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LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL DE DURKHEIM* Robert K. Merton RESUMEN La fuente de la vida social es, según Durkheim, la similitud de las consciencias y la división del trabajo. La primera es más evidente entre las sociedades primitivas, en las que la «solidaridad mecánica», puesta de manifiesto por la ley represiva, prevalece. La segunda es propia de las socie- dades avanzadas, en las que se manifiesta una mayor «densidad dinámica» y en las que las reglas jurídicas definen la naturaleza y las relaciones de las funciones. Al combatir el individualismo y basar la existencia de las sociedades sobre el «consenso de las partes», Durkheim refuta su énfasis positivista que niega la relevancia de los fines en el estudio científico de la sociedad. En su discu- sión de los fines sociales hay una tendencia antimecanicista latente. La teoría del desarrollo unili- neal está basada sobre datos etnográficos deficientes. Asume la ausencia de división del trabajo entre las sociedades primitivas, así como la de la «solidaridad mecánica» entre las sociedades modernas. Las leyes represivas y restitutivas se usan como índices de la solidaridad mecánica y orgánica, pero Durkheim no establece con ninguna precisión las perfectas relaciones que él da por sentadas entre sus tipos de solidaridad y de leyes. En un estilo pedestre, y de alguna manera impropio, la obra de Durkheim De la division du travail social ha merecido una tardía traducción al inglés, cua- renta años después de su publicación inicial 1 . Este testimonio de la continua 99/02 pp. 201-209 * Publicado originalmente en American Journal of Sociology, vol. 40, n.º 3 (nov. 1934): 319-328. 1 George Simpson, Emile Durkheim on the Division of Labor in Society, New York: Macmil- lan Co., 1933. Las citas siguientes se refieren a esta edición.

Merton, División Trabajo Social de Durkheim

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  • LA DIVISIN DEL TRABAJO SOCIALDE DURKHEIM*

    Robert K. Merton

    RESUMEN

    La fuente de la vida social es, segn Durkheim, la similitud de las consciencias y la divisindel trabajo. La primera es ms evidente entre las sociedades primitivas, en las que la solidaridadmecnica, puesta de manifiesto por la ley represiva, prevalece. La segunda es propia de las socie-dades avanzadas, en las que se manifiesta una mayor densidad dinmica y en las que las reglasjurdicas definen la naturaleza y las relaciones de las funciones. Al combatir el individualismo ybasar la existencia de las sociedades sobre el consenso de las partes, Durkheim refuta su nfasispositivista que niega la relevancia de los fines en el estudio cientfico de la sociedad. En su discu-sin de los fines sociales hay una tendencia antimecanicista latente. La teora del desarrollo unili-neal est basada sobre datos etnogrficos deficientes. Asume la ausencia de divisin del trabajoentre las sociedades primitivas, as como la de la solidaridad mecnica entre las sociedadesmodernas. Las leyes represivas y restitutivas se usan como ndices de la solidaridad mecnica yorgnica, pero Durkheim no establece con ninguna precisin las perfectas relaciones que l dapor sentadas entre sus tipos de solidaridad y de leyes.

    En un estilo pedestre, y de alguna manera impropio, la obra de DurkheimDe la division du travail social ha merecido una tarda traduccin al ingls, cua-renta aos despus de su publicacin inicial1. Este testimonio de la continua

    99/02 pp. 201-209

    * Publicado originalmente en American Journal of Sociology, vol. 40, n. 3 (nov. 1934): 319-328.1 George Simpson, Emile Durkheim on the Division of Labor in Society, New York: Macmil-

    lan Co., 1933. Las citas siguientes se refieren a esta edicin.

  • estima otorgada a la obra de Durkheim provee un incentivo para reconsiderarla primera magnum opus de este protagonista hegemnico de la escuela sociol-gica. El valor de este examen es doble: por una parte, permite una reconsidera-cin del papel desempeado por Durkheim en el desarrollo del pensamientosociolgico moderno y, por otra, llama la atencin acerca de varias concepcio-nes fundamentales para gran parte de la investigacin contempornea.

    A la hora de valorar sus contribuciones, es pertinente un anlisis del contex-to terico en el que esta obra fue escrita. Firmemente vinculado a la corrientedel pensamiento positivista que procede de Comte, el libro de Durkheim expre-sa muchos de sus rasgos caractersticos. As, busca adoptar los mtodos y crite-rios de las ciencias fsicas para la determinacin de aquellas leyes sociales indu-cidas mecnicamente, las cuales, bajo condiciones dadas, se obtienen con unaineludible necesidad. Explcito en este proceder est, desde luego, la asuncinde la viabilidad del mismo, as como la susceptibilidad del fenmeno social a serobjeto de tal estudio. De este modo, se pasa por alto el hecho de que el concep-to de causalidad, tal vez ms marcadamente en las ciencias sociales que en lasfsicas, es una asuncin epistemolgica, una cuestin de imputacin y no deobservacin. Dentro de esta tradicin positivista, La divisin es clasificable, ade-ms, como un ejemplo del enfoque antiindividualista y antiintelectual. Es unarebelin declarada contra el positivismo utilitarista e individualista que, buscan-do sus prototipos en los sistemas de Hobbes y Locke, caracteriz a gran partedel pensamiento social ingls. Un sociologismo radical le pareci a Durkheimuna forma de mantener la autonoma de la sociologa como una disciplina inde-pendiente, y a esta preocupacin dominante se deben muchas de sus concepcio-nes. De especial trascendencia es el hecho de que La divisin, aunque bosquejamuchas de las ideas que Durkheim desarrollar con posterioridad2, muestra unenfoque objetivo, con reservas implcitas, del cual l divergi claramente mstarde, especialmente en sus Formes lmentaires de la vie religieuse.

    Los periplos de las ideas expresadas en La divisin han llegado a este pas,pero un breve sumario es, sin embargo, conveniente para establecer las basesde la discusin. Sostiene Durkheim que la fuente de la vida social es doble: lasimilitud de las consciencias y la divisin del trabajo. En un tipo de sociedadque l llama primitiva, la solidaridad es ocasionada por una comunidad derepresentaciones que dan lugar a leyes que imponen a los individuos creenciasy prcticas uniformes bajo la amenaza de medidas represivas. Estas leyes repre-sivas son ndices externos esto es, observables en un sentido positivista dela solidaridad mecnica. Por otro lado, la divisin del trabajo social, que sibien intensifica no impone la individualizacin, tambin ocasiona una solida-ridad orgnica, basada en la interdependencia de los individuos y los gruposque actan cooperativamente. Este tipo de solidaridad es indiciada por reglasjurdicas que definen la naturaleza y las relaciones de las funciones. Estas reglas

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    2 El punto de partida de El suicidio es explcito en el libro II, captulo I, de La divisin...; Lasreglas del mtodo sociolgico, en las pp. 349 y ss.; y Las formas elementales..., en las pp. 288 y ss.

  • podran ser adecuadamente denominadas como leyes restitutivas, dado que suviolacin no implica consecuencias expiatorias, sino slo reparadoras. Histri-camente, el movimiento ha sido desde la solidaridad mecnica a la orgnica,aunque la primera nunca desaparece completamente. La causa determinante deesta tendencia se encuentra en el incremento del tamao y densidad de laspoblaciones con el habitual si no invariable y concomitante incrementode la interaccin social. De este modo se intensifica la lucha por la existencia,puesto que slo por medio de la diferenciacin progresiva de funciones es posi-ble la supervivencia para muchos que, de otra manera, estaran condenados ala extincin. Esta continua tendencia acontece mecnicamente a travs de unasseries de equilibrios dinmicos sociales que se interrumpen y se restablecen.

    Ahora bien, como se sugiri previamente, Durkheim busca combatir el posi-tivismo individualista que ignora la relevancia de los fines sociales como determi-nantes parciales de la accin social. De ah que se viera enfrentado a un dilemaperturbador: como positivista, para admitir la irrelevancia de los fines para elestudio de la sociedad; como antiindividualista, indicar la eficacia de los propsi-tos sociales en el condicionamiento de la accin social y, con ello, abandonar elpositivismo radical. Porque si, como el positivismo nos ha hecho creer, la lgicay la ciencia pueden tratar slo de hechos empricos, entonces una ciencia de losfenmenos sociales edificada slo sobre esta base se convierte en imposible, dadoque esta actitud relega al limbo todos los fines, a saber, las anticipaciones subjeti-vas de los sucesos futuros, sin cuya consideracin la conducta humana se vuelveinexplicable3. Fines, metas y propsitos no son, por definicin, datos lgico-experimentales, sino, ms bien, juicios de valor; y, sin embargo, una compren-sin de los fenmenos sociales requiere un estudio de su rle4. Esto no implicaun compromiso teleolgico-determinista, sino que simplemente apunta al hechode que los fines subjetivamente concebidos con independencia de su reconoci-miento de todos los datos pertinentes en una situacin dada, as como lascondiciones externas, influyen en la conducta. Excluir los fines por considerar-los impropios para el estudio cientfico no es eximir a la sociologa de metafsi-ca, sino contaminar sus hallazgos con una metafsica tosca y acrtica5.

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    3 Paradjicamente, esta postura es admitida por el positivista V. Pareto. Ver su Trait desociologie gnrale, II, Pars, 1917, pp. 1349 y ss. Tambin, Talcott Parsons, Some Reflectionson The Nature and Significance of Economics, Quarterly Journal of Economics, XLVIII(1934), 511-545. Tengo una profunda deuda con el Dr. Parsons por mucho de lo aqu expuesto.

    4 Vase Heinrich Rickert, Kulturwissenschaft und Naturwissenschaft, Tbingen: Hohr, 1921,pp. 99 y ss. Lon Duguit, cuyas concepciones de la similitud a travs de la divisin del trabajorecuerdan estrechamente a las de Durkheim, presenta una exposicin brillante de la trascenden-cia de los fines para la interpretacin. Vase su libro Ltat, le droit objectif et la loi positive, Fon-temoing, 1901, pp. 33 y ss. En nuestro pas, la exposicin ms exacta de esta posicin se encuen-tra en W. I. Thomas y F. Znaniecki, The Polish Peasant in Europe and America (University ofChicago Press, 1918-1920), especialmente la discusin de las actitudes sociales y la definicinde la situacin.

    5 Vase C. Hartshorne y P. Weiss (eds.), Collected Papers of Charles Sanders Pierce, I, Har-vard University Press, 1931, pp. 52 y ss.

  • En el momento de escribir La divisin, Durkheim era demasiado positivis-ta como para reconocer explcitamente toda la fuerza de esta posicin, pero, noobstante sus doctrinas metodolgicas expresas, subrepticiamente se deslizaentre los dos brazos del dilema y salva su consciencia antiindividualista al ocu-parse de los fines sociales. As pues, indica de manera clara que si la sociedadfuera simplemente una resultante de individuos yuxtapuestos llamados a rela-ciones contractuales provisionales para la satisfaccin de sus respectivos intere-ses inmediatos, esto es, si la relacin social tpica fuera la econmica, entoncesno tendramos por ms tiempo una sociedad, sino el estado de la naturalezade Hobbes.

    All donde el inters es la nica regla, dado que nada refrena losegosmos presentes, cada individuo se encuentra en pie de guerra frentea sus semejantes y cualquier tregua no sera de larga duracin6.

    Esto corresponde a la descripcin de Durkheim de la anomia. Pero elhecho es, contina el autor, que incluso en sociedades tan altamente contrac-tuales e individualizadas como las nuestras, este estado bruto de naturaleza noprevalece. Entonces, qu es lo que evita esta situacin que, como cabra espe-rar, caracterizara a una sociedad contractual si el enfoque individualista fueravlido? Es el consenso de las partes, la integracin de los fines individuales,el complejo-valor social7. Esto se ve claramente en la regulacin legal de loscontratos entre individuos, ya que si bien es verdad que estos contratos soninicialmente un asunto voluntario, una vez iniciados, estn sujetos a la socie-dad como una tercera parte controladora y omnipresente. A travs de un sis-tema de derecho, un rgano de control social, el acuerdo de las voluntadesindividuales se constrien en consonancia con las funciones sociales difusas.Adems, en este proceso la sociedad desempea un papel activo para determi-nar qu obligaciones son justas, a saber, las que estn de acuerdo con losvalores sociales dominantes, y cules no necesitan su puesta en vigor. Con esteincisivo anlisis, Durkheim refuta una de las doctrinas bsicas de una sociolo-ga atomstica, puesto que encuentra en la propia relacin que haba sido con-siderada individualista por excelencia la interpenetracin significativa de losfactores sociales8.

    Su concepcin es similar a la tensin hacia la consistencia y la autonomade las mores de Sumner, as como a la nocin de Goldenweiser del lmite a lasdiscrepancias entre los diversos aspectos de una cultura. Esta concepcin de lasociedad va vinculada a un reconocimiento del papel previamente mencionado

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    6 La divisin..., pp. 203-204; cf. p. 365. 7 Ibid., p. 360. Cf. Parsons, op. cit., p. 517. 8 La distincin entre el anlisis de Durkheim y las teoras del contrato social debera estar, de

    este modo, totalmente clara. Como el propio Durkheim observ: Slo una crtica singularmen-te superficial podra reprochar a nuestra concepcin de la coercin la reedicin de las teoras deHobbes y Maquiavelo. Las reglas..., p. 151.

  • de los fines sociales y a la aceptacin de la doctrina de la emergencia. Que laconducta social no puede explicarse mediante la referencia a los comporta-mientos individuales como mera yuxtaposicin es mantenido tanto por Dur-kheim como por Pareto9, y es precisamente este criterio el que se esgrime parajustificar el carcter de la sociologa como disciplina distintiva.

    En la discusin de Durkheim de los fines sociales est latente una tenden-cia antimecanicista. Cuando los instrumentos son forjados con miras al inten-to de consecucin de los fines, a causa de este mismo hecho las condiciones sedesarrollan de tal forma que no slo actan en la direccin de las metas, sinoque reaccionan ante stas y, frecuentemente, cambian las orientaciones de losvalores. Estas nuevas valoraciones pueden exonerar al hombre de la necesidadde aceptar las condiciones de la existencia el milieu de Durkheim y deactuar de una manera previamente determinada. Habiendo cambiado su defi-nicin de la situacin, su conducta tiene una orientacin nueva, y el determi-nismo mecanicista, basado en el conocimiento de los factores objetivos, no daya razn apropiada de esta conducta. Pero, como suele ser caracterstico de lostericos mecanicistas, Durkheim no distingue adecuadamente sus concepcio-nes abstractas, en este caso las condiciones externas de la existencia, de la situa-cin concreta, en la que se incluye a los factores normalmente suprimidos de laseleccin humana de objetivos. l piensa que las ineludibles conclusiones quese derivan de su delineacin abstracta de la situacin representan hechos realesen toda su diversidad emprica10. Para expresarlo de otra manera, Durkheimevita deliberadamente tratar sus concepciones como construcciones ideales queexijan una modificacin apropiada antes de que puedan describir adecuada-mente fenmenos sociales concretos.

    En su presentacin de la evolucin social, Durkheim afirma rastrear gen-ticamente la transicin desde la solidaridad mecnica a la orgnica, y aqu escuando sus defectuosos datos etnogrficos le llevan a equivocarse. ComoMaine y Steinmetz, le gusta observar el predominio, incluso la existencia

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    9 Es especialmente chocante que Pareto, con su inclinacin hacia el empirismo, adoptaraesta opinin. Tratado..., I, p. 26: Notez quetudier les individus ne veut pas dire que lon doitconsidrer plusieurs de ceux-ci mis ensembles, comme une simple somme; ils forment un com-pos, lequel, lgal des composs chimiques, peut avoir des proprits qui ne sont pas la sommedes proprits des composants. Esta concepcin es, por supuesto, sealada en todos los escritosde Durkheim, si bien su primera exposicin apareci en Las reglas..., p. 126. (Nota del traductor:Si bien para respetar el sentido original del texto he optado por dejar la frase de Pareto en fran-cs, tal y como Merton la tom, la consideracin al lector en castellano y la relevancia de la citame lleva a traducirla a continuacin: Reparen en que estudiar a los individuos no quiere decirque se deban considerar como una mera agregacin de muchos de ellos, como una simple suma;ellos forman un compuesto, el cual, al igual que los compuestos qumicos, puede tener algunaspropiedades que no son la suma de las propiedades de los componentes.)

    10 Hace tiempo que Hume haba percibido esta confusin de la ciencia mecanicista. El pro-fesor A. N. Whitehead indica este error con la descriptiva frase de la falacia de la concrecinequivocada. Vase su libro Science and the Modern World, New York: Macmillan, 1931, pp. 75y ss. Una aguda descripcin psicolgica de la base de este error se encuentra en el libro deRichard Avenarius, Kritik der reinen Erfahrung, II, Leipzig: Reisland, 1907-8, pp. 376 y ss.

  • exclusiva, de la ley penal en la sociedad primitiva. En realidad, como recientesestudios de campo han demostrado, las sociedades primitivas tambin poseenun corpus de leyes civiles restitutivas, impuestas mediante mecanismos sociales,que involucran derechos y deberes entre individuos11. La existencia de estasrelaciones esencialmente contractuales entre los pueblos primitivos desvirta laplausibilidad de la teora de Durkheim del desarrollo unilineal. Adems, alafirmar el predominio de la solidaridad orgnica en las sociedades modernas,Durkheim tiende a despreciar, indebidamente, el persistente factor de la comu-nidad de intereses. Este sesgo pervierte su anlisis de los elementos de cohesinsocial. Factores de integracin de grupo tales como las concepciones del honorEhre y la subsuncin del individuo bajo intereses colectivos duranteperiodos de guerra y conflicto elementos importantes en la cohesin de lassociedades contemporneas12, son generalmente ignorados de manera injus-tificada por Durkheim en su empeo por encontrar en la divisin del trabajola nica fuente de la solidaridad moderna. La inviolada unidad del grupo seconvierte en indispensable durante los conflictos intersociales, y esta unidad seconsigue en gran parte mediante las apelaciones a los sentimientos comunes.Asimismo, la nocin no jurdica del honor es un poderoso, por no decir siem-pre efectivo, mecanismo regulador que fomenta la cohesin social. El hecho deque estas formas de solidaridad mecnica subsistan todava sugiere razones adi-cionales para rechazar el argumento de Durkheim del desarrollo unilineal.

    La concepcin de Durkheim de esta evolucin unilineal debe, por otraparte, reconsiderarse a la luz de lo que ha sido convenientemente llamado elprincipio de los lmites del desarrollo13. El desarrollo en una direccin dadapodra continuar hasta llegar a ser contraproducente, despus de lo cual ocurri-ra una reaccin en la direccin opuesta. Si Durkheim no hubiera intentadoextrapolar ms all del universo de sus datos, podra haber encontrado unexponente de esta reaccin en los siempre ms frecuentes estados de anomiaque acompaan al incremento de la divisin del trabajo. En el mundo econ-mico, es preciso observar los movimientos de refortalecimiento que se dan des-pus de alcanzarse grados ptimos de diferenciacin para comprender que elproceso no es necesariamente unidireccional.

    Para llegar a esta concepcin de la evolucin, Durkheim no necesita, comose ha afirmado, abandonar su posicin sociolgica. Es verdad que l encuentrala causa determinante del incremento de la divisin del trabajo en el creci-miento e intensificacin de la densidad poblacional, que es principalmente un

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    11 Bronislaw Malinowski, Crime and Custom in Savage Society, New York: Harcourt, Brace& Co., 1926, pp. 55 y ss. Contrstese con la afirmacin de Durkheim de que en las sociedadesprimitivas... la ley es enteramente penal. La divisin..., p. 76.

    12 Vase Georg Simmel, Soziologie, Mnchen y Leipzig: Ducker & Humblot, 1923, pp. 202,404 y ss.

    13 Vase A. A. Goldenweiser, History, Psychology and Culture, Journal of Philosophy, Psy-chology and Scientific Methods, XV (1918), 593; P. A. Sorokin, The Principle of Limits, Publi-cations American Sociological Society (1932), pp. 19-28.

  • factor biolgico, pero el cambio especificado slo tendr lugar en la medida enque este cambio demogrfico est vinculado a una mayor interaccin social y ala concomitante intensificacin de la competencia. Es, pues, este factor socialla densidad dinmica, como l lo denomina el que Durkheim encuentraverdaderamente determinante. En un escrito posterior, reafirma este punto deforma an ms categrica al advertir que la densidad poblacional y la densidaddinmica no siempre van asociadas por ejemplo, en China y que en estoscasos el incremento de la divisin del trabajo se ve considerablementeinhibido14. Por lo tanto, debe revisarse la frmula superficial que slo atribuyeuna diferenciacin creciente de funciones a los cambios demogrficos. En lamedida en que esta diferenciacin es generalizable como un proceso social,podra decirse que est asociada con la competicin entre individuos y entregrupos, con independencia de los factores que conduzcan a tal competicin.

    Si abandonamos la teora unilineal de Durkheim nos quedamos con unaaguda caracterizacin de dos sociedades, mecnica y orgnica, tomadas comotipos ideales o como ficciones heursticas. As pues, stas podran considerarsecomo casos lmite, nunca prevalecientes en la realidad emprica, que podranser empleados de manera feraz como polos de referencia hacia los que orientartericamente los datos empricos. De este modo, la obra de Durkheim proveeun esquema conceptual que podra ser ventajoso en la interpretacin de losprocesos de diferenciacin, integracin, competicin y otros de similar estilo.

    Otro aspecto de la metodologa de Durkheim, que caracteriza no slo a Ladivisin sino tambin a sus obras posteriores, es el uso de ndices, que l con-sidera como la traduccin externa, mensurable, de los hechos sociales inter-nos, no directamente observables. De la misma manera que el fsico mide elcalor y la electricidad a travs de ciertos fenmenos objetivamente observablesy fcilmente mensurables, tales como la subida y la bajada del mercurio en untubo de cristal y la oscilacin de la aguja de un galvanmetro, as Durkheimespera emplear la ley represiva y restitutiva como ndices, respectivamente, dela solidaridad mecnica y orgnica15.

    En este punto surge una dificultad fundamental. Si los hechos observados(L) han de ser ndices significativos y relativamente precisos de los tipos desolidaridad (S ), las relaciones siguientes deben ser verdaderas. Sea L (x, y ...)una funcin de cantidades mensurables (x, y ...) (estadsticas de leyes penales orestitutivas) asociada a S (x, y ...) (el hecho social-la cohesin social) que satis-facen estos postulados: cuando L vara de una manera determinada, S vara deforma equivalente. Cuando hay incrementos sucesivos en L, el primer cambio

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    14 Las reglas..., p. 140: Hemos cometido el error, en nuestra Divisin del trabajo, de subra-yar en exceso la afirmacin de que la densidad material es expresin exacta de la densidad din-mica. Paul Barth yerra de manera manifiesta al adscribir a Durkheim a una interpretacinmaterialista de la historia sin modificar. El cambio de Durkheim al idealismo se hace ms evi-dente en su obra sobre la religin. Vase P. Barth, Die Philosophie der Geschichte als Soziologie,Leipzig: Reisland, 1922, pp. 628-642.

    15 La division..., p. 66.

  • de L es de L1

    a L2

    y el segundo de L2

    a L3, de tal modo que el primer incremen-

    to es mayor que el segundo y, por tanto, tambin el primer incremento en S (lasolidaridad) es mayor que el segundo. Este postulado debe mantener su validezaun cuando sustituyamos mayor por menor16. Esto permite una variacinconcomitante entre los hechos sociales y sus ndices, siendo las variaciones delos primeros inmensurables y relativas a las variaciones directamente mensura-bles de los ltimos.

    Durkheim fracasa precisamente en la demostracin de este tipo de relacio-nes puesto que no establece con precisin aquellas asociaciones perfectas queasume van a darse entre sus tipos de solidaridad y de leyes. Por ejemplo, lasolidaridad orgnica podra regularse por los usos consuetudinarios y las cos-tumbres sin llegar nunca a convertirse en ley civil. ste fue el caso especialmen-te de una buena parte de la Edad Media17. Adems, como se ha sugerido,mucha de la solidaridad mecnica en la sociedad contempornea que semanifiesta, por ejemplo, en el honor no encuentra expresin en la leyrepresiva. Estas indicaciones, necesariamente breves, son suficientes para desta-car las discutibles premisas sobre las que Durkheim basa su sistema de ndices18.

    En su captulo sobre la divisin del trabajo y la felicidad, en general bri-llante, Durkheim evidencia otra debilidad fundamental de su mtodo. Eliminaciertas explicaciones posibles de un conjunto particular de fenmenos socialesal demostrar que las consecuencias lgicas de las teoras rechazadas no con-cuerdan con los hechos observados. Da por hecho que el nmero posible deteoras explicativas es determinable, x, y que habiendo eliminado x-1 explica-ciones obtiene la solucin necesariamente vlida. De este modo, Durkheimsostiene que el deseo de llegar a ser ms feliz es la nica fuente individual quepuede dar cuenta del progreso (de la divisin del trabajo). Si aqulla se desesti-ma, no queda ninguna otra19. Este mtodo del experimento proyectado fuedestacado por Descartes, con quien Durkheim estaba manifiestamente endeuda. Descartes mantuvo que en la aproximacin a la realidad nos encontra-remos con que muchas consecuencias resultan de los principios inicialmenteasumidos y que la consideracin racional decidir cules de estas consecuenciasse realizan20. Pero la falacia de este mtodo radica en la asuncin inicial de quealguien puede agotar la totalidad de las explicaciones posibles. La eliminacinde las teoras alternativas de ningn modo incrementa las probabilidades de lasrestantes.

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    16 Vase A. L. Bowley, The Mathematical Groundwork of Economics, Oxford: ClarendonPress, 1924, pp. I y ss.

    17 Vase Paul Vinogradoff, Customary Law, en The Legacy of de Middle Ages, G. C. Crumpy E. F. Jacob (eds.), Oxford: Clarendon Press, 1927, pp. 287-319.

    18 El mismo tipo de crtica debe dirigirse contra los ndices de cohesin del grupo y de desin-tegracin que emplea Durkheim en El suicidio.

    19 La divisin..., p. 251. Est claro que esto es una afirmacin extrema, pero para Duguit,op. cit., pp. 50 y ss., sugiere una explicacin individualista y no eudemnica.

    20 Ren Descartes, Discours de la mthode, Oeuvres, VI, Pars, 1902, pp. 64 y ss.

  • De La divisin del trabajo social, de Durkheim, puede en general decirseque presenta un anlisis sugerente e incisivo de un determinado proceso socialy de sus correlatos estructurales. Si sus conclusiones son demasiado radicales, sisu mtodo es a veces defectuoso, todava podra reconocerse, desde la posicinventajosa que proporcionan cuatro dcadas de ulterior investigacin, que ellibro permanece como una de las contribuciones cimeras de la sociologamoderna.

    (Traducido por Cristbal Torres Albero.)

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    INICIOArtculo anteriorArtculo siguienteAYUDANmeros 1-100REIS N 1. Enero-Marzo 1978.REIS N 2. Abril-Junio 1978.REIS N 3. Julio-Septiembre 1978.REIS N 4. Octubre-Diciembre 1978.REIS N 5. Enero-Marzo 1979.REIS N 6. Abril-Junio 1979.REIS N 7. Julio-Septiembre 1979.REIS N 8. Octubre-Diciembre 1979.REIS N 9. Enero-Marzo 1980REIS N 10. Abril-Junio 1980.REIS N 11. Julio-Septiembre 1980.REIS N 12. Octubre-Diciembre 1980.REIS N 13. Enero-Marzo 1981.REIS N 14. Abril-Junio 1981REIS N 15. Julio-Septiembre 1981REIS N 16. Octubre-Diciembre 1981.REIS N 17. Enero-Marzo 1982.REIS N 18. Abril-Junio 1982.REIS N 19. Julio-Septiembre 1982.REIS N 20. Octubre-Diciembre 1982.REIS N 21. Enero-Marzo 1981.REIS N 22. Abril-Junio 1983.REIS N 23. Julio-Septiembre 1983.REIS N 24. Octubre-Diciembre 1983.REIS N 25. Enero-Marzo 1984.REIS N 26. Abril-Junio 1984.REIS N 27. Julio-Septiembre 1984.REIS N 28. Octubre-Diciembre 1984.REIS N 29. Enero-Marzo 1985.REIS N 30. Abril-Junio 1985.REIS N 31. Julio-Septiembre 1985.REIS N 32. Octubre-Diciembre 1985.REIS N 33. Enero-Marzo 1986.REIS N 34. Abril-Junio 1986.REIS N 35. Julio-Septiembre 1986.REIS N 36. Octubre-Diciembre 1986. REIS N 37. Enero-Marzo 1987.REIS N 38. Abril-Junio 1987.REIS N 39. Julio-Septiembre 1987.REIS N 40. Octubre-Diciembre 1987.REIS N 41. Enero-Marzo 1988.REIS N 42. Abril-Junio 1988.REIS N 43. Julio-Septiembre 1988.REIS N 44. Octubre-Diciembre 1988.REIS N 45. Enero-Marzo 1989.REIS N 46. Abril-Junio 1989.REIS N 47. Julio-Septiembre 1989.REIS N 48. Octubre-Diciembre 1989.REIS N 49. Enero-Marzo 1990.REIS N 50. Abril-Junio 1991.REIS N 51. Julio-Septiembre 1990.REIS N 52. Octubre-Diciembre 1990.REIS N 53. Enero-Marzo 1991. Monogrfico sobre avances en sociologa de la salud.REIS N 54. Abril-Junio 1991REIS N 55. Julio-Septiembre 1991REIS N 56. Octubre-Diciembre 1991.REIS N 57. Enero-Marzo 1992. Monogrfico sobre el cambio social y trasformacin de la comunicacin.REIS N 58. Abril-Junio 1992.REIS N 59. Julio-Septiembre 1992.REIS N 60. Octubre-Diciembre 1992.REIS N 61. Enero-Marzo 1993.REIS N 62. Abril-Junio 1993.REIS N 63. Julio-Septiembre 1993.REIS N 64. Octubre-Diciembre 1993.REIS N 65. Enero-Marzo 1994.REIS N 66. Abril-Junio 1994.REIS N 67. Julio-Septiembre 1994.REIS N 68. Octubre-Diciembre 1994. Monogrfico sobre perspectivas en sociologa del cuerpo.REIS N 69. Enero-Marzo 1995.REIS N 70. Abril-Junio 1995. Monogrfico sobre la familia.REIS N 71-72. Julio-Diciembre 1995.REIS N 73. Enero-Marzo 1996. Monogrfico sociologa de la vejezREIS N 74. Abril-Junio 1996.REIS N 75. Julio-Septiembre 1996. Monogrfico sobre desigualdad y clases sociales.REIS N 76. Octubre-Diciembre 1996.REIS N 77-78. Enero-Junio 1997. Monogrfico sobre la formacin y las organizaciones.REIS N 79. Julio-Septiembre 1997.REIS N 80. Octubre-Diciembre 1997.REIS N 81. Enero-Marzo 1998. Monogrfico: cien aos de la publicacin de un clsico, "El suicidio", de Emile Durkheim.REIS N 82. Abril-Junio 1998.REIS N 83. Julio-Septiembre 1998.REIS N 84. Octubre-Diciembre 1994. Monogrfico sobre sociologa del arte.REIS N 85. Enero-Marzo 1999.REIS N 86. Abril-Junio 1999.REIS N 87. Julio-Septiembre 1999.REIS N 88. Octubre-Diciembre 1999.REIS N 89. Enero-Marzo 2000. Monogrfico: Georg Simmel en el centenario de filosofa del dinero.REIS N 90. Abril-Junio 2000.REIS N 91. Julio-Septiembre 2000.REIS N 92. Octubre-Diciembre 2000.REIS N 93. Enero-Marzo 2001.REIS N 94. Abril-Junio 2001.REIS N 95. Julio-Septiembre 2001.REIS N 96. Octubre-Diciembre 2001.REIS N 97. Enero-Marzo 2002.REIS N 98. Abril-Junio 2002.REIS N 99. Julio-Septiembre 2002.REIS N 100. Octubre-Diciembre 2002.

    REIS N 99. Julio-Septiembre 2002.SUMARIOESTUDIOSRos, Mara.: Los valores culturales y el desarrollo socioeconmico: una comparacin entre teoras culturales.Noguera, Jos Antonio.: Son los hechos sociales una clase de hechos mentales? Una crtica materialista a la ontologa social de John R. Searle.Gutirrez Sastre, Marta.: Triangular pblico, domstico y privado, o cmo negociar en pareja?Cea D'Ancona, M. ngeles.: La medicin de las actitudes ante la inmigracin: evaluacin de los indicadores tradicionales de "racismo". Nez Ladevze, Luis - Prez Ornia, Jos Ramn.: Los gustos de la audiencia infantil y la produccin televisiva. El conflicto pragmtico de los responsables de la audiencia infantil.Ramrez Prez, Antonia - Navarro, Clemente J. - Trujillo, Manuel.: Consumerismo y movimiento de los consumidores. Valores, actitudes y comportamiento consumeristas de la poblacin andaluza.

    NOTAS DE INVESTIGACINDe Miguel, Jess M.: Relacin entre gasto y calidad en las universidades.

    TEXTO CLSICOTorres Albero, Cristbal: PresentacinK. Merton, Robert: La divisin del trabajo social de Durkheim

    DEBATEDez Nicols, Juan.: Encuestas de opinin y decisin poltica.Toharia, Jos Juan.: Las encuestas de opinin y las decisiones polticas: el caso de la evaluacin y reforma de la Justicia.Wert, Jos Ignacio.: No le contis a mi madre que hago encuestas polticas. Ella cree an que soy pianista en un burdel.

    CRTICA DE LIBROSCOLABORAN EN ESTE NMEROCRDITOS