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MIGUEL A. SOTO CLASS DIRECTOR EJECUTIVO CENTRO PARA LA NUEVA ECONOMÍA C uando fundé el Centro para la Nueva Economía en el 1998, muchas personas se preocupa- ron. Especialmente los papás de mi esposa. No entendían cómo era que dejaba un buen trabajo para dedicarme a algo que no entendían y que, para colmo, no tenía seguridad de ingreso. No sé si llegaron a decírselo, pero de seguro tuvo que haber pasado por su mente que quizás ella había cometido un error casándose conmigo. Muchos me decían que este tipo de organización no era cónsona con la cultura del puertorriqueño. Que no se entendería y que, posiblemente, pasa- ría a formar parte de otro comité o grupo cuyas sugerencias o recomen- daciones irían a un gigantesco archivo donde se guardan los estudios que se han hecho para propiciar cambios en el País. Las cosas no resultaron así del todo, seguramente porque en Puerto Rico estamos logrando ver las cosas de una nueva manera. Que es en forma sencilla lo que se conoce como cambio de paradigma. En el orden económico, que es lo que concierne a nuestro “think tank”, he- mos logrado establecer una plataforma de analizar y recomendar soluciones fuera de líneas partidistas, lo que no es usual en Puerto Rico. Conceptos que antes eran prerrogativa de los especia- listas en economía, o de funcionarios gubernamentales, ahora cuentan con otro foro de discusión u otra fuente de información. Estamos sumando y no restando. Lo que constituye un avance para nuestra sociedad y para la discu- sión pública. El análisis de la economía no se puede enmarcar en el teatro tradicional y fol- clórico de la política. Estamos trascen- diendo las estructuras de la antigüedad y dando un paso hacia el futuro que ojalá se pueda multiplicar en otros ren- glones, además de la economía, con el surgimiento de organizaciones inde- pendientes que ayuden a repensar el País. Necesitamos una discusión que nos ayude a redefinir también los términos que a diario usamos en la discusión pública y que ya han cobrado otro sig- nificado. Muchas veces hablamos de los ricos y los pobres, sin que nos de- tengamos a pensar que hoy día hay ricos que no usan chaquetón y corbata y hay pobres que no están descalzos. Hasta que estemos de acuerdo en el uso del lenguaje con que ventilamos los asuntos que nos ocupan no podremos ponernos de acuerdo. Tampoco podre- mos diferir con conocimiento de causa. Sin que las diferencias se atribuyan a estar a favor o en contra de determi- nado partido o político. La gestión gubernamental debe tener una más amplia participación ya que no es monopolio del Estado ni de la política partidista. John Adams, reco- nocido hombre de estado, lo explicó de esta manera, “siempre que el cono- cimiento y la sensibilidad han preva- lecido sobre el pueblo, la opresión y el gobierno arbitrario ha desaparecido en igual proporción”. De igual manera, el economista y Premio Nóbel Amartya Sen reseña que las hambrunas siempre ocurren en dictaduras y nunca en paí- ses democráticos porque en estos úl- timos el pueblo fiscaliza y exige y no se permite el descalabro de corrupción o la ineficiencia que provoca esos de- sastres. No por eso se debe confundir a las organizaciones no-gubernamentales como entidades con aspiraciones po- líticas. Simplemente tiene que existir no tan sólo el espacio para que estas or- ganizaciones existan y prosperen, sino también el espacio para el debate y la discusión constructiva y civilizada. No soy ingenuo y comprendo que el tipo de cambio que propongo no se da de la noche a la mañana. Podrá pasar mucho tiempo antes de que se cambie el paradigma y muy bien podría ser que yo nunca logre ver ese cambio a ple- nitud. Pero he visto suficiente para dar- me cuenta de que el avance es inevi- table y que ese día llegará. www.grupocne.org Una nueva manera de pensar

MIGUEL A. SOTO CLASS - CNE

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Page 1: MIGUEL A. SOTO CLASS - CNE

EDITOR: FRANCISCO VACASf vacas @ e l n u evo d i a .co m

PERSPECT IVA 82EL NUEVO DÍA

M I É RCO L ES, 23 DE M AYO DE 2 0 07

EL NUEVO DÍA83M I É RCO L ES, 23 DE M AYO DE 2 0 07

EDITORIALDE EL NUEVO DIA

EDITORIALDE EL NUEVO DIA

EL HUMOR NUESTRO DE CADA DÍA

No es otra cosa, sino eso, lo que puedeleerse de la decisión de un partido po-lítico que adoptó como resolución, consus huestes, retar y desacatar a un tri-bunal que ordenó la reinstalación de seis

s e n a d o re s sancionados.En medio de la pugna por la Presidencia del Senado, el alto

liderato del Partido Nuevo Progresista inició una serie deacciones contra el líder senatorial Kenneth McClintock y loscinco legisladores que, junto a él, forman el llamado grupo de“los auténticos”.

Como parte de esas acciones, el PNP resolvió que “los au-ténticos” perdieron sus derechos como miembros de la co-lectividad, incluyendo el de participar en procesos primaristas,el de ser eventualmente nominados a cargos electivos y figuraren la papeleta electoral novoprogresista del 2008.

En respuesta a una demanda interpuesta por “los autén-ticos”, el juez superior Oscar Dávila Suliveres sentenció el 8 deeste mes que los procesos seguidos para tales sanciones fueronviolatorios de sus derechos. Por tanto, dictaminó que los de-rechos de los sancionados debían ser reconocidos y que “cual-quier certificación de candidatos o procedimientos que sedesvíe de los términos, órdenes, prohibiciones y demás pro-nunciamientos de esta sentencia carecerá de toda eficacia yserá nulo a todo efecto legal”.

Uno o todos los dirigentes del PNP tienen la prerro-gativa de manifestar su acuerdo o desacuerdo con esadeterminación, que como cualquier otra decisión judicial,puede ser cuestionada e impugnada en los foros per-tinentes, como al efecto se hizo al recurrir al Tribunal

Supremo, que ayer decidió atender el pleito.Esos son los foros que precisamente provee el ordenamiento

democrático que rige en Puerto Rico. Reclamar reconside-ración, apelar ante un tribunal de mayor jerarquía y reclamarcon civilidad sus derechos internos como partido es lo queestán llamados a hacer.

Lo que es un peligroso error y un atentado a la estabilidad eslevantar barricadas de intolerancia, llamar al desacato ins-titucional e incitar un partido a enardecidos seguidores adesconocer la autoridad de un tribunal.

Las cortes, y ésto deben saberlo muy bien los líderes de todoslos partidos, son el garante del orden en la sociedad y susdecisiones van dirigidas a que funcione ese modo de vida que,como conglomerado, hemos escogido.

Agredir a los tribunales, declararlos burlables desde las trin-cheras políticas es hacerle al País el peor de los servicios. Esinvitar a un caos en el que la justicia perezca.

El País, que atesora un clima en el que las diferencias setraten desde una perspectiva que fortalezca la convivenciapacífica, no necesita eso.

Por eso, toda la sociedad debe repudiar este tipo de incitacióny comportamiento contra nuestros tribunales, no importa elsector político-partidista que lo origine.

Por su parte, el liderato en cuyas manos se encuentranlos designios del Partido Nuevo Progresista debe rec-tificar esa conducta.

Persistir premeditadamente en el error, en ese mayúsculoerror, es pretender que un sector político, molesto con unadecisión, tiene la potestad de llevar la autoridad de los juecesy los tribunales a la hoguera.

UN ATENTADOA LOS TRIBUNALESEl País acaba de presenciar, atónito, el llamado a una rebelión contrauna de las instituciones más emblemáticas de la democracia.

RA FA E L FR A NC O

La copa se colmó ya hace unoscuantos años. Desafortunada-mente, la portada-anuncio que

salió la semana pasada en uno de losperiódicos del País no es la única. Unamarca famosa de vodka inició estapráctica, si mal no recuerdo, en el 1999.En aquella ocasión, el anuncio fue unabsoluto éxito para la industria pu-blicitaria y una incomparable vergüen-za para el periodismo boricua.

¿Cómo es posible que la primera planade un periódico se convierta en unanuncio? La prensa escrita se nos estáyendo por la proverbial ‘window’. Cual-quier edición dominical nos llega pre-ñada de ‘shoppers’, ofertas, muestras defragancias y media libra de anuncios.

Mientras que las noticias pasan por elcedazo editorial -reuniones diarias paraestablecer la prominencia de las no-ticias, para seleccionar cuáles noticiasquedan fuera del periódico- los anun-cios siguen aumentando y se siguenañadiendo páginas para incluir a todoslos que pagan para anunciarse en elrotativo. También la ubicación delanuncio establece su costo; mientrasmás cerca de la primera página máscostoso el anuncio. Imagínense lo quedebe costar la portada completa, comosucedió el viernes pasado.

Se nos fue por la ‘window’ la prensaescrita. ¿Qué viene ahora, qué másespacio hay en un periódico para ven-derle a un publicista? ¿Cómo conservala credibilidad una prensa que vendehasta la portada? Si los ingresos gra-cias a los anuncios son tan impor-tantes para un periódico, ¿cómo po-demos estar seguros de que el con-tenido no está contaminado por losintereses publicitarios?

Puede que ya estemos tan acostum-brados a que nos estén vendiendo algo entodo momento, que nos importe pocoque la primera plana de nuestros pe-riódicos esté a la venta. Pero la realidaddel caso es que la calidad de la infor-mación que una sociedad recibe deter-mina hasta cierto punto el éxito de ella.

Ahora Puerto Rico tiene otra razónmás para lucirse internacionalmente:vendemos hasta la portada de un pe-riódico por un par de pesos.

■ El autor es escritor.

Se vende

MIGUEL A. SOTO CLASSDIRECTOR EJECUTIVOCENTRO PARA LA NUEVA ECONOMÍA

Cuando fundé el Centro para laNueva Economía en el 1998,muchas personas se preocupa-

ron. Especialmente los papás de miesposa. No entendían cómo era quedejaba un buen trabajo para dedicarmea algo que no entendían y que, paracolmo, no tenía seguridad de ingreso.No sé si llegaron a decírselo, pero deseguro tuvo que haber pasado por sumente que quizás ella había cometidoun error casándose conmigo.

Muchos me decían que este tipo deorganización no era cónsona con lacultura del puertorriqueño. Que no seentendería y que, posiblemente, pasa-ría a formar parte de otro comité ogrupo cuyas sugerencias o recomen-daciones irían a un gigantesco archivodonde se guardan los estudios que sehan hecho para propiciar cambios enel País. Las cosas no resultaron así deltodo, seguramente porque en PuertoRico estamos logrando ver las cosas deuna nueva manera. Que es en formasencilla lo que se conoce como cambio

de paradigma.En el orden económico, que es lo que

concierne a nuestro “think tank”, he-mos logrado establecer una plataformade analizar y recomendar solucionesfuera de líneas partidistas, lo que no esusual en Puerto Rico. Conceptos queantes eran prerrogativa de los especia-listas en economía, o de funcionariosgubernamentales, ahora cuentan conotro foro de discusión u otra fuente deinformación. Estamos sumando y norestando. Lo que constituye un avancepara nuestra sociedad y para la discu-sión pública.

El análisis de la economía no se puedeenmarcar en el teatro tradicional y fol-clórico de la política. Estamos trascen-diendo las estructuras de la antigüedady dando un paso hacia el futuro queojalá se pueda multiplicar en otros ren-glones, además de la economía, con elsurgimiento de organizaciones inde-pendientes que ayuden a repensar elPa í s.

Necesitamos una discusión que nos

ayude a redefinir también los términosque a diario usamos en la discusiónpública y que ya han cobrado otro sig-nificado. Muchas veces hablamos delos ricos y los pobres, sin que nos de-tengamos a pensar que hoy día hayricos que no usan chaquetón y corbatay hay pobres que no están descalzos.Hasta que estemos de acuerdo en el usodel lenguaje con que ventilamos losasuntos que nos ocupan no podremosponernos de acuerdo. Tampoco podre-mos diferir con conocimiento de causa.Sin que las diferencias se atribuyan aestar a favor o en contra de determi-nado partido o político.

La gestión gubernamental debe teneruna más amplia participación ya queno es monopolio del Estado ni de lapolítica partidista. John Adams, reco-nocido hombre de estado, lo explicó deesta manera, “siempre que el cono-cimiento y la sensibilidad han preva-lecido sobre el pueblo, la opresión y elgobierno arbitrario ha desaparecido enigual proporción”. De igual manera, el

economista y Premio Nóbel AmartyaSen reseña que las hambrunas siempreocurren en dictaduras y nunca en paí-ses democráticos porque en estos úl-timos el pueblo fiscaliza y exige y no sepermite el descalabro de corrupción ola ineficiencia que provoca esos de-s a st re s.

No por eso se debe confundir a lasorganizaciones no-gubernamentalescomo entidades con aspiraciones po-líticas. Simplemente tiene que existir notan sólo el espacio para que estas or-ganizaciones existan y prosperen, sinotambién el espacio para el debate y ladiscusión constructiva y civilizada.

No soy ingenuo y comprendo que eltipo de cambio que propongo no se dade la noche a la mañana. Podrá pasarmucho tiempo antes de que se cambieel paradigma y muy bien podría ser queyo nunca logre ver ese cambio a ple-nitud. Pero he visto suficiente para dar-me cuenta de que el avance es inevi-table y que ese día llegará.

w w w. g r u p o c n e.o rg

Una nueva manera de pensar

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