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 1ttt,l,',l, 1,t ,,lt, t"'1"¡t tt¡,tt Nlrr¡rl .' s, ,.,r'rt" ',, I'rll\. I()S(r tri'¿- ),L ltt.\'h.üt;u: .Irrlr(' \'i\¡s (,\ r),,r1i, (l( un¡ ilusr¡rci,)u (ie l.rr<h,i¡ l k,hlucin) r,) Nlir'.c.r Flli¡(l(', I95l) ¡ ) FIDITORIAT- ANA(lRA\,1A. S.A.. 1997 Prtlró Llc la Cr L u, 58 08{r1.1 B:}¡ccl()nx tsBN. ri.l.l l9 r..192-lr t)cp,)\ik) I.cgr\l: B..1l5l 9-l 997 I'rin¡cd ir¡ Sp¡in I-ibenhrplcr, S.L. (orrsliluci,,, l¡1, 0801-l Urlr¡1,¡,., Mediauoche en Serampor

Media Noche en Serampor

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Mircea Eliade

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  • 1ttt,l,',l, 1,t ,,lt, t"'1"t tt,ttNlrrrl .' s, ,.,r'rt"

    ',,

    I'rll\. I()S(r

    tri'- ),L ltt.\'h.t;u:.Irrlr(' \'i\s(,\ r),,r1i, (l( un ilusrrci,)u (ie l.rr

  • Cmo olvidar jams las noches vividas en Serampor y enTitagarh, en los alrededoes de CalcutaT Bogdanov y Van Manenparticipaban en aquellas veladas. Bogdanov habla desempeado du-rante diez aos el cargo de cnsul de la Rusia imperial en Tehe'rn y en Kabul. Se esfozaba en ensearme algunos rudimentosde rrsa. Llegamos a entablar amistad, pese a que nos separabanun buen nmero de aos y a que sus conocimientos aventaiaban enmucho los mos. Famoso orientalista, colaboaba en las ms ace'ditadas revistas, y yo, en aquellos momentos, no eta ms que unpobre estudiantillo. Pero uno y orto pertenecamos a la comuni'dad de la Iglesia Ortodoxa, slido vfnculo que nos una. Bogdanovhaba conservado la integridad de su fe ertre los musulmanes deIrn y Afganistn, a los que adoraba, y enre los hindes de Ben-gala, por los que sentla una manifiesta aversin.

    Van Manen, al conuario, idolatraba deliberadamente el mun-do indio. Llevba muchos aos ejerciendo las funciones de biblio-tecario y secetario de Ia Sociedad Asitica de Bengala, despusde haber pasado algn tiempo en la libela de los Tesofos deAdyar. Este neerlands, que ya haba delado atrs Ia mirad de lavida, lleg a la India prcticamerite de adolescente y, al igual qucoumerosos europeos, entlase retenido para siemprc por sus encantos. Haba decado unos veinticinco aos al estLdio Ce la ]en-gua tibetana. Pero, indolente por naturaleza, propenso a Ia vidamuelle, haba publicado muy poco. Le bastaba con investigar yaumenta su saber para su propio deleite. No senta el menor res'peto hacia los tltulos universitarios, y se inclinaba secretamentehacia el ocultismo.

  • -['.rn prt,ht,, con),r .lc.l):rl.tcnJrrn ic

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    '*t'r'r"r 'l' lrs rrrrvi'r' 1 'o" 'lirsLns. rcs r.b.riih.rr".,

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    .n..,, J..p,,.hii3-;;;".j"'"*::,1'] Irrrsrrrir II(\:,. r' V., v.,nrnMohmrnei ot"r i|,ii,i. r;:ti ll:'" (orr(Fir '|,r,. v, r'.i,i l..a coreecin J; ;,,;;.Jr,..",1;, ]T;lL., .:,:1,1:, , r .,,rr.,;., Je,: J;" T..",*; 1*i J[. ':: [:::. :l * ;);;;]'i,:l;^ ; Ll i l^tpetaba cl ,,rurl" ."ilr"""rr(.ullid' c:rdi uno .1. ,,".,,,",..',"..silencio salvo ir.,l,'lllt:

    -v permnecr.ms (. con\r.inr(.

    nue.tras ri.ha., eJ;;d".":,.i iX,,T";. ".:*.1":,,1;j* j:pocos miutos rntes del .

    en el despacho j. ", 'ri'J,"','li'-3: ]::_ j:",1". nos reuniamosprolongadas .""r.,,,;;r;^'.';:,' )' eso,stgnil icah. el comicno c.lc

    ch.r _Jespus d. ..;;;;.i;.'"t ms de rn vez. termin.rb,rn mu.

    ^ . Iln especirl mediatlos

    .1.c,l.,t, ,L"n,, "il ,J[:.::".,:::] ,1,, b",|r:," de ra. n6qhs5 renconrrarlcs

    ^lrr, "lrllr"'ii'l..Il'l'o'1, M-e rcsul r.r i mnsifJs

    mona de lr, ,".L*.riraLIi (ompara.iun. Brio su cielo. la nu*erraneas se unen . es" ,.r,1 3 melncoli

    j; ii;r:;.:tJj.nrda, que

    .,,rq,i;, ;;.;.1;::l::::,r' d.'r;.,,,ni",,o -h,.;

    ,"i.,oienrares i,b,i. ;,";;;l;_'J;L*::,,0,, a or;.rr,s de r,,. ,n,,..,tos poJerosos ;,.;,, ;;;;;;i;:''^ll l, ,",,, hum,rnr. , comoo,.T: :.,o," h,;;. ;"..i"::",,lJj o.lil,, jr,l, encuen ro,.,DEn mr caso concrer p.r-"_-. ""..*i"', r"*,illll'jl;, i'j'.i,1':: n^o( r u. na( se a n i n rh n, rcme. con fecuenc,

    -r.* ijli.]' ft':'l imposiblc rorcerrehciones prrsonalcs .";';; ;::'::r,ie habe establecid., rrna,.caba a.vagabun

  • Antes de que se estrechata mi famliaridad con los dos sabios,sallamos juntos, tan pronto como acabamos de cenar, a pasearpor la Ellenborouglr Course, vasta avenida que atraviesa Maidonde parte a parte. Ms adelante adquirimos la costumbre de dii-girnos a los lagos, donde trxrmaneclamos hasta pasada la media-noche.

    Van Manen se mostaba el ms locuaz de los tes: se deba que nos aventaiaba co una myor madurez, porque haba vivi-do la a todos los respectos ms rica y ms diversifcada de lasvidas, o porque conocla el continente indio, y muy especialmentela regin bengal que nos acoga, mejor que la mayora de losoccdentales?

    Una noche que conversbamos en su despacho, nos invit aSerampor. Un amigo suyo, llamado Budge, posea all un bun-galow. Busc un automvil en el Calcuta-Club, y apenas cay lanoche emprenmos el camino.

    Serampor est a unas quince millas al norte de Calcuta, en laoilla derecha del ro Hoogly, que enlaza el valle del Ganges conel golfo de Bengala. En Ia orilla opuesta est Titagarh. Deboaadir que unas buenas carteras dan acceso a dos localidades,situadas no lejos de all, Howrah y Chitpur, a las que su venera-ble antigedad prcticamente ha bonado de la superficie del sue-Io. El bungalow de Budge se alzaba a unas cuantas millas de Se-rampor, orientado hacia el Oeste, en medio de un teemoto recu-bieto de espesos bosquecillos. Se ftataba de una consuuccinantigua, restaurda varias veces, cuyo decente mantenimiento sevela perjudicado por el clima de Bengala y por Ia proximidad dela iungla. As que el bungalow

    -pues de esta foma denominabamodestamente Budge su mansin- m rcard, cuando lo vi apa-recer ene las palmeras por vez primera, las villas de Chander-ganor, el glorioso enclave francs prximo a Calcuta.

    Estas villas, semidesiertas, datan de comienzos del siglo xrx.La selva virgen ha engullido con apidez sus veias de hiero for-jado y sus pabellones de madera. Nada iguala en melancolla unpaseo por Chanderganor despus de Ia puesta del sol. Este con-cilio de eucaliptos y la punzante ttisteza de todas estas villasruinosas, que apenas consiguen asoma su somba de las olas

    10

    inexoab].esdevegetacin,desprendenunaangustiaquelinda.r'n la desesperacin' I

    - -:--. son tan melanclicas como enEn ninguna par': L: 1l':-':.:;;;";;; poco a unas cosas

    l.r India, porquc en ninsun l:9^1"',t:r:';r;.,u',e, m. m,.icul,rnuettas, Puesto que una nueva 'li-1,".- 1"" lianas. Ias serpien-.omPuesta de Ia existencta "i- 'il,ll'

    ^

    ".il"r- t" *.r"s v las lucirnagas lrama. tn,t"l'-:^: "ri-l-'r,'i, all los vesti'

    i,l. gott"b, recorret Uhanderg"]: ',,1":;;^; borrrdo prm

    iiHH :: :',',ffi F -:{ilti#*r1",* *.'.ro', frrn.tttt, que sobre "':*tY: ,"^1::" -"I-i...firi, .n t"otAfrica v una patte de ra. pentnsula ldXl"n::."*,'il'il; ll*X'iug,,"., 1" jrrngla' la *'.'::111.":rI,?;i"i "p-n.'".....tt'i .',r..d" por vuesttos vlgorosos.il.". i."*ri,r .'on trnt, f t.."n-Jonde pude contemPlar t'. "::-"':;;l;;; humano, reviviendo.ia. qui serva de marco '. t* *:;'-:.:"1"" .,,. hrrrr'.t l.gtndt-su vida aventuera' evocanclo 11-i^f-'l':":":::.}fi::r':f :iltrias... Pero. en el .seno ":^:i;:

    .;ilr'y las lucrrnagas. estade eucaliptos, iluminadas F^l-i-:' ;';;,'-"' vanidrd...noble materia pica me .revetaoa'l--"'^'i]".-."'

    -',"ial. Brrdge ha-Unos aos despus-de la Drtmera tsuLrq

    "'-"

    ba comprado el bungarow ^ i ''*:!:^:i!'^1":i.*Ei fl ::ff;i,,u, t..er. y reposo cuando sI,J'jfilH: :o-,o ,.,,d,-

    exhausto Esre Budge era uo hu* '*1'

    u-.^.^. Van Manen co-)ado y cazador stn

    '' -tt'Y' t1, '-orr,i*lariddct de sr carcter:

    menz por indicarme,t':1: ::i"';;;;"ra v su totPeza'*'lli,'",:f i"l,i::I"[ ;:: j l-

    "" ,.,::Uo1';.,lio J"l

    haba adelantado ti *,1'r^t:;";;^" ,ioiiu tirgur' apretaba unquedarse dos das 'l endldo- * iilr,n.ir de los mosquitos no

    tJ'"i::,"11'::';11""":i:*'r'intltit5tl'mSU:para salTdarnos' pttt tt-1.1il"l" "f""-u"..rna" charlando con.Van'."^nimrrnoa. Luego se quec

    -- -r-irh,s Dara rnspec(ronarreanimarno' Luego se q':::..:';;;

    "i.iUr..' para inspeccionar

    Manen, mientras Bogdanov Y Yo 'los alrededores'

    11

  • -Scan prudentes! No asusten a las serpientes! -nos grit
  • IInlienzos de su carrela de idustrial' En suma' llevbamos - largo;;;;^t.;,;". iunto a la mesa, cuando Bogdanov. se quej del in-,.i*rii. *t"fra.r de la luz y manifesr su melanclica protesta.i.i'il;ffit; ;;ri["" d. ,u lago preferido' De repente' Budgein,.r-rpi el relato de una de sus ancdotas iavanesas' cuya rn-,.i""'^...rru" ..n complicarse hasta extremot increbles ."''Iffi;;;; ;;,i;;; h' encon*ado sta noche en el lindeJ"l bosque, cuando regresaba a casa! A Suren Bosel

    --.-" ;;;;;;.t

    ^ .,tlo' Qu poda estar haciendo Bose cer-

    * a.i.rr,po. en,.,n botqui nocturno' Bose' el ms lovel r uflJc los ms istinguidos profesores de Calcuta: Bose' a qu'en solo.il""r*r"Jrt.l5 .n to, p"ltlot de la Univesidad o en las proxi-;t;;-;il;;;lo de tialighatr con una extema obstinacin'."J; ;;"'.;p'.;t. . o,gillo' haba consetvado sus creencias...ulrr.r. Pertenecia al resrringido grupo-de intelectuales de L)'.rrra oue no vacilaban en exhibirse en dboti' y en plntat ientre.u, ..1r, .on Ia flor del azan \a seal distintiva de los adeprosde Shiva.-'

    -frf vez visitaba a algin pariente -dijo Van Manen-' pues

    me cuesta creer que haya venido hasta aqu en busca de aven-turas.'-'-Solt

    rn" carcajada. Por nuesta parte' nos sentamos balanledesconcertados Considebamos imposib)e que el grave- Surenilt;;;;;.; busca de dudosos incidentes en el linde de la.selvaffi ;.'i; .,'"" p""* n'e' af irmaba que .u':.:,

    -'"1::]1"d-1" Y.i.it., .r, Serampot, pues proceda de una familia orlglnalra oeOrissa. como saba de fuente segura'

    -Adems -.aadi- , ha fingido que no me vera'

    E; rq".l momento record que' segn algunos Y"l?.::^'-gidos de iu universidad, Suren Bose se.entregaba i '3: ,Pt::^:i:1'l.t-i"n"r' Se deca que era miembo de esta mistetosa escueta;;r;l;;;

    -v especialment' en Ia India- circulan todo tipo

    ;.";t",;ti; Dbo'aadir que vo haba estudiado.el tantra coni"ito ..do, .o.o ..1o, siguiendo su descripcin en.los, textos rcra-ti..tl p.r" nunca haba tenido todava la-oportunidad de

    'h.altar.on-,-r. hoabr" que hubiera llevado esos vieios preceplos al .telre-no " l, p.atL", y la causa de ello resida en que la lnlcuclon

    En realidad, regresamos alll con gran fecuencia. No siemoeTlonlUr*o, a.Budge, pero Vun U"rn.o, qr.-:;;;.1;", j;:,,il;maavillas rodos los recusos de la casa, .; ; t";:;;il

    .u: ;;para ofrecernos una deleitableacompaada j;;;;;x;,'d;',i.,jJii.*i1,11i j,r,5f

    *":excesivamete deprimidos paa regresar l, ^ir." ,;;.";;";;"a Calcuta, podramos instalao.

    ,.sid,, p,' ;;;,;.,."" ffi ;::',,::"1^1'"]:!""'* I i teras. pro'Ian'cha que x.;;i;'; ;r ;:'.,^ J":J*i .:nX..:,:cangrejos._ Explorbamos

    .l bord. i.l ,l. ""r"",,"::.t::::,^,mos invadidos por el cansancio. E" ,q;.ir';;iilri;'il',rj,:tbosque se aba y se aclaraha, u"-r ", 1,, ."i,', ;". ;ffi : *.:f Ti'. :ji::':,ffi J;.,,1:.::, :: Jgaba^ de blsamos y de relentes, y l" no. rn"r,.r1" ",ra., ,r,mrtelos.. .Cuando Budge tena Ia intencin de caza en la jungla, no nosY,l-Or:, una noche, que dejamos de notilicarle nuesrra lleeada.nos lo enconlamos en el patio del bungalow. C"_";ri-.I;_pre, haba vuelto con lus m"nos vacas, piro.

    " .r;;,-;;r;;;;de polvo, recubra su piel quemada p., .i ,"i ' irirU, ,.t"ll"r'

    -Jolo aves rncomestibles _nos dijo a modo de seludo.Diriase que de esre modo pr.t.nd;;i;;;,, ;r.;;"*-oquel.la noche tanscuri en una tanca excitacin. Van Manennos con sus recuerdos del tienb.. r.,,,d,iid r

    -nr; d;,; #:::: LlJi.ll'ul,Tll".:#"*las sombras del pasado las avenruas vividas en fava en los co-L4 75

  • 1 misterio tntrjco presupone una sci de ritos rescrvacios, qucnadie se atreve a desvela al profano.

    -Es posible que inspeccionara estos lugares -clije- con Jaespeanza de encontrr en ellos uo sitir adccurlo parrt Ia cclebacin cle sus ceremonias tnticas.

    Ndie me hizo caso. Yo persista en mi opinin. Mis Iectuasme haban enseado que algunas meditaciones y celebraciones ln-ricas necesitan un paisaje terrofico: un cementerio o un crcmatorio. No ignoraba que curlquier persona, clespus dc hucrpaticipado en los ritos secretos del tantra. debe denlostrr cDvarias ocasiones el dominio sobre s mismo permancciendo t,rclala noche en sbrnnasaw, currucado sobre un cndr,c v conti-nuando una concentacin espiritual lo 1ns cstricta posible. Mencio estos y ottos detalles de l misn-r terofica caclestica amis compaeos, menos con la intencin de aclarr, grcis a suexpresi, el enigma r]e la presencia dc Suen Bosc, que con llde manifesta. a pesar mo, crrn clutivldo rnc sent.J por su si-niestro hechizo y su horrorosr magil. Cusi Ilcgu e olvicllr a l3ose,mientras refera, Ileo clc cmoci,in, :os hechos sobrc cuvo signiIicado entrba en (,rntr(li(cin connrio mismo. I'r'ro cu\.r in\,)ntestable rcalidad no poda poner eD duda. Tambin coniiaba enque Van Mancn. (lrk's,rzhJ dr una cx.rri.ir,r c,nr\er('r)ci,r en mJ-teria de ocultismos asiticos, inteviniea en la conversacitin p'rcoregir, merced a su extraordinalia eudicin, rlsunos cletailesequivocados. Pero la decepcin siguiir a mis previsiones. plres sclimit a aprobar en ocasiones mis manifestacioncs con un usentegesto de cabeza.

    -Nadie sabe en qu consiste el ceemonial secreto de] Tlnma-acab por decir, mostrndose casi iritado porquc le hLrbicr.rprovocado a habla.

    Pero Bogdanov, el cual, en cualquier cosa quc hicicra rcfe'encia al hindusmo, se vnnagloriaba dc dcscubti la muo deldiablo. "nos interrumpi.

    -Slo puede tratarse -explic doctamentc- de unr orgademonaca. Pobres insensatos, que buscan Ia salvucin de sualma meditando acurrucados sobte unos cadveresl iProtejmonostodos nosotos con una gan seal de la cruz!

    l6

    -A decir verdad, no ac'rb'r dc imaginlrme qu puedc'tener

    , ;;0"" "l';.1,. St'"tn

    Bot" ton todt' "'tn' 6osa' -

    iiio' Budger,.rr.r tcrmioar-, Es meior que ''^l'emos a nucstro cotderos'',qii=ili:ii{:i*r":'}::i"J,:ix'jl.,f;

    x

    ':lll' i; ;i, ;-;i;+; : I I : ry*::,,":H;*":;,i,f t:ff

    ''nrisa ai, jli-eiaorfl :f#I;:' ;:.',.", i"- .i..," -pcsa r rl'' omI il:i,"'i^t'.;; ; 1i^:'::i:l,.I"d:i',',i,1;i"ffill"lil'llli,l:rs, de"cripcioncs, sobe las pra!',* ir.r.rr.-.rrf"so !1 l.o_svi ea muy joven. Y me

    -sentta

    "".". .""ii1""'os que haba alcanzado sobre el alma htndu'

    ';:""-i; ; d".l,t,,,, :i?: ::i:':1,:J.1,1"!:'i. tff :i.:\n vida entera o una Parte not?.]],"' ;: ..*';; noi'blt' tnt"ndido sobre los impenetrab

    es arcano'

    ,i,. l"', i *,- y . J:,::-:X nil,oo:."'.

    ",:, *lIL l:l: : ii:::*.ruttall" noah" el encanto que acomnlabe

    generalmenle nu(tr4"::.'i,"i,;.;;;t.- Como si iuera un tcito rcuerdo ninPuno-

    de

    :"J:;;'';:;i'; i"i '

    do''i'' as como tampoco no( parecro con;;;;; i;;;;," a calcuta antes del amanecer' A que llenamos:;:::,;'

    ';:;;;' whiskv h'r'ta el borde rincluso BoPdonov''des'

    mintiendo su habitual sobrleoad' nos imit) y continuamo\ hast

    il i".*;; "; ."'i, ' i "''' : .1"J::ff :t;;::'i;,1J"'- ll" ^ll 1"""i;srcin. Eln casi las ttes cua

    il;;; ..;illt' l"tho' q" nos aguardaban en nuestrcs hahrta-

    ciones.

    17

  • III

    Como es natural, olvidamos casi imediatamente la extaacoyuntura, y cuando, unos as despus, alquilamos un autom-vil garl ir a

    -serampor, ninguno de mis c";.;;, ;;' ;;;,ya de Suren Bose ni de mi estpida exposicin sobre el tantris-

    mo. Yo mismo lo haba olvidado de o .e poque, una t;;-;;noviembre con ua luz increlblemete pura, me tropezara preci-samente con Bose, cuando estaba a punto de salir e l" uniu.r-sroad.

    -

    Siempre me haba demostado una simpatia especial. Se de_ba a que miraba con buenos ojos al nico ir*^"" i. ."i.1-,.1-,los estudlanres -

    L) era porque le complaca que me interesaracon una estimable constancia por la religin d.-rr, ,rt.p".rdor?5e par para preguntarme acerca de la macha de mis irabaios,k cotest que mis profesores parecan *,i.f..i.r1.rri"". *r"que a veces perda la esperanza de llegar a alcanzar

    "" ,irrliJ.

    ralmente til. Sonri dulceuente y me dio ulgunru tr"nqrilirr-doras palmaditas en la espalda, cosa que me anim hasta el punrooe atevetme a preguntarle si tena amigos en SeramDo, Budp.afirm.aba- que haca poco le haba visto"." I., ;ir;J.r;r-;?lpueblo..Me guard_muy bien de revelarle ,"" f, ,.ra^, L .jr.que se hallaba en los lmires de la selva virgen.

    -No he vuelto a Serampor desde mi inancia _me contesr-conservando su sonlisa-. El viejo mster Budge debe h;b.;;;;;;-runoloo coD otta pesona.

    _

    Yo le mir ligeramente desconcertado. Su caracterstica fisono-mla no se prestaba a la confusin. Unos ,urgo, bt.; ;r;"d*,una fente alta, unos oios penetfantes, como no suelen encon-marse en Bengala, donde la mayora de los indlgenas pr.;;;;18

    ,rbesidad anmica, y todas las catas son igualmente redondas yi,,rlas las mejillas igualmente caldas.

    -

    -t ;"' mayo; razn llevando esta ropa

    -aadi riendo'rientas sealaba su dori.

    Luego hundi su miada en mis ojos, intentando adivina mislrcnamientos.

    -Desde cundo tiene usted una relaciones tan estrechas con

    un millonaio? -aadi.-- il; t;;ii algo confuso. Adopt un tono de excusa, v le expli-

    .ru los paseos lue Van Manen. Bogdanov y yo dbamos en.torno,, S.rurnpo.. Con qu caba comparar la magniticencia de susr,ches? Bose me escuchaba atentamente Dirase que cada uoal.-i"t pJ"Urrt que pronunciaba asuman para l un significadocspecial.

    '

    -;Las noches de Serampor! -exclam' intentando intilmen-

    ,. "nrrirrar la fascinacin

    de su mirada-

    -3, lrt.o.l,.s de Bengala son inigualables

    -

    diio soadora-mente-. Pero, ahora que usted lo dice, Van Manen va con us-;;;... E, i.u*.n* el atactivo de las noches lo que leslleva a S!rampor?... O la bodega de Budge?---

    Soit un"'."rcaiadia que demosraba su aprente intencin

  • rl t r/) ,t irtel llldge. pero st
  • ta. Y, como todos los dlas, tan pronto como llegamos encarga-mos al mayordomo indgena que preparaa la cena. Despus nosdirigimos al lago.

    Faltaba una noche para Ia luna llena. Apenas prestbamosatencin a donde metamos los pies, pues estbamos demasiadoocupados con los vapores y los olores, que se hacan cada vez msinsistentes a medida que nos adenubamos en el bosque de coco-teros. Es posible que se debiera a la extfaordinaia aparicin deSuren Bose, o a los hechizos de aquella noche lunar, pero la rea-lidad es que todos nosotros nos sentlamos turbados y tensos. Elsilencio se llenaba de horot. Todo lo que tenla vida pareca inmo-vilizarse bajo la influencia de la luna, de modo que el simplemovimiento de una ama bastaba para hacernos esremecer, Enmedio de la calma estancada del universo, el ms ligero rumoro el meno

    semecimiento parecan sobrenaturales.

    -Cmo no perder la tazn e el seno de una noche seme-jante? -murmur Bogdanov al cabo de un rato-. La perfeccinde esta belleza demuesna que no procede de un estado de ino-

    cencia. Al hombre no le est permitido disfruta de una ealiza-cin semejante fuea de los lmites del parso. En la tietra, cual'quier belleza que revista un carcte tan absoluto es una tentacindiablica. Y especialmente en el suelo de la India

    -aadi, como

    si se dirigiera a s mismo.No contestamos. Lentamente, sin pensar en nada, caminba-

    mos a tavs de ese pamie embuiado. Nada, a partir de aquelmomento, era capaz de estimular nuesto asombo. Todo nosparccla posible. Cuando Van Manen nos retuvo para sealaosel espejo acutico, estbamos convencidos de que presenciaramosuo prodigio. Avanzamos de puntillas y descubrimos unas innu-meables hileas de cangrejos, que suban pesadamente a la orilla,y, apeqas sin altera sus filas, se arasftaban y tpaban por losintrincados matorales de las aces de un cocotero recin que-brado.

    -Cuando se acerc la luna llena, siempre suelen hacer lois6 -65 explic posteriorete Bogdanov.

    unashorasdespus'cerca,defl :ti:f,:';:::,,*JJ'i:",I$lt,art;. Durante la cena,

    -Bogdano'vi"t ,.i*i" ,o"s de estancia::,.*fflli :"""",: 1.,^,* X'"+; ;:iilk ffi i l'l:nor nostalgia Por su tierra liti,,.' i"' ,n*r,. l. ,obr.u"ndra "nhaba hecho a la.idea 0","::^T;;;;;o-l^ do, terceras par-cse continente indio' en el ::t-H1#":; * conversacin.: ear"" le su vida. yo Do podro Partrl'P"r.ri.".i. en la India no.I"-"ri"do ]oven Y el tiemPo cpasaba de dos aos' exclam Bogdanov

    ;J;.i:tffi illilii":T:;tll$'"i.'*;:L':"':l:subimos a1 coche para regresar,l")1;C.ir. ,Lfttirse a los efectos:: :Ii lffi 1flTffril"'oJfl'ffi"

    "'r'i-"' cuareuier,vincu

    i," i*i.i,1"1 ."rs,*.,.yl',*l:.:JiHi::'IT:.;i?:::'lreca subyugado por el exceso

  • m,enlo, peo me sentia cda vez ms inquieto. No poda sacarmeoe cDcrma Ia impresin de cil1,i,'"',T:",'Jf [:":.ii1f ,"r#::#,'::r::J::qYe, Pe.ro me parecia que Ioi ' qe saDer Dorraon desconocidor. No ,ru""'.u9"t1 o}" ecoamos na,a.ul.exraviado d. ,.n"n,

    "."",1,^* .^.1"^ llirl.i, de que nos habamos

    ryco a Poco Nrno'4.'li.-: 1 omrndo concienci de "[lotaba tailiar' E;;;;;".i:,::'eros que me odeaban me esul'desconocido d. r];r;;i;, ,; Illl::-'*'n"' recorriendo un disrirolaridades locales. c,(tana e me antojaban las particu-

    -peo, vamos a ver, dn

  • ryu(lx. N() srl)rl medir el tiempo que permanecimos as, inmovil!zil(l{)s lx)r cl tcrror. Slo el uido del motor segua roncando enrlrcslros ()(los. Slo ese ligero zumbido nos adverta de que no(stlbnmos soado. De repente, a cincuenta pasos de distancia,son
  • 28

    ,. }.l8iLi;L,di'

    Ha debido domirse dentro del coche... s, claro, se habr do,mido...

    Nos encaminamos hacia la dieccin en la que estbamos se-guros de encontra el automvil. Ahoa el claro de luna caa aplomo sobre nosotros, pues la caretera cada vez se ensanchaba ms.

    -No hay dudal Ha escapado -murmur Bogdanov-. Semerece que le matemos como a un perro.

    Peo Van Manen segua negndosc a aclmitir la fuga del con-ductor. Continuamente se secaba las mejillas y la frente con supauelo.

    -De todos modos, habr que hacer algo -repeta con unavoz prcticamente imperceptible.

    -Lo mejor ser regresar al bungalow a pie -propuso Bog-danov . Conseguiremos llegar mucho antes de quc amanczca.

    En ese instante nos pareci descubir una luz a la derecha. Al-guien, a breve distancia, balanceaba una lintcna en )as profunc{i-dades de la jungla. Nos miramos los trcs sin atrevernos a respirar.Nos rareca sumamente exao que a esa hora y en esos lugaresuna criatua hunana sc paseara con ua lucecita cn la mano, yello despus de tartos accidentes extaos. Sin embargo, nos sentamos

    -Dios sabc por qu tipo de sortilegio!- atados haciaaquel resplandor, que desapareci rpidamente en la jungla. Cuando Bogdanov oos indic(i quc no' abriramo\ paso en su dircccin.ni Van Manen ni yo supimos resistinos. Olvidamos repentinamente que un instante antes uestra sangre haba cstado a puntode helase en las vers, mientras se oan los griros y )as llamadasde socoto de la desconocida. A fin de cuentas, csta hz indicabaque exista vida por los alededores. Quicn llevaba csa linternaera, presumiblemente, un sef humano, un scr humano que se diriga, sin duda, hacia la misma carretcra principal a 1a que querlmos llcgar nosotos, o al menos hacia alguna vivienda. Corrimos,lo ms aprisa que pudimos, tas el surco de aquella sombra.

    Tan pronto como nos introduiimos en la iungla' perdimos devista la iuz. Nos mantenamos estrechamente irpretJdos los unos.,- lo, o,ror. Yo, e1 ms ioven, iba delante, y Van Manen pe-,ol. , rni, Ut, extraa seguridad' cuyo origen rc ssbia discernir',,o. ,oa"U" como una gr;ia. mienlras' sin tinrbeos' ni temores'rxrsibamos entre unos gigantescos troncos de rboles que hlce:..:";;.;," uno, *inu,r] nos habrin aterrorizdo Lc iungla eni;'i;;;.k multiplica

    -a los ojos de los plidos rostros- las

    .,...,rion., d. inefable horror, se nos antoiaba ahorx inocentc ) toralmente desProvista de peligros No pensbamos, en Ios.,reptrlesrri en los animalcs salvaies En suma no: sentlamo llorc (rctoclos los temores de cualqr'rier persona que se aventura' s1n gual'

  • tros pies se hundan en un espeso lecho de hojas muertas, musgoy helechos. Pero una tnaz ceguera nos empujaba a proseguithacia un oscuro y desconocido objetvo. Nadie de nosottos con-ceba la idea de tomar oto camino o de da media vuelta. Nues-tra lestarudez nos empuiaba ciegamente, y sin embargo apenasavanzbamos: debamos abrlrnos camino a travs del monte, quese extenda infinitamente.

    -Creo que diviso de nuevo una luz -grit repentinamentBogdanov.Nos detuvimos para verlo meior. Estbamos sin aliento. Des-

    cubrimos un turbio resplandor, que en ningn caso poda emanarde la fuente de luz fugaz que bamos siguiendo. Haciendo acopiode las ltimas fuerzas, nos dispusimos a ir a su encuen[o. Alcabo de unos minutos descubrimos que caminbamos por el lin-dero del bosque y que el resplandor humeante que habamosvisto proceda de las brasas de una hoguera. Entramos en unaespecie de calvero. El nmero de luces aumentaba. A escasa dis-tancia, hacia la izquierda, se alzaba un exttao edificio, odeadode un muto de piedra gris.

    -Seguramente estamos llegando al norte de Serampor

    -diioVan Manen-. Pero, por el amor de Dios!, cmo es posibleque hayamos llegado hasta aqu?

    Ilogueras de campamento. Ninguna criatura humana. Escasasllamas. Algunas basas... Extraa ausencia de cualquier ser vivo.Demasiado cansados para proseguir, nos encaminamos hacia lacaa.

    -Hind o musulmn -dijo Van Manen-, el dueo de lacasa no se atrever a infringir las leyes de Ia hospitalidad.Nos precedi. Era el que mejor hablaba bengal de nosonos

    tes. Por otra pate, se ampataba en la fama, extraordinariamenteextendida, de la Sociedad Asitica, de la que era bibliotecario.Cuando Bogdanov y yo llegamos a la puerta, Van Manen ya sur-ga de ella, acompaado de un anciano. Pese a la hota avatzada,ste no pareca excesivamente asombrado de que le pidiramosque nos acogiera en una mansi tan ptofundamente hundida enel corazn del hosque. De los labios de Van Manen surgi la pre-gunt de rigor:

    10

    -Quin es tu amo?

    El anciano oberv unos rnstantes de inmovilidad completa',,,,''i.r-i", iii.t Nos habia entendido? Van Manen repiri la,,,'.:,,;t;';i,;il; uo. co,no si se evadiea de un profundol, :;":".i

    ""J"" t.tp""i finalmenre con una especie de su'

    \ltrto:-Nilamvaa

    Dasa" '

    -Este nombe me suena

    --coment Bogdanov'

    -Su foma es un poco arcaic

    -ladi Van Manen- ' .En,;,,1*,1-tri"

    -

    -" lo mencion jams -explic'

    y volvi a. diri';';;..-;i;;;;. ve v despierta a tu amo Dile que van ManenUli;"":;; ;", ;b, l;" tenido Ltn accidente de automvil'I; ;J.;'o;; i.. .on..d, hospitalidad por .na noche'

    Sl deipus de que repitiera por tercera vez esta oroen' e.rnciano se decidi a abandonarnos''-*-;J"

    se sodo como una tapir -diio Bogdanov'y. ;;;;'" h':'n-.*::::.:.f iilil j' # ?, -l'J;J i":::;longaba sin que Yo conslgulefa.

    .rbandonadrs... esta casa t'y" 'nt'p"radu

    originalidad estaba -ro

    .r, " r.rt, virgen por tes lados este anciano' que no pare-;:;;i;; ;;l u,"q'" vun Manen se hubiera dirigido a llii.d;' i"i*,* iti'eit'les" todo eso me confunda v me;":;;;. d;;i;,on pasar alguno' minutos El anciano resreso.n.r rna linterna en la mano 'rEra posible que el tlempo.se 'rr';;;;r"dl;";ii, repentinamente? Tena la absurda imresin 'de;;"J;'il;.;tt, p' ft'g,otnto'' por secciones diferenciadas''

    -Mi amo o ruegr que enrris

    -diio tl tntin,nn , ,^-F.. oosible q.,e hubiera [!lin con un ritmo dem'sraoo ren.

    ,^ l-ti u"l, vo estaba demlsiado cnsado o bien no rcahrha de::-i# :iJ;;;i."0""''"

    "''lo',rer caso' m' qtre enrender el

    sentido de sus palabras, lo adivin'"'":ld;i;#;;i"i

    "* " expresatse!

    -le dije r van Ma-t"o

    -rtarr" un acento campesino, al que es preciso acostumbarse

    -respondi.Arrarentemente la casa ea muv antigua: hecho cxcecional

    "' :l;';;.';':;'i.;s.j;.;; ''u qu' l^' invasione' del I'lam han

    )1

  • pepetado, a lo lago de todo el siglo xvrll, inmensos destrozos.Penettamos en un patio, la mitad del cual estaba adoquinado. Enlas esquinas se alzaban algunas de estas higueras por las cualeslos hindes muesan tan gran veneracin. No tadamos en descu-brir Jas primeras habitaciones de la casa, muy espaciosas, detrsde las ventanas enrejadas: los domitoios destinados a los hom-bres, sin duda. Nadie me disuadi de que nos estaban esperando.

    Unas cuantas antochas y un cierto nmero de lmparas deaceite lanzaban sobre nosotros, y ms exactamente sobre los pel-daos que deban conducinos a las habitaciones de las mujeres,sus temblotosos resplandores. Se nos rog que entrramos en unasala con el suelo adornado por unas amp)ias losas de gres rojo.Un hombe de edad madua vino a nuestro encuento. Su ostoera muy plido y su mirada inmvil. No tard en clirigirnos la pa-labra en bengal:

    -Les ruego que esperen aqu unos instantes hasta que estnpreparadas las habitaciones donde reposarn esta noche.Me costaba ttabajo entenderle. Utilizaba unas formas poco

    habituales, de las que mis lecturas, en el mejor de los casos, mehablan bridado muy pocos ejemplos. Por otra parte, un bengalcultivado, y ms si ocupa un cierto rango social, se dirige habitual-mente en ingls a sus huspedes extranjeros. A excepcin de uncierto nmeo de casos conctetos, estima ofensivo hablar en ben-gal con un exnaniero: eso significa que le considera como unmiserable campesino, ptcticamente un criado. As que no costarfiabajo entender el asombo que me produca la recepcicin qLrenos preparaba nuestro anfitrin. Pero Van Manen, que hablabael bengall como un nativo, no se dej intimida por ello. Pidipermiso para setase en un balancn y, prosiguiendo su discurso,se disculp por nuestra inusin a una hora tan extraa. Nilam-vara le escuchaba, pero parecla ensimismado en sus propios pen-samientos. Incluso despus de que Van Manen hubiea dado fina sus cotteses explicaciones, sigui mirndonos ulo tras otro, su-cesivamente, como un hombre que quisiera persuaditse de queestbamos realmente all, delante de 1. Durante todo ese tiempo,sus labios no emitieron el meno soido, Su silencio nos turby nos oprimi duramente,

    )2

    -Hemos sufrido una estpida aventura, seguida de un acci-

    ,lcnte -dijo en ingls Bogdanov, que ya no podla seguir sopo-tudo las glaciales miradas de Nilamvara.

    Dirase que tales palabas no llegaron a su odo. Prosegula sucxmen, y, a intervalos regulares, un esremecimiento sacudla sucuerpo. Adelantando un paso hacia 1, Bogdanov repiti sus explieciones en un tono ms alto. El oto esboz trabaiosamente unacspecie de sonrisa y mutmur:

    -Ami imreii b*jbte prcbi z (No entiendo el ingls).Esta declaacin nos dei estupefactos. Hasta los chiquillos(lue van a la escuela entienden el ingls. Asl que Nilamvara nohba frecuentado ninguna institucin pedaggica moderna, y sehaba limitado a ecibir las enseanzas ortodoxas que habran po-dido darle hasta en un tbol? Pero su Pronunciacin me esultabatan extraa como su lxico. Las palabras que yo estaba acos-tumbrado a or se desfiguraban en su boca y pareclan Provocarleunas dificultades, cuya naturaleza no alcanzaba a defini. Habasedicho que pofera cada vocablo con una dificultad considerable,sin q.re f,rramos capaces de establece qu obstaculizaba su elo-cucin.

    -Muy pronto estarn preParadas las habitaciones destinadas

    al descanso noctuno de sus excelencias -{ijo despus de una

    larga pausa silenciosa, duante la cual parecla sonelt a un sueo'Pero al mismo tiempo contemplaba por Plimera vez a Van

    Manen con autntica atencin. Y ste tambin comenz a asom'brarse, poco a poco, del carcter arcaico de la lengua de Nilam-val.a y tal vez del paralelo extravlo que se descuba en sus, oio'Ahor q,.re estaba iluminado por una luz ms intensa, el hindapareca como una persona realmente inslita. La pesadez queaplastaba sus gestos, el temblor incomPrensible que recorrla suc,l.rpo , irrt.rualos regulares, como si estuviera ardiendo por lafiebre, el brillo poco natural de sus pupilas, sus puos petma-nentemente cerrados, todos estos signos eclamaban nuestta aten-cin de manera cada vez ms insistente. La manera que tena demitaos ea sumamente ex[aa. En cada instante me invada laintuicin de que estaba movido por una fuerza imperceptible, sinla cual se habra convertido, bajo nuestros ojos, en una lorma

    31

  • rlgida, que slo mantenda en los labios una sonisa sardnica.Y tamroco acababa de entender qu estaba ocuriendo en

    aquella casa inundada de difeentes luces, y, sin embargo, comodesieta. Un acontecimiento mmo la llegada imprevista de tresextan,eros durante Ia noche, generalmente no pas desapercibidoeD una casa hind. Esperbamos ve el movimiento futivo deuDas sombras, sorprendet unas siluetas de mujeres, que, refugiadasen los ricones o protegidas por las refas, se dedicaban a espiar-nos. Nos disponamos asimismo a ol el murmullo sofocado delos criados, arrancados a Eu sueo, as como su paso flexible sobrelas losas del patio.

    -Pronto estan dispuestas las habitaciones destinadas al e-poo noctulno.Era la segunda vez que, con ligeras variantes, Nilamvara re-

    pta la misma frase, pero me pareci que no haba nada queanunciara que nuestras habitaciones estaban realmente prepaadas.Nos habrla encantado fetirarDos, menos a causa de nuesto exce-sivo cansacio

    -quin podla confiar en dormi despus de to-dos esos acontecimientos que nos hablan puesto los nevios a florde piel?- que para librarnos de la paralizadora presencia de nues-tro anfitin. De pronto, Van Manen nos dijo en ingls, mientrasnos miaba intensamente:

    -Todavla no hemos pteguntado nada acetca de la mujer cuyogrito de socorro hemos odo en la carretea...Es cierto, nadie habla dicho palabra acetca de este dramti

    co incidente. Van Manen se habla limitado a hablar de un acci-dente de automvil, pretendiendo que nuesno vehculo haba su-frido una averla y que nuesto chfer se haba quedado en elautomvil montando guara. Pero haba evitado hace la menoralusin a las macabas splicas que habamos odo apenas unahora antes. Ninguno de nosoros consegula llegar a explicarsecmo nos hablamos atfevido a permanecer tanto rato con ese hom-bre, que tenla que estar al cortiente, sin preguntarle algo y revelarnuestr homible vedad. El recuedo de los gritos, que hace pocoecoan la somba de los bosques, estremeca de nuevo nues-tas mentes. Yo tuve la sensacin de que sala repentinamentedel sueo que se habla apoderado de ml, mientas nos dedicba-

    34

    rnos a seguir apresuradamente el resplandor de la linterna' Scntlo,',,-o .l "-iado me invadla de nuevo. Hubiese preferido intcntorcualquier reaccin, ahora que ya hablamos perdido tantos instan-i; ;;;.i.;"t. En'apariencia, ,in e-batgo, habamos .aravesado'rreplndo incluso .n

    ^lgrn" ocasin, un gran trecho de Ia iungla

    ,,r.^ it , o.dit hospitadad a Nilamvaa Dasa Qu infame sor-iii.gir t.t'i"Ul, qri,rdo l" razo, para inmovilizarnos' Ilenos de"rrr'oor,

    dut"n,. ,n tie-po interminable, ante un hombre que," limiiaba a repetir la misma frase cada diez minutos?-

    -Vrm*l blgale algo! Tal vez conoce la clave de la aven-

    tura --ijo Bogdanov.Sin u"rsJ de su balancln, Van Manen comen su relato'

    Le costaba reprimir su neviosismo. A partir de las ptimeras pa-;a;, ;* anfiuin, cubrindose el rostro con las mano'comenz a sollozar' Corrimos hacia l''-^^-[if",

    Lilal -murmuraba

    con una voz entrecortada polos sollozos.

    Balbuce tambin algunas palabras, cuyo entido se me es-cap.'lQr dice? Qu dice?

    -preguntamos, llenos de angus-

    ti. a Van Manen.--

    'P.ro 1, en bengal, ya planteaba una segunda p-regunta:

    -Qu le ha ocumido? Quin era ea mu'je?

    Loi iolloros fueron en aumento Y despus las mismas.pa-f"Stlt it*.p.."tibl.s, *e"lada', en ocasiones' con un nombre'LiIa. o un estremecedor grito de dolor'---ct..i". t. ,r",, i. ,, hija

    -nos explic en voz baja- Van

    Manen-. Pero no acabo de entender lo que dice Habla dema-siado aprisa."'--lT-.tia.n,. que la han asesinado

    -mumur Bogdanov'

    -P.ro, ..o io ha sabido? Y si ya lo saba' cmo es po'

    sible que no-nos lo haya dicho desde el principio? - ."'"^v;;-M;t.; no se atrevi a seguir interrogndole' [s tres

    nos quedamos quietos e inmviles Ya no sabamos sl deblamosiinot'rin

    -, .er.morria,, o esperff el etorno del viejo- mayordo--o. que llevaba tanto tiempo pteparando nuestras

    habitaciones'"-'i;i';il.n."f,;. r,,-pii. vudarla? ---exclam van Ma-

    )5

    .. _{rtl

  • nen-. Cmo es posible? Es inimaginable que se encontrara sola.Aqu las muieres nunca salen solas, especialmente de noche.

    En ese instante, el anciano penetr en la habitacin. Caminhacia nosotos con su aite cansado.

    -Ahl est! La traen. Ah est! --dijo rpidamente, levan-tando el bazo.Nos precipitamos hacia la puerta. El patio se llenaba de som,

    bras mviles. Unos cuantos individuos, extraamente ataviados,ransportaban un bulto sobe unas parihuelas hechas con ramas.Pero yo no supe distinguir de qu se ffataba, Po otra parte, ose ola nada: ni un grito, ni un lamento. Gir la cabeza, asustado,pues sentla que alguien se deslizaba ceca de m. Vi que Nilam,vara se alejaba lentamente de nosomos, como si cada uno de suspasos le costara un esfuerzo indecible.

    -No debemos quedarnos aqu -dijo rpidamente Bogda-nov-- No se pide hospitalidad a un hombre cuya mujer o cuyahija acaba de se asesinada.

    -S, es mejor ise inmediatamente -aprobr Van Manen,Nos haba gustado comunicar a alguien uestra decisin.Pero, cmo presentar nuestras excusas al dueo de la casa pornuesta pesencia intempestiva? No quedaba nadie en el patio.El anciano tambin se habla eclipsado. Bogdanov fue el primeroen cruzar el portal, sin lanzar una sola mirada a sus espaldas.Contemplamos, aliviados, las hogueras casi apagadas, las hoguerasque nos hablan atrado a aquel lugar...

    Unos instantes despus me d cueflta de la magnitud de miigotamiento, Habamos abandoado las cecanas de la casa, ycaminbamos por el linde del bosque. Primeo sent Lrn ligerovrtigo, y a continuaciD me invadi una crecieDte debilidad. Tra-bajosamente eun las fuelzas suficientes para apoyarme en eltronco de un rbol y no caer, desmayado, al suelo. No etenda loque ocuta a mi ahededor. Estaba solo? Mis compaeros es-peraban que recuperara las fuerzas? Estoy seguro de que trans-curi un buen rato, mientas yoJ apoyado conha el tronco, meesforzaba en escapar de mi atudimiento. Apareca el coloidogris de las maanas de otoo. Yo me senta como desprovistode cualquier energa, incapaz de asoci cualquiet idea, o recordar,casi, nuestras ecientes aventuras.

    Con gran asohblo por mi parte, encootr muy pronto a misdos amigos. No leios de ml, estaban tendidos sobre la hierba.Van Manen pareca adormilado, con la cabeza recogida entre lasmanos. Bogdanov yaca casi totalmente extendido sobre el suelovede. Tuve que desplega toda clase de esfuerzos para llegarhasta ellos.

    -Qu novedades hay? -les ptegunt intentando son-rer-. Por qu no hemos ido ms lejos?Peo descubt que tenan una nirada tan confusa como la

    ma. Qued desfavoablemente impresionado por las profundasojeras negras que rodeaban los ojos de Bogdanov, po! su frenteIvida, por la inmovilidad de sus pupilas. No pareca olr lo quele estaba diciendo.

    -Creo -Jiio al cabo de un rato- que los tres os hemos,6 37

    '!

  • la

    re,]

    -Parece que hemos estado dando vueltas toda- la n'ch.

    .llic I

    ,,.r, tr;dttil;lot- Stg"o que. el chler debe estar htrsct':i";;;;;^ pu,,", ul ot'o lado del bosque""' Al:;t"iltiJ'b-' odiada' cbtct la sansre legreso a las meiillas de Bogdanov Solt una "'it dt bl"tftmius

    Jams haba

    ilJL"'u.* ; i;.ci'l'.'-.:, -::'."i'#:.i:,HJ"Ii;t:':l:',Hi

    ,le tal modo, Pero sus sacriiegas;:#;,# J;;;n'" A'"n'u'.o' por "1. camino o': i'.b-'1,*:'iubierto, apresurndonos a meotda que llegbamos

    al Plngat:Y^'""-i*;"

    ,. acabo de entender lo que nos ha o(urrrd-o^- ollo

    v ^.

    ,"*.',i .,Uo d' un, -"1-ho, i}'"l.:'J'il "J::::lu'',ou, u.u.El sol estaba remontando elbr'i,:i*.F'n;lf ',::']':::,3::':li,l;'[1',:':';ii

    bungalow quedaba a T-'i_Yi:rH; i. il lr.iru,, . t" ,"-nuestra sorPresa cuando v-lmosranda a nuestro automvil' que pareca esPerarnos

    Dentro'de ^l

    :Hd'#:";;io '.,,or.'

    Por el patio iban v venian a-

    ounos ciados Cuando nos vteron llegar' abrieon los

    "i:: o:-l:'tl' oi.' s'iai""1 a*r'';:i1:'ol1,,'J" iiiil"fi1.'""i" il,il;liidestozadas y los zapatos llenos.oe oar LU ,," "l'-i^'l^ ^^i^-" r"t^l-.^1,'" el chfer v comenz a maldecirle y llenarle de

    golpes lotat',illi.'i,ilil.ioit',''i' *aia"i""','-

    ""

    i nub" cubiirse v' ocul'H:;.;l;:'"i.t con el antebrazo' se limitaba 'u -et*it .' - ,'^''' ::;;; Iu"J no' ^t'non"st"'

    maldita bestla? - gritaba van

    rrrrr-.^al',V 'i

    -no' hubiamos perdido en el bosque? Y st

    nuestroscuelposestuvieranprindoseallportuculpa?Queme dices?

    -:-^L^- ci muersc."'" i", .rir"' odeaban el automvil y nos miraban sin movers

    N. ;:Ut .;;";- que vean sus o!os: lVan Manen' cuva oon'

    .l^dvdulzuraeranconocldaspordoquier'maltratandoaunser-'tuottrr"-o, salido del mal paso por puro milagro -manifestu*3J.'J,'Lr'J,*l'T lo, .'i"do' v descubrirles la causa de laclera de van Manen bandonado en la carretera y ha re'

    -'F.ste imbcil nos ha a

    gresad sin esPerarnos!

    visto afectados a un mismo tiempo por un ataque de exmaocansancio.

    Me sent iunto a ellos. Mis piernas se negaban a movlse.Me senta tan dbil como despus de una efemedad que mehubiea retenido varias semanas en la cama. Bastaba que inten-tara mantener Ia mirada en un lugar preciso para que mis oios sevelaran. Pero, pese a todo, me daba cuenta de que estaba amane-ciendo y de que las plantas se cubran de toclo. Permanecimoslargo tiempo tumbados, sin pronunciar una sola palabra. Mis doscompaeios

    -sobe todo Van Manen, que segula sosteniendo su

    cabeza con l5 ss- me parecan aniquilados, hasta el puntode que se apoder de ml el sentimiento de una eslxcie de deber dehacer cualquier cosa. Me levant, pues, gracias a un enrgico ydesesperado esfuerzo. Pase la mirada en derredo. El paisaje seme antojaba casi familiar. Al abrirse, el bosque slo ofeca a mismiradas algunas palmeras antiguas, rodeadas de cuidadas acaciasy de arbustos aromticos. Pene en 1, observando toda clasede prudencia. Unos pasos ms, y di con el camino que, separn-dose de la carretera principal, conducla al bungalow de Budge.Gracias a este descubimiento, recuper alguna vitalidad. Di me-dia vuelta. Llam a mis amigos.

    -iEstamos muy cerca del bungalow!

    No cabe duda de que esta informacin sacudi su estupor,pues hablamos supuesto que nos hallbamos en alguna parte alnorte de Serampor. Vi que Bogdanov se levantaba dificultosa-mente y que prestaba una mano caritativa a Van Manen. Quiseprecipitarme hacia ellos pata ayudarles, pero bast un primer pasoalgo rpido para que la tiera girara en torno a m. Tuve que de-t.n.r-a p"t" recupetar fuetzas, y unos minutos despus mis doscompaetos estaban a mi lado.

    Las mejillas de Van Mane colgaban, un tinte negro emba-dunaba sus prpados, y su mirada descuba el azorado asombrode un hombre que no entiende nada de lo que le est sucedien-do. La opresin le hacla iadear y mantener la boca abierta. Bog-danov, pot su pate, movla las manos en un temblor continuo,modificaba incesantemente la direccin de su mitada, y le costabaadmitir que estuviramos tan cerca del bungalow de Budge.

    38,9

  • -Hemos pasado la noche dando vueltas ____
  • la cual habamos luchado incesantemente nos impidieron seguirdiscutiendo. Y despus de un somea limpieza, nos tumbamos ennuestras cama, para caer casi inmediatamete en un sueo pro-fundo-

    Budge nos despert. Adelantndose a la puesta de sol, habavenido de la ciudad para una cacera que deba durar varias hoas.No pareci complacerle demasiado que siguiramos all. Cuandose decida a.tilizar el bungalow pata una breve estancia cineg-tica, sola molestarle encontarlo ocupado. Nuestro evidente can-sancio le sorprendi.

    -Por lo que paece, esta noche han perdido todos ustedesla cabeza --dijo, dirigindose especialmente a Van Manen.Sentl como los colores se me suban a la cara, mientras un

    apuro semejante tela el rostro de Bogdanov.-Su chfe es un canalla -grit Van Manen, acalorado porla ia.Y se sinti en la obligacin de efeirle detalladamente los

    ltimos acontecimientos, pero, a partir de las primetas palabras,una sonrisa incontenible se dibuj en los labios de Budge:

    -El chfer manifiesta que ustedes nunca salieron de aqul.

    Y los dems confirman su testimonio.-Son todos iguales --Jijo, intenumpindole, Bogdanov, conuna voz tan grave que me sorprendi-. Escuche primero todos

    nuestros sufimientos.Un poco a legaadientes, Van Manen inici el elato de nues-

    tras aventulas. Nosotros completbamos de vez en cuando suexposicin, aadiendo algunos detalles, cuya precisin acab porturbar a Budge.

    -Jams conseguir entende dnde diablos han podido uste-

    des perderse. No hay ms que una salida, cosa de la que puedenconvencerse con toda facilidad.

    +2 41

  • -Querido amigo -replic firmemente Van Manen-, no lecontlmos ms que hechos vividos. Dejemos las explicaciones params adelante.

    Continu el hilo de su naracin:-En aquel momento nos dimos cuenta de que no podamosllegar a la carretera principal por aquel camino y le ordenamos

    al chfer que diera media vuelta...

    -Recuerdan lo que se vea a ambos lados dcl camino desde

    el lugar donde se detuvieron?Yo le enumer los tipos de rboles que habamos visto, y las

    dimensiones gigantescas que los caracterizaban. Budgc salt de lasi11a.

    -Les pido mil disculpas, queridos amigos, peto en ese dis'trito no ctece ninguno de los rboles que me indican. Ms all, del palmar, que se extiende ante ustedes

    -y seak con tn brazo' en direccin al lago-, slo hay eucaliptos y acacias. I-,r llamdaselva vlrgen. a la que se efieren incesantemente, no (xi.lc.

    -Y, sin embargo, ninguno de nosotos lo ha soldo afir-m Bogdanov en nuestra defensa.-Y por qu no espera hasta habe escuchado cl final denuestras deplorables experiencias?

    -pregunt malhrrrorclamenteVan Manen.Budge se encogi de hombros y volvi a sentarsc. Vn Ma-

    nen continu su relato. Cuando lleg al grito, que toclos noshaba inspirado tanto horror, la sonisa reapareci cn los lbiosde Budge. Mientras escuchaba a Van Manen, cada vcz arecamenos capaz de dominar su impaciencia, y en todas lrs ocsioesque abra la boca para interrumpide, nosotros intervcrr,rnros parAexhortale a que esperara el final de la historia. Pcro ll irritciny el nerviosismo le iban domiando poco a poco. A clrll uno deIos detalles que le referamos, se mova neviosamentc cn su silla.

    -Se est bulando de m -acab por gritar, cr,rnrlo VaManen Ie hubo descrito la mansin de Nilamvaa Dls . Estaregin no cuenta con ninguna casa escondida en la sclvrr virgen.Adems, el nombe de su presunto propietario me rcsrrlta cles-conocido. Es una broma idiota!

    Recori la habitacin en todas Ias diecciones. f)c :ronto44

    solt una carcajada, para demostarnos que no se haba dejadoengaa por nues eshipida charla. Peo no sentamos el menordeseo de acompaarle. Po una parte, nos sentamos turbados polo que Budge nos contaba, pues en el fondo de nosotos mismoestbamos convencidos de que dicha casa y cuanto estuviera rela-cionado con ella no existan. Pero, por ota parte, nos sentlamosofendidos por el escepticismo de Budge, y por su absurda con-viccin de que pretendlamos enos a costa suya.

    -Le advierto que no volve a dirigirle la palabra si usted

    sostiene una vez ms que lo que le estamos contando slo es unabroma de mal gusto

    -manifest solemnemente Van Manen-.

    Si le parece bien, puede cogernos a cada uno de nosottos porseparado y someternos al mismo interrogatorio. Entonces se con"vence de que realmente hemos visto todo eso. Es muy difcilsustentar un invento divertido, cuando uno se ve obligado a pre-cisar los pequeos detalles. Adems, no puede tratarse de alucina-cin, pues yo mismo, en la sala cle recepcin de Nilamvara Dasa,me he sentado en un silln. Nuestros amigos me vieron ocupn-dolo. Me oyeron personalmente contar a nuestro anfitin todolo que acabo de decirle...

    -Y Nilamvara Dasa, al igual que yo, se neg a creer en su

    elato.Budge pareca empeado en sostener que todo haba sido una

    broma.

    -Muy al contrario -replic Van Manen, con un tono de-

    cidido-. Estaba al cotiente del asesinato de su mujer. Ocultabael ostro ente las manos... Y no paraba de gemir!

    Al confimar sus palabtas, Bogdanov y yo aadimos que ha-bamos cogido un nombre al vuelo: Lila Budge nos mir som-bramente y se abstuvo a partir de entonces de cualquier comen-tario. Se content con indicar a Van Manen que terminara suhistoia. Y desde aquel momento slo nuestras observaciones co-lateales, dictadas por un encomiable deseo de exactitud, in-terrumpieron la narracin. Van Manen la termin con estas pa-labas:

    -f,oqs5 recuperamo el conocimiento, muertos de can-

    45

    It-

  • Isancio, en la linde del bosque, y comprobamos que estbamosmuy cerca del bungalow.

    Budge se levant lentamente de la silla, y, despus de habersopesado exactamente sus palabras durante unos segundos, dijomartilleando cada una de las frases:

    -Palabra de honor que, desde que vivo en la India, jamshe oldo nada semejante. Conozco cantidad de acontecimientosmisteiosos o absurdos, pero ste supeia en mucho a todos. Mevanaglorio de estar al coriente de todo, tanto en Serampor comoen Calcuta. Durante mis caceras he recoido todos los alede-does en cincuenta millas a la redonda, sin haber encontado nun-ca ni una sola huella de la casa que me cuentan. Paa demostar-les que les digo la verdad, les propongo que se vistan y queexploremos en automvil todos los alrededores. Todava podemosdisponer de es o cuafto hoas de luz diurna...

    r Van Manen, Bogdanov y yo nos miramos, llenos de estupor.Asl que tal vez era posible que, pese a todo, hubiramos sidovctimas de una alucinacin. Recordbamos, sin embargo, nuesrasaventuras con una minuciosidad tan precisa! Y sabamos, ade-ms, que la noche haba sido tranquila, que ninguno de nosotoshaba abusado del alcohol. Acaso podamos dudar de la realidadde nuesas peregrinaciones ? S, era absolutamente cierto que ha-bamos estado hablando con Nilamvara Dasa. Van Manen, deci-dido, salt de la cama.

    -Adelante! En marcha! -dijo-. Pero vayamos en suautomvil -aiadi, dirigindose a Budge-. Porque si vuelvo ave! a nuestto chfer, seguro que me veo obligado a esmangularle.

    Pretende que nunca hemos salido de aqu!-Es ptecisamente este punto el que me parece ms escabro-so

    -replic Budge-. Si tuviea que admitir, pero est claro queno tengo la ms mnima intencin de hacerlo, que los tes esta-ban completamente borrachos, tampoco conseguira llegar a en-tende cmo consiguieron llegar al bosque sin subir al auromvily sin que el chfer y los ciados se dieran cuenta de su marcha.Todos ellos aseguran que no se acostaron y que esperaron intil-mente sus rdenes.

    -Pero, cmo es posible que no vieran que estas habitaciones

    46

    estaban vacas? -pregunt Van Manen-. Cul de ellos seocup de apagar las luces? Asl que ninguno de ellos enr, para

    prepararnos un t, o para preguntar si necesitbamos algo?Budge se concentr en sus pensamientos, Las preguntas de

    Van Manen le inquietaban vivamente. Resultaba evidente quetanto el chfer como los ciados estaban al coriente de algo...No era muy exttao, realmente, que todos defendiean a su com-paero con tanta tstarudez ?

    -Ms adelante abrir una investigacin ----

  • VIII

    -------.-

    da, llegamos a la caretera principal, y mi cigarrio segua en-cendido. Confes mi asombro a mis compaeros. Budge orden alchfer que diea media vuelta- Recorimos, con mayor lentitudtodava, el mismo camino en sentido inverso.

    -Recuerda cmo ea el lugar donde nos desgxrtamos esta

    frn) -mg pregunt Van Manen.Despus de algunos titubeos, encont el lugar al cabo de

    uno o dos minutos. Estaba situado a unos quinientos mettos delbungalow, ceca del bosque. Nos apeamos del automvil, y nosdir.igimos hacia all. Mientas nos acercbamos, descub el rbolen cuyo tronco me haba apoyado.

    -Ah es donde Ies encont a ustedes -dije volvindomehacia Van Manen y Bogdanov-. Dira que yo vena de estadireccin.

    Indiqu con Ia mano el bosque.

    -En tal caso todo se simplifica -exclam Budge, despusde un instante de reflexin-. No hay ms que buscar Ias huellasque ustedes dejaron.

    En efecto, no esultaba difcil para una mirada avezada des-cubri sobre la esponjosa alfombra de hojas muertas la huella deun pesado pie de occidental. El chfe de Budge, que parecademostrar un intes extaordinario par este rastreo, seguia lashuellas como un sabueso, Pener en la espesura y recori unoscincuenta metros. Luego Las pistas se alejaron del bosque, y seencaminaon hacia un paraje desnudo, donde terminaban definiti-vamente. Yo no entenda nada. No recodbamos habet atavesadootto claro que aquel donde se alzaba la mansin de NilamvaraDasa, rodeada de bosque por tres lados.

    -No nos queda ms que explorar el bosque n todos lossentidos -sugiri Budge-. Pero s perfectamente, y lo afirmocon toda precisin, que no enconttaremos nada en l que se ase'

    meje a una consttuccin. Sobre todo, cuidado con las serpientee!-Esta noche hemos peneado en el coaz de las ms den-sas espesuas, y no nos la ocurido nada.-En 1os bosques por donde han vagado esta nocheJ hace mu-cho tiempo que las serpientes dejaton de mode

    -respondimisteriosamente Budge.

    .

    Unos insrantes despus, le ped a Bogdanov uno de aquclloscrgam los que encargaba en Adn. Lo encendi y aspir ia pri-mea bocanada, que me trajo a la mente, con una precisin casidolorosa, el cigarrillo que haba encendido la noche anerior cuado cabbamos de salir del bungalow. Atraje la atencin de Budgesobre este deralle. Se contenr con inclinar ia cabeza sin declrpalabra. En el mismo segundo se me ocurri, como un relmpapo.la idea de que bastaba con calcula el tiempo que haba n....i,.iola noche-anteior para fumar mi cigarrillo ;"r;.r,i;;,-.;;';;;exacritud casi perfecta, en qu lugar preciio me haba dacio cuen-ta de que nos desvibamos de nuestro trayecro inicial. Van Manen no cesaba de inspeccionar la r,.,ta que dejbamos atrs. Sepreguntaba si no hrbmos tomado algn .r.in ,rrr.r..""t- n"r.,se vio- obligado a admitir que Budge habia di.ho .ru.rrr.n,-. l,verdad; el camino transitable terminaba en el bungalow. y suprolongacin a parti de all no ea ms que un .r-iio d.'.rrro.que se perda a lo largo del lago.

    El automvil avazaba con lentitud. Examinbmos el oaisaie.y. reconocamos fcilmente Ios parajes familiaes por los ue hn-blamos pasado tanras veces. Se difeenciaba norablemenre el de-corado salvaje de nuestra espantosa noche. El l"rqu., qr. ,l.,or.contemplbamos, continuaba, a cierta distancia d" tu ..,.r.,.r.,hasta Lalcuta...Era se el lugar (cuI, exctamentelj donde ha-Dlamos descubterto a Suren Bose. peo Ios boles, que surgan aambos lados de un bosque salpicado de ..lu.ro., .rrl;;1".?;; ;de otras especies que nuestos rboles noctunos.

    Sin abandonar iams ese examen, rDiando a deecha e izquier_

    48

    49

  • Nos paseamos por todo el bosque dutante una media hora, yno eocontramos ni tastro de la ms pequea casita. Van Manense sinri de nuevo presa del cansancio.

    -Si les parece, podemos continuar la bsqueda --dijo Bud-ge--. Pero les repito que en las docenas de kilmetros por losque se extiende el bosque, todo es tan desierto como aqu.

    -Nos stamos fatigando sin motivo alguno -aadi Bogda-nov-. Tengo la impresin de que este bosque no es el de lanoche anteior.

    -iPues no existe otro bosque! -replic vivamente Budge.Volvimos atrs. No ocultbamos nuesra decepcin. Van Ma-nen movl la cabe,a a diestra y sinestra con riesgo de dislocarseel cuello. Esta historia le pareca un desafo a cualquier lgica.

    -Y si la noche pasada hubiamos llegado, sin darnos cuen-ta, al norte de Serampor? -pregunt.Budge apresur el paso y respondi sin volverse:

    -De acuerdo! Vayamos a SeramporlEI automvil cubi la distancia en diez minutos. Nos vimosobligados a comprobar que slo podamos llegar a Serampor atavs de la caretera principal de Calcuta: por entre los camposno se vea ningn camino practicable.

    -Creo que resultala muy til una visita a Chatterji -pro-puso Budge-. Tal vez sea capaz de encontrar una explicacin aesta fantasmagorla.

    Budge, que conoca a todo el mundo en varias leguas a laredonda, contaba tambin con un amigo en Serampor. Chatterji,comerciante en yute, viva en las afueas de la ciudad plopiamentedicha. Cuando nos presentamos, se encontraba en su cas.

    -Si se deciden a peguntade acerca de la casa en cuestin ysus habitantes, conviene que den la impresin de que es por putacasualidad

    -fueon las ltimas ecomendaciones de Budge-. Sintales precauciones -aa6-, Chatterjl podra imaginarse quehan sufrido una pesadilla o que pretenden tomarle el pelo.

    El comeciante nos pateci un hombe de gran saber y exten-sa expeincia. Sin embargo, tampoco l haba oldo hablar nuncade una mansin hundida en la lungla. Pero cuando Van Manenpronunci el nombe de Nilamvaa Dasa y el de Lila, su hija ase-50

    sinada un noche de manera mistetiosa' los ojos de Chatterii sedilataron, mirndono fijamente*"'*rrill;;i;

    co,,ado t't"s cosas? -pregunt'

    sin disimu'

    la su tubacin.*

    -t-lt" nuestro pretende que habl .con l la misma no'

    .r," .n. ,t-i f,iia era aiesinada -respondi

    Budge '-----gr,or

    hechos, que son absoluramente ciertos' ocurrletonl^." rlinlo-r--rn.do

    ---e*clam tePentinamente Chatterji- Ni-iurnurtr" Ort" era uno de los adeptos de Vishn ms conocloose toda Bengalr' Y quien mar a Lila' su loven esposa rue etIi.'I-";;';;r;" de bandidos musulmanes Se haba enamoradoi'i".';';ffi;;-;; rodos estos hechos llevan muchoii.^ il,.ir^* ., .l i.'o'o dt nuestras leyendas p^opulares*-'

    ,iUtl" decirnos por casualidad dnde viva Dasa? -pre-P.unt Budge.*":;;;;

    lleva mucho tiempo destruida - -cxplic. el come-ciaote de yute--. Fue devastada en 1810' al mismo t'tfnl:,1::las de los restantes hindes Pero no debia encontratse muy

    rclus

    de Serampor. Dasa, que era muy rico' dispona de varjas residen-:;"-;;,' ;;t;" [u"'asrltada cuando' acompaada de una escoltairrrii'.1.",.,'tirirua hacia su mansiD de verano Dicen que unoi.. r.t'l""iaJt'* cap a la rrrLtar,za y difundi la triste noticia'i .,-rrno Nilamvara, persiguiendo al raptor' estaba ^ punto oe,t."ni^.I", ste mat a la desdichada Lila'"*ffi;:

    ,.r,"*.,"t de horror, nos miramos desconcertados'Bu&.. continurno sus Pregunlas' quiso saber si se habla )nsla-LdJ.n U regin algn otro Nilamvara Dasa''*\t".;;';". i"y" n"dit que siga llevando'. este 1om!1e--rnif"rtO Chaiterjl-' Se trataba

    de una tamilia dtstrnguroao,.r. ,"

    "rtineui ^ .omit"'o' del siglo pasado', Adems' hoy ya]ra.'t. iir-', p,, a, sino Das' a la manera moderna

    "'T. *it.^ p*..11 maavillarse de nuesuo horrorizado estupor'

    . iU"" *"-ii"an.nos sucesivamente' peto sin permitirse ninguna

    ;t";;;;.;il" 1", t"'ottt', i-ncomirensibles para l' de nues-tra reaccin'

    -Supongo que su

    algunos fragmentos deamigo --diio finalmente- hr debido oir-io."

    r.tr,o" que coren entre el pueblo'

    51

  • Y ba conservado en la memoria el nombe de Nilamvara Dasa.Pues, como acabo de deciles, su recuedo se conseva entre Doso-tos, aunque revestido de fbulas. Son innumerables las baladas ycanciones que describen el secuesfto y la muerte de la hemosaLila.

    Van Manen, levantndose repentinamente de su silla, se diri-gi a Budge.

    -Vaymonos --dijo-, me siento exhausto.Nos despedimos de Chatterii, y nos dirigimos hacia Calcuta.Estbamos ealmente agotados, y pasamos unos minutos en unprofundo silencio. Despus Van Manen, dirigindose a Budge,drlo:

    -Convendr usted conmigo que no hay que contar esta his-

    toia a nadie.Budge, que segula ensimismado, asinti con un movimiento

    de cabeza.

    -As que fuimos vctimas, si me atrevo a habla de estemodo, de una alucinacin enviada por el diablo -balbuce Bog'danov, con una voz tona.

    -Oial sea nicamente una alucinacin -replic inmediata-mente Budge.El silencio cay de nuevo sobe nuestro grupo. Mirbamos

    hacia delante sin ver.

    -No entiendo por qu Suten Bose ha querido que furamostestigos de unos acontecimientos tan ho[ibles -

  • 1:l::*,el reltioso con el que rena ns rfinidades, los exrra-orolnanos acontecimientos que haba sufrido.Jltenclarle esra historia me habra resujtado muy difcil, puesya saba que flevaba muchsimos aos enegado al estudio.deltanrr. que haba llegado , ,,.^lr,lj l, pr;.:.;riq;.i.,olrjo,o-e tl la solucin de varios pooremas mrsteiosos que mi groserarazon no consegua esclaece Desde

    .todos I". ;;;";..;"",;i:r,swami Armananda era un oersonaj. d. ."..p.i.;;, i;r;;r.",Il"ba eje_rcido Ia medicjna en .iinat p"a* a. .r'i-""'i..ilu'''10"' se haba casado' v' aun sie's,".,,,,.g.,,u p ;; ;;"" :;;:. LT::;X1li?fl'

    ",J * T J,l,?ii:oet Hrmalaya. AIgn da ral vez me d..ld" , d...r;li. ,i;;,;;"cra, tealment maavillosa. de este mdico-as;;:-;"; ;.;#.toda la India a. pie, participaba "..

    lr. ....;;;i;, ;:.,;;'i",sectas, y meditaba ac.rca de t.nos ta I gia de h,;;; j ft Jr:",:';ff ".',ffi

    ,

    jl:':l[j,:L::en,una celda a_ orillas del Ganges. Antes . q; r" lr.r" ,.[Jtarle,, ya.llevaba unos siete alos .st"ble.id

    "l,. ,;;. ji;:!tj:U,:::!" uego que se me entienda ,r. sr)o;;,'d;r;;::sels meses al ao, en efecto. reco"", t^. --:,:^:'""',':",]..

    cumbres nevadas d.r B"drir.,h ttorria Ios.caminos. escarando las

    pondichery ; ;;;,;,;;ii:il:,r:"0,,.;...,0'.'0" u nas veces hacia^.,-trl

    qr. una.oche que seguamos el ro a conracorjenre v_que nos encon*bamos e,tle i^ grandes ,..r, ';;;";;.:;;:;::rl,.- l1t ,?r,.uoi.,_ consrituyen la- frontera d. Rjl;,kJ;.;yacl;":ir\orte, re(er al Swami el exral,"tiir;,:. l,,il "i",' "irc,::'[if#,,lt::.; ::1,::,#r;:nabra rdo a vele jnmediatam.nt. d.rprj" d.l, ;;; iirljl"jl.::il:t::iJ [. :":* J, ;:db,-;' ;; I ; ;;;; ::," :';flo. Despus de habe .r.u.hrdJu

    -tlt",'o ms.ce rca posible del

    ."., h".i._. I ;;;rilit mr relato' volvi sonriente su_--- -I n_a encontado por s mismo alguna explicacin a estaextraordrnaria experiercia vivida por usred?r",:"'i:::o:,T',:,!l"H"TiJ:":

    -"T,1:. k con tes t que ha ba

    ninguna de .ri; *.';,*.:i:;'i'il,l.X,,ilTiil.iT;,'H::

    de una cosa: todo lo que habamos percibido y palpado ptocedaindiscuiblemente del hecho de que nos habamos acercado exce-sivamente al lugar donde Suen Bose realizaba aquella noche elhechizo, acompaado de actos, de algn ritual secreto.

    -Pero no acabo de entende en qu, desde la casa de Budgeen cuyas promidades seguamos estando, podamos molestalepata la celebtacin de sus ritos. La zona sagrada, que est delimitada perfectamente para permitir su completa realizacin ----es-tos rtos dominan verosmiente unas fuezas mgicas de unaextraordinaria eficacia y exigen al mismo tiempo unos prep-rativos terorficos y obscenos- esta zona abarcaba sin duda unaextensin de tereno bastante consideable. Tal vez salimos real-mnte en coche, cortando en nuesra carrea el mbito ritual?O nos limitamos a acercarnos demasiado? Es cierto que nosalimos del bungalow, tal como afirman los ciados? En cualquiercaso es un hecho evidente que, de uno u otro modo, tubamosla justa economa de las prcticas de meditacin de Suen Bose:cosa que le decidi a trasladarnos, valindose de sus energasmgcas, a oto espacio y a oto tiempo. Paa habla con mayoclaidad: nos deport a unos acotecimientos que se haban de-sarollado en las proximidades de Serampor ciento cincuenta aosantes. Y asl es como pnsamos a figurar entre el nmeo de lostestigos directos del asesinato de la joven esposa de NilamvaaDasa.

    Lanc de reojo una miada a Swami Atmanada y me pare-ci descubir en sus labios una sonrisa retenida con gran dis-mecin.

    -Admito la posibilidad de tales portentos -tontinu sindejarme desconcertar-. Ceo que un experto, que dispone defuerzas ocultas eficaces, es capaz de arrebatar del momento pre-sente a una criatura humana, de aniquilar, con ello, en ciertamedi&, los datos inmediatos de su vida, y de proyectar)a sobreotro puto de la mquina univesal. Pero lo qrre no deja de su-mergirme en la ms insuperable estupefaccin, es otro hechosingular...

    Swami Atmananda me contempl de nuevo. Solt la risa, mecogi la mano y me pregunt:

    ,455

  • -En todo este sistema de coyunturas, slo hav otro hechosingular que le sorprenda?-Para serle sinsge -ssfgsf-, debo reconocer que la intet-pretacin de una multitud de detalles secundaios supera mi en-

    tendimiento. Por eiemplo, llegamos a subi realmete al auto-mvil, o bien, desde el principio, casi desde antes de haber aban-donado el bungalow, fuimos iuguetes de una alucinacin? En elsupuesto de que Uegramos a ponernos en marcha, en qu mo-mento del viaje nos invadi el sotilegio? Fue, sin duda, pocosminutos despus de nuesia marcha; tan ponto como nos aceca-mos, supongo, a \a zona sagrada, destinada por Suen Bose a laproteccin de sus ritos y de sus meditaciones. Pero, en tal caso,qu le sucedi al conductor? Sufri tambin el maleficio, almenos duante cierto tiempo? Se dio cuenta, cuando recuperel contol de s mismo, de que ya no ocupbamos el automvil?Regres solo al bungalow? Tom todas las disposiciones nece-satias para engaarnos, confabulndose con los restantes ciados ydecidiendo que todos declararan, unnimemente, lo mismo. o sea,que no se haba movido de su lugar, delante de la veranda?O, al conttario, segua hechizado cuando regrcs? Octp suantiguo lugar antes de volve en s, sin recordar ninguno de susgestos antetiores? Estas sean las posibilidades que se desprende-ran de una primera hiptesis: salimos realmente del bungalow...Pero, en mi fueo interio, yo he cmitido tambin ua segundahiptesis: no llegamos a salir, y fuimos arrebatados por cl espe-jismo de una alucinacin cuado todavia dotmitbamos en elbungalov. He aqui sus puntos de apoyo: o bien Suren Bose prc-siente, como algo que ha de suceder, la posibiliclad de nuestraproximacin y nos embruja pata mantenernos a distancia dclhorible teatro de sus cetemonias, o bien, por la mcre realizircin de ]os ritos que all se desarrollan, desencadena unas fuezscuya accin autnoma, sin que su voluntad se aplique cxplcitamente a ello. basta para lanzarnos l otro espacio y n otro tiempnLos dos casos que acabo de considear no excluyen en absohltola posibilidad de que el hechizo haya actuado sobre nosoiros xntesde qr.re subiramos al vehculo. Pero, cmo explic entonces quelos estates habitantes del bungalorv

    -me cstoy eiiiendo aho

    56

    a todos los ctiados- no participaran en la magia moviente.dc.r;;-h.".;i i- .orno dtbo t'it"nd"t q"t tuviea la intuicin;;

    ";;;;;tt' acstrados por un destino excepcional mientras

    "*"-J, .ii,rr" ae mi cjga,;iuo, antes de apercibirme del aspecto

    inusual del paisaje' cuyos accidentes divesos estbamos lozanooiEn

    "u-r, queda en pie otra cuestin: en qu condiciones eban'

    ;;;;;;;'"i b;"*rlo* No hav Ia menor duda de que llegrmosi."i.."a. a salii, para vagbufldea! por el bosque .y paar Por.;;;;-;"1";;i.;ts. Lo d-emuestan las manchas v Jos desgarro-;il;il;r;;ut p"o tl tesmonio decisivo e" aporradoio, , nu.U", de n,r.r,,o, pasos, descubiertas por eJ chfer -deBudgc, aunque tampoco sea capaz de explicarlas debidamente No

    t. pi".t .r, .l bo'tq"e, como era de esperar' ti"t t" llt-l:-tiT:no. mientras que nosotlos no conseguimos llegar a retordar que

    irrrrno, "

    prr"r, otro lugat descubierto que aquel 'londe 5calzaba la residencia de Nilamvara Dasa'-'^S;;;i ;""anda no paraba de escucharme con la misma",;i;;"; "l

    t.t"o ilominado por la dulzura de una sonrisainteligente.

    -iNo cabe negar que tlene ur considetrble

    -tlenro rle detective' para r.g,.ri.

    ".rd.n", de deducciones! -exclamo'---

    *pu", no'es sa mi intencin, porque 1o que yo soteDgo esuna reora especial del milagro

    -respond- Nuestrr aventurr

    de Serampor no rupon. el milagro No es-m.s que el lue8o o(deteminadas fuerzas mgicas de cacrer subaltern'j y demonla(o'"''"-Ei-

    r;;,* se guar;a muy bien de imponer caliIicacionesmoales a las fuerzas mgicas de las que hablamos

    -exPlrcovivamente el Swami-. En cierto modo' es licito (ompirarl ls.o,i'i;;'i.;;r; i" ,,., f,ica, las cuales, segn el punto de vistaeutoDeo. Doseen un carcter obietivo'---";;"

    me senta vido de ole esolve los enignras que me.r..*uoarn v poco propeno. en cambio' a sL'porlar unJ exposr-il;'"i,,*' ;i;;i".' v '1" dife"ntia que se. pueden establecer."ir. J ,r"", y'i. .i.n.i' europea Asi Que le inrerrumpi: ,,

    -Sel cual iuere la t'erdad referente a nuestra mach dell-

    b.r"d" d"l bungalow, no e esto lo que ms me sorprende' sino dtf;; i.t"[",

    " los cuales ya he aludido anteriormente'

    57

  • Ahora voy a enumerselos: concibo perfectamente bien que, pro-yectados a ofto espacio y a ono tiempo, tryr,"o, pr*ai-r'ion-verrirnos. gracias a ello, en los testigos d" u ..i_.n ;rlir;;;;,los mtsmos lugares ciento cincuenta aos antes. El bosque ouecontemplbamos era eJ bosque de entonces: rb"l..;;;;,J;;y venerables que probablemente fueron abatidos a Io larg:o-del sislopasado. En cuanto a la casa de Nilamvam D; .rigi;-;""fsiglo xvrrr, figuraba enrre las villas que.r,.

    "pr l.i,.'rirrj", j.Vishn posea en los alrededoes d. ^S.r";p"r: ;;;;;;i;:;;r;ci de Ia superficie de la tiea. to. personries, u il;.-;i;j'transporta( el cuerpo de la joven Lila sobre unas prriir.lr. t,.cnas de.amales de todo tipo, iban vestidos, , ,u ,i., con roDasa Ia moda del sjgfo xvrrr: turbantes y panraloncs bombchos, cuvouso ha desaparerido en Bengala. yo insidero ;;d*

    "r;;;;:,;;il,,como togtcos. y me sentira menos asombado si hubiremos .sis-tido desde fuera a la escena del asesinato de Lil" y ; a;l;;;;

    taciones febes en la casa de Dasa. peo "fr, fi *r.., + f"joven, y, pese a la exactitud dei-., .,i,"i,

    "

    ;" jilil ;:" T:' :T.':;::i:::'ili: .i: tJ;niego absolutamente a admitir. cs nuestra entada en ]a cas dcrrasa.,rase que.hayamos podido asisri a las emotivas escenasqe oolo de su duelo hace un siglo y medio. pero la cosa lenque haberse parado a)l; pr.r, .., a.rlidrd, Jo sue ."

    "-a,,,"'."tue una mera y.simple repeticin de unos ,.oni..iri.nto, ,uri-oos de un pasado ya lejano. Se inrercalaron a ellos unos elem.los nuevos, evocados por ia presencia de nuestras p"rronu.,-ir.blamos. con Dasa, nos contesta. Uega a confiar a Bo*drnou o,r"so,entiende el ingles_. y no uu ur,.d a decirme q;"';;i;. ;r;;,ya rueron pronu nciadas

    _

    hace siglo y medio! As que no slo ra-mos los espectadores de un drama. que se haba representadoriempo atrs. sino que nos inrroducamos,

    ...;;.r;;;l;r'nl,l"vos, en la misma continuacin de su inriga, fu ,".foriUu-o,mediante ouestas iniciativas, ..iunt" nr.lil u.;;;il;:';;',actores primitivos perciban claramenre puesto,ue d,rban unr r-pllca pertlnente a nuestras preguntas. Es cierto que los dos orotagonlstasj el anciano y el propio Nilamvaa, ,. ,o. pr.r.n,.irncomo congelados en una rigidez exnaodinaria. Si Ci,r;;;r;i ;;;,8

    hublea contado que su doble asesinato haba seguido inmediata-mence al de Lila, haba llegado a deducir que habamos enradoen elacin con la imagen espectral, con la apariencia ltima queofrecan en el istante de su muette. Peo Dasa sobrevivi alasesioato de su esposa. Y cabe pensar lgicamente que el vieiociado no descendi inmediatamente al reino de los muetos. Deah se deduce que su figura, cuyos rasgos nosotros. vjvos. percr-bamos, no era la ltima apariencia que expusieron sus coet-neos. Peto, en tal caso, de dnde procedla su rigidez fantasmal?Ni los macabros episodios en que participamos, ni siquiera elcrimen perperado sobre la hermosa Lila me parecen capaces deinfligir a los motales esta especie de rigidez cadavrica. Llego,pues, a mi proposicin final: no vimos esta sangrienta tragediaen su forma autntica, tal como se desaroll hace treinta lustros,sino que se nos permiti adaptarla inmediatamente a nuestra exis-tencia. Ahora bien, eso es algo que supera cualquier compren-sin humana. Mi razn no niega la hiptesis de que algunas fuerzas desconocidas tengan la propiedad de anular el tiempo y deevoca unos acotecimientos que se desarrollaron hace tiempo.Peo la misma razn se ebela cuando se le insina que la estuc-tura y la imagen reiterada de estos acontecimientos prrmiten quese les someta a unas variaciones. De acuedo en que yo puedaasistir a la batalla de rWaterloo, peo lo que me tesulta imposiblede cree es que yo pueda ve al mismo tiempo cmo Napolenla temia con una victoria!

    Atmananda solt de nuevo Ia catcajada, y me cogi del brazo.-Toda su lgica, por muy bonita que parezca, es totalmentefalsa. Pero, no tiene ganas de que sigamos paseando juntos un

    techo ms? -aadi inmediatamente tirando de mi brazo.Yo le segu. Abandonamos la oilla del rlo y tomamos un

    camino que conduc al bosque.-u5 q66lusl6ss son falsas -prosigui- en la medida enque aribuye a los feomenos que describe una ealidad inmlnse'

    ca. Adems, pretender que un fenmeno transcurre en el presente,en el pasado o en el fututo, no significa estictamente nada. Puesnada de lo que ocurre en nuestro mundo es real, amigo mo. Todolo que se manifiesta en este mundo es ilusorio. La muerte de

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  • Lila, el duelo de su esposo, el encuento de ustedes, vivos, conla sombta de algunos muertos, tambin son pura ilusin. En unmundo de lo imaginario, en el que ningrn objeto o acontecimientotiene coasistencia, en ese mundo, repito, cada persona puede lle-gar a hacerse duea de un haz de fuerzas bien definidas, que us-tedes llaman ocultas, para conseguir lo que quiere. Es obvio quecon estos arti{icios tcricos no se cea nada real, sino nicamenteun nuevo juego de lo imaginario.

    -No entiendo nada --