Liderazgo y Espiritualidad:

La Trilogía del Equilibrio.

Leadership and Spirituality:

The Trilogy of the Balance

Lic. Franklin Chacón MgSc

Lic. Milagros Valladares. MgSc

Resumen.

En el contexto del estudio del Liderazgo y en función de los enfoques

epistemológicos cuya concepción del sujeto – objeto de la investigación lo

considera desde un ángulo integral y holístico, surge la proposición del

estudio del liderazgo a través del marco referencial del desarrollo conciente

de la espiritualidad en el individuo.

Fundamentado en la revisión de diversos textos bibliográficos, se propone el

liderazgo centrado en el servicio a los demás como un marco de referencia a

partir del cuál, se contrasta la trilogía del equilibrio, como los factores físicos,

mentales y espirituales que permiten el logro del propósito del liderazgo,

entendido éste como el éxito a través de la felicidad.

A través de un estudio realizado, se determinó la concepción que, de la

relación entre la espiritualidad y la religión tiene los líderes venezolanos, a

través de una entrevista realizada a líderes de diversa formación de las

empresas Alimentos Polar y Fuller Interamericana C.A. Este estudio permitió

identificar las cualidades del líder conciente de su espiritualidad.

Por otra parte, se propone el estudio de las “7 leyes espirituales del éxito”

propuestas por Deepack Chopra como medio ideal para alcanzar el

desarrollo de la conciencia espiritual, que permitiría desarrollar y reflejar las

cualidades del líder espiritualmente conciente; que se manifiestan en la

acción, a través de las “8 claves del liderazgo del monje que vendió su

Ferrari”.

Palabras Clave: Liderazgo, Espiritualidad, Equilibrio, Líder, Espíritu.

Abstract.

Within the context of the study of Leadership and through the different epistemological assumptions which conceptualization of the subject – object of the investigation conceives it since an holistic and integral approach, arises the proposition to study the Leadership through a referential frame from the conscious spiritual development in the human being. Based on the bibliographical texts revisions, it is proposed the Service on others Based Leadership as a referential frame from which, the trilogy of the balance is contrasted, factors like physical ones, related to the mind development in the individual and factors related to the spiritual development, that allow to achieve the Leadership Purpose, understood as the success through happiness. Based on a study developed, it was possible to determine the conceptions that from the relation between the Spirituality and Religion have Venezuelan leaders. The method consisted on an interview to these leaders with diverse academical background, working in Alimentos Polar and Fuller Interamericana C.A. This study, allowed to identify the spiritual conscious leader qualities. In other ideas order, it is proposed the “7 success spiritual laws” from Deepack Chopra, as the ideal way to consciously develop the spirit, which allow to develop the spiritual conscious leader qualities, that manifests themselves as actions, through the “8 leadership keys from the monk that sold his Ferrari”

Keywords: Leadership, Spirituality, Balance, Leader, Spirit

Introducción.

Existen diversas acepciones del término Liderazgo, prácticamente tantos

como autores han estudiado el tema del liderazgo.

Por otra parte, la espiritualidad es inherente al ser humano, y en términos

del liderazgo, la misma puede ser manifiesta a través del desarrollo conciente

de las cualidades espirituales del líder; no obstante, este desarrollo no

necesariamente está condicionado por el desarrollo de la conciencia

espiritual del individuo a través de la religión, puesto que es posible que éste

proceso, irrumpa en función de procesos internos de la psique del individuo.

Por otra parte, el propósito del liderazgo puede ser definido como la

búsqueda del éxito, medio éste en función del crecimiento del estado de

felicidad y plenitud del individuo (Chopra, 1997, P. VIII).

De acuerdo con lo anterior, el propósito del presente trabajo consiste en la

proposición de un nuevo enfoque del liderazgo basado en el paradigma del

servicio a otros como fundamento del concepto, lo que se logra a partir del

desarrollo conciente de las cualidades del líder conciente de su

espiritualidad, potenciado por el balance propuesto en “La Trilogía del

Equilibrio”.

Se identifican dichas cualidades en función de la concepción que de estas

reflejan los líderes venezolanos de diversas áreas formativas, que laboran en

Alimentos Polar y Fuller Interamericana C.A. Estas cualidades, en esencia,

no difieren de las propias que han de desarrollar y manifestar los buenos

líderes, no obstante, es a través del desarrollo conciente de la espiritualidad

del gerente, que estas pueden hacerse manifiestas con mayor facilidad.

Se proponen las “7 leyes espirituales del éxito” como la vía para el desarrollo

espiritual concientemente realizado por el líder, lo que se manifiesta en la

acción a través de las “8 claves del liderazgo del monje que vendió su

Ferrari”.

Liderazgo y Espiritualidad: La Trilogía del Equilibrio

De la Espiritualidad. Resulta a todas luces un esfuerzo que representa cierto grado de dificultad, el intento de expresar una concepción aproximada relativamente adecuada cuando se intenta definir la Espiritualidad; esto, en virtud de la variedad de posturas a través de las cuáles, el término en referencia pudiese ser definido. De este modo, se hace necesario distinguir entre el concepto de Espiritualidad a partir de las posturas propias del lenguaje, religiosas, psicológicas, de auto-conocimiento y ayuda; entre otras; de manera tal de considerar el espectro más amplio posible, con miras a propiciar una comprensión de propensión integral de dicho concepto.

De acuerdo con lo anterior e iniciando las definiciones a partir de la postura de la lengua, según la Real Academia de la Lengua Castellana (2001), el término “Espiritualidad”, presenta cuatro (4) acepciones: 1. f Naturaleza y condición de espiritual; 2. f Cualidad de las cosas espiritualizadas o reducidas a la condición de eclesiásticas; 3. f Obra o cosa espiritual y 4. f Conjunto de ideas referentes a la vida espiritual. Tal y como se desprende de lo anterior, la concepción que del término referido expresa la definición de espiritualidad puede ser considerada, en cierto modo, como integral y extensiva, debido a que hace referencia de la Espiritualidad desde diversos planos o posturas como lo son, un plano de la naturaleza, bien sea de los elementos propios e inherentes del ser, la naturaleza de las ideas o de las cosas; desde un ángulo óptico basado en supuestos de orden religioso o eclesiástico propiamente dicho, así como, en el plano de la caracterización de las acciones y el de las ideas. Ahora bien, el término Espiritualidad desde un ángulo óptico orientado hacia el aspecto propiamente religioso según Chinmoy (2007), puede ser definido como “la universalidad de la Verdad, la Luz y el Deleite”. Para este autor, cuya observación de la realidad se realiza a partir de los postulados y enfoques epistemológicos propuesto por Filosofía de corte oriental; la espiritualidad es la necesidad consciente de Dios, que se manifiesta como la oportunidad constante de realizar y probar que todos nosotros podemos ser tan grandes como Dios. Por otra parte, al asumir una postura orientada hacia el área de las ciencias sociales, específicamente la Sicología, la Espiritualidad puede ser considerada entonces como el ejercicio natural que todo ser con conciencia hace del vigor natural o fortaleza que alienta a obrar, manifestándolo en forma de ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo, vivacidad y/o ingenio. De la misma manera, los autores de obras consideradas de auto-ayuda y conocimiento, consideran la Espiritualidad como un interés por los asuntos del espíritu, independientemente de cómo éste sea definido. De acuerdo con lo anteriormente expuesto, es factible afirmar que en función de los paradigmas que signan el marco de referencia a partir del cual, se genera una postura determinada, a través de la cuál se estudia la Espiritualidad; estará entonces la definición conceptual orientada a satisfacer los aspectos que se consideran relevantes en función de dicho marco referencial o enfoque epistemológico, puesto que estos proporcionan los paradigmas a través de los cuales, se observa e interpreta la realidad percibida por el ser. A juicio de los autores que suscriben el presente trabajo, la Espiritualidad, integralmente concebida, puede ser definida como el estado de conciencia del individuo con respecto a la potencialidad de su ser, que le permite poner en acción el conjunto de sus capacidades físicas, mentales y de espíritu; para sí y para con los demás, logrando un estado de plenitud en equilibrio que conduce a la felicidad. Del Liderazgo.

Es de vital importancia destacar que existe gran diversidad de definiciones conceptuales sobre el liderazgo; en virtud del interés que despierta el tema en los científicos de las ciencias sociales que estudian el comportamiento de los individuos en las organizaciones; en este sentido, es posible afirmar que existen tantas definiciones de liderazgo, como autores han investigado y disertado sobre el tema. Entre algunas de las definiciones de liderazgo, se encuentran: Se puede definir el Liderazgo, como “el arte de guiar, dirigir y orientar a los demás.” (J, Vázquez)1. Por otra parte, el liderazgo, “es proceso de dirigir e influir en las actividades de los miembros de un grupo”. (J, Stoner)1 . Es posible inferir que la definición conceptual propuesta por Stoner, se orienta fundamentalmente en los aspectos propios de la dirección, lo que incluye la noción de control, y la influencia, entendida como la capacidad de lograr modificaciones de los patrones de conducta de los colaboradores. A su vez, (Vance)1 asume una postura más amplia al definir el liderazgo como “un compuesto complejo de aspiraciones, inspiraciones, dedicación, tenacidad, capacidad persuasiva y competencia técnica”. Esta definición en particular, permite distinguir entre los aspectos que hacen referencia a los componentes del “ser” y del “saber hacer” que constituyen ese complejo conjunto de características, habilidades, conocimientos y posturas, denominado líder. Para otros autores, el liderazgo no es más que el brindar a quienes se encuentran en nuestro campo de referencia e influencia, del medio o medios por los cuales acceder a un mejor nivel de desempeño dentro la organización y el mercado 2

El Liderazgo, según lo definen los autores del presente trabajo, es la capacidad de enseñar la comprensión de los colaboradores en el más amplio sentido de la palabra, proporcionándoles el marco de referencia adecuado de forma tal, que estos puedan ejercer el máximo del conjunto de habilidades, capacidades y potencialidades de su ser, en aras de la realización tanto personal y espiritual; como profesional; incentivando el aprendizaje continuo, con miras a lograr objetivos de orden superior. El “Ser” del líder. Algunos autores que estudian las diversas teorías sobre el liderazgo, coinciden al afirmar que la complejidad del líder está constituida por elementos propios del “Ser” y del “Saber hacer”. En este sentido, el líder es la suma de sus competencias tanto técnicas, en el área del saber que se constituye como su especialidad; como competencias personales, propias de su condición humana. Siendo que la espiritualidad es una condición eminentemente humana y que, las competencias personales son reflejos del carácter humano del líder, se infiere que la espiritualidad forma parte de los componentes del “Ser” del líder.

De acuerdo con lo anterior, es precisamente sobre ésta condición del “Ser” del líder, sobre la que se centra la temática a la que hace referencia el presente trabajo y sobre la cuál se disertará en las líneas a través de las cuáles, discurre la propuesta que se hace. Espiritualidad – Liderazgo. La espiritualidad es una condición inherente al ser humano, que se constituye en un marco referencial, un paradigma a través del cuál se manifiesta y se hace expresa, la condición humana per se, propia de cada ser, lo que implica que es precisamente mi condición espiritual y su nivel de conciencia lo que me define como humano. Esta condición espiritual eminentemente humana y humanizadora a la vez, es en definitiva, independiente de la profesión de fe religiosa de cada individuo; no obstante, es de vital importancia enfatizar el hecho de que la pertenencia a alguna iglesia determinada y por ende, la asociación e identificación con luna creencia religiosa cualquiera, reafirma, manifiesta y refuerza, la conciencia de la condición espiritual del ser humano y por ende, del líder; constituyéndose en un marco de referencia, un paradigma a través del cuál el líder percibe la realidad, condicionando las respuestas y modos de actuar de éste en las distintas situaciones que, en el discurrir del ejercicio del liderazgo, se le presentan. Lo afirmado anteriormente es válido para los ateos inclusive, si se considera el hecho de que la conciencia del individuo sobre su propio escepticismo en relación con un “Dios” que le ha creado, se constituye en si misma, en la asimilación e internalización conciente de la condición espiritual del ser que se considera como tal. En este punto se hace necesario aclarar, que la relación espiritualidad – creencia religiosa no es excluyente; es decir, es posible desarrollar un elevado nivel de la conciencia espiritual del individuo sin que necesariamente esto implique la profesión de fe de una religión determinada. Esta afirmación es fundamentada en la definición conceptual que de la espiritualidad hace Aguilar et al (2001 p.56) puesto que para este autor, la espiritualidad es el fenómeno de los más altos valores y de la búsqueda de Dios, el contacto con El y el acto conciente de El, aun cuando no se pertenezca a religión alguna. La Concepción de los Líderes Venezolanos con respecto de la Espiritualidad y el Liderazgo. A los efectos de comprender la concepción que de la relación entre la Espiritualidad y el Liderazgo tienen los líderes venezolanos, se realizaron un conjunto de entrevistas entre ejecutivos de los mandos alto y medio, con formación académica de trayectoria tanto humanista algunos, como de las ciencias puras otros; de ambos géneros, que laboran en las empresas Alimentos Polar y Fuller Interamericana C.A., respectivamente. Al ser consultados sobre la relación entre la Religión y la manifestación conciente de la espiritualidad del líder, se encontró que el 46% de los líderes entrevistados, percibe que existe una relación directa entre la espiritualidad

de la persona, la manera de cómo esta se manifiesta y su profesión de fe. Estos líderes afirman, en líneas generales, que la religión es la base de la espiritualidad y que es gracias a esta, que se engrana un conjunto de aprendizajes, modelos, creencias y valores que se constituyen en un marco de referencia para la vida. Aquellos líderes que respondieron de manera afirmativa, se encuentran identificados con sus creencias religiosas y se consideran activos en la misma. Como contrapartida, el 44% de los líderes entrevistados, percibe que no existe tal condicionamiento; es decir, perciben que la espiritualidad del individuo es independiente de sus creencias religiosas. Quienes se ubican en este grupo, profesan una fe religiosa; sin embargo conciben que el desarrollo de la conciencia con respecto de su propia espiritualidad puede ser adquirido por motivaciones de orden superior a partir de la búsqueda incentivada por factores bien sea internos y externos al ser, según estos líderes, la Religión es el marco de referencia que condiciona la espiritualidad; pero conciben a ésta última como independiente de la primera. La Espiritualidad y su influencia en el Liderazgo, según la concepción de los Líderes Venezolanos. Al consultarles su opinión con respecto de si la espiritualidad ejerce influencia en el liderazgo, el 100% respondió que sí. Al pedirles que describieran la manifestación de esta influencia en el ejercicio del liderazgo, en general, resaltan aspectos tales como: - Si el líder cuenta con un espíritu entusiasta, emprendedor con una paz interior y claridad en su vida , conociendo que quiere y hacia donde va , tendrá un buen liderazgo en todo los planos de su vida , laboral y personal. - Incide de manera importante, ya que facilita observar distintas ópticas de cualquier situación, a confiar en la fortaleza que todo ser humano tiene para seguir adelante ante cualquier circunstancia y tener la vocación de ayudar a los seguidores a confiar y a desarrollar el potencial para ser mejores seres humanos, padres de familia, mejores ciudadanos y hacer realidad el sueño por un mundo mejor. - El líder espiritual deja de ser tan pragmático y ve mas al ser como persona en todas sus dimensiones, analiza sus problemas, los relaciona con otras circunstancias, analiza el sentir de su gente y considera que estos factores inciden en el rendimiento del trabajador. Esto no lo puede descuidar un líder. - La espiritualidad incide en el comportamiento del líder, no sólo como empleado sino también como persona. Cuando la vida de alguien se caracteriza por creencias y actitudes espirituales, como líder proporcionará a otros visión y dirección fuertes, estimulará la armonía dentro de los equipos, construirá compromiso, estará en disposición de generar nuevas ideas, y se enfocará en el desarrollo individual a largo plazo. - Considero que influye de una forma positiva ya que si entre las características de cualquier líder se le suma la espiritualidad lo hará ser un mejor líder, podrá ver a los individuos que lideriza, como su equipo, que lo

ayudara a lograr sus objetivos, conciente que cada uno posee características diferentes, pero logrando que trabajen no individualmente si no como un todo - Al estar conciente de su espiritualidad se tiene un líder más sereno, equilibrado, con capacidad de analizar las situaciones desde una perspectiva más integral; que puede comprender los sentimientos y motivaciones de sus seguidores, lo que le permite pensar antes de actuar sopesando sus consecuencias a la vez que puede ubicarse en los zapatos de los otros; es decir, su desempeño es centrado en las potencialidades y motivaciones de su equipo. - Le ayuda a definir el propósito de su actividad y permite una mejor conexión con los demás. - Si se sigue una religión, el líder, de manera conciente o no, influenciará con estos paradigmas al grupo que dirige. - Dependiendo de cómo se manifieste el individuo y se de ha conocer, sus ganas de actuar de acuerdo a su espiritualidad, que en algún momento puede ser positiva o negativa obtendrá una respuesta reciproca a su manifestación de espiritualidad. El Liderazgo ejercido a través de la Conciencia de la propia Espiritualidad. El liderazgo en acción, a través de los paradigmas del desarrollo de la conciencia de la propia espiritualidad, se manifiesta como la capacidad para guiar, dirigir, orientar y formar a los colaboradores, a través de un estado de conciencia pleno, en la que el individuo activa toda la potencialidad de su ser, lo que le permite accionar el máximo de sus capacidades físicas, mentales y espirituales, para consigo mismo y para con los demás, logrando un estado de plenitud en equilibrio en el entorno en el que se desenvuelve. La Espiritualidad y el objeto del liderazgo. Tal y como se hizo mención en los párrafos que preceden, la espiritualidad es un marco de referencia que condiciona los paradigmas humanistas a través de los cuáles el líder percibe la realidad que le es inherente y, en consecuencia, que condiciona el accionar de éste, en cuanto al logro de objetivos de orden organizacional, personal, profesional y espiritual, tanto propios, como de sus colaboradores. Según lo afirma Schultz (1994, p.12) El propósito del liderazgo debe ser ayudar a las personas, a las máquinas y a todos a hacer un mejor trabajo. Por su parte Lowney (2007, p 15) ofrece un resumen de lo que a su juicio, es el propósito del liderazgo al afirmar que éste es fundamentalmente: la fijación del rumbo, la alineación de la gente cuya cooperación se requiere, motivar e inspirar, y producir cambios. Aunque expresados en términos muy distintos, ambos autores convergen en referencia al concepto del objeto del liderazgo orientados hacia el desempeño en la organización propiamente dicha, lo que podría reflejar la carencia de posturas orientadas hacia el desempeño del individuo como un

ser integral; es decir en sus aspectos profesionales, personales y espirituales. En relación con lo anterior, una concepción espiritual factible de ser calificada como lo suficientemente amplia con respecto del objeto del liderazgo, ha de contener de manera intrínseca y en esencia, los elementos relacionales, concatenados y coherentes que se constituyen como el fin último del liderazgo y, a los fines de ejercerlo, el líder ha de hacer uso de todas sus competencias técnicas; así como la potenciación de sus habilidades personales. Si se parte del principio de que la intencionalidad conciente que se constituye en el mecanismo activador y motivador de la acción del líder, es el éxito; suyo y el de todos aquellos que le rodean y, comprendido éste como la paz mental que nace como resultado natural de la íntima satisfacción lograda en virtud de que “ uno hizo lo mejor que pudo, para convertirse en lo mejor que uno es capaz de ser”, Jhon Wooden (Citado por Acosta et al 2001, P. 2), se infiere entonces, que las acciones del líder están encaminadas a hacer brotar la máxima potencialidad física, mental y espiritual en cada uno de los que le rodean, de forma tal de desarrollarlas, mejorándolas continuamente, permitiendo el crecimiento personal y profesional de los individuos, lo que les permitiría alcanzar el éxito y en consecuencia, esto se constituiría en la esencia del éxito mismo del líder. Por otra parte, Chopra (1997, p. VIII) establece una asociación entre el éxito y el sentido más ambicioso de la vida misma como lo es la felicidad, al afirmar que el éxito puede ser concebido como el crecimiento continuo de la felicidad y la realización progresiva de unas metas dignas. El éxito es la capacidad de convertir en realidad los deseos fácilmente. Esto implica que el rol del líder, allende los resultados y que trasciende toda limitación humana, consiste en la creación de felicidad en sus colaboradores, a través de la realización de los deseos de éstos y los suyos propios, que se traducen en bienestar, progreso y desarrollo espiritual, profesional y personal de estos; en resumen, en su propio éxito en el sentido más amplio de esta acepción. Lo anterior se reafirma al acotar la postura de Kumaris 3 al expresar que solo “se alcanza el verdadero propósito del liderazgo, al desarrollarse la espiritualidad; pues, ser líder es estar al frente de otros, es ser ejemplo, ya que todos los demás lo van a seguir. Si el líder está feliz, felices serán los demás; si está triste, la tristeza estará en todas partes; pero, para realmente ejercer este liderazgo, necesita el desarrollo de la propia espiritualidad. La espiritualidad hace con que uno vea las situaciones más allá de las limitantes del tiempo y espacio, permite entrar en contacto con los poderes más internos del ser”. Con espiritualidad, es fácil ser líder y ayudar a los demás en su camino de éxito. En este punto cabe entonces hacerse la pregunta ¿ Cómo lograr éste cometido?

A través de la trilogía del equilibrio. En esencia, todo ser humano es cuerpo, mente y espíritu. Si se parte del postulado anterior, se infiere entonces que el equilibrio entre los aspectos físicos, intelectuales y espirituales del líder y de sus colaboradores, que constituyen la trilogía del equilibrio, le permitirán desarrollar al máximo todas sus capacidades allanando el camino al éxito en los diferentes aspectos de la persona y por ende, a su felicidad. La trilogía del Equilibrio y el Liderazgo. La Salud. “La Salud de las personas es el verdadero fundamento en que descansa toda su felicidad y todo su poder”, Benjamín Disraeli (citado en Robbins, 1987, p. 207) Según Gil´Adí (Gerente No. 206; p. 23) las personas viven haciendo malabarismos a los largo de su vida con 5 pelotas a la vez que son, el trabajo, la familia, los amigos, la salud y los valores espirituales. La única pelota que es de goma, es el trabajo; las demás son de vidrio y corren el peligro de caerse y romperse para siempre. En consecuencia; es indispensable tomar conciencia del valor y el papel que desempeñan cada uno de estos factores y tratar de equilibrarlos y hacerlos compatibles para mantener niveles adecuados de satisfacción personal como un todo y como consecuencia, de felicidad y realización personal. Es precisamente por lo anterior que el Dr. Emilio Santodomingo (Business Technology Volumen 6; No. 57; p. 16) expresa que el balance es indispensable, ya que el privilegio exagerado de uno de los roles, en detrimento de los otros, debería llamar a la reflexión. La salud es un valor indispensable para el mejoramiento del desempeño de los individuos en una organización. Un estudio realizado por Johnson & Johnson demuestra que un plan de entrenamiento interno reporta a las empresas 1,7 dólares por cada dólar invertido; por otra parte, un estudio de la Universidad de Cornell de Estados Unidos, reveló que en una muestra de 750 empresas donde existen servicios de gimnasio y recursos terapéuticos para el manejo del estrés, los gastos médicos se redujeron en más de 20% por año y las tasas de ausentismo laboral disminuyeron 40% interanual (Gerente No. 206, p. 23). Resulta evidente que un gerente enfermo, con alteraciones de los nervios, ansiedad, insomnio, estrés, obeso, con alteraciones en los valores del colesterol y los triglicéridos; es decir, de riesgo considerable de infarto y hasta diabetes, no puede hacer uso del máximo potencial de sus facultades intelectuales, sujetos a un marco físico en el cuál se desenvuelven los procesos mentales y por ende, del intelecto. Si se parte del precepto de que la realidad es la interpretación que el individuo hace de ella a través de procesos perceptivos que son organizados, jerarquizados y conceptualizados por el cerebro, para hacer una representación mental, asume valores de vital importancia la salud del individuo.

Esta afirmación concuerda con lo expresado por Robbins (1987, p. 207) al afirmar que la energía es el combustible de la excelencia; puesto que no importa cuanto se cambien concientemente las representaciones internas, si un individuo tiene la bioquímica alterada o contaminada, el cerebro recibirá representaciones distorsionadas. Esto no necesariamente indica que como tal, una persona en una condición de salud disminuida sea por defecto un mal líder, no. Se relaciona mas bien con el desarrollo y aplicación del máximo potencial que está facultado por el bienestar físico. De hecho, pequeñas, medianas y grandes corporaciones e instituciones están asimilando el concepto de la necesidad del bienestar físico tanto de los líderes, como de sus colaboradores, emprendiendo acciones que le permitan mejorar tanto en el contexto del ambiente laboral, como de su hogar y de su salud. En el contexto del área del entorno tanto intrínseco como externo del líder, que se aborda, es conveniente citar una frase de Conny Mendez que reza: “No estás feliz porque estás saludable; estás saludable porque estás feliz”. De acuerdo con lo anterior y partiendo de la premisa de que el rol del líder es lograr la felicidad, se infiere entonces que éste requiere emprender un conjunto de acciones y tomar las medidas que considerase necesarias para mantenerse saludable. Es precisamente en esta instancia en la que asumen gran importancia las palabras de Mahatma Ghandi al afirmar “Si quieres transformar al mundo, comienza por transformarte a ti mismo”. Al establecer una analogía entre las afirmaciones de Conny Mendez y Mahatma Ghandi con respecto del liderazgo, se puede afirmar que en esencia, el individuo, que abraza el deseo y la intención de liderar un grupo, ha de liderarse primero a sí mismo. El tema de la salud y el bienestar físico del líder y de sus colaboradores es de vital importancia para el logro de los objetivos, esto se desprende de las afirmaciones de Oscar Haack (revista Producto Online, numero 265, 2005) quien opina que el concepto de salud corporativa es muy común en Norteamérica, donde las compañías se preocupan por la integridad de sus ejecutivos, alegando que es más beneficioso que el directivo disfrute de una acción de un club y pueda mantenerse en forma, que tener una persona con “exceso de peso, infartado o enfermo”. Tales niveles de conciencia han trascendido la frontera de las corporaciones transnacionales y ha sido adoptado por diversas empresas de capital nacional, las cuales han dispuesto de áreas de entrenamiento y bienestar físico para sus colaboradores. En este sentido, Robbins (1987, p.210) propone un conjunto de seis claves para desarrollar al máximo las capacidades físicas del organismo, manteniéndose saludable; estas són:

1) El poder de la respiración. 2) Consumir alimentos abundantes en agua.

3) Combinación eficaz de los alimentos, básicamente no combinar proteínas con carbohidratos.

4) La ley del consumo controlado, hace referencia a comer poco. 5) Consumir fruta. 6) Acabar con el mito de las proteínas. 7) Propuesta por lo autores del presente trabajo: realizar un programa de

ejercicios físicos. Es momento de hacer caso al dicho popular que reza “Cuerpo Sano, Mente Sana”. Y es precisamente al hacer alusión con respecto de la mente, que se hace referencia al segundo componente de la “Trilogía del Equilibrio”. Las capacidades intelectuales; las competencias técnicas o el “saber hacer” del líder. Si se parte de la premisa de que una de las funciones del líder es enseñar la comprensión en el más amplio sentido de la palabra, en la búsqueda de la felicidad y por ende del éxito, el desarrollo de las competencias técnicas, del “saber hacer” es uno los elementos de la trilogía del equilibrio que el líder, de manera conciente debe desarrollar. En este sentido, el líder requiere comprender cómo aprende su gente, Schultz (1994, p. 5). Si se pregona el aprendizaje continuo como punto de partida del crecimiento y desarrollo tanto en lo personal, como en lo profesional, entonces, es menester dar el ejemplo en dicha práctica. La conciencia de la propia Espiritualidad. La atención conciente en la evolución de su espiritualidad, exige del líder, el desarrollo de un conjunto de cualidades, habilidades y competencias fundamentadas a partir del cambio de un paradigma basado en el Liderazgo Omega al que hace referencia Beth Jones (citado en la recopilación realizada por Penso, 2007, p. 2) porque al encauzar la energía espiritual de cada uno de nosotros, hombre o mujer, podemos transformarnos en los líderes facultados del mañana. Este nuevo paradigma de liderazgo se sustenta en tres elementos fundamentales: el autocontrol, las acción y las relaciones. En esta trilogía de factores, incide el nivel de conciencia del aspecto espiritual del líder. En este sentido, el paso inicial al desarrollo espiritual como sustento del nuevo enfoque del liderazgo, requiere del líder desaprender los paradigmas centrados en la ética de la personalidad, como atajos de manipulación, para aprender los paradigmas asociados a la ética del carácter centrado en principios, Covey (1990, p. 32). En efecto, el nuevo paradigma del liderazgo se alimenta de la manera de pensar, potenciada por la conciencia de la propia espiritualidad del líder y de sus principios; orientados hacia el servicio a los demás; en la idea fundamental de que estos gobiernan la efectividad humana y que asumen la forma de leyes naturales que se expresan; no obstante, en le contexto del quehacer humano.

De acuerdo con Aguilar et al (2001, p. 145) el servicio , en la dimensión en la que se constituye en reflejo del desarrollo espiritual del líder, es un fenómeno trascendente que implica el abandono del egoísmo por el bien de otros y que genera siempre un resultado benéfico en ambos actores, tanto en el que da; como en el que recibe. El liderazgo centrado en el servicio, fundamentado en la concepción de desarrollar al máximo las capacidades y potencialidades del líder sobre la base del bien de los otros, genera una satisfacción que trasciende las condiciones que provocan la alegría, y que se trata de un concepto que en la espiritualidad profunda se le conoce con el nombre de gozo, el cuál no es más que la manifestación expresa de la felicidad, la cuál es; como se ha mencionado en oportunidades reiteradas, el propósito del liderazgo. A los fines de lograr su propósito, el crecimiento constante de la felicidad para alcanzar el éxito, citando a Lowney (2007, p.15) existen diversidad de libros contemporáneos que son el “ábrete sésamo” de los misterios del liderazgo y de las artes de la gerencia, “los 7 milagros”, “los 12 secretos sencillos”, los “13 errores fatales”, las “14 técnicas poderosas”, las “21 leyes irrefutables”, las “30 verdades”, los “101 grandes errores”; entre muchos otros. Es decir, que existe diversidad de maneras, métodos, técnicas y procesos que conducen al desarrollo espiritual del líder; no obstante, hemos considerado adecuadas las propuestas que en las “7 Leyes Espirituales del Éxito” hace Deepak Chopra; en función de la sencillez con el que expresa sus postulados del camino al éxito, que ha de conducir a la felicidad y en consecuencia al cumplimiento del rol del líder. Pero a la vez, en virtud de la profundidad de sus significados. Lo anterior, con el objeto de potenciar el logro de “La trilogía en Equilibrio” que permita el camino hacia el desarrollo de las cualidades y habilidades que ha de manifestar el líder centrado en el servicio. En este orden de ideas, las propuesta de Chopra, se basa fundamentalmente en los mismos principios que la naturaleza emplea para crear todo lo que existe en forma material. Este autor parte del principio de que las leyes físicas que rigen el universo representan en realidad la conciencia en acción. Cuando se comprenden estas leyes y se aplican en la vida, los deseos más profundos del individuo, pueden ser realizados en armonía con el universo. Ley de la Potencialidad Pura. Se basa en el hecho de que, en el estado esencial, los seres humanos somos conciencia pura, la cual es la manifestación de la esencia espiritual que siendo infinita e ilimitada también es felicidad pura. Cuando se descubre la naturaleza esencial del individuo, centrado en principios que funcionan como auto-referencia, se desarrolla la conciencia espiritual del ser, y por ende, su capacidad potencial, lo que guarda estrecha relación con el propósito del liderazgo. De acuerdo con el autor, la manera de llevar a la práctica el desarrollo de la conciencia de potencialidad pura, conlleva en sí misma tres procesos:

a) Destinar tiempo todos los días a estar en silencio, limitándose sólo a ser.

b) Destinar tiempo todos los días a estar en contacto con la naturaleza, siendo testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente.

c) Practicar el hábito de no juzgar. La ley del dar. Extrapolada al liderazgo, la ley del dar, es un complemento esencial del liderazgo fundamentando en el servicio, pues afirma que al estar dispuesto a dar aquello que se busca, se mantendrá la abundancia del universo; puesto que éste opera por medio de un intercambio dinámico en el que el dar y el recibir, son aspectos diferentes del flujo de energía, en el que toda relación, es una relación de dar y de recibir. La ley del dar, es acompañada de una intencionalidad dirigida hacia la creación de la felicidad, a través de ayudar a los demás a conseguir lo que desean, lo cual se relaciona con el propósito del liderazgo centrado en el servicio y el logro de resultados, puesto que éste principio funciona tanto para las organizaciones, como para el individuo, la sociedad y las naciones. La forma en que el líder puede llevar a la práctica la ley del dar, consiste en:

a) Llevar un regalo a donde quiera que se vaya, este puede ser desde un objeto, hasta una flor, un cumplido, una oración, entre otros.

b) Recibir con gratitud, todos los regalos que diariamente obsequie la vida, desde las manifestaciones de la naturaleza, hasta los grandes logros de lo que se haya propuesto.

c) Mantener el compromiso de mantener en circulación la abundancia del los dones más preciados, derivados del servicio, afecto, aprecio y felicidad.

Ley del “Karma” o ley de causa y efecto. Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera, y cuando se opta por acciones que producen alegría, bienestar y éxito en los demás, el fruto del Karma es también alegría y éxito. Esta es la ley de la acción y la consecuencia. Esta ley es también el reflejo de las teorías de liderazgo que afirman que el éxito del grupo, es el éxito del líder. La manera en la que el líder puede hacer práctica la ley de causa y efecto es:

a) Observar atentamente las decisiones que se tomen a cada momento, con esto, las mismas se traen a la conciencia, pues la mejor manera de prepararse para el futuro, es estar conciente del presente.

b) Siempre que sea necesario tomar una decisión, es importante hacerse los siguientes cuestionamientos:

b.1) ¿Cuáles son las consecuencia de ésta decisión? b.2)¿ Traerá felicidad y realización a quienes me acompañan?

c) Permitir que la intuición, contribuya en el proceso de toma de decisiones.

La ley del menor esfuerzo.

En principio, la denominación de esta ley pareciese “contrariar” los ´principios a través de los cuales hemos sido formados con respecto de las teorías de gerencia, liderazgo, desempeño, efectividad, pues éstas se orientan hacia el máximo esfuerzo. Sin embargo, se manifiesta en justamente lo contrario, basados en el principio de hacer más, al esforzarse menos, esto guarda estrecha relación con el desarrollo de las personas en el sentido de aprovechar de la mejor manera, todos los recursos mentales, físicos, espirituales y de labor, lo que implica la selección de las tareas que verdaderamente agregan valor al trabajo; en consecuencia, el colaborador y el líder desarrollan un grado de crecimiento y desarrollo que les permite comprender y aceptar las responsabilidad de sus actos y las consecuencia de éstos para con la organización; por lo que se recobra el sentido de la expresión “lograr más, trabajando menos” La manera en que el líder puede llevar esta ley a la praxis es relativamente sencilla, al menos en sus enunciados:

a) Practicar la aceptación, en el fundamento de que cada cosa tiene su razón de ser.

b) Aceptar la responsabilidad por su situación, cualquiera que esta sea, sin responsabilizar a nadie, inclusive, a si mismo.

c) Mantener en la conciencia una actitud no defensiva. La ley de la intención y el deseo. Parte del principio de que inmanente en toda intención y en todo deseo, se encuentra el mecanismo para su realización. Este principio encierra en sí mismo, el propósito del liderazgo, entendido este bajo el paradigma de la ética del carácter y el enfoque en el servicio. La mejor forma de llevarla a la práctica consiste básicamente en:

a) Practicar la meditación, la relajación y la visualización, como elementos de equilibrio y potenciación del logro y del nivel de transformación que se espera.

b) Durante la práctica de la meditación, hacer manifiesta la intencionalidad de la acción que se pretende emprender.

c) Poner en marcha el conjunto de acciones requeridas, sin apego al resultado.

La ley del des-apego o ley de la incertidumbre. En esencia, la ley del des-apego contraría uno de los postulados más importantes en las teorías de la gerencia, la cuál es, la minimización de la incertidumbre en aras de tomar decisiones con mayores probabilidades de que la misma sea la más acertada. Sin embargo, en el plano espiritual la ley del des-apego opera de una manera diferente, pues parte del principio de que en la incertidumbre encontramos la libertad para crear. La ley de la incertidumbre parte de la renuncia al resultado, manteniendo la intencionalidad y el deseo; pero con des-apego al desenlace del mismo, en el

entendido de que las cosas ocurren en el universo por una razón específica; es decir, todo tiene su razón de ser. El líder puede llevar a la práctica la ley del des-apego a través de los siguiente:

a) Comprometerse con el des-apego, permitirse y a todos los que le rodean la libertad de ser como realmente son, sin imponer sus criterios ni forzar las soluciones.

b) Convertir la incertidumbre o el des-apego a los resultados, en un elemento clave de la experiencia.

c) Meditar sobre la misma. La ley del Dharma o ley del propósito en la vida. Dharma es un vocablo Sanscrito que significa “Propósito en la vida”. Esta ley afirma que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito, es el “Contrato Sagrado” al que hace referencia Caroline Miss (2001, p. 17) es la razón de ser de nuestra existencia pues el conocimiento del propósito de vida o “Misión” -en los términos expresados por Miss- es de importancia vital para el cuerpo y para el espíritu. Los estudiosos de la metafísica afirman que al finalizar nuestra “misión” en la vida, es cuando ocurre el proceso de transición de una vida a la otra al que comúnmente se le denomina “muerte”. De acuerdo con la ley del Dharma, cada individuo tiene un talento único y una manera de expresarlo, al poner este talento al servicio de los demás, estaremos cumpliendo con la máxima de las asignaciones del ser humano. Es esta ley la que mejor define el propósito del líder centrado en el servicio a los demás, siendo que éste pone a disposición de sus colaboradores, familiares y relacionados, todos sus talentos con miras a realizar las transformaciones necesarias para lograr el éxito de estos, lo que se traduce en felicidad para todas las partes. La manera en que un líder centrado en el servicio puede aplicar la ley del “Dharma” se basa en:

a) Prestar atención al espíritu interior que anima tanto al cuerpo, como a la mente.

b) Hacer una lista de sus talentos únicos, buscando la manera de aplicarlos en el servicio a los demás.

c) Las preguntas básicas que le guían son, ¿Cómo puedo servir? y ¿Cómo puedo ayudar?

En este punto de la disertación, es factible plantearse la pregunta ¿ es realmente necesario practicar las 7 leyes espirituales del éxito para ser un buen líder?. La respuesta necesariamente es no, lo importante es que el líder comprenda la importancia de la “Trilogía del equilibrio” y actué en consecuencia de lograr el equilibrio en sus componentes físico, intelectual y espiritual. El desarrollo conciente de la espiritualidad del individuo allana el camino del desarrollo de las cualidades del líder espiritualmente conciente.

Las Cualidades del líder conciente de espiritualidad según las conciben los líderes venezolanos. En el estudio realizado sobre la percepción de los líderes venezolanos con respecto de la espiritualidad y el liderazgo, al ser consultados sobre las características que se harían manifiestas en los líderes concientes de su espiritualidad, respondieron aspectos que podrían ser clasificados, en términos generales, en alguna o varias de las siguientes categorías: El líder conciente de su espiritualidad, es una persona: - Sociable. - Que escucha y trata de comprender. - Que crece y ayuda a los demás a crecer . - Que tiene más felicitaciones que críticas a su personal. - Firme. - Sensata. - Capaz de expresar amor, por lo que se hace y por las personas, a pesar de los tropiezos y defectos. - Dedicada a lo que hace, sin excusas. - Abierta, disponibilidad de escuchar a otros, a cambiar, reconocer fallas, a evaluar nuevas ideas, y poner en práctica aquellas que sean más convenientes. - Sensible a lo que sucede a su alrededor y sabe analizar las características de su entorno. - Responsable; asume seriamente su rol. - Integra, que lo identifica como una persona incorruptible y honesta, que cumple sus promesas. - Conciente de que no se trata de discutir, de empujar, sino de marcar el rumbo y lograr que todos lleguen a la misma meta. - Clara, de pensamiento y propósitos. - Concreta. - En sus interrelaciones, está centrado en “el otro”. - Flexible - Tolerante - Que refuerza las fortalezas individuales - Que da el ejemplo. A través de conductas moralmente alineadas con la espiritualidad. - Positiva. Mantiene un alma limpia y ser transparente. - Sensata, madura, optimista, sincera, generosa, que refleja credibilidad. - Que hace replicadores del liderazgo, por influencia Si se observa con detenimiento, es factible llegar a la conclusión de que las cualidades del líder conciente de su espiritualidad que fueron identificados por las personas entrevistadas, no difieren en sentido alguno, de las cualidades del líder per se; no obstante, el estar conciente de su propia espiritualidad y al asumir un enfoque de liderazgo centrado en el servicio, estas cualidades pueden manifestarse de manera más natural, y ser un reflejo del “modo de ser” del líder.

Ahora bien, es conveniente asociar las cualidades de los líderes espiritualmente concientes, con la manera como se manifiestan en la acción, dichas cualidades. Estas acciones, terminan siendo en si mismas y a su vez, cualidades de los líderes. En este sentido, resulta de vital importancia destacar las acciones que expresa Sharma (2002, p. 280) a modo de complementarlas con los aspectos cualitativos propios de la psique del líder. Estas acciones son:

1) Vincula el salario con el objetivo el cual es el motivador más fuerte. En este sentido el líder debe lograr que su gente se interese por una causa apremiante que aporte algo a la vida, propia y ajena.

2) Dirige con la mente, lidera con el corazón pues se conecta profundamente con sus seguidores. Esto coincide con lo afirmado por Reicher y et al (2007, p. 2) al definir el nuevo paradigma de la sicología del liderazgo, cuando expresa que los lideres efectivos necesitan comprender y conectarse con los valores y opiniones de sus colaboradores. Esto implica la practica del no juzgar lo cual es una de las manifestaciones de la ley de la potencialidad pura.

3) Premia rutinariamente, reconoce sistemáticamente a través del ejercicio de la gratitud, lo que guarda estrecha relación con la ley del dar y recibir.

4) Se rinde al cambio y propugna el constante desarrollo intelectual y la mejora de los conocimientos, lo que representa la manifestación de la ley del desapego.

5) Se centra en lo valioso, en su propósito el cual consiste, bajo el enfoque del servicio, en la expresión de la ley del Dharma.

6) Se lidera a sí mismo, está conciente de sus potencialidades y de su responsabilidad con respecto de sí y sus circunstancias; así como con respecto de quienes le rodean, lo que se asocia con la ley de causa y efecto.

7) Ve lo que todos ven, piensa lo que nadie piensa en este sentido, el líder se orienta hacia la creación de un ambiente que libere el don natural de la creatividad, lo que permite centrarse en las actividades necesarias y de mayor valor, eliminando el desperdicio y logrando mayor efectividad, es decir, mayor logro con menor esfuerzo, lo que se relaciona con la ley del menor esfuerzo.

8) Vincula el liderazgo con la herencia pues se orienta hacia un legado que trasciende su propia existencia, lo que guarda estrecha relación con la ley de la intencionalidad y el deseo.

A manera de corolario. En tiempos de globalización, de mayor competencia y agresividad de los mercados, el desarrollo de la competitividad se encuentra en función de la adopción de un nuevo paradigma de liderazgo, centrado en el servicio a los demás como propósito del liderazgo y potenciado por el ejercicio de la trilogía del equilibrio, es decir el constante crecimiento balanceado del

intelecto, la salud y el espíritu; que puede lograrse a partir del la internalización de la propia espiritualidad y la toma de conciencia de la necesidad de su cultivo para su crecimiento, a partir de procesos de centrado espiritual basado, por ejemplo pero no limitado a, las 7 leyes espirituales del éxito propuestas por Deepak Chopra, permitirán al líder lograr su propósito, la construcción creciente de su felicidad y la de quienes le rodean, entendida ésta como una manifestación refleja de la cosecha de sus propios éxitos. Cabe citar un párrafo de Miguel Angel Cornejo4 que reza “El mundo necesita de esta casta de líderes. Líderes íntegros que estén dispuestos a morir de píe por salvaguardar los valores fundamentales. Líderes que nunca se pongan de rodillas ante la riqueza ilegítima, que sean capaces de renunciar a los honores no merecidos y que sin importar las consecuencias, arriesguen su existir por defender la verdad. Líderes con la fortaleza y determinación para enfrentar la traición, la injusticia y la corrupción. Líderes que tengan la convicción de que su afán de lucha es más fuerte que el destino y que su ideal sobrehumano es el único verdaderamente humano. La humanidad te necesita a ti, líder comprometido, para construir hoy un futuro de Excelencia.” En resumen, se requieren líderes concientes de su espiritualidad, cuyo propósito es la búsqueda de la felicidad de los suyos y de sus colaboradores, a través de la trilogía del equilibrio.

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