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Hombre de celuloide El don Quijote de los espejos Abel, de Diego Luna se incrusta sin vergüenzas ni falsas modestias en una amplia tradición de cine mexicano. No se trata sólo de la referencia directa a La Oveja negra de Ismael Rodríguez; Abel goza, además, de una imponente cultura fílmica, pero trasciende la denuncia o el consentimiento iluso de la pobreza. Esta familia de gente pobre (que no miserable, gran acierto del director), recuerda también las nostalgias agridulces de la tradición italiana. Brigitte Broch ha conseguido una sutil dirección de arte: esa casa medio destruida, el camión abandonado que a Paul le sirve de teatro, los pasillos del hospital, la piscina vacía y claro, la bodega de trenes (parangón de los molinos de Don Quijote) se prestan para la construcción de una arena en la que tienen lugar imponentes actuaciones. Si a todo ello agregamos que el guión es divertido, ágil y profundo, es necesario concluir por fuerza que Abel es realmente una gran película. Dicen que Diego Luna es un director “novel”. No lo parece. No es necesario ofrecerle semejante concesión: Su filme camina hacia adelante, narra con imágenes, siempre sorprende. Está lleno de detalles: los cambios en el vestuario, la entrega amorosa de un anillo de dulce, la canción que suena al fondo (“ya vine de donde andaba”) todo ello atestigua entusiasmo, palabra que viene de Grecia diciendo que los artistas se han visto habitados por Dios. ¿Dónde aprende este niño lo que significa la palabra “padre”? En las películas ¿dónde más? Un niño que cree ser su padre es premisa suficiente para hablar de los roles de género, de la disolución de la

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  • Hombre de celuloide

    El don Quijote de los espejos

    Abel, de Diego Luna se incrusta sin vergenzas ni falsas modestias en

    una amplia tradicin de cine mexicano. No se trata slo de la

    referencia directa a La Oveja negra de Ismael Rodrguez; Abel goza,

    adems, de una imponente cultura flmica, pero trasciende la denuncia

    o el consentimiento iluso de la pobreza. Esta familia de gente pobre

    (que no miserable, gran acierto del director), recuerda tambin las

    nostalgias agridulces de la tradicin italiana.

    Brigitte Broch ha conseguido una sutil direccin de arte: esa

    casa medio destruida, el camin abandonado que a Paul le sirve de

    teatro, los pasillos del hospital, la piscina vaca y claro, la

    bodega de trenes (parangn de los molinos de Don Quijote) se prestan

    para la construccin de una arena en la que tienen lugar imponentes

    actuaciones. Si a todo ello agregamos que el guin es divertido, gil

    y profundo, es necesario concluir por fuerza que Abel es realmente

    una gran pelcula.

    Dicen que Diego Luna es un director novel. No lo parece. No es

    necesario ofrecerle semejante concesin: Su filme camina hacia

    adelante, narra con imgenes, siempre sorprende. Est lleno de

    detalles: los cambios en el vestuario, la entrega amorosa de un

    anillo de dulce, la cancin que suena al fondo (ya vine de donde

    andaba) todo ello atestigua entusiasmo, palabra que viene de Grecia

    diciendo que los artistas se han visto habitados por Dios.

    Dnde aprende este nio lo que significa la palabra padre? En

    las pelculas dnde ms? Un nio que cree ser su padre es premisa

    suficiente para hablar de los roles de gnero, de la disolucin de la

  • familia, de la emigracin y la pobreza. Por si fuera poco, Luna se

    permite explorar hacia el interior del ser humano con ayuda de Abel;

    aqu estn el despertar sexual, el abandono y el complejo de Edipo.

    Estoy convencido de que ha sido un triunfo dar a luz a un personaje

    de tan amplio espectro. Tanto que permite reflexionar: que los locos

    luminosos no pueden nunca enfrentar a los espejos. Pues si Abel se

    liga con la tradicin de la gran comedia flmica mexicana, ms

    importante es que se liga con la tradicin de La Gran Comedia en la

    literatura. Porque Abel es un loco, un loco luminoso, un loco que

    enternece y ensea; un loco que se sabe loco y que tal vez por ello,

    no lo es tanto. Imposible no recordar a Alonso Quijano. Abel es un

    Don Quijote de diez aos que se ha secado el seso no leyendo novelas

    caballerescas, sino mirando comedias rancheras en televisin. Y si

    don Quijote decide ser Amads, Abel decide que es Fernando Soler en

    La Oveja negra. Y claro, tiene, como Don Quijote, un enemigo: el

    espejo. Porque los locos luminosos no corresponden nunca con esa

    imagen que refleja el vidrio con nitrato de plata. El espejo, escudo

    del gran cretino en la literatura (ese Sansn Carrasco) est tambin

    aqu para poner en jaque a la locura que es luz. Si Diego Luna

    hiciera, tan solo otra pelcula, igual de profunda, se habra

    convertido ya, en uno de los mejores directores del cine nacional.

    Abel. Direccin, Diego Luna. Guin: Diego Luna. Fotografa, Patrick Murga. Con Christopher Ruz-Esparza, Gerardo Ruz-Esparza, Jos Mara Yaspik, Karina Gidi, Carlos Arango y Geraldine Alejandra Galvn. Mxico, 2010.

    Fernando Zamora

    @fernandovzamora