MatDisc 10 (Curle Medio)-1

En el Medio: Mediación no oficial en situaciones violentas. 1

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En el Medio: Mediación no oficial en situaciones violentas.2

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Con la serie de Materiales para la discusión, Yek Ineme quiere poner adisposición de los interesados en el tema de Construcción de paz, documentosde difícil adquisición, que son importantes en el área y no están disponiblespara su difusión o bien sólo se encuentran en otras lenguas. El criterio fun-damental es poner en circulación, aunque sea de manera limitada, materialesrelevantes para la formación y la discusión.

Fuente originalAdam Curle,

“In the Middle. Non-official Mediation in Violent Situations.” www.c-r.org/ccts/curle/index.htm

Reproducido por Asociación Bienestar Yek InemePublicación sin fines de lucro y sólo para su difusión educativa.

Esta publicación es posible gracias aICCO (Holanda) yDiakonía (Suecia)

San Salvador, Octubre de 2001


1. Introducción

Estas páginas tiene que ver con elcrear, mantener o restablecer el estadoarmonioso, la cooperación constructivay el mero vivir juntos que llamamos paz.

Distinguiré tres grandes avenidasprincipales, todas igualmente necesarias.La primera tiene que ver con lo quehacemos para establecer y nutrir lossistemas económicos y sociales queminimizan las desigualdades que generanel conflicto. La segunda es proceder portodos los medios noviolentos posibles(enfatizo noviolentos puesto que es unailusión mantener que la paz viene a travésde la violencia, aunque pueda venir a

través del poder) contra las políticaspeligrosas, violentas, agresivas yopresivas. La tercera es llegar a lareconciliación entre aquellos que están enconflicto.

Aquí me concentraré en este tercercamino que en sí mismo está dividido enmediación (o conciliación, que sueleusarse prácticamente como sinónimo),negociación y arbitraje. Mediación, talcomo uso este término, pretende removerobstáculos frecuentemente psicológicosque evitan que las partes en hostilidadalcancen acuerdos a través de la discusióny el compromiso. En el arbitraje, los

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Adam Curle, a partir de su experiencia directa en conflictos violentos de amplioalcance, presenta una reflexión sobre los principios de la mediación y su práctica;elemento que pretende remover obstáculos frecuentemente psicológicos que evitanque las partes en hostilidad alcancen acuerdos a través de la discusión y elcompromiso.

El autor presenta los factores que contribuyen para que el hacer la paz seconvierta en algo difícil, principalmente tomando en cuenta los comportamientosde los líderes en situaciones de conflicto violento. Al final hace una propuesta deacciones que los mediadores pueden ejecutar con el objeto de encontrar formassatisfactorias y apoyar a las partes a salir de los conflictos.


protagonistas acuerdan aceptar el juiciode tercera parte respetada. Reconciliaciónes un término menos específico queimplica el restablecimiento de la amistady que puede ser aplicado de diversasmaneras a la mediación.

La mayor parte de lo que puedo decirse basa en la experiencia directa enconflictos violentos de amplio alcance enlas últimas dos decadas. Durante esteperíodo (doce años) he estadoactivamente involucrado en la mediación.No quiero decir que estuve, por decirloasí, sobre el terreno todo el tiempo.Cuando no lo estaba, sin embargo, yseguía con mi vida normal, seguía atentoy los asuntos respecto al conflicto semantenían en mi consciencia.

Por dos razones no tomo en cuentalas narrativas actuales para este trabajo.En primer lugar, dos de las mediacionesen las que he estado involucrado, laguerra entre India y Pakistán de 1965 yla guerra civil en Nigeria (la guerra deBiafra) 1967-70, han sido yaextensivamente tratadas por Yarrow(1978). En segundo lugar, porque lostemas principales y los actores con lo quehe estado relacionado en los últimos 15años, están todavía vivos. Sin embargo,por supuestos, he hecho uso un ampliouso de las lecciones y he transcritoadecuadas pero disfrazadasconversaciones que espero convengan ala tarea.

A través de estas páginas hago unnúmero de generalizaciones acerca de los

comportamientos, especialmente de loslíderse, en situaciones de conflictoviolento. Se me ha preguntado a veces silas diferencias culturales y laincomprensión que suelen crear, no sevuelven serias dificultades para hacer lapaz en general y la mediación enparticular. Ciertamente sí, y es importantepara los mediadores y negociadorescomprenderlas tanto como sea posible.Pero me parece constituyen poco más quevariaciones de modelos que, en miexperiencia, son más o menosuniversales. Por tanto, discutiré estosmodelos generales más que las diferentesmaneras en que pueden manifestarse endiferentes culturas. Estas pueden serfácilmente captadas por aquellos quecomprendan los principios generales.

Mucha de la obra ha sido llevada acabo bajo los auspicios de la Sociedadde Amigos (Los Cuáqueros) y me sientoprivilegiado de ser un heredero de sutradición de más de trescientos años dehacedores de paz y de haber trabajado yaprendido mucho de sus más grandesexponentes, entre los que tengo unaespecial gratitud y respeto como WalterMartin, Roger Wilson y Mike Yarrow. Sinembargo, no les he de cargar con laresponsabilidad por lo que he escrito; lospuntos de vista que exprese y lasconclusiones a las que llegue son unainterpretación personal de lo que yomismo he experimentado, y los defectosy errores son todos míos.

Comienzo discutiendo los factorespsicológicos y otros que hacen que el


hacer la paz sea difícil. Las próximas dossecciones tratan los principios de lamediación y su práctica. En la evaluación,los efectos de la mediación entran enconsideración y, finalmente, espresentada una propuesta corta peroimportante para promover la mediación.Entre más he ponderado sobre lanaturaleza de los conflictos violentos ylos medios para llevarla a su final, másme he convencido que la mediaciónpuede ser desarrollada como un soberanoremedio para la plaga del conflicto. Pero,necesitamos saber más a cerca de ello yprácticarla más amplia ysistemáticamente.

2. Los obstáculos para hacer la paz

Cuando los conflictos alcanzanun cierto nivel de violencia, ladificultad de alcanzar un acuerdopacífico se incrementa agudamente.Esto se aplica, en mi experiencia,tanto a la guerra como a la familia ocuestiones conyugales. Ciertamente elderramamiento de sangre marca unprecepitado escalamiento del odio,resentimiento y chauvinismo ciego queinhibe cualquier movimiento hacia lapaz. Esto es particularmente trágicoen aquellos casos donde ambas partesquieren realmente un acuerdonegociado.

Estas actitudes que son inducidas porla violencia, tienden rápidamente aendurecerse. Fantasías, originalmentebasadas en la realidad, pero rápidamente

alejándose de ellas, se desarrollan acercade la vileza bárbara del enemigo,haciéndole cada vez más difícil determinar con el conflicto de una maneraque no sea militar. Cada vez más, comoresultado, hace que la tarea de la paz seaun trabajo psicológico para cambiar estaspercepciones distorsionadas. Esto, porsupuesto, sigue siendo un tema,probablemente muy serio, pero uno queciertamente está exacerbado ymitologizado más allá de la razón. Sinembargo, como sea que pueda no haberuna solución simple a las innumerablesy sustantivas ocasiones para la guerra, lasfuerzas psicológicas que esta generasiguen un modelo más uniforme quepuede identificarse.Es en este último, enel que nos concentraremos.

Claro, de alguna manera, el odio yla sospecha entre grupos en guerra (o parael caso, entre individuos queamargamente han acabado con unarelación) es entendible. En el primer caso,los líderes entre los protagonistas (loscombatientes en el terreno no siempresienten alguna animosidad), usualmentetienen alguna causa para el odio y la

Si cada parte se sientecomo totalmente buena

mientras la otra estotalmente mala, puede

haber poco éxito enalcanzar un acuerdo...


desconfianza mutua, estando además entensión adicional por la carga deresponsabilidad; sus sentimientos soninevitablemente explosivos.

A pesar de esto, cuando todos losmitigantes han sido tomados en cuenta,es difícil evitar la sorpresa de la frecuenteextravagancia de la emoción. El disgustose vuelve miedo; la sospecha, paranoia.El enemigo es visto como diabólico ensu esmerada malevolencia e infidencia.Cualquier compromiso que pueda ofrecero iniciativa de paz que pueda lanzar esautomáticamente rechazada como untruco diseñado para engañar.

Los sentimientos, naturalmente, sonrecíprocos. X piensa de Y lo que Y piensade él; cada uno se considera a sí mismovaliente, honesto y amante de la paz, peroforzado a tomar las armas por la maníade guerra del otro. Si se le dice que estoes justamente lo que su opositor dice desí, se verá herido y molesto; ¿cómo puedealguien creer tal pernicioso sinsentido?

La imagen en el espejo pueda queno sea universal, pero es muy común.Hacedores de paz en preparación debentomarlo en cuenta y estar pendiente deello, en tanto es uno de los mayoresobstáculos que tendrán que enfrentar. Sicada parte se siente como totalmentebuena mientras la otra es totalmentemala, puede haber poco éxito en alcanzarun acuerdo basado al menosparcialmente, como todos los acuerdosdeben ser, en la tolerancia y aceptaciónde la posición del otro.

Esta tendencia automática de pensarmal de la otra parte, sospechando de susmotivos o desconfiando de sus ofertas,tiene otras implicaciones negativas parahacer las paz. Significa que todainformación es manipulada para servir alos fines de esta ideología de la sospecha,puesto que así deviene. Incluso la peticiónmás suplicante es un artilugio engañosopara diseminar la confusión o ganarventaja en la propaganda. A pesar quebuena cantidad de información precisapuede estar a la mano, es leída a travesde lentes empañados y falsamenteinterpretados como un verificaciónagregada del completamente negativopunto de vista del enemigo. Más aun, parala parte que hace la declaración malinterpretada es una prueba más de sucreencia que el otro no tienen ningúninterés en un acuerdo. De cualquiermodo, ambas partes terminan teniendo lamínima comprensión de los motivos desu enemigo y por tanto son incapaces de

Esta tendenciaautomática depensar mal de laotra parte,sospechando de susmotivos odesconfiando de susofertas, tiene otrasimplicacionesnegativas parahacer la paz.


tomar ventaja de las oportunidades detrabajar hacia la paz que probablementeambos desean. Esto todavía incrementala temperatura del odio y el resentimiento,intensificando la desconfianza mutua.

Pero, ¿por qué son estos sentimientosirracionales tan poderosos? Aquí tenemosque ver más allá de las exigenciasespecíficas del conflicto e ir haciacuestiones más generales de la naturalezahumana. Parece que tenemos la necesidadde construirnos una imagen de nosotrosmismos, un ego, que sirve a un doblepropósito; nos permite pensar bien denosotros mismos mientras suprimecualquier sensación dañina deculpabilidad o inadecuación. Este no esel lugar para debatir los origenes de estossentimientos negativos y nuestra manerade evadirlos o someterlos; han sidoreconocidos por todos los sistemasreligiosos principales y la psicologíaprofunda aunque su fuente ha sidoidentificada diversamente. Para lo quevale, tiendo a estar de acuerdo conaquellos que les culpan de nuestradebilidad por comprender, y por tantodesarrollar, el sorprendente potencial denuestro capital natural. He aquí nuestroprofundo pero molesto sentido de pérdiday fallo por el que nuestro ego se veobligado a compensar.

Este ego está construido alrededor deaquello que sentimos demostrar, en primerlugar a nosotros mismos y secundariamentea los otros, nuestra bondad, valor,competencia y sensibilidad. Pero esto sehace mejor comparándonos con otros. Es

así, esencialmente competitivo y portanto una fuente de codicia, envidia y,cuando no somos exitosos, somos hoscoshacia aquellos que se nos oponen o nossobrepasan.

Obviamente algunos individuos sonmás libres que otros de esta compulsióndel ego, pero pocos son tan libres comopara que no florezca en tiempos de grantensión y ansiedad, cuando las raíces dela vida son conmovidas. Esto parece serverdadero en los líderes en posicionesestratégicas en tiempos de guerra. Estono debe ser tomado como una crítica delos cuarentones con los que he tenidoalgún trato. Con pocas excepciones, hanestado bien arriba del calibre promediotanto en inteligencia como en madurez.A pesar de ello, sus actitudes hacia supaís y sus enemigos, alcanzaron, a veces,un grado tal de distorsión que encircunstancias normales habrían parecidoextraordinarias.

Una razón fundamental para estefenómeno es que, especialmente en loslíderes y jefes de estado, la nación u otrogrupo como una fuerza guerrillera, llegaa ser una extensión de el ego. La personase llega a identificar con esta otra entidad.Esto no es extraño en sí mismo; menosmortales proyectan su ego en el comitéque presiden, en el club del cual sonpresidentes, en la familia que conducen;pero las identificaciones son menosagudas puesto que los asuntos no son tanportentosos. Sin embargo, identificarseuno mismo completamente con unanación en guerra es comprometerse una


mismo completamente con su éxito o conla caída del enemigo. No es el caso de unpaís que está en lo correcto o equivocado;uno sólo puede estar en lo correcto y elenemigo sólo puede estar equivocado. Espor lo tanto necesario que el enemigo seamal, cobarde, desleal, detestable, etc., ypara su propio lado, ser puro de corazón,caballeroso y amante de la paz. Cualquiersugerencia contraria es un insulto tanto ala causa como a aquellos que larepresentan. Alguien que parezca nocompartir es apasionado chauvinismo yanatematizado, lo cual es un problemacentral para el mediador.

Estas tendencias justificadoras ysostenedoras de la violencia sonenfatizadas por un mecanismopsicológico relacionado. Los disfrazadossentimientos de culpabilidad y maldadque se mueven furtivamente en elinconsciente pueden ser legítimamentedesechados proyectándolos hacia afueraen el objeto reconocido de discordia ydisgusto; cualquiera que intente invalidareste objetivo útil por emocionescontrarias, se dispone a convertirse enobjetivo también.

En alguna extensión esto se aplica ala mayoría de los individuos, pero loslíderes están además sujetos a la presiónespecífica de culpabildad sobre las vidasque se pierden o se desvanecen bajo susórdenes. Esto puede llegar a ser unaintolerable carga y así es el enemigo quiense convierte en el villano cuya malignidadle fuerza a derramar sangre.

Este desliz en la irracionalidadciertamente tiende a estar alentado porlos medios de comunicación, que elevanel odio a virtud y la sospecha enpatriotismo, y denuncia como traicióncualquier intento de análisis objetivo dela situación. Entre más violento sea eldiscurso del líder, más son alabados porsu firmeza y realismo. Así, suextremismo es apoyado en espiral porlas fuerzas que ellos mismos hanestimulado.

Otros factores pueden tambiéncontribuir a la tensión psicológicaimpuesta sobre los líderes. Seencuentran aislados, su propio poder yautoridad se vuelve una impenetrablebarrera entre ellos y la mayor parte desu gente. Pueden temer que susconsejeros no les dicen toda la verdad,sea porque desean ocultar su propiaestupidez o porque esperan conseguiralgun favor escondiendo lo indeseado.Todavía peor, sus ministros o generalespueden estar conspirando paraderrocarles; el asesinato es una constanteposibilidad y he conocido líderes quenunca dejan sus cuarteles militaresdonde son resguardados por uncontingente de fieles. Este es un terrenofértil para las fantasías de persecusión.

Hay otros impedimentos para hacerla paz en los que existe una mezcla defactores psicológicos que hemos estadodiscutiendo y lo que puede ser vistocomo la mitología de la guerra, es en símismo una cristalización sobre los siglosde reacciones habituales psicológicas.


El primero es un excesivo miedo demostrar debilidad. Es obvio que si, encualquier disputa, uno de loscombatientes muestra signos de darse porvencido o de retirarse, el otro atacará conrenovado vigor. Pero en la guerra, es aveces tomado en medidas autoderrotantes.Así, más frecuentemente de lo queparece, es visto como debilidad el ofrecero responder positivamente a cualquiergesto conciliatorio, tal como unapropuesta de intercambiar prisionerosheridos. Aquellos que han estadoinvolucrados en la negociación de talescasos saben muy bien cómo esacompañada de la dificultad los mástriviales detalles. Un asunto relacionado,pero uno que tiende a ser más personal aun líder en particular, es el de la dignidad,que es un modo culturalmente condicionadode expresar el ego, quizá particularmentesignificativo en Oriente, pero muy comúnen cualquier parte. Gran cuidado se tomaen evitar cualquier cosa que pueda servista como el abandono de un principio;no debe haber pérdida de dignidad, aun acosta de cosas que puedan ser vistas comomucho más importantes.

Un peligroso precepto de lamitología de la guerra es que siemprenegocia desde una posición de fuerza. Decierta manera esto tiene sentido; elperdedor o probable perdedor no serácapaz de manejar un buen acuerdo, suvulnerabilidad será una desventaja. Peroadherirse esclavizadamente a esteprincipio es una receta para el continuoescalamiento y la historia de la mayoríade las guerras es así, de hecho, un proceso

de escalamiento. Funciona más o menosasí: A, pareciendo tener una ligeradesventaja, condiciona sus términos paraun acuerdo; B, temiendo ser superado,intenta competir y constituir sus fuerzasde modo que pueda imponer sus términossobre A; claro que A, por la misma razón,las rechazará y tratará de recuperar susventajas perdidas, y así sigue hasta queuno o ambos están exhaustos o perdidos.

En cualquier caso, sin embargo, losprocesos están todos demasiadobasados frecuentemente en ilusionesacerca de la fuerza e intenciones delenemigo. En consecuencia, posibilidadesprometedoras para un acuerdo,grandemente deseadas por ambos lados,se han perdido. Agregaría que,cualesquiera sean las circunstancias y apesar de ir contra la sabiduría militarconvencional, es casi siempre sensato, yno una señal de debilidad, aceptar unapropuesta de negociación, sea sobre un

Entre más violentosea el discurso del

líder, más sonalabados por su

firmeza y realismo.Así, su extremismo

es apoyado enespiral por las

fuerzas que ellosmismos hanestimulado.


tema en específico como un cese alfuego local o un acuerdo más general.Pueda que, al contrario, sea una señalde fortaleza. El riesgo es ligero, puestoque de mostrar que la negociación essimplemente una táctica dilatoria, puedeabandonarse; y de seguro muestra corajey confianza asumir la oportunidad enfavor de una posible paz. Parecería sermucho peor apostar seguir en la luchacon la certidumbre de continuosmuertos, destrucción y sufrimiento.

Pero aunque en muchos casos losprotagonistas pronto estarían más bienhablando que combatiendo, ambosestarán atrapados en un ciclo de eventosde los cuales no saben muy bien cómoescapar. Les gustaría negociar yfrecuentemente sus respectivasdemandas no son imposiblementecompatibles. Sin embargo, sondemasiado suspicaces de sus enemigoscomo para confiar en ellos, demasiadolimitados por el lenguaje de la guerra,demasiados ignorantes de lasintenciones y motivos reales de suscontrincantes, demasiados interesadosen mantener una imagen de serimplacablemente duros, demasiadotemerosos de separarse de sus aliados oinfluyentes patrocinadores por cualquiersugerencia de ceder: y sus contricantesen el lado contrario se encuentran en lamisma posición. Consecuentemente o serehusan a negociar o lo hacen de unamanera hostil y cerrada que no se obtieneningún resultado. Así que la guerra siguehasta que uno de los dos lados colpasa ose encuentra otros que desde afuera se

involucran, o alguna otra circunstanciaque altere las cosas. Mientras tanto, lamiseria habrá continuado; la paz queambas partes han querido todo el tiemposerá ahora más difícil de alcanzar encualquier sentido puesto que hay unincremento de odio, amargura yconfusión.

No estoy sugiriendo, por supuesto,que una negociación satisfactoria essiempre posible. El conflicto de interesespuede ser demasiado grande paracomprometerse, o las demandas de unade las partes pueden ser totalmenteinaceptables a la otra. Sin embargo, losobstáculos para la paz son muyfrecuentemente más psicológicos quesustantivos. El propósito de lamediación es remover o reducir estosobstáculos.

3. Mediación

Aunque la mediación es consideradaaquí en el especial contexto del conflictoviolento, es un rol humano universal.Todos nosotros, incluso quizá el más

Los mediadores, como lapalabra indica, están en el medio. Estoes cierto en dos sentidos. En primerlugar no están en un lado o en otro;en segundo lugar, están en el centrodel conflicto, profundamenteinvolucrados en él, puesto que estántratando de encontrar una manerasatisfactoria para salir de él.


intratable y agresivo, la hemos practicadoocasionalmente. Pueda que no lahayamos denominado así cuandotratamos de persuadir a nuestra familia oamigos o colegas de ver el punto de vistade los demás y detener una contiendasobre un asunto trivial. Pero eramediación: fuimos la gente en medio deaquellos que discutían, sin tomarposición, aunque estuvimos bajo presiónpara hacerlo; no personalmenteimplicados en la disputa, peropreocupados por la situación yprocurando mejorarla.

Lo que los mediadores hacen estratar de establecer o re-establecercomunicaciones suficientemente buenasentre las partes en conflicto de modo quepuedan conversar sensatamente uno conotro sin estar cegados por emocionescomo el temor, el odio y la sospecha. Estono necesariamente resuelve el conflicto;la mediación debe ser seguida por lanegociación cualificada, usualmentedirectamente entre los protagonistas,apoyados por una medida de toleranciamutua y por la determinación de alcanzaracuerdos. Pero es un buen comienzo.

Esto es aplicable sea el conflictoentre individuos o entre naciones, eindependientemente de la cultura,ideología política o religión. Aunque lascircunstancias de una disputainternacional, económicas, políticas yestratégicas, son muy diferentes de lasdisputas emocionales como, por ejemplo,una marital, ambas ultimadamenteenfocadas en seres humanos que tienen

que tomar decisiones y actuar, y quetienen pasiones, temores, esperanzas,rabia y culpabilidad. Son prácticamentelo mismo sin importar quienes y dondeacontezcan. Esta, al menos, ha sido miexperiencia.

Mediación no oficial.

Dentro del contexto del conflictoviolento, las formas de mediación puedendiferir considerablemente. Algunasinvolucran misiones de corto plazo conun objetivo muy específico, como las deTerry Waite para asegurar la liberaciónde prisioneros en varias partes del mundo,o la diplomacia de un Henry Kissingeryendo rápido de una ciudad a otra a vecessin mucho éxito. También está el trabajode largo plazo de los oficiales de lasNaciones Unidas como DagHammarskold, Brian Urquhart o SeanMcBride, procurando año tras añoresolver una amarga disputa tras otra.

Estos y muchos otros modelospueden ser útiles y apropiados. Lo quevoy a discutir es la mediación usualmentede largo plazo, llevada a cabo por gruposno oficiales u organizaciones, iglesias uotras organizaciones religiosas, grupos decaridad, académicos o individuosinteresados y sin el respaldo deinstituciones (aunque los individuos sintal respaldo tienden a experimentardificultades al lanzar o mantener sumisión, sufren de considerableslimitaciones y naturalmente incurren enconsiderables costos). No voy a hablarde la mediación de la ONU, por muy

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valorada que sea; el patrocinio de unagran organización internacional creacondiciones, ocasionalmente menosfavorables donde existe desconfianzaunilateral de ello, diferentes de aquellaspertenecientes a instituciones tantogubernamentales y privadas o respecto dela mediación no-oficial. Lo que tengo quedecir se deriva de la experiencia directade mediación iniciada por los Cuáquerosquienes, de la media docena más o menosde organizaciones que conozco que hantrabajado en este campo, tienen la másamplia y variada experiencia, así comode los esfuerzos personales aunquellevados a cabo con mucha ayuda de partede los demás.

Es quizá necesario enfatizar queaquellos involucrados en la mediaciónprivada nunca son, hasta donde yo sé,pagados, excepto en sus gastos. Nitampoco están limitados por la necesidadde la confidencialidad, hacer dinero oalcanzar algún tipo de ego-destacablecomo escribir artículos o darconferencias. Su mediación es quizá másapreciada porque en ningún sentido estáninfluidos por algún tipo de ganancias; nohay razón por qué ellos deban sometersea problemas considerables einconvenientes excepto por el contribuirsi es posible a la reducción de la miseriahumana.

También hay, claro está, desventajasen la mediación no-oficial. No hayautomática entrada, como podría tenerlaun embajador, ante una autoridadreconocida; no hay fuente establecida de

información; no hay ayuda para hacercitas y arreglos de viaje ni serviciossecretariales, todos ellos serían de unacarga considerable bajo ciertascondiciones; pero sobre todo, no haypoder como el que podría ser gozado porlos representantes de un importante paísque puede reforzar argumentos por mediode una combinación de amenaza ypromesa. Oran Young (1967,1972)concluye que a los intermediariosprivados sin poder y recursos políticos,les falta la “prominencia” para alcanzarresultados diplomáticos mayores.

Existe, sin embargo, una ventajamuy considerable. Paradójicamente, sederiva directamente de la mayordesventaja. Los protagonistas con los queel mediador trabaja pronto descubren, siel mediador actúa correctamente, que suúnica motivación tiene que ver con elsufrimiento ocasionado a ambos ladospor el conflicto, y la determinación dehacer todo lo que esté a su alcance parareducirlo. No les interesa quien gana opierde; no se parcializan, considerandocomo único enemigo la guerra y eldesperdicio y dolor que esta trae; sonconsistentes en su honestidad,comprometidos y con buena voluntad. Adiferencia de los diplomáticos oficiales,aun siendo humanos como son, suobjetivo no es promover la político de supropio país; en contraste, se reconoce queun representante oficial de un país debellevar a cabo las instrucciones del país alque sirve, incluso si van contra susmejores intereses frente a aquellos antelos cuales ha sido acreditado. Así, en


ciertos aspectos, el mediador no oficial oprivado puede ser más confiable y creíbleque uno oficial. Una ventaja ulterior dela posición particular de los mediadoreses que pueden ser desmentidos si poralguna razón causan algún incidente oincluso expulsados del país sin causarfuror diplomatico alguno; son útiles ydesechables a la vez.

¿Qué hace entonces esta gente? Antetodo, como bien puede suceder, no sonbien conocidos o no han sidoespecíficamente invitados, y debenconseguir la aprobación de una visita alpaís o paises relacionados y ganar laaceptación de la gente con la que debentrabajar, de preferencia miembros clavesde los gobiernos relacionados —consideraremos este proceso brevemente.El propio trabajo, cuando comienzarealmente, es el de abrir mejorescomunicaciones entre las partes enconflicto. Esto incluye tareas tales comollevar mensajes de un lado a otro,usualmente extendiéndose en lasimplicaciones y significados detrás delmensaje; toma un tiempo considerablepara explicar los motivos e intencionesde un lado para con el otro; interpretanlos enunciados o crípticas “señales dehumo” enviadas para cualquiera de losbandos; corrigen información equivocadae impresiones erróneas obtenidas dedeclaraciones y discursos de los líderes,identificando los intereses comunes delos protagonistas; hacen sugerenciasacerca de cómo mejorar la comunicaciónentre los protagonistas y cómo superarobstáculos para alcanzar acuerdos; tratan

de establecer relaciones amistosas contoda la gente posible especialmente conaquellos decisivos, en ambos lados; ytratan de mantenerse bien informadosacerca de la situación de modo quepuedan hablar constructivamente sindesacreditar su habilidad para actuar enuna manera informada y útil. Para llevara cabo estas tareas pueda que tengan querealizar algunos viajes difíciles opeligrosos, buscar gente en lugaresremotos y sufrir algunas incomodidadesy privaciones propias del tiempo deguerra. Aunque pueden esperar relacionesamistosas con los involucrados,probablemente también harán enemigos,puesto que siempre hay algunos que noquieren la paz, los halcones que piensanque sería posible conseguir un mejor tratocontinuando la lucha. Un mediador quefavorece la paz, especialmente si se lepone atención, puede ser una amenazapara aquellos que quieren descartarla.

Debemos considerar también que losmediadores no son “negociadores”. Losnegociadores tienen que ver con la

Debemos considerartambién que losmediadores no son“negociadores”...Usualmente(los negociadores) sonrepresentantes de las partesen conflicto y por tanto deningún modo imparciales.


naturaleza y detalles de cualquier acuerdoen consideración y con los compromisospor medio de los cuales se alcanza.Usualmente son representantes de laspartes en conflicto y por tanto de ningúnmodo imparciales. Los mediadores, porotro lado, no tienen visiones particularessobre el carácter de la resolución. Por esomismo, consideran impropio interferir enla promoción de la solución; su trabajoes facilitar una solución aceptableayudando a clarificar los obstáculos delprejuicio e incomprensión que impidena los protagonistas alcanzar un acuerdoconjunto. Esto no quiere decir, porsupuesto, que los mediadores no puedanmovilizarse entre las partes negociadorastratando de mantener buenascomunicaciones.

Los mediadores deben también sermuy cautos al involucrarse en conflictosen los que una de las partesexplícitamente posee mucho más poderque el otro y está genuinamente confiadode una victoria. La razón no es que el másdébil, y a veces oprimido, no deba serabandonado, sino que la mediaciónsimplemente no funciona. Los másfuertes no van a tomar en cuenta cualquierapelación por clemencia o compromiso.¿Por qué deberían? Están confiados quepueden conseguir lo que quieren sin cederuna sola pulgada. Si ellos no rechazan laidea de la mediación directamente,utilizan a los mediadores para hacer supropio trabajo sucio proponiendotérminos al débil que son equivalentes ala rendición, términos que, si sonaceptados, en muchos casos simplemente

restablecerían las condiciones quecondujeron a la guerra en primer término.Los mediadores pueden únicamenteaclarar que no tomarán parte en tal juego;su propósito es trabajar por una pazarmoniosa y justa, no por la pasividad delsujuzgamiento. La sumisión en esta etapasin resolución alguna, más bienprobablemente conduciría a unarenovación del conflicto, puesto queninguna situación es permantente.

¿Qué pueden hacer los mediadoresen tales circunstancias? En primer lugar,antes de retirarse, deben asegurarse quela evaluación de la situación es realmentecorrecta, que el fuerte es implacablementeinflexible o que el débil no tieneoportunidad de enfrentar su poder y entraren negociaciones justas. Incluso sideciden que de hecho están en lo correcto,puede ser todavía sabio tratar de construirrelaciones, quizá con los líderes de laoposición o gente no oficial perosignificativa, que podría iniciarmediaciones cuando o si la situacióncambie eventualmente. Por ejemplo, laamistad hecha por algunos mediadorescon líders africanos de Zimbabwe convarios años de anticipación, grandementefacilitó la mediación cuando se hizoposible.

Los mediadores pueden posiblementedecidir que deben temporalmente abdicarde su rol y su imparcialidad para ponersedel lado del débil; esto es puramente unacuestión de consciencia y juicio personal.Sin embargo, si deciden servir a lasvíctimas de la violencia directamente, su


mejor rol y el más apropiado puede serempoderarles a través de la comprensiónmás clara de su situación, y organizandoy prácticando la resistencia no violenta.

Mediación de largo plazo

Una característica importante de estetipo de mediación es su larga duración.Se puede admitir que ha habidomediaciones más bien breves,argumentos persuasivos para atraer a laspartes tras una disputa repentina y que,cuando las temperaturas han descendido,es rápidamente controlada. Másfrecuente, sin embargo, lo que parecesuperficialmente una mediación corta essólo un incidente, incluso uno crucial, enun proceso que comenzó antes y quecontinuará despues de él; tal fue lamediación que condujo al acuerdo deCamp David; el proceso que duró ahídías, fue precedido por un largo períodopreliminar que todavía continúa en ciertosentido.

La verdad es que hacer la paz decualquier tipo es más bien un proceso de largoplazo. Las más grandes virtudes en losmediadores son esperanza y paciencia, puestoque durante el período deben lidiar con losproblemas intransigentes que un proceso depaz sin final, muchas veces cuando laperspectiva es más clara. Cambios repentinosen el campo de batalla, el reemplazo de una“paloma” por un “halcón”, algunaintervención externa, un rumor, un errortáctico, puede demoler meses de preparacióndolorosa para una iniciativa de paz.

Pero la tarea de mediación, por supropia naturaleza, puede rara vez serllevada a cabo rápidamente y por lamisma razón que los conflictos no puedeterminar rápidamente: depende más de lapercepción humana que de circunstanciasexternas, la primera siendo más obstinaday difícil de influencia que las segundas.

En el lento movimiento hacia lanegociación, los acuerdos y la eventualrestauración de relación completamentepacíficas, los niveles significativos sonlos cambios en la visión más que en lafirma de acuerdos que resultan de ello, lagradual erosión del miedo, la antipatía yla sospecha, y el lento cambio de laopinión pública. En constraste, el cese dela violencia cotidiana como resultado deuna victoria militar puede conducir a unrápido acuerdo que usualmente es deningún modo paz en el sentido de laarmonía y la consideración mutua. Lavictoria dicta términos que no pueden serrechazados, así de simple es.

Pero la tarea demediación, por supropia naturaleza,puede rara vez ser

llevada a caborápidamente y por

la misma razónque los conflictosno puede terminar

rápidamente


Es por tanto, apropiado para lamediación que sea llevada a cabo porpersonal no-oficial que no corre el riesgode ser transferido, sino que puedemantenerse en la tarea, consolidando lasrelaciones de las que depende la paz ylas consiguientes ramificaciones de lasituación en curso, el auge y caída devarios actores.

Llegar a estar asociado con unamediación tal, es hacer un compromisode llegar a ser un elemento en unescenario conflictivo por un períodosignificativo de tiempo. En aquellas enlas que he estado involucrado han duradodesde cuatro años y nunca menos de dos.Mis colegas (cuando he tenido alguno) yyo no estábamos claro en primera líneatodo el tiempo; yo, por ejemplo, retornabaa casa o a la universidad y reasumía misactividades usuales de enseñanza yredacción, de esposo y padre. Pero laguerra nunca está lejos de la superficiedel pensamiento, hay cartas y llamadasque hacer, muchas negociaciones endiversos lugares; la maleta permanecemetafórica y muchas veces literalmenteempacada. Nos mantenemos en contactotanto como es posible, debatiendo lossignificados de nuevos desarrollos,planeando la estrategia y esperando lapróxima visita. Tan pronto comoaceptamos este rol, aceptamos laresponsabilidad de tomar parte en unterrible drama; y nuestra participacióndebe seguir, a menos que un sustitutopueda hallarse, hasta que la tragediatermine.

El inicio de la mediación

Puede ser de interés considerar lamanera en que la mediación da inicio. Aveces una organización, o quizá más bienun individuo, es contactado directamenteen virtud de su reputación y se le solicitaque medie, quizá sobre un asunto enespecífico. El o ella sin duda aceptará ycomenzará con cualquier tipo de apoyodisponible de su organización. Cuandono existe un contacto directo, la entradaes obviamente más difícil. En minecesariamente limitada experiencia,puede suceder de una manera noplanificada, o al contrario, muy bienplanificada. En una ocasión visité unlugar en conflicto violento porque estabainteresado en lo que estaba sucediendo.Fue sólo después de repetidas visitas queme di cuenta que me había hecho ya unatarea, que era conocido y aceptado por

un buena cantidad de gente y que mi ir yvenir entre diferentes grupos parecía serbienvenido. Así seguí por varios años enuna tarea más urgente y al mismo tiempomás esperanzadora. Pero este tipo de

A veces unaorganización, o quizámás bien un individuo,es contactadodirectamente en virtud desu reputación y se lesolicita que medie, quizásobre un asunto enespecífico.


esfuerzo más o menos aislado no siemprees posible, comenzando por razonesfinancieras.

Un esfuerzo más organizadotambién tiende a iniciar por elinvolucramiento de un individuo por unasituación particular en la que el o ella estárelacionado, por ejemplo, con losCuáqueros. Así, (hablando sólo por losCuáqueros con los que he estado en elproceso varias veces), la secuencia vienea ser más o menos como sigue.

La persona discute el asunto con elgrupo apropiado dentro de laorganización Cuáquera y una decisiónpreliminar se toma. Esta puede ser la deexplorar más; decir “no” porque seaimpracticable (pueda que no haya unapersona calificada para asumir elproceso) o pueda que tenga una prioridadmenor que otros proyectos enconsideración; puede ser referida a otrogrupo de la Sociedad de Amigos,posiblemente los Cuáqueros australianossi el conflicto es en el área del Pacífico;o pueda parecer que la necesidadprincipal sea por alivio más que pordiplomacia.

Si, sin embargo, se decide examinarla cuestión en detalle, más gente habráde ser consultada. Se hacen visitas arepresentantes locales de las partesinvolucradas, la Foreign CommonwealthOffice en Londres, el Departamento deEstado en Washington, a las oficinasapropiadas de la ONU en New York yGénova. El propósito de estas visitas es

de conseguir mayor información sobre lasituación, no se dirá nada sobre lamediación, porque sería prematurohacerlo.

Si estas investigaciones preliminaresparecen favorecer la posibilidad de unamediación eventual, el próximo paso bienpuede ser un reconocimiento. Un grupopequeño de gente visitará al embajador oembajadores de la nación o nacionesinvolucradas para expresar su malestarpor el sufrimiento causado por elconflicto. Preguntarán si habría algunaobjeción para visitar el país para conocermejor la situación, en tanto suorganización siente que los reportajes delos medio son inadecuados. La respuestausual sería la de dar la bienvenida a lavisita puesto que “les posibilitaríaconfrontar la mentira de nuestrosenemigos”. Esta es la primerademostración de la imagen reflejada queel representante de cada protagonistatiende a hacer una observación similar,cada uno implicando que ellos sonhonestos, amantes de la paz y sinceros,mientras sus enemigos son lo contrario.

Si todo va bien, el equipo dereconocimiento se arma. Habránprobablemente dos o tres individuos: unoes muy poco frente al combinado juiciode dos o tres, que es lo deseable; cuatroya es mucho, eso constituye unadelegación a quienes los oficiales lesdarán un discurso más que conversar.

En general el equipo hallará que lagente también está deseosa de dialogar.


Tomará tiempo escuchar, varias veces,casi las mismas narraciones de lo sufrido,y la barbaridad sin rival y rudeza de susenemigos.

Pero la transición desde la fase delos hallazgos a la mediación está todavíapor hacerse. El cruce más simple de labrecha ocurre cuando el equipo le dice aalguna persona importante que va avisitar el otro lado y pregunta si “hay quepodemos hacer por ustedes ahí”. Larespuesta puede ser “estaría muyinteresado en sus propias impresiones”de “si ven esto y lo otro, podrían decir...”Y quizá un mensaje ligeramentesignificativo puede ser entregado. Heencontrado que tales respuestas estánhechas como para probar la objetividadde aprender alguna cosa útil. Un amigo yyo encontramos un buen ejemplo durantela guerra civil en Nigeria. En una fasetemprana de nuestro trabajo, antes deencontrarnos con el general Gowon, el

jefe del gobierno militar nigeriano, loscuáqueros tenían un plan tentativo paraun encuentro secreto con genteimportante de ambos lados. Se pensóentonces, que esto podría ser más efectivoque los esfuerzos previos que habíanfracasado por la publicidad. Variosoficiales trataron de arreglar citas, perose nos dijo que habían sido siemprevetadas por un tal señor King, queimáginabamos era un consejero blanco,algún tipo de eminencia blanca (que dehecho resultó ser un nigeriano y llegó aser un cercano e importante amigo). Sinembargo, al final el secretario permanentedel Ministro de relaciones exteriores vioque nuestra idea era buena y pasó porencima de King. Tuvimos un encuentrocon el general, quien estaba ligeramenteinteresado en la propuesta pero dudososobre nuestros propósitos de visitar alcoronel Ojukwu, su enemigo, el líder deBiafra.

“Él simplemente utiliza su visita conpropósitos propagandistas”, dijo él,“proclama que los Cuáqueros apoyan sucausa”. Nosotros le aseguramos que nole daríamos a Ojukwu razones para decireso y preguntamos si en realidad nosestaba pidiendo que no fuésemos. “No”respondió él, “pero por favor, no digannada que pueda ser interpretado como sies sugerencia mía. Sería un peligrosoerror para él, pensar que yo estoy tomandoese tipo de iniciativa. Es más”, continua,“tendrán que viajar en una nave pirata conarmas, a las cuales mi aviación tieneorden de derribar. Temo que no puedahacer ningún tipo de acuerdos para la

Esta es la primerademostración de la

imagen... cadauno implicando

que ellos sonhonestos, amantes

de la paz ysinceros, mientrassus enemigos son

lo contrario.


seguridad de su viaje en particular”. Leaseguramos que seríamos muy cautelososen nuestros tratos con Ojukwu y queestaríamos preparados para correr losriesgos del viaje. Entonces dice: “Cuandole vean pueden decirle que en un eventualcese de fuego, ordenaré a mis tropasdetener su avance y hacer los arreglospara una fuerza neutral que salvaguardeel cese al fuego”. Este de hecho era unavance en las condiciones previas.Gowon finalmente nos deseó bien y dijoque estaría interesado en escuchar denuestra experiencia e impresiones siretornábamos bien, lo que él esperaba quesucediese.Conseguimos inmediatamenteuna cita con el general, que nos recibiócalurosamente. Este fue el comienzo deuna buena relación que duró a lo largo delos restantes años de la guerra.

Esta es la manera como unamediación comienza. Había habido unaronda de encuentros y discusiones en laONU en Nueva York y en Washington, yse había hecho un reconocimiento queduró varias semanas. Pero la mediaciónreal no comenzó hasta que se nos dio unmensaje específico para entregar por elgeneral Gowon, retornamos con unarespuestas (de hecho no de aceptación,pero la idea continuó viva) y, comomostró el monitoreo de la radio en Biafra,nuestra visita no había sido usada parapromover nuestra propia publicidad o lacausa de Biafra. El hecho de haber estadopreparados para enfrentar ciertos peligrospor ninguna ganancia personal, tambiéncontó considerablemente a nuestro favoren ambos lados. Después de esto, el

alcance de nuestras actividades seincrementó grandemente en todas lascuatro categorías de la labor de mediaciónque consideraremos en la próximasección. Debo agregar que en los casosen que se involucran diferenciasideológicas extremas junto conestereotipos rígidos derivados de ellos,el proceso de ganar aceptación puededurar mucho más tiempo y puede serinfinitamente más complejo.

Dificultades de los mediadores

Hemos discutido algunas de lasdificultades intrínsecas del proceso depaz. A estas debe agregarse las peculiaresde la mediación.

La esencia de estas es que elmediador está tratando de construirpuentes con la amistad en un terrenocargado de odio entre gente que bienpuede estarse matando uno a otro ygenerando molestia paranoica y sospechaque justifica los excesos. ¿Cómo puedenlos protagonistas confiar en estas gentesque solicitan estar en buenos términoscon sus declarados enemigos? De hechoparece ser un tributo al genuino deseo porla paz y esencial buen sentido de lamayoría de los líderes que he conocido,que eran capaces de tolerar e inclusodesarrollar relaciones cálidas con talescaracteres ambiguos.

Es realmente cierto, sin embargo,que los mediadores tienen que estar enconstante alerta por temor a una palabradesprotegida que sugiera algún tipo de


favoritismo hacia alguna de las partes.Por ejemplo, referirme al Norte de Irlandacomo Ulster ante un republicano o comolos Seis Condados ante un Realista,inmediatamente pondría miimparcialidad en cuestión. Incluso la mástentativa sugerencia de que uno acepta elcaso del enemigo, o su explicación sobreun suceso en particular, levantarásospechas que habían sido ya calmadastras meses de buen tacto y consistentebuena voluntad. En dos ocasiones en miexperiencia durante la guerra civil enNigeria (la guerra de Biafra), otrassecciones de la organización cuáquerarelacionadas, sin saber nada de lamediación, hicieron comentariosimplicando simpatía con la gente deBiafra en hambruna. Aunque losmediadores no sabían nada de esto, unasombra cubrió temporalmente lasrelaciones con los líderes nigerianos; siestas relaciones no hubieran sido ya muybuenas, sin duda se habrían roto. (En eltema de Biafra, habernos referido con esetérmino hubiera sido desastroso;usábamos en vez de ello el eufemismo“la otra parte”).

Claro, no hay razón para esconderlas relaciones que se tienen con una parte,a la otra parte. Esto es central a lamediación. Si los mediadores noinformaron a X que iban a visitar a Y, aquien odia, puede esperarse algún tipo deproblema, pero podrían sospechar dehacer algo peor. Si, todavía más, sonhallados en un engaño, se puede creer queson espías o informantes. En cualquiercaso su utilidad como mediadores llegaría

a su fin. No, es mejor en todos los casosser honestos y abiertos. Sólo con estrictaverdad, amistad y comprometidaimparcialidad es como los mediadores seganan el derecho incondicional para estaren buenos términos con ambas partes.

Pero déjenme aquí interpolar otradificultad. Los mediadores debenciertamente estar comprometidos con laverdad puesto que la más pequeña de lasmentiras, en una atmósfera tantensamente cargada, sería una prueba dedeshonestidad. Por otro lado, debentambién ser fieles a sus principios; sesuponen son motivados por valoresmorales más que por el beneficio y laesperanza de avance, pero cualquier errorarrojaría dudas sobre la probidad. Deben,sin embargo, no sólo ser estrictos con laverdad, sino también tener mucho tacto.Estos tres requisitos en ellos puedenllegar a estar en conflicto.

Supongamos que alguna atrocidad escometida, ¿se supone no deben hacerprotesta alguna, y en tal caso la sinceridadde sus principios sería cuestionada otendrían que decir que están impactadosy horrorizados, posibilitando así servistos como simpatizantes con elenemigo e incurriendo así en graveofensa? Quizá lo mejor es expresar pesar,pero de una manera que sugieraculpabilidades excepto a la práctica de laguerra, que hace tales tragedias,cometidas inevitablemente por un lado uotro. Enfrentado a este dilema,usualmente he encontrado que asumiendoasí las cosas no violo mi propia


conciencia. Si, a pesar de las atrocidadesestas son negadas o atribuidas al enemigocon sospechosa regularidad, losmediadores deben decidir si se arriesgana hablar o se mantienen puntualmentesilenciados.

En las etapas preliminares de sulabor, se intentará utilizar a losmediadores de maneras diversas. Enparticular, los protagonistas tratarán deganarle a su favor. Esto parece ser unimpulso natural de parte de aquellosinvolucrados en el conflicto, pero sitienen éxito, echarían abajo cualquieresfuerzo por una mediación real. Sinembargo, si los líderes realmente deseanlos frutos posibles de la mediación,pronto captan el mensaje e intercambianel valor de la propaganda potencial de“convertir” al mediador por el decolaborar con ellos. Hay, sin embargo,maneras más sutiles en las que losmediadores pueden ser utilizados. Lespueden solicitar que den mensajes queson intencionalmente engañosos,sugiriendo, por ejemplo, que una de laspartes está dispuesta a las negociacionescuado en realidad espera calmar alcontrincante con un falso sentido deseguridad, facilitando la preparación denuevas posiciones o el lanzamiento de unataque sorpresa.

No es simpre fácil defenderse contratal deshonestidad, aunque puede ayudarel establecer firme y diplomáticamenteque cualquier manipulación significará elinmediato retiro. Afortunadamente, unavez sus sospechas se presentan, los

mediadores están usualmente en posiciónde consultar con sus propias sedes y/ootras personas relacionadas o conocidas.Estos pueden ser oficiales de diversasembajadas, representantes de agenciasinternacionales, el secretariado de laCommonwealth, la OAU u otrasinstituciones. De hecho, tales contactosy consultas son una característica regularde la mediación. Según procede lamisión, una red de gente involucrada esdesarrollada incluyendo las que ya hemencionado así como miembros deiglesias locales, organizaciones dederechos humanos, institucionesacadémicas, etc. Los mediadores rara vezestán completamente aislados, aunquesiempre deben guardarseescrupulosamente de revelar lo que se lesha dicho en confidencia —si lo hiciesen,nunca más se confiaría en ellos y sumisión se vería en serios problemas.También deben prevenirse de excesivaintimidad o dependencia con amigos, porejemplo en su propia embajada; talesintimidades pueden ser tomadas comoobstáculos.

Los mediadores debenciertamente estar

comprometidos con laverdad... deben también

ser fieles a sus principios...tener mucho tacto.


4. La práctica de la mediación

Aunque obviamente cambiará y seexpandirá, siguiendo los contornos de lascircunstancias, pronto llega a ser posibleidentificar cuatro aspectos de lamediación. Estos se encuentranentrelazados y traslapados perodistintamente enfatizan la unitaria tareade juntar a aquellos que han sidoseparados por la violencia.

Construir, mantener y mejorar lascomunicaciones. Con esto me refierotanto a la propia comunicación delmediador con ambos gruposprotagonistas y ciertamente otros gruposinvolucrados, y — a través delmediador— entre los protagonistasmismos, siendo lo segundo dependientedel primero y ambos esenciales a lamediación.

Discusión

Obviamente es mejor ser mensajeroque sólo llevar un mensaje y entregarlocomo un cartero. Por una sola cosa,normalmente no estará escrito, pero aun

en ese caso, hay siempre más que decira cerca de las circunstancias en las quees enviado y el modo de los emisores.Además, probablemente necesitará serampliado y explicado, las ambigüedadeselucidades, etc. La primera necesidad,por tanto, es que los mediadores debenser aceptados en este justo rol activo(parte de lo que he llamado mediaciónactiva, discutida más abajo) y puede dehecho comunicarse con los líderesrespectivos; comunicarse en el sentidode presentar material al que pondránatención y comprenderán (sipreviamente se ha alcanzado un nivel deconfianza mutua). Pero esto es algo másen el campo del construir amistad y queserá discutido un poco más adelante —por ahora sólo repetiré que estasdimensiones de la mediación seencuentran normalmenteinextricablemente conectadas.

Los siguientes incidentes ilustrancómo los mediadores pueden intentarservir como canales de comunicaciónentre los protagonistas.

Uno de las más importantesconferencias que pretendía resolver lacrisis de Biafra fue patrocinada en 1968por la Organización de la UnidadAfricana en Addis Adeba bajo lapresidencia formidable y remota delanterior emperador Haile Selassie. Tresde nosotros estabamos esperando y, comousual, manteniendo el contacto con lasdelegaciones de Nigeria y Biafra. Prontose hizo obvio que las cosas no iban a ir

Hemos visto que los posiblesmediadores han de pasar a través delo que puede llamarse períodoprobatorio, a menos claro está, quehayan sido invitados por los propiosprotagonistas. Sin embargo, si hanganado la suficiente aceptación, sulabor comienza a tomar forma.


del todo bien; ambas partes hicierondeclaraciones molestas de carácterimpenetrable; no hubo debate, ningunaparte cedía. Cada uno estaba tenso ypreocupado; era difícil tener unadiscusión razonable con cualquiera deellos. Los de Biafra estaban fieramenteobstinados, poniendo sus esperanzas enasistencia masiva militar de parte deFrancia, aunque habían perdido todoexcepto ciudades importantes. Losnigerianos, bajo el implacable jefeEnahoro, estaban guíados por los éxitosmilitares y convencidos de que los deBiafra no podían continuar con laresistencia organizada (de hecho lohicieron por casi 18 meses). No parecíahaber esperanza de compromiso y nopodíamos vislumbrar nada sino unaindefinida continuación de la angustia deBiafra.

Entonces, una noche tuvimos unalarga plática con Eni Njoku, el jefe de ladelegación de Biafra. Le conocíamosbien, habiéndonos encontrado en distintaspartes de Africa, en América y, enmejores tiempos, cuando era vice-canciller de la Universidad de Nigeria enNsukka. Se encontraba en estado desilenciosa desesperación, diciendo quetenía propuestas que podrían romper elimpase, pero que no podía expresarlasabiertamente porque parecería,incorrectamente, implicar un abandonode su posición y una pérdida de control.Su único efecto sería, por tanto, deintensificar la presión militar nigeriana;el gobierno federal pensaría que tendríanlistos a Biafra y con la esperanza de

conseguir una victoria militar completasin necesidad de compromiso alguno.

Sea que Njoku estuviese en locorrecto o no respecto a la posiblerecepción de sus propuestas, nosparecieron a nosotros razonables yconstructivas. Proponían que Biafradebería ser aceptado como parte de laUnión Nigeriana. Todo lo que pedían erados medidas diseñadas para asegurar a lagente ante el miedo de una repetición delas horribles masacres que precedieron ala guerra. Estas eran, en primer lugar, quese les debería permitir algún tipo defuerza militar; segundo, que deberíantener algún tipo de presenciainternacional para asegurar que cualquieragresión contra ellos atraería la atencióninternacional y no pudiese descartarsecomo un simple “problema interno”. Lafuerza militar, dijo Njoku, podría ser unpoco más que una especie de guardia civily cierta presencia internacional podría serconseguida con una plaza en alguna delas agencias especiales de la ONU o enalguna organización internacional. Peropuesto que Njoku sentía que no podíapresentar tales propuestas sin provocarprecisamente los efectos contrariosdeseados, nos pidió hacerlo en su lugar.

No había manera en la quepudiesemos presentar la propuesta en laconferencia en la que no teníamosparticipación oficial, así que decidimosretornar a Lagos. Esto supuso viajar aRoma y de ahí a Nigeria. Recuerdo ladelicia de una noche de verano en Romacuando salimos a buscar una buena cena


de pasta y una botella de vino, una nocheentre el extremo calor de Lagos y el airehúmedo de la meseta de Etiopía.

Gowon estaba tan amistoso comosiempre cuando presentamos,ciertamente argumentamos, el caso deNjoku. Prometió que las ideas de Biafraserían consideradas, y regresamos aAmérica, donde yo residía.

Poco tiempo después, se nos dijo quehabía habido mucha discusión de laspropuesas, pero que los halcones habíanganado. Dijeron que nada nuevo había enofrecimiento, que todo era un truco, unmodo de ganar tiempo. De este modo,para entonces, eso era todo. Pero pocotiempo después, uno de nosotros sereunión con el embajador nigeriano en laONU, quien no había oido nada de lo queestaba pasando. Cuando lo hizo, quedóhorrorizado al ver que las propuestas deBiafra habían sido abandonadas,sosteniendo que de hecho constituían unanueva e importante iniciativa.Rápidamente retornó a Lagos a reavivarel debate. Pero para este momento, lasuerte militar de Biafra se habíarecuperado un poco; ya no querían el tipode acuerdo que les satisfacía cuando lascosas iban mal.

Tuvimos otra experienciacomparable que ilustra la diversidad dela vida del mediador. Dos de nosotrosacordamos transportar $57,000 enefectivo (una cantidad formidable en1968) que había sido recaudada paraayudar a los centros establecidos para la

gente en hambruna desplazados por elconflicto en Biafra. Fue más bien un viajedesgastante — tuvimos que aterrizar enla pista de Uli, una brecha meramenteampliada, con incesantes luces de batallailuminando la jungla y las trazadorasencima de nosotros. A mitad de caminoen nuestro viaje para entregar el dinero,tuvimos un encuentro con SylvanusCookey, un teniente de confianza deOjukwu. Dijo que la situación eradesesperada con el ejército federalavanzando constantemente a lo largo delas vías principales; era esencial quearreglásemos una reunión para discutir uncese al fuego tan pronto como fueseposible.

Tan pronto como fue posible,volamos en un avión de la Cruz Roja a loque era entonces la isla española deFernando Po y después a Camerún. Miamigo fue a Lagos a informar al gobiernonigeriano, yo fui a Londres a informar alsecretariado de la Commonwealth y algobierno británico, y de ahí fui a América.

Pocos días después, sin embargo,nuestras esperanzas se desvanecieronnuevamente. Ojukwu lanzó un discursofiero diciendo que los de Biafra nuncacederían una pulgada cuadrada de susagrado territorio. ¿Qué significa esto?,preguntaba Gowon, quien estabaprácticamente listo para un cese al fuego;¿Han realmente cambiado de opinión? Alos Cuáqueros se nos pidió contactar losrepresentantes de Biafra en Europa paraaveriguar. Pero realmente nadie sabianada. Pronto, sin embargo, vino una


invitación para retornar a Biafra junto conun número de representantes de Biafraque habían visiblemente cuestionado ladecisión de continuar la guerra.

Yo no fui, pero sí lo hicieron mis dosamigos. A la llegada, fueron mantenidosincomunicados por cinco días antes deser sometidos a una reprimenda de partede Louis Mbanefo, el jefe de justicia yotros muchos miembros de la élite deBiafra. El tema principal era que ellosnunca se rendirían, y que debíamoshacerle saber a todos que no aceptaríancompromiso alguno. Finalmente sedisculparon por hablar tan duramente,diciendo que no había nadie con quienesellos pudieran desahogarse. Y eso, otravez, había sido eso. Mis amigosretornaron extrañados.

La razón pronto se hizo clara, sinembargo. El general de Gaulle habíavenido en su ayuda para asistirles y habíahabido un puente aéreo de armas desdeel vecino Gabón, uno de los cuatroestados africanos que había reconocidoa Biafra. Biafra decidió que, después detodo, tenían una oportunidad;contraatacaron y recapturaron Owerri.Esto les hizo arrepentirse amargamentede su pérdida de control que le habíainducido a solicitar la paz. Sucomportamiento hacia nosotros se habíadiseñado para demostrar que no se habíanablandado en su resolución por seguirluchando.

Claro que algunos mensajes llevanalgunos resultados satisfactorios aunque

quizá menos interesantes. Por ejemplo,una vez transmitimos una solicitud decese al fuego, la cual fue acordadainmediatamente sin necesidad dediscusión alguna. Pero los últimosesfurezos exitosos para actuar como canalde comunicación vino cuando losprotagonistas mismo lo asumieron, nonecesitando más la intervención de losmediadores.

Proveer información

Esto significa intentar ser conscientede los hechos necesarios para establecerpolíticas razonables y así no serarrastrados por el rumor, desinformacióno prejuicio; la paz y la negociación sonpuestas en peligro más por la ignoranciaque por la verdad, aunque sea disgustante.Proveerse de información es, porsupuesto, también un aspecto de lacomunicación, especialmente porque lamanera de la transmisión y la calidad dela relación determina si ha de serescuchada o comprendida.

Esto significa intentarser consciente de los

hechos necesarios paraestablecer políticas

razonables y así no serarrastrados por el

rumor, desinformacióno prejuicio...


Discusión

Los mediadores suelen estar en unabuena posición para proveer informaciónimportante para el inicios de losmovimientos hacia la paz —y paramantener las actividades. Mucha de estainformación tiende a ser negativa,rechazo de declaraciones echas por cadalado respecto a los otros, como lasiguiente: “Queremos un acuerdonegociado, pero no es bueno, puesto quenuestros enemigos están fijados en unasolución militar”. Los mediadores que semueven entre las partes deben ser capacesde proveer evidencia que la interpetaciónde cada parte sobre la intepretación de laotra respecto a las intenciones del otroson incorrectas.

Pero de hecho, cualquierseñalamiento respecto a la otra parte debeser hecho con precaución. Ambas partes,mientras no sean tan crasas como parapreguntar cosas obviamente militares,estarán dispuestos para dispensarinformación de relevancia táctica oestratégica; los mediadores esperanzadosen promover la paz pueden sin intenciónalguna satisfacer su curiosidad. Si, porejemplo, esperan probar la sinceridad delos sentimientos de paz mencionando labaja moral del otro lado y su temor a laderrota, el enemigo más bien puedetomarlo como un incentivo para atacar.

Pero, claro, lo opuesto tambiénpuede ser cierto; si la moral estaba en altocuando los sentimientos de paz fluían,

puede ser una razón para considerar lanegociación. Sin embargo, cada caso esmás bien diferente y necesitaría laconsideración a partir de sus propiosméritos y generalmente los mediadoreshacen bien al alejarse de todas lascuestiones militares que normalmenteestán sujetas, especialmente para los noiniciados, a interpretacionescontradictorias. Si, por ejemplo, losmediadores llegan a saber que elreclutamiento está siendo introducido oextendido, podría implicar o bien unadeterminación para una guerra más fierao bien que las pérdidas fueron grandes yque el fondo está siendo socavado.

Otro tipo de dilema sobre cuestionesmilitares es más bien moral que pseudo-psicológico. Los mediadores pueden, ensus viajes o conversaciones, saber depreparaciones para una ofensiva en unzona en particular donde grandes pérdidasde vidas puede ocurrir. ¿Deberían haceruna prevención? Pienso queprobablemente no. En primer lugar,pueden estar equivocados y sacrificar asísu parcialidad por nada. En segundo,incluso si tienen razón, la gente a quienellos reporten los hechos nunca más letomaran como mediadores —habránmostrado que eran informantes. Pero, otravez, hay diferentes niveles de violencia.Los ataques nucleares o algún otro tipode catastrófe, no deberían haber duda deprevenir por cualquier medio posible.

Los mediadores se encuentran en unterreno al expresar sus opiniones


individuales. La mayoría de los líderes,en un intento de evaluar la seriedad delas propuestas de paz hechas por susopositores, querrán saber que diferentegente ha hablado de ellos, y losmediadores deben ser capaces de sentirselibres de decirles tanto como saben.Pueden dar el contexto, posiblementeincluyendo el tono de voz y la expresiónen el que los comentarios fueronreportados en los medios, y dar detallesde los sucesos desde la experienciapersonal, que ha sido relevante para labúsqueda de la paz. En general, puedenproveer un recuento completo, objetivoy balanceado de loseventos crucialesmás que los detallesfrecuentementefragmentarios enque las políticasestán precariamentebasadas.

Pueden serútiles en otrascuestiones. Porejemplo, durante laguerra civil nige-riana, Biafra, hasta que un colega lesconvención de lo contrario, estaba dudosade aceptar el secretariado de laCommonwealth como ente mediadorporque, estado basado en Londres, asumíandebía compartir la visión pro-federalnigeriana del gobierno británico. En estecaso y en el de la guerra de Zimbabwe, enlos que una de las partes no disponía de lasventajas de un ministro del exterior y

servicos completos de inteligencia, habíasiempre el peligro de jucios fatalesequivocados. Los mediadores, libres deviajar por todo el mundo, pueden a vecesllenar el hueco de información necesariapara desarrollar políticas adecuadas para elarreglo del conflicto.

Construcción de amistad(befriending)

Esto se refiere al carácter de larelación entre los mediadores y aquelloscon los que trata. Ellos lleganesecialmente como amigos atraidos por

su interés en elsufrimiento detodos los in-volucrados en lalucha, incluyendola angustia mentalde aquellos en elpoder. Juegan unpapel diferente delservicio civil, losdiplomáticos oconsultores; vienenen un espíritu debuena voluntad

para hacer lo que sea que puedan paraayudar a las víctimas del conflicto aescapar de la espiral de violencia. Hastaque su buena voluntad incondicional esaceptada, la relación de los mediadorescon los líderes y otros responsables puedesin embargo, disminuir las tensionespsicológicas y la posibilidad de la accióncompulsiva y no constructiva.

Hasta que su buena voluntadincondicional es aceptada, larelación de los mediadores

con los líderes y otrosresponsables puede sinembargo, disminuir las

tensiones psicológicas y laposibilidad de la acción

compulsiva y no constructiva.


Discusión

El primer y más necesario paso haciala construcción de amistad con líderesdifíciles (o cualquier otra persona, parael caso) es pensar de ellos con respeto ygusto. Pero, ¿cómo es esto posible cuandoalgunos de ellos pueden tener más bienuna reputación poco atractiva como, porejemplo, de crueldad y violencia?

He luchado conmigo mismo antes dereunirme con un líder cuyas fuerzas hanrecientemente cometido algún acto degran barbarie. Siento un impulso porsatisfacer mi propia tensión acusándole,pero sabía que al hacerlo arruinaría miusual buen contacto con él. Así que hacíaun esfuerzo por calmarme, practicandolo que se me enseñó cuando niño —contar hasta diez (¡en este caso, más dediez!) antes de hablar con ira. Esto meayudaba a darme cuenta lo que yo yasabía, que un general en su base podíatener poco control directo sobre sustropas en la línea del frente. Más allá deesto, sin embargo, me daba cuenta —yme había dado cuenta en otros casos—cómo la gente es llevada por lascircunstancias y que no tenía razón parareprobar a otros lo que habría hecho osentido en su lugar.

Hablando en general, entonces mepongo a considerar las cosas positivasacerca de la persona, su calidez, corage,sinceridad y ciertamente sus fuerzasbásicas de su naturaleza humana.Finalmente, sé que él o ella es alguien

como yo, que ambos en diferentesmaneras, estamos contra los mismosproblemas fundamentales, necesitando laayuda de los demás, respeto y compasióny dañados por el desdén o agresividad delos demás.

Comprendiendo esto, rompo laconcha de la preocupación con mi propiosentimiento y la igualmente restrictivaconcha del prejuicio que he construidoalrededor de esta persona, acreditándole(¡más propiamente desacreditándole!)cualidades desagradables que pueda queno existan y nieguen su riqueza interiorposible.

Entonces llega a ser posible hacer loque es una de las bases para laconstrucción de una relación humana;escuchar y dar completa atención a lapersona que he venido a ver. Una vezconscientemente tratamos de hacer esto,nos damos cuenta cuán poco usualmenteescuchamos y damos. Podemos escucharlas palabras que nuestro amigo dice, perono las reflejamos o las recordamos másque un corto tiempo. Pero cuando lamente está relativamente clara y liberadade preocupaciones distractivas, estamoslistos para dedicar en una proporciónmayor nuestra atención a otros. Estosignifica estar realmente consciente de élo ella; significa abrirnos a nosotrosmismos, ponernos disponibles, en unsentido de inclusión. Esto es siempresentido por el otro como seguridad yfortaleza, pero sólo cuando es hecho congenuina seguridad.


El elemento de escucha atenta escrucial. Todos saben que escuchar, nonecesariamente profundamente, sino sólodejando que la gente hable, es útil cuandoalguien está en problemas. Pero, escucharcon atención real, normalmente, einesperadamente, ayuda a ganarinterioridad real en sí mismos.

Aunque este tipo de escucha requiereesfuerzo, es diferente del esfuerzonecesitado para escuchar a un interlocutormuy quieto. El esfuerzo es mantener laatención, eliminar las distracciones de lapropia mente y abrir el sentido de laescucha para no sólo incluir las palabrassino también el tono en que son dichas yotros sonidos en la emisión.

No diría que esta aproximación a laconstrucción de amistad conduce siemprea una relación intíma, más bien a una deconfianza y buena voluntad en la quetambién hay algo de sentimientos cálidos.

Puesto que los mediadores, aunqueprofundamente involucrados en lasituación total, están separados de losconflictos, rivalidades, antipatías tribaleso de clan y celotipias que usualmenteaparecen en tiempo de presión, puedenser capaces de proveer algún respiro yrelajación de las tensiones. Estarelajación de la presión, de los egosamenazados en busca de su propiajustificación, tiende a liberar la inherentecapacidad por el juicio compasivo del quedepende las decisiones sabias y humanas.

En conclusión, debo explicar, yquizás disculparme, por la manera algopersonal en la que la construcción deamistad ha sido discutida. Lo he hechoasí porque construir amistad con otro serhumano es particularmente una cuestiónindividual. No he pretendido dar unadescripción de lo que debe hacerse, sóloun ejemplo de lo que un individuo haencontrado que es útil.


La literatura sobre mediación es abundante, pero la siguiente lista corta puede ser útil.Bailey, Sydney D., ‘Non-official mediation in disputes; reflections on the Quaker experience’,International Affairs, 1985. A fairly short but very informative article which puts the subject into itshis historical and institutional context.Bolling, Landrum, ‘Quaker work in the Middle East following the June 1967 war’, in Maureen R.Berman and Joseph E. Johnson (eds.), Unofficial Diplomats, New York, Columbia University Press,1977.Burton, J. W., Conflict and Communication, London, Macmillan, 1969.Curle, Adam, Making Peace, London, Tavistock Publications, 1971. Chapter 19, ‘Conciliation’, givesa short account of mediation.—, True Justice: Quaker peace makers and peacemaking, London, Quaker Home Service, 1981(1981 Swarthmore Lecture).Fisher, Roger, and William Ury, Getting to Yes, London, Hutchinson, 1983. A book on negotiationrather than mediation, but one containing helpful ideas for mediators — such as that others should betreated as though they are helpful and want to try to solve problems rather than as tiresometroublemakers.Jackson, Elmore. Middle East Mission, London and New York, Norton, 1983. A fascinating accountof a shuttle between Nasser and Ben Gurion.Rubin, Jeffrey Z. (ed.), Dynamics of Third Party Intervention: Kissinger in the Middle East, NewYork, Praeger, 1981.Warren, Roland, ‘The conflict system and the change agent’, Journal of Conflict Resolution, vol. 8,no. 3, 1964. Probably the best account of mediation from the point of view of a social scientist.Yarrow, C. H. Mike, Quaker Experiences in International Mediation, New Haven and London, YaleUniversity Press, 1978. by far the most valuable and comprehensive account of mediation from anypoint of view.Young, Oran R., The Intermediaries: Third Parties in International Crisis, 1967.—, ‘Intermediaries: Additional Thoughts on Third Parties’, Journal of Conflict Resolution, vol. 16,no.3, 1972.

Nota Bibliográfica


Notas sobre el texto

Nota sobre el autor

ADAM CURLE, cuáquero de origen inglés nacido en 1916 es un reconocidomediador e investigador por la paz. Dentro de sus obras destacamos Conflictividady pacificación (DDB, 1971) y Tools for transformation (Hawton Press, 1990). Comomediador no oficial participó activamente en los conflictos de Biagra-Nigeria,Irlanda del Norte y Sri Lanka. Como asesor de la recién formada república dePakistán conoció de cerca los problemas del desarrollo así como los conflictos conIndia. Fundador de la Escuela de Estudios por la Paz de la Universidad de Bradfor,Gran Bretaña.

La serie Materiales para la Discusión ha publicado El campo y los dilemas delos estudios por la Paz, material N.1 de la serie, donde Curle presenta los elementosfundamentales sobre lo que deben ser las relaciones pacíficas, las relaciones con eldesarrollo, la justicia y las relaciones de poder que se establecen entre los sereshumanos.

El texto presentado es una traducción de In the Middle. Non-officialMediation in violent situations; el cual recoge generalizaciones sobre la mediaciónque se ha llevado a cabo en situaciones de conflicto a partir de la experiencia delautor en conflictos violentos de amplio alcance.


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James Gilligan, Para una teoría de la violencia IHoward Zehr, Restaurando relaciones

James Gilligan, Para una teoría de la violencia IIMuller y Sharp, La actualidad de Gandhi

Equipo Yek Ineme, editores. La guerra no es la solución(Número especial sobre los sucesos del 11 de septiembre y sus consecuencias)

�� Construyendo Cultura de Paz, n. 1:

Introducción al análisis y transformación de conflictosConstruyendo Cultura de Paz, n. 2:

Relaciones de poder y toma de decisionesConstruyendo Cultura de Paz, n 3:

Descubriendo y ampliando estrategias de intervención en conflictos(en preparación)

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Yek Ineme significa en lengua náhuatl está bien y hemos generalizado susignificado a bien-estar para proyectar el estado integral de bienestar que exige lapaz.

La Asociación Bienestar Yek Ineme quiere aportar en el área de Construcciónde Paz y Transformación de Conflictos. Actualmente impulsa una Escuela deAprendizajes para la Paz con cursos dirigidos a personal de instituciones interesadasen la construcción de paz, así como a gente de comunidades. Brinda servicios deasesoría e investigación sobre transformación de conflictos y difunde por diversosmedios aportes propios y de otros sobre la paz, la violencia y los conflictos. La serieMateriales para la Discusión es un esfuerzo en esta área.

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