51
Madame Bovary Primera Parte Por Gustave Flaubert

Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

  • Upload
    others

  • View
    19

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

MadameBovaryPrimeraParte

Por

GustaveFlaubert

Page 2: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

PRIMERAPARTE

CAPÎTULOPRIMERO

Estábamos en la sala de estudio cuando entró el director, seguido de un«novato»conatuendopueblerinoydeunceladorcargadoconungranpupitre.Losquedormitabansedespertaron,ytodossefueronponiendodepiecomosiloshubieransorprendidoensutrabajo.

El director nos hizo seña de que volviéramos a sentarnos; luego,dirigiéndosealprefectodeestudios,ledijoamediavoz:

-SeñorRoger,aquítieneunalumnoquelerecomiendo,entraenquinto.Siporsuaplicaciónysuconducta lomerece,pasaráa laclasede losmayores,comocorrespondeasuedad.

El«novato»,que sehabíaquedadoen la esquina,detrásde lapuerta, demodoqueapenasseleveía,eraunmozodelcampo,deunosquinceaños,ydeuna estatura mayor que cualquiera de nosotros. Llevaba el pelo cortado enflequillo como un sacristán de pueblo, y parecía formal y muy azorado.Aunque no era ancho de hombros, su chaqueta de paño verde con botonesnegrosdebíademolestarleenlassisas,yporlaaberturadelasbocamangasseleveíanunasmuñecasrojasdeirsiempreremangado.Laspiernas,embutidasen medias azules, salían de un pantalón amarillento muy estirado por lostirantes.Calzabazapatones,nomuylimpios,guarnecidosdeclavos.

Comenzaron a recitar las lecciones. El muchacho las escuchó con todaatención,comosiestuvieraenelsermón,sinnisiquieraatreverseacruzarlaspiernas ni apoyarse en el codo, y a las dos, cuando sonó la campana, elprefectodeestudiostuvoqueavisarleparaquesepusieraconnosotrosenlafila.

Teníamoscostumbrealentrarenclasedetirarlasgorrasalsueloparatenerdespuéslasmanoslibres;habíaqueecharlasdesdeelumbralparaquecayerandebajodelbanco,demaneraquepegasencontra lapared levantandomuchopolvo;eranuestroestilo.

Pero, bien porque no se hubiera fijado en aquellamaniobra o porque noquisiera someterse a ella, ya se había terminado el rezo y el «novato» aúnseguía con la gorra sobre las rodillas. Era uno de esos tocados de ordencompuesto, en el que se encuentran reunidos los elementos de la gorra degranadero, del chapska, del sombrero redondo, de la gorra de nutria y delgorro de dormir; en fin, una de esas pobres cosas cuyamuda fealdad tieneprofundidadesdeexpresióncomoelrostrodeunimbécil.Ovoideyarmadade

Page 3: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

ballenas, comenzaba por tres molduras circulares; después se alternaban,separadosporunabandaroja,unosrombosdeterciopeloconotrosdepelodeconejo; venía después una especie de saco que terminaba en un polígonoacartonado, guarnecido de un bordado en trencilla complicada, y de la quependía,alcabodeunlargocordónmuyfino,unpequeñocolgantedehilosdeoro,comounabellota.Eraunagorranuevaylaviserarelucía.

-Levántese-ledijoelprofesor.

El«novato»selevantó;lagorracayóalsuelo.Todalaclaseseechóareír.

Se inclinó para recogerla. El compañero que tenía al lado se la volvió atirardeuncodazo,élvolvióarecogerla.

-Dejeyaenpazsugorra-dijoelprofesor,queerahombredechispa.

Los colegiales estallaron en una carcajada que desconcertó al pobremuchacho,de talmodoquenosabíasihabíaque tener lagorraen lamano,dejarlaenelsuelooponérselaenlacabeza.Volvióasentarseylapusosobrelasrodillas.

-Levántese-leordenóelprofesor`,ydígamesunombre.

El«novato»,tartajeando,articulóunnombreininteligible:

-¡Repita!

Se oyó elmismo tartamudeode sílabas, ahogadopor los abucheos de laclase.«¡Másalto!»,gritóelprofesor,«¡másalto!».

El «novato», tomando entonces una resolución extrema, abrió una bocadesmesurada, y a pleno pulmón, como para llamar a alguien, soltó estapalabra:Charbovari.

Súbitamente se armó un jaleo, que fue in crescendo, con gritos agudos(aullaban,ladraban,pataleaban,repetíanacoro:¡Charbovari,Charbovari!)queluegofuerodandoennotasaisladas,ycalmándoseaduraspenas,resurgiendoa veces de pronto en algún banco donde estallaba aisladamente, como unpetardomalapagado,algunarisaahogada.

Sinembargo,bajolalluviadeamenazas,pocoapocosefuerestableciendoel orden en la clase, y el profesor, que por fin logró captar el nombre deCharles Bovary, después de que éste se lo dictó, deletreó y releyó, ordenóinmediatamente al pobre diablo que fuera a sentarse en el banco de losdesaplicadosalpiedelatarimadelprofesor.

Elmuchachosepusoenmovimiento,peroantesdeecharaandar,vaciló.

-¿Québusca?-lepreguntóelprofesor.

-Migo...-repusotímidamenteel«novato»,dirigiendomiradasinquietasa

Page 4: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

sualrededor.

-¡Quinientosversosatodalaclase!-pronunciadoconvozfuriosa,abortó,como el Quos ego una nueva borrasca. ¡A ver si se callan de una vez! -continuóindignadoelprofesor,mientrasseenjugabalafrenteconunpañueloquesehabíasacadodesugorro-:yusted,«elnuevo»,mevaacopiarveinteveceselverboridiculussum.

Luego,entonomássuave:

-Yaencontrarásugorra:noselahanrobado.

Todovolvióalacalma.Lascabezasseinclinaronsobrelascarpetas,yel«novato»permaneciódurantedoshorasenunacomposturaejemplar,aunque,devezencuando,algunabolitadepapellanzadadesdelapuntadeunaplumaibaaestrellarseensucara.

Peroselimpiabaconlamanoypermanecíainmóvilconlavistabaja.

Porlatarde,enelestudio,sacósusmanguitosdelpupitre,pusoenordensus cosas, rayó cuidadosamente el papel. Le vimos trabajar a conciencia,buscando todas las palabras en el diccionario y haciendo un gran esfuerzo.Gracias, sin duda, a la aplicación que demostró, no bajó a la clase inferior,pues,sisabíabastantebienlasreglas,carecíadeeleganciaenlosgiros.Habíaempezadoel latínconel curade supueblo,pues suspadres,por razonesdeeconomía,habíanretrasadotodoloposiblesuentradaenelcolegio.

Supadre,elseñorCharles-Denis-BartholoméBovary,antiguoayudantedecapitán médico, comprometido hacia 1812 en asuntos de reclutamiento yobligado por aquella época a dejar e1 servicio, aprovechó sus prendaspersonales para cazar al vuelo una dote de setenta mil francos que se lepresentabaenlahijadeuncomerciantedegénerosdepunto,enamoradadesutipo.Hombreguapo,fanfarrón,quehacíasonarfuertesusespuelas,conunaspatillas unidas al bigote, los dedos llenos de sortijas, tenía el sire de unvalentón y la vivacidad desenvuelta de un viajante de comercio.Ya casado,viviódosotresañosdelafortunadesumujer,comiendobien,levantándosetarde,fumandoengrandespipasdeporcelana,yporlanochenoregresabaacasahastadespuésdehaberasistidoalosespectáculosyfrecuentadoloscafés.Muriósusuegroydejópocacosa;elyernoseindignóysemetióafabricante,perdió algún dinero, y luego se retiró al campo donde quiso explotar sustierras.Pero,comoentendíadeagriculturatantocomodefabricantedetelasdealgodón,montabasuscaballosenlugardeenviarlosalabrar,bebíalasidradesu cosecha en botellas en vez de venderla por barricas, se comía las máshermosasavesde sucorralyengrasaba susbotasdecazacon tocinode suscerdos, no tardó nada en darse cuenta de que era mejor abandonar todaespeculación.

Page 5: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Pordoscientosfrancosalaño,encontróenunpueblo,enlosconfinesdelPaís deCaux, yde laPicardía, para alquilar una especiedevivienda,mitadgranja,mitadcasa señorial;ydespechado,consumidodepena,envidiandoatodo el mundo, se encerró a los cuarenta y cinco años, asqueado de loshombres,decía,ydecididoavivirenpaz.

Sumujer,enotrotiempo,habíaestadolocaporél;lohabíaamadoconmilservilismos,queleapartarontodavíamásdeella.

En otra época jovial, expansiva y tan enamorada, se había vuelto, alenvejecer, como el vino destapado que se convierte en vinagre, de humordifícil, chillona y nerviosa. ¡Había sufrido tanto, sin quejarse, al principio,cuandoleveíacorrerdetrásdetodaslasmozasdelpuebloyregresardenochede veinte lugares de perdición, hastiado y apestando a vino! Después, suorgullo se había rebelado. Entonces se calló tragándose la rabia en unestoicismomudoqueguardóhastasumuerte.

Siempreandabadecomprasydenegocios.Ibaavisitaralosprocuradores,alpresidentede laaudiencia, recordabaelvencimientode las letras,obteníaaplazamientos,yencasaplanchaba,cosía,lavaba,vigilabalosobreros,pagabalas cuentas,mientras que, sin preocuparse de nada, el señor, continuamenteembotado en una somnolencia gruñona de la que no se despertabamás quepara decirle cosas desagradables, permanecía fumando al lado del fuego,escupiendoenlascenizas.

Cuandotuvounniño,huboquebuscarleunanodriza.Vueltoacasa,elcríofue mimado como un príncipe. Su madre lo alimentaba con golosinas; supadre le dejaba corretear descalzo, y para dárselas de filósofo, decía queincluso podía muy bien ir completamente desnudo, como las crías de losanimales.Contrariamentea las tendenciasmaternas,él teníaen lacabezauncierto ideal viril de la infancia según el cual trataba de formar a su hijo,deseandoque se educaseduramente, a la espartana,paraqueadquirieseunabuena constitución. Le hacía acostarse en una cama sin calentar, le daba abeber grandes tragos de ron y le enseñaba a hacer burla de las procesiones.Perodenaturalezaapacible,elniñorespondíamalalosesfuerzospaternos.Sumadrelellevabasiemprepegadoasusfaldas,lerecortabafigurasdecartón,lecontaba cuentos, conversaba con él en monólogos interminables, llenos dealegríasmelancólicasydezalameríasparlanchinas.Enlasoledaddesuvida,trasplantó a aquella cabeza infantil todas sus frustraciones. Soñaba conposicioneselevadas, leveíayaalto,guapo, inteligente, situado, ingenierodecaminos,canalesypuertosomagistrado.Leenseñóa leera incluso,conunviejopianoquetenía,aprendióacantardosotrespequeñasromanzas.Peroatodo esto el señor Bovary, poco interesado por las letras, decía que todoaquellonovalíalapena.

Page 6: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

¿Tendrían algún. día con qué mantenerle en las escuelas del estado,comprarleuncargoountraspasodeunatienda?Porotraparte,unhombrecontupé triunfa siempre en el mundo. La señora Bovary se mordía los labiosmientrasqueelniñoandabasueltoporelpueblo.

Seibaconloslabradoresyespantabaaterronazosloscuervosquevolaban.Comía moras a lo largo de las cunetas, guardaba los pavos con una vara,segabalasmieses,corríaporelbosque,jugabaalarayuelaenelpórticodelaiglesia y en las grandes fiestas pedía al sacristán que le dejase tocar lascampanas, para colgarse con todo su peso de la cuerda grande y sentirsetransportadoporellaensuvaivén.

Asícreciócomounroble,adquiriendofuertesmanosybelloscolores.

A los doce años, su madre consiguió que comenzara sus estudios.Encargaron de ellos al cura. Pero las lecciones eran tan cortas y tan malaprovechadas, que no podían servir de gran cosa. Era en los momentosperdidoscuandoselasdaba,enlasacristía,depie,deprisa,entreunbautizoyunentierro;obienelcuramandababuscarasualumnodespuésdelAngelus,cuandonoteníaquesalir.Subíanasucuarto,seinstalabanlosdosjuntos:losmoscardonesylasmariposasnocturnasrevoloteabanalrededordelaluz.

Hacíacalor,elchicosedormía,yelbuenodelpreceptor,amodorrado,conlasmanos sobre el vientre, no tardaba en roncar con la boca abierta. Otrasveces,cuandoelseñorcura,al regresarde llevarelViáticoaunenfermodelos alrededores, veía a Carlos vagando por el campo, le llamaba, lesermoneabauncuartodehorayaprovechabalaocasiónparahacerleconjugarunverbo al pie deun árbol.Hastaquevenía a interrumpirles la lluviaounconocidoquepasaba.Porlodemás,elcuraestabacontentodesudiscípuloeinclusodecíaqueteníabuenamemoria.

Carlos no podía quedarse así. La señora Bovary tomó una decisión.Avergonzado, o más bien cansado, su marido cedió sin resistencia y seaguardóunañomáshastaqueelchicohicieralaPrimeraComunión.

Pasaronotrosseismeses,yalañosiguiente,porfin,mandaronaCarlosalColegiodeRouen,adondelellevósupadreenpersona,afinalesdeoctubre,porlaferiadeSanRomán.

Hoy ninguno de nosotros podría recordar nada de él. Era un chico detemperamentomoderado,quejugabaenlosrecreos,trabajabaenlashorasdeestudio, estaba atento en clase, dormía bien en el dormitorio general, comíabien en el refectorio. Tenía por tutor a un ferretero mayorista de la calleGanterie, que le sacaba una vez almes, los domingos, después de cerrar sutienda,lehacíapasearseporelpuertoparaverlosbarcosydespuéslevolvíaaacompañaralcolegio,antesdelacena.Todoslosjuevesporlanocheescribía

Page 7: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

una largacartaasumadre,con tintarojay tres lacres;despuésrepasabasusapuntesdehistoria,obienunviejotomodeAnacharsisqueandabaporlasaladeestudios.Enelpaseocharlabaconelcriado,queeradelcampocomoél.

Afuerzadeaplicación,semantuvosiemprehacialamitaddelaclase;unavez incluso ganó un primer accéssit de historia natural. Pero, al terminar elterceraño,suspadresleretirarondelcolegioparahacerleestudiarmedicina,convencidosdequepodíaporsísoloterminarelbachillerato.

Sumadrelebuscóunahabitaciónenuncuartopiso,quedabaal'Eau-de-Robec,encasadeuntintoreroconocido.Ultimólosdetallesdelapensión,seprocuróunosmuebles,unamesaydossillas,mandóbuscarasucasaunaviejacamadecerezosilvestreycompróademásunapequeñaestufadehierrojuntocon la leña necesaria para que su pobre hijo se calentara. Al cabo de unasemanasemarchó,despuésdehacermilrecomendacionesasuhijoparaquesecomportasebien,ahoraqueibaa«quedarsesolo».

El programa de asignaturas que leyó en el tablón de anuncios le hizo elefecto de un mazazo: clases de anatomía, patología, fisiología, farmacia,química, y botánica, y de clínica y terapéutica, sin contar la higiene y lamateriamédica, nombres todos cuyas etimologías ignoraba y que eran otrastantaspuertasdesantuariosllenosdeaugustastinieblas.

Noseenteródenadadetodoaquellopormásqueescuchaba,nocaptabanada. Sin embargo, trabajaba, tenía los cuadernos forrados, seguía todas lasclases, no perdía una sola visita. Cumplía con su tarea cotidiana como uncaballodenoriaquedavueltasconlosojosvendadossinsaberloquehace.

Paraevitarlegastos,sumadrelemandabacadasemana,porelrecadero,untrozode terneraasadaalhorno,con loquecomíaamediodíacuandovolvíadelhospitaldandopatadasalapared.Despuéshabíaquesalircorriendoparalas lecciones,alanfiteatro,alhospicio,yvolveracasa recorriendo todas lascalles. Por la noche, después de la frugal cena de su patrón, volvía a suhabitaciónyreanudabasutrabajoconlasropasmojadasquehumeabansobresucuerpodelantedelaestufaalrojo.

En lashermosas tardesdeverano,a lahoraenque lascalles tibiasestánvacías,cuandolascriadasjueganalvolanteenelumbraldelaspuertas,abríalaventanayseasomaba.El ríoquehacedeestebarriodeRouencomounainnoble pequeña Venecia, corría allá abajo, amarillo, violeta, o azul, entrepuentes, y algunosobreros agachados a la orilla se lavaban losbrazos en elagua.

Deloaltodelosdesvanessalíanunasvarasdelasquecolgabanmadejasde algodón puestas a secar al aire. Énfrente, por encima de los tejados, seextendíaelcieloabiertoypuro,conelsolrojizodelocaso.¡Québiensedebía

Page 8: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

deestarallí! !Quéfrescorbajoelbosquedehayas!Yelmuchachoabría lasventanasdelanarizparaaspirarlosbuenosoloresdelcampo,quenollegabanhastaél.

Adelgazó,crecióysucaratomóunaespeciedeexpresióndolientequelehizocasiinteresante.

Naturalmente,porpereza,llegóadesligarsedetodaslasresolucionesquehabía tomado.Un día faltó a la visita, al siguiente a clase, y saboreando laperezapocoapoco,novolviómás.

Seaficionóalatabernaconlapasióndeldominó.Encerrarsecadanocheenunsucioestablecimientopúblico,paragolpearsobremesasdemármolconhuesecitosdecorderomarcadosconpuntosnegros,leparecíaunactopreciosodesulibertadqueleaumentabasupropiaestimación.Eracomolainiciaciónenelmundo,elaccesoalosplaceresprohibidos,yalentrarponíalamanoenelpomodelapuertaconungocecasisensual.

Entoncesmuchascosasreprimidasenélseliberaron;aprendiódememoriacoplasquecantabaenlasfiestasdebienvenida.SeentusiasmóporBéranger,aprendiótambiénahacerponcheyconocióelamor.

Gracias a toda esa actuación, fracasó por completo en su examen-de«oficialdesanidad».Aquellamismanocheleesperabanencasaparacelebrarsuéxito.

Marchóapieysedetuvoalaentradadelpueblo,dondemandóabuscarasu madre, a quien contó todo. Ella le consoló, achacando el suspenso a lainjusticia de los examinadores, y le tranquilizó un poco encargándose dearreglar las cosas.Sólo cinco añosdespués el señorBovary supo la verdad;comoyahabíapasadomuchotiempo,laaceptó,yaquenopodíasuponerqueunhijosuyofueseuntonto.

Carlos volvió al trabajo y preparó sin interrupción las materias de suexamen cuyas cuestiones se aprendió previamente dememoria.Aprobó conbastantebuenanota.¡Quédíatanfelizparasumadre!Hubounagrancena.

¿Adónde iría a ejercer suprofesión?ATostes.Allínohabíamásqueunmédico ya viejo. Desde hacía mucho tiempo la señora Bovary esperaba sumuerte,yaúnnosehabíaidoalotrobarrioelbuenseñorcuandoCarlosestabaestablecidofrenteasuantecesor.

PerolamisióndelaseñoraBovarynoterminóconhabercriadoasuhijo,haberle hecho estudiar medicina y haber descubierto Tostes para ejercerla:necesitabaunamujer.Ylebuscóuna:laviudadeunescribanodeDieppe,queteníacuarentaycincoañosymildoscientaslibrasderenta.

Aunqueera fea, secacomounpaloycon tantosgranosen la caracomo

Page 9: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

brotes en una primavera, la verdad es que a la señoraDubuc no le faltabanpartidos para escoger. Para conseguir su propósito, mamá Bovary tuvo queespantarlosa todos,ydesbaratómuyhábilmentelas intrigasdeunchacineroqueestabaapoyadoporloscuras.

Carlos había vislumbrado en el matrimonio la llegada de una situaciónmejor,imaginandoqueseríamáslibreyquepodríadisponerdesupersonaydesudinero.Perosumujerfueelama;delantedetodoelmundoélteníaquedeciresto,nodeciraquello,guardarabstinencialosviernes,vestirsecomoellaquería,apremiar, siguiendosusórdenes,a losclientesmorosos.Ella leabríalas cartas, le seguía los pasos y le escuchaba a través del tabique dar susconsultascuandoteníamujeresensudespacho.

Habíaqueservirlesuchocolate todas lasmañanas,ynecesitabacuidadossinfin.Sequejabacontinuamentedelosnervios,delpecho,desushumores.El ruido de pasos le molestaba; si se iban, no podía soportar la soledad;volvíanasuladoyeraparaverlamorir,sinduda.Porlanoche,cuandoCarlosregresabaasucasa,sacabapordebajodesusropassuslargosbrazosflacos,selospasabaalrededordelcuelloyhaciéndolequesesentaraenelbordedelacamaseponíaahablarledesuspenas:¡laestabaolvidando,amabaaotra!Yalehabíanadvertidoqueseríadesgraciada;yterminabapidiéndolealgúnjarabeparasusaludyunpocomásdeamor.

CAPITULOII

Unanochehacialasoncelosdespertóelruidodeuncaballoqueseparójustoenlamismapuerta.Lamuchachaabriólaclaraboyadeldesványhablóunratoconunhombrequeestabaenlacalle.Veníaenbuscadelmédico;traíaunacarta.Anastasiabajólasescalerastiritandoyfueaabrirlacerradurayloscerrojos uno tras otro. El hombre dejó su caballo y entró inmediatamentedetrásdeella.Sacódesugorrode lanaconborlasunacartaenvueltaenuntrapo y se la presentó cuidadosamente a Carlos quien se apoyó sobre laalmohadaparaleerla.Anastasia,cercadelacama,sosteníalaluz.Laseñora,porpudor,permanecíavueltahacialapareddandolaespalda.

La carta, cerrada con un pequeño sello de cera azul, suplicaba al señorBovaryquefueseinmediatamentea lagranjadeLesBertauxparacomponeruna pierna rota. Ahora bien, de Tostes a Les Bertaux hay seis leguas decamino,pasandoporLonguevilleySaintVictor.Lanocheestabaoscura.LanuevaseñoraBovarytemíaqueasumaridolepasaraalgo.Asíquesedecidióqueelmozodemulas fuesedelante.Carlossepondríaencamino treshorasdespués, al salir la luna.Enviaríanunmuchacho a su encuentroparaque le

Page 10: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

enseñase el caminode la granja y le abriese la valla.Hacia las cuatro de lamañana, Carlos, bien enfundado en su abrigo, se puso en camino para LesBertaux.Todavíamedio dormido por el calor del sueño, se dejabamecer altrotepacíficodesucaballo.Cuandoésteseparaba instintivamenteanteesoshoyos rodeados de espinos que se abren a la orilla de los surcos, Carlos,despertándosesobresaltado,seacordabadelapiernarotaaintentabarefrescaren sumemoria todos los tipos de fractura que conocía.Ya había cesado dellover;comenzabaaapuntareldíayenlasramasdelosmanzanossinhojasunospájarossemanteníaninmóviles,erizandosusplumitasalvientofríodelamañana. El campo llano se extendía hasta perderse de vista y los pequeñosgruposdeárbolesentornoalasgranjasformaban,aintervalosalejados,unasmanchasdeunvioletaoscurosobreaquellagransuperficiegrisqueseperdíaenelhorizonteeneltonomortecinodelcielo.

Carlos abría los ojos de vez en cuando; después, cansada su mente yvolviendo a coger el sueño, entraba en una especie de modorra en la que,confundiéndose sus sensaciones recientes con los recuerdos, se percibía a símismocondoblepersonalidad, a lavez estudiantey casado, acostado en sucama como hacía un momento, atravesando una sala de operaciones comohacíatiempo.Elolorcalientedelascataplasmassemezclabaensucabezaconelverdeolordelrocío;escuchabacorrersobrelabarralosanillosdehierrodelascamasyoíadormira sumujer.A1pasarporVassonvilledistinguió,a laorilladeunacuneta,aunmuchachojovensentadosobrelahierba.

-¿Esustedelmédico?-preguntóelchico.

Ya la respuestadeCarlos, cogió los zuecos en lamanoy echó a correrdelante.

Elmédicoduranteelcaminocomprendió,porloquedecíasuguía,queelseñorRouaultdebíadeserunagricultoracomodado.Sehabíarotolapiernalavíspera,denoche,cuandoregresabadecelebrarlafiestadelosReyesdecasadeunvecino.Sumujerhabíafallecidohacíadosaños.Noteníaconsigomásque a su «señorita», que le ayudaba a llevar la casa. Las rodadas se fueronhaciendomásprofundas.SeacercabanaLesBertaux.Eljovencito,colándoseporunboquetedeunseto,desapareció,luegoreaparecióalfondodeuncorralpara abrir la barrera.El caballo resbalaba sobre la hierbamojada;Carlos sebajabaparapasarbajolasramas.Losperrosguardianesenlaperreraladrabantirandodelascadenas.CuandoentróenLesBertauxsucaballoseespantóyreculó.

Era una granja de buena apariencia. En las cuadras, por encima de laspuertas abiertas, se veían grandes caballos de labranza comiendotranquilamenteenpesebresnuevos.Alolargodelasinstalacionesseextendíaunestercolero,dedondeascendíaunvaho,yenelqueentrelasgallinasylos

Page 11: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

pavos picoteaban cinco o seis pavos reales, lujo de los corrales del País deCaux.Elcorraleralargo,elgraneroeraalto,deparedeslisascomolamano.

Debajo del cobertizo había dos grandes carros y cuatro arados, con suslátigos, sus colleras, sus aparejos completos cuyos vellones de lana azul seensuciaban con el fino polvo que caía de los graneros. El corral ibaascendiendo, plantado de árboles simétricamente espaciados, y cerca de lacharcaseoíaelalegregraznidodeunrebañodegansos.Unamujerjoven,enbatademerinoazul adornadacon tresvolantes,vinoa lapuerta a recibir alseñor Bovary y le llevó a la cocina, donde ardía un buen fuego, a cuyoalrededor,enollitasdetamañodesigual,hervíaelalmuerzodelosjornaleros.Enelinteriordelachimeneahabíaropashúmedaspuestasasecar.Lapaleta,lastenazasyeltubodelfuelle,todoellodeproporcionescolosales,brillabancorno acero pulido, mientras que a lo largo de las paredes se reflejaba demaneradesiguallaclarallamadelhogarjuntoconlosprimerosresplandoresdelsolqueentrabaporloscristales.

Carlos subió al primer piso a ver al enfermo. Lo encontró en cama,sudandobajo lasmantasy sin sugorrodealgodón,quehabíaarrojadomuylejos.Eraunhombrepequeñoygordo,deunoscincuentaaños,detezblanca,ojosazules,calvopordelantedelacabezayquellevabapendientes.Asulado,sobreunasilla,habíaunagranbotelladeaguardiente,de laqueseservíadevez en cuando para darse ánimos; pero en cuanto vio al médico cesó deexaltarse, y, en vez de jurar como estaba haciendo desde hacía doce horas,empezóaquejarsedébilmente.

La fractura era sencilla, sin ninguna complicación. Carlos no se hubieraatrevido a desearla más fácil. Y entonces, recordando las actitudes de susmaestrosjuntoalacamadelosheridos,reconfortóalpacientecontodaclasede buenas palabras, caricias quirúrgicas, que son como el aceite con que seengrasan los bisturíes. Para preparar unas tablillas, fueron a buscar en lacocheraunmontóndelistones.Carlosescogióuno,lopartióenpedazosylopulió con un vidrio, mientras que la criada rasgaba una sábana para hacervendas y la señorita Emma trataba de coser unas almohadillas. Como tardómuchoen encontrar su costurero, supadre se impacientó; ellanodijonada;peroalcosersepinchaba losdedos,quese llevabaenseguidaa labocaparachuparlos.

Carlossesorprendiódelablancuradesusuñas.Eranbrillantes,finasenlapunta, más limpias que los marfiles de Dieppe y recortadas en forma dealmendra.Sumano,sinembargo,noerabonita,quizánobastantepálidayunpoco seca en las falanges; era también demasiado larga y sin suavesinflexiones de líneas en los contornos. Lo que tenía más hermoso eran losojos; aunque eran castaños, parecían negros a causa de las pestañas, y sumiradafrancaatraíaconunaaudaciacándida.

Page 12: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Unavezhechalacura,elpropioseñorRouaultinvitóalmédicoatomarunbocadoantesdemarcharse.

Carlosbajóalasala,enlaplantabaja.Enunamesitasituadaalpiedeunagran cama con dosel cubierto de tela estampada con personajes querepresentabanaturcos,habíadoscubiertosconvasosdeplata.Sepercibíaunoloralirioyasábanashúmedasquesalíadelaltoarmariodemaderaderoblesituadofrentealaventana.Enelsuelo,enlosrincones,alineadosdepie,habíaunossacosdetrigo.Eraelquenocabíaenelgraneropróximo,alquesesubíaportresescalonesdepiedra.Decorandolaestancia,enelcentrodelapared,cuyapinturaverdesedesconchabaporefectodelsalitre,colgabadeunclavouna cabeza deMinerva, dibujada a lápiz negro, en unmarco dorado, y quellevabaabajo,escritoenletrasgóticas:«Amiqueridopapá.»

Primerohablarondelenfermo,luegodeltiempoquehacía,delosgrandesfríos, de los lobos que merodeaban por el campo de noche. La señoritaRouaultnosedivertíanadaenelcampo,sobretodoahoraqueteníaasucargoellasolalostrabajosdelagranja.Comolasalaestabafresca,tiritabamientrascomía,locualdescubríaunpocosuslabioscarnosos,queteníalacostumbredemorderseensusmomentosdesilencio.

Llevaba un cuello vuelto blanco. Sus cabellos, cuyos bandós negrosparecíancadaunodeunasolapiezadelisosqueestaban,seseparabanporunarayafinaquesehundíaligeramentesiguiendolacurvadelcráneo,ydejandover apenas el lóbulo de la oreja, iban a recogerse por detrás en un moñoabundante,conunmovimientoonduladohacialassienesqueelmédicoruralobservó entonces por primera vez en su vida. Sus pómulos eran rosados.Llevaba,comounhombre,sujetosentre losdosbotonesdesucorpiño,unoslentesdeconcha.

CuandoCarlos, despuésdehaber subido a despedirse del señorRouault,volvió a la sala antes demarcharse, encontró a la señorita de pie, la frenteapoyada en la ventana ymirando al jardín donde el viento había tirado losrodrigonesdelasjudías.Sevolvió.

-¿Buscaalgo?-preguntó.

-Mifusta,porfavor-repusoelmédico.

Ysepusoabuscarsobrelacama,detrásdelaspuertas,debajodelassillas;sehabíacaídoalsueloentrelossacosylapared.LaseñoritaEmmalavio;seinclinósobrelossacosdetrigo.Carlos,porgalantería,seprecipitóhaciaellay, al alargar también el brazo en elmismomovimiento, sintióque supechorozabalaespaldadelajoven,inclinadadebajodeél.Emmaseincorporótodacoloradaylemiróporencimadelhombromientraslealargabaellátigo.

EnvezdevolveraLesBertauxtresdíasdespués,comohabíaprometido,

Page 13: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

volvióaldíasiguiente, luegodosvecesporsemanaregularmente,sincontarlasvisitasinesperadasquehacíadevezencuando,comosindarimportancia.

Porlodemás,todofuebien;elprocesodecuraciónfuenormal,ycuando,alcabodecuarentayseisdías,vieronqueeltíoRouaultcomenzabaacaminarsoloporsuchabola,empezaronaconsideraralseñorBovarycomounhombrede gran capacidad.El tíoRouault decía que no le habrían curadomejor losmédicosdeYvetotoinclusolosdeRouen.

EncuantoaCarlos,noseesforzabamuchoenaveriguarporquéibaaLesBertauxdebuenagana.Dehabérseloplanteado,sindudahabríaatribuidosuceloalagravedaddelcaso,oquizásalprovechoqueesperabasacar.¿Eraéstalarazónporlaque,apesardetodo,susvisitasalagranjaconstituían,entrelaspobresocupacionesdesuvida,unaexcepciónencantadora?Aquellosdíasselevantaba temprano,partía al galope,picaba su caballo, despuésbajabaparalimpiarselospiesenlahierba,yseponíalosguantesnegrosantesdeentrar.Legustabaquelovieranllegaralcorral,sentircontraelhombrolabarreraquegiraba, oír cantar el gallo en la pared y ver a los chicos que venían a suencuentro.Legustabaelgraneroylascaballerizas;queríaaltíoRouault,quele daba palmaditas en la mano llamándole su salvador; le gustaban lospequeños zuecos de la señoritaEmma sobre las baldosas bien lavadas de lacocina;susaltostaconesaumentabansuestatura,y,cuandocaminabadelantedeél,lassuelasdemadera,queselevantabanrápidamente,chasqueabanconunruidosecocontraelcuerodelabotina.

Ellaleacompañabasiemprehastaelprimerpeldañodelaescalinata.Hastaquenoletraíanelcaballo,esperabaallí.Comoyasehabíandespedido,nosehablaban más; el aire libre la envolvía arremolinando los finos cabelloslocuelosdesunucaoagitándolesobrelacaderalascintasdeldelantalqueseenroscabancomogallardetes.Unavez,enépocadedeshielo,lacortezadelosárboles chorreaba en el corral, la nieve se derretía sobre los tejados de losedificios.Emmaestabaenelumbraldelapuerta;fueabuscarsusombrillayla abrió. La sombrilla, de seda de cuello de paloma, atravesada por el sol,iluminabaconreflejosmóviles lapielblancadesucara.Ellasonreíadebajodeltibiocalorcilloyseoíancaersobreeltensomuaré,unaauna,lasgotasdeagua.

EnlosprimerostiemposenqueCarlosfrecuentabaLesBertaux,sumujernodejabadepreguntarporelenfermo,a inclusoenel libroque llevabaporpartidadoblehabíaescogidoparaeltíoRouaultunabellapágina.Perocuandosupoque tenía unahija, se informó; y se enteródeque la señoritaRouault,educadaenelconvento,con lasUrsulinas,habíarecibido loquesediceunaesmerada educación, y sabía, por tanto, danza, geografía, dibujo, bordar ytocarelpiano.¡Fueelcolmo!

Page 14: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

-¿Asíesqueporesto-sedecía-selealegralacaracuandovaaverla,yseponeelchalecosinmiedoaqueseloestropeelalluvia?¡Ah,esamujer!,¡esamujer!

Y ladetestó instintivamente.Alprincipio sedesahogóconalusionesqueCarlosnocomprendió;luego,conreflexionesocasionalesqueéldejabapasarpormiedoa la tormenta; finalmente,conataquesaquemarropaa losquenosabíaquécontestar.

-¿PorquévolvíaaLesBertaux,siel tíoRouaultestabacuradoyaquellagenteaúnnohabíapagado?¡Ah!,esquehabíaallíunapersona,alguienquesabíallevarunaconversación,bordar,unapersonainstruida.Eraestoloquelegustaba:¡necesitabaseñoritasdeciudad!

Yproseguía:

-¡LahijadeltíoRouault,unaseñoritadeciudad!

¡Bueno,sisuabueloerapastorytienenunprimoquehaestadoapuntodeserprocesadoporgolpesenunadisputa!Novalelapenadarsetantopistonipresumir losdomingosen la iglesiaconun trajedesedacomounacondesa.Además,¡pobrehombre,quesinofueraporlascolzasdelañopasado,habríatenidoproblemasparapagardeudaspendientes!

Porcansancio,CarlosdejódevolveraLesBertaux.Eloísalehabíahechojurarconlamanosobreellibrodemisa,despuésdemuchossollozosybesos,enunagranexplosióndeamor,quenovolveríamás.Asíqueobedeció;perolaaudacia de su deseoprotestó contra el servilismode su conducta y, por unaespeciedehipocresíaingenua,estimóqueestaprohibicióndeverlaeraparaélcomo un derecho a amarla. Y además, la viuda estaba flaca; tenía grandespretensiones,llevabasiempreunpequeñochalnegrocuyapuntalecaíaentrelosomóplatos;sutallesecoibasiempreenvueltoenunosvestidosamododefunda, demasiado cortos, que dejaban ver los tobillos, con las cintas de susholgadoszapatostrenzadossobresusmediasgrises.

LamadredeCarlos ibaaverlesdevezencuando;peroalcabodeunosdíaslanueraparecíaazuzarlacontrasuhijo,yentonces,comodoscuchillos,se dedicaban amortificarle con sus reflexiones y sus observaciones. ¡Hacíamal en comer tanto! ¿Por qué convidar siempre a beber al primero quellegaba?¡Quéterquedadennoquererllevarropadefranela!

Ocurrióque, a comienzosde la primavera, unnotariode Ingouville, queteníafondosdelaviudaDubuc,seembarcóunbuendía, llevándoseconsigotodoeldinerodelanotaría.

Es verdad que Eloísa poseía también, además de una parte de un barcovaloradaenseismilfrancos,sucasadelacalleSaint-François;y,sinembargo,

Page 15: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

detodaestafortunatancacareada,nosehabíavistoencasamásquealgunospocosmueblesycuatrotrapos.

Habíaqueponerlascosasenclaro.LacasadeDieppeestabacarcomidadehipotecashastasuscimientos;loqueellahabíadepositadoencasadelnotariosóloDios lo sabía,y lapartedelbarconopasódemil escudos. ¡Asíque labuena señora había mentido! En su exasperación, el señor Bovary padre,rompiendo una silla contra el suelo, acusó a su mujer de haber causado ladesgraciadesuhijouniéndoleasemejantepenco,cuyosarreosnovalíannada.Fueron a Tostes. Se explicaron. Hubo escenas. Eloísa, llorando, se echó enbrazosdesumarido,leconjuróaquelaprotegieradesuspadres.Carlosquisohablarporella.Lospadresseenfadaronysemarcharon.

Pero el mal estaba hecho . Ocho días después, cuando Eloísa estabatendiendoropaenelcorral,escupiósangre,yaldíasiguiente,mientrasCarlossehabíavueltodeespaldasparacorrerlacortinadelaventana,lamujerdijo:«¡Ah!, Dios mío», lanzó un suspiro y se desvaneció. Estaba muerta. ¡Quégolpe!

Cuandotodoacabóenelcementerio,Carlosvolvióacasa.Noencontróánadie abajo; subió al primero, a la habitación, vio el vestido de su mujertodavía colgado en la alcoba; entonces, apoyándose en el escritorio,permanecióhastalanochesumidoenundolorososueño.Despuésdetodo,lahabíaquerido.

CAPÍTULOIII

Una mañana el tío Rouault fue a pagar a Carlos los honorarios por elarreglodesupierna:setentaycincofrancosenmonedasdecuarentasueldos,yunpavo.Sehabíaenteradodeladesgraciayleconsolócomopudo.

-Yaséloqueeseso-decía,dándolepalmaditasenelhombro-,yotambiénhe pasado por ese trance. Cuando perdí ami pobre difunta,me iba por loscampospara estar solo, caía al pie deun árbol, lloraba, invocaba aDios, ledecíatonterías;hubieraqueridoestarcomolostopos,queveíacolgadosdelasramas con el vientre corroído por los gusanos, muerto, en una palabra. Ycuandopensabaqueotrosenaquelmomentoestabanestrechandoasusbuenasmujercitas, golpeaba fuertemente con mi bastón, estaba como loco, ya nocomía;lasolaideadeiralcafépuedecreerme,measqueaba.Puesbien,muysuavemente, un día tras otro, primavera tras invierno y otoño tras verano,aquello se fue pasando brizna a brizna, migaja a migaja; aquello se fue,desapareció, bajó, es un decir, pues siempre queda algo en el fondo, como

Page 16: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

quiendice...unpesoaquí,enelpecho.

Perocomoeseldestinodetodos,nohayquedejarsedecaery,porqueotroshayan muerto, querer morir... Hay que reanimarse, señor Bovary; ¡eso lepasará!Vengaavernos;mihijapiensaenusteddevezencuando,yalosabeusted...,yelladice,yalosabetambién,queustedlaolvida.Prontollegarálaprimavera;iremosatiraralosconejosparaquesedistraigaunpoco.

Carlossiguiósuconsejo.VolvióaLesBertaux,encontrótodocomoeldíaanterior,esdecir,comohacíacincomeses.Losperalesestabanyaenflor,yelbuenseñorRouault,yacurado,ibayvenía,locualdabamásvidaalagranja.

Creyéndose en el deber de prodigar al médico las mayores cortesíasposiblespor su luto reciente, le rogóqueno sedescubriera, lehablóenvozbaja,comosihubieraestadoenfermo,einclusoaparentóenfadarseporquenose había prepárado para él algomás ligero que para los demás, como unostarritosdenataounasperascocidas.Contóchistes.

Carlos hasta llegó a reír; pero al recordar de pronto a su mujer seentristeció.Sirvieronelcafé;yyanovolvióapensarenella.

Recordómenos,amedidaqueseibaacostumbrandoavivirsolo.Elnuevoatractivodelaindependenciaprontolehizolasoledadmássoportable.Ahorapodíacambiarlashorasdesuscomidas,entrarysalirsindarexplicaciones,y,cuandoestabamuycansado,extenderbrazosypiernasatodoloanchodesucama.Asíquesecuidó,sediobuenavidayaceptólosconsuelosqueledaban.Porotraparte,lamuertedesumujernolehabíaperjudicadoensuprofesión,pues durante un mes se estuvo hablando de él: «¡Este pobre joven!, ¡quédesgracia!»

Sunombresehabíaextendido,suclientelasehabíaacrecentado;yademásiba a Les Bertaux con toda libertad. Tenía una esperanza indefinida, unafelicidad vaga; se encontraba la caramás agradable cuando se cepillaba suspatillasdelantedelespejo.

Undíallegóhacialastres;todoelmundoestabaenelcampo;entróenlacocina,peroalprincipionovioaEmma;lospostigosestabancerrados.Porlasrendijas de la madera, el sol proyectaba sobre las baldosas grandes rayasdelgadas que se quebraban en las aristas de losmuebles y temblaban en eltecho. Sobre la mesa, algunas moscas trepaban por los vasos sucios yzumbaban,ahogándose,enlasidraquehabíaquedadoenelfondo.Laluzquebajabaporlachimeneaaterciopelandoelhollíndelaplanchacoloreabadeunsuavetonoazuladolascenizasfrías.EntrelaventanayelfogónestabaEmmacosiendo; no llevaba pañoleta y sobre sus hombros descubiertos se veíangotitasdesudor.

Según costumbre del campo, le invitó a tomar algo. Él no aceptó, ella

Page 17: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

insistió, y por fin propuso, riendo, tomar juntos una copita de licor. Fue abuscar en la alacena una botella de curaçao, alcanzó dos copitas, llenó unahastaelborde,echóunasgotasenlaotra,y,despuésdebrindar,lallevóasuslabios. Como estaba casi vacía, se echaba hacia atrás para beber; y, con lacabezainclinadahaciaatrás,loslabiosadelantados,elcuellotenso,sereíadeno sentir nada,mientras que, sacando la punta de la lengua entre sus finosdientes,lamíadespacitoelfondodelvaso.

Volvióasentarseyreanudósulabor,elzurcidodeunamediadealgodónblanca;trabajabaconlafrenteinclinada;nohablaba,Carlostampoco.Elaireque pasaba por debajo de la puerta levantaba un poco de polvo sobre lasbaldosas. Carlos lomiraba arrastrarse, y sólo oía elmartilleo interior de sucabezayelcacareolejanodeunagallinaquehabíapuestoenelcorral.Emma,devezencuando, se refrescaba lasmejillascon lapalmade lasmanos,queluegoenfriabaenelpomodehierrodelosgrandesmorillos.

Sequejabadesufrirmareosdesdecomienzosdelaestación;lepreguntósilesentaríanbienlosbañosdemar;sepusoahablardelconvento,Carlosdesucolegio,yseanimólaconversación.SubieronalcuartodeEmma.Leenseñósusantiguoscuadernosdemúsica,loslibritosquelehabíandadodepremioylascoronasdehojasderobleabandonadasenelcajóndeunarmario.Lehablótambiéndesumadre,delcementerio,ainclusoleenseñóeneljardínelarriatedondecogíalasflores,todoslosprimerosviernesdemes,parairaponérselassobre su tumba. Pero el jardinero que tenían no entendía nada de flores;¡tenían tan mal servicio! A ella le habría gustado, aunque sólo fuera eninvierno, vivir en la ciudad, por más que los días largos de buen tiempohiciesentalvezmásaburridoelcampoenverano-ysegúnloquedecía,suvozeraclara,aguda,o, languideciendode repente,arrastrabaunasmodulacionesque acababan casi enmurmullos, cuando se hablaba a símisma, ya alegre,abriendo unos ojos ingenuos, o ya entornando los párpados, con la miradaanegadadeaburrimientoyelpensamientoerrante.

Por la noche, al volver a casa, Carlos repitió una a una las frases queEmmahabíadicho,tratandoderecordarlas,decompletarsusentido,afindereconstruir la porción de existencia que ella había vivido antes de que él laconociera. Pero nunca pudo verla en su pensamiento de modo diferente acomo la había visto la primera vez, o tal como acababa de dejarla hacía unmomento.Después sepreguntóqué sería de ella, si se casaría, y conquién,¡ay!,el tíoRouaulteramuyrico,yella... ¡tanguapa!Pero lacaradeEmmavolvía siempre a aparecérsele ante sus ojos y en sus oídos resonaba algomonótonocomoelzumbidodeunapeonza:«¡Ysitecasaras!,¡sitecasaras!»Aquellanochenodurmió,teníaunnudoenlagarganta,teníased;selevantóabeber agua y abrió la ventana; el cielo estaba estrellado, soplaba un vientocálido,ladrabanperrosalolejos.CarlosvolviólacabezahaciaLesBertaux.

Page 18: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Pensandoque,despuésde todo,noarriesgabanada, seprometióa símismohacerlapeticiónencuantoselepresentaralaocasión;perocadavezqueselepresentó,eltemordenoencontrarlaspalabrasapropiadaslesellabaloslabios.

AltíoRouaultnolehubieradisgustadoqueleliberasendesuhija,queleservíadepocoensucasa.Ensufuerointernoladisculpaba,reconociendoquetenía demasiado talento para dedicarse a las faenas agrícolas, oficiomalditodel cielo, ya que con él nadie se hacía millonario. Lejos de haber hechofortuna, el buen hombre salía perdiendo todos los años, pues si en losmercadossemovíamuybien,complaciéndoseenlasartimañasdeloficio,porel contrario, el trabajo del campo propiamente dicho, con el gobierno de lagranja,legustabamenosqueanadie.Siempreconlasmanosenlosbolsillos,noescatimabagastoparadarsebuenavida,puesqueríacomerbien,estarbiencalentito y dormir en buena cama.Le gustaba la sidra fuerte, las piernas decorderopocopasadas,ylos«glorias»bienbatidos.Comíaenlacocina,solo,delantedelfuego,enunamesitaquelellevabanyaservida,comoenelteatro.

AsíqueviendoqueCarlosseponíacoloradocuandoestabajuntoasuhija,lo cual significaba que uno de aquellos días la pediría en matrimonio, fuerumiandoporanticipadotodoelasunto.Loencontrabaunpocoalfeñique,ynoera el yerno que habría deseado; pero tenía fama de buena conducta,económicoinstruido,y,sinduda,noregatearíamuchoporladote.Ahorabiencomo el tío Rouault iba a tener que vender veintidós acres de su hacienda,puesdebíamuchoalalbañil,muchoalguarnicionero,yhabíaquecambiarelárboldellagar,sedijo:

-Simelapide,seladoy.

PorSanMiguel,CarlosfueapasartresdíasaLesBertaux.Elúltimodíatranscurriócomolosanteriores,aplazandosudeclaracióndecuartoencuartode hora. El tíoRouault lo acompañó un trecho; iban por un camino hondo,estabanapuntodedespedirse;eraelmomento.Carlosseseñalócomolímiteelrecododelseto,yporfin,cuandolosobrepasó,murmuró:

-SeñorRouault,quisieradecirleunacosa.

Separaron.Carloscallaba.

-Pero¡cuéntemesuhistoria!,¿secreequenoestoyyaenteradodetodo?-dijoeltíoRouault,riendosuavemente.

-TíoRouault...,tíoRouault...-balbucióCarlos.

-Yo no deseo otra cosa -continuó el granjero-. Aunque sin duda la niñapiensacomoyo,habráquepedirlesuparecer.Bueno,váyase;yomevuelvoacasa. Si es que sí, óigame bien, no hace falta que vuelva, por la gente, y,además,aellaleimpresionaríademasiado.

Page 19: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Pero,paraqueustednoseconsumadeimpaciencia,abrirédeparenparelpostigo de la ventana contra la pared: usted podrá verlo mirando atrás,encaramándosesobreelseto.

Ysealejó.

Carlosatósucaballoaunárbol.Corrióaapostarseenelsendero;esperó.Pasómediahora,despuéscontódiecinueveminutosporsureloj.Deprontoseprodujo un ruido contra la pared; se había abierto el postigo, la aldabillatemblabatodavía.Aldíasiguiente,alasnueve,estabaenlagranja.Emmasepusocoloradacuandoentró,pero,sesostuvo,seesforzóporsonreírunpoco.EltíoRouaultabrazóasufuturoyerno.Sepusieronahablardelascuestionesde intereses; por otra parte, tenían tiempopor delante, puestoqueno estababienquesecelebraselabodahastaqueterminaseellutodeCarlos;esdecir,hacialaprimaveradelañosiguiente.

Enestaesperatranscurrióelinvierno.LaseñoritaRouaultseocupódesuequipo.Unapartedeél loencargóaRouen,yellamismasehizocamisasygorrosdenocheconarregloadibujosdemodasqueleprestaron.Enlasvisitasque Carlos hacía a la granja hablaban de los preparativos de la boda; sepreguntabadóndesedaríaelbanquete;pensabanenlacantidaddeplatosquepondríanyquéentrantesibanaservir.

AEmma,porsuparte,lehubieragustadocasarseamedianoche,alaluzdelas antorchas; pero el tío Rouault no compartió en absoluto esta idea. Secelebró,pues,unabodaen laquehubocuarentay tres invitados, estuvierondieciséishorassentadosa lamesa,y lafiestaserepitióaldíasiguienteyunpocolosdíassucesivos.

CAPITULOIV

Los invitados llegaron temprano en coches (carricoches de un caballo),charabanesdedosruedas,viejoscabrioletssincapota,jardinerasconcortinasde cuero, y los jóvenesde lospueblosmás cercanos, en carretas, depie, enfila,conlasmanosapoyadassobrelosadralesparanocaerse,puestoqueibanaltroteyeranfuertementezarandeados.Vinierondediezleguasalaredonda,deGodeville,deNormanvilleydeCany.Habíaninvitadoatodoslosparientesdelasdosfamilias,sehabíanreconciliadoconlosamigosconquienesestabanreñidos,habíanescritoalosconocidosquenohabíanvistodesdehacíamuchotiempo.

Devezencuandoseoían latigazosdetrásdel seto;enseguidaseabría labarrera:erauncarricochequeentraba.Galopandohastaelprimerpeldañode

Page 20: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

la escalinata, paraba en seco y vaciaba su carga, que salía por todas partesfrotándoselasrodiIlasyestirandolosbrazos.Lasseñoras,degorro,llevabanvestidos a lamodade la ciudad, cadenasde reloj deoro, esclavinas con laspuntascruzadasenlacinturaopequeñoschalesdecolorsujetosalaespaldacon un alfiler dejando el cuello descubierto por detrás. Los chicos, vestidoscomo suspapás, parecían incómodos con sus trajes nuevos (muchos inclusoestrenaronaqueldíaelprimerpardebotasdesuvida),yal ladodeellosseveía,sindecirnipío,conelvestidoblancodesuprimeracomuniónalargadoparalaocasión,aalgunamuchachitaespigadadecatorceodieciséisaños,suprimaotalvezsuhermanamenor,coloradota,atontada,conelpelobrillantedefijadorderosayconmuchomiedoaensuciarselosguantes.Comonohabíabastantesmozosdecuadraparadesenganchartodosloscoches,losseñoresseremangabanyellosmismosseponíanalafaena.

Según su diferente posición social, vestían fracs, levitas, chaquetas,chaqués; buenos trajes que conservaban como recuerdo de familia y que nosalíandelarmariomásqueenlassolemnidades;levitascongrandesfaldonesflotando al viento, de cuello cilíndrico y bolsillos grandes como sacos;chaquetas de grueso paño que combinaban ordinariamente con alguna gorraconlaviseraribeteadadecobre;chaquésmuycortosqueteníanenlaespaldadosbotones juntoscomounpardeojos,ycuyos faldonesparecíancortadosdel mismo tronco por el hacha de un carpintero. Había algunos incluso,aunque, naturalmente, éstos tenían que comer al fondo de la mesa, quellevabanblusasdeceremonia,esdecir,conelcuellovueltosobreloshombros,la espalda fruncida en pequeños pliegues y el tallemuy bajo ceñido por uncinturóncosido.

Ylascamisassearqueabansobrelospechoscomocorazas.Todosibanconel pelo recién cortado, con las orejas despejadas y bien afeitados; inclusoalgunosquesehabíanlevantadoantesdelamanecer,comonoveíanbienparaafeitarse, tenían cortes en diagonal debajo de la nariz o a lo largo de lasmejillasraspadurasdel tamañodeunamonedade tresfrancosquesehabíanhinchadoporelcaminoalcontactoconelairelibre,locualjaspeabaunpocodemanchasrosastodasaquellasgruesascarasblancassatisfechas.

Comoelayuntamientoseencontrabaaunamedialeguadelafinca,fuerony volvieron, una vez terminada la ceremonia en la iglesia. El cortejo, alprincipiocompactocomounasolacintadecolorqueondulabaenelcampo,serpenteando entre el trigo verde, se alargó enseguida y se cortó en gruposdiferentes que se rezagaban charlando. El violinista iba en cabeza, con suviolínengalanadodecintas;acontinuaciónmarchabanlosnovios,lospadres,losamigostodosrevueltos,ylosniñossequedabanatrás,entreteniéndoseenarrancarlascampanillasdelostallosdeavenaopeleándosesinqueelloslosvieran.

Page 21: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

ElvestidodeEmma,muylargo,arrastrabaunpoco;devezencuando,ellase paraba para levantarlo, y entonces, delicadamente, con sus dedosenguantados, sequitaba lashierbasásperascon lospequeñospinchosde loscardos,mientrasqueCarlos,conlasmanoslibres,esperabaaqueellahubieseterminado.El tíoRouault, tocado con su sombrerode sedanuevoy con lasbocamangas de su traje negro tapándole las manos hasta las uñas, daba subrazo a la señora Bovary madre. En cuanto al señor Bovary padre, que,despreciandoatodaaquellagente,habíavenidosimplementeconunalevitadeuna fila de botones de cortemilitar, prodigaba galanterías de taberna a unajoven campesina rubia. Ella las acogía, se ponía colorada, no sabía quécontestar. Los demás hablaban de sus asuntos o se hacían travesuras pordetrás,provocandoanticipadamenteeljolgorio;y,aplicandoeloído,seseguíaoyendo el rasgueo del violinista, que continuaba tocando en pleno campo.Cuandosedabacuentadequelagenteseretrasaba,separabaatomaraliento,enceraba,frotabaconcolofoniasuarcoparaquelascuerdaschirriasenmejor,yluegoreemprendíasumarchabajandoysubiendoalternativamenteelmástildesuviolínparamarcarsebienelcompásasímismo.Elruidodelinstrumentoespantabadelejosalospajaritos.

La mesa estaba puesta bajo el cobertizo de los carros. Había cuatrosolomillos,seispollosenpepitoria,terneraguisada,trespiernasdecorderoy,en el centro, un hermoso lechón asado rodeado de cuatro morcillas conacederas.Enlasesquinasestabandispuestasbotellasdeaguardiente.Lasidradulceembotelladarebosabasuespumaespesaalrededordelostaponesytodoslosvasosestabanyallenosdevinohastaelborde.Grandesfuentesdenatillasamarillas, que se movían solas al menor choque de la mesa, presentaban,dibujadas sobre su superficie lisa, las iniciales de los nuevos esposos enarabescosdefinosrasgos.HabíanidoabuscarunpasteleroaYvetotparalastortadasylosguirlaches.Comodebutabaenelpaís,seesmeróenhacerbienlascosas;y, a lospostres, élmismopresentóen lamesaunapiezamontadaquecausósensación.

Primeramente,en labase,habíauncuadradodecartónazulque figurabauntemploconpórticos,columnatasyestatuillasdeestucotodoalrededor,enhornacinas consteladas de estrellas de papel dorado; después, en el segundopiso, se erguía un torreón en bizcocho de Saboya, rodeado de pequeñasfortificacionesdeangélica,almendras,uvaspasas,cuarteronesdenaranjas;y,finalmente,enlaplataformasuperior,queeraunapraderaverdedondehabíarocas con lagos de confituras y barcos de cáscaras de avellanas, se veía unAmorcillo balanceándose en un columpio de chocolate, cuyos dos postesterminabanendoscapullosnaturales,amododebolas,enlapunta.

Estuvieroncomiendohastalanoche.Cuandosecansabandeestarsentadosse paseaban por los patios o iban a jugar un partido de chito al granero,

Page 22: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

después volvían a lamesa.Algunos, hacia el final, se quedarondormidos yroncaron. Pero a la hora del café todo se reanimó; empezaron a cantar,probaronsufuerza,transportabanpesos,hacíanconlospulgaresgestosdeungustodudoso,intentabanlevantarlascarretassobresushombros,secontabanchistespicantes,abrazabanalasseñoras.Denoche,alahorademarcharse,loscaballos,hartosdeavenahastalasnarices,tuvierondificultadesparaentrarenlos varales; daban coces, se encabritaban, los arreos se rompían, sus amosblasfemabanoreían;ytodalanoche,alaluzdelaluna,porloscaminosdelpaíspasaroncarricochesdesbocadosquecorríanagalopetendido,dandobotesen las zanjas, saltandopor encimade lagrava, rozandocon los taludes, conmujeresqueseasomabanporlaportezuelaparacogerlasriendas.

LosquequedaronenLesBertauxpasaronlanochebebiendoenlacocina.Losniñossehabíanquedadodormidosdebajodelosbancos.

La novia había suplicado a su padre que le evitasen las bromas decostumbre.Sinembargo,unprimosuyo,pescadero(queinclusohabíatraídocomoregalodebodasunparde lenguados),empezabaasoplaraguaconsuboca por el agujero de la cerradura, cuando llegó el señor Rouault en elprecisomomentoparaimpedirlo,yleexplicóquelaposiciónseriadesuyernono permitía tales inconveniencias. El primo, a pesar de todo, cediódifícilmenteanteestasrazones.EnsuinterioracusóalseñorRouaultdeestarmuyorgullosoyfueareunirseaunrincónconcuatroocincoinvitadosque,habiéndolestocadoporcasualidadvariasvecesseguidaslospeorestrozosdelas carnes, murmuraban en voz baja del anfitrión y deseaban su ruina conmediaspalabras.

LaseñoraBovarymadrenohabíadespegadoloslabiosentodoeldía.Nolehabíanconsultadonisobreelatuendodelanueranisobrelospreparativosdel festín; se retiró temprano. Su esposo, en vez de acompañarla,marchó abuscar cigarros aSaint-Victor y fumóhasta que se hizodedía, sin dejar debebergrogsdekirsch,mezcladesconocidaparaaquellagente,yquefueparaélcomounmotivodequeletuviesenunaconsideracióntodavíamayor.

Carlos no era de carácter bromista, no se había lucido en la boda.Respondió mediocremente a las bromas, retruécanos, palabras de doblesentido, parabienes y palabras picantes que tuvieron a bien soltarle desde lasopa.

Aldíasiguiente,porelcontrario,parecíaotrohombre...Eramásbienélaquien se hubiera tomado por la virgen de la víspera,mientras que la reciéncasadanodejabatraslucirnadaquepermitiesesospecharlomásmínimo.Losmásmaliciosos sabíanquédecir, y cuandopasaba cercade ellos lamirabancon una atención desmesurada. Pero Carlos no disimulaba nada, le llamaba«mimujer»,latuteaba,preguntabaporellaatodos,labuscabaportodaspartes

Page 23: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

ymuchas veces se la llevaba a los patios donde de lejos le veían, entre losárboles, estrechándole la cintura y caminando medio inclinado sobre ella,arrugándoleconlacabezaelbordadodelcorpiño.

Dos días después de la boda los esposos se fueron: Carlos no podíaausentarsepormástiempoacausadesusenfermos.EltíoRouaultmandóquelosllevaranensucarricocheyélmismolosacompañóhastaVassonville.Allíbesó a su hija por últimavez, se apeóy volvió a tomar su camino.Cuandollevaba andados cien pasos aproximadamente, se paró, y, viendo alejarse elcarricoche,cuyasruedasgirabanenelpolvo,lanzóungransuspiro.

Después se acordó de su boda, de sus tiempos de antaño del primerembarazodesumujer;estabamuycontentotambiénéleldíaenquelahabíatrasladado de la casa de sus padres a la suya, cuando la llevaba a la grupatrotandosobrelanieve,pueseraalrededordeNavidadyelcampoestabatodoblanco; ella se agarraba a él por un brazomientras que del otro colgaba sucesto;elvientoagitabaloslargosencajesdesutocadodelPaísdeCaux,quelepasaban a veces por encima de la boca, y, cuando él volvía la cabeza, veíacerca,sobresuhombro,sucaritasonrosadaquesonreíasilenciosamentebajolachapadeorodesugorro.Pararecalentarselosdedos,selosmetíadevezencuandoenelpecho.

¡Quéviejoeratodoesto!¡Suhijotendríaahoratreintaaños!Entoncesmiróatrás,novionadaenelcamino.Sesintiótristecomounacasasinmuebles;ymezclando los tiernos recuerdos a los negros pensamientos en su cerebronubladoporlosvaporesdelafiesta,ledieronmuchasganasdeirunmomentoadarunavueltacercadelaiglesia.Como,apesardetodo,temióqueestolepusiesemástristetodavía,sevolviódirectamenteacasa.

ElseñorylaseñoraBovaryllegaronaTosteshacialasseis.Losvecinosseasomaronalasventanasparaveralanuevamujerdelmédico.

La vieja criada se presentó, la saludó, pidió disculpas por no tenerpreparadalacenaainvitóalaseñora,entretanto,aconocerlacasa.

CAPÍTULOV

La fachada de ladrillos se alineaba justo con la calle, omás bien con lacarretera.Detrás de la puerta estaban colgados un abrigo de esclavina, unasbridas de caballo, una gorra de visera de cuero negro y en un rincón, en elsuelo,unpardepolainastodavíacubiertasdebarroseco.Aladerechaestabalasala,esdecir, lapiezaqueservíadecomedorydesaladeestar.Unpapelamarillo canario, orlado en la parte superior por una guirnalda de flores

Page 24: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

pálidas, temblaba todo él sobre la tela poco tensa; unas cortinas de calicóblanco, ribeteadas de una trencilla roja, se entrecruzaban a lo largo de lasventanas,ysobrelaestrecharepisadelachimenearesplandecíaunrelojconlacabeza de Hipócrates entre dos candelabros chapados de plata bajo unosfanales de forma ovalada. Al otro lado del pasillo estaba el consultorio deCarlos.Pequeñahabitacióndeunos seispasosdeancho, conunamesa, tressillasyunsillóndedespacho.LostomosdelDiccionariodeCienciasMédicas,sinabrir,perocuyaencuadernaciónenrústicahabíasufridoentodaslasventassucesivasporlasquehabíapasado,llenabancasiellossoloslosseisestantesdeunabibliotecademaderadeabeto.Elolordelassalsaspenetrabaatravésdelapareddurantelasconsultas,lomismoqueseoíadesdelacocinatoseralosenfermoseneldespachoycontartodasuhistoria.Veníadespués,abiertadirectamente al patio, donde se encontraba la caballeriza, una gran navedeterioradaque tenía unhorno, y que ahora servía de leñera, de bodega, dealmacén,llenadechatarras,detonelesvacíos,deaperosdelabranzafueradeuso, concantidaddeotras cosas llenasdepolvocuyautilidadera imposibleadivinar.

La huerta, más larga que ancha, llegaba, entre dos paredes de adobecubiertas de albaricoqueros en espaldera, hasta un seto de espinos que laseparabadeloscampos.

Había en el centro un cuadrante solar de pizarra sobre un pedestal demampostería; cuatro macizos de enclenques escaramujos rodeabansimétricamenteelcuadromásútildelasplantacionesserias.A1fondodetodo,bajolaspiceas,unafiguradecura,deescayola,leíasubreviario.

Emmasubióa lashabitaciones.Laprimeranoestabaamueblada;pero lasegunda,queeralahabitacióndematrimonio,teníaunacamadecaobaenunaalcobaconcolgadurasrojas.Unacajadeconchasadornabalacómoday,sobreel escritorio, al lado de la ventana, había en una botella un ramo de azaharatadoconcintasde rasoblanco.Eraun ramodenovia; ¡el ramode laotra!Ellalomiró.Carlossediocuentadeello,locogióyfueallevarloaldesván,mientrasque,sentadaenunabutaca(estabancolocandosuscosasalrededordeella), Emma pensaba adónde iría a parar su ramo de novia, que estabaembaladoenunacajadecartón,siporcasualidadellallegaseamorir.

Losprimerosdíassededicóapensarenloscambiosqueibaahacerensucasa.Retirólosglobosdeloscandelabros,mandóempapelardenuevo,pintarla escalera y poner bancos en el jardín, alrededor del reloj de sol; inclusopreguntóquéhabíaquehacerpara tenerunestanqueconsurtidordeaguaypeces.Finalmente,sabiendosumaridoqueaellalegustabapasearseencoche,encontróunodeocasión,que,unavezpuestaslinternasnuevasyguardabarrosdecueropicado,quedócasicomoun tílburi.Carlosestaba,pues, felizy sinpreocupaciónalguna.Unacomidalosdossolos,unpaseoporlatardeporla

Page 25: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

carretera principal, acariciarle su pelo, contemplar su sombrero de paja,colgado en la falleba de una ventana, ymuchas otras cosasmás en las queCarlos jamáshabíasospechadoencontrarplaceralguno,constituíanahorasufelicidadininterrumpida.Encamaporlamañana,juntossobrelaalmohada,élveíapasarlaluzdelsolporentreelvellodesusmejillasrubiasmediotapadasporlasorejerassubidasdesugorro.Vistostandecerca,susojosleparecíanmásgrandes,sobretodocuandoabríavariasvecessuspárpadosaldespertarse;negrosenlasombraydeunazuloscuroenplenaluz, teníancomocapasdecoloressucesivos,que,siendomásoscurosenelfondo,ibantomándoseclaroshacia la superficie del esmalte. La mirada de Carlos se per día en estasprofundidades,yseveíaenpequeñohastaloshombrosconelpañuelo,quelecubríalacabezayelcuellodelacamisaentreabierto.Elselevantaba,ellaseasomabaalaventanaparaverlesalir;yseapoyabadecodosenelantepechoentredosmacetasdegeranios,vestidaconunsaltodecamaqueleveníamuyholgado.Carlos,enlacalle,sujetabasusespuelassobreelmojónyellaseguíahablándoledesdearriba,mientrasarrancabaconsubocaunabriznadeflorodeverdequesoplabahaciaél,yquerevoloteando,planeando,haciendoenelairesemicírculoscomounpájaro,ibaantesdecaeraagarrarsealascrinesmalpeinadasdelaviejayeguablanca,inmóvilenlapuerta.

Carlos,acaballo,leenviabaunbeso;ellarespondíaconungestoyvolvíaa cerrar la ventana. Él partía, y entonces, en la carretera que extendía sinterminarsulargacintadepolvo,porloscaminoshondosdondelosárbolessecurvabanenbóveda,enlossenderoscuyostrigoslellegabanhastalasrodillas,con el sol sobre sus hombros y el airematinal en las aletas de la nariz, elcorazón lleno de las delicias de la noche, el ánimo tranquilo, la carnesatisfecha, iba rumiando su felicidad, como los que siguen saboreando,despuésdelacomida,elgustodelastrufasquedigieren.

Hasta el momento, ¿qué había tenido de bueno su vida? ¿Su época decolegio, donde permanecía encerrado entre aquellas altas paredes solo enmediodesuscompañerosmásricosomásadelantadosqueélensusclases,aquienes hacía reír con su acento, que se burlaban de su atuendo, y cuyasmamás venían al locutorio con pasteles en susmanguitos?Después, cuandoestudiabamedicinaymamánoteníabastantedineroparapagarlacontradanzaaalgunaobreritaquellegaseasersuamante.Mástardehabíavividocatorcemesesconlaviuda,queenlacamateníalospiesfríoscomotémpanos.

Pero ahora poseía de por vida a esta linda mujer a la que adoraba. ElUniversoparaélnosobrepasabaelcontornosedosodesufalda;yseacusabadenoamarla,teníaganasdevolveraverla;regresabaprontoacasa,subíalaescalera con el corazón palpitante. Emma estaba arreglándose en suhabitación;élllegabasinhacerelmínimoruido,labesabaenlaespalda,ellalanzabaungrito.

Page 26: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Élnopodía aguantarse sin tocar continuamente su peine, sus sortijas, supañoleta;algunasvecesledabaenlasmejillasgrandesbesoscontodalaboca,obienbesitosenfilaatodololargodesubrazodesnudo,desdelapuntadelosdedoshastaelhombro;yellalerechazabaentresonrienteyenfadada,comosehace a unniñoque se te cuelga encima.Antes de casarse, ella había creídoestar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no habíallegado, debía de haberse equivocado, pensaba, yEmma trataba de saber loque significaban justamente en la vida las palabras felicidad, pasión,embriaguez,quetanhermosaslehabíanparecidoenloslibros.

CAPÍTULOVI

Emma había leído Pablo y Virginia y había soñado con la casita debambúes, con el negro Domingo con el perro Fiel, pero sobre todo con ladulceamistaddealgúnhermanito,quesubieraabuscarparaellafrutasrojasalosgrandesárboles,másaltosquecampanarios,oquecorrieradescalzoporlaarena llevándoleunnidodepájaros.Cuandocumplió treceaños,supadre lallevóélmismoa laciudadparaponerlaenun internado.Sealojaronenunafonda del barrio San Gervasio, donde les sirvieron la cena en unos platospintados, que representaban la historia de la señorita de la Valliere. Lasleyendas explicativas, cortadas aquí y allí por los rasguños de los cuchillos,glorificaban todasellas la religión, lasdelicadezasdelcorazóny laspompasdelaCorte.

Lejosdeaburrirseenelconventolosprimerostiempos,seencontróagustoencompañíade lasbuenashermanas,que,paraentretenerla, la llevabana lacapilla, adonde se entraba desde el refectorio por un largo corredor. Jugabamuy poco en los recreos, entendía bien el catecismo, y era ella quiencontestabasiemprealseñorvicarioenlaspreguntasdifíciles.Viviendo,pues,sinsalirnuncadelatibiaatmósferadelasclasesyenmediodeestasmujeresde cutis blanco que llevaban rosarios con cruces de cobre, se fueadormeciendo en la languidez mística que se desprende del incienso, de lafrescuradelaspilasdeaguabenditaydelresplandordelasvelas.Envezdeseguirlamisa,mirabaensulibrolasilustracionespiadosasorladasdeazul,yle gustaban la oveja enferma, el Sagrado Corazón atravesado de agudasflechas o el Buen Jesús que cae caminando sobre su cruz. Intentó, paramortificarse,permanecerundíaenterosincomer.

Buscaba en su imaginación algún voto que cumplir. Cuando iba aconfesarse, se inventaba pecaditos a fin de quedarse allí más tiempo, derodillas en la sombra, con la cara pegada a la rejilla bajo el cuchicheo del

Page 27: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

sacerdote.Las comparaciones de novio, de esposo, de amante celestial y dematrimonioeternoqueserepitenenlossermonessuscitabanenelfondodesualmadulzurasinesperadas.

Porlanoche,antesdelrezo,hacíanenelestudiounalecturareligiosa.Era,durantelasemana,algúnresumendeHistoriaSagradaolasConferenciasdelabateFrayssinous,y, losdomingos,amododerecreo,pasajesdelGeniodelCristianismo.¡Cómoescuchó,lasprimerasveces,lalamentaciónsonoradelasmelancolías románticas que se repiten en todos los ecos de la tierra y de laeternidad! Si su infancia hubiera transcurrido en la trastienda de un barriocomercial, quizás se habría abierto entonces a las invasiones líricas de lanaturalezaque,ordinariamente,nonoslleganmásqueporlatraduccióndelosescritores.Peroconocíamuybienelcampo;sabíadelbalidode losrebaños,de los productos lácteos, de los arados. Acostumbrada a los ambientestranquilos,seinclinaba,porelcontrario,alosagitados.Nolegustabaelmarsino por sus tempestades y el verdor sólo cuando aparecía salpicado entreruinas. Necesitaba sacar de las cosas una especie de provecho personal; yrechazabacomoinútil todoloquenocontribuíaalconsueloinmediatodesucorazón,pues,siendodetemperamentomássentimentalqueartístico,buscabaemocionesynopaisajes.

Había en el convento una solterona que venía todos los meses, duranteochodías,arepasarlaropa.Protegidaporelarzobispadocomopertenecienteauna antigua familia aristócrata arruinada en la Revolución, comía en elrefectorioalamesadelasmonjasycharlabaconellas,despuésdelacomida,antesdesubirdenuevoasutrabajo.Amenudolasinternasseescapabandelestudioparairaverla.Sabíadememoriacancionesgalantesdelsiglopasado,quecantabaamediavoz,mientras ledabaa laaguja.Contabacuentos, traíanoticias, hacía los recados en la ciudad, y prestaba a las mayores, aescondidas,algunanovelaquellevabasiempreenlosbolsillosdesudelantal,ydelacuallabuenaseñoritadevorabalargoscapítulosenlosdescansosdesutarea.Sólose tratabadeamores,degalanes,amadas,damasperseguidasquesedesmayabanenpabellonessolitarios,mensajerosaquienesmatanentodoslos relevos, caballos reventados en todas las páginas, bosques sombríos,vuelcosdecorazón,juramentos,sollozos,lágrimasybesos,barquillasalaluzdelaluna,ruiseñoresenlosbosquecillos,señoresbravoscomoleones,suavescomo corderos, virtuosos como no hay, siempre de punta en blanco y quellorancomournasfunerarias.Duranteseismeses,alosquinceaños,Emmasemanchólasmanosenestepolvodelosviejosgabinetesdelectura.ConWalterScott,después,seapasionóporlostemashistóricos,soñóconarcones,salasdeguardiasytrovadores.

Hubieraqueridovivirenalgunaviejamansión,comoaquellascastellanasdelargocorpiño,que,bajoeltréboldelasojivas,pasabansusdíasconelcodo

Page 28: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

apoyado en la piedra y la barbilla en la mano, viendo llegar del fondo delcampoauncaballerodeplumablancagalopandosobreuncaballonegro.Enaquella época rindió culto a María Estuardo y veneración entusiasta a lasmujeres ilustres o desgraciadas: Juana de Arco, Eloísa, Inés Sorel, la bellaFerronniere,yClemenciaIsauraparaellasedestacabancomocometassobrela tenebrosa inmensidad de la historia, donde surgían de nuevo por todaspartes,peromásdifuminadosysinningunarelaciónentresí,SanLuisconsuencina,Bayardomoribundo,algunasferocidadesdeLuisXI,unpocodeSanBartolomé, el penacho del Bearnés, y siempre el recuerdo de los platospintadosdondeseensalzabaaLuisXIV.

En clase de música, en las romanzas que cantaba, sólo se trataba deangelitos de alas doradas, madonas, lagunas, gondoleros, pacíficascomposicionesque ledejabanentrever,a travésde lassimplezasdelestiloylas imprudencias de la música, la atractiva fantasmagoría de las realidadessentimentales. Algunas de sus compañeras traían al convento los keepsakesque habían recibido de regalo.Había que esconderlos, era un problema; losleíaneneldormitorio.Manejandodelicadamentesusbellasencuadernacionesderaso,Emmafijabasusmiradasdeadmiraciónenelnombredelosautoresdesconocidosquehabíanfirmado,lamayoríadelasvecescondesovizcondes,alpiedesusobras.

Seestremecíaallevantarconsualientoelpapeldesedadelosgrabados,quese levantabamediodobladoyvolvíaacaersuavementesobrelapágina.Era,detrásdelabalaustradadeunbalcón,unjovendecapacortaestrechandoentresusbrazosaunadoncellavestidadeblanco,quellevabaunaescarcelaalacintura;obienlosretratosanónimosdelasladiesinglesasconrizosrubios,quenosmiranconsusgrandesojosclarosbajosusombrerodepajaredondo.Se veían algunas recostadas en coches rodando por los parques, donde unlebrel saltaba delante del tronco de caballos conducido al trote por lospequeñospostillonesdepantalónblanco.Otras,tendidassobreunsofáalladodeunacartadeamorabierta,contemplabanlalunaporlaventanaentreabierta,mediotapadaporunacortinanegra.Lasingenuas,unalágrimaenlamejilla,besuqueaban una tórtola a través de los barrotes de una jaula gótica, o,sonriendo, con la cabeza bajo el hombro, deshojaban unamargarita con susdedospuntiagudosycurvadoshaciaarribacomozapatosdepuntarespingada.Y también estabais allí vosotros, sultanes de largas pipas, extasiados en loscenadores,enbrazosdelasbayaderas,djiaours,sablesturcos,gorrosgriegos,y, sobre todo, vosotros, paisajes pálidos de las regiones ditirámbicas, que amenudonosmostráisalavezpalmeras,abetos,tigresaladerecha,unleónalaizquierda,minaretestártarosenelhorizonte,ruinasromanasenprimerplano,despuéscamellosarrodillados;todoelloenmarcadoporunaselvavirgenbienlimpiayungran rayodesolperpendicularenelagua,dedondede tardeentarde emergen como rasguños blancos, sobre un fondo de gris acero, unos

Page 29: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

cisnesnadando.

Ylapantalladelquinqué,colgadodelapared,porencimadelacabezadeEmma, iluminaba todos estos cuadros del mundo, que desfilaban ante ellaunosdetrásdeotros,enelsilenciodeldormitorioyenelruidolejanodealgúnsimón retrasado que rodaba todavía por los bulevares. Cuando murió sumadre,llorómucholosprimerosdías.Mandóhaceruncuadrofúnebreconelpelo de la difunta, y, en una carta que enviaba aLesBertaux, toda llena dereflexionestristessobrelavida,pedíaquecuandomurieselaenterrasenenlamisma sepultura. El pobre hombre creyó que estaba enferma y fue a verla.Emmasesintiósatisfechadehaberllegadoalprimerintentoaeseraroidealdelasexistenciaspálidas,adondejamáslleganloscorazonesmediocres.Sedejó,pues,llevarporlosmeandroslamartinianos,escuchólasarpassobreloslagos,todos los cantos de cisnes moribundos, todas las caídas de las hojas, lasvírgenespurasquesubenalcieloylavozdelPadreEternoresonandoenlosvalles. Se cansó de ello y, no queriendo reconocerlo, continuó por hábito,despuésporvanidad,y finalmente sevio sorprendidadesentirse sosegadaysinmástristezaenelcorazónquearrugasensufrente.

Las buenasmonjas, que tanto habían profetizado su vocación, se dieroncuenta con gran asombro de que la señorita Rouault parecía írseles de lasmanos.Enefecto, ellas lehabíanprodigado tanto losoficios, los retiros, lasnovenasylossermones,predicadotanbienelrespetoquesedebealossantosyalosmártires,ydadotantosbuenosconsejosparalamodestiadelcuerpoylasalvacióndesualma,queellahizocomoloscaballosalosquetirandelabrida: se paró en seco y el bocado se le salió de los dientes. Aquella almapositiva, en medio de sus entusiasmos, que había amado la iglesia por susflores, la música por la letra de las romanzas y la literatura por susexcitacionespasionales,sesublevabaantelosmisteriosdelafe,lomismoquese irritaba más contra la disciplina, que era algo que iba en contra de suconstitución. Cuando su padre la retiró del internado, no sintieron verlamarchar.Lasuperioraencontrabainclusoquesehabíavuelto,enlosúltimostiempos,pocorespetuosaconlacomunidad.

AEmma,yaensucasa,legustóalprincipiomandaraloscriados,luegosecansó del campo y echó demenos su convento. Cuando Carlos vino a LesBertauxporprimeravez,ellasesentíacomomuydesilusionada,comoquiennotieneyanadaqueaprender,nilequedanadaporexperimentar.

Perolaansiedaddeunnuevoestado,otalvezlairritacióncausadaporlapresenciadeaquelhombre,habíabastadoparahacerlecreerqueporfinposeíaaquella pasiónmaravillosa que hasta entonces se habíamantenido como ungranpájarodeplumajerosaplaneandoenelesplendordeloscielospoéticos,yno podía imaginarse ahora que aquella calma en que viva fuera la felicidadquehabíasoñado.

Page 30: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

CAPÍTULOVII

Avecespensabaque,apesardetodo,aquelloseranlosmásbellosdíasdesuvida,lalunademielcomodecían.Parasaborearsudulzura,habríasindudaqueirseaesospaísesdenombressonorosdondelosdíasquesiguenalabodatienenmás suavesocios.En sillas deposta, bajo cortinillas de seda azul, sesubealpasoporcaminosescarpados,escuchandolacancióndelpostillón,queserepiteenlamontañaconlascampanillasdelascabrasyelsordorumorde,lacascada.Cuandoseponeelsol,serespiraalaorilladelosgolfoselperfumedeloslimoneros;después,porlanoche,enlaterrazadelasquintas,asolasycon los dedos entrecruzados, semira a las estrellas haciendo proyectos. Leparecíaquealgunoslugaresenlatierradebíandeproducirfelicidad,comounaplanta propia de un suelo y que no prospera en otra parte. ¡Quién pudieraasomarsealbalcóndeloschaletssuizosoencerrarsutristezaenunacasadecampoescocesa,consumaridovestidodefracdeterciopelonegrodelargosfaldonesycalzadoconbotasflexiblesyconunsombreropuntiagudoypuñosenlasbocamangas!Quizáshubieradeseadohaceraalguienlaconfidenciadetodasestascosas.

Pero, ¿cómo explicar un vagomalestar que cambia de aspecto como lasnubes,quesearremolinacomoelviento?Lefaltabanlaspalabras,laocasión,¡elvalor!

SiCarlos,sinembargo,lohubieraquerido,silohubierasospechado,sisumirada, por una sola vez, hubiera ido al encuentro de su pensamiento, leparecíaqueunaabundanciasúbitasehabríadesprendidodesucorazón,comocae la fruta de un árbol en espaldar cuando se acerca a él lamano. Pero amedida que se estrechaba más la intimidad de su vida, se producía undespegueinteriorquelaseparabadeél.

LaconversacióndeCarloserainsulsacomounaaceradecalle,ylasideasdetodoelmundodesfilabanporellaensutrajeordinario,sincausaremoción,risaoensueño.Nuncahabíasentidocuriosidad-decía-cuandovivíaenRouen,por iral teatroavera losactoresdeParís.Nosabíaninadarnipracticar laesgrima,nitirarconlapistola,y,undía,nofuecapazdeexplicarleuntérminodeequitaciónqueellahabíaencontradoenunanovela.

¿Acaso un hombre no debía conocerlo todo, destacar en actividadesmúltiples,iniciaralamujerenlasenergíasdelapasión,enlosrefinamientosdelavida,entodoslosmisterios?Peroéstenoenseñabanada,nosabíanada,no deseaba nada. La creía feliz y ella le reprochaba aquella calma tanimpasible, aquella pachorra apacible, hasta la felicidad que ella le

Page 31: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

proporcionaba.

Emma dibujaba a veces; y para Carlos era un gran entretenimientopermanecerallí,depie,mirándolainclinadasobrelalámina,guiñandolosojosparavermejor suobra, omodelandocon losdedosbolitasdemigadepan.Cuando tocaba el piano, cuanto más veloces corrían los dedos, másembelesadosequedabaél.Ellagolpeabalasteclasconaplomo,yrecorríadearriba a abajo el teclado sin pararse. Sacudido así por ella, el viejoinstrumento,cuyascuerdastremolaban,seoíahastaelextremodelpueblosilaventanaestabaabierta,yamenudoelalguacilquepasabaporlacarreteraseparabaaescucharlo,consuhojadepapelenlamano.

Porotraparte,Emmasabíallevarsucasa.Enviabaalosenfermoslacuentadesusvisitas,encartastanbienescritas,quenoolíanafactura.Cuando,losdomingos, teníanalgúnvecinoinvitado,se ingeniabaparapresentarunplatoatractivo,sabíacolocarsobrehojasdeparralaspirámidesdeclaudias,servíalos tarros de confitura volcados en un plato, a incluso hablaba de comprarenjuagadientes para el postre. Todo esto repercutía en la consideración deBovary.

Carlos terminaba estimándose más por tener una mujer semejante.Mostraba conorgullo en la sala dos pequeños croquis dibujados a lápiz porella,alosquehabíamandadoponerunosmarcosmuyanchosycolgarsobreelpapeldelaparedconlargoscordonesverdes.Alsalirdemisa,seleveíaenlapuertadelacasaconbonitaszapatillasbordadas.

Volvía tarde a casa, a las diez, amedianoche a veces.Entonces pedía lacena, y, como la criada estaba acostada, era Emma quien se la servía. Sequitaba la levita para cenar más cómodo. Iba contando una tras otra laspersonasquehabíaencontrado,lospueblosdondehabíaestado,lasrecetasquehabíaescrito,y,satisfechodesímismo,comíaelrestodelguisado,pelabasuqueso, mordía una manzana, vaciaba su botella, se acostaba boca arriba yroncaba.

Como había tenido durante mucho tiempo la costumbre del gorro dealgodónparadormir,supañuelonoleaguantabaenlasorejas;poresosupelo,porlamañana,estabacaído,revueltosobresucarayblanqueadoporlaplumadelaalmohada,cuyascintassedesatabandurantelanoche.Llevabasiempreunasfuertesbotas,queteníanenlapuntadosplieguesgruesostorciendohacialos tobillos mientras que el resto del empeine continuaba en línea recta,estiradocomosiestuvieraen lahorma.Decíaqueestoerasuficienteparaelcampo.

La madre estaba de acuerdo con esta economía, pues iba a verlo comoantes,cuandohabíahabidoensucasaalgunadisputaunpocoviolenta;ysinembargo la señora Bovary madre parecía prevenida contra su nuera. ¡La

Page 32: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

encontraba «de un tono demasiado subido para su posición económica»; laleña,elazúcarylasvelassegastabancomoenunagrancasaylacantidaddecarbón que se quemaba en la cocina habría bastado para veinticinco platos!Ella ordenaba la ropa en los armarios y le enseñaba a vigilar al carnicerocuando traía la carne. Emma recibía sus lecciones; la señora Bovary lasprodigaba;y laspalabrasde«hijamía»yde«mamá»seintercambiabanconunligerotemblordelabioslanzándosecadaunapalabrassuavesconunavoztemblandodecólera.EneltiempodelaseñoraDubuc,laviejaseñorasesentíatodavíalapreferida;pero,ahora,elamordeCarlosporEmmaleparecíaunadesercióndesuternura,unainvasióndeaquelloquelepertenecía;yobservabalafelicidaddesuhijoconunsilenciotriste,comoalguienvenidoamenosquemira,atravésdeloscristales,alagentesentadaalamesaensuantiguacasa.Le recordaba sus penas y sus sacrificios, y, comparándolos con lasnegligenciasdeEmma,sacabalaconclusióndequenoerarazonableadorarladeunamaneratanexclusiva.

Carlosnosabíaquéresponder;respetabaasumadreyamabainfinitamentea sumujer; considerabael juiciodeunacomo infalibley, almismo tiempo,encontrabaa laotra irreprochable.Cuando laseñoraBovarysehabía ido,élintentaba insinuar tímidamente, y en losmismos términos, una o dos de lasmásanodinasobservacionesquehabíaoídoasumadre;Emma,demostrándoleconunapalabraqueseequivocaba,ledecíaqueseocupasedesusenfermos.Entretanto,segúnteoríasqueellacreíabuenas,quisosentirseenamorada.

Ala luzde la luna,enel jardín,recitabatodas lasrimasapasionadasquesabíadememoriay lecantabasuspirandoadagiosmelancólicos;peroprontovolvíaa sucalma inicialyCarlosnosemostrabanimásenamoradonimásemocionado.

Despuésdehaberintentadodeestemodosacarlechispasasucorazónsinconseguir ninguna reacción de su marido, quien, por lo demás, no podíacomprender lo que ella no sentía, y sólo creía en lo que semanifestaba pormediodeformasconvencionales,seconvenciósindificultaddequelapasiónde Carlos no tenía nada de exorbitante. Sus expansiones se habían hechoregulares;labesabaaciertashoras,eraunhábitoentreotros,ycomounpostreprevistoanticipadamente,despuésdelamonotoníadelacena.

Unguardaforestal,curadoporelseñordeunapleuresía,habíaregaladoalaseñoraunaperritagalgaitaliana;ellalallevabadepaseo,puessalíaaveces,para estar sola un instante y perder de vista el eterno jardín con el caminopolvoriento.

IbahastaelhayedodeBanneville,cercadelpabellónabandonadoquehaceesquinaconlapared,porelladodelcampo.Hayenelfoso,entrelashierbas,unaslargascañasdehojascortantes.

Page 33: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Empezabaamirartodoalrededor,paraversihabíacambiadoalgodesdelaúltimavezquehabíavenido.Encontrabaensusmismossitioslasdigitalesylosalhelíes,losramosdeortigasalrededordelasgrandespiedrasylascapasde liquena lo largode las tresventanas,cuyospostigossiemprecerradosseiban cayendo de podredumbre sobre sus barrotes de hierro oxidado. Supensamiento, sin objetivo al principio, vagaba al azar, como su perrita, quedabavueltasporelcampo, ladrabadetrásde lasmariposasamarillas,cazabalasmusarañasomordisqueaba lasamapolasaorillasdeun trigal.Luegosusideas se fijaban poco a poco, y, sentada sobre el césped, que hurgaba agolpecitosconlaconteradesusombrilla,serepetía:

-¡Diosmío!,¿porquémehabrécasado?

En la ciudad, conel ruidode las calles, elmurmullode los teatrosy lasluces del baile, llevaban unas vidas en las que el corazón se dilata y sedespiertanlossentidos.Perosuvidaerafríacomoundesváncuyaventanadaalnorte,yelaburrimiento,arañasilenciosa,tejíasutelaenlasombraentodoslosrinconesdesucorazón.Recordabalosdíasderepartodepremios,enquesubíaalestradoparairarecogersuspequeñascoronas.Consupelotrenzado,su vestido blanco y sus zapatitos de «prunelle» escotados, tenía un airesimpático, y los señores, cuando regresaba a su puesto, se inclinaban parafelicitarla;elpatioestaballenodecalesas,ledecíanadiósporlasportezuelas,el profesor de música pasaba saludando con su caja de violín. ¡Qué lejosestabatodoaquello!iQuélejosestaba!

Llamaba a Djali, la cogía entre sus rodillas, pasaba sus dedos sobre sulargacabezafinayledecía:

-Vamos,besaatuama,túquenotienespenas.

Después, contemplando el gesto melancólico del esbelto animal quebostezaba lentamente, se enternecía, y, comparándolo consigo misma, lehablabaenalto,comoaunafligidoaquienseconsuela.

Aveces llegabanráfagasdeviento,brisasdelmarque,extendiéndosederepente por toda la llanura del País de Caux, traían a los confines de loscamposunfrescorsalado.

Los juncos silbabana rasde tierra,y lashojasde lashayashacían ruidocon un temblor rápido, mientras que las copas, balanceándose sin cesar,proseguíansugranmurmullo.

Emmaseceñíaelchalaloshombrosyselevantaba.

Enlaavenida,unaluzverdeproyectadaporelfollajeiluminabaelmusgoraso,quecrujíasuavementebajosuspies.Elsolseponía;elcieloestabarojoentre las ramas,y los troncos igualesde los árbolesplantadosen línea recta

Page 34: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

parecían una columnata parda que se destacaba sobre un fondo dorado; elmiedo se apoderabade ella, llamaba aDjali, volvíadeprisa aTostespor lacarreteraprincipal,sehundíaenunsillónynohablabaentodalanoche.

Pero a finales de septiembre algo extraordinario pasó en su vida: fueinvitadaalaVaubyessard,acasadelmarquésdeAnvervilliers.

Secretario de Estado bajo la Restauración, el marqués, que trataba devolveralavidapolítica,preparabadesdehacíamuchotiemposucandidaturaalaCámaradeDiputados.

En invierno hacía muchos repartos de leña, y en el Consejo Generalreclamabasiemprecon interéscarreteraspara sudistrito.En laépocade losgrandes calores había tenido un flemón en la boca, del queCarlos le habíacuradocomopormilagro,acertandoconuntoquedelanceta.

El administrador enviado a Tostes para pagar la operación contó, por lanoche, que había visto en el huertecillo delmédico unas cerezas soberbias.Ahorabien,lascerezascrecíanmalenlaVaubyessard,elseñormarquéspidióalgunos esquejes a Bovary, se sintió obligado a darle las graciaspersonalmente,vioaEmma,sediocuentadequeteníaunabonitacinturaydequenosaludabacomounacampesina;demodoquenocreyeronenelcastillosobrepasar los límites de la condescendencia, ni por otra parte cometer unatorpeza,invitandoaljovenmatrimonio.

Un miércoles, a las tres, el señor y la señora Bovary salieron en sucarricoche para la Vaubyessard, con un gran baúl amarrado detrás y unasombrereraqueibacolocadadelantedelpescante.Carlosllevabaademásunacajaentrelaspiernas.

Llegaron al anochecer, cuando empezaban a encender los faroles en elparqueparaalumbraraloscoches.

CAPÍTULOVIII

A mansión, de construcción moderna, al estilo italiano, con dos alassalientes y tres escalinatas, se alzaba en la parte baja de un inmenso pradocubierto de hierba donde pastaban algunas vacas, entre bosquecillos degrandes árboles espaciadosmientras quemacizos de arbustos, rododendros,celindasybolasdenieveabombabansusmatasdeverdordesigualessobrelalíneacurvadelcaminoenarenado.

Por debajo de un puente corría un riachuelo; a través de la bruma, sedistinguían unas construcciones cubiertas de paja, esparcidas en la pradera,

Page 35: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

que terminaba en suave pendiente en dos lomas cubiertas de bosque y, pordetrás,en losmacizos,sealzaban,endos líneasparalelas, lascocherasy lascuadras,restosqueseconservabandelantiguocastillodemolido.

ElcarricochedeCarlosseparódelantedelaescalinatacentral;aparecieronunos criados; se adelantó el marqués, y, ofrecíendo el brazo a lamujer delmédico,laintrodujoenelvestíbulo.

Estabapavimentadodelosasdemármol,eradetechomuyalto,yelruidodelospasos,juntoconeldelasvoces,resonabacomoenunaiglesia.Enfrentesubía una escalera recta, y a la izquierda una galería que daba al jardínconducíaalasaladebillar,desdecuyapuertaseoíaelruidodelasbolasdemarfilalchocarencarambola.Cuando loatravesabapara iral salón,Emmavioalrededordelamesaaunoshombresdeaspectograve,apoyadoelmentónsobrealtascorbatas,todosellosconcondecoraciones,ysonriendoensilencioal empujar el taco de billar. De la oscura madera que revestía las paredescolgaban unos grandes cuadros con marco dorado que tenían al pie unosnombresescritosenletrasnegras.Emmaleyó:«JuanAntoniod'Andervilliersd'lberbonville,condedelaVaubyessardybaróndelaFresnaye,muertoenlabatalla de Coutras, el 20 de octubre de 1587.» Y en otro: «Juan AntonioEnrique---Guy d'Andervilliers de la Vaubyessard, almirante de Francia ycaballero de la Orden de SanMiguel, herido en el combate de la Hougue.Saint-Vaast,el29demayode1692,muertoenlaVaubyessardel23deenerode1693.»Después, los siguientesapenassedistinguíanporque la luzde laslámparas,proyectadasobreeltapeteverdedelbillar,dejabaflotarunasombraenlaestancia.Bruñendoloscuadroshorizontales,sequebrabacontraellosenfinas aristas, según las resquebrajaduras del barniz; y de todos aquellosgrandes cuadrosnegros enmarcados enoro sedestacaba, acáy a11á, algunapartemásclaradelapintura,unafrentepálida,dosojosqueparecíanmirarte,unaspelucasque seextendían sobreelhombroempolvadode losuniformesrojos,obienlahebilladeunajarreteraenloaltodeunarollizapantorrilla.

El marqués abrió la puerta del salón; una de las damas se levantó (lamarquesaenpersona),fuealencuentrodeEmmaylehizosentarseasuladoenuncanapé,dondeempezóahablarleamistosamente,comosilaconociesedesdehacíamuchotiempo.Eraunamujerdeunoscuarentaaños,dehermososhombros, nariz aguileña, voz cansina, y que llevaba aquella noche sobre supelo castaño, una sencilla mantilla de encaje que le caía por detrás entriángulo.A su lado estabauna joven rubia sentada enuna silla de respaldoalto; y unos señores, que llevaban una pequeña flor en el ojal de su frac,conversabanconlasseñorasalrededordelachimenea.

A las siete sirvieron la cena.Los hombres,más numerosos, pasaron a laprimeramesa,enelvestíbulo,ylasseñorasalasegunda,enelcomedor,conelmarquésylamarquesa.A1entrar,Emmasesintióenvueltaporunairecálido,

Page 36: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

mezcladeperfumedefloresydebuenaropablanca,delaromadelasviandasydelolordelastrufas.Lasvelasdeloscandelabroselevabansusllamassobrelas tapas de las fuentes de plata; los cristales tallados, cubiertos de un vahomate,reflejabanunosrayospálidos;alolargodelamesasealineabanramosdeflores,y,enlosplatosdeanchosbordeslasservilletas,dispuestasenformade mitra, sostenían en el hueco de sus dos pliegues cada una un panecilloovalado.Laspatasrojasdelosbogavantessalíandelasfuentes;grandesfrutasencestascaladasseescalinabansobreelmusgo; lascodornicesconservabansusplumas,olíaabuenacomida;yconmediasdeseda,calzóncorto,corbatablanca, chorreras, grave como un juez, el maestresala que pasaba entre loshombrosdelosinvitadoslasfuentesconlasviandasyatrinchadas,hacíasaltarconungolpedecucharaeltrozoquecadaunoescogía.Sobrelagranestufadeporcelanaunaestatuademujerembozadahastaelmentónmirabainmóvil lasalallenadegente.

MadameBovaryobservóquevariasdamasnohabíanpuestolosguantesensucopa.

Entretanto, en la cabecera de la mesa, solo entre todas estas mujeres,inclinadosobresuplatolleno,yconlaservilletaatadaalcuellocomounniño,un anciano comía, dejando caer de su boca gotas de salsa. Tenía los ojosenrojecidos y llevaba una pequeña coleta, atada con una cinta negra. Era elsuegro del marqués, el viejo duque de Laverdière, el antiguo favorito delcondedeArtón,entiemposdelaspartidasdecazaenVaudreuil,encasadelmarquésdeConflans, yquehabía sido, decían, el amantede la reinaMaríaAntonieta,entre losseñoresdeCoignyydeLauzun.Había llevadounavidaescandalosa, llena de duelos, de apuestas, de mujeres raptadas, habíaderrochado su fortuna y asustado a toda su familia.Un criado, detrás de susilla,lenombrabaenvozalta,aloído,losplatosqueélseñalabaconeldedotartamudeando; y sin cesar los ojos deEmma se volvían automáticamente aestehombredelabioscolgantes,comoaalgoextraordinarioyaugusto.¡HabíavividoenlaCorteysehabíaacostadoenlechosdereinas!

Sirvieronvinodechampañahelado.Emmatemblóentodasupielalsentiraquelfríoensuboca.Nuncahabíavistogranadasnicomidopiña.Elazúcarenpolvoinclusolepareciómásblancoymásfinoqueenotrossitios.Después,lasseñorassubieronasushabitacionesaarreglarseparaelbaile.

Emmaseacicalóconlaconcienciameticulosadeunaactrizdebutante.Searreglóelpelo,segúnlasrecomendacionesdelpeluquero,yseenfundóensuvestidodebarés,extendidosobrelacama.ACarlosleapretabaelpantalónenelvientre.

-Lastrabillasmevanamolestarparabailar-dijo.

-¿Bailar?-replicóEmma.

Page 37: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

-¡Sí!

-¡Pero has perdido la cabeza!, se burlarían de ti, quédate en tu sitio.Además,esmáspropioparaunmédico-añadióella.

Carlos se calló. Se paseaba por toda la habitación esperando que Emmaterminasedevestirse.

La veía por detrás, en el espejo, entre dos candelabros. Sus ojos negrosparecían más negros. Sus bandós, suavemente ahuecados hacia las orejas,brillabanconundestelloazul; en sumoño temblabauna rosa sobreun tallomóvil, con gotas de agua artificiales en la punta de sus hojas. Llevaba unvestido de azafrán pálido, adornado con ramilletes de rosas de pitiminímezcladasconverde.

Carlosfueabesarleenelhombro.

-¡Déjame!-ledijoella-.Mearrugaselvestido.

Seoyóunritornelodeunviolínylossonidosdeunatrompa.Ellabajólaescalera,conteniéndoseparanocorrer.

Habían empezado las contradanzas. Llegaba la gente. Se empujaban.Emmasesituócercadelapuerta,enunabanqueta.

Terminadalacontradanza,quedólibrelapistaparalosgruposdehombresquecharlabandepieylosservidoresdelibreaquetraíangrandesbandejas.Enlafiladelasmujeressentadas,losabanicospintadosseagitaban,losramilletesdefloresmedioocultabanlasonrisadelascaras,ylosfrascoscontapadeorogirabanenmanosentreabiertascuyosguantesblancosmarcaban la formadelas uñas y apretaban la carne en la muñeca. Los adornos de encajes, losbroches de diamantes, las pulseras de medallón temblaban en los corpiños,relucíanenlospechos,tintineabanenlosbrazosdesnudos.

Lascabelleras,bienpegadasenlasfrentesyrecogidasenlanuca,lucíanencoronas, en racimos, o en ramilletes demiosotis, jazmín, flores de granado,espigasoacianos.

Algunas madres, con mirada ceñuda, tocadas de turbantes rojos,permanecíanpacíficasensusasientos.

AEmmalepalpitóunpocoelcorazóncuando,enlazadaasucaballeroporlapuntadelosdedos,fueaponerseenfila,yesperóelataquedelviolínparacomenzar.Peroprontodesapareciólaemoción;ybalanceándosealritmodelaorquesta,sedeslizabahaciadelante,conligerosmovimientosdelcuello.Unasonrisa le asomaba a los labios al escuchar ciertos primores del violín, quetocabasolo,aveces,cuandosecallabanlosotrosinstrumentos;seoíaelclarosonido de los luises de oro que se echaban al lado sobre los tapetes de lasmesas; después, todo recomenzaba almismo tiempo, el cornetín lanzaba un

Page 38: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

trompetazo sonoro, los pies volvían a encontrar el compás, las faldas seahuecaban,secogíanlasmanos,sesoltaban;losmismosojos,quesebajabanantelaparejadebaile,volvíanafijarseenella.

Algunos hombres, unos quince, de veinticinco a cuarenta años, que semovían entre las parejas debaile o charlaban a la entradade las puertas, sedistinguíandelamuchedumbreporunairedefamilia,cualesquieraquefuesensusdiferenciasdeedad,deatuendoodecara.

Sus trajes,mejor hechos, parecíandeunpañomás suave, y sus cabellospeinados en bucles hacia las sienes, abrillantados por pomadas más finas.Tenían la tez de la riqueza, esa tez blanca realzada por la palidez de lasporcelanas, los reflejos del raso, el barniz de los bellos muebles, y que semantiene lozano gracias a un régimen discreto de alimentos exquisitos. Sucuello se movía holgadamente sobre sus corbatas bajas; sus patillas largascaíansobrecuellosvueltos;selimpiabanloslabiosconpañuelosbordadosconunagran inicialyquedesprendíanunperfumesuave.Losqueempezabanaenvejecerteníanaspectojuvenil,mientrasqueunairedemadurezseveíaenlacara de los jóvenes. En sus miradas indiferentes flotaba el sosiego de laspasiones diariamente satisfechas; y, a través de sus maneras suaves, semanifestaba esa brutalidad particular que comunica el dominio de las cosasmediofáciles,enlasqueseejercitalafuerzayserecrealavanidad,elmanejodeloscaballosderazayeltratoconlasmujeresperdidas.

AtrespasosdeEmma,uncaballerodefracazulhablabadeItaliaconunamujer pálida que lucía un aderezo de perlas. Ponderaban el grosor de lospilaresdeSanPedro,Tívoli,elVesubio,CastellamareylosCassines,lasrosasdeGénova,elColiseoalaluzdelaluna.Emmaescuchabaconsuotraorejauna conversación con muchas palabras que no entendía. Rodeaban a unhombremuyjovenquelasemanaanteriorhabíaderrotadoaMiss-ArabelleyaRomulus y ganado dos mil luises saltando un foso en Inglaterra. Uno sequejabade sus jinetes, que engordaban; otro, de las erratas de imprenta quehabíanalteradoelnombredelanimal.

La atmósfera del baile estaba pesada; las lámparas palidecían. La genterefluíaalasaladebillar.Uncriadosesubióaunasillayrompiódoscristales;alruidodelosvidriosrotos,MadameBovaryvolviólacabezaypercibióeneljardín, junto a las vidrieras, unas carasde campesinosque estabanmirando.Entonces acudió a sumemoria el recuerdo de Les Bertaux.Volvió a ver lagranja,lacharcacenagosa,asupadreenblusabajolosmanzanos,ysevioasímisma, como antaño, desnatando con su dedo los barreños de leche en lalechería.Pero,antelosfulgoresdelahorapresente,suvidapasada,tanclarahastaentonces,sedesvanecíaporcompleto,yhastadudabasilahabíavivido.Ellaestabaa11í:después,entornoalbaile,nohabíamásquesombraqueseextendía a todo lo demás. En aquelmomento estaba tomando un helado de

Page 39: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

marrasquino, que sostenía con la mano izquierda, en una concha de platasobredorada,yentornabalosojosconlacucharillaentrelosdientes.

Unaseñoraasuladodejócaersuabanico.Undanzantepasaba.

-¿Me hace el favor -dijo la señora-, de recogerme el abanico, que estádetrásdeesecanapé?

El caballero se inclinó, y mientras hacía el movimiento de extender elbrazo,Emmaviolamanodelajovenqueechabaensusombreroalgodecolorblanco,dobladoenformadetriángulo.Elcaballerorecogióelabanicoyseloofreció a la dama respetuosamente; ella le dio las gracias con una señal decabezaysepusoaolersuramilletedeflores.

Después de la cena, en la que se sirvieronmuchos vinos deEspaña, delRin,sopasdecangrejosydelechedealmendras,pudínatoTrafalgarytodaclasedecarnesfríascongelatinasalrededorquetemblabanenlasfuentes,loscochesempezaronamarcharseunosdetrásdeotros.Levantandolapuntadelacortinademuselina,seveíadeslizarseenlasombralaluzdesuslinternas.Lasbanquetas se vaciaban; todavía quedaban algunos jugadores; los músicoshumedecían con la lengua la punta de sus dedos; Carlos estaba mediodormido,conlaespaldaapoyadacontraunapuerta.

Alastresdelamañanacomenzóelcotillón.Emmanosabíabailarelvals.Todo el mundo valseaba, incluso la misma señorita d'Andervilliers y lamarquesa; no quedaban más que los huéspedes del palacio, una docena depersonasmásomenos.

Entretanto, uno de los valseadores, a quien llamaban familiarmente«vizconde»,ycuyochalecomuyabiertoparecíaajustadoalpecho,seacercóporsegundavezainvitaraMadameBovaryasegurándolequelallevaríayquesaldríaairosa.

Empezaron despacio, después fueron más deprisa. Daban vueltas: todogirabaasualrededor, laslámparas, losmuebles, lasmaderas,elsuelo,comoundiscosobresueje.

Alpasarcercadelaspuertas,losbajosdelvestidodeEmmasepegabanalpantalón del vizconde; sus piernas se entrecruzaban; él inclinaba sumiradahaciaella,ellalevantabalasuyahaciaél;unaespeciedemareoseapoderódeella,sequedóparada.Volvieronaempezar;y,conunmovimientomásrápido,el vizconde, arrastrándola, desapareció con ella hasta el fondo de la galería,donde Emma, jadeante, estuvo a punto de caerse, y un instante apoyó lacabezasobreelpechodelvizconde,ydespués,sindejardedarvueltas,peromásdespacio,éllavolvióaacompañarasusitio;ellaseapoyóenlaparedysetapólosojosconlamano.

Page 40: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Cuandovolvióaabrirlos,enmediodelsalon,unadamasentadasobreuntaburete tenía delante de sí a tres caballeros arrodillados. Ella escogió alvizconde,yelviolinvolvióaempezar.

Losmiraban.Pasabanyvolvían, ella conel cuerpo inmóvil y elmentónbajado,yél siempreensumismapostura,arqueadoelcuerpo,echadohaciaatrás, el codo redondeado, los labios salientes. ¡Ésta sí que sabía valsear!Continuaronmuchotiempoycansaronatodoslosdemás.

Aún siguieronhablandoalgunosminutos, y, despuésdedarse lasbuenasnoches o más bien los buenos días, los huéspedes del castillo fueron aacostarse.

Carlos arrastraba los pies cogiéndose al pasamanos, las rodillas se lemetianenelcuerpo.Habiapasadocincohorasseguidas,depiedelantedelasmesas,viendojugaralwhistsinentendernada.Poresodejóescaparsuspirosdesatisfaccióncuandosequitólasbotas.

Emma se puso un chal sobre los hombros, abrió la ventana y apoyó loscodosenelantepecho.

Lanocheestabaoscura.Caíanunasgotasdelluvia.Ellaaspiróelvientohúmedoquelerefrescabalospárpados.Lamúsicadelbailezumbabatodavíaensuoido,yhacíaesfuerzospormantenersedespierta,a findeprolongar lailusióndeaquellavidadelujoqueprontotendríaqueabandonar.

Empezóaamanecer.Emmamiródetenidamente lasventanasdelcastillo,intentandoadivinar cuáles eran lashabitacionesde todos aquéllosquehabíavisto la víspera. Hubiera querido conocer sus vidas, penetrar en ellas,confundirseconellas.

Perotemblabadefrío.Sedesnudóysearrebujóentre lassábanas,contraCarlos,quedormía.

Hubomuchagenteeneldesayuno.Duródiezminutos;nosesirvióningúnlicor, lo cual extrañóalmédico.Después, la señoritad'Andervilliers recogiólostrozosdebolloenunacestillaparallevárselosaloscisnesdelestanqueysefueronapasearalinvernadero,caliente,dondeunasplantasraras,erizadasde pelos, se escalonaban en pirámides bajo unos jarrones colgados, que,semejantesanidosdeserpientes,rebosantes,dejabancaerdesubordelargoscordonesverdesentrelazados.

El invernaderodenaranjos, que se encontrabaal fondo, conducíaporunespacio cubierto hasta las dependencias del castillo. El marqués, paraentretener a la joven, la llevó a ver las caballerizas. Por encima de lospesebres, en forma de canasta, unas placas de porcelana tenian grabado ennegroelnombredeloscaballos.Cadaanimalseagitabaensucompartimento

Page 41: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

cuandosepasabacercadeélchasqueando la lengua.El suelodelguadarnésbrillabaalavistacomoeldeunsalón.Losarreosdecocheestabancolocadosen el medio sobre dos columnas giratorias, y los bocados, los látigos, losestribos,lasbarbadas,alineadasatodololargodelapared.

Carlos,entretanto,fueapedirauncriadoqueleengancharasucoche.Selo llevaron delante de la escalinata, y una vez en él todos los paquetes, losespososBovaryhicieronsuscumplidosalmarquésyalamarquesaysalieronparaTostes.

Emma,silenciosa,mirabagirarlasruedas.Carlos,situadoenlapuntadelabanqueta,

conducía con los dos brazos separados, y el pequeño caballo trotabalevantando las dos patas del mismo lado entre los varales que estabandemasiado separados para él. Las riendas flojas batían sobre su grupaempapándose de sudor, y la caja atada detrás del coche golpeabaacompasadamentelacarrocería.

Estaban en los altos deThibourville, cuando de pronto los pasaron unoshombres a caballo riendo con sendos cigarros en la boca. Emma creyóreconocer al vizconde; se volvió y no percibió en el horizonte más que elmovimientodecabezasquebajabanysubían,segúnladesigualcadenciadeltroteodelgalope.

Uncuartodehoramástardehuboquepararseparaarreglarconunacuerdalacorreadelaretrancaquesehabíaroto.

PeroCarlos,echandounaúltimaojeadaalarnés,vioalgocaídoentre laspiernasde su caballo;y recogióuna cigarrera todabordadade sedaverdeyconunescudoenmediocomolaportezueladeunacarroza.

-Hasta hay dos cigarros dentro -dijo-; serán para esta noche, después decenar.

-¿Asíquetúfumas?-lepreguntóella.

-Aveces,cuandohayocasión.

Cuandollegaronacasalacenanoestabapreparada.Laseñoraseenfadó.Anastasiacontestóinsolentemente.

-¡Márchese!-dijoEmma-.Estoesunaburla,quedadespedida.

De cena había sopa de cebolla, con un trozo de ternera con acederas.Carlos,sentadofrenteaEmma,dijofrotándoselasmanosconairefeliz:

-¡Québienseestáencasa!

SeoíalloraraAnastasia.Élleteníaafectoaaquellapobrechica.Enotro

Page 42: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

tiempo le había hecho compañíadurantemuchasnoches, en los ocios de suviudedad.

Erasuprimerapaciente,sumásantiguarelaciónenelpaís.

-¿Lahasdespedidodeveras?

-Sí.¿Quiénmeloimpide?-contestóErnma.

Despuéssecalentaronenlacocinamientraslespreparabasuhabitación.

Carlossepusoafumar.Fumabaadelantandoloslabios,escupiendoacadaminuto,echándoseatrásacadabocanada.

-Tevaahacerdaño-ledijoelladesdeñosamente.

Dejósucigarroycorrióabeberenlabombaunvasodeaguafría.Emma,cogiendolapetaca,laarrojóvivamenteenelfondodelarmario.

¡Quélargosehizoeldíasiguiente!

Emma se paseó por su huertecillo, yendo y viniendo por los mismospaseos,parándoseantelosarriates,antelaespaldera,anteelcuradealabastro,contemplandoembobadatodasestascosasdeantañoqueconocíatanbien.

¡Quélejosleparecíaelbaile!¿Yquiénalejabatantolamañanadeanteayerdelanochedehoy?SuviajealaVaubyessardhabíaabiertounabrechaensuvidacomoesasgrandesgrietasqueunatormentaenunasolanocheexcavaavecesenlasmontañas.Sinembargo,seresignó;colocócuidadosamenteenlacómoda su hermoso traje y hasta sus zapatos de raso, cuya suela se habíavueltoamarillaal contactocon lacera resbaladizadel suelo.Sucorazóneracomoellos;alroceconlariqueza,selehabíapegadoencimaalgoqueyanoseborraría.

ElrecuerdodeaquelbailefueunaocupaciónparaEmma.Cadamiércolesse decía al despertar: «¡Ah, hace ocho días... hace quince días..., hace tressemanas,yoestabaallí!»

Y poco a poco, las fisonomías se fueron confundiendo en su memoria,olvidóelairede lascontradanzas,noviocon tantaclaridad las libreasy lossalones;algunosdetallesseleborraron,perolequedólaañoranza.

CAPÍTULOIX

Amenudo,cuandoCarloshabíasalido,ellaibaacogerenelarmario,entrelos pliegues de la ropa blanca donde la había dejado, la cigarrera de sedaverde.

Page 43: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

Lamiraba, la abría, a incluso aspiraba el aroma de su forro, mezcla deverbenaydetabaco.¿Dequiénera?Delvizconde.Eraquizásunregalodesuamante.Habríanbordadoaquellosobrealgúnbastidordepalisandro,mueblegraciosoqueseocultabaa todas lasmiradas,delantedelcualhabíanpasadomuchas horas y sobre el que se habrían inclinado los suaves rizos de labordadora pensativa. Un hálito de amor había pasado entre las mallas delcañamazo; cada puntada de aguja habría fijado allí una esperanza y unrecuerdo, y todos estos hilos de seda entrelazados no eran más que lacontinuidaddelamismapasiónsilenciosa.Ydespués,elvizcondeselahabríallevadoconsigounamañana.¿DequéhabríanhabladocuandolacigarrerasequedabaenlaschimeneasdeanchacampanaentrelosjarronesdefloresylosrelojesPompadour?EllaestabaenTostes.¡ElestabaahoraenParís,tanlejos!¿CómoeraParís?¡Quénombreextraordinario!Ellaselorepetíaamediavoz,saboreándolo; sonaba a sus oídos como la campana de una catedral yresplandecía a sus ojos hasta en la etiqueta de sus tarros de cosméticos.Denoche, cuando los pescaderos pasaban en sus carretas bajo sus ventanascantandolaMarjolaine,ellasedespertaba;yescuchandoelruidodelasruedasherradas que al salir del pueblo se amortiguaba enseguida al pisar tierra, sedecía:

-«¡Mañanaestaránallí!»

Y los seguía en su pensamiento, subiendo y bajando las cuestas,atravesando lospueblos, volando sobre la carreteraprincipal, a la luzde lasestrellas.A1 cabo de una distancia indeterminada se encontraba siempre unlugarconfusodondeexpirabasusueño.

Se compró un plano de París y, con la punta de su dedo sobre elmapa,hacía recorridos por la capital. Subía los bulevares, deteniéndose en cadaesquina,entrelaslíneasdelascalles,anteloscuadradosblancosquefigurabanlas casas. Por fin, cansados los ojos, cerraba sus párpados, y veía en lastinieblas retorcerse al viento farolas de gas con estribos de calesas, quebajabancongranestruendoanteelperistilodelosteatros.

Se suscribió aLaCorbeille, periódico femenino, y al Sylphe des salons.Devoraba, sin dejarse nada, todas las reseñas de los estrenos de teatro, decarrerasydefiestas,seinteresabaporeldebutdeunacantante,porlaaperturadeuna tienda.Estabaal tantode lasmodasnuevas,conocía lasseñasde losbuenos modistos, los días de Bois o de Ópera. Estudió, en Eugenio Sue,descripcionesdemuebles; leyóaBalzacyaGeorgeSandbuscandoenellossatisfacciones imaginarias a sus apetenciaspersonales.Hasta lamismamesallevabasulibroyvolvíalashojas,mientrasqueCarloscomíaylehablaba.

El recuerdodelvizcondeaparecía siempreen sus lecturas.Entreély lospersonajes inventados establecía comparaciones. Pero el círculo cuyo centro

Page 44: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

era el vizconde se ampliaba a su alrededor y aqueIla aureola que tenía,alejándosedesucara,seextendiómáslejosparailuminarotrossueños.

París,más vago que elOcéano, resplandecía, pues, a los ojos de Emmaentreencendidosfulgores.Lavidamultiformequeseagitabaenaqueltumultoestaba,sinembargo,compartimentada,clasificadaencuadrosdistintos.Emmano percibía más que dos o tres, que le ocultaban todos los demás yrepresentabanporsísoloslahumanidadentera.Elmundodelosembajadorescaminaba sobre pavimentos relucientes, en salones revestidos de espejos,alrededor demesas ovales, cubiertas de un tapete de terciopelo con franjasdoradas. Allí había trajes de cola, grandes misterios, angustias disimuladasbajo sonrisas.Venía luego la sociedadde las duquesas, ¡estabanpálidas!; selevantabana lascuatro; lasmujeres, ¡pobresángeles!, llevabanencaje inglésenlasenaguas,yloshombres,capacidadesignoradasbajoaparienciasfútiles,reventabansuscaballosendiversiones,ibanapasarelveranoaBaden,y,porfin, hacia la cuarentena, se casaban con las herederas. En los reservados derestaurantesdondesecenadespuésdemedianocheveíaalaluzdelasvelaslamuchedumbre abigarradade lagentede le trasy las actrices.Aquéllos eranpródigoscomoreyesllenosdeambicionesidealesydedeliriosfantásticos.Erauna existencia por encima de las demás, entre cielo y tierra, en lastempestades, algo sublime. El resto de la gente estaba perdido, sin lugarpreciso,ycomosinoexistiera.Porotraparte,cuantomáscercanasestabanlascosas más se apartaba el pensamiento de ellas. Todo lo que la rodeabainmediatamente, ambiente rural aburrido, pequeños burgueses imbéciles,mediocridadde laexistencia, leparecíaunaexcepciónenelmundo,unazarparticularenqueseencontrabapresa;mientrasquemásalláseextendíahastaperdersedevistael inmensopaísde las felicidadesyde laspasiones.Ensudeseo confundía las sensualidades del lujo con las alegrías del corazón, laelegancia de las costumbres, con las delicadezas del sentimiento. ¿Nonecesitabaelamorcomolasplantastropicalesunosterrenospreparados,unatemperaturaparticular?Lossuspirosalaluzdelaluna,loslargosabrazos,laslágrimasquecorrensobrelasmanosqueseabandonan,todaslasfiebresdelacarneylaslanguidecesdelaternuranoseseparabandelbalcóndelosgrandescastillosqueestán llenosdedistracciones,deun saloncito concortinillasdeseda conuna alfombramuygorda, conmaceteros bien llenosde flores, unacamamontadasobreunestradonideldestellodelaspiedraspreciosasydelosgalonesdelalibrea.

Elmozodelaposta,quecadamañanaveníaacuidarlayegua,atravesabael corredor con sus gruesos zuecos; su blusa tenía rotos, sus pies ibandescalzos dentro de las pantuflas. ¡Era el groomen calzón corto con el quehabía que conformarse! Terminada su tarea, no volvía en todo el día, puesCarlos, al volver a casa,metía élmismo su caballo en la cuadra, quitaba lasillaypasaba el ronzal,mientrasque lamuchacha traíaunhazdepajay la

Page 45: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

echabacomopodíaenelpesebre.

ParareemplazaraAnastasia,queporfinmarchódeTosteshechaunmardelágrimas,Emmatomóasuservicioaunajovendecatorceaños,huérfanayde fisonomía dulce.Le prohibió los gorros de algodón, le enseñóque habíaquehablarleentercerapersona,traerunvasodeaguaenunplato,llamaralaspuertasantesdeentrar,yaplanchar,aalmidonar,avestirla,quisohacerdeellasudoncella.Lanuevacriadaobedecía sin rechistarparano serdespedida;ycomolaseñoraacostumbrabaadejar la llaveenelaparador,Felicidadcogíacada noche una pequeña provisión de azúcar, que comía sola, en cama,despuésdehaberhechosusoraciones.

Por las tardes, aveces, se iba a charlar con lospostillones.La señora sequedabaarribaensushabitaciones.

Emma llevaba una bata de casa muy abierta, que dejaba ver entre lassolapas del chal del corpiño una blusa plisada con tres botones dorados. Sucinturónerauncordóndegrandesborlas,y suspequeñaspantuflasdecolorgranateteníanunmanojodecintasanchas,queseextendíahastaelempeine.Se había comprado un secante, un juego de escritorio, un portaplumas ysobres, aunque no tenía a quién escribir; quitaba el polvo a su anaquel, semirabaenelespejo,cogíaunlibro,luego,soñandoentrelíneas,lodejabacaersobre sus rodillas. Tenía ganas de viajar o de volver a vivir a su convento.DeseabaalavezmorirseyvivirenParís.

Carlos,connieveoconlluvia,cabalgabaporlosatajos.Comíatortillasenlasmesasdelasgranjas,metíasubrazoencamashúmedas;recibíaenlacarael chorro tibio de las sangrías, escuchaba estertores, examinaba palanganas,levantabamucharopasucia;perotodaslasnochesencontrabaunfuegovivo,lamesaservida,mueblescómodos,yunamujerbienarreglada,encantadora,oliendoalimpio,sinsaberdedóndeveníaesteoloranoserquefuerasupiellaqueperfumabasucamisa.

Ellaleencantabaporunsinfíndedelicadezas:yaeraunanuevamaneraderecortar arandelas de papel para las velas, un volante que cambiaba a suvestido,oelnombreextraordinariodeunplatomuysencillo,yque lehabíasalidomalalamuchacha,peroqueCarlossecomíaconsatisfacciónhastaelfinal.VioenRouenaunasseñorasquellevabanensusrelojesunmanojodecolgantes;ellasecompróalgunos.Quisoponersobresuchimeneadosgrandesjarronesde cristal azul, ypoco tiempodespuésunneceser demarfil conundedaldeplatadorada.CuantomenoscomprendíaCarlosestosrefinamientos,más le seducían.Añadían algo al placer de sus sentidos y a la calma de suhogar.Erancomounpolvodeoroesparcidoalolargodelhumildesenderodesuvida.

El se encontraba bien, tenía buen aspecto; su reputación estaba bien

Page 46: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

acreditada.Loscampesinos lequeríanporquenoeraorgulloso.Acariciabaalosniños,noentrabanuncaenlataberna,y,además,inspirabaconfianzaporsumoralidad.Acertaba especialmente en los catarros y en las enfermedadesdelpecho.Comoteníamuchomiedoamataranadie,Carloscasinorecetabaenrealidadmásquebebidascalmantes,devezencuandoalgúnvomitivo,unbaño de pies o sanguijuelas. No es que le diesemiedo la cirugía; sangrabaabundantemente a lagente, como si fueran caballos, ypara la extraccióndemuelasteníaunafuerzadehierro.

En fin, para estar al corriente, se suscribió a la Ruche médicale, nuevoperiódico del que había recibido un prospecto. Después de la cena leía unpoco;peroelcalordelaestancia,unidoaladigestión,lehacíadormiralcabodecincominutos;ysequedabaa11í,conlabarbillaapoyadaenlasdosmanos,yelpelocaídocomounamelenahastaelpiedelalámpara.Emmalomirabaencogiéndosedehombros.¿Porquénotendríaalmenospormaridoaunodeesos hombres de entusiasmos callados que trabajaban por la noche con loslibrosy,porfin,alossesentaaños,cuandollegalaedaddelosreumatismoslucen una sarta de condecoraciones sobre su traje negro mal hecho? Ellahubiera querido que este nombre de Bovary, que era el suyo, fuese ilustre,verloexhibidoen losescaparatesde las librerías, repetidoen losperiódicos,conocido en toda Francia. ¡Pero Carlos no tenía ambición! Un médico deYvetot, con quien había coincidido muy recientemente en una consulta, lehabía humillado un poco en la misma cama del enfermo, delante de losparientesreunidos.CuandoCarloslecontóporlanochelosucedido,Emmasedeshizo en improperios contra el colega.Carlos se conmovió.Labesó en lafrenteconunalágrima.

Peroellaestabaexasperadadevergüenza,teníaganasdepegarle,sefuealagaleríaaabrirlaventanayaspiróelairefrescoparacalmarse.

-¡Quépobrehombre!,¡quépobrehombre!-decíaenvozbaja,mordiéndoseloslabios.

Porlodemás,cadavezsesentíamásirritadacontraél.Conlaedad,Carlosiba adoptando unos hábitos groseros; en el postre cortaba el corcho de lasbotellas vacías; al terminar de comer pasaba la lengua sobre los dientes; altragarlasopahacíaunaespeciedecloqueoy,comoempezabaaengordar,susojos,yapequeños,parecíansubírselehacialassienesporlahinchazóndesuspómulos.

Emmaavecesleajustabaensuchalecoelribeterojodesuscamisetas,learreglaba la corbataoescondía losguantesdesteñidosque se ibaaponer;yestonoera,comoélcreía,porél;eraporellamisma,porexcesodeegoísmo,por irritación nerviosa. A veces también le hablaba de cosas que ella habíaleído,comodeunpasajedeunanovela,deunanuevaobradeteatro,odela

Page 47: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

anécdota del «granmundo» que se contaba en el folletón; pues, después detodo, Carlos era alguien, un oído siempre abierto, una aprobación siempredispuesta.

Ellahacíamuchasconfidenciasasuperragalga.Selashubierahechoalostroncosdesuchimeneayalpéndulodesureloj.

Enel fondodesualma,sinembargo,esperabaunacontecimiento.Comolos náufragos, paseaba sobre la soledad de su vida sus ojos desesperados,buscandoalolejosalgunavelablancaenlasbrumasdelhorizonte.Nosabíacuál sería su suerte, el viento que la llevaría hasta ella, hacia qué orilla laconduciría, si sería chalupaobuquede tres puentes, cargadode angustias olleno de felicidades hasta los topes. Pero cada mañana, al despertar, loesperaba para aquel día, y escuchaba todos los ruidos, se levantabasobresaltada,seextrañabaquenoviniera;después,alponerseelsol,mástristecadavez,deseabaestaryaeneldíasiguiente.

Volvió la primavera. Tuvo sofocaciones en los primeros calores, cuandoflorecieronlosperales.

Desde el principio de julio contó con los dedos cuántas se manas lefaltaban para llegar al mes de octubre, pensando que el marquésd'Andervilliers tal vez daría otro baile en la Vaubyessard. Pero todoseptiembrepasósincartasnivisitas.

Despuésdelfastidiodeestadecepción,sucorazónvolvióaquedarsevacío,yentoncesempezódenuevo laseriede las jornadas iguales.Yahora ibanaseguirunatrasotra,siempreidénticas, inacabablesysinaportarnadanuevo.Las otras existencias, por monótonas que fueran, tenían al menos laoportunidad de un acontecimiento. Una aventura ocasionaba a vecesperipecias hasta el infinito y cambiaba el decorado. Pero para ella nadaocurría.¡Dioslohabíaquerido!Elporvenirerauncorredortodonegro,yqueteníaenelfondosupuertabiencerrada.

Abandonólamúsica.¿Paraquétocar?,¿quiénlaescucharía?Comonuncapodría,conuntrajedeterciopelodemangacorta,enunpianodeErard,enunconcierto,tocandoconsusdedosligeroslasteclasdemarfil,sentircomounabrisa circular a su alrededor comounmurmullode éxtasis, novalía la penaaburrirseestudiando.Dejóenelarmariolascarpetasdedibujoyelbordado.¿Paraqué?¿Paraqué?Lacosturaleirritaba.

-Loheleídotodo-sedecía.

Ysequedabaponiendolastenazasalrojoenlachimeneaoviendocaerlalluvia.

¡Quétristeseponía losdomingoscuandotocabanavísperas!Escuchaba,

Page 48: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

enunatentoalelamiento,sonarunoaunolosgolpesdelacampanacascada.Algúngatosobrelos tejados,caminandolentamente,arqueabasulomoalospálidosrayosdelsol.Elvientoenlacarretera,arrastrabanubesdepolvo.Alolejos,devezencuando,aullabaunperro,ylacampana,aintervalosiguales,continuabasusonidomonótonoqueseperdíaenelcampo.

Entretanto salían de la iglesia. Las mujeres en zuecos lustrados, loscampesinos con blusa nueva, los niños saltando con la cabeza descubiertadelantedeellos,todoelmundovolvíaasucasa.Yhastalanoche,cincooseishombres, siempre los mismos, se quedaban jugando al chito delante de lapuertaprincipaldelaposada.

El invierno fue frío. Todas las mañanas los cristales estaban llenos deescarcha, y la luz, blanquecina a través de ellos, como a través de cristalesesmerilados, a veces novariaba en todo el día.Desde las cuatrode la tardehabíaqueencenderlalámpara.

Losdíasquehacíabuenobajabaalahuerta.Elrocíohabíadejadosobrelascolesencajesdeplataconlargoshilosclarosqueseextendíandeunaaotra.Noseoíanlospájaros,todoparecíadormir,laespalderacubiertadepajaylaparra comounagran serpiente enfermabajo la albardillade lapared,dondeacercándoseseveíanarrastrarsecochinillasdenumerosaspatas.Enlaspiceascercadel seto,elcuraen tricornioque leía subreviariohabíaperdidoelpiederecho a incluso el yeso, desconchándose con la helada, y ésta le habíadejadolacaracubiertademanchasblancas.

Después volvía a subir, cerraba la puerta, esparcía las brasas y,desfalleciendo al calor del fuego, sentía venírsele encima un aburrimientomayor. De buena gana hubiera bajado a charlar con la muchacha, pero unciertopudorseloimpedía.

Todoslosdíasalamismahoraelmaestrodeescuela,consugorrodesedanegro,abríalospostigosdesucasaypasabaelguardaruralconsusablesobrelablusa.Porlanocheyporlamañana,loscaballosdelaposta,detresentres,atravesabanlacalleparairabeberalacharca.Devezencuando,lapuertadeunatabernahacíasonarsucampanilla,ycuandohacíavientoseoíantintinearsobresusdosvástagoslaspequeñasbacíasdecobredelpeluquero,queservíande insigniade su tienda.Teníacomodecoraciónunviejograbadodemodaspegado contra un cristal y un busto demujer de cera con el pelo amarillo.Tambiénelpeluquerose lamentabadesuvocación frustrada,de suporvenirperdido, y soñando con alguna peluquería en una gran ciudad, comoRouenporejemplo,enelpuerto,cercadelteatro,sepasabatodoeldíapaseándosealo largo, desde el ayuntamiento hasta la iglesia, taciturno y esperando laclientela. Cuando Madame Bovary levantaba los ojos lo veía siempre allí,como un centinela, de guardia, con su gorro griego sobre la oreja y su

Page 49: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

chaquetadetelaligeradelana.

Porlatarde,avecesaparecíadetrásdeloscristalesdelasalaunacabezade hombre, de cara bronceada, patillas negras y que sonreía lentamente conunaanchaysuavesonrisadedientesblancos.Enseguidaempezabaunvals,yalsondelorganillo,enunpequeñosalón,unosbailarinesdeundedodealto,mujeres con turbantes rosa, tiroleses con chaqué, monos con frac negro,caballeros de calzón corto daban vueltas entre los sillones, los sofás, lasconsolas,repitiéndoseenlospedazosdeespejoenlazadosensusesquinasporunhilitodepapeldorado.Elhombreledabaalmanubrio,mirandoaderecha,aizquierdayhacialasventanas.Devezencuando,mientraslanzabacontraelguardacantónunlargoescupitajodesalivaoscura,levantabaconlarodillasuinstrumento,cuyaduracorrealecansabaelhombro;yyadolienteycansinaoalegre y viva, la música de la caja se escapaba zumbando a través de unacortinadetafetánrosabajounarejadecobreenarabescos.Erancancionesquesetocaban,porotraparte,enlosteatros,quesecantabanenlossalones,quesebailabanbajo arañas encendidas, ecosdelmundoque llegabanhastaEmma.Por su cabezadesfilabanzarabandas sin fin, y comounabayadera sobre lasfloresdeunaalfombra,supensamientobrincabaconlasnotas,meciéndosedesueño en sueño, de tristeza en tristeza. Cuando el hombre había recibido lalimosna en su gorra, plegaba una viejamanta de lana azul, cargaba con suinstrumentoalhombroysealejabaconairecansado.Ellaloveíamarchar.

Peroerasobretodoalashorasdelascomidascuandoyanopodiamás,enaquellasalitadelaplantabaja,conlaestufaqueechabahumo,lapuertaquechirriaba,lasparedesquerezumaban,elpavimentohúmedo;todalaamargurade la existencia le parecía servida en suplato, y con losvaporesde la sopasubían desde el fondo de su alma como otras tantas bocanadas de hastío.Carlos comía muy despacio; ella mordisqueaba unas avellanas, o bien,apoyadaenelcodo,seentreteníacon lapuntadesucuchilloenhacer rayassobreelhule.AhorasedespreocupabatotalmentedelgobiernodesucasaylaseñoraBovarymadre,cuandofueapasaraTostesunapartedelaCuaresma,seextrañómuchodeaquelcambio.Enefecto,Emma,antes tancuidadosaydelicada, se pasaba ahora días enteros sin vestirse, llevabamedias grises dealgodón, se alumbraba con velas. Repetía que había que economizar puestoquenoeranricos,añadiendoqueestabamuycontenta,muyfeliz,queTosteslegustabamucho,yotrascosasnuevasquetapabanlabocaasusuegra.Porlodemás,Emmayanoparecíadispuestaaseguirsusconsejos;inclusounavezenquelaseñoraBovarymadreseleocurriódecirquelosamosdebíanvigilarlareligióndesuscriados,ellalecontestóconunamiradatanirritadayconunasonrisatanfría,quelabuenamujernovolvióainsistir.

Emmasevolvíadifícil,caprichosa.Seencargabaplatosparaellaqueluegonoprobaba,undíanobebíamásquelechepura,y,aldíasiguiente,tazasdeté

Page 50: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

pordocenas.Amenudoseempeñabaenno salir,después se sofocaba, abríalasventanas,seponíaunvestidoligero.Reñíaduroasucriada,luegolehacíaregalosolamandabaavisitaralasvecinas,lomismoqueechabaavecesalospobres todas las monedas de plata de su bolso, aunque no era tierna, nifácilmente accesible a la emoción del prójimo, como la mayor parte de lagentedescendientedecampesinos,queconservansiempreenelalmaalgodelacallosidaddelasmanospaternas.

Haciafinesdefebrero,elseñorRouault,enrecuerdodesucuración,llevóélmismoasuyernounpavosoberbio,ysequedótresdíasenTostes.ComoCarlosestabaocupadoconsusenfermos,Emmalehizocompañía.Fumóenlahabitación, escupió sobre los morillos de la chimenea, habló de cultivos,terneros,vacas,avesydelosconcejales;detalmodoquecuandosemarchóelhombre,Emmacerró lapuertaconunsentimientodesatisfacciónqueaellamismalesorprendió.Porotraparte,yanoocultabasudespreciopornadanipornadie;yavecesseponíaaexpresaropinionessingulares,censurando loqueaprobaban,yaprobandocosasperversaso inmorales, locualhacíaabrirojosdeasombroasumarido.

¿Duraría siempre estamiseria?, ¿no saldría de allí jamás? ¡Sin embargo,Emma valía tanto como todas aquellas que eran felices! Había visto en laVaubyessard duquesas menos esbeltas y de modales más ordinarios, yabominaba de la injusticia de Dios; apoyaba la cabeza en las paredes parallorar;envidiabalavidaagitada,losbailesdedisfraces,losplacerescontodoslos arrebatos que desconocía y que debían de dar. Palidecía y teníapalpitaciones. Carlos le dio valeriana y baños de alcanfor. Todo lo queprobabanparecíairritarlemás.

Algunos días charlaba con una facundia febril; a estas exaltacionessucedíandeprontounosentorpecimientosenlosquesequedabasinhablar,sinmoverse.LoquelareanimabaunpocoentonceserafrotarselosbrazosconunfrascodeaguadeColonia.

ComoseestabacontinuamentequejandodeTostes,Carlosimaginóquelacausa de su enfermedad estaba sin duda en alguna influencia local, y,persistiendoenestaidea,pensóseriamenteeniraestablecerseenotrositio.

Desdeentonces,Emmabebióvinagreparaadelgazar,contrajounatosecitasecayperdióporcompletoelapetito.

ACarloslecostabadejarTostesdespuésdecuatroañosdeestanciayenelmomento en que empezaba a situarse allí. Sin embargo, ¡si era preciso! LallevóaRouenaquelavierasuantiguoprofesor.Eraunaenfermedadnerviosa:teníaquecambiardeaires.Despuésdehaberidodeunladoparaotro,Carlossupo que había, en el distrito de Neufchátel, un pueblo grande llamadoYonville l'Abbaye, cuyo médico, que era un refugiado polaco, acababa de

Page 51: Madame Bovary I - web.seducoahuila.gob.mx

marcharselasemanaanterior.Entoncesescribióalfarmacéuticodellugarparasaber cuántos habitantes tenía el pueblo, a qué distancia se encontraba elcolega más próximo, cuánto ganaba al año su predecesor, etc.; y como lasrespuestas fueron satisfactorias, resolvió mudarse hacia la primavera si lasaluddeEmmanomejoraba.

Un día en que, preparando su traslado, estaba ordenando un cajón, sepinchólosdedosconalgo.Eraunalambredesuramodenovia.Loscapullosdeazaharestabanamarillosdepolvo,ylascintasderaso,ribeteadasdeplata,se deshilachaban por la orilla. Lo echó al fuego.Ardiómás pronto que unapaja seca. Luego se convirtió en algo así como una zarza roja sobre lascenizas,y seconsumía lentamente.Ella lovioarder.Laspequeñasbayasdecartónestallaban, loshilosdelatónseretorcían, la trencillasederretía,ylascorolas de papel apergaminadas, balanceándose a lo largo de la plancha, seecharonavolarporlachimenea.

Cuando salieron deTostes; en elmes demarzo,MadameBovary estabaencinta.

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es