocupación que
constantemente tiene hacia ella, la atención permanente que le brinda, lo que deja ver
su lado más humano, en su rol de hijo. “El día en que su madre cumplía 104 años,
como es natural fue a saludarla. Los medios captaron cuando se bajó del auto ‘con un
44
gran ramo de hortensias blancas y amarillas’, reflejando la imagen de hijo preocupado
y querendón, de un concepto de familia integrada, también de respeto por la gente de
la tercera edad; en suma, el lado humano de un hombre duro y muchas veces tajante”
(Ortega, 2001)
Por otra parte y sin lugar a dudas que la imagen del dedo acusador dejó en la
retina de los televidentes la impresión de un hombre que lucha, que es tenaz cuando
quiere alcanzar una meta. A lo largo de su carrera, además, ha demostrado que tiene
gran voluntad política y de servicio y que es capaz de comprometerse con una causa.
Ejemplo de esto es la ocasión en que vio cómo sus compañeros de partido le daban la
espalda al perder las elecciones internas de la Concertación para las elecciones
presidenciales de 1993, frente a Eduardo Frei, candidato de la Democracia Cristiana.
“Un nudo se le instala en la garganta y los ojos se le llenan de lágrimas al recordar
cómo en esa oportunidad sus camaradas socialistas y PPD corrieron a entenderse con
el futuro mandatario y lo dejaron solo en una aventura perdida, pero que él asegura
fue una lucha indispensable por la dignidad” (Politzer, 1998; 8).
Desde el punto vista de su vocación democrática, a través de su carrera
académica y profesional siempre demostró su adhesión al Estado de derecho. En
1960, a los 22 años Ricardo Lagos, terminó su carrera de Derecho en la Universidad
de Chile, con su memoria titulada "La Concentración del Poder Económico" la que
fue aprobada con distinción máxima y se convirtió en un éxito editorial con cinco
ediciones publicadas.
45
En su carrera académica destaca su nombramiento como Secretario
General de la Universidad de Chile. Además en su desempeño en distintos cargos
internos de la universidad, siempre demostró su adhesión al Estado de Derecho.
A su vez, fue el político con la imagen más fuerte durante la lucha por volver
a la democracia. En el acto de indicar con el dedo a Pinochet, representó el reclamo
de un país contra la dictadura, demostrando arrojo y valentía en una época en la que
un atrevimiento como ese le podía costar la vida. Como dice Ortega (2001), “un
Presidente de raíces socialistas, que nos remite al político que se encuentra en un
contexto idóneo para la aplicación de cambios en la entrega de significados masivos.
Lagos simboliza la Socialdemocracia de la Tercera Vía”.
En este sentido ha demostrado en más de una ocasión que el bien del país
siempre ha sido su norte. Una muestra de esto es que aceptó dos veces el cargo de
ministro (Educación y Obras Públicas) tras derrotas electorales haciendo un buen
trabajo, incluso después de ver cómo sus propios correligionarios lo abandonaban.
Esto habla de un ser humano que no busca un beneficio personal, sino que lucha por
concretar un proyecto, una idea de país, aunque no sea él quien esté a la cabeza
cuando se llegue al objetivo y los créditos se los lleven otros. Como señala Rodríguez
(2002) “él (Ricardo Lagos) no se percibe como un simple administrador de la
institución más complicada y poderosa. Él se ve como un líder que llegó a ella en un
momento de inflexión histórica, para que los chilenos, por fin, puedan vivir en un país
que celebra primeros lugares” (223).
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b) Competencia:
Aunque no es muy conocida por la opinión pública, su competencia
académica es producto de gran reconocimiento en el extranjero y por algunos grupos
de élite dentro del país. Por eso es tan respetado entre los grupos económicos.
En lo académico se desempeñó como profesor de Economía en la Escuela de
Derecho de la Universidad de Chile. Entre 1971 y 1972, fue Director del Instituto de
Economía de esta casa de estudios.
En el plano internacional, durante la década del 70, fue Director del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales y profesor visitante de la cátedra William R.
Kenan de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Carolina del Norte Chapel
Hill, en Estados Unidos.
También se desempeñó como Director Regional del Programa de Estudios de
Post Grado en Ciencias Sociales y estuvo a cargo del Proyecto UNESCO, UNDP en
Buenos Aires. En lo público, sirvió al país en Naciones Unidas, como delegado con
rango de embajador en la XXVI Asamblea General. Además, fue delegado en la III
Conferencia de Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de la ONU. Desde 1975 fue
consultor para el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, PNUD; y entre 1978 y
1984 se convirtió en economista del Programa Regional de Empleo para América
Latina y el Caribe de la ONU.
En la vida política contemporánea demostró gran eficiencia durante su gestión
en los Ministerios de Educación y Obras Públicas. Como Ministro de Educación los
principales hitos son el inicio de la reforma educacional, donde lucha por la igualdad
47
de oportunidades. Genera un programa que favorece a las 900 escuelas con peor
rendimiento en el país. Les entrega el 100% de alimentación, un programa especial de
capacitación a sus profesores y programas especiales de libros y bibliotecas de aulas.
Eso hace posible que en 1996 y 1998 estas escuelas tengan un rendimiento escolar
espectacular. Con esto consigue, además que el Banco Mundial apoye el mismo
programa para la enseñanza media, lo que deriva en la ejecución del Programa
Montegrande durante el gobierno de Frei.
Otro de sus importantes logros es la eliminación de la norma que obligaba a
las niñas embarazadas a abandonar sus colegios.
Como titular de Obras Públicas, impulsó un novedoso sistema de concesiones
viales, con participación del sector privado que invierte alrededor de 2 mil millones
de dólares en diferentes proyectos. Gracias a esta intervención del sector privado, se
llevaron adelante grandes obras de infraestructura vial, aeroportuarias, marítimas,
entre otras.
Si bien, Joaquín Lavín líder de la Alianza por Chile, opositora al gobierno, y
contendor de Lagos en la elección presidencial de 1999-2000, también contaba con
las competencias necesarias para ser un líder presidenciable, lo que diferenció a
Ricardo Lagos fue su manejo y conocimiento de cómo funciona el aparato estatal.
Además en un país como Chile, con un régimen marcadamente
presidencialista, donde el ciudadano espera que sea el propio Presidente de la
República el que le resuelva los problemas, un político como Ricardo Lagos, educado
bajo estos cánones, proyecta una imagen de liderazgo más sólida, más cercano a lo
que la sociedad chilena está acostumbrada.
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c) El tercer factor del que hablan Loudon y Della Bitta es la Presencia
social estratégica:
El uso del dedo apuntando a Pinochet, como una marca publicitaria fortaleció
el posicionamiento de Ricardo Lagos en el imaginario político nacional e
internacional y en el liderazgo que proyecta en la actualidad. Esto se enmarca en las
dimensiones de la personalidad a las que hace referencia Valdés (2003) cuando habla
de la construcción de imagen y parafrasea a Ortega y Gasset: “él y sus
circunstancias”.
En este sentido Ortega (2001) señala que “esta imagen ha significado que la
prensa reconozca en ‘ese dedo acusador’ la impronta que ha traído este tercer
gobierno de la Concertación (de Partidos por la Democracia). Si se analizan los
medios escritos en lo que va corrido desde que iniciara su mandato, todos han hecho
mención a este ‘estilo de Lagos’, a la ‘marca de Lagos’, el ‘sello Lagos’”.
En el ámbito internacional la imagen de Ricardo Lagos también está bien
posicionada como lo demuestra un episodio ocurrido en 1989 en Francia durante la
celebración de los 200 años de la Revolución Francesa, a la que fue invitado por el
Presidente Francois Mitterrand. Fue uno de los tres asistentes de los países cuyos
gobernantes fueron excluidos de la celebración.
En una de las actividades, Lagos buscaba su nombre en una de las sillas
ubicadas al fondo de la sala, pero un oficial de protocolo lo guió hacia el asiento
reservado para él.
“Con cierto espanto, vio que avanzaban hacia los lugares de honor, reservados
para las principales autoridades. Debía ser un error y prefirió hacérselo notar a su
guía.
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- Usted es el señor Lagos de Chile ¿verdad? -respondió el francés, un tanto
molesto porque se dudara de la eficiencia de su trabajo.
- Sí, pero creo que no me corresponde estar ahí, yo no soy Jefe de Estado-
- Mire, señor, aquí las ubicaciones las resuelve el Presidente Mitterrand.
Junto con dar por terminado el diálogo, lo instaló en el asiento que llevaba su nombre.
A la izquierda del Canciller alemán, Helmut Kohl, y a la derecha de la Primera
Ministra británica, Margareth Thatcher” (Politzer, 1998; 261).
Además, no se puede negar que dentro del escenario mundial uno de los
personajes con mayor credibilidad e integración es Ricardo Lagos. Para Sergio
Spoerer, profesor de liderazgo de la Universidad de Chile, Lagos posee “capacidad
para moverse en un escenario globalizado. O sea, la capacidad de incorporar en su
liderazgo el juego de las variables internacionales. Y aquí Lagos destaca como el
Presidente de mayor credibilidad de América Latina” (El Mercurio, septiembre 2002;
D2).
Este prestigio internacional se refleja además en los diferentes acuerdos
comerciales y de cooperación alcanzados durante el año 2002 con Estados Unidos,
Unión Europea y Corea del Sur, entre otros países.
3.3 Líder en discusión
Al volver a 1988 y al histórico episodio del dedo acusador, se puede aplicar la
definición dada por Tucker en la que señala que el liderazgo político adquiere su
mayor relevancia en momentos de inseguridad. En este ambiente nacional que era de
extrema incertidumbre, el gesto del dedo levantado, hacia la cámara y apuntando a
Pinochet es la concreción del diagnóstico y del establecimiento de la política o vía de
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acción grupal a los que hace referencia la definición de Tucker. Es así como el dedo
acusador se transforma en el florecimiento del liderazgo político de Ricardo Lagos.
Tras el triunfo del No y el retorno a la democracia, Ricardo Lagos mantuvo la
imagen de líder que lo posicionó en el imaginario político chileno. Durante los dos
primeros gobiernos de la Concertación esta imagen fue potenciada por su eficiente
gestión como ministro, tanto de Educación (Gobierno de Patricio Aylwin) como de
Obras Públicas (Gobierno de Eduardo Frei).
Con dos exitosas gestiones ministeriales como respaldo y el mayoritario
apoyo de partidarios y simpatizantes de la Concertación que fueron a votar en las
elecciones internas del conglomerado –en las que Ricardo Lagos superó con amplia
mayoría a su contendor de la Democracia Cristiana, Andrés Zaldívar- el liderazgo de
Ricardo Lagos al encarar las elecciones presidenciales de 1999 no podía ser mejor.
Esto explica la sorpresa que generó el resultado de la primera vuelta el 12 de
diciembre de 1999, en la que se produjo un “virtual empate”, como dice Blomeier
(2000) entre el candidato de la Alianza por Chile, Joaquín Lavín (47,52%) y Ricardo
Lagos (47,96%).
La elección presidencial marcó un hito importante: un cambio de estrategia
comunicacional del Gobierno. De hecho, la llegada de Lagos a la Presidencia de la
República, estuvo marcada por un manejo comunicacional mediáticamente efectivo,
marcando las pautas de su gobierno basadas en su proyecto país dado a conocer
durante los meses de campaña y que tienen como objetivo que Chile llegue al
bicentenario como un país desarrollado. Desde un inicio la prensa destacó las metas
establecidas por Lagos en su campaña presidencial, las que incluso fueron bautizadas
como ‘las promesas de Lagos’. Estas se centran fundamentalmente en ocho áreas:
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- Adulto mayor
- Nuevo código de procesamiento penal
- Seguro de desempleo
- Defensoría penal pública
- Eliminación de funciones de carabineros
- Ley de drogas
- Discriminación por edad
- Acoso sexual.
A juicio de Ortega (2001) este interés de la prensa “despliega
subyacentemente la figura de Lagos más allá de su papel presidencial: un hombre que
recorrió el país y observó en terreno, junto a sus ministros, la precaria situación que
afectaba a miles de chilenos, fruto de los fuertes temporales ocurridos en el mes de
junio”.
Sin embargo, con la llegada a la presidencia también afloraron nuevos rasgos
en el liderazgo de Ricardo Lagos, uno de los que más destacan es lo que Rodríguez
(2002) califica de overqualified: la sobrecalificación de Lagos para el puesto. A esto
se suma su propia conciencia de ser el líder que Chile necesita. Es lo que Fischman
llama ego y que recomienda –en un contexto de líder participativo- dejar a un lado,
dejar de ser el centro.
Y ya a partir del segundo año de gobierno de Ricardo Lagos, comenzaron a
tomar fuerza los cuestionamientos a su liderazgo. Y no sólo por voces de alerta
surgidas en los medios de comunicación, sino que también por actitudes y
actuaciones surgidas en el seno de la propia Concertación.
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Rodríguez (2002) refleja de una manera casi profética los problemas de
liderazgo que Lagos está enfrentando cuando comienza el 2003. “Los obstáculos que
está encontrando no están, entonces, en el ámbito intelectual. Están en el desfase
entre su proyecto nacional, sus propias decisiones (o indecisiones) y los reflejos
clientelares de los partidos. El que ese desfase desaparezca, se reduzca, se mantenga o
crezca, dependerá de la forma como el Presidente imponga o deje de imponer su
propia personalidad.” (228).
En un artículo del suplemento de reportajes de El Mercurio (2002), donde se
analiza el liderazgo de Lagos, Rodríguez, señala que el perfil del actual Presidente,
desde que empezó a actuar en política, es el del líder del nuevo Estado desarrollado
chileno, “pero por el factor Pinochet, el cerco de hierro de los partidos de la
Concertación y por la falta de comprensión opositora se ha visto obligado a ser un
buen Presidente..., pero de administración. Y se le acaba el tiempo” .
3.4 Obstáculos del líder
El Presidente Ricardo Lagos ha tenido que enfrentar, quizás más que ningún
otro mandatario desde el retorno a la democracia en 1989, una serie de obstáculos que
han afectado su desempeño como Presidente y, por ende, su imagen.
El primer escollo con el que se encontró Lagos fue con una lenta recuperación
económica. La proyección de un 7% de crecimiento económico del país al que hace
referencia en su primer discurso ante el Congreso Pleno, el 21 de mayo de 2000,
resultó ser de un 2 y un 3% de crecimiento real, lo que significó la desaparición del
discurso de llegar al Bicentenario (2010) como un país desarrollado.
53
Fue el primer gran traspiés a la imagen de Lagos. Las cifras de cesantía se
mantuvieron sobre los dos dígitos y los planes de empleo municipales –que con
recursos fiscales financiaban labores menores de jefes y jefas de hogar- surgidos con
la idea de que sean momentáneos, se tuvieron que ir consolidando bajo la amenaza de
estallidos sociales.
Al problema económico se sumaron constantes conflictos con los gremios de
la salud y la educación, que esperaban una conducción estatal mucho más cercana a la
izquierda que al centro, con una impronta más socialista y menos empresarial,
teniendo como referente la imagen del liderazgo de Lagos basada en el ícono del
dedo acusador, símbolo de la lucha contra la economía de mercado que representaba
el general Pinochet. Sin embargo, y siguiendo a Martínez y Morales (1998), en un
Estado de derecho, distinto al de la dictadura en que emergió esa imagen de Lagos, la
necesidad de demostrar voluntad política, de concensuar, acercó al Presidente a las
clases empresariales.
De ahí que tanto los trabajadores de la salud como los de la educación, desde
los ámbitos de acción que les son propios, demostraran su descontento atacando dos
proyectos emblemáticos de Ricardo Lagos: la reforma a la Salud y la reforma
Educacional, que se inició bajo el gobierno de Patricio Aylwin, pero mientras Lagos
era ministro del ramo.
Sin embargo, los cuestionamientos a la probidad del Estado, surgidas a
mediados del año 2002, es lo que ha gatillado la crisis política más grave que ha
debido enfrentar cualquier gobierno de la Concertación y que han influido
fuertemente en la percepción que los seguidores cercanos tienen sobre el liderazgo de
Ricardo Lagos.
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Son cuatro los hechos –que entrecruzados- cuestionan el actual ordenamiento
estatal. El caso Coimas que involucra a 5 parlamentarios –que fueron despojados de
su fuero para poder ser investigados por la justicia- en denuncias de cohecho a un
empresario de plantas de revisión técnica de la Sexta Región, se topa con los
escándalos por pagos de sobresueldos y corrupción entre el Ministerio de Obras
Públicas con una empresa de papel o creada para justificar pagos indebidos a
funcionarios públicos.
Por otra parte, el traspaso de información privilegiada desde el Banco Central
a un holding de inversiones privado y la estafa, por parte de este mismo holding a la
Corporación de Fomento de la Producción, Corfo, conocida a mediados de marzo de
2003, fueron una dura prueba al liderazgo de Ricardo Lagos.
En todo caso, aquí es pertinente destacar que el apoyo que la ciudadanía o los
seguidores lejanos otorgan a Lagos no ha variado mayormente, a pesar de la gravedad
de los hechos de corrupción que la justicia chilena investiga. De hecho, en una
encuesta encargada a la empresa EXINDE-IMS y dada a conocer por el diario La
Tercera el domingo 16 de marzo de 2003, se constata que a pesar de que el 47,7% de
los entrevistados consideró que la reacción del Presidente Lagos ante los hechos de
corrupción que afectan al oficialismo ha sido débil, un 37,1% considera que el
desempeño del mandatario, después de conocer estos escándalos, es igual de buena
que antes. Incluso, un 14,2% de los encuestados respondió que consideraba el
desempeño de Lagos como mejor que antes.
Sin embargo, la Concertación, conglomerado de centro izquierda a la que
representa Lagos, si ha visto afectada su imagen. Un 35,8% de los encuestados por la
55
empresa EXINDE-IMS considera que el gobierno de la Concertación es peor que
antes.
Entonces, al nuevo escenario político, al que se hace referencia en el capítulo
uno, han debido sumarse estos obstáculos que de una u otra manera han influido en la
asimilación de cogniciones y la representación de percepciones de las audiencias y,
por ende, en la construcción de la imagen de liderazgo actual de Ricardo Lagos.
Volviendo al concepto de Estado desarrollado del que habla Rodríguez, se
debe mencionar que éste no ha podido concretarse. De hecho, los cambios sociales
que ha experimentado el país en las últimas décadas, hacen indispensable que se
materialice una reforma del Estado chileno, materia que estaba contemplada en el
proyecto de país de Ricardo Lagos. Sin embargo la falta de apoyo de la oposición ha
impedido que se concrete.
Recién en enero de 2003, y tras la crisis de la clase política y de gestión
administrativa generada por escándalos debido a la falta de transparencia en la
administración pública, se firmó un acuerdo político destinado a modernizar el
Estado.
Si se remite a las Teorías Implícitas de Liderazgo, se puede decir que este
factor ha influido en el debilitamiento de su imagen política y credibilidad entre sus
seguidores más cercanos.
Oscar Godoy (El Mercurio 2002), profesor de Teoría Política en el Instituto
de Ciencia de la Universidad Católica y miembro del directorio del Centro de
Estudios Públicos agrega otro punto de análisis “Lagos comete el error de dedicar
demasiada energía a los detalles. Muestra gran transparencia intelectual cuando se
refiere conceptualmente a su proyecto de gobierno, pero sufre un problema
56
estratégico: para desplegarlo debería concentrarse en esa conducción y no dispersarse
en todas las batallas”.
Tanto para Rodríguez como para Godoy esta situación puede deberse a una
suerte de exceso de celo, desconfianza en sus colaboradores –muchos de los cuales
han sido nombrados por él de acuerdo a cuoteos políticos necesarios para mantener
contentos a los partidos de la Concertación- o a su propia personalidad hiperactiva
que intenta imprimir un ritmo que no todos pueden seguir. Esto último queda
demostrado cada vez que fija plazos y metas a sus ministros de manera pública ante
los medios de comunicación.
Sin embargo aquí cabe preguntarse si esta situación no corresponde a una
estrategia de marketing político –constante, permanente incluso en tiempos ajenos a
luchas electorales- para mantenerse vigente en los medios de comunicación.
Siguiendo a Rodríguez (2002) “partiendo de la base de que en el mundo
mediático las cosas son las que parecen –y de ahí la importancia estratégica de tener
padrinos en ese mundo-, todo indica que aquí el sesgo manda. Para Lagos esa
actividad incansable (...) también puede ser su método para posicionar su labor
cotidiana en medios que no le son adictos (un Presidente no puede ser ignorado), y así
presionar a una oposición que no puede descalificar, ante su electorado
independiente, la gestión de un líder que trabaja tanto” (231).
De esta manera Lagos se mantiene en la agenda pública dejando en claro que
tiene una posición y opinión sobre todo lo que ocurre en el país, demostrando ser el
Presidente paternalista acorde con la imagen a la cual está acostumbrado el ciudadano
en un régimen presidencialista. Es así como se puede observar al menos una
aparición al día de Lagos en cada medio de comunicación, ya sea radio, televisión o
57
prensa escrita, es más, dentro del ranking elaborado por el Diario El Mercurio
(Testigo ocular) de personajes con más apariciones en portadas de diarios y revistas a
nivel nacional, de viernes a sábado, Ricardo Lagos siempre aparece dentro de los tres
personajes cuya imagen más se ha visto.
Continuando con esta observación y si se analiza el liderazgo actual de
Ricardo Lagos sobre la base de lo propuesto por Tucker, se puede destacar que a
pesar de su manejo comunicacional –intencional o no- y de mantener el apoyo de la
opinión pública con una buena evaluación de su gestión, el liderazgo político de
Ricardo Lagos está en cuestionamiento. El detalle es el siguiente:
Posee un diagnóstico el que está contenido en su idea de país. Su proyecto de
tener un Chile desarrollado para el Bicentenario requirió de un diagnóstico acabado
sobre la realidad que atravesaba Chile. Sin embargo, la realidad del país en el
momento en que Lagos elaboró dicha propuesta es muy distinta a la que existe en la
actualidad. La lenta reactivación económica del país y la irrupción de la figura de
Joaquín Lavín y sus estrategias de Marketing han configurado un escenario distinto al
que existía antes de las elecciones.
En el establecimiento de una política o vía de acción grupal se pueden
mencionar proyectos emblemáticos como la reforma de la Salud, con el Plan Auge, la
reforma de Educación, el proyecto Chile Solidario, la modernización del Estado,
entre otros.
Sin embargo en la puesta en práctica se observa una disonancia entre el
proyecto de Lagos y la realidad contingente, es decir, entre la agenda pública, la
agenda de los medios y la agenda de los públicos. Lagos está proyectando una imagen
donde se muestra incapaz de persuadir a sus seguidores cercanos de la importancia de
58
esta política que quiere llevar a cabo, la concreción de estos proyectos ha sido lenta,
dificultosa y poco difundida.
En los medios de comunicación pesó mucho más toda la polémica con el
Colegio Médico por la puesta en marcha del Plan Auge que la aprobación del
proyecto en el Senado y sus alcances. Todavía es posible encontrar a una gran
cantidad de personas que no saben de qué se trata la propuesta.
En resumen, Ricardo Lagos personifica ciertos valores que históricamente han
sido bien valorados por la comunidad: afectividad, tenacidad, dignidad. Fue, además,
el ícono del retorno a la democracia.
Por otra parte, posee amplias competencias académicas, intelectuales y conoce
bien la forma en que se administra el aparato estatal. Muchos analistas coinciden en
que es el estadista por naturaleza.
Su imagen está bien posicionada en el ámbito internacional, especialmente
después del episodio que significó su alzamiento como líder situacional, cuando le
levantó el dedo al general Pinochet y lo increpó.
Además, Lagos tiene rasgos de personalidad bien definidos, como un
personalismo exacerbado, un exceso de celo y poca capacidad de delegar funciones y
responsabilidades.
Si bien estos atributos, actitudes y competencias, han sido constantes en el
tiempo, ha debido enfrentar contextos sociopolíticos, culturales y económicos muy
distintos, lo que sin duda afecta en como la opinión pública percibe su imagen de
líder.
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Conclusiones
1. La sociedad chilena, desde el retorno a la democracia en 1989, pero
especialmente en los últimos 10 años, ha evolucionado en aspectos como: las
relaciones familiares con un alto porcentaje de familias uniparentales y otro
tanto no constituidas legalmente y altamente proclives a una ley de divorcio.
La forma de relacionarse con los medios de comunicación de masas y cómo
éstos han formado parte de la vida cotidiana, construyendo sentidos y
transformándose en la nueva plaza pública. El consumo y la economía, que
han pasado a ser el paradigma en el que se basan todas las decisiones y la
manera en que se mide el nivel de satisfacción personal y grupal, además de
fomentar el individualismo.
2. El nuevo contexto socioeconómico y cultural repercute en que las estrategias
políticas tradicionales, de oratoria ya no sean efectivas para persuadir a un
ciudadano que se comporta como un consumidor cuando está en las urnas.
3. El ámbito en el que más se ha notado la transformación de la sociedad chilena,
ha sido en la forma de hacer política, especialmente a partir de la elección
presidencial de 1999-2000, donde Joaquín Lavín, candidato de la derecha,
irrumpió con una campaña fuertemente ligada al Marketing Político
estadounidense.
4. La irrupción del Marketing Político en Chile trajo como consecuencia que
tanto Ricardo Lagos, en la segunda vuelta electoral en enero de 2000, como
todos los demás políticos en las siguientes elecciones, replantearan sus
60
estrategias comunicacionales y adoptaran las técnicas de construcción de
imagen propias del Marketing.
5. La imagen de liderazgo de Ricardo Lagos, que surgió en el episodio de
levantar el dedo a Pinochet en 1988, sumada a su condición de referente
chileno de la Tercera Vía al Socialismo, construyeron un imaginario social en
el que se esperaba de él una conducción fuerte en relación a los temas
pendientes de la transición a la democracia, especialmente la modernización
del Estado y las reformas constitucionales.
6. El nuevo escenario político chileno le exigió a Ricardo Lagos redefinir su
agenda para usar a los medios de comunicación en su beneficio, alejándose de
su imagen de líder tradicional de oratoria, lo que significó dejar en segundo
plano los cambios estructurales que contemplaba su proyecto de país.
7. En este nuevo escenario se comprueba que la imagen de Ricardo Lagos con el
dedo levantado contra Pinochet ya no es suficiente para conseguir el respaldo
de los seguidores cercanos, los que han demostrado menor grado de
compromiso que los seguidores lejanos, quienes lo siguen apoyando en los
estudios de opinión que permanentemente se realizan en el país.
8. Si en 1988 los partidos de centro izquierda –excepto quizás la Democracia
Cristiana- reconocían en Ricardo Lagos a su líder indiscutido, en la actualidad
se hace necesaria una evolución de este liderazgo, que se haga eco de las
nuevas prioridades de los seguidores cercanos.
9. En un estado de derecho los mismos atributos y habilidades que generan un
liderazgo potente durante un gobierno de facto, ya no son preponderantes y se
61
comienzan a destacar los aspectos más perjudiciales para la mantención de su
liderazgo.
10. Lagos se caracteriza por un personalismo exacerbado lo que conlleva a que
trate de estar en todos los problemas, lo que resta protagonismo y confianza a
sus colaboradores. En una sociedad individualista como la que se describe en
el primer capítulo, esta actitud de Ricardo Lagos interfiere en la percepción
que tienen sus seguidores cercanos, ya que es una actitud que no concuerda
con la importancia de saber delegar, de confiar en sus colaboradores, alejarse
del centro de atención y dejar atrás su ego, lo que es un error en un liderazgo
de estos tiempos.
11. El aparecer en los medios de comunicación sin un diagnóstico que se adecue a
la realidad actual del país y sin una política definida de acuerdo a una correcta
evaluación de las necesidades del país, desemboca en que su imagen se
deteriora porque no es capaz de interpretar lo que la sociedad espera.
12. No es lo mismo ejercer un liderazgo en un momento de crisis bajo una
dictadura que hacerlo en un régimen democrático. Se hace necesaria una
evolución del liderazgo y, más que nada, saber entender que los momentos
históricos son el resultado de la interacción de muchos componentes: la
ciudadanía, los medios de comunicación, la oposición, el gobierno, el espacio
público, agentes que viven en un constante proceso de evolución no sólo de
manera aislada, sino que también en su relación entre ellos.
13. En el actuar de Lagos durante el programa “De cara al País” en 1988, existía
un diagnóstico de la situación, el establecimiento de una política o vía de
62
acción grupal y su puesta en práctica de manera eficiente y eficaz como se
pudo comprobar posteriormente.
14. Sin embargo en la actualidad se puede observar una desorientación en el
diagnóstico, lo que ha llevado a que siga con las mismas políticas que cuando
asumió la presidencia el año 2000, sin tomar en cuenta los cambios en el
escenario político, económico y social del país.
15. Como consecuencia de esto la puesta en práctica ha sido confusa, dando como
resultado un Presidente que es percibido por la opinión pública como un líder
con respuestas débiles a las crisis surgidas en contextos democráticos. A pesar
de esto su desempeño sigue siendo bien evaluado.
16. Finalmente, se puede concluir que Ricardo Lagos responde a la categoría de
liderazgo expresada en el marco teórico, cuenta con los atributos, las
competencias y las habilidades necesarias para construir una imagen de líder
político, sin embargo el problema de su liderazgo no está en sus
competencias, o en su posicionamiento a nivel nacional e internacional, sino
que en sus actitudes y habilidades para comunicar y persuadir y en sus
atributos de personalidad, los que no han evolucionado al mismo ritmo que el
contexto sociopolítico y cultural del país.
63
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ml
67
ANEXO
ENTREVISTA EDUARDO AQUEVEDO
SOCIÓLOGO UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN
Primera Parte 10 de diciembre de 2002
Lagos tiene sus orientaciones básicas, que puede sufrir modificaciones porque
la coyuntura lo obliga a modificar esas orientaciones, pero él tiene orientaciones
gruesas, y al mismo tiempo tiene coyunturas y tiene, digamos, exigencias inmediatas
que aparecen en el aquí y en el ahora, que tiene que enfrentarlos como tendría que
enfrentarlos cualquier otro gobierno. Supongamos el temas de las coimas, el tema de
la corrupción. Es algo que no estaba en la agenda. O sea, tiene que enfrentar eso.
¿Cómo se enfrenta, ah? Negociando... tratando de transparentar al máximo, pero al
mismo tiempo tratando de que a causa de esto no se le, digamos, caiga el castillo de
naipes, no se le vaya al suelo la coalición que le da sustento. Entonces tiene que
negociar, tiene que ver a través de operadores como Inzulza que esta alianza que es la
Concertación, a pesar de los golpes, etcétera, pueda seguir funcionando, porque si no,
el gobierno queda sin respaldo en el parlamento, sin articulación, lo que sería
realmente ingobernable.
Entonces, tiene que combinar estas orientaciones, por ejemplo en salud, en
educación, en infraestructura, etcétera, que son grandes orientaciones, en políticas
sociales. Todas esas orientaciones tiene que, digamos, adecuarlas a las circunstancias
que vive el país. El tema de la crisis, por ejemplo, del 98 en adelante que se pensaba
que podía ser resuelta con mayor rapidez, pero que dura, por equis razón, entonces,
frente a esa crisis que se prolonga, el gobierno da palos por aquí, da palos por allá,
68
para que se produzca reactivación, o sea se concesiona a los empresarios, pero al
mismo tiempo se buscan, digamos, salidas por arriba. Por ejemplo, acuerdos con la
Unión Europea, se trata de insistir en el tratado de libre comercio con Estados
Unidos. Se mantiene una relación lo mejor posible con Brasil, con Lula, etcétera para
incentivar a los empresarios, darle garantías a los empresarios de forma que ellos se
remotiven para invertir, por ejemplo, porque al verificar los empresarios que hay un
contexto internacional que les resulta menos desfavorable a ellos que a otros
empresarios de otros países ellos pueden encontrar algunas razones adicionales o
suplementarias para invertir, por ejemplo. Por ejemplo ahora salió un informe sobre
los niveles de corrupción en América Latina, no sé si ustedes vieron eso. A pesar de
las coimas, de todo esto que ha aparecido en el último tiempo, Chile aparece, de todas
formas, en el primer lugar de limpieza en América Latina. O sea, eso no habla
necesariamente bien de Chile, pero sí habla muy mal de los otros países de América
Latina. Entonces, yo diría eso preliminarmente.
- De un tiempo a esta parte varios autores han hablado de un cambio. Está
Tironi, está Halpern, está el mismo Garretón, que habla de esta mutación de la
política basada en el contenido, en esa transformación de la política desde un
aspecto más ideológico a un aspecto más pragmático, más instrumental. ¿Usted
concuerda con que hay un cambio en la forma de hacer política, en como la
sociedad percibe a sus dirigentes , a los actores políticos, que es lo que espera de
ellos también?
Yo creo que hay un cambio general. Es un cambio que viene procesándose
desde comienzos de la década. Hay una despolitización, una desideologización más
formal que real.
69
Yo creo que, digamos, se habla menos de política porque además la práctica
de la política está desprestigiada, está mal asumida, mal aceptada por los actores
sociales en general: la juventud, los gremios, etcétera, etcétera, una parte de la
ciudadanía, una parte del electorado. Ven la política como una actividad menos
respetable que hace 20, 30 años atrás.
Entonces, los discursos y las prácticas hacen menos evocación de la política
que antes y se hacen las cosas sin invocar tanto la política. Pero eso no quiere decir
que se caiga, para todos por igual en una suerte de instrumentalismo completo. O sea,
yo creo que hay, efectivamente, esta especie de pragmatización. Eso es un hecho. Eso
se da crecientemente desde el gobierno militar... desde el fin del gobierno militar en
adelante en los tres gobiernos de la Concertación, porque además el contexto
internacional ha cambiado, porque esta instrumentalización o pragmatización es una
corriente también internacional, no es algo puramente criollo. Esto se constata
también en Francia, se constata en Inglaterra, se constata en varios lugares donde las
prácticas explícitamente ideológicas y que responden a proyectos políticos demasiado
estructurados y de largo plazo pierden consistencia, pierden fuerza y lo que quedan
son orientaciones gruesas, pero esas orientaciones gruesas distinguen todavía los
discursos más abiertamente neoliberales que son más pragmáticos y más
instrumentalistas de los discursos y de las prácticas más ligadas, por decirlo de alguna
manera, a una orientación de tipo social demócrata.
Moderada, morigerada, como ustedes quieran, pero son las dos alternativas
gruesas hoy día en el mundo contemporáneo de hacer política. Una orientación
neoliberal muy fuerte que ha perdido yo creo también fuerza durante los últimos 10
años y una orientación socialdemócrata moderada que ha ido ganando fuerza durante
70
los últimos 10 ó 12 años. Desde un momento de crisis muy fuerte al comienzo de los
90 a una situación de relativa mayor influencia a comienzo del 2000.
Eso es lo que uno ve en América Latina, por ejemplo. El hecho de que Lula
haya ganado no es una casualidad. Responde a una tendencia que tiene que ver con el
cuestionamiento a las prácticas neoliberales de desregulación total, en Argentina, por
ejemplo, en Ecuador, incluso en Chile.
Porque Lagos yo creo que representa una pequeña diferencia en relación con
por ejemplo, Frei. Aquí hay un intento de una regulación un poco mayor, en Lagos en
relación con Frei.
- ¿Regulación en qué sentido?
En materia, por ejemplo, de políticas sociales, de intervención un poco mayor
del Estado, en cuanto a ordenar el juego político, ordenar y dar mayor peso a las
políticas públicas.
En el gobierno de Frei a mi entender, hubo una, yo diría, una pérdida de
intención reguladora, hubo incluso una desregulación voluntaria en muchos ámbitos,
sobre todo en el aspecto económico y sobre todo en el aspecto de las políticas
sociales.
Lagos gana porque promete un contenido en materia de políticas sociales
fuerte, ahora el contexto internacional y nacional no lo han favorecido en la
concreción de ese propósito. Pero el proyecto, yo creo que sigue ahí, y que se expresa
a pesar de todas las críticas que uno pueda hacer, en el intento de ordenar la política
del Estado en el ámbito de la salud, por ejemplo, con el Plan AUGE.
71
Yo no estoy de acuerdo con varios de los contenidos del Plan AUGE, pero esa
es una tentativa de dar un cierto orden a la intervención del Estado en un ámbito
sensible como es la salud.
Otro esfuerzo se ha hecho en el ámbito de la educación, que es dar una
valoración un poco mayor al rol de la enseñanza primaria y secundaria de modo de
modificar la oferta y suscitar mayores vocaciones, porque se mejora en grueso, el
salario, por ejemplo, del profe, del profe primario y secundario. Entonces eso ha
generado en los últimos dos años una mayor cantidad de postulantes al puesto de
profe que hace 3 ó 4 años atrás. Y eso tiene que ver con una voluntad, también del
Estado, de dar señales para reforzar un segmento de la educación pública. Y ahora
dicen que se van a preocupar de la educación superior. Vamos a ver en qué consiste
eso. Puede que sea totalmente inadecuado lo que ellos propongan, pero hay por lo
menos ese propósito.
- Ahora, ¿qué factores influyen en este cambio de la forma de hacer política, en
esta transformación paulatina que ha habido?
O sea, hay muchos factores, yo creo, que influyen en esto. Hay un factor
central, que es, de todas formas, durante todos los años 90 una persistencia del
modelo económico, economía de mercado que, en grueso, consiste en, digamos,
poner un acento en la desregulación de actividades de tipo, bueno, en el ámbito
social, legal, económico, etc. de manera de garantizar el protagonismo de la empresa,
de la empresa, sobre todo de la gran empresa como agente económico principal.
Entonces, para poder garantizar ese protagonismo de la empresa, tiene que haber un
contexto económico, legal, social, que favorezca ese protagonismo. Es decir, leyes
72
laborales que no obstruyan, políticas financieras que favorezcan la circulación de
capitales, sobre todo de capitales financieros, porque jugamos en un ámbito
internacionalizado, globalizado y por lo tanto, no hay que dar malas señales al capital
externo para que se venga a instalar acá, aunque sea por media hora. Entonces, se
suprimió hace, por ejemplo, dos años atrás una ley que ponía límite a los llamados
capitales golondrina. No sé si ustedes han oído hablar de eso. Había un decreto, que
impedía que los capitales financieros que se instalaban acá permanecieran menos de
un año. Había una ley, un decreto, que ponía ese límite. Entonces ese límite era mal
visto por el capital financiero internacional. Entonces, qué hizo Eyzaguirre, fue
suprimir ese decreto y darle por lo tanto, mayor confianza al capital extranjero, sobre
todo financiero para que vea en la economía chilena algo amistoso que le permita a
ellos entrar y salir cuando quieran. Pero además de eso, se trata de mantener una ley
laboral en lo fundamental similar que facilite un grado de flexibilidad en el uso de la
fuerza de trabajo y que facilite la flexibilización de la economía en su conjunto. Que
permita una mayor sintonía entre oferta y demanda y eso se hace a través de una
flexibilización constante de la fuerza de trabajo, en el uso de la fuerza de trabajo y al
mismo tiempo, flexibilizar los procesos productivos, es decir, que la producción sea
flexible globalmente a través de favorecer por ejemplo, procesos de innovación
tecnológica a través de el uso de tecnología, incluso, lo más adecuada a esta
necesidad de flexibilizar la economía, entregando por ejemplo, crecientemente a la
pequeña y mediana empresa instrumentos que le permitan, también competir en
mercados internacionales y no sólo dejar ese rol a la gran empresa. Entonces se trata
de crear un contexto económico, social, legislativo que tiene como uno de sus ejes la
desregulación en general.
73
- ¿Cómo afecta esto al ciudadano, al ciudadano político, perteneciente a una
polis? ¿Lo transforma en consumidor?
Bueno, la tendencia ha sido transformarlo en consumidor más que en
ciudadano. O sea de potencial ciudadano...
- Porque Garretón también habla de una desintegración de la polis afectado por
este fenómeno económico
O sea, hay una fragmentación social. Yo prefiero hablar de fragmentación. Un
proceso de fragmentación que trata de ser parado de alguna manera por la política
pública de Lagos, pero que no lo consigue, yo diría, de manera significativa. Porque
la fragmentación tiene que ver con, primero, un cierto mercado de trabajo que se ha
ido constituyendo durante la década, un mercado de trabajo fragmentado, donde el
sindicato pasa a tener una importancia menor, donde el individuo es invitado a
entenderse directamente con el empleador, donde la dimensión colectiva pierde
fuerza en general, donde las instituciones más políticas pierden también legitimidad y
entonces lo que predomina es la tendencia a la fragmentación. O sea, cada uno por su
lado. Cada trabajador negocia su situación, y resuelve su situación.
- ¿Eso podría explicar, en el fondo, el éxito de Lavín. Que el individuo espera
que le resuelvan su problema, no el problema colectivo?
Sí, claro. Ese contexto social que viene del contexto económico, favorece el
pensar individual, y la opción individual, y eso favorece un discurso que fomenta la
solución de tipo individual, el discurso lavinista. Por eso es que Lavín encuentra eco.
Encuentra eco en una sociedad fragmentada que responde con una suma de goces
individuales, pero que son muy individualizados. Entonces, a una sociedad
74
fragmentada se le propone un discurso que se orienta a cada uno de los componentes
individuales de esta sociedad fragmentada. Entonces ellos encuentran eco,
efectivamente, porque ya no se habla al sindicato, ya no se habla a la institución, se
habla al individuo. Entonces el individuo piensa en un primer momento que está
siendo tenido en cuenta y después se da cuenta, creo yo, de que se dirige al individuo
porque es más conveniente dirigirse al individuo solo que a la institución o al
colectivo, porque el colectivo va a poner más exigencias.
En cambio el individuo solo acepta más fácilmente soluciones que pueden ser
más desfavorables a él, porque la tendencia global es que la fragmentación social
crece y la vulnerabilidad social también crece. No sé si ustedes saben, ha aumentado
durante esta década, en Chile, pero también en América Latina y en otras regiones, ha
aumentado, por ejemplo, el empleo sin contrato de trabajo. Antes lo que crecía era el
empleo con contratos parciales o con contrato de honorario o a plazo fijo. Ya eso era
precario. Ya se había pasado de la etapa del contrato indefinido a la etapa del contrato
a plazo fijo o temporal. Pero ahora la figura no es ... ya esa que no es demasiado
estimulante para la seguridad de las personas, ahora se pasa a una situación donde
prácticamente no hay contrato. Y la gente tiende a aceptar, crecientemente, empleo
sin contrato.
El caso paradigmático es Perú, donde prácticamente todo empleo que se crea
es sin contrato de trabajo. Pero también en otros países como Colombia, como los
países centroamericanos, como México, en Argentina ha crecido enormemente que
era uno de los países donde había la mayor cantidad de trabajadores con contrato
indefinido, se ha pasado rápidamente a una situación de trabajo a plazo fijo y
75
temporal, y también con creación de puestos de trabajo sin contrato, así en negro. Y
eso ha crecido en Chile de manera notable.
La gente acepta porque no tiene mucha alternativa, pero al mismo tiempo, se
constata, en muchos estudios, yo les señalo, por ejemplo, los dos últimos estudios del
PNUD, acepta, pero al mismo tiempo manifiesta un gran descontento por la situación.
O sea, la solución que tienen al frente, respecto de la cual no tienen muchas
alternativas, la ven como una solución lamentable, como una solución que produce
desolación, que produce inseguridad.
Entonces ellos dicen, bueno no tenemos parece alternativa, tenemos que hacer
lo que se nos dice que tenemos que hacer y lo vamos a hacer, de todas maneras, pero
la gente no está contenta. La gente expresa descontento, por ejemplo, en el informe
del PNUD, sobre las paradojas de la modernidad, por ejemplo. Si ustedes le dan un
vistazo van a ver que los índices de desconfianza y de descontento social, crecen. En
el último informe del PNUD para Chile se constata lo mismo. O sea, un crecimiento
de la inseguridad, de la angustia, del estrés, del descontento. Entonces, este tipo de
soluciones individualizadas, basadas en la fragmentación, fomentada, es algo que la
gente asume como una realidad, pero de la cual no se alegran, de la cual ellos no
piensan que es la solución ideal. No ven una salida inmediata, pero es una solución
que ellos quisieran verla como una solución provisoria.
Segunda parte 18 de diciembre de 2002
- En el discurso de Ricardo lagos ante el Congreso Pleno el 21 de mayo de 2000,
había un concepto central, que en cierta forma aglutinaba el proyecto país de
Lagos, y que era llegar al Bicentenario como país desarrollado. Ese concepto se
76
ha perdido. En ese mismo discurso, Lagos reconocía que para cumplir esa meta,
era necesario crecer a una tasa promedio de por lo menos un 7% durante la
década. La certeza de que no se va a cumplir ese fin, ¿hizo que Lagos perdiera
ese ente aglutinador?
El año 2000 se estaba, aparentemente, terminando un ciclo de crisis, un ciclo
recesivo. Normalmente las recesiones no duran más de 2 años. En un ciclo económico
normal una etapa recesiva cubre aproximadamente dos años. Luego hay un período
de recuperación ascendente que toma unos 2 años también, pueden ser dos años, tres
años. Luego viene una etapa de auge o de expansión de dos o tres años. Luego hay un
período más corto de pick del ciclo de auge superior del ciclo que es muy corto, es
como una etapa de medidas orgiásticas desde el punto de vista económico, porque los
empresarios se ponen a tirar todo en la parrilla.
Invierten al máximo porque los beneficios en la fase de auge son muy altos,
los beneficios y las inversiones aparecen como muy seguras. Entonces el empresario
en esa fase invierte fuerte y se produce allí, como consecuencia de eso, una ruptura
entra la oferta y la demanda, porque se satura por esa vía la demanda, y la oferta se
reforzó demasiado durante el período anterior por el exceso de inversión y por esa
razón entonces, se entra en una fase de crisis del ciclo.
Eso es cuando se trata de ciclos sobre todo determinados localmente. Ahora,
cuando son ciclos que tienen su inflexión hacia la crisis por factores externos, ahí ya
el control es menor. Entonces, puede que el gobierno trate de salir de la crisis vía, no
sé, aumento de gasto público, déficit fiscal más alto, etcétera, etcétera. Y por esa vía
sale de la fase de crisis y entra en una fase de recuperación, pero cuando el contexto
internacional es muy desfavorable, por más que se tomen medidas internas, la fase
77
recesiva o de recuperación se prolonga más de lo que quisiera o de lo que pudiera el
gobierno, porque no depende tanto de él. Porque la economía chilena, como es una
economía tan abierta, por lo tanto es una economía que depende mucho de los ciclos
externos, depende mucho de los mercados externos. Entonces, como el ciclo externo
es un ciclo recesivo, a nivel de la economía mundial y durante todo este período es un
ciclo recesivo, Chile está inmerso como país y como economía, en esa etapa recesiva
del ciclo económico internacional.
Entonces Lagos pensaba, por la información que tenía en ese momento, que la
economía mundial iba a entrar más pronto que lo que ha ocurrido, en la fase de
recuperación, más sostenida de la economía internacional, de la economía mundial y
que el ciclo recesivo no iba a continuar, sino que iba a superarse. Entonces, el Lagos
del 2000 es un Lagos relativamente optimista, y ese optimismo lo hace pensar en un
futuro, en el futuro con horizonte del Bicentenario y por lo tanto, piensa que la
inversión interna va a comenzar pronto como consecuencia de una mejora del
contexto internacional. Pero, para sorpresa del ministro de Hacienda y de él mismo el
contexto internacional no mejoró, sino que empeoró.
Esto, se agravó con el 11 de septiembre, la vulnerabilidad de la situación
internacional produjo más incertidumbre en los inversionistas y por lo tanto eso
repercutió en el inversionista local que no invierte tampoco, porque ve que la
situación internacional está cargada de incertidumbre. Por ejemplo, ahora la
posibilidad de un ataque a Irak, todo eso. Ese tipo de cosas son completamente
contraindicadas para un comportamiento positivo del inversionista nacional o
extranjero, porque lo que peor les cae a los inversionistas es la incertidumbre nacional
o internacional.
78
Nacionalmente la incertidumbre política o social no es tal, no existe
prácticamente. Acá hay tranquilidad social, prácticamente no hay conflicto social, no
hay huelga, la CUT no tiene fuerza, o sea, internamente no hay problemas de tipo
sociopolítico. Bueno esto de las coimas, y todo eso, no es un factor que desaliente la
inversión, necesariamente, porque se va por rieles un poco paralelos. Sin embargo, lo
que frena la inversión, yo les contaba a ustedes parece la otra vez, son dos cosas. Una,
el contexto internacional, sin duda. Y dos, el propio comportamiento, primero de los
empresarios nacionales que frenan los crecimientos de la productividad interna o sea,
ellos mismo, erosionan su propia capacidad productiva, porque invierten poco en
capacitación, porque invierten poco en innovación tecnológica durante todo este
período.
En los períodos de crisis, normalmente en los países desarrollados, los
empresarios ya no invierten en expansión de la economía, sino en racionalización y
en innovación tecnológica, acá, sin embargo no ha habido ni innovación ni
inversiones en calificación de mano de obra. Ha habido sólo inversión en
racionalización, por lo tanto se ha bajado la productividad.
Y al mismo tiempo, la política económica del gobierno no ha fomentado la
demanda, entonces, a una demanda débil externa, se suma una demanda débil interna
y a eso se suma una caída de la productividad de los empresarios nacionales, entonces
ese triángulo, a mi entender, explica la situación de bloqueo del proceso de
recuperación económico.
Entonces, hoy día, Lagos no puede estar con un discurso optimista, porque
está con el agua hasta el cuello porque a pesar de que los inversionistas o los
empresarios están cambiando un poco de actitud y ellos mismos están viendo que
79
están perjudicados por esta situación de no inversión del conjunto de los empresarios
-incluso Claro lo ha dicho, que él invita a los empresarios a invertir y a que él no ve
diferencias importantes con el gobierno, que es importante la agenda procrecimiento
del gobierno que no tiene diferencias importantes con el gobierno, etc., o sea está
tratando de incitar a los empresarios a tirarse al agua de todas maneras- pero a pesar
de eso, los empresarios no reaccionan con entusiasmo, porque ellos saben cuál es el
contexto internacional y saben que la demanda interna está relativamente paralizada
o débil.
Entonces por esa razón es que Lagos está con un discurso más bien, más
moderado. No pesimista, porque sería estúpido de su parte fomentar el pesimismo. El
dice: no, vamos a salir de ésta y el año próximo la cosa va a ser mejor, las
expectativas son más halagüeñas.
- Pero este contexto económico, desintegra el proyecto país de Lagos o lo relega a
esperar un momento económico mejor.
Yo creo que lo dificulta, que lo relega un tanto, pero, yo creo que tanto el
gobierno como Lagos, confían todavía, yo creo que con una cierta razón, que la
situación económica puede comenzar a mejorar el año próximo, y que va a haber, por
razones internacionales y también por razones internas, va a haber un crecimiento de
la inversión a partir del año próximo. Yo por lo menos pienso que efectivamente va a
haber un crecimiento progresivo de la inversión a partir del año próximo y una
mejora en los indicadores económicos y un índice de crecimiento mejorado a partir
del año próximo, que van a consolidarse el 2004 y el 2005. Aunque sea al costo de un
crecimiento del déficit fiscal, porque Lagos no puede dejar de hacer todo lo que esté a
80
su alcance por mejorar la situación económica, porque si no su gestión sería un
fracaso.
Entonces, hasta aquí se ha sido bastante conservador, bastante moderado por
decirlo suavemente en materia de gasto público, de inversión pública. Pero yo creo
que esa moderación si es que no se rompe el ciclo recesivo externo, va a tener que
romperse esa actitud moderada en materia de inversión pública y gasto público a
partir del año próximo, en caso de que el contexto internacional no mejore. Si no
mejora eso, el gobierno va a tener que sacrificar, en parte, las finanzas públicas, el
equilibrio fiscal y, de una u otra manera, incrementar el gasto y echar a andar, de
todas maneras, la máquina económica interna para resolver el problema del empleo y
por lo tanto el problema que más preocupa a los chilenos que es el de la inseguridad
económica. Y eso solamente lo puede hacer el estado aumentando el gasto público, el
gasto social y por consiguiente, renunciando al equilibrio fiscal. Ahora, eso, yo creo
que también lo esperan los empresarios.
Los empresarios están dispuestos a no preocuparse tanto del equilibrio
macroeconómico, sobre todo en materia fiscal y aceptar que el gobierno sacrifique un
poco las finanzas públicas a cambio de mayores oportunidades de inversión para los
empresarios.
Por eso yo pienso que a partir del año próximo va a haber una mejora de la
coyuntura económica interna y eso uno lo puede, creo, deducir, del propio discurso de
los empresarios. Yo escuché a Claro, por ejemplo, el domingo, en la televisión, he
leído varias declaraciones en el Mercurio, y en Estrategia, permiten deducir este
escenario.
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- Ahora, ¿ha afectado este relegar un poco este proyecto país, ha afectado su
liderazgo, su imagen. La imagen de Ricardo Lagos?
Bueno, la última encuesta muestra que hay un deterioro, pero es un deterioro
pequeño. Es un deterioro de 4 puntos en un período de grave cuestionamiento de las
instituciones públicas y del personal político nacional por el tema de las coimas,
Lagos baja del 52, creo, al 48. Ahora, ese grado de apoyo lo quisiera cualquier
presidente latinoamericano. Ustedes saben en qué punto está Toledo en Perú, 16,
18%, para que hablamos de Chávez en Venezuela, en Argentina, en Colombia, en
cualquier país. Salvo Lula, en Brasil
- Pero que todavía no asume el poder
Pero que, claro, no tiene la guitarra en la mano. Y otra cosa es con guitarra.
Pero Lagos tiene un alto nivel de liderazgo todavía. Eso es indiscutible. El gobierno
se ha deteriorado mucho más que Lagos. Lagos mantiene una cuota de confianza de
la opinión pública, que puede ser sorprendente para mucha gente. Pero ven en Lagos
un individuo capaz, un individuo con vínculos internacionales lo suficientemente
sólidos y con algunos triunfos en materia de política internacional importantes, como
el acuerdo con la Unión Europea, recientemente la firma del ALCA, todo esto, estos
acuerdos con Corea, bueno, todos estos acuerdos internacionales este relacionamiento
privilegiado tal vez con Brasil, todo eso, hace que la gente piense que Lagos es, a
pesar de todo, un tipo que merece confianza y lo apoya no sólo la Concertación, sino
que sectores de la oposición. Sectores moderados de la Unión (Alianza) por Chile
muestran en las últimas encuestas, grados de confianza importantes en Lagos.
Entonces no es sólo la Concertación la que le da apoyo, sino que uno
encuentra que entre la gente que le brinda confianza moderada -el entusiasmo mayor
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viene naturalmente de la gente de la Concertación- viene de diferentes sectores, pero
sobre todo de sectores de centro izquierda del país. Por eso, para terminar esta idea,
yo diría que sería suicida para Lagos el renunciar, como tu decías, a su proyecto país,
que consiste, en el fondo, en mejorar el tema de la salud y el tema de la educación y
el tema del empleo, en los próximos tres años. Y su idea fundamentalmente es hacer
avances importantes en esos planos gracias, justamente, a estos convenios
internacionales y en definitiva, en último caso, al aumento del gasto público, si es que
las condiciones internacionales no permiten mejorar por sí sola, las condiciones
internas de inversión.
- Respecto a los problemas que ha tenido la Concertación, especialmente estos
últimos dos meses. Que incluso Zaldívar ha dicho que la Concertación se
terminó. Ahora está casi a la par con la derecha, ya que Avila se retiró de la
Concertación ¿qué papel debería asumir Ricardo Lagos, debería ser un
mediador, tratar de seguir solucionando los problemas internos de la
Concertación, aislarse como lo hace Lavín que se aísla y dice que no es político y
no se mete en los problemas internos de los partidos?
O sea, yo creo que Lagos no puede, primero, prescindir de la Concertación, ni
puede evitar de mediar. Es, además, la persona que tiene mayor capacidad de
mediación, mayor autoridad para recomponer la alianza que lo sustenta. Entonces,
una cosa es que lo haga abiertamente, otra cosa es que lo haga discretamente, pero lo
haga. Y de hecho lo va a hacer. O sea, yo creo que él es fundamentalmente un
político. A diferencia, yo creo, de Lavín. Lavín es un cuasipolítico. Yo creo que
Lavín ha cometido varios errores y pienso que está en una situación desmejorada en
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relación a lo que fue su situación en la elección anterior. Es lo que piensan, incluso,
sectores de derecha en este momento.
Ahora yo creo que Lagos va a mediar ya sea por interpósitas persona o
directamente. De hecho hay un trabajo fuerte de mediación a través del ministro
Inzulza. Inzulza es el hombre, es el negociador por excelencia, es el tipo más capaz
que tiene el gobierno en materia de capacidad negociadora con los partidos, con la
oposición incluso.
Y ahí hay todo un trabajo que ha dado fruto, además, porque en este instante
los tres partidos principales de la Concertación están conversando. La DC, el PS y el
PPD han restablecido las comunicaciones y yo creo que durante los próximos dos
meses esa tendencia se va a imponer, van a claro, cambiar algunas reglas, van a
establecer algunas normas de conducta mejoradas en relación a la situación anterior,
pero pienso que en definitiva eso va por una cuestión de sobrevida, va a mejorar de
todas maneras. Y en dos meses más, tres meses más, vamos a tener los partidos
reuniéndose y la Concertación refuncionando. Yo creo que lo que ha habido acá no es
una ruptura o un término de la Concertación, sino que una crisis de la Concertación
que va a exigir algunas modificaciones pero que en definitiva mantienen la
perspectiva fundamental que es la que ha definido Lagos desde el comienzo, y esa
perspectiva que implica toda una política de gobierno a la cual nos hemos referido, yo
creo que esa va a ser asumida y va a ser confirmada por los partidos de gobierno.
Ahora, esto va a obligar a negociar un poco más porque bueno, Avila sale pero, sale
pero queda. Avila no es un tipo, no es un opositor sin remedio. El va a hacer,
simplemente, más caro su voto en favor de los proyectos de la Concertación, pero él
sigue siendo un tipo cercano a la concertación. Entonces, que vaya a ser candidato a
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presidente, eso está por verse, pero yo creo que la Concertación va a seguir
funcionando, con problemas.
Ustedes ven que la Unión (Alianza) por Chile, en el caso de las coimas, no
hubo una intromisión muy fuerte de ella en el tema porque eso puede implicar una
réplica del gobierno en relación con lo que fueron los negocios en el período militar,
cuestión que nunca se investigó. Porque el énfasis que puso la Concertación después
del término del gobierno de Pinochet fue el tema de los derechos humanos, pero
nunca se planteó el tema de los negocios, de cómo se manejaron las platas, el tema de
los bancos que quebraron, el tema del apoyo del estado, el tema de los sobresueldos,
bueno, todo eso, ahí hay mucho paño que cortar. Entonces, la UDI y Renovación,
pero la UDI en particular... súper callados al respecto, sospechosamente callados.
- No quiere ventilar nada
No.
- Esta crisis de la Concertación se puede deber justamente a esto, a que perdió el
norte. O sea, la Concertación se creó en un principio para luchar contra el
gobierno militar, para volver a la democracia. Esa era como la filosofía, lo que
unió a que diferentes partidos políticos, bastante dispares en su forma de pensar,
los unió para luchar contra eso. Ahora no hay nada que los una y por lo que se
ve, cada uno boga para su lado...
No, eso no es así. No, claro, el tema inicial de unión, es naturalmente la lucha
contra la dictadura y por el restablecimiento de la democracia, antes de la caída de
Pinochet es la lucha contra la dictadura, luego es la democratización, ¿cierto? Pero,
esta es una alianza de centro izquierda que tiene un componente programático social
estructural. O sea, no es una cuestión así por tiza, porque sería suponer que el PS, el
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PPD, la DC, no tienen un grado significativo de sensibilidad social. Y eso no es así,
yo creo que lo tienen, independientemente de que uno pueda discutir de que si las
políticas con las que ellos tratan de materializar esa sensibilidad es la más adecuada.
Yo puedo decir, miren yo creo que aquí se han cometido muchos errores, tal
vez el camino no era ese, había que cuestionar más el modelo, había que poner, no sé,
una cuota de impuesto mayor, este es un país que tiene carencia social inmensa y
tiene una ridícula tasa de 17% de imposición que es, seguramente una de las más
bajas de América Latina, con la que no se puede resolver sólidamente el tema de
seguridad social, o el tema de la salud, o el tema de la educación. Entonces, yo creo
que en el momento en que debieron ser firmes en todo eso, no lo fueron, entonces se
encuentran en una situación en que el gobierno tiene una demanda social fuerte, que
tiene que ver con el tema del empleo, en particular, pero no tiene los recursos
adecuados, suficientes, para enfrentar esa demanda. Porque un gobierno que tiene,
por ejemplo... o sea, el gobierno depende mucho de la decisión y de la voluntad de los
empresarios para que haya crecimiento y para que haya respuesta a demandas
sociales importantes.
No es el caso de un gobierno como el de Brasil, por ejemplo, donde la tasa de
imposición es del 25, 30%, es decir, el estado tiene una capacidad de gasto social
mucho más grande que el chileno, casi el doble. Para qué hablar de los países
desarrollados, donde la tasa de imposición es del 35 al 45%. En Alemania, en
Francia, en Dinamarca, en Suecia, etc., en todas las partes donde se trató de bajar los
impuestos para satisfacer una sobrecarga, entre comillas, esa política de tipo liberal
extremo, fracasaron. En Suecia, por ejemplo, el gobierno conservador, de los
conservadores, llegaron al gobierno con el eslogan de que hay que bajar los
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impuestos. Llegaron al gobierno, bajaron los impuestos, se desmanteló la seguridad
social, y los socialdemócratas llegaron al gobierno enseguida con el eslogan de subir
los impuestos para restablecer la seguridad social y los socialdemócratas están ahí,
instalados, sin posibilidad de que los saquen del gobierno en mucho tiempo todavía.
Porque la gente sabe que es preferible pagar un poco más de impuesto y tener
tranquilidad en materia de salud y en educación. Incluso en los países escandinavos el
transporte público es semigratis, no poluviente, limpio, además de otras ventajas
sociales enormes.
Entonces, prefieren pagar ese 35, 40% de imposición, antes que estar
angustiados frente al tema de la salud, de la educación.
Entonces, el problema de este gobierno es que llega, o sea los gobiernos de la
Concertación en general, no sólo el gobierno de Lagos. El gobierno de Lagos tiene la
mala suerte de instalarse en el gobierno en un contexto internacional recesivo
lamentable, que no es la situación ni de Aylwin ni de Frei. Ellos vivieron un período
de crecimiento económico internacional, o sea, de contexto internacional favorable.
Lagos vive en una situación negativa, pero los gobiernos, o el gobierno de Lagos, y
los partidos que componen la Concertación, o tienen un cuidado por un mínimo de
justicia social, o simplemente están liquidados como perspectiva a larguísimo plazo
en este país.
Entonces, su perspectiva, su posibilidad, de elegir a uno de los suyos en las
próximas elecciones y de mantenerse como alternativa durante un tiempo más,
depende de ser relativamente coherente con ese compromiso social que los hace
definirse como un conglomerado de centro izquierda. Entonces, yo creo que no se
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puede decir que ellos ya hayan perdido todo norte, de que ellos no tienen perspectiva
y que cada uno va por su lado.
No, yo creo que hay un conflicto entre el PPD y la DC, por ejemplo, acerca de
quien conquista a los sectores medios. Ese es el problema entre el partido
democratacristiano y el PPD, quién representa mejor a los sectores medios. El PPD
dice: nosotros queremos desplazar en esto a la DC, además la DC es corrupta, etc. y
se demuestra después que el PPD no lo hace nada de mal en la materia y nadie
disputa al PS su condición de partido más popular de todas formas. O sea, el hecho de
tener acceso o un apoyo de los sectores más populares, ahí no hay disputa, aún
cuando la UDI también se meta en esos sectores. O sea, la UDI está metida en
sectores populares relativamente más despolitizado. Son los sectores populares menos
tradicionales y menos industriales. O sea, en las zonas menos industriales, la UDI, se
mete: poblaciones, la vega, el pequeño comerciante, es UDI, pero en los sectores
donde hay una tradición industrial, o una cierta densidad política mayor como la que
uno puede observar en la Octava Región, en general, el PS mantiene posiciones
sólidas, por su identificación con los intereses de sectores sociales populares,
simplemente.
Entonces no puede dar vuelta la espalda a esos sectores sociales que son, un
poco, el oxígeno que les permite vivir. Si el PS se pusiera a defender a los
empresarios y dejara de lado a los sectores de la ANEF, o de los profesores o de... no
sé, de las minas, de Lota, de Coronel, desaparece, simplemente. Pero yo creo que eso
tiene que ver con una cierta sociología política que no se modifica de la noche a la
mañana. O sea, la Concertación es un conglomerado de centro izquierda en lo social.
Ahora, políticamente uno podría decir que gobierna mucho más al centro que en una
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perspectiva de centro izquierda y eso por una necesidad de atraer o de congeniar
mejor con los empresarios porque necesita mucho del apoyo empresarial para
reactivar la economía. Entonces hay mucha concesión al empresariado en muchos
aspectos.
- Pero eso también ha afectado un poco la imagen de Lagos, porque se le trata de
socialista neoliberal y hay muchas personas que incluso votaron en un principio
por él ahora están disconformes debido al acercamiento que tiene con los
empresarios.
Sí, pero o sea, yo creo que esa es una ambivalencia que se ha mantenido
durante todo este período, o sea, primero este gobierno es menos empresarial que el
gobierno de Frei.
El gobierno de Frei fue un gobierno mucho más cercano a los empresarios que
el gobierno de Lagos. Ha habido aquí –te hablo desde el punto de vista puramente
sociológico, sin mezclar incluso opiniones o sentimientos personales- en el gobierno
de Frei hubo una identificación mucho mayor entre gobierno y empresariado y el
estilo del gobierno de Frei fue un estilo típicamente empresarial. Ahí, en ese
momento, yo te puedo decir que hay mucha gente del PPD y del PS que no votaron
por Frei y que estuvieron siempre en una posición de crítica al gobierno de Frei. No
se sentían identificados.
Ahora, a Lagos se le perdona mucho, por el hecho de que Lagos tiene un
vínculo histórico con la izquierda mucho más neto que Frei, por supuesto. Entonces,
siempre, claro vas a encontrar descontentos y gente que dice que bueno, se está
gobernando a favor de la derecha... o sea, va a haber un sector que muestra
desencanto. Eso es indiscutible, pero el grueso se mantiene, de todas formas, yo creo,
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en lo esencial fiel a la coalición y en particular en relación con el liderazgo de Lagos,
lo que conversábamos denante. Incluso pueden alejarse un poco más de los partidos
que del apoyo a Lagos.
Hoy día, por ejemplo, la Concertación puede tener un apoyo de un 30%, 35%,
en estos momentos. Pero Lagos tiene un 48% de apoyo. Ahora ese es un apoyo
principalmente de centro izquierda, no es un apoyo de derecha y eso se constata de
manera negativa, es decir, cuánto crece la extrema izquierda, prácticamente cero. O
sea, el PC sigue tan débil como hace 4 ó 5 años. O sea, no nace una alternativa de
izquierda. Lo más significativo que aparece en este plano es más bien la abstención
de sectores de gente en elecciones intermedias, es decir, primero elecciones
parlamentarias y segundo de concejales: abstención, o voto nulo, voto en blanco, pero
en las elecciones presidenciales, vuelve, la mayor parte de la gente vuelve a votar.
Tú vas a ver siempre que el grado de abstención, o de voto blanco o de voto
nulo o de no inscritos se manifiesta más en las elecciones de parlamentarios, en
primer lugar, luego de concejales, pero en las elecciones presidenciales el porcentaje
siempre es sobre un
80%, lo que muestra que hay, de todas maneras, un nivel de participación y de
identificación con el sistema de partidos realmente existente.
Entonces, para decirte que el descontento de sectores de izquierda con el
gobierno de Lagos es un descontento relativo. O sea, pueden decir, mire, este
gobierno está vendiéndose demasiado a los empresarios, pero, a pesar de todo, no
tengo alternativa. Es el mal menor, no veo por quién otro podría votar, en la
eventualidad de que hubiese que votar ahora y si me preguntan, bueno, yo apoyo o no
apoyo a Lagos en estas circunstancias, con mala gana, yo de todas maneras le pongo
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apoyo. Estoy pensando en el votante, o sea en el elector o en el simpatizante PS o
PPD, por ejemplo. Sobre todo PS que es un poco más crítico, pero esta identificación
sociológica entre Lagos y la izquierda le da un margen de maniobra mayor que el que
tuvo, por ejemplo, Frei. De Frei se desconfiaba así como de la peste.
- Todo este conflicto interno de la Concertación puede hacer que este
simpatizante de sus partidos políticos se vayan o algunos se vuelquen hacia los
políticos no instrumentales como Lavín. O que hechos como que, por ejemplo,
Concepción, siendo una zona netamente socialista conocida por mucho tiempo
La comuna dices tú
- La comuna... haya una alcaldesa UDI... es un hecho que impactó a muchos. O
sea, tiene que ver estos problemas internos de la Concertación, con el
desprestigio que están teniendo los políticos instrumentales... ideológicos,
perdón.
Es que tú manejas esto de ideológicos e instrumentales pero de manera un
poco... no hay que manejarlo muy así blanco o negro, porque una cosa es como se
autodefinen los actores políticos y otra cosa es como son percibidos por el grueso del
electorado y en tercer lugar, otra cosa es cómo son realmente. Son tres niveles
distintos. Tú puedes decir que eres elefante, pero yo no te veo como elefante, yo te
percibo como una mujer. Ahora otro me dirá, no en realidad es mujer, pero tiene
algunos bemoles, si te miro más finamente, etc. O sea, hay distintos ángulos para
examinar esto. Y de hecho el juego por el instrumentalismo es un juego que tiene eco
en un sector de opinión pública, que es el sector más despolitizado y más volátil, pero
es un sector, que ha crecido, de todas maneras, durante los últimos 10 años.
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El otro sector, bueno, este sector instrumental que tú dices, es un sector
también muy ideológico. Si uno examina, por ejemplo, el discurso de la UDI, a pesar
de que ellos tiran adelante a Lavín, si tú examinas el discurso de la UDI, es un
discurso muy ideológico, muy político, pero Lavín, siendo militante de la UDI, tiene
un lenguaje diferente. Su lenguaje es más neutro, más pragmático, instrumental, pero
eso no le sirve para movilizar sectores sociales que viven por ejemplo el problema de
la desocupación, el problema de la cesantía, de manera estructural. Le sirve para
movilizar sectores que están, por ejemplo, viviendo problemas más puntuales, pero
los que viven problemas más de fondo quieren soluciones más de fondo. No
soluciones, digamos así, coyunturales, momentáneas y eso se ve en su gestión, por
ejemplo en el gobierno de Santiago. En el gobierno de Santiago, Lavín se ha
encontrado con la sorpresa de que no es lo mismo que gobernar Ñuñoa y que, o sea,
Las Condes, perdón... y que la tasa de criminalidad asciende, la tasa de delincuencia
crece, que la pobreza se mantiene o incluso aumenta, que el desempleo aumenta y de
que los recursos de que dispone él son totalmente insuficientes como para resolverlos,
palearlos, incluso con medidas pragmáticas.
Entonces el pragmatismo, que consiste en enfrentar problema por problema es
una solución limitada, porque se trata de problemas que tienen una connotación
estructural, que si no se resuelven a nivel nacional, con medidas nacionales, con
medidas de fondo, simplemente no se resuelven. Se pueden tapar hoyos, se pueden
resolver problemas de electricidad aquí y allá, pero los problemas de fondo, que
tienen que ver con el problema estructural –porque hoy día ya no se puede hablar de
un desempleo puramente coyuntural, de ciclo, desempleo cíclico- hay un desempleo
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estructural, un desempleo mucho más profundo que incluso va a permanecer durante
un período de crecimiento alto.
Supongamos que el crecimiento se restableciera a un nivel de 6% o un 7%, el
desempleo no va a bajar proporcionalmente. No se va a volver a una tasa de un 3 ó
4%. En los años 92 al 97, tenemos un desempleo de un 4%, 4,5% con una tasa de un
6,5, 7% de crecimiento. Si ahora repitiéramos la misma tasa de crecimiento, el
desempleo se mantiene igual en un nivel superior al 5%, 5 a 6%. Entonces hay un
desempleo estructural. Ese desempleo estructural no se resuelve con medidas
instrumentales, de parche, por hermosos y por bien presentados que sean a nivel de
marketing.
- Pero comunicacionalmente funcionan
Eso es relativo, eso está por verse, porque eso puede andar bien en Las
Condes, en Vitacura, donde un problema de tipo social se puede resolver fácilmente
porque hay harto recurso y poco problema. El problema de alcantarillado, el
problema de las luces, el problema de la educación son problemas semiresueltos allí.
Entonces se requiere un poco de recursos para obviarlos fácilmente.
Pero en Santiago, o en una comuna pobre donde por ejemplo le toca a un
alcalde UDI, enfrentar problemas muy de fondo, eso no lo puede resolver sin apoyo
del gobierno central sin inversiones públicas grandes, sin modificaciones, incluso, de
la estructura productiva, sin aumento, por ejemplo del valor agregado y por
consiguiente sin planes muy de largo plazo en materia como calificación de mano de
obra, sin modificación del sistema escolar. Y eso, todo, implica recursos muy
grandes, recursos nacionales. Entonces, tú puedes llamar a esto discurso ideológico,
pero no es discurso ideológico, son medidas de fondo, medidas estructurales. O sea
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que, hay que diferenciar entre medidas de tipo estructural, de fondo, que son siempre
necesarias en un país subdesarrollado con medidas de parche, o medidas de corto
plazo o medidas coyunturales, que son muy vistosas y efectivas en ámbitos
segregados, en ámbitos limitados, como comunas ricas, por ejemplo, comunas con
altos ingresos, donde gran parte de los problemas de fondo están resueltos.
Es lo que te estoy diciendo para el caso de Santiago. Santiago... Lavín están
mal evaluado en las distintas encuestas que se han hecho, ha ido bajando en su nivel
de popularidad, porque la gente siente que las tasas de desocupación, de delincuencia,
de inseguridad, crecen. A pesar del esfuerzo y de las medidas casi populistas que
toma sistemáticamente Lavín, esto de...
- El botón de pánico...
Claro, tuvieron que sacar eso porque la gente se reía de eso. Este sistema de
protección de pacos propios que tenía fracasaron también y la inseguridad crece y
bueno, si no apela a Carabineros a Investigaciones, realmente, eso no se puede
enfrentar.
- Ahora, nosotros habíamos definido que había todo un cambio en el sistema
político que iba indicando que la gente aceptaba esto porque no había otra cosa.
Igual estaba como el sistema político cambiado un poco a ser un poco más
instrumental, a esperar la solución de parche porque era la que me resolvía el
problema a mí ahora en este minuto. ¿Estaba Lagos preparado para este cambio
al asumir este gobierno?
Pero, a ver, la gente no asume como algo fundamentalmente positivo la
solución parche. Tú insistes un poco, parece, no sé si me equivoco, en que la gente se
ha ido acostumbrando a la solución parche
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- Pero entonces por qué Lavín sacó tanta votación en la elección pasada, si no es
porque prometía soluciones de parche, prometía a través de ese discurso
individualista que soluciona el problema...
Porque se da esto en un contexto económico sumamente desfavorable a la
Concertación. Si ustedes recuerdan en qué momento se da la elección presidencial en
primero y segundo turno y luego la elección siguiente, se da en un contexto de crisis
económica, primero, que es siempre desfavorable al gobierno de turno y a su sucesor.
O sea, si ustedes examinan cualquier experiencia, de cualquier país, una elección que
se da en un contexto de crisis económica, es siempre favorable a la oposición,
sistemáticamente. Si es así en otros países, por qué va a ser distinto en Chile. Hay,
evidentemente un descontento, si además hay en esa coyuntura, crece enormemente el
desempleo, crece la pobreza, etc., entonces hay un descontento con el gobierno de
turno, que es además el gobierno de Frei, que es visto como un gobierno empresarial,
un gobierno burocrático, bastante que... maltrata a la gente, etc.
Entonces Lagos vive una elección en la peor coyuntura imaginable. Entonces
piensa que la alternancia que se ofrece aparentemente corroborada por una eficacia
mayor de un Lavín que viene de una comuna exitosa, se le aparece a un sector del
electorado como una alternativa plausible, que es el mejor momento para Lavín, es el
mejor momento. Es el momento de crisis mayor, de descontento mayor en contra de
la Concertación y por lo tanto de búsqueda de una alternativa diferente, que podría
haber sido instrumental o podría haber sido de otro tipo, no necesariamente
instrumental. Podría haber sido una solución de derecha tradicional, con un programa
alternativo también estructural, y no sólo de solución concreta de problemas, con
pragmatismo sobredimensionado, etc. En ese caso, la derecha habría tenido también
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un crecimiento, en el caso, te repito, de una solución más de fondo, más tradicional o
en el caso de una solución de tipo Lavín.
En ambos casos la derecha habría tenido un alza, porque la coyuntura era
favorable para la oposición. Si a eso sumamos un contexto sociológico que se
modifica durante todo un período largo, que favorece la fragmentación social, que
favorece la volatilidad, en materia de opción política, ahí tenemos un escenario,
juntados todos esos elementos, un escenario súper favorable para Lavín u otro
candidato de derecha. Ahora, ese escenario se mantuvo durante la elección siguiente,
y eso permitió que la UDI se convirtiera en el primer partido, porque el escenario no
cambió, la crisis continuó, el descontento continuó y Lagos no tuvo el tiempo, en un
año, de mostrar una perspectiva de cambio favorable, sólido, para sectores
mayoritarios del electorado, de la población.
Entonces, claro, Lagos tiene que, también, responder a los problemas
inmediatos, pero yo creo que sería un error pensar que lo hace al estilo de Lavín,
porque tú sugieres que estaría haciéndose política al estilo de la oposición. Es decir,
resolviendo problema por problema y yo diría que ese no es el estilo del gobierno de
Lagos. Otra cosa es que Lagos, de todas formas tenga que enfrentar problemas
concretos, inmediatos. Si se le viene una inundación, tiene que enfrentar ese
problema, de todas maneras, aunque no esté previsto, hay que enfrentarlo, pero yo
diría que los problemas que se han ido presentando, se han ido resolviendo con un
estilo más bien tradicional que al estilo pragmático lavinesco. O sea, cuál es el estilo
de resolver el problema de la salud: es presentar un proyecto alternativo al anterior, al
de Fonasa, al anterior, etc.,
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- Pero la salud no es un tema puntual, no es el caso de la fibrosis quística de la
niñita de Santiago, es el tema general, macro, de la reforma de la Salud
Sí, pero la gente no reacciona en base a problemas tan particulares como el de
la niñita esa. La gente se forma una opinión y se hace un juicio de un gobierno y de
un presidente en base a los problemas que para ellos son prioritarios. Y están medidos
esos problemas prioritarios. Se han hecho muchos estudios de opinión acerca de
cuales son esos problemas prioritarios, los hemos hecho nosotros acá en la región,
hemos hecho encuestas, en Sociología, una encuesta que dirigí yo, además, en el año
2001, que indica que el problema número uno es el problema del empleo. El
problema número dos es el problema de la pobreza. O sea, el temor de la gente a caer
en una situación de pobreza. El problema número 3 es el problema de la salud. El
problema número 4 es el problema de la educación. El problema número 5 es el
problema de la seguridad.
Esos son los problemas de fondo de la gente. No es el problema de, no sé, de
una calle que no está pavimentada o que... esas son todas expresiones de un problema
mayor. Por ejemplo, en una comuna pobre, con mucho desempleo y con mala calidad
de vida, claro que influye mucho que la calle esté además en mal estado, que no haya
alcantarillado, que no haya luz, etc., todas esas son más bien expresiones del tema
pobreza, del tema inseguridad, del tema descontento social. Y ese problema, o se trata
como un problema de la comuna, de la región o nacional o no es percibido como un
problema que se está resolviendo por la mayoría de la gente, como lo haría a lo mejor
un Lavín.
Lavín más bien centraría su atención en un problema particular: ya, vamos a
arreglar este alcantarillado, vamos a arreglar esta otra cosa de la luz y aquello otro,
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pero no enfrentaría el problema de fondo, porque el problema de fondo se enfrenta
con una política nacional, con una política social global. Y lo que yo creo es que si
Lavín hubiese estado con la guitarra en la mano habría tenido más dificultades
todavía que Lagos. No habría tenido necesariamente más apoyo del empresariado que
Lagos y la cantidad de problemas parciales se habrían multiplicado, porque a los
problemas parciales se habrían sumado descontentos más estructurales, más globales.
Habrían tenido más huelgas, más conflictos. De eso no tengo duda. Y por lo mismo
es que yo creo que la alternativa Lavín, esto lo veremos en tres años más, hoy está
más alejada que en el momento de la elección pasada, porque si Lavín podía haber
ganado en un momento, fue en esa elección más que en la próxima elección. En la
próxima elección vamos a tener una economía yo creo en mejor estado que hace dos
o tres años atrás y vamos a tener un cuadro político a nivel de la Concertación más
ordenado que el de hoy día y que incluso el del momento de la elección de Lagos,
pero ciertamente más ordenado que el de hoy. El de hoy no puede ser peor.
- Volviendo un poco sobre el tema del proyecto país de Lagos, es cierto que se
está avanzando a duras penas con la reforma a la salud, también con el tema de
la reforma a la educación, se aprobó hace poco tiempo los 12 años obligatorios
de escolaridad... se ha avanzado en el proyecto país de Lagos, pero desde el
punto de vista comunicacional, de la percepción de la gente, de la opinión
pública, ¿falta un concepto que reúna a todos estos esfuerzos, falta un poco el
tema proyecto país que aglutine para proyectar una mejor imagen de los logros
del gobierno?
Sí, yo creo que sí, yo creo que, volviendo al mismo punto, el contexto nacional
e internacional hace difícil un perfilamiento positivo, fuerte, a mediano y largo plazo.
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Hace más difícil porque se va nadando contra la corriente. Entonces, por ejemplo, lo
mismo que tú dices. Se trata de enfrentar el tema de la salud, pero contra la corriente
porque hay gremios importantes que están en contra del proyecto presentado por
Lagos. Ahora ahí, yo creo que tiene que ver mucho con un estilo de gobernar que a
mí no me gusta, que es el de discutir poco e imponer mucho. Entonces, por ejemplo,
se saltaron una buena discusión con el gremio de la salud, con, incluso, con el
Colegio Médico.
- Pero al principio de la reforma a la Salud, yo recuerdo que hubo discusiones
con los funcionarios públicos, cuando estaba Michelle Bachelet...
Sí, claro. Ahí hubo más discusión, pero después, con Artaza hubo un cambio,
porque apareció el plan Auge con un rostro totalmente distinto al que había mostrado
el anteproyecto dado a conocer por Michelle Bachelet, y ese cambio de una
perspectiva que era, a mi juicio, mucho más consistente, más democrática que la que
muestra Artaza, no sólo en el método, sino que en el contenido de la solución, yo creo
que ha hecho que se le desordene mucho el naipe al gobierno. O sea, Michelle
Bachelet quería una reforma mucho más profunda que la que está proponiendo
Artaza.
- Además ahí hay otro problema comunicacional, porque dicen que el Plan Auge
es sólo una parte de la reforma. Que no es el Plan Auge la reforma completa a la
salud.
Sí, claro, hay un evidente problema, como tú dices, comunicacional. Poca gente
entiende todavía qué es el Plan Auge. A pesar de que se ha gastado una cierta
cantidad de plata... 500 y tantos, 600... que tampoco es demasiado, tampoco hay que
magnificar. Pero se ha gastado mal de todas maneras, porque no están los grandes 4 ó
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5 grandes problemas que ese plan va a resolver. No están claros para la gente. Y
además, con la contrapropaganda que viene de los gremios y del Colegio Médico,
entonces la cosa se hace más difusa todavía.
Al final, no se sabe qué es lo que propone uno y qué es lo que propone el otro.
O sea, yo soy una persona relativamente informada. Estoy leyendo el diario todos los
días, estoy viendo las noticias todas las noches, estoy viendo internet para ver cuales
son las diferencias entre una cosa y otra y te podría decir que apenas yo tengo algo de
claridad sobre el punto. Entonces, alguien que tenga menos preocupación por
informarse que yo, debe tener la media confusión, entre lo que propone, por ejemplo,
el Colegio Médico, lo que propone Maturana, todo el sector ese... y lo que por otro
lado está promoviendo el gobierno a través del ministro de Salud. Entonces, hay una
confusión muy grande. Ahora, yo no diría que es un problema sólo comunicacional.
Es un problema de confusión, de falta de claridad en el propio gobierno acerca de qué
proponer. La propuesta misma de Artaza es una propuesta confusa, a mi juicio. Es
una propuesta que él mismo no sabe explicar adecuadamente. Incluso ha habido
cambios ...
- Entonces ¿sí es un problema comunicacional?
Claro, si son problemas comunicacionales...pero también es un problema de
fondo, porque lo comunicacional se hace más fácil cuando están claras las cosas de
fondo. Si tú tienes una propuesta de tipo, no sé, un negocio de informática que te
resuelve tres o cuatro problemas a las distintas empresas, y lo tienes bien clarito,
comunicacionalmente tú eso puedes transmitirlo con facilidad, si eso lo tienes bien
claro tú. Pero cuando tú misma no tienes bien claro qué proponer, sino que tienes
puras ideas generales no más, o bien, has ido cambiando de discurso. Hoy día dices
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una cosa y pasado mañana dices otra, entonces, comunicacionalmente es imposible
meter las cuatro o cinco soluciones que se están sugiriendo por parte del gobierno.
Entonces, por ejemplo, ahora se dice... no, si nosotros siempre hemos estado
dispuestos a conversar con los gremios, no solo en el Parlamento... porque primero se
decía solo en el Parlamento, ahí discutamos los asuntos con las personas que
corresponde. Ahora se dice no, siempre hemos estado con las puertas abiertas en el
Ministerio para acoger la opinión de los médicos o de los empleados o... de la Salud,
etc, etc. Entonces, son cosas distintas. O sea, al final no se sabe qué Plan Auge se va a
presentar al final o se va a votar al final. Entonces hay ahí un problema de fondo y un
problema comunicacional, eso va junto.
En el ámbito de la educación yo diría algo parecido, porque en materia
de educación hay un cambio también en cuanto a qué política de educación se plantea
para todo lo que es educación primaria y secundaria, por un lado y técnica y superior
por el otro. En ambos ámbitos hay ideas generales, pero no hay soluciones claras,
salvo, relativamente en el plano primario y secundario, ahí está un poquito más clara
la cosa. Pero ustedes vieron el espectáculo que se dio con respecto a la Prueba de
Aptitud Académica y el cambio de prueba. Eso significa que ahí no solo había un
problema comunicacional, sino que también un problema de fondo: qué alternativa a
la prueba de aptitud.
Primero, cómo evaluamos la prueba de aptitud. Qué valor se le da a una
prueba de este tipo, que valor predictivo puede tener. Hay una cantidad de estudios
que yo conozco –yo he estado en algunos seminarios internacionales recientemente- y
ocurre que se ha demostrado que el valor de la prueba de aptitud académica, por
ejemplo, o su equivalente en otros países, es mucho menor que el promedio de notas
101
en la educación, por ejemplo, que en el conjunto de la educación secundaria para un
alumno. Eso me permite saber a mí, mejor, cual va a ser el rendimiento en la
universidad que la PAA. Por ejemplo, hay muchos estudiantes que han tenido un
excelente puntaje en la PAA y que les va pésimo, luego, en su carrera universitaria.
En cambio, estudiantes que les va reguleque en la PAA y que han tenido un
rendimiento relativamente bueno en el liceo, tienen mejor rendimiento universitario.
Entonces, por qué se pondera tanto la PAA. Tiene una ponderación más
alta de la que debiera tener. O sea, la PAA no debiera pesar más de un 10, un 15% y
pesa un 30, un 40%, o más... o sea, cerca de un 50%, o sea, en países como Francia,
la educación de base, el rendimiento, la carrera de educación secundaria pesa un 60%,
65% y la prueba está entre un 20, 25%, máximo. Entonces, estos cambios, tienen que
ver un poco con el estudio de esas experiencias y con el cuestionamiento que hay del
valor de esa prueba. Entonces por qué se cambia, por lo que propusieron al comienzo,
por lo que están proponiendo ahora... no se sabe bien todavía.
Bueno, pero después está el tema de la educación superior. Tampoco
hay una propuesta al respecto. Entonces, claro, hay no sólo problemas
comunicacionales. Problemas de cómo enfrentar un modelo de tipo económico, de
tipo social, de tipo educacional y de tipo cultural que se heredó de la dictadura. Cómo
se responde a los problemas planteados por ese modelo global. Se responde con
medidas de parche o se responde con algunas reformas más profundas o reformas
realmente profundas en algunos ámbitos fundamentales.
Y hasta aquí, la respuesta es más bien, cambios de parche. Se responde a
esos problemas heredados, con medidas de parche, y cuando se trata de pensar en una
reforma más de fondo, al final, se retrocede. Primero la Bachelet dice, mira aquí
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vamos a formar, vamos a hacer un fondo nacional que signifique que todo el mundo
va a tener una educación... o sea, perdón, una salud garantizada de la mejor calidad
para todo el mundo, por lo menos en un nivel básico y se pasa, luego, a un nivel
mucho más débil que eso, es más un parche que reforma. Entonces yo creo que ese es
un poco el problema de la Concertación.
- Lo que más ha influido para persuadir al ciudadano común y corriente al
momento de la votación, ¿ha sido la manera de comunicar, más que la forma de
hacer política?
Yo creo que las dos cosas, han tenido una influencia relativamente parecida.
Por ser más o menos moderado en mi respuesta.
Porque primero está lo que acabo de decir, hay respuestas de parche para
problemas de fondo. Y segundo, hay un problema comunicacional grave, que tiene
que ver con que la oposición controla el 90% de los medios de comunicación.
Entonces el gobierno, siempre va a tener dificultades, digamos el gobierno de la
Concertación, siempre va a tener una dificultad de fondo para transmitir una imagen
adecuada acerca de lo que ellos quisieran a hacer hacia delante.
Entonces, hay el mensaje, llamémosle positivo del gobierno acerca de su obra y
el contramensaje negativo de la mayoría de los medios de comunicación que están
controlados por la derecha.
Porque ahí no hay que engañarse, ahí el único medio del que dispone el
gobierno para transmitir mensajes es Televisión Nacional, y sabiendo además que
Televisión Nacional no es tan audaz en la materia. Ahí Faride Zerán nos ha contado
como funciona eso, ahí se hace una cantidad de concesiones al propio discurso de la
derecha, y al discurso más propiamente propositivo del gobierno o de defensas de
103
medidas de gobierno, etc. Por ejemplo, temas como la censura, temas como el de
hablar de los “Pinocheques”, el propio gobierno censura a los periodistas para que no
se moleste a la oposición, pisando es tipo de callos.
Está el tema denunciado también por Rocinante, en un número reciente, hubo
una política casi deliberada de sectores de gobierno para eliminar la prensa más
independiente, de manera que no hubiera cuestionamiento a una respuesta de parche
por parte del gobierno frente a los problemas heredados de la dictadura.
Porque si se mantiene Análisis, se mantiene Fortín Mapocho, o el diario la
Época, bueno varios de esos periódicos, habrían tenido una opinión más bien crítica
acerca de varios tipos de solución propuestos por los gobiernos de la Concertación.
Entonces qué es lo que hizo Bruner y compañía al respecto, se dice bueno que el
mercado decida qué medios permanecen y qué medios no, y en vez el gobierno por
ejemplo, de poner avisos en periódicos más cercanos, pone avisos en aquellos
periódicos que tenían mayor circulación. Entonces, esa opción no es una opción
neutra, es una opción puramente así de costo y beneficio. Es una manera de eliminar
la prensa, digamos disidente.
Entonces, con ese tipo de política, el gobierno al final queda expuesto a que
prime una opinión en el fondo contradictoria en relación con su propio mensaje, con
su propio interés, que es la opinión de los principales medios de comunicación. Ni el
Canal Católico, ni el canal de Claro y ninguno, digamos, que no sea Televisión
Nacional van a aplaudir las medidas que se van tomando, va a haber siempre una
insinuación de que esto está malo, de que está por mal camino, siempre se van a
mostrar más bien las incertidumbres y no certezas o seguridades, etc.
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Entonces, por eso te digo aquí hay un problema de fondo y comunicacional.
Ahora el problema comunicacional, no es una cuestión sólo de incapacidad del
gobierno para transmitir su mensaje, sino que tiene que ver con un problema más
estructural todavía, que es el cuadro o el sistema comunicacional chileno, que está
compuesto por lo que sabemos.
En materia de prensa, sabemos que dos grupos controlan el 90% de la prensa en
Chile, y son grupos en lo fundamental hostiles al gobierno. Y bueno la radio es un
poco más equilibrado, pero solamente un 16% de la gente se informa a través de la
radio, un 6 a un 8% se informa a través de la prensa, porque lee poco. Pero la prensa
más decisiva, para por ejemplo un empresario es El Mercurio y La Tercera, el diario
de mayor circulación es la Tercera, más que El Mercurio, pero El Mercurio está en
todas las oficinas de los empresarios chicos y grandes, todas las mañanas, bueno y
Estrategia también, en menor medida, semanalmente. Entonces en base a qué toman
decisiones los empresarios, en base a lo que les va diciendo ese medio en particular.
- ¿Qué porcentaje del funcionamiento del gobierno descansa en la persona o en
el liderazgo de Ricardo Lagos?
Esa es una pregunta... tendría que tener una bola de vidrio.
- En el fondo es: en estos dos años de gobierno de Lagos, ¿cuánto de lo que se ha
hecho y de lo que se ha percibido del gobierno ha dependido de su condición
como líder más que del gobierno en sí?
O sea, yo creo que el motor del asunto es de todas maneras Lagos. Porque éste
es un régimen presidencial, éste es un sistema presidencial y esto es válido para
prácticamente todos los gobiernos, siempre el factor decisivo, el motor decisivo es el
Presidente.
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Ahora, en este caso es mayor todavía, porque el que sale más indemne de la
crisis, de los cuestionamientos y de los escándalos, es Lagos. El sale más limpio de
esta cosa, los partidos están bastante a mal traer, unos más mal que otros, pero están
mal.
Se sabe, además, que el parlamento juega un rol bastante secundario, incluso en
la percepción de la opinión pública hay una desvalorización bastante grande del rol
del parlamentario, por ejemplo, es más importante un alcalde que un parlamentario, o
sea como percepción.
Ahora, en términos reales yo creo que, la iniciativa la tienen el Presidente y los
cuadros de gobierno, los ministros, el gobierno mismo, luego los partidos cumplen
una función de sustento. O sea el que dirige es el Presidente, no los partidos, es el
Presidente. El gobierno es un articulador y ejecutor, el gobierno articula la coherencia
del sustento partidario, articula, conversa, eso es lo que hace Inzulza, por ejemplo. El
conversa con este dirigente, con este otro, conversa con Piñera para que se abstengan
o para que se vayan de viaje o para obtener apoyo, etc.
Entonces, el gobierno es un articulador de ese sustento partidario y al mismo
tiempo es un ejecutor. Pero, la imagen de realización de cosas, naturalmente la
obtiene Lagos como Presidente, al mismo tiempo que él es el impulsor principal. Él
es el líder, digámoslo así, es el jefe, es el que toma las decisiones, es el que corta. Y,
si hay un problema gravísimo a nivel de relaciones de partido, él es el que interviene
también, discretamente, en una reunión en su casa, invita, entonces, etc., y trata de
que ahí se arreglen las cosas.
No le ha resultado fácil recomponer el cuadro de este último periodo, pero, al
final está recomponiéndose y acuérdense ustedes que en dos meses más ya la cosa
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esta va a estar relativamente olvidada, todo esto de las coimas, todo esto, que es un
poco el carácter de lo que es la información hoy día. Lo que hoy es súper escandaloso
e impactante en 24 horas ya dejó de serlo y se vanalizó, porque hay otra cosa que es
más, porque bueno hay que mantener el rating, entonces hay que inventar otra cosa si
es que no existe.
Entonces, claro las coimas ya están comenzando a vender menos, entonces
ahora se encontró el tema del sobresueldo de los parlamentarios, que es el escándalo
de hoy día...
- El bono también...
El bono, claro, reciben como no sé cuánto, un millón o dos millones más. Y
algunos parlamentarios dicen que ni siquiera sabían que estaban recibiendo eso, me
parece increíble eso.
Bueno pero, como tema, en dos o tres meses más, no va a ser el tema de
actualidad, van a ser otros. Entonces, yo no pienso que este tema de las coimas, de la
corrupción, porque este no es un país corrupto, este es un país, como dijo alguien por
ahí, que se ocupa del tema, es un país que tiene áreas de corrupción, pero no es un
país sistémicamente corrupto, como lo son Colombia, México, Venezuela, varios
otros países.
Entonces, siempre van a haber problemas, porque además hay una cultura
general del “avivamiento”, todo el mundo se aviva para evadir impuesto, para sacarse
el parte, para esto y lo otro, o sea cuestiones de ese tipo, pero eso se mantiene en un
nivel, llamémosle de semicorrupción, que está en la cultura del chileno, pero de ahí a
establecer un sistema corrupto yo creo que habría que caminar todavía un buen
tiempo más adelante.
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