147
MARIOLOGÍA 2013 Apunte de Mariología Mary Llopart.

Mariologia - Apuntes MLL

Embed Size (px)

Citation preview

  • MARIOLOGA 2013 Apunte de Mariologa

    Mary Llopart.

  • 1

    MARIOLOGA 2013

    ORACIN

    Cmo hablar de tu madre, Jess mo?,

    Como bien decir de Ella, la mas dulce, la mas bella?

    Si mi vista ha oteado el Paraso

    que fue su seno manso en tu visita...

    Si apenas si comprendo el mensaje,

    de tanta gracia en humildad tan plena.

    Coloca un querubn que mis labios mueva,

    que tal Madre merece la cancin mas bella...

    Pobres los que escuchan Amado,

    las pobres frases de tu sierva

    Quien tuviera el Corazn enardecido de los santos,

    para contagiar amores y encender estrellas.

    Quien fuera santo al fin para nombrarla

    y no enturbiar su gloria soberana

    Dame Seor la lira de los ngeles

    y la gran sencillez de sus devotos,

    para que de los que escuchan,

    latan corazones con dulzura

    y emprendan la batalla azarosa

    de llevar por el mundo, el Amor Trino y Uno

    volcado con ternura en su Fiat nazareno.

    Dame Seor la osada de gritar a los hombres,

    que la MADRE es REINA es VIRGEN

    es INMACULADA

    por que tu Amor es tan grande, tan santo,

    que la hizo a su medida...

    Y que solo dignamente pueden hablar de ELLA

    el Hijo Amado,

    algn ngel por EL mandado

    y un puado de santos que a tu Amor se han acercado

    pero a esta tu criatura, pobre en virtud, dbil todava dale

    Seor las palabras

    que enciendan el amor a la Seora; no por mi, sino por ellos y

    por brindarle a

    Ella tal vez otro siervo, que mejor que yo hasta hoy, la sirva

    Introduccin: Comenzar un pequeo curso de Mariologa que est al alcance de todos, que sea ameno y que

    combine recta doctrina con ejercitacin personal para que pueda ser usado por cada uno de Uds. en sus

    grupos acrecentando el conocimiento y el amor a la Santsima Virgen es una meta tal vez un poco alta,

    pero con la ayuda de la gracia lo emprendemos.

  • 2

    Al mismo tiempo en el Plan Diocesano de Pastoral se nos propone la figura de Mara, Madre del

    nico Mediador a nuestra consideracin, teniendo en cuenta, que Mara es el ideal de nuestra Iglesia

    Diocesana.

    Los objetivos del curso son:

    1. Dar nociones claras de todos los temas relacionados con la Madre de Dios.

    2. Acrecentar la devocin mariana.

    3. Integrar esa devocin en la participacin eclesial.

    4. Desarrollar un verdadero compromiso bautismal que:

    nos haga verdaderos miembros de nuestra Iglesia.

    por la participacin en los sacramentos nos vivifique como templos del Espritu Santo.

    por la solidaridad y el apostolado nos ocupe de los dems miembros del Cuerpo Mstico de Cristo.

    5. Descubrir a la Iglesia como Madre y Maestra en los dogmas, documentos, encclicas,

    6. Por ltimo, llevar a un profundo conocimiento de los temas bblicos, encaminando a los alumnos

    a saborear la Palabra de Dios para que experimenten en el encuentro con Cristo, el ser consolados

    e interpelados, llegando a ser discpulos y misionreros.

    Reconociendo la seriedad de tales objetivos y la pequeez de quien los asume invoco sobre Uds. y

    sobre mi la ternura del Padre, la Sabidura del Hijo y el Amor del Espritu Santo para que as como

    quisieron asociar a Mara en la Obra de la Salvacin, me den gracia y luz para transmitir la enseanza y a

    Uds. blandura de corazn para acogerla.

    Por que ni el que siembra es algo, ni el que cosecha, sino el Seor que da crecimiento.

    La Santsima Virgen Mara, Madre de Dios, en el Misterio de Cristo y de la Iglesia.

    Primera discpula y misionera

    Segn el Documento de Aparecida debemos evangelizar siendo nosotros discpulos y al mismo

    tiempo misioneros. Mara es la ms perfecta discpula del Seor pues con su fe y obediencia a la voluntad

    divina, es la primera oyente y colaboradora del plan de salvacin. 1

    La mxima realizacin de la existencia cristiana como un vivir trinitario de hijos en el Hijo nos es dado por Mara, que al pie de la cruz entra plenamente en el misterio de la Alianza. 2

    Por esa razn comenzamos el estudio de la Santsima Virgen con una breve introduccin donde

    ubicaremos la materia y los principios que la rigen: su principio fundamental y los secundarios. La

    conoceremos en sus virtudes, en los dones del Espritu Santo en Ella, descubriremos su misin en la

    Historia de la Salvacin y las relaciones que tiene con la Santsima Trinidad. Luego reflexionando sobre

    lo que creemos atendiendo a lo que nos ensea la Iglesia y la Sagrada Escritura sobre Ella, veremos su vida, su persona, sus palabras. Posteriormente la celebramos en la Liturgia durante el ao, las numerosas advocaciones marianas; en especial de Argentina y una visin de la historia de esas celebraciones. Lo que

    han dicho muchos Padres de la Iglesia y la forma en que ha sido pintada completar la imagen de Ella.

    Lo que vivimos lo veremos en su devocin. Esto nos exige una conversin profunda para imitar su disponibilidad humilde y generosa. Elementos pastorales que nos permitan dar respuesta a los interrogantes

    cotidianos en el dialogo interreligioso o ecumnico. Por ltimo abordaremos lo que oramos analizando las ms bellas y antiguas oraciones marianas como el Santo rosario, el Acordaos, Bajo tu proteccin nos acogemos, el ngelus y veremos como la Consagracin a Mara de San Luis Mara Grignin de Montfort es la verdadera devocin mariana.

    Este apunte quiere ayudarlos a evangelizar, es decir llevar la buena nueva testimoniando con la

    propia vida lo que se anuncia. Mara, es una perfecta evangelizadora y misionera de nuestros pueblos

    partiendo del ttulo que Su Santidad Pablo VI le ha otorgado: Sea ella la estrella de la evangelizacin

    1 (A 6.1.4)

    2 (A 266)

  • 3

    siempre renovada que la Iglesia, dcil al mandato del Seor, debe promover y realizar, sobre todo en estos

    tiempos difciles y llenos de esperanza3.

    Mara es el espejo para los discpulos y las discpulas de Jess, es el primer medio para conformar

    cada vez ms la propia vida a su persona y a su mensaje. Mara que ha vivido con fe inquebrantable cuanto

    Jess dijo y vivi nos precede y acompaa, como lo expresa el Papa Juan Pablo II: La que est presente en el misterio de Cristo como Madre, se hace -por voluntad del Hijo y por obra del Espritu Santo- presente

    en el misterio de la Iglesia"4. Desde el primer momento del anuncio del ngel vemos que son escasas las

    palabras de Mara y sus testimonios junto a Jess, sin embargo, vemos en sus actitudes una total adhesin

    al proyecto divino.

    1. Mara en escucha de la palabra 5

    La primera actitud de Mara es su fidelidad a la palabra y al abandono confiado en Dios. Al igual que

    Abraham, el hombre que se abandona incondicionalmente en Dios, ella experiment la presencia divina y

    pudo hacer suyas las palabras del salmista: Amo tu voluntad, Dios mo, llevo tu ley en mi interior (Sal 40,9) de la fe-obediencia de Mara, Dios ha querido hacer depender el inicio de la nueva y eterna

    alianza6. Comprometida la Virgen desde el momento del anuncio con el plan de salvacin, al responder con su

    fiat al ngel, se vincula estrecha e ntimamente a la vida de su Hijo como lo expresa el Papa Juan Pablo II: Mara es introducida definitivamente en el misterio de Cristo a travs de este acontecimiento: la anunciacin del ngel 7. Si el anuncio comienza en la Iglesia el da de Pentecosts con el Discurso de Pedro, en Mara la evangelizacin comienza con su respuesta humilde y contundente, hgase en m segn tu palabra (Lc 1,38), es ya el primer anuncio integrado a todo el proyecto que Dios tiene para salvar a la humanidad.

    Ser madre, es una experiencia que crea comunin, lo expresa igualmente el Papa Juan Pablo II al

    abordar el tema sobre la dignidad de la mujer: La maternidad conlleva una comunin especial con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer. La madre admira este misterio y con intuicin

    singular comprende lo que lleva en su interior. Este modo nico de contacto con el nuevo hombre que se est formando, crea a su vez una actitud hacia el hombre no slo hacia el propio hijo, sino hacia el hombre en general-, que caracteriza profundamente toda la personalidad de la mujer8. Mara al concebir a Jess hace suyos los misterios del reino, se convierte en discpula de su Hijo.

    Vemos en Mara cmo Dios hace grandes prodigios cuando encuentra la disposicin generosa de

    aceptar su voluntad. La encarnacin del Verbo Divino y la redencin del hombre estn estrechamente

    relacionadas con la Anunciacin, cuando Dios le revel a Mara su proyecto y encontr en ella un corazn

    totalmente disponible a la accin de su amor.

    2. Mensajera de buenas noticias

    Lucas pone de relieve la disponibilidad de Mara para acoger y cumplir la palabra que ha escuchado

    en el elogio de aquella mujer que se sinti tocada en el corazn por las palabras de Jess y que exclam:

    Dichoso el vientre que te llev y los pechos que te amamantaron. Pero Jess dijo: Ms bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en prctica (Lc 11,27-28).

    El amor de Dios es activo y difusivo, no puede permanecer quieto, ella la llena de gracia (Lc 1,28) acude sin demora hacia la casa de Isabel y va feliz por haber confiado en Dios, busca caminos para llevar

    la buena noticia de que ha sido objeto.

    En la visita de Mara a su prima Isabel en las montaas de Judea se da el primer anuncio, ms en

    concreto en la actual Ain-Karim. Esta ciudad, -segn los que conocen- est situada a unos seis kilmetros

    de Jerusaln. Mara se puso en camino con prontitud, sin demora, con presteza, de prisa, (Cfr Lc 1,39)

    lleva la presencia viva de Dios, y hace que Isabel llena del Espritu Santo con voz proftica y jubilosa

    llegue a exclamar: Bendita t entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (Lc 1,41-42) Es la

    3 Exhortacin Apostlica Evangelii Nuntiandi, 81.

    4 Carta Encclica Redemptoris Mater, 24.

    5 Sntesis del Taller 4 del CELAM Hna. Prudencia Barajas Caldern, cmst. 6 Primera Meditacin de Adviento, 2003.

    7 Carta Encclica La Bienaventurada Virgen Mara en la vida de la Iglesia Peregrina, 8.

    8 Carta apostlica Mulieris Dignitate, 18..

  • 4

    sensibilidad amorosa de una mujer que intuye el misterio de Dios, y, sobrecogida por lo divino le dirige a

    la elegida la mayor de las alabanzas: Dichosa t que has credo! Porque lo que te ha dicho el Seor se cumplir (Lc 1,45).

    Mara no retuvo la alegra de la posesin de Dios en ella y su alegra prorrumpi en una oracin

    potica. Canta como antes lo hicieron otras mujeres en el Antiguo Testamento: Miriam, la hermana de

    Moiss tom el pandero y anim a las mujeres para celebrar el paso a la liberacin (Ex 15, 20-21);

    Dbora, en tiempo de los jueces, irrumpe en un cntico al Seor haciendo un recorrido por la historia e

    incita al pueblo a reconocer las hazaas de Yahv y se atreve a decir de Yael que es bendita entre las

    mujeres nmadas por haber dado muerte a Ssara el enemigo (Jue 5, 2-31); as, Ana la madre del nio

    Samuel al verse liberada del oprobio de la esterilidad (1 Sam 2,1-11) entona un cntico semejante al de

    Mara. Estas mujeres muestran etapas de la historia de la salvacin y son figura de nuestra madre,

    estallaron en alabanzas para proclamar el amor benevolente de Dios.

    Mara nos descubre los rasgos verdaderos de Dios, que luego vivir y predicar Jess en su vida

    pblica. Mara proclama no slo lo que Dios ha hecho en su vida, sino que alza su voz para cantar la

    accin de Dios en la humanidad. Es el nuevo orden de cosas que surge con la venida de su Hijo.

    "Totalmente dependiente de Dios y orientada por completo hacia l por el impulso de su fe, Mara es al

    lado de su hijo la imagen ms perfecta de la libertad y de la liberacin de la humanidad y del cosmos. Es a

    ella a quien la Iglesia, que la tiene como madre y como modelo, tiene que dirigir sus miradas para

    comprender en su totalidad el sentido de su misin"9.

    3. Mara, mujer atenta y servicial 10

    Mara es mujer que vive inmersa en las realidades de su pueblo porque la palabra de Dios es

    familiar en ella, estaba penetrada de esa palabra, por eso irradiaba amor y bondad. Mara es de Dios. Por

    eso es grande y dichosa: ha recibido el don de Dios, ha credo, y apoyada en esa fe puede presentarse como

    portadora de Dios entre los hombres. Mara al experimentar a Dios en su existencia vive en actitud

    permanente de apertura a su palabra, de gratuidad y de entrega. Atenta al Hijo que ha dado a luz lo envolvi en paales y lo acost en un pesebre, porque no haba sitio para ellos en la posada (Lc 2,7). Podemos pensar en esos cuidados que toda madre por el slo instinto natural da a su criatura, en Mara se

    dio una contemplacin y un cuidado colmado de amorosa entrega en la condicin del Hijo que naci de sus

    entraas, del que fue carne y sangre suya. La bondad y la misericordia infinita de Dios se manifiesta a

    travs de la mutua mirada entre madre e hijo El amante se hace uno con lo que ama dice San Juan de la Cruz11.

    En el pasaje de la visita de los pastores, ellos se regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que haban visto y odo (Lc 2,20). Cercana a Cristo junto con Jos, en la vida oculta de Nazaret, presente al lado del Hijo en los momentos cruciales de su vida pblica, la Virgen es maestra de

    seguimiento incondicional12. Lucas menciona que despus de la visita al Templo de Jerusaln donde Jess se qued, regresaron a Nazaret en donde el nio creca en sabidura, en estatura y gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2, 51-52), se trata en realidad de un hecho de suma importancia, Mara va desarrollando su fe. Aqu se ve la grandeza de Mara. En los textos del Evangelio nunca encontramos la

    ms mnima alusin a un contraste de pareceres, la ms mnima alusin a una rplica de Mara o intento de

    auto-justificarse. Nunca un intento de hacer cambiar la decisin a Jess. Contemplamos la docilidad

    absoluta de Mara.

    Despus del Concilio hemos aprendido que Mara es grande no por sus privilegios, sino en su vida

    y en su camino de fe. El hermoso escrito Redemptoris Mater tiene pasajes que confirman que Mara es una

    mujer que vive profunda y progresivamente el reconocimiento del camino del Salvador: Por su fe, Mara segua oyendo y meditando aquella palabra, en la que se haca cada vez ms transparente, de un modo

    que excede todo conocimiento (Ef 3, 19) la auto-revelacin del Dios viviente. Mara madre se

    converta as, en cierto sentido, en la primera discpula de su Hijo, la primera a la cual pareca decir:

    Sgueme antes an de dirigir esa llamada a los apstoles o a cualquier otra persona (cf. Jn 1, 43)13.

    9 Carta Encclica Redemptoris Mater, 17.

    10 Taller CELAM op. Cit.

    11 Epistolario, carta 11.

    12

    Maccise Camilo, Vivir en la Inseguridad, Frontera-Hegian, Pg. 76. 13

    Carta Enc. Redemptoris Mater, 20.

  • 5

    Mara es la discpula fiel que sigue a Jess paso a paso, que hace suyos los mensajes de su Hijo y

    los sentimientos que Jess tiene hacia los dems. La misericordia infinita de Dios de la que Jess habla en

    la parbola del hijo prdigo o en la de la oveja perdida, la llevan a solidarizarse en todas las

    manifestaciones que hacen posible el reino que su Hijo proclama. Jess se compadece de las limitaciones

    de sus hermanos porque tambin las ha experimentado en su carne mortal, lo mismo tenemos que decir de

    Mara, la madre que se puede compadecer de nuestras debilidades porque ella ha vivido su propia historia

    en nuestro mismo camino, todo lo ha experimentado, excepto el pecado.

    Su presencia irradia todos los momentos por su solicitud y entrega. Sabe vivir la alegra de no hacer

    su propia voluntad y de dar a Dios lo ms precioso de ella, con una entrega cada vez ms profunda, Es la

    madre que sabe estar atenta a las necesidades en una relacin de confianza con los dems y entregndose a

    ellos, como lo hace con los novios en las Bodas de Can (Cfr. Jn 2,3), y en muchos momentos que los

    evangelios no mencionan nada, pero que podemos deducir de las diversas situaciones en que slo se dice

    que Mara guardaba las cosas en su corazn. Las palabras del profeta Isaas debi meditarlas al conocer

    que los caminos de Dios son inaccesibles: Porque mis planes no son sus planes, ni sus caminos son mis caminos (Is 55,8). Y tambin vivi los momentos en que ante los milagros de su Hijo la gente exclamaba Dios ha visitado a su pueblo (Lc 7,16), Mara encontr un gozo extraordinario que slo quien va conociendo a Dios ms de cerca lo puede experimentar.

    4. Misionera sufriente y gozosa

    En el evangelio de Marcos encontramos que un da Jess habl con gran solemnidad ante la gente y

    sus discpulos, para hablar del autntico seguidor por la causa del reino: Si alguno quiere venir detrs de mi, que renuncie a s mismo, que cargue con su cruz y que me siga (Mc 8, 34). Desde la profeca de Simen Una espada atravesar tu corazn (Lc 2,35). Mara aprendi a seguir a Jess junto con otros seguidores. Ella avanz en la peregrinacin de la fe y mantuvo fielmente la unin con su Hijo hasta la Cruz14. Supo mantener hasta el final el s entregado en la Encarnacin despojndose de aquello que poda haberle dado un reconocimiento como madre de Jess, se mantuvo en el silencio y la humildad, y dej que

    el Hijo fuera totalmente libre para su misin.

    Mara vivi en despojo permanente: no tuvo un lugar digno donde naciera el Hijo, vive el exilio

    ante la persecucin de Herodes; ante las respuestas de Jess: Por qu me buscaban? cuando se queda en el templo (Lc 2,49); Mujer, qu nos va a m y a ti? antes del primer signo en las bodas de Can (Jn 2,4);

    otro da, cuando Jess predicaba, Mara tiene que esperar afuera y el Hijo parece menospreciar a la madre

    con su expresin Mi madre y mis hermanos son quienes cumplen la palabra de Dios (Mc 3,35). Sea cual fuere el sentido post-pascual de estos pasajes, quienes son madres podrn sentir que esas palabras suenan

    con dureza. Hoy sabemos que en aquellas palabras se contiene ms un elogio que un reproche para su

    Madre, porque ella es la primera que ha escuchado la Palabra de Dios y la ha puesto en prctica, pero en

    aquel momento Mara no lo saba, en aquel momento slo pudo tener la pena de un rechazo. Tampoco se

    menciona que Mara anduviera con las discpulas que lo acompaaban, no est en ese grupo.

    Ante estos hechos y palabras tan precisas, se explica que Mara tuvo que experimentar tambin el

    despojo progresivo de s misma, hasta alcanzar en la cruz su propia knosis junto con la de su Hijo, quien

    antes de hacer valer sus derechos se despoj de su grandeza, y se humill hasta la muerte, y una muerte de

    cruz (cfr Fil 2,6-8). Escuchamos una vez ms las palabras del Papa Juan Pablo II: A los pies de la Cruz Mara participa por medio de la fe en el desconcertante misterio de este despojamiento. Es sta tal vez la

    ms profunda knosis de la fe en la historia de la humanidad. Por medio de la fe la Madre participa en la muerte del Hijo, en su muerte redentora; pero a diferencia de la de los discpulos que huan, era una fe

    mucho ms iluminada. Jess en el Glgota, a travs de la Cruz, ha confirmado definitivamente ser el

    signo de contradiccin, predicho por Simen. Al mismo tiempo, se han cumplido las palabras dirigidas por l a Mara: y a ti misma una espada te atravesar el alma!15 .

    Mara al pie de la cruz ha experimentado el ms profundo dolor que jams alguien podra resistir, no

    obstante, ella se mantiene en pie, sin muestra alguna de queja, hace suya la oracin del israelita: Es bueno esperar en silencio la salvacin de Dios (Lam 3,26), y este silencio junto al Hijo la convierten en una misionera que con el testimonio de donacin total a los planes de Dios los vive hasta el aniquilamiento.

    14

    Concilio Vaticano II, Constitucin Lumen Gentium, 58). 15

    Carta Encicl. Redemptoris Mater, 18.

  • 6

    Sus pocas palabras que conservamos de ella son verdadera evangelizacin y forman parte del programa de

    su Hijo.

    La resistencia de Mara se alimenta en la fe y la esperanza: Si el grano no muere, dar mucho fruto (Jn 12,24), ha alcanzado una integracin total a los designios de Dios, una adhesin y una experiencia de la

    posesin trinitaria plena, porque el amor es ms fuerte que la muerte como lo expresa la sulamita en el Cantar de los Cantares (7,6), porque su corazn de madre le deca que no eran vanas las palabras de su

    hijo, que tomar la cruz y seguirle no lleva a la muerte sino a la vida.

    Y all, junto a la cruz comienzan a brotar las seales de la nueva misin de Mara al entregarla Jess

    como madre al discpulo (Jn 19,26-27). Ahora es la madre de todos los discpulos y discpulas de su Hijo.

    Surge de esta manera la nueva maternidad en la misin de ser madre de todos los creyentes.

    Concluyo con una plegaria: Mujer plena, madre compasiva, esposa engalanada, discpula perfecta,

    misionera excelente, aydanos a escuchar la palabra con un corazn dispuesto y humilde para que seamos

    fieles anunciadores y anunciadoras del reino, y podamos decirle al mundo de nuestros das que Jess vive

    resucitado en medio de nosotros. Amn.

    Por todos estos motivos volvemos nuestro corazn a contemplar los misterios de Cristo como Mara

    los viva y junto con Ella aprenderemos a ser misioneros.

    De la catequesis de los mircoles del Sto. Padre Juan Pablo II

    El Santo Padre en esta catequesis nos plantea por donde debemos dirigir nuestro estudio.

    Puesto que el papel de Mara en la historia de la Salvacin est ntimamente unido al misterio de

    Cristo y de la Iglesia, esta es la referencia que coloca en su justo lugar el estudio que vamos a comenzar.

    Antiguamente se discuta si su estudio deba colocarse junto con la Cristologa o con la eclesiologa.

    Pero el Concilio Vaticano II la ubic en el Captulo 8 de la Lumen Gentium orientando los nuevos

    enfoques sobre este tema.

    Pero, aun teniendo en cuenta su relacin con todos los misterios de la fe, Mara merece un tratado especfico que destaque su persona y su misin en la historia de la salvacin a la luz de la Biblia y de la

    tradicin eclesial. Adems siguiendo las indicaciones conciliares parece til exponer cuidadosamente los

    deberes de los redimidos para con la Madre de Dios, madre de Cristo y Madre de los hombres,

    especialmente de los creyentes. Nos dice el Papa.16 Por designio divino Mara ocupa un lugar en la Historia de la Salvacin que reclama de parte de los

    fieles no solamente acogida sino tambin una vivencia evanglica que testimonie un camino de santidad.

    Pues no es el mero sentimiento lo que ilumina y plenifica la doctrina y el culto de los cristianos. El

    Misterio de Mara es una verdad de fe que se presenta a las inteligencias para ser estudiada, creda, orada y

    vivida.

    Por eso se nos pide que cuidemos de no exagerar pretendiendo extender a Mara las prerrogativas de

    Cristo, o los carismas de la Iglesia (actitud maximalista). Pero tambin evitar la estrechez de espritu

    (minimalismo) en la exgesis de los textos y en los actos de culto de los que no quieren honrarla, niegan su

    virginidad y santidad quitndole su lugar en la Historia de la Salvacin.

    El Concilio nos brinda un criterio que permite discernir la autntica doctrina mariana: En la santa Iglesia (Mara) ocupa el lugar ms alto despus de Cristo y el ms cercano a nosotros" 17

    Ahora nos adentraremos en algunos principios que siguiendo las indicaciones del Santo Padre de no

    exagerar ni disminuir su culto. Nos permitirn entender mejor lo que se dice de Ella.

    Principios fundamentales de la teologa mariana Ellos sirven de cimiento a la teologa mariana y nos orientan en el verdadero lugar que la Virgen

    debe tener en nuestra vida y devocin.

    16

    Catequesis del mircoles 3/1/96 de SS Juan Pablo II 17

    LG 54

  • 7

    Principio primario o fundamental:

    Generalidades

    "Si la Mariologa es una ciencia parte de la Teologa, debe tener un principio fundamental"18 que la

    distinga formalmente de otras partes de la Teologa; y que ese principio o fundamento sea fuente de unidad

    de todas las verdades cognoscibles de la Madre de Dios. Este principio primario debe tener tres

    condiciones:

    1- Que sea una verdad de fe o expresamente revelada por Dios. No es cualquier principio. Los

    principios de la teologa son los artculos de la fe, por eso no basta con elegir una verdad cualquiera,

    no es lo mismo un principio que una conclusin.

    2- Que sea uno solo, esto significa que exprese una sola verdad absoluta, no dos o ms (Si expresara

    ms verdades seran conclusiones unas de otra y no un principio).

    3- Que sea el ltimo fundamento y la base objetiva de todas las dems verdades mariolgicas. Esta

    condicin no se suple con nada. Es la base objetiva para que sea ciencia.

    El primer principio bsico y fundamental de toda la mariologa, segn la mayora de los telogos

    y an en la enseanza del Santo Padre Juan Pablo II es La maternidad divina de Mara. Cumple

    perfectamente las tres condiciones que pusimos:

    1. Es una verdad revelada por Dios en las Escrituras y definidas por la Iglesia como dogma de fe.

    En las Escrituras:

    Mara de la cual naci Jess (Mt 1,16) Lc 2,6-7, Mc 3,31, Jn 2,1-2, Lc 1,43.

    Junto a la cruz de Jess, su Madre (Jn 19,25)

    Con Mara, la Madre de Jess (Hch. 1,14)

    Jess es Dios Jn 1,14 - Gal 4,4.

    Encontramos en la Sagrada Escritura que Mara es Madre de Dios, pues Jess su hijo es Dios,

    aunque no est expresamente escrito se deduce con toda claridad.

    2. Definida por la Iglesia en el Concilio de feso como verdad de fe: D111, 113, 214, 218. Encontramos la letra D acompaada de un nmero, esto significa que se debe buscar en el

    libro del Magisterio de la Iglesia, de Enrique Dezinger (de ah se saca la letra D) o en la

    versin actual Dezinger- Hunermann. Es un instrumento de consulta y estudio que no se

    debe desconocer al menos en su uso ms general.

    D113 (contra Nestorio) Si alguno no confiesa que Dios es segn verdad el Emmanuel y que por eso la santa Virgen es madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios

    hecho carne) sea anatema D214 Can2 Si alguno no confiesa que hay dos nacimientos de Dios Verbo, uno del Padre, antes de los siglos, sin tiempo e incorporalmente, otro en los ltimos das, cuando El mismo

    baj de los cielos y se encarn de la santa gloriosa madre de Dios y siempre Virgen Mara y

    naci de Ella, ese tal sea anatema D218 Can6 Si alguno llama a la santa gloriosa siempre Virgen Mara madre de Dios, en sentido figurado y no en sentido propio o por relacin, como si hubiera nacido un puro

    hombre y no se hubiera encarnado de ella el Dios Verbo...

    3. Expresa una sola verdad. Es el ltimo fundamento y la base objetiva de todas las dems verdades. La maternidad divina es fundamento de toda la Mariologa, porque todos los

    atributos le fueron concedidos a Mara preparndola para ser madre de Dios (inmaculada concepcin, virginidad, plenitud de gracia) o porque ya lo era y estaba asociada

    a la obra de su Hijo (asuncin a los cielos, medianera, corredentora etc.).

    18

    Este tema fue sintetizado de La Virgen Mara de Royo Marn op y de Mara en la Historia de la Salvacin de Candido Pozo

  • 8

    Principios mariolgicos secundarios:

    Estos principios nos permiten profundizar an ms en la figura de Mara y nos preparan a una

    reflexin sobre nuestra dignidad de cristianos. Son seis:

    De singularidad o trascendencia:

    Como la Virgen Mara fue una persona enteramente singular, tuvo la misin singular de ser Madre

    de Dios, trascendente a todas las dems. Justamente por esta razn le corresponden privilegios

    singularsimos que a ninguna otra persona humana o anglica le fueron necesarios. La singularidad

    de Mara, deriva como de su fuente primaria de la misin que ha recibido de Dios: ser Madre del

    Creador y de las criaturas.

    De conveniencia:

    Dios concedi a Mara, de hecho, todas aquellas gracias, dones y privilegios que realmente

    convenan a su excelsa dignidad de Madre del Verbo Encarnado.

    Es muy importante que no le atribuyamos a Mara dones que no tuvo o que no convenan

    con su misin. Esto dificulta numerosas veces el dilogo con las otras confesiones.

    De eminencia:

    Cualquier gracia o don sobrenatural que Dios ha concedido a algn santo o criatura humana, se lo

    ha concedido tambin a la Virgen Mara en la misma forma, o en grado ms eminente o en modo

    equivalente: todos los dones que son compatibles con su sexo, con su poca y condicin. Otros como el

    sacerdocio, que no le fue concedido por ser mujer, lo tuvo de otra manera Ella ofreci el cuerpo de Cristo

    en el templo. No hubo seales milagrosas que anunciaran su nacimiento, pero en el caso de Mara hubo

    signos equivalentes en el anuncio de Dios en el paraso, Gn 3,15.

    De analoga o semejanza de Cristo: Culto debido a Mara.

    Existe una verdadera analoga entre los privilegios de la humanidad de Cristo y los de Mara, lo

    cual quiere decir que los privilegios que recibi de Dios, la humanidad adorable de Cristo, los recibi

    tambin la Virgen Mara, aunque analgicamente, o sea en grado distinto y proporcional conforme a la

    condicin de cada uno.

    Este principio se basa tambin en la dignidad de la Madre de Dios, lo que la eleva al orden

    hiposttico relativo.

    De esta semejanza y dignidad es que se deriva el tipo de culto que debemos brindarle

    - culto de latra debido a Jess por ser Dios (es de adoracin)

    - culto de hiperdula debido a Mara (es la mayor veneracin, respeto e imitacin de sus virtudes

    A San Jos se le debe el culto de protodula, (que es la primera devocin y veneracin entre los

    santos)

    Entre los privilegios de Cristo que se derivan directamente de la unin hiposttica y los de Mara,

    hay un abismo inmenso - pues a Ella le correspondan por ser Madre de Dios y a El por ser Dios mismo.

    Por eso a El le corresponde el culto de latra o de adoracin y a Ella le corresponde el culto de hiperdula,

    que es la mayor veneracin que se debe a un santo.

    No se debe hacer de Mara un duplicado de Cristo en cuanto al culto que le brindamos. Recordar

    que la verdadera devocin implica generosa imitacin de sus virtudes

    De asociacin a Cristo:

    Mara fue asociada a su Hijo Redentor en la magna obra de la salvacin del gnero humano. Esto

    ser ampliamente explicado por San Pablo.

    De anttesis de Eva:

  • 9

    Mara es la anttesis de Eva. Lo que hizo Eva, asociada a Adn, para ruina del gnero humano, fue

    reparado por Mara nueva Eva, asociada a Cristo nuevo Adn.

    Tema muy usado por la tradicin cristiana, basada en la enseanza de los Santos Padres, en especial

    San Ireneo y San Cirilo.19

    Explicacin Paulina de los principios

    Generalidades:

    Vamos a ver cmo estos seis principios se completan y asocian en la prdica del Apstol San

    Pablo.

    San Pablo no pronuncia el nombre de Mara. La razn es porque l anuncia el reinado de Cristo

    con toda su fuerza jerrquica, ministerial, oficial.

    El lugar de Mara, es el que le corresponde a la reina madre, con su dignidad y majestad, con su

    influjo en el corazn del Rey y todo el cario de sus vasallos, pero no tiene parte oficial en el gobierno, no

    reparte cargos, ni da leyes, hasta que el Rey tome posesin de su trono.

    Para entenderlo mejor compararemos dos textos I Re 1, 15ss y I Re 2, 19-20 tambin Cant 3,11

    "Salid a contemplar hijas de Sin, a Salomn el rey con la diadema con que lo coron su madre el da de

    sus bodas el da del gozo de su corazn"

    Esta diadema que le dio Mara es la humanidad que le fue entregada el da de las bodas de la

    divinidad con la humanidad, esto es el da de la Encarnacin.

    Encontramos en la Salve juntos los ttulos de reina y madre de misericordia, pero en Mara son una

    realidad, encontramos entre las instituciones del AT el cargo oficial de reina madre (la gebir) Betsab es

    la primera reina esposa que pasa a ser reina madre:

    Compararemos los textos:

    Entr pues Betsab donde el rey, en su cmara... se

    arrodill, y se postr ante el rey. El rey dijo: Qu

    te pasa? 1Re 1,15

    Entr Betsab donde el rey Salomn... Se levant

    el rey a su encuentro, se postr ante ella y sentse

    en el solio, haciendo poner un trono para la madre

    del rey que se sent a su diestra 1Re 2,19

    Vemos que es muy diferente el comportamiento de la reina y el del rey en los dos textos. En el primero es

    la reina esposa que se postra ante el rey y en el segundo es la Gebir que goza del afecto y sumisin de su

    hijo, por eso es l que se postra y la sienta a su lado.

    Algo semejante ocurre con Mara, Ella no gobierna, pero puede pedir al rey ser escuchada.

    Pablo es el heraldo del Rey, de su Prdica. Se cree que San Lucas, toma detalles del Evangelio de

    Mara o de la Infancia, predicados con anterioridad por San Pablo.

    La concepcin paulina del segundo Adn, aplicada al Protoevangelio, lo fecunda y le da nueva

    energa. Se llama Protoevangelio al tercer captulo del Gnesis.

    En el Protoevangelio la raz de todas las prerrogativas de la Mujer, est en su estrecha relacin

    (asociacin) a la descendencia y en su oposicin a la serpiente, lo cual le da a la Mujer un lugar eminente

    y singular. Esto explica los 3 primeros principios secundarios.

    Adn es tipo (figura) de Cristo, y como la parte de la mujer en el pecado es muy importante, lo es

    tambin en la reparacin.

    En I Co 10, 11 "todo esto les suceda en figura y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a

    la plenitud de los tiempos" luego descubre Pablo haciendo una lectio divina de los textos del AT que las

    figuras podan servir de ejemplo y que fue escrito como aviso para nosotros que teniendo la plenitud de la

    revelacin hemos llegado al conocimiento del Misterio de su voluntad.

    En el cap. 5,12ss de Romanos, vemos a Adn y Jess, y en el 15,20ss de la primera carta a los

    Corintios, se muestra este paralelismo.

    Adn y Jesucristo

    19

    Ver Apndice con textos de la patrstica.

  • Rom 5.12s Por tanto como por un solo hombre

    entr el pecado en mundo y por el pecado la

    muerte y as la muerte alcanz a todos los

    hombres, por cuanto todos pecaron porque hasta

    la ley, haba pecado en el mundo, pero el pecado

    no se imputa no habiendo ley, con todo rein la

    muerte desde Adn hasta Moiss an sobre

    aquellos que no pecaron con una trasgresin

    semejante a la de Adn, el cual es figura del que

    haba de venir.

    Pero con el don no sucede como con el delito. Si

    por el delito de uno solo, murieron todos, cuntos

    ms la gracia de un solo hombre Jesucristo, se ha

    desbordado sobre todos Y no sucede con el don

    como con las consecuencias del pecado de uno

    solo, porque la sentencia partiendo de muchos

    delitos, se resuelve en justificacin.

    I Cor 15,20ss Cristo resucit de entre los

    muertos como primicias de los que durmieron.

    Porque habiendo venido por un hombre la

    muerte, tambin por un hombre viene la

    resurreccin de los muertos. Pues del mismo

    modo que en Adn mueren todos, as tambin

    todos revivirn en Cristo, pero cada cual en su

    rango Cristo como las primicias, luego los de

    Cristo en su venida.

    Vemos en estos textos una analoga entre el segundo Adn y el primero en la solidaridad con la humanidad entera, pero tambin

    un contraste, pues son incomparables las ventajas en el bien y los dones que trae el segundo Adn o sea Cristo.

    No existe en el orden moral ninguna unin tan estrecha como la de la humanidad entera con Adn, todos

    los hombres estaban representados en l, encerrados, contenidos moralmente en l, era como el centro de

    atraccin del mundo humano, la cabeza, por eso a la voluntad de Adn estaban unidas todas las voluntades

    de toda la humanidad y la justicia o trasgresin de Adn haban de ser justicia o pecado universal de todos

    los hombres.

    Adn es destituido de cabeza de la humanidad por su pecado y su lugar lo ocup Cristo, la nueva

    solidaridad (de Cristo y nosotros) es ms compacta, ms perfecta, y slida que la primera. Cuando Cristo

    mora en la cruz todos moramos con El y muerto el hombre viejo, somos miembros de Cristo.

    Para que esta unin fuera real y actual debamos ser regenerados en Cristo y ser incorporados en El

    por la fe y el bautismo. Esto significa la expresin "en Cristo", que somos uno con El. Al reino del pecado

    y de la muerte, sigue el reino de la gracia.

    San Pablo asocia la mujer al varn: Ni la mujer sin varn, ni el varn sin la mujer I Co 11,11-12, la

    mujer procede del varn. Por lo tanto Mara queda asociada a la obra Cristo como lo vinos en los

    principios secundarios.

    Seala el papel de Eva: 2 Co 11,3 la serpiente engao a Eva. Tambin en Tim 2,13 - 14 asienta los mismos principios, en este caso el de anttesis de Eva.

    Seala la encarnacin: Gal 4,4 nacido de mujer, que alude a Gn 3,15.

    Este tema lo desarrollaremos en profundidad ms adelante, pues es un texto clave de la teologa paulina.

    Su Misin en el Magisterio de la Iglesia:

    DOGMAS MARIANOS

    Los dogmas son verdades reveladas, definidas infaliblemente por el Magisterio de la Iglesia.

    Los dogmas marianos son cuatro:

    La Maternidad Divina, la Virginidad perpetua, la Inmaculada Concepcin y su Asuncin a los

    Cielos.

  • 11

    Introduccin:

    La maternidad de Mara

    Siendo la maternidad de Mara el principio fundamental de la Mariologa y veremos lo explicado

    por San Pablo acerca del papel de Mara en el nacimiento de su Hijo, y su importancia en la maternidad

    divina y espiritual.

    La maternidad de la Santsima Virgen Mara involucra dos aspectos muy importantes e

    ntimamente relacionados, la maternidad divina por la cual es madre de Cristo el Seor, cabeza del

    Cuerpo Mstico y por otro lado la maternidad espiritual que abarca a todos los miembros del cuerpo de la

    Iglesia.

    En la divina maternidad encontramos estas caractersticas que se desprenden de los principios

    mariolgicos secundarios que:

    es privilegio nico.

    excede a todos los de las dems criaturas.

    pertenece al orden sobrenatural.

    Esto lo encontramos insinuado en la doctrina que se desprende de las cartas del apstol Pablo

    Rom 8,29 Pues a los que de antemano conoci, tambin los predestin a reproducir la imagen de su Hijo,

    para que fuera l el primognito entre muchos hermanos;

    Como nueva Eva es elevada por participacin al mismo orden en que est Cristo. Cristo es fuente

    de gracia, luego Mara es elevada a la misma fuente de gracia, de ah que es dispensadora de gracias.

    Mara es Madre de la nueva humanidad, contenida en el nuevo Adn.

    Todos los redimidos, contados como descendencia de la Mujer, son espiritualmente hijos suyos. Cristo

    nuevo Adn representa, asocia e injerta en si, a toda la humanidad redimida, luego Mara es Madre nuestra

    y nosotros somos sus hijos.

    Analizaremos como los dos aspectos de la maternidad (divina y espiritual) se encuentran en la carta a los

    Glatas:

    Gal 4,4-6: Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envi Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la

    ley, 5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiramos la condicin de hijos. 6 Y,

    como sois hijos, Dios envi a nuestros corazones el Espritu de su Hijo que clama: Abb, Padre!

    Dividimos el texto para profundizar en sus enseanzas:

    a-. Envi Dios desde el cielo, de junto a si, a su propio Hijo.

    b-. Cuando vino la plenitud del tiempo.

    c-. Hecho de Mujer.

    d-. Sujetado bajo el yugo de la ley.

    e-. Para rescatar a los que estaban bajo el yugo de la ley.

    f-. Para que recibiramos la filiacin adoptiva.

    Lo hemos separado para entenderlo mejor, el texto se distribuye en:

  • 12

    a-. La venida del Hijo de Dios en la plenitud del tiempo

    b-. Su nacimiento de una mujer para hacernos hijos.

    c-. Su sumisin a la ley, para librarnos de su yugo.

    Cristo Dios naciendo de mujer no slo asume nuestras miserias y deficiencias sino que nos hace

    partcipes de su filiacin divina.

    Por eso la Maternidad divina es el origen y fundamento de nuestra filiacin adoptiva. Si al nacer de

    Mara pudo comunicarnos su filiacin divina, del mismo modo que nos hace hijos de Dios, nos hace hijos

    de Mara.

    Si Jess al nacer de Ella nos comunica su filiacin, nos la comunica completa.

    Filiacin de Dios y de Ella, por eso podemos decir que propiamente somos sus hijos en el orden de la

    gracia y Ella es nuestra Madre. Esto es el fundamento bblico de nuestra maternidad espiritual y de la

    filiacin que tenemos con Ella.

    Maternidad divina:

    Dado que este tema es fundamental para todo el estudio de la mariologa debemos precisar algunos

    conceptos:

    1. Concepto de Naturaleza: En filosofa por naturaleza se entiende la esencia misma de una cosa.

    Responde a la pregunta Qu cosa es esto? una piedra, un animal, un hombre.

    Una misma naturaleza puede ser compartida por muchas cosas o personas. La naturaleza humana es

    compartida por Juan, Pedro, Mara, etc.

    La naturaleza animal, es compartida por todos los animales aunque sean de distinta especie por

    ejemplo: un perro, la un mono o un gato son todos de naturaleza animal.

    2. Concepto de persona: Persona responde a la pregunta quin es ste? y seala a un sujeto que

    realiza operaciones mediante su naturaleza racional.

    La persona, es siempre un ser, que posee naturaleza intelectual o racional (por Ej. Dios, el hombre

    o el ngel).

    Se llama personalidad a la forma peculiar o personal de obrar. (De este modo son personas: Dios

    Padre, Juan, Pedro, el ngel Gabriel).

    La naturaleza puede referirse a seres racionales o irracionales o incluso inanimados. La naturaleza

    designa a la "cosa", la persona al "yo". Por eso la persona (el yo) es nico e intransferible.

    La propia personalidad es intransferible o incomunicable a otra persona.

    Un padre al engendrar un hijo le comunica la naturaleza humana (su hijo es hombre igual que el

    padre) pero no le comunica su propia persona (el hijo es una persona distinta de la del padre).

    Veamos que ocurre en el seno de la Santsima Trinidad: la primera persona de la Santsima

    Trinidad, el Padre, al engendrar al Hijo le comunica la plenitud de la naturaleza divina... El Hijo es Dios

    como el Padre es Dios.

    Pero no le comunica su propia personalidad (la persona de Padre es distinta de la persona del Hijo)

    aunque los dos poseen la misma naturaleza divina.

  • 13

    El catecismo ensea que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espritu Santo es Dios, son tres

    Personas distintas y un solo Dios verdadero.

    3. Concepto de generacin: es el ltimo concepto que debemos entender para resolver las

    objeciones que muchas veces nos presentan los protestantes.

    Generacin es el origen que un ser viviente tiene de otro ser viviente, por comunicacin de su propia

    naturaleza especfica.

    Trmino de la generacin: En los seres irracionales, el trmino de la generacin es otro animal de

    la misma especie.

    En los seres racionales (Dios, el hombre) el trmino de la generacin es otra persona distinta del

    generante.

    En Dios Trino: el Padre Eterno engendra a la persona del Verbo (distinto del Padre) al darle su

    misma naturaleza divina.

    Un hombre engendra un hijo, que ser una persona distinta del padre, al transmitirle la naturaleza

    humana.

    La Maternidad Divina como Dogma de Fe

    La Santsima Virgen Mara es propia, real y verdaderamente Madre de Dios, puesto que

    engendr segn la carne al Verbo de Dios encarnado.

    Esto lo neg Nestorio, monje de Antioquia, al afirmar que en Cristo hay dos naturalezas y dos

    personas, por eso la Virgen fue Madre de la persona humana de Cristo, pero no de su persona divina.

    Esta doctrina fue condenada por hertica por la Iglesia en el Concilio de feso, en 431, bajo el

    pontificado de San Celestino I), donde se proclam la persona nica y divina de Cristo bajo las dos

    naturalezas y por consiguiente la maternidad divina de Mara.

    El defensor de esta doctrina, contra Nestorio, fue San Cirilo y sus cartas fueron ledas y aprobadas

    en la primera sesin de Efeso.

    En el ao 451 o sea 20 aos despus, en el concilio de Calcedonia se conden como hertica la

    doctrina de Eutiques, que afirmaba que en Cristo haba una sola naturaleza, la divina (a esta hereja se le

    llama monofisismo).

    El concilio defini que en Cristo hay dos naturalezas (divina y humana) en una persona o

    hipstasis: la personas divina del Verbo (D148).

    Un siglo ms tarde el concilio II de Constantinopla (553), alab e hizo suyos en frmula dogmtica

    los doce anatematismos de San Cirilo contra Nestorio.

    (D 113-124-226-227):

    D 113: Si alguno no confiesa que Dios es verdaderamente el Emmanuel y que por eso, la santa

    Virgen es Madre de Dios, pues dio a luz segn la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema.

    D 114: Si alguno no confiesa, que el Verbo de Dios Padre, se uni a la carne segn hipstasis y que

    Cristo, es uno con su propia carne; a saber, que es Dios y hombre al mismo tiempo, sea anatema.

  • 14

    D 116: Si alguno distribuye entre dos personas o hipstasis las expresiones contenidas en los

    escritos apostlicos o evanglicos, o dichas sobre Cristo por los santos o por el mismo Cristo hablando de

    si mismo, y unas las acomoda al hombre, entendindolo aparte del Verbo de Dios, y otras como dignas de

    Dios las atribuye al solo Verbo de Dios Padre, sea anatema.

    Hasta aqu la Santa Madre Iglesia, como Maestra de F.

    La explicacin est, en que las madres, son madres de la persona de sus hijos (cuerpo y alma)

    aunque den materia al cuerpo, al cual Dios infunde el alma. As se es madre de Juan, del rey, del ladrn,

    del doctor.

    En el caso de Mara, concibi realmente y dio a luz segn la carne a la persona divina de Cristo;

    por lo cual es y debe llamarse Madre de Dios. En la Sagrada Escritura no se emplea la frmula Mara

    Madre de Dios pero se deduce con toda certeza de dos verdades reveladas:

    Mara es Madre de Jess y Jess es Dios.

    Mara no es madre de la divinidad (que es eternamente anterior a Ella) sino de una Persona divina,

    que es divina y humana en su naturaleza.

    La divina maternidad eleva a la Santsima Virgen al orden hiposttico relativo, por lo que su

    excelencia y dignidad es incomparablemente superior a la de todas las dems criaturas, como vimos en los

    principios secundarios.

    Mara es superior a los ngeles, porque; quin puede decir: !Tu eres mi Hijo yo te he engendrado!.

    Luego es claro para Pablo que la maternidad divina da una dignidad y solidaridad incomparable

    entre Madre e Hijo.

    En virtud de su maternidad divina, la Santsima Virgen Mara tiene verdadera afinidad y parentesco

    con Dios y relaciones especialsimas con cada una de las personas de la Trinidad Beatsima. Relaciones

    que estudiaremos ms adelante.

    Inmaculada Concepcin de Mara

    Generalidades: Evolucin histrica.

    En el orden cronolgico, el primero de los grandes privilegios concebidos por Dios a la Santsima

    Virgen, en atencin, a la Maternidad Divina fue el privilegio singular de ser concebida inmaculada.

    Es por gracia y privilegio singular, de Dios omnipotente, en atencin a los mritos previstos de

    Jesucristo Redentor, que la Santsima Virgen Mara, fue preservada inmune, de toda mancha de culpa

    original, en el primer instante de su concepcin.

    En la Sagrada Escritura no hay ningn texto explcito sobre este misterio. Pero hay insinuaciones

    que elaboradas por la Tradicin dan algn asidero. Gen 3,15: Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer;

    Lc 1,28: Dios te salve, llena de gracia, el Seor es contigo; Lc 1,49: Bendita t entre las mujeres y bendito

    el fruto de tu vientre.

    Los Santos Padres fueron elaborando poco a poco la doctrina de la Concepcin Inmaculada. Hubo

    distintos perodos:

    1. Perodo de creencia implcita y tranquila. Se extiende hasta el concilio de Efeso (ao 431). Se le aplica a Mara los calificativos de santa, inocente, pursima, intacta, incorrupta, inmaculada. Alabando a

    Mara sobresalen San Justino, San Ireneo, San Efrn, San Ambrosio, San Agustn.

    2. Perodo de proclamacin explcita: Se extiende hasta el siglo XI. La fiesta de la Inmaculada comienza a

  • 15

    celebrarse en Oriente desde el siglo VIII, en Irlanda desde el IX, en Inglaterra desde el XI. Despus en

    Espaa, Francia y Alemania.

    3. Perodo de las grandes controversias (SXII-XIV) Nada menos que San Bernardo, San Anselmo, San Buenaventura, San Alberto Magno, San Toms negaron o pusieron en duda el privilegio de Mara, por

    no hallar la manera de armonizarlo con el dogma de la Redencin universal de Cristo.

    4. Perodo de reaccin y de triunfo del privilegio (SXIV-XIX) Iniciado por Guillermo de Ware y por Escoto se abre la reaccin hasta poner todo en claro hasta llegar a su proclamacin dogmtica por Po

    IX el 8 de diciembre de 1854.

    Magisterio de la Iglesia:

    Veamos el texto de la Bula "Ineffabilis Deus" - "Despus de ofrecer sin interrupcin a Dios Padre,

    por medio de su Hijo con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las splicas de la Iglesia

    para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espritu Santo, implorando el auxilio

    de toda la corte celestial e invocado con gemidos el Espritu Parclito e inspirndonoslo l mismo".

    "Para honor de la Santa e Indivisa Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios,

    para exaltacin de la fe catlica y aumento de la cristiana religin, con la autoridad de nuestro Seor

    Jesucristo, de los bienaventurados apstoles Pedro y Pablo y con la nuestra propia, declaramos,

    pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Beatsima Virgen Mara en el primer

    instante de su concepcin, por gracia y privilegio singular de Dios omnipotente, en atencin a los mritos

    de Cristo Jess, Salvador del gnero humano, fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original,

    ha sido revelada por Dios y por tanto, debe ser creda, firme y constantemente por todos los fieles".

    "Por lo cual, si algunos (lo que Dios no permita) presumieren sentir en su corazn de modo distinto,

    a como por nosotros ha sido definido, sepan y tengan por cierto que estn condenados por su propio juicio,

    que han naufragado en la fe y que se han separado de la unidad de la Iglesia (D 1641)".

    Explicacin: De dos maneras se puede redimir a un cautivo: pagando el precio de su rescate para

    salvarlo (redencin liberativa) o pagndolo anticipadamente, impidindole con ello caer en el cautiverio

    (redencin preventiva). Esta ltima es una verdadera y propia redencin y es la que se aplic a la Virgen

    Mara.

    Dios omnipotente, previendo desde toda la eternidad los mritos de Jesucristo Redentor en la cruz,

    acept anticipadamente el precio de ese rescate y lo aplic a la Virgen Mara en forma de redencin

    preventiva, impidindole contraer el pecado original, que como criatura deba contraer.

    Con lo que la Santsima Virgen recibi de lleno la redencin de Cristo y fue a la vez concebida en

    gracia, sin la menor sombra de pecado original.

    El argumento de Escoto fue: Dios pudo hacer Inmaculada a su Madre, era conveniente que la

    hiciera, luego la hizo.

    "Si es Dios autor de las leyes que rigen en la humana grey para engendrar a su Madre no pudo cam-

    biar la ley?"

    "Decir que pudo y no quiso parece cosa cruel, y, si es todopoderoso )Con vos no lo haba de ser?"

    "Que honrar al hijo en la madre derecho de todos es, y ese derecho tan justo, Dios no lo debe te-

    ner?"

    "Por que es justo, porque os ama por que vais su Madre a ser, os hizo Dios tan pursima como Dios

    merece y es."

  • 16

    Pero adems por especial privilegio de Dios fue enteramente inmune durante toda su vida de todo

    pecado actual, incluso levsimo; Esto est implcito en el concilio de Trento D 833.

    Luego la Santsima Virgen no cometi jams la menor imperfeccin moral.

    Fue fidelsima a las inspiraciones del Espritu Santo y practic siempre la virtud con la mayor

    intensidad posible y por puro amor a Dios.

    Y esto es, por que fue enteramente libre del "fomes peccati" o sea la inclinacin al pecado desde su

    concepcin y fue confirmada en gracia por lo que era impecable, y adems, fue enriquecida con una

    plenitud de gracia, superior a todos los ngeles y bienaventurados.

    Volvamos a la Bula Ineffabilis Deus de Po IX: "El Inefable Dios cuya conducta es misericordia y

    verdad, cuya voluntad es omnipotencia y cuya sabidura, alcanza de lmite a lmite, con fortaleza y dispone

    suavemente todas las cosas.

    Habiendo previsto desde toda la eternidad, la ruina lamentabilsima de todo el gnero humano que

    haba de provenir de la transgresin de Adn y habiendo decretado, con plan misterioso, escondido desde

    la eternidad, llevar a cabo la primitiva obra de su misericordia, con plan, todava ms secreto, por medio de

    la Encarnacin del Verbo, para que no pereciese el hombre, impulsado a la culpa, por la astucia de la

    diablica maldad.

    Para que, lo que iba a caer en el primer Adn, fuese restaurado ms felizmente en el segundo, eligi

    y seal, desde el principio y antes de los tiempos, una Madre, para que su Unignito Hijo, hecho carne de

    Ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos y en tanto grado la am por encima de todas las

    criaturas, que en sola Ella se complaci, con sealadsima benevolencia.

    Por lo cual, tan maravillosamente la colm de la abundancia de todos los celestiales carismas, sa-

    cados del tesoro de la Divinidad, muy por encima de todos los ngeles y santos, que Ella, libre, siempre,

    absolutamente de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia

    y santidad, que no se concibe, en modo alguno, mayor despus de Dios y nadie puede imaginar fuera de

    Dios"(Doc marianos N 269).

    Plenitud de gracia: Santo Toms habla de una triple plenitud de gracia en Mara.

    Una dispositiva que la dispuso para ser Madre de Cristo y que fue, la plenitud inicial, que recibi en

    su concepcin.

    Otra perfectiva en el momento de la Encarnacin del Verbo en sus entraas.

    Y por ltimo una plenitud final o consumativa que es la que posee en la gloria para toda la eterni-

    dad.

    Tal plenitud lleva consigo la plenitud de las virtudes infusas y dones del Espritu Santo, as como

    las gracias carismticas inherentes a su dignidad de Madre de Dios (como la ciencia infusa, el don de

    profeca, etc). Es uno de los ttulos marianos.

    Virginidad Perpetua:

    Generalidades, Sagrada Escritura

    Es dogma de fe que la Madre de Dios fue perpetuamente virgen, o sea antes del nacimiento,

    en el nacimiento y despus del nacimiento.

    La Santsima Virgen Mara concibi milagrosamente a Jess por obra y gracia del Espritu Santo,

    conservando intacta su perfecta virginidad.

  • 17

    Veremos la Sagrada Escritura: Fue anunciada por Isaas ocho siglos antes de que se verificase. He

    aqu que una virgen concebir y dar a luz a un hijo, cuyo nombre ser Emmanuel. (Is 7,14)

    Mateo asegura que esa virgen es Mara y ese Emmanuel es Cristo. "Todo esto sucedi para que se

    cumpliese lo que el Seor haba anunciado por el profeta." (Mt 1,22-23)

    Tambin nos dice expresamente que la Virgen concibi del Espritu Santo sin intervencin de su

    esposo San Jos.

    "Estando desposada Mara, su madre con Jos, antes de que conviviesen, se hall haber concebido

    Mara del espritu Santo" (Mt 1,18 v 20)

    Con ello se cumpla el vaticinio de Ezequiel: "Esta puerta ha de estar cerrada. No se abrir, ni

    entrar por ella hombre alguno, por que ha entrado por ella Yahveh, Dios de Israel." (Ez 44,2)

    En el Magisterio de la Iglesia: En el smbolo de los Apstoles figura expresamente este dogma: "Y naci

    de Santa Mara Virgen." (D 4)

    En el Concilio de Letrn (a 649) se defini: "Si alguno no confiesa, de conformidad con los Santos

    Padres, que la santa Madre de Dios y siempre Virgen e inmaculada Mara, propiamente y segn la verdad,

    concibi del Espritu Santo, sin cooperacin viril, al mismo Verbo de Dios, que antes de todos los siglos

    naci de Dios Padre e incorruptiblemente le engendr, permaneciendo indisoluble su virginidad incluso

    despus del parto, sea condenado." (D 256)

    Razones de conveniencia para la virginidad:

    Por la dignidad de su Padre celestial: que le envi al mundo. Siendo Cristo verdadero Hijo de Dios, no fue

    conveniente que tuviera otro Padre fuera de Dios.

    Por la dignidad del Hijo: as como fue engendrado por el Padre en la pureza de su Sabidura, es

    conveniente que fuera concebido en gran pureza por su Madre.

    Por la dignidad de la humanidad de Cristo: que vena a quitar los pecados del mundo. Era conveniente que

    su concepcin nada tuviera que ver con la concupiscencia de la carne.

    Por el fin de la encarnacin de Cristo: para que los hombres renaciesen hijos de Dios (no por voluntad de la

    carne, ni por voluntad del varn sino de Dios (Jn 1,13) esto es: por la virtud del mismo Dios cuyo ejemplar

    debi aparecer en la misma concepcin de Cristo.

    La Santsima Virgen Mara permaneci virgen intacta en el nacimiento de su divino Hijo y despus

    de l durante toda su vida.

    La virginidad perpetua de Mara consta tambin por las declaraciones de los papas San Siricio (D

    91), San Len III (D 314 a nota) y Paulo IV (D 993) y otros muchos testimonios.

    Segn el Doctor Anglico, la Santsima Virgen debi conservar perpetuamente su virginidad y la

    conserv de hecho. Da cuatro razones:

    Por que sera ofensivo para Cristo: que por naturaleza divina es el Hijo unignito y absolutamente

    perfecto del Padre. Convena que fuese tambin hijo unignito de su madre, como fruto perfectsimo.

    Por que sera ofensivo para el Espritu Santo: cuyo sagrario fue el seno virginal de Mara, en el for-

    m la carne de Cristo y no era decente que fuese profanado por ningn varn. Por que ofendera la

    dignidad y santidad de la Madre de Dios, que sera ingratsima si no se contentara con tal Hijo y

    consintiera en perder por el concbito su virginidad, que tan milagrosamente le ha sido conservada.

  • 18

    Seria ofensivo al mismo San Jos: sera temeridad si manchara a aquella, de quin haba sabido, por

    la revelacin del ngel, que haba concebido a Dios, por obra del Espritu Santo.

    Por lo tanto hemos de afirmar que la Madre de Dios, as como concibi y dio a luz a Jess siendo

    virgen, as permaneci siempre virgen despus del parto.

    Dificultades bblicas

    No obstante vamos a aclarar algunas dificultades que plantean ciertas expresiones del Evangelio y

    que son usadas por testigos de Jehov y evangelistas en sus visitas.

    1ra dificultad: San Mateo en Mt 1,18 dice:"Antes que conviviesen (Mara y Jos) se hall haber

    concebido Mara del Espritu Santo. La expresin "antes que" parece sugerir que convivieron despus.

    Respuesta: San Mateo se refiere a la convivencia en la misma casa, ya que la Virgen estaba

    nicamente desposada con Jos. Pero San Jernimo dice que de esa expresin, no se sigue necesariamente

    que despus convivieran pues la Escritura se limita a decir, que es lo que no haba sucedido antes de la

    concepcin de Cristo.

    2da dificultad: Dice San Mateo: No la conoci (Jos a Mara) hasta que dio a luz un hijo y le puso

    por nombre Jess. Mt 1,25. La expresin "hasta que" parece significar otra vez, que despus del

    nacimiento de Jess la conoci maritalmente.

    Respuesta: esta expresin "hasta que" tiene el mismo sentido que el "antes que" de la dificultad

    anterior. San Mateo se propone mostrar que Cristo fue concebido no por obra de varn, sino por virtud del

    Espritu Santo, sin decir nada de lo que a su nacimiento sigui.

    Pues su intencin es narrar de modo milagroso con que Cristo entr en el mundo y no la vida de

    Mara.

    3ra dificultad: San Lucas dice: "Y dio a luz a su hijo primognito y le envolvi en paales y le

    acost en su pesebre".Lc 2,7.

    La expresin" hijo primognito" parece sugerir que despus tuvo Mara otros hijos.

    Respuesta: Es estilo de las Escrituras llamar primognito no solo a aquel que es seguido de otros

    hermanos, sino al que es el primero en nacer aunque sea hijo nico.

    Dice San Jernimo: Todo unignito es tambin primognito, aunque no todo primognito sea

    unignito.

    Primognito es aquel que nace primero, tenga o no hermanos.

    4ta dificultad: En la Sagrada Escritura se nos habla varias veces de los hermanos y hermanas de

    Jess (Mt 13,55-56. Lc 8,19.Jn 2,12; Hch l,14. I Cor 9,5) Luego parece que Mara tuvo otros hijos.

    Respuestas: Es muy frecuente en las Sagradas Escrituras usar los nombres hermano y hermana en

    sentido muy amplio, para designar cualquier especie de parentesco.

    As Lot que era hijo de un hermano de Abraham (Gen 12,5) es llamado hermano de este patriarca

    en Gen 13,8.

    Jacob es llamado hermano de Labn que en realidad era to suyo en Gen 29,15;

    La mujer esposa es llamada hermana del esposo en Cant 4,9; igual nombre reciben los hombres de

    la misma tribu (2 Sam 19,12-13) o del mismo pueblo (Ex 2,11).

  • 19

    En el Nuevo Testamento es muy frecuente llamar hermanos a los que creen en Cristo. A Mt 13,55

    hijo de Mara y hermano de Santiago se responde con Judas 1,1

    Judas se declara hermano de Santiago y siervo de Jesucristo, luego si es hermano de Santiago,

    tendra que gloriarse de ser hermano tambin de Jess.

    Los otros textos Mc 3,31, Jn 7,1ss, Mc 3,21, Mt 12,46 son hermanos mayores pues dan

    indicaciones y consejos, pero segn Lucas es primognito o sea que no tiene hermanos mayores que l.

    La Asuncin de Mara:

    Tema de la muerte de nuestra Seora

    Este es el coronamiento de los privilegios marianos: su gloriosa asuncin en cuerpo y alma al cielo.

    Es un dogma de fe expresamente definido por Pio XII el 1 de noviembre de 1950.

    Explica Roschini: al fin de su vida terrestre, por un privilegio singular fue la Santsima Virgen

    Mara, asunta en cuerpo y alma a la gloria.

    Mientras a los Santos les glorifica Dios, en el alma, al trmino de su vida terrena, por la visin

    beatifica y deben esperar al fin del mundo, para ser glorificados en el cuerpo.

    Mara Santsima fue glorificada en el cuerpo y el alma.

    Respecto a si Nuestra Seora muri el Papa no lo defini en la frmula dogmtica, pero lo explica

    en la misma Bula "Munificentissimus Deus:"

    "Los fieles siguiendo las enseanzas y guas de sus pastores, aprendieron de la Sagrada Escritura

    que la Virgen Mara, durante su peregrinacin terrena, llev una vida llena de ocupaciones, angustias y

    dolores y que se verific a los pies de la cruz de su Divino Hijo, lo que el santo viejo Simen haba pre-

    dicho, que una agudsima espada, le traspasara el corazn, a los pies de la cruz de su divino Hijo, nuestro

    Redentor".

    "Igualmente no encontraron dificultad en admitir que Mara hubiese muerto del mismo modo que

    su Unignito".

    "Pero esto no les impidi creer y profesar abiertamente que su sagrado cuerpo, no estuvo sujeto a la

    corrupcin del sepulcro y que no fue reducido a putrefaccin y cenizas el augusto tabernculo del Verbo

    Divino" (n 7).

    Luego es el sentir de la Iglesia, y en la liturgia, desde tiempos remotos se recogi la doctrina de la

    muerte de Mara.

    Razones teolgicas: la muerte corporal de Mara, puede ser exigida por mltiples razones.

    Por haber recibido la naturaleza cada de Adn: Es cierto que Mara no contrajo el pecado original,

    pero tuvo el dbito del mismo, la naturaleza cada de Adn estaba sujeta a la muerte.

    Para ser Corredentora deba serlo a fuerza de dolor.

    Por exigencias de su maternidad divino-corredentora: Si nos corredimi con su Hijo, debi partici-

    par de sus dolores y de su muerte.

    La muerte de Mara tiene sentido corredentor como su compasin al pie de la cruz.

    Sin su muerte real faltara algo al paralelismo Redentor-Corredentora.

    Cristo muri; Mara deba hacerlo: Tena derecho a no morir por su Inmaculada Concepcin que la

    preserv de la culpa y de la pena que es la muerte.

    Pero muriendo se asemejaba a su Hijo en su muerte y resurreccin.

    Para ejemplo y consuelo nuestro: Mara debi morir para ensearnos a bien morir y dulcificar con

    su ejemplo los terrores de la muerte.

  • 20

    Dnde y cundo muri no se sabe. Pero s, que muri de amor: "Acab su vida con muerte exttica

    en fuerza del divino amor y del vehemente deseo y contemplacin intenssima de las cosas celestiales",

    dice Alastruey.

    Una vieja tradicin dice que permaneci en el sepulcro tres das, igual que su Hijo.

    Definicin dogmtica:

    (D2332) "Despus de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espritu de la

    Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorg a la Virgen Mara su peculiar benevolencia, para

    honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria

    de la misma augusta Madre y para gozo y alegra de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Seor

    Jesucristo, de los bienaventurados apstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y

    definimos ser dogma divinamente revelado que la inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen Mara,

    terminado el curso de su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial".

    Explicacin teolgica del dogma: El Papa Po XII pone los siguientes argumentos teolgicos para

    explicar el dogma.

    Es una exigencia de su Concepcin Inmaculada. Insiste en la estrecha relacin entre los dos dogmas

    siendo este la corona y el complemento del privilegio de la Concepcin Inmaculada.

    Es una exigencia moral de su excelsa dignidad de Madre de Dios y del amor hacia Ella de su

    Divino Hijo.

    Por su condicin de nueva Eva y Corredentora de la Humanidad. Cita a San Pablo: Rm c5 y 6; I

    Cor 15,21-26; 54-57 ya vistos.

    Por el conjunto de sus dems privilegios excepcionales: de los que cita la predestinacin, asocia-

    cin a Cristo, concepcin inmaculada, virginidad, etc.

    Cmo se realiz la Asuncin de Mara?

    La Virgen muri. Su alma se separ del cuerpo (eso es la muerte) entr inmediatamente en el cielo

    y qued incandescente de gloria, como corresponda a la Madre de Dios y a la excelsitud de su gracia.

    Su cuerpo fue llevado al sepulcro. Pero tiempo despus resucit, esto es, volvi el alma a animar el

    cuerpo, pero como el alma vena plena de gloria, comunic al cuerpo su glorificacin. Esto es la Asuncin:

    la resurreccin gloriosa del cuerpo.

    As lo relata Santa Isabel de Schoenau (1129-1164), Santa Brgida de Suecia (1307-1373), la

    Venerable Sor Mara de Agreda (1602-1665) y la Beata Ana Catalina Emmerich (1774-1824), testimonios

    que se encuentran recopilados en el libro The Life of Mary as seen by the Mystics (La Vida de Mara vista por los Msticos) de Raphael Brown: Quera Jess llevarse a su Madre viva. Pero ella, indigna criatura, no puede pasar menos que su Hijo e Hijo de Dios. Postrose

    la prudentsima Madre ante su Hijo y con alegre semblante le respondi: Hijo y Seor mo, yo os suplico que vuestra Madre y

    sierva, entre en la eterna vida por la puerta comn de la muerte natural, como los dems hijos de Adn. Vos, que sois mi

    verdadero Dios, la padecisteis sin tener obligacin a morir; justo es que como yo he procurado seguiros en la vida, os

    acompae tambin en morir.

    Aprob Cristo nuestro Salvador este ltimo sacrificio y voluntad de su Madre santsima y dijo que se cumpliese lo que ella

    deseaba. En este momento solemne, los ngeles comenzaron a cantar con celestial armona algunos versos del Cantar de los

    Cantares y otros nuevos. Sali tambin una fragancia divina que con la msica se perciba hasta la calle. Y la casa del

    Cenculo se llen de un resplandor admirable. La presencia del Seor fue percibida por varios de los Apstoles; los dems

    sintieron en su interior divinos y poderosos efectos, pero la msica de los ngeles la percibieron los Apstoles, los discpulos y

    muchos otros fieles que all estaban.

    Al entonar los ngeles la msica, se reclin Mara santsima en su lecho, puestas las manos juntas sobre su pecho y los ojos

    fijos en su Hijo santsimo, y toda enardecida en la llama de su divino amor. Siente la Madre de Dios un abundante influjo del

    Espritu Santo que invade todo su cuerpo. Las fuerzas que se le iban eran reemplazadas por una fuerza de Amor. El Amor

    exceda la capacidad de su cuerpo. Y en esa entrega de Amor, sucede la dormicin de la Madre de Dios: sin esfuerzo alguno, su

    alma abandona el cuerpo y Mara queda como dormida.

    Las facciones de la Virgen Santsima se transfiguran: pareca totalmente inflamada con el fuego de la caridad serfica, en su

    bellsimo semblante apareci una expresin de gozo celestial, acompaado de una suave sonrisa. Los presentes no saban si

    realmente se haba muerto. Todo era tan hermoso y suave que no era posible asociarlo con una muerte.

    El sagrado cuerpo de Mara Santsima, que haba sido templo y sagrario de Dios vivo, qued lleno de luz y resplandor y

    despidiendo de s una admirable y nueva fragancia, mientras yaca rodeado de miles de ngeles de su custodia. El fulgor que

  • 21

    irradiaba la Virgen Mara era el Espritu Santo. Fue una manifestacin especial que mostraba la grandeza de la Madre de

    Dios, ponindose de manifiesto lo que haba estado siempre escondido por la grandsima humildad de la ms humilde de las

    criaturas.

    Los Apstoles y discpulos, entre lgrimas de dolor y jbilo por las maravillas que vean, quedaron como absortos por un

    tiempo y luego cantaron himnos y salmos en obsequio a su Madre. No saban qu hacer con ella, pues continuaba el fulgor y el

    aroma exquisito. La cubrieron con un manto, pero sin taparle el rostro, como era la costumbre con los dems muertos. Haba

    una barrera luminosa que impeda que se acercaran, mucho menos tocarla.

    Para los Apstoles fue un momento de infusin del Espritu Santo, pues se haban vuelto a sentir abandonados. Para todos los

    dems fue un acontecimiento de grandes gracias.

    La luz radiante que despeda, impeda ver el cuerpo de la Santsima Virgen. Pedro y Juan toman cada lado del manto sobre el

    cual estaba reclinada y levantan el cuerpo de Mara, dndose cuenta que era mucho ms liviano de lo esperado. As lo colocan

    en una especie de atad ... era como una caja. El resplandor traspasaba la caja.

    Casi todo Jerusaln acompa el cortejo fnebre, tanto judos como gentiles, para presenciar esta maravillosa novedad. Los

    Apstoles llevaban el sagrado cuerpo y tabernculo de Dios, partiendo hacia las afueras de la ciudad, al sepulcro preparado en

    Getseman. Este era el cortejo visible. Pero adems de ste, haba otro invisible de los cortesanos del Cielo: en primer lugar

    iban los miles de ngeles de la Reina, continuando su msica celestial, que los Apstoles, discpulos y otros muchos podan

    escuchar, msica que continu durante el tiempo de la procesin y mientras el cuerpo permaneci en el sepulcro.

    Descendieron tambin de las alturas otros muchos millares o legiones de ngeles, con los antiguos Patriarcas y Profetas, San

    Joaqun y Santa Ana, San Jos, Santa Isabel y el Bautista, con otros muchos santos que del Cielo envi nuestro Salvador

    Jesucristo para que asistiesen a las exequias y entierro de su beatsima Madre.

    Llegados al sitio donde estaba preparado el privilegiado sepulcro de la Madre de Dios, los mismos dos Apstoles, Pedro y

    Juan, sacaron el liviano cuerpo del fretro, y con la misma facilidad y reverencia lo colocaron en el sepulcro. Juan lloraba y

    Pedro tambin. No queran dejarla. Era dejar a aqulla que los mantena unidos al Seor. Era su Madre. Cubrieron el cuerpo

    con el manto y cerraron el sepulcro con una losa, conforme a la costumbre de otros entierros. Los ngeles de la Reina

    continuaron sus celestiales cantos y el exquisito aroma persista, mientras se poda percibir el fulgor que sala del sepulcro.

    Los Apstoles, los discpulos y las santas mujeres oraban con mucho fervor, con mucha confianza, con mucho amor. Pero la

    Virgen Santsima no estaba all: estaba con Jess, ya que, inmediatamente despus de la dormicin, nuestro Redentor Jess

    tom el alma pursima de su Madre para presentarla al Eterno Padre, a quien le habl as en presencia de todos los

    bienaventurados: _Eterno Padre mo, mi amantsima Madre, vuestra Hija, Esposa querida y regalada del Espritu Santo, viene

    a recibir la posesin eterna de la corona y gloria que para premio de sus mritos le tenemos preparada. Justo es que a mi

    Madre se le d el premio como a Madre; y si en toda su vida y obra fue semejante a M en el grado posible a pura criatura,

    tambin lo ha de ser en la gloria y en el asiento en el Trono de Nuestra Majestad.

    El Padre y el Espritu Santo aprobaron este decreto por el cual el Hijo le peda al Padre un sitio especial para su Madre al lado

    de la Trinidad Santsima, como Madre y como Reina, para que as como El haba recibido de Ella su humanidad, recibiera ella

    ahora de El su gloria.

    El da tercero que el alma santsima de Mara gozaba de esta gloria, manifest el Seor a los santos su voluntad divina de que

    Ella volviese al mundo y resucitase su sagrado cuerpo, para que en su cuerpo y alma fuese otra vez levantada a la diestra de su

    Hijo santsimo, sin esperar a la general resurreccin de los muertos. Y llegando al sepulcro, estando todos a la vista del cuerpo

    virginal de Mara, dijo el Seor a los Santos estas palabras: Mi Madre fue concebida sin mcula de pecado, para que de su

    virginal sustancia pursima y sin mcula me vistiese de la humanidad en que vine al mundo y le redim del pecado. Mi carne es

    carne suya, y ella cooper conmigo en las obras de la redencin, y as debo resucitarla como Yo resucit de los muertos; y que

    esto sea al mismo tiempo y a la misma hora, porque en todo quiero hacerla semejante a M.

    Luego la pursima alma de la Reina con el imperio de Cristo su Hijo santsimo, entr en el virginal cuerpo y le reanim y

    resucit, dndole nueva vida inmortal y gloriosa, comunicndole los cuatro dotes de claridad, impasibilidad, agilidad y sutileza

    (*), correspondiente a la gloria del alma, de donde se derivan a los cuerpos.

    Con estas dotes sali en alma y cuerpo del sepulcro Mara Santsima, extremadamente radiante, gloriosamente vestida y llena

    de una belleza indescriptible, sin que quedara removida ni levantada la piedra con que estaba cerrada la fosa.

    Desde el sepulcro comenz una solemnsima procesin acompaada de celestial msica hacia el Cielo glorioso. Entraron en el

    Cielo los Santos y ngeles, y en el ltimo lugar iban Cristo nuestro Salvador y a su diestra la Reina vestida de oro de variedad,

    como dice David: De pie a tu derecha est la Reina, enjoyada con oro de Ofir, y tan hermosa, que fue la admiracin de todos

    los cortesanos del Cielo. All se oyeron aquellos elogios misteriosos que le dej escrito Salomn: Salid, hijas de Sin, a ver a

    vuestra Reina, a quien alaban las estrellas matutinas y festejan los hijos del Altsimo. Quin es sta que sube del desierto,

    como varilla de todos los perfumes aromticos? (Cant. 3,6) Quin es sta que se levanta como la aurora, ms hermosa que la

    luna, refulgente como el sol y terrible como muchos escuadrones ordenados? (Cant. 6,9) Quin es sta en quien el mismo Dios

    hall tanto agrado y complacencia sobre todas sus criaturas y la levanta sobre todas al trono de su inaccesible luz y majestad?

    Oh maravilla nunca vista en estos cielos! Oh novedad digna de la Sabidura Infinita!

    Con estas glorias lleg Mara Santsima en cuerpo y alma al trono de la Beatsima Trinidad, y las Tres Divinas Personas la

    recibieron con un abrazo indisoluble. El Eterno Padre le dijo: _Asciende ms alto que todas las criaturas, electa ma, hija ma

    y paloma ma. El Verbo humanado dijo: Madre ma, de quien recib el ser humano y el retorno de mis obras con tu perfecta

    imitacin, recibe ahora el premio de mi mano que tienes merecido. El Espritu Santo dijo: Esposa ma amantsima, entra en el

    gozo eterno que corresponde a tu fidelsimo amor y goza sin cuidados, que ya pas el invierno del padecer (Cant. 2,11) y

    llegaste a la posesin eterna de nuestros abrazos.

    All qued absorta Mara Santsima entre las Divinas Personas y como anegada en aquel ocano interminable y en el abismo

    de la Divinidad. Los Santos, llenos de admiracin, se llenaron de nuevo gozo accidental. Era una gran fiesta en el Cielo.

  • 22

    Mientras tanto, aqu abajo, al lado del sepulcro, Pedro y Juan perseveraban junto con otros en la oracin, no sin lgrimas en

    los ojos. Al da tercero reconocieron que la msica celestial haba cesado, e inspirados por el Espritu Santo coligieron que la

    pursima Madre haba sido resucitada y llevada en cuerpo y alma al Cielo, como su Hijo amadsimo.

    En la maana de la Asuncin de la Santsima Virgen al Cielo, estaban Pedro y Juan decidiendo si abrir o no el sepulcro. Lleg

    Toms de Oriente en esa hora. Al informrsele que ya Mara Santsima haba dejado el mundo de los vivos, Toms en medio de

    grandes llantos, suplicaba que le ensearan por ltima vez a la Madre de su Seor. Pedro y Juan, con gran veneracin

    procedieron a retirar la piedra. Entraron. No estaba ya en el sepulcro: slo quedaron el manto y la tnica. Juan sali a

    anunciar a todos que la Madre se haba ido con su Hijo.

    Mientras cantaban himnos de alabanza al Seor y a su Santsima Madre, despus de haber repuesto la loza del sepulcro a su

    sitio, apareci un ngel que les dijo: _Vuestra Reina y nuestra, ya vive en alma y cuerpo en el Cielo y reina en l para siempre

    con Cristo. Ella me enva para que os confirme en esta verdad y os diga de su parte que os encomienda de nuevo la Iglesia y

    conversin de las almas y dilatacin del evangelio, a cuyo ministerio quiere que volvis luego, como lo tenis encargado, que

    desde su gloria cuidar de vosotros.

    All en el Cielo glorioso, mientras la Santsima Virgen Mara se encontraba postrada en profunda reverencia ante la Santsima

    Trinidad y absorta en el abismo de la Divinidad, las Tres Divinas Personas pronuncian el decreto de la Coronacin de la

    Madre de Dios, y Mara, la ms humilde de las criaturas, considerbase in merecedora de semejante reconocimiento.

    La Persona del Eterno Padre, hablando con los ngeles y Santos, dijo: _Nuestra Hija Mara fue escogida y poseda de nuestra

    voluntad eterna la primera entre todas las criaturas para nuestras delicias, y nunca degener del ttulo y ser de hija que le

    dimos en nuestra mente divina, y tiene derecho a nuestro Reino, de quien ha de ser reconocida y coronada por legtima Seora

    y singular Reina. El Verbo humanado dijo: _A mi Madre verdadera y natural le pertenecen todas las criaturas que por M

    fueron redimidas, y de todo lo que Yo soy Rey ha de ser ella legtima y suprema Reina . El Espritu Santo dijo: _Por el ttulo de

    Esposa ma, nica y escogida, al que con fidelidad ha correspondido, se le debe tambin la corona de Reina por toda la

    eternidad.

    Dicho esto, la Santsima Trinidad solemnemente coloc sobre la cabeza inclinada de Mara una esplendorosa y grandiosa

    corona de mltiples y brillantes colores que representan las gracias que recibimos a travs de Ella por voluntad de Dios.

    As, el Padre le entrega todas las criaturas y todo lo creado por El. El Hijo le entrega todas las almas por El redimidas. Y el

    Espritu Santo todas las gracias que El desea derramar sobre la humanidad, porque todas nuestras cosas son tuyas, como t

    siempre fuiste nuestra.

    El Padre Eterno anuncia a los ngeles y Santos en medio de esa Fiesta Celestial que sera Ella quien derramara todas las

    gracias sobre el mundo, que nada de lo que Ella pidiera le sera negado a quien era Reina de Cielo y Tierra.

    Terminada la explicacin de los cuatro dogmas marianos veremos las virtudes de la Santsima Virgen

    Mara.

    Virtudes y Dones del Espritu Santo en Mara

    El orden sobrenatural constituye una verdadera vida en el hombre, con un organismo semejante al

    de la vida natural. Pero que la supera totalmente, dndonos la posibilidad de obrar al estilo divino. Esta

    nueva vida la recibimos en el Bautismo y toda su riqueza va creciendo de acuerdo a la docilidad que

    ponemos a la Voluntad Divina en los acontecimientos de cada da.

    La gracia santificante es como el alma de este organismo, ella no obra por si misma.

    Se vale de "las potencias sobrenaturales" las virtudes infusas y los dones del Espritu Santo para obrar, que

    son infundidas por Dios en el alma (entendimiento y voluntad) junto con la gracia en el Bautismo.

    Virtudes Teologales:

    Son fe - esperanza - caridad.

    La Fe nos da a conocer y nos une con Dios como primera Verdad.

    La Esperanza nos lo hace desear como bien Sumo.

    La Caridad nos une con El con amor de amistad.

    Fe:

    La Fe, nos deca el Catecismo es una virtud sobrenatural infundida por Dios en el entendimiento,

    por la cual asentimos firmemente, a las verdades divinamente reveladas, apoyados en la autoridad o

    testimonio del mismo Dios, que no puede engaarse ni engaarnos.

  • 23

    La Fe en Mara es proclamada por Isabel: Le 1,45 Dichosa t que has credo

    Para los Padres de la Iglesia Mara concibi por la Fe y por la Fe acogi en su seno al Verbo, antes

    de recibir el anuncio del ngel.

    Su Fe estuvo sometida a la triple prueba:

    1. de lo invisible

    2. de lo incomprensible

    3. de las apariencias contrarias:

    Vi a su Hijo en la cueva de Beln y lo crey Creador del Mundo.

    Huyendo de Herodes, lo crey Rey de Reyes.

    Nacido en el tiempo, lo crey eterno.

    Pequeo, lo crey inmenso.

    Pobre, lo crey omnipotente.

    Mudo, lo crey Verbo del Padre

    Sufriente, lo crey Alegra del Paraso.

    Crucificado y muerto lo crey Dios

    Esperanza

    La Esperanza es la virtud por la cual confiamos con plena certeza, alcanzar la vida eterna y los medios

    necesarios para llegar a ella, apoyados en el auxilio omnipotente de Dios.

    Mara esper que obtendra el cielo y que recibira de Dios todos los medios necesarios para llegar

    a l.

    En la Anunciacin esper en Dios.

    Ante las dudas de Jos, al huir a Egipto, en las bodas de Can, esper en Dios. Pero su espera fue

    operante: al llegar a Beln, an esperando, busc alojamiento; cuando perdi a Jess en el templo

    esper que Dios le hara encontrarlo, pero lo busc diligentemente.

    Caridad

    La Caridad es una virtud infundida por Dios en la voluntad, por la que amamos a Dios, por s mismo sobre

    todas las cosas y a nosotros y al prjimo, por Dios.

    Cuanto mayor es la gracia, tanto ms perfecta es la caridad, y la santa Virgen Mara desde su

    concepcin fue llena de gracia, lo que es lo mismo a decir que fue llena de amor, creca en caridad segn

    Santo Toms de plenitud en plenitud. Por la asiduidad de su contemplacin, por su progreso espiritual, por

    sus luces, por su ardor, am ms que los bienaventurados, santos y ngeles. Su voluntad siempre estuvo

    unida a Dios.

    Amaba a Cristo con amor de naturaleza: como madre

    de amistad: como criatura

    de gracia: como redimida y preservada

    Comparti el amor y los deseos del Hijo por la salvacin de las almas, en su vida y al pie de la

    Cruz.

    Conoca las profecas de Isaas acerca de su Hijo y saba que era madre del Redentor, e intua que,

    por nosotros pecadores, por nuestra salvacin el Verbo se hizo carne en sus entraas pursimas. Por eso y

    por el gran amor que nos tiene su Hijo, es que nos ama tanto.

  • 24

    Virtudes Morales:

    Adems de las virtudes teologales, Dios infunde en el alma, junto con la gracia, como dijimos otras

    virtudes llamadas morales. Que disponen a las potencias del hombre, a actuar bajo la razn, guiada por la

    Fe, con relacin a los medios para llegar al fin sobrenatural.

    Son muchas, porque son muchos los actos de virtud que podemos usar para acercarnos a Dios,

    Santo Toms estudia ms de 50 pero todas derivan de cuatro llamadas cardinales: prudencia - justicia -

    fortaleza y templanza (Sab 8,7). Son cardinales pues significa gozne (elemento donde se articula la puerta)

    o sea que en estas virtudes se articula toda la vida cristiana.

    Prudencia: la prudencia sobrenatural es una virtud especial infundida por Dios en el entendimiento

    prctico, para el recto gobierno de nuestras acciones particulares en orden al fin sobrenatural. Su influencia

    llega a todas las virtudes indicndoles el justo medio.

    Para obrar con prudencia son necesarias tres condiciones:

    - examinar con madurez

    - resolver con juicio

    - ejecutar rectamente

    Mara Santsima fue la Virgen Prudentsima, en cuanto al fin que se propuso: agradar siempre y en

    todo a Dios y en cuanto a los medios que fueren escogidos con madurez bajo el influjo de los dones del

    Espritu Santo.

    En la Anunciacin, indag las disposiciones de la voluntad divina, se dispuso a cumplirlas y con

    fidelidad las ejecut.

    Una prueba de la prudencia est en saber callar y hablar a su tiempo (Eclo 3,7) Ej: call frente a las

    dudas de Jos.

    - call en Beln pidiendo albergue, pudiendo aducir su nobleza.

    - call frente a los pasto